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Alteraciones dentarias

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Alteraciones de la morfología dental

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AlteracionesDentariasdeNúmeroyForma,enniñossinmalformacionesnisíndromes.

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Alteraciones Dentarias de Número y Forma, en niños sin malformaciones

ni síndromesArtículo nacional

* Dra. Ana Sanz Coarasa (LDS)* Dra. Andreína Pérez Vera (LDS)** Dra. Elena Barbería Leache (MD, DMD, PhD, DDS)

* Magíster en Odontopediatría. Colaboradora del Programa de Atención Odontológica de pacientes en Edad Infantil. Facultad de Odontología. Universidad Complutense de Madrid. España.

** Catedrático. Directora del Programa de Atención Odontológica de pacientes en Edad Infantil. Facultad de Odontología. Universidad Complutense de Madrid. España.

Autora del libro “Atlas de Odontología Infantil para Pediatras y Odontólogos”.

RESUMEN

La frecuencia de anomalías dentarias, en niños que no presentan ningún síndrome parece incrementar, por lo que se hace necesario que el clínico disponga de co-nocimientos amplios de estas anomalías.

Se realiza una revisión de la literatura con el fin de sis-tematizar la aproximación clínica de las alteraciones den-tarias de número y forma, en pacientes no sindrómicos.

INTRODUCCIÓN

En el trabajo clínico diario encontramos niños con de-terminadas enfermedades, malformaciones y síndromes que presentan anomalías dentarias únicas o múltiples. Sin embargo, es frecuente que estas anomalías estén presen-tes también en niños que no presentan síndromes y su-ponen un reto para el profesional menos acostumbrado.

El progreso científico realizado en los últimos años, relativo al conocimiento de los aspectos moleculares de la odontogénesis, permite afirmar que el desarrollo de la dentición está sujeto a un estricto control genético, el cual determina la posición, número y forma de las dife-rentes piezas dentarias1. Dicho de otro modo, las alte-raciones que observamos en la clínica responden a alte-raciones genéticas que, a día de hoy, no son totalmente conocidas y no podemos abordar terapéuticamente con terapia génica pero de las que, es de esperar, tendremos mucha más información y nuevas alternativas terapéu-ticas en el futuro.

Mientras llega ese futuro, la frecuencia de estas anomalías, en los niños que no presentan ningún sín-drome parece incrementar, por lo que se hace nece-sario que el clínico disponga de unos conocimientos amplios de estas anomalías en odontopediatría debido a las consecuencias clínicas, estéticas y funcionales de las mismas.

Se revisan por tanto, las alteraciones dentarias de nú-mero y forma, en pacientes no sindrómicos, con el fin de sistematizar la aproximación clínica a ellas.

ALTERACIONES DEL NÚMERO

Las variaciones numéricas de los dientes parecen ser el resultado de trastornos locales en los fenómenos de inducción y diferenciación de la lámina dental durante el proceso de la formación dentaria2. La acción del agente causal sobre la lámina dentaria o sobre los gérmenes dentarios puede tener como consecuencia un aumento o una disminución del número de dientes.

A. Alteraciones por aumento del número de dientes

Los dientes supernumerarios o hiperodoncia se han definido como dientes que exceden de la fórmula den-tal normal, independientemente de su localización y forma3,4 (Figs. 1, 2).

La etiología de esta alteración es materia de contro-versia y existen varias teorías de las cuales la más acep-tada es la hiperactividad en la lámina dental dando

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lugar a uno o varios órganos dentarios en una o más

localizaciones anatómicas3,4,5,6,7. Esta anomalía parece

tener componente hereditario4.

La presencia de dientes supernumerarios suele ser fre-

cuentemente única (Figs. 2, 3), en menor proporción

doble y raramente múltiple5,2 (Fig. 1a). La prevalencia

es mayor en la dentición permanente (Figs. 2, 3) que en

la temporal (Fig. 1b) y su presencia es más frecuente

en hombres. La localización más común es en la zona

anterior del maxilar situados por palatino2,3,4,5,7. Por su

morfología se clasifican en: suplementarios, que tienen

una morfología similar a los dientes adyacentes (Fig. 1b), y rudimentarios que suelen ser dismórficos y con

formas atípicas4,5 (Fig. 2).

Los dientes supernumerarios más frecuentes son los

denominados mesiodens, localizados típicamente en el

maxilar en la línea media entre los incisivos centrales;

suelen tener forma cónica, ser pequeños3,6,2,8,9 y a me-

nudo tienen una posición invertida8 (Fig. 3).

Clínicamente pueden estar erupcionados total o par-

cialmente, o bien estar incluidos y pasar desapercibidos

(Fig. 3), siendo un hallazgo radiológico casual ó causar

trastornos locales de diversa índole como las alteracio-

nes de la erupción y/u oclusión3,4,5,6,8 (Fig. 1). El diagnós-

tico temprano de estos dientes es esencial para prevenir

estos problemas, minimizar las complicaciones y tener

un pronóstico favorable17,21.

El tratamiento es, por regla general, la extracción de

estos dientes a fin de evitar complicaciones9, aunque se

discute todavía cuál es el mejor momento para la inter-

vención quirúrgica3,4. En todo caso será necesaria una

estricta relación multidisciplinar entre odontopediatras,

ortodoncistas y cirujanos5.

B. Alteraciones por disminución del número de dientes

Se entiende como agenesia la falta de formación o

de desarrollo de los gérmenes dentales, teniendo como

Fig. 1. Anomalías dentarias múltiples. En la radiografía panorámica (a) se observan dientes supernumerarios tem-porales erupcionados y no erupcionados en la zona anterior del maxilar. Los primeros molares temporales infe-riores presentan tres raíces y se aprecia dilaceración del 62. En la fotografía oclusal del mismo paciente (b), se observan dos caninos suplementarios (53s, 63s) compatibles con gemelación.

Fig. 2. Fotografía oclusal superior donde se observa un talón cuspídeo en el 11 y un diente supernumerario ru-dimentario por palatino.

Fig. 3. Radiografía panorámica donde se evidencia la presencia de un mesiodens, hipotaurodontismo en los primeros y segundos molares permanentes superiores y dilaceración en múltiples dientes permanentes.

a b

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consecuencia que una o más piezas dentales se encuen-tren ausentes (Figs. 4-7). Su causa es multifactorial, viéndose implicados factores genéticos y ambientales10. La frecuencia de agenesia es mayor en la dentición per-manente y en mujeres1,2,10. La ausencia de un diente temporal no implica necesariamente la del permanente pero conduce a un aumento del predominio de agene-sia en el sucesor2,10,11.

Respecto al enfoque terapéutico en la hipodoncia, se requiere un abordaje multidisciplinar11 interviniendo ci-rujano, ortodoncista y odontopediatra. El diagnóstico precoz es importante para comenzar la terapia multidis-ciplinar lo antes posible11.

El análisis detallado incluirá la valoración de los pro-blemas estéticos y funcionales para determinar si se re-

Fig. 4. Radiografía panorámica donde se observan múltiples agenesias dentarias e hipertaurodontismo (a). Foto-grafía de incisivos centrales superiores en destornillador.

Fig. 7. Radiografía panorámica mostrando fusión 62 – 63 (a) y fotografía del diente fusionado (b).

Fig. 5. Vista oclusal mostrando la asociación de incisivo lateral conoide y agenesia del contralateral.

Fig. 6. Radiografía panorámica donde se puede obser-var la asociación de taurodontismo, agenesias dentarias y diente conoide.

a

a

b

b

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pone el diente faltante mediante prótesis o se cierran los espacios con ortodoncia.

ALTERACIONES DE LA FORMA

Las alteraciones de la forma dentaria pueden afectar a todo el diente o solamente a una parte de él, sea la coro-na o la raíz. Las implicaciones clínicas pueden ser diferen-tes por lo que nos vamos a referir a ellas separadamente.

ALTERACIONES GENERALES

A. Fusión y concrescencia

Estas anomalías son catalogadas por algunos autores como “anomalías por unión”12. Consiste en la unión embriológica o en fases preeruptivas de dos o más gér-menes dentarios adyacentes. Cuando el resultado es lo que se conoce como fusión clínicamente se observa-rá un único diente, ya sea de tamaño normal o mayor (Figs. 7, 8). La unión incluye esmalte y dentina; en esca-sas ocasiones es exclusivamente de esmalte2,12,13,14.

Cuando la fusión ha sido total la morfología del dien-te resultante puede ser normal. Cuando la fusión es in-completa en la cara vestibular puede aparecer un surco vertical más o menos marcado que indica la línea de fusión de ambos dientes y por palatino pueden presen-tarse uno o dos cíngulos que se abren en abanico hacia incisal. El tamaño del diente dependerá de la etapa en la que se produjo la fusión2,12,13.

Según la fase del desarrollo dental en que se produce la unión, la fusión podrá ser total o parcial y pueden existir una o dos cámaras pulpares2,12.

La etiología de estas anomalías no está clara. Resul-tan de acontecimientos anormales en el desarrollo em-brionario del diente2,12,13. Ocurre mayoritariamente en la dentición temporal, con una clara predilección por las zonas anteriores maxilares12.

Entre las consecuencias clínicas cabe destacar que al ocurrir esta anomalía generalmente en la zona inte-

rincisiva puede provocar problemas estéticos de difícil solución si la fusión se extiende radicularmente. Otros problemas asociados son la posible alteración de la oclusión y la erupción retrasada o ectópica de los dien-tes permanentes, maloclusiones así como la acumula-ción de placa produciendo caries a lo largo de la línea de unión y abscesos periodontales12,13.

Las posibilidades terapéuticas dependen del estado del diente y del grado de fusión, pudiendo desde no ser necesario ningún tratamiento hasta precisar la extrac-ción del diente13.

Cuando dos gérmenes en desarrollo alteran su for-mación y se unen, pero únicamente por el cemento, se denomina concrescencia. En la exploración clínica no se verán alteraciones de los dientes pero sí radiológica-mente12.

B. Gemación

Un germen dentario puede alterar su desarrollo, divi-diéndose total o parcialmente.

La gemación o geminación es una anomalía definida como la tentativa de un germen dental a dividirse resul-tando la formación incompleta de dos dientes. Se pro-duce en el momento del desarrollo de la corona2,11,13,14 (Fig. 8).

El diente resultante presenta una corona con el diá-metro mesiodistal superior al normal y marcado por un surco de incisal a vestibular (corona bífida). Radiográfi-camente, solo existe una raíz y un único canal radicular. Respecto a las implicaciones clínicas, son similares a las ya comentadas en la fusión11.

Cuando se produce una división completa del germen dando lugar a dos dientes idénticos se denomina geme-lación o duplicación (Fig. 1b). Se considera que ambos dientes son la imagen en espejo uno de otro11.

En cuanto al diagnóstico diferencial entre fusión y gemación la mayoría de autores proponen contar el número de dientes, que estará disminuido en la fusión salvo excepciones2,12.

Fig. 8. Imágenes clínicas (a-b) y radiográfica (c) mostrando fusión del 11 con un supernumerario; además, se ob-serva que presenta un talón vestibular y otro palatino (b). El diente 21 presenta gemación.

a b c

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La etiología es desconocida y la mayoría de los au-tores coinciden en que tiene un origen multifactorial. Hay cierta evidencia de un patrón hereditario del tipo autosómico dominante con poca penetración. La alte-ración puede aparecer aisladamente tanto en dentición temporal como permanente2.

C. Taurodontismo

Esta anomalía morfológica se caracteriza porque el cuerpo del diente se alarga, las raíces se acortan y la furca se desplaza hacia apical. La cámara pulpar en estos dientes es muy amplia en sentido ápico oclusal, sin embargo no se altera la morfología coronal ni la porción radicular intraósea, por tanto esta alteración sólo puede detectarse radiográficamente2,11,15,16,17,18 (Figs. 3, 4, 6). Puede tener lugar en ambas denticiones, siendo mas frecuente en los molares permanentes2,16. La malformación se produce por el retraso de la vaina radicular de Hertwig en invaginarse horizontalmente teniendo como consecuencia que la diferenciación de las raíces no se inicia hasta que está más cerca del ápi-ce2,11,15,17,18.

Puede clasificarse según el grado de afectación y la extensión de la cámara pulpar en Hipotaurodontismo (Fig. 3) cuando alcanza la parte superior del tercio me-dio, Mesotaurodontismo (Fig. 4a) cuando llega a la par-te inferior del tercio medio radicular e Hipertaurodontis-mo (Fig. 6) si la raíz se divide cerca del ápice o no llega a dividirse2,17,18.

Esta anomalía no produce trastornos clínicos, por lo que no requiere tratamiento11,18. Es conveniente tenerlo en cuenta como alerta de otras patologías asociadas18 y en el caso de necesitar realizar tratamientos pulpares, extraer el molar o utilizarlo como pilar de prótesis18.

D. Diente invaginado (Dens in dente)

Es una anomalía del desarrollo que resulta de una in-

vaginación en la superficie de la corona dental antes de

la calcificación. Se caracteriza por la inversión o pliegue

hacia el interior del esmalte y la dentina hacia la cámara

pulpar, normalmente se presenta como una apertura en

la superficie de la corona11,19,20 (Fig. 9).

Es más frecuente en la dentición permanente en con-

creto en lo incisivos laterales superiores seguido de inci-

sivos centrales superiores, y menos frecuente en dientes

posteriores2,20.

Se han barajado diferentes teorías etiopatogénicas

basadas en: presión sobre el germen, retardo pasivo en

una zona localizada, invasión del conjuntivo que rodea

el germen, fusión y traumas o infecciones2,11.

Se clasifican según la profundidad de penetración y

comunicación o no con el ligamento periodontal y los

tejidos periapicales20.

Radiográficamente se observa una imagen en forma

de pera del esmalte y de la dentina20 (Fig. 9). A menudo

es un hallazgo radiológico casual2,20, ya que clínicamen-

te es difícil de diagnosticar, se sospechará por un agu-

jero ciego muy marcado2. Es posible que se desarrolle

caries en el interior del diente invaginado sin ninguna

lesión clínicamente detectable. Como el revestimiento

de esmalte es delgado, una lesión de caries podría fá-

cilmente perforar la cámara pulpar por su proximidad20.

Estos problemas suelen aparecer frecuentemente tras

la erupción2, por lo que es fundamental un diagnóstico

precoz y una inmediata intervención para evitar la ne-

crosis y pérdida potencial del diente20.

DE LA CORONA DEL DIENTE

A. Cúspides y tubérculos accesorios

Son crecimientos anormales de la corona del diente.

Pueden aparecer en cualquier grupo dentario11. En la

literatura se recogen varios tipos de Cúspides y Tubércu-

los accesorios que reciben los siguientes nombres:

• Talón cuspídeo: Anomalía dentaria caracterizada

por la presencia de una cúspide accesoria en el

área del cíngulo de incisivos y caninos morfológi-

camente bien delineada que se extiende al menos

hasta la mitad de la distancia de la unión ame-

locementaria al borde incisal21 (Fig 10-12). El ta-

lón cuspídeo está formado por esmalte y dentina

siendo frecuente también encontrar una exten-

sión de tejido pulpar21,22.Fig. 9. Imagen radiográfica de un Dens invaginado.

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Se clasifican por el grado de extensión y forma de la anomalía pudiendo ser: talón, semitalón o vestigio de talón22,23.

Si el cíngulo acentuado se une por los rebordes marginales con el borde incisal del diente, este se denomina diente en Y o en T. Esta anomalía se observa con mayor frecuencia en el incisivo lateral superior2 (Fig. 13).

El manejo clínico puede ser muy diferente de-pendiendo del tamaño, del tipo, de que incluya un cuerno pulpar y de los problemas de oclusión que cause. El diagnóstico y el manejo tempranos son importantes para prevenir caries e infeccio-nes pulpares, ya que tanto éstas como la necrosis pulpar son frecuentes por la extensión de tejido pulpar presente22.

• Cúspides centrales o intersticiales: son prominen-cias dentarias que se localizan sobre la cara oclu-

sal de las piezas posteriores, ya sea temporales o

permanentes2,11 (Fig. 14).

Fig. 10. Cúspide accesoria presente en un premolar in-ferior.

Fig. 12. Imagen de una arcada superior en la que se puede observar la asociación de un diente conoide con talón cuspídeo (22), lateral microdóncico con talón cus-pídeo (12) y tubérculos de Carabelli en los molares per-manentes (16-26).

Fig. 11. Talón cuspídeo en un canino permanente infe-rior. Es poco frecuente.

Fig. 13. Incisivo permanente con severa alteración de la forma. En la literatura se le denomina diente en “T o Y”.

Fig. 14. Tubérculos de Carabelli presentes tanto en el molar temporal como en el permanente.

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• Tubérculos paramolares: son cúspides accesorias que se localizan en la cara vestibular de los mo-lares2,11.

• Tubéculo de Carabelli: es una cúspide accesoria localizada en posición mesiopalatina del segundo molar temporal o de los molares permanentes. Es más frecuente en población caucásica2,11 (Figs. 12,14).

• Diente evaginado (dens evaginatus): se denomi-nan así a las protuberancias coronarias que in-cluyen esmalte, dentina y pulpa11,15,13. Se produce por una evaginación del epitelio del esmalte debi-da a una hiperplasia focal del mesénquima pulpar primitivo, lo que origina un área evaginada sobre la superficie oclusal del diente afectado.

La frecuencia de aparición del diente evaginado está ligado a factores raciales, con predominio en la raza mongólica.

Clínicamente es relevante porque puede producir interferencias oclusales, y dar lugar a patología pulpar precoz, al desgastarse rápidamente por efecto de la masticación, exponiéndose el cuerno pulpar que presenta en su interior13. Para evitar esto algunos autores proponen el tallado selec-tivo del diente antagonista, cuando es posible11.

C. Otras anomalías coronarias

Existen otras anomalías que afectan a la morfología externa de la corona, dando lugar a formas atípicas; pueden presentarse aisladas o asociadas a otras patolo-gías. Entre ellas están:

• Diente en tecla de piano: en este caso las anchu-ras mesiodistales del diente a nivel cervical e inci-sal son similares11.

• Diente en destornillador o clavija: la anchura del diente es mayor a nivel cervical que incisal, dando lugar a una inversión de los diámetros mesiodis-tales del diente11 (Fig. 4b).

• Diente ovoideo: la corona dentaria presenta un perfil ovalado y el borde incisal curvo11.

• Conoidismo: Es una anomalía frecuente. Son dientes rudimentarios en los que la corona y la raíz tienen forma de conos, unidos por sus bases. Es mas frecuente en los incisivos laterales superio-res. El mayor problema de estos dientes es la es-tética y la alteración de la oclusión. Su tratamien-to se realiza con resinas compuestas o coronas de recubrimiento total11 (Figs. 5, 6).

ALTERACIONES RADICULARES

A. Raíces supernumerarias

Es la existencia de un número de raíces superior a lo normal para ese grupo dentario (Fig. 15). La causa es una hiperactividad de la vaina de Hertwig2,11,15,24. Se pueden encontrar raíces supernumerarias totalmente normales en tamaño y forma, mientras otras veces se-rán rudimentarias a modo de apéndice. Respecto a las implicaciones clínicas, los tratamientos endodóncicos en estos dientes se hacen más complicados así como las extracciones. Las radiografías diagnósticas y una plani-ficación cuidadosa del tratamiento evitan estas compli-caciones24.

B. Reducción del número de raíces

Esta anomalía se denomina también raíz piramidal2. Se debe a la fusión de las raíces que puede ser parcial o total, dando lugar a la aparición de una raíz piramidal que se estrecha desde el cuello hasta el ápice, con cavi-dad pulpar única y un único conducto o con dos o más conductos independientes2.

C. Otras alteraciones radiculares

• Dilaceración: se denomina así a una curvatura o angulación excesiva de las raíces respecto al eje largo. Si bien la curvatura en dirección distal es una característica general de todos los dientes, sólo se hablará de dilaceración cuando ésta sea excesiva2,11,15 (Fig. 16). Se debe a un trastorno durante la fase de morfodiferenciación, desenca-denado por noxas traumáticas o por obstáculos mecánicos que interfieren en el crecimiento de la vaina epitelial de Hertwig15. El motivo más fre-cuente suelen ser los traumatismos en la denti-ción temporal2.

• Acodadura radicular: es en realidad una variante de la dilaceración, en la cual la curvatura excesi-va no se encuentra en la unión corona-raíz como sucede en la dilaceración propiamente dicha, sino a lo largo de la raíz a cualquier nivel de ésta2,11,15.

• Raíz en bayoneta: es una doble acodadura2,11,15. Es común en segundos premolares superiores2. Entre los factores etiológicos se barajan trauma-tismos en la zona, exodoncias precoces de dien-tes temporales e incluso presencia de un seno maxilar voluminoso2 (Fig. 17).

• Sinostosis radicular: es una convergencia radicu-lar en su grado máximo2, son raíces individualiza-das pero que convergen y se unen en la zona api-cal debido a una pronunciada curvatura2,11,15. La

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unión es por cemento y a veces también por den-

tina. Plantean problemas en las extracciones2,11.

ALTERACIONES ASOCIADAS DE FORMA Y NÚMERO

La existencia de asociaciones entre anomalías den-

tarias es clínicamente relevante y estadísticamente de-

mostrada.

Las hipodoncias tienen un marcado patrón genético,

y suele repetirse con el mismo patrón en diferentes in-

dividuos del mismo grupo familiar. En ocasiones, la age-

nesia no se manifiesta totalmente, debido a la diferente

expresividad del gen causal, y en unos individuos del

mismo grupo familiar pueden existir agenesias de un

determinado diente, mientras en otros familiares pue-

den encontrarse microdoncias o dientes conoides15.

La asociación de hipodoncia y microdoncia es común.

El ejemplo típico es la agenesia congénita del incisivo

lateral superior asociada a un contralateral microdónci-

Fig. 15. Imágenes clínicas (a-b) y radiográficas (c-d) de raíces supernumerarias en dientes del sector posterior y tanto en dentición temporal como permanente.

Fig. 16. Lateral permanente inferior con severa dilace-ración. El intento de colocación ortodóncica no fue po-sible y el diente se perdió (Imágenes cedidas por la Dra. M. Maroto).

a

c

b

d

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co10. Hay autores que asocian la hipodoncia con el tau-rodontismo10,25 (Fig. 4) y con incisivos laterales cónicos25 (Fig. 6). Varios autores refieren asociación entre macro-doncia e hiperodoncia; y microdoncia con hipodoncia25.

La macrodoncia además de poder ir asociada a la hi-perodoncia puede presentarse junto a anomalías mor-fológicas como tubérculos y cúspides accesorias, dens evaginatus, dens in dente, fusión y gemación14. La co-existencia de agenesias y supernumerarios es compa-tible4,5, por eso es importante determinar el número de dientes por grupo además del total de la fórmula den-taria5. La anomalía morfológica más frecuente asociada a los dientes supernumerarios es el conoidismo, sobre todo en los mesiodens3,6,8,9 (Fig. 3).

Otra asociación frecuente es la fusión de un germen dental con un germen supernumerario12. Cuando esto ocurre el diagnóstico es difícil ya que el número de dien-tes será normal pudiéndose confundir entonces con una gemación13,26. El tamaño del diente fusionado depende de la etapa en la que se produjo la fusión; si fue tardía-mente, tendrá un tamaño el doble que el normal12.

Se han asociado otras posibles anomalías dentarias a los dientes fusionados: dientes supernumerarios, hi-podoncia, incisivos laterales conoides y dens in dente12 (Fig. 7). Se cree que hay una tendencia a que la fusión en dientes temporales se repita en la dentición perma-nente y/o a la ausencia congénita de sus sucesores per-manentes, impactación y dientes supernumerarios2,12,26. Sin embargo se ha observado que los sucesores de los dientes geminados habitualmente están presentes y no suelen ir asociados a anomalías en la dentición per-manente26. Sí es importante tener en cuenta la posi-ble aparición de un diente supernumerario debido a la duplicación a partir de un germen único (gemelación)12 (Fig. 1b).

Se concluye que estas anomalías por unión pueden acarrear otras anomalías, ya sea en el número, tamaño o forma de los dientes15.

Numerosos autores han asociado el talón cuspídeo a otras anomalías dentarias, como caninos no erupciona-dos, odontomas complejos, dientes supernumerarios, agenesias, macrodoncia, diente invaginado, dientes im-pactados, incisivos en forma de pala, clavija, tubérculos adicionales en incisivos, tubérculo de Carabelli exagera-do, microdoncia, etc.23 (Fig. 2).

Asimismo, se ha asociado el talón cuspídeo con un in-tento de gemación2, o con el resultado de una fusión de un diente supernumerario y uno normal27. El talón cus-pídeo en incisivos temporales maxilares, especialmente el lateral, probablemente afecte al número o morfolo-gía del sucesor permanente27. Los incisivos en forma de

Y o T (Fig. 13), además de ser frecuentes en el incisivo lateral superior, también lo son en los mesiodens2.

El diente invaginado o dens in dente (Fig. 9) es una malformación que puede ocurrir como ya se ha descrito tanto en dentición temporal como permanente, y tam-bién en dientes supernumerarios2,19. Se ha observado que el diente invaginado ocurre concomitantemente con el diente evaginado en los incisivos permanentes superiores y también se han observado en los incisivos en forma de pala y talones cuspídeos20.

Por último a pesar de que las anomalías puedan pre-sentarse de forma aislada, el hallazgo de una de ellas según muchos de los autores debe conducir sistemáti-camente a la búsqueda de otras combinadas así como a analizar si se presentan en el contexto de un síndrome malformativo o no.

CONCLUSIONES

• Las anomalías dentarias de número o forma, ais-ladas o asociadas, son hallazgos frecuentes en la práctica diaria odontológica.

• Es necesario realizar un diagnóstico precoz, va-lorar las implicaciones clínicas de las mismas e iniciar una terapéutica temprana para evitar las complicaciones que, muchas de ellas, pueden te-ner sobre el desarrollo de la oclusión.

• Ante el diagnóstico de una anomalía dentaria hay que sospechar, y en todo caso descartar, la pre-sencia de otras anomalías asociadas.

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