Todas estas 2as.indd 4 5/19/08 4:16:32 PM no viene aquí lento. promete. y los cuervos se conjuntan con todo el negro ... cuchó los golpes. el cuadro de aquella casa ... el jardín:

todas estas puertas

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amaranta Caballero prado

todas estas puertas

Fondo editorial tierra adentro


primera edición 2008

Fondo editorial tierra adentro

diseño de portada: Carlos alvarado

© amaranta Caballero prado

© por ilustración de portada

d.r. © 2008, de la presente edición Consejo Nacional para la Cultura

y las artes, dirección General de Vinculación Cultural,

programa Cultural tierra adentro.

av. paseo de la reforma 175, Col. Cuauhtémoc, Cp 06500, México d.F.

Coedición: Consejo Nacional para la Cultura y las artes/

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Impreso y hecho en México

IsBN

970-35-

978-970-35-

conaculta


�



a mis padres: tita y paco



el mal siempre empieza por querer saber. Más.

Cristina rivera Garza

No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.

pero no hables de los jardines, no hables de la luna, no hables de la rosa, no hables del mar. Habla de lo que sabes.

alejandra pizarnik

When what happens is not intentional, one can´t ascribe meaning to it, and unless what happens is necessary, one can´t expect it to occur again.

Lyn Hejinian



I

paseo de La presa de La Hoya #150

en la Villa de santa Fe, real de Minas de Gua-najuato, a cuatro días del mes de agosto de 1747 años, el muy ilustre Cabildo, Justicia y reximiento, habiendo visto lo informado por el sr. rexidor d. alfonso García de Malabehar, sobre el reconoci-miento que hizo del parage donde se pretende ha-cer una presa, para abastecer de agua esta Villa, en que se expresa resulta utilidad pública. su señoría (el alcalde Mayor) dijo que debía mandar y mandó su informe a su excelencia (el virrey), impetrando su venia para efectuar dicha obra. (Marmolejo, II, 44-45).



15

Gorjeos y calandrias

(preámbulo)

Caminar: estrecho pasaje junto a la presa de san renovato. agua que guarda algunos caprichos. sus conspiraciones. aves canoras y burbujas. pequeño lodazal. No hay peces: serpentario:

tiempo de lluvias: días niños. Mi madre nos lleva-ba a chapotear entre los pequeños arroyos que se formaban por la cañada que desemboca a la mítica presa: ahogadero.

atrás, gigantes rocas: aguas deslizantes: fragante mañana.

Gorjeos y calandrias.

Con la alegría de los primeros años, un día, tuvi-mos que saltar: salir del agua: salir del aire: salir de la tierra: salir.


16

un grito: nido de culebras. La fragante y gorjeosa mañana se convirtió en algo ajeno. terror. y yo, nunca jamás desde entonces, tan Medusa.


1�

Los primeros pasos

y cómo decir entonces que el brazo entumecido, que las manos.

Cómo. entonces. Cuando el borbotón de sangre acumula el estalli-

do, la falla, —cuarzos sobre mesa de vidrio, sobre la cornisa

del ojo, grieta imprevisible—: abre por dentro.

el túnel: interior de una montaña desprevenida y nunca anunciada.

sin voltear atrás. sin regreso. sin retorno.

La roca contenida en una gran red de araña: araña humana, minera araña.

Huecos panales de tierra —almibarada y ambari-na—.

La tierra que entumece.La tierra fragmentada en el mineral de la caída.


18

trago rasposo. trago que raspa. trago que rasga.

ríspido el risco que ella mira.


19

la culpa

era la noche una cantata de grillos.era el día una saeta bien dirigida y pensada.eran las tardes el recuerdo salado:

sofá en verde,blusa vaporosa y blanca,un par de manos

(un olor).

era la tarde luz ocre entrando por el patio.Las macetas: garra de tigre, álamo, helechos.

era la habitación, infancia:

puertas de madera pintadas de blanco.Visillos de tela traslúcida: anciana.Vidrios pulidos a fuerza de papel perió-

dico, mojado.


20

era la maldición de lo prohibido:un cuerpo que deja ver la luz, ciego a la nitidez del daño.

todo eso era almagre.todo eso una sustancia, un fluido.todo eso un ácido olor también dulzón y afrutado:

lechoso, blanco, alcalino.

eran las tardes de los sonidos previos al silencio único que provocan los eclipses.

era ese siempre querer saber.

Más.


21

la fractura

el sol: sobre los pechos, sobre las piernas, sobre la cara.

el sol: alma ennegrecida.

Las nubes que pasan y velocidades increíblemen-te lentas.

La náusea, el hacha que parte, la sierra que sierra, la sierra que raspa,el sol que ciega, la saliva.

sobre la piedra un delgado e imaginario hilo de sangre aflora.


22

(Fractura)

en trece el mundo traiciona.

algarabía.


23

el acto

¿Qué pasa cuando el cielo se cae encima? el cuerpo, la mente, el alma catalizan. aceleran.

de acuerdo a todos los procesos: ya lo han dicho: razonada y exhaustiva. ya lo han dicho: única.

¿te acuerdas de ti antes de que…? ¿te acuerdas de ti cuando…? ¿recuerdas que el sol te machacaba la cara y alcanzabas a sentir los huecesillos de un hámster enterrado entre las piedras bajo tu espalda?

ese animal que dentro de una caja tenía años pudriéndose. y como dijiste bien: era tu único amigo.


24

¿recuerdas que caminaste durante horas cruzando túneles,

carreteras y montículos de roca?

¿recuerdas los huizaches, la tierra, las piedras,los insectos, el silencio convertido en paisaje?

¿recuerdas la boca seca, el labio reventando?¿recuerdas el forcejeo, el no entender, el quedar-

se lentamente quieta?

¿recuerdas ese sol de las tres de la tarde?Visión fílmica, casi borrosa, ondulante, saturada

por el blanco de la luz.

(sempiterno zumbido siseoso del escarabajo.)

todo eso ahí estaba. era una semilla. el hueso duro y más compacto horadando tu omó-

plato izquierdo: abre por dentro.


25

la neGación

Vamos. No digas que no lo sabes. No digas porque un no viene aquí lento. promete. y los cuervos se conjuntan con todo el negro entre las plumas. en-tre las alas. picoteándote. Con la ene de no en ma-yúscula. Como si de veras a alguien le importara. Como si de veras. Como si a alguien o a otro o a un otro nadie.

¿Verdad que lo sabías?: ábrete por dentro.toda.

deja que te arranque y te parta en dos partes. en muchas varias partes de tus partes. deja que te

bifurque. Contraída.

el despojo dice la ciencia. dice el metabolismo. dice los cambios y la serie de transformaciones

corporales.


26

estoy escribiendo porque también los mentales y ornamentales.

todo lo que hoy arregla mi casa caída.

esta casa no abre por dentro.


2�

el secreto

¿y qué iba a pasar cuando los ojos detrás de las puertas?

¿Cuándo los oídos: tímpano y caracol, detrás de las cortinas?

yo: sabíatú: sabíasella: sabíaNosotros: sabíamos Vosotros: ¿sabíais?ellos: no sabían.

pero en realidad sólo ella aparte de ti y de mí, es-cuchó los golpes.

el cuadro de aquella casa es el marco que se desca-rapela: la pintura que no dice nada.


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antojo de sal

el jardín: bosque de fábula inmersa: brazo colum-pio torcido de la bugambilia: rama del granado: nido: pasillos simétricos de bicicleta y árboles: kiosco: meandro de juegos: piernas corriendo de niñas, niños: velocidad.

el níspero: cantil: despeñadero: pelusa fina: los ca-racoles entre las plantas bordeando caminillos en ver-de y loza: argénteos. pájaro suspendido en vuelo

(ese instante).

Bardas: quemado rojo para pintarse las ropas y, de paso, las palmas de las manos: para lamerse las rodillas con sangre al primer antojo de sal: para al primer antojo de azúcar desvanecerse, indiscuti-ble, ser entonces: tronco: lodo: tierra: masticar las raíces de los tréboles dulces. Masticar las raíces de los tréboles agrios y entonces saber, constatar: la suerte sabe.


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Correr la vida hasta que el corazón tiemble: gazapo recién nacido. Nunca decir parque, siempre llamar-lo jardín.

Buscar, buscar, buscar. Las manos: el tentaleo. Me-ter la mano al tronco invadida de miedo mínimo. Curiosidad fosforescente: radiante. Meter la mano abierta, los dedos largos esperando la mordedura, el insecto, la ponzoña. ese querer saber.

Meter la mano al agua. Cazar maromeros. Bolsa de plástico, incubadora. Meter la mano hasta el fondo y tocar el fango y las raíces y gritar cuando algo: una anguila monstruosa, un pez abisal, un mons-truo marino, una rata acuática, un niño ahogado, nos alcanza los dedos y deja entonces la fría sensa-ción pegosteosa de la rana.

Ver volar a las avispas, enjambre de rojos quemados cielos. Contorno del idilio: el parque: la infancia.

Bardas construidas de cieno mohoso, tibio. Cami-nar la orilla de esas bardas, observando los pies.

alcanzar las moras rojas, verdes y blancas: reven-tarlas entre la lengua y el paladar: miel de fruto niño. Bardas-enjambre. azucenas, las flores. Man-tos de grillo: Florencio: un nombre de hombre: an-tojo de sal.


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los trazos

dibujó antes que escribir.dibujó llevando los trazos a manera de nube: a manera de hojas: frutos: insectos:

holanes. Bordeando: sombra de la sombra. retahíla difusa de lápices acústicos.

siempre los dedos afilados y largos: huesudos. exageradamente frías, las manos.

entonces, el paisaje era plano, austero. el único relieve era la luz.

Los escalones de loza: verdes:

de ahí el sabor de la piel.


31

subió dibujando hasta el gran portón desvencijado. astillas color ámbar y restos de pintura roja: 1973.

encontró señales, después de caminar algunos pa-sillos.

algunos cuartos. Fríos vientos de octubre: el abrigo de lana morado. La piel tersa: suave: aduraznada.sonriente, la mejilla...

ya no había artritis en las manos de la abuela: había dos niñas recién nacidas. Cada una de ellas tenía la misma frente, ojos y un sólo nombre. empezaba con a y terminaba con a. supo entonces que no era una, ni dos. No frunzas el entrecejo, le dijo la abuela: al mal tiempo, buena cara.


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la memoria

el pabellón de ojos que es tu cara. el detalle. por aquí cruzan el absoluto y el todo.La sombra exangüe de una realidad no compartida. sin partida: que se no se va. Que aquí está para no irse nunca. y te persigue. aquí está para sacudir tu brazo entumecido. Que tus manos. Que tu vida.

ella: tu semilla: tu fractura: tu grieta: tu herida.

podredumbre pobre de alumbre, alambre y ceniza.


II

MaNueL doBLado #7

Límites de la casa:

Hacia atrás: el Callejón de los Corazones.al lado derecho: la casa de las estudiantes.al izquierdo: la casa de las sritas. Ch.al frente: plazuela de san Francisco.

ello da cuenta de las transformaciones.



pigs on the Wing (part one)

pink Floyd

If you didn’t care what happened to me, And I didn’t care for you We would zig zag our way through the boredom and pain Occasionally glancing up through the rain Wondering which of the buggers to blame And watching for pigs on the wing.



3�

de los interiores

Nos fuimos a asomar. Fuimos por primera vez a ver La Casa. el primer sitio nuestro. el primer lu-gar en el que, como árboles, echaríamos raíces. un delgado, estrecho, oscuro pasillo. paredes en las que las ventanas sabían más de una posibili-dad. Los techos altos de un patio cerrado. una casa más bien moderna. La ventana, arco enorme, de una cocina habitualmente fría. escalera en “L” de resbaladizo mosaico rojo de donde jamás caímos, cuando pudimos haber, sin hablar, muerto. La puerta de madera doble para el único balcón donde los bordonazos de san Francisco azotaban hasta abrir de golpe las puertas.

esa casa. el primer síntoma para hablar en plural.

La grabadora negra de la cocina entonces fue siem-pre una canción diáfana. el foco, una risa constan-te en medio del susto y la tormenta. alrededor de la mesa los murmullos de un hermano menor que


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nunca comía. Las preguntas —todas— inteligen-tes y agudas de ése niño. el gran signo fueron los clósets, oscuros y estre-chos como el pasillo, pero sin tanta premonición. Los clósets que convertimos en invernaderos don-de la ropa florecía, crecía, se enraizaba, se multipli-caba anidaba, y nunca moría.

era fría esa casa en pleno verano: reptil: humedad. era espasmo.

en noviembre, el viento provocador trataba de hacernos correr y nos hacía cerrar todas nuestras puertas. Nunca nos dimos cuenta de la hendidura.


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de ellos

La mesa rectangular que primero fue escritorio re-unió durante muchos años todos los domingos a la familia. poner la mesa: un rito.

ruidos de primos, tías, abuelos, madrinas, amigos y de vez en vez algún vecino. La tarde traducida a un dar vueltas con charolas del comedor a la coci-na, siempre, indiscutiblemente, hasta los postres. ahí mi hermana aprendió la carlota de mango, el pastel de tres leches. Los amigos cenaban olorosos panes, y las monjas alguna vez vinieron de visita a probar el té. ahí los septiembres se empozolaban y los tíos entonces, se levantaban, firmes y serios, a saludar. ahí en las navidades mi padre y mi abuelo discutieron historias de extremo a extremo de la mesa, en los años nuevos narraron historias de to-dos y cada uno de los contornos de los platos, hasta el levantamiento del brazo y la punta del índice: Tú lo serás.


40

ahí mi otro abuelo habló de mi bisabuelo: la le-yenda de sus enormes orejas y sus cuarenta hijos, los concursos de piñatas y los globos de cantoya en un pueblo cercano allende la santa sierra color de rosa. ahí sobre el juego de muebles verde olivo sandalio abdón Ceballos gritó ajúa una y mil ve-ces. ahí Loli lloró y se rió (todo al mismo tiempo) en un santiamén. ahí mi abuela arropó a mi madre cuando cansada y felicísima esperaba a su cuarto hijo. ahí mi padre dejó de beber. ahí los tíos y las tías. ahí el teléfono en el medio del pasillo sobre una repisa, no dejaba de sonar. ahí los primeros adolescentes libros a mis diez.

[anecdotario]

ahí algunas tardes: vaho sobre cristal: ventana: sala: el rito de la lluvia.ahí algunas tardes pegué mi cara a lo helado de los vidrios. ahí en esa casa un día ya no paró de llover.


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del cuándo y cómo

Ciertas maneras de veras que no. Ni cuándo. Ni cómo. porque entera mordí el amor hasta la punta de los lápices: alpinos ápices de madera lo que te quiero yo. Cumbre.


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del Golpe

Cuando entré a la casa tuve que decir ventana. Ventana de golpe. Caída. tenía la tela de los pies manchada. sublimes gotas negras de tierra. rojas. apenas era el tiempo de las niñas. esas niñas dul-ces de saliva y agua. olor a nardos y mayos de tar-des blancas. Gruta enorme.

La nube nimba. el rayo de la luz se fractura. todo es límpido en esa atmósfera dentro de la cabeza. Cambios de estaciones sin lluvias, pasto que no crece.

tú, la que estás tan lejos, ¿alcanzas a verme? por-que yo veo las manchas y la luz que rompe. Meto el dedo en la grieta gruta pero no hay agua. La tie-rra siempre está seca. Nunca la sed fue hosca. In-genua el agua del río que corre.

tengo un aquí no hay nadie junto a la espalda.

el ruido de alguien a quien no veo.


43

del Golpe siGuiente

Cuando no entré a la casa

no

tuve que decir: ventana.


44

de la sanGre

Quedarse callada y fingirse. encontrar hermosa la simulación.Indagar a ciertas horas de qué está hecho el rocío

en la intemperie.temblar. Vivir al pendiente de. No hablar.

Cómo decir entonces qué.Cómo pisar.Cómo dar el salto entre la diestra y la siniestra.Cómo atisbar entre adolecer y lo esencial: ser: cre-

cer: creer ser.

en el libro de la conmiseración no aparece la pa-labra llorar.

No se puede tener respuestas antes de. Nada es suficiente.

No mientras lo que impulsa y sobrevive: fe.

La sangre tiene un sabor ácido. Combinación de tierra y cal.


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La sangre sabe a cuarto oscuro en escombros al mediodía,

afuera con sol y voces de niños que juegan. eco por el callejón.

Levanta tu cuerpo y arrúllalo. Límpiale la sangre a tu cara.

No hagas caso. Las palabras sólo son palabras. No duelen.

La mancha tampoco.

¿tú me amas verdad? es lo único que importa.

aquí no ha pasado nada.


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de las preGuntas

desde una ventana particular siempre enfocar el ojo del pájaro. Hay vuelos rotundos que desde un primer aviso, avizoran. olvidé las tardes tibias de casa. La cáscara, zumo de las mandarinas. el tomillo, el romero, la mejorana. Nuez moscada y azúcar mascabado. olvidé que las manos de mi madre horneaban panes sabor naranja para mí. No quise saber. renuncié a una mía que después nun-ca. esa mía luego fue fantasma. Caminé entre las callejuelas y plazas con mi porfiado andar. ahí no pasaba nada. Nada que no fuera lo que yo quería ver. Ciega luego, olvidé el camino de regreso. pero cada mañana, desde el fresco salón y mis calcetas azul marino, enfocar el ojo del pájaro. La pregunta siempre sobrevolaba entonces: ¿quién es esta hoy de mí? el lado inquisidor del pensamiento acudía tintineante a salpicar las bancas de madera. un sa-lón de clases donde nadie sabía el color exacto de las tapas de los cuadernos o el sonido de un tren.


4�

de las imáGenes

el detalle es saber decir: ilusionar con lo que nun-ca no.

¿Cómo entonces recuperar?¿Cómo mantenerse en el filo?¿Cómo si todo sin saber que apenas va?

por la roca de esta casa trasminó el agua.por sus paredes argamasa siempre la humedad.una enfermedad parecida al piojo blanco de las

plantas: orfebre.una enfermedad donde nunca nada es suficiente.un delirio de persecución.un golpe a la cara.el insulto: otro: otro más.(una preocupación.)un aleteo múltiple y borroso: el infinito irse y lle-

gar: esos pájaros.

Cada paso escalón sobre la escalera en “L”me dieron el aviso de cómo llegar hacia ese punto

entre la nada.


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de la especulación

Hay un limpio amanecer.

el aire que avienta con fuerza las primeras flores de esta primavera.

La gente camina aprisa y se empuja, se encuentra, se carcajea: trabaja.

La calle con el hormigueo de los primeros calores tras las lluvias.

Hay muchas cosas por emprender, soñar, escribir, dibujar, crear.

Hay vida inmersa en cada movimiento de ojos, cada letra.

Hay rigurosamente para cada quien una actividad siempre sublime.


49

afuera, hoy, hay todo eso:

yo no creo nada.

esta casa no abre por dentro.


50

de la escalera

saliva de agua dulce, marquesina en puerta.

Fúricos enormes los pasos que bajo tu hombro duermen.

Ved entonces la tranquilidad insomne, parda.

Callejón de piedra y telaraña vieja. escalones construidos de dos en dos. tres en tres. Jóvenes piernas que los corren hasta alcanzar

la cima de un equívoco.

Golpe.

Golpe duro sobre vientre, cara, espalda. escalera inútil donde nadie baja. el dolor siempre es hacia arriba. derriba. el dolor es siempre carne.


pigs on the Wing (part two)

You know that I care what happens to you And I know that you care for me So I don’t feel alone Of the weight of the stone Now that I’ve found some where safe To bury my bone And any fool knows a dog needs a home a shelter from the pigs on the wing

pink Floyd



III

CaLLe deL truCo #17

Cántiga de Santa María Nº 216. también llamada “pacto con el demonio”. trata de cómo santa Ma-ría se muestra como esposa de un hombre que la había vendido al diablo para obtener sus bienes perdidos.



55

leyenda núm. 1

el cuerpo delgado y fuerte de una joven.Cabellera negra larga delimitando la sonrisa siem-

pre roja.esa pelvis.azucenos sus senos. Minúsculo cada uno: pezón.Las caderas.particular manera de andar: alargándose.(Voluptuosa voluptuosidad)Mirada casi negra, fija, sin parpadeos.y luego

la lengua.


56

leyenda núm. 2

al andar la calle ella viaja.Indiferente a la lluvia y a las miradas de los otros,ella nunca habla.

¿eres tú, esa, la que nunca habla?Me dijeron que nunca hablas.¿es cierto que nunca hablas?¿Nunca hablas?dicen que eres otra.Me gusta tu nombre.¿tienes amigos?¿por qué siempre vas sola?¿Quieres tomar un poco de agua?¿Qué estás viendo?

¿Hola?

¿alguna vez vas a hablarme?

te está llamando el mundo.


5�

leyenda núm. 3

raspar con la uña del índice las paredes antes de.abrir la puerta de una casa ajena.reconocer ese olor.almagre.

¿Me sientes?

a horcajadas sobre este sillónarriba de tisoy mi némesis.


58

leyenda núm. 4

Convertirse en humo.Jugar mientras la danza juvenil y frenéticade un todo anunciado. tener la mirada enfocada.Nunca cejar.

tres horas diarias de sudor enardecido.Bajo los reflectores de un anfiteatro:hay una muerta que baila.


59

leyenda núm. 5

despertar de madrugada.Hacia la cama contigua correr llorosa.

Hermana: abrázame.dime que eso no.

La flama, enorme, aparecía enfrente,justo antes de voltear la cabeza y verse:atrapada entre renglones caía sobre la ceniza y el

carbón de su propia carne.

¿y el día siguiente? un sol radiante. por supuesto.


60

leyenda núm. 6

en la escalera de esa casaa ciertos escalonesle faltaban los tablones de madera en la parte justo antes de.

para llegar a ese cuartocada nochela mentira que es: volar.

No hacer ruido.


61

leyenda núm. 7

acostada sobre la azotea observó el cielo azul.en un parpadeo a lo alto vió dos puntos negros dibujar circularessobre ella una danza de muerte.

escuchó el graznidoúnicode los cuervos.

era un 21 de diciembre:solsticio de invierno.ella dijo: No.


62

leyenda núm. 8

siempre que la joven llegaba a casasu madrela veía levitar.

Nunca escuchó el sonido de sus pasossubiendo la escalera.


63

leyenda núm. 9

Los tres pisos de esa casa y sus largos balconesconstruían la frente amplia, enorme, de la joven.en primavera, gorupos de moribundas palomascaían desde sus nidos

(lento)

sobre todas las esquinas de su patio.


64

leyenda núm. 10

Vivir a los diecisiete después de vivir un siglo.


IV

CaLLeJóN de saN JuaN de dIos #1 (aLtos)

…vivir en el “lado bueno” es morar en la ladera izquierda de la cañada, ascendiendo del centro a la presa…buscar casa en Gua-najuato es tarea no muy fácil, pero encontrar una en “el lado bueno”, esto es, asoleada, re-quiere de sesudos conocimientos en cálculos urbano-habitacionales.

Guanajuato, sus cosas, gentes y sucedidos. alfonso prado soto



6�

por el callejón de san juan

I

La casa tiene paredes amarillas. puerta roja. por ahí sale un hombre en camilla hacia una ambulan-cia dos veces por semana. por ahí entran niños para jugar en el patio o en la terraza o en la azotea o en el cuarto de los libros.

Hay cuartos que tienen nombres.

uno está inundado de máscaras. patol de Guerrero y oaxaca. Las paredes: decenas de ojos delinea-dos. Largas barbas negras o azules.

Las paredes también llevan coronas: un hombre murciélago: la muerte: un hombre rana y su toca-do de serpientes: la trenzuda: la bizca: satán negro: satán rojo: el Cristo.


68

Hay también pisapapeles, jarrones, fotografías, candelabros. un piano. el espejo y su marco en madera tallada: gigante paralítico: fantasma refu-giado.

reliquias familiares: los libros: un pasado.

y todavía el mismo polvo: deshaciéndose.


69

II

doblar las sábanas de esquina a esquina —superfi-cie delgadísima y ligera— en toda la extensión de los brazos, es recorrer distancias con olor a cielo y lluvia. doblar cobijas, toallas, manteles, cortinas. doblar, entonces, cuerpo y cara. doblar en ocho partes un ojo y la rodilla antes de comenzar de nuevo. doblar el color. doblar la mañana. repasar esa tela que antes de doblarse ya murmura. Nunca se queja. pequeña selva las macetas de esta casa con pare-des amarillas, puerta roja y niños doblándose de risa entre montañas de ropa recién lavada. en la azotea, jazmines, mejorana, yerbabuena, tomillo, escaramujos, gardenias y una guayaba que apenas crece. universo de olores. tonalidades breves. una tarde todas se secan y el verde pardea inconforme. pero viene la lluvia. en julio, el riesgo es el agua. agua rimbombante que desciende para ahogarlo


�0

todo. anegadísimos los cerros y pulidérrimas sus piedras. otra vez: no me canso del paisaje. Hárta-me paisaje, anda. piérdeme. No finjas sordera.


�1

III

subir la escalera de metal es jugar a la ruleta rusa. un escalón siempre al asecho: la sorpresa.

Las casas en esta ciudad son juguetonas y todas, sin excepción, llevan consigo una escalera premeditada, silenciosa.

Los trastos aquí conforman ciudades, países, espacios de acentos recurrentes y en algunos casos distantes. Los trastos y su implacable manera de coincidir con manos domésticas armadas con fibra, jabón y agua. Montañas plásticas fusionadas con vidrio y metal. Cazuelas. ollas. toda una zarzuela infinita bajo el

grifo abierto del agua.

aguanajuatense agua: trastos que suben y bajan: escalera y caracol.


�2

Bébanla siempre, hombres y mujeres con o sin sed.

sed atentos con ella.

La sala siempre está vacía. el espejo sigue siendo enorme.


�3

IV

La Boda

Hubo un balcón, y un verde afuera apacibilísimo. Hubo música y murmullos entre la gente reunida. Hubo luz (la que cae entre las seis y las siete de la tarde sólo en los días de junio). Hubo manteles largos sobre las mesas. Hubo mucho ruido. ruido feliz que escapaba de la cocina. Hubo un tanto de plenitud y otro de sinceridad. Hubo velas centra-les y candil. Hubo una cabellera lacia y negra teji-da con pequeñas gardenias recién abiertas. Hubo una abuela contenta, sentada, deteniendo fuerte la enfermedad. Hubo un par de ojos transparentes: a veces verdes: azules: grises. Hubo un balcón.

yo estuve ahí. tú también.



VCaLLeJóN JaLIsCo #10

La VaLeNCIaNa

el derredor: plantas perennes de junio en madriguerasHacia abajo: la cañada.Hacia arriba: Cielo.



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amaneceres

porque de la entraña; diminutas filosas piedras los granos de sal.

diminutas, filosas piedras los granos de azúcar.

Los codos sobre la veintiúnica mesa. y el libro, el equinoccio, el hombre que leía la sal. La gente que bebía el azúcar. Milagrosos los años sin tiempo alrededor de la ma-

dera. el fuego. amaneceres de fuego frugal. amaneceres de fierro contra las puertas. amaneceres ladridos de perro. amaneceres ventanas abiertas de vidrios y cerrojos

rotos.


�8

rotos los ojos. amaneceres altos, altísimos: tan altos, que la noche.

¿dónde está la luz que abría nuestras puertas de lata?

Los limoneros, las limas. Las idílicas azoteas tapizadas de cobijas. La hierba fresca en el baldío vecino. Vientos de la sierra. Lo helado. Lo helado que contusiona acaso el movimiento. La hilera de ropa sobre barandal recién pintado de

boda blanca.

Éramos entonces azúcar y sal. Éramos lo que dentro de la mano mantenía inmóvil lo vil. y parecía que tú nunca y yo menos. y parecía ayer de la mano de otro color. tus aguas enumeradas tímidamente violentas.

atento: siempre.


�9

autorretrato en lienzo 1999

esta que ya no soysoy yo



VI

paseo de La presa #69

ella fue mía mucho antes de habitarla.y como todo terreno: fue robado.



83

I

Comencé a hablar demasiado sobre un silencio incomprensible. No pude sino atar ojos y manos entre las rendijas de una continua habitación va-cía, a veces con lazos blancos, a veces sin aldabas o trozos de telas de alambre. Comencé a abrir todas las puertas de esa casa. dejarlas abiertas al polvo, a la luz o a la noche. dejar pequeños platos con agua entre los cuartos para los seres que como yo, masticaban o roían sólidos pedazos de historias vi-vas. esa agua ayudaba siempre a tragar y se pensa-ba en el viaje recóndito que una mancha circular, diminuta, iniciaba marcando trayectorias desde el agudo sonido del timbre. Comencé a observar, de-licada, cada una de las ranuras en las paredes de mi cuarto de siglo. en el centro de mi cama, para en-tonces, había un ojo de agua. siempre tuve cuidado de apagar las hornillas de la estufa. Que la gente no olvidara sus ropas. siempre tuve cuidado de barrer las flores de la jacaranda que alfombraban el patio de atrás, en lo alto de la casa. Los ladridos de los perros a veces me fueron inaudibles. pero a veces


84

no. y supe andar a ciegas. aprendí a andar a gatas. era la manera única de mantener la mejilla sobre la tibieza granulosa del lodo. a la historia nueva de las puertas nunca hubo nadie que la cerrara.


85

II

pesaba mucho cerrar el portón. Las miradas de todos se detenían incrustadas sobre mis omópla-tos (horadados hacía ya mucho: telarañas, cieno, violines sin cuerdas ni brazo). el juego de llaves consistía en no dar marcha atrás, particularmente los pasos sobre la loza. La que anunciaba cada uno de los retornos. Vestigios inoportunos del hambre. una vez estando afuera comenzaba a sentir la pér-dida de mis ojos. Borrones de pájaros siempre en negro atravesaban las tardes nunca simétricas. para entonces, si yo hubiera tenido que ir hacia cual-quier estación siempre hubiera llegado tarde. Los fondos ambientales se encuadraron en fotografías. yo hubiese podido ser una buena pupila. ojo tran-quilo. Caminar sobre los rieles. diseminar. disec-cionar. Quizá si hubiera permanecido. pero mejor no. ¿para qué?


86

III

¿te acuerdas, amor, de las cuerdas? ¿recuerdas, tú, el que seas, que nunca cerré los párpados?


8�

IV

Cada uno de los pájaros dibuja sobre mi vientre la trayectoria de sus vuelos. Hasta este momento en la memoria sólo el vidrio roto que rebana mi pulgar derecho. otra vez la sangre. esa palabra. ese color. aromas pero suturas. el color blanco de mi hueso entre el rojo líquido de la carne abierta. arrastrar los pies. Caminar las mañanas hacia una rutina in-compatible. ya no llores. recuerda que aquí no ha pasado nada. esta casa tampoco abre por dentro. ahora ya los vientos son vahos. ríete. Nada per-manece.


88

V

del escozor en la garganta sé decir bien poco. una especie de ruido seco. una provocación. Nada que no pudiera exponerse. La rasgadura que derrama. pensemos: ¿Hacia dónde las paredes color guinda de esta casa vacía? dar vueltas continuas a la mesa redonda del comedor. Imparable y despacio. La flama de una vela que apenas tiene cabo. Herrum-bre. ¿Crees que por haber caminado lejos ya no vas a verme? ¿Crees que a tu pequeño oscuro pozo va a faltarle alguna vez la noria? pero aquí no hay agua. empecemos de una vez. Capturar la lluvia en todos los cuencos. saquémonos los ojos. des-atémonos las manos. todas las botellas tiradas a la mar. escurrir la saliva. platitos con agua en todo el patio. platitos de agua: Las azoteas. paladear el sabor amargo y podrido de mis encías. anudar la lengua. el hierro: moneda para cobrar y pagar un respiro en este espacio. esta forma. esta vitrina particular. esta piel. alrededor todo está a la venta. No hay sorpresas. No hay nadie a quien hablarle al oído. No tengo ningún interés. La ventana no tie-


89

ne cortinas. el portón sigue entreabierto. yo estoy sentada adentro, sobre el confortable sofá verde de la sala. Hay noches muy largas. siempre hay mu-cho ruido. tabaco dientes. tabaco dedos. tragos de fuego para resistir. dentro de este número —sesenta y nueve— duermo hecha ovillo. Vivo en el país de los sordos. todos vienen a esta casa. y yo: ciega.



VIIsIerra LeoNa #11

MeLLado

donde afuera un pinodonde un laudero

¿dónde?



93

I

el exilio tiene forma de plaza,fachada de templo,espalda de cerro verde llovido;huele a humedad y siglo XVII.

y cómo decir entonces que tus manos.Que tu vida.Que tus ojos. Que tu alumbre.Que tu ceniza.Que tú.

el exilio a veces puede ser un moridero:ahogadero: la presa de La esperanza.ahogadero: la presa de La Hoya.ahogadero: la presa de san renovato.Las regiones de tu asombro.tus paisajes.

esa nada.


94

II

escarbar. La casa en construcción es olvido.a pedazos se sostiene luego de los aguaceros polvo.Moho particular: Insaciable entre las páginas de

libros.

(doblega toda voluntad)

siéntate ungida.respira amable. sostente dentro de este cuarto enfermo.

(pero no debes hablar, no de lo que no sabes)

abre la pequeña ventana para que entren los cien-tos de moscas

sabrás de qué manera se anuncia la compañía.

empuja la puerta, hinchazón húmeda madera,casi la misma que engorda tu cuerpo poroso.


95

No te preguntes cómo, la vida, asiente festiva a vi-sitarte.

pásale un trapo al mundo. Límpialo.todo lo que aprisiona esta casa caída.desde tu altura, si caes,apenas perderás los dientes.



VIII

Cuarto: sIN NúMeroCasa: sIN CaLLe

CoLoNIa: esperaNzaCIudad: tIJuaNa



99

I

abajo el lomo surcado de la tierra.Manchas múltiples los colores pardos.desde el aire la boca ya sabe a polvo.desde el aire intuyes cierta necesidad:te ves.

No sabes que los límites son ilimitados.

el eje vertical como indicación: cierta marea.La compostura o el desgano. el súbito grito de lo que no se pregunta.

¿a qué vienes?

en este cuarto, en esta casa, en esta calle sin nombrereconoces tu hambre.

Los pájaros milenarios dentro de tus oídos.La rehén de los renglones. La ceniza. tu carne.

La flama.una premonición:


100

Cómo decir entonces.

el múltiple escozor de no voltear hacia atrás.allá donde lo otro. Llegar sin saber que vienes hu-

yendo.

Querer saber. Más.


101

II

el noveno día de un mes que riela: el cielo, sin tapujos, se hizo de plomo. un hombre libro, contrabando, desierto, agua. una mujer dice que no sabe hacer pausas.

se traslapa la lengua.

existe un voyeur para cada sentido: el que mira, el que oye, el que prueba, el que toca

y el que huele a otros.el voyeur auditivo es “necio como la estática”. de-

finitivo.

algunos de ellos se esconden tras biombos de ma-dera y papel.

salen hablando solos.

Cada voyeur se arquea como los gatos. (Bajo ese arco están todos los otros.)


102

Cuando el cielo sin tapujos se hace de plomo es una señal incontenible.

todas las ciudades y los cuerpos son de pozo.

yemas voyeur.

Cuando alguien vuelve a nacer la risa en Braille es perfectamente comprensible.


103

III

No voy escribir aquí lo que tú quieres leer. Los cañones y las cumbres desfiladero. andar entre, sobre y bajo el lodo de los días. Mañanas distraí-das de cabellos. Montículos de carpas. de llantas. de pedazos metálicos sin miedo. Cardumen. Li-mítrofe el lapso de mis pasos largos sobre la tierra. Manos. ojo y ojo. excesivamente. sí, quiero saber más.



IX

departaMeNto #6pLayas de tIJuaNa

Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo.

alejandra pizarnik



10�

tardes

para ella la tarde siempre era el mar: entre floritura y floritura el azul de la tinta diluida y siete olas en clave sobre amarillentos arrayanes de viejas pal-meras o con las yemas sentir la espuma de helado espumoso grito blanco: entre arena indagar. para ella las cortinas o el polvo o la ventana. desde afuera.

No supo nunca si el ladrido de un perro o el re menor en arpegio aquí eran. o, finalmente, nada de esto.

ella a veces concentrada veía el rojo de sí pero sus ojos siempre volvían a la puerta.


108

días

Incluso dentro las pacíficas aguas pensar que las presas no son ahogaderos.

ahogadero mi sed.

delimitar: el borde de escribir, la otra mitad.

y cómo decir entonces que.


109

temas

el triángulo termina en tres. tres son mis ejes aquí. título aparte, traza torcidas tretas sobre un tren teñido de tibios tonos tenues. tembloroso el tapete verde. también trina el triángulo. y tordo al fin,

tensa una tromba que trenza en el término típico del tímpano.

tampoco toma todo. No: tritura. tampoco aquí la.

torpe y tonta se tiende sobre el tópico del tran-seúnte siempre en tránsito. tónica.

el trámite del tordo típico es la tromba triunfal del triángulo.


110

tardes

Fuerza y espada sobre la imagen:sentir hondo un fragor de máscarasentir hondo el fragor del cuchillosentir hondo el fragor de labiossentir hondo el fragor de tinta.

sentir hondo el fragor coartado:sensación honda la del jade y mi jadeo en verde


111

días

No tener compasión:

dejar que los domingosrueden solos hacia la playa.


112

temas

abrir los ojos: una serie de palmeras caminando de puntillas. danzando con el aire. un viaje prome-tido bajo el nombre de praga. praga que es Kafka que es madera que es juguete. Felices. todos los relojes sin manecillas. ¿Quién es esta hoy de mi? enfocar el ojo del pájaro. ¿recuerdas? Las res-puestas llegan a veces. Luego los años después. Lo trémulo del ojo. el punto blanco de la luz que te reconoce. tomar de la mano el rostro. tomar de la mano el frío. tomar de la mano el eco de las voces. Comenzar a hablar. Hablar de lo que sabes. Levantar las palmas hacia el sol. Invocar. Caminar hacia el agua helada y zambullirse. Con ímpetu. Con descaro. Con ganas. Las ganas de tener más ganas. Ese querer saber. Más.


XeL paLoMar

un puente nos junta pronto y nos separa muy alto.

alfonso prado soto



115

I

arder es la vida sobre el océano. La zarza que des-garra los brazos al abrazarla: esta es tu casa. esta es la palma de tu mano. este es el sitio donde habi-tas. aquí es. desde entonces los cirros. Cúmulos. Nimbos. Huella digital en movimiento: parvada de pájaros. Cielos turbios despejándose. eres la que sube y baja. eres la escalera. Los ejes vertica-les y horizontales de todas tus sonatas: música en pupila del ojo. esta casa grita. esta casa salta. esta casa acumulada se deja llevar. esta casa: puente que te atraviesa. todas y cada una de tus no ca-sas. La deuda. el conteo. este sitio donde sólo tú prendes y apagas la luz. este cuarto al cielo. Grito seco. Llanto. La inmisericorde luz. oráculo. eres tu hijo. eres tu hija. eres tu padre. eres tu madre. eres tu hermana. tus hermanos. eres tus abuelos. tus abuelas. tus amigas. tus amigos. tus aman-tes. tus visiones. tu ceguera. eres risa. Iracundo el silencio que te mece. eres voz. y eres hambre. Viento que arrastra el polvo, lo consume, trasmi-nándolo. eres huizache. eres higuera: remolino


116

constante. La sierra que te sierra. eres alumbre y eres almagre. eres cuarzo en la cornisa. eres el golpe. sangre de tu sangre. tu Némesis. tu trazo difuso. tu caída. eres tu fractura. eres tu bálsamo. eres tinta: morácea, blanda, de gusto dulce. eres ave nictálope. eres urdimbre. eres trama. eres. Y no eres. todas estas puertas. esta casa.


uMBraL

de cómo todo el azul bajo el umbral de una puërta.



119

I

estamos construidos de momentos, sí. de limítrofes palabras, sí.estamos construidos y temblantes, hechos de algo que todavía no sabemos: cárcel.

Cárcel-tiempo.

La courbe de tes yeux dijo alguna vez paul eluard en su Capitale de la douleur.

¿estamos hechos también de todas nuestras pro-pias cárceles?

estamos hechos también de todas nuestras propias cárceles.

escojo no conjugar el tiempo que es instante que es nube que es aguacero.


120

II

Vas de viaje, viajera. disfruta todo lo que encuen-tres.

observa mucho hacia el cielo. a veces el cielo hip-notiza. y te cubre.

tienes la facultad de convertirte en pájaro, en un pedazo de tela, en hielo, en vidrio sucio. escríbete. Con la orilla de tu índice. deslizando la punta de tu índice sobre el paisaje. escríbete. Háblate: eres tu mantra. transcríbete: tradúcete como una nun-ca probable combinación.

escríbete y piensa que eres el vuelo del pájaro ina-movible sobre el cielo.

(Otra vez ese instante)

escríbete y sábete que eres el pedazo de tela que detiene tu nuca sobre la silla, sobre el sofá mien-tras duermes. eres el vidrio sucio que corta.


121

tú también de ti estás muy cerca. sobre, entre, con, sin, contra, tras la materia. y se siente bien saber que la viajera viaja y viajan sus ojos y sus manos y su sangre, ésa, la que llega a las mejillas de intempestiva manera. sagaz.

La sangre que es agua, que es ventana, que es risa y lengua afinada, sorpresiva. Lengua afilada, punta de lanza: Quimera.

Quimera tu lengua.

Lleva esta música en tu viaje. No preguntes hacia dónde. sólo debes saber que tú eres la cámara, viajera. tú eres la mujer. tú eres el hombre.esos ruidos.


122

III

¿dónde estás tú ahora?

(este umbral)

eres ayer entre la muchedumbre. eras un sitio arrebatado de gente.

obsérvate a través del tiempo, de las distancias y las geografías.

obsérvate cuando tengas el escalofrío. Cuando te sientas caer. Cuando todo se nuble por segundos y pienses que

has cambiado la trayectoria de tus días.obsérvate cuando de la nada, una sonrisa se instale

en tus labios y te conmueva.

Conmoción, moción, movimiento: lengua.

(estás afuera)


123

Hay que decir para invocar: Invoca.Hay que decir para crear.

Hay que decir para que la realidad, ésta.


124

IV

: abrirse perenne toda: pertenecer: inmarcesible.


Todas estas puertas, de amaranta Caballero prado, se terminó de im-primir en el mes de abril de 2008, en los talleres de sevilla editores s.a. de C. V., Vicente Guerrero 38, Col. san antonio zomeyucan, Naucalpan de Juárez edo. de México, Cp 53750, con un tiraje de 2 000 ejemplares y estuvo al cuidado del programa Cultural

tierra adentro.





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Todas estas 2as.indd 4 5/19/08 4:16:32 PM no viene aquí lento. promete. y los cuervos se conjuntan con todo el negro ... cuchó los golpes. el cuadro de aquella casa ... el jardín: