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EEfI r' CDnlUn ' INVESTIGACIONES RETORICAS I LA ANTIGUA RETORICA. Roland . . . . nveStlgacl0neS 1 ". . L,a antlgu, aretorlCa i yudamenloria R.oland' Barthes Ediciones Buenos Aires

Barthes - La Antigua Retórica

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Page 1: Barthes - La Antigua Retórica

EEfI r ' CDnlUn '

INVESTIGACIONES RETORICAS I

LA ANTIGUA RETORICA. Roland narUu~s

. . .

. nveStlgacl0neS ~etóricas 1

". . ~ ~ L,a antlgu,aretorlCa i yudamenloria

R.oland' Barthes

Ed iciones Buenos Aires

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Page 2: Barthes - La Antigua Retórica

Recherches Rllétorique3, CommunicatiortS n° 16. © Editions du Seuil y 1970

Tra·~ucción

Beatriz Dorriots

Portada: M.A,

-:.9 Copyright de la edición Frilncr.sa: Editions du Sevil, Paris, 1966

;D Copyright de toda~ las ed;ciones en castellano: Ediciones Buenos Aires S.,ó,. Sicilia 174, la, 2a

Barcelona·13 España

1. S. B.N,: SJ)·A5989Gl-5 DePósito legal: P.·22.312·¡932

Impreso en Gráiicas Porvenir, L;sboa, 13 Barbera del VJllé~ {8arcelon<l1 Printed in Spain . Impreso en E~oaña . M¡¡yo 1882

La presente exposición es la transcripción de un seminan·o dictado en l'Ecole Platique des Hautes Etudes en 1964-1965. En el origen -o en el hon·zon le- de este semmarlO, como siempre, exist{a el texto moderno, es decir, el texto que no existe todavía. Una ura de aproximación a dicho texto nuevo es saber a partir de qué y contra qué se lo busca y, lllegO, confrontar la nueva semiótica de la escritura con la antigua práctica del lenguaJe literario que durante siglos se ha llamado Retórica. De all( la idea de un seminario sobre la antigua Retórica: anLigua no significa que haya hoy una n/Leva Retórica; antigua Retól'ica se opone más bien a eso nuevo que aún no está· concretado: el mundo estd increiolemente lleno de antiglJG Retórica. Nunca hubiéramos aceptado publicar estas notas si existiera un libro, 1m manual, !ln memento, cualquiera fuera, que ofreciera un panQmma cronoféiglCó y síst!?mático de esta Retórica antigua y clásica. Lamentablemente, seg¡ín mis conocimientos, no existe nada parecido (al menos en francés). J[e he visto, pues, obligado a construir por me' mismo mi saber y lo qlle aparece aqur' es el resultado de esta propedéutica personal: éste es el ayudamemoria que hubiera deseado encontrar hecho cuando .comencé a preguntarme sobre In muerte de la Retórica. Nada más, pues, que un sistema elemental de informaciones, el aprendizaje de un cierto número de términos y de clasificaciones -/0 que no quiere decir que en el curso de este trabajo no haya experimentado muy a menudo excitación y admiración G.nte la fuerza y la sutileza de este antiguo siBtema retórico y la modemidad de algurws de sus proposiciones. Lamen trio[em'eñre-n'c]" piiedo(por ;:iiiO~ácticas) au ten ti· {icor las referencias de este texto; debo redactar este ayudamemoria en parta de memoria, AH disculpo consiste en que se trata de un saber trivial: la Retórica se la conoce mal :¡, sin p.m bargo, conocerla no implica ningtin trabajo de

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erudición; por lo tanto todo el mU/ldo podrá acceder sin dificu(tades a las referencias bibliográficas que faltan aquí. Lo que hemos reunido (a veces incluso quizáJi, en forma de citas in.voluntarias) proviene esencialmente; 1_ de algunos tratados de Retórica de la Antigüedad y del cÚl.sícismo; 2. de las intrqducciones de alto nivel de los volúmenes de la coleccíón GuiIJaume Budé; 3. de dos libros fundamentales, los dp Curtius y . de Baldwin; 4_ de algunos artículos especializados, en especial en kJ concerniente a la Edad Media; 5. de algunas obras de uso corriente como el Diccionario de Retórica de Morier, Ja Historia de laLen{Jll1l Francesa de F. Brunot y el libro de R. Bray sobre la formación de la doctrina clásica en Francia; 6. de algunas lecturas colateraJes fragmentarias y contingentes (Kojeue, Jaeger)l.

l. CUR'rIUS (E~l R.), La littérature européennc et le mayen age latin, P,n.ría, PUF, 1956 (traducido de·! alemán por J. Bréjou:.i., la. .00. alemana,1948). : i BALDWlli (Cha:des!S.), Ancient Rhetoric and Poetie lnterpreted from ReprCB~ntatilJe Work&, Glouccster (M.!BS.), Peter Smith, 1959 (la. oo. 1.924), ¡.McdiclJOl Rhetoric and Poetic (10 1400) lnterpreted trom RepresentatilJe Works, Gloucesl:er (Mau), Peter Smilli, 1959 (la. OO. 1928).i. -;¡. BRA Y (Rcné), La /ormation de la doctrine cln&xique en Fronce, París, Nizet, 1951. '

,ERUNOT (Ferdiunnd), HiBtoírede la lungue frant;~c. París. 1923. MORIER (Henrl), 'Dictionllaire de poétique· el eh métorique, Parú. :PUF, 1~61. ,

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La .

ant1gua , .

retorIca

0.1. Las prácticas retóricas

La Retórica, tema que se tratará aquí, es ese metalenguoje (cuyo lenguaj e-objeto fue el "discurso ") que reinó en Occ ente desde el s.V a.C. al s. XIX d. C. No nos ocuparemos de experiencIas roas lejanas día, "SIam) y en lo concerniente al Occidente mismo, nos atendremos a Atenas, Roma y I<'rancia. Este metalenguaje (discurso sobre el discurso) ha comprendido varias prácticas, que se han dudo simultánea Q sucesh"a.U)ent~" según 1:s épocas, en la "Retórka" ; 1.~c.a, es decir un "arte", toJO. ¡:! :;~!"tírio clásico del término: arte de la persu~, COnÍilllto de reglas, de recetas _ti a aplicación permite conve z:...al oyeñrc dQl discurso (y

más tar ~ al lec or de la obra), incluso si aquello de que hay que persuadirlo es "falso". 2. Una eru;eñanza: el arte retórico, primero trarumitido por vía p~tórico y sus discípulos, sus clientes), se insertó ráilldarnente en las i,xW.ituciQn.eLde enseñanza; en los cOlegios formó lo esencial de lo que hoy se llamaría el segundo ciclo secundario y la enseñanza superior; -y se transformó en materia de examen (ejercicios, lecciones, pruebas).

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3. Una ciencia o, en todo caso, una protociencia, es decir: a) u~de observaclOñaUtonom_o queaeIlIrutá cIerfos fenómenos homogéneos, a saber, loS""efedos" ([el lenguaje; b) ulla c1asíii<~ªción de estos fenomenos (cuyo rastro mas conocida es la lista de las "figuras" de la retórÍc.:a; e) una "operación" en el sentido hjelmsleviano, es decir _un met:11ertguaje, conjunto de tratados de retórica cuya materia ~ significado- es un lenguaje-objeto (el lenguaje argumen­tativo y el lenguaje" figurado "). 4. Una moral: siendo un sistema de "reglas" la retórica está impregnada de la ambigüedad de la palabra: es a la vez un manual de recetas, animadas por una finalidad práctica y un Código, un cuerpo de prescripciones morales cuyo rolfin es_ vigilar (es decir, penn~lim~ros-<'deSvío~~~~ fé'ñ'ruáje aSlo nar. 5. . na p'r~ctica social: la Retórica es esa ~écnica privilegiada (dado que hay que pagar para adquirirla), quiq;ermif'e-ulás clases dirigentes aseb'1.uarse la propiedad de-ra, pa?CiFra'­Pi:n!sto-que-el'-lengiliije--éSun'poaerse-n:lii-dicta:oü-ré'gIaS selectivas de acceso a ese poder constituyéndolo en una pseuctocicncia, cerrada el "los que no saben hablar", tributa­ria de una iniciación costosa: nacida' hace 2500 años de un p~eso a_j,}-ª-.w~R¡~.9ª-d.1. la...1-etó,r.ic~-;-~%ª, Y,JP,~~re . en)á­cJase-ae _ ~r~~'2r)5:ª:'. ,_ ¡:O}~s;;1graclOn..-JmClatlca de la c,u1tqra , burguesa. . .... 6, Una práctica !illiic.a. puestq que todas estas' prácticas consEltuyen un formidabiesistcma institucional ("repre­sivo", como se dice ahorií), enl normal que se desarrollara una burla de la retórica, una rj?tórica "negra" (sospechos, desprecio, ironías): juegos, par:oUTis:-atUsion-es eróticas II

obscenas1, bromas escorar~lo(fáUñ¡i"ptácflCa-cre cole-gH.iles·

(que fOtlavÍa queda por explor~.r y constituir como código cultural). ..,

. Numerosos ch·istes o b!;Ccnos 50brf; cosus y conjunctio (en verdad terminos de gramáti.::nl, de los que puede dar una idea esta metáfora progresiva tomada de las Mil y L'na .ve,ches: "El empleó la preposición con la construcción exacta. y reunió la proposición subordinada a In conjunción; pero su esposa cayó com·) la terminación nominal ante el genitivo", Con más nobleza, Ala.in de LilJe explica que la hum;,nidad comete barbarismos en la uní'ln ele l()s !>eXOS, mf?(llplosmas (licencinsl que infringen Ins reglas de Ventl~; el homure cne en anostrofias

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0,2. El imperio de la retórica

Todas estas prúcticas prueban la amplitud del fenómeno retórico -fenómeno que sin embargo no ha dado lugar a ninguna síntesis importante, a ninguna interpretación histó~ rica, Quizá se debe a que la Re~ (además del tabú que pesa sobre el lenguaje), verdaderQ...imJ:1eriQ, más vasto y más tenaz que cualquier imperio político, por sUs dimensiones, por su duración, desborda los marcos de la ciencia y de la reflexión históricas al punto de cuestionar la historia misma, al menos tal como solemos imaginárnosla, a manejarla. y de obligarnos a concebir lo que se ha podido llamar en otro lado una historia monumental; e,l--2esprecio científico dirigido a la ret6rí\:f participaríª-eJ1tQ.I}ce~ de ese rechazo geñ~i:eéCin6ccr a multiplicidad,1a sobred-etermillacíón. Pensemos, sin embargo, que li-Retóric:a -cualesquiera hayan sido las variaciones internas del sistema- reinó en Occidente durante dos milenios y medio, de Gorgias a,' NJl!2Q!cón IlI; pensemos en lodo lo que, inmutabl~, impa.<:i­ble y cm:;olnmortal, ha visLo nacer, pasar, desaparecer, sin conmoverse ni alterarse: la democracia ateniense, las d lnas­tías egipck'!S, la República romana, el Impelio romano, las ~'lal1de5 im'asiones, el feudalismo, el Renacimiento, !QJiRY.6. \~~iJ5.~?':;' morir y aún no es seguro que esté muerta, La Retórica c:il'-á"Ci::'esO ' ·:f"lb qüe" bíe-fi'~_~~Y_~giJ,~.Jlªtti:ar-~ 5015rec1V1111ac¡ón: la re OcciCférÚe, 'histórica y geográfica: ha siéfOlil-ün:caprnCticifTco¡-Cra' 'gía:mática nacida de::pués de ella) a tra\'t~s de la cual nuestrasoclcdad hu reconocido el lenguaje, su soberanía (Kiuo:ris, como dice Gorgias), que era también socialmente W1a "señoría" la clasificación: que le impuso es ei único rasgo verdaderamente común de conjun­tos históricos :sucesivos y . diversos, como si existiera, superior a ias ideologías de contenídos y a tas determina­ciones directas de la historia, una ideología de la : forma, como si -principio presentido por Durkheim y Mnuss y afirmado por Lávi-Strauss- existiera para cn~i~_~~d una

I inversiones de construcción); en su locura, llega hasta. lk tmesi.s ,Curtius, ?5 12·513 ) también Calderón comen lanuCJ la situ:lción oc '~na dama \~.$ilad.:J. mientras va a ver a su galán clice: '~Es :\in grao :';lrbarismo CI! amor ir a ver y ser vista pues, corno mal gracn:ític.}, ,ermina haómdo Ulla persona pasiva ¡Je In persona activa". Sabemos ~n qué sentido n-'l3tómico . P. Klossovski retomó los térmi~..a­~tSd~msit. secrcOntra;"OOCiiUm. qii¡ac6i:--"cí(¡úTd~~t de la ·iñspectora":, Es obvio Que la conruvencia entte la ¡:ram:itica (la retórica o :é. escolástica) y la erótica no es sólo "gT;jcio!>:¡"; sino qt:,e 'lemarc3 coo ?rQ<:isión y l!Tavcdad un IUl1nr el e transgTc5ión donde .!oe ~Jprimp.n dOF :;¡búes: el del lenb'l.¡aje y el del sexo.·

, 1 I '-

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identidad ta:'Cinómica, una socio-lógica, en cuyo nombre .es posible dellIllr otra híslorill,otra soc~6m dcshacer-liS­que son reconocidas en otros niveles.

0.3. El viaje y el resultado

Este vasto territorio será explorado (en el sentido laxo y apresurado del término) aquí en dos direcciones: una dirección diacrónica y una dirección sist.emática. Por ci;rt;; DO reconstruiremos una historia de la Retórica; nos c..'OnLen­taremos' con aislar algunos momentos significativos, recorre­remos los dos mil años de la Retórica deteniéndonos en algunas etapas que serán corno las "jornadas" de nuestro viaje (estas "jomadas~' podrán ser de duración muy desi· gual). En total habrá, en esta larga diacron(a...L~e~moJUen· tos, siete «jomadas'~ cuyo valor será esencialmente didácti­co. Luego reuniremos las clasificaciones de los retóricos paca formar una red única, suerte de artefacto que nos permitirá imaginar el arte retórico como una máquina sutilmente armada, un árbol de operaciones, un "programa" destinado aproaucir el discurso.

A. E L Y lA J E

A. l. NACIMIENTO DE LA RETORICA

A. 1. 1. Retórica y propiedad

La Retórica (como metalenguaje) nació de procesos a la propiedad. Hacia el aúo 485 a. C. dos tiranos sicilianos, Gelon y Hieran decretaron deportü~Ümes, traSIaaoSde pobIaclOn y expropIaClOneS pai-~ Siracusa y adjllalcar lotes a los mercenanos; cuando fueron destitwdosl:for-un levantanuento democratico y se quiso volver al ante qUD,

'hubo innumerables procesos pues los derechos de propiedad est.:'l.ban COnfUOOB. Estos procesos eran de un tipo nuevo: movilizaban grandes jurados populares ante los cuales, para . convencer, había que ser "elocuente". Esta elocuencia, que -p-articipaba a la vez de la democrncia y de la dem~og1.a, de -lo judicial y de lo pohbco (lo que luego se u.a:mó lo ~deliberotiuo), se constituyó ráPidamente en Objcto----ae ~enanza. Los primeros profesores de esta nueva dtsclpliliñ

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fueron Empédocies de Agrigento, Corax, su discípulo de Siracusa (el primero que se hLZO pagar ras lHcclOnes) y Tisias. Esta ensenanza paso no rnenos-fiípiUanronn:--aY-:t<.tiCa (después de las guerras médicas) gracias a los reclamos de los comerciante~ que pleiteaban tanto ~n Siracusa como en Atenas: la Retórica es ya, enpartc, uterÜense desde la mitad del s. V. -'

.4. 1. 2. Una gran sintagmático

¿Qué es esta prot.orretórica, esta retonca coraciana? Una retórica dcl sint~u! d'el q~UISo y ~~--c.~~pQ,deTa f~. Corax enuncia ya las cinco grana.es partes de la ora tiO que formarán duranLe siglos el "plan" del discurso oratorio: 1) el exordio, 2) la nOIración o acción (relato de los hechos), 3) la argumentación o prueba, 4) la digresión, 5) él epIlogo. Es fácil compro b;U' que al pasar del discurso judicial -a la disertación escolar, este plan conservó su organización principal; una introducción, tm cuerpo demos­trativo, una conclusión. Esta primera retórica es, en suma, lli13 gran sintagmática.

A 1.3. Lapa/abra simulada

Es -sabroso comprobar que el arte d~ la palabra eStá ligado originariamente a una reivindicaclón de La propiedad, como si el lenguaje, en tanto objeto de una transformación, condición de una práctica, se hubiera determinado, no a partir de una sutil mediación ide'o!ógica (como ha podido suceder con tantas formas de arte), sino a _partir de la socialidad más desnuda, afirmada en su brutalidad _ funda· mental, la de la posesión territorial: nosotros hemQS, comenzado a reflexionar sobre el lenguajé par.:>. defender nuestra propiedaa. Es en el nivel del conflicto social donde nació unyrimer esbozo teónco----¿re la palabra simulada (diferente de~m)fZ11aiCí:l,'laO.c Jos pocw:1apóesía era entonces la umca llt:efatu:ra, la prosa sólo acccdio más tarde a este status).

A. 2_ GORGlAS O LA PROSA COMO LITERATURA

Gorgias de Leontium (hoy Lentini, al norte de Si,r?,cusa) llegó a Atenas en el año 427, fue maestro de Tucídides y el interlocutor sofista de Sócrates en el Gorgias.

A. 2. 1. Codificación de la prosa

El rol de Gormas (para nosotros) es el de haber hecho

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ingresar a la prosa en el código retórico acreditándola como discurso elevado, objeto estético, "lenguaje soberano", antepasado de la "literatura". ¿Cómo? Los Elogios fúnebres (trenos), compuestos primero en verso, pasan a la prosa y son confiados a los hombres de estado; son, si no escritos, al menos aprendidos, es decir, de una cierta manera, fíjados; así nace un tercer género (luego del judicial y el delibera­tivo), ~ epidícUco; es el advenimiento de una prosa ~ecorativa, de una prosa~spec~. En este pasaje del verso a ra prosa] el metro y la mU.si.ca se pIerden. G,9..rg.!..as quiere reemplazarlos por un código ínmanente a 1ª--º!.9.~ (aunque tomado dela poesía): palabras de una_rn.imla consonancia, simetría de las frases. refue}~o de las..?_~~i~~ me¿hanté asonanc1as, metáLora.5,J}li.t~gi9n~s.

A. 2. 2. Aduenimíellto de la elocutio

¿Por qué Gorgias constituye una etapa de nuestro yjaje? En el arte retórico pleno (el de Quintiliano, por ejemplo) nay grosso modo dos polcfS':\líl p6lOSinta-gmatrcó:eseT orden de I~-der--dis·curs9.=J_O~lS----.9 alwos~~_Y-Ji}1" polo parndigmatico: ' son las "Ef01ras" de la r_~.t.ori~_~,.l~_~~~~o_ elocutto. VlffiOS que Corax había lanzado una retórica

j)üratñeñ.te sintagmática. Gorgias, al exigir. que se trabajE;!n las "figuras", le confiere una perspectiva paradigmática: abre la prosa a .la retórica y la retórica a la "estilJ.stíca" .. . - - -

A. 0. YLAl'UN

Los diálogos de Platón:que yersan directamente sobre Retórica son: el Gorgjps y ~lJecfro.

A. 3.1. JJas dos retóricas

Platón estudia dos retóricas, una mala y la otra buena. L. La retórica de hecho está con~ituida por la Iogo~aJja. 8_ctivi.:. d,ad que consiste en escribir cualquie~@cg~ (yana se trata sólo ele la recó'ñC'ñju¿}lc@;;Ja.!;otalización de IJ. noción es importante); .~ objeto é~_~.:Y~.r:.9~i!llilit~st,J~ ih: •. "iól!i.e..s_Ia retórica de los rctoncos~ae las ~scuelas, 'de Gorgias, de los SohStás:-n:-I:aretórlca'de derecho es hi verdadera retórica, la retórica filosonca o-urmí5léñ"~í'má1eCticá;su-o-b1etones-~a verdaa;- PlatonlnTIánía 'l!i,á- 'psícCigog1O(fciimliCiói1-aé" ias alri'úlS-p'or la palabrn). La Oposidión es la buena y la mala retórica, de la retórica platónica de In retórica sofística, forma parte de un paradigma m:1$ amplio: por un lado las lisonjas, los oficlos serviles, las falsificaciones: por el otro_ el

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wchazo de toda complacencia, la rudeza; de un lado las empiries y las nltinas, del otro, las artes; las industrias del placer son tura falsificación despreciable de las artes del: Bien: la retórica es la falsUicacÍón de la Justicia, la sofística de la legislación, la cocina de la medicina, los afeites de la gimnasia: la retó~a (la de loslogógrafos, retóricos, SOfistas) no es, pues. un arte. - --c· .... ---- -:'~---

A. 3.2. La retórica erotizada ; ;

La verdadera retórica es una psicagogía; exige un sa~~tal, desinteresado, geI.1J!l.~l testo sera un topos en Clceron y Quintiliano. pero la noción perderá fuerza: 10 que se pide pedirá al orador es una buena "cultura gener~'). Este saber "sinópti~o" tiene eg_LQ!?illo la correspondencia o la i'nteracción que un~.-laLd~tjnj;a.Lespecies __ dejil.rp.as.:.c.onJ.Qs distintas especies de discursos. La retórica platónica descarta lo escnto y busca la mterlocución personal, la adlzominatio; el modo fundamental del discurso es_~l diálogs>_~~ ~~-Ü!:l.@º-~P9~~n amor eleva~o. Pensar err com {en. taL.QQ.finL!iCr UL.9.lvi~-º-e_l~-ª-ial~c:~jc3.,-_ÜL r_etórica es un cUáJp'go_de_a.QJo.I"

A. 3. 3.La diuisión, la marca

Los dialéc::c'os (los que viven esta dialéctica erotizadn) recorren ¿05 caniinos .solidaríos: por unª pnrte . .....illLm.ovl· miento de ::onjunción, de ascenso hacia un_t~~I!~!:.l?_l~~on9i­clOnaJ (Socatp.s, cn"bcañCIoa-rsras,eu"e¡ Fedro, define el alñCi'r en su unidad total); por otra parte, un movimiento..de descenso, ~':""13. división de ~ unidad segunsus articulaciones ná1Lü-:ares.-~gún s'lÍs -esPeCIeS', -"hiíS-Gi---alcanzar Ia"espec¡e iridiViSíETe. Este "dr;!scer..so!! pro'cede en escalera: en cada etapa, en ¿ida- escalón, se dispone de dos términos; hay que elegir uno :le los dos para reiniciar el descenso y acceder a un nuevo ¿ar, de donde s.e partirá nuevamente; tul es la definición ?zogresiva del sofista.

¿ !!1iU1C PO! persuasión -,-~a6

~n pú blico

por iucro

pur Ji1 rub:lLsa t.encitl:

Aduladores

por 'd dinero:

1 --:)

Page 7: Barthes - La Antigua Retórica

Esta retórica divisional -que S2 opone a la retórica . silogística de Aristóteles- se parece mucho él un programa cibemético, digit.'ll: cada elección d2tennin3 la alternativa siguiente; o también a la estructura paradigmática del lenguaje cuyos pares incluyen un término mnrcado y un lénnino no marcado; acá el término marcado reinicia el juego alternativo. ¿Pero de dónde proviene la ruarca? Aquí e::: donde· encontramos nuevamente la retórica e.rotiznda de Plafón: en el diálogo platónico, 11 marca es asegurada por una concesión del que responde (el alumno). La retórica de Platón implica dos interlocutores y uno que coñcede: ésta es­fa Cooolclon del mOVJilllento. PÓresofoaas esas-jjariícul3S de acuerao que enconCTamosen los diálogos de Piatón y que a Iucnudo nos hacen sonreir (cuando no nos fastidian) por su simpleza y por su chatura aparentes, son en realidad "marcas "estrvcturales, nctos retóricos.

A. 4. LA RETORICA ARISTOTELICA

A. 4.1. Retórica y poética , ~ : t

¿Acaso toda la .retórica (si exceptuamos a Platón) no es aristotélica'! Sí sin duda; todos los elementos didácticos que alimental~ los 'mwuales 'Clásicos :Q.rovienen (lc~tOt.elei;. t'ero un SIstema no sccre1ine solo porsus"elemeritos, smü también, y sobre todo, por la oposición en que se encuentra inserto. Aristóteles escribió dos. tratados que conciernen 11 105 fellÓm(;!nOS del discurso, pero esos dos tratados son diferentes: la rejné ...relQ[iké trata QL_~arte _c!~_..Ja comunicación cotidiana, del discurso en público; la r.~jné pmet¡},:e trata de un arte de la evocación lmagmnna; en el pnmer CílSü, se\;ratall~~lar la..P1:Q.[l:cs.i .. º-I}J"icl di~~~.t:.~ •. ~f. iüe::Ceñ-¡aé1i:-p.ñél scgW1do CllSO, la progresión deti ollI:-.ule imagen en Imagen: sor,. ~gr~J.Qtel~""","9.os-.E~os especlfIcos, dos "te]nai" autónomas; y es la oposicion de e.sro~; dOb~istemfr!>'";U1TIlrcroríco, el otro poef~o que de h"eaiO deÚnc a la retonca aristotéJ.Lca.1'odos los autores que reconozcan esEa oposlclón podrán ser alineados en ~ retórica aristotélica; ésta desaparecerá cuando se nel,ltralice ~osición. cuando Retórica y Poética se fusionen, cuando la--RcConca se tranSlorme en una reine '1~ile 'crea· cion"): esto suce e aproximadamente en la época de Augusto -(con OVldlO y HoTIIcto) y un poco después (Frutarco y Taclto) -nung~umtI¡iano practique a!Í..!1 una retorica aristotélica. La fusion de la Retórica y la Poética es

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consagradapór el vocabulario déla Edad Medla, en que las rutes poéticas sOr.. artes rewricas- y donae .los grandJ~~ retóricos son poetas. Esta fusión es capital porque está en el

. origen mismo a:elaId~a.H¡:}eJi~E'! .. t~!9-..:.Jaret-crri"C¡nu1Stotéljca pone el aceñw· ·sobre el r'<l.Zonamiento; la eloculio (o d~partamento de las fi@~~._~~_~élo_~a_"p'~.e_._de aquel (menor en Aristóteles mismo); más tarde se da lo contriü-i.6: la retórica se idgntifica con l?~Qblem~s--,..E_<? de~~px:u:~a;;, sino de composición.y de estilo: la litt:!ratura (acto total de la escritura) se defIñe pot""el esérlliiFQTeñ-:-UebenlOS, pues, ~tapa--de-nuestro-víaJ'e7hajo-~nombre general de retórica aristotélica, a las retóricas anteriores a la totaliza­ción poética. De esta retórica aristotélica, Aristóteles mismo nos dará la reona, Cicerón la praCtica, QUIDtili~lá p~ía LD1~iSio denalicam<:so-;-PlUtai~~)~:::~L'Fglor anonímo del Tratado Sobre ro Sublime- nos daran la {iiñSt~~m;d6J1-Lp.QÜ~ñeraliZnción J. .----------.-- ----A. 4. 2. La Retórica de Aristóteles

Aristóteles define la Retórica como "cl arte de extraer de tciao su tema el grado de persuasión que encierra" o como "la facultad de descubrir especulativamente lo que en cada C?SO pueac ser propio "para persuaclIr". Lo que es, quizas, más importante que estas defInlciOñes, es el hecho de que la retórica sea una tejné (no una empirie), es decir, el medio·ae producir unaae esas cosas que pueden illdiferentemente ser o no ser y cuyo ongen esta en el agente creador, no en el oDjeW-Creado: no hay tejné. d~~C;Qsas naturales o necesarias: por lo tanto el discurso no forma parte 11.1 ae unas nl de otrus. -Aristóteles concibe el discurso (la oratio) como un mensaje' y lo somer,e" a una división C!et~q llJtoonático. El LlbrQ....Lae"1..a:J0QricQ es....eDiWücTeTemisor ~!..El].~~.~.~, eiTibro del orador: allí se es(.udia principalmen. te la concepción de los nrgumcnlos en tanto dependen del orador, de su adaptación al público, y esto según los tres generas reconoddos del discurso Uudicial, deliberativo, epidíctico). El Libro TI es_eUibroAeJ~tor del mensaje, el libro del público: allí se estudian . las emociones (lás paslOnes) y de íitleVO-los 3Igumentos, pero esta vez en tanto son recibidos (y no, como antes, concebidns). El Libro, III es el libro del mensaje mismo: allí se estudia la lex...is o e1o'cuM, es decll" , llis "hguras" y la taxis o dispositio, es decir, el orden de las partes (]eraiscurs~ - -

A. 4. 3. Lo veroslmil

La Retórica de Aristóteles es sobre todo una retórica de la

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prueba, del razonamiento, del silogismo aproximativo (enti­mena); es una lógica voluntariamente degradaua, adaptada al nivel del "público", es decir, del sentido común, de la opinión corriente. Exteniliua a las producciones literarias (1,0 que no era su campo específico originariamente), implicana una estética del público, más que una estética de la obra. Es por' esto que, mutatis mutandis y guardando t?das las proporciones (históricas). esta retórica con~(~_lES productos d€'~im_S!ultura llamada de masas!...?o~~e.!'~i!:la lo "verosímil" oristotéüc'oesaecir"loque el pú1:5hco cree posible". Cu.ántosrnms~o-Úetiñes:repoi:iaie·s' comerCiales' pódnan adoptar como divisa la regla ari'ltotélica: "Más vale un veroslmil imposible que un posible inveros(mU": más vale contar 10 que el público· cree posible, incluso si es imposible científicamente, que contar lo que es posible realmente, si este posible es rechazado por la censura colectiva de la opinión corriente. Es evidentemente tentador est.ablecer una relación entre esta retórica de masas y la política de Ar.stótelesj era, como sabemos, una política del justo medio, favorable a una democracia eqt~ilibrada, cent~a­da sobre la clase media y destinada a reducU' los antagonis­mos entre ricos y pobres, entre la minoría y la mayoría; de allí que sostenga una retórica dei buen sentido, volunta­riamente sQflE!tida a la "psicología" del público.

A. 4. 4. Las Rcthorica de Cicerón :.. c..' ,', ,~,

En el s. U a. C,' los retóricos griegos aJluyen a Roma; se fundan escuelas de retorica que funcionan por niveles de edíld; p.n (Ülas te practican dos ejercicios: las Slwsoriae. especies dddisel-taciones "persuasivas" (sobre todo en el gé~ero deliberativo) para 'los niños, y las controuersias (género judicial).para los de más edad. El ~T~tínO más antiguo es_'Ja.. Retórica a Herennio. atribuida a veces' a Cornlrlcíü y oti-·b·a:'CíCerón: es lo que hizo la idad Media ¿f~no -é~só de copiar este manual, que pasó a ser fundru11entil par:\: el arte de escribir, con el De invcntione de Cicerón. --Cicerón es un orc.dor que habla dd arte oratorio; de allí prCiyiene, una cierta progmatización de la teoría aristotélica ty; pc'lr lo tanto, nada realmente nuevo respoc~o de esta teor(a). Ll;lS Retórica de Cicerón comprenden: 1) La Retórica a Üereniúo (suponiendo que le pertenezca) que es una suerte de resumen de la retórica aristotélica; la clasificación, de bs "quaestiones" reemplaza sin embargo y supera en importancia a la teoría del entimema: la l~tórjca se profesionaliza. Vemos aparece!: ~qtlíla teprí,\. <le ~os tres. estilos (simple, sublime y medio). 2)-De inuentione orato-

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ria: es uno obra (incompleta) de su juventud, puramente judicial, consagrada sobre todo al iP,iquerema, 'silogismo desarrollado en el que _UJ}~_pl.~misa o ~,<1us-:;-on se¡'~llaas por sus pruebas: es el "buen ~mento ~)lle oratore, obro muy cotiiaaanasta el siglo XIXT'una obra maestra del buen sentido", "de una razón recta y sana", "de pensamien­to generoso y alto", "el" más original. de ~03 ~ratados .de retórica"): como si se acordara de Platon, glceron moraliza la Retórica y reaCCIona contra la ensenanza de las e5C~eIas: es la relVmdicacIornlellrom"bre-dl!-b1eílc"O"ntr.:1. ra especlali­zación; la obra tiene forma de diálogo (Craso, Antonio, :,'lucio Scavola, Rufo, Cotta): define al orador (que debe poseer una cultura general) y pasa revista a las partes tradicionales de la Retórica (La lnucn tio, la Dispositio. La Elocutio). 4) BrUto, historia del a.rte oratorio en Itom~. 5) Orator, retrato ideal del Orador; la segunda parte es mas didáctica (será extensamente comentada por Petrus Ramus): allí encontramos precisada la teoría del "número" oraltorio, retomada por Quintiliano. 6) Los Tópicos, es un resumen, hecho de memoria, en ocho días, en el barco que llevaba a Cicerón n Grecia después de la. toma. <;lel poder por Marco Antonio, de los Tópicos de Aristóteles; lo más interesante, uara nosotros' es la trama estructural de la quaeslío (cL lnfra B. 1. 25). 7) Las Particiones, este pequeño manual hecho en forma de preguntas y respUestas, como un diá.logo entre Cicerón padre y Cicerón hijo; es el más seco, eL~~s moral de los tratados de Cicerón (yen consecuencia; el que pré'ffet9J,= es ·üñii"retónéa··e1eiTjentarcóñiljH~lri',- uiÚlsuene. ?e caL8'éísmo que ofrece la ventaja de dar en toda su extenslOn la clasificación retórica (es el sentido de partitio: recorte ;l5temático).

A. 4. 5. La retórica ciceroniana

Podemo:3 ~5eñalar''?n la retórica ciceroniana los siguiente;; caracteres: a) el miedo ii "si.'ltema"; Cicerón debe too,? a .-\ristóteles, pero lo d~sin telectualiza, quiere impregnar la "soeculación de ·'buen gusto", de "naturalidad"; el punto c~min:.mte de esta desestructuración sera alcanzado ,1n. la Rhetorica sacra de San Agustín (libro IV de la Doctrina [',.·is~r-~:.adade-:¡,egias· para-la ,elocuencia, que es sin ~mbargo nn:esaria al orador cristiano; sólo ha,ce fal tu ser claro (es una caridad), a(enerse a la verdad mas: que a las :¡alabras, etc.; este pseudonatura!ismo retórico reina aLUI en ias t:oncept:iúnes escolares del estilo; b) la nacionalización ::;e la retórica: Cicerón trata de romanizarJa (éste es ,el ;entido de Bnltu.sL aparece la "ro rnallidad"; e), el pact~J,

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. mítico del empmsroo profesional (Cicerón es un abogado entregado a la vída política) y la ap:lación a la gran cultura; este pacto está llamado a alcanzar una inn)cnsa fortuna: lE cultura se transforma en decorado de la política; d) la ey..altación del estilo: la retórica ciceroniana anuncia uñ .---..-----:._-- ...... _-~_ . . .... __ . --_ ... -- -- .. desarrollo de la elocutio.

A. 4. G. La obra de Quintiliallo

Se experimenta un cierto placer leyendo a Quiotiliano; es un buen profesor, poco rebuscado, no demasiado moraliz.a.qor; era un espíritu a la vez clasificador y S('nslble (conjuncjón que sl(~mpre produce estupefacción); se le podría conceder el epítafíocon que Teste soñaba para sí mismo: Trallsiit classificalldo. Fue un retórico oficial, pagado pare! Estado; su renombre fue muy grande en vida, sufrió un eclipse a su muerte, pero brilló de nuevo a partir del s. IV: Lutero lo preflere a todos; Erasmo, Bayle, La Fontaine, Racinc, RolliI1 10 lcv<J,11tan muy alto. El De institutione oratoria traza en XII libros la educación -del orador--desck-sll infancia; es un p~]p,to···de formación pedagógica (éste es el sentido de insiitutio); el libro 1 versa sobre la primera educa· ción . (relación con el gramático, luego con el retórico); el librq rr define la retórica, su utilidad; los libros 111 a VII analizan la Inuentio y la Dispositio; los libros VIII a X, la EJacufio (el libro X da. consejos prácticos para "escribir"); el libro XI estudia las partes menores de la retórica: la Accjóri. (ejecución del discurso) y la Memoria; el libro Xli enwlcia

. las cualidades morales requeridas al orador y plantea la exj~8r,cia de l.<n~ 8uttura.gencml.

A. 4. 7. La escolaridad retórica

La educación consta de tres fases (hoy diríamos tres ciclos): 1. el aprendizaje de la lengua: que las nodrizas (Crisipo quería que tuvieran una formación filo?ófica), los esclavos y los pedagogos no tuvieran ningún defecto de lenguaje; que los padres fueran lo más instruidos posible; había que comenzar ·por el griego, aprender entonces a leer y escribir; ~o g~ear t los alu~; 2. con e} ~mmaticu.s. (el sentid~ es masamp o que el de nuestro terromo "gramatlca"; es, S1

se quiere, el profesor de gramática); el niño lo frecuenta a la edad de 7 años, sin duda; escucha clases sobre poesía y lec en voz alla (lectio); escribe redacciones (contar fábulas, parafrasear poesías, desarrollar máximas), recibe lecciones

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de W1 actor (recitado); 3 .. en el rhetor; hay que comenzar con la retórica.desde temprano. sin duda hacia los 14 años, en la pubertad; el maest.ro debe actuar sin cesar a través de ejemplos (pero .loli alumnos ' DO deben ponerse de pie y aplaudir); los dos ejercicios principales son: a) las narra­ciones, resúmenes y análisis de argumentos narrativos, de acontecimientos históricos, panegiricos elementales, parale­los, desarrollos de lugares comunes (tesis), discursos sobre un modelo (preformata materia); b) las declamaciones, o discursos sobre casos hipotéticos; es, si se quiere, el ejercicio de lo racional ficticio (de modo que la declamatio está muy cerca ya de la obra). Vemo¡¡ hasia qu~ punto esta pedagogía fuerza la palabra: Be la cerca. desc1e todos los ángulos. se la expulsa fuera del cuerpo del alumno como si hubiera W1a inhibición natural para hablar y se necesitara toda una técnica, toda una educación para llegar a salir del silencio y como s{" esta palabra finalmente aprendida" finalmente conquistada, constituyera una buena relación "o bje tal " con el mundo, un buen dominio del.i::nundo y de los otros.

A. 4.8. Escribir

Al estudiar los tropos y las figuras (libros VIII. a X), Quintiliano funda una primera teoria del "escribir" _ El libro X está dirigido al que quiere escribir. ¿Cómo conseguir la "facilidad bien fundamentada" (fí~m(l facilitas), es decir, cómo vencer la esterilidad natural, el terror a la página en iJlan(;ü (facilitas) y cómo J SLIl embargo, dcci.r algo, no dejarse llevar por la charla, la palabrería, la logorrea (tir­ma)? Quintiliano esboza una propedéutica del es~ri.J.9J''':_hQy que leer y escl1brr mucho, )m]1.a!~]J.odeJc'-s(hrrcerrepf6duc­·cio!Tfu;J, correglleilOrmement~ero-deSpuesae-fia-5er d~jáa()"dCsCUñsür"'" -iinrabaJo-y sa bm:teññú1aI.-Qumfiliano hác-e· 'notar~q-ué ··ra-rñañO-es--ientá--:-er-' 'p eñsarniento J' Y la .escritura tienen dos velocidades diferentes (es un problema surrealista: ¿cómo obtener una escritura tan rápida ... como ella misma? ); pero la lentitud de la mano es beneficiosa: no hay que dictar, la escritura debe mantenerse ligada, no a la voz, sino a la mano, al músculo: instalarse en la lentitud de .la mano: nada de borradores Iápidos. "

A. 4.9. La retórica generalizada

Ultima aventura de la retórica aristotélica: su dilución por

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sincretismo: la Retórica deja de uponerse a la Poética, en provecho de una noción trascendente, que hoy llamaríamos "Litemtura"; ya no sólo se ha erigido en objeto de enseñanza sino que se ha transformado en un arte (en el sentido moderno); de ahora en más es a la vez teoría del escribir y tesoro de' las formas literarias. Podemos captar esta translación en cinco p.untos: 1. Ovidio, citado a menudo en el Medioevo por haber postulado la relación de la "poesía con el arte oratorio; este ace;~arni€nto también es afirmado por Horado en su Arte Poetlco cuyo tema es a menudo retórico (teoría de los esiilos); 2. Dionisia de Halicarnaso, griego, contemporáneo de Augusto, en su De compositione uerborum abandona el elemento importante de la retorica aristotélica (la entimemática) para ocuparse solamente de un valor nuevo: el movimiento de las' frases; así surge Un..1. noción autónoma del eslilo: el estilo ya no está fundado sobre la lógica (el sujeto antes del predicado, la substancia antes del accidente), sino que el orden de las palabras es variable, guindo sólo por V"d.lores de ;itmo; 3. Encontramos en las Moralia de Plutarco un opusculo "Quomodo adulcscens poetas audire debeat" (cómo hacer leer Jos poetas a los jóvenes) que moraliza a fondo la estética literaria; corno platónico, Plutarco intenta levantar la condena que Platón lanzó contra"las'poetas;' ¿cómo? preci­samente asimilando Poética y Retórica; laretónca es la vía que permite "desprender" la ar.GÍón imitada: (a menudo reprensibl~) del arte que la imita (a menudo admirable~ I?~.9~~~~t.2L:~tL.g~e- ~s~_.PY~~ e_Jeer_LI.9L.cile ~a~ estetlcamente, es posIble leerlos mo.~alf\lente; 4. SC?_bJ:~_Jg SUOTrrij-¡¡ (Pe-;'-rn-ypsólts réS-:-un tritado anónimo deIs. 1 d. C. (IaTSaIñente atribuido a Longin y j;rad~cjdo p_or lJoilelíllT es una suerte de Retóri1':a "trascendental";lasub7iñ1ifiís"-es en Suma la "altura" del estilo; es el estilo mismo (en la expresión "tener estilo"); es la liter(1tltridad, defendida en un tono acDlorado, inspirado: ~L~!~o .~.~J~~'cre()~.jvj~.üd" comienza a apuntar; 5. En, el Dirílogo de los' oradores (cuya atrterrticidrrQes--a'vec~s discutida), T:icito politiza las causas de .la decadencia de la elocuencia; estas causas no son el "mal gusto" de la época, sino la tiranía de Domiciano que impone silencio al Fbro y deporta hacia un arte descom­prometido, la poesía; per6 por ello mismo ~~lo~_ucncia emigra hacia la "Literatuta", la penetra y la constituye (e7oquentia Uei;:~gnifTcanaératui'ij)-:---·· .--- .. --.----- '--. ___ . __ , . - -_0-._-, ..

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/l. 5. LA NEO-RETORICA

A. 5. LUna e,qtética literaria

Se llama neo-retórica asegunda) so[ísticE-_a_Ja. _estétig\ l~eriin~ca, Poética y -Ci-ífica. ~reinó en c:!....E\~'E:~ greco-rom~ unificado, desde el ~~ IV c.!.S;...: ..... Es ~. p~ríodo d~_J?az, ~ter<:am~J9.rs, __ fnv9r~l~.? ~~ las sociedades OCIOS<lS, sobre todo en el Oriente i'1ea¡o. La neo~retóric"á.· fue-·'ieraaQe.r-.unente-eCíirriernéa;~ras "'mismas figuras fueron aprendidas por San Agustín en Alriea latina, por el pagano Libanio, por San Gregario de Nacianzo de Grecia oriental.. Este imperio litei<lrio se edífica bajo una doble referencia: 1) la sofística: los oradores del Asia :vIena!, sin compromisos políticos, quieren retomar el nombre de so fisL.'\ S, a los que creen imit.ar (Gorgias), sin ninguna connotación peyorativa; estos oradores de pura pompa gozan de una gran reputación;~) la retórica: engloba todo, ya' no entra en contradicción con ningu.na noc~ón vecina, absorbe toda palabra; ya no es una tejne (cspeclal) "ino una cultllra generol y aún mús; una educación nacional (a nivel de las escuelas del Asia Menor); el sophistes es un director de escuela, nombrado (J0r el emperador o por una ciudad; el !I'.aestro subordinado a él es el rhctor_ En esta tf'..5titución colectiva no hallamos nom bres que citar; es un e!1jambre de autores, un mo_'d!'0jeE~o cQ.(l.os:;idq_~.6.lo P8E~ ~'ida de los Soíistas de-·Filostrato. ¿En qué con'siste esta educáCion-cfela pala5ra'hn1avez maS tenemos' que distingujr la retórica sintagmática (partes) de la retórica paradigmática (figuras) .

---l., 5. 2. La áecIamatio, la ehfrasís

En el plano 5intagn:¡ático hay 1:1n..ejer<jc.t9_prep~onde~ant~:..la deCTañ1cítiolme7ét,i1;'-es-un'a-improvisación reglada sobr~_lU1_ tp.I11'a;¡;Or~jempi~: Jenoroñte--&~-niega--;i-Süórevivlr a Socrates, los <.:re(~n.ses sostienen que ellos poseen la tumba de Zeus, e! hombre enamorado de una est..1tua, etc. La :mprovisación relega a. segundo' plano el orden de las partes (dispositioj: puesto que el discurs~ __ <::ar~_c.~~--ge __ t.:!~ perstlap.iY.Q..~:-es-puramente ó'stentativo se. descstructum, se ntorñTza e:J. illla seiíe····süélta·· 'do' fúigmentos i brillantes, yuxtapueStos segú.n, un modelo rapsódico_ E..!.....pbl2.9n&...C!.e­estos fragg)~ntos (gozaba de una muy arta tasa)~l1iJfl.1 descrlptfo o ~riliasis. La ehfrasises un fragmento)intológico,! :ranS"fenole lfeu~cÜrS03.oti:()':esunadcsci:ípción reglada: de-1tlg:rre$:-le-¡:iei~1~aj()S:'{origeÍl-de lbs topoi de la J~dad,

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Media). Así aparece una nueva unidad sintagmática, el fragmento m<2nos extenso que las partes tradicionales del discurso y mayor que el periodo esta unidad (paisaje retrat.o) abandona el discurso oratorio (jurídico, político) y se integra fácilmente a la narración, en el continuo novelesco: una Vez más la retórica "muerde" en lo liter-dlio.

A. 5.3. Aticismo / asianismo

En el plano paradigmático, la neorretórica consagra la exaltación d~l "estilo"; valoriza a fondo los siguientes ornarnen tos: el arcaismo, lamctU:forarecargada~T8 antít:esi~, iacYáuSLila ·rítmica. "Este· barroquism o despertó 'su contrapar.­licia '-~;-'se "clesa'tó una lucha entre dos escuelas: 1) el atic~~ defendido principalmente por gramáticos, guardIa-=­nes del vocabulario puro (moral caslradora de la pureza que existe tQ-aa-VEr16f);Z) el asianismo corresponde, en Asia Menor, al desarrollo de un estlIO exUberante ha.5ta lo exótico" fundado, como el manieri..smo, en el efecto de sorpresa; las "figuras" juegan aquí un rol esencial. El asíanismo ha s.Ído evidentemente condenado (y sigue siéndo· lo por t..odn la estética clá:;ica heredera del aLicismo 3

).

A. G. EL TR1VJU/\,1

A. 6.1. '¡;;structura (lgonlslica de la enseñanza

En la...Antigüedad. los soportes de la cultura era.n esencíal­~léJlte la enseñanzao'rafy las transcrlpcionesaliS que podía d;;-illgarltratad os <lcTO'arniiticüsy-Itijnarae-'los lOgogrifos) . -PI. páfhr del s. VIII, la enseñanza toma un estilo agonístico, fer1~o"'·ae-una . ...@tuaCló'Íi--coi:ñpefitlvi1 aguáa--:-Las -eScüelas libres·-(}iiüto-aI.5s escueTiiSrñüñatares o epIscopales) se libran a la iniciativa de cualquier maestro, a menudo muy joven (20 años); lodo se basa en el éx.íto: Abelardo, estudiante muy dotado, "deshace" n su maestro, le quita el público que le pagaba y funda una escuela: ~ competenc§~ancie~ est~~ch.am.e.Dte ligada' al combateaeIasTc[eas: el mismo

:3. Aticismo: este ctnocentrllilllo coincide evidentP.men te con lo que se podría lJamnr un raciBmo de cla1!e: n~Qjul.Y que olvio::lar...queJa.e.xp~n "clásico" ("clasicismo") tiene como ori~Bñ1li op'ósición propues~Jlor Aü1q;:::G"elip (l;. II) entre efli!itb:t:.ClaÚiCiis)'-érproJéCariu-,-:·ruu.sión a la const(tución dé Servío'.rüíio que aividía a los CTúlGdanos según su forhm!? en clIlCO clases, la primera de 1M cuales era. la de 108 clas8ici (los prole tnrji enta ban ;uero de ICIS clases); cl6sk.a.....,por Ip-ta....!!!.t2-­etimq¡óRJcoml!~ierc ~;"'9ue perlc~lfEE.... u la _: a:en1u" GOcÍ9l. (nguezu -y¡;¡-;acr).

. Abelardo 'obliga a su maestro Guillermo de Champe¡¡ux ;:¡

renunciar al realismo; lo liquida desde todo punto de vista; la estructura agonística coincide con la estructura comer­cial: el scholasticos (profesor, estudiante o ex alumno) e6 W1

combatiente de ideas y un competidor profesional. Hay dos ejercicios de escuela: 1) la lección, lectura y explicación de un texto fijo (Ari6tóteles, la Biblia) comprende: a) la expositio, que es una interpretación del texto según un­~o d;Súbdivisión (~~;¡;-de locura ·~ri~1Ítica):~.bÜ~ .. Ji!áes:tfon·¿s-soñ-~~tes.i.s·.g~IJ?X:tq::'Qu_Et:m,iM~.!!.·~~~~.J.s!_ y .un. contra: re discute y se concluye refutando; cada razon debe ser presentada en forma d·e un silogismo completo; la lección fue poco a poco dej;lda de lado a causa de su pesadez; 2) la disputa es una ¿'crem~mia, una justa dial.éc­tica, ejecutada bajo la presidencia de un maestro; después de varias jornadas, el maestro determina la solución. _Se trillA, en su conjunto, de una cultura deportiva: se fonp9-D- .atletas de la palabra;la par¿iora-és-objetó-deun'p·rest~io y de un poder reglaIDentados, la agresividad está codificada.

A. G. 2. El escrito

En cuanto al escrito, no está wmetido, <:omo hoy, a un valor deoti(üréilidatf;lü·:gÚeJlQ-sOti"60lamélIT.l os ·autor no ~x:ist~alrededor-denextO antigu,o , único téito prac't{caaci1; en cierta forma administrado, como un capital renovado, hay diferentes funciones: 1) el $Criptor recopia púra y simplemente; . 2) el compilator agreg<l'lo a lo que copia, pero nunca algo que provenga de él mismo·;. 3) el commentator se introduce sin duda en el texto recoj:>iado, Pero sólo para hacerlo inteligible; 4) el auctor, por último, da sus propias ideas pero siempre appyándosc en otras autoridades. Estas funciones no están nítidamente jerarquizadas: el commen­tator, por ejemplo, puede tener el prestigio de que hoy goza un gran escritor (como sucedió en el s. XlI con Picrre Hélie, apodado el commentator). Lo qúe por anacronismo podría­mos llamar escritor es, pues, esencialmente en la Edad Medill: 1) un transmisor: que renueva una materia absoluta que es el tesoro antiguo, fuente de autoridad; 2) un combinador que tiene el derecho de "romper" las obras del pasado, a través de un análisis sin freno y de recomp<;>neri.as (si en la Edad Medía se hubiera tenido la idea ;de la "creación" que es un valor moderno, habría sido desacrali-zada en provecho de la estructuración). .

A. 6. 3. El Septennium

En el Medioevo la "cultura" es una trutinomia, una red

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funcional de "artes", es decir, de lenguajes sometidos a reglas (la etimología de la época relaciona arte con arctus, que quiere decir articulado) y a estas" art.-.::" se las lla~ "liberales" porque no sirven para ganar amero (E9r 0POSl­

cTc5I1atfSilrtes mechanicae, a las acCiV1c1aaes rnan~ son lenguajes generales, fU]osos. EstáS artes Iiberales ~cupan el lugar de esa "cultura generar" que FIaf9..1!~C}l"ªDá ~~ nombre y provecñ6\:hrl¡r::flIQ?J~ffi1,°--pero que luego fue réclain~ocrates,-Séneca) como propedéutica de la fllosofía. En la Edad Media, la filosofía misma se reduce y entra en la cultura general· como un arte eiüre otros (D ialéc t ¡ca) . L~~lm·ª_liº~~_~E:-._no_._PJ~ear¡L.Q.m:~ oJ.a filosofía.J?!:!lo para la Teolog!.a..J_ql.!~_.se. ma~_~l~~..e soberana,~. mente al maig-eñae-ras-Slete Artes, del. Sep'~~n,'1¡¡l'1L_J?.2I. q.uescíri-srel~'rE'nc·Ont:iam·o-sya"cn V airón una teoría d; las artes liberales: entonces son nueve (las nuestras mas la medicina y la arquitectura); esta· estmctura es retomada y codificada en los s. V y Vl por Marciano Capella (afrkano pagano) que funda la jerarquía ?el Sep.tcllni~r;! so~re un.a alegoría, "las Bodas de MerCltno y. F~ (Fllo!ogw designa aquí el saber total): Filo logIa, una Vlrgen sabIa, es prometida a l','lercurio; recibe como.regalode bodas, las siete artes liberales, siendo presentada cada una con sus slmbolo$, sus vestiduras, su lenguaje: por ejemplo, Grammatica es una anc!ana que ha vivido en Atica y lleva ves~anos; en un pequeño cofre de marfil guarda un cuchillo y una lima para corregir las falta$ de· los nií1os; Rhetorica es una hermosa mujer, sus vestiduras están adornadas cóñ todas las figuras, sostiene las annils destinadas a herir a los advers~!os (coexistencia de la retórica persua.'>iva y de la retorica ornamental). Estas alegorías de ~Iarciano Capella fueron muy conocidas, las encontra;mos reproducidas en est.atuas sobre la fJ.chada de Notre·Dame, sobre la de la catedral de Chartres, dihujadas en las 6bras de BotticelU. Boecio y Casiodoro (s. VI) precisan la teoría del Septennium, el primero incluyendo el Orgaflol1 de A.rlstóteles en la DialeG" tira, ~I segundo postulando que las artes liberales están inscriptas desde la elernidad en la sabiduría divina y en las Escrituras (lbs Salmos estñn llenos de "figuras"): la retórica recibe la caución del cristianismo y puede emigrar legalmen­te de la Antigüedad al Occidente cristiano (y, por ende, 3. los tiempos modernos); este derecho será confirmado por Beda, en la época de C?.rJomagno. ¿Cómo está compuesto el Septenniurn? p.rimerQ hay que rec~UJSe°·op~n.e: .por uria-'parte',-a -las técrucas(la:s- "ciencios", como Icngu?-jes cfésintcresados~ forman:· partlOdel Septennium) y por otra

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piJrte a la TeoloO'Ía; el Septennium organi3!!, la ~l1a~~r~~E. hum~ el! su h~manwaa; esta natílrruezo. solo' puede ser altÚ'ilc:la--pol' la EñCai'ñación que, si es aplicada: a una clasificación toma la forma de una subversión delletJguaje: el Creador ;e hace criatura, la Virgen concibe, etc.:, in hac uerbi copula stupct omnis regula. Las Siete Artes se: diyídJm en dos gruQos .ctesi~es ,,--<:we_~c.q:rr.e222.I!)j~!!..~ l,,:s:¡-_9..~-Y.!.f.!:; (~ae) de la sablduga: elTrLt¿!Y!!!..92:!-e ?C?mprende Gr.rz.rnma4-ca J2jalecJ..ic.CJ....::L.Rhetark.q; el Quadrwll.lIn S,!!e comprende: JW~sica, Arithmetica; Gt?.ometr&.~cl§trOno_'Z!~q .. {~~Cll~LP_q se agregara- 1!l~~cio~r~ .L~ _, qr.C?si~l~!1 __ qe~,_n:j.l:!,i~~ . .,X. _~~! Quaarrü,um no.es.1a de ras l~tra" y las ClencJ.aS; ~?,rnas:pI~n la-ae'o' tossecr'ctos de"hi palabra'~'y'16s- se'cretos de la natur~lez~4·. .... .- o •••• -. -- --~,,---.---

.-- .' ..........

A. 6. 4. Eljuego dia~rónico del Triuium

El Trivi.wn, (que es el único que nos interesa aquí) es una t~mia de lu!!:l'!..bra~ prueba el esfuerzo obstinacTciC1eT :Vledioevo para fijar ellugnr de la palabra en el hombre, en la naturaleza en la creación. La palabra no es entonces, como lo fue d~~~l_ un-y-e.hícl.l.lQ, ... mt .i!!;SJ~!?ª?..; . ..!.~ n:-~(f~l'ón d,S02..@-º.9.§~Ll?J~¡~.¡J~~~:.~l1}i9,t:1to" p~si~n)j_ ella absorbe toOo lo mental: nada de vivencia Ol de pSlcologla; IR palabra no es expresión, sino· que es inmediatamenle construcCl<fñ-:Lo"que hay-o'dé ú1reresante-' en el Triv(um es, pues, menos .. e,1 contenido d:! cada disciplina, que el juego de estas tres disciplinas entre sí a lo largo de diez siglos: del s. Val s. XV, el leadershio emigró de un arte a otra, de modo qu~ cada etapa de la 'Ednd ~ledia ha caído bajo la dominación de un arte; alternativamente, es !a Rhetorica (s. V-Vil), luego la Grammatica (s. VIII-X). luego la Logica (s. Xl-XV), la que dominó a rus hennanas, relegadas al rango de parient.es pobres,

! .. Existía un.3 lista mnl!motécnica de I2.s slet9 arres Gram (matica) loquitur. Diu '!eclica) \'era docet. Rhe (tonca) verba colorat. Mu (si~a) canit. Ar (íthmetica) numerat. Ge (ometna) pondcmt, .115 (tronomla) colit a.<;tr3. C)13 alegoría de . ..IJain de Lille explica el sistema en tocL1 su complejidad: :as Siete Artes son convocadas .proY~r de un ~arro 3

?rlle/entia qu~ trala de guiar al hombre: Grammatlca proporcIona el timón, Logicc. io Diai~ctico) el eje, que RhetDnca adorna,con joy~; el ol,lndrivium o~~ce Ins CUlltr.O ruedns, los caballos son los CinCO sentidos I!'njaezados por RaUo: el liro m3.rcha hac~ los s."lntos, ho.do María'y Dios; cuando alcanz:\ los I imites dI! los [loderes humanos, Theologla :eleva a Prud¿.~da (la I::ducaci6n es una redención),.

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Page 13: Barthes - La Antigua Retórica

rU-IET01UCA

A. 6. 5, RHETORICA como supLeme.l1to

La Ret.órica antigua había sobrevivido en las tradiciones de algi:lI~as escuelas romanas de la. Galia y entre algunos retoncos galos como Ausonio ("310<-~93), grammaticus y rhetor en !3urdeos y Sidonio Apolinario (430-484) obispo de AuvenlJa. Carla magno incluye las figuras retóricas en su refonna escolar, después que Beda el Venerable (673-735) cl)stianiza1'3 por cO,mpleto a la retórica (tareG iniciada por ~<m1\:1?U~~1~=-Y-=-Ga.~-.r9_d_~r,?·,--m(jstr-ando quEn.a'-BrGlia-i::i:üsfifa esTa lle--.nq,_9~_~n~~. La retórica no dominamucno tiempo; rápidament.e queda "bloqueada" entre'la Gramma· tica y la Logíca: es la parienta desdichada ,del 1'riuium, dcstínilda sólo a una hennosa resurrección cuando pueda revivir bajo las especies de "Poesía" y, de \.U12. manera más general, bajo el nombre de las "Letras", Esta debilidad de la R:~lÓri~~mp~gueñecida por el triunfo -cf~lCiSTeñgua}és c'a.~j.radQ.rgs_, __ gramaEíca-'(recordemo:;-laíiffia)'-c1 cudiil.iü-de ry.r~~'15~ .. 9~p~lia) -Y-16gycá-;-aeriva -qiiizás· de que"fTIHirue e!~D~e ~.a:cia-lo~ll@:-es Cleéir;ñiCi<i-l0 que se re,rmta mesencial -respecto de la verdad y de los hechos, (primera aparición del fantasma referencials ): apare­ce enWnces como lo que viene después6

, Esta retórica medieval se alimenta esencialmente de los tratados de Ciceróh (Rétórica a Herennio y De inuentione) y de Quintijjano (mejor conocido por los maestros que por los a.lumnos), pero produce por su cuenta sobre todo trat.ados reiativos a 105 ornamentos, a 1.1.5 figuras, a los "colores" (colores rhetorici) o luego, artes poéticas (artes versifica to­rine); la disppsitio sólo es abordada desde el ángulo del "comienzo!;...del-d{¡;-c):i~-for'do-·artTfiCi(jlTi, ordo~ñaruroz¡sJ; láSfíg'ü!aí; destacadas [ion sobre ·todp de- amplificación y de abreviación; el estilo es referido a los tres géneros de la

5. Este fantasma merodea siempre, Actualmenlc fuera de Francia, en ciertos países donde es necesario, por oposidón al pasndo ·colonial, Ieducir el francés n la condición de un idioma extranjero, be oye afinnar que lo que hay que enseña!' es sólo la lengua francesa no la literatura; como si hubier:l una distancia entre la lengua y la literatura, como .si la lengua estuviera aqui y no allí, como &i se le. pudiera detener en alglin lugnr, más nllú dcl cual sólo habría suplementos innecesarios cumo la literatura. 6. "S~prcmCJ monus apponit, Op1.l.SltIJ.e ¡;ororum

Perficit atqul! ¡;emel factum pcrfectíl/S omat, " (Lu Retórica) da el último toque, umnina la obra de rus hermana.sy adorna el hecho de una fonna ro..ás lograda.

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rueda de Virgilio 7: grauis, humilis. mediocrll.5, y a dos

ornamentos: facile y diftic.ile,

A. 6. 6. Sermones, dictamen, artes poéticas

El dominio de la Rhelorica abarca tres cánones de reglas, tres artes. 1. Artes sermocinan4L:_SQn las art.es oratorías en gene!,U}, (objeta de la retórica propiamente d¡cha);-escrecIr~­C!~toE~_~~~ esencial~ ~_n_t?_. los ...sermOI1.li __ iU:!~Wsos -:p-u.r:.~né:~ ticos (que exlio'rtan a la virtud); Jos sermones pueden ser escrito's'-e'ñ '''doSTénguaS:SiññOñes ad popuJum (para el pueblo de la. pfu.--roqu~), escritos en lengua vernácula y semlOnes ad clerum (para los Sínodos, las escuela.<;, los monasterios), escritos en la'Lin; sin embargo, todo es preparado en latín; la lengua vernácula no es más que una traducción. n. Artes dictand~ ars dictaminis, artc epistolar; el crecimiento d e'la aoñUñtstrac{Oñap'ru-lli--de-Cái-l o mágno , des~olla una ~eoría de la cOITcsponder~cja ac!!p.É1is~r~~~v..2-: el dictamen (se trata de dIctar las cartas); el dictaior es una profesión reconocida, que 52 enseña; el modelo es el dictamen de la cancillería papal: el stylus romanus domina todo; surge una noción estilística, .el cursus, cua.lidad de fl~idez __ ~Q;::'G.a.ptaOáa-tia';·és de-crúkiios--·di-Iitmo y ~c~ñtuaciqn. IIl. Artes-'poét'icae:la---¡:lo--eSla' inL'egrO---primero el dictamen (la oposición prosa/poesía es desdibujad2. durante mucho tiempo); más tard~ las artes poeticae se hacen cargo del rythmicum, ~ornin de la Grammalica el verso latino y comienzan a apuntar hacia la "literatura" de L:naginación. Se inicia una recomposición estructural que, a Lnes de] s. XV, opondrá la PrimeN! Re tórica (o ret.órica general) n la Segunda Retórica (o retórica poé.t~ca), d.:: la que surgirán las Artes poéticas, como la de Ronsard.

7. La rueda de Virgilio es una clasificación figurada de los tres "estilos "; co.dll uno de los tres sectores de la. rueda reúne un conjunto homogéneo de ténninos y símbolos:

ENEIDA BUCOLICAS GEORGICAS

gravis StylU5 hwnilis stylus medioclUS stylus miles dominans pastor OtioSU5 agricola· ., Hcc ror, Ajax Tilyrus, MclibO(!us Tri p t:.o 1 e ro U/; equus ovis bos gladius baculus a ratru m urbs, cnsttum pnscua ngcr lnurus, cedrus Cagus pomus

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Page 14: Barthes - La Antigua Retórica

GRAMMATICA

A. 6. 7. Donato y Prisciano.

Después de las invasiones, los líderes de la cultura so~ ~os celtas, los ingleses, los francos; deben aprender gramatlca latina; 10's carolingios consagran la ímportanc!a de la gramática con las célebres escuelas de Fulda, ~; Samt.Gall y de ToUrs' la gramática introduce en la educaclOn general, en la poesía: en la liturgia, en las Escrituras;~lla, comprcn~.:.~ junto n la gramática propiamente dicha, la pó1!sr.r,ra.-meíh~ yr-ciert¿j--riKuras:--Las-'dos-grru1"aenütOriaaaes grarna~icares d~ ad Meaia -éóñlJonato.~Y-J!tisciat:t.o·:·I:-·Dóñaft:Y (hacia 3'5'01 produjo tina ~grarriáiíc-á abreViada. (ars minor) que estudia las ocho partes de la oración, en forma de preguntas y respuestas, y uno. gramática desarrollada (ars majar). J!.a fortuna de Donato es enorme; Dant~10 coloc~~en el cielo (aT ~-:t]iqGIa.ió):Jilgunas de' sus''j:iágina~se -Cónt.aron entre l.a~~tprimcras impresas, al igual que la~ Escnturas; dIO su nombre a tratados elementales de gramática, los dónatos. II. Prisci:mo (fines del s. V y comienzos dei s. VI) era un mauritano Drofesor de latín en Rizando, alimentado en las teorías gri~gas y en especial en la doctrina gra~.atica1 de l~s estoicos. Su Illstitlltia grammatica es lmn gramntlCa normatI­va (grammatica regulans), ni filosófica, ni' "científica"; apareció en dos resúmí'nes: el l!iscianus. minar estudia ,la construcción el Priscianlls maJcr f~studla la morfologla. Prisciano of¡ece much6s ej'emplos tomados 'del Panteón griego: el hombre es cristiano, pero el r~tórico puede ser pagano (es conocida la.,forl\.\na de est~ d~cotor;l1a). Dante." cnria..a..P..rjs.c~g.no a lós infiernos, ~_~.~pt'?.1~S!~culo-;CUIe íO~..5odomi tas: apóSUiur,-15oi'facno, 10co-;-p~E.o.J~.E.ulado ~D" g1=8.Il sabio. Do·nato·YP?lsc·i8.ño represcntáfón la ley absoluta -=siivo'Ci:iando no concuerdah con la Vulgata: la gramútica, entonces. sólo podía ~L.QQIThE..tl~a, porque se érela que tás "n~oras""de' la -locúción habían sido inventadas por los gra~átícos; éstos fueron' ampliamente difundidos )~or los Commentatores (corno Pedro Helias) y por las gramatlC3s en verso (de gran allge). Hasta ·el s. XII la Grammatica comprende la gramática y la poesía, trata a la yez de la "precisión" y de la "irriaginadó n "; ~.e las letras, sl13b~,. de la oración. del. período, de las tlguras! de }8. metnca.; abandona muy pocas co~~ a la Rhet~rrca: .S?lo alg-..tI??S flgllrus. Es lJhé1" cle'nclafundamental;-lígada a una e th!Ca (partede lá sabiduría humana, enunciad~ en los tex~o~, fuera de la teología): "ciencia del hablar bien y del escnbu

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bien", "cuna de toda filosofía", "primera nodriza du todo estudio literario".

A. 6.8. Las Modistae

En el s. XII la Grammatica vuelve a ser e~.cu!ativa (ya 10 tíaI5ía-m.GCiCOñ.los estolcÜsj-'-Lo quese lla.ma-a.::a~~!~~~ especulativa es el trabajo de--un-grapo de ~~.~tlcOS llamados-'1'íwdiStde ..... porque' escr:i)Jjer'on·tratado~írrtlfiiIádo3 "lJrrrm'diiS·¡g¡fifiCg..ñ""?l~mUchos eran orlgmanos de la provmcla monastÍca de Escandi~~a, llamada ent0!lces Dadas y más rccientemcn~cfe .P!M.IEru:~. L<?s ModlS~ fueron denuncÍBdos por Erasmo pornaoer escnto en latm bárbaro, por el desorden de sus definiciones, por la :xcesiva. sutileza de sus distinciones; de hecho ellos proporclOnaron los fondos a la gramática durante aos siglos y les debemos Lodavía ciertos términos especulativos (por ejemplo, instan­cia). Los trat<ldos de los Modistas presentan dos for~as: los madi minores, cuya temática aparece modo pOSitIVO, es dedr, sin discusión crítica, en forma breve, clara, mt:y didáctica, y los modi majares, en forma de ~la~sqo. disputata es decir. con eL. PJg .. X._.~!.._~o.l1tra} .JI)~ª}!l12.te ptcguñ€atca~. ve~'::.lTi.iSC~~iiec~aliz!..das: C?ada tn\t.ado cor~l­pr'e'iicle--'ifcis part~, a la manera (le ~nsclano: Ethy;rlOlogLa (morfología) -la falta de ortogrnflu es de esa epoca y corresponde a una falsa etimología del término Etirnolog(a­\' Diasvnlhetica (sintaxis). pero está precedido de Wla

introdu"¿ción teórica sobre las relaciones entre los modi essendi (el ser y sus propiedades), los madi ,intelligendi (toma de posesión del ser bajo sus distintos aspectos) y los madi significandi (nivel del lenguaje) Los modi significandi comprenden, a su vez, dos estratos:' 1) la designación corresponde a los modi signartdi; sus elementos s,bn: uox, el Eignificanie sonoro y dictio, palabra-concepto, ~emalltem~ genérico (en dolor. doleo, es la idea de dolor),; los modl .,izrzandi no pertenecen todavía al gramático: uox, el significante fónico, depende del philosophus natllrali~ (noso­tros diríamos del fonético) y dictio. en tanto remite a W1

estado' inerte de la p~.labra que no está aún animada por ninguna relación, escapa a1 lógico de lá lengua ~correspon­dería a lo que llamaríamos lexicografía); 2) el rlível de lus madi significandí se alcanza cuando se agrega. a'ja designa­ción un sentido intencional; a est~ nivel, la palabra, neutra en la dictio, es dotada de una relación, se capta en tanto ':constructible "; se inserta en la unidad superior de ,la frase y depende entonces del gramático espéculativo, del lógico . de la lengua. AS1, lejos_~~~E~?~.~a.r:. ~.~os Modistas, COffi? s~·

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Page 15: Barthes - La Antigua Retórica

hn hecho a veces, el haber reducido 8 lengua a una noménCl"atYbi.;·há~;;~··feljciLarlos··por--hab·e: hécho· todo lo ~oriti~ar;o-: P~ª.i!0s h~J.e_¡j·~a":ho_ co_rrííeñza.·enla ~'ctio y en elsTlsifí(ica tu111. esaccir. en la pilabra7s1g:¡;l0. smo_ er: e; cOns¡gnz7í·catum o--cÓñstiiiclibrle;és"Oecir, en la relacion°. er el inter··signo: se c~nced~un....PTL0.l~gi!L9~.J..yndad.JJ.La_ k s1l1t~lS;~_~n~a reacción y no al sernantema. er; una-paIilbra, a 4~.~~tructuroción, que sería .qu_~ª~¡:a_m.~jo.! rí1arief¡iac-~cfücir .nlodii.s ·Significandi.. lI~D·_:.l.2~!:~un ciene p-:n-efitéS"Có-entré los l\·1odjst.a~ y algunos est~~turalisL1s rifótHff~HJemsie-"; .. y ·-¡a--glCiserrlátiCii, . en o"insKS---S;· la competeñéia): la lengua es una estructura y esta estructura está en cierta fOriña-""iiaranüzaaa" ·por 1a ·estructura del ser (rñóClí"eSserrmry"por la de la ~[ñfOclfTr¡teUíg-Óiai):~a!' u~Jrol!2J11P!.!3V!.!i~~cs~!is.; esto era, r:uevo pues se cn~~~ ComUITlflente que ha151a tantas gramatlcas como lenguas. Grammatica una et eadem est secundum substantiam in omnibus Unguis, hcct accidentaliter varietur. Non erfo grammaticlls sed philosophus proprins naturas rerum diligen. ter considerans . .. grammaticam invenit. (La gramática es una e incluso en' cuanto a la substancia, en todas las lenguas, "aunque pueda variar por accidentes. No es, pues, el gramático, es el filósofo quien, median:e. el examen de la naturaleza de las cosas, descubre la gramatica.)

LOGreA (O DIALECTrCA), , ¡" .. 0·- : .... :..~~ .. \.:~.'.~~

A. 6. 9.,studíum y. Sacerdotium . '. I 1,:' (,J ... ). .. J ...

LQ.~gikÍl::.Ji9min-a en lq.L$,...xII....:.Y.);lJ~j_ ~ecl!..~a a la Rethorica v absor5e~:ra:Gr.am~gtica. Esta lucha ro-fuá la roriila:-d~ :;-~onflicto de escue!a<; .... En la prlrnem mitad del s_ XII las escuelas de Chartres desarrollan sobre todo la enseñanza de in Grarnmatica (en el sentido amplio con que se definió): es el studium, de orientación literaria; contraria­mente la escuela de París desarrolla la filosofía teológica; es el Sac~rdotium. París triunfó sobre Chartres, el sacerdotium

. sobre el stud¡um:-ra-arám--;:;Wtíca:~l~Og:@a; e~compana ae un retrocesode la litera pagana, de un gusto acer;tuado por la lengua v~rr:ácula, d~ una retracción del humanismo, de un mOVlIDlento hacill_ las dÍEciplinas lucrativas (medicina, derecho)., La Dialectica se alimentó primero de los Tópicos de Ciceron y de la obra de Roecio, primer introductor de Aristóteles; luego, en e~ s. XII y en el s. XIII, después de la segunda entrada (maslva) de

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:Aris tó te les , de toda la lógica ansi:.otélica que se vL:1cula con :'el silogismo dialéctico ls:-~ - .... -. . -.'A. 6. 10. La Disput.atio

ia Diafectica es un arte del discurso vivo, del discurso entre :dos. Este diálogo no tiene nada de platónico, acá no se trata :de una sujeción orincipista del amade al maestro; el diálogo :es aquí agresivo,-ti~~~~~oyr~.~~~_~a yjctoria,.Q..u~:i1?~ ;prcdefcrrnmadá: es una batalla ~c sil~ism..Qs, Aristoteles puesto enesceñi:ijroTao~-prota.góríiStás. ASÍ, la. Dialectica terminó .por confundirse con un ejercido, un modo de exposición. una ceremonia, un deporte, ~ di~.I!:~c:.~i<?).~ podríamos llamar: coloquio de oponen~1LEI procedimlen­to-(o~'-el--protocolo) es~-el"·def'-Sjc .et Non: se reunen testirnonioscontraructorios sobre una cuestión; el ejercicio enfrenta un oponente y otro que resppnde; éste último e~ por 10 general el candidato: responqe a las objeciones presentadas por oponente; como en los concursos del Conservatorio, el oponente es de oficio; es un compañero o bien es nombrado de afielo; se expone la tesis, el oponente la contradj~e (sed contra) ~~atp r!.?p~z:¡.(ie (:-espOn­deor;~s:gJ..1~ills¡Ón ... l~"~~~_~~es_~t~~.: . .9':le. pres~:.. L,: c.(ispulatio iny_~de __ .. ~()?_(( .. es un. aepone: los maestros

E. Al indicar algunas fuen1es antigu.as de la Edad Media, dcberiio~ recordar que el fundamento íntcrtextual, fuera de concurso, por aSl

decir. e!,_ &icllli'~~-c i~cli.i66~~~ .. ci~rto_~nt~do .• "~~t:-Jes contra ~~ Pl.at.ful:.f~sm.J1:\.º~a.rcialmen\..e por ~óW,,~CUS~l.~ rulfileñfo. ell.il-&igl~~~liüÚe..s~~_uela hle!.#.!3 • oPuesta a !!i_~~)¡L.(hd~a.ris.Jógica-.aris.tQ1.ªLgI.) "'! "i'Ti--aT:íád~a de SlÜnt.:victorj no obstante, en el siglo XIII, 1M úmcas trad~cclonl!s verdaderas son las del Fedón y del Menón, por 10 uernas poco conocidas. En 10G siglos XV y XVI, seLe<;ata~u_n.JIJ~te~.l~cha ~ntra Arislótclc!l cññ6iiib"i~"'P1ñtoñ\MürsUi9 Fi~ino ~\9rd~9 Eruñ* EñC"ila"ñt";-;- ArLstÓt.ele¡-entro·e·ñeCMedioevo -eñ dos oporturiiaa~Ue"S: la primera vez, en los si~los V y VI, parcialmente a través de Man:iano Cllpella, ele las Calego~¡"as de Porf~rio y de ~oecio: la segux:d~ vez, decididamente en 105 Iil[:los x.n y XlII: en el 61g1o IX todo Anstoteles había sido traducido al árabe; en el Xli, se dispone de traducciones intl.-gÍ-ales, (;ea del griego o del ~~be: se trata de t1;n ingreso ~~8ivo de los Segundos AnnJíticos, 105 Taplcas, IIlS RefutnclOnes, la F JS1Ca y la Metafísica; Arjstólele~_~~ cristianiza~?_.J~.E? .7o~?s). ~a _ terc_e.ra entrada de .A1ilf!Onre5 seia-ia"rle""&1f'Poetica. en e1 &1g¡o_XYl.~n I~~ en'c1 til lQ2Y1Gn.f.~illii.ri: .-- _.,-_.-_ .. - .. _. . ~--~- .. 9~i.¡m.a·11lUérte de Cristo en la Cruz es asimilada al libreto de la Disputatio (algunos encontrarían hoy &.acrílega esta :educci~n ~e la Pasión n un ejercicio de escueln; otros, por el contt:ano. a~m~arnn l~ libertad de espíritu de la Edad Media que no en\'olvla con mngun t~bu. al "drama" del intelecto): Circa tertiam ve! liextam ascendunt moglStrl (in thcologia) collledram suam ad disputandum et querunt un~m questionem.· Cuj l]uestioni respondet unus aESistentium. Post Ctlll.l~ respollsionem magjsier determina! questionem. el quando uult el

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Page 16: Barthes - La Antigua Retórica

disputan entre ellos, ante los estudian tes, una vez por semana; los estudiantes disputan en ocasión de los exáme, oe;>. Se argumenta, luego de pedir permiso al maestro­presidente mediante un gesto (de estos gestos hay un eco paródiCO en Rabelais). Todo esto está codiiicado, ritualiza­do en un tratado que reglamenta minuciosamentB la disputaqo, para impedir que la d:íscusíón se desvíe: el Ars obligato'ria (s. XV). El material temático d~tio proviene de la parte argumeñtativa de la reTóri~stotélfca (c["e·lo-sTop Icó~rn6arZ:aTaKIñsOlüq¡1ichJ2iQ~dOñéSm uy dífíC11:ey.--=n,e:::a.;f.m..q~.tr~,!.)~i~'p'~~?,L~!!f~1_t~si§~l:!e a~efen:a tocros cO\~o unPOS1~~S, }a~ ~O[IS.~~~.~,_ ~_~q.~e_~~s o par2.9gt;~ mo~slrverral-grueso de las dlsputatlOnes,

_.., ___ .a __ ~"'''''''~'''·-··''''· --. __ .... _~ __ -~ ' • • _ ................. ..... ~

A. 6. 11. Sentido neuró tico de la disputatio

Si quisiéramos evaluar el sentido neurótico de semejante ejercicio, sin duda deberíamos remontarnos a la majé de los griegos, esa especie de sensibílidad conflictual que hace intolerable para un griego (luego para un occidental) toda. puesta en contradicción del sujeto consigo mismq,; basta~' fo~nlñfe~~~~eéú-~-;.-ec¡ucirlo. ..... eii:m.i-"" _ñarlo)_ª.!2~: Calicles (en 0lGorg"¡Z¡sT~deJ~Cd-é'-responder antes de contradecirse. El silogismo es el auna misma que perm.i_t...~_,e~.t<})iQ!-ildflc.!.ªn,:es el cuchillo q-ue no se meiia pero qTié-inella: los dos antagonístas son dos verdugos _que tratan d~~~r~._~~,~ó~(.ª" (de" aHí el episodio mítico 'ae Abelarao t el cnstraaor-d3strado). Por lo viva, la e)..--plosión neurótica debió ser codifi~jd3, la. herida narcisista limüada: se transformó endepoite a fu lógica (como se transforma

": J - " '-' ------. - ... _

-~,~------------------------deferre et honúrem {acere, ,'nihil cliud dctennjno( quum quod di."Cerat respondens. Sic iecit nadie Chri.;tus 1'71 eruet!. [mi asecndit ad . displJtondllm;' et proposuit unoTTi questionem Deo Patri: Eh. Eli. larnma Sllbatchani, J)cus, Deus trr¡!us. quid me dereliquisfi: E¡'Pate1" r~spondit: Ha, Fili m¿ opera mcn¡.lUm tuarum ne despicias: non ením . Pata rcdemit geTw,<; ¡¡[tma/lllm sin'! le. Et ille responderlS ait,' Ha, Pater, ven e determinasti quest:'oflem meam, ,'Ion determinabo ecm post responsioncm (!.lam. Non .,iC[lt ego !'.'O/o, sed icut tu vis, hat uO/llnlas tua. (Hacia la tercera o la se>:; t.a hora. los maesb:os (en Teología) suben a la cáted!a para, dist:tltir y plantean una pr!:'gunl:a, .-\ esta pregunta responde unÓ de los a,~istentcs. Luego de su respuesta, el maestro eierra 13. "qu:H?stio" '! cuando quiere hacerle un honor no saca ninguna conclusill1l fuer:! ce lo que el Que respondió hava di~ho Así pro,cedió un día Cristo en [a',Cruz, dondesehallnb:1paradispu~~ propOniendo €!Sta pregunt? a Diros Padre: Eli Eli, lamma sahachtaoi Dios. D~;>s rr:.ío, i..por Qué me has abandon'ado? A lo que el Padr~ respondlO: "{¡Jo m,lo. 1\0 desprc'CÍcs .J:l..S obras de rus rn~nos, pues Dios Padre no ha podIdo re!>Catar al genero humano sin ti, Y el Cristo respon~ió: P:tdre m ío. has satisfecho m uy bien mi pregun ta, 00

agregare nada a tu rc:;pu~st.1, P.tc,)

,.., r

hoy en fútbol l~ reserva conflictual de tanto~J?~9l.9S. en purtícUTIir los súbde!:laJ!9Ü,ados-u-OR'(.ullldos): es la er(~ P:.iSc!'á.lVí&'"é'Sfeprobll'fma7'poreso"qtIiefé éV1t.ar la puesta en contradicción radical del otro consigo mismo; quiere "re­prenderlo" sin herirlo de muerte, mostrarle sólo que es necesario "completar" (y no renegar). La disputatio ha desaparecido, pero el problema de.las reglas (lúdicas, ceremoniabs) del juego verbal se mantiene: ¿cómo discuti­mos hoy en nuestros escritos, en nuestros coloquios, en nuestras reuniones, en nuestras conversaciones y hasta en las "escenas" de la vida privada? ¿Hemos tBrminado con el silogismo (aun disfrazado)? Sólo un análisis del discurso intelectual podrá algún día responder con precisión10

... L 6_ 12. Reestructuración del Trivium

Vimos que las tres artes liberales libraban entre sí una lucha por la superioridad (con el triunfo final de la Logica): es, en vp.rdad, el sistema del Trivium, en sus fluctuaciones, lo que es significativo. Los contemporáneos han sido conScientes ele esto; algunos intentaron reestructurar a su modo el conjunto de la cultura hablada. Hugo de Saint-Victor (1096-1141) opone a las ciencias teóricas, prácticas y mecánicas, lli ciencias !óg1cas: la [,ogica abarca el Trluiu m' en su totalidad; es la ciencia com¡;leta-derléñ-güñJe'.--S[~­Buenaventura' (1221'-1.274) ~ trata 'de"aíscfpTiñai todos los conocimientos sometiéndolos a la Teología~ en particular, la Logica . o ciencia de la interpretación; o coro prénde la Grammatica (expresión), la Dialectica (educación) y la Rhetorica (persuasión); una vez más, aun si es para oponerlo a la naturaleza y a la gracia, el lenguaje absorbe todo lo mental. Pero sobre todo (pues esto prepara el futuro), a partir del s. XII, algo que sin duda hay que llam('lr L.etras se' separa de la filosofía; para Juan de SalisbuIY, la Dialectica opera en todas las di.5ciplinas cuyo resultado es abstracto; la Rhetorica, ai contrario, recoge lo que desdeña la Di~lectica; es el campo de la hipótesis (en la antigua retórica, la hipótesi:; se:>pone a la tesis como 10 contingente a lo general, cf. :"'1fra, B.,1.25) es decir, de tDdo lo que implica circunstanc~ concretas (¿Quién'? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Por ,qué? ¿Cómo? ); así aparece una oposición que tendrá una gran fortuna :-nítica (todavía dura): la de lo concre,to y lo abst:racto:, las ~etra5 (hij!S _~~':!- B.~~~~~0!t~_e~~!Lc.o!J.cnrt.1J1h la Filoso!ul\,-n1J::ni-e-ravw7ectlca) sera aostraCk'l., i,

..... - .. -- ........ - . ". - . _ ..... -- .--" - ... -"'-' ',. - '

._-----_._--------- ------_.--------!'j Perelman, Charles) y ·Olbrechts·1'ytcca (L.), la NOill'e/le Rhé­tcrique - Trait¿ de /'..-l.:-gunlcntarion, Pans, PUF, 195i1 (2 vol.).

Page 17: Barthes - La Antigua Retórica

A. 7. MUERTE DE LA RETORICA

A. 7. 1. La tercera en troda de Aristóteles: la Poética . ; . .

Vimos . . que A:t:istóteles entró dos veces en Occidente: una en el:-s:VI con Boecio, otra en en¡;'xrfa-p'artir de los árabes. Entrá:'iiúife'rcera 'vez, <:on.su:P.o~{ic{¡';:'EstnPO·énca fue p;co conoclQa en la Edad Media, salvo a través de resúmenes deform~~tes; ¡:~o en lj.9_~~ció e~~'CiUa.prlmera t~~uccl0.E_ ._~~~~?J~~§1_a..~S2.Q~I.igillill; en 1503, · la pnmera edlClon en gnego; en 1650 la Poética de Aristóteles es traducida y comentada por un grupo de eruditos italianos (Castelvetro, Scaliger -de origen italiano- el obispo Veda') . En Francia, el texto mismo es poco conocidc; fue a través del itali¡l.n.isrno que hizo irrupción en la Francia .del s. XVli; la~~lleraci~}] _de.}630~úne él. los ;ievotos de _-\.ristóteles.iJ.~ POétlc~.'y'P..9-rt~ .al Cl~:~;}H~mO frances su elememo princip~: u~~~.o.F.! ~ sl.QJp- vero SÚnil ;:eUa-~gcoti1gOcfe l.i . t t áéñcion 11

literaria cuyos teóricos son los autores y los críticos. La Retórica que tiene princlpalmente por objeto el "escribir bien", el estilo, queda. restringida a la enseñanza donde, por otra parte, triunfa: es el dominio de los profesores Uesuitas).

A. 'l. 2. Triunfante y moribunda

La r:2 tóricil tliunfa; reina en la enseñanza. La retór¡ca agoniza: restringida a este sector 1 cae poco a poco en un gran descrédito in telectual. E¿E-9~scréCÜl.lL~uJ..t.9.M • .de l'U2.~o~oci9..l1 __ dEuw_n_~.evo valor,Ja eViaencia (de los hechos, de las leTeas, de los sentimierifos), -cj.ueséD~it3!.Asi...t;pjs~o . .y. lJ.s:s.cinq~ (o cree prescindir) de1'lei)guaje 0, al menos, pretende . sentirse de él sólo como~e un Illstrll~~i)~~ llreU' 'la, e una expreSlOn. sta 're\tidencia" toma, a pD.ñ'ir118r' ;'XV( tres" dlieccúmc~: una evidencia personal (en el protR.stantismo), una evidencia racional (en el cartcsia­rúsmo) y una evidencia sensi ble (en el 8ID pírism o). La retórica, si bien se la tolera (en la enseñanza jesuítícn), ya no efi en . abSOluto una .lógica, sino sólo un color, un adorno, al que se vigila estrechamente en nombre de lo "naLural". Sin duda había en Eascal una cierta postulación de este nuevo

·espíritu, pues a él Se debe la Anti-Retórica del humanismo moderno; 10 qUePascat plrre-e-surraretóIic¡r {UIl--artccre ~rñiCñGJíSfa, sensible, como por instinto, a la complejidad de las cosas (a la "fineza"); la elocuencia consiste, no en aplicar al discurso un código exterior, sino en tomar conciencia del pensamiento que nace en nosotros de modo de poder reproducir ese mOvimiento cuando

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hablamos a OUO, conduciéncioio así hacia la verdad, como ¡;j él mismo, por sí 5010, la hubiera descubierto; el orden del discurso no tiene caracteres íntrínsecos (claridad o sime­tría); depende de la naturaleza del pensamiento, a la que debe conformarse el lenguaje para ser·correcto.

A. 7. 3. La enseríanza jesu (iico d e la retórica.

En la baja Edad Media, como vimos, la enseñanza de la retórica fue algo sacrificada; sub.s{stía: sin embargo, en. algunos colegios, en Inglaterra y en .l\..lemania. En el 5. XVI, esta herencia se organiza, toma una forma estable, primero en el gimnasio· San Jerónimo. fundado en Lieja por los jesuitas. Este colegio es irnitadq en Estrasburgo y en Nime~: se ha fijado por tres siglos la fprma de lu enseñanza en Fra.ncia. Cuarenta colegios siguen muy pronto al modelo jesuítico. La enseñanza que allÍ' se imparte es codificada en 1586 por un grupo de seis je:;u.itlls:es la Ratio Studiorum adoptada en 1600 por la Uruversidad··üe--Paiis:-EsLa Ratio có"ñSág1'~Cla-preponderancié\ de las "llumanidades" y de la retórica latina; invade Europa ent,(!ra, pero su mayor éxito se da en Francia; la fuerza de esta nueva Ratio deriva, sin duda, del hecho que hay, en la ideología que legaliza, identidnd entre una disciplina escolar, W1a disciplina del pensamiento y una disciplina de lenguaje. En esta enseñanza humanística, la retórica es,la materia ~_!?ore,-::ta~~i.ª-Cj,IUina tedo. _Los Úlliw!)-'p):eiUios' éscciláies- son 'los premios __ de retórica. de tradtlCCió'ii-yde-roelriHña~" pero-r

el 'preaúo de Ret.~~.i~a, concedidoáJ- ·térw.i!fA~(1g, '.~ :fóñéUi:soespeclal,' ·designa al mejOr aJumñó-;a quien se llarni-des-ac-e~[.roohí.e..'itO-{títüTos significativos) imp'eiiiféiro-tiiolÚio(nü olvidemq;¡ gue la . paja15ra es un pooer -y -llaS'ta:Uñ. podcrpolítico). Hasta a1recreaor aill.:-ano 1'750, fuera delas clenaa.s-,-ia-~tocuencia constituye el único prestigio; en esta época de decadencia jesuítica, la retórica retoma un poco de vuelo a través de la Francmasonería.

A. 7.4. Tratados y manl,lales

Los códigg§ de retórica j¡,QD.jW1..gJl1.~r.aW.~1.al m.!m~s_ hasta el fin del s. XVIII. Muchos (en el s. XVI y en el s. :XWj están éscntos en -ratin; son .manuales escolares redactados por los jesuitas, en especial por los Padres NúñezJillsius.Y Sdáre~ La "lnsbtución" del P. Núñez, por ejemplo, comprende cinco libros: ejercicios preparatorios, las tres partes principa­les de la retórica (la invención, el ordenamiento y el estilo) y una parte moral (la "sabiduría"). Sin embargo, las retóricas en lengua vernácula se multiplican (aquí sólo citaremos las

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francesas), A fines del s. XV \iJ.SJIÜfui.~~ son sobre to'do poéticas (artes de hacer versos o artes de segunda Refórica)' h'ay' que citar: Píerre Fabri, "Grand et Vrai Art de Plein~ Rhétorique" (seis ediciones de 1521 a 1544) y Antaine Foclin (FouqueUn), "Rhétorrque Froncaise" (1555) que incluye una clasificación clara y completa de las figuras. En los siglos XVII y XVilI, hasta alrededor de 1830, dominan los Tra'tados de Retórica; estos tratados presentan en gen,e~a.l; ~) la r.~t?rica parad~gp1átic~ (las "fi~~.~_'J; 2)J.a r~.:na~l~a (la "conslrucclc:.l\_O~~Eh); estas dos ramas se COl1S10eran rrecesams-y'cornplementarias, al punto que un resumen comercial de 1806 reúne a los dos retóricos más célebres: las Figuras, por Dumarsa.is y la construcción oratoria, por Du Battcux. Citemos los más conocidos de estos tratados, Para el s. XVlI es, sin duda., la Rhétorique del P. Bemard Lnrny (1675): es un tr~tado completo de la palabra, útil "no sólo en las escuelas, sino también en toda la vida, cuando se compra, cuando se vende"; se basa, evidentemente, en el principio de exterioridad del lenguaje y el pensamiento; :;e tiene un "cuadro" en la mente y se lo "vuelca" en palabras. lIara el s. XVII, el tratado más célebre (y adem¿s el más inteligente) es el de Dumarsais (Traíté des Trapes, 1730); Durnarsais, pobre, sÍn éxito en vida, frecuen­tó el circulo irreligioso de d 'Holbach, fue enciclopedista; su obra, más que una retórica, es una lingüística del cambio de sentido. A fines del s. XVIII y comienzos del s. XIX, se publican tod;wia muchos trat<ldos chisicos, absolutamente indiferentes a la conmoóón y a la mutación revolucionarias (TIlair, 1783, Gaillard, 1801) ·--La Rhétorique des demoísel­les - Fontanier, 1 S 27-,;.. v\.leJ';o a publicar recientemente y presentado por G. Cenette). !En el s . XIX, la retórica sólo sobrevive artificialmente. bnjd la protección de reglnmentos oficiales; el título mismo dlt los tratados v ffilU1uales se altera de un" forma slgni1icativa: 1881, F: de Caussade: Rhétorique et Gellreslittéraires, 1889, Pra~: Eléments de Rhétorique et de Litté¡;ature: la literatura todavía saca a luz :l la retórica, antes de ahogarla completamente; pero la antigua retórica, ya agonizan¡e, sutre la competencia de las "psicologías del estilo".

A .. 7. 5. Fin de la Retor/cQ.

Sin embargo, decir de un modo completo que la Retórica ha , muerto sería poder preciSar por qué ha sido reemplazada. pues, como.lo hemos visto reiteradamente en esta carrera: diacrónica, J~ Retórica debe ser leída siempre en el juego: estructural de sus vecmas 1Cramnllca;Log¡ca~-1'Oétíco ,.

~:ilo~): ~: el juego del sistema y no c~una ; d~1,gI pa:rtes en sl:-ro-fiiS1()[1camente signifiCiillvo. Sobre e~tc problema año1a.remos, para temllnar, algunas líneas de investigación: I. Habría que hacer la lexicología actual de la palabra; ¿dónde se la encuentra? A veces aún j recibe contenidos originales, interpretaciones personales de escrito­res, no de retóricos, (Baudeiaire y la retórica profunda, Valéry, Paulhan), pero sobre todo, habría que reorganizar el campo actual de las connotaciones: .~yorativasB:ql,1.Cl, analíticas allá J2

, revalorizantes más allá l3 , de modo de

trazar el proceso ideológico de la antigua retóric3.. 11.. En la enseñanza, el objetivo de los tratados de retórica es, como siempre en este caso, difícil de fechar; en 1926, un jesuita de BeYl'ut todavía escribe un curso de Retórica en árabe; en 1938, un belga, J. Vuillaume, aun publica un manuul de retórica; y las c1as~ de retórica y de retórica superio: han desaparecido hace muy poco. lIt ¿En qué medida exacta y con qué reservas la ciencia dellengunje se ha hecho cargo del campo de la antigua retórica'? Primero se dio un pasaje a una psicoestilística (o estilística de la expresividad lll

), pero hoy ¿en. <:Iué se tiende ~ mentalismo linguístico'j De to.dª-.1.'l retonca, Jakobson solo ha retenido dos figuTas;ía metáfora y ~ratñétoñññT1;p~'!-.r:ef"aee~ eI~~~ eJe~ Je:1glliJj.e..; para algunos, el fonmdib e trabajo de claSÜ1c.3.ción hecho por la antigua retórica parece aún utilizable, wbre todo si se 10 aplica a campos marginnles de la comunic.ación o de la significación, como. la imagen publicHaria l~ , donde todavla no se lo ha explotado, En todo caso, estas evaluaciones contradictorias muestran claramenre la ambigüedad actual del fenómeno retórico: objeto prestigioso de í.nteligenciu y de penetración, sistema

, ----11 • (La sofrs:-ica del no entre los místicos: "para ser todo, cuidad de n." .sf!r nada pa;u nada ") "Pur una parauoja fácilmente ey.plicable, esta IOglca ?estruc:ova .es ~rata [, los con:-ervadorcs: ~5 porque (:>5 inofensiva; al abohr todo, no toca nada. Prjvada de eficacia, en el fondo no es rn;li; 'i~~óric:J. AJgunos cstados de ánimo -rarsifiC ~ éros;- algu-n~ operIlC;OI\~S ;ohre el lE!nguajc: 1\l;""'I:;S esto lo que t::lll\hiru,l el curso del mundo l~3rtre, Saint·Genel, p. 191 }.-- ,,- - ,~,_ .---'----­

:":-;1:-Kri~, Semeiolihé, Scui!, 1969. 13 . RhétoriqU2 g.inern/e. por el grupo M. Larous.o¡e, 1970. ;~. ;'La de,;:aparición de la Relóricn tradicional creó UJj vac ío en las hl!manidades y [;1. estilística y!l ha rccon-ido un largo camino para .:-olmar ese ra.cío. Efectivaml'nte, no sería de! todo falso describir a la es~ilí$ti~a c~m.o una "~u~va reló'rica", adaptada a los moclelos y a l~ ~XJ~encut9 ae JOS estudIos modernos sobre lin¡0iíslica '! literatura". (S. UUmann, LG~uagf! and Style, p. 130). 15. Ver en ~speciaJ: Jacqu('s DURAND "Rh6lorique el írn~~l! publicit.aire". ~n Commllnicalions:'~m~

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~lnd~oso (~e t~~. lUla civilización-, en su máxim~a~!ud, monto paraclasIflCar.~r, para p-e-ITSarwlcnguLlJ~, íñStrUrnclíIOae pOder-;-ceouo de-t:ohfliCtos n15tórfcCiS"cu):á lectura es apaSlcínante si reubicamos con precisión a estk objeto en la historia múltiple en que se desarrolló; pero iambién objeto ideológico, que ingresa en la ideología por ej avance de esa "otra cosa 11 que lo ha reemplazado y que obliga hoya una indispensable dist.ancia crítica.

B. LAR E D

B. 0.1. La exjgencia de clasíticacióll

Todos los tratados de la Antigüedau, sobre todo los post-aristotélicos, muestran ~~LQ.tL.illL~!f~ (el término mismo de partitio oratona es una prueba): g fetórica se J?~~~enta abiertame~~;;~~Sifiilllión (de materiales', de regra:S";<:l~..4-d~ géneros de es Q.s). La éláSíIlcaclón miSnures---o15jéto de un, discurso: anuncio del plan del trati;\uo, discusión rigurosa de las clasificaciones propuestas por los predecesores. La pasión de clasificar 1: parece siempre bizantina a quien no la comparte: ¿por que

r discutir tan agriamente el lugar de In. pro[?ositio, ubJc~_ v~s-<l1--3firwL..®l exordio y r otr?s al cornienzq .. ~ la

. narratio? Sin embargo, la mayona C!:~lª~e.c~ .. ¿:_~".Q.9F!=~~.,_ la ~i6ñ ~'¡~a op~ .. eolqgi~ s~;r:~ hay iilgrrrrfrese;liegtíen_ ~da----acEl~ diúf~m?3É~!!!!!.~ rtl'\lir-é :g0iner}~ Por lo tanto no es pos11J1e adoptai, c'omo haremos aqul dr-razones didáctiq¡.s, una clasificación única, canónica, que "olvide" voluntariamente las nume~o: sas variaciones de que ha sido objeto el plan de la te)ne rhetorihé, sin decir antes ni una palabra de esas fluctuacio· nes.

B. 0.2. Los puntos de partida de la clasificación

La exposición de la Retórica se ha hecho esencialmente según tres puntos de partida diferentes (~toy simplific~: do). 1. Pam Aristóteles, la cabecera de lmea es. la teJl2e (institución especulativa de un poder. de produclI" lo .que puede ser o no ser); la tejné (rhetorike) genera cuatro tipoS de operaciones que son las partes constitut~vas del arte retórico (y de ninguna manera las partes del discurso, de la oralia): 1. Pisteis, establccimient~ de las "pruebas" {im¿er!.:.

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Ua), 2. Taxis, ubicación de estas pruebas a ¡o largo del 'éillrcurso según un cierto orden' J..d)Pa:-i;~c:l: 3. Lexis, composíción verbal (a nivel de ·la frase e· s argumentos ~locut~. 4. Hypocrisis, puesta en escen? dehiiscurso total por un orador que debe hacRrse comedlante tres veces (al, menos en lo concemien te a 1;;. inven tío): desde el punto de vista del emisor del mensaje, desde el punto de vista de su destinatario y desde el punto de vista del mensaje mismo (AA.2.). Conforme con la Ilación de tejné (que es W1

poder), el punto de partida aristotélico pone. en primer plano la estructuración del discurso (operación activa). y relega al seglUldo plano su estructura (el clisc,,!-rso como product.o). Il. Para Cicerón,' la cube~e:a de 111le.a es; la doctrina dice1.1di, es decir, ya 00 una teJne especulatIVa, SLnO

un ,saber, ensañado con fines prácticos; la doctrina dicen~i, desde el punto de vista taxinómico, genera: L una energ1a, un trabajo, vis oratoris, de que dependen las, operaci~~nes previstas por Arislóteles. 2. un producto o, Sl se prcnere, lU1a forma la oratio a la que se refieren las partes de la extensión ~ue la componen, 3:. un tema o, si se prefiere, un contenido .(un tipo de contenido), la quaestio, de la que dependen los géneros de discurso. Así co.mienza una cie~ta autonomía de la obra respect.9 del trabajo que la produJo. lII. Conciliador y pedagogo. QUintíliano combin~~ teles con, Cicerorr;8U ca bccera '(le lÍnea tam bien es la te]ne, pero una tejné práctica y pedagógica, no especulativa, que alinea: l. las operaciones (de arte) -que son las de Aristóteles y Cicerón. 2. el operador" (de artifice) , 3. la obra misma (de opere) (estos dos últimos temas son comentados sin subdividirlos).

B. O. 3. Lo que se juega en Ja.clasificaicón: la ubicación del plan,

Podemos ubicar con precísiónqué se juega en estas fluctuacíones taxinómicas (aun si parecen ínfimas): es el lugar del lugar, de la dispositio, del o~den de las partes del discurso: ¿a qué referir ~sf.;a dispositlO? Dos opCIones son posibles: o bien se considera al "plan" como una "puesta el!. ~' (y no com--oun orden ya e-stahlecldUT,coñR5lll1ac'fo. creativo de distribución de materiales, en una; palabra, un trabajo, una estructuración y entonces se lo relaciona con la preparación del dis~.i.2 bien se toma al plan en su estado e:re-:PrQaucto..J de estr~ctura tija'! se l0, rdlt-le en~nccs a"1a. Obra, a la oratio; o bIen es un d/.Spatchmg de matenales, una distribución, o bien una red, una forma estereotipada. En una palabra, ¿el orden es activo, creador, o pasívo,

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creado? Cada opción ha tenido sus representantes, que la han extremado: algunos refieren la dispositio a la probatio (descubrimiento de las prueba3); otros la refieren a la e[ocutio : es una simple forma verbal.- Es conocida la dimensión que tomó este problema en el umbral de la Modenúdad: en el s. XVI, Ramus, violentamente anti· nristot~1ico (la tejné es unasofistícacíón'contraria a la naturaleza) separa radicalmente la dispositio de la inven tio; el orden es independiente del descublimiento de los argumentos: primero se da la búsqueda de argumentos, luego su reunión, llamada método. En el s. XVII, los golpes deci ivos contra la retóríc~écadencla :se ráilz3:f~ predsamen on ra arel icación del'práil,(rela disJ2.Qsitio, ~~oJllliti<'fJ~l:t:ñl!!2-----:;:t~bñc-cbtrla"-'~rica de ~ P,'()dl!({~ (y no de la producciog): Descartes dcsclit5"rela t:oinCl encia ue la mvendon y del orclen, ya no en los retóricos, sino en los matemáticos; y para Pascal, el orden tiene un valor creador, basta para producir .10 nuevo (por

.ende no puede ser una red ya hed1a , exterior y precedente): "Que no se diga que no he dicho nada nuevo: la disposición de los temas es nueva ", La relación entre el orden de invención (díSl2osi!ivo) ~jLQr!íen_qe presen-laC'iÓñ(Orao) y, ¡'¡:¡--partie1:!hx: el distanciamiento y la orientació~(contradíc: ción inversión) de los dos órdcn~s paralelos tiene siempre un alcance teórico: es toda una concepción de la literatUra que está en juego cada vez, ' como lo prueba el análisis ejemplar que Poe dio de su propio poema El. Cuervo: partiendo, para escribir la obra, de la última cosa aparentemente recibida por ellector(recibida como "ornamento "), 'a saber, el efecto triste del nevp.rmore (elo) y luego remontando de flUí hasta la invención de la historia '/ de la forma métrica. .

B. 0.4. La máquina retórica,

Nuestra línea de partida e~tará, pues, constitujda por las diferentes opel'aciones-madrús de la· tejné (es evidente por \0 que precede que referiremos el orden de las partes, la dispositio, a la tejné y no Ei lU aralia: es lo que hizo Aristóteles}. En su máxima extensión, la tejné rhetoriké comprende cinco operacior,es principales; hay que insistir sobre' la naturaleza activa. transitiva, programática, opero­toria de·estas div.isiones: .no se traca de los elementos de una estructura, sino de los actos de unn estructuración progre­siva, corno bien lo muestra la forma verbal (por verbos) de las defi.ni.ciones: .

1 INVENTIO il1vcl1irc quid dicos encontrar qué decir Eouuu

2 DlSPOSl'rlO inventa di.sponerc ordenar lo qu e se ha. Tul! encontrado

3 ELOCUTIO amare uerbis ag-regru' el odorno de LuL! las palabras, de las

figuras

4 .-\C'f!O

1I)'lJ <><:r\.<Is agere el pronunliore repr"sentar el d iscurso como un actor : gestos y dicción

5 MFJIOR I A m(!morfae mandare ('ccu nir :t l:t mcrrioria Mn emc

Las tres primeras operaciones son las más importantes (TriVenlto,-]J¡spasiiW;--E:loclltio) , cada una sostJene una red a~í1' de IlocÍüner-y- las tres han al imentado a la Retórica mas allá de la Antigüedad (sobre toclo la Elocutio). L~ dos últimas (Acti.0 y M~Q[;ia..}.J!¿eroll;-i'ápid~nte sacnflcadas, desde el momento en que la Retorica no tiene aká.ñ~~ o ~ crr.~CUrsó;u2üil~sTdCc lamados ) -de"""ñ1J().:· gaoos y hombres polític os, o de "conferencistas" (género epldíctico), sino también, y,' más tarde casi exclusivamente sobre "obr.:ts" (escritas), No cabe duda alguna, no obstante, de que estas dos partes presentan nn gran interés: la rimera' (aetio) pC,qUCl remite a una dramaturgia de la palabra es decir , a una histeria y a un ntuaJ) y la SE=gunaa porque postUla un mvel"""CJeestereotipos, un inter-texto fijo , transmi­tido m ec:inicamentr.?,· Pero como estas dos últimas operacio­nes están :.\r.lSent~s de la obra (opuesta a la o rafio) "y corno., aún entrp. ~os antiguos, no dieron lugar a ninguna cJasificá­ción (sino sólo a breves comentarios), la s eliminaremos aquí de l:! máquina retórica. Nuestro árbol comprenderá, pues; sólo tres ramas: 1) INVENTIO, 2 ) DISl'OSITIO,! 3) ELOCL"TIO. Precisemo>, sin embargo, que : en tre el: concepto de tejné y estOs tres puntos de :pa..rtida ; sel interpone a ún un espacio: cl de los . materiales : "substan-I ciales" de! discur5o:: Res y Yerba, No creo que ;haya que[ tmducir ronplement..e por, las Cosas y las Palabras , Res, dice ' Quintiliano, son quae signíficantllr, y Verba ¡z'uae signi­fican/; eD 3uma, a nivel del cliseurso, los signifib1.dos y los ¡ignifican:.cs. Res .es lo que está prometido deStinac!o al

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Page 21: Barthes - La Antigua Retórica

S-en~ido, constituido desde el comienzo en material de significación; verbum es la fonna que ya va a buscar el sentido para cumplirlo. Es el paradigma res/uerba el qUE: cuenta, es la relación, la complementz.ridad, el intercambio, no la definicisJn de cada término. -Como la Di!jposítio abarca a la vez los materiales (res) y las formas discursivas (uerba), el in~cio de nuestro árbol, el primer diseüo de nuestra máquina es este:

Tejné rlzetoriké

-;:-----1------­R~~ba

l. INYENTIO 2. DISPOSITIO 3. ELOCUTW

B. 1. LA INVENTIO

B, 1. 1. Descu.brimiento y 110 invención ~

r"a /Jwentio remite menos a una invención tde argumentos) que-·aun descubrimiento: todo existe ya, sólo hace falta. ~ntrarlo: es W1a noción tÍl~xrract1Va" que "creatíya';: Esto es corro15orado por la desigp.~óñ de un "lugar" (La ~l[~on-créSe-j:lUeden· ext.raer los argumef!tos y Ce donde hay que traerlos; la inven U) camínarse (via argumentonun). Esta idea de la inuentio implica dos sentimientos: por una parte, una confianza muy firme en el poder ele un método, de W1a vía: si se echa la red de las formos argumentativas sobre el material con lUla buena

. técnica, se tiene la seguridad de sacarla con el contenido de un excelente discurso; por otra parte, la convicción de 10 eS,E!?otáneo. lo ametódico no produce . mela. ; al poder de la palabra final correspoudcuiHi.ññl:lUrt!!1lipiilabra original; el hombre no puede hablar sin ser dado a luz por su palabra y para este alumbramiento hay una tejné particular, la ip.vcntio.

.B. 1. 2. Convencer/emocionar

IJ7-kjnventio 12arteIUios.-.gran.de,s.)íneas, una lógica y otra. ~cológ~~: convencer y emocionar. Convencer r{iQeli, {acere) re Ulere . , o o-pseüdo-ló 'co que se llamª~ campo e las "Pruebas-'~ .trata de ejercer una violencia justa mediante el razona­miento sobre el espíritu del oyente, cuyo carácter, cli~

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ciones psicol~_se tienen '20 este momcll1.9~ILc.uenm; las prucb~ tienen su~ fuerza. l;::.rnoc.iOlUlr (animos impellere) consiste, por el contrario, en pensar el mensaje probatorio,"no en sí, sino según su destino, segÚil-erfiumor dé·quien debe recibIrlo, e!1 movllriáIpruebas subjetivas, m-orares. Desandaremos, primero, el largo carnina de la probatio (convencer), para vo~ver luego al segundo término de la dicotomía inicial (emocionar). Todos estos "descen­sos" serán retomados gráficamente, en forma de árbol en el anexo n. B. 1. 3. Pruebas intra-técnicas y pruebas extra-técnicas

Pisteis pruebas? conservurerno~ el ténnino por hábito, pero entre nosotros tiene una connotación científica CUYa ausen­cia:· misma define las pistei¿; retóricas. h-lás exacto se~ía decir: razones probatorias, vías de persuasión, medios de crédito, mediadores de confianza (fid~s). La división binaria de las pisteis es célebre: hay razones que están fuera de la tejné (pisteis atejrzoi) y las razones que fosman parte de la tejné (pisteis entejnoi), en latín: probationcs inartificiales/artifi. ciales; en francés (B. Larny): ex tr(nsecas/intn·nsecas. Esta oposición no ·es difi'cil de comprender si recordamos 10 que es una tejné: una institución especulativa de los medios de producir lo que puede ser o no ser, es decir, lo que no es ni científico (necesario) ni natuial. Las pruebas ex tm-técnica son, pues, las ue escapan a·la libertad de cIear el o bJet:Q con ' ; se encuen ran fuera del orado.( (del ejecutor de la tejné); son razones inherentes a la naturaleza del objeto. Las pruebas dentro-de·la-técni.ca dependen, por el contrariQ. ~poder razonante del orador.

B, 1. 4. Pruebas fuera-de-la-tejné

¿Qué puede el orador sobre las pruebas atejnoi? No puede conducirlas (lñducir o deducir); sólo puede, porque son "inertes" en sí mismas, compaginarlas, hacerlas valer por una disposición metódica. ¿Cuáles son? Son fragmentos de realldad que pasan "directament.e a la dispos itio, por W1

simple hacerlos resaltar, no por transformación; o también: son elementos del "legajo" que no se pueden inventar (deducir) y que son proporcionados por la causa misma, por el cliente (estamos, por ahora, en lo puramente jU.dicial). Estas pisteis atejnoi se clasifican de la siguiente forma: 1. los praejudicia los 'licios anteriores la jUrisprudencia (el pro ema conslSte en destruirlof;sin atacar os e ente); 2. los romores. elJf.s::limonio....QÚblico, el c.Q!.1_scnso de toda ~na cIlJQad; 3. las confesiones baJO tortura (tormenta

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quaesita): ningún sentimiento moral, sino ill1 sentimiento social respecto de la tortura: la Antigüedad reconocía. el derecho de torturar a los esclavos, no a los hombres libres' 4. l~z·as (tabulae): contratos. acuerdos, tronsíI,cciQne; entre particulares, hasta las reluciones forzadas (robo, asesmatq,-bandIaaje, afrentas); 5. el juramento Uusjuran­dum): es. el material de todo un juego comoi.ñiltOrio de una - . ' tactlca, de un lenguaje: se puede aceptar jurar o ne~ se acepta o rechaza el Juramento del otro, etc.; 6. los testimonios (te'stimonia): 58 trata esencialmente, ai meñOS para Aristóteles, de los J.~.~gn.QQ!Q~..I!ob1fjfocecj~D.tes..ya d_e poef:as anh~os (Salan citando a Homero para apoYar las pretenslOnes de Atenas sobre Salamina), ya de proverbios,­ya de contemporáneos notables: son, pues más bien ""-'-r_~-- • '.~.~ , Cl\'~ • \ 'l-'"tl-!\... ~.:..<.. _.t.,.!.....V ·';~I..C.L.¿,,~¿'

B. 1. 5. Sen tido de las atejnoi

Las pruebas "extrínsecas" son propias de lo judicial (los rumores y los Testimonia pueden servir a lo deliberativo y a lo epidíctivo); pero es posible imaginar que también sirven en el terreno privado, para juzgar una acción, ·saber si hay que elogiar, etc. etc,~ es to que hfzo Larny. De allí que estas

. pruebas extrínsecas puedan alimentar representaciones ficti-cias (novela, teatro); sin .~mbargo, hay que lener cuidado de

.que no sean indicios, .. porque ellos forman parte del razonamienlo; son simplémehte elementos de un legajo que proviene del exterior, de. una realidad ya msti tucionalizacla; en literatura, estas prueb(is servirían para componer novelas­legajos (se ha encontrado) que renunciarían a toda escritura coherente, a toda repre~entación hilvanada y sólo dar{an fragmentos de realidad ya constituidos en lenguaje-- por la sociedad. Este es, sin dúda, el sentido de las atejnoi: son f?J.cmentos 'cons[{¡ü'idO"S"':de[ -if~~_~ soc§lQ..,ue lmpre_~~< ~l!ectament~l.Scurso, sm ser ~~ns19rm'p'~~poT .. ~iIfgu)!a opera(;lOñteC111Ca del orador, del autor. . ----- .--_._- ._~- -B. 1. 6. Pruebas dentro-de.lu-tf')né .

A estos fragmentos del ¡engu~je social dados directamente en estado bruto (salvo léi puesta en relieve de a.]gún adorno) se oponen Jos razonamientos que dependen enteramente del pod;r del· onidor ··(pi:$"leis enrejnoi). Entejnos quiere decir aqul: ,que proviene de una práctica del orador, pues.tl n:~~~l es tronsf2[I7)Qdo en fuerE.? p!:'rsuasiva por una o'p'eración \ogi~ Es~_o~_e.n..JJ~0Ldoble· in~IÓf! y ~dJi.ccióIl:.. ~s pisteis.entejnoi se dividen RU~ en dos tip_<?s:_.J:.:~~~ñ1Ji;l@UcCionry 2, enltm~t1}!!..

(eeducciÓl1); se trata e\identemente de una inducción. y de una deducción no cic·ntíficas, sino simplemente "públicas" (para el público). Estas dos vías son obligadas: Todos 108

oradare:>, para lograr persuadir, demuestran mediante ejem­plos o entimemas; no hay otros medros fuera de estos (Aristóteles). Sin embargo se introdujo entre el ejemplo y el entimema W1a suerte de diferencia casi estética, una di~crencia de e~tUo: el exemplum produce una ¡x;rsuasión I?J.il!! suave, mas estimaJa por el VUlgs?; es una fuerza h.1r.1mosa que apela al placer fuherente a toda comparación; el entimema, más poderoso, más vigoroso, produce una fue.rza violenta, perturbadora, nutrida por la energía del silogismo; provoca un verdadero rapto, es la prueba en toda la..X~erza de su pureza, de .. su esencia. {(:s~<...<:'(;''¿.~J'¿'<'''.'.c-,' •. c"

:.~ :...::.v~' (:;G.'.c'.(.l:-7-~ B. 1.7. El exemplum /. l· "

. " h0:"¡'f <.. \~l.~ I (...7l,W ) El exemplum (paradei~a) es la inducción retórica·: se pasa de un particular a otro particuJar ppr eleslnbón implícito de lo general; de un objeto se infiere la clase, luego de esta clase: se deriva un nuevo objeto l6

• El exempluni puede tener cual,quier dimensión, puecie ser una palabra, un hecho; un conjunto de h8Chos y eL relato de estos hechos. Es una 5~~ilitud persuasiva, un ar~lmento por analogía; ~~~D!;I.J.en¿ (ra~ buenos exempla si se tiene el don de ver las analopías -4:?'rñb1eí1, por cierto, los cclntranosn-;·-cómOsunom~ griego lo i!1chcá, esta del lado de lo paradigmático, J~ lo metafórico. Q~sd~ Ari5tóteles el exemplum se, subdivide en rea1-.xJicti~io: ~~cticio se su bdi vid e en tiíoulC!.Ll!..qJcjl"Pla: el real abarca ejemnlos hlstoncos, peri.5taín6il:!rl mitológicos, p.o~p.?sjción, no a lo imag:mario, srno a ló"lflTé-Üholnventa por su ·cuenta; la paraooJa es una ~omparacróñ-C'orta \'S--'la fauiil(llogys) unacomposiciún a~ones. Esto mol:6ná n.~iilcZ4._!.!!!:trat.iv~el exemplum:'que-se~á históricamente. - ~-- -

16 Ejemplo de e;remplllm dado por Quintiliano: "Unn,; flauli~ta.~ qu~ se h;;bían ido de Roma iueron llamados nu'evamente por un d(-creto del Senado; con m¡¡yor ruzón debemos tener presentes a 'fl"2l1dcs ciudadanos a los que mucho debe la República y qu~ ra desdicha de los tiempos había foaado al exilio": eslabón general de ia cadena inductiva: ~ clase de las personas útiles, echndas y ll;¡m2das nue\"am~nLe,

\";. Exempl~m a co"ntrario: "Esos cuadros, esas e:ltatuas que Marcelo ~.evol~ía a 10$ cncmj~os, Vcrres 105 quitab:l a Jos aliados" (Cicerón).

. EJ(!nlplo. du p"r~b<Jla tomado de un discurso de S6crnles: no hay ~ue e,;coger ;05 maglslra./os por 50rtCO,.como tampoco a /05 atl(!ta~ y a los pilo lOS.

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.B. 1. 8. La figura ejemplar: la imago

1>: _l?~..:~ del So 1_~--9. ap~~e una .nue·:a ro.rma de exemplum: CJ personaJE! eJetñP1ar (el7wl/, ¡mago) deslgl!a"la éncamaclon de una virtud en una figura: Calo ilIa virtutum uiua imagó("Ócerón). Se establece u:nr-epert.orio de estas "imago" al estilo de las ese uetas de retóricos (V aleIi o Máximo, bajo Tiberio: Factorum ae dictorwr. memorabi. hum libri novem), seguido más tarde de UnE. versión en verso. Esta colección de figuras tienoc un enorme éxito en la Edad Media; la poe¡;ía culta propone el canon definitivo de estos personajes, verdadero Olimpo de arquetipos que Dios ha puesto en la marcha de la historia; la ¡mago rirtutis capta a vece~a personajes muy secundarios, pero de una inmensa fortuna, como Amyclas, el botero que t.ri:l.Dsponó a "César y su fortuna)1 de Epiro 3 Bríndisi en medio de ~ tempestad (= pobreza y ~obriedad); hay numerosas "imago" en la obra de Dante. E! hech~ mís~':~'ªiililQJ2.¡~ya podido organizar un _ repertono ~ estaca claramem.e 10 guc-se po~a v~Ql.Lest.Tuctural del~o~~e.s..:-un ~to separable, que encierra expresamente un sentido (ICtríiIO:}iCiCüCO, mato J1agl..Q..gffi.~ I S e-cüíD prend e, en toi'i . ces, que sea posible seguirlo hasta en la escritura a l~ vez discontinua y alegórica de la gran prensa com€mporanea: Churchill, Juan XXIII son "imago", ejemp}.os destinados a persuadirnos dE! que hay que ser valiente, de que hay que ser bueno.· .

B. 1. 9. Argumenta

Frente ul exemplwn, modo persuasivo por inducción, hallamos el grupo de los modos por deducción, los argumenta. La ambigüedad ele la palé!-bra argumentum es aquí significativa. El sentido antiguo corriente es: tema de una fábula escénica (el argumento de lUla comedia de Plauto) o también: acción .articulaJa (por, oposición al m)'thos: compuesto de acciones). Para Ciceron es a la vez "algo ficticio que hubiera podido ocurrir" (lo pl¡:¡usible) y "una idea verosímil empleada para convencer" cuyo alcance lógico Quintiliano precisa mejor: "manera de probar una cosa por otra, de confirmar lo que es dudoso por lo que no lo es". Así aparece lU1a duplicidad irr:.portante: la de un razonamiento ("toda fom1a de razonamiento público", dice un retórico) impuro, fácilmente dra.matizable, que participa a la vez de lo intelectual y de la ficción, de lo lógico y lo narrativo (¿no encontramos nuevamente esta ambigüedad en muchos "ensayos" modernos?). El aparato de los argu-

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me/lta que comienza aquí y agotará hasta su fl11; a toda la probatio, se inicia con 'una pieza maestra, tabemaculo de la prueba deductiva, ~entimema, ~ se ~arna o. ~.CIDi commentum, comment~ducción----uteral aeI griego e1ft}iJ711eriúi~~foaare'ft¡;xron que se tiene in mente)~ pero la mayoría de las veces se inicia con una sinécdoque significa­tiva: ar¡{umentum.

B, 1. 1 o .. EI entimema

El entimema recibió dos significacione' u.c?Sivas (que no s~aJclotía.:;. .. ara l~ aristot.élicos ~o fundado enverüSímilitudes asignas y no sobre lo verdadero y~O (como sucede con el silogismo científico) el ent.imema es un silogismo retórico, desarrollado únicamente a nivel del público (como se dice: ponerse a nivel de alguno). a7"partir de algo probable ¡;s decir, a partir de 10 que el publJco j'liensa, e.§. Wla drrducción cuyo valor es concreto, planteada con vistas a una presel.H?~iÓI1 (es una s~~rte de espectáculo aceptable), por Opüslclon a la deducclOn abs­tracta, hecha únicamen te po.ril el análisis; se trata de lU1

razonamient.o rÚblico, fácilmente manejable por hombres llcultos. En· virtud de ~~~~t .. ~!2..t:~J~r;-~a übtCnCr la persuaslOn, no lademo,stracion¡ para Arísto~lCS, el "entimema esta suficien te~nté --aGfíñldo por el caraeter .verosímil de sus premisas (lo verosímil admite coñlfanos); de allí~d de oefipu- y clasificar las premisas del entimema (eL infra, B.13, 14, 15, 16). II. A partir ~e Quintiliano y triur!fando enE;:rarncnte en lZl __ ~O:ñlL)~a [desde BoeClO)' prevalece una n~:~ ~ntimema ~~~ c~oo ~ sus.J~~:: ~1O~ por jr carácter el1 tico de su lculaclOn: es un silOgISmo meOID-

..lliM;Q. un sllogiSmo acortacro:notierie"Illtantas ~ partes tan distin tas como el silo gismo filosófico": ~ pueden suprimir una de las~)JQ.illisa.s o la conclusióni es·ent:Oilces u~otruncado por la Strpreslon (en er-eñu.nciado) de una proposición cuya realidad parece incontestable y que es, por esta razón, simplemente "conservada en la mente:' (en lhymo). Si aplicamos esta defin.ición al silogismo patron de toda nuestra cultura (que nos reitera curiosamente nuestra muerte) -y aunque la premisa no sea simplemente probable, lo que no podría hacer un entímema en el sfntido 1-, podemos obtener los siguientes entiroemas: el hombre es mortal, por lo tanto Sócrates es mortal; Sócrates es mortal porque los hombres lo son; Sócrates es un hombre y~ por lo tanto mortal etc. Podríamos preferir a este modelo filllcbre, el ejemplo ~ás actual, propuesto por Purt-Royal: ''Todo

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cuerpo que refleja la luz por todas partes es desparejo; la luna' refleja la luz por todas partes; por lo tan to, la luna es un cuerpo desparejo" y todas las forma!! entimemátícas que se pueden extraer de él (la lllna es despareja porque refleja la luz por todas partes, etc.). Esta-s~~ entimema... es sobre todo 'a d~ la Lógica !.le Port.jtoyal Y.. g ~$Umente pO,r qué (Q.:..cómo) el hombre clá~ cree ~~e el . o . SIDO esta. por com leto armado _9!1 ~e ( el numero e tres proposlClones s;a nteprOp ~o a la amplitud de nuestra mente"): si el entimema es un silogismo imperfecto. sólo puede serlo a nivel del lenguaje (que no es el de la "mente"): es un silogismo perfecto en la mente, pero, imperfecto en la expresión; en suma. es un accidente de lenguaje. una desviación. ,

B, 1. 11. iHetamorfosis del entimema

Veamos algunas variedades ,de los silogismos retóricos: 1) .gL prosif0gi9mo, encadenallliento ~¿i1?gi:mos~gLq~)a conc usian de uno es premIsa del Slg~; 2) ~~drites.. (roros: monto c~mulación de Q.IT..t@~ o s2.~_de su>gismos~~ 3T ~qJ¡e.!:<!ma Ca menudo comenta­do en 1[.1. Antigüedad) 9 silog1:3m? Cllisán'oll!!do en qu!Sª-da premisa se acompaña 'Oesu er~¡;]a esfi'uctura eplquere­rnáIT'C'a"pü-e-~ers!:l a todo un discurso en cinco partes: proposición, razón de la mayor, asunción o menor, prueba de la menor, complexión o conclusión: A ... entonces ... Ahora bien, B... chtonces.... Por lo tanto C19

; el entimema aparente, o ~'azon~miento fundado en un juego de palabras; 5) ~xima (gnomé, sententia): ,f~ elíptica. monódica, e~ Un fragmento de ~~~~~~. r~~;--nlI~tra~~~(\af a los fiiJ?sdundexces)'~2~e saher (pues cosechan .la enVldla de sus c~:mclU a an.os ' .' Evolución signific.:ativ~, . la senientia emIgra de la muentlo

.<

~9. Un epiquerema d(':>arrollad(): Ludo el Pro .\filone de Cicerón: 1) está permitido maw.r IÍ los q.lC nos tienden emboscadas, 2) prue­bús tomodas de la ley nntural.' del derecho de gentes, de \!xcmpla 3} ahora bien, Glodio l.en.dió errlhoscadas a ;\Iil?~, 4) p~e,b¡¡s sacadas de los hechos, 5) por l~ tantd, !e era permitido a ~.I!on rnaL¡¡r a elodio. . , 10. La ~xim:l (g11,amEi..~:!:.~,~!W(lL~_I.!~.~_f..o!..~~Ia,.q'!~_e~p':,~sa .. l9., &!!!C.iíil::::n .. WL~~~~!~.!1g~ .. ~~!~L~ue tl.;.ne l!~f_º-?i~,L?.a~CJP'les (10 CU!..~ 2ucde ~..L~.I_d_o_ o evitado); para '~0f!:~es., ,el 1unaan:'ento de la gnomé es siempre el e~nfctme n su deflnlC!~n del entimema por el contenido de las pren1i.~;3s: pero para los c1a~,cos que definen al entimema por su "lrunc;lI!1iento", la máxima es e:sencial':1ente una "síntesi3": "sucede t:unbién elgunns veces que se enClcrran dos proposiciones en una sob. pl:oposición: la sentencia entimemlÍ.tica" (ej.; :-'lQrtal, no guarde,; un odio inmortal).

(del razonamiento, de la retórica sintagmática) a la elocutio, al estHo (figuras de amplificación o de disminución); en la Edad Media se desarrolla contribuyendo a fonnar un tesoro de citas sobre todos los temas de sabiduría: frases, versos gnómicos aprendidos de memoria, coleccionudos, clasifica­dos por orden alfabético, '

B. 1. 12. Placer del entimema

Puesto que el silogismo retórico se hace para el públi,?o (y no bajo la mirada de la ciencia), las consideraCIOnes psicológicas son pertinentes y Aristóteles insiste en ello. El entimema tiene el encanto de un encaminarse, de un VIaJe; se parte de un punto que Jl.OMco&;i1:{!. ser probado y de ~ ( se va> hactá~ que'-ne'cE¿sita ser..!:>; se tiene la aW?-dab"W sensaCiÓn Taun si procede de lma fuerza) de descubnr algo nuevo por una suerte de contagio natural, de capilari?ad q~e extiende lo conocido (lo opinable) hacia lo desconocldo. Sm embargo, para brindar la máxima satisfacción, esta marcha debe ser controlada: el razonamiento no debe ser ~omado de muy lejos y no hay que pasar por todos los escalones para sacar la conclwión; sería cansador ,.(el ~iquerc~ge~Jgr utiUzado sólo en las grande~ocaslone~); lN,r.:tU ~ con1nt-C-ÓnJ3 19nO~ª-~~n.~~_}gl~~c~ es preci::amcntc esta incapacidad de inferir a trav~ de m:.m~fo­soS eslélbones y CIP. seO'Ulr mucho tiempo un razonamJCnfO); o--m?íSbi~h!l~lotaL..es~ i¡'':!1..9!}gl_~~--, dagrl?¿l ovente la sensacion que el la supero P2,LS)._!J?~~~,_'p..9~, su p~o'~m-mentat;e1-'erifímeiñ¡C no es un silogismo truncado por carencia, degradación, sino porque h~~ dejar al avente el placer de c~121etar él mis~m esquc~a da o criptograma, Juegos, p abras cruzadas), Port,Iwyru, aunque Juzga s\empre ar IengLllijed~~uoso respecto d~ la menté -y el entimema es un sllogl.Smo de lenguaJc­reconoce esw placer del razonamiento incompleto: "Esta supresión de (una parte del silogismo) halaga la vanidnd dI:? aq'uellos a los que se habla, apelando el! algunas ~osas a Slt

inteligencia y abreviando el discurso y lo torna mas fuerte y :nás ViV0 2l "; vemos, sin embargo, el cambio moral (respecto de Aristóteles): el placer del entimema radica menos en Ulla

autonomía creativa del oyente que en una virtud de la ,consisión, pl3.nteada triunfalmente como el signo de un plus

:¡, Ejemplo ¿~ síntesis .feliz: este verso de la .l/edra de OVidio, "que ~ncjerra un mtimcma muy eleeante"; Servare ¡Jolui, perder!! an ,!;os;;im nJ,gasl ?ude con~ervarle. podría pues perdert~, (El que puede CGtlserval' pu~e perder·, anOT:l bien', pude conservarte, por lo t.anto podrfa ¡)(!rde!:.?,)

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del pensamiento sobre el lenguajE': (el pensamiento supera ampliamente al lenguaje); " .. . una de los rncyores bellezas de un discurso reside en su plenitud de sentido :-. en su (:apacidad de dar a ro men te la ocasión Do? elaborar un pensamie/lto más extenso que su expresión· ... ,

B. 1.13. Las premisas en timcmá tic o..s

El lugar de donde . partimos pan: r<~corre: el agradable camino del entimema son ln.s premisas. Ese lugar es conocido, seguro,'pero no se trata de certeza científica, sillo de certeza humana. ¿Qué tenernos por cierto? 1) lo que cae bajo los sentidos, lo que vemo~ y oimo; : los indicios , seguros, tekmeri.a; 2) lo que es objeto de los sentidos, aquello sobre lo que los hombres están generalmente de acuerdo. 10 que' está establecido por las leyes, 10 que ingresó en los usos ("existen dioses", "hay que honrar a los padres'" etc.): est..'1S son las CO!)as verosímiles, eíkot:=, o genéri~. mente, lo verosímil (eihos); 3) entre estos dos tipos de "certew" humana, Aristóteles coloca una categoría más difusa: los semeja, los signos (una cosa que sirv~ para haL'Br entender otra, per quod alía res intelligitur).

B. 1. 14. El wkmell0n, el indicio seguro

El telzmcl'jol1 es el indicio seguro, el signo necesario o t~illEiel1~lST1omcfeStruaTh1~I-:-el ue e, lo quc~úo 1 ' eCle ser e oga ..manera. 11Ll!Ll.!,jer ha dado u TU2: es el lndlclo segill'O (tehmerion) de que ba tenido ~acLOnes con tíñ horob~-¡['cerca muchOaJ3 que llat:igura

-cr-'Si.tU¡P'6n10 científico, aunque no se ¡¡poya más que en una universalidad empírica. Como siempre cuando se exhuma

este viejo material lógico (o retórico.), nos sorprende verlo Ílmcíonar perfectamente en las obras de la cultura llamada de IDílÑ1.5 --al punto que W10 puede preguntarse si Aristó­teles no es el filósofo de esta cultillu y, por consiguienle, no [w)da él la crítica capaz de dominarla; estas obrns movilizan, en efecto, corrientemente "ev:i9J;n.cias" físicas que sirven de puntos de Rartida a razonafiri~~,'ae:ma-cíerta percepcrón racIonal a-e-t-deSií.rrolio de la anécdota. En Goldfinger hay W1a electrocución por agua: esto es conoci· do, no necesita ser fundamentado, ~ una premisa "natural", un tehmerion; más adelante (en la misma película) una mujer muere porque le han bañado el cuerpo en oro; aquí hay que saber que la pintura' de oro impide respirar a la piel y, por lo tanto, provoca asfixia; dado que esto es raro necesita ser fundamentado (mediante una explicación); no es, pues, un tehmerion o, al menos, está "descolgado" basta

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la aparición de una certeza am . .ecedt!lH.e (la asfixia mat.a). Es evidente que los tehmcria na tienen, históricamente, la magnífica estabilidad que les presta i\ri.scóteles; la "certeza" pública d~pende del "saber" público y éste varía con los tiempos y las sociedades; para ,re'GODlar el ejemplo de Quintiliano (y desmentirloj, me aseguran que algunos pueblos no esrabJecen ninguna relación detenninant.e entre el alumbramiento y las relaciones sexuales (el niño duerme en la madre, Dios lo despierta).

B. :!..15.EI cil,Gs, lo lierosim¡"¡./

El se~ul)do tipo de. "certidumbre" (humana. no científica) que puede servir de. premisa al entimema es lo verosímil, noción capital a los ojos de Arist.óteles. Lo verosímil es una idea general que se basa en el juicio' que eJ:abor<.\!t..los h oh15res a baSijj e exp-e.ri~~cias-e0~}l~~t<?:i5eDmp.·~~ (Perelman propone llamarlo 10 preferible). EnJo verosunil aristotélico haLdos núcleos': l..Ja..idea..-ae-i'6-gerl~~ tanto se opone a 18.'laca de ulIiucJ:.fi91: !9~~ersal (!S

necesancl'\es el atñbuto de · 1..:1 ciencia), lo genera.resnD n~sc:rríO; es un "general" humano, dete:m.~lª~ en suma . por la. o.Jllnión cte1 mayor número: 2. )aposibilidad de coñtiariedad; sin duda el entim~ma es TeC'il3IClO-porer iJuoliro-como un silogismo segur.o, parece partir de una opinión en la que se cree en una actitud ude hierro "; pero, en relación con la ciencia, lo verosímil admite lo contrruio de sí: ~n los límites de la experienc1a1íUiñ.aña·y-=clela VIda moral, que son los límites del eilws, lo contrario nunca es íñlpOSíble: no se pueden prever en tilla forma segura (científica) las resoluciones de un ser übre: "al que madruga, Dlos Jo ayuda", "un padre ama a sus hijos", "un robo cDmetid ci sin vi olencia en una casa de be ser hech o por un .familiar", et.c.; sea, pero lo contrario es siempre posible; el annlist..'1., el retórico conocel'aiuerza de estas opiniones, pero si quiere ser honesto debe mant~merlas a disLancia in­troduciéndolas con un esto (sea, en lat.ín} que lo excusa a los ojos de la ciencia (donde lo contrario nunca es posib1c). ---- .-----B. 1.16. El acmeion, el signo

El semeion, tercer punto de partida posible del entimema, es Un miliCia más amlhguo, menos seguro que el rehmerioT¡' IbISLros de sangre hacen suponer que hay un cruncn. peFo no es seguro; la sangre puede provenir de una, hemorragia nasal o de un Sf\crificio. Para ..Que el signo sea probat9.t:io se !1@,cesi14n otros sign~s cóñcomitan~b p, iñc1uso, para queet' signo deje ae ser poliSé"mico (el semeíon es, en efecto, el

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signo polisémico) hay que recurrir a todo \ffi contexto. Atalanta no era virgen porque corría por los bosques con muchachos, para Quintiliano queda todavía por probarse; la proposición es incluso tan incierta que él excluye al semeion de la tejné del orador; éste no puede agarrarse del semeion para transformarlo, por conclusión entimemática, en seguro.

B. 1.17. Práctica del entimema

En fa medida en que el entimema es un razonamiento "público", era lícito e:>".i:ender su uso fuera de lo judicial y es posible encontrarlo fuera de ln retórica (y de la Antíg1i.e­da~). Aristóteles mismo estudió e~gi~m_~prá.p~o cntlmefu~ñCfUiill)i1 un acto de decisión; la fm¡~íTiaX1ma <;~c~9.1); en la'-merior,--el agente (por ejemplo, yo mismo) comprueba que se halln en una situación cubierta por la. mayor y concluye por' una decisión de conducta. ¿Cómo es, entonces, "que la conclu­Sión contradice, tantas veces, a la mayor y que la acción resiste al conocimiento? Es porque, muy a menudo, de la mayor a la menor hay unn, desviación: la menor implica subrepticiamente otra mayor: "Beber a!cof101 es perjudicial para el hombre, yo soy hombre, por 10 tanto no debo beber" y, sin embargo, a pesar de este hermoso entimema, bebo; es porque "bajo cuerda" me refiero a otra mayor: el espumante y la bebida helada apagan la sed. refrescarse hace bien (mayor hien conocida por la publicidad y las conversa­ciones de bar). Otra emnsión posible del entimema: en los lenguajes "fríos" y raibnab1~s, a la vez distantes y públicos, como son los lenguaj~ institucionales (la diplomacia públi­ca. por ejemplo): dadb que estudiantes chinos han hecho una manifestación 8.r1te la' embajada nortea.mericana en Moscú (marzo de 1965), la tpanifesblción fue reprimida por la policía rusa y el ,gObierno chino protestó contra" esta represión, tma nota soViética responde a la protesta china mediante un magnfficú.,epiquerema, dignó de Clceró'n (eL B. 1. 11): 1. Premisa, n\ayor: ei7ws~ opinión general: e.--.:isten norma.s dip lomó ticas ,respetadus por todos los pa(ses; 2. Prueba de la mayor: los chinos mismos respetan, ~n su pa(s, estas nonnas de rccepóón; 3. Premisa menor: ahora bien, los estudiantes chinos, en Jfoscú, violaron estas normas; 4. Prueba de la rn?hor: es el relato de la manifes­tación (insultos, agresione:: f(sicas y otros actos que entran en .el código penal; 5. La conclusión no se enuncia (es un entlmem.a), pero es clartl.:, es la nota misma como rechazo de l:l protesta china; el adversario ha sido puesto en contradic­ción con el eikos y consigo m:smo,

B. 1.18. E/lugar, topos, locus

Una vez que hemos distinguido las distintas clases de premisas entimemáticas, hay que cubrir estas clases, encon-' trar premisas: tenemos las grandes formas, ¿pero cómo inventar los conumidos? Es siempre la misma pregunta angustiosa pla.nteada por, la Retórica y que trata de responder: ¿ qué decir? De allí la importancia de la respues­ta, probada por la extensión y la forltma de esa pa.rre de la InJ,mrttio encargada de e!.9por9ion~ conten~~~s al razona~' miento y que cO!..UlImZa...ah.QI?: la Tó.6¡ct]~'~Las premisas pUeden, siIfCií1Qñ', SQt erlraidas de ciertos lugares. ¿Qué es uif·!l1gc1r'{~,\.rIstotéTés, aquello en queCOínciden una pluralidad de razonamientos oratorios .. Los lugares, dice Port-Royal, son "ciertos artículos aenernles a los que se pueden remitir todas' las pruebas de que nos :;ervimos en las diversas materias que tratarnos"; o también (Lamy): "opi­niones generales que ayudan a recordar a quien los consulta todos los ángulos desde los que se puede considerar un tema", Sin p.mbargo, la caracterización metaf6rica del lugar es más significativa que sU definición abstracta. Se han utilizado mU,chas metáforas para identifícar el lugar. Prime­ro, ¿por que fugar? Porque dice Aristóteles, para acordarse de las cosas basta reconocer el lugar en que se hallan (el Lugar es, pues, un elemento de la asociación de ideas, de un cond1cionamiento, de un adieslramiento, de una mnemó­nica); 10~@res_no...son ... p,ues,Jos,af!:,¡1.1II~~ntos,[D..is!Aos, sino los com'partimentos en _~ye_~!\t9.!i_~C: ~.P~ De aHí la imageñ que conjuga taTdeTdé un espacio y de una reserva, de una localización y de W1a e:-:.tracción: una región (en que se pueden encontrar argumentos), una veta de tal mirieral, u~ e (rculo, W1a esfera, una fuente, un poza, un arsenal, un tesoro y hasta un nido de palomas (W. D .. Ross); "los lugares, dice Duma.rsais, son las células a donde ,t.odo eL mundo puede ir a huscar, por a<;l decir, la mater.a de un discu:~o. y argumentos sobre toda clase de temas". Un lógico escolastlco, explorando la naturaleza instrumental del lugar, 10 compara a una etíque~1. que indica 'el contenido de un recipiente (pyxidl~m índices); para Cicerón, los argumentos, provenientes de los lugares, se presentarían solos para la causa a tratar "como las letras para las pu1nbras a escribir": l?s lugares forman, pues, esa reserva muy particUlar que c~,~ eJ=Jlfal-?~t,C!:----urr-c~ocreflmrras-éaren-r~dé sen ~ do en_ ,sL ~,!:>. m~l~per6--contribuycinCsUCOriStittXc16n m e dí un u~ se lec ClO n. (U s P..9El c ión - a:ctrr-áliZa-EiOfl." Ctih~Ícn:;-n­cia--ru-lugzr;--[qúé'cs-la T~~areciera que se pueden distinguir u:es definiciones sucesivas o, al menos, tres

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'crientaciones del t.érmino. La Tópica es --o hG. sido-: 1. un ruét.oclo. 2 . una red de formas vacías, 3 . LL,Ll reserva de forma.s llenas .

B . . 1. 19. La Tópica: un melado

Originariamente (según los Topica de J\ristóteles, anteriores a su Retórica), la Tópica fue una selección dl;l lugares comunes de la dialéctica, I~S decir, del silogismo basado en lo prob~blf.:! (jntermedio entre la ciencia y Jo verosímil); luego Aristóteles hizo d.e él un método, más práctico que la dialéctica, que "nos pone en condíciones, ante cualquier tema propuesto, de ofrecer concl usiones sacaG.a.s de razones verosímiles". Este sentido metódico pudo durar o, al menos, resurgír, a lo largo de la historia de la retárica:entonces es el arte (s aber organizado de función de la .enseñanza: discipli­na) de encontrar argumentos (Isidoro) o : también, un conjunto qe "medios breves y fáciles para encontrar maU!ria para discuinr aun sobre temas que son enteramente descp­nocldos" (Larny) -es comprensible lu desconfianza de ~a filosofía frente a semejante método. ¡

B. 1. 20. L.1 Tópica, una red

El segundo sentido es el de una red de forma, de un proceso casi dbernético al que. se somete la materia que se quiere transformar en discurso persuasivo. Hay que representaqe las cosas u~í : se le da un tema (quaestío) al or~,dor; para e ncontrcU argumentos ~l orador" pasea" su tcmn a lo largo de una red de formas vacías: del contacto del tema con cada agujero (cada "lugar") 0.C la l'Co. (de la T¿'pica) surge una idea posible, una premisa de entimema. Existió en- In Antigüedad una versión pedagógica de este procedimiento: lficreia (chJ'éia), o ejercicio 4lútil", -era una prueba de virtuosismo impuesta a los alumnos que consistía en hacer pasar un tema por WlU sene de lugares: quis? quid? ubi? quibus auxiliis? cur? quo11lodo? quando? Inspirándose en tópicas antiguas Lamy, en el si~o XVII, propone la siguien· te red: el género, la diferencia, la definición, ~a eOluneración de las partes/la etimología, los conjugados (es el campo asociativo de la raíz), la comparación, la incompatibilidad, los efectos, las causas, etc. Suponb'aillos que tenemos que hacer W1 discurso sobre la literatura: nos "empantanamos" (hay motivos), pero por suerte disponemos de la tópica de Larny: podemos entonces, al menos, hacernos preguntas e intentar cont€starlas: ¿en qué "género" incluiríamos la literatura? ¿arte? ¿discurso? ¿producción cultural? Si es un "arte", ¿qué diferencia tiene COIl las otras? ¿Cuántas partes , .'.

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asignarle y cuáles? ¿Qué nos sugiere 1'1 etimología del término? ¿su relación con sus vecinos morfológicos (litera· río, literal, letras, letrado, etc.)? ¿Con qué está la literatura en una relación de incompatibilidad? ¿con el Dinero? ¿con la Verdad? etc.l~ La conjtmcjón de la red y la quacstio SE parece a la del tema y sus predicados, a la del sujeto y sus: atributos: la "tópica atributiva" tuv,o su apogeo en las tablas de los luHistas (ars breuisJ: los atributos generales son especie de los Jugares. -Vem9s cuál es el alcance de la red tópica: las metáforas aplicadas nJ lugar (topos) nos lo indican bastante: los argumentos se esconden, están ocultos en regiones, en profundidades, en' estratos de donde hay que extraerlos, despertarlos: la Tópica es una partera de Jo latente: es una forma que articula contenidos y produce así fragmentos de sGnlido, lmidades inteligibles.

B. Í. 21. La Tópica: una reser .. w Los lugares son, en - principio, formas vacías; pero estas formas mostraron muy pronto UIla tendencia a llenarse siempr<:! de la misma manera; a apoderarse de contenidos, primero contingentes, luego repetidos, reificados. La Tópica se transformó en una reserva de ~tereotipos, de temas consagrados, de "fr<tgmentos'¡ enteros que se incluían casi obligatoriamente en el tratamientq de cualquier tema. De allí la ambigiiedad histórica de ll!. expresión lugares comuñC$ (toPO! !zomol, locl communly:r:- son formas vacras,comu· nes a todos los argumentos (erranto mas VaCla5 son, más cornlirrés, cí. tnfra:-;-:B'. 1. 2'3); 2. son estereotipos, propo,sj­c~a~. La 'l.'épica,. re~crva compl-eta:este-se-ntido no es en absoluto el de A.ristoteles, pero ya es el de los sofistas: éstos habían sentido la necesidad de tener uña robla de temas de los que se habla comúnmente y ante los cuales uno no debe clUedar "acorralado": Esta reificación de la Tópica prosiguio regulanncnte, por encimo. de Aristóteles, a través de. los autores latinos y .!E1unfó _~!I la neo.retóriCfl generalizandose totalmente en la ECIad Media. CUrtius h2-hecho un mventáno de estos remas oOIiga~acompañados de su tratamiento fijo. Veamos algunos de estos lugares

2,. Estas claves t.Opiclls son estúpidas pues no tienen ninguna n'lación con la "vida", con la "verdad"; cou toda razón se las ha suprimido de la enseñanza moderna, et.c.; sill duda, pero sería Dec~~ entonces que 10& "temas" (de deber, de disertación) pCl'8igan eJ>re hennOGo movimiento. Pero en el momento en que estoy escribiendo esto,' oigo que uno de los "tema,," del último elUlmen final del bachillerato era algo ' 3.5í como: l Hay que respetar a ¿os viejos! Para este tema estúpido, la tópica se hace indispeusablc. A tema estúpido, tópica indispen6llble.

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reificados (en el Medioevo): 1. topos de la modestia,. simulada: touo orador debe declarar que se ve aplastado por su tema, ,que es incompetente, que por cierto no lo dice por coquetena, etc_ (excusatio 12.ropter infirmitatern 23 ), 2. to­pos del puer senilis: es el tema m.agico-aeí adolescente dotado de \ll1a sabiduría perfecta o del viejo que luce la. belleza ,y la gracia de la juventud; 3 • .1oP08 del IQCJJs <!!!loi;nu~: el paisaje ideal, el Elíseo o el Paraíso (árboles, basqueeillos, fuentes y praderas) proporcionó buen número de "descripciones" literarias (eL la ekfrasis, A. 5. 2.) pero su origen es judicial: todo relato demostrativo de una' causa obligaba al drgumentum a loco: había que basar las pruebas en la naturaleza del lugar donde había ocurrido la acción; la

, topografía invadió luego ia lítemtura (de Virgilio a Barres); ~na vez. reilicado, el . topos posee un contenido fijo, mdependIente del contexto: olivos y leones se ubican en regiones nórdicas; el paisaje se desprende del lugar pues ,su función es constituir un signo universal, el de la Naturaleza: el paisaje es el signo cultural de la Naturaleza; 4. los adunata (impossibilia); este tQ.p.os describe como slibi ta.-<: - . ~ .. , --..--mente compatibles fenomcnos, objetos y seres contrarios y esta conversión paradójica ftmclona como el signo inquie­tante de u!l mund'o "tr'J.Stocado": el ¡obo huye', ante las ovejas (ViI~o) eSfe topos-'tTOrece en 'la Edad 'Media y permite criticar a la época: es el tema viejo y gruñón del "habremos visto de todo" o también del c.olmo H

• Todos estos topoi, atm ;:tnte,,: de la Edad Media, son frajpnentos

23. La '0~usf!!..[o-p.[C?R.tl1r;J-'Jfir7Ji itatl'!rn reina aún ampliamente en nuestros escritos. Test\m<;lnío d~ ello, ~ta e:cclLSatio bufonesca de ~lichel Coumot (Nouwl 'Obseru'lteur, 4 de marzo de 1965): "Esta

'sen1:ana no me río, ten¡;~ como tema al Evangelio y, por qué no ctecqlo de una vez, no estoy a su alturn, etc.".

, 24 •. Dos ejemplos de adu IIdla:

;:::0

D~lille:

"Pronto al nelfro cuervo se unirá la golondrlnll, Pronto a sus lImores la oalor(l3 infiel Lejos del lecho conyi;t!;U l1ell'al":l sin horror Al r.alvaje gavilán su corazón,! ,¡u fe."

Teólilo de Viau:, . "Este arroyo vuelve a ~u fuente, Un huey sube a UD campanaJio, La sangre mana tle esta roca! Un aspid se une a una osa. Sobre lo alto de una vieja to:re Una serpiente desg-arr"3 a un buitre; El fuego arde en el hip.lo, El sol se ha lomado negro, Veo la luna que va a Laer, Ese árbol abandonó sú \ug3!."

arrancables (prueba de ~u fuerte reificación), movilizables, transportables: son los elementos de una combinatoria sintagmático.; su colocación estaba sometida n una sola reserva: 110 podían ser ubicados en la peroratio (peroración), que es enteramente contingente, pues ella debe resumir la orado. Sin embargo, desde esa época y hnsta hoy, ;¡cuántas concl usioncs estereotipudas conocemos!

B. 1. 22. Algunas Tópicas.

Volvamos a nuestra Tópica-red, pues ella nos permitirá emprender el "descenso" de nuestro árbot retórico del que es una gran central de distribución (de dispatching). La Antigüedad y el clasicismo produjeron muchas tópicas, definidas ya por la agrupación de los lugares según su afinidad, ya por la de los temru¡. Dentro d0l primer grupo podemos cita~6pi('..a General de Port-Royal, inspirada en el lógico alemán Clauberg (1654); i;T6pi;~Cde Lamy que hemos citado dio esta idea: existen lugares de la QTamátíca (eti:nología, conjugata), luga_res de la l~gi~a(géner~, proPló, 3Ccldente, especie, di fe rencía, definición, división), lugares d~ J!1 ~~~fW~,a (causa final, causa eficiente, efedo"7-ro""do, pártes, terrollos opuestos): es evidentemente una tópica o.xistotélica. En el segundo grupo, que es el de las Tópicas por temas, p'odemos' citar las siguientes Tópicas: 1) la Tópica oratoria propi3menle dicha que co~rende ~ t~elC3.S: una topiea de los razoñamientos, unatópica de las c~bEs (ethé: inteLIgencIa practica, vÚtua, hleC1o, abne­gación) y_una tQ~as asiones (patlté: cólera, amor, miedo, vergüenza y sus opuestos; 2) una tópír:a de lo risible, parte de una retórica posible de lo romieo; Ciceróny Qum tíIiano enUñleraron aígunos lugaresae lo rLSI ble: aeleC­ros corporales, defectos mentales, incidentes, asoecto exte­ri,or? etc.; 3) ~.Q~a teológica: que con{prende, las dlstmtas fuentes de dondeTOsteOlogos ~e-xtnréfsUs <i!gt~-:E"scrtturas, Padr~eOTfCi:11os,er-c:-4)lJ:i(a tópica sensible, o tópica de la im~ació.n; la encontramos esbozada. ,en Vic~, "Los hmaadores de la civilización (alusión a la anterioridad de la Poesía]" se entregaron a una tópica sellsiblf? en la que unían las propiedades, las cualidades o las relaciones de los individuos o de las especies y las empleaban en su concreción para crear .3U género poético"; Vico habia eri otra parte de los "universales deJa imaginación"; podemos ver en esta tópica sensible un antecesor de la critica temática, rje la que procede por categorías. no por amores: la de 13achelard, en suma: lo ascensional, lo cavernoso, lo torrentoso, lo chispeante, lo

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durmiente, eLe ., son "lUgares" a los Que s:: SOUletell las "imágenes" de los poetas.

lJ. l. 23. Los íugares comunes

La Tópica nropiamente dicha (tópica ora tori~, aristotélica), la que, depende de las pisteis entejnoi, por oposición, a la tópica de los caracteres y a la de las pasioneó, comprende dos partes, dos sub.tópicas:. 1) ~~tópi~.~eDeral, la de los lu¡.!:ares comunes. 2) una lO.lnca apllcada,~ a~'tugares ~§P.!'_cÜ1.l.e.s_Los~es (topo! holno( Ibci'cornmun­¡i'i.."simil ~jel1e!l para Arjstótek§_ un sentido comp!r:,.~_~te diíerenw del guellosotros atribuimos a esla expresion (bajo la-mllueñclU del tercer sentido cie1atiájibm-Tópica, B. 1. 21). Los lugares comunes no ~ eSTkreotipos con contenido. SIi1Clpor-eT contrano, l~ares J:QLlJlW,es: al ser generales (lQ general es propio de lo verosímil; son c~s at:t5'"'áó~ los tmnas:-P"ara---.mi¡;t(¡tr;les-eston liga reséomunes son tres y nada más que tres: 1) 19-1?.0sibie/imposible; confrontados con e1 tiempo (pasado, futlu-o), estos terminos producen Ulla pregunta tópica: ~Ja COS.1 pUl"de haber sido hecha o no? ¿podrá serlo o no? Este lugar puede aplicarse a las relacionc:s de contrariedad: si ha sido posible que una cosa comen,zara, es posible que wmline, etc .; 2)~j?]1, te/no e::d.s1.en ~ (o real/no real); igual q uc ei precedente este Jugar puede ser confrontado con el tiempo: si una. cosa poco apta para advenir, sin embargo ad I'i.no , la que es más apta sin duda advino (pasado);' si hay roateliales de construcción reunidos, es probable que se construya allí una casa (futuro); 3) más/mellos: es el lugar de lo grande y lo pequeño; su reSoí:1:ej)TjJi~al es el ··COIl mas tazan": hay grandes pOslbilidades de que X haya golpeado a ~u;¡ vecinos dado que le pega a su propio padre. AunCJue 105 lugares comunes , por deünkióh, carecen dceopccjalidad, c~'0gW cilllvieo~lláL-a IIQ,O de Jo_~ tres géneros omt~riQ~~.3l-posibíe ' , .' eonl'iei1eal áeil'T:ieralivor0.Ef~h_ª~.E!r, es o . o re citciaI-c¿eJ crimen !l!.!'.o.J.p$aJ:1J ,_eL ñláslmenos al epidíctico(e agIO o reproDaOün).

B. l. 24. Los lugares especiales.

~. especiales (eidé, ¡dial soJl--lgg~spon­dientes · a t€iIiaSdefurminados; son verdades particulares, proposiciones especlaí'es, aceptadas por-t:oaDs; son liS -.;grsJ~mentaJ.es vínc~'ldas cmLl~LPcimic~, el d~ho, las fin8.IUaS, la marina,la guerra, etc. Sin ,embargo, =mo estos lugares se confunden con la practica de disciplinas, de géneros, de temas particulares, no e:; posible

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enumerarlos. El problema tconco no obstante debe ser planteado. La continuación de nuestro árbol consistirá en confrontar la inventio, tal como la conocemos hasta acá, con la especialidad del contenido. Esta confrontación es la quaestio.

B. 1.25. La tesis y la hipótesis: cau~

La ques(io es la forma de la especialidad del <lliCUISO. En toaas las operacÍoneS'l>1rotte:rdas-rde-;unremrpm'la'·"llfáqui­na" retórica, se introduce una nueva :variable (que es, a decir verdad. cuando se trata de hacer el discw'so, la variable del punto de partida): el contenido. el punio a debatir" en W1a palabra, lo refere'hciaI. Est~ referencial, por defin'iciOif contingenLe, puede no óBsUiñte ~er clasificll9-0 en dos 'grandes formas que consmuyen-los'-aos'·gÚiÍl.des tipos de q¡¿áestw: 1) la p'O'sic:ió;nn~s.i;¡ (th"€¡;is;""]Jr6¡50s'itíIiñ):'es ~a pregunta generiil, "aGstracta" pifiamos hoy, pero sinembar­go preCISa, I~érida (sin lo cUal no entraría en los lugares especiales), sin (y acá está su, marca) ningún pará.nJ.ctr!L<;I~ lugar o de tiempo (pO~~!:I.?...2!.2.UJ:¡roUill.P~~~~? ); 2).J<! hipCi"W'síS\fr'JpoOie5is): es una pregunta particular que iTripllca hechos, circunstanCias;persi:)n:rs-;-enlm~cp1iJiíbra! t!,ñ tieñfjJ6YUñJ.ugar-rpor ~jgmpló: ¿X debe casarsen-=\ierit-2s que en retórica los términos tesis e hipótesis tienen-' un sentido por completo diferente del sentido a que estamos habltuados. Ahora bien, la hipótesIS, ese Eli\to a debatír fempojíiIlZado y loCil¡zaQ()t tiene otro nombre y muy prestígi'éíSO:-cuusa. Causa es un negotlUm; ' un aSW1to, lila coJñ15íi1iiCiOñae contingencias variadas; un punto proble­mático donde entra 10 contingente y muy en especial el tiempo. Como hay tres "tiempos" (pasado, presente .. >: ;- ' ·'T··O) ten:-<remo o t~"':"""-crrda tTi'u-COITC3-.L ~~iJ' U. 1 \"..LO. ~..J ,re~ ~ ue cuuw-::f_ .~~.:=..

ponueci--a-um:r-délos tre5gCileros oratill1o,s~ con<Yte1nQs; aca los¡;cnemo, pues estruct:üí1iJ.mCIlte:Wnd.1-dos:sltuados en nuestro árbol retOrlco.-Podemos-Clar sus triburos:-----.~

GENERaS Audito· Fill o Ii· Objeto Tiem- Razonn- Lu¡¡orec lio dad po miento (a) comunes

1. DELIBERA· mielO· aconse' ú tilJper- fulu· exempla ' posible/ \. . '1'1 V O bros de jarJdes- judiclol ro ~,mpO¡I·

una a· aconse- ble GaIllul. Sar

2 . JUDICIAL jUf>Cec acuoar/ justo/in- pasa- entirne- real/no defen- justo do mos real der

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GENEROS Audito- FiTU:l/i- Objeto Tiern- Razona- Lugares no dad po miento (a) comunes

3. EPIDIC- espec- elogillrl herma- pre- compara- más/me-TIca tado' reprobar soffeQ sente ción am- nos

res, pú- plific:lto-blico na (b)

a) ,se trata de una dominante, b) ¡'es tilla variedad de inducción, un exemplum orientado

a la exaltaCÍón de la persona elogia~ (por compara­ciones implícit3s).

B. 1. 26. Status causae

De estos tres géneros es el judicL.'ll el mejor com~ntado en la Antigüedad el árbol retórico lo prolonga más que a ~us vecinos. ~s lugares especiales de lo_.ffidicial se llaman sta tus causae. El status causae es el corazón de la questio, el pUñtQ

"a}üZgar; es el momento en que se produce el primer choque entre los adversarios, entre las partes; en previsión de este conflicto, p.l orador debe buscar el punto de apoyo de ln. quaestio (de allí, los palabras: stasis, status). Los status causae han excitado profundamente 1a pasión t.a.rinómica de la Antigüedad. La clasificación más simple enumera tres status caICsae (siempre se trota de distintas fonnas que puede tomar lo contingente): 1) 1~.ll4...Q~0 tuvo lugar o no (an Sit)? es el primer luga.r porque es 'el resultado inmeUíito de un pri~er CC5n~ aserciones: fecisti/non feci: an lecerit? Eres tú quien hizo eso/no, .no fui yo: es él? '; 2) la ~ (quid sit?): ¿cuál es la calificación legal der hecho, con qué nomb'te (jutídico) lo caratulamos? ¿es un. crimen? ¿es un ,s~crile~<:?; 3),la cualidad (quale...sit?)~ h~o es perrrutid0.L-.util, éxcusable? ES el orden de las ~iD:u~a.s-: ate,~_,:!~I~!e~. Aestos tres lugares se -agrega ' ~' veces un cuarto rugar, de orden de los proceclimientos: es el estado (status) de reclj~ación (campo de la casación); Una vez planteados los status causae, la probatio queda agotada; ~e pasa a la elaboración teórica del discurso '(lo. retórica es una tejné, una prnctíciJ espeeulabva); al discurso mismo; se l1e~a al punto en que,la "mác¡uína"! 'oel atador, del ego, debe articularse con la maqúina d21 adversario, que por su parte habrá recorrido el mismo trbyecto, el mismo trabajo. Esta ~icul.ación es evi~~tám.~·~ con fli ctual : es la discep~, punto de roce de las elos paiu:s:---·-- ----------- --_.-D. 1. 27. Las pruebas subjetivas o ,morales,

Una vez cumplida tod;1. la probatio {conjunto de prucba~

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lógicas sometidas a la finalidad de convencer), hay ' que volver a la primero dicotomía que abrió el campo de la ¡rwentio y t"f!mont<lrnos a las ,pruebas subjetivas o morales, las que dependen del conmover. Este es el deRartamento de la retórica psicológica. Dos norntfres la dominan sin duCE alguña:" Plafoil""(Fiay que encontrar-u¡;oscfe-d.Lc;cu;sos adiE!ad~i.Tos-diS~íh16s . ~l¡:io~~deallD~)y_P3~J3hayqüe descul)i=lr el mOVUDlento-mrenoroel pensarruento del otro). ErIcuantd a Ail..<;torefes:;-Tet!lmUCl! Uña retónca pSlcolñ6>1ea. pero como sígul! haciéndola depender de una tejné es un~ psicología "proyectada ": la psicología, tal como todo el mundo la im~; no "lo que p.l público tiene in mente" sino lo que el público cree que los otros tienen jn mente; es u~ endoxon, una psicología "verosímil", opuesta a la ps.lcología ''verdadera'', como el entimema es opuesto al silogismo "verdader.o" (demostrativo). Antes de Aristótelp.s, los tecnógrafos recomendaban tener en cuenta estados psicológíc.os como la piedad; ,pero Aristóteles innovó clas-ili.­c,an.:~c~g.~,d,~samente la., pasiones. no se[Í!n lo ...9.ue so_n , sl?o segtm lo que sI? cree que son: no las describe clenhÍlcamente, SInO que busca los argumentos que. se pueden utilizar en función de las ideas del público sobre la p'3.5~ón. I~~es son expre~':!?:1en..!~prernisas. lugares Ja ,,\)5lColog.!E._ret,or~~~~ótele.s_e~:~rl!a d~,SCn.gClOrí fiel

~J.Jws, de lo 'ierOSlmU paslOnru. Las pruebas, psicologicas se diVlaen en GOsrri-"ándes--grupos: ethé (los caracteres, los tonos, los aires) y pathé (las pasiones, los sentimientos, los afectos).

B. l. 28. ,Gthc, los caraderc3, los tonos

E.the son los atributo~ del orador (y no los del público, pal71e):son los rasgos de caracter que -el \JlatW~b& rlíOStl'm;-ñriLiilito§:rR9.co lmpona su slncedtt:rrlj-parn. <:amar bUel'ia lmpresión: ~'Un sus aires. No se tnrt:a-;-~.s-;-de ttría. pSlcolog!<!. expresiva, sino detiñi psicología jmaginaria (en el sentido psicoanalítico): ,QsQ.Q..2.jgnilic.Q.r lo que 9..Yicrg 5~!..J!E!~ el o~o. Es por esto 9ue -oesdp. la pen>pectiva ele esta PS!('Ologla tearral- es mas adecuado habl,u de tonos que de caracteres: tono, en el sentido musicru y etico que la palabra tenía en la música gnega. El etlcos es en sentido propio una connotación: ~orador E'nuncia una información y ~l .mjs!!.I(~_ U?!!JP'Q_rufe: __ soy es co," no soy aQ.!leTTO. PéJIa _.\.ri~t<?téles ,_~~Y tres "aires "-cuy O cotiJl.!iltciC9nstituY..~ ra au,~o~~~¡)J-:dt~l-dJa-c!~:-~)fr.Qhgs1s.~_~~Jñ'cualiQ?~taet qw~~!a blcn, que pe5<"\ bIen el pro y el con tra; es uña ~bldun::;. aDJetIva. un btilrií.seññcroe'xpue-SfO;':1y--arece:es'Ja

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Page 31: Barthes - La Antigua Retórica

~::r_~n de una fr~ueza .9..!!9-.DO teme a sus consecuen. _C1a5.......Y se _e.J;.Qresa ~ mediante frases dli-eCtas: ~lIaaas-de-'ún;¡ 1 eaJ. tn d tea trnl ; 3 )----e¡¡¡W-iG: se-trilla en (j . chocar ~de . no )?tovoca.r~de-ser simpaTico (y qulzil.Sjf;"1S1.a s:mpafitoh), -de entrar el1 una compba:-aad complaciente co::> el aucJj torio. EñE;ulÍ::Ja;mJeI'ltms fiaJJ1i y acsirrOIla--e1-protóCóI¿-"-cle las pruebas lógicas, el orador debe también decir sin cesar: sigaJ1lJl~(fI.ónesi$), estímenme (arcl¿) y quiéranme (eunow'l. ----------- '-- . -----. .. --------B, 1. 29. Pathé, los sentimientos

Pathé son los sentimientos del que escucha (ya no del orador), al menos tales como se los imagin? .. Aristóteles no los encara más que dentro de la perspectiva de l.U1a tejné, es decir, como prót.asis de eslaoon€s argumentales: distan:cia que marca medianLe el esto (admitamos que) que precede a la descripción de cada pasión y que, como vimos, es el operador d: lo "vp.roúmil", Cada "pasión" es detectada por su Ílsonoillla exterior (disposiciones generales que la favore­cen), según su objeto (por quien se la experimenta) y según las cirCw1stancias que suscitan la "cristalización" (cóle.ra/cal­ma, odio/amistad, temor/con(ianza, envidia/emulación, 'in­gratitud/Cl:t:>crradecimiento, etc.). Hay que insistir en .p.sLo porque marca la profunda modernidad de Aristóteles y~ lo erige en el, jefe soñado de una sociología de la cult\lYa llamada de masas: todas esas pasiones son tOlLadas vol unta.· ~iamente en su bañéíUaaa: la calera es lo guetOcloeí'tñ'Ün;Clo pfeñSaoela cólera, la pasión nunca es más gue lO,....9ue se dlce ' de eUa: lo intersexual puro, 1'1 "cita" (así la entendían Paolo y l' rancesca que sólo se amaron por baber leído los amores· de Lanceloíe), La psicología retórica es, pues, todo lo contrario de una psicología reductora que trataría de ver lo que hay detrás de lo que la gente dice y que pretendería reducir la cólera, por ejemplo, a otra cosa más oculta. Para A,¿:isLóteles ~inión del público es el dato prin1crO:-'Y úJLimo:no haYeI1---eI-nulguñ-a--raea---rlermeñéütica'-(de Je"SCiframicnto}; para él las pasiones 50n fragmentos estereo­tipados de lenguaje que el orador debe simplemente conocer bien; de aUlla idea de una red s pasiones n ~a colección de esen ' ,\.n-º-Somo una uon de opiniones. Jt1<rp leo ogla reductiva (ql1el:>rE~"'~cce hoy), l\l'lStÓreles le: sU5tituy~ (por adelantado) una psicología clasificatoria que distingue "lengunjes". Puede parecer muy chaLO (y sin duda falso)· decir que los jóvenes se enojan más fácilmente que los viejos; pero esta chatUIa (y e6te error) se torna interesante si comprendemos que dicha proposición no es más que un elemento de ese lenguaje general del otro que .Aristóteles

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reconstruye, conforme qúizás al arcano de la filosofía aristotélica: "la opinión uniuer&J1 esta medida del ser" (Etica a Nicómaco X. 2. 1173 al),

B. J... 30. Semina probationum

AS~,~g cierra el ~mEo o l~pJleJéLlnvel!.tfoJ . .px:.~pru::~c,íón heunstica de los ffi4.t0lales del discurso, Ahora debemos aboraar la Oratio m~foidende-las-part:es-rDlspositio) y-su puesta en p31abras (ErOcu tió). ¿C\m1es 50n liS relacío-~--------,~ n...., }Jrogramatlcas ''Ce la 1TllIen tui con la Oratio? Quintilia-

no lo dice con una palabra' ('con una imagen): recomienda disponer ya en la narrotio (es decir antes de la parte argumental propiamentB rucha) "simientes de pruebas" (semina quae, dam probationum spargere) , De la [núentio a la Ora~Jo hay pues una relación, de enjambrazón: hay que lanzar, lueg,o callar, retomar, ha~r cs411ar más lejos. Dicho de oLto modo, los materiales de la InlJentio son ya fragmentos d~ lenguaje, que de Un esl;ádo de reversibilidad ahora hay que insertarlos en un orden fatalmente irreversi· ble, que es el del discurso. De allí la segunda gran operación de la te!:¡é:)a D ispo~.itio...o....tratam:iento-deJ,gs_G....oersi9.!1..e,s_d.e. la suceSlOn.· , ~

B. 2. LA DISPOSITIO

Hemos visto que la situación d~ la Dispositio (tax is) en la tejné constituía un elemento en juego importante. Sin volver sobre elite problema, definiremos, a la Dispositl:o como el arreglo (sea en sentido-activo, op~érafOrlO....s.!::!.~u señt1aQ..yd5ivo, rejficn:dCf}dé las grandes partes del discUJ:S9. U:. me~or ~Cion es qtIiZás~mp~~~ió~da.nq~e la 'composlllO, en latm, es otra cQji8.: se reflere umcame'ñte a la~aniz.aclOn de :ras palabras den50 de la orn~n cuanto '<:1. la con tocarlO , f.:~tii __ a:eJili0ila_di.l;tribución delOs ruaterlales d~tro de c~~~" Según u~a 'si~-ta.gmática aumentama tenemos pues: el nivel de la oración (camposi­tia), el nivel, de la parte (conlocatio), el nivel del discurso (dispositio). Las gran~artes del discurso fueron señaladas muy temprana1ileñ'te-porcorai]Á.. 1. 2.) Y su distribución c~iúo€5ae ese momento: Quintiliano enuncia cinco p~te~ (deGdobla la tercera parte en confirmatw-y refutatio), Anstoteles cuatro: ó<;ta es la clivision que adoptaremp~ aquí.

B. 2. l. La egressio

Az;~mel<l! estas Part.:~s, ~aY--9ue sefuUar la e~~eLIrili p movil: la-eg!eSSU?O d~f!!es610: es ~ragmento ornamental, fuera de te~~

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se vincula con un nexo muy débil y cuya función es hacer. millar al omdor; la mayort'ü-de· ras ·veces es un elogio': de !!¿gares o de h~ or-cs (por ejt:ñIpio, :r~logi~r·tl1r1j¡Cma ~~ et Verres de Ciceron). Esta umdad movil, fuera de clasiilCa­cíón y por así decír volante -origen de la ekfrasis de la Neo-retórica- es tm operador de espectáculo, suerte de sello, .. de firma del "lenguaje soberano" (la kurosis .. de Gorgials, la "poética" de J"akobson). Sin embargo, así como un cuadro está siempre firmado en el mismo ángulo, ~¿sio tg.urriUÓ-t1..9xJ,:019S<tIse--sasi regulanne:.~ entre la narratio y la confirmatz~ .-B. 2. 2. Estmctura paradigmática de las cuatro partes

La Dispositio parte de una dicotomía que era ya, en otros términos, b. de la Inventio: animas impellere (conillo· ver)/rem docere (informar, convencer). El primer. térm.!!")..9 (llamado a los sentimientos) cubre exordio y el epL7Oió~ decir, las dos partes eXtTemas _~( d,iscurso. E~ término (el llamado al hecho, a la r:J2on) CuIire la narratio (relato dClus hechoS)YT:l"6Ori7irmatio {estableclmiento de t~:=PUWbíl:C:J:c\lill de @@4S1-ºQ], es declr, las dos parteS intermédias-· del discuJ:s.O- El orden sm tagmaflcoIfo slgue, 'pues. ñ1 orden panidjgmátíco y nos encontra"mos con una construcción en quiasmo: dos "trozos" de elemento "pasio· nal" enmarc~m un bloque demostrativo:.

1 exordio

demostrativo c~

13 31 narro"tio con firm atio

p:1.!'ionnl

4 apOogo

I

Trat..1.Iemos las cuatro partes según el orden paradigmático: exordio/epílogo, narradón/confirmación.

B. 2.3. El comienzo y d fin .

La solemnización de los t:Qmienzos y los fines, de las inauguraciones y de los cierrc.s. es un problema que excede la retórica (ritos, protl,co)os, liturgias). La oposición del exordio y del epnogo. bajo iormas bien constituidas, tiene sin duda algo de arcaibnte; por ello, al desarrollarse, al seculnrizarse, el códi!!d' re..tórico se vio llevado a tolerar discursos s in eX~~!?rréñero-a?J1..9.:era:tjYQ)"~·Seg~~~ re-lffiliff7rfec:ttas-reD' 1ía~ta a r~comen dar fines ~u~or._, e~socrafé$").""EilSiC .orma canónica, la OpOS1C1ÓIÍ

.. -

com ¡e.nzo/fin implica Un desnivel: ~n el exordio, el orudor deJ:teJanzarse con prudencia, reserva~; en el epilogo., ya no debe roñtenerse Silla lanzarse a. rond~!1QL en escenatt)"dos Tés recursos-ael'grnn-ji:l9go-pátetlco:-B. 2.4. El proerna

En la poesía arcaica, la dé los nedas, el prooimon (proemio) esTo que apmece añtesdel canto (oime): e:;., 1Ü-preTi:íclioOe lós que tocan La lira. 9..\~e, ~U?~ _ del concurso,- ensay..ill!....Y aproveChan_e~~-iíaise de unt~~~? .. ~~ jurad? (~1ay un rastro en los Maestros Cantores de Wagner) .. La DIme es una vieja balada. épica: el recitador comp.Ilzaba a cOllklr la hi"toria en un momento arbitrario; hubiera podido iniciarla más tarde o más temprano (la historia es "infinita"); las primeras pabbras cortan el hilo virtual de un relato 5in origen. Esta arbitrariedad del comienzo se marcaba con las palabras ex OH (a partir de lo cual): comienzo a partir de aquí; el aeda de la Odisea pide a la Musa que cante la vuelt.:'\ de mises a partir del momento que le guste. La función del proerna es, pues, en cierto modo, exorcizar lo arbitrario de todo comienzo. ¿Por qué comenzar por· esto antes que por aquello? ¿Por qué razón cortar con la palabra lo qu~ Ponge (autor de PiOemes) llama el' magma analógico en bruto? Es necesario suaviz3I ese. cuchillo, dar a esta anarquía \ID

protocolo de decisión: el prooimon. Su rol evidénte es domesticar, como si empezar a hablar, encontrar, el lenguaje, fuera correr el riesgo· .de . despertar lo desconocido. el escándalo, el monstruo. En· cada uno de nosotros hay una solemnidad aterradora ante el hecho de "romper" el'silencio (o el otro lenguaje) -salvo ciertos charlatanes que sc.1anzan a la palabra corno Gribouille y la "toman" por la fuerza, en cualquier lugar: es lo que seJlama la "espontaneidad" .. Este es,,.Stúzás. eLfQnd9 .d~ .. g~:mde procede el ex.ard.iaJ~.éric~,Ja inauguración reglada del discurso. .

--------------------------B. 2. 5. El exordio

El exordio comprende canónicamenfe dos momentos. -rn-capfGtiot5enetlOre'1tióS.o· {1J.t~'DJQ-=-:q~~~ ucción··üél a tiMO n o arqoe il{ me-dfu.t:rmen te se, traJ<Lctc_c¡u~tar !.Cnrt..~a p!.U-e-QtiC-CCfffipI1C¡gnd.La captatio fue uno ;!.c:.ro:~.~l~rn.en. t03 más establ~~Lsiste.ma.J:et9.~~o (florecío tiJ(11v¡a en la Ethid Sfedm y hasta actualmente); sigue un modelo muy ~laborado, codificado según la clasificación de las causas: la vía de seducción varía según L'\ relación de la causa a la .doxa, a la opinión comente, nonna1: a) si la causa se iden ti fica con la doxa, se trata de una causa "normal", de

G7

Page 33: Barthes - La Antigua Retórica

buen tono, no es útil someter al juez a ningun:, seducción, a ninguna presión; es el género enuoxon, honet;um; b) si la causa es en cierta forma neutra respecto d~ la doxa, se necesita W1a acción positiva para vellcer la iUe'!cia del juez, dcspe~su curiosidad, obligarlo a estar atento (attentum); es el genero adoxoll. humile; e) si la cuusa e5 ambigua, si por ejemplo dos doxai entran en conflido, hay que obtener el favor del juez, hacerlo beneIJolum. que se incline hacia lU1

bdQ; es el género anfidoxon. dubium; d¡ si In causa es enredada, oscura, hay que conseguir qUf: el juez nos siga como guía, Como conductor, volverlo a"ocilem, . re­cept.ivo, maleable; es el género dysparaJwlor.:.theton. obs­éunnn; e) por último, sila causa es extraordÍn2:"ia suscIta el asombro al 5ituarse muy lejos· de la doxa (!X>r ejemplo, querellar contra el padre, contra un viejo, un niño, l.Ul ciego, ir contra la human touch); en este caso yana basta una acción difusa sobre el juez (una connotación), se necesita un verd2.dero remedio, pero qu!: este reme­dío' sea, no obstante, indirecto, pues no hay que en­fren Lar, :ir al choque abiertamente con el juez: es la iJlsinuatiq~ento autónomo (y ya no simple tonO}_~~_e ~después del comienzo: p6rejefu-plo-,-síniaJacq ue ,se ~--iurpteSiOnaao pllr eIlrdv'ersarin:-Tales'·son·lonnbdo~ ,de. taC7lJr1a~emfZic. 11. La RG!RtToseguñdo-momen::.. to,rerexoIWo anuncia las divisiones que se harán, el lilao qúe~ se va a s~guir (se pueden ruultipllcar fu parffiJófLe5;' poner-una ,¿j comIenzo de cada parte); la3ntaia, dice ~ntiliano, re.§.~~~ lar~O~ algo cuy'o term~Cla, ~------

B. 2.6. El epz?ogo

¿Cómo saber si un discurso termina? Es tan arbitrario como el comienzo. Se necesLw', por lo tanto, un signo del fin, un signo de clausura (así en algunos manuscritos eoc:ontramos: cifalt la geste que Turoldus decline!). Este signo ha sido racionalizado con la coartada del placer (Jo que pro baría basta qué pw1to los antiguos eran conscientes de lo "fastidioso" de sus discursos). Aristóteles Jo señaló, no a propósito .del epílogo, sino a propósito del período: el período es una frase "agradable", porque es lo contrario de lo que no termina; es desagradable, por el contrario, no presentir nada, de no ver fin a nada. ª cp110go (peroratio. conc1usio, cumulus, coronamiento) prese!1~: 1) el nivel de las "cosas" (posito in rebus): se tl~ d~ retoru:1I y resumir (eriumeratio, rerum repetitio); 2) el mve .

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dEL!9s "sentimientos" (positc In atrectibus) esta conclusión 'patética;-üoro~Qract~~~b<:: p~5:2.$ntre tó~regoscrádo que ),lnujier imponía silencio al orador que hacía vibrar demasiado y demasiado tiempo la cuerda -sensible; pero en Rom:a~llogo era la OCtl5lOnOe un gran teatro, dela gran escena del abogada: descubrir -a:¡--acusado roaeado-aesus parierttcs-e-m,rós;exhibir un puñal ensangrentado, huesos asomados a la herida: Quintiliano pasa revista a todos estos trucos.

B, 2.7. La narraüo.

La_narrotio (diegesisJ es el relato de los hechosin~~s ~n la causa (porque causa t!S la quaestio en tanto penetrada de contingencia), pero est~ relal',) está concebido· únicaTJ¿en. le 'desde el Eunto CJTViSti]Je la prueba, ,~~ "la e~Q2S10>~ persuasiva de algo que se ha hecho o ~C-.-N..Qt~n.,ª,!....9w~ se h_a hecho. La: narraélon-no-éF-Pues;Uñ relato HCe-ñ e( sentido novelesco y como desinteresado del términ o), sino una prótasis argumentativa. En cDns~cuencia presenta dos carac­teres obligados: 1) su deS~1Ude2'.; llada de digresiones, nada de prosopopeya, nada de argumentación directa; no hay ninguna tejné propia de la narratio.; sólo debe sgr c/a~ verosímil, breve; 2) su funcion¡¡lidau: es ulíapfeparaclOll para la argumentación; la meJor prel':EU~~.9-1l...e.S-AQuelJaCuYo sentíc:fOeSfá oculto, en que las pruebas están diseminadas en estado de simientes esConalaas lsemmaJI,Q12atlO~}-:-U ndrratio incluye dos tipos de elementos: 1,95 heGlL~.Y la¿ désclipclOn~

B. 2. 8. Ordo naturalis/ordo artifiCialis

E.n..Ja retórica antigua, la exposición de los hechos est .. í sometida a una sola regrrr-est:ronti.í-al: gg.g_el enc<1aeña~ to-sen-ver6sÍmil. Pero más t.~dad MI!ala. cuando la:' lletór:Ica se desprendió completamente de lo judicial, la narratio pasó a s~~~ autónomo y la org~ación De S\l~~ se torno ~J?roblero.a~t~~9.;..,_~~_J~ o o ' . n ael ordo natU aUs y el ordo artificialis. "Todó orden, dice un contemporáneo e CUlllO, atural o artificial. El orden es natural si se cuentan los hechos en el mismo orden en que sucedieron; el orden es artificial si se parte, no del comienzo de lo que pasó, sino del meclio".~ e roblema d sh-back. El ordo arti id lis... obUga .á-U:!!. dec.idj o corte de la sucesion de los hech06J>.9.l'~s~ta de obtener lIí':íiti<ldes movl1p.s, reverSlbl~ este orden implica ----- - -

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Page 34: Barthes - La Antigua Retórica

o produce una inteligibilidad particular. claramente expues­ta, porque destruye In "naturaleza" (mítica) del tiem~ lineal. La. opos.kiÓn ge los dos '·órdenes" puede· recaer no

-;;Tn-e los hechos sino sobre las partes-mismas del dISCurso: el ·'OrdO/l1lraralls-es-entonceseCue-res-ta la norma tridicio-· nal (exor o, narra lO, con mnatío, epI ogo ; rclO7irtt(t: ciiifu, el que alEera.7esteOrden segun lascmunsta.ncias; paré\dojicam?ote{y .. est<l.' paradOJo. es sm dudo. frecucnW~ na1uraii:S'qmere entonces decir culturoTy artificialis quiere ~eSpolltane(), conflngente, natural. --.-B. 2. 9. Las descripcion.es

Junto al eje propíamente cronológico -o. diacrónico, o díegético- la norrotio admite un eje aspectual, durativo, formado por una serie flotante de estasis, las descripciones. Estas descripciones han sido fuertemente codificadas. Hubo ~nn('~r-?!~ente: topografías o descrip~!..ones de lugme.s-;­'cronograrlus o oesc:lPClOnes d~c~Eos, de peIfod~ d{! ooadcs; prosopografla<¡ o rett.~t9s. "Es conocido'el éilto-ñe estOS "trozos" en nuestra literatura extrajudicial. Por ~timo, señalemos, para terminar con la narratio, _que ..fJ .~o puede a veces incluir una !;egunda n arra cióT).: cuando la p1:':tñ!t'ra-im-sído tUuyoreve, se"1a rmoma luego en dét~ (''"F{€ aquí cletalladamente como sucedío-Toqlie' acabo de decir"): es la epidiegesis, la repetita narraiio . .

B. 2.10. La confirmaBa

A la '!E!.!ptio ~~posidón~-.los hechos le sigue la ~lmZ¡Tma~io o ex~~fg;.QJ) a~:lo~. argÜl]!_~.~~o~: §.-ª-W1ldOrlae· se enuncIan las pruebas,1 elaboradas en el curso de la lnuellflo._ q: coiilir~ati~-: (apodelX!S)QY~~~s ~nt:os: 1) la. prQDo:ill:fp (prothesis): es una definiciql1. ~?n~~Io(.tu.J~..L ,del 12,lmto a disCutir; euea'é ~i­slmple o mUltIple, es~o depende de los cargos ("Sócrates fue acusado de corromper a la juventud y de introducir nuevas supersticiones"); 2) Jn....~rgumen.tatio, que es l~posición . deJ~o~es pro~ton_~J aqUl no se recomíen lfñ1tfgüna' ;. eStructuraclOn particular s~vo~~-hWgue-céiñifmiat 'p'or las-r~:~:ws.::tüeñe~ .... ~\1uar con las pruebas_.deníJ.e!Ci tCYñumrr con 1!lguna'LErueoás 'i:iiili;-filértes; 3Y a veces, al fiñaICfe l.a con{irmatfo, el discurso-COñtíñUO (oratio conti· nua) es mterrumpido por un diálogo muy vivo con el abogado d~ la otra parte o con un testigo: el otm irrumpe en el mO~101ogo: es la altercatio. Este episodio oratorio era desconocldo entre los griegos; se vincula al género de la

';'0

Rogatio o interrogatorio acu$.'ldo·r (QuGusque tande"';. Catilina . .. ).

JJ. 2.11. Otros cortes del discurso

La. codificación muy fuerte' 'dd la Dispositio, (de la que~ subsiste un profundo surco· en. la. pedagogía del "plan':)1 prueba claramente que el h umanísmo, en su pensamientO sobre el lenguaje, se preocupó mucho por el prohlema de-lasa unidades sintagmáticas. La Dispositio es un corte entre

. otros. Veamos i11gunos de estos cortes partiendo · de J.as unidades m:is grandes: I. El discurso en su totalidad puede constituir una unidad, si se lo opone a otros discursos; es el caso de las cla.;;ificaciones por géneros o por estilos 'Y' también el de las figuras de temas, cuarto tipo de figuras después de 109 tropos, las figuras de palabras y las figuras d~ pensamiento: la figura de tema abarca toda la oratio :; Dionisia de Halicamaso distinguía tres: 1) la directa (deciIr lo que se quiere deCir), 2) la oblicua (discurso indirecto): Bossuet cuando amonestaba a los Reyes socupa de religión)" 3) la contraria (antífrasis, ironía}; n. las partes de l<s Disposrtío (ya las conocemos); ill. el "trozo", el fragmento., 1a ekfrasis o descriptio (también la conocemo:i); IV. en la Edad Medía el articulus es una unidad de d~sarrollo ;f:!n una obra de conjunto, colección de las f)isputatíones o Suma, se da un resumen d~ la cuestión debatida (introducido pOI

utrum); V. el ~enodo es una frase estruetumda según un modelo orgánico (con comienzo y fin); tietle como mínimo dos miembros (elevación y descenso, ta.~is y apotasis) y como ~a.'timo cua~o, Por debajo (y a decir verdad, a parti:r del penado), com1enza la frase, objeto de la compositio, operación técnica que depende de la Elocutio.

8. 3. LA ELOCUTIO

.una vez encontrados los argumentos y repartidos po:r grandes grupos en las partes del discurso, queda la tarea de "p.~~Eles p~abras": es la función de estllJ~r.cera parte de la teJne rFii1Ziñlie que reClbeeI noñilire de7exix oeTcicut/O~ qu~ se tieffe~t1ÜiliLfu.-=af¡'educir abusívnmen te 1 aretoñca-P.iíi­r.i~9.;t derr~tcrés que .&men los..MDa~rnos por k~1~~·Uf retonca, parte lpero solo parte) de la eldcutio. """'-------- -- - . B. 3. 1. Et:aluc;ón de la elocutio -

La elocutio, efectivamente, desde el origen de la Retórica, ha evolucionado mucho. Ausente de la clasilicación d,e ----.:._---

Page 35: Barthes - La Antigua Retórica

~hace su aparición cuando Gorg.ias guiso apli~;¡~!~ prosa criterios estéticos (procedentes de la Poesla; ARSto· !,eles la trata menos que n1 resto de la Retórica; la elocutlE se desarrolla sobre todo con los latinos (Cicerón, _Q:\&~tjlia.-

noj"flo-;:ece y gana en --esplrltual'iCiad-Coñ--' Dionisio -de !1adc3maso y el Ariommo delr'enIrypsous y termm"á--:-pÓr wsorber toda la retórica, identificada con la especi~ '~TIgUra5'":-SiñTmoargo, en su estado ciinónico, la e1i5Ciltto

aeTme "üu campo que abarca todo ellenguaje;jncluye _~J~ vez nuestra amátjca hasta el corazón del Medioevo) y lo que s ella ro u a diccíón~~~~je~_la_.:~oz~_q~~6E trac!uccion dee1ücuwBeS quizas, no elocuclor¡ (dellULslado e:stre~)I~[no~nCiacl?T!-o·:~~t!l.~~~i!~~_;-"locLlc~óh~(~~!~vI: <:t:\if!ocutonal7 -_.- .. -~ .

. B. 3.2. La red

Las clasüicaciones internas de la elocutio han sido numero­sas sin duda por dos razones: primero, porque esta tejné ha debido atravesar idiomas diferentes (gdego, latín, lenguas romances) cada uno de los cuales podía modificnr ,la naturc1.1eza de las "figuras"; luego porque la pwmociop creci¿nte ,de esta párte de la retóricC'. obligó a reinvenciones terminológicas (hecho patente en la nominación delirante de las figuras),. Sim¡::>lific~LQ~~~}.ci.ó!l m~~:3§~ig¡p.a y el. s~~: ~) -=.leg1I. l~ palabras (electio, eglogé), 2) reulJ.!d...as (synrnests, compos/-'rlOJ:--B. 3. 3. Los "colores"

La eJectio implica que en el lenguaje se puede substituir tUl término por otro: la electio es 'posible porque la

'sinoni.mia forma _parte del sistema de la lengua (Quintilia~ no): el· 10cuLor puede substituir lL.Tl signiiicante por otro incluso puede producir con esta substitución un segundo :sentido: (connotación). 'l'odos los tipos de substitución, ; cualesquiera sean la ampHtud y la fonna, son '1!0P.os. ("conversiones"), pero el sentido de la palabra es ordinana-

·mente. reducido para poder oponerlo a "Figuras". Los términos verdaderamente generales que recubren indiferen­temente todos los tipos de susti.tuciones son "adornos" o "colores", Estas dos palabras muestran con claridad, por sus connotaciones mismas, cómo onceb! os antiguos al lel~uaje: 1) hay una base desnuda, un nivel puro, un es aao n~i1lliiI de e . lOn, a partir e e se puelle e1ñlnjflíf-lin---aexpresion ma.s complicadi, Gdorooda, dofad1f" del.l..na au;ranc.:la mayor o roenci!í:especto del suelo originB1.

12

Este postulado es decisivo porque patel'e que hasta hoy mismo determina todaS las tentativas de revigorización de la retórica: recuperar la retórica. es fatallU~~~_ cr!!_er en la existen.cia ere una disl.ancia entre dos estados dellenlfun"]e; a lainVefsa, co_n..dcna.LJª-E:§:rica -senace 5re.rP_RI~ombrc ele un rechazo de la jerarqwacteloSlenglÜijeS;-enti'e-los que no se adnu[€ffiás que una "lerarquía-nuctuanfé ... · .. -ynofija, tí.iñcraaa en In naturaleza;;2) la capa segl.illilii:-(re1Oñcájtle-ne ·uña lunclon de an.t.i1laCíón :-e1 estado "puronaeraTengÜ~Ces inerEe.elestaoo se~do es ¡'\'ivo~'-':c-orores-;-luce5, flores (colores, lumina, flores); los adornos estande:na-do ~de la pasión, uel c~po; tornañoeseabfe a la paJabEa:''11ay una venustas del lenguaje (CicerOI1);:3) los colores S~ ponen a veces "para evit.arle al pudor el embarazo de llila exposición demasiado desnuda" (Quintiliano); dicho de otro modo, como.eufemismo posibl~ "color" mar~~a u~----r=a~~ "aesnudez" del rengu~e: c9mo el rubor que empurpura un rostro el color expone el deseo al tiempo que ocuJta su objeto': -el la diaIectlcaIñiSI1filC1e1 v_t:::s}:@:"o.:;=res<fÜe.n-Úii¡liiere decir Yes~pa:ne5CWJ.--

, B. 3. 4 .. El furor taxonómica

Lo que nosotros designamos con un término genérico figuras de retórica, pero que con rigor histórico, y para evitar la ambigüedad entre TroPQs y Figuras, habna que llamar adornos fue durante siglos y es aún hoy objeto de un verdadero furor clasificador. indüerente a las burlas que, sin embargo I fiurgieron desde ru:uy temprano. Pareciera q~e con estas figuras de retórica no se pudiera hacer na~ n:as que ponerles nombre y clasificarlas: centenares de termm,os de forma muy trivial (epaeto, reticencia) o muy barbara (anantapodoton, epanadiplosis, tapinosis, etc.); decenas. de grupos. ¿Por qué esta furia de catalogación, de denom.m~­ción, esta Suerte de erñ6riaguez de acfiVldad del lenguaje s?~re el ifE-gu~¿e? ¡3D du~ (al menos es :u:a expllcaclOD es ructur ) porque~a retorica trata de codiflCar)8: palabra (y ya no ell'enguaje),. es decir, el espaclO ID1SillO d~:mde, en principio, cesa el coCtigo. Este problema fue VlSto por Saussare:-¿que hacer con lus combinaciones estables de palabras de sintagmas fijos, que participan a la vez de la lengua ..; del habla de la estructura y ele la comb41ación? Es en la medida en q~e la Retórica prefiguró una lingüística del habla (distinta de la lingüística estadística), lo que es una contradicción en los rerminos, que se ha esforzado. en tejer una. red necesariamente cada vez más fina que retuviera

73

Page 36: Barthes - La Antigua Retórica

todas las "manera.;; de hablar", lo que significaba querer controlar lo i.ncontrolable: el espejismo mismo.

B. 3. 5. Clasificación de los adornos

Todos estos adornos (por centenas) han sido ordenados dffide sierti.pre en grupos bjnarios: tropos/figuras, tropos r;ramaticales/tropos retóricos, figuras de gramática/figuras de retórica, figuras de palabras/figuras de dicción. De !!Jl aE!.~ a otro, las clasificaciones son contradictorias: los tropos se oponen aqul a las figuras y mruiilJIaaparecen como fonnando parte ele éstn.s; la hipérbole es para Lamy W1

tropo, para Cicerón una figura de pensamiento, etc. Diga~ m~s una palabra sobre las tres oposiciones mó:! frecuentes: I.,~S/F'zgl¡ras. Es la UlIís vieja de 1M díStlhclOnes, fu de la Antiguedad; en el TropOTa converslOn de sentido recae sl2bre una 1.1rlldad, sobre una palab~!l (por eJemp~ :::~tacresls: el brtLi(:JdclSiffi)ñJ;C¡lla Fíguro.. la converslon-6"~~-ªLJ~ábras, tod~peg~eno sinta@.!a (pis ~Jempl.c:: la penTrasl$:tc;s retreíes de la conversació.!21. Est:} ~POs_lclon corresponderla grosso modo a. la ele s~~a l ;ll1t3.gma. lI. GramdTf<:atluftónccI. Los tropos son conversio­·:les de sentido que han pasado al uso corriente, al punto que va no se "siente" más al ornamento: electricidad (meto­nimia por luz electrica). una casa alegre (metálora trivializa. :la) I en tan to IDle los tr.QPO~ de ret6rica se siguen sintiendo ;:oméJC1"e uso extraordinario: la (ejlQ de la naturaleza porel DlluVlO ('I'c·rtüIfano), la n leúe del te clacIo , etc. Est~ oposi· :ión cor::-sponderi'a -D:0~~ a la __ de denutac~9.& :onnotaclon. IlT.· Pal(lbras/~enStllJ!ieñto. La oposición de las :íguras de 12alabrnsy-Tífu,1ras de péñ.S:i:rnie'ñto es más ~rivial; üS iigl,gE.L~~~ráS eX1sten aH í donOeTa:"""flgUñi'Ciesapare­:er í.?~cam,biaraliJ~.s.Jj)iIjb~· Ül<:Jr éjemplo·-el anacol uto :¡ue conSIste solo en el orden de las palabras: si la nar.iz de 7leopatra hu.biera sido más corta.; la faz del mundo .. ,);Ias ~s de pensamiento subsisten siempre, cualesquieraserui:-" ~_pala.!?ras que se Qcdd.§. emp)e~lpor ejemplo la antlteslS: )oy /a [raga y el cuchillo, ~tr:.); esta tercera oposición es nentalista, pone en juego 5ign.Üi,cados y significantes pu· liendo existir los unos sin 103 otros. Todavía es posible :oncebir nuevas clasific:lciones df: figuras y, a decir verdad, )o~e~os adelantar que no hay p'~rsona que se ocupe de eianea que no sienta la ten roción de clasificar a su vez ~T a ti modo las ñguras, Sin embargo aún nos falta....(aunque luizás .::;co. imposible 0e ~:1.l1zJ~r),",u~.:!~.~i11Cacl§n~~menttJ ~~~3~!~.J~.I2E5:~eale~!~~~: .losdiccionarios de Nonea nos perm¡ ten, en efecto, saner fácilmente qué es un

cltmGsmo. una. epal/alepsis, LUla paralepsis, y J);¡S;H: del nombre, a menudo hermético, nI. ejemplo; pero ningún lib:ro nos permite hacer el trayecto inverso, posar de la frase (h~nada ~n un texto) al nombre de la figura; si leo "taTl io 71Iarmol tembloroso sobra tanta sombra", ¿qué libro me <lira que es ulla hipálage, si"no lo sé de antemano? Carecemos de un instrumento indudivo muy Útil si-guisi4mm~ali?',u los texto!> clásicos segUn su metalenguaje. _. ~

B. 3,6. },[ención de algunas figuras

Evidente:.nente no !le trata de dar una lista de los "ornamen­tos" reconocidos por la antigua retórica bajo el nombre genérico de "figuras": existen diccionarios ele rctÓt1ca. Cr~{), sin embargo, útil recordar la defirución de una decena de figuras, tomadas a! azar, de modo de dar tilla pen:pectin concreta n. estas observaciones hechas sobre la eleelía. I. La A!!!..erac[!?n es una rCP9.ticiÓn de consonnntcs próxjm:1S-~5ñ un sm6 .ma breve ("QuÓ quieres qUf! te cante-ll1.lC· qlllcre~ que te cuen,te ,,; cuando son los sonidos lo!) que se r~.R.tt...!n h1!Y...º-p..Qt.~l..de gordos gongo!l sordos"). Se ha su~cndo qLt(~ la a.l.lteraClO!l es. u menudo menos intcncionnl de lo que los· críLieos y estilistas creen; Skinnet mostró que en ios Sonetos de Shakespe<lie las aliteraciones no suneraban lo que se puede esperar de la frecuencia normal. de 'las letr:l~ y grupos ele letras .. 2. El Anacolllto ~l1ll8BlCJ.\IJ:D-dc c;onstrucción, a veces Dor defecto ("Si dejájs de cumplir t:on vuestro deber. , . pero no vamos a hablar de es[;o".). 3. r ... "l. C~~~;.;e E~~llce cuando la lengua 01 nQ...ili.5.ponSf de-~ terllll110 . propiO' • debe emplear un~ado" (los brazos ~~Ól.ú. 4. La J!!Ii,?sis conslSte eñ suprmllraeñ1eñtos smtnctlcns hasta el l111me en que no afectc-la intel.igibWd¡ul (Te amalla inconst{/nte, ¿qué hubiera hecho fiel?); Ja e1ip.ns u menudo se ha. considerado que represenL."1.ba un esbdo "natu.ral" de la lengua: sería el modo "normal" de! habla en la pronunciación, en L1. sintax:is, el1 el sueño, p.n el lenguaj(~ infantil. 6~ Hipérbole consiste en exagerar: sea por aumento .. (allxesis: ir máSrápldo qm~e¡-uie7'TtVt,:tL~t;§.r rnsu:unuclOn tWpiñOSIS: ñlrís-tentv{r!leTi7ia7orfú"Q'j:-~7-: La IfO]jJ]ilr::rñfí.7ra5lS conSL'.'te en hacér entender üári"C'osáC!ife lci:...guc :;e ~.les una c6IDl0mcilln). comTJrce-r:-'Cle Neuichateau: ."Ella el:egía, su:'! palubrns: todas !parecen:; caricias",! I ! ; Pero el Cono con que las dice les da otro sen Lidó, B. La' R~ticencia O ApoSi0PJ.sis m.ar.c"Ul.ftª-iD-terr~Q.ción..slQLdi.sclir­~o C1e@(l;\á un camoio brusco de estado de rini.."TlO (el Quos ~go virgllJ.allo). 9. La Períf!!l.·<;is cSQftgmanameñre un dcs\ío·

Page 37: Barthes - La Antigua Retórica

del lenguak para cvitanma nOUlciór, tabú. Si la perífrasis es vlclo'Sa se la llama pe riso logia. Hr:-LáBúspen.Eión retarda el eriunciado, por agregadü de in~(?~~an~LqéresolY~~lo.: es .u i1'-srrspen:::<iO'añi.venI~Jinrase:---._----B. 3. 7. Lo Propio)' lo Fil!urado

Como viroo5. todo el edificio de las "iigllras" SE apoya en la idea de que existen dos lenguajC5: uno propio y uno figurqdo y que, por consiguicnt-e, le. retorica, en su parle elocutiva, es un cuadro de los desvíos de lenguaje. Desde la . Antigüedad las expresiones meta·retóricas qUé confirman esta creencia son innumerables: en la elocutío (campo de las figuras), las palabras son C'trampuestas", "alterados", "tras­ladadas" lejos d(! su habitat normal, familiar. Aristóteles ve en ello ill1 gusto por la no familiaridad: hay que "alejarse de las loc;uciones comunes, .. : experimentamos al respecto las mismas i ro presiones que en presencia de e~ .. trnnjeros: hay q~qClrle... al e<¡tijo un aire..extranjer0-Lp_~~.? qU~...Y}.~,Q1_~1~ lejos exalta la admiración". Hay, pues, una relacion de ~añTería ~re l~ "palabras comentes", de que nos servÍl}1os cada uno de nosotros (pero ¿quién es ese "noso­tros"'!) y las "palabras insignes", palabras ajenas al UfO cotidiano ': "barbarismos" (palabras de pueblos extranjeros). neologismos, metáforas, etc. Para Arjstótcl~ necesaria una mezcla de ambas terminologías, pues si nos 5ervi::iñm­Úmc¡(mente de palabra6 corrientks ob[enem~cLÍ$~ 'OaTo~i Dossalemos s61:o::::ae palabras in~e!' obtenemps ~ discurso enig7J1ótic,2. De nacional/extranjero y ll~rmiill heTarl.o, la oposigoo derúiñ a propiQ1[Ij[urado . ¿Qu.~u~s~l senbdo propio? "Es la primera signilicaci.ón del ténnin~' CDÜrmm-salS): "CU'ando el. ténnino significa aquello para lo cual fue primicvamenie esLlblccido". No obstr.nt?-, el sentido propio no puede ser Wl sentido muy antiguo (el arcaí5mo es desorientador), sino el sentido inmediatamente anterior a la creación de la figuro: lo propio, lo verdadero, es, una vez más lo anterior edre). Eñ la Retórica clásica el-antes fue natura LZa O. De allí la paradoja: ¿cómo el sentido propio puede ser el sentido "natural" y el sentido figurado el sentido "original"?

B. 3. 8. Función y origen de las figl!-ras

Podemos distinguir aquí dos b'TUpos de explicaciones. J. ~plicadio~es p~lnciÓn: a) el segundo lenguaj~ 'Plo ene e la necesidad de eufem!Z;lr~ escapar a los .tu~~; b) el segunao .lenguaje es una técnic~

. ·el sentido . de la --ºUl~¡?ectTva, sombras, "trompe: 041/1--- ~---__

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l'oeil"); reclÍstribuye las cosas haciéndolas aparecer diferen· tes--ci n o como son, prode-unaman'era impresiva; c)liaLunj51~rUi[~~~_a_~ __ ~9~clOn' 'de "weas (cllilamos: un ludiSmo).· 11, Explicacionf¿LJ2Qr el orrg~n: estas explicaciones parten... del postulado de que ~ . .pgur.as eXisten "en la naturaleza" es decir. "en el pueblo>! (IIiw~: "Basia escuchar una' discusion entre mujerésde la mM baja condición: ¡qué abundancia de figuras! Son pródigas en met.onimias, catÁcresis, hipérboles, etc.") y F. de Neufchateau: "En la ciudad, en la corte, en el campo, en el mercado • La elocuencia del corazón por los tropos se exhala "~o ¿Cómo conciliar, entonces. el on en "natur .. de las fi ur:as y su ecun o. posterior, en el edificio del lengua· je'!:ca: respueSI:aClásir.-a-cunSlSte en que--erlfr!e el¿g.E. lac; figuras en unCIO í!'1Iñacruena evalWicltm-ucsuoiStancía: -ued.'ebe ser me ¡ a . ero po as crea; en suma, lo figu!'}~~1J es una combinacion artificial de elementos naturales. .

B. 3. 9. Vico y la poesia

Par.~iendo de est.a primera hi:e..~tesis (l.~.Jiguras tienen un origen "natural") todavía podemos distinguir otrcisaos tipos de expI1caclOnes. El primero es mítico, romántico. en el 'sentido amplio del tenninó: ~~guaje "propio" e~ pobre, no basta para todas las necesidades, pero es suphiJo por fu lrrupclOn de otro len gl.!D.J e , "esas divmas eClOslOne5 . del ingenIO que los griegos llamaban Tropos" (RugO); o . taiñ6léñ (VlCO retomado per Mlcfielet), sIendo la Poesíae1 lenguaje ongmaI, ras cuatro grandes fIguras arquetlplcas han sido inventadas en este orden, no por escritores, sin~j~or 13 htlrnamdad en su ed[tl poetica: Me talo ro , luego Metonimia, l~}~~dO'que~01W¡rr;'Í~elr-sn-olige!¡ !=! tI!nrtiitt1~ natwulmente. ¿Cómo. pues, pudieron transfonnarse en "figuras ret"'" ~ . a res uesta m uy estructural: cuando nació la abstracción, es decir, cuando la ígura se vio ante una oposición paradigmática conotro lengua'je:---B. 3.10. El lenguaje de las pasiones

La segunda explicación es psicológi ca: es la de Lamy, y..d~ ~láslCOS: las figuras son el IenguaJéae la paslOn.-ra"pasión deforma el punto ae-wta so ore las cosas y obliga a valerse de palabras especiales: "Si los hombres concibie'ran todas lru cosas que se presentan a sus mentes, simplemente como son en sí mismas, todos hablarían de la misma manera: los geómettas tienen casi todos el mismo lenguaje" (Lamy) . Este ~ilfoque es interesante, pues si las figuras son los

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Page 38: Barthes - La Antigua Retórica

"morfemru¡" de la pasión, a trovés de ellas podemos conocer la ta:riDomia clásica de Las pasiones y, en particular, la de la pasión amorosa, de Racine a Proust. Por ejemplo: la exclamación. correspo~e alG:r~to brusco de la aIabra~ a"la afasia emotIva; la du a, aUb¡taclOH nombre de una figura) a la tortura ae-GS int.-ertidumbres de conducta (¿ Qué hacer? ¿esto? ¿aquello? ), a la clifícilleCturá de los "signos" emitidos por el otro; la elipsis. a la censura de todo lo que molesta a la Rasi ón; lapárel!psls {declr qU~11o se va a declr lo que finalmente se düi) al de5eñCadenarniento de la .7csCello.'1'7, al demonio de herir; la repetición a la reIlkraclOn ooseslva dé las "razones"; la hi oti osís a la escena que tillO s vwamente, al fantasma intenoIJ __ = __ )Or'eto' mental (deseo', celos), etc."A partir de esto comprendemos mejor cómo lo figurado puede ser un lenguaje a la vez natural y segundo; es natural porque las pasiones están en la naturaleza; es secundario porque la mma! " exige que estas mismas pasiones, aunque "naturales", sean distanciadas, ubicadas en la región de la Culpa; porque para W1 clásico la "naturaleza" es maJa, las figuras retóricas están justificadas pero son sospechosas,

B, 3. 11, La compositio

Ahora debemos volver a la primera oposición, la que sirve de pW1to de partida a la red de la EloclJ tío: a la ele,ctio, campQ s~vo de los omÍlmentos, se qllillle~ompositio, Gampo~ci[lti'lo de l:1.'LQ ... a1'lb~as dentro de la frase-:No nos pronunciaremos aquí sobre la definición lingumica de la "frase": para nosolro\; es~ólo esa unidad del discurso intermedia entre la par~ oratlonis (parte mayor de la oratio) y la figura (pequeño . conjunto de palabras). ~\.l.l.L Rf'!tórica codificó dos· ti~cx; de "constmcción": 1 l.--1!.DU construc--cron"geomefrlci;'; es la del periodo (Aristóteles): "üñaTrrrse-c(uetieh-ej)óf" sr ffiLSmalll1 oornienzo, un fin y una extensión que se püede aJJarcar fácilmente"; la estructu­ra del período depende de un sistema interno de commas (golpes) . y de colon (miembros); su número es variable y discutido; en general, se pidf.n tres o cuatro colons sometidos a oposición (1/3 {, 1-2/3·4); la refe.encia de este sistema es vitalista (el vaivén de la respiración) o deportiva (el período reproduce la elipse del estadio: una id~a, una curva y una vuelta);~ 2) una construcciÓn "dimánica" (Dionisia de Halicamaso): fa frase es entonces concebida como un periodo subli'mado, vit.a.lizado, trascendido por el "movimiento"; ya nO se tr2Ul de una ida y vuelta, sino de un ~censo y un dcscen.s0; est~pecle ae-"swmifre5 más--

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importante que la elección de las palabras: depende de lUla

suerte de sentido- .innato del escritor. Este "movimiento" presenta tres modos: l)/~saluaje, de Oposlclpnes Vl~ (P~TUcidídes}, 2~r' S:lQVe, ajustado, aceitado (Safo, Isócrates, Cicerón), 3) mixto, réserva de los casos fluctuan-tes. --;

;

As( c01lcluye la red retórica -puesto que hemos decidido dejar de lado las partes de la tejné rhetoriké propúlmente tea troles, histéricas, ligadas a la voz: actio y memoria. La menor conclusión histórica (además de aue habr¡"a cierta ¡ron{a en codificar nosotros mismos el segÜndo ;metalenglld , je que' acabumos de emplear mediante una peroratib proveniente del primero) excedería la intención ,puramente didáctica de este simple ayuda-memoria, No 'obstante, 01 abandonar a la antigua retórica, qu€m'a decir lo que me queda persollalmente de este viaje memorable! (descenso (/11 el tiempo, descenso de la red, como de un r(o doble), "Lo que me queda" quiere decir: las preguntas qtt!J me 1l~1 desde este viejo imperio hasta mi 'trabaja actual y q~ .... habiéndome acercado a la retOrica, ya no p'úedo euitar, !

E.n _primer lugar 'la convicción dec¡¡¡e muchos rasgos ~e lll/estro .l!lerªIilra,:aeií'üestfi:fenseiidn'ZQ,ch!-¡we-wa..-rmsti­t~$. de _lengp_ai.? ( i hay, acaso, uno sola ins-muclOf¡sm lenguaje?) se vedan aclarados o comerendidos d!J otro ~':2.qc:. si se cÓIloclera ~!!:EE.J~s decís. si no se censtlraraJ}j código retórico que dio S'3~i{WJl~9_,!~~stra c!:!!!Y..!.C!! ya no son pOSibles ni una técnica, ni una escéticci; 'i1Tuna moral de la Retórica, pero ¿y una historia? Sf~.e...s necesaria ~Q historia de la Re.tÓ..r.ic.Cl (como investigación. como ,libro, como enséianz~); enriquecida p'or Úna nueva manera de pensar Dingüística. semiolo~i~!1~J(LJj, /.StórJS:.fl..J?.~I,CQg!J:CÍ~ 1~~!,3..~!'2~L. ; Luego, la idea de que hay linO suerte de acuerdo obsti!1(ldo entre A ~tóJ('Jes. r de donde surgíóla Retorica} y la ctLLtura I raro a da d e m a sa s, e o m Q.-~i el o.Jis1Qt.f..li.sm o. m u e rtoaes-=cteei RetLacimie]1to cswIQ.JilosOtlf!..LCOrr:O lóglf¿5l. y muerto como estética de>KlL-,eLEf211lEn ticismo, ~9br~!!f~~~!g __ en ... ...f~t~9.0 degradado. difuso. inarticulado. en la práctica cultural de {as sOcTectlirW.-;-crcric:iJ!:rtnrln.. prár:ttcrrfundadci, · ti traues--deTa democracia. en una ideolog(a del "mayor número ", df!la norma mayoritaria, de la opinión corriente- ~ndica q~na ' especie de vulgata aristotélica def~n~, ~da~!~_~ tipo ere úcc.nden tefFCinsniSI6ñCo:-Ilna dvilízU.f.i,QJl.Ila.J1Ues.­trarqrnréfTiJáeTrieñdoxa: ¿ comocÚitéIr"l(¡-Úiidencia de que .4nsrote/es {poética, (oglca, retórica) DIQJJ..orcionº-. ° to~l

---~ . . . _--

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Page 39: Barthes - La Antigua Retórica

lenguaje: narrativo, discursivo, argumentativo, rn.anejodo ¡:;or lo-o "medios de comunicacióñae masas" w¡"acidvfi'analrt7Ca cOñipTctn (el parfi'rCIéla---r[pC1olCa¡i"'--"i.!liio[[CiI5.ilirua''XY·QUe prese-'ilii7wmogeneidad óptima de un metalfÚIifE..aJ!U,_cJijiñ lenguaJé-obJelo que pueUe definzr una ciencia aplicada? , en ~nregimen democráfiCo, el aristotelismo ser/·o en tonc~s Ja meJoY(1e tiiS soclOlog/(l$ culturales, ........ - -- _ ...

"'Pó-r ultuno, ~PiIil)arjQlJ::liastante turbadora dentro de su brevedad, de que nuestra literatura , formada por Ja retórica )' sub!íñwda por el humimísmo, $urgió de UJU/

práctica político-judicial (a menos de man tener el conlrusen· tído que limita 10 Retórica de lCl5 "figuras "): a11( donde tos con ietos más brutales de dinero, de ropiécliüi;-ae cltises; son tomados a cargo, contenidos, oTnestica 06 'Y soStenidos por u.n derec~adO;-attt-d~IñSl1tIiCióJI rcgfamcntn la palabra slñ1'íiIacúi y COdlrlCa toao recurS9 al g]fjj{jicante, (lU! nace nuestra literatura. Es poresIa-que rebajar la Retórica al rango de un objeto plelUJ y simple­mente histórico, reivindicar, bajo el nombre- de texto, d~ escritw-a, Ul1Q nueva práctica del lenguaje y no separarse Jamtis de la @encia reuolucion.añil;:>son uno)' el mlsmp 1 tia baj(.J. .

Ecolc Pratigue des H:Jutes Etude., . Pan':;.

80

- Dionisia de Halicamaso (Griego): una EStilística de 12. frase ,

Era Cristiana: s. 1 (40-118)

- QuinUliano: pedagogía de la retórica aI'Ís:ot-élica .

(45-125)

- Plutarco; moralÍ2ación de la retórica.

(55-120)

- Tácito: unificación de todas las artes del discurso bajo el nombre e16quentia.

- Peri Hypsous, tratado de lo Sublime

S. JI

s. !II

Segunda Sofística o Neo ... retórica. El Asiznjsroo contra el A tici.smo.

- Porfirio: Eisagogé (Categorías): introducción a la lógica de Axistóteles.

s. IV (310-393)

- Ausonio: transmite la Neo-retórica a la Edad Media.

(hacia 350)

- Donato, gramático.

(354-430)

- San Agustín: In Retóricn cristiana.

s. V

- Sidonio Apolinario: transmite 'la Nco-retónca a la Edad Media.

(hacia 420)

- Marciano Capel/a: la constitución de las Siete Artes Liberales.

(fin del s. V y principió s , VI)

- Prisciano, gramático.

s. VI (480-524)

- Boecio: primera entrada de Aristóteles: lógica .res ... tringida.

Page 40: Barthes - La Antigua Retórica

(490-575)

- Casiodoro: cristianización de las Arte~ .Liberales )~ en especial de las figuras de la Retórica.

s. Vil (570-636) - Isidoro de Sevilla. (Etimologías) confi~acíón del. Tri­

vium. '.

s. VIII (673-735) - Becia: la Retórica aplicada sistemáticamente a la

Biblia.

s.IX

S. XI

Reforma carolingia de las escuelas: Alcuino. Aristóteles traducido en árabe.

- Seoto Er(geTUJ y el Realismo. - Roscelíno y el Nominalismo.

s. XII

- SegW1da entrada de Aristóteles; Lógica integral. - Lucha de Chartres y París, entre Rhetoriro y Dialecti·

ca, entre Letras y Filosofía, entre StudiuIU y Sacerdo· tium. Victoria de París y de la Dialéctica.

(1096-1141 )

- Nuevas clasificaciones del Trivium, bajo el dominlo de la Dialéctica: Rugo de Saint- Víctor.

(1128-1202)

. - Alain de Lille: Alegoría de Carro.

(hacia 1150)

- Pedro Hélim;: comienzo de la gramática especializada.

s. XIII (1200)

- Fundación. dela Universidad de París". - Los Modistae.

s.XIV

- Ars obligatoria. código de la DisputatiD_

s.xv - Ar~ de la Segunda Retórica-artes poéticas (desde el

punto de vista de las formas verbales y .. no· de la cOnlposición).

s_ XVI

-,. Entrada de la Poética de Aristóteles a Italia:. Castel­vetro, S cal ígero • Veda.

(1521)

- Plein,e Rhétorique de Fabri.

(1555)

- Dialéctica de Ramus (anti-aristotélico)

(1555)

- Retórica de Foclin.

(1592) .

- Retórica en latín de Núñez. - La Retórica pasa a ser el fW1damento de la enseñanza

jesuítica.

s. XV~I (hacia 1630)

-:Eiürapa de la Poética de Aristóteles en Francia. (1675), ,

- flernard Lamy: La Retórica o el Arte de habtar.

S. XVIII (1730) . ,

- D.umarsais: Traité des Tropes. ¡ ! "-

(1783) ¡

- Retórica de Hugh Blair.

s. XIX (~:807)

- Gaillard: La Rhétorique des Dcmoiselles. (La Retórica dela.s señoritas). .

¡ i

:(1827) :,1 : ;

- Fdti.tanier: lvlanuel classiquc pOUI' I'étudc des Trapes. (Manual clásico pard. el estudio de los tropos.)

(fh1 del s~ XIX)

,- Extinción progresiva de los tratados de Retórica.

Page 41: Barthes - La Antigua Retórica