Metodologia De La Economia

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Amartya Sen y Nancy Cartwright han realizado importantes con-tribuciones en materia de metodología de la economía. Amboscoinciden en que las teorías generales y globales, como la teoríadel equilibrio general, requieren una idealización deliberada yson, por lo tanto, falsas. Tales teorías son ciertas únicamente enlos modelos. En realidad, el propio Sen ha recurrido en sus traba-jos, en repetidas ocasiones, a la idealización deliberada parahacer recomendaciones relacionadas con las prescripciones polí-ticas. Cartwright también postula tendencias estables para expli-car por qué pueden ser útiles tales teorías o leyes. Sen estableceuna distinción entre una “buena explicación” en el sentido de quees simplemente verdadera y “la buena descripción que debedarse”. Los intereses predictivos y prescriptivos constituyen unamotivación suficiente para realizar una descripción, pero éstatambién puede estar motivada por consideraciones morales. Elesquema de Cartwright, entendido como maquina socio-econó-mica, no tiene en cuenta dicho aspecto. En el presente trabajo sesostiene que esto constituye un punto débil del esquema deCartwright. Si bien es verdad que el planteamiento de Sen podríaser ampliado para acoger la perspectiva de las “tendencias esta-bles de la maquinaria socio-económica”, tal y como señala Cartw-right, también lo es el que una metodología económica más com-pleta debería incluir análisis que son relevantes desde el punto devista moral. En este sentido, resulta útil la distinción que hace Senentre “descripción verdadera” y “descripción buena”

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    METODOLOGA DE LA ECONOMA:SEN Y CARTWRIGHT (*)

    Bijoy Mukherjee Asha Mukherjee

    Universidad de Visva-Bharati (India)

    Amartya Sen y Nancy Cartwright han realizado importantes con-tribuciones en materia de metodologa de la economa. Amboscoinciden en que las teoras generales y globales, como la teoradel equilibrio general, requieren una idealizacin deliberada yson, por lo tanto, falsas. Tales teoras son ciertas nicamente enlos modelos. En realidad, el propio Sen ha recurrido en sus traba-jos, en repetidas ocasiones, a la idealizacin deliberada parahacer recomendaciones relacionadas con las prescripciones pol-ticas. Cartwright tambin postula tendencias estables para expli-car por qu pueden ser tiles tales teoras o leyes. Sen estableceuna distincin entre una buena explicacin en el sentido de quees simplemente verdadera y la buena descripcin que debedarse. Los intereses predictivos y prescriptivos constituyen unamotivacin suficiente para realizar una descripcin, pero statambin puede estar motivada por consideraciones morales. Elesquema de Cartwright, entendido como maquina socio-econ-mica, no tiene en cuenta dicho aspecto. En el presente trabajo sesostiene que esto constituye un punto dbil del esquema deCartwright. Si bien es verdad que el planteamiento de Sen podraser ampliado para acoger la perspectiva de las tendencias esta-bles de la maquinaria socio-econmica, tal y como seala Cartw-right, tambin lo es el que una metodologa econmica ms com-pleta debera incluir anlisis que son relevantes desde el punto devista moral. En este sentido, resulta til la distincin que hace Senentre descripcin verdadera y descripcin buena.

    Palabras clave: metodologa de la economa, idealizacin, descrip-ciones verdaderas, descripciones buenas, A. Sen, N. Cartwright.

    (*) El presente artculo es una versin revisada de la comunicacin Methodology of Eco-nomics: Sen and Cartwright expuesta en la seccin C6, Philosophy of the Social Scien-ces, del 12 Congreso Internacional de Lgica, Metodologa y Filosofa de la Ciencia, cele-brado en Oviedo, en agosto de 2003. La traduccin ha sido realizada por Sofa GarcaBeyaert y la revisin tcnica por el profesor Luis Valds Villanueva.

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    Amartya Sen es un autor muy conocido en economa. Pero, ademsde su importante contribucin a la metodologa de la economa en parti-cular, su contribucin a la filosofa de la ciencia en general no es nada des-deable. Sin embargo, los filsofos no han prestado demasiada atencina este aspecto de su trabajo. Nosotros consideramos que determinadascuestiones metodolgicas han desempeado un papel importante en sustrabajos sobre economa. De hecho, algunas de sus afirmaciones son dif-ciles de entender si no tenemos en cuenta su posicin metodolgica. Unade las preocupaciones de este artculo es establecer una comparacin,dentro de la perspectiva metodolgica general, entre sus ideas y las deotros filsofos de la ciencia de reconocido prestigio. Amartya Sen haescrito cuatro artculos en pocas diferentes, concretamente: Descriptionas Choice (Sen, 1980a), Accounts, Actions and Values: Objectivity ofSocial Science (Sen, 1983a), Prediction and Economic Theory, (Sen,1986) y Economic Methodology: Heterogeneity and Relevance (Sen,1989), en los que trata diferentes temas metodolgicos como la verdad, laobjetividad, los valores, el uso de teoras especficas tales como el anli-sis del equilibrio, las matemticas de la economa, el supuesto del interspropio, la metodologa de evaluacin, etc. Nosotros nos centraremos aqunicamente en sus puntos de vista acerca del debate sobre verdad y fal-sedad, as como sobre el tema de la eleccin de hiptesis en economaque se concentra en la posicin de Milton Friedman tal y como la exponeen su famosa obra Essays in Positive Economics (Friedman, 1953). Estu-diaremos sus puntos de vista y nos centraremos principalmente en Sen(1980a) y Sen (1986).

    I

    El movimiento filosfico llamado positivismo lgico predomindurante la primera mitad de este siglo, y, lgicamente, tuvo tambin cier-ta influencia sobre la metodologa de la economa. Como es sabido, elprograma del positivismo lgico afirmaba que la ciencia solamente debeadmitir proposiciones significativas. La significatividad se atribua exclu-sivamente a aquellos enunciados que son verdaderos o falsos. Un enun-ciado no analtico es significativo slo si se puede verificar.

    Sin embargo, Popper, que por entonces era miembro del Crculo deViena, no estaba de acuerdo con esta posicin. Reconoca que el resulta-do de los experimentos y las observaciones tenan que ver con la verdado la falsedad de las afirmaciones sobre el mundo nicamente en el con-texto de un conjunto de creencias aceptadas provisionalmente. Para l,una teora no es verificable sino falsable y esta capacidad de falsacin eslo que le da a la teora un carcter cientfico al tiempo que la diferencia dela religin. No pensaba que una teora pudiera ser verificada. Toda hip-tesis cientfica es una proposicin universal y slo podra ser verificadamediante un nmero infinito de observaciones. En su lugar, Popper (1959)sostena que una teora demuestra su entereza cuando las consecuen-cias de dicha teora se corroboran con hechos. Afirmaba sin embargo, quese poda refutar fcilmente una teora aduciendo un solo ejemplo que lafalsase. Popper estimaba que vamos hacia la verdad, pero que nuncapodemos decir que hemos llegado a la teora verdadera. Por ello, pro-

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    puso la verosimilitud, es decir, aproximacin estrecha a la verdad, parareemplazar a la verdad, y reconoci la criticabilidad y/o refutabilidadcomo el criterio de la actividad cientfica. A pesar de resultar muy intere-sante, la posicin de Popper tampoco estaba libre de problemas, comomostraron muy pronto Kuhn (1969) y Feyerabend (1965), entre otros. Tho-mas Kuhn rechaz las dos afirmaciones de Popper. Seal que nuncapuede demostrarse que una teora sea falsa ni tampoco que sea verdade-ra. En el caso de que se diera una revolucin cientfica, el desacuerdopodra ser tan importante que no podra hacerse una eleccin sobre basesracionales. La aceptacin de una teora no depende de su verdad o false-dad. El que una teora sea aceptada o rechazada depende del paradigmaque prevalece en ese momento.

    II

    Recientemente, el debate se ha reformulado en trminos de instru-mentalismo y realismo. Fraassen (1980) considera que no pueden defen-derse ni las pretensiones de verdad ni tampoco las pretensiones acerca dela realidad de las entidades de la ciencia. La teora es importante nica-mente para predecir y guiar nuestra accin en el mundo. No describe nin-guna realidad subyacente. La causa es que siempre puede haber ms deuna teora para un determinado conjunto de hechos y que podramos ver-nos en la necesidad de elegir entre estas teoras basndonos nicamenteen principios metodolgicos tales como la simplicidad. Pero no hay nin-guna respuesta a la pregunta de por qu una teora cientfica debera sersimple. La pragmtica de la explicacin es el nico criterio utilizadopara elegir una teora entre otras muchas con las que compite.

    En Reason Truth and History y Realism and Reason, otro filsofo,Hillary Putnam, estima que esta posibilidad de alternativas no es tan des-concertante desde el punto de vista metodolgico (Putnam, 1981 y 1983,respectivamente). Putnam se centr bsicamente en los trminos paragneros naturales y trat de emplear la teora de la referencia directacomo postulaban Kripke en Naming and Necessity (Kripke, 1972) y Don-nellan en Reference and Definite Descriptions (Donellan, 1966). Defen-da el realismo al tiempo que sealaba que no contamos con otra realidadque la correspondiente a nuestros esquemas de descripcin. Por lo tanto,la realidad es interna respecto a la descripcin, pero logra evitar la posi-cin convencionalista/no realista.

    Cartwright, en How the Laws of Physics Lie (1983) y Hacking en Repre-senting and Intervening (1981) coinciden parcialmente tanto con Fraassencomo con Putnam. Reconocen que en las teoras cientficas hablamos deentidades reales del mundo. Pero estas teoras son en gran parte falsas.Tenemos que hacer que sean falsas para poder obtener predicciones quevayan ms all de las informaciones iniciales.

    En vez de un debate sobre verificacin/falsificacin, nos encontramosahora ante un debate sobre instrumentalismo/realismo. Con este resumenmuy bsico de la perspectiva metodolgica en general nos adentramosahora en el mismo debate, aunque esta vez en el marco de la economa.

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    III

    En economa tambin se estaba produciendo un debate similar, pordos razones. En primer lugar, porque mediante el uso de la modelizacinmatemtica los economistas trataron deliberadamente de hacer de su dis-ciplina una materia cientfica. En segundo lugar y en cuanto al aspectometodolgico se refiere, porque trataron de incorporar el mtodo de lafsica.

    Como es bien sabido, Lionel Robbins introdujo explcitamente cues-tiones positivistas en el estudio metodolgico de la economa. Es tambinevidente que en ciertos temas tenda ms hacia la doctrina de Popper quehacia la de los positivistas lgicos. Comentando la no disponibilidad deexperimentos controlados, Robbins, en An Essay on the Nature and Sig-nificance of the Economic Sciences (1935) seala explcitamente que:

    Sera muy superficial, sin embargo, suponer que pueden aducirse losresultados de estos experimentos para justificar una proposicin deaplicabilidad tan amplia, por no hablar de las proposiciones centrales dela teora general del valor (Hausman, 1994, p. 87).

    Y afirma ms adelante que:

    Las proposiciones de la teora econmica, como las de toda teora cientfi-ca, son evidentemente deducciones de una serie de postulados. Los prin-cipales son en todos los casos supuestos que, de alguna manera, implicanhechos sencillos e indiscutibles de la experiencia, relacionados con laforma en la que la escasez de bienes, que es el tema esencial de nuestraciencia, se manifiesta efectivamente en el mundo de la realidad. El postu-lado principal de la teora del valor es el hecho de que los individuos pue-den ordenar sus preferencias; de hecho lo hacen. El postulado principal dela teora de la produccin es el hecho de que hay ms de un factor de pro-duccin. [] stos no son postulados tales que la existencia en la realidadde una contrapartida, una vez que se ha comprendido plenamente su natu-raleza, admita una amplia discusin. (Hausman, 1994, p. 89).

    As, se puede detectar cierta actitud popperiana arraigada en su trata-miento de las teoras/hiptesis. La cuestin de la verificacin absoluta nose plantea en este caso, especialmente si se trata de hiptesis tan gene-rales como las que se encuentran en la teora del valor. Su entereza quedademostrada, si es que puede demostrarse tal cosa, tan pronto comoobservamos la experiencia da tras da, ya que las consecuencias son con-firmadas obviamente por la experiencia.

    Pero, en lo que respecta a los trminos de la teora cientfica, Robbinsse encontraba ms cerca del positivismo lgico en la medida en querechazaba la existencia de tales trminos, ya que afirmaba que lossupuestos de conducta racional y de previsin perfecta del economistason simplemente recursos expositivos. Con ello, Robbins dej sin resol-ver el problema de la verdad de la teora en su conjunto. Nunca seenfrent a la cuestin qu es lo que son las afirmaciones falsas que sehacen en la ciencia econmica?

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    Este punto, la no verificabilidad de postulados esenciales en economaa pesar de que implican trminos falsos, interes mucho a Milton Fried-man. ste sostena que no deba juzgarse la conveniencia de un supuestoen funcin de su realismo sino segn su utilidad predictiva. De hecho,como resalta Sen, Friedman observaba una relacin inversa entre el rea-lismo de los supuestos y su utilidad predictiva. Podemos ver este conoci-do fragmento de Methodology of Positive Economics en Essays in Posi-tive Economics (vase una seleccin en Hausman, 1994).

    En la medida en que puede decirse que una teora contiene realmentesupuestos, y en la medida en que su realismo puede juzgarse conindependencia de la validez de las predicciones, las relaciones entre laimportancia de la teora y el realismo de sus supuestos es casi la opues-ta de la que sugiere el punto de vista objeto de crtica. Podemos encontrarsupuestos que son descripciones de la realidad extremadamenteimprecisas en hiptesis realmente importantes y significativas y, por logeneral, cuanto ms significativa sea la teora ms irreales son lossupuestos (en este sentido).

    En el siguiente prrafo del mismo trabajo, explica las razones por lascuales esto es as:

    La pregunta relevante que hay que plantearse no es la de si una teora esdescriptivamente real [] sino ms bien si (los supuestos) son aproxima-ciones lo suficientemente buenas para el propsito planteado. Y slo sepuede responder a esto comprobando si la teora funciona o no (Haus-man, 1994, p. 188).

    Friedman acepta explcitamente el instrumentalismo de las teorascientficas. Explicaremos por qu ms adelante, ya que le dedic un cap-tulo entero de su Essay. Sin embargo, algunos autores no estaban deacuerdo con esta posicin: Samuelson lo expresa en Problems of Met-hodology: Discusin (Samuelson, 1963); tambin lo hace Nagel (Nagel,1963, vase Caldwell, 1984), antes, incluso, de que Sen abordara la cues-tin. Samuelson sostena que:

    Si los modelos abstractos contienen falsedades empricas, debemos des-hacernos del modelo, y no minimizar sus deficiencias.

    Dado que la explicacin de Friedman sobre la teorizacin en economaes verdadera, surge el problema, como apunta Amartya Sen en Descrip-tion as Choice, de que no sabemos cunta falsedad debera permitirse enlas teoras empricas. Dnde se encuentra el lmite de la falsedad paraeste propsito?

    La cuestin tiene un alcance mucho ms general que simplemente elde la precisin de las predicciones econmicas. En este sentido, apare-cen dos problemas. En primer lugar, el relacionado con la posibilidad deencontrar hiptesis alternativas que expliquen un determinado conjun-to de datos y, en segundo lugar, el correspondiente a la naturaleza y laprecisin de las leyes cientficas empleadas en la prediccin econmica.Es fcil darse cuenta de que el argumento de Friedman es como el de

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    Fraaseen (1980). Se llega a este planteamiento partiendo del hecho deque para la prediccin necesitamos una teora, que slo podemos obte-ner como instrumento explicativo. Ahora bien, se pueden plantearmuchas hiptesis para un conjunto finito de hechos. Todas podranexplicar estos hechos satisfactoriamente. Como hemos visto anterior-mente, podemos elegir una de ellas basndonos nicamente en un prin-cipio metodolgico, como puede ser la simplicidad. Pero la simplicidadno solamente nos viene dada por la naturaleza y el nmero de hipte-sis, sino tambin por la naturaleza y el nmero de trminos tericos quecontemplamos. Por lo tanto, nuestra eleccin debe guiarse por el obje-tivo marcado, ya que slo el objetivo determina el tipo de simplicidadque necesitamos.

    En este caso, la posicin de Friedman es relevante. Hay que decir que,al teorizar, un cientfico normalmente emplea, adems de leyes, supues-tos como las denominadas clusulas ceteris paribus, que es difcil que secumplan realmente. Sin embargo, tales leyes son muy efectivas a la horade predecir consecuencias. A pesar de ello, la prediccin en las cienciassociales como la economa es notoriamente imprecisa.

    Como sugiere el debate que venimos tratando, se trata de un argu-mento de peso, pero no lo suficiente como para contemplar todo tipo defalsedades en una teora. Nos enfrentamos aqu a una cuestin importan-te cual es la relacin inversa entre la verdad y la predictibilidad, a la quese le est dando mucha importancia ahora.

    IV

    Recientemente, Cartwright, en How the Laws of Physics Lie (1983), hadefendido tambin esta posicin. Plantea la siguiente pregunta: si unateora slo contiene verdad, cmo se pueden explicar y/o predecir fen-menos nuevos? La prediccin de fenmenos nuevos requiere que se deri-ven nuevas consecuencias a partir de las hiptesis de la teora. Esto exigelgica y, por definicin, la lgica no aporta informaciones nuevas. Enton-ces, cmo es posible que una teora aporte algo que no se incluya ya enlas propias hiptesis? Por lo tanto, la verdad no puede explicar gran cosay, de hecho, no lo hace. As que tendremos que ir ms all de la pura ver-dad. Para conseguirlo, Cartwright indica que, con el fin de llegar a hipte-sis generales, es necesario en la prctica cientfica idealizar un determi-nado conjunto de datos. Si se habla en trminos rigurosos, estas hipte-sis sern falsas, ya que incluirn enunciados/descripciones basados enentidades idealizadas. Naturalmente, tales afirmaciones sern ciertas enel mbito de mundos idealizados, que en la economa se suelen denomi-nar modelos. La teora sera entonces verdadera solamente en dichosmodelos1.

    (1) El que las leyes de la economa pudieran ser empricamente vacuas es un tema queHutchison y Machlup abordaron ya en 1955. Vanse sus artculos en Hausman (1994).

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    Casi al mismo tiempo, Sen argument en favor de esta misma posi-cin. Para l, la verdad no es ni necesaria ni suficiente para lograr unabuena descripcin. Est de acuerdo en que cualquier acto de teorizacinconsciente contiene tambin ciertas elecciones (normalmente implcitas)respecto de la importancia relativa de las distintas afirmaciones que ten-gan que ver con el tema en cuestin. Esto ocurre debido a que realmenteelegimos un conjunto de hechos sobre los cuales teorizar el criterio deseleccin de la descripcin (choice basis of description) como a l legustara decir. Por ejemplo, si consideramos la productividad del trigo,pueden ser relevantes diversos tipos de hechos, segn cules sean nues-tros objetivos, a saber, la formacin del agricultor, el tipo de suelo sobreel cual se va a cultivar el trigo, la estacin del crecimiento, incluyendo eltipo de microorganismos que pueden desarrollarse en dicha estacin, yas se podra ampliar la lista indefinidamente. Por lo tanto, es obvio quees necesario un criterio de seleccin de la descripcin (Sen, 1980a).

    Simultneamente, Sen seala tambin, en Standard of Living, su Con-ferencia Tanner de 1985 (Sen, 1987), que el admitir cualquier proporcin defalsedad podra llevarnos a una descripcin totalmente falsa y, adems,intil de la situacin en cuestin. Sen afirma que puede haber una diver-gencia entre el producto nacional bruto, o lo que l llama la medida de laopulencia, y el nivel de vida, el cual, insiste, es un conjunto de funcio-namientos y de capacidades, de tal manera que para realizar una eva-luacin tendramos que fijarnos en aquellas situaciones en las que unapersona tiene que funcionar. Pero stas no se agregan fcilmente ni conprecisin. Tomemos como ejemplo la esperanza de vida, la mortalidadinfantil, la educacin primaria, el alojamiento, etc. Estos elementos no pue-den ser agregados. Por lo tanto, la alternativa tradicional que consiste enutilizar el producto nacional para planear estrategias sera una descripcinfalsa y, adems, intil. Sera intil porque tal estrategia ocultara ciertasinformaciones vitales para la planificacin, es decir, para la distribucin derecursos. Podra ser daina en el sentido de que las estrategias basadas entales informaciones induciran a error a los planificadores.

    As que, a pesar de que Sen acepta la sugerencia de Friedman, estimaque hay un margen claro para descripciones verdaderas en la economa.Nos preguntamos ahora si hay casos en los que el propio Sen recurre asupuestos falsos al realizar trabajos de economa. Nos viene inmediata-mente a la mente su trabajo en Choice of Techniques (1968).

    En el contexto de la eleccin entre tcnicas intensivas en trabajo eintensivas en capital, Sen afirma que las primeras generan mucho msempleo para el futuro inmediato pero, por el contrario, no pueden gene-rar el excedente requerido para las inversiones futuras. Frente a ellas, lassegundas generan mayor excedente en el futuro inmediato, de tal mane-ra que hacen posible que haya ms empleo en un futuro lejano, gracias ala inversin.

    Para presentar estas ideas, Sen establece el supuesto de que el nivelde los salarios es el mismo en el conjunto de la industria y acepta elsupuesto clsico de que el montante de salarios se consume por comple-to; es decir, que los salarios no generan ningn ahorro. Este supuesto es

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    obviamente falso. A pesar de ello, la teora result ser bastante til enmateria de prediccin y planificacin.

    Posteriormente, Sen vuelve a plantear el problema de la eleccin dealternativas en Concept of Employment, incluido en Employment Tech-nology and Development (Sen, 1975), donde reconsidera la cuestin de laagregacin en el caso concreto de la eleccin de tecnologa. Simultnea-mente, desde una perspectiva keynesiana, seala que la calidad delempleo puede estar lo suficientemente definida para nuestro objetivotomando una hora de trabajo ordinario como unidad y ponderando unahora de empleo de trabajo especializado en proporcin a su remunera-cin, es decir, remunerando una hora de trabajo especializado con eldoble de la tasa ordinaria, tal como encontramos en la obra de KeynesThe General Theory of Employment, Interest and Money (Keynes, 1936).

    Como resalta el propio Sen, la justificacin lgica de esta ponderacinno es tan clara y de hecho es errnea. Al mismo tiempo, reconoce que unsupuesto tan sencillo puede convertirse en la opcin ms conveniente.Pero, a diferencia de Friedman, nunca afirmara que tales supuestos sonrealistas o verdaderos.

    V

    El enfoque de Cartwright ha experimentado notables modificacionesdesde la publicacin de How the Laws of Physics Lie. Como seala enNatures Capacities and Their Measurements (1989), ahora piensa que enla fsica hay algunas verdades que pueden ser aprehendidas, y que estotambin ocurre en la economa. Adems, podramos seguir el mtodo deanlisis causal que aplican los econmetras para encontrar las causas delos fenmenos fsicos. Un sistema fsico resulta ser entonces una mqui-na que cuenta con causas singulares y generales que interactan y queinfluyen sobre los componentes del sistema. Indiscutiblemente, comoafirma esta autora (Cartwright, 1983), en la ciencia hay aproximaciones eidealizaciones, pero las leyes de la fsica son hoy en da la expresin derelaciones entre tendencias generales2.

    Sin embargo, la propia Cartwight apunta:

    Se precisan razones, tanto a nivel fenomenolgico (las frecuencias supe-ran la prueba estricta de estabilidad) como a nivel terico (comprendemoshasta cierto punto cul es el tipo de estructura socio-econmica compar-tida que las genera) (Cartwright, 1999, p. 155).

    Cartwright estima que la tcnica de modelizacin causal puede aflorarestas estructuras (Cartwright, 1989, pp. 141-182). Incluso si damos por

    (2) En la ciencia econmica, Frank Knight fue, que nosotros sepamos, el primero en abordarla interpretacin de las leyes cientficas que implican regularidad y tendencia (vaseHausman, 1994, pp. 114-115).

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    hecho tal supuesto, no est claro que los factores obtenidos matemtica-mente hayan sido identificados de forma correcta. Hay una larga tradicinrespecto a emplear la utilidad (un concepto notoriamente impreciso)como factor que motiva la eleccin social. Se ha argumentado, conmucha inteligencia, que se trata de una imposicin innecesaria y a menu-do falsa (Sen, 1970 y 1979) o que, como ha apuntado Sen, oculta el impor-tante concepto de individuo social. De lo que Cartwright no parece serconsciente es de que la categora estructura causal compartida es dema-siado densa y oculta una estructura compleja. El propio Sen, como eco-nomista, no debera tener ningn reparo en aceptar que tales tcnicasrevelaran causas sociales.

    Estas estructuras causales compartidas presuponen muchas cosas, enparticular, normas que siguen los individuos sociales y que guan susacciones. Son tambin responsables de las tendencias de grupos impor-tantes de una sociedad como puede ser el grupo de ingresos medios.En efecto, no slo son importantes, sino que a menudo son necesariosciertos cambios en dichas normas para lograr el progreso de la sociedad.Como recalc Adam Smith hace ya mucho tiempo en el contexto en elque los agentes restringen sus propias metas,

    Las reglas generales de conducta, cuando se nos han metido en la cabe-za como resultado de una reflexin habitual, son muy tiles para corregirvisiones distorsionadas por el egosmo en cuanto a lo que sera correctohacer en nuestra situacin particular (Smith, 1790, p. 160).

    Una vez que cita a Smith, Sen afirma:

    En teora econmica, las predicciones tienen que tener en cuenta estacaracterstica importante de las interacciones sociales (Sen, 1986, p. 17).

    As, incluso si se deduce mediante mtodos matemticos que ciertofactor es responsable de un determinado efecto, basar una teora en dichoresultado puede a menudo inducirnos a error en nuestra prediccin y,cuando trabajamos en ramas como la economa del bienestar, podra lle-varnos a recomendar polticas incorrectas y peligrosas. Como hemosmencionado anteriormente, el caso del PNB como indicador de bienestares un buen ejemplo a este respecto. El PNB puede ser un parmetro quetenga influencia sobre la atraccin de capital extranjero, pero en cuestio-nes de bienestar nos aporta una imagen equivocada respecto al bienestarindividual.

    Sin embargo, hay otro aspecto interesante que ha suscitado muchaatencin ltimamente y que surge del debate entre Friedman y Samuel-son al que hemos hecho alusin anteriormente. Este aspecto tiene quever con el realismo de los supuestos que se plantean en la teorizacineconmica, especficamente bajo la forma de clusulas ceteris paribus. Lapresencia de dichas clusulas fue lo que llev a Cartwright a argumentara favor de la falsedad de las causas. Sen afirma que, en realidad, el usode las teoras econmicas, como el de la teora del equilibrio general, con-lleva a menudo supuestos morales implcitos para resolver las ambige-dades. De hecho, Sen argument ampliamente (Sen, 1986) sobre varios

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    supuestos que se hacen a la hora de utilizar la teora del equilibrio. Unode esos supuestos se enmarca en el contexto de la unicidad del equilibrio.Un modelo sencillo es suficiente para demostrar la naturaleza del proble-ma. Por lo general, no hay razn para esperar que pueda alcanzarse unasolucin determinada que sea estable. Simplemente est provocada porun tipo de supuesto u otro.

    Segn la terminologa de Cartwright, cuando estos supuestos se cum-plen, ponemos la mquina en funcionamiento. Tomemos por ejemplo lacurva de oferta de trabajo en funcin del salario que a todos nos resultafamiliar:

    En este caso no podemos tomar una decisin basndonos nicamen-te en el realismo de los componentes de la mquina socio-econmica. E2representa el equilibrio con un salario ms bajo, mientras que el otrorepresenta un salario ms elevado. Deberamos hacer funcionar la mqui-na con el supuesto de que, al igual que todo el mundo, la mano de obranecesita tiempo de ocio y, por lo tanto, deberamos preferir E1. No esnecesario decir que tales decisiones estn dictadas por factores morales.3

    En este sentido, el esquema de Cartwright es incompleto. Los mto-dos y los razonamientos relacionados con este tipo de decisiones sonparte de la economa en la misma medida en que lo son la oferta de tra-bajo y la determinacin de los precios. Como sealaba Sen (Sen, 1986,pp. 6-7), Para predecir se requiere no solamente la existencia de equili-brio sino tambin otras propiedades complementarias. Seala tambinque la nocin de equilibrio establece una relacin estrecha entre raciona-lidad y maximizacin. Dado que l mismo ha hecho grandes esfuerzospara demostrar que estos dos conceptos, tal y como se emplean en eco-noma, son notoriamente imprecisos e incluso contraproducentes (Sen,

    W

    E1

    E2

    l/h

    (3) Sen ha abogado por el criterio de seleccin de la descripcin, pero esto ya lo haba defen-dido categricamente Robbins en 1935; vase Hausman (1994), pp. 102-103. Robbins afir-ma que no hay nada en la economa que nos libere de la obligacin de elegir. No haynada en ningn tipo de ciencia que pueda decidir el problema final de la preferencia.

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    1979 y 1988, entre otros), est justificada su impaciencia al tratar estostemas. En consecuencia, ha aportado una teora elaborada en clave defuncionamientos y capacidades. En este contexto, introduce el conceptode buena descripcin y de descripciones no tan buenas. El plantea-miento de Cartwright no requiere tal distincin porque su argumentacinest basada en la fsica.

    VI

    Llegados a este punto, hay que decir que, aparte de plantear un ejem-plo, Sen no ha sido muy explcito respecto a cmo encontrar los elemen-tos que nos permitan llegar a descripciones buenas en la economa. Elafirmar que las necesitamos no es suficiente. Por otra parte, no debemosolvidar que la actitud de Sen respecto a la economa, as como el uso quehace de ella, han experimentado grandes cambios desde que escribiDescription as choice.

    Como ya hemos sealado antes, en su investigacin sobre igualdad yjusticia en Inequality Reexamined (Sen, 1992) y en su artculo en The Qua-lity of Life (Nussbaum y Sen, 1999), Sen viene a afirmar que todas estasexplicaciones sociales deberan basarse, en ltima instancia, sobre con-ceptos de funcionamientos y capacidades.

    Tomemos como ejemplo el caso de la justicia. En A Theory of Justice,(Rawls, 1971), Rawls quiere resolver el problema mediante su conceptode bienes primarios. Pero su trabajo resulta ser insatisfactorio. Sen subra-ya que ello se debe a que se trata de un acercamiento tipo fetichismo dela mercanca, con el que la doctrina de Rawls est muy vinculada, y estoes, de hecho, lo que nos lleva al utilitarismo restringido dentro del esque-ma de Rawls. Por qu hay que considerar el orden rawlsiano entre lasmercancas como algo sacrosanto? Por ejemplo, podramos atribuirle unvalor mucho ms importante a la comida que a la libertad. En un estadode miseria lamentable uno podra pensar que es mejor venderse, con elfin de alimentar a su cnyuge. Tendremos que respetar las preferenciasindividuales si lo que queremos es contar con un criterio coherente quenos pueda servir de base para reducir las desigualdades (Arrow, 1983,pp. 104-105; Sen 1979).

    Sen efecta estos planteamientos en Equality of What? (Sen,1980b). A su juicio, necesitamos algn bien, sea o no primario, para nues-tro bienestar y las consideraciones en trminos de bienes primarios o deutilidad no nos proporcionaran la imagen correcta de la situacin res-pecto al bienestar. En esto radica el problema principal.

    Si la finalidad es centrar la atencin en la oportunidad real de un indivi-duo respecto a lograr sus objetivos, entonces no slo deberan tenerse encuenta los bienes primarios que dicho individuo tiene sino tambin lascaractersticas relevantes que determinan la conversin de los bienes pri-marios en la capacidad de dicha persona para lograr sus objetivos (Sen,1997, p. 198).

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    Lograr sus objetivos significa en realidad alcanzar la meta de un bie-nestar mayor.

    Por lo tanto, la cuestin se centra en las distintas perspectivas informati-vas: el espacio de funcionamientos, las distintas cosas que una personapuede desear hacer (o ser) (Sen, 1997, p. 199).

    Podran darse dos tipos de funcionamientos: el funcionamiento real yel funcionamiento potencial, que equivale al conjunto de alternativas delas que se dispone. Sen propone que dichos funcionamientos sean repre-sentados, en el espacio de dimensin n, por un vector de n-funciona-mientos y que el conjunto de vectores de funcionamientos alternativoscon los que cualquier persona cuenta sea el conjunto de capacidades dela persona. Para l, las diferentes preferencias deben considerarse, pues,como elecciones en este espacio en trminos de mapa de indiferenciade un modo de vida apreciado, definido por los vectores de funciona-miento (Sen, 1999, p. 200).

    Con este panorama, se abren las puertas a situaciones absolutas, comoargument Sen (Nussbaum y Sen, 1999). Podra haber ciertas capacidadesbsicas sin las cuales un ser humano dejara de ser humano. Por lo tanto,cualquier privacin de este tipo de capacidades nos dara pie a juzgar deter-minada situacin como absolutamente mala. Por otro lado, cualquier situa-cin que permita el desarrollo de estas capacidades en el sentido de hacerposible que se conviertan en funcionamientos, sera un bien absoluto.

    VII

    Nos encontramos ahora ante un panorama distinto. A pesar de queSen no abogue por explicaciones causales singulares, sus esquemasmetodolgicos podran ampliarse e incorporar estas explicaciones singu-lares en trminos de causas singulares. Seala, detenidamente, que nin-guna de estas combinaciones, es decir, igualdad utilitaria o igualdad de lautilidad total o equidad rawlsiana, puede generar una nocin de justiciasatisfactoria. Lo que falta en todos estos esquemas es la preocupacin porel bienestar individual y Sen apunta que el bienestar individual slopuede tenerse en cuenta si incorporamos en nuestras teoras una nocinde capacidades bsicas (Sen, 1982, 1997 y 1999 y Sen y Nussbaum,1999). Cualquier descripcin del bienestar debe ajustarse a su criterio debuena descripcin, especialmente cuando estn implicadas sus capacida-des bsicas. En efecto, lo que Cartwright denomina el nivel fenomenol-gico en realidad deja al margen los individuos y sus preferencias, que vie-nen dictadas por la posibilidad que tienen estos individuos respecto adiferentes funcionamientos. Estos funcionamientos se basan, al fin y alcabo, en el conjunto de capacidades de los individuos. Por lo tanto, Senno debera tener ningn reparo en aceptarlos como reales.

    Una de las razones por las que los filsofos suelen evitar hacer talesafirmaciones es (supuestamente) la antigua creencia de que las proposi-ciones emotivas no tratan de hechos y de que no son verdaderas o falsas.Muchos, incluido el propio Sen, plantean dudas respecto a este plantea-

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    miento (Sen, 1966, 1967, 1970 y 1983b). Las potencialidades de los indivi-duos son tambin capacidades, pero a un nivel mucho ms fundamentalde lo que Cartwright est dispuesta a admitir. Estas capacidades podrandenominarse capacidades de los componentes de las mquinas socio-econmicas, pero esto sera una perogrullada.

    Sen no se opone a la idea de aceptar la posibilidad de emitir juicios ver-daderos en mbitos morales. De hecho, ha sealado (Sen, 1983b) que lavaloracin consecuencial es compatible con el cognitivismo (Dancy, 1994)ya que es compatible con el anlisis posicional en filosofa moral y, por lotanto, tambin en economa. El problema de la objetividad constituye, apesar de la evaluacin centrada en el agente, una preocupacin seria paraSen (Sen 1983b, 1993, 2000). Cartwright tambin se preocupa por ello,pero el problema es mucho menor debido a su dependencia de la fsica(Cartwright 1999, pp. 23 y 185). Pero, como seala Sen, la moralidad situa-da o centrada en el agente no impide la posibilidad de obtener algunas ver-dades, no impide el que tengamos incluso una base para nuestros juiciosmorales; y esto es verdad incluso cuando hacemos economa.

    VIII

    Nuestro nimo ha sido situar la posicin metodolgica de Sen en unaperspectiva contempornea, as como comparar y contrastar sus puntosde vista con otros similares. En nuestra opinin, los planteamientos de Seny Cartwright son similares en diversos aspectos, pero hay ciertas diferen-cias que tienen inters. Por desgracia, los filsofos de la ciencia no hanmostrado mucho inters por el debate metodolgico que, sin embargo, seha producido con el mismo vigor en la ciencia econmica. Concretamen-te, este debate sobre las pretensiones de verdad de las teoras en general,sobre las hiptesis generales que stas contienen, y el debate acerca delrealismo y el instrumentalismo tuvo lugar en la metodologa de la econo-ma. Autores como Robbins, Friedman, Samuelson y Sen adoptaron ydefendieron posiciones muy claras. stas fueron redescubiertas ms ade-lante por filsofos profesionales como Fraassen, Putnam, Cartwright, etc.Si bien pensamos que es necesario ampliar la formulacin de Sen, tam-bin consideramos que el planteamiento de Cartwright es demasiado limi-tado a la hora de incorporar ciertos aspectos bsicos del anlisis econ-mico, especialmente en ramas como la economa del bienestar. Como elpropio Sen indic en otro contexto (Sen, 1988), estos campos del conoci-miento que estn relacionados deberan tomar en consideracin los deba-tes que se desarrollan en cada uno de ellos. Esto nos enriquecera a todos.

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    ABSTRACT

    Amartya Sen and Nancy Cartwright have made important contri-butions to methodology of economics. Both of them agree thatgeneral and comprehensive theories like general equilibrium the-ory needs deliberate idealization and therefore are false. Such the-ories are true in models only. As a matter of fact Sen himself hasused repeatedly deliberate idealization for policy prescriptions inhis work. Cartwright also postulates stable tendencies to explainwhy such theories/laws should be useful. Sen makes a distinctionbetween a good account in the sense of being merely true and agood description to give. Predictive and prescriptive interests aregood enough motivation for a description but it may also be moti-vated by moral considerations. Cartwrights scheme in terms ofsocio-economic machine does not have any place for such a role.We argue that this is a shortcoming in Cartwrights scheme. WhileSens scheme may be augmented to accept stable tendencies ofsocio-economic machine view as argued by Carwright, a fullermethodology of economics should also make room for morallyrelevant analysis. For this Sens distinction between true descrip-tion and good description comes out useful.

    Key words: economic methodology, idealization, true description,good description, A. Sen, N. Cartwright.

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