Upload
miguel-puga-psy
View
22
Download
1
Tags:
Embed Size (px)
Citation preview
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 1
Psicoterapia Cognitivo - Conductual aplicada a la
Esquizofrenia.
Nicolás Alejandro Hernández Lira
Director General del Instituto Cognitivo- Conductual de Salud Mental de México
INCOSAME
direcció[email protected]
Publicado en Julio de 2011
INTRODUCCIÓN
La característica que define al modelo teórico de la Psicoterapia
Cognitivo – Conductual, es la premisa de que los sentimientos y la
conducta de la gente están mediados por sus pensamientos y que, por lo
tanto; no son consecuencias inevitables de acontecimientos anteriores, un
ejemplo de esto es una alucinación auditiva, pues el sujeto le da una
interpretación a este evento.
Las técnicas de modificación de creencias o de reestructuración
cognitiva desde una terminología más clásica, se deriva de los trabajos de
Beck y Ellis, en el que siguen un sistema y un procedimiento muy
parecidos a los utilizados en otros trastornos como en la depresión y la
ansiedad. La diferencia fundamental se encuentra ene. Especial énfasis
que se pone en la relación terapéutica como marco fundamental para
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 2
lograr el cambio y en una mayor flexibilidad en la aplicación de las
técnicas cognitivas. En este sentido, con personas que son especialmente
vulnerables a las contingencias sociales y que por lo general no suelen
hacer una demanda específica al psicólogo (más bien son llevados por los
familiares o mandados por otro profesional), no se puede aplicar
estrictamente el mismo encuadre terapéutico que con otros pacientes. Por
lo cual hay que llevar a cabo una mayor flexibilidad en cuanto a la
periodicidad de las citas, la duración de las sesiones, la aplicación de las
técnicas, etc; además de hacer énfasis en dedicarle el tiempo a “cultivar” la
relación dentro de un marco negociado entre paciente y terapeuta
(Hernández y Sánchez, 2007).
Las principales estrategias cognitivo – conductuales para la
esquizofrenia que hasta la fecha tienen mayor apoyo empírico (Perona,
Cuevas, Vallina y Lemos. 2003), son:
Las dirigidas a enseñar al paciente una variedad de estrategias
conductuales y cognitivas para afrontar las experiencias relacionadas
con el trastorno, las reacciones emocionales disfuncionales y lograr
amortiguar o disminuir los síntomas del trastorno.
Las técnicas destinadas a la modificación de las creencias delirantes
y las alucinaciones. Se interviene sobre las inferencias y las
evaluaciones personales negativas, elaborando paciente y terapeuta un
nuevo marco conceptual que dé sentido a la experiencia de los síntomas.
Los procedimientos para la prevención de recaídas y la estabilización
de los logros alcanzados durante la terapia.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 3
INTERVENCIONES COGNITIVO – CONDUCTUALES PARA EL DELIRIO Y
LA ALUCINACIÓN.
Una línea de intervención sobre los síntomas de la esquizofrenia
(alucinación y delirio), que más se ha desarrollado en los últimos años, ha
sido la de enseñar a los pacientes estrategias para afrontar sus síntomas.
Esta intervención consiste principalmente en diseñar programas de
entrenamiento individualizados para acrecentar las habilidades y
competencias de auto-manejo de los síntomas, o sea; a la autogeneración
activa de procedimientos cognitivos y conductuales que aborden
directamente los síntomas mencionados o al menos disminuya la angustia
asociada a los mismos.
Algunos planteamientos realizados por Byrne, Trower, Birchwood,
Meaden y Nelson (2003), desde esta perspectiva para el tratamiento de las
alucinaciones y los delirios son:
Desde una perspectiva cognitivo – conductual se conceptúan los
delirios como inferencias, es decir; afirmaciones que hace el paciente
sobre sí mismo, su entorno o su alucinación y que pueden ser
adaptables al medio o no.
Lo anterior implica que el terapeuta debe de dirigir sus esfuerzos a
identificar y modificar las creencias evaluativas (juicios o valoraciones
que el sujeto hace sobre sí mismo y los demás).
En sí, la terapia cognitiva de los delirios y las alucinaciones es un
proceso que básicamente consiste, por un lado; en el análisis de las
evidencias que mantiene las inferencias y las evaluaciones negativas del
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 4
sujeto, y por otro; en crear un marco alternativo que le permita
comprender y explicar su realidad de una forma adaptativa y
socialmente aceptada.
La terapia Cognitivo – Conductual se enfoca principalmente en la
conciencia del nivel cognitivo – experencial, en el tratamiento de los
delirios y las creencias, por eso se enfatiza un nivel de análisis común, un
razonamiento compartido a partir de las alucinaciones y delirios del
paciente (Alford y Beck, 1994).
Existen además tres características de las alucinaciones que se
plantean desde la Psicoterapia Cognitivo - Conductual, la omnipotencia, la
malevolencia o benevolencia y la incertidumbre (Chadwick, Birchwood y
Trower 1996).
La reacción del sujeto ante dicho evento (alucinación), depende del
propósito y la identidad que cada persona le da a sus voces, para que
están ahí, y si es forzoso el obedecerlas (omnipotencia). Esta creencia es la
que se trabaja en Psicoterapia Cognitivo – Conductual, si la voz es
omnipotente no se puede dejar de obedecerla, si es malevolente entonces
se presenta para causarnos un daño, y viceversa; si esta es benevolente,
entonces está ahí para ayudarnos, pero en ocasiones; existe la
incertidumbre, la cual es generada porque la voz indica algo que no parece
para ayudar, sino más bien contradice un principio básico como un
suicidio. La intervención debe dirigirse a cada una de estas creencias
centrales y aunque solo se logre modificar una o dos de dichas creencias,
por lo general es suficiente para producir resultados positivos en términos
de reducción de ansiedad y trastorno.
Existe una conexión entre el contenido de las alucinaciones, la
conducta y los pensamientos correspondientes de las personas que tienen
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 5
sobre sí mismas, pues se ha encontrado que el significado que los
individuos asignan a sus voces hace comprensible su afecto y la conducta
de afrontamiento; pero si las creencias no se toman en cuenta las
respuestas parecen incomprensibles o incongruentes (Caballo 1997).
Varios autores (Caballo, 1997; Chadwich, Sambroke, Rasch y
Davies, 2000; Garety, Fowler y Kuipers, 2000), dan una serie de pasos
para tratar las alucinaciones y los delirios coincidiendo en que en un
principio se definen las creencias centrales junto con las pruebas
empleadas que ha utilizado el paciente para mantenerlas, y se discute de
qué manera cualquier malestar y perturbación atribuidos a las
alucinaciones es consecuencia realmente de las creencias que sostiene el
individuo, considerando a las creencias como posibilidades que pueden ser
o no reales, nunca negándolas o tachándolas de incorrectas. Después de
conocer las creencias, se cuestionan las pruebas de cada creencia
empezando con las evidencias que el paciente considera menos
importantes y se continúa hasta las más importantes, para posteriormente
cuestionar la creencia central directamente, señalando ejemplos de
inconsistencia e irracionalidad a la vez que se ofrecen explicaciones
alternativas de los acontecimientos.
Es imprescindible hacerle notar al paciente que el contenido de las
alucinaciones tiene que ver con su propia historia, esto les da la certeza
del dominio que puede llegar a tener sobre su síntoma.
Siguiendo la idea de estos autores se debe de intervenir
primeramente con el delirio como explicación inicial del paciente de lo que
le acontece, y a través del proceso terapéutico se debe de intentar (en una
1ª fase), que el paciente comprenda o al menos tenga un primer
acercamiento sobre lo que es un delirio y que:
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 6
El delirio es una inferencia o hipótesis sobre la realidad y no la
realidad misma.
El delirio es solamente una explicación o intento de comprensión por
parte del paciente, de lo que le está pasando o de lo que ha pasado, esto
es; el deliro es una forma de dar sentido a su experiencia (la cual puede
ser una alucinación).
El delirio tiene un alto coste emocional y conductual, interfiriendo en
su adaptación en todas las áreas de la vida.
El delirio no es una alternativa válida para explicar y comprender su
realidad, existiendo otras alternativas más plausibles y significativas,
que no implican un alto costo emocional y conductual.
Es necesario hacer énfasis en establecer una relación de
colaboración efectiva con el paciente durante el proceso inicial de la
intervención del terapeuta, manteniendo una emoción neutral ante sus
síntomas y evitando que el paciente y el terapeuta reaccionen de manera
negativa ante el contenido de las alucinaciones y delirios (Alford y Correia,
1994).
En la práctica clínica la disputa verbal (debate), del delirio y la
alucinación están entrelazados, sin embargo; se separarán para una mejor
comprensión, pero se debe de recordar que la terapia Cognitivo –
Conductual plantea que el delirio es una interpretación de la alucinación y
cuando se cuestiona el delirio, se cuestiona esa creencia sobre la
alucinación.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 7
INTERVENCIÓN EN LOS DELIRIOS.
Perona y cols. (2003), mencionan que el procedimiento de la disputa
verbal del delirio se basa en 5 estrategias:
a. Identificación del pensamiento y sentimiento relacionados.
b. Cuestionamiento de las evidencias o supuestos “hechos” en los que
se basa el paciente para mantener sus creencias delirantes.
c. Analizar y valorar – junto con el paciente – la coherencia y lógica
interna de sus creencias.
d. Elaboración, a partir de las explicaciones alternativas – aportadas
por el paciente – de un nuevo modelo personal que dé una respuesta
comprensible y socialmente adaptada, de todos los eventos y
experiencias (entre ellos las alucinaciones), que anteriormente el
paciente valoraba de forma delirante.
e. El delirio y el nuevo modelo se comparan y se examinan en función
de la información disponible.
Perona y cols. (2003), dentro de estas estrategias realizan
recomendaciones para un mejor impacto en los delirios:
1. Una regla básica que se debe de tener en cuenta cuando se inicie el
tratamiento de una idea delirante, es no cuestionar o contradecir
directamente dicha creencia, pues esto provoca una situación de
confrontación entre terapeuta y paciente, haciéndolo más resistente al
cambio.
No se debe de comenzar la reestructuración desde los mismos síntomas
psicóticos, sino desde aquellas distorsiones que menos importancia
emocional tengan para el paciente y gradualmente, aproximarse a
aquellas más centrales hasta llegar, en último lugar; a lo síntomas
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 8
psicóticos (Espada, Olivares y Méndez, 2005), o dependiendo de la
ansiedad del paciente, se puede trabajar primero las evidencias en las
que se basa para mantener las creencias delirantes y muy
gradualmente acercarse a la discusión de las ideas en sí mismas.
2. En pacientes con sintomatología psicótica, en la que una de las
características de su trastorno es la falta de conciencia de lo que está
pasando, no es conveniente empezar por una fase educativa, pues lo
más probable es que no acepte que está enfermo, lo cual provocaría
mayor resistencia a nuestros argumentos. La fase educativa se debe de
demorar hasta que la convicción del delirio ha disminuido, o al menos
hasta que el paciente empiece a tener dudas y por lo tanto, este más
receptivo a otras alternativas de explicación.
3. El terapeuta debe de tener presente que se concibe el delirio como
una reacción e intento de dar sentido a ciertas experiencias
desconcertantes y a menudo amenazantes por lo tanto, el delirio es un
intento razonable y comprensible de encontrar sentido a su realidad
personal y social en un momento en el que el paciente esta confuso,
ansioso y a menudo asustado.
4. Es muy importante combinar las estrategias verbales con la
comprobación empírica de las mismas (las llamadas pruebas de
realidad). La efectividad de las pruebas de realidad son efectivas cuando
se aplican a continuación de la fase de disputa verbal, pues actúa como
potencializador del debate de creencias (Beck, Rush, Shaw y Emery,
1983), o sea; planear y llevar a cabo una actividad o tarea que ponga a
prueba una determinada creencia, pues esto permite al paciente
corregir sus distorsiones comparándolas con la realidad y analizando
este hecho (Espada, Olivares y Méndez, 2005).
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 9
Sin embargo, cuando se ha estudiado la efectividad de las pruebas
de realidad en la modificación de las creencias delirantes, se ha podido
comprobar que por sí mismas o como único componente de la terapia, no
son tan potentes como se pensaba. No obstante si son efectivas cuando se
aplican a continuación de la fase de disputa verbal, incluso cuando este
componente tiene poco o ningún impacto sobre la creencia, actuando como
potenciador de la efectividad del componente verbal, pues es necesario que
el paciente tenga un marco conceptual alternativo previo, para poder
asimilar y dar sentido a la refutación empírica y para que pueda repercutir
eficazmente sobre las creencias delirantes (Perona y cols. 2003).
Basado en lo anterior, Perona y cols. (2003), proponen un
procedimiento para llevar a cabo la comprobación empírica del delirio:
1. Se tiene que especificar claramente la inferencia que la prueba va a
evaluar, pues muchas veces cuando se intenta comprobar empíricamente
algún supuesto o hipótesis en el que él paciente basa sus creencias, es
muy importante definir claramente lo que se va a probar, pues dichas
pruebas solo abarcan partes especificas del delirio, y hacen falta por tanto;
más pruebas de realidad para comprobar todo el sistema delirante del
paciente. Si esto no se tiene en cuenta, se puede cometer el error de que
una buena prueba de realidad sea invalidada por no haber definido
claramente su alcance explicativo.
2. Hacer una predicción basada en la inferencia que se quiere poner a
prueba y se revisen las evidencias a favor y en contra de dicha predicción.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 10
3. Diseñar un experimento específico para comprobar la validez de la
predicción, en el que los 2 estén de acuerdo que demostrarán los
resultados
4. Que el paciente registre detalladamente los resultados del
experimento (es muy recomendable se ensaye el registro antes de realizar
el experimento).
5. Se tienen que sacar conclusiones de la prueba realizada (resultados),
juntos en común acuerdo el terapeuta y paciente.
6. Cuando se intenta probar una determinada inferencia delirante, es
recomendable poner a prueba la alternativa no delirante, ideando para
ellos otra prueba de realidad siguiendo el mismo procedimiento descrito en
los anteriores 5 puntos.
Otra forma de comprobar la validez de una determinada inferencia
delirante, es la basada en las conductas de seguridad del paciente (Perona
y cols. 2003). Las personas con delirios suelen realizar conductas para
prevenir cualquier supuesto resultado negativo de las situaciones que ellos
consideran amenazantes (amenazantes también se puede referir a la
amenaza de comprobar que su delirio es cierto como en los delirios de
amenaza o asesinato contra ellos). Estas conductas pueden dificultar el
cambio cognitivo del paciente, pues evita que éste pueda validar o no
validar sus propias creencias. Por lo cual se pueden diseñar experimentos
para evitar estas conductas de seguridad y comprobar la veracidad del
delirio (Perona y cols. 2003).
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 11
INTERVENCIÓN EN LAS ALUCINACIONES.
La angustia que padece el paciente y sus conductas de
afrontamiento, no son consecuencia directa de las voces sino de las
creencias que tiene sobre sus alucinaciones. Desde lo cognitivo –
conductual, las creencias sobre las voces son delirios secundarios, y por lo
tanto el tratamiento es el mismo que para los delirios (Hernández y
Sánchez, 2007).
El propósito de emplear la terapia cognitiva - conductual para las
alucinaciones es suavizar el malestar y la conducta problemática,
reduciendo las creencias sobre la omnipotencia, la malevolencia o
benevolencia y la obediencia, al mismo tiempo que se trabajan las ideas
delirantes que devienen de las primeras.
El paciente debe de comprender que las creencias sobre sus voces
no son hechos sino hipótesis o inferencias, cuya verdad o falsedad debe de
ser valorada con la ayuda del terapeuta. Trabajar esta distinción entre el
significado atribuido a las alucinaciones y su contenido, nos permite
introducir la idea de que la emoción negativa o positiva que experimenta,
está conectada a la creencia y al contenido de las alucinaciones auditivas,
es decir; no es un producto automático de las alucinaciones.
La intervención se da en dos ejes: uno es la disputa verbal de las
creencias sobre las alucinaciones y el otro son las pruebas de realidad de
dichas creencias.
Al inicio se debe de enseñar al paciente a distinguir entre sus voces y
lo que piensa de ellas, pues lo habitual es que el paciente nos describa su
contenido, confundiendo lo que estas dicen literalmente con lo que
piensan de estas (Perona y cols. 203):
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 12
“José, un paciente que padece alucinaciones auditivas, comentaba
que en uno de sus episodios las voces de burlaban de él. Cuando se le
preguntó que eran lo que exactamente decían, mencionaba que solamente se
limitaban a repetir sus pensamientos o pronunciar palabras sueltas, pero en
ningún momento hacían comentarios literales con contenido crítico o irónico”.
(Espada, Olivares y Méndez, 2005. pp 164).
Trabajar esta distinción entre el significado atribuido a las voces y
su contenido, nos permite introducir la idea de que la emoción negativa
que experimenta está conectada a la creencia y no al contenido de las
alucinaciones, es decir; no es un producto automático.
Una estrategia para ayudar al paciente a encontrar esta diferencia,
es pedirle al paciente que imagine por un momento que sus creencias
sobre sus alucinaciones son falsas y que considere el impacto sobre la
ansiedad que padece, sin embargo no es recomendable decirle
directamente que sus pensamientos e ideas son erróneas (pues esto es un
primer momento puede ser amenazante para el paciente), sino que se le
podría decir que imagine que sus voces son unos impostores; esto permite,
sin negar la validez de sus experiencias alucinatorias, que el paciente se
platee sus voces desde otra perspectiva menos estresante y por lo tanto,
considerar la posibilidad de la distinción (y relación), entre el contenido de
sus alucinaciones y lo que piensa sobre ellas; además como agregado se
empieza a trabajar conciencia de enfermedad (Perona y cols. 2003).
Se intervendría sobre las principales creencias que se tienen sobre
las alucinaciones, según Chadwick, Birchwood y Trower (1996):
a) Creencias sobre la identidad de las voces.
b) Creencias sobre los propósitos y significados de las voces.
c) Creencias sobre el poder y omnisciencia de las voces.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 13
d) Creencias cobre las consecuencias del sometimiento o resistencia a
las voces.
Chadwick, Birchwood y Trower (1996), recomiendan comenzar el
tratamiento por las creencias relativas al poder de las voces (especialmente
aquellas sobre sumisión y control), debido a que su abordaje produce
menos ansiedad que aquellas relacionadas con las creencias sobre la
identidad y el significado, además de que si se consigue modificarlas, se
les considerará como menos poderosas y en alguna medida se reduce el
malestar del paciente.
Una vez que se han identificado las creencias centrales, tenemos que
averiguar – como en cualquier otra idea delirante – cuales son cada una de
las evidencias que las mantienen y se comienza por la menos significativa
hasta llegar a la más significativa, en función del grado de emoción y poder
explicativo de dicha creencia. Cada una de estas evidencias se analizan
detenidamente con el paciente, utilizando el cuestionamiento socrático y
planteando explicaciones alternativas a las expuestas por él (Garety,
Fowler y Kuipers, 2000).
No se pretende que el paciente comience a cambiar sus
pensamientos inmediatamente, sino más bien; la actividad va encaminada
a “bombardearle” de forma continua y sistemática con ejemplos y
argumentos que le permitan tener una visión diferente de todo lo que
hasta ese momento consideraba como hechos o verdades indiscutibles.
Se tiene que tener cuidado de no enfrentarse directamente a las
creencias delirantes respecto a la identidad y significado de las voces, pues
puede perjudicar la adherencia del paciente al tratamiento y crear mayor
resistencia en la intervención. (Garety, Fowler y Kuipers, 2000).
Una estrategia es utilizar en esta fase la “reacción a la contradicción
Hipotética” (RCH), (Perona y cols. 2003). Esta es una estrategia que se
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 14
utiliza para valorar la sensibilidad del sujeto a cambiar su creencia o
aceptar argumentos alternativos cuando se le plantea una evidencia
hipotética que contradice dicha creencia. Concretamente se le dice que
imagine por un momento una situación determinada (dada por el
terapeuta), en la que ocurre un suceso (dejando claro que solamente es un
supuesto hipotético), que contradice su creencia actual, y se le pregunta
cómo podría afectar a dicha creencia. Con esto se busca que el paciente
preste atención a otros sucesos o eventos que contradicen sus creencias
delirantes:
“Dolores atribuía sus voces a los agentes de inteligencia español.
Mantenía la creencia de que estos controlaban su vida y eran muy
poderosos, además pensaba que en el cerebro le había instalado un
microchips para controlar sus pensamientos y acciones. Se aplicaron varias
veces la técnica de RCH, el cual fue plantarle que pasaría si conociera a un
experto en ingeniería e informática que le dijera que dicha tecnología no es
posible actualmente.”. (Espada, Olivares y Méndez, 2005. Pp 323).
Resulta evidente que este tipo de argumentos se podrían plantear
directamente, pero al formularlos con esta técnica, tiene una doble
ventaja: por un lado, evita la confrontación entre paciente y terapeuta y
por el otro, facilita en alguna medida el distanciamiento del paciente de su
situación particular y por lo tanto, el análisis objetivo del mismo (Perona y
cols. 2003).
Posteriormente, puede hacerse (a partir de la presentación por parte
del terapeuta), un nuevo marco conceptual para las voces. Uno de ellos
puede ser el plantear al paciente la hipótesis de que sus creencias podrían
ser intentos de dar sentido a sus alucinaciones. El objetivo es ir
construyendo poco a poco un modelo propio y personal de las
alucinaciones.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 15
El último paso de la intervención sobre las distintas creencias
asociadas a las alucinaciones, consiste en la comparación entre el modelo
construido a la luz de las evidencias disponibles y las creencias del
paciente, destacando y enumerando las ventajas del marco interpretativo
alternativo.
Varios autores (Caballo 1997, Chadwich y cols. 2000, Garety y cols.
2000, Espada, Olivares y Méndez 2005, Sensky, Turkington, Kingdon,
Scott, Scott, Siddle, Carroll y Barnes, 2000), también coinciden en que el
objetivo de la terapia cognitiva no es intentar convencer al paciente de la
irracionalidad de sus creencias, sobre si la alucinación es real o no para la
demás gente, sino cuestionar las creencias que mantienen su malestar, la
creencia que tiene sobre su síntoma y el contenido de este.
Se debe de tomar en cuenta las creencias del individuo, para conocer
el porqué del contenido de su delirio y su alucinación, pues las primeras
influyen determinantemente sobre los síntomas, si estas creencias se
debilitan por medio de la terapia cognitivo – conductual, entonces
disminuirán el malestar y el estrés asociados a estas, y en el mejor de los
casos las alucinaciones e ideas delirantes (Chadwich y cols. 2000, Caballo
1997, Espada, Olivares y Méndez 2005, Sensky y cols. 2000).
Para la discusión de la lógica interna de las creencias sobre la
identidad y significado de las voces, tendremos que basarnos en el análisis
de las evidencias realizadas hasta el momento y buscar las incoherencias
de dichas creencias a partir del cuestionamiento socrático, siempre
manteniendo por parte del terapeuta una actitud abierta y comprensiva de
los argumentos del paciente, permitiendo la evaluación de las posibles
conclusiones del debate.
Es fundamental a través del análisis lógico provocar la duda y el
desconcierto en el paciente, más bien que intentar demostrar o imponerle
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 16
las contradicciones, reforzando en todo momento la autocrítica de sus
creencias. La creación de dicho desconcierto tiene que ser una situación
muy controlada y guiada por el terapeuta, pues si bien el paciente en ese
momento es más sensible a nuevas explicaciones o argumentos, puede
provocar un nivel de ansiedad que puede obstaculizar el adecuado ritmo
de la terapia (Perona y cols. 2003; Hernández y Sánchez, 2007).
Una vez que se ha instaurado la duda y basándose en los marcos
conceptuales ofrecidos al paciente, se debe de dar un sentido psicológico a
lo que las voces significan para el paciente. En concreto se busca
comprender su vulnerabilidad psicológica en términos de pérdida de
autonomía, apego e insatisfacción personal (Perona y cols. 2003).
El sacar a colación todo lo anterior no es con la idea de que se
producirá algún tipo de insight que modificara automáticamente las
creencias de nuestro paciente, sino más bien como material que nos
permita simplemente dar un significado psicológico a sus síntomas
(Hernández y Sánchez, 2007).
Alford y Correia (1994), mencionan que es importante preguntar al
paciente si en las interpretaciones que él hace de sus síntomas están de
acuerdo la gente que le rodea, el paciente al contestar que existe una
discrepancia, entonces se llega a través de un diálogo o un debate a
discutir las diferencias, lo que permite realizar una reevaluación de los
pensamientos del paciente y de la evidencia en la cual los basa.
Es prudente examinar previamente si las pruebas empíricas que se
hacen para refutar la creencia no van a producir el efecto contrario, o si el
paciente ya tiene preparada una serie de contra argumentos para los
cuestionamientos que nosotros le hagamos.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 17
Retomando toda esta parte teórica, en 1996 Drury, Birchwood,
Cochrane y Macmillan; realizaron un estudio aleatorio de la terapia
cognitivo – conductual individual y grupal frente a un procedimiento de
terapia de apoyo y de actividades recreativas (12 sesiones, durante un
máximo de 6 meses), durante un episodio psicótico agudo y después de
éste. En este estudio los síntomas positivos respondieron mejor y más
rápidamente en el grupo tratado con terapia cognitivo – conductual, pero
el efecto positivo no persistió por largo plazo, es decir a los 5 años de
seguimiento.
En otra investigación Kuipers, Garety, Fowler, Dunn, Bebbington,
Freeman y Hadley (1997), investigaron a un grupo de pacientes
ambulatorios “estabilizados”, que presentaban síntomas psicóticos,
asignándolos a lo largo de 9 meses a una serie de 20 sesiones de terapia
cognitivo – conductual administrada por un psicólogo clínico
experimentado y especializado en esta terapia o al tratamiento habitual. El
grupo de terapia cognitivo – conductual presentó mayor reducción de los
síntomas psiquiátricos generales y un mejor índice de repuestas
categóricas (índice de mejoría del 50% frente al 31%).
Dos importantes estudios investigaron el tema de la especificidad de
la terapia cognitivo – conductual al margen de las ventajas inespecíficas de
la psicoterapia de apoyo. Basándose en trabajos anteriores que
investigaron la mejoría en la resolución de problemas y las estrategias de
afrontamiento, Terrier, Kinney, McCarthy, Humphereys, Wittkowki y
Morris (2000), utilizaron un diseño con 3 líneas de investigación para
examinar un programa intensivo, breve de terapia cognitivo – conductual.
Administraron 2 sesiones de terapia cognitivo – conductual a la semana
durante 10 semanas, a un cohorte de pacientes extrahospitalarios con
esquizofrenia, sintomáticos aunque colaboradores. Hubo 2 grupos de
control: un grupo que recibió un tratamiento activo (con el mismo número
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 18
de sesiones de apoyo y asesoramiento, administradas durante el mismo
periodo de tiempo), y otro grupo que recibió la asistencia habitual. Una vez
finalizada la terapia, los resultados mostraron la máxima mejoría en
cuanto al número y la gravedad de los síntomas positivos en el grupo que
había recibido la terapia cognitivo – conductual, un mucho menor grado de
mejoría en el grupo de asesoramiento y apoyo y un ligero deterioro con la
asistencia habitual.
La mayoría de los estudios sobre terapia cognitivo – conductual en
Esquizofrenia excluía a los pacientes que aparentemente no cumplían con
su régimen farmacológico antipsicótico, por lo cual no eran aptos para
calcular los efectos del tratamiento psicológico, sin embargo; Kemp,
Hayward, Applewhaite, Everitt, David (2001), realizaron un estudio de una
intervención breve de terapia cognitivo – conductual en pacientes
hospitalarios agudos, cuyo objetivo consistía en mejorar el cumplimiento
del régimen medicamentoso después del alta hospitalaria. La cohorte final
estuvo formada por 74 pacientes hospitalarios que recibían tratamiento
por un episodio psicótico agudo y que fueron asignados de forma aleatoria
a una terapia de apoyo y asesoramiento o a 6 sesiones de “terapia de
cumplimiento terapéutico” durante la hospitalización y a sesiones de
refuerzo ambulatorias. Los pacientes asignados a la terapia de
cumplimiento terapéutico mostraron un mejor cumplimiento y tuvieron
menos recaídas que los pacientes asignados a la terapia de apoyo y
asesoramiento (índice de recaídas del 35% frente al 60%).
A continuación y a manera de ejemplo se expone el reporte de un
caso de Perona y cols. (2003), en el cual explica el planteamiento
metodológico de intervención y algunas técnicas ya mencionadas.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 19
“Roberto era un paciente de 35 años de edad con un diagnóstico de
esquizofrenia paranoide. Cuando llego presentaba ideas
autorreferenciales de perjuicio y de transmisión de pensamiento,
alucinaciones auditivas y un aislamiento social extremo.
La conciencia de enfermedad del paciente era escasa y los síntomas
no cedían a pesar del medicamento, limitando de forma importante su
funcionamiento social.
Una vez evaluado, se formuló la siguiente hipótesis de trabajo: desde
hacía 18 años Roberto sufría permanentemente una intensa ansiedad
consecuente con sus alucinaciones e ideas delirantes, de modo que se
pensó que si se lograban disminuir la sintomatología psicótica
positiva, ellos se traduciría en una reducción de los miedos,
circunstancia que facilitaría su participación en programas de
rehabilitación psicosocial orientado a alcanzar una forma de vida más
normalizada. La realización del análisis funcional de los momentos de
aparición más recientes de los síntomas, permitió identificar a
determinadas ideas delirantes como las variables a modificar. Estas
ideas consistían en creer que gente indeterminada querían acabar con
su vida violentamente debido a que poseía el secreto de cómo
construir la bomba atómica, además creía que algunas personas
podían adivinar sus pensamientos, por ellos era más seguro
permanecer en casa.
La intervención se dirigió a debilitar el grado de convicción respecto a
3 creencias que más le perturbaban:
a) “conozco el secreto de cómo construir la bomba atómica”
b) “si la gente se entera de ello me matarán”.
c) “algunas personas pueden leerme el pensamiento y se enterarán”.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 20
La idea que más temor le ocasionaba era la segunda, es decir; la
referente a las consecuencias negativas que de “su conocimiento”
podrían derivarse si alguien se enterase de ello, circunstancia
“probable” al creer también que le podían leer el pensamiento.
Durante 2 meses, se llevaron a cabo 18 sesiones que duraban entre
40 y 60 minutos. El trabajo se desarrolló en un contexto en el cual el
terapeuta invitaba a reflexionar al paciente utilizando el diálogo
socrático.
En primer lugar, y desde un enfoque psicoeducativo, se explicaron las
relaciones existentes entre pensamientos, emociones y conductas, se
destacó la función que los pensamientos tienen a modo de hipótesis,
para explicar y valorar las experiencias. Así mismo, se le dijo que
estas explicaciones pueden ser más o menos veraces aunque no
necesariamente certeras ni únicas. Por último, se habló de la
importancia de tener en cuenta datos empíricos como elementos que
pueden incrementar la probabilidad de certeza de una hipótesis.
El siguiente paso consistió en pedir al paciente que aportara aquellas
evidencias que validaran sus creencias, para ello el terapeuta
formulaba preguntas del tipo: “¿qué te hace pensar que sabes hacer la
bomba atómica?”, o ¿”qué hechos te hacen pensar que la gente te
quiere dañar?”. Las respuestas consistían en especulaciones pobres,
en razones absurdas e inconsistentes, en imaginaciones carentes de
base real, tanto sobre sus conocimientos en física y química, como
sobre el peligro que por ello corría. Basándose en esto el terapeuta
formaba nuevas preguntas: “¿son suficientes tus conocimientos a nivel
licenciatura como para construir una bomba atómica?”, “¿cualquier
persona que haya realizado estudios similares a los tuyos, podría
también hacerla?”, “¿es suficiente haber estudiado la carrera de física
o de química para construirla?” o “¿sería necesario poseer más
conocimientos y más recursos?, ¿cuáles?, ¿los tienes tú?”.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 21
Las respuestas del paciente se analizaban conjuntamente, señalando
los aspectos a favor o en contra. Asimismo, el terapeuta aportaba
para un análisis conjunto otras “creencias erróneas”, de contenido
diferente a las suyas aunque funcionalmente similares: “¿qué
pensarías si te digo que tengo suficientes conocimientos para acabar
con las enfermedades, y lo justifico diciendo que eso se conseguiría
elaborando fármacos muy potentes?”, o “¿si te digo que sé realizar un
trasplante de corazón?”, “solo hace falta un equipo de profesionales,
los instrumentos necesarios, el donante, el receptor y saturar los vasos
correspondientes”. Roberto rechazaba tales afirmaciones, señalando la
necesidad de estudiar medicina, de especializarse en medicina
cardiovascular, etc.; a continuación se compararon estos ejemplos
con sus creencias y argumentos y a medida que avanzaban las
sesiones el paciente iba contemplando la posibilidad de que sus
conocimientos fueran insuficientes y que en realidad no poseía una
teoría basada en hechos, carecía de formación, recursos, etc.; en
definitiva sus creencias eran especulaciones.
También se le iba planteando que quizás existirás otras explicaciones
alternativas a las que tenía sobre su realidad. Se le animó a
explorarlas, pero no fue capaz, evidenciando un déficit en la
generación de alternativas, así que fue el propio terapeuta quien le
presentó otra posibilidad: “teóricamente, una hipótesis alternativa a tu
creencia de que te quieren matar porque sabes el secreto de la bomba
atómica, podría ser precisamente la contraria, esto es; que nadie quiere
hacerlo”. En este sentido se le presentaba más cuestiones:
“¿realmente alguien te está tratando mal?, ¿te ha agredido alguna
vez?, ¿alguna persona te ha amenazado verbalmente?, o ¿te ha dicho
que te quiere matar por tus conocimientos?”. Ante las respuestas
negativas de Roberto, el terapeuta continuaba: “dice que desde hace
mucho años te quieren asesinar, ¿cómo te explicas entonces que
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 22
cuando sales a la calle y vas al hospital nadie de hace daño?, ¿no te
parece que si alguien hubiese querido hacerte daño, durante estos 18
años, ya habría tenido tiempo suficiente para intentarlo?, ¿cómo te
explicas que no haya sido así?, ¿no es evidencia de lo contrario, de que
la gente no te quiere dañar?”.
Otra línea de trabajo consistió en cuestionar la relación que el
paciente establecía entre poseer determinados conocimientos y
peligrar por ello su vida. El terapeuta le planteaba: “¿por qué razones
poseer un conocimiento (específicamente hacer una bomba atómica),
habría de significar consecuencias negativas para ti?, ¿qué evidencias
existen de que se estén castigando o matando gente por tener
conocimiento?, ¿tener algún conocimiento está considerado como falta o
pecado en algún código ético o moral?, ¿está tipificado como delito?
En las 18 sesiones insistimos sobre estos contenidos.
Progresivamente el paciente fue verbalizando encontrarse menos
ansioso en su vida cotidiana y en las entrevistas iba llegando a
conclusiones más realistas: “los únicos conocimientos que yo tengo
sobre física y química son mis recuerdos de bachillerato y eso es
insuficiente para construir una bomba atómica”; concretamente este
razonamiento hacia que disminuyera su preocupación ante la
posibilidad de que alguien le pudiera leer el pensamiento. También se
fue debilitando su convicción respecto a la relación que establecía
entre poseer conocimientos y sufrir consecuencias peligrosas,
llegando a la conclusión que realmente nadie quería hacerle daño. Así
mismo empezó a cuestionar, de modo espontáneo, la posibilidad de
que la gente le pudiera leer su pensamiento, razón por la que esta
idea no llegó a ser trabajada directamente.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 23
Al final de estas sesiones el paciente no había llegado a un grado de
convicción en sus ideas igual a cero, pero si se había producido un
debilitamiento significativo, con importantes cambios positivos en su
sintomatología y en su funcionamiento social, cambios que se
mantuvieron durante un seguimiento de 4 años de duración. Perona y
cols. (2003). pp 255-256
CONCLUSIONES
Si bien el enfoque cognitivo – conductual de los delirios permite la
posibilidad de trabajar tanto el nivel de inferencias delirantes como de
cogniciones evaluativas subyacentes; en este caso debido a las limitaciones
en el funcionamiento cognitivo del paciente, la intervención se centró en el
debate empírico y lógico de sus creencias.
La psicoterapia cognitivo-conductual para la Esquizofrenia ha
demostrado ser un tratamiento eficaz contra los síntomas positivos y
negativos. Permite lograr en el individuo un cambio importante para
enfrentar los síntomas. Primero se logra que el paciente este consciente de
su enfermedad, llevándolo a un mejor manejo de su padecimiento a partir
de tomar su medicamento y aceptar otros tratamientos, así como a un
mejor cuidado de su conducta. Por otra parte, esta terapia le brinda
herramientas para enfrentar los síntomas y sus consecuencias, de manera
que le resulten menos costosos para su calidad de vida, pues aun cuando
no desaparezcan totalmente algunos de ellos, podrá manejarlos mejor para
disminuir la ansiedad y los problemas que le provocan (entre ellos la toma
de medicamentos). (Hernández y Sánchez. 2007)
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 24
El logro de reducir las dosis administradas representa además un
menor costo para él y su familia, menos recaídas y menos gastos de
hospitalización, todo lo cual implica un mejor funcionamiento en la
sociedad económicamente activa. Asimismo, esta psicoterapia permite al
individuo tener una explicación alternativa de la causa de su malestar, es
decir, darle un sentido diferente a lo que le sucede. Ello no solo le sirve en
este aspecto de su vida sino también en otras áreas, como la social o la
interpersonal, pues provoca en el un cambio real y profundo tanto en el
aspecto conductual como en el cognitivo, en el que aprende nuevas formas
de pensar mejorando sus procesos de estructuración del pensamiento y
logrando desarrollo y crecimiento personal (Hernández y Sánchez, 2007).
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 25
BIBLIOGRAFÍA
Alford B. A.; Beck A.T. (1994). “Cognitive Therapy of Delusional Beliefs”.
Behavioral Research and Therapy. 32, 3. 369 – 380.
Alford B. A.; Correia C. J. (1994). “Cognitive Therapy of Schizophrenia:
Theory and empirical status”. Behavior Therapy. 25, 17-33.
Beck A.T.; Rush A. J; Shaw B; F. Emery G. (1983). “Terapia Cognitiva
de la Depresión”, Descleé de Brouwer, Bilbao.
Byrne S.; Trower P; Birchwood M; Meaden A; Nelson A; (2003).
Command Hallucinations: Cognitive Theory, therapy and Research.
Journal of cognitive psychotherapy: an international quarterly. Vol.17 #1
67- 84.
Caballo E. V. (comp). (1997). “Manual para el tratamiento cognitivo –
conductual de los trastornos psicológicos” Siglo XXI. España.
Chadwich P; Birchwood M. y Trower P. (1996). “Cognitive therapy for
delusions, voices and paranoia” Chichester UK. Wiley.
Chadwich P; Sambroke S; Rasch S. y Davies E. (2000). “Challenging the
omnipotence of voices: group cognitive behaviour therapy for voices”
Behaviour Research and therapy. 38, 993 – 1003
Drury V., Birchwood M.; Cochrane R.; Macmillan F.; (1996), Cognitive
therapy and and recovery from acute psychosis: a controlled trial I:
impact on psychotic symptoms. British Journal Psychiatry. 169, 593-
601.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 26
Espada S.; Olivares R.; y Méndez C. (2005). Terapia Psicológica.
Piramide. España.
Garety P. A.; Fowler D.; Kuipers E. (2000). Cognitive – Behavioural
Therapy for Medication Resistant Sympotoms. Schizophrenia Bulletin.,
26, 1, 73-86.
Hernández L. N. y Sánchez S. J. (2007). Manual de Psicoterapia
Cognitivo – Conductual para trastornos de la salud. Libros en Red.
Argentina.
Kemp R.; Hayward P.; Applewhaite G.; Everitt B.; David A. (2001).
Compliance therapy in psychotic patients: randomised controlled trial.
British Medical Journal. 312, 345 – 349.
Kuipers E.; Garety P.; Fowler D.; Dunn G.; Bebbington P.; Freeman D.;
Hadley C.; (1997). London – east anglia randomized controlled trial of
cognitive – behavioural therapy for psychosis I: effects of the treatment
phase. British Journal of Psychiatry. 171, 319 – 327.
Perona G. S; Cuevas Y. L; Vallina F. O. y Lemos G. S. (2003). “Terapia
Cognitivo Conductual de la Esquizofrenia”. Minerva Ediciones. España.
Sensky T., Turkington D., Kingdon D., Scott J. L., Scott J., Siddle R., O’
Carroll M., Barnes T.R.E. (2000). A Randomized Controlled Trial of
Cognitive – Behavioral Therapy for Persistent Symptoms in
Schizophrenia Resistant to Medication. Archives General of Psychiatry.
57, 165 – 172.
Psicoterapia Cognitivo – Conductual aplicada a la Esquizofrenia
www.incosame.com.mx Mtro. Nicolás Alejandro Hernández Lira Página 27
Tarrier N.; Kinney C.; McCarthy E.; Humphereys L.; Wittkowki A.;
Morris J. (2000). Two – year’s follow –up of cognitive – behavioral
therapy and supportive counseling in the treatment of persistent
symptoms in chronic schizophrenia. Journal Consult clinical
Psychology. 68, 917 – 922.