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Amán Rosales Rodríguez

¿Libertad sin medida, libertad que destruye?Acerca de un diagnóstico crítico de la modernidad

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLII (lOS), 175-181, ISSN: 0034-8252, Enero-Abril 2004

Abstract. F. Rapp offers in a recent worka critical diagnosis of contemporary westernworld. In the acceptance of an excessive freedomRapp finds the main source of culture's currentdiscomforts. In this essay-review Rapp's mainarguments are presented and discussed. At theend of the paper some links between Rapp'sapproach and the ones proposed by A. Gehlenand H. lonas are established.

Key words: Freedom, modernity, relativism,globalization.

Resumen. F. Rapp ofrece en un trabajoreciente un diagnóstico crítico del mundooccidental contemporáneo. En la aceptaciónde una libertad desmesurada, Rapp localiza lafuente principal de los males presentes en la'cultura. En este ensayo-reseña se presentan ydiscuten los principales argumentos de Rapp.Al final del artículo se establecen algunosvínculos entre el enfoque de Rapp y los de A.Gehlen y H. lonas.

Palabras clave: libertad, modernidad,relativismo, globalización.

En su última obra, Destruktive Freiheit. EinPlddoyer gegen die Masslosigkeit der moder-nen Welt (2003), el filósofo alemán FriedrichRapp ofrece un severo diagnóstico crítico dela modernidad, a la que descubre aquejada degraves manifestaciones de hipertrofia del natural

impulso humano de libertad. Pero, a la vez queofrece un minucioso análisis de los factoresintelectuales e históricos que han conducido, ensu opinión, a la nada halagüeña situación actual,determinada por el ejercicio de una libertad des-mesurada, destructiva, Rapp también proponevolver la mirada a una serie de elementos suscep-tibles de propiciar -al menos potencialmente- unurgente cambio de actitudes y modos de pensa-miento asociados a dicha libertad sin límites.

Rapp identifica con precisión una variedadde ingredientes que han concurrido, sobre tododesde el periodo de la Ilustración europea, en lagestación de una concepción moderna de libertadabsoluta. Aunque de un lado su descripción delos afluentes teóricos que han confluido en laconstitución de la condición moderna resulta, entérminos generales, persuasiva, por otro lado, supropuesta más positiva a favor de un cambio dementalidad fundado en un grupo de medios alta-mente descuidados en el mundo actual, luce másdiscutible. En la primera sección de este trabajo seintroducen los principales elementos del diagnós-tico de Rapp sobre el malestar en la modernidad;en la siguiente se exponen aquellos que tienen quever con su propuesta terapéutica, y finalmente, enla tercera se presentan algunas reflexiones de tonomás crítico por el autor de este ensayo-reseña.

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Rapp constata en el mundo contemporá-neo la presencia activa de ciertas tendenciasdañinas que convergen en un auténtico proceso

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libertinaje que socava sus propios fundamentos,pues con ello se pretende negar la condiciónfinita, carencial y falible del ser humano. Lamodernidad, asentada sobre la experiencia de lalibertad sin límites, se siente con el derecho decuestionar e incluso derribar todos las creenciasy los valores del pasado, pero al no proponer nadapermanente o sustancial a cambio, lo que hace esagravar la crisis de identidad, de desorientacióngeneralizada en el presente.

En la segunda parte del libro, "Freiheit alsLeitidee", Rapp explica cómo la idea hegelianade que la historia no es más que la realizaciónprogresiva de la libertad condensa el espíritumoderno. El problema es que en el momento desu formulación no se contaba con que dicha 'rea-lización' se tornaría en amenaza. Con su deseode ejercer la libertad en forma desmesurada lamodernidad busca en realidad lo imposible: "Siewill sich ganz von der Vergangenheit losen undohne Beziehung zu ihrer Herkunft die Zukunftallein von sich aus, in freier Setzung neu gestal-ten." (Rapp, 2003, 51)

Más adelante, en esa misma parte, Rappenuncia de nuevo la tesis general que guía a susargumentaciones: "Der gemeinsame Nenner, dasübergordnete Prinzip, auf dem die positiven unddie negativen Züge der modernen Welt beruhen,ist ein ungezügeltes Freiheitsstreben." (Rapp,2003, 54) Este principio, subraya Rapp, ha tro-cado su cara positiva por otra negativa, fundadaen la pura voluntad de poder, que exige inte-rrogarse por las posibilidades reales de controlde semejante impulso fáustico. La realidad deuna libertad sin medida debe capturarse con-ceptualmente, insiste Rapp, en una concepciónadecuada de 'libertad' que suponga, "neben demKonnen auch das Tun, neben der Potentialitat desWahlenkonnens auch die Aktualitat des tatsachli-chen Vollzuges." (Rapp, 2003, 59)

En la parte tercera de la obra, "Der theore-tische Hintergrund", Rapp prosigue su examende una mentalidad moderna obsesionada por larealización de 'todo lo posible'. No otra cosa másque pura voluntad de poder es el ingrediente acti-vo, según su interpretación, en la ideología radi-calmente 'constructivista' del presente. Por ciertoque en esta tercera parte de su libro, Rapp pareceque se hace eco del lamento de su compatriota

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de autodestrucción, sobre el que es necesarioreflexionar para identificar sus raíces y, de serposible también, vías de escape del suicidiocolectivo al que dicho proceso parece conducir-inevitablemente- a la cultura. En lo fundamental,Rapp acepta, como punto de partida metodológico,una tesis de F. Braudel en el sentido de que el serhumano es más objeto que sujeto de la historia. Apartir de esa idea, Rapp elabora un ensayo de iden-tificación de los "síntomas", primero; de propuestade "diagnóstico", en segundo lugar; de tipificaciónde la respectiva "etiología", en tercer lugar, y decaracterización de una posible "auto-terapia de lamodernidad", en cuarto y último lugar.

En la primera parte de su obra, "Die Situation",Rapp plantea el problema y hace una descripcióngeneral de sus principales características. Para éles claro que el mundo moderno está en peligro, lapregunta decisiva es ¿por qué?, ¿qué anda mal enla modernidad? Más allá de manifestaciones par-ticulares de la crisis actual de valores (hedonismo,consumismo, egoísmo individual y colectivo, indi-ferencia ecológica, etc.), Rapp desea concentrarseen un factor primordial: la modernidad occidentalestá dominada por una idea desmesurada de liber-tad que ella misma ayudó a consolidar pero queahora se vuelve en su contra.

La 'vida en libertad' que se experimenta enla modernidad es una vida carente mayormentede centro, dirección y sentido. Rapp apunta, conironía, que en la actualidad el famoso dictumcartesiano del Cogito, ergo sum, debería ser cam-biado por Consumo, ergo sum, más afín al espí-ritu de los tiempos. Solo hay pura voluntad perono fines adecuados, de ahí que el puro querer,sin un objetivo claro a largo plazo, desemboqueen sentimientos de frustración, indiferencia yfinalmente de nihilismo: "Die Folge (...) ist, das sin der modernen Gesellschaft die Stellung desEinzelnen frei, offen und unbestimmt is - ebendadurch aber auch beliebig und austauschbar,ohne Verbindlichkeit und ohne Substanz (...) Dermoderne Mensch ist an allem interessiert, abervon nichts wirklich betroffen (...) Die Freiheitder Moderne ist erkauft um den Preis der exis-tentiellen Entfremdung und der strukturellenInstabilitat," (Rapp, 2003, 10-11)

Al promover el cambio por el cambio mismo,la modernidad ha generado una atmósfera de

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¿LIBERTAD SIN MEDIDA, LIBERTAD QUE DESTRUYE?

Karl Lowith ante lo que éste ya estimaba comola pérdida irreparable de un cosmos estable yseguro a manos de una conciencia históricaexacerbadamente extrovertida. Porque ahorala factibilidad de las cosas adquiere preemi-nencia. Se busca el cambio por el cambio, perosin un sentido claro de la empresa misma detransformación: "Für den modernen Menschenist die Welt veranderbar, aber ohne Sinn; fürdie Antike war sie sinnvoll, aber nicht veran-derbar." (Rapp, 2003, 87)

A criterio de Rapp, lo trágicamente absur-do de la condición moderna o posmoderna esque el mero activismo, la avidez de cambioy la obsesión por la fabricación de todo tipode cosas, así como el apetito por más 'nuevasexperiencias', no produce sino un aumento expo-nencial de la frustración, de deseos cada vezmás altos que nunca se colman por completo:"die durch die bisherigen Leistungen gewecktenWünsche, Bedürfnisse und utopische Visionenstellen 'flexible Bewusstseinshalte' dar, die ankeinerlei Schranken gebunden sind, weil sieder offenen, unbegrenzten Sphare der Phantasieund des Wünschens entstammen - d. h. demReich der Freiheit angehoren - und deshalb stetsschneller wachsen konnen als die dem PrinzipRealitat unterworfenen Moglichkeiten zu ihrerErfüllung." (Rapp, 2003, 88)

La meta tácita del mundo contemporáneoexige la superación de toda frontera, todo lími-te, todo tabú. Fabricar, hacer, producir, com-prar, consumir, desechar (ahora también, pero deforma muchas veces solo cosmética, 'reciclar')son las acciones que definen al tipo humanocontemporáneo, prisionero de la espiral sin finde los deseos. El mundo de posibilidades lucepotencialmente infinito a la voluntad de creación.El problema es que dicha voluntad es incapaz dedotar de propósito o sentido al conjunto de actosde transformación teórico-práctica de la realidad.Se crea y se construye en un vacío de sentidoy valores firmes. La situación se vuelve mástrágica o absurda cuando se considera, arguyeRapp, que todo el activismo moderno es incapazde satisfacer el ansia o nostalgia natural del serhumano por algo permanente, estable y confiable:"Die Tragik der modernen Welt besteht darin,das s sie von ihrem Ansatz her die Sehnsucht

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nach wahrer Prasenz nicht zu erfüllen vermag- wie gross auch immer ihre Erfolge auf anderenGebiete seien mogen. Sie ist deshalb nicht dazuin der Lage, weil es ihr an Verbindlichkeit undDauerhaftigkeit fehlt." (Rapp, 2003, 105)

Ante la situación anterior no es extraño, denuevo una paradoja, que el individuo se encuen-tre abrumado por el sentido de responsabilidadjusto porque él mismo se ha elevado al rangode supremacía ontológica. Pero pareciera que laSubjetividad moderna se anula a sí misma en lasociedad de consumo: se rinde culto al individua-lismo y la personalidad, pero lo que en verdadrige es el acomodo y la adaptación a formas devida y patrones de consumo que estimulan elpensamiento en 'masa' y el compartir los mismosdeseos y aspiraciones sociales de tipo preponde-rantemente material y de status.

El individuo rige supremo ("el cliente esrey") siempre y cuando su poder lo ejerza en elmercado, que de antemano le ofrece (le dicta) elabanico de posibilidades por elegir. Como irónica-mente apunta Rapp: "Das 'freie' Individuum kannproblemlos leben, wenn und solange es sich ver-halt, wie der Übervater Staat, die wirstchaftlichenNotwendigkeiten und die allgemeine Meinung esverlangen. Anders gesagt, es kann sich in demMasse seiner Freiheit erfreuen, wie es sich syste-mkonform verhalt, d. h. in ausserer Hinsicht aufseine Freiheit verzichtet." (Rapp, 2003, 109)

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La propuesta constructiva de Rapp, incluidaen la cuarta parte del libro, "Moglicher Wandel",frente a una idea peligrosamente distorsionada delibertad, se concentra en la presentación y discu-sión de seis posibles "puntos de partida" para elcambio positivo: "autolirnitación", "la forma devida estética", "la dimensión religiosa", "el justomedio", "autenticidad" y el "reconocimiento dela necesidad". Cabe aclarar que la honestidadintelectual del autor se pone de manifiesto en elhecho de que se sopesan objetivamente las posi-bilidades reales, el pro y el contra de cada uno deesos puntos estratégicos.

Rapp es consciente que cualquier propuestapositiva que se quiera ofrecer, debe vérselas con

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que se opone la libertad sin medida. Además, laexperiencia artística le recuerda al ser humano, envirtud de su "capacidad de sublimación", que laverdadera realización humana no se obtiene conen el mero disfrute hedonista o el éxito material.(Rapp, 2003, 196) Con todo, el arte muestra sulimitación en el hecho mismo de su idealidad,pues el precio que debe pagar por su perfecciónes con mucha frecuencia el del alejamiento de larealidad, de los problemas del mundo real, antelos que resulta impotente.

De otra parte, pese al atractivo que pareceostentar "la dimensión religiosa" como posiblecontrapeso efectivo del libertinaje contemporá-neo, varias objeciones en su contra surgen tambiénde inmediato. En primer lugar, resulta muy dudosoque la religión posea, en medio de una modernidadmayormente secularizada, la fuerza necesaria paramover las conciencias y modificar hábitos negati-vos de vida. Al igual que en el caso del arte, a laexperiencia religiosa puede objetársele su aleja-miento de la realidad, su sencilla desconcentracióndel más acá y sus tribulaciones. Pero el problemacon el escepticismo religioso contemporáneo esque, en opinión de Rapp, solo cuestiona la legiti-midad de lo religioso sin proponer ningún valor ogrupo de valores orientadores a cambio. Es decir,luego de la eliminación de todo aspecto relacio-nado con lo divino_y sus manifestaciones, el serhumano se halla en un mundo ocupado solo por'cosas' manipulables y explotables a placer, casisin controlo restricción algunas.

Rapp advierte que ninguna de las tres ins-tancias mencionada con antelación, la autolimi-tación, la vida estética y la religiosa, proporcionapor sí misma una salida satisfactoria al problemade cómo enfrentar una libertad sin medida. En lanoción aristotélica del "justo medio" parece des-puntar una situación más positiva. ¿Es realmenteasí? Al menos la doctrina del "justo medio" ofreceuna cierta orientación sobre los extremos que hayque evitar en la vida y así ejercer en forma másprudente y responsable la libertad. El problema esque el mundo actual vive obsesionado por experi-mentar todo extremo por el solo placer de hacerlo,y la opción de una vida en justa medida y propor-ción consigo misma no parece atraer a la 'masa',fascinada por las posibilidades hedonistas conque es seducida por los medios de comunicación.

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un estado de cosas irrenunciable -por fundarse enla propia esencia de la libertad humana- que élcalifica de "aporía de la normatividad". El proble-ma como lo ve Rapp es el siguiente: ¿cómo dotaral ser humano del querido y necesario fundamentode estabilidad 'espiritual' cuando en su interiorexiste la no menos poderosa tendencia a cuestionaro impugnar toda decisión: "Denn, einerseits ist,weil es Freiheit gibt, eine Entscheidung notwendig,da der Mensch nicht im Unbestimmten zu lebenvermag. Und doch lasst sich andererseits, ebenfallswegen der Freiheit, keine Lebensform zweifelsfreials die einzig richtige oder 'wahre' erweisen,"(Rapp, 2003, 182)

En ningún momento la perspectiva de Rappsucumbe a un optimismo acrítico, ingenuo o com-placiente sobre la perspectiva de 'éxito' de suspropuestas. Cada uno de tales "puntos de partida"para el cambio de actitud o mentalidad de cara ala libertad en la modernidad tiene entonces soloun carácter tentativo, si se quiere experimental.Ahora bien, ello de ningún modo invalida deantemano, como es obvio, una consideracióncrítica de su contenido y valía intrínsecos. Elllamado a la "autolimitación" no parece tener, deentrada, grandes posibilidades de éxito. Cuantomás que la modernidad occidental ha llevado alextremo justo el impulso contrario: el desarro-llo máximo de toda potencialidad de actividadexpansiva y poder.

y sin embargo, agrega Rapp, la modernidadno puede marchar indefinidamente sin algún tipode renuncia y restricción voluntaria de sus deseosy expectativas. En todo caso, la autolimitaciónno es por necesidad antagónica a la libertad, sinoque puede ser complementaria de su ejercicio res-ponsable. El freno a tendencias autodestructivas,latentes en una noción deformada de libertad,solo puede alcanzarlo la modernidad pagando elaltísimo precio de la autolimitación.

Con relación a "la forma de vida estética"los problemas no son menores. Pues si bien elarte puede ser visto, dentro del mejor espíritunietzscheano, como la dimensión orientadora porexcelencia de la existencia humana, lo cierto esque un examen más sobrio revela las limitacionesde la sublime realidad del arte. En principio, elarte puede servir de modelo para el orden, laproporción y la mesura, justo todo aquello a lo

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¿LIBERTAD SIN MEDIDA, LIBERTAD QUE DESTRUYE?

La doctrina de la justa medida exige renuncia ysacrificio materiales, y ¿cómo esperar esas cosasde sociedades manipuladas para la búsqueda del'siempre más'? El mismo problema se da respec-to a la naturaleza y los límites que la humanidaddebe autoimponerse para tener un trato 'justo' y'proporcionado' con ella.

Rapp también toma en cuenta el factor de la"autenticidad" como posible medio corrector deuna libertad autodestructiva. La búsqueda de una'vida auténtica' remite a la búsqueda de 'lo esen-cial' en la vida por contraste con lo accidental,superfluo y accesorio. En realidad, el elementode la autenticidad incluye, según Rapp, a las otrasdimensiones anteriormente comentadas. La dife-rencia entre una vida auténtica y una inauténticaguarda semejanza con la distinción kantiana entreuna existencia autónoma y una heterónoma, peroel problema se agrava respecto al deseo de auten-ticidad por el propio proceso crítico, iniciado porla modernidad, de poner en tela_de duda cualquierproyecto vital, auténtico o no.

En la modernidad se ha optado por favo-recer la 'libertad' del relativismo de valores,pero al mismo tiempo se buscan nuevos valoresauténticos y se lamenta la perdida de autentici-dad en las personas. Esa es la trágica situacióndel presente, asegura Rapp: la modernidad instaa alcanzar una vida asentada sobre pilaresmorales firmes y seguros, pero al mismo tiempoalienta -favoreciendo así el narcisismo egoísta-la superación de todo límite individual, fomen-tando la permisividad y la puesta en cuestiónabsoluta de todo fundamento.

El "reconocimiento de la necesidad" noparece algo muy generalizado en el mundocontemporáneo. Antes bien, reitera Rapp, lamodernidad aún se resiste a aceptar un hecho entodo caso ineludible: que libertad y necesidadvan de la mano, 'ser libre' es concomitante a 'serobediente'. No es incorrecto enfatizar la ilimitadacapacidad de la voluntad de proponerse determi-nados fines y metas; el problema, el "error fatal"está sin embargo en negarse a aceptar que esosolo es posible dentro de ciertas restricciones,ciertos límites últimamente intraspasables. Condicha actitud de suprema auto-legislación, lafinitud humana quiere elevarse a la posición demagna instancia legisladora de toda teoría y toda

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práctica. Pero solo 'el mal' puede surgir de seme-jante autoafirmación insolente y en definitivaautodestructiva de lo finito.

Rapp estima que gran parte de los malesde las sociedades desarrolladas contemporáneassurge de semejante olvido de los límites de lofinito, y de la obsesión por afirmar de maneraabsoluta lo contingente. En forma aprobatoria secita en este contexto de ideas a F. W. 1. Schelling:"Das Base kommt nich aus der Endlichkeit ansich, sondern aus der zum Selbstsein erhobenenEndlichkeit." (Rapp, 2003, 217) La sobria posi-ción final del autor de Über das Wesen der men-schlichen Freiheit es compartida por Rapp. Yaque, en efecto, Schelling habría visto con claridadque la libertad representa tanto una capacidadpara el bien como, de modo irremediable, tam-bién para el mal. Ello es así, explica Schelling,pues "jedes Wesen kann nur in seinem Gegenteiloffenbar werden, Liebe nur in Hass, Einheit nurin Streit", y es por eso justamente, agrega Rapp,que la naturaleza, Dios y el propio ser huma-no necesitan el mal, "weil ohne einen solchenGegensatz blosse Einerleihet bestehen würde."(Rapp, 2003, 218)

Rapp piensa que el pecado capital de lamodernidad es olvidar, o fingir olvidar esa pre-sencia ubicua del mal como consecuencia directade una libertad mal entendida, sin límite o res-tricción algunos. La concepción que prima en laactualidad sería la de "un irreal optimismo sobrela libertad" que tiende a minimizar como merosaccidentes secundarios, insignificantes al finy al cabo, así como corregibles en su autenticofuncionamiento, toda manifestación dañina en elejercicio de tal libertad.

Pero esta ingenua perspectiva activista noconsidera la íntima ligazón entre creatividad ydestructividad que acompaña a todo esfuerzo deafirmación de la libertad. Con todo, esa pesimistaconclusión no es la única que Rapp extrae al finalde su obra. Pues aquí entra justamente en juegola ambivalencia que marca en forma indeleble ala libertad humana: "Weil Freiheit ihrer Naturnach die Moglichkeit zur Wahl des Guten und desBasen ist, lasst sie sich in beiden Richtungen, imkonstruktiven, aber auch im destruktiven Sinnenutzen; sie kann als Masslosigkeit missverstan-den werden, aber sie bietet auch die Moglichkeit

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por lo que un intento de 'solución' sensible yconvincente al dilema de la modernidad deberíatomar en cuenta ambos aspectos, que de ningúnmodo se dan en forma pura o extrema, y nuncade manera excluyente uno de otro. Pero es quetambién respecto de la opción individual -sobrela que más insiste Rapp-, como ya se indicó conantelación, no cabe hacerse muchas esperanzas.Cuanto más que Rapp aceptaría la grave consta-tación de Arnold Gehlen sobre la imposibilidadde que el individuo cargue en su conciencia contodo el peso moral de la modernidad. De acuer-do con la tesis de Gehlen, es absurdo esperardel individuo aislado la competencia moral sufi-ciente para juzgar los acontecimientos históricoscasi desde el mismo punto de vista supremamen-te objetivo de Dios.

Pero si eso es lo que parece impulsar también-al menos como ideal- la actual noción desafo-rada de libertad individual, entonces no hay másremedio que determinar, en el carácter mismo delprogreso actual de la historia, una suerte de alian-za siniestra entre el mal y la cura. Por eso es queGehlen se siente autorizado, no sin cierta razón,a establecer que dicho progreso "ist zu einemundurchbrechlichen Lebensgesetz der Menschheitgeworden (...) es gibt kein Zurück mehr und nurnoch Losungen nach vorn," (Gehlen, 1986, 140)

Interesantemente, la postura de Rapp sobrelas posibilidades del ser humano para refrenarcomo individuo, de algún modo y en algúngrado un impulso exacerbado de libertad, guardasimilitud con la asumida por Hans Jonas de caraal actual avance tecnológico. Las coincidenciasentre los dos autores son llamativas, pero dadoque no es posible detenerse en este lugar a con-siderarlas todas con la atención que merecen,deberá bastar aquí con un ejemplo. Ambos, Jonasy Rapp, coinciden en recalcar que, pese a la colo-sal determinación por parte de ciertas corrientesnegativas, activas en la actualidad en occidente,como un desaforado hedonismo en Rapp, o unano menos incontrolada voluntad científico-tec-nológica de poder en Jonas, eso de ningún modoexime de algún grado de responsabilidad por elcurso de los acontecimientos. Rapp podría sus-cribir perfectamente las palabras de Jonas en elsentido de que todos somos, de una forma u otra,"cómplices del sistema" que explota sin medida

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zur Abhilfe." (Rapp, 2003, 219) Una cierta clavepara comprender cómo sería posible utilizar lalibertad para el bien, la encuentra Rapp en lapropia capacidad de auto-distanciamiento de larazón. Se trata de una capacidad que siempre esposible recuperar desde ella -por suerte-, pues,como concluye Rapp, apoyándose en una ideahegeliana, incluso en los momentos de mayorgravedad "der Geist 'gewinnt seine Wahrheit nur,indem er in der absoluten Zerrisenheit sich selbstfindet'," (Rapp, 2003, 219)

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A tenor de todo lo anterior, apenas podrásorprender la afirmación lo que el principal pro-blema que tiene que enfrentar la propuesta cons-tructiva de Rapp es, sencillamente, la magnitudmisma del compromiso occidental con una liber-tad sin medida. Los puntos de apoyo sugeridospor Rapp son, en su mayoría, dignos de atencióny recuperación crítica en el presente. Pero, ¿cuáles su poder real de influencia en vista del impe-rio prácticamente limitado -como lo reconoce elpropio Rapp- de una mentalidad de libertinajey permisivismo en todos los órdenes de la cul-tura? Dichos componentes de una estrategia decontención de una libertad desbocada represen-tan, casi por completo, opciones exclusivamenteindividuales, y aunque como él bien lo anota, nodebe despreciarse sin más el aporte personal a lacausa colectiva, lo cierto es que su impacto en elcarácter general de la modernidad parecería, deentrada, no muy significativo.

El problema al que se enfrenta el enfoqueterapéutico de Rapp tiene vastos alcances y rami-ficaciones, que desbordan con creces el temaespecífico de su libro. En realidad, en su obra seplantea de forma implícita pero clara lo que cabecalificar, un tanto simplificadamente, de rivali-dad entre estrategias individualistas y colectivis-tas. Justo lo problemático del tema de la libertades que incluye ambas facetas de la existencia, lade carácter más introvertido y personal, como lade talante más extrovertido y social.

En este sentido, los excesos dañosos de unalibertad desmesurada han de manifestarse demodo forzoso en ambos planos complementarios,

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los recursos del planeta en situaciones de injusti-cia económica global. Según Jonas: "Da wir alleMittater am System sind, indem wir von ihm undden Früchten seines Raubbaus zehren, konnen wiralle - jeder von uns - etwas zur Anderung seinerBedrohlichkeit tun, indem wir in dem und jenemunsern Lebensstil andern - ja, schon im Beispielan der Rehabilitierung von Selbstdisziplin an sichmitwirken." (lonas, 1983, 75)

El énfasis en la faceta individual de la liber-tad sin medida resulta problemática en la medi-da que, según el propio diagnóstico de Rapp, laopción occidental, seducida por un libertinajesin control, aparentemente ha dejado atrás casicualquier posibilidad de reacción defensiva amanos de particulares. Obviamente, el pro-blema mayúsculo consiste en determinar porqué medios o con qué clase de recursos podríaser posible efectuar la necesaria convergenciaentre estrategias individuales y colectivas. Lasituación se agrava aún más cuando se buscatrasladar la discusión del plano abstracto de laespeculación filosófica, donde hay justificaciónpara la propuesta de amplias visiones sintéticasde los acontecimientos, al de las muy concretasrelaciones de poder entre grupos (o países) riva-les en lo económico y político.

En ese 'otro' plano de la realidad puedenidentificarse cierto tipo de tendencias menosmetafísicas que Rapp tal vez no toma lo sufi-cientemente en cuenta a lo largo de su obra.Considérese por ejemplo el problema, tan traídoy llevado, de la 'globalización'. En sus distintasmanifestaciones el actual proceso de globaliza-ción es un buen ejemplo de aquel tipo de even-tos que Rapp tiende a subsumir dentro de másamplias -para algunos otros también, aunqueno necesariamente para Rapp, más 'profundas"-visiones metafísicas del decurso histórico. Lasdos caras de la globalización -homogeneizacióneconómica de acuerdo a directrices verticalmen-te impuestas, por un lado, y, por otro, renacer delas identidades culturales o nacionales en mediode la "aldea global"- constituyen un reto paracualquier diagnóstico crítico de la modernidad ysu idea de libertad.

La dificultad reside en que la localizaciónteórica precisa de factores económicos concretos,causantes principales de aquel proceso, no repre-senta por sí misma una condición suficiente parala modificación práctica de tendencias globaleshostiles a la democracia participativa, la justiciaeconómica o la solidaridad social, para no hablarde la necesidad de replantear de raíz ciertasnociones muy acendradas pero cuestionables deidentidad y nacionalidad que son excluyentesantes que incluyentes de la diversidad cultural.Autores tan distintos entre sí como A. Gehlen, H.Jonas y F. Rapp añoran la presencia de un autén-tico sentido de ascetismo individual y colectivo-autodisciplina, autorrenuncia, autolimitación,autosacrificio, etc.- en el mundo actual. Pese asus obvias limitaciones, a favor de esa añoranzapodría decirse que la apelación al ascetismo noexcluye ni mucho menos la necesidad de formulartácticas sociales o específicamente institucionalespara encarar problemas de dimensión global.

Así, aunque la noción misma de 'ascetis-mo' pueda parecer "ortlos und utopisch" en lamodernidad, como sentencia de modo inequí-voco Gehlen, debe y puede, no obstante, serconsiderada también como una seria alternativaa elegir, siquiera como punto mínimo de partidapara el lanzamiento de otro tipo de estrategiasde carácter menos introvertido sino extrovertido,pero que, sin embargo, difícilmente podrá surgirdesarraigado del todo de una fuerte conviccióninterior, es decir, personal o subjetiva.

BibliografíaGehlen, A. (1986) Anthropologische und sozialpsy-

chologische Untersuchungen. Reinbeck b. H.:Rowohlt.

lonas, H. (1983) "Auf der Schwelle der Zukunft: Wertevon gestern und Werte für Morgen". En H. lonas(1987), Technik, Medizin und Ethik. Zur Praxisdes Prinzips Verantwortung. Frankfurt a. M.:Suhrkamp, 53-75.

Rapp, F. (2003) Destruktive Freiheit. Ein Plüdoyergegen die Masslosigkeit der modernen Welt.Münster: Lit Verlag.