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era Orgapo äe su Veoerable Oräeo Cercen. y (ofraäías Dirección y Administración: Silva, 39. ,-Madrid (12). -Teléf. 12803 15 DE JULIO DE 1932 NÚM. 7 S U' M A. IR, 10 SAN JUAN BAUTISTA, por Fr. Serafín Soláegui.--10n RAZA DE VÍBORAS!, por Fr. José Miguélez.—COMULGAD DENTRO DE LA MISA, por Fr. José S. Crespa—DECLARACIÓN SOBRE LA VIDA Y MILAGROS DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS DEL CARDENAL TREJO, anotada por Fr. Juan Gilabert.—LA VENERABLE MADRE SOR MARÍA ANGELA DEL SANTÍSIMO SACRAMEN- TO, por Fr. Guillermo VáZqUeZ. PÁGINA MISIONAL Y CANTIDADES RECAUDADAS PARA LA MI- SIÓN. POESÍA EUCARÍSTICA, por Tirso de MOlifle!. SANTIAGO, por Fr. P. Nolasco VáZ- quez.--LA ORDEN DE LA MERCED EN EL PRIMER CONGRESO NACIONAL DE MISIONEROS POPU- LARES DE FRANCIA, por Fr. J. 0.—MLINDO CATÓLICO, por Fr. Fernando Vázquez.—ES CAS- TILLA LA DE SIEMPRE (poesías), por Fr. José Cereii0 .— ESTUDI0S GALLEGOS: EL CID, por Fr. Gurnersindo Placer.—REGISTRO DE LA PROPIEDAD, por García.—RADIOGRAMAS, por Llján.—NOTICIAS. NECROLOGÍA.— BIBLIOGRAFÍA, SAN JUAN BAUTISTA Era un día de sábado a la hora en que el sacerdote ofrecía el incienso en el altar de los perfumes. Zacarías se hallaba cumpliendo su ministerio en el turno que le cupo en suerte (1) en el santo templo del Señor. Al coger en la mano el turíbulo para ofrecer el I ncienso juntamente con las peticiones del pueblo que en aquella misma hora se postraba en el acatamiento de Dios, r epara con asombro que al lado dere- cho del altar, se encuentra de pie, r odeado de luz, el Arcángel Gabriel. No temas, Zacarías, dice, tu mujer te d ará un hijo a quien pondrás por nom- br e Juan... será grande delante del (1) Desde el tiempo del rey David existían vein ticuatro turnos de sacerdotes que servían en el t emplo por semanas. Señor» (1). Semejante promesa le parece una broma al asombrado sacerdote (como en otro tiempo a Sara al oir que sería madre de Isaac), pues tanto él como su mujer Isabel, eran de edad avanzada. Pero corno para Dios no hay imposibles, su pa- labra se cumplirá en tiempo oportuno, mientras Zacarías, en castigo de su poca fe, quedará mudo hasta tanto que sobrevenga el feliz aconteci- miento. Habían pasado seis meses; Zaca- rías e Isabel eran felices no obstante la mudez de aquél, pues ambos eran justos ante Dios y llevaban con resig- (1) Luc. 1-13, 14.

su Veoerable era Oräeo Cercen. y (ofraäías - odemih.com VIRTUAL/Publicaziones... · Sido educado en la secta de los Ese- de Zacarías, en el desierto, el cual nios (1), pero a

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eraOrgapo äe su VeoerableOräeo Cercen. y (ofraäías

Dirección y Administración:Silva, 39. ,-Madrid (12).-Teléf. 12803

15 DE JULIO DE 1932

NÚM. 7

S U' M A. IR, 10SAN JUAN BAUTISTA, por Fr. Serafín Soláegui.--10n RAZA DE VÍBORAS!, por Fr. José

Miguélez.—COMULGAD DENTRO DE LA MISA, por Fr. José S. Crespa—DECLARACIÓN SOBRE

LA VIDA Y MILAGROS DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS DEL CARDENAL TREJO, anotada porFr. Juan Gilabert.—LA VENERABLE MADRE SOR MARÍA ANGELA DEL SANTÍSIMO SACRAMEN-

TO, por Fr. Guillermo VáZqUeZ. — PÁGINA MISIONAL Y CANTIDADES RECAUDADAS PARA LA MI-SIÓN. — POESÍA EUCARÍSTICA, por Tirso de MOlifle!. — SANTIAGO, por Fr. P. Nolasco VáZ-quez.--LA ORDEN DE LA MERCED EN EL PRIMER CONGRESO NACIONAL DE MISIONEROS POPU-

LARES DE FRANCIA, por Fr. J. 0.—MLINDO CATÓLICO, por Fr. Fernando Vázquez.—ES CAS-

TILLA LA DE SIEMPRE (poesías), por Fr. José Cereii0 .— ESTUDI0S GALLEGOS: EL CID,por Fr. Gurnersindo Placer.—REGISTRO DE LA PROPIEDAD, por García.—RADIOGRAMAS,por Llján.—NOTICIAS. — NECROLOGÍA.— BIBLIOGRAFÍA,

SAN JUAN BAUTISTAEra un día de sábado a la hora en

que el sacerdote ofrecía el inciensoen el altar de los perfumes. Zacaríasse hallaba cumpliendo su ministerioen el turno que le cupo en suerte (1)en el santo templo del Señor. Al cogeren la mano el turíbulo para ofrecer elI ncienso juntamente con las peticionesdel pueblo que en aquella misma horase postraba en el acatamiento de Dios,repara con asombro que al lado dere-cho del altar, se encuentra de pie,rodeado de luz, el Arcángel Gabriel.No temas, Zacarías, dice, tu mujer te

dará un hijo a quien pondrás por nom-bre Juan... será grande delante del

(1) Desde el tiempo del rey David existíanveinticuatro turnos de sacerdotes que servían enel templo por semanas.

Señor» (1). Semejante promesa leparece una broma al asombradosacerdote (como en otro tiempo aSara al oir que sería madre de Isaac),pues tanto él como su mujer Isabel,eran de edad avanzada. Pero cornopara Dios no hay imposibles, su pa-labra se cumplirá en tiempo oportuno,mientras Zacarías, en castigo de supoca fe, quedará mudo hasta tantoque sobrevenga el feliz aconteci-miento.

Habían pasado seis meses; Zaca-rías e Isabel eran felices no obstantela mudez de aquél, pues ambos eranjustos ante Dios y llevaban con resig-

(1) Luc. 1-13, 14.

— 242 —— 243 —

nación esa contrariedad. Un día apa-reció en las montañas de Judá unajoven nazarena que, con paso ligero ycontinente modesto mezclado de unaalegría sobrenatural, parecía dirigirsea la ciudad sacerdotal de Jutta, cercade Ebrón. Era María, la Madre delVerbo Encarnado, que por el Angel.que le anunció este misterio supo quesu prima en la ancianidad era madretambién. «Entró en casa de Zacaríasy saludó a Isabel». Al instante ésta yel niño que llevaba en sus entrañasfueron llenos del Espíritu Santo, cum-pliéndose de este modo lo anunciadopor el Angel a Zacarías de que el niñoque tendría sería santificado antes denacer. ¡Qué maravillas no debió deobrar la presencia del Mesías y de suMadre en .aquella bendita familia, sisolamente la entrada en la casa pro-dujo tales efusiones del Espíritu San-to! María estuvo asistiendo a su primacerca de tres meses, pero al tiempodel nacimiento parece que ya no se

-encontraba allí.Tuvo, pues, un hijo Isabel; llegado

ocho días después el momento de la,circuncisión, en el que se imponía el-nombre al recién nacido (como entrenosotros el día del bautismo), dispu-taban los familiares sobre cuál habríade ser éste. Isabel, indudablementeenterada de la voluntad del cielo porsu esposo, que aunque mudo pudocomunicárselo por escrito, decía: «Sunombre será Juan». Era costumbreentre los judíos, como sucede confrecuencia entre nosotros, de poner alos niños nombres de sus antepasa-dos. Por eso al oir la respuesta deIsabel se extrañaban todos porque no

existía entre sus mayores ninguno deese nombre. Al fin dirime la cuestiónZacarías, que pidiendo una tablillarecubierta de cera en que ordinaria-mente escribían, con estilete o punzóngrabó: «Juan es su nombre».- En elmismo instante recobró el habla, pro-rrumpiendo en un magnífico canto dealabanza a Dios, al mismo tiempo quequedaba lleno del Espíritu Santo, Ytermina San Lucas este relato: «Mien-tras tanto el niño iba creciendo y sefortalecía en el espíritu; y habitó enlos desiertos hasta el tiempo en- quedebía darse a conocer a Israel» (1).

De los años de la niñez del Bautistano sabemos más que ese detalle deSan Lucas: «iba creciendo y se forta-lecía en el espíritu». Lb más probablees que la pasó en la compañía de suspadres por lo menos hasta la puber-tad, pues no es creíble que en esatemprana edad viviese en el desiertodedicado a la penitencia.

Empero desde esa época (de 14 a 16

años) debió de cumplirse la segundaparte del versículo del citado Evange-lista z y habitó en los desiertos hastael tiempo en que debía darse a cono-cer a Israel,.

Existía un gran desierto en las cer-canías del Mar Muerto de 100 kilóme-tros de largo por 25 de ancho, cuyaparte norte se llamaba desierto deJudá, y es el lugar donde debió dehabitar el Precursor del Mesías duran-te los quince años que precedieron asu manifestación a Israel.

Se pretendió por muchos escritores,

(1, Luc. 1-80.

sobre todo comentadores racionalis- Nuestro Señor. Ese año «el Seiinfas, que San Juan en su niñez hubiese hizo entender su palabra a Juan, hijoSido educado en la secta de los Ese- de Zacarías, en el desierto, el cualnios (1), pero a poco que se estudien vino por toda la ribera del Jordánlos escasos datos que tenemos de predicando un bautismo de penitenciasu estáncia en los desiertos, se ve para la remisión de los pecados» (1)•que son muy pocos los puntos de Este bautismo no perdonaba loscoincidencia entre la vida del Bautista pecados sino únicamente excitaba yY la de los miembros de esa secta, en último caso figuraba el arrepenti-

En efecto: San Juan vivía en com- miento interior, manifestando los quep leta soledad haciendo vida anacoré- lo recibían el deseo de purificar sufica, cubría su cuerpo con un saco alma con la penitencia, como su cuer-tejido de pelos de camello con un po se lavaba en el agua. San Juancinturón de cuero a la cintura; se all- tenía idea muy clara de su misión dementaba de langostas y miel silvestre subalterno y sobre la eficacia mera-recogidas en el mismo desierto; en mente externa del bautismo por élfi n, mientras en los Esenios dominaba administrado cuando decía: «Yo a lann puro exteriorismo, el Bautista es- verdad os bautizo con agua para lata ba movido del espíritu de Dios, que penitencia, pero el que ha de venirde ese modo lo preparaba para ser después de mí... es quien ha de bau-como su introductor entre los horn- tizaros en el Espíritu Santo y en elbres. fuego» (2).

La virtud y austeridad que en él Tan extraordinaria era la vida y laveían las gentes„ disponían los áni- predicación del Santo Precursor, queMos para recibir de buen grado el el pueblo creía ver cumplidos en sure ino de Dios que ya estaba cerca, persona los vaticinios de los Profe-

tas sobre el Mesías y así se lo indica-ron, pero él rechazó sin dejar lugar adudas semejante especie, diciendoque no lo era pero que en medio deellos se encontraba ya el que espe-raban.

Uno de los días en que el concursodel pueblo era mayor alrededor deJuan, se acercó Jesús en medio de laturba pidiendo el bautismo... ¡Quéejemplo de humildad! El que era lasantidad por esencia pide el bautismode penitencia. En un principio el San-

(1) Luc. 111, 2-4.(2) Math. UI, 11.

El tiempo en que debía darse a co-n ocer a Israel se cumplió el ario déci-1110 - quinto del imperio de Tiberio Ce-ser, o sea el 27 o a lo más el 28 denuestra era. Contaba entonces el13 d utista cerca de treinta años, siendoen unos seis meses más viejo que

(1 ) Los Esenios eran verdaderos herejes pa-ta judíos, puesto que no reconocían la lici-

d de los sacrificios cruentos ni el matrimonio,no asi stían a! templo ni a las sinagogas, vivían en

(),-nunidad, se ejercitaban en la absoluta pobreza

0aindividual, vestían hábito blanco y practicaban1.1gran p iedad para con Dios; eran en alto grado

'11Perstici0808.

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It

to Precursor se resiste a hacerlo, peroante la insistencia de Jesús accede ylo bautiza como si fuese un pecadorvulgar.

Las turbas veían en él a un enviadode Dios, a un santo, y por ello, segúnera costumbre entre los antiguos Pro-fetas, le seguía un grupo de discípu-los que no podemos precisar si eranumeroso o no, pero podemos ase-gurar que era incondicional y celosode los derechos que creían competir

a su maestro.Cuando Jesús llegó a las orillas del

Jordán para ser bautizado, estabaJuan rodeado de ellos, entre los cualesse contaban Andrés, Pedro y probable-mente Juan, los que después siguie-ron al Salvador quizá por indicacióndel mismo Santo Bautista.

Aun después del episodio del bau-tismo de Jesús, continuó el Precursorpredicando, anunciando la proximidaddel reino de Dios y bautizando a los

que le seguían atraídos por sus virtu-des, por lo menos durante medio año.De esta época tenemos un episodiocurioso contado por el evangelistaSan Juan. «Juan asimismo, dice, pro-

segíua bautizando en Salim... y acu-

dieron a él sus discípulos y le dijeron:Maestro, aquel que estaba contigo ala otra parte del Jordán, he aquí quese ha puesto a bautizar y todos sevan a él. Pero Juan les respondió...mi gozo ahora es completo, convieneque él crezca y yo mengüe». ¡Quéalma tan grande y qué ejemplo de

generosidad!Los Evangelistas no nos dicen el

tiempo que aún permaneció allí, cons-tándonos sólo que un año después,

precisamente por los meses de prima-vera, se encontraba en la prisión deMaqueronte, a causa de su enterezay libertad de espíritu en corregir lavida desordenada de Herodes Anti-pas, el cual lo hizo encerrar en aque-lla fortaleza. Cuando llevaba ya algúntiempo en ese estado, oyó la fama delos milagros de Jesús y mandó a va-rios de sus discípulos a preguntarle:

«¡,Eres tú el que ha de venir o espera-mos a otro?» (1). Esto lo hizo más paradar ocasión a los enviados de cono-cer de cerca al Salvador, que porque

abrigase ninguna duda respecto deJesús. Este les contestó: «Id y contada Juan lo que habéis visto y oído; (yse aplicó las palabras de Isaías alprofetizar los milagros que haría elMesías): los ciegos ven, los cojosandan, los leprosos son limpios...,(2). Así que hubieron marchado losenviados del Bautista, el Señor hizoa las turbas el mayor elogio que ha-cerse puede de un hombre: «En ver-dad os digo que no ha salido a luzentre los hijos de mujeres alguno ma-yor que Juan Bautista» (3).

Son bien conocidas de todos lascircunstancias del martirio ele coro-nó aquella preciosa vida, aunque cor-ta en años, muy cumplida en méritos.Una mujer adúltera y ambiciosa quebusca la muerte del justo porque re'

crimina su proceder, Herodias, mujer

de Filipo; un hombre cruel y vicioso,

(1) Joan. In, 29-30.(2) Math. XI, 3-5.Ç3) Math. XI, 11,

casado con la mujer de su hermanoviviendo aún éste, Herodes Antipas;una ¡oven disoluta, digna hija de unamadre adúltera; un banquete licencio-so; un juramento imprudente prestadoen la embriaguez; una petición san-guinaria: «dame la cabeza de JuanBautista»; y por fin el cumplimientosacrílego del juramento con una eje-cución cruel e impía que corona todauna serie de crímenes...

Llegaron a saber los discípulos queSU maestro había sido decapitado en

Es la víbora, como es sabido, un rep-til muy semejante a la culebra, de laque se distingue por la forma de su ca-beza, más triangular, y que se destacamás del cuerpo por adelgazarse máséste en la parte próxima a la cabeza,Y también por la forma de su cola, másCónica que la de la culebra, que es unPoco aplastada.

En la Palestina existen varias espe-cies de víboras, siendo más frecuentesla vipera euphratica, la vipera am-wiodytes y la daboia xanthina, más pe-ligrosa que otras a causa de sus activi-dades noctámbulas.

Mr. Lortet nos informa también queabunda mucho el-ephah de la Arabia,O sea la serpiente del Sahara, echisarenicola o víbora de la arena, así de-nominada por su costumbre de meter-se entre la arena cuando ésta es seca;Pero sucede que en las márgenes delJordán se ve precisada a cambiar ésta8. 1.1 manera de vivir por las frecuentesinundaciones que pondrían en peligro' 1-1 vida, adoptando el expediente de

la cárcel de Maqueronte y recogiendosu cuerpo le dieron sepultura.

El día 24 de junio celebra la Igle-sia universal el nacimiento prodigio-so del que, después de la SantísimaVirgen, ha gozado de mayor cultoentre todos los Santos, manifestándo-se así de alguna manera el elogio delSalvador, antes citado: «Entre losnacidos de mujer, ninguno ha sidomayor que Juan Bautista».

FR. SERAFÍN SOLAEGLII

Monasterio de San Juan de Poyo.

subir a las alturas de los árboles paraenroscarse en sus ramas o guarecerseen los troncos de los mismos.

El santo Bautista, conocedor de lasmañas de éstos sus vecinos, y no igno-rando tampoco cuán pérfidos y solapa-dos eran los fariseos y saduceos, algu-nos de los cuales se le acercaban poraquel entonces, entre otras gentes sen-cillas, a recibir su bautismo de aguapara penitencia y en remisión de suspecados, los desenmascaró lanzándolesaquel terrible calificativo que nos cuen-ta San Mateo en el versículo 7 de sucapítulo 3.°: ¡Oh, raza de víboras!¡Quién os ha enseñado a huir de la iraque os amenaza? En esta fuga debeindudablemente verse la continuacióndel severo símil, aludiendo a la nuevamanera de defenderse los tales repug-nantes animalejos en aquellos parajes,tan diferente de la que observan deordinario en lugares más apropiados asu existencia. Mas, aquí se ofrece laduda siguiente; es a saber: Cuál erala ira que amenazaba a aquellos otros

¡OH, RAZA DE VÍBORAS!

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no menos repugnantes animalejos hu-manos, a quienes el santo dirige tanduro reproche?

El tenor de vida tan austera emprendida por el Precursor, y su predicaciónllana de ardoroso celo por Dios y lasalmas, habían removido hasta los másíntimos pliegues de aquellas concien-cias, llenándoles de admiración aque-lla santidad tan desusada, unida conaquella penitencia completamentedesconocida entre gentes harto pega-das a los bienes sensibles. Al fin sabíael varón de Dios que su misión erapreparar para el advenimiento del Me»sias un pueblo perfecto y enderezarsus caminos, para lo cual había recibi-do del cielo cualidades altísimas. Frutode su celo fué el que comenzasen arodearle las multitudes para oir suspalabras, la voz del que clama en eldesierto, y pedir a porfía el ser bauti-

Es consolador ver la propagandaque se despliega y el impulso que seviene imprimiendo en las nacionescristianas a las diversas facetas quepr ese n ta la reformación litúrgica,aunque por contraste sea dolorosoque no hayan obtenido todavía estostenias en España ni la actualidad niel interés que en otras partes. Y unode los puntos sobre el que más hin-capié se hace es éste de la unión dela misa con la comunión, y ésta dentrode aquélla.

Un Concilio provincial de Malinas(1920) recomienda que de no comul-gar todos los asistentes a misa, que

zados por él en las aguas del Jordán.Tal emoción no pudo menos de pren-

der también en los duros corazones delos jefes religiosos del pueblo, y por siacaso deterrnináronse a ser bautizadosigualmente ellos, aunque por la invete-rada costumbre que tenían de conten-tarse con exterioridades, no cuidabanni mucho ni poco de las disposicionesinteriores indispensables para obtenerla amistad de Dios.

Conociéndolo así el Bautista echóseloen cara con aquel severo apóstrofe,preguntándoles quién les había ense-riado aquella manera de pretender evi-tar sus amenazas, ya que a Dios nohay forma de engañarle ni de burlarsede sus designios amorosos para lasalmas buenas cuanto espantosos paralos hipócritas.

FR. JOSÉ MIGUÉLEZ

al menos los que lo hagan lo verifi-quen dentro de ella, reprobando el usotan generalizado de hacerlo—sin ra-zones serias—en cualquier instantemenos entonces,

En el verano de 1929 celebróse enLovaina una semana litúrgica—de lasvarias que aquel año tuvieron lugaren Bélgica – empleada toda ella a es-tudiar el modo de favorecer y promo-ver la participación de los fieles en elculto. Uno de los puntos que con másdetenimiento se trataron fue el de launión de la misa con la comunión,con el fin de que los fieles, al par-ticipar del sacrificio, tengan sil

parte también en la víctima inmolada.Los fervientes afiliados a la Cruza-

da Eucarística (C. E.) nacida en To-losa y Averbode, en la Guía prácticapara los directores tienen, como pri-mera norma, que han de prometerguardar todos los cruzados: «comu-nión frecuente y (pudiendo ser) diarial itúrgicamente unida al Santo Sacrifi-cio de la Misa.., para ofrecer a Jesúsy ofrecerse con el al Padre Eternohasta ser hostia con la Hostia».

El director en Namur de la C. E.expone en una obrita los fundamentosde este punto del programa, de la si-guiente forma: «La Cruzada quierei mpregnar a sus miembros del verda-dero espíritu cristiano, del espíritucristiano integral... Siendo sobrena-tural el fin que perseguirnos, sobre-naturales han de ser los medios em-p leados para lograrlo. Ahora bien,l os socorros sobrenaturales nos vie-nen inicialmente de la Santísima Tri-nidad, pero medfatamente por Cristoque nos mereció estas gracias en elCalvario, con la cooperación de Ma-ría. Y estas gracias se nos aplican demodo especialísimo en la santa misa».Más adelante explica que a fin de queesta participación de los méritos deCristo sea para nosotros más com-Pleta, más íntima, más entera, debe-M os unirnos a la víctima sacrificadaen el altar, a quien el Padre nadaPuede negar, comulgando con elsacerdote.

Son muchas las razones que tienenPera observarlo así los fieles.

La primera podemos derivarla de lainstitución del Santo Sacrificio quetuvo lugar en el mismo punto en que

fué instituido el -Sacramento. Conunas mismas palabras: «tomad y co-med: este es mi Cuerpo», «tomad ybebed: esta es mi sangre., invitabaJesús a sus Apóstoles a la comunióny obraba la transubstanciación.

La segunda razón podemos buscar-la en la historia litúrgica. Hasta muyentrada la paz de la Iglesia puededecirse que asistir a los misterioscristianos era equivalente a participarpor la comunión de toda su plenitudvivificadora; y eran los diáconos losencargados de llevar la Eucaristía alos enfermos, a los encarcelados ydemás cristianos que por cualquiercircunstancia excepcional veíanse pri-vados de hacer acto de presencia enel Sacrificio. En éste, después delObispo, comulgaba todo el clero pororden según sus grados y despuéslos simples fieles; lo mismo que hoy seobserva todavía en los grandes ponti-ficales y misas de órdenes sagradas,en que se puede descubrir mejor elprimitivo sello de antigüedad.

Por otra parte, y ésta es otra razón,los fieles saben que no es el sacerdoteel único que ofrece al Padre su divino-Hijo, sino que lleva la representaciónde todos los asistentes; saben que lasoraciones que recita el sacerdote sonlos sentimientos de que ellos deberíanencontrarse poseídos, que pueden,por lo tanto, recorrer con él las pági-nas del misal—el mejor devocionario—ofreciendo también «su misa»; peroesas oraciones será n la más seriareconvención de su proceder si no co-mulgan dentro de la misa. Porqueprepararse por ellas para recibir aJesús inmolado, pedir en el Pater Nos-

Comulgad dentro de la Misa

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ter el perdón de los pecados paraacercarse más limpiamente a la Sa-grada Mesa, ver preparado el banque-te delante de sus ojos, dar graciaspor el Cuerpo de Cristo recibido ypedirle nuevas gracias confiando enla mayor que se les hizo, todo esto notiene sentido alguno si no se participarealmente de la comunión en aquelmomento.

Todo esto se entiende cuando nohay impedimento que fuerce a conten-tarse con la comunión, sin poder aten-der al sacrificio, que para estos casosestablecidos tiene ritos y normas laSanta Iglesia. Lo que no hay que ha-cer es regla general de la excepción.

Hay quien comulga antes de la misapara poder—dice —dar gracias duran-te ella; y acaso no tenga reparo endetenerse un cuarto de hora largo a lasalida departiendo amigablemente consus amistades.

No falta tampoco quien espera paracomulgar a que la misa termine paraprepararse- dice—mejor de esta ma-nera. Pero ¿es que las oraciones delmisal no le sirven de preparación?¿Es que un cuarto de hora largo queva desde que comienza el Sacrificiohasta el punto de la comunión, em-

pleado todo en actos de adoración,de arrepentimiento y de preparaciónpróxima (1), no le parezca a propósitopara disponerse a recibir a Jesucristo?Y esto sin contar con que antes de lamisa ya puede haber empezado a pre-pararse.

Pero aun cuando la necesidad osobligue a comulgar fuera de la misa,no separéis espiritualmente la una dela otra. Piense entonces el cristianoque todas las gracias que corren porél por la manducación de la sagradacarne, son producidas en él sólo porel sacrificio de la Cruz, renovado enla Misa, y cuyos méritos son traspa-sados a su alma por el precioso ca-nal del Santísimo Sacramento.

Y aquellas otras almas más dicho-chas que después de comulgar en unamisa, tienen tiempo suficiente paraofrecer otras, comulguen también en-tonces, siquiera sea de un modo es-piritual y de deseo, ya que la Iglesiano permite diariamente más de unasola comunión.

FR. Jose. S. CRESPO

(1) Recuérdense las tres bellísimas oracionesinmediatas a la comunión, que se leen en el misal.

1. Yo conocí de vista y comunica-ción a la hermana Mariana de Jesús, ytuve con ella particular amistad y de-voción a titulo de mujer santa y devirtudes insignes.

2. Diömela a conocer por tal el doc-tor Alonso de Santiago, médico mío (2),y que agora lo es de la Cámara de SuMajestad la Reina.

3. Era entonces esta venerable mu-jer poco conocida, y vivía en una casi-lla pobre, junto a la iglesia de SantaBárbara, Monasterio de PP. Recoletosde Nuestra Señora de la Merced (3).

4. Su vida era estarse allí retiradaPasando todo el día, o casi todo, en laiglesia delante del Santísimo Sacra-mento; que era todo su ejercicio estaren presencia de Dios con viva fe de snasistencia en las especies sacramen-tales.

5. Iba a su casilla a comer y dor-mir, gastando también en ella granParte de la noche en oración y en actosde gravísimas mortificaciones.

6. De esta suerte vivió muchos arios,hasta que ya la fama de sus virtudessalió y llevó allí cantidad de gente de-vota a verla y encomendarse en susoraciones.

7. Acudían a ella muchas señorascon diversas necesidades, fiando de suintercesión con Dios; y, hallándosebien todas con ella, la comenzaron ahacer grandes limosnas.

8. No puso los ojos en ellas para re-galo suyo, ni para crecer en comodi-dad; antes todo lo que la daban, lo de-jaba a disposición de un gran religioso,

Las notas van después del texto. Véasedesde la página 253.

su confesor, por cuya mano ayudabacon parte al Monasterio, junto a quienvivía, y con lo demás a otros pobres.

9. Llegó a tanto la ocupación quela gente le daba, así acudiendo a verla,como llamándola para algunas necesi-dades de salud y para regalarla en sucasa, que vino a causarle disgusto estaocupación; porque deseaba darse todadel todo a Dios.

10. Lo que ms molesto le era, fuéel obligarla con ruegos a que fuese aver algunas señoras, porque sentía eltiempo que perdía; y como a otros lesdesvanece la honra y respeto, y a otrosles agrada el regalo, a ella todo eso leera fastidioso, por ser profundísimasu humildad y estrecha su abstinen-cia

11. Intentó que su confesor, a quientenía dada obediencia, la prohibiese elsalir; pero él, importunado de señorasa quien no podía perder respeto, se lomandaba muchas veces.

12. Y así se resolvió en tomar elhábito de beata de la Merced, dando laobediencia al Provincial. Y él la man-dó con ella que no saliese si no fuese ala iglesia, o con particular licenciasuya; con lo cual pudo escaparse delas salidas, aunque no todas por la im-portunidad y devoción de la gente.

13. En este estado vivió, hasta quemurió santamente.

14. Esto sé por mayor de su vida; yen particular sé menos que otros por-que mis ocupaciones y ausencias deestos reinos lo impidieron (4). Pero delo que supe diré algo.

15. Fué esta sierva de Dios virgenen todo: en cuerpo es sin duda, en el

Declaración del Enuto. Cr. Cardenal D. Gabriel Trozo Paniagua, Presidente do Castilla

y Obispo do Milaga, sobre la vida y milagros de la Beata Mariana do Jesús ("

Verdadero retrato de la Beata Mariana de Jesús, de un graba-do existente en la Biblioteca Nacional, dibujado por José delCastillo y grabado por Luis Fernz Noseret, copia de un cuadrode V. Carducci que existía en el Convento de Santa Bárbara.

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alma lo creo así. Porque estando youna tarde — más habrá de catorceaños (5)—, hablando con ella, y refirién-dome ella algunas cosas de su vida congran sinceridad (porque la tenía gran-dísima), me dijo que, siendo de trece ocatorce arios, sus padres trataron decasarla, y que el demonio empezó a in-quietarla con esto, de suerte que cuan-do vía hombres la proponía si aquel oel otro sería bueno para ser su marido,y que acudiendo a Dios en esta inquie-tud un día (del jubileo de la Porciúncu-la me parece me dijo), la hizo Dios estamerced de confirmarla en el propósitode virginidad, y que de allí adelante nole movía más ver hombres que si vieraárboles u otra cualquiera criatura, yque así de allí adelante no admitió plá-tica de casamiento, no tuvo pensamien-to de deshonestidad que la lIega ç e aponer en cuidado.

16. Dirá alguno, ¿por qué no se entrómonja para poder en un Monasterioguardar virginidad más seguramente?A eso respondo que no debemos sercuriosos a los juicios de Dios que loordenó así. Y por ventura conviene enestos tiempos tan depravados de cos-tumbres que haya personas seglaresque den al mundo testimonio de queviviendo en él se puede con la ayudade Dios guardar virginidad, como enel estado del matrimonio quiso Diosque algunos la guardasen. Y ademásde esto es cierto que esta sierva deDios tuvo dos causas exteriores parano ser monja: la una fué su pobreza,que no tuvo dote para ello, la otra fuéser manca de las manos. Y era famaque siendo niña se cayó en el fuego yse le abrasaron; pero la verdad fuéque en una enfermedad que dicen fuémilagrosa (6) y la salud repentina,quedó de aquella suerte señalada dela mano de Dios, con que estaba inútil

para las labores y servicios que hacenlas monjas, y así no la quisieron enalgunos Monasterios admitir. Permi-tiólo así Dios para que en el estadomás libre y en el mundo mereciese lagloria de las más recatadas religiosas,guardando, a pesar del demonio y desu carne, la virginidad, que se da amuy pocos.

17. De la sencillez y sinceridad deesta sierva de Dios puedo decir que eratanta, que a quien no la conocía pare-cía simple ignorante: hablaba muy po-cas palabras, muy verdaderas, muyhumildes y muy recatadas (7). De na-die pensaba, ni creía, ni decía mal. Ycon quien se alargaba a tratar, era lamayor parte de la conversación decosas de Dios y buen ejemplo. Y estovi siempre que le hablé, y supe deotros que la hablaban.

18. Su humildad fué grande y ob-servada en la casa, en los aderezos deella y vestidos de su persona, en suspalabras y obras, humillándose a todosy reverenciándolos y teniéndose poruna vil criatura, y su vida por muydiferente y peor que la de todos, y con-tinuamente lo decía, y a mí me lo dijo,y ví esto muchas veces.

19. Si la pedían que hiciese oraciónpor alguno o encomendase a Dios algúnnegocio, siempre respondía que erauna miserable pecadora y que no lamandasen a ella eso, que otras almashabía dignas de rogar a Dios y pedirle,y que ella no lo era. Muchas veces medijo esto.

20. Era tan ajena de contar revela-ciones, ni lo que le sucedía en la ora-ción, que a causa de esto podrá ser queno se pueda saber de ella tanto comode otras. Algunas veces la preguntéqué la pasaba en la oración en tan lar-gos tiempos como estaba en ella. Nuncame quiso decir más de que para la

las sabia.Una vez in-a dvertida-mente me di-jo una de unsuceso que ami me toca-ba; yo me díP or entendi-d o , y quisecon curiosi-dad apurarlo,Pero sintiótanto haberlod icho y queYo lo hubieseentendido,q ue, por nodarla pena, lodejé. He oídodecir que des-Pués, pocotiempo antesde su muerte,dijo algunasCo sas futu-ras, que DiosPara Prove-cho de algu-4aS almas le dió a entender.

22. En sus penitencias y nzortifica-Clones y rigor de vida, puedo decir queentendí mucho, aunque no puedo redu-cirlo a casos particulares; porque comoera mujer tan recatada, yo no vía loque pasaba en su casa. Ví en su apo-sento, en uno retirado más adentro dedonde dormía, diversos instrumentosde Penitencia que usaba, y entre ellosUna cruz clavada en la pared, que lle-

gaba su pie a tierra, en que estaba alas noches crucificada mucho tiempo,el cual duraba en esta penalidad, siendo penosísimo y dañoso para la salud yel pecho, y ella padecía males deél (8). Y oí decir a su médico (9) estan-

do diversasveces enfer-ma, que mu-cha parte desu nzal proce-día de sus pe-nitencias yayunos y po-co sueño ymucha ora-ción, con sus-pensión delas accionesnaturales ve-getativa s.

23. De otrasvirtudes deesta sierva deDios tengogran concep-to, y comoandan eslabonadas unascon otras,quien tieneuna las tienetodas.

24.2

De susmilagros he

oído decir muchos, así en vida como enmuerte. Fué solerunísimo el que hizodando salud con su visita y oración auna doncella hija del Licenciado Marcosde Torres, Oidor de la Contaduría de SuMajestad, estando desahuciada de losmédicos. Y en él me pareció mejor lahumildad que mostró que hacer el mi-lagro; porque me dicen que habiéndolaalcanzado de Dios la salud habiéndoseencerrado con la enferma, salió y dijo

merced que Dios la hacia en admitirlaen su presencia era poco todo el tiempodel mundo.

21. De la misma suerte aborrecíadecir cosas futuras, aunque creo eraPersona tan alumbrada de Dios que

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(1) En los fol. 71-74 del Ms. 5.615 de lä B. N.:«Resumen de lo contenido en las informacionesque hicieron por remisorias de N. SS. Padre Ur-bano VIII los señores jueces apostólicos de las he-roicas virtudes y milagros de la Sierva de DiosVi M. Mariana de Jesús... a instancia del P. FrayFrancisco de Jesús María, Predicador y Definidorgeneral de la Provincia de San Joseph, del mismoOrden.»

Contiene, ademas, este manuscrito referente ala Beata Mariana, su vida en tres libros, escritaPor el P. Fr. Francisco de Santa María, religiosod escalzo de la misma Orden en la Provincia de SanJoseph de Castilla, y dedicada al Ilmo. y Excmo.Sr. D. Juan Chumacero y Carrillo, Presidente deSupremo Consejo de Castilla.

(2) El Dr. Santiago, uno de los médicos famo-sos del Siglo también de Oro para /a Medicinaespañola, figura como testigo 169 en el procesoapostólico y fue uno de los médicos que inspec-cionaron el martes 31 de agosto de 1627 el cadáverde la Beata, de cuya incorrupción milagrosa dióinforme el 3 de septiembre del mismo año. Su hijafue. curada milagrosamente por la Beata Marianados veces: una el año 1621 y la otra el 1627, con laaplicación de una camisa de la Beata que en el re-Parto de reliquias cupo en suerte a su padre. Deantiguo databa esta amistad, pues, por loM enos, su mujer doña Ana Velázquez, testigo 156,declara que la conoció desde Valladolid, años

1

(3) Tal vez con nuevos datos podrá fijarse elario en que Trejo conoció a la Beata y empezó sutrato. Por lo que equí dice y en el núm. 12 se ve,fue bastante antes del año 1613 en que tomó el há-bito de beata de la Merced.

(4) El 2 de diciembre de 1615 fue creado Carde-nal a petición de Felipe III por Paulo V, pero pa-rece que no fue a Roma hasta el 1617, en que reci-bió de manos del mismo Papa la birreta cardena-lici a en el Palacio del Quirinal. (Fasti Cardina-lium, auctore Jo: Palatio-Venutiis MDCCIII).Desde este año hasta el de 1627 debió estar en Ita-li a continua, o casi continuamente. Estaba el añosiguiente 1618 en que agenció la expedición de lasbulas del Obispado de Cartagena para su herma-ti° P. Antonio, franciscano, que aquel mismo arioconcluía por mayo el tiempo del generato de suOrden y se consagró el 11 de septiembre en lasDescalzas Reales de Madrid. Secundó los esfuer-zos calificados de gigantescos, realizados poreste su hernian°, ya Obispo de Cartagena, en-viado aquel mismo año a Roma como embajadorextraordinario con solo el fin de obtener la defini-ción dogmática de la Inmaculada Concepción,Pues el citado autor dice: Pro Immaculata Con-cePtione Virginis Deiparae totes incubuit. Asis-

te, a lo que parece, el ario 1621 al Cónclave en elque fué elegido Gregorio XV y en el que obtuvosiete votos, y hubiera resultado elegido Papa sino fuera por la oposición de Francia. En 1622 sus-cribe las actas de canonización de San FelipeNeri y San Ignacio de Loyola.

En 1623 toma parte en el Cónclave en que fueelegido Urbano VIII. (Relación... Ms. 3.876). El ario1624 supo en Roma la muerte de la Beata. (Su de-claración núm. 27). De 1625 a 1627 desempeñó elArzobispado de Salerno: «A Romanis Curiae pa-rum addictus accusatur Archiepiscopatum cum ob-tinuisset Salernitanum, annis rexit duobus, quodanno 1627 ad Malacensem electus in Hispaniamredierit (Palacio, ob. cit.).

(5) Antes del 1613.(6) «Enfermedad milagrosa», porque, como la

misma Beata dejó escrito: «Dudaban ser verdadestar así impedida», y además por los favores ex-traordinarios recibidos en ella, como el haber sidopuesta en cruz, y la coronación de espinas, a locual alude claramente el Cardenal con las pala-bras: «Quedó de aquella suerte señalada de lamano de Dios».

(7) Esto que el Cardenal dice de la Beata, talvez lo podamos nosotros decir de él mismo. Porahora baste a este propósito el siguiente pasajede su oración fúnebre pronunciada por el P. Fran-cisco Ferris el 9 de marzo de 1630: «E/ recto, juezaparta los ojos de carne y sangre, de afectos ypropias comodidades, de favores y mandatos depoderosos, aunque sean de ta Casa Real; sóloatiende y mira a las leyes, a los derechos, a lajusticia, diciendo a todo lo que no va con ella:Non possum a me facere quidquan): Respuestadel pecho de Dios, de su corazón y verdad. ,Dequé se admiran los Reyes diga un Presidente nopuedo hacer esto ni aquello, pues lo dijo el Omni-potente en cuanto juez?»

Alusión, a mi parecer, clara a lo que pudo sercausa de su dimisión de la Presidencia del Conse-jo de Castilla.

(8) Tuvo el Cardenal ocasión de conocer estasinterioridades de la casita de la Beata, porque«concediöle el Nuncio oratorio para que le dijesenmisa y diesen la comunión (por los años 1608), yhabiendo general prohibición de ellos (después),el Cardenal Trejo hacía que le dijesen misa y co-mulgasen en su presencia, viendo el gran consue-lo de la santa virgen. (Y muchas veces le dijo SuEminencia misa, como consta de otras disposicio-nes). Y después el Papa le concedió oratorio», talvez por la influencia y las diligencias del mismoTreio. (Resumen, etc., fol. 57 vto.).

(9) Por «su médico» puede entenderse el delCardenal, Dr. Santiago, o el de la Beata, que lofué el Dr. Antonio Ximénez, como lo declara en el

- 252 -

a su madre y criados que la niña que- hermana le tengo en mi casa por ladaba durmiendo, y ella se escapó y se mesma razón, y creo que me convienefué a su casa, para que la noticia de hacerlo y ampararlos por parientes deque quedaba sana no fuese en su pre- esta sierva de Dios, y así lo refierosencia y le hiciesen alguna honra por para dar a entender lo que estimo suella (10). virtud y la opinión que tengo de su

25. A la señora doña Isabel de Xau- santidad (12).regui y Salazar, mi cuñada, he oído 28. Cuando se descubrió su cuerpodecir, y me lo escribió a Roma, que la para la visita de los jueces que tratanhabía sanado milagrosamente un corri- de su beatificación, me fui a hallar pre-miento al pecho, que los médicos juz• sente con deseo y devoción de verle.gaban por muy peligroso (11). Vile y admiréme mucho de ver cuerpo

26. Conmigo nunca hizo milagros, difunto de tantos años, sin haberle ha •

que yo sepa. Pero muy cierto estoy de berle abierto, ni sacado nada de losque por algún bien que la hice y por interiores, ni hechöle beneficio alguno,sus oraciones me ha hecho Dios muy estar TAN ENTERO, QUE NI EN EL VIENTRE,

grandes mercedes. Y yo la tuve en NI EN EL ROSTRO NO TIENE COSA GASTADA,

vida en opinión de tan santa, que con- si no es un poco en los labios, que casifiaba y me encomendaba en sus ora- lo tenia así cuando vivía. La vista daciones, no sólo estando presente, sino a entender ser aquello cosa sobrenatu-ausente y por cartas; y estimaba te- ral y merced particular que Dios hacenerlct por amiga más que la amistad en conservar aquel cuerpo para indi-de algunos poderosos, porque creía que cio de la santidad de esta sierva deella lo era con Dios. Y algunas cartas Dios y de la gloria que goza el alma,suyas guardé y estimé con venera- que ha de volver a unirse con él el díación de su firma, por tenerla por per- de la resurrección generaLsona de grandes virtudes. 29. Y por todas las razones que he

27. Habiendo sabido su muerte en dicho, tengo por santa a la sierva deRoma, supe la veneración en que esta- Dios Mariana de Jesús y por digna deba en España su cuerpo y habiendo que la Santidad del Papa Urba-venido lo he visto, y yo la he ido a vi- no VIII, nuestro señor, la declaresitar en su sepulcro con devoción, al- ponga en el número de los Santos.guitas veces, como cuerpo de persona 30. Y porque los jueces de esta causasanta. Y aunque por mi dignidad y por no tienen orden especial de examinarno estar declarada por la Santa Sede judicialmente personas de mi estado,Apostólica por santa me he abstenido no digo esto ante - ellos con juramento,con cuidado de hacerla reverencia, pero hago esta atestación, y la haré enpero interiormente se la he hecho y forma solemne, si Su Santidad lo man -hago, y he habido menester forzarme dare así.para no hacerla exterior; y la tengo En Madrid a 12 de septiembre depor devota y confío que sus oraciones 1627 arios.me han de ayudar en todo. Y a unahermana suya persona muy devota, yimitadora suya, y pobre, la ayudo ysocorro a título de hermana de unasanta. Y a un sobrino suyo hijo de otra

EL CARDENAL DE TREXO

Obispo de Málaga.

informe sobre la incorrupción del cadáver: «La co-noció muy bien por haberla curado en vida y ensu última enfermedad». (Resumen, fol. 74 vto.).

(10) De este milagro es el artículo 38 del proce-so apostólico: «Que sanó D.. Juana Jacinta, hijade Ana de Sosa, de una enfermedad de esquinen-cia, de que estaba oprimida y desahuciada » . A élresponde la misma favorecida, testigo 113: «Vinocon licencia y bendición del V. P. Fr. Juan Bau-tista, su confesor y Prelado, hizo sobre la enfer-ma la serial de la cruz con agua bendita, diciéndo-le: Hija, bueno será dormir. Y al pronto durmió,cosa que en cinco días no había hecho. Entretantola sierva de Dios se retiró a la oración pidiendosu salud, perseveró en ella una hora y concluidallegó a la enferma y la hizo la señal de la cruz enla garganta y otras partes y con esto se despidió.Dentro de un rato despertó la enferma, pidió decomer y a pocos días se levantó buena, atribuyen-do a milagro el caso». (Resumen, fol. 43;P. Francis-co de Santa Maria, Vida de la Beata, lib. 3. cap. 6,fol. 30 vto., donde hace referencia el fol. 288 y 28de la información.) Aunque el P. Presentación nocita el folio, como acostumbra, del proceso apos-tólico, que es el que extracta, se deduce por lascitas, fols. 659 y 661, de los dichos respectivamen-te de D.' Isabel de Avendaño y de D.' CatalinaLeyba, que el dicho que comentamos tiene queestar forzosamente entre los folios 659 y 661, yque, por consecuencia, la información que citael P. Santamaría es la sumaria, hecha el mismoario de la muerte de la Beata, que el P. Presenta-ción no llegó a tener. (Resumen, fol. 13.) Lo cualse confirma por el orden numérico y paginacióninversos de los folios de esta curación de DoñaJuana Jacinta y de la que sigue de D.' Isabel deJáuregui.

J. de Sosa, test. 113, art. 38, fols. 659-661 del Pro-ceso apco., milagro 10, fol. 288 de la información.

I. de Jáuregui, test. 146, art. 67, fol. 800 del Pro-ceso apeo. y milagro 9, fol. 175 de la información.

(11) El articulo 67 referente a este milagro, es«que Doña Isabel de Xáuregui tenía falta de respi-

ración, de manera que los Médicos dijeron mori-ría de aquella enfermedad, y visitándola esta sier-va de Dios, la dejó más alentada, y dentro de dosdías, junto con otras papeles, iba una cedulicaescrita de la dicha, y la enferma se la aplicó sobreel corazón, y desde aquel punto se conoció mejo-ría, y dentro de poco sanó». Lo contesta la mismafavorecida diciendo que conoció por cuatro ariosa la Venerable Madre, y en su última enfermedadla visitó y recibió su bendición y la tiene por espe-cial devota, y su marido Don Francisco TrexoMonroy, Gentilhombre de la boca del Rey; y el ar-tículo 67 es así y ella el sujeto de quien se habla,y era la cedulita como la palma de la mano... (Re-sumen, fol. 53.)

«Vino nuestra Madre a verla y haciéndola laseñal de la cruz sobre el corazón y otras partesdel cuerpo dejándola más aliviada se retornó a sucasa. Dentro de tres días le envió una cédula derecibo de cien reales con que cada mes le acudíael Ilmo. Cardenal Trejo, y dentro de ella otra pe-queña escrita de su mano con algunas palabras dedevoción...» (P. Santamaría, ob. cit. lib. III, cap. 6,fol. 30.)

(12) Nada dice el Cardenal sobre la limosnamensual que daba a la Beata, y estas ayudas queprestó a su hermana y sobrino las mentó sólo«para dar a entender lo que estimó su virtud».Pero consta esta limosna por muchos testigos.«El Cardenal Trejo, su muy devoto, sabiendo pa-decía la sierva de Dios mucha necesidad, hizo quel a preguntasen cuánto había menester cada día, yella respondió con espíritu de verdadera pobrezaque con un real tenía harto. Dijéronselo a SuEminencia, y lo celebró mucho y mandó quele diesen cien reales cada mes, como de hecho sedieron hasta que murió, y después se trasfirió lalimosna a un sobrino suyo, como consta del dichode otros testigos. (Resumen, fol. 56 vto., con lacita del fol. 881 del proceso original.)

Por las notas,

FR. JUAN G. CASTRO

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La V. María Angela del Santísimo Sacramento, t 1726

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Nació en la villa de Padrón, del ar-zobispado de Santiago, el 8 de diciem-bre de 1663, de padres cristianos yacomodados, que se llamaban donPedro Romay y D. María de Rivera.

De poco más de seis años la niñaMaría Angela fué encomendada a unatía suya, benedictina en el conventode Santiago, para que la educase, ypronto comenzó el Señor a invitarla ala contemplación. Concibió por elloun gran deseo de hacerse religiosa,pero no en aquel monasterio, sino enotro de mucho mayor recogimiento yoración.

Habiendo muerto su padre, saliódel monasterio para acompañar a sumadre y juntas' vivieron algún tiempoen Monforte. Allí se confesó con elcélebre misionero P. Tirso González,después General de la Compañía, quele indicó el convento de mercedariasde Santiago como el más a propósitopara su espíritu.

Su madre había decidido tambiénhacerse religiosa y ambas tornaron elhábito mercedario el 11 de junio de1676, llevando consigo a otra herma-nita menor. Nuestra venerable hubode esperar más de tres años hastacumplir los dieciseis necesarios paral a profesión.

Su Esposo divino, que al amanecerde la razón la había llamado para Si,la condujo a través de las ordinarias

alternativas de sequedad y consuelo alas cimas de la contemplación. Conesto crecieron sus ansias de peniten-cia y sufrimientos, contenidas por sumadre, temerosa de que perdiera lasalud.

La maestra de novicias la enseñó acolocarse con humilde afecto al pie dela cruz, recibiendo sobre su cabeza lasangre de las cinco llagas de Jesús, yesta fue la puerta por donde el Señorla introdujo en mayores intimidadesde su amor.

Era de complexión poco robusta ya los veintidós años tuvo una graveenfermedad que la dejó imposibilitada,teniendo que bajarla al comulgatorioen una silla casi un ario entero, hastaque uno de sus confesores, del próxi-mo convento de agustinos, la anhnó adespreciar sus dolores y a seguir va-lientemente la vida de comunidad, confeliz resultado.

Sufrió también la oscura noche in-terior, con graves tentaciones de de-sesperación, y al cabo de ellas la ele-vó el Señor a la oración de quietud.Ella misma nos cuenta los trances pordonde pasó y muchos de los favoresrecibidos en la a utobiografía, escritaen los últimos años de su vida pororden del Arzobispo D. Luis de Sal-cedo, que examinó su espíritu y desdeSevilla, a donde había sido traslada-do, aprobó el manuscrito.

V. MARIA ANGELADe un cuadro de las Mercedarias de Santiago.

- 256 - — 257 —

Consérvan10 las Madres de Santia-go con otros muchos papeles, y de élhizo un extracto el profesor del semi-nario D. Isidro Conde Núñez, que es-tudió la vida de la Madre Angela enla oración inaugural del curso de 1931,impresa luego.

En 1697 muriósu madre, a laque amaba tier-namente, aun-que mitigó sudolor la confian-za de que habíasubido al cielo.Llovían sobreella molestias ycontradiccio-nes, pero el Se-ñor la manifestóque la aguarda-ban otras mayo-res, represen-tándole .dos hi-

leras, todas deespadas desnu-das, y que yohabía de pasarpor medio deellas y experi-mentar los rigores; después me die-ron a entender que eran las lenguasde unos y otros, que se habían deponer contra mí; y aunque no decíantodo lo que yo era y he sido y soycontra mi Sumo bien, porque no losaben, pero dijeron bastante».

Tal es el camino de la cruz por don-de el Señor suele conducir a sus es-cogidos.

Ocasión de mayor prueba fué toda-

vía su elección para superiora en

1699, pues se vió envuelta en luchasy pleitos, de que era por temperamen-to enemiga. No faltaron tampoco con-fesores que la tuvieron por ilusa, endemoniada y embustera, afirmandoque para salir con lo que deseaba

fingía arrobos ycosas extraordi-narias. Volvió-se contra ellahasta su propiahermana, religiosa en el mis-mo convento.

Llegó la tem-pestad a tantoque de ella tu-vieron noticialos inquisido-res, pero el Se-ñor la serenó,alentándola apadecer y dán-dole por guía alguardián de SanFrancisco, quela examinó yprobó de variasmaneras.

Durante laguerra de sucesión la inspiró su Es-poso que hiciera extraordinarias peni-tencias, para aplacar su ira; prohi-biéronselas, por su débil salud, peroal interrumpirlas se encontraba peor,y así la dejaron continuarlas.

La comunidad volvió a elegirla co-mendadora otro trienio y recibió demanera inesperada grandes limosnaspara sus gastos y deudas. Continua-ron, sin embargo, las luchas y con-tradicciones, suavizadas por la mano

de Jesús que algunas veces la acer-caba a su cóstado.

Era últimamente su director un pa-dre de la Orden, con quien por 1700había consultado sus dudas y obteni-do su aprobación. Termina su vidacon estas palabras: «¡Oh dulcísimoAmor mío! ¡Oh única causa de misansias! ¡No te pierda yo, ni me apar-tes de Tí!»

Escribía esto a mediados de 1725 yel 31 de enero siguiente, fiesta denuestro Padre San Pedro Nolasco,Pasó a recibir el premio de sus fati-gas, a los sesenta y dos años de edad.

Asistióla en aquel trance el padreFray Lucas de San Pedro Pascual,religioso nuestro descalzo, del cualParece ser la nota que conservan lasmadres, en que después de referirsea otros confesores de la Venerable,añade: ....y el Ilmo. D. Luis de Sal-cedo y Azcona, arzobispo que fue deSantiago, y de Sevilla donde murió,dirigió a la Madre también, y aprobósu espíritu estando ya en Sevilla, porlos años de 1724, como se ve por la

So Raymundo Nonnato, 20 de abrilde 1932.

RvTlo. P. Director de LA MERCED.

Madrid.

Mi muy recordado y querido Padre:Supongo en su •poder la mía del 31 demarzo último; ahora, y aprovechandounos momentos libres, le pongo dosletras, para que sigan conociendo nues-

relación de la Madre Angela a su ilus-trísima, que principia en dicho año ymes de Junio».

Trataron de su canonización y elconvento guarda algunos papeles re-ferentes a ella y también numerosascartas de cuenta de conciencia en losaños de 1698a 1701.

La madre María Angela es un buenejemplar de alma contemplativa puri-ficada por el fuego de las tribulacio-nes interiores y exteriores, sin lascuales no se llega a las alturas de lacontemplación ni a los divinos con-suelos.

Esa es la holganza mística de queblasfeman algunos que no saben loque se dicen. La Iglesia, que la cono-ce bien, la mira como joya preciadí-sima y considera a esas almas comoelemento importante de la vida reli-giosa de una nación, anhelando queexistan hasta en los países de misio-nes, donde se comienza la predica-ción del Evangelio.

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

tra vida por acá los lectores de nuestraquerida Revista.

Como le anunciaba en mi anterior,visité con los PP. Jerónimo y Angellas capillas del Señor de Queirnadas,que dista 50 kilómetros, y la de SanLorenzo, que está a 25, con mucha máscomodidad que el ario anterior, porqueel P. Angel, que es ya un gran chauf-feur, nos condujo en el auto. ¡Qué

PAGINA MISIONAL

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diferente modo de viajar! ¡Qué descan-sados llegamos a ambos lugares, paraempezar nuestras tareas, que han sidode tres días en cada sitio para prepararal pueblo al cumplimiento pascual!¡Cien veces más compraría el auto, sino lo hubiera comprado ya!

Es gracioso que Nuestro Señor tam-bién se pasea en él; precisamente estamañana ha ido el P. Angel a llevar elViático a un enfermo a nueve kilómetrospor la nueva estrada de Buen Jesús, yacaba de llegar. ¡Qué gran ventaja espara el mismo servicio religioso! Eldía que tengamos más caminos carro-zables, podrán hacerse mejor todos losservicios.

Nuestra visita a las capillas indica-das ha sido de provecho, y eso que lagente no ha podido asistir como el añopasado, por causa de la gran sequíaque padecemos, y que ha producidouna gran crisis de agua y pasto paralos animales y escasez para la gentemisma.

Los detalles de una clesobriga no ca-recen de interés y están llenos de por-menores curiosos, lo mismo en la ma-nera de vivir de los Padres en esosdías, como en todo lo que se refiere a laadministración de los sacramentos, es-pecialmente la celebración de los ma-trimonios, que siempre tiene lugar coneste motivo. Hay que llegar al lugarde desobriga provistos de rede o hama-ca para dormir (aquí poco se usan lascamas, y no hay muchas). La red sirvepara sentarse y para dormir, pues nohay cosa más agradable para deseansar.Un caneco o vaso de porcelana parabeber, es del todo punto indispensable,a fin de evitar alguna infección bebien-do por el caneco o vaso de hoja de lata,que se halla siempre sobre el pote ovasija grande de barro, donde está elagua, y por el cual beben todos los que

llegan. Se suele llevar también el ser-vicio de mesa, por ser más limpio, aun-que no dejan de tener especial cuidadocon esto las mujeres encargadas de lacocina.

Las comidas en desobriga son comolas acostumbradas en el país, exceptoalgo que añaden como extraordinario.La gente, en general, es sobria, y co-men a base de feixao, frejol negro, ycarne picada con mucha grasa de cer-do, carne de cerdo y fariña, harina demandioca. Sin un plato o frasco demandioca raras veces se come, porqueno hay pan. Cuando llegan los Padressuelen poner arroz, como vianda delujo, y como cosa más ordinaria retiranel feixao, que hay que pedirles, asegu-rándoles que también a los Padres lesagrada, produciendo esto en ellos cier-ta hilaridad.

Lo más interesante es ver pelexar alVig,ario con los que arreglan los casa-naien tos.

Quieren casarse muchos con parien-tes, a causa de que las jóvenes no secasarían tan fácilmente, si no es conalgún primo; ahí es el suplicar dismi-nución de laxas del parentesco y aúnde los derechos; es algo curioso, quehace reir. Lo que no discuten nuncason los derechos de Bautismo y deChrisma (Confirmación), y es porquelo pagan los padrinos.

Los derechos de los casamientos, esley constante que los ha de pagar lafamilia de la novia; el novio nunca paganada; y la de la novia es siempre muitopobrecinha. Pero después sábese queen la fiesta no faltó la cachaca (aguar-diente) y drmonica (acordeón), etcéte-ra, etc.

Es divertido y tiene mucha parte có-mica todo lo que se observa.

Salude por ahí a todos; esperamosnoticias buenas; recuerdos de los Pa-

dres, y sabe le quiere su afectísimo se-guro servidor y hermano que le ben-dice,

t FR. INOCENCIOObispo-Prelado de Gurgueia.

Para nuestras MisionesPesetas.

Las Religiosas Mercedariasde Lorca

50,00

D. _Juan G. Rodrigo, de jerez,en sufragio de su esposa

10,00

Mercedarias de la Caridad deAlhama (Hospital)

5,00

D. Vicente Vázquez Rubio

5,00Srta. Amparo Ruvira para

bautizar dos niños con los

En el banquete sabrosoDe aquel Pastor y Cordero,Con ser El el que convida,Es también el manjar mesmo.

Los ojos dan aguamanos,Y los manteles han puestoLa Gracia blancos y puros,Porque es muy limpio su dueño.

Cuchillos hay de dolor,Porque ha de partir con ellosCorazones el convite,Que no se estiman enteros.

Como todo lo sazona,Puso el Amor el salero,Los accidentes el panY el vino puso los mesmos.

nombres de Estanislao y Ma-ría del Amparo. ..... . 10,00

Florencio Fernández 5,00Lo que sigue de nuestras Ma-

dres Mercedarias de Esco-riaza (Guipúzcoa):

La familia de Arriazán paraun bautizo en el Piauhy conel nombre de María Car-men..... 10,00

La Visita Domiciliaria deNuestra Santísima Madre 58,30

La familia de Biaín 10,00Los coros del Colegio 24,70

TOTAL 188,00

Principios hubo admirablesDe sazonados requiebrosY por fruta de palacioLa Encarnación puso besos.

Sirviöse un asado al puntoEn el horno de su pechoCon los clavos de su PasiónY el agrio de sus tormentos.

Un cocido en caridad,Tanto que en fe de su fuegoDeshecha estaba la carne,Aunque sin lesión los huesos.

Sustentó el banquete a todosQuedándose el manjar mesmo,Y dándole a Dios mil graciasLe cantaron satisfechos:

Si en la mesa, fieles, Dios es comida,Cómo todos le comen y El tiene vida?

Si en la mesa, fieles, Dios es comida,¿Cómo todos le comen y El tiene vida?

TIPSO DE MOLINA

en SANTIAGO te: — 261 —

Palabra mágica que tiene la virtudde evocar al espíritu español el almade su Patria, el principio y el símbolode su grandeza. Hoy, cuando unoshijos bastardos intentan pulverizar laEspaña grande, espiritual y admirablea los ojos del turista, que recorre ex-tasiado los campos de nuestra histo-ria, conviene sacar a luz nuestrasglorias que, como avergonzadas ydormidas, yacen en los subterráneosde nuestros recuerdos.

¡El día de Santiago ya no es fiestanacional!

Un decreto antipatriótico y sectariopretende arrancar de nuestra almaespañola el jirón más preciado, y denuestra epopeya nacional el protago-nista inmortal.

Es que para espíritus descastadoses muy grato hacer añicos la historiade sus familias. Yo, en este mes, quela devoción y gratitud españolas qui-sieron bautizar con el nombre delsanto, me permito rogar a mis lecto-res que vuelvan los ojos a la Españade nuestros abuelos y a su PatrónSantiago; que hojeen con santa emo-ción las páginas de su historia, yverán cómo año por año, el espírituy el alma de la raza se forma, se soli-difica y fortalece al calor que le pres-tan las cenizas del hijo del Zebedeo.La historia y la leyenda se fundenpiadosamente, pero ambas engendra-ron nuestro carácter idealista, quijo-tesco de los tiempos medios. Santiagofue el centro de la Europa occidentaly a la atracción de sus milagros co-rrían los reyes, los señores feudales,el plebeyo, el caballero, la dama, elObispo, el monje, el trovador «facien-do sus trovas» y el picaresco juglarcantándolas y rasgueándolas mala-mente en su cítola. Un recuerdo, lec-tor, para aquellos primeros ensayosliterarios populares, que ciertos afi-

donados entre históricos y legenda-rios, dejaban caer por los caminos deSantiago y que el pueblo recogía cui-dadosamente (1); que luego gestó,dando así a luz la literatura de nues-tros primeros balbuceos lingüísticos.

Otro recuerdo para aquellas emo-cionantes peregrinaciones que de to-das partes del mundo afluían a Com-postela, surcando a España en todaslas direcciones. El antiquísimo códicecalixtino, las describe hermosamente:

«Allí van de todos los climas delmundo nacionales y extranjeros: fran-ceses, normandos, escoceses, irlan-deses, los del país de Gales, teutones,iberos, gascones, los de tierra de Ba-yona, navarros, vascos, godos, pro-venzales, los de Warasc, lotaringios,catos, anglos, bretones..., griegos, ar-menios, dacios, noruegos, rusos, losde Nubia, georginos, partos, roma-nos, gálatas, efesinos, medos, tosca-nos..., asiáticos, del Ponto, de la Bi-tinia, indianos, cretenses, jerosolimi-tanos, antioquenos, galileos, sardós,chipriotas, húngaros, búlgaros...,africanos, persas, alejandrinos, egip-cios, sirios, árabes, etc., etc., y otrasinnumerables gentes de todas lenguas,tribus y naciones, que van por com-pañías y falanges, y con acciones degracias presentan al Señor sus votos,recibiendo el premio de sus alabanzas.No puede contemplarse sin maravilloso gozo el espectáculo que ofrecen loscoros de peregrinos velando en tornodel venerando altar del bienaventura-do Santiago.

(1)—«Quand nous filmes dedans LeónDe la vieille Castille,Nous chantämes cette chansonAu beau milieu de la ville;Les hommes, femrnes et finesDe toutes parts nous suivoient,Pour entendre la mélodieDe ces bons pèlerins franois.»

(De la Canción de los «Parisienses».)

A un lado se colocan los alemanes,a otro los francos, más allá los ita-lianos, todos con cirios encendidosen las manos, de suerte que la iglesiatoda brilla como el sol en el día másesplendente. Y allí permanecen todosen vigilia y oración. Linos cantan alsonido de las cítaras, otros al de lasliras, otros al de los tímpanos, otrosacompañado g de flautas, otros de pí-fanos, otros de trompetas, otros dearpas, otros de violas, otros de rue-das británicas y gálicas, otros de sal-terios, otros de diversas clases deinstrumentos músicos... Allí se oyenlas varias voces y cánticos de los ex-tranjeros de todas las tribus y nacio-nes de todos los climas del mundo.Los cánticos continuos atestiguanbien la alabanza y el júbilo, el regoci-jo y el entusiasmo universal... Laspuertas de la basílica nunca se cie-rran, ni de día ni de noche, cuyastinieblas huyen del augusto recinto.Allí van los pobres, los ricos, losciegos, los mancos, los próceres,los gobernadores, los abades; unos,por mortificación, con cadenas; otros,como los griegos, con el signo de laCruz en las manos, quienes distribu-yen cuanto tienen a los pobres; aqué-llos conducen con sus propias manoshierro y plomo para la fábrica de labasílica del Apóstol; muchos llevan alhombro los cerrojos y esposas, de lascuales son librados por el Apóstol...»

Y cuando estas caravanas llegabana las colinas del Monte de la Humilla-ción (Humilladoiro) y daban vista alas torres de la Catedral, clamabanentusiasmados por la satisfacción queles proporcionaba la presencia de laciudad santa: «¡Santiago, Santiago!»Y puestas de rodillas besaban humil-demente la tierra; e irguiéndose y conPaso decidido entraban en Coriiposte-la cantando el

«Llitreya.»

Herru Sanctiagu!Grot Sanctiagu!Eullreye, e sus eja!Deus, adjuva nos!

Y un último recuerdo para el San-tiago militar, jefe y patrón de nuestrosejércitos, a quienes su espíritu y vir-tud esforzaba para hacer de cada gue-rrero un héroe. Su invocación eraobligada al dar comienzo a las bata-llas al grito de ( Santiago y cierra,España». Y terminadas las lides elferoz guerrero marchaba a Santiago,y ante la tumba del santo se postrabahumildemente, y desciñendo su espa-da la tocaba a la tumba del hijo delTrueno.

Ya de Mio Cid cuenta la tradiciónsu peregrinación a Compostela:«Ya se parte Don Rodrigo-que de Vivar se apellidaPara visitar Santiago— a donde va en romería...Partierase a Santiago—la romería cumplía...»

Y en medio de la refriega:.Los moros llaman a Mafomat e los cristianos

[santi Yague.»

«Con los alvores mio Cid ferinos va:En el nombre del Criador e d'apostol santi Vague,Feridlos, cavalleros, d'amor e de voluntad.»

(Cantar de Mio Cid, v. 731 y 1.137-39.)

Y cuando se ve blanco de la calum-nia, implora el testimonio del granpatrón de España:

<Yo fago testigo a DiosY a nuestro Patrón SantiagoQue no he sido traidorEn la muerte de Don Sancho.»

(R. de D.)No me es lícito extenderme más.

Pero antes de terminar quiero hacerconstar la protesta más enérgica quecontra unos decretos antipatrióticosformula la España tradicional y losespañoles de verdad. Y a ellos lesrecuerdo aquellos versos del españo-lísimo Lope de Vega en la Dragontea:

,,Fiad en Dios. llamad a nuestro santo,De fe, y de esfuerzo, y de esperanza llenos:Santiago, aquí, soldados, cierra, España.Que a quien defiende a Dios ninguno darla.»

FR. NOLASCO VÁZQUEZ

La Orden de la Merced en el Primer Congreso Nacional de Misioneros

diocesanos de Francia ")

— 263 —

Del 23 al 26 del pasado mayo se cele-bró en París este Congreso. Intervinie-ron en él misioneros seculares y regu-lares de 66 diócesis y 10 institutos reli-giosos. La cordialidad y fraternidad deambos cleros en los asuntos del Con-greso y, sobre todo, la fundación enprincipio de la Asociación misionaldiocesana formada por sacerdotes y re-ligiosos desmienten rotundamente lafama de competencia envidiosa entrecuras y frailes. En este Congreso pusomuy alto el nombre de la Merced comoOrden misionera Mr. Michel Even;nuevo favor que le debemos.

Es Mr. Even misionero diocesano dela Archidiócesis de París, fervorosoterciario de la Merced y entusiastapropagandista de la devoción a nues-tra Santísima Madre y a los Santos dela Orden, y divulgador de las gloriasmercedarias. Ahora, últimamente, aca-ba de publicar el breve, pero preciosotratado de Oración del Padre Mateo deVillaroel, en la revista «La Vie Spiri-tuelle., el 1.° de enero de este año yen tirada aparte, y una novena a Nues-tra Santísima Madre con bellas consi-deraciones para cada uno de sus días.

Mr. Even ideó y organizó la exposi-

(1) Para escribir estas notas tuve presentes:Conununication concernant l'Exposition pendantle congres de documents relatifs a l'histoire desMissions populaires, particulierement en Franceet depuis la formation de la mission methodique(vers. 1550) jusqu'en, 1850, de Mr. Even; los artícu-los del mismo autor Mission et Missionaires en larevista «Le Message» números 7, 8, 9 y 10, el nú-mero 34, 1. 0 de junio de este dio del Boletín de laMisión Española en París, y, por fin, el artículoAu lendemain du Gong/Y-3s del Missionaires dioce-sains, de François Veuillot, en Vie Catholique, 11de junio 32 ,

ción misional de este Congreso. En laprimera sesión del Congreso leyó unabien pensada y muy aplaudida comu-nicación sobre los documentos referen-tes a misiones populares, tal como seofrecían en la sala de exposición.

Partiendo de la noción de misión po-pular, 'conjunto de ejercicios y predi-cación, cuyo objeto es obtener la con-versión inmediata de los pecadores yla confirmación de los fieles en el ser-vicio de Dios , pone su origen hacia elario 1550, traza sumariamente su histo-ria y lo más saliente de las mismas enel extranjero, cuya influencia directa oindirectamente se dejó sentir en Fran-cia.

«Por raras y originales. destaca dosiniciativas, las más interesantes en estode misiones populares, la una francesa,la fundación por los dominicos de laCongregación del Santísimo Sacra-mento consagrada al apostolado delpueblo, y la otra española, fundaciónde cinco conventos seminarios de mi-sioneros por los Mercedarios.

En la Congregación del SantísimoSacramento de los Padres Dominicos,«estaban los religiosos dispensados delcanto del oficio divino, exceptuandocompletas todos los días, y los días defiesta la misa y vísperas. Debían, ade-más, de tal modo acomodar el horarioque los oficios solemnes no estorbasenla asistencia al confesonario ni las pre-dicaciones....

«Entre los Mercedarios, la iniciativaes más original todavía. El Padre Mon-teagudo obtiene de un capítulo provin-cial la fundación en 1699 de un con-vento seminario (de misioneros) en lasmontañas de Jaca en Aragón. Después

se funda sucesivamente el segundo, eltercero, el cuarto y, finalmente, algomás tarde, el quinto, y si se considerala posición geográfica de cada uno deestos conventos, parecerá que se tratade fortificar los cuatro puntos cardi-nales de España.

.E1 General Mezquía hace para estosreligiosos una adaptación curiosa ymuy práctica de las Constituciones queserá, aprobada, y muy calurosamente,por Clemente XIII y después por Bene-dicto XIV, gran protector de las mi-siones.

» El Padre Monteagudo, y sobre todoel Padre Echeverz, varón insigne, die-ron un empuje notable, y el PadreEcheverz dejó obras para la formaciónde misioneros muy dignas de estudio.Nos presentan un intento de adapta-ción de la doctrina, el más acertado ymoderno.

'Estos conventos de misioneros celo-sísimos fueron destruidos por la revo-lución española de 1835».

«En uno de los amplios salones de laplanta baja del núm. 17, rue Harnelin,ofreció a los congresistas la exposiciónde «retratos como los del Santo Carde-nal Belarrnino, San Andrés Avelino,San Felipe Neri Agustín Adorno, Da-vid de Ferrón y otros; manuales de for-mación de misioneros, como el rarísi-mo del Cardenal Richilieu, intitulado« El método más fácil y seguro de con-vertir a los apartados de la Iglesia», el« Manual de misiones» para uso de losPadres Capuchinos, y en una gran vi-trina, en cuya parte superior «resaltabaun magnífico lienzo de Flandrín querepresenta a Cristo llorando sobre Je-rusalén, y a cuyos lados se leían dostextos sublimes de rnisionalismo, unode San Juan Vianney, el cura de Ars, yel otro de Santa Teresa de Jesús: «Amotanto las misiones—dice el texto de

Vianney—que si pudiera vender micuerpo para establecer una más, lovendería» y «tengo más envidia—diceel de Santa Teresa—de los obrerosevangélicos que de los mártires, por lagloria que dan a Dios los que se ocu-

Imagen de Ntra. Sra. de la Merced ante la cualSan Alfonso hizo voto de castidad y depositósu espada, que se ve también en el grabado.

pan en la salvación de las almas», mez-clado entre misioneros de Francia«figuraba, el Padre Echeverz, con unpar de volúmenes de sus 'Pláticas do-minicales., y suponemos que tambiénfigurarían los cuatro tomos de «Pláti-cas doctrinales..

No pierde Mr. Even ocasión de hon-rar la Orden de la Merced. Así, al ha-blar del incomparable misionero SanAlfonso María, de Ligorio, dice: «He-

Monumentos de la Merced. Magnífico claustro del Convento del Cuzco(Perú).

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mos venerado en Nápoles la imagen deNue3tra Set-lora de la Merced, a cuyospies depositó la espada el Santo cuan-do joven, la cual se conserva allí toda-vía».

Es de creer que esta propaganda que

Estadísticas

Jerarquía.—E1 Anuario Pontificiotrae los siguientes datos: 1.609 Obis-pos, sin contar los titulares. De ellospertenecen a Europa 673; a las Amé-ricas 445; Asia tiene 277; Africa 140, yAustralia 74, El número de Cardena-les es de 55; las vacantes del SacroColegio, son 15. (Con la muerte delCardenal Arzobispo de Viena, sonahora 54 y 16, respectivamente). linode ellos fue creado por León XIII; 10por Pío X; 14 por Benedicto XV, y 31por el Papa reinante.

¿Hay muchos Santos?...—Quiénesdicen que sí y quiénes que no. Esdifícil pronunciarse por unos o porotros, pues siempre nos salen al ca-mino con la dichosa relatividad. Cadacual lea con el ánimo que guste lassiguientes cifras, que yo encuentroconsoladoras.

Hay en Roma, entre causas de bea-tificación y canonización, 551. Al Afri-ca pertenecen 8; a la América septen-trional, 12; 2 a la Central, y 21 a laMeridional. De Asia son 24; 2 deOceanía, y 482 de Europa.

Sigo creyendo en la juventud per-petua de la vieja Europa. Y más aún,

de la Merced hace Mr. Even, algún día,el menos pensado, fructifique abundan •temente y a él tendremos que agrade-cerle la rica cosecha que esperamos enla patria de San Pedro Nolasco.

J. G.

en la agotada raza latina. Veámoslo.De las causas de Europa, seis per-

tenecen a Inglaterra; una a Australia;una a Checoeslovaquia; seis a Ale-mania; dos a Suiza; dos a Holanda;una a Rumania; una a Yugoeslavia;dos a Polonia; dos a Portugal; tres aIrlanda; 13 a Bélgica; 55 a España(¡con lo poco que nos movemos!); aFrancia 116. Y por fin Italia, con 271 .No es extraño: ¡hay mucha sangre demártires en esta gran nación! Por esola floración ha sido y será siemprelozanísi ma.

Y un detalle final. El más importan-te para contestar a la pregunta dearriba. De estas causas pertenecendos al siglo XIII; cinco al XIV; dos alXV; 25 al XVI; 121 al XVII; 110al XVIII; 247 al XIX; 49 al siglo XX.A este paso el siglo XX contará mássantos que ningún otro, ya que nodeben entrar en la cuenta todos lostreinta y dos años trascurridos; sinosolamente su primer decenio y algodel segundo.

Se me olvidaba decir que, 57 cau-sas son de canonización, y 494 debeatificación.

No nos dejemos ¡por Dios! deslati-nizar, ponderando locamente todo lo

sajón, Hay aquí elementos sobrantesPara llegar a la cumbre de la buenagloria, como ya llegamos. Razas, ci-vilizaciones que dansantos, son la ale-gría de Dios. ¿Puedeaspirarse a más?...

Y hemos nombra-do con predilecciónla tierra donde moraNuestro Santo Pa-dre el Papa.

Y dejando apartemuchas y grandiosas empresas deacción católica, quealientan vigorosaspor toda la penín-sula, me atrae elcaso siguiente:

Hay una aldea ovilla en el Piamonte.Llamase Lu. Cuenta4.000 habitantes. Yactualmente vistenel hábito sacerdotalo religioso unos 300Parroquianos, repar-tidos así: 20 sacer -dotes seculares, 38salesianos, 55 Her-manos de las Escue-las Cristianas, 11r eligiosos de SanCamilo de Lelis,cinco Hermanos Ma-r istas, 118 Hijas deMa ría Auxiliadora,25 Hermanas de Nuestra Señora deLourdes y ocho religiosos de otrasCongregaciones.

El actual Obispo de Arci Reale,

Monseñor Colli, también es de la pa-rroquia.

El secreto parece estar en lo que

sigue. Por el año 1870 empezaronunas diez señoras piadosas a reunirselas tardes del primer domingo de cadames y a rezar en común, para que el

MUNDO CATÓLICO

— 266 — - 267

Señor concediese buenas vocaciones.El pueblo no tenía entonces párroco,y así continuó once años. La perseve-rancia de aquellas buenas almas fuépuesta, no cabe dudarlo, a una duraprueba. Vino por fin un párroco. Si-guieron otros. Todos apoyaron estasanta práctica, denominada ya «Jorna-da de las Vocaciones». Hoy día perte-necen a ella todas las madres de Lu,Claro está que esto no se pone aquípara abrir la boca, sino para que seimite. Y producirá mejor resultadoque todas las lamentaciones estériles.

Negritos de Africa

Van siempre en la vanguardia losde Uganda. Por la misma razón queapuntamos para Italia. Ha corrido porsu suelo mucha sangre de mártires.Cuentan las misiones de este país conmagníficas iglesias y escuelas, contodas las exigencias de lo que sellama civilización moderna. Tienenseminario mayor y menor, y tambiénuna escuela media inferior en Kisubi,que son la admiración de los visitan-tes. Casi todo se debe, después de lagracia de Dios, a Mons. Streicher, delos Padres Blancos. Lleva ya treintaaños consagrado a la organizaciónde su Vicariato. Tiene ya 50 sacerdo-tes indígenas. Dos de ellos estáncompletando sus estudios en Roma.

Sin embargo, en esta cristiandad,como en todas las de los negritos, nohay que buscar tantas cifras redondasy asombrosas, sino espíritu, que porcierto consuela.., y confunde.

En qué se demuestra lo dicho...Poco ha fue admitido a la Sagrada

Mesa tan niño de cuatro años y medio.Llamase Alejandro. Fue a confesarseun día con el recién llegado PadreSuperior, a quien no conocía. La pocaaltura del pequeñín, metido en un lar-go camisón, diö lugar al Padre parapreguntarle:

—¿Estás de pie o de rodillas?—De pie.—Como eres tan pequeño, vete

con tus compañeros. Ya vendráscuando seas mayor.

El niño volvió a clase hecho unaMagdalena. A la pregunta de unaHermana contesta:

—1EI Padre me prohibe comul-gar!... ¡Y Jesús y yo que somos tanamigos!... La maestra no pudo con-solarlo. Marchó a su casa. No quisocenar. —«Come, Alejandro, le dijovarias veces su padre». ¡No!, respon-día siempre el niño. El padre, inquie-to, le asedia para que se explique.

--Puesto que no puedo comulgar,declaró por fin el pequeño, no comerémás tampoco.

Y cumplió su palabra dos días en-teros. El Padre Superior parece quese enteró, y después de someterlo aun serio interrogatorio, mandó licen-cia escrita a la Hermana del colegio:«Puede comulgar». A la noche volvióretozón a su casa: «Dame ahora co-mida, mamá, que mañana ya puedocomulgar».

Guy de Fontgalland, el niño pari-sién, decía en casos semejantes a sumadre, si se lo prohibía: «Pues vengael desayuno. Jesús y yo nos arregla-mos lo mismo».

Otro.—En la misión de Mugera,región de Urundi (Congo). De 600

niños que asisten a las clases de lamisión, siempre hay unos 150 prepa-rándose para la primera comuniónsolemne. Los pequeños son bastantepuntuales, y eso que tienen casi todosdos o tres horas de camino. Salen desus chozas de noche todavía, y comono tienen relojes, van a veces porpleno bosque a las dos y a ks tresde la madrugada, sin sospecharlo.

En la última comunión, un peque-ñín de ocho años se Caía de sueñodurante el catecismo. Al preguntarlesi estaba enfermo, respondió: «No.Pero esta noche nos equivocamos dehora Junto con dos compañeros míostuve que quedarme mucho tiempotendido en la hierba, esperando a queno hubiese estrellas. Cada uno denosotros velaba, mientras dormíanotros dos, pues teníamos miedo alleopardo... Así que vino el día segui-mos el camino para no llegar tarde...Pero ¡tengo tanto sueño...!», acabórestregándose 'los ojos. Los pobreci-tos habían andado tres horas paravenir al catecismo.

Otras noticias

Reina de Palestina.—Cuando miquerido hermano de hábito el P. Emi-lio Silva, propugnaba poco ha en LA

MERCED una fiesta de la Realeza deMaría, Su Santidad el Papa acababade concederla para Tierra Santa bajoel hermoso y delicado título Reina dePalestina. Se celebrará todos losaños en el domingo después de laAsunción.

Constantinopla. Santa Sofía. —To-dos nos hemos preguntado con ansie-

dad, en los felices tiempos del estu-diantado, sobre la suerte de los mo-saicos bizantinos de la grandiosabasílica, pues sabido es que los tur-cos vaciaron por sus bóvedas y pare-des muchos toneles de pintura. Mon-sieur Thomas Wittemore, del InstitutoBizantino de América, ha comenzadola obra de descubrirlos. Están en tanexcelente estado, que a todos sor-prende. Son un ejemplo más, y vahosísimo de la insuperable técnica delos maestros bizantinos en el arte delmosaico.

Aniversarios festivos.—En Marzodel corriente año, celebraron los ca-balleros de Colón (Estados Unidos)sus bodas de oro.

—Los católicos ingleses celebranel centenario del nacimiento del Car-denal Vaughan. Además de gran figu-ra era prelado de muy santa y peni-tente vida. Fué el alma de la rcstaura-ción del Catolicismo en Inglaterra,siendo en este sentido dignísimo su-cesor de los grandes Primados queen la pasada centuria ocuparon lasilla de Westminster: Wissemann,Manning, Newmann.

—Ha celebrado también sus bodasde oro sacerdotales el Rvmo. P. DonFernando Cabrol, Abad de Farnbo-rough, que tanto bien ha hecho en elcampo litúrgico. Las festividades (3de junio) han sido por deseo del inte-resado muy tranquilas, monásticas.Ni podía esperarse otra cosa de unespíritu tan benedictino y selecto. Na-ció en Marsella hace setenta y sieteaños. Profesó en Solesmes hace cin-cuenta y cinco, en donde fué priordurante seis arios. Pero la mayor

parte de su vida la ha pasado enFarnborough (Inglaterra). Fué nom-brado allí prior, cuando nuestra com-patriota la Emperatriz Eugenia fundódicha Abadía hace treinta y seis años.Poco después fue nombrado Abad,cargo que aún desempeña, aunque

Me dijeron tales cosas de estos pueblos de[Castilla

que pensarlas solamente daba pena.Me dijeron que sus hombres,olvidando sus grandezas,renegaban de su historia;

que sus mozos no tenían ya creencias;

• que los niños no rezaban;que los viejos ya no entraban en la iglesia;que volvían de la arada los gañanes,

empuñando las estevas,

con los odios más feroces en sus almasy en los labios la blasfemia;

que hasta el rudo pastorcillo de sus montes

no alegraba con sus cantos las laderas...¡Me dijeron tales cosas de estos pueblos de

[Castilla

que pensarlas solamente daba pena!

He cruzado sus llanuras:

'vi las calles polvorientasdonde juegan los chiquilloscuando salen de la escuela.

Madrid-junio de 1932.

68 -

tiene un abad coadjutor desde 1924 enque resignó el gobierno de la Abadía.No voy a descubrir sus trabajos dehistoriador y liturgista, pues tienenfama mundial.

FR. FERNANDO VÁZQUEZ

He charlado con los mozosen la inmensa plaza vieja;

he estrechado las añosas manos duras de los[viejos

que salían de la iglesia;he comido el pan sabroso que en sus casas me

[ofrecieron;

he probado el vino añejo que guardaban sus[bodegas,

y he sentido las caricias en mi frentede las brisas refrescantes de sus sierras.He escuchado las tonadas que cantaban los

[pastores

alegrando con sus cantos las laderas...

Es Castilla la de siempre,la de entrarla dura y recia.

No han perdido sus creencias estos buenos[castellanos,

que no tienen más amores que su tierra;esta tierra donde juegan sus chiquillos...,esta tierra donde sus mujeres rezan...

¡Me engañaron esos hombresque me hablaron tales cosas de esta tierra!

FR. JOSÉ CEREIJO MUISTOS

II7.—El Cid

(Versión de Santiago de Compostela)

¡Afora, afora, Rodrigo,

o soberbio castellano!

Acordárchese debera

d'aquel bó lempo pasado,

cando l'arrnei cabaleiro

aló no altar de Santiago;

me6ipadre che deWa espada

mifia nai doUche o cabalo,

eu calceiche espora d'ouro

porque foses mais honrado.

Pensei de casar contigo

¡non-o quixo meu pecado!,

casache con Ximena Gómez

filla do Conde Lozano,

con ela houbeches diñeiro

conmigo foros honrado;

porque si a renda era boa

moito mais era o estado.

Mora, dora, Rodrigo

o soberbio castellano.

Este romance del Cid, recogidode la tradición oral, es del sigloXVI y deriva de una vieja crónica,en que se cuentan las hazañas delde Vivar; por lo que el mismo ro-mance entra en el grupo de los his-tóricos.

Atendiendo al asunto, a la cons-trucción y al asonante castellanodel romance, cree Durán, que debeser continuación del número 769

del Romancero General, que co-mienza:

.Despue's del lamento triste

de la muerte de Fernando...»

En los romances del ciclo cidia-no de la Primavera, trae MenéndezPelayo una versión no muy dife-rente de la de Durán; aunque buenoes advertir que este romance es delos que llegaron a nosotros casitan enteros corno salieron de la plu-ma de algún poeta refundidor.

Esta versión que aqui doy es,

quizá > más breve que ninguna, puesse limita al monólogo de la Infanta.

Hagamos algo de historia. Cuan--do el rey don Sancho acampó fren-te a Zamora, para tomarla, y que-riendo evitar derramamiento desangre, envió al Cid para que par-lamentase con su hermana doñaUrraca, a fin de que cediese laciudad a cambio de otras villas.«Decían también los juglares quela infanta recibió al Cid, le sentóa su lado, escuchó angustiada elmensaje que traía y le apiadó re-cordándole los tiempos de la niñezen que él había sido criado allí...,etcétera (1)».

(1) La España del Cid, por M. Pidal. T. I, pä-gina 202.

ES CASTILLA LA DE SIEMPRE..

ESTUDIOSGALLEGOS ROMANCES

— 270 —

Este es el momento culminanteen que nace el romance. Afuera queel rey sitiador, los séquitos de ca -balleros, el rumor de la guerra yel estruendo de las pasiones vio-lentas; todo ello no vale el episodiode intimidad sentimental desarro-llado entre los dos amigos de lainfancia que se miran, solos, el unofrente al otro, en la bien aireadasala palaciega.

Lo demás se adivina fácilmenteIras estos versos de grato perfumelírico; que por algo es ésta una delas composiciones más hermosasdel Romancero.

A juicio de los eruditos la JimenaGómez, de quien habla la infanta,hija del conde Lozano, es una delas leyendas incluidas en la histo-ria fabulosa del Cid. La capilla deSantiago, a que también se alude,existe hoy todavía en la vega za-morana, con el título de Santiagoel Viejo o de los Caballeros.

Un examen detenido de otrasvarias circunstancias y particulari-dades que concurren en este ro-

mance, daría lugar a largas digre-siones. Unicamente haré notar lamusicalidad del verso sonoro yligero, redactado en un gallego deantología. No se podrá decir si laversión es moderna; lo que saltaa la vista con los dos versos fina-les, de tan buen efecto lírico, es elafán de tachar al héroe Campeadorde «soberbio castellano» (1). ¿,Qui-so con esto el poeta gallego quevertió el romance, acusar y zaheriral Cid, por la parte que había to-mado en la desmembración delreino de Galicia, entre Sancho elFuerte y su hermano Alfonso?

Sea lo que quiera, esta acusaciónse repetirá muchas veces y pasarápor nuestra literatura como un la-mento atávico.

FR. GLIMERSINDO PLACER

Poyo-Mayo-1952.

(1) «También en Portugal «Afora, afora, Podri-gc» hubo de ser cantadfsimo, tanto que aún hoy seconserva tradicional en el Algarbe». Flor Nueva deRomances Viejos, por R. M. Pidal.—Madrid-1928,página 237.

Querido amigo: Muy cristiana meParece su ansiedad ante la situaciónangustiosa de los obreros sin trabajoY sin pan para sus hijos, El PadreSanto nos conjuró ya el otoño pasa-do a todos los hombres de corazón,católicos y heterodoxos, gobernantesY particulares, a hacer el último es-fuerzo para salvar a los niños.

Gracias a Dios no sé, que en lasciudades donde he, vivido murieranadie de hambre, ni que estuviera aPunto de eso. La caridad ha veladosobre los niños y los mayores, y don-de aparecía el espectro del hambresobró pan para remediarla. No faltóquien lo arrojara despectivamente.

Con tan triste motivo vuelve usteda la defensa de sus ideales cristiano-comunistas. No puedo contestar a sul argo alegato de una vez. Por hoy mefijaré en el Registro de la Propiedad,al que dirige usted sus tiros. Desgra-ciadamente son bastantes los quebuscan por ese camino extraviado elremedio a los males presentes.

Pero ¿de veras cree usted, que conel comunismo se remediarían? Ustedse fija en que ahora tenemos algo quere partir. ¡Repartámoslo en buenhora, como el Papa nos aconseja!,P ero si abolimos la propiedad y con21I a el estímulo para el trabajo, esnläs que probable que para el año, yaun antes, no haya nada que repartir.

Entonces sí que nuestra situación se-rá desesperada.

Y ¿por qué ha de tener el Registrode la Propiedad la culpa de los malesque hoy día aquejan al mundo? ¿Porqué ha de ser él responsable de quehaya millones de obreros sin trabajoa peligro de morir de hambre?

Los actuales propietarios de tierraso sus antepasados las encontraron amonte; comenzaron por roturarlas yen ellas construyeron sus viviendasmás o menos cómodas: ahora disfru-tan de ellas.., hasta cierto punto.¿Hubiéramos sido más felices si nadade eso estuviera hecho? ¿N'o quedantodavía millones y millones de hectá-reas de terreno sin beneficiar, tanbueno o mejor que el cultivado? Ex-tienda usted la vista sólo por la Amé-rica del Sur.

Gran parte de los obreros paradosse encogerán de hombros ante la invi-tación a roturar selvas, que les resul-ta poco halagüeña; quizá usted aleguetambién que esa empresa es difícil yheroica. No le negaré que sea penosa,pero, la vida sedentaria de los pue-blos comenzó siempre por ahí, y soninnumerables los labradores que cadaaño roturan tierras nuevas y levantancasas. ¿Por qué ha de pretender ustedni nadie despojarlos del fruto de sutrabajo y del bienestar que con sussudores han conquistado?

EL REGISTRO DE LA PPOPIEDADO 0000000 O O 000 00 000 0000000000 000 O 0°'

A mi amigo don X.

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¿Hubieran ganado algo los paradosde hoy con que nadie hubiera rotura-do terrenos en los siglos pasados?Evidentemente que no. Con eso lasnaciones todas estarían aun en la bar-barie, y la miseria sería mucho mayorde lo que hoy es.

Comprendo que a usted le impre-sionan las grandes fincas que tiene ala vista, poco o nada explotadas, yquisiera emprender su parcelacióninmediata. Creo que tiene razón y quea ello debe llegarse en todas partes,pero sin prisas que no remediarían elmal presente y podrían agravarloenormemente.

A oídos de usted, o a sus ojos porla prensa habrá llegado la noticia delo que sucede en Rumania, Polonia,Checoslovaquia, donde la reformaagraria se hizo atropelladamente pormiedo al bolcheviquismo. La situaciónes ahora gravísima, como en Méxicodonde el mismo Calles ha reconocidoel desastre. Los improvisados propie-tarios abandonan las tierras, perosobre ellas queda la gravísima hipo-teca contraída en los Estados Unidospara facilitar dinero a los cultiva-dores.

Yo veo y oigo las razones expues-tas por unos y otros contra la parce-lación, y aun reconociendo que elproducto de las tierras puede ser me-nor y el trabajo mayor que ahora, nopuedo dejar de aspirar a que todossean propietarios. ¡Atavismos! quizádirá usted. Soy hijo de labradores yen medio de los trabajos y dificulta-des, recuerdo con amor aquella pazdel campo, aquellos amaneceres se-renos que disfruté en mi infancia, y

hasta aquellas tazas de leche que ibaa buscar antes de acabar de vestirme.

¡Pobres chicos de ciudad que selevantan con el ruido infernal de au-tomóviles, tranvías y vendedores, sedesayunan con leche aguada y estánamagados continuamente por mil pe-ligros. ¡Pobres cerebros formados ental batahola!

Una de las razones que me inclinanfuertemente a la parcelación, a pesarde todos los argumentos en contrario,es la esperanza de que la tierra darámás en esa forma, porque el propie-tario no limita su jornada a las ochohoras; consagra a la tierra todo elesfuerzo suyo y de su familia y así laslabores salen más baratas.

Creo que una de las causas deltrastorno del mundo actual son losaltos salarios y la jornada limitadísi-ma. Así hemos llegado al callejón sinsalida en que nos encontramos. Seha querido que el trabajo rindiera fru-tos y bienestar ilimitados y esto no esposible.

Se ha dicho que las máquinas sonel producto de la avaricia de los em-presarios para aumentar sus benefi-cios, pero sin ellas la explotación noes viable; cuestan más de lo que valensus productos.

Buena prueba de ellos es el labra-dor que trabaja con sus propias ma-nos. No tiene más amo que el Estado,que reclama una pequeña parte en losbeneficios para atender a las cargascomunes, y sin embargo, ¿cuál es lasituación de ese labrador-propietario?Tan modesta que ningún obrero deciudad la envidia, y dudo que la acep-te si no es compelido por el hambre.

Pues esa es, a mi parecer, la me-dida del bienestar que el trabajo pue-de suministrar a la humanidad. Loque de ahí para arriba obtengan al-gunos será a cuenta del esfuerzo delos otros, de la infame explotación,que dicen los socialistas.

Yo estoy lejos de creer que esemayor beneficio obtenido por los quetienen más talento y energía para em-prender obras, sea una explotacióninfame: es un beneficio legítimo y degran provecho para la sociedad, quemerced a los esfuerzos y a la inteli-gencia de una minoría selecta. ve

¿Qué culto debe darse a las gotas desangre que dicen manan de la manode una imagen del Sagrado Corazónde Jesús, y que algunas personas

guardan y llevan en relicarios?

No debe dárseles importancia a noser que conste ciertamente su realidady origen milagroso.

Aun constando ciertamente su ori-gen milagroso, no deben venerarsenunca como gotas de sangre de Jesu-cristo, aunque el análisis demuestreser sangre humana; pues no son go-tas de sangre de Jesucristo, porqueProceden no de El, sino de su imagenY porque el análisis demuestra sudescomposición, lo cual no puede de-cirse de la sangre de Cristo en estadoglorioso desde su resurrección.

No tiene, pues, otro valor esa san-gre milagrosa que ser imagen de lasangre que Nuestro Señor Jesucristod erramó por nosotros, y el de recor-d arnos, por lo mismo, el amor deJ esucristo y la obligación de corres-Ponderle y el de manifestarnos lo queD ios quiere especialmente de nos-

mejorada la situación de todos y au-mentado su bienestar.

Recordando las andanzas de ustedy los muchos miles de duros que haganado y gastado, desearía que envez de haberla corrido tan ricamente,hubiera usted ahorrado algo. Hoy se-ría un propietario y podría ofrecer alpueblo hambriento algo más que bue-nas palabras y deseos.

No se ofenda por este recuerdo quejuzgo necesario para usted y paraotros muchos que combaten el Regis-tro de la Propiedad. Créame siempresuyo affmo. GARCÍA

otros según lo indiquen las circuns-tancias en que ocurra el milagro.¿El que oye totalmento distraído lamisa, cumple con el precepto domi.

nical?Si ni en confuso se dió cuenta de la

Santa Misa, evidentemente que nocumplió, y pecó mortalmente si lohizo con plena advertencia, a no serque hubiese aún otra misa y tuvieseintención de oirla debidamente.¿Quebranta el ayuno eucarístico elfumar y tomar rapé o inhalaciones de

mentol, etc.?No lo quebranta, porque ni el humo,

ni el tabaco, ni el vapor del mentol,tienen razón de comida.¿Que directorio han de seguir en elrezo del oficio divino y en la celebra-ción de la Santa Misa los terciarios oterciarias que viven en comunidad?

Es obligatorio seguir el de la Or-den de que son terciarios o terciariasy al mismo han de acomodar los quedigan misa en sus iglesias o capillas.-

IMÁN

RADIOGRAIVIAS

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MADRID

La fiesta del Sagrado Corazón deJesús.—Día grande para Madrid, jamásigualado en tiempos pasados en fervor yentusiasmo religioso. En las iglesias nose podía entrar. Puede decirse que toda lamañana fué una comunión general conti-nuada. Los balcones de todas las casascolgados. Sólo brillaron por no tener col-gaduras los edificios del Estado. En lo-dos los barris, aun en los populares, sedió esta nota vibrante de catolicismo porel pueblo madrileño. Esperamos confiada-mente días mejores y de un esplendorgrandísimo para la Religión.

¡Al Cerro de los Angeles —Con granfervor y entusiasmo háse realizado la pe-regrinación al Cerro de los Angeles, orga-nizada por la Archicofradía de los «JuevesEucarísticos» y V. O. T. de la Merced es-tablecidas en esta iglesia de la Buena Di-cha, el domingo día 19 de junio.

En varios viajes han trasladado losautocars como unas trescientas personasdispuestas a recibir allí a los pies de lamajestuosa estatua el Pm de los ángeles,manifestando un extraordinario fervor consu edificante comportamiento y con el ar-dor con que cooperaron a los piadososcánticos que animaron durante aquellamañana inolvidable el ambiente sagradode aquel lugar, en el que convergen hoylas miradas atónitas, no sólo de los cató-licos españoles, sino también de los detodo el orbe.

Con acentos pocas veces igualadosenardeció los corazones de sus oyentesmomentos antes de distribuirles el sagra;do manjar el R. P. Ricardo Delgado, Di-rector de los «Jueves Eucarísticos», queera e1 que celebraba el santo sacrificio,

exhortándolos a elevar fervientes plegariasal Corazón Divino para inclinarle a volversus ojos llenos de misericordia hacia laIglesia santa y a la patria querida en estostiempos de tanta amargura para ambas,cuando no parece sino que el infierno seha desencadenado y amenaza emponzo-ñar con su hálito pestífero a toda la hu-manidad, para arrancar del corazón delhombre todo sentimiento de amor y detemor para con aquel Señor que, en arasde su infinito amor para con sus hijos des-agradecidos, no perdonó ningún sacrificiopara conseguir colocarlos de nuevo encamino de salvación.

A continuación de la Santa Misa hízoseun dC10 de desagravios al Divino Cora-zón, y después de tres cuartos de horaconcedidos para que aquellas buenas gen-tes pudieran hacer algo en obsequio tam-bién de st11 vida temporal, se rezó, solem-nizado también con cánticos piadosos elSanto Trisagio, organizándose inmediata-mente el regreso, sin que, gracias al Se-ñor, hubiera que lamentar el menor per-cance desagradable.

Sea por todo ello siempre loado el Divi-no Corazón.— Un peregrino.

Para las obras de la Iglesia de ElPlantío.—Nos piden la publicación de lasiguiente nota:

«Se ruega a las personas piadosas con- -tribuyan con algún donativo a la termina-ción de la iglesia en construcción, en ElPlantío, paralizada per falta de fondospara continuarla.

Los donativos los recibe el señor colec-tor de la parroquia de San Luis (calle dela Montera).»

HERENCIA,

Catequesis. —:En estado florecentísimda

está la catequesis. El promedio de asis-tencia es de 350 a 400. El 12 de mayo fuéla fiesta de la primera comunión. Asistie-ron a ella 425 niños. Después de breveplática y la acción de gracias, las cate-quistas sirvieron a los niños el desayunode chocolate, bizcocho y churros.

Los días 5 y 12 dejunio dieron dos ve-ladas amenizadaspor un cuarteto de labanda y por cante« jondo» del más deli-cado estilo de un ar-tista que debutó y seacreditó como buencanta ite. Representaron los Wilas y lascatequistas. El éxitofijé rotundo; el teatroCervantes se viólleno de bote en bote,como no podía esaerarse. Se reunieron600 pesetas, que con460 que había de fon-dos, se invirtieron enpremios, cuyo reparto se h ;zo el martes 26de junio.

SARRIA

Fiesta de la Santa Cruz.—Tambiénaquí cundió la idea, acogida con entusias-mo, de venerar la imagen de la Santa Cruzde un modo especial en reparación de laProscripción que de ella se ha hecho enlas escuelas Hay aquí ya numerosas per-sonas adheridas a la Cofradía de la SantaCruz, erigida hace meses en Santiago conaplauso del Sr. Arzobispo; pero aun apar-te de las que pertenecen a la Cofradía,casi todas las otras personas y los niñostodos ostentan con devoción el sagradoc rucifijo en sus pechos. El día 3 de mayo,In vención deja Santa Criz, celebróse so-iem nísimamente con adoración y vela du-

75 -

rante todo el día ante una gran efigie colo-cada hermosamente en el altar mayor; ala tarde predicó el P. Comendador, exhor-tando mucho a la devoción de la SantaCruz.

Novena del Espíritu Santo.—Con ex-posición de S. D. M. y sermón diario,

predicados por el R. P. Comendador, ce-lebróse este año con gran solemnidad yconcurrencia de fieles la Novena del Espíritu Santo. Dos días de la misma corres-pondieron al aniversario de la quema deconventos, y en ambos hubo vela durantetodo el día, el primero ante el SantísimoSacramento y el segundo ante la imagende Nuestra Santísima Madre; a la tarde deambos, el P. Comendador, con voz con-movida por el tremendo recuerdo de talesdías, h i zo sentir vivamente a los oyentesel p eso de tales ofensas a Dios y el grandeber de repararlas.

Comunión de los niños.—Después deuna larga preparación, tuvo lugar el día22 de mayo la comunión general de losniños. Acercáronse tan sólo de primeracomunión unos 70, entre niños y niñas.-

0,,O00000cboo00000noo.o..uouuc.en n .300000000000000000o0oo000000000000000000000000000000000000.00000000000000000

Los monaguillos numerarios y supernumerarios de los Mercedarios deMadrid (Buena Dicha).

--:276 — 277 —

La misa la celebró el R. Sr. Arcipreste donPedro Páramo. Cantaron la misa «De An-gens» los mismos niños. Los familiaresde los chicos concurrieron en gran núme-ro a la función, de modo que se hacía di-fícil en la iglesia cualquier movimiento acausa del concurso. Comulgaron con losniños unas 500 personas. Acabada la fun-ción, se les sirvió en el jardín que hay de-lante del convento un apetitoso desayuno,consistente en chocolate (trajeron los ni-ños las tacillas), churros y pasteles. Alfinal de la función de iglesia, el directorde la Catequesis dirigió a los padres defamilia, en tan crecido número allí reuni-dos, una vibrante alocución sobre los de-beres de los padres en la educación cris-tiana de los hijos, haciendo notar la grancrisis que padecemos de padres de familiay los medios de remediarla.

Inútil parece encarecer el entusiasmo delos niños durante toda su fiesta; al final dela misma se fatigaron en dar vivas espon-táneamente a la religión, a los frailes, alconvento y a las catequistas.

Diremos para terminar que la parte prin-cipal del éxito se debe a la abnegación yasiduidad de las catequistas, que trabaja-ron incansablemente y algunas a costa deduros sacrificios durante toda la tempora-da. A ellas nuestro agradecimiento y queel Señor se lo premie.

Corpus. —Celebróse como de costum-bre, aunque con mucha más concurrenciade hombres que otros años, la fiesta delCorpus. Los postulantes y novicios, diri-gidos por el P. Vallejo, ejecutaron admira-mente la gran misa de Palestina «AeternaChristi munera » y otros varios motetesclásicos.

Veladas.—Dirigidos también por el Pa-dre Vallejo, los postulantes y novicios ce-lebraron sendas veladas literario-musica-les en las fiestas onomásticas del Maestroy del P. Comendador Fr. Fernando Díez,estuvieron en todo tan acertados, que hi-

cizron pasar a la Comunidad unos ratosgratísimos, impregnados de espíritu mer-cedario, de piedad y de amor a nuestrogran arte polifónico.— EL CORRESPONSAL.

ESCORIAZA

El 28 de marzo próximo pasado emitiósu profesión simple la novicia Sor Ramo-na de la Natividad de Jesús Narbaiza y Az-pitarte. La solemne misa diaconada la ce-lebró don Pedro Atucha, cura párroco deAbadiano (Vizcaya), del pueblo natal de ladicha novicia y él mismo le impuso el veloy recibió 3U profesión en representacióndel ilustrísimo señor obispo. Le dirigióuna hermosa plática alusiva al acto el re-verendo padre fray Jacinto de la Virgendel Carmen, C. D., director espiritual de ladicha novicia. A tan simpática ceremoniaacudieron sus padres, hermanos, parien-tes y numeroso público. Nuestra más com-pleta enhorabuena.

POYO

Meses de mucho movimiento.—Losreverendos padres Gaite y Armengol ape-nas paran un día por el convento. Losmeses de mayo y junio los tuvieron ocu-padísimos.

El 24 de abril tuvo lugar la «Jura de laBandera , del Centro de Puente Caldelas,villa situada a 17 kilómetros de Ponteve-dra. Preparó la fiesta en un triduo el pa-dre Armengol. Resultó solemnísima. Misade campaña en la Alameda, procesión conel Santísimo hasta la iglesia, distante casiun kilómetro. Asistieron los Centros deGrave, Poyo y Sangenjo, mandando suadhesión otros varios que materialmenteno pudieron asistir.

¡Hermosa profesión de fe de un pueb:oeucarístico!

El 5 de mayo se celebró otra «Jura» enel Centro de Cuntis, organizada por el pa-.

dre Gumersindo Placer. Asistieron losCentros de Puente Caldelas, Sangenjo,

Poyo, Negreira, Sayans, Santiso y Latín.¡Inolvidable! Misa de campaña en el atrioespaciosísirno de la Iglesia, y procesiónpor las calles del pueblo. En ambas «Ju-ra;», la lluvia restó algo a la lucidez, perocreció el fervor; y sin hacer caso de ella,la procesión, expresión de la fe de nuestropueblo, se realizó dentro del más completoorden.

Enhorabuena y calurosísima merecenlos dos Centros por su amor a Cristo Sa-cramentado.

Debido a la gravísima enfermedad quepadece la madre del muy reverendo padreprovincial, llegó éste a nuestro Conventoel día 4 de mayo. Hagamos una sú)lica aNuestro Sfflor para que si es su voluntadle devuelva la salud, y acompañemos ensu justa pena a sus h jos los reverendospadres provincial y comendador de nues-tro Convento de Poyo.

Ordenes sagradas.—Las recibieron en

En Madrid, el 18 de junio falleció cris-tianamente la señora doña Matilde Rodrí-guez Sanjurjo Bonrostro, recibidos todoslos sacramentos, la bendición de S. S. yla indiligencia de LA MERCED, de la quetenía carta de hermandad por les ayudasprestadas a sus misiones. Fué mujer pia-dosísima, de acrisoladas virtudes.

A sus sobrinos, entre los que se cuentael general Sanjurjo, nuestro pésame.

--En Orno (Navarra), confortado conlos santos sacramentos piadosamente en

Santiago los coristas fray Ignacio Ro-bles, fray Amadeo González, fray DavidBiaín y fray Manuel Carrera. Todos seordenaron de minoristas.

El 16 de mayo profesó de votos solem-nes fray Ramiro García, ordenándose desubdiácono el día 21, con sus compañe-ros arriba dichos.

Hemos celebrado, con la mayor solem-nidad, la fiesta del Corpus, predicando elreverendo padre fray José S. Crespo.

Asimismo la del Sagrado Corazón, y lade San Juan, Patrono de nuestra parro-quia, en la que predicó el reverendo padrefray Manuel Penedo.

El día del Corpus fundó el reverendopadre Gumersindo Placer los «Jueves» enla lila de Arosa, situada en la ría de Vi-Ilagarcía. Quedan 10 coros aguerridos yvalientes.

Y por hoy no hay más.Poyo julio 1932.—Fr. R. Sanjurjo.

111111.11.1117.9eli

el Señor, falleció don Atanasio Garciriain,suscriptor de esta revista.

A su familia nuestro pésame y a nues-tros suscriptores suplicamos una oración.

-- En Herencia, los hermanos tercerosdon Alfonso Mateos, doña Leona GarcíaCalvillo, doña María Teresa García Na-vas, doña María Díaz de los Heros, donFermín Ojeda Alvarez, don Trifón Gómez.

—En Poyo (Pontevedra), cristianamen-te, don Manuel Grafía.

NECROLOGIA)(

eIBLIOGPAFIA- 279 -

EL ALMA FEMENINA. Ensayo Psico-Peda-

gógico, por Pablo Thouvignon. Tra-

ducción del francés por F. Gallach Pa-

les, profesor en el Instituto de Valencia.

Madrid, 1932. Bruno del Amo. Editor.

Apartado 5.003. Precio: 5 pesetas.

Se trata en esta obra del eterno proble-

ma que el autor desarrolla desde el punto

de vista católico, siendo en cierto modo

respuesta a la «Mujer en la Sociedad con-temporánea » , de Gina Lombroso, comple-

mento y correctivo en cuanto al libro «Psi-

cología de las Mujeres», de Jorge Hey-mans.

El autor, que, escudado en el seudóni-

mo, es hombre de larga experiencia, su-giere testimonios reveladores cuando dice:

«En las correspondencias íntimas es don-

de más se pone uno de manifiesto y

más aún en las confidencias.» Además de

esto, se basa en escritos pedagógicos de

nuestra literatura, adoptando algunas su-

gestiones del método de los tests.En el Prefacio dice: « Lo que presento es

un estudio de conjunto, con algunas alu-

siones sobre ciertos problemas de orden

general que naturalmente surgen. Flexible

como la vida, ondulante y diverso como elinstinto, sinuoso y de curso profundocomo lo inconsciente, fecundo en meta-mórfosis con miras a la felicidad, el mun-

do femenino desviará siempre al psicólo-

go, que se contente solamente con las cla-sificaciones rígidas y las leyes sencillas y

universales.. .Por eso el arte del psicólo-go debe sugerir mucho más de lo quediga.»

Este ensayo psico-pedagógico, expone

el asunto desde tres puntos de vista dis-tintos:

La mujer y la vida. La mujer y el

amor. La mujer y la civilización.

Hay que reconocer que su autor, Pablo

Thouvignon, da pruebas de raro atrevi-

miento, que investiga a fondo el problema

en todos sus aspectos. Las mujeres se

sorprenderán al verse descritas con tal

exactitud, al considerar han sido compren-

didas con tanta verdad como simpatía; loshombres descubrirán los móviles de losactos que antes !es intrigaban, y los direc-

tores espirituales podrán aprovechar la

experiencia nada común del autor. •

OBRAS ORATORIAS del Ilmo. y Rvdmo. Se-ñor Dr. D. Ramón Angel Jara, Obispo

de La Serena (Chile), volumen IV, «Glo-rias de la Iglesia » III, Discursos y Ser-mones, 1.°

Volumen XX de « La Predicación con-

temporánea». Madrid, 1932 Bruno del

Amo, Editor. Apartado 5003. Precio, 5peselas.

Publicados anteriormente en la colec-

ción «La Predicación contemporánea » lostres primeros volúmenes de las Obras

oratorias de este eminente orador sagra-

do, con los títulos «Domus Aurea» (Ser-

mones de la Virg m), y «Glorias de la

Iglesia», 1.° y 2.° (Panegíricos y Sermo-

nes y Sermones de Semana Santa), apa-recerán seguidamente los restantes hasta

completar la serie de !as admirables obrasde este autor. El volumen de que hoy nosocupamos es el primero de sus « Discur-sos y Sermones», interesantísimo comotodos los anteriores, pletórico de doctrina

y un verdadero modelo de erudición y elo-cuencia.

Componen este tomo, que corresponde

al número 20 de la notable publicación «LaPredicación contemporánea » , las siguien-tes piezas oratorias: 1, «Felicidad de lavida religiosa » (sermón de profesión);

II, «El reinado social de Nuestro SeñorJesucristo por la N.» (sermón de inaugura-

ción de un templo); III, «El nacimiento deJesús» (sermón de primera misa); IV, «Los

Claustros» (sermón de centenario); V, «ElCorazón de Jesús y la vocación sacerdo-

tal» (sermón de primera misa); VI, sEl

Papa» (deberes de los católicos para conel Papa, discurso); VII, « Cuarto centena-rio del descubrimiento de América» (dis-curso); VIII « Conferencia de San Vicentede Paúl» (discurso); IX, «Unión social deorden y trabajo (discurso); X, «Día de

Resurrección» (sermón de primera misa);XI, « Obra de la Buena Prensa (conferen-

cia); XII, «Premio al mérito» (discurso enuna distribución de premios).

Recomendamos una vez más a nuestroslectores la selecta colección de obras queaparecen en « La Predicación contempo-ránea», única en su género, y de autoresespañoles e h i spano-americanos, exclusi-vamente.

PROTOCOLOS DE LAS REUNIONES DE LOS SA-

BIOS D3 SIÓN, por Sergio Nilus (1905),

traducida al inglés por Víctor E. Mars-

den, y del inglés al español por F. J. Y.

Imprenti Mayli, Bilbao. Venta exclusiva:Librería Religiosa Hernández, calle dela Paz, 6. Madrid. Tamaño, 18 por 12.

Páginas, 206. Precio en rústica, 5 ptas..

El libro en que Sergio Nilus compiló los

Protocolos de las reuniones de los Sa-

bios de Sión, se publicó en Rusia en 1905.

A los veintisiete años no sólo no se ha

desvanecido el eco de las sensacionales

revelaciones que en él se hicieran, sino

que repercute hoy con la misma vibración

apasionante de los primeros días. Es un

libro de actualidad perenne que viene en-

cendiendo en Europa las más vivas con-troversias. Cada traducción o reedición,

por encima de los recursos que se ponen

en juego para hacerla desaparecer o amor-

tiguar sus efectos, renueva el tema, siem-

pre inagotable, de la absorción a que as-

piran les organizaciones judías y tratande imponer por todos los medios. Llega a

España un poco tarde, pero con oportuni-

dad manifiesta, a los pocos días de ha-

berse reproducido por la intervención de

preeminentes personajes, algunos con ele-vado cargo oficial, el problema del judaís-

mo en nuestra tierra. Esta circunstancia

presta a la traducción del libro de Nilus al

español, que siempre hubiera sido, más

que oportuna, necesaria, una justificación

y un interés plenos y decisivos, un valorverdaderamente inapreciable.

Después del libro de Tusquets sobre la

influencia de la masonería en la vida es-

- 280 -

pañola, este testimonio de la invasión ju-daica en el mundo, que son los Protoco-

los de las reuniones de los Sabios de

Sión, ha de explicar no pocos misterios eiluminar muchas oscuridades.

Esta traducción del inglés no es sólo lamejor desde el punto de vista editorial,

, sino que puede presentarse y recomendar-se como la más completa por los docu-mentos anejos y la más valiosa por la sevendad y la claridad, al mismo tiempo,con que sirve la versión española los hechos historiados.

Su traductor, al que no han inducido ensu trabajo móviles interesados, sino elnoble deseo de colaborar a la magna obrade esclarecimiento que se impusieron, pri-mero Sergio Nilus, y después quienes lasvertieron a todos los idiomas, ha prestadoun gran servicio a la civilización cristianay también al patriotismo español, amena-zado en uno de sus fundamentos másfuertes.

LA IGLESIA Y LA EDUCACIÓN SEXUAL. Manual

para los padres y edlicadores publicadopor la «Asociación del Matrimonio Cris-tiano». Ui tomo en 8.° de 318 páginas,elegantemente encuadernado, 7 pesetas.«Editorial Litúrgica Española», S. A.,Cortes, 581. Barcelona.

Algunos espíritus excesivamente sim-plistas se lamentan de que los editorescatólicos se preocupan demasiado de loque se ha convenido en llamar «problemasexual . y pronostican un sin fin de malespara un plazo no lejano.

Estos tales, llevados de su excesiva bue-na fe, no tienen en cuenta que la mayoríade los estados civilizados de Europa yAmérica se ocupan atentamente de esteasunto y elaboran programas escolarescon miras a la educación sexual.

Evidentemente lo que está en juego enesta gravísima cuestión es el porvenirmoral de nuestras juventudes, y aceptadaesta realidad, cabe preguntar: ¡,puede laIglesia, veladora de la moral y rectorapor derecho divino de los futuros hom-bres de mañana, permanecer indiferenteante asunto de tal transcendencia y en elque va involucrado el porvenir de tantísi-mas almas?

La «Asociación del Matrimonio Cristia-no», fundada por el celoso sacerdoteJ. Viollet, nos ofrece este incomparableManual, debido a verdaderos especialis-tas, los cuales estudian ampliamente y deuna manera práctica y juiciosa todos losaspectos de la educación sexual, siguien-do lealmente las orientaciones señaladasrecientemente por la Santa Sede, la cual,conforme saben nuestros lectores, se pre-ocupa extraordinariamente de la cuestión ycree que ha llegado el momento de que loscatólicos tomen posiciones sólidas ante unproblema que tanto inquieta a las concien-cias cristianas.

Los editores de este Manual, confiesanque han tornado todas las garantías antesde publicarlo, no imprimiendo ni una solaletra sin contar antes con la aprobacióndel Sr. Obispo diocesano.

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS