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Volumen 15 • Número 1 Enero-Abril 2012
ISSN: 1575-4847
Volumen 15 • Número 1 Enero-Abril 2012
ISSN: 1575-4847
• Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie.Reducacion of the control postural in standing across to the foot.Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías Cruces
• Fisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisiónbibliográfica. Physiotherapy in hip fracture surgery in the elderly. Literature review.E. Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina Higuera
• Ejercicio físico en la Esclerosis Lateral Amiotrófica.Exercise in Amyotrophic Lateral Sclerosis.Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-Jaén
• Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador ySindrome de Rozamiento Subacromial.Cientific evidences about Fisiotherapy in Rotator cuff Tendonitis and InpingementSyndrome.Isabel Vilar Gálvez
LA NUEVA GENERACIÓN EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
El perfil de los fisioterapeutas que trabajan en la administración pública ha cambiado desde que comenzaransu andadura los primeros fisioterapeutas, que se iniciaron como una especialidad de enfermería. Quizás hayamosperdido mucho al desligarnos de la enfermería y emanciparnos como una carrera propia, ya que nuestrarepresentación en todas las negociaciones es escasa o nula, por no decir de las controversias en el uso de agujasde acupuntura para diferentes técnicas como punción seca, EPI, acupuntura, etc.
El caso es que, aquellos fisioterapeutas, pudieron tener una estabilidad laboral a corto-medio plazo (en sumayoría), ya que, al ser pocos, la lucha en las oposiciones era menor y la bolsa de trabajo se movía mucho. Lamayoría tenían, y tienen, clínicas propias donde continúan desarrollando su labor profesional en el ámbito privado;ya que la demanda al inicio iba creciendo y los fisioterapeutas no eran muchos.
En la actualidad la mayoría de los fisioterapeutas que trabajan en la administración pública no obtienenestabilidad laboral a corto-medio plazo, la mayoría encadenan contratos eventuales que, en muchas ocasiones, laadministración se resiste a convertir en interinidades. Además estos fisioterapeutas deben luchar muy duro porintentar sacar una plaza en oposición, puesto que la competencia es amplia y fuerte. Un detalle a tener en cuentaes que, en su mayoría, sólo trabajan para la administración pública, lo que disipa cualquier conflicto de interesesque sí tienen (o pueden tener) los profesionales sanitarios que tienen empresa propia y que desarrollan su laborcomo sanitarios también en el ámbito privado. Pero esta generación, que decide apostar sus cartas a una inciertasanidad pública, no deja de formarse, aunque sólo pueda desarrollar lo nuevo aprendido en un ámbito en el queno van a sacar un rendimiento económico del nuevo conocimiento adquirido.
En este momento en el que tantos fisioterapeutas deciden cursar otras carreras para intentar tener un porvenirprofesional, o para mejorar su presente, sigue existiendo una vocación por hacer las cosas bien hechas aún noobteniendo ningún beneficio económico a determinados esfuerzos.
Precisamente ahora el sistema público tiende a naufragar porque no le dejan otra opción, porque, me atrevo adecir, que los trabajadores del mismo no son el problema, ya que la tendencia es a trabajar en exclusividad parala administración, con más precariedad en los contratos y con mejor formación. Pero los intereses económicosderivados de las posibles privatizaciones harán sombra al esfuerzo de tanta gente que día a día da lo mejor en sutrabajo, aunque los llamen, a veces con desprecio: funcionarios.
Esther García Delgado
Editorial
2 Fisioter calid vida.2012;15(1)
3Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
D. Pedro Marín Carratalá. Murcia (España).
D. Antonio T. Ríos Cortés. Murcia (España).
Dª. Mª Eulalia Martínez Fernández. Murcia (España).
D. Alejandro Garrido Vallés. Murcia (España).
D. Victor Jiménez Ruiz. Murcia (España).
D. César Fernández de las Peñas. Madrid (España).
D. Jaime Espinosa Carrasco. Murcia (España).
D. Fulgencio Buendía López. Murcia (España).
D. Javier Meroño Gallut. Murcia (España).
D. José Manuel Ortiz Marín. Murcia (España).
D. Juan Martínez Fuentes. Murcia (España).
Dª. María Antonia Murcia González. Murcia (España).
D. Adalbert I. Kapandji. París (Francia).
D. Ángel Martínez Carrasco. Murcia (España).
D. Antón De Wijer. Utrecht (Holanda).
Dª. Antonia Jiménez Conesa. Murcia (España).
Dª. Carolina Vázquez Villa. Murcia (España).
Dª. Cristina Aramburu de Vega. Valencia (España).
D. David G. Simons. Covington (EEUU).
D. Diego Albaladejo Monreal. Murcia (España).
D. Francisco Checa Olmos. Almería (España).
D. Francisco Javier Jimeno Serrano. Murcia (España).
D. Gary Heir. New Jersey (EEUU).
D. Iban Arrien Celaya. Pais Vasco (España).
D. José Luis García Madrid. Murcia (España).
D. Joseph Benítez Martínez. Valencia (España).
D. Jorge Rodrigo Rodríguez. Madrid (España).
D. Juan Antonio Montaño Munuera. Murcia (España).
D. Julián Maya Martín. Sevilla (España).
D. Leon Chaitow. Inglaterra (Gran Bretaña).
D. Leopold Busquet. Pau (Francia).
D. Marc Van Zuilen. Madrid (España).
D. Manuel Albornoz Cabello. Sevilla (España).
D. Manuel Valls Barberá. Valencia (España).
D. Mariano Martínez González. Murcia (España).
Dª. Michèle Esnault. (Francia).
D. Orlando Mayoral del Moral. Toledo. (España).
D. Rafael Aleixandre Benavent. Valencia (España).
D. Robert Gerwing. Bethesda, Maryland. (EEUU).
D. Tomás Alías Aguiló. Islas Baleares (España).
D. Víctor Zamora Conesa. Murcia (España).
D. Victorino de la Fuente Crespo. Madrid (España).
D. José Luis de la Hoz Aizpurua. Madrid (España).
D. Andrzej Pilat. (Venezuela).
D. Mariano Rocabado Seaton. Santiago de Chile (Chile)
D. Juan Madrid Conesa. Mucia (España)
D. Francisco Checa Olmos. Almería (España)
D. Nils Ove Andersson Silva. (España)
DIRECCIÓN EDITORIAL
Dña. Esther García Delgado Murcia (España)
SUBDIRECCIÓND. Antonio Tomás Ríos Cortés. Murcia (España)
COORDINADOR
D. Francisco Ruiz Salmerón. Murcia (España)
Revista de Fisioterapia y Calidad de Vida
Comité de Redacción
Comité de Científico
4 Fisioter calid vida.2012;15(1)
FE DE ERRATAS: Por error no se habían incluido entre los nombres del Comité Científico a: D. Ángel Martínez Carrasco, D. Mariano Martínez González, D. Francisco Javier Jimeno Serrano, D. Víctor Zamora Conesa, Dña. Antonia Gómez Conesa y D. Juan Antonio Montaño Munuera.
5Fisioter calid vida.2012;15(1)
• Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie.Reducacion of the control postural in standing across to the foot . --------------------------------6Beatriz María Mula Melenchón y María José Macias Cruces
• Fisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano.Revisión bibliográfica. Physiotherapy in hip fracture surgery in the elderly. Literature review.--------------------------14Elena Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina Higuera
• Ejercicio físico en la Esclerosis Lateral Amiotrófica.Exercise in Amyotrophic Lateral Sclerosis. --------------------------------------------------------------20Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-Jaén
• Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador ySindrome de Rozamiento Subacromial.Cientific evidences about Fisiotherapy in Rotator cuff Tendonitis and InpingementSyndrome ----------------------------------------------------------------------------------------------------28Isabel Vilar Gálvez
• Normas generales para la presentación de artículos científicos originales. --------------38
Preimpresión e Impresión: LIBECROM, S.A.. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitidade ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de recuperación de almacenaje deinformación, sin la autorización por escrito del titular del Copyright. Periodicidad trimestral. Depósito Legal: M-41050-1998. ISSN: 1575-4847
EDITAN: Colegio de Fisioterapeutas de la Región de Murcia, Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana, Colegio de Fisioterapeutas del País Vascoy Colegio de Fisioterapeutas de Castilla La Mancha. © Copyright 2008. Colegios de Fisioterapeutas.
Sumario
RESUMEN Normalmente concebimos el cuerpo humano y sus
estructuras de modo aislado, error que no se debe
cometer en el análisis del control postural de la
bipedestación, donde vemos que intervienen musculatura
como: abductor del V dedo, interóseos plantares y
dorsales, tríceps sural, isquiosurales, multífidos,
isquiococcigeos y elevador del ano. Observamos tras la
revisión bibliográfica realizada en las bases de datos
Pubmed, Souchard, Sutherland, Busquet y GDS,
diferencias que muestran los diferentes autores en cuanto
a la responsabilidad de dichos músculos en el control
postural. Pero es clara la importancia del pie y sus
estrechas relaciones con el sistema vestibular que
transfiere el estimulo a la musculatura estática que busca
la extensión de nuestro cuerpo.
Objetivos: Evaluar si existen cambios morfológicos del
apoyo plantar y de la estática tras la realización del
tratamiento propuesto.
Material y método: En una muestra de 15 personas se
realizará los siguientes procedimientos: 1) firma del
consentimiento informado, 2) formalización de la historia
clínica basada en el ICF, 3) marcación de los puntos de
referencia cineantropométricos para la posterior
medición, 4) realización de la fotografía en el plano
sagital, 5) toma de muestra del apoyo plantar, 6)
realización del tratamiento, 7) repetición de los pasos 4 y
5. Todas las imágenes serán tratadas a través del
programa de análisis de imagen Image J v.1.36. y se
realizara una comparativa de los datos obtenidos previa y
posteriormente a la intervención terapéutica.
Conclusiones: El tratamiento fisioterápico del pie, según
el concepto Bobath, mejora el equilibrio. Podemos intuir
la eficacia de dicho tratamiento sobre todo en persona
con el pie cavo.
Palabras claves: Equilibrio postural, extremidad inferior,
pie, fisioterapia, fotografía.
Beatriz María Mula Melenchón.Fisioterapeuta del Hospital Virgen del Alcázar en Lorca.María José Macías CrucesFisioterapeuta del Centro de Fisioterapia y Rehabilitación Physios en Estepona (Málaga).Dirección para correspondencia:Beatriz María Mula Melenchón.C/ Eulogio Periago nº 11 - 30800 Lorca (Murcia)Teléfono: 669 58 48 91 - E-mail:[email protected]
Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie.
Reducacion of the control postural in standing across to the foot.
6 Fisioter calid vida.2012;15(1)
7Fisioter calid vida.2012;15(1)
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías Cruces Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie
ABSTRACT
Normally we conceived the human body and its structures
of isolated way, error that is not due to commit in the
analysis of the postural control of the bipedestación,
where we see that they take part musculature like:
abductor of the V plantar and dorsal, triceps sural,
isquiosurales finger, interóeos, multífidos, isquiococcigeos
and elevating of the anus. We observed after the
bibliography revision made in the data bases Pubmed,
Souchard, Sutherland, Busquet and GDS, differences that
show the different authors as far as the responsibility from
these muscles in the postural control. But importance of
the foot and its narrow relations with the system of
vestibular that it transfers I stimulate to the static muscle
that looks for the extension of our body. OBJECTIVE: To
evaluate if morphologic changes of the plantar support
and statics exist after the accomplishment of the proposed
treatment. MATERIALS And METHODS: In a sample of 15
people it will be made the following procedures: 1)
company/signature of the informed consent, 2)
formalization of the clinical history based on the ICF, 3)
bearing of the cineantropometricos datum points for the
later measurement, 4) accomplishment of the photograph
in the saggital plane, 5) taking of sample of the plantar
support, 6) accomplishment of the treatment, 7) repetition
of steps 4 and 5. All the images will be treated through
proceeds of image analysis image J v.1.36. and a
comparative one of the data collected previously and to
the therapeutic intervention was made later.
Key words: Postural balance, Lower extremity, foot,
physical therapy, photography.
Conclusions: The treatment of Physical therapy of the foot,
according to the concept Bobath, improves the balance.
We can feel the efficiency of the above mentioned
treatment especially in person with the high instep.
INTRODUCCIÓNEl cuerpo humano y su postura, se interrelaciona a través de
las cadenas musculares y su funcionalidad viene descrita
por el tipo de fibras que las compone. Nos vamos a centrar
en la descripción de los músculos, que en las referencias
bibliográficas consultadas nos marcan una importancia
clara en el control postural y sobre los que aplicaremos la
propuesta terapéutica: abductor del V dedo, interóseos
plantares y dorsales, tríceps sural, sóleo, bíceps femoral,
semitendinoso, semimembranoso, multífidos, coccígeo,
elevador del ano, pubococcigeo, iliococcigeo (1).
Podemos mencionar que hay discrepancias entre la teoría
propuesta por diferentes autores. Bousquet nos divide entre
cadena anterior dinámica donde nos incluye el
semimembranoso y cadena anterior estática de flexión
donde nos incluye el suelo pélvico, y en cadena posterior
estática de extensión a los multífidos y en la dinámica
interóseos y sóleo. En las cadenas cruzadas nos incluye al
suelo pélvico y en la lateral estática la fascia plantar (2).
Souchard lo divide en cadena anterior estática: soleo-
gemelos, semimembranos, semitendinoso y multifidos,
mientras que en cadena posterior estática incluye a soleo,
gemelos, semimembranoso, semitendinoso y multífidos (3).
Es importante conocer el tipo de fibra que poseen los
músculos, atendiendo a que podemos diferenciar fibras
blancas tipo I (gruesas y rápidas), también denominadas FT,
que actúan en los casos en que se exige un rendimiento
rápido e intenso del músculo, donde incluimos a los
gemelos ó fibras rojas o tipo II (finas y lentas), que actúan
cuando el músculo trabaja con poca intensidad como por
ejemplo el soleo, los isquiosurales y multífidos.
Además debemos mencionar que el enderezamiento de la
columna dorsal se realiza a través del diafragma que se
encarga de la extensión de las tres primeras vértebras
lumbares mientras que el epiespinoso tiende a cifosar
dichas vértebras.
La estática posterior del tronco va a depender del:
esqueleto, fascia posterior, presión intra-torácica e intra-
abdominal. El enderezamiento de la columna lumbar lo
realizan las fibras oblicuas del cuadrado lumbar a partir de
sus puntos fijos de insercción (torácico e iliaco). El
autocrecimiento provoca una disminución de las curvas
cervicales y lumbares, y un enderezamiento de la zona
dorsal. El sistema de autocrecimiento se organiza a partir de
los ligamentos cervicales posteriores, aponeurosis dorsal y
lumbar. El cráneo, tórax y pelvis se convierten en zonas de
fijación. Cuanto más erguidos estemos más precario será el
equilibrio (4).
Para entender la transmisión de la información desde los
receptores al sistema nervioso central debemos además
conocer qué sistemas controlan la postura:
Si atendemos a los sistemas descendientes podemos dividir
los mismos en ventromediales y dorsolaterales. Dentro de
los ventromediales que son los que controlan la postura,
nos encontramos con el sistema vestíbulo-espinal,
especialmente conectado con los estímulos llegados desde
el pie, a través de los receptores de tacto y de presión, que
interrelacionan las grandes articulaciones del miembro
inferior y dan un estímulo de extensión anti-gravitatoria al
tronco, vehiculizado por receptores como los
graviceptores, presentes en las vísceras del abdomen.
También encontramos el tracto retículoespinal
protuberancial y así como el tectoespinal. Dentro de los
sistemas dorso laterales encontramos el rubroespinal,
corticoespinal y tracto retículoespinal bulbar.
El sistema vestibular recibe aferencias desde los
propioceptores, visión y cerebelo, que envían la
información a los núcleos vestibulares que la integran para
producir una adaptación postural automática.
Emite del mismo modo eferencias a través del tracto medial,
excitando motoneuronas del cuello y del tronco superior, y
del tracto lateral, excitando motoneuronas de músculos
extensores e inhibiendo las de los músculos flexores (5).
En función del predominio de la cadena muscular
encontrada en el paciente observaremos diferentes huellas
plantares como puede ser la normal, cavo (en sus tres
grados) y plano (6).
En nuestro estudio hemos utilizado el fotopodograma para
obtener la huella plantar estática, que nos va a proporcionar
una imagen con contornos bien marcados, que nos dará la
posibilidad de hacer una medición precisa a la hora de
determinar los datos a valorar en cuanto a morfología,
modificación de áreas, etc.
OBJETIVOS:
-Mejorar el equilibrio utilizando el tratamiento fisioterápico
del pie propuesto por el concepto Bobath.
- Verificar la eficacia de dicho tratamiento en personas con
el pie cavo.
MATERIAL Y MÉTODO
El material empleado en el desarrollo de este estudio fue el
siguiente:
- Báscula para pesar a los participantes.
- Cinta métrica.
- Liquido fijador y revelador.
- Agua.
- Papel fotográfico de fibra mate.
Tomamos una muestra de 15 adultos (9 mujeres y 6
hombres), todos ellos estudiantes universitarios, con un
rango de edad entre los 20 y 32 años.
Hemos realizado una toma de datos cumplimentando la
historia clínica del participante utilizando el cuestionario
8 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
9Fisioter calid vida.2012;15(1)
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías Cruces Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie
CIF (clasificación internacional de la funcionalidad), con
firma previa del consentimiento informado.
Para calcular el IMC (índice de masa corporal) pesamos a
cada uno de los participantes y seguidamente lo medimos.
A continuación realizamos el test de equilibrio monopodal
sin visión para la cual colocamos inicialmente a cada
participante sobre suelo firme colocando la pierna sin
apoyo en flexión de 90º de rodilla, las piernas en ligera
abducción y los brazos a lo largo del cuerpo (Figura 1 y 2).
Valoramos durante 30 segundos cada pie parando el
cronómetro en cada fallo para pedirle al participante que se
coloque nuevamente en la posición de partida.
Consideramos como fallos el contacto entre ambas pierna,
separación de los brazos así como tocar el suelo con el
miembro inferior levantado. Después realizamos la misma
secuencia sobre una espuma de densidad media para
limitar así el componente propioceptivo.
Seguidamente realizamos el fotopodograma del pie que
hubiera tenido más fallos durante el test de equilibrio
monopodal sin visión sobre suelo firme (7). El pie indicado
se impregna con líquido revelador mediante una gasa,
colocamos una hoja de papel fotográfico sobre el suelo
firme y a continuación situamos el pie del participante
sobre la misma con un apoyo monopodal y flexión de 90º
de rodilla de la pierna que no apoya, permitiéndole apoyar
los miembros superiores sobre una superficie estable.
Mantenemos la posición durante un minuto, y a
continuación se sienta apoyando el miembro inferior que se
encontraba en flexión y sin despegar el que esta apoyado
sobre el papel fotográfico (8). Una vez sentado ayudamos a
retirar el pie del papel. Acto seguido introducimos el papel
en una cubeta con líquido fijador durante 30 segundos y
posteriormente en otra cubeta con agua para neutralizar la
imagen. Una vez obtenida el dibujo de la huella plantar,
dejamos secar en un lugar oscuro.
Seguidamente procedemos al tratamiento del pie valorado
para lo cuál utilizamos el tratamiento del pie propuesto por
el concepto Bobath, insistiendo en dar una buena longitud
al tríceps sural (Figura 3) que es el encargado de
proporcionar una buena flexión dorsal. Elongamos la fascia
plantar llevando el pie a la máxima eversión que nos
ayudará a la aparición de los extensores de los dedos y a
mejorar la alineación de todas las grandes articulaciones
*Figura 1: Test de equilibriomonopodal sin visión.
*Figura 2: Test de equilibriomonopodal sin visión.
*Figura 3: Colocación del liquido revelador.
del miembro inferior, inhibiendo a los flexores de los dedos
y la musculatura que acorta el arco longitudinal de la
bóveda plantar (9). (Figura 4 y 5).
Realizamos una facilitación específica del abductor del V
dedo, buscando una eversión y un aumento del arco
transversal del arco de la bóveda (Figura 6).
Por último realizamos una facilitación de los músculos
intrínsecos antes descritos y la movilización de los
metatarsianos y dedos (Figura 7).
Buscamos aumentar la receptividad de las estructuras y
receptores que nos muestran cómo está nuestro pie en todo
momento.
Después del tratamiento se realiza nuevamente el
fotopodograma y el test de equilibrio monopodal sin visión
del pie tratado. Las valoraciones así como el tratamiento
fueron realizados cada uno de ellos por la misma persona,
intentando minimizar los sesgos interobservador.
Una vez finalizadas todas las exploraciones los
fotopodogramas fueron escaneados, a 600 puntos por
pulgada y tratados posteriormente con programas de
edición de imagen para determinar las líneas que nos
permitirán el cálculo del Índice del arco (Arch Index), así
como las áreas de los dedos y de la huella plantar, para lo
cuál empleamos el programa Image J.
Para el posterior análisis
estadístico empleamos el
programa SPSS versión
12.01.
El índice de arco lo hallamos
marcando dos líneas
paralelas; una en el punto
más posterior del talón y otra
en la parte más anterior del
antepié. Después dividimos
la distancia en tres partes
iguales, lo cuál determinó el antepié (A), mediopié (B) y
retropié (C) (10). (Figura 8).
Calculamos el área de cada una de estas partes con el
programa Image J y realizamos el cálculo del índice de
arco, para determinar el tipo de pie que poseen los
participantes.
Hemos realizado una búsqueda de información en las bases
de datos de Pubmed , EBSCO, artículos científicos y varias
revistas electrónicas a través de DOYMA, con las palabras
claves y con los descriptores: Postural balance, Lower
extremity, foot, physical therapy, photography.
10 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
*Figura 4: Realización delfotopodograma del pie a tratar.
*Figura 5: Obtención de lahuella plantar.
*Figura 6: Tratamiento del piesegún el concepto Bobath.
*Figura 7: Elongación del Tricepssural.
*Figura 8: Elongación de la fasciaplantar.
11Fisioter calid vida.2012;15(1)
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías Cruces Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie
RESULTADOS
Los resultados obtenidos se basan en los siguientes datos:
La muestra es de 15 participantes, de edad comprendida
entre 20 y 32 años, talla media (m) de 1,68, peso medio
(Kg) de 61,86 e IMC medio de 21,72.
Aplicamos un test no paramétrico porque el valor
muestral es pequeño, cuyos cálculos no se basan en
valores medios sino en ordenaciones (mediana).
Empleamos la prueba de Wilcoxon para dos muestras
relacionadas (esto quiere decir que la prueba compara en
cada individuo el valor antes y después del tratamiento).
Tanto para el test en suelo como el test en espuma, como
podemos observar en la tabla 1 y gráfico 1.
Observamos que existen diferencias en el test de
equilibrio monopodal sin visión realizado antes del
tratamiento y después, obteniendo mejores resultados
tras el mismo.
En la tabla 2 mostramos los datos estadísticos
de contraste.
Como se observa en la última fila, no existen diferencias
significativas para ninguna de las parejas estudiadas, ya
que el valor de p≥0.05, al igual que hemos visto en la
tabla anterior.
No existen diferencias significativas ya que p=0.715
*Figura 9: Eversión del pie.
Gráfico 1: Resultado de las pruebas del test de equilibrio monopodalsin visión antes y después del tratamiento.
Tabla 1: Resultado de las pruebas del test de equilibrio monopodal sinvisión antes y después del tratamiento.
Tabla 2: Resultados comparativos del test de equilibrio monopodalantes y después del tratamiento sobre suelo firme y espuma.
Tabla 3: Resultados estadísticos de contraste de los diferentes dedosdel pie tratado.
Tabla 4: Estadísticos de contraste del índice plantar.
antes y después en el índice plantar.
Cuando comparamos las áreas tanto de los dedos como
del antepié, mediopié y retropié antes y después del
tratamiento y con los datos obtenidos podemos afirmar
que no existen diferencias significativas.
Por ello cuando calculamos
el índice de arco, no existen
igualmente diferencias
significativas en el pie
tratado antes y después.
La variable del índice
plantar es igual al área del
medio pie (B), dividido por
la suma de las áreas del
antepie (A), mediopie (B) y
retropié (C), y la hemos
categorizado en tres tipos de pie para comparar por
último si existen diferencias en los test de equilibrio según
el tipo de pie, obteniendo los siguientes resultados.
Realizamos la prueba de Wilcoxon relacionando el tipo
de pie, y comprobamos que para los pies planos (5
sujetos) no hubo diferencias significativas para los pies
normales (4 sujetos) no hubo diferencias significativas,
pero para los pies cavos (6 sujetos) hubo diferencias en la
primera pareja (en la variable test equilibrio en suelo
antes y después) (11).
DISCUSIÓN
Es cierto que nuestros datos no podemos compararlos con
ningún otro autor, ya que no hemos obtenido en la
búsqueda bibliográfica ningún artículo científico, ni
monografía que hayan empleado ni el mismo método ni
12 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
Gráfico 2: Tipos de pie.
Tabla 5
Tabla 6: Resultados estadísticos del test de equilibrio monopodal sinvisión antes y después del tratamiento sobre suelo y espuma según eltipo de pie.
*Figura 10: Facilitación del Abductor de V dedo.
Figura 12: Fotopodograma. Figura 13: Índice del arco plantar.
*Figura 11: Facilitación de lamusculatura intrínseca del pie ymovilización de los dedos ymetatarsianos.
13Fisioter calid vida.2012;15(1)
Beatriz María Mula Melenchón y María José Macías Cruces Reeducación del control postural en bipedestación a través del pie
la estrategia terapéutica empleada.
Sólo en algunas referencias observamos como algunos
autores relacionan la mejora del equilibrio tras el
tratamiento fisioterápico a nivel del pie, aun sólo
habiendo observado que éstos realizan estudios respecto
a los estiramientos del tríceps sural (Avela, 2004) (12).
Si existen publicaciones que ponen en relación la
arquitectura plantar con la diferencia en la orientación y
en el movimiento del centro de masas (Wounds, 2000), el
cuál no es uno de los propósitos de nuestro estudio.
Kavounoudias (2001) muestra la importancia en el control
postural del tibial anterior y el sóleo, pero olvida
categóricamente la musculatura intrínseca del pie, que
tiene una importancia clave, en el control postural (13).
Por último reseñar la existencia de gran cantidad de
sistemas de valoración, por lo general de alto coste, que
tienden a objetivar tanto los apoyos, áreas y que observan
al pie en movimiento, pero olvidando qué es lo que está
sucediendo de los pies hacia arriba.
CONCLUSIONES
Tras el estudio llevado acabo durante estos últimos meses
y su puesta en práctica, podemos concluir que se puede
mejorar el equilibrio aplicando el tratamiento
fisioterápico del pie según el concepto Bobath, sobre todo
en aquellas personas que poseen un pie cavo, mientras
que en pies planos y normales no obtenemos diferencias
significativas.
Este estudio lo hemos realizados en personas que no
poseían ningún tipo de patologías en los miembros
inferiores y observando los resultados, nos anima a seguir
por este camino de trabajo, siendo una de nuestras metas
realizar dicho estudio en personas con patologías.
AGRADECIMIENTOS.
A Juan Carlos Bonita Gadella, profesor de la Universidad
Católica de San Antonio de Murcia, por su colaboración
y apoyo en la realización de este trabajo.
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Fisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisión bibliográfica.
Physiotherapy in hip fracture surgery in the elderly. Literature review.
14 Fisioter calid vida.2012;15(1)
RESUMEN
Introducción. Las fracturas de la articulación de la cadera
en la tercera edad pueden conllevar un importante declive
en la capacidad funcional, autonomía, calidad de vida,
pérdida de movilidad e incapacidad en actividades
cotidianas. El tipo de cirugía depende del estado físico,
estado mental y la existencia de patología ósea o articular
previa, si bien las técnicas y objetivos fisioterápicos son
similares en todas ellas. La edad tiene un efecto crítico en
los programas fisioterapéuticos en fractura de cadera en
ancianos, la cirugía se relaciona con menor tiempo de
hospitalización y descenso de morbilidad y mortalidad.
Objetivos. Determinar los objetivos de los programas de la
fisioterapia en estos pacientes, las técnicas empleadas y la
frecuencia y duración total de las sesiones de fisioterapia.
Resultados. El principal objetivo es la prevención de la
progresión de la incapacidad y recuperación de la
capacidad funcional previa a la fractura. Además se
pretende conseguir una movilidad independiente,
bipedestación y marcha segura, mejoría en función física,
fortalecimiento muscular y movilidad articular. Las técnicas
fisioterapéuticas varían en función del tipo de intervención
quirúrgica y el momento temporal. Deben estructurarse en:
fisioterapia pre y post quirúrgica. Las sesiones de
fisioterapia deben realizarse 5 días semanales, a razón de
una hora diaria, durante 6 meses. Conclusiones. El objetivo
principal es la prevención de la progresión de la
incapacidad y recuperación de la capacidad funcional
previa a la fractura. Las técnicas empleadas en fisioterapia
pre y post quirúrgica varían en función de tipo de cirugía y
el momento temporal, si bien deben realizarse una hora
diaria 5 días a la semana durante 6 meses.
Palabras clave. Fisioterapia, rehabilitación, anciano,
fractura, cadera.
ABSTRACT.
Introduction. Hip fractures in elderly patients can lead to a
significant decrease in functional capacity, quality of life,
autonomy, mobility decrease and disability in daily life
Elena Marqués Sulé.Fisioterapeuta.Emilia Andrea Medina Figuera.Fisioterapeuta.
Dirección para correspondencia:Elena Marqués SuléC/ En Sanz, 4. Valencia. 46001Teléfono: 961 14 25 84E-mail: [email protected]
15Fisioter calid vida.2012;15(1)
Elena Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina HigueraFisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisión bibliográfica.
activities. The type of surgery depends on the physical state,
mental state and the existence of prior bone or articular
pathology, while techniques and physiotherapeutic
objectives are similar in all of them. Age has a critical effect
on physiotherapeutic programs in hip fracture in elderly
people, surgery is associated with shorter hospitalization
and with a reduction of morbidity and mortality. Objective.
Determine the objectives of physiotherapeutic programs in
these patients, which techniques are used and the
frequency and total duration of the sessions. Results. The
main objective is to prevent the progression of disability,
and to recover functional capacity there was prior to
fracture. It is also wanted to get independent mobility, safe
standing, improvement in physical function, muscle
strengthening and articular mobility. Physiotherapeutic
techniques vary depending on the type of surgical
intervention and the temporary moment. They must be
structured in: physiotherapy pre and post-surgical
intervention. Physiotherapeutic sessions must be done 5
days per week, one hour a day, for 6 months. Conclusions.
The main objective to prevent the progression of disability
and to recover functional capacity there was prior to
fracture. Techniques used in physical therapy pre and post-
surgical intervention vary according to the type of surgery
and the temporary time, but physiotherapy must be done
one hour a day, 5 days a week for 6 months.
Key words. Physiotherapy, rehabilitation, elderly, old,
fracture, hip, thigh.
especially in person with the high instep.
INTRODUCCIÓN.
Las fracturas de la articulación de la cadera son lesiones
comunes y con gran impacto en la tercera edad (1-3). En
España, el 90% de fracturas de cadera ocurren en ancianos
de más de 64 años de edad (4), la mayoría se producen en
ancianos de alrededor de 80 años(5), constituyen la primera
causa de ingresos y la mayor permanencia en hospitales en
la población anciana (5,6) y tienen un elevado coste
económico (7,8). Entre la población de la tercera edad, una
de cada tres mujeres y uno de cada seis hombres padecerán
una fractura de cadera (9) y un 20-30% de las personas
mayores con fractura de cadera muere en un año (10). La
fractura de cadera en el anciano puede conllevar un
importante declive en la capacidad funcional y autonomía
(11,12), pérdida de gran parte de la movilidad o incluso la
incapacidad de realizar tareas de la vida cotidiana (9,13) y
afectar de forma clara a su calidad de vida (2,14). Varios
estudios muestran que tras la fractura, la mayoría de
pacientes con fractura de cadera no recuperará la función
que tenía antes de la lesión y un 38-50% necesitará ayudas
para andar o no podrá caminar (3,14,15). Dos años tras la
fractura, los supervivientes tienen una probabilidad de tener
limitación de movilidad cuatro veces mayor que los de su
misma edad que no han sufrido fractura de cadera, y una
probabilidad más de dos veces mayor de ser
funcionalmente dependientes (10,16). Por todo ello cabe
resaltar la importancia relativa a un adecuado tratamiento
de este tipo de lesiones en la vejez.
Las fracturas de la articulación de la cadera pueden
clasificarse en intracapsulares y extracapsulares,
dependiendo del lugar de la fractura y en relación a la
inserción de la cápsula en la articulación de la cadera y la
parte proximal del fémur. La consideración quirúrgica
dependerá del estado físico del paciente anciano, estado
mental y la existencia de patología ósea o articular previa
(11). La técnica quirúrgica empleada por el cirujano
influirá, respecto a la fisioterapia, sobre todo en los tiempos
e intensidades de tratamiento (tiempo de hospitalización,
inicio de la deambulación, etc.), ya que las técnicas y
objetivos fisioterápicos son similares en todas ellas.
Actualmente, la mayoría de fracturas de cadera se tratan
mediante cirugía, que implica fijación interna donde se
encuentra la fractura mediante diversos implantes que
permiten conservar la cabeza del fémur o mediante el
reemplazo de ésta con una prótesis (5).
La fisioterapia adquiere gran importancia en el cuidado de
los pacientes de edad avanzada con fractura de cadera, no
obstante, la pluripatología que normalmente afecta a este
tipo de pacientes condiciona en algunos casos
complicaciones y problemas asociados a la edad (5,16) de
forma que los pacientes con comorbilidades, función física
deteriorada y bajas puntuaciones en las escalas mentales
previas a la lesión, obtienen resultados inferiores en el
programa de fractura de cadera en geriatría (7,12). La
morbilidad, movilidad, condiciones clínicas y capacidad
funcional son predictores del logro de la rehabilitación y
pueden ser usados como herramientas útiles para la
determinación del potencial, las necesidades y el programa
rehabilitador del paciente (9). La edad tiene un efecto
crítico en la planificación de patrones de rehabilitación de
fractura de cadera en pacientes de edad avanzada (12,17),
la operación realizada en pacientes mayores de 65 años se
relaciona con un menor tiempo de hospitalización y
descenso de la morbilidad y mortalidad (10) y las
complicaciones y readmisión hospitalaria no aumentan de
forma significativa(18).
Objetivos. En esta revisión se establecen como objetivos:
1. Determinar los objetivos de los programas de la
fisioterapia en la fractura de cadera intervenida
quirúrgicamente en el anciano.
2. Determinar las técnicas fisioterápicas empleadas,
frecuencia de realización de las sesiones y duración total
del programa.
MATERIAL Y MÉTODOS.
Se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos
Medline, Cochrane, PEDro-Physiotherapy evidence
database y Cochrane plus, así como en las revistas Free
Medical Journals (Age and ageing, The Gerontologist, The
journals of gerontology series A, Geriatrics y Physical
Therapy). Se emplearon las palabras clave: physiotherapy,
rehabilitation, elderly, old, fracture, hip, thigh, mediante el
uso de operadores booleanos. Se obtuvieron 18 artículos
que investigaran acerca de la fisioterapia en la fractura de
cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano.
RESULTADOS.
La rehabilitación tras una fractura de cadera pretende
restaurar y mejorar la movilidad articular (5) y ayuda a la
recuperación funcional, implica mejoría a nivel de
fortalecimiento muscular y función física (3). El principal
objetivo del tratamiento de la fractura de cadera es la
prevención de la progresión de la incapacidad y
recuperación de la capacidad funcional previa a la fractura
(1,13) y tras cirugía por fractura de cadera el objetivo es
conseguir que los pacientes se mantengan en pie de forma
segura y caminen (5).
Una vez el anciano ha sufrido una fractura de cadera,
corresponde tanto al hospital como al servicio de atención
primaria, servicios sociales y cuidadores proporcionar los
medios necesarios de cuidados y rehabilitación (6). Los
hospitales con mayores de 65 años ingresados por fractura
de cadera deben proporcionar programas formales de
fractura de cadera en ancianos que sean llevados a cabo
con un enfoque multidisciplinar y supervisados por un
equipo geriátrico (6,7,18). Se recomienda la aplicación de
un programa de rehabilitación especializada supervisada
por un geriatra, dentro de un equipo interdisciplinar e
incluyendo el tratamiento geriátrico desde el ingreso (5). El
tratamiento debe iniciarse cuando así lo indique el cirujano
y el médico rehabilitador, para coordinar el inicio del
tratamiento y la evolución (18).
Deben prevenirse las secuelas del encamamiento como
16 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
17Fisioter calid vida.2012;15(1)
Elena Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina HigueraFisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisión bibliográfica.
úlceras por decúbito, problemas venosos, complicaciones
respiratorias, infecciones urinarias, etc. por lo que es
necesaria la fisioterapia temprana en este tipo de pacientes,
que se asocia con un mayor porcentaje de retorno al estatus
residencial previo a la fractura (18). La movilización precoz
y la fisioterapia pre y post cirugía puede prevenir problemas
y complicaciones de tipo tensional, y trombótico venoso,
reducen complicaciones pulmonares y úlceras por
decúbito. Por tanto, está demostrado que el tratamiento
multidisciplinar en la fractura de cadera debe ser lo más
temprana posible (12,18) y si las condiciones médicas del
paciente lo permiten debe comenzarse a las 24 horas post
cirugía.
Los ejercicios deben ir encaminados a conseguir una
adecuada marcha y realización de las actividades de la vida
diaria (lavarse, vestirse, etc.), con el objetivo de conseguir
una movilidad independiente y la consiguiente
funcionalidad (2,11). El equilibrio y el modo de andar son
componentes esenciales de la movilidad y predictores útiles
en la consecución de la independencia funcional (9).
Asimismo, es importante trabajar la reeducación funcional
y el reentrenamiento al esfuerzo, así como conseguir que el
anciano genere confianza en su cadera y logre un
adecuado equilibrio que le permita realizar las actividades
cotidianas. Resulta útil la aplicación de escalas de
valoración de actividades de la vida diaria en los pacientes
con fractura de cadera para comprobar los cambios debidos
al tratamiento aplicado (7).
FISIOTERAPIA PRE QUIRÚRGICA:
Cabe tener en cuenta que es recomendable realizar una
fisioterapia pre-quirúrgica que incluya fisioterapia
respiratoria y desobstrucción bronquial (estimulación de la
actividad respiratoria normal para evitar complicaciones),
ejercicios para prevención de úlceras por decúbito (evitar la
inmovilidad), ejercicios preventivos de tromboflebitis y
embolia pulmonar (flexión de cadera y rodilla del lado
sano, isométricos de cuádriceps y glúteos, movilización
activa de tobillo y pie del lado lesionado), mantenimiento
de la fuerza muscular del lado sano mediante ejercicios
globales del miembro sano activos o contra resistencia con
repeticiones frecuentes y vigilancia de actitudes viciosas (5).
FISIOTERAPIA POST QUIRÚRGICA:
En líneas generales, en el tratamiento post-quirúrgico de
fractura de cadera en ancianos se pretende restaurar el arco
articular (movilizaciones activo-asistidas suaves, evitando
actitudes viciosas y movimientos bruscos), restablecer el
tono muscular (movilización global del miembro inferior
sano, isométricos de cuádriceps y glúteos, movilizaciones
activas de rodilla), evitar el éstasis venoso (movilizaciones
activas de tobillo y dedos, ejercicios isométricos) y
estimular la actividad respiratoria. En las diferentes fases de
la rehabilitación tras cirugía se emplean movilizaciones,
reentrenamiento de la marcha y ejercicios,
recomendándose en un primer momento el reposo en cama
y limitación de levantamiento de pesos y actividades como
caminar, correr, para emplear más adelante diversas
estrategias de movilización en el hospital y después del
alta, como el reentrenamiento de la marcha y programas de
ejercicios controlados (5).
Diferentes estudios especifican la necesidad de realizar
diferentes ejercicios, sin señalar el momento en que deben
ser aplicados. En ellos varían el grado y el tiempo según la
técnica quirúrgica realizada. Algunos estudios (5) aconsejan
al paciente caminar con muletas, sentarse, subir escaleras,
reentrenamiento de la marcha con tapiz rodante, ejercicios
de fortalecimiento, entrenamiento progresivo de
resistencia, ejercicios de amplitud de movimiento (como
flexión y extensión de cadera, rodilla y tobillo), ejercicios
de equilibrio, entrenamiento funcional y ejercicios en
domicilio. Otros trabajos (14) recomiendan realizar
ejercicios activos asistidos, asistidos y resistidos,
entrenamiento de las transferencias, adiestramiento sobre la
18 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
carga en la cadera intervenida, limitaciones y precauciones,
fortalecimiento de las extremidades inferiores y entrenamiento
de la flexibilidad. En el fortalecimiento muscular pueden
emplearse 3 series de 8 repeticiones cada una de ellas, a un
80% de la repetición máxima. Debe dirigirse a extensores de
cadera (bilateral), extensores de rodilla, flexores plantares. Se
ha comprobado que el fortalecimiento de cuádriceps y su
estimulación neuromuscular mejoran la movilidad de la
articulación de la cadera y disminuyen la pérdida de fuerza.
Por ejemplo se recomienda una frecuencia de 2 días a la
semana con series de 12 repeticiones de extensión de rodilla
con cada pierna (5).
Se puede establecer el siguiente protocolo en pacientes con
fracturas de cadera intervenidas:
1. En el primer día post-cirugía se recomienda control de
las posiciones, aplicación de fisioterapia respiratoria
(estimulación de la actividad respiratoria mediante
ejercicios inspiratorios y espiratorios), movilización activa-
asistida suave (abducción-aducción de cadera y flexo-
extensión de rodilla y tobillo, prestando atención a la
aproximación de cadera en determinadas intervenciones).
También se recomienda la realización de isométricos de
glúteos y cuádriceps, ejercicios activos de anteversión y
retroversión de pelvis (con la extremidad intervenida
inmóvil) y ejercicios activos de miembros superiores y
pierna sana) (17).
2. En el segundo día post-cirugía se aplicará la misma pauta
que en el primer día y además inicio de la sedestación
(intentar que las rodillas del paciente se sitúen más bajas
que las caderas).
3. En el tercer día post-cirugía, si no existe
contraindicación médica, es conveniente realizar también
la misma pauta que el segundo día, y además bipedestación
e inicio de la marcha (asistida con andador). No obstante,
algunos autores defienden que la rehabilitación debe
comenzar el tercer día post-operación en la habitación del
paciente, con fortalecimiento muscular y amplitud del
movimiento articular (17).
4. A partir del cuarto día el paciente normalmente
dispondrá del alta hospitalaria, y puede deambular con
andador si es necesario. Otros autores explican que se debe
caminar con apoyo y carga parcial desde el séptimo día (17).
De modo general, la carga del propio peso sobre la pierna
lesionada debe ser permitida, a menos que no haya certeza
de la calidad de reparación de la fractura (9). La
deambulación precoz debe llevarse a cabo incluso en los
pacientes de mayor edad, con el objetivo de obtener
resultados satisfactorios a nivel funcional (17). Por otra
parte, los ejercicios con levantamiento de peso se inician,
en general, dentro de los primeros días de la cirugía,
mejoran la movilidad y el equilibrio (5). Concretamente se
recomienda el entrenamiento analítico de la musculatura
abductora de la cadera, dado que se ha demostrado su
importancia en la marcha (7). En cualquier caso, siempre
que sea necesario, es importante aplicar técnicas para el
alivio del dolor (7).
Adunsky et al (6) refieren que la rehabilitación debe
realizarse durante cinco días a la semana, una hora diaria.
Además también debe realizarse una hora diaria de terapia
ocupacional. Si los pacientes requieren tratamientos
rehabilitadores adicionales deben llevarse a cabo en caso
de necesidad. Otros autores recomiendan una duración de
las sesiones de 15 a 30 minutos, incluso 1 hora diaria (5).
Diversos estudios muestran una mejoría en el resultado
después de 12 semanas o bien tras 6 meses de
entrenamiento físico y después de un programa
domiciliario de fisioterapia (5). A los seis meses de
rehabilitación los pacientes alcanzan un 80-90% de la
capacidad funcional que tenían previamente a la fractura. (1).
Así, los procedimientos fisioterápicos contribuyen a
mejorar la situación clínica del paciente de edad avanzada
con fractura de cadera. (6,17)
19Fisioter calid vida.2012;15(1)
Elena Marqués Sulé y Emilia Andrea Medina HigueraFisioterapia en la fractura de cadera intervenida quirúrgicamente en el anciano. Revisión bibliográfica.
CONCLUSIONES.
1. El principal objetivo es la prevención de la progresión de
la incapacidad y recuperación de la capacidad funcional
previa a la fractura. Además se pretende conseguir una
movilidad independiente, bipedestación forma segura,
marcha y mejoría en función física, fortalecimiento
muscular y movilidad articular.
2. Las técnicas fisioterapéuticas varían en función del tipo
de intervención quirúrgica y el momento temporal. Deben
estructurarse en: fisioterapia pre y post quirúrgica.
3. Las sesiones de fisioterapia deben realizarse 5 días a la
semana, a razón de una hora diaria, durante 6 meses.
Se recomienda la realización de un programa de
rehabilitación después de la intervención quirúrgica de
fractura de cadera en la tercera edad dado que los
beneficios experimentados por los pacientes rehabilitados
aconsejan, salvo contraindicación médica, la realización
de este programa a todos los ancianos en esta situación.
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20 Fisioter calid vida.2012;15(1)
EJERCICIO FÍSICO EN LA ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA.EXERCISE IN AMYOTROPHIC LATERAL SCLEROSIS.
RESUMEN
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa progresiva de
etiología desconocida con una evolución de 3 a 5 años hasta
la muerte. Hoy en día no existe tratamiento curativo, siendo
el Riluzole el único fármaco aprobado como tratamiento
patogénico capaz de aumentar levemente la supervivencia.
Son muchos los estudios que tratan de determinar los efectos
del ejercicio físico en los pacientes con ELA, concluyendo en
su mayoría que el ejercicio moderado permite retrasar la
progresión de la discapacidad, así como mejorar algunos de
los síntomas y evitar las complicaciones que aparecen
frecuentemente en estos pacientes. Sin embargo, son
necesarios nuevos estudios que permitan establecer la pauta
concreta de ejercicio en el momento concreto de progresión
del paciente con ELA que permita obtener los mayores
beneficios.
Palabras clave: Esclerosis Lateral Amiotrófica, Ejercicio,
Enfermedad Neuromuscular, Fisioterapia, Actividad física.
ABSTRACT
ALS is a progressive neurodegenerative disease of unknown
etiology with an evolution from 3 to 5 years until death.
Today there is no cure, and Riluzole remains the only drug
approved for pathogen treatment that can slightly increase
survival. There are many studies that attempt to determine
the effects of physical exercise in ALS patients, mostly
concluding that moderate exercise can delay the
progression of disability and to improve some symptoms
and prevent complications that appear frequently in these
patients. However, further studies are needed to establish
the specific pattern of exercise in the particular time of
Ana Isabel Macías-Jiménez Fisioterapeuta. Unidad de ELA. Hospital Carlos III, MadridProfesora asociada. Universidad Rey Juan Carlos. Facultad de Ciencias de la Salud – Dpto. deFisioterapia, Terapia Ocupacional, Rehabilitación y Medicina Física – Área de Fisioterapia.Miguel Avenza-Jaén Fisioterapeuta. Unidad de ELA. Hospital Carlos III, Madrid
Dirección para correspondencia:Ana Isabel Macías JiménezHOSPITAL CARLOS III. C/ Sinesio Delgado, 1028029 Madrid Teléfono: 91 453 25 13E-mail: [email protected]
21Fisioter calid vida.2012;15(1)
Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-JaénEjercicio físico en la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
progression of ALS patient to obtain the greatest benefits.
Keywords: Amyotrophic Lateral Sclerosis, Exercise,
Neuromuscular Disease, Physiotherapy, Physical Activity.
INTRODUCCIÓN
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad
neurodegenerativa rápidamente progresiva y de desenlace
fatal, de etiología desconocida, que provoca la pérdida de
motoneuronas superiores e inferiores en el cortex cerebral,
sistema nervioso y médula espinal (1,2). Es la enfermedad
de motoneurona más común en la población adulta, con
incidencia estimada en la población europea de 2,16
personas por cada 100.000 habitantes, siendo mayor en
hombres (3,0 por 100000 habitantes) que en mujeres (2,4
por cada 100000 habitantes) (3), mientras que la
prevalencia se sitúa en 4-6 personas por cada 100.000 (4).
La media de edad de comienzo de la enfermedad en su
forma esporádica varía entre 55 y 65 años, con una media
de 64 años (5). En la mayor parte de los casos se trata de
una ELA esporádica, siendo sólo un 5% los casos en los que
se identifica una historia de ELA familiar (6).
La ELA se caracteriza por la presencia variable de debilidad
muscular progresiva, atrofia, fatiga, espasticidad, disartria,
disfagia y compromiso respiratorio, provocando una
limitación funcional progresiva, discapacitante y,
finalmente, desembocando en fallo respiratorio y muerte (7).
Actualmente no existen tratamientos curativos, siendo el
Riluzole el único fármaco aprobado como tratamiento
patogénico de la enfermedad, el cual ha demostrado un
ligero aumento de la supervivencia en 2 ensayos clínicos
internacionales (8). Por lo tanto, en ausencia de un
tratamiento curativo, el ejercicio físico y la fisioterapia se
plantean como una de las estrategias más apropiadas para
retrasar la pérdida de fuerza, resistencia e independencia (1).
A la espera de un tratamiento curativo o de detención de la
progresión, son muchas las estrategias que pueden
adoptarse para el manejo los pacientes con ELA. El
tratamiento no puede limitarse al riluzol, la única molécula
que ha demostrado modificar la evolución de la
enfermedad. Los tratamientos sintomáticos tienen un papel
importante en el control de los principales síntomas y
signos de la enfermedad, tales como astenia, fatiga,
depresión, ansiedad, secreciones, dolor, estreñimiento,
prevención de escaras, calambres, espasmos musculares,
trastornos del sueño, espasticidad, inestabilidad emocional
y trastornos digestivos.
Las dificultades en la deglución y la aparición de disfunción
diafragmática provocan la desnutrición e insuficiencia
respiratoria. Diversos estudios sugieren que la gastrostomía
y la ventilación mecánica no invasiva mejoran la calidad de
vida y la supervivencia en los pacientes con ELA (9-11).
El objetivo de esta revisión es determinar el efecto que el
ejercicio físico tiene sobre la progresión de la ELA, sobre la
discapacidad y sobre la sintomatología que
progresivamente aparece en estos pacientes, tratando de
establecer qué pauta de ejercicio es la más apropiada para
retrasar el avance de la enfermedad.
MATERIAL Y MÉTODO
Se realizó una búsqueda sistemática de la literatura en las
principales bases de datos bibliográficas, Pubmed, Cinahl,
ISI web of knowledge, PEDro, Cochrane y Academic Search
Premier, desde el año 1950 hasta la actualidad. Las palabras
clave utilizadas fueron: exercise, physical activity,
physiotherapy, occupational therapy, acuatic therapy,
amyotrophic lateral sclerosis, neuromuscular disease. Los
resúmenes de los artículos publicados identificados fueron
revisados para determinar la relevancia de los mismos.
Como resultado de esta búsqueda, un total de 50
referencias bibliográficas han sido incluidas en esta
revisión.
22 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
RESULTADOS
Es ampliamente aceptado que el ejercicio físico aporta
grandes beneficios al organismo, contribuyendo
positivamente a mantener un peso saludable, y
favoreciendo el funcionamiento muscular, cardiovascular e
inmunológico. Además, el ejercicio ha demostrado ser
eficaz en la reducción del riesgo en patologías con alto
índice de mortalidad como la hipertensión arterial, la
patología cardíaca, la obesidad y la diabetes (12-15). De
especial interés para el tema que nos ocupa, el ejercicio
también ha demostrado un importante efecto
neuroprotector, tanto en el sistema nervioso central como
en el periférico (16).
Sin embargo, pese al acuerdo existente sobre los beneficios
del ejercicio físico general, la utilización del mismo en
pacientes con ELA se ha convertido en un tema
controvertido, no existiendo acuerdo con respecto a si la
actividad física aumenta el riesgo de progresión o
promueve la degeneración de las neuronas motoras en la
ELA. Actualmente, las hipótesis fisiopatológicas incluyen la
excitotoxicidad, el estrés oxidativo y el aumento de las
cargas de calcio como causas de la degeneración selectiva
de las neuronas motoras vulnerables, pudiendo amplificar
estos factores el ejercicio vigoroso (17).
Históricamente, el fortalecimiento muscular y el ejercicio
de acondicionamiento no han sido recomendados como
estándar de cuidado para las personas con ELA, no
existiendo acuerdo con respecto al efecto beneficioso o
perjudicial que puede tener el ejercicio físico moderado en
la evolución de esta enfermedad. Inicialmente, las
recomendaciones incluían evitar el ejercicio que no fuera
inherente a la vida cotidiana (18), basándose dicha
recomendación en los estudios epidemiológicos que
indicaban que altos niveles de esfuerzo podrían estar
asociados a un aumento del riesgo de progresión de la
degeneración asociada con la ELA (19,20). Bennet et al
describen la presencia de respuestas fisiológicas anormales
al ejercicio en personas con ELA, concluyendo que el
ejercicio vigoroso puede facilitar alguno de los mecanismos
patógenos implicados en la ELA (21).
Otros estudios teorizan que el ejercicio físico intenso o muy
repetitivo podría provocar un aumento de la pérdida de
masa muscular, favoreciendo la denervación de las
neuronas motoras (22). En este sentido, Patel (23) concluye
que la malnutrición y la limitación calórica, sumado a
ejercicio de alta intensidad, podrían acelerar el proceso de
la enfermedad. Kilmer et al (24) llevaron a cabo un estudio
en 1994 en pacientes con enfermedad neuromuscular,
llevando a cabo un programa de ejercicio resistido de
fortalecimiento muscular. Los resultados mostraron que el
ejercicio de alta intensidad y resistencia tiene efectos
perjudiciales, principalmente aquellos realizados de
manera excéntrica en extremidades superiores. Este estudio
sugiere que realizar ejercicio más de 4 días en semana
puede provocar debilidad muscular en esta población.
No obstante, son muchos los estudios que abogan por la
utilización del ejercicio físico en los pacientes con ELA.
Aunque la ELA es una enfermedad neurodegenerativa
progresiva que compromete el conjunto de neuronas
motoras y, secundariamente, la fisiología de las fibras
musculares, existen teorías que apuestan por la seguridad
del ejercicio moderado y por el beneficio de éste en los
pacientes con ELA (25). El ejercicio moderado puede
mejorar la plasticidad neuronal a través de factores tróficos,
tales como el factor de crecimiento insulínico (IGF) y
factores entróficos derivados gliales (26). El
acondicionamiento cardiovascular aumenta la circulación
cerebral y periférica mediante el aumento de la capacidad
aeróbica a través de un aumento de volumen sistólico y la
extracción de oxígeno, las nuevas redes capilares (27), y la
captación de colina y el aumento de la densidad de
receptores de la dopamina (28). Por lo tanto, es posible que
23Fisioter calid vida.2012;15(1)
Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-JaénEjercicio físico en la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
el ejercicio moderado pueda ser beneficioso para las
neuronas motoras sanas provocando una reestructuración
dendrítica, un aumento de liberación de neurotransmisores
en la placa motora, una mejora en la síntesis de proteínas,
un fortalecimiento de las conexiones sinápticas en los
músculos objetivo, ayudando a mantener la organización y
el potencial de contracción de las fibras musculares,
mediando en el equilibrio del calcio intracelular y
mejorando el transporte axonal (29). El ejercicio físico debe
adaptarse de acuerdo a la situación clínica de cada
individuo, evitando la sobrecarga de los sistemas nervioso,
muscular y respiratorio, así como la activación de los
mecanismos fisiopatológicos de la ELA (es decir, alteración
de la homeostasis de los radicales libres, la función de
mitocondrias, organización de los filamentos intermedios
celulares o intracelulares y la regulación del calcio). Esta
desaceleración de la fisiología podría aumentar la
independencia funcional.
Recientes estudios epidemiológicos informan de una
asociación significativa entre la actividad física y el riesgo
de progresión en la ELA (30). Sin embargo, otros estudios
muestran que los regímenes de ejercicio moderado mejoran
la situación funcional de los pacientes con ELA y son
beneficiosos para el control de los síntomas de la
enfermedad. Otros trabajos recientes llevados a cabo en
modelos de ratones transgénicos con ELA familiar han
demostrado un enlentecimiento de la progresión de la
enfermedad, mejora de la función, y la extensión de la
supervivencia en aquellos animales que realizaban un
programa de ejercicio moderado.
Los estudios realizados por Kaspar (31) en 2005 muestran
que los ratones transgénicos SOD1 que realizaban ejercicio
no exhaustivo y no excéntrico, mediante la rueda de libre
acceso, presentaban una mayor esperanza de vida en
comparación con aquellos que vivían de forma sedentaria
(202 días en ratones que realizaban ejercicio frente a 119
días en ratones sedentarios). Los resultados demostraron
que el ejercicio alarga la vida útil y retrasa el deterioro
funcional de manera significativa. Otros estudios (32,33)
llevados a cabo en animales corroboran un aumento
modesto en la supervivencia en aquellos ratones que
realizan un programa de ejercicio. Grondard et al (34)
demostraron que el ejercicio regular mejora de manera
apreciable la supervivencia de la neurona motora y con
ello, la función motora, ampliando la supervivencia en
ratones en un 50% con respecto al grupo de animales
control. En 2004, otro estudio mostró que los ratones
machos con ELA que realizaban ejercicio de alta intensidad
presentaban una menor supervivencia y un deterioro motor
más rápido (35).
Estudios más actuales, con ratones, como el llevado a cabo
por Carreras et al (36), muestran cómo el ejercicio
moderado retrasa la aparición del déficit motor en más de
una semana. Como contrapartida, el ejercicio vigoroso
demostró acelerar significativamente la aparición de
déficits de rendimiento del motor de la neurona motora.
Varios ensayos clínicos han demostrado el valor de ciertos
tipos de ejercicio para aminorar el progresivo deterioro y
mejorar la funcionalidad de los pacientes con ELA. Drory et
al (37) llevaron a cabo un estudio con pacientes
diagnosticados de ELA probable o definida, para tratar de
determinar los efectos del ejercicio sobre estos pacientes. El
programa establecido incluía la realización de ejercicio
moderado durante 15 minutos 2 veces al día. Los
resultados mostraron que, tras 3 meses de programa, los
pacientes mostraban un menor deterioro medido mediante
la escala funcional ALSFRS-r y unos mejores valores en la
escala de Ashworth. Los mismos resultados fueron
obtenidos en las evaluaciones realizadas a los 6 meses. Sin
embargo, no se encontraron diferencias significativas en la
fuerza muscular, el nivel de fatiga, dolor y calidad de vida
tras 3 meses, ni tras los 6 meses entre el grupo que realizó
24 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
los ejercicios y el grupo control. Las evaluaciones
realizadas a los 9 y a los 12 meses no generaron datos
significativos debido al número escaso de pacientes que
continuaban en el estudio. Por tanto, concluyen los autores
que, un programa regular de ejercicio físico moderado tiene
un efecto positivo de corta duración sobre la discapacidad
en pacientes con ELA y, por lo tanto, debe ser
recomendado.
Pinto et al (38) estudiaron el efecto combinado del ejercicio
en cintas de umbral aeróbico con la utilización de
ventilación invasiva asistida durante 1 año, como técnica
para mejorar el mantenimiento de la fuerza muscular y la
oxigenación, así como mejorar la calidad de vida. Los
pacientes que llevaron a cabo este protocolo de
entrenamiento mostraron una mejoría en la movilidad y en
la función respiratoria, así como una menor disminución en
la fuerza muscular.
DalBello-Haas et al (39) investigaron los efectos del
ejercicio resistido moderado en el domicilio en pacientes
con ELA. Los pacientes realizaron un programa de
ejercicios diarios en el hogar de estiramiento y resistencia,
tres veces por semana durante 1 mes. Los resultados
mostraron que los pacientes del grupo que realizó el
programa de ejercicio presentaban mayores puntuaciones
en la escala funcional ALSFRS-r en la función física y un
menor deterioro en la fuerza de extremidades inferiores. Los
autores concluyen que un programa de ejercicios de
resistencia individualizado puede reducir la atrofia por
desuso, siempre y cuando el ejercicio no cause fatiga.
El entrenamiento en el agua es otra forma de realizar
ejercicio físico que podría beneficiar a los pacientes con
ELA. Deforges et al (40) realizaron un estudio con ratones
con ELA de 70 días de edad, a los que se les sometió a un
programa de natación 30 minutos al día los 5 días de la
semana. Los ratones fueron evaluados hasta los 115 días de
edad o hasta la muerte. Veinte ratones fueron incluidos en
un grupo de ejercicio en cinta con velocidad regulada y
otros 25 ratones se incluyeron en el grupo de natación en
una piscina de flujo. Un tercer grupo de 50 ratones con ELA
y 10 ratones control fueron colocados en una piscina sin
flujo o en una cinta sin velocidad. Los resultados indicaron
que la natación induce múltiples beneficios en la función
motora, restrasando la muerte de la motoneuronas
espinales y, con ello, probando un aumento de la
supervivencia de 25 días.
En contraste con los anteriores estudios, las pruebas
realizadas a ratones transgénicos de la misma cepa que la
anterior, expuestos a ejercicio vigoroso, mediante un
programa de 10h al día, no resultó en una progresión más
rápida de la degeneración de las neuronas motoras (41).
Jonson (42), en los años 80, experimentó un programa de
terapia en agua con un paciente con ELA, una vez por
semana 45 minutos, concluyendo que la terapia en agua
tiene múltiples ventajas como la facilitación a la hora del
ejercicio, la mejora de la condición física, incluyendo un
gran aspecto recreativo y social.
Zawodniak (43) recomienda el ejercicio acuático como
programa de acondicionamiento de los pacientes con ELA,
asegurando que un programa acuático permite la marcha
debido a la disminución de la gravedad, permite un mayor
descanso de la musculatura, consigue un aumento de la
movilidad reducida y consigue la relajación de la
musculatura espástica.
Jackson et al (7) proponen la realización de un programa de
ejercicio moderado como medida para mejorar la
resistencia, la fatiga y la eficiencia muscular, advirtiendo
sobre el riesgo de daño muscular que conlleva la
realización de ejercicio vigoroso. En la misma línea de
recomendar la realización de ejercicio moderado, Francis
et al (44) informó que los ejercicios de resistencia puede
ser beneficiosos en pacientes con una progresión lenta y
sólo en los músculos que siguen siendo fuertes.
25Fisioter calid vida.2012;15(1)
Ana Isabel Macías-Jiménez y Miguel Avenza-JaénEjercicio físico en la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
Coincidiendo con Francis et al, Simmons (1) señaló que el
ejercicio moderado pude ser beneficioso, en aquellos
músculos que cuentan aún con suficiente fuerza muscular.
Müller (45) establece que es necesaria sólo una contracción
al día con la mitad de la fuerza máxima para prevenir la
atrofia. Un músculo que no se contrae pierde alrededor de
un 5% de su fuerza diaria. También consideran que el rango
de movimiento (ROM) y los ejercicios de estiramiento se
debe iniciar en todos los pacientes con ELA que muestran
debilidad muscular. Estos ejercicios han demostrado ser
útiles en el mantenimiento de movimiento pasivo,
ayudando a prevenir o reducir el dolor y aumentar o
mantener la función (1). Otros efectos beneficiosos del
estiramiento incluyen la prevención de contracturas,
trombosis venosa profunda y émbolos pulmonares (46).
Es importante conocer el efecto del entrenamiento de la
fuerza isométrica de los pacientes con ELA para determinar
su posible utilización dentro del programa de
rehabilitación. Lenman (47) realizó un estudio de
entrenamiento muscular de los grupos flexores y grupos
extensores del codo en pacientes con diversos grados de
debilidad muscular. Los pacientes participaron entre 11 y
21 sesiones de entrenamiento consistente en la realización
de 30 contracciones isométricas. Tres de los pacientes que
se sometieron al programa de entrenamiento mejoraron la
fuerza de flexión y extensión de codo, mientras que los tres
restantes no mostraron mejoría o presentaron pérdida de
fuerza. El autor concluye que los ejercicios de
fortalecimiento están garantizados sólo cuando el proceso
de la enfermedad es de progresión lenta. Chan y Sinaki
(44,48) sugieren que seis contracciones isométricas durante
seis segundos cada una, junto con ejercicios submáximos
de banda elástica, pueden ayudar a mantener o mejorar la
fuerza en pacientes con ELA.
La fatiga es un síntoma referido frecuentemente por los
pacientes. Se entiende por fatiga la pérdida de capacidad
de generar fuerza después del ejercicio, mediante la
medición de los cambios en la actividad electromiográfica
de un esfuerzo determinado, pero también se trata de un
síntoma ciertamente subjetivo (49).
DalBello-Haas et al (50) recomiendan la vigilancia y la
adaptación de los programas de ejercicio para evitar la
excesiva fatiga en los pacientes, con especial atención a la
aparición de calambres y/o fasciculaciones, lo cual podría
indicar la presencia de fatiga muscular.
En los pacientes con ELA la reducción en la actividad física
puede ser debida, además, a un síndrome de
hipoventilación alveolar. Por ello, la fisioterapia respiratoria
es fundamental, mediante ejercicios de respiración
abdominal, expansión costal y, en fases más avanzadas,
mediante fisioterapia respiratoria asistida. Estudios
recientes han demostrado que el uso de ventilación
mecánica no invasiva puede aumentar la supervivencia
en pacientes con ELA, pese a que no demostró cambios
en la progresión de la debilidad muscular ni en la calidad
de vida (38).
CONCLUSIONES
Son numerosos los estudios que han tratado de
determinar los efectos del ejercicio en los pacientes con
ELA. Muchos autores coinciden en afirmar que el
ejercicio moderado provoca un enlentecimiento de la
progresión de la discapacidad pero, sin embargo, no hay
establecidas pautas concretas que indiquen qué tipo de
ejercicio es el más recomendable, así como cuál es la
duración y frecuencia más apropiadas.
Por lo tanto, son necesarios nuevos trabajos de
investigación que permitan determinar el efecto concreto
que el ejercicio moderado tiene en los pacientes con ELA
y que permitan definir un programa concreto en
frecuencia y durabilidad.
26 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
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Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis delManguito Rotador y Sindrome de Rozamiento Subacromial.
Cientific evidences about Fisiotherapy in Rotator cuff Tendonitisand Inpingement Syndrome
28 Fisioter calid vida.2012;15(1)
RESUMEN
El dolor de hombro es el segundo en prevalencia después
del de espalda. La causa más frecuente es el síndrome de
rozamiento subacromial que se caracteriza por un
compromiso de las estructuras subacromiales. Otra causa
importante es la tendinitis del manguito rotador que suele
afectar al tendón del supraespinoso primariamente pero
puede extenderse a los restantes tendones del manguito. El
objetivo de esta revisión es encontrar protocolos de
tratamiento válidos para tratar estas patologías.
Método: Se ha realizado una búsqueda bibliográfica en las
bases de datos Pedro, Pub med y Cochrane desde el año
1984 hasta el 2008. Se han seleccionado revisiones
sistemáticas y ensayos clínicos hechos a doble ciego, con
grupo control y escritos en español ó inglés.
Resultados: Para tratar la tendinitis del manguito rotador
podemos utilizar láser de ArGa de 904 nm, con
aplicaciones de 1 minuto en el troquíter mayor, el menor, el
canal bicipital y la cara anterior y posterior de la capsula
articular. El láser de infrarrojo a 904 nm también ha
demostrado ser eficaz. El masaje como tratamiento
adicional al tratamiento manual y la magnetoterapia
pulsada usada diariamente durante 1 mes para la tendinitis
crónica.
Para la tendinitis calcificada usamos ultrasonidos durante
15 minutos con una frecuencia de 0.85 MHz y una
intensidad de 2.5 W cm2 y magnetoterapia pulsada 30
minutos durante 6 días consecutivos.
En el síndrome de rozamiento subacromial hay evidencias
limitadas de que el láser es mejor que los AINES en
pacientes que no pueden hacer cinesiterapia pero no ha
demostrado beneficios adicionales sumado a ella. La
electroacupuntura ha demostrado ser efectiva usada en tres
Isabel Vilar Gálvez. Fisioterapeuta colegiada nº 117
Dirección para correspondencia:C/ Carros nº36, edificio Namansa 13, 1º BTeléfonos: 617 51 37 79 (personal) - 968 59 19 05 (trabajo)Fax: 950 45 42 42 E-mail: [email protected]
29Fisioter calid vida.2012;15(1)
Isabel Vilar Gálvez Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador y Sindrome de Rozamiento Subacromial.
puntos simultáneamente, un punto gatillo y un punto de
acupuntura local, el LI 15: Jianyu que son estimulados con
una corriente de 2-100 Hz y un pulso con una duración de
100-400 microsegundos durante 20 minutos y un punto
distal, el ST38 en el que se aplica también una aguja
durante 20 minutos. La electroterapia interferencial
aplicada con 4 electrodos de ventosa coplanares de 80-120
Hz durante 20 minutos a la máxima intensidad tolerada por
el paciente también es efectiva. Para la cinesiterapia todos
los autores están de acuerdo en que la máxima efectividad
se consigue combinando el ejercicio terapéutico con la
terapia manual y uno de ellos incluye también la aplicación
de crioterapia dentro de esta.
Palabras Clave: síndrome subacromial, hombro doloroso,
terapia física, rehabilitación y manguito rotador
SUMMARY
Shoulder pain is the second most prevalent pain after back
pain. The most frequent cause is sub- acromial
impingement syndrome which is characterised by the
degeneration of the subacromial structure. Another
significant cause is tendon damage in the rotator cuff which
often affects primarily the supraspinatus tendon but which
can spread to the remaining tendons. The purpose of this
review is to find suitable treatments for these conditions.
Method: A search of the databases Pedro, Pub med and
Cochrane from 1987 to 2008 has been carried out.
Systematic review and clinical trials written with control
groups and double blind tests in Spanish and English have
been selected.
Results: To treat tendonitis of the rotator cuff an ArGa laser
of 904 nm can be used, applying for one minute on the
greater tuberosity, the lesser, the bicipital canal and the front
and rear of the shoulder. An infrared laser of 904 nm has
also been shown to be effective. Massage can also be used
as an additional treatment and electromagnetic pulse
therapy can be used daily for one month for chronic
tendonitis.
For calcified tendonitis ultrasound can be used for 15
minutes at 0.85 MHz at an intensity of 2.5 W cm2 along
with electromagnetic pulse therapy for 30 minutes for 6
consecutive days.
With sub-acromial impingement syndrome there is some
evidence that laser treatment is better than anti-
inflamatories (AINES) in patients who can not do
kinesiotherapy but no additional benefits have been noted
when used along with kinesiotherapy. Electroacupunture
has been shown to be effective when used simultaneously
at three points; a trigger point and a local acupuncture
point, the LI15: Jianyu both of which are stimulated by a 2-
100 Hz current and a pulse with a duration of 100-400
microseconds for 20 minutes and a distal point, the ST 38
in which a needle is inserted for 20 minutes. Interferential
therapy applied 4 electrodes at 80-120 Hz for 20 minutes at
the maximum intensity which can be tolerated by the
patient is also effective. As far as kinesiotherapy in
concerned, all the authors are in agreement that maximum
effectiveness is achieved by combining therapeutic exercise
with manual therapy and n addition one author also
includes the application of cryotherapy.
Key words: impingement syndrome, painful shoulder,
physical therapy, rehabilitation and rotator cuff.
INTRODUCCIÓN
El dolor de hombro es el segundo en prevalencia después
del de espalda, afectando del 16 al 21 % de la población
aproximadamente. La causa más frecuente de este dolor es
el síndrome de rozamiento subacromial que llega a sumar
del 44 al 60% de las visitas al fisioterapeuta por problema
en el hombro (14). Este síndrome se caracteriza porque el
30 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
dolor es causado por un compromiso de las estructuras
subacromiales: manguito rotador, tendón de la cabeza larga
del bíceps y bursa y se exacerva con la elevación del brazo
y las actividades que se realizan sobre la cabeza (14).
El termino “manguito rotador” se refiere al grupo de
músculos y tendones que rodean y estabilizan la
articulación del hombro durante el movimiento (4). La
tendinitis del manguito origina un síndrome de hombro
doloroso que varía desde leves molestias con la actividad
hasta un dolor intenso que comúnmente empeora por la
noche. Suele afectar al tendón del supraespinoso
primariamente, aunque puede extenderse a los restantes
tendones del manguito (24).
Los trastornos del hombro son difíciles de diagnosticar y de
clasificar debido a una coincidencia frecuente de los
síntomas (3). En primer lugar debemos descartar los dolores
referidos o irradiados desde otras estructuras. Una vez
establecido que el dolor asienta en el hombro se realiza la
anamnesis en la que es importante la edad del paciente, los
deportes que practica, las características del dolor, la
incapacidad funcional y las enfermedades asociadas (24).
Terminada la anamnesis se realiza una exploración global
que se completa si es necesario con otras pruebas
complementarias como analítica, radiografía o ecografía (25).
Una de las dificultades de investigar las evidencias
científicas del tratamiento con medios físicos, es la
amalgama de términos que suelen indicar las impresiones
diagnósticas (17) como lesiones de
tejidos blandos del hombro (2), hombro doloroso (5) ó
dolor inespecífico de hombro (1), términos demasiado
ambiguos para poder basar un estudio en ellos.
También hay que definir las causas (etiologías) específicas
del dolor de hombro.
El objetivo de este trabajo es encontrar la evidencia
científica existente de la efectividad de las técnicas
fisioterápicas para tratar la tendinopatía del manguito
rotador y el síndrome de rozamiento subacromial.
MATERIAL Y METODO.
Se ha realizado una búsqueda en las bases de datos Pub
med, Cochrane y Pedro y se han seleccionado artículos
escritos desde 1984 hasta el 2008. Las palabras clave
utilizadas han sido: hombro doloroso, síndrome
subacromial, manguito rotador, rehabilitación y terapia física.
De los estudios encontrados se seleccionaron aquellos que
eran revisiones sistemáticas o ensayos clínicos hechos a
doble ciego y con grupo control y que estuvieran escritos
en español ó en inglés.
RESULTADOS.
Los resultados están divididos en dos grupos, primero el de
tendinopatías y segundo el de síndrome de rozamiento
subacromial.
A. TENDINITIS
ULTRASONIDOS
No hay suficientes evidencias científicas que permitan
recomendar el uso del ultrasonido ni continuo ni pulsátil
para el tratamiento de la tendinitis del manguito rotador.
Ebenbichler et al. (19) recomiendan su uso en
tendinopatías calcificadas del hombro para problemas
recientes. Los parámetros usados son: ultrasonido pulsátil
en modo 1:4, con un transductor de 5 cm2 (sonodyn,
siemens) aplicado durante 15 minutos con una frecuencia
de 0.89 MHz y una intensidad de 2.5 W cm2. Se utiliza gel
de ultrasonidos y se realizan movimientos lentos en
círculos. El paciente mantiene el hombro flexionado y
rotado internamente. Reciben un total de 24 sesiones, las
15 primeras diariamente durante 3 semanas y las restantes
3 veces a la semana durante 3 semanas. Al finalizar el
tratamiento los pacientes presentan menos dolor y mejor
calidad de vida que los que han recibido el ultrasonido
placebo.
31Fisioter calid vida.2012;15(1)
Isabel Vilar Gálvez Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador y Sindrome de Rozamiento Subacromial.
Este trabajo es tenido en cuenta en otras dos grandes
revisiones sobre el tema realizadas con posterioridad,
Philadelphia Panel en 2001 (1) y Green et al en 2005 (3).
LASER.
Vecchio et al. (7). utilizan un láser de arseniuro de galio de
830 nm y lo aplica dos veces a la semana durante 8
semanas, un máximo de 10 minutos en 5 puntos dolorosos
encontrados por el examinador. El tratamiento se concentra
todo lo posible en la zona subacromial y anterior del
hombro. Este estudio concluye que el láser no es mejor que
el placebo en el tratamiento de las tendinopatías del
manguito rotador.
Ümit Bingöl et al. (8), usan el láser de arseniuro de galio
904 nm y lo aplican combinado con un protocolo de
ejercicios durante dos semanas. Las aplicaciones duran 1
minuto y se realizan sobre el troquíter mayor y menor del
hombro, el canal bicipital y la cara anterior y posterior de
la cápsula articular. Los resultados demuestran una mejoría
en la sensibilidad a la palpación y la extensión pasiva pero
no una mejoría significativa en dolor y movimiento activo.
Saunders (9) seleccionó a 24 pacientes diagnosticados de
tendinitis del supraespinoso y los dividió de forma aleatoria
en dos grupos. Uno de ellos recibe láser de 820 nm durante
9 sesiones de tratamiento y el otro un placebo. Las
indicaciones sobre higiene postural son idénticas. Los
resultados muestran una mejoría en el dolor y la
sensibilidad a la palpación.
England et al. seleccionaron a 30 pacientes con tendinitis
del supraespinoso ó tendinitis bicipital que se dividieron en
tres grupos a los que se aplicó láser de infrarrojos de 904
nm durante 2 semanas, láser placebo o medicación. Los
pacientes demuestran una mejoría significativa en el grupo del
láser tanto en capacidad de movimiento como en dolor. (10).
TENDINITIS Y ELECTROTERAPIA.
No se ha encontrado ningún trabajo que presente un
protocolo de tratamiento válido con electroterapia.
Hay un estudio de Geer et al (2) que demuestra que la
aplicación de 12 sesiones de electroterapia de media
frecuencia (interferencial bipolar) no es efectiva para tratar
los desordenes de los tejidos blandos del hombro.
En una revisión realizada por el Philadelphia Panel sobre
intervenciones para el dolor de hombro analizaron trabajos
hechos con TENS pero llegaron a la conclusión de que no
tienen suficiente calidad metodológica para ser
considerados (1).
TENDINITIS Y TERMOTERAPIA.
No hay evidencias científicas fiables sobre tratamientos con
termoterapia, a esta conclusión llegan en dos revisiones
Green et al (17) y el Philadelphia Panel (1).
MAGNETOTERAPIA.
Encontramos un trabajo de Binder de 1984 (11) que es
considerado en muchos estudios posteriores y que habla de
que la magnetoterapia pulsada aplicada diariamente
durante 4 semanas puede ser útil en el tratamiento de la
tendinitis crónica del manguito rotador.
Otro estudio de Dal Conte de 1990 (3) obtuvo resultados
positivos en la tendinitis calcificada aplicando
magnetoterapia pulsada 30 minutos al día durante 6 días
consecutivos.
CINESITERAPIA
Smidt en al. (13) en un trabajo sobre revisiones que
estudiaban la efectividad de la terapia de ejercicio en
distintas patologías llegan a la conclusión de que no hay
suficientes evidencias que permitan afirmar o rechazar la
efectividad de la terapia de ejercicio para tratar pacientes
con dolor de hombro.
Verhagen et al. (12) realizaron una revisión sobre
intervenciones ergonómicas y fisioterapéuticas para el
tratamiento de las molestias relacionadas con el trabajo en
el brazo, cuello u hombro en adultos y concluyen que hay
pruebas conflictivas en cuanto a la eficacia de los ejercicios
32 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
sobre ningún tratamiento o como tratamiento adicional.
También hay pruebas limitadas de que los ejercicios son
más eficaces en comparación con el masaje y de la eficacia
a corto plazo para los ejercicios individuales en
comparación con los ejercicios grupales. Todavía no puede
encontrarse una diferencia entre diversas clases de
ejercicios.
MASAJE
Verhagen et al (12) también estudiaron la efectividad del
masaje y llegaron a la conclusión de que había pruebas
limitadas para la efectividad del masaje como tratamiento
adicional al tratamiento manual.
B. SÍNDROME DE ROZAMIENTO SUBACROMIAL
LASER
En la revisión que realizaron Michener et al. en 2004
llegaron a la conclusión de que hay evidencias limitadas de
que el láser es mejor que los AINES en pacientes que no
pueden hacer cinesiterapia pero no ha demostrado
beneficios adicionales sumado a ella (14).
ULTRASONIDOS.
Michener et al (14) concluyen que el ultrasonido no ha
demostrado su eficacia en el tratamiento del síndrome de
rozamiento subacromial por lo que no recomiendan su uso
ni solo ni acompañando a la terapia de ejercicio.
San Segundo et al. (23) realizan un ensayo clínico de
ultrasonidos frente a placebo para el que incluyen a 17
pacientes en cada grupo de forma aleatoria. A las 3 y 5
semanas aprecian una mejora de las variables en relación a
los valores basales pero la diferencia no llega a ser
significativa por lo que concluyen que los ultrasonidos no
son eficaces para el tratamiento del síndrome subacromial.
MAGNETOTERAPIA
En un trabajo realizado por Ilnur Aktas et al. en el
departamento de medicina física y rehabilitación de la
Universidad de Estambul en 2007 se estudió si el campo
electromagnético pulsado era eficaz como tratamiento
adicional en el síndrome de rozamiento subacromial en
fase aguda. Para ello usaron un campo de 30 G, 50 Hz, 25
minutos por sesión, 5 días a la semana durante 3 semanas.
La conclusión fue que no había evidencias estadísticamente
significativas de que ofreciera un beneficio adicional (20).
CRIOTERAPIA
Ganze Senbursa et al (18) incluyen la aplicación de hielo
en su protocolo de ejercicio supervisado más terapia
manual para el tratamiento del síndrome de rozamiento
subacromial.
ELECTROTERAPIA
Cheing et al. (22) han hecho un trabajo para estudiar la
efectividad de la electroacupuntura y la electroterapia
interferencial en el tratamiento del síndrome de
rozamiento. Para ello distribuyen de forma aleatoria a 70
pacientes en tres grupos (electroacupuntura más ejercicio,
electroterapia interferencial más ejercicio y grupo control
sin terapia) que reciben tratamiento durante 4 semanas. Al
final del tratamiento en ambos grupos se produce una
mejora significativa del dolor y de la función en relación al
grupo control. La mejoría obtenida se mantuvo durante al
menos 6 meses después de finalizar las 10 sesiones de
tratamiento y no hay diferencias significativas entre el grupo
tratado con electroacupuntura y el de electroterapia
interferencial.
El grupo de electroacupuntura recibió 10 sesiones de
tratamiento en un periodo de 4 semanas (2-3 veces/semana)
con agujas de 0.30 X 40 mm que se insertan
intramusculares 15-20 mm en 3 puntos: un punto gatillo,
un punto local (LI 15: Jianyu) y un punto distal (ST38:
Tiaokou). Los 2 puntos de la región del hombro (el punto
gatillo y el LI 15: Jianyu) fueron conectados a un aparato
modelo: ES-160, ITO Co. Ltd, 3-3-3 Trupta, al. Minami,
Nerima-kuy, Tokio 176-8605, Japón. Se estimularon con
una frecuencia alternante de 2-100 Hz y una duración de
33Fisioter calid vida.2012;15(1)
Isabel Vilar Gálvez Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador y Sindrome de Rozamiento Subacromial.
pulso de 100-400 microsegundos durante 20 minutos. La
intensidad de la estimulación se ajusta al nivel de tolerancia
justo en el umbral de gritar de dolor. La aguja que fue
aplicada en el punto distal se mantiene durante 20 minutos
y es estimulada cada 10 minutos sacándola y clavándola.
El primer día se enseña al paciente el programa de
ejercicios que realizará en casa para movilizar el hombro 5
veces al día y que incluye: Flexión anterior del hombro, con
la ayuda de un sistema de poleas sobre la cabeza; Rotación
externa, manteniendo el brazo pegado al tronco; Aducción
horizontal, moviendo el brazo en aducción contra el pecho
y haciendo resistencia con el otro brazo y rotación interna;
colocando el brazo afecto detrás de la espalda y cogiendo
con la mano la punta de una toalla, la otra mano se pone
en el lado opuesto tirando del otro extremo de la toalla para
conseguir la máxima rotación.
El grupo de electroterapia interferencial recibió 10 sesiones
en 4 semanas con un aparato Phyaction Guidance E unit
con una frecuencia de 80 a 120 Hz y 4 electrodos de
succión que se colocan coplanares en la región del
hombro. La estimulación dura 20 minutos y la intensidad
se ajusta hasta justo antes de que el paciente grite de dolor.
CINESITERAPIA.
Michener et al (14) recomiendan el ejercicio terapéutico
combinado con la terapia manual para tratar el síndrome de
rozamiento subacromial. El ejercicio terapéutico se
recomienda como primera opción de tratamiento antes que
la cirugía.
En un trabajo de Bang y Deyle del 2000 (25) proponen un
protocolo de tratamiento que incluye ejercicio terapéutico
(que realiza el paciente después de un proceso de
aprendizaje) más terapia manual aplicada por el
fisioterapeuta. Dividen a los pacientes en dos grupos, uno
de los cuales hace solo la parte de ejercicio terapéutico
supervisado y otro recibe también terapia manual. Aunque
al finalizar el tratamiento ambos grupos han mejorado la
diferencia es significativa a favor del segundo (que realiza
el protocolo completo).
El ejercicio terapéutico esta orientado al estiramiento y
fortalecimiento de la musculatura del hombro e incluye dos
ejercicios de estiramiento pasivo y seis de potenciación.
Cada ejercicio de estiramiento se realiza 3 veces durante 30
segundos con un descanso de 10 segundos entre cada
repetición:
- Musculatura posterior del hombro: Se coloca la mano del
hombro a estirar sobre el hombro contralateral y con la otra
mano se empuja sobre el codo hacia el pecho.
- Musculatura anterior del hombro: Con el codo flexionado
colocamos la palma de la mano sobre la pared con el
antebrazo paralelo al cuerpo, en esta posición adelantamos
el tronco.
Cuatro de los ejercicios de potenciación se realizan con
“theratubing” combinando 6 niveles de resistencia. Se
hacen 3 series de 10 repeticiones descansando 60 segundos
entre cada una. El número máximo de repeticiones en cada
serie es 10 pero dependiendo del dolor y la calidad del
movimiento pueden hacerse menos:
- Flexión de hombro.
- Remar.
- Abducción.
- Extensión horizontal con rotación externa.
Los dos últimos ejercicios de potenciación se realizan hasta
la fatiga con un máximo de 25 repeticiones:
- Sentado con los brazos extendidos a ambos lados del
cuerpo y las manos cogidas a la silla presionar hacia arriba
intentando levantar el cuerpo.
- Tumbado boca abajo con los codos flexionados empujar
hacia arriba para elevar el tronco.
La terapia manual incluye:
- Movilización de la articulación glenohumeral.
34 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
- Movilización de las otras articulaciones y tejidos blandos
del hombro y la zona Cervico-dorsal.
- Masaje de los tejidos blandos periarticulares.
- Estiramiento del pectoral menor, infraespinoso, trapecio
superior, esternocleidomastoideo y escalenos.
La intensidad de estas técnicas irá aumentando según la
tolerancia del paciente.
En otro estudio de Gamze Senbursa et al. que vamos a ver
ahora también comparan dos grupos, uno solo hacía
ejercicio terapéutico supervisado y el otro recibía también
terapia manual:
Ejercicio terapéutico supervisado:
- Utilizando una banda elástica realizan un programa de
ejercicios de estiramiento y fortalecimiento que incluye los
músculos del manguito rotador, el romboides, el elevador
de la escápula y el serrato anterior. Lo hacen todos los días,
de 10 a 15 minutos, durante 4 semanas. Se usa el “Thera-
Band” porque al estar disponible en distintos niveles de
resistencia se puede adaptar mejor a cada paciente.
Terapia manual:
- Fricción profunda del tendón del supraespinoso.
- Estiramiento del nervio radial.
- Movilización escapular.
- Movilización de la articulación glenohumeral.
- Técnicas de facilitación neuromuscular propioceptiva
como la estabilización rítmica.
En este grupo también se incluye la aplicación de hielo.
Cada grupo recibe tratamiento durante 4 semanas y además
se les dice que eviten realizar trabajos ó deportes en los que
el brazo suba por encima de la cabeza.
Al finalizar el tratamiento los pacientes de ambos grupos
habían mejorado, pero aunque la diferencia no llegaba a
ser estadísticamente significativa, la mejoría en el grupo
que recibía la terapia manual siempre era mayor para los
distintos valores medidos (dolor, funcionalidad, movilidad)
que en la de ejercicio solo, por lo que llegan a la
conclusión de que es mejor la aplicación conjunta de
ambas técnicas.
DISCUSIÓN.
Muy pocos tratamientos han podido demostrar su
efectividad para tratar la tendinitis del manguito rotador y el
síndrome de rozamiento subacromial, sin embargo, es
importante tener en cuenta una serie de cuestiones.
Una de ellas sería el número de participantes de los
ensayos, si es muy bajo el resultado puede estar sesgado
por un error, que sería la imposibilidad de demostrar la
diferencia que en realidad está presente o falso negativo (3)
ó limitar la validez de un resultado positivo. Un ejemplo de
esto es el trabajo de Saunders (9) para probar la efectividad
del láser en la tendinitis del manguito rotador en el que la
muestra es de 24 pacientes y aunque la conclusión es que
el láser es útil para tratar la tendinitis en el mismo trabajo
los autores advierten que los resultados están limitados por
el bajo número de pacientes.
Otra interesante cuestión surge al afirmar por ejemplo que
el ultrasonido no es efectivo para los desordenes de los
tejidos blandos del hombro (2) porque si por tejidos blandos
entendemos estructuras tan distintas como ligamentos,
tendones, grasa o músculos tendremos que tener en cuenta
que su absorción por los tejidos varía según el contenido de
estos en agua y en proteínas. Esta afirmación es recogida en
una revisión realizada Speed (6) que también incluye otras
variables como el grado de cronicidad de la lesión (los
ultrasonidos serían más efectivos en lesiones agudas), la
profundidad o la dosis aplicada, lo que podría explicar el
hecho de que en los experimentos realizados en el
laboratorio se produzcan unos efectos que luego no se
pueden demostrar en los ensayos clínicos.
35Fisioter calid vida.2012;15(1)
Isabel Vilar Gálvez Evidencias cientificas sobre Fisioterapia en las Tendinitis del Manguito Rotador y Sindrome de Rozamiento Subacromial.
Con otras técnicas como el láser también necesitamos
definir exactamente que es lo que estamos tratando,
tendones, ligamentos, puntos gatillo, para poder aplicarlo
puntualmente en la zona a tratar y con una dosis adecuada.
Además es necesario estandarizar los diseños de los
estudios sobre su aplicación, poniendo énfasis sobre todo
en el tipo y la duración del láser y en los criterios de
selección de pacientes para poder crear protocolos válidos (8).
En la práctica diaria los problemas de hombro suelen
tratarse con una combinación de varias técnicas de
fisioterapia o incluso combinando la fisioterapia con otros
tratamientos médicos y muy pocos ensayos han evaluado
combinaciones de tratamientos.
CONCLUSIÓN:
Aunque al iniciar la búsqueda encontramos muchos
artículos relacionados con la patología del hombro, un
examen más exhaustivo de los mismos nos revela que la
mayoría tienen fallos en la metodología, tanto en aspectos
relacionados con la estadística (número de individuos de la
muestra, selección de los pacientes, grupo control, que sea
realizado a doble-ciego…) como en los relacionados con el
tratamiento( criterios de inclusión que permiten estudiar
juntas patologías que son distintas, ensayos de cada técnica
por separado mientras que en la práctica clínica se usan
varias combinadas, uso de términos ambiguos como
hombro doloroso ó patología de los tejidos blandos del
hombro…). Todo esto hace que nos planteemos si técnicas
como la masoterapia ó la crioterapia que aún no han
podido demostrar su efectividad podrían hacerlo
mejorando la calidad de los ensayos.
Con otras técnicas como la cinesiterapia, el láser ó la
magnetoterapia que si han demostrado su efectividad en
varios trabajos es clara la necesidad de estandarizar los
diseños de los ensayos clínicos para poder realizar
comparaciones entre ellos y encontrar con mayor facilidad
protocolos de tratamiento válidos para la tendinitis del
manguito rotador y el síndrome de rozamiento
subacromial.
Ebenbichler et al. recomiendan el uso del ultrasonido para
las tendinitis calcificadas de hombro. Aplican durante 15
minutos una intensidad de 2.5 W con una frecuencia de
0.89 Hz. El modo pulsátil es de 1:4 y el cabezal de 5 cm2.
Las primeras 15 sesiones de las 24 son aplicadas
diariamente (5 veces por semana) y las 9 restantes 3 veces
a la semana durante 3 semanas.
El láser ha demostrado ser efectivo para tratar la tendinitis
ha 904 nm en dos trabajos diferentes. El de Bingöl et al. que
usa un láser de ArGa con una frecuencia de 2000 Hz y una
duración de 1 minuto sobre cada punto (troquíter mayor,
troquíter menor, corredera bicipital y cara anterior y
posterior de la capsula articular) durante 2 semanas,
aplicando un total de 10 sesiones y el de England et al. que
utilizan el láser de infrarrojo también durante 2 semanas
pero aplican solo 6 sesiones en total (3 veces/semana).
La magnetoterapia ha demostrado en un trabajo de Binder
ser eficaz para tratar la tendinitis crónica del hombro
aplicada diariamente de forma pulsátil durante 4 semanas.
Verhagen et al. han llegado a la conclusión de que hay
pruebas limitadas de la efectividad del masaje como
tratamiento adicional a la terapia manual.
Ganze Senbursa et al. incluyen la crioterapia como parte de
su protocolo de tratamiento para el síndrome de rozamiento
subacromial.
Tanto en la revisión de Michener et al. como en los trabajos
de Ganze Senbursa et al. y de Bang y Deyle se recomienda
el ejercicio terapéutico más la terapia manual como mejor
opción para tratar el síndrome de rozamiento subacromial.
Los trabajos de estos dos últimos tienen muchas
coincidencias como son el uso de bandas elásticas con
diferentes niveles de resistencia para realizar los ejercicios,
la realización de ejercicios de estiramiento y
36 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
fortalecimiento de la musculatura periarticular del hombro
y el incluir en la terapia manual movilización de la
escapula y de la articulación glenohumeral. Bang y Deyle
incluyen dentro de este apartado el masaje de las
estructuras blandas del hombro, la movilización del resto
de articulaciones del hombro y de la zona cervical y el
estiramiento del pectoral menor, escalenos,
esternocleidomastoideo, infraespinoso y trapecio superior.
Ganze Senbursa recomienda fricción profunda del tendón
del supraespinoso, estiramiento del nervio radial y técnicas
de facilitación neuromuscular propioceptiva.
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que es interesante incluirlo)
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42(2):61-6. (este todavía no lo he incluido en el artículo
porque no estoy segura de que este metodológicamente
bien, te lo enviaré para que lo leas).
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Ana Beatriz Varas de la Fuente. FISIOTERAPIA DEL
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TRATAMIENTO DE LOS TEJIDOS BLANDOS. Escuela
Universitaria de la Once. Universidad Autónoma de
Madrid. Masson.2004.
25. Michael D. Bang, Gail D. Deyle. COMPARISON OF
SUPERVISED EXERCISE WITH AND WITHOUT MANUAL
PHYSICAL THERAPY FOR PATIENTS WITH SHOULDER
IMPINGEMENT SYNDROME. Journal of Orthopaedic and
Sports Physical Therapy. 2000; 30(3):126-137.
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Normas para la publicación de artículos en la revista de colegios
de fisioterapeutas: “fisioterapia y calidad de vida”
La Revista de Fisioterapia y Calidad de Vida admite lapublicación de: trabajos originales, revisiones bibliográficas ycartas al director relativas a la política editorial de la revista otrabajos previamente publicados en ella, siempre quecontengan críticas o comentarios objetivos y fundamentados.
Los manuscritos deberán estar mecanografiados a dobleespacio con letra tipo Times New Roman en cuerpo de 12puntos en formato DIN A4 con márgenes de 2,5 cm a cadalado, sin encabezados ni pies de página. Las páginas deberánnumerarse correlativamente en el extremo inferior derecho. Serecomienda una extensión no superior a los 25 folios.
Los trabajos se enviarán por duplicado a la coordinación dela revista y al Colegio de Fisioterapeutas al que pertenezca elprimer autor.
Se entregará una copia en papel y otra en soporte electrónico(CD-Rom). El procesador de texto deberá ser Word Office osimilar (OpenOffice). Se identificará perfectamente cadaarchivo y se entregará únicamente la versión definitiva.
Se adjuntará una declaración jurada y firmada por cada unode los autores en la que se afirme que el trabajo es original yno ha sido publicado en otro medio (ver final del documento).
Se informará al autor responsable de la recepción de lostrabajos así como de su número de referencia.
Cada trabajo será revisado por al menos dos revisores deforma anónima. Los autores serán informados del resultado decada una de las evaluaciones bien para la aceptación deltrabajo, bien para la realización de las modificacionesoportunas.
La portada deberá constar del título del trabajo seguido delnombre completo de los autores y la filiación profesional decada uno de ellos. Se indicará el nombre, dirección postal,teléfono y fax, y dirección electrónica del autor responsablepara la correspondencia sobre el manuscrito. Ésta será la únicapágina del trabajo donde aparecerán los nombres de losautores. Si la investigación se realizó bajo alguna beca, ofinanciación del material, medicamentos, etc. se indicará deforma abreviada al final de la portada.
En la primera página se hará constar sólo el título del trabajo,en el idioma en el que esté redactado el trabajo y en inglés. Seaconsejan títulos con una extensión entre 10 y 25 palabras.
En la segunda página aparecerá el resumen en el idioma enque esté redactado el trabajo. No sobrepasará las 300 palabrasy en los trabajos originales deberá estructurarse en: objetivos,material y método, resultados más relevantes y conclusionesprincipales. Al resumen le seguirán entre 3 y 6 palabras clave.Las palabras clave deben figurar en el Index Medicus aunque siaún no aparecen los términos para conceptos recientes, puedenusarse los habituales. El diccionario terminológico del IndexMedicus puede consultarse en español en:http://decs.bvs.br/E/homepage.htm o en inglés en:http://www.nlm.nih.gov/mesh/meshhome.html.
En la tercera página aparecerá el resumen en inglés seguidode las palabras clave también en inglés.
La cuarta página comenzará con el apartado de“Introducción”. En la introducción se debe dar contexto a losantecedentes del estudio como la naturaleza y la importanciade éste. En el último párrafo de la introducción se debenreflejar de forma clara y sencilla los objetivos del trabajo (cabela posibilidad de crear un apartado independiente para losobjetivos).
El siguiente apartado del trabajo se corresponderá con“Material y métodos”. Debe contener la información pararesponder a las preguntas ¿con quién o con qué se ha llevado acabo el estudio? y ¿cómo se ha realizado ese estudio? Lametodología debe estar lo suficientemente clara y detalladacomo para que un experto pueda reproducir el trabajo ycomprobar las conclusiones a las que se han llegado. Es posibleestablecer sub-apartados, que en muchos casos ayudarán aorganizar los conceptos y la información que se debe reflejar.
En el apartado de “Resultados” se debe responder a lapregunta ¿qué se ha encontrado? Se deben organizar losresultados para una lectura clara, sencilla y ordenada. Se podrácombinar el texto con el uso de tablas y figuras. Si se deseaaportar material adicional (por ejemplo, los ítems de unaencuesta) o detalles técnicos, es aconsejable incluirlos en unanexo para no interrumpir la secuencia del texto.
En el apartado de “Discusión” se interpretarán los resultadosencontrados y se analizarán en relación con otros trabajospublicados sobre el tema. Es útil empezar la discusiónresumiendo brevemente los principales hallazgos paracontinuar con la explicación de los posibles mecanismos o delos hallazgos, con una comparación contraste de los resultadoscon los de otros estudios relevantes. Se debe ser autocrítico yaclarar cuáles son las limitaciones del estudio así como lasimplicaciones para futuras investigaciones y para la prácticaclínica.
En el apartado de “Conclusiones” se debe responder deforma clara e inequívoca a los objetivos planteados en eltrabajo.
Si se desea colocar un apartado de agradecimiento, secolocará a continuación de las conclusiones. En este apartadose incluirán todos los colaboradores que no cumplen loscriterios de autoría. Por ejemplo: quien facilita ayuda técnica,en la redacción, o un director de departamento que sóloproporciona ayuda general. Las ayudas económicas ymateriales deberían aparecer en los agradecimientos. Personaso instituciones que han contribuido materialmente al artículopero cuya colaboración no justifica la autoría, deberíanaparecer como “investigadores clínicos” o “investigadoresparticipantes”, y asimismo debería describirse su contribución“asesor científico”, “revisión crítica”, “recogida de datos”,“cuidado de los pacientes”, etc.
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Vol.15 • Núm.1 • 2012
Puesto que la persona que lee un artículo interpreta quetodas las personas que aparecen en los agradecimientos dan suaprobación a los datos y conclusiones, éstas deberán dar suautorización, por escrito, a aparecer en esta sección.
Las tablas deben incluirse en hojas independientes del texto(cada tabla en una hoja diferente) junto con su título y pie detabla si lo hubiere. En el texto debe reflejarse el lugar dondedebe ir colocada la tabla entre corchetes y negrita, porejemplo: [Tabla 1]. Deberán numerarse correlativamente como[Tabla 1], [Tabla 2] según el orden de la primera vez queaparecen en el texto. Cada tabla deberá llevar un título. Nousar líneas horizontales ni verticales. Cada columna debe irencabezada por un título breve o abreviado. Los autores debencolocar las explicaciones en notas a pie de tabla, no en eltítulo. Explicar en notas a pie de tabla todas las abreviaturas nohabituales. Para las notas a pie de tabla, usar los siguientessímbolos en este orden: * † ‡ § || ¶ ** †† ‡‡. Asegúrese de queen el texto cada tabla tiene su correspondiente cita.
Se consideran figuras a las fotografías, dibujos, esquemas,gráficos, todos ellos bajo la misma denominación: [Figura 1],[Figura 2] en relación a la primera vez que aparecen en eltexto. En el texto debe indicarse la referencia de la figura entrecorchetes y negrita, por ejemplo: [Figura 1]. Cada figura debeincluirse en una hoja independiente con su correspondientetítulo y pie de foto. Las figuras deberían haber sido diseñadas yfotografiadas en calidad profesional o bien presentadas comofotografías digitales. El formato en el que deben presentarse lasfiguras debe ser en JPG o GIF con la calidad suficiente parapoderlas reproducir en papel (se aconseja una resoluciónmínima de 200 ppp). Las letras, números y símbolos de lasfiguras deberían ser claros y totalmente uniformes, y tener untamaño suficiente para que al reducirlas para su publicaciónsigan siendo legibles. Las figuras deben ser tan claras como seaposible (autoexplicativas). En las leyendas de las figuras nodeberían faltar títulos ni explicaciones, pero estasexplicaciones no deben figurar en el interior de lasilustraciones.
Si se usan fotografías de personas, o bien los sujetos nodeben poder identificarse o bien sus fotografías deben iracompañadas de la correspondiente autorización escrita parautilizarlas. Siempre que sea posible debería obtenerse elpermiso para la publicación.
Se aconseja un máximo de 10 tablas y figuras.
Usar solamente abreviaturas estándar. Evitar el uso deabreviaturas en el título. La primera vez que se usa unaabreviatura debería ir precedida por el término sin abreviar, amenos que sea una unidad de medida estándar.
En cuanto al apartado de Referencias bibliográficas debenseguirse el estilo de los “Requisitos de Uniformidad paraManuscritos enviados a Revistas Biomédicas: redacción ypreparación de la edición de una publicación biomédica” en surevisión de noviembre de 2003, disponible en castellano en:http://www.metodo.uab.es y en la versión original en:http://www.icmje.org/. Para ejemplos de formato de referenciasbibliográficas, los autores deberían consultar la página web:http://www.nlm.nih.gov/bsd/uniform_requirements.html o ensu traducción al español en www.metodo.uab.es.
El número de citas no sobrepasará las 40 ref. para un trabajoexperimental y 60 para un trabajo de revisión bibliográfica.
Las referencias deberían estar numeradas consecutivamente,siguiendo el orden en que se mencionan por vez primera en eltexto. Identificar las referencias bibliográficas en el textomediante números arábigos entre paréntesis. Si hay varias citascorrelativas se coloca la primera y la última separadas por unguión. Incorrecto: (1, 2, 3, 5, 10, 11, 12, 13). Correcto: (1-3, 5,10-13). El punto de finalización del párrafo se pondrá siempredespués del paréntesis.
Los títulos de las revistas deben abreviarse conforme al estilodel Index Medicus. Consultar la Lista de revistas indexadas enel Index Medicus, publicado anualmente como número apartey también en el número de enero del Index Medicus. Asimismo,la lista también se puede obtener en el sitio web de la NLM(http://www.nlm.nih.gov). Para consultar las abreviatura derevistas españolas, puede consultar el catálogo del InstitutoCarlos III (http://www.isciii.es/publico/ )
Ejemplos para referencias bibliográficas (para casos especialesconsulta:
http://www.nlm.nih.gov/bsd/uniform_requirements.html owww.metodo.uab.es).
1. Artículo de revista estándar. Se mencionan los seis primerosautores. Si hay más, después del sexto se escribe et al.
Halpern SD, Ubel PA, Caplan AL. Solid-organ transplantation inHIV-infected patients. N Engl J Med. 2002 25;347(4):284-7. RoseME, Huerbin MB, Melick J, Marion DW, Palmer AM, Schiding JK,et al. Regulation of interstitial excitatory amino acid concentrationsafter cortical contusion injury. Brain Res. 2002; 935(12):40-6.Geraud G, Spierings EL, Keywood C. Tolerability and safety offrovatriptan with short- and long-term use for treatment of migraineand in comparison with sumatriptan. Headache. 2002;42 Suppl2:S93-9.
Tor M, Turker H. International approaches to the prescription oflong-term oxygen therapy [letter]. Eur Respir J. 2002;20(1):242.
(En español [carta])
Lofwall MR, Strain EC, Brooner RK, Kindbom KA, Bigelow GE.Characteristics of older methadone maintenance (MM) patients[abstract]. Drug Alcohol Depend. 2002;66 Suppl 1: S105.
(En español [resumen])
2. Libros y otras Monografías
Murray PR, Rosenthal KS, Kobayashi GS, Pfaller MA. Medicalmicrobiology. 4th ed. St. Louis: Mosby; 2002.
Gilstrap LC 3rd, Cunningham FG, VanDorsten JP, editors.Operative obstetrics. 2nd ed. New York: McGraw-Hill; 2002.
(En español: editores)
3. Capítulo de libro
Meltzer PS, Kallioniemi A, Trent JM. Chromosome alterations inhuman solid tumors. In: Vogelstein B, Kinzler KW, editors. Thegenetic basis of human cancer. New York: McGraw-Hill; 2002. p.93-113. (En español: En:)
4. Actas de conferencias, congresos
Harnden P, Joffe JK, Jones WG, editors. Germ cell tumours V.Proceedings of the 5th Germ Cell Tumour Conference; 2001 Sep
40 Fisioter calid vida.2012;15(1)
Vol.15 • Núm.1 • 2012
13-15; Leeds, UK. New York: Springer; 2002.
(En español: Actas del/de la)
5. Artículo de periódico
Tynan T. Medical improvements lower homicide rate: study seesdrop in assault rate. The Washington Post. 2002 Aug 12; Sect. A:2(col. 4).
(En español: 12 Ago 2002; Secc. )
6. Diccionarios y similares
Dorland's illustrated medical dictionary. 29th ed. Philadelphia:W.B. Saunders; 2000. Filamin; p. 675.
7. Artículo de revista en Internet
Abood S. Quality improvement initiative in nursing homes: theANA acts in an advisory role. Am J Nurs [serial on the Internet].2002 Jun [cited 2002 Aug 12];102(6):[about 3 p.]. Available from:
http://www.nursingworld.org/AJN/2002/june/Wawatch.htm
(En español: [serie en Internet]. [citado 12 Ago 2002]; [aprox. 3p.]. Disponible en:)
8. Monografía en Internet
Foley KM, Gelband H, editors. Improving palliative care forcancer [monograph on the Internet]. Washington: NationalAcademy Press; 2001 [cited 2002 Jul 9]. Available from:http://www.nap.edu/books/0309074029/html/.
(En español: [monografía en Internet]. [citado 9 Jul 2002].Disponible en:)
9. Página principal de un sitio Web
Cancer-Pain.org [homepage on the Internet]. New York:Association of Cancer Online Resources, Inc.; c2000-01 [updated2002 May 16; cited 2002 Jul 9]. Available from:http://www.cancer-pain.org/.
(En español: [actualizado 16 May 2002; citado 9 Jul 2002].Disponible en:)
10. Página Web de un sitio Web
American Medical Association [homepage on the Internet].Chicago: The Association; c1995-2002 [updated 2001 Aug 23;cited 2002 Aug 12]. AMA Office of Group Practice Liaison; [about2 screens]. Available from: http://www.ama-assn.org/ama/pub/category/1736.html
(En español: [actualizado 23 Ago 2001; citado 12 Ago 2002].[aprox. 2 pantallas]. Disponible en:)
SOLICITUD DE DECLARACIÓN JURADA