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Organo de

Dirección y

(91-.

1Nuestra Venerable

Administración:

i e "...re b

Orden Tercera de Ferrol

Colegio de PP. MERCEDARIOS

1

r-,ANO III I JUNIO 1920

II

NUIVI. 23

S T_T M A IR., 0

El Corazón de jesús y Margarita Alacoque, por Fr. Sera pi() Gonzit-lez Gallego.—La primera Misa en Chile, • por Fr. Policarpo Gazulla.—Tengamos fé, por Fr. Luis Barros,—Páginas Mereedarias, por jullaGarcía Herreros. —La Noche de San Juan, por Antonio Neira de Mos-quera. —Al Sagrado Corazón de Jesús, por Matilde Montero Dopico.—Tjno que se hastía, por Fr. Serapio González Gallego.—Corpus Chris-ti,.por San Pedro Pascual .—Al Monte de la Mirra (continuación) porFr. Amerio S. Blanco. —Necrologías—Noticias.

eeta. Eiee

El (oral* de 3estis y Margarita Alampe

A habló Roma sobre la santidad de aquellaalma enardecida en el cliviuo ;amor y que nosreveló de parte Jesús algo de las finezas del

amor de su Corazón Deifico a los hombres. Ya habló Romasobre la heroicidad de las virtudes de Margarita Alacoque,y las encontró dignas de supremo aplauso. Por fallo inape-lable e infalible del Vicario de Cristo. Margarita Alacoqueya está en los Altares con el sublime apellido de Santa.

Profetisa divinamente inspirada de la Nueva Ley,vidente sublime, que penetró en los mas profundos arCa-nos de la mística y de los divinos misterios, dijo cosas almundo tan admirables del divino amor, que el mundo seconmovió profundamente, y hoy desde el cielo se recrearácon felicidad infinita al contemplar cómo la hoguera porella encendida, lejos de apagarse, sigue creciendo en in-mensas proporciones.

Nos habló del Corazón divino, de aquel Corazón, cu-yos latidos tenían por única causa el amor. Nos habló delCorazón que más había amado a los hombres, por los cua-les dejara el cielo y luego jamás quiso dejar la tie-rra. Nos habló de las admirables promesas - de ese Cora-zón, promesas que se cumplen a la letra con una exacti-tud asombrosa; por eso hoy en el mundo la devoción al

Santísimo Corazón de jesús es la primera y más extendidade las devociones.

Y la imagen del Corazón de Jesús, no solamente lavemos en todos los templos sino también en todos los hoga-res cristianos, en las puertas de todas las habitaciones delos creyentes.

Y hasta en el hogar patrio de nuestra Esparia, la na-ción más católica del mundo, está, entronizado el CorazónDeifico, coronando un monumento asombroso de arte y defe, en el centro geográfico de la nación, con los brazosextendidos hacia la gran urbe, y como diciendo a los ma-drilefiós y en ellos a todos los espailoles: « Venir a mí to-dos, porque yo reino en Espafia».

Emoción profunda embargó nuestro espíritu cuando,no' hace muchos días, nos prosternamos ante el admirablemonumento del amor de los espafioles hácia su Dios.

El Corazón de jesús reina en Esparia, reina en loshogares, reina en los corazones; y el portavoz de seis amo-res, la enardecida Margarita Alacoque desde el 13 delpasado mes de Mayo reina en los Altares con el sublimeapellido de Santa.

Esos dos grandes acontecimientos religiosos son de po-sitiva importancia en estos momentos difíciles para nues-tra Nación, y constituYen una esperanza halagtielia parael porvenir, aunqué aparezca tan obscuro.

Una nación en la cual reina Jesús no puede perecerjamás.

FR. SERAPIO GONZÁLEZ GALLEGO

La Primera Misa en Chile

Era un clía, de otoño del año de gracia 1535. Si alguien hubie-se estado esa mañana en las alturas del famoso Rodadero segu-ramente que se hubiese preguntado así mismo: Qué es lo quesucede en la ciudad del Cuzco? Y conteniendo la respiración y

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poniendo los cinco sentidos en la hondonada hubiera visto hormi-guear la gente por las estrechas calles de la población, hubieraoído el redoble de los tambores, ej sonido de los pífanos, el re-lincho de los caballos, robustas -voces de mando, alegres risota-das, clásicas interjeciones a la antigua usanza, entreverado todoesto con alaridos .de indias y chiquillos, formando así el conjuntouna especie de Babel inexplicable.

De cerca ya el cuadro tenía otra perspectiva muy diferente.En la plaza principal velase una fila de tercios perfectamente

alineados con sus . arcabuces al hombro, dos pasos más atrás hablados largas filas de piqueros que apoyados en las astas. de sus lar-gas picas esperaban la orden de partida; más allá esperaba igualorden un escuadrón, cuyos caballos miraban altivos a uno . y otrolado mordiendo , el freno y echando espumas por la boca; en lu-gar preferente y bajo la sombra de un blanco estandarte estabanlos PP. Mercedarios Juan de Vargas, Francisco Ruiz, AntonioRendón y Antonio de Almansa; otros religiosos los saludabandesde ' lejos con la mano y ellos más con el corazón que con laboca contestaban diciendo: ¡Adios!..., quien sabe si hasta laeternidad ! y en el resto de la plaza, pendones de Castilla queondulan por todas partes, amigos que se despiden y se. hacen milencargos, mujeres que lloran, indios con atados a la espalda ymillares de indias que se mesan los caballos Y gritan como si las.mataran. .

A una voz de mando los soldados, en formación, presentaron.armas. En ese momento solemne en el pecho de esos hombresse ola palpitar con regularidad un corazón incapaz de alterarseaún a impulso de las más tremendas impresiones; eia sus rostrostostados por el sol muchos de los cuales estaban adornados Congloriosas cicatrices, se dibujaba el hambre de pasar hambre, , lased de pasar sed, el deseo de Marchar, de escalar inaccesiblesmontañas, de 'penetrar en impenetrables bosques, de atravesarinvadeables ríos, de luchar uno contra mil . por plantar mas allála Cruz de Cristo enlazada con el pendón de Castilla; y en los bienfornidos miembros de esos tercios se veía a la legua que ellos ysolamente ellos eran. capaces de ir hasta el confin del -mundo enbusca de dos columnas en torno de las ' cuales pudieran grabaraquellas palabras que con asombro del mundo ellos' mismoshabían borrado: Non plus ultra.

Así formados ellos pasó por delante de las filas el AdelantadoI). Diego de Almagre rodeado de sus capitanes; diö orden de par-tir, sonaron en ese momento en el Sasahuaman los . disparos dela artillería, se repicaron las campanas, un formidable ;viva el rey!

atronó el espacio, las filas se pusieron en marcha y una horadespués se hacían en el Cuzco los más variados comentarios mien-tras en lontananza por el ancho camino que' conduce a San Jeró-nimo se divisaba una gran polvareda y *un negro punto que semovía... Eran los expedicionarios de D. Diego de Almagre quevenían hacia Chile.

Con quinientos españoles y quince mil indios salió Almagredel CMCQ, atravesó Bolivia., pisó territorio argentino y. remon-tando la cordillera de los Andes se descolgó con los sobrevivien-

. tes . por inacesibles desfiladeros hasta llegar a los valles de Copiapó.

Después de caminar toda la noche los expedicionarios, por-que al que se detenía se le congelaba el cuerpo y se le salía elalma, llegaron aquella mañana ala última cumbre y un grito dealegría resonó ahí donde .sólo reinaban el frío, el silencio y lamuerte. Hemos llegado a la cumbre; ¡se acabó felizmente la su-bida!; ;viva el rey! Y ¡viva el rey! repitieron los • valientes quese asomaban per los picos .de los Andes, y ¡viva el rey! murmu-raron los que jadeando subían por las laderas, y ¡viva el rey!balbucearon los que exhaustos miraban hacia la cumbre y caíanenvueltos en la nieve para no levantarse más,, y ¡viva el rey!contestaban hasta las montañas que atónitas oían por primeravez aquel grito y por primera vez veían también a gentes del otromundo.

Dándose la mano unos a otros por no sepultarse en los ven-tisqueros, respirando con todo lo que de sí daban los pulmonesahí donde el aire es raro, procurando no agitarse demasiado por-que en'tales alturas suele dispararse el corazón, enchirse las ve-nas y salirsc la sangre junto con el alma por los cinco sentidos,los expedicionarios de Almagre, torcieron la cresta de los Andes,comenzaron a descender y . ahí ya se podía vivir; el frío no eratan intenso, el sol dando señales de vida la, comunicaba a los ate-ridos cuerpos, en el semblante de todos se dibujaba la alegría yel Adelantado Almagre dando una mirada hacia atrás, hacia laspasadas cumbres, no . pudo contener una lágrima y murmurarentre dientes: « ¡Si hubiesen podido llegar hasta' aquí, no sehubiesen muerto!»

Y llegado que hubieron a un recodo donde no había nieve, sereunieron todos, se hincaron de rodillas y en alta voz dieron gra-cias a Dios, mientras el B. Antonio de B. Almansa requeríaentre los hatos todo lo necesario para celebrar el primer sacrificio,la primera misa que se ha dicho en Chile. Por lo que hace altemplo, lo tenía Dios preparado desde la creación del mundo. De

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altar sirvió la cordillera de los Andes, de techo la bóveda celestey de pavimento las hondulaciones de los montes y más allá lainmensidad del mar que se unía con la bóveda del cieló.

En el noinbre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.Entrare. al altar de Dios. Dijo el B. Juan de Vargas, haciendo laseñal de la cruz.

Y haciendo un esfuerzo para contener las lágrimas le contestóel P. Almansa: Al Dios que alegra mi juventud.

A . imitación del sacerdote todos los expedicionarios se santi-guaron, reconcentraron las potencias y sentidos fatigados de tan-to sufrir y en silencio oyeron devotament e . la misa, advirtiendoque al llegar al memento el P. Vargas juntó sus manos delantedel pecho y estuvo largo rato en oración. Feliz el mercedario quetuvo la dicha de ofrecer el primer sacrificio en esta tierra, hacien-do en aquel memento una fervorosa petición en favor de tantosinfelices, cubiertos con la capa del paganismo! Aeuerdatc Seiior detus siervos y de tus siervas, prosiguió diciendo el P. Vargas y Re-gado el momento de la consagración tomó la sagrada Hostia ensus manos, Se volvió hacia el pueblo y dióle con actitud impo-nente la bendición. En ese momento sublime el mismo Dios queun día. desde lo alto de la Cruz extendía sus brazos hacia. un pue-blo de dura cerviz, hacia un pueblo que en todo le contradecía,los extendía también hacia el pueblo de Arauco, hacia ese puebloque poco tiempo después debía ser suyo, hacia ese pueblo que siComo valiente jamás debía doblar su cerviz al yugo de sus con-quistadores como leal y religioso debía doblar reverente su rodi-lla ante Dios de la creación.

En ese momento contraía también la Orden de Redentores dela Merced un compromiso solemne con el pueblo chileno, com-promiso solemne que cumplieron el B. _Antonio Rondón, siendoel primer apóstol y mártir de Arauco; el B. Antonio Correa, pri-mer apóstol.del Ma,pocho; los BB. Bartolomé de Olmedo, Fran-cisco, Ruiz, Luis de la Peña, Juan de .Zamora y esa pléyade demercedarios que dedicaron su vida y muchos de ellos derramaronsu sangre por la salvación de sus prógimos. No es cierto, lector,que es sublime la obra de la Religión? No es cierto que lös • Mer-cedarios debemos estar orgullosos de haber sido siempre • en estaRepública de Chile, el iris de paz que se puso entre el cielo y latierra, entre el poderoso y el débil, entre el vencedor y el venci-ció? La historia de la Merced está unida con la historia de Chiley es imposible desconocer la una sin borrar la otra.

Los chilenos deben ver en cada mercedario a un padre cari-ñoso y a un amigo sincero, pues fué la. Merced la primera que

con cariñosa mano descorrió en aquellos tiempos el velo que lesocultaba la verdadera felicidad, la primera que después cual ma-dre, cariñosa entonó una canción al pie de la cuna, cuando Chilenació a la vida de las naciones, la misma que después se vistióde gala para entonar un himno de alegría en los días de glorianacional y la misma que en todo tiene° ha estado lista Para con-solar al triste, enjugar las lágrimas del afligido, y • depositar unacruz murmurando una plegaria sobre la tumba de los que caye-ron con gloria defendiendo el honor nacional.

Cuando el padre pronunció aquellas palabras, Acuérdate tam-bién Seiior, de aquellos que murieron antes que nosotros con signosde fe y descansan en el -sueño ' de la paz, dos lágrimas salidas delfondo de su corazón rodaron por sus mejillas. Eran tantos losamigos y compañeros que quedaban atrás!...; tantos los quedescansaban en el mego de la paz, sin otra mortaja que la blancacapa fría de la nieve y sin otras exequias que el silbido del vientoy el bramido de la tempestad!...; . tantos que al tiempo de morirhelados y exhalar el último aliento, recibiendo la absolución lehabían hecho un encargo!...; tantos a los cuales había cerrado élmismo los ojos v en cuya frente helada había depositado un beseen nombre de la Religión, en nombre de la patria, quizá en elnombre de una madre!

Terminada la misa los expedicionarios se sintieron más con-fortadós, se levantaron y se pusieron en marcha a .Santiago deChile. . POLICARPO GAZULLA.

oSabido es que la virtud se robustece en la adversidad no de

otra forma que los músculos con el ejercicio metódico y conti-nuado adquieren flexibilidad y fortaleza. Pero no cabe duda quehay horas de gran desaliento y zozobra cuando la contradición sealza enfrente de la verdad limándola de toda sombra de aparien-cia, y reduciéndola a una simple idea intelectiva poco a propósitopara atraer la voluntad, amiga de irse tras lo que fascina a lossentidos v halaga a la concupiscencia.

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Colegio de las Mercedarias de Ramales (Santander)

ALTAR DE LA CAPILLA DEL COLEGIO

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Sin embargo, la verdad siempre flota en medio de todas lasincertidumbres y borrascas, y mientras los caprichos e invencio-nes de los hombres van y vienen, y las hipótesis más contradic-torias logran. recibir los honores de axiomas n las cátedras in-congruentes de la-humana ciencia, la verdad de Cristo, la lbsu divina promesa, aparece a través del tiempo invariable y soli-dísimamente situada en medio de todos los errores.

Mil veces negada, mil veces combatida; y mil y mil veces ven-cedora, ya .resistiendo los ataques, ya tomando la ofensiva..• Debe animarnos sobremanera _esta inconmovible fortaleza denuestras ideas puesto que ella nos dice no hay peligro que temer.cuando, como ahora, el enemigo se vista de . nuevas y halagadorasformas para levantar en contra nuestra a los apetitos de los hom-bres, salvajes cuando son desordenados.

Y no importa que ante nuestra imaginación -destilen esquele-tos que forman legiones sin cubillo, cráneos descarnados quepiensan en las Iniquidades de los hombreS de los cuales fuerenvíctimas; no. importa que crucen en fatal procesión los crímenesde los . que parecían. buenos, , las decepcimies del espíritu, al versuCumbit a los que creía columnas inconmovibles; 'nada debe es-pantarnos, y después detan fatigosa mirada Sobre la inestabili-dad humaiia, s illas que 'nunca debemos decir con la doctora avu-lense: «nada te turbe.., nada te espante... Dios no se muda...solo Dios basta».

.. "-tTän -riecesit-r- io es .e rste- ileisanlietito, que Sin él se conciben lasmayores aberraciones. y. locuras. Al ver los campos de la civili-zación desolados y sembrados de humeantes escombros, restos nosolo deLgrande.zas materiales, sino principalmente del- desvenci-jado :V escarnecido derecho preguntarase el impío:- ¿Qué plantasnacerán sobre los despojos de la muerte? ¿Qué perfumes despedi-rán las llores que bben lsábia eh . 1a podredumbre y crecen enlos ribazós de ríos de sangre? ¡,Qué endechas cantarán las aves enlos yermos...campos:don-de :antes se , cimbreaban loS -nidos de susamores cuando las . rna,tinaleS brisas cruzaban Turnorosas.por.entreel verde follaje de los tronzados árboles? ¿Qué pensaremos deaquellas austeras virtudes personales trocadas en repugnantes vi- •

cios, que proyectan sombras de maldad en sociedades enterasalbergue de innobles corazones? Todo es mentira, y. burla, acabe-mos con la farsa. Y se despeña en el abismo de la desesperación,o se arroja en brazos del hiimano 'capricho, voluble y tornadizo.

No comprende la existencia de los buenos, porque muchoscaen, no ve la razón del bien magníficamente separado del malpor un principio de impenetrabilidad moral no obstante cierto

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Poco a poco, los claustros volvieron a quedar solos y silen-ciosos, el último religioso penetró ei su pobre celda, humilde,estrecha, sin más muebles que una cama de tablas, una mesacargada de libros, entre los que se alzaba una iniagen de Jesúscrucificado y una calavera que parecía fijar sus huecos ojos en lapuerta . como esperando al habitante de aquella morada de ora-ción y penitencia.

Una estrecha ventana abierta cerca del techo dejaba penetrarun blanco rayo de lima que iluminaba la estancia con su luz deplata.

El religioso al penetrar en su celda quedó bafiadb por aquelrayo de luz que le envolvió como una aureola celestial, dando atoda . su figura joven y hermosa, con una belleza puramente espi-ritual que dimanaba de un no Se qué, dulce y austero que impo-nía y atraía a la vez, algo de sobrenatural, dejando ver en su mi-rada humildísima , el anonadamiento del. Santo, mientras en suancha y desgejada frente brillaba la aureola del sabio.

Fr. Nolasco Sirdico, italiano de origen había ingresado seisaños antes en la Orden Mercedaria abandonando sus cuantiososbienes para vestir la blanca librea de María Santísima: llegando atan alto grado -en las ciencias humanas y divinas, que se citabanhechos maravillosos en que la - Reina del cielo concediera a suhijo predilecto señalados favores mostrándosele como Madreamantisima.

Cuando fue llamado a Valencia, invocándola en medio de unadeshecha borrasca, ante su oración el mar quedó sereno, las olasembravecidas humillándose dócilmente fueron a besar los costa-chis del barco, que momentos antes amenazaban destruir y abrién-'dose las 'apiñadas nubes, dejaron ver en un girón del cielo azuliluminado por un rayo de sol, la misericordia de • la Estrella delmar, María de la Merced.

•Al entrar en su . 'celda, Fr.- Nolasco, apesar de lo- avanzado de •la hora no dirigió ni . una mirada a- su - .pobre lecho; como si laimagen de Jesús crucificado fuera para el un imán irresistible sedirigió- hasta el pie del crucifijo y ante él sus rodillas s e . doblaron,sus manos se unieron y su frente fué a apoyarse en el borde dela mesa que le sustentaba. -

El más profundo silencio envolvía al religioso prosternadoante la. sublime imagen del Hombre Dios, clavado en un toscoleño por redimir al hombre, por la estrecha ventana ' el astro dela noche rodeaba su inclinada cabeza de un nimbo • de luz y enaquella semíobscuridad, en aquel silencio lleno de misteriosasarmonías quo solo etespiritu percibe cuando el mundo calla, su

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ropaje traidor que a veces los confunde. Y no.lo comprende porque ignora la íntima naturaleza de la verdad. siempre la misma,«firme en medio del sofisma como firme está. la Cruz deon votviturorbis»,

Este es el secreto de la Igles:a y de sus fieles hijos, por esoaguardan con calma a que se serenen los tempestuosos mares,. yallane el camino de la paz de los espíritus la agitada lucha delas pasiones. Y un día será la Francia oficial, alejada en inal horade la casa solariega en donde era reconocida su primogenitura,que vuelve ruborosa reconociendo su error, sin atreverse por esoa romper del todo con él, «porque aún no le llegó su hora»; otrodía es un discípulo de Mahoma que 'reconoce la grandeza y altezade miras del representante de Cristo; alguna vez son los secuacesde los falsos principios libertarios, que en los mismos templosdonde se fraguaron armas contra los derechos de la conciencia,confiesan paladinamente y sin eufemismos el .origen del mal quetodos lamentan, y que no es otro que la falta de fe.

Saludemos la aurora de un nuevo y esplendoroso día en quelucirá, el sol de la verdad , católica, y tengamos fe en nuestrasideas.

7R. LUIS BARROS.

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Páginas Mercedarias• Eran-. las altas horas de la noche; . suna hermosa uoche' d'el:M(3S -

de Junio -de: 160.6; en.el convento :dé la Merced deJa..:citidad:41üs;Valencia los religiosós volvían:a, sus celdas después :, ,del rezo'de,Maitines: .silenciosos, en actitud humilde y recogida...sus bláncaS,siluetas cruzaban los anchos y obscuros claustros semejantes afantásticas sombras que la noche evocara como celosos defensoresdel mundo dormido: así era en efecto, pues mientras la humani4-:dad perezosa se entregaba al descanso, estos hijos de Maria Santi-sima elevando hasta el trono de su Madre el incienso' de su Ora-ción, impetraban su auxilio y defensa para sus penas, .el perdónpara sus pecados, la fortaleza para sus flaquezas.

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alma, pugnando por elevarse sobre la carcel de tierra que le apri-sonaba, abría sus alas, buscando anhelante, a Aquel que, pres-tándole su amoroso luego, la atraía como foco infinito de luz, queiluminaba todo su ser, hoguera ill11121151 de divinas llamas queabrasándole le purificaba, le transfiguraba hasta convertirle enotro ser, diviniztineole, en fuerza de la intensidad de su amor.

Pronto desapareció para el espíritu de Fr. Nolasco .cuanto lerodeaba; aquella luz divina que le inundaba interiormente le ro-deó llenando de vivísimos destellos la pobre celda, y los ojosasombrados del Mercedario vieron ante sí sobre riquísimo tronode oro y pedrería, con el costado entreabierto por ancha y pro-funda herida de la que se escapaba un resplandor sobrenatural yllevando en la mano una palma y una corona de Inestimable va-lor, al Hijo de Dios, .al que llamándole un día en medio de lajuventud brillante y llena de ilusiones y esperanzas, le mostró lasmazmorras en que gemían tantos cautivos cristiános invitándolea ofrecer por ellos no solo su oro, sus ilusiones y sus esperanzassino su sangre y su vida,. por solemne y sagrado voto.

" Pr. Nolasco ante la belleza indescriptible de aquella celestialaparición quedó suspenso, como si la vida detuviera sus . funcio-nes naturales en su cuerpo. para prestar doble vida a su alma.

Y el Divino Salvador, Contemplando con amor infinito a.'aquel hijo predilecto de 'su Madre Santísiina, mostrándole la pal-ma:y la corona que Bu .su mano llevaba, le dijo dulceménte:. Esta preciosísima corona y esta palma son para premiar tu. vir-

ginal inocencia,La frente del religiósó se inclinó más y Más,. hasta hundirse

en .-el confundirlo, asombrado, bajó el peso de tanto amor,.'de 'tan divindarrobamiento que parecía arrebatar su alma másall de los confines de la tierra, a un pa. raiso de delicias indes-criptibles

. • . .Pocos días después las campanas del convento de la Merced

dejaban oir su tañido lento y solemne, ese tañido, cuyo eco parece •repercutir más allá de los confines de La tierra y que denominandoblar a muerto.

Los habitantes de Valencia. rodeaban la puerta de la religiosamansión, con el dolor pintado en el rostro, y de todas las bocasse.escapaban esta frase mezclada con lágrimas y sollozos.

Ha muerto el Santo. Fr. Nolasco Sárdico ha muerto.Y se comentaban, se repetían, las maravillas de una vida

verdaderamente sobrenatural, regalada por favores especialísimosde Dios y de su Madre Santísima.

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Y cuando fué permitida la entrada, el pueblo invadió la estan-cia donde desprendida ya de él el alma, que Dios mismo recogie-ra con amor infinito, yacía el cuerpo iiferte pero hermoso y purocómo lirio cortado antes de usarse, del angelical hijo de la Mer-ced, que envuelto en su hábito de ,blancura inmaculada comohabía sido toda su vida, .aun después de muerto era la admiraciónde cuantos rcon veneración contemplaban su cadáver, en el que seveía como Un: reflejo de la gloria en , que su alma privilegiadahabía recogido ya, .4 palma y la corona que el Hijo de Dios ba-,jara a ofrecerle poco tiempo antes..

JULIA G. HERREROSTerciaria de la Merced.

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L8 NOCHE DE Shil JOhN

Las fiestas populares son la fórmula más completa, de unaépoca, cuyo origen se pierde en la noche de las tradiciones.. Lasrazas y las conquistas ,dejan a su paso por los • pueblos subyuga-dos recuerdos indelebles de su denominación, y , a los ojos delobservador, a pesar de la destructora rueda del tiempo que todolo aniquila, comparecen las diversas costumbres de otros Siglospor medio de un examen histórico y filosófico.

lié aquí la razón porque algunos escritores creen que Españano es un pueblo, cuyos hábitos ha generalizado el tiempo, sinola reunión de los diversos estados que se destruyeron mútuamen-te por medio de una guerra interior. Por otra parte, la naciona-lidad española es compleja, es la fusión de la nacionalidad roma-na, de la nacionalidad goda y de la nacionalidad árabe.

La España romana desapareció con la irrupción de los bár-baros del norte. La España goda no murió completamente, peroabdicó la mayor parte de su preponderancia en las aguas de Gua-dalete, y después de la desaparición de don Rodrigo, el genio delos pueblos septentrionales, se hi go español y derramó su sangrecon profusión por un principio de unidad monárquica y religio-sa. Después . de muchos años de una lucha interior entre árabesy los españoles, la victoria coronó los esfuerzos de los Cristianospara que una, fuerza magnánima y católica, modelo de soberanas

y orgullo de las mujeres, gobernase en nombre de las tradicionespolíticas de Toledo y Burgos a un pueblo árabe en sus leyes ycostumbres. Unicamente la religión triunfó corno árbitro omni-potente. En el territorio conquistado por los soldados de .la Cruzdebían conservarse por muchos siglos las reminiscencias de lacorte de Boabdil el chico. Los conquistadores tomaron de losconquistados usos y costumbres, que los conquistados hermana-ron con las creencias de los conquistadores. De esta suerte per-petuaron unos y otros en aquella parte de la península un espí-ritu romancesco y poético, mezcla incomprensible de la volup-tuosidad árabe y de la rudeza castellana.'• Hé aquí la razón porque algunos escritores 'extranjeros dicen

sin la pretendida recriminación de los qtre más suspicaces de loregular, suponen que España es mitad africana en sus costum-bres (1), y a pesar de que por la imprudente intención de un lite-rato francés (2) el orgullo nacional no 'tolera el que Se crea que'el Afriea comienut en los Pirineos, no podemos menos de manifes-tar en honor de un pueblo que se vió privado de llorar sobre latumba de sus padres, que esta opinión juzgada históricamente esaltamente satisfactoria, por cuanto los árabes españoles de lossiglos medios valían-más, mucho más, que los demás europeos deaquellos tiempos por su cultura e ilustración.

-• Quede, pues, consignado que la , nacionalidad árabe y la espa-ñola se refundieron después de la toma de Granada, -y qu'e lascostumbres populares son la prueba mas elocuente de la verdadde nuestras consideraciones. La verbena de San Juan es la expre-sión completa de la nacionalidad española, en la que se amalga-maron las costumbres de los árabes con los recuerdos de loscristianos. Su origen fué puramente religioso, pero por su índolese hizo profana corriendo vagabunda del campamento de los cru-zados a la plaza pública de las ciudades y de León a Córdoba yde Oviedo a Granada.

Nosotros procuraremos buscar su origen en el espíritu reli-gioso' de aquellos tiempos y explicaremos cómo dos pueblos ene-migos de creencias se apropiaron esta festividad ya como regocijopopular, ya como ovación cristiana.

La verbena de San Juan nació en el siglo IX; en las cruzadascon las peregrinaciones a la Palestina y con el oriente, lugar pri-vilegiado de poesía y misterio para los meridionales de ardienteimaginación y vena tan poética como romancesca. En un princi-

• (1) Entre algunos otros Víctor Hugo.(2) El Al). Du Prat.

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pio la iglesia se hizo árbitra de esta fiesta popular, y las creenciasreligiosas consagraron esta noche corno una solemne fecha queservía de plazo irrevocable para aquellas generaciones. Más tardevino a ser vn auto sacramental celebrado por el pueblo; en lossiglos XVI y XVII degeneró en una comedia de capa y espada conamorosos requerimientos y aventuras novelescas, y en la -actuali-dad no es más que un sainete, de escasa originalidad, donde encambio de la fe de la, edad media y la poesía del reinadO de los

• austriacos en España, solo se conserva .ese principio de aglome-ramiento popular que siempre se echa de ver cuando se celebra-alguna tradición religiosa o recuerdo histórico a costa de los piesque bailan y del estómago que reviVe con el fuego de la digestióndespués de algunos excesos bucólicos. El sentimiento se empleaentonces con mucha cautela.

La noche de San Juan puede considerarse a la vez como fiestafeligiosa y como espectáculo profano. ¿Sería en un principio co-mo hemos dicho en otra ocasión, el sábado del populacho quedesafiaba al 'sábado de las brujas? ¿Seria una manifestación expon-tänea del alborozo qne causaba la vuelta de los cruzados y mástarde de los peregrinos? ¿Sería una especie de aniversario guar-dado de padres a hijos por una remota tradición? ¿O la mutaciónde una costumbre de los primitivos tiempos de la iglesia cristia-na cuando se celebraban las entradas triunfilles y las procesionescon multitud de hogueras que llegaban hasta los claustros dealguna abadía o la plaza de armas de algún castillo 'feudal? ¿Omás bien un tributo de alegría popular dedicado al Bautista quehabía recogido las aguas del Jordán, de aquel río cuyas- orillasvisitaban los caballeros y palmeros (1), para bautizar al B.edentordel mundo?

Nosotros creemos que la noche de. San Juan no fué más queuna fecha religiosa celebrada en gracia de los recuerdos caballe-rescos de aquellos tiempos. Por este motivo comenzaron prontoen ella las fábulas y las preocupaciones, y se apropió a esta fiestapopular un caracter maravilloso que podría compararse a los díasadversos o prósperos de las Mi/ y una noches. De esta suerte lafecunda y galana imaginación de los árabes, se hizo iirbitra de losdeseos de ambos pueblos y aprovechó los tesoros de su fantasíapara darle un caracter galante- y aventurero con cierto misticismoreligioso que purificaba el origen de las aberraciones de la mágiay de las locuras del corazón.

Con gran estrépito y algazara era celebrada entre los árabes

(1) Así se llamaban los peregrinos que Iban a Jerusal6n por las palmas que traíana Europa.

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la noche de San Juan ( l) y en medio del regocijo público, lasenemistades de los diversos bandos en que estaban divididos, re-vivían con el fuego del entusiasmo y el poder de las preocupacio-nes religiosas. Durante esta noche árabes y españoles deponíansus armas, y el espíritu de rivalidades dormía en brazos de laalegría popular.

Las descripciones que de esta noche encontramos en los romances, son la prueba más evidente de lo que llevamos dicho enel presente artículo. Los hechos tomaban entonces las proporcio-nes de lo sobrenatural y solo hablaba el celo religioso, la fantasía:la razón enmudecía y se creía en todo; en los presagios, en laspalabras misteriosas, en los malos agüeros; en todas las reminis-cencias de la mitología antigua, en" las preocupaciones del cris-tianismo y en los ensueños del Koran. Hé aquí las palabras tex-tuales de algunos romances que tenemos a la vista, y nuestroslectores podrán juzgar de esta manera de-la verdad y rectitud denuestras palabras.

El romance tercero morisco de Zara, esposa del rey Boabdil(2). comienza de esta manera:

La mañana de San Juansalen a coger guirnaldasZara, mujer del rey chicocon 'sus más queridas damas,que son Fatima y Xarifa,Celinda, Adalifa y Zaida,de fino cendal cubiertasno con marlotas bordadas;sus almalzales bordadoscon muchas perlas sembradas,descalzos. los albos piesblancos, mas que nieve blanca.Llevan sueltos los cabellösno come) -suelen tocadas.y más 41 desdén la reina •por celosa y desdeñada;la cual llena de dolorno dice al rey lo que pasa,ni quiere que en la ocasióusu pena sea declarada.

(1) En el romance sexto de la batalla de Roncesvalles se dice que es esta mañana.donde moros y cristianoshacen gran solemnidad.

(2) Romanceto general, 1614.

Captiváronla los morosla mañana de San Juanecogiendo rosas y lloresen la huerta de su padre (1).

Juan de Linares, uno de los poetas antiguos españoles que.más se distinguen por lo esmerado y conceptuoso de :sus pensa-mientos, pone en boca de un caballero los siguientes versos (2):

Mi señora me demandabuen amor cuando vendréis,sino vengo para pascua • •para San Juan me aguardeis.

Hé aquí, por último, un romance que reune a :la sencillez de -sus conceptos, la verdad del sentimiento espiritual . .de aquella.época:

Yo me levantara, madre,mafianica de San Juanvide estar una doncellaribericas . de la mar,sola lava y sola tuerCé,sola tiende en un rosal,mientras los paños se enjugandice la niña, un cantar:¿Do los mis amores, do losdo los andaré a buscar?Mar abajo, mar arribadiciendo iba el cantar,peine de oro en las sus manospor sus cabellos peinar:dígaSme tú el marineroque Dios te guarde del malsi los viste a mis amoressi los viste allá . pasar.

Nosotros creemos que los fragmentos que acabamps de inser-tar en este artículo, son un testillionio irrecusable del carácter ala par que religioso, romancesco, que tenía la noche y mañanade San Juan.

(1) Sobre las fiestas de los árabes véase la Historio, de Granada de Abenamin, tra-ducida al castellano por Pérez.

(2) Florest, de Rimas aut. esp.—tomo primero.—Ilamburgo.— 1821.

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Están«) de varias lloreslas moras ya coronadas,con lágrimas y suspirosa. todas la reina habla...,

En el Cancionero de romances leemos lo siguiente:, „es un tal día

que llaman señor San Juan,: cuando los que están contentos....con placer comen su pan,

Cuando los desconsoladosmayores dolores dan (1).

:En 'el romance de las fortunas del conde Arnaldos Se dice (2)¡Quién tuviese tal ventura

sobre las aguas del mar -'cómo tuvo el conde Arnaldosla mañana de San Juan!con un falcón en la manola caza iba a cazar. •

En el de Julianera; hija . del' emperádör • (3)..Busco triste a . julianera . .

la hija del emperante,:pues me 1'. han . tomado- moros.malianica . de Sant.. Juane.cogienflo- rosas y..11ores:en el vergel de su.padre..:• •..• . • * * * :• " •":,

En el de Aforaina y del Moro Galban•.(4).Por aquellos altos montes

caballeros vió asomarellorando 'viene y gimiendo;las ufiás corriendode amore.S . de Morianahija del:

- (1) Anónimo,(2) Id.(3) Id.(4) Id.

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Después que la conquista modificó el carácter de la sociedad.árabe y española, o por mejor decir, después que se refundieronen una, la noche da San Juan amalgamó las costumbres de ambasen menoscabo de su pureza y religiosidad. Entonces degeneró enverbena; en regocijo profano, en un espectáculo público de ín-dole aventurera y romaneesca. Por Mi lado encontraba quince oveinte caballeros en un zaguán, donde una muger era el ciceronede un altarcito adornado con mal gusto, y en la habitación conti-gua algunos galanes y doncellas pasaban la noche entre puntea-dos y danzas, rematadas por vasos de sorbete de límón , y guindasrepartidos con largueza. Allí tres o cuatro jóvenes de ojos negrosy cabellos ensortijados, rezaban por lo bajo alguna oración paraescuchar ¡ay! esa delicada voz, sueño y esperanza de toda muger,tal vez la voz de sus galanes ocultos detrás de una reja, que les .revelaban el día en que recibirían la bendición del matrimonio.Aquí otras hijas del amor sacaban agua de un pozo a las doce enpunto de la noche—un minuto de más o de menos imposibilita-ría esta prueba,—para ver en ella al que un día había de serdueño de su corazón. Ya se ponían al sereno ojas de alcachofas,de cardo o de zavila para (fue floreciesen antes de la madrugada;ya los hombres más resueltos se sobresaltaban si distinguían alsalir de su casa a un perro negro, o si al dar limosna a un pobreo al cambiar una moneda venía al suelo de cara' o cruz. Se sem-braba el lecho para que reverdeciese a las pocas horas, o rebus-caban los granos de la ruda para ser madres las que los comíanal cantar del gallo.

Estas reminiscencias de los árabes y de los antiguos españo-les, se transformaron o perdieron en el trascurso del tiempo. Enla actualidad no solo desapareció en parte el pensamiento religio-so, sino que la civilización destruyó para no restaurar, comoaconteció con las diversas costumbres de las sociedades Modernas.

Lo noche de San Juan de nuestros días, es el recuerdo de símisma: una fecha histórica, en la cual viene a, las mientes laantigua noche de San Juan, elevada en su advocación, poética ensus hábitos y caballeresca en .sus instintos.

ANTONIO NEMA DE MOSQUERA

N Sagrado Corazón de Jesús

Sagrado Corazón, España lloraLa nación sobre quien tu nombre imperaDébil se encuentra, casi agonizante,No puede ya el león con la melena.

De los pasados días de venturaEn que al mundo asombró con sus victoriasNada le resta ya, solo poseeFeliz recuerdo de pasäda gloria.

Mírala madre ayer de un continenteQue, ingrato, arrebatóle sus tesorosY hoy, que la ve sin fuerza, la codicia,Cual codicia al cordero hambriento lobo.

Si le faltan varones esforzadosQue, al ladrón, arrebaten la gran presa,Fe otórgale, y valor para la luchaHaz que vuelva a nacer un Jaime en ella.

No permitas que se hunda en el abismoEsa nación que, su corona y cetro,Fué a poner a tus plantas, hace un añoEn las alturas de encumbrado cerro.

Ilumina al Monarca que te eligeComo rey y señor de sus estados.Y, al firmar de la Patria los destinos,Dale tu luz y guíale , la mano.

• Sagrado Corazón, tu manto tiende,lilitjo él a tu España acoge amante,Y, si en ella ves barca que naufraga,Sé Tú puerto abrigado que la ampare.

MATILDE MONTERO DOPICO

Terciaria de la Merced

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lee O LEYENDAS o

UNO QUE SE HASTÍA

%o,

—iHe, señores, no empujar! ¡Esto es insopor-• table!

Y además de insoportable, necio; por-• que, celebrando la apoteosis de un médico,

vamos a enfermar todos.(49 0-1 Ho--)e —Cálmense sus mercedes. Es la oleada

humana que pasa...—Pero después de una viene otra.., y esto

es interminable... ¡ay! ¡Que arrojo la asaduraen la cara de este bárbaro, que me prensacomo viga de lagar!

—iQue me asfixio!—iAy, mi pierna!—iAy, mi brazo!—iAy mi costilla!— Qué le ha pasado a su señora?:- qué señora, si soy complefiunente soltero?—Hablaba su merced de su costilla...—En efecto ¡mire êl cardenal!—Tenga su merced recato en medio de la multitud. El

Doctor Arenchs se encargará de examinarlo en su clínicafamosa.

—Cualquiera se acerca hoy a don Arnaldo, en el pináculo.de la gloria.

—Cuestión de esperar que descienda de tanta altura.—Pero esto no espera... ¿Por qué me habré metido yo en

este proceloso mar en el que casi es imposible no sufrirnaufragio?...

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—iAy, ay,.mi madre! ¿en donde está mi madre?--No llores, niño.—Es que he perdido a mi madre.—Entonces llora amargamente, porque la desgracia do

perder a una madre es superior a cualquier otra.—Ay madre mía!...—Por vida de la malandrines patidifusos y pesados, que

son capaces de aplastar una piedra miliaria, y mi pie dere-cho, a fe que no es de sílice. Téngase allá, señor gordo, quesoy cristiano...

— Yo no vuelvo a presenciar la apoteosis de ningún sa-bio, si no es con el arnés completo encima.

.Ya pasan los doctores de la Universidad. Mira en me-dio al obsequiado.

—Mancebo apuesto, a fe mía. ¡Con veinte y pocos, ya esun sabio! Aquí estoy yo en el ocaso de la vida y aún nosé leer.

—Pero en cambio apúnteemás de mil moros que le hasenviado a Pedro Botero, para que juegue.

—Efectivamente, que a alguno le he firmado el pasapor-te, con recados míos para su padre Mahoma.

—Pues lo que no va en lágrimas va en suspiros. A donArnaldo Arenchs lo declaran hoy en plena Universidad be-nemérito de la ciudad de Montpeller, porque cura los enfer-mos y porque descubrió no sé qué maravillas de alquimia, ya. tí te vamos a declarar benemérito de toda la cristiandadpor mata-moros.

—Pero, mira el médico famoso, cuya ciencia a los veintey pocos arios estä . muy por encima de los de todos los.docto-res sang-redos de media Francia, viejos orgullosos, avezadosen el arte de matar sanos, cuyo bisturí 'es peor que . 1a tizonadel Cid Campeador y cuyas recetas son más-terribles . .que lalanza de Clodoveo o que los rayos de Júpiter tonante. Mí-ralo, míralo en medio de los doctores y sabios de la Univer-sidad, que lo llevan • en triunfo, y sin embargo su conti-nente, bien que noble, es modesto y llano. ¡Calla, . que nosmira. nY nos sonríe amablemente! Así, con corazón de niño.concibo yo a los sabios de verdad:

—Viva D. Arnaldo!—iVivaaa!—iViva el Doctor Arenchs, gloria insigne de Montpeller!—iVi yaaa!—Hombre, que viva todo el mundo, y entre todos que

viva yo, pero usted se empeña en eliminarme de entre losvivos.

—No permita Dios tal...—Me ha dado un empujón que pensé no parar hasta el

otro barrio.—Ya pasaron los doctores y todo su séquito. ¡Eh seño-

res cada mochuelo a su olivo! Así es la gloria del mundo.La gloria del Doctor Arenchs ya se extingió por este día.

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Que no y que no había sido creado el corazón del hom-bre, sino para descansar en Dios. Allí estaba sinó el suyo,inquieto y agitado, para dar tesmonio de- ello. Se sent}a másvacío su pobre corazón, cuando más henchido se veia decosas de la tierra. Le sobraba dinero, no le faltaban criadosdispuesto a satisfacer el más pequeño de sus antojos; su glo-ria de doctor y sabio alquimista de primer orden, habíarecorrido toda la Francia y había traspasado los Pirineos,los Alpes, los Vosgos y el estrecho de Calais. Era robusto,mozo apuesto, y a fuer de caballero y noble. galante; y lasmás linajudas y hermosas damas de la ciudad habían soña-do con sorprenderle alguna de sus sonrisas, o ser objeto dealguno de sus discretos galanteos. Tenía todo lo que puedehacer feliz a un hombre, cuyo ideal no se remonta más alláde los límites de una vida terrena más o menos larga. Perocomo ese no era el ideal suyo, de ahí que todos aquellos es-plendores y comodidades, no llenasen su hambriento co-razón.

Había gozado el placer de las riquezas, y aquel placer sedisipara entre sus manos. Había tenido amigos y en muchosviera egoismo, en otros ingratitud y olvido, y en rnny pocosverdadera nobleza de espíritu. Los aplausos le habían sona-do algo así como sonata apasionada y violenta, cuyos ecosse habían esfumado en el espacio silencioso, dejando en lasfibras de su corazón turbaciones dolorosas y heridas moles-tas. Decididamente la gloria humana era algo impalpable,que huía cuando parecía más voluminosa y palpable. Lasdamas a las cuales él había cortejado tenían « cabem hermo-sa, pero sin seso » . Y, en fin,,todas las cosas de la tierra erande una futilidad eterea, sin la solidez que ansiaba en ellassu corazón inmenso, casi infinito.

Viéralo el mundo, que lo envidiaba, dando vuelcos en su•

:11 491

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blando lecho, sin poder conciliar el sueño, porque con todoslos aplausos y condecoraciones de que había sido objeto nose hartara su insaciable corazón. Viéralo el mundo, irrefle-xivo y necio, muy lejos de la felicidad, cuando lo suponíamás feliz.

Un día habían llamado dos religiosos de blanco hábito,que se decían de la Merced, a las puertas de su suntuosamorada, demandando limosna para los desgraciados queyacían en las mazmorras agarenas. Le interesaron sus figu-ras de santos auténticos y visibles, y les hizo numerosaspreguntas, que ellos satisfacieron dibujando en sus rostrossonrisas de cielo, revelando una inocencia y una paz de es-píritu, que él jamás, ni había tenido, ni soñado desde suniñez.

Pedían para redimir cautivos, y se entregaban a una vi-da de penitencia; y se disponían a ir al Africa a negociar conlos moros pérfidos y malos, expuestos a perder en medio deellos la libertad y la vida. Y no temían a la muerte violentaentre horribles tormentos.

Los anhelaban; el pensamiento de ser dignos de morirpor Cristo les halagaba como la esperanza de una infinitadicha; y radiantes le expresaban el deseo que tenían de sermártires del que por nosotros fue mártir en lo alto del Cal-vario.

—Detrás de las glorias humanas—se decia—está la na-da. Detrás de un glorioso martirio por Cristo está un cielosin fin...

Y don Arnaldo •Arenchs se levantó del mullido lecho,se hincó de rodillas en medio de la elegante y lujosa habita-ción, y hecho un mar de lágrimas dijo profundamente con-movido:

—Señor, desde hoy yo no quiero buscar la felicidad enlos placeres y en la gloria humana, sino como Tu, en Iostormentos y en el desprecio de los hombres.

—Arnaldo, han concluido tus martirios.—.Me dejas volver a los míos?—No por cierto; pero vengo a brindarte la felicidad. Me

agradan tu talento y tus virtudes. Tengo para tí en la tierrauna hija de diez y seis arios, que, además de ser hija de un

u.u.

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5:

rey, es la más hermosa de Granada y nuestro profeta Maho-ma te preparará un paraíso de deleites después de la muer-te. Reniega de vuestro Cristo, que os obliga a ser locos y arenunciar a la felicidad, y hazte de los nuestros. Mandarévenir médicos famosos, que curen las heridas de tu cuerpo,cansado por los malos tratos de una horrenda esclavitud; yuna vez curado, se celebrarán tus bodas; te llamaré mi hijo,y la felicidad y los placeres te todearän a raudales en estemundo y en el paraíso del Profeta.

—Oyeme. rey: yo era un médico celebrado en mi país.Me he visto rodeado de placeres, aplaudido por las multitu-des y codiciado por las más bellas damas de mi tierra. Y nome sentía feliz. Tuve que dejarlo todo para que mi corazónse saciase de felicidad. Tus mazmorras son mi cielo; tus ver-dugos crueles y sanguinarios, mis amigos; las llagas de micuerpo, recibidas por el amor de Aquel que murió en cruzllagado por mí, constituyen mi tesoro.

Rey, tus ofertas son muy pobres para satisfacer mi cora-zón, que ya hace muchos años abandonó lo terreno y caducopor lo imperecedero.

El anterior razonamiento desconcertó al rey granadino,y lo hizo montar en cólera contra el redentor mercedario,que había sacrificado su libertad por la de tres mancebosque peligraban en la fe; y decretó que aquel perro cristianofuese apaleado hasta que dejase de existir.

—Bendito seas, Señor, que me reservais tan gloriosamuerte—dijo el valeroso soldado de Cristo en medio de suatroz martirio, inmediatamente antes de exhalar el últimosuspiro.

Y seguidamente cayó bañado en su propia sangre y susagrado cadáver, rojo como los que pisan en el lagar, se viónimbado de deslumbrantes resplaodores...

Y si su gloria de doctor hubiera perecido con sus días, sugloria de santo y glorioso mártir mercedario se conservamagnífica a través de seis centurias.

FR. SERÁN° GONZÁLES GALLEGO.

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xadlos, ca ciegos son, e cabdiellos de ciegos, ca las mis pa-labras spiritu e vida son, e entendidas spiritual mente danvida, e entendidas carnal mente matan, ca la letra mata, eel entendimiento spiritual vivifica.

E este Sacramento estableció nuestro Señor Jhesu Chris-to en la dicha sancta cena, e bendito será aquel que verda-dera mente creera e dignamente lo recivirá! E este Sacra-mento fué figurado e significado guando el rey Melchisedech,que era rey, obispo, e profheta, offreció a Dios por Abraampan e vino, e por ende el rey propheta David dixo e prophe-tizó; « Tu es sacerdos in oeternum secundum ordinem Mel-chisedech » , e dize esto: Tu eres sacerdote por siempre segúnla Orden de Melchisedech.

E estas dos prophetias podedes alegar contra los judíose contra moros en razón del CORPUS CHRISTI, ca deste Sa-cramento se moravillan los moros e los judíos. por razón queno leen, e no entienden estas dos prophetías.

E pues los judíos dicen que sus padres comieron en eldesierto maná, que es dicho pan de los ángeles, no se devenmaravillar deste Sacramento, ea si aquello pudo Dios, másligero es esto, facer de pan carne e de vino.sangre, que escosa natural, e se face, así corno veemos manifiestamente ennuestros cuerpos.

Todavía sabed que los ángeles e las ánimas después queson partidas desta carne, ni comen, ni beben, ni les son me-nester comeres ni beberes corporales, ca spiritu son, e las susdelicias spirituales son, e no corporales; e quien al dice, nosabe que dice: e que esto sea verdad pr nevase por lo quees de suso, e que nuestro Señor Jhesu Christo defió decla-rallo guando El dixo que la su Carne que daba a comer, e lasu Sangre que daba a beber, , que estas palabras spiritu evida eran, e que no carnalmente mas spiritualmente se de-ben entender.

E nos los christianos, e los moros, e los judíos creemosla resurrección del día del juycio, así que todos resucitare-mos en ánimas e en cuerpos glorificados, e los que ficierenbien en este mundo, e fenescieron su vida en buenas obras,e en verdadera ley avrán gloria sin fin; e los que fenescierensu vida en malas obras, o en falsa e en mintrosa ley, que nodebe ser dicha ley, más heregia, serán damnados e perdidospara siempre.

E sin conjuración ninguna, más ligera cosa es creer este

COUS ChRISTI

01\16 Jhesu Chrieó el pan en sus manos sanctas,e alzó los ojos al cielo a su Padre dando graciasa él, bendixo esse pan, e partiólo, e di6lo a susdiscípulos, diciendo así: Recibid e comed deste

todos, ca aquesto es el mío cuerpo, el qual será traydo enremissión e redemptián de los peccadores.

E después que ovier-ni cenado, tomó el cáliz en sus sane-tas manos, e fico gracias a Dios Padre, así como primero, ebendixo esse cáliz, e'cli6 a sus discípulos diciendo: Recevid ebebed dél todos, ca este es cáliz de mi sangre, misterio de la .fe del testamento nuevo e perdurable, la cual sangre seráesparcida por vos e por muchos, en remissión de los pecca-dos; e quantas vegadas esto ficie redes, en memoria de mí lofarédes».

E esto es el precioso Sacramento del altar, del qual diceSant Paulo que « quien este pan sancto comiere, e quien estecáliz del Señor beviere non dignamente, culpado será delCuerpo e de la Sangre del Señor, e juicio de damnación co-merá e beberá el que en pecado mortal estará e lo recibirá,porque no da ni face reverencia qual debe al Cuerpo e aSangre del Señor » . Mas el que recibe el Cuerpo del Señor ela Sangre digna mente, vivirá por siempre, ca así dixo JhesuChristo: « La mi Carne es verdadero comer, e la mi Sangrees verdadero beber, e quien come la mi Carne e bebe la miSangre, mane en mí, e yo en él, e bivirá por razón de mí, caeste es verdadero pan que descendió del cielo; e el pan queyo vos do, la mi Carne es.

E porque estas palabras no entendieron algunos de losdiscípulos spiritualmente así como debían, mas entendié-ronlas carnal mente, cuydando que la su Carne e la su San-gre les quería dar a comer e a beber, e dixeron: Dura es estapalabra, ie quien la podrá cutrir? e partiéronse de JhesuChristo.

E estonces los otros discípulos dixeron: Señor, Maestro,isabeis que guando esta palabra dixiste, muchos fueron es-candalizados e partiéronse? E Jhesu Christo respondió: De-

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Sacramento del altar, que la dicha resurrección, e que el di-cho jnycio; e pero todo es verdad e ligero de creer, ca muysin entendimiento es quien a Dios tuelle todo poder, ca todacosa que es poder puede Dios, e así lo dice el propheta;« ornnia qucecumque voluit fecit » , e dice esto: fizo Dios todaslas cosas que quiso; e no es agora menos poderoso que oymill arios; e lo que dicen que los moros creen la resurrección,verdad es que la creen, así como scrivimos de suso en laIstoria de Mahomad.

E este Sacramento fué significado e figurado en los « pa-nes propositionis», de los quales ninguna no devía comersino los sacerdotes de la ley vieja; e deste pan dixo David.« Comerán los pobres e serán fartos, e lo arán al Señor».

E en otro psalrno dice: « O Señor, los ojos de los ornesesperan en tí, e tu les das comer en tiempo convenible». Een otro psalmo dice: «El pan confirma el corazón del orne, eel vino alegra el corazón del orne».

E este es el verdadero pan que verdadera mente confortapara siempre, e verdadera mente que da alegría que nuncafallesce, e por ende dixo Jhesu Christo en el Evangelio alos judíos: « Vuestros padres comieron manera de pan de án-geles en el desierto, e pero murieron: mas el que come destepan que yo do, que es la mi Carne, nunca avrá fambre, esiempre bivirá: e el que beviere deste vino que yo do quees la mi Sangre que yo e de esparcir en la cruz por la sa-lud del mundo, nunca avrá sed».

E porque los moros e los judíos dicen; nos no veemos,sino 'pan e vino, e vos decides que es Carne e Sangre deJhesu Christo: e 'a esto, amigos, podedes responder, que sien carne se convirtiese visiblemente la üstia, no la podríaningún orne somir, ca le sería horror e crueleza, e contranatura de orne comer carne cruda; e eso mesrno decimos dela sangre.

Onde en el 'tiempo del rey Luys de Francia, acaesci6 enParís, guando el sacerdote alzó la ostia, tornósele en carneentre las manos, e aparesció en esa ostia ymagen del cruci-ficio, e fueronlo . a decir a ese rey sancto, e él dixo: vos lo id aver, sino lo creedes, ca yo no lo yré veer porque lo creo fir-memente; ca leemos que la fe no ha merescimiento a lo qualla razón humana da experimento.

E en el tiempo de Sant Gregorio Papa conteció eso mes-mo con ca aparesció visiblemeate la ostia verdadera carneen las manos dese santo Papa por razón de una dueña que

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dubdó, e la dueña fizo penitencia, e tornose luego la ostiaen el primero color por oración de ese sancto Papa. E esta-bleció estonce Sant Gregorio, que guando tal cosa acaescie-se, que no la sorniese el sacerdote, sino se tornase en el pri-mero color, mas que se guardase entre las reliquias.

E por ende, míos amigos, con toda la mayor devociónque pudiesedes, e con las lágrimas, si Dios vos las diere,veed e recevid este Sacramento, e orad siempre que vos déDios a recivirle en la ora de vuestra fin, así que vayades se-guros. Amén (I).

SAN PEDRO PASCUALMártir mereedario

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Al Monte de la MirraCAPÍTULO CUARTO

De la necesidad de esta transicion

La necesidad de esta transición negativa y positiva a lavez, antes de llegar el alma a la unión con Dios, nace delamor y su divina naturaleza, y esta es la primera y princi-pal causa. Pero es menester, antes de que se eche encimaesta noche obscura y caliginosa, que los últimos rayos delsol pierdan totalmente su destello y se sucedan esas varia-dísimas tintas vespertinas que vemos antes del ocaso o caerde la tarde. Porque así como el declinar el día nos llena deapacible recogimiento y deja, con la impresión sensible deaquellos celajes que preceden a la noche, una indefiniblesuspensión y misterioso no sé qué, que nos eleva sobre lasesferas del tiempo y siquiera por brevísimos instantes nostiene absortos en sublimes ascensiones, y una huella de bis-

(1) Entresacado del Titulo VIII Sobre la Seta Mahometana según el Codice Esen-rialense Sig. H estant. ij núm. 25.

amor y el deseo, y persiste en la memoria el recuerdo cons-tante que aviva tal amor y tal deseo. Por tanto este resplan-dor clarísimo de la luz de la divina gracia es necesario quepreceda siempre a la noche obscura, o sea al declinar el díade la absoluta renunciación de las criaturas, Porque al apro-piarse el íntimo del alma aquel rayo vividísimo que la infi-nita claridad le comunica, viene insensiblemente a sentir lanecesidad de participar de la lumbre divina, que aunque enel entendimiento haya sido producida claramente, emperopor el impedimento de la ligadura que tiene con los objetossensibles y por hallarse ofuscado a veces por la obscuridadde la materia, no podrá entrar en la noche del total desarri-mo sin pasar por este declinar el día en que el últimorayo de luz sobrenatural le alumbra e ilumina para talesactos.

Que así corno los ojos, aunque de suyo son claros, no soncapaces de ver los colores, las figuras y otras cosas visibles,sino alumbrados de la luz del sol, y conservan aquellas im-presiones visibles aunque después queden en tinieblas: asínuestro entendimiento, aunque de suyo es claro está de talmanera impedido en los actos de la verdad y bondad, por lacompañía de las especies sensibles y de tal manera ofuscadoque es necesario que un vivo fulgor de esta santísima luz lealumbre e ilumine, cuyo radiante destello reduciéndole dela potencia al acto, y mostrando las especies y formas queproceden del acto cogitativo que es medio entre el entendi-miento y las especies inteligibles, le hace actualmente inte-lectual, de manera que acepte lo verdadero y lo bueno, ydespojándole totalmente de su tenebridad, lo deja en actoclaro y perfectísimo. Y este es el efecto positivo que causaen nosotros la negación a los objetos sensibles que por lomismo quedan en tinieblas. En llegando esta sosegada ysúbita obscuridad comienza nuestra mente a conocer el serdivino, su verdad divina y su divino amor, según la posibi-lidad del conocer, más no según la inmensa excelencia de loconocido. Y en fuerza de esto, nuestra voluntad la ama nocomprensivamente, esto es según El es digno de ser amado,sino adhesivamente, esto es cuanto puede extenderse nues-tro acto de amor. Así empieza nuestro entendimiento cortoy limitado a conocer el Ser infinito según la capacidad yfuerza intelectual, mas no según el piélago inagotable y sinfondo de la divina esencia, de la divina bondad y del divinoamor. Y al mismo tiempo que crece el conocimiento, crece

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teza y alegría por mil encontradas cogitaciones y afectosque experimenta el alma en un abrir y cerrar de ojos, perouno hay alrededor del cual giran todos los demás; del mismomodo sucede en las inefables anag-ogías del íntimo del e ,-pf-ritu purificado, porque, mediante ese rayo de luz divina, lle-ga a ver la Suma Verdad, del mismo modo que nuestrosojos refieren al sol los aspectos que en hermosísimas y va-riadas fases refleja su luz en la atmósfera al caer de la tarde.

Aprende el entendimiento la Verdad Suma, porque elentendimiento precede al amor, puesto que la voluntad nopuede abrazar la bondad, si el entendimiento no le mostrasela realidad del ser, así como él anima no experimenta la sen-sación de la luz y no percibe la belleza de los colores, siestuvieren cerrados los ojos corporales; que por ser el enten-dimiento como serena y cristalina fontana en donde se refle-ja con más exactitud la realidad de las cosas, llega a con-cluir que lo que no tiene ser alguno, así como no se puededesear ni poseer, así tampoco se puede amar, pues nadiecodicia lo que desconoce. Y como el objeto amado debe deestar dotado de ser, verdad y bondad, para que llegue a esti-marse por bueno; es necesario que sea conocidÓ como verda-dero y como en realidad se halla antes del conocimiento; esnecesario qne su entidad preceda:a la percepción intelectualy que un algo nos muestre la realidad de su ser, porque laesencia primero es en el ser que en nuestro entendimiento,que necesita de alguna ostentación sensible para que se im-prima en él la noticia del ser. Y por semejante manera enlas cosas divinas de que vamos tratando, es un rayo_ de luzque ilumina a todos los entendimientos al cual podemos lla-mar gracia preveniente e iluminante, porque con su divinaclaridad descubre en el alma las tinieblas de sus aficioneSdesordenadas y con sus purísimos resplandores la ilumina -eficazmente para que llegue a contemplar cuanto excede a;humanas y angélicas inteligencias. Aprendida la verdad delser, de ella misma se infiere su bondad y entonces la volun-tad descansa amando y la memoria opera recordando y acti-vando el deseo de la voluntad y la operación del entendi-miento. Porque, como dice el Filósofo, el ser, lo verdadero yel bien se convierten y confunden en uno; que por lo mismoel bien es bueno porque es verdadero, de igual modo que esverdadero porque es; mas el ser se considera en sí mismo yse llama verdadero cuando se imprime en el entendimientoy bueno cuando del entendimiento y de la voluntad nacen el

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el amor del divino ser conocido en el cual está fija la memo-ria, porque en estas sutiles operaciones el conocer, amar y-recordar es simultáneo y actual, y por lo mismo que la divi-na esencia excede a nuestro conocimiento en infinita propor-ción, sin que jamás se agote por parte del divino ser conoci-do y amado, de ahí la posibilidad de un activísimo acto queaumente en nosotros inteligencia y amor, y a ser tal la acti-vidad de nuestra memoria cogitante y amante que insensi-blemente exceda en igualdad y semejanza a los seres limi-tados, y entre a semejarse y aun a igualarse a lo que el en-tendimiento conoce y la voluntad ama. Que esta es la fuerzadel amor igualar al amante con el amado, regla que debentener siempre presente cuantos de veras ansíen llegar a labienaventurada unión, más íntima, muchísimas veces, quela de la materia con la forma, que la de la luz con el aire, ladel calor con la cuantidad y la de ésta con la substancia, ladel sentido con lo sensible, y la del entendimiento con lointeligible.

FR. AMERIO S. BLANCO

(Confinuard)

O Z-Z, 0 CD G. 1 A S

R. P. F, LORENZO BENITEZ.--En el convento de laMerced de Talca, Chile, entregó su alma al Creador el Re-verendo P. F. Lorenzo Benitez, superior del convento deChirnbarongo. El P. Benitez desempeñó en la Orden varioscargos de importancia y responsabilidad; fué maestro denovicios, rector del convento de Santiago y del Colegio SanPedro Nolasco y superior de casi todos los conventos que laOrden tiene en Chile. Ultimamente ddsempefiaba el cargode superior de la casa noviciado de Chimbarongo.

La muerte del P. Benítez es una pérdida muy sensiblepara la Orden y en especial, para la Provincia Chilena queen estos últimos dos arios ha sufrido numerosas pérdidas yde difícil reemplazo.

Enviamos nuestra condolencia más sincera a nuestros

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queridos hermanos de allende los Andes, haciendo votos porque Dios y Nuestra Santísima Madre de Mercedes les dénfuerzas para sufrir tanta prueba.

DOÑA ANTONIA DE ARÉVALO BRICEÑO DE TA-PIA.—De La Unión de Santiago.

El día 6 de los corrientes ha fallecido en esta capital, con-fortada con los auxilios espirituales, la virtuosa señora doñaAntonia de Arévalo Bricefio de Tapia, a los 99 arios de edad.

La ilustre dama descendía de los muy nobles conquista-dores, patricios y encomendadores de la colonia, capitanesdon Francisco de Arévalo Bricerio y del famoso don Pedrode Recalde y Ana,daloza, nobles hidalgos de la historia dela colonia. El primero era consanguíneo del Duque del In-fantado y del Conde Fuentaldaria. (De esta familia salierondos Obispos: don Lope que lo fué de Arequipa y don Alonsode Arévalo que lo fué de Cuenca; a la misma perteneciótambién el Cardenal Espinosa).

Era la extinta madre del ilustrado y muy virtuoso Padrede la Orden Mercedaria Fray Manuel Jesús Tapia y Aré-valo y abuela política del R, P. Manuel María González Ta-pia, de la misma Orden, muerto prematuramente hace pocoen Valparaíso; muy sentido y recordado en dicha Orden,por sus virtudes e inteligencia.

Sin embargo, doña Antonia vivió en gran modestia, peroen cambio poseía un rico caudal de cristianas virtudes; supiedad acendrada, la inagotable caridad para con los pró-jimos, con quienes siempre se complacía en compartir supan. Modesta hasta el exceso, jamás quiso ser visitada depersonas expectables, mientras vivió en Santiago.

Poseía una inteligencia sobresaliente y una admirablememoria; era una historia viviente de lo que pasó en susprimeros arios en Chile. Hasta los últimos momentos con-servó su inteligencia clarísima. En la mañana misma deldía en que murió, dispuso todo y recordó a todos sus hijosy nietos, como si no hubiera estado en tan grave situación.Vivió como ejemplar cristriana y murió corno una santa.

Desde estas columnas damos nuestro más sentido pésameal R. P. Tapia, las Rvdas. MM. Sor María Luisa y MaríaManuela, religiosas Mercedarias y nietas políticas de lafinada y a toda la demás familia, pidiendo a nuestros lecto-res una oración por su eterno descanso.

SECCIÓN DE NOTICIRS

DESDE FERROL

SOLEMNES FIESTAS RELIGIOSAS EN EL SOCO-RRO.—Las fiestas religiosas que se han celebrado este arioen la parroquia del Socorro en honor del Santísimo Cristo delos Navegantes, revistieron una solemnidad inusitada. Eldía 1.° de Mayo empezó un triduo, en el que predicó el MuyIlustre D. Andrés Polo, Canónigo de Santiago, que es unorador elocuentísimo y un sabio.

El día tres, festividad del Santísimo Cristo se celebró ala mañana misa solemne con sermón del indicado orador,gran orquesta en el coro, fastuosa iluminación en el altar yun enorme gentío en el templo.

Pero la nota de una novedad definitiva en esta ciudad,fué la procesión marítima que se celebró por la tarde. Enuna hatea del Arsenal iba la Sagrada imagen, la banda deinfantería de marina, la orquesta y capilla de cantores. Aesta batea seguían embarcaciones numerosas,' cuyos ocupan-tes no bajarían de 4.000. Las riberas de ambos lados de laría estaban cuajadas de espectadores.

El recorrido fué Ferrol—Mugard os—Graria—Ferrol.—Reinó gran entusiasmo, y aun no se cesó de comentar en elFerrol la magnificencia de este acto religioso.

BENDICIÓN DE UNA BANDERA.—En la misma pa-rroquia, el día cinco de Mayo se bendijo una hermosísimabandera del catecismo parroquial, siendo madrina del actola encantadora niña Pilar de la Rocha.

El P. Luis Barros, de nuestra residencia, en la misa so-lemne dijo una enardecida y elocuente alocución, que agradómuchísimo a la numerosa y distinguirla concurrencia. Laparte musical admirable, a cargo de las catequistas diri-gidas por la presidenta del catecismo, Señorita DoloresMontero, cuya gran cultura musical es reconocida por todos.

EN EL SALÓN AMBOAGE.—En la tarde del mismodía hubo en el Salón Amboage una velada hermosa y aristo-

el-ática, en la que se reunió lo más selecto de Ferro], presi-dió la reina de la fiesta Pilar de la Rocha con su corte, y,después de haber sido presentado por el cultísimo Párrocodel Socorro, Dr. Bermúdez, habló el señor Polo durante unahora, afianzando una vez más la fama que entre nosotrostiene de sabio profundo y orador atildado el ilustre ca-nónigo.

Felicitamos muy de veras por tantos éxitos al señor Curadel Socorro gran amigo nuestro, a las catequistas, a su Pre-sidenta, y de una manera especial a Pilar de la Rocha, mo-nísima madrina de la nueva bandera, bajo cuyos pliegues secobijarán muchos cientos de futuros creyentes.

EL SR. OBISPO DE LA DIÓCESIS.—Nuestro amantí-simo Prelado Dr. D. Juan José Solís llegó a esta ciudad el día8 de Mayo siendo recibido por las autoridades eclesiásticas yciviles. También le cumplimentaron las autoridades milita-res al día siguiente de su venida. Las diversas corporacio-nes religiosas y piadosas han visitado al Sr. Obispo, quequedó sumamente complacido de la buena voluntad detodos.

Su Excelencia se hospeda en nuestra Residencia en don-de constantemente recibe mil muestras de afecto de partede todos los elementos de la ciudad. Sea bienvenido y suestancia entre nosotros muy grata.

HERMOSA ADQUISICIÓN. —Ha sido la de las pintu-ras que sirven de fondo a nuestra Iglesia, debido a la incan-sable actividad del R. P. Rector de esta Santa Casa, que diasantes había recibido órdenes del Reverendísimo Padre Maes-,tro General para trasladarse a Roma, en cuya Curia preci-saba sus servicios.

LOS QUE LLEGAN.—De Madrid el R. P. SerapioGonzález Gallego.

EL VOTO DE CHANTEIRO.--Invitados por el señorCura Párroco de San Julián nuestro querido amigo D. Ma-nuel Montes, acudió una brillante y numerosa representa-ción de Terciarios de la Orden a acompañar el Santo Patro-no de Ferrol desde su Iglesia titular hasta la del Socorropara cumplir el voto que hace quinienios diciseis arios hicie-ron a la Virgen de la 1VIerced los piadosos ferrolanos en losdías de la terrible epidemia de mil cuatrocientos cuatro.

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Acompariában también al Santo en la lucida procesión elExcmo. Ayuntamiento bajo mazas. En el Socorro hizo el se-ñor Alcalde la ofrenda de la cera y de las flores después dela misa solemne, reorganizándose acto seguido la procesiónde la que todos conservarán un grato recuerdo. A todos y deun modo especial al señor Montes nuestros plácemes y en-horabuena.

COMUNIÓN GENERAL.—La del día veinticuatro fuénumerosísima y después de los ejercicios que mensualmentetributa a la Virgen Santísima de la Merced nuestra Vene-rable O. T. se impuso nuestro santo hábito a varios novicios.

SANTA CONFIRMACIÓN. —La administró en las tresParroquias de Ferrol, en la Angustia, en San Juan de Fi-gueira, en la Graria y en Serantes nuestro celosísimo e infa-tigable Prelado.

SERMONES DE HIJAS DE MARÍA.—Los ha predi-cado en la Parroquia de Caamouco el R. P. Luis de estaResidencia.

PROFESIÓN:—La han emitido en nuestra V. O. T. de •la Merced la Sra. D. a Genisa San Román de Flandes y sushermanas las Srtas. Donata, Carolina, Josefina y Asunción.Las bendiciones de nuestra Madre Santísima y nuestra cor-dial enhorabuena.

EL MES DE MAYO.—Una nota simpática durante elmes que la Iglesia consagra a la Madre de Dios la dieronnuestros Terciarios, causando devoción particular el fervorcon que las niñas del Coro de San Alfonso asistían a estoscultos en los que tuvieron con sus cantos una buena parte;el entusiasmo con que ofrecían los ramilletes de flores esindescriptible.

Las pláticas estuvieron a cargo del P. Ameno.

DE ESPAÑA

EN LA CORUÑA. — Predicó un novenario el R. P. Mar-tín López Lozano en la Iglesia parroquial de Santiago.

• DE VARIOS CONVENTOS.—Hemos recibido cartasen las que se nos prometen fotografias con qué enriquecer

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nuestra Revista. De una manera especial se los exigimos anuestras buenas Hermanas de las Vascongadas > y al mismotiempo se lo agradecemos.

EL, R. P. GUILLERMO VÁZQUEZ.—Procedente deRoma, Orvieto y Tolosa ha llegado a Madrid este benemé-rito religioso de la Provincia de Castilla.

PARA VERIN.—Ha salido el R. P. Félix Cadaveira endonde tan fructuoso apostolado ejerció en otras ocasiones.

NUEVA COMENDADORA. —En el Capítulo celebrado•en el Convento de la Encarnación de Santiago ha sido de-signada para dicha Prelacia la R. M. Concepción de Jesús _

María. Nuestra enhorabuena y que Nuestra Madre de laMerced bendiga los trabajos de la venerable anciana.

TOMAS DE HÁBITO.—En Don Juan de Alarcón ha to-mado el hábito de novicia el día 8 de Abril con el nombre deSor María de los Angeles, la que en el siglo era Srta. Euge-nia Rodríguez Terrón. Fué madrina de la ceremonia su tíadoña Faustina González, Viuda de Aguilar y Camarera Ma-yor de la Merced de Badajoz. •

—En el mismo convento también tomó el hábito Sor Ma-ría de la Visitación, en el mundo Srta. María Paguirigan, sien-do su madrina la Sra. D.a Eloisa Escorial. Viuda de Capapé.Esta novicia estaba domiciliada en el Ferrol ya hacía variosarios, y actué en la ceremonia nuestro hermano el P. SerapioGonzález quien dirigió una plática a la postulante. En am-bas ceremonias hubo numerosos invitados.

EN EL MONASTERIO DE. SAN FERNANDO.—Eldía 25 de Marzo tomó el hábito en el convento de San Fer-nando de Madrid la señorita María. Magdalena Otaena. Fuémadrina la señorita Dolores Caubillas Pérez.

El día 9 de Abril pronunció los solemnes votos \ en elmismo convento Sor Mercedes Julve y Royo.

En ambas ceremonias ofició nuestro M. R. P. Provincial,Fray Miguel López, que dirigió sentidas pláticas a la novi-cia y profesanda.

Hubo invitados numerosos que fueron obsequiados en ellocutorio.

Sinceramente felicitamos a nuestras hermanas de SanFernando por estas faustas efemérides.

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DEL EXTRANJERO

LAS FIESTAS DE BONARIA EN CERDEÑA.—Fue-ron solemnísirnas tornando parte en ellas nuestro Reveren-dísimo P. Maestro General. Predicó el último día MansefiorLuca Cánepa, Obispo de Nuoro, y dió la bendición con elSantísimo el Excmo. Sr. Rossi, Arzobispo de Gag,liari.

UN BUEN DONATIVO.-- De siete mil pesetas lo en-tregó D. Ruppino Sanjust di Teulada para la vidriera his-tórica de la fachada de nuestra Basílica de Bonaria.

TRIDUOS SOLEMNES.—Se han celebrado durantelos meses de Abril y Mayo en acción de gracias a la mila-grosa Virgen de Bonaria por señaladas mercedes concedidasa sus fieles devotos,

EN LA ARGENTINA.—Muy satisfactorio nos es el in-formar a nuestros lectores del estado floreciente de este cen-tro de educación, confiado a los desvelos y cuidados ele losRR. PP. Vera y Domínguez, de nuestra casa de Maipú. Elnúmero de sus alumnos es bastante crecido, quedando alpresente muy pocos asientos disponibles. La banda de mú-sica formada en la misma escuela también progresa muchoy todo ello hace muy encomiástica la acción de dichosPadres.

Alhajas para una Custodia

(Continuación)

Dos Terciarias de la Orden.—Un broche de plata, doscucharillas de ídem, dos clavillos de oro, cuatro pendientesy un clavillo de granates sobre oro, un bolsillo de plata ytres ajustadores de oro.

Una Terciaria.—Un clavillo de oro con una perla, untabaquero, dos lapiceros, un dedal, una arandela y una me-dalla y cadenilla de plata.

Una devota de la Merced. —Tres monedas árabes de plata.Doña Feliciana ricites de ny- a.—Cinco pesetas.

1-1rERROL-131P. Y EST. DE EL GORREO GALLEGO

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