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    Culturas Cientficas y Alternativas Tecnolgicas. I Encuentro Internacional.

    ISBN: 978-987-1632-07-7

    Editor: Ministerio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva de la Nacin.Coordinadores: Fernando Tula Molina (Doctor en Filosofa, UNLP) y Gustavo Giuliano(Doctor en Epistemologa, UNTREF - Ingeniero en Electrnica, UNLP)

    Esta publicacin compila las ponencias del I Encuentro Internacional de CulturasCientficas y Alternativas Tecnolgicas, organizado por el Observatorio de NuevasPrcticas y Alternativas Tecnolgicas (ONPAT) y el Programa Consejo de laDemanda de Actores Sociales (PROCODAS) del Ministerio de Ciencia,Tecnologa e Innovacin Productiva, el 8 y 9 de Octubre 2009.

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    Auspiciantes

    Organizadores:

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    Prlogo 7Introduccin 9

    Presentacin de Trabajos - Primer Da 11Fernando Tula Molina y Gustavo Giuliano (Coordinadores)

    Presentacin de Trabajos - Segundo Da 17Fernando Tula Molina y Gustavo Giuliano (Coordinadores)

    Primer da 23Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales:PROCODAS 25Oscar Galante

    Comentarios realizados por Federico Vasen 33

    El pluriculturalismo tecnolgico: cuarta generacinde los derechos y el movimiento por la tecnologa socialen Amrica LatinaRicardo Neder 39

    Comentarios realizados por Ailin Reising 61

    Sistemas Tecnolgicos Sociales y CiudadanaSocio-Tcnica. Innovacin, Desarrollo, Democracia.Hernn Thomas 65

    Sobre el carcter cuantitativo de la evaluacinneoliberal de la UniversidadMarcos Barbosa de Oliveira 87

    Comentarios realizados por Adriana De Simone 119

    Las diversas culturas y las prcticas de la cienciaHugh Lacey 133

    Comentarios realizados por Antonio A. P. Videira 171

    Culturas Cientficas y Alternativas Tecnolgi

    ndice

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    Segundo Da 179La reunificacin de las dos culturas a travs de la va tecnolgicaAilin Mara Reising 181

    Comentarios realizados por Martn Parselis 197Los Observatorios de Sustentabilidad como centros guaspara la implementacin de estrategias de sustentabilidad local-regional,y potenciadores de sinergias entre actores sociales.Josep AntequeraParte 1 - Una visin en seis bloques de la sostenibilidad local y regional. 205Parte 2 - Los Observatorios de Sustentabilidad 223

    Comentarios realizados por Andr Luis de Oliveira Mendona 237

    Actuar y reaccionar: valores y culturas en la construccinde la relacin tecnologa-democraciaFernando Tula Molina 245

    Comentarios realizados por Hernn Miguel 269

    Ciencia, Tecnologa y Democracia: distinciones y conexionesAndrew Feenberg 279

    Comentarios realizados por Gustavo Giuliano 297

    APNDICE I 305Jugando en el patio traseroEder L. Romero

    APNDICE II 313La contribucin de Feenberg y Lacey para el anlisisde la poltica de C&T latinoamericanaRenato Dagnino

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    Promediaba el ao 1959 cuando Charles Percy Snow, qumico, novelista yvarias veces funcionario del gobierno ingls, pronunciaba su clebre conferenciaLas dos culturas. En ella haca pblica su desazn por los caminos de mutuodesdn transitados por los partidarios de la cultura cientfica, que se arrogabapara s la representacin de la modernidad, y la cultura literaria, que se negaba aaceptar un mundo nuevo aferrndose a la tradicin humanista. Desde entonces, eldesencuentro no ha cesado de expandirse, adquiriendo nuevos y complejossignificados en la especializacin siempre creciente y perdindose en los vericuetosepistemolgicos que pretenden distinguir entre lo cientfico y lo social. Sin embargo,hay indicios firmes de que algo ha empezado a cambiar. La realidad de un mundoque nos avasalla con sus injusticias, y una ciencia y tecnologa que nos deslumbrancon sus logros, comienzan a reconocerse en los albores de un dilogo posible.

    La urgencia de este dilogo se hace cada vez ms visible a partir del carcterlimitado de un abordaje exclusivamente naturalista de los problemas

    medioambientales. Ante la enorme capacidad tecnolgica que dispone la sociedaden nuestros das, se ha visto la necesidad de discutir cmo alcanzar grados deconciencia y responsabilidad acordes; en definitiva, el reconocimiento del carctertico y poltico del sentido de nuestras prcticas de innovacin, produccin,distribucin y consumo. Un modelo de pas requiere una clara definicin de aquelloque considera valioso y lo que debe defenderse para afianzar un sistematecnolgico eficiente, legtimo y democrtico.

    Desde el Ministerio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva hemossabido reconocer esta necesidad urgente de poca y la creacin del ProgramaConsejo de la Demanda de Actores Sociales (PROCODAS) abreva en estasnuevas aguas, promoviendo la vinculacin de las potencialidades del conocimientocientfico-tecnolgico con las necesidades propias del desarrollo humano. Es bajoesta intencin que ha puesto empeo en la bsqueda de elementos que permitanencontrar respuestas al desafo presente.

    Al cumplirse cincuenta aos de la conferencia de Snow, el I Encuentro

    Internacional de Culturas Cientficas y Alternativas Tecnolgicas, cuyas memoriasde dos jornadas intensas me es grato prologar, es una muestra cabal de que talcamino no slo es posible sino que se ha transformado en imprescindible para laprofundizacin y buen nombre de nuestras democracias.

    Dr. Lino BaraaoMinistro de Ciencia Tecnologa e Innovacin Productiva

    Prlogo

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    Introduccin

    1 Para ms informacin, ver ganadores de Innovar 2009 (www.mincyt.gob.ar)

    Culturas Cientficas y Alternativas Tecnolgi

    El nuevo enfoque en la planificacin y gestin de la poltica en ciencia,tecnologa e innovacin adoptado desde el ao 2003, se ha orientado a crearun nuevo perfil tecno-productivo de desarrollo para nuestro pas. En el marcode estos lineamientos, el Ministerio de Ciencia, Tecnologa e InnovacinProductiva ha identificado a lasTecnologas Sociales como una de las reasestratgicas prioritarias. Las acciones y herramientas impulsadas por estaAdministracin para promover la innovacin repercuten favorablemente endiversos mbitos. La implementacin de nuevas tecnologas en sectoressociales marginados es uno de ellos. Esta incorporacin aporta soluciones ymejoras en las problemticas que padecen estas comunidades. As, laspolticas que hacen foco en el incremento de nuevos conocimientos, tantopara la mejora de los procedimientos productivos, como para el desarrollohumanitario y social, dan como resultado un acceso ms equitativo a lasnuevas tecnologas y por ende, una sociedad ms justa y ecunime.

    Las Tecnologas Sociales son aqullas que llegan a los sectores msexcluidos para resolver problemas de primera necesidad, como son laalimentacin, la salud, el acceso a servicios pblicos e infraestructura bsica.El mayor desafo a la hora de aplicar soluciones tecnolgicas a realidadessociales sensibles es abordar la problemtica de forma participativa, con lainclusin de todos los actores involucrados.

    Por ello, el Programa Consejo de la Demanda de Actores Socialespromueve la transversalidad de las polticas pblicas para el desarrollo social,mediante la articulacin de acciones que vinculan a los ciudadanos y a lostcnico-cientficos, como por ejemplo, las llamadas mesas de gestinasociadas. Un aspecto fundamental para alcanzar el propsito de lasTecnologas Sociales est en facilitar las nuevas tecnologas de formainmediata y directa con los actores que las necesitan. Un claro ejemplo es elYogurt Probitico para Escuela (Yogurito)1, un alimento funcional de altatecnologa, que ingresa sin intermediarios en los comedores escolares parallegar a los nios y mejorar su dieta y salud. Este proyecto se inici en la

    provincia de Tucumn, y posteriormente se transfiri a Entre Ros y San Juan.Actualmente, se gestiona su implementacin/alcance a las provincias deMisiones, Chaco y Santiago del Estero.

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    La presente publicacin es fruto del primer encuentro internacional sobreesta temtica, donde cientficos, economistas y pensadores de varios pasesse reunieron para debatir y expresar nuevas propuestas sobre la trans-formacin del desarrollo tecno-cientfico, orientado hacia la responsabilidad

    social.Las nuevas tecnologas y el crecimiento exponencial del conocimiento

    generan grandes oportunidades para aumentar la competitividad, y tambinson recursos invaluables para recuperar el equilibrio/la equidad (o la movilidadsocial ascendente) y mejorar la calidad de vida de la ciudadana. Esto suponeun cambio de paradigma en los procesos productivos aplicados hasta la fechay una ocasin para articular el dilogo entre las dos culturas. Por ello, elaporte terico y acadmico de los ponentes crea una base esencial parapensar, disear y planificar estrategias que favorezcan una sociedad msequitativa y democrtica.

    Dra. Ruth LadenheimSecretaria de Planeamiento y Polticas del Ministerio de Ciencia,

    Tecnologa e Innovacin Productiva

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    no se trata de una reforma menor, nuevas formas legales e institucionales sonnecesarias para desligar el progreso tecnolgico del consumo tecnolgico(generado por el mercado con el propsito primordial de optimizar el lucro).

    Este trnsito, de pasar de prcticas y desarrollos tecnolgicos asociadosa la concentracin del rdito, a prcticas de desarrollo social efectivo,constituye el teln de fondo de la discusin poltica en torno a las tecnologassociales. Como fundamento de la necesidad de avanzar por este camino,Neder apela a unacuarta generacin de derechos humanos. Estos giran entorno al control tecnolgico en procesos cruciales para los diferentesescenarios sobre los que pueden proyectarse las sociedades contemporneas(p.e. manipulacin gentica de humanos, animales, vegetales, bacterias yorganismos celulares).

    En el nivel acadmico, esta discusin se traduce en los diferentesmodelosque pueden dar cuenta de las relaciones, tensiones y asimetras que se danentre ciencia, tecnologa y sociedad o, para decirlo con una expresin nica,de nuestras prcticas sociotcnicas . Neder defiende la importancia del modelode Renato Dagnino respecto a asumir el desafo de fomentar mecanismosinstitucionales de participacin, que nos conduzcan al pluralismo tecnolgico ,en lugar de profundizar los modelos degerenciamiento coorporativo y

    empresarial, asociados a prcticas de consumo para pocos. No escapa aNeder que esta tarea supone, adems, elaborar una pedagoga econmica y cultural adecuada para la tecnologa social y su ambiente innovador. A pesarde ser una tendencia contra-hegemnica, Neder pone el ejemplo de lasprcticas asociadas a la economa solidaria que ya integra a 1,2 millones depersonas en Brasil.

    Como observa la comentarista a este trabajo, Ailin Reising, ante los nuevosdesarrollos y sistemas tecnolgicos, se abren o cierran diversas posibilidadesy por ello surgen preguntas fundamentales: Qu seramos, cmo seramos,cmo podramos llegar a ser en otros mundos tecnolgicos?

    El modelo de Dagnino, al que Neder se refiere, es el de laadecuacinsocio-tcnica . Este modelo es desarrollado por Hernn Thomas a partir deproblematizar la finalidad de las tecnologas sociales, Qu es lo que sebusca? Solucin a problemas de exclusin social de los pobres? O la clavede inclusin social de todos? Thomas coincide con Galante en la

    responsabilidad del Estado en la resolucin de los problemas de exclusinsocial, y concibe las tecnologas sociales como un componente clave en lasestrategias de desarrollo econmico y democratizacin poltica. En estesentido, no se trata de paliar la situacin de los grupos desfavorecidos, sino

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    del papel anticclico que pueden jugar las tecnologas sociales, frente a lascrisis recurrentes ocasionadas por las tecnologas rent seeking.

    Uno de los principales sealamientos de Thomas es que los problemas en

    cuestin no se solucionan con un aumento de presupuesto para el sector C&T,sino que requiere de unviraje estratgico para aumentar las unidades pblicasde I+D en dinmicas sociotcnicas a nivel local, con nuevas formas deorganizacin de la produccin y nuevas oportunidades de acumulacin. Talesdinmicas permiten profundizar las relaciones democrticas, incluyendo porva participativa a los usuarios-beneficiarios en las decisiones tecnolgicas.Esta nueva dimensin de las sociedades democrticas es conceptualizadacomo ciudadana socio-tcnica . Por su intermedio, Thomas propone laampliacin de la esfera pblica, buscando contrarrestar los procesos deapropiacin privada de bienes, conocimientos y espacios (con la consiguienteregulacin y control social de conductas de la poblacin).

    Tambin preocupado por el sentido y direccin de las dinmicas deinnovacin, Marcos Barbosa de Oliveira explora el origen, ascenso y vigenciadelsistema cuantitativo de evaluacin de la productividad cientfica. Partiendodel carcter contraintuitivo de la propia idea de evaluar numricamentecreaciones de la mente humana, muestra que ello responde a la transicin de

    los sistemas de innovacin a su fase neoliberal. A partir de aqu, la improntaproductivista y taylorista que asume la empresa cientfica, obliga a unaadministracin eficiente , y sta a indicadores cuantitativos que permitan medirla tasa entre recursos asignados y objetivos cumplidos.

    Pero es aqu donde volvemos a la pregunta por la finalidad y los objetivosde la actividad cientfica y los desarrollos tecnolgicos. Es slo cuando sevincula la administracin de los recursos con lalgica empresarial que losproductos simblicos del sistema C&T se transforman en unamercanca , y sucuantificacin se vuelve imprescindible para calcular el lucro asociado. Sinembargo, de la mano de Christopher Freeman, Oliveira muestra las dificultadespara medir el impacto de la I+D con relacin a las ganancias de una empresao el grado en que se avanza en el cumplimiento en los objetivos de un pas(como puede ser el aumento del PBI, o el bienestar general de la poblacin).A pesar de ello, se mantienen en la actualidad los indicadores absolutos dedesempeo basados en la cantidad (de artculos publicados, recursosformados y patentes obtenidas, etc.). En ltima instancia, observa, esta

    direccin conduce a que la subida en elranking de los pases con relacin ala produccin de artculos y patentes se convierta en elobjetivo ltimo de laspolticas de C&T.

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    El punto crucial reside, entonces, en la propia lgica implcita, de carcterempresarial, con la que se aborda la tarea de evaluar la actividad cientfica ytecnolgica. Como fue sealado en trabajos anteriores, esta lgica no slo noes nica, sino que es posible y deseable transitar hacia una fase social, no

    neoliberal, del desarrollo tecnocientfico. Este punto no es menor dado que,como bien observa Oliveira, all se juega la posibilidad de una actividadcientfica con responsabilidad social, que recobre su autonoma frente a losimperativos del mercado. El significado social de la investigacin en ciencia ytecnologa, a cuya consciencia insta Oliveira tanto a cientficos, como atecnlogos y administradores, resulta incompatible con la idea deoptimizacinpuesta en la productividad en trminos cuantitativos. Para quienes pertenecenal sistema cientfico-tecnolgico,cumplir con su trabajo , debera consistir msen cumplir con la misin social de su tarea, que la derendir cuentas conparmetros productivistas.

    Al comentar su trabajo, Adriana De Simone va ms all de las causassociohistricas responsables del ascenso de la nocin de innovacin y de laevaluacin cuantitativa, colocando en el centro de la discusin la idea dehombre, de persona y de sociedad a la que la actividad cientfica y tecnolgicadebera servir. Si valoramos la creatividad como caracterstica humanafundamental y especfica de las tareas de I+D , y si deseamos una sociedad

    basada en el respeto a la alteridad y a los derechos humanos, vemos lanecesidad de modificar el rumbo actual (signado por la cuantificacin, lahomogenizacin y el consumo) que nos conduce al individualismo y a la propiaalienacin del yo. De modo general, alienta hacia un horizonte de desarrolloorientado ms por elser que por el tener , y hacia la participacin cvica entemas de C&T. Coincide con Edgar Morin en que la ciencia es un procesodemasiado serio para ser dejado en manos de los cientficos y que se torndemasiado peligrosa para ser dejada en manos de los polticos.

    En la ltima presentacin del primer da, Hugh Lacey presenta losresultados recientes de su modelo para la integracin de valores epistmicosy sociales en las prcticas cientficas. Este modelo parte justamente de unanocin de hombre y del actuar humano. La capacidad de actuar libremente esconcebida como una dimensin integral del bienestar humano, y el hombrecomo un ser social que, al interactuar con la naturaleza, los artefactos y otroshombres, refleja sus deseos, valores y creencias sobre lo que es posible ydeseable. En relacin con el tema especfico del encuentro, Lacey observa

    cmo son las diferentes culturas existentes las que modelan la interaccinsocial, la relacin con el medio ambiente y, en algunas culturas, adems conotros seres de naturaleza espiritual (espritus, dioses, Dios).

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    Frente a este panorama, la cultura cientfica, nacida en la modernidad, esvista como una cultura particular con caractersticas que le son propias, entrelas que se destacan laobjetividad (basada en criterios cognitivos sin contenidotico ni valorativo) y lainclusividad (que permite que el conocimiento sea

    usado por todos, y concebido como patrimonio comn de la humanidad). Lacrtica de Lacey apunta a mostrar que no es un hecho que todos los resultadosaceptados por la comunidad cientfica estn de acuerdo con la objetividad, yclaramente no lo estn con relacin a la inclusividad (p.e. es un punto de crticaque el conocimiento cientfico sirve ms a los intereses de los ricos que de lospobres, como puede verse en la Argentina con relacin al mal de Chagas o,de modo general, con relacin a todas las enfermedades hurfanas verApndice I).

    Otro punto destacado de su trabajo, es la distincin entre diversasestrategias de investigacin , responsables de delimitar el campo y las teorasa considerar, as como la seleccin de los datos relevantes. En el casodominante, las teoras a investigar son las que tienden a mostrar losmecanismos subyacentes a diferentes niveles (p.e. molecular, psicoqumico,estructuras matemticas y propiedades cuantificables), y utilizan los resultadosde mediciones efectivas con el fin de examinarlas. El punto aqu, para Lacey,es que los fenmenos que no puedan ser descriptos por estos medios quedan

    fuera de lo comprensible y de lo investigable. Por otra parte, este abordajedisocia los fenmenos de sus cualidades sensoriales, ecolgicas, y de suscontextos culturales, humanos y sociales. A tal concepcin denominaabordajedescontextualizado . En su opinin, por este camino no puede alcanzarse unacomprensin satisfactoria de diversos fenmenos asociados a los riesgosindirectos, o a las prcticas alternativas (como la agricultura biodinmica). Esdecir, el abordaje descontextualizado invisibiliza ciertos fenmenos, para loscuales se requiere estrategias alternativas. En tal sentido, al igual que Neder,Lacey defiende la necesidad de transitar hacia el pluralismo metodolgico conel fin, no slo de aumentar la objetividad y la inclusividad, sino como caminopara aumentar la capacidad de agencia humana.

    Por qu la principal tendencia de la investigacin actual se relaciona conla innovacin tecnocientfica? Por qu no se enfoca en reparar los daossociales, culturales y ecolgicos a los que tal innovacin ha conducido, a partirde las condiciones socioeconmicas de la modernidad? Por qu no volvercentral la cuestin de la distribucin equitativa de los beneficios del avance del

    conocimiento como capital simblico de todos? Para dar cuenta de estaspreguntas Lacey distingue dos principios axiolgicos, el de lalegitimidad dela innovacin tecnocientfica , y el de laresponsabilidad de la conductacientfica. Mientras el primero slo admite la existencia de riesgos cuando

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    existen pruebas fehacientes validadas por los criterios del abordajedescontextualizado, el segundo pone en primer plano las consideracionesque emanan del principio de precaucin . De todos modos, aclara, la diferenciafundamental entre ambos no es de tipo conceptual, sino de las caractersticas

    de nuestras sociedades de base capitalista, donde una parte significativa delideario de progreso en las instituciones cientficas, se encuentra en relacin derefuerzo mutuo con los valores del mercado.

    Ante esta situacin, el trabajo de Lacey finaliza alentando hacia un procesode reinstitucionalizacin de la ciencia, a la luz de los ideales de objetividad einclusividad. Este proceso enfrenta dificultades que no deben sersubestimadas (como el alto prestigio del abordaje descontextualizado a partirde los resultados objetenidos, o la insuficiencia de las currculas acadmicaspara cultivar una visin crtica general en los jvenes cientficos), pero tampocodeben ser exageradas (dado que ya existen indicadores concretos para unrumbo diferentes (p.e. las organizaciones cientficas contrahegemnicas enBrasil, la iniciativa PROCODAS del Ministerio de Ciencia, Tecnologa eInnovacin Productiva en Argentina, o la creacin de la seccin Ciencia yDerechos Humanos en laAmerican Association for the Advancement of Science ). En todos estos casos una mayor participacin democrtica se tornacrucial en la definicin de prioridades y en el llamado de atencion sobre reas

    marginalizadas.En cualquier caso, queda claro que no se trata de negar espacio a la

    innovacin tecnocientfica, sino de crear formas insitucionales que permitan ladeliberacin cvica entre todos los que experimentan su impacto. Pero, comobien seala el comentarista del trabajo, Antonio A. P. Videira, este proyectoinvolucra repensar varias cuestiones de envergadura; entre ellas, el anlisis dela sociedad desde la propia filosofa de la ciencia y desde la poltica en C&T,as como la relacin entre el aumento del conocimiento y el aumento de lafelicidad.

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    Presentacin de los Trabajos

    Segundo Da

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    Como ya se seal, una preocupacin en comn que une a los textos queocupan este volumen se relaciona con la identificacin de herramientasconcretas que faciliten el dilogo entre las diferentes culturas cientficas. AilinReising sostiene en su trabajo que las nuevas tecnologas de visualizacincumplen con ese fin, permitiendo la interaccin entre el arte digital y lacomprensin cientfica de fenmenos complejos.

    La autora considera que este nuevo mbito resulta, no slo positivo para elarte y para la ciencia al potenciar las posibilidades de ambos, sino tambinpropicio para contribuir a la divulgacin cientfica. Las tecnologas devisualizacin de alta precisin, aparecen como el vnculo que permite laemergencia de nuevos recursos y configuran un espacio de interaccin

    novedoso. Este espacio posibilita la conversin de laesttica fra de lavisualizacin de meros datos, enestticas reflexivas ms aptas para sucomunicacin social. Este puente entre ciencia y arte resulta una contribucina la tercera cultura ; aquella que enfatiza el pluralismo axiolgico (quetrasciende la demarcacin entre loepistmico y losocial ) y la necesidad departicipacin ciudadana en el anlisis de las consecuencias eventuales de lainnovacin tecnolgica.

    Complementando y tensionado esta posicin, su comentarista, MartnParselis, sugiere analizar hasta qu punto elsci-art estimulara miradasantirrealistas de la ciencia, y se pregunta qu riesgos existen de asemejar susproductos a la tecnologa, tal vez hasta su confusin, haciendo imposiblediferenciar entre los objetossci-art y los artefactos.

    Con el mismo inters, aunque en otro plano pragmtico, Josep Antequeramuestra cmo los observatorios de ciencia y tecnologa se han reconocidocomo una herramienta eficaz para pensar y guiar la actividad tecnocientfica.

    En este sentido, y ante la heterogeneidad de criterios y formas organizativasposibles, propone partir de una definicin que entienda que un modelo dedesarrollo debe tener como horizonte, no slo mantener la calidad de losecosistemas y su biodiversidad, sino alcanzar un bienestar social generalizado.

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    Desde una mirada amplia, sostiene que lograr el objetivo de la sostenibilidadno es meramente una cuestin de definir los mejores indicadores, sino querequiere de un modelo cultural nuevo en el cual se incremente el valor moral,social y econmico de los sistemas naturales y de los seres humanos,

    transitando hacia un nuevo eco-humanismo. Con su trabajo, y en base a suvasta experiencia en el tema, fundamenta y expone un modelo sistmico dealcance regional. Este modelo se basa en una matriz que tiene enconsideracin una variedad de aspectos que se suman a los ecolgicosclsicos, aportando datos desde lo territorial-urbanstico, la esfera econmicay del empleo, la gestin pblica y los aspectos que hacen a una gestininstitucional adecuada a la consecucin de los fines deseados.

    No escapa a la mirada de Antequera la necesidad de criticar el sistemamercantilista actual y, en armona con su ideal de ms sociedad y menosmercado, considera que un observatorio debe traer a la luz el valor del tiempodedicado a las relaciones sociales, a la formacin personal, al disfrute de lavida familiar y la educacin de los hijos. Los observatorios regionales debencontribuir a generar la conciencia necesaria para movilizar las voluntades, paradesarrollar un nuevo modelo de transformacin social acorde con los nuevostiempos. Las transformaciones locales son las esperanzas para transformar elmundo.

    Andr Luis de Oliverira Mendona, quien comenta su trabajo, sealaalgunas inquietudes y preocupaciones sobre la propuesta; entre ellas, queresulta difcil entrever cmo un observatorio tendra la capacidad de influir enla subjetividad individual de las personas, de modo que pueda incentivar eltrnsito hacia una sociedad menos consumista, ms participativa y sustentable.

    En lnea con esta incisiva inquietud, y conciente de que todo cambiorequiere de actores que acten proactivamente, Fernando Tula Molina proponela necesidad de seguir un comportamiento que respete simultneamentenuestro conocimiento y nuestra ignorancia. El conocimiento valida y estimulala necesidad de educar y educarse, la ignorancia plantea la necesidad de tejeracuerdos colectivos y democrticos, que legitimen la accin an en los casosen que se desconozcan sus consecuencias.

    Tales acuerdos en sociedades democrticas en las que prima la diferenciams que la igualdad, requiere de marcos que trasciendan los valores

    meramente tcnicos e incluyan los aspectos subjetivos de la riqueza social.Esto necesita de una crtica a las referencias simblicas hoy hegemnicas,que dan primaca a la optimizacin de la eficiencia como valor supremo. En talsentido es claro en sealar que, mientras no se pueda trascender el imaginario

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    social que asocia acrticamente tecnociencia con progreso social, no serposible alcanzar una sociedad ms plena en el sentido humano amplio deldesarrollo social, segn lo entiende el Premio Nobel de Economa AmartyaSen.

    Para Tula Molina, la educacin y la accin participativa conforman as losdos ejes (en analoga con el espacio cartesiano, uno temporal y otro espacial),en los que se mueve su propuesta de implicacin ciudadana, con la cualinaugura un plano de reflexin colectiva desde donde poder re-pensar larelacin entre bienestar y bien colectivo, bien pblico y desarrollo social. Supropuesta consiste en incentivar la ampliacin de este espacio en lasinstituciones democrticas, con el fin de legitimar colectivamente una identidady un proyecto de pas desde la accin ciudadana. La gran capacidad detransformar el mundo inaugurada por la tecnociencia, lejos de ahuyentar alciudadano y replegarse en la autoridad de los expertos, debe llamarlo aaumentar su grado de responsabilidad en la conformacin de su entorno devida, revalorizando el sentido de sus ideales y los objetivos a futuro.

    Al comentar su trabajo, Hernn Miguel muestra que la distincin inicial entrehechos previsibles y explicables no es excluyente, amplindola a la distincinentre hechos explicables e inexplicables, por un lado, y hechos previsibles e

    imprevisibles, por el otro. Con ello mostrar que la responsabilidad en el actuarse liga con la posibilidad de prever antes que con la de explicar (siendo quehay hechos imprevisibles que luego son explicables). A partir de all, analiza elprincipio de precaucin y seala que debemos ser precavidos tanto paraactuar como para no hacerlo, siendo que ambas conductas involucran riesgos;as, toda evaluacin debe hacerse sopesando los riesgos previsibles y nomediante una ecuacin riesgo-beneficio.

    En el ltimo trabajo del cuerpo principal Andrew Feenberg vuelve sobre larelacin entresujeto tcnico e identidad , observando que el propio actor esten juego en su accin: al serruchar y martillar, convirtiendo una pila de maderasen una mesa, no se trata slo del objeto producido, sino de que nostornamoscarpinteros. Y es por estar en juego nuestra identidad, y por el hecho de quelas tecnologas proporcionan los entornos en los cuales la gente ordinaria vive,por lo que se vuelve necesaria la intervencin democrtica; no slo losexpertos, sino tambin los legos, son alcanzados por la implantacin de nuevasprcticas tecnolgicas. De todos modos, ms all de sealar y defender la

    relevancia de los criterios sociales y econmicos en las eleccionestecnolgicas, Feenberg defiende no abandonar la vieja distincin entre cienciay tecnologa: la democratizacin tiene un significado normativo en la tecnologaque no lo tiene para la ciencia. En tal sentido, mantiene que verdad y utilidad

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    todava pertenece a mundos distinguibles, an cuando en muchos casos seintersecten en las tecnociencias.

    Es por la utilidad, ms que por la verdad, que surgen los conflictos de

    intereses en las polticas de regulacin (como en los estudios sobre cncer depulmn financiados por las tabacaleras) y, a diferencia de las controversiascientficas, es deseable que sean procesos democrticos los que decidan elresultado, en lugar de que lo hagan unos pocos actores especficos (comopueden serlo las corporaciones y las agencias involucradas). En este sentido,segn su mirada, la tecnologa responde a una dinmica de jerarquaentramada que imposibilita diferenciar un adentro y un afuera. Los grupossociales se forman en derredor de la tecnologa que al mismo tiempo moldeasus experiencias y posibilita su identidad comn. Comprender el mundo va dela mano con la propia formacin de los grupos sociales y su identidad. Todoest entrelazado con tecnologa de un modo fluido en las sociedadesmodernas.

    En consecuencia, concluye, las polticas de ciencia y las de tecnologadeben diferir, en tanto que la contribucin de los grupos sociales al cambiocientfico es mucho menos directa que en el caso del cambio tecnolgico.Mantener esta distincin es importante, tanto para lograr equidad a la hora de

    distribuir los fondos destinados a la investigacin, como para no confundir lascuestiones cognitivas con las regulatorias.

    Su comentarista, Gustavo Giuliano, pone de manifiesto su preocupacinacerca de que tal posicionamiento demarcatorio y estratgico sea,paradjicamente, poco eficaz a la hora de avanzar hacia la reforma tecnolgicapor l mismo propugnada. Al asentarse en una fuerte confianza en laautorregulacin de los sistemas polticos, trae nuevamente a escena un temaque cruz horizontalmente las jornadas: las condiciones de posibilidad paraescapar del discurso hegemnico mercantilista, de los fuertes interesescorporativos y del poder de la propaganda, posibilitando que afloren otrasculturas cientficas yalternativas tecnolgicas .

    El volumen se cierra con dos trabajos de especial significacin para losobjetivos del Encuentro.

    En el primero, Eder Romero, nos invita a pasar a su patio trasero, al

    exponer sus experiencias personales como responsable del Programa deNanomedicinas de la Universidad Nacional de Quilmes. Los nano-objetosaplicados a la medicina con los que trabaja, son ejemplares paradigmticos deuna tecnologa de vanguardia en desarrollo que trae consigo una mirada de

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    promesas teraputicas, entre ellas la posible curacin del Mal de Chagas. Apesar de ello, Romero se pregunta por qu motivo no ha logrado despertar elinters sobre ellos para estas aplicaciones. La dificultad de conseguir recursospara investigaciones sobre enfermedades hurfanas (problema al que se

    refirieron tanto Lacey como Feenberg), la hace reflexionar sobre el circuito deldinero en la ciencia, sobre los valores subyacentes en la promocin deinvestigaciones y sobre la libertad de la ciencia auto-gestionada.

    En el segundo, Renato Dagnino, a travs de un anlisis contextualmentesituado en la periferia, destaca la importancia que, para el desarrollo inclusivode la regin, tienen los aportes tericos desarrollados por dos de los invitadosespeciales al Encuentro, H. Lacey y A. Feenberg. En sus obras ve el caminopara renovar el argumento central delPensamiento Latinoamericano enCiencia, Tecnologa y Sociedad (PLACTS): un Proyecto Nacional queradicalice el componente democrtico-popular del desarrollismo nacional, yque, por este motivo, involucre un desafo centfico-tecnolgico original. En talsentido, y contra la orientacin neoliberal, defiende la posibilidad deconceptualizar la relacin CTS vinculada a un Estado protagonista, quedignifique en lugar de precarizar las relaciones laborales, y se guefundamentalmente por polticas pblicas, ms all de los interesescorporativos.

    Como observa Dagnino, el punto crucial para tales autores es prestaratencin a los valores puestos en juego en cada decisin de desarrollotecnolgico, a partir de una crtica del supuesto de neutralidad valorativa yde un llamado a la democratizacin del sentido general de la poltica en C&T.Como bien observa, de hecho, la idea del sentido comn de que los avancestecnolgicos siempre contribuyen a aumentar la eficiencia, produciendo ms,mejor y ms barato, y beneficiando a la sociedad, al no especificar el actorque introduce la tecnologa en el proceso de trabajo, no es conveniente paratal proyecto.

    Como coordinadores de este volumen, queremos agradecer a todos losparticipantes por su aporte, al programa PROCODAS como ptimo anfitrindel Encuentro, y a la Agencia Nacional de Promocin Cientfica y Tecnolgicaque financia el Proyecto Nuevas tecnologas: condiciones para la evaluacinde sus riesgos y posibilidades en el cual se gest elObservatorio de NuevasPrcticas y Alternativas Tecnolgicas (ONPAT: www.redonpat.ning.com).

    Fernando Tula Molina Gustavo GiulianoBuenos Aires, marzo de 2010

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    Primer da

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    1 Plan Estratgico Nacional de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Bicentenario (2006/2010).

    Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales:PROCODAS

    Oscar GalanteDireccin Nacional de Desarrollo Tecnolgico e InnoMinisterio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Prod

    El Estado Argentino est recuperando su fortaleza para producir loscambios que le permitan abordar la compleja realidad social, orientndose enel crecimiento y reinstalando la movilidad social ascendente que, otrora,caracterizara a la Argentina.

    Lo hace desde una presencia activa, al protagonizar y promover eldesarrollo humano por encima de los intereses sectoriales, pensando que lasinstituciones que lo componen deben servir no slo para resolver problemascoyunturales, sino para ayudar a construir una ciudadana comprometida con

    un Estado presente. En este marco, el desafo es replantear las institucionesdesde una innovacin creativa, con polticas integrales y trabajo asociativo ,las cuales movilicen y orienten nuestro recurso ms valioso: elconocimiento .La estrategia debe ser, entonces, la de subordinar el conocimiento y lainnovacin en funcin de la resolucin de problemas, enraizados tanto en lafalta de competitividad de las estructuras productivas, como en lamejora dela calidad de vida de la poblacin .

    En este contexto se debe construir un marco de eficiencia ycomplementariedad de informacin y conocimientos, de capacidades yexperiencias, de recursos materiales, humanos y financieros, que difcilmentesean slo patrimonio de un nico sector o de una sola institucin.

    Se trata de desarrollar un sistema, que articule la promocin tradicional dela investigacin por disciplinas con el desarrollo de actividades cientficas ytecnolgicas orientadas a lasolucin de problemas estratgicos o prioritariosatendiendo adems de la calidad, criterios de pertinencia y relevancia para su

    financiamiento.1

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    2 Informe Objetivos de Desarrollo del Milenio para la Argentina, 2007. PNUD.3 Metodologa de Gestin Asociada. FLACSO.

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    Esto exige una gestin transversal e integral que cruce fronterasorganizacionales y trascienda el campo de las incumbencias y respon-sabilidades individuales de mbitos gubernamentales, e implica tambinestablecer unmarco coordinado de polticas pblicas, consensuadas entre

    los distintos sectores.A fin de operativizar losObjetivos de Desarrollo del Milenio de las

    Naciones Unidas2, y en concordancia con los mismos, el Ministerio de Ciencia,Tecnologa e Innovacin Productiva cre el Programa Consejo de la Demandade Actores Sociales (PROCODAS) como vinculador entre los actores delSistema Cientfico-Tecnolgico Nacional y el sector Pblico y Privado con elfin de implementar polticas de desarrollo sostenible que promuevan laequidad , a travs de los recursos tecnolgicos y de conocimiento.

    A nivel de Programacin de polticas pblicas3 sostenemos la visinintegral y sistmica de las necesidades sociales y su interdependencia, como unelemento sustantivo en todos los campos de actuacin ya que la focalizacinfue una estrategia selectiva en el diseo e implementacin de las PolticasSociales de la dcada de los noventa que produjo fragmentacin ysuperposicin de Planes y Programas Sociales.

    En este sentido entre los principales obstculos que se detectaron a partirde la experiencia de trabajo, se cuentan entre otros: la escasa vinculacin entreel sector cientfico-tecnolgico y el sector empresarial; la baja capacidad parala identificacin de demandas y la formulacin de proyectos, y la excesivadependencia de los recursos pblicos para la innovacin. El conjunto de laslimitantes confluye para crear una concentracin de la mayora de los Programas,Convocatorias, Fondos y Proyectos de Promocin en un corredor educativo-cientfico-tecnolgico-productivo que abarca desde la ciudad de La Plata(capital de la provincia de Buenos Aires), el conurbano bonaerense, CiudadAutnoma de Buenos Aires, Rosario, Santa Fe hasta Crdoba y Mendoza.

    Para enfrentar esta problemtica y mejorar el impacto, sustentabilidad yviabilidad de las polticas, se incorpor elenfoque integral en aras de superarla segmentacin entre esas necesidades, los campos de conocimiento y lasdistintas reas del Estado.

    De lo que se trata, entonces, es de aplicar una poltica de ciencia y

    tecnologaa nivel territorial con la finalidad de promover laintegracin social ,garantizar lainclusin, la participacin y el protagonismo responsable de todos

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    los actores sociales en la bsqueda de alternativas que mejoren lascondiciones de vida, incluyendo mecanismos como lagestin asociada (Ruiz,V., 2004) para generar redes cuya potencialidad resida en lograr mayorequidad y desarrollo humano.

    El PROCODAS se enmarca en una estrategia de abordaje integral que sepropone alcanzar los Objetivos del Desarrollo del Plan Estratgico Nacional deCiencia, Tecnologa e Innovacin Bicentenario (2006/2010):

    Satisfaccin de las necesidades bsicas e incremento de la productividadeconmica, pero a partir del uso sustentable de los recursos.

    nfasis en las estrategias locales, sin perder de vista la estrategianacional, con un marcado fortalecimiento de las capacidades de gestinlocal, la promocin de mecanismos participativos y el desarrolloinstitucional.

    Lo hace desarrollando una dinmica eficaz que coordine las capacidadesdel sector Cientfico y Tecnolgico hacia la resolucin de los problemas en lasreas prioritarias, identificadas por el Ministerio de Ciencia, Tecnologa eInnovacin Productiva.

    A nivel territorial, el PROCODAS se suma como una herramienta de CyT alos espacios de encuentro locales y regionales Consejos Locales, Centrosde Referencia; Centros Integradores Comunitarios (CIC) para colaborardesde el sector del conocimiento a consolidar la implementacin de laspolticas sociales con lo cual se propicia la creacin de redes de conocimiento,desde un enfoque asociativo e interdisciplinario, priorizando criterios de

    pertinencia, relevancia y sustentabilidad de las acciones a emprender.

    Posibilita latransversalidad de las polticas pblicas para el desarrollo sociala travs de acciones conjuntas, vinculadas a espacios Institucionales:

    Vehiculizando los proyectos, que den respuesta a las necesidades,demandas y carencias en determinadas reas estratgicas y canalizarlosa travs de la Agencia Nacional de Promocin Cientfica y Tecnolgica(FONTAR, FONCYT y FONSOFT), del COFECyT (PFIP), FondosSectoriales y otras fuentes de financiamiento Nacionales e

    Internacionales. Con la promocin de los procesos de investigacin accin participativa

    (PI-AP) entendiendo a los mismos

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    Como un enfoque de la Investigacin Social que procura incrementarla participacin real de la poblacin involucrada en el proceso deobjetivacin de la realidad en estudio, con el doble objetivo degenerar conocimiento colectivo sobre dicha realidad y promover la

    modificacin de las condiciones que afectan a la vida cotidiana de lossectores populares. Este conocimiento es generado a partir deinstancias colectivas que confrontan el conocimiento de sentidocomn con el de tipo cientfico. Se busca generar un conocimientocolectivo holstico, que colabore como instrumento cognitivo para latransformacin de la realidad, tomando en cuenta la naturalezacontradictoria de la realidad y la relacin dialctica entre teora yprctica (Sirvent, M. T., 1999, cap. 3).

    Coordinando Gestiones Asociadas, mediante la articulacin con loscuerpos colegiados de participacin social a fin de contribuir a una eficazrelacin entre las demandas socio-productivas y la capacidad deresolucin del sector cientfico y tecnolgico.

    Definimos a la Gestin Asociada como planeamiento participativo, comoproceso poltico-tcnico y comoescenario de concertacin entre actoresdiversos, que implica incluir en la negociacin a los sectores con menores

    recursos de poder.

    De acuerdo a Hector Poggiesi, la Gestin Asociada es:

    Un escenario formalizado de planificacin: gestin continua,secuencial, acorde a los recursos humanos, institucionales,temporales y econmicos con que se cuenta. Se trata de un sistemade trabajo planificado que va construyendo una relacin articuladade colectivos en torno a proyectos elaborados y gestionados co-gestivamente. Los colectivos que se crean, las redes mixtassocio-gubernamentales van deviniendo en una trama socialreconfigurada y activa. Representa un tipo de construccin poltico-tcnico-comunitaria con un sentido de poder compartido que secontrapone al habitual juego de suma cero de nuestra tradicinpoltica (Poggiessi, H., 1999).

    La estrategia operativa multiactoral utilizada incluye a todos los actorespertinentes directa e indirectamente afectados por el/los problemasidentificados; se convoca a aquellos de nivel tcnico y poltico que tenganrecursos de poder para viabilizar su resolucin (representantes del gobierno

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    local; especialistas en los temas pertinentes; representantes de organizacionescomunitarias; empresas; etc.).

    Los pasos a tener en cuenta en esta metodologa son:

    Exploracin de las prioridades de las instancias socio-polticas pertinentesen relacin a la temtica. Es la construccin del espacio de articulacin yasociatividad de los distintos actores que participan para acordar criteriosmnimos. Conformacin de un Equipo Nuclear de articulacin,representativo de los sectores como Comit de Gestin del Proyecto.

    Viabilizacin del proyecto y constitucin del espacio de planeamientointegral.

    Diagnstico de la situacin e identificacin de la problemtica: Bsquedade antecedentes de otros proyectos, efectos, causas, insumos,resultados, etc.

    Construccin de un modelo terico integrado de la realidad particular quese desea modificar:

    Integracin de conocimientos cientficos y conocimientos no formales. Definicin de causas y efectos del problema.

    Anlisis de sus relaciones.

    Anlisis de los actores involucrados y formulacin de estrategias a partirde los diversos intereses; recursos; actitudes y ejercicios de poder;eventuales alianzas y/o conflictos potenciales.

    Asistencia en la programacin de actividades y en la elaboracin delproyecto.

    Ejecucin del proyecto.

    Evaluacin de resultados y procesos.

    Esta forma de gestin intenta alejarse del modelo lineal de innovacin, elcul postula la dependencia unidireccional de las distintas instancias deproduccin, transformacin y aplicacin de conocimientos cientficos. Tal comoafirma, Leonardo Vaccarezza.

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    Eso cre lo que se denomin poltica ofertista, basada en producirconocimientos que, en ltima instancia, se extenderan a la sociedada travs de la investigacin aplicada, el desarrollo tecnolgico y lainnovacin. En tal sentido, el desarrollo cientfico era entendido como

    una condicin necesaria y suficiente del desarrollo social(Vaccarezza, 1998).

    Desde este nuevo modelo, descreemos de la posibilidad de que lainvestigacin cientfica y el desarrollo tecnolgico de modo autnomo, puedagenerar un derrame en forma espontnea beneficiando a la sociedad. Frentea este paradigma se postula, bajo los presupuestos del Tringulo de Sbato,la necesaria interaccin entre el Estado, las universidades, las empresas yotros actores involucrados, como camino para el logro de un desarrollotecnolgico autnomo que beneficie a toda la sociedad de manera equitativa,inclusiva y sustentable.

    En conclusin, el PROCODAS, funciona como un grupo coordinadorcuyas funciones son la vinculacin, articulacin y apoyo de las gestionesasociadas.

    Dicha funcin, lagestin de la gestin es definida por el Equipo de

    Formacin que dirige Hector Poggiesi (FLACSO) como:Un sistema definido de responsabilidades tcnicas y de toma dedecisiones, estructurado para coordinar la complejidad de actores yde acciones. Se necesita mantener la efervescencia creativa de losactores del plan, a travs de reiterar la dinmica del sistema deplanificacin programando la secuencia continua y permanente deescenarios de planificacin y gestin. Este grupo sostiene al sistemay se repite en los nodos microregionales como producto de suspropios ciclos de planificacin (Redn, M. E. / Morronni, W. F., 2002).

    A travs de esta forma de gestin, pretendemos alejarnos del modelo linealde innovacin, el cul postula la dependencia unidireccional de las distintasinstancias de produccin, transformacin y aplicacin de conocimientoscientficos.

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    1 Jasanoff (1994) o Douglas (2009, cap.2) narran en detalle el surgimiento y la importancia de la figura del asesor

    cientfico en los EE. UU.2 A modo de ejemplo, Carden (2009) presenta un anlisis comparado de ms de veinte estudios de caso endistintas partes del mundo sobre la difcil relacin entre investigacin social y polticas pblicas en pases endesarrollo, desde la perspectiva de un organismo internacional que se propone fortalecer estos lazos. A nivelocal, el caso ms estudiado de aplicacin de conocimiento experto en las polticas pblicas la encontramos en laeconoma. Vase al respecto Neiburg y Plotkin (2004, pp. 231-263) y Camou (1999, 2006).

    Comentarios sobre el textode Oscar Galante

    Federico VasenUniversidad Nacional de Quilmes - CONICET

    El trabajo de Oscar Galante tiene la virtud de ubicarse en la interseccin dedos formas diferentes de relacionar ciencia y poltica. Por una parte, se tratavisiblemente de un trabajo de poltica cientfica, es decir, es el trabajo de alguienque piensa desde el Estado cmo impulsar la investigacin cientfica y eldesarrollo tecnolgico, con qu criterios y objetivos, a travs de quinstrumentos. Pero por otra parte, el trabajo de Galante vincula ciencia y polticade un modo ms sutil, en tanto incorpora a su propia reflexin de polticacientfica, los conceptos de la ciencia social, que dan forma a la discusin sobrela poltica que propone para la ciencia. Con esto quiero decir que es usual,principalmente en los pases del norte, que los distintos mbitos de lasadministraciones gubernamentales se valgan del testimonio experto de diversos

    investigadores para fundamentar mejor sus decisiones. Esto se dafundamentalmente en casos de regulacin de nuevas sustancias y anlisis deriesgo Cmo debe reaccionar el estado ante la posible amenaza carcinognicade un plaguicida? Debe prohibir o limitar su uso? All surge para las burocraciasestatales la necesidad de contar con testimonios y juicios expertos,fundamentalmente de cientficos naturales1. Claramente lo que presenciamosen el trabajo de Galante no es este tipo de vinculacin. Se trata, en cambio, dela forma en la que las ciencias sociales y no las naturales influyen en lasdecisiones polticas, no ya restringidas a los casos regulatorios sino de formams amplia en el aporte de conceptos para pensar las polticas pblicas. Laeconoma y la ciencia poltica de modo ms directo y la sociologa, la psicologa,la historia y la filosofa luego, son la fuente de las concepciones tericas ymetodolgicas que fundamentan las diversas polticas pblicas, y en este marcola poltica para la ciencia y la tecnologa no es una excepcin2. En el artculo deGalante se propone entonces una operacin en el campo de los marcos tericosque guan las polticas cientficas argentinas. Veamos en qu consiste.

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    3 Un claro ejemplo de ello puede verse en la creacin del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), siguiendo laexperiencia brasilea.

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    Desde mediados de la dcada del noventa, en sintona con la ola depolticas neoliberales, el paradigma que domin la poltica cientfico-tecnolgicanacional fue el de los Sistemas Nacionales de Innovacin, un marco tericoque proviene de la economa evolucionista. En la versin que fue implementada

    localmente, esto supuso la aplicacin de polticas de tipo horizontal quefomentaban la innovacin tecnolgica sin establecer mayores prioridadessectoriales o jerarquas para el desarrollo. En este sentido, el Estado operabaa pedido de los demandantes de conocimiento, facilitando su interaccin conlas instituciones del sistema cientfico, pero sin ejecutar acciones deplanificacin y prospectiva en un nivel ms global. Recientemente, el Estadoha buscado recuperar estas funciones estratgicas que permitiran el desarrollode un sistema nacional de ciencia y tecnologa que tome como pilares reasque se consideren prioritarias dadas las caractersticas naturales y culturales denuestro pas y permitan una mejor insercin en el contexto internacional3. Esteprogresivo abandono de las polticas horizontales no ha ido sin embargo, de lamano de un cambio radical en los marcos analticos utilizados en la gestin delas polticas cientficas y tecnolgicas: la economa de la innovacin retienetodava un poder hegemnico tanto en lo terico como en lo metodolgico.

    El presente trabajo permite en este contexto reconocer, frente a lo quehemos descrito, un interesante cambio de orientacin en los conceptos que

    guan una iniciativa concreta en poltica cientfica y tecnolgica: el ProgramaConsejo para la Demanda de Actores Sociales en Ciencia, Tecnologa eInnovacin (PROCODAS). En trminos generales, la diferencia ms relevantecon las polticas preexistentes se expresa en las caractersticas de losdestinatarios. Usualmente los posibles beneficiarios de los programas seencontraban restringidos a dos grupos los cientficos y tecnlogosacadmicos y las empresas innovadoras, a los que se intentaba fortalecer yvincular. Sin perjuicio de ello, el PROCODAS se propone avanzar hacia lainclusin de actores sociales que anteriormente no estaban considerados enel marco de las polticas en ciencia y tecnologa, como organizacionescomunitarias de base y otras organizaciones de la sociedad civil. All no son lasherramientas de la economa de la innovacin las que permitirn construir, enconjunto con estos grupos, conocimientos cientficos y artefactos tecnolgicosque les permitan cubrir sus necesidades. El PROCODAS propone en cambio,un enfoque metodolgico completamente diverso: el de laInvestigacinAccin Participativa inspirado originalmente en la obra de Orlando Falls Borda.En este marco la realizacin de una investigacin no se propone meramente

    como objetivo la bsqueda desinteresada de nuevos conocimientos por parte

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    4 Para una discusin amplia del concepto de sustentabilidad, vase Komiyama y Takeuchi (2006).5 Vase Dagnino, Thomas y Davyt (1996) y Mar y Martnez Vidal (2002) para un detalle de las ideas centrales destos autores.6 Dagnino (2006) es uno de los ms enrgicos defensores de esta propuesta. A nivel internacional, tambin existenllamados a la adopcin de un programa comprometido. Vase Sismondo (2008) para una muy interesantediscusin sobre el compromiso poltico en las distintas vertientes de los estudios sobre ciencia, tecnologa ysociedad.

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    de una lite experta sino que se piensa como un proceso colectivo yparticipativo que tiene como objetivo final promover procesos detransformacin social. Cabe aclarar que en estos procesos el aporte que sepuede hacer desde el conocimiento cientfico-tecnolgico al bienestar de los

    que menos tienen no es sino una pequea parte. Es por ello que es de granimportancia que el PROCODAS no piense su accin de modo autrquico,sino que busque integrarse en un abordaje integral de las polticas pblicas yconcierte sus acciones en el marco del Consejo Nacional de Coordinacin dePolticas Sociales. Este abordaje integral permite a su vez que no se pierda devista la importancia del nivel territorial para las polticas, as como tambin lanecesidad de hacer un uso sustentable de los recursos humanos y naturales4.Finalmente, no debe olvidarse que el objetivo final irrenunciable de todas estaspolticas es promover la integracin e inclusin social para todos losciudadanos.

    La organizacin de este evento muestra desde el inicio una gran aperturapor parte de la gestin del Ministerio a los distintos investigadores sobretemas de ciencia, tecnologa y sociedad tanto dentro del pas como delexterior. Esto es, una vez ms, una prueba de la vocacin participativa delPROCODAS, orientada ahora hacia el interior de la comunidad acadmica.Por otra parte la presencia de numerosos estudiosos del campo CTS

    provenientes de la filosofa, la historia y la sociologa, la economa y lasciencias polticas, da cuenta de un inters de parte de los acadmicos encontribuir a la construccin de mejores polticas pblicas. En este sentido, elcampo CTS latinoamericano no surge de una mera reflexin intelectual. Ensus orgenes, pensadores como Jorge Sabato, Amlcar Herrera y OscarVarsavsky, no se representaban como intelectuales en una torre de marfil,sino como hombres de pensamiento y accin. Si, como dicen Martnez Vidaly Mar, sus ideas surgieron desde una prctica, tambin puede decirse quefueron ideadas para una prctica. Una breve ojeada a sus biografas permitircomprobar esta vocacin poltica5. Luego, tras una fase en la que los estudiosCTS en la regin se han abocado a la consolidacin del campo disciplinar enlos espacios acadmicos, hoy vuelve a estar en la agenda la posibilidad deproducir un conocimiento ligado ms de cerca a la prctica poltica y elcompromiso social6.

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    Para concluir, me restan slo dos sugerencias, que tienden a buscar laprofundizacin del proyecto del PROCODAS. En primer trmino, sera deimportancia poder dar mayor institucionalidad a las redes que nuclean a losproductores y usuarios de conocimientos sobre temas de agenda pblica con

    alto contenido cientfico. De este modo los cientficos podran interactuar porfuera de los canales usuales disciplinares, en conjunto con los posiblesbeneficiarios del conocimiento. Esto podra permitir un mayor ajuste entre lasnecesidades de los usuarios finales y las propuestas de los investigadores,bajo la supervisin del Ministerio. En segundo trmino, para darle mayorsolidez a la propuesta del Programa, sera til que contara con un instrumentopropio de gestin, a travs del cual puedan financiarse las actividades degestin asociada. Hoy los instrumentos que ofrecen los organismos pblicosde promocin cientfica y tecnolgica como por ejemplo la AgenciaNacional han sido creados pensando en la empresa innovadora comoprincipal demandante y destinataria de conocimiento cientfico. En tanto elPROCODAS pretende la inclusin de nuevos actores sociales en la tramade produccin y uso del conocimiento cientfico, resulta necesario crear unnuevo tipo de instrumento que contemple las particularidades organizativas yeconmicas de las organizaciones comunitarias o las cooperativas a las queel Programa apunta.

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    El pluriculturalismo tecnolgico: cuarta generacinde los derechos y el movimiento por la tecnologa

    social en Amrica Latina

    Ricardo NederObservatorio del Movimiento por la Tecnologa Social en

    Universidad de Brasilia

    Introduccin

    Las personas comunes (no especialistas) ven a la tecnologa como uninstrumento para alcanzar valores y satisfacer deseos que dependen del podery el dinero para ser realizados. En s mismo, el sistema tcnico es visto comoalgo neutro, instrumento de lo poltico y del poder econmico. Tal perspectivaconvalida el comportamiento de los tecnlogos e ingenieros que adoptan elinstrumentalismo. ste puede ser definido como permeabilizado por el velo de

    la neutralidad, asociado al derecho comercial de la propiedad intelectual comoalgo natural. Un circuito, una combinatoria, el diseo de un proceso tcnico,de un objeto o dispositivo tecnolgico se ven coartados por el derecho depatente. Este conocimiento patentado convierte a la transformacin tcnicaen resorte propulsor de las tecno-estructuras. Amrica Latina ya vive por lomenos, desde las oleadas autoritarias y dictatoriales de los aos 1970, lamundializacin de las tecno-estructuras. stas se tornan parte del rgimencognitivo, social y poltico de penetracin de las relaciones mercantiles yeconmicas en otras esferas de la subjetividad humana en la sociedad.

    Aqu se recurre al argumento determinista ante el fenmeno tecnolgico:estamos ante la mejor o ms avanzada de las tecnologas, y el mejor modelode tecnologa es decidido en el juego de las patentes. Diariamente, disputas jurdicas en los tribunales reclaman registros de patentes. Acciones de estetipo se acumulan en los tribunales de las ciudades del mundo.

    Saberes comunes y apropiacin privada

    El sistema de innovacin y la poltica de patentes ms que impedir eldominio pblico del conocimiento, alimentan el rgimen cognitivo de las tecno-estructuras en su trnsito por la sociedad civil. Todas las otras formas deconocimiento desaparecen del discurso del derecho de propiedad intelectual.

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    1 Ver Alan Herscovici, (2007) Capital intangvel e direitos de propriedade intelectual: uma anlise institucionalista,e Jorge Alberto Quillfeldt, NBIC: Paradigma ou propaganda? A ascenso das patentes e o fim do proce(gre)ssocientfico (2006)

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    Por lo anterior, estos saberes comunes y pblicos, son pasibles deapropiacin privada vale decir, cercamiento. Esto presenta evidentesriesgos para los derechos humanos, pues puede crear derechos de propiedadintelectual patentando componentes de la cultura local (tecnologas tcitas o

    informales) bacterias, vegetales, semillas de dominio pblico1.La tecno-estructura tiene una poderosa arma para controlar el da a da de

    las personas por medio de ambientes de aculturacin, proyectos y procesosracionalizadores socio-culturales y poltico-institucionales, guiados porgestores y cuadros ejecutivos cuya concepcin de mundo sistmico semanifiesta en el funcionamiento de las organizaciones de mercado y gobiernosbajo un Estado de Derecho de la democracia representativa. De all surge elsiguiente cuestionamiento: cmo regular este trnsito si la democraciarepresentativa no ha sido suficiente?; por qu preocuparse por la correlacinpositiva o negativa entre el funcionamiento de lacultura poltica que orienta ala democracia y la gestin tecnolgica?

    Tal preocupacin es tributaria de las corrientes de los Estudios Sociales deCiencia y Tecnologa (ESCT) que proliferaron a partir de los aos 1980, paracaptar dnde y cmo se origina en la sociedad la poltica socio-cognitiva dela tecnologa. Respecto a la racionalidad instrumental que en su trnsito en el

    mundo del poder, del mercado y la democracia, la tecnologa carga en smisma con valores ticos que se han tornado demasiado evidentes, desde laexplosin de la primera bomba atmica en 1946. Las investigaciones en estecampo estudian la complejidad bajo cuatro perspectivas distintas.

    Este artculo trata estas cuatro perspectivas. Las dos primeras son msantiguas la visininstrumentalista ; y su gemela, la perspectivadeterministadel progreso tcnico. La tercera perspectiva sobre tecnologa, lasustantivista ,emergi desde los aos 1920. La cuarta surgi hacia fines del siglo XX, comouna teora crtica de la tecnologa que contrasta con las dems, proponiendoen su lugar una nueva sntesis.

    Veremos en qu medida esta cuarta perspectiva podr ayudar ampliamenteen los esfuerzos de fundamentacin ahora en curso para la cuarta generacinde derechos que implica el control de las tecnologas sobre la segundanaturaleza humana (que son nuestra sociedad en estrecha dependencia de laprimernatura, primordial) o la relacin entre los ambientes construidos, y las

    tecnologas que alteran esta dependencia.

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    Democracia y Gestin Tecnolgica

    Hacia el final de la gran crisis de 1929 a 1945, los Estados-Nacinaprobaron la Declaracin Universal de los Derechos Humanos. A partir de

    1946 fue implementado el Plan Marshall, que recuper la economa de Europay sent las bases para el desarrollo de los pases semi-perifricos y de laperiferia ms remota. El movimiento histrico de la generacin de derechos, enel cual se inscriben los derechos humanos, tuvo sus inicios en el siglo XVIII. Laprimera generacin de derechos fue llamadaindividuales negativos marcadospor la prohibicin al Estado de abuso de poder, en defensa de la propiedadprivada, de la igualdad ante la ley, libertad de creencias y asociacin, y derechoa la vida.

    Los derechos de segunda generacin se vinculan a las conquistassociales, econmicas, culturales comoderechos positivos que adoptaron lamstica de la igualdad y la libertad como inseparables de las condicionesmateriales para ejercerla. El resultado fue la expansin de los serviciospblicos para el acceso de la sociedad a la educacin y la salud, planessociales, tiempo de ocio, seguridad pblica, vivienda y derecho al trabajo(Estado de Bienestar). En Amrica Latina, esta fase fue marcada por eldesarrollo e industrializacin asociados en algunos pases a la creacin de

    los sistemas de planes sociales. Y, al mismo tiempo, se produjo un desarrollonico de las formas sociopolticas y culturales de aglomeracin de lastecnologas y sistemas tcnicos.

    Tal complejidad ya anunciada en la descripcin de la gran industriacapitalista hecha por Karl Marx, enEl Capital se convirti en tecno-estructura.Sin ella, tal vez no hubiese sido posible la atencin a la demanda colectiva delas grandes masas por la libertad en los derechos de segunda generacin. Noobstante, las tecno-estructuras generaron el aislamiento de las personas porla extrema impersonalidad de sus racionalidades. La tercera generacin dederechos busc corregir esto sin xito. Son los llamadosderechos difusos y colectivos, asumen el carcter de garantas transindividuales en cuanto aderechos de colectividades se refiere (derecho a un medio ambienteecolgicamente equilibrado, derecho a la paz y al desarrollo sustentable).

    Estos derechos son suficientes? Tal cuestionamiento es hecho por losmovimientos sociales contemporneos. Segn ambientalistas, feministas,

    grupos tnicos, de gnero y poltica del cuerpo-consumo, parte del movimientosindical y de los trabajadores, precisamos ir ms all, con derechos de cuartageneracin, de control de la manipulacin del dominio tecnolgico sobreprocesos biolgicos y vitales para el futuro de la sociedad, abarcando

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    2 Cfr. Norberto Bobbio (1992) - A era dos direitos.3 Sobre rgimen cognitivo de mercado ver Alberto Guerreiro Ramlos (1981) Poltica cognitiva a psicologia dasociedade centrada no mercado, en A nova cincia das organizaes.; y Hugh Lacey (2006) A controvrsia dostransgnicos. Questes cientficas e ticas.4 Cfr. G. Simondon (2007) e (2009) .

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    diferentes clases de organismos, desde las bacterias hasta las plantas y losanimales genticamente modificados2.

    Si las personas del comn ven a la tecnologa como un instrumento para

    alcanzar valores y deseos, significa que stas toman al sistema tcnicocomoalgo neutro: instrumento de lo poltico y del poder econmico. Tal perspectivaconvalida el comportamiento de los tecnlogos e ingenieros que adoptan elinstrumentalismo (P1). P1 es esta neutralidad asociada al derecho comercialde propiedad intelectual como algo natural.

    Un circuito, una combinatoria, el diseo de un proceso tcnico, de unobjeto o dispositivo tecnolgico se ven coartados por el derecho de patente.Este conocimiento patentado convierte a la transformacin tcnica en resortepropulsor de las tecno-estructuras. Desde los aos 1970 particularmente enAmrica Latina, vivimos las tecno-estructuras como parte delrgimencognitivo social y poltico de penetracin de las relaciones mercantiles en otrasesferas de la subjetividad humana en la sociedad3.

    Aqu se recurre al argumentodeterminista (P2) de que estamos ante lamejor o ms avanzada de las tecnologas, y el mejor modelo de tecnologa esdecidido en el juego de las disputas por las patentes. Acciones de este tipo

    se acumulan en los tribunales de las ciudades del mundo. El sistema deinnovacin y la poltica de patentes ms que impedir el dominio pblico delconocimiento, con todo, alimenta el rgimen cognitivo de las tecno-estructurasen su trnsito por la sociedad civil.

    Todas las otras formas de conocimiento se tornan pasibles de apropiacinprivada. Esto presenta evidentes riesgos para los derechos civiles loshumanos incluidos, pues genera apropiacin intelectual con reglascomerciales de patentado de los componentes de la cultura local que sonantiguas o tradicionales, tecnologas tcitas o informales. La tecno-estructuratiene una poderosa arma para controlar estos conocimientos y saberes tcitosen el da a da de las personas, por medio de ambientes de transculturacin(concrecin) capaz de generar un mundo o mundos sistmicos4.

    Es necesario que los derechos de cuarta generacin puedan ser orientadospor otros regmenes cognitivos o, fundamentalmente, para proteger otros

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    5 Cfr. ver investigacin brasilea de C. K. Grisolia (2005).

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    regmenes cognitivos de desaparicin o muerte cultural. Una de las propuestasmejor calificadas en las ltimas dcadas ha sido debatida en Amrica Latinadadas las contribuciones de la teora delactuar comunicativo, del filsofo JurgenHabermas (1929). El actuar comunicativo est relacionado a la articulacin de

    la democracia representativa con la deliberativa. Formas de consejo, asambleas,organizaciones y movimientos civiles pueden ampliar y socializar las decisionesen base a los conocimientos compartidos. Cmo? Por medio de nuevosacuerdos institucionales y deliberativos en bases locales y vecinales, comunaleso socializados (por ejemplo, por los medios de comunicacin). Esto podra darseen una base ampliada de racionalidades en la cual hubiera otras racionalidadespresentes, adems del rgimen cognitivo de mercado. Esta influencia de la teorahabermasiana del actuar comunicativo en Amrica Latina an es un captulo aser analizado con cuidado. Creo que sta es insuficiente por varias razones. Lasformas de conocimiento y experiencia se sitan ms all del actuar comunicativo:para esto se hacen necesarias decisiones que estn no slo por sobre ladecisin de grandes tecnologas en abstracto; de all la necesidad de revisar nola tecnologa en s, sinola construccin social de la tecnologa .

    Existen numerosos ejemplos concretos en Amrica Latina, de que laampliacin de la base comunicativa no ser suficiente para alterar decisionesque involucran operaciones en sistemas tcnicos complejos, dominados por

    las estructuras corporativas. Ciertamente es importante esta base comu-nicativa sin distorsiones y depurada de la propaganda y del marketing. Estosfueron, por ejemplo, fundamentales para la diseminacin de la entoncesRevolucin Verde en Amrica Latina, en medio del caos comercial deproductos y servicios que estas compaas promueven para la aplicacin deproductos petroqumicos a la agricultura industrial que a pesar de lasreglamentaciones, se torna fuente irremediable de muertes de productores entodo el continente latinoamericano y en el mundo5. El campo de la energanuclear en Amrica Latina es otro ejemplo de que se volvieron enteramentefluidas las fronteras entre las aplicaciones militares y las civiles.

    Ante estas situaciones, el sistema legislativo o democrtico presentagrandes limitaciones o bloqueos imposibles de ser catalogados. Esto esporque son restricciones dictadas por lmites claros: los gobiernos puedenavanzar hasta cierto punto por ejemplo, imponiendo dictados por las normastcnicas, cuyos responsables en general no estn preparados para lidiar conla complejidad de los procesos econmicos en la actualidad.

    Se trata en este caso de reorientar y reconducir a la tecnologa en direccina la satisfaccin de las demandas de base social o popular. En Amrica Latina

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    6 Esto ha sido constatado empricamente de muchas formas. Al conducir mi automvil en una gran ciudad pierdomi co-responsabilidad por el dao ambiental y urbano causado por la mquina. No soy culpable por el embotella-miento... cfr. R. Neder (2008)Crtica cultura do automvel ou teoria crtica da tecnologia?

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    debemos preguntarnos en qu sentido existe una demanda de ciencia ytecnologa en vivienda rural y urbana, transportes de masa, recursos hdricos,salud pblica, bio-sistemas y biodiversidad con mejores tcnicas en elcomplejo social de la produccin agro-familiar, o en la agricultura urbana,

    adems de la coordinacin econmica y financiera viables para lademocratizacin del crdito o finanzas y economa solidarias.

    Hay, por lo tanto, en estas reas, demandas sociales reprimidas por lapoltica de ciencia, tecnologa e innovacin tecno-cientfica convencionales.Podran estar siendo enfrentadas si existiesen estos canales derepresentacin y de deliberacin en lo cotidiano para demandas sociales ysoluciones adecuadas en tecnologa? Para encontrar la respuesta a esteinterrogante vamos a retomar las otras perspectivas sobre la tecnologa en locotidiano.

    Existen otras dos perspectivas sobre la tecnologa, como fuera mencionadoen la introduccin. La tercera levant su miradaesencialista (o P3). Su tesises radical: toda tecnologa es una manipulacin de las personas. Ella aniquilanuestro potencial de crear y elaborar libremente, y nos tornamos apndices delas mquinas. Medios y fines son determinados por el sistema. Esta crticaesencialista proviene de Martin Heidegger (1889-1976) y Jacques Ellul (1912-

    1994). Ellos buscaron comprobar que toda tecnologa carga una cesta devalores en s misma. La tecnologa incorpora valor sustantivo a sufuncionamiento como si algo en ella incluyese una parte de la vida cotidiana delas personas. Alienndolas.

    Con esto retomamos nuestro punto de partida: cmo entender, as, quelas personas comunes toman a la tecnologa como neutra y no advierten questa est dotada de una cesta de valores embutida? La impregnacin devalores a la tecnologa opera por medio de una calidad que nada tiene deextraordinario, justamente por medio de lailusin de neutralidad de la accindel sujeto creada por el instrumento tcnico6.

    Cuanto ms compleja es la tecnologa, mayor es la ilusin de neutralidad,porque nos distanciamos de los efectos causados por la tecnologa en elambiente humano y natural. sta es la visin de la cuarta corriente oteoracrtica de la tecnologa (P4). Ella reconoce crticamente los ejes P1 y P2, perorechaza el pesimismo de P3 (sustantivismo) y realiza una sntesis. La vertiente

    P4 tiene hoy, como su intrprete ms destacado, al filsofo de la tecnologa

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    7 La primaria es el momento de creacin de la tecnologa en los laboratorios, fuera de la sociedad. La racionalizacin secundaria est asociada a la primaria y corresponde a su divulgacin en la sociedad y genera el choquede los valores embutidos en la tecnologa con los valores de la sociedad. Las obras de Feenberg principales enesta perspectiva (P4) son: Alternative modernity: the technical turn in phillosophy and social theory (1995);Ques- tioning technology (1999);Transforming technology.(2002). En esta ptica de P4 existe como foco la eleccin delos valores que presiden la construccin interna de los sistemas tecnolgicos. O su construccin social de talforma que la instrumentalizacin primaria y la secundaria no puedan ser disociadas.

    8Estas corrientes corresponden a los trabajos de la sociologa, economa, ingeniera y psicologa de estudios so-ciales de la tecnologa y de la ciencia despus de 1980. Entre los autores ms representativos estn: B. Latour

    (2000) y (2001). D. Noble America by design. Science, technology and the rise of corporate capitalism(1977). R.Dagnino (2008), B. Coriat (1976).

    9 Ver Dagnino (2009) y Tyler Veak (2006).

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    Andrew Feenberg, que propone una teora de la instrumentalizacin primariay secundaria7. Feenberg dialoga con las corrientes socio-constructivistas dela tecnologa que se abrieron paso a lo largo de los ltimos treinta aos8.

    Vale observar que la valorizacin de derechos de cuarta generacin se harevelado como una promesa, aunque frgil, rica en efectividad. Sin embargo,esto demanda una nueva generacin de formas legales, econmicas einstitucionales apropiadas. Feenberg es optimista en cuanto al desarrollo deestas formas de control, porque ve en ellas grados de libertad. El desafo escrear medios en las instituciones para el control; no restringirse al acto dederribar puertas abiertas, que es decidir sobre lo superfluo de la reforma de latecnologa, porque siempre habr alguna instrumentalizacin secundaria. Peroel mercado capitalista realiza esta operacin de forma de utilizar la prcticadel sujeto social como consumidor para realizar mejoras o avances en latecnologa (esto es bien conocido por los servicios de mantenimiento y arre-glos y asistencia tcnica para los reclamos de los consumidores; aprovecharestos servicios no siempre redunda en mejoras para el proyecto original9.

    Feenberg propone este foco en la instrumentalizacin primaria vinculada ala secundaria. Dialoga con las corrientes socio-constructivistas de la tecno-loga que se abrieron paso a lo largo de los ltimos treinta aos. Vale observar

    que la conceptuacin de derechos de cuarta generacin se ha revelado comouna promesa en construccin; si fue positiva en la modernidad, la asociacinentre rgimen democrtico y fomento tecnolgico, en la era contempornea setorn negativa. Es el caso de situaciones concretas involucradas con la polticanuclear, armamentos, industria automovilstica ante el diseo del transporte demasa en las ciudades; industrializacin de la agricultura con tecnologasqumicas; las OGMs ante las tecnologas sociales de semillas criollas. O an,la profunda degradacin ambiental y depredacin ecolgica de ambientesnaturales, los medicamentos alopticos y alimentos artificiales.

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    10 Ver R. T. Neder (2009) y R. Dagnino et. al (2009).

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    La propuesta jurdica de la cuarta generacin de derechos humanos quetuvo origen en la obra de Norberto Bobbio (1909-2004) presenta un marcoembrionario o insuficiente porque intenta reglamentar y controlar lasaplicaciones de la tecnologa genmica (en breve, tambin las

    nanotecnologas) como derecho individual negativo (ante la amenaza de latecnologa que ya se materializ, es la lucha de la ley del ms fuerte).

    Este control es necesario, aunque evidentemente insuficiente. La razn essimple: se trata de una reaccin defensiva. De all la propuesta de la corrienteP4: una teora crtica de la tecnologa que busca crear las condiciones parauna democratizacin del diseo y del proyecto tecnolgico por los propiosactores. Feenberg critica la teora del actuar comunicativo de Habermas, porquesta considera a la tecnologa una extensin del poder poltico y empresarial, yno considera tericamente en el actuar comunicativo que la tecnologa no es,en s misma,neutra . Elactuar comunicativo , en estos casos, afirma Feenberg,debe estar ligado a los resultados prcticos de la tecnologa. En Amrica Latina,un ejemplo de esto es el extensionismo tecnolgico y educacional, universitarioy rural para formar parte de este proceso de democratizacin. Sin su integracina las redes socio-tcnicas, no hay como asegurar escalas (nmeros) deintegracin entre el conocimiento cientfico y las prcticas de tecnologassociales de las comunidades10 en una amplia poltica de fomento a prcticas de

    las redes sociales, bajo la forma deresidencia de extensin , pasantauniversitaria de inmersin del alumno en la comunidad, en la sociedad localorganizada. De all la importancia de la organizacin de las comunidades poruna cultura democrtica deliberativa para influir en las elecciones tecnolgicas.An no tenemos efectivamente esta realidad, pero est siendo construida. Losdatos que siguen exploran esta construccin.

    El pluriculturalismo de la tecnologa social: problemas.

    Se encuentra en curso en Brasil un amplio movimiento por la redefinicinde las relaciones entre universidad y poltica cientfica y tecnolgica, paraalcanzar la base de la pirmide social. Esta redefinicin se justifica porque lareglamentacin de la ley de innovacin brasilea (10.973/2004) dispone sobreincentivos a las empresas para desarrollar investigacin y desarrollo solamenteen los ambientes de innovacin, lo que legalmente abarca empresas delmercado formal. Esto deja afuera a cerca del 60% en promedio de losemprendimientos econmicos informales en el pas. En el resto de Amrica

    Latina la situacin no es diferente.

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    11 Esta posicin es tributaria de lo siguiente. La comunidad cientfica y tecnolgica en Amrica Latina tiene comoprincipio de realidad fenmenos ms amplios relacionados con su papel en el interior de la transicin de la reformadel Estado brasileo de un modelo burocrtico para otro tipo gerencialista; en verdad dos vertientes fueronclaramente establecidas en la reforma del Estado, en los aos 1995 en adelante: esta gerencialista, y otra societal.Sin embargo, es apenas debido a un fuerte revs que se debilita o apaga las referencias al hecho de que no habaen el escenario poltico una visin unvoca de reforma, pues tambin estaba en curso un nuevo paradigmareformista: el Estado nuevsimo, movimiento social (...) que rearticula el Estado y la sociedad, combinandodemocracia representativa y participativa. (...) En realidad la vertiente societal (de la reforma del Estado, RTN) noes monopolio de un partido o fuerza poltica y ni siquiera presenta la misma claridad y consenso de la vertientegerencial en relacin a los objetivos y caractersticas de su proyecto poltico. (PAES, 2005)

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    pragmticas que exigen un pensamiento cientfico societal en oposicin a unpensamiento tcnico-cientfico gerencial o corporativo oriundo de una vertientede reforma gerencialista del Estado brasileo11. La tecnologa social de la agro-ecologa en el interior del primer campo, es una comparacin til para ilustrar

    no slo la dimensin cognitiva de los conflictos entre pluralismo y monismotecnolgico, sino tambin para revelar que hay profundizaciones funda-mentales para que el movimiento por la Tecnologa Social (TS) gane mayorlegitimidad acadmica y en los movimientos sociales.

    La base para que la universidad integre ciencia y tecnologa con sabidurapopular, es el abordaje latinoamericano de laadecuacin socio-tcnica quesignifica conocimiento cientfico y popular en dilogo (Dagnino 2001, 2008,2009). La importancia en el cuadro contemporneo del movimiento en tornoa la tecnologa social en cuanto a la contribucin que es hoy latinoamericanareside en que seamos capaces de fomentar institucionalmente, incentivarfinancieramente y apoyar programas concretos que elaboren cientficamentelas prcticas de pluralismo tecnolgico . El pluralism