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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO DECANATO DE ADMINISTRACION Y CONTADURIA CENTRO DE INVESTIGACIÓN VI JORNADAS DE INVESTIGACIÓN DEL DAC-UCLA DEL 26 AL 28 DE ABRIL DE 2006 BARQUISIMETO. VENEZUELA Web: www.ucla.edu.ve/dac/vijornadas e-mail: [email protected] - [email protected] Ponencia DESARROLLO HUMANO Y CAPITAL SOCIAL: SU INCIDENCIA EN LOS PROCESOS DE TRANSFORMACION INSTITUCIONAL Dr. Mauricio Iranzo T. [email protected]

UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO DECANATO DE ... · ... que a su vez esconde la necesidad empresarial formal de disminuir sus ... de la desigualdad y la pobreza. En el

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UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO DECANATO DE ADMINISTRACION Y CONTADURIA

CENTRO DE INVESTIGACIÓN VI JORNADAS DE INVESTIGACIÓN DEL DAC-UCLA

DEL 26 AL 28 DE ABRIL DE 2006 BARQUISIMETO. VENEZUELA

Web: www.ucla.edu.ve/dac/vijornadas e-mail: [email protected] - [email protected]

Ponencia

DESARROLLO HUMANO Y CAPITAL SOCIAL: SU INCIDENCIA EN LOS PROCESOS

DE TRANSFORMACION INSTITUCIONAL

Dr. Mauricio Iranzo T.

[email protected]

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DESARROLLO HUMANO Y CAPITAL SOCIAL: SU INCIDENCIA EN LOS PROCESOS

DE TRANSFORMACION INSTITUCIONAL

Mauricio Iranzo T.

Resumen: En un contexto marcado por la complementación, pero a su vez por la

contradicción, globalización – periferia, una nueva manera de entender el desarrollo

debe favorecer la obtención de capacidades o titularidades para disponer

adecuadamente de las oportunidades que puedan proveer bienestar, más allá de la

generación de riqueza y en función del Desarrollo Humano, siempre y cuando se

cuente con un sustrato sociocultural, que pudiera identificarse como capital social,

capaz de procurar procesos de transformación institucional. El objetivo de esta

investigación es acercarse al establecimiento de sus aportes, mediante una

metodología cualitativa, considerando las expresiones locales del capital social a

través de la participación de los sectores sociocomunitarios organizados, con

legitimidad y en términos de actores sociales, en lo público, como suele presentarse

en experiencias adelantadas en el Estado Lara. Se pudo concluir que efectivamente

existen elementos en el sentido descrito, identificándose especialmente la presencia

de confianza y asociatividad arraigadas en una ética que las soporta y en una

conciencia cívica que las anima, todo lo cual permite presumir el surgimiento de una

institucionalidad al margen de los criterios convencionales, a ser respaldada y

fortalecida, donde se privilegia al ser humano por encima de las concepciones

economicistas prevalecientes.

Palabras claves: Desarrollo Humano, Capital Social, participación, transformación

institucional

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DESARROLLO HUMANO Y CAPITAL SOCIAL: SU INCIDENCIA EN LOS PROCESOS

DE TRANSFORMACION INSTITUCIONAL

Introducción

Considerando el proceso de globalización y los impactos positivos que sus

propulsores estiman debería traer consigo, en cuanto modelo de apertura que

insertaría a Venezuela en un intercambio comercial con un sinnúmero de

oportunidades apoyadas en su capacidad de producción y exportación petrolera, la

reconversión que debía haberse provocado en su dinámica económica, impulsada

además por el acceso a nuevas tecnologías, crearía empleos de calidad y bien

remunerados, donde la generación de riqueza basada en la competitividad nos

permitiría estar presentes en los mercados internacionales.

Independientemente de los resultados que algunos sectores o más bien grupos

económicos pudieran ostentar, es inocultable la presencia de una pobreza creciente y

de una terciarización incontrolable de la economía, a la que se agrega una

seudoinstitucionalización de la subcontratación, que más allá del deterioro de la

actividad económica que pudiera achacarse a la polarización política, expresa la

agudización de contradicciones seculares que adquieren su dimensión más crítica en la

aparente confrontación formal – informal de la organización del trabajo. La informalidad,

que no se limita a la buhonería (comercio informal), es a todas luces el disfraz de la

flexibilización, que a su vez esconde la necesidad empresarial formal de disminuir sus

pasivos laborales y hacer más expedita la contratación y despido del personal sin la

carga de la seguridad social, realidad que muestra serias dificultades para contribuir a

impulsar el desarrollo humano.1

A esto se le puede agregar una transición aparejada a una confirmación del

papel asistencialista y compensatorio de los programas sociales, a pesar de

declaratorias que pretenden contradecirlo, los cuales desde hace tiempo no son

definidos en el marco propiamente dicho de una política social, aunque se propugne

una creciente intervención del Estado gracias a los abundantes recursos fiscales. En

realidad, la práctica conduce a una restricción de su papel, circunscrito a la

4

transferencia de recursos a los sectores más sensibles, aunque se hagan esfuerzos por

apoyar concepciones como el desarrollo endógeno, ya que no se incorporara a los

sectores económicos arraigados ni se establecen alianzas con grupos emergentes

cuando no profesan la misma militancia política de los partidos en el gobierno.

Además, lo que pudiera gestarse como opciones para abrir nuevas posibilidades

a los sectores populares, terminan mediatizándose por la todavía vigente manipulación

clientelar de quienes quieran ser beneficiarios. No es posible ni es el objetivo de este

trabajo detenerse en este punto, pero es inevitable decir que existen programas y

proyectos que atienden a los integrantes de la economía social o popular que en

realidad le dan soporte, implícitamente, a economías de subsistencia basadas en la

“autosobreexplotación” del trabajo, opción adecuada al modelo de flexibilización de las

relaciones laborales, el cual se encuentra actualmente, sin lugar a dudas, en proceso

de instauración.

Sin embargo, el marco general descrito no es óbice para comprobar también la

presencia de otras tendencias y realidades, como las que soportan y se han

conceptualizado bajo la definición de capital social, prácticamente en contracorriente, a

pesar de las condiciones favorecedoras de la disgregación y el atomismo que procuran

romper procesos aparentes de posibilidades alternativas. Investigarlas desde la

universidad puede convertirse en una oportunidad para reencontrar en el entorno

factores generadores de nuevas áreas de conocimiento, en medio del aislamiento que

ha caracterizado en los últimos años el funcionamiento de las instituciones de

educación superior, de tal manera que la identificación de potencialidades

transformadoras pueda convertirse en una vía para fundamentar y fortalecer opciones

de desarrollo más acordes con el desarrollo humano y que apoyen la emergencia de

una nueva institucionalidad.

En vista de la significación de este fenómeno, en el que pareciera se expresan

valores y redes que logran además contrarrestar la influencia de pautas y expectativas

de vida ajenas a sus tradiciones, sobre todo por parte de la población rural, el presente

trabajo se plantea como objetivo indagar e interpretar las características del Capital

Social existente en organizaciones sociocomunitarias del Estado Lara, estableciendo

su relación con la promoción del Desarrollo Humano y su incidencia en los procesos de

5

transformación institucional, a partir de la explicación de sus percepciones y

experiencias por parte de quienes las integran.

1.- Referentes teóricos

La crítica fundamental tanto al modelo proteccionista como al de apertura, en

cuanto modelos aplicados en los países atrasados o periféricos, radica en el enfoque

economicista que los caracteriza, centrado en el crecimiento económico como objetivo,

desde el que deberían derivarse beneficios al conjunto de la sociedad.

Más allá de la concepción “ingenua” que revela2, no hay manera de seguir

sosteniendo la idea de un beneficio a futuro de un crecimiento económico que, cuando

ocurre, normalmente es acumulado de manera restringida con apenas un efecto

residual para la mayoría de la población. En las condiciones actuales fomentadas por el

proceso globalizador, la aplicación del modelo de economía abierta al pie de la letra ha

provocado desde miseria generalizada hasta el arrase de potencialidades que no

estaban en correspondencia con los intereses específicos de los actores

predominantes, aunque pudiera traducirse en ventajas competitivas en algunas áreas.

En este contexto, sea por los conflictos políticos y sociales que surgen

cíclicamente y/o por las presiones de los sectores económicos mantenidos al margen y

que son afectados negativamente por las políticas aplicadas, se han producido

opciones con distintos grados de elaboración, donde han participado desde la

academia hasta las experiencias sociocomunitarias, pasando por los partidos, algunas

de manera recurrente en vista del manejo político-electoral del que han sido objeto,

pudiendo crearse distorsiones al crear esperanzas y hasta espejismos de reivindicación

en vista de la agudización de la desigualdad y la pobreza.

En el caso concreto del Estado Lara, entidad federal ubicada en el

centroccidente de Venezuela y que representa alrededor del 8% de la población del

país con una actividad agrícola y comercial predominante, la tradición organizacional

ha significado la existencia de un movimiento cooperativo de amplio reconocimiento y

la manifestación de múltiples formas asociativas en todos los sectores, con especial

presencia en la atención a la comercialización de alimentos a precios populares, sin

6

que esto exista como producto del apoyo gubernamental, con las que han logrado

amortiguar de cierta manera los efectos de las limitaciones de empleo e ingreso

presentes de forma generalizada.

Desarrollo local y desarrollo humano

La reivindicación de lo local como contraposición a la vertiente avasallante de lo

global, se ofrece con distintas modalidades ubicadas en la perspectiva del desarrollo

local, expresión que por cierto podría decirse resume el significado del desarrollo, en

cuanto a que realmente éste no existe si no es posible apreciarlo y vivirlo localmente.3

Estas modalidades se definen en función de concepciones que priorizan en su

generalidad el desarrollo humano, exigen la sostenibilidad y rescatan lo endógeno,

siempre con un alto componente participativo en su materialización, pero sobre todo

asumen que son nociones cuestionadoras de la idea de reducir el desarrollo al simple

crecimiento económico.

Referir lo local por otra parte convoca a la incorporación de la dimensión

espacial de manera preferente, en términos de ámbitos subnacionales, no

necesariamente establecidos por los límites regionales y municipales, pero en los que

la consideración de éstos le da una connotación importante a la hora de señalar el

papel del sector público. Igualmente, identificar lo que caracteriza a lo local es trabajar

los valores, costumbres y creencias de quienes lo conforman y en definitiva, significa

asumir una perspectiva de integralidad.

Entre las definiciones de este concepto manejadas además con una visión de

complementariedad, se presentan dos, una que identifica el desarrollo local con el

municipio y otra, muy similar, que no delimita su espacio a esta división político

administrativa:

“El Desarrollo Local es un proceso de dinamización de los recursos

humanos y materiales, así como de sus potencialidades, en lo económico, social,

cultural y tecnológico, existentes en el ámbito territorial de un municipio, impulsado a

través de la participación de todos los actores que en él se desenvuelven y con el

7

apoyo irrestricto del gobierno local, mediante la gestión y concertación de políticas,

planes y acciones que coadyuven al Desarrollo Humano de sus habitantes.” 4

“Se considera al Desarrollo Local como un proceso de prácticas

institucionales participativas que, partiendo de las fortalezas y oportunidades de un

territorio determinado (en función de los recursos naturales, económicos, sociales,

culturales y políticos), conduce a mejorar los ingresos y calidad de vida de su población

de manera sostenible y con niveles crecientes de equidad” 5

Dentro de la complejidad del problema, el encuentro con autores como Sergio

Boisier, permite referir un tipo de clasificación que refuerza el planteamiento: “parece

posible distinguir a lo menos tres contextos no necesariamente independientes entre sí

que cobijan modalidades diferentes y sustantivas de desarrollo local, más allá, como se

dijo, de su indesmentible dimensión geográfica: el enfoque del desarrollo local como

una matriz de estructuras industriales, el enfoque del desarrollo local como un proceso

endógeno de cambio y el enfoque del desarrollo local como empoderamiento de una

sociedad local”,6 con lo que es posible colocar la discusión del tema en la perspectiva

de la complementariedad. Adelantando criterio, se podría decir que el “cemento

cohesionador” del “tejido social” 7 que vincula en la práctica económica, social y política

los tres enfoques pareciera encontrarse en los niveles de presencia y afianzamiento del

capital social.

En este sentido, al ubicar Boisier las modalidades como “no necesariamente

independientes entre sí”, nos da la oportunidad de ir más lejos afirmando que de hecho

son interdependientes, ya que, a nuestro entender, una no es posible sin las otras y

todas son necesarias, por supuesto dentro de un enfoque de desarrollo humano. Esto

es, se establecería el criterio de considerar como válido el carácter complementario de

las modalidades, y que, a los efectos de este trabajo, sin el empoderamiento de la

sociedad local no es posible construirle viabilidad al resto, ya que en procesos de esta

naturaleza, es indispensable la convocatoria de los actores locales y sus

potencialidades con capacidad para facilitarlo.

8

El concepto de Desarrollo Humano

Aunque es partir de 1990 cuando el Programa de las Naciones Unidas para el

Desarrollo, PNUD, propone la discusión internacional sobre el concepto de Desarrollo

Humano, ya en la década anterior se había iniciado la búsqueda de un modelo

alternativo al de crecimiento económico, como se encuentra reflejado, por ejemplo, en

el documento titulado “Desarrollo a Escala Humana, una opción para el futuro”,

elaborado entre otros por Manfred Max-Neef del Centro de Alternativas de Desarrollo,

CEPAUR, donde exponen el objetivo de su propuesta de la siguiente manera:

“Tal desarrollo se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades

humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de autodependencia y

en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de

los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de

la planificación con la autonomía y de la Sociedad Civil con el Estado.” 8

Cuando surge el “Indice de Desarrollo Humano” (IDH), formulado por el

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), busca fundamentalmente

anteponerse a la clasificación del progreso de los países basada solamente en el

Producto Interno Bruto. Este índice sintetiza el nivel de logro en tres dimensiones:

salud, educación e ingresos, considerando que su utilización implica reconocer el

hecho que, dada la inexistencia de un vínculo automático entre crecimiento económico

y desarrollo humano, la verdadera medida del éxito de una sociedad, debe centrarse en

la forma como los logros económicos se traducen en beneficios y oportunidades para

las personas.

De esta manera, en la actualidad, existe consenso en cuanto a que su definición

contemple:

“El desarrollo humano no es exclusivamente un problema de bienestar o de

disponibilidad de cosas, sino más bien, es un problema de capacidades o de

titularidades para disponer de esas cosas. El desarrollo humano, en consecuencia,

debe ser enfocado desde una perspectiva integral –holística– e interdisciplinar.” 9

9

Capital social para el Desarrollo Humano

Si se trata de capacidades, el concepto de capital social contribuye a suministrar

elementos para identificarlas, fundamentalmente a través de los trabajos de Bourdieu,

Hirschman, Coleman, Putnam y Kliksberg, quienes han adelantado definiciones aunque

reconociendo que todavía se encuentra en proceso de elaboración. Sin embargo,

desde sus investigaciones, se podría afirmar que los componentes que lo caracterizan

se encuentran alrededor del reconocimiento de redes, normas o reglas y valores que

conducen a un beneficio mutuo, por lo que, tentativamente, la siguiente aproximación

nos da una idea de lo que consideramos Capital Social: “Son las relaciones de

confianza y cooperación desarrolladas, a través de la participación, entre actores

sociales para el logro de bienes públicos, que se expresan en una trama, tejido o red,

de normas y compromisos cívicos, explícitos e implícitos, regidos por una ética social y

familiar e inmanentes a una cultura determinada.” 10 Siendo el resultado de las relaciones de cooperación, su carácter es compartido,

no se detenta ni se acumula individualmente como patrimonio propio, ya que es

necesariamente colectivo, característica que resalta Barreiro, investigador español

sobre el tema: “El capital social son las normas y las redes que permiten a la gente

actuar de manera colectiva. El capital social son las instituciones, el conjunto de

relaciones, actitudes y valores que determinan las interacciones entre las personas y

que suponen, a la vez, una red social que produce utilidades y beneficios para las

personas que participan.” (Fernando Barreiro, 2.004) Por cierto, cuando se refiere a

utilidades y beneficios, obviamente contempla los que se producen mucho más allá de

los estrictamente materiales, en cuanto intangibles.

Como particularidades del enfoque, se puede tomar especialmente Robert

Putnam,11 quien muestra su papel en la zona norte de Italia en la época de la

postguerra, al dinamizar la transformación de situaciones adversas en escenarios de

progreso y bienestar, así como, más recientemente, la de los organismos multilaterales,

(PNUD-CEPAL, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo12), siendo

frecuente la coincidencia de opiniones acerca de la relevancia del aprovechamiento del

capital social para incrementar las posibilidades de consecución del desarrollo humano

10

Pero no es posible ser todo lo exhaustivo que el tema implica por limitaciones de

espacio, por lo que se expondrá de la investigación lo correspondiente a la búsqueda

de los componentes del capital social propuestos por Kliksberg13, en el entendido que

recoge lo fundamental de los definidos hasta el momento, como son confianza,

asociatividad, ética y valores y conciencia cívica, teniendo en cuenta el crucial margen

de flexibilidad y relacionamiento que debe dársele a su presencia. No necesariamente

la solidaridad, por ejemplo, entre los integrantes de un sector de la sociedad, se

traduce en resultados satisfactorios para el conjunto de ella, ni la confianza que

demuestren algunos actores económicos en sus transacciones significa el respeto del

bienestar colectivo.

Por lo tanto, para evitar equívocos, el encuentro con las características a

establecer, no desconoce las imprecisiones inevitables de un tema sobre el que falta

mucho por investigar, el cual además quisiera ubicarse desde un paradigma alternativo

capaz de dar pie al reconocimiento del ser humano como centro del desarrollo al

momento de identificar nuestras potencialidades, hoy en día arropadas por intereses

foráneos y fundamentalmente materialistas, que menosprecian las capacidades

humanas basadas en la participación y el capital social.

Capital Social y transformación institucional

La necesidad de contraponerle a la decadencia de las instituciones una nueva

concepción que trascienda el egoísmo y el afán de lucro individualista, ha tenido en

autores de proyección internacional, como Fernando Savater14, un aliado indiscutible,

concretamente mediante sus aportes en relación a la importancia de recuperar el papel

de la ética en la educación. Sin embargo, a este planteamiento se contrapone la idea

de que en la dinámica de las relaciones sociales y según el entorno cultural donde se

manifiestan, tiende a prevalecer por encima de la competencia disociativa y a pesar de

todo, el resguardo de lo que fortalece las redes asociativas y las capacidades para

superar los problemas, sobre lo cual ya se ha argumentado en otra de las dimensiones

al ofrecer las definiciones de capital social.

11

Adicionalmente, sin pretender fijar una posición definitiva sobre las

connotaciones de esta relación, pero con la idea de contribuir a establecer lo que ella

pudieran significar como diferencia entre el abordaje tradicional y la construcción de

una opción centrada en el desarrollo de capacidades humanas para la transformación

de la sociedad, se pueden plantear algunas consideraciones complementarias que

sustentan este vínculo.

Por una parte, Lechner15, al argumentar sobre la importancia del proceso de

individualización como oportunidad para el Desarrollo Humano, donde la centralidad de

la persona no se entienda de modo individualista, sostiene:

“Dado que la persona se individualiza sólo en sociedad, la calidad del

Desarrollo Humano se define en la forma de vínculo social que caracteriza a

determinada sociedad. Cuando la organización de la sociedad se flexibiliza, liberando

al individuo de sus lazos habituales, ¿cuáles son las formas del nuevo vínculo social?

Conocer esos nuevos vínculos sociales emergentes significa a la vez conocer las

formas de individualización en curso. Una manera fecunda de analizar la dialéctica de

individuación y socialización subyacente al Desarrollo Humano nos ofrece el concepto

de capital social, entendido como la trama de confianza y cooperación desarrollada

para el logro de bienes públicos.”16

Lechner refuerza la idea de preservación de las tradiciones asociativas que

Putnam postula en relación al capital social y además hace hincapié en su componente

de confianza social cuando prevalecen normas de reciprocidad y redes de compromiso

cívico, y, aunque cuestiona una aplicación universalista e indiscriminada del concepto,

propugna el desarrollo de una sociabilidad que genere lazos de confianza y

cooperación, la cual puede ser fortalecida mediante instituciones (morales,

económicas, políticas, educativas) que contribuyan a la construcción de identidades

colectivas y solidaridades sociales.

Por otra parte, organismos como la CEPAL17 parten de una definición similar,

“Entendemos el capital social como el conjunto de relaciones sociales caracterizadas

por actitudes de confianza y comportamientos de cooperación y reciprocidad”18, y

hacen igualmente énfasis en su dimensión institucional:

12

“En el ámbito de la organización, la creación de capital social no es tan

diferente de la creación de capital humano: esto se consigue mediante la educación, y

por lo tanto, exige inversiones en capacitación y una infraestructura institucional donde

pueda impartirse. A diferencia del capital humano convencional, que entraña la

transmisión de ciertas aptitudes y conocimientos específicos, el capital social exige

inculcar normas y valores compartidos, y esto suele conseguirse mediante el hábito, la

experiencia compartida y el ejemplo de liderazgo. Cabe recordar que la educación

convencional suele producir capital social como un subproducto – por ejemplo, cuando

se imparten a ingenieros y contadores normas profesionales compartidas – pero las

organizaciones pueden tratar de producir capital social como producto primario”19

Estas dos perspectivas, a pesar de aparecer como complementarias, expresan

el problema en toda su complejidad, ya que indican las implicaciones de un enfoque

institucional como el propuesto, que requiere de un conocimiento a profundidad del

nivel de presencia de los componentes de capital social mencionados, considerando su

capacidad de servir de soporte al proceso de desarrollo humano.

Participación y desarrollo

Si empoderamiento es “dar el poder”, y el poder que se otorga se refiere al

acceso de la población a la toma de las decisiones que la afecten, indudablemente se

trata de las decisiones relacionadas con lo público y más concretamente, de la

participación colectiva en lo público. Pero sólo parte de lo público corresponde a lo

estatal, por lo que también es preciso considerar el empoderamiento en cuanto a la

democratización de las estructuras tradicionales de poder, más allá de lo estatal.

Dicho de otra manera, para que las sociedades locales asuman su propio

destino, dentro de los márgenes del Estado – Nación y como resultado de procesos

sociopolíticos abiertos donde se transfieran poder y competencias, la colectividad debe

buscar en sus propias dinámicas los factores que le permitan aprovechar sus

potencialidades, las cuales pueden estar mediatizadas por relaciones subordinadas a

estructuras sociopolíticas tradicionales, haciendo de la participación un ejercicio

retórico e intrascendente.

13

Además, la realidad de la participación no consiste simplemente en la creación

de oportunidades para ejercerla, o que desde los distintos niveles del Estado se

ofrezcan mecanismos más o menos institucionalizados para actuar

“corresponsablemente” o en obtener mediante la presión organizada la aceptación del

derecho a estar involucrado en las decisiones del poder público. Cada sociedad

detenta unas condiciones sociohistóricas y sociopolíticas que son el reflejo de su nivel

de desarrollo, en las que la cultura y la tradición local juegan un papel preponderante y

que se manifiestan con distintas características dependiendo de las condiciones

socioeconómicas de cada estrato poblacional, que pueden ser identificadas como

capacidades.

Por lo tanto, la concreción de los procesos de empoderamiento, en contradicción

a lo que convencionalmente se cree, no depende tanto de la voluntad política, sino de

las capacidades locales, hoy en día estudiadas, insistimos, a través del concepto de

capital social. Quien emite debe tener la potestad para poder hacerlo y quien recibe

puede tener distintas capacidades para administrarlo y ejercerlo, en el entendido que la

motorización del proceso está en manos de la población y no del gobernante de turno.

Desde esta perspectiva, el desarrollo local estaría más sujeto a las condiciones,

características y componentes del capital social presente en las sociedades locales que

a los recursos humanos y materiales, en cuanto capital humano y capital financiero y/o

de infraestructura, respectivamente, así sean potenciales o existentes,20

Ahora bien, en la relación social las formas de expresión de las capacidades,

entendidas como aquellos atributos o condiciones que le permiten al ser humano

decidir sobre sus oportunidades adecuadamente,21 no solamente están asociadas a los

niveles educativos sino que deben ser bien contextualizadas para comprenderse de

forma precisa. En este sentido, los vínculos entre empoderamiento y participación

establecidos a través de las capacidades, especialmente las institucionales o

institucionalizadas, podrán apreciarse mejor al ser considerados como componentes

del capital social, pero de una vez es preciso decir que la participación, en cualquiera

de sus dimensiones y más allá de lo formal, puede estar supeditada a su condición de

valor arraigado en una sociedad local determinada, ya que, si no existe en estos

14

términos, siempre puede instituirse legalmente, pero ser objeto de manipulación al no

ser parte de los valores previamente compartidos.

2.- Metodología

El abordaje de lo subjetivo, implica en este caso el uso del método etnográfico,

sobre el que Aguirre citado por Sandín,22 define como “un estudio descriptivo de la

cultura de una comunidad, o de alguno de sus aspectos fundamentales, bajo la

perspectiva de la comprensión global de la misma”. Sandín por su parte 23 menciona

diversas modalidades de la etnografía y para objeto de esta investigación se seleccionó

la modalidad de etnografía clásica, la cual tiene como objetivo la descripción de los

significados que las personas utilizan para comprender su mundo.

Brevemente, el proceso consistió en la selección de organizaciones

sociocomunitarias (cooperativas, asociaciones civiles, juntas de vecinos, grupos

culturales) con amplia trayectoria (mínimo diez años de existencia) y realizaciones

concretas reconocidas en áreas de interés público (proyectos financiados, respaldo en

sus comunidades de origen, obras tangibles, problemas atendidos y resueltos),

ubicadas en los Municipios Andrés Eloy Blanco, Jiménez, Morán y Palavecino del

Estado Lara, con las que se estableció un vínculo, en cuanto trabajo de campo, a

través de la observación participante y conversaciones abiertas con uno o varios

integrantes,24 quienes generalmente resultaron ser miembros que habían sido

designados en alguna oportunidad para funciones directivas o eran parte del grupo

fundador25, dándose intercambios con buena parte de ellos en al menos dos ocasiones

en un lapso de ocho meses, las cuales fueron grabadas y algunas filmadas. Por lo

tanto, el total de veinticinco entrevistas26 realizadas contó con personas de

organizaciones pertenecientes a distintos sectores, lo cual no pretende mostrar

representatividad sino la amplitud de las actividades incorporadas a la consulta, así

como fue prioritario tener las conversaciones en su lugar de trabajo o de actividad más

frecuente.

Es importante acotar que la mayoría de las organizaciones cuyos miembros

fueron entrevistados en los Municipios Andrés Eloy Blanco y Jiménez, están afiliadas a

15

Cecosesola, organización de segundo grado con una trayectoria que ha sido puesta

como referencia para el análisis de este tema (Kliksberg, 1.999), la cual ha

sistematizado y expuesto su experiencia en diversos trabajos que sirvieron de

motivación para realizar esta investigación.27 En el caso de los Municipios Morán y

Palavecino, su característica más resaltante es que son organizaciones vinculadas a

los gobiernos locales en sus luchas reivindicativas.

Siendo esta ponencia una primera aproximación a los resultados28 y teniendo en

cuenta la trayectoria del investigador, quien ha participado en procesos similares de

captación de intersubjetividades en contextos socioculturales predominantemente

rurales, se procesaron las entrevistas, en una primera instancia y apoyados en matrices

extensas, para poder identificar en base a categorías genéricas, las expresiones

comprensivas relacionadas con el objetivo de la investigación, así como de los

componentes mencionados del capital social propuestos por Kliksberg, confianza,

asociatividad (redes y organizaciones), ética (valores compartidos) y conciencia cívica

(apego y defensa de deberes y derechos ciudadanos), procurando una interpretación

no restrictiva que permitiera construir su explicación conceptual, más desde el

significado en el contexto de la argumentación de los entrevistados que desde el uso

de determinados términos.

De esta manera, se adelantarán algunas apreciaciones a partir de las frases con

mayor peso argumental y con un sentido asociado a dichos componentes,

relacionándolas dentro del manejo convencional del lenguaje propio de las localidades

de pertenencia y en el entendido que las personas entrevistadas asumen los rasgos

comunes de la cultura que se estudia, las cuales fueron cotejadas progresivamente

entre sí hasta identificar aquellas que podrían expresar mejor las características más

relevantes de acuerdo a los objetivos de la investigación.

3.- Aproximación a unos resultados

La selección de las personas entrevistadas no tiene en esta metodología una

direccionalidad personalizada, sino que el acercamiento a la organización va dando

lugar al contacto con los voceros más conocidos y dispuestos al intercambio, que en la

16

práctica son generalmente las personas más reconocidas, aunque no tengan un cargo

formal, y con una ya procesada reflexión sobre su experiencia. En los resultados que

se muestran producto de los cruces en las matrices no se diferencian ni se identifican

los sujetos, aunque un análisis más profundo llevaría sin duda a establecer matices

para cada aspecto considerado en función de las organizaciones y su ubicación

sociogeográfica y sociocultural.

1.- En este sentido, de acuerdo a las expresiones registradas, se puede

establecer una clara relación entre el desarrollo humano y los componentes del capital

social, a través de lo que éstos representan como capacidades. Es decir, al identificar

lo que los sujetos valoran en sí mismos, como virtudes o condiciones que son

reconocidas positivamente por los miembros de su comunidad de pertenencia,

aparecen aspectos que convencionalmente no son reconocidos, en vista de la

preponderancia que han adquirido el afán de lucro y el éxito como producto

individualizado, donde el egoísmo es la actitud lógica ante la urgencia de satisfacerse

las necesidades, pero que detentan hasta con orgullo.

Esta apreciación proviene del encuentro con frases como “en el grupo se ve la

necesidad que uno tiene y se ayudan entre todos”; “donde se pueden compartir

muchas experiencias o aprendizajes”; “porque realmente donde están los valores y los

dirigentes son los que realmente van a sacar a las comunidades adelante”; “como

nosotros lo sabemos estamos dispuestas a apoyar a otras personas que quieran

compartir, que estén interesados”; “nuestro objetivo principal es el beneficio y desarrollo

de nuestra comunidad y sus habitantes”; “hemos prestado un servicio a la comunidad y

hemos ayudado a mucha gente”

2.- Por otra parte, se pudo constatar la presencia y significación de la confianza,

la asociatividad, la ética y la conciencia cívica, a través de expresiones y formas

concretas de explicar sus acciones que permitirían reconocer una institucionalidad

latente en cuanto a la conocida, con vida y sentido propio, en organizaciones

sociocomunitarias de diversos sectores, sin desconocer los problemas tradicionales

que pueden surgir entre sus integrantes por desavenencias en la conducción de la

organización, las cuales suelen identificarlas con la influencia externa de factores

políticos (“hemos tenido problemas desde el punto de vista político”)

17

En relación a la confianza, “Aquí ya todos nos conocemos, sabemos quien es

quien”; “Los malentendidos se resuelven en la reunión hablando, uno se aclara las

cosas y no se sale bravo, para eso estamos en la organización”; “el compañerismo, nos

sentimos verdaderamente amigos, hacemos una labor en conjunto”; “sobre todo el

tiempo que tenemos trabajando y la honestidad, creo que es muy importante saber que

hemos sido honestos”; “si nos hacen una crítica, tomarla como una ayuda, si uno no

reconoce en qué se está fallando ahí está perjudicando a la organización”;

“pongámonos y vamos a trabajar en conjunto, yo te ayudo en lo tuyo y tu me ayudas en

lo mío”; “hacemos los planteamientos, los puntos de vista, los criterios y al final siempre

nos ponemos de acuerdo”

En asociatividad y concepción del trabajo en común, frases como “No hay

diferenciación entre asociados y no asociados, todos trabajamos por igual”; “ver qué

problemas hay en la comunidad, qué problemas se están presentando y cómo vamos a

resolver esos problemas entre todos.”; “De ver que individual no se podía, porque

individual si yo tenía algo al descosecharlo se perdía, en cambio en el grupo no, en el

grupo se ve la necesidad que uno tiene y se ayudan entre todos”; muestran formas de

vinculación donde no privan los criterios clásicos de las relaciones laborales ni se

discrimina por características individuales.

Entre los valores que reflejan una ética del trabajo y de las relaciones humanas,

se encuentran, “estamos dispuestos a apoyar a otras personas que quieran compartir,

que estén interesados”; “creemos en nosotros mismos y creemos en lo que estamos

haciendo y es muy importante creer en nosotros mismos, creer en que tenemos esas

potencialidades.”; “por una parte por una labor social, al cooperar unos a otros hay una

ayuda mutua, hay más fuerza, hay más calor humano”; “Me siento orgullosa de hacer

un trabajo que de verdad le gusta a la gente”.

Como conciencia cívica, aparecen expresiones como “cuando uno le da ese

crecimiento a otra persona, eso satisface mucho”; “bueno, porque cuando hay

campaña no nos prestamos, no andamos mendigando, tenemos condiciones para

solicitar los proyectos.”; “Conocemos derechos, conocemos deberes, participar,

derecho al dar, a la honestidad, equidad, cuando nosotros ofrecemos algo, tenemos

que cumplir”;

18

3.- Por último, se registra un clamor, una expectativa no suficientemente

satisfecha, en términos del deber ser, por la mayor presencia de la solidaridad y la

dedicación al colectivo, (“Hemos visto muchos intereses personales, se apartó un poco

la vocación de servicio hacia las comunidades”; “Todo sería mucho mejor, si

estuviéramos más unidos bajo un mismo fin, que es lo social, lo colectivo”; “tratamos de

todas maneras de vincularnos con ellos, sin atropellar los procesos que ellos tienen en

los distintos programas sin que esto se convierta en un problema de relación, sino más

bien unirnos en el esfuerzo que estamos haciendo por la comunidad”; “el esfuerzo que

hemos hecho entre todos es que vamos p’alante y espero que sigamos así porque es

un beneficio para toda la comunidad”), aunque también se reconocen en las

transformaciones que han sufrido gracias a su incorporación a la dinámica participativa

(“nosotros dejamos de ser unos entes pasivos, para pasar a ser un ente de la sociedad

activo, participativo”; “Desde hace unos meses para acá, yo siento que la gente está un

poco más sensibilizada y cuando se les ha llamado para formar parte de reuniones (...)

la gente viene, la gente está participando”; )

Las expresiones seleccionadas transcritas textualmente (por limitaciones en la

extensión del documento sólo se presentan las indispensables de distintos testimonios)

se asume explican la relación considerando que se ha respetado el contexto

procurando mantener el sentido y el significado manejado por los entrevistados.

4.- Reflexiones finales - Para la valoración más precisa de las expresiones transcritas en función de los

aspectos o categorías trabajados, debe tenerse en cuenta el ambiente existente de

oportunidades para la participación fomentado en las circunstancias actuales por el

Estado venezolano, el cual fue reconocido en distintos momentos por los entrevistados,

sobre todo en relación a modelos organizacionales como las cooperativas (“el

organismo municipal busca y llama a las cooperativas”), pero esto no descalifica la

apreciación de aspiración colectiva al trabajo asociado y solidario que fue

abundantemente recogida en las entrevistas.

19

- Aunque hay manifestaciones suficientes para establecer una clara relación

entre la presencia de los componentes del capital social en cuanto capacidades, en las

cuales se reconoce la importancia de la articulación social y más particularmente la

sociopolítica, para fortalecer los valores y condiciones necesarias para el desarrollo

humano, es indudable que debe seguirse profundizando su incidencia e impacto en la

institucionalidad, especialmente en la posibilidad de permanencia y fortalecimiento de

formas organizacionales alternativas.

- Aunque estas primeras asociaciones e interpretaciones muestran rasgos

consistentes sobre la relación entre las satisfacciones de los integrantes de las

organizaciones sociocomunitarias y su forma de concebir la convivencia y el trabajo en

común, es preciso ampliar el estudio para establecer los matices que sin duda existen

entre las distintas comunidades del Estado Lara y hasta entre los sectores que las

conforman, para así identificar aspectos más concretos que pudieran apoyarse,

asumiendo su conceptualización como capital social, en función del desarrollo humano.

- Como rasgo general de la observación realizada, más allá de la trascripción de

las entrevistas, se puede afirmar que el respeto mutuo y la constante comunicación

fueron constantemente la base de unas expresiones que reflejan en gran medida el

sentimiento colectivo.

- La convicción con la que relatan su experiencia en prácticamente todos los

casos, muestra la satisfacción del camino emprendido y confirma la aceptación de unas

reglas de juego, independientemente del tipo de organización, profundamente

democráticas, las cuales toman forma de principios cuando se relacionan con el

comportamiento ciudadano, aunque evidentemente aparece una trama en las

relaciones de liderazgo arraigada en el paternalismo que debe investigarse en detalle.

- La riqueza de los valores detectados, tanto porque se observaron como

expresión de una voluntad inspirada en tradiciones comunitarias apreciadas y

reconocidas, como por servir de motivación a un comportamiento del que se sienten

orgullosos, manifiesta un afianciamiento de principios básicos de convivencia

asociados a la cultura local.

20

1 La opción del desarrollo humano, que contrasta abiertamente con esta tendencia impulsada por los intereses transnacionales, aparece simultáneamente como una respuesta tanto a las deficiencias de esta concepción reduccionista como a su fracaso en la promoción e instauración del bienestar, al colocar la condición humana como centro del desarrollo. 2 Con demasiada frecuencia se minimizan los intereses del gran capital que son favorecidos con sus efectos. 3 Sergio Boisier: “¿Hay espacio para el desarrollo local en la globalización?”, ponencia al encuentro internacional Desarrollo Local en un Mundo Global, Diciembre, 2.004 4 Mauricio Iranzo T.: “Desarrollo Local y Gestión del Desarrollo”, en Aportes para la investigación en Gerencia y Contaduría en Venezuela, Ediciones BCV – UCLA, Barquisimeto, Venezuela, p. 123 5 Mercedes Caracciolo y María del Pilar Foti: “Economía solidaria y capital social: contribuciones al desarrollo local”, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2.003, p. 25 6 Op. cit. p. 8 7 Alberto Grusón y otros (1.997) en el documento “El polo asociativo y la Sociedad Civil” aunque no aborda directamente el concepto de capital social, pudiera considerarse implícito en su propuesta de relaciones (p.60) 8 Manfred Max-Neef et al: “Desarrollo a escala humana, una opción para el futuro”. CEPAUR-Fundación Dag Hammarskjöld. Santiago de Chile, 1986, p. 14. 9 PNUD, 1.990, “Indice de Desarrollo Humano”, Ed. PNUD, Nueva York 10 Esta definición incorpora los elementos comunes manejados por los autores citados, tomados desde su complementariedad, los cuales a su vez también aparecen en las definiciones del BID y la CEPAL. 11 Robert Putnam (1.993), “Para hacer que la democracia funcione”, Ed. Galac, Caracas 12 Este organismo respalda una iniciativa denominada “Etica, Capital Social y Desarrollo”, coordinada por Bernardo Kliksberg, mediante la cual se promueve la potenciación de la ética y el capital social como factores claves para alcanzar el desarrollo. (www.iadb.org/etica) 13 Bernardo Kliksberg, “El Capital Social: dimensión olvidada del desarrollo”, Ed. Panapo, Caracas, 2.001 14 Fernando Savater, (1.991) “Etica para Amador”, Ed. Ariel, Buenos Aires 15 Norbert Lechner (1.999), “Desafíos de un Desarrollo Humano: individualización y capital social”, contribución a la Asamblea General del Banco Interamericano de Desarrollo, BID 16 Op. cit. p. 12 17 CEPAL, “Capital Social y reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe, en busca de un nuevo paradigma”, Santiago de Chile, 2.003 18 Op. cit. p. 26 19 Op. cit. p. 44 20 La conceptualización de José Arocena en su libro “El Desarrollo Local, un desafío contemporáneo” aporta elementos importantes en esta dirección 21 Los planteamientos de Amartya Sen soportan en buena medida esta definición, los cuales a su vez han sido incorporados a la definición de Desarrollo Humano del PNUD 22 María Paz Sandín Esteban: “Investigación cualitativa en educación: Fundamentos y tradiciones”, Ed. McGraw-Hill, España, 2.003, p. 156 23 ob.cit. p. 159 24 Las entrevistas fueron realizadas contando con el apoyo del CDCHT y los asistentes de investigación Magabi Jiménez y Juan René Fernández, en los Municipios Andrés Eloy Blanco y Jiménez y con las Licenciadas Carmen Elena Avendaño y Carmen Julia Vitoria, en la realización de sus trabajos de grado de Maestría y Especialización, respectivamente, en los Municipios Morán y Palavecino. 25 Más adelante se amplía un poco esta descripción del sujeto 26 Aunque se utiliza el término “entrevista”, en realidad la técnica consiste en conversaciones abiertas sin un guión preestablecido, ya que la espontaneidad es clave para garantizar la sinceridad en el diálogo. La referencia al problema central, las relaciones entre desarrollo humano y capital social y de éstos con lo institucional, entendido como lo que tiende a ser reconocido y aceptado como permanente, se lograba de distintas maneras, que van desde la explicación sobre los fundamentos y creencias de la organización hasta la forma en la que se asumen los logros. 27 En la publicación más completa en este sentido, Cecosesola, “Buscando una convivencia armónica”, Ed. Escuela Cooperativa Rosario Arjona, Barquisimeto, 2.003, se asume que “los procesos autoorganizativos se nutren de la diversidad y se potencian al ir profundizando tres dinámicas íntimamente relacionadas que se refuerzan mutuamente: una comunicación permanente, unas relaciones de confianza y una creciente identidad” (p. 87) 28 Dada la extensión y profundidad de las explicaciones registradas, se toma en esta oportunidad lo que directamente nos refiere al objetivo de la investigación, sin abundar en los matices.

21

Bibliografía de referencia Arocena, José (1995) El Desarrollo Local. Un desafío contemporáneo, Nueva

Sociedad, Caracas

Boisier, Sergio (2.004) ¿Hay espacio para el desarrollo local en la globalización?,

Ponencia al Encuentro Virtual Internacional “Desarrollo Local en un Mundo Global”,

organizado por Eumed.net

Caracciolo, Mercedes y Foti, María del Pilar (2.003) Economía Solidaria y Capital

Social: contribuciones al desarrollo local, Ed. Paidós, Buenos Aires

CEPAL (2.003) “Capital Social y reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe,

en busca de un nuevo paradigma”, Santiago de Chile

Grusón, Alberto et al (1.997): El polo asociativo y la Sociedad Civil: hacia una

tipología-clasificación de las organizaciones de desarrollo social en Venezuela,

Informe a Socsal, Caracas

Iranzo T., Mauricio (2.004): Las organizaciones de desarrollo sociocomunitario del

Estado Lara en la actual coyuntura política, Revista Cuestiones Locales, Nº 3,

Centro de Estudios Políticos y Administrativos, Universidad de Carabobo, Valencia

________________ (2002). Desarrollo Local y Gestión del Desarrollo. En: Aportes para

la Investigación en Gerencia y Contaduría en Venezuela. Ediciones BCV- UCLA.

Barquisimeto.

Kliksberg, Bernardo (1.999): El Capital Social: Dimensión olvidada del desarrollo, Ed.

Panapo, Caracas

PNUD: (1.996-2.003): Indice y entorno del Desarrollo Humano en Venezuela, Ed.

OCEI-PNUD, Caracas

Putnam, Robert. (1993): Para hacer que la Democracia Funcione. Editorial Galac.

Caracas.

Sandín Esteban, María Paz (2.003): Investigación cualitativa en educación:

Fundamentos y tradiciones, Ed. McGraw-Hill, España.

Sen, Amartya (1999) Desarrollo y Libertad. Ed. Planeta, Barcelona, España