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* Reincidente no incluye sección de Sociales Año VII, Número 118, 2da. quincena de marzo de 2016 LA IDENTIDAD DE LA POLÍTICA MEXICANA Proyecto Hunab Ku UN CAFÉ EN STARBUCKS Sandra Razo Vallejo EL MACHETE EN DIGITAL Pavel Blanco Cabrera DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista EFECTO PANÓPTICO Octavio Spíndola Zago ENGAÑO Enrique Condés Lara DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña EL TIPO DE LA ESTACIÓN SE LLAMA MICK JAGGER C omo lo menciona el cantante mexicano de rap Bocafloja en su canción “Chilatown” 1 , la ciudad mexicana por excelencia (DF) parece un cuento en el que sus habitantes son mie- dosos de sí mismos y de los demás; un lugar en donde reina la desconfianza, el exceso y la ridiculez colectiva, y los más duchos hacen negocio político de los otros por medio de un ingenioso artificio administrativo llamado “impuesto” que les permite a su vez reproducirse como clase por medio de un sistema de legitimación holográ- fico llamado Instituto Nacional Electoral (INE). Dos buenos ejemplos ficticios de cómo se gesta una artimaña política en México son la películas “The Dark Knight” del director estadounidense Christopher No- lan 2 , y la “Dictadura Perfecta” del director mexicano Luis Estrada 3 . Ambas historias nos muestran que toda clase política tiene un rostro nominal y uno real. El ros- tro nominal se refiere a la imagen y discurso del man- datario (y de toda su camada) de carácter público; es decir, que muestra empatía, apego, identidad con lo que el grueso de la gente piensa (y no necesariamente hace), respecto de cómo deberían de ser las cosas. Si el mexi- cano se siente feo y débil, proyectará (y se verá a su vez simbolizado en) una figura pública limpia, presentable, líder, trabajadora. Por otro lado, el rostro real representa las verdaderas intenciones de la clase dirigente, que por lo general son pretensiones de vanidad, ostentación y ascenso ininterrumpido, hasta el escalafón más alto de la cadena política: la silla presidencial. No olvidemos al respecto que la política es una arena de lucha y poder (primordialmente) entre hombres. Su existencia como institución social se justifica al fungir como el órgano dirigente de la nación, cuando en realidad es una capa social que solamente estorba (al hacer mal su trabajo) el desarrollo de la sociedad. Podemos decir entonces que los discursos institucionales son de facto ideales, debido a que adoptan las ideas administrativas e incluso teó- ricas del “deber ser”, importadas de algún otro sistema que parece ser funcional y por ende productivo. Por otro lado, las formas de actuar (usos y costum- bres), si bien son determinadas por una cultura social, van cambiando por los avances que se originan den- tro de su territorio. En un nivel microsistémico, estos cambios en el actuar de cada uno de los habitantes se dan con el afán de estabilizar el propio sistema, bus- cando la adaptación de todas las formas de conviven- cia con las que hasta el momento las personas se ha- bían dado. Es por ello que las representaciones socia- les se transforman, y la dinámica social y los ritmos de vida se adecuan ante los cambios estructurales que individualizan a las personas, y justifican la diferen- cia entre clases sociales. Por lo tanto, al transformar- se progresivamente el rol que cada uno de nosotros desempeñamos en la sociedad, fortalecemos el sistema de producción gubernamental en sus distintos niveles: económico, político, cultural, etc. Como sugiere el filósofo alemán Georg Simmel (1958-1918) en su texto La Subordinación 4 , el compo- nente mínimo de la dominación política estriba en la conveniencia y por ende aceptación de la misma por parte del subyugado. A este respecto, la dominación política exige lealtad y obediencia por parte de los ciudadanos, a cambio de seguridad legal en el ejerci- cio de sus tareas habituales. Como nos podemos dar cuenta, a medida que se va perdiendo el ingrediente carismático del liderazgo político individual, y va to- mando preponderancia el cargo administrativo o in- vestidura respectiva, la relación de admiración que ori- ginalmente se tenía por el líder se va trasformando en una relación de usufructo y/o extorsión. Hablamos de extorsión, porque cierta clase social se ha venido justi- ficando históricamente con una investidura constitu- cional de autoridad, para extraer su propio sueldo de la riqueza nacional que generan las clases industriales y comerciales; es decir, dicha clase cobra por adminis- trar el trabajo de otros. Al respecto, Bocafloja 5 critica que el mundo le pertenezca a aquellos que nos subor- dinan por medio del engaño eficiente, y los responsa- biliza de estarnos clonado culturalmente con la vieja cantaleta política de la escalera piramidal, como vía de ascenso al cielo. Siguiendo con el carácter abusivo y criminal del ejercicio político de nuestra clase dirigente, quisié- ramos aludir a un ejemplo concreto de nuestra his- toria reciente, que ilustra magistralmente la turbia relación que ésta tiene con el crimen organizado: la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escue- la Normal Rural de Ayotzinapa, en el municipio de Iguala de la Independencia, en el estado de Guerre- ro, el 26 y 27 de septiembre de 2014. De dicho caso quisiéramos solamente subrayar las implicaciones que el gobierno (más que la persona) del entonces alcalde José Luis Abarca Velásquez presuntamente tenía con el crimen organizado, en particular con el grupo Guerreros Unidos; en el sentido del trabajo conjunto que realizaron las administraciones estata- les y federales (incluidos policías municipales, agen- tes federales y soldados) con ese grupo criminal, para detener, secuestrar, asesinar y desaparecer a los es- tudiantes implicados 6 . Es decir, estaríamos hablando de la tolerancia y el respaldo que el gobierno brinda a grupos armados de choque y terror para controlar y atemperar a su misma población. Debemos reconocer que como ciudadanos, cree- mos fiel e inocentemente tanto en las instituciones y los discursos políticos que rigen nuestro pensamiento y formas de actuar, como en la pertenencia normati- va de la ciudadanía. Sin embargo, pocas veces somos conscientes de las consecuencias garrafales de perma- necer en una zona de confort social, aceptando formas de gobierno tergiversadas que, a fin de cuentas, aten- tan contra nuestros derechos humanos. En el Siglo XVII, el diplomático y escritor español Diego de Saavedra Fajardo, describió a la plebe mexi- cana de la siguiente manera: Su naturaleza es monstruosa en todo, y desigual a sí misma, inconstante y varia. Se gobierna por las apa- riencias sin penetrar el fondo. Con el rumor se consulta: es pobre de medios y de consejo, sin saber discernir lo falso de lo verdadero: inclinado siempre a lo peor. Una misma hora le ve vestido de dos afectos contrarios. Más se deja llevar de ellos, que de la razón; más del ímpetu que de la prudencia; más de las sombreas que de la ver- dad. Con el castigo se deja enfrenar. En las adulaciones es disforme, mezclando alabanzas verdaderas y falsas. No sabe contenerse en los medios: o ama o aborrece con extremo; o es sumamente agradecido o sumamen- te ingrato; o teme o se hace temer. O sirve con humil- dad o manda con soberbia. Ni sabe ser libre, ni deja de serlo. En las amenazas es valiente, y en las obras co- barde. Sigue, no guía. Más fácilmente se deja violentar que persuadir. Fomenta los rumores, los finge, y crédulo acrecienta la fama. Imita las virtudes o vicios de los que mandan. Estas son las principales condiciones y calida- des de la multitud. ¡Padres de la Patria, cuidado con per- der de vista este fiel retrato! (Idea de un príncipe político cristiano en cien empresas, 1640). ¿Es realmente un texto profético? La política es por sí misma un tema delicado, pero en México es casi un tabú. Está claro que la frontera entre el Estado y la población es muy pronunciada, y aún no se logra llegar a un acuerdo sobre quién es el culpable de la situación. 1 Bocafloja, Chilatown, en Pienso Luego Existo, México, 2003. 2 Nolan, Christopher, The Dark Knight, EUA & Reino Unido, Legendary Pictures & DC Comics & Syncopy. 2008. 3 Estrada, Luis, La Dictadura Perfecta, México, Bandidos Films, 2014. 4 Simmel, Georg, La Subordinación, en Estudios Sobre las Formas de Socialización, España, Alianza Editorial, 1986, p. 147-201. 5 En Bocafloja, “El Mundo Tiene Dueño”, en Lengua Insu- rrecta, México, 2002. Ver también Cultura Profética, “Can- ción Despojo”, en M.O.T.A. (Momentos De Ocio En El Tem- plo Del Ajusco), EUA, Machete Music & Luar Music, 2005. 5 Hernández, Anabel & Fisher, Steve, “Iguala: la historia no oficial”, en Proceso, 13 de diciembre de 2014. Disponible en: http://www.proceso.com.mx/?p=390560 . * Profesor investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP. ** Profesor investigador de la FDyCS – BUAP. *** Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política de la FDyCS – BUAP. **** Estudiante de la Licenciatura en Psicología de la Facultad de Psicología de la BUAP. ***** Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política de la FDyCS – BUAP. ****** Estudiante de la Licenciatura en Antropología Social de la BUAP. ******* Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Políti- ca de la FDyCS – BUAP. Melquiades Gregorio Aguilar Daza*, Omar Antonio Ponce Carrillo**, Estefanía Chávez Huerta***, Brenda Saraí Osorio Velarde****, Aldo Costilla Rojas*****, Ricardo Antonio Flores Reyes******, Efraín González López*******.

Reincidente 118

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* Reincidente no incluye sección de Sociales* Reincidente no incluye sección de Sociales

Año VII, Número 118, 2da. quincena de marzo de 2016

LA IDENTIDAD DE LA POLÍTICA MEXICANA

Proyecto Hunab KuUN CAFÉ EN STARBUCKS

Sandra Razo VallejoEL MACHETE EN DIGITAL

Pavel Blanco CabreraDESDE LA FACULTAD

Mariano Torres BautistaEFECTO PANÓPTICO

Octavio Spíndola ZagoENGAÑO

Enrique Condés LaraDE PLANTAS Y ANIMALES

Cecilia Vázquez AhumadaREINCIGRAMA

Fernando ContrerasAQUÍ, PUROS CUENTOS

Paco RubínFRANTASÍAS

José Fragoso CervónARITMOMANÍA

Gabriela BreñaEL TIPO DE LA ESTACIÓN SE LLAMA MICK JAGGER

Como lo menciona el cantante mexicano de rap Bocafloja en su canción “Chilatown”1, la ciudad mexicana por excelencia (DF) parece un cuento en el que sus habitantes son mie-

dosos de sí mismos y de los demás; un lugar en donde reina la desconfianza, el exceso y la ridiculez colectiva, y los más duchos hacen negocio político de los otros por medio de un ingenioso artificio administrativo llamado

“impuesto” que les permite a su vez reproducirse como clase por medio de un sistema de legitimación holográ-fico llamado Instituto Nacional Electoral (INE).

Dos buenos ejemplos ficticios de cómo se gesta una artimaña política en México son la películas “The Dark Knight” del director estadounidense Christopher No-lan2, y la “Dictadura Perfecta” del director mexicano Luis Estrada3. Ambas historias nos muestran que toda clase política tiene un rostro nominal y uno real. El ros-tro nominal se refiere a la imagen y discurso del man-datario (y de toda su camada) de carácter público; es decir, que muestra empatía, apego, identidad con lo que el grueso de la gente piensa (y no necesariamente hace), respecto de cómo deberían de ser las cosas. Si el mexi-cano se siente feo y débil, proyectará (y se verá a su vez simbolizado en) una figura pública limpia, presentable, líder, trabajadora. Por otro lado, el rostro real representa las verdaderas intenciones de la clase dirigente, que por lo general son pretensiones de vanidad, ostentación y ascenso ininterrumpido, hasta el escalafón más alto de la cadena política: la silla presidencial. No olvidemos al respecto que la política es una arena de lucha y poder (primordialmente) entre hombres. Su existencia como institución social se justifica al fungir como el órgano dirigente de la nación, cuando en realidad es una capa social que solamente estorba (al hacer mal su trabajo) el desarrollo de la sociedad. Podemos decir entonces que los discursos institucionales son de facto ideales, debido a que adoptan las ideas administrativas e incluso teó-ricas del “deber ser”, importadas de algún otro sistema que parece ser funcional y por ende productivo.

Por otro lado, las formas de actuar (usos y costum-bres), si bien son determinadas por una cultura social, van cambiando por los avances que se originan den-tro de su territorio. En un nivel microsistémico, estos cambios en el actuar de cada uno de los habitantes se dan con el afán de estabilizar el propio sistema, bus-cando la adaptación de todas las formas de conviven-cia con las que hasta el momento las personas se ha-bían dado. Es por ello que las representaciones socia-les se transforman, y la dinámica social y los ritmos de vida se adecuan ante los cambios estructurales que individualizan a las personas, y justifican la diferen-cia entre clases sociales. Por lo tanto, al transformar-se progresivamente el rol que cada uno de nosotros desempeñamos en la sociedad, fortalecemos el sistema de producción gubernamental en sus distintos niveles: económico, político, cultural, etc.

Como sugiere el filósofo alemán Georg Simmel (1958-1918) en su texto La Subordinación4, el compo-nente mínimo de la dominación política estriba en la conveniencia y por ende aceptación de la misma por parte del subyugado. A este respecto, la dominación política exige lealtad y obediencia por parte de los ciudadanos, a cambio de seguridad legal en el ejerci-cio de sus tareas habituales. Como nos podemos dar cuenta, a medida que se va perdiendo el ingrediente carismático del liderazgo político individual, y va to-mando preponderancia el cargo administrativo o in-vestidura respectiva, la relación de admiración que ori-ginalmente se tenía por el líder se va trasformando en una relación de usufructo y/o extorsión. Hablamos de extorsión, porque cierta clase social se ha venido justi-ficando históricamente con una investidura constitu-cional de autoridad, para extraer su propio sueldo de la riqueza nacional que generan las clases industriales y comerciales; es decir, dicha clase cobra por adminis-trar el trabajo de otros. Al respecto, Bocafloja5 critica que el mundo le pertenezca a aquellos que nos subor-dinan por medio del engaño eficiente, y los responsa-biliza de estarnos clonado culturalmente con la vieja cantaleta política de la escalera piramidal, como vía de ascenso al cielo.

Siguiendo con el carácter abusivo y criminal del ejercicio político de nuestra clase dirigente, quisié-ramos aludir a un ejemplo concreto de nuestra his-toria reciente, que ilustra magistralmente la turbia relación que ésta tiene con el crimen organizado: la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escue-la Normal Rural de Ayotzinapa, en el municipio de Iguala de la Independencia, en el estado de Guerre-ro, el 26 y 27 de septiembre de 2014. De dicho caso quisiéramos solamente subrayar las implicaciones que el gobierno (más que la persona) del entonces alcalde José Luis Abarca Velásquez presuntamente tenía con el crimen organizado, en particular con el grupo Guerreros Unidos; en el sentido del trabajo conjunto que realizaron las administraciones estata-les y federales (incluidos policías municipales, agen-tes federales y soldados) con ese grupo criminal, para detener, secuestrar, asesinar y desaparecer a los es-tudiantes implicados6. Es decir, estaríamos hablando de la tolerancia y el respaldo que el gobierno brinda a grupos armados de choque y terror para controlar y atemperar a su misma población.

Debemos reconocer que como ciudadanos, cree-mos fiel e inocentemente tanto en las instituciones y los discursos políticos que rigen nuestro pensamiento y formas de actuar, como en la pertenencia normati-va de la ciudadanía. Sin embargo, pocas veces somos conscientes de las consecuencias garrafales de perma-necer en una zona de confort social, aceptando formas de gobierno tergiversadas que, a fin de cuentas, aten-tan contra nuestros derechos humanos.

En el Siglo XVII, el diplomático y escritor español Diego de Saavedra Fajardo, describió a la plebe mexi-cana de la siguiente manera:

Su naturaleza es monstruosa en todo, y desigual a sí misma, inconstante y varia. Se gobierna por las apa-riencias sin penetrar el fondo. Con el rumor se consulta: es pobre de medios y de consejo, sin saber discernir lo falso de lo verdadero: inclinado siempre a lo peor. Una misma hora le ve vestido de dos afectos contrarios. Más se deja llevar de ellos, que de la razón; más del ímpetu que de la prudencia; más de las sombreas que de la ver-dad. Con el castigo se deja enfrenar. En las adulaciones es disforme, mezclando alabanzas verdaderas y falsas. No sabe contenerse en los medios: o ama o aborrece con extremo; o es sumamente agradecido o sumamen-te ingrato; o teme o se hace temer. O sirve con humil-dad o manda con soberbia. Ni sabe ser libre, ni deja de serlo. En las amenazas es valiente, y en las obras co-barde. Sigue, no guía. Más fácilmente se deja violentar que persuadir. Fomenta los rumores, los finge, y crédulo acrecienta la fama. Imita las virtudes o vicios de los que mandan. Estas son las principales condiciones y calida-des de la multitud. ¡Padres de la Patria, cuidado con per-der de vista este fiel retrato! (Idea de un príncipe político cristiano en cien empresas, 1640).

¿Es realmente un texto profético? La política es por sí misma un tema delicado, pero en México es casi un tabú. Está claro que la frontera entre el Estado y la población es muy pronunciada, y aún no se logra llegar a un acuerdo sobre quién es el culpable de la situación.1 Bocafloja, Chilatown, en Pienso Luego Existo, México, 2003.2 Nolan, Christopher, The Dark Knight, EUA & Reino Unido,

Legendary Pictures & DC Comics & Syncopy. 2008.3 Estrada, Luis, La Dictadura Perfecta, México, Bandidos

Films, 2014.4 Simmel, Georg, La Subordinación, en Estudios Sobre las

Formas de Socialización, España, Alianza Editorial, 1986, p. 147-201.

5 En Bocafloja, “El Mundo Tiene Dueño”, en Lengua Insu-rrecta, México, 2002. Ver también Cultura Profética, “Can-ción Despojo”, en M.O.T.A. (Momentos De Ocio En El Tem-plo Del Ajusco), EUA, Machete Music & Luar Music, 2005.

5 Hernández, Anabel & Fisher, Steve, “Iguala: la historia no oficial”, en Proceso, 13 de diciembre de 2014. Disponible en: http://www.proceso.com.mx/?p=390560 .

* Profesor investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP.

** Profesor investigador de la FDyCS – BUAP.*** Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política de la FDyCS – BUAP.

**** Estudiante de la Licenciatura en Psicología de la Facultad de Psicología de la BUAP.

***** Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política de la FDyCS – BUAP.

****** Estudiante de la Licenciatura en Antropología Social de la BUAP.

******* Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Políti-ca de la FDyCS – BUAP.

Melquiades Gregorio Aguilar Daza*, Omar Antonio Ponce Carrillo**, Estefanía Chávez Huerta***, Brenda Saraí Osorio Velarde****, Aldo Costilla Rojas*****,

Ricardo Antonio Flores Reyes******, Efraín González López*******.

Cuando se regresa comienza otra historia, afirma José Luis de Diego, como si el regreso tuviera un sentido de nueva fundación. Pero ese corte es también una nueva fractura que ha quedado

acuñada en el término que consagró Benedetti: el “des-exilio”, la incertidumbre que despierta la reintegración social y cultural de los que regresan para insertarse en un país que ya les resulta ajeno.

Tununa Mercado, a su regreso en 1987 tras su estan-cia en el aún Distrito Federal mexicano, escribió pesa-rosamente: “Soy de aquí pero nací en Córdoba, y todos estos años, además, no estuve en el país, viví en México, y en realidad soy también de México, o prefiero serlo.” ¡Cómo da vueltas la vida! Hubo un tiempo en que el an-helo habría sido a la inversa, pero hoy ambos países esta-mos condenados a sufrir el azote del neoliberalismo a la latinoamericana (sic).

¿Creían que la estupidez era privativa del señor presidente Lic. Don Enrique Peña Nieto? Vaya decepción que se van a llevar si se dan una vuelta virtual por las redes de la Argentina, donde se encontrarán con un Mauricio Macri, actual residente de la Casa Rosada, toda una figura. Proveniente de la clase alta, hijo de italianos emigrados a la pampa, pasó por prestigiosas universidades estadounidenses como Columbia y Pensilvania, hasta que se recibió como ingeniero en la Católica de Argentina; se desempeñó en el sector empresarial en Citibank, Sevel, el propio Grupo Macri y fue presidente del Club Atlético Boca Juniors entre 1995 y 2008, cuando fue nombrado jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Asumió la primera magistratura el 10 de diciembre de 2015 por la coalición de centroderecha Cambiemos, luego de su triunfo sobre Daniel Scioli, candidato del Frente para la Victoria (unión partidista de izquierda fundada en 2003 para sostener la candidatura de Néstor Kirchner). Su agenda fue clara desde el primer momento: combatir el populismo socialista, la política económica cíclica, la estrategia internacional anti-estadounidense, la retórica de masas pro-sudamericana y la orientación peronista de los kirchneristas que les rindió el apoyo de las organiza-ciones de derechos humanos, las cuales han combatido el Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) desde los gobiernos de Alfonsín y Menem.

Las extáticas energías por poner en marcha, final-mente, la estrategia neoliberal del siglo XXI que los Kir-chner le negaron a Argentina, desbordó a Macri. En lu-gar de convocar al Congreso a periodo extraordinario, decidió gobernar por Decretos de Necesidad y Urgencia (legales aunque de cuestionable legitimidad); suspendió la aplicación del Código Penal Procesal para reformarlo junto con la Ley de Medios; ha emprendido una revisión del plantel estatal que le está llevando a un “ajuste” (cómo les encanta esa palabra a los tecnócratas) tanto del gasto público como del empleo público, que suma un estimado de 25 mil despedidos a la fecha.

Avanza en su plan de eliminar millonarios subsidios a la energía para combatir el retraso tarifario, con lo que los argentinos empiezan ya a resentir una serie de fuertes “ta-rifazos” a la electricidad que van del 150 al 300%. Conti-nuando con la materia económica, la presidencia ha de-cidido poner fin al control cambiario devaluando el peso

argentino para “estabilizar el mercado y dejarlo fluctuar con el dólar”, lo cual se ha traducido en una marcada alza de precios de la canasta básica y en “ajustes” a los acuerdos salariales con empresas y sindicatos.

Su objetivo estrella: llegar a un acuerdo con los acree-dores de bonos soberanos argentinos impagos, llamados fondos buitre, que suman cerca de 6,500 millones de dóla-res. Tras el fallo del juez norteamericano Thomas Griesa de declarar en 2014 al país en desacato por no pagar-les a los acreedores, Daniel Pollack, intermediario en los tribunales neoyorkinos, anunció que las partes alcanza-ron un principio de acuerdo por una suma cercana a los 4,635 millones de dólares, suma que deberá ser abonada en efectivo e incluye la cancelación de los reclamos. La soberanía se va por la borda, el gobierno accede a en-deudarse y todo sea para entrar al mercado de capitales y conseguir créditos a tasas preferenciales.

Así como en 1975 el gobierno lanzó la campaña “El silencio es salud”, con un cartel giratorio instalado en el Obelisco de la avenida 9 de julio y diagonal norte, céntri-co crucero de Buenos Aires, parte de una estrategia que apuntaba a mejorar la calidad de la vida urbana pero que guardaba en su fondo una advertencia de censura, una referencia intimidatoria de silenciamiento de cualquier oposición, hoy Macri mantiene la misma línea.

Macri se niega a hablar de sus antecedentes ante la justicia por sus negocios turbulentos y, a través de su mi-nistra de seguridad, Patricia Bullrich, mantendrá mano dura contra las manifestaciones o protestas. El gabine-te está plagado de representantes de bancos privados y transnacionales: su ministro de energía y minería, Juan José Aranguren, ex CEO de Shell Argentina que tiene en sus manos redefinir las políticas de autoabastecimien-to y el rol de YPF (la petrolera nacional); Gustavo Lo-petegui (CEO de Lan) y Mario Quintana (cofundador y presidente de Farmacity), estarán en la oficina de la Je-fatura de Gabinete; Alfonso Prat Gay, flamante ministro de Hacienda y Finanzas integró el equipo del banco JP Morgan; finalmente, Francisco Cabrera, reluciente titular de la cartera de Producción, guarda relaciones con el otro banco HSBC. El sabor a menemismo en este gobierno llega a agriar. Los mexicanos sabemos de eso.

El ascenso de la derecha macrista puede explicarse mayormente en términos de la caída del kirchnerismo. La izquierda argentina fue incapaz de renovarse autocrí-ticamente y ofrecer una continuidad oxigenada (el deba-te entre Scioli y Macri fue un colmo de la parodia que la política global observa).

¿Cuánto resistirá el Partido de los Trabajadores de Brasil con los procedimientos judiciales contra Lula y Rousseff?, ¿qué pasará con una Venezuela cuyo Maduro cada día depende más de las fuerzas armadas para lograr el orden mientras Capriles toma fuerza en la opinión pública?, ¿cuál será el devenir de la revolución en Cuba cuando Raúl deje su mandato en 2018?, ¿nos podemos imaginar a Uruguay sin Mujica y a una Bolivia que dijo “no” a una reelección en 2019 para Evo?

* El autor es estudiante de la Licenciatura en Historia en la FF y L de la BUAP.

Mariano E. Torres Bautista*

Octavio Spíndola Zago*

Y esto, a pesar de que Europa cuenta con una gran capacidad creativa y un sinnúmero de empresas capaces que son punta de lanza en la innovación en muchos ámbitos.

La Unión Europea cuenta con cinco fondos para subvencionar proyectos que tienen un carácter perma-nente, es decir, son estructurales y buscan justamente mejorar y nivelar la ya de por sí notable calidad de vida del continente. Son: 1.- El Fondo Social Europeo 2.- el Fondo de Cohesión; 3.- el Fondo Europeo de Desarrollo Regional; 4.- el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, y 5.- el Fondo Europeo Maríti-mo y de Pesca.

Es evidente que los distintos fondos son coadyu-vantes y que, además de atender las necesidades ciu-dadanas, sirven para diluir tensiones y permiten la go-bernabilidad toda vez que disminuyen las consabidas desigualdades inherentes a las migraciones internas

motivadas por la falta de oportunidades. Cabe des-tacar que esas subvenciones se consiguen por convo-catoria pública de programas específicos y bajo crite-rios precisos entre los que también se busca la acción ciudadana, toda vez que no son financiados al 100%. Evidentemente, estas subvenciones no tienen carác-ter retroactivo y solo se otorgan a proyectos sin fines de lucro. Igualmente, existen otras posibilidades de financiamiento indirecto gestionado conjuntamente con autoridades nacionales y regionales.

Todo este cuadro de acción gubernamental que busca el desarrollo equilibrado de las tan dispares como distintas regiones, a pesar de su millonario con-tenido, son insuficientes para las enormes necesidades. Si bien para opiniones exigentes representan apenas un paliativo, tienen una gran significación ya que se trata de políticas permanentes con un criterio conti-nental y futurista además de humanista.

En síntesis, son algo que se puede considerar como una verdadera política de desarrollo, es decir, aquella que propicia el ejercicio de las potencialidades y de la capaci-dad creativa de los ciudadanos participantes a mediano y largo plazos. Este tipo de fondos han sido aprovechados para numerosos proyectos de desarrollo generados des-de asociaciones vecinales, diferentes niveles de gobierno y, por supuesto, las mejores universidades del continente.

Todo esto lleva a pensar legítimamente que con este tipo de fondos las posiciones egoístas del neolibe-ralismo y del crony capitalismo, con sus falaces argu-mentos, inhumanas y anticientíficas prácticas, siempre encontrarán la debida respuesta.

* El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Phantéon-Sorbonne; actualmente se des-empeña como profesor/investigador del Programa de Maestría en Antropología Social de la BUAP.

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Es evidente que las necesidades de un continente que es a la vez un mosaico y crisol cultural con 500 millones de habitantes son muchas. La mayor parte de estos gozan de un alto nivel de vida pero sus grandes desniveles entre países los han obligado a implementar un abanico de oficinas y acciones toda vez que la simple “iniciativa privada” ha demostrado ser incapaz de lograrlo.

“En octubre del 83 aterricé en Ezeiza decidido a recomenzar de cero. El resto

es otra historia.” Con estas palabras cierra Horacio Salas, poeta bonaerense,

un artículo periodístico.

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Enrique Condés Lara*

Su interés y ánimos estaban puestos en otras la-titudes. Pero, además, arrastraban consigo un grave prejuicio que les hacía inasible, o cuando menos, les presentaba distorsionado el desen-

volvimiento del vasto subcontinente latinoamericano. Cuando no saludaban la anexión de los territorios mexi-canos de California, Arizona, Nuevo México y Texas por los Estados Unidos (Engels, 1849) o aplaudían las pretensiones estadounidenses sobre Panamá y el Istmo de Tehuantepec (Marx y Engels, 1850), calificaban a los mexicanos de degenerados, “con todos los vicios, la fanfarronería y el donquijotismo de los españoles a la tercera potencia, pero de ninguna manera lo sólido que éstos poseen.” (Marx, 1854) y a Simón Bolívar como “el canalla más cobarde, brutal y miserable” (Marx, 1858). Para ellos, Latinoamérica estaba apuntada en lo que de-nominaban “pueblos sin historia.”

En efecto, para el filósofo alemán G. W. F. Hegel (1770-1831), intransigente defensor de la superiori-dad de la civilización europea, maestro de juventud de Marx y del que, con Engels, “tomaron” su dialéctica y “desecharon” su idealismo, pueblos sin historia eran aquéllos incapaces de devenir Estado, en contraste con los pueblos vitales. En Hegel, solo se puede ser libre si se tiene conciencia de la libertad, pero esta se hace realidad, se objetiva a través del Estado.

El Estado era, entonces, la acabada expresión de racionalidad y de libertad. Por tanto, la culminación del desenvolvimiento o realización del espíritu, la meta de la civilización, el pináculo de la historia. Y los pueblos sin historia, aquellos que no tenían posibilida-des de constituir Estado, no quedaban simplemente

“atorados”, sino que se convertían en un freno, en fuer-zas negativas, contrarrevolucionarias en la terminolo-gía de Marx y Engels, ante el empuje de las naciones históricas. De ahí que Engels llegara a decir:

No hay ningún país europeo que no posea en algún rincón una o varias ruinas de pueblos, residuos de una anterior población contenida y sojuzgada por la nación que más tarde se convirtió en portadora del desarrollo histórico. Esos restos de una nación implacablemente pisoteada por la marcha de la historia, como dice He-gel, esos desechos de pueblos, se convierten cada vez más, y siguen siéndolo hasta su total exterminación o desnacionalización, en portadores fanáticos de la con-trarrevolución, así como toda su existencia en general ya es una protesta contra una gran revolución histórica.1

En 1852, en la serie de artículos Revolución y Con-trarrevolución en Alemania, Marx escribió:

La historia de un millar de años debió haberles de-mostrado (“a las nacionalidades moribundas que nos ocupan”)… que el destino natural e ineluctable de es-tas naciones moribundas era dejar que se consumara el proceso de su disolución y de su absorción por otros vecinos más fuertes...2

Para Hegel, América aparecía como un vasto terri-torio vacío. Como un gran receptáculo para la sobrepo-blación europea que colonizaría con los patrones cul-turales, organizacionales, tecnológicos y políticos euro-peos, es decir, los propios de la civilización, frente a dis-persas tribus sumidas en el estado natural, en la barbarie

o en el salvajismo; tendría que ser en el futuro un espejo de Europa. Sin embargo, a partir de la segunda década del siglo XIX en que transcurrieron las guerras de inde-pendencia de las naciones sudamericanas, se vino abajo tal perspectiva. Separadas de la metrópolis, las antiguas colonias no se comportaron como debían y cayó el es-quema basado en que “en la existencia de un pueblo, el fin esencial es ser un Estado y mantenerse como tal.”3 Y para Marx, que compartía esta tesis, la especificidad histórica latinoamericana se tornó indescifrable. Desde su concepción del desarrollo histórico-social no pudo ver ni comprender los procesos de constitución de las nacionalidades latinoamericanas.

No estaban presentes y actuantes esa vitalidad, densidad o espíritu nacional, ni las clases, costumbres y estructuras; mientras el campo popular era multiét-nico, las élites se mostraban extrañas y distantes de él; las recurrentes crisis de poder e inestabilidades mos-traban artificialidad de los Estados emergentes. Por ello, no pudo advertir ni descifrar las modalidades y la concreta resolución histórica de las relaciones entre nación y Estado que se establecieron y consumaron en América Latina. A Marx, en consecuencia, el panora-ma latinoamericano se le presentaba, como “una inex-plicable multiplicación de Estados extremadamente débiles, manejados por estrictas oligarquías carentes de espíritu nacional, o por caudillos, por lo general militares, incapaces de impedir la fragmentación te-rritorial y de asegurar la presencia de un poder nacio-nal, excepto mediante dictaduras feroces, casi siempre efímeras… Las formaciones nacionales se le aparecían así como meras construcciones estatales impuestas so-bre un vacío institucional y sobre la ausencia de una voluntad popular, incapaces de constituirse debido a la gelatinosidad del tejido social.”4

Todo estaba de cabeza, invertido: “a una determi-nada sociedad civil, corresponde un determinado Es-tado político, que no es más que la expresión oficial de la sociedad civil”, había sustentado.5 Pero aquí no asomaba la sociedad civil y lo que implicaba: activi-dades productivas, circuitos comerciales, consumo, fa-milia, clases sociales, identidad idiomática, tradiciones compartidas, cultura popular y organizaciones sociales, como entidad generadora de Estado, sino solamen-te Estados que se advertían desde la lógica marxista como huecos y artificiales o inventados. Por tanto, lo que quedaba para Marx, era una irracionalidad auto-ritaria, absurda y arbitraria. Pero estaba aquí, precisa-mente, una de las claves: en América Latina el Estado es el productor de sociedad civil, y por extensión de la nación, a diferencia de la experiencia europea y, en cierto modo, de la asiática. No obstante, “el carácter magmático de todo este proceso, la presencia opro-biosa de una clase dirigente cada vez más inclinada a identificar la nación con el Estado y la incapacidad manifiesta de las clases populares de ser portadoras de un proyecto de ‘regeneración social’, fueron todos ele-mentos que, en nuestra opinión, condujeron a Marx a ‘excluir’ de su pensamiento una realidad.”6

Los ritmos y la duración de la construcción de las nacionalidades latinoamericanas, en cuyo centro es-

tuvo la presencia ordenadora y despótica del Estado, otra de las claves latinoamericanas, no fueron tampo-co aprehendidos por Marx, por un prejuicio político. Al descalificar los procesos de construcción estatal en Latinoamérica, el atropello de corte militar y la irra-cionalidad, que eran lo que le saltaba a la vista, ali-mentaron la certeza de que estaba frente a una suerte de bonapartismo sin frenos. Para él, Luis Napoleón Bonaparte, Napoleón III, personalizaba un poder eje-cutivo fuerte, limitativo de las libertades democráticas, manipulador en extremo, en apariencia, ubicado por encima de las clases sociales, independiente y autóno-mo, que actuaba en nombre de todas ellas pero que “no puede dar nada a una sin quitárselo a otra.” De ahí que su ejercicio en el poder fuera contradictorio, errático y confuso. Ese “Bonaparte, que precisamente como bo-hémien, como lumpenproletariado principesco, le lle-vaba al truhán burgués la ventaja de que podía librar la lucha con medios rastreros”7, cuya política imperial en la segunda mitad del siglo XIX lo tuvo sumamente comprometido en Latinoamérica, le parecía a Marx reencarnar como remedo en algunas figuras centrales del subcontinente americano de esa época, como fue el caso de Simón Bolívar. No fue por desconocimiento,

“fueron consideraciones políticas las que arrastraron a Marx, señala Aricó, a adoptar una actitud prejuiciosa sobre Bolívar y lo que esto implicó de incomprensión sobre las características de Latinoamérica y la natura-leza de su movimiento real.”8 Puntualiza:

La forma bonapartista y autoritaria del proyecto bolivariano no expresaba, como entendió Marx, las características personales de un individuo sino la debi-lidad de un grupo social avanzado que, en un contexto continental y mundial cuyo rasgo característico era la contrarrevolución, solo pudo proyectar la construcción de una gran nación moderna a partir de la presencia de un estado fuerte, legitimado por un estamento pro-fesional e intelectual que por sus propias virtudes fue-ra capaz de conformar una opinión pública favorable al sistema, y por un ejército dispuesto a sofocar el sub-versivismo constante de las masas populares […] el proceso de constitución de las naciones latinoameri-canas se realizó en gran parte a espaldas y en contra de la voluntad de las masas populares.9

1 En Roman Rosdolsky: Federico Engels y el problema de los pueblos “sin historia”. Cuadernos de Pasado y Presente. No. 80. México, 1980, p. 123.

2 Carlos Marx: Revolución y contrarrevolución. Editorial Pa-lomino, La Plata, Argentina, 1946, p. 137.

3 G. W. F. Hegel: Enciclopedia de las ciencias filosóficas. Juan Pablos, México, 2002, p. 372.

4 José Aricó: Marx y América Latina. Alianza Editorial Mexi-cana, México, 1982, p. 107.

5 Carta de Carlos Marx a V. Annenkov. 28 diciembre de 1846. En Obras Escogidas, T. 2, p. 446.

6 José Aricó, op. cit., p. 107.7 Carlos Marx: El dieciocho brumario de Luis Bonaparte. T. 2.

Obras Escogidas, p. 288.8 José Aricó: El Bolívar de Marx. Sequitur, Madrid, 2006, p.15.9 Ibíd., p. 31.

* El autor es Doctor en Sociología Política por la Uni-versidad de Granada; actualmente es director del Mu-seo de la Memoria Histórica Universitaria de la BUAP.

Marx y Engels se refirieron muy poco a América Latina. “Para la conciencia europea del siglo XIX esta región del mundo era casi terra incognita, y solo grandes acontecimientos (la lucha por la independencia hispanoamericana, la guerra de México-Americana de 1846-48, la intervención anglo-franco-española contra ese mismo país en 1862 y la posterior ocupación francesa o la Guerra de 1898) obligaban a no pocos estudiosos y políticos del Viejo Mundo a recordar que el término América no siempre era un sinónimo exactamente intercambiable por la denominación Estados Unidos.” (Pedro Scaron: Carlos Marx-Federico Engels. Materiales para la historia de América Latina).

444

Una de esas calles es la 43 Oriente. Esta ave-nida delimita geográficamente la colonia Huexotitla; yendo de la 2 a la 11 Sur, esta calle es considerada como una avenida Juá-

rez “en chiquito” -según los habitantes de la ciudad- a partir de su apariencia urbanística y el ambiente lúdico y de consumo que presenta.

La 43 es una vía interesante en cuanto a traza ur-bana y configuración social se refiere, pues encontra-mos una amplia gama de comercios del mismo giro en una sola calle: en este caso las cafeterías. Recorrién-dola, podemos encontrar negocios como Café Colibrí, Café Punta del Cielo, Gloria Jean’s Coffees, Starbucks Coffee, Tarlets Coffee, Italian Coffee, Mi Viejo Café, Rocketo y Coffee York; dando muestra del éxito y la importancia que tienen estos lugares en la vida dia-ria de ciertos grupos y sujetos sociales de la ciudad. El consumo se vislumbra entonces como una práctica constante y común en esta avenida, permitiendo gene-rar dinámicas importantes en cuanto al flujo de pro-ductos, servicios y personas que la caracterizan y que al mismo tiempo desarrollan otras expresiones de ser y estar en el espacio urbano.

Consumir no refiere únicamente a intercambiar un bien por otro para cubrir ciertas necesidades; con-sumir implica “apropiarse de algo”, crear una relación simbólica de significado social con algún producto, f irma o marca. En un acto cargado de significados cul-turales que permean las formas concretas de cada gru-po social. El consumo inicia con un proceso mental por medio del cual el sujeto analiza los posibles bene-ficios que esa acción le podrá generar. Se debe tener en cuenta que no se trata de un beneficio material o bio-lógico solamente, sino que comprende “mejoras” po-sibles desde lo político, lo emocional y lo social; todo inserto en el plano cultural.

Así, la compra es la ejecución de una conducta con-creta que se ubica en el plano de la cultura; entonces, al momento de comprar un café en Starbucks Coffee por ejemplo, no compramos únicamente una bebida fría o caliente que puede satisfacer una necesidad biológica específica y que puede contar con un cierto grado de calidad. También adquirimos, consumimos significa-dos sociales en forma de beneficios que pueden inser-tarnos -ante el ojo público y legitimador- como suje-tos conocedores del “buen café” o como alguien con buena solvencia económica (pues los precios de estos productos son altos). Todo a través de portar un vaso con la marca del lugar o por ser vistos como clientes dentro de ese espacio.

La cadena Starbucks Coffee abrió en 1971 como una tienda local en Seattle, Estados Unidos, que vendía granos de café y equipo para su preparación. Es la com-pañía franquiciataria de cafeterías más grande del mun-do, con aproximadamente 11,000 tiendas en Estados Unidos y más de 20,000 en otros 65 países; es conocida como “el McDonald’s de los cafés” (Ghambari, 2014).

La imagen verde-blanco de una sirena con corona y cuyo cabello largo cubre su torso desnudo, es el ícono de la compañía. Inspirada en la xilografía de una sirena de dos colas nórdica del siglo XVI, la sirena topless es re-conocida como símbolo portador de realidades sociales globales y referencias jerárquicas de la vida en sociedad. Starbucks Coffee -como discurso, espacio y símbolo- pretende posicionarse como el tercer sitio fundamental dentro de la vida de las personas después del hogar y el lugar de trabajo, inscribiendo a las personas en una di-námica de consumo cotidiano como parte de las activi-dades fundamentales a desarrollar en su día a día.

Starbucks Coffee, al igual que otras empresas transnacionales, ha llegado a posicionarse en Méxi-co como una tienda que se dedica a la “venta” de una marca más que de productos. El concepto de Buying the Brand Name (Bubran), refiere a la preferencia re-lacional del consumidor con respecto a determinada empresa o producto derivada del distintivo del nom-bre de la marca y que está en función de construccio-nes simbólicas, más que de ca-racterísticas distinguibles en la materialidad del producto en sí. Así, Starbucks Coffee como espacio de consumo, genera discursos, prácticas e imaginarios que legitiman por sí mismos la marca, con-virtiendo objetos y productos en accesorios personales e in-dicadores sociales de clase, so-ciabilidad, unicidad, posicio-namiento y status, devenidos del conjunto de valores añadi-dos que son construidos local y globalmente.

Existen diversos facto-res que influyen para que una marca se vuelva reconocida y adquiera una clientela fiel como meta de mercado. La mayoría de las compañías no sólo buscan obtener clientes fieles, sino que, también, su marca sea un referente, es de-cir, que sea utilizada en el vo-cabulario común y cotidiano de las personas, como el hecho de construir un verbo a partir de la palabra Google: googlear, o como emplear la denomina-ción Kleenex para hacer refe-rencia a cualquier tipo y mar-ca de pañuelos desechables. De tal manera, Starbucks Coffee (como muchas otras marcas), permite portar prestigio en un

vaso, se bebe una marca, se viste una pertenencia o ads-cripción social “real” o anhelada… se legitima un status mediante el consumo del café.

La ciudad de Puebla presenta un panorama socio-cultural permeado por dinámicas de consumo que es-pecifican su importancia como constructoras de signi-ficados compartidos, legítimos y coherentes que per-miten identificarnos y denominarnos unos a otros. Las marcas despliegan por nosotros características funda-mentales de constitución individual y colectiva, do-tando de valores específicos al contenido del mensa-je simbólico que se encierra en la materialidad de los productos, constituyendo de esta manera, formas de ser y estar en la contemporaneidad. Así, al consumir nos configuramos como sujetos y conceptos, dentro de un escenario urbano dispuesto a satisfacer casi cual-quier tipo de necesidad biológica o social.

* La autora es estudiante de licenciatura en Antropo-logía Social de la BUAP.

Sandra Razo Vallejo*

La capital poblana es una ciudad repleta de espacios de consumo. Calles con demasiados negocios comerciales ofertando todo tipo de bienes y servicios. Así, encontramos desde negocios que se dedican a la producción y venta de las tan solicitadas memelas “callejeras”, hasta aquellos lugares ya establecidos en donde se puede encontrar comida oriental, locales de marcas independientes o de aquellas otras reconocidas y transnacionales que despliegan una amplia posibilidad alimentaria y de servicio restaurantero.

5

HORIZONTALES1. Prefecto de la provincia roma-

na de Judea, responsable del suplicio y muerte de Jesús (Bi-blia).

5. Hermano de María y Marta de Betania, fue resucitado por Jesús (Biblia).

10. (Frau), escritora mística alema-na.

12. Bebida alcohólica.13. Divinidad egipcia.14. Paraje de la antigua Palestina,

se dice que ahí nació María Magdalena (Biblia).

17. Abreviaturas de segundo y de diámetro.

19. Hija del hijo o de la hija.21. Personaje bíblico, interrum-

pía el acto sexual para no tener descendencia.

23. Símbolos del estaño y amperio.24. Hermano de Abel (Biblia).25. Lo contrario al bien.27. Sosiego, tranquilidad.28. Milagroso manjar que envió

dios a los israelitas en el desier-to.

29. Sumo sacerdote judío, intervi-no en el juicio de Jesús (Biblia).

31. Raspé una superficie dura con un instrumento cortante.

32. Ente.34. Patria de San Francisco.35. Partido Comunista Italiano

(sigla).38. Hongo de sombrerillo.39. Judío de Cafarnaúm, su hija

fue resucitada por Jesús (Bi-blia).

41. Símbolo del rutenio.43. Lugar donde se guardan o en-

cierran perros abandonados o que no tienen dueño.

44. Unidad Popular (inic).45. Madre de la Virgen María (Bi-

blia).47. Dulce, jalea.48. Princesa judía, hizo decapitar a

Juan el Bautista (Biblia).49. Sum sacerdote judío, fue uno

de los líderes de la conspira-

ción que logró la condena a muerte de Jesús de Nazaret (Biblia).

VERTICALES1. Pueblo que aparece en la histo-

ria de los tiempos del rey persa Darío I, cuando habitaban un territorio en la 16ª satrapía del Imperio Persa.

2. Alga filamentosa de las aguas corrientes.

3. Símbolo del sodio.4. País de Asia, su capital es Te-

herán.6. Adverbio de lugar.7. Terminación verbal8. Gorra con visera que usaban

los soldados españoles.9. Ninfa de las aguas, en la mito-

logía griega.11. Ciudad y puerto de Yemen.15. Tiza, Clarión.16. Amarra, lía. 18. Región montañosa de la anti-

gua Palestina, cuyo territorio corresponde al bíblico reino de Israel.

20. Ciudad en la que se cree fue criado Jesús (Biblia).

22. Niñeras.24. Perros.26. Poema lírico provenzal en ver-

sos muy cortos.27. Valle de la provincia de San-

tander.30. Pueblo mágico de Coahuila,

son famosos sus viñedos.33. Del verbo palpar.35. Dúo.36. (El Grande), emperador persa,

fundador del Imperio aquemé-nida.

37. Me dirigiré a un lugar.39. Símbolos del julio, erbio y

maxwell.40. Cetáceo que habita en todos

los océanos del mundo.42. Artículo indeterminado.44. Enfermedad de úlceras faciales.46. Contracción gramatical.47. Nota musical (inv.).

GEOGRAFÍATan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Uni-

dos.Y el cura inauguró una sucursal de fe en territorio

norteamericano.

REFRÁNDime con quién andas y te diré quién eres.El espejo no supo qué responderle a aquel hombre

solitario.

RACISMOPara evitar el racismo, la oveja negra de la familia,

fue blanca.

PERSONALIDAD MÚLTIPLETe lo digo Juan para que lo entiendas Pedro.

Cecilia Vázquez Ahumada*

El primer uso documentado del caballo en guerra es para el arrastre de carros: un es-tandarte de la ciudad de Ur de 4,500 años

de antigüedad, plasma burros salvajes tirando de carros de guerra con cuatro ruedas. Estos carros, para el segundo milenio de nuestra era se usaban desde China hasta Grecia, y fueron cambiando sus diseños para hacerlos más ligeros y de más fácil movilización. Los conductores de guerra más fa-mosos de la antigüedad fueron los hititas de Ana-tolia que fueron los forjadores de un imperio a lo largo del siglo XIV antes de nuestra era. “Los ca-rros de guerra hititas eran plataformas bélicas mó-viles que transportaban dos arqueros junto al con-ductor”. (Eric Chaline: 50 Animales que Han Cam-biado el Curso de la Historia. Ed. Librero, Madrid, 2013). Los egipcios, minoicos y cretenses, también usaron carros de guerra. También la participación de la caballería en las batalla amplió las tácticas de guerra. Y ya en la época bizantina la importancia de la caballería era muy grande.

Los elementos clave para cabalgar son la silla de montar y el estribo, ya desarrollados en el si-glo II de nuestra era. La silla distribuye de manera uniforme el peso del jinete y le da seguridad y el estribo, innovación china, se incorporó a Europa hasta el siglo IX.

El uso generalizado de armas de fuego a fi-nales de la Edad Media, desplazó a los caballeros con armadura y sus monturas, pero a partir del si-glo XVI la caballería se convirtió en un elemento clave de apoyo a la infantería, ahora como fuerza de ataque, con la ventaja de su fuerte movilidad.

La reintroducción del caballo en América fue decisiva para la conquista de mexicas y del impe-rio andino. Los aborígenes de Norteamérica se hi-cieron de caballos para resistir la conquista de los europeos.

Los caballos, hasta entrado el siglo XX, siguie-ron acompañando, para su desgracia, a los hom-

bres en la guerra. La guerra de trincheras aminoró un poco el uso de los caballos en el frente, pero la aparición de los carros blindados desplazó su importancia.

Además de su empleo en los conflictos bélicos, el caballo ha sido un animal de gran utilidad para cargar y transportar. Los agricultores afortunados, cuentan con la ayuda de caballos. En Europa los ca-ballos fueron útiles para arar y arrastrar las pesadas cargas del campo. El arado arrastrado data del siglo VII y fue de gran ayuda para aumentar la producti-vidad de los campos arcillosos del norte de Europa. En los Estados Unidos, los caballos fueron impor-tantísimos para el sistema de ranchos y la expansión hacia el Oeste. Además, los equinos fueron primor-diales para el servicio de correo, hasta la invención del ferrocarril y del telégrafo.

Tan importantes fueron en la transportación que en el siglo XIX se temía que en 1930 las ciu-dades, como Nueva York, perecerían bajo la boñi-ga de los miles de caballos que circularían por la ciudad. Pero todo esto quedó atrás. Hoy en día, los caballos siguen siendo útiles y valiosos para el ocio de pocos y el trabajo de muchos en los campos.

De la Rosa, en la página de la CONABIO, ex-plica que en México se han localizado restos fó-siles de un tipo de caballo llamado Equus mexi-canus que vivió durante el Pleistoceno, hace unos 500,000 años y habitaba el altiplano de nuestro país. Se han hallado restos en San Luis Potosí, Puebla, Estado de México y Jalisco. El estudio-so nos dice que estos animales, muy corpulentos y resistentes, tenían mucha movilidad por su bús-queda de pastos frescos, aunque sucumbieron de-bido a los fuertes cambios climáticos del fin del Pleistoceno.

* La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP; actualmente, se encuentra al Centro INAH-Puebla.

6

Aunque nació como una iniciativa de artis-tas y trabajadores de artes gráficas, con la distinguida participación de David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Xavier Guerrero,

entre otros, El Machete fue transformado casi inme-diatamente en el órgano central de la Sección Mexi-cana de la Internacional Comunista - el Partido Co-munista de México- y es así como desarrolla una labor que abarca de 1924 a 1938, años que son significativos para comprender al movimiento obrero y comunista de nuestro país.

El siglo XX está marcado por la Revolución So-cialista de Octubre, la cual inspira y organiza un mo-vimiento internacional de lucha que tiene un impacto en México, en los debates culturales e ideológicos, en la acción y organización sindical, en la acción de los campesinos, y en la propia lucha política, en un prin-cipio marginal pero que se va consolidando y adquiere una importancia a mediados de los años 30.

En muchos sentidos la historia del comunismo en México es desconocida, en parte por la fuerte activi-dad anticomunista, en parte debido a las deformacio-nes que promovieron algunos dirigentes del PCM en función de ajustar la historia partidaria a intereses po-líticos o de coyuntura, en parte también por el manto de la desideologización que siguió a la contrarrevolu-ción que derrocó al socialismo en la URSS y otros paí-ses de Europa, Asia y África.

Sin duda, acercarse a las fuentes es una necesidad para quien tiene un compromiso objetivo con la His-toria, pero allí tropieza, quien lo intenta, con que en muchos casos esas fuentes se encuentran circunscritas a los especialistas, pues los archivos son inaccesibles o ponen limitaciones, muchas de ellas financieras. Ade-más, en este caso, El Machete es parte de la historia de una clase, es decir, un manantial de enseñanzas, apren-dizajes e integrante de la memoria indispensable para el actuar político contemporáneo de los trabajadores. Por ello, su conocimiento requiere de ser socializado.

Por esas razones, y a pesar de las dificultades fi-nancieras que ello implicó, en 2012, con motivo del 18 aniversario del nuevo Partido Comunista de México, el Centro de Estudios Marxistas se dio a la tarea de compilar y digitalizar la colección de las tres etapas que tuvo El Machete, y ponerlo a la disposición de to-dos los interesados, sin ningún interés patrimonialis-ta, pero sí con el declarado propósito de contribuir al rearme político-ideológico de los trabajadores mexica-nos, quienes necesitan pasar de clase en sí en clase para sí, precondición situada por la revista el Viejo Topo

para la acción política clasista, esbozada ya desde 1848 en El Manifiesto del Partido Comunista y en el conjun-to de la obra teórica marxista.

Este esfuerzo se refleja en un DVD, en el que la colección sería integra, de no ser por tres ejemplares que no fueron localizados en ninguno de los archivos a los que se recurrió, entre ellos el Archivo de la In-ternacional Comunista en Moscú, diversos archivos de partidos comunistas y obreros de América Latina, colecciones particulares, hemerotecas y donaciones de viejos comunistas que consideraron necesario transmi-tir a las nuevas generaciones ese patrimonio.

El Machete registra la intensa actividad organiza-tiva y política del PCM, las reflexiones sobre la lu-cha de clases. Se podrá apreciar la manera en que se van materializando las resoluciones de cada uno de los siete congresos de la Komintern, en algunos ca-sos verdaderos virajes. Se apreciará la influencia de los comunistas que, con sus organizaciones sindi-cales como la CSUM, aportan a la formación de la CTM, en su momento el más importante esfuerzo de unidad sindical. Se podrán detectar también al-gunas inconsistencias y errores que aún hoy, en ple-no siglo XXI tienen incidencia, pues contribuyeron a hipotecar la independencia de clase del proletariado al subordinarlo a la llamada ideología de la Revolución Mexicana. Se encontrarán también aportes culturales trascendentales, grabados, poemas, canciones. Queda

constancia de las polémicas con el lombardismo, el trotskismo y también de la actividad internacionalis-ta que fue la participación de las Brigadas Interna-cionales en la Guerra Civil Española.

Este archivo digital, insisto, no lo trabajamos con una visión patrimonialista, sectaria o exclusivista, sino con el afán de socializar, sobre todo a los propios tra-bajadores su propia historia, sin la que es imposible as-pirar a las transformaciones radicales y profundas que se requieren.

Quien tenga interés puede escribir a [email protected] o establecer contacto a tra-vés de www.comunistas-mexicanos.org

Pável Blanco Cabrera

“El machete sirve para cortar la caña, para abrir las veredas en los bosques umbríos, decapitar culebras, tronchar toda cizaña y humillar la soberbia de los ricos impíos”.

Lema de El Machete

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RE~INCIDENTE. Año VII. No. 118. Segunda quincena de marzo de 2016. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: [email protected]. Editor respon-sable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en marzo de 2016 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

Solución alReincigRama de eSte númeRo

José Fragoso Cervón*

Acomodé el trompo chillador de dos puntas en una vitrina nueva hecha exprofeso para chin-gaderitas, pero necesité dos días para regresar

al pasillo lleno de cachivaches. (Te regañaron ¡oootra vez! por tu tiradero). Y me topé con una destartalada caja vieja que dejaba caer una cantidad de acetatos de 78, 45 y 33 revoluciones por minuto.

Al revisar los discos retornaron a mi drogada men-te los años juveniles cuando tuve que despedirme de los grandes cuatachines del barrio obrero, de los ta-lleres del ferrocarril y de la provincia mexicana. Las inquietudes políticas de mi padre (lo corrieron del tra-bajo por politiquero) forzaron nuestra huida a la capi-rucha del país (y me convertí en autentico chilango).

Revivieron viejos sueños, pero uno principalmen-te, el de ser un trotamundos. Influido por Fernando, hermano de mi madre, que desde temprana edad se fugó de casa dejando los estudios (mi condena) y se fue de bracero a los Estados Unidos donde hizo for-tuna; cuando visitaba a la familia llegaba en su fla-mante automóvil, me compraba dulces y nos regalaba dólares. En mi adolescencia lo veía como un héroe al cual debía imitar; además, como era el que tenía menos estudios en la familia, en ese entonces concluí que no era necesario perder el tiempo en un acuarte-lado salón de clases para seguir su errante vida.

Apuntalado por el jipismo y la música de los 60´s y 70´s del siglo pasado (Let it be, San Francisco Flo-res en tu pelo, Quiero ser libre, Muchacho triste y soli-tario, y muchas más), y la influencia de un puñado de chamacos con ideas más o menos semejantes que planeábamos la “huida de casa” para alejarnos de los estudios para comernos al mundo a bocanadas, fuga que en dos o tres veces se frustraba porque algunos de los integrantes del grupo desertaban a la hora buena.

Estaba en esas cuando un día me llamó mi santa madre y, en una plática “seria”, me dijo que se había enterado de mis planes, que no tenía que salirme por la puerta trasera de casa (huir), que terminara el año escolar (3º. de secundaria) y ella se encargaría de escribirle al tío Fernando para que me hospedara y me facilitara el paso al otro lado de la frontera, si ese era mi sueño. Se me frustró el dulce sabor de la aventura.

Por supuesto, el tío me recibió con una sonrisa en los labios (que más bien me parecía una mueca de sar-casmo) y me ofreció su casa (vivía con una bellísima mujer que había sido mesera de uno de los negocios que regenteaba en la frontera). En la primera conver-sación, le platiqué mis planes de pasar al otro lado, tra-bajar y tener muchos dólares para comprarme un ca-rro y mandarle dinero a mi mamá para una casa. Con la acostumbrada sonrisa en la boca (“pinche chamaco, no sabe lo que le espera del otro lado”), me indicó que buscaría entre sus amigos alguien con quien encargar-me para que pudiera alcanzar mis juveniles sueños.

De esa forma, durante aquellos fríos días de di-ciembre por la mañana, vagaba en la línea fronteriza y por la tarde iba a la cantina del tío a ver a los gringos emborracharse y esperar a uno de sus amigotes que me ayudaría a comerme el mundo. Y así estuve hasta que me di cuenta que no tenía necesidad de buscar nada en otro país y que en mi casa lo tenía todo; solo había que regresar a la odiada escuela y terminar una carrera profesional. ¿Para qué andar mendingando y dando lástimas en tierras ajenas?

El regreso a casa fue de fiesta. Mi madre me re-cibió con un fuerte abrazo, y en la banda me convertí en un héroe; era el cuatachín que más tiempo había pasado fuera de casa y que regresó con dólares (me los dio mi tío, con un cariñoso abrazo de despedida y la mueca de satisfacción en su pinche carota); además me entregó varias maletas cargadas de fayuca que mi tía le mandó a mi madre de regalo.

Al inicio del año escolar, me inscribí en la voca 5, que se encontraba en la Ciudadela, y mi mamá me encontró trabajo en la burocracia por conducto de una amiga que tenía una hermana que estaba casada con una persona que conocía a la secretaria de la pri-ma de un funcionario que se encontraba bien parado.

Los viejos y rayados discos de 78 y 45 se fueron a la basura, solo acomodé en mi cuarto de estudios (nave espacial recién pintada), los acetatos de 33 revolucio-nes de grupos clásicos de la época, junto con los frus-trados recuerdos de mis sueños de vagamundo.

* El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachín.

A nivel mundial, las muertes de 823,000 niños y 20,000 ma-dres cada año podrían ser evitadas con la práctica de la lactan-cia materna.

La lactancia materna es uno de los escasos comportamientos positivos para la salud que se practican más en los países po-bres que en los ricos.

En los países de ingresos económicos bajos, la lactancia ma-terna continúa practicándose al año de edad del infante, no así en países de ingresos altos donde solamente el 20% de las madres siguen amamantando a sus hijos de un año. Y no se hable de Gran Bretaña, donde solamente el 1% de las madres la practican luego de un año de haber dado a luz.

En países de ingresos bajos y medios, el 37% de las madres ali-mentan a sus recién nacidos hasta los 6 meses exclusivamente con su leche.

Las estadísticas señalan que la práctica de la lactancia materna está asociada con la ausencia del cáncer de mama.

Además de incrementar la salud del neonato y de su madre, la lactancia materna ayuda a alargar el espaciamiento de los embarazos, dando más tiempo para el desarrollo de la relación madre-hijo.

Sean pobres o ricos, la lactancia materna mejora la salud de quienes la practican: binomio madre-hijo.

Además, mejora la salud de los seres humanos. Un niño ali-mentado con leche materna tendrá mejores recursos para su salud adulta. Recordemos que para muchas personas que vi-ven en pobreza, la malnutrición es el motivo principal de su raquítico desarrollo y, por ende, un miserable futuro.

Fuente:http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2816%2900210-5/fulltext

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6 Spielman Rd.Dartford, Kent.Querida Pat,

Cuánto lamento no haber escrito antes (me declaro demente). Salida por la derecha en medio de un calu-roso aplauso.

Espero que te encuentres muy bien.Hemos sobrevivido a otro glorioso invierno inglés.

Me pregunto en qué día caerá el verano este año.Pero, oh querida, he estado taaaaaaan ocupado

desde Navidad aparte del trabajo escolar. Tú sabes que soy afecto a Chuck Berry y yo creía ser el único fan en kilómetros, pero una mañana en Dartford Stn. (eso es para no tener que escribir una palabra larga como lo es estación), yo me encontraba cargando un disco de Chuck cuando un tipo que conocí en la primaria, 7-11 años, tú sabes, se me acercó. Tiene todos los discos que Chuck Berry y todos sus camaradas son fanáticos del rhythm and blues, me refiero al verdadero R&B, (no a la porquería de Dinah Shore, Brook Benton) Jimmy Reed, Muddy Waters, Chuck, Hownlin’ Wolf, John Lee Hooke, todos los bluseros de Chicago, algo mara-villoso. Bo Diddley es otro grande. Como sea, el tipo de la estación se llama Mick Jagger, y todas las chicas y los muchachos se reúnen cada sábado por la mañana en el "Carousel", un lugarsucho. Bueno, una mañana

de enero iba pasando por allí y decidí buscarlo. Todos estaban sobre mí y me invitaban como a diez fiestas. Además de que Mick es el mejor cantante de R&B de este lado del Atlántico y no estoy especulando. Yo toco la guitarra (eléctrica) al estilo de Chuck, nos consegui-mos bajista y baterista y guitarra rítmica y practicamos dos o tres noches a la semana.

Por supuesto que todos se revuelcan en dinero y casas masivas, uno incluso tiene un mayordomo. Fui allí con Mick (por supuesto en el auto de Mick, no en el mío por supuesto). OH POR DIOS ES IMPOSI-BLE.

“¿Puedo traerle algo señor?”“Vodka y limón, por favor”“Por supuesto, señor”Realmente me sentí como un lord y casi pido mi

coronita a la salida.Todo por aquí está muy bien.Simplemente no puedo dejar a Chuck Berry de

lado. Recientemente conseguí un LP suyo directa-mente de Chess Records en Chicago que me costó menos que un disco inglés.

Por supuesto que aún tenemos a los viejos reza-gados aquí, ya sabes, Cliff Richard, Adam Faith y dos nuevos, Shane Fenton y Jora Leyton. ESA MIERDA QUE JAMÁS HAS ESCUCHADO. Excepto por esa bola de grasa de Sinatra ja, ja, ja, ja, ja.

Aún así ya no me aburro. Este sábado iré a una fiesta de toda la noche.

“Miré mi relojEran las cuatro, las cincoHombre, yo no sabíaSi estaba vivo o muerto”Cita de Chuck BerryReeling and a Rocking

Doce barriles de sidra, tres botellas de whiskey. Su ma y su pa ausentes por el fin de semana. Me voy a intoxi-car hasta caerme (me alegra decir).

El siguiente sábado, Mick y yo llevaremos a dos chicas a nuestro club favorito de Rythm and Blues en Ealing, Middlesex.

Tienen a un tipo en la armónica eléctrica, Cyril Davies, fabuloso, siempre medio borracho, sin rasurar, toca como un lunático, maravilloso.

Bueno no se me ocurre nada más con lo cual abu-rrirte, así que deseo buenas noches a los televidentes.

GRAN SONRISAAmor

Keith xxxxx¿Quién más escribiría toda esta mierda?

La carta a continuación fue escrita por Keith Richards a sus 18 años a su tía Pat. Salió a la luz en 2009 y no había sido leída previamente por nadie fuera de la familia, no antes del lanzamiento de su autobiografía (Life, Ed. Back Bay Books,

2010). En ella describe cómo conoció a Mick Jagger en 1961. Entonces, ambos se reunían constantemente “tratando de aprender cómo armarla”. Ambos ascendieron a la fama como los miembros fundadores de The Rolling Stones.