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Naina Lal Kidwai Naina Lal Kidwai, Chairwoman of HSBC India and Director of HSBC Asia-Pacific, is a member of the international advisory council of the UNEP Inquiry into the Design of a Sustainable Financial System. Nick Robins Nick Robins is Co-Director of the UNEP Inquiry into the Design of a Sustainable Financial System. Las finanzas globales y el calentamiento financiero global NUEVA DELHI/LONDRES – Desde 2008, cuando la crisis financiera global casi hundió la economía del planeta, la reforma financiera ha sido una de las grandes prioridades de las autoridades económicas. Sin embargo, a medida que los gobernantes pasan de solucionar los problemas del pasado a preparar el sistema financiero para el futuro, deben también dar respuesta a las nuevas amenazas a su estabilidad, sobre todo la relacionada con el cambio climático. Por esta razón un número creciente de gobiernos, entidades reguladoras, organismos que establecen normas y actores del mercado están comenzando a incorporar reglas relacionadas con dar sostenibilidad al sistema financiero. En Brasil, el banco central considera la integración de factores

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Naina Lal KidwaiNaina Lal Kidwai, Chairwoman of HSBC India and Director of HSBC Asia-Pacific, is a member of the international advisory council of the UNEP Inquiry into the Design of a Sustainable Financial System.

Nick RobinsNick Robins is Co-Director of the UNEP Inquiry into the Design of a Sustainable Financial System.

Las finanzas globales y el calentamiento financiero global

NUEVA DELHI/LONDRES Desde 2008, cuando la crisis financiera global casi hundi la economa del planeta, la reforma financiera ha sido una de las grandes prioridades de las autoridades econmicas. Sin embargo, a medida que los gobernantes pasan de solucionar los problemas del pasado a preparar el sistema financiero para el futuro, deben tambin dar respuesta a las nuevas amenazas a su estabilidad, sobre todo la relacionada con el cambio climtico.Por esta razn un nmero creciente de gobiernos, entidades reguladoras, organismos que establecen normas y actores del mercado estn comenzando a incorporar reglas relacionadas con dar sostenibilidad al sistema financiero. En Brasil, el banco central considera la integracin de factores ambientales y sociales a la gestin del riesgo como un modo de fortalecer la resiliencia. Y en pases como Singapur y Sudfrica, las compaas que cotizan en bolsa tienen la obligacin de hacer pblicos sus resultados ambientales y sociales, requisito que los inversionistas y reguladores consideran cada vez ms esencial para un funcionamiento eficiente de los mercados financieros.En el pasado, iniciativas como esta se podran haber mirado como un nicho verde de carcter perifrico, pero hoy se consideran centrales para el funcionamiento del sistema financiero. En Bangladesh, entre las medidas del banco central para dar apoyo al desarrollo econmico se encuentra la refinanciacin de bajo coste para bancos que den prstamos a proyectos que cumplan metas en los mbitos de las fuentes de energa renovables, la eficiencia energtica o la gestin de residuos. En el Reino Unido, hoy el Banco de Inglaterra est en el proceso de evaluar las implicancias del cambio climtico para el sector de los seguros como parte de su mandato bsico de supervisar la seguridad y solidez de las instituciones financieras.En China, la inversin anual en actividades industriales ecolgicas podra llegar a los $320 miles de millones de dlares en los prximos cinco aos, de los cuales el gobierno cubrira solamente entre un 10 y un 15%. Para prevenir un dficit de financiacin, el Banco Popular de China ha elaborado recientemente un informe con el Programade lasNaciones Unidaspara el Medio. Ambiente (PNUMA) en el que fij un completo conjunto de recomendaciones para la creacin de un sistema financiero verde en el pas.En la India, la Federacin India de Cmaras de Comercio e Industria ha creado un nuevo grupo de trabajo de bonos verdes para explorar maneras en que los mercados de deuda del pas pueden dar respuesta al reto de financiar infraestructura inteligente. Y los cambios llevados a cabo ltimamente permiten esperar un considerable potencial para que las sociedades de inversiones que cotizan en bolsa destinen capitales a energas limpias.Hasta el momento, este tipo de medidas afectan slo a una pequea fraccin de los $305 billones de dlares en los activos de los bancos, inversionistas, instituciones financieras y particulares del sistema financiero global. No hay duda de que se irn ampliando a medida que los actores financieros y las entidades reguladoras reconozcan en plenitud las consecuencias de las alteraciones al medio ambiente.Se trata de consecuencias de una seriedad que ya es innegable. En 116 de los 140 pases evaluados por el PNUMA ha disminuido el capital natural subyacente a la creacin de valor. Entre los costes humanos y econmicos de seguir basando el crecimiento en un alto consumo de carbono se encuentran graves efectos para la salud, crecientes perturbaciones en la infraestructura y problemas de seguridad hdrica y alimentaria, as como un aumento de la volatilidad en los mercados, que se hace notar con mayor fuerza en los pases en desarrollo. Estos daos irn a peor, y sus riesgos se pueden volver inmanejables si las emisiones de gases de invernadero no se reducen a niveles cero netos entre 2055 y 2070.A medida que los retos que supone el cambio climtico se hacen ms evidentes, ser cada vez ms importante financiar la respuesta a su impacto. Los pases desarrollados se han comprometido a movilizar 100 mil millones de dlares en flujos financieros hacia los pases en desarrollo para el ao 2020, pero se necesita mucho ms.Por sobre todo es esencial poner el desafo de financiacin que plantea el cambio climtico en el contexto ms amplio de la economa verde y el desarrollo sostenible. La tarea de quienes estn a cargo de supervisar el sistema financiero es hacer posible la transicin ordenada desde las inversiones que consumen mucho carbono a aquellas que consumen menos, y desde activos vulnerables a otros ms resilientes. De acuerdo con la iniciativa Nueva Economa Climtica, para el ao 2030 se habrn destinado $89 billones de dlares a infraestructura en todo el mundo, y se necesitaran $4,1 billones de dlares adicionales para volverla resiliente y hacer que consuma bajos niveles de carbono.Para movilizar el capital necesario, las autoridades tendrn que hacer uso del poder del sistema financiero. Habr que ampliar el alcance de la gestin del riesgo, de modo que la sostenibilidad y los riesgos de largo plazo que signifique el cambio climtico se incluyan en normas prudenciales para la banca, los seguros y la inversin. A travs de nuevos bancos verdes se podra fomentar la financiacin desde los mercados de valores y deuda. Asimismo, tendr que mejorarse la transparencia mediante una mayor capacidad de rendicin de cuentas de las corporaciones y mayores obligaciones de divulgacin por parte de las instituciones financieras. Y ser necesario reformular y revisar las habilidades e incentivos de los profesionales financieros con el fin de que reflejen estos nuevos principios.Se estn abriendo nuevas y promisorias avenidas para la cooperacin internacional. Por ejemplo, los ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales de los pases del G-20 acaban de solicitar a la Junta de Estabilidad Financiera que explore cmo el sector financiero puede enfrentar los problemas ambientales. Con medidas como sta no slo se fortalecer la seguridad medioambiental, sino que se podr ir construyendo un sistema financiero ms eficiente, eficaz y resiliente.Traducido del ingls por David Melndez Tormen

Michael SpenceMichael Spence, a Nobel laureate in economics, is Professor of Economics at NYUs Stern School of Business, Distinguished Visiting Fellow at the Council on Foreign Relations, Senior Fellow at the Hoover Institution at Stanford University, Academic Board Chairman of the Fung Global Institute in Hong read moreMAY 20, 201516Un mundo de desinversin

MILN Cuando la Segunda Guerra Mundial termin hace 70 aos, gran parte del mundo incluida la Europa industrializada, Japn y otros pases que haban estado ocupados- qued geopolticamente escindido y aquejado por una deuda soberana importante. Muchas de las economas principales incluso quedaron en ruinas. Uno podra haber esperado un perodo prolongado de cooperacin internacional limitada, crecimiento lento, alto desempleo y privacin extrema, debido a la capacidad limitada de los pases para financiar sus inmensas necesidades de inversin. Pero eso no es lo que sucedi.Por el contrario, los lderes mundiales adoptaron una perspectiva de largo plazo. Reconocieron que las perspectivas de reduccin de deuda de sus pases dependan del crecimiento econmico nominal, y que sus perspectivas de crecimiento econmico para no mencionar una paz continuada- dependan de una recuperacin a nivel mundial. De modo que utilizaron y hasta tensaron- sus balances para inversin, abrindose al mismo tiempo al comercio internacional, ayudando as a restablecer la demanda. Estados Unidos que enfrentaba una considerable deuda pblica, pero que haba perdido poco en trminos de activos fsicos- naturalmente asumi un papel de liderazgo en este proceso.Dos caractersticas de la recuperacin econmica de posguerra son sorprendentes. En primer lugar, los pases no vean sus deudas soberanas como una limitacin coercitiva, y en cambio persiguieron la inversin y el potencial crecimiento. En segundo lugar, cooperaron entre s en mltiples frentes, y los pases con los balances ms slidos impulsaron la inversin en otras partes, engrosando la inversin privada. El estallido de la Guerra Fra puede haber fomentado esta estrategia. En cualquier caso, los pases no actuaron por cuenta propia.La economa global de hoy tiene similitudes asombrosas con el perodo inmediato de posguerra: el alto desempleo, los niveles de deuda elevados y en aumento y una escasez global de demanda agregada estn limitando el crecimiento y generando presiones deflacionarias. Y ahora, como entonces, el nivel y calidad de la inversin han sido inadecuados de manera consistente. El gasto pblico en capital tangible e intangible un factor crtico en el crecimiento a largo plazo- ha estado muy por debajo de los niveles ptimos desde hace algn tiempo.Por supuesto, tambin existen nuevos desafos. La dinmica de la distribucin de ingresos ha cambiado de manera adversa en las ltimas dcadas, impidiendo un consenso en materia de polticas econmicas. Y las poblaciones que envejecen resultado de una creciente longevidad y de una cada de la fertilidad- estn poniendo presin sobre las finanzas pblicas.De todas maneras, los ingredientes de una estrategia efectiva para impulsar el crecimiento econmico y el empleo son similares: se deberan utilizar los balances disponibles (soberanos y privados) para generar demanda adicional y fomentar la inversin pblica, inclusive si esto resulta en un mayor apalancamiento. Una investigacin reciente del FMI sugiere que, dado el exceso de capacidad, los gobiernos probablemente se beneficiaran de los multiplicadores sustanciales de corto plazo. Ms importante an, el foco en la inversin mejorara las perspectivas de un crecimiento sostenible a largo plazo, que les permitira a los gobiernos y a los hogares emprender un desapalancamiento responsable.Del mismo modo, la cooperacin internacional es tan crtica para el xito hoy como hace 70 aos. Como los balances (pblicos, cuasi pblicos y privados) con capacidad para invertir no estn distribuidos de manera uniforme en el mundo, hace falta un esfuerzo global determinado que incluya un papel importante para las instituciones financieras multilaterales- para destrabar los canales de intermediacin congestionados.Existen muchos incentivos para que los pases colaboren, en lugar de utilizar el comercio, las finanzas, la poltica monetaria, las compras del sector pblico, las polticas tributarias u otros factores para debilitarse mutuamente. Despus de todo, dada la conectividad que caracteriza a los sistemas financieros y econmicos globalizados de hoy, una plena recuperacin en alguna parte es prcticamente imposible sin una recuperacin abarcativa prcticamente en todas partes.Sin embargo, en su mayora, la cooperacin limitada ha sido la eleccin del mundo en los ltimos aos. Los pases creen no solamente que deben arreglrselas por s solos, sino tambin que sus niveles de deuda imponen una limitacin dura a la inversin que genera crecimiento. La desinversin y la depreciacin resultantes de la base de activos de la economa global estn moderando el crecimiento de la productividad y as minando las recuperaciones sustanciales.A falta de un programa de reinversin internacional vigoroso, se utiliza la poltica monetaria para respaldar el crecimiento. Pero la poltica monetaria normalmente se centra en la recuperacin domstica. Y, aunque medidas no convencionales redujeron la inestabilidad financiera, su efectividad a la hora de contrarrestar las presiones deflacionarias generalizadas o restablecer el crecimiento sigue siendo dudosa.Mientras tanto, los ahorristas se ven limitados, los precios de los activos estn distorsionados y los incentivos para mantener o inclusive aumentar el apalancamiento mejoraron. Las devaluaciones competitivas, inclusive si no son objetivos manifiestos de los responsables de las polticas, se estn volviendo cada vez ms tentadoras aunque no solucionarn el problema de la demanda agregada.Esto no quiere decir que una repentina normalizacin de la poltica monetaria sea una buena idea. Pero, si se iniciaran programas de inversin y reforma en gran escala como complementos de medidas de polticas monetarias no convencionales, la economa podra encaminarse en un sendero de crecimiento ms resiliente.A pesar de sus beneficios obvios, este tipo de estrategia internacional coordinada sigue siendo esquiva. Aunque se estn negociando acuerdos de comercio e inversin, son cada vez ms regionales en cuanto a su alcance. Mientras tanto, el sistema de comercio multilateral se est fragmentando, junto con el consenso que lo cre.Dado el nivel de interconexin e interdependencia que caracteriza a la economa global de hoy, la reticencia a cooperar es difcil de entender. Un problema parece ser la condicionalidad segn la cual los pases no estn dispuestos a comprometerse a implementar reformas fiscales y estructurales complementarias. Esto es particularmente evidente en Europa, donde se sostiene, con cierta justificacin, que sin este tipo de reformas el crecimiento seguir siendo anmico, lo que sustenta o incluso exacerba las limitaciones fiscales.Pero si la condicionalidad es tan importante, por qu no impidi la cooperacin hace 70 aos? Quiz la idea de que las economas seriamente afectadas, con perspectivas limitadas para recuperaciones independientes, desaprovecharan la oportunidad que presentaba la cooperacin internacional fuera improbable. Tal vez siga sindolo. Si es as, crear una oportunidad similar hoy podra cambiar los incentivos, disparar las reformas complementarias necesarias y poner a la economa global en un camino hacia una recuperacin de largo plazo ms slida.

Robert SkidelskyRobert Skidelsky, Professor Emeritus of Political Economy at Warwick University and a fellow of the British Academy in history and economics, is a member of the British House of Lords. The author of a three-volume biography of John Maynard Keynes, he began his political career in the Labour party, bread moreMAY 19, 20157En el Reino Unido: sin dolor, no se es ganador?

LONDRES El historiador econmicoNiall Fergusonme recuerda al fallecido historiador de Oxford, A.J.P. Taylor. Si bien Taylor sostuvo que trat de decir la verdad en sus escritos histricos, estuvo bastante dispuesto a tergiversar los hechos por una buena causa. Ferguson es tambin un gran historiador sin embargo, es completamente inescrupuloso cuando la motivacin que lo impulsa es poltica.La causa de Ferguson es el neoconservadurismo estadounidense, junto con una aversin implacable a Keynes y los keynesianos. Su ltima defensa de la austeridad fiscal lleg inmediatamente despus del reciente proceso electoral en el Reino Unido, Ferguson escribi en elFinancial Timesque, el Partido Laborista debera culpar a Keynes por su derrota.El razonamiento de Ferguson equivale al de un brutal administrador de disciplina que justifica sus mtodos sealando que la vctima est an viva. Alegando a favor de George Osborne, Canciller de la Hacienda del Reino Unido, Ferguson seala que la economa del Reino Unido creci un 2,6% el ao pasado (el mejor desempeo entre todas las economas de los pases G-7), pero ignora el dao que Osborne infligi a la economa en el camino a esa recuperacin.En la actualidad existe un amplio consenso sobre dicho dao. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, la agencia independiente que cre Osborne para evaluar el desempeo macroeconmico del gobierno,acaba de llegar a la conclusinde que la austeridad redujo el crecimiento del PIB en un 2% desde el ao 2010 al 2012, llevando el costo acumulado de la austeridad desde el 2010 a un 5% del PIB. Simon Wren-Lewis, de la Universidad de Oxfordcalculaque el dao podra ascender hasta el 15% del PIB. En una reciente encuesta a los economistas britnicos realizada por el Centro para la Macroeconoma, dos terceras partes de los encuestados estuvieron de acuerdo en que la austeridad haba causado dao a la economa del Reino Unido.Por otra parte, el Reino Unido no es el nico en esta situacin. El FMI en su informePerspectivas de la economa mundialde octubre de 2012 admiti que se subestimaron los multiplicadores fiscales a lo largo de todo el mundo. En lenguaje simple: los pronosticadores subestimaron el grado de capacidad ociosa y por lo tanto, el alcance que pudiese tener la expansin fiscal en cuanto a aumentar la produccin.Fue un inocente error? O, lo que pas fue que los pronosticadores se encontraban sometidos a los modelos econmicos que suponan que las economas estaban en el pleno empleo, en cuyo caso el nico resultado de la expansin fiscal sera la inflacin? Ahora, ellos ya conocen mejor lo que ocurre, y Ferguson tambin debiese conocer mejor la situacin.Un aspecto deprimente de la falta de escrpulos de Ferguson es su falta de reconocimiento del impacto que tuvo la Gran Recesin en el desempeo gubernamental y las expectativas empresariales. Por lo tanto, l compara el crecimiento del 2,6% en 2014 con la contraccin del 4,3% en el 2009, que describe como el ltimo ao completo de gobierno laborista como si la poltica del Partido Laborista hubiese sido la que produjo el colapso en el crecimiento. Del mismo modo indica: En ningn momento despus de mayo de 2010 [la confianza] se hundi nuevamente a los lugares donde estuvo en el transcurso de los dos ltimos aos del catastrfico gobierno del Primer Ministro Gordon Brown como si el desempeo del gobierno de Brown hubiese sido el causante de que la confianza empresarial colapse.La afirmacin de que Keynes es el culpable de la derrota electoral de los laboristas es peculiarmente extraa. Despus de todo, lo nico que los lderes laboristas trataron de lograr con el mayor empeo durante la campaa electoral fue distanciar al partido de cualquier mancha de keynesianismo. Quizs Ferguson quiso decir que la vinculacin queen el pasadotuvieron los laboristas con Keynes fue la que los haba condenado en las propias palabras de Ferguson: su liderazgo desastroso antes y durante la crisis financiera.De hecho, la mayora de los ltimos gobiernos laboristas fueron decididamente no-keynesiano; la poltica monetaria se orient a alcanzar el objetivo de una inflacin del 2%, y la poltica fiscal se dirigi a equilibrar el presupuesto durante el ciclo econmico: esta fue la receta macroeconmica estndar antes de que la recesin golpeara a la economa. La acusacin ms condenatoria en contra de su liderazgo es que los laboristas acogieron la idea de que los mercados financieros se auto regulan de manera ptima una punto de vista que Keynes rechaz.Keynes no es a quien se debe culpar por la derrota del Partido Laborista; en gran medida, Escocia fue la culpable. La aplastante victoria del Partido Nacional Escocs (PNE) dej a los laboristas con un solo asiento en el pas. Sin lugar a duda, existen muchas razones para el abrumador triunfo del PNE, pero el apoyo a la austeridad no es una de ellas. (En Escocia, a los conservadores les fue tan mal como a los laboristas).Nicola Sturgeon, la primera ministra de Escocia y lder del PNE, atac el acogedor consenso en torno a la consolidacin fiscal en Westminster. De manera acertada ella indic que el dficit era un sntoma de las dificultades econmicas, no slo la causa de las mismas. El manifiesto del PNE prometi al menos un monto de 140 mil millones (220 mil millones dlares) a lo largo de todo el Reino Unido para invertir en habilidades e infraestructura.Entonces, si al PNE le fue tan bien con un programa de expansin fiscal keynesiano, no se podra argumentar que los laboristas hubieran obtenido mejores resultados si hubiesen montado una defensa ms enrgica de sus propios actos durante su gobierno y un ataque ms agresivo a la poltica de austeridad de Osborne? Esto es lo que lderes del Partido Laborista, como por ejemplo Alistair Darling, Canciller de la Hacienda de Gordon Brown, ahora dicen. Sin embargo, parece que ellos no tuvieron ninguna influencia en los dos arquitectos de la estrategia electoral del Partido Laborista, Ed Miliband y Ed Balls, ambos de ellos ahora retirados de la poltica de primera lnea.En lo que los conservadores s tuvieron xito, y lo hicieron de manera brillante, fue en cuanto a convencer a losinglesesde que ellos nicamente estaban limpiando el desastre de los laboristas, y que, si no se hubiese aplicado la austeridad, Gran Bretaa hubiera seguido el camino de Grecia esta es exactamente la opinin de Ferguson.Uno podra llegar a la conclusin de que todo esto es ya parte de la historia: los votantes han dado su veredicto. Sin embargo, sera un error aceptar la narrativa conservadora como la ltima palabra. Se trata bsicamente de propaganda barata, con poco sustento terico y efectos destructivos prcticos.Esto podra no importar tanto si hubiera habido un cambio de gobierno. Pero Osborne est de vuelta como Canciller, prometiendo recortes an ms duros en el transcurso de los prximos cinco aos. Y, gracias a Alemania, la austeridad fiscal sigue siendo la doctrina reinante en la eurozona. As que el dao va a continuar. En ausencia de una contra-narrativa convincente, podemos estar condenados a averiguar cul es el nivel de dolor que las vctimas pueden llegar a soportar.Traducido del ingls por Roco L. Barrientos.

Robert J. ShillerRobert J. Shiller, a 2013 Nobel laureate in economics, is Professor of Economics at Yale University and the co-creator of the Case-Shiller Index of US house prices. He is the author ofIrrational Exuberance, the third edition of which was published in January 2015, and, most recently,Finance and thread moreMAY 18, 201526Cmo inspirar el crecimiento econmico NEW HAVEN En eldiscurso de inauguracin de su mandato, en lo peor de la Gran Depresin, el presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, pronunci una frase que se volvera famosa: A lo nico que debemos temer es al temor mismo. Luego agreg, en alusin al Libro del xodo: No sufrimos una plaga de langostas. No haba ninguna causa tangible para la depresin; en marzo de 1933, el problema estaba en la mente de las personas.Lo mismo puede decirse hoy, siete aos despus de la crisis financiera global de 2008, sobre los muchos puntos dbiles que subsisten en la economa mundial. El temor hace que los individuos restrinjan sus gastos y las empresasretengan inversiones; el resultado es un debilitamiento de la economa que confirma los temores y lleva a una mayor restriccin del gasto. La cada se profundiza y se afirma un crculo vicioso de desesperanza. Aunque la crisis financiera de 2008 ya pas, seguimos atrapados en el ciclo emocional que puso en marcha.Es un poco como el miedo escnico. La ansiedad causada por el temor a no dar una buena actuacin puede provocar vacilacin o prdida de inspiracin; si luego ese temor se traslada a la realidad, la ansiedad se agrava y la actuacin se perjudica. Una vez iniciado el crculo, es muy difcil detenerlo.Segn Google Ngrams, en ingls, el trminociclo de realimentacincomienza a aparecer con frecuencia en los libros a fines de la dcada de 1930, durante la Gran Depresin, generalmente en el contexto de la electrnica: cuando se conectan un micrfono y un altavoz, y se los pone frente a frente, cualquier perturbacin puede iniciar un circuito de retroalimentacin sonora que dar lugar a un chillido insoportable. Luego, en 1948 el gran socilogo Robert K. Merton hizo famoso otro trmino: profeca autocumplida (ttulo de unensayo homnimo). El ejemplo principal de Merton es la Gran Depresin.Hoy que el recuerdo de aquella crisis est muy lejano, a muchos les resultar difcil creer que algo similar se est repitiendo. Seguramente, se dirn, el actual mal desempeo econmico debe tener una causa ms tangible que un ciclo de realimentacin. Pero se equivocan; y la prueba ms directa es que, a pesar de los bajsimos tipos de inters, no vemos unboomde inversiones.De hecho, hace ms de cinco aos que el tipo de inters real (ajustado por inflacin) se mantiene cerca de cero en gran parte del mundo. Aunque esto vale especialmente para la deuda pblica, tambin los tipos de inters que pagan las empresas estn en mnimos histricos.Para un gobierno que, por decir algo, tuviera que decidir si construye o no una nueva autopista, el momento actual debera ser ideal. Supongamos que la autopista cuesta mil millones de dlares, durar por tiempo indefinido con un plan regular de mantenimiento y reparaciones, y le dejar a la sociedad un beneficio neto anual de veinte millones de dlares. Con un tipo de inters real a largo plazo del 3%, la propuesta sera inviable, porque el costo de los intereses superara los beneficios. Pero si en vez del 3% fuera el 1%, entonces el gobierno debera endeudarse y construir la autopista, simplemente porque es una inversin razonable.El 4 de mayo, el rendimiento de los bonos pblicos de Estados Unidos a 30 aos indexados por inflacin estaba en apenas 0,86%, mientras en 2000 era ms de 4%. En muchos otros pases las cifras son similares.No puede ser que hoy necesitemos mejores autopistas menos que antes; por el contrario, el crecimiento poblacional no puede sino haber agudizado la necesidad de inversiones. Entonces, por qu no vemos un auge de construccin de autopistas?La poca disposicin de los agentes a correr riesgos econmicos no puede ser resultado nada ms del temor; al menos no temor en el sentido de miedo escnico. Puede surgir de una percepcin de temores ajenos, o de que hay algo fundamentalmente errado en el entorno econmico, o de falta de inspiracin (que podra ayudar a superar los temores de fondo).El perodo de mayor crecimiento econmico que tuvo Estados Unidos despus de 1929 fue en los aos cincuenta y sesenta, cuando el Estado destin grandes sumas a la construccin del sistema interestatal de autopistas, iniciada en 1956. Cuando el sistema estuvo listo, era posible cruzar el pas y llegar a cualquiera de sus centros comerciales conduciendo por autopistas de alta velocidad a 120 kilmetros por hora.Tal vez el sistema nacional de autopistas fue ms inspirador que los intentos de Roosevelt para estimular la salida de Estados Unidos de la Gran Depresin. Por ejemplo, el Cuerpo Civil de Conservacin, que reclutaba a jvenes para limpiar reas silvestres y plantar rboles. Poda ser una experiencia agradable (e incluso instructiva) para jvenes que de otro modo estaran ociosos y desempleados; pero no era una gran inspiracin para el futuro. Tal vez eso explique por qu elNew Dealde Roosevelt no acab con los problemas econmicos de Estados Unidos.En cambio, la relativa fortaleza que hoy parece tener la economa estadounidense puede ser reflejo de algunos hechos inspiradores, recientes y muy visibles. Larevolucin delfracking, que en gran medida se considera nacida en Estados Unidos, ayud a bajar los precios de los combustibles y liber al pas de la dependencia del petrleo extranjero. Asimismo, muchos de los veloces avances de estos ltimos aos en el rea de las comunicaciones tienen que ver con innovaciones originadas en Estados Unidos (como los telfonos inteligentes, las tabletas y el software relacionado).Ms gasto pblico podra estimular todava ms la economa, mientras sea tan inspirador como el sistema interestatal de autopistas. No es verdad que los gobiernos sean inherentemente incapaces de estimular la imaginacin de las personas. Hoy no necesitamos un parchecito aqu y otro all; lo que necesitamos es algo grande y revolucionario.En todo el mundo, los programas de exploracin espacial con financiacin pblica han sido grandes fuentes de inspiracin. Cierto es que sus principales impulsores fueron los cientficos, no los burcratas del gobierno. Pero con o sin apoyo del Estado, esos programas han tenido un efecto sicolgico transformador: en ellos, la gente ve la idea de un futuro de grandeza. Y la inspiracin reduce el miedo; un miedo que hoy, como en tiempos de Roosevelt, es el principal obstculo al progreso econmico.Traduccin: Esteban Flamini

Marcel FratzscherMarcel Fratzscher, a former head of International Policy Analysis at the European Central Bank, is Committee Chairman and President of the think tank DIW Berlin.

Jrgen FitschenJrgen Fitschen is Co-Chief Executive Officer of Deutsche Bank.

Reiner HoffmannReiner Hoffmann is Chairman of the Confederation of German Trade Unions (DGB).MAY 18, 201515Una oportunidad de oro para Alemania

BERLN Parece que nada puede detener a la economa alemana. Se espera que el crecimiento crezca ms del 2% este ao y que los salarios aumenten 3% y se prev que el supervit en cuenta corriente alcance un impresionante 8.4% del PIB. A lo largo de la ltima dcada, el desempleo se ha reducido a la mitad y ahora est a un nivel sin precedentes histricos. Los exportadores alemanes siguen siendo muy innovadores y competitivos. Adems, el gobierno tiene un supervit presupuestal considerable. Mientras el resto de Europa sigue atrapada en la crisis y la falta de confianza, el futuro de Alemania parece alentador y seguro. Pero las apariencias pueden engaar.De hecho, los datos macroeconmicos actuales solo reflejan parte de la situacin. Desde que se estableci el euro en 1999, el crecimiento de la productividad de Alemania no ha sido superior al de la media de los pases europeos, los salarios reales han disminuido para la mitad de la fuerza laboral y el crecimiento anual del PIB ha sido en promedio de apenas 1.2%.Una razn clave de este desempeo mediocre es la tasa de inversin notoriamente reducida de Alemania, que est entre las ms bajas de la OCDE. El resultado es una infraestructura que se est deteriorando y que incluye caminos, puentes y escuelas. Esto, junto con un ambiente regulatorio y empresarial inadecuado ha generado preocupacin entre las compaas. Desde 1999, las multinacionales alemanas ms grandes han duplicado el nmero de sus empleados en el extranjero y reducido los empleos en el pas.En suacuerdo de coalicinde 2013, la Unin Demcrata Cristiana y los socialdemcratas se fijaron la meta de aumentar la inversin pblica y privada en un 3% del PIB, es decir 90 mil millones de euros (100.8 mil millones de dlares) anualmente para llegar al promedio de la OCDE. Si bien este no es un objetivo particularmente ambicioso despus de todo, el supervit en cuenta corriente de Alemania en ese momento era equivalente al 7.8% del PIB alcanzarlo es vital para la prosperidad sostenida del pas.En agosto pasado, el gobierno alemn nombr un comit de expertos de 21 miembros (entre los que estn los tres autores) provenientes de las empresas, sindicatos y los sectores financiero y acadmico para determinar el modo de cumplir ese objetivo. El mes pasado, el comit present unplan de accin de diez puntos, que, a pesar de algunos desacuerdos en cuanto a impuestos y financiamiento privado de la inversin pblica, refleja un consenso excepcionalmente amplio.Para empezar, el plan establece que se debe limitar el impacto de la presin para consolidar el presupuesto del gobierno sobre la inversin pblica. El plan no cuestiona el freno constitucional de la deuda que prohbe al gobierno federal tener dficits estructurales superiores al 0.35% del PIB. Sin embargo, s recomienda un compromiso jurdicamente vinculante de conservar los niveles de inversin al menos al mismo nivel que la tasa de depreciacin de los activos del Estado y de utilizar los supervits presupuestales inesperados, ante todo, para aumentar la inversin pblica.Con el fin de apoyar la inversin local, el comit de expertos propone crear un pacto de inversin nacional que permita a los municipios aumentar la inversin en por lo menos 15 mil millones de euros en los prximos tres aos. Recomienda tambin que se establezca una institucin de consultora pblica que ayude a los municipios a terminar sus proyectos de inversin, en los que hay un retraso de 118 mil millones de euros.La cuestin ms controvertida, en el comit y en Alemania, se relaciona con el financiamiento de infraestructura mediante asociaciones entre los sectores pblico y privado, una solucin aparentemente prometedora que sin embargo ha resultado no ser en absoluto una panacea. Para obtener un equilibrio efectivo, el plan de accin propone que se establezcan dos fondos de inversin pblicos. Uno obtendra fondos de inversionistas institucionales y el otro de individuos. Los proyectos pblicos financiados por esos fondos proporcionaran suficientes mejoras en cuestin de eficiencia para atraer financiamiento privado.En lo que se refiere a la inversin del sector privado solamente, el comit recomienda que se concentre en desarrollar los sectores que sern predominantes en la economa del futuro. Actualmente, Alemania es fuerte en los sectores industriales tradicionales, pero se ha retrasado con respecto a sus competidores de Asia y los Estados Unidos en trminos de inversin para la investigacin y el desarrollo. Para ponerse al da, el gasto en investigacin y desarrollo debe pasar de ser inferior al 3% a por lo menos el 3.5% del PIB.En ningn sector se hace ms evidente la necesidad de resolver los cuellos de botella financieros que en laEnergiewende(transicin energtica) de Alemania. Para que tenga xito, en las prximas dcadas debern invertirse anualmente 30 mil millones de euros, es decir, el 1% del PIB, en infraestructura para las redes, generacin de energa renovable, sistemas combinados de calefaccin y energa y tecnologas de almacenamiento. Si bien algunos de estos fondos provendrn de los presupuestos pblicos, el sector privado deber proporcionar la mayor parte.Adems, hacer que la infraestructura digital de Alemania, sobre todo sus redes de banda amplia, estn al nivel de las normas internacionales requerir una inversin significativa, que un marco regulatorio mejorado podra ayudar a promover. Tambin se necesita una reforma regulatoria para fortalecer el apoyo a las empresas nuevas, una esfera en la que Alemania es notoriamente dbil, lo que se refleja en las dificultades que tienen esas empresas para obtener capital de riesgo.Un aumento sustancial de la inversin privada es necesario no solo para Alemania; es esencial para que Europa se recupere de su crisis actual. Dada la relativa fuerza econmica de Alemania, tiene una responsabilidad especial de ayudar a fomentar la inversin en toda Europa, incluso mediante la promocin a nivel europeo de reformas del transporte y la energa, el apoyo a los incentivos para la innovacin y el respaldo a la modernizacin digital.El comit de expertos respalda el plan del presidente de la Comisin Europea, Jean-Claude Juncker, de canalizar alrededor de 300 mil millones de euros de inversin privada hacia infraestructura, y si el plan resulta exitoso, propone transformarlo en un mecanismo europeo de inversin permanente. Esta medida requerira de ms financiamiento de largo plazo para el Fondo europeo para inversiones estratgicas, que debera recibir las contribuciones directas del gobierno alemn.La combinacin en Alemania de fuerte crecimiento, bajo desempleo, condiciones financieras favorables y amplios excedentes de presupuesto representa una oportunidad ideal. Con una mayor inversin en infraestructura, sin olvidar su sistema educativo competitivo y condiciones empresariales propicias para las inversiones, la economa alemana se perfila slida de cara al futuro, y ayudar a Europa a acabar con sus dificultades. Ahora tenemos un plan; lo nico que necesitamos es la voluntad para ponerlo en aplicacin.Traduccin de Kena Nequiz

Seki ObataSeki Obata is a professor at Keio University's Graduate School of Business Administration and a former official in Japans Ministry of Finance.

Georges DesvauxGeorges Desvaux is the managing partner of McKinsey & Companys Japan office.MAY 15, 20158La flecha que falta en la AbenomaTOKIO En su impulso para hacer arrancar la economa japonesa, el Primer Ministro Shinzo Abe, poco despus de ocupar su cargo en 2012, introdujo un gran estmulo fiscal y aplic un audaz programa de relajacin monetaria. Desde entonces, las autoridades japonesas han estado trabajando para lanzar lo que Abe llama la tercera flecha de su programa: reformas arduas de las industrias decisivas y la demolicin de los obstculos estructurales al crecimiento.Pero el foco de la poltica pblica ha dejado una cuarta flecha el sector privado intacto y al parecer preterido. Es algo que lamentar, porque el Gobierno no puede solucionar por s solo los males del Japn. El aumento de la productividad anual ha sido tercamente lento, pues raras veces ha superado el dos por ciento en gran parte de los dos ltimos decenios, lo que refleja oportunidades desaprovechadas y una reduccin de la competitividad de los costos.El desplome de la productividad del Japn afecta a toda la economa; los incrementos de la productividad de la mano de obra y del capital han quedado prcticamente paralizados en casi todos los sectores, incluso en las avanzadas industrias manufactureras distintivas del Japn. La productividad de la mano de obra en el sector de equipo de transporte, por ejemplo, apenas si representa la mitad de la de Alemania.Con esa tendencia el crecimiento anual del PIB va camino de ascender por trmino medio a slo el 1,3 por ciento hasta 2025, lo que entraara un tercer decenio consecutivo de estancamiento. Semejante resultado coincidira con un cambio demogrfico negativo y exacerbara sus efectos, por lo que limitara los ingresos fiscales y aumentara los costos de la atencin de salud universal y las prestaciones en materia de pensiones.La capacidad del Japn para modificar su trayectoria depende de que las empresas adopten la decisin de invertir, cambien las polticas en el lugar de trabajo, utilicen las nuevas tecnologas y ensayen modelos de negocio inditos. Se necesitar tiempo y voluntad poltica para aplicar les reformas estructurales de Abe, pero las empresas japonesas no pueden darse el lujo de permanecer paradas. Pueden y deben actuar sin esperar a que el Gobierno cambie de polticas. En muchos casos, los estrangulamientos de la economa no son de carcter reglamentario, sino que se deben a formas muy arraigadas de hacer negocios.En unanueva investigacin, el Instituto Mundial McKinsey ha examinado detalladamente los sectores de manufacturacin avanzada, ventas al por menor, servicios financieros y atencin de salud del Japn y ha descubierto una importante productividad desaprovechada en todos esos sectores.Para empezar, las empresas japonesas deberan integrarse ms a escala mundial. La de la exportacin a los mercados extranjeros que crecen ms velozmente es una va evidente para superar el lento aumento de la demanda interna, pero, en lugar de limitarse a vender los productos en el extranjero, deberan ampliar sus operaciones allende las fronteras e intentar conseguir ms profesionales internacionales con talento.Las empresas japonesas hacen operaciones formidables de investigacin e innovacin, pero la mayora debera reorganizarlas para obtener ms beneficios y mayores repercusiones. El proceso debe comenzar con la comprensin de lo que los clientes desean y la determinacin de aportar soluciones al respecto. Se deben transformar las operaciones de investigacin y desarrollo en procesos ms dinmicos y abiertos, que entraen la colaboracin con los clientes y los proveedores.Adems, las empresas japonesas debern mejorar sus capacidades en sectores como, por ejemplo, los de comercializacin, fijacin de precios y desarrollo del talento. Aunque hay algunas bolsas de excelencia, la mayora de las empresas japonesas son muy deficientes en esos sectores. Para competir en los mercados mundiales, debern lograr la misma solidez en ellos que en otros sectores tradicionalmente slidos.Muchas empresas japonesas no han digitalizado an los procesos llevados a cabo mediante el papel ni han substituido los sistemas anticuados de tecnologas de la informacin. Otras se beneficiaran del paso de la digitalizacin bsica a las tecnologas de la generacin siguiente, como, por ejemplo, la analtica de los megadatos. Adems, las empresas pueden evitar las escaseces de mano de obra que se perfilan para el futuro con sistemas informticos inteligentes y robtica. Las empresas manufactureras pueden aumentar sus cadenas de montaje o substituirlas por tecnologas como, por ejemplo, la de Internet de las cosas y las impresoras 3D.Ms en general, las empresas japonesas tienen que organizarse con miras al rendimiento y la disciplina. Mientras los cambios normativos vayan desencadenando las fuerzas del mercado, las empresas habrn de afrontar una mayor competencia. Puede que algunas deban reorganizarse o abandonar los mercados no rentables; otras tal vez deban emprender fusiones y adquisiciones para lograr economas de escala.Por ltimo, los accionistas y los ejecutivos superiores deben vincular los objetivos con los incentivos. Algunas de las empresas gigantescas del Japn ya han comenzando a substituir los tradicionales ascensos de los empleados basados en la antigedad por estructuras salariales basadas en los mritos. Otras deben seguir su ejemplo. La promocin de los talentos ms jvenes y diversos puede contribuir a la creacin de organizaciones giles y con ideas nuevas.Si el sector privado del Japn est a la altura de ese imperativo, puede internar su economa por una va de crecimiento ms rpido. Las innovaciones en una empresa se extenderan en cascada por toda su rama industrial, lo que obligara a los competidores a aumentar sus apuestas. En los decenios de 1950 y 1960, por ejemplo, Toyota introdujo procesos de produccin ms eficientes, que ms adelante fueron adoptados por toda la industria automovilstica.En lugar de conformarse con un futuro de 1,3 por ciento de crecimiento del PIB, el Japn podra alcanzar el tres por ciento, aproximadamente, de crecimiento anual hasta 2025. Para ello, sera necesario que la tasa de crecimiento de la productividad de la mano de obra aumentara ms del doble, pero se trata de un objetivo viable. Ms de la mitad de ese mayor crecimiento se puede lograr adoptando procedimientos ptimos que las empresas de todo el mundo utilizan ya, mientras que la tecnologa puede colmar gran parte del desfase restante.Los dirigentes de las empresas japonesas deben combinar las grandes concepciones con la atencin a los detalles. Tendrn que crear productos innovadores, introducirse en los nuevos mercados y hacer inversiones audaces en materia de equipo, tecnologa y talentos, sin por ello dejar de examinar detenidamente todos los aspectos de sus operaciones para descubrir deficiencias y desperdicios.Tal vez se deban abandonar las formas tradicionales de hacer negocios, pero hay un amplio margen para lograr avances e impulsar un crecimiento econmico ms rpido. Unas inmensas corrientes comerciales, la aparicin de miles de millones de nuevos consumidores en los pases en ascenso y los adelantos tecnolgicos estn transformando rpidamente la economa mundial. El Japn puede cambiar su trayectoria actual convirtiendo esaoleada de perturbacionesen una oportunidad.Traducido del ingls por Carlos Manzano.

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Daniel GrosDaniel Gros is Director of the Brussels-based Center for European Policy Studies. He has worked for the International Monetary Fund, and served as an economic adviser to the European Commission, the European Parliament, and the French prime minister and finance minister. He is the editor ofEconomieread moreMAY 13, 201521Por qu Grecia es distinta?

BRUSELAS Las negociaciones aparentemente interminables entre el nuevo gobierno griego y sus acreedores internacionales el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisin Europea sobre un nuevo acuerdo de prstamo han entrado a una fase peligrosa. En este punto, un error en cualquiera de los lados amenaza con desencadenar el tipo de accidente que podra precipitar una nueva crisis en Europa.El FMI parece dispuesto a tirar la toalla y esto, en especial, debido a la reciente informacin que indica que este ao Grecia podra presentar un pequeo dficit presupuestario primario (que excluye el pago de intereses), en lugar del cuantioso supervit que se planificaba. Sin embargo, debido a que la economa de Grecia se desploma nuevamente, su gobierno est convencido de que el actual programa de pagos no est funcionando y que, en ausencia de ajustes significativos, nunca lo har.Un elemento fundamental en la argumentacin que presenta Grecia para obtener nuevos trminos del rescate es la narrativa, misma que seala que este pas fue vctima de laexcesiva austeridad relato que se ve reforzado por las actuales penurias econmicas que atraviesa. Sin embargo, lo que se expresa deja de lado un hecho crucial: la austeridad s funcion en otros pases europeos afectados por la crisis. En los hechos, Portugal, Irlanda, Espaa, e incluso Chipre estn mostrando seales claras de recuperacin: tasas de desempleo que finalmente disminuyen (aunque lentamente y desde niveles altos) y restablecimiento de sus accesos a los mercados de capitales.Por qu Grecia es distinta?La respuesta corta es las exportaciones. En todos los dems pases afectados por la crisis (y, de hecho, en la mayor parte de las decenas de pases que han recibido prstamos del FMI en las ltimas dcadas), el aumento de las exportaciones compensa, al menos en parte, el golpe que la demanda recibi cuando sus gobiernos recortaron el gasto y aumentaron los impuestos para equilibrar sus libros contables.Por supuesto, en una economa grande, donde el financiamiento externo no es un problema, tal como es el caso de Estados Unidos o la eurozona, intentar reducir un dficit presupuestario podra, muy posiblemente, conducir una disminucin tan grande en la demanda (y, por lo tanto, en los ingresos fiscales) que hara que la austeridad sea contraproducente. Sin embargo, esta argumentacin no es aplicable al caso de Grecia.De hecho, Grecia tena dficits muy grandes en su cuenta corriente superiores al 10% del PIB cuando el financiamiento externo se sec repentinamente en el perodo 2008-2009, lo que le forz a efectuar un ajuste del gasto interno. Si el gobierno griego no hubiese llevado a cabo dicho ajuste, la demanda interna y el empleo, ciertamente, habran permanecido en niveles ms altos pero tambin se habran mantenido altos los niveles de importaciones y los grandes dficits externos. Por lo tanto, a pesar de que la austeridad caus una profunda recesin, permiti a Grecia evitar grandes dficits externos, y de este modo, reducir el tamao del rescate que el pas necesitaba.Elcomportamiento de las exportacioneses, por lo tanto, la clave para escapar de la trampa de la austeridad. El problema en el caso de Grecia es que el poco crecimiento de las exportaciones que experiment ltimamente es en gran parte ilusorio, ya que proviene, en su mayora, de productos derivados del petrleo. Debido a que Grecia no produce petrleo, esto slo puede significar que las refineras griegas, que hoy en da tienen un considerable exceso de capacidad, simplemente estn exportando petrleo crudo previamente importado, en una forma ligeramente diferente. Ya que los mrgenes de ganancia de las refineras normalmente son menores al 5%, la economa gana poco valor agregado de estas exportaciones. Otras tipos de exportaciones que han aumentado, por ejemplo los metales, plantean una situacin similar.Por otra parte, el transporte martimo la mayor exportacin de servicios que lleva a cabo Grecia tiene pocos vnculos reales con el resto de la economa, dado que las empresas del sector no pagan impuestos y emplean a pocos ciudadanos griegos (los tripulantes provienen de pases de bajos salarios). La contribucin econmica del mencionado sector se ve an ms perjudicada por el hecho de que los precios de las materias primas a nivel mundial precios de los que dependen las tarifas de transporte ltimamente han estado disminuyendo. Entre tanto, los productos manufacturados, que s agregan valor y empleo en el pas, representan slo una pequea proporcin de las exportaciones totales de Grecia.De hecho, el comercio exterior total de Grecia, si se mide correctamente, asciende a slo el 12% de su PIB, mucho menos de lo que cabra esperar de una economa tan pequea. Ms chocante es el hecho de que el dficit comercial total de Grecia (incluyendo tanto bienes como servicios), fue an mayor en el ao 2008, llegando en aquel entonces a dar cuenta de apenas el 13% del PIB, lo que implica que, a fin de evitar una disminucin posterior de las importaciones y por lo tanto de la demanda interna, las exportaciones habran tenido que aumentar en ms del doble.En Portugal, por el contrario, el dficit comercial ascendi a slo alrededor de un tercio de las exportaciones en el ao 2008, lo que significa que las exportaciones tuvieron que aumentar en un tercio para cerrar el dficit exterior, sin reducir las importaciones. Desde ese entonces, Portugal ha incrementado las exportaciones acumulativamente en ms de una cuarta parte, por lo que, a pesar de un ligero aumento en las importaciones desde el ao 2007, tiene un supervit comercial.Sin duda, el dficit comercial de Grecia ha disminuido, pero slo porque las importaciones colapsaron. Mientras tanto, las exportaciones se estancaron, a pesar de que los salarios se redujeron en ms del 20%. Este es el verdadero problema de Grecia, no lo es la austeridad. Si Grecia hubiese experimentado el mismo crecimiento de las exportaciones que Portugal (un pas que tiene un tamao e ingreso per cpita similares), no habra experimentado una recesin tan profunda, y los ingresos fiscales habran sido mayores, haciendo que para el gobierno sea mucho ms fcil lograr un supervit presupuestario primario.Esto sugiere que una combinacin de consolidacin fiscal, salarios ms bajos, y reformas orientadas a las exportaciones podra haber permitido a Grecia avanzar hacia una recuperacin sostenible. Este enfoque se ha intentado antes, y ha fallado una sola vez, cuando la Argentina tuvo que pagar su deuda externa en el ao 2002 y tuvo que romper una larga dcada de paridad 1:1 con el dlar estadounidense.Desafortunadamente, Grecia se asemeja a Argentina en dos aspectos clave. Ambos pases tienen slo un sector de exportaciones pequeo, lo que hace que el ajuste externo sea mucho ms difcil; y ambos tienen una estructura de exportaciones que est sesgada hacia los productos bsicos, cuya oferta es poco probable que cambie en gran manera, incluso cuando bajan los salarios o se implementan reformas.Por supuesto, esto no significa que Grecia est condenada a seguir los pasos de Argentina dirigindose hacia la moratoria. Pero s resalta el desafo que enfrenta el pas hoy en da es decir, reconstruir su sector exportador desde cero.Es hora de que el gobierno de Grecia reconozca este imperativo y ample el alcance de las negociaciones con sus acreedores para incluir no slo el presupuesto, sino tambin estrategias para estimular las exportaciones. Pero, primero, Grecia debe, de una vez por todas, reconocer que la austeridad no es el enemigo.Traducido del ingls por Roco L. Barrientos.

Kenneth RogoffKenneth Rogoff, Professor of Economics and Public Policy at Harvard University and recipient of the 2011 Deutsche Bank Prize in Financial Economics, was the chief economist of the International Monetary Fund from 2001 to 2003. His most recent book, co-authored with Carmen M. Reinhart, isThis Time isread moreMAY 8, 201561Desigualdad, inmigracin e hipocresa

CAMBRIDGE La crisis de inmigracin de Europa expone una falla fundamental, si no una inmensa hipocresa, en el debate actual sobre la desigualdad econmica. Acaso un verdadero apoyo progresista no igualara las oportunidades para toda la gente del planeta, y no slo para aquellos de nosotros lo suficientemente afortunados por haber nacido y habernos criado en pases ricos?Muchos lderes de pensamiento en economas avanzadas defienden una mentalidad de privilegio. Pero el privilegio termina en la frontera: aunque consideran que una mayor redistribucin dentro de los pases individuales es un imperativo absoluto, la gente que vive en mercados emergentes o en pases en desarrollo se queda afuera.Si las preocupaciones actuales sobre la desigualdad se midieran enteramente en trminos polticos, este foco introspectivo sera entendible; despus de todo, los ciudadanos de los pases pobres no pueden votar en los pases ricos. Pero la retrica del debate sobre la desigualdad en los pases ricos revela una certeza moral que ignora convenientemente a los miles de millones de personas en otras partes que estn en condiciones mucho peores. No debemos olvidar que incluso despus de un perodo de estancamiento, la clase media en los pases ricos sigue siendo una clase alta desde una perspectiva global. Slo alrededor del 15% de la poblacin mundial vive en economas desarrolladas. Sin embargo, los pases avanzados siguen representando ms del 40% del consumo global y el agotamiento de los recursos. S, mayores impuestos a la riqueza tienen sentido como una manera de aliviar la desigualdad dentro de un pas. Pero eso no solucionar el problema de la pobreza profunda en el mundo en desarrollo.Tampoco servir de nada apelar a la superioridad moral para justificar por qu alguien nacido en Occidente goza de tantas ventajas. S, las instituciones polticas y sociales slidas son el cimiento del crecimiento econmico sostenido; de hecho, son elsine qua nonde todos los casos de desarrollo exitoso. Pero la larga historia de colonialismo explotador de Europa hace que cueste imaginarse cmo habran evolucionado las instituciones asiticas y africanas en un universo paralelo donde los europeos llegaran slo para hacer comercio, no para conquistar.Muchas cuestiones vinculadas a la poltica se distorsionan cuando se las mira a travs de una lente que slo se focaliza en la desigualdad domstica e ignora la desigualdad global. El argumento marxista de Thomas Piketty de que el capitalismo est fracasando porque crece la desigualdad domstica es exactamente al revs. Cuando se pondera a todos los ciudadanos del mundo de manera equitativa, las cosas parecen muy diferentes. En particular, las mismas fuerzas de globalizacin que han contribuido a los salarios estancados de la clase media en los pases ricos han sacado a cientos de millones de personas de la pobreza en otras partes.Desde muchos puntos de vista, la desigualdad global se ha reducido significativamente en las ltimas tres dcadas, lo que implica que el capitalismo ha tenido un xito espectacular. El capitalismo quizs ha erosionado las rentas que reciben los trabajadores en los pases avanzados en virtud de dnde nacieron. Pero hizo mucho ms para ayudar a los verdaderos trabajadores de ingresos medios del mundo en Asia y los mercados emergentes.Permitir un flujo ms libre de personas entre fronteras igualara las oportunidades an ms rpido que el comercio, pero la resistencia es feroz. Los partidos polticos que estn en contra de la inmigracin han hecho grandes incursiones en pases como Francia y el Reino Unido, y tambin son una fuerza importante en otros muchos pases.Por supuesto, millones de personas desesperadas que viven en zonas de guerra y estados fallidos tienen poca opcin ms que buscar asilo en los pases ricos, sin importar el riesgo. Las guerras en Siria, Eritrea, Libia y Mali han tenido una incidencia inmensa en el incremento actual de refugiados que buscan llegar a Europa. Inclusive si estos pases se estabilizaran, la inestabilidad en otras regiones muy probablemente ocupara su lugar.Las presiones econmicas son otra fuerza potente para la migracin. Los trabajadores de pases pobres reciben con beneplcito la oportunidad de trabajar en pases avanzados, inclusive con salarios que parecen ser mnimos. Desafortunadamente, gran parte del debate en los pases ricos hoy, tanto en la izquierda como en la derecha, se centra en cmo dejar a otra gente afuera. Eso puede ser prctico, pero en rigor de verdad no es moralmente defendible.Y la presin de la migracin aumentar marcadamente si el calentamiento global se desarrolla segn las predicciones de referencia de los climatlogos. A medida que las regiones ecuatoriales se vuelvan demasiado trridas y ridas como para sustentar la agricultura, las crecientes temperaturas en el norte harn que la agricultura sea ms productiva. El cambio de los patrones climticos podra as fomentar la migracin a los pases ms ricos a niveles que hacen que la crisis de inmigracin de hoy parezca trivial, especialmente si consideramos que los pases pobres y los mercados emergentes por lo general estn ms cerca del ecuador y en climas ms vulnerables.La capacidad y tolerancia a la inmigracin de la mayora de los pases ricos ya es limitada, de modo que cuesta entender de qu manera se puede alcanzar de manera pacfica un nuevo equilibrio de distribucin de la poblacin global. El resentimiento contra las economas avanzadas, que responden por un porcentaje ampliamente desproporcionado de contaminacin global y consumo de materias primas, podra estallar.A medida que el mundo se vuelva ms rico, la desigualdad inevitablemente surgir como una cuestin mucho ms importante en relacin a la pobreza, un punto al que me refer hace ms de diez aos. Sin embargo, y lamentablemente, el debate sobre la desigualdad se ha centrado tanto en la desigualdad domstica que la cuestin mucho ms importante de la desigualdad global qued opacada. Es una lstima, porque hay muchas maneras en que los pases ricos pueden marcar una diferencia. Pueden ofrecer apoyo mdico y educativo online gratuito, ms ayuda para el desarrollo, amortizaciones de deuda, acceso de mercado y mayores aportes a la seguridad global. La llegada de gente desesperada en balsa a las costas de Europa es un sntoma de que no han podido hacerlo.

Nouriel RoubiniNouriel Roubini, a professor at NYUs Stern School of Business and Chairman of Roubini Global Economics, was Senior Economist for International Affairs in the White House's Council of Economic Advisers during the Clinton Administration. He has worked for the International Monetary Fund, the US Federread moreMAY 1, 201524El dlar se incorpora a las guerras de divisas

NUEVA YORK En un mundo en el que la demanda interna de muchas economas avanzadas y mercados en ascenso es dbil, las autoridades han sentido la tentacin de impulsar el crecimiento econmico y el empleo inclinndose por el crecimiento propiciado por las exportaciones. Para ello, hace falta una divisa dbil y polticas monetarias ortodoxas y heterodoxas que provoquen la necesaria depreciacin.Desde el comienzo de este ao, ms de veinte bancos centrales de todo el mundo han relajado la poltica monetaria, siguiendo el ejemplo del Banco Central Europeo y del Banco del Japn. En la zona del euro, los pases de la periferia necesitaban la debilidad de la divisa para reducir sus dcifits exteriores y hacer arrancar el crecimiento, pero la debilidad del euro desencadenada por la relajacin cuantitativa ha aumentado an ms el supervit por cuenta corriente de Alemania, que ya ascenda a un enorme ocho por ciento del PIB el ao pasado. Como los supervits exteriores estn aumentando tambin en otros pases del ncleo de la zona del euro, el desequilibrio general de la unin monetaria es grande y va en aumento.En el Japn, la relajacin cuantitativa fue el primer arco" de la Abenoma, el programa de reformas del Primer Ministro, Shinzo Abe. Su lanzamiento ha debilitado profundamente el yen y ahora est empezando a aumentar los supervits comerciales.La presin exterior a que ha estado sometido el dlar de los Estados Unidos debida a la adopcin de la relajacin cuantitativa por parte del BCE y el Banco del Japn ha sido intensa. El dlar se ha fortalecido tambin frente a las divisas de los pases avanzados exportadores de productos bsicos, como Australia y el Canad, y las de muchos mercados en ascenso. En esos pases, la bajada de los precios del petrleo y de los productos bsicos ha desencadenado depreciaciones de las divisas que estn contribuyendo a proteger el crecimiento y los puestos de trabajo de los efectos de unas exportaciones menores.El dlar ha subido tambin frente a divisas de los mercados en ascenso con fragilidades econmicas y financieras: dficits fiscales y de cuenta corriente, aumento de la inflacin y desaceleracin del crecimiento, grandes acumulaciones de deuda interna y externa e inestabilidad poltica. Incluso China permiti brevemente que su divisa se debilitara frente al dlar el ao pasado y un lento aumento de la produccin puede tentar al Gobierno a dejar que el renminbi se debilite an ms. Entretanto, el supervit comercial vuelve a aumentar, en parte porque China esta inundando los mercados mundiales con su oferta de productos bsicos sobrantes, como el acero.Hasta poca reciente, las autoridades de los EE.UU. no estaban demasiado preocupadas por la fuerza del dlar, porque las perspectivas de crecimiento de los Estados Unidos eran mayores que las de Europa y del Japn. De hecho, al comienzo de este ao haba esperanza de que la demanda interna de los EE.UU. fuera lo bastante fuerte este ao para apoyar el aumento del PIB en casi un tres por ciento, pese a la fortaleza del dlar. Unos menores precios del petrleo y una menor creacin de empleo se pensaba mejoraran los ingresos disponibles y el consumo. El gasto en bienes de capital (excluido el sector energtico) y la inversin en vivienda se fortaleceran con el crecimiento acelerado.Pero ahora la situacin parece diferente y las autoridades de los EE.UU. se estn poniendo cada vez ms nerviosas respecto del tipo de cambio. El dlar se apreci mucho ms rpidamente de lo que se esperaba y, como indican los datos correspondientes al primer trimestre de 2015, las repercusiones de las exportaciones netas, la inflacin y el crecimiento han sido mayores y ms rpidas de lo que daban a entender los modelos estadsticos de las autoridades. Adems, no ha llegado a materializarse una fuerte demanda interna, el aumento del consumo fue dbil en el primer trimestre y el gasto en bienes de capital y la inversin en vivienda fueron an ms dbiles.A consecuencia de ello, los EE.UU. se han incorporado de hecho a laguerra de las divisaspara impedir una mayor apreciacin del dlar. Los funcionarios de la Reserva Federal han empezado a hablar explcitamente del dlar como un factor que afecta a las exportaciones, la inflacin y el crecimiento netos. Y las autoridades de los EE.UU. han empezado a mostrarse cada vez ms crticas con Alemania y la zona del euro por adoptar polticas que debilitan el euro y eludir las que impulsan la demanda interna: por ejemplo, el estimulo fiscal temporal y un aumento ms rpido de los salarios.Adems, a la intervencin verbal seguirn medidas normativas, porque el crecimiento ms lento y la inflacin baja en parte, desencadenados por un dlar fuerte inducirn a la Reserva Federal a tardar ms en abandonar la poltica de tipo de inters cero y hacerlo ms lentamente de lo esperado. As se corregirn algunas de las subidas recientes del dlar y se proteger el crecimiento y la inflacin contra los riesgos de empeoramiento.Las fricciones sobre las divisas pueden acabar provocando ms adelante fricciones comerciales y las guerras de divisas pueden acabar en guerras comerciales, lo que podra crear problemas a los EE.UU. en su intento de concluir elAcuerdo de Asociacin Transpacfico. La incertidumbre sobre si el gobierno de Obama podr conseguir votos suficientes en el Congreso para ratificar el AAT se ha complicado, adems, por una propuesta de legislacin que impondraarancelesa los pases que practiquen la manipulacin de la divisa. Si se impusiera la introduccin de ese vnculo entre las polticas comercial y monetaria en el AAT, los participantes asiticos se negaran a adherirse a l.Si la mayoria de los gobiernos aplicaran polticas que impulsasen el crecimiento mediante la demanda interna, en lugar de medidas exportadoras encaminadas a empobrecer al vecino, el mundo sera ms prspero, pero, para ello, tendran que depender menos de la poltica monetaria y ms de unas polticas fiscales apropiadas (como, por ejemplo, un mayor gasto en infraestructuras productivas). Incluso las polticas de ingresos que aumentan los salarios y, por tanto, la renta y el consumo de los trabajadores son una fuente mejor de crecimiento interno que las depreciaciones de las divisas (que reducen los salarios reales).La suma de todos los balances comerciales del mundo es igual a cero, lo que significa que no todos los pases pueden ser exportadores netos y las guerras de divisas acaban siendo juegos de suma cero. sa es la razn por la que la entrada de los Estados Unidos en la liza era slo cosa de tiempo.Traducido del ingls por Carlos Manzano.

J. Bradford DeLongJ. Bradford DeLong is Professor of Economics at the University of California at Berkeley and a research associate at the National Bureau of Economic Research. He was Deputy Assistant US Treasury Secretary during the Clinton Administration, where he was heavily involved in budget and trade negotiatioread moreAPR 30, 201516Una disciplina todava ms sombra BERKELEY En los ltimos 25 aos ha habido un acalorado debate entre los economistas ms destacados del mundo sobre si la naturaleza del ciclo econmico sufri un cambio fundamental tras el fin de los gloriosos 30 aos siguientes a la Segunda Guerra Mundial, en que la economa se caracteriz por un rpido crecimiento, pleno empleo y una cierta tendencia hacia una inflacin moderada. Se han planteado tres visiones distintas al respecto.El primero en exponer su punto de vista fue Larry Summers en 1991 con su influyente artculo tituladoCmo se debera determinar la poltica monetaria de largo plazo?. En l, manifiesta no estar convencido de que haya cambiado la realidad econmica subyacente, por lo que planteara un enfoque ms bien tcnico: un intento de llamada de atencin para evitar que se repitan las perturbaciones inflacionarias ocurridas en los aos 70 y que marcaron el fin de los aos de gloria. Su recomendacin era fortalecer la independencia tecnocrtica de los bancos centrales. Los polticos tendran a su cargo la tarea de fijar objetivos, pero evitando gestionar los detalles de la economa ni imponer reglas estrictas cuyo fracaso sera inevitable ante circunstancias inesperadas. Summers argumentaba que los tecncratas estaban en una posicin mucho mejor para llevar adelante las polticas, apuntando a un 2 a 3% de inflacin anual.El debate continu con el artculo publicado por Paul Krugman en 1998, Ha vuelto: la crisisjaponesay el regreso de latrampadeliquidez y su libro El retorno de la economa de la depresin, editado al ao siguiente. Krugman plante que los bancos centrales ya haban logrado fijar las expectativas inflacionarias en niveles bajos, pero sin haber podido reactivar una economa que, en Europa y Estados Unidos, haba vuelto al patrn de economa de la depresin anterior a la Segunda Guerra Mundial. Sus rasgos predominantes eran la escasez de demanda agregada, riesgos deflacionarios, crisis financieras y trampas de liquidez.EntoncesKen Rogoffentr al ruedo con uncomentario sobre el artculo de Krugman. Desde su punto de vista, lo que Krugman describa como un retorno de largo plazo a la economa de la depresin era una situacin temporal producida por deficiencias en la capacidad de regular y limitar adecuadamente laacumulacin de deuda. Este fenmeno, que identific como la causa de las turbulencias econmicas, acaba inevitablemente en catstrofe, y el nico modo de evitar esto sera un doloroso desapalancamiento y quitas de deuda heterodoxas que los gobiernos habran de aplicar.Otros destacados economistas, comoJoseph Stiglitz, Ben Bernanke yMartin Feldstein, han contribuido al debate, pero en su mayora no han definido sus posturas claramente, mantenindose ms bien en una superposicin schroedingeriana: algunas veces escribiendo como si creyesen que los aos gloriosos de posguerra no hubieran acabado y otras veces argumentando opiniones que recuerdan a las de Krugman, Summers o Rogoff.Hoy se ha llegado a un cierto grado de consenso. No tiene mucho sentido cuestionarse si han llegado a su fin o no esos das de gloria. En la actualidad son intiles los modelos y enfoques desarrollados para entender el ciclo econmico de posguerra y su tendencia hacia una inflacin moderada. Los desacuerdos entre los economistas reflejan no tanto el estado de la economa sino la interrogante de si las polticas macroeconmicas pueden ofrecer remedios eficaces.Summersha abandonado ms o menos su creenciade los bancos centrales pueden e incluso deben evitar el regreso de la economa de la depresin. Puede que, all por 1991, los bancos centrales hubieran sido capaces de encarnar el ideal tecnocrtico de gestin de los ciclos macroeconmicos que l esperaba, pero no lograron hacerlo. Y pocos banqueros centrales parecen tener buenas ideas sobre los cambios institucionales que podran fortalecer su capacidad de lograr esa misin.Desde el punto de vista de Summers, que comparto, los gobiernos tienen que asumir mayores responsabilidades en la toma de riesgos, la planificacin de largo plazo y la inversin. De hecho, los gobiernos que tienen la suerte de emitir en las monedas de reserva mundiales pueden asumir este papel sin sobrecargar a los futuros contribuyentes conniveles de deuda excesivos.Sin embargo, aunque Summers y Krugman crean ahora que las polticas fiscales ms expansivas pueden hacer un gran bien, Rogoff sigue adhiriendo a la posicin minskyniana que ha caracterizado su pensamiento desde por lo menos 1998: para alcanzar un buen desempeo macroeconmico es necesario regular las finanzas y limitar la acumulacin de deuda en tiempos de auge. Resulta peligroso intentar remediar un exceso de deuda privada emitiendo grandes cantidades de deuda estatal segura. Despus de todo, la deuda privada tambin se consideraba segura cuando se emiti.Sean cuales sean las polticas (micro o macro) que acaben por funcionar mejor para abordar los problemas econmicos actuales, hay algo que se ha vuelto muy claro: el optimismo ha dejado de estar en boga.Traducido del ingls por David Melndez Tormen

Jean Pisani-FerryJean Pisani-Ferry is a professor at the Hertie School of Governance in Berlin, and currently serves as the French government's Commissioner-General for Policy Planning. He is a former director of Bruegel, the Brussels-based economic think tank.APR 30, 20153La reestructuracin de los gobiernos

PARS Desde que estall la crisis en 2008, los gobiernos de los pases avanzados han estado sometidos a una gran presin. En muchos pases, los ingresos tributarios se desplomaron bruscamente cuando se contrajo la economa, disminuyeron los ingresos y se paralizaron las transacciones inmobiliarias. En la mayora de los casos la reduccin de los ingresos tributarios fue repentina, profunda y duradera. Los gobiernos no tuvieron otra opcin que la de subir los impuestos o adaptarse a una poca de vacas flacas.En algunos pases, la magnitud de la sacudida fue tal, que una gran subida de los impuestos no pudo colmar el desfase. En Espaa, pese a una subida de los impuestos que ascendi a ms del cuatro por ciento del PIB desde 2010, la relacin entre los ingresos por impuestos y el PIB represent slo el 38 por ciento en 2014, frente al 41 por ciento en 2007. En Grecia, los aumentos de los impuestos ascendieron al 13 por ciento del PIB durante el mismo perodo, pero dicha relacin aument slo en seis puntos porcentuales. En otros pases, se alcanzaron los lmites polticos de las subidas de impuestos antes de que se pudiera colmar el desfase. De buena o de mala gana, se est concediendo prioridad a los recortes del gasto.La falta de ilusiones sobre el crecimiento futuro contribuye a la presin. La productividad ha sido en general floja en los ltimos aos, lo que indica que el crecimiento en los prximos aos podra ser ms lento de lo que antes se esperaba. As, pues, el aumento de los ingresos podra ser insuficiente para estar a la altura del gasto pblico en materia de salud y pensiones para las personas de edad.Se trata de una crisis muy diferente de las habidas en los decenios de 1980 y 1990. Entonces la cuestin principal era poltica: la legitimidad y la eficiencia del gasto pblico estaba en entredicho. Como dijo el Presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan, el Estado era el problema, no la solucin y, segn se proclamaba a grandes voces, haba que reducirlo.En cambio, las preocupaciones actuales son econmicas. Sigue habiendo desacuerdo entre los partidos sobre las dimensiones apropiadas del Estado, pero no hay un rechazo general de su intervencin. Con frecuencia, no son los intereses ni las ideologas los que hacen inevitables los recortes del gasto pblico, sino la realidad.Cmo pueden estar los gobiernos a la altura de semejante imperativo? El riesgo que afrontan es bastante claro; sin una profunda reestructuracin del gasto inercial debido a los derechos a prestaciones sociales y los salarios de los funcionarios, ir en detrimento del dedicado a nuevas prioridades y nuevas polticas.Los pases que se han visto obligados a hacer en general los mayores recortes ya han sacrificado la inversin en infraestructuras pblicas. Otro sector en riesgo es el de la investigacin. La inversin social en programas que dan fruto a largo plazo, como las guarderas preescolares, est padeciendo limitaciones financieras. La seguridad nacional no recibe la prioridad que merece, pese al aumento de las amenazas. Por ltimo y no se trata de lo menos importante las soluciones en forma de parches, como, por ejemplo, la congelacin prolongada de los salarios, pueden llegar a erosionar la calidad de los servicios pblicos.Por fortuna, los gobiernos pueden hacer algunas cosas para mitigar los efectos del gasto inercial. Para empezar, pueden sistematizar simplemente las evaluaciones de la eficiencia del dinero pblico. En la mayora de los pases, semejantes evaluaciones siguen siendo escasas y asistemticas: con frecuencia los Parlamentos promulgan polticas sin saber si valdrn la pena en funcin de su costo y puede pasar mucho tiempo antes de que se ponga fin a polticas ineficaces o ineficientes. sa es la razn por la que la legislacin relativa a los programas de gasto debera comprender clusulas de limitacin de su vigencia, con lo que sus prrrogas estaran sujetas a una evaluacin independiente.En segundo lugar, tambin se deberan sistematizar los exmenes del gasto. La fijacin de prioridades ya sea para gastar ms en la educacin y menos en las pensiones, por ejemplo, o para invertir en infraestructuras o en investigacin entraa opciones difciles que deben ser explcitas. En un mundo ideal, dichas opciones seran centro de atencin de debates electorales y de la labor parlamentaria, pero detrs de cada una de las lneas presupuestarias hay unos votantes que tientan a las autoridades para que eludan las decisiones difciles. sa es la razn por la que son tiles losexmenes estructurados del gasto: obligan a los funcionarios a colmar el desfase entre los fines y los medios y alientan la adopcin de decisiones con conocimiento de causa.En tercer lugar, los gobiernos deben equiparse con un presupuesto para la reestructuracin. Como saben las empresas privadas, las transformaciones cambios profundos en la forma de hacer las cosas cuestan con frecuencia dinero antes de propiciar ahorro. Puede ser porque los cambios requieran inversin en nueva tecnologa o nueva capacitacin de los empleados o simplemente la obtencin del consentimiento de los accionistas. El dinero asignado en el presupuesto a semejante reestructuracin de los programas gubernamentales sera una inversin positiva.En cuarto lugar, los gobiernos deben fomentar la innovacin del sector pblico. Al contrario del prejuicio popular, las administraciones locales y losorganismos pblicos s que innovan; lo que falta es un mecanismo para seleccionar y difundir las innovaciones, del mismo modo que el mercado selecciona nuevos productos o procesos que ahorran costos. Una forma mejor de prestar un servicio pblico puede permanecer desconocida durante aos. Si los gobiernos adoptaran medidas sencillas, como la asignacin de ms financiacin a proyectos concretos y la organizacin de concursos, se podra modificar esa situacin. Por ejemplo, se debera permitir que las escuelas de barrios desfavorecidos organizaran licitaciones para obtener fondos con miras a la innovacin educativa.Por ltimo y no se trata de lo menos importante, se debe facultar a las personas. Los ciudadanos quieren un Estado ms gil y que adapte sus operaciones a las necesidades locales. En la era digital, quieren conseguir nuevos criterios de rapidez, fiabilidad y personalizacin. Cada vez se pone ms en tela de juicio la concepcin tradicional de que la eficiencia y la igualdad entraan menos opciones particulares y quieren que el Gobierno sea transparente y garantice el acceso a los datos y que su eficiencia y eficacia resulten directamente observables.Hay fuerzas potentes en pro del cambio y los gobiernos asediados deberan encauzarlas hacia el objetivo de lograr la reestructuracin que tan urgentemente necesitan. Lo contrario sera aceptar el deterioro de la calidad de los servicios pblicos, que slo provocara la prdida de la legitimidad gubernamental y, con ella, una menor disposicin a pagar los impuestos.Traducido del ingls por Carlos Manzano.

Stephen S. RoachStephen S. Roach, former Chairman of Morgan Stanley Asia and the firm's chief economist, is a senior fellow at Yale University's Jackson Institute of Global Affairs and a senior lecturer at Yale's School of Management. He is the author of the new bookUnbalanced: The Codependency of America and Chinread moreAPR 30, 201515La poltica econmica al revs NEW HAVEN La economa mundial est atrapada en un peligroso engao. Cuando la gran bonanza iniciada en los noventa dio paso a un derrumbe todava mayor, las autoridades apelaron a viejos trucos de ingeniera financiera con la esperanza de recuperar la magia. Al hacerlo, convirtieron una economa global desequilibrada en el matraz del mayor experimento de poltica econmica de la historia moderna. Estaban convencidos de que era un experimento controlado, pero fue todo lo contrario.El ascenso y la cada de Japn tras la Segunda Guerra Mundial fue un anuncio de lo que vendra. El milagro de crecimiento de una economa japonesa en ascenso se bas en una insostenible represin del yen. Cuando en 1985 Europa y Estados Unidos desafiaron esta metodologa mercantilista con elAcuerdo del Plaza, el Banco de Japn respondi con una resuelta poltica de flexibilizacin monetaria que impuls enormes burbujas crediticias y de activos.El resto es historia conocida. Las burbujas estallaron y la desequilibrada economa japonesa se derrumb rpidamente. Con su productividad considerablemente deteriorada (un sntoma que las burbujas haban ocultado), Japn fue incapaz de orquestar una recuperacin significativa. De hecho, todava hoy se enfrenta a desequilibrios debidos a su falta de capacidad o voluntad de encarar reformas estructurales imprescindibles (la denominada tercera flecha de la estrategia de recuperacin econmica del primer ministro Shinzo Abe, laAbenomics).A pesar del fracaso miserable de los mtodos de Japn, el resto del mundo sigue decidido a usar la poltica monetaria como remedio para males estructurales. La suerte qued echada en untrabajo fundacional publicado en 2002por economistas de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que se convirti en el plan maestro de la poltica de estabilizacin macroeconmica del pas durante los mandatos de Alan Greenspan y Ben Bernanke al frente de la Reserva.La premisa central del artculo citado era que el principal error de las autoridades monetarias y fiscales de Japn haba sido actuar con demasiada timidez. Los autores del trabajo no crean que las burbujas y los desequilibrios estructurales fueran el problema; por el contrario, argumentaron que las dcadas perdidas de nfimo crecimiento y deflacin en Japn se habran evitado si las autoridades hubieran encarado las polticas de estmulo antes y con mayor intensidad.Ojal fuera tan sencillo. De hecho, el nfasis en la velocidad y la intensidad (esencia de lo que las autoridades econmicas estadounidenses ahora llaman big bazooka) provoc una insidiosa mutacin de la enfermedad japonesa. Las inyecciones de liquidez de la flexibilizacin cuantitativa (FC) cambiaron los canales de transmisin de la poltica monetaria: en vez de usar los tipos de inters, ahora se opera sobre los mercados de activos y divisas. Esto, por supuesto, se considera necesario porque los bancos centrales ya empujaron las tasas de referencia hasta el otrora temidolmite cero.Mas no temis, proclaman los defensores de la poltica monetaria no convencional. Lo que los bancos centrales no pueden conseguir con herramientas tradicionales, ahora lo lograrn a travs de tortuosos canales basados en efectos riqueza en los mercados de activos o con las ventajas competitivas obtenidas mediante la devaluacin monetaria.Aqu es donde se produce el engao. Los efectos riqueza y monetarios no slo no sirvieron para alentar una recuperacin econmica significativa tras la recesin, sino que adems engendraron nuevos desequilibrios desestabilizadores que amenazan con mantener la economa global atrapada en una serie continua de crisis.Tomemos por caso a Estados Unidos, el ms vivo ejemplo de la nueva receta de recuperacin. Aunque la Reserva Federal increment su balance desde menos de un billn de dlares a fines de 2008 hasta 4,5 billones en el ltimo trimestre de 2014, el PIB nominal slo aument 2,7 billones. Los otros 900.000 millones de dlares se derramaron sobre los mercados financieros y alentaron una expansin del mercado accionario estadounidense al triple de su volumen. Entretanto, la economa apenas consigui exhibir una recuperacin claramente deficiente, con el crecimiento real del PIB estancado en una trayectoria del 2,3%, exactamente dos puntos porcentuales por debajo del 4,3% que haba sido la norma en ciclos anteriores.De hecho, y a pesar de la enorme inyeccin de liquidez por parte de la Reserva Federal, el consumidor estadounidense (que se llev la peor parte en la violenta recesin de balances de 2008 y 2009) no se recuper. El gasto real en consumo personal creci a un ritmo de apenas el 1,4% anual en los ltimos siete aos. Como era previsible, los efectos riqueza de la flexibilizacin monetaria los sintieron sobre todo los ricos, quienes concentran la mayor parte de las tenencias de acciones. Pero para la agobiada clase media, los beneficios fueron insignificantes.A esto, los adeptos al contrafctico responden con la muletilla de que pudo haber sido peor. Pero es realmente as? Al fin y al cabo, segn lafamosa observacinde Joseph Schumpeter, los sistemas de mercado siempre han tenido una capacidad casi milagrosa para curarse a s mismos. Pero despus de la ltima crisis, los rescates del gobierno estadounidense y la manipulacin de precios de activos por parte de la Reserva Federal la anularon.El deficiente desempeo econmico de Estados Unidos no impidi a otros imitar sus polticas. Por el contrario,ahora Europa lanz su propio programa de FC. Incluso Japn, punto de partida de toda esta historia, encar unanueva forma intensiva de FC, muestra de su aparente deseo de aprender las enseanzas de sus propios errores (tal como los interpreta Estados Unidos).Pero ms all del impacto de esta metodologa sobre una u otra economa, estn los riesgos sistmicos ms amplios que surgen del alza de las bolsas y la debilidad de las divisas. Conforme los bancos centrales se pasan el testigo en la carrera de inyecciones excesivas de liquidez, el peligro de burbujas globales de activos y devaluaciones competitivas se hace mayor. Entretanto, un falso sentido de seguridad adormece a los polticos y les quita incentivos para confrontar los desafos estructurales que tienen por delante.Qu har falta para cortar el crculo? Como recalc el premier chino Li Keqiang en unaentrevista reciente, la respuesta es comprometerse con la reforma estructural, un enfoque estratgico de China que, segn seal, otros no comparten. Ahora que todos se inquietan por la denominada desaceleracin de China, parece que sus lderes tuvieran una evaluacin ms realista y constructiva de los problemas que enfrenta la poltica macroeconmica que sus homlogos en las economas ms avanzadas.En Estados Unidos y otros pases, el debate de polticas despus de la crisis se torn del revs, y las consecuencias pueden ser devastadoras. Confiar en la ingeniera financiera y eludir la difcil tarea de hacer cambios estructurales no es receta para una recuperacin slida. Por el contrario, es promesa de ms burbujas de activos, ms crisis financieras y un estancamiento secular a la japonesa.Traduccin: Esteban Flamini

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Michael J. BoskinMichael J. Boskin is Professor of Economics at Stanford University and Senior Fellow at the Hoover Institution. He was Chairman of George H. W. Bushs Council of Economic Advisers from 1989 to 1993, and headed the so-called Boskin Commission, a congressional advisory body that highlighted errors in read moreAPR 27, 201512Se acabaron los buenos tiempos? STANFORD En los 25 aos que precedieron la Gran Recesin de 2008-2009, los Estados Unidos experimentaron dos recesiones breves y ligeras y dos expansiones fuertes y largas. A nivel global, los ingresos aumentaron rpidamente, la inflacin disminuy y los mercados de valores prosperaron. Adems, la recuperacin de la ltima desaceleracin importante, a principios de los aos ochenta, trajo consigo aproximadamente 25 aos de desempeo macroeconmico sin precedentes por su fortaleza y estabilidad. No obstante, esta vez regresar a la etapa de crecimiento ha sido mucho ms difcil.La recuperacin de los Estados Unidos desde la Gran Recesin ha sido inconstante; el crecimiento ha comenzado y se ha detenido varias veces. De hecho, los Estados Unidos no han tenido tres trimestres consecutivos con crecimiento de 3% en una dcada. Aunque los precios bajos del petrleo dan alivio a los consumidores, esa ventaja se ve anulada en parte por una menor inversin en energa, y los efectos del dlar ms fuerte sern incluso mayores.Los Estados Unidos no son los nicos. Si bien la mayora de las economas europeas estn volviendo a crecer, con ayuda de la disminucin de los precios del petrleo y la depreciacin de divisas, el ritmo de laexpansin sigue siendo anmico. Igualmente, la recuperacin de Japn es frgil a pesar de los intensos esfuerzos del gobierno. Incluso las principales economas emergentes, que supuestamente funcionaran como motores del crecimiento en los prximos aos, estn teniendo dificultades: el ritmo de crecimiento en China y la India ha disminuido y Brasil y Rusia se estn contrayendo.Cuando un periodo de prosperidad dura tanto tiempo, comienza a creerse que va a durar indefinidamente. Seis aos despus de la crisis, algunos importantes economistas se preguntan si las inversiones insuficientes y/o la disminucin de las ganancias de las innovaciones tecnolgicas han impulsado a la economa global hacia unanueva normalidadde menor crecimiento y de pocos avances, si es que los hay, en materia de calidad de vida. Algunos economistas llaman a esto unestancamiento secular una forma elegante de decir que los buenos tiempos se han terminado definitivamente. Tienen razn?El crecimiento econmico total equivale aproximadamente a la suma del crecimiento de las horas de trabajo (un aumento del nmero de trabajadores o de la cantidad de horas que trabajan) y la productividad (produccin por hora de trabajo). Si la productividad aumenta un punto porcentual en un ao, la calidad de vida a lo largo de la generacin siguiente mejorara en una tercera parte. Con el tiempo, una mejora de la productividad de apenas una fraccin de punto porcentual tendra una enorme importancia.La productividad puede mejorarse mediante la inversin de capital, la innovacin tecnolgica y mejoras en los conocimientos y capacidades de la fuerza laboral, aunque los economistas no estn de acuerdo sobre cul de esos factores tiene el mayor impacto. Segn lasinvestigaciones que he realizado junto con Larry Lau, la tecnologa ha desempeado el papel predominante para impulsar la productividad de las economas del G-7 desde la Segunda Guerra Mundial.En vista de ello, la disminucin del crecimiento de la productividad de los Estados Unidos cuyo promedio ha sido de apenas el 0.7% anual desde 2010 ha llevado a algunos observadores a culpar de la desaceleracin a los avances tecnolgicos inadecuados. Estos pesimistas como eleconomista Robert Gordon, afirman que es poco probable que haya innovaciones que mejoren la productividad del modo que lo hicieron la electricidad, los automviles y las computadoras el siglo pasado.Los optimistas responden que los telfonos inteligentes, Big Data y los avances previstos en nanotecnologa, robtica y ciencias biolgicas anuncian una nueva era de mejoras de la productividad basadas en la tecnologa. Sostienen que puede ser imposible predecir cul ser la prxima aplicacin revolucionaria, pero que acabar por desarrollarse.Ambos bandos citan la Ley de Moore, que lleva el nombre del cofundador de Intel, Gordon Moore, quien not que la densidad de los transistores en un chip poda duplicarse cada 18meses. Los pesimistas dicen que eso es cada vez ms difcil y costoso; los optimistas sostienen que la ley seguir siendo vlida y que los chips pasarn a ser tridimensionales.Evidentemente es difcil predecir la trayectoria del progreso tecnolgico. De hecho, el principal valor comercial de una tecnologa nueva no siempre es claro incluso para el inventor. Cuando Guglielmo Marconi realiz la primera transmisin inalmbrica trasatlntica hace ms de un siglo, estaba compitiendo con el telgrafo en la esfera de la comunicacin punto a punto; nunca imagin las transmisiones masivas de la radio popular. Thomas Edison dise el fongrafo para ayudar a los ciegos e interpuso una demanda con el fin de impedir que se utilizara para reproducir msica.Para complicar m