Copleston,F- Volumen Viii de Bentham a Russel

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Historia de la filosofia desde Bentham hasta Russell

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VOLUMEN VIII: De Bentham a Russell

Frederick CoplestonHistoria de la FilosofaEditorial Ariel S. A.Barcelona,

NDICEContentsHYPERLINK \l "_Toc325092711" PRLOGO9HYPERLINK \l "_Toc325092712" PARTE I: EL EMPIRISMO BRITNICO11HYPERLINK \l "_Toc325092713" CAPTULO PRIMERO: EL MOVIMIENTO UTILITARISTA I11HYPERLINK \l "_Toc325092714" CAPTULO II: EL MOVIMIENTO UTILITARISTA II39HYPERLINK \l "_Toc325092715" CAPTULO III: J. S. MILL: LA LGICA Y EL EMPIRISMO69HYPERLINK \l "_Toc325092716" CAPITULO IV: EMPIRISTAS, AGNSTICOS, POSITIVISTAS122HYPERLINK \l "_Toc325092717" CAPITULO V: LA FILOSOFIA DE HERBERT SPENCER157HYPERLINK \l "_Toc325092718" PARTE II: EL MOVIMIENTO IDEALISTA EN GRAN BRETAA188HYPERLINK \l "_Toc325092719" CAPTULO VI: LAS PRIMERAS FASES DEL MOVIMIENTO188HYPERLINK \l "_Toc325092720" CAPTULO VII: EL DESARROLLO DEL IDEALISMO211HYPERLINK \l "_Toc325092721" CAPTULO VIII: EL IDEALISMO ABSOLUTO: BRADLEY237HYPERLINK \l "_Toc325092722" CAPTULO IX: EL IDEALISMO ABSOLUTO: BOSANQUET278HYPERLINK \l "_Toc325092723" CAPTULO X: LA ORIENTACIN HACIA EL IDEALISMO PERSONAL.301HYPERLINK \l "_Toc325092724" PARTE III: EL IDEALISMO EN NORTEAMRICA320HYPERLINK \l "_Toc325092725" CAPTULO XI: INTRODUCCIN320HYPERLINK \l "_Toc325092726" CAPTULO XII: LA FILOSOFA DE ROYCE337HYPERLINK \l "_Toc325092727" CAPTULO XIII: EL IDEALISMO PERSONAL Y OTRAS TENDENCIAS362HYPERLINK \l "_Toc325092728" PARTE IV: EL MOVIMIENTO PRAGMATISTA380HYPERLINK \l "_Toc325092729" CAPTULO XIV: LA FILOSOFA DE C. S. PEIRCE380HYPERLINK \l "_Toc325092730" CAPTULO XV: EL PRAGMATISMO DE JAMES Y SCHILLER411HYPERLINK \l "_Toc325092731" CAPTULO XVI: EL EXPERIMENTALISMO DE JOHN DEWEY438HYPERLINK \l "_Toc325092732" PARTE V: LA REBELIN CONTRA EL IDEALISMO473HYPERLINK \l "_Toc325092733" CAPTULO XVII: EL REALISMO EN GRAN BRETAA Y NORTEAMRICA473HYPERLINK \l "_Toc325092734" CAPTULO XVIII: G. E. MOORE Y EL ANLISIS499HYPERLINK \l "_Toc325092735" CAPTULO XIX: BERTRAND RUSSELL I527HYPERLINK \l "_Toc325092736" CAPTULO XX: BERTRAND RUSSELL II561HYPERLINK \l "_Toc325092737" CAPTULO XXI: BERTRAND RUSSELL III580

PRLOGOAGRADECIMIENTOS

PARTE I

EL EMPIRISMO BRITNICO

I. EL MOVIMIENTO UTILITARISTANotas preliminares. Vida y obra de Bentham. Los principios del benthamismo; algunos comentarios crticos. Vida y obras de James Mill. El altruismo y la psicologa asociacionista; la polmica de Mill contra Mackintosh. Ideas de James Mill sobre el entendimiento. Notas sobre la economa benthamiana.

II. EL MOVIMIENTO UTILITARISTAVida y obra de J. S. Mill. El desarrollo de la tica utilitarista en Mill. Teoras de Mill sobre la libertad civil y el gobierno. La libertad psicolgica.

III. J. S. MILL: LA LGICA Y EL EMPIRISMONotas preliminares. Nombres y proposiciones reales y nominales. La naturaleza de las matemticas. El razonamiento silogstico. La induccin y el principio de la constancia de la Naturaleza. La ley de causalidad. Investigacin experimental y deduccin. El mtodo en las ciencias morales. La materia como posibilidad permanente de las sensaciones. El anlisis del entendimiento y el espectro del solipsismo. La religin y la teologa natural segn Mill.

IV. EMPIRISTAS, AGNSTICOS, POSITIVISTASAlexander Bain y la psicologa asociacionista. El utilitarismo segn Baja. La combinacin de utilitarismo e intuicionismo de Henry Sidgwick. Charles Darwin y la filosofa de la evolucin. T. H. Huxley: evolucin, tica y agnosticismo. El materialismo cientfico y el agnosticismo: John Tyndall y Laslie Stephen. G. J. Romanes y la religin. El positivismo: los grupos comtianos, G. H. Lewes, W. K. Clifford. K. Pearson. B. Kidd: conclusin.

V. LA Filosofa DE HEREERT SPENCERVida y obras. La naturaleza de la filosofa y sus conceptos y principios bsicos. La ley general de la evolucin: la alternancia de evolucin y disolucin. La sociologa y la poltica. tica relativa y tica absoluta. Lo Incognoscible en la religin y en la ciencia. Comentarios finales.

PARTE IIEL MOVIMIENTO IDEALISTA EN GRAN BRETAA

VI. LAS PRIMERAS FASES DEL MOVIMIENTOIntroduccin histrica. Pioneros literarios: Coleridge y Carlyle. Ferrier y la relacin sujeto-objeto. El ataque de John Grote al fenomenismo y al hedonismo. El renacimiento del inters por la filosofa griega y el surgimiento del inters por Hegel: B. Jowett y J. H. Stirling.

VII. EL DESARROLLO DEL IDEALISMOLa actitud de T. H. Green frente al empirismo britnico y el pensamiento alemn. La teora del sujeto eterno en Green; algunos comentarios crticos. La teora poltica y tica de Green. E. Caird y la unidad que fundamenta la distincin entre sujeto y objeto. J. Caird y la filosofa de la religin. W. Wallace y D. G. Ritchie.

VIII. EL IDEALISMO ABSOLUTO: BRADLEYNotas introductorias. Los presupuestos de la historia crtica. La moral y su trascendencia en la religin. La importancia de la lgica para la metafsica. Los presupuestos bsicos de la metafsica. La apariencia: la cosa y sus cualidades, las relaciones y sus trminos, el espacio y el tiempo, el yo. La realidad: la naturaleza del Absoluto. Los grados de verdad y de realidad. El error y el mal. El Absoluto, Dios y la religin. Algunas objeciones a la metafsica de Bradley.

IX. EL IDEALISMO ABSOLUTO: BOSANQUETVida y obras. La lgica: el juicio y la realidad. La metafsica de la individualidad. La filosofa del Estado en Bosanquet. R. B. Haldane: el hegelianismo y la relatividad. H. H. Joachim y la teora de la verdad como coherencia.

X. LA ORIENTACIN HACIA EL IDEALISMO PERSONALPringle-Pattison y el valor de la persona humana. El idealismo pluralista de McTaggart. El espiritualismo pluralista de J. Ward. Comentarios generales.

PARTE IIIEL IDEALISMO EN NORTEAMRICA

XI. INTRODUCCINLos comienzos de la filosofa en Norteamrica: S. Johnson y J. Edwards. La Ilustracin en Norteamrica. B. Franklin y T. Jefferson. La influencia de la filosofa escocesa. R. W. Emerson y el trascendentalismo. W. T. Harris y su programa de una filosofa especulativa.

XII. LA FILOSOPIA DE ROYCELos escritos de Royce anteriores a las Gifford lectures. El sentido del Ser y el sentido de las ideas. Tres inadecuadas teoras del Ser. La cuarta teora del Ser. El yo finito y lo Absoluto; la libertad moral. El aspecto social de la moral. La inmortalidad. Las series infinitas y la idea de un sistema autor representativo. Algunos comentarios crticos.

XIII. EL IDEALISMO PERSONAL Y OTRAS TENDENCIASLa crtica de Howison a Royce en favor de su propio pluralismo tico. El idealismo evolucionista de Le Conte. El idealismo personal de Bowne. El idealismo objetivo de Creighton. Sylvester Morris y el idealismo dinmico. Algunas indicaciones sobre continuacin del idealismo en el siglo XX. Intento de trascender la oposicin entre idealismo y realismo.

PARTE IVEL MOVIMIENTO PRAGMATISTA

XIV. LA FILOSOFA DE C. S. PEIRCEVida de Peirce. La objetividad de la verdad. Rechazo del mtodo de la duda universal. La lgica, las ideas y el anlisis pragmatista del significado. El pragmatismo y el realismo. El anlisis pragmatista del significado y el positivismo. tica pura y tica prctica. La metafsica y la visin del mundo de Peirce. Algunos comentarios sobre el pensamiento de Peirce.

XV. EL PRAGMATISMO DE JAMES Y SCHILLERVida y obras de William James. La concepcin de James del empirismo radical y de la experiencia pura. El pragmatismo como teora del significado y como teora de la verdad. Las relaciones entre el empirismo radical. el pragmatismo y el humanismo en la filosofa de James. El pragmatismo y la fe en Dios. El pragmatismo en Norteamrica y en Inglaterra. El humanismo de C. F. Schiller.

XVI. EL EXPERIMENTALISMO DE JOHN DEWEYVida y obras. El empirismo naturalista: el pensamiento. la experiencia y el conocimiento. La funcin de la filosofa. El instrumentalismo: la lgica y la verdad. La teora moral. Algunas implicaciones en las teoras social y de la educacin. La religin en una filosofa naturalista. Algunos comentarios crticos a la filosofa de Dewey.

PARTE VLA REBELIN CONTRA EL IDEALISMO

XVII. EL REALISMO EN GRAN BRETAA Y NORTEAMRICANota introductoria. Algunos realistas de Oxford. Breve nota sobre una discusin tica en Oxford. El neorrealismo norteamericano. El realismo crtico en Norteamrica. La visin del mundo de Samuel Alexander. Referencia a A. N. Whitehead.

XVIII. G. E. MOORE Y EL ANALISISVida y obras. El realismo del sentido comn. Algunas notas sobre las ideas ticas de Moore. Doctrina de Moore sobre el anlisis. La teora de los datos sensibles-como ejemplo del anlisis prctico de Moore.

XIX. BERTRAND RUSSELI. (1)Notas introductorias. Vida y obras hasta la publicacin de los Principia Mathematica: la fase idealista de Russell y su reaccin contra ella, la teora de los tipos, la teora de las descripciones, la reduccin de las matemticas a la lgica. La navaja de Ockham y el anlisis reductivo aplicado a los objetos fsicos y al entendimiento. El atomismo lgico y la influencia de Wittgenstein. El-monismo neutral. El problema del solipsismo.

XX. BERTRAND RUSSELL (2)Los postulados de la inferencia no demostrativa y los lmites del empirismo. El lenguaje: la complejidad del lenguaje y la idea de una jerarqua de lenguajes, el sentido y el significado, la verdad y el error. El lenguaje como gua de la estructura del mundo.

XXI. BERTRAND RUSSELL (3)Notas introductorias. La ms temprana filosofa moral de Russell y la influencia de Moore. El instinto, el entendimiento y el espritu. La relacin del juicio de valor con el deseo. La ciencia social y el poder. La actitud de Russell frente a la religin. La naturaleza de la filosofa segn Russell. Algunas observaciones crticas.

EPILOGOAPNDICE A: John Henry NewmanNotas introductorias. El problema de la fe religiosa en los sermones universitarios de Newman. El mismo problema en La gramtica del asentimiento. La conciencia y Dios. La convergencia de probabilidades y el sentido ilativo. Notas finales.

APNDICE B: Breve bibliografa

NDICE ONOMSTICONDICE DE MATERIAS

PRLOGOEn el prlogo al volumen VII de esta Historia de la Filosofa dije que esperaba dedicar un volumen posterior el octavo a algunos aspectos del pensamiento francs e ingls del siglo XIX. La esperanza se ha cumplido slo en parte, pues el presente volumen no trata de la filosofa francesa, sino que est dedicado exclusivamente a varios aspectos del pensamiento ingls y norteamericano. Cubre un campo bastante conocido, pero que evidentemente debe ser tratado en una historia general de la filosofa occidental.Puesto que me he metido bastante en el siglo XX, es preciso que explique por qu he dedicado un estudio relativamente extenso a la filosofa de Bertrand Russell, mientras que he dejado para el eplogo, excepto breves alusiones en el captulo de Russell, el pensamiento de Ludwig Wittgenstein, muerto en 1951. Despus de todo, hay que sealar que el mismo Russell estuvo influido hasta cierto punto por Wittgenstein, tanto en lo que se refiere a la interpretacin del estatuto lgico de las proposiciones de la lgica y de la matemtica pura como en lo que se refiere al atomismo lgico.La explicacin es harto sencilla. El pensamiento de Russell encaja fcilmente en el contexto de la rebelin contra el idealismo; y aunque, evidentemente, ha ejercido una gran influencia en la gnesis y el desarrollo del movimiento analtico en el pensamiento ingls del siglo XX, en algunos aspectos importantes ha mantenido una concepcin tradicional de la funcin de la filosofa. Es notorio su desacuerdo con las ltimas ideas de Wittgenstein y con ciertos aspectos de la reciente filosofa de Oxford. Adems, aunque ha subrayado las limitaciones del empirismo como teora del conocimiento, en ciertos aspectos puede considerrsele como continuador de la tradicin empirista en el siglo XX, aun cuando la haya enriquecido con nuevas tcnicas del anlisis lgico. Wittgenstein, en cambio, propuso abiertamente un concepto revolucionario de la naturaleza, funcin y alcance de la filosofa. Ciertamente hay una diferencia considerable entre las ideas sobre el lenguaje expuestas en el Tractatus y las expuestas en Pbilosophical Investigation, pero, en ambos casos, el concepto de filosofa est muy lejos de ser un concepto tradicional. Y puesto que las limitaciones de espacio excluan la posibilidad de tratar por extenso la orientacin lingstica asociada al nombre de Wittgenstein, he decidido limitar mi examen del tema a algunas notas breves en el eplogo. No se crea, sin embargo, que esto implica un juicio de valor con respecto a la filosofa de Russell o de Wittgenstein. Es decir, el que haya dedicado tres captulos a Russell no significa que en mi opinin su pensamiento sea tan slo un subproducto del siglo XIX. Y el que haya dejado a Wittgenstein para el eplogo, aparte las alusiones que a l se hacen en el captulo de Russell, no significa tampoco que deje de apreciar su originalidad e importancia. Se trata ms bien de la imposibilidad de dar igual extensin al estudio de las ideas de ambos filsofos.Una palabra tambin a propsito de las pginas dedicadas al cardenal Newman. Cualquier lector atento notar en seguida que para distinguir las corrientes de pensamiento del siglo XIX he utilizado las etiquetas tradicionales de empirismo, idealismo, etc., ninguna de las cuales puede aplicarse adecuadamente a Newman. Pero omitirlo completamente por la dificultad de clasificarlo habra sido absurdo, especialmente cuando menciono a un nmero considerable de pensadores menos importantes. Decid, por lo tanto, recoger en apndice unas cuantas observaciones sobre algunas de sus ideas filosficas. Por supuesto que me doy cuenta de que esto no satisfar a los entusiastas de Newman; pero un escritor no puede satisfacer a todo el mundo.Puesto que los volmenes VII y VIII se han dedicado respectivamente a la filosofa alemana y anglo-americana del siglo XIX, sera natural dedicar un volumen posterior, el noveno, a los varios aspectos de la filosofa francesa y de otras filosofas europeas durante el mismo perodo. Pero me siento inclinado a posponer la redaccin de ese volumen y, en su lugar, dirigir la atencin al tema mencionado en el prlogo al volumen VII, es decir, a lo que puede llamarse filosofa de la historia de la filosofa, o sea, a una reflexin general sobre el desarrollo del pensamiento filosfico y sus implicaciones. Porque me gustara emprender tal tarea mientras haya una posibilidad razonable de llevarla a cabo.

PARTE I: EL EMPIRISMO BRITNICO

CAPTULO PRIMERO: EL MOVIMIENTO UTILITARISTA INotas preliminares. Vida y obra de Bentham. Los principios del bentbamismo; algunos comentarios crticos. Vida y obra de James Mill. El altruismo y la psicologa asociacionista: la polmica de Mill contra Mackintosh. Ideas de James Mill sobre el entendimiento. Notas sobre la economa benthamiana.

1. Notas preliminaresLa filosofa de David Hume, que represent la culminacin del empirismo ingls clsico, provoc una viva reaccin por parte de Thomas Reid y sus sucesores. En realidad, en lo que a las universidades se refiere, la llamada Escuela Escocesa fue durante las primeras dcadas del siglo XIX el nico movimiento vivo y fuerte del pensar. Ms an: a pesar de que en el intertanto haba recibido algunos golpes de importancia y perdido su fuerza primitiva, en las universidades fue reemplazada, en ltima instancia, ms por el idealismo que por el empirismo.Sin embargo, sera un grave error suponer que el ataque de Reid a Hume redujo el empirismo a la agona y que tal situacin se prolong hasta que J. S. Mill le dio de alta. La filosofa no se limita a las universidades. El mismo Hume no ocup jams una ctedra, aunque no le faltaran mritos para ello. Y el empirismo sigui viviendo a pesar del ataque de Reid y sus seguidores, aunque sus principales representantes no fueran catedrticos ni profesores universitarios.La primera fase del empirismo del siglo XIX, conocida como movimiento utilitarista, puede considerarse iniciada por Bentham. Bentham naci en 1748, veintiocho aos antes de la muerte de Hume, y algunas de sus obras se publicaron en las tres ltimas dcadas del siglo XVIII, aunque instintivamente tendemos a situarlo entre los filsofos de principios del siglo XIX, ya que entonces se hizo sentir su influencia. No es de extraar, por lo tanto, que podamos descubrir un claro factor de continuidad entre el empirismo del siglo XVIII y el del XIX. Por ejemplo, el mtodo del anlisis reductivo, es decir, la reduccin del todo a las partes, de lo compuesto a los elementos primarios o simples, que Hume practic, fue continuado por Bentham. Esto implic, como puede verse en la filosofa de James Mill, un anlisis fenomnico del yo (self). Y en la reconstruccin de la vida mental a partir de sus supuestos elementos simples se recurri a la psicologa asociacionista, desarrollada en el siglo XVIII por David Hartley, por ejemplo; eso por no hablar del uso hecho por Hume de los principios de asociacin de las ideas. Adems, en el primer captulo de su Fragment on Government (Fragmento sobre el gobierno), Bentham manifest explcitamente su deuda para con Hume por la iluminacin que signific para l leer en el Treatise of Human Nature (Tratado de la naturaleza humana) cmo Hume haba destruido el mito de un contrato o acuerdo social y haba mostrado que toda virtud se basa en la utilidad. Hay que decir, sin embargo, que Bentham estuvo influido tambin por la Ilustracin francesa, en particular por Helvtius. Pero esto no altera el hecho de que, tanto con respecto al mtodo como a la teora, hubo un notable vnculo de continuidad entre los movimientos empiristas de los siglos XVIII y XIX en Inglaterra.Pero una vez sealada tal continuidad, hay que reparar en la considerable diferencia de matiz a propsito de diversas cuestiones. Segn se lo suele presentar tradicionalmente, el empirismo ingls clsico se haba preocupado predominantemente de la naturaleza, extensin y lmites del conocimiento humano, mientras que el movimiento utilitarista pareca esencialmente prctico, orientado hacia la reforma legal, penal y poltica. Es cierto que existe el riesgo de exagerar el papel desempeado por la teora del conocimiento en el empirismo clsico. Hume, por ejemplo, se ocup del desarrollo de una ciencia de la naturaleza humana. Y puede argirse, y en realidad as se ha hecho, que Hume fue en principio un filsofo moral. Pero el objetivo de Hume fue principalmente entender la vida moral y el juicio moral, mientras que Bentham aspir principalmente a fijar criterios para juzgar con vistas a una reforma las ideas morales y las instituciones legales y polticas comnmente admitidas. Tal vez sea posible aplicar aqu la famosa afirmacin de Marx y decir que el inters primario de Hume fue comprender el mundo, mientras que el de Bentham fue cambiarlo.Sin duda, y con gran diferencia, Hume fue el mayor filsofo de los dos. Pero Bentham tuvo el don de captar ciertas ideas ajenas, desarrollndolas y amalgamndolas para obtener un arma o instrumento de reforma social. El benthamismo en un sentido limitado, y el utilitarismo en general, expresaron la actitud de los elementos liberales y radicales de la clase media frente a la tradicin y los intereses creados de lo que ahora suele llamarse el sistema establecido (Establishment). Los excesos de la Revolucin Francesa produjeron en Inglaterra una fuerte reaccin que encontr una expresin notable en las reflexiones de Edmund Burke (1729-1797), quien puso el acento sobre la estabilidad social y la tradicin. Pero, en todo caso, despus de las guerras napolenicas, el movimiento de reforma radical pudo hacer sentir su influencia con mayor facilidad. Y en este movimiento el utilitarismo tiene una importancia histrica innegable. Como filosofa moral es demasiado simplista y pasa apenas, sin rozarlas, sobre cuestiones peligrosas y difciles. Pero su carcter demasiado simplista, junto con su claridad al menos aparente, facilitaba sin duda su uso como instrumento para conseguir las reformas prcticas en los campos social y poltico.Durante el siglo XIX, la filosofa social en Inglaterra pas por varias fases sucesivas. En primer lugar, el radicalismo filosfico asociado al nombre de Bentham y expresado ya por l en las ltimas dcadas del siglo XVIII. En segundo lugar, el benthamismo modificado, ampliado y desarrollado por J. S. Mill. Y en tercer lugar, la filosofa idealista poltica que apareci en el ltimo perodo del siglo XIX. El trmino utilitarismo abarca las dos primeras fases, pero no, por supuesto, la tercera. El utilitarismo era en apariencia individualista, aunque tenda a lograr el bienestar de la sociedad, mientras que en la teora poltica idealista la idea del Estado como totalidad orgnica pas a primer trmino por influencia del pensamiento griego y alemn.Este captulo y los siguientes estarn dedicados a dar cuenta del desarrollo del utilitarismo desde Bentham a J. S. Mill inclusive. Las ltimas teoras en el campo de la lgica, epistemologa y ontologa se discutirn en un captulo posterior.

2. Vida y obra de BenthamJeremy Bentham naci el 15 de febrero de 1748. Nio precoz, a los cuatro aos estudiaba gramtica latina. Despus de pasar por la Westminster School y por la Universidad de Oxford, instituciones que no le agradaron especialmente, su padre lo destin a seguir la carrera del foro; pero l prefiri la vida de meditacin al ejercicio de la abogaca, y encontr en la ley, en el cdigo penal y en las instituciones polticas de su poca bastantes temas de reflexin. Por decirlo con sencillez, se plante cuestiones de este tipo: cul es el fin de tal ley o de tal institucin? Es dicho fin deseable? Si lo es, la ley o la institucin llevan realmente a su cumplimiento? En pocas palabras: cmo deben juzgarse la ley o la institucin desde el punto de vista de la utilidad?La medida de la utilidad, en su aplicacin a la legislacin y a las instituciones polticas, era para Bentham el grado en que stas conducan a la mayor felicidad del mayor nmero posible de seres humanos o de miembros de la sociedad. El mismo Bentham observa que el principio de utilidad, interpretado como tal, se le ocurri cuando lea el Essay on Government (Ensayo sobre el gobierno, 1768) de Joseph Priestley (1733-1804), quien afirm taxativamente que la felicidad del mayor nmero de miembros de cualquier Estado era la medida por la que deban juzgarse todos los asuntos del Estado. Pero Hutcheson, en el campo de la tica, haba afirmado ya que la mejor accin es la que conduce a la mayor felicidad de la mayora. A su vez, en el prlogo a su conocido tratado sobre los crmenes y los castigos (Dei delitti e delle pene, 1764), Cesare Beccaria (1738-1794) haba hablado de la mayor felicidad repartida entre el mayor nmero posible de individuos. Existan elementos utilitaristas en la filosofa de Hume, quien declar, por ejemplo, que la utilidad pblica es el nico origen de la justicia. Y Helvtius que, como ya se ha dicho, tuvo una gran influencia sobre Bentham fue un autntico pionero en la teora moral utilitarista y en la aplicacin de sta a la reforma de la sociedad. Dicho de otro modo, Bentham no invent el principio de utilidad: lo que hizo fue interpretarlo y aplicarlo explcita y universalmente como principio bsico de la moral y la legislacin.En principio, Bentham se interes fundamentalmente por la reforma legal y penal. En sus planes primitivos no entraban cambios radicales de la constitucin britnica. Y nunca fue un entusiasta de la democracia como tal. Es decir, no crey ms en el sagrado derecho del pueblo al gobierno que en la teora de los derechos naturales en general, que consideraba falta de sentido. Pero aunque parezca que al principio pens que los gobernadores y legisladores buscaban realmente el bien comn por ms confusos y equivocados que pudieran estar con respecto a los medios para conseguir tal fin , con el tiempo sin embargo, se convenci de que la clase gobernante estaba dominada por el inters propio. La oposicin y la indiferencia hacia sus planes de reforma legal, penal y econmica, sin duda le empujaron a esta conclusin. As, pues, lleg a defender la reforma poltica como requisito previo para otros cambios. Y, en ltimo extremo, lleg a proponer la abolicin de la monarqua y de la Cmara de los Lores, la desinstitucionalizacin de la Iglesia de Inglaterra, la introduccin del sufragio universal y la renovacin anual del Parlamento. Su indiferencia por la tradicin como tal favoreci su radicalismo poltico. Lejos de compartir la opinin de Burke sobre la constitucin britnica, su actitud tuvo una afinidad mucho mayor con la de los philosophes franceses, con la intolerancia de stos frente a la tradicin y su creencia en que todo ira mejor si reinara nicamente la razn. Pero su requisitoria constante se centr en el principio de utilidad y no en la creencia de que la democracia tiene por s misma un especial carcter sagrado.Tampoco movieron a Bentham en principio las consideraciones humanitarias. En el movimiento de reforma social en Inglaterra a lo largo del siglo XIX, el humanitarismo, basado a veces en creencias cristianas y otras sin referencia explcita al cristianismo, jug indudablemente un papel muy importante. Pero aunque, por ejemplo, en su campaa contra la cruel severidad del cdigo penal de la poca y contra el penoso estado de las prisiones, Bentham exigi a menudo cambios que un simple sentimiento humanitario de hecho ya hubiera sugerido, lo que provoc en principio su indignacin fue lo que l consideraba sin duda exactamente la irracionalidad del sistema penal, la incapacidad de ste para alcanzar su fin y para servir al bien comn. Esto no significa, por supuesto, que Bentham fuera lo que normalmente se dira inhumano, sino que en principio no le movi tanto la compasin para con las vctimas del sistema penal como la inutilidad de tal sistema. Era un hombre de razn y entendimiento, antes que de corazn o sentimiento.En 1776 Bentham public en forma annima su Fragmento sobre el gobierno, en el que atacaba al famoso jurista Sir William Blackstone (1723-1780) por su recurso al mito de un acuerdo o contrato social. La obra no tuvo xito inmediato, pero en 1782 le consigui a Bentham la amistad de Lord Shelburne, futuro marqus de Lansdowne, y Primer Ministro desde julio de 1782 a febrero de 1783. Y a travs de Shelburne, el filsofo conoci a otros personajes importantes. Tambin fue amigo de tienne Dumont, preceptor del hijo de Shelburne, que le iba a prestar luego una ayuda inapreciable en la publicacin de muchos de sus escritos. Con frecuencia, Bentham dejaba un original sin acabar y se dedicaba a otro tema; y muchos de sus escritos se publicaron gracias a la mediacin de amigos y discpulos. En algn caso, aparecieron primero en francs. Por ejemplo, un captulo de su Manual of Political Economy (Manual de economa poltica), escrito en 1793, apareci en la Bibliothque britannique en 1798; y Dumont utiliz la obra en su Thorie des peines et des rcompenses (1811). La obra de Bentham se public en ingls por vez primera en la edicin de Obras (1838-1843) preparada por John Bowring.La Defence of Usuty (Defensa de la usura) de Bentham apareci en 1787 y su importante Introduction to the Principles of Morals and Legislation (Introduccin a los principios de la moral, y la legislacin), en 1789. La Introduccin quera ser el anticipo y esquema de un gran nmero de tratados posteriores. As, el Essay on Political Tactics (Ensayo sobre las tcticas polticas) de Bentham corresponda a una parte de este esquema. Pero aunque una parte de este ensayo fue enviada al abate Morellet en 1789, la obra fue publicada por vez primera por Dumont en 1816, junto con las Anarchical Fallacies (Falacias anrquicas), escrita alrededor de 1791.En 1791 Bentham public su proyecto de una prisin modelo, el llamado Panpticon. Y entr en relacin con la Asamblea Nacional Francesa en vistas al establecimiento de tal institucin, bajo sus auspicios, ofreciendo sus servicios gratuitos como supervisor. Pero aunque Bentham fue uno de los extranjeros a quienes la Asamblea confiri el ttulo de ciudadano al ao siguiente, su oferta no fue atendida. Otros esfuerzos parecidos para inducir al gobierno ingls a llevar a cabo el proyecto de una crcel modelo prometieron xito al principio; pero se frustraron despus, en parte por lo menos Bentham as quiso creerlo por las maquinaciones del rey Jorge III. Sin embargo, en 1813 el Parlamento otorg al filsofo una fuerte suma de dinero en compensacin por sus gastos en el proyecto del Panpticon.En 1802 Dumont public una obra titulada Traits de lgislation de M. Jrmie Bentham. La obra estaba formada, en parte, por escritos del propio Bentham (algunos de los cuales se haban compuesto originariamente en francs), y en parte por un compendio de las ideas del filsofo, escrito por Dumont. La obra contribuy mucho a consolidar la fama de Bentham. Al principio, sta era ms palpable en el extranjero que en Inglaterra. Pero con el tiempo, la estrella del filsofo empez a brillar incluso en su propio pas. Desde 1808, James Mill se convirti en su discpulo y en difusor de sus doctrinas. Y Bentham se convirti en lo que puede llamarse el lder o inspirador fundamental de un grupo de radicales seguidores de los principios del benthamismo.En 1812 James Mili public una Introductory View of the Rationale of Evidence (Examen introductorio de la racionalizacin de las pruebas), versin de algunos escritos de Bentham. Una versin francesa de los mismos escritos fue publicada por Dumont en 1823 con el ttulo de Trait des preuves judiciaires; y en 1825 apareci una traduccin inglesa de esta obra. En 1827, con el ttulo Rationale of Judicial Evidence (Racionalizacin de las pruebas judiciales), J. S. Mill public una edicin en cinco volmenes de los escritos de Bentham sobre jurisprudencia, edicin mucho ms completa que la de James Mill.Bentham tambin se sinti atrado por los problemas de la reforma constitucional y el tema de la codificacin de la ley. En especial, le impacientaba la que juzgaba condicin catica de la ley inglesa. A pesar de haber sido escrito en 1809, su Catechism of Parliamentary Reform (Catecismo de la reforma parlamentaria) apareci en 1817. El mismo ao vieron la luz pblica los Papers upon Codificatiou and Public Instruction (Escritos sobre codificacin e instruccin pblica). En 1819 public un escrito titulado Radical Reform Bill, with Explanations (Programa de reforma radical, con explicaciones), y en 1823, Leading Principies of Constitutional Code (Principios directivos del cdigo constitucional). El primer volumen de su Cdigo constitucional, junto con el primer captulo del segundo volumen, apareci en 1830. La obra completa se public pstumamente en 1841 editada por R. Doane.No es posible citar aqu todas las publicaciones de Bentham, pero cabe mencionar aun dos o tres ttulos ms. As la Chrestomathia, una serie de escritos sobre la educacin, publicados en 1816, en tanto James Mill publicaba, al ao siguiente. su edicin de la Table of the Springs of Action (Tabla de los mviles de la accin) de Bentham, a propsito del anlisis de los dolores y placeres como mviles de la accin. La Deontology or Science of Moralitjt (Deontologa o Ciencia de la moral) fue publicada pstumamente por Bowring en 1834, en dos volmenes, el segundo de ellos de notas. Se ha aludido tambin a la edicin de Bowring de las Obras de Bentham. La edicin completa y crtica de los escritos del filsofo est aun por hacer.Bentham muri el 6 de junio de 1832, dejando dispuesto que su cuerpo fuera diseccionado para bien de la ciencia. Se conserva en el University College de Londres, fundado en 1828, en gran parte como resultado de la presin ejercida por un grupo al que perteneca el propio Bentham y cuyo fin era el de extender los beneficios de la educacin superior a quienes quedaban al margen de las dos universidades existentes; y que adems exclua los exmenes de religin, por entonces en uso todava en Oxford y Cambridge.

3. Los principios del bentbamismo; algunos comentarios crticosEl benthamismo se basaba en el hedonismo psicolgico, esto es, la teora de que todo ser humano busca por naturaleza el placer y evita el dolor. Por supuesto, no era sta una doctrina nueva. En el mundo antiguo la haba postulado especialmente Epicuro, mientras en el siglo XVIII la defendieron, por ejemplo, Helvtius en Francia, y Hartley y Tucker en Inglaterra. Pero aunque Bentham no descubri la teora, le dio una memorable formulacin. La naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno de dos seores soberanos, el dolor y el placer... Ambos nos gobiernan en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos, en todo lo que pensamos: cualquier esfuerzo que hagamos para librarnos de nuestra sujecin a ellos, no har sino demostrarla y confirmarla. De palabra, el hombre puede pretender que abjura de su imperio; en realidad, permanecer siempre sujeto a l.Por otro lado, a Bentham le cuesta aclarar lo que significan para l placer y dolor. No intenta restringir el mbito significativo de ambos trminos mediante definiciones arbitrarias o metafsicas. Bentham entiende por ellos lo que significan en la opinin comn, en el lenguaje comn, ni ms ni menos. En este punto no queremos ni refinamientos ni metafsicas. No hace falta consultar ni a Platn ni a Aristteles. Dolor y placer son lo que todo el mundo siente como tales. El trmino placer abarca, por ejemplo, los placeres de comer y beber; pero abarca tambin los de leer un libro interesante, or msica o realizar una buena accin.Pero Bentham no pretende slo expresar lo que l entiende como verdad psicolgica, es decir, que todo hombre se ve empujado a la accin por la atraccin del placer o la repulsin del dolor. Aspira tambin a establecer un criterio objetivo de moralidad del carcter moral de las acciones humanas. As, tras la frase antes citada, en la que afirma que la Naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno del dolor y el placer, Bentham aade que al hombre solo corresponde el sealar lo que debe hacer, al igual que el determinar lo que har. En su trono se enlazan, por una parte, los criterios del bien y del mal; por otra, la cadena de causas y efectos. Si, a pesar de todo, admitimos que placer felicidad y bien son sinnimos y que dolor, infelicidad y mal son tambin sinnimos, inmediatamente se plantea la pregunta de si tiene algn sentido decir que debemos tender al bien y evitar el mal, si, como hecho psicolgico, siempre intentamos lo uno y tratamos de evitar lo otro.Para poder contestar afirmativamente a esta pregunta, hay que presuponer dos cosas. Primero, cuando se dice que el hombre busca el placer, se entiende que busca su mayor placer o la mayor cantidad de l. Segundo, el hombre no lleva a cabo necesariamente aquellas acciones que de hecho conducen a este fin. Si presuponemos esto y superamos las dificultades inherentes a toda tica hedonista, podremos decir entonces que acciones buenas son aquellas que tienden a aumentar la medida total de placer, mientras que son acciones malas las que tienden a disminuirla, y que debemos hacer el bien y no el mal.Llegamos as al principio de utilidad, llamado tambin principio de mxima felicidad. Establece ste que la mayor felicidad de todos aquellos cuyo inters est en cuestinconsiste en lo bueno y lo justo (proper), y slo lo bueno y justo y universalmente deseable, fin de la actividad humana. Las partes cuyo inters est en cuestinpueden variar, por supuesto. Si consideramos al agente individual como tal, nos referimos a su mayor felicidad. Si consideramos a la comunidad, nos referimos a la mayor felicidad del mayor nmero posible de miembros de la comunidad. Si pensamos en todos los seres sensitivos, debemos tener en cuenta tambin el mayor placer de los animales. Bentham se refiere principalmente a la mayor felicidad de la comunidad humana, al bien comn o bienestar, en el sentido del bien comn de cualquier sociedad poltica humana. Pero, en cualquier caso, el principio es el mismo, es decir, que la mayor felicidad de la parte en cuestines el nico fin deseable de la accin humana.Si por prueba entendemos la deduccin desde un principio o principios ms remotos, el principio de utilidad no puede probarse. Porque no existe un principio tico ms remoto. Al mismo tiempo, Bentham intenta mostrar que cualquier otra teora moral supone a la larga una apelacin por lo menos tcita al principio de utilidad. Sean las que sean las razones por las que uno acta o piensa que acta, si alguna vez nos preguntamos por qu debemos llevar a cabo una determinada accin, no tendremos ms remedio que responder a base del principio de utilidad. Las otras teoras morales posibles en que Bentham piensa son principalmente teoras intuicionistas o teoras que apelan a un sentido moral. Segn su opinin, tales teoras, tomadas por s mismas, no pueden responder a la pregunta de por qu debemos realizar tal accin y no tal otra. Si los defensores de semejantes teoras intentan contestar alguna vez a estas preguntas, en ltimo trmino tendrn que aceptar que la accin que debe llevarse a cabo es la que conduce a la mayor felicidad o placer de aquella parte, sea cual sea, cuyo inters est en cuestin. En otras palabras, slo el utilitarismo puede suministrar un criterio objetivo del bien y del mal. Y mostrar que esto es as, es dar la nica prueba que se requiere del principio de utilidad.Podemos notar de paso que aunque el hedonismo no represent sino un elemento en la teora tica de Locke, ste deca explcitamente que las cosas son buenas o malas slo por relacin al placer o al dolor. Que llamamos bueno a lo que puede causar o aumentar el placer o disminuir el dolor en nosotros... Y, por el contrario, llamamos malo a lo que puede aumentar cualquier dolor o disminuir cualquier placer en nosotros... La propiedad que Locke llama aqu bueno, la describe Bentham como utilidad. Porque la utilidad es cualquier propiedad de cualquier objeto por la cual ste tiende a producir provecho, ventaja, placer, bien o felicidad, o... a evitar que se produzca dao, dolor, mal o infelicidad a aquella parte cuyo inters se considera.Ahora bien, si las acciones son buenas en la medida en que tienden a aumentar el total de placer o a disminuir el total de dolor de aquella parte cuyo inters est en cuestin, como sienta Bentham, el agente moral, al decidir si una accin dada es buena o mala, deber estimar la medida de placer y la medida de dolor que la accin parece capaz de producir, y deber contrastar una y otra. Y a este propsito Bentham da un clculo hedonstico o felicfico (felicific). Supongamos que quiero calcular la medida de un placer (o de un dolor) personal. En tal caso, debo tener en cuenta cuatro factores o dimensiones de valor: intensidad, duracin, certeza o incertidumbre, proximidad o lejana. Por ejemplo, un placer puede ser muy intenso pero de escasa duracin, en tanto que otro puede ser menos intenso pero tan duradero, que sera cuantitativamente mayor que el primero. Adems, al considerar acciones que tienden a producir placer o dolor, debo tener en cuenta otros dos factores: fecundidad y pureza. Si de dos tipos de accin cada uno de los cuales tiende a producir sensaciones placenteras , uno tiende a engendrar otras sensaciones placenteras, mientras al otro no le ocurre lo mismo o le ocurre en menor grado, decimos que el primero es ms fecundo o fructfero que el segundo. En cuanto a la pureza, significa libertad para engendrar sensaciones de una clase opuesta. Por ejemplo, el cultivo del gusto musical deja abierto un mbito de placer duradero que no produce esas resacas resultantes de la accin de tomar ciertas drogas que crean hbito.Hasta aqu el clculo de Bentham sigue las mismas lneas que el de Epicuro. Pero Bentham, en la aplicacin de su teora tica, se refiere especialmente al bien comn. Y aade que cuando un nmero de personas o una comunidad es la parte cuyo inters est en cuestin, hay que tener en cuenta un sptimo factor, adems de los seis ya mencionados. El sptimo factor es la extensin, es decir, el nmero de personas afectadas por el placer o dolor en cuestin.Se ha dicho a veces que el clculo de Bentham no es til, pero que uno puede descartarlo tranquilamente al mismo tiempo que retiene su teora moral general. Creo, sin embargo, que hay que establecer algunas distinciones. Si uno opta por no ver esta teora ms que como un anlisis del significado de ciertos trminos ticos, sin duda ser posible sostener que el anlisis es correcto y dejar de lado al mismo tiempo el clculo hedonstico. Pero si uno ve la teora moral de Bentham como l mismo la vio, es decir, no slo como un anlisis sino tambin como una gua para la accin, el caso es algo distinto. Podramos realmente sostener, y con razn, que no puede hacerse un clculo matemtico exacto de dolores y placeres. Es bastante obvio, por ejemplo, que en muchos casos un hombre no puede hacer un clculo matemtico exacto de las respectivas cantidades de placer que resultaran de otras tantas posibles acciones. Y si lo que est en cuestines el inters de la comunidad, cmo podremos calcular la suma total probable de placer, cuando es notorio que en muchos casos lo agradable para uno no lo es para otro? Al mismo tiempo, si admitimos, como admiti Bentham, slo diferencias cuantitativas entre los placeres, y si vemos a la tica hedonstica como portadora de una regla prctica de conducta, se requerir algn tipo de clculo, aunque ste no pueda ser exacto. Y de hecho en ocasiones uno hace tales clculos arriesgados. As un hombre puede muy bien preguntarse si realmente vale la pena embarcarse en una cierta accin placentera que probablemente implicar ciertas consecuencias dolorosas. Y si considera esta cuestinseriamente, est usando una de las reglas del clculo de Bentham. En qu relacin est este tipo de razonamiento con la moral, es otra cuestin. Y es irrelevante en el contexto presente. Porque la hiptesis es que se acepta la doctrina moral general de Bentham.Ahora bien, la esfera de la actividad humana es obviamente mucho ms amplia que la legislacin y la gestion de gobierno. Y en algunos casos es el inters del agente individual como tal lo que est en cuestin. As pues, yo puedo tener deberes para conmigo mismo. Pero si la esfera de la moralidad tiene el mismo fin que la esfera de la accin humana, la legislacin y la gestion de gobierno caen dentro de la esfera moral. Por lo tanto, el principio de utilidad debe aplicarse a ellos. Pero aqu la parte cuyo inters est en cuestines la comunidad. Por lo tanto, como dice Bentham, aunque haya muchas acciones que de hecho son tiles a la comunidad pero cuya regulacin por la ley no caera dentro del inters pblico, la legislacin debe servir tal inters, debe dirigirse al bienestar o a la felicidad comn. As, pues, decimos que una gestion de legislacin o de gobierno est de acuerdo con el principio de utilidad o est dictada por l cuando su tendencia a aumentar la felicidad de la comunidad es mayor que su posible tendencia a disminuirla.La comunidad, sin embargo, es un cuerpo ficticio compuesto por individuos que la constituyen en tanto miembros. Y el inters de la comunidad es la suma de los intereses de los distintos miembros que la componen. Por lo tanto, decir que la legislacin y el gobierno debieran tener como fin el bien comn, es decir que debieran tender a la mxima felicidad del mayor nmero posible de los individuos que son miembros de la sociedad en cuestin.Evidentemente, si aceptamos que el inters comn es simplemente la suma total de los intereses privados de los miembros individuales de la comunidad, podemos concluir que el bien comn se fomenta inevitablemente si cada individuo busca e incrementa su propia felicidad personal. Pero no hay garanta de que los individuos busquen su propia felicidad de una forma racional o clara y de forma que no disminuyan la felicidad de otros individuos, disminuyendo as la suma total de felicidad en la comunidad. Y de hecho est claro que se producen conflictos entre los intereses. Por lo tanto, se requiere una armonizacin de los intereses con vistas a la consecucin del bien...comn. Y sta es la funcin de la legislacin y del gobierno.Se ha dicho a veces que una armonizacin tal de intereses presupone la posibilidad de trabajar altruistamente en pro del bien comn, y que Bentham, as, pasa de un modo brusco e injustificado del buscador de placer egosta o autosuficiente al altruista patritico. Pero hay que hacer algunas distinciones. En primer lugar, Bentham no da por supuesto que todo hombre sea por naturaleza necesariamente egosta o autosuficiente en el sentido en que se entenderan corrientemente estos trminos, puesto que reconoce los afectos sociales tanto como sus contrarios. As, en su tabla de placeres, incluye entre los llamados placeres simples los placeres de benevolencia, que define como los placeres resultantes de contemplar cualquier gnero de placer posedo por lo menos en principio por los seres que pueden ser objetos de benevolencia, a saber, todos los seres sensitivos que conocemos. En segundo lugar, aunque el benthamismo sin duda supone que el hombre que se recrea contemplando el placer de otro obra as intuitivamente porque le agrada a l mismo, por otro lado se apoya en los principios de la psicologa asociacionista para explicar cmo un hombre puede llegar a buscar el bien de los otros sin atender al suyo propio.Al mismo tiempo, claro es que no hay ninguna garanta de que aquellos cuyo trabajo consiste en armonizar los intereses privados estn notablemente dotados de benevolencia, o que hayan aprendido de hecho a buscar el bien comn con un espritu desinteresado. En realidad, Bentham no tarda en llegar a la conclusin de que los gobernantes estn muy lejos de constituir excepciones con respecto al proceder general de los hombres, quienes, abandonados a s mismos, persiguen sus propios intereses, aunque muchos de ellos sean perfectamente capaces de ser felices con el placer ajeno. Y fue tal conclusin la que contribuy principalmente a su adopcin de las ideas democrticas. El monarca dspota o absoluto busca en general su propio inters, y otro tanto hace la aristocracia dominante. El nico camino, por lo tanto, de asegurar que la mayor felicidad del mayor nmero posible se toma como criterio en el gobierno y la legislacin es poner al gobierno, en la medida de lo posible, en manos de todos. De ah las propuestas de Bentham en pro de la abolicin de la monarqua y de la Cmara de los Lores y la introduccin del sufragio universal y la renovacin anual del Parlamento. Si el inters comn es simplemente la suma total de los intereses privados, todo el mundo puede participar, por decirlo as, del bien comn. Y la educacin puede ayudar al individuo a entender que al actuar por el bien comn est tambin actuando por su propio bien.Para evitar falsas interpretaciones hay que aadir que la armonizacin de intereses gracias a la ley, como Bentham propugnaba, consista primariamente en la eliminacin de los obstculos opuestos al aumento de la felicidad del mayor nmero posible de ciudadanos, ms bien que en lo que en general se supondra positiva interferencia en la libertad del individuo. sta es una de las razones por las que Bentham presta tanta atencin al tema de lo penal, es decir, la imposicin de sanciones por disminuir la felicidad o el bien general infringiendo las leyes existentes que son o, en cualquier caso, deben ser aceptadas con vistas a prevenir determinadas acciones incompatibles con la felicidad de los miembros de la sociedad en general. Segn Bentham el fin primario del castigo es prevenir y no reformar. La reforma de los transgresores es slo un fin subsidiario.Las observaciones de Bentham sobre algunos puntos concretos son a menudo harto agudas. Valga como ejemplo su actitud general hacia las sanciones penales. Como ya se ha dicho, el fin primario del castigo es prevenir. Pero el castigo implica la infliccin de dao, de una disminucin de placer en un sentido u otro. Y puesto que todo dolor es un mal, de ello se deduce que todo castigo es en s mismo un mal. Y la conclusin que se ha de deducir es que el legislador no debe asignar a la transgresin de la ley una sancin penal que exceda a lo estrictamente requerido para obtener el efecto deseado. Ciertamente puede objetarse que si el fin primero del castigo es prevenir, las penas ms duras sern las ms eficaces. Pero si el castigo es en s mismo un mal, aun cuando en las circunstancias concretas de la vida del hombre dentro de la sociedad sea un mal necesario, la cuestinrelevante es sta: cul es la menor medida de castigo con efectos preventivos? Adems, el legislador debe tener en cuenta la opinin pblica, aunque en realidad sea ste un factor variable. Porque cuanto ms excesiva o inapropiada se considere una determinada sancin penal, tanto ms tender a negar su cooperacin a la ejecucin de la ley. Y en tal caso se atena el esperado efecto preventivo de la ley. Adems, si una pena muy dura, como la pena de muerte, se aplica por una serie de transgresiones que difieren mucho en gravedad, es decir, en la medida de dao que producen a otros o a la comunidad en general, tal pena tiene malos resultados educativos y no contribuye al bien comn. En cuanto al fin subsidiario del castigo, es decir, el contribuir a la reforma de los transgresores, cmo puede cumplirse este fin, cuando las crceles son notoriamente viveros de vicio?Por supuesto, caben opiniones distintas sobre el fin primario del castigo. Pero habra que ser un excntrico para estar hoy en desacuerdo con la conclusin de Bentham de que el sistema penal de su poca necesitaba una reforma. Y aun en el caso de que sostengamos una opinin distinta sobre la funcin del castigo, no podemos menos de reconocer que sus argumentos en favor de una reforma son, hablando en general, inteligibles y persuasivos.Pero al volver de semejantes consideraciones sobre la necesidad de reforma a la filosofa general de Bentham, la situacin es muy distinta. Por ejemplo, J. S. Mill objetaba el que la idea de Bentham acerca de la naturaleza humana revelase estrechez de miras. Y en tanto Bentham tiende a reducir al hombre a un sistema de atracciones y repulsiones como respuesta al placer y al dolor, en el que cabe computar casi matemticamente los ms de placeres y los menos de dolores, en este punto muchos estarn plenamente de acuerdo con Mill.Al mismo tiempo J. S. Mill califica altamente a Bentham por emplear un mtodo cientfico en moral y poltica. ste consiste ante todo en el mtodo del detalle, de tratar conjuntos separndolos en sus partes, abstracciones resolvindolas en cosas, clases y generalidades distinguindolas de entre los individuos que las componen; y desmenuzando cada cuestinantes de intentar resolverla. En otras palabras, Mill elogia a Bentham por su uso total del anlisis reductivo, y por esta razn le considera un reformador de la filosofa.En cuanto al problema en cuestin, Mill, por supuesto, lleva bastante razn. Hemos visto, por ejemplo, cmo Bentham aplic un tipo de anlisis cuantitativo a la tica. Y lo hizo porque pensaba que era el nico mtodo cientfico adecuado. Era el nico mtodo que nos permitira dar significados claros a trminos tales como bueno y malo. Adems, para Bentham, trminos como comunidad e inters comn eran abstracciones que necesitaban ser analizadas si deba drseles algn valor efectivo. Imaginar que significaban entidades peculiares fuera de los elementos en los que poda analizrselas, era dejarse llevar falsamente por el lenguaje a la postulacin de entidades ficticias.Pero aunque evidentemente no puede haber una objecin vlida a priori contra la experimentacin por el mtodo del anlisis reductivo, est tambin claro que Bentham resbala suavemente sobre las dificultades y trata lo complejo como si fuera simple. Por ejemplo, todo el mundo admite la dificultad de dar una explicacin clara de lo que es el bien comn, si no es reductible a los bienes privados de los miembros individuales de la comunidad. Pero tambin es difcil suponer que una afirmacin verdadera sobre el bien comn sea reductible siempre a afirmaciones verdaderas sobre los bienes privados de los individuos. No podemos legtimamente dar por supuesto que tal reduccin o traduccin sea posible. Su posibilidad debe establecerse con ejemplos de hecho. Como dicen los escolsticos, ab esse ad posse valet illatio. Pero Bentham tiende a dar por supuesta la posibilidad y concluir sin ms que quienes piensan de otra forma han cado en lo que Wittgenstein llamara ms tarde el hechizo del lenguaje. En otras palabras, aunque Bentham tuviera razn en su aplicacin del anlisis reductivo, no atendi suficientemente a lo que poda decirse desde otra posicin. Mill, en efecto, llama la atencin sobre el desprecio de Bentham por todas las dems escuelas de pensadores.Segn Mill, Bentham no fue un gran filsofo, sino un gran reformador de la filosofa. Y si somos partidarios del anlisis reductivo, probablemente estaremos de acuerdo con la afirmacin. De otra forma, tal vez tendamos a omitir las tres ltimas palabras. La costumbre de Bentham de simplificar en exceso y pasar por encima de las dificultades, unida a esa peculiar estrechez de la visin moral a la que alude Mill adecuadamente, lo descalifica para el ttulo de gran filsofo. Pero su lugar en el movimiento de reforma social est asegurado. Sus premisas son a menudo cuestionables, pero ciertamente Bentham tiene el don de deducir de ellas conclusiones que a menudo son inteligentes y reveladoras. Y, como ya se ha notado, la naturaleza harto simplificada de su filosofa moral facilit su uso como instrumento o arma prcticos.

4. Vida y obra de James MillJames Mill, el principal discpulo de Bentham, naci el 6 de abril de 1773, en Forfarshire. Su padre era un zapatero pueblerino. Tras pasar por la Montrose Academy, Mill ingres en 1790 en la Universidad de Edimburgo, donde asisti a las clases de Dugald Stewart. En 1798 recibi la licentia praedicandi, pero nunca le solicit una parroquia presbiteriana, y en 1802 march a Londres con la esperanza de ganarse la vida escribiendo y en tareas editoriales. En 1805 se cas. Al final del ao siguiente, empez a trabajar en su historia de la India britnica, que se public en tres volmenes en 1817. Gracias a ello, en 1819 consigui un puesto en la East Indian Company; los posteriores ascensos y aumentos de salario le liberaron al fin de las preocupaciones financieras.En 1808 Mill conoci a Bentham, del que lleg a ser ferviente discpulo. Por este tiempo, el que antao quiso ser ministro presbiteriano devino un agnstico. Durante varios aos escribi en la Edinburgh Review, pero era demasiado radical para ganarse la confianza efectiva de los directores. En 1816-1823 escribi para el Suplemento de la Enciclopedia Britnica una serie de artculos polticos que expresaban los puntos de vista del crculo utilitarista. En 1821 public sus Elements of Political Economy (Elementos de economa poltica ) y en 1829 el Analysis of the Phenomena of the Human Mind (Anlisis de los fenmenos del entendimiento humano). Entre ambas fechas colabor durante algn tiempo en la Westminster Review, fundada en 1824 como rgano de los radicales.James Mill muri el 23 de junio de 1836, defendiendo hasta el fin el benthamismo. Tal vez no fue una figura especialmente atractiva. Hombre de pensamiento vigoroso, aunque de inteligencia algo limitada, fue terriblemente reservado y en apariencia desprovisto de toda sensibilidad potica, aparte de poco dado a efusiones y sentimentalismos. Seala su hijo que aunque James Mill abraz una teora tica epicrea (el hedonismo de Bentham), personalmente fue un estoico y combin cualidades estoicas con una indiferencia cnica respecto al placer. Pero en realidad fue un hombre en extremo trabajador y consciente, dedicado a propagar las ideas que crey verdaderas.Con James Mill, como con Bentham, nos hallamos ante una combinacin de la economa del laisser-faire con una reiterada exigencia de reforma poltica. Si todo hombre busca naturalmente su propio inters, no es de extraar que el poder ejecutivo lo haga tambin. El ejecutivo, por lo tanto, debe ser controlado por el legislativo. Pero la Cmara de los Comunes es ella misma el rgano de los intereses de un nmero de familias relativamente pequeo, y su inters no puede identificarse con el de la comunidad en general, a no ser que se ample el sufragio y se hagan ms frecuentes las elecciones. Como otros benthamianos, Mill tuvo tambin una fe un tanto ingenua en el poder de la educacin para hacer ver al hombre que sus intereses reales estn ligados al inters comn. As, pues, la reforma poltica y la educacin debieran ir de la mano.

5. El altruismo y la psicologa asociacionista: la polmica de Mill contra MackintoshJames Mill trat de mostrar, con la ayuda de la psicologa asociacionista, hasta qu punto es posible la conducta altruista por parte del individuo en busca de placer. Estuvo firmemente convencido de que no sentimos ms que nuestros dolores y placeres. Lo que ocurre en realidad es que nuestra idea de los dolores y placeres de otro hombre no es ms que la idea de nuestros propios dolores o nuestros propios placeres asociados con la idea de otro hombre. Pero estas indicaciones dan slo la clave para entender la posibilidad de la conducta altruista. Porque puede darse una asociacin inseparable, por ejemplo, entre la idea de mi propio placer y la idea del placer de otros miembros de la comunidad a la que pertenezco: una asociacin tal que su resultado sea anlogo al producto qumico, consistente en algo ms que en la mera suma de sus elementos. Y aun cuando yo en principio buscara el bien de la comunidad slo como un medio para mi propio bien, puede ocurrir que busque el primero sin pensar en el segundo.Dado este punto de vista, puede parecer extrao que en su Fragment on Mackintosh, aparecido en 1835, tras estar algn tiempo abandonado, Mill se complazca en un vehemente ataque contra Sir James Mackintosh (1765-1832), quien en 1829 haba escrito sobre tica en la Enciclopedia Britnica. Porque Mackintosh no slo acept el principio de utilidad, sino que se sirvi tambin de la psicologa asociacionista para explicar el desarrollo de la moral cuyo fin consiste en la felicidad general. Pero el motivo del ataque est bastante claro. Si Mackintosh hubiera expuesto una teora tica totalmente distinta de la de los benthamianos, la tica kantiana por ejemplo, Mill seguramente no se hubiera indignado tanto. Obrando como obr, el crimen de Mackintosh, a ojos de Mill, fue haber adulterado la leche pura del benthamismo con la teora del sentido moral, derivada de Hutcheson y, hasta un cierto punto, de la Escuela Escocesa, teora que Bentham haba rechazado decididamente.Mackintosh acept el criterio de utilidad para distinguir las acciones buenas y las malas, pero insisti tambin en el carcter peculiar de los sentimientos morales que se experimentan al contemplar tales acciones y, en especial, las cualidades de los agentes manifestadas en tales acciones. Si integramos todos estos sentimientos como constituyentes del sentido moral podremos sealar su vinculacin con el sentido de la belleza. En efecto, las cualidades morales de un hombre virtuoso sirven realmente en cuanto contribuyen a la felicidad o bien comn. Pero uno puede aprobarlas y admirarlas sin ms referencia a la utilidad que cuando aprecia un hermoso cuadro.En su examen de las ideas de Mackintosh, James Mill insisti en que, de existir, el sentido moral sera una facultad de tipo especial y en buena lgica deberamos reconocer la posibilidad de que descartara el principio de utilidad. A decir verdad, Mackintosh crey que de hecho los sentimientos morales y el juicio de utilidad se armonizaban siempre. Pero en este caso el sentido moral es un postulado superfluo. Si, por el contrario, hay una facultad distinta que, por lo menos en principio, es capaz de descartar al juicio de utilidad, debera llamrsele sentido inmoral en lugar de moral. Porque el juicio de utilidad es el juicio moral.No faltarn quienes adviertan que, dejando aparte la cuestinde si el trmino sentido moral es o no es apropiado, ciertamente podemos experimentar los tipos de sentimientos descritos por Mackintosh. En tal caso, cul es el motivo de discordia? Una respuesta de carcter general es que tanto Bentham como Mill vean la teora del sentido moral como una doctrina nebulosa y, en algunos aspectos, peligrosa, que haba sido reemplazada por el utilitarismo, de modo que cualquier intento de restituirla no sera sino retroceso. Particularmente Mill crey sin duda que la teora de Mackintosh implicaba la existencia de un criterio superior al del utilitarismo, es decir, de un criterio por encima de una consideracin tan a ras de tierra como es la de la utilidad. Y tal pretensin era un anatema para Mill.La esencia de ello est en que Mill se propuso mantener un benthamismo rgido. Cualquier intento, como el de Mackintosh, de reconciliar el utilitarismo con la tica intuicionista sencillamente le indignaba. Como se ver ms adelante, sin embargo, su hijo no se adhiri tanto a la letra del evangelio benthamiano.

6. Ideas de James Mill sobre el entendimientoEvidentemente, la utilizacin por James Mill de la psicologa asociactonista para explicar la posibilidad de la conducta altruista por parte del individuo que, por naturaleza, busca su propio placer , presupone un empleo continuado del mtodo del anlisis reductivo, caracterstico del empirismo clsico, especialmente en el pensamiento de Hume, y que Bentham practic sistemticamente. As, en su Anlisis de los fenmenos del entendimiento humano, Mill intenta reducir la vida mental del hombre a sus elementos bsicos. En general sigue a Hume al distinguir entre impresiones e ideas, siendo las ltimas copias o imgenes de las primeras. Pero de hecho Mill habla de sensaciones y no de impresiones. Podemos decir tambin, pues, que sigue a Condillac al describir el desarrollo de los fenmenos mentales como un proceso de transformacin de las sensaciones. Debe aadirse, sin embargo, que Mill rene sensaciones e ideas bajo el trmino de sentimientos. Tenemos dos tipos de sentimientos: uno, el que se da cuando el objeto de la sensacin se halla presente; otro, el que se da una vez desaparecido el objeto de la sensacin. A los sentimientos de un tipo los llamo sensaciones; a los del otro, ideas.Despus de reducir el entendimiento a sus elementos bsicos, Mill se enfrenta con la tarea de reconstruir los fenmenos mentales con ayuda de los principios de asociacin de ideas. Hume, dice, reconoci tres principios de asociacin, a saber: contigidad en el tiempo y en el espacio, causalidad y semejanza. Pero la causalidad, segn Mill, puede identificarse con la contigidad en el tiempo, es decir, con el orden de sucesin regular. La causalidad es tan slo un nombre para designar el orden permanente entre antecedente y consecuente; es decir la antecedencia permanente o constante del uno y la consecuencia del otro.La obra de Mill abarca temas tales como denominacin, clasificacin, abstraccin, memoria, creencia, raciocinio, sensaciones placenteras y dolorosas, voluntad e intenciones. Y al final seala el autor que al trabajo que constituye la parte terica de la doctrina del entendimiento debe seguir una parte prctica que comprenda la lgica considerada como conjunto de reglas prcticas para el entendimiento en su bsqueda de la verdad la tica y el estudio de la educacin, en cuanto su objeto es ensear al individuo a contribuir activamente al mayor bien o felicidad posibles para s mismo y para sus contemporneos.No podemos seguir a Mill en su reconstruccin de los fenmenos mentales. Pero vale la pena que nos fijemos en sus observaciones sobre la reflexin, definida por Locke como el hecho por el que el entendimiento se da cuenta de sus propias operaciones. El entendimiento queda identificado con el fluir de la conciencia (consciousness). Y conciencia significa tener sensaciones e ideas. Como, por lo tanto, la reflexin es slo conciencia reflexionar sobre una idea es lo mismo que tenerla. No cabe otro factor.J. S. Mill, comentando la teora de su padre, seala que la reflexin sobre cualquiera de nuestros sentimientos o actos mentales se identifica ms propiamente con la atencin prestada al sentimiento que (como dice el texto) con el simple hecho de tenerlo. Y esto parece cierto. Pero James Mill se obstina de tal forma en explicar toda la vida mental a base de la asociacin de los elementos primitivos descubiertos por el anlisis reductivo que se ve obligado a minimizar aquellos factores de conciencia que difcilmente resistiran tal tratamiento. Con otras palabras, tambin el empirismo puede poner de manifiesto su peculiar modo de dogmatismo.

Notas sobre la economa benthamiana.Volvamos aun por un momento a la economa de Bentham. En lo que al mercado econmico se refiere, Bentham crey que en un mercado de libre competencia se conseguira inevitablemente una armona de intereses, por lo menos a largo plazo. La accin del Estado propuesta por Bentham consista en la eliminacin de las diversas restricciones, tal como la abolicin de las tarifas que protegan el mercado de grano ingls y que segn Bentham servan al inters particular de los latifundistas.Bajo esta teora del laisser-faire yace la influencia de los fisicratas franceses, a quienes ya se ha aludido, aunque tambin haba elementos tomados de escritores ingleses, en especial de Adam Smith. Pero evidentemente no era tan slo cuestinde tomar ideas de escritores anteriores. Porque de la economa del laisser-faire puede decirse que reflej las necesidades y aspiraciones del floreciente sistema industrial y capitalista de la poca.Dicho de otro modo, la teora reflejaba los intereses, reales o supuestos, de esa clase media que James Mill consideraba el elemento ms prudente de la comunidad.Tal teora tiene su expresin clsica en los escritos de David Ricardo (1772-1823), especialmente en sus Principles of Political Economy, publicados en 1817. Se ha atribuido a Bentham la afirmacin de que James Mill fue su hijo espiritual y que Ricardo fue el hijo espiritual de James Mill. Pero aunque Ricardo public sus Principles en el momento en que lo hizo debido en buena parte al estmulo de Mill, la teora econmica de Mill depende ms de Ricardo que de cualquier otro. En cualquier caso, fueron los trabajos de Ricardo los que acabaron siendo la expresin clsica de la economa benthamiana.Segn su discpulo J. R. McCulloch (1789-1864), la gran aportacin de Ricardo fue el establecimiento del teorema fundamental de la teora del valor. Consista ste en que en un mercado libre el valor de las mercancas se determina por la cantidad de trabajo requerido para su produccin. El valor es trabajo cristalizado.Ahora bien, si esta teora fuera cierta, debera seguirse que el dinero obtenido de la venta de mercancas pertenece por derecho a aquellos cuyo trabajo produjo las mercancas en cuestin. Es decir, la conclusin sacada por Marx de la teora del valor-trabajo parece ampliamente justificada, a no ser que tal vez queramos objetar que el capitalista debe ser incluido entre los trabajadores. Pero Ricardo y los otros economistas de la escuela del laisser-faire en ningn momento usaron la teora del valor-trabajo para mostrar que el capitalismo por su misma naturaleza, implica la explotacin de los trabajadores. Por una parte, eran conscientes de que el capitalista contribuye a la produccin por la inversin del capital en maquinaria, etc. Por otra, les interesaba aducir que en un mercado competitivo, libre de toda restriccin, los precios tienden a representar de modo real los valores efectivos de las mercancias.Esta lnea de argumentacin parece envolver la suposicin, por lo menos implcita, de que el mercado libre est gobernado por un tipo de ley econmico-natural que en ltimo trmino asegura una armonizacin de intereses y trabaja por el bien comn, habida cuenta que nadie intenta interferir en su funcionamiento. Pero esta opinin optimista representa slo un aspecto de la economa benthamiana. De acuerdo con T. R. Malthus (1766-1834), la poblacin aumenta siempre cuando la vida se vuelve ms fcil, a no ser, por supuesto, que en algn sentido se restrinja su porcentaje de crecimiento. As, la poblacin tiende a desbordar los medios de subsistencia. Pero los sueldos tienden a permanecer constantes, es decir, al nivel de subsistencia. As, pues, hay una ley de salarios que difcilmente puede decirse que vaya a favor de la mayor felicidad de la mayora.Si los benthamianos, en la esfera econmica, hubieran aplicado completamente el principio de utilidad, deberan haber exigido una armonizacin de intereses en esta esfera por medio de la legislacin, parecida a la armonizacin de intereses por la legislacin que exigan en la esfera poltica. En realidad, en su ensayo para la Enciclopedia Britnica, James Mill declar que la felicidad general se promueve asegurndole a cada hombre la mayor cantidad posible del fruto de su propio trabajo, y que el gobierno debera impedir que el poderoso despoje al dbil. Pero su creencia en ciertas leyes econmicas restringi la idea de los benthamianos de la posibilidad y deseabilidad de la accin estatal en la esfera econmica.Y no obstante, ellos mismos abrieron brechas en el muro levantado alrededor de la esfera econmica por la creencia en las leyes econmicas naturales. Por una parte, Malthus sostuvo que mientras los salarios tendieran a permanecer constantes, las rentas tenderan a aumentar al ritmo de la creciente fertilidad de la tierra. Y estas rentas representan un provecho para los propietarios de las tierras, aunque no contribuyen en absoluto a la produccin. Dicho de otro modo, los propietarios de las tierras son parsitos de la sociedad. Y los benthamianos tenan la conviccin de que su poder deba destruirse. Por otra parte, mientras quienes estaban fuertemente influidos por las reflexiones de Malthus sobre la poblacin podan haber pensado que la nica forma de aumentar los beneficios y los salarios era la restriccin del aumento de la poblacin, lo cual resultara impracticable, la admisin de la posibilidad posibilidad por lo menos en principio de interferencia en la distribucin de la riqueza en un sentido hubiera alentado a la exploracin de otros caminos para llegar a tal fin. Y de hecho, J. S. Mill lleg a vislumbrar el control legislativo, por lo menos en forma limitada, de la distribucin de la riqueza.Si los economistas benthamianos empezaron por separar la esfera econmica, en la que deba reinar una poltica del laisser-faire, de la esfera poltica, donde se exiga una armonizacin de intereses por medio de la legislacin, en el desarrollo del utilitarismo de J. S. Mill tendi a salvarse la zanja entre las esferas econmica y poltica. Como se ver luego, J. S. Mill introdujo en la filosofa utilitarista elementos incompatibles con el benthamismo estricto. Pero, en cualquier caso, yo creo que al proponer cierta interferencia estatal en la esfera econmica con vistas a la felicidad general, Mill aplicaba simplemente el principio de utilidad en un sentido en que poda haberse aplicado desde el principio, de no haber sido por la creencia en la autonoma de la esfera econmica, gobernada por sus peculiares leyes inflexibles.

CAPTULO II: EL MOVIMIENTO UTILITARISTA IIVida y obra de J. S. Mill. El desarrollo de la tica utilitarista por Mill. Teoras de Mill sobre la libertad civil y el gobierno. La libertad psicolgica.

1. Vida y obra de J. S. MillJohn Stuart Mill naci en Londres el 20 de mayo de 1806. Su Autobiografa nos ofrece una descripcin apasionante de la educacin nada comn a que le someti su padre. Habiendo empezado, al parecer, a estudiar griego a los tres anos, a los doce aproximadamente posea un conocimiento de la literatura griega y latina, la historia y las matemticas, lo suficientemente amplio para iniciar lo que l llama estudios superiores, entre ellos la lgica. En 1819 sigui con entusiasmo un curso completo de economa poltica, durante el cual ley a Adam Smith y a Ricardo. En cuanto a la religin, fui educado dice desde el principio sin ninguna creencia religiosa, en el sentido usual de la palabra, aunque su padre le incitaba a conocer las creencias religiosas que la humanidad, de hecho, haba profesado.En 1820, Sir Samuel Bentham, hermano del filsofo, invit a J. S. Mill a pasar una temporada con l en el sur de Francia. Durante este tiempo en el extranjero no slo estudi la lengua y la literatura francesas, sino que, en Montpellier, sigui cursos de qumica, zoologa, lgica y matemticas superiores, adems de relacionarse con algunos economistas y pensadores liberales. Al volver a Inglaterra en 1821, Mill empez a leer a Condillac, estudi derecho romano con John Austin (1790-1859) y se adentr ms en la filosofa de Bentham. Ampli adems sus lecturas filosficas con escritos de pensadores tales como Helvtius, Locke, Hume, Reid y Dugald Stewart. Gracias a sus contactos personales con hombres tales como John Austin y su hermano menor, Charles, Mill entr en el crculo utilitarista. De hecho, en el invierno de 1822-1823, fund a su vez un pequeo Crculo Utilitarista, que durara unos tres aos y medio.En 1823 obtuvo, gracias a la influencia de su padre, un empleo en la East India Company. Y tras sucesivos ascensos, en 1856 lleg a ser director de departamento, con un sueldo considerable. Ni el padre ni el hijo ocuparon jams ctedras universitarias.Las primeras publicaciones de Mill consistieron en algunas cartas, aparecidas en 1882, en las que defenda a Ricardo y James Mill de los ataques de que eran objeto. Fue colaborador habitual de la Westminster Review desde su fundacin en 1824; y en 1825 tom a su cargo la edicin en cinco volmenes de Racionalizacin de las pruebas, de Bentham, trabajo que, segn nos dice l, le ocup casi todo el tiempo libre de aproximadamente un ao.No es de extraar que el continuo exceso de trabajo, que culmin con la edicin de los escritos de Bentham, acabara en 1826 en lo que se llama vulgarmente un ataque de nervios. Pero los efectos de esta crisis mental tuvieron una importancia considerable en la perspectiva de Mill. Durante el perodo de depresin la filosofa utilitarista, en la cual su padre le haba iniciado, perdi sus encantos para l. En realidad no la abandon, pero lleg a dos conclusiones. Primera: no se alcanza la felicidad buscndola directamente; uno la encuentra luchando por algn fin o ideal ajeno a la propia felicidad o placer. Segunda: el pensamiento analtico debe ser completado con un cultivo de los sentimientos, aspecto de la naturaleza humana del que Bentham haba desconfiado. Significa esto en parte que Mill empez a encontrarle algn sentido a la poesa y al arte. Y lo que es ms importante, se sinti capaz de apreciar a Coleridge y a sus discpulos, considerados generalmente como la anttesis de los benthamianos. Con el tiempo lleg incluso a reconocer cierto valor a Carlyle, cosa que su padre jams pudo lograr. Es cierto que no hay que exagerar el efecto de la crisis de Mill. Sigui siendo un utilitarista y, si bien modific el benthamismo en aspectos importantes, nunca se pas a la oposicin. Como dice l mismo, jams particip en la aguda reaccin del siglo XIX contra el XVIII, reaccin representada en Inglaterra por los nombres de Coleridge y Carlyle. Al propio tiempo cay en la cuenta de la estrechez de miras de Bentham en cuanto a la naturaleza humana, y se convenci de que la insistencia de los philosophes franceses y de Bentham en la razn analtica deba completarse, aunque no sustituirse, con un mejor entendimiento de la importancia de otros aspectos del hombre y de su actividad.En 1829-1830 Mill se familiariz con las doctrinas de los seguidores de Saint-Simon. Aunque en muchos aspectos no estaba de acuerdo con ellos, su crtica de la economa del laisser-faire le pareca expresin de importantes verdades. Adems, dice, su objetivo me parece deseable y racional, aunque sus medios puedan ser ineficaces. En realidad, en el fondo, Mill fue siempre un individualista, un firme sostenedor de la libertad individual. Pero tambin estuvo totalmente dispuesto a moderar su individualismo en pro del bienestar.En 1830-1831 Mill escribi cinco Essays on Some Unsettled Questions of Poltical Econony (Ensayos sobre algunos problemas irresueltos de economa poltica), que sin embargo, no se publicaron hasta 1844. En 1843 public su famoso Sytem of Logic (Sistema de lgica), en el que haba estado trabajando durante varios aos. En la History of the Inductive Sciences (Historia de las ciencias inductivas, 1837), de W. Whewell, y en el Discourse on the Study of Natural Philosophy (Discurso sobre el estudio de la filosofa natural, 1830), de Sir John Herschel, encontr sugestiones para una parte de la obra, mientras que en la redaccin definitiva le ayudaron la Philosophy of the Inductive Sciences (Filosofa de las ciencias inductjvas), 1840), de Whewell, y los primeros volmenes del Cours de philosophie positive (Curso de filosofa positiva), de Auguste Comte. En 1841, empez a escribirse con el clebre positivista francs, a quien nunca lleg a conocer. Con el tiempo, sin embargo, este amistoso epistolario se fue espaciando hasta quedar interrumpido. Mill sigui respetando a Comte, pero se dio cuenta de que no simpatizaba en absoluto con las ltimas ideas del positivista en pro de la organizacin espiritual de la humanidad.En 1848 Mill public sus Principlesof Political Economy (Principios de economa poltica). En 1851 se cas con Harriet Taylor, con quien haba intimado desde 1830 y cuyo primer marido haba muerto en 1849. En 1859, al ao siguiente de la muerte de su mujer, Mill public el ensayo On Liberty (Sobre la libertad), en 1861 las Considerations on Representative Government (Consideraciones sobre el gobierno representativo), y en 1863 Utilitarianism (Utilitarismo). En 1865 aparecieron An Examination of Sir William Hamiltons Philosophy (Examen de la filosofa de Sir William Hamilton) y el breve volumen sobre Auguste Comte and Positivism (Auguste Comte y el positivismo).Desde 1865 a 1868 Mill fue miembro del Parlamento, por Westminster. Defendi el Reform Bill de 1867, y denunci la poltica del gobierno ingls en Irlanda. Acerca de su opsculo England and Ireland (Inglaterra e Irlanda, 1868), anota que l no fue nada popular, excepto en Irlanda, tal como yo esperaba que ocurriera. Mill defendi tambin la representacin proporcional y el sufragio femenino.Mill muri en Avignon el 8 de mayo de 1873. Sus Disertaciones y discursos aparecieron en cuatro volmenes, entre 1859 y 1875, mientras que los Essays on Religin (Ensayos de religin) se publicaron en 1874. En el prximo captulo nos volveremos a referir a esta ltima obra, en la cual Mill examina con simpata la hiptesis de un Dios finito, es decir, un Dios de poder limitado.

2. El desarrollo de la tica utilitarista por MillEn Utilitarismo, Mill da una definicin o descripcin, a menudo citada, del principio bsico de la tica utilitarista, que est totalmente de acuerdo con el benthamismo. El credo que acepta como fundamento de la moral la utilidad, o el principio de la mxima felicidad, sostiene que las acciones son buenas en cuanto tienden a promover la felicidad, malas en cuanto tienden a producir lo opuesto a la felicidad. Por felicidad se entiende placer y ausencia de dolor; por infelicidad, dolor y privacin de placer.En efecto, Mill est deseando mostrar que el utilitarismo no es una filosofa del egosmo o de la conveniencia. No es una filosofa el egosmo porque la felicidad, en el contexto moral, no es la mxima felicidad particular del agente, sino la medida mayor de felicidad en conjunto. En cuanto a la conveniencia, lo conveniente como opuesto a lo bueno significa en general lo que sirve al inters del individuo como tal, sin atender al bien comn, como cuando un ministro sacrifica el inters de su pas para conservar su puesto. Tal conducta es claramente incompatible con el principio de la mxima felicidad. Al mismo tiempo, aunque Mill quiere demostrar que el utilitarismo no merece las acusaciones a las que segn algunos estaba expuesta la doctrina de Bentham, deja bien claro que su pensamiento se mueve dentro del marco benthamiano. Ello puede apreciarse bastante fcilmente si se atiende a sus reflexiones sobre el sentido especfico en que el principio de utilidad es susceptible de prueba. El primer paso de Mill consiste en sealar que la felicidad es reconocida universalmente como un bien. La felicidad de cada persona es un bien para esa persona, y la felicidad general, por tanto, un bien para el conjunto de todas las personas.Esta advertencia implica la aprobacin del anlisis benthamiano de trminos tales como comunidad e inters comn. Mill pasa a demostrar luego que la felicidad no es meramente un bien, sino el bien: es el nico fin ltimo que todos desean y buscan. En efecto, puede objetrsele que algunos buscan la virtud o el dinero o la fama por s mismos, y que tales cosas propiamente no pueden ser llamadas felicidad. Pero el hecho de que ellas puedan ser buscadas por s mismas se explica a base de la asociacin de ideas. Tomemos la virtud, por ejemplo. En principio no haba deseo ni motivo de ella, por ejemplo, salvo en cuanto camino hacia el placer, y en especial a la proteccin del dolor. Pero lo que originariamente se busca como medio para el placer puede llegar a buscarse por s mismo, por asociacin con la idea del placer. Y entonces se busca no como medio para el placer o la felicidad, sino como parte constitutiva de ella. Evidentemente, tal forma de argumentacin, con su referencia a la psicologa asociacionista, est en la lnea del benthamismo.Nadie, por supuesto, discute el hecho de que Mill parti del benthamismo en el que su padre le haba iniciado, que nunca lo refut formalmente y que siempre retuvo elementos de l. El aspecto significativo de la huella del utilitarismo en Mill no se encuentra, sin embargo, en las ideas que recibi de Bentham y James Mill, sino en las ideas que el propio Mill aadi y que forzaron hasta tal punto la estructura originaria benthamiana que impusieron la necesidad de reformarla radicalmente o incluso de abandonarla.Entre las ideas introducidas por Mill, la principal fue la de las diferencias cualitativas intrnsecas entre los placeres. Sin duda reconoce que los autores utilitaristas han basado en general la superioridad de los placeres intelectuales respecto de los corporales primordialmente en la mayor permanencia, seguridad, inestimabilidad, etc., de los primeros: es decir, ms en sus ventajas accidentales que en su naturaleza intrnseca. Pero sigue argumentando que los utilitaristas en cuestinpodran haber adoptado otro punto de vista con entera consistencia. Es totalmente compatible con el principio de utilidad el reconocimiento de que algunos tipos de placer son ms deseables y tienen ms valor que otros. Sera absurdo que, cuando en la apreciacin de otras cosas se tienen en cuenta indistintamente la calidad y la cantidad, la apreciacin de los placeres se considerara dependiente slo de la cantidad.Mill puede tener total razn al declarar absurdo que en la discriminacin de placeres no se tengan en cuenta las diferencias cualitativas. Pero la idea de que el reconocimiento de diferencias cualitativas intrnsecas es compatible con el benthamismo es total e injustificada. Y el porqu es evidente. Si queremos discernir entre distintos placeres sin introducir otra norma o criterio que el placer mismo, el principio de discriminacin puede ser slo cuantitativo, aunque Mill diga lo contrario. En este sentido Bentham adopt la nica posible actitud consistente. Si, no obstante, optamos por reconocer diferencias cualitativas intrnsecas entre los placeres, tendremos que encontrar otra norma distinta del placer mismo. Tal vez esto no sea inmediatamente evidente. Pero si reflexionamos, veremos que cuando decimos que un tipo de placer es cualitativamente superior a otro, queremos decir en realidad que un tipo de actividad productora de placer es cualitativamente superior o intrnsecamente ms valiosa que otra. Y si intentamos explicar lo que eso significa, posiblemente nos daremos cuenta de que nos estamos refiriendo a un ideal humano, a una idea de lo que el ser humano debe ser. Por ejemplo, apenas tiene sentido decir que el placer propio de la actividad constructiva es cualitativamente superior al de la actividad destructiva, a no ser que nos refiramos al hombre en sociedad. O, para decirlo ms llanamente, no tiene sentido decir que el placer de escuchar a Beethoven es cualitativamente superior al placer de fumar opio, a no ser que tengamos en cuenta consideraciones ajenas al placer mismo. Si nos negamos a obrar as, queda en pie una sola cuestinimportante: cul es el mayor placer, habida cuenta de que la cantidad se mide no slo por la intensidad, sino tambin de acuerdo con los otros criterios del clculo benthamiano.De hecho, Mill introduce otra norma distinta del placer mismo. Por lo menos en ocasiones apela a la naturaleza del hombre, aun cuando ste no entienda totalmente el significado de lo que est haciendo. Es mejor ser una criatura humana insatisfecha que un cerdo satisfecho; es mejor ser Scrates insatisfecho que un loco satisfecho. En ltimo trmino, cuando Mill trata explcitamente los puntos fuertes y dbiles de Bentham, uno de los factores principales del pensamiento de Bentham que le llama la atencin es su inadecuada idea de la naturaleza humana: Bentham concibe al hombre como un ser susceptible de placeres y dolores y guiado, en todo cuanto hace, en parte por las distintas formas de su propio inters y por las pasiones consideradas comnmente autosuficientes, en parte por simpatas, u ocasionalmente por antipatas, hacia otros seres. Y aqu acaba la idea benthamiana de la naturaleza humana... Bentham jams reconoce al hombre como un ser capaz de perseguir la perfeccin espiritual en cuanto fin; de desear, por s misma, la armonizacin de su propio carcter con su norma de virtud, sin esperar el bien o temer el mal de otra fuente que de su propia conciencia interna.No es, ni mucho menos, mi intencin reprochar a Mill el recurso a la idea de naturaleza humana como norma para determinar las diferencias cualitativas entre las varias actividades productoras de placer. El problema es ms bien que Mill parece no entender hasta qu punto est sometiendo la original estructura benthamiana de su pensamiento a presiones y tensiones agudas. No es preciso consultar a Aristteles, deca Bentham. Pero lo que Mill est haciendo es precisamente arrimarse a Aristteles. En su ensayo Sobre la libertad indica: Yo veo a la utilidad como la ltima instancia en todas las cuestiones ticas; pero debe entenderse utilidad en su sentido ms amplio, basada en los intereses permanentes del hombre en cuanto ser que progresa Mill no duda en referirse a las altas cualidades del hombre, correlativas a los placeres ms altos o superiores. Y en el ensayo Sobre la libertad cita, aprobndola, la afirmacin de Wilhelm von Humboldt, segn la cual, el fin del hombre es el desarrollo ms alto de sus potencias hacia un conjunto completo y consistente y ms armonioso. Mill, es cierto, no da cuenta clara y plenamente de lo que l entiende por naturaleza humana. Insiste, sin embargo, en las posibilidades de perfeccionamiento y progreso de la naturaleza humana, y en la idea de la individualidad. As dice, por ejemplo, que individualidad es lo mismo que desarrollo, y que slo el cultivo de la individualidad produce o puede producir seres humanos bien desarrollados. Pero a la vez deja muy claro que el desarrollo del individuo no significa para l ceder a cualquier impulso a que se sienta inclinado, sino ms bien el cumplimiento individual del ideal de integracin armoniosa de todas las potencias. No es una cuestinde mera excentricidad, sino de unidad en la diversidad. As, pues, debe haber una norma para la virtud, asunto aun por resolver completamente. El punto importante aqu no es, sin embargo, el fracaso de Mill en la elaboracin de una teora de la naturaleza humana. Se trata ms bien de que injerta en el benthamismo una teora moral que no tiene nada (o muy poco) que ver con el balance de placeres y dolores segn el clculo hedonista de Bentham, y de que no ve la necesidad de someter su primitivo punto de partida a una crtica y una revisin totales. Como hemos visto, sin duda critica la estrechez de la visin moral de Bentham. Pero otras veces tiende a ocultar sus diferencias con Bentham, en especial, por supuesto, cuando se trata de unirse contra lo que uno y otro consideraran fuerzas reaccionarias.La referencia a Aristteles en el ltimo prrafo no es tan rebuscada como podra parecer a primera vista. Puesto que Bentham se interes primariamente por cuestiones de reforma prctica, es natural que acentuara las consecuencias de las acciones. El carcter moral de las acciones debe apreciarse de acuerdo con sus posibles consecuencias. Esta idea es, por supuesto, esencial al utilitarismo, por lo menos en alguna forma. Y Mill habla a menudo en el mismo sentido. Pero ve tambin, como lo vio Aristteles, que el ejercicio de las actividades humanas no puede describirse propiamente como medio para un fin, la felicidad, cuando el fin se toma como algo puramente externo a esas actividades. Porque el ejercicio de las actividades puede constituir por s mismo una parte de felicidad. El disfrute de buena salud, por ejemplo, y la apreciacin de la buena msica son o pueden ser elementos constitutivos de la felicidad, y no simples medios para un fin externo abstracto. La felicidad no es una idea abstracta, sino un conjunto concreto. sta es una nocin totalmente aristotlica.Ahora bien, en los primeros dos prrafos de esta seccin hemos visto que, segn Mill, las acciones son buenas en cuanto tienden a producir felicidad, malas en cuanto tienden a producir lo opuesto a la felicidad. Hemos reparado tambin en la explicacin de Bentham de que en tal contexto tico la felicidad no significa la mayor felicidad del agente individual, sino la mxima medida de felicidad en total. Y si preguntamos por qu es deseable la felicidad general, Mill contesta que no puede darse razn alguna de por qu la felicidad general es deseable, excepto que cada persona, en cuanto la cree alcanzable, desea su propia felicidad. Le incumbe a l, por tanto, aclarar la relacin entre la felicidad propia del agente y la felicidad gener