HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    1/30

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA Clase Nº 28: 5 de julio de 2013

    Beatriz von Bilderling COMPLEMENTO 2 

    DEDUCCIÓN TRASCENDENTAL DE LOS

    CONCEPTOS PUROS DEL ENTENDIMIENTO

    (§§ 15-20)

    Kant, I.

    Texto: Analítica trascendental. Libro Primero: Analítica de los conceptos.

    Segundo capítulo: Deducción de los conceptos puros del entendimiento.

    Sección segunda: Deducción trascendental de los conceptos puros del

    entendimiento (§§ 15-20)

    Sabemos ya que Kant emprende a partir del § 13 lo que llama una "deducción trascendental en general". Ese

     parágrafo junto con el § 14 constituyen la introducción a la particular deducción trascendental de las

    categorías. Allí, en esa introducción, fundamentalmente Kant plantea el problema que amerita que se intente

    una necesaria deducción trascendental de los conceptos puros del entendimiento. Otra cosa que ya sabemoses que, en principio, este problema es el mismo para cualquier representación pura y de allí el carácter

    general del título del primer parágrafo. El problema es el de justificar que una representación que en su

    aprioridad o pureza es independiente de la experiencia se aplique, no obstante, o se emplee de modo válido

    en la experiencia.

    Sin embargo, ya sea porque Kant viene de escribir la  Disertación – la obra de 1770 – ,  donde sostenía que

    las categorías llegaban al conocimiento de la cosa en sí y las intuiciones aportaban por sí solas cierta

    conciencia del fenómeno, o ya sea para dramatizar el problema con excesos retóricos, Kant señala también

    que el problema se hace aun más grave con respecto a las categorías. Es más grave porque al tratarse de

    conceptos, ellos guardan con los objetos y la experiencia mayor "distancia", por así decirlo, que las

    intuiciones. Las intuiciones se refieren a los objetos de manera inmediata, los conceptos de modo mediato.

    Por consiguiente, Kant enfatiza la gravedad de la cuestión sugiriendo la posibilidad  — que por otra parte es

     La primera versión de esta clase corresponde al curso de 2012, complemento de la Clase 30 del 4 de julio.

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    2/30

    2

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

     bastante humeana —  de que los objetos exijan para su conocimiento condiciones de la sensibilidad, pero no

    necesariamente también condiciones intelectuales. Si esto fuera efectivamente posible, ello sería un motivo

    que se suma al de la pureza o aprioridad de las categorías para exigir una justificación de su derecho a la

     pretensión de ser conocimientos o condiciones de conocimiento de experiencia. De allí que la deducción sea

    del todo necesaria para los conceptos puros del entendimiento.

    Hemos visto que este problema encuentra en el parágrafo siguiente, esto es, en el §14, la exposición del

     principio de su solución. Ese principio de solución surge, además, reflexionando acerca de la deducción ya

    lograda, la deducción presente en la Estética y correspondiente a las formas puras de la sensibilidad. Ya

    sabemos que Kant nos recuerda en ese parágrafo lo esencial de la revolución copernicana, desestimando

    desde un principio la última posibilidad expuesta en el parágrafo anterior, el § 13. Kant desestima ahora

    que con la sola sensibilidad pudieran presentarse objetos de conocimiento que no requiriesen de los

    conceptos del entendimiento. Por eso vuelve a un estricto planteo crítico y a recordar que son dos las

    condiciones que la Crítica de la razón pura exige para el conocimiento de los objetos: intuición y concepto,

    recepción de la sensibilidad y espontaneidad del entendimiento. En A 92-93 = B 125, Porrúa 77-78,

    Alfaguara 126, Colihue 164-165, nos dice:

    Hay empero dos condiciones  bajo las cuales tan sólo es posible el

    conocimiento  de un objeto: primeramente intuición, por la cual es dado  el

    objeto, pero sólo como fenómeno; y en segundo lugar, concepto, por el cual

    es pensado   un objeto que corresponde a esa intuición.

    En un segundo paso, vuelve a resumir entonces cómo se probó que espacio y tiempo siendo a priori, valen

    no obstante para la aparición (o dación) de fenómenos. Y finalmente, Kant adelanta que ahora se puede

    argumentar de la misma manera a partir de una noción mínima de objeto pensado o conocido, esto es, una

    noción que acepte incluso el empirista-escéptico, pero que el racionalista no haya tampoco desestimado.

    Sobre esa base se puede mostrar en este caso que sin un determinado tipo de entendimiento como facultad,

    y sin un determinado tipo de acciones de ese entendimiento, como conceptos (o juicios), aun ese

    conocimiento mínimo de objeto sería del todo imposible, esto es, sería imposible cualquier pensamiento de

    un objeto en tanto objeto.

    En tal sentido, la deducción de las categorías, como pieza discursiva legal, que se entabla ante un tribunal y

    que, en parte, argumenta contra otras pretensiones de derecho de conocimiento, vuelve a comenzar teniendo

    en cuenta posibles reclamos, especialmente en principio, empirista-escépticos. Esto se hace notorio en los

     párrafos finales del § 14, correspondientes ya al texto exclusivo y renovado de la segunda edición de la KrV

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    3/30

    3

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    [siglas de Kritik der reinen Vernunft ]. Se lee en ellos en B 127-128. Porrúa 78, Alfaguara 127-128, Colihue

    198-199:

    El famoso Locke, a quien faltó hacer esta consideración [de que las

    categorías no encuentran en la experiencia su deducción, sino su ilustración, puesto que sin

    ser empíricas son no obstante constitutivas de toda referencia objetiva] habiendo

    hallado en la experiencia conceptos puros del entendimiento, los derivó

    de la experiencia y sin embargo procedió con tanta inconsecuencia que

    se atrevió a ensayar de obtener con ellos conocimientos que pasan muy por

    encima de los límites de toda experiencia. David Hume  conoció que para

    poder hacer esto último, era necesario que esos conceptos tuviesen su

    origen a priori. Pero no pudo explicarse cómo sea posible que el

    entendimiento tenga que pensar, como necesariamente enlazados en el

    objeto, conceptos que, en sí, en el entendimiento, no están enlazados [es

    decir, no están enlazados por inclusión conceptual, o sea, no son analíticos; son

    sintéticos], y no cayó tampoco en la cuenta de que acaso el entendimiento,

    por medio de esos conceptos mismos, pudiera ser el creador de la

    experiencia en donde sus objetos son hallados; así pues, apremiado por la

    necesidad, hubo de derivarlos de la experiencia (a saber, de una

    necesidad subjetiva, que se origina en la experiencia por frecuente

    asociación, y que luego consideramos falsamente como objetiva, y es la

    costumbre), pero procedió después con gran consecuencia, declarando que

    es imposible franquear los límites de la experiencia con esos conceptos y

    con los principios a que ellos dan lugar. Pero la derivación empírica 

    que ambos autores verificaron, no se compagina con la realidad de los

    conocimientos científicos a priori que poseemos, a saber: la matemática 

     pura y la ciencia universal de la naturaleza, y por tanto queda refutada

    por el hecho (Factum).

    Con respecto a esto último, es decir, acerca de que las posiciones empiristas en cuanto al conocimiento

    objetivo quedan desacreditas por la realidad (y no mera posibilidad) de ciencias con juicios universales y

    necesarios, notemos que Kant puede hablar del carácter a priori de la matemática y de la ciencia universal

    de la naturaleza como si contuvieran juicios sintéticos a priori,  porque el párrafo es redactado recién en

    1787. Es decir, para ese momento él ha de considerar que eso no es una mera afirmación dogmática, sino

    que ha encontrado prueba en la anterior edición de 1781 y luego, en 1783, cierto refuerzo con el planteo

     propio de Prolegómenos. Sigue diciendo Kant:

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    4/30

    4

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    El primero de esos dos hombres ilustres [Locke] abrió ancho campo al

    misticismo; porque la razón, en cuanto advierte que se le concede

    permiso, no consiente ya mantenerse en sus limitaciones, por mucho que se

    le encomie la moderación. El segundo [Hume] entregóse enteramente al

    escepticismo, porque había creído descubrir que era una ilusión de

    nuestra facultad de conocer lo que universalmente se tenía por razón.

    Estamos ahora en el punto de hacer el ensayo de gobernar la razón

    felizmente por entre esos dos escollos, señalándole sus determinados

    límites y conservando sin embargo abierto para ella todo el campo de su

    actividad adecuada. 

    Según lo que aquí se dice en primer lugar, este empirista-escéptico humeano se presenta aceptando ahora,

    en principio, y de algún modo, la creencia en ciertos órdenes y uniformidades que rotulamos de

    "experiencia". Por ejemplo, acepta la relación causal. No acepta que se trate de una conexión en sentido

    fuerte, pero sí acepta que es un tipo de asociación regular. E incluso, como sabemos, Hume llega a admitir

    la idea de necesidad o de conexión necesaria en el orden natural. Solo a partir de tal aceptación se pregunta

     por su legitimidad. Su análisis arroja como resultado, por un lado, el carácter injustificado de la creencia, si

    lo que se pretendía era una creencia racional. Para él creencias como las creencias en conexiones causales

    no son racionales. Pero no por eso se trata de que no tengan ninguna base. Se basan en el hábito, la

    costumbre. Y a partir de ese hábito o costumbre sabemos que, cuando aparece uno de los términos de la

    relación causal, se genera en la mente un sentimiento subjetivo de necesidad de pasar al acompañantehabitual. Ese sentimiento es el que se traduce o se copia en idea de necesidad. Y por tanto también en

    Hume termina legitimándose la posesión y uso de la idea de conexión necesaria.

    Sin embargo, Kant cree, por un lado, que se puede proponer algo más fuerte que una mera necesidad

    subjetiva que nosotros nos limitaríamos a transferir a un supuesto orden objetivo por fines meramente

    utilitarios de adecuar medios con fines y prever el futuro. Además, considera que puede solucionar con

    alcance pleno lo que en Prolegómenos llama "el problema de Hume". Es decir, considera que Hume, como

    carecía además de la idea de sistema, se dio cuenta de que algo pasaba con la causalidad, y tal vez también

    con la sustancia, pero no sabía la nómina completa de representaciones problemáticas. No entendió que eran

    a priori, no entendió que se trataba de categorías y no de principios de asociación y por tanto no entendió

    que siendo subjetivas podían fundar necesidad objetiva al ser condiciones de posibilidad de la experiencia.

    Pero Kant no sólo cree todo eso. Piensa que puede probarlo y a eso destina la deducción trascendental de los

    conceptos puros del entendimiento.

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    5/30

    5

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    Sin embargo, ya aquí adelanta una caracterización mínima de parte de lo que está ahora en entredicho. Si lo

    que en la Estética estaba en entredicho era el carácter intuitivo y puro a priori de espacio y tiempo, sobre los

    que había cierto consenso en considerarlos formas de las impresiones sensibles, ahora está en entredicho el

    carácter de estos conceptos con los que organizamos los datos sensibles en conocimientos de objetos y en

    conocimientos de esa unificación que llamamos experiencia. Para empiristas como Hume son débiles nexosimaginario-asociativos, para los racionalistas son conceptos a priori, pero en el sentido de ideas innatas, que

    aportan unidad en la mera contemplación pasiva. Kant tratará de mostrar que con propiedad han de ser

    aquellas acciones de pensar o funciones (vacías de contenido) que posibilitan concebir cualquier objeto

    como objeto.

    Esta última es la caracterización que Kant ya ha dado de las categorías en algunos tramos de los apartados

    introductorios a la Lógica. Ahora, al final de los parágrafos que sirven de introducción a la deducción

    trascendental, vuelve a dar una nueva caracterización. Esta vez ella es muy poco feliz. Es mejor la

    caracterización anterior, que se encuentra terminando el apartado II de la Introducción, en A 57 = B 81-82 

    (Porrúa 60 c.2, Alfaguara 97, Colihue 127-128). Pero también hay que tener en cuenta que Kant ya ha

    adelantado ciertos planteos en el núcleo de la llamada deducción metafísica, aunque esa sección no tenga

    todavía fuerza probatoria, y eso tal vez le haga considerar que puede dar una "caracterización" más

    detallada. Al respecto, esta caracterización tiene, no obstante, la ventaja de que Kant dice querer "explicar"

    lo que son las categorías. De manera que de nuevo nos encontramos que no solo se explica o se expone lo

    que es una forma de la sensibilidad, también se explica lo que son las categorías (aunque se lo oscurezca

    con ejemplos que sólo podrán ser entendidos más adelante). Y aquí hay que observar que Morente también

    es poco feliz con la traducción pues habla de "definición". Kant escribe esta vez  Erklärung, es decir,comienza por una explicación, exposición, aclaración, que cada vez se va detallando más y mejor. Dice

    Kant en B 128-129, Porrúa 79 cc. 1-2; Alfaguara 128, Colihue 199-200:

    Sólo quiero dar antes la definición [Erklärung ] de las categorías. Son

    conceptos de un objeto en general, por medio de los cuales la intuición

    de éste es considerada como determinada con respecto a una de las

    funciones lógicas de los juicios. Así la función del juicio categórico

    es la de la relación del sujeto con el predicado, v. g., todos los

    cuerpos son divisibles. Mas con respecto al uso meramente lógico del

    entendimiento, queda indeterminado a cuál de los dos conceptos se ha de

    dar la función del sujeto y a cuál la de predicado. Pues se puede decir

    también: algo divisible es cuerpo. Mas, por medio de la categoría de

    sustancia, cuando pongo bajo ella el concepto de cuerpo, queda

    determinado que su intuición empírica en la experiencia tiene que ser

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    6/30

    6

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    considerada siempre sólo como sujeto, nunca como mero predicado; y así en

    todas las restantes categorías.

    Kant ya está adelantando con esto la diferencia entre las categorías puras (conceptos propios de cualquier

    ser racional con entendimiento y una sensibilidad en general, esto es, sin consideración de sus formasespecíficas) y las categorías esquematizadas (conceptos puros del entendimiento que han de incorporar

    alguna referencia a algún elemento puro de una especial sensibilidad para tornarse significativos para

    objetos dados a dicha capacidad sensible1) o al menos entre la mera forma del juicio y la categoría

     plenamente significativa, que es la esquematizada. Y esto de nuevo es mucho para este momento de la

    argumentación. Por eso lo único sostenible, y con las reservas de que tiene que probarlo, es que las

    categorías vienen a ser conceptos de un objeto en general. Y son muchas porque con ellas el objeto adquiere

    una determinación correspondiente a cada una de las funciones lógicas del pensar en el juicio. Si hay doce

    formas del juicio, hay doce categorías. Pero sigue abierta la pregunta ante un escéptico ¿hay categorías

    como conceptos a priori de un objeto en general, o como los conceptos que hacen a la objetividad del

    objeto? E incluso se abre una pregunta frente a un racionalista: ¿hay categorías como conceptos que

    concuerdan con las funciones del juicio en ser ellos mismos activos por depender de un entendimiento que

    también tiene que serlo en su exclusiva discursividad, esto es, en su imposibilidad de ser pasivo-intuitivo?

    Para volverlo a repetir, todo esto tiene que ser probado por Kant, pero él ya tiene la clave y la estructura que

    ha de guiar su argumentación. La misma la podemos ahora plantear por comparación a los pasos con los

    que nos condujo a través del gran argumento de la Estética.

    Decíamos que en la Estética, Kant no encuentra mayores problemas para caracterizar lo que es lasensibilidad, pues al respecto sabe que hay consenso entre su posición y aquellas concepciones que no han

    logrado resolver el problema de la metafísica e incluso el problema del conocimiento, ya sea por debilitar

    este último, ya sea por sostenerlo sobre el recurso de la garantía divina. Para todos, en el caso de la

    sensibilidad se trata de una capacidad de recibir datos sensibles. También hay indicios que todos, algunos de

    manera más explícita otros menos, acuerdan en aceptar cierta forma relacionada con esa recepción de datos

    sensibles como materia. Y todos asocian esas formas con el espacio y con el tiempo. Lo único que discuten

    es su carácter. De allí que Kant se detenga en argumentar, a favor de su propia posición, todos los aspectos

    que le posibilitan ir excluyendo los reclamos de las posiciones antagónicas acerca de conocer lo que son

    espacio y tiempo. Argumenta así que las representaciones de espacio y tiempo

    1  A eso llamará Kant, esquema trascendental: “Esa condición formal y pura de la sensibilidad, a lacual el concepto del entendimiento en su uso está restringido, vamos a llamarla

    esquema de ese concepto del entendimiento y llamaremos esquematismo del entendimiento

    puro al proceder del entendimiento con esos esquemas.” A 140 = B 179, Porrúa 98, c. 1,

    Alfaguara 184, Colihue 239.

    Como en el caso de la sensibilidad humana, el tiempo es su forma más universal, las categorías se esquematizan en términostemporales.

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    7/30

    7

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    (1) no son conceptos empíricos

    (2) son representaciones a priori

    (3) no son conceptos a priori 

    (4) son intuiciones a priori

    (5) no son cosas en sí, ni propiedades de las cosas en sí(6) son sólo condiciones subjetivas, aunque válidas objetivamente para los objetos entendidos como

    fenómenos.

    Pero, al pasar a la Lógica trascendental y reflexionar sobre el carácter de los otros elementos que han de

    intervenir en el conocimiento, que son los conceptos, Kant encuentra que también en este caso no hay

    consenso en la comprensión de ese carácter. Advierte asimismo que ello se debe a que en principio

    tampoco hay consenso en la caracterización de la facultad de la cual son elementos, esto es, no hay acuerdo

    en el carácter con el que se concibe al entendimiento desde las distintas posiciones filosóficas. Un empirista

    como Hume acepta que tiene conciencia de las percepciones puntuales, sean impresiones o ideas, sean

    simples o compuestas, pero que no hay una conciencia continua, unitaria, mucho menos de tipo sustantivo,

    que merezca la denominación de entendimiento o autoconciencia. A lo sumo aceptará cierta conciencia de

    nexos, pero que se limitan a ser asociaciones de la imaginación y que se observan con recurrencia, pero, de

    nuevo, sin ninguna unidad o identidad que no tenga ella misma que ser construida. Los racionalistas, en

    cambio, no dudan ni de la unidad de la conciencia, ni, finalmente, de la unidad del objeto que puede captar

    esa conciencia. Pero basan esa convicción en que entienden que ella misma tiene las características de un

    entendimiento intuitivo, capaz de apresar en un acto simple toda la multiplicidad que hay en aquella unidad

    del objeto. De allí que Kant comience esta vez por argumentar a favor del entendimiento sintético-discursivo como autoconciencia y conciencia objetivante, y sobre esa base, a argumentar a favor de los

    enlaces sintéticos que son las categorías como implicados necesariamente en cualquier conciencia de objeto.

    Pues, si logra mostrar que la discursividad sintética es la característica propia y única del entendimiento

    finito, sus reflexiones de la antecedente deducción metafísica quedan asimismo probadas y allanan el

    camino para admitir que de ese entendimiento se siguen los conceptos con los que dicha facultad ejerce esa

    síntesis objetiva y que Kant ha denominado categorías.

    De allí que la deducción trascendental de los conceptos puros del entendimiento se agrave adicionalmente

     por esta necesidad inicial de efectuar una prueba a favor de un especial tipo de entendimiento, antes de

    ensayar cualquier prueba acerca de sus correspondientes conceptos.

    Lo que Kant pasa a probar, entonces, en este caso es que nuestro entendimiento finito

    (1) no es una conciencia empírica, meramente acompañante esporádica de datos inconexos § 16

    (2) es una conciencia trascendental a priori, y por eso mismo una autoconciencia § 16

    (3) no es un entendimiento intuitivo, próximo al entendimiento infinito §§ 16-17

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    8/30

    8

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    (4) es un entendimiento productor de la unidad de la objetividad, cuya multiplicidad tiene que ser dada § 17

    (5) no es un entendimiento que opera por meros nexos asociativos § 18

    (6) es un entendimiento como facultad de juzgar y de conocer por conceptos § 19

    Ahora, puesto que con ello queda finalmente probada la caracterización del entendimiento de la llamada

    “deducción metafísica”, que adelantaba la necesaria correspondencia entre formas del juicio y funciones

    de unidad en las categorías, al ser el entendimiento un entendimiento sintético discursivo o facultad de

    conocer por conceptos, simplemente resta la conclusión de que

    (7) la objetividad del objeto depende del carácter sintético discursivo del entendimiento, y la confiere sus

    síntesis por categorías, de modo que lo múltiple de la intuición que aporta la materia de los objetos, se

    halla necesariamente sometido a las categorías, que proporciona a ese múltiple la unidad de un objeto.

    Esas categorías, como ya se ha adelantado, son tantas como funciones lógicas de pensar hay en los

     juicios y reciben denominaciones concordantes con esas mismas funciones. § 20.

    Cabe aclarar, no obstante, que, de aceptar las argumentaciones de Kant en este tramo que va del § 15 al

    § 20, hay que concluir que Kant ha hecho una deducción válida, una justificación del derecho de posesión y

    uso de conceptos puros para cualquier ser racional con entendimiento discursivo que haya de ponerse en

    contacto con una sensibilidad, sensibilidad que por eso aparece aquí con el calificativo de sensibilidad en

    general. Lo que resta de la deducción continúa el argumento para el caso de un entendimiento como el

    nuestro que se relaciona con una sensibilidad específicamente humana sometida a las formas puras de

    espacio y tiempo (§§ 21-27), y sólo esto completa la argumentación a favor de que las categorías no sólo

    nos dan una mera objetividad en general, sino el marco objetivo que hace objetos a nuestros objetos

    fenoménicos, aquellos que se nos aparecen bajo las formas espacio-temporales.

    Sobre la base de lo anterior, podría pensarse, no obstante, que debido a esta tan amplia falta de consenso es

    difícil para Kant encontrar esta vez el mínimo acuerdo como para entablar una argumentación discursiva

    frente al tribunal de la razón pura. Sin embargo, eso no es así. En primer lugar, porque a pesar de todos las

    discrepancias que haya sobre los caracteres de las capacidades, facultades o meras operatividades puestas

    en juego para el conocimiento y sobre los caracteres de sus elementos, todos concuerdan en que son ellas las

    que hacen que ante la mente se presente algo, eso que a veces se da en llamar percepciones, otras

    representaciones. En segundo lugar, todos dan indicios de aceptar que algunas de esas percepciones o

    representaciones nos remiten a aquello que, aun desde una posición del sentido común, se denomina

    objeto2. Se trata de aquello que por complejidad interna que tenga, la mente capta como una unidad. Es así

    2 En tal sentido, son muy significativos estos pasajes correspondientes a la Sección II de la Parte IV de Libro I del Tratado de lanaturaleza humana de Hume:

    A fin de evitar toda ambigüedad y confusión a este respecto, señalaré que voy a

    explicar aquí las opiniones y creencia del vulgo en lo referente a la existencia

    de los cuerpos, y que, por consiguiente, tendré que amoldarme enteramente al

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    9/30

    9

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    como nos encontramos a empiristas como Hume hablando de manzanas, sombreros y zapatos, a

    racionalistas como Descartes preocupado por el correlato objetivo de sus ideas de manos, caras, estatuas y

    torres.

    Es este segundo acuerdo, el que, pareciera, Kant tiene en cuenta al inicio de su argumentación en el § 15.Parece además que de nuevo encuentra en las aclaraciones del empirista-escéptico las mejores

    formulaciones que le posibilitarán pausadamente mostrar que nuestro entendimiento opera con conceptos,

    que a diferencia de meras asociaciones subjetivas y empíricas, constituyen a priori la objetividad. Una de

    esas aclaraciones, conveniente como punto de partida de Kant, la constituye, por ejemplo, la alusión de

    Hume, al inicio del Tratado de la naturaleza humana, acerca de que toda impresión compleja supone un

    múltiple. Sabemos que por ello Hume quiere decir que toda impresión compleja supone un múltiple de

    impresiones simples que son justamente aquellos componentes en los que la impresión compleja puede

    analizarse o descomponerse. Por algo es compleja. Las impresiones complejas justamente por constituir un

    múltiple de datos sensibles simples admiten división hasta llegar a esa simplicidad no ulteriormente

    analizable. Sin embargo, también se trata de “un” múltiple. Y eso significa que la mente capta no obstante

    una unidad. Recuerdo ahora el pasaje de la Sección I de la Parte I, Libro I del Tratado donde Hume dice:

    "Las percepciones simples (impresiones o ideas) son tales que no admiten

    distinción ni separación. Las complejas son lo contrario que éstas, y

    pueden dividirse en partes. Aunque un color, sabor y olor particulares

    sean cualidades que estén todas unidas en esta manzana, por ejemplo, es

    fácil darse cuenta de que no son lo mismo, sino de que, por lo menos, son

    distinguibles unas de otras." (Tratado, I, I, I, SB, p. 2; EN, 1977, p. 88. El subrayado es mío.)

    Por eso, a Kant, de aceptarse que está teniendo en cuenta posiciones como la aludida, le interesa no la

     posible distinción entre los elementos componentes, sino, por el contrario, esa afirmación de hallarse todas

    modo que éste tiene de pensar y expresarse. Ahora bien, ya hemos hecho notar que,

    por mucho que los filósofos puedan distinguir entre objetos y percepciones

    sensibles (que suponen coexistentes y semejantes), ésta es con todo una

    distinción que la generalidad de los hombres  no comprenden, ya que cuando

    perciben un solo ser no pueden asentir nunca a la opinión en pro de una dobleexistencia y representación. Las sensaciones mismas que entran por los ojos o los

    oídos son para ellos, los objetos verdaderos, y no pueden concebir fácilmente que

    la pluma o el papel que perciben inmediatamente representen otra cosa diferente,

    aunque semejante. Por tanto, y a fin de acomodarme a sus nociones supondré, en

    primer lugar, que hay una sola existencia, a la que llamaré indiferentemente

    objeto o  percepción, según convenga mejor a mis propósitos; además entenderé

    por estos términos lo que cualquier hombre normal entiende por sombrero, zapato,

    piedra o cualquier otra impresión transmitida por los sentidos. (Tratado I, IV,

    II, SB p. 202, EN p. 338) 

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    10/30

    10

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    unidas en un solo complejo. Kant comparte esa posición, tal como lo dejan entrever los términos con que

    abre el § 15, primer parágrafo de la sección titulada “Deducción trascendental de los conceptos puros del

    entendimiento”. Kant dice en B 129, Porrúa 79 c. 2, Alfaguara 152, Colihue 200:

    Lo múltiple de las representaciones puede ser dado en una intuición, que

    es meramente sensible, es decir, mera receptividad.

    Sabemos que si Hume opta por llamar impresión sensible compleja a la percepción de la manzana, Kant le

    da a eso mismo la denominación de intuición sensible empírica, la cual supone la receptividad de la materia

     por parte de las afecciones de la sensibilidad. Y Kant concuerda con Hume que en casos como los de la

     percepción de “una” manzana, hay “un” múltiple de otras intuiciones empíricas, por ejemplo, esas mismas

    que Hume detalló en las expresiones de la cita: un cierto matiz de color rojo, un cierto sabor dulce, un cierto

    olor perfumado. No obstante, como sabemos, Kant le haría dar al empirista un paso más. Se trata de aquel al

    que lo llevó a través de la argumentación de la Estética. Puesto que no hay matices puntuales como una

    suerte de átomos de rojo, sino siempre manchas rojizas, sabores y olores que, para percibirse han de invadir

    cierta extensión, también dirá que en toda mancha de color hay “un” múltiple de pigmentos, en todo sabor

    u olor “un” múltiple de dulzuras o perfumes. Sea como sea, a lo que va es a que en una intuición o

    impresión hay entonces un múltiple de representaciones aprehendidas.

    Pero, lo que puede agregar Kant ahora gracias a esa misma argumentación de la Estética es que esas

    múltiples representaciones han podido ser aprehendidas, han podido aparecérsenos, han podido

     presentársenos o manifestársenos, sólo porque nuestra facultad de representación contiene a priori formasque hacen posible dicha aprehensión. Por eso prosigue diciendo:

    […] y la forma de esa intuición [que nos da un múltiple empírico] puede estar

    a priori en nuestra facultad de representación, sin ser, sin embargo,

    otra cosa que el modo como el sujeto es afectado.  (B 129, Porrúa 79 c. 2, Alfaguara

    152, Colihue 200)

    Ya sabemos que las sensaciones provienen de los sentidos externos y, unas más directamente, otras menos,

    no podemos pensarlas sino en una extensión espacial. Las intuiciones sensibles las aprehendemos en la

    forma de espacio, y en el sentido interno adquieren, como representaciones, la forma del tiempo. Y el hecho

    anteriormente indicado de que las intuiciones sensibles suponen siempre un múltiple, ya señala de por sí que

    esas formas mismas que posibilitan el aparecer han de contener ellas mismas una multiplicidad en la unidad.

    Se trata de una multiplicidad de volúmenes en el caso del espacio, una multiplicidad de duraciones en el

    caso del tiempo. Eso se compagina además con que espacio y tiempo, las formas puras de la intuición

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    11/30

    11

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    sensible, hayan resultado ser ellas mismas intuiciones puras. El espacio es una intuición, el tiempo es una

    intuición. Y, como tales, ellos también contienen un múltiple: cualquier espacio es divisible en múltiples

     partes homogéneas. Estas partes homogéneas serán ellas mismas otros tantos espacios homogéneos a los

    que los limitan y a aquellos en los que, a su vez, pueden subdividirse. Lo mismo sucede con el tiempo.

    Como lo decía Kant en el § 10 en A 77 = B 102, Porrúa 69 c. 1, Alfaguara 111, Colihue 1453):

    [...] el espacio y el tiempo encierran un múltiple de la intuición pura a priori  [...]

    Es decir, sea que se trate de una intuición empírica, como la de la manzana o sus elementos componentes  – 

    el color, el olor, el sabor, la textura – , sea que se trate de una intuición pura, como las de espacio y tiempo,

    intuición remite siempre a un múltiple de representaciones dadas.

    Pero como ante una impresión o intuición no decimos solamente que allí hay multiplicidad, sino tambiénque hay un   múltiple, y el múltiple, como múltiple, no basta por sí solo para dar cuenta de esa referencia a

    la unidad, la referencia a la unidad merece ser explicada, merece que mostremos qué la posibilita o qué la

     justifica.

    Es recién aquí donde Kant puede encontrar que las posiciones antagónicas han propuesto justificaciones

    que, según su visión, no alcanzan a ser tales. La posición empirista sostiene que la sensibilidad misma nos

     pone en contacto con múltiples unificados, y es por ello que desde el inicio acepta impresiones complejas

    como datos de los sentidos externos. Sólo más adelante, puede que se pregunte por lo que hace que las

    cualidades sensibles de determinado color, sabor, olor, textura se unifican en un objeto o percepción, al cual

    además pensamos en términos de sustancia. Pero ante ello sólo aducirá esos nexos asociativos de la

    imaginación que cementan por “semejanza”, por “contigüidad”, y en otros casos por “causalidad” 4. Frente a

    esto Kant adelantará que, al ser meramente receptiva, la sensibilidad no puede ser la causa de la unificación.

    En cambio, sí puede serlo la actividad de la imaginación. Pero, entonces, habrá que aceptar que, en cierto

    3  También § 17, B 137-138 (Porrúa 83 c.2, Alfaguara 157, Colihue 206: "Así la mera forma de la intuiciónsensible externa, el espacio, no es aún conocimiento alguno; sólo proporciona lo

    múltiple de la intuición a priori para un conocimiento posible. Mas para conocer

    algo en el espacio, v. g. una línea, tengo que trazarla, y así llevar a cabo

    sintéticamente un determinado enlace de lo múltiple dado [...]".  Cabe acotar que Hume aceptaríala multiplicidad de partes, aunque no la infinita divisibilidad de espacio y tiempo. Vease Tratado, I, II, II. Sin embargo, Kanttambién es consciente de la antinomia.

    4 “La idea de sustancia, como la de modo, no es sino una colección de ideas simples unidaspor la imaginación y que poseen un nombre particular asignado a ellas, mediante el cual

    somos capaces de recordar –a nosotros o a otros–  esa colección. Pero la diferencia

    entre estas ideas consiste en que las cualidades particulares que forman una sustancia

    son referidas por lo común a un algo desconocido en que se supone inhieren; o bien,

    concediendo que esta ficción no tenga lugar, se supone que al menos están estrecha e

    inseparablemente conectadas entre sí por relaciones de contigüidad y causalidad. […]

    Tratado, Libro I, Parte I, Sección VI, SB 16, EN 105.

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    12/30

    12

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    aspecto, esa actividad habrá de estar también ella a priori  en el espíritu, y posiblemente dependerá de

    actividades a priori más básicas. Es en este sentido, que la posición racionalista puede hacernos pensar que

    tiene una justificación más adecuada para la comprensión de la unidad. Según esa corriente, la unidad ya

    está pensada en las ideas o al menos en ciertas ideas que el sujeto trae consigo y que capta a través de la

    intuición que llama “intelectual”. Sin embargo, de ser así, la sensibilidad se tornaría una capacidad

     prescindible: también el múltiple unificado tendrá entonces que estar de manera innata en el sujeto.

    Es por ello, que después de haber recordado que el múltiple se ha de recibir, Kant pasa ahora a indicar que

    la unidad debe ser producida sobre la base de ese múltiple recibido y dado. Pero como para producir se hace

    necesaria cierta actividad, ello ya no puede ser competencia de la sensibilidad. Habrá que pensar y probar

    que sólo el entendimiento puede dar cuenta de esa unidad del múltiple, que a la sensibilidad se le sustrae.

    De allí que lo que sigue Kant diciendo a continuación en este § 15 sea el adelanto de la tesis a probar: que

    es el entendimiento el que confiere al múltiple la unidad de un objeto. Será justamente lo que se pruebe en

    los dos parágrafos siguientes, esto es, en los §§ 16 y 17. No obstante, esta introducción previa, le permite a

    Kant, al igual que en los pasajes iniciales de la Estética, darnos además la aclaración de los términos que se

    utilizarán recurrentemente en toda esta sección, y que aparecen recién en este momento del desarrollo de la

    argumentación de la Crítica, por estar asociados justamente a la actividad del entendimiento. Se trata de los

    términos “unidad”, “enlace” y “síntesis”.

    Pero el enlace  (conjunctio) de un múltiple en general no puede nunca

    venir a nosotros por medio de los sentidos, y no puede tampoco, por lo

    tanto, estar contenido al mismo tiempo en la forma pura de la intuición

    sensible: pues es un acto de la espontaneidad de la facultad

    representativa y como esta facultad debe llamarse entendimiento, a

    diferencia de la sensibilidad, resulta que todo enlace, seamos o no

    conscientes de él [es decir, sea propiamente del entendimiento o de su función más

    baja y ciega que es la imaginación], sea un enlace de lo múltiple de la

    intuición o de varios conceptos, y, en el primer caso de la intuición

    empírica o de la no empírica [de la pura], es una acción del entendimiento,

    que vamos a designar con la denominación general de síntesis, para hacer

    notar así, al mismo tiempo, que no podemos representarnos nada como

    enlazado en el objeto [Objekt], sin haberlo enlazado previamente nosotros

    mismos, y de todas las representaciones, es el enlace  la única que no

    es dada por medio de objetos, sino que sólo por el sujeto mismo puede ser

    ejecutada, por ser un acto de su actividad propia. Fácilmente se advierte

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    13/30

    13

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    que esa acción ha de ser originariamente una e igualmente valedera para

    todo enlace y que la descomposición (análisis), que parece ser su

    contrario, la presupone, sin embargo, siempre; pues allí donde el

    entendimiento previamente no ha enlazado nada, no puede tampoco

    descomponer nada, porque sólo por el entendimiento ha tenido que darse a

    la facultad de representación algo como enlazado. (§ 15. B 129-130, Porrúa 79-80,

    Alfaguara 152-153, Colihue200-2015) 

    Si se tiene en cuenta no sólo este párrafo, sino también aquel que le sigue, la explicación preliminar que

    Kant da de estos términos “unidad”, “enlace” y “síntesis”, dista bastante de ser clara , sobre todo por lo que

    respecta al término “unidad”, que por momentos parece ser colocada por Kant en posición de fundante, y

     por momentos como subsumida bajo el concepto de “enlace”. Sin embargo, puede entenderse que,

    coherentemente con aquellas alusiones que de los mismos términos aparecieran en el § 10 de la deducción

    metafísica, Kant entiende por enlace todo acto de la espontaneidad (o actividad) consciente del

    entendimiento (o inconsciente de la imaginación) por el que se relacionan unas representaciones con otras,

    sean estas conceptos o incluso intuiciones. Este mismo enlace, visto como operatoria recibe el nombre de

    síntesis. Pero como este enlace o síntesis puede ser él mismo diverso, en el sentido de que pueden ser

    diversos los aspectos en función de los cuales unificar (como ya sabemos, por la cantidad, la cualidad, la

    relación, la modalidad, y sus subespecies), también esta diversidad decantaría en una suerte de multiplicidad

    si no hubiera una estricta unidad de origen. De esta manera, los distintos conceptos con los que tiene que

    contar el entendimiento para concretar el enlace y/o la síntesis, y que son las categorías, aunque supongan

    una cierta unidad no son en sí mismos y por separado, el fundamento primero de unidad. La unidad propiamente dicha ha de provenir de que el origen de todas las acciones intelectuales es sólo uno: el

    entendimiento mismo como facultad sintética. Es lo que confusamente Kant quiere expresar cuando dice:

    Mas el concepto de enlace contiene, además del concepto de lo múltiple y

    de la síntesis del mismo también el de la unidad. Enlace es la

    representación de la unidad sintética de lo múltiple. La representación

    de esa unidad no puede por tanto nacer del enlace; más bien es ella la

    que hace posible el concepto del enlace, viniendo a añadirse a la

    representación de lo múltiple. Esa unidad que precede a priori a todos

    los conceptos del enlace, no es aquella categoría de la unidad (10), pues

    5 También § 16. B 134-135 (Porrúa 81 c.2, Alfaguara 155, Colihue 204: "Mas el enlace no está en los objetosy no puede ser tomado de ellos, v. g. mediante la percepción, y recogido así en el

    entendimiento; sino que es obra del entendimiento, el cual no es más que la facultad

    de enlazar a priori y reducir lo mútiple de representaciones dadas bajo la unidad de

    la apercepción. Este principio es el más alto de todo el conocimiento humano".

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    14/30

    14

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    todas las categorías se fundan en funciones del juicio; en éstas empero

    se piensa ya enlace y por lo tanto unidad de conceptos dados. La

    categoría presupone pues ya enlace. Así pues tenemos que buscar esa

    unidad (como unidad cualitativa, § 12) más alto, a saber, en aquello que

    contiene el fundamento de la unidad de diferentes conceptos en el juicio, 

     por lo tanto, de la posibilidad del entendimiento, incluso en su uso

    lógico. B 130-131, Porrúa 80 cc. 1-2, Alfaguara 153, Colihue 201-202.

    Programáticamente Kant anuncia entonces que tendrá que probar el punto más alto de cualquier unidad

    intelectual. Es decir, tendrá que probar esta vez que tenemos entendimiento y que tenemos entendimiento

    sintético y discursivo.

    Esa prueba es la que comienza en el § 16. Admitiendo, como lo ha recordado el §15, que nuestras primeras

    representaciones son las representaciones intuitivas, como intuiciones de un múltiple, el planteo de Kant es

    que para que ese múltiple nos signifique algo, y no una pura nada, la condición básica es que la de que un

    acto de conciencia o de pensar debe poder acompañar la representación. Sólo porque la representación es

    acompañada por conciencia, significa algo para mí . De allí que corresponda llamar a ese acto de conciencia

    “yo pienso”.

    El yo pienso tiene que  poder acompañar a todas mis representaciones,

    pues, si no, sería representado en mí algo que no podría ser pensado, lo

    cual significa tanto como decir que la representación sería, o bien

    imposible, o al menos nada para mí.  (§ 16, B 132, Porrúa 80 c. 2, Alfaguara 153-154,

    Colihue 202)

    Así, si retomamos el ejemplo de Hume, la impresión, intuición o representación “manzana” nos representa

    algo y no una pura nada. Eso significa que la vuelve representación el que un acto de conciencia o de

     pensar la acompañe. Y eso debe poder ser así para cualquier representación que consideremos como tal. Es

    decir, dado que valen como representaciones tanto la representación compleja o compuesta, manzana, como

    sus componentes, el color rojo, el tacto liso y suave, el sabor dulce, esas otras intuiciones o impresiones nos

    representan algo sólo si a ellas también les acompaña (o les puede acompañar) un acto de conciencia o un

    acto de pensar. De lo contrario, nos pasarían inadvertidas, serían tanto como nada para nosotros. De allí las

     palabras con las que Kant prosigue el razonamiento en el § 16 en B 132, Porrúa 80 c. 2, Alfaguara 153,

    Colihue 202:

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    15/30

    15

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    La representación que puede ser dada antes de todo pensar, llámase

    intuición. Así pues todo múltiple de la intuición tiene una relación

    necesaria con el yo  pienso, en el mismo sujeto en donde ese múltiple es

    hallado. Esa representación empero es un acto de la espontaneidad , es

    decir, que no puede ser considerada como perteneciente a la sensibilidad. 

    Ese acto de conciencia que debe acompañar a todo múltiple, en sus partes componentes y en su unidad es el

    denominado "yo pienso". Y su acompañar debe valer no sólo para el compuesto mismo, para la unidad del

    múltiple, sino también para cada uno de los elementos que componen el complejo. Si se trata de la manzana

    no sólo debe ser posible un "yo pienso la manzana", sino también un "yo pienso el rojo de la manzana", un

    "yo pienso la suavidad de la manzana”, "un yo pienso la dulzura de la manzana". Todo múltiple  de una

    intuición tiene, en la medida en que representa un algo, una relación necesaria con un yo pienso.

    Ahora bien, con respecto a este “yo pienso” que debe poder acompañar a todas y cada una de las

    representaciones que nos signifiquen algo a conocer, Kant considera que ya hay cierta base para negar que

     pueda ser una mera conciencia empírica escindida y discontinua como la postulada por empiristas como

    Hume. Pues una conciencia escindida, aunque pueda dar cuenta de por qué somos conscientes de los

    componentes, no podrá dar cuenta ni de la unificación del complejo ni de la conciencia de dicha unidad. O

    sea, dada su negación de un sujeto unitario y estable, Hume  sólo puede admitir como concebible o

    lógicamente posible que cada una de las representaciones que colectivamente constituyen el complejo sea

    acompañada por un acto de pensamiento, una conciencia o, en términos kantianos, un sujeto pensante

    distinto. En tal caso se trataría de conciencias empíricas, correspondientes a sujetos empíricos, pero también pensantes, diversos. Podríamos tener un sujeto 1, que mediante un acto de autoconciencia o yo pienso,

    acompañe al rojo, un sujeto 2 para la conciencia de lisura o suavidad y un sujeto 3 para la conciencia del

    sabor dulce. Sin embargo, cuando queremos referirnos a la impresión o intuición compleja misma  – la

    manzana – , esto ya no es concebible. En tanto ella siga representándonos algo y no una pura nada, no basta

    sólo pensar que en el todo y las partes ha de haber un acompañamiento de conciencia, sino que esta

    conciencia ha de ser una y la misma  para cada una de las representaciones múltiples, porque de lo

    contrario, al irse perdiendo unas cuando aparecen otras, nunca conseguiríamos la conciencia unificada

    “manzana".  Es decir, la posición de Hume permitiría seguir sustentando sujetos escindidos, pero no

     permitiría dar cuenta de una conciencia de unidad en el algo representado, en la impresión compleja, en la

     percepción o en el objeto. De allí que Kant diga en principio que todo múltiple de la intuición ha de tener

    relación necesaria con el yo  pienso, “en el mismo sujeto” en donde ese múltiple es hallado.  

    El punto sobre el que Kant quiere proyectar importancia es, entonces, el de que la conciencia de unidad

    del objeto tiene como condición necesaria de posibilidad la conciencia de unidad del sujeto, que por lo

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    16/30

    16

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    mismo ha de ser un sujeto idéntico, una unidad de conciencia. En el mismo proceso en que somos

    conscientes de algo como la unidad a la que referimos nuestros múltiples actos perceptivos, somos

    conscientes de nosotros mismos como la unidad de pensamiento de la que emanan los distintos actos de

     pensar. De allí que esto dé como resultado no sólo el pensamiento de que todas las representaciones

    confluyen en la conciencia de un zapato o de una manzana, sino también en el pensamiento de que todas lasrepresentaciones que hacen al zapato, a la manzana, o en general a las representaciones de “mi” experiencia

    son mías. Hacia el final del primer párrafo, en § 16, B 132, Porrúa 80 c. 2, Alfaguara 153-154, Colihue 202,

    dice Kant:

    […]Pues las múltiples representaciones, que son dadas en una cierta

    intuición, no serían todas ellas mis representaciones, si no

    perteneciesen todas ellas a una autoconciencia, es decir, que, como

    representaciones mías (aunque no sea yo consciente de ellas como tales),

    tienen que conformarse necesariamente con la condición bajo la cual tan

    sólo pueden coexisitir en una autoconciencia universal, pues de otro modo

    no me pertenecerían todas absolutamente6. De este enlace originario

    pueden sacarse muchas consecuencias.

    Si bien Kant pasará entonces a señalar otros resultados que van más allá de la conclusión recién obtenida

    conviene en principio, reiterar ésta, pues es la que permite además incorporar las denominaciones que Kant

    introduce para calificar a esta conciencia recién descubierta. Como hemos visto, la argumentación ya ha

    redundado en un primer resultado pues, llegamos en primer lugar a la conciencia de una necesidad y, más precisamente, a la conciencia de la necesidad de una posibilidad. Lo que es necesario, y por tanto

    insoslayable, es que en tanto nuestras representaciones complejas (y en la concepción de Kant, todas lo son)

     pretendan funcionar como representaciones de algo, al menos deben poder   adecuarse a esta primera

    condición de ser acompañadas por una y la misma autoconciencia o "yo pienso", que entonces ya no es la

    mera conciencia empírica del contenido puntual de la representación, sino una conciencia trascendental,

     justamente porque da cuenta de nuestra posibilidad de conocer a priori objetos7. No se está planteando lo

    6 Kant va a volver a repetir esta idea en el § 17, B 138, Porrúa 83 c. 1, Alfaguara 158, Colihue 206-207:Esta última proposición misma es, como he dicho, analítica, aun cuando hace de launidad sintética una condición de todo pensar; pues sólo dice que toda mis

    representaciones en cualquier intuición dada tiene que estar bajo la condición por la

    cual tan sólo puedo yo contarlas en la identidad de mí mismo como mis

    representaciones, y por tanto comprenderlas, bajo la expresión general: "yo pienso",

    como enlazadas sintéticamente en una apercepción.

    7 Por un lado, sabemos, pero hemos de recordar, que en la Introducción, Sección VII, Kant ha caracterizado "trascendental" como"todo conocimiento que se ocupa en general no tanto de objetos como de nuestro modo de

    conocerlos en cuanto éste debe ser posible a priori". (A 11-12 = B 25, Porrúa 38 c. 1, Alfaguara 58,Colihue 79)

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    17/30

    17

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    que nos permite conocer el objeto manzana como rojo, liso, etc. Sabemos que para eso debemos apoyarnos

    simplemente en las intuiciones sensibles que nos da nuestra sensibilidad. Lo que se está develando es la

    condición que posibilita conocer la manzana simplemente como objeto, la condición que posibilita

    constituir su objetividad. Esa primera condición es la unidad de conciencia que hace de la representación

    manzana una conciencia de unidad, incluso en el mínimo sentido de “un” algo, o como se dice hoy desd eotras posiciones filosóficas, “una x vacía”. Se trata además de una conciencia universal, en el sentido de que

    es la conciencia que debe poder acompañar a todas y cada una de las distintas conciencias empíricas de

    representaciones puntuales que pretendan unificarse en algún conocimiento. De manera integrada Kant lo

    expresa de esta manera en § 16, B 132, Porrúa 80 c. 2, Alfaguara 153-154, Colihue 202:

    El yo pienso tiene que  poder acompañar a todas mis representaciones,

    pues, si no, sería representado en mí algo que no podría ser pensado, lo

    cual significa tanto como decir que la representación sería, o bien

    imposible, o al menos nada para mí. La representación que puede ser dada

    antes de todo pensar, llámase intuición. Así pues todo múltiple de la

    intuición tiene una relación necesaria con el yo  pienso, en el mismo

    sujeto en donde ese múltiple es hallado. Esa representación empero es un

    acto de la espontaneidad , es decir, que no puede ser considerada como

    perteneciente a la sensibilidad. Denomínola apercepción pura, para

    distinguirla de la empírica, o también apercepción originaria, porque es

    aquella autoconciencia que, produciendo la representación yo pienso (que

    tiene que poder acompañar a todas las demás y que es una y la misma en

    toda conciencia), no puede ser deducida de [no puede ser acompañada por]

    ninguna otra. A su unidad doy el nombre de unidad trascendental de la

    autoconciencia, para señalar la posibilidad del conocimiento a priori,

    nacido de ella.

    Aclarado esto, Kant considera que puede extraer esas otras nuevas consecuencias. Señala, entonces, que

    esta conciencia trascendental que se ha puesto al descubierto, no se agota en la mera posibilidad de

    acompañar a cada representación con la conciencia "yo pienso", ni siquiera en el caso de que esa conciencia

    resulte ser idéntica, esto es, una y la misma. Pues para dar esa conciencia de unidad en el objeto y de

    identidad en el sujeto no basta el mero acompañamiento de conciencia. Esto último es una condición

    necesaria, pero no suficiente. La unidad, sea del lado del objeto, sea del lado del sujeto sólo la posibilita la

    conciencia de una síntesis, esto es, la conciencia de un acto de enlace. Es decir, para reconocernos a

    nosotros mismos como el mismo sujeto que piensa distintas representaciones, tenemos también que poder

     pensarlas juntas y por tanto combinarlas o enlazarlas entre sí en esa única conciencia. De manera que si

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    18/30

    18

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    ahora simplificamos en A, B, C, la designación a esas representaciones de rojo, suavidad/lisura y dulzura

    que hemos de pensar juntas para unificarlas en una manzana, se puede decir que saber de A, B y C como

    mis representaciones, supone saber de la relación de A con B, de A con C, de C con B, incluso si esa

    relación es la de exclusión. Es decir, en algún momento también sé que A se relaciona con B y con C, pero

    que lo hace de distinta manera con D-E-F, que forman otro complejo porque ese complejo es el delanaranjado, rugoso y ácido que constituye la naranja que está en la frutera al lado de la manzana. Pero para

    todo ello tuve que enlazar unas representaciones con otras y, por así decirlo, actuar su unificación. De

    manera que sólo en el proceso de unificar unas representaciones con otras y lograr la conciencia de unidad

    de un múltiple, surge asimismo la conciencia de la unidad que me constituye con identidad de sujeto. Como

    dice Kant:

    Así pues, sólo porque puedo enlazar en una conciencia  un múltiple de

    representaciones dadas, es posible que me represente la identidad de la

    conciencia en esas representaciones mismas8. (§ 16. B 133, Alfaguara 154-155, Porrúa 81

    c. 1, Colihue 203)

    Es decir, la condición necesaria y suficiente tanto de la identidad de conciencia como de la conciencia de

    unidad del objeto es una conciencia enlazante y sintética, no meramente una conciencia acompañante. Y

    dada esa identidad en un yo pienso, resulta ser una auto-conciencia.

    De manera nuevamente unificada, Kant expresa de este modo la nueva consecuencia alcanzada en § 16, B

    133-134, Alfaguara 154-155, Porrúa 81 c. 1-2, Colihue 203-204:

    A saber esa completa [durchgängige , mejor que “continua”, como traduce Morente]

    identidad de la apercepción de un múltiple dado en la intuición contiene

    una síntesis de las representaciones y no es posible sino por medio de la

    conciencia de esa síntesis. Pues la conciencia empírica, que acompaña a

    diferentes representaciones, es en sí dispersa y sin relación con la

    identidad del sujeto. Para que esa relación suceda no basta pues con que

    a cada representación acompañe yo conciencia, sino que he de añadir   una

    a la otra y ser consciente de la síntesis de las mismas. Así pues, sólo

    8  O como dice el pasaje paralelo de la primera edición: "Somos conscientes a priori de la completaidentidad del yo en relación con todas las representaciones que pueden pertenecer a

    nuestro conocimiento. Tal conciencia la consideramos como una necesaria condición de

    la posibilidad de todas las representaciones, ya que éstas sólo representan algo en mí

    en la medida en que forman parte, con todo lo demás de una misma conciencia y,

    consiguientemente han de poder estar, al menos dentro de ésta, ligadas entre sí."  (A116,Intentum 1, 45-46, Alfaguara, 143, Colihue 185) 

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    19/30

    19

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    porque puedo enlazar en una conciencia  un múltiple de representaciones

    dadas, es posible que me represente la identidad de la conciencia en

    esas representaciones mismas, es decir, que la unidad analítica de la

    apercepción no es posible sino presuponiendo alguna unidad sintética. El

    pensamiento siguiente: "estas representaciones dadas en la intuición me

    pertenecen todas", significa, según eso, tanto como: "las reúno en una

    autoconciencia o puedo, al menos, reunirlas". Y aunque no es todavía la

    conciencia de la síntesis de las representaciones, sin embargo,

    presupone la posibilidad de esta última, es decir, que sólo porque puedo

    comprender en una conciencia lo múltiple de las representaciones llamo a

    todas estas mis representaciones; pues si no, tendría un yo tan

    abigarrado y diferente, como representaciones tuviese conscientes

    [nuevamente, negación de la posición de Hume]. La unidad sintética de lo

    múltiple, como dada a priori [unidad sintética trascendental de la apercepción],

    es pues el fundamento de la identidad de la apercepción misma [unidad

    analítica de la apercepción], que precede a priori a todo mi pensamiento

    determinado [conciencia empírica de tal o cual representación]. 

    Resumiendo, para llegar a probar la necesidad de la identidad de la conciencia, no basta la conciencia

    trascendental de la posibilidad de acompañar a todas y cada una de las representaciones con conciencia.

    Esta última conciencia trascendental constituye una unidad analítica,  en la medida que se trata delconcepto (yo pienso) que todo otro concepto supone y en el cual de alguna manera está contenido. 

    Esta conciencia trascendental acorde a su carácter trascendental es una condición necesaria, pero, como se

    dijo, no es todavía una condición suficiente. La identidad supone sintetizar un múltiple por actos de enlace

    de esa conciencia, que entonces constituye la unidad sintética  de la misma y que está en relación de

    fundamento con respecto a la unidad analítica. Por eso dice al finalizar este segundo párrafo del § 16 en B

    134-135, Alfaguara 155, Porrúa 81 c. 2, Colihue 204: 

    Mas el enlace no está en los objetos y no puede ser tomado de ellos, v.

    g. mediante la percepción, y recogido así en el entendimiento; sino que

    es obra del entendimiento, el cual no es más que la facultad de enlazar

    a priori y reducir  lo múltiple de representaciones dadas bajo  la unidad

    de la apercepción. Este principio es el más alto en todo el conocimiento

    humano.

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    20/30

    20

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    Esto que surge ahora como conclusión, era uno de los puntos que en el § 15 veíamos que se presentaba

    como programático: como el enlace no puede provenir de los objetos y no podemos ser afectados por algo

    como la "sensación" de la unidad, el enlace tiene que efectuarse. Tiene que ser una acción del

    entendimiento, por medio de sus funciones de unidad. De modo que, por otro lado, esta conciencia

    trascendental recién ahora se ha manifestado como una conciencia discursiva y sintética de manera justificada. Por tanto, sólo en este momento también ha quedado justificado lo que en la deducción

    metafísica o en la sección que presentaba el famoso "hilo conductor" sostenía todo el argumento: la

    aclaración del entendimiento como facultad de conocer por conceptos, esto es, de nuevo, como facultad

    discursiva, sintética y enlazante9. 

    Pero con esta convalidación de lo que el entendimiento es como poder activo de conocimiento se tienen ya

    también sentadas las bases para argumentar negativamente, que el entendimiento no puede entonces ser

    comprendido a la manera racionalista de una intuición intelectual o de un entendimiento intuitivo  que capta

    de una sola vez y de modo simple lo diverso o múltiple como uno. Pues de admitir esto — un entendimiento

    intuitivo — , lo único que queda es divinizar el entendimiento y esto equivale a renunciar a su evidente

    carácter finito.

    Con esto Kant sostiene también que hay una suerte de contradicción entonces en lo que de hecho plantea

    Descartes y que es ligar ese entendimiento intuitivo no obstante a una sensibilidad que no es más que

    entendimiento confuso. Eso es una suerte de inconsistencia, pues en tal caso se está sosteniendo, que sólo

    hay entendimiento, y que, por tanto, la sensibilidad no subsiste como propiamente tal; ella no es sensibilidad

    de modo propio, es entendimiento, sólo que confuso; está para confundir y no para aportar materia para elconocimiento. Tal vez de esa manera la posición racionalista dé cuenta de la finitud, pero no con la

     propiedad de la finitud que marca la sensibilidad. Pues ella no es propiamente la de la confusión, puesto

    que Kant ya ha mostrado que sobre la base de las intuiciones puras de la sensibilidad se construye el

     paradigma del conocimiento claro: el conocimiento matemático. La finitud que marca la sensibilidad es la

    finitud que deviene de carecer el sujeto de un otro que, por lo mismo, le debe ser dado. De manera que, o se

    renuncia por completo a la sensibilidad pues eso otro lo crea el propio entendimiento intuitivo desde su

     propio fondo, al igual que un entendimiento infinito divino. O se renuncia a la sensibilidad, porque aun

    cuando el entendimiento humano no pudiera crear la alteridad, ella le sería directamente conferida por el

    entendimiento propiamente infinito y divino. Sin embargo, Descartes y los racionalistas en general

    conservan la sensibilidad. Y si lo hacen es porque consistentemente tendrían que aceptar que ella es

    9  Así la unidad sintética de la apercepción es el punto más alto de donde ha desuspenderse todo uso del entendimiento y la lógica misma, y con ella la filosofía

    trascendental; es más, aquella facultad es el entendimiento mismo . (§ 16, B 134, nota, Alfaguara155 nota k, Porrúa 81 c. 2 nota 12, Colihue nota 433)

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    21/30

    21

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    necesaria para aportar esa alteridad múltiple que a su vez exige un entendimiento propiamente discursivo y

    sintético para que la enlace en unidad. De allí la negación de esta concepción racionalista al final del § 16 

    en B 134, Porrúa 81-82, Alfaguara 156, Colihue 204-205: 

    Este principio, empero, de la necesaria unidad de la apercepción, aunque

    es idéntico y, por tanto, proposición analítica10, declara sin embargo

    necesaria una síntesis de lo múltiple dado en una intuición, sin cuya

    síntesis no puede ser pensada aquella completa identidad de la

    autoconciencia. Pues por medio del yo como representación simple, nada

    múltiple es dado; éste no puede ser dado más que en la intuición, que es

    diferente del yo, y sólo por medio de un enlace  puede ser pensado en

    una conciencia. Un entendimiento en el cual todo lo múltiple fuese dado,

    a la vez, mediante la autoconciencia, intuiría; el nuestro sólo puede

     pensar y tiene que buscar la intuición en los sentidos. Soy pues

    consciente del yo idéntico, con respecto a lo múltiple de las

    representaciones, dadas a mí en una intuición, porque a todas ellas llamo

    mis representaciones que constituyen una sola. Mas esto significa que

    soy consciente a priori de una síntesis necesaria de las mismas, que

    se llama la unidad sintética originaria de la apercepción, bajo la cual

    están todas las representaciones dadas a mí, pero bajo la cual también

    tienen ellas que ser reducidas por medio de una síntesis11. 

    10 En A 117, Kant hace la afirmación contraria, y declara sintético también al principio de la apercepción. Sin embargo en laedición de 1787, tanto aquí como en B 138, § 17, la proposición es declarada analítica, y conviene para entender la razón de ello,tener en cuenta la explicación que Kant da en ese último pasaje. De ella se desprende que considera que tal proposición no dicemás que que "todas mis representaciones son mías" o que "yo soy yo".

    Esta última proposición misma es, como he dicho, analítica, aun cuando hace de la

    unidad sintética una condición de todo pensar; pues sólo dice que toda mis

    representaciones en cualquier intuición dada tiene que estar bajo la condición por

    la cual tan sólo puedo yo contarlas en la identidad de mí mismo como mis

    representaciones, y por tanto comprenderlas, bajo la expresión general: "yo pienso",

    como enlazadas sintéticamente en una apercepción. (§ 17, B 138, Porrúa 83 c. 1, Alfaguara 158,Colihue 206-207) 

    11 La misma idea se reitera hacia el final del § 17:

    "Mas este principio [de la unidad sintética originaria de la apercepción] no es sin embargo unprincipio para todo entendimiento posible en general, sino sólo para aquél, cuya

    pura apercepción en la representación: "yo soy" no proporciona nada múltiple. Aquel

    otro entendimiento, cuya autoconciencia proporcionase al mismo tiempo lo múltiple de

    la intuición, un entendimiento, por cuya representación existiesen al mismo tiempo

    los objetos de esa representación, no necesitaría acto alguno particular de síntesis

    de lo múltiple, para la unidad de la conciencia. Pero el entendimiento humano

    necesita ese acto [de síntesis de lo múltiple] porque piensa solamente, y no intuye. Maspara el entendimiento humano es aquel principio inevitablemente el primero, de talmodo que el entendimiento humano no puede formarse el menor concepto de otro

    entendimiento posible, ya sea uno que intuya por sí mismo, ya sea uno que aunque

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    22/30

    22

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    Sobre la base de todo lo expuesto en el § 16, Kant puede pasar a argumentar positivamente en el § 17 que la

    unidad sintética de la autoconciencia es una unidad objetiva, como condición objetiva de todo

    conocimiento, esto es, es aquello que hace en principio que algo se constituya como objeto. Lo hace de una

    manera muy sencilla, incorporando la aclaración de este último término, el de objeto, que, de modo similar

    a como se presenta en Hume, en nada difiere de lo que inicialmente se había sostenido como percepción,impresión compleja, o unidad de algo múltiple. Para Kant, al  igual que la inicial referencia a una intuición

    como conciencia de un múltiple, el objeto ha de ser entendido del mismo modo, como conciencia de una

    unidad en la que se reúnen los múltiples elementos de una intuición dada. Y es esa equiparación la que

     permite ahora que el objeto, y ya no simplemente la intuición o la impresión compleja, se someta a las

    mismas condiciones de posibilidad que se fueron develando en el transcurso de la argumentación12.

    Entendimiento es, hablando en general, la facultad de los conocimientos.

    Estos consisten en la determinada referencia de las representaciones

    dadas a un objeto. Objeto  empero es aquello en cuyo concepto lo

    múltiple de una intuición dada es reunido. Ahora bien, toda unión de

    representaciones exige unidad de conciencia en la síntesis de las mismas

    provisto de intuición sensible la tenga de otra especie que la que se base en el

    espacio y el tiempo. (§ 17, B 138- 139 Alfaguara 158, Porrúa 83 c. 1-2, Colihue 207)En este tramo, Kant niega tanto la posibilidad de compartir un entendimiento divino, como de comprender cualquier otroentendimiento, no obstante, sintético, pero que pudiera requerir para ejercer su síntesis de intuiciones sensibles distintas de lahumana. Kant se dirigirá expresamente a negar esta otra posibilidad de compatibilizarse con un entendimiento discursivo nohumano en la segunda parte de la deducción en el § 23.

    12 Conforme a los pasajes iniciales de este § 17, si ahora entendemos el objeto como la unidad de algo múltiple, y ponemos primeroénfasis en esto último, es decir que en él se piensa algo múlti ple, sabemos por la Estética que este múltiple debe ser dado y queello tiene como condición de posibilidad las formas necesarias del darse, que son espacio y tiempo como formas puras de lasensibilidad. De allí estas expresiones:

    El principio supremo de la posibilidad de toda intuición con respecto a la

    sensibilidad, era, según la estética trascendental: que todo lo múltiple de aquélla

    se halla bajo las condiciones formales del espacio y del tiempo.  (§ 17, B 136, Porrúa 82 c. 1,Alfaguara 156, Colihue 205)

    Pero si ahora volvemos a la noción de objeto como conciencia de la unidad de algo múltiple enfatizando esa conciencia deunidad , la argumentación del parágrafo anterior, el § 16 acaba de enseñarnos que tiene como condición de posibilidad la unidadnecesaria de la autoconciencia, tanto en su acepción analítica, del yo pienso idéntico que debe acompañar y encontrarse presenteen cualquier otro concepto o representación que haga al múltiple reunido en ese objeto, cuanto en su acepción sintética, deenlazante necesario de esas múltiples representaciones. Y esa conciencia de unidad tiene en la autoconciencia su condición,

     principalmente en esta última significación de unidad sintética, porque ella es fundamento incluso de la unidad analítica. Es lo queexplicita la continuación del primer párrafo:

    El principio supremo de la misma [de la posibilidad de toda intuición] con respecto alentendimiento es: que todo lo múltiple de la intuición se halla bajo las condicionesde la unidad sintética originaria de la apercepción. Bajo el primero de estos

    principios [el de las condiciones formales de la sensibilidad, espacio y tiempo] están todas lasmúltiples representaciones de la intuición, por cuanto nos son dadas; y están bajo

    el segundo, por cuanto tienen que poder ser enlazadas en una conciencia; pues sin

    ésta nada puede ser pensado o conocido, porque las representaciones dadas no tienen

    en común el acto de la apercepción: "yo pienso", y no serían por él comprendidas en

    una autoconciencia. (§ 17, B 136-137, Porrúa 82 c. 1-2, Alfaguara 156-157, Colihue 205)

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    23/30

    23

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    [como se acaba de mostrar en el parágrafo anterior]. Consiguientemente, la unidad

    de la conciencia es lo que constituye la referencia  de las

    representaciones  a  un objeto, por tanto su validez objetiva y

    consiguientemente aquello por lo cual llegan a ser conocimientos y sobre

    lo cual descansa la posibilidad del entendimiento mismo. (§ 17. B 137, Porrúa 82

    c. 2, Alfaguara 157, Colihue 206)

    Al pensar al objeto como la conciencia de un múltiple o como “aquello en cuyo concepto lo múltiple de una

    intuición es reunido”, y al saber también que dicha conciencia es posibilitada por una unidad de conciencia

    sintética, esta unidad de conciencia sintética pasa a ser la condición de la objetividad, lo que da referencia

    objetiva unívoca, a lo que de otro modo quedaría como multiplicidad escindida. De allí también que ésta sea

    la mínima condición para que algo valga como un objeto y para que comience a pensarse en la posibilidad

    de una multiplicidad de conocimientos referidos a ese objeto. Por todo ello, en el párrafo siguiente, Kant

    declara inmediatamente como “objetiva” a la unidad sintética de la apercepción entendiendo por ello lo que

    ya muchas veces repitiéramos, esto es, la condición fundamental que hace de todo y cualquier objeto, un

    objeto, es decir, la unidad sintética de la apercepción es la condición de la objetividad de los objetos:

    […] La unidad sintética de la conciencia es pues una condición objetiva 

    de todo conocimiento; no que yo la necesite sólo para conocer un objeto,

    sino que es una condición bajo la cual tiene que estar toda intuición,

     para llegar a ser objeto para mí, porque de otro modo, y sin esa

    síntesis, lo múltiple no se uniría en una conciencia.  (§ 17, B 137-138, Porrúa 82-

    83, Alfaguara 157-158, Colihue 206)

    Lo que le resta a Kant por argumentar es que estando de este modo las representaciones sometidas a la

    unidad objetiva de la autoconciencia, lo están también a los elementos con los que opera esa autoconciencia

     para conferir la unidad, y que son las categorías. Es aquí donde tiene que introducir algo de aquellas

    consideraciones iniciales que lo llevaran en la deducción metafísica a ligar al entendimiento discursivo, en

    el orden de lo trascendental, a los conceptos puros que expresan los distintos modos de sintetizar intuiciones

     para reducirlas a un concepto de objeto, y en el orden de la lógica general, a los juicios en que se expresan

    esos enlaces sintéticos.

    Para ello Kant comienza esta vez por distinguir esa unidad objetiva de la autoconciencia o apercepción de

    una mera unidad subjetiva. Caracteriza a la unidad subjetiva como la unidad que toman los contenidos de

    las distintas representaciones, que se dan empírica y aleatoriamente, en ese suceder que constituye el sentido

    interno. De manera que al introducir esta distinción, Kant puede otra vez de manera negativa, rechazar que

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    24/30

    24

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    los nexos objetivos que necesariamente actualiza el entendimiento en su función de hacerse consciente de

    cualquier unidad, incluso la propia, sean del tipo de aquellos nexos asociativos empíricos de la imaginación

    que proponía Hume. En todo caso esos nexos asociativos valen para el contenido juzgado, pero no

    constituyen la unidad del juicio mismo en el que esos contenidos son expresados en enlace mutuo, ni la

    unidad de acción que permitió que se constituyeran en contenidos conscientes. De nuevo Kant aclara que loque está en cuestión no es lo que hace que asociemos manzana con rojo y dulce, sino qué es lo que hace que

    en cualquier caso pensemos en términos de predicados enlazados a un sujeto por la cópula “es”, en extender

    nuestros conocimientos en términos de “todos” o “algunos”, en asentir a algunos predicados o en negar

    otros.

    La unidad trascendental de la apercepción es la que une en un concepto

    del objeto todo lo múltiple dado en una intuición [Resultado del § 17]. Por

    eso llámase objetiva y debe distinguirse de la unida subjetiva de la

    conciencia, que es una determinación del sentido interno, por la cual

    lo múltiple de la intuición es dado empíricamente para aquel enlace. Que

    yo pueda empíricamente tener conciencia de lo múltiple como simultáneo

    o como sucesivo, es cosa que depende de circunstancias o condiciones

    empíricas. [Es decir, no está en cuestión qué está asociado con qué y de qué modo

    particular (por ejemplo, rojo con liso y dulce y no con rugoso y agrio), porque eso depende

    en todo o en parte de condiciones empíricas. Lo que está en cuestión es la necesidad de

    enlace en general y de enlaces en particular con vistas a la objetividad (por ejemplo, la

    necesidad de que sea liso o rugoso S es P, S no es Q]. Por eso la unidad empírica

    de la conciencia, por asociación de las representaciones, se refiere a un

    fenómeno y es enteramente contingente. En cambio, la forma pura de la

    intuición en el tiempo, como mera intuición en general, que contiene un

    múltiple dado, se halla bajo la unidad originaria de la conciencia,

    exclusivamente por la referencia necesaria de lo múltiple de la intuición

    a un yo pienso, y por lo tanto por la síntesis pura del entendimiento, la

    cual está a priori a la base de la empírica. Aquella unidad es la única

    objetivamente valedera;  la unidad empírica de la apercepción, que

    nosotros aquí no consideramos y que sólo es derivada in concreto de la

    primera, bajo condiciones dadas, no tiene más que una validez subjetiva.

    Unos enlazan la representación de cierta palabra con una cosa, otros con

    otra cosa; y la unidad de la conciencia, en aquello que es empírico, no

    es necesaria y universalmente valedera con respecto a lo que es dado. B

    139-140, Porrúa 83, c. 2, Alfaguara 158-159, Colihue 208.

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    25/30

    25

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    Aunque introducidas de esta manera nuevamente en polémica contra el empirismo, vemos entonces que

    esas expresiones de este § 18 y el posterior § 19 tienen una estrecha relación con las expresiones de la

    llamada "deducción metafísica". Veíamos que es allí donde Kant ya comienza a hablar de funciones que

     por un lado unifican conceptos y por otro unifican representaciones en la unidad de un objeto o fenómeno.Veíamos que es allí donde ya engloba a esas funciones, desde el punto de vista de la lógica general, bajo la

    denominación de “juicio”, entendiendo por ello la función de "unidad" para la unificación de

    conocimientos dados. Pero eso lo llevaba a suponer, además, una paralela función de unidad del

    entendimiento — como facultad de juzgar o de pensar  —  en tanto se lo podía comprender también como una

    facultad del conocimiento de objetos. Esa idea es la Ariadna que le tiende el hilo conductor para poder

    introducir, programáticamente, las categorías. Los juicios como diversas funciones de unidad en el pensar

    no pueden ser sino la forma de expresión de aquello que, como más básico y fundante, han de ser las

    diversas funciones con las que el mismo entendimiento confiere unidad al múltiple de representaciones en la

    conciencia de un objeto. Las categorías son conceptos de un objeto en general, pues son los conceptos que

    constituyen la objetividad como tal.

    Por ello, esto está en sintonía con el planteo kantiano en la deducción metafísica, en la medida en que

    también ahí se decía que la acción del entendimiento ha de verse desde una doble perspectiva. Por un

    lado, la acción del entendimiento se reduce a juzgar. Pero en todo juicio, además de poder quedar enlazadas

    las representaciones que hacen al contenido (especialmente empírico) de los mismos como conocimientos

     posibles del objeto (también empírico)  —  para el caso de la manzana, el rojo, la suavidad/lisura y la

    dulzura — , surge a la vez la conciencia del nexo que opera para hacer de eso conocimiento de un objeto. Esenexo o ese conjunto de nexos en definitiva será lo que constituya la objetividad misma del objeto. Pues, si

     bien la manzana puede presentar concretamente características distintas es decir estar pasada de madurez y

    no ser roja sino marrón (incluso ser verde si es de otra especie), y amarga (o ácida) en vez de dulce, el

    enlace que constituye el juicio se produce en cada caso según formas invariables que nacen desde la

    subjetividad misma y que indican que para conocer objetos enlazamos, por ejemplo, mediante la cópula "es"

    un sujeto con un predicado, o establecemos relaciones de fundamento a consecuencia, establecemos una

    cierta cantidad o afirmamos o negamos un grado de cualidad. No podemos en el juicio hacer uso de

    conceptos para conocer objetos, sin que el objeto conocido no quede determinado por los conceptos del

    acto de síntesis mismo que está a la base del juicio y que no son otros que las categorías. De allí la

    aclaración o definición de "categorías" que Kant nos adelantaba en los párrafos finales del § 14 en su

    versión de 1787 y que utilizará finalmente en el § 20 para completar el argumento:

    [L]as categorías  son conceptos de un objeto en general, por medio de

    los cuales la intuición de éste es considerada como determinada con

  • 8/20/2019 HFM 13 Kant complemento 2 Deducción trascendental

    26/30

    26

    HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA –  2013 –  Turno Mañana | Beatriz von Bilderling 

    respecto a una de las funciones lógicas en los juicios13. § 14, B 128, Porrúa

    79 c.1, Alfaguara 128, Colihue 199.

    De manera que pensando ahora que los conceptos puros del entendimiento son diversas expresiones de esa

    unidad objetiva que ha resultado legitimada en los §§ 16 y 17, Kant introduce el último paso para concluirque los objetos no sólo sólo pueden ser pensados o conocidos gracias a la unidad sintética de la

    autoconciencia, sino que también sólo pueden ser pensados o conocidos gracias a que la unidad sintética

    enlaza sus representaciones conforme a las diversas formas de unidad que constituye cada categoría y que

    encuentran en los juicios paralelas formas de expresión.

    Para ello Kant comienza por indicar que si se acepta que en el juicio se enlazan representaciones, ahora,

    conforme a lo sostenido en los parágrafos anteriores, se ha de admitir que el juicio es el medio por el cual

    las diversas representaciones son reducidas a la unidad de la autoconciencia. Si el juicio es el que enlaza,

     por ejemplo, rojo con liso, con dulce, con duro, en ese mismo enlace se está llevando a esas diversas

    representaciones a esa unidad de conciencia o unidad de acto que es una y la misma en la operación de los

    enlaces de unas representaciones con otras, pues ese es el presupuesto necesario de toda unidad de

    representaciones. En base a esto Kant se considera autorizado, desde la filosofía trascendental, y más

    específicamente, desde la lógica trascendental, a modificar la explicación tradicional de juicio  — o

    modificarla aún más, si es que reparáramos que en la "deducción metafísica" ya ha alterado dicha

    explicación. Puede modificar la caracterización del juicio como relación entre conceptos y sustituirla por

    una caracterización por la cual el juicio es el modo de reducir conocimientos dados a la unidad objetiva de

    la apercepción. Dice en el § 19 en los dos párrafos que lo constituyen y que se encuentran en B 140-142,Porrúa 84 cc. 1-2, Alfaguara 159-160, Colihue 209-210:

    Nunca ha podido satisfacerme la explicación que los lógicos dan del

    juicio en general. Según ellos dicen, es el juicio la representación de

    una relación entre dos conceptos. Sin disputar aquí con ellos acerca del

    defecto de su explicación, que en todo caso, conviene sólo a los juicios

    categóricos, y no a los hipotéticos y disyuntivos (estos últimos no

    contienen una relación entre conceptos, sino entre juicios), hago notar

    13  Tras la definición Kant da el siguiente ejemplo: "Así la función del juicio categórico es la de larelación del sujeto con el predicado, v. g., todos los cuerpos son divisibles. Mas con

    respecto al uso meramente lógico del entendimiento, qu