Thompson Hunter - La Gran Caza Del Tiburon

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  • 8/18/2019 Thompson Hunter - La Gran Caza Del Tiburon

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    La gran caza del tiburón

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    Hunter S. Thompson

    La gran caza

    del tiburón 

    EDITORIAL AA!RA"A

    #AR$ELOA 

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    T%tulo de la edición original&

    The !reat Shar' Hunt. Strange Tales (rom a Strange Time

    Summit #oo's )Simon * Schuster+

     ue,a -or' /010 

    Traducción&

    2. " Al,arez 3lórez 4 Angela 56rez

    5ortada& 2ulio 7i,as

    8 Humer S. Thompson /010

    8 EDITORIAL AA!RA"A /09/ $. 5edro de la $reu :: #arcelona ;

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     OTA DEL ATOR  

    BEl arte es largo 4 la ,ida corta

    4 el 6Cito ueda leosF

    J. CONRAD

    Bueno... sí, aquí estamos de nuevo.

    Pero antes de poner manos a La Obra, como si dijéramos, quiero

    cerciorarme de que sé manejar esta elegante máquina de escribir (y sí,parece que sé... en !n, "por qué no #acer esta rápida lista de la obra de mivida y largarme de la ciudad en el de las $$,%& camino de 'enver )í, "porqué no

    Pero me gustaría decir en un momento, para que conste, que es unasensaci*n muy rara ésta de ser un escritor norteamericano de cuarentaa+os y de este siglo y estar sentado aquí solo en este inmenso edi!cio de lauinta -venida de ueva /or0 a la una de la madrugada de la noc#eanterior al día de oc#ebuena, a unos tres mil 0il*metros de mi casa,#aciendo el índice de un libro de mis Obras 1ompletas en una o!cina de

    altas puertas de cristal que dan a una gran terra2a que domina 3#e Pla2a4ountain.

    5s muy raro, sí.

     3engo la sensaci*n de que podría estar igual sentado aquí cincelando laspalabras de mi lápida... y que, al acabar, la 6nica salida decente sería bajardirectamente desde esa jodida terra2a a la calle, 78 pisos y 7%% metros porlo menos de aire sin obstáculos #asta la uinta -venida.

    adie sería capa2 de imitar ese n6mero.

    i yo siquiera... y en realidad la 6nica manera de solventar esteasunto es llegar a la ra2onable conclusi*n de que ya #e vivido yterminado la vida que planeé vivir (me #e pasado en $9 a+os, en realidady a partir de a#ora todo será :na ueva ;ida, una cosa distinta, unasunto que termina esta noc#e y empie2a ma+ana por la ma+ana.

    -sí que si decidiese tirarme a la calle al acabar esto, quiero dejar muyclara una cosa< me encantaría sinceramente dar ese salto, y sí no lo doy

    lo consideraré siempre un error y una oportunidad perdida, uno de los

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    poquísimos errores graves de mí Primera ;ida que a#ora estáterminando.

    Pero, qué demonios, lo más probable es que no lo #aga (por todos lospeores motivos y probablemente termine esto y me vaya a casa a

    pasar las avidades y tenga que vivir luego $%% a+os más con todoeste galimatías de mierda que estoy amontonando.

    Pero sería una salida maravillosa, caramba... y si lo #ago, vosotros,cabrones, me deberéis una salve (esta palabra es =salva>, maldita sea,parece ser que no manejo esta elegante máquina tan bien como creía,una salva, repito, una salva descomunal con una buena pie2a del ??...

    )abéis de sobra que podría #acerlo si tuviese un poco más de tiempo.

    ";ale

    )í.

    @)3 Ai, .C.P. 79D$7DEE

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    L- F- 1-G- '5L 3CB:H

    Son ahora las cuatro y media en Cozumel; asoma ya la aurora sobre estas playas de un blanco suave orientadas hacia el oeste, en el estrecho deYucatán. A treinta metros de mi patio del Cabañas del Caribe, se mueve eloleaje, muy suavemente, sobre la playa; ahí uera en la oscuridad, pasadaslas palmeras.

    !sta noche hay a"uí miles de mali#nos mos"uitos y de ni#uas. !n estecomplicado hotel a pie de playa hay sesenta unidades, pero mi habitaci$n %lan&mero '()* es la &nica llena de luz y de m&sica y de movimiento.

    +en#o las dos puertas y las cuatro ventanas abiertas de par en par un imán

    luminoso e inmenso para todos los insectos de la isla... -ero no me pican.+en#o cubierto todo mi cuerpo %desde las plantas de mis san#rantes y vendados pies al etremo de mi cabeza achicharrada* con repelente deinsectos /0'(, un aceite barato y 1tido sin más características est1ticas osociales redentoras "ue la de "ue es e2caz.

    !stos malditos insectos andan por todas partes sobre el cuaderno, en mismuñecas, en los brazos, dando vueltas al borde de mi #ran vaso de 3acardí  Añejo con hielo... pero no hay picaduras. 4e ardado seis días en resolver este problema inernal de los insectos... lo "ue es una ecelente noticia en el niveluno, pero, como siempre, la soluci$n de un problema no hace más "ue levantar 

    otra capa y dejar al descubierto una zona nueva y más sensible.

    -ero lo "ue menos me preocupa a estas alturas son cosas como losmos"uitos y las ni#uas... por"ue de a"uí a unas dos horas y veintid$s minutosten#o "ue salir de este hotel sin pa#ar una actura inadmisible, recorrer casi cinco5il$metros costa abajo en un 6ol5s7a#en Saari al"uilado "ue no puede pa#arse,tampoco, y "ue puede "ue ni si"uiera lle#ue a la ciudad, debido a #raves problemas mecánicos; y lue#o sacar a mi asesor t1cnico Yail 3loor del 8es$n San8i#uel sin pa#ar su actura, tampoco, y lue#o se#uir los dos hasta elaeropuerto en ese maldito cacharro Saari para co#er el vuelo de Aerom1ico delas siete cincuenta para 81rida y 8onterrey, donde cambiaremos de avi$n

    camino de San Antonio y 9enver.

     Así "ue nos espera un día muy a#itado... hay más de tres mil 5il$metros entreesto y nuestra casa, no tenemos un c1ntimo, diez días brutalmente caros entres hoteles con la cuenta de cr1dito de Yates de Aluminio Stri5er, "ue nosarrebataron en cuanto el e"uipo de relaciones p&blicas local decidi$ "ueactuábamos de orma demasiado rara para ser lo "ue pretendíamos %con lo "uehemos "uedado reducidos a unos cuarenta y cuatro d$lares etra entre los dos*,con mi actura en el Cabañas rondando los seiscientos cincuenta d$lares y la de3loor en el San 8i#uel no mucho menos; más once días de ese cochedestartalado "ue le debemos al representante local de Avis, "ue me sac$

    cuarenta d$lares en eectivo por un parabrisas roto, y "ue s$lo 9ios sabecuánto me pedirá cuando vea en "u1 condiciones está ahora el coche... más

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    unos cuatrocientos d$lares de coral ne#ro "ue encar#amos en Chino puño dedos pul#ares, cucharillas de coca, dientes de tibur$n, etc., y esa cadena de orode dieciocho "uilates de ciento veinte d$lares en el mercado... además delcollar de coral ne#ro de Sandy. :ecesitaremos todo el dinero disponible para elcoral ne#ro... así "ue cosas como las acturas de hotel y el al"uiler del coche

    tendremos "ue dejarlas de lado y pa#arlas con che"ues, sí al#uien los acepta...o car#árselas a Yates de Aluminio Stri5er, "ue ue "uien en realidad me meti$en este embrollo. -ero la #ente de Stri5er ya no está con nosotros; hay unahostilidad clara y abierta. 3ruce, oyce... incluso ese hip$crita disoluto de!duardo.

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    vuelta al puerto al oscurecer a ec#ar un trago de ginebra con t*nica, abeber unos buenos tragos en el crep6sculo, #araganeando por las Irescassillas de cubierta mientras la tripulaci*n prepara los cebos y una bandaambulante de mariac#is recorre el muelle, gimiendo quejumbrosascanciones olmecas de amor...

    O#, sí, estaba dispuesto para aquello, no #abía duda. 'ieciséis semanasde pura política me #abían dejado tambaleante al borde de la crisisnerviosa. ecesitaba un cambio, algo completamente aparte de mi líneade trabajo #abitual. 1ubrir la política es una prueba diab*lica que acabacon la salud de uno y que eNige a menudo oc#o o nueve tomas seguidas(dos o tres veces por semana en la temporada punta, así que lainesperada misi*n de =cubrir> un torneo de pesca en alta mar en lascostas de /ucatán, en Méjico, Iue un alivio que agradecí después de los#orrores de la campa+a presidencial de $QE7.

    )í. Las cosas serían distintas< buen sol, brisa marina, acostarse tempranoy madrugar... 'aba toda la impresi*n de ser un c#ollo< volar #asta el1aribe como invitado de los ricos ociosos, #araganear en sus barcos unasemana o así y luego Iabricar un articulillo para cubrir los gastos y podercomprar una moto nueva y volver a las ocosas. 5l artículo en sí quedaba un poco nebuloso, pero el editor de -layboy dijo que no #abíaque preocuparse. 1asi todos los que #abían sido lo bastante desdic#adoscomo para #aber tenido tratos conmigo desde el !nal de la campa+aparecían convencidos de que yo tenía la urgente necesidad de tomarmeunas vacaciones (un período de recuperaci*n, una posibilidad de

    reIresco y este torneo de pesca de 1o2umel parecía lo ideal. Me sacaría lapolítica de la cabe2a, decían, y me obligaría a seguir nuevo rumbo< asalir del valle de los muertos y a volver a la tierra de los vivos.

    Pero #abía algo más< yo acababa de volver de =vacaciones>. 5ra laprimera ve2 que lo #abía intentado, o al menos la primera que lo #abíaintentado desde que me ec#aron de mi 6ltimo trabajo regular el día deavidad de $Q&8, cuando el director de producci*n de la revista +imerompi* mi tarjeta perIorada en un ataque de Iuria tartamudeante y medijo que me largara de allí. @abía estado en paro desde entonces (en

    el sentido Iormal de la palabra y cuando llevas sin trabajar !jo catorcea+os, es casi imposible relacionarse con una palabra como vacaciones.

    -sí que estaba sumamente nervioso cuando las circunstancias meempujaron, a !nales del invierno del E7, a coger un avi*n e irme a1o2umel con mi mujer, )andy, con el objeto de no #acer nada enabsoluto.

     3res días después me quedé sin respiraci*n en una resaca, a treintametros de proIundidad, en los -rreciIes de Palancar, y tan a puntoestuve de a#ogarme, que luego me dijeron que #abía tenido suerte de

    acabar s*lo con un caso grave de aeroembolismo. La cámara de

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    descompresi*n más pr*Nima estaba en Miami, así que alquilaron unavi*n y me Iacturaron #acía allí aquella misma noc#e.

    Pasé los diecinueve días siguientes en una esIera presuri2ada de un sitioque quedaba en el centro de Miami, y, cuando al !n salí, la Iactura era

    de tres mil d*lares. Mi mujer logr* locali2ar a mi asesor jurídico en unacomuna de drogadictos de los arrabales de Ma2atlán. ;ol*inmediatamente a 4lorida e #i2o que los tribunales me declarasen pobrede solemnidad para poder salir de aquello sin problemas legales.

    ;olví a 1olorado con la idea de descansar por lo menos seis meses,Pero a los tres días de llegar a casa, lleg* este encargo de cubrir untorneo de pesca. 5ra natural , decían, porque yo ya estabaIamiliari2ado con la isla. /, además, necesitaba salirme un poco de lapolítica.

    Lo cual era cierto, en parte... pero yo tenía, además, ra2ones personalespara querer volver a 1o2umel. La noc#e antes de mi inmersi*n conescaIandra aut*noma en los -rreciIes de Palancar, #abía guardadocincuenta unidades de M'- pura en la pared de adobe de la piscina delos tiburones del acuario local, cerca del @otel Barracuda... y este tesorono se #abía apartado de mi pensamiento mientras me recuperaba delaeroembolismo en el #ospital de Miami. -sí que cuando me lleg* elencargo de 1o2umel, cogí el coc#e y Iui inmediatamente a la ciudad aconsultar con mi viejo amigo y 1ompinc#e de drogas /ail Bloor. 5Npliquélas circunstancias con todo detalle, luego pedí consejo.

    R5stá clarísimo Rmascull*R. 3enernos que bajar #asta allí inDmediatamente. 36 te encargarás de los pescadores, de la droga meencargo yo.

    5stas Iueron las ra2ones por las que volví a 1o2umel a !nales de abril.i el director ni los pescadores deportivos de alto copete de latripulaci*n tendrían la menor idea de mi verdadera ra2*n para #acer elviaje. Bloor lo sabía, pero tenía un interés encubierto en mantener elsecreto porque yo le llevaba a él, incluido en el presupuesto, como =asesortécnico>. - mí me parecía muy ra2onable< para inIormar sobre una

    situaci*n sumamente competitiva, necesitas que te ayude alguien enquien tengas plena con!an2a.

    1uando llegué a 1o2umel el lunes por la tarde, todos los individuos de laisla que tenían algo que ver con el negocio del turismo estaban mediolocos de emoci*n ante la idea de tener entre ellos una semana o die2días a un auténtico =escritor de PL-/BO/> de la vida real. 1uando bajédel avi*n de Miami, me recibieron como a B6Ialo Bill en su primer viajea 1#icago< #abía una manada entera de especialistas en relacionesp6blicas esperando el avi*n, y tres de ellos por lo menos estaban

    esperándome a mí "ué podían #acer por mí "ué "uería yo "1*mopodían #acerme la vida agradable "Llevar mis maletas

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    Bueno... "por qué no

     "-d*nde

    Bueno... @ice una pausa, percibiendo una inesperada apertura quepodía llevar casi a cualquier parte...

    R1reo que tengo que ir al 1aba+as RdijeR. Pero... Ro Rdijo uno delos porteadoresR. 3iene usted una suite de prensa en el 1o2umele+o.Me encogí de #ombros.

    R1ualquiera está bien RmurmuréR. ;amos. /o le #abía pedido alagente de viajes de 1olorado que me consiguiera uno de esos jeeps;ol0sSagen )aIari (del mismo tipo que el que #abía tenido en mi 6ltimoviaje a 1o2umel, pero la bandada de relaciones p6blicas del aeropuertoinsistía en llevarme directamente al #otel. Mi jeep, me dijeron, me sería

    entregado en el pla2o de una #ora, y, entre tanto, me trataron como auna especie de dignatario de alto nivel< unas cuantas personas llegaronrealmente a llamarme =se+or Playboy> y los demás no #acían más quetratarme de =)ir>. Me metieron en un coc#e que estaba esperando ysalimos por la autopista de dos carriles, cru2ando la selva depalmeras camino del )ector orteamericano, un racimo de #oteles apie de playa en el eNtremo nordeste de la isla.

    Pese a mis débiles protestas, me llevaron al #otel más nuevo, mayor ymás caro de la isla< una inmensa mole de #ormig*n de un blanco!rme que me recordaba la cárcel de la ciudad de Oa0land. 5n recepci*n,nos saludaron el director, el propietario y varios empleados queeNplicaron que el ruido terrible y martilleante que oía eran s*lo losobreros que estaban dando los 6ltimos toques a la tercera planta de loque #abría de ser un coloso de cinco pisos.

    R-#ora tenemos s*lo noventa #abitaciones ReNplic* el directorR. Peroen avidades tendremos trescientas.

    R T)anto 'iosU Rmascullé.

    R "ué

    Rada, nada RdijeR. 5stán #aciendo ustedes aquí una cosa tremenda,de eso no #ay duda. 5s de lo más impresionante en todos los sentidos.Pero lo curioso es que yo creía que tenía reservas en el 1aba+as.

     / a+adí un simpático gesto y una sonrisa, ignorando la sobreDcogedoraIrialdad que empe2aba ya a asentarse sobre nosotros.

    5l director solt* una inconeNa carcajada que parecía tos.

    R "5l 1aba+as o, señor Playboy. 5l 1o2umele+o es muy distinto al

    1aba+as.

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    R)í Rdije yoR. 5so se ve enseguida.

    5l botones maya #abía desaparecido ya con mis maletas.

    RLe #emos reservado una suite Rdijo el encargadoR. 1reo quequedará satisIec#o.

    )u inglés era muy preciso, su sonrisa eNtra+amente impenetrable... y eraevidente, con s*lo ec#ar un vista2o a aquel comité de bienvenida decampanillas, que iba a ser su #uésped por lo menos una noc#e... / encuanto se olvidaran de mí, escaparía de aquel dep*sito de cadáveresinmerso de #ormig*n y me ocultaría en la c*moda pa2 decadente ysombreada de palmeras del 1aba+as, donde me sentía más en casa.

    5n el viaje desde el aeropuerto el relaciones p6blicas, que llevaba unagorra a2ul de béisbol y un niqui de manga corta blanquia2ul muy

    elegante, ambos etiquetados con la insignia resplandeciente de )3CJ5,me #abía eNplicado que el propietario de aquel inmenso #otel nuevo,el 1o2umele+o, pertenecía a la Iamilia que era due+a de la isla.

    RLa mitad de la isla es suya Rdijo, con una sonrisaR. / lo que no essuyo lo controlan completamente, con la licencia de combustible.

    R "Licencia de combustible

    R)í Rdijo el relaciones p6blicasR. 1ontrolan cada litro de combustible quese vende aquí< desde la gasolina que usamos en este jeep #asta el gas

    de las cocinas de todos los restaurantes de los #oteles e incluso #asta elcombustible de los reactores del aeropuerto.

    o #ice muc#o caso a esta c#arla, por entonces. Me parecía el mismotipo de cuento ruin y servil que puede esperarse de un adorador delpoder, como suelen ser los relaciones p6blicas en todas partes, cuando#ablan de cualquier tema y en cualquier situaci*n...

    Mí problema estaba claro desde el principio. /o #abía ido a 1o2umel (almenos o!cialmente para cubrir no s*lo un torneo de pesca sino unambiente le #abía eNplicado al director que la pesca deportiva de este

    género atrae a un tipo determinado de gente y que lo que a mí meinteresaba era la conducta de esta gente, más que la pesca. 5n miprimera visita a 1o2umel #abía descubierto el puerto pesquero por puroaccidente una noc#e en que )andy y yo andábamos en coc#e por laisla, más o menos desnudos, bien cargados de M'- y la 6nica ra2*nde que locali2ásemos el puerto de yates Iue que me equivoqué en unacurva #acia la medía noc#e e intenté (sin darme cuenta de lo queestaba #aciendo saltarme un control de carretera vigilado por tressoldados meNicanos con metralletas que #abía a la entrada del 6nicoaeropuerto de la isla.

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    ecuerdo que Iue un momento diI ícil y a#ora que lo anali2o desde aquí,sospec#o que aquel polvillo blanco y mo#oso que #abíamos tomadoprobablemente Iuese alg6n tipo de tranquili2ante para animales en ve2 deauténtico M'-. @ay muc#ísimo P1P en el mercado de drogas en estostiemposV si alguien quiere poner en coma a un caballo, puede

    comprarlo Iácilmente en... bueno... no quiero decirlo.

    5n cualquier caso, estábamos cargados... y después de que los guardiasarmados del aeropuerto nos #icieron retroceder, cogí el primer caminodespejado que vi y acabamos en el puerto de los yates, donde #abíauna !esta en marc#a. Oí el ruido como a medio 0il*metro de distancia, así que me Iui guiando por la m6sica y crucé la autopista y unos doscientosmetros de una rampa empinada cubierta de yerba #asta el muelle.)andy se neg* a salir del jeep, diciendo que aquél no era el tipo de gentecon quien le apetecía me2clarse, dadas las circunstancias, así que la

    dejé acurrucada en una manta en el asiento delantero y me acerquésolo al muelle. 5ra eNactamente el tipo de escena que yo estababuscando< unos 9& blancos ricos completamente borrac#os de sitioscomo ac0sonville y Pompano Beac#, rondando por allí a media noc#e, enaquel puerto meNicano, con sus cruceros de doscientos mil d*lares,maldiciendo a los nativos por no proporcionar su!cientes putasadolescentes que #iciesen juego con la m6sica de los mariac#is. 5ra unaescena de decadencia absoluta y me sentía allí como en casa. 5mpecé ame2clarme con la gente y a intentar alquilar un bote para la ma+anasiguiente... lo cual result* muy diIícil, porque nadie era capa2 de

    entender lo que decía."ué demonios pasa aquí, me preguntaba. "3iene anIetamina estadroga "Por qué no puede entenderse esta gente

    :na de las personas con quienes estaba #ablando era un tipo deMilSau0ee, propietario de un 1#risD1raIt de veinte metros. @abía llegadode Jey Kest aquella tarde, dijo, y lo 6nico que parecía interesarle deverdad en aquel momento era la =c#ica argentina> con la queIorcejeaba en la popa. La c#ica tenía unos quince a+os, pelo rubiooscuro y ojos enrojecidos, pero era diIícil verla bien, porque =1apitán

     3om> (así Iue como se present* él estaba doblado sobre ella encima deuna caja de cebos de gomaespuma llena de cabe2as de del!nes,intentando sorberle la clavícula al tiempo que #ablaba conmigo.

    Le dejé al !n y encontré a un patr*n de pesca local que se llamaba4ernando Murp#y, que estaba tan borrac#o que podíamos comunicarnosperIectamente, aunque él #ablaba poco inglés.

    R'e noc#e no #ay pesca RdijoR. ;enga a mi o!cina de la pla2a del

    pueblo ma+ana y ya le alquilaré una buena embarcaci*n.RMaravilloso RdijeR. "1uánto costará

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    )olt* una carcajada y cay* contra una rubia descolorida de ueva Orleansque estaba demasiado borrac#a para poder #ablar.

    RPara usted RdijoR, ciento cuarenta d*lares al día... y pesca #arantizada.

    RMagní!co RdijeR. 5staré allí al amanecer. 3enga la embarcaci*npreparada.

    R >Chin#ado? Rgrit*.

    'ej* caer el vaso sobre el muelle y empe2* a Iorcejear con sus propiosomoplatos. -quello me sorprendi* muc#ísimo, pues, por unos instantes,no me di cuenta de lo que pasaba... #asta que vi a un tipo de cientoveinte 0ilos, con vaqueros y gorra de béisbol roja, riéndose a carcajadasen la parte baja de la popa de una embarcaci*n pr*Nima llamada Blac0)napper, y vi que #abía enganc#ado a Murp#y por la camisa con una

    ca+a de marlín de doce 0ilos e intentaba i2arle.Murp#y retrocedi* tambaleante, gritando @ >Chin#ado? otra ve2, mientrascaía de costado sobre el muelle rompiéndose la camisa. 5n !n, pensé,no tiene objeto intentar #acer negocios con esta gente esta noc#e y,en realidad, no salí a pescar siquiera en aquel viaje. Pero el tono vulgargeneral de aquella !esta se me qued* grabado< una caricatura en vivode basura blanca desmadrada en playas eNtranjerasV un reportajeasombroso, y no sin cierto grado de Cnterés #umano.

    5l primer día del torneo, pasé oc#o #oras en el mar a bordo del

    probable ganador< un stri0er de &? pies llamado )un 'ancer, propiedadde un pr*spero industrial de mediana edad, 4ran0 Oliver, natural dePalat0a, 4lorida.

    Oliver dirigía una ota de embarcaciones en el 1anal Cnterior de ac0sonville, seg6n dijo, y )un 'ancer era la 6nica embarcaci*n delpuerto de 1o2umel en la que ondeaba una bandera conIederal. @abíainvertido en él =unos trescientos veinticinco mil> (incluyendo la red deenc#uIes empotrados de la aspiradora, para poder limpiar las mullidasalIombras y, aunque dijo que se pasaba =unas cinco semanas al a+o>en el barco, era un pescador muy serio y se proponía ganar el torneo.

    1on este !n, #abía contratado a uno de los mejores capitanes deembarcaciones pesqueras del mundo (un tipejo nervioso llamado 1liW ort#, dejando en sus manos el )un 'ancer por un a+o. ort# es unaleyenda viva en el mundo de la pesca deportiva y la idea de que Oliverle contratase como capitán no resultaba del todo aceptable para losdemás pescadores. :no de ellos eNplic* que era como si un jugador degolI rico de !n de semana contratase a -rnold Palmer para que jugasepor él la !nal del campeonato. ort# vive en el barco con su mujer ydos j*venes =ayudantes> que #acen todas las tareas serviles, y durante

    los die2 meses del a+o en que Oliver no está, alquila el )un 'ancer atodo el que pueda pagar la tariIa. Lo 6nico que tiene que #acer (a

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    cambio de esta sinecura es asegurar que Oliver gane los tres o cuatrotorneos de pesca en los que tiene tiempo para participar durante ela+o.

    Fracias a ort# y a su buen manejo de la embarcaci*n, 4ran0 Oliver

    !gura ya en los libros de récords de pesca deportiva como uno de losmejores pescadores del mundo. ue Oliver pudiera o no ganar alg6ntorneo sin ort# y sin )un 'ancer es tema que #a levantado muc#apolémica y de alg6n que otro comentario duro entre los proIesionalesde la pesca deportiva. i siquiera los pescadores más egoístas negaránque un buen barco y un buen capitán al mando del mismo son Iactoresdecisivos en la pesca en alta marV pero #ay una clara divisi*n deopiniones entre los pescadores (que son básicamente a!cionados ricosy los proIesionales (los capitanes de embarcaci*n y las tripulacionesrespecto al valor relativo de cada actividad.

    1asi todos los proIesionales con quienes #ablé en 1o2umel se mostrabanreacios, en principio, a #ablar de este tema (al menos para la grabadora,pero después de tres o cuatro tragos acababan, invariablemente,sugiriendo que los pescadores eran más un peligro que una ayuda y,como regla general, podías pescar más si sujetabas simplemente la ca+aen una abra2adera al !nal de la popa y dejabas que el pe2 #iciera eltrabajo. 'espués de dos o tres días en los barcos, el cálculo másgeneroso que pude conseguir de los proIesionales Iue que aun elmejor pescador signi!ca como muc#o un die2 por ciento, más o menos,en un torneo, y que la mayoría constituían un obstáculo.

    R'ios del cielo Rdijo un capitán veterano de 4ort Lauderdale una noc#een un bar de un #otel localR, Tsi te contase las cosas que #e visto#acer a esos imbéciles, no te lo creeríasU

    )e reía, pero era una risa nerviosa y su cuerpo parecía estremecerse alevocar aquellos recuerdos.

    R:na de las personas para quienes trabajo ReNplic*R tiene una mujerque está sencillamente loca. o quiero que me interpretes mal,cuidado, la aprecio muc#o como persona, pero cuando se pone a

    pescar, maldita sea, me gustaría trocearla y ec#ar los pedacitos a lostiburones.

    @i2o una pausa y bebi* un largo trago de su ron con cocaDcola.

    R)í, me Iastidia decirlo, pero no sirve para otra cosa... 1ebo de tibur*ny nada más... 'ios mío, el otro día estuvo a punto de matárseme.5nganc#* un pe2 vela grande y cuando pasa eso tienes que movertemuy rápido, "sabes Pero, de pronto, oigo que se pone a c#illar comouna loca y cuando miro desde el puente, Tse #abía enganc#ado el pelo enel carreteU

    )olt* una carcajada y luego continu*

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    R TMaldita seaU T5s increíbleU T5stuvo a punto de arrancarse el cuerocabelludoU 3uve que saltar abajo, más de cuatro metros de altura, lacubierta #6meda y la mar estaba mal, el barco se movía muc#o... en !n,tuve que cortar el cordel con el cuc#illo. T)i tardo die2 segundos más,se queda sin peloU

    Pocos pescadores (y, sobre todo, los ganadores como 4ran0 Oliveraceptan esta proporci*n de Q%D$% de que #ablan los proIesionales.

    RLa relaci*n es básicamente de trabajo de e"uipo Rdice OliverR, escomo una cadena sin eslabones débiles. 5l pescador, el capitán, latripulaci*n, el barco< todos son básicos, Iuncionan como un engranaje.

    Bueno... qui2ás. Oliver gan* el torneo con veintioc#o peces vela en lostres días válidos, Pero pescaba s$lo en el )un 'ancer (unaembarcaci*n tan lujosamente pertrec#ada que podría #aber pasado por

    el rinc*n náutico del apartamento que tiene elson oc0eIeller en lauinta -venida y con el -rnold Palmer de la pesca deportiva en elpuente. La mayoría de sus adversarios pescaban, en grupos de dos ytres, en embarcaciones alquiladas que les asignaron al a2ar, concapitanes gru+ones y despectivos a quienes #abían visto por primerave2 en su vida el día anterior por la ma+ana.

    R5l competir con 1liW ort# es ya un problema bastante grave Rdecía erry @augen, capitán de un pobre cascar*n llamado Luc0y )tri0erR, perosi tienes que ir contra ort# y s*lo un pescador, con todo dispuesto

    eNactamente tal como 1l "uiere, la cosa resulta prácticamente imposible.Pero las normas de la pesca deportiva en gran escala no se oponen aello. )í Bebe ebo2o decidiese coger prestados quinientos mil d*laresdel Pentágono sin intereses y participar en el torneo de pesca de1o2umel con el mejor barco que pudiera comprar y con una tripulaci*n deinIantes de marina del ejército de 5stados :nidos especialmenteadiestrada, competiría en mi misma base, aunque yo entrase en elasunto con un viejo barco uvial y una tripulaci*n de políticosenloquecidos por las drogas del Meat Possum -t#letic 1lub. )eg6n lasreglas, estaríamos en igualdad de condiciones... / mientras Bebe

    podría pescar s*lo en su barco, los organi2adores del torneo podríanasignarme un trío de pescadores de pesadilla como )an BroSn, o#nMitc#ell y Baby @uey.

    "Podríamos ganar Cmposible. Pero nadie relacionado con ese torneoolvidaría jamás la eNperiencia... que Iue casi lo que en realidad pas*, porotras ra2ones, @acia el tercer día del torneo, o puede que Iuese el cuarto,yo #abía perdido todo el control de mis tareas inIormativas. @ubo unmomento, cuando Bloor se desmadr* y desapareci* durante treinta#oras, en que me vi obligado a sacar a rastras a un drogadicto del 6nico

    club nocturno de la isla y ponerlo a trabajar como =observadorespecial> de -layboy. Pasé el 6ltimo día del torneo a bordo del )un

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    'ancer esniIando coca en la popa y eNplicándole balbucientes ydisparatadas #istorias a ort#, mientras el pobre Oliver se debatíadesesperadamente por mantener su ventaja de un pe2 sobre la maníacatripulaci*n del Luc0y )tri0er de @augen.

    La noc#e del jueves Iue sin duda el punto culminante. La relaci*n queBloor y yo pudiésemos #aber establecido con la gente de )tri0er estabadesvaneciéndose ya después de tres días de conducta cada ve2 máseNtra+a y de la actitud antisocial que maniIestamos palpablemente en elgran c*ctel de )tri0er en el bar de la playa de Punta Morena, que Iuealgo claramente inaceptable. -l anoc#ecer, casi todo el mundo estababorrac#o perdido y la cota de Iealdad era elevada. -llí estaban todosaquellos grandes pescadores (pr*speros negociantes de 4lorida, lamayoría insultándose y riéndose unos de otros como luc#adorescallejeros de @arlem 5ste poco antes de una pelea largamente

    esperada<R T5#, t6, pijo barrigudoU T36 no serías capa2 de enganc#ar un pe2 nien un barrilU

    R1uidado con lo que dices, imbécil< Testás pisando a mi mujerU

    R "- la mujer de quién, cara de sebo o me pongas la mano encima.

    R "'*nde está ese camarero de mierda TMo2oU TMo2oU T-quíU 3ráigameotro trago, "quiere

    R- ver qué te parece, amigo, "por qué no nos vamos a#ora mismo apescar 36 y yo solos... ;an mil pavos, "#ace ;amos, dime, "qué teparece

    La gente andaba dando traspiés por la arena con platos llenos demacarrones Iríos y salsa de gambas. 'e ve2 en cuando, alguien sacabauna de las tortugas gigantes del tanque del patio y se la ec#aba a lacara a alg6n espectador de ojos vidriosos, riéndose a carcajadas yluc#ando por sostener aquel bic#o, que agitaba sus grandes aletasverdes Irenéticamente en el aire y lan2aba un c#orro de p6trida agua

    de tortuga sobre todos los que se encontraban en un radio de tresmetros...

    R;en< Tquiero que cono2cas a mi amigaU 3e #ará un trabajo deprimera. "5stás muy caliente

    o era una escena muy adecuada para abordarla con la cabe2a llena deácido. Bebimos copiosamente, intentando actuar con naturalidad, pero ladroga nos separaba claramente de todo aquello. Bloor pas* aobsesionarme con la idea de que estábamos entre un grupo de avarosborrac#os que tenían el prop*sito de convertir 1o2umel en un Miami

    Beac# mejicano... lo cual era verdad, en cierto modo, pero él insistía enla cuesti*n con un celo que provocaba amargo resentimiento en todos

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    los grupos en los que intervenía. 'e pronto, me lo encontré gritándoleal director del #otel en que paraba<

    R T)ois todos una pandilla de mierdas dispuestos a amasar dinerocomo seaU 3odos esos cuentos sobre turismo y desarrollo. "ué queréis

    organi2ar aquí, otro -spen5l tipo del #otel no entendía nada.

    R "ué es -spen Rpregunt*R. "Pero de qué #abla

    R)abes muy bien de qué #ablo, Tcabr*n de mierdaU Rgritaba BloorR.5sos asquerosos #oteles de #ormig*n que estáis construyendo por laplaya, esos puestecitos de asquerosos perros calientes...

    1rucé corriendo el patío y le agarré por el #ombro.

    R1álmate, /ail Rdije, intentando centrar por lo menos uno de misojos en el tipo con quien él #ablabaR. 5s que no se #a adaptado a6nal cambio de altura.

    Cntenté sonreírle, pero me di cuenta de que no Iuncionaba... unamueca drogada, ojos desquiciados y movimientos demasiadoespasm*dicos. Oía mis propias palabras, pero las palabras no tenían elmenor sentido.

    R-quellas condenadas iguanas por toda la carretera... vimos comociento oc#enta o así allí en la curva, atrás... /ail agarr* el Ireno demano en cuanto vio todos aquellos bic#os, y lo arranc*, sí... menosmal que llevábamos esos neumáticos especiales para nieve. 5s quevivimos en un sitio que queda a cinco mil pies de altura, sabe, allí lapresi*n atmosIérica es mínima, pero aquí, a nivel del mar, la sientescomo una prensa de tornillo que te estuviera aplastando el cerebro... yes algo que no #ay manera de evitar, ni siquiera puedes pensar aderec#as...

    adie sonreíaV yo balbucía descontrolado y Bloor seguía a6n aullandocontra los que =violaban la tierra>. Le dejé y me Iui #asta el bar.

    Ros vamos RdijeR, pero quiero un poco de #ielo para el camino.

    5l camarero me dio una ta2a de pepsiDcola llena de trocitos de #ielo casilicuados.

    R1on eso no tendremos bastante Rdije... en !n, me llen* otra ta2a. o#ablaba inglés, pero pude darme cuenta de lo que intentaba decirme<no #abía ning6n recipiente disponible para la cantidad de #ielo que yoquería y, además, se les estaba acabando.

    5n ese momento, mí cabe2a empe2* a palpitar violentamente. -penaspodía centrar la vista en su cara. 5n ve2 de discutir, Iui #asta el

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    aparcamiento y volví con el )aIari por entre una #ilera de arbolitos deplaya, metiéndome en el patío, donde aparqué el coc#e justo delante dela barra e indiqué al asombrado camarero que quería que me llenase de#ielo el asiento de atrás.

    Los de )tri0er estaban asombrados.R T1#iado #ijo de putaU Rgrit* alguienR. T'estro2aste lo menos quinceárbolesU

    -sentí, pero las palabras no se grababan. )*lo podía pensar en el #ielo,en ec#ar copa tras copa de #ielo en el asiento trasero. Por entonces, elácido me #abía jodido la vista #asta el punto de que veía cuadrado porun ojo y redondo por otro. 5ra imposible centrarse en nada. 3enía lasensaci*n de tener cuatro manos...

    5l camarero no me #abía enga+ado< el tanque de #ielo de Punta Morenaestaba prácticamente vacío. -ra+é unas cuantas copas más del Iondo(mientras oía las Iuriosas maldiciones de Bloor en un puntoindeterminado detrás y encima de mí, luego salté por encima de labarra y me metí en el asiento delantero del jeep.

    adie parecía darse cuenta, así que le di a Iondo al motor y me ec#ésobre la bocina, mientras me arrastraba muy despacio en primera porentre los árboles y matorrales aplastados. 'etrás se al2aban, al parecer,voces estent*reas y, de pronto, Bloor subi* por atrás, gritando =T'eprisa, maldita sea, deprisaU> Pisé a Iondo el acelerador y salimosderrapando del aparcamiento.

    -l cabo de treinta minutos, tras una carrera a toda pastilla salpicada deinsectos #asta el otro lado de la isla, entramos en el aparcamiento de loque parecía ser un club nocturno. Bloor se #abía calmado un poco, peroa6n estaba bastante pirado cuando paramos a poco más de metro ymedio de la puerta de entrada Oí m6sica Iuerte en el interior.

    Recesitamos beber unos tragos RmurmuréR. 3engo la lengua comosi #ubiese estado mascándomela una iguana.

    Bloor baj* del coc#e.

    Ro apagues el motor RdijoR. ;oy a ec#ar un vista2o.

    'esapareci* en el interior y yo me retrepé en el asiento para mirardirectamente #acia arriba, #acia aquel cielo loco de estrellas. 5ra comosi estuviese a dos metros de mis ojos. O qui2ás a veinte o adoscientos. o podía estar seguro, y daba igual, en realidad, porque,para entonces, yo estaba convencido de que iba en la cabina de un E7Ey que estaba entrando en Los -ngeles a media noc#e. 'ios mío, pensé,estoy completamente ciego. "'*nde estoy "5stamos bajando osubiendo Pero en el Iondo de mí cerebro sabía, de alg6n modo, que

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    estaba sentado en un jeep en el aparcamiento de un club nocturno deuna isla de la costa mejicana... pero "c*mo podía estar seguro, enrealidad, si otra parte de mi cerebro estaba convencida de quecontemplaba el inmenso cuenco resplandeciente de Los -ngeles desdela cabina de un E7E "5ra aquello la ;ía Láctea "O era el Bulevar

    )unset "5ra Orion o era el #otel Beverly @ills

    ué cono importa, pensé. 5s muy agradable estar aquí ec#ado y mirarabajo o arriba. otaba un Irescor agradable en los ojos y el cuerpodescansado...

    Luego, Bloor me gritaba otra ve2.

    R T'espierta, cono, despiertaU -parca el coc#e y vamos dentro. @eencontrado una gente magní!ca.

    5l resto de aquella noc#e es algo muy nebuloso en mi memoria. 5n elinterior del club #abía un ambiente muy ruidoso y el local estaba casivacío... salvo por la gente que #abía encontrado Bloor, y queresultaron ser dos tra!cantes de coca medio locos con una caja grandede plata llena de polvo blanco. 1uando me senté en la mesa, uno deellos, que se present* como 4ran0, dijo<

    R3oma, creo que necesitas algo para la nari2.

    R "Por qué no Rdije yo, aceptando la lata que me ec#* en elrega2oR. / necesito también un poco de ron.

    Llamé a gritos al camarero y luego abrí la lata, pese a la algarabía deprotestas que provoc* en la mesa.

    Miré mi rega2o, sin #acer caso de la actitud nerviosa de 4ran0, y penséT2angU es evidente que esto no es Los -ngeles. 3enemos que estar enotro sitio.

    Miraba !jamente lo que parecía toda una on2a de cocaína pura de unblanco resplandeciente. Mí primer instinto Iue sacar un billete de cienpesos del bolso y enrollarlo rápidamente con prop*sitos esniIadores, pero

    esta ve2 4ran0 me puso una mano en el bra2o.

    RPor amor de 'ios Rsusurr*R, no #agas aquí  eso. @a2lo en el retrete.

     / así lo #ice. 4ue un viaje diIícil por entre todas aquellas sillas yaquellas mesas, pero al !n conseguí acomodarme en el inodoro y empecéa ati2arme el material nari2 arriba sin pensar siquiera en el ruidoespantoso que estaba #aciendo. 5ra como arrodillarse en una playa ymeter una paja en la arenaV al cabo de unos die2 minutos, tenía los dosconductos de la nari2 taponados y no #abía logrado siquiera #acer unadepresi*n visible en la duna que tenía ante mis ojos.

    'ios mío, pensé, esto no puede ser verdad. T3engo que estar alucinandoU

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    1uando volví tambaleante a la mesa, los otros se #abían calmado ya. 5raevidente que Bloor #abía metido ya la nari2 en la lata, así que se ladevolví a 4ran0 con una tortuosa sonrisa.

    R3en cuidado con esto RmurmuréR. 3e #ará gelatina los sesos.

    4ran0 sonrío.

    R , dijo.

    Pensé brevemente en esto y luego lo desec#é. Mi situaci*n personal era

    completamente distinta. 5so me parecía. 5n unas tres #oras, yo debíaestar en los muelles con mi cámara y mí grabadora para pasar otro día enuno de aquellos barcos de mierda.

    o, pensé, aquel tipo de 1olorado se #abía equivocado por completo. 5lverdadero problema es c*mo revolcarse como las águilas por la noc#e yremontarse luego como los cerdos por la ma+ana.

    5n cualquier caso, esto no cambi* en absoluto las cosas. Por una seriede ra2ones, perdí el barco a la ma+ana siguiente y pasé la tardealetargado en la arena de una playa vacía a unos quince 0il*metros del

    pueblo.

    5l viernes por la noc#e, se #i2o ya evidente que el artículo no s*lo eraun agujero seco sino qui2ás #asta una cavidad seca. uestro problema másgrave era el jodido aburrimiento que signi!caba perder oc#o #oras al díaen alta mar bajo un sol abrasador, bamboleándote en el puente de unalanc#a motora de gran potencia, viendo c*mo negociantes de medianaedad i2aban peces vela por el costado de la embarcaci*n de cuando encuando. Bloor y yo #abíamos pasado un día entero en el mar (en los6nicos barcos del torneo en los que de verdad pasaba algo, )un 'ancery Luc0y )tri0er y al oscurecer del viernes #abíamos llegado a la !rmeconclusi*n de que la pesca en alta mar no es un deporte adecuado para

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    espectadores. @e visto muc#os espectáculos deportivos detestables,desde la competici*n de luc#a proIesional por equipos de 4lomaton,-labama, al oler 'ervy en la televisi*n de O0land y los torneos desotball intramuros de la base de las 4uer2as -éreas de )cott, Cllinois...pero, que me cuelguen si puedo recordar algo tan disparatado y

     jodidamente aburrido como aquel tercer torneo anual de pesca interDnacional de 1o2umel. Lo 6nico que se le aproNima, en mis recuerdosrecientes, es una tarde del mar2o pasado, que me cogi* un atasco detrá!co en la autopista de )an 'iego... pero #asta eso tenía un ciertoIactor adrenalínicoV al !nal de la segunda #ora, estaba tan loco derabia que rompí la parte de arriba del volante del Mustang alquilado quellevaba, luego reventé la bomba de agua poniendo el motor a todapotencia y, por 6ltimo, abandoné de!nitivamente aquel trasto en el canalde salida a unos tres 0il*metros al norte de la desviaci*n de eSportBeac#.

    1reo que Iue el sábado por la tarde cuando la niebla cerebral se #abíadespejado lo bastante para permitirnos considerar clara y detenidamentenuestra situaci*n... que #abía cambiado drásticamente, por entonces,tras tres noc#es sin dormir y una serie de espasm*dicos enIrentamientoscon la gente de )tri0er. Me #abían ec#ado de un #otel y me #abíainstalado en otro, y a Bloor le #abía amena2ado con la cárcel o ladeportaci*n el director del suyo, en la pla2a del centro del pueblo.

     /o #abía conseguido pasar otro día en el mar como un 2ombi, con laayuda constante de la lata de 4ran0, pero nuestra relaci*n con la

    gente de )tri0er parecía #aberse jodido de!nitivamente. adierelacionado con el torneo quería saber nada de nosotros. os tratabancomo a leprosos. 1on los 6nicos que nos sentíamos a gusto por entoncesera con una #eterogénea colecci*n de rea5s locales. Borrac#os, putas ybuceadores que pescaban coral negro y que se reunían, al parecer, todaslas tardes en la terra2a cubierta del BalD@ai, el principal bar del pueblo,

    os acogieron en seguida... un s6bito cambio en las viejas relaciones conla isla, que me oblig* a empe2ar a !rmar todas las Iacturas,dividiéndolas mitad por mitad entre )tri0er y -layboy. adie parecía

    preocuparse, sobre todo la creciente multitud de nuevas amistades quevenían a beber con nosotros. 5sta gente entendía y le divertía vagamentela idea de que #ubiésemos caído en desgracia con los de )tri0er y conla estructura de poder local. 'urante los 6ltimos tres días de insomnio,#abíamos estado reuniéndonos en el BalD@ai para cavilar p6blicamentesobre la posibilidad de represalias masivas por parte de los  jees localesenIurecidos por nuestra detestable conducta.

    4ue #acía el oscurecer del sábado, acodado en una gran mesa redondade la terra2a del BalD@ai, cuando me di cuenta de que el Mustangverde guisante pasaba por segunda ve2 Irente a nosotros en menos dedie2 minutos. )*lo #ay un Mustang verde guisante en la isla, y uno delos buceadores me #abía dic#o que pertenecía al =alcalde>< un joven y

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    Iornido político, un Iuncionario nombrado y no elegido, que parecía unsalvavidas de pan2a cervecesco de alguna playa de -capulco. Le#abíamos visto con Irecuencia las 6ltimas semanas, normalmente alatardecer y cru2ando siempre arriba y abajo por la rontera del litoral.

    R5se #ijo de puta está empe2ando a ponerme nervioso Rmascull* Bloor.Ro te preocupes RdijeR. o dispararán... mientras estemos aquí conmás gente.

    R "ué R:na mujer de pelo canoso de Miami que estaba sentada juntoa nosotros, #abía captado la palabra disparar.

    R5s la gente de )tri0er ReNpliquéR. os #emos enterado de que #andecidido ir a por nosotros.

    R T'ios míoU Rdijo un piloto aéreo retirado que llevaba viviendo en subote, en el mar, y en la terra2a cubierta del BalD@ai los 6ltimos mesesR. o creeréis que van a empe2ar a disparar, "verdad, Ten una islapací!ca como éstaU

    Me encogí de #ombros.

    R-quí no. o dispararían contra una multitud. Pero no podemos dejarque nos cojan solos.

    La mujer de Miami empe2* a decir algo, pero Bloor la cort* con uneNabrupto que #i2o volverse cabe2as por toda la terra2a.

    RMa+ana se van a llevar el susto de su vida Rmascull*R. - ver lo que#acen cuando vean lo que sale de ese jodido transbordador de Playadel 1armen por la ma+ana.

    R "Pero de qué demonios #ablas Rpregunt* el eNDpiloto.

    Bloor no decía nada, miraba !jamente #acia el mar. /o vacilé unmomento, luego, instintivamente, recogí el #ilo<

    RMatones RdijeR. @icimos unas cuantas llamadas anoc#e. Ma+ana por la

    ma+ana saldrán de ese barco como una manada de lobos.

    uestros amigos de la mesa se miraron nerviosos. 5l crimen violento esalgo casi ins*lito en 1o2umel. La oligarquía nativa es partidaria devariedades muc#o más sutiles... y la idea de que el BalD@ai pudiera serescenario de un tiroteo tipo 1#icago resultaba diIícil de asimilar, inclusoa mí me resultaba diIícil.

    Bloor intervino de nuevo, sin dejar de mirar #acia tierra !rme.

    R5n Mérida puedes contratar lo que quieras RdijoR. - esos tipos los

    conseguimos a die2 pavos por cabe2a, más gastos. )on capaces de partir

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    todos los cráneos de la isla sí #ace Ialta... y quemar luego todos losbarcos de esos carcas de mierda #asta la línea de otaci*n.

    o #abl* nadie durante un momento y luego la mujer de Miami y elpiloto retirado se levantaron para irse.

    R/a nos veremos Rdijo secamente el pilotoR. 5s que tenemos quevolver al barco a comprobar unas cosas.

    Cnstantes después, también se Iueron los dos buceadores que estabansentados con nosotros, diciendo que qui2ás nos viesen al día siguiente enla !esta de )tri0er.

    Ro contéis con ello Rmascull* Bloor.

    Los buceadores se largaron con una mueca nerviosa #acia la ronteracon sus peque+as @ondas. os dejaron solos en la gran mesa redonda,sorbiendo margaritas y contemplando el crep6sculo que se dibujaba enla península de /ucatán, a unos diecioc#o 0il*metros de distancia, al otrolado del estrec#o. 3ras unos largos instantes de silencio, Bloor #urg* enel bolsillo y sac* un ojo de vidrio #ueco que #abía comprado a uno delos vendedores callejeros. 3enía una tapa de plata por detrás y la abri*y luego meti* por el agujero la paja de su margarita y esniI*copiosamente antes de pasármelo.

    R3oma RdijoR. Prueba un poco de lo mejor de 4ran0.

    5l camarero estaba al lado, pero le ignoré... #asta que me di cuenta deque tenía problemas y entonces alcé la vista del ojo de cristal que teníaen la mano y pedí otros dos tragos y una paja seca.

    RC$mo no Rsilb* él, alejándose a toda prisa de la mesa.

    R)e #a apelma2ado todo con la #umedad Rle dije a Bloor, mostrándolela paja llena de polvoR. 3endremos que cortarla así a lo largo.

    Ro te preocupes RdijoR. @ay muc#o más en el sitio de donde vinoesto.

    -sentí, aceptando un nuevo trago y unas seis pajas secas que medaba el camarero.

    R ";iste lo deprisa que se largaron nuestros amigos Rdije, inclinándomeotra ve2 sobre el ojoR. )ospec#o que se creyeron todo el cuento.

    Bloor dio un sorbo a su nuevo vaso y mir* !jamente el ojo de cristal demi mano.

    R "/ por qué no iban a creérselo Rmascull*R. @asta yo estoyempe2ando a creérmelo.

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    )entí un gran adormecimiento al Iondo de la boca y en la gargantamientras cerraba la tapa y le devolvía el ojo.

    Ro te preocupes RdijeR. )omos proIesionales... #as de tenerlo encuenta.

    R/a lo tengo en cuenta, ya Rdijo élR. Pero tengo miedo de que ellostambién lo tengan.

    4ue a 6ltima #ora de la noc#e del sábado, si no recuerdo mal, cuandonos enteramos de que 4ran0 Oliver #abía ganado o!cialmente eltorneo< qued* delante de la pobre gente del Luc0y )tri0er por un pe2.Lo anoté en mi cuaderno mientras vagábamos por el muelle dondeestaban amarrados los barcos. adie nos dijo que subiéramos a bordopara =un trago amistoso> (como les decían algunos pescadores a otrosdel muelleV en realidad, Iueron muy pocos los que llegaron a #ablar con

    nosotros siquiera. 4ran0 y su amigo tomaban cerve2as en un bar al airelibre que quedaba cerca, pero su tipo de #ospitalidad no estaba enarmonía con esta escena. - lo más que puede llegar la gente de )tri0eres a ac0 'aniel y al magreo intenso en la cubierta de popa... y, despuésde una semana de creciente aislamiento respecto a aquel mundo quete*ricamente yo estaba =cubriendo>, me enIrentaba a la l6gubre ydesagradable verdad de que =mi reportaje> se #abía jodido. La gentede los barcos no s*lo me miraba con clara desaprobaci*n, sino que yacasi nadie se creía siquiera que trabajase para -layboy. Lo 6nico quesabían seguro es que #abía algo muy raro y descentrado, como mínimo,

    en mí y en todos mis =ayudantes>.

    Lo cual, en cierto modo, era verdad y esta sensaci*n de aleja mientopor ambas partes se complicaba, por la nuestra, con una paranoiagalopante inducida por las drogas, que proporcionaba a cada peque+oincidente, a medida que pasaban los días, un tono agrio y temible. Lasensaci*n paranoide de aislamiento era ya su!cientemente mala (juntocon lo de intentar vivir en dos mundos completamente distintos al mismotiempo. Pero el peor problema era el #ec#o de que me #abía pasadouna semana con aquel maldito reportaje y a6n no tenía la más remotaidea de lo que era, en realidad, la pesca en alta mar. o tenía ni ideade lo que era pescar realmente un pe2 grande. )*lo #abía visto a unapandilla de negociantes carcas enloquecidos que, de ve2 en cuando,al2aban sombras oscuras por el costado de las diversas embarcaciones,

     justo lo su!ciente para que alg6n ayudante de los de a d*lar por #orapudiese cortar la sotile2a y apuntar un tanto para el =pescador>. o#abía visto en toda la semana un pe2 Iuera del agua... salvo en las rarasocasiones en que un pe2 vela enganc#ado #abía saltado, por un instante,a cien metros o así de la embarcaci*n, antes de volver a sumergirse parael largo viaje de recogida que, normalmente, duraba de die2 a quinceminutos de silenciosa luc#a y acababa siempre con el pe2 bieneludiendo el an2uelo o bien arrastrado lo bastante cerca del barco paraser =tocado> y liberado a continuaci*n,

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    Los pescadores me aseguraban que todo esto era muy emocionante,pero, por lo que veía, no podía creerlo. - mí me parecía que de lo quese trataba en la pesca era de enganc#ar a un buen monstruo marinodel tipo que Iuese y meter realmente al bic#o en el barco. / luegocomérselo.

     3odo lo demás me parecía un cuento para diletantes... como ca2ar jabalíes con un pulveri2ador, desde la seguridad de una ranc#era... y Iueesta sensaci*n medio loca de Irustraci*n la que me llev*, por 6ltimo, avagar por los muelles intentando contratar a alguien que nos llevase amí y a Bloor a pescar tiburones comedores de #ombres en la noc#e.Parecía la 6nica Iorma de llegar a tener una sensaci*n auténtica de aqueldeporte< pescar (o ca2ar algo verdaderamente peligroso, un animal capa2de arrancarte una pierna en un instante si cometías el más leve error.

    5sta idea no era comprendida, en general, en el muelle de 1o2umel. LosnegociantesDpescadores no veían que tuviera sentido enc#arcar la popade sus costosas ba+eras con sangre de verdad, y, sobre todo, si lasangre podía ser la suya... pero, al !nal, conseguí dos colaboradores<

     erry @augen, del Luc0y )tri0er, y un capitán maya local que trabajabapara 4ernando Murp#y.

    -mbas tentativas acabaron en desastre... por ra2ones totalmente distintasy también en momentos distintosV pero siento la imperiosa obligaci*nde incluir un breve comentario al menos de nuestras eNpediciones a laca2a del tibur*n por la costa de 1o2umel. Lo primero que #e de decir

    es que vi más tiburones por casualidad en las inmersiones reali2adasde día con escaIandra aut*noma que en nuestras complicadas ycostosas =cacerías> nocturnas en los barcos pesquerosV y lo segundo esque cualquiera que compre algo más complejo o caro qué una botella decerve2a en la costa de 1o2umel se eNpone a graves problemas.

    La Cerveza Superior a E& centavos la botella en la terra2a del BalD@ai esun c#ollo auténtico (aunque sea s*lo porque al menos sabes lo que tedan comparado con los viajes de pesca en alta mar y de inmersi*ncon =escaIandra aut*noma> disparatados, e incluso mortíIeramenteineptos, que se oIrecen en los muelles, en sitios como 5l Lim*n o losde 4ernando Murp#y. 5sta gente alquila embarcaciones a los gringostontos por $?% d*lares al día (o la noc#e y luego te llevan al mar y teec#an por la borda con un equipo de bucear de!ciente, en unas aguasllenas de tiburones durante el día, o te ponen a navegar en círculodurante la noc#e (una especialidad de 4ernando Murp#y buscandote*ricamente tiburones a unos quinientos metros de la costa. @aybocadillos de salc#ic#*n en abundancia mientras esperas, sin podercomunicarte verbalmente con el avergon2ado ayudante maya o elcapitánV los dos saben qué clase de cascar*n están manejando, peroque no #acen más que seguir las *rdenes de 4ernando Murp#y. 5ste,por su parte, está en el pueblo #aciendo de maBtre en La Pi+ata, suclub nocturno al estilo 3ijana.

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    5ncontramos a Murp#y en su club nocturno después de perder seis#oras in6tiles =en el mar> en una de sus embarcaciones, y a puntoestuvimos de que nos 2urraran y encarcelaran cuando destruimosruidosamente el buen ambiente del lugar acusándole de =robodescarado>, basándonos en que su empleado #abía admitido ya que

    nos #abía tomado el pelo... y lo 6nico que impidi* que nos ati2asenlos matones de Murp#y Iue el oportuno Iogona2o del as# de unIot*graIo norteamericano. o #ay nada como el s6bito y blanco as# deun Iot*graIo gringo proIesional para parali2ar el cerebro de un ru!ánmejicano el tiempo su!ciente para que las potenciales víctimas eIect6enuna #uida rápida y pací!ca.

    osotros contábamos con esto y sali* bien la cosaV Iue el triste !nal del6nico intento que #icimos de contratar pescadores locales para unacacería del tibur*n. Murp#y cobr* sus ciento cuarenta d*lares en eIectivo

    por adelantado, nosotros recibimos nuestra dura lecci*n objetiva entratos comerciales en el muelle de 1o2umel...  y con las Iotos en la lata,comprendimos que lo más prudente era abandonar de inmediato laisla.

    La otra cacería nocturna del tibur*n que #icimos (con erry @augen enLuc0y )tri0er Iue un tipo de eNperiencia completamente distinto. @uboen ella, al menos, el valor de lo auténtico. @augen y su tripulaci*n dedos #ombres eran los =#ippies> de la ota )tri0er, y nos llevaron aBloor y a mí una noc#e a una cacería de tiburones en ser io unaeNtra+a aventura en la que casi se les #undi* la embarcaci*n al dar

    con bajío en plena oscuridad 0il*metro y medio mar adentro y quetermin* con todos nosotros encaramados en el puente mientras una críade tibur*n de menos de metro y medio coleaba enloquecida por lacubierta de popa, pese a que @augen le #abía pegado cuatro tiros en lacabe2a con una automática del cuarenta y cinco.

    Pensando a#ora en todo aquello, la 6nica sensaci*n que me produce lapesca en alta mar es de absoluta y visceral aversi*n. @emingSay teníara2*n cuando decidi* que la pistola ametralladora del cuarenta y cincoera el instrumento más adecuado para pescar tiburones, pero se

    equivocaba respecto al blanco. "Por qué disparar contra peces inocentescuando los culpables se pasean tan tranquilos por los muelles,alquilando embarcaciones a ciento cuarenta d*lares al día a pobresborrac#os que se autodenominan =pescadores deportivos>

    uestra salida de la isla no Iue tranquila. 5l plan era, en esencia (talcomo lo concebí yo con la cabe2a llena de M'- la noc#e anterior,esperar #asta más o menos una #ora antes del primer vuelo de lama+ana a Mérida en -eroméNico, eludir ambos nuestras Iacturas de#otel saliendo a toda prisa al amanecer, al acabar el turno delencargado de la noc#e... y !rmar en ambas Iacturas =PlayboyX /ates de-luminio )tri0er>. /o pensaba que este doble y Ialso imprimátur bastaría

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    para desconectar a los dos encargados lo su!ciente para permitirnosllegar al aeropuerto y #uir.

    uestro 6nico problema sería ya (aparte de conectar con el brujo delcoral negro que esperaba por lo menos trescientos d*lares en metálico

    por el trabajo que le #abíamos encargado dejar el jeep alquilado de -visen el aeropuerto no más de tres minutos antes del momento deembarcar< yo sabía que la gente de -vis me tenía vigilado por el mismoIurtivo observador que me #abía endilgado la Iactura del parabrisasroto, pero también sabía que #abía estado vigilándonos lo su!ciente parasaber que ambos nos levantábamos muy tarde. )in duda, tenía queestar adaptado a nuestro #orario. 3enía que llevar ya bastante tiempoajustándose a nuestro tradicional #orario de trabajo del mediodía alamanecer. )abía también que el #orario que #abía estado siguiendo la6ltima semana se alejaba tanto de su programa normal sue+oDvigilia que

    seguramente estaría des#ec#o y nervioso por tener que seguir el ritmode una pandilla de gringos locos que se alimentaban de un talegoaparentemente sin Iondo lleno de anIetaminas, ácido, M'- y coca.

     3odo se reducía a cuesti*n de armamento (o de Ialta de él y suseIectos a largo pla2o en el asunto. 1onsiderando mi eNperiencia personalde muc#os a+os, con!aba en conseguir Iuncionar a nivel de plenae!cacia, al menos por un breve período, después de oc#enta o noventa#oras sin dormir. @abía Iactores negativos, por supuesto. Oc#enta onoventa #oras de mame continuo, junto con esporádicos destructores deenergíaXadrenalina, como nadar Irenéticamente esquivando rocas de

    noc#e con la marea alta y los s6bitos enIrentamientos, en que tearriesgabas al desastre, con directores de #otel... pero, en igualdad decondiciones, yo estaba seguro de que el Iactor drogas nosproporcionaba una ventaja clara. :n detective privado animoso puededesplegar en un período de veinticuatro #oras energía su!ciente paramantener el ritmo de unos usuarios de drogas veteranos... perodespués de cuarenta y oc#o #oras seguidas, y sobre todo después desetenta y dos, empie2an a maniIestarse intensamente los síntomas deIatiga (alucinaciones, #isteria, crisis nerviosa generali2ada. -l cabo desetenta y dos #oras, cuerpo y cerebro quedan tan agotados que s*lo el

    sue+o puede resolverlo... mientras que el usuario de drogas #abitual,muy acostumbrado ya a este ritmo Irenético y eNtra+o, a6n dispone porlo menos de un par de #oras de reserva para seguir a tope.

    Para mí no #abía duda alguna (en cuanto el avi*n despeg* de 1o2umelsobre lo que #abía que #acer con las drogas. Me #abía tragado tres delas cinco cápsulas de M'- que quedaban durante la noc#e y Bloor le#abía dado nuestro #as# y todas nuestras píldoras p6rpura menos seisal mago del coral negro como eNtra por sus esIuer2os de toda la noc#e.Mientras cru2ábamos el estrec#o del /ucatán a dos mil quinientos metros

    de altura, #icimos recuento de lo que nos quedaba

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    'os unidades de M'-, seis pastillas de ácido, como gramo y medio decocaína pura, cuatro rojitas y un pu+ado de anIetamina. 5so (máscuarenta y cuatro d*lares y la loca esperan2a de que )andy #ubiese#ec#o y pagado nuestras reservas en Monterrey, MéNico era todo loque teníamos entre 1o2umel y nuestro reIugioXdestino en la casa de

    )am BroSn en 'enver. )alimos de 1o2umel a las oc#o y media y, si todoiba bien, llegaríamos al aeropuerto internacional de 'enver antes delas siete.

    Llevábamos unos oc#o minutos en el aire cuando miré a Bloor y leeNpliqué lo que #abía pensado.

    Ro llevamos droga su!ciente aquí para arriesgarnos a pasarla por laaduana Rdije.

    5l asinti* pensativo y dijo<

    RBueno... para ser pobres vamos bastante bien provistos.

    R)í RcontestéR. Pero yo tengo que velar por mi reputaci*n proIesional. /s*lo #ay dos cosas que no #ec#o nunca con drogas< venderlas y pasarlaspor aduana... sobre todo cuando podemos reponer todo lo que llevamospor unos noventa y nueve d*lares en cuanto salgamos del avi*n.

    )e retrep* en su asiento sin decir nada. Luego me mir*.

    R "ué quieres decir "ue lo tiremos todo

    Medité un instante.

    Ro. /o creo que deberíamos tomarlo.

    R "ué

    R)í, "por qué no o pueden detenerte por lo que tienes ya disuelto enel est*mago... por muc#as cosas raras que #agas.

    R T'ios míoU Rmascull* élR. T)i tomamos todo eso nos pondremos locosperdidosU

    Me encogí de #ombros.

    RPiensa d*nele nos tocará pasar la aduana RdijeR. )an -ntonio, +ejas."5stás dispuesto a dejar que te metan en la cárcel en 3ejas

    )e mir* !jamente las u+as.

    R "3e acuerdas de 3im Leary Rle dijeR. 'ie2 a+os por llevar tres on2asde yerba en las braguitas de su #ija...

    Bloor asinti*.

    R'ios mío... T3ejasU Lo #abía olvidado.

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    R/o no RdijeR. 1uando )andy pas* por la aduana en )an -ntonio #aceunas tres semanas, le miraron absolutamente todo lo que llevaba.

     3ard* dos #oras en volver a ordenarlo.

    Me di cuenta de que se lo estaba pensando.

    RBueno... Rdijo al !nR. "/ si tomamos todo eso y nos volvemos locos...y nos enganc#an

    Ro, #ombre, no Rle dijeR. Le damos al bebercio también y si noscogen, las a2aIatas declararán que estábamos borrac#os.

    )e lo pens* un momentoV luego solt* una carcajada.

    R)í... dos buenos muc#ac#os con una sobredosis de alco#ol. ;uelvenborrac#os perdidos a su país después de unas vacaciones vergon2osas enMéNico... totalmente jodidos.

    R5so RdijeR. Pueden ponernos en pelota sí quieren. o es ning6ncrimen entrar en el país borrac#o perdido.

    )e ec#* a reír.

    R3ienes ra2*n. "Por qué empe2amos o #ay que tomarlo todo de unave2. )ería demasiado.

    -sentí, buscando en el bolsillo el M'-V le oIrecía una píldora y me metí la otra en la boca.

    R;amos a tomar a#ora un poco del ácido, también RdijeR.

    -sí ya lo #abremos asimilado, cuando tengamos que tomar lo demás... ypodemos dejar la coca para una emergencia.

    R/ las anIetaminas Rdijo élR. "1uántas quedan

    R'ie2 dosis RdijeR. Polvo de anIetamina blanco puro. )i las cosas seponen mal, nos despejaría enseguida.

    R5so deberías dejarlo para el !nalR dijo élR. )i empe2amos apasarnos un poco, podemos utili2ar eso.

     3ragué la píldora p6rpura, ignorando a la a2aIata meNicana con subandeja de sangría.

    R3omaré dos Rdijo Bloor, estirándose por encima de mí.

    R/o igual Rdije, cogiendo otros dos vasos de la bandeja.

    Bloor sonri* con una mueca a la a2aIata.

    Ro nos #aga caso. )omos s*lo turistas... #emos bajado aquí a #acerun poco el tonto.

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    Momentos después, aterri2ábamos en el aeropuerto de Mérida. Pero Iueuna parada rápida e inocua. - las nueve, cru2ábamos el centro deMéNico a veinte mil píes de altura, rumbo a Monterrey. 5l avi*n ibamedio vacío y podríamos #abernos paseado por él sí #ubiéramosquerido... pero miré a Bloor, intentando utili2arle como espejo para

    imaginar mí propio estado, y decidí que no sería prudente lo de pasearpor el pasillo. :na cosa es #acerte notorio... y otra muy distinta #acerque los inocentes pasajeros se estreme2can con una sensaci*n deasombro y repugnancia. :na de las pocas cosas que no puedes controlardel ácido es el brillo de los ojos. Por muc#o que bebas nunca te sientesasí, con ese sutil resplandor predatorio del primer Iogona2o del ácido,por la columna vertebral arriba.

    Pero Bloor quería movimiento.

    R "'*nde está la maldita cabe2a Rmurmur*.

    Ro te preocupes RdijeR. /a casi estamos en Monterrey. o llames laatenci*n. -llí tenemos que pasar por Cnmigraci*n.

    )e endere2* en su asiento.

    R "Cnmigraci*n

    Rada serio RdijeR. )*lo entregar nuestras tarjetas de turistas y ver lode los billetes de 'enver... pero tendremos que comportarnoscorrectamente...

    R "Por qué Rpregunt* él.

    Lo pensé un momento. "Por qué, en realidad 5stábamos limpios. Ocasi limpios, en realidad. )obre una #ora después de salir de Mérida#abíamos tomado otra ronda de ácido... con lo que quedamos con dosácidos más, más cuatro rojos y la coca y la anIeta. Lo ec#amos asuertes y a mí me toc* la anIeta y el ácido. Bloor tenía la coca y lasrojas... y cuando se encendi* el letrero de  A3DC4!:S! EFSCG:+HF:!S sobre Monterrey, estábamos de acuerdo, más o menos, enque lo que no #ubiésemos tomado cuando llegáramos a 3ejas tendríamos

    que tirarlo por el retrete de acero inoNidable del lavabo del avi*n.

    @abíamos tardado unos cuarenta y cinco torturados minutos en llegar aeste acuerdo porque, a aquellas alturas, ninguno de los dos era capa2de #ablar claramente. /o intentaba cuc#ic#ear, a través de los dientesapretados, pero no conseguía Iormular una Irase que no parecieseresonar por todo el avi*n como si estuviese susurrando por unmegáIono. 5n determinado momento me acerqué lo más posible al oídode Bloor y murmuré< =ojas... "cuántas>, pero el sonido de mi propiavo2 me asust* tanto que retrocedí #orrori2ado e intenté !ngir que no

    #abía dic#o nada.

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    "5staba mirando la a2aIata o podía estar seguro. Bloor parecía no#aberse enterado... pero, de pronto, empe2* a moverse en su asiento y aara+ar Irenético debajo de sí con ambas manos.

    RPero qué cono... Rc#illaba.

    R T3ranquiloU RmasculléR. "ué te pasa

    )e debatía con el cintur*n, sin dejar de gritar. La a2aIata corri* por elpasillo y le desabroc#* el cintur*n. @abía miedo en su rostro cuandoretrocedi* y vio a Bloor levantarse del asiento de un salto.

    R T1abr*n de mierdaU Rme grit*.

     /o miraba !jo al Irente. 'ios mío, pensé, se #a pasado, no puedecontrolar el ácido, debería #aber abandonado a este loco cabr*n en1o2umel. )entía que mis dientes rec#inaban pero procuraba ignoraraquel ruido... luego, volví la vista y le vi #urgando entre los asientos#asta que sac* una colilla #umeante.

    R TMira estoU Rme grit*.

    )ostenía la colilla en una mano y se tocaba la pernera del pantal*n conla otra...

    RMe #a #ec#o un agujero en los pantalones RdecíaR. TMe escupi*esta sucia colilla en mi asientoU

    R "ué Rdije, tanteando delante de mi boca para locali2ar el cigarrilloDde mi !ltro... pero el !ltro estaba vacío y, de pronto, comprendí.

    La niebla de mí cerebro se disolvi* bruscamente y oí mi propia risa.

    R T/a te avisé de estos malditos Bonan2asU RdijeR. T)iempre se caendel !ltroU

    La a2aIata le empujaba para que volviera a sentarse.

    R-br*c#ese el cintur*n RdecíaR. -br*c#ese el cintur*n.

    Le agarré del bra2o y tiré de él, #aciéndole perder el equilibrio y caerpesadamente sobre el respaldo del asiento. 5l asiento cedi* y sederrumb* sobre las piernas de quien estuviese sentado atrás. Laa2aIata volvi* a colocarlo rápidamente en posici*n erecta y luego seinclin* para abroc#ar el cintur*n de Bloor. ;i que el bra2o i2quierdo deéste salía culebreando y se instalaba aIectuosamente alrededor de los#ombros de la a2aIata.

    T'ios míoU, pensé. /a está. /a veo los titulares del peri*dico de ma+ana<=C1C'535 1O :O) 'OF-'C13O) 5 : -;CH '5 MO355/V

    FCFO) '535C'O) PO C15'CO / -F5)CH.>

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    Pero la azaata se limit* a sonreír y retrocedi* dos pasos, rec#a2ando latorpe tentativa de Bloor con un manota2o en el bra2o y una gélidasonrisa proIesional. Cntenté devolverla, pero la cara no me Iuncionabacomo es debido. 5lla ac#ic* los ojos. 5ra evidente que le #abíaoIendido más mi mueca demencial que laY tentativa de Bloor de

    #undirle la cabe2a en su rega2o.

    Bloor sonri* Ieli2 mientras ella se alejaba.

    R-sí aprenderás RdijoR. 5s una verdadera pesadilla viajar contigo.

    5l ácido iba asentándose ya. Por su tono de vo2, percibí que ya #abíasalido de la etapa maníaca. /a #abía desaparecido el cuc#ic#eoespasm*dico y paranoico. )e sentía ya tranquilo. )u eNpresi*n se #abíaasentado en ese resplandor de Irágil serenidad que invariablemente vesen la cara del consumidor veterano de ácido que sabe que #a pasado el

    primer Iogona2o y que ya puede acomodarse para unas seis #oras debuena diversi*n.

     /o, por mi parte, no estaba del todo al l í, pero sabía que ya estaballegando... y a6n nos quedaban unas siete #oras más y dos cambios deavi*n para llegar a 'enver. )abía que el paso por Cnmigraci*n enMonterrey era una simple Iormalidad... #acer cola con los demás gringosun rato y no ponerse #istérico cuando el poli de la puerta te pidiera latarjeta de turista.

     /o estaba convencido de que podíamos superar aquello tranquilamente,gracias a nuestra prolongada eNperiencia. 1ualquiera que siga en lacalle después de siete u oc#o a+os de consumo p6blico de ácido #aaprendido a con!ar en su glándula adrenalínica para superar losenIrentamientos rutinarios con la burocracia< citaciones de trá!co,controles de autopista, ventanillas de las líneas aéreas...

     / nos enIrentábamos a una de estas situaciones< sacar el equipaje deaquel avi*n y no perderlo en el aeropuerto #asta que descubriésemos quévuelo nos llevaría a )an -ntonio y 'enver. Bloor s*lo llevaba dosmaletas. Pero yo tenía que arrastrar dos inmensas maletas de cuero, una

    bolsa de playa de lona y la grabadora con dos altavoces portátiles. )iteníamos que perder algo, quería perderlo al norte de la Irontera.

    5l aeropuerto de Monterrey es un edi!cio peque+o, Iresco y luminoso,tan inmaculadamente limpio y e!ciente que nos sentimos casi deinmediato acunados y aposentados en un estado de euIoria sonriente.

     3odo parecía Iuncionar a la perIecci*n. o perdimos ninguna pie2a delequipaje, no #ubo s6bitos arrebatos de IarIulleo salvaje en la ventanillade Cnmigraci*n, ni motivo de pánico ni ataques de desesperaci*n en laventanilla de los billetes... )e #abían #ec#o ya nuestras reservas deprimera clase y estaba con!rmado todo #asta 'enver. Bloor opusocierta resistencia a pagar treinta y dos d*lares más =s*lo por sentarsedelante con los ricos>, pero yo lo consideré necesario.

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    R@ay muc#as más libertad para #acer lo que uno quiera en primeraRle dijeR. Las a2aIatas de la secci*n turística no tienen tantaeNperiencia en conducta eNtra+a, así que es más probable que sedesquicien si creen que tienen entre manos a un loco peligroso. Memir* Iurioso. R "Pare2co yo acaso un loco peligroso

    Me encogí de #ombros. esultaba diIícil mirarle detenidamente a lacara. 5stábamos de píe en un pasillo, junto a las tiendas de souvenirs.

    RPareces un caso grave de drogadicci*n Rle dije al !nR. 5l pelorevuelto, los ojos c#ispeantes, la nari2 colorada y...

    'e pronto vi aquel polvo blanco en la parte superior de su bigote.

    R TPeda2o de cerdoU T@as estado tomando cocaU )onri* con los ojos enblanco.

    R "Por qué no, #ombre )*lo un pelli2quito, nada másV para darmemarc#a. 1abeceé.

    R)í. 5spera a que tengas que eNplicárselo al agente de aduanas en )an-ntonio, con ese polvo blanco manándote de la nari2 Rsolté unasiniestra carcajadaR. "unca #as visto esas linternas grandes en Iormade bala que utili2an para registrar el recto 5staba Irotándosevigorosamente la nari2.

    R "'*nde #abrá una Iarmacia 3engo que comprar un poco de ese

    pulveri2ador nasal.Busc* en el bolsillo de atrás y vi que se le ponía la cara gris, R T'iosmíoU Rmascull*R. T@e perdido la carteraU )eguía #urgando en losbolsillos, pero no aparecía ninguna cartera.

    R Tes6sU Rgimi*R. T5stá en el avi*nU )us ojos c#ispeabandesquiciados mirando por el aeropuerto. R "'*nde está la puerta Rmascull*R. La cartera tiene que estar debajo del asiento.

    1abeceé tranquilamente y dije<

    Ro te molestes, es demasiado tarde.

    R "ué

    R5l avi*n. Lo vi despegar mientras estabas en la sala de esperaesniIando la coca.

    )e qued* pensando un momento y luego lan2* un sonoro y temblorosoaullido.

    R TMi pasaporteU T3odo mí dineroU To tengo nada? )in documentaci*n

    no me dejarán volver a entrar en el país. )onreí Ro seas ridículo. /orespondo por ti.

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    R T;ete a la mierdaU RdijoR. T36 estás locoU To #ay más quemirarte a la cara para ver que estás locoU

    R-nda, vamos a ver si encontramos el bar RdijeR. os quedancuarenta y cinco minutos.

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     3anto me atrap* esta terrible visi*n que no me di cuenta de que Bloorestaba de rodillas #asta que le oí gritar. @abía esparcido el contenidode su maletín por el suelo del pasillo y rebuscaba entre el mont*n y, depronto, le vi que sonreía Ieli2 a la cartera que tenía en la mano.

    RLa encontraste Rdije.-sinti*, agarrándola con ambas manos, como sí pudiese escapárselesaltando con la Iuer2a de una lagartija medio capturada y desaparecer porel atestado vestíbulo. Miré a mí alrededor y vi que la gente se paraba amirarnos. -6n giraba en mi cabe2a la Iero2 alucinaci*n que se #abíaapoderado de mí, pero conseguí arrodillarme y ayudar a Bloor a meter denuevo sus pertenencias en el maletín.

    R5stamos llamando la atenci*n RmurmuréR. ;amos al bar, allí estaremos más seguros.

    Momentos después estábamos sentados en una mesa desde la que sedominaban las pistas, sorbiendo margaritas y observando a losempleados del aeropuerto que descargaban el E7E que nos llevaría a)an -ntonio. Mi plan era atrinc#erarnos en el bar #asta el 6ltimomomento, luego salir pitando a coger el avi*n. @abíamos tenidomuc#ísima suerte #asta el momento, pero la escena del vestíbulo #abíaactivado una ola de paranoia en mi mente. 3enía la sensaci*n de quellamábamos la atenci*n. La actitud de Bloor era cada ve2 máspsic*tica. Bebi* un trago de su vaso y luego le dio un papirota2o y lo

    derram* sobre la mesa y me mir* !jamente.R "ué es esto= Rmascull*.

    R:n margarita doble Rdije, mirando a la camarera para ver si nosmiraba.

    os miraba, y Bloor le #i2o un gesto llamándola.

    R "ué quieres Rmurmuré. R:n glaucoma Rdijo.

    -ntes de que pudiera oponerme lleg* la camarera. 5l glaucoma es un

    combinado complicadísimo que contiene unos nueve ingredientes ins*litosVa Bloor le #abía eNplicado la composici*n una mujer2uela vieja que conoci*en la terra2a del BalD@ai. La vieja #abía ense+ado al encargado del BalD@ai aprepararlo< contenía cuantías muy precisas de ginebra, tequila, 0a#lua, #ielomac#acado, 2umos de Irutas, rodajas de lim*n, especias... todoperIectamente me2clado en un vaso grande y muy Irío.

    o es el tipo de bebida que deba uno pedir en un aeropuerto con lacabe2a llena de ácido y una visible di!cultad de vocali2aci*n. / menoscuando ni siquiera #ablas el idioma local y acabas de derramar la primerabebida que #as pedido por la mesa.

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    Pero Bloor insisti*. 1uando la camarera abandon* toda esperan2a, seacerc* al mostrador a #ablar con el encargado. /o me derrumbé en miasiento, sin perder de vista el avi*n y con la esperan2a de queestuviésemos ya a punto de salir. Pero ni siquiera #abían cargado elequipaje todavía< a6n Ialtaban veinte minutos para la salida...

    tiempo su!ciente para que un peque+o incidente se convirtiese en unproblema grave. Observé a Bloor que #ablaba con el encargado,se+alando diversas botellas de las estanterías y utili2ando de cuandoen cuando los dedos para indicar medidas. 5l encargado cabeceabapacientemente.

    Por !n Bloor volvi* a la mesa.

    R/a está #aciéndomelo RdijoR. ;uelvo de aquí a un minuto.

     3engo que #acer una cosa.

    Le ignoré. MZ mente divagaba de nuevo. 'os días y dos noc#es sindormir, más una dieta persistente de drogas psicoactivas y margaritasdobles empe2aban a inuir en mi capacidad de concentraci*n. Pedí otro vaso y miré #acia los cerros de un marr*n oscuro que #abía al otrolado de las pistas. 5l bar disponía de un buen aire acondicionado, pero através de la ventana sentía perIectamente el calor del sol.

    "Por qué preocuparse, pensé. @emos conseguido superar lo peor. Lo6nico que tenemos que #acer a#ora es no perder el avi*n y salir deaquí. 5n cuanto crucemos la Irontera, lo más que puede pasarnos esque tengamos un peque+o incidente en la aduana en )an -ntonio,Puede que tengamos que pasar una noc#e en la cárcel, pero, "quédemonios :na peque+a acusaci*n sin importancia (embriague2,escándalo p6blico, resistencia a la autoridad, nada grave, ning6n delito.1uando aterri2ásemos en 3ejas, ya nos #abríamos tragado toda pruebade delito.

    MZ 6nica preocupaci*n real era la posibilidad de que nos #ubieranpuesto una denuncia en regla en 1o2umel. 'espués de todo, #abíamosdejado atrás dos Iacturas de #otel que totali2aban unos quince mil

    pesos,  además de aquel jeep medio destro2ado de - vis que #abíamosdejado en el aparcamiento del aeropuerto (otros quince mil pesosV y#abíamos pasado los 6ltimos cuatro o cinco días en compa+ía constantede un tra!cante de drogas descarado de primera categoría, todos cuyosmovimientos y contactos, en realidad, podrían #aber estado vigilados eincluso Iotogra!ados por agentes de la Cnterpol.

    "'*nde estaría 4ran0 "5n la seguridad de su casa en 1aliIornia "Opreso en 1iudad de MéNico, jurando desesperadamente que ignorabaqué podían ser aquellas latas de polvo blanco #alladas en su equipaje1asi podía oírle< = T3iene que creerme usted, capitánU 4ui a 1o2umel aestudiar una inversi*n inmobiliaria. / una noc#e, estaba sentado en elbar, pensando en mis cosas, cuando, de pronto, aparecen aquellos dos

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    ácidoadictos borrac#os y se sientan a mí lado y me dicen que trabajanpara -layboy. :no de ellos tenía un pu+ado de píldoras encarnadas yIui tan idiota que me tomé una. 1uando me di cuenta, estabanutili2ando mí #abitaci*n del #otel como cuartel general. o dormíannunca. Cntenté controlarles, pero tuvieron muc#as ocasiones en que yo

    estaba dormido y pudieron meter cualquier cosa en mi maleta... "qué"que d*nde están a#ora Bueno... con seguridad no puedo decirlo, peropuedo decirle los #oteles en los que paraban.>

    T'ios míoU T-quellas terribles alucinacionesU Cntenté apartarlas de mí mente y terminé la bebida que me quedaba y pedí másV 'e pronto, uns6bito estremecimiento paranoico me #i2o saltar de mi asiento. Meincorporé y miré alrededor. "'*nde estaba el cabr*n de Bloor"1uánto tiempo #acía que se #abía ido Miré #acia el avi*n y vi elcami*n del combustible a6n aparcado debajo del ala. Pero #abían

    cargado ya el equipaje. 'ie2 minutos más.Me tranquilicé de nuevo, mostrando a la camarera un pu+ado depesos para pagar nuestras bebidas, intentando sonreírle. 1uando, depronto, todo el aeropuerto pareci* retumbar con el sonido de mí nombre lan2ado por un millar de altavoces... luego, oí el nombre deBloor... una vo2 áspera, con muc#o acento, aullando por los pasilloscomo el alarido de un espectro... =LO) P-)-5O) @:35 3@OMP)O

     / /-CL BLOO P5)[35)5 CM5'C-3-M535 5 L- ;53-CLL- '5CMCF-1CH...>

    Me quedé demasiado aterrado para moverme.

    R TPor mí madreU RmasculléR. "'e verdad lo #e oído RMe agarré alos bra2os de mi asiento e intenté concentrarme. "5staba alucinandootra ve2 o #abía Iorma de cerciorarse...

    Luego oí de nuevo la vo2, atronando por todo el aeropuerto<

    LO) P-)-5O) @:35 3@OMP)O / /-CL BLOO P5)[35)5CM5'C-3-M535 5 L- ;53-CLL- '5 CMCF-1CH...

    ToU pensé. T5sto es imposibleU 3enía que ser demencia paranoide. TMimiedo a que me enganc#aran en el 6ltimo momento se #abía #ec#o tanintenso que oía voces imaginariasU 5l sol que se !ltraba por el ventanal#abía #ec#o #ervir el ácido en mi cerebroV una inmensa burbuja dedrogas #abía roto una vena débil en mi l*bulo Irontal.

    Luego, vi que Bloor entraba corriendo en el bar. 3enía los ojosdesencajados, braceaba vesánicamente. R "Lo oíste Rgrit*. Le miré!jamente. 5n !n... os #an jodido, pensé. 3ambién él lo oy* o sí no looy*, sí los dos estamos alucinando, signi!ca una sobredosis... signi!caque estaremos totalmente descontrolados las pr*Nimas seis #oras,

    enloquecidos de miedo y de conIusi*n, sintiendo que nuestros cuerpos

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    desaparecen y que las cabe2as se nos #inc#an como globos y seremosincapaces de reconocernos...

    R T'espiertaU TMaldita seaU Rgrit* élR. T3enemos que ir corriendo alavi*nU

    Me encogí de #ombros. R5s in6til. os agarrarán en la puerta.

    5l intentaba cerrar la cremallera de su maletín Irenéticamente. R"5stás seguro de que los nombres eran los nuestros "1ompletamenteseguro

    -sentí, sin moverme a6n. 5n alg6n punto de mi semiadormecido cerebroempe2aba a agitarse la verdad. o estaba alucinando. La pesadilla erareal... y, de pronto, recordé lo que #abía dic#o el relaciones p6blicas de)tri0er sobre aquel jee todopoderoso de 1o2umel que tenía la eNclusiva

    del combustible.1laro. :n #ombre de tanta inuencia debía tener relaciones por todoMéjico< policía, líneas aéreas, inmigraci*n, 5ra una locura pensar quepodíamos enga+arle sin problemas. 3ambién debía controlar, sin duda,la delegaci*n de -vis... y debía #aberse puesto en movimiento en cuantosus sicarios encontraron el jeep en el aparcamiento del aeropuerto conel parabrisas roto y una Iactura de once días sin pagar. Las líneasteleI*nicas sin duda #abían estado tarareando a veinte mil pies pordebajo nuestro todo el camino #asta Monterrey, / a#ora, cuando ya nosquedaban menos de die2 minutos, se lan2aban sobre nosotros.

    Me levanté y me ec#é al #ombro la bolsa de playa justo en el momentoen que la camarera traía el glaucoma de Bloor. Bloor la mir*, luegocogi* el vaso de la bandeja y se bebi* aquello de un trago. @Jracias,#radas, murmur*, entregándole un billete de cincuenta pesos. 5lla sedispuso a darle el cambio, pero él #i2o un gesto con la cabe2a.

    R:ada, nada, quédese el cambio Rdijo.

    Luego, se+al* #acia la cocina.

    R "La puerta de atrás Rdijo con ve#emenciaR. Salida?=

    )e+al* con un gesto el avi*n que quedaba a unos die2 metros en lapista. ;i que algunos pasajeros empe2aban ya a subir.

    R TMuc#a prisaU Rdecía Bloor a la camareraR. >Gmportante?

    5lla le mir* desconcertada, y luego se+al* la entrada principal del bar.

    Bloor tartamude* impotente un momento y luego empe2* a gritar<

    R "'*nde está en este lugar la jodida  puerta trasera= T3enemos que

    coger a#ora mismo ese avi*nU

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    :n c#orro largamente esperado de adrenalina empe2aba a despejar micabe2a. Le agarré por el bra2o y me lancé #acia la puerta principal.

    R;amos RdijeR. Pasaremos corriendo por delante de esos cabrones.

    -6n tenía el cerebro nublado, pero la adrenalina #abía activado uninstinto básico de supervivencia. uestra 6ltima esperan2a era corrercomo ratas desesperadas por la 6nica abertura posible y esperar unmilagro.

    Mientras corríamos por el pasillo, saqué de mí bolsa de playa una delas tarjetas de P5)- y se la di a Bloor.

    R36 ensé+ales esto cuando lleguemos a la puerta Rdije, saltando a unlado para esquivar a un grupo de monjas que se interponían ennuestro camino.

    R >-ardonnez? RgritéR. >-rensa? >-rensa? >8ucho importante?

    Bloor capt* la consigna cuando nos aproNimábamos a la puerta, corriendoa toda pastilla y gritando inco#erentemente en un IarIullante espa+ol.La ventanilla de inmigraci*n estaba justo al otro lado de las puertas decristal que llevaban a la pista. La escalerilla del avi*n estaba a6n llenade pasajeros, pero el reloj que #abía sobre la puerta marcabaeNactamente las once y veinte, que era la #ora de salida. uestra 6nicaesperan2a era pasar como un rayo delante de los polis que #abía allí yllegar al avi*n y subir a bordo en el mismísimo instante en que la

    a2aIata cerrase la gran puerta plateada. ..

     3uvimos que aminorar la marc#a cuando ya estábamos cerca de laspuertas de cristal, agitando los billetes #acia los polis y gritando @>-rensa? >-rensa? a todos los que se nos ponían delante. /o sudaba amares por entonces, y los dos jadeábamos.

    :n poli peque+o y musculoso de camisa blanca y gaIas oscuras se nosplant* delante cuando cru2ábamos la puerta.

    R ")e+or Bloor ")e+or 3#ompson Rpregunt* ásperamente. La vo2

    de la condenaci*n.

    4rené vacilante y me desplomé contra la pared, pero las botas desuela de Bloor no se asentaron en el suelo de mármol y resbal* pasandoante mí a toda pastilla #asta c#ocar con una palmera enmacetada de unostres metros, soltando el maletín y destro2ando varias ramas a las que seagarr* para no caerse.

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     /o estaba demasiado agotado, no podía #acer más que cabecearmansamente. 5l poli que #abía pronunciado nuestros nombres me cogi*el billete que tenía en la mano y lo mir*. Luego me lo devolvi*enseguida,

    R T-jaU Rdijo, con una muecaR. >Señor 3#ompsonULuego mir* a Bloor<

    R:sted es el señor Bloor.

    R TPues claro que síU Rgrit* BloorR. "ué demonios pasa aquí 5stoes un abuso... "por qué tiene que ec#ar tanta cera en estos suelosT@e estado a punto de matarmeU

    5l poli volvi* a sonreír. "@abía un deje sádico en su sonrisa o podía estarseguro. Pero ya no importaba. os #abían agarrado. Por un instante,pensé en toda la gente que conocía que estaba detenida en MéjicoVdrogotas que se #abían arriesgado demasiado, que no #abían tenidocuidado su!ciente. 5ncontraría amigos en la cárcel, desde luegoV casiles oía ya lan2ar sus alegres gritos de bienvenida cuando nos llevasen alpatio y nos soltasen.

    5sta escena pas* por mi cabe2a en milésimas de segundo. Los gritossalvajes de Bloor a6n otaban en el aire cuando el policía empe2* aempujarme por la puerta #acia el avi*n.

    R T'eprisaU T'eprisaU Rdecía... y detrás oí que su ayudante empujabaa Bloor.

    R3eníamos miedo de que perdieran el avi*n Rle decíaR. Por eso lesllamamos por los altavoces. / sonreía ya claramente. R1asi pierdenustedes el avi*n.

     /a estábamos casi en )an -ntonio cuando por !n logré recuperar elcontrol de mí mismo. La adrelina a6n bombeaba violenta mente en micabe2a. 5l ácido, el trago y la Iatiga batían quedado completamenteneutrali2ados por la escena de la puerta. 3enía los nervios tan

    agarrotados, cuando el avi*n despeg*, que tuve que pedir a la a2a