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No. 34, mayo 2009 ISSN 1390-1249 CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53 Vol. 13, Issue 2, May, 2009 Quito - Ecuador Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Sede Ecuador

No. 34, mayo 2009 ISSN 1390-1249 CDD 300.5 / CDU 3 / LC …...Este artículo analiza las interacciones entre el Gobierno actual y el movimiento anti-minero para el periodo 2006-2009,

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No. 34, mayo 2009ISSN 1390-1249

CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53Vol. 13, Issue 2, May, 2009

Quito - Ecuador

Facultad Latinoamericana de Ciencias SocialesSede Ecuador

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ÍCONOS. Revista de Ciencias SocialesNúmero 34, mayo 2009Quito-Ecuador

ISSN: 1390-1249 / CDD: 300.5 / CDU: 3 / LC: H8 .S8 F53 (Vol. 13, Issue 2, may 2009)

Íconos, Revista de Ciencias Sociales es una publicación de Flacso-Ecuador. Fue fundada en 1997 con el fin de estimular una refle-xión crítica desde las ciencias sociales sobre temas de debate social, político, cultural y económico del país, la región andina y elmundo en general. La revista está dirigida a la comunidad científica y a quienes se interesen por conocer, ampliar y profundizar,desde perspectivas académicas, estos temas. Íconos se publica cuatrimestralmente en los meses de enero, mayo y septiembre.

Para la selección de artículos se utiliza un arbitraje bajo el sistema de doble ciego (peer review).

IndexaciónÍconos está incluida en los siguientes índices científicos: CLASE (Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales), EBSCO-FuenteAcadémica, Hispanic American Periodical Index (HAPI), Latindex-Catálogo, REDALyC (Red de Revistas Científicas deAmérica Latina y el Caribe), Thompson Gale (Informe Académico), Ulrich’s.

Descargas gratuitas en:Los contenidos de Íconos son accesibles on line en texto completo a través de los portales de CLACSO(www.biblioteca.clacso.edu.ar/), DOAJ (www.doaj.org), FLACSO-Ecuador (www.flacso.org.ec/html/ iconos.html), REDALyC(www.redalyc.org), y Tecnociencia (Consejo Superior de Investigación Científica de España).

Los artículos que se publican en la revista son de responsabilidad exclusiva de sus autores; no reflejan necesariamente el pensa-miento de Íconos. Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos siempre que se cite expresamente como fuente aÍconos, Revista de Ciencias Sociales.

Director de Flacso-Ecuador: Adrián BonillaDirector de Íconos: Eduardo Kingman Garcés Editor de Íconos: María Pía Vera T.Asistente editorial: Camilo Mongua

Comité editorialFelipe Burbano, Mauro Cerbino, Liset Coba, Gioconda Herrera, Edison Hurtado, Hugo Jácome, Eduardo Kingman, FranklinRamírez, Alicia Torres, María Pía Vera.

Comité asesor internacional: Andrés Guerrero (España), Blanca Muratorio (U. Vancouver, Canadá), Bolívar Echeverría(UNAM, México), Bruce Bagley (U. Miami, EEUU), Carlos de Mattos (PUC, Chile), Flavia Freidenberg (U. Salamanca,España), Francisco Rojas (Flacso, Costa Rica), Javier Auyero (UT- Austin, EEUU), Joan Martínez Alier (U. Barcelona, España),Joan Pujadas (U. Rovira i Virgili, España), Liisa North (U. York, Canadá), Magdalena León (U. Nacional, Colombia), Rob Vos(ISS, Holanda), Roberto Follari (U. Cuyo, Argentina), Víctor Bretón (U. Lleida, España), Lorraine Nencel (CEDLA, Holanda),Cecilia Méndez (U. California, Santa Bárbara, EEUU).

Coordinadora del dossier “Etnografías del Estado en América Latina”Rossana Barragán y Fernanda Wanderley

Ensayo gráfico e imagen de portada: Salvador Schavelzon

Diseño gráfico: Antonio MenaDiagramación: Sara RodríguezImpresión: Rispergraph

Envío de artículos, información, solicitud de canje: [email protected] Suscripciones, pedidos y distribución: [email protected]

©FLACSO-EcuadorCasilla: 17-11-06362Dirección: Calle La Pradera E7-174 y Av. Diego de Almagro, Quito-Ecuadorwww.flacso.org.ec/html/iconos.htmlTeléfonos: +593-2 323-8888 Fax: +593-2 323-7960

CDD 300.5 / CDU 3 / LC: H8 .S8 F53 Iconos: revista de ciencias sociales.—Quito: Flacso-Ecuador, 1997-

v. : il. ; 28 cm.Ene-Abr. 1997-Cuatrimestral- enero-mayo-septiembre ISSN: 1390-1249

1. Ciencias Sociales. 2. Ciencias Sociales-Ecuador. I. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Ecuador)

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Sumario

Coyuntura

Capitalismo estatal o convergencias populares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13-18Sara Latorre y Alejandra Santillana

ResumenEste artículo analiza las interacciones entre el Gobierno actual y el movimiento anti-minero para elperiodo 2006-2009, bajo la hipótesis de que el modelo neo-desarrollista adoptado por el primero hagenerado un nuevo escenario de conflictividad social.Palabras clave: minería, resistencia, movimiento anti-minero, CNDVS, FRESMIGE, Ecuador

Dossier

Etnografías del Estado en América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21-25Presentación del dossierRossana Barragán R. y Fernanda Wanderley

Presupuestos municipales, participación y reordenamiento de los espacios políticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27-38Alejandro Diez Hurtado

ResumenEste artículo aborda los procesos de elaboración de presupuestos municipales en diez provincias delCusco y Puno, inscribiéndose en el marco del análisis de la tensión burocrática y política entre espa-cios centrales (Estado) y periferias (ámbitos locales). Palabras clave: participación, Antropología política, gobierno municipal, territorio, poder local, Perú

Hegemonías y “Ejemonías”:las relaciones entre el Estado Central y las Regiones (Bolivia, 1825-1952) . . . . . . . . . . . . 39-51Rossana Barragán R.

ResumenA través de una lectura social de los presupuestos y el análisis histórico se plantea que occidente finan-ció al Estado boliviano por lo menos hasta 1952 y que el desequilibrio regional de hoy es resultadode las políticas desplegadas en el siglo XX.Palabras clave: Estado, regiones, presupuestos y fiscalidad, historia, Bolivia

No. 34, mayo 2009ISSN 1390-1249

CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53Vol. 13, Issue 2, May, 2009

Quito - Ecuador

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La construcción de un estado neo-colonial:el encuentro nicaragüense con la diplomacia del dólar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53-65Michel Gobat

ResumenEste trabajo intenta esclarecer cómo una política estadounidense pensada para modernizar Nicaragua–y en general los estados latinoamericanos–, resultó un proyecto feudal y anti-moderno desde elpunto de vista de la élite de ese país. Palabras clave: diplomacia del dólar, imperialismo, Estados Unidos, Nicaragua, 1912-1927

Prácticas estatales y el ejercicio de la ciudadanía:encuentros de la población con la burocracia en Bolivia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67-79Fernanda Wanderley

ResumenEl documento analiza, a través de una etnografía de los encuentros de la población con las burocra-cias, las prácticas estatales que limitan o profundizan la vivencia de la ciudadanía así como las estra-tegias de la población para ejercer derechos. Palabras clave: etnografía, Bolivia, prácticas estatales, ciudadanía, interacción, ejercicio de derechos

Avatares discursivos de la estatidad en la prensa gráfica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81-91Norma Fatala

ResumenEste trabajo aborda, desde una perspectiva sociosemiótica, las construcciones discursivas del Estadonación y la ciudadanía en la prensa gráfica de Córdoba, durante la semana de la asunción de NestorKirchner al poder.Palabras clave: Estado, estatalidad, periódico de información, nación, discurso social

Ensayo gráfico

Una y millones de asambleas constituyentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92-104Salvador Schavelzon

Debate

La “Economía social y solidaria”: ¿mito o realidad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107-113Luciano Martínez

ResumenEste artículo busca abrir la discusión sobre el tema de la economía social y solidaria, precisar algu-nos equívocos y esbozar algunas de las limitaciones y potencialidades que tiene esta propuesta.Palabras clave: economía social, economía solidaria, tercer sector

Diálogo

Los intelectuales y el espacio público . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117-121Un diálogo con Roberto FollariMaría Belén Albornoz

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Temas

Pandillas en el Atlántico Latino: identidad,transnacionalismo y generaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125-138Luca Queirolo Palmas

ResumenEste artículo está guiado por la idea de que la multiplicación y el crecimiento de organizaciones calle-jeras en distintas partes del mundo están relacionados con la identidad, el surgimiento de vidas trans-nacionales y nuevas formas de entender las generaciones.Palabras clave: pandillas, jóvenes, Latin Kings, migración, transnacionalismo, identidad, generación

¡No en mi patio trasero!: el caso de la comunidad ecológica de Peñalolén . . . . . . . . . . . . 139-149Roberto Mardones Arévalo

ResumenEl caso que se presenta es una situación de conflicto territorial, donde las autoridades toman una deci-sión de solución habitacional, que pasa por la ocupación de un territorio considerado “reserva ecoló-gica” por sus habitantes, lo que provoca la aparición de un tipo de movilización colectiva denomina-da Nimby.Palabras clave: Nimby, acción colectiva, participación política, conflicto territorial, Santiago de Chile

Reseñas

Ignacio Farías y José Ossandón, editores“Observando Sistemas. Nuevas apropiaciones y usos de la teoría de Niklas Luhmann” – Francisco Carballo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153-155

François-Xavier Tinel “Las Voces del Silencio. Resistencia Indígena en Chimborazo en tiempos de León Febres-Cordero, 1984-1988” – Mónica Mancero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155-157

Roxana Morduchowicz, coordinadora“Los jóvenes y las pantallas. Nuevas formas de sociabilidad” – Lorena Natalia Plesnicar . . . . . . . . . . . . . 158-159

Producción bibliográfica sobre el Estado en revistas especializadas en América Latina – Jorge Derpic . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160-167

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Summary

Coyuntura

State Capitalism or Popular Convergences . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13-18Sara Latorre y Alejandra Santillana

AbstractThis article analyses the interactions between the current government and the anti-mining movementbetween 2006 and 2009. The main hypothesis of the article holds that the neo-developmentalistmodel adopted by the government has given way to new forms of social conflict.Keywords: mining, resistance, anti-mining movement, CNDVS, FRESMIGE, Ecuador

Dossier

Ethnographies of the State in Latin-America . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21-25Introduction Rossana Barragán R. y Fernanda Wanderley

Municipal Budgets, Participation, and the Reorganization of Political Spaces . . . . . . . . . 27-38Alejandro Diez Hurtado

AbstractThis article tackles the processes that characterized the development of municipal budgets in tenprovinces of Cusco and Puno. The analysis focuses on the bureaucratic and political tension betweenthe central (the State), and the peripheries (local spaces).Keywords: participation, Political Anthropology, municipal government, territory, local power, Peru

Hegemonies and Axis:Relationships between State and Regions (Bolivia, 1825-1952) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39-51Rossana Barragán R.

AbstractThrough historical analysis, the article observes how, at least until 1952, Bolivia was funded by theWest axis, and that the current regional inequality is a result of policies that were implemented in theXX century. Keywords: State, region, budget, treasury, history, Bolivia

No. 33, enero 2009ISSN 1390-1249

CDD 300.5 / CDU 3 / LC H8 .S8 F53Vol. 13, Issue 2, May, 2009

Quito - Ecuador

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The Construction of a Neo-Colonial State:The Nicaraguan encounter with Dollar Diplomacy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53-65Michel Gobat

AbstractThis article describes the political and economic practices that characterized the dollar diplomacy inNicaragua. It illustrates how the novel U.S. economic project, intended to modernize the LatinAmerican States, turned out to be a feudal, anti-modern project, from the point of view ofNicaraguan upper classes. Key words: dollar diplomacy, imperialism, United States, Nicaragua, 1912-1927

State Practices and Exercising citizenship:Encounters between People and Bureaucracy in Bolivia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67-79Fernanda Wanderley

AbstractThis text analyses the state practices that limit and expand the experience of citizenship, and thestrategies used by people in order to exercise their rights.Keywords: ethnography, Bolivia, State practices, citizenship, exercising of rights

Discursive Transformations of Stateness in the Written Press . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81-91Norma Fatala

AbstractThis article approaches the discursive constructions of the nation State and citizenship in the writtenpress from a socio-semiotic perspective. It studies the written press in Córdoba, Argentina, over thecourse of the week in which Néstor Kirchner takes power in Argentina.Keywords: State, stateness, press, nation, social discourse

Ensayo gráfico

One and a millon Constituent Assemblies . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92-104Salvador Schavelzon

Debate

Social and Solidary Economy: Mith or Reality? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107-113Luciano Martínez

AbstractThis article examines the social and solidary economy with a view to clarifying misunderstandingsand outlining some of its limitations.Key words: social economy, solidary economy, third sector

Diálogo

The intellectuals and the public sphere . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117-121An interview with Roberto FollariMaría Belén Albornoz

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Temas

Gangs in the Latino Atlántico: Identity,Transnationalism and Generations . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125-138Luca Queirolo Palmas

AbstractThis article is founded in the notion that the proliferation and growth of “street organizations”around the world are connected to the construction of identities, the emergence of transnational livesand new forms of understanding generations. Key words: gangs, young people, Latin Kings, migration, transnationalism, identity, generation

Not in my backyard!: the case of the ecological community of Peñalolén . . . . . . . . . . . . . 139-149Roberto Mardones Arévalo

AbstractThe conflict analyzed here is of a territorial nature, in which authorities reach decisions regardinghousing solutions that imply the occupation of lands considered by its inhabitants to be an ecologi-cal reserve. Keywords: Nimby, collective action, political participation, territorial conflict, Santiago de Chile

Reseñas

Ignacio Farías y José Ossandón, editores“Observando Sistemas. Nuevas apropiaciones y usos de la teoría de Niklas Luhmann” – Francisco Carballo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153-155

François-Xavier Tinel “Las Voces del Silencio. Resistencia Indígena en Chimborazo en tiempos de León Febres-Cordero, 1984-1988” – Mónica Mancero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155-157

Roxana Morduchowicz, coordinadora“Los jóvenes y las pantallas. Nuevas formas de sociabilidad” – Lorena Natalia Plesnicar . . . . . . . . . . . . . 158-159

Producción bibliográfica sobre el Estado en revistas especializadas en América Latina – Jorge Derpic . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160-167

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Prácticas estatales y el ejercicio de la ciudadanía:encuentros de la población con la burocracia en BoliviaState Practices and Exercising Citizenship: Encounters between Peopleand Bureaucracy in BoliviaFernanda WanderleyDoctora en Sociología. Profesora e investigadora de la Universidad Mayor de San Andrés Postgrado en Ciencias del Desarrollo.

Correo electrónico: [email protected]

Fecha de recepción: octubre del 2008Fecha de aceptación y versión final: febrero del 2009

ResumenEl documento analiza tanto las prácticas estatales que limitan o profundizan la vivencia de laciudadanía como las estrategias de la población para ejercer derechos. El trabajo se lleva acaboa través de una etnografía sobre los encuentros de la población boliviana con las burocraciasestatales encargadas de la dotación de los documentos de identificación civil a individuos (car-net de identidad) o a asociaciones (personería jurídica). Este estudio explora los significados deciudadanía que se forman en la relación entre la igualdad de jure, simbolizada en los documen-tos de identificación civil, y la desigualdad de facto vivenciada en los encuentros con la burocra-cia estatal.

Palabras clave: etnografía, Bolivia, prácticas estatales, ciudadanía, interacción, ejercicio dederechos

AbstractThis text analyses the state practices that limit and expand the experience of citizenship, andthe strategies used by people in order to exercise their rights. The work is based on an ethno-graphic study that looks at the encounters between Bolivian population and state bureaucracy.The study looks at those organs of the State responsible for the registration of identity of indi-viduals (identity cards), as well as the assignation of legal status to associations (legal entity).The study explores the meanings given to citizenship in the space that divides de jure equalityfrom de facto equality, which are experienced through day-to-day encounters with state bureau-cracy.

Keywords: ethnography, Bolivia, State practices, citizenship, interaction, exercising of rights

Íconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 34, Quito, mayo 2009, pp. 67-79© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.

ISSN: 1390-1249

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dossier

68ÍCONOS 34, 2009, pp. 67-79

Introducción

Las interacciones cara a cara son una ins-tancia importante en la formación delas nociones y vivencias de los derechos

ciudadanos. Estas adquieren relevancia analíti-ca a la par de los arreglos institucionales quedefinen los derechos y obligaciones de jure en-tre personas elegibles y el Estado-nación. Enlas relaciones directas en cualquier espacio dela vida cotidiana un conjunto de derechos yobligaciones se concretizan, los cuales definenlos sentidos de inclusión y exclusión en la co-munidad política nacional. Los actores apren-den a distinguir los actos que comunican esta-tus inferior y superior, y agudizan su atenciónal tratamiento de menoscabo y de respeto.

Cuando la interacción ocurre en oficinaspúblicas, la calidad del trato que el ciudadanorecibe de los funcionarios públicos se convier-te en una medida importante del grado deequidad que de hecho disfrutan en la sociedadnacional y frente al Estado. Son en los peque-ños gestos, en los rituales de acercamiento, enel vocabulario empleado, en la atención y res-puesta a dudas, preguntas y dificultades que sedefine el grado de respeto, de consideración yde dignidad que se confiere a los ciudadanos.

El presente documento muestra los resulta-dos de un estudio sobre las vivencias y signifi-cados de la ciudadanía para los y las bolivianascuando se relacionan con el Estado. En esteestudio, la atención se dirigió hacía las interac-ciones en las oficinas de identificación (carnetde identidad y personería jurídica) a través deetnografías y entrevistas en profundidad, tantoa los ciudadanos(as) cuanto a los funcionarios.Indagamos cómo las personas se comprendena sí mismas como ciudadanos y las manerascomo ejercen y demandan derechos en losencuentros con la burocracia estatal. Explora-mos las realidades del poder y la inequidadinstitucionalizados en las prácticas estatales,las maneras en que los grupos marginadosenfrentan esas inequidades y luchan por reco-nocimiento e inclusión, cuánto y cuándo los

discursos de derechos son utilizados por indi-viduos y grupos en combinación con otrasestrategias en sus luchas cotidianas y con quéresultados.

Comprendemos que el concepto de ciuda-danía incorpora, pero no se restringe a la rela-ción jurídica entre individuos y Estado, res-pecto al cual cada individuo tiene derechos yobligaciones formales en virtud de su perte-nencia a la comunidad política nacional. Aun-que los derechos formales otorgados por elEstado se refieren a una importante dimensiónde la ciudadanía, esta no es la única. Los pro-cesos de reclamo de nuevos derechos son tanimportantes como los derechos ya otorgadospor el Estado. De la misma manera, los dere-chos que las personas ejercen en la práctica y laforma como los ejercen definen dimensionesigualmente importantes de las relaciones entreel Estado y la sociedad, y por lo tanto, de lasrealidades de la ciudadanía.

La relación jurídica entre los ciudadanos yel Estado-Nacional presupone que el Estadodebería ser un árbitro neutro y justo en el tratocon los ciudadanos. Desde este tipo ideal, seespera que las interacciones concretas entrefuncionarios públicos y ciudadanos en las ofi-cinas públicas no reproduzcan las desigualda-des socio-económicas y culturales que estruc-turan las relaciones sociales en la esfera priva-da (del mercado). Sin embargo, las interaccio-nes concretas difieren mucho de este ideal.Encontramos en las oficinas públicas prácticasque producen desigualdad, anulando los signi-ficados de los derechos formales y imposibili-tando a los individuos actuar con base en estosderechos.

El concepto de ciudadanía interaccional de-sarrollado por estudios inspirados en el inte-raccionismo simbólico de Goffman (1969)nos dan un interesante soporte para seguirnuestro análisis. Este concepto se refiere a quelas sociedades varían en la interiorización delsentido de igualdad de los individuos, lo cualse vincula a la institucionalización de rituales ycódigos de comportamiento que informan a

Fernanda Wanderley

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las personas en directa interrelación sobre suequivalente valor como seres humanos por en-cima de asimetrías sociales.

En algunas sociedades, las jerarquías socia-les se realizan por la disposición de actos quedesigualan profundamente a los individuos alno poner límites sobre cuánto la persona enposición de autoridad puede demandar legíti-mamente al subordinado; mientras en otrassociedades, las relaciones de autoridad estánmejor definidas y representan apenas una di-mensión de las interacciones. En estas últimas,la dimensión asimétrica de encuentros concre-tos no aniquila la dimensión de igualdad, queexpresiva y pragmáticamente, es puesta enescena a través de gestos, palabras y códigos deconducta (Colomy y Brown 1996). Estos aná-lisis presentan afinidades con la comparaciónque realizó Tocqueville (1997) entre los signi-ficados de igualdad en la cultura democráticade la sociedad americana y en la cultura aristo-crática de las sociedades europeas en el sigloXIX.

Proponemos, en el presente análisis, “neu-tralizar” el contenido normativo del conceptode ciudadanía interaccional y trabajar con sudimensión analítica para el examen de los de-rechos y obligaciones que se practican en lasinteracciones cotidianas. En otras palabras,utilizamos el concepto de ciudadanía interac-cional para analizar los sentidos de igualdad ydesigualdad que se forman en las interaccionesconcretas.

Desde una perspectiva teórico-metodológi-ca que articula discursos y prácticas, la investi-gación combina la descripción de las interac-ciones entre funcionarios públicos y personasen el momento de tramitar sus documentos deidentificación y entrevistas en profundidadcon individuos, dirigentes y funcionarios1. Es-tas entrevistas permitieron a las personas arti-

cular sus experiencias como ciudadanos en es-pacios públicos, sus comprensiones sobre elEstado y sus sentimientos de pertenencia acolectividades, incluyendo la comunidad polí-tica nacional.

El estudio encontró que en la interaccióncon representantes del Estado, el o la ciudada-na emplea estrategias específicas cuando sepresenta de manera personal y cuando se pre-senta como representante de un grupo. Deigual forma los representantes del Estado actú-an de distintas maneras frente a ciudadanosindividuales y frente a ciudadanos organizadosen colectivos. El sentido de pertenencia, lossignificados de derechos y las identidades deciudadanía se forjan en estos encuentros refor-zando el sentido colectivo de ciudadanía endetrimento de un contenido de ciudadaníaindividual.

El presente trabajo complementa estudiosanteriores2 que analizan la formación de suje-tos colectivos y su relacionamiento con elEstado a lo largo de la historia boliviana. Estosestudios muestran que el Estado, bajo diferen-tes modalidades, ha reconocido sujetos colec-tivos como sus interlocutores legítimos y haextendido derechos ciudadanos vía la media-ción de asociaciones. Es así que la experienciaboliviana se caracteriza tanto en su larga comocorta historia por modalidades diversas deconstrucción ciudadana. Estas construccionesno pasan únicamente por la individuación delas identidades de ciudadanía y el debilita-miento de la intermediación de solidaridadescorporativas en la formación de la comunidadpolítica nacional. En esta línea, el presente es-tudio explora cómo las interacciones contem-

69ÍCONOS 34, 2009, pp. 67-79

Prácticas estatales y el ejercicio de la ciudadanía: encuentros de la población con la burocracia en Bolivia

1 Se realizaron en total 148 entrevistas en profundidadcon individuos, dirigentes sociales y funcionariospúblicos y se llevaron a cabo 22 observaciones en ofi-cinas públicas responsables por la tramitación del cer-tificado de nacimiento, carnet de identidad, personería

jurídica y planimetría en las ciudades de La Paz, ElAlto, Achacachi, Cochabamba, Chimoré, Santa Cruz yYapacaní entre septiembre y diciembre de 2005.

2 Las ciencias sociales bolivianas resaltan la larga historiade formación de sujetos colectivos y su relación con elEstado. Véase Zavaleta Mercado (1977 y 1986); Rivera(1993, 1990, 1984); Lehm y Rivera (1988); Barragán(2005 y 2001); Lora (1967); Tapia (2002); Ticona,Rojas y Albó (1995); Linera (2000); Hylton yThomson (2003) y Wanderley (2007).

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poráneas de los ciudadanos con los represen-tantes del Estado actualizan una cultura polí-tica donde se entretejen múltiples dimensio-nes de ciudadanía.

El documento está organizado en cuatropartes con la presente introducción. En lasegunda parte analizamos la vivencia que tie-nen los individuos de las prácticas institucio-nalizadas de poder e inequidad presentes en laburocracia estatal. En la tercera parte profun-dizamos, a través de descripciones densas, elanálisis de las estrategias discursivas y prácticasempleadas tanto por personas que se posicio-nan como individuos, así como por aquellasque se presentan como representantes de aso-ciaciones (colectividades) en el ejercicio de de-rechos. En la cuarta realizamos unas conside-raciones finales sobre el ejercicio de derechos ylos significados de ciudadanía individual ycolectiva.

Las prácticas estatales en las oficinas de identificación

La oficina de identificación individual en Bo-livia es competencia de la policía nacional. Esesta instancia la que otorga el carnet de identi-dad, documento que reconoce la nacionalidady que es imprescindible para el ejercicio de losderechos ciudadanos. La atención al públicoen las oficinas de identificación está en su ma-yor parte a cargo de suboficiales. Estos se dife-rencian del público por su uniforme verde oli-va. Es importante puntualizar que el 82% delos suboficiales pertenecen al estrato mediobajo y bajo, además, 49% de ellos cuenta conel título de bachiller y sólo el 4% tiene un títu-lo universitario o superior. La identificaciónpredominante en la suboficialidad es la de per-tenencia a un pueblo indígena (60% Aymara,19% quechua y 4% otro) (PNUD 2006).

La cultura institucional de la Policía se hacevisible en el tono de mando de los superioresen relación a los que ocupan una posición in-ferior en la estructura jerárquica de la institu-

ción. Encontramos que esta estructura demando se extiende y engloba a los ciudadanoscomo su último eslabón. A partir de esta posi-ción de inferioridad, general a todos los que sepresentan en esta oficina, se definen distincio-nes entre aquellos con más estatus o menosestatus social.

En la oficina de identificación las personasse presentan como individuos y por lo tanto,aisladas respecto de cualquier filiación colecti-va que posean. Están ahí para sacar un docu-mento y la mayoría no cuenta con otros recur-sos que el de su propia capacidad para lograrobtener su carnet de identidad. La soledadfrente al funcionario público se rompe parcial-mente por dos vías: la compañía de un parien-te o amigo en el proceso de tramitación y con-tactos previos con funcionarios responsablesdel proceso de identificación.

Los “recursos” con los que cuentan los in-dividuos para transitar con éxito por esta ofi-cina son comprendidos como “capacidadespersonales”; las cuales, por un lado, reflejan suposición socio-económica y cultural y, por elotro, estructuran las negociaciones in situ paralograr grados relativos de respeto por parte delos policías. Es así que estar bien vestido, saberexpresarse en castellano, saber leer e interpre-tar las informaciones desplegadas en las pare-des (también en castellano), tener familiaridadcon los ambientes burocráticos o contar conun pariente, amigo o conocido son las clavespara sentirse “más igual” y “más incluido” y,concretamente, para salir con el documentooficial. Las personas “más capacitadas” enfren-tan con más solvencia las prácticas autoritariasinstitucionalizadas en las oficinas públicas.

Los entrevistados identifican cuatro prácti-cas “burocráticas” principales de una vigenciamayor que las leyes y reglamentos administra-tivos: 1) “volver mañana”, 2) “tener a la perso-na para aquí y para allá”, 3) “hacer esperar” y4) “visualizar las incapacidades personales”. Elconocimiento de cómo funcionan estas prácti-cas es generalizado entre quienes han concu-rrido a las oficinas públicas, así como lo que es

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posible hacer para lidiar con estas “situ-accio-nes”. Tres tácticas son desplegadas por los ciu-dadanos-individuos para la realización de lostrámites, las cuales se convierten en formasinstitucionalizadas de relacionamiento: 1) lasúplica, 2) la corrupción y 3) el privilegio. Unconjunto de combinaciones entre estas tácticasdefinen el universo de las alternativas de ac-ción individual en las oficinas públicas.

Las prácticas burocráticas de desigualdadsitúan a las personas que están realizando lostrámites en niveles relativos de inferioridad. Ladescripción de la experiencia de un señor ma-yor en la oficina de identificación de la ciudadde La Paz nos abre la oportunidad de visuali-zar las dificultades de tramitar documentospara aquellas personas que viven en el campoy que no dominan el español:

Un oficial se dirigió a un señor mayor cuyoidioma materno es el aymara y le dijo conun tono de voz muy fuerte: “¡En vano estásparado aquí a mi lado… Al cuarto piso tehe mandado!”. El anciano trató de explicar-le algo al oficial, con voz baja y tímidamen-te, pero éste le repitió la misma frase y en elmismo tono. El anciano pidió informaciónen otro escritorio y el oficial le dice: “Andáal Archivo Central” y le indica las gradasque dan al segundo piso, dónde se encuen-tra esta oficina. El anciano parece entendery va camino el Archivo Central. Sin embar-go no ubica que ya está en esta oficina ypasa de largo hasta el escritorio de entregade carnets. No se anima a preguntar nueva-mente al oficial de turno y pregunta a otroseñor, éste le dice: “Anda abajo”. El señorsale por la puerta más cercana y le preguntaa la funcionaria donde está el Archivo Cen-tral. Ella le indica y el señor sin entendercontesta: “No me quieren atender”. A loque la encargada replica, de mala manera:“¡Venga pues con su hija o su hijo para ha-cerse ayudar; y si no tiene, venga con algúnvecino!”. El señor sale en silencio del edifi-cio y sigue subiendo y bajando gradas, mos-trando su papel a diferentes funcionarios yrecibiendo diferentes indicaciones, hasta

que se pone a charlar en aymara con un se-ñor de más o menos su edad. Se muestranalgunos documentos, mientras charlan sen-tados en las gradas. Todo indica que el señorfinalmente comprende mejor los pasos quetiene que seguir y se dirige a la oficina delegalizaciones, donde empieza su trámite.

Sobresale el efecto excluyente de la aten-ción en español en oficinas públicas en un paísmultilingüe. Muchos de los funcionarios queatienden directamente al público ni se perca-tan de la necesidad de un cuidado especial conaquellos que no pueden leer las instruccionesen español y que tienen mayor dificultad deexpresarse en este idioma. Una joven de Yapa-caní expresa esta experiencia: “Mi mamá nosabe hablar bien el castellano y cuando no sabesexpresarte bien no te dan la información querequieres”.

Es de conocimiento común, en todas laslocalidades estudiadas, que “la manera de ves-tir” y “la capacidad de hablar” son señales parala clasificación de los individuos en la jerar-quía social y es la manera como las diferenciassociales son introducidas en la interacción en-tre funcionarios y ciudadanos. Una joven rela-ta la experiencia de su mamá en una oficina dela Paz, donde el uso de la pollera fue señal parael funcionario de que la señora no comprendíani podía hablar español:

La vestimenta influye en la mayoría de loscasos. No tratan igual a una persona delárea rural, el caso por ejemplo de mi mamá.Mi mamá viste de pollera, no es delito tam-poco, y un día uno de los funcionarios letrató mal […] no le quería dar una infor-mación por el hecho que ella no sabe, por elhecho que ella tiene pollera, ellos pensabanque mi mamá no sabía, hasta que mi mamáles ha contestado todo lo que tenía que sa-ber en ese momento, recién se han dadocuenta. Mi tía estaba con ella, mi tía vistenormal y le ha dicho que mi mamá no esninguna persona fuera de lo normal paraque la traten así y recién se tranquilizó.

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Las experiencias en las oficinas públicas nosayudan a comprender cómo la corbata llegó asimbolizar la discriminación para varios secto-res sociales en Bolivia. Un joven, morador dela ciudad de El Alto lo articula así: “La mane-ra de vestir influye de gran manera, porque auna persona que está vestido bien con su corbata,lo tratan bien, piensan que es gente importante;mientras tanto cuando uno está vestido más omenos, con su chompa, no lo tratan bien, lo dis-criminan, piensan que no tiene dinero, que noha estudiado”. Mientras en una experiencia lapollera es un símbolo de estatus inferior en laotra, la corbata es el símbolo de superioridad3.

La desigualdad es una experiencia situadaen espacios de interacción cotidiana en que lasmaneras de tratar al otro vivifican la verticali-dad de las relaciones sociales y actualizan lasdistintas formas de discriminación –de clase,étnica, de género–. La precisión con que laspersonas decodifican los actos que comunicanfalta de respeto indica un proceso de desnatu-ralización de la discriminación en la sociedadboliviana. Un señor, morador de Cochabambay cuyo idioma materno es quechua analiza:

Esta mañana por ejemplo a una señora leestaban diciendo: “sáquense el sombrero”.Pero me parece que ahí ellos están mal, se ledice de buena manera: “por favor, sáquese elsombrero”; no se le dice directamente: “sá-quese el sombrero, está en una oficina”. Lamanera de atender es como dice en sus artí-culos que están colocados, según eso ellosdeberían atender bien, tratar bien.

Como vemos, los propios carteles dispuestosen las paredes de las oficinas públicas refuer-zan las referencias normativas inscritas en losderechos de jure para evaluar las formas detrato personal como correctas o incorrectas.

En el conjunto de las oficinas públicas seobserva que la manera de vestir de los funcio-narios públicos conlleva una búsqueda de afir-mación de superioridad en relación con losusuarios. La memoria de un gesto que ha mar-cado el sentimiento de inferioridad se refiere aluso de ambientador que, para las personas delcampo, es indicación de que son consideradosmal olientes y sucios, como relata un dirigen-te de una asociación de campesinos deAchacachi: “Yo, cuántas veces entraba a una ofi-cina y siempre me chisgueteaban con ambienta-dor. A veces vamos desde aquí a la ciudad de LaPaz, antes no habían minibuses, en carros nomásse entraba, no era asfalto, entonces, dónde nosvamos a lavar, tenemos que entrar sucios mis-mos”.

Los individuos con más acceso a recursoseconómicos y educativos (con aptitudes paraargumentar y reclamar) están más capacitadospara negociar favorablemente las condicionesdel trámite y la obtención del carnet. Estorefuerza su sentimiento de superioridad conrelación a los otros presentes, e inclusive a losfuncionarios. Así por ejemplo sucedió con unaseñora de 50 años, rubia y bien vestida en laoficina de Santa Cruz:

Cuando el oficial terminó de atender a unajoven y se preparaba para responder las pre-guntas del investigador que estaba esperan-do en la fila, la señora que sería la siguienteen la fila tomó asiento adelantándose al in-vestigador. El encargado le dijo que no ibaa atenderla; entonces, la señora, medio eno-jada se fue, pero volvió un momento des-pués y le dijo al encargo: “Dice aquel señor–apuntando hacia el escritorio de informa-ciones– que me tiene que atender”. Comoel investigador dijo al encargado que notenía problema en que la atienda, éste acep-tó la supuesta orden, y atendió a la señoraque se dirigió a continuación a la ventanillade la sección archivo. En dos oportunidadesla señora pidió en tono elevado de voz, quenos apuráramos: “¡Apúrese pues, tenemosque ir a trabajar!”.

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3 En una encuesta realizada por el PNUD en el 2006,81% de los ciudadanos señaló que la manera comouno está vestido influye en la manera como uno es tra-tado por un funcionarios o un policía al momento derealizar los trámites burocráticos.

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En síntesis, la calidad del encuentro con la bu-rocracia en las oficinas públicas es sensible a ladiferenciación social entre los ciudadanos. Laposición social y cultural de los individuos esintroducida por su “capacidad de hablar” y su“apariencia física”, las que son traducidas enespecíficas formas de trato y reacciones porparte de los funcionarios públicos. Estas inte-racciones establecen jerarquías situacionalesque reafirman para unos su subordinación so-cial, mientras otros, salen con la percepción deque las cosas marcharon lo mejor que podían.

Estrategias para ejercer derechos ciudadanos

El análisis de las estrategias individuales y co-lectivas en los encuentros cotidianos con elEstado permite avanzar en la comprensión dela formación de nociones de ciudadanía y porende, de los sentimientos que las personas al-bergan respecto a sus derechos. Las demandasde ciudadanización tienen alcances y conteni-dos variados; pueden mantenerse en el hori-zonte de la extensión de derechos civiles, polí-ticos y sociales dentro del orden políticovigente o pueden abarcar demandas de apertu-ra a nuevos canales de interlocución y de par-ticipación en los asuntos públicos y la redefi-nición de los principios de organización socialy política. El análisis que sigue indaga si esta-mos frente a ciudadanos que se conciben sólocomo sujetos pasivos en calidad de beneficia-rios o como sujetos activos que reclaman el de-recho a reclamar derechos.

La vía individual de ejercicio de derechos

La Súplica: Son en los encuentros con las ins-tancias públicas encargadas de la dotación dederechos ciudadanos que los individuos ponenen práctica actitudes que les permiten obtenersu documento de identificación ciudadana.Encontramos que la súplica es la principal ac-titud en las relaciones directas y cotidianas en

las oficinas estatales y no así, las demandas delrespeto por sus derechos como ciudadanos.Los entrevistados describen la centralidad deesta táctica en las interacciones con los funcio-narios. No hemos encontrado variaciones sig-nificativas en función de la región, el estratosocial, el género o la generación:

Hay que hablar con cariño o sino hay querogarnos, de ahí ellos según la cara ven a lagente. (Oficina de identificación en Cocha-bamba).

Hay que tratarle de lo mejor, necesito ur-gente o por favor esto, como es preguntarsepidiendo favor, te entienden de la buenamanera. (Oficina de identificación de SantaCruz).

La súplica refleja la experiencia de vulnerabili-dad en estos espacios y de discrecionalidad deltrato que reciben de los funcionarios públicos.Comprenden que la aceptación de una posi-ción sumisa y la táctica de rogar son las únicasalternativas para lograr el objetivo de obtenerel documento de identificación. La sumisiónocurre cuando los individuos “aceptan” no sertratados como iguales en estas situaciones y noutilizan el discurso de derechos para la obten-ción del carnet de identidad.

Corrupción y súplica: La corrupción surge endos variantes principales. La primera se refiereal cobro de tarifas extras aprovechando ladesinformación de las personas. La segunda serefiere al pago a cambio de un “favor” solicita-do por las personas. En ambas situaciones lailegalidad del cobro, el cual va directamente albolsillo de los funcionarios, es lo que define elacto de corrupción.

La primera modalidad se asienta en el des-conocimiento que las personas tiene del proce-so y mecanismos del trámite, y quienes seentera eventualmente que han realizando unpago excesivo. Así, se observó el caso de unajoven de aproximadamente 20 años que se en-

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contraba en una oficina de identificación de laciudad de La Paz: Conversando con una señoraque también recogía su documento, la joven dijoque pagó casi 50 bolivianos y se sorprendió cuan-do la señora le dijo que ella había pagado 17.

La segunda variante se realiza con la com-plicidad de las personas. Aquí quienes realizanel trámite saben que están pagando una tarifaextra a cambio de un trato particular. Esta mo-dalidad se interpreta como un “favor” o “ayu-da” que el funcionario está realizando. La rela-ción se establece como un pedido de ayuda ycon una actitud de ruego, seguida de la justifi-cación del pedido y la oferta de dinero para eltrato diferenciado. Así lo explica un ciudadanoen la oficina de identificación en la ciudad deCochabamba: “Los policías nos ayudan y hayque dar unos cuantos para poder sacar rápido,hay que dar unos 30, 40 pesos y una hora noshace tardar, depende de la muñeca”.

Esta estrategia refuerza la lógica de un tratodiferenciado y se contrapone a la demanda dela aplicación de normas para todas las personaspor igual. Esta práctica de hecho refleja tantola desigualdad como la falta de respeto porotras personas. Estos procedimientos no sonmoralmente condenables por los usuarios quesolicitan el trato diferenciado y no producen,por tanto, sentimientos de vergüenza, inco-modo o malestar.

Privilegio: Las expectativas de un trato privile-giado son justificadas de varias maneras. Pri-mero encontramos las relaciones personalescon las autoridades y funcionarios. Se esperaque los contactos personales sustituyan losprocedimientos y las reglas aplicables paraaquellos que no cuentan con “muñeca”. Ensegundo lugar, está la expectativa de que elpago por un “favor”, libere al usuario delcumplimiento de los procedimientos válidospara los otros. Este es el caso de un joven enla ciudad de Achacachi: “No me han queridoatender bien los policías. He hecho una propa-gandita en la radio para que vengan los herma-nos al programa de carnetización con la condi-

ción de que yo renovaría sin hacer la cola, no hasido así, pero”. Tercero, persiste la idea de quela pertenencia a la corporación de las fuerzasdel orden justifica un trato diferenciado.Observamos como un joven se vistió con suuniforme para la tramitación del carnet, conla convicción de que esta pertenencia le favo-recería al momento de la atención. Su padre,quien le acompañaba, expresó la expectativade la preferencia: “A los jóvenes debían darlespreferencia, mi hijo está en el cuartel, está bajobandera, incluso debía ser gratuito para ellos”.Sin embargo, esta estrategia no resultó comoellos esperaban. Cuando se aproximaron a unpolicía para que le ayude, el funcionario lesolicitó dinero a fin de poder agilizar el trámi-te y le dijo: “Nada es gratis… ya ni los pajari-tos cantan por amor”. El joven soldado tuvoque darle 50 bolivianos al margen del costoreal del carnet de identidad.

Los sentimientos de ciudadanía y los significados de derechos

¿Qué implicaciones tiene el uso de la súplica,la coima y el privilegio antes que el discurso delos derechos en situaciones concretas de ejerci-cio de la ciudadanía? Los derechos en la prác-tica se convierten en particularismo, favoritis-mo y trato diferenciado. Uno estaría tentado ageneralizar una explicación de la ciudadaníaen Bolivia a partir del análisis de estas expe-riencias. Esto podría conducir a la conclusiónde que el contenido pasivo de la ciudadaníapredomina en relación al derecho de participaren los asuntos públicos e influir en las políti-cas públicas. Esta es precisamente la interpre-tación de Salman (2004:868), con base en unanálisis sobre las experiencias de ciudadanía enChile, Ecuador y Bolivia. El autor proponeque “el derecho a voz, el derecho de ser elegi-do, de participar en procesos deliberativossobre políticas públicas es menos una preocu-pación que el derecho de tener algo”.

De hecho en los encuentros entre indivi-duos y el Estado la prioridad se vuelca hacía la

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manera como uno es tratado en tanto benefi-ciario, desapareciendo la demanda de inclu-sión activa como miembro de la comunidadpolítica nacional. Sin embargo, los mismosindividuos indican que la “aceptación de lainequidad” en estas oficinas públicas no impli-ca el abandono de demandas por una mayorinclusión y participación. La comprensión delas diversas realidades de la ciudadanía permi-te a los ciudadanos definir cuales son los espa-cios y las vías de reclamos y de inclusión enigualdad de condiciones.

Muchos de los entrevistados en las oficinasde carnetización apuntan a otras esferas departicipación como los sindicatos, comunida-des, juntas escolares y juntas de vecinos entreotras organizaciones de base política desdedonde “hacen oír su voz” y se relacionan conel Estado como ciudadanos “activos”:

Nosotros siempre nomás por lo que hace-mos marchas, manifestaciones con eso nosdefendemos, hacemos las leyes, hacemosanular a los presidentes, los botamos noso-tros, que cosa no hacemos, porque si noha-cemos nada nos dicen hagan esto, esto,esto y lo que quieren hacen allá el gobiernocentral y estamos calificando todoesto[…]”. (Oficina de Identificación deChimoré).

Los eventos extra-ordinarios de movilizacionesmasivas son parte de las actividades de las or-ganizaciones de base. El “poder” experimenta-do en estos momentos refuerza el sentimientode que la pertenencia a colectivos es lo que lespermite sentirse iguales frente al Estado. Enun grupo focal en Achacachi, un señor explicóen aymara: “Con las movilizaciones nosotros noshemos hecho respetar, los hemos enfrentado aun-que no sepamos hablar castellano, pero con nues-tra propia voz nos hemos hecho respetar”. ¿A qué“voz” se refiere este señor? A más de cierta-mente refiere al aymara como la voz presentedurante las movilizaciones, también se refierea los medios para hacerse escuchar: la presen-cia masiva en las calles, la voz profunda de sus

representantes, el control de las vías y la para-lización de las actividades cotidianas.

La vía colectiva del ejercicio de derechos

La experiencia en la tramitación del carnet deidentidad contrasta de manera dramática conla experiencia en la tramitación de la persone-ría jurídica para las asociaciones (gremios, sin-dicatos, juntas vecinales, comunidades indíge-nas, entre otras), en la medida en que las inte-racciones se estructuran con actores que cuen-tan con otros “recursos” para relacionarse entérminos de igualdad con los funcionariospúblicos. Aquí los actores sociales ya no sonpersonas aisladas frente a los policías. Su iden-tidad como representantes de colectividades,que llegan a estas instancias en grupos de másde tres personas y que cuentan con la presióncolectiva de los otros miembros de la organiza-ción, redefine las condiciones de la interac-ción, así como, su auto-percepción como suje-tos con capacidad de plantear reclamos alEstado.

Con todo, y al igual que en las oficinas decarnetización, aquí también se observan prác-ticas institucionales que tienden a establecerdesigualdades. Según los dirigentes, la “capaci-dad de hablar”, la familiaridad con el mundode la burocracia estatal, las relaciones persona-les con las autoridades y funcionarios, y las fi-liaciones o afinidades políticas condicionan eltrato que reciben de los funcionarios.

En las relaciones con los funcionarios pú-blicos, los representantes de organizacionescuentan con un abanico más amplio de recur-sos para demandar y ejercer derechos, los cua-les se estructuran a través de cuatro vías de ac-ción. En orden de importancia estas son: 1) eluso del discurso de derechos en combinacióncon el empoderamiento del grupo respaldadopor la amenaza de conflicto abierto; 2) la acti-vación de privilegios por la pertenencia al par-tido político oficial o a través de conocimien-tos personales; 3) la combinación de las dostácticas anteriores, esto es el reclamo de privi-

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legio junto con el empoderamiento; 4) la co-rrupción en combinación con cualquier de lasanteriores. La coima se justifica como la únicasalida cuando el proceso se “estanca”.

El discurso de derechos: Si en la tramitación delcarnet de identidad, la suplica es la estrategiacentral y el discurso de derechos desaparececomo forma de abordar a los funcionarios pú-blicos, en la tramitación de la personería jurí-dica la suplica se subordina a la estrategia delempoderamiento del grupo y de la del privile-gio, las cuales vienen acompañadas del discur-so de los derechos.

Según los dirigentes que tramitaban la per-sonería jurídica en noviembre de 2005, esmuy importante conocer los derechos y losprocedimientos para que estos se concreticen.Es generalizado el discurso de que “cuandouno conoce, hay que discutir”. Según ellos,“hay que saber hablar, conversar, entender másque todo”. Aquí la argumentación es centralpara la realización del trámite. Esta se constru-ye con la demanda de derechos: “Si sabes tusderecho y obligaciones ahí hay más respeto por laspersonas”; al que se suma otro tipo de actitud:“No hay que ser humilde, tímido, tener miedo,hay que plantear observaciones con seguridad,hay que hablar aunque mal hablado, explicarbien, hacerse entender, exigir hasta conseguir”.Estos dirigentes recalcan que la demanda derespeto, de atención para la solución de pro-blemas es justificada porque “contribuimos connuestros impuestos para que se sostenga elEstado”.

El privilegio: relaciones personales y filiación po-lítica: La actitud de ruego surge como una ma-nera de entablar empatía y buena predisposi-ción hacia los funcionarios, sin embargo estaactitud no es una estrategia en sí misma. Se laconcibe como una entrada que, de no resultar,requiere otras vías consideradas las más efecti-vas como los contactos personales, la influen-cia por las afinidades políticas y la presión delgrupo. Como nos cuenta uno de los dirigentes

de una junta vecinal de la ciudad de El Alto,“primero hay que hablar, pedimos que nos atien-dan y luego hablamos con el alcalde”. El conoci-miento personal de las autoridades, de los fun-cionarios de la alcaldía y de la prefectura, asícomo de los concejales es señalado como cen-tral para el éxito del trámite. Muchos entrevis-tados expresan que “todo depende de si unotiene relación buena con las personas de la alcal-día o del partido en función de gobierno” y que“todo el proceso fue a través de amigos, deinfluencia, de tener conocimientos y amistades desu propio entorno”. Estos conocimientos pue-den ser de carácter personal si un concejal o unfuncionario es próximo a una comunidad: “Yoconocía al doctor de la prefectura que es deYapacaní”; o de orden político: “Uno tiene pri-vilegios por su color político”.

El hecho de pertenecer al mismo partidopolítico o agrupación ciudadana que está enfunción de gobierno permite que “coordinemosdirectamente con el alcalde”. En este caso lo quese busca es el trato privilegiado con base en elapoyo político, en lugar de la demanda por de-rechos como ciudadanos. Los dirigentes de Ya-pacaní nos explican que “como somos de la fede-ración que está con la alcaldía, no tuvimos pro-blemas”, mientras que los que no están ensituación privilegiada denuncian la distincióndel trato: “Si no perteneces al partido político delmomento no te escuchan”.

El sentimiento de estar en una posiciónmás horizontal respecto de los funcionarios esmuy clara, como muestra el testimonio de undirigente vecinal de la ciudad de Yapacaní:

Como dirigente tiene uno la potestad derelacionarse con los funcionarios casi deigual a igual. Ellos, como autoridad estánpara servir a la sociedad. Si incumplen, mevoy enojado, les digo que voy a la prensa.Hay que tener carácter. Por otro lado, yocomo dirigente tengo que estar de acuerdocon los requisitos.

Un elemento importante en la construcciónde una relación entre iguales se refiere a la po-

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rosidad de las fronteras entre ser dirigente y serfuncionario. Como nos explica un dirigentede Yapacaní: “Los dirigentes vecinales, todos nosconocemos porque hoy día estamos como dirigen-te vecinal, mañana algún amigo nos mete a tra-bajar a un cargo público y esto da vueltas, gira”.

El empoderamiento del grupo: Sin embargo,cuando la estrategia de amistad y/o apoyopolítico no funciona se acciona la táctica de lapresión de todos los miembros de la asocia-ción. Como nos comenta el dirigente de unajunta vecinal de Chimoré: “Dos cosas estratégi-cas que los dirigentes tienen que manejar: laamistad y la presión.” La experiencia de un diri-gente vecinal de Yapacaní nos muestra comose combina las dos estrategias: “Primero hemosrecurrido al hecho de que somos de la agrupaciónciudadana en función de gobierno, pero en casode que no nos cumplan entonces vamos con losvecinos”. La movilización es una vía muy im-portante de relacionamiento con el Estado pa-ra amplios sectores sociales. Un dirigente veci-nal de la ciudad de El Alto explica: “Con nues-tras movilizaciones hacemos respetar nuestrosderechos. Practicamos la vida orgánica, median-te movilizaciones conseguimos logros”.

Es generalizada la idea de que el reclamopor un trato equitativo e igualitario se viabili-za por la acción de un grupo organizado, pri-mero el de los dirigentes, luego el toda la co-lectividad, así lo explica un dirigente vecinalde la ciudad de La Paz:

La mejor manera es de ir en forma colecti-va, no individual. De una zona, juntamen-te con los dirigentes, miembros de laFederación de Juntas de Vecinos para decir-les: bueno, el trato tiene que ser justo, equi-tativo, para todos igual. La mejor manera eseso, la presión. No nos escuchan, no nosdan una respuesta, empezamos ya a advertirde que nosotros vamos a presionar.

Los sentimientos de ciudadanía y los significados de derechos

¿Cuáles son los sentimientos que se despren-den respecto a los derechos en estas relacionescon las instancias públicas? En contraposiciónal sentimiento de vulnerabilidad y de inferio-ridad que produce la experiencia individual detramitación del carnet de identidad, encontra-mos a los representantes de las asociacionescon sentimientos de “capacidad”, “de contarcon más derechos” frente a los funcionariospúblicos. Un ejemplo de este contraste está enla respuesta de una dirigente vecinal de la ciu-dad de El Alto a la práctica de “voltear” y “deno solucionar los problemas”:

Así me dieron vueltas y vueltas cuando esta-ba por sacar la personería jurídica, entoncesles dije: “Éste qué se ha creído, me va aatender o qué va a pasar, mañana voy avenir con toda mi base y va ser otra cosa”.Entonces se asustó y me atendió. A veceshay que moverse, hay que asustar a ratos,cuando uno es humilde y no dice nada, sehacen la burla. Hay que parar fuerte.

El sentimiento “de no ser humilde” y más bien“parar fuerte” se enraíza en la posibilidad dehacerse presente como grupo en las oficinaspúblicas. Son profundas las implicaciones deestas percepciones para el contenido de ciuda-danía, pues no es por la calidad de cada perso-na como individuo y ciudadano/na que se lo-gra ejercer derechos; más bien, este ejercicio yreconocimiento depende de la fuerza numéri-ca, es así como se adquiere peso y valor frentea las autoridades y funcionarios públicos.

Consideraciones Finales

La etnografía en las oficinas de identificaciónen Bolivia muestra que las interacciones entrelos representantes del Estado y los ciudadanos,en su condición de individuos, difieren muchode las interacciones entre los primeros y los

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Prácticas estatales y el ejercicio de la ciudadanía: encuentros de la población con la burocracia en Bolivia

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representantes de colectividades, principal-mente entre las personas y grupos socialmentemarginados. Los representantes de colectivida-des cuentan con un abanico más amplio derecursos para enfrentar las realidades del podery las inequidades institucionalizadas en lasprácticas estatales. Desde la condición de ciu-dadano-individuo las principales estrategiasson la súplica y la coima mientras el discursode los derechos desaparece como forma de re-lacionamiento con los funcionarios públicos.Desde la condición de ciudadano-colectivo encambio las principales estrategias son la pre-sión de grupo y el privilegio, combinado conel discurso de derechos.

Las vivencias de la ciudadanía que se des-prenden de estas interacciones con las instan-cias públicas son diversas. En contraposiciónal sentimiento de vulnerabilidad o de inferio-ridad de la experiencia de muchos bolivianos ybolivianas en su condición de ciudadano-indi-viduo frente al Estado, encontramos que estosmismos bolivianos y bolivianas, cuando fun-gen como miembros de asociaciones, gremioso comunidades, reafirman sus sentimientos de“capacidad” y “de contar con más derechos”.

En los encuentros entre individuos y elEstado el contenido pasivo de ciudadanía pre-domina, desapareciendo la demanda de inclu-sión activa como miembros iguales de lacomunidad política. Sin embargo, los mismosindividuos indican que la “aceptación de lainequidad” en las situaciones en que se presen-tan como ciudadanos-individuos no implica elabandono de las expectativas y demandas pormás inclusión y participación. Los sujetos de-ciden que espacios de encuentro con el Estadoson los propicios para “ejercer voz” y reclamarsus derechos como ciudadanos. Los espacioselegidos son aquellos en que pueden presen-tarse como miembros de colectivos sean estossindicatos, comunidades, juntas escolares ovecinales, entre otras.

Las implicaciones de estas percepciones yvivencias para el sentido de ciudadanía de losbolivianos muestran que para amplios sectores

sociales, la ciudadanía no pasa necesariamentepor el debilitamiento de la intermediación desolidaridades corporativas. La ciudadaníasupone tanto un estatus como individuo sinfiliaciones sociales como un estatus comomiembro de una colectividad. Las diferentesdimensiones de ciudadanía –colectiva e indivi-dual– se construyen, en gran parte, en relacióny a partir de las acciones y prácticas estatales.

El estudio también nos lleva a comprenderque las realidades de la ciudadanía varían paradiferentes personas, en diferentes contextos,como además pueden no ser homogéneas enlas diferentes dimensiones de sus vidas. Es de-cir, las personas pueden experimentar inclu-sión ciudadana en base a ciertas posiciones ocondiciones (es el caso del representante de uncolectivo) y simultáneamente experimentarexclusión con base en otras (es el caso del indi-viduo particular).

Finalmente la lectura de la ciudadanía apartir de las categorías a través de las cuales losmiembros de una sociedad ordenan su expe-riencia y las condiciones de sociabilidad queposibilitan o restringen el ejercicio de derechosciudadanos contribuyen a la comprensión deprocesos históricos contingentes en la forma-ción de culturas políticas diversas. En el casoboliviano, nos permite además contar coninsumos para entender las reformas estatalesen curso que proyectan una nueva concepciónde ciudadanía, donde la dimensión colectivaadquiere una posición sobresaliente en elnuevo andamiaje jurídico e institucional.

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