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&titd FUNDAOóN CAJA¡,,URCIA

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Anrigüo Cuard de ArillerÍa

C/ MadEEln.a Oliv{ Molina,s/n

D,lkrta:

99o, Ma$áchusetrs lnshute of Technology

Th¿ MIT Pre$, Cambridge, Masáchusem

]:e.h"iqrd of¡he Obvtu*. O¡ Wia" dn¿ Mo¿onitr i"

TodoslsdeEhore€rvados. NopuedserEprodu.idani8una parte de e*e l¡b¡o bajo ninsúD hedio,electró¡ico o msá¡ico (i¡.luida h Ep¡odu.ció¡ porÉotocopi¡, s¡abacióo, alnaenamiénto o escaneo) dnel perniso por escdró de lá publicadorá.

Dadó el c¡rácter ), la tn,lidád de la pr.§¡r€ €dición,

él ¿dftór s¿ acogc al arilculo rz dc la vig¿nt Lcy de La

Prcpi.dad lnclcdrá] párá la reprodu.ción y cna d€

óbhs d. átisrd plásicN reprscntadós por vEGAqSGAE ú oth .niidád dc $stión, tanio .n Espaí¡cono cúilqui.¡ otro plis d¿l mundo,

sBñ:978-84-96898{9-6Depósib legal Mu¡9iroo8

c/ Akrbe del Papel, 16 bajo

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Índice

Agr;decimienros

r. La modernidad y el p¡oblema del obse¡vado

r. La cimara o.cura y su sujero . . .

3, La visión subjetiva y la separación de los seutidos . . . . . .

4. La' récnicas del observador . . . .

5.la absrracclón vilionari, ..

Bibliografia.

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Para el histo¡iadot materialista, cada época de la

que se ocupa no es sino una ante_historia de aque-

llo que realmente le interesa. Y es precisamente por

eso por lo que la hi\lori¿, prr¡ el. erá desprovistr

de Ia apariencia de repetición, porque los momen-

tos de su t¡anscurso de la historia que más Ie im-

portan se coflvierten en momentos del Pres€nte e

través de su índice en tanto «ante-histodo, y cam-

hie n sus ca¡acterístices de acuerdo con la dete¡mi-

nació¡ catastrófca o triunfante de aquel presente

Valter Benjamin, Zlúra de los pasajes

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r. La modernidad y el

problema del observadorEl c¡1n?a ¿e k,i¡ión siempft

"Ehd pmída .o/h?¿úbk at tu¿to

dN u"é ¿tu"áción ¿rqueakgi&

-Pául vLilio

Éste es un lit¡¡o sob¡e la visión y su construcción histórica.Aunque se centre principalmente en acontecimientos y desa-rrollos ante¡io¡es a r85o, fue escrito en medio de una t¡ans,fo¡mación de la naturaleza de la visualidad quizá más pro-funda que la fractura que separa la imaginería rnedieval de lape$pectiva renacefltista. El rápido desarrollo de una eno¡meva¡iedad de técnicas infográñcas en poco más de una décadaforma parte de una reconfiguración drástica de las ¡elacionesentre el sujeto observador y los modos de representación quetiene por efecto abolir la mayor parte de los signiEcados es-

tablecidos culturalmente de los mismos térmlnos ob¡a-uadory representación. La formalizaciór y difusión de las imágenes

generadas por ordenador anuncian una implantación ubicuade «espacios, visuales fabricados, radicalmente dife¡entes delas facultades miméticas del cine, la fotografía y la televi-sión. Al metos hasta mediados de los años setenra, estos tresúltimos e¡an, en general, formas de medios analógicos queaún se cotrespondían con las longitudes de onda ópticas delespectro y con un punto de vista, esrático o móvil, local!zado en el espacio real. El diseiio asistido por ordenador, laholografía sintética, los simulado¡es de vuelo, Ia animación

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iJigital, el rcconocinric¡«r ¡rLtomítico rlc inr:igcrrcs, cl trrrz,r

do de ravos, cl mapeo de texturas, el control de movimie¡to

[uotion ron¡rol),los cascos de realidad virtual, la generación

dc ;mágenes por resonalcia magnética y los scnsorcs mul-ticspectr¿les no son siro algunas de Las técnicas que están

¡eubicando la visión en un plano cscindido del obse¡vado¡

humano. Obviamente, otros modos de «vcr», más antiguos yfamiliares, pervivirán yconvivirán, con difictltad, junto a los

nuevos. Pero, de fo¡ma crecientc, las tecnologias emergentcs

tle producción de la imagen sc cstán convi.tiendo en los mo-

delos dominantes cle visualización de acucnlo con los cuales

funciorran los principales procesos sociales ylas institucrones.

Y natu¡¿lmente, se entrecrrzan con las necesidades ¿c las

indust¡ias de la información global y con los requerimiertos

en expansión de las jerarquías médicas, militares y policiales.

I a nra¡"r ¡,,ar,. dc L. lurr.ione' hi\rori.rmenr. import.rntes

del oio hrrnrano están siendo slrpla¡tadas por Prácticas en

las que las imágenes visuales ya no remiten en ¿bsoluro a la

posición del obscrvador en un mundo (r€al,), percibido ópti-camente- Si puedc dccirse que estas imágenes rcmiten a algo,

cs a flrillones de birs de datos matemáticos elecüónicos. La

visualidad se situará, cada vez más, en un terreno cibeméticoy electromagtético en el que los elementos visu¿les absrrac-

tos y Jos Iingiiisricos coinciden y son consumidos, puestos en

. ir. ul,'ciórr e inrerc¡mbia.lo. glotr.rlrnente.

Para comprender esra al¡suacción incesante de lo visual yevirar su misti6cación medianre el recurso a explicaciones cec_

nológicas, habria que plantearse, y responder, rntchas cuest;o-

n... .1,: entre l¡s cuales las nás cruciales son de orden histórico.

Si, cfectivamente, se está pro¿rcicndo una transformación cle

Ia naturaleza de la vjsualidad, ¿qué formas o modos se están sa-

crilicando? ¡De qté clase de ruptura se trata? Ala vez, ¿cuáles

son los elemeocos de contiluidacl clue vinculan la imaginería

contcrnpor:inea con ordenaciones más antiguas de lo visual?

¿lir qrrl rrr«lnll, §i c\ ilu( .r,rlgrrna, son l.r intirgr:rfi.r y Lrs

conrcnitl¡,s tlc lu tcr¡riral tlc visualiz¿ción de video [uit/eo dis-

?la! tefl inall una claboración ul¡erior y un re6namiento de

lo qr.re GLry Debord dcnomiró Ia "sociedad del espectáculo,?'

¿Cuál es la relación entre l¿s des¡naterializada imagineria di-gital actual y Ia llamada era de la reproductibilidad técnica?

T ¡s . uesrioner m.i. .rpr<mirnrr'. 'rn embargo. '"n .uesrione'de mayor envcrgadura. ¿Córno se esrá convirtiendo el cuerpo,iocluso cl cucrpo observador, en un componente más de nuc-vas máquinas, economias y aparatos, sean socialcs, libidnraleso tecnológicos? ¿De qué manem sc está corvirriendo la subje-

tividad en üna prccadn interfaz enrre sisremas racionalizados

de intcrcambio y retles de inlórmación?

Áurque este libro no se ocupa dircctamente de estas cues-

tiones, si que intenta reconsiderar y rcconstruir parre de su

rr¿'iondo hi'róu.u. L" h¡.. e.rrdirrdo un: reorgarriua.ion

anterior {c la visiól gue tuvo lugar durante la primcra mitadJ.l 'iglo xrr. l,o"lucjarrdo alguno' Jc 1". r(unre(imienro\v f'uerzas, en concreto tlc las décadas de r8zo y r83o, que

produjeron un nuevo tipo cle observador y lueron condiciones previas decisivas para la absaacción de l¿ visión csbozada

más arriba. Esra reorgan;z¿ción tuvo rcpcrcusioles inmedia,tas que, si bien no tan r:spcctacular-es, fueron, no ol¡sttnte,profundas. Los problcmas de la visión, entonces como ahom,eran lundamcntalmente cuestiones relativts al cuerpo y ei

ft¡ncionamienro del poder social. Gran parte de este libroanalizará córno, desde principios dcl siglo xrx, un nuevo con-jurto tle relacioncs cntre el cuerpo por una parte, y folrrasde potlcr nxtinrcional y discursivo por otra, rctlclinieron el

cstatus dcl sujeto observador.

Al tlazar algunos de los .puntos dc cmergencia, de unrégirren de visión moclcrno yheterogéneo, me centro a la vez

en el problcma cmparenrado de curándo, y a consccucncia cle

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Vcr n,i "l..li$c ol rb. Spc.ta.l.» (Crar), re81).

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qüé acortccimicntos, se fod4o una ruPtura cor los r¡¡¡xle-

los de visión y del obscrvador ren¿centistas o ./lri¿or. Cómo y

dónde situamos tai ruptura guarda una esrrecha relación con

la intelig;bilidad de Iavisualiclatl cn elseno de la modernidad

de los siglos xtx y xx. La mayor partc dc las respuesrirs acrra-

les a esra pregunta adolecen de un inrerés exclusivo por pro-blemrLs de representatiáz visual. La ruptura col los moclelos

clásicos de la visión ¿ comielzos dcl siglo xrx fue r¡ucho más

allá dc un simple cambio en la aparicncia tlc las imágenes yl¡. ohr¿' Jr ¡ r r.: fue in'epr rrl,le de urra r a'rr rcorganiza. iorr

del conocimiento y c{c las prácticas sociales qu€ modiñca¡on

d( nrrlip,(' r,,nnJ. la' c:rpa, i,hJ¡ proJrr. ri\ J... o3ni, iv.¡\ \deseantcs tlcl suieto hu¡r:no-

En esre estutlio prcscnto une con6guracnin rl¡tiva¡rrente

desconocida de los objctos y aco tecimientos del siglo xrx, es

,l..ir. no,rbr.. ¡ro¡,io.. Lorprrr Jc.,'no.inri"rrr" e rrrcnrorrecnológicos que raranrenre aparecen cn las histor;¡s del arte

o del rn"derni,rn". Un¡ Jr Lr' moriv¿. iore. qu, rn, emf,,j,rn

a haccr esto es la voluntad dc cscapar de las li¡nitacioncs en

quc incurren muchas de las historias domjn¿n¡es de la visua

lidad de estc período, y sortear las lumcr.osas descripciones

del modernismo y dc la modernidad que depcnc{en de un

diagnóstico más o uenos similar de Los origenes del artc y 1a

cultura visual mode¡nisras en las dócadas de I87o y r88o. In-cluso hoy tlía, tms nrmerosas revisiones y re escr;1uras (entre

l.r. que 'e err.ucnrrrn rlgunos de 1". rraluio' r, r-r m¡,'i.r¡'.fcministrs y postestructuralistas más convincertes), sigue

rigerrc rrn rel.rro LenrJl inJlrerJdo.n lo e'en.i.rl. F're po

dría resumirse así: cr¡n M:rnet, el impresionismo y/o el pos-

timpresionismo, emcrgc uo mrevo modelo dc rcPtcsentación

I percepción visual que co[stituye una ruPtura rcspccto a

orro rnoclclo de visión vigenre durante siglos, y que podría

dehnine aproxim.rJ.rmerr( (onro renrL rri\r¡. per\¡'e.r ivo

o normati\.o. La rnayor partc rle las teorías sobre la cultt¡ra

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visrr¡l rrr¡lcrr¡:r t,,,,ri,rri,rrr:rr¡,,rr.rrl:rs l un,¡ vclsirirr rr or,r de

\i,,,r,rl'.,r1r,,. ,"r, ,.1¡r".lrl 6r del e.p.r,io prr.p((,rvñ.dc los códigos miméticos y tlc Io rclére¡cial ¿ rnenutlo haconvivido acríticamentc con otra periodización muy disrintade la histo¡ia dc la cuhura visual europea que es igualmentcneces.r¡io abandonar Este segrrntlo modelo incunrbe a la in-verción y disemi¡ación dc la fotografia y otras formas vincu-ladas de "¡ealisno, dcl siglo xrx. De nanera aplasranre, esros

dcsarrollos han siclo prcsentados como pa¡tc de la hisroriaconcinu¿ dc ur modo de visión de basc ¡enacentista en clcrul I.r i"rogrrii.r ¡ hn.rlmerrrr rl . ine. no \on ,ino rn\rrn, i¡,más recientes de un dcspliegLre ininterrumpitlo del espacio

y la percepcióu pe$pecrivos. Asi, lr mcnudo perm¡nece u¡confirso ¡nodclo tle la visión en el siglo xrx que se bifrrrca cndos nivcles: en un determinatlo rivel, exisriría un nirmerorclativamente pequeño dc a¡tisras avanzados quc generaronu'r rit'o de \i\iur ) sigrri6ca,icin,.¡Ji.Ilm, nre nuevos. mi,rrtras quc, en un nivel más cotidiano, la visión permancceriaenquistada el1 las mism¿s constricciores «realist.rs» gcncrales

c¡uc la habían organizatlo desde el siglo xv. El cspacio clásico

es revocado por un ladol parecel mientms que persiste por clotro. Esta división conceptrral intluce a la erróne¡ noción de

quc uta corriente llamada rcalista domin¡ba las prácricas re,prcsentacionales popularcs, mientras que la expcrimenracióny la innovación tcnían lugar en la eslera difcrenciada (si biena merudo pcrmeatrle) de I¿ creaciófl artisrica rnodernista.

Cuardo la examinamos de cerca, sin embargo, la cele,

brada orupturao tlcl rnode¡nisrno es considcrablemenre más

limitada en su impacto cultural y social tlc lo que suele insinuar la fanfarria que la rodea. Scgún sus defensores, la prc-tendicla levolución perceptivn ¿el arre avanzado de Enales delsiglo xIx es un acontccimienro cuyos efcctos ocürren e tl¿r¡rrl¿¡ dc los modos de ver predominartes. Así, siguiendo la

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lr'rgicl tlc csrc urgunrcr)rr), s! l mtx lcalnrcntc tlc Lrnrr r.rr¡rrrnr

qLre srrccdc cn los márgencs de ¿c una vasra orgrnización hc-gemónica cie lo visual rlue va grnando fuerza durante el sigloxx, con la difusión I proliferación de la fotografía, el ciley la televisión. En cierto senrido, sin embargo, el mito de larupru¡a modernista ¿epende firndamentalmente del ¡nodelobina¡io ¡calismo ¿/¿rurr experimcnración. Es deci¡ la conti-nuidad esencial de los códigos miméticos es una cordiciónncccsaria para la ¿lirmación de un avance o progreso de lavanguardia. I;r nocióll de una revoiucióD visual rnodernistadepende de la exisrencia de un sujcto que cuen!¿ con un pun-to dc vista distanciado, ya t¡ue es esro lo que permitc aisl al

rn"derni'mo rrnro Lomo e\rilo, Lomo (n (U¡nro re\irFnciJcultural o práctica icleológica sobrc cl telón de fondo dc

una visión normativa. El modernismo se presentaj por ttnto, como la apariencia dc lo nuevo para un observldor que

Permanece perpetuamc[te igual, o cuyo cstatuto hisróriconlLnca es cuestiollado.

No cs stficienre con intentxr describir una ¡elación ¿ia-léctica cntre las innovacioncs de los arcist¿s y escritorcs ¿e

vanguardia de fin:rles dcl siglo xrx de un lado, 1. el .realismo,v positivismo coDclrrrenres de la cultura cierrilica y po¡rulardeL otro. Más bien, resulta fun¿amenral ver anrbos fcnómc-nos como componentes solapaclos de una única super6ciesocial sobre la que la modemización de la visión se hal¡íaini, i"do 'r tli.¡.1¡.,,nres. I o,¡rre sugirro. . que r ¡rin. ipio,del siglo xrx ruvo lugar una t¡ansfbrmación en lt constitlr-ción de lavisión mr¡cho rnás imporrante y amplia. La pnrturamoclernista de l¿s clócrdas de r87o y r88o v el desarrollo de

la fotografía después de rfl19 pueden considerarse sinro¡r:rspo\r(r or,'. u (un.cL uFr',ir, J. +rc,li.pl.rzrrr'ienro \i,,erni, u

cluc ya csraba en marcl¡a hacir rllzo.Pero, llegirdos aquí, uno ¡uede preguntarse ¿ro coincide

l¡ hiso¡ir dcl are de hecho con una hisroria de le percep

.i,irr? ¿No sorr l¡s lirnn,rs,rr¡rl,irrrrs,l" l,rs rl¡r,rs rlc rr« l[r l:rrg,, rlcl ricrnp(, cl rrgistr'o Dris convincente de córro la

prcpix visnnr ha iclo nrLclando históricameote? F-ste esrudio

insisrc en que, al contrario, una historia de la visión (si ésta

es acaso posible) depende de rnucho más que una simple enu-

¡reración de los cambios o desplazamientos de las prácticas

represe¡ucionales. Lo quc cstc libro toma Por objeto no sofl

los datos empíricos de las obras de artc, o Ia noción, en últi-mo término ide¿lista, de una .perccpción, aislable, sino, en

su lugar, el no meros problemárico ferómero del observador.

Porque ei problema del obse¡vador es el campo er cl cuxi

podemos dec;r que se materializa la visión en la historia, que

se hace clla mism¿ visible. Lavisión y sus efcctos son siempre

inseparables de las posibilidades de un sujeto obscrvador que

es a lavez el producto histórico 1l el lugar de ciertas Prácticas,técnicrs, instituciones y pfoccdimientos de sutrjetivación.

La m:ryor parte de los diccionarios hacen pocas drstin-

ciones semántices ent¡e las palabras nobservador, y respecta-

dor,, y el uso comirn a menudo los convierte, de hecho, en

sinónimos. He elegido el término obseruador pritt iPalrr,en

tc por süs resonancias etimológicas. A diferencia ¿e spect¿le.

raíz latila dc «espectadoro, la raíz de nobservar» no significa

liter¿lmenre nmirar a,. La palabn 'especrador' también con

lleva connotaciones especificas, cspecialmente en el contexto

,l. l¡.uhur¡ de.imorr"nic¡. qu. pr.6ero e\it¿r .oncrerr'merre, las d. ser el asistenre pasivo de un cspcctácl¡lo, como

en una galeria dc arte o e¡ u¡ teatro. En ur se[tido n]ás

pertineote p¿r¿ nr; estrdio, obseruare signihca uconlormar la

acciór propia, cümplir con», como al obscrvar reglas, códi-

gos, rcgulaciones y práct;cas. Aunque sc tmtc obviamente de

alguien que ve, un observador es, sobre todo, alguien que ve

de¡tro de un conjtnto dctcllrimdo de posibilidades, que

sc halla insc¡ito err un sisrema de coDvcnciones y Lirnitacio-

nes. Y por nconvcnciones), prerendo sugerir nucho más que

a

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In:iLrir:rs r(1,,(s(.'rrir(ionrlcs. Si t)Ic(lr (1.(i¡s. ¡tr¡( (xisrc r¡,r

olxcrv,rclor cq,ccílicti dcl sigL, xrx, o tlc cuulcluicr oorr pc,r íotlo, 1o cs sólo como y'i./¿ de uü sjs.cma ine¿ucrjblementehetetogénco de relaciones discursivas, socialcs, recnológicas e

institucionales. No existe un suieto observador anaerior i¡ este

.ampo en conrinu¡ transformación.'Si he mencionado la idea de un¿ historia dc la visión, es

sólo como un;r posibilidad hipotética. Que la percepción o

la visión caml¡ien realmente es irrelcvan¡e, dado que no tie-ncl ula historia autónoma. Lo quc cambian soo las variadasfirerzas y reglas que compon el campo en que la pcrccp-. iÁn ¡.orrrr. r. Y Io que deren n in¡ l¿ ! i\ión ( n ,rn mornenrohistórico dado no es r.rna estructura profunda, una base eco-

rórnica o Lrna fb¡n¿ de vcr el mundo. sino rnás bie¡ el fun-cionam¡ento de un ensamblaje colecdvo de p¿¡tes dispa¡es

en un.r única supcrlicie soci¿I. Puede incluso que sea recesa,rio considera¡ al observtdor como una distribución de Gnó-menos localizados eo muchos lugares disrinros., Nunca huboni habrá un espectador rellexivo que aprehenda cl mu¡do en

u¡¿ evidencin traffparenre. l-o que hay son combinaciollesde fucrzas más o menos pode¡osas a través de las cuales se

hacen posibles las capaci{ades de un observador.

Etr .iefto senrido, Di prcpósiro .¡ erc estu.lñ es "gene¡lógico»,sisuic¡do ¡ Mi.hel Iouca,rlr: "No crco quc cl problema pueda so-lucioDarsc historiz¿¡Jo el r!en, ral co¡ro lo proponen l<,s feno-nenólosos, niv.r,ra¡do un sujero que evoluclo¡¡ en el (úr¡ de hhisrori¡. H¡l, quc pres.indir del sujero co¡srirurcnlc, librarse delr¡jero ¡rismo, por ¡sí Jecirl{,, para llega, a u¡ a¡álisis que pue¿ada¡ cuenta dc lx.onsitu.i¿rn del suie¡o dc¡rro d. (n har.o histírico. Y csto cs lo que yo llam¡ria genealogia, cs de.ir, u¡r forma Jehistorii que peú,nc cxpli.a.l¿ consriru.ión de s¡bercs, discursos,J.,¡,,,* ."i.t..o..o .. r,.,r"r.1u.h"a .lnen,.'.'u,,,,¡,orlue o hien es rrascendc¡t¿l c¡ ¡rhción ¡ un carnpo dc act»tccirnirntos, o bien se queda prcso en su va.í¡ hismid¿d a lo l¡¡go dct.urso de l¡ hisrcria., (Fou.adl, r98o: p. rr7).Sobre las ü2diciones cieDrificrs c intelectualesen las que los objcrosaot ¿gieg¡dos de farres rciarilimc¡rc i¡¿epen¿ienres,, vid. F.ycr¡Li.nd, r98r, rol. ,,r.

Al ¡,ro¡r,rt.r r¡rrr,lrr:rrrrc l,rs l,rirrrclrs tllc,rcl,rs clel siglo

xrx r¡¡r¡¡¡i fi¡r,r¡ cn lir«rp:r rrn nrcvo tipo dc espectldor r:r-

dicrlnro:tc rlifircntc dcl rlorrinrntc durante los siglos xvrty xvlr, sin duda suscitaré el i¡terrogrnte de cómo se puede

plantcar gencralidacles tar vagas, catcgorías tan torpcs como.el obselvador del siglo xrx,. ¿No corremos el riesgo de pre-

sentxr algo xbstr¿cto y divorciado de las singula¡idades v lainmcnsa clivcrsidad quc caracrcrizaba la expe¡iencia visual en

nqucl siglo? Obvinmcnre, no hubo un observador decimonó-nico único, ningúl ejemplo localizablc empiricamcntr:. Loclue deseo hacer, no obsranre, es apuntir algunas de las con-

diciones y fuerzrs que dellnieron o permitieron la for¡ración

dc un modelo dominantc ¿c obscrvador cr el siglo xrx. Esto

in,pli,;rr el to'qrrejo de U,r .onjUllro,le ¿.onrc.irnierro'emparenrados que ruvieron un papel decisivo er1 los modos

eu los qüe la visión fr¡e debatida, concrolada y encarnad¡ en

pr.i,ri..r'.ufiural.^ y.irrrrr6.r'. Al mismo ri.mpu. r'gr"mosrrar córr o los rérminos y elemeltos más irnportantes de

la organiz,ción anterior del observador dejaron de ser ope'

rativos. Lo que r¿ se ¿comete en este esrlrdio son las formas

marginalcs y ltcalcs ptr medio dc las cualcs las p¡ricticas dc

la visión fueron resistidas. desviadas o constituidas tle formaimperlécca. l.a hisroria de estos ¡romentos de oposlc;ón aún

está por escribirse, pero sólo es iegible si se cootr¿sta freüte al

con¡rnto de discu¡sos y práctic¿s hegeoónico en quc la visión tomó fbrma. Las tipologías y unidadcs provisionalcs que

empleo son p¿te de una esnaregia explicativa que precende

demostrar una nrptura o disconti¡ujdad general a prirrcipios

dcl siglo xrx. Huclga scñalar quc no cxistcn cosas talcs como

cortnruidad€s o discontinuitladcs cn la historia. sino sólo

en las expiicaciones históricas. De modo gue las divisiones

tempo.ales que propongo no se h¿cen en interés de una uhis-

torix vcrdadcm», o dc rcstaurar cl rcgistlo dc olo quc ocu

rrió realmente,. Lo que está er Fego es muy disrinro: cómo

:

z)

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l)cri(trli7xrx,s y,l¡r,clr sitL¡,rrrr¡s l,rs ru¡rur:rs o l:rs rrcg:rnrrx

son clcccioncs polícicas grc rlctcnninr¡ h consrnLcción clcl

p'.'.rrc. Qu. un" , r, hr., o desr.rque cierro, aconrerimientos y p¡ocesos a expcnsas de orros afecta a la inteligibilidaddel fLrnciolamiento contemporáneo del poder en cl cual no-sotros m¡smos estamos enredirdos. Tales elccciones afectaltanto a que la forma dcl prescnte parezca "natural,, como a

quc, por el contrario, se ponga en evidencia su composicrónhistó¡icamente fabricada y delsamenre sedimentada.

A princ[ios del siglo x]x se produjo un¡ úansformaciónradic¿l en la concepción dcl obse¡vador dentro de ul amplioabanico tlc prácticas sociales y ramas de conocimiento. Unade las principales vías a través de las cuales presentat¿ estos

desar¡ollos ser¿i examinando la impoltancia de ciertos dispo-sitivos ópticos. l,os ¿bordo no cn función dc los modelos de

reprcscntación quc inplican, sino como emplazamientos de

saber y poder que operan direccamente sobre el cuerpo delindividuo. En coocreto, propofldré la cámara oscu¡a comopa¡adigmática del cst¿tuto tlominante del observador du¡an-te los siglos xvII yxvllr, mientras que el el caso delsiglo xrxtomaré en consideración cierta cantidad de i¡strumentos óp-ficos, y eD parricular eL estereoscopio, como mcdio útil para

especific¿r las traruformacioncs en el estxtuto del observador.

Los dispositivos ópticos en cuestión, de manera significativa,sor puntos ¿e intersección en los que los discursos filosófi-cos, cienríficos y estét;cos se solapan con técnicrs mccáni\J'. requer¡mi(nru. in'rirr¡, ion¡1. . ¡ iurv:. .o, ioe, onórnr.

cas. Cada uno de ellos puede entenderse no simplemente en

tanro objero material, o como parte de una historia de i.rre, nol"gra. 'ino ¡ Lr¡ves del modo en que .e in\err¡ en un

dgenLiamienro mu.ht, mjr rmplio dc a.onrr. imr.nro. y po

dcrcs. Esto contraria clatamente muchos de los inlluyentesrelaros de la his¡oria de la forografia y el cine, caracterrzados

por un determinismo l¿tente o explícito, y en los t¡uc impcra

74 25

rrrlr rli¡rirrriir irrrlc¡r'rrrln rrrc ilc irvcrinnr, nrxlificrrcnin y

¡x r f iccirirr rncc:irric,r s,l,« rrrr c.rnrpo social, translbnnándo-

Lr rlc«lt fircr¡. l,a tccnologia es siempre, al cortrario, una

parte concurrente o slrbordin:rda cle otr¿s fuerzas. Para Gillcs

Dclcuzc, uU¡a sociedad se de6ne po¡ sus ¿leaciones, ¡o por

sus he¡ramicntas... I-as herramienras existcn sólo en rel¿ción

¿ las combinacioles que hacen posibles o qte las haccn po-

sibles.»a Por tanto, ya no es posible reduc;r una hisroria del

obsc¡varlor ni a los carnbios cr las p¡ácticas técnicas y mc-

cánicas, ni a los ca¡nbios producidos cn las form¿s de las

obras de arte y la repr€se¡t¿c;ón visual. Al mismo tiempo,

quisiera h¿cer hincapié ct qüe, xunque designe la cárnara

oscura como un objeto clave elr los siglos xvn y xvlrl, ésra

no es isomorfa dc las técnicas ópticas que análizo en el con-

texro del siglo xrx. Los siglos xvlr yxvrll no sofl cuadrículas

anilogas en las que distintos objetos culturales puedan ocu

par las mismes posiciones relativas. Antcs lrien, l¿ posiciór yfunción de una tét:nica es hisróricamente variabler la cámara

oscur¿, como §ugiero efl el próxjmo caPírulo, es parte de un

campo del conocimi€flto y la práctic¿ que no se corresPondc

esrlucturalmente con los emplazamicntos de los disPosirivos

ópticos que examino posteriormente. En palabras de Deleu-

ze, «Por una parte, cada estrato o formación históricr imPlica

una distribución de lo visible y clc lo emrnciable que acrúa

sobrc sí mismai por otra parte, de un estÍato al siguiente se

produce r.ura variación en l¿ disrr;brción, dado que la propia

visibilidad cambia de modo, y los enunciados mismos cam-

bian de régimen.,,

Sostelgo que algunos de los medios dc producción de

e/:ec¡os orealistas» más extendidos en h cultum visual de ma-

sas, como el estereoscopio, se basaban de hecho en una abs-

úacción y rcconstrucción radicales de la experiencia óptica, 1o

Dele(ze v Guart¿ri, 1987

Dcleuze, 1988:48.

á

t

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J

(,rirl cxigc r¡llir rc«nrsnlcr:¡.ni¡ (l(l sigtlili(1J,, (lcl .rc.¡lisnx,,

cn cl siglo xrx. '¡rntbi¿| .:slx.ro dcmosrrar cónn) l:¡s idcls Drils

inlluyenres acerca del obscrvatlol a principios del siglo xrx dc

pendian prioritariamentc dc mo¿clos de visión srrbieriva, en

contraste cor la sup¡csió¡ sis¡ernárica de la sulrjetiv ad dc hvisión quc cncontramos en el peosamicnto c{c los siglos xvrr yxvlrl. Ura cierra noción de «visión subjctiva, h¿ sido duranrclargo rien4ro una partc signiEcariva de las discus;ones sobrc la

cultrLra del siglo xrx, rnás a menudo en el contexto del unanticismo, como por ej€mplo al ilustrar el p:rso en cl "papct ejer-

citlo por cl espíLiru en la percepción, tlcsdc las corcepc;onesde imiracióo a las de exprcsiót, desde la meráfbra del espejo a

l¡ del, Iinrp'r¡. luo l¡ ide¡ deun, ri'iún o,rnrpr'.,p.ió'rr1e alguna forma exclLLsiva de ¿rtistas y poctas y diferenciada.1. l¡ 'i'r"n m"lde¿d" por nlear v ¡rr, riL.rs emprri.J, o to,iri.r i.r¿. e,. de nuevo. c<nrr,rl rn ..rrs irrrer¡r¡era, iorre,.

Me i¡rtercsa cl modo en que los conceptos dc la visión sub-jetiva y la productividad del observador impregna¡on no sólo

los campos del arte y la litcratura, sino que ambién estuvie

rr»1 presentes en los tliscu¡sos lilosóficos, científicos y tecnológicos. Más quc clfatizar la separación de artc y cicncia du-rante el siglo xlx, es inrportante vcr cómo urbos fón¡abanparte de Lrn ¡rismo campo cntrclazado de saber y ptáctica.El mis¡ro saber tlue pcrmiría la crecie¡ce racronalización ycontrol deL sujcto humano en función de Jos nucvos rcr¡ucri-micntos institucionales y económicos, co[stituia tambié¡ ]a

coD¿ición de posibilidad dc nucvos cxperimenros er el c¿¡D

po de le reprcs.ntación vnual. I']or ello quiero dclincar unsujeto obscrvador qLre fue t.rnto producto clc la rnodernidadtlel siglo xrx como, e la ve7, constitutivo dc clla. En lireasrnuy generales, lo qrre ocurrc con el observador durante el

siglo xrr es un ploccso cle noderniz¿ción; él o ella sc adccua

a toc{a uta consrelación de nuevos ¿conrccirnicntos. fuerzas

z6 27

. ir*i«r(i,¡rxs r¡rrr', irrrrrrx, t,t,.l.'r (lrlirirsc,r¡»ox;rlrrl,r, y

qrriz,í rarrro|i¡it,rrrrcrrrr', ru,r¡o ",rri¡lcr niclad,.

l.u r¡¡orlcn¡iz:rcitnr sc cr¡rvicrtc crr L¡¡¡ noción ú¡il unr vez

amncrrrl¡ rlc derclminacioncs tclcológicas, principalmcntc

económicas, y crondo abarca no sólo los cambios estr¡.rctu-

rales de las formaciones politices v económicas, sirlo tamb;én

la inmens¿ reorganizrción del cooocimiento, los lcnguajes,

las rcclcs de espacios v comunicaciones, y de la subjetir.idad

rnisma. I'articnrlo del trabajo de Vcbcr, Lukács, Snnmel yorros, y dc toc{a la reHexión reóricr colccbida por Ios tér-

rninos nracionalización» y «reificación,, es posiblt prcponer

una lógica de la rrodeurización separadr de las ideas dc pro

greso o dcsarrollo que implique, al contrario, tr¿nsfórr¡acio-¡es no line¡les. P¡m (]i:rnn; Vatrimo. la modcrnitletl tiene

precisamente estos rasgos «post-históricos» cn los cu:rles la

contiriua p¡oducción de lo nucvo cs lo que fermite qu€ lxs

cosils pcfmanezc1rn sienryre igualesi sc trata de una lógica

de lo rnismo quc sc sitúa, sin erlbargo, er rclación inversa e

h cstabilidad de las fonnas t¡adicion¿les. t-a modernización

cs un proceso rne.liante cl cunl el capital;soro desarraiga yhace móvil lo tlue está asentado, aparra o climiD¿ lo que im-

pide la circLrlación, y hace interc¿rrbiable lo quc cs singular.¡

Esto sirve tanto para los crcrp.rs, los signos, las imágencs, los

lelguajcs, las relaciones de parentcsco, las práct;c¿s religio-

sas y las nacionalidades como para las mclcanci¡s, l¿ r;queza

1 l, rrur'" de obr¡. L.r modc,ri,.r,irirr .e .on,i.rrr,rr un.,

En csté punro es rclev¡rte cL bosquejo hisrório Je Deleuze I(,,,r,,r,, ,i-q:'oo:ór \9''r¡,,,",1 n,d,J- ' '

, ufli, u. P..c«i ¡e ¿cncri¡ñri)li7r.ión,. un h3.er absr¡.tó e lnlci.¿rnbi¿bl.de cuopo, objoos y Lclaciones. l'er,, cont srbral¡D Dclcuze yCuártari, la nuev¡ nr¡.rc.,r1bi3bili¿a¿ ¿e ltrs formas b¡jo.l c¿pira-lismo es l¡.o¡di.ióD de posibilidad de su

"re t.riroii¿liz¡ciór, eo

buevas jer¡rqúí¡s c nrs¡i¡ucdres.l.a indusrializaclón dcl slglo xtr€s ÚátaJ¡.n r¿rni¡os de des¡er¡ itoriallz¡ció¡, dcs¡rL¡igo (¿¡¿.tz¡r¡r¡¡) y producció¡ de ftujos en Cuilhune. rtTrs: r'142.

li

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.r.r.i(ir ill( csllnrc y xull¡ pc¡l)ctUrüllc (lc ¡Urvlls nfccs r¿cs,nucvo corlsumo y nueva produc¡:ió¡., t.cjos ¿c ser cxrerior a

estc p¡occso, el observador, como sujeto hurnano, es corn¡le,tamente inmanente a é1. A lo largo del siglo xrx, el observa-

dor tuvo que operar c¿de vez más en el in¡erior de esptciosurbanos escindidos y desfamiliarizados, de las dislocacioresperceptivas y tcmporales de los viajes en treD, el telégrafo,ia protlucción induscrial y los flujos de la información tipo,grálica y visual. Al mismo ticrnpo, la idenridad discursiv¿del observ¿do¡ corno objcto de reflexión Elosófica y estudioempírico suf¡ió una Brovación igualmente drástica.

El trabajo ternprano de Jean Baudrillard cletalla algunasde las condiciones de este nuevo terreno en el que se situa-ba el observ¿dor dccimonónico. l'ara Baudrillard- una de hsconsecueDcias c¡uciales de las revoluciones políticas burgue-sas a 6nales del siglo xvrr era la fuerza ideológica que animólos mi¡os de los de¡echos dcl homb¡e, el de¡echo a la igualdady a la felicidad. En el siglo xrx, por primera vez se hizo nece-

sariala prucbx observable para demostrar que la felicidad y laigualclad se habian alcanz¿do realmente. La felicidad debiaser om¿nsarabl¿ e¡ té¡minos de objetos y sigloo,, algo que se,

ría evidente para el ojo a modo de nc¡i¡erios r/¡ibles»;" Yatias

(De ahí la explo¡ación de rodá 1¿ r¿tuhleza y h bús<tueda de nüc-vas cualida.lcs útiles e¡ las cosasr dc ahi cl imer.ambb a es.¡lau¡iveGal de pbdudos hbricados bajo rodos Los .lim¿s y en t.doslos países; los nuevos rraramienros (aLri6.i¡le, ¡pli.¡rlos a los obje-ros ninúales pdá ¿oblos de ¡uevos valoLcs dc uso 1...1 De ¡hi la.{plorxció¡ Je lá iieúr etr rodos los senridos, tanto p¡rá des.ubrirnrclos obietos util¿abhs como pam o¡orgar ¡úevás propiededesdc ürili,xciór ¡ los anrig,ios; I...1 el descübrinic¡ro, lx.re¿ción,la saristacció¡ il. nu.Es n€cesid¿des provenienres de ia socicdadmisma; la cul¡ura de to¡l¡s lás duiidad* del homhre social, para la

froducció¡ de u¡ honbre soci¡l que É¡ga el máximo de ¡ecesida-des, siendo rico c¡ cualid¡des y rbierio a ió¿o -cl producro socialmás acibado yu¡ivcrsal posible., (MÚL r97l:4o8-4o9).Baudrillard, r97o: 6o. Subr¿y¡do en el original. Algunos de esroscambios h,n sido descriios por Adorno coho ¿i adapr¡cióD ldelobrrv¡do¡ alorde. de la raclomlidad burguesa¡ finalmenre, ala

28 29

rlti,ril,rs ,rrrrcs, W,rL ¡ lt..rrii,rrin r,rnrhi¿'r l:,rbil cscr ito :rcoclclcl ¡x¡,cl rlc l,r nrcrc,rncír cn l:r plrdLrccitnr rlc ura nfirntasmt-

goría Jc h igLralcl.rd,. Así, la modcr¡idad es insepalablc, por

LLn hdo, de una tccolstrucción del observador, y por el otro,

dc una proliferación de signos y objetos en circulación cuyos

eficros coincicle¡ con su visualidad o, en palabras de Adorno,

El análisis que Baudrilla¡d propo¡e de la modemidad

bosqueja u¡a creciente dcscstabilizació¡ y rnovilidad de tos

.iqno' 1 lo' ródigos que se inici¿ cn rf Ren,Limienro. sigro'anreriormeflte efi eizados en posiciones r€lativamentc 6rmes

dentro de ierarquías socialcs fijas.

1.. mod¡ ¡o diste en ula socierlarl de castt y tangos, dado

queacada uno se le asigna iroccablenrttt un iugar: Por ran-

to, la movilidrd dc clase ¡o exis¡e. U¡a interdi.ci¿rn prorege ¡lossignosy les asegun una tot¡l cl¡ridad; cada signose ¡eiere

i¡.quívocameote a un es¡atut,.-. En las socicdadcs de cas¡as,

feuJrles o xr.2ic¡s, sociedades cLueles, lo signos sor lnnin

dos e¡núnero,y¡o csrá¡ ¡mplianenre difunrlidos. ca<la uno

fu¡cion¡ con todo su valor .ono interdiccióD. cada uno es

una obligació¡ recí¡rm enme as*. ciancs o pcrsoDas. l.os

.ig',.. nó.o.,. p'r..,rbrr ,rro.. ll .its1,, r,bi,Jrró . inn;.'

cuando, en lLrger de vincrlar dos pcrson¿s en una re.iprocida.l

,nlreh,"n'rL,l,. .1 F,,il -ñtc,infe/. .r rfeti,* , ,.n uni

verso desencamado del signilic¡do, cle¡onnudoL conú¡ del

rnundo rcal, hacia el que nadie iiene ya ningúm obligación."

era i¡.lustri¿l av¿¡z¿¿a, .onstrui¿a por eL oio .m¡do éstc sc acoerumbró a percibir l¡ realidarl cono ura rcalidrd de obitos ¡ porran¡o, básicamenre rle me¡.¡ncí.e,. (Adomo, r98r: 99)..Al negar la naturaleza implícira¡rcnrc concep¡ual d.l an., I. ¡".ma de lavisualidarl reifica levlsralltlad en una cualidad opaca, impenerrable una rép1ica del pctriEcado mundo exteri<¡¡, cautelosocon toúr b gue pudiera intüfcrir cor la armonia que la obraerun.i¡., (A¡lor¡o, 1984: rl9 rao).B¡udriLla.d, re76: 78.

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Asi, l)rrr Ilirklrill,rrrl, lir ,¡)(xlcrr i(lir(l csrii c\r.(lrinrcnrc 'cl,r.i,,,,.,J¡.,,,, 1., ..¡t,.,.¡Jr.l q,¡, h,.t.,,,.,, L,\..,,.!,,ri.,.,,,.i.,

les recién llegadas al poder tienen de supemr ola cxclusividadde los sigros» y dc promover,,la ¡rolileración dc los signos

según la ¿cm r¿a,. L¿s imitaciones, las copias, las falsilica,ciones y las técnic¿s p:¡ra prodlrcirlas (entre las que se encontra¡ían el teat¡o italiano, la perspecriva lineal y la cámara os

cura) suptrsicron tod eltas desalíos al monopolio y conrrolaristocr:itico clc los signos. El problenra dc la mímesis aqui noes ya un problerna de estética sino de podcr social, un poderfundado en la capacidad dc producir equivalencias.

Para Baudrilla y mtchos orros, no obstantc, cs prccisa-

mentc c1r cl siglo xrx cuando surge un nucvo ripo de signo,junto con el desarrollo de nucvas tócnicas industriales y luevasfornas cle poder politico. Estos nucvos signos, «obieros potc¡ci men.e ;dénticos producidos en series indefiniclas,, anuncialel momento cn que desa¡arecerá el problcrna tlc la mímesis-

l.a relación cntrc cllos ¡r no es lx.le un o,ieinrl .on !¡ i,nir¡.njn, nianalosi¡ ¡i kflcjo. silú l¿equivrlencia, ia ¡idifcrcü.i¡.!lol¿sc¡i.,losol,jefusr.onvie¡ren ensinúl¿.ros ii.leti¡idoslos u¡os.Le li)s oros... Satcmos qrc hor, es en el nivel de la

reprducción uroda, m'¿ios, publiciJ.d, redes de ¡rlbr¡ución y cornuni.r.ión en el nivel tle lo quc Marx dcromnu

b¿ dcs.uidxd¿r,cnt los Édr¿¡ tsaros imprclisrosl dd clpir¡I..., es Je.ir, en l¡ elera dcl si¡ul¡c.o y el .ódigo, ¿oDde

r ur¿e la ünid¿d dcl pLoc.so .o¡junto .lel capnalismo.'r

Dentro rlc cstc nrevo campo de los objctos producidos en

serie, los más sigDilicativos, en cuanto a su impacto social yculmml, eran la lbtogra€ía y unn gran cantidad de !écnicas

asoc;adas a lir industrializaciór ¿e la creación de inrágencs.'1

rl llaud,illard, 1976: E6.

rt [!l modclo DÍs irnporL¡nte prra la prcduccióD i¡dúrrixl cn serie.luraDre elsiglo xrx fuc cl dc l¡ ú,i.ión ) los repuesos milirarcs.

Jo 3r

L,r Ii'r,i11r.rli,r t r o,,vio t r¡¡ r¡r¡ clL rrrcrrr,i ct,,u,rl rrc vjLr cn

l,r r¡,,.v,r e,,,,¡,,,¡¡í.r .le ¡¡¡cr::ncíes. sino t¡lbión cn ia reor-

girnizrcitin di r(xlo Lro tcri¡¡io en qre signos c irn:igcnes,

cldr curl scprLtlo clcc¡iv¡mente de referenrc, cnculan y

¡,«rliféren. t-as firogralías pucdcn tener algunas snnilirutlcs

rprrcrl.(:s con orros rifos de irnágc[cs mris antigrLos, conlo

h pintura pcrspectiva o los dibLrjos rcalizaclos coÍ l¡ ¿yud¿

cle la cámrr:r oscur:r, pero l:r elrorme cesura sistémica clc l¿

qLre h firtografia forma p:rrte con\¡ierte estas similirudcs cn

insigniGcanres. La fotografia es u¡r elemento en un nucvo yhtmogéneo Lerreno .le colstmo y circuitción en el clral qre-¿a xlojado cl observrdor. l'ara encender cl "cftcto fotogra€Ía,

en el siglo xrx, dcbcmos verlo corno un componcrtc crucial

de una lueva economia cultu'"I de valor e intercarnbio, 1,

no corno ferte de Lrnx historia conti¡u¡ de la representación

visu¡1.

La fotografia y r:L dinero se convierten en lbllras hornó-

logas cle ¡oder soci cn cl siglo xrx." Ambos son por igual

sistemas r¡ralizadores que engloban ), u¡ific¿n ¿ rodos los

sujetos den(ro de una rnisma rcd rlc r,¡I,¡¡ación y deseo.'lalycomo Marx dijo del d;nero, la fbrografia cs tambi¿D un gran

n;velador, un dcmoc¡atiz¡dor, un "mero sínbolo,, una 6c

ción "sancionada por cl llamacio corrsenti¡rienro universal dc

la humanided.,/n Ambos son firnnas rn:igicas qLle est¿blecen

uD con¡rrto nuevo de relacioDes abstractas cntre individuos

y cosas c inlponen esas relaciones corno lo real. Es:r través de

lirs disrirras pero cDtrclazadrs economías del ¿in€ro y la lo

L¡ ¡ecsicLr¡t dc l¿ al¡solrta scmejrnza e inteLcamtriabill,Jad prorino dc los r.querinriennrs de h guuru v ro dcl dcsarrollo dcl sec«»..o¡ó¡rico, conro r.gunr€nt¿ De L¡¡Jl, reeo.l'¡r¡ dcbates ¡elacion¡dos con era.ú.srió¡. vid. Joh¡'l:gg, ,ilheCurcncy ol the Photograph,, et Thnhng l'hotogrd¡hy, ed- Vict trl\rrgln (l.ondres, r98:). pp. xo r.{i v Al¿n Sekula, .'lhe Tratic inI'hort{tphs,. ú Pbotograpb, ArnnBL th Gr,1j": t\a/-tt ¿ul Photo\varli\ t97 rrsi (11J],tl¡\, r98a), pp. 1611),.

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rogrirlir¡ c(»no roLlo urr mUn¿o so.irl cs r(prcsf¡rrir(li) y.(rrstituido exclusiva¡nentc como signos.

La fotografia, sin embargo, no es el tema de estc libro. Apesar de Io decisiva <¡ue haya podido ser la lotografía parael destino de la visualidad del siglo xrx en adclanre, su in-ven, ion er « r¡nd¿ri.r prr.r los aconre.imierrro\ que ;nr(nrodesgranar aqui. Sostengo que en el siglo xrx se producc unareorganización del observador con anterio¡idad a la aparicióndc la fotografía. Lo que riene lugar aproxima<lanerte desder8ro hasra r84o cs un desarraigo de la visión col respecto alas relaciones estables y Ejas encarnadas por la cámara oscu¡a.Si la cámara oscura, en ranro concepto, subsistír como base

objctiva de verdad visual, diversos discursos y prácricas -en6losofía, en cicncia y en los procedimicntos de normalización social tic¡den a abolir los fundamcrtos de esa base a

principios del siglo xrx. En cierro sertido, lo que ocurre es

rrna nueva valoración de la expcriencia visual: se le da unamovilidad e irtcrcambiabilitlad sin precedentes, abscraída dcrodo lugar o referente fun¿anres.

En el capitulo 3 describo ciertos aspcctos de esta recvalta-ción cn la ol¡ra de Goethe y Schopcnhauer y en la psicologíay la 6siologia de prilcipios clel siglo xrx, en las cuales la natu-raleza misma de la sensaciól y la percepciór asume muchosJe lo' ra'go' de equivalencir e inJilcrenci¡ qu(.arrcreri,,¿-rán más ¡arde a la fotografia y a otras redes de mcrcancias ysiglos. Es este nnihilis¡¡o, visual el que se encuenrra en laprimera línea de los estudios ernpíricos clc la visión subjetiva,una visión que engloba rna percepción aurónoma escindi-da de todo relerentc externo. Hay que resaltar, sin eubargo,que estas nuevas autonomía y abstracción de la visión no sonsólo una condiciór neces¿ria par:r la pintura modernista dcfinales del siglo xrx, sino también para formas de la cultu-ra visual de masas qlre aparecieton antes. Eo el capitulo 4,analizo cómo dispositivos ópticos que se convirtieron en for

12 .]l

rrus rlc crrrcrcrirrrilrrro rlt rr:¡sus, conxr cl csttrcoscopio y

cl fln,rqrrisriseo¡io, (lcrivrr(,n origin¡ri.rmcnre de los ruevos

conocimicntos cmpiricos accrce del estaturo fisiológico del

observaclor y la visión. Así, ciertas formas de experiencia vi-sual categorizadas a menudo acríticamcnte como «¡ealismo»

estlin, de hecho, vinculada,s ¿, teorias no uerídi¿as de la visión

quc ticncn por efecto ¿niquilar la existencia de un mLrndo

real. A pesar de todos los intentos de autentiGcarla y natura-

lizarla, la experiencia visual perdió, durante el siglo xrx, los

privilegios apodícricos de que se valia la cáma¡a osaua para

imponer la verdad. En un nivel super6cial, las Ecciones de

realismo operan intactas, pero los procesos de moderniza-

ción del siglo xrx no dcpendían dc tales ilmiones. Nuevos

modelos de c;rcutación, comunicación, producción, consu-

mo y r¿cionalizacjón demandaron y dierol forma conjunta-

mente a un flucvo tipo de observador-consumidor.

Lo que llamo observador cs, cn realidad, sólo u¡r electo de

la construcció¡ de un nuevo tipo de sujeto o individuo en el

siglo xrx. El trabajo de Michel Foucaut aquí ha sido central,

al revelar los procesos e institucio¡res que racionalizaron ymodernizaron al sujcto cn estc contexto de transformacjo-

nes sociales y econórnicas." Sin establecer rclaciofles causales,

Fouc¿ult demuestra que la revolución hdusr¡ial conrcidió

con la aparicióD de "nLrevos

métodos para administrar» ¿ vas-

ras poblaclones de trabaiadores, a la población u¡ban¿, a estu-

diantes, prisioneros, pacientes hospitalarios y otros grupos. Amedida que los individuos fueron arrancados ¿e los antiguos

regimcrre. .1, potl.r. J. la produ.(ión rBrJr;r y rrre\rnr )de las grandes estrrctums faniliares, se concibieron ¡uevos

procedimientos para controlar y rcgular esas masas de suje-

tos ¡elativamente abandonados a su suerte. Para Foucault. la

modernidad del siglo xrx es insep¿rable de la fonna el que

los mecanismos de podcr coinciden cofi nuevos modos de

á

!

:

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sul,jcrivi(l.xl I. xsí..,¡,,r¡,.,,r I ¡ I I I I | ¡ , I I ¡ i ( , , ( I ( ((1( rtt.,s l(¡,r1.\ J,

p\r,,r.,,rr,. \,ri!i,,.r\ t.'¡., ,,IIIr,,LIL II..IIII\II..I ) .,,I\¡. l¡ llúriles las nuevas ¡rukiplicidades ¿c n ivicluos. L,r nroclcrni-zación comiste en esra producci(rrr rlc sujetos rnanipulables a

tr.rvés dc lo que el llarna nuna cicrta polírica dcl cuerpo, ruracicr¡a ma¡et¿ dc volrcr a un qrrpo de hornbres dóciJ y úcil.Esra política reqLrería la particfación dc dererninatlas rela,cioncs de poder; apclaba e un:l t¿cnica de sujcción y objetivacióu superpuestas, y acarreó consigo nuevos procedimientostlc individu.rlización.,'¡

Aun,lur l-ou,.ruh .,r¿lr/J ñ\r<n.ibl,rne,,,r in,riru, io,es.disciplinarieo, como las militrrcs, las prisiotcs y las escuelas,

rxnbién describc el papel rlc las recie¡ucncn¡e constituid$cienci¿s humanas en la rcgulaciól y modilicación clel corn-portamicüto de los inclividuos. I.a gcstión y dirección de los

sujetos dependía sobre rodo dc la acur¡ul¡ción dc sal¡eres accr-ca de éstos, bicl fuera e¡ la medicina, [a cclucacnin, la psicolo-gía, la Esiología, la mciolallzacióo dcl trabajo o el cuidado delos niíros. l)e estos saberes provino 1o que Foucault clenomin:ruuna tecnología muy real, la tecnologíade los individuos», que.insisre, estri rinscrira en un proceso histórico arn¡rlio: cl desa,¡rolio, ¡proximedamc[te al mismo tiempo, dc mlrchas orrastecnologias agrarias, jndrrstrialcs, económicas.,,,

Iundamcntal para el c{csarrollo de cstas nuevts t¿cricasdi" it,li,,JriJ, del ,Uj<.o i,r. t.r rij.r,iorr Je ./¿,.,?,,r .,rin,ir.rtiv:rs y cstadístic¡s dc compor-temicl1to.." l,a cstirnación clc

Ir8 fou.auk, rr77:lor.,, fouc¡ul¡, r977: 22,1-¡zt.¿o PüaCúgs C¡¡suilhem,los pro(€r,s dc no,m¡llz¿.nnr sesot¡p¿h

.o¡ l¡ mo.lenriz¡.ió¡.Lu2nre cl siglo xrx: .Al igu¿l que dr t; rclo ,p.J,,-,. ' L..,,in,,o.p.L i .1r ..,,r¡J ¡ ,,.t,d.,nor'i/ri,., ¡r ...,r1.a,¡,...., I' nol, . '.,.,.n.,cn..,eco¡oüir, hrjo cl c..ro ¿e una D.cic[c meca¡iz¡.]órr i¡Jurí.1, i.1r ,r'n r. .. 1. r1.,.,-"c.¡..r,r,{.. .1.,¡.J-.¡1.,r,nomxlizr.ntn., (Canguilhem, )t8r: 217 118). {Jmgutlhem añrmaqu. cl!übo {rorm¡ltz¡¡" se enrflci por prn¡errvc,., r8i4.

l1 It

lir ,,n,,rurli(lir,l,, c,r r¡,«l¡ irlr, ¡,sir,,l,rgi,r v (r¡1)s urrrrPos sr

rorrvirrli c¡r rrrr:r ¡,,rrre ttrr.i:rl tlc l¿r colstitr¡cnnr clcl intli-vnlrro sLg,'irr L,s rcqutrinricnros dcl poricr ilstinrcic,nel en el

siglr xrx, v lirc r rLavls de estrs disciplin como el sujeto

'r lrrro. ., ,ie,r., .eniÁo. n.tú1. l.r,1ue rne rnrrr.^r .' 'er. ñ,no.l i,,,li!:J,,u, .,, ,r'r" "b- r",,J",, 'e rn,,ri",iu Ln un

objeLo de invesrigación y en el lugar dc un sxber en las Prime-ras dócad¡s del rlJoo, y cómo se translormó el cstatuto del su-

jcro obscrvador. Oomo ya hc nxlicado, Ia visión subjctiva era

rn objcto dc cstudio clav€ er l cicncias experirnentalcs, ü¡avis;ón que hrbía sido extr¿ida de las rclaciones incorpóreas dc

la cimrra oscura y rcubicad¿ en el .uerpo hum¿rio. Se rrara

de un dcsplazamienro seiralado por el paso de la gcomr:tría

tlptica de los siglos xvrl y xvnl a ura geometria Esiológica

qrre tlorrinó los tlcbates unto cientiEcos como lilosólicos cn

romo á la v;sión er el siglo xrx. Asi se acumuló conoc;mie¡to

acerca dtl ¡,apel constiutivo riel cuerpo en la aprchcnsión

del mundo visiblc, y pronto se hizo obvio qtre la eliciencia

y la mcionalización dc muchas áreas dc la actividad hu¡ra-

na dcpendían de la informació¡ ¿cerca dc las c¿Plcidades

del oio humano. Un resultatlo dc l¡ nueva óprica Esiológica

fue expoler la kliosioc¡asia del ojo "normal,- t-as postimá

gcnes retinianas, la visión periftrica. la visión binocular ylos umbralcs de ¡rención fucron estudiados cn función de

la detcrminación de nonnas y par:'uretros cuartilicables. La

extendida preocupación por los dcfcctos de la visión humana

clc6nió de manera más precis¡ aún los contornos de lo nor-

rn.rl. ¡ ¡;rrr.ro n,r.',,. re.r,"l"gr'. 1'.rra inr¡nrr,r rrrrr risinrr

nor0rf,tiva sobrc cl observador.

Cl nri\mú ri¡npñ qrre.e d. ',rrrolIrorr e'r.r' irrvc'rig,r,iu

llcs, se io\-enraroD vxlios d;spos;tivos ópticos que l1rás tar

cle sc convertirian en elcrncntos propios cle la cultura visual

de rnasas clcl siglo xrx. El f¡Daquistiscop;o, una dc entre

las rnúltiples máquinas diseriadas prm sirruLar l3 ihsión clc

:

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a

)6

nlovinricrto, sr pr1)Jujo rl ¡nrt),r'1) (l!l csrrxlio ( rtx ri rflrrirlde las post imágenes retinian¿s; cl cstcrcosco¡rio, trrrrr lirnrrrdominante de consumo de las imágcncs fórogr'íficas cirLran,

re mjs de rnedi".iglo. fue de'.rrrolLJo cr prircil'io en unesfuerzo por cuaotilicar y formalizar las oper¿c;ones fisio-lógicas de la visión binocular. Lo importante, pues, cs que

estos componertes centrales del «¡ealismo, decimonónico,cle la culora visual de nasas, precedieron la invenció¡ de lafotografÁ y et nhtgtn nodo requirieron de procedimientoslotográficos y ni tan siquiera del desarrollo de técnicas tleproducciór masiva. Más bien, dependen inextricablementede tna nueva ordenación del conocimienro del cuerpo y larelación constitlrtive de ese colocirnienro con el poder social.

F-stos aparatos son el resultado de una comp§a reconstruc-ción del indivic{uo, e¡ tanlo observiüor, en nlgo calculable yregulable, y de la visión humana cn algo mensurable ¡ portarto, incercambiable." La estanda¡ización de la imagincriavisual durantc cl siglo xrx debe entenderse, entonccs, no sólo

en cl contexto de las nuev¿s formas ¿e rcpmdu.ción mecani,zada, sino también en relación a ur proceso más amplio de

normalización y sujcción del observador Si se produce unarevolución cr la naruraleza y función del signo en el siglo xrx,ésta no acoltece de manera indepcndielte a la reconstruc,ción del sujeco."

Enrre r8oo y r85o,la mc¡suración ¡dopu un pápel fundanen¡al cnun ámplio ringo de cic¡ci¿s fÍsicas. La fecha cl¡ve, según IhomasKuhn, sri¡ r81o (Küh¡, 1979: 2re 2,o). La mismr concluió¡ sosdene I¡n Hacking: (Más o me¡os a prrtir de r8oo se producc un¿¡vai¡¡.hr de números, sobrc

'o.to plte¡te en las ciencias socialcs...

QrizÍ un pu¡to de inflcxió¡ sc encuenÍe en r8lz, el iño en qücCharlcs B¿bbage, nrveDro, de la coDpurador¿ disital, publi.ó unbnvc panflero en el que álenÉba La publicación de übhs .le b¿oslos ¡úmcros co¡stantes conocidos e¡ las .ien.ixs v en las ¡rtes.,.H rl ,ng. .,¡.:r.r rrsr.La ¡oción baudrill¿rdiana de un desplazanic¡ro de los sig¡os fijosde las socicdades feu¿¡les y aris¡ocráricas al régi¡re¡ simbólico delinrercambio dc l¡ node¡nidad e¡cuen¡ra u¡a r¡¿¡sforma.ión reci-procague Foucarlt articulae¡ iérminos del indn-iduo:.El norncn

)7

I os lcr rorcs.lc ViXilat y trtigtr,r rrcturdo h:rn rc¡urtd,, cn

l,r ilccl:rr:rcnin c,rtcgrir icl clc Iirucrult, uNrrcsrla socicdtd ro es

un¡ socicdrd .lcl espcct:iculo sirro de la vigilancia... No nos

encontr¡nlos ni eD cl anfiteat(o ni en el escenario, sino en lx

máqüina panóprica.,'r Aunque este comentario se realiza ellmedio dc uflx coorparación entre los ó¡denes del poder en la

anrigüe¿a¿ y cn la modernidad, el uso quc Foucault hace del

término «espectác o, está cl¿raúente vinculado a las polé-

micas del post-68 liancés. Cu¿tdo escribió el libro, a prnrci

pios de la década de r97o, (cspcctáculo» er¿ una almión obvia

a los atálisis clel capitalismo contemporáneo llevados a cabo

por Guy Debord y otros.'] Podemos imaginarnos fácilmente

el desdén de Foucault, quicn habí¿ escrito una de las mcjo-

res mcditac;ones en torno a la modctnidad y el poder, hacia

cualquier uso superlicial o sirnplista ctel «espectáculo» como

explicación válicla para comprender cómo las masas son «con-

t¡ol¿das, o oembaucadas» por l¿s imágenes de los medios.'r

Pcro la oposición foucaultiana e¡t¡e vigilanc;a y espectá-

culo parccc pas¿r por alto hasra qué punto pueden coinci-

dir los efcctos de estos dos regimenes dc poder. Al emplear

el panóptico de Bcnth¿m como un objeto teórico de vitalimportancia, Foucault submya inccsantemente los modos en

que los sujctos humanos se corvirticrcn en objetos de obser-

vaciól1, bajo la foma del coDtrol institlrcional o de los estu-

to q!. p¡csenció la ¡ransició¡ de los ne.anismos histórico{irualesdc foirn¡ción de la in¿ivi¿u¡li¡l¡d ¿ los rncca¡ismos cienrílico-dis-cipli¡arios, er que lo norhaL reenpLazó a 1o ancestral, y h meJidaal csra¡us, nr¡nuyendo asi lá individualidad del homhre memorablc por la del hombte cr1cu1¡ble, csc momenro en que las cie¡.iásdel hombre se hicicron posibles es el n,omento el qecnologia de1 poclcr y un¿ nueva anatomía politi.x del cucrpo se

instrur¿ron,. (Foucauir, reTe: rel).zt Fouceolt, 1979: zr7.za Debor.l, r99o. La prn¡era edición se ptrl,li.ó e¡ Fia¡ci¿ c¡ 1967.

zr Acer.x de l¿ posición de l¿ visión e¡ el pe¡s¡micnro dc Iouc.ulr,ri¿. Deletzc, laucdult, 1988:46-49. Vid. tambih ltajchr¡¡n, ¡188:

É

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tlir¡s cicrrríliros o rlcl torrrpor.r:rrrri<.rrro; 1n.r,,,1,.t., ,1. l.xl(, Ixsnucvas fbnnas ¡rcrlia¡re l:rs quc h prr,I)i:r visi,i,r sc.(,¡virlnjen un ¡ipo de discipii¡ra o modo cle trab.!o. Los disposiriv()svisuales decnnonónicos rlc los que me ocrpoj Do nrenos qrlcel panóptico, itrplicarcn disposicioncs cle los cuerpos en elespacio, reeulaciones de actividad y cl despliegue clc cuerposindividu¿les que cocliEcaban y non¡¿lizaban al observadorer sisremas de consunro visual rígidarnenre dclinidos. l.ueror técnicas pala la administración dc Ia .rtención, para laimposición de houogcneidad, procedirnientos an¡i-nórradasque Ejaron y aistaron r1 obscrvador cnrpleando «l:r paticióny la celularidad... cn las quc el individr¡o es reclLrcido en tan,to que hrcrza polírica., La cultura de mas¡s no se oqanizóa partir de un espacio secundario o supercstrrctural de lxpráctica social; estaba complct:lmertc inserta en las mis¡n:rsrr¡,'.lorm.¡. ior.. .'orrrrr"d.r. ¡,or I ou, r, rlr.

No quicro dccir con csro, sin embargo, qut la "sociedadrlel espcctáculo, aparczca repcnrinamenre cn paralclo a los

desarrollos c¡re estoy enr r mcr'and o. Eluespcctáculo,, talcomoI)ebord emplea el término, probablemenre no tom¡ formaeñcriv¡ hasra pasadas varias décadas rlel sigio xx..ó En estelibro ofrezco algunas nons accrca de su prehistori¡, acerca dclos ¿ntecedcntes tcmpranos del espectáculo. I)ebord, en unconocido pasaje, plantea uno de sus prilci¡ales rasgos:

El eycct:ícul,, com, tendc¡ci¡ dc /z¿¿¡ r¡, ¡ tr¡rts de ctite-

.enrcs !¡edi¡cio¡cs espc.i¿lü&i¡s. .1 mu ndo {lu. h¡ dci¿Jo d.scr .lirec¡amlnre ap¡cheDsibt., uro¡e¡tra tutrm¿lrndre .¡ hvista el scntiJo iiurLano privilegtado gre firc cr orLas épocas

26 SigúieDdo u¡ breyc conrenr.rio ¿e D.bord. tic propuesto situar clcomienzo dc la.socicd¡d del cspeúácúlo, . tio¡lcs ¡e ra d¿.a(la dc¡)ro, p il.l¿nrenre a los oriilc¡ct recnolójricos c i¡nin,cion¡tes dcl¡ ¡cl.visión, los inicios Jelsonido sincro¡ir«lo c¡ el cinc..l uvr.l.1.....,,.,.d. 1,.'cui.",r- n".,¡.o, t¡,to,",e, \t.n,,,.-1,,.e...i.rrb.n.,'o) .tt,"..,.t.ot,,!uü-t.,,,Jt,,o",,t,.n.ia c¡ ni .Sfc.rxcle, A(le¡rion, Counr.r Mc¡u.r, lC, jry, ese).

l8

, L,¡,,, "rrr,,, r,rlr.rl,,,.¡1r,,. \,,1,,,1\,r'nri1i,.rl,l(,r,¡irr

¡,,rr c.r 1.,.r1"1,.,,.,irrscr,rrlla,{.r.lcl.rtclctirdrctrrl."

Así, cn nr i .r¡/rlisis dc la rrroclernización y 1a reevalurción clc la

visión, señ.rlo cómo cl scnti¿o ¿cl tacto lornni parte integran-

rc dc las teorías clásicas de la visión cn los siglos xv r¡ y xvrrr.L¿ disociación clc t¡cto y visra que le sigue tienc lugar cn el

marco general tlc una.,scprac;ón de los senddos, y de una

reconligrración industrialdel cuclpoquet;ene lugar.luranrcel si[1lo x]x. tJna vez quc cl tacto ttjó de ser un componence

conc(ptual de I¿ v;sión, el ojo se desligó dc h rcd ¡eferenciaL

encarnada cn h trctilicl¡d e in;c;ó (Lná relación sLrbjctivr con

el espacio percibido. Esta autononiz¡ción de la vista, que

mvo lugar en difirentes ámbiros, fuc uua conclición l¡istóric¿

pxrn la reconstmcción de un obser-vaclor hccho a l:r ¡nedi-

da de las ta¡cas dcl cc,nsu¡ro uespecracular,. El aislamicnto

empírico de la visión no sólo posibilitó su cuantilica.ión yhomogeneización, sino que tarnbién pcmritió a los nuevos

objetos dc la visión (fuer:rn mercancjas, forografias o cl acto

de percepción cn sí misrüo) arrrnir una ;dentidad mistificaclay abs[ra.ta, escind a dc ¡orl¿ rclación con la posición del

observador dentro de un carnpo uriicaío cog[itivamente.

I I,rr.'r, o"opio L. ,r,, lug,r cuIr,r,ld. gr',rn inrporr.rrr. rr, n

el que esra brecha cntrc la tangibilidad y la visualidad se hace

parricularmente evi¿cntc.

Si Foucault descrilx algunas cle las corclicioncs cpistcmo-

Itigicas c itstitucionales del observador del siglo xrx, otros

h¿n es¡udiado rnás corcrctnmcntc le forrna y la densidad

tlcl crmpo en el que rr.rvo lugar Ia rralsformación de lt per-

ccpción. Qüizá más que ningirn ono, \flaltcr Bcnjamin h:r

,r,.,li¡¡,1" l, h.r.r"¡énrr r<.ru,¡ de Io. r.orrre.inrirrrror yobietos de los que cstaba comprrcstc, el observador de aquel

:

!27 llebod,,99o: se.. r8. lcitr t¿du.idl dcl orig]lal fr.¡cÉs: Cür l)e-l1o"d, t.nSt¡¿t¿¿ '! r¿lr Ge 6z), t']¡ris: G¡lljoa rd, ,.,),)¿, secc. ¡8,p.9. N.d-lll.

.]9

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¿

sig[, Iir rlivcrrr* li,rgrrrcrrr,,s ,lL. su\ .! rir,A,un obscr vador ¡nrbuhnrr .or)sr ir rri(l{) Irr L, (, rrvcrgcrrc i,r rlcnuevas tecnologias, de nuevos csp:rcios Lrrl;urlrs y rlc. uucvusfrrncioncs económicas y simbólicas de las imágcnes v los pro-ducros: for¡ras de iluminación a¡ciñcial, nucvos r¡sos de losespejos, arqrritecrura de cristal y accro, vías de rren, rnuseos,jardines, fotografía, moda, muchedumbres. t_a percepción,para Benjamín, cra slrmamente temporal y cinética, v tlejaclaro cómo la modernidad subvicrte la posibilidad m,sma deun espectador conremplarivo. Nunca accedemos a un obietoe¡ su pura unicidad; la visión siempr€ es núhiple, contiguay suPerpllcsta ¿ otlos objctos, descos y vcctores. Ni siquierael es¡acio petriEcado del musco es capaz de trascendcr unrnundo cn <l ,tue r".lo , .r¡ en , ir, ,,1¡, iorr.

No debería pasar iladvertido un tema en generd ¿esate[-dido por B,njrm;n: h ¡inruru drl .iBlo xrx. rerr,ill¿mrnre.ésta no consr;ruyc Lnr conpoücrte signilicarivo del carnpoacerca del cu¡l propolciona rrn ¡ico inventa¡io. Lltrtrc orrasimplicacioncs, esca omisión indica, ciertamen¡e, que la pin-tLrra no era para él un elemcnto primordlal e¡ la reconEgu-ración de la percepciórr tlurante cl siglo xrx..t El obse¡vadordc pinturas, en el siglo xrx, era tarnlrién un observador qucconsrrmia, a la vez, una gama prolifcranre clc expericncias óp-ticas y sensoriales. En otras palab¡as, las pilrurrs prrxlucirny asumían scrrido ro en una suerte de aislar¡icnto est¡.¡icoimposilrlc, ni en la contiruid¡tl cle una tradiciól de códigospictóricos, sino denrrc de Lrrr caos en cxpansión de imágencs,mercrncías y estímlrlosl colno Gno mlis de e¡ttt orros mu,chos elemcnros consumibles y efíueros.

Uno dc los pocos artistas visuales de los que se ocrrpa Ben,jamin es Charlcs Meryon, filt¡ado a través dc la sensibilid¿d

28 ViJ., porcjdnplo. Benjami¡, 1978: rrr: .Con ., .re.ic¡rc atca¡.edelos sisrcrn¿s de co¡runic¡ciones, l. ihpo,.r¡¡Li¡ de l¿ pintura .¡ lacomunic¡.1ón dc inñn¡lción b¿ q(..I¡do k.lu.i¿tr,.

4r

rl, lJ.,,rlcl,rirr'." Mery,,rr ,s irrr¡rrrr,rrrrc rr,i ¡rrr d crirrrcrricio

li,rrrlrl o norroglifi.rt Jc sr¡ ¡,lrlr, sirro como nrdicc clc Lrna

scnsr¡rirlidrl rlctcriorecla qrrc r.s¡onclc I las tcmPranas sacu-

didas tlc l¡ ¡rodcrniz.rc;ón. L,as inquictantes im:igenes dc un

Paris rnedicval y uincral adquieren el valor de Por-imágencsdc lrrgares y cspacios clcstruidos ¿csde los iflicios de la re¡ova-

.ior urh¡r.r dcl rcgrrrrd" lmperio. Y l.r' rreniu't\ irr' r\iune'

de sus ilusuaciolcs grabadas sintomatizan llarro6a del trabajo

trtesalal frente a la reproducción nrdustial en s€ric. Ll ejem

plc, de Mcryon insistc en qLre la visión cn eL siglo xrx era in-

sepamble de la fugaci¿ad - es decit, tle nuevas temporalitlades,

'elo, rJ.,J<'. e\p,ri(a.i,.,lc flulo 1 "b'ore'''n,iclensidad y sedirneltación de la estructu¡a de la me¡roria vi

sual. Pra Bcnjamin, la percepción, dentro clel contexto de la

morle¡ridad, nu¡ca revclrba el rnundo como presencia. Il ob-

seLvador puede iclcnti6carc, por eiemplo, con ttn !¿nü§, ú1

r:o¡suuiclor mór.il rle tlna hccs¡nte srccsili¡ de imágenes ilu

sorias con1o mercancias.r' Pero el tlin¿mismo destructivo de la

nro,lrrni, ^i"rr ¡,<r'nirio r¡nrl'ierr ,rn., ti'iñn,lrr( re'i\rrri'r \rr'

eiicros, una perccpción rcvivificadora del prescrte envlreltx en

sus propixs posr-in genes históricas. Ircnicameltc, la percep

ció¡ ues¡arclarizirda y tlesnacuraliz¿da, dc las rnasas, pera la

quc Benjamnr intentaba conseguir alternativ'\ ndi'-¡les debia

la mayor parte dc su fuerza, rn el siglo xrx, ¿l estuclio empíico

y a Ia cuantificación de las post-imágcncs retinianas y su tcm

poralida¿ cspecíGca, .onro explicaré en 1os capitulos 3 y 4.

La pintura del sigio xrx fue también desaterrdida, por rno-

livos ¿ist¡rtos, por los fund:rdores dc la hiq¡ori¡ rlel rrre mo-

tlerna, rrna generación o dos antcs de 13cnjamin. Rcsuha fácil

olvidar quc ia histori¡ del artc corno cliscflina acttlémica

ticne sus origcnes en estc ¡rismo cntonro .lccirnonólico. Tres

proccsos desarrcllados durante el siglo xrx iDscPlrabl€s de l:r

29 Be¡l¡min, t971: 3ú-19.

lo Vid. llu.k Morsr, t986: ,rj,lo.

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irsr irurn,¡¡.rlizr.ni¡ Jc l.r ¡,rii r n :r lrisr,i, i( o,¡l rsr k,r mnr (r)krs ¡uodos his«xir:isras y cvoltrrionisr.rs i[. l,r.rsirri.r¡r,) qu(.pern tieron que Ias fórmas li¡etan ordc¡r¿rcl:rs y cllsiiiclcllssiguiendo ru desarrollo tcnryoral; (z) las rmnslór rracionessociopolíticas implicadas en I¡ creación clel ticmpo dc ocio yla errancipaciól cultural dc secror(s más am¡rlios cle la po-bl;¡ciól urb¿na, uno de cr¡r'os resultados ftre el ¡nur.n de nr¡.¡rúblico; v (3) Ios nuevos mérodos serialcs de replodurcción dela imagcn, qLLe permiticron ran¡o Lr circulación globtl comola yLLxtaposición de copias cada vez más 6cles de t¡bras ttcarte rnuy divcrsas. Sin enrbrago, si la modernidad del sigloxrx constituvó en parte la mirtriz de la his¡oria del :r¡tc. lasobras dc arre dc esa moder¡itlad li¡cro¡ excluidas dc los esquemas erpli.,arivos y clasi6catorios don¡inmres ic h histori" d,I¿r.. ir¡ lu\u \J irri i.rdn el ri¡;tn r..

Ior ejemplo, dos trrdicioles fturdamentales, una p¡ovcnien-cc de Morclliy otra de l¿ Escuelade \farbrre, fuclon incaprccso rc(ic.ntes a inclu;r cl arre dcl siglo xrx dcntrn del ámbito cGsus ¡lvestigaciooes. Y esto a pesar de Ia tulación dixlé.dca deestas prácticas col cl morncnro histórico tlc su propia aparición:la crudición mo¡clliana in¡eres¿da en l:r aurori¡ ylaori!.halidr¡se procluce cLrando nucvas tccnologias y fórma, ¡e irrá.an Si.,

Poncn en cucsti(i¡ nocioncs corno la "mano», la aurori,r y lau,rgrn"li(1.¡Ji r Lr bu¡rr.,r; d( 1"r,,,J, .irnt,,Ii,.,..o,,,, e\t,,.sión cle los fundamen¡os cspirituales clc unr cultur¡ t¡ni6cac1apor partc de los cr.uditos de la cscrLelr de Warburg coircide conun:r¡rsiedad cul¡u ral colectiva antc la ausorcia o nlposibilidaddc tales lomas cn el prcscnre. Asi, estos modos superpueslosclc historia del ¡te ¡rmaron cono olrjcros privilegiados el artcEgLrrativo de la Anrigiicdad y cl Renacimiento.

I u irre,r.¿rre .rqrri e, rl ¡,<r,pi,rz ,r, or^, rnriin,o q,recomparten los firndadorcs de la historia del arte

-l.r¡cra su

blimin.rl o de otra espccie- rlc la disconriruidad frund¡mcn-tal de1 arre dcl siglo xrx respecto al de los siglos precedcntes.

12

l1

41

N4 ,,,ill{ \r.rr( ,,r, , l,r ,1,* ,,r¡r irrrrrrl¡,1 {t1,r ñ!¡rí.¡r¡ rro c§ |r yrr

.r,r,rLnl.r rrr¡rrrrr.r ,lc l\'Jrruit v cl intprcsionisnxr; se rratabrr

nris hicrr rlc conrprLlrtlcl por qré ¡rinrorcs ran divc¡sos corno

lngrcs, t)ver1xck, CoLLlbcc, Delaroche, Mcissorrier' voD

Kijl¡ell, Mill¡is, (ilcyrc, Lrrietlrich, (iabanel, (ierirme y 1)e-

hcro;x $oL rorirlrrar txrl sólo Lrros Poco, cncirrnarotl cor-

iLrnramcnre un cstilo cle rcPrcsentación ¡rr;mético y figurativo

cn aparicnci¡ similar pero inquielan¡cmcnre disrinto del dc

sLLs pLedccc«rres. Il silencio dcl historiaclo"lel ¡r¡e su indi-

firencia o inclt¡so su cltsdén por cl eclecricisr)ro )¡ I formas

.dcgradadas, rcvtlan quc cste períotlo ¡:roponia un lenguaje

visu¿rl ratlicalmentc diflrentc qrre no Podí, ser sor¡elido a

los misnos métodos clc rnálisis, al que no se le potlia hacer

hablar deLmisnm modo, <¡te nrclLrso no poclía ser leído.r'

El trrbaio rL generaciones posteriores Lle histori¿dores dcl

irte, Do obs(arltc, Prooto oscureció aquclla intuición inau

gur¡l de ruptur:r o clifcrerrcia. El siglo xrx fue asnDilándose

a la cc¡rrienre tloni¡artc de la disciplina sotrctiéndolo a un

e{.rncn aparentcmcnre desapasionaclo I objetivo, de manc

ra setrcjarte a lo que había ocLlrri¿o co¡ ;rnterioridad en el

arte de Ia antjgiie¿ad tardía. Pc¡o con el 6¡ de .lomcsticar

lx cxtr¡ñeza ante h que sus ¡redeccsores hrbiat re¡rocetlitlo'

los histo¡i¿dores aplioron al arre del siglo xlx los ¡todelos

tom¡dos dcl estudio dcl arte arterior.'' Al Pr inciPio sc trans-

lirieron sob¡c todo hs caregorixs form.rles dcsde la pintura del

ll,n..inrie,rro ¡ lo ¡rrr.r¡' dJ .'gl" ',r. P.1u.r 'ñr¡rhn/o\de La clécadr de t94o nocioncs como los contenitlos de clase y

la irnagnrcría poptlar se convirticrorr er sustitutos dc Lr ico-

Lr hostllirhcl brcia la m¡or p:nc clcl arre contcmpori¡eo en tsutck-

h¿«lt, Ilildcl¡r¡nr], Wóllllln, Riclrl y l'iedler rs ÚalizrcLa por Mi'chael Rxlro (l'od,o. ry8¿: 6tt-;o).Uno Jc los primeLos irtcnros influyÚres rlc nrponer h nttodokreh v.1 "oca¡ul"'n,

dc l¡ hirori¿ dcl ¿re tedrpr¡¡a 3l sislo !r ftre

; d; W"1,", l'' i.Jl-"1"r ( l'rierll¡¡tlc I ,.,r;z; crl ic¡ón ¡r igiml a lL-ma-

¡¡ Je ¡,»o.) rrieJlarcttr desúib! l¡ pitr,rr frx¡ccs e" iémnrosd.f:scs cliisi.rs r b¡rro.a' rhen,¡¡rcs.

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¿

:

¡rogrllh rr:r(liLi,,¡xl. Sil crll,:rr¡¡o, .rl irrxn.rr Lr ¡,irrrrrr.r ,1..1

siglo xrx cn rrna his«¡.ia tltl a¡rc ct¡ntinu¡ y (.r un irl).uxrodiscursivo exegético ruri6cado, se pcrdieron algunos r.rsgos dcsu difcrc¡cia cscrcial. Pam recuperar esa diferctcia, se tlcbereconocer cómo la c¡eación, el consrmo y la cfectividad ¿e ese

artc dependcl de un obselvaclor y de una oganiz:rción de lovisible tluc excedc col mr¡cho el á¡rlrito de análisis convencionalde la hisroria del arte. El aisl¿micnto de L:r pintura despuésde la déc.rda de r83o como una categoría dc esmdio viable yautosuEciente se hacc, como mínimo, altamenre problenrá,tica. t.a circulación y recepción de rola la imagincrÍa visrralestá uD próxioramenre jntcrrelacionacla a n¡e¿iados de sigloque ni[girn mcdio o forma de reptcsenración visual cucnta yacon una idcnridad autóroma significrtiva. Los signi6cados lcfccros de cada imagcn son sicmpre contiglros ¿ esrc enrornosensori¡l sobrecargado y plural. y al observatlor que lo habita.Benjamin, por cjen4rlo, no vio el museo de arre de ¡¡rerliadosdel sielo xrx sino como uno tlc los numcrosos espacios dcsueño expcrimentados y atravesados pol el observador, igualque los pasales, los jadines botánicos, los museos de cera, losc¿sirtos, hs estnciones dc tren y los ccrtros com€rcieLes.I

Nietzschc describc la posición del individrLo quc se en-conrraba dcnrro en cste entorno en rérminos de una cr;sis dcasi¡rilación:

Sensibilid¡l i¡ncns¿hen¡e uás irritabl.r... abund¡ncir cLe

imprcsiones disp¿res ma)or que nuo.¿ x¡¡es: cos¡ropolira_

¡¡nb en l..ohi¿a, la h.mtura, tos pernidicos, l¿s ñrDas,los gusros, n,chao los priejes. El rempo dc cfe i.Hnjo cs

!td^\ino; l¡s in,prcslones se borl¡ u¡as ¿

re'nrc nrrinriv.¡re¡re a is¡nih¡ r asjuritd ór.ta prcIu¡d,,mcDLe, a .dig.rir" nad.. (lo , res¡[¡do. se prod!.e un dc

billtaniertodel ¡oderr{c<tigerir;loshombrcsd.srprendc¡l¡

11

]] Vid. ll.n;"min, rr32, vol. ,: rro t2l. 1.1 Ni.rzsche, 1967: p. 17.

4i

i,,,,,.\li),,(.ir( .lr'trr'rdrr'rriL rr'i.r "'.L 1," c.r i,rrrLl," ,1,'l crr., i,r.'

Al igr:al quc Benjamin, Nierzsche socava aquí cualquier po

sibilidad dc espectador contemPlátivo, y plantea rrna con-

fusión anti-est¿tica como r¿sgo central dc l¿ moclcrnidad,

qrre Gcorg Sirnmel y oúos a¡alizarían después en detalle'

Cuando Nictzsche emplea Palabras cuasi-científlcas como

"influjo,, "adaptación,, «rea.ciorar» e «irritlrbilidacl", lo hace

a propósito de un nrndo que ya se ha rcconfigurado en tor

no I coÍrponertes FlccPtivos lucvos. L" m¡'lerni'l¡<l- en

este caso, coinci¿c con el colapso cle los modelos clásicos de

visión y su cspacio tlc rePresertacrón €stable. En c¿mbio, la

obscrvación es, c:rda vcz más, rlra cuesrión de sensaciones

y estímulos equivalentcs que no cont;enen ref¡rencin ¿ una

localización espacial. Lo que comielza en la tléc.rda dc rSzo

y r8lo es un reposicio¡amiento del observador fuera de las

Lel:rcio¡es 6ias interio/cxterior que la cámara oscrlx Preslr-

ponia y eD (Ln tcrritor;o lo demarcado en el qtre la distinción

enrre scnstciór interna y signos exrcrnos se difunlina irrcvo-

c:rblernentc. Si algunt vez hubo una nliber¿ción, de la visión

durante elsiglo xlx, cs entorccs cua¡do sucede Por primerx

vez. En ausencin del moclelo iurídico de la cám¿ra osculai se

produce un¿ emanciPación tle la visión, un derrumbamicrto

r1e las r'ígidas estructuras quc lc habian dado forma y habian

constitui¿o sus obictos.

Pcro casi simultárcamente a csta disolución 6nal de un

lundamento trascendenral de la visión emcrgc una plurali-

clad de mcdios para recodificar la acrividad del ojo, para rc

gimentarla, para intcnsificar su productivideci e hpedir su

disrracción. Así, los imperativos de la moclernización capira-

lista, a la vez que demoli:rn el campo de la vnión clásica, ge-

neraror t¿cnicas Par¿ inPofler la atcnción visual, racio¡ali-

É

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,¡r l¡ su)sr.nir v r(lrrinislrirr lir lx¡(cl,(i(',rr. Iiucr'¡lr róc.rrirr¡sdiscipljnari.rs quc lcqL:iricrol conccbir la cxpcriencia visu,rlcomo ifstrumcntal, modilicablc y esencialmentc rbsLracta, yque Dunca pcrmirieror que rrn rnundo real adcluirier, solidezo permanencia. Una vcz que la visión quedó localizada cn iainmcdiatez cnpírica del cLrcrpo del observador, pertenecíaal tienrpo, al É1ujo, a la muerre. Las garantias de autoridad,identidad y universalidad suministradas por la cánara oscu,ra pertenecen ya a otta épocr,

1

I

4617

z. La cámara oscuraysu

Etu tit)o h unat¡tu¡¿úa prrt el n^ unld¿ro, ¿l

/,ás naúúiú,?u¿t rkn¿ ¿/ ah.1cn d*c í et * tonlidtdy.on?le¿ó,. t't. h..ho cúdoue, u obstatt¿, ¿¡ o¡ rt¡lid¡tl l¿ clw ni¡ ¿t¡¡nt¡ 1 trás pobrt le Lotlztl.

-.C§ll:. Hcgcl

ln lz: lis&:nm nnaiohgicn! prc¿iln u i ¡úLd¿ ¿¡n

a dbonlar los problcwt dd cotuod»ti¿ to, pot ¿í ¿¿dlo,

s(b spccic ¡.rerdratis. ¿,r t"tt ti¿¿r\ n com?nndar

únf iú¿t¿nlct¿tuhinoia! ti, t.rttt .r.ht¡ qr.

!o/lt/¿n ?erren$er n.ntuh! hiltólí.ot ¿tli/¿ r¿t.

Paul !cytrabend

La rnayor partc dc los intentos de teorizar la visión y la vi

'uilid¿¿ .e relr.ionJn .orr rnoJelo, qrrr inri,rrn Lrlrn¡ ,r¿.

dición visuaL occidertll continua c intcgradola. Desde luego,

a menudo se hace estr:rtégicamcnte nccesario esbozar una

rrrJi. i"rr .'pr. rrLr ir r o c\ ot,i..r q,re domi,r.r ininrer r urnpiclamcnte la hisroria de la visión en occidentc: pol cjcrnplo,desde Placón h¿sta la actualidad, o dcsdc cl Quatrrocenrohasta finales rlcl siglo xrx. Mi propósito no es lanco proponerirrgumentos en corrra dc tales uodelos

-que no dejan de

r.n,r .u uriliJiJ- .o,¡". rnj,hien..,rbr.r\,r Lluc.\i\r,n im.porrantes disconti r;dades que han qucrlado cmpaÁadas porerr.rs ion.r¡r..iunr'. m.n"lirr,,r.. lo qrre nre inrrre\.r rJnr

bién aqui, más concretrmente, es analizar una idea c¡rc st ha

su]eto

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I

.('rrv r irl(, .ri t)li( ri( l r)r.r¡r c r¡l,i( lli v qrk., iri l¡r,y, .(,jrri,Iiirxrriculirrd(,sc dc vrri¡s lirrnras: l¡ nier¡ ¿r qur I:r,r¡;rrici,nrde la t'ótogralia y cl cine cl el siglo xrx cs la rc:liz¡ción o clcurnplimicnro dc un largo desarrollo tecnológico i,/o ideológico que tLrvo lugar en occidentc y a través del cual la cám¿r¿oscura cvolucionó hasta la cánra¡¡ forográEca. Este esque-ma implica que, en cada ctapa dc dicha evolocirín, pcrma,neccrÍan vigenres los nrismos p¡csupucstos sobre la rclacióndcl observador con el mundo .xrerior. Pod¡íarnos entmer¿runa docera de libros sobre la historia del cinc o Ia fotografíactr cuyo primcr capitulo aparece el obligado grabrdo dcl si_

Blo r r rr repr+.rr ¡ rrd" u rrr ,.im.rr.r or. rr ra, , on ro .i ,e r r¿r¡ r¡de um espccie dc fórma incipienrc o inal¡grrral dent¡o de unal:rrga escala evoluriva.

Estos modelos de con¡inuidad han siclo emplcados porhistotiadores de posiciones políticrs divcrgentcs e, inclLrso,¿ntitóric¿s. Los conservatlores ticnden a proponer cl relatodc un progreso siemprc crecicnte hacia la vcrosimilirud tlela reprcsencaciór; en ósre, la pe¡spccriva rcnacentisra y la Fo,tografia se encuadran derrtro de la misura búsqueda dc unecluivalenre roralmc¡re objerivo de la «visión narural,,. F.nest$ historias dc la cictcia o la cultu¡a, la cámara oscurasL^ rnuestra como u¡a ctapa del desarrollo de las ciencirs dela obscrvaciólr en los siglos xvtr y xvrrr en F.uropa. La acu¡rulación tlc co¡ocimientos acerca de ia luz, las lentes y elojo se convierren en plrre de una sccuencia progrcsiva dcdcscul¡¡imientos y logros quc se dirigen hacia un csrudio yreprescnració[ cada vez m:is exactos del mundo fisico. EnrreIos acontecim¡entos que suelen tlestacarse en csta secuenci¡figural la invención dc la perspecriva lineal en el sigto xv, lac¿rrera rlc Galilco, la ob¡¿ inducriva de Ncwton y la apari_ción del empirislro británico.

Por su palte, los histotiadores radic¿lcs suelcn considerara la cámara oscufa y el cine estrech¿mence vinculaclos a un

4849

rrrisrrro:r¡,.rr.rr,, rL ¡rxIr¡rrlnito v rxi.rl r¡rrc, (l,rl¡,r.,,1(, ,1el crrrr,,lc vrrr ios sigli,s,,r»rr irrrir tIist i¡,Iiluni|, y rcgrrllrrrlo

cl tsr.¡rLrs tlcl (,1)s(,vxd{,. l.,r cintr.r ts, .rsi, para algunos,

L¡n indicio c,crnplir rlc la narurulcza idcológica rlc la repte-

scntrción, al cncrLnaL las prcslurciorlcs cpistemológicas tlclJrumanismo burgués,. A menudo se co¡renta que el rparato

cinerlrárico, qlre ¡párece entre finxles del siglo xlx y princi-pios clcl xx, pcrpctúa, si bicn bajo formas carla vcz m:is difcrcnciadas,la rnisma ideologÍa cic la rcprcscrtación ycl mismosuiero trasceldental.

Mi intenc;ón en esre capítulo es art;cular el modelo de vi-sió¡ de la c:ir¡¡r a oscu¡a er los padmetros de su cspecilicided

histórica, parx, a cortituaciól, inclicar cóno csre modclo sc

tlermmbó en las clécadas de r8zo y rt33o, duranre las cuales fue

des¡lazado por concepciones radicalnrenre diGrenres sobre la

llituraleza del observador y los lactores constituyentcs de la

visión. Si, avanzaclo cl siglo xrx, cl cinc o la fotogralia parcccn

slrscitar .onlparaciones fiLmales con la cámara osclrra, no es

sino dentro de un entorno sociaL, cultoral y cientíllco en el

que ya había teoido lug:rr ún¡ pofund¡ rúptrrra con las co¡r-

,li, ron..,l. ,i.r"rr pr.^upu(...¡\ pu, , .r. .li.po,rri,o.

Dcsclc hacc al menos clos mil años srbcrnos quc cuando la luzpasa a trlv¿s de un pequeño xgujcro x un intcrior ccrraclo y,". u,.. .,, 1., parcd

"puc.,¿ ,' 1,, oq,,eJrd rp.'r., e ,,nr in,.,ge,,

invertida. Pensadores ran dist¡ntes eorre sí como Fluclides.

Aristóteles, Al-ll¡zen, Roger Racon, Leonardo y l(cplcr rc-

pararon cn cstc fcnómcno y cspccularon dc varias f-ormas 1a

rrrcd a cn quc scria o lo alálogo a la vnión humanr. LrlaLga historia de esras observaciones aún esrá por escr;birse, yexcede los propósircs y el limit¡do alc¡¡ce de este capitulo.

Ils importantc, no obstantc, ¿istinliuir cntrc cl hccho cm-

pÍLico perdurable que pelmite ral fórma de producir ináge-

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tCán:ra oscura portátil. Mediados dcl siglo xxtn.

5o

rrcs y l,r .,irrlrr,r ,,s,,¡r:r crr r.r¡r,¡,r,rcf,,rr,¡.r»rsrrui,l¡, l¡isr,i,i( inrur(. lin cl¡( ro, h liru,rrrr riscrrlul, cru si¡rrplcrntntc unrrrrit¡rrin,r incrrc y ncutr'.rl o un conjunrc clc pLcmisas tóclic¿rs

n Loc. drs y mc¡)rldxs .or1 los :rÁos; al coltrario, cstabr ins

.rit;r €n un, ordenación más ampliavdensa del conocirnienro

v dc,l sujeto observador. En térm;nos históricos, debemos re-

conoccr t¡uc, tlurantc cc¡ca ¿c doscicntos años, desrlc linales

del siglo xvr y hasra las postrimerías del xvlr, los principios."r nr, rrrr.rle, ¡ ;¡,r i, ns de la, :marr o\. ur., .e. nri,rB¿ron en

run paradigm:r dominante a rravés del que fireron descri¡os el

tstatus y las posibilidadcs clcl obscrvador. Sulrrayo c¡re cstc

paradigma era domnrantc aunquc, obviamente, ¡o cxclusivo.

l)rrrante los si[llos xvlr y xvrll Ia cámara oscura lue, ;ndis-

cutiblcmenrc, cl modelo mis ut;l;7ado para explicar la visión

hurnana y para rcplescntar la relaciófl del sujero perceptor

v la posición cle rn sujeto cognosccntc rcspccto dcl mundocxrerno. F.ste problemático objero era mucho más que un

simplc dispositivo óptico. Durante más de doscrerrtos ¡ñospervivió corno metáfom 61osó6cr, como mtxlclo tlc la cior-cia de la óptica fisica, y tarnbión corno apanto técnico rsxdocn gran cant;&d de ac¡ividades crrl¡urales.' l)Lrrante dos si-

glos permitió explicer, tanto p¿r¡ el pe¡rsrmiento racion¡lis

rx como pxra cl crnpirista, cómo la obscrvación conclucc a

Je,1,,,. io,,e, ven¿i. r, ,"hre el n ,rd", al rnisnro rierrr¡,o. err

Lrnro cpe objeto marerial, ese modelo era Lrn medio anrylia-

r cÍte r¡tiliz¡do para observar el mundo visjble, un iosrru-

L¡ eitens¡ lird¡tur¡ sobr.l¡ cir¡¡¡¡ oscur¡ cs rcsu¡ri.h.¡ S.h¡rl',. ) a'üori,g. r,,\. I J,.dio.t.rrr.,1,.9,,.',,o .,n1.io,.,c¡ cs¡as obr¡s son MoriiT vo¡ Rohr, Z7r ¡i¿,rkhng do dankelnt{annrr (t\erlín, er) y lohn l. tt.ñmond, /he C¿"úrn Ob,1tú: A(--r&,n L (llrisrol, re8r. Pari infam¡.ión v.lnN3 a.e..a de los u«xde l¡ cám¡¡a oscur¡ en el siglo xvrr, vid. lritsche, r916:,t8'rr.1, rCn»efii, r,)s.J. ti¡¡e l.x ¡rabaios «¡h,e el u¡¡ artistico de la cá,¡¡raoscura en ei siglo xvrr se encuenran: Sevmour 196.+: lzltlri Fink,¡97r:491-tot.i Malo, r9t6: I' z6: Schwarz. 1966: ¡7o¡8o; \l¡hee-lo.k, r977j Znñer, r98o: 49, 126.

tf

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nrcr¡1o Jc crr.r(r¡irriulo p(,lnrlxr, invcsrigrrtirlrr ricrrr íli..r v¡rñcricr artística. Si el fu¡cionrmicn«¡ fi¡n¡rrl de 1¡ cri¡¡¡,u,r

oscura en rento csqLrenr¿ alrsrmcro se h¡ mantenido cons¡rn-te, la lirnción dcl dispositivo o de Ia met:ifora ha fluctuatlodecisiva¡ncntc denrro dc ul canrpo social o discurs¡,o cl¡cri,vos. [,] dcstilo del paradigma cámara oscura drrranre elsigloxrx consrirlLye un buen ejemplo de esto.. En los rertos tlcMalx, Bergson, Freud y otros, el mismo apararo que url sieloanres había sido hgar dc l¿ vcrdad se co¡visre en r¡¡otlclo deprocedimicntos y fuerzas que ocLrLtan, invierten y mistilic¿nesa vcrdad.r

Asi pues, ¿qué rr e perrnitc sugerir quc cl estarus dc la cá-n1ara oscula mantiene una coherencia común dür¡nte los si,glos xvrr y xvrr y proponer esta amplia extensión remporalcomo unidad? I-a comtiruc;ó¡ fisica y o¡erativa de la cárnar¿ oscura expcrimenró, sin cluda, co¡tinuas modif.icacionesdluanre cstc período.a Los primeros disposirivos portáriles,por ejemplo, se empczaron a usar hacia 165o, y hacia linales clcl sielo xvrrr los modelrs cran cad¡ vcz más pequcíros.Y, obviameotc, cl amplio rbanico de pr:icticas sociales y rc-presentacionales asociadas al insrrL¡ocnto ñreron mudandoconsiderablemen¡e a 1o largo de cstos dos siglos. Sin errbargo, a pcsar de la rnuldplic ¡d tlc sus m.r¡ifcstaciones localcs,rr.ul,., .'r-orrlrn¿ri¡ h,urr.i.re,rci.r,tu, rnJnriene,r . h rr:r.

Cl. en'li¡rb¿r,,¡., 1962: esp. §4 rt8, ¡ol-¿o8, c¡ gue trcloDc ¡ lr.:ih r.¡ oscu r¡ .onx, u. con.cp b .omple¡¡n.lLc ¡l,isóico ligrdo¡ t.orírs d. ,.pr.se¡ta.ión rcp¡.se¡¡Íi\"s o d. copitr ¿esdc li ¿nrigii«l¡J h,sra L¡ ¡.ruali¿id. Un rtcbate igualmcntc rhisnj.ico dc l¿. ,,,,. . ,,r .r- ., io,Jú , ,, , ,¡'t.,,'. ) t. L' .,'.n¡ s. c¡.rcn¡ra e¡ D¿nLo, q-l8.Marx, r97o:.17; Ilergson, 1988: fp. j719i Ire , ,9rr: t7,1 t7r. Lrnocióf hcgelianr dcl (nur o invdrido» (¿zl1ll,¡¿ W.r) .s.tucirtparalasrccusacn,nespostc¡n¡resal n,odclodel¡cánrar¡oscurar vid.Ilegel, 116;: 2ol-¿o7. Vid. L¡¡¡bi¿n Kofimn, 1971: I,rnlcy, Bergeúone¡¡1..1976: l-,o,yMiL.!ell,'986r 16o,o8.Pm de¡¿llcs r(ú.a de disri¡ros nn)delos du¡xme este pcriodo, vid.,f or.icn,pl.. Ciior.fli,,9r:, j-r"tr.

i¿

1.,,.,(r(risri(rs lrrr,l,r,r,,rr.¡l,r,lc Lr .,irrlu,r r,'tr¡r,r iIr¡,¡t,'r,"l.r cs,r ,r¡rx,r. l.:rs ¡cl;rti,,rrLs firrr.rlcs consrituic[s por l,r

.,,t' , '1t,)1 1.¡./ t. ,r,., y ¡ ¡r ', v. /

rclruh,i(LL¿ y rrnifbrm ad, indcpcndiencemente de Ia hctc

rl,gurc a¿ o ¡c h ntrh relación t¡uc guarden entre sí los lu-

,t.rrcs de esos cnunci.rdos.

No es mi inrerción sugerir, no obstante, quc la cimalr,rscum nrvjeru sólo una iclentidatl cliscursiva. Si podemos dc

signa a en térmi,ros de enulciaclos, c¿da uno de esros crlrn.ir¿os xparcce necesariamente ligado a sujetos, prácricas e

irrsrirrciones- Quizás el obstáculo más importante p:rra l¿

.omprensión de Lr cámam oscur¡, o de cualqlrier aparato óp-

tico, sca la idea de que tanto dispositivo óptico corno obscr

"rdor so¡ dos c¡t;dades diFerencixdxs, quc la identidad del

observador cxistc independienternelte dcl tlispositivo óptico,

rl cual no es más quc un iÍstrumento té.nico físico. Lo tperonstituye la cámara oscura cs precisameote su identidatl

rnúltiplc, su cstatuto «mixto» como ligura epistemológica

denrro de ul odcn tliscursrlo / como objeto dcnt¡o de una

disposición cle prácticas crllrur¿les-t La cámara oscura es lo

que Cilles Deleuze llamaria un dgenciamient:o, algo quc cs,

.: l.r.,z, irr.<p.'rahlenrenre. púr unr p,,re. JgFn.irrnienro

maqunrico ¡ por otr¡ parte, un agenciamic[to de errLrncia-

r:ión,, un objeco acerca rlcl cual se dice algo ¡ a la vcz, un ot¡-

jr,to que es usado.o Lugar eü el cu¡l una f¡rmación discursna

sc cntrccruza con prácticas rnatcrialcs, la crimara oscura ropuede ser rcclucida a un objeto recnológico ni discursivor era

una coorpleja amalgama social cuya existencia como 6gura

tcxru:rl no podía separarse ¿c slrs usos maquinicos.

l,o que esto implica es quc dcbcmos lil¡erar a la cáuara os

.l is dis¡in.n,nes .on l¡s q!..¡rpic,a el método mare¡i¿list¡, discririnatlor descLe el pri¡cipio, son disrinciones denúo de erc objcto altamente mezclado, y no pucde presentar at ol,jtro.ouo ¡omezclado o no suficic¡tcrn.¡rc .ririco., (Benjamid, 1971: roil.)t)eletrze I a;u¡rr¿rl, rr87r 5o4.

t:l

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C:¡n3 ras oscuris. McJiidos dcl siglo ¡vxr.

cur¡ dc h lógica evolucionisra y cl dererminisrno tcclológicocentral en mr¡chas jnvcsrigxciores históricm inl1u1.entcs, quela rrbican como p¡eclrrsorir o acorltecinrie¡to inaugtrral deuna genealogía quc desemboca err cl n¡cioienro tlc la fbtogrrf r. t irrn,lo dc ¡rrcru., Irrlcu¡e. tr. nrrluirrr. son $cialcs anres tie ser técnicas,.¡ Obviamcnre, la fotogralia con,teba con ft¡ndarr¡entos récricos y mareriales, I los ¡:rinci¡rioscstructuralcs de ¡mbos disposirivos no dejan de fju¡r¿ar (Lna

clara ¡elación. Sin embaryo, sostcneo r¡rc la cámara osculrv la cámara fotográfica, en tarto agcnciamientos, prícticasy objetos sociales, pcrteneccn a dos ordenar:iones difcren¡estlc la reprcsent:rciól y el observ.rdor, así como de la relacióndcl ol¡servador con lo visible. Hacia principios dcl siglo xrxla cámara oscura ya no es sinónimo dc producción clc ver,L] ,J nr rrr,.r po.i.;on de ol*,.r v¿, ion q,re |e¡ In irJ r,r ¡ \ i\ionvcridic¡. La regularidad de rales clu¡ciados se ¡rrerrlLrnpc

il. ' .r ,. {,,'.,1r.' "')., t..,..t, r.t.i..,,,.,1. l. t,,.,....r.li. ta,rc".l, I.., i,"i'o,,,J,{.,. i *,,',,..,,u1, -u,J,rló,,r,r.,,,.n,h. u,,. \.,..,,.,.,.,1.,,. J, L ro,,,r,,.,t.,, ..n|,., ..,, o..l ¡. L.n..u .,.,,i',u J. -.',ri.t"..,,,.orprr., o,, t,.,,\..J-,,1,:,ni.,,J,.,...,,j,.,.r 1., t,,,..r,,n i. ". \ .t.. p,,,ec,,,pl,. r,,. ,.lni, '. .,".: .,.,.. N.uh,ll. ,,.4: . r,. t.,.,, r,r,:l6Jz; y s.h$,¡rz, r98t: 97 17

t4

rrl,rrr¡rrrrrrrorrer .l .r11rr, irrrrr ilrrto r orrsrir rriiIr ¡r,,r l,r .,irrrrrlr vrlcrnrrnb,r y l,r L.irrr:rrr lix,,grilic,r t convicrtc cn Lrrr otrjero

rlisnnil, situ.rdo cr¡ nreclio dc um rcd de enunciados y prácti'

c¡s rrclicalmcntc dilirenre.Corno era de suponer, los historiaclores clel arte ticndcn a

intcrcsarse por los objctos arrisricos, y la m¡yr¡ría se ha ocu

pado dc la crlrnara oscura cn fr¡nción clel modo en que ésta

ha podido dctcminar la estructura de las Pinrurns o los gra-

bados. Muchos:rnálisis de la cámare oscura, en corcrcto los

rclativos al siglo xvur, propenden a considerar exciusivamen-

re slr uso co¡no instrlrmcnto Para coPi y cofio auxilio en lx

cleaciól rlt pintrrras por Paftc de los ardsras. A menuclo se

presrLme que cstos ¿rtistas rrabajaban con un srcc¿áneo de

lo que querial rcalmcnte, y que aParcccri¿ Pronto, r srbcr: l¡cámam focogLá6ca.' Este enlbque irnpone todo un conjunto

.1e supucstts prop;os clcl siglo xx, en particular una lógi.a

¡rroductivista, sobre tn dispositivo cLrya fiLnciól principal za

crx crear ;rnágencs. Copiar con la cámara oscura -cs

dccir,

rrazar y hacer pennancntc li imagen- no c¡¡ sino sólo uno

de sus nur¡erosos usos, c inclmo hacia mccii.rdos del siglo

\ \ r ll d. ru ,1,' \, de',,..d. .n , rr i.r' ,le* ri¡r iorr.. im¡orrr n'

tes. El ar¡ículo clcdic¿do a la.cáma¡a oscrLra, en la Izr¡rla-p¿¿iq pot ejen\plo, cnumera srs Lrsos cD este orden: "r\rroja

AftÑr K. wheelock planrc¡ que h "vetosinllitud, de l¡ cin rroscura satlslizo los nnpulsos nitlLr"list¿s dc los Pin¡(res llamsrcosLtcl siglo rvr,.lue cncontr¡ban h petspc.ti!¡ dcmasiado mec:i¡tic¡

v al¡s¡¿ctr. "Pa¡r Los artist¡s hola¡d*es, ¿l¡sor¡os en la explotu.ióD,l.l"",r¿,,,tr. l . ro.l..,l-.i I'

nr.c,, l. ¡,r"r.¡r, l.l-,.,,,,'."Pi ,r.,r.'(Wheel¡ck, ¡qzz¡: ,l-,o,). A l¡ vez quc profone la pful,Lenáticano.nh dc (¡. pin nn a . ver.l¡.lc¡amcn¡e nitural,,, §'h.cloch.!¡nle(lue cl rlisposirivo permiríe ú¡a prcsen¡acnin neutrel y aproblenrá-tic¿ cle l¡.rc¿ljdad, visual. Pcrfila un p«,cev, rle cambio cstilístico(sisuicndo .parenreme¡re x Gonbrich) en el.uxl.l úso de li.ámrrr os.úr¿ inrcracrurba con p¡á.ticas y e{lued,¿s rr¡dicionales Parrp«xlLrcir imágenes mis re¡list¿s. Yid. WLe.lo.li, D77bi,6f¡&1.Sv.d¿¡¡

^lp.rs r¡nrbié¡ ¡linna que la cinura oscrr. !¡¡lso un¿

nD¿g.¡ nrás veraz ( Lpcrs, ,981: l¡-lt).

''

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ia,

,rbuncl,¡nrc luz v,l,re l.r r:rntrl,z:r rlt Ir visl;rrr t)r,)tn,Lr,,,.¡

'rrr e1'.r r.r. rrl","rv,,"¡,,, rri,1,,. . r,, 1,¡'u ¡',. !,,r., rl,.¡r-,'¡es que se cmcja[ Perfecl.rmentc x sus obicl(,si rcl)rcstr)tir

los colores y los noviDie¡ros de los objcros mejor de lo quc

cualqúier otra chse ¿c rcpresenhción pucda hacerlo., Sólo

nri' ¡.['l¿nre ipLrnr.r qrc pur nleJio de e.¡e irtrrrrrmcntn

alguien quc no sept dibujar puctlc, no obstante, hacerlo con

cxitctirud extrena.»'" Las descripcioDcs no inst¡umenrales ¿c

la cámara oscura cran lleneralizadas, y lx resaLt¿ban como

dclnostmción autosuEcicnte de su propio funcion¿miento

¡ por analogía, del de la visión hu¡r¿na. Para aqtéllos qrre

corn¡lendieran sus bases ópticas, h cárnxra oscrra ofrccía cl

cspcctriculo del firncionamiento de i:r ¡eprcscDt¡ción oPeran-

do tlc fo.m¡ totalmenrc rransparente! v para aqucllos rlLre las

ignoraran, la cámara les proporciootba los place¡cs clc la ilu-,icin. \in enrbr rgo. igrul rlue L p,'r .pr, r iva L,,nrerr i, rn \,¡ intcrior Jas pelturbacloras posibilidades dc la anarnorfirsis, ram-

bién h vcr.rcidad de Ia cárnara oscur¡ esraha amcrazada Porsr proxirnidad a las técnicas tle la prcstid igitación ,v h ihrsnin.

I;r lintema mágice, desarrollada ¡,aralelarnente a la cáma¡a

oscur¿, tuvo la capacidad de apropiarsc dc la estrucmra dc

esra irltima y subverrir su luncionamienro, imprcgnando su

inrerior dc imágenes reflejadas y provectadas mediantc el uso

tle luz artiEcial. No olrst¿nte, esrc contra-des¡rliegue dc la

L .ylo!¿di¿, t7t1: 6r-61. Antes e¡.1rnismo siglo xvxt.Ioh¡ Ha-ris no nc¡cio¡a s¡ uso por p¡r1. dc los ¡rrisras ni k posibilldadde resisrr¿r hs ioáscnes proyrctadrs. Er carnbio, subre¡r su cvr'rúo.omo cntrcre¡inriento popular c iiLutracnir rlidácti.r dc los

pri¡.ipios dc la visi¿,r (II¡rris, rToa: ¿64-271). \Villirn Mollneurün,po.o ¡r.Dciona ningú¡ so ¡rrisrico del disposniro, pero lo

r.l¿clon¡ esre.h¿rne¡te cor la llntema miLgicr y los cosroLamas(Molvneux, ¡q6z: t6 +r). l'.ra un manntrl Prá.rico.cerca deluo ¡tc

l¡ cá m, , a oscura p¡r¿ .rris¡as, vid. Joml.r t, 17»: , l7it6.ul ribr¡, ¿el s¡.cdotc jesui¡a Ath¿¡asius Kircher (1602 1680) yN legen¿¡ri¡ rc.nologí. de li linrem¡ ¡úgic. cs un .onúa edp1.olu¡d,nkni¡l de 1os slsr.nras ópiicós clisi.os. vi¿- \t\ An /,ng ¿

lu.s ¿r "l"htu¿ lKtr.h¡er, ,646: r7l r84). En lLrg.r del a..eso rr¡¡!

pr*rc dcl observ:dor rl extdior, Kircher .oncebia t¡.¡i.¡s que

t7

, ,i,¡r.u.r r*r ,r.r rrrrrr, ,r ll,11.rrí.r .r ,r rr¡r,rr rrrlr ¡r,sit irir ilist rrrsi

r.r ¡¡sri.i,rl cIciriv.¡.lesJ. l,r,¡rx,,lrrr,"l.l,,tl,,rrrirrrntct¡rchevcrriil,, clclinc,rrrtir lqLrí puclicra cocsrionarse.

^l nrismo ticrrpo, clcbcrnos lxocural no conlundir los

'iunificrdos y elictos de la cánurx oscllra con las técnic¿s de

l:r pclspcctiva lineal. Obvia¡rente, las dos están relacionad¿s,

¡c,o debe subftyarse qu.: la clm¿ra oscura define la posición

,lc u¡ observador interiorizado rcspecto del mundo externo,

1 no simplemenrc una represenración bid;mensional, como es

rl caso cle la perspcctiva. Por ranro, la cánr.rra oscura se con_

vir:rte en sinónimo de un tipo de sujcto efecto rnás amplio,

quc exce.le la rclación de tn obserr'¿dor con un determinado

ploccdimiento de crc:rción de imágenes. Muchas descripcio-

rres conrcmporáneas dc l¿ cáInara oscurl distingucn como

r:rsgo más cxtraordirario srr representación del movimicnto

l.os ot¡servadorcs coment;rrorr a menu¿o con asornbro que

hs parpadeanres imágenes proycctadrs en el intc¡ior de la

ciimara (viandantes en movimiento, hojas que se rnovian al

vicr-rto. etc.) patccían más r,calist¡s o na¡urales clue los objctos

odgir¡les." Las djlerencias fcnomenológicas en(re la exPc

riencia de una construcción perspcctiv.r y la proyccción de la

cimara oscura no sor, Pues, sluiera comparables. Lo hrn-

clamental en la cámara oscur:r es Ia relación que Promucvccltrc el observador y la ¡l;mitadx c irrdif¡rerciada exrensión

clel rnundo exterior, y el modo en que str apararo electú¿ un

.ore lrcrodi.u o urr¡ ,l,lrnrir¡, iorr cn,^¡ erre,r'i,in. Pcrnri'

inundibad (i nrt.rio, de l¡ cim¡¡¡ con un rcspl¡¡dor visionl¡io,cr'¡l,,nJ. p,r., .rl. ',,i i, r c o. lu ¡¡ii-,, ..1 ',. irr,.

q..,.pro1.,.,.i-' ),'....e4,,,.,r.'l,r.ir...r lu¡,r.1. l.,r.od cl ii¡ de simula. ur¿ ilL¡nrinació¡ divnr¡. tir contrasrc con el

.onl.'xro conrra, refórnist¡ de hs p.jctic.s de Kit.her. Podemose$xblccer uni relació¡ ¡nry general dc h cárnara oscur¡ co¡ l¡ in-terioridad de u¡tr s )jctilidad moder¡iz¡da y Prorestx¡r.

r V d.. por ryn'¡| , ct '-on¡ c - J. R"L, I 'r,, h

r\n.i,h,l ;8 ror ,loh',H , , t.,,.o" t..1'a.,'-üt-tHtnr.t-'):

?

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á

ti(rrrL, rlrrc ¡,rrcrl,r scr visrr sill s.(riti(,ll s,¡ vir.¡li,l.rrl c$,ri,rl.l¡ero cl ¡¡,ovinricnro y Ia rcrrpor.Llicl,rrl cvitlcnci:¡rlos c¡¡n t,r

cámarr oscura ¡rreccdían sionpre al ;rc«r clc lcprcscnr.rción¡movimicnto y tieüpo podían scr vistos y experimcnrados,pe¡o nuDca reprcsonrados.'l

O¡ro malcntendido clave en torno a la c:imala oscurx cs

qte se trata de un modelo dc visualided cn cier¡o morlo i¡,trínsecame¡re oórdico,.'+ Svcrlana Alpers, en concrero, hadesatrollado esta posición, al recalcar que las crracrcrístic¿serrr, r,rle' Je l.' pirrrur.r hol¿rdc'.r,L.l .iplo \vrr ,or i,r.<pJrJblcs de las cxperiencies que se llcvaron a cabo con la cima¡aosctLr¡ cn el Nortc de Europa.'J Sin embargo, su argumenraciófl no riene cn cuenra que la nretífora cle la crimara oscura,en tanto figura de la visión hu¡rrna, domin<i cl toda f.uropa., l. hrgu .1.I sielo rr l. B¡,.ir,lov er, lo, rrrrp,,r.r,rrr,.. rrrurr-ciados tlc Keplet acerca de la cá¡r¡r:r oscura y h irnagen rctiniana, Alpers alude a un olrodo dcscli¡rrivo uó¡clico, comocl umodo kcpleriano,. fero Keplcr (que rerlizó sus estudiosópticos cl la ecléctica y bieo poco nó«lica cuhur¡ visual dela cortc praguensc de Rodolfo Il) no cra más que uro de losdestacados pensadores dcl siglo xvrr (junto a Lcibniz, Dcs-

'', i,, .,. r. i,.,,1. u..i....".. ),\rr.\. ," ,rt,t,d..i,J,J, r- J..1,,,1 "te,.of¡ia.h...tr t..11 .,1t, ... r^,.,,., t,.1,.. .,,.,,..i,1,1... r,. 1r.ñ i1,-l erLl. t*r,. .r.nrrr. t,.,r..r,.ror.,rJL,-r".,.. 't 'r.'l^..1, J.tIlu ¡,..,rr. ..p..,-.u-t^. ,",,'. ¡,. ,t,.c ol. /L-. n. ll- , . ,,. ., d.,.n , -

'" .. ., .-, .,,.

¡lc¡«,ri¡ v rr¿¡sf<¡rmado¡¿ ¿, ¿1 ,r./,1¿. in.lüvcndo Í r me¡u.lo.. ,.n .q,.il.,liJ"J,l.o.. ...-, .t' i.o pnLenrs simplemenre i¡visitrles, ¡siconú áisttrdos d. $,s.ap¿cid¿d.s eii.ria¡s par fecrar o dddmiD¿r ¿ su ve, tos .fe.r¡s e; clcor¡zúr de csros nrnmos pro.esos la .i.¡.ir .te t¡ D¡rurateza hx.\ l,,i.l..t,r,,,,1 " t.. .,.i,u,1, J. .,r. p,,.,,. t.,,,, r.,., t,'^\.d.'d 4'. n,.u, , n' n " .. ' 't,r,l t\rn, ,1-a.,-¡1. aat

Segirn grar canrlded Jc esfecul¡.iones, la cá¡rdá (,s.ur¡ r.¡¡¡iaorigencs trerliterárcos: hahría sido (.le!.ul,i.rr¡» a..i.lenratüenteoB¡do l¡ luz brill¡¡re del sol cntraLa a través de unr ¡equcrie aber

1,1

ifl

,,rrr,*, Nrwr,rrr 1, 1.,¡Lr', rrrr,,,u,x) er¡.uv.r ¡,1,r,r l,r c,i,¡¡.r,,r

osr rrr:r rrrr¡ri rrrr Irg:r tlcsr,rc:rtli,. '' M,is.riLi ttc h cucsrión

.lc los signific,rJos dcl urrc holendós, cs impor ttnte reconocer

cl c¡rtictt¡ tr¿r¡ru¡tit¡n¿l de la vid.r intclccrual y cieoLitica ellirropr dtLrante estc pcriotlo ¡ más concretamcrtc, las seme-

j.rnzas lirnlarnenLales quc rclacionttran las descripcioncs dc

l.¡..,m¡r,, "*ur.' rn,ii'rin,¡' ¡,arr,'.1. Lrrrol'r I'rovirrier¡lóstes rle racionalistas o (nrpi¡ist¿s.''

Aunqte A$ers se ccntrc cn un problema rradicional dc hhisto¡i:r del ¡rLe (el es¡ilo dclNortc frente la pintura itJiam),,r lo largo dc su argúntentación plaltca aLgun:rs especulacio-

rcs Dtás generales rclxtiv.¡s :rl fapel hisrórico dc l¡ cím¡raorurr. Arrrr,lue.,.¡rr Ir" po.l.mo' ,err.,nir ', ,.'2,,,r',,ni nr,'

en su rotaliclarl, Al¡ers perfila un motlo rJe ver «descLiptivor yenryírico. que coincirle con la expericnci:I de l¡ cámara oscu-

rx, como (1n:1«opción artística» peroranentc ¿cl xltc occiden-

trl. oEs una opción o nodo pictórico que ha siclo rctomado

cr, ,n",nelr,,..lrt,.,re' v l.or rno,i\".,lrG <tr¡qr r .igrre.irr

,^r.,, .l'r,, el,qu. rn,'.liJr JcL,erir.on'irlrrarr qu. .u,)'riru

)-c un desarrollo hist{irico en y de si nrismo,.'' La auto¡¿ rfir-ma quc ulos orígenes últimos clc la fotograli; rro residen cn 1a

Res,hr siia¡ili.¡tivo que A l|ers onrn L¡ dcs.rlp.ión deh visnfi ¡ lacim¿ra oscure llcv¡da ¡ caho pot D.scúcs ct\ !.a dioth¡.tk 11611),

Ja{to guc D.s.irrcs vivii; en ILI¡rl¡ cture¡tc más de l,einte 1ios,d€ 1628 ¡ 164r, v lnr ru r.ori¡ óptn.i.s(¡1,¡¡ t¡n ,elacnD¡cL¿ co¡h dc Kcplcr. I a emejrnzr .rr. cl observ&nn lepleriaro y cl cart.si¡no rlcrde 3 rJ.avrr lx to.ión d. .lirrzí regntr,rles.1istntr¡s.

^ propósiro de Des.artes y Holarda, vid., ¡or eje plo. C. Lolisc

'nrijssc¡,.l.c.3rtésirniirL. xux l'§s B¡!, (en DijLferl,tris, Iero:r8.t 260). liérar¿ Simo¡ i¡slstc cn qoc la r.1ia7rr;9ra rle Dcscrrtcs

. J".o, n ,. .. t 'r,''"'.r,,,'i.' ,"1 "1,..,r.ú,,.i'.J,.'r'l,1..;t,. 'J. h.p r.'r,',¡,.1o1,.e"., J, lJi,'',ts,','' ', ', '.(Simon, r97.i).F]win I'anofiky, s. .c¡r¡ó cn u¡i ctrestión rd¡.io¡¿da. los dif¿-rcntes usos cLe h pÚspccrira cn el Norte ¡ cL Sur. Snr crnbargo, él

a^,1. tr ", ",

u rr... " .p, ', . .'' - r.,,t'.com,in, .omo sir.m¿ -! ré.nic¡, es mu.ho ¡ñs inporta¡re que !$idbsinc,rsirs rcgio¡¡lcs. (l'anofskv, r9,4 25).

Alpers, 198l: p- 2,1.1, ¡. j7

3

i9

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invcncn;¡¡ rlc l,r ¡cr¡xtrivrr crr cl sigIr xv, si¡,¡, rrr,í. bitrr c¡¡

el al¡crnativo modo picrórico rlel Nonc. ll,ri,, csrc ptrnto dc

vista, sc podría decir que la imagen fbrográ6r:a, tl ¡rtc .lc tlcs

cribir holandés, ¡.. la piltura inrpresionista son todos ejcm

plos de esta opción artísr;ca constante en el art€ occidental».''

Mi propósiro, al contrario, es proponcr que lo q:ue !(Pllru ^l¡fbrografía de la perspectiva y de Ia cámam oscura es rnucho

más signiEcativo que lo qre ticneo en comirn.

Mieltras quc mi ;rnálisis dc la cámara oscura cstá bisado

cn los conceptos tle continaidad y dlferen,:ia, l\lpcts, como

nuclros otros, plantea n ociorrcs de continui..lad en st bosque-

jo de lrx orígcnes de la fotografi;1. y de identidal en su idca

de un observaclor apriorístico quc tiene acceso pclm¿nente a

estas opciores visualcs, llotanres y tmnshir'Ári..§ '" Pctó si

esras opcrones fieran (constantes,, el observador en cucstión

escaparia c{c las condicioncs materiales e históricas especiE

cas de la visión. Al revesri¡se dc las consabidas polaridades

estilísticas, ral i gumcnto corre el ricsgo de convcrti$e en

una srerte de neo-wólfEinismo.Las dcscripciones al uso de la cámara oscur¡ suelen haccr

rutinarianentc algrrna melción especial al sabio napolita-

no Giovanni Bartista dell¿ Porra, identifrcándolo a mcnudo

¡on¡o ¡¡no de srls inventorcs.'' Nunca conoceremos col ab-

soluta certcza estos detalles, pcro sí contarnos con su descrip

ción de la ci¡ar¿ oscura, quc cscrilrió en su ampliarnence

lxklo Magia Naturalis Lle r5i8, en cl cual explica el uso de un

espéctlo cóncavo para cvitar que la iuragen proyectada ap:r-

¡eciera invertidn. Iln la segunda edición de 1589, Della l'orta

dctalla el modo cn que una lentc cóflcav¿ Puede situarse en

la apertura de la cámara prra ploducir rrna imagen dc resoltL_¿

r9 A\,eñ, re8t: p. ,aa, n. ]7.20 Para uD ihporr¡nrc deb¡te acerca d.l¡ identi¿al y le difetencia en

las expli.¡cio¡cs hiróricas, Vid. ¡'rcd.ic Jmeñ,n. "Maüis¡ an.L

Hisntricirn, (c¡JaNeson, 1988: r.18j77).zr ViJ. Gliozzi,19rz.

6o 6t

r rirr rrrl), srr¡r'rior. lrur l,r irrr¡rrrr:rrrt irr tlc I )t.ll:r l'o,r.r rcsnlc

r,rrrr,, cn i l rr¡rbrrrl irrrt.lLr:r rrll Lrl cl grrc sc irrsrr trr como cn cl

r.,,"t,,, r, .¡rr, org.,nr/J, ioli s:rbcr v cld ver qLre socavarri 1.r cienci¡ clcl I{cnacimientocjcnrplific,tla cn la mlvor partc dc su trabajo."

L,r rnagia natural de Della Porra era une concepción del¡rundo en su unidad lundamentaly u medio dr obscrvnrrsrl u¡idad: uF.stamos convencicios dc quc poclcmos cono-.c¡ l:rs cosas secretas ncdiantc la coltcrnplaciór del mundoen sr¡ totaliclacl, a sabcr, cl movnnienro, el esrilo y la lbrma,l.lnrlsrr".. Irr nrra¡'arre. l ,ellJ l'orr¡ in'i,re en ,Ir( unotlcbe r¡rirar los Gnórnenos con los ojos dc ul lincc, dc formatl qrre, complctacla la obsc¡vación, uno pueda ern¡ezar a

mx¡1ipularlos,,.., ^qui,

el observador se esliLerz¡, en últim.rinstancia, en conseeuir el entendinrien¡o de un lenguajc univc¡sal de simbolos v anirlogías que puedlln cmplcarsc para

rlirigir y aprovcchar las fuc¡zas cle la naturaleza. Pero, según

Michcl Foucault, Della Porta imaginaba un mondo err que

«rclas las cosas eran con!;gu¿s. unidxs e¡rtre si en catlen¿:

Ios unos r los oÚos, La planta !e co¡iuni.a.on el rnimal, el

¿¡irnal con el mar, el ho,¡b,e «» rodo lo quc lc ,odc.... L¡reh.ión de enrulación pertrri¡c ¿ l¡s cos¿s irnlt¡rs. cnire si Je

.,r ^,,na¡ct,r..,.o, o,,,,t,.J,pi..,...,,.,, (,p-j,,

cl ¡mdo ¡l¡olc l¡ dist¿¡ci¿ qtre le es t Íi,pi¡! de e§: m¿ner¡,

supcn el lugar rsignaJo a cad3 .os.. l']ero ¿cuálcs dc csras

imágenes que recore¡ clesp¡cioso¡ l¿s i¡rí9.¡.s orign,¡ies?

¿{irálcs la rcalidad vcuál L¡ prorc.ción?"

¿z Della l']or¡. rs idcnrific¿do cono un .,prc rnorlcno, en Lenoble,

¡l Delli I']or!, ,ó18: ,t.¡l Ci¡. en Ci,in, 1965: r9o.¿t Iou.rult. ¡971: r8r9.

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lrsrc crrrrcl:rz¡,sr,I l,r r¡,rrrrrrlcz,r y srr rr¡,rcscrrrlirirr, csr.r

irxlistinción cn¡c l.r rcalict,rcl y su pIr)yc..nirr. scr:i irl¡,li,l:,por la c:ímara oscura, y en su lugrr insrituiri urr rógiorcn <tp

tico quc s(pamrá y disthguirá a priori h ;rn¡gen dcl olrjcto."Dc hccho, h clescripción qrre DeLla Porta hacc rlc h cámaraoscura iue un elemento cl:rvc cn l¿ tbrmulación reórica de

la imagerr retiniana clc Kcplcr." !,Lnst Cassirer sirúr ¡ DellePorta cn la tratlición renacenrisra de lo rlágico, en la cualcortcmPlar un objcto

signifi.¡ co¡vc,ti6c.! !¡o co¡ é1. Pc¡o estr u¡icl¡d srtlo es

posiblcsicl suj.ro rd ol,jetu. el.oDo.e¿o, rlo.onocido, so,1

dc l¡ ¡rismr ¡rnL¡rlezar ésos debe¡ ser nicmb'!s yp¡ .s.lc.,n.r.1,,,., .'tle..'' ".,11'''p'. pi,,,..,'..riales ün 1.n, de fi¡sión r rc(¡ili.¿ci¿D.'¡

P:rre la magia n:rtural de l)ella Porta, el uso de la cámaraoscura era simplernente rlno de los distintos rnótodos quepermitian el observador conccntrxsc dc rnanera más ptena

en uo objeto conc¡eto! to tcnia plioriclad exclusive en ¡antoq1¡e lug¡¡ o motlo dc observación. Pelo para los ler:to«'s dc

S.Á¡l.mos Li n¡diferen.ir Je Delh |dJa ha.i¡ cl esr¡rús rc¿l o ilusorio d.lo qú. s. h¡(e visible co¡ la.jnü,: oscura:.Nada pucdc scL

rnris agraLüb1c, púa los gL"¡.les hombres, los enlli¡os y las pcrsonas ingeniosas, qu. co¡r.trrpl¡r qu.. cn u¡r (l:inrtrn (\curi ll)a,kChrmbúl $b¡e sáb¿n¡s bhocrs, uro puerla vu cl*a y oítiJ:nren-te, .omo siesruvicr¡n anrc sus ojos, Cr.üi¡s, B 1!ud*, tr,érci¡osdkmigo!,luesos r rodo lo quc úno dcs.e. iltrc hrv¡ lcne ¡ evC:inan, en h qüe des.as rcprcscntar csres cosas, alqure Llanurrcst,¿.i{xa en la.lue fued. ser ilunio¡do librc¡r.¡rc por cl r,1: sisobre elh .ol,).as árboles en alrdc¡, .si .omo Bosqúcs. Mo¡r¿i,as,Rios y rt¡irn¡l.s quc lo sean rerlmente o crerdos ¡or cl Anc,dc Midcr. o.ú¡lqL,iú otra hrterir... l(x (lue erén en la a]ám¡..yerán Arbd.s, A¡nMl*, (l¡zacLores, Ca¡as, et.. .on r"l cl¡ridadque no pod.án dlsri¡guir si sor vc¡cL¿rle¡,s o ilusn¡nes: lis Hspad¡sdibu,ad¡s briil¡riin cn cl rg(j.ro,. (Della Porta, 1618: 164-165).Acerc! ¡e l¡ ioflu.D.ie dc D.ll¿ Port¿ «lre Kepler vi¿. l-indberg,

C¿ssúer, re-2: p. ¡.9. Mjs soLrrc Dcll. Po¡tr.¡ Ri.nsrr¡. re6].rS

6l

lr,ll,r l',,,r.r,1< il,1,.r,l:rs ¡r»rcriorcs, h.:irrrlrl r»(rrru l)t¡r..ix

I'ror)r(1(r ,r, irsru¡¡¡clro ilc ol;scrvlci¡nr plivilcg;arlo y sin

riv:rl quc st .rlc.rnz,rr írr finah¡crrre I ct¡st¡ de haccr airicos la

.rnlligilidr(l rcnaccrtista eDtre el cognoscente y Jo conocido.

A ¡aniL tlc finalcs del siglo xvr, h 6gura dc l¡ cárna¡a

oscura empi€zn x ¿sr.rmir una imPortancia suPerior cn l¡ de-

lirniración y de6nición dc l¡s relacio¡es erltlc el observador

y cl mLrndo. Durante varias rlécadas, la cámara oscura tleia

dc ser uno de unros instrumcntos u opciones visrrales para

conver(irse crl el lugxr obligatlo desde el que podcr concebir

r) reprcsentar Lr visión. Ior encima de ¡odo' esro indic¿ la

aprriciór cle tLn nucvo moclclo de subjctividad' la hegernonía

clc un nuevo suiero-efecto. Er Pri¡rer lugar' la cámlra oscurx

realiza una opcración clc indivitlLración: en cl in¡erior cle sr.rs

, ", uro. .o r hnc', Jetin. .rl ,,1""n,.1.,' r,e' ( .r' i.r rnPnr( fur 'rrrisl:unicnto, reclr.rsión 1' autonomia. Impulsa una stertc de

/ff.zrj o retirada del mundo, con el 6[ de regular y puriEcar

la rclación dc L¡no con los rnúltiples coltcnidos dcl, ahora,

rnrrndo ocxterio¡,. Asi, la cá¡raLa oscura es inseparablc de

cierta mctafísica clc la intcrioridad; cs una 6gum tanto del

observador', que es nominalmc¡te un intlividuo libre y sobc

rano, conro ¿c un sLrjcto privarizado y rcducido en un espa-

cio ctasi doméstico, separadc, del mundo pirblico ertcrior."(Jecques Lactn ha comentado c¡re el obispo Berkcley y otros

cscril¡ieron sobre las representaciones visü¿les como s; éstas

fircran una propiedad priv.rda.)i" Al mismo tiempo, otr¿ f¡n-

ción dc l¿ cárnara oscura, cmparentnda e iSralmenre dccisjva,

consistió cn cercennr el acto rlc la visión respectt, del cucrpo

fisico del obscrvador': cn descorPoreiz lx visión. La cámara

oscur¿ autentifica y lcgitima el punto dc vista rnon:idico dcl

indivitluo, pero la expericncia física y sensorial delobsc¡vadoL

I ,.,rr I '.1.. . J. .,,ib' -'- r:pJ o'i,,Ji\'J,,o ,rJ"¡" ,rrrfi' rlm'r.r.

,l ,lr.,r,,,j,r,sr\r ,,1.1,.., 14 .'..,r_.n'r,' ohr'rrr' io

ridarlv priretización serual e¡ .l siglo xv! cn l]3rker. 1984: PP. e 6r'

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Cii¡nar¡ os.ú¡x. r646

es suphntxd.r por las rclaciones entre un apatato mecánico y

un muldo preexistenre objetivirmente vcrrlaclero. Nietzschc

resumiría así cste modo ¿e pcnsrr: .Los scntidos engailan,

la tazón corrigc los errores; en co[sccuencial se concluyó, la

razón es el camiro hacia lo consrantci l:rs ideas rnenos se¡-

suales dcbc¡ ser más cetcanas al 'mturdo vcrdadero'- lls de los

sentidos clc clonde provielc ia mayor partc rlc las desgracias

éstos son e[gaírosos, ilusorios, dcstructores.»]'

Entre los conocidos textos en qlrc cncontramos la imagen

de h cámara oscura y dc su sujero intcrioriztdo v clcscor

poreizacio sc lrallan la ó¡daz de Newrol lr7ol) y el Ensalo

sobre rl ¿nt¿nlimiento humant, ,le I ocke (169o). T,o que arn-

bos demuestran cs climo la cámxrn oscura servia a l¿ vez de

moclclo para la obsen'ació^ de Fenóncnos empíricosl para la

insrrospccción reflexiva y ia ¡uto-ol¡servación. ll lugar de los

proceclimieffos inductivos dc Novto¡ a lo latgo dc su rexto

es la cárnam oscurat ésta es la basc que hace posible su cono_

cimiento. Hacia cl principio de la Óprlrz, cornenta:

z

64

l, Ni.(zs.he, ,16ll: l17

65

L,r 1,,,., ,\r.,,ri., ,,,,,r ,^,,I l.r,l ,l),¡ 1,¡. r¡ \i.rlr,, ,r,l,,rrL,,[ ,ln(xin].,,1.,,,tri,r( rrnr rcrcr.r ¡.r:tr Jc un:

¡|lg&h rlr rrLhorr prrct(. ,, tn clpostigo dc unr vcntana,

.olo(t!¿ trn prisnr¡ dc ! rio, i (r.v¿s drlcualcl r.Io dc l¡ luz

Llcl sol, qoc cnnaba por aqucl rgrjcro, podia scr rcfractrdo

hacir r¡¡it¡re¡ di¡ección rl muro opuesto rle lacámaray, allí,

fi»nrar un: inragen coloreada delsol.''

l.r.r.ririJ.rJ inr.r,¡rc l\rurol Jcrrihe en ¡,rirncra p,'r'onano aludc al funcionanicnto tlc su propia visiót, sino más

bien al cle un insrrumento de representación transparentey refractivo, Newton es menos el obse¡vador que el org¿ni

zaclo¡, cl montado¡ cle un aparato tlc cuyo ftrncionarnicttocfictivo es¡á físicamente diferenciado. Aunque el aparato en

cuestión no es1 estrictamerte, una cámara oscura (un pris-rna sustituye a la lente pl¿n¿ o eL estenopo), su estructur¡cs fundamcntalmentc la misma: la rcprcscntación dc un fi-nómcno exterior acontece en el inrerior de los límires rec¡i-Iineos de u¡a habiración oscural un¿ cá¡rara o, en prlabrasde l.ocke, un «ftabioete vecío».rjF-l plano bidimensionel en

cl cu¡l h imagen dc ufl cxte¡ior sc preseflta a si misma no

subsistc sino por su rclación especílica de distarcia con unaaperrura en la pared o¡uesta. l)ero entre estos dos lugares

(rn punto y un pla¡o) existe u espacro de extensrón indeierminada en el cual el observ¡dor se sitúa ¡mbiguamcnte.A difcrorcia clc una consttucción pcrspcctiva, quc tambiénsupo a mosrrar ura rcpresentación ordenada objetivamenre,la cá¡rara oscrrra no imponia un lugar o un área restri[gidosclesdc los quc la imagcn sc prcscfltara con total cohcrcncia yconsisteflcia.r+ Por una partc, cl/ln obscrvador/a cs rlisjuüto/a

l2 NeNro¡, rrrz: 16.

l,l L.ocke, rrtr: I, ii, §. Sobrc algu¡as dc l¿s iDrplic¿cloDcs (?istu'nológicas del trab.jo de Newto¡, vid.'LouL¡ür, i979: u6.

'. fl,,h 1,.',n,-l' l'. ,,..i1,.,do1,e .,.rñ,\ru. ,o'h ptr.pc!,,\.'de linales del Qrúrrroce¡ro pemi¡ian al espectador un lirrnadocampo de movilidad en el interior del cu¡l l¡ co¡sistenci¡ de la

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Jc I:r ¡,lxcrv,rcirir¡ lrrru rkl ilis¡rrsiriv,, y irsisrc ((,rro r(sri1r)incoryóreo r uta tc prcscnt.rcirin mccánic.r y t'usccrrclcrt,rl

de Ia objetiv ad tlcl rnundo. Por otra parte, no ol¡strntc, su

pnsencia cn la cárnara en¡¡aira Lrna simLLltaneidad cspacial

y tcmporal de Ia subjerividrd humana y el aparato objctivo.Asi, el/la espectador/a es un hnbitnnrc cle la oscuridad más

iütpreciso, una plCscncia stplementaria v marginal indepe¡r

tlicntc dc la maquinaria de la representaciórr. Como Foucx rdemos¡ró en su análisis ¡le Las Moinas ,lc Yelázquez, se rra-

ta de un sujeto incrpaz de auto rcprcscnrarsc a la vez como

sujeto y objeto.JJ Ln cámara oscula im¡ide aTriori qu,e ellll¿

obscrvrdorTa vea su posición como parte de l:r rcprcscntaciól.El cuerpo, por ranto, constitulc un problcma que la cárruranunca podría resolvcr sino rnargnrándolo y convirtiéndokr<n Lr, f¡rrr¡'m¿. ."n el Án de e,r.¡hlecer un e\¡r.io ,. io

nal.¡6 En cierto senr;do, Ia ciimara oscur:r srria uün mcráFora

precaria de lo que Iidmund Flussc dclinió couo el mayor

p¡oblema 61osólico del siglo xvrl: uCórro un filosofar tluebusca sLrs ñrndamenros últimos en lo subjctivo... pucclc rei-vindicar una 'verdad' objeciva y una validcz mctalísicamenre

Quizá la imagen rnás célebre de la cám¿r¿ oscuri sc en

cucntre en elÉzsa7a sabrc el enten¿limientt¡ humarut $69c) de

t-ocke:

t

Las seDsa.bncs exrctu¡s e iorcr¡rs sor l¡s úricas vías que

pucdo cncontrar dd comcihi.nto ¡lenren.limiento. Sólo és-

ras son, cn la mediJa en l: i¡ue puedo dcscubrir, las vcntanrr tuvés {¡e las cual(s sc dci^ cntn .\ 1¡ lLtz.t esÁ hrtn¿t¡ótd.,/z ldark rco"rl. x¡ eue, c¡eo, cl entemlimiento ¡o es de

It

pntr(m &'m¡¡t.ni¡, en lusar de l¡ inmovilidid de un pu¡ro úri.oy njo. (D¡rnis.h,, re83). Vi¿- tahbién Aumonr, r9lll.Fouceúlt. re7:l 16- Vid. tahbié¡ Dreytus y Ribino{, ,982: ztA propósiro dc G¡lilcó, Descaftes y ¿a o.uha.ión del suje.o eñuncian¡c o l¿ ¿.(ivid¡d dis.rrsiv¡', viJ- Reiss, ¡982: 18'41.

66

.to l-o.l.c, r9t9: II, iii, r.

67

,,r.r"l.r,l,,,lir¡,,r,,, . r:,r .r,,r.r ,, ,,,,,1, ,,,,orr, .r, .r1,, .r L.r

lLrz,.Ll ,¡Lr rll,le r¡r,I rL,r.L¡.,¡rcnr.rl,c,Lorr" ¡.rm rtrj.u

c,,,, r r1.,,i.,,.i.tr vGibl(scrrc,n.* ¡,r1su,,¡ c¡ dc l¡scosas

¡( iiúrrir si hs iDlisc¡.s quc cntLrr¡n ¡ cs¡ hal¡it¡c¡ón tan

os.ur¡ ro hicicrrn sido pcrmatecer rlli 1 ¡act trn ordcna-

Jrs como pera ser enconra¿¿s rgio l¡ o.asnin, se pare..ri¡

nm.ho rl cnrodimicn¡r .le ". h-¡b¡c.''

Un punco importanre del tcxto de I-ocke es ctimo la merá-

ióra de la habitación nos distancia cfectivamenrc drl apirrato

que describe. En cl narco de su proyccto de inrrospccción,

Locirc propone un rnctlio pirn visualizar cspaciaLmenre las

operacionts tlel intelecto. Explicita lo que estaba implícito en

rl rel¡,o de Ncu ron -,l,re .¡r ¡' ,i' r,l.¡J ., 'u esr¿ rn i¡ ou rr¡:cl ojo del observador es compleramcnte separado clcl apara

ro quc perntire la cntrada y forrnaciól dc «imágenes, o nsc-

rneiarzas,. Ilume recalcó taml¡ién una relación tle clistancia

similar: nlas opcraciones del espiritu... deben ser aprchcncli-

¿as efl ún instante pol urr,r peneclacitíl srr¡arlol derivada d(

la naturaleza y nejoratla por el hábito y 1a reflexión.»r'

El otro pasrje l-ocke da un sig¡ificado difircntc r le ;de¿

de la habitación: lo que, en la llglaterra deJ siglo xvrl, sig-

nilir::rh.¡ lireraLnertc csta.f in c11rlrcrd. csto es, dentro de las

cánarxs de un iuez o dc rr¡ noble. Las scnsacioncs, escribe,

se rransmitc¡ udesde el cxtcrior ¡L cerebro, quc cs, por asi de-

cirlo, la sah k'l¡dtnber) de :Lrdlcr,citr, do¡de son Prcscntndlsal espírirr-r.,'" Adcmás de estructurar cl ncto de la observación

l8 Locke, r9j9: rr, ii, i7.Hume, r91i: p. 16 (.1$¡bmya¿o 4 nio). Mauace Merleau Po¡tIapunta un¡ sirL¡¡cióñ s¡nilir en Dcs.¡(cs, en la cnal el csprcloes una qcd dc ¡el:cn¡nes e¡rrc los obietos, al o¡mo lo rcria unkrigo dc mivisnnr o un gcónctru, cxaminándoh y rccoostrryén-dol¡ dcsdc tuem, (,,[.re trnd Mi¡d,, en Meltru Ponty, ]9ó4r r78).

la.qr.s La.dn deb:te el pcmanienm .aúesir¡o cn rclación r la

fór¡ml¿.Me veo a ní ¡ti,no vié¡dome a n,i uis¡to", en l.acan,

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j

.orno cl l)¡1).(v, Ix), (l curl rlgo rs obscrvirri, ¡r,r rrrr srritrri,Locke cambién otorga rLn papeljurítlico al oLscrv.r¿or.tuc s.encuent¡a er cl interior de la cámara oscura. Así, ¡rodillc¿la lunción rcccpriva y neutral dcl aparato especificando unafunción autoJegislativa y de autoridad: la cámara oscu¡a pcrmite al sujero glrantizar y vigilar la correspordercia entre el

mundo exteriol y la representación intcrior, y excl[ir rodolo quc sca desordenado o indisciplinado. La ¡nrrospecciónreflexiva se stperpone con un régimen de autodisciplina.

Es en este contexto cn el que Richard Rorty alirma que

Locke y Descartcs descril¡en un observador diferente en lotun.lJmur.,l de l¡'.on.ep.ion.',lcl perr'.rnrienro griego 1

medieval. I']ara Rort¡ el logro de esros dos pensadorcs freL corr.<p.ion dr la men,e lru m¿rr, . omo ,rn c\pr. io in,erior

en el cual se pasaba revisra ranto a los sufrimienros co¡ro ¿

ias iclcas claras y distiltas antc un Ojo Inrerior... l.o novc

doso e¡a la noción de un cspacio inrerior írnico en cl cual las

sens¿ciones corpomles y perceptivas... cran objero de cuasi,

En cstc sentido, t-ocke puedc sc¡ relacionado con Descartcs.

E¡ h M¿¡Jit¿cióx Stgunda, Desctrtes aGrma quc "la percep-

ción, o la acciún por la que percibiiDos, no cs unavisión... sino

que cs únicamenre una inspección llcvada a cabo por el espí-

dru.,1'A continueción, cucstiona la concepció¡ según h cualconoce¡ros el mundo a través de la vist¿: uEs posiblc que yo

no teng¡ siquicrn ojos con los que ver nacla.,+r Para l)escarres,

conoccmos el mundo .únicrmentc por la percepción del espi

itu», y nuestro Ermc posicionamienco dentro dc un espacio

i¡terior vacío cs una condición previa para conocer el ¡rundoerrerno. tl c1'a, io ¿e lJ , Jrn.u.r o,!urr. .u ¿corrmienro. \u

oscuridad, su separación de un .xtcfior, enc¿rna el uAho¡a cc

Rorr, ,r79: 49 ro. Para un punro de visra opresro, viJ. Yohon,

Des.ar¡es, r98a, vol. 2: p. zr.Des.ares, ,984, vol. z: p. zr.11

68

, ,',,,1 r¡ris,,jr», rlcrrrr,lr,l rris,ri [,s. rr,, ¡rcst;rrl.rr(rr(i(ir ir nris

slrrr iilix,,lc l )csc,rrrcs. l .u ¡rcru r r:rcnin or rlcn,rLLr y calcul$lcclc Lrs r:ryos tlc luz e tr.rvós dc l¡ única apcrtura de la cámara

oscura cD.Lrcrlílr una concspontlencia con la nrunclación clel

cspiriru por'le luz de la rúón, y no con el deslumbrar¡rienro

potencialmentc pcligroso de los sel1tirlos por le luz del sol.

El paradigma de la cám¿r, cartesianx se rePresenta de ma

nera espcci mente lúcicla cn dos pinruras rlc Ve¡¡reefJ: -47

()eótnetra y El Asttínomo, ambas pintadas hacia 1668. Oada

inragen reprcsenta una 6gura masculina solitada absorta en

crudit¿s investigaciones, dentro de un interior ell peDumbra

horatlaclo aparenremcntc por una solaventafla. El asrrólomo

esrudia un globo celeste con las co¡rstelaciorcs clibujrdas; el

geógrafb tiene ante sí una carra nátrtica. Ar¡l¡os tiercn lx m;-

rada apartada dc la apertura que ¿a al exterior. No conocen el

mundo exterior m€¿irnte un examen stnsori¿l direcro, sintr

a rravés tlc la i¡vestigación mental de su repr'cscnt¡ción «clara

y disrinta, dcntro de Ia habitaciún. El sombrio aislamielto

¿c estos ¡redirabulldos eruditos en sus interiores amurallaclos

no obsüculiza su rprehensión del muntlo exter¡o, ya quc la

división entte el suieto interiorizado y el mundo exterio¡ es

44 Desc¡flcs, 1984, vol. 2: p. 24.

4r Mi ¡¡álisis sobreVerñeer Do se deriene en l¡s err.Ds¿s csPe.ul¿ci{,

ncs hisróric¡s.cet.r.le su posible urc de Le cinera oscurr para la

.rea.ión desus.u¿¿ros (v . rcrerencias cnroLa r): Nlegó ruurLa? ¡si lo hi?o, ¿cóno af.ctó ¿ liconfigunciór ttesus pinturas? Áurquccras ¡regurtas pucdrn rener su inter¿s Para los esteciálist¡s, ¡quino nre pteocupen las res¡ueris, se¡n c¡ u¡o u otr) sentl.lo. Estc

ril,o .Le n,vesLigaciones tienclen a rcduciL cl problema r1e h cámam

os.urr a trná .ocs¡ión de efe.tos ópricos ), en úhina i¡sran.i., de

efilo ti.rórico. l'ar. mí, la cín¡r¡ oscura debe s,te¡dcsc c¡ re'lación al n,odo en que cle6njó l¡ posi.iór ),las Posibilid¡dcs de un

i.ro observidot: ,r¿ er¡ simplemenre u¡a op.ió¡ pi.róri.a o eriLhti.¡, u¡¡ ele..ntn e¡tc orras a dnposiciór dc un sujeo neuttaly ahisró,ico. In.l$o si Vcrneer no llegó r tocar runca el rparatomccánico de l¡ cá¡¡¡r¡ oscura y «,n otros Los facrores que erplicrrsr rimbado de rcflcjos y perry€.tiva ¡.enrÍ.d¡, rs Pinturrs es:itr,no obsrame, profundarnerre ins.rii¡s e¡ cl modcl. ePistehol¿gi.o

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Yünc.r, El ¿Í,¡i/tu"tu, t668. Y.ta..r, El r.ó«ñ[o, h. ú68.

tt

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¿

una con¿i.i¿)n prcvix pxrr cl c(rnocir)ric¡rt(, dc tstt tilirrr,,.Las pnrnrras son, pues, la dcmosrmción consLrnrrth rlc l¡fu nción re, ont ili¿doru que asrrmi.r l¡ , i nr¿r¿ o,cu r¡: .u irrr<rio¡ es la interfaz entre las absolutarnente disparcs r¿r cogit¿ns

y res e$tens/1 c^rfesi?nas, entre el observador y el mundo.a6 La

cámara, o la habitación, es el luga¡ en el interior del cual unaprolccr rón orJenaJr Jel mundo, Je I¿ 'u'ranci¿ exrensa. 'eofrece a la inspección del espíitu. La cárnara produce siem-

pre ula proyección sobre una super6cie bidimcnsional en

este c¿so, mapas, globos, cuadros e imágenes. Cada pensador,

en su plácida tranquilidad, pondera esa característica funda-

rnettal dcl mundo, su exrensión, tán mistedosamente distin-r¡ de l¡ iner.rerrs¡ inmedirez de su. propios pcnsrmienrus

y que, sin embargo, se presenta de forma inteligible ante el

e'piriru medirnce l¿ clarid¿d de e.,s relre\enrl ione\ ) \u\relaciones magnitudinales. Más que oponerse por el objeto

respectivo de su estudio, la tierra y cl ciclo, el geógrafo y el

ast¡ónomo comparten una empresa común: observar distin-ros aspectos de un exterior único e indivisible.a, Ambos (y

muy bien pudieran ser el mismo hombre) soo fguras de una

interioridad pdnor¿ial y soberana, de un ego individual yaurónomo, que ha hecho suya la capacidad de llegar a domi-nar la existeDcia rnfnita de los cuerpos en el espacio.

La descripción que Desca¡tes h¿ce de l¿ cámara oscura en

La lioptrique (l.61) contieÍe algunos msgos poco comunes.

Al princfio, establece la analogia convencional cntre el ojo yla cimara oscura:

La aduidad enne Von¡eer y el¡ensamieno cartesiano es debrtirhpor Michel Serres en ¿¿ T¿¿u¿tio (Se es. D74t 189-196).

Descáftes re.h¡zó la disrinción escolásric¿ cnúc cl mundo subluna¡o ter¡estre y el cualit¿tiválre¡re difcre¡ciado ámbiro cclestial e¡ .L¿¡

ptilLtiliot ¿" h Filo¡oli¿, public¡do por primer¿vez cn Holanda e¡1644. «De ma¡G¡ simila¡ la ricr¡a y el ciclo crá¡ compues¡os det¡¡ y la mism¡ n¿re¡ia, y no pucde habcr muchos mundos., llevcartes, 1985, vol. r: ziz. Cl Anhu¡ K. \fheelock, yr¡z¿r¡ (NuevaYoLk, 1988), Abrams, p. to8.

16

17

7L 7)

§u¡orgrnror lrrr tlrrrrr l¡r¿¿¡r,'l cr¡¡plctrrtotLc cor¡¿¡

d cxcc|ción (lc un único orificio, y que siiu¡mos una lente

de vidrio l:renre á esrc orificio con un¿ sábaqa bla¡ca e{ten-

did¡á clert¡distancia derrás de ésre, de forma que la luz que

próvie¡e de ios objeros exteriores forma imásenes sobre la

sábana. Sedice que la habiución represenrá al ojo: el orificio,

a la pupila; la lerre, al humor cris¡alino-.-'*

Pe¡o, antes de avanzar,, Descartes aconseja a su lector que lLe-

ve acabo una demostración que supone utomar el ojo muerto

de una persona recrén fallecida (o, a faka de ésta, el ojo de

un blrey u otro animal grande)» y usar el ojo extraido como

lente en el oriEcio de una cámara oscura. Así, para Desc¿rtes,

las imágenes observadas en el inrerior de la cámara se forma¡a t¡avés de un ojo descorporeizado y ciclópeo, distalciadodel observado¡, ün ojo que quizá no sea siquiera humano.

Además, Descartes continíra,

S.cciona las tres nrembranas circundantes por la parte na-

ser¿ pá¡a dponer uDa parre mayor del humor sin derramar

nada... Ninguna luz debc enrar c¡ cst¡ habitació¡, ¿ excep-

. ,o,, de J que ,, n,,oJu- ¡ . ,.e. de e¡. o.o. . Lr". pi,,e.

todas sabes que son completamente transp*entes. Tr* hacer

esto, si mir¿s ¿ l¡ sában¡ bl¡¡ca, verás allí, qujzá no si¡ pla-

.er y neravilla, unx im¿s.n quc reprcscnra todos los objetos

exreriores en perspeciiva ¡atúr¿1."

Mediante esta escisión ¡adical del ojo respecto del observador

y su insralación en este aparato foflnal de representación ob-jetiva, el ojo muerro (puede que incluso bovino) experimenta

una suerte de apoteosis y se eleva a un estatuto nrcorpóreo.J'

48 Descares. rg8r, vol. r: r66i Dcs.áÍ.s, 1961-71, vol. r 686-ó87.,+9 Desc¡rtes, r98t, vol. r: 166.

ro Vid. el cápitulo "Leil de bocut Dcscanes er l'apr¿s-coup idéologi-qoc», c¡ Kofoan, r97:l: 7I-76.

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Si cr¡ cl ccrrro ilLl rrr¡r¡¡|, (,rrt(si.ux) s( crr(()rrrr.,l,.r 1., ,,(

ccsidrcl de cscrpar clc l¡s inccr¡ich¡n,brcs dc l¡ r:rer¡ visi,l,r

humana y de la contirsión de los sclticlos, la cár¡ra¡a oscur¡

cs congruenre cor la búsqueda cartcsiana clel íindamcnto cle

ur.ono(in,i<rro i,um¡r" L,.r',do err ur¿ !r\iun l,urrnr'¡,r.objetiva dcl mundo. La aperture tle la cámam oscr¡r¡ se co-

rrcsponde con un punto único y matcmáticamente dc6¡ible,

dcsclc el cLr¡l el mundo ¡,uede ser deduciclo lógicamentc a tre-

vés dt un¡ acumulaciór y combinación progresivas de sigros.

Se trara dc un dispositivo quc cncarna la posición del hornbre

cntre l)ios y el mundo. Basada cn las leyes de la naturaleza

(la óptica), pero extrapolada a un plano exterior a ésta, la

cárnara oscura proporciona unt posición clc vcntaja sobrc cl

rnundo an:iloga a la del ojo tle Dtus." Es un oio rlerafisico

infalible rnás que un ojo (mecánico»." l.a evidcncia senso-

rial luc rechazada r favor de las represcrtaciones del aparato

monocula¡ cl¡ya aurenricidrd quedaba ñrera dc toda duda.J'

L¡ cien.ir clási(r privil.gia un¡ .les.¡ip.ión co¡m objeriv¡ .cn la

medicta e¡ 1¡ quc cl observrcLor scr crclunh y h dcscripción se

hasr de c un punro que se hallc ájat luem cLel nu,tlo, cs decir,

.lesde el po¡ro d. visri ¿ivióo. ¡l.u¿l el rlnrtr hun¡¡¡¡, c,qd¡ rimrge¡ d. Dios, ¡r¡o ¡..ev, alprincDio. Así, 1a .ic¡.i¡ .lisi.r aúD

¡ersiguc dcscubrlr h verclacl únice sobLe el mundo, h lcngu: únicaque dcs.ilirrá 1¡ ¡.trali.l"¿ dc l¡ ¡.rL¡rale,a., (Prigoglnc y Stengers.

1984: rz).Áccrc¡ tlel Leceb de Dcscaltes ¡or el poclcr dcibrnrrre Je h pcs-pc.riv¡, v . Ilalrics, r97J: ¿8'a2. Vid. t¡!¡bnl¡ l'.ul Ri.ocú, .L¡.ucsrión ¿el $icro: .L dcs¡fío de la scniología,, en Ricocur, 197.11

¿,,.'," 1 l,'.',,i.ri'o ..,'c'J,.. '. ,Pr",, . -.,,t.r:,pot.irco dc una visión ttcl nur o en k cul lx totalnlitl .Le l¿ objctiv!dad se dis¡ersr cono un cspectáculo sobrc cl cual el rz3lra provcct:ru mirad¡ sol¡er¡¡¡, (llicoeur, re74: 216).

I ¿ ¿inre¡sió¡ reológica Je la ro¡ocul¡,idid tue ¿púniada for Da

DiclD.Ioc:.H¿$,rgido tr¡,r ¡ocla generacntn qu., par¡ solucioóar1,..1.rIl,.,¡, d ,* r"n,,. r1r.r, r.,,J1,. i,"3i ",,,".\'.ro y pod.roso que no tiene lbma, pem .lue ttprcscr( i rr ()io. l'lsr3 ótti." iili¡t. que imaginan es lvra t, N¿t ún' - - -

.l ,l lr lrrrmrnr, poL corsiJtui.¡tc, en l¡ opnrió¡ dc csros naturrlisr.,',

" rr¡ v.rro llxler (ipLico... de lo 9ue kluccn r todos L,s Suts

.L ( ) !,. (l)Lli\..rToj:17).

Conrp¡r¿.nti c¡r¡c .l ojo ]- b .ámaH os.ú¡. lrnncra m,¡ad del siglo xvnt.

70irl q Lr,(' vta L,t?.2en

75

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La disparidad binocuh¡ csrá rchcir¡nacla con lus rr¡tnciorrcsfisiológicas de la visión humana, y un dispositivo mo¡ocularexcluye tefler que reconciliar reóricamenre las irnágcnes dis-pares yr por tantor provisionales, presentadas a cada ojo. Des-cartes supuso que la glándula pineal ejercía ul poder mono-cular fundamental: ,iTiene que existir necesariamente algúnlugar en el <1ue las dos imágenes que llegan a los ojos... pue-d¿n unirse en una írnica imagen o impresión antes de llegaral alma, de forma que no le presenren dos objeros en lugar de

uno.»J+ A la vez, las inst¡ucciones de Desca¡tes de elimina¡las membranas ocul¿¡es del cuerpo del ojo es una operaciónque asegura la traffparencia primordial de la cámxra oscura,

su huida de la opacidad latente del ojo humano.Pero quizás sea engaíroso proponer la posición aventajada

de la cáma¡a oscura como análoga al ojo d;vino. Es impo¡t¿nte que la cámara oscura sea e¡tendida en el conrexro de

un marco claramente post-cope¡nicano) defltro de un mun-do del que había desaparecido un punto absolutamente pri-vilegiado y en el cual nla visibilidad se convi¡tió en un hechocontingente».j, Para Leibniz, como para Pascal, la pérdida de

ral punto constiruirá un p¡oblema cerÍel. En el núcleo del

pensamiento de Leibniz se hallaba el objetivo de reconciliarla validez de las ve¡dades universales con el hecho ineludi-ble de un mundo cornpuesto por múltiples puntos de vis-

Dsqrtes, r98r, vol. r: l4o. P ¡ lean-lr¡osois Lyora¡d, lá monocula-ridad es uno dc los múáos códigos y procedimienros occide¡r¡les ¿

, ¡'e. de lo..u¡lc.l¡ .e¡lid.d F, *n.', u.dJ ,egun ú,.{Jnh. orgú./ ,

dr'.I vo rrd pull, rr munJo vi.urlqL.en".u,«o ' uno. onriluo.

.corre.ción», «alisamiorro» y elimi¡a.ión ¿e ir.egul¿ridades, con d 6¡de hacer energer un cspacio rnifiddo (Lyoh.d, r97r: esp. »5-16rl).Bluhenberg, ¡981: l7r. «I-a revolúció¡ .opernic¡na se b¿s¡ en taidca de üna alianza eD¡.e Dios y el hombre, una idea caracterisricadel Ncopl¡ronisño reñacerrisra... Jll hecho de qne el hombie hayasido expuls¡do del .e¡ o del u verso no impide en modo algu,no la fc cn est¿ ¡li¡nzá. ,e reuolutio»ibu¡ ¡o h¿hla ¡¡¡cr le *¡ocor¡o uDa húmilla.ió¡ y, más rarde, Kepler Du¡ca dejó de elogiarel descenffanl.nto de L¡tierra: su órbira era para ¿11¡posición hisavenrajad¡ posjblc p¿r¿ ex¡hinar d univ so., (Hdlly¡, rrro,,8,).

76 77

lr. l.r nrinr(lx s( ronvirrió, ¡lrru l,cibniz, crr h cxprcsiól tlc

un mundo liagnrcnm!Lr y cl,-sccntlaclo, de la ausencia de un

punto de vista omnisciente, del hecho de que cada posición

súponia ura relatividad fundamental que, para Descartes,

nun(a conriruyó un problema. ql mi\mo (iemPo. \in em-

bargo, Leibniz insistía en que cada mónada poseÍa la caPaci-

dad de refleiar en si misma todo el universo desde su Propiopunto de vista 6nito. Paralelamente, Iaestructura concePual

de la cámara oscura también concilia un punto de vista limi-rado (o monadicol y un¡ rerdad ne.e.¿ri¿.

Leibniz, que escribia alrededor de r7ol, Parece haber acep-

ra¿o, cn general, el modelo de la cárnata oscura de Locke,

aunque cofl la diferencia esencial de que l1o es ya un disPosi_

tivo ¡eceptivo pasivo, sino dorado de una capacidad inheren-

te para estrrctumr las ideas que recibe:

Para hacer rnayor esta senejanza teore el observador y la ha-

bi¡ación oscural debshmos postular que existe una pantalla

en esra habitación que recibe a tas especies, yque oo es unifor

me, sino diversificrdapor pliegues que represertal elementos

de .onocimiento i¡mtoi y, lo que es nás, que esta panralla

o nembrana, estando bajo rensión, posee u¡a elásticided o

fue¿a aúiv¡, y quc dc hecho actúá (o reá.ciona) ad¿Prándose

tx¡to alos pliegues p¿sados como alos ¡úe!.sr¡

Para Leibniz, la cá¡nara oscu¡a cn tanto sistema óPtico fun-

cion¿ba como un cono de visión, cuyo vértice delinia el pun-

to de vista monádico. Como ha demostrado ertensamente

Michel Ser¡es:

l¡,rn,'¡ Jc L..e.,,on-,,'ni,¡. mue.,'J qlr r\i-P un

pu¡¡o úDico ¡ ptrir dci cual un desorder aparente se otgr

,6 Leib¡iz, t98r r44. Gilles Dclcuze abord¡ La cinara oscura en re-

L¡.ión a la arquiÉc(r¡ barocar .l,a món¿da es la .u¡onon¡h del

nxcrior, un nlrerior sin exrcrioD,, (Deleuze, 1988: l9).

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r)i7¡ (n ur¡ x¡nrn,íi kit... l,rrr rrrr ¡,turrlrh,t ,t.r,tr, ¡,rrr(n dsordc. {lado, sólo cxisrc un punro rtrcdctror rlti .urttodo pucde *r puc«o or ord.n; esre punro cxisrc y cs úni.o.Desdc.ualquier orro lug¡r, persi$en cl desorden y l¡ nrdcr.tsmin¿cló¡. Desdc e¡«,rces, co¡ocer u¡¡ pluralid¿d de.osasconsiste en dcscubrir cl punto desdc el que pode¡ resolv.r su

áeso¡der u o innito, e¡ ¡na l.), de o.den úni.a i,

La semejanza con un cono dc luz es lo que distirgre a la perccpción monádica del puoto ¿e vista divino, que consistiría,más exactamente, cn un cilindro de luz. Según Leibniz, rla di,férencia entre ia aparición ¿e los cucrpos parn nosoúos y su aparición para Dios es la diferencia cxisrentc enrre la cscenografíay la icnografia, (es {ecir, entrc la perspcctiva y la visca de pájaroo üsióo de conjunto).!3 Uno de los más vividos cjeuplos tlc esrarespecdva esceüográGc¡ se encuertra en la Mowulología:

Al igual quc l¿ hisna ciudal mir¿d¡ Jesde l¿dos disri¡rosofrece aspcctos muy diferenres, y por raDro aprrecc ¡rhi-plicada po¡ 1¡ perspc.riva, rambié¡ ocu¡r. que li múIitudinfiDir¿ de sus¡a¡ci¡s simplcs genera la ápa.ie¡ci¿ de o¡osranros unire6os ¿is¡inros. Sió embargo, ésros ¡o son sino

p.rspec¡iy¿s de un ú¡ico univcrso. que v¡ri¿ en fiurció¡ de

los punros ¡le vis¡a, los .u! lcs difieren en caJ¡ món¡.h.i,

Pod¡íamos considera¡ dos modos eselcialmente distincos de re-presentar una ciudad como modelos de l¿ distinción que Leib,niz csrablece cntre escenograf:ía e icnografía. Por ufla parre, la\lsta de Wnecia de lacopo de' Barbari de r5oo cjemplificaríauna concepción prc copernicana, sinóprica y totalizadora de

t7t8

1

Seres, 1968. vol. r:24.1.Carta a des Boses, ; de febrcro de r7r, (ciL. en Sercs, 1968, vol. r:rst.Tou..M",,,.,1oJ,1. rch. ur.n,r. L ,rn e cnr..:,,n (aogr.ljr¿ ).r poJer rerl(Mrrin, 98r. róe{7e1.

78

t9

79

J¿copo dc' Barbari. v^ta ¿. V¿hda (á.talle\, rtoo.

la ciudad como entidad uni6cada.6'Se rrara de unavisca roral-menre alejada de las condiciones epistemológicas y tecnológi

cas de la cámarx oscura. Por otra partc,las vistas venecianas de

Canalctto cle mediados clel siglo xvrrr, por ejemplo, revelan uncampo ocupado por un observador monádico, dentro de unaciudad que sólo puede conocerse mediante la acumulaciófl dc

puntos de vistl múltlples y distintos.¡' La carr€ra de Ca¡alenocstaba estrechamente ligada a una dlsciplina de lo escenográñ-

co: se lormó como escenógra€o, estaba interesado en la teatra

P¡ra u¡a imtortan¡e discusión ¿cerca de esr¿ imagen, vid. S.hukz,1978: tzy471.«La .iuJad ba«,ca, al conrario, se p¡esen¡a como ura rdruraabiert¡ si¡ ¡eferenci¡ ¡ un signili.anre p.ivilegi¿do que Ie oro¡gucsu orientación ysigrilicado." (S¿¡duy, ¡qZl: ¿t-6+)-

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Anronjo Can¡lcrro. 1-¿ l,r¡z¿ ,lc S¡t l'1¿rto¡ tistt ¿le¡¿b ¿l ?ór¡iu & l¿

A§enti¡i,, b q6o-

li(l,r(l ,1,. L, , iLr,lir,l . lri/(, ,rs,, ,l( l,r .,innri, (,s(r¡rxi,,yr sc 1r.¡rc

(lcl (n c,,x,i(,, (l (liscr.x, ,rrbrnístico o tJe lu irnagineria visual, laintcligibilitlacl dc rrrr Iugar dado dado depcndc de una relaciólconcreh y c+)eci6c¡de cntre un punto dc vista delimitado yuna imagen escenifica¿a.úr La cárnara oscura, con su xperru-ra monocula! sc convirrió en r¡na reunin¿l ¡nás acabada delcono de visiól, una encárnación delpunto irnico rnás perlectaque el torpe cuerpo bint¡cular del suicto humano- La c:imara,en cicrto sentido, era una rneLáfora r1c las porencialidarlcs más

racionales deL sujeto percepror en un mundo creciclrtcmenredesordenaclo y clilámico.

Arrnquc los rrabajos chl obispo Beúclcy el rorno a la vi-sión to abord¡¡ l¿ cáma¡a oscur¡, su modelo de pcrccpcióncoincide cc,n cl c¡re aquélla prcsupoLte. E¡ lhe 7heory oJ W-sion Vinditutul (q1z). de¡r¡rrestm su la¡riliaridad con los tratados dc perspecriv¿ contcmporáneos:

I'odemos suponer un plano di:if¡ o úisido juDro ¿1.¡,, pd,pcndicdar al horiTo¡rc ), JiviJnlo cr pcquci,os cü¡dr.dos

igu¡I.s. Surgi,í! un¿ ]nrc¿ desde el olo h¿sLa el punro más

Ljr¡o ¿el horizo¡rc, .omo ¡rovcctrdr o rcpresenrad¿ c¡ el

plano pc4r.¡di(ul¡r, arr¿vesan.lo ere phno diáI¡no. El o¡r

re rod¡s l¡s p rs y otrjcros rlel plano horizontel a través dc

los .mJ.ados corrcspo¡di€ntes dri pl¡no .liifano perp.¡dl, u ¡,... I . t, o q,,. ,.Jr tlrl^ ¡l .it.,, u. \ J\ ,nJ8c,,c. \Lrre&i.rmc¡rc s. pqe.un ¡11i, so! dc uór nruralcz¿ del r(do,rgrbl.. y. r,,,,r,r.. l.) t,,, 1,.. el',...'.....'. imJge,'e.

y.s¡s pintu,rs su¡rd¿¡ [¿ su vú] ui ord.¡ srtre.í !

6z Rcspecb al uso dc la .im¡n oscur¡ por Crnaleffo, vid. Pig¡átti,,.rd': r{. <.1 \ r or , ,L ( - l ,a .. ,., ó. rur

'.J.H¿i¿¡e Le.lerc srbr¿y¿ qu€ h3.i¡ ¡r.dixdos .lel siglo xvx, x párri,dc la olrra de Ile.ni¡i, u¡.once¡to común dc escenogr¡lia eL¡¡vies¿¡l (c¡tro. el dneño u¡b¿¡ísrico, 13 arquir..trm ).la imagnúiJ vi-

llcrlrclcl, rg+8 1957, rol. ¡:27o 27r.

8r8o

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6t66

í

Aunquc no sc mcnci(»c cl rccinto art¡rritcctonico clc lrr cri-

mare oscura, el observador aqui continúa sicDdo elguicn c¡uc

ob"erva una p,olelción en un carnpo eyrerior a si nrismo.

y BerLeley dcscribe explícitamente la superficie ordenada dc

esta super6cie como una cuad¡ícuia en la que se podría co-

nocer la gramática universal, "la lengua del Autor de la na-

turaleza». Pero ya se trate de los signos de Dios de BcrLeley

alineados en un plano diáfano, de las sensaciones de Locke

"impresas, sobre una página en blanco, o de la pantalla elás-

tica de Leibniz, el/la observador/a del siglo xvlri se enfrenta

sicñpre a un espacio unificado y ordenado, no modificado

por su aparato sensorial y ñsiológico, sobre el cual pueden

estudiarse y compararse los contenidos del mundo, conocer-

los en fu¡ción de una multitud de relacioncs. En palabras de

Rorty, «es como si la fa buk rasa esttt'tteta petmaneltemente

bajo la mirada de un Ojo del Espiritu que no pestaÉea... se

hace obvio que la acción dc imprimir limprintíngl es de ne-no¡ interés que la observación de lo impreso ftrzp rínt) tod¿

la acción de conoce¡ lázaa,lzgJ se lleva a cabo, por así decillo,

por el Ojo que observa la tablet¿ impresa más que por la

nbleta misma-,6'

Para Heidegger, la obra de Descartes inaugura «la época

de la imagen del mundo,, pero Ia imagen a la que se relicrc

Heidegger no implica que sc lc otorgue una prioridad nue-

va al senddo de la visión. Al cont¡ario, oA la esencia de la

imagen Ie corresponde la cohesión, el sistema... la unidad

de la est¡uctura en Io ¡e-p¡esentado como tal, unidad qLre sc

despliega a partir del proyecto de objetividad de lo ente.,n'

Ésta es la misma unidad de la cámara oscura, un campo de

pmyecciófi que se corresponde con el espacio dc la mathesis

Martio I leidegger, "La

edad de la imagen dcl nu¡do,(e¡ Heide-gge¡ 1977: 15-54). Cita ext¡aíd¿ de la ve¡sió¡ cas¡clla¡a del texfo,incluido en lleidegger, Czminos ¿¿ batque, M^áti¿, Ahanz¡ 996(VeBión .arelle¡a dc Hclc¡a Cort¿sy Arruro l-eyre).

8z

ul¡iro! l! ci\ncsii\lr, .n la cu;rl «¡dos los objctos de pen-

sarricnto, «inclcpcndientemente de su rnateria,, pueden ser

ordenados y comparados: nConsistiendo nuestro proy€cto no

en inspeccionar las naturalez¿s aisladas de las cosas, sino cn

compararlas entre sí, de forma que unas puedan ser conoci-

das a partir de las otras,.n,

La unidad de este terreno sobre el cual se pueden ordenar

codas las cosas encue¡tra una de sus expresiones más acaba-

das en las páginas de la Enqtclopédie. De acuerdo con Mi-chel Foucault, el gran proyecto de esre episteme consisae en

ura ordenación exh¿ustiva del mundo caractcrizada por «el

descubrimiento de los elementos simples y de su composi-

ción progresiva; y en su mcdio llas cienciasl son un cuadro,

prrrenrrtiún de los c"nocimienros en un.isr<ma tontempo-

rírco de sí mismo. Ll cenrro del saber, en los siglos xvrl yxvrrt, es el cuadro.,63 La lectura que Ernsr Ca,ssirer hace de la

Ilustración, aunque hoy en día parezca antrcuada, recuerda

algunos pasajes de la consr¡ucción foucaultiane de )a «ePiste-

zr clásica,. Mientras t¡ue gr.rn parte de la histo¡ia intelcctu¿l

angloamericana tiende a proponer una atomizaciól del saber

durante este período, Cassirer ve un fundamenco leibniziano

cn el pensamiento dieciochesco:

Co¡ el edvenimic¡to dcl siglo xvrr, el absolutisno Jel prin

cipio ¿e uni¿¡d p¡rccc pcrdcr su agarre y aceptar algunes

limir¡ciones o .oncesiones. Pero estas modificacioñs no to-

c¡n el rúclco del pens¡miento misho. ye qúe l¡ fu¡ció¡ de

la u¡ifice.ión continúa sicndo reconocidá .ono la fu¡.ió¡básicade la mzón. El orden ncioml y cl controlde los datos

de la experiencia no son posibles si¡ ura es¡ricta u¡,licación.

co.ro'c¡ un¿ mul,i,rd J.qp,Itn,iJ\-.\:rúJ, u\ PJrrc.

constitü/entes c¡ u¡a relacióo ral respecto de lx otras que,

Descanes, t98t: 19, zr.Foucault, r97o: 74 7t. Sobrc I-eibDi? y l¡ labla, vid. Deldzq r988b: t8.

8l

(,1

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1

,,r,,(,,/."r,1,, tl(y1,. L,,r t,1,,,¡,, tt.rt¡, t,),1.,,r¡\,,r, \ r1.,.,1,

.r,,ú¡,) (o,, ,,,,., klrjx,r.rl ril y r(n,sr),,rc. t(,rl(r((j,j,¡,t,y lo codo.ido pirLiciprn d. u¡r (n.,r(r¡l.,tr.onrúh".,,1

Cass;rer podria muy bierr haber coircidido con froucaulren quc la observación, cn los siglos xvt y xvrr, es «Lm co-¡,u.¡n,i.r,,o .i.r\ihle.. ler^ no,\ r,,.oro.i,,,i.nro qr( \organice cxclusivamcnre e¡r rorno :r la visrLaliclad. Aun<¡uecl predomhio del paradigma de la cá¡rlr¡ oscura implicade hecho un privilcgio otorgado t la visión, sc rr¿ta clc u¡avisjón qre es u¡r r1l¿¡l al servicio de rrna faculr:rd no sensorial del entcndir¡ierrto, único capaz dc dar urra concepciólrcal det nundo. Scria complerarnentc errónco ¡rroponcr iacá¡na¡a oscur¡ corno rina etapa tcnpranr dc un proccso irinrerrumpido dc autonornización y cspecillización dc la vis;ónquc conrinúa durantc los siglos xrx y x x. La rrisión puede scrprivilegi:rda en ¡nonenros hisró¡i.(,s ¿iferentcs sin quc ésrosrengan qre ser corrinoos crrre sí. Situar la subjetivirlacl derrLro tlc tn¿ tradició¡ occiclenr¡l monolitica de podcl escópicoo cspecular no hace sino borrar y subsurnir los procedirrrien-tos y regímcnes singulares c iDconmenslrrables a partir clc losque sc ha constituido el obserr-¡dc¡r:,,

l..r rr,,,i,r ,1, Lr ¡rr,r¡r1,,,' Ll. Ilc,k,l.r, l)(n.j.rrrPl(,, sr'

lr.rs,r cn rrn,r <lis¡,,rrirl.rl csenci,rl clc los scrtirli,s Jc la visión y

cl trcro. ¡rclo csra insistcncir en h hctcrogl:rreid¡d de los scn

ridos quecla l§os clc lts ideas decimonónjc¡s sol¡re la aurono

mía de I.r visión y la scpar ación de los scntitlos.-' Rerl<ele,v no

cs, üi mucho ¡reoos. e1 único perrsador del siglo xvrrr e¡nbar-

cado cn la cmpresr de lograr ura armorrización firntlamcntal

Je lo' rnLi.tos. rn l.r . Lr¡l .l 'en iJ. J,'r r',1, o \e , o,r\ irrrc L n

un moclelo clavc para la percepción visual. El problema dc

MolyneLrx, que ranto interesó rl pensamicnto del siglo xvrrr,

cxponc cl caso de un sujcto perceptor que ignora cl lL:ngtaje

,le ¡,no ¡lc I<,s senr;dos. concntamclrte h visra. La firrmul,r

ción más conocicla dcl problema es h tlc l.ocke,

Su¡ongamos a ur lonbrc ciego tle nrcnnicnLo, yr rdulto, rqoc ¡a sjdo ensrÁr.Lo ¡ disri¡gui,, })o, el ra.n,, l¡ difcrc¡cia

erisr.rr.c¡rrc u¡ cübo runao{iL¡. hcctos delmismo n¡¡aly:¡r,rimadrmrc dc igmlomrrio. rlc trLsucrrc q¡c pueda,

ocn,lo a unr y la oru figoru, de.ir.ril es cl .úbo )'.uál

7¿ l.i.ríti.r rngLo ¡¡N lcrna: menuJo ticrdc a pl¡nte¡r un des¿¡¡,ll{, .odrlrno d.L pc¡s¡nrie,ro Jel sislo xvrt aJ ern¡ir isnr) } i$.il.n,¡ismo d.l siglo {r{. lln.onúrnx^ uM ¡a[ació¡ ¡¡,icr€s Lrquchace Mrrricc M¡ndelb¡un¡ (M¡rd.lb¡!m, ,97r: es¡. t7 162). Tr¿s

nLntir c¡ u¡a .onri¡ui.h.L crtrc .l p.¡samienb ¿e Lo.kc, Co¡rlillac y Ilatley y el asoci¡cion,ño del sigk, xtx, M¡¡dclb¡um¡c.o¡occ,.Así, en a,s origcncs. el ¡$.i¡.n»ist,o ro cra lo qrela¡,cs Mill v Aler¡¡clc¡ Bain i¡ren¡rron htrcer J( ¿1, Lr¡ sisrcma tsicológico Jesar rcllado quc sirvicra prr: clasilicar y nlecionar «rk,slos as¡ecos,1e la rirll nrcn¡¡lr se rrrtib¿ his Lri.o, d. u¡ P, in.ifnrent¡lerrlo para corccter u¡a tosicnjn epist.úrológica gcne'.1 ."ntcmas especilicos tlc incumbencir intelecuaLy prIlctic.. linre e§osknrs. Is .,i.siones .on.erniert.s x los fu¡d¡nren«,s d€ l¿ ¡,orxliJrd ¡ les rclaciones de h morrlnl¡d.oo la relignin ieniu ú¡ lúga,espc.ixLn.¡tc ¡npo,tante,, lM¡nd.ll,¡um, I97,: ¡t.t). Sir cnrbxrgo,lo quc Mardelbnrm denoni¡¡ (úr¡ postnin episennlLógi.¡ gc¡.-r¡1,, cs prccisanrente h u¡id¡d ¡cl¡tiva del conocimienlo iiLrsr¡¡.losobrc la quc él im¡one las scpar¡.ioncs y oregoritrs Jel pcrsa¡ricn-ro d. sr prcpñ rie'n1,o. L¡ rcligión,la norrlidrcLv lacpistorologírno exiria¡.oo,o doni¡los scparados y cLilerenciedc.

C,$ic, rgir: rj. Una lccrúrx .on¡inc¡rrl rlreru¡rivr Je csLc aspec,i,,J, p.1,...1 -,,¡.t.,',t.,,\r r-....,¡ t,.,t.h,1'j,. ) Aa,:,,,,"¡\ t t''..'tLtt/ /. ¡.,,..,.,". t.,,.. ,. t, ,,,i,trJ .u.r,rir¡tiv¡ d.l p.¡sami.nLo il,,sn¿do.onri¡uyó una.or i.ión prclilpxra li doni¡¿.i¿rn r..no.rárice rlel siglo rx. .A priori, h iusrra..i 1,,,-. ñ, u,,.,,,,no .., .,., r.,.. i,,.t^ lu I,. n^ 1,, ..,1,. ri. I

.1 ,1. , .r ,,. . ,, iJ ,. , i,r ...q,.t. ,..,,,,-tr,,. ,,.,.,.,.n.", J. J'r ,lo. \' J ,.'l 'J ) ,,,,r,i,,r,. t,,1,.,_ \,,,.1.,. 1....,.t.. n.i i.tú"t. t,rJJ, j, .,¡,,.".j,,..J\'ñ' L. Jr 1 ...¡ 'Jr. 'r., J..ir r, ,J. L Ii. J, cr(¡.-hsüo sicn,pre it!¿1... L¡ ¡últipli.i(lad d. las forü¿s es rcdú.i.1¿ lposició¡ y ordcn, lx hisrori¡ ¿l he.ho,l¡s os¡s a h mtr¡erja." tHoFkheintr r Adomo, re79: p. 7).I,.,, . ,I r"-.p'{ ',.,',, r,.h.,,,.'.', Lú.r., i,r,n,,,{J, lr.

' |]iJ.i,tr,\,J.a.r h.¡1,ro84 ,oLre9.

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,Ji8.1

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t., .!r.,.i. s,,ti,,ri.,,,x^. .,t,,,,.,, ,t k , t , L,tr, ) tL ,rn r.r ¡r.r.r)lR u,u ,n(r., y rtur .l h¡,,1,,. Li.rt,) ,.(,)1i,. \1, !i1r.,. S,

pregtrntr si tor h vi§r, rnLcs.lc k).x,1{r, pod, i., J¡ri,il1ui, IrJecir cuáles elglnxr y cuáltlcul,o.'

lnclcpcnclicntcmcotc dc cómo luer¿ ¡esuelto fin¡lntente el

probleua, ya lirera dcsdc cl m¡ivisrno o dcsclc cl cmpirismo,

el teslimonio de los senridos constituyó para el siglo xvIIIuna superficie común o¡denada.'' El problerna residía scnci-

llamentc or sal¡er cór¡ro te ín lug¡r el paso de un orden de

la pcrccpcnin dc los scnti¿os al otro.:rO para Conclillac, en

su célehre análisis sobre los senridos que coblaban vida urotras otro cn la estatu¡, l¡ cuestión era sal¡er cómo podían los

scnri¿os u¡lirsc o co¡vcrgcr cn el sujcto pcrcc¡totJ6

I'cro aquóllos cuyas rcspucstas al protlcma cic Molvnei¡*liLeron, de u¡a u ora firma, negativas quc ul hornbrc

, irg.r.¡r. r<.u¡.r.r.r,le ¡rolro Lni'rr ¡r¿ rc,,,,,o, cri¡ inrne

diaramcnrc los objctos quc ticnc antc sí , (cntre ellos Locke,

Berkeley. t)ideror, Coldillac y orros), ticncr poco cn comúncon los psicólogos y fisiólogos del siglo xtx t¡uc, conrcstan¿o

a la pregunta tarnbién negariv¡men!e, Io hicieron partiendodc una autoritlacl cicntiEca mayor. Al sulrrayar t¡re el cc,no-

cimiento, y más concrecarnenre el conocimicnto dclcspacio y

l,r t)r¡l,,,,ili(1.,,1, n l,)ri., ., l).r'rir iL ur¡.r:r,u,¡rr¡l,rci¡tr ordenrti¡ v ¡,r¡:r ir¡ rcm.lcrerr:i:r li¿rJ dc hs l)crccpcnncs en un planoirtLl,cnilicnrc dcl cspccraclor, el pcnsamienro dicciochcs.oigrr,,r.rl,r l.r' ide¡,.,,,,,:, Jc l¡ ri,,,

'r,JaJ ¡,ur.r,1u, rrrsrrirrrcn cl siglo xrx. Narla podía ser más ajeno a la tco¡ía de BerLclcy sobre la pcrcep.ión de la disrancia quc la ciencia clclestereoscopio. Este dirpositivo decimouónico por excelcncia,úrediarltc €l que se construía ungibilidad (o relievc) a rravés

de urra sirnple ¡,rgarización de sugcrcncias ó?tit.i: (y la Á,tcgración del ot¡scrvador como uro de los componenres delapararo), er ratlica el campo mismo sobre cl cual se organizóel coDocimienro del xv[r.

Dcsde l)escartcs hasra Berkclcy y l)iderot, la visión se

concibe por analogía co¡ los scntidos del tacto.r L:r obra dcDideror será malinrerpret¡da si no vemos dcscle el principiocrL:in proñrldarnente ambivalenre e¡a su acrirud respccto a lavisión, y cómo se rcsisria a rr:rtar los fenórlenos aludiendo ¡un solo se¡tilo.,¡ Su C-¿tlt

'abr€ 10! delos (1749), en su rclato

sob¡e el matcmárico ciego Nicholas Saunderson, :rll¡na laposibilth¿ ¿e una gcomctría ráctil, v quc el racto contiene,igual quc la vista, la lacuhad de aprchender venlatles rmiversalmcnre vrilid¿s. El ensayo no prerende tanto subesri¡rar clscnrido tlc la vista como rcfurar su rnonopolio. I)iderot cnu-mera los tlisposirivos quc Saunderson cnplea para cl cálculoy Ia dcmosrleción, tablas de madcra recrangularcs con cuadriculas deli¡rritadas por allilcrcs. Conectando los ¿lfilercscol hilos de scda, los dedos clc Saunder podian dibujar y leerinfinidad de 6guras y sus relaciones, ¡odas ellas c culables

¡or su localización cn Ia rejilla. Aunque aquí la tabla cartesia¡x tome olra forma, st estrtus subyacentc sieue siendo clmismo- l.¡ ccrtcza del conocimienro no rlcpendia exclusiva-rrenre dcl ojo, sino de una relación más general cntrc el sis,

Vid. Scres, r168: rz,rj2tj ), Merlc.ü Po¡ry, ¡964: ¡69 r7z.Sobrc k rcii¡u.t d. Di.lcnr resfccro ¡ los sentidos, Vnt. fo¡ren¡y,

3

71

7t

76

John l.o.l.e, ,9t9: rr, ix. 8. fse Le¡roduce l: cna tal como liguta cnh vernin es¡añola Je Iidmundo O Co.nran (N.¿d T.).1

l'or eiempl.: .Si fuer¡ ne.esarb decir rlg<, más rcerca Je un purtotan evidente, ¡otlLírmos comentaL que si la trulta.l .le vu tstuvicE eloio,la de o;en eloido, y rsi pam elreso Jc los sentirlos,laconsecnenci¡ necesari¡ Je e*o sería que el fun.lanrcmo dcl pcnsar,:l 9ue denonino 9o mismo,, no es uro, si¡r¡ ¡¡uclros. Pcro csto cs

LonLrdio a l¿.o¡vi..ió¡ i.¡csistlblt'dc rodos los hombc. Cu¡ndoJi.u \. u ó t,. .i.,i,r. ,..

'. r,1 ,...,o','1,'.,1¡r,.,i,i¡),¡,',.

ho sujcto cl quc llcva a cabo (odas csras opcracioncs.' (ll.eid, ¡tt,9,

Vi.1. Cassir.r, 19r¡: ro8. 1'¡rar¡ dcb¡tcrcc¡ente¡ccrc¡ del¡roblemr,vid. Morg¿¡, re77i y M.rkovits, rr8,r.Eddnc dc Co¡dillac, ,itrait¿ dcs scns.ror, (r7ra) (en Condillac,

t

II

86 R7

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r(,¡¡., s( ¡¡\()r iirl lrrrrrlrrr,, y rrrr cs1,,r, i,, ,1, lirrrir.tl,' r ,,r,1, rr.r,l,,,

sob¡c cl cr¡tl sc potlírn c,rrrxcr y cornp,rlrr lr,sitiottcs. ' l.ttuna pcrsona vitlente los scntirlos son disírniIs cnrR sí, t)cr)¡ rr¡v,i,le lo que I ridcrur,l.n.r¡rirr.r .'.i'r.'rr.r., ., t¡'t",.' .

lograban proporcionar un conocimjcnto det mundo

Sin ernbargo, a pes¡r de esre discurso acerca de los scnti-

dos y la sensación, continua¡tos encortrándonos dentro ¿cl

mismo ca¡tpo epistenológico ocupado por la ciimlrra osclrril

y su indifcrencia por Ia cvidcncia subjeriva c inmcdiat.r del

cuerpo. Incluso en Diderot, considcrado un matcrialista, los

sentidos se .oncibcr rlás cor1lo ancxt s cle unir mente racional

qrc como órg¿nos lisiológicos. (iadaseltido opera de acuerdo

con una lógica sernántica inrnutable que trascicntlc su moclo

de fiLncionamicnto meramenre físico. De ehi la irnportanc;e

de la inrager qut Diclerct comerlta cn la (r//¿r sobre los úego::

Lrr hombre con los oios vendados situa¿o e¡ un esPa.io nl

aire lib¡c da ün paso a¿elantc, tom¿Irdo vacilxnte un¿ vara

cn cada mano y extendiéndolas para poder sentir los obje(os

y la superficie quc ticnc arrte si. Pero, paradójicamert€, lrrl sc

rrata cle lir imagen tlc un ho¡rl¡re literalmr,nte ciego; más bicn,

es un cliagrama al¡stracto de un ol¡servador Perlect¿mentedotado de vist¿ en el cual la visión opera corno cl sentido

clcl t:rcro. lgr.ral quc no solr los ojos los que ven GnaLncnte,

rampor:o los ór'ganos carnales del racto cstán clr contacto corel muntlo exterior. Didcrot erplicaba clc csta frgtrra ciega y

equgada clc prótesis qLreilLustrtba La dirrytriqtrr tlc Descaltes,

.Ni Descar¡es ni los que lo hal seguido han podido c{ar una

conccpción más clara clc la visión.,3'Esta noción anri-óptica;i

79 Sotrrc L¿ pcrsisren.ia del .¡ir.si¡nismo en el Pcns"",i,ir. iLr$ri,ln.Vid. V¡rta¡i¡n, r951.

Didcrot afi.nu qu€ la pcson. más caf¡z ¿e t.oriz¡r 1¡ visnnl y Lúse¡ridos seri, .un filósofo quc huhiera ,neLliLrdo prolirnJamcrtc¡ccrca del ¡rj*o uL 1¿ oscurldad o, ¡ara acLoptar cl lengu¿ie .1. los

po.ras, uno que k hubicr¡ s¡.ido lG ojos .o¡ cl fin de frnili¡riz¡fsc Feior.on h visió¡', cr t.et¡ts r let otuslo (Dileror, tt6+,

P. ¡r7l

llusrr¿.ni,r dc la cdi.ió¡ .le t72a áe Ld D h?|rh d. DesLttres.

till 89

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a

2

tlc la visr,r irrr¡,rt.grxi I:r ¡,br:r,k.orr¡rs rrrrlJros ¡xrrs:r,L,ru rlrr

rantc los siglos xvrr y xv rr r: prrr llcrkelcy, n<, sc ¡:rrcclc h:rbl,rr

de una percepción visual de la profundnl«1, y la cst:rtLr:r dc

Coudillac dc,mi¡aba realmcnte cl cspacio con h ryr¡(l¡ del

movimicnto y c,l tacto. La comparación dc la vista con cl

racto se corresponde con urr campo de saber cuyos conte-

nidos se organ¡zan como posiciones estables dentro de un

te¡ritorio extenso. Pero e¡ el sigloxrx, esa concepción se hizo

incompatiblc con un nuevo campo organizado ct tolno al

intcrcambio y cl flujo, cn el cual un saber amar¡ado al trctohubierr sido irreconciliable con la cenrralidad que asumen

unos siglos y me¡crncíxs móviles cuya ide¡tidd es exclusi-

v n.ntc ópticn. Como mostra¡é más aclclantc, cl cstcrcosco

pio se convirrió en un sirroma decisivo de la redefinición de

lo rácril y su inclusión denrro de lo óprico.

Las pinturas de J.-B. Chardin están alojadas en est¿s mis-mas cucstioncs dc conocimicnto y pcrccpción. Sus botlcgo

nes, en parricular son la última gran presenración del objeco

clás¡co en toda str plenitud, antes de que éste fuer¿ irrevoc¿-

blenrente fr¡ccionado en sig[ificantes destrraigados e inter-

cambiablcs o cfl los t¡azos pictódcos dc urla visión autónoma.

El brillo "a fuego lenro, de la obra tardia de Chardin, rnabrillantez inseparable de los v¡lores de uso, es una luz que

p¡onto qucdará t"clipsada en cl siglo xrx, bien fucra por clau¡a sint¿tica de la mercancía o porcl rcsplantlor dc una ob[irde arre cuya supervivelcia misma exigia la negación de su

mera objetividad. En sus bodegones, con s(l'§ repisas de esc¿-

sa profundidad semeiantcs x escenrrios habitnclos por formas,

sabcr o conoccr algo no er:r corternplar la singularidad ópti-ca de un objeto, sino aprehender sr identidad feloménica e¡su totalidad a la vez que su posición en un canrpo ordenado.

Ill imperativo estético en función clcl cual Chardin sistcma

tiza las formas scncillas del uso cotidialo y de la expericlcia

sensorialestá próximo al énfasis de t)ideroc en representar la

1.,8. ClÁ.¿in, C¿lt¿ .la fret¿' \it!¿rt*, t . qú .

naturalcza en srr flujo yvariabilí{ad, exrrayendo a la vez idcasunivcrsalmenre válidas de ese conocimieoto cambiante.r,

Tomenros, por ejemplo,la Cesta dr fre:as sabajes <lc Cha.cdin, fichado hacia 176r. Su espléndido cono de fresas apiladasindica cómo elconocimienro ¡acional de Ia formageométricapucdc converger con una ;ntuición perc€ptiva de la multipli-cirlacl y caducidad de la vitla. Pa¡a Ch¿¡tlin, el conocimienrosensorial y racional son indisociables. Su obra es tanrc el producto clc tn saber cmpirico sotrrc la especilicidad contingen-tc dc las lorrnas v su posición cn el nruntlo de los signi6cadossociales como, al mismo tiempo, una esrructu¡a ideal fuoclada en una claridad racional deductiva. Pero la inmedia¡e¿de la cxperiencia dc los sencidos cs rrasladada a un espacioescónico dentro del cual las ¡claciones clc los objetos cntre sí

8r ViJ. f)idcror, L¿ R¿"¿ ¿Abnbüt, e¡ Guú6 pbrtotu?hiqu\. tp.

9o 9t

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tienc mc¡os quc vcr c()n pnms iplricncirs ólnicrs qrc c(11 rlconocimiento de los isomorfsmos y las posicioncs sobrc unterreno uniGcado. Es dentro del contexco del cuadro carte-siano como debe¡iarnos interpretar la claridad enumerat¡va

de Chardin. \u\ rgrlrpam¡enros de objeros en Lonjunro. )<ubconjunros. Ev¿. analogr¿. tormale' no ronrisren en urr

di,eño,uper6, irl. ,ino ma. bien en un e\pat io permJnen,e rr¡avés delcual se distribuyen ulas identidades y drferencras no

cuantitativas que sepa¡aban y unían a las cosas».3'

La pintura de Chardin forma parte también de la preocu-

pación dieciochesca por asegurar el predominio de la trans-

parencia 'obre la opacidad. l¿nro los fisico' newtoniano'

como los cartesianos, a pesar de su división, buscaban con-6rmar la unidad de un campo único y homogéneo, no obs-

tante la diversidad de medios y posibilidades de refracción

el su interior. La dióptrica (ciencia de la refracción) fue de

mayor interés para el siglo xvrrr que la catóptrica (reflexión),

y este predilección se hace patente sobre todo en \a Óptica

de Newton.3, Era fundamenral neu¡¡alizar el poder defor-mante del medio, ya luera una lente, el aire o un líquido, yesto podría lograrse si las propiedades de aquel medio eran

dominadas intelectualmente de forma tal quc fueran efec-

tivamente transparentadas a t¡avés del ejercicio de la razón.

En el atadro Pompds cle jdbón ¿e Chardil, datado hacia 1739,

un vaso lleno de un liquido jabonoso mate se encuentra so-

bre un errre.ho rlfei¡ar: un jovcrr rrrnslorm;."n una paja

esa opacidad liquida e informe en una esfera transparente de

jabón que se sitúa simétricamente a un lado y otro del recti-

líneo alféizar. Esta representación de un acto de dominio o

maestrí¿sin esfue¡zo, en el cual la visión y el tacto funcionán

8z Foucauh, r97o: zr8.81 Acerca de ta mode¡idad de ia dióptrica, vid. Molyneux, 16911

:tz5z. .Nadie niega a los ¡¡tiguos el conocinienro de la caróp¡¡i-.r... .ir emh"rgo. lo'.ri .a'e.óp,to. .on. .re.r ,rnen

9L 93

l.-8. ChaÁin, Ldt pon?/1' dt labó* h. q9.

coordenados (y esto.r.rr.e en muchas de sus obras), es pa-radigmático de la propia actividad de Cha¡din como artista.\u.rprrh.n.iór' de la .o idenridad de iJca y mareria 1 .u.posiciones elegante, 6na y delicadamente dispuestas dentrode un campo unificado revelan un pensamiento para cl cuallo hápcico y lo óptico no son térn nos autóoomos, sino queconstituycn ¡rnros una modalidad de saber indivisible.

Así pues, la atmósfcra pesada y difusa de la obra madu¡atle Chardin es un medio en el cual lavisión funciofla como el

e

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,

sr:,r id{) ¡el r,¡( r(), :rr rxvcsr rrlr, r rrr rs¡,:ri i,r crr rl , rr,rl rrirr¡irrrr.rlrr.riun ..r.r \.,LiJ. l,j,^ Jr ..r ,¡r ,i,,,ri¡,i,,privado de aire, cl mu¡clo arLísrico de (ihrrnlin cs Llntigu,,a la cicnci:r cartcsiana cle una ¡ealidad llena cle maccria, cor-puscula¡ en la que no hay vacío ri acciór a distarcia. y siutilizamos las historias apócrifas qLre rclararr que Charclinpinraba con los dcdos, ¡o debe¡íamos hacerlo para resaltarvalorcs «picróricos» erernos, siDo más bien para sutrravar I.rprimacía de u»a visión que pe¡tcrece a un momento histórico especifico y en la cual Ia tactilidad estaba complcramentcintegr¿da.3j

Chardh está rnuy alcjado de un artista como Cózanne.Si la obra dc Chardin puede entendersc en el contexro dclproblema dc Molyncux y la coordinación dc los tenguajcsscnsori¡les, la de Cézanne implJca no sólo la posib;lnhd dealcanzar cl estaclo de un hombre cicgo qrre ha recuperado depronto la vista, sino, más ;mpor-ranre aún, la de conservaresta «inoccncia» peflnanentemenre. Iin los siglos xvrr y xvrllcsra espccie de visión oprimordial, scncillamcnre no cra con-cebible siquiera como posibilidad hiporética. De e¡rtrc todaslas especulaciotes r¡rc surgieron alrededor del caso del ¡iáo,l .he.elJrn en r .r8. nadic llegó, nrg.rir q,r( unJ f(r,orJciega quc rccuperase la vista vería inicialmentc tna lumirosay en cierra lorma autosuEcientc rcvelación de r¡ranchas dccolor.x6Al contrario, esc momerto inauguralde visióD era un

!:,rí(, (trrr r!¡ ¡rrrli.r r.r ,lirlro,, rc¡,rcr.rrr,r.L,. y,r,¡rrc rsr,rLra

¡,riv,r<lo tlc rlir rrrso y, ¡¡¡r' r,rrr¡,, tlc sienificldo. l)ara una pcr-son:r rcciirr provisr,r clcl scnriclo de lu vistr, la visiól tomabaionr.r cLr;rnrlo las palabras, los usos y los lugarcs podim asig-

n.rrse:¡ objctos. Si Cézanne, Rushin, Monct o cualqrLier otro¡rtista dci siglo xlx Íieron capaccs dc concebi¡ un¡ «inoccn

cia clel ojo,, se debió sól¡ :r la trasce¡dental recorliguracióld.l ol'.<r\.J"r qu. lrahr" rcr'iJo lrrg.,r prli.rm..rrre .rr e'esiglo.

.¿tauhs a un n\¡ch..ho dc.¡rorcc aiús.ieeo ¿e n.cinri.¡ro. Vid.Ltttts tut k ¿tltl¡J. lDn1crct, ¡961: 1t!,, y TLcory oJ Viio Vihdi-.¿.¿ (Bc¡krle),, re.j8, sec.7r). Vnl. r.nibló¡ M.hlh¡n, r97e.

84

8t

Vid- Di¿e,or, 1968:484. \¡id. tambi¿¡: (Nuesrr¡ visti... pucJe considcr¡rse co,¡o u¡¡ suenc de racro nás delicado y diftro, que seexric¡dc a si misma $brc una mütrirúd j¡finira de cue.po,., iA,i,ti,son, ie6r, no. a!, 2r de ¡¡rio .le ,7¡2).Vi¿..1J,."1i.,.¿.J.,,..n,.,d. r hJr,li, J.¡ t... \r,",,,t).o.1,nl¡n.¿d.lt\¿_q, rts,),^n. r8,. F,,r) .,,h, t, ,,,a ,,ú-.l r,,1r. r r h ,n Lr. r," r.¡ otr! ,. . ,l qtf,r, 4bb. Jp. ...,¡. I

'!.ovp,.',,\. rr,o.u..i¡,rpr1Lc, ( n, d,'..m¡ n,od.l,.J. ,'.,. i.,"..,." i"t n,.d. ,.t", ";,r.., o,, l, 10.,oj, ¡.'h or.i.{' i,u. Ll,J' .. M:.n É I n.J, a .., t,ro\truth,nrpt¡ün nnl thú ¡at,1\fri.i. r,s,at.Ei 1728, cl .i.uj¡no ChcseldeD rc¡ljz{i un¡ .xitosr opÚ¿.nn, (le

94

86

tt

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3. La visión subjetiva y laseparación de los sentidos

Adnirir k no uad¡d cana Lñd catudi.iók dN la li¿a

-eso in?lica, ¿¿sd¿ luesa, a aÍnal negatióh d¿ tu .e

¡o ¡enti¡lo habi*al ¿le los ulore:.

-Fried¡ich Nierzsche

El cuérpo 6 ,h fenóúe¡a ntibipb, mmpan de xaa

plaralidzd de fuems ineductíbb¡; ¡u uúdad e¡ k l¿unrtúne¡o /núltiPl¿, "u i¿dd ¿e doniiaci,is".

-Gilles Deleuze

Uno de los primeros párrafos áe la Faúenlehre l-leoría de

los colores] de Goethe (r8ro) comienza con la siguiente

descripción:

En u¡a h¿bi¡rión t¡n oscura como sea posible, hrgamos una

abe¡tu¡¡ circular en la contraventam de unas tres pulgadas

de diámetro, que podamos cet¡u o no, e voluntad. T¡as ha-

cer que el sol proyecte sus r¿yos a tr¿vés de éstá sobre un¡

superficie blanca, dejemos al «p<tado frjar sus ojos, desde

.ieria disrancia, sobre este circr¡lo b¡illante.'

Siguiendo una práctica bien arraigada, Goethe se sirvió de la

cámara oscura ¡:omo un lugar propicio para sus estudios de óp-

tica. Igual que en la Ópa¿¿ de Newton, la habitación oscura pa-

reci¿ e.r¿ble.er. de nuevo. rela.ione caregórir as enue interior y

I Goerhe, rgTor 16-17

97

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á

cxrcriinr c,l rr li¡(.rl( (l(. lrrz y ,rlrrrrrrrr y r,rrr rc olrslr v.r,l,rr y ,,1,i,'to.\irr..rrrlrrrgo.,l.,u,¡rrr,.,r,,r,slrcl.,r,,,r,,<rl¡ .,t,.,¡¡h,r.,el oden cle la cánnra oscrLra de for.ma abrupa y rotunclt:

Ccmndo enro¡ccs d orincio, dejémosi. hirar h¡ci¿ la p¡rtem:is os.uR de ia era¡.i3r ¡nte él se vc¡á flour r¡a i¡r¡¡e¡circular El ceu¡o ricl cir.k,

"p....*á t.il,,r",,i,,."1..o añarillenro, pero er bor¡te ¡pareccrá rc¡,. Despu¿s .je u¡¡ichpo, *-r. n,jo, .reciendo ha.ia el .cntro, irá cutrrie¡do,o.1,. eJ..,. 'rlo t." , , th¿J, h,,..,.1,...,punr..e,,r.rt. 1r_¡* cl ú.uto &. ¡3 he.ho bjo, sin cmbargo, c1 borrlc_ comicnza a azutarse, ¡ el azrrl invrJe gridrrlnrenLc et ifteriorrcjo. Cu¡ndo Lodo r há vuclo ,zú1, el Lrordc F os.ure.. v4.,,, o. ,. I I t,,.d, ,,..,,,,, d, n.,. \,, ,,\.,Je, .,,,,' ,,, . eu-to¡lo cl cíLcul¡¡ sc mucs¡¡a incotoro..

Al pcdir que se sclle cl oriEcio (,Man schliesse tlarauf ilicOflnuug,), Goethe aruncia Ia disfunción y negación de la

mológi.a. Ir.l,ru,urr dc l¡ ¿helur¡ di.rr.lve l¡ dnrin,¡oncnnc espacio interior y espacio exterior tle la que dcpendÍa elfi¡ncionamiento mismo dc la cár¡ara. co¡

¡rradisnra. fc u ¡a n^ ,. ,.,, ,;,.pt...,1. ::l:il ; :T:obse¡r;d6' .n u¡r inre,ror rll.rdo ¡,.ru quc ob.eruc,rr.orrrcnido espcci6co: lJ e\perien. i.r opri.J qrrr C"erh. rle. ril,epresenta unx noció¡ de la visión que el moclelo clásico eraincapaz de abarcar

t.os círculoscoloreadosqueparecíanÉotar, ondea¡ysuf¡iraquclla sccuencia de tr¿nslormacioncs cromáticas no tieneflcorrclato ¡i fuera ni dc¡tro de Ia estanci. oscura; como ex_plica detenidamenre Goethe, sc rrata de colorcs

"6siológicos,,por.omptero at .uer¡" det oh.erv.rJor y .orr«condiciones nccesarias de la visnín »

9899

l\,,,, Lr.rl ',l"err.r,l,r ,,,,.¡, liiL ,idr1.., ul ,)l)i(r,, P.rlu.ix,,1 . ,1 '.,r, )..¡.'r... ,.1..¡.r. 1. ,:r. r.,..'i,, \,r ,. 01^

¡c n,ucvr¡r sc h.ri v¡il¡lt erronccs el espectro dc oLro color

sobrc cl phno bllrco... t'stc surge de una ihrgen quc ¿hora

tt/tt t. ojo.'

La suL,jetividad corpórca dcl observador, cxcluitla a priori del

, "rr.

cpr.-, de l¡ , i m¡ r¡ or r¡r.¡. \e Lon\ irrre rePenr r rrr m(r)re

en cl cmplazamiento sobre el quc fundar la posibilidad dcl

observador. El cuerpo humano, cr toda su esPecificidad y

contingencia, genera «el espectro de otro colo¡, 1', ¿sí, se con_

vicrtc en el produ.tor activo de la experiencia óPtica.

Las rami6caciones que Ia teoria del color de Goethc ptne

sobre el tapete sor mírltiples, y tieren Poco r¡re ver con la

"vcrd.rd, empirica dc sus efirm¿ciones o cl c¿rácter «cienri-

lico, dc srrs experimentos.l Su acunulación asistcmilüc¿ de

observacioncs y hallazgos encierra un bosquejo de la visión

subjetiva, una idca post-tanti¿na qre es, a lavez, producto dc

la morlernid ad y constitutiva de ést¿. Lo relevantc tlel a n ál isis

quc Gocthe planrea de la visión srrbjeciva es el ca¡ácte¡ rnse-

parable dcdos modelos que habitualmente se presentan corno

distinros e irreconciliables: un/a observador/a fisiológico/a,

quc seú descrito cada vcz con mayor detalle por las cienc;as

experirncntales en el siglo xrx, l, un/a observador/a quc dis-

r;nras corricntes del uromarticismo» y modernismo tcmPm-

Do consider:rr como prcductor/a activo/a y autónomo/a de sl.l

propia experienc¡a visLral.

Evidentcmcnte, l¿ "revolución coperrricana» lDrehnung)del especrador', quc l(ant propone en cl prefacio de la segun

da edición de la Cr/tica de la razón pura (1787), es un signo

Coeihe, r97o:2r. l.a curiva es ¡tresrr¿. t]¡ sr rcori¡ del color,{ioethe pretcndía.no lirriane m:is quc al rnundo dá ojo. qú. ¡oen.ierr¡snro fornr.Icolor,(Crsne¡, 19at: lJL82).

A propósiro dc la ópri.a de Goed,e, vid. cspecialmeDte SePpcr, 1988.

Vid. hrúbi¿¡ liic G. Forhes, 1981; Magnus, r949i Ribc, re8ir I\fcl1s, r97r.

:

a

,I

j

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(lc(rrnrir:rlr tlc l,r rcr»grrr:iz.rcnnr y rlr,sit iorr:rrrrn.rrro rlrlsuieto. Par¿ Kant, prosiguicnrlo cun cl uso tlc lrrs nrL.rrilirrrsópticas, se trara de,un cambio en c] punro clc visra, rrl 9ur,«nuesrl? represcrració¡ dc las cosas, como nos son dadas. no\c J¡u\rr r c.rJ. , o.J. (omo \on (n \r m¡\m.i\.,iI|o q|le e,tú\objetos, cl1 ranro apariencias, se ajustan a nucstro modo derepresentaciór.»' \Milliam Blake Io expondría más sucinra_nrenre: de,,,1 oio. r.rlol,jcro. l.:s rhee1e.,u.lr rheobjccr.,.V ihcl touc¡,¡f, .ubu1a quc, en L ;r,",, . tJ,i, J, l. , i,ió,r ,.-raha rn l.r. rrrrrpod.r, Je la epi,rcnrologu l,¡nri¡r¿, Lrrr¡r¡daen el sujcto; existía entonces rn modo de conocer inmediaco,«un conocimiento sensible». Asír

r.a hisro¡i¡ n.rLú¿l Jc¡ el sisto xvfrl ¡o cs oúa cosa que l

nomnració¡ dc to v¡iblc. De ¿hi sü lparc¡r€ sih¡ti.i.tid yerr prckn.iá quc de l.¡,s pa¡ece i¡gentrr, d. bo simple e

i'npucsta po. ta cvidetuia d.las cosasj

'lias la ob¡a de Kanr, la transparencia del sujero_en_ranro_ob-servadot comienza a enturbiarse. En lugar dc una fornlr dcco[ocinienro privilegiada, la visión misrna pasa ¿ ser objetod, .ono,imienro I ohserrr.iorr. DerJc ¡,rirrcipios Jcl rrr. yc¿d¡ \e7 nr¿\. por ,ien,i.r Je I.¡ ri.iúl| r en,(nder,i u¡¿ irdagaciorr $bre I r con,rirr( i.in ti\iologi. J del \ui(|o l,u rn.¡nú.m.rr qur' la me, .,ni. a Je h lu, v dq l¿ r ¡ rsm ision ofri, ¿. r¡t¡ara de un momento en el <¡ue lo visible cscapa dcl orclencterno de la cánu¡a oscu¡a y se iuscrilrc en otro aparato, cl1 elinr(rio, (lc L, h\ioluB,r irre,rahtey tr rcrrr¡,r.rti11"i.t.f .,,.,p"

AI solicitar repeddarnelre ul1a esrancia a oscuras o _(lui_zá m:is significarJvo- el ojo cerrado, los expcrimcnros de

Y¡illirnr Btrke, e¡ dnnoL¡rions ro

Michcl Foü.2ük, r97o: rrz.

Rey¡o]d$, lc. r8o8l (Btake,

( iocrlrc rn v lirrir,rr .r rl.rt plecrrrintrrcia a trrrtr cxl)cricrlci.r

scl,rrrr¡x (lel .ontrLc«) cor cl ¡runrlo c*Lerno. Por una parte,

csri m.rniiis«rnclo slr convicción de que el color cs siempre

proclLLcro <lc L¡n^ mezcla de leiz v sombra: nEl color mismo

cs un grado cle l¿ oscuriclad; de ahi que Kircher esté cn lo

corkcto ¿l llamarlo lumen tpaticuru.,N Por otra, esrá plan

reando también las condiciones eü las que los insoslayables

componcntcs frsiológicos de la visión püeden ser aislados ar-

tificialmcrte y hacerse observ¿bles. Para Goethe, como para

s.holell,.,,r,r pr,ro ¿e'pu'\. l" ri.irin.' \ienrPre rrn (urn

plcjo irreduccible cle elenrerltos que Pertenecen al cuerPo dcl

observatlor y de datos clue proviencn de un rnurdo externo.

Asi, el tipo de separación eotre rePrescntacrón interior y rea-

li.l,J .rr,rior rnrplicir,r cn l¿.im,r" orut ' '. \on\ierr( (rr

Goethe en rura simple super6cic de aFecro cn 1¡ cual in¡erior

y exterior mantieren pocos de sus antiguos siglilicados y ¡o-siciones. El color, er t:u1to obieto funtlamental de la visión,

cs ahora atópico, dslado dc todo refireltc cspacial.

Goethe alude insistenrernertc a exferiercixs cn l¿s que los

contcnidos subjetivos de Ia visión son d;socixdos de un lrlun-

do objetivo, y en las quc es el propio crrerpo el quc produce

fenórnenos que no cienen corrclato externo. l.as nocioncs de

correspondencir y reflejo, en las que se basaban la óptica y la

reoriir del conocimicflto clásicas. han perdido ccotr¿lidad

y neccsiclad en la -Fzr&arlsrl¿, a pesar de que Goethc las mar-

tiene en algún otro texto. Quizá lo más interesante aqlrí sea

que caracterice n la opacidad como un componente certrnl y

protluctivo de la visión. Si el cliscu¡so sobre la visu¡lidad de

los siglos xvrr y xvrn rcprimió y ocultó todo aquello que pu-

diera amcnaz¿r la transpa(encia del sistema óPrico, Goethe

xpünta hacia su r¡versiól, al proponer la opacid¿d del obsc¡

vador como Lrna condición neccsnrix Para la aParición de los

.:

f

J

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á

li¡rinrcrros., l,:r ¡x rcc¡x irnlrrr¡rrrr., r rlt,r,rr¡,irl :irrlriro,lr l,qnc (iocrlre Ilarró z/ar tiiik: t<¡ Lubnt, Lr rLrl¡t,uIr t¡ [, y¡r¡r_brío. l,a lLrz pura y Ia pura r¡ansp¿rcrci. sc clrcuen¡rrn ahoramás allá de los límites dc la visib,tidad hum,ná "

Alapelar a l:r obsclvación subjetiva, Goethe se inscribc enun dcsplazamicnro que constitulc lo qre Foucauh clenominanel umbral de nuesrr¡ modernidad,. Micnrras Ia cám¡r¡ os_.,rr., luc el n¡odrlo donin¡nre tle ob,e,r¡cio,,, ..,, .,, .,rl,lorm rde rcprerrnrr.ion ,¡ue ¡ermirr,r cl , nrro. inrie,,ro e Be-ncral,,. A comienzos del siglo xrx, sin embargo

el lúear del ¿nálisis l.a ¡o es h represe¡r¡cióD, siro et hoh_l¡¡e en su li¡ttud... Sc riescubrió que cl conocinic¡ro reniacondi.hncs ,mn,mo fisiolósic¡s, que sc i,rrnaba poco apoco er la ¡eryádur¡ delcuerpo, quc podía rcner rn lugarprivilegi¿do cn ét, r9rc, en rodo caso, $ fi,mas no potliandi..,.,J..- d. ,r. .i,,c.,'",id..d. d. .u rui. ,or .,ai1,r,,r . | ,esuncn. <1uc erisría ura zarazlrz: detconocimicno humanoquc de¡crhinab¿ tas f.,uras y que podía, at Drisnro tiempo,¡ra¡iferársele en sus propna .o¡renidos ehpíricos. ,

Dcn¡ro del marco teórico fotcaultiano, la ¿Ermación delpapel de.lo subjetivo v lo psicológico en la pcrcepción que

'o'ricr'< Co.rhe <, ¿n¡log¡ ¡j ril,rjo de.u LUecineo l\4J;ncde Bir¡n. A lo l,rBo Je tJ primer.r,te, rfa dct ,iglo. ore út-rimo senró las bases cle una ciencia del tsens i)tirre». en niirrrerrro ¡,or . e¡¡¡¡6¡¡l¡r de m.rner¡ mis ¡rr, cir.l l¡ n¡r u r¡ lez,rde h erp..rierrcia irrerror. V¿inr de Bir¿¡r .rhnnú l¡:rurnnu.mía y Ia primacía de la experieucia intcrior (como Bergsony \fhitchead harían mucLo más tarde), y postuló una dife_

e La redáricade laeprcsnin cs.eDrr¿teD ela¡álisis que lean_¡-¡anrois

lrl.or.'rd ¡r-8: r\t,. r6l rxr).ro Efe pu¡ro se tr.r¡ eD Escoub¡s, re82.¡ }_oucault,,ezo:¡,q.

rux iu lirrrlrrrrcrrrrrl crrrt Irrs irrrl»csnrrrcs inter¡ns I cxrernas,

crr rrlr r rrr cxrrr¡¡'clin.rri.r guc cuesrionó los supuestos del

scnsacionisrro y cmpirismo britilicos. l.o cmcial clc la obra

biranian:r a priDc;p;os del xlx cs la aparición de un cuerpo

¡crivo e irlquicto cuya irnp¿ciente moil;té (esto es, su esfucr

zo dclibe¡¿do frente a la sens¡ción de rcsistcncia) constitryórrn.r . orrJr. ion previa de f¡ 'ubir'¡ ir iJ¡J.

lnrelraldo aprehender la densidarl y la ;nmediatez ¿cl r¿rJ

lna¡z¡ Mainc tlc Bira¡ difumina la itlcntidad de esr misma in-

teriorid¿d que intcnmba alirmar, llegar o a disolverla a menu-

do. Biran empleó et término ronesthise pln tlcscril¡ir .la con-

ciencia inmcdiata de la presencia dcl cuerpo e:r la pcrccpción,

v,,la simultaneidad de uo¿ combimciór de impresiones inhc

rcütcs a distintas p tcs dcl organisrno,.' La pcrcePción visul,por cjcmplo, es ;nseparablc tle 1os movimiertos muscülares del

ojo y dcl csfuerzo fisico irvertido en centr¿r la ate¡ción en un

objero o, simplemcnte, en mantener los párpados al¡ier¡os. Para

V:inc d< Birarr. el ojo.. umo el ,e\ro del ( ,r( rpo. L un'riruye rrrr,,

perril1nz rcalidad fhicx, quc ¡cquiere contiName¡tc del ejerci-

cio de fucrza y .rctividad. En una inve¡sión del motlclo clásjco,

que tomaba el apardo como un tlispositivo neutral de ptrra

transmisjón, tanto los ólganos sensoriales ¿cl espectador como

acrividad ap.rrecen ahora inextric¿blemente mczclados con

el objeto quc r:ontemplan. Siet€ aÁos antes de que Goethc pu-

ltlic¡nla. lhrbenlehre. Mai ne de Bimn habi¿ ¿bord.rdo el modo

cn que noestra percepcióo del color estaba cleteúrinada Por la

tendencia del cuerpo a la fatiga (debida a modulaciones fisioló-

gicas llevadas a cabo en el riernpo) y cómo el m ismo Pro€cso del

cansa¡cio lorn1aba parte de la percepción.

,r Maine de Bira¡, (.:o"r¡¿er¿úrn t lr! Pti"ci?e¡ d'une ¿lntior le¡

litt\ ?'rlrolosi.tuc! .' rb\¡r,s4,6, (M¡lnc de llimn, re4e, vol. ¡:¡8o). [.n.omr¡nos un i¡¡portadie erúdio sobre Maine de Bir¿¡ cnIlenry, 1965. Vid. también las reflerioncs dc Aldous }{uJey accrca

de Mri.c dc lliran (Huxlev, Il)so: Lrs2).

t

la

rol

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( inrll(,.i,,¡, r. l,r i ir(t(, cn ,r ,rjrnr, (,,1,,r, (l( ¡rnri,,t, r,l,,,...\ 1,,., .t.,,t\ r.,,,5..,'\.,'1.,..,,,,,,,.,.i,,,,,1'.',

Drczcla compuesra por esrc color )¡ ¡tgúnos o¡ros, r r! j !.r.íen csra Dcz.h elcolor ¡lquc s. hrbí. ¿cosunlbr¿do.,i

Tanto M¡ine de Bi¡al co¡ro Cioethe desplazan los valoresabsolutos que la teorí¿ ncwtoniana había ororgatlo al color.,insistiendo en cse efimcro despliegue del colo¡ qre se produ-ce en el interior dei sLrjeto huurano.

Maine de Bi¡an fuc de los primeros en una larga lista depensadores que, duranre el siglo xrx, esclarecieron las ideasclc Condillac y otros accrca de la composición de la perccp-ción. Para Condillac, la sensación era trrra uoiclad simplc, unmódulo a partn del cual se const¡uían percepcioocs clrr¿s,pero esta noción va no se adccíra a h percepción eD capas ydispersa en el riempo qL¡e clescribe M¿ine de Birar, imposibi-litando la concepción dc oun alma reducida :r plrra recepdvi-dad.» Ni Coethe ni Mai¡e dc Bira¡ conciben la ol¡servación

'ubjtrira.urrrn l.r insp«.iúrr de rrn e1,.r.i" inrerjur o comoun tearro dc rep¡escnraciones. Al conrra¡io, Ia obse¡vaciónsc exterioriza cada vez más: el cuerpo <¡ue mira y sus obje_tos comienzan a colstiruir un c ¡po único donde interio¡y extcrior se conftucle¡. Y, de modo signi6carivo, ranro elobse¡vador co¡ro lo observado están sujctos a los ¡rismosmoclos de cstudio crnpírico. Segíur Georgcs Canguilhem, larcorg.rnización del conocimiento hurnano qre riene lug ¿

principios del xrx ponc punto 6nal a la idea de un orden humano cualitxriv¿mente distinro, y alude al descubrimientomás impoltanre de Mainc de Birar: dado que ocl alora cstánccesariamenre encarnada, no existe psicología sin biologia».aSeri la poren.irlidad Je e.r..rrer¡,o 1., qre,,r"rr..^t, ,.,

t

Vrned. Bi r,-/.¿,r/., t,.t¿btrJ. r, ¡¡t t1t./,t,n*,t.ot.J.l'. l,scrrnd iIJri\. ,q») pr,.rb bo.c¡nsuith.h, "Qu,cs-ce qf. h ¡syclúlosie, (ca¡suith.r¡. re8:r: p.i74.

fo1 ro5

rrris srrjt t,r rr Ii,r rrlrs rlc irrvrsrig:rcirirr, rcgrrl,rciinr y disciplirna lo lurgo,l,,l sigl,r xr x.

Lx inscprr¿bilidld clc la psicoLogía y la biologia domilóel peDsnmieoto de otro inportante investigador de la visión

del siglo xrx. Ln r8r5, el joven Arthur SchoPerhauer e¡vióa Coethe Llna copi¿ de su manuscrito Über das Sehen unrl

¡lie Faúen lSol¡re la visión y los colofcsl.'J Este texto cons

rituiil cr pa¡te un homcnaje ¿ la baralla dcl escritor contra

Newton, pero fue rnucho más allá que la teoria de Goerhe en

su insisteflcia err la naturaleza comPletamente subjctiva de la

visión. Schopenhauer abandonó la clasificación de los colores

de Goethe en Esiológicos, fisicos y quimicos, elim;nando las

dos últimas categorias y nErmando que el color sólo podria

ser abordado por una teo¡ia cxclusivamenre 6siológica. Para

Schopenhaue¡ el color era sinónimo de las reacciones y laactividad de la retina; según creia, Gocthe había enado al in

rert formul¿r una verdad objetiva del color, independiente

rlel cuerpo Lumano.

Sin embargo, no deberianos sobrcvalorar las diferencias

cntre Coethe y Schopenhauer. En su preocupaciól común

por cl color, y el relieve que otorgal a los fenómenos psico-

lógicos para explicarlo, ambos seÁalan ura irvcrsión f(Lnda-

mental respecto a hs op;nioDes más influyentes sobfc el tema

en cl siglo xvlrr, incluid.r La devaluación del color qte Kant

plantex en la Cr/tia d.el juicio.'6 Ambos, tambié¡, fórmaron

parre dc una reacción más gcneral contra la óptic¿ newroria_

n¿ que ruvo lugar a principios dcl siglo xrx en Alemani¡ '7 L.a

priorid¿d otorgada tnterjormenre x las cüalidades Primariasde Locke sobre las secundtri¡s se ;nviertc. Scgún LocLe, las

5 ScLopc¡haue,, ¡q¡. vol. ¡: !rl. Ll¡r valn,so a¡álisis de es¡e text, cs

Lrúxrc¡Da¡n, 1987: 17r 29r. Vi.l. hnrbié¡ OstÍ'ald, ,91¡.

Foucaulr describe l¡ lisión en el sigl<, xvu como <ua visitriLidadiibeLadr de otla otn crrgr sensorial y linitada. rderrás, al bianco

y ¡cgro., (FotLc¡ult, rqzor,¡¡).Ar ou.',.,,J, \, ,op,.il. F,.1,,,.' ,. r.r. .,'. n¡'rr "' ¡.o, i',.'.vid. h idtroduc.ión de iuanri.e Ell. a Schofenh¡uer, 1986: e-26

,

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cr¡rlid¡(lcs sccUrxl,uils crrrr I:rs (tuc g(lxl,rl)i r (lisri,¡r,rs s(.1..r. ion,.. c r\i.ri., (,, ,t,r. ,,o SU:,r,1,,hJ,, ,rD!Ur., v,,,,.J.,D/.,con los objeros realcs. fero Schopenhaocl, y el (;octhc dc llTearía de /os colores, petsaban qrre estas imágeles secufldariascoDstitlrían nuestrx imlgen prirnaria dc la realidad exrerior.El conocimiento del mt¡ndo fenoménico comierza con el es

tado de excitación de la rerina y sc desarroll¿ de acuerdo conIa constitución de este órgano. La existencia de obietos exre,riores, nsi como los conceptos de forma, cxtensión y solidezno sor sino la colsecuencia cle esta experiencia fundadora.Para Locl<c y otros pensadores coctáneos, hs cualidades pri-marias sicmpre comparren una relación de correspondencia,si no de semejaDzl, con los objeros extcriores, y cstán con-fomrados según los modclos clásicos del observador, comola cámara osctra. En Schopenhaucr, esra nociól de cor¡cs-pondencia cnrre sujeto y objeto clcsaparece; él esrudia el colorsólo cn lo rocantc r las sei[aciones que pertenecen al cuerpodei observüor. Y explicita 1o irrelcvarte de l:s disrincioncsentre interior y exterior':

Menos aúI podenrcs aprcfi.n.ler en l¿ co¡.ien.ia u¡á.lisrin-cnnr, quc .n seneral no liehe lug¿r, cnt.e obiero y repieE¡ra-cióD... Sólo l¡ seN¿cnnr f,Ledc s.r innrediar¿, r ésta se lü¡ila¿ 1¡ e+¿m aloiád¿ bajo nLrcsLra ¡iel. hsto rs explicable por.l hccho dc quc fuo¿ dc nosotros sólo.¡iste derer¡ri¡¿ci(rn

es|lcial, micnúrs qüc cl cspa.io mismo es... u¡a trn.iór de

N¡.süo.debro.,l

Al contrario quc Locke y Condillac, Schopenhaucr rechazaba todo modelo del observado¡ quc 1o concibicsc como unrcceptor pasivo de las sclsaciones, y en cambio proponía uDsujeto quc era, a la vcz, lugar y productor cle esas sensaciones.\.hoprnh¿ue,. vgrrienJo :r r,oe¡h<, J¡b¡ u,r.r imporrn.i.,

ro6

r8 Schop.nhrkr, 1166, vóI.2: ¿r.

,.rrrr,rl ,rl 1,,.lu,,1, ,¡rr, r'l ,¡,1,,r * rrlrrrilicsrc.r,xrr(1,, l,)s r)¡,s

,l, l,n¡g v,,,1,¡ +rirr tcu,rt[¡s. I )cnxrstrir reitcr.rtl¡ncnte

«inrr "lo quc ircorr(cc. en cl in¡crior del cctcbro,, en el ir-tcrior clel sujcto, cs errónexmcnte ¿Prehen¿ido co¡ro Io qrc

xcontece luera del cerebro, er cl mundo. Su inversión del

modclo cle l¿ cánara oscura se vio rcforzada por las investi-

g.rciones quc, a pr;ncipios clel siglo xrx, localizaron el Purtociego exactamcrte en el punto cle inserción dcl nervio óprico

cn la reri¡ra. Al contrario quc la reveladora apct,rra de la

cámam oscura, cl punto que separaba el oio y cl cerebro del

observatlor schopelhaueri¡no era irrcvoc¿blemente oscuro y

Lt importancia de Schopcnhauer reside aqui en la pro-

pia modernidad ¡ a la vez, ernbigilcdrd del obscrvador que

describc. E¡ efécto, al articular una Pe¡cePciór artístic¿ ¿u-

rónorna, Schopenhaucr sc enticiPa a la cstética y la tcoria

rlcl ¿rce modcrnist¿s. Esta climensión más conocida d€ su

trabajo sienn las bases de un obsc¡vrdor dis¡anciaclo dorado

de flcultades «visiorarixs),, caracrerizndo por un stb)ctivis-

mo que yx no prrcde caliEcarse de kartiano. Sin embargo, es

importanre atcstiguar la relación i¡mediata dc Schopenhaucr

cor el d;scurso cicntílico sobre cl sujeto humano concra el

que teódcamente se rcvelaron los Partid.rrios de h visión ar-

tíst;ca autórom¡. De hecho, en 1885. el archi-antimetafisico

Ernst Mach rcconoc;ó a Goethe y Schopcnhauer como los

fumlrdores de uta frsiologia moclerna de ios scntidos.'" tsr

las páginas tlue sigucn, qu;siera aPuntar cómo cl complejo

e¡trelazamicnto del discurso cientifico y cstético sobre la vi

sión realizado por Schopenhaucr cs esencial pam co¡Pren¿er

la modernidad y cl obsewador, y có¡ro desafía las oposicio-

nes simplist¿s que consideran la cicncia y el arre clcl siglo xrx

como ánbitos separa¿os y tlistinros.

re Schopenhaucr, 1966, vol. u:.1er.

,

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¿

Ar¡n(tr¡( s.lx,t,c'rlllr .r (r¡tifi(i,) :r s l,n¡lriir tit(Nl,ril (k.niticalisra, y crr general se |ay.r tcntliclo a iclcrrrilic:rlo rutinr ri¿menre , onro ¡rn . ide ,li.,¡ ,uLierir o.. ¡L.rr ,.¡ i,lur.r:,s rruhacen silo empobrccer la herero€!ónea texrura de su pens+mie¡to. Ningún ideaiista ha profundizado nunca tanro enlos dctalles cle la corporalidad, o h¿ citado un abanico tan¿mplio de textos lisiológicos, sjcu¡ndo ¡citer¿rlamente susiclcas más cent¡ales en ¡elación a la anatolria cspecílica delcerebro, el sistema ncrvioso ),]a méd(h espinal.., La estéticade Schopenhauer ha sido traracla de manera separatla o in_dependientc con tanra frecrLencia que a rnenudo se olvj<la sup¡¡ctrtesco esencial cc,n los suplemcncos <1e El mundo cattouolunta¿ )1 repr¿se td.iáa. Pero este sujeto estótico, el observador liberado de las demandas de la voluntad, del cuerpo,capaz de una npercepción pura» y de converti¡se en nel clarooio clel tnundo», es paralelo a su preocrrpación por Ja cien,cia 6siológica.'. Cuanto más se aden¡raba en cl nuevo saber, ole.riro'obn el trrer po tragmcrrrado., ñmpue,ro pñr \i,rc.mas orgánicos separados, stLjeto a la opacklacl de los órganossensoriales y dominado por una ¿crividad relieja involunra,.ia, con nayor intensidad intcnraba Schopenl)auer estableceruna visualidacl que escapara a las demandas de ese clrerpo.

Aunque formaclo fundamentalmente en la estérica y cpis,temología kantianas, Schopenhauer .,,rprcrrde lu que .l.,ro,mina su «corrección» de Kant| invierre el privilcgio otorga,do por éste al pensrmiento absr¡acto sobre el conocnnienioperceprivo, e insistc en la constitución iisioiógica del sujetocorno el lugar donde acolrece la fbrmación de l,rs represclra,ciones-'j La respuesra dc Schopenhauer al problcma kantianodcla Vor*elhotg Ltos traslada lejos tlel m:rrco clásico clc la cimara oscura: o¿Qué cs la rcpresentación? Un aconrecimiento

, -\,. . ¡ .1.r..i,,trr,-to.,. r...,.,J, \.tu¡,jh.r., \i.1. |o. ri, '.,1^ \4,.rt, h.jr, a,ro \, e",.t-.,. .'22 S.hope¡ltrkr, 1966, vol- z:167 111.

zl S.hopenh¡ud, re66, voi. 2: 27r.-

ro8 ro9

li'irlitiat mtv totq:l'cj(, (tu( ri.rk lrrsxr crr cl (r'rLt¡r,:rninltl,y r c(nrsrcr¡crci.r Jcl .tr:rl surgc, cll cse mismo Pünto, la corl-

cicncia clc r.rna ir»ugen.," Lo t¡ue l(ant denominaba unidad

sintéticr dc la apercepción cs iclcntiñcado por Schopcnbauer,

sin vacilar, cor cl cerebro. Cot cllo, Schopenhalrer no cons-

rituye srno una insranci¿ de la llamada ureinterP¡eración Iisiológica de l¿ crírica kantian¿ de la razóu, que tuvo lugar

duranre la primere mirad del siglo xrx." "Una Elosofía como

la kandana, quc ignora por comPlcto el P!!)ro cle vista lfisio-lógicol, es parcial ¡ por tanto, imu6ciente. Al¡¡e un abismo

ilfranqueable entre nucst¡o conocimicnto filosófico y Ésioló

gico quc no prrede llegar n satisf¡cernos rurca »'6

Segiur Thcodor Adorno, la tlistanci¿ que separa a Scho-

pcnhauer de Kant sc debe, en parte, a que el prime¡o consi

dcra que el sujeto trascendenr.rl no cs sifio una ilusión, «un

fintasna,, y.r que la írnica unidad que Schopcnhauer Predeconceder al slrjeto es, firalmente, biológica.'7 Sin embargo,

algo inrylicito en el co¡rentario ¿e Adorno es que, toda vez

qrr. cl 'o lenonrerri.o h.r,¡ueJ.,d" redu' nL-r 'r no '.r 'ino,rnobjcto empírico nrás, la autonomía y autcnticidtd de srrs rc-

presentaciones quedan pucstas, t su vez, en cnúedicho- El

postulado schopenhaurialro ¿e una esfer¿ noumárica de uPer-

ccpción totalmentc objetiva, colltielle su formulaciól simul

ránca dci observador como un ¿parato Iisiológico adaptado

al colrsumo de un NDdo tle urepresentacioncs, e «imágenes,

preexisrertc. Si en el núcleo dc toda la obra schopenhaueria-

na hallamos una aversión a la vida instintiva del cuerpo, a la

rcpctición inces lte y monótona de sLls Pulsiones y deseos, su

uropir dc percepción estéticn también corstituíx un refugio

f'reute a la ansied¿d de un murdo modernizado que estaba

translornundo xl cuerpo en un xParato de actividad refleja

Schope¡h¡utr, re66, !ol. z: t9r. SubtaI¡.io e! cl originilSch¡ádelhach, 1984: ror. Vid. ¡anrbié¡ Learr',1978.Sclopenhauer. 1966, vol. :: 17¡-Adorno, r97,F lil ,i,1.

a

¡i

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t

I l)r.visil,lc ,¡ tlcci¡ i[.L,s rit,rrrititos Lrryos rr,rlr;rjos r:rrrro tchabito flscir:rcl¡,. Y l:r oiric:¡ nicrzscIc,rrr rr l,r rsririt¡ rltSchopenhaucr insistir.á cn que tstr .inruicirin purru suponír,flndamentalmentc, una huida del cuclpo scxuat..,

Er realidad, Schopenhauer llegó a su dcGnitivr cornbina,ción de 1o subjctivo y lo fisiológico durante el largo intcrvaloq,re,e (\rendio rnrre L prinrer r¡ ,egundr «lic¡on¡ ¡le flmL ¿lo eno ul ra¿|! rc?ft¡enrlciór, ent¡c r8r9 y 1844, pe-noJo.rr, l cu¡l r.rnro Lr,orr. cp, iÁn,lel r¡rr.rro opr i, o.orrrolr Jcl currpo hu marro ,ü irie,un unJ p,oru nJ.r r ¡ n,ion¡:r, ion.Las revisiones que ScLopenhauer inrrocluce en su texto ft¡e_ron p.,r.,hh' J rnJ ,r,"rm( e\frr\ion ( n tJ, inve,¡itsJ. inr)e\ )¡ublr,r.ion+ ti,iolosnr,. y LnesunJ: ednion J((\riguJ quehabia asimilado una vasr¿ carridad de material científico. La6tsu'! (1,. \J\;..r 13iclrrr. ¡or ejem¡,1o. ruro u¡,.¡ imt,orr¡r¡i¿viral para Schopenhauer.., Schopenhaucr califLca l¿s Rech¿r-cha pfut:iolrgiqaa sur la uie et la mort QBoo) de Richar comonuna de las ol¡ras más concicnzud¡s de l¡ literatura firncesa»y, añadc, «sus rellexiones y las mías se apoyan rnuürxmentc,dado que las suyas consrituyen la iltstración lisiológica de lasrnías, y 1as mias la ilustración 6losó6ca de las suvas: v se noscomprendcrá mcjor a amtros si se nos lec ..ru;i."-.n..,.Aunrlue hacia la década de r84o el rabaio de Bichat se con_sideraba ya, cn gencral, cientílicamenre obsolero y pertere-cientc a un vitalismo cad:r vez ¡nás des:rcreditado. no obsrr¡teproporcionó a Schopenhauer un modelo físico dcl sujeto hu_mano decisivo. Las conclusiones Esiológicas de Bichat provenían fu¡dancnralmenre de su cstudio sobre la mucrte, r laque identilicaba como un proceso fragmentado, consistcnreen la ertinción de órganos y procesos diferentes: la muertc del¿ locom". i;n Je l" r*pira.iun. d< la, pcr,e¡riorres scnsori.r

28 Nletzschc, r9at8r 1o.1¡or.A.erc¡ d. Bichar, vid. H¿lgh, rr8.l: esp.87¡¡7, y tou.¡utr, ry7r:' r4, \ iJ. '. n L,i.

' l,'rll.," .,,,.lo,uco, ,, ,.;.

Schopenh¿uer, r966, vol 2: 26,.

)z

l.s, i rrnl,r,,. Si l,r rrrrr,,rc c,,r rrrr.r«irrrccir:ricrrro rrrtili¡rli,y Llis¡xr«,, r,rro rxnro ocurrirí:r con l,r vicle org:inica. Scgírrr

(icorgcs {i,rngrrilhenr, "El grrio ¿c Bich¿t consisrió en dcs

crntralizur l:r noción de vida, cn cDcarnarla en distintas Parrcsde los orgalisrnos.,'' Con Bichat se iniciaría la parcelación ytlivisión progresivas dcl crrerpo en sistemas v funciones sepa-

rrdos que tuvo lugar en la primera mitad del siglo xrx. Unadecstas fuflciones er¿, claro está, el scntido de ]a vista.

La visión subjctiva aseverada por Goethe y Schopenhauc¡

y que dotó al tbscrv.rdor de una nueva autonomí¡ perceptiva,

coincidió rambién con la úansformación clel obse¡vatlor en

un sr.rjeto de nuevos saberes y técnicas de poder. El tcrrc

no sobre el qLrc Émergieron estos dos tbse¡vadores estrecha-

¡renre relacionados fue le ciencia de la Esiología. Durante

las décadas de r8zo y r84o l,r fisiologia no era aún la cierrcia

cspccializü¿ en que se corvcrtilia más rardei en llgucl mo

merto, llo contabl con una ideltidad institt¡cional fbrmal, yfire comando forma a t«rvés de la acumtlación dc las investi-

gaciones de individuos que trabajaban separadameltc y pro

vcnian de ramas distintas dcl saber.r' l.o que comPartían cra

Lrn s€Dtimicnto cle emoción y maravilla Por el cuerPo, que

ahora aparecía como un continente rrevo a cxPlorlrl car-

rogrrli,r r domin,r. (or nue\u\ hue.os ¡ rne..'rri'rno. qrr.

se clcsvclal¡an enlonces por vcz pdmera. Pero la verdadera

importancia de la fisiologia rienc mcnos <1ue ver con sus ¿es-

cubrirnienros cmpíricos que con su convcrsión eo un cirmpo

de luevos tipos dc rcfltxión epistemológica quc dcpcnc{ían

¿cl conocimrento sobre el ojo y cl proceso de Ia visión; esro

]]n "tsi.hI.r Bcr"ard, (Cangullhem, ry31: 16r.) Vitl. l-a caracre,i-za.ió¡ dcl .mpirirno de.imontui.o rc¿liz¡da pot lc¿¡'P¡ul S,rreen EI ¡¿ior! * l¿Jinili¿:.los prid.ipios dc la nl.olosí. empiristio.u[¡¡ !D¡ iDteligencia,nalítica... un nétodo acrno organizad<,

pare rcdrcir on rodo en sns paftes., (Sesrrc, rr8r, vol.,: ,17:-a7t).

^piopósito dcl¡rodoen que losruevos conccptos dc Ia isnlogirse

ú¡¡siricrc¡ meiafóri.trmenle ¿ l¡s.i.¡ci¡s sociales en elsigb xtx,vid. ll¡binos, r989: 2i 26-

]I

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:niF,rio de \i..lr..Hrrri t¡ .h .n 7,¿; ,?" t)t I .1. /at.¿,oñt

I t"oa\r dc v¿r t."n Lto.rg,.y. rs12.

irxlit,r er'¡rrrr¡ cl u¡c't,() st,.srxhir (onvirricr¿o.n cl cnrpl.rz.r-

nrior(o Jrl po¡cr y fr v,r rd. Lx lisiologia, en este rnomento

clcl siglo x rx, cs una de esas ciencias que seáalan la rupturacntrc los siglos xvlII yxrx planteada por Foucault, en [a cualei hombre aparece como ur1 ser en el cual lo trascendental es

tirblece unx correspofldencia con lo cmpirico.! Supuso, pLres,

el dcscubrimiento de que el saber estaba condicionado porel funcionamiento lisico y anatómico del cuerpo y quizámás inportante de los ojos. Sin embargo, la fisiología, como

ciencia de l¿ vida, searala rgualmente la apxrición dc flucvos

métodos dc poder. «Cuardo cl diagrama clel poder abandomel nodelo de soberalía por un modelo discflinario, cuando

se conv;erte en el ubiopodeo o la ubiopolitica» de las pobla-ciones, controL¿ndo y administ¡ando la vida, r¡ k propia uida

la qte strge cono un rueuo objeto del poler.s,El logro colectivo ¿e h EsiologÍa europea de la primera

rnitad del siglo xrx fue la investigación extensa de un terri-torio ¿ntes sólo cooocido a medias: un inventario cxhaustivo

tlc-l cucrpo. Se trataba de ul colocimiento que ¡aml¡ién sen-

taia las bases para la formación de un individuo adaprado alos requerimienros productivos de la ¡nodernrdad económicay de ias eme¡gentes tecnologíxs de control y sujeción. Haciala década tlc r84o ya sc habían producido (r) la transferencia

gradual del estudio holhrico de la experiencia subjeciva o vidarneltal a un plano empírico y cuantitac;vo, ), (2) la divjsión yfragmentación del sujeto físico en sistemxs orgánicos y mccá-

dcos especiEcos. Bichat contribuyó a csta desceltralizaciónlocalizando funcioles corno la memoria y la inteligencia en

el ceretrro y situando las er¡rocio¡es en v¿rios órganos intcrnos. Los rrabajos de FranzJoseph Call (a cuy¿s conferencias

asistió con entl¡siasmo Schopcnhaucr cuando era esnrdiar-te) v clc Johann Gaspar Spurzheim localizaban la menre y

Z

l1 [ou.auli, r97o: ir8J2o.la Gillcs D.l.uzc, ¡¿,¿dzlr, p. .¡2. La cursiva es nuestra.

r73

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hs crrrr¡cnrrrcs L:xclLrsiv:u¡¡crrrc r¡ cl t.crtlrrr,. S¡,rrrzll.irrr, ¡rorcjempio, idenriEcó krs cmpllzarnicnros ic Llcirrr,r y cirrcofu¡ciones cerebrales. Este ripo dc cartografí.r r¡cn¡rl clifiriade otros esluerzos a¡tcriores en qlre la localiz¿ción se h¡ciaahora por mcdio de la inducción y expcrimentación externasy objerivas, y 1.a no a través de la introspección subjeriva.r5 Acomienzos de la década de r8zo, cl rrabajo de Sir CharlesBell v Frangois Magendie habia arricula¿o una disrinciórmortblógica y funcional entrc nervios sensorialcs y rnotores.,6

Johannes Müller, en 1826, fuc más allá aúl al concluir quc losncrvios sensoriales son de cinco tipos, dando un paso más enla espccialización del sujcto perceptor.,r También a mediat{osde esa década, Pierre Flourens anunci¿ba el descubrimicnrodc las lunciones de disrintas parres clcl encélalo hurnano, enparticula¡ la disrinciór entre el cercbelo, centr) ¡rotol., y el.elel'r,. cenrro.lc l: ¡<r,e¡rion." tod,. ¡\r¡. i,r,,*rig¿.i.,nes consrruyeron un¡ cicr r¿ ove¡dad, dcl cue¡po qllesirvió delundamento al discurso de ScLopenhauer soble el sujeto.r,

En cotcreco, fue la locaiización por partc de Flourens dclas actividades morriz y pcrceptiva, esro es, la separación dela vista y el oido del movimiento muscular, lo quc proporcio-nó a Schopcnhauer un modclo para aislar la pcrcepción esté,tica de los sisremas que se o€upaban de la mer-a subsistenci¡del cueryo. En "el hombre común y ordinario, esc prodrrcto

rt Vid. Chrngeu!, r98ri 14. PIi un contex¡o otís anrplio, viJ. youna.

16

17

l3)9

Vid.Iehkin, ir46: tf. ro ,ZN4üllcr, 18261 6 9.Flourc¡s, r824r48 92.Itel.. r. ,-.,rn. r., ,t,,- l'. p.hm..'. ,1'. ',vnuF t,.8,, J f, ,,,Dio,.l.l iÉ|.\,..n,,- l...til".i.,in-'., r.,,i tr.,,.-.iJri,.¿.r i,.,b.'l,.'..-.un,i...'u,",',p,{r',.i.'p,J,r t..r., Lt,,i,.Jpr o.,t ¡i,{,,.,.1r, ..,.,,,.," ..;,,,eei.iJJ. ho.,,t.. rto,J-r e.,.,ll..iJ¡.,o,,,,",,o., l, ¡.,. o. .,,.,.,, d, r.o4 J.d. ,r.l'rcl,,i.-ld. r,'r,,'e. ",i.,trr. oLrn, .t.h ,. t,¡ ,' \.,,,,,1. ,. g,..r .t, '.i,,r,.,..r..d J.t ,r¡.. ,,,,.h,.,-.,,,.,,..inclu$ rcpúbli.¡nos; los unirerifas son legiti,¡isr¿s.» (I{ec.cr y' .,,., 1i l -,rr., rñ77 4) .

¿

li4

1f

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rrr,rrrrrl,¡crrrr,r,l,,,l, l,r n.rrrrr:rlcz,r r¡rrc ist,r 1,rrx[¡ce :¡ nrilcs,, Ia

visirlr¡ sc rlifcrcrrci,rl¡,r rprnas dc csras luncnrncs "inferiores,.l'cro cn cl crrsr¡ dr krs aLtisras y los "hombres tlc gcnio», el

srnrido dc l¿ v;sta era el más altamenre apreciatlo, debido a

su oindifcrcnci:r respecco a la voluntad, o, en otras palabras,

su separaciól anatómica de los sistemxs qüe regulan la vida

pur¡mente ;nsrintivx. Flourens proporcioró un di¿grama li-siológico que permitió Lrna cspacialización de esta jcrarquia

de firnciones. No es dificil rcconocer en Schopc[haue¡ unthli¿.r,;r,or reon'. du¡li'ra. J. L perce¡cion l)o\r(riurL\.como por ejemplo las de Konrad Fiedlcr (que oPonía una

pü(epLion Jn i\r i' r Iibrr r unr ¡er.e¡'. i"n rro rr rr\riLJ \ no

libre), Alois Riegl (la peLcepción háptica y óptica) o Theodor.

Lipps (la cmpatía positiva y ncgntiva), todas ellas separadas

de la inmediatcz tlel cuerpo y propuestas como sistemas dua-

listas de modos de pcrccpción trascen¿entalcs.a'

Schopcnhauer exrrajo un¿ conliriD¿ción adicional a sus

ceorías de las investigaciones sobrc la acción redeja, el con

creto del trabaio ¿cl médico bri¡ánico Ma¡shall Hatl, quien

n pnnc;p;os de la dóc:rd¿ de rSlo demostró que la médula

espilal cra responsable de una scrie de acrividades colPorales

inde¡reldientcmente del cerebro. H l llevó a cal» ula dis

tinción cateeórica cntre la ¿ctividad ncercb¡al» volunt¿ria del

'i.r(mr ner\io'o ) h ¡cririJad intolurrrJria c\.iru n)orri7

distinción que parecía corroborar Ia,1ue Schopenhaucr habi¿

fropuesto cnt¡c mero esrímLrlo o ir¡itabilidad y una noción

de sensibilidad (dcrivada de Kanr).'' Sin embargo, tanro las

\vilhelnr \X/or.ingcr, por cjemtlo, .ita a S.hopcDh¡uer a p.opósito.Le hrr¿d.¡duaL6m de'lhe.¿ot L\pps, c¡ Ah't .úin ! nt"rtuGeos) (Vorri¡ger, ¡948: rl7). El probabLe virulo enüe el tnbajocle Schopcnluuer y el /úrzsaal1ar L{c lticgl es r*ado brevcncntcpoi Orro Pii.ht (l'¡cht, 196l).P¡r¿ H¿ll, "El sistema ccrcbral cs volición, percepción», micnüasqu. hs cmociones y l¿s p¿sioncs sc localizaban en lo que lLamó laqn¿Llul¿ (o srtema) espinaL propi¡¡r.¡te di.ha, (H¿ll, fir:7o'71.)Vid. t¿mhiéD ClarkcyJ¿cy¡a, ,91i7: r27 r29.

,

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firctrlt,rrles srr¡,criorr,s c,,nr¡r t;rs irrtirnrr..r c¡r,rl,,rr lt,r,rliz,rrl,rsdelrro del rnisnro orgtnisnro biológico. lir ct sigr icrrrc l),rs:rjc,Schopenhauer ttcscribc, de t'-orma asombrosalrentc crplícirl,el anclaje dc la pcr.epción esrérica en el edificio empir.i«r del

A nredid¿ quc nos clcvaDos en Ia esc¡ta ¡¡im¿t, tos siste,¡as¡eryio$ y

"ruscul¿r J.I¿?zrz, en¡e sí de forh¡ más cla¡r,

hastl que en los vertebra¿os, ), ile ¡rareE Drás .omple¡a .¡"' I'omh. et .- d..iJe en ,.1 .. r.n,r uvioso org:inico ), u¡ sistema ¡ervioso ce¡ct¡¡¡t. A su vcz, esre

sisrem¿ nervioso c.¡ebra i se desarolta e¡ et exÍenra.i¿hs1rccomplicdo aparato del cerebro ), et cerebclo. la rné.lul¡ .spnral, los rrlios crrncales v r¡suírleos, v los fiscicutos ¡e¡-riosos sc¡sores y hororcs. t)c éstos, sóto etcereb¡o, iu¡ro.onlos ne.vn,s se¡sorialcs unidos : él y los fasciculos ncrvn,sosraquídeos posreriorcs, esrán desri¡ados ¡ ¡¿.rr7,l6 cstihutosprocedd .s Jel nN¡do exreuro. Mic¡tms, el resro.le p.ftescsL:in d.srinadás sóto r ,rr¡¡r¿¡r¡ los estn¡utos ¿ I¡x ¡rúscu_los. di los oralcs ta volunrad se n¿niliesr¡ dirccLa¡renle. .l¡,¡iendo presc¡te la scplr.ción cohenrad¡ más ¡.rib¡. vemo\.¿t t,i"tulo k?dwr

-¿c m¿¡en .ad¿ lrz hás .l¿u ., 1¿

co".i¿"ci¿- dcl a.ta ¿e\olLurad qoe provoca, cr la misnalredida en que ltr ¡./¡6¿l, dcinn s. sep.A ¿e t¡ ratl»tx¿¡_ f,n.. r c.,,iJn l. ." .,. .ü J, t .,,n..c,rmerLe, dado quecn ella las represenr¡cn¡.er sc mu.shn co¡maror clartdad l purcza cadr vez... Éstc es et puto cr el

cual l. preseDre .onsideració¡, i,1i.ia¿¡ .on los frn.lamen¡osÁsiológi.os. se ret¡cn na.o¡ etrcn¡dc¡ues¡¡o teLccrlibro. T¡

merafísic¡ tlc 1o hcll¡¡,. ,

Ln un solo párr:rfo, somos ¡rrasrm¿os desde los lasciculosnerviosos sensoriales hasra lo bello; o, dc nraner¿ n]ás jlcDe,

1r6

42 S.hopenh¡uer, ,e66. \ol. 2: 29o 29,. 4t Schope¡hauc! ,966, vol- r:14.

fr7

rirl.,l$.1..1 tnrr) lir((,,xrrricrr¡,,,r'flcjo clcl crrerpo h;rsta la

t)i rccpri(irr Iil)crr¿x .lc h voluntrcl tlel "oio puro del genio,.

Aunt¡ue cl concepro dc 1r rc sea absoluto en Schopcnhauer, la

Ix,sibili¿rd dc st perctPció¡ estérica cstá basada cn la especi-

ticidad de la corporalidatl humana qte dcscriben las cicncj.rs

cxpcr imenrales dc l¿ época. La posibilidacl de la «percepción

¡rura, sc deriva, por t¿nto, de la mism¿ acumulación de co-

nocimiertos fisiológicos que estaba dando firma, paralela-

nrenre, 11 un nuevo slrjcto humano Productivo y controlable.

Lejos de ser un:r forma dc conocim;erto t¡ascendenral, dicha

pcrccpción es una facultad biológicru ilcultad c1ue, además'

no se Prcsenta de manere uniformc elr aodos los l'tombres y

l.a vifa de objcros bell6, ú¡ belb P¡is¿ie. Por ejemPlo,.s

r¡,nbién un fe¡ó¡re¡o del cereLro Su purezr y pcrfeccón

clepcndo m uilo dcL objeto, si¡o r¡¡l¡ié¡ de la cu¿lidad v

con*itució¡ del cerebro, que se encuertreo en ." forma y

t.má.1o. en l¡ $tileza .Le su tcru¡ri I la esrn¡ul¡.ión de su

actividad por h energia Jel pulso de sus anerias ccrebmles.''

l,a aprehensión de la bclleza no está sólo condicionadt fi-

siológicamentc, sino que Scho¡renhauer ro dej¿ de recnlcar

que cxisten métotlos físjcos capaces de Pro¿Lrch o modiEcal

ciertos modos de pcrcepción.

F.lestado rcquerido pja la objerivid¡d púr. de l3 r,ú.epció¡cuenta, por u¡¡ p¡rte, .on co¡dicnnles pem¿nc¡¡es e¡ Lr

pc¡fccción del ccrcbro v, en general, de las cualicladcs 6snr

Lógicas que favorcccr e*a actividrd ¡ por otrr parre, con

condicio¡es rempor¡lcs, dado que estc cstado es üvorccldo

por toJo aquello que rumcn¡¡ l¿ ate¡ció¡ c inte¡sifica l¿ rsccpribilidr<1 dcl sisteora nerrioso ccrebral... todo io cual¡ro

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fE,

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trxL i(r,x.L h,r(rivittn,t (.,(.tr.,l,,,,.r {,t!d,,.,, i, n,r, riL(,^,,.rlnriD¿o li .ir.ut).i,;,, s¡,rBui(,.

Schopcnhauer proponc aquí vias corcretas dc urc¡llar la vo_luntad, con elñn de p¡ovocar un cstado de.objerivitlad pura»y de "pederse cn l.r percepcióo». Una vez ent.,,d.rlr.,, .1.,. l.pcrcepción dcpende de la estrucrura y el ftncionamicnro físicos cle un organismo hlrmano empiricamentc constitlridoJL,quehay tlcnicas del cuerpo o procedimicntos pr:icticos paramodi6car la percepción de forma extema, la reivindicaciónclc autonorlía del obse¡vado¡ schopcnhaucriano se vuelveuna licción ilusoria. El uso que Schopedrarrer hace del co-nocimiento sobre el cuerpo para «aumenrir¡ la atcnción» alin de lograr la "objeriviclad pura dc la pcrcepción» es unptoyecto cty.¡s ün¿iciones d¿ ?osibilirhd sol, en csencix, lasmismas quc comparre la psicología Esiotógica clel siglo xrx.Una parre importante tle esta nueva disciplina consistió en ele-studio cuantita¡ivo clel ojo en témrinos de atc¡ción, riemposdc reacción, umbrales dc estimulaciúl y fatiea. Dichos esruJ i.' ev¿h¡,r , l¿ r.urcr,re rel¡. ionador , on L er ig. rrr i.r Je u rrconocimiento sobre la adaptación tlel sLtjcto hunraoo a r¿rcns

¡rrodLr«ivas en las quc la atención óptima era indispensablepara racit»ralizar y hacer más efecrivo el trabajo humano. l.anecesidad econóoica de una rápida coonlinación ent¡e oio ytnano al rerlizar accioncs repctiriv:rs requirió un conocimiür-to prcciso de las facultades scnsoriales y ópricas human¿s. Enurr contcxro cn el cual csrab¡rl surgiendo nuevos mode]osindustriales cle protlucción, la "firlta de atención, de los tra_baj.rlores consrituíe u[ serio problem¿, con consccuenciaseconómicas y disciplinarias.n Atlemís, debcria subrav:rrseqrI( la e.rrri,.r Je \.hotlenhJU(, ) t¡ in\F.rjtsr.iún IJ.notÁqiú cuantirariva de sr época, independienternentc de Io diver

a4 \!hopcnh.ui , Le6h \ol. 2: ,o7 ró8.ar \,d Drlc, lt.].i,,krj ,r7r.

t18 flr)

lturlr (l( s¡r\ r(sl¡c( I iv.rs ¡rr¡ ir¡rrcs tlc "rrtcr¡citjrr,, cstilr lrnb¿s((nrsrirr¡i(l:,s t)(,r cl nrisro discrrr«r dcl suiero, ¡rara el cual lo

psicoligico cs consusrrncial a lo subjedvo."' L-.1 conocimicnto

prr4rorcionó, :r lir vez, Ias técnicas ¡ara cl control y dornina

, iorr exrerrro' .l.l 'rrjer" humrn"l l.r lu.e ern.rn. i¡rrorir ¡,a ra

l: itk:rr de visión subjetiva propia {c Lr experimentaciÚn y teo-

ría mo¿cl¡rstls. Cualquicr análisis aclccuado de Ia cultur:r

modema dcbc d¿r cuenta de cóoro el no¿crnismo, más quc

constitlrir Lrna rcacciór contra los proccsos de racionaliza

ción cienti6ca y económica, cs indisociable dc cllos.

l,a óprica fisiológica expresra por Cioerhe y Schopenhauer

y sus modelos dc visión subjctiva (qLre alcanzó su culmina-

ción co¡ Helmholtz en la década tlc 186o) del¡e entcnderse

en rel¿ción con los profundos cambios c¡re padecieron las

teorias acerca de la nactralcza de la luz. El dcspLazarniento

clc la teoria corpuscular o de la cmisión a las exPlicacjones

ondul 'ro,i¡. o de movimi.,,ro ne "r,h' r,,.o unr gran im

portancia para la cultura del siglo xrx cn su coniurto-47 La

teorí;r orduiatoria invalidó la idea de propagación recrilínea

ctc los rayos dc luz en l¿ que sc basaban la óptica clásica ¡parcialmente, la ciencia de la perspcctiv.r. Todos los modos

de rcprescntación derivatlos clel Renacimicnto y los modelos

posteriorcs de J.r perspectiva dejaron de contar con Ia legiti-

46 Ei problema de la "at.¡cjóo, se convirLió cD un3 cuesti{h ccnú¿l

cn i¡ psicologia .ic¡rifica de 6nales ¡lel siglo xrx, !¡rticulxrnc¡rc.¡ cl ¡ab¿¡r deVilh.lm \rundi. Vi.l. Ribo¡, ,88r. Bergson xfir¡r..t\ M¿ki¿.t tu./,o/i¿ l'891;): "Paso r paso, nos veremos i¡ducidosa definir h ¿rcnción .omo um adapración del cucrpo nás que de

la menre,, y cono Schopt¡h¿ucr, insisre en qu. «l¡ atención tie

'- ¡,, -.,'o c'" ,1 \r,. '.' u. (t1 ,ln m'.','r..r'J ¡ller!,'r,9qq'r9 roq l \.r . J-li,,,l,..,ooce...uIi,. ,o.,ot J."..nci<nr, vid. mi.Spectacle, Arrcnrio¡, and Cou¡rer mcrnorl, (CÉry,1989).

a7 Vi.1. Bü.hw¡ld, 1989. Vid. tarnblén ]I¡rúrn, r981r ,l-¿6r l(uh¡.

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m¿ciór dc un¿ cicr)cir óptica. ()bvi.rnrcrrtc, h vclosirrrilitudasociada a la const¡ucción perspectiva pcrsistió drrrrrnrc clsiglo xrx. pero ya scparada de la basc cienrifica quc la habíaautorizado ant;güamcnre, e jnc¿paz ya de sostener los rnis-mos signilicados que mantuvo mientras la óptica arisrorélicao newtonialra conserva¡on slr preeminencia. Todas l¿s tco-¡ias de la visión dominantes, ya fueran la deAlberti, Kcpler o

Ncwton (Huygens scría la excepción obvia) desc¡ibíat, cadauna a su rnanera, qlre cuando un haz de rayos de lLrz aisladosatravesabirn un sisrema óptico, cada rayo tomaba el caminomás corto posible para alcanzar su destino.lr La cámara oscu-r.r estaba inexrricablemerte Lnrida a esta consrrucción episre,mológica según la cual un punto se re6e¡e a otro punto. A Iavez, debe¡ros subrayar cuán profindamente tcológica era laconcepción dc la luz como irradiación (compuesn de rayos)

Y emanaciór.El trabajo de Augusrin Jean Frcsnel ha pasado a consi,

derarse como cl caubio de paradigmar',. Flacia r8zr, Fresnelhabi.r llegado a la conclusión de que las vibraciones de rlueestabr compuesra la luz cran rocalmentc //¿rr u¿rt/118, 1o qlJe

llevo. a el ¡ r lo, inrc'rigadore. qut lo siguierorr,.r,orrsrrrrirmodelos mecánicos de éteres que transmitian on¿as lrans-versales en lugar de r¿yos u ondas longitudinales. L¿ ob¡a dcFresnel se encu¿dr¿ en la demol;ción dc la rnecánica clásica.allanando el terreno para el rriunfo Enal de la fisica moderna.Lo que había sido una rama concrcta de la óptica duranre lossiglos xvr y xvrrr ahora se fundia con el estudio de otros fcnómenos físicos: l¿ electricidad y el magnetisno. Por encimade todo, se trata dc tn momento en el que La luz pierde supriviiegio ontológico ¡ a lo largo dcl siglo xrx, de Faraday a

Maxwell, se h:rrá cadavez más difÍcil ororgarlc una identidadindependicnte. La teorí¿ del color de GoctLe, ¿l proporcr

Par¡ i¡fornració! rclevrnte ¡ datos1976 v Simob, ¡988.Vid. Irallel. 1976, r Simon, 1983.

bibliográlicos rjd. Lindberg,

:

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IA.).Itñct twtJ¿,,i"a ¿^ Je /"2.

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¿

unr dil¡rcrrcir rurlirrriv,r tlrt l,r lrrz y rl r,,[,r, ,r¡,rrrrr,rlr,r lre esta cvohció¡. Sin cmbaLgo, Lr nris irrrporrurrrc cs i¡rrc, u

mcdida que la luz comenzaba a conccbilsc conro rrr firx;mcno elecrrooragnétlco, cada vez tenia mcnos que ver con clámbiro de Io visiblc yla descripción dc la visión hum¿na. Así,es en este rnomenro de principios del xrx cuando la ópricafisica (cl esrudio de l¡ luz y sus fbrmas de propagación) conlluye con la fisica, y la óprica fisiológica (el esrudio del ojo ysus lacult¡des sensorialcs) pasa a dominar repenrinamcntc clesrudio de la visiórl.

La publicación del /lazdbtch dcr l,b1:;iologb drs Menschen

de Johalnes Múller, iniciada en 1833, marcó un h;ro importante en elcampo de la ópcic.r fisiológicay en la formación deun nsevo observado¡."'La obm cle Müller, un prolijo corrpel,dio del tliscuro lisiológico al uso, presenraba una noción delobscrvador radicalmentc disrinra de la clci siglo xvrrr. Schopcnhauer conocía bien su contenido, y ejerció una influcrciadecisiva en un colega más jovcl de MülJer, Hclmholrz. Alo largo de miles de páginas. Mülle¡ rcprcsentab¿ ei cuelpo como Lrna especie ¿c ernpresa fabril múltiple, constitrridapor Procesos )¡ actividades diversas, y dirigida por cxnri¿a¿esmensurables de energia y trabajo. lrónicaruentc, cl suyo lueuno dc los irhimos textos illluyences que dcfenclie¡o¡ la teoria vitalisra, a la vez que conrenía el conocimien(o etupídcoquc acabaria extinguiendo Ia propia validez del vitalismo. Ensu exh¿ustivo atálisis del cuerpo en unavariedacl de sistemas

fisicos y mecáricos, Miillcr ¡educía el fenómcno de l¿ vida a

un conjunto de proccsos psicoquímicos observables y mali-pLrlables en el laborarorio. La iclca de organismo llcga a equi,valer a uoa ¡mnlgama de aparatos conrigLros. La distinciónque Bichat habia inrerrtrdo manrener entrc lo orgánico y lo

ro Pa,r l3 hisroria dc l¡ puhli.ación y la rr¡¿uccnjn, vid. Bo¡irrg, r9r7:46- Ace.ca dc Miillq vid. Kóll.! rer8. Miiller es califi.¡do .omo(el nrédico cic¡rili.o más desracado, lcrs:iiily resperado dc h púncra miud del siglo xrx,. en Cb.l(e yJ.),n¿, 1987: p. ¿5.

irr,,r11;irri,o x rltrrrrrrrl,r L,rj,, rl lrt*r tlcl irrvcnrlrio tlc Lu tir

trrlr,rclts r¡rcc,inie,¡s tlcl crrcqro qLLc rccoge Múllcr'' t:robrasc

.o|vcrtirir r:jl)id.urlcrrte eD un ftrndamcnto Para ltu i¡vesti-

gecioncs psicológicas y fisiológicm más rcJevan¡es rcalizadas

a mediados del siglo xrx. larnbién seria cspecialmentc in-portante para su alumno Ilelmholtz, cu¿ndo éste describicra

del tirncionamicnto del organismo humtno como i¿ mari-

festación de una ¿ctermina¿a cantidad dc fuerza rcquerida

para la rcalización dc un trabaio."

La verticnte más influyente dcl trabaio clc Mtller fuc su

estudio de la psicología dc ios senriclos, y sr Plante¿mientodel sentitlo de la vist¡ era, con mucho, cl más largo cn este

apartado tlc srr obra.r' Arrnqte precedido Por Rell y Magen-

dic, Miiller planteó la cnunciación más conocida de la su6-

división y espccialización del aPararo sen"'i"l h"mrno Srt

fáma tcrminó descansan¿o cn su teorización de tlicha espe-

cialización: la doctrina de las clergías ncrviosas esPccífrc¿s

(sptzífische Simesenergizr), que introduce en la ?hyiokgic Sc

tratabn de una tcoría que, cn var;os scntidos, fuc tan impor-

ranrc para el siglo xlx como cl Problema Molyneux lo habia

.ido 1,rrr rl .iglñ \\,rr. Iue l¡ b¡.e recon".iJ r delJ UPti'r

dc I-Ielmholtz, dominante durant€ la segun¿l mitad del siglt,

xrx; y tambiér1 füe amPliamenle planteada, debatida y con-

testa¿a incLuso a plinciPios ¿cl siglo xx.5r Fn

tituía ura de las f_ormas más cxte¡didas en qlre el obscrvador

ftrc pensado cn el siglo xrx, Lrna fornta en quc sc rePresentaba

una deter¡rinrcla uverdad, sobre la vista y la cognición.

,r S.ñalemos el liia¡e pedrsósico: Mnll.¡ foc Profesor dc Helmholtz,<1uieo fuc profisor rlc Ivan Sechcrov, que tue prolcsor de Iv¡r Pa-

MüLler lubía escrito ),¿ dos inlluyencs libros sobre h visión: Zul !úghLct¡ot¿b I'l¡y¡u¡lasi¿ .!a G¿ichtinet do Marrhot und thrte (Lciptig'

talb,) t h.J 1l\q,,d---tt¡,i.¡4r.¡r,4¡. ',.hlrr/, ro ulP,rr.rr,, rn¡"r..,rr. ,,,i. ,i, l¡ co, \iJ.Bn'8'nr.r.88.'o'¿.Pú¡ orros .ome¡txrios, vid. M.)-erson, 116¡: z',)z-¿ll. v Sctrlick

197.r: ,6t. Vnl. t.¡rbién \{¡oodrard, r975: t47r17

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L¡ Lcr¡ríl sc b:rs¡bu cn ct h,rtl,rzgo rlc qrrc. li,s rrrrvi,rs rltlos diflrentcs sentidos cran fisblógicanrcnrc disrinros, csri)es, aptos sólo para un dete¡mjnado ripo de scnsación, y nopara los prnpios de otros órganos sensorialcs.5r Afir.¡rabade mancra bastance snlple

-y a esco se debe el cscá¡cl¿locpistemológico quc suscitó- que una causa uniforme (po¡ejemplo, la electricidacl) gencra sensaciones completarnentedistirras {e un nervio a otro: la elecrricidad, apiicacta al ncr-vio óptico, produce la experiencia de la luz ¡ apticada a lapicl, la sensación del racto. A la i¡versa, Miiller demostroque cauas dil¡renres producirán la mirrr¿ senseción cn Lrnnervio senso¡ial dado. En ot¡as palabras, lo tlue describe esrrna relació¡ fundamencalmente arbitraria entre estírnulo yr n'.r. iórr. l-r L der r;¡,. ion d, rrrr , ucrpo.urr unJ.Jn.r.id,jilnata, podríamos incluso decir una facr¡ltad t¡ascenclcnral.para eqaituc.trte o sus perce?dones [mirperreiotl, y de un oioquc convierre las diferencias en equivalcnces.

A este respecco, su demoscración más exhausriva se ccnrraen el sen¡ido de la vista, llegando a la asombrosa conclusiónde que la cxpericncia que el observador tiene de la luz noestá eD conexión neccsar;a coD ningun¿ 1u7 l.ca].¡¡ De hecho,el capituio sobre la visión se subritula «Condiciones lisicasrre,esarirs par.r L proJrr,,ion de imagerr,. Iumrnow. . un¿lrar que hubicrr siJo irrimagin.rble arrrc, dcl .iglo rrr. A

l

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t1 SÍs prenistrs nrici¡les so¡:1. L¡ misha c¿rsa inr.¡¡r excita diftr¡res scnsacio¡.s en t.\ ¡iÉ

. J uI d¡. ., r,...:,{,1,.. ., . 1,,., i. r.- T",n. n".",,., r.,.,r., .1 ,ie, t."." ,,,1., d.[.e,,. .,1\r

. i,,nc. e ...d¡ .1 u.l,. de,. u 1Jo, ur t...¡.rrror ..p,. i rt J.

. 1. .r'.., iu1 orop., 1..,u.,r,,,opnJ-..1 ,.,-.t,t.^r t:.

fl¿n¡uL,l t.h)nnhry. \,,1. t P tobf.\.g,,'\l' l,.,llr.i.,t,r-..rt",,o,..dc.,,,.du,.i.-,nrI tcor.n(¿/. o/,:,. t"e'r,r- b¿o. vit,r.c,,,,^,.o ,J .r,..:Jr¿,,[ ' 1,.d, /^,BJn,,dc J.,. or rr r,,,J,1 ,,,,/,..t,,,c. ,,,,, t,,,|,7o l ]),

r2.f r2t

iollriir¡ir(i(;ll. ¡,rrxr,lc :r rrrrrrrrc11rr lrrs lccioncs (ltrc pucdcn

1,r'rxlrrcir l,r scns,rrirnr rlc lrz:

,. l'{,r l¡s o¡.Iúlxclo¡es o e,ranrciones quc se denominen lLrz

po' N i..ión e¡.1ojo, aunque pueclan Ldrcr nrchas oras

¡..io¡.s.demás de és1¡: por cj.nplo, que diclúen.arnbios

.¡rrn.o.y....rr"l,a,di, J m.,,r.ñtr ¡.',,",.ó'.,.J,'icos en las phrtas.

, l']{rr inH,'.n.iis nrccáni.,s. como ún¡ connroción cerebrtrl

r Por l¡ clcc¡ icidrd.

4. Por rJ.e¡¡cs qutuicos, como los n¡rcóricos, digihlis e1..

que, alseLal*orbidos porhsangrc, hacur«rgirrnre los ojos

l¡ ¡p¡ricncir de.hispas lu¡rin.sas erc. hdependi.ntcnrente

de r¡¡ caus¡ erern¿.

¡. Por el csLinulo de la sangre e¡ !D cst¿do de cóngesrió¡.

Más adelantc, Miiller vuelve sobrc estas posibilidatlcs: «l,as

sensaciones tle luz y color se prodücen allí donde las partes

alícuotas de la letinx son excita.las por cüxlqu;er estíml o inrcmo como la sangre, o Por un estíml o exrcfflo como la Pre_

sióll mccánica, l¿ elecrrici¿ad, ctc., El «etc.» Parccc air¿dido

cas; a regaáa¿icntes, puesto que Miiller reconoce quc tam-

bién la luz radiante prrede producir uimágenes luminosas».

El modelo de la cámara osceira, pues, cs desestirnado dc

nuevo. La experiencia de la luz queda desgajacla rle cutlquier

prnto de refircncia estable, de culquier or;gen o fucntc a par-

tir del crral poder constitu;r o aprehelclcr el ¡nundo. Cierta

me¡te, l¡ vista se hn sep¿rado y especializxdo, pero ha dejado

de guardar semejanzas con ni¡gún modelo clásico. l.¡ teoria

de las encrgias nerdosas especiEcas ofrece el esbozo de una

modemidad visual en la que la uilusión referencial, es dcspoja

¡l¡ i¡crsantemente. Estn misr¡a ausercia dc rcfe¡encialidad es

:

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lir l,,,s(.s,,llrt l:, it,r,,)r¡. virs r¡(,,i( :r! i,,\r,,r¡,.,ir.rl.s ( (¡rsr rir:i¡,LLn r)r¡cvo oron¡o "rcal, p:rr.r ci obscrv.r,l(n. Sc uxrr, r tni,¡(.i

naturaleza enrpírica hace las nlcnrid.rdes incstahles v r¡rivilcs,y para rpic'tr las sensacioncs son inrercambial¡les. Il¡ cfccro, lavisión sc rcdeline como la iicultad dc verse ¡lcctado por sen

s¡cion(s qlre no ticrer vínculo nccesario cr¡n un refirentc, lociuc pone en pcliero rodo sistcma de signilicado cohercntc. Larcoria de Müllcr cra e¡ ¡otc:ncia ran nihilistaque no sorprcncleque Helrnhoitz, Herrrr:ur Lorze v ooos, que aceptaroD slrs pre-m;s:¡s (mpíricas, sc vic.r':ln imprrlsatlos a idear tcorías de lir cog,,i.iur v L 'igaih(.,,io,, tt,r. .uneJrJn sur rrrrr.rrr,iqrlr.. irrrplicaciones culturales. I Iclmholtz exprrso su celebr¿rla nociri¡¿e .infcrcncia in.onscicnre», y t.otzc su teoria dc los "sig¡oslocr¡les,. Amlms buscaban rora cpistcuología quc, basada cnLlr,r"rr .rrl'jcr ir.r. Brr.,nri/.¡\. r,, ol,., J¡r. rn, ono.irri,r,roliable. no arnclazado po¡ h arbirr¡ricd:rd.,,. t-o tluc tstaba enjuego y rcsulraba rarr amcnazador no cra sólo una rueva lbrrn¿de csccpricismo rpisternolcigico sobre l:r trka de liabilida¿ ¿eIos scnridos, sino una reorg¿nizacnin positivx ¿e la perccpcióny sts objetos. La cuestión no radicaba siuplementc cn córrosaber qu¿ es real, sino er que se csrabao fibricurdo nrrevas

fbrmas tlc lo real, y sc iba ¿rticulando, en los misnros téÍninos,una nueva venlad acerca clc las aprirrrdes y ficul:ades dcl suiero

L, r..u r de Viill,r . rr¡,liLu L, Jisrirr ior , nrre ,enr riones irtclras y cxtcrnas rlue las tcorías de Goeüe y Schopen,h.,u, rlr,l'i¡,r,"n.er\.rd,, implr.ir..r'rrnr. .orr r,tiorr,r,nrr,,la «luz intcma» o la «r,isirin inrerna». Ahora. l:r interioridtl r¡s

,.r l]cl.rho[, inie¡ró cst¿L,lecer rcl¡cio¡cs cle corc$odden.i, no min,éric¡s crt,e las scns¿.i(,nes y los ¡.ontecin,i.Dros v ohÉrcs .r¡ernos (Hclmholrz, ¡)6,. vol. z: ro 1r). Si¡ enib¡rso. r¡:is r.lehnr.

neo'k.Drir¡os (tu. inr.¡hbrn rcr{r1r u¡ }nnd¡n.rLo par: el co¡o.i¡rirn(o r priui.

r.L,i,r,lr,l, l,,. 'i11rrili,,tl,",¡rr, lrrrl,ir rrrlrrrtrrnIr.l .l"l;serv.rl,,r i i.isi,,, (¡ c,r .l I¡rrtlcl,, rk l¡ cír¡r:rrr oscur.r) v la cxpe-

,ie,¡, i,r si ns,ri,rl r it,,c lrrgrr tn urr iLnico plano inmanentc. F'l

rrjero bosL¡rr{,rc1o cn srt t'llsiologie es honólogo tl fenórncrro

coct,ineo dc la filografia: trna pro¡:iedrcl csencial qre ambos

compar ren es la acción dc los agenrcs fisicos y qrrímicos sobrc

rrna supcrficie scnsibilizada. Pero al inte¡¡ar dcscribir cmPíri-

carnente c1a¡rerato scnsorial humano, Miille¡ no presenra un

sujeto hurnano unitario, siio uD¿ estlucturir compuesta so

brt la qtLe ul amplio ab¡nico dc ti'cnicas v fLrerzxs Puede Pro

dücir o simLrlar múkflcs exPericnci¿s quc son, roclas y por

igurl, la "tc.rlidad,. Así, la ca de la vnión sLrbjctivl está aqui

n1c¡os vinculxd¡ a l.l1r sujeto Post-l(.rnriano roLgani'ador clcl

espccti.ulo en rlue él misrno aPrrc.e» quc x LLl1 Proceso dc

strbictivtción cn cl cuai cl srrieto cs, a lavez, obieto clc srber y

obieto dc prccedimienros dc control y nolrnaliztción.r rr rrr,l,'Jirrirrgu. cl olo lrumrlo.lt lo' ojo ,!,nrlrrrrno\

t1e c¡usticeos c insecros, Müllc¡ Perece lclerirse a nLlesrro

eclrLipamii:nro t'r¡rtico conro une suclte de f:rculnd kantiana

,¡reorsrriz. I, '\t,.rierrr', r,'ori¡l ,l' rn¡rrctI rre,lrrireinmodj6cabie. Sin cmbergo, y I ¡esar cle que clogie a Kant,

su trxb¿jo ticnc inrPlicaciones muy distirtas. Leios tle conrar

coo Lrnl esencia apoclíctice o urivcrsal, como los "cspectá-

culos,, del tiempo y L:l esPxcio, rrrresrro lp.rrato lisiológico tro

clcja de mtstralse incornplcto, inconsistentc, ptesr clc la ilu-

sión 1,, de manerr dccisiv:r, susccptible a procedimientos rle

esrinulación y m:rnDlrlaciLfi que tienen la fircuhaclcsenci

<lx ¡rodutir ex¡crinda P.ttu ?l sujr¡o.lrónicamenre. las no-

cioücs de xrco reflejo v de acto reHejo, clue el cl siglo xvrr

alurliun a Ia visión v a l¡ óPricx de re{lcxión, €mPie7¿n a con-

verrirsc en pie¿ra angular de una tecnologi¡ emcrgenre dcl

sujeto quc c(Llmirará con l¡ obra dc Pavlov.

Ln su arr:ilisis dc Lr relación enrre cstimulo y scnsaciót, lo

que Mtiller sugiere dc los senti¿os no es que éstos ftrnciorcn

tz7

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\epur,¡n,lo "r,l.rr.r.l '' ir¡' rrr'r' l'r'r' '¡tt' "'tt r(r'llrrr\'* r

i,,!.',i., "p.r','b,.i"r'''l'rrlr'l'r'' I ntil Irrrl"'i' l( vr""rr'l'

¡'.,rt"n, á. ff.t-¡ot,z, trnteó seriarncnre l¡ posibilnlrttl clr

interco,t..t¿. lo, nervios a través de la energia clécrrica' ¡cr-

mitiendo al oio ver sonidos y al oido oír colores' bast¿ntc irn

tes tle que ia dislocación sensorial fuera celebrada por Rirn-

b¿u.I. lj.b..ia*os d."tacar que la investigación de Mtllle¡ y

Ls d. io" psi".,fGi"os .lcl xrx que lo srguieron' es intlisociablc

d. ln" ....rr",rs téc¡icos y concePruxles proporciolados gra-

cias a los atlelantos contcmporáneos en los campos de la clec

,ri,J¿d v l¿ qurmi.¡ Algunrr 'le L'eriJerti.r' <mptri'a'

,..-.. "", i,. .ór Mrill. r er.rn .,r'o. id¡' d*de I' .rnrigiiedll

:;.;;.;.,.; ¿l donri,,io,lel 'tnri'lo 'unrun Lo rr'rve'Io""

'l'l .,nl*'!.o. . ' l¿ err r ¡or'lin¡rir preerrtinen'ia '"rr rdiJ r ¡

tL,r co,lrpli., d. té.nicas electrolisicas Lo que consritu-vc la

ns.,rsa.ión, "c

t."nsf.,rma y expande cspecttcularmenlc' y se

aleia clel modo en que habia sido rboLclado en cl sililo xvlll'

l r nro¡inrid¿.1 de l¡ d.'.rrin¿ 'le ls en'rgr'r' n'ruros'' de

Mii]ler., l¿ re.n"locíJ J( h moJerrtid"l d"inrononi'¡ e'

explicitada Por Helmholtz:

L.os ncrvios han sir:lo compmdo' ¡ me¡udo' v no d' fo''a

in¡¡lecoad¡, «tr cablcs telcgtificos' Este cablc co¡du" uD

tiPo ¿e .oricnt€ clé'úica v no orLar pucdc set más potenre

o más r1ébil' puedc movers' en ¡mbrs dircc'io¡cs' m thre

ot s <lifc¡encias ruali¡¡rivas' Sin tnhargo rlc actLctdo con les

d,', c.-.'.,' dr 'P'iIro'9Lcnrol'o'':orum'' J ''r' 'rmmcnrncs, podemos mandr relegramas' irrco sonar timl¡tes'

explot¡r mi¡xs, .l.scomPoner el egua' rrcvcr inares' magrc-

. -;-*'" ,n,.1.,,,,, ,n',) l'r'r'r r' rr'" '' HoAL ' r'c' '.."," ,' '',.-'

",,"r,,''in,lJrc' J '''' J V¡ler: \ '' igu'l'1'"t

,,.,.',i.".,1' r,o. o g'r¡,c"mo er ",o' "ro "

" ' {uc r' nB 1"i"" r-"."..r¿- + t", " "iprcsiomr

horeja' se ¡rodu

".,.,,,"1,""," .,..,r,,,0,1 . c,no ¡,,i, ^. p.^Ju. en 1o rni n'" o¡

,.,,..¡..;"- ''''"q": ¡'- Jc''¡'r''hio' ' rH"LL'c' r'"':8r

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|/., l, ,,,,,. rr,i1.,' lL,/.,,,. t I Dtrtr r, ")t,.'r" h^ tu ¡ t rt' l:.1

.Í.il(,,lc.i(irIi,l,, (t,k l,,,Ltl. tr(¡1,,.iJ1( .¡ cll{)r, ), (lúc !s

,,)tr¡(nnl,, t!! cll,,s, (s.. is,,.,lcn r(iir pirrrs.,l

Al(',xdo dc la cspecializac;ón de los scntidos, Helmhohz es

cxplíciro sobre la indi[ereucia rlcl cucrpo a las firentes de su. \t( rien.iJ \ d( ,,r l¡, ulr,J Je, "ne. rrr.e !o,, or,. in.r.rn.ci:rs i, rnáquinas. El sujeto perceptor, e¡ estci scrtido, se con-vicr¡c cn un conducto neuc¡,rl, un tipo más de relevo que

|ermitc corcliciones óprim¿s de circulación e i[terca¡rbi¡bi,lirlad, sean ést¿s de orercancias, cncrgia, capiral, imágencs o

inlormació¡.Por tanto, no puecle sostenerse una homologia toral enrre

h scparación de los sentidos de Miillcr y la división del rrab¡jo <¡uc se produce en el siglo xrx. Incluso para Marx, la sepa

ración y creciente particula¡ización hisróricas de los scntidosfireroo, al contrario, las condiciones de una motlernidad en

Ia cual sc alcanzaria la plenitud cle las fucrzas producriv¿s del

horrbreJ, I']ara Marx, el problcma que suscica el capit¡lismono ladica en Ia separación dc los serridos, s;no n¡ás Lricn cnsu alienación n causa ¿e las relaciones de propieclad; l¿ visió1,por ejcrnplo, se había reducido al puro oscnrido del rezrr,.En lo que podemos leer como ura suerte de reli¡rmuLacióncle la reoría de las encrgias lerviosas especificas de Miiller,Marx prevé en 1844 una sociedad emanciprüa en l¿ qre ladiferenciación y la autonomía de los sentidos serár más in,tensificadas airn: «l']ara eL aja, trn objcto es clisrinro de lo que

es part el oído, y el objeto ¿cl ojo es otlo distinto clel objcro del oído. La naturaleza específica de cada fucúa esen.iales precisamcütc slr esenrii eslecíf;crt y. ¡ror tanto, tambiéI el

Helmholrz, r9r4: r48 r4e (la.ursiva es n¡esrLa). Acoc¡ ¡te ousan:logías cnrrc los Dcrvios y la relegrafia duranre el xrx, vid. S'ern

.l-a for¡¡ció¡ dc los ci¡co se¡tidos es una labor de la hisroria enkn del mundo h¿sr¡ la ¡cru¡lid¡.I, (Marx, rr68: ,tri4L). Vid. .l¿cb e reh.ionad. en l¡hesoo, rrsr: 62 64-

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modo espc.íllco dc su (,bict iv,rciri n,.' ' Aqtrí Mrttx 1r:ttctc tttt

moclcrnista que postula una uto¡ría tlc perccpciírrr clcsirr«rrc-

sada, un rnundo desprovisto dc valores dc intercambio cn cl

cual la visiól puede dclejt¡rse cn su propio fiurcionarnicntr:'

Tambiár e¡ la dócad¿ de r84o, John Ruskin ernpezó a ¿r¡icu-

lar su propio conccpto de visión espccializrrL e inrensificada

1., como Marx, insinúa qrre la cspecialización y Lr separación

de los scntidos no es parangonable con la fragrnentación clel

trabaio humano. F.n ul celel¡r:rdo pasajc de la tlécada de

r8;o, Rushin llega a deñnir las facultades dc un nucvo tipo

Tod¡la tirerz¡ técnicaJc l¿pintura depenrlcdc que podrnrcs

recupcrrr lo qrc podrir lLa ñ^tel¡ itu.etu¡n l?l a¡a es ¿ccn.

u¡3 s,crrc de Pe¡.cPcnjn inf¡¡ril Je.sr.s man.lus lisas d'

.olot tal.omo rn, sh conclencla de lo quc significer, conr

las vcría un hombre ciego que Jt proro Lecobrarr la visrr'"'

Rrskin estal¡a condrmando así una opticalidatl prirnordirl

qrc no cr¿ siquier¡ factiblc entre las respucstas quc durantc cl

siglo xvlrl se dieron ,l problerna dc Molyn.,,x- Pero es más

irnportanre percatarsc de qlrc tanto Ruskin como l\4iiller es-

a

60 Marx,1968r r1o. CuNivtr en.l oiignr¡I.6L ]i,lú ltuskin, r9o,l'!9r2, vol. ri: p. 27. l':n ún in]lor¡otc ¡nálisis

'"|¡rc cl .,¡, irioce.t- dc lr.uskin, vid. Iutod, r97t: 1te ITo Vid

hmbié. P;"1 dc M.", (Hisroix lirc.¡ria y nodehid¡d literfix'(Ile Man, r97rr4ur6;) .L¡ modcr¡idarl criste baio la tomra dc

,.,, ,l''c , '. ,r,r,r, :l ' ro.lo .,, q.r 1., .,r,.*' d' .'i' rJ ' r\ 'r J'rl, .,ri " ,. ,n. ,'"' rr ¡,,' ,r" 9r. p'rd e' ,l 'rr - rl r' J

'J' ro

n,, r"r. 'rn o g" 9.'. ...,.- '.rr rrr-u prln J' ¡'"r'J'' I r'

i,,rer¡-úor-.o.nir,.,d. d. .,'. i.to arril.,- .¡n !,,,,r r.,.,.. ¡{,,t c u

-'or-,¡,rL.c,r,,n,,,c.o,,rr;.n'.'r..'' .''"''J'''r'a'"l'rl'',le n. '.r ,,,r.:,1... ,., hsrrJ ,'r,, " 1'r rr"urr " ' J rr o'l rridarl sc dcfinen por cx¡irien.i.s .olno la niñez o la conv¡lcccncia,

una tiescura de Le pcrcepció¡ que ProllcDe de u¡¿ Pi?arrá bonadtr,

de um rusencia di paudo que no h¡ rcnido tirmPo de emp¡itrla inncdiatez de h percep.ió¡ Gunqüc lo que sc dcsorb¡c co¡ *rliescura ¡religurc el lin dc era misn. nes.trr¡¡'.

130 ':]r

r:rb,rrr r¡rixlurri¿,urtlr¡ l.r visirir tlcl rnisrr(, rno(1,), (lLre.rnrhos

corrr¡r,rrrcrr h conecpcirin rlc Lrn¡ visió¡ "inoccrtc». IllpüntoLlc purrnh dc Ituskin pua clcscribir l¿ esencia espccílica tle la

visión es, de hecho, el misrno que el de Helmholtz. Compa-

rcmos :rl Ruslin de 7á nicas lz dibfio,,trodolo qoe podemos

r"r err el mur,,l",t'r. no. rod.; 'e ¡'r'c'rrrr.r rnrc n,resros nios

sólo como Lrna disposición de manchas de colorcs distintos

clc tonalidad variable, con Hclmholtz: utodo lo que ruestro

ojo ve, lo ve en el carnpo visual como uD conjurlro dc supcr-

6cies colorcadas: ésa es su fónna dc intuición visual,6'. l)éca-

das anres de quc Maurice Denis, Alois Ricgl y otlos lleg¿r¿n

I enunciirciones similarcs, Ilclmholtz ernpleó esta prtmisa

para construir rlrr rnodelo normalizado y clnnt;licable dc la

visión irumana. Sin embargo, Ruskin puclo utilizirh igr.r:rl-

nrenre para proporcr la posibilidad de una visión subjetiva

purificede, de un ac.cso inmediato y no lihrado al tcsti¡¡o-nio dc cste sentido ptivilegiado. No obstante, si la visión dc

RusLirr. t i¿.rrrnr. Moner I orro. ncr,.,lgo.n \otnurr..errrcng:ríroso denominarlo ninocencia,. Más l¡ier sc tlxta de uoe

visiórr adquirida con csfucrzo, que reclamaba para cl ojo una

posición dc vent¿j¿ desprovista dcl peso de los códigos his

tóricos y las corvcnc;ones del ver, tllm Posició¡ desde la cual

la visión pudiera cjctccfte sjn la obl;gación ¿c disPoner sus

contcnidos en un mun¿o (rcxl, y reificado.6i Se trataba cle

ur ojo que intentaba evirar la rcpetitividad de Io fi¡rmulaico

y convencional, pese a que incluso cl csfuer¿o de ver cada

!</ .ornñ 'i funr I prirn.t' enrrrnJ \u! prupio' L"tuenr¡',1. rcperi.iorr \ ¿p.on!,n,ion . A'r. h -¡'en.p'iorr prrr.r'.

la simple atención óptica del rnotlcrnismo, tuvo que excllrif

Ruski¡, rrol-,2, \o1., 5: 27: Helnhoirz, ,ilhe lacts in Pe..cprion,(Lo¡drcs, ,881) (llelmh¡n¿. ¡q6zl¡: 116).

"En Ctzanoe, poJriamos rlecir qrc 1a plnnua llevri la irleoLogia dc

Lo visu.l la no.nt¡ .lel vcr como una acrlv atl separrch con su

propia lerdad, sLL a..eso pa¡ticul¡r ¡ la cosa-en-si a §6 hnir.s, a

su punto .le .upLLú¡., (CL¡rli, 1984: p. 17).

,

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o urgullir rodo lo qLrc obsrnryclr srr firrcn¡n,ruicnr,,: cl lcrr

guaje, la rnemoria histórica y la sexu;rlid.rd.

Pero Miiller y otros investigadores habian dcrrrostr:rdo yruna forma de percepción npura,, reduciendo el ojo ¡ sos fi-cLrltades más eLcrrcütales, podendo a prucba lts iímites dc

sr rcccptivi¿ad, y liberando a la sensaciól de la signilicación.

Si Rusltin y otras inyonantes lieuras del rnodernismo visoal

t¡rdío iotenteban ¡lcanza¡ u¡x incorrsciencia «írfa¡til,, frcntea la significación, Las cienci:rs experiment¡les cle las déced¡s

dc r83o y r84o lrabían cmpczaclo a cltscribir una ncutrdidaclequiparable del observador como condición previa fara el do-minio y la anexión extenros de I¡s licultades corporales, para

la perlicción de las tccnoltgías tle la atención, cn las quc sc

cucncias tlc cstnnulos o inágclcs poclían producir cl ¡rismoeficto cle l-orma repetida, como si se trara¡a de la primera vez.

Alcanzar ese ripo de neeitralidad óptica, reducir el observador

i un estado teóricrmentc rudimentario, fuc tanto un obittivodc la cxpcrimcntación artística ¿e lx segun¿a mitad del siglo

xlx corno un requisito para la lirmación de ün observador

capaz de consunrir la gran cantidad de inraginería visual e

infortnrción que circulaban con intensidad crccicrtc durantccsc mismo pcríotlo. La rccorstucciól del carnpo visual se

llevó a cabo, por tanro, no en una rabula rasa sobre la que

pud;eran ¿linearse representaciooes ordenad¡s, sirro en urnsrLperficie de inscripción solrre la t¡re podía producirse una

prorniscua gama dc cfcctos. La cultura visual dc la modeLni-

clad coincidiria con esras nuevas récnicas del obse¡r.ador.

á

t3z r33

4. Las técnicas delA .n/o aj., t¿ re\Lbd tu^ .ónodo re{ü¿¿t ¿,tt ¿!1i-

nuh lub teproducrwlo otrt rtz dyna tnast qat

hala ¡ruthtido nuclm ret* antcs, ot lugtncrcgt:trar

to./L¿ ld i",t',.!ió n.a n,ien. * ":,i:Í!K,"",r,

La postinagen retiniam cs, qrrizá, el liDómcnc, óptico más

imporrante quc Cioethe aborda cn su capirulo sob¡ c k¡s coiores

fisiológicos dc la Teortu de L¡s utlorc¡. Auntlue prccedido por

otros a linales del siglo xvJrl, slr tratamiento de esta cucstión

era, cor mrlcho, el más concienzudo quc se habia realizado

hasra elmomento.' Fenómcnos visuales subjctivos tales como

las posrirnágencs aparecen recogiclos 1'a desde laAltigüedad,pcro sólo corno acootecimientos c¡re se encontraban fuera

ricl dominio de la óptica, y eran relegatlos a la categorir dc lonespecrral,, o de Ia mera aparicncia. Sin embargo, ¿ princiPios

,lel 'igl" rrr. ¡ .n e.¡*.irl (un L,oeIl,e. e.'rJ. r\Peri<rr,iJ'

alcrnzan el es¡atuto de uverdad, óPticr. Enronces tlcjan de

scr cngaíros que cmpañtn la percepción «verdadera, ¡ cn su

lugar, con, renzan x convcrtirse en un comPonente irre¿ucti

ble de la visión hu¡rana. I']ara Goethe y los lisiólogos que lo

siguieron, las ilusiones ópticas lo cxistian: experimcntan lo

quc cxperinrentam ur1ojo corporal sano, se trataba, de hccho,

clc una verdad óptica.

Las inplicaciones de la nueva nol¡jetivitlacl,, acordada para

observador

Coe¡he ide¡tilica alguno. .1. .s"s irtictigadores icnLpr¡nos, i¡-cl¡itl<¡ Rol¡e¡t \f. Darwi¡ G766 r8a8), el p:dre de ChaLlcs, v alnrnnrlista ilr¡Dc& hrf¿n (r7o7 1788). (Codhe, reTo: r 1). Vid.ra¡rbi¿¡ Bo¡i¡9, ,9to: ,o¡ ro4.

:

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lrs li¡rinrcrrr» strl,jcriv,rs mrr v,rri;rs. l,rr ¡,rirrrcr lrrg:rr, i,rrr,,y:r tratartos en elcrPítulo u tcrior. l.rpretrrrirrLrr<i:r ilc lrr ¡xrs

timrycn pernr;tía concebir una percepción scrrmritl li§luLltr

de vítculos necesarios con rcferentes extcrros. l.t ¡rostim;r-gen

-es dccir, la presencia de una sensaciór erl arsc¡cie del

cstinulo- y sus modlrlaciones postcriores seiponian una cle-

mostracrón prácticil y tcó¡ica de la r.isión autó¡rorna, de una

expericncia óptica que era producida por y cn cl interior del

'uiero. l-n '<gundo lugar. arrrr,¡re igrulmerrr, inr¡orr.rrtre. '.

h¡Ll¿ la introclucción de la tcmporalidad como Lrn coüPo-

rente insoslayablc dc la observación. La rntyor ¡artc dc los

f-enómencrs descritos por Goethe en la lh¡rí¿ ¡l¿ k¡s colores irl;.'

plican ul clcsarrollo en el ticmpo: oEl borde comicnza siendo

a,ul... el azul va ocupando poco a poc,, la parre ilterior... laimagen se va hacicndo enronces nrás tcnue.»' [-a insrantanci-

J.,J uirru¡l d. l¡ rran.mi'iorr o¡ri,.r (e¡ rnrrumi'ion " errr.r

rnisión) cra un hrndamelto incontest¿ble de la óptica clásica

¡, de las teorias dc la percepción dcsrlc A ristóreles hasta Locke.

Y la rel¿ción cle snmrltaneidad entre la imagen ile la cánata

osclrü )r su objeto cxrcrior no era discutid¡ mr¡c¿.' Pero Imedida t¡ue, a princfios clcl siglo xrx, el acto tlc tbserv¿r'se

vincula más v m:ls d cuelpo, la tcmporalidad y la visión se

vuelven inse¡arablcs. Los procesos cambiantes de Ia subjcti

vida,lp'ropir <r¡,erimenrr,l". en <l rienr¡'o '. .,,nvirrieron e¡,

sinóninms del acro del ver. clisolviendo el ideal cartesi¿no de

un observaclor tot¿Lnreute .oncentrado en un obicto.

l?ero, en el siglo xrx, el problema clc la postimagen y laremporalidad de la visión subjetive se encuaclr¡ clen¡ro de

cuestioncs cpistemológicas más amplias. Por una parte, la

acención c¡ue Coethe v otros dispensan a la postimage¡ es

Go.thc, rrTo:,6¡7. I-¡ cie¡cl¡ dcl siglo xrx sugeri¿ ¿. idc¿ de unlnalidad que perdura inLdion¡cn¡e, que es la Propi¡ duracnin.,(B.igson, ,9a4: l9t).Sol¡rc l¿ in*an¡aneiJrd d.l¿ petcep.ón, vid., por cj.m¡lo, Lin¡lbcrs, ¡9iat: 9t 9,1.

tl1

L¡.ursiE es nuesira.

rtt

.rrr,il,g,r,r L» tlivurr» lil¡»r;litos i¡rrc rlescrilrrr l.r l,crctpcirir: y l:r cogrriririrr c(nno pn)ccsos que dependen rlc ulaanrrlgrnrl dilánrica dc pasado y presente. Schelling, porcjcmplo, describc una visión liurdada precisamerte sobk €sa

superposición tcrnporal:

No vivi,¡os c¡ la vlsiór ¡úerro cono.imienro es u¡ rrab¡lo

a destajo, csto cs, ha rle proJucirse prLtc a partc. de nx,Jo

kagn.Dt¿rio, .o¡ divisidres y gradrciolcs... E¡ c] nun¡loc¡Lcrno odos ven hár o me¡os lo ¡is¡ro y' si¡ embtr,go. ,1o

n ¿os tueden etprcsarlo. Prra conpletar*, oda cosa ¡reIiesa dctcrmiD¡dos do¡refios utd Írie d? ptu..!a! qk ft¡ig,út, o n.ttu, ¿L 16 ¿l?r c¡ ú1""o !í,/"pft noalurú ¿1

//,rrl¡7a ll.'v¿ a.aJ¡.osa i n¡ nradurcz.l

Con anrerioridacl, cn cl prclacio de su Fenometuologin (r8a7),

Hegel habia rcpudiado radicalrrente la pcrccpción tal comoIsta habia sido concel¡irl.r por Lockc y la sirLró denrro de undesarrollo temporrl e hisrórico. Al aracar la aparcotc ccrteza de la percepción scnsorial, Hegel refiua irnplicitamcnrc el

modelo dc la cílnara oscura. of)ebe seÁalarsc qu€ la verdadno cs corno una moneda rcuÁada quc, recién emirida, potla,rnos tomar y usar a continuación.»' Aunque esté alt¡dicndo al.r no.icin lo, k, an¡ * grrn h,,r,l la. iJ<,' rr .inrprimen. r,imismas sobrc Lrnirmcnte pff;va, elcomentario rlc Hegel tieneuna aplicabilidad precoz al caso c{e la firtografia: ésta, al igualque la acuñación, ofrecia otra forma de uverdad, intercam-biable, producida nccálicamenre y en serie. La tlcscripcióndinámica y dixlécrica de la percepción rcalizada por Hegel,

eü lx quc la aparienci.r se niega e volversc otra cosa disrintaclc si rnisma, encuentra su cco cn cl arálisis de (ioethe a propósito de Las postimágcncs:

S.h.lling, 1942: 88 8e1,

z

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1

lrl o¡, ,r, f!cJr i to, u,, ¡¡,n.,iro¡3do co,r.,.to d.rc¡¡i¡rJo po, el ohjcro quc (onii¡rr¡. i\l.oDrr¡rio,.s forzJ.L, a una suer¡e de oposición qu., ¡l (on

exrremo, gmdo jnrcrncdio .oD sfu.lonrrd¡,eJnr, reúne i h ve? esr¡s impr.sio¡es opuest¡s y, rsí,

rF,'J- rnt{eJ.c,.r'. o,.o .. I l'. imtr,sinmháneas r lhilrd¿s ¿ u¡a imagen.i

Goethe y Hegcl, cada uro a slr m¿nerx, plafltcan Ia observa-

ción cono un jucgo e i¡¡eraccjón de luc¡zrs v relaciones, en

lugar de la contigiiided ordenad:r ¿c sensaciones estables y

clifirenciadas que concibicron Locke y Condillac.-Otros escritorcs de la época también tle{iricron la per,

cepción corno ur proceso continuoi un flujo cle conrenidosdispersos tcmporalmenre. El físico Amlré-Marie Anrpérecmplcaba el rérmi^o cL'ncr¿ion cn s[s escritos epistemológicos para descritrir cl rnodo en que lir percepción sc mezcia

siempre cofl unx per.epción ¿nrerior o rdncmorada- Las pa,lrl» ¿.,4, lrnr. t,4,.lna r¡.,,..c. .,,n lrc, rren. ir .n,rr rr',1u<¿ la iclcr clásica de las sensacioncs npuras, aisladas- La percepción, según escribió a su amigo Maine de Bir¡fl, consistiafirndamental¡nentc c¡ nune sui¡e de diflércnccs srccessives,,.s

La dinámica dc la posti¡ragerr también 6gura en la ol¡rir de

Johalt Iriedrich Herbart, t¡uicn ller-o a catro roro de los primc¡os iltentos de cu¡ntificar la dinámica de la experienciacogniriva. Aunqlre su propósito manifiestr:r era deinostrar ypreservar h nociór1 k ltiana de la unidad clc la menre, su lbr,mulación dc la leyes matenráticas t¡uc gobiernan la expe¡iencia menral lo convirtiercn dc hecho en .el ptdre cspiritual

6

S. .l.berí¿ observsr, sin enb¡rgo, qu.' Hesel, en un¡ catla dc r8o7dirigi.l¡ r S.helling, cri¡icó la rcori¿ ¿el dor Je Goerhe por.sr¡r(.súi¡gid¡ nrtrlmeDre a lo.opiri.o.' Cir. rn I-i¡rirl, ,964r ,r.Andri Merie Am¡iLe, .l.errrc i Mi¡r. de Biran" (¡soq). en Arn

f)6 Ll7

,1, 1:r ¡nir,,lr,gi,r ,lcl esrírrrrrL, r '1,rri''r,r., ' Si 1(¡n¡ lr:rhí:r il¡ilt¡urr.r cx¡,li,.rirnr ¡lrsiriv,r clc ia c,rp.rc acl dc lt mente para

sintirizur y orrlcnrr h experiencia, Herbart (succsor de Kantc,r K¿higsl,crg) detallii el mocto en quc el sujcto rcchaza y

plcvicnc la incohcrcnci¿ y desorganizaciór inrernas. Segirn

I h rh¡ n. l¡ . on. ierL i¿ ( umiur/J L u,,,o ,,nJ , ^rrienrr t,orer.cialrrrente ceóLica que entra clesdc cl cxtcrior L¿s ideas de las

cosas y fcrómenos del ¡rundo no erxr ntrncn copias ¿c la

rcalidnd extern¡, sino rlás bien et¡esul¡ado dc ul proctso dc

inreracciríl cn cl intc¡ior del sojeto en el cual las ldeas (lzors

tallungen) experirnerttban opcracioncs de lusión, atenuación,

inhibición y nrezcla (i/r rsrhnelzangtn) con otras iclc,rs o "pre-scnraciorlcs» qlrc xcontecían con ante¡ioridad o simultálrca

menre. La nenre no rc{1cjr la rcrdad, sino qte más bien la

exrrae de un proceso corltiDuo que conllevr una colisión yñ¡snnr de I.¡s ,deas.

Dada unr setie z.ú.r,/por Ia pcrccpción, tle«le el ¡rimer mo

.,n.q.,,.J-1. t,.-p.i.., ).1,,.,,..,,.¡l,..,r,renr^ . -.

expuesr¿ ! una inhitri.ñr por perLc dc otros conccpros va

prcsc¡rcs c¡ la conciencia. ¿, $hergi.la lr par.i¡ln.¡r. c¡

la (on.icn.i¡, sc i¡hib. más v rnás a medida gtLe á se reune

con ell:. [sta /, 9uc rl priri.hio ¡o r¡frí¡ ]ohibición .lguna,

sc ¡r.z.l¿ con laz en de.live:endr.cs l.s sig!.. ranbi¡n s¡l

i¡hlbi¡, sc firiona con r, en prc.er, ¿ei ribi.ió¡. Lo nisnole oore r /, quc sc firsion¡ co¡ r, ,, y ¿r e¡ grad(x distnxos.

De:qui surse um Lcy pata crda uno de cstos conce¡rx...

llcrrlta rruv importaote cLete¡¡ri¡ur ¡ trarcs dcL cilcrlo el

gndo dc frcrzr que un conce¡o debe alcanzr pta podcr

p.¡¡¡¡cccr iu¡ro a dos o ¡r:is conceptx mÍs fuetLcs quc él

.n il 'rnrl)hl ñirn. ¡.1tr..n.i.n.ir."'

Ydma¡, r9(ür t,l. Vid. tambi¿¡ Lr¿+: r93o: I'o ró1. Accrca dc lainHuclcia de He,b3Í en la teorír ¿el ¿n. r csr¿rl.¡ posrcrlo'cs, vid.Podro, r9;r; l lluintavalle, re8r.

,

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lbctos Irs prrtccsos clc Iusirnr y ot)(^i(i,n, (t,r( (i,¡,rlr l,,rl¡i:r

descrito flnor¡é¡ricarnente en té.minos clc posrimagen son,

scgún Ijerb¿rt, enunci¿bles en ecua.iooes v reoremxs Llif¡

¡e¡ciales. IIerb¿rt iborda con.retamente la percepción tlcl

color para clcscdbir los ¡recanismos Írentáles de la opos;ción

y la nrhibición." Una vez quc las opcr:rcioncs clc cognición se

hrn vuelro lundarnentalmente mensuLal¡les en parárncttos tlcclumción e interrsicl¡d, éstirs se hircen, por ende, predecibles y. ou rol¡hl. .. Au n.lue I l.,l'.u r r,., ll lo'o11, .,,rrerr e , orrr¿ rio ¿

la experimcntación cmpírica o a totla invcstigaciót fisiológicir,

sus enrel.esados intenros de matemrtizar la pcrccpción tuvic

rorr rrn im1'or r 'rrre ¡"pel err l,' 1,o'r.riñre' i,r\ e'rigJ, ion,\ \-l

«¡rialcs cuantitativas rlc Milllcr, Gustav Fechner, F.rnst \X/el¡er

y \lilheLn \lundt.'É1 fuc uno tlc los plimc.os cn rccono.er

que la subjerividad autónoma implicaba unr potcncial crisis

dcl significado y la represenrrción, y plopuso un marco para

rcgula a. Si bicn clpropósito dc I-[erbrrt en olrvi¡mente una

cuantilicación de la ragrzl¿iá2, no obstantc también allenó el

c¡mino per.r los inrentos de medir la uagnirutl de las sclsa-

ciones; estes medidils requerían una ex¡eriencia selsori quc,

a su vcz, r(nín una duración. L,a posúnagen se con\¡erriríir en

un rnedio fundar¡en¡al a tmvés clcl cual la obscrvación poclir

cLrantiflc¡rse, e rrrvés del cual se podían mediL la intcrsiclad

y la cluraciór de la estimulación retinian¡.Asimismo, cs ir¡portante record¡r que el trabajo cie Her-

l¡an no se limitaba a una cspcculación cpistcmológic¡ abstr¡c

ta, sino clue esraba directamenre ligada a sus teor'ías pcclagó

liicas, que ciercieron una inflrrencia considerable e¡ Alemania

y orros lugarcs dc Europa a mcdiarlos del siglo x tx.'r I lerbart

creia quc sus intcntos clc clnnrilicar los proccsos psicológicos,

¡ Hcrbxrr. 1824, !ol.r: 222 22,1.

rz ^..r.¡

d. L¡ ntftúcncl¡ dc H.rbxrr sobrc Mi¡llc,, vid. Nliiller, ,8.+8,

!ol. z: rl8o rl8r.rr Sol¡rc l¡s tcori¡s cdrc¡¡lv¡s dc Hcrb¡rr, vid. L)unkel, r97o: es¡. 61

rl8 r39

.r11, r11,,1,,rr l,r ¡r,^il,ili,l,r,l ,lc,r,rrrrol'r'y tlcrcrnrinrr h cr¡r,r-,1,, rt rcu i,rl rlc l,rs itlc,rs i n l<,s cspirit Lrs jtivenes y quc, m:is

( ork r.lirr.rrc, rcnían cl potcncial 11c ircr¡lcar ideas morales

I ,lisri¡,linrrias. L-¿ obccticncia ¡ la atención eran otrjerivos

Li,,rlrlcs clc h ¡eclagogía cle Helbart. Igual que las ruevas

',rr.r., .1. pro,l'n.ior L,L,ril de,n¡,rd.,h¡rr ur.on",irni.nrorrr:is preciso.le 1:r crpacnlarl de ¿tención de un rlabajaclo¡

l.r ucstión y dirección del auh, otra institución discflinaria,criqíln unir inñ¡mación simil:u." Ln an¡bos casos, el sujeto

cn .ucstiór cra ürensurable 1, regulado crr cl ticmpo.

Hacia la década clc r8zo, el estudio clrantitiltil,o dc las pos-

rirrr:lgenes renía lLrgar cn un amplio rango de investiga.ioncs

iicrtíficas ik:v:ü¡s ¡ cabo en rotla Europa. !,1 checo ltn PrLr-

hinje, quc rrabajr cn Ale¡rani¡, conrinuó las invcstigaciones

clc' Goerhe sobrc la pcristencia y modulación dc las postimri-

gcnes: cuánto tieupo pclnanccí.rn, qué cembios arLavesrban,

¡ Lrjo qué cotdiciones.', Sus invcs¡igacio¡es errrpiric.rs y los

rnétotlos ¡raton:iticos de Herban confluiri:rn cn la siguiente

reneración de psicólogos 1, ¡rsico físicos, mornento cn quc cl

,i,',1'r.,1 enrre l^' Jr.r,,l.tsi," 1 l" rnenr.rl 'r,or\inió (n urudt los prirrcipales objetos dc la práctica científica. Fln lugar

.lc aralizar las postinrágenes tal corno cl cuclpo lts exper;-

¡renta e¡ su duración, coüIo había hecho Goerhc, Puriinke

firc el ¡:rirnero en abarca¡las dcntro de ¡n esttLdio que pre-

rcrxlí¡ on¡ cu¿ntificacirtrl cxhxustivn de le ;rrirxbilidad ¿el

ojo. " I\rrkinjc olreció la ¡rimera clasilicación fc,¡mal de los

Vi.l. Rose, 1979: r 7oi I D.Lcul. v Cu¿,): 1971, ;¡ 89.

Ptrrkinje es.ribi¿ c¡ l.rnr. y fire rraducido ¡oL otu r1 chcco. l'rratrr.LL,..nn,cs i porr¡¡¡cs e¡ inglés, vid..Visu¡L Phero¡rc¡e' (¡8:;).(Prúirj., ¡r68). pp. ,.r ¡o8; v (Confilrurio¡s ro ¡ Psycholoi]y olVisioo,, ¡¡d. Ch3nes Whearsú,,c, Jour¡xL oi: rh. lloyal lnrnud)nr (,8:lo), pp. ,.,, r,, reimprcr¡ en Bzdrclr*l \Yl¡e¿t¡d¡ru an )'i¡í»t.cri. Nicholas w¡de (t¡r¡cL¡cs. Ie8r, pp. t48-261.

1,1

rú Cocrhc p,.por.bnr LLr docue¡rc ¡cl¡to d. la $,bjerñidal .Le hpofiniagc¡, e¡ h (lue 1¡ nsnnogix dcl ojo nras.uli¡o ¡renn) y s,f¡n.ion,¡rienn) r,r inseparablcs dc la mcmorlr y el Jeseo: .tIahia enrm.Lo cn u¡¡ posad. h¡cia l. no.he v, taml,i¿n t¡ó cr la

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ffiffi,,,.w§... ,i.,]

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la¡ l\úkn:]]e, P¡\tintxúi\, 1821.

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,lilir,rrr,s ril,os rle lrxri,rri1l.rrcs, y srrs Llibrri,rs cle ósrts son

rnir nrr(srx rcsc¡,rl¡lt clc I:r ¡r,rrrdójic.r otrjetividad <¡uc po'tli.rn llegar a alcrrnzar Ios fc¡óme¡os de la visión subjeriva. Si

pLrdiérarnos ver los dibujos a color orighalcs, podriamos ha

crr¡os tna idca más vivida dc la superposición sir preceden-

tcs rle lo visionario y lo empírico, de "lo real,, y lo abstracto,

qte éstos ilustran.Aunquc trabajaba con instrrrmentos rclativa¡ren¡e im

precisos, l\rrknrje calculó cl ticmpo qLre el ojo tardaba en

latigarse, cuánto tiempo tardaba la pupila el dilatarse y con-

rncrse, y midió la ñrerza de los movimien¡os oculales. La

sLperlicie física misma dcl ojo se colvittió ptra krrkinjc en

rrn carnpo clc inlorrnación cstadística: divitlió la retina en

función de ios difetentes ronos que toma el color segLin el

árca que impacta cn el ojo, describió la extensión clel área

,le visihilidad. cuarti6có la disrinciór entre v¡sión dirccta e

indirecra, y ofreció un análisis altamentc preciso del punto

ciego.'- El disculso de la dióptrica, de la transparencia de los

sistcmas refiactivos de los siglos xvrr y xvrn, dio Paso a una

cartografia del ojo como territorio Productivo con zonas de

ehciencia y aptitud variablcs.

A parcir de mediados de la décad¿ de r8zo, el estudio ex-

pcrimenral de las postimágenes conduio a la irvcnción de

varios dispositivos y técnicas ópticos. Al princ;Pio, éstos esta-

b¿rn dcstinados a la invcstigació n .ieDti6cl, pero rápiáarncnte

se co¡virtieron en li¡rmas tlc cntretenirnienro popular.'lbdos

csrancia u¡a graciosa muchr.h¡, dc.grs.lable.onlplcxión, cahel|¡n"¡ n.,).ri'.,r.!o,l{¡.' "J, J,". I J m r,estJ¡¿ dcl¡ote de r¡i a cicrtr dimncia, €,1 l¡ pc¡u¡rbra. CuamLo

se li,c i¡¡rdiaranedl. dcspués, vi en la prrcd bhnca gue ahon sc

o,co¡tLaba frene¿ni u¡a ca L¡ bhncr rodc¿d a de u ¡a luz l¡¡ill¡ntc,mic¡t¡as el vesti.Lo d. l¿ figura st rlistinguir perfectamertc cn unl¡cllo colo¡ vo¡1e r¡¿r., (Coeihe, IeTo: ,,).

17 Pu¡hi¡ie, en ¡3,t, fuc cl primer cienLifico que formuló u sister¡¡dc clasilicacil» para las hr¡ellas cl¿ctil¡rcs, o¡r¡ téc¡ica pta produ-cir y r€gnl¿r su¡1os humrnos. Vid. K ttz, reTr: 2rl 2r7

,

<

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cll(,s sc birsi,l,,r'¡ cn Jos r)o.i(,r¡.sr lir (lc (tuc lir l¡J( ( J¡ i,nun,r,r irr.r rrrr.rrr..r. y l:.1. ,¡rr. .ri.rr r un., .li'),,,,, i,,,, . nrr( ,,j,,

I objeto. Las invesrigaciones sobrc las posrimágcncs habí.rnslLgeriJo quc alglrna forma tlc mczcla o fusión tcnia lugarcuaDdo l¿s sensaciones eran percibidas en succsión rápida, yla tluración qrre implicabr el verlm permitia, por tento, slr

modificación y control-Uoo dc cstos primeros dispositivos lue el taumatropo (li,

teralmcntc, .girador de maLavillao), populatizaclo prnneroen l.ondrcs por el doctorJoLn I,aris en 1825. Sc rratrba de rlpcqueíro disco circular con un dibujo en cada cara y coldelcsarados de tal forna que ¡odían voltcarse con ur giro manual.Fll dibujo dc Lrn páj¿ro en una cara v de unx iaula el la o¡r¿,por cjcmplo, produccn, al girarlo, la impr.csión del páj:ro en

cerrado ella jauh. C)tro tcnia un retr¡to dc un homl¡re calvocn una cara y rrn pcltquín en Ia otra. Paris describió la rcla-ción entre las posrimágenes rctidanas y el luncionamienrode estc clisposirivo:

Llojo vf u¡ objdo ¿ebi¿, a que su irr¡se¡ se ha ditruledo

en 1¡ rcrnu o el ne,vio óprico, slrua¿o en l3 parr. rr¡s.r¡ del

ojoi l, r rrrvés de cxpc¡ir¡.ntos, se ha esr¡blccido gue i¡ im,p.esntr 9ue l¡ mc¡k recibe d€ *re ¡rodo dutu trlrededo' dc

la ocrava pertc de un segu ndo dcs¡rris de gue l: i magcn lu¡ a

J..o. ..,.to....t,r,.a.,,,^poo..t, r.-.t,,,.,ñotri, ipi.ópticoj h impresión c,c¡d¿ sobre l¡ ,erina por L¿ irnsen .e-

pr.sentadr en u¡¡ c¿rx de tr brje¡a no a. tror¿ fes de qu.1o que hay pirtrcLo en la c¡ra opu.sr¡ se prese¡rc .l ojoi .¡conrcuc¡cir. amb¡s c¡ms s. v.¡ r l: ye?'r

Fenómcnos similares se habian ol¡servado tn siglos anceriores

al hacer girar simplcnenre una monetla y ver anrbas caras ala vez, pero ésta cra la pr;mera vcz qre se Le daba una expli-

t12

r8 Vi.L. I'arn, ¡8:7, vol.:l: rl ],.

r4l

'lh nnrtu?o, h- t9at-

cación cien¡íEca al fenómcno ;r, quc sc proclucla cx profcso

rrn di'po.irivo para,orn.nializrrlo runru rnr(rcrim¡,'nrupopular. l-a s;nrylicidad de este "juguete 6losó6co, hacía

inequívocamcnte pttente la ,ratur¡le7a a la vez fatrricada yalucimroria tlc su imagen y la scparación cntrc Lr pcrccpción

y su objeto.'lár¡rbién en rllz5, Perer Marh Roger, maremático inglés

y ¡utor del primer tes¿uro, p11bl;có el rel¡to de sus ol¡serva-

cioncs ctc las rucrlas tlcl trcn a t¡avés de los listones vc¡ticalcs

de una valla. Roger seÁaló las ilusiones que acontecian bajo

esm circunst¿ncir: los radios de las ruedas parecian bien no

moverse o gir¡r hacia ¿trás. «[-a aparienc;a engaírosa de los

radios dcbc surgir del hecho de que e¡ todo mome¡to sólo

puedel verse partes diferclciadas clc cadr radio ... va¡ias

porciones de una m;sma línea, vistas a ¡ravés de los ilter-valos dc los listones, forman en l¡ retinir la int¡gen de varios

t

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rxdios (lil¡r.nr.s.t' l.:rs obslrv,rci¡,ncs ilc l{ogir I srr¡lirier,,rr

cl motlo cn clLre h silL¡cnin dc un ol¡stlvrJor r(slxlrro ¿r rrnir

paltalla intcrmcdia podía explotaL las propicrlarlcs dur¡tiv¡sde las postimágenes retinianas para crcar efectos de nrovi-

mienco diversos. El físico Michael Faraday explorc fcnórne-

nos se¡rejantes, como el de las ruedas que al girar rápicla

mcltc parecíxn n¡overse con lel1tinKl. En r83r, el año en qlle

descLrbrió la indr¡cción electromagnética, f-abricó un disposi-

rivo propio, conocido rnás Larde corno rucda dc Faratla¡ que

consis¡ía en dos rucdas con radios o ranuras rnoltadas «,b¡e

cl mismo eie. Al variar la rchción ent¡e los rad;os de las dos

ructlas respecto al ojo del eryectador, sc podía rnodificar el

movimierto apnrcntc de le rueda más alejada. Así, la propia

orperiencia de la temporalidad se hace stscepril¡le a toda rrn¿

c*.rl"r de nr: niprrl,r. iorr,'s ,c. n ir.,' er terrr¡'.Dura¡rc los últimos aíros dc h clécacla cle rSzo el cienríEco

belgaJoscph Plateru también Ilevó a cabo gran cafltidad de ex-

perirnentos con postimágenes, dgunos de los cuales lc llcgaron

a costar l¿ vista, al obliga c a r nr frjamenre al sol durmtclargos irrtervalos. Hacia rl3zlJ, ya había trabaj,rdo con una rueda

de color dc Newto¡, demostrando que la úrraciór y calidad

de las posrirnígcncs rctinianas variaban cor la intcnsicl¡d, el

color, el riernpo y la dirccción del estimulo. Tambiér calculó cl

ticmpo ¡nedio que dlraban esas scnsaciones: alrededor de urtc't:io de segundo- Y, lo que es más, sus investigaciolres parecÍan

con6rmar las cspeculaciones de Goethe y otros scgírn las clrales

l.r' por irn..rgenc' rrrrrrrarrrr nu 'e di.i¡r n de urr: r,z. .inu qrre

ntrwiesan una serie de estados positivos y negarivos arres ¿e

desaparccer. Platetu llevó a cal¡o ura dc las fo¡nrulac;ones mís

inlluycntcs de la teoría de la .persistelcia dc la visión,:

S i va rnx objet,s gue difioc¡ s.cucnci¡ lnreDte en iérhinos dc

ñrm¡ y posi.i¿nr se preseóún úo rr¡s otro al ojo en interua

f41 t15

Uso del fenaqui*oscoph tiúr ¡l spejo.

los muy brcvcs y suficientemente próximos, las imfresnrnes

que produ.ú c¡ h rcrin¿ sc ¡r.z.leráD sni coDfusió¡ y uDo

creerá que tm único objto está .rmirir¡Jo po.o r po.o dc

lor¡r¡ Iposi.ión."

,,\ principios dc la clécarla clc r83o, Plateau construyó el fena-

quistiscopio (literalmente, «vista cngañosa,), quc incorporaba sLrs propias ;nvestigaciones y las de Roget, laraday yotros. En su forma más simple, cons;stia en un solo disco,

dividido el ocho o diccisrlis scgmcrtos igualcs, cada u¡o de

los c¡.rales con¡ería una pcqucíra hcndidura y una ligura que

representaba una posición denrro de una secuencia de movi-

micnto. l,a caru sobre la que estaban ditrujadas las hguras se

colocaba frcntc a ul cspcjo, y cl es¡-rcctador pernranecia in-móvil m;enrras el disco giraba. Cuando una clc hs rbcrtras

¡asaha frente al ojo, ésra le pemriria ver la ñguLr dibujada cn

cl disco nuy Lrrevernente. lll misr¡o efecro se produce con

catla hcndidura ¡ dcbido a la persistencir reiin;¿na, l¿ ser;e

,o JoscpL PlIe¡u, ¡rpft¿liút !,/ 4,.LtLa ptup/rtt¿! det ,"prcsioht,tcsn Jefe¡did¿ cr Li.j¿, ürx)o d. r8,e. Cn. c¡ S¡doul, rra8, vol. ,l

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\'Í,('

F(nrqui{,"copios. Añ, a ro.

É

f46 f47

¡c¡aquisroscoPn¡.

dc imágcnes resultante aparecc antc cl ojo cono si esftrviera

en.o'riruo nrori,nienro. H¡ci., r8rr. el ienrtlui.ri*o¡in ya

se empiezr a comcrcializ.r¡ en Londres. En r8l,+ aparecie¡on

clos disposirivos sirnilar€s: el estroboscopio, inventado por el

matcmático alemán Stampfer, y cl zootropo o .rueda de la

vida, de §lilliam G. Hor¡er Ésre írltimo cra un cilindro rlue

giraba y en cuyo derrcdor varios espectadores potlian con-

tenrplar a la vez una acción sirnulada, a menudo secucncias

dc bailarines, mal¿baristas, boxcatlorcs o acróbatas-

lo. d. rrll. . 1 .onrerto de e'r". di'pu.irivo. e inver)rore'

htn sido bien estudiados, aunque casi excltsivamcnte en el

marco de la historia del cinc." Dentro de los esrudios fílmicos, cstos djspos;rivos apareccn como Ios Pr;meros l¡alb[ccos

de tn dcsanllo tecno!ógico evolutivo que conduc¡ria a la

zr Vid., por ejempl,, obrás t¿¡ divcrsas como: Cerad, r96t; Ch¡n¿n,r98o: esp. 54-6ti Co¡ro1li, r971:pp.4-2,i Mitry, 196¡ vol. r : pp. z!z7; Sadoul, 1948, vol. r: ri 4li Ncale, r98t: 9Jz; y Sauváge, r98t: 29-,18. l]ara u¡ ¡rodclo ge¡eilógi.o disidb, vid- D.lcuzc, igrJó: 4J.

í

.i

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!

;rl)rri(i(;rr (lc un:r li¡rrrr tl<»¡,in,rotc únic,r h¡ci,r cl lin',l,lc 1.,

.enr ur i¡. §u ,.,r¡. ren,ri..r ñ,r.l.,n,irrr.,l n r.., ,t,¡c ,,r,,,,¡ \¡n,l . inr. ¡ ¡or r.rnro \on\riru)(n iorm.r, irr.ipiLrrrr. r rnprr.hr r¡rncue dirn.¡d,'. I ri,r, n ob\ i¿rnenre .onexiuxri Jurccl cine y estas máquinas de los aóos 3o clcl xrx, pero con

lrecueocia se tratr de una relación dialóctica de inversión u

oposición, cn la que las canctcrístic de escos dispositivos¡rrrrriores 'on rreg.rdr, u o. rrlr.rdr'. Al nri,mo ri. mpo. . ri.reura ¡endencia a nrezclar rodos los dispositivos ópticos delsiqlo xrx, cornos si participaran por igual cle Lln vrgo insrinrocolectivo odcnra¿o hacia niveles dc vcrosimilirud crd¿ vcz

más altos. 'lal enlbque a menudo ignora las singularirlacles

concepruales e históricas de cada dispositivo.La verdad crnpirica de Ia noción dc la

"persisrencia de lavisión, como cxplicación de l¡ ilrrsiór dc movirnienro resulta

aqui irrclcval1te." t-o inrportantc sol1 las condic;ones y circlrns-tarcias que le perrniticron funcionar como u¡n cxplicaciónviable, yel sujeto/observador histórico quc prcsuponía. La idea

de la penistcncia de lavisión esti ligada a dos ripos de estutliodiferentcs. Uno es el ripo de auto observación llevada a cabo

pdmerc por Coethe ¡, dcspués por Purl<inje, PlatcaLr, Fech-

ner y orros, en el cual las cambi¿nres condiciones de la propiaretio¿ del obscNador eran (o se creía que eran) el objeto dc

La iüvcstifiaciór. La otra fuentc ftre la observación, a mcnuclo

acciclcntal, de lorm¿s nucvas ¿c novimienro, e, particulnr las

ruedas mecanizadas quc se movían ¿ altas vclocidaclcs. 'lanco

Purkinje como Roger exrrajeron algtrnas tle sus ideas al fijarse

en la aparicncia cle las ruedas tlcl t¡en en mor.i¡nieüto o dc

for'rnas reg[larmente cspaciadas visras desde un trc[ que se

22 ^lgunos

erudios rccl.¡rcs h¡n Úara¿o el "nriro, dc l¿ p.rsisren.irJ, l. i.,r., ,r,o pd.. . l-,,r.. ,'.....:!'i,-,¡.urofisi(,1¿rgi.rs ¡n¡csrr¡¡ qu. las ea},li.a.nn,es dc l¡ íúió¡ o la¡rezcl¡ Je hs inrásencs son iNufi.ientes pari e{plicar l¡ pcr.epcio¡cs del movimie¡ro ilusorio. Virl. Ande*on, ,r8o y Nichols ),L.dúr,r¡, re8o, an,bos c¡ .I !olú\\an The C¡nünn¡¡ A ptntut !,¿.'Inresa dc L¿Ú.¡ris y Stephen Hca¡h.

r4ll r49

::.-, .-.: -:-::

Zoolropo. Haci. ¡81t.

movia a gran velocidatl.'i Farada¡ por su parte, señala quc sus

experimcntos lueron sugetidos por una visita a una [il¡rica:uEsrando cn los magnílicos moJinos de plorno de los señores

Mahlry me rnostraron dos rucdas rlenradas quc sc movían a

tal velocidad que si cJojo se... que¿ua en una Posición tal que

Lu1a ¿c lfi roed¿s se lc aprleciera situada una detrás de la otm,

,e ¡,ro,lrr, u inmediarrnr.rr,. l, .Ir"r au,rque ".!

urJ ,prrien( i¡

de que los tlientes de las ruedas gir¿ban lertamente en una

sola dirección.,la Al igual que el cstudio de las postimágenes,

las mrev* experiencias de la velocidad y cl movirnien¡o dc las

máquirlas rcveleron ula divergencia crccicnte entre las aPil_

riencias y slrs causas externils.

\¡id. Nietzs.hc, ,98.,: Il,: "Con L¿ trcmenda acelÚrción de la vida,l" úemc y cL ojo r hin rcoru¡rbrado iv{ v jtrzgxr Pxrci¡l¡rente o,,,r ir. .. ,d.1r',J.. o',o.o.o'' r"'\,h!o"ce,i,n'ñ.','¡occr . on. ¡iera y su gentc dcsde un vagrin dc trcn., A Pro],ósitode1 nnpacto culturrl y el

".hoque re,ceptivo, dc los viaFs en ttd1,

vid. Schivelbusch, 1979:.sp. t,15-,.,o.

Ci¡. eD Chanrn, rrE : 6,.

:

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É

lil lin:rqrrisriscrr¡rnr corrr¡lx»:r l,r ,rfi¡r¡¡.rinnr Jc \t:rlcrl3enjarnin de quc cn cl siglo xrx «la tccnologír he sonrcri-do al sisrerna sclso¡ial humano a un tipo tlc e¡rren¡rnienrocomPlejo.» Al mismo ticmpo, seria tln error concede¡ la pri,macía e¡ la constitt¡citín o detcrmi¡¿ción de u¡ nucvo ripode observador a las ruev¡s técnicas irdusúi¿les.,J Aunquc clfénaquisriscopio era ciertamenre un modo d( cnr.ereninrien-to popula¡ una nrercancía de ocio que podía adquirir unrclasc ¡redia u¡ba¡¿ en plena expansión, era también anáJogoal formato dc los dispos¡rivos cien.íficos cmplerdos por purkin;e, Plateau y otros pera el estudio errryírico de l¿ visiónsubjctiva. F.s tlcci¡ la forma con la que ur públ;co nuevoconsumít irnágenes dc .re¿lirlad, ilLsoria cra isomorli de losrpJrJr,,\ qr¡e ,e ¡,rili¿¿h¿,r p.rr.r a, umrl.rr.orrorirni.rrro, ,obre el obscrvador. De hecho, la misma posición física rluc clflnaquisrisco¡rio reqrLeria clel observaclor es sintomática de laconfusión dc tres morlos: un cucrpo individual que cs a la vezcspectador, sujeto clc la investigación y observación enrpíricasy elemcrto de una producción mecanizada. Es en estc pun-ro donde la oposición foucaulriana cnrre espcctáculo y vigi,hn, i¡ 'e h.,,, in\ñ\r.nible: .us .lo' modclo. direren. iador ,ercpliegan cl uno sobre eJ oro. La producción del observacloren el siglo xrx coilcidió cot nuevos pr,ocedimicnros de disci,plina y regulaciól. Fln cada uno dc los motlos ¡rencionados¡rr ib¡.'e rrr¡¡,le ur r u, r¡,o rlinrado, on,rn rBe,\ iJr¡,ienrodc eler¡eotos roda{os que gimn y se mueve¡ rcgularrnen-te oper¿dos po¡ é1. Los mismos impcrar;vos que generalonuna organizaciól racional del ticmpo y cl movimicrto enla csfera dc la producción pcnctraron simuháneamenre endivcrsas esfc¡as de actividad social. Muchas de ellas esrabandomina{as por la necesidarl de conoccr las capacidades delojo y dc regularlas.

Orro Gnómeno rluc corrobo¡a esre canbio en ta posición

2t Bc¡jú1in, ,97,1: r,6.

Itr

(lrl i,lxcrv,xl(,r rs (l rlnrlrr»:r. qrrc rrtibiri sr¡ fi,r'rrr,r ,lclir¡iriv,rrlc l.orris l.M. I).rgtrcnc r pr;r'c4,nls dc la tllcada tlc r8zo. A,lir.rlr¡i, ,1, Lr l,irrrrrr.r crriri,.r ,1,.1 p.,n"r,nr.r. quc rpareció

lxn' pr;nrer¿ vez err la últimn década dcl siglo xvrrr, cl diorama

sc [,as:rba cn la incorpo¡ación dc ur observador i r1tuil et1 ut1

aparato mccálico y su sqeción a una experiencie óptica cuyo

clcsarrollo rernporal estaba prediseñado.'6 La pintura tlcl pano-r¡nra, circular o semici¡culat rompió obvian€lre coll el pun-tc¡ rle vist:r localiz¡clo de l¡ pirtum pcrspcctiva o de la cáma¡a

oscur¿, pcmidcndo al cspcctaclor una ubicuidad móvil. Unodebía al menos a gimr la cabeza (y los ojos) para poder vcr todala obra. El dior¿nra rnultirnedia privó al obscrvador de esa au-

tonomiii, a mcnu¿o situando al pirblico en ula plaralorma cir-culal quc sc movía lclrarrrcnre, y permiríi vistas de dilirentescsccras y efectos cambiantes de luz. Al igual que el fenxquistis

copio o el zootropo, el diorama era una máquina compucsta cle

rueclas en movimiento, cn la quc cl observador se intesra como

un componentc más. Segíur Marx, ona de l¿s grandes innovacioles técnicas del siglo xrx fúe el modo en el cual cl cucrpose hizo adaptable a

"las fbrmas prircipalcs y fundamc,ntales del

movjmiento.»'7 Pero si la modcrnizacirín del observador supuso

la adaptación dc'l ojo a form:rs racionalizadas de movimiento,ral cambio coincidió con (y lie posible sólo gracias:r) la crccicn-

re absrracción de la experie¡ci¡ óptica rcsp.rro a rur referenre

esrlble. Unr crrrcterística dc h modcrlización del siglo xrxfuc, por tanto, cl

"dcsarraigo» de la visión respeclo del sistema

representacional, nrás inflexible, de la cámera oscura.'Ibmemos ta¡rbién en cuenta cl calcitloscopio, invenrado

en rSri por Sir David Brcwstcr. Con todas l:rs posibilidadesluminosas sugcridas por Bauclelaire y l'rousr después, el ca-

1\¡ede co¡r¡lr¡rs. un nnporranrc csru¿n, soi,re ltr relacn n eDrre el

p¡nor.ma v.l dioram¿ c¡ Krypcr y Pope, r98r. [nire orras obras,Oettcrma¡¡, rr8or Búddcmcio. r97o; Gd¡sl,eim, r968i Srernberger, ,977: 7¡6, r84r89; llancs, 196Z y Ncne, i979: rot ,o9-Marx, ¡967 vol. r: 17,1.

J

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a

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TIIE ,lOlL{¡¡,|.

El dior¡ha de t.ond¡cs, r8,l.

leidoscopio parccería radicalmente distinro de la cstmcru¡arígida y {isciplinaria del fctaquistiscopio, con su rcpericiónsccuclcial de representaciones reguladas. Para Baudel¿ire, clcaleidoscopio coincidia con la modernidad misma; conver-tirse en un «caleidoscopio dotado de concienci¡» cra la mera

del .¡mantc de lavida L¡niversal». Er su rexto, Eguraba comouna máquina que desintegraba la subjetivitlad uniraria y dispcrsaba el deseo rn luevas disposiciones carnbiantes y lábiles,fragmentando craiquier punto clc iconicidad y dilicultandosn estrn.imienro

Pero pala el Marx y cl Engels de la década de r84o, elcalcidoscopio tenía una función mt¡v diferenre. La rnultipli-cidad rlue tanto había seducido a Baudel¿ire era una farsa

para ellos, ur truco literalmcrte hecho de espcjos. En lugardc producir algo nuevo, el caleidoscopio se limiraba a ¡epetir Lllra imagen única. En el araque quc dirigen a SaintSrrnon en ¿/ ,lru/ogt,t a/cntna. ernberr qrre un.r imrgrrrcaleidoscópica, esrá uenteramclrre compuest¡ de rcflejos de

si misma.»'r I)e acuerdo con Marx y Engcls, Sainr-Simc¡n

rtt

28 ivl¿rxy Ergcls, 196l:,o9rrr.

153

Crleidoscopios. Mediados del sigLo xrx.

l'osición de Ios rspejos dcntro dcl caleidoscopio.

I

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a

lingc cstrr nrovicrrtl,,:r srr lcrt¡,r rL unrr idt,r.r ou,r, trr¡¡rdo cn rcalidad está sosrenicr o h rrrisma posicir5rr clrrralrttodo su argumento. No sabemos cuánto sabÍan Mrrx o L.n-

gels sobre la escructl¡¡¿ técdca dcl calcidoscopio, pero en

su disección dcl tcxto dc Saint-Simon aluden a un rrsgo

cent¡al dc óst€. El caleidoscopio obsequia a su cspectn¿orcor ura repetició¡ si¡rétric¿, y la dispcrsión dc la página

de Marx y Engels er dos collünnas de ciras demuesrra ex-

plícitarlente la maniob¡a "auto rcflexiva, de SaincSi¡ron.F.l h¡ndamento cstructural del caleidoscopio es brpolar y su

c¿ractcrístico efecro de disolucirin respllndccicntc cs pro-ducido, paradójicarnente, por un simplc sisrerna rellecranre

binario (dos espejos planos que se errienden a lo hrgo deltubo con una inclinación de sesenta grados, o cualquicrotro subrnúltiplo de cuatro ángulos rectos). La rotación de

este for¡raro simétrico e invariablc cs lo que genera la apa-

rierr.i.r J< Jer ompo'i. rórr ¡ proliiera.ión.La justi6cación de Sir I)N;d Brewste¡ para f¡brica¡ cl ca-

lcidoscopio fue la productividarl y la cficicncia. Para é1, se rra,¡aba de un medio mecánico que permitía reformar el arte de

acuerdo con ufl paradigma industrial. Puesro que la simetriae¡¡ la basc tlc la belleza tanto en la nirturaleza como en las

artcs visuales, proclanraba, el caleidoscopio rcsultaba idóneopara crear ¿rte ¿ través clc ola invcrsión y muhi¡rl;cación de

formas simples.o

Si reflextunamos más prcfi¡nda¡rcnrc accLca dc 1¡ r¡tu¡¿leza

de ka diseiros ¿si co¡rp(.stos y cn los métodos que deben

c¡rplcarsc c¡ su.omposi.ión, el.rleidoscopio asunirá cl ca

r.L,.rd. J'r"quii,.Jr.:l-,i,r,¡,-g,,,,..1..l,ic, lor.,ne la vez que condens:n los esfuerzos dc los indilidros. Exis

,rr lii'.,n-l,r,'.'. .r:.lnr". 9.r .rp.r.n [., ¡a..,,r..de la dcstrcz¿ lununr- Elcaleid{,s.opñ creará e¡ u¡a hora lo

qut un rnillar Je amisas no podríaD iNc¡r¡¡ c¡ cl cúrso de

f54 15t

r1,,.úr,rt.r .r rv,tIrI rl,.ri.Lr,','N,it)i,1.¿:i,, t,r,r'i8,;,, 1,,

1,ft. r.,,,,1)n1,, ((n, ,,nx hcll.¿i / trc.islón cqúiv¡l.hLcs.,'r

l-a prr)Prest;r de Brcwste¡ rlc una producció[ en serie in6ni-ri parece muy nlc¡da de la imagen baudelairiana del dan-cly como "un caleidoscopio dotado de conciencia., Pcro las

rnismas fue¡zas de la modernización quc hicicran posible laebsrracción neces.ria para cl dclnio indusrriat de Brewsterson las quc pcrmiticron a Brudelai¡e usar el caleidoscopio

coÍio mo{clo tlc la experiencia cinétice de,,la multiplicidrd de la vida ¡risr¡a y la g.:rcia parpr¿eantc tle toclos sus

Si erceptuamos las f¿togmtíis, l¡ loúD¿ nlis signifi.ati

va ¿e ihagineri. visuil del siglo xlx fuc c1 csrcr.os.opn,.,

floy eo día olvidamos co¡ f¿cilid¡d .uán .Lohinante fue la

.rpÚic¡.i¡ d.l crdeos.opn) y cónrc, duranre d¿cad¡s, dc

l-,,,io un m,'J,, Iu,'J ,a'e,', 'l d' ..pcnnr r,..,r 1.,. irn i;rr.

producidas lbtográficamcnrc. S. Lr¡tr ohLié¡ de una fdma.try¿ hisroria ha sido frccuc¡reN¡re .oótun.liJa «» la de

otro fc¡ó¡rcro, c¡ su c¡y,la fi,togralia. Sin ernbargo, como

ilcliqué en la ¡rrcJuc.ión, su estruc«rra conccptual y las

circünsranci.s hisróricas dc su irvcn.nh y,n trt¡lms¡e,,'dct\1'Ji.,.r... \,,,,9'., Ji.,inr, J-,^ J,.t".,,,vo."t,.o.q,r rt,r. .c ,,.'LJ,' l.' il., i,,n J. n. {,Ti. n',.. er (re,.o . otroforma pame Je la mismr reorga¡izació¡ dcl olrs.rv¡dor. de

las mism¡s rel¡ciones dc sabcr y poder gue rquellos dis¡osi-

lr

Br.wrer r8t8: rl1¡lar-Baudclaire, .Le peinrre de l¡ vie modenc, 0laudcl.ir.. 196r: 116r.E¡ cl ¡rismo volumen. vid. la discusión dc Bxudclairc dcl cre«rcopio y el fenaquistiscopio dr ensayo de ,8» .Mor¿I..lu jotrjou»(B¡ud.l¿ire, 196r:r24-f o).Exist.¡ po.os estu¡lbs culúiles o hisróricos scrios sobrc .l .stcrcoscopio. Alsu¡os úaln¡x úriles: Iiarle, ,979; Gill, r96e, y Kr¡úss,

j

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I '.. io c ulo \eCUnJ,' l,np. io ur '"r *.li '.( nJ rn.iC

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\6 Í57

lrl ¡,trírxlr, tltrlrrrrc rl cu,¡l sc tlcs,rm¡ll,rmn l,,s prirrcipiosricrriios y rcriricos cU cstcrlr)scopio cs más pcrtircnrc aqlLi

qLrc los cfictos que generó una vcz clistribuido por todo uncampo sociocultural. No fue hasta dcspués dc r85o cuandose produjo su amplia difusión comercial por roda Norte¿rné-rice y Europa.r' Los origefles del esrereoscopio se entrelazancon las investigaciones sobre la visión subjetiva acomctidas

durante las décadas de rszo y r8to y, ¿c manera más general,

con el campo de la ñsiologÍa dcl siglo xrx analizado anre-

riormente. Las dos ligllms más estrechrmenre asociadas consu inverciór, Charles \X/heatstone y Sir David B¡ewster, ha-

bian escrito ya extensame¡rte acerca dc las ilusioncs ópricas,

la reorí¿ del color, Ias postimágcnes y otros fenórnenos vi-suales. ¡ñ/hcatstonc fuc de hecho el r¡aducror de la esencial

tesina sotrc las postimágenes y la visión subjetiva escritx porPurkinje en 1823, publicada en ingLés en r8lo. Pocos años

después, Brewster resumiría las invcstigaciones disponibles

en un estado de la cucstión sobre los disposic;vos ópt;cos y l¿

visión subjetiva.

Adcmás, el estereoscopio es inseparable de los debates de

principios del xlx sob¡e de la perccpción tlel espacio, que

continuarían ir¡esueltos ilrclcfiridamente. ¿Era el espacio

üna formn innata o algo que se reconocí¿ a t¡¿vés de indicios aprendidos después de nacer? El problema tle Molyneuxsc habia trasladado ¿ un siglo dilerente para tla¡ soluciones

muy distintas. Pero la cuestión <¡ue preocupaba al siglo xrxnunca había coüstituido realmente un probleoa ceotral conantcrioridad. La disparidad binocular, esto es, el hecho auto-evidente de que cada ojo ve L¡na imagcn ligcr;lmenre disdnra,era ul finómeno conocido desde la antigücdad. Pero sólo

en la década de rSlo se convicrte er crrcial para los cientí-frcos deGnir cl cuerpo videnre como esenci¿lmente binoclr

l, Háci¡ 1316, dos arios .lespués de su li¡ndació¡, sólo l¿ CompxñirEsrereoscópi.á de Lo¡dres habii vendido más dc mcdio milló¡ dei-isores. Vid. G.r¡shcin, l96q: rer.

É

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J)1,1

¿

Iar', crnntilicrrl cor prccisirirr cl d¡lircrrci:rl :rrrgulur clcl cic

óptico de cada ojo y cspecifior las bascs fisiológicas ic l.r

disparidad. La pregunra que preocupaba n los investigadores

e¡¿ ésta: da¿o que el observador percibc una imagen diferen-te cot cada ojo, ¿clm¿ son éstas cxperim€nradas de manerauni¡aria? Antes de r8oo, iflcluso si llegaba a plartearse, csta

cuestión e¡a más bien una curiosidad, núnca ufl problemacentrxl. Durante siglos se había ofrecido dos explicacionesaltcmarivas: según una, mrnca veíamos nada sino con un ojoa la vez; la otra era la teoría t{c la proyección articulada porKepler en fecha tan tardía como la década de r7io, la cual¿llrmaba quc cada ojo proyecta un objcto er su emplaza-micnto real.} Pero en el siglo xrx la unidad del campo visuallo podía ser predicada dc forma ran sencilla.

Desde 6nales de la década de r8zo, los fisiólogos busca-

ban pruebas anatómicas en la estructura dcl quiasma óprico,punro 'irrrado rras lo' ojo. en.¡rr. las fihrrr nervio.¿. que

corducen de la retina al ccrebro se cruzan ent¡e sí, llevnndola mitad de los nc¡vios de cada retina a cacla hcmisferio delcerebro.r4 Pero tales evidencias fisiológicas no cran de6niriva-mcntc concluyentes en la época. Las conclusiones ex¡raídas

por \lheacstone en 1833 proviflieron de su exitosa mediciónde la paralaje binocula¡ o grado en que el ángulo d€l cje de

cada ojo difería cuando ambos se lijxban cn el mismo punro.El organisrno hurnano, a6rmaba, tenía la capacidad de sin,rrrizar la di'p.rrid.rd rcrinirnr cr un: sola imagen unirariaen c¿s; cualquier circul1stallcia. Aunque hoy en díx csto nos

parezca obvio, el rrabajo de §lheatstonc seíaló una rupruratmscelr¿enral respecto a lxs cxplicaciones (o, a menudo, indiGrelcia) que con anterioridad se hrbían dado del cuerpobinocular

La fo¡ma del es.ereoscopjo está ligada a algunos de los

\td.. por ejehplo, \íilliam l,or¡erficld, r7t9: z8r.Vid. Circgory, 1979:,1t.

ft8 r59

¡:rirrr<l,s lrrrllrrzgos ,1, \lhc,rLs«rrc, cn los quc irvcstigó la

cxpcricncir visurl dc objc«rs rel.rtivanentc próximos al ojo.

Gr¡ndo ú¡ obj.ro es exam¡rado r ran gra¡ dlsr¡n.i¡ quc los

ejes (¡,ti«x Je ¡mbos ojos cstár sensiblemente paLaltftx el

dnigirse h:cia él,1as provt..iones pcrspccriv¡s de ésre, vis¡as

scprradancnte por cada ojo, y la áptienci¿ p¡ia los dos ojos

es eMctúncntc la nisma que orando d objeto es visto por

uno só10 de los oios.j

Sin emb:rrgo, a \lhearstone le preocupaban los objetos que

estabar lo sulicientemente cerca del ojo corno para que los

ejes ópricos presertarat ángrios dtfercntes.

Cua¡do el objet{, e*:i sirurdo tan ccrca de los ojos que pan

wrlo los cjcs ópticos debor «mvústr... .¡dá ojo v. una p¡o-

r r.',,i p, '.p¡., i| d.., r.,,., dc e.re. ,..,' ¡, .o.,i r .or

tarto más dispares cuanto mayor cs la comergencia de los

t-a pLoximidad fisica indt¡ce a la visión binocular a una opc-

racióD de reconciliación clc la disparidad, de hacer que dos

vistxs diferenciad¿s aparezcar como una. Es esto lo que re-

laciona al cstcrcoscopio con otros dispositivos dc los años lodel xrx como ci fenaquistiscopio. Su urealismo, presupo¡e

que la experielcia perccptivn es, en esencia, ul1e aprehensión

dc diferencias. La relación clel observador con el objeto no

es tle idcntitlad, sino una experiercia d€ imágcnes disjuntas

o divergeltes. La influyente epistemologia de Helmholtz se

16

Chrfts \Vhe¡a¡o¡e, .Contriburions n, rhe ph)siologv ofvisio¡Pan Lhe fir¡. O¡ some renralnbh, and hitheito u¡obscLvcd, phe-nomen¡ ófbinocuiar vision,, (Ilrewter, ¡l8t: 6t).\lh.¿6ro¡c, .Contriburions n, $e Physiologl of visio¡' (etr llrewv

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l¡,rs,rb:r crr csr,r «hip,n(sis Jil¡r.n.iirl,.'lirrrr¡, \tl¡c.rtsr¡¡rccomo Brewsrer inclicrron t¡uc la lirsión ctc las fórrgrllrías qucse veían cn el estereoscpio renía lugar en el tiempo, y quesu convergercia podría, en realidad, no ser segura. SeqúnBrewsrer:

el rclieve no se obric¡c de la sinrplc cornlJi¡a.ión o s¡pcposi.ión de dos imágenes disparcs. L¡ $peTrosición sc el¡.túadirigiendo el o;o hx.ia el .bje¡o, pero el relieve cs proporcn}¡a¿o ror el júcgo de tos ejcs ópLi.ós rl u¡i., cn tr¡¿ rípida,r¿rrr,, los punkx semcj¡rres ¿e hs dos lnige¡es... Auoque

las iD:igenes se lusloun el relievc ¡pare.e

/o,.li'cg¡.,rL.i!'i.,'caclo..¡..,fr... rl,r \.n|,,,¿ose rL.eitun"ntu.Ie

^.\tcrdo.o¡ (r trnifi.¿¡do) los puntos

ñnrj¡nrcsde.r.la im¡sc¡, 1os cualescorrcsponden adisran

cias tlifcrentes respecto del obserrador.,r

Brewstcr confirma asi que no sc puede habLar clc Lrna imagenestcresocópica, <1ue se rrata tlc una aparición, un eÍécto de laexpcriencia ql¡e cl observador er.rrae de la diferencial cntredos imágenes.

Con la concepción del esrereoscopio, 'Whe¿tstone ir¡teo-taba conseguir estimular la presencia real de un objero físicoo una escen¿, no descubrir or¡o modo de cxhibir un grabadoo un dibujo. La pinrura, ascguraba, h.rbía sido una tbrma derepresentación adecuada, pero sólo para imágenes dc objeros.iru.rdo' a gr:n Ji,r¿n.i¡. ¡.Lr.rndo ur l,ri\¡j.. \( pre\enr¡ J

un espectado¡ «si las circunstancias que podrian perturbarla ilusión se excluyen,, se podria conhrntlir la lepresentaciónj

. .N,,,..,l r,ti., J" .o., .t.,n¡,,r,.L.t¡,,trJ,.c,.dlJi rd.,p,{l.',,1-. \., u,d. lJ. TiB.,r JJJ,'r. o.,no',,,i,¡,."d.,,r,.,..oi... .,Jo'.o,,Ji,,,r de1u.. rr.,rrrci.,..(n".x,,r. (1i,i,¡¿s, por lo d.nüs .urlimrivaDr.nre distinras, un¿ u (rr: dife.cD.ixpcr.eprible quc coÍesponde ¡ la dife¡en.ia dc su lo.rlizr.ió¡ c¡ lxrcrin¡., (I]elntholú. 1977: rll).

l8 llrcwst.r, r8l,: ,. Etrfisis en eloriginal.

16o ¡6r

Usnr.os.oDio lcnri.1,l,r d. Drvnl Bn'w$erÉ

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É

con l.t rcrlidr(1. !fhc,rtsrr¡rc llir¡rnba t¡rrr, crlrr¡rrcl rrl,rrrtrrro histórico, ningún arrista potlÍ.r ofi.eccr una leprcscrrrucirin6el dc ul objeto sólido errrazo.

Cuaodo l¿ piúum,rcl otjek, son visros.o¡ anbos ojos,.n el

caso de la pilnura dos objetos süDil¿rcs se pron.r¡n «,hre Iiretina ¡ or el dcl objeto sólido, l¡s inígenes so! disprEsi e¡is

te ¡or ranro una difirencia cse¡.itr| e¡rrc l¿s ihl,resioncs sotr¡e

',, .,9. no rlp 1,,..e,'ido.. r 1., J.,... .o. ) D,{ . ñ, \ I ¡,F.entn les perce¡cioncs formadas en el cspirhur la pinrure, por

taoto, oo puedc scr contundida co¡ u¡ ohie¡o sóli.lo !

Lo que intenta consegui¡ pucs, es una er¡uivalencia total enrreimagen estcrcoscópica y objero. La invclción del cstereoscopiono sólo superará l¿s dc6ciel1cias de la pintura, stuo tarnbién ]as

del diorama apuntatlas por lVhcatstone. El diorama, pensaba,estaba demasiaclo ¡arrado a las récnicas de la pintura, queclependían tlc la represcntación de sujetos distantcs para ob-tener efcctos ilusorios. Ll esce¡eoscopio, por cl col1rrario, pro-porcionaba una fo¡ma en la cual la nvividez» dcl elecro c¡ecíacon la aparente proxim;dad del oljeto al cspecrador, y la ilr-presión de solidez rridimcrrsional se hacia ma1,or a medida quelos ejes ópticos de cada ulo divergían. Por tanto, cl efecto qucperscgtia con el estereoscopio no era sólo la semejanza, sinomt aprette tangibilidad inmediata. Pero sc trara de rrrra tan,gibilidrd qrrc hr sido n ,n.lorn¿d¿ en,xperierrria prrrrrnerrrevisual, expcriencia de tma clase qtre Diderot no podría h:rlrcrimaginado nunca. La .asistencia reciproca» crtle la vista y eltacto que Diderot most¡¡ba c¡la Carta sobre k¡ ciegos deja deser operativa. InclNo u¡ estudioso de la visión ra¡r soEsticldocor¡o Heimholtz escribiria, en la década de r85o:

t9 Ch¿rles \lhearsrone, .Con¡rlburio¡s n, iire l,hj.siol,)s), ofVislon,,(eD B.cwste,.,q8r:661.

163

Esc,coscopb en No. Segu¡do tnpc.io.

j

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f

.srir firogriiiis.s(rr(,rót'i(.rs r,¡ rrn li.t(a., h ,,ir,,¡.11.?i

).r¡¡ rcal,sr¡s y n¡rur¡lcj crr sr ,(|rcs.¡r¡.nír.tc t¡s.os¡s'n"r,.i. lr. qL. Cc.p.r. dc \, u.,J iT"8r¡..., y,\. oir,. ¡ r. ¡clla arsún objefo,.o,¡o por ejemplo u¡! cóa. .u¿rdo vd¡os.l ohje¡o realme¡le obr.nehos t¿ impresión de que lo hemosvisro y¿ ¿nres y nos cs ñás co¡o.ido. E¡ casos como ésre. t¿

vnr¡ real dc la cosa ñisn¡ no ¡irad. nada ¡uevo o ¡ris exac

,o. r- 'p,1,.t\io¡ .rre oLrrvil o. u- '.j .r1,g. n f1\ i"n.c,I, .

xl menos en lo que respe.ta ¿ rchcnn,cs de f¿rn¡s.ro

Ningínr otlo modo de ¡ep¡esertación hal¡ía fusionado hastaesc punto lo óptico con lo red en el siglo xrx. Nunca s¿,bremos realmcnre qué aspecto tenía el estereoscopio para unespectador del siglo xtr, ni recobraremos una posición desdela que pueda parccer un equivalentc de la ovisión naru¡al,,.Hay incluso atgo «misterioso» en l¿ convicció¡ de Helmholtzde que la imagen dc una casa pueda ser ran rcal que sintamos que «y¿ la hemos visto antcs». Dado que es obviamenteimposible reproclucir los eGctos estereoscópicos aquí, en lapágina imp¡esa, debemos analizar de cerca la natu¡aleza deesa iltrsión sobre la que se hicieron rales afirmacio¡es: mir¿¡a rravés de las lentcs del dispositivo mismo.

En primer ltrgar, dcbe subrayarse que el "efi:cto de rcali_dad, del esce¡coscopio era altamente variable. Algunas imá,gcnes estereoscópicas prorlucen muy poco o ningúo cf¿crode riJimen.rorraljJ¿d: 1., rirr¡. ¡ rrav.:s de unr plara r,.ir.de la fachada de un edi6cio, por ejernplo, o la vista de unpaisaje ¿israntc que pr:eseota pocos elemenros intermcdios.Asimisrno, las inrágcnes que en orros lugares fieuraban ha_L,ir uJlnre,\,\ ( omu demu,r.,. ionr. de 1,, re. e,iór l,e,,pe. r ir.r.como un camino o una vía fenoviaria extcndiéndose haciaun purrto de fuga localizado cent¡almente, prodrcen pocaimpresión de prolundidad. Los cfecros esrereoscópicos pro

164

40 lielnlúk,, re6,, \ol. l: p.lol.4r Vid. Krauss, 1982: lrl.

r6t

rrrrrrci,rilos clcpcrxlcn rlc l.r prescncia ctc objetos o fórrnas ob-rrusivl¡s cn un plano medio o cercano; es decir, debe h¿be¡

suHcientes puntos en la imagen que .equieran cambios signilicrtivos en el ángulo de convergencia de los ejes ópticos. Así,la experiencia más inrensa de la imagen estercoscópica coin-cide con un esp¡cio lleÍo dc objctos, con Lrna plerlirlrd ma-

tcrial quc habla de un horror burgués decimonónico al v¿cio,

r , ri.re irrFrrid¡d de e,r.reoqr¿m¡' que mue\uJn inrLr;ore\

rbauo¡ados de curiosidades lbric-a-hrac), salás de escultura

de museos repletas v r.rstas urbanas congestior, aclas.

Pero en tales imágenes, la profundidad es esencialmente

tlistinta cle la que pueda rnostrar cualquier pintura o Éotogra-

fía. Se nos proporciona una acusada sensación de udelrntc» yder ri. qrre ¡are. e "rg r n iz" r lr imJg<n (omo unJ \ecuen( i¿

de planos en recesróo. Y, de hechr-,, l:r oryanización fulda-mental clc la irnagcn cstcrcoscópica es ?LtnaLl' l'jerclbiñoslos elementos indivicluales planos, lirrmas recort¿das compuestas más cerc¿ o más lejos de nosotros. Pero la cxpcrien-cia del espacio entrc estos objetos (planos) no es la dc unarecesión grxdtral y previsiblc; al contrario, se pLoduce una

vcrtiginosa ircerti¿umbre sobre la disrancia que pudrere se-

parar las firmas. Comparado con l¿ extraíra insustancialidndde los otrjetos v figuras localizados cn cl término medio, el

espxc;o absolutamcnte pdvado de aire que los ¡odea muestrrurra inquirrrnrc p.rlprbili,la,l. fri,rcn :lgurra, .enrej"nra,

superliciales entre el estereoscopio y el diseño escenográfico

clásico, en el que se sintetizao planos y espacio real en Lrnr es-

cen¿ iLusorix. Pero el espacio teatral cs aírn perspectivo en el

sentido ¿e qrc los movimiertos de ios acrores en el escen¿rio

suclc mcionalizar las relacioles entre puntos.

Ella nnagen estereoscópica se produce una pe¡turbacióndel luncionamiento de las señales ópticas. Dctcrminadosplanos o super6cics, aunqrc cortengan las indicaciones de

á

+

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t66

luz (, sr,rnbrr qLr( rxnr)r.rlrrt'rlc tlcsigrlrrr cl vr¡turrrrr, s¡»¡

percibiclos como pl¿oosj otros pllnos (luc rrcrnrxlnrcnrr se

leerían conro bitlimensionales, talcs cor¡o una v.rlle cn unprimer plano, parecen ocupar el espacio agtcsivamente. Ibrtanto, el relicve o profundidad csrereoscópicos carcccn delóeica u or¿cn uniEcador Si la perspectim implieba Lrn es

pacio homogéneo y porencialmente mctlible, el cstereoscopiorevela un campo fundamcrtalme¡uc desuüi6cado y un agre-g.,do J. elemrnror disj,rn,o.. \uevlos ojos nrn,¡ ¿,r.,rit.r¡rrla imagen aprehendicndo complctamentc la rridincnsionalidad del cam¡o, sino en exper.iencias localizaclas y áreassepirreclas. Cuantlo miramos Lma fotografia o una pirturade frcnre, nucstros ojos permaneccr en rrn úlico ángulo decorvergencia, proporcionando asi a Iasuperlicie de la imagenuna unidad óprica. La lectura o la exploración dc una imagen estcrcoscópica, en cambio. supoDc una ¡cumulación cle

difercncias en c.l grado de convergcncia óptica, prodtrciendocon ello el cfecro percepri\o dc üt ?dt¡::huo* de cliferentesinre¡sid¿rles de ¡clieve dentro de la misma imagcn. Nucstros ojos siguen ull sendero entrecorta¿o y errárico hacia suprofundidad: es un agenciamiento cle zonas tridinrensiolaleslocales, zonas imbr:nhs de una claridad alucinatoria, peroqlle cuando se roman ¡Lntas nulca ucgaD a confundirse cnun campo homogéneo. Ls un nrunclo que en absoluto comu-nica cor el quc produjo la escenografía banoca o las vistasurbanas de Crnalet«r y Bellotto. Parre dc la l¿scinación decstas irn:igcnes es clcbid¿ a su desorden inmancnte, a l:rs 6-suras quc inrerrumpen su coherencia. Se podria clecir quc elestercoscopio consrituyc io que Gilles I)eleuze llam¿ un «es,

pacio de Riemann», .¡ partir del matemático alemán GeorgRi€mao¡ G826-r866). rC¡da vecind¿d ctc un espacio de Ricmann cs como un jirón de cspacio cuclidiano, pero la vin-cul¡ción enrre una vecindad v la siguienre no €stá definida...lll cspacio dc Riemarn, en su forma más gener¿], sc presentx

¡rrrcs ,r sí rr r isrr r,, , r,rrro rr.r col. eci,;n ,urror fi dc piczas quc sc

yuxt.rPolren pcro rx) cs(.in lig.rclas cnnc si.;l

Un.r scric clc pinturas clel siglo xrx maniEcsta asimismo

algLLnas dc csras c¿racteristices propias de la imxgincría es-

tereoscópict. Seiioritas & paeblo i8¡). d,e Courber, .on su :l

mctudo comenteda discontinuiclad tlc grupos v planos, su-

giere cl cspacio agregado del estereoscopio, tlcl mismo rnodo

que otros elernentos scmqtntes de El encuenr'n (Boujour, M.(lourbet) (tBSt). Obras tle Monet conr, La ejerución d¿ ,.:h1'

?erddor Mltximili¿no (\86) y Wstd fu ld Ex?osicíón Unircrs¿l

rle tE67 y, descle luego, la'lhrde tl,: domhp en k isla dc ltú-rande./atte (r88q 86) de Seurat, esrán mnbién construidas

esisterrráticarrente, cor ár'cas dc coLerencia espacial locales ydisjuntas, de profundiclacl moclclada y planitud recortada a

la vcz. Podrian nre¡cionarse muchos otros cjemplos, retrotra-

yéndonos incluso quizá a los paisajes de §lilhelm r.on l(óbell,con sü ;nquietallte claridacl cxtrema y su abrupta contighi.l.r.l.l. ¡r incr pl-r,ro' ¡,In,, 11" i"rrJ". ub\ i In)enr<.. on p.,o

no quiero dccir que ex;stl Lura relación raa.vzl dc ningrrna

clase ertre cstas tlos formas, y estaría constcrnado si impul-..rrr r rlguien a irnc.rig¡r ri t ou,ber l,o'erd un..r.rco\"pi".Lo que sugrero, al conrrario, es quc ¿/rrrJ, el .realismo, del

esrereoscopio y los «experimenros, de dctcrmi[ados pintores,

estaban ligados por igu: a una tr¿nsf¡rmación mucho más

ampl;a del observador que permitió l¿ ¿parición de estc nuc

vo cspacjo consrruido er térmi[os ópticos. F.l escereoscopio

y Céz rnc ticnen mucho más en común tlc lcl qüe podrí¿ su-

ponerse. La pinnrra, y cn p.rrticulrr dur.rnte el motlcrnismo

temprano, no reivin¿icaba dc forma especial rLna renovación

de la visión en el siglo xrx.El cstcrcoscopio, en tanro instrlüncnto de representac;ón,

em inrrirsecamcntc ¿¿J.¿r¿, en su sentido más litcral. lI¡ciaañicos l¿ relaciól ¿s¿lzi¿z cntie espectador y objeto irúctcntc

t¿ Drluk ) Gúr(r . ,5-'4xs

167

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1),14

,1t

a

!

a l¿ es¡ ucru¡¿ firndanrcntrlnrcnrc tcur,',rl rlc ll r:irrnrr oscr r:r.

El l:eLncionamiento rnismo dcl cstctcoscopio dcpcndí,r, conro

se h¿iDdicado más arriba, dela prioridad visual del objeo miscerc¿no al espe.tador y de la auscncia de oediaciones en¡¡e el

ojo y la imagen.a' F-ra el cumplimiento de lo que §lalter Ben-

iamin veía como central en la culturavisual de la moclernidad:

"Cada día se hacc más necesa¡io tomar posesión del objcto

desde la ma1.ol proximidad cn la imagen y Ia reproduc-

ción de una imagen-,'' No por casualiclad, el estereoscopio se

hizo cada vez n¡ás sinónirno de imagincría crotica y pornogú-6ca a 1o largo dcl siglo xtx. t-os eféctos mismos clc tangibili-dad que \fheatstonc habia intentado lograr desde el principio

se coüvirt;eron rápidamente cn una forma de posesión ocular

rnasiva. Algunos han especLrla.lo quc cl csrrccho vinculo entre

el cstcreoscopio y 1a pornografía lue en partc tcsponsable de su

defrurción social como modo de consumo visual. En torno al

cambio de siglo, las ventas clcl dispositivo menguaron, supues-

tamente porque se lo asociaba con contcnicios ,indecenres,.

Arrrrqrrr lo' ,¡nrivo' del ,"Lp'o del e',er."'.úpru .e (, 1,,cn.

tr€n ell oÚa Parte, como sogeriré en breve, la sinulación de

una rridimensionalidad ungible se a¡rroxima peligrosarncntc a

los linites de la verosimilitucl accptable.rr

Si la fotografia conservab:l Lrna relación ambivalente (y

superlicial) con los códigos del espacio rnolocular y la pcrs-

perritr grom.rriLa. l¡ ,el.r.ión del e\re"eo*opio ,un ,.r.1\

fbnnas antiguas cra dc aniquilación, no de compromiso. En

r8<8. t h¡rle' \\ her,.r.re planr..r6., 1., \iguien,e .ue'rion:n¿Cuálcs scrian los efecros visuales si presentáramos simultli'

WJter Benj¿n¡r, "Una

peque;a historia de la frtogr¡fi¡, (Be¡j¡-

L¡ xmbivalc¡cia con la cual el público del slgLo xrx rccibió las p.-Liculas 1-D y La Iolografia sugiere la peLcLurable utunlczr problc-trrári.¡ dc esas Écnic¡s. Chririan Nltrzsügiere que L¿ nnprcsión derc¿lidad ¡iende i disminuir a un hdo u ono dc un pu¡to óptir¡o.(Met,, r97,j: l{r.

r68 169

,,c,,,,,c,,r( i, (,,,1x,,¡), c,) ltrg:rr Llcl objcto nr,snm, su pro)€c-

cirirr err u rrr srrpcllicic plana ral comt, se .rparece a ese ojo?, El

cspccudor esrereoscópico no ve ni la idcntidad de una copia

li la coherencra garanrizada por el ma¡co de un¿ vent¿n¿.

V..i' br,n. l"qrr, ap.rreLe "n¡e el p. L, reron,riruLiun rr.niL.,de un nLrndo ya rcprocluciclo y fragmentado en /¿s modelos

no idénticos, modelos que prcccdcr t lt experiencia un;li-cada o tangible que riene lugar en su perccpción inrnediata-

mcntc posterior. Se traca de un reposicionamiento ¡adical de

la relaciól del obsc¡v¡dor respecto a la represertación visual.

La institucionalización dc cstc obse¡vador descentrado y del

signo disperso y multiplicado del cstcrcoscopio separado de

rclcrcntcs cxternos indrca una ruptura con cl obscrvador cL!sico mayor c¡re la qrre aconteceria hacia el6nal dc la ccnturia

en el árnbito de la phtum. Ll estereoscop;o seirala una erra-

dicación del opunco de vista, cn torno al cual, duranre siglos,

los significados h.rbian sido asignados rccíprocame¡Ite al/¿ la

observaclorh y al objeto de su visión. Con una rócnica dc

conterr plación ral ya no cxiste Ja posibilidad de perspccriva.

La rel¿ción del observador rcspecto a la imagen ya no es la

clc un objeto que se cuanriEca en función de su posición en

el espacio, sino l:r de dos imágenes cuya posición simula la

esrrucrlrra anatónica dcl cuerpo del observador.

Para poder epreciar en toda su dimensiót la ruptura que

supuso el estereoscopio, €s importnnft tener en cuenñ el d;s-

positivo orighal, el llamado esrereoscopio ch \flhcatsto¡e. Para

ver imágeles con cste clispositivo, elobservador situabasus ojos

¡li¡ectame¡te lrente a dos csptjos planos situados a noverta gra-

clos c,l uno del otro. Las imágenes a vcr sc sujetab¿¡ en ranuras

a los dos lados del observdor, de rnodo quc guardaban una

separación cspacial neta entre sí. A difercncia dcl estereosco-

pio de Brervster, invcntado a finales de la década de r84o, o

rlel conocido visor.le Holmcs, inventado en 186r, el modelo de

\X/hcatstonc hacia evidenre la laturalcza atópic¡ de la intagen

f

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J

estereoscópica percibida, la disyunc;ón ent¡e l¡ expdiencia ysu cama. Los nodelos tardios permitielor al/a la espectadorácreer que estaba mirantlo,4aaT algo que se elcontraba «afircr¿».

Pe¡o el modelo cle §lhearstone no disimulaba la naturaleza alucioatoria y fabricada de la experiencia- No apo¡,aba lo qüc Roland Buthes llamaría "la ilusión ¡eferencial,,a6. Scncillamerre,ro habia nada (irfircra». l,a ilusión tlc relieve o profLrndidad er¿,

por ta¡no, un acontccimielro stbjetivo, y el observiüot asocia

J"..1 .,p.r,r", r, .l agenre de srnre'ir o rir.ion.

Al igual que el fénaquistiscopio yotros dispositivos ópricos

no proyectivos! el este¡eoscopio tnmbién [cquería la conrigüi-dad e inmovilid¡d dcl obscrvador Juntos, se ;nscribeir en latraosfo¡mación de la relación entre el ojo y el aparato ópticoquc nrvo lugar en el siglo xtx. Durantc los siglos xvn yxvrrr,esa relación había sido cscncialmcnte metafóLica: el ojo y la

cámara oscura, o el ojo y cl tclescopio o el microscopio esra-

ban emparencrdos por una semejanza conceprr¿i, efl la cualla ¿utoridad de un ojo ideal nunca era desaliada.l, Descle el

46 \¡id. Rolañd Bardres, .El efcc¡o dc rc¡Iid¡d, (B¡nhes, 1986: r4lr48).a7 SoLte el telescopio como nctáfom cn c¡liLeo, Keplet y oros, vid-

lli.s, r98o: 2t 29.

171

sigL, xrx, l,r rrl,riir',rr crrrri cl ojriycl rr¡,:rlrrorilni«) srconvicr-

rc.,, r¡r, r,,rrnir.,:.,rrrl.,. ",r.rlr.'r.¡ itr'rrrrrrr.rrro\.onritrr'*

cD un nrisDro Plarxr ¿e tirncnrn nlcüto, con caPacidldcs y

carrclerkricas cambiartcs.r'l-os límites y de6ciencias ¿e uno

se complemertarán con las capacidades del otro, y viceversx.

El aparato óprico experimert:r un cambio conryarable al del

i[strLLmerto tal como cs descrito por Marx: «Desde cl ¡¡ro-

mcnto en que el insrrlrmcnto, salido de Ia maro del hombrc,

y ajlrst¿da a un mec¿nismo, la máquina-herramienta toma cl

lugar tle la rnera herrarniert:r.»4e En cste sen[ido, otros apara

tos ópticos de los siglos xvlr y xvlll, como los cosm¡x:¡mas'

los espejos dc Claude y los uisotes de graba.1". tenian estntuto

de instrumento. En el trabajo arresaflrl ardguo' un rraba

jrdor, cxplicaba Marx, .se si¡vc de su hcrmmienta,' es clecir,

la herrrlnienta tenia una relación me¡afóric¿ con los Poderes

innaros del sujeto hum:rnoJ' En lx libricll, sostenia M¿rx, la

mát¡uina se sirve del hombre, suietándolo a Lüa relación de

corltigiiidad, de una parre I otr¿s partcs, y de irterc¿mbiabi

lid.rd. Marx es bast rte exPlícito resPecto ¡l nuevo cstatuto

metonimico del suieto huml1ro. il¿n prdrto como el Lombre,

el lLrgar de tmbajar con la herramicnta sobre el objeto dc su

rrabaio, se conr.ierte en la sinple fuerza motriz dc una rnáqui

na-herramienta, no cs sino por simple accidente quc la fuerza

motriz se disfr¿za de mirsculo hurnano, y puede muy bien

tomar igualmenre la folm¿ del viento, el agua, o el vapor»"

.18

5'

"[n l¡ ¡r.ronimir,los fenómenos se a¡rehcldo impli.ir¿¡rnte ed

hs rel¡cio¡es que naD¡ie¡en cntrc si prrrc a-parte, en rilrud de

las oral* u«, pu«le etiaut u* rclución de vtde lxptttes :J

esrenre de nn *pccro o tu!.ión de la otra., (Whire, 1971: lt).M¡r{, ¡967, vol. ri l74.M¡N, 196¡ vol. r: 1zz. J.D. Buml hr

'.1,n.n.1o cn q".1.s ca¡'a-

cldades dcL tclescopio y cL nri.tus.opio fenn¡¡ccie¡on, cLe n¡¡e'r¿ er¡raotdlnari¡, si¡ dcsanollars. duranre los siglos xvn ) xvlrr'l' , .'e'ñ.r. F ,n.'^!,t¡u ,g,, .'(,'doa.'-r'r'.cñd,'

. '"'. .'.".. _' .l .1r,,¡o hl..Jr,.o. lu' d''rril'dr- '''r' h' ' '

prácricr." (Urmil, r97r, lol-, 161 46r).Má¡r, r967, vol. r: J7t.

49

t

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Fahricación de est«eógrafós. Paris, h. rs60

J

f7z

t icorgcs { )rrrrgrrillrt rrr cslrrhl( ( c unir inrporr:rnrc disrinción en-

Ir( cl utilirarisnx) dclxvrrr, t¡rc tlcrivaba st idea dc utilidad de

su tlcfinición del hombre como uÍ lxb¡icante de herramicntas,

y cl instrumenBlismo de las ciencias humanas del xrx, c¡ue

se basa cn un «postulado implicito común: que la naturaleza

del hombre es la de se¡ una herrarnienta, que sr"r vocación es

h de ser puesro en su lugar y ser puesro a trabaja¡.»" Aunque(poflcr a t¡rbajar» pue¿e sonar poco aProPiado en una disct¡_

sión sobre dispositivos ópticos, e1 observador aparcntcmcnte

pasivo tlel estereoscopio y el fcnaqüistiscopio, en virnrd dc

decerminadas capacidades Gsiológicas, sc convertí¿ de hecllo

en un productor ¿e formlrs de verosimilitud. Y lo que el ob-

scrvador producía, una y otra vez, era la transformación siÍesfuerzo dc las rburridas imágeres paralelas de los estereogra-

mas en unn tentxdora ilusión de profundidad. El conrenido

de las imágenes es menos relev¿nte que la inagotable rutinademoverse de un estercograma al siguience y producir el mismo

efecto, rcpetida y mecálicamelte. Y cada vez, las monótonas

rarjeras producidas en serie se ú NustaDcixn en una visióIl

obligaroria y sctluctora de lo .¡eal,,.

Caracterísrica escncial de estos dispositivos ópticos de las

dócadas de r83o 1, r84o es la indisimulada naturaleza de su

e'rru.rur¡ luncion¿l I l.r ionn, de \ulerion que.omporrrn.A pesar de que proporcionan ¿cceso a ulo real,, no pretenden

qrre Io real sea otra cosa que una producciót mecánicx. Las

rz C¡rsrilh.rn, 198,1: :178. Vid. también: "Durantc

el sigloxrxse llevó a

c¡l¡o u¡¡ clal¡or¿ción doble: u¡.ón.cpto Esio-cienrí6co deT,abajop..o ., ,,rr.,. ',,er,..i-p'¡ "mi, ,,o). v , n .o,,.e¡,o .," ,- ,,r ,ri

co Lie fuc,za de rrrhajo o ttul,rjo ¿brrac¡o (¡¡a cintidad abstnctrhomogénea aplicablc a todo urbajo y sus.eprible ¿e hultipllcarseo dividirse). Existix ún vhculo profundo ente la fisica y l¿ sociolo-gía: la $ciedad rmi¡istraba un erándar €.onóni.o para mcdit el

rEhajo, y L¡ fisica como "mone¿a

meci¡i.d, p¿r¿ é1... lt¡po¡er elModeLo Je Trabajo sobre cualqtLier actnidad, uaduciL cada ¡cro en

un úabájo posib| o vn¡u¿I, discipli¡¿r l¿ ¡.ción libre, o bien (looul vien. ¡scr lo ¡Jsmo) relegarla ¡h co¡dició¡ de

"ocio», que no

rxir. sioo e¡ ,el¡ción al úabajo, (Dclcúzc y Cmrhri, ,987: a9o).

Í73

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t

!xpcric,rcjns ól)l icr¡s quc lilxirrr: sr¡rr r luhrrrrcntr tlisjrrrrrrrs rl<.las imágenes c'mplcadas cn cl disgxitivo. Aluden ¡»iguala,l.r inrer¡ccior lur¡cjon¡l dsl .Lrrrt,o y lJ m;qrrirrr 1 .r I.,.o¡rt(ro. errerno\. rirr impolral cLrjrr .rivid¡.,e¡ l¡ cu¡lidrclcle l¡ ilu.ión. De modo qu... uarrdo,l fenaqui<riropio ¡ elestereoscopio desapa¡ccie¡on finalmorre, no io hicieron co¡_tinuando on rrxnquilo p¡oceso de invención y mejora, sinomás bien debido a que cstas fo¡mas anteriores va no se ¡¡le_cu¿b¿n r l¿, ne, e.id¡dc, ¡ u,o, dc l, jpo..,.

Uno de los motivos de su obsolescencia lue que no eransuiicientemenre «fa¡tasmagórjcos,, palabra que Adorl1o, Ben,jamin y otros han empleado para tlescribi¡ las fb¡mas de re_presenración posceriores a r85o. Fanrasmagoria era el noDb¡ede m tipo especílico de espccrácdo de linte¡na rnágica de ladécada de r79o y principios de la de r8oo, cn el que se utiliza_ban l,r o) ec. rone' I r¡,cr.r, par.r ha, er qu. cl pibli.o n. rep,r.rr¿ en l.r' linrern¡.. AJorno adopr.r la ¡rhbru p,rrlenal,:r

la ocultrción de la prodncciór po¡ medio de l¡ ap¿¡ienci¿crterna tlel producto...

esri.parienciae¡rerio¡puedellega¡arectam.rd esr¿rurodetse¡ Supc¡tección es a la vcz la pcrlicción dc l¿ itL¡sl¿n dc aueta obra de .re es u¡¡ re¿iidad rdgrzerr que se constrLu¡e aen la csÉra de lo ¡brnuro sni por elo.eDmci¿r asu.lerechoa repr.seDr¿r elmundo !

Pero la octltación o ¡ristilicación del funcionamicuro de la nrá-quina era prccisamente lo que David Brewster esperaba superarcon su caleidoscopio y su esre¡eoscopio. p.nsoba cur, opiimi.-rno que la difusión de las ideas cjentíEcas eo cl siglo xrx soca-vaba la posibilidad cle efcctos fantasmagóricos, y supe¡poso l:1

, {d:,rc 'iol: ój \ol,r. cJu,,,o) tar,rr.,.n,gorI vru. .rr..i.rñ84,: 14 4

,. viJ. Lr.bieI ti,d,.h ,n r988:.r: .7r. \_t_reir,,'oi",,l u,rl d. J rJnr..mJSo !,{is:nr. \:d I ,.,1", ,,g", S ,i^'.-. I .8r ) Ou:q n rgah: 7)- ,.

r74 1lt

hisrr»i:¡ clc Lr civiliz,rcnirr c¡rrr cl clcsartollo clc las tccnologías dc

h ilusiór y h rpa|ición.u' Par¿ llrewster, escocés y calvinista, el

r¡anrenimierm de la barbaric,la tiraniay el papis¡no se habian

basado siemple en el conocimiefito celosamcnte guardado de la

óptica y la acirstica, secreros a través de los cmles gobernaban

las castas superiores y sacerdotales. Pero su proyecto tícito de

democratización y diseminación masiva de las técnicas dc la

ilusión simplcrnet te replegó ese antiguo rnodelo de poder sobrc

el sLleto llumano individual, haciendo de cada obscr"ado¡ a la

vcz el ilusionista y el estafado de su visión.

Incluso en el postcrior esteros€oPio de Holmes, el uoctrlta-

üiento dcl proceso de Producció¡r» no s€ cumplió rotalmcn-

tejjEl esrereoscopio depeldia claramente de un comPromiso

fisico con el aparato que empezó a ser cada vez más inacep-

rablc, y la nacural€zx sintética y compuesta de la imagen es-

rereoscópica no plrdo [unca ocultarse dcl todo. Un aParxto

que se basaba al',iertamente en un principio dc disp.rridad, en

Lrn cuerpo «birocular» yen una ilusión derivada dcl referente

trinario de la tarjeta estcreoscóp;ca de imágenes emParcjndi¡s,

dio paso a una fonna quc conservaba la ilusión reGrencial de

manera más completa que nnda ¿nteriormentc La fotografia

tambié¡ derrotó al estereoscoPio como modo de consumo vi-stal porque recreaba y perpetuaba la 6cción de que el sujeto

.libre, de la cámara oscüra e¡a ¿ún viable. Si parecia que las

lotografÍas continuabal los antiguos códigos pjctóricos «na-

turllistas», 11o er¿ sino Porque sus convenciones dominantes

se rcstringí¿n a Lrn mngo ¡nás estrecho de posibilida¿es téc-

nicas (esto es, velocidadcs de obturación y aperturas de l€ntc

que hacían invisible el tiempo trenscurrido y rcgistrab¿n los

objetos enFocados)." Pero la fotografía ya había abolido la

inscparabilidad del observador y la cimara oscum, unidos

lste disposirivo es Jes.rito por su iDventor e¡ Holmcs, r8t9.

Sobkei ciicto freju.li.ial dc Muybridge I M¡rcysobre los.ódigosctc h representacnnr <nturalisr:, del slglo xrx, vid. Ilurch, r98r.

É

+

f

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áhsteEoscopio de Hotmes, r87o

Esr.r.os.opio dc .olurn¡¿, h¿cl¡ r87o J

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a

Efedos faDr¿sm¿gtuicos: rcpresenra.ión rcarr¡l de mirad dcl siglo xrx.

por un Plrnto de vista úrico, y convifiió:r la nucva cáma¡a enun nparato f:'undanlenralmentc independiente del espectador,.i hierr ¡,resrnrando,e.umo rn inrcr rnr'Jr¡rio r rar\p¿rL rre e

incorpórco enrre el observador y el mundo. l-a prchistori¿ delespectá€ulor/ l¿ «pcrcepción pura, del modernismo se sitúaneo el tcrrirorio recién descubierto de un espcctador de carncy hueso; sin cmbargo, el t¡iunfo final tlc aubos depcnder'áde la negación del cucrpo, slrs pulsaciones y sus fantasmas,como fundamento de la visión-r7

i7 Sobn cl problena dcl ln¡deÍnismo, 1¡ visón r cl c!.rg,, vjd. los¡rabalos de Ro$lind Kr¿uss: re86, ¡088, v reqo.

178 \79

5. La abstracción visionaria...t/ siglo::tx, rt hatta ah»a t.i! aruto de h igl¡s dt

nda tn [.]¿l Mo¿.nnMxiti¡ Heidegger

Alérgico a toda rrcdla a h /"¡gtu, ¿ dú¿ 6 ?trk y

pdnela d áescrcamo lelmalo, por cm¡bar cl tét

nino ie Ma Wtb¿t- És¡a e¡rá nkxdúbhne,te cúftl¡¿z¿do co¡ l¿ *riauliz¡ttitin Cu¿nrot

")¿¿iot y n¿ta'

lú t'/adu.L¡N! icm ¿1 ¿t¿ t tu ¿n?a¡irui/t !¿ d¿tu¿n

tok: d¿ ¿¡t n¿xo.

J1¡codor Adorno

El colapso de la cárnara oscura como modelo de Ia condición

del obscrvador li¡rmaba parte de un proceso de moderniza-

ción, a pesar de que la cárnara misma había sido un elemento

clc u¡a modernidad tncerior, ayuclando a defurir un suieto

"libre», privado e inclividu.rlizado en cl siglo xvn. Hacix P¡in-cipios delxrx la rigidez dc l¿cámara oscura, su sisterna óptico

Lineal, sus posiciones 6jas, su identilicaciót tle la percepción

y el objeto, resultabtn demasiatlo inflexibles e inmóviles para

un nuevo conjunto de requerimientos culturales y politicos

rápi¿lmcüte cambiante. Obvi¿mente, los artistas de los si-

etos xvlr vxvrlr habían hecho incontables intcntos de operar

fuera de las r,cstricciones de l¿ cámara oscura y otr¿s récnicas

tlc ¡acionalización de la visión, pcro siempre dent¡o de rrn te-

rreno de experimentación altirmenre ¿climit¿do. Sólo a prirr-

cipios del siglo xrx el modclo jurídico de la cámara pierde su

autor;dad prc€minente. La visión deja de subrodinxrse a una

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É

ir)ragcn cxrrrior <lr [¡ vurl,¡rlcrr¡ o L, ir¡neero. Iil ojo y,r rro csel qrLe preclica un unrunclo rcll,.

Los rrabajo de (iocdre, Schopcnh:ruer, Ruskin,.lLrncr yrnrr, lru. or ror irrdr, a n que. h¡. ¡¡ L, de. ¿d r rie r84o. cl ¡rnpiuproccso tle Ia percepción se había vuclto, .n .listirrros .sp.._ro,. rrrr ol,lern primordial de j., ri,iór,. e,e mi,r,o pro. (,^quc el funcionamicnro de la cáma¡a oscura manru\.o invisi1,1.., Err.ningun; or ra p.rrr. ta qrriebra,tet m"drto [cr.epr i,oc¡e rr \,rm¿¡r ma. chrarr,enre que cr, Lobra tardia dc.Tuurer. Sin precetlentes aparentes, sus pintu,r,,, J. lrn;1.. dc l¡ di. r.l,r J( r8ro r de i, de ,\4o \oi,rl.rn lJt,e¡J id., incr or ¡hL de u¡r., tuen,e Jr lur 6¡J, jd ,li.ol,k ior d.un , ono Je r.,)o, ,le hr/ , . t 6r d. t¿ ,ti,r,rn. i,r qLc ,"pl rr alob'er,¿dor d"l , mpl.rz"nrienro Jc L cr¡enerr ia ópri..r. I nIrgrr de l: .rprehen,io,r unirari.¡ e irrm.Jiarr de I.r irrr"gcr,.ruestra expcriencia de una pintura de Turncl se sirú:r en rnedio de una temporalJtiad inelLrtliblc. De ahí quc el análisis deLawrcnce Cowing sob¡e 'l-urner se interese por «la transmi'ión 1.L,li,pcni,irr inde6nida, d. t, t.rz por ur¡ r rie irfi nir¿fle,(netu\,lup prnvjen(n dc un,r ..¡rjeJrd inrermin¡l,l< desuperñcies y mare¡iales, cada u¡o de los cuales conrribuvc(on 'u p,opio.olor v,e mez,l¿,on los orro,. p,".,,",,j"6n¿lmenr. rodo. lo. r incorre,. rellci¡Jo l,or roJ¿, p¡n.,.. t_l

'fu,.¡n¡o de I eot¿rdo.,tue h:b; g.ne,Jao Jur,r,re f", rre,riglos pn, ederrr.r un¡ .onr rr- ¡rrcr i.: h cnre al Jomjnn rlc i¿óptica geométrica, otrtiene con .I¡rner

un trjunlo repentinoy :pL'ranre. lero t¡ su,rrn, i¡tid rd que .,n6rre.rl v.r, ro rl-ue l"' obiero' v .u do¿iro ¡ l, in,eFrid,rl e idenri¡l¡.1 de l¡,lorm¡, , oinL ide .rlro¡.¡ . on unJ n¡re\ ¿ tr.r. r: l¿ . ierr.ir ¡lr lo..-rmpo. ¡ la rermoJirjmir r.

Quizá podamos analJzar mejor el nuevo estaruto dcl ob-

r (;oivi¡g, 1966: p. 2r.- I,,, upr ,r.,"-,1,n..o,r. ,..,.,trI-J,...,.n(re.p o. Ll,{n,Je..'.b,,iJ,.n K., h,,-t1 ,;.c,"r,,,, Ien Seres, 1974,211 u4z (TL,rncr ¡raduir Ca.Don,).

i8o r8I

rerv:rl¡,r sr¡r,rl,ril¡ ¡x,r 'lirlrrcr si nos certranlos cn h cclebrr-

rl.¡ rclacitin clcl rrrista con cl sol.i [)el rnismo rnodo qre el sol

clcscrito por la mecánica dásica fue desplazado por lns ruev¿s

rociolles de calot dempq muclte y entropia, el sol t¿l conlo lo

presupo a la cámrra oscura (es dccir', un sol que sólo podia scr

indirectamentc rc presentado al ojo hrmano) ftrc transforma-

do por la posición dcl ntrevo a¡tista-observa¿or.' Er Turnet to-

clas las mediaciones que cor anteriorided habí distanciado y

protegido al observador dcl peligroso resplandor del sol son des-

echaclas. Las Egrrras ejemplares de IGpler y Newron emPlcaban

Ia cámara oscura precisamente para evitar mir¿r directamente

al sol mientra.s irtentaban obtener conocirnicntos de éste o de

la luz que propagaba. En Ld ¿llPtúqae ¿,e L)escartes, como se

.om.ntó áDteriormerlte. la forma tlc la cámara coNrituía umdefema cont¡a la locura y la sinrazón del deslumbrarnientoJ

La confrontación directa de -Iurner con el sol, sin ernbar-

go, disuelve la posibilidad misma de Ia representación que se

pr.r.ndi.r.'egur.,r c"rr l¡' im¿r¡ orura. (us ¡reo. upa. ione.

solares e¡an nvisionarias, en el senticlo de qLre hizo del proce-

so retilliaro dc la visión un motivo ccrtral de su obra; yera ia

enc¿rnació[ Ísic¿ de h vjsta lo que la cánara oscura negaba

o rcprimía. En una de las últimas grandes pinturas ¿e Tur¡rer,

Luz y cokr (Teortu de Coethe): la mnrd¡1tt tiguientc al Diluuit)(rB,¡3), el derrumbamienro del antiguo modelo de represenra-

ción es ¡otal: la vista dei sol que antes había dominado tantas

de las imágenes de Tuflrcr, ahora se conviertc cn Lroa fusión

dcl ojo 1 .l.ol. l'or urra prrrr. rcfre\en(J und imag.n inrpo

L¡ rclación deTume¡ co¡ elsol cs ü¡rada en P¡u1son. 1978: 167-188i

Lindsry, 1966: 2ro 2rl. y Palel, r98t: r,1l r7o.

Sohre Los electos culturales de esros nuevos .o¡ccptos, \'id. Pomian,

"!.1 desLrnbr¡mie¡to es h noche er plcro día, lt oscuri¿ad gtre

¡ein¿en el cc¡rro ¡rismo rle l, que de crccslvo haven el rcsphrdorcle laluz. L¡ Lazón deslur¡ba, rbrclos ojos sobre elsoly no ve nadr,es.leci¡, /,,,r., (Fou.al,lt, reTr: ro8).No sabemos a.ied.ir .ier¿ hast¿ qué pu nro'li]rner se vio indú.nciado

.:

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LVV. lu¡n.,.,/,. .tu..t. .a._¿d_ t,o,.,-,. t.,,.¿a¿.. Jp?¡. dt,1l.t,.tu Va\,\ a,tth¡._t.b,¡ /_.L ,.t._ScJ

:

rBLr8l

sihlc (1. un,r Irrrrinistcnci:r i¡rrc no ¡xxlír scr sino ccgadora ¡f',r rr¡r!'. nrn\.r \i.r.r. p(ru por ocrr l,¡ne. \c rtmei¿ rrm-bién a una postimagen tlc esa luz enguJLidora. Si la estructura

circtriar de esra pinrura y otras de la misma época imita laforma del sol, t¿mbién se correspondc con la pupila del ojo ycon el campo rctiniano sobre el cual se dcspliega la ex¡rerien-

cia temporal de la postimagen. A través de la postimagen se

hace al sol percenecer al cucrpo, y el cuerpo lo releva como

fucnte de sus efectos. Es en cstc sentido, quizá, en el que puc

de decirsc que los soles de l-umer son autorretratosl

Pero Turner no cra el único que, en el siglo xrx, mrntenía

ura relación visionaria con el sol. Tres personalidades cicntí

6cas ya citadas, Sir David Brewstc¡ Joseph Plateau y Gustav

Fechncr, sufrieron graves daiios ell la vista por m;rar fijamel1-

re al sol er el cu¡so de sus invescigaciones sobrc las postimáge-

nes rerini¿nas-¡ Plareau, cl inventor del fenaquistiscopio, llegó

a qucclarse ciego de por vida. Si bien, corno cienríficos, sus

propósitos inmcdiatos diferían obviamente de los de Turnet

en un nivel más funclan¡ental, el de ellos fuc también un des-

cubrimiento de las capacidades ovisionarias, del ctcrpo, y ob-

r ir mos la imporranci,r de "u\ irvc\rigJLionesicuenta la extraÁa inte¡sidad y el entusiasmo ql¡e los an;maba.

La empresa de estos cientíllcos a menudo conllcvaba la expe-

riencia de mirar lijamentc al sol, y la experiencia de la luz del

sol quemándose directlm€nte sobrc el cuerpo, desordenándo

1o palpablc-mente en una proliferaciót dc color jnca¡descente.

Asi, es¡os cientíEcos llegaron a una penetrante comprefisión

de h corporalidad ¿e lavisión. En sus trabajos, no sólo dcscu

bricron que el cuerpo era el lugar y c,l productor de los fenó-

poL los escritos de Go*he sobre Lr óptica fisiológica. G€rard E. Iinle/afilna que'l'urner era muy conscientc tlcl poder fisiológico de los colorcs conple¡Énrarios e¡ linley, 196Z Vid. rambjén Cage, 1982.

La iderde que los oles de TLtncr sor autorrerraros aparece en Paul

son, 1978: r82, ye¡ Lindsá¡ 1966::r].El contacto perv,arl de Trt¡c¡ con rlrestrer r dehate en |ineberg,1966:277j Lindsay, 1966: 2()6,I Iinlell 1971: 188.

9

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¡rcnos cllnn.iricos, sino qÚc csrc (lcscul)rinricfllo lcs l,(Í)riri(jtambiól concebir una expcrienc¡¡ óprica

^bsrrada, l¡ dc unir

visiófl que no representaba ni se refería a obietos del mundoexterno. Asimismo, bien media¡te invenciones tecnológicas oa través de estudios cicntí6cos empÍricos, la obra de los tresprerendr:r rnecanizrr v form¡lizar la vi,iór.

Aunque no se hutriera involucrado como B¡ewsrer o pla-

teau el la invención de ningún disposir;vo óptico, la ca¡rerade Gustav Fechner es quizá la de mayor interés si la com-paramos con la obra de Turner.e Fechner clisuelve muchasde las dicoromías convencionales sobre las que se basa granparte de la bistoria intelecttal del siglo xrx. Con frecuenciase ha resaltado un desdoblamiefito en su pcrsonalidrd: poruna parte, era uDa espccie de romárico mistico inmerso enla, Nuntrphilosophie de Oken v Schelling y en un panteísmospinoziano'ó; por orra, fue cl fund¿do¡ de una psicología ri-gu¡osameote empírica y clranritativa, que sería crucial paralos trabajos posceriores de \Vilhelm Vundt y Ernst Mach,al proporcionarles los fundamentos teóricos para la reduc,ción comprehensiva de la experiencia perceptiva y psiquicaen unidades mensurables. Pe¡o est¿s dos dimensiones de lapersonatidad de Fechner se entrelazaban consÉ¡rtemcnte.,,Su enrLri.rgadora.runque linrlmenre Jrro/ e\per j..n(ia (onel sol a finales de la década de r83o no fue menos funda-mental que la de Turne¡.'. Ya en r82i, un ma¡cado interés

1

:

Acerca de la l,osición in¿ugu¡al de Feclüer en la hisroii¿ de la ps!cologia .ie¡tílic¿. i-id., porejemplo, Boring, rgio:271,296. p¡h uaexf,osicló¡ grneril de sus friocipios par¿ la nedición dc lá sensa-cnin, vid. Fechner 19156: 18-18! ¡echner, r8óo, vol. r:48-7t.A p.opósiro de los escriros «ñí$ico$, de ¡echne¡ vid. l¡ inrrodu.ció¡ dr Valrcr Lowrice.¡ Fe.hner 1946:9,8r. Vid. tambié¡ Fe.l rrr r'a. l: ru l. .e ., . ion J. \pir.o, ¿ . on t. oLr.,,l- VLllcr,le.hrr Ud BdrJ,J , ¿ /oa i5Vid., por ejemplo. \(¡oodward. ¡972:167,:,86-l,a denohimda <risi$, quc Fe.h¡er vivc enrre r84o{841. sus pro-hle , . mq , e. c .,' ,do d r -,l.erm. ru. .oa po.rinrgeae5 e,ol(.'d .n de,Jlle D, .u .ob, n,. en h,,. /- ,8r¿: roj rc.

r8,t r8t

por cl xrl infirrrclí,r lls nrctlirlciorcs lircr¡ri¿s dc Fechnersobre l¡ visión:

Asi, debernos co¡slderar ¡resrro propio ojo .omo una criaru-

r¡ sol¡r sol¡re la tier¡a, un¿ oiátu¡a que habira en los.ayos dcl

,ol 1 e nur, . e J'^,.' t¡,,. ro.,,.' ( i.'rutu qu(.c", ñejresÚu«uralme¡re a sus herm¡¡os dcl sol... Pero l¡s c¡iatu¡as

det .ol. lo. .r. .,ppfioÍ( . a,É lLm. ,18rt,.. .,f ^jo. q, e .e

han kcho autó¡omos, ojos del hás alto desárrollo iDrerro

que nHnrlenen, no óbfante, b es¡ruc¡ura del ojo ideal. L¡luzes su d€mento del mismo modo qu. cl ¿irc cs el núesrro.'l

Esta temprana decla¡ación de una visión autónoma y ema-

nadora, de un ojo luminoso y radiante, forma parte dc larecurrencia a un modelo plotini¿no del observador que fuemás general en siglo xrx, y con el que Tumer también puede

ser vincl ado.'+ En 1846, Turner realizó una pi¡tura titula-da Ángel que está en el sol. Lieízo cuadrado de lxs mismasdimensiones q\re Luz ! colol ¿e 1843, su estrucnrra lormales también sub¡ayadamente circlJar. En ambos, el célel¡re

vórtice turneriaflo se rratsfonna el un remolino esferico de

luz clorada: ula fusión radial del ojo v eL sol, del yo y la divinidad, de sujeco y objeto.

En el centro de csta últilna obra se encuentra la 6gura

Ta¡rbién padeció rensio¡es ocularcs graks debido r1¡s pftcisas lec-ruras escalares que requcrían sus c$udios sobre lá visión hinocular.

rl Fechner,1969:19-18.r¡ Coethe dio a Plotino u¡ lugar dc privilcgio c¡ la i¡lroducción ¡ su

ópti.a: .Aquí nos acordamos de... las pal¿bras de un ¿nriguo es.ribsmírico, Sielojo no estui-iera solcado, ¡cómopodriaños perclbi¡l¿ luz? Si lx propi¡ fueza ¿e llios no viviera en nosorros, ¡cónopodriamos deLeitur¡os e¡ cosas .livina§?' Nadie negará esra afinidadi¡mediala entre lx luzy el oio... Será más inreligible ¿lirmar queenel ojo habirá unalúzlarenle. qúe puede ser ex.itada por la causa más¡imia quc prolensá del interior o del exte¡io¡.,, Coerh€, rrTor liii.Heidcggcr discute este pxsaje de Goethe er sr Súlliag 1 k l;lmtadh"nn"¿, lHdd.gger, ,9st: t4 16). Sobre Ploii¡o y su relacióD con lihistori¡de la ¡eo¡i¿del ar¡e, vid. Alliczy Ir.., 1989:,16 84.

i

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É

dc Lrn irgcl :rlltlo r¡uc sosricnc rrrr:r cspurl,r. Irl crrrlrlco qLrt

Tiuner hace clc cstc simbolo, sin crrbargo, inclic¡ no rrr¡rtr¡sts vínculos con la ¡radición romántica o miltoniana dc cs.r

iinaginerí¿ como su lejanía respccto al paradigma dc la cá-mara oscura. Igual que cn Fechner, el recurso al álgel, unobjcto que no tiene ¡ci:rertes en el muntlo, es un signo de

la insuficienci¡ de los medios convcncionales para represcn-r¡r L¡ 'h'r¿..ion ¡lu,irr.rrori¿,lr \u. inren\.r, exp.rier.iJ.ópticas. El álgcl se convierte cn cl reco¡ocimiento siml¡óli-co quc Turner hace de su propia auronomía pcrceptiva, unadcclaración exaltnc{a cle la inestal¡illcll.d lungroundtdnestl dcla visión. Y es en csre sentido cn el que se puede decir <¡ue laobra de Turne¡ es sublime: su pintura se ocupa tlc una expe,riencia que trasciende sus representacioncs posibles, dide la

insuliciencia de rodo objeto para su conccpto.,;Pero si la obra cle'lurner sugierc hasra qué purto h ex-

perinentación e innovació[ en la arrict¡lrción de nuevos

lenguajcs, efecros y formas fueron posiblcs gracias a la relativ;l abstracción y autonomía de la pcrcepción fisiológica, la

. formalización de la cxperie¡rci¿ perccptiva que llevó a cabo!.echner provicne de una c¡isis de la representación empa,rentrda. Conro el arte dc Turner, Ia obra dc Fechner se l¡asa

ba cl tn enrusiamo y un delirio qLre provenían del de¡rum-bamie¡to de las dualid¿des inhc¡cnces a la cámara oscura

-su escisión entrc el sujeto perccptor y el mundo. Fechrer

teoía la ccrtcza fund¿mental de que mente y rnateria esraban

rr Eirraigo elsenrjdo d.lúmino tublin. ¿clLyóttr¿ ¿e Ltl ca"dí.ió,posnorlona (tyotard, ry84: 77-7i. «L^ mo.lúnidad, darc dc 1¿

époc¡ quc.L e, no seproduce run.asin u¡.hoqueen las.reenci¿sysi¡ cl dcs.ubrnnienro dcl poco de realidad er la rcáLidaJ. asociadaa la invcn.iór ¡le oiras rc¡lid¡d.s. . . Pienso er con.rero que es en las¡é¡ic¿dc lo sublimedonde.l ¡rre no¿úno (in.luid¡ lx litdatura)encuerrra su rcvrrte, y la lógica de la v¿nguadia sus e¡ionrs... Elsenrimi.n¡o sublihe...se dcs¿¡rolla como un conlticto ent¡e las ti-culrades dc u¡ súeto, h fi,cukad.le.oncebir ilso y1¿ ficulid de'presentai ¡leo., ü¿. t¡r¡bién Irora , r984b.

tR6 r87

l.M.W-'fún t. Ll n"Kel qL¿ $tt¡. .15ol, tga6.

:]

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:

int.rc,¡rr«r,ri[rs: Isrrrs trrrsrirui,ur sirrrlrL rrrr rrrc rrr.rrrr r.rs .rl¡crnas cle constrL¡ir l,r r»isr¡r:r rc,rlicl,r,l. l)crr¡ sLr rruvr¡r rlesco,en cuya rcalización invirrió iños, cra c¡conl.ll ln nrérr¡docrpaz de esrableccr urr:r rcl.rción el¡ctx enrrc la expcLienciasensori¡l iDrerior y los fcnór¡cnos del munclo extcl.ior, situxrcstos dos dominios sobre cl mismo crmpo de operacioles.Iueran cualcs liLeran slrs iDrenciones, su resultrdo final firela tcrbic¡ción de la ¡erccpción y dcl observador bajo el al-c¡nce de la exactitud enpirica y la inrcrvención tecnológica.

Sin enbargo,la sensación, cn ranto multiplicitlarl rG alictospsiqrricos intangibles, to ere mcionalizal¡le cn sí rrris.ma. es decir,no em directamentc ¿ccesible al estuclio, la mirnipulació1, la duplicación y la nre<licla corno rLrra cnrided empiricarnentc aisl¡ble.Pcro si la sens¡ción m,sma no se prestaba al conLrol y ia gestión, ¡cn,1,r.,.. ln, rrri¡,,,r|u.,r,i. u\.i. C.r pue, 1,. 1,,..r .. l,;opu,"racion¿lizar la sensación :r través rlc la ¡ncdición del estí¡ruloertrno. Alli don<lc Herl¡arr habÍa fracasado cl su inten¡o dcmcdir l¡ menre, Fech¡rcr salió vicro¡ioso al cuantilicar l¡s scn,saciorrcs en li¡nción dc los esrirnulos que l¿s producian. Logrócsrablcccr lo sc ha dacio en tlcnominar t.ey cle irechler o Lcy de\flebc¡ en la cual proponi:r rna ecuaciót r¡are¡náticr qrc expnsaba rLna rc.laciót li¡rcional enuc sensación r es¡írnulo.¡, (ir¡r.,l e, ,,.,, ro,'. <l irreriu,( rre,iur ,1. t., .

",,,,,., ;.. ,,,, ,. .li,u.l,.

y pernite rrn nuevo tipo dc urexión del obscrr,¡dor. l,or primeravez, sc luce posible clcrenninar la subjetividad dc for¡ra cuantificable. Ésta es h prilrera hazríra "glilcana, tlc Fechncr: haccrnurstLrrrblc algo que no 1o h¡t¡ia sid,¡ hasr¡ cntonces.

1.,\ irry.srilr.,(i(,rrcs rlt IrtIrrrr ¡,rulrrnrliz,rron c¡ l:r conr'

¡rcrrsirir rI l.¡ ,cl.(i(irr (lis],,nriv¡ i, ¡rbirr¡ria qLLe lx sensa-

ririr tcní.r rc4tcto.r su cnL¡sa cxtd¡¡, ya rcvclacla por los

trrrbrrjos rlc Miillcr sobrc les elerl1ías ¡crvios¡s.'¡ Descr¡brjó,

por cjcmplo, quc la nltcns atl clc una scnsación luminosa noalrmenta ran rápiclamenre como la inrensid.rd del esrnnulo

fisico- Así, concluyó ,1Lie exisrí¡ un¡ rel¿ción r)o proporcion¿1,

si bn:n prcvisiblc, cnrc cl incrcmc¡to tlc l:r scnsación y cl

incrolc¡to rlc ]a cstimulación. Pa¡:r Fcch¡cr rcsultab¡ cc¡¡al cl cstablccinielto rle un :rdes de scnsaciór mcrsrLables.

i¡crernenros cu:rn¡ificrbles que pemitieran hacer calculable

¡, prorluctiv.r l,r pcrcepción hL¡m¡r:¡. Ésos se der;yab¡n de

umbralcs clc sorsrción, tlc la magniturl clcl cstímulo ncccsa

io para gcncrar la scnsació¡ ¡rcnos pcrccpriblc por clcnlradel estnlulo que no es peLcibido por el sistema sensorial hLr-

mano. F.sr¡s unidedes fireron las mty detxtidirs udiflrenci¡s

apcnas pcrceptiblcs.» llrr consccucllcix, lx pcrccpción humana

dcvnro ula sccuencia dc magnitudcs clc varias inrcnsirlaclcs.

Como los experimenros de lechner con las posrnnigeres le

h-t'r¡,, ,,,o.rr¡do rrrnl;err. t..r ¡.n e1r i"nrer¡porel! l¡s se¡s¡ciones del obsery¡dor dependian siernpre

rlc h sccuclcir dc cstimulos prccctlcntc. Pcro csta tcmpolalidad segrnenrada es mw .lifeLenre de la que entrairaba 1a

obra de'lirmer. o del tipo de experiencia que Bergson y or.os

intent:rron definder conrrr el proi,ecro cientifico iniciado ¡orFcchner. Ls signiEcativo t¡r,.: cn cl momento cn quc Fcch

ncr cstaba llcvrnclo r cabo sus cxpcrnncltos, cn l:r décacla dc

rt3.¡o, (ieorge Book estuviera super¡oniendo las o¡eraciones

de la lógice con l¡s del ílgebru, irtentando trl¿ formlliT¿-r.,,,,,1 .,p",t,,.,\;h., p.., .. u. . | , , r . . , , ) , . , r. . .. j , ,

,..t-, ..t,,,,",,.t,.,,,.,,.,8,.,,8ru.,,.,.,.t.. .. . 1..,.r.. r.^t.,..,r.,t. t..t,.1..."" t. 1.'u t,,..1.. \.t., J . .....1' ,i- 8ro.^,,.iJ..o.,t,rt.., ..,,1..,..,,¡tof, .,,.t' o,''r,',, ', 'n,',ñ \ 1, . ,1.., ,^,. J- 1. ,, , n, L . J. r ti ,i, ,o.¡¡,por (!ou.ru[, r97o] ?e+ ,96).. ,,1'.r li .rr,.,,,.,. J..,h,n) \t.,.,^. ".t,,...,,. L,tj,.f,,. ". h., l,,,.,.. .'.. i.,, r.,n.',,rJt,,...,,..,,,..,,,,.1,.-,,.rris de 1¡ cxisrcn.i¡., (l lofldnrs, ,ej5. vot. z: i2,rl.

,l .Au¡que se ¡plique.lc 13 misni l;m,, un mis¡o e*ímul, puedeser ¡ercihiJo con ma¡r o rnenor inrensidiJ Je un s,jeb u {tgrnoa oúo, o.on mtrro, o menor intensidad ¡oL el mismo !,ien) tr úgano en ñnnent)s dirin«)s. A h inve.sr, eri¡uk,s ¿e magnnudestlifeLenres se ¡ueJen ¡ercibiL con la misra intensichcL hrj<, Jeteori!¿d¡s.ir.unsr¡¡.i¡s." (¡c.hn.r, r966: is).

r88

t7

rll,

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v

La lcy ¿e fe.hn.r: s - * /,t i.

c;ón paralcla de "las leyes rlcl pcnsamienro,. Pcro, como ha

submyado Iroucault, la mate¡rariz¡citi¡ o l:r cuanrificación,aunque inrportartcs, no son la cr¡cstión funclamental c{c l:rs

ciencias humaras en el siglo xrx.', Lo que está cn jucgo máshir¡ cs la founa en que cl sLrjero humano,:r través del conocimiclto del cuerpo y sus modos de hrncionamienro. se hizocompatible con nucvils disposicioncs dcl poder: el cuerpo drranto trabajador', esrudiirntc, soldado, cons(Lrrridor, pxcicrteo cdminal. La visión pucclc rnLry b;en ser mcnsurable, pe«rquizá lo rrás signiEcativo de las ecu:rcioncs cle Flechner es su

función homogencizatlora: son medit¡s dc hacer a Lrn sujeto

¡,er..¡'r.rr g"b,rn.rhle. ¡re.le.iLrlr. pr,du. rivn \ tu, Jrh rm.,

de todo, coherenre co¡ otras áreas de r¿cionalización.,,

r9 Foucrult, r97o: 1.19 1;r.20 .lin cie,ro s.¡r o, el poder noD¡liz¿.lor ihpo¡c honogc¡cld2d,

|e,o r¡¡,Lri(1¡ n ivi.lüalizi, al pcrmiri¡ he.Lir hue.os, dci(.rn¡nú¡nneles,6j¿¡ cspc.iali.LaJes, r h¡ccr l¡s diliren.i:s riril.s aL ¡irsr¡¡las un:s a las o[¡s. Es ft.il .omprc¡dcr .óin(, fuD.ion. cl podc¡non¡trli?,dor dc¡[o de un sisrenia dc igú¡ld¡.Iñrnr¡1, pucsro qu.en el i¡rerior dc (¡r homoeeneidad quc.s l¡ ¡egh, l: nornr. i¡rrodu.e, .o,¡o iDrpcr¿rivo úril y (mo rcílr¡do dc una medid¡, rod¡J¡ g¡ádr.ntn de las difcrco.ixs individuales." (Fo!.xLrlt, 1979: i8.+.)

l.r l,,r¡r.Lli¿,r,,,',,r ,lc l.r 1,cr.c1,cir',n Jc li,cl¡r¡cr vrrelve

iltlevanr.s L¡s cortcnidos c1,ccílicos clc 1".;siri¡ T r visi¡i¡.

,rl igLul t¡rrc cl rcs«; clc ios scntiJos, es ehora clescribiblc cn

rór¡inos iie m.rgnituclcs abstrrct¡s e inrercambiablcs. Si la

visió¡ h¿bíu sido coocebida anrcs co¡ro on¡ experiencia de

útllil.t./$ (coño ctl h ó¡rica de Goerht), ahc,¡a l:r cuesLicin

', l'.,1 ., e,, 1.,.,1,J,,,,r. r'' J. ..u,i,l¡,1. . ¡, rrn.r . rprri. n, : r

s(nsor irl q(Le es más fiertc o m:is rlébil. Pero esra valoracit'rn

rmcv¡ de l;r percepción, csrc ocultar¡icnto de lo cualirarivo cn

la perccpción grer:ias a su homogencización aritnrética, es un

componentc crucial cLe l¿ nrode¡rización.

Iln el cenrro de la psicofísica de Fechner se encucltra la lcy

cL l¿ conscr vación de la energia, scgún la cLral los orgxnismos

y la naturalcza inorg:inica son regiclos por L¡s ¡rism¡s fuezas.

Asi describc al sujcto lrrrnano: "l)e algÍur rnotlo, las rclaciones

'o,, .",n" L'. ,1. ,rrr: rn.i¡rir'.r .le.r¡or d. ,rr(a,,inno,un,plr1o... I '. ,,,'i,.,' dir.r.r,i.,. .ún q,r. (n rl,e.rr., rn-,tuin.,

orgánica cl maquírista no se sienra fircr¿, si¡,¡ dentr¡:r.,' Yen este rspccro Fcch¡er no es una figura aislada. Todos L,s

trrb.rjos de Helnholtz cn torno ¡ l¡ v;s;ón humala, induicla

la disparidad binocular, particron tlc sLr inrerés orignral cn

el c or y h rcspiración .rnimales, asi comc, de sL¡ aml¡ición

pr;mordial de cltscribit el loncion.rmienro rlc los sc¡es vivos

Lr nocnfi de'honn1¡crc ¡d' c¡ l'oucaul¡ rectc,¡la:r1 scrLirlo c¡r'riene en h obra Je Gcorgcs l'¿taille: "tlo"hrati.l,tl sig¡ii.¡ ¡qúiconmenu¡rl,ilid¡Llrlc los ¡lcnnros l consciencir rlt csLe conmcnsuabiliJ¡cL lhs rchcioocs l¡oman:r ¡ueJen s* nrrnLcoiL[s por rr,cduc.nn, r rcghs nj¡s b¡s¡d¡s en l¡ co¡rcie¡cir tl¡ 1¡ positrl. ld.n-ti.LrJ ¿e person¡s r sit'ra.iones Jefini¿rs... El.on¡ún d.¡o¡ri¡idor,tumlmuro dc h ,o¿oLcrriázl «,cirl ¡ Jc la rcti' ad r¡t «rrgcdc cll¡, cs cl d¡¡er¡, es Jecir, u¡¿ tquivrlctc;¡ c¡lcul¡hle tle Lx ,life¡.¡r.s produc«rs de l¡ rcrivicl¿J colt'ctir¡. El dlne,o sirve parr mecLir

todo rnbrjo, y hac Jel LornL,Lc um frncrón de ¡roJuctos rnen*Lablcs. iJada hombre, se¡júr tl.rir.¡io dc la so.ieJi honn,i{¡ncr. valc

scgírn h que ¡r uce, lo qL,. sig¡]Ii.¡.luc dejr .le re¡cr un¿ cxnrc¡cia a JÍ rr no es mis 9u( rúl lú¡ción. orden.Jr Jenil, de hntr.sncnurables, rle h ptorLLrcció¡ .olc. rlv¡., (lhrai1le, ryStJl7 rlE).

r, |echner, 1966: n.

Neqolñe Sensotion = -s I Sensotion .

tt)l

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á

cn r¿rnrino¡^ lisicoquírnicos prccisos. l,ll Lcrnr¡xlillrinricr¡ scefl.uentra t¡as su concepcióo, comp¡tjc]a por Fcchncr, clcun \er \ivo que rrabaja. produce ¡ az gru,ia, ¡ un I,,.u\(\ode esluerzo rnurcul¿r. <ombuvion 1 lihera.ion de calor deacueldo con Ieyes ernpiicamerte veri6cables... Incluso si elprincipal legado de Fechne¡ es la hegemonia del conductis-mo y su miriada de procesos de condicionamiento y control,es importaflte ver que, odginalmente, su psicofísica buscabaun¡ lusión dcliranre de I¿ inre|iorid¿d de un .u¡ u perceprorcofl un solo campo unilicado y cargado, cuyas partes vibrarantodas por l¿s mismas fuerzas de reprrlsión )¡ atracción: unanaturaleza iÍ6niú sir¡ilar a l¿ de Tu¡ner en la que la vida y lamuefte no son siflo estados dife¡entes de una eneryíaprimaria.Pero las formas de podcr modernas surgieron también a travésde la disolución de los límites que lubían mantenido al sujetocomo un dominio separedo cualirativamente del mundo. Lamodernización exigia que este retugio último fuera racionalizado y, como aclara Ioucault, todas las ciencias del siglo xrxque comienzar con el prefijoprra forman parre de esra apro_piación estratégica de Ia subjetividad.¡

Pero la lacionalización de la sensación que Fechner llevó acabo no condujo sólo al desar¡ollo de tecnologias especílicasdel comportamiento y la arenciónj también era un ,igno d.la ¡econstitución de todo u¡ campo social y de h pásición

/'ro.ür.igLi c.l"enc,^,r, ne,i.ro.,,¡.,.,.ñ,fuc.l, rLm..nrrI' eraef, pú'nr.iJl -n tJ m, did" e, o,k t. ...,S,,. i...., ",,,,,.,.o.r,.m nu)¿., o,," p,fl e d-l .r\.m". f ,.,¡po,ihte..rr. peldid¡

profund.rmen,e r t¡ v"/ tr,",rH.\ion¿rI',,,drm-n,e\oh,. un".;.".d,hero. t,,mq. Jh.,r. -¡os det .esro... Esros liechos esrán demasi¿¿o [s;dos a lo aftc¡ior.ono p ¡ qre ¡o veahos c¡ eltos i¡hbién ¡na exrensió¡ de la i.yJr ir .on.n\".i,,1 de r¿ ",,. rc , ,. iL.s" d. ,,. rk.,". pu.r-;;;;p\rco¡rr¿\. r¡.Llrn(r. r966. lr-l r.'r Fu.:rL r,r o: qr Ir"Jmá.ioF prvd.I eudpú,er p,,n,odcInJ e.oi¡mi.o de I a t-rer.. hie,,, ónn.,d¿. p-o.. n ", ;,.t - i.b.n- rl pl€de cn,4,dche. on,o ú,? opaa,dn Je .eubi. ¿.,ón J, o,, o1re"ido. i,u, no, drt i ,. ^r, i.nr..oLe urr. ,¡oo, n

"¡r.,.0,,.¿.nscr form¡lizados, sibien de form¡ ihp,rcis¿, or É;hi¡os li;süjsricos.

19z 193

rlcl sisru:r,r scr:sori,rl lrunr:rx, clcntnr .lc éstc. M,is :rclcl.rote en

cl siglo xrx, Ccorg Snlrncl clescubrió que las fornulaciones

clc Fcchner consriruian ür medio incisrvo para expresar cómo

lx cxpe¡iencia sensorial habia devenido colindante e incluso

cohcidente con un terreno económico y cultural dominado

por vJores ¿e irtercrmbio. S;mmel ertmjo dc Fechner ún upo

irrformal de cálcLrlo quc le permitió demostmr que los valores

clc cambio eran equivalentes a las ctrtidades de erimuhciónfisica. "El dinero,, escribió, "lunciona como un estímulo para

roda clase de sentimienros posibles por sL¡ ca¡iicter ;nespeci-

fico; desprovisto cic tod:r cu¿lid¿d, lo si¡úa a tal tlistancia de

cualquier seotimienro qlrc sus relaciones con todos ellos son

jmtamcnte iguales.,'a En el alálisis que Simmel hace de la mo-

dernidad, el obse¡vador es sólo concebible como ¡.rn eleÍrento

en esre flujo y movilidad inexorable de los vxlores: «Dentro

de l¡ .Jiru hi'rori,o p.irulógicr, el dinero 'e,onvnr.. po,

su n¿tunleza mrsma, en €l reprcscntnnte más perÉecro de una

tendencia cognitiva de lac;encia mo¿ern¿ eü su conjunto: Ia re-

dücción de las determinacio¡es cualitativas a cuantitativasr.''

El omundo reaL, que I¿ cárna¡a oscura había estab;lizado du-

rante clos siglos dejó de ser, parafraseando a Nietzsche, el

muodo más irril o valioso. La modernidad que envolvía a

Turner, Fechner y sus hcrederos ¡o necesita de este tiPo de

ve¡clatl e identidades inmutables. Se hacia necesario un ob-

servador más aclaptable, autónomo )¡ producdvo tanto en el

drscurso como en la práctica, eo conlormidad con las nuevas

funciones del cuerpo y cor una enorme prol;fereción de sig

nos e imágenes indif¿rentcs yconvertibles. l-¿ modernización

efectró una destentorialización y recvalLració¡ de la visión.

En este libro hc intentado mostra¡ ctán radical había sido

Simnrel, 1978: 16Z Pxr¡ ñ cxteDsa reinterpreta.ión de l¿ Lcy de

Fe.hner, vi.l. Simmel, 1978: 16,-¿7!.

:

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I.r rcconligulaciórr rlc lu visir,rn yl h:rcia h tlfcuJu clc rti4o. Si¡Iuesr¡o inrerés se cenrra en la visión y h moclcnridacl, pr.inrcrudebemos estudiar estas décadas rempran¡s, y no la pinruramodernistade ias de r87o yr88o. En aquelmom"rrro se fo.móLrn nuevo ripo de observador, ul1 observador quc no podemos1¡e¡ represerrtado en pinturas y grabados. Nos han enseñaclo ¿\uponer que un ob'erv¡dor Jei¿r:i .iempre r¿.rros r iribl. s, erde, ir. que,cra idenrili.¡bl, en r.l¿.iorr ¿ Ia, imágenc,. peroaquí se trata dc un observador que también toma forma cnpra.ri.r. y di,.uno, diGrenre., más griscs. ) (,¡)o inrnen.olegado..ran roda, la" indu,ui¡,de l¡ im.rgen ) el..pecrjrrrlodel siglo xx. El cuerpo, que habia sido ei término neut¡al oinvisible de la visión, era ahora el espesor del que se extrajoel conocimienro sobre el observado¡. Esta opacidacl palpabie,esta densidad carnal de Ia visión apareció tan rcpentinamenteque sus eGctos y consecrencias torales ¡o pudieron ser apreciados. Pe¡o una vez la visión l:t¡c reubicada en la subietiv;ia<ldel observador, se abrieron dos ví¿s cnc¡elazar:lxs. U;a con,l,,,cía hacia todas las múltipies alirmaciones de la sobennía y auronomr¡ de l¡ vi,iün que derivaLarr de..,e.uerpo <l"rado denuevos podcres, en el modernismo y otros. La otra ví¿ condu-cia hacia una creciente nomalización y rcgulación del obse¡_vado¡ provenience deJ conocimieflto adquirido sobre el cuer_po vi'ion.rriu. r,r .omo h.rtir iorml dc potlcr qu< dependrandr lJ rb\rr \. ión v lorm¡ li¿¿cion de h I i,icin. Iu im¡orranr.aqui c\ consr"lJr, ómo e.l¿, r i¡.,e, ru,Jn ( ontinrJmenl( yr mcrruJo

'e,rrperporrcn .olrr el mi.mo rerreno.o.;,1, enrrelas inconrables ubic¿ciores cn.las .u¿les se producen, en sudive¡sid¿d, los actos conc¡etos dc visión

194f95

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