32
REVISTA EUROPEA. NÓM. 10 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . AÑO I. RUBENS DIPLOMÁTICO ESPAÑOL. SUS VIAJES Á ESPAÑA, SUS GESTIONES COMO AGENTE DIPLOMÁTICO SECRETO ENVIADO POR FELIPE IV A CARLOS I DE INGLATERRA, Y NOTICIA DE LA OBRAS D í SU MANO QUE AUN SE CONSERVAN EN MADRID. CAPÍTULO IV. * 1628. Segundo viaje de Rubens á España.—Su estancia en Madrid y sus relaciones con Velasquez.—Sus trabajos artísticos.—Parte para Bruselas y Londres como encardado diplomático secreto para negociar la üaz, en Abril de 1629. Paralizadas, sino muertas, habian que- dado las gestiones oficiosas, tan lentamen- te emprendidas al finalizar el año pasado de 1627. No se hallan documentos en el archivo general de Simancas que den seña- les de que volvieran á reanudarse hasta el mes de Marzo de este año de 1628, en que aparece una copia de carta de Rubens al Conde-Duque, escrita á instancia de las buenas disposiciones, que, desde Londres, volvía á manifestar Gerbiers, que animaban al rey Carlos y á su favorito el duque de Buquingham, para llegar, por fin, á una buena inteligencia con España. Y en ver- dad que el asunto merecia ya la pena de tomarse muy en consideración, porque la paz que se deseaba, no era sólo con la Gran Bretaña, sino también con las provincias rebeldes, que se prestaban á inteligencias, cediendo algo en la cuestión de nombre, que tan principal era para la orgullosa polí- tica del Conde-Duque de Olivares. Hé aquí lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517, núm. 7.) Copia caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo de 1628. Excmo. Señor: Dice el Gerbiers en la otra carta suya de la misma fecha, que su Rey, y el Duque su señor, continuauan, Véanse los números 1, i, i, 8 y 8, páginas 6,40, 97,129 y 225. TOMO I. no obstante la poca satisfacion que hauian recibido de nosotros, en su primera rosolucion de tratar concierto con el Rey de España, debaxo de condiciones justas y que combengan á ambas partes, no solo para el aliuio de sus vasallos, pero asimismo por el bien universal de toda la cristiandad, cuyos intereses, siendo todos juntamente eslauonados, se deue esperar que de un concierto resultarán otros (1), y el todo seguirá la parte, y así desearían ajustar las diferencias de los confederados de ambas partes en un mismo tiempo; pero que consideradas las diuersidades de los intere- ses de cada uno y la multitud de los participantes y la distancia de los lugares, juzgan imposible hacerlo sino es con grandísima comodidad y largueza de tiempo, porque el estado presente tía menester de un remedio mas prompto, y el que quiere abarcar todo se halla sin nada, pero que concluyendo una parte seguirá lo demás, y que, porque las proposiciones están hechss, á las quales se remiten, no queda por hazer otra cosa sino que V. E. procure alcanzar poder y autoridad absoluta en la persona de la Serenísima Infanta y á quien su Alteza ordenara para tratar y concluir un tratado general con todos ó con parte de los confede- rados, ó solamente entre las dos coronas de España y Inglaterra, de una manera ó de otra en el mayor modo que se pudiere, que por su parte no faltarán de dar promptamente poderes amplísimos y bastantes á de- terminar el negocio absolutamente. Pero que por muchos Aspectos convendría ajustado secretamente por personas háuiles y calificadas para semejante efecto, sin ruido, porque podria causar estorbos y em- barazos (2), que si á S. M. Cathólica agradara de tra- tarlo con Olandeses debajo del nombre de confedera- dos solamente del Rey de la Gran Bretaña, sin hazer mención de libertad ó otro título odioso á S. M., el Duque de Boquingan tiene por firme que los estados se contentarán ó interuendrán al tratado de esta manera. Esto es todo lo que tengo que dicir á V. E. de lo que contiene la carta del Gerbiers, sino que él nie dice en confianza que auise á V. E., que si pudiere obrar (1) Al margen del documento hay una nota que dice asf: «Y á esto ofrezen de hazer todo aquello que depgpdedTTQe'ira ^pos Mad.» .-''\", ; \) i-l ' ¿ ^ / . i . (2) Al margen del documento hay la nota siguiente: " ~'-'J-'¿J ' «Sin que húmese cada momento de acy^ir«^ílspa'ílw^or Jlueyos a u í \ '**'* sos y órdenes que están sujetos á muchas modánzap y- Bccidentésí~y que \ asi el poder hauia de ser absoluto irrebdcaole'para que S.*A. pueda^tra^f tar en calidad igual con el Rey de la GttñHfyretaBy que de sa parlé e?¡ señor absoluto ni depende de nadie.» \ •.>'\,-''•'.. , V•*•••'w -\

REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

REVISTA EUROPEA.NÓM. 10 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . AÑO I.

RUBENSDIPLOMÁTICO ESPAÑOL.

SUS VIAJES Á ESPAÑA,

SUS GESTIONES COMO AGENTE DIPLOMÁTICO SECRETO

ENVIADO POR FELIPE IV A CARLOS I DE INGLATERRA, Y NOTICIA DE LA

OBRAS D í SU MANO QUE AUN SE CONSERVAN EN MADRID.

CAPÍTULO IV. *

1628.

Segundo viaje de Rubens á España.—Su estanciaen Madrid y sus relaciones con Velasquez.—Sustrabajos artísticos.—Parte para Bruselas yLondres como encardado diplomático secretopara negociar la üaz, en Abril de 1629.

Paralizadas, sino muertas, habian que-dado las gestiones oficiosas, tan lentamen-te emprendidas al finalizar el año pasadode 1627. No se hallan documentos en elarchivo general de Simancas que den seña-les de que volvieran á reanudarse hasta elmes de Marzo de este año de 1628, en queaparece una copia de carta de Rubens alConde-Duque, escrita á instancia de lasbuenas disposiciones, que, desde Londres,volvía á manifestar Gerbiers, que animabanal rey Carlos y á su favorito el duque deBuquingham, para llegar, por fin, á unabuena inteligencia con España. Y en ver-dad que el asunto merecia ya la pena detomarse muy en consideración, porque lapaz que se deseaba, no era sólo con la GranBretaña, sino también con las provinciasrebeldes, que se prestaban á inteligencias,cediendo algo en la cuestión de nombre,que tan principal era para la orgullosa polí-tica del Conde-Duque de Olivares. Hé aquílo que Rubens decia : (Estado. = L e g . 2517,núm. 7.)

Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

de 1628.

Excmo. Señor:Dice el Gerbiers en la otra carta suya de la misma

fecha, que su Rey, y el Duque su señor, continuauan,

• Véanse los números 1, i, i, 8 y 8, páginas 6 , 4 0 , 97 ,129 y 225.

TOMO I.

no obstante la poca satisfacion que hauian recibido denosotros, en su primera rosolucion de tratar conciertocon el Rey de España, debaxo de condiciones justas yque combengan á ambas partes, no solo para el aliuiode sus vasallos, pero asimismo por el bien universalde toda la cristiandad, cuyos intereses, siendo todosjuntamente eslauonados, se deue esperar que de unconcierto resultarán otros (1), y el todo seguirá laparte, y así desearían ajustar las diferencias de losconfederados de ambas partes en un mismo tiempo;pero que consideradas las diuersidades de los intere-ses de cada uno y la multitud de los participantes y ladistancia de los lugares, juzgan imposible hacerlo sinoes con grandísima comodidad y largueza de tiempo,porque el estado presente tía menester de un remediomas prompto, y el que quiere abarcar todo se hallasin nada, pero que concluyendo una parte seguirá lodemás, y que, porque las proposiciones están hechss,á las quales se remiten, no queda por hazer otra cosasino que V. E. procure alcanzar poder y autoridadabsoluta en la persona de la Serenísima Infanta y áquien su Alteza ordenara para tratar y concluir untratado general con todos ó con parte de los confede-rados, ó solamente entre las dos coronas de España yInglaterra, de una manera ó de otra en el mayor modoque se pudiere, que por su parte no faltarán de darpromptamente poderes amplísimos y bastantes á de-terminar el negocio absolutamente. Pero que pormuchos Aspectos convendría ajustado secretamentepor personas háuiles y calificadas para semejanteefecto, sin ruido, porque podria causar estorbos y em-barazos (2), que si á S. M. Cathólica agradara de tra-tarlo con Olandeses debajo del nombre de confedera-dos solamente del Rey de la Gran Bretaña, sin hazermención de libertad ó otro título odioso á S. M., elDuque de Boquingan tiene por firme que los estadosse contentarán ó interuendrán al tratado de estamanera.

Esto es todo lo que tengo que dicir á V. E. de loque contiene la carta del Gerbiers, sino que él nie diceen confianza que auise á V. E., que si pudiere obrar

(1) Al margen del documento hay una nota que dice asf:«Y á esto ofrezen de hazer todo aquello que depgpdedTTQe'ira ̂ pos

Mad.» . - ' ' \ " , ; \ ) i - l ' ¿ ^ / . i .(2) Al margen del documento hay la nota siguiente: " ~'-'J-'¿J '«Sin que húmese cada momento de acy^ir«^ílspa'ílw^or Jlueyos a u í \ '**'*

sos y órdenes que están sujetos á muchas modánzap y- Bccidentésí~y que \asi el poder hauia de ser absoluto irrebdcaole'para que S.*A. pueda t̂ra f̂tar en calidad igual con el Rey de la GttñHfyretaBy que de sa parlé e?¡señor absoluto ni depende de nadie.» \ • .>'\ , - ' '• ' . . ,

V • * • • • ' w

- \

Page 2: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

290 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.°10

tanto en España, que con poderes bastantes se hagala plática de cerca con personas háuiles, que jamás separtirán sin concluir de una manera ó de otra confor-me la disposición que conoce en sus señores: desteauviso podrá V. E. seruirse según su prudencia, quedañaría, ami juicio, el manifestarlo á muchos; y noofreciéndose otra cosa, etc. Bruselas, 30 de Mar-zo, 1628.—PEDRO PABLO RUBEKS.

A esta carta sucedió un despacho de laInfanta Isabel Clara Eugenia, en el cual de-bia indudablemente S. A. apremiar muchoy encarecer la importancia de las buenasdisposiciones que manifestaban de Inglater-ra por conducto de Gerbiers, puesto que elConde-Duque mandó dicho despacho á laJunta de Estado, y ésta tomó el siguienteacuerdo: (Estado.=Leg. 2561, f. 114.)

Acuerdo de la Junta sobre la ida á la corte de Pedro Pablo Kubens.Madrid, 4 de Junio de 1628.

Señor:En esta Junta se ha platicado sobre lo que contiene

la inclusa carta de la Señora Infanta Doña Isabel, enque apunta que Pedro Pablo Rubens ha dicho que estápronto ha entregar las cartas originales que le hanescrito en la materia de conciertos con Inglaterra,pero que porque ninguno las entenderá, seria bien or-denarle alguna persona á quien pueda mostrarlas, siya V. M. no se sirve que las trayga a esta corte. Ypareze á la Junta que siendo V. M. servido, se podríaresponder á S. A. que diga á Rubens que venga á estacorte y traiga las dichas cartas y papeles que se le hanpedido, pues con esto se podrá entretener esta pláticay dilatarla lo que fuere necesario, y si fuere menesterque tenga effecto, antes haurá hecho probecho quedaño la venida de Rubens. En Madrid á 4 de Juniode 1628 años.—Ya con solo mis señas por la breve-dad. =Hay una rúbrica.

Tal consulta de la Junta es la causa únicay sola de la segunda venida de Rubens áEspaña, y como queda terminantemente de-mostrado, no vino con carácter alguno di-plomático ni de mero representante de per-sona que tal carácter oficial tuviere, sinoque vino simplemente de portador de unascartas, que él, mejor que nadie, podria tra-ducir aquí á la Junta que de los negociosde Flandes se ocupaba, y para que con suviaje se ganase tiempo y pudiera darse todaslas largas que fuese necesario, á fin deque el negocio diplomático concluyese portomar el sesgo que conviniera á la polí-

tica del Conde-Duque de Olivares. No es,pues, cierto, como hasta aquí se ha di-cho y creido, que Rubens hiciese su segun-do viaje á España como enviado diplomáticode país alguno de los que en guerra con Es-paña estaban, ni aun tampoco con misióndiplomática de la Infanta Gobernadora DoñaIsabel Clara Eugenia. Como subdito de Es-paña, en uno de sus dominios, mándaselecomparecer en la corte de Madrid, y encuanto se reciben allí los despachos delmonarca, ordénasele á Rubens el viaje, ytoma inmediatamente el camino y llega áMadrid en el próximo mes de Agosto.

Muy diversa era en verdad la manera conque entraba Rubens en la corte de Españaesta segunda vez, de aquella con que se pre-sentó en Valladolid veinticinco años antes.Entonces no era más que un portador deobjetos de arte, artista también, completa-mente desconocido aquí, aunque apreciadoy considerado por su reconocida habilidad;ahora era un subdito español, llamado paradar cuenta de serios negocios de Estado, yademás un artista de fama europea, admi-rado en todas partes por ser la gloria mayorque contaba la pintura en aquellos días. Pormuy interesantes que en efecto fueran lospliegos que Rubens trajera consigo, por muyimportante el carácter de su viaje y pormás que quisiera aparecer y presentarsecomo personaje político, siempre habria for-zosamente de destacarse en primer término,de descollar sobre todo, su condición deartista, su verdadera personalidad. Así esque con igual ó mayor cuidado que los pa-peles de interés que habia de presentar ycomentar á la Junta y al favorito, trajo tam-bién, al decir de Pacheco, en su Arte de laPintura, tomo I, pág. 1 32 de mi edición,para servir en ellos á la Majestad de nues-tro católico rey D. Felipe IV, ocho cua-dros de diferentes cosas y tamaños. Igno-raba Rubens sin duda la opinión manifes-tada por la Junta acerca de su coiiJ'^ion,que juzgaba poco menos que indigna de co-nocer en negocios de Estado, cuando que-ria presentarse en la corte de su rey, máscomo artista, que como político. Y en ver-dad que Rubens hacia muy bien; porqueninguna recomendación mejor de su impar-

Page 3: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.° 10 CRUZADA. RUBENS, DIPLOMÁTICO ESPAÑOL. 291

tancia personal podía ofrecer que su propiovaler como pintor, y los hechos de su vidaen casi todas las cortes de Europa; asi comotambién eran muy buena garantía de su leal-tad, discreción y celo, las cartas que ya ha-bía él mismo cruzado en el asunto.

Recibido por el de Olivares y luego por SuMajestad, Rubens seria remitido á la Juntapara los negocios del Estado, y lo fue sinduda como pintor á D. Diego Velasquez, puesque nos asegura Pacheco, que con pintorescomunicó" poco, y sólo con mi yerno (conquien se habia antes por cartas correspon-dido], hizo amistad y favoreció mucho susobras por su modestia, y fueron juntos áver el Escorial. ¿Cuándo y á causa de qué,se habría entendido Rubens por cartas conVelasquez? No lo sé, ni rastro alguno hehallado que me lo haga conjeturar siquiera;pero es de sospechar que quizá con motivode alhajar alguna cámara de Palacio ó de losSitios con obras de pinturas especiales, seencargara á Velasquez, que por desearsecuadros de Rubens, le indicara, si no losasuntos, al menos las condiciones de tama-ño é índole de los cuadros.

Para honra y gloria de nuestras artes, nopodía decir Rubens en este su segundo via-je lo que escribió en el primero acerca delo que le parecían y en realidad eran lospintores de la corte de Madrid. Hallábase conVelasquez, á quien mandaron ponerse á sudisposición para que le sirviera y agasajaraproporcionándole estudio á propósito paraque trabajase, y que le mostrara á su saborcuantas obras de arte poseía S. M., así enMadrid como en los Sitios Reales, y que pu-siera á su disposición cuantos quisiera co-piar, asistiéndole en todo y acompañándoleá cuantas expediciones artísticas quisierahacer. Y Velasquez era digno compañerode Rubens; y sabia muy bien apreciar eljoven español el mérito del flamenco, asícomo el flamenco conoció bien pronto la in-mensa valía del español. Que desde el mo-mento en que personalmente se conocieranambos artistas habia de nacer en ellos mu-tua y estrecha amistad, cosa es que del ca-rácter, posición y condiciones de uno y otro,naturalmente se desprende. Artistas quesalían muy por encima del tipo general de

los pintores de su tiempo, simpático el fla-menco, franco, desinteresado, en la cumbrede su gloria, y ocupando ya un altísimo lu-gar en el arte, del cual ni la envidia le podiadesalojar, y joven sin pretensiones, orgullo,ni malos instintos el español, sintiendo ensi mismo la fuerza inmensa y aún no des-arrollada de su alma de artista, ambos ha-bian de entenderse, apreciarse y llegar áestimarse grandemente, tanto más, cuantoque ante Rubens se había de presentar Ve-lasquez, ansioso de estudio, ávido de gloriay con vehementes deseos de conocer másobras y de ver trabajar á aquel que ya tantagloria había sabido conquistarse. Este viajede Rubens no podía menos de ejercer gran-dísima influencia en el primero y sin par denuestros pintores españoles. Criado Velas—quez en Sevilla al lado de su familia, bajola constante férula de su suegro Pacheco,hombre instruido, pero que nada más queSevilla y la corte conocia, y limitado dentrode los horizontes que le ofrecían las obrasatesoradas en las casas de su rey y señor,que ya nada nuevo podían enseñarle, habríade contemplar con admiración á Rubens,que, por el contrario, ya en la madurez desu vida, poco ó nada habia que no conocie-ra, así en Italia como en Flandes, Franciaé Inglaterra, donde pudo estudiar todos losmaestros del gran pueblo artista por natu-raleza, admirar las obras todas de la anti-güedad11 clásica, visitar las colecciones detantos monarcas, y en fin, hasta llegar áreunir él mismo un curiosísimo museo. De-la amistad, pues, de estos dos hombres ha—bia de resultar provecho para el joven espa-ñol, como en efecto aconteció, ya imprimien-do más valiente carácter á sus obras, ya na-ciendo en él firme y decidido propósito desalir de la corte y marchar á Italia á estu-diar los lienzos de los reyes del colorido.

La influencia que Rubens ejerció sobreVelasquez en el momento de llegar á Es-paña y ponerse á pintar juntos, está clara-mente demostrada en el cuadro que enton-ces empezó á pintar al lado de Rubens , yaun hoy dia se conserva en el Museo delPrado; cuadro que, así por su asunto como

{>or su disposición , naturalidad, fuerza deuz y energía de expresión, color y dibujo,

Page 4: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

292 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 : N.° 10

marcan una nueva era en el estilo de Ve-lasquez, y recuerda mucho el vigor del ar-diente colorido del pintor flamenco. Estecuadro es el conocido con el nombre de LosBorrachos, empezado y acabado durante laestancia de Rubens en Madrid.

La Junta de Estado no creyó muy ur-gente el despacho de los asuntos que habiantraidoá Rubens á la corte, y cumpliendo unode los fines que se propuso al hacerle venir,cual era entretener el tiempo y no tomardecisión alguna, dejó que pasaran los mesesque restaban del año de 4 628, y que empe-zase también el año siguiente.

Mientras tanto Rubens, detenido en Ma-drid sin ocupación que le distrajera de suarte, pudo entregarse plenamente á pintary copiar cuanto le agradaba. Y realmentehay prueba plena de que poquísimo ó nadadebió ocuparle su misión política, en el in-menso número de cuadros que pintó en elcorto espacio de nueve meses que residióen Madrid. El suegro de Velasquez, quedebia saberlo muy bien, nos dice en su li-bro citado, que Rubens primeramente re-trató á los Reyes é Infantes de mediocuerpo,para llevar á Flandes: hizo de SuMajestad cinco retratos, y entre ellos unoá caballo, con otras figuras, muy valiente.Lo cual ya suma nueve retratos, de los cua-les, el ecuestre, á juzgar por la descripciónque de él hicieron los que entonces le vie-ron, pudiera sospecharse que sea el mismoque hoy se guarda en la Real Galería de Flo-rencia (Museo de gli Offizi), señaladoconelnúmero 210—con manifiesto é imperdona-ble error, atribuido á Velasquez,—pues seven en este lienzo las mismas figuras alegó-ricas, detalles y accidentes atribuidos al deRubens. Pero conviene advertir, para queno haya olvido, que el tal retrato de gliOffizi está tan bastardeado, tan desconocido,que ni recuerdos quedan de la huella delpincel de Rubens, si es que no es una malacopia antigua de aquel. Sus repintes al óleoy restauraciones no permiten juzgar ligera-mente sobre este particular. Convenia tam-bién no confundir este retrato con el pre-ciosísimo y verdaderamente admirable, tam-bién ecuestre, pero de pequeño tamaño, delmismo rey D. Felipe IV, pintado por Ve-

lasquez, que se conserva en el mismo mu-seo de Florencia.

Al decir de Pacheco, retrató tambiéná la señora Infanta de las Descalzas, demás de medio cuerpo, é hizo de ella co-pias: de personas particulares hizo cinco óseis retratos; y prosigue: copió todas lascosas de Ticiano, que tiene el rey, queson: los dos baños, la Europa, el Ado-nis y Venus, la Venus y Cupido, el Adány Eva, y otras cosas; y de retratos de Ti-ciano, el del Lansgrave, el del Duque daSajonia, el de A Iva, el de Cobos, un Duxveneciano, y otros muchos cuadros fuerade los que el rey tiene. Pintó además el re-trato á caballo de Felipe II, que hoy se con'serva; una Concepción para D. Diego Me-gía, grande aficionado suyo; un San JuanEvangelista para el hermano del Duque deMaqueda, D. Jaime Cardona. Y por último,hallando en palacio su gran cuadro de laAdoración de los Reyes, que poseyó D. Ro-drigo Calderón, lo retocó, mudó y agrandónotablemente; y además como recuerdos delas muchas cacerías que tuvo tiempo de ha-cer en los Sitios Reales, pintó dos cuadros,uno de caza de jabalíes y otro de venados,cuadros que se colocaron en el mismo salónde palacio en que se colgaron los que trajode Flandes.

Sólo conociendo la fecundidad de Ru-bens y su extremada valentía se puedecreer que en nueve meses pintara sobrecuarenta lienzos entré copias y origina-les, pues que si dedicado se hubiese úni-ca y exclusivamente á pintar todo el tiempoque aquí en Madrid estuvo, resultaría queno se habia detenino más de siete dias encada lienzo; cosa verdaderamente pasmosa.

Si prendado de Rubens hubo de quedarVelasquez ante tanta valentía y dominio dela paleta, no quedó menos entusiasmado elflamento de nuestro sevillano. Me refieropara ello al testimonio de autorizada per-sona, amigo del uno y del otro, que es donGaspar de Fuensalida, grefier de S. M. donFelipe IV, que fue amigo de Velasquezdesde que de Sevilla vino á la corte, y elcual en la declaración que prestó como tes-tigo en las Informaciones de las calidadesde Diego de Silva Velazquez, aposentador

Page 5: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.° 10 CHUZADA. RUBENS, DIPLOMÁTICO ESPAÑOL. 293

de palacio y ayuda de cámara de S. M.,para el hábito que pretende de la orden delseñor Santiago, abiertas á 18 de Setiembredel año de 1658 (que originales conserva,entre otros muchos de tan grande impor-tancia como ésta, en el Archivo históriconacional, mi querido y antiguo amigo LuisEguilaz), dice el buen Fuensalida, entreotras cosas: que siempre le ha conocido (áVelasquez) en Palacio á vista de S. M. elRey Ntro. Señor (que Dios guarde) connombre del mayor pintor que hay ni hahabido en Europa, y que asi lo confesóRubens, un gran pintor flamenco, cuandovino á esta corte... Aun cuando haya algoque rebajar del dicho del sevillano grefier,siempre quedará, por lo menos, que Rubensconoció, confesó y apreció muy bien y no-blemente el inmenso genio de Velasquez, yque en verdad pronosticó bien, haciéndoselenguas en alabanzas de su joven compa-ñero, la gloria que los siglos venideros re-servaba al pintor de Felipe IV.

Llegó por fin el mes de Abril del añosiguiente de 1629, época en la cual tantohabia de apremiar la Inglaterra y tanto ha-bia de manifestar desde Bruselas la InfantaDoña Isabel Clara Eugenia, sobre la ur-gencia de comenzar formalmente los preli-minares de la paz, que creyó el Conde-Duque de Olivares llegada la hora de ponerde veras manos en el negocio, tanto paraentenderse con Inglaterra, cuanto para tra-tar también con las provincias rebeldes.Para lo primero, se creyó ya que Rubenspodia muy bien, d pesar de ser pintor, re-presentar sin menoscabo alguno á la gran-deza de la monarquía española, siquierafuese como agente diplomático secreto, y sele despachó para Bruselas con cartas parala Infanta gobernadora, en que se declarabaá S. A. que Rubens debia pasar inmediata-mente á Londres con los poderes especialesque consigo llevaba, á fin de que, secreta-mente y sin carácter oficial de embajador,tratara de ver de conseguir las últimas con-diciones con que se pudiera conseguir la pazcon la Gran Bretaña. Para la tregua ó sus-pensión de hostilidades con los rebeldes,llegóse al fin á convencer la corte y conse-jos de Madrid, de que lo mejor que se podia

hacer era lo que tantas y tantas veces haciaun año que venia pidiendo la Sra. InfantaDoña Isabel Clara Eugenia, que era el quese le autorizara á ella misma con un poderespecial para tratar directamente con losholandeses; documento que al fin se dio áRubens para que él mismo lo pusiera enmano de la Infanta.

Partió por fin Rubens de Madrid el dia26 de Abril para Bruselas, y el 15 de Ju-lio del mismo año se hallaba ya en Lon-dres comenzando sus gestiones diplomáti-cas, como se ha de ver por los despachosoficiales que se insertarán en el capítulosiguiente.

Rubens habia de llevar grates recuerdosde su segundo viaje á Madrid. La corte queen este viaje halló, era muy distinta de lade Felipe III. Además de hallar en ella áun Velasquez—cosa que por sí sola basta-ba para cambiar por completo á un gran-de artista como el pintor de los gobernado-res de nuestra Flandes, la índole de la cortede la metrópoli,—halló también Rubensartistas como el marqués de la Torre, JuanBautista Crescencio, superintendente de lasObras de S. M., miembro de la Junta deObras y obras, especie de academia ó juntade bellas artes de los palacios y fincas delPatrimonio real, y hermano del eminentecardenal Crescencio. Hallaba también alpoeta insigne y erudito pintor D. Juan deJauré^gui, y no podia menos de conocertambién al modesto y concienzudo VicenteCarducho, que por entonces comenzaba ápreparar su precioso libro, Diálogos de lapintura. Al mismo tiempo que Rubens es-taba en Madrid, la pluma sin par de Lopede Vega escribía su Dicho y deposición enlos autos que publicó Carducho en su citadolibro sobre la esencia de alcabalas del artede la pintura; y por fin hallaba Rubens, aldecir de Carducho, llena la corte de tiendasde pinturas, donde lo bueno y lo malo—aunque más lo malo que lo bueno, como esachaque constante de traficantes y merca-deres de cuadros,—sevendia y exponía ; yademás pudo muy bien visitar por docenascasas de grandes señores, ricos mercaderesy acomodados propietarios, donde se guar-daban con amor y grande estimación, obras

Page 6: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

294 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.° 4 0

de arte de todos géneros, como en museosmodernos colocadas.

Bajo el punto de vista artístico, Rubenssalia de una corte verdaderamente digna desu fama de poderosa y grande, y en sualma, para su corazón de artista, habia dehaber impreso honda huella la amistad deVelasquez, y no podria olvidar aquellos ra-tos que en su compañía habia pasado, orapintando en su estudio, ora dándole conse-jos y abriendo nuevos horizontes á su genio,ya en el Escorial y los Sitios Reales, con-templando las grandes obras de otros coloris-tas que como ellos habian robado á la luz laverdad de las tintas y los tonos de la natu-raleza; ya en fin, corriendo ápiéó á caballopor los bosques del Pardo, tirando á los cor-zos, hechos que uno y otro artista supie-ron con tanta gracia como verdad trasla-dar al lienzo. ¡Cuántos y cuan graciososasuntos para la imaginación de un pintorespañol moderno puede ofrecer esta amistadde Rubens y Velasquez, que trasladar allienzo para honra de Flandes y de España,traducida en ligeros pero bien entonadoscuadros de género!

G. CRUZADA VILLAAMIL.

LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES.(1)

Sr. D. Ramón Campoamor.Mi estimado y buen amigo: al libro de Bunsen

siguen los de Max-Muller, Havet lanza el suyosobre los Orígenes del Cristianismo, Renán pu-blica el Antecristo, Bonifas expone la doctrina deSchleiermache;*, Maestral pinta el estado de laIglesia, Corbiere traduce al teólogo Luthardt, ySecretan escribe sus conferencias sobre la exis-tencia de Dios.

Sucede en estos momentos algo extraordinario;parece que se pretende llenar un vacío ó saciar dealguna manera el hambre de lo sobrenatural quesienten estas generaciones, que ya dejan caer desus manos el microscopio y el telescopio, se has-tian ó impacientan viajando en tren eispress yacusan de perezoso al hilo eléctrico.

( i ) Este articulo Forma parte de un libro que está imprimiendo nues-

tro querido amigo el Sr. Canalejas, sobre estudies religiosos, obra desti-

nada 4 llamar profundamente la atención de los hombres pensadores.

¡Qué siglo! Lo engendra la revolución francesay lo alecciona la espada de Napoleón, y le cantanByron, Lamartine, Musset, Leopardi, Manzoni yHugo; y los mares, y los cielos, y las edades an-tiguas, y la mecánica, y la química, y todo, seapresuran á presentar, dia por dia, descubrimien-tos, secretos revelados, maravillas, prodigios,creando gustos y aficiones que serian refinamien-tos entre los alejandrinos y los de Bizancio; sinque falten lances trágicos y pasos grosera-mente horribles para que los contrastes sean másvivos y punzantes y permanentes las impresio-nes. Pero no vive el alma si no conoce á Dios, ysi hay vida sin ese conocimiento, no es espiri-tual. Y no basta que Dios sea y exista como Serrealísimo; no basta que la razón lo afirme en lasalturas, ya para lo más inaccesible de la Metafí-sica, es necesario conocerlo y sentirlo, y por co-nocerlo y sentirlo amarlo; que si Dios no es másque un término lógico afirmado por la razón, sinque todo nuestro ser esté penetrado por sus atri-butos, será un logogrifo de escuela, y para elalma del siglo poco menos que nada, y para el in-dividuo poco más que un respeto urbano y cortés.El alma humana no es espiritual; sino cuandotiene plena conciencia de que Dios está en ella decontinuo. Entonces, y sólo entonces, sale á luz,por una acción no sospechada de sus facultades,todo lo que virtualmente constituye su esencia.

Existia un medio para conocer y sentir esa par-ticipación en lo divino. Pareció ó fue en realidadinsuficiente el medio y lo abandonó el siglo, ycontrajo el deber de buscar otro que con ventajalo sustituyera. Mientras llega la hora del felizhallazgo suspiramos á vueltas de desconsuelos yesperanzas, sin comprender que la faena es larga,larguísima.

Sin vivir el alma, que es como va la de estahistoria, á la cual pertenecemos, no es de extra-ñar que el hastío la devore y la consuma una as-piración aún impotente y contrariada por la cor-riente de los sucesos; ni es de extrañar la fiebrecon que se revuelve la ciencia buscando el Prin-cipio, en la fuerza, en la materia, en el Yo, en elTodo, en el movimiento ó en el reposo, en lo an-tiguo, en lo novísimo, en la fantasía ó en el ex-travío de la pasión. Y nada, ni la caída de impe-rios, ni luchas de razas, ni descubrimientos ines-perados nos distraen, ni devuelven la paz, ni res-tablecen la calma en el espíritu humano.

Creo, mi buen amigo, que debo añadir (aunqueme duela el escribirlo) que no la recobrará, por lomenos en todo el curso de la Edad presente.Nuestros hijos vivirán en medio de agitaciones ytorturas tales, que llamarán idilios y escenas bu-cólicas, á las que hemos presenciado.

Page 7: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.° 10 CANALEJAS. LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES. 295

De todas suertes y, suceda lo que sea de suce-der en las generaciones futuras, no por eso de-leita ni consuela lo presente. Hemos arrancado laortodoxia del seno de la sociedad actual, y elhecho es de monta; porque en religión, como enpolítica, romper con lo tradicional equivale áimponerse una peregrinación dolorosa, agitadí-sima, al través del verdadero laberinto que la fe-bril actividad espiritual de nuestro siglu crea yenmaraña incesantemente. Es necesario tomarviril y noblemente una resolución en ésta crisisespiritual. Los aplazamientos, las dilatorias y losmodus vivendi, son artificios que quizá complaz-can al hombre de la carne; pero el espíritu ansialuz, y vive sólo con la luz, y la luz crece en in-tensidad cuanto más profunda es la convicción ymás ardiente el enamoramiento.—Quien buscaencuentra, y quien pide recibe; y esta seguridad,dándonos esperanzas, debe infundirnos brio.

I.

Creyendo así, mi buen amigo, confieso que losestudios históricos y eruditos sobre las religio-nes antiguas no me aquietan y satisfacen; que siveo en la historia religiosa de la antigüedad ras-gos y notas que es preciso recoger piadosamente,y aun advierto jalones que permiten seguir el tra-zado de una ley providencial que va animando yconcertando esos puntos de la revelación, que áprimera vista aparecen aislados, me atrae, conmayor energía que los estudios de religionescomparadas, y aun que la Filosofía de la Historiade las Religiones, la parte teológica del asunto,la Dogmática en el sentido que V. ya conoce.

Y no poco ayuda á fomentar estas aficionesmias, el advertir que el estudio crítico-erudito sejefectúa con propósitos preconcebidos, y frecuente-mente con el de mostrar una tesis que no es másque la opinión ó la creencia del autor. Sin ir máslejos, M. Havet, al escribir sobre los Orígenes delCristianismo (1) y al estudiar el Helenismo, es-cribe con la ligereza propia de nuestros vecinos:«que hoy no se defiende lo sobrenatural ni en«los dogmas ni en los milagros, y que si alguien»tiene la humorada de entretenerse en apologías»de esta índole, sus tareas no encuentran eco enT>z\gran público.»—«A lo sumo, continúa M. Ha-»vet, se habla de la bienhechora influencia délas«creencias religiosas en la vida humana, y se ca-«liflca de milagro la difusión y triunfo del Cris-tianismo.»

Con tal criterio no es de extrañar que M. Ha-vet no encuentre en el Cristianismo, si no el He-

(1) Paris, Levy, 1872.

lenismo, el elemento judaico, y un elemento his-tórico que se origina de los efectos y resaltadosde la dominación romana en los inquietos po-bladores de Galilea, en los dias de la aparición deCristo.

¿Por qué escribió de religión M. Havet, «si el«espíritu humano no admite ya noción alguna de»lo sobrenatural, ni en las ciencias morales, ni»al estudiar la naturaleza?» ¿Quiere el escritorfrancés batir en brecha la noción religiosa? ¿In-tenta demostrar que la religión no es más queuna institución propia del orden político? ¿Creeque los Vedas no significan más que una reli-gión sacerdotal, ó un artificio de tiránica castaque busca ofrendas y respetos, y que los dioseshoméricos sólo se originan de ficciones repetidaspor rapsodas que recordaban leyendas antiguasde los pueblos? Pues entonces, que repita (que nolo hará con tanto ingenio) las invectivas de losenciclopedistas franceses; truene contra sacer-dotes y tiranos, y declame cuanto sea de suagrado contra los actos escénicos de los templos,colegios sacerdotales, concilios y predicadores, ycumplirá su cometido obedeciendo á su concien-cia; pero no vista ropas de erudito y de historia-dor haciéndonos creer que nos lleva al seno déla sociedad griega, que nos pone en inmediatocontacto con el genio y el espíritu de la Grecia.La Sociedad griega que pinta M. Havet, ni si-quiera es un club jacobino, ni una reunión devolterianos, sino un aquelarre de positivistas dearrabal.

El hecho merece durísimos calificativos despuésde los trabajos de Schelling, Creuzer, Guigniaut,Max-Muller, Breal y todos los dados al estudiode la* mitología comparada, y después de loslibros de Quinet, Michelet y Maury sobre elgenio de las religiones, la Biblia de la humanidady la historia de las religiones griegas inspiradasen la filosofía de la historia de Herder y Hegel.—Quien no tiene concepto de lo que es, no debe es-cribir sobre religión.

¿Cómo apreciar lo que el autor francés escribesóbrelas ilusiones teológicas de Sócrates y Platón,y cómo no maravillarse de su sorpresa por lacreación de la iglesia socrática, ni cómo estimar laextravagante afirmación de que la filosofía plató-nica es un recurso que la tristeza y la desespera-ción, aconsejó á los griegos para huir de los dolo-res de la vida presente? (pág. 204).—Con este es-píritu se juzga á Platón para afirmar despuésque «Platón n' a pas seulement preparé le Cris-tianisme; il VafaiU—y preparar así nuevas in»vectivas contra las ilusiones metafísicas del Cris-tianismo. ¡La filosofía de Platón maldecida porhaber engendrado el Cristianismo!

Page 8: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

296 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.°10

Convengamos, mi buen amigo, en que esto noes teología, ni filosofía, ni historia, ni crítica, nicosa que se inspire siquiera en el respeto á lamateria de que se trata, para conservar el ca-rácter propio de las civilizaciones antiguas y delas escuelas y doctrinas filosóficas.

Pero no todo es así y hay otro aspecto en losestudios modernos más hermoso y verdadero, y áotros autores se ha de acudir si se desea verdadhistórica. Aludo á los libros de Max-Muller.—Nocabe confundir el espíritu antifilosóflco y anti-científico de M. Havet, con el concienzudo y esti-mable del insigne editor del Rig-Vida. En el librodel célebre indianista, se respira otros aires, ylas brisas y las luces son simpáticas á la religión,á la ciencia y al arte. No de otro modo que en lafilología, se ve una ley de continuidad en la suce-sión de las religiones, y no ha existido en el mun-do una religión enteramente nueva.

En los orígenes encontramos la raíz de las reli-giones, y la historia nos enseña las múltiples yvariadas combinaciones de los elementos radica-les, que son la idea instintiva de Dios, el senti-miento de la debilidad y de la dependencia huma-na, la fe en la Providencia, la distinción entre elbien y el mal, y la esperanza de mejor vida.

Si estas raices no hubieran constituido partedel patrimonio original humano, la religión hu-biera sido imposible—escribe con acierto Max-Muller. Muchos datos hay recogidos: mucha luzdan, y guía de confianza ofrecen los libros canóni-cos de las tres principales religiones del mundoantiguo, el Veda, el Zend-Avesta y el Tripitaka;pero el aluvión de las mitologías greco-romana,teutónica, céltica y eslava, cuyos velos mitoló-gicos hay que levantar para recoger las verdade-ras intuiciones, no permiten aún escribirlas leyesfilosóficas de esta historia.—Adiciónense á esteprograma las religiones de las demás razas, desemitas y chinos, de fineses y mongoles, de meji-canos, permanos y malayos, y se advertirá queestá muy lejos el dia de la generalización comodice Muller, ó del descubrimiento de las leyescomo escribiría yo.

Entiende el "sabio indianista que el estudio delas religiones facilita la comparación, y afirmaque el cristiano no debe esperar más que vic-torias discutiendo con el sutil Brahmán, el faná-tico ülema ó el sencillo Zolo. Cree asimismo,que, gracias á este estudio histórico, puede seña-larse el punto y lugar preeminente del cristianis-mo en la historia religiosa universal, y en SanBasilio y en San Justino, San Clemente y SanAgustín, encuentra textos que animan y confor-tan para un estudio provechoso en sumo gradopara el creyente cristiano.—En toda religión, es-

cribe con verdad y elocuentemente Muller, aunen la más rudimentaria ó degradada, existen ele-mentos que deben estimarse como sagrados,porque todas las religiones tienden al verdaderoDios, aunque no le conozcan. Veremos al Papú encuclillas y prosternado ante el Fetiche; escucha-remos á Ferdussi exclamar:—«la altura y la pro-fundidad del universo tienen en tí su centro, johDios mió! Yo no sé lo que tú eres; pero sé queeres lo que tú solo puedes ser»; pero uno y otronos revelan y declaran que presenciamos hechossagrados al mirarlos ó al oirlos.—Si hay filósofosque creen que religión es sinónimo de error, elestudio de las religiones será para ellos un estu-dio patológico; pero conviene que expliquen cómose ha perdido lo antiguo en religión cuando apa-rece en todo estudio á poco que se ahonde, deigual manera que se toca al penetrar las forma-ciones geológicas.—Es necesario—concluye Max-Muller—entrar con respetuosa veneración en es-tos estudios, sin preocupaciones y sin prevención,sino con ánimo impregnado de tierna benevolen-cia hacia todo lo sagrado que la humanidad adoró,y hacia todos los sentimientos y creencias religio-sas, que se han alzado del seno de las razas y delas edades pasadas.

JLjOS consejos, mi querido amigo, son los quecumplían á un sabio como Max-Muller, los pro-pios de su alma verdaderamente cristiana, y losacojo con alegría; pero el criterio, el método pu-ramente histórico del ilustre filósofo, que es elmismo de la escuela histórica en letras y cienciasjurídicas, provoca todas las discusiones que man-tienen las llamadas escuelas filosóficas y la his-tórica, y hó aquí la razón que tengo para no de-leitarme en los cuadros históricos-religiosos.

Un texto de San Agustín, que el ilustre profe-sor de Oxford invoca, debería llevar por distintossenderos sus indagaciones.—«Res ipsa, qua nuncreligio christiana nunatopatur, erat apwd antiguos:nec defuit ab initio generis humani, quosque Chris-tus veniret in carnem wnde vera religio, qua ja/merat, ccepit apellan christiana.—Retr. 1-13.—Eltexto es admirable por su claridad y el sentidoprofundísimo.

Lo que ahora se llama religión cristiana, fue:entre los antiguos, ni faltó desde el principio ai;género humano, hasta que Cristo vino en cáro6¡humana, desde ciyo punto, la verdadera religionv¡que ya era, comenzó á llamarse cristiana. i

Sí; la verdadera religión ha sido siempre,siempre ha existido y nunca se ha visto ni se<verá privado de ella el género humano. Llámase:cristiana desde que Cristo tomó naturaleza y foívma humana,—dice el sabio de los sabios délaiglesia latiría.—¿No es esa la reliarion míe lid e-sis-

Page 9: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.°10 CANALEJAS.—LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES. 297

tido siempre y siempre existirá, el sujeto eterno,de esa historia nunca interrumpida que Max-Muller cree que se teje combinando las raices queestán en la esencia humana, de la misma maneraque se teje la historia de las lenguas combinandoen formas diversas las raices primeras que estánen las propiedades del espíritu del hombre?

En esto debió parar la atención el ilustre india-nista. El problema teológico se le hubiera apare-cido clara y naturalmente, y hay que confesarque la escuela histórica que acaudilla el justa-mente celebrado profesor de Oxford, no conse-guirá fruto; porque se limita á contarnos la his-toria de un algo desconocido, los accidentes deuna realidad no vista, los modos de una sustanciaignorada, quedando sólo de sus afanes, vestidos yropajes, pompas y atavíos del no ser.

De aquí, que la escuela histórica se condene ámirar en la historia de las religiones un tejer yun destejer sin fin ni objeto de las primitivas in-tuiciones ó de las naturales emociones que exci-tan al hombre, ó una serie indefinida de renaci-mientos de una raíz primitiva que retoña yflorece en cada primavera, sin que la semilla y elgermen puedan conocerse ni adivinarse.

Lahistoriade las religiones, creo yo, tiene, comotoda historia, un sujeto que permanece y subsisteal través de las variaciones. Si hay variaciones ymudanzas hay algo que varía y muda. ¿Muda ycambia el espíritu humano? No en su esencia:luego los gérmenes religiosos no cambian encuanto al hombre, y lo único que podremos con-cebir es que se corrijan, purifiquen y depurendespués de purificados, para que la concienciahumana, con acción más rápida, los recoja y losabsorban nuevas generaciones, lo cual no es lahistoria de las religiones, sino la del progreso delos hombres.

¿Esos gérmenes son meras ideas y sentimien-tos, emociones y amores... rendidos por el hom-bre al Dios ignoto? ¿No es el sujeto de la his-toria religiosa más que el conjunto de lo sentidoy adorado por el hombre? ¿No va esa sucesiónde fases y aspectos, cambios y mudanzas, regi-do por otras leyes que por las del progreso de lacultura y de la razón del hombre? ¿Entonces,Dios, no es otra cosa que la maravillosa y es-plendente reverberación del genio colectivo deuna Edad que triunfa en artes, en ciencias y enbondades? ¿Son otros los gérmenes? ¿Es otro elsujeto? Pues no puede ser sino Dios,—ó Diosmismo, inmediatamente, ó Dios mediante elhombre, y por lo de divino que haya en la natu-raleza humana, en su esencia originaria, ó en laadquirida por la ley de gracia que va envuelta enla. IRV de la vida v de su üroerreso.

Este es el motivo principal de mi oposición á laescuela histórica. Es una escuela que necesita unabase, y la base no la encontrará sino sabiendo loque estudia, y sólo conociendo la materia de suestudio podrá descubrir las leyes de la historiaque pretende recoger y coordinar. Este vacío quees capital y explica las perversiones de la escuelahistórica nos da la clave de la tendencia á des-envolver la historia de las religiones, como unsencillo efecto de las trasformaciones que, por laeficacia délos tropos, sufre el lenguaje que seindica en el mismo Muller, y que se caracterizamás en Breal y otros eruditos franceses, lle-gando hasta las extravagancias de Chavé, enFrancia, y Castiglia en Italia, que resucitandolas tradiciones rabínicas y thalmúdicas de peoríndole, encuentran en la palabra, en la letra, enlos signos ortográficos una declaración simbólicaó directa de la revelación eterna de la palabra, delverbo. Si la gradación metafórica que se advierteen el lenguaje convirtiendo la acepción directa,en una personificación ó alegoría, fuese el únicoGénesis de lo divino en la conciencia humana,seria necesario suponer que la palabra tenia algode inconsciente y espontáneo é iba desligada delpensar y del conocer, ó mejor que el pensar y co-nocer eran sencillos y necesarios efectos de la pa-labra, que con fatal espontaneidad se articulabapor el hombre.—Y aun entonces, ¿no surgiría elafán de descifrar qué sea esa fuerza que causa lapalabra, ó de conocer ese agente que, robando sulibertad y su conciencia al hombre, le inspira elverbo creador?—O de otro modo, ¿este fenómenono implicaría la necesidad de un estudio atentí-simo para descubrir qué sea eso inconscienteque eíFel hondo de nuestra esencia habla de modotan perfecto de lo divino?

II.

Salvado este escollo, y según su norma, Max-Muller estudia con notoria profundidad el libro delos Vedas, y el Zend-Avesta; los compara, analizasus elementos constitutivos, y descubre rasgosnotabilísimos de idealidad moraly de verdad teo-lógica. Los pueblos de la rama meridional deltronco aryo viven absortos en la lucha de supensamiento: su pasado es el problema de lacreación; su porvenir el de la existencia, sin quelo presente, que debiera procurarles la solución deambos problemas, jamás haya solicitado su aten-ción. Nunca existió un pueblo—escribe Muller,™;que abrigara tan robusta creencia en la vida Mí*tura, y que menos se preocupase de la actual. S #condición en la tierra podrá ser un problema?pero su vida real y eterna es un hecho. La única

Page 10: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

298 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.° 10

esfera en que el pueblo indio se conoce y sientelibre para crear y adorar, es la esfera de la reli-gión y de la filosofía, y las cosas religiosas y me-tafísicas no han arraigado en ningún pueblo tanen lo hondo como en el pueblo indio, revistiendotodas las formas que median entre la grosera su-perstición y el espiritualismo más alto y sublime.

Muller sigue con delicado análisis la historia deestas evoluciones en los Vedas, y el lector asisteá la primitiva deificación de las fuerzas de la na-turaleza, á la aparición de Brahma que los sub-yuga, á la del Atman ó el soplo y espíritu queeternamente las vivifica, y que es él en si, quesirve de tema á la filosofía; todo esto á vueltasde ensayos y tentativas que paralizan y detienenel ascendimiento.

Campea en estos estudios sobre el Veda, y enlos no menos interesantes, aunque no tan fecun-dos en resultados , sobre el Zend-Avesta un sen-tido que separa á Muller de muchos de sus discí-pulos y continuadores. Muller se lamenta de queexistiendo tantos y tan estimables trabajos sobrela mitología antigua, no se haya escrito aún unlibro sobre la religión de asiáticos y griegos.—Noes acertado creer que la religión antigua se redu-cia á las creencias de las fábulas de Apolo y Juno,Venus, Marte y Baco. Hny que distinguir entre lareligión y la mitología que invadió á la religiónantigua, ahogándola muchas veces bajo el pesode una vegetación exuberante. En Píndaro, enel mismo Hornero, al través de las ropas mitoló-gicas, centellea la intuición religiosa de los pue-blos antiguos, y cosa semejante sucede en la lite-ratura mitológica de la India y de la Persia.—Enesto no hace Muller' más que recoger los juiciosy las opiniones de Anaxágoras, Protágoras, Pla-tón, Epicuro y los filósofos posteriores que distin-guían entre la concepción vulgar, pero piadosa,(mitología) y la concepción real y verdadera de ladivinidad (teología).

Pero no basta, mi querido amigo, para dibujarel trazado de esta historia, hablar de la intuiciónprimitiva de lo divino, y gozarse en la contempla-ción de las edades que el Veda y el Zend-Avesta ylas teologías chinas nos representan. El mismoMuller confiesa que la historia de las religiones eshistoria, y que importa seguir el pensamientoprimordial de cada religión, sin perderse en loscismas, alteraciones, reformas y novedades, quede continuo aparecen. Aun hoy las heregías enlos países orientales, ya en la India, ya en la Chi-na, ya en Persia, son tan frecuentes, como lasteorías filosóficas en las universidades alemanas,con la diferencia de que aquellas conmueven yarrastran tras sí, como en los dias de M ahorna, áJas poblaciones de cuajo, y causan revoluciones

políticas, como las del siglo XVT en la historiaeuropea.;

El Babismo es un elecuentísímo ejemplo deesta vitalidad de la idea religiosa en Oriente.—Lahistoria, aunque de nuestro siglo, ofrece rasgospropios de un cuadro de edades primitivas.—Doyde mano al interesante extremo de haber queda-do relegada la religión de Zoroastro en el mismosuelo y raza que la vieron nacer y adoptaron áescaso número de fieles perdidos en un rincón delimperio Persa, y aun divididos en conservadoresy liberales, para recordar el episodio de la histo-ria teológica del mahometismo á que aludía, si-guiendo en el recuerdo, al conde Gobineau, ilus-trado y discreto ministro francés en la corte delSbah, é imparcial cronista del suceso.

Vivia en Shyraz, en 1843, un joven llamadoMirza-Alí-Mohammed, que rayaba apenas en losdiez y nueve años.—Prescindiendo de tradicionesya legendarias sobre su ascendencia, es lo ciertoque pertenecía á linaje muy señalado.—Como losmás de los asiáticos, desde muy niño se consagróá prácticas piadosas y á meditaciones repetidas,y es sabido, que leyó los Evangelios, conversó conlos judíos, y hasta procuró penetrar las teoríasmisteriosas de los Guebros. Muy joven, fue enperegrinación á la Meca; pero la vista de la Kaaba,en vez de desvanecer las sugestiones de un espí-ritu herético y reformista, afirmó propósitos yavivó convicciones.—Sus discípulos sospechanque durante su permanencia en la Meca se cumplióel divorcio entre su alma y la fe del Profeta.—Deregreso á su patria, ocupado exclusivamente enprácticas piadosas y con una pureza especial ensus costumbres y en sus palabras, la belleza yatractivo singular de su rostro y de su persona,creó en torno suyo un círculo de discípulo» y ad-miradores, que poco á poco pasaron de la sim-patía á la veneración.

Sus predicaciones descubrían esos horizontesinfinitos, siempre simpáticos á la fantasía orien-tal de misterios, de maravillas y de enseñanzasapenas definidas.—Disidente ya, guardaba todogénero de respeto al Profeta y á los Imanes, y si losortodoxos desconfiaban de sus tendencias, no en-:contraban en sus palabras punto parala acusación.

Piadoso y místico en sus primeras predicacionesy en sus primeros libros, fue muy luego polemista;y al compás que adelantaba en las vias de la opo-sición y de la reforma, el círculo de su auditoriose extendía, atrayéndose á la juventud por la no-vedad de sus inspiraciones, y á los rectos y piado-sos por las enérgicas pinturas de la corrupción yde la ignorancia del clero. .

Su nombre se extendió; corrió por todas las co-marcas su doctrina; el entusiasmo cundió con una

Page 11: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.° 10 CANALEJAS. LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES. 299

rapidez sólo comprensible en las regiones orienta-les, y aun los mismos ortodoxos recordaban, añosdespués, con espanto dialéctico, el vigor, la ener-gía y la inagotable elocuencia con que el reforma-dor aniquilaba á la teología triunfante. En lasmezquitas, en los colegios, en los bazares, en lasplazas públicas, en su morada, rodeado de discí-pulos predilectos, echó Alí los cimientos de unaIglesia entusiasta y fanática, pronta á sacrificaren aras del deber que aceptaba, su vida y sushaciendas. Por vez primera entonces tomó un tí-tulo religioso, denominándose El Bab; es decir,la Puerta, por la cual se llegaba al conocimientode Dios, y por este título fue designado por ami-gos y contradictores.

La autoridad creciente que adquiría en las mu-chedumbres, las invectivas cada vez más violen-tas y apasionadas contra el clero musulmán,aconsejaron á éste acudir al gobierno de Tehe-rán en queja y en solicitud de medidas represivasy enérgicas. Ali dirigió á la par una carta á lacorte pintando aún con más feos colores la cor-rupción y la ignorancia del clero, y los peligrosque de ello se seguían á la religión, pidiendo lavenia para ir á la corte á discutir con los muhlasdel imperio en presencia del soberano, de losgrandes y del pueblo; bien entendido, que si nolos convencía y obligaba á silencio perpetuo, en-tregarían él y sus discípulos al verdugo sus ca-bezas, en castigo de su presunción. La corte deTeherán titubeó, y deseosa de evitar escándalos,limitóse á prohibir la discusión pública, previ-niendo al Bab y á sus discípulos se redujeran á laenseñanza privada. Obedeció el Bab; pero sus dis-cípulos consideraron el caso como una confesiónde impotencia y como vergonzosa derrota para lateología oficial, y el reformador entendió enton-ces que no era ya la Puerta sino el Punto rege-nerador de la verdad, y el título de Bab ya se-cundario, pasó á ser la recompensa del más inte-ligente é inspirado de los predilectos discípulosque le rodeaban, y recayó en ffussein-Boush-renysk, enérgico, profundo é infatigable en lapropagación de la doctrina. Ispahan ofreció cam-po al sectario para probar su celo, que llegó hastareferir milagros cumplidos por el joven Vidente.—La ciudad entera siguió la nueva doctrina, y cosasemejante sucedió en Kashan; y movido por es-tos triunfos, Hussein pasó á la capital del impe-rio, llegando á conferenciar con el mismo empe-rador y con los personajes más importantes dela corte; pero no obtuvo el éxito que esperaba,viéndose obligado á abandonarla.

No lo obtuvo más afortunado otra misión con-fiada á la famosa mujer tenida entonces por unprodigio de ingenio y hermosura, á quien los

babitas designaban con el pomposo título deZerryn Tajd, es decir, la Corona de Oro, y elpueblo con el significativo de Ourret-Oul-Ayn,es decir, Consuelo de los Ojos.

Sin embargo, al Sur, al Norte y al Oeste se di-rigieron estos predicadores de la nueva doctrina,y sus triunfos, según el relato de los tiempos,fueron prodigiosos; pero las persecuciones arre-ciaron, se prendió á los enviados, y esta hostili-dad obligó á Hussein á tomar las armas, conti-nuando su peregrinación en son de guerra y defen-dido por sus partidarios, teniendo lugar entonceslos primeros desórdenes, tumultos y combates,que se renovaron en el Mazenderan donde encontróentusiasta acogida, uniéndose en esta provinciasus bandas, con las que seguían á la no menos en-tusiasta propagadoraGurret-Oul-Ayn, que arras-traba tras sí villas, ciudades y comarcas enteras.

Reuniones, conciliábulos, predicaciones apasio-nadas y exaltadísimas de Consuelo de los Ojos enlos vírgenes bosques y valles del Mazenderan,acrecentaron el ejército, y á las pocas semanas elpaís les ofrecía una protección entusiasta.

El peligro era notorio, y las autoridades inter-vinieron enérgicamente en el asunto, ocurriendoescenas sangrientas y combates en que Husseinfue alternativamente vencido y vencedor, hastaque cometió la imprudencia de fundar un campoatrincherado, ciudadela ó castillo, que fuese sucentro de operaciones.

Las peregrinaciones de los curiosos y de losadeptos al campo atrincherado eran incesantes, yhay que confesar que el Bab, en su retiro, no eraextraño á todas estas agitaciones y tumultos quemantenían sus enviados en las provincias delimperio.^Numerosas fuerzas acudieron contra elcampamento atrincherado, y si en los primerosasaltos Hussein consiguió victorias señaladas, elpeligro aconsejó á la corte del nuevo emperadorechar el resto y se enviaron refuerzos, se con-gregaron las tribus nómadas, y nuevos jefes seencargaron de la guerra, muriendo por fin en- elcampo de batalla Hussein, el jeje militar de lasecta, y el verdadero representante del espíritubélico de toda asociación religiosa en el Oriente,y pereciendo entre las llamas la extraordinaria yelocuentísima poetisa Consuelo de los Ojos.

A la muerte de Hussein siguió el sitio del cam-po atrincherado de los babitas; se le atacó conmorteros y cañones; se continuó con perseveranciaun sitio en que la defensa fue heroica, y sólocuando la traición brotó en el seno de la secta,fue tomado el castillo de Teberssi, pasados á cu-chillo todos sus defensores y quedó por el mo-mento detenido el triunfo de la nueva religión enel Mazenderan.

Page 12: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

300 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.° 10

Iguales escenas tuvieron lugar en el Khorasan,y mucho más graves en el Zendjan; y vencidos losprosélitos del Bab, después de resistencias deses-peradas y heroicas y de ejecuciones crueles, lacorte creyó llegado el momento de cortar de raíztantos males y tantos escándalos. Se prendió alBab, se le condujo al Tjehrig, y creyó el primerministro que convenia desprestigiar al prisioneroarrancándole la aureola que le prestaba la cre-dulidad popular, por medio de indignidades y ba-jezas á que se le forzara; pero todo fue inútil; sufirmeza era igual á su dulzura.—Llegó el mo-mento de la prueba decisiva, y el Bab fue condu -cido á Tebriz con dos de sus discípulos que qui-sieron compartir con él su cárcel.—Comparecióante un consejo que tuvo lugar en la ciudadela;se le sujetó á un interrogatorio religioso en el quequedó vencedor; insistió en su carácter divino, yterminaron bruscamente sus jueces la discusión,anunciándole su próxima muerte, según las leyesdel Koran.—No se sujetó al Bab al suplicio ordi-nario. Al dia siguiente del juicio, cargado de ca-denas y entre una turba de soldados y fanáticosmusulmanes, que según costumbre le motejabany escarnecian, fue paseado por las calles de laciudad, obligándole á escuchar las invectivas ylas maldiciones de todos los jefes de la religiónoficial á cuyas casas fue conducido.

Uno de los discípulos que le acompañaban eneBta dolorosa y última peregrinación, vencidopor el dolor, cayó de rodillas pidiendo gracia á lamuchedumbre.—Se la otorgaron á condición deque escupiera y maldijera al Maestro. Lo hizoHussein-Yezdj y quedó libre. Los insultos noalteraron la tranquila dulzura y la serenidad delBab.—El otro discípulo, Mahomed-Alí, r.chazócon desden las mismas sugestiones.—Llegados ála muralla y frente á la gran plaza los colgaronen dos altas horcas preparadas al efecto, en me-dio de los alaridos de la fanática muchedumbre.—¿Estás contento de mí, Maestro?—dicen preguntóel entusiasta discípulo al sentir el nudo fatal enla garganta.—Una compañía del regimiento deBehaderan hizo entonces una descarga y el discí-pulo murió en el acto; pero el Bal) no recibió heri-da alguna y quedó cortada la soga de la cual pen-día. Cayó, se levantó y huyó rápidamente hendien-do á la asombrada muchedumbre, que gritaba:«milagro.» Hubo un momento de angustia para lasautoridades, porque la rebelión era inminente.—Un capitán de infantería corrió al cuerpo de guar-dia en que se había refugiado el Bab, hiriéndolocon redobladas estocadas. El reformador cayó sinexhalar ni una palabra ni una queja. Los solda-dos se cebaron en su cuerpo, y el cadáver quedópor espacio de muchos días en las calles, sir-

viendo de juguete á las turbas que lo arrastra-ban mutilándolo de una manera horrible. Acon-teció el caso el lunes 27 del mes de Shaban denuestro año de 1852.

Como sucede siempre en casos semejantes, lamuerte del reformador fue su glorificación. Losjefes de la nueva doctrina se reunieron, eligieronun segundo Bab, y el babismo continúa en Per-sia extendiéndose por todas las provincias delimperio y revistiendo en muchas ocasiones el ca-rácter de secta política, y aun ha traspasado lasfronteras del imperio persa, contando con nume-rosos partidarios en la India. La literatura sa-grada del babismo es ya copiosísima. Defiendeel monoteísmo mahometano; pero no rechaza lashipostasis cristianas. Dios es Creador, según elbabismo; pero la criatura no procede directa-mente de Dios, sino que es uno de sus efectoslimitados en el tiempo y en el espacio. La crea-ción equivale á una separación temporal de locreado respecto á la esencia pura; pero todo vol-verá á Dios en la consumación de los tiempos, yhasta el dia del juicio final no se conocerá por en-tero la esencia de Dios.—Aspirar á Dios, es laocupación de la vida humana; en obedecerle secompendian todas las obligaciones del hombre,Es, en una palabra, el babismo, una doctrina ale-jandrina, una enseñanza gnóstica, que se separadel mahometismo y busca puntos de enlace y con.cordancia con el cristianismo.—El Bab no es elprofeta de Dios, sino sólo profeta para el siglo,porque la revelación divina se complementa enuna serie de manifestaciones personales que seproducen en el tiempo, hasta que la revelación to-tal se verifique en el dia del último juicio.

Basta lo expuesto, mi querido amigo, para de-mostrar mi tesis y para concluir con Max-Muller,que importa tanto el recoger la verdadera y prís-tina doctrina religiosa de los pueblos antiguoscomo el seguir su historia mirando á dónde se en-caminan ó cómo se orientan en su marcha al tra-vés de los siglos y de las generaciones.—Como enel estudio de los orígenes, en la historia de lasvariaciones y vicisitudes de las religiones anti-guas, no encuentra el cristiano sino motivos desatisfacción y contento. Parece que bajen Isadoctrinas cristianas una atracción semejante á laque ejerce el centro de gravedad en todos loscuerpos. Hacia el cristianismo gravitan todas lasreligiones antiguas, desde las sectas chinas ybudhistas hasta las mahometanas y judaicas,mazdeistas y brahmánicas.

No resisto, mi buen amigo, yaque entono con-fidencial escribo, al deseo de comunicar á V. unconcepto que me asalta, estudiando la historia delas heregíal, que desde la aparición del cristia-

Page 13: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

P""

N.MO L. AGASSIZ. EL TIPO ESPECÍFICO. 301

nismo han surgido en el seno de las iglesias grie-ga y latina. Como si en una edad se repitieran(aunque en forma compendiosa y abrazada) todaslas edades que fueron, y como si estuvieran lasintuiciones religiosas eslabonadas por una leymisteriosa de nuestro espíritu, que es causa deque en la vida colectiva como en la individual sereproduzcan para recibir el aplauso ó la rectiñca-cion propia del genio de cada une de las edades,se me antoja que eñ la historia de las heregíashasta el Concilio Tridentino, reaparecen los con-ceptos capitales de las creencias y de las religio-nes antiguas á contar de edades remotísimas. Eldogma cristiano las depura, las corrige, las en-mienda ó las rechaza y condena por la acción desus concilios y de sus doctores y maestros.

Toca á la erudición crítica confirmar ó desva-necer esta conjetura mia, que si fuera cierta,daría base, y base firmísima, para entrar en elestudio de las leyes de la filosofía de la historia re-ligiosa, que Muller cree aún prematuro y ocasio-nado al peligro propio de generalizaciones aven-turadas; porque resultaría, que el progreso dereligión se cumple merced á su doble movimientomuy semejante en la forma al de la tierra en tor-no del sol. Existiria un movimiento de traslaciónalrededor de la esencia de Dios, seguido por eltrazado de una inmensa y suavísima espiral, y

1 otro de rotación del espiritu sobre sí miamo en elque absorbe y se asimila lo visto y adorado encada una de las fases en que se coloca respecto áDios, en el movimiento universal; y que una vezabsorbido en esta elaboración propia y exclusivadel espíritu humano, le dota de nuevas energías,para no desmayar en la marcha generalísima,constante, total, que el espíritu humano sigue enla universalidad de su vida, con rumbo á lodivino.

La vida religiosa exclusivamente subjetiva, aun-que con un sujeto que se llama Edad, civilización,época ó centuria, se enlaza y combina con lapropia del espíritu humano, de la manera queexpresa el símil empleado, y sólo faltaría deter-minar las leyes de la acción de Dios, para formu-lar una enseñanza completa, aunque este extremoes de una profundidad, que con motivo detiene álos más audaces pensadores y teólogos.

FRAHCISCO DE P. CANALEJAS.

Catedrático de !a facultad de Filosofía y letras de laUniversidad de Madrid.

(La conclusión en el número próximo.)

EL TIPO ESPECIFICO.SU EVOLUCIÓN Y SU PERMANENCIA. (1)

Siempre que se trata de los adelantamientos mo-dernos déla ciencia, hablase, tanto de evolución y deevolucionistas, que interesa preguntar si hay en ver-dad en la naturaleza un procedimiento cualquiera áque pueda llamarse evolución.

Incontestablemente hay uno; pero cuanto de él sesabe lo debemos á los grandes embriólogos de estesiglo, á Dollinger y á sus discípulos, Baer, Pander yotros; en una palabra, á lo» hombres que han fun-dado la Embriología. Otros después de ellos hanexplorado y exploran indudablemente con habilidadeste campo de investigaciones; pero la gloria, ensuma, corresponde á los que abrieron el esmino pordonde avanzan hoy algunos jóvenes exploradores.

Gracias á una admirable serie de investigaciones,hechas con paciencia y escrupuloso cuidado durantelargo tiempo y que serán siempre estimadas, los pri-meros que de la Embriología se ocuparon han de-mostrado que todos los seres vivos producen huevos,y que siempre estos huevos contienen una yema, en lacual, por una serie de cambios graduales, se desarro-lla un ser nuevo, idéntico á sus padres. Estos estadossucesivos de desarrollo constituyen la evolución comola entienden los embriólogos, y dentro de tales lími-tes no hay naturalista, hasta el menos instruido, queno sea evolucionista.

Pero la ley de evolución, aunque su obra nonos seas:completamente conocida, es una ley fiscal del desar-rollo que mantiene la formación del tipo en un ciclode adelanto marcado, y que siempre vuelve en la horaprevista apunto de partida, para andar, con una seriede pasos semejantes, el mismo camino. Jamás se havisto que ninguno de estos ciclos oscile ó se trasformeen otro, y las únicas diferencias conocidas en la es-tructura de individuos de la misma especie son, ómonstruosidades ó particularidades inherenlea"al sexo;,etias últimas tan lijas y permanentes como el mismotipo. : . . • . - • -:

En su conjunto, las relaciones de que el sexo es ba-se, constituyen uno de los rasgos más misteriosos yadmirables del mundo orgánico entero, tanto más no-tables, cuanto que son universales.

La nueva aplicación que recientemente se ha hechode las palabras evolución y evolucionistas, nos expo-ne á olvidar el único procedimiento de este género deque hay demostración posible en el desarrollo de losanimales, y á olvidar también á los hombres á quienes

(t) Este articulo es la última, obra de Agassíz. Poco «rites de sn.muerte, y cuando ya no podía escribir, lo dictó. Es el^rtncipjo de unaserie de memorias que el gran naturalista anglo-americano debia escri-bir para criticar las teorías transformislas de Dafftiir, -*

Page 14: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

302 REVISTA EUROPEA.—3 DE MAYO DE 1 8 7 4 .

debemos esta demostración. La Zoología, entendiendopor tal cuanto pertenece á la historia de la vida ani-mal en lo pasado y presente, ha proporcionado, desdeprincipios del siglo XIX, un conjunto de datos ver-daderamente prodigioso. Los espíritus se han excitado,se han perdido de vista las antiguas demarcaciones, yen la fermentación de teorías acerca de las relacionesde los animales entre sí, de su origen, de su desar-rollo, de su diversidad, se han desdeñado completa-mente los grandes principios de nuestra ciencia, segúnlos cuales, todo el régimen animal se ha dividido enun corto número de grandes tipos generales, cada unode los cuales tiene esencialmente una unidad de es-tructura.

Hace ya mucho tiempo que, á excepción de los in-sectos, todos los animales inferiores estaban reunidosen un grupo único, el de los gusanos, á causa de lasencillez de su estructura. Todo el mundo admitía enel pasado siglo esta clasificación hecha por Linneo. Elprimero que presentó una nueva clasificación, basadano sólo en la mayor ó menor complicación de orga-nismo, sino en ideas ó planes de estructura, fue Cuvier,reconociendo únicamente cuatro en todo el reino ani-mal. Cuando se proclamó por primera vez este princi-pio, lo incompleto de los conocimientos no permitíaaplicarlo en todos los casos exacta y correctamente.Cuvier mismo se engañó en el tipo de ciertos anima-les de una estructura embrollada y oscura; sin em-bargo, la observación sancionó la ley que daba nuevoobjeto y vigoroso impulso á las investigaciones. Estaidea de planes de estructura, como fundamento deuna clasificación natural, data de 1812, y fue expuestaprimeramente por Cuvier en los Anales del Museo deParis.

Casi en la misma época, un gran investigador, Car-los Ernesto de Baer, joven naturalista y discípulo fa-vorito de Dóllinger, talento de potente originalidad,estudiaba en Alemania la formación del pollo en elhuevo. Por distinto camino—siquiera tratase tambiénde las relaciones de estructura entre los seres organi-zados,—y sin conocer los estudios de Cuvier, llegó áuna conclusión idéntica, la de que existen para los ani-males cuatro diversos modos de desarrollo. Las inves-tigaciones posteriores han venido á confirmar este re-sultado. La órlStura viva se forma en el huevo y crecesegún un patrón y un modo de desarrollo común á sutipo. Estas normas embriológicas sólo son cuatro. Seve, pues, que IB circunscripción distinta de ios tipos,bajo el punto de vista de su estructura, la demostra-ban á la vez dos investigadores independientes, quedesconocían sus respectivos trabajos, y que por méto-dos distintos llegaban á igual resultado. Uno, Baer,siguiendo la vida en sus primeras manifestaciones, enel germen embrionario de los diversos animales, dis-tinguió en el principio de la acción los cuatro grandestipos de animalidad; el otro, Cuvier, llegaba al mismo

descubrimiento por el estudio de su estructura defi-nitiva en el estado adulto Partiendo de puntos diame-tralmente opuestos, se encontraron al fin en el ter-reno superior donde ambos habían sido conducidos porsus respectivos estudios.

Durante un cuarto de siglo las investigaciones delos naturalistas se encaminaron á determinar con másprecisión las relaciones de est03 grupos entre sf y ádescribir las afinidades existentes entre las divisionessecundarias del reino animal, siendo lógico suponerque todos los seres vivos tienen de un modo ó de otroalguna relación. Ahora bien, los descubrimientos de laGeología, sacando á luz los sepultados restos de or-ganismos extinguidos, siguieron de cerca á los de Cu-vier, relativos á la estructura, y á los de Baer refe-rentes á la Embriología, revelando, al parecer, unahistoria continua al través de las edades, comprensi-va de la superficie entera del globo, hasta que tuvopor coronamiento el reino animal, tal cual existe ennuestros dias, con el hombre fósil.

Otro paso—natural consecuencia del aluvión de he-chos que averiguaron los naturalistas á causa de losnuevos estímulos á la investigación—apartó á losinvestigadores de los sencillos principios de clasifica-ción, únicos, y en mi concepto exactos, que fijaron losdos maestros de la ciencia zoológica. El descubrimien-to de la distribución del reino animal en cuatro gran-des tipos habia conducido á los naturalistas á unacomparación más exacta de sus estructuras. La Ana-tomía comparada marchaba á grandes pasos, y comola facultad de combinar los hechos es un don muchomás raro que la de discernirlos, no pocos observado-res, preocupados con la multiplicidad de los detallesde estructura, perdieron de vista la unidad del plan,resultando la dispersión de los cuatro grandes grupos,radiados, moluscos, articulados y vertebrados, en ma-yor número de divisiones primordiales. Las clasifica-ciones se multiplicaron con una rapidez admirable:cada escritor inventó un sistema propio de nomencla-tura, y la ciencia apenas podia moverse entre la acu-mulación extraordinaria de la sinonimia. Citaré, comoejemplo, una ó dos de las modificaciones más notablesintroducidas entonces en la clasificación zoológica.

Los radiados ó actinozoos habían sido divididos porCuvier en tres clases, á las cuales, fundado en datosimperfectos, habia cometido el error de añadir los gu-sanos intestinales y los infusorios. Estas clases, talesy como todavía existen hoy dia en la clasificación, des-pués de algunas perfecciones recientes, son la de lospólipos (corales, anémonas de mar, etc.), la de losacalefos (medusas), y la de los equinodermos (estrellasde mar, erizos y holoturias). De estas tres clases, lasdos primeras, pólipos y acalefos, fueron agrupadas se-paradamente por Leuckart y algunos otros, con elnombre de cwlenteros; los equinodermos continuabancomo división primaria. No habia para ello ninguna

Page 15: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.MO L. AGASSIZ.—EL TIPO ESPECIFICO. 303

razón atendible. El plan de estructura es igual en lastres clases: la única diferencia consiste en que los di-versos órganos que en los pólipos y en los acalefosestán, por decirlo así, sencillamente indicados en lasustancia del cuerpo, en los equinodermos tienen pa-redes propias; hay, pues, en los últimos una compli-cación especial en el modo de ejecución de la estruc-tura. Los órganos y toda la combinación déla estruc-tura son iguales en las dos divisiones de Leuckart.

De igual modo se separaron los cefalópodos (pul-pos, calamares) que forman la clase superior de losmoluscos, de los gasterópodos y los acéfalos eleván-dolos al rango de tipo distinto, porque en ellos la seg-mentación del huevo sólo se verifica en la superficie yno en toda la profundidad de la masa vitelina, comosucede con las especies de las otras dos clases. Peroesta segmentación superficial tiene una estructuraidéntica en sus rasgos esenciales con las de los otrosmoluscos. Este hecho se observa en otras ramifica-ciones del reino animal; en los vertebrados, por ejem-plo, hay segmentación parcial ó total, según su clase;pero esta circunstancia, ni en ellos, ni en los moluscos,es causa de diferencia en el tipo. Otro ejemplo es elde los briozoos y de los tunicados, separados de losmoluscos á causa de la mayor sencillez de su estruc-tura, y asociados á los gusanos más simples, despro-vistos de miembros articulados.

En suma, los numerosos tipos admitidos hoy por lamayor parte do los naturalistas se fundan sólo en lacomplicación de la estructura, sin atenerse á ningúnplan ni sistema. El principio general de la concepcióndel conjunto ó de un plan de estructura, después dehaber hecho, cuando fue proclamado, tan grande im-presión, ha ido poco á poco perdiendo su imperio en-tre los zoólogos, á causa de haber aumentado susconocimientos acerca de las complicaciones especia-les de la estructura.

Existiendo aún eludas respecto á la verdadera na-turaleza de ciertos organismos, tales como las espon-jas y los que se llaman protozoos, seria prematuroafirmar de un modo positivo que todas las divisionesprimordiales del reino animal están comprendidas enlos cuatro grandes tipos de (Juvier; pero sí puede de-cirse con toda seguridad, que ninguna división prima-ria subsistirá sujetándola á la prueba á que se hansometido los cuatro grandes grupos de los radiados,moluscos, articulados y vertebrados; es decir, á com-probar un plan distinto de estructura en cada uno de

Acaso no es tiempo aún para apreciar imparcial-Hiente las teorías de Darwin. La empresa es tanto másdifícil, cuanto que obliga á un examen igualmenteequitativo de las modificaciones que su teoría ha su-frido en las manos de sus adeptos. El objeto de su pri-mera obra sobre El origen de las especies consistía endemostrar que ni las formas vegetales, ni las anima-

les, son tan distintas unas de otras, ni tan indepen-dientes, bajo el punto de vista de su origen y estruc-tura, como han creido muchísimos naturalistas. Laidea no era nueva: De Maillet, Lamarck, Geoffroy,Saint-Hilaire la habían presentado varias veces bajodistintos aspectos, insistiendo en ella. El punto devista de estos diversos naturalistas, no era tampococompletamente original, porque el estudio de las rela-ciones entre los animales y las plantas, ha sido entodas épocas uno de los objetos principales que seproponían los más avanzados en el estudio de la his-toria natural; no han diferido más que en el método yen las apreciaciones. Pero Darwin ha colocado esteasunto en distinta base que sus predecesores, trayen-do al debate una masa enorme de documentos bienordenados, un poder de argumentación penetrante yuna belleza de exposición que seduce. Su doctrina lla-maba la atención del mundo sabio, con tanta mayorfuerza, cuanto que en un principio se mantuvo dentrodel terreno de la observación, no penetrando en el dela metafísica. Podría decirse que trataba el asuntosiguiendo los mejores métodos científicos, si con fre-cuencia no traspasara los limites del saber positivo,y encargado á su imaginación de suplir los encadena-mientos que la ciencia no suministraba.

La fermentación que produjo JEÍ origen de las es-pecies puede compararse á la que excitó hace cin-cuenta años la aparición de la Filosofía de la natu-raleza de Oken. Por fin, se decia, ya hemos encon-trado la llave de todo el 3¡stema del mundo orgánico.Según Oken, el reino animal, en su gran diversi-~~Jdad representaba, detalle por detalle, la organiza-ción del hombre. Los infusorios eran los materialesprimeros de la vida, profusamente diseminados portodas partes, siendo el hombre mismo un complejode infusorios. Los vertebrados representaban lo queOken llamaba la carne, es decir, los huesos, losmúsculos, los nervios y los sentidos en sus diversasmanifestaciones. Los peces eran los animales-huesos(Knochen-Thiere); los reptiles, los animales músculos(Muskel-Thiere); las aves, los animales-nervios (JVer-ven-Thiere); los mamíferos, coronados por el hombre,que combina en su estructura todo el conjunto delplan de organización-animales sentidos (Sinen-Thiere). Este paralelismo estaba hecho con una habi-lidad admiradable, llevado en las divisiones secunda-rias hasta las familias y hasta los géneros. Los articu^lados estaban asimilados á los sistemas de respiracióny circulación; los moluscos al de la reproducción; losradiados al de la digestión. La amplitud y grandezade miras con que los elementos diversos de la vida yde la organización, sirviendo para distintos fines en losanimales inferiores, se retiñían en una combinación deestructura única en el más perfecto de I03 seres vivos,impresionaban vivamente la imaginación. Estas ideasfueron acogidas en Alemania con un entusiasmo igual

Page 16: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

304 REVISTA EUROPEA.—3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.°40

al que produce hoy el darwinismo. Inglaterra las re-cibió con frialdad, y Francia se encogió de hombros,como lo hace hoy respecto á las teorías del gran na-turalista inglés. La influencia de Cuvier y de Jussieupesaba mucho en la Europa occidental, y preservóprobablemente ó los naturalistas franceses de aceptaruna doctrina fantástica, pero seductora, clasificada yaentre los sistemas de que nadie hace caso.

Sin encontrar en un principio la aceptación univer-sal que después ha tenido, la primera obra de Darwinexcitó, sin embargo, profundo y general interés.Acreció este interés una circunstancia que duplicabasu fuerza, cual era, que al mismo tiempo Wallace ex-presaba miras casi idénticas. Muchos observadoreseminentes aclamaron la nueva teoría como solucióndel gran problema. Parecía improbable que tantos na-turalistas hábiles pudiesen estar acordes en la inter-pretación de los hechos, á no ser que esta interpreta-ción fuese la única verdadera.

Al Origen de las especies siguió otra obra, La va-riabilidad de los animales y de las plantas por lainfluencia de la domesticidad, y á ésta la titulada:Descendencia del hombre. La última fase de la doc-trina es su identificación con la metafísica en el re-ciente libro de Darwin, titulado: Expresión de lasemociones en el hombre y en los animales. Siendo yocontrario á la manera de tratar el asunto, no celebroel giro que ha tomado la discusión. No so puede com-prender demasiado pronto, en efecto, que la ciencia esuna, y que cualquiera que sea el objeto de nuestros es-tudios, lenguaje, teología, historia, física, el problemaes siempre igual; es decir, en último análisis, el conoci-

} miento de nosotros mismos. Se conoce el lenguaje enI conexión con los órganos del hombre; el pensamien-

to, en relación con el cerebro; la religión como ex-presión de sus aspiraciones; la historia como registrode sus actos; las ciencias físicas como leyes, dentrode cuyo dominio se desarrolla su vida. Los filósofos ylos teólogos deben saber que un hecho físico es tansagrado como un principio moral. Nuestra misma na-turaleza no3 obliga á esta doble manifestación.

No es necesario analizar aquí la teoría contenida enlas obras de Darwin. Sus frases de pasada «selecciónnatural» «competencia por la vida» «supervivencia delmás apto», son igualmente familiares á los que lascomprenden y á los que no las comprenden, á los afi-cionados á la historia natural y á los naturalistas deprofesión. La teoría se apoya en una reunión pro-digiosa de hechos relativos á cambios que los anima-les sufren bajo la influencia de la domesticidad, á laformación de las razas y de las variedades, á las me-tamorfosis, á los riesgos de muerte y á los medios quela naturaleza les opone; á la inflencia del clima y delas condiciones exteriores en los rasgos superficialesde la estructura, á las preferencias, en fin, y á las in-clinaciones naturales de los animales en su acción so-

bre el último resultado del apareamiento de los sexos.En la Variabilidad de los animales y de las plantasbajo la influencia de la domeslieidad, Darwin ha re-unido y expuesto, con tanta erudición como claridad,cuanto la experiencia de los ganaderos y criadores, óla fantasía de los horticultores podia enseñarnos, apro-vechando la literatura especial, la tradición y la prác-tica de granjeros, dueños de yeguadas y jardineros.No ha omitido ni un sólo hecho de los que enseñanhasta qué punto los animales y las plantas se dejantrasfigurar por la mano del hombre que los cuida yalimenta. La conclusión dsfinitiva del autor se resumeen su teoría del pangenesis.

Y sin embargo, este libro no hace más que probarlo que ya se sabia; es decir, que todos los animales do-mésticos, todas las plantas cultivadas, pueden asimi-larse á especies distintas; y que, los palomos domés-ticos, que tanto sirven para demostrarlo, no obstantesu grandísima diversidad bajo la acción de un trata-miento especial, no constituyen una excepción de laregla. La verdad es, quenuestros animalesdomésticos,con todas sus razas y variedades, jamás han podido sa-lir de su propia especie; del mismo modo que una va-riedad artificial no ha dejado nunca, que se sepa, devolver al tipo salvoje cuando ha quedado abandonada ásí misma. Las obras de Darwin y de sus adeptos nadahan añadido de nuevo á nuestro conocimiento ante-rior sobre el origen del hombre y de sus asociados enla vida doméstica, el caballo, el buey, el carnero, olperro, etc. Los hechos en que Darwin, "Wallace,Haeckel y todos los demás fundan su sistema, los co-nocen desde largo tiempo atrás todos los naturalistasinstruidos. Trátase sólo de una cuestión de interpre-tación, pero no de descubrimientos ó de hechos nue-vos ó inadvertidos hasta ahora.

La tercera obra de Darwin titulada Descendenciadel hombre se ocupa de una parte del asunto más di-fícil. El punto capital de este libro es la genealogía.De ella se ocupaba ya en El origen de las especies,pero sin aplicación especial á la humanidad: la cons-trucción era tan sólo un torso, un tronco sin cabeza.En estos dos volúmenes, toda la cuestión de la he-rencia, de las cualidades trasmitidas al nuevo indivi-duo por sus padres y déla semejanza—física, intelec-tual ó moral—entre el hombre y los mamíferos supe-riores y particularmente entre el hombre y sus máspróximos parientes, los monos antropomorfos, la tra-ta con la abundancia de materiales y mano maestraque tanto caracterizan al autor. Pero el lector buscaen vano en esta obra una prueba cualquiera de latransición entre el hombre y los demás seres anima-dos. En realidad, lo mismo en Darwin que en susadeptos, gran parte de su argumentación es pura-mente negativa. Apóyase por regla general en la su-posición de que, en la larga serie de los siglos, handesapareado muchas hojas del libro de la geología, y

Page 17: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.°10 L. AGASSIZ. EL TIPO ESPECÍFICO. 305

con ellas esos tipos de transición que hubiesen de-mostrado las conclusiones del darwinismo. Aseguranademás que, en los animales vivos, la transición si-gue una marcha demasiado sutil para ser descubierta.Darwin y sus discípulos excluyen así la responsabi-lidad de la prueba, tanto respecto al desarrollo em-brionario, como á la sucesión geológica. En los últi-mos tres ó cuatro años pareció que iba á aclararsealgo, uno al menos, de estos problemas. Dos natura-listas eminentes anunciaron que habian encontradoindicaciones de conexión directa de estructura entretipos primarios, entre los moluscos y los radiados enun caso, y entre los radiados y los articulados enotro. El primero de estos hechos lo publicó un obser-vador ruso de gran habilidad y mérito; á saber Kowa-lewsky, quien declaró que, en el curso de desarrollode los ascidios (odres marinos), se veia un cordón decélulas, correspondiente al cordón dorsal de los ver-tebrados. Lo explicaré, para los que lo ignoran. Endeterminado grado del desarrollo embrionario de losvertebrados en la hoja superior de las células que for-man el germen, hay dos pliegues que, encorvándosede alto á abajo y de fuera á adentro, forman primeroun surco longitudinal y después una cavidad dondeson recibidos los centros nerviosos, médula y cere-bro, mientras que la hoja inferior se dilata hacia abajopara alojar los órganos de la digestión, de la circula-ción y de la reproducción. Entre los dos pliegues ypor la parte dorsal, á lo largo del dorso, bajo la mé-dula espinal, aparece un cordón sólido de sustanciamás densa, que se convierte en cuerda dorsal, basede la columna vertebral. Pues bien, Rowalewsky des-cribió en los ascidios la formación de una línea longi-tudinal de células, representando un principio de co-lumna vertebral que se extiende desde la mitad delcuerpo hasta la cola, á lo largo de un surco de ger-men en que estaba colocada toda la masa nerviosa. Lospartidarios del transformismo metieron mucho ruidocon este gran descubrimiento que, según ellos, de-mostraba haberse encontrado, por fin, el punto detránsito, ó si se quiere el puente por donde los anima-les superiores se enlazaban con los inferiores; pudien-do así hacer llegar al hombre mismo hasta los ascidios.Imposible era abrir un periódico científico ó cualquierobra de Zoología popular, sin encontrar en ellos al-guna alusión á nuestro parentesco con las odres ma-rinas. No sólo se ocuparon del descubrimiento todoslos aficionados á escribir sobre estos asuntos, sinoque Darwin mismo y sus entusiastas partidarios aco-gieron con apresuramiento esta primera prueba directade una afinidad de estructura entre los vertebrados ylos animales inferiores.

Aunque nadie las hubiera considerado bajo estepunto de vista, la existencia de las células de Kowa-lewsky no la desconocían los naturalistas; yo mismolas habia visto y examinado, y me proponía explicar

TOMO i.

en este artículo su naturaleza y posición, pero, mien-tras preparaba las cuartillas, me arrebató el asunto ylo trató un maestro que todos los naturalistas vene-ran. He recibido del Néstor de la Embriología, K-E'vonBaer, cuyas primeras investigaciones quedan masarriba apuntadas, una memoria sobre el desarrollo delos ascidios comparado con el de los vertebrados. Esverdaderamente conmovedor ver á Baer en las condi-ciones en que hoy dia se encuentra, entrar en liza conlos hombres de otra generación que han despreciadolas grandes leyes de estructura tipica, á cuya interpre-tación ha consagrado su vida. Baer es hoy dia débilanciano, casi ciego, pero á quien la edad no ha oscu-recido la agudeza y penetración del entendimiento.Con la precisión y facilidad que sólo dan el completoy profundo conocimiento de todos los hechos, de-muestra que el desarrollo de los ascidios no tiene enrealidad ninguna homología verdadera con el de losvertebrados; que el cordón de células de los prime-ros, comparado con cordón dorsal de los segundos, noestá situado en la parte dorsal, sino al contrario, enla parte ventral del cuerpo; decir que I03 primerosvertebrados ó sus antepasados tenían la espina verte-bral en el vientre, es tan razonable como pretenderque andaban de cabeza, pues equivale á invertir todasu estructura, colocando sus vértebras donde debiaestarla cavidad del abdomen. Baer termina su memo-ria con el siguiente párrafo:

«Comprenderáse fácilmente que he escrito para loszoólogos y los anatómicos, pero acaso se me censureel haber entrado con frecuencia en minuciosos deta-lles, cuando bastaba una breve alusión. Lo he hecho,teniendo en cuenta esos numerosos aficionados quecreen en las transmutaciones completas, y que pu-dieran calificar de terquedad mi negativa á ver en lasodres dejnar los antepasados del hombre. Perdónese-me, pues, haber incurrido en algunas repeticionespor consideración á los referidos aficionados.»

El otro pretendido descubrimiento es el de Haeckel,según el cual las estrellas de mar son animales com-puestos, fabricados, por decirlo así, con seres análo-gos á los gusanos, y unidos en forma de radios paracomponer un solo organismo. Esta opinión la habiaya defendido Duvernoy y hasta cierto punto Oken,que describía los equinodermos como gusanos radia-dos. La doctrina, de ser cierta, fijaría la trasmisiónentre los radiados y los articulados; pero no hay fun-damento alguno para tal suposición en la estructurade la estrella de mar. Los brazos de este animal losforman las mismas partes que las zonas verticales delerizo de mar y de todos los radiados, sin que se pa-rezcan en nada á la estructura de los gusanos. Cadazona ambulacraria de una estrella ó de un erizo demar es estrictamente homologa con el segmento es-tructural de un acalefo ó la cámara radiada de un pó-lipo. Además, la homología entre el erizo y la estre-

80

Page 18: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

806 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 .

Ha de mar es completa. Si el primero es una unidadorgánica, la segunda debe serlo también, y á nadiele ha ocurrido la idea de que el erizo de mar no fueseun organismo individual. Para comparar los radiadoscon otros animales, es preciso colocarlos de modo quela comparación se pueda hacer de los puntos de se-mejanza, pues de lo contrario, se cae en el error delnaturalista ruso, comparando la cara de uno con la es-palda de otro, ó la parte inferior de éste con la supe-rior de aquel, tomando así por verdaderas analogías,semejanzas puramente superficiales entre partes detodo punto distintas.

En todos los moluscos, como en los articulados yen los vertebrados, las partes están dispuestas en unadirección longitudinal. Solamente en los radiados es-tán ordenadas en dirección vertical como los seg-mentos de una esfera, pudiéndose comparar en algu-nos casos á los cascos de una naranja. Esta fórmulaorgánica, que así puede llamarse, es más ó menos dis-tinta y tiene diferente expresión en los diversos ra-diados. Puede presentarse en forma de esfera, comosucede en los erizos de mar, ó abierta en estrella, ase-mejando los cinco dedos de la mano extendida, d figu-rando un saco separado interiormente por tabiques,como en los anemones de mar; ó un disco completoacanalado ó labrado, dé manera que pueda dividirseen segmentos iguales, como en las medusas de mar;pero la comparación demuestra siempre y bajo todasformas los mismos elementos de estructura, elementosque están en relación idéntica con el eje vertical delanimal. Comparar un radiado con un articulado equi-vale á comparar el eje vertical de un animal con ellongitudinal del otro; no hay paralelismo posible comono lo hay entre los moluscos y los vertebrados. Hastaen esas holoturias y esos erizos que tienen un ladodel cuerpo aplastado, la estructura denota el mismoplsn, y las partes están arregladas del mismo modoque en los demás radiados, cualquiera que sea su po-sición dentro del elemento en que viven, ya estén le-vantados y con la boca hacia arriba, ya en la posicióninversa, ó ya se arrastren horizontalmente; del mismomodo que la posición vertical del hombre no alteraen nada la homología de su organización con la de losjaeces, los reptiles, las aves ó los mamíferos.

Estos dos casos son los únicos ejemplos á que hastaathora se ha apelado para probar una afinidad real deestructura entre los grupos primordiales del reinoanimal.

No abrigo el propósito de discutir punto por puntotodos los que constituyen el edificio de la teoría mo-derna del transformismo. La metamorfosis desempeñaen él gran papel, y se presenta como prueba de latransición de un animal á otro. La verdad es, que lametamorfosis, como toda formación embrionaria, esun procedimiento normal de desarrollo, dentro de unciclo regular que vuelve á un punto de partida idén-

tico, y conduce siempre al mismo fin. Así sucede en 7la generación alternativa de los animales inferiores yen las metamorfosis de otros animales más elevados;las mariposas, algunos insectos y hasta algunos rep-tiles, las ranas, los sapos, las salamandras y otros .análogos. En cada uno de estos tipos, el desarrollodura largo tiempo: las fases de la formación embrio-naria son con frecuencia tan distintas que, hasta co-nocer bien su encadenamiento, cada una de ellas hapodido tomarse por una existencia separada, no sien-do más que edades de una sola y misma vida. He ob-servado cuidadosamente todos los cambios sucesivosdel desarrollo del axolote de la América del Norte,cuyas metamorfosis, recientemente descubiertas, handado ocasión á tantos debates bajo el punto de vistade la teoría moderna de la evolución. Por mi parteno veo diferencia alguna entre este caso particular desu metamorfosis y los demás. Ciertos órganos muyvisibles en una fase de la vida del animal, son reab-sorbidos y desaparecen en la siguiente fase, pero nohay en esta metamorfosis nada que no se observe enla de las ranas y los sapos, por ejemplo, nada que di-fiera esencialmente de los procedimientos análogosordinarios en el desarrollo de otros aninlales. Los ver-tebrados superiores, sin exceptuar el hombre, respi-ran por medio de órganos branquiformes durante unode los primeros períodos de su vida, y estas branquiasno desaparecen para dejar el puesto á los pulmones,sino en una fase posterior. Las metamorfosis tienentoda la constancia y toda la invariabilidad de los de-mas modos del desarrollo embrionario, y jamás se havisto que conduzcan á transición alguna entre dos es-pecies.

Hay además otro terreno fértil para la teoría, el dela herencia. No puede negarse que la herencia es unfactor poderoso de la conservación de una raza y dela perfección de los cruzamientos y de las variedades;pero jamás se ha visto que las cualidades adquiridas yretenidas por las generaciones que se suceden, denpor resultado la producción de una nueva especie.Este es el punto en que el atractivo estilo de Darwinengaña más al lector. Sus frases concisas y terminan-tes tienen fuerza de aforismo, y pasan como otrostantos principios incuestionables, aunque sólo seanafirmaciones sin fundamento. Tal es, por ejemplo, lafórmula de la «supervivencia del más apto.» Despuésde haber leido algunos capítulos de La descendenciadel hombre, ¿quién dudaría, á no estar muy familiari-zado con los hechos, que los animales que poseen so-bre otros ciertas ventajas, son necesariamente vence-dores en la lucha por la existencia? Y, sin embargo,no es cierto que, exceptuando la influencia del hom-bre, haya en la naturaleza, entre los animales, indivi-duos privilegiados, capaces de acumular generaciónpor generación una ganancia positiva, y de trasmitirfelizmente estas ventajas adquiridas, siendo punto de

Page 19: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N'.° 10 L. AGASS1Z. EL TIPO ESPECÍFICO. 307

partida de un nuevo paso adelante en la escala ani-mal, y llegando á perder los descendientes, gracias áeste procedimiento de acumulación, el inmediato pa-recido con sus ascendientes. No es cierto tampoco,que en la descendencia sucesiva de un tronco, unavariante, ligera al principio, vaya creciendo hasta to-talizarse en una distinción específica; por el contrario,es un hecho probado que toda variación extrema de-genera ó llega á ser estéril, como las monstruosidades,y muere ó vuelve á su tipo primitivo.

Cosa es la herencia extraordinariamente embrolla-da, pues con frecuencia obra del modo más caprichosoy desordenado. Tanto las cualidades buenas como lasmalas, se pierden ó se adquieren con la mayor facili-dad, y la acción hereditaria conduce á veces á la de-gradación del tipo y á la supervivencia de lo que me-nos conviene, con menoscabo de lo que conviene másal individuo. En apoyo del transformismo se citan lasmás fútiles y fantásticas rarezas de la herencia, perocasi nada se dice de la aparición repentina de cuali-dades potentes que casi siempre surgen, como purascreaciones, para desaparecer en una época ó en unageneración. Los dones más nobles son atributo decorto y excepcional número de individuos, y rara-mente pasan á sus descendientes. Este hecho es paramí testimonio de que en el problema de la vida hayalgo superior á un sencillo procedimients de evolu-ción y de transmisión.

También es susceptible de interpretaciones muy di-versas el hecho de la selección natural y sexual. Nocabe duda de que, en el conjunto de las cosas, la na-turaleza protege á los mejor dotados; pero no seria di-fícil reunir un número de hechos, tan notables, comolos que los evolucionistas presentan en su favor, ydemostrar que la selección sexual dista mucho de serfavorable á la eliminación de la zizafia y á la conser-vación de la buena simiente. Es incontestable que, in-dependientemente de la fuerza y de la belleza, inter-viene en el problema un atractivo natural, cuya ac-ción se observa lo mismo en los animales que en elhombre. No es raro ver un producto fuerte y bellonacido de padres endebles y vice-versa, cuyo hechoindica acaso, la existencia de alguna fuerza innata dereconstitución que contrabalancea los caprichos de laelección. Pero tampoco puede dudarse que la preten-dida ley de la selección sexual, en vez de proteger eltipo, con frecuencia sirve para ponerle en peligro.

En cuanto á la influencia del clima y de las condi-ciones físicas, todo el mundo sabe que, en los seresvivos, es tan poderoso para el bien como para el mal.Lo más notable, sin embargo, en el libro de la natu-raleza es, el poder de resistencia á las condiciones fí-sicas, demostrado por los tipos y las especies. Exami-nando toda la extensión de la tierra, del aire y delagua, tendríamos infinitas pruebas de que la identidadde condiciones físicas nada influye en la reducción de

las especies á menor número, ni la diversidad deaquellas condiciones importa para la multiplicaciónde los tipos. Lo único que sabemos, y en este terrenopérfido, huyendo de las hipótesis y de las suposicio-nes, es satisfactorio encontrar de vez en cuandopunto donde fijar la planta; lo único que sabemos, re-pito, es que cualesquiera que sean los medios de con-servación y de transmisión de los tipos primitivos en lalarga sucesión de los siglos, á pesar de la aparición ydesaparición de las cosas—la extinción de una especiéy el nacimiento de otra—los tipos han continuadopermanentes é inmutables desde los tiempos geológi-cos más antiguos hasta nuestros dias. ¿Cómo se ve-rificó la primera introducción de estos tipos? ¿Cómohan sido reemplazadas unas por otras las especies quesucesivamente los han representado? Cuestiones vita-les son estas que, hasta ahora, han quedado sin res-puesta. Tan lejos estamos do una solución satisfacto-ria del problema, como si las teorías de la evoluciónno hubieran sido jamás discutidas.

Llegamos así al aspecto geológico del asunto. Comopalenteólogo, desde el primer momento me he apar-tado de la nueva teoría de la transmutación, admitidahoy generalmente en el mundo científico. Esta teoríacontradice positivamente cuanto las formas animales,enterradas en las rocas estratificadas del globo, nosenseñan acerca de su propia aparición y de su sucesiónen la superficie de la tierra. Oigamos lo que ellas nosdicen, porque, al fin y al cabo, son testigos oculares yactores en la escena. Empezaremos examinando el tipoá que nosotros mismos pertenecemos. Si es ciertoque hay transformación positiva en todo el tipo de losvertebrados, elevándose desde las formas más de-gradadas á las más perfectas, las primeras en fechéhan debido ser necesariamente inferiores en cuantoá la estructura á las más recientes. ¿Cuál es el in-feriorv%e todos los vertebrados vivos? Los zoólogosresponderán el anfioxus, ese vertebrado largo, enforma de gusano, cuya organización se limita auncordón dorsal con un hilo nervioso sobrepuesto porencima de una cavidad donde están los órganos dela respiración, de la digestión y de la reproduc-ción, todo ello envuelto en músculos. Por bajo queesté en la escala de la vida el anfioxus, es, sin em-bargo, por su columna vertebral un representantedel tipo á que nosotros mismos pertenecemos. Des-pués del anfioxus vienen los mixinoideos apenas supe-riores en estructura, y las lampreas. Estos son losanimales que Haeckel coloca en la base de su árbolzoológico, haciendo al anfioxus raíz y tronco de losvertebrados y antepasado (stamm-vater) del tipo. Vea-mos ahora cuáles son los vertebrados más primitivosinscritos y comprobados en los inventarios geológi-cos. Si hubiera alguna verdad en el transformismo, és-tos deberían corresponder necesariamente á los másdegradados; pues bien, los vertebrados que se conocen

Page 20: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

308 REVISTA EUROPEA. 3 DE MATO DE 1 8 7 4 . N.° 40

de más lejanos tiempos, son los selácidos (tiburonesy sus análogos), los ganoideos (por ejemplo, los lepi-dosteos), los más perfectos de todos los peces vivos,en cuanto á su estructura. Se me dirá que pertenecenal período silúrico ó al devónico, y que probable-mente han existido los vertebrados antes de esos pe-riodos; se hará la objeción de que los mizontes, es-pecialmente los anfioxus, los mixinoideos y las lam-preas, tienen sólo partes blandas que, por tanto, nohan podido ser conservadas. Concedido; aunque losmizontes tengan partes sólidas, las mandíbulas, ca-paces de conservarse como cualquier otro hueso, y en-contradas estas partes sólidas, aunque estuvieran ais-ladas, serian tan significativas para un zoólogo comoun esqueleto entero. Concedo que los peces análogosal anfioxus puedan haber vivido y desaparecido antesdel período silúrico, pero los depósitos silúricos des-cansan inmediatamente en aquellos en que primeroapareció la vida, y no debían contener, por tanto, lospeces de estructura más perfecta, sino aquellos que,en la serie vienen después de los mixinoideos, que noson ni los ganoideos ni los selácidos. La existencia delos selácidos en la aurora de la vida contradice la ideade un desarrollo gradual y progresivo. Abundan, sinembargo, en las capas paleozoicas, y estas formas fó-siles son de tal modo parecidas á los representantesactuales del mismo grupo, que cuanto puede decirsecon certeza respecto á la organización y al desarrollode estos últimos, es aplicable sin duda alguna á losprimeros. Los selácidos son los peces que más recuer-dan por todos sus rasgos á los animales superiores.Ponen corto número de huevos: los de las especiesmás nobles llegan á tres, cuatro ó cinco en cada pos-tura, mientras que los peces ordinarios los emitenpor millares, y algunos de ellos por centenas de mi-llar, dejándolos caer en el agua para desarrollarse allíá la ventura. La limitación del número de huevos esciertamente señal de superioridad. Cuanto más se as-ciende en la escala animal, menor es el número dehijos, y cuanto más se reduce esta proporción, másestrecha es también la semejanza física y moral entreel padre y el hijo, llegando á ser esta especie de re-laciones base de toda organización social y de todacivilización humana. En algunos selácidos hay posi-tivamente entre el hijo y la madre un lazo orgánico,recordando las relaciones placentarias que caracterizaen los vertebrados más perfectos el desarrollo embrio-nario.

Esta particularidad está en armonía con la natura-leza de las relaciones sexuales, porque, de todos losvertebrados—y este es el hecho más curioso de lahistoria de su organización—los selácidos son los úni-cos en quienes las relaciones sexuales recuerdan lasde la familia humana. Ahora bien; siendo estos pecessuperiores los primeros representantes de los verte-brados en la tierra, ó á lo menos los que han sucedido

á los primitivos, ¿cuándo encontramos los mizontes,peces de inferior estructura á todos los demás, y en-tre los cuales el anfioxus es el miembro más degra-dado? En el último período de la historia del globo,en el que llamamos período actual, y al que perte-nece la especie humana. Estos hechos son, pues, con-trarios á una serie bien encadenada, empezando porlas formas más bajas para acabar por las más perfec-tas, porque los peces superiores aparecen los prime-ros, y sólo al final los inferiores.

Los compañeros de los selácidos en las primitivasépocas geológicas, los ganoideos, también formanparte de los representantes más perfectos de los pe-ces. Algunos de ellos tienen la articulación vertebraldispuesta como los reptiles y las aves, lo que les per-mite mover la cabeza sobre el cuello con más libertadque lo hacen los peces inferiores. Bien sé que esostipos sintéticos y proféticos, que he sido el primeroen describir, y en los cuales las particularidades in-dicativas de un grupo superior y más moderno estáncombinadas ó presagiadas en los grupos inferioresmás antiguos, han sido considerados como tipos detránsito. Hasta se ha llegado á decir que yo habia pro-porcionado la prueba más eficaz en favor del trans-formismo. Podría ser así en el caso de que estos tiposhubiesen venido después de los peces inferiores en vezde precederles, pero toda la historia de la serie geo-lrtgica demuestra que el ser inferior en estructura notiene necesariamente prioridad en el tiempo, ni en elvertebrado, ni en ningún otro. Los tipos sintéticos yproféticos han acompañado la introducción de todoslos grupos primarios del reino animal. Con ellos seencuentran los que he llamado tipos embriónicos, esdecir, que nunca alcanzan, ni aun en el estado per-fecto, las condiciones de estructura, previas al estadoadulto en los seres superiores. Por consiguiente, pue-de asegurarse que desde el origen ha habido grandiversidad de tipos. Los darwinistas más avanzadosparece que no quieren reconocer la intervención deun poder inteligente en la diversidad que presenta lanaturaleza. Admitirlo, dicen, equivaldría á suponerun acto de creación distinto para cada especie. ¿Y quéimporta si es verdad? Los que no admiten la repeti-ción de actos de creación, ¿pueden negar que no hayaprogreso en el conocimiento de las cosas por mediode repetición de actos del pensamiento? ¿Y qué sonlas ideas si no actos específicos del espíritu? ¿Por quéno ha de ser científico inferir que los hechos de lanaturaleza son resultado de un procedimiento pare-cido, puesto que no existe prueba alguna de otracualquiera causa? De un modo ó de otro el mundo haempezado ¿cómo? Esta es la gran cuestión; y la teo-ría de Darwin, como las demás tentativas para expli-car el origen de la viiia, es hasta ahora una conjeturay nada más. Por mi parte creo que no es la mejor delas conjeturas posibles en el estado actual de la ciencia.

Page 21: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.° 4 0 L. VIARDOT. LA DESTRUCCIÓN DE LAS OBRAS DE ARTE. 3 0 9

Cuanto más considero la gran complejidad delmundo animal, tanto más me convenzo de que esta-mos muy lejos de haber descubierto su oculta signifi-cación, y lamento que la juventud impaciente sededique á teorías especulativas, en vez de limitarse ála estricta y cuidadosa investigación de los hechos.

Me prometo, en los siguientes escritos demostrar:primero, que á pesar de los vacíos que existen enel gran registro de la Geología, muchas de sus hojasforman continuación tan perfecta, que el carácter dela sucesión puede establecerse con certeza; después,que las estructuras más delicadas, como las fases deldesarrollo embrionario del ser más perecedero, hansido conservadas hasta en los más antiguos depósitos,y no hay derecho para suponer la desaparición deciertos tipos, porque su ausencia perjudique á laprueba de una teoría favorita; y finalmente, que nohay en la sucesión geológica de los animales, nin-guna prueba de que las especies relativamente mo-dernas descienden de un modo directo de las deremota antigüedad.

L. AGASSIZ,

Profesor de la Universidad de Cambridge-Bostón

(Massachnsets), miembro del Instituto de Francia

y de la sociedad real de Londres.

LA DESTRUCCIÓN DE LAS OBRAS DE ARTE.

El incendio de Pantenichnicon de Londres, acabade destruir gran número de objetos artísticos. El áni-mo puede consolarse de que hayan desaparecido en élcentenares de coches y de pianos, porque en el mun-do no faltan, ni materiales, ni obreros para construir-los; y cabe decir, como el gran visir, después de laestéril victoria de Lepanto: «Los cristianos nos handestruido los barcos; es lo mismo que si nos hubierancortado la barba, que crece por sí sola.» Si los cua-dros, las estatuas y los grabados se hubieran salvadodel incendio, podria añadirse, como anadia el vi3ir:«Pero hemos conservado la isla de Chipre.» Desdi-chadamente no sucede así: todo ha perecido, la isla ylos buques, y nada en el mundo podrá devolver-nos las obras de arte que las llamas acaban de de-vorar.

Por fortuna, se tiene seguridad de que se ha salva-do la rica galería del bienhechor Sir Ricardo Wallace,la cual se encuentra en el museo de Bethual Green;pero, en el loewi incendiado habia otras grandes colec-ciones, rivales de nuestros museos públicos: por ejem-plo, la de M. Wynn-Ellis, rico comerciante de sedasde la Citó, que, en el terreno de la curiosidad, lucha-ba en lujo y en buen gusto con los más opulentosmagnates de la aristocracia inglesa. Poseía un Hob-

bema de primer orden, superior acaso á los del mar-qués de Westminster, y que podía rivalizar con el in-comparable adquirido recientemente por el marquésde Dudley, ¡Dios sabe á qué precio! Pero á M. Wynn-Eilis gustaba, sobre todos, Alberto Cuyp, ese gran ho-landés, deconocido durante largo tiempo hasta en supatria, que se ha dejado arrebatar las más bellas obrasde su ilustre hijo, Alberto Cuyp, que los ingleses re-habilitaron á principios del siglo, llamándole el Clau-dio holandés, y cuyas obras han acaparado, como lasdel verdadero Claudio, nuestro lorenés. M. Wynn-Ellis compraba todos los Cuyp que se vendían enLondres, y yo lo sé bien, porque le he pujado en lassubastas algunos cuadros de un precio accesible al bol-sillo de un simple escritor. Si es cierto, por desgracia,que toda la colección de M. Wynn-Ellis ha pereci-do, puede asegurarse que una cuarta parte del nú-mero de las bellas obras do Cuyp ha desaparecido delmundo.

Este deplorable siniestro trae á la memoria otraspérdidas de objetos de arte. Cuando, hace pocos me-ses, ardia el teatro de la Opera en Paris, no caian sóloen la inmensa hoguera los muros, los palcos y las de-coraciones, sino también preciosos objetos de arte.¿Quién nos devolverá el excelente busto de Gluck, he-cho por Caffleri'! Era seguramente la mejor imagendel autor de Orfeo y de Alcestes, y apenas si nos que-dan, para conocer su fisonomía, las rarísimas pinturasde Duplesis.

Hace seis ó siete años, en 1867, tuvimos noticia delincendio parcial de la iglesia de San Juan y San Pabloen Venecia (vulgarmente llamada San Zanipolo). Allípereció, con una magnífica Virgen gloriosa de Gio-vani Bellini y algunos otros cuadros de menor impor-tancia, una de las obras maestras de Ticiano, porhaberse-\ometido la torpeza de no llevarla con suAsunción de la Virgen á la Academia de Bellas Artes.Este cuadro era el Asesínalo de San Pedro de Vero-na, en cuyo elogio dice Vasari, que «en toda su largavida, Ticiano no ha producido una obra más acabaday mejor entendida.» Podo añadir que era probable-mente la primera ejecución perfecta del paisaje histó-rico, en el que, por el rebajamiento de la línea hori-zontal, la profundidad de los planos y la exactitud dela perspectiva, el pintor reproducía una verdadera vistade la naturaleza. Pudo añadir, además, que el miste-rioso horror de este paisaje, el espanto del compañeroque huye, la santa resignación del mártir que, caidobajo la espada del asesino, ve abrirse los cielos, dondele espera la palma inmortal, el arreglo natural y bienentendido de la escena, su poderoso y patético efecto,aumentado por ese incomparable vigor de coloridopropio de Ticiano; todo contribuía á que este cuadrofuese una obra superior y capital. No le habian falta-do, por cierto, honores de toda especie. Sabiendo elSenado de Venecia que los monjes dominicanos, á

Page 22: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

310 REVISTA EUROPEA.—3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.°10

quienes pertenecía la iglesia de San Zanipolo, iban ávenderlo, prohibió, por decreto especial y bajo penade muerte, que este cuadro saliera del territorio de laRepública; el Dominiquino hizo después una copia que,á pesar de sus eminentes bellezas, no llega al méritodel original; por fin, vino á Paris, después de la con-quista de Veneeia, y una operación atrevida y faliz,como la hecha con el Spasimo de Rafael, dióle nuevavida y todo el esplendor de la juventud, haciéndolopasar, de apoíillada tabla, á lienzo nuevo y más dura-dero.

No parece sino que la plaga del fuego ha escogidocon preferencia las obras de Ticiano. En 1608 un in-cendio destruyó el Pardo, residencia de los reyes deEspaña, que habitaba Felipe II antes de la construc-ción de su Escorial, y adonde volvió Felipe III, queprefería e3te palacio de recreo á la austera y real Te-baida. En este incendio perecieron dos de las princi-pales obras de Ticiano, la alegoría llamada La Reli-gión y la gran Cena (1), en la que habia estado traba-jando siete años y que él calificaba del mejor de suscuadros, aun después de haber hecho esa Asunciónque Veneeia piadosamente venera como la más santareliquia de su pintor. Esta gran Cena era la únicarival del fresco II cenacolo, dejado por Leonardo deVinci en el convento de Santa María delle Grazie deMilán, prodigiosa obra maestra que también perece,pero de muerte lenta, triste víctima de la incuriay de la brutalidad de los frailes. ¿Quién creerá que,en 1682, para agrandar la puerta y llegar más prontoal refectorio, cortaron hasta por encima de las pier-nas la figura de Cristo y las de los dos apóstolesmás inmediatos? Y, sin embargo, refiriéndose á estefresco, escribía Prud'hon: «Es el primer cuadro delmundo y la obra maestra de la pintura.» Casi invisi-ble ya, degradada y cayendo en polvo, va perdiéndosepoco á poco en la sombra, como el dia se pierde en lanoche.

Con desastrosa coalición, el agua se ha unido alfuego para destruir las obras de arte. ¡Cuántas no hanperecido en las inundaciones y en los naufragios! Re-cuérdese la historia del cuadro Jesús llevando lacruz, de Rafael, conocido con el nombre de Spasimo,que del monasterio de Santa María del Pasmo, en Pa-lermo, pasó al Museo de Madrid. Hó aquí lo quecuenta Vasari: «Este cuadro estuvo á punto de pere-cer. Dicese que, embarcado para ser trasportado áPalermo, una horrible tempestad arrojó el buque,destrozándolo contra un escollo. Perdiéronse la tri-pulación y el cargamento, exceptuando sólo el cua-dro que, embalado como estaba, lo arrojó el mar en

(1) Mr. Viardot padece un error en este punto. Ninguno de los doscuadros que cita han sido destruidos. La alegoría de la Religión está enel Museo del Prado en Madrid, y la Cena en el Escorial.

N. del T.

el golfo de Genova, donde le pescaron, sacándole á laorilla. Pronto advirtieron que era una obra divina, ycuidadosamente la custodiaron. Se habia conservadointacta, sin mancha y sin defecto alguno, como si lafuerza del viento y de las olas respetara aquella obramaestra. La fama divulgó el suceso, y los monjes seapresuraron á recobrar el cuadro por intercesión delPapa... Se le ve en Palermo, donde es más famosoque el del monte de Valcano.»

No todas las pinturas han tenido esta protecion mila-grosa. Un naufragio sumergió en elmar Negro en 1771una colección completa de cuadros, comprada en Ho-landa por la gran Catalina. Entre estas obras escogi-das habia una de las principales de Paul Potter (queson muy raras, porque dicho pintor murió á los vein-tinueve años), y cuyo título ignoro, pero que pasabapor digna rival de la célebre Vaca orinando (perdoneel lector, pero éste es el título corriente de la obra),una de las glorias de la galería del Ermitage.

¡Cosa extraña! No sólo las llamas, las olas, las mu-tilaciones, las destrucciones brutales acaban con lasobras de arte, sino también las destrucciones volun-tarias. Ved, si nó, lo que hizo el estúpido Luis de Or-leans, hijo del regente y abuelo de Felipe Igualdad.¿No se atrevió, en un acceso de misticismo, que llama -ré locura furiosa, a cortar con su puñal la cabeza de lalo de Corregió, y á romper en menudos trozos laLeda del mismo autor? Razón tenia Diderot al llamar-le, «este imbécil, bárbaro, godo, vándalo duque deOrleans.» El guardián de la célebre galería del pala-cio real, Noel Coypel, recogió los pedazos, los uniósobre nueva tela, reemplazó á su manera las cabe-zas quemadas y las vendió al gran Federico. Asíheredó Prusia, á causa de estúpida gazmoñería,como habia heredado, acogiendo los protestantes ar-rojados de Francia por la revocación del edicto deNantes, otra enorme torpeza gazmoña del funestodéspota que llaman el gran rey. En 1806, después dela victoria de Jena, volvieron estos cuadros mutiladosde San Souci á Paris, y Denon intentó una restaura-ción mejor, borrando los retoques de Coypel y ha-ciendo que pintase una nueva cabeza á la lo el Corre-gió francés, Prud'hon. La primera revancha, lade 1814, devolvió á Rerlin los cuadros que tanto ama-ba Federico II.

Como ejemplo de destrucción voluntaria podría ci-tarse también el coliseo de Roma. No fueron ni Ala-rico, ni Genserico, ni Odoaero, ni los hórulos entiempo de Teodoríco, ni los visigodos en el de Justi-niano, los que redujeron á ruinas el gran anfiteatrode Vespasiano. Fueron ¿podrá creerse? los romanosmismos, los romanos modernos y en la gran épocadel Renacimiento. De este inmenso edificio sacaron,como de cantera de viles pedruscos, las piedras nece-sarias á las construcciones nuevas que ordenaban losPapas. Conocida es la satírica inscripción de Pasquín:

Page 23: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.°10 L. VIARDOT. LA DESTRUCCIÓN DE LAS OBRAS DE ARTE. 311

Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini(los Barberini eran la familia á que pertenecía Urba-no VIII). Conviene saber quo Miguel Ángel imitó á losprimeros depredadores, no teniendo reparo alguno ensacar de los muros del coliseo los materiales que ne-cesitaba para construir la cúpula de San Pedro. Po-dria decirse que Miguel Ángel recibió el castigo pordo más pecado habia, pues acaso sea el gran artista decuyas obras haya que lamentar mayor número depérdidas irremediables.

En efecto, han desaparecido del mundo, sin dejarotro rastro que su nombre: primero, en 1492, un Hér-cules colosal, enviado al rey de Francia, Carlos VIII;en 1498, un Cupido dormido, enviado ai duque deMantua; en 1501, un David en bronce, adquirido porun tal Florimond Robertet deBlois; en 1807, la esta-tua en bronce del Papa Julio II, destrozada por los bo-loñeses sublevados; después, un cuadro de Leda, ven-dido á Francisco I por el criado del estudio de MiguelÁngel y quemado cien años después, do orden de unconfesor de la reina; después, ese ejemplar del Dante,en cuyas márgenes habia trazado el mayor número defiguras y de episodios de la Divina Comedia; después,en fin, el célebre cartón de la Guerra de los Písanosque, á la edad de 29 años, dibujó en el concurso conLeonardo de Vinci. Sábese que representaba un epi-sodio de la lucha entre Pisa y Florencia, y que estamaravilla del arte del dibujo habia llegado á ser la co-mún escuela de todos los artistas de Italia; sábesetambién que, aprovechando las perturbaciones queagitaron á Florencia, cuando la caida del gonfalonierorepublicano Poderini y la restauración de los Mediéisen 1812, el estatuario Baccio Bandinelli, arrogante,envidioso y cobarde rival, entró en el edificio dondese guardaba esta obra maestra, y la hizo pedazos. Elgrabado que en parte nos la da hoy á conocer, lo sa-caron de una copia reducida, dibujada antes de esteinsensato crimen contra el arte.

Pero al lado de estas pérdidas, relativamente mo-dernas, y muy superiores á ellas, por el justo senti-miento que deben inspirar, están las pérdidas deobras de pasados tiempos, que llamaremos antiguas.En las obras del incomparable genio de los griegoses donde más se han encarnizado las guerras y lasconquistas de pueblo á pueblo, y las luchas, más im-placables, de religión á religión. Cuando los romanosentraron vencedores en Grecia no tenían afición algu-na á las artes, ni conocimiento de ellas, y, cual verda-deros bárbaros, empezaron por romper estatuas ydestrozar cuadros. Metellus y Mummius lograron, porfin, detener el estúpido furor de los soldados, y envia-ron revueltos á Roma cuantos objetos encontraron enlos templos griegos, sin formar idea exacta del valorde aquellos opimos despojos. Este Lueius Mummiusque depositó en el templo de Cores el célebre euadrode Arístides llamado el Bello Baco, era tan ignorante,

que, después de la toma de Corinto, amenazó á losque llevaban á Roma los cuadros y estatuas co-gidos en esta ciudad, con obligarles, si los perdíanen el camino, á presentar otros nuevos, (...si easperdidissent novas eos reddituros. Velleius Pa-terculus.)

Algo más tarde, Nerón trajo del viaje que hizo áGrecia, no como emperador, sino como histrión, talcantidad de obras de pintura y estatuaria, que sólodel templo de Delfos habia quinientas estatuas debronce. ¡Cuántas de estas inapreciables conquistasperecieron inmediatamente después, en tiempo delmismo Nerón, cuando el gran incendio de Roma enel año 64! Roma fuó á su vez despojada por Cons-tantino cuando trasladó á orillas del Bosforo, á By-zancio, la capital del imperio, convertido al cristia-nismo.

Entonces, cuando la religión de Jesucristo vencióal paganismo en el puente Milvius, empezó la máshorrible destrucción de las obras de arte que habiaproducido el culto de Hornero y de Virgilio. En vezdel gusto ilustrado y entusiasta de los politeístas, losprimeros cristianos sólo mostraron, respecto á lasobras de arte, profunda ignorancia y profunda antipa-tía. A principios del reinado de Nerón (hacia el año 80de la Era Cristiana), cuando San Pablo visitó á Atenas,poseía aún esta ciudad casi todas las obras maestrasde los pasados tiempos, y el Acrópolis era un museoincomparable. «Poco afectaron al apóstol aquellas ma-ravillas, dice Renán; allí vio las cosas más perfectasque han existido y existirán... y su fe no se quebrantó,ni se estremeció su cuerpo. Las preocupaciones deljudío iconoclasta, insensible á las bellezas plásticas, lecegaron y tomó por ídolos aquellas incomparablesimágenes... ¡Ata, bellas y castas imágenes, verdaderosdioses Verdaderas diosas, temblad, porque ha llega-do quien, contra vosotros, levantará el martillo! Lafatal palabra ha sido pronunciada: sois ídolos: el errordel judío será vuestra sentencia de muerte.»

y, en efecto, sentencia de muerte era la que por suboca habia pronunciado un odio estúpido y lamenta-ble contra los preciosos productos de los pasados si-glos que el godo Teodorico llamaba labor mundi.Después de la reacción intentada por Juliano el Após-tata, empezaron á destruir los cristianos con ciego fu-ror todos los vestigios de la antigüedad pagana, todoslos objetos de arte. «Fogosos para acabar con cuantopudiera recordar el paganismo, dice el mismo Vasarí,destruían los cristianos maravillosas estatuas, pintu-ras y esculturas, y hasta las imágenes de los grandeshombres que decoraban los edificios públicos.» Esasdestrucciones se extendieron á todo el mundo roma-no. «En el año 381, dice M. Mariette, reinaba Teodo-sio, y este emperador fue quien publicó el famosoedicto declarando religión del Egipto la cristiana, yquien ordenó que fuesen cerrados todos los templos y

Page 24: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

312 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N . ° 1 0

destruidos todos los dioses que la piedad de los egip-cios todavía veneraba. Dícese que en este desastreperecieron 40.000 estatuas; los templos fueron profa-nados, mutilados, destruidos y, de toda aquella bri-llante civilización, sólo quedaron las ruinas.»

Algunas grandes ciudades, como Roma, Atenas,Constantinopla, fueron las únicas que pudieron con-servar restos de la antigüedad; fuera de ellas, en to-dos los demás puntos, las obras paganas eran rotas ámartillazos, ó destrozadas por las ruedas de los carros,ó arrojadas en encendidos hornos; y el furor del pue-blo era tan grande que, para conducir las estatuas an-tiguas de una á otra capital, se necesitaba agarrotar-las como criminales, y publicar que se las iba á ex-poner al ludibrio de los fieles en las plazas destinadasá las ejecuciones capitales. Obligados se vieron losprimeros emperadores cristianos por la violencia dela opinión pública, que excitaban los escritos de losPadres y las predicaciones de los obispos, á dar mu-chos edictos para la destrucción de ídolos; y estadestrucción fue entonces tan general y tan com-pleta que, cuando Honorio renovó por cuarta vez laorden de romperlos, añadió: «si quedan algunos to-davía.»

Al subir al trono la heregía de los iconoclastascon León el Isaurio en 717, y durante un siglo quereinó como soberana, hízose nueva destrucción siste-mática de las obras de Atenas y de Roma. Los ico-noclastas destruían las imágenes, como lo hacían tam-bién al mismo tiempo los sectarios de Mahoma, quienno habia hecho por su parto otra cosa en este puntoque recordar en el Koran las prescripciones termi-nantes de la Biblia. «Tú no harás ni esculturas, niimágenes de cosas que están en el cielo, ni sobre latierra, ni dentro de las aguas. Si me dedicas un altarde piedras, no lo construirás con piedras labradas..)(Éxodo, cap. xx.) «Elevarás un altar al Señor, tu Dios,con rocas informes y sin pulir.» Deutoronomio, capí-tulo XXVH.) Los iconoclastas, sin embargo, sólo habianproscrito las figuras religiosas y no las históricas.Púdose arrebatar á su furor algunas obras de la anti-gua Grecia, recogidas en Constantinopla, y sabemosque esta capital poseia entonces el Júpiter de Olimpiay la Juno de Saraos, obras del célebre Fidias, cuandolos cruzados á las órdenes de Balduino de Flandes seapoderaron de ella en 1204. Los cruzados entonces,esos bárbaros de Occidente, acabaron la destrucciónempezada por los primeros emperadores cristianos.Continuó después en Roma mismo, durante los tu-multos populares y los ataques de los extranjeros;por ejemplo, cuando el alzamiento y la caída del tri-buno Rienzi (entre 1347 y 1348) y cuando el sa-queo de Roma, en tiempo de Clemente VII por elcondestable de Borbon. Las tropas del Papa encerra-das y atacadas en el castillo de Sant'Angelo, arroja-ron sobre los sitiadores todas las estatuas de mármol

y de bronce que conteníala rica ciudadela del pon-tificado.

Pero nada es tan instructivo y lamentable en estepunto, como la historia del Partenon. Cuando visitóá Atenas el marqués deNointel en 1674, nombradopor Luis XIV embajador de Francia en Constantinopla,encontró el Partenon, si no intacto, al menos entero,sin haber perdido ninguna de sus columnas ni esta-tuas. Parecía que el maravilloso templo elevado porIctinus y Callicrates, decorado por Fidias y sus dis-cípulos, habia impuesto respeto al tiempo y á loshombres, y desafiado á la vez los años y las mutila-ciones. Habia visto la conquista por los romanos á lasórdenes de Mummius y Sila, los destrozos de loscristianos, los de los iconoclastas, la conquista porlos cruzados de Balduino, la de Roger de Flor y susaventureros aragoneses, que en 1342 quitaron elÁtica al imperio griego, la de los venecianos, en 1370,y la de los turcos á las órdenes de Mahometo II, en14S6, dos años después de la loma de Constantino-pla. Y el Partenon existia poseyendo casi todos susmármoles, los frontones, el friso, las metopas. Laúnica parte que faltaba en el frontón del Este, es laque quitaron los sacerdotes cristianos cuando convir-tieron al Partenon en Iglesia y quisieron, practicandoun ancho agujero en este frontón, hacer una ventanaen el templo de la virgen, hija de Júpiter, nueva-mente dedicado á la Virgen, madre de Jesús. Estafue otra consecuencia de la maldición pronunciadapor SanPablo. El pintor Carrey, discípulo de Lebrum,que acompañaba al marqués de Nointel en su viaje áOriente, pudo dibujar todas las partes del templo deMinerva, y sus dibujos, que poseemos, grabados en Pa-ris, atestiguan lo que eran en aquella época las obrashoy tan incompletas y tan mutiladas de Fidias y deAlcamene.

Pero poco tiempo después, en 1687, los venecianos,mandados por Morosini, quitaron la Grecia al Sultán.Sabiendo que los turcos ocultaban sus provisiones deguerra en el templo de la virgen ateniense, mandoarrojar bombas á él, y en la noche fatal de 26 de Se-tiembre, una explosión terrible hizo volar la celia, ydividió en dos partes el Partenon. Cuando, al pocotiempo Morosini, se vio obligado á abandonar su efí-mera conquista, quiso llevar á Venecia los más ricostrofeos, pero con tal precipitación y torpeza se quita •ron las principales estatuas de ambos frontones, quecayeron al suelo y se hicieron pedazos. (Véase León doLaborde, Atenas en los siglos XV, XVI y XVII.)

Así pereció miserablemente á los golpes de unpueblo civilizado lo que habian conservado hasta losturcos de Selin y de Mahometo, los venecianos, losaragoneses, los ignorantes cruzados, los bizantinosiconoclastas, los cristianos fanáticos y los bárbarosromanos. «

Sabido es que lord Elgin, durante su embajada en

Page 25: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.° 10 BOLETÍN. ROSENTHAL. LAS ACCIONES REFLEJAS. 34 3

Constantinopla de 1799 á 1807, aprovechando la de-bilidad del Sultán Selin III, cuya política y accionesdirigía, robó sin reparo alguno, pero no sin excusa,los templos de Grecia y tomó cuantas decoracionesesculturales quedaban al Partenon. Atacado en algu-nos versos de Child Harold, cedió lord Elgin á In-glaterra el producto de aus felices rapiñas, y los már-moles del Partenon fueron entonces depositados enla sala del Museo Británico, que lleva el nombre delque los arrebató.

Comprenderáse por la siguiente explicación la mag-nitud de las pérdidas nunca bien deploradas.

En medio del Acrópolis (ciudad alta), ó ciudadelade Atenas,encontrábase el templo primitivo déla diosatutelar que había dado nombre á esta ciudad {Alheñe)y que, dedicado á Minerva, virgen (parthenos) fuellamado Partenon. Los persas de Jerjes, iconoclastascomo los judíos, lo destruyeron completamente cuan-do, antes de la batalla de Salamina, Temistocles obli-gó á los atenienses á refugiarse en sus buques. Despuésde las gloriosas victorias de la guerra contra los me-das, cuando Atenas, devuelta á la democracia, ocu-paba el primer lugar entre las ciudades, y los Estadosde Grecia libre, Pericles hizo reconstruir el Partenon(unos 440 años antes de Jesucristo.) Conservóse elemplazamiento y las proporciones del antiguo temploque, por tener 100 pies griegos de fachada, llamabanHécatonpédón. Ignoro la relación exacta entre la an-tigua medida, ateniense y la moderna medida inglesa,pero se ha visto que la fachada del antiguo Hécaton-pédón, ó al menos el tímpano de sus frontones, tienejustamente 100 pies ingleses. Podria ser que tuvieraeste nombre antes do los tiempos de Pericles. Puesbien, limitando mi ejemplo al frontón del Este (El na-cimiento de Minerva), de todas las figuras que le com-ponían quedan tan sólo cinco fragmentos del ánguloizquierdo en un espacio de 33 pies, y cuatro fragmen-tos del ángulo derecho en un espacio de 27 pies.Cuanto llenaba el espacio intermedio de unos 40 pies,es decir, la escena principal (Júpiter rodeado de losgrandes dioses) ha sido completamente destruido.

Resulta, pues, que á fines del siglo XVII, siglo tansabio y civilizado, en pleno reinado de Luis XIV, ca-torce años después de la muerte de Moliere, y sieteaños antes del nacimiento de Voltaire, se ejecutó elacto de suprema barbarie, la destrucción de las figurascentrales de ambos frontones del Partenon. ¡Llore elarte eternamente como la Raquel de la Escritura!Como ella ha perdido sus creaciones más notables,sus más queridos hijos: como ella ha quedado sin con-suelo, Et noliiit consolari.

Luis VIARDOT.

(Gazette des Beaux Arts.)

BOLETÍN DE LAS ASOCIACIONES CIENTÍFICAS.

Sociedad de biología de París.11 ABRIL.

El doctor Coutinho, de Pernambuco, refiereque ha traído del Brasil una planta cuyos enér-gicos efectos terapéuticos son dignos de llamarla atención de los fisiólogos. Se llama el jaboran-di, y una infusión de sus hojas, en dosis de cua-tro gramos, determina un abundante sudor, unasalivación intensa y una enorme secreción bron-quial. Se ha experimentado en el hospital deBeaujon con los mejores resultados. Su efecto sedeja sentir en pocos minutos y con seguridad;poco después de su administración, el sudor em-pieza á correr copiosamente por la cara y portoda la superficie del cuerpo del enfermo; la sali-va se presenta en tan gran cantidad, que impidela palabra, y en menos de dos horas se recogeun litro. Lo más notable es, que la intervencióndel calor tiene muy poca importancia en la pro-ducción de los efectos sudoríficos del jaborandi,mientras que es de gran preponderancia en nues-tros principales sudoríficos indígenas. Las apli-caciones que pueda tener esta preciosa planta sonnumerosas. El doctor Coutinho la ha empleadoal principio de las afecciones producidas por elfrió, en el curso de las fiebres eruptivas, en laerisipela, en las bronquitis y en las pneumonías.

M. Rabuteau dice haber experimentado en símismo los efectos del jaborandi, y confirma laspalabras del doctor brasileño. Las hojas de estaplanta, que pertenece á la familia de las ruta-ceas, son oblongas y lanceoladas, y se parecená las del laurel de Apolo. La infusión de las mis-mas es incolora é insípida y parece que no en-cierra ningún alcaloide.

—M. Jobertpresenta el resultadode sus estudiossobre los pelos situados en los intervalos de lasescamas del rabo de los ratones. Encima de lasglándulas sebáceas estos pelos tienen una especiede coU»r que recibe de cuatro á diez tubos nervio-sos de médula; estos tubos se enredan y presentanun crecimiento ó hinchazón, en el que se encuentraun núcleo muy visible; la myelina desaparece yel nervio termina en un filamento que M. Jo-bert ha visto algunas veces hinchado en forma debotón.

El rabo del ratón es, pues, un aparato de tactomuy complicado, con el cual el animal explora in-cesantemente el suelo, y que le sirve para saltar,dar botes y andar. En efecto, si se le corta elrabo á un ratón pierde la cualidad de huir y sedeja coger sin trabajo.

Academia de ciencias de París.31 MARZO.

Se procede á la elección de un académico enla plaza vacante por fallecimiento de M.Passy, yresulta elegido por mayoría M. Breguet.

—M. Bouley presenta varios aparatos que hanservido para las trasfusiones de sangre de unosseres á otros. El de Alfort consiste en un cuerpode bomba y viene á ser un corazón artificial. Lospeligros que podrían resultar en el hombre porla introducción de una cánula en una vena, haninspirado á M. Moncocq, á quien se debe un*

Page 26: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

314 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.°10buena tesis sobre la trasfusion, ana serie de ins-trumentos con los cuales se practica latrasfusionsin ningún peligro para el que animosamente dasu sangre en provecho de alguna persona debili-tada. El primitivo aparato de M. Moncocq fuemodificado por M. Mathieu; pero á pesar de lasventajas que logró introducir, todavía quedaba eldefecto de que la sangre tenia que recorrer untrayecto muy largo, y en algunos puntos el con-tacto del aire la ponia espumosa y casi coagula-da. M. Moncocq acaba de perfeccionar nueva-mente los aparatos anteriores, y ya están reme-diados todos los inconvenientes; por medio de lapresión en la llaga venosa entra la sangre en labomba sin contacto de aire; se hace el vacío, ycon ayuda de esta especie de ventosa, la sangre seprecipita en el sistema venoso del enfermo. Losdetalles de este nuevo aparato son difíciles deexplicar, pero bien puede asegurarse que éste seráel sistema del porvenir.

13 ABRIL.

MM. Bouillety Christofle presentan objetos ar-tísticos de bronce coloreado que rivalizan con losproductos de la industria japonesa, misteriosasiempre. Los tres colores principales que conve-nia imitar con el bronce, ó sea el encarnado, elpardo y el negro, han conseguido reproducirlosdejando depositar de una manera muy lenta elprotóxido y el sulfuro de cobre. El encarnado yel pardo se obtiene por medio de una precipitaciónde protóxido de cobre en diferentes estados mole-culares. El negro se reproduce con ayuda del sul-fato de cobre. Para evitar que esta sal se trasfor-me en sulfato al contacto del aire, se emplea unprocedimiento de mucha lentitud que hace el sul-furo más estable y más adherente, haciendo in-tervenir, como los japoneses, una materia cerosacon objeto de preservar un poco el metal de laacción oxidante del aire. En seguida, con ayudade la galvanoplastia, se puede dorar ó platear, so-bre la superficie coloreada del bronce, los dibujosmás variados.

—El presidente entrega á M. Becquerel, padre,la medalla de oro destinada á los académicos quehan pasado cincuenta años tomando parte en lastareas de la corporación. M. Becquerel es miem-bro del Instituto desde 1829, pero varios años an-tes habia ya presentado memorias científicas degran importancia.

Academia de medicina de Madrid.16 ABUIL.

El doctor Cortej arena tercia en la ya larga dis-cusión sobre el uso de los anestésicos en el parto,y dice que los oree completamente inútiles; paraprobarlo se extiende en grandes consideraciones,generales acerca de la anestesia, y particularessobre el cloroformo, que no es un medicamentoinofensivo, cuyas dosis puedan dejarse á discre-ción, sino una sustancia peligrosa que tiene suslímites. La cantidad de cloroformo necesaria paraproducir la anestesia, es ingraduable; hay enfer-mos en los cuales, apenas respiran el cloroformo,sobreviene un período convulsivo terrible, mien-tras que en otros no se verifica alteración ningu-na. Lo más natural, dice el doctor Cortejarena, esque el cloroformo produzca una astenia que nopermita entrar en reacción á los operados, que

pierden el calor para no volver á recobrarlo; y áeste efecto cita un caso desgraciado que ha tenidorecientemente.

Asociación de médicos naturalistasde Erlangen.

LAS ACCIONES REFLEJAS.Algunas investigaciones sobre las propiedades

mecánicas de los centros nerviosos, me han con-ducido á hacer nuevos experimentos sobre las ac-ciones reflejas de la médula espinal. Me pro-pongo exponer aquí algunos de los resultadosque he obtenido al intentar determinar el tiemponecesario para la trasmisión de la acción refleja.Sobre este punto yo no conocía más que dos nota&muy cortas.

M. Helmholtz (Memorias de la Academia real dePrusia, 1854, pág. 328) ha observado que los mo-vimientos reflejos sólo se producen de una ma-nera tardía después de la excitación de los nerviossensitivos, y que la trasmisión de la excitación átravés de la médula, exige un tiempo doce vecesmás considerable que el que trascurre durante elpaso de esta excitación á través de los nervios sen-sitivos y motores. M. Marey (Del movimiento enlas funciones de la vida, Paris, 1868) ha intentadomedir la velocidad de trasmisión de la excitaciónen los nervios sensitivos, con ayuda de los movi-mientos reflejos.

En ranas envenenadas con estrignina encon-traba una velocidad de trasmisión de más de30 metros por segundo. Sin embargo, creia queesta cifra debia estar modificada por la estrigni-na, porque en dos experimentos consecutivos ob-tuvo valores diferentes. «Siendo conocido—añade—el tiempo necesario para la trasmisión delagente nervioso á través de los cordones de losnervios, de los experimentos que acabo de des-cribir se puede deducir la velocidad de su tras-porte á través de la médula espinal.» Pero hebuscado inútilmente en su obra detalles sobreeste último punto. Demostraré que, en cuanto á ladeterminación de la velocidad de trasmisión delagente nervioso en los nervios sensitivos, no sepueden admitir sin modificaciones los experimen-tos de M. Marey; mientras que los mios corres-ponden en general á la observación de Hel-mholtz.

Los resultados que he obtenido por medio demis investigaciones personales pueden reasumir-se así:

1." La excitación de la piel, lo mismo que lade los nervios puestos al descubierto, permite ob-servar que se necesita un tiempo apreciable para,el paso de la excitación por un cordón sensitivo átravés de la médula hasta un nervio motor.

2.° Este tiempo (tiempo reflejo) depende de laintensidad de la excitación. Despreciando las ex-citaciones que no dan el máximun de acción re-fleja, si se comparan solamente las excitacionesque dan ese máximun (excitación suficiente), conotras más fuertes (swpermáíoima), se ve que eltiempo reflejo es tanto más corto cuanto la exci-tación sea más fuerte, y que puede llegar á serinapreciable en excitaciones muy fuertes.

3." Excitando dos partes simétricas y obser-vando simultáneamente los movimientos reflejosde dos músculos simétricos, se ve que hay unanotable diferencia entre el tiempo reflejo que

Page 27: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.° 10 LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 315separa la excitación de u n a de esas par tes de lacontracción del músculo del mismo lado, y eltiempo reflejo que trascurre entre la excitación deesta misma parte, y la contracción del músculosimétrico. Este último tiempo es naturalmentemás largo. Llamaremos á este intervalo tiempo depaso (Querteilung).

4." El tiempo de paso es también una funciónde la intensidad de la excitación, porque hay unmáximun para las excitaciones suficientes; peroen las excitaciones más fuertes decrece el tiempo,y puede llegar hasta ser infinitamente corto enlas excitaciones muy violentas.

5." El tiempo reflejo y el tiempo de paso semodiflcan con el agotamiento de excitación de lamédula espinal. En este caso el tiempo reflejopuede llegar á ser muy largo. Y como la excita-ción en las dos partes simétricas no se modificasiempre en el mismo sentido, puede suceder quese obtenga un tiempo de travesía que parezca ne-gativo, es decir, que la acción refleja, en una ex-citación de cierta intensidad, puede ser máscorta, al pasar de una parte de la piel al mús-culo correspondiente, que al pasar al mismomúsculo desde el punto simétrico opuesto.

6." Si se pone al descubierto un manojo denervios sensitivos y se le produce, en dos puntosbastantemente separados entre, sí, una excitaciónsuficiente, el tiempo reflejo correspondiente alpunto más alejado de la médula es más largo queel que corresponde al punto más próximo. En lasexcitaciones más fuertes la diferencia es menor, ytiende á un valor más limitado cuando la excita-ción crece.

Investigaciones semejantes no permiten pre-cisar la velocidad de trasmisión de la excitaciónen los nervios sensitivos. Por lo menos habría ne-cesidad de servirse en estos experimentos de ex-citaciones muy fuertes. El uso de excitacionesdébiles podria conducir á valores demasiado pe-queños, como se prueba por la comparación conexperimentos análogos en los nervios motores.

7." La velocidad de trasmisión en los nerviosmotores periféricos, no parece depender de la in-tensidad de la excitación. Las excitaciones sufi-cientes y supermáximas dan aquí valores iguales.Como siempre es inverosímil admitir una pro-piedad heterogénea de los nervios sensitivos pe-riféricos, nos vemos obligados á ver en los resul-tados enunciados en los párrafos 2.° y 4.° unapropiedad especial de los elementos (¿gangliona-res?) de la médula.

8.° Mientras más cerca de la médula se hallaun punto excitado, más disminuyen el tiempo re-flejo y el tiempo de travesía, cuando la intensidaddo la excitación excede de los valores suficientes.También se puede hacer imperceptible el tiempode travesía, más fácilmente por la excitación dedos puntos de la piel simétricos y cercanos á lamédula, que por la excitación de dos puntos si-métricos más alejados de la misma. Este resul-tado y el del párrafo 6.° se encuentran esclareci-dos evidentemente en la hipótesis, muy verosí-mil por otras razones, de que en los nerviosperiféricos se encuentra una resistencia de pasoque debilita la excitación en su propagación.

En otra comunicación demostraré cómo se ne-cesita interpretar los resultados de mis experien-cias sobre la trasmisión de la excitación en lamédula. Por ahora basta observar que estos re-

sultados ooncuerdan con las nuevas teorías sobrela estructura de la médula. No se puede desco-nocer la relación que hay entre estos descubri-mientos y algunos hechos observados en el hom-bre, sobre todo, las cifras vagas encontradas parala velocidad de trasmisión de la excitación.

ROSENTHAL,Profesor de la Universidad de Erlangen.

Sociedad española de Historia Natural.RESEÑA HISTÓRICA.

Reunidos por la iniciativa del catedrático doc-tor Pérez Arcas unos cuantos profesores y apa-sionados de las ciencias naturales, con el fin decrear una sociedad cuyo principal objeto fueracontribuir, por todos los medios posibles, alfomento y desarrollo de la Historia Natural,especialmente en lo que se refiere á productos delíspaña y de sus posesiones ultramarinas, com-prometiéronse solemnemente á sufragar los gas-tos que ocasionara la publicación del primertomo de sus Anales; contrayendo además el for-mal compromiso de guardar reserva sobre elasunto hasta que se realizara la prueba másclara de que la cosa era seria. Redactóse mientrastanto el oportuno Reglamento que había de ser-vir de norma para dar á conocer los propósitos delos fundadores y los medios más oportunos parallevarlos acabo, y una vez nombrada la comisiónde publicación, ordenáronse por ia misma losmateriales que habían de constituir el primercuaderno. Dado éste á la estampa, y repartido álos que formaban el núcleo de la Sociedad, secreyó que era ya llegada la ocasión de dar áconocer el pensamiento, realizándose esto pormedio de una circular bien pensada y escrita, queencabeza el reglamento, y cuya importancia nosmueve á copiarla á continuación:

«Hace tiempo que entre las personas dedicadasen España al estudio de la naturaleza, se echande ménw los lazos de mutua unión y conciertoque en otras naciones facilitan el progreso cientí-fico, alentado por la colectiva influencia y soste-nido por la oportuna publicidad de todo lo buenoy útil, que sea debido á la actividad individual.

«Demostrado se halla por triste y larga expe-riencia, cómo notables trabajos de acreditadosnaturalistas, cuyos nombres traspasaron los con-fines de la Península, se hicieron infructuosos,no llegando á terminarse, desvanecida la espe-ranza de que fuesen conocidos; ó habiéndoseterminado, perdieron su novedad é importanciacientífica por el trascurso de los años.

• Debe ensayarse por cuantos cultivan actual-mente las ciencias naturales en España un comúnesfuerzo para evitar en lo sucesivo, dentro de losposibles límites, las dificultades é inconvenientesque se originan del aislamiento, contribuyendotodos á los nobles fines que se propone la Socie-dad española de Historia Natural, iniciada enMadrid á impulsos de celo y entusiasmo pura-mente científicos.

«Ninguna prueba se exige al que aspire á for-mar parte de esta Sociedad, ninguna obligaciónse imponen los socios de presentar en ella sustrabajos científicos, aun cuando se espera confia-damente que comunicarán á sus colegas los des->

Page 28: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

316 REVISTA EUROPEA.—3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.°10cubrimientos que hayan logrado hacer, estandoreducidos todos sus compromisos á satisfacer lacuota anual, recibiendo en cambio lo que se pu-blique durante el año.

»Están llamados, pues, á formar parte de estasociedad, no sólo las personas que, por afición ódeber, se dedican á las ciencias naturales, sinotambién cuantos crean provechoso y convenientealentar en España tales estudios, propagar losconocimientos que se refieren á este ramo del sa-ber humano, y dar á conocer las produccionesnaturales del país.

«Tan importante objeto tendrán los Anales (Lela Sociedad española de Historia Natural, y enellos se insertarán preferentemente los catálogostotales ó parciales de las producciones de una lo-calidad determinada, la descripción de especiesnuevas, la crítica de las ya publicadas, é igual-mente las monografías de un grupo particular deseres naturales, cuando haya suficientes datospara ello, y las noticias parciales acerca de lagea, flora y fauna de la Península y sus provin-cias ultramarinas, todo acompañado de los gra-bados y láminas necesarias.

»E1 adjunto Reglamento manifiesta en sus por-menores cuáles son los intentos de la nacienteSociedad, y es de esperar que, suficientemente en-terado, tanto del objeto, como de la organizaciónacordado por la misma, se servirá V. manifestarsi gusta inscribirse como socio fundador ú ordi-nario.

«Madrid 15 de Marzo de 1871.—Ignacio Bolí-var.—Miguel Colmeiro.—Joaquin González Hi-dalgo.—Pedro González deVelasco.—Marcos Ji-ménez de la Espada.—Rafael Martínez Molina.—Francisco de Paula Martínez y Saez.—PatricioMaría Paz y Membiela.—Sandalio de Pereda yMartínez.—Laureano Pérez Arcas.—José Solanoy Búlate.—Serafín de Uhagon.—Juan Vilanova yPiera.-—Bernardo Zapater.»

Instalada, en un principio, la Sociedad en el lo-cal del antiguo Instituto industrial, cuyo celosodirector lo cedió para que aquella pudiera celebrarsus sesiones, pasó luego á la Academia de Medici-na (Cedaceros, 13), merced á la excelente acogidaque la Sociedad mereció de la primera y más im-portante Asamblea médica de Madrid, cuandoaquella le ofreció el primer cuaderno de sus Ana-les, hasta el punto de inscribirse en el número desus asociados muchos académicos, y de ofrecerel salón donde se celebran las sesiones públicas,para que aquella pudiera reunirse en los dias yocasiones que el reglamento prescribe.

Aceptado ts.n galante como generoso ofreci-miento, hánse celebrado sin interrupción algunalas sesiones reglamentarias el primer miércolesno festivo de todos los meses, aumentando de diaen dia y de una manera fabulosa, así el número delos socios, que está hoy muy próximo de los 400,como los materiales científicos, que á la par quedan gran atractivo á las reuniones, aquilatan laimportancia de los Anales. De estos van ya pu-blicados dos tomos completos, el primero de loscuales fue laureado en la última exposición uni-versal de Viena, y se ha repartido el primer cua-derno del tomo 3.°, figurando en todos ellos es-tudios serios y noticias científicas de reconocidaimportancia y significación, referentes al objetoque se propone esta Sociedad, que no es otro,según el art. 1.° d¿l reglamento, sino el cultivo y

adelantamiento de la Historia Natural, princi-palmente por medio del estudio de las produccio-nes naturales de España y sus provincias ultra-marinas, y de la publicación de cuanto á dichasproducciones se refiera.

Para formar parte de ésta, que, hoy por hoy, esla primera Sociedad española dedicada á dar áconocer á propios y extraños los productos natu-rales de nuestro suelo, basta ser presentado porcualquier socio y pagar 60 rs. ai año, cantidadequivalente al costo del volumen, que se publicaen cuadernos de 150 páginas á lo menos, cadatres ó cuatro meses. Da igualmente esto, derechopara asistir á las sesiones y presentar objetos,noticias ó Memorias, y ser nombrado para algunode los cargos de la Sociedad, que, siquiera gra-tuitos desde el presidente al tesorero y secretario,no dejan de llevar consigo alguna honra.

La Sociedad vive por sí, sin el apoyo del Go-bierno; pero merced á la buena gestión económi-ca y á la liberalidad de la Academia de Medicina,puede destinar todo el producto de la recaudacióná publicar los Anales, principal objeto que se hapropuesto como el más eficaz para ir fomentando,en la medida de sus fuerzas, el verdadero y sólidoprogreso de las ciencias naturales.

Loor á los fundadores y fundadoras, pues enla lista de los socios figuran como tales tres ócuatro ilustres damas de nuestra nobleza, ejem-plo poco común hasta en las naciones más cul-tas, de una Sociedad bastante conocida ya en elextranjero, que, completamente apartada de lasardientes y estériles luchas de la política, tan le-vantados propósitos aspira á realizar. Animadoslos directores de la REVISTA EUROPEA de análogasaspiraciones, trataremos de secundar la obra me-ritoria de la Sociedad Española de Historia Natu-ral, dando á conocer las Memorias y los hechosmás importantes que ha realizado, y los que vayarealizando en lo sucesivo.

Instituto antropológico de la Gran Bretañaé Irlanda.

LOS INDIOS MACAS.El director del Instituto da lectura de una Me-

moria de Sir John Lubbock sobre los indios Ma-cas que habitan la vertiente oriental de losAndes, á algunos grados al Sur del Ecuador.M. C. Buckley, que ha pasado recientemente diezy ocho meses en medio de aquellas tribus salva-jes, ha traído cuatro cabezas humanas prepara-das por los indios, de las cuales entregó dos á SirJohn Lubbock para que las presentara á la So-ciedad. Estas dos cabezas son de un jefe y sumujer, muertos con el resto de su familia por josindios Xebros; y son notables por las pequeñasdimensiones á que están reducidas: en efecto,aunque de individuos adultos, no tienen más quenueve y media pulgadas la una, y la otra oncepulgadas de diámetro. El procedimiento que em-plean los indios Macas para obtener el resultado,es de los más sencillos: separada la cabeza deltronco, la someten durante algún tiempo á ebu-llición en una infusión de yerbas; después le qui-tan los huesos por la región cervical y los susti-tuyen con piedras calientes, que reemplazan ámedida que se enfrian, las cuales van desecandola piel y 'reducen la cabeza á un volumen muypequeño. Estos detalles confirman los suminis-

Page 29: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N . ' I O J. LUBBOCK.—LOS INDIOS MACAS. 317

trados por M. Barriero en el Ethnological Journal(t. H,p. 112).

Los Macas tienen la costumbre de suspenderdel techo de sus chozas las cabezas de sus ene-migos, preparadas de la manera que queda dicha;y, después de haber tenido cuidado de coserleslos labios para que, según dicen, no puedan con-testar, les dirigen los mayores insultos y frasesgroseras, que repiten después en los dias de gran-des fiestas y ocasiones solemnes. Iguales cos-tumbres se observan en las demás tribus de lamisma región.

Los indios Macas viven principalmente del pro-ducto de sus cacerías; sin embargo, las mujerescultivan un poco la yuca y el tabaco. Sus armasson la lanza, la sarbacana y las flechas envene-nadas. Las chozas en que viven son de formaoblonga, construidas con troncos de palmeras ycubiertas con las ramas de las mismas.

La poligamia está en uso entre los indios Ma-cas, pero ningún hombre llega á tener muchasmujeres porque se apresuran á matar, para tenersus cabezas, á las que no son de su tribu, y harobado en sus correrías y luchas. No tienen tem-plos ni sacerdotes, y M. Buckley cree que ni aunla más ligera idea religiosa. Hay entre ellos doc-tores, ó más bien charlatanes, que no tienen co-nocimientos algunos medicinales, y que frecuen-temente son obligados á darse la muerte cuandosus remedios son ineficaces.

Los miembros de cada tribu se distinguen pornombres tomados de los diferentes animales.Cuando muere un jefe de familia, colocan sucuerpo sobre un lecho de bambú en el interior dela choza que abandonan sus habitantes, teniendocuidado de cerrar muy bien la puerta, pero de-jando antes al lado del cadáver agua y algunosalimentos para que pueda calmar el hambre y lased de que suponen se ven acosados los muertos.Las armas y los instrumentos del difunto los sa-can de la choza para que no pueda servirse deellas. Los cadáveres de los niños reciben sepul-tura sin ceremonia de ninguna clase.

No son caníbales los indios Macas, á pesar desus feroces costumbres. Tienen mucha afición álos monos y á los loros, y crian perros y cerdos.M. Buckley ha observado que saben contar hastadiez, pero su aritmética no pasa de esto. Los tra-jes de los dos sexos consisten en pedazos de telasujetas á las caderas; pero tienen mucha afición álos adornos; y especialmente las mujeres van car-gadas de colgantes en las orejas y en el labio in-ferior. La única industria que ejercen consisteen la fabricación de cazuelas de barro muy malhechas, y cocidas á fuego descubierto.

Después de la lectura de esta interesante Me-moria, M. Franks recuerda que en la exposiciónde Londres de 1862 habia una cabeza preparadapor los indios Jívaros, que se designaba con elnombre de cabeza de Inca, y que parecía exacta-mente igual á las presentadas por Sir Jhon Lubbock. Otra muestra parecida, procedente de Ve-nezuela, se conserva en British Museum; y laColección nacional posee otras más notables to-davía descubiertas en una tumba en Pisco, Perú.

M. Hyde Clarke, tomando acta de la circuns-tancia de que ese modo de preparar las cabezasno es especial á una ó dos tribus, expone la con-veniencia de hacer investigaciones para averiguarsi en la mitología, la lengua, las armas y los mo-

numentos de las tribus de la América del Nortey de la América del Sur, existen ciertas particu-laridades que se encuentran también en los pue-blos del antiguo mundo. M. Hyde Clarke ha ob-servado que los dialectos americanos pertenecená las mismas clases que las lenguas del antiguocontinente, y que el guaraní, por ejemplo, eseidioma tan extendido en las llanuras de la Amé-rico del Sur, concuerda, por sus raices y sus for-mas gramaticales, con el Abkhass del Cáucaso,y por consecuencia con el gran grupo Agaw.

BOLETÍN DE CIENCIAS Y ARTES.

M. J. F. Schmid, director del observatorio deAtenas, ha hecho una serie de experimentos quele han dado por resultado fijar la duración exactade la rotación del planeta Marte en 24 horas,37 minutos, 22 segundos y 603 milésimas desegundo.

La superficie de Marte presenta, como es sa-bido, manchas de dimensiones considerables, denaturaleza muy diferente á las manchas solares,pero que, por su fijeza, se prestan á una determi-nación exacta del valor de la rotación del pla-neta. Este dato y las observaciones hechas enAgosto de 1672 por Huygens, en Setiembre de1789 por Herschel, y en Setiembre de 1830 porMaedler,hanayudadopoderosamenteáM.Schmidtpara llegar á un resultado tan exacto y tan im-portante para la ciencia. Sabido es que el estudioconcienzudo y seguido de los planetas que acom-pañan á la tierra en su viaje periódico alrededordel sol, puede suministrarnos, á la larga, indica-ciones precisas sobre las trasformaciones que hasufrido y que en lo sucesivo debe sufrir el pla-neta que habitamos.

-X-

* *

En San Petersburgo , según dice un colegaruso, se ha llevado acabo el 11 de Marzo, con felizéxito, l#trasfusion de la sangre de las venas deun carnero á las de una mujer enajenada, idiotaincurable, que se encontraba excesivamente ané-mica. La paciente recibió doce onzas de sangrede carnero sin sufrir accidentes ni perturbacio-nes de ningún género.

Si este hecho es cierto, como parece, tiene granimportancia, porque es la vez primera, en la his-toria de la ciencia, que ha podido hacerse conéxito la trasfusion de la sangre de un animal álas venas de un individuo de la especie humana.

•* *

En el Ateneo de Valencia se está celebrandouna pequeña exposición de cuadros de artistasvalencianos, destinados á redimir con su pro-ducto al apreciable pintor Sr. Cortés, que está ápunto de cambiar los pinceles por el fusil, si nole libra la generosidad de sus compañeros. Loscuadros expuestos con tan noble objeto son lossiguientes: del Sr. Sala, un Mefistófeles en elacto de la serenata; del Sr. Montesinos, Recuer-dos del Pardo; del Sr. Felíu, un labrador aantan-do y una labradora acompañándole con las pal-mas; del Sr. Franco, una acción entre carlistas yliberales; del Sr. Genovés, una vendedora de pes-

I cado; del Sr. Peyró una avanzada carlista; del

Page 30: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

318 REVISTA EUROPEA. 3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.°10

Sr. Gómez Niederleiden, una joven asomada albalcón; del Sr. Benlliure, Fausto y Margarita;del Sr. Borras, un tipo de carlista y un picador; ypor último, del Sr. Cortés cinco cuadros que re-presentan: una barraca, á cuya puerta hay unalabradora peinando á una niña; un juicio entreun labrador y un gitano, por haber robado ésteun burro; un baile á la puerta de una barraca;un grupo de titiriteros anunciando la cabeza par-lante, y unas lavanderas en el cauce del rio.

*# *

Un periódico ruso, El Oolos, publica algunascifras estadísticas sobre la relación que existeentre el número de médicos y el de habitantesen Rusia. Hay un médico porcada 17.800 almas,mientras que en Italia la proporción es de 1 por2.280. En algunas provincias rusas, como las dePerm y Tcherdineck, la proporción es todavíamás débil, porque sólo hay un médico por cada60.000 habitantes. Practicantes y cirujanos hayen Rusia, uno por cada 12.400 habitantes, al pasoque en Inglaterra existe uno por cada 3.180. Loshospitales tampoco abundan, porque, habiendo enPrusia un hospital por cada 22.000 habitantes, enRusia la proporción no pasa de uno por 175.000.Además hay en los dominios de Czar un hospitalde parturientas por cada 6.000.000 de habitantes;un hospicio por cada 1.350.000; una casa de locospor cada 390.000; y un establecimiento de sordo-mudos por cada 11.000.000.

Bn la medicina militar hay mejor proporción,porque existe un hospital por cada 5.000 sol-dados. Sin embargo, está lejos de las potenciasadelantadas, como Prusia, que tiene un hospitalpor cada 1.250 soldados.

** #

Casi todos los pintores residentes en Madrid séreunieron el domingo último en casa del Sr. Sanz,director del Museo, para acordar k> convenienteacerca de una proposición de los señores Bosch ycompañía para una exposición permanente debellas artes. Todos acordaron facilitar, con dichoobjeto, los cuadros que tienen hechos y los queen adelante vayan haciendo; de modo, que la ex-posición permanente puede considerarse ya comoun hecho, y se abrirá al público probablementeen la primera quincena de este mes, en el antiguolocal platería de Martínez.

*La fotografía de lo invisible constituye actual-

mente un punto del mayor interés. Los hechosmejor observados han concluido por demostrar,que la cámara oscura del fotógrafo distingue loque el ojo humano no puede ver.

Un ejemplo de ello es que se han sacado pla-cas fotográficas de las protuberancias rojas delsol durante un eclipse total, cuando esas protube-rancias eran invisibles á la vista.

Recientemente, el doctor Gladstone ha recor-dado en la asociación británica, la antigua cues-tión de las propiedades del sulfato de quini-na. Parece que un dia fue Mr. Gladstone a casade un fotógrafo, con un papel blanco, sobre elcual habia trazado varios caracteres con una so-lución de sulfato de quinina, y pidió al artista lesacase una fotografía de aquel papel. El fotógrafo,no viendo ningún dibujo sobre él, se negó en unprincipio á hacerlo, pero Gladstone insistió, y el

artista hizo la reproducción, quedando asombradoal encontrar en la placa los caracteres invisiblesá simple vista.

Con estos ejemplos un fotógrafo inglés, misterSawyer, ha logrado por medio de su arte y repro-duciendo lo invisible, leer y hacer leer manuscri-tos de tal modo d'teriorados por el tiempo, queciertas partes estaban, si no totalmente invisi-bles, al menos completamente ilegibles.

* *El pintor español, Sr. Gisbert, que hoy forma

parte de la colonia artística de España en Paris,ha terminado en aquella capital para el conde deFernandina un hermoso cuadro que representa áColon, dándose á la vela para el descubrimientode la América. La figura de este personaje, ya desesenta y seis años, la del célebre padre Marchenabendiciéndolo, la de un marinero que va á empu-jar la barca que debe conducirlos á las carabelas,son de un admirable dibujo, y en extremo pinto-resca la escena de la playa y del pueblo.

## • *

Los agricultores americanos no descuidan susintereses. Se ha formado en Cincinati una socie-dad de agrónomos y horticultores, que tiene porobjeto aclimatar en la localidad las aves de cantomás agradable, y las que se alimentan de insec-tos dañinos alas plantas cultivadas.

En la primavera última esta sociedad ha gas-tado en la aclimatación y distribución de quinceó veinte especies no más, la respetable suma de5.000 duros. Figuran entre las aves el carbonerillo(género Parus), que destruye muchos insectos, yla alondra de nuestros campos.

-** • * •

Siempre se ha tomado como un cuento, ó porlo menos como una exageración, lo que cuentaHerodoto acerca de un pueblo de pigmeos que ha-bita en el centro de África; pero recientemente hasido comprobada la exactitud de su relato. Hallegado á Ñapóles, procedente de Egipto, el cate-drático Pancerini, que lleva consigo dos de los re-feridos pigmeos que hablan una lengua particu-lar desconocida, y sólo comprenden algunas pa-labras árabes.

* *En los conciertos de la sala Valentino de Paris

se ha ejecutado una brillante sinfonía de nuestrocompatriota el joven compositor Sr. Márquez,que fue muy aplaudida. El Sr. Arban le ha pedidoalgunas composiciones para hacerlas ejecutar esteverano en San Petersburgo. El Sr. Márquez re-gresará en breve á Madrid, después de una bri-llante campaña artística en la capital de Francia.

-K-¥r #

En la Academia de ciencias de Lisboa ha pro-ducido grandes disturbios la admisión de ErnestoRenán como académico correspondiente.

La propuesta databa de dos ó tres años, y sefundaba en que el candidato era autor de la His-toria de las lenguas semíticas, uno de esos libroseruditos que marcan un señalado progreso en lafilosofía y antropología.

El Sr. Teixeira de "Vasconcellos, como presi-dente de la quinta sección (historia y antigüeda-des), entendía que debía darse curso á la pro-puesta; peYo la mayoría rechazó en votación esteparecer.

Page 31: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

N.°10 BOLETÍN DE CIENCIAS Y ARTES.—NOTICIAS. 319Abrióse en seguida reñido debate, en el cual

«1 entendido académico Sr. Seromenho increpóduramente la decisión de la sección. Los acadé-micos de la primera sección se indignaron, y supresidente, el Sr. Carbalho, propuso un puestoen la misma para M. Renán, que fue aprobadocon aplausos.

Los académicos que se oponían á la admisiónde M. Ernesto Eenan no veian en él más que alautor de La vida de Jesús; olvidando que cuandose fundó la Academia en tiempo de la reina doñaMaría, y habiendo inquisición, fue nombradosocio el gran D'Alembert, célebre geómetra,autor del Discurso preliminar de la Enciclopediay ateo confeso; y que hasta hace muy poco eratambién socio correspondiente Michelet, el autorexcomulgado de la Sorciere y de la Bible de l'Au-

Bl tribunal encargado de la aceptación de obraspara la exposición artística que se prepara enParis ha dado el visto bueno á 2.640 cuadros, yun millar de dibujos, estatuas, grabados, esmal-tes, etc., lo cual forma un total de 3.600 obje-tos de artes.

El Colon del Sr. Gisbert no figurará en la ex-posición, porque su autor no ha querido presen-tarlo.

-x-* #

Casi todos los viajeros por Italia que se detie-nen en Bergamo visitan la tumba de Donizetti,en Santa María la Mayor, pero ninguno sabia queaquel monumento, debido al cincel de Vela, estávacío. Hasta hoy era un secreto el paradero delos restos mortales del gran maestro; pero el sín-dico de Bergamo, después de haber hecho largasinvestigaciones para encontrarlos, ha descubiertoque se hallan en la bóveda de la familia Pezzoli; yvan á ser recogidos en una urna de bronce, y co-locados en la tumba que, con bastante anticipa-ción, llevaba el nombre del insigne autor de Lucía.

-** *

Bélgica acaba de perder uno de sus sabios másilustres, M. Quetelet, director del Observatoriode Bruselas, astrónomo eminente, matemático,meteorólogo y estadista.

* *Los Estados-Unidos llevan siempre la primacía

en la cuestión de máquinas de imprimir. Hastaahora la más notable era la de Hoe, que cau-saba admiración por la rapidez y exactitud conque arrojaba millares de pliegos impresos en unahora. Pero esta misma invención moderna acabade ser sobrepujada por la máquina de Bullok, queno necesita operarios para marcar ni poner elpapel, y cuyo servicio, á pesar de ser tan grandey complicado, sólo requiere tres hombres. El papelforma un inmenso rollo de que la prensa mismase provee y que imprime por ambos lados, cor-tando al propio tiempo los pliegos y colocándolosen la mesa listos para la circulación, al respectode 20.000 pliegos grandes (80.000 números de LaCorrespondencia) en cada hora.

El procedimiento para mojar el papel es en ex-tremo sencillo, y la colocación de los pliegos yaimpresos se efectúa con una precisión que no haalcanzado ningún otro sistema.

El Eerald, de Nueva York, que ha adoptado

esta máquina, ahorra con ella, solamente en elcoste de la impresión, unos 50.000 pesos anuales.

* *A pesar de los apuros del Erario francés, el Go-

bierno del general Mac-Mahon sigue las tradicio-nes de todos los gobiernos franceses respecto áprotección á las artes. Bl Diario oficial publicaun decreto autorizando al Ministro de Trabajospúblicos para aceptar los ofrecimientos que se lepresenten con objeto de anticipar al Estado lasuma de cuatro millones de francos en 1874, y unmillón en 1875 con destino á la conclusión delnuevo gran teatro de la ópera y adquisición delmaterial.

* *Tres óperas nuevas se han estrenado estos úl-

timos dias en el extranjero. Una de ellas, de Jo-hann Strauss, uno de los hijos del célebre com-positor alemán, ha tenido un gran éxito en Vie-na. Se titulaDie Fledermaus (El Murciélago), esbastante cómica, y, según dice una carta, dirigidaá un periódico de Paris, tiene melodías delicio-sas y originales, valses delirantes é instrumenta-ción fina y delicada.

El toisón de oro se titula otra de las óperas; esde M. J. Busschop, y ha sido ejecutada por la so-ciedad Reunión musical de Bélgica, siendo aplau-dida la orquestación.

Y, por último, el maestro Petrella ha puesto enescena en el teatro de San Carlos de ÑapólesBianca Orsini, cuyo éxito ha sido nada más queregular.

*Una antigua pieza de música titulada, The

Baltad Singer, ha sido vendida en Londres en pú-blica subasta, por la cantidad de 276 libras ester-linas, ó sean 26.500 reales.

* *Los Sres. Negretti y Zambra, de Londres, aca-

ban de inventar un termómetro que determina lasdiversas temperaturas de las capas del mar, y seaplica paja otros fines análogos en tierra.

La galería de retratos del Ateneo de Madridse ha aumentado con el de D. Claudio Mayano,pintado por el Sr. García Martínez.

El reputado pintor Sr. Sanz, director del Museodel Prado, se ha encargado de hacer el del dis-tinguido literato D. Manuel Cañete.

El retrato del Sr. D. Pedro de Madrazo, quetambién figurará en la ya extensa y magníficacolección del Ateneo, le hará probablemente elpresidente de la Academia de Bellas Artes, donFederico de Madrazo.

•x- *

Los escultores valencianos han presentadoobras muy notables en la exposición de bellas ar-tes que se está celebrando en el Ateneo de aquellaciudad. El Sr. Soria ha expuesto una preciosa es-tatua que representa la Madre de Dios, sumida enel dolor más profundo por la muerte de Jesucristo;un boceto en barro titulado La coronación de espi-nas; y La santa Fe, pequeño modelo. El Sr. San-tigosa ha presentado cinco obras que se titulan:Bienaventurados los misericordiosos; Bienaventu-rados los inocentes muertos por la justicia; La ar-queología; El entierro del Señor, y San Angelino,

Page 32: REVISTA EUROPEA. - Ateneo de Madrid · 2018. 7. 12. · lo que Rubens decia : (Estado. =Leg. 2517 , núm. 7.) Copia dé caria de Pedro Pablo Rubens, fecha en Bruselas á 30 de Marzo

320 REVISTA EUROPEA.—3 DE MAYO DE 1 8 7 4 . N.°10fraile carmelita; estos dos últimos son bocetospequeños.

Él Sr. Farinós (D. Carmelo) ha expuesto doslindos bocetos titulados, Quevedo el uno, y La co-ronación, de espinas el otro. El Sr. Chilavert, Elprendimiento del Señor; el Sr. Farinós (D. Felipe),La oración en el huerto; el Sr. Chambo, un bustoretrato; el Sr. Julia tres estatuas tituladas Ra-fael, La Fama y Colon, y dos bustos que repre-sentan á Bretón de los Herreros y Cervantes. Ypor último, el Sr. Pérez ha presentado un bocetoen barro cocido, representando La Asunción.

+• *

En la exposición anual que se está celebrandoactualmente en Londres, figura una muy intere-sante colección de preciosidades históricas y ar-tísticas de Asia, formada por el doctor Leitnez,vice-rector de la universidad de Lahore, que com-prende 180 esculturas greco-budistas, las cualesdan mucha luz sobre la historia del arte enaquella parte del mundo.

BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO.

EL LIBRO DE LAS SÁTIRAS, por D. Ventura RuizAguilera. Comprende: Sátiras, La Arcadia mo-derna, Grandeza de los pequeños, Epigramas yletrillas, Fábulas y moralejas. Tomo III de lasobras completas del autor. Madrid, 1874, Medinay Navarro.

Cuanto pudiéramos decir acerca del nuevovolumen de las obras completas de Aguilera queacaba de ver la luz, se encuentra condensado en elnombre del autor, en cuanto al mérito del libro, yen las lineas que encabezan estos apuntes, encuanto á su contenido. Con efecto, el nombre delSr. Aguilera es muy conocido en España y fuerade ella, y sus obras han sido juzgadas y aplaudi-das por las primeras plumas de Europa y por unpúblico que siempre permanece flel apasionadode tan eminente poeta.

En este libro, además de las Sátiras publica-das en Alicante en 1849, se comprenden La Arca-dia moderna y algunos Epigramas coleccionadosen 18R7; pero todas las demás poesías que con-tiene, cuyo número de versos no baja de cuatromil, ó son inéditas en casi su totalidad, ó han sidopublicadas en diferentes periódicos, apareciendoahora coleccionadas por primera vez. Entre lasinéditas se cuéntala sátira Grandezas de los pe-queños, la mayor parte de los Epigramas y letri-llas, las Poesías varias y las Fábulas y moralejas.Un apéndice del libro contiene juicios críticos delas dos primeras partes del mismo, firmados porPérez Galdos, Rivera Delgado y otros escritores.

-** *VERSOS, de Teodosio Vesteiro Torres. Un tomito

en 8." de 136 páginas. Madrid, 1874.Un libro de poesías representa hoy, por regla

general, una de las manifestaciones del escepticis-mo que todo lo invade; pero, al dar cuenta de laaparición de laobrita del Sr. Torres, tenemos queregistrar una honrosísima excepción, porque susdelicados conceptos, su inspiración brillante, sim-bolizan, más que otra cosa, las hojas caídas delárbol de nuestra antigua poesía lírica, llena de fe,

de creencia y de arte. EISr. Vesteiro empieza can-tando á Dios y á la religión, después se inspira en.el amor y en esa bella comarca de España que sellama Galicia y que ha suministrado torrentes depoesía á bardos y trovadores, y, por último, celebrael arte y el poder de la estética. Es una obritamuy apreciable.

PENA SIN CULPA, drama en tres actos, por Don LuisVidart. Un folleto de 50 páginas en 4.° mayor.Madrid, 1874.

Este drama, que el Sr. Vidart ha publicadosin pasar por la prueba de la escena, pertenece algénero realista que, en la vecina Francia, cultivancon tanto éxito Dumas hijo, Feuillet, Augier yotros celebrados escritores; y va encaminado ádemostrar que el divorcio total puede ser re-medio preferible, en las grandes perturbacionesde la vida matrimonial, á las prescripciones lega-les que hoy rigen. Para quienes no comprendie-ran la intención del autor en dicho drama, ha es-crito el Sr. Vidart una extensa nota alegando laopinión de autoridades, desde Moisés hasta mo-dernos escritores de nuestra patria, en favor dela disolución del vinculo del matrimonio en de-terminados casos. La obra es atrevida, y se com-prende, al leerla, que el Sr. Vidart haya tro-pezado con grandes dificultades para que searepresentada, pero demuestra el indisputable ta-lento de su autor.

- * •

* # -

PROPIEDAD LITERARIA. Relación de las obras pre-sentadas en el Ministerio de Fomento en el mes deEnero de 1874.

Puente y Braftas.—Adriana Angot, zarzuela, 3 a.Santistéban.—La comedianta famosa, comedia, 5 a.Camprodon.—Marina, zarzuela, 2 a.—Flor de un dia, drama, 3 a.Alba.—Juan de Austria, drama, 1 a.Zumel.—La degollación de los inocentes, cuadro, 1 a.Torquemada.—Un baile de mascaras, cuadro, 1 a.Mestre.—Almanaque poético para 1874, 1 t. 8.°Ballester.—-Resumen de Terapéutica, 1 t. 4.°Martí Miquel.—Armonías, 1 t. 4.°García.—Froebel y los jardines de la infancia, 1 t. 8,°Hornero Saavedra.— El demonio que lo entienda, comedia, i a.Pérez Ferr&ndiz,—El primer abraio, comedia, 1 a.—Crepúsculos paternales, comedia, i a.—Jamón y ternera, comedia, 1 a.Fernandez y González.—La hacienda de nuestros abuelos, 1 t. 8.°Elizalde.—Curso de geometría descriptiva, primera parte. 2 L fol.Chacel.—Galería de retratos lúgubres, cinco cuadernos.Sicilia.—Las corridas de toros, I t. 8.°García Montes.—El diluvio de sangre, 1 t. 8.°El mundo cómico, cuatro números.

Paul de Kock.—Maison Perdailion et compagnie, 1 t. 18.°Mad. Fieuriot.—Le petit Ghef de famile, \ t. 12.°Mad. Stolz,—Par-dessus la haie. 11. 12.°Johnson.—Dans Textréme far West, \ t. 12.°Gillemin.—Les applications de la Phisique, 1 t. 8.°Hayes.—La terre de desolation, 4 t. 8.°Tissandier.— Les Merveilles de la Photographie, i t. 12.*Lamartine.—Morceaux choisis, i t. \6.Q

Mad. Colomb.—Le violoneux de la Saplniere, 1 t. 8.°Stanley.—Comment j 'a i retrouvé Livingstone, 1 t. 8."Moynet.—L'envers du Theatre, 1 t. 12.°Saint-Martín.— Hietoire de ia geographie, 1 t. 8.°Girardin.—Les braves gens, 1 t. 8.°Jousselin.—Les enfants pendanila paix, 1 t. 8.°Rendu.—La basse-cour, 1 t. 18.°Duruy.—Abregé d'histoíre universelle, 1 t. 12.°Peliiasier.—Le gymiiastique de Pesprit, 1 t. iB.°Guizot.—L'histoire de France racontée k mes enfants, nueve entregas.Charton.—JLe tour du Monde, ocho entregas.Rene Fouret.—Le journal de la jeunesse, ocho números.Follín.—Traite elementaire de Pathologie, cuaderno tercero.Sappey.—Traite d'Anatomie descriptive, tomo cuarto.

Imprenta de la Biblioteca de Instrucción y Recreo, Rubio, 25.