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Faventia Supplementa 2. Contacto de poblaciones y extranjería en el mundo griego antiguo 169 III.2. Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria * Adrià Piñol Villanueva Universidad Autónoma de Barcelona [email protected] Resumen A través del análisis de dos conocidas inscripciones procedentes de Halicarnaso, Syll. 3 45 y Syll. 3 46, se analiza con detalle, en primer término, la relación territorial y política, a lo largo del siglo V a.C., entre Halicarnaso y la comunidad vecina de Salmacis. En segundo lugar, partiendo de la antroponimia y toponimia de ambos epígrafes, se introducen algunas precisiones en torno al carácter mixto greco-cario de la población de ambos centros y a la historia de la presencia griega en la región. Palabras clave: epigrafía; Asia Menor; Caria, sympoliteía; contactos de poblaciones; coloni- zación griega. Abstract. Halicarnassus and Salmacis. A history of a Greco-Carian community By re-analyzing two well-known inscriptions from Halicarnassus, Syll. 3 45 and Syll. 3 46, we focus, firstly, on the territorial and political relationships between Halicarnassus and the neighbour- ing community of Salmacis throughout the V cent. B.C. Secondly, with the anthroponymic and toponymic data as a starting point, we introduce some precisions regarding the Greco-Carian mixed character of the population of both centres and the history of the Greek presence in the region. Keywords: epigraphy; Asia Minor; Caria; sympoliteía; population contacts; Greek colonization. * Este trabajo ha sido elaborado durante el período de disfrute de una Beca de Formación de Profesorado Universitario (FPU) del Ministerio de Educación, y dentro del Proyecto de Investigación 2009 SGR 1030 «Institucions i mites a la Grècia antiga: estudi diacrònic a partir de les fonts gregues». Agradecemos a la Prof. Rosa-Araceli Santiago la lectura de las versiones previas así como sus valiosas observaciones y sugerencias.

Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria · Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria Adrià Piñol Villanueva Faventia Supplementa 2. Contacto

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  • Faventia Supplementa 2. Contacto de poblaciones y extranjera en el mundo griego antiguo 169

    III.2. Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria*

    Adri Piol VillanuevaUniversidad Autnoma de Barcelona [email protected]

    Resumen

    A travs del anlisis de dos conocidas inscripciones procedentes de Halicarnaso, Syll.3 45 y Syll.3 46, se analiza con detalle, en primer trmino, la relacin territorial y poltica, a lo largo del siglo v a.C., entre Halicarnaso y la comunidad vecina de Salmacis. En segundo lugar, partiendo de la antroponimia y toponimia de ambos epgrafes, se introducen algunas precisiones en torno al carcter mixto greco-cario de la poblacin de ambos centros y a la historia de la presencia griega en la regin.

    Palabras clave: epigrafa; Asia Menor; Caria, sympolitea; contactos de poblaciones; coloni- zacin griega.

    Abstract. Halicarnassus and Salmacis. A history of a Greco-Carian community

    By re-analyzing two well-known inscriptions from Halicarnassus, Syll.3 45 and Syll.3 46, we focus, firstly, on the territorial and political relationships between Halicarnassus and the neighbour-ing community of Salmacis throughout the v cent. B.C. Secondly, with the anthroponymic and toponymic data as a starting point, we introduce some precisions regarding the Greco-Carian mixed character of the population of both centres and the history of the Greek presence in the region.

    Keywords: epigraphy; Asia Minor; Caria; sympolitea; population contacts; Greek colonization.

    * Este trabajo ha sido elaborado durante el perodo de disfrute de una Beca de Formacin de Profesorado Universitario (FPU) del Ministerio de Educacin, y dentro del Proyecto de Investigacin 2009 SGR 1030 Institucions i mites a la Grcia antiga: estudi diacrnic a partir de les fonts gregues. Agradecemos a la Prof. Rosa-Araceli Santiago la lectura de las versiones previas as como sus valiosas observaciones y sugerencias.

  • Adri Piol Villanueva Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria

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    0. El punto de partida de este estudio es la conocida como inscripcin de Lgdamis1, (475-450 a.C.), procedente de Halicarnaso y conservada en el Museo Britnico, documento clave que brinda interesantes retazos de la realidad social y poltica de esta ciudad en los inicios de la poca clsica. Desde su editio princeps de 1862 y hasta nuestros das, varios han sido los intentos por lograr una inter-pretacin satisfactoria de su contenido, pues se trata de un documento aislado del que desconocemos, adems, el contexto social y poltico preciso en el que surgi.

    Tras determinar el lugar, la fecha y los rganos y magistrados responsables de la decisin, el texto, que toma forma de ley ( l.32), fija el procedimiento a seguir en eventuales reclamaciones por va judicial de tierra y casas, procesos en cuya resolucin cobra especial protagonismo el colegio de mnmones, magis-trados atestiguados en varias comunidades griegas ya desde el arcasmo2, con competencias en mbitos jurdicos diversos pero siempre relacionados con el registro y la contabilidad, y por tanto aqu, muy plausiblemente, responsables del catastro del territorio de Halicarnaso, o por lo menos del control de las transac-ciones sobre bienes inmuebles. No ahondaremos aqu en los pormenores jurdicos y de procedimiento de las distintas clusulas, a cuyo anlisis se ha dedicado una ingente bibliografa con variadas propuestas de interpretacin3. Baste sealar que tales disposiciones legales para dirimir litigios sobre la propiedad inmueble son frecuentes en contextos de retorno de exiliados polticos a raz de la pacificacin de dos o ms facciones enfrentadas en el seno de la plis4, la cual suele ofrecer garantas a los repatriados para el recobro total o parcial de sus bienes races, a menudo ocupados, tras su huda, por compatriotas que haban permanecido en el lugar5. Aunque la mayora de ejemplos epigrficos al respecto datan de inicios de poca helenstica, ciertos paralelismos entre las medidas adoptadas en tales casos y las recogidas por nuestro epgrafe, podran avalar una interpretacin similar para este ltimo6.

    1. Syll.3 45 (= GIBM IV 886 = ML 32 = NOMIMA I 19).2. Vid. p. ej. piol II.2. 2.3.4 en esta monografa.3. Remitimos a los estudios ms recientes, con revisin de las propuestas interpretativas anteriores y

    detallada argumentacin de las propias, de MaFFi (1988), lonis (1991), van eFFenterre (1994, 90-94) y santiaGo (1996).

    4. El pacto solemne aludido al final de la inscripcin mediante la frmula (l.44) remi-tira al acuerdo de reconciliacin y paz civil previo a la emanacin de la ley. Para el uso homrico de esta frmula en contextos de pacto, vid. santiaGo II.1 3.4 en esta monografa.

    5. Para las distintas modalidades de explotacin/ocupacin de las tierras y casas de los proscritos, con mayor o menor ingerencia de la plis, vid. asheri (1966: 43-51). Un probable ejemplo epigrfico temprano, en este caso de confiscacin y subasta pblica de los bienes de la faccin exiliada, es una estela de Quos (IG XII, 6 3, 475-450 a.C.) contempornea de Syll.3 45, objeto de reciente revisin y comentario en FaraGuna (2005) y Matthaiou (2011: 13-34).

    6. Recopilacin y anlisis de los principales ejemplos literarios y epigrficos en asheri (1966: 51-57) y lonis (1991 pssim), a los que vendra a sumarse una fragmentaria inscripcin de Quos, recien-temente publicada (SEG 51.1075, ca. 334-319 aC), que recogera disposiciones similares en el con-texto de indulto y reintegracin en el cuerpo cvico de los opositores a Alejandro. Cf MalouChou (2000-2003).

  • Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria Adri Piol Villanueva

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    1. Aparte del anlisis, desde un punto de vista jurdico, del procedimiento concreto fijado por el texto para la estabilizacin de la propiedad inmueble, y de la inda-gacin histrica sobre las circunstancias que la pudieron motivar, la inscripcin presenta otro gran foco de inters: el estudio de la relacin de las dos comunidades, halicarnaseos y salmacitas, representadas en el sllogos o asamblea de Halicarnaso (l. 1-3) responsable, junto con Lgdamis, de la elaboracin de la ley.

    La mencin del tnico Salmakitai en las ll. 2 y 13, junto con la del topnimo Salmacis en una inscripcin algo ms tarda que comentaremos ms adelante (Syll.3 46 = SEG 43.713), constituyen las nicas referencias, en poca clsica, a esta comunidad estrechamente ligada a Halicarnaso. No obstante, gracias al testimonio ms tardo (pero rico en informacin topogrfica) de autores como Estrabn, Arriano o Vitrubio y, sobre todo, de la que se ha dado en llamar ins-cripcin de Salmacis, de reciente hallazgo y publicacin, resulta posible intuir la localizacin aproximada de la Salmacis arcaica y clsica, as como vislumbrar las principales lneas de su evolucin poltica.

    En poca helenstica e imperial, Salmacis constitua una de las cuatro ciudadelas de Halicarnaso7, situada en el extremo occidental de la amplia baha que serva como puerto principal de la ciudad. En sus inmediaciones, segn Vitrubio (2.8.11), se emplazaba el templo de Afrodita y Hermes, as como la fuente homnima de Salmacis, mencionada tambin por Estrabn (14.2.16) en virtud del poder afeminante falsamente atribuido a sus aguas. La fuente ha sido localizada de manera definitiva gracias al hallazgo en 1995 (y posterior publi-cacin en 1998) de una inscripcin de finales del siglo ii a.C. en la que se men-cionan el manantial y su ninfa homnima8. El epgrafe, descubierto in situ en los restos de un complejo arquitectnico en forma de estoa, en la falda este del promontorio actual de Kaplan Kales, haba sido grabado en el muro de una de las habitaciones del sector ms antiguo de la sto. Dicha estancia, con vestigios que sugieren la presencia de canalizaciones de agua, habra servido de antesala a una habitacin contigua que parece conducir a una gruta excavada en la roca

    7. Con la ampliacin de la ciudad ca. 370 a.C. por iniciativa de Mausolo, quien levant tambin la imponente muralla cuyos restos son visibles an hoy, Halicarnaso pas a contar con cuatro ciu-dadelas intramuros, correspondientes a los cuatro puntos principales de elevacin del terreno: (1) Zefiria, la pennsula fortificada separada por un estrecho istmo del continente, ncleo del primitivo asentamiento griego y donde Mausolo erigi su palacio ( la ciudadela en la isla segn Arr. An. 1.23.2). Por tratarse de la ms antigua, adems de sede del importante templo de Apolo y, a partir de 370, de la residencia de los strapas, sera la acrpolis por anto-nomasia de Halicarnaso, de tal suerte que, muy probablemente, deba identificarse con Zefiria la acrpolis innominada en Estrabn 14.2.16 y Diodoro de Sicilia 15.90.3; (2) la correspondiente a la prolongacin noreste de la muralla (la ciudadela en direccin hacia Milasa aludida en Arriano, An. 1.21.3 y Diodoro de Sicilia 17.25); (3) la summa arx media el alczar central de gran altitud donde Vitruvio 2.8.11 sita el templo de Ares; y (4) Salmacis ( , , Arr. An. 1.23.2). Tal proliferacin de ciudadelas lleva a Diodoro de Sicilia a describir Halicarnaso como ciudad bellamente ornada de acrpolis ( 17.23.4).

    8. Editio princeps: isaGer (1998). Lista de la bibliografa publicada hasta la fecha en www.sdu.dk/halikarnassos, pgina web del programa de excavacin dans en Halicarnaso [ltima consulta: 7/03/2013]. Para el contexto arqueolgico del hallazgo, vid. pedersen (2004).

  • Adri Piol Villanueva Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria

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    Figura 1. Plano de la Halicarnaso helenstica ( Danish Halikarnassos Project, por cortesa del prof. Poul Pedersen):

    a) Mausoleob) Palacio de Mausolo y santuario

    de Apoloc) Calle principald) Teatroe) Templo de Aresf) gorag) Templo de Demterh) Estoa doria (gimnasio?)j) Estadiok) Casa de Caridemol) Fuente de Salmacism) Casa helenstican) Ubicacin aproximada del templo

    de Trkkuyusup) Puerta de Mindosq) Ubicacin aproximada

    de la Puerta de Milasa

    r) Tumba de la Princesa carias) Murallat) Torre de fortificacin exentau) Terraza ciclpeaz) cobertizo para embarcaciones?ep) Talleres cermicos de la parte estewp) Talleres cermicos de la parte oesteEC) Cementerio orientalWC) Cementerio occidentalGg) Tumbas de GimaZe) Fortaleza de ZefiriaSa) Fortaleza de Salmacis (Kaplan Kales)Gt) Fortaleza de Gktepe

    (summa arx media Vitr. 2.8.11)NeF) Fortaleza nordesteAr) Pennsula del arsenal turcoE) Barrio actual de EskiesmeY) Barrio actual de Yeniki

  • Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria Adri Piol Villanueva

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    viva, verosmilmente el antiguo manantial. De modo que, con la confirmacin arqueolgica de la ubicacin de la fuente, no cabe duda hoy de que el barrio alto helenstico de Salmacis, como apuntaban las fuentes literarias, se extendera por la loma de Kaplan Kales.

    Tal como sugiere el mantenimiento del topnimo hasta poca imperial, la comunidad de los del siglo v a.C. deba de ocupar, pues, grosso modo, este sector occidental de la baha, aunque rebasando, probablemente, el relieve accidentado de Kaplan Kales y extendindose por el terreno llano ms al norte (la pennsula del arsenal turco y el barrio actual de Eskieme, tal vez hasta Yeniki). En cualquier caso, como se desprende del anlisis de Syll.3 45 y 46, en poca clsica Salmacis an no habra devenido un simple barrio intramuros de Halicarnaso, sino que, fsicamente separada del recinto urbano, conservaba tambin, por lo menos en la primera mitad del siglo v, un cierto grado de autonoma municipal9.

    Tal parece ser, en efecto, la situacin poltica reflejada en la inscripcin de Lgdamis. En primer lugar, el que ha participado en la elaboracin del decreto cuenta explcitamente, junto con representantes propiamente halicar-naseos, con delegados salmacitas10. Constituye, por tanto, una asamblea nica para ambas comunidades, como evidencia la no repeticin del artculo ( , y no ). A esta misma simetra responde el doble colegio de mnmones encargados del registro de la propiedad: junto a Apolnides y Panamies (sin duda los mnmones halicarnaseos, aunque la inscripcin no lo explicite), se suma el cole-gio especficamente salmacita ( 1.13s.) de Megabates y Formin. Todo ello, a su vez, trasluce una cierta capacidad de decisin poltica de Salmacis, que tal vez contara con rganos de representacin y deliberacin propios, por lo menos para designar a los delegados y magistrados locales que haban de representarlos en las instituciones centrales11. En cambio, frente a la diferenciacin por comunidades en la asamblea y en el cuerpo de mnmones, las magistraturas epnimas (prtano y neopoes) son nicas para las dos comunidades; igualmente, el tirano Lgdamis ejerce su autoridad sobre ambas.

    Un gobierno comn tal, con representacin compartida (y equitativa?)12 en ciertas magistraturas, no parece responder, sin embargo, a la unin en confede-racin de dos estados en mayor o menor pie de igualdad, como podra ser el caso

    9. A este pasado podra apuntar la glosa de Esteban de Bizancio Salmacis: ciudad de Caria: cf. infra.

    10. Aunque no podemos saber en qu proporcin.11. Apuntado por GsChnitzer (1961: 241) en su sinttico y lcido anlisis de la relacin poltica entre

    ambas comunidades. 12. Cf. GsChnitzer (1961: 241 n.12): el que slo los mnmones salmacitas vengan precisados por el

    tnico (mientras que Apolnides y Panamies nunca son designados explcitamente como halicar-naseos), junto con el hecho de que no se retome su mencin en ll. 30-31 ( sean propietarios de tierra y casas quienes ya las posean cuando eran mnmones Apolnides y Panamies) omisin, por otro lado, que puede deberse simplemente a razones de economa expresiva, puesto que tampoco se han escrito los patronmicos de Apolnides y Panamies, podra tomarse como indicio de que el colegio salmacita se subordinara en cierto modo al de Apolnides y Panamies.

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    de una sympolitea de tipo federal. Ms bien, la situacin de facto reflejada por el epgrafe se aproximara ms a lo que la historiografa moderna ha dado en calificar de sinecismo o de sympolitea sinecstica, es decir, la progresiva absorcin de una comunidad (Salmacis) por otra mayor o ms poderosa (Halicarnaso), que pasa a incrementar, as, su territorio y su cuerpo cvico13. En efecto, halicarnaseos y sal-macitas constituyen, en ltimo trmino, un estado nico, la plis de Halicarnaso, tal como se desprende de la conclusin del tratado, en la que se fija el mbito de aplicacin de la ley: podr incoar un proceso por tierra o casas cualquiera del conjunto de halicarnaseos ( ) que respete el acuerdo. Su transgresin, en cambio, puede comportar la venta del sujeto como esclavo en el exterior (lit. para la exportacin ) sin posibilidad de retorno a Halicarnaso ( ), sin duda aqu denominacin global, en sentido tanto territorial como poltico, de las dos comunidades antes mencionadas.

    El sintagma , por su parte, constituye un tem-prano precedente de la frmula () / propia de la epigrafa tar-dohelenstica de la regin de Caria e islas prximas y que designa, precisamente, a la poblacin de estados resultantes de procesos de sympolitea y/o sinecismo cuyas comunidades integrantes seguan manteniendo un cierto grado de autogobierno14. El ejemplo ms ilustrativo es el conocido genricamente como sinecismo de Rodas, que consisti en realidad en la unin federal de las tres principales pleis de la isla, Ialisos, Camiros y Lindos (lo que ms bien constituira una sympolitea de primer tipo), hasta culminar en 408/7 a.C. con un hecho propiamente sinecstico: la construccin de un nuevo ncleo urbano (la ciudad de Rodas, en territorio iali-

    13. Resulta problemtica la utilizacin de esta terminologa tcnica, puesto que y presentan, ya en los textos griegos, una gran laxitud semntica, aplicndose a situa-ciones muy diversas, lo que genera, a su vez, una amplia discordancia, e incluso inconsistencia, en su uso por parte de los estudiosos modernos. El primero suele enfatizar la unificacin poltica pactada de dos o ms pleis mediante la institucin de una o ciudadana comn (e.g. a travs de la creacin de una liga o un estado federal, o mediante la integracin poltica de una comunidad en otra, con la consiguiente disolucin, o si ms no debilitamiento, en grado diverso, de la entidad autnoma y soberana de la primera). Esta ltima modalidad de sympolitea se adecuara bien a la situacin reflejada en nuestro epgrafe: e.g. roBert (1962: 54s.). El trmino sinecismo, en cambio, es aplicado por la historiografa moderna bien a la fusin lato sensu (fsica y/o poltica) de dos o ms comunidades (solapndose, por tanto, con el concepto de sympolitea: reGer 2004: 149, especialmente con la de segundo tipo; de ah el compuesto moderno de sympolitea sinecstica: Giovannini 2007: 244), bien nicamente a aquellos casos de amalgamiento poltico, por acuerdo pacfico o conquista militar, que conllevan desplazamientos importantes de poblacin (de modo que no todos los casos de sympolitea implican sinecismo ni todos los sinecismos son resultado de un acuerdo de sympolitea: hansen 2004: 115-119). Teniendo en cuenta el convincente anlisis de hansen, segn el cual el uso de en las fuentes griegas (excepto el ejemplo mtico-histrico del mal llamado sinecismo del tica, que no supuso un cambio importante en el patrn de asentamiento) remite siempre al hecho fsico de traslado o relocalizacin de grupos de poblacin, resulta un tanto cuestionable su aplicacin en el caso de Halicarnaso y Salmacis (MoGGi, 1976: 170-72 e, incongruentemente, el mismo hansen 2004: 118) puesto que, aunque a partir de Mausolo aparecen ya fundidas en un mismo recinto urbano, su contigidad fsica no habra comportado ningn movimiento de poblacin.

    14. Comentario de algunos ejemplos en reGer (2004: 172-78).

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    sio) como sede del estado federal y el consiguiente desplazamiento de parte de la poblacin de las tres pleis preexistentes para habitarlo15. La designacin en la epigrafa rodia, cuyo primer testimonio fechable con seguridad data de 154 a.C., hace referencia, pues, a la suma de la poblacin originaria de cada una de las tres pleis dependientes, las cuales, por cierto, aunque desprovistas de soberana en materia de poltica exterior (competencia exclusiva del estado federal con sede en la nueva capital), seguan conservando sus propios cultos, magistrados e instituciones y, lo que aqu nos interesa, seguan controlando su territorio, como prueba, por ejemplo, el conflicto surgido ca. 182 a.C. entre Lindos y Camiros tras la apropiacin por parte de la primera de unas lindes comunes, como si de verdaderos estados autnomos se tratase16.

    Otro ejemplo relevante, este de la misma cronologa que nuestra inscripcin, es IC IV 64, decreto de ca. 480 a.C. procedente de Gortina a favor de un indivi-duo de probable origen extranjero17. Entre otros privilegios, como la exoneracin fiscal y el acceso a la justicia ciudadana, Gortina en su totalidad y los que habitan en Auln ( ) le conceden tierra y vivienda en el territorio de Auln. En primer lugar, la mencin conjunta de Gortina y Auln como refrendarios del decreto, junto con el hecho de que los bienes inmuebles se hallasen en este ltimo, sugiere que Auln constituira una comunidad polticamente dependiente de Gortina, aunque con vestigios de soberana interna, en tanto conserva todava cierto poder de decisin sobre los bienes inmuebles de su territorio, fsicamente diferenciado del de Gortina18.

    Respecto a la condicin jurdica de los aulonitas, la mayora de los estudiosos entienden la coordinacin entre Gortina entera y los que habitan en Auln como oposicin excluyente, de suerte que estos ltimos constituiran una catego-ra de poblacin no integrada en el cuerpo cvico gortinio y, por ende, sin acceso a la ciudadana19. No obstante, a la luz del de Syll.3 45 y del de las sympoliteai helensticas, quiz sera prefe-rible entender el segundo miembro de la coordinacin, el sintagma , como hipnimo o precisin ya contenida en la mencin genrica

    15. Cf. el detallado anlisis de GaBrielsen (2000: 177-205), quien subraya los numerosos indicios de unidad poltica pan-rodia mucho antes de su materializacin fsica en la construccin de la nueva capital.

    16. Tit. Cam. 110.36-40.17. Vase piol II.2 2.3.3 en esta monografa.18. En efecto, la mencin de una casa en Auln en el interior del recinto fortificado (

    , l.4) y de un solar en el exterior ( , l.5) sugieren que Auln comprenda un ncleo urbano fortificado y una chra con lmites reconocidos.

    19. E.g. perlMan (1996: 267-68 y 2004, 1153), quien aduce como paralelo el ejemplo de Ritena, comunidad dependiente de Gortina a cuyos habitantes, en caso de acceder a los tribunales gortinios, se aplicar la derecho del extranjero (cf. piol, I.3 2.3 en esta monografa). No obstante, este trato jurdico a los ritenios, ms que explicarse como comportamiento habitual de Gortina para con la poblacin de los territorios que iba incorporando a su rbita poltica, podra constituir una excepcin y deberse, como quiz translucira el epgrafe que recoge el acuerdo (IC IV 80), a una larga hostilidad entre ambos centros, probablemente zanjada con una intervencin militar por parte de Gortina: cf. eFFenterre (1993).

  • Adri Piol Villanueva Halicarnaso y Salmacis. Historia de una comunidad greco-caria

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    , autorizando una traduccin Gortina en su conjunto y, par-ticularmente, los que habitan en Auln. Gortinios de origen y aulonitas seran, pues, a efectos polticos y jurdicos, ciudadanos de una misma plis: el estado compuesto de Gortina.

    Volviendo a la inscripcin de Halicarnaso, tambin Salmacis, como las pleis del estado rodio y la comunidad de Auln en Gortina, parece conservar cierto poder de decisin y control sobre los bienes races de su territorio, tal como sugiere la existencia de un colegio especficamente salmacita de mnmones, los magistrados responsables, por lo menos en la comunidad conjunta de Halicarnaso, del registro de la propiedad inmueble. En consecuencia, no es aventurado concluir que, muy posiblemente, el colegio salmacita se encargara de la confeccin y actualizacin del catastro de su territorio. Una relativa autoridad sobre el suelo propio y la gestin de las propiedades en l sitas parecen constituir, pues, el ltimo reducto de sobe-rana de una comunidad antes de su disolucin como entidad poltica e integracin completa en el territorio de la plis prevaleciente.

    2. Como apuntbamos al comienzo, hay indicios claros de que en el siglo v ambas comunidades constituan an asentamientos vecinos pero fsicamente separados, lo que sin duda tuvo que favorecer este mantenimiento por parte de Salmacis de una cierta potestad sobre su suelo. A esta diferenciacin geogrfica apunta Syll.3 46 (=SEG 43.713), un extenso epgrafe convencionalmente datado, con un amplio margen, entre 425 y 350 a.C.20. La inscripcin, que a tenor de su lugar de hallazgo deba de exhibirse en el templo de Apolo de Halicarnaso21, registra las ventas, por parte de los santuarios de Apolo, Atenea y Parthnos22, de los bienes inmuebles, o incluso la propia persona, de sus deudores insolventes: individuos a quienes el templo habra prestado dinero y a los cuales, tras declararse incapaces de resarcir la deuda una vez transcurrido el plazo fijado, confisc sus propiedades. En aras de la mxima claridad, adems del precio de compra, se consignan minuciosamente el nombre y patronmico tanto del comprador como del endeudado y, en el caso de tierras y casas, su emplazamiento as como, en ocasiones, informacin adicional acerca de su rgimen jurdico23.

    20. Cf. el todava interesante comentario de la editio princeps (haussoullier, 1880) y la edicin ms reciente, con mejora de algunas propuestas de lectura pero escueto comentario, de BlMel (1993 = SEG 43.713).

    21. Hallada en 1868 en una sala del castillo de los Cruzados, que se erige en la actualidad en la penn-sula de Zefiria. Asimismo, la mencin en a65 de una propiedad [] detrs del templo de Apolo (que contrasta con las designaciones ms globales / + topnimo) sugiere que la estela estara expuesta en el templo ms importante de la ciudad: cf. n. 30.

    22. Verosmilmente rtemis, encubriendo una divinidad epicrica caria, cf. lauMonier (1958: 626-28).23. As, en algunos casos se detalla tanto al propietario real como al posesor o usufructuario actual, e.g.

    a44-46: | | Atenin hijo de Tryolos (ha comprado) la casa en la ciudad que ocupaba Artyassis hijo de Tobororo y que era de Alexis. La ausencia de patronmico para este ltimo, junto con el hecho de que sea propietario de muchas otras parcelas y casas cedidas en posesin a terceros (cf. a39, 61, 63, c5, 15), sugiere que se tratara de un personaje de cierta relevancia. Igualmente interesante resulta a42s.: ,

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    Desde el anlisis del testimonio onomstico, al que recurriremos ms adelan-te, hasta el estudio de la casustica reflejada de acceso a la propiedad/posesin de bienes races, el documento presenta mltiples focos de inters. Lo que aqu nos interesa, sin embargo, es la distincin topogrfica que el texto establece entre viviendas en Salmacis (a11, 24 y 41) y una tierra en las inmediaciones de Salmacis (a13), por un lado, y casas sitas en la ciudad, por el otro (a33, 37 y 45), estas ltimas, por cierto, con precios sus-tancialmente ms altos que las situadas en Salmacis. El uso de , sin duda aqu en su acepcin territorial de ncleo urbano (=)24, conduce a pensar de entrada que, en la poca de la inscripcin, Salmacis constituira todava un asentamiento fsicamente diferenciado de la urbe de Halicarnaso, quiz mediando entre ambas tierra cultivable, como sugerira la mencin en a13 de la parcela . Teniendo en cuenta, pues, que por lo menos desde el ensanche del ncleo urbano de Halicarnaso por Mausolo ca. 370 a.C. y de su circunvalacin mediante un imponente circuito de murallas con un permetro aproximado de 7,5 km25, el rea de Salmacis qued comprendida en el recinto de la nueva capital strapa, convendra quiz reducir el espectro cronolgico de la inscripcin fijan-do en ca. 370 su terminus ante quem. En este caso, la referencia en a14 a una casa contigua a la muralla apoyara la posibilidad sugerida por P. Pedersen26 de que Halicarnaso, a tenor de su pujanza poltica y cultural en los siglos vi-v a.C., hubiese gozado de murallas previas, cuya invisibilidad en el registro arqueolgico podra deberse a la reforma urbanstica de Mausolo, que habra exigido su desmantelamiento27. De ser cierto, la presencia de murallas pre-mausoleas habra constituido un factor ms a favor de la acusada diferencia de precio entre las oikai de Salmacis y las situadas em plei.

    Yssoias hijo de Arbesio ha comprado la tierra de Diotimo, hijo de Sarissollo, en Ospraonno, la que antes era de Kakras. La mencin del propietario anterior a Diotimo tal vez se explique porque el traspaso de propiedad haba sido reciente.

    24. Para el estudio de la semntica de , vid. hansen nielsen (2004: 34-36 y esp. 39-46) y ms especficamente Flensted-Jensen hansen nielsen (2000), para sus acepciones en epigrafa. Dos casos paralelos algo ms tardos son IG XII, 5 872 (Tenos, ca. 300 a.C.), registro de compra-ventas inmobiliarias en la que se establece una clara distincin entre viviendas (la urbe de Tenos, sede de la plis o ciudad-estado tenio, que abrazara toda la isla), y parcelas y casas en varios distritos que configuran su chra; y Syll.3 1215 (Miconos, ca. 200 aC), registro de dotes matrimoniales en el que se consigna una vivienda en la ciudad ( l.19) vs. una casa en el arrabal ( , l.27). La voz () suele designar especficamente las barriadas extramuros: e.g. Herdoto 3.54, Tucdides 3.102, 4.130 y esp. 5.2, pasaje que guarda ciertas concomitancias con la fusin urbanstica de Salmacis y Halicarnaso por iniciativa de Mausolo: la antigua muralla de Torone fue parcialmente demolida por Brsidas para levantar una prolongacin que englobase el prosteion, fundindolo pues con el recinto urbano y creando as una nica ciudad ( ).

    25. Los restos conservados de esta muralla, cuyas reparaciones y adiciones sucesivas no alteraron sustancialmente el trazado original de 370, han permitido reconstruir el plano de la ciudad post-clsica: cf. pedersen (1994 y 2010).

    26. pedersen (1994: 217).27. Por esta misma interpretacin de Syll.3 46 parece inclinarse Flensted-Jensen (2004, 1115) en su

    reconstruccin del pasado pre-mausoleo de Halicarnaso.

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    178 Faventia Supplementa 2. Contacto de poblaciones y extranjera en el mundo griego antiguo

    Si bien es cierto que, en ocasiones, la voz poda designar especfica-mente la acrpolis de la ciudad, especialmente si haba alojado el asentamiento primitivo, la gran escasez de testimonios al respecto (referidos, adems, la inmensa mayora, a la acrpolis de Atenas, donde a partir de ca. 400 a.C. tal identificacin entra en desuso) desaconseja ver en el epgrafe un reflejo de la situacin post-370, esto es, entendiendo que Salmacis aludira al barrio intramuros y exclusi-vamente a Zefiria, denominacin que, por otro lado, resultara un tanto ambigua en una ciudad con cuatro ciudadelas, por mucho que Zefiria fuese la principal y ms antigua. Adems, a raz de su fortificacin por Mausolo y de la construccin del palacio de los strapas, contiguo al templo de Apolo, es harto improbable que albergase viviendas de ciudadanos en el escaso suelo disponible.

    De todos modos, una fecha coetnea o muy poco posterior a 370 no es tam-poco descartable, puesto que , si era todava reciente la fusin con Salmacis, podra haber seguido designando durante algn tiempo el rea correspondiente a la antigua Halicarnaso. Sea como fuere, lo que s prueba la oposicin topogrfica es la existencia de un pasado (inmediatamente o no) anterior a 370 en que ambos puntos constituan asentamientos urbansticamente independientes. Tal deba ser seguramente la situacin en la poca de Syll.3 45.

    As pues, antes de 370 Salmacis constituira un enclave de una cierta impor-tancia, fsicamente diferenciado todava de la urbe de Halicarnaso, posiblemente amurallada. El recinto de sta, como apunta la distribucin de los restos de poca premausolea documentados por la arqueologa, ocupara grosso modo el llano de la mitad este de la ciudad postclsica y helenstica: esto es, desde el rea del Mausoleo, el punto ms a poniente con vestigios de pocas anteriores28, hasta el barrio actual de Trkkuyusu al norte29 y la pennsula de Zefiria al sur, en cuya cima, como ya se ha dicho, se levantaba el templo de Apolo mencionado en ambas inscripciones30.

    28. Galeras y habitaciones subterrneas interpretadas durante tiempo como necrpolis y, ms recien-temente, como complejo con funcin simposaca o cultual, tal vez lugar de reunin de alguna asociacin o koinn. pedersen (2013, 47-61) reinterpreta los restos, de modo convincente, como acueducto subterrneo de ca. 500 a.C., presumiblemente inspirado en el clebre acueducto de Eupalinos en Samos. Agradecemos al autor el acceso al original.

    29. Donde fue hallado un bloque de ca. 530 a.C. que podra pertenecer a una fase temprana de un templo de mitad del siglo iv a.C. (Baran, 2009: 294) y, ms recientemente, algunas tumbas an no publicadas de datacin dudosa, tal vez de poca arcaica. Agradezco al Prof. Poul Pedersen (Syddansk Universitet, Dinamarca), director del programa de excavacin dans en Halicarnaso, el haberme facilitado epistolarmente (14 de septiembre de 2012 y 17 de marzo de 2013) este dato.

    30. Su localizacin en Zefiria vendra confirmada por dos epgrafes hallados en la pennsula, reaprovecha-dos como material de construccin o relleno del castillo de los Cruzados: el ms antiguo es SEG 4.191 (= CEG 429), dedicatoria en dsticos elegacos de un altar a Apolo por Panamies, hijo de Casbolios, uno de los dos mnmones halicarnaseos de Syll.3 45. El segundo (McCabe Halikarnassos 114 = SEG 26.1225), de poca helenstica, es un mojn del templo de Apolo ([] [] ) que prohbe el acceso a la cima () a los profanos. Como se ha visto, tambin Syll.3 46 sugiere la localizacin del templo en Zefiria (vid. n. 21). Finalmente, un decreto postclsico o helenstico hallado recientemente en una de las salas del castillo, todava indito, fija su exhibicin en el templo de Apolo (Briese pedersen 2006: 440). En efecto, los documentos oficiales se expondran en su recinto, como constatan Syll.3 45 (l.44-5 [] tal como se ha fijado por escrito en el templo de Apolo) e IG I3 156 (ca. 440/425 a.C.), decreto ateniense de proxena a favor

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    Faventia Supplementa 2. Contacto de poblaciones y extranjera en el mundo griego antiguo 179

    Tambin por una datacin ms temprana de Syll.3 46, en este caso dentro del ltimo tercio o cuarto del siglo v, se decanta B. Keil31, basndose en el sistema mixto de clculo monetario reflejado en los precios de venta: notacin en dracmas y numerales acrofnicos (sistema ms moderno, de inspiracin fenicia) para los bienes inmuebles, y mantenimiento de la unidad estatera y los numerales alfab-ticos para las personas (sistema ms antiguo, persa-babilonio, como en Syll.3 45).

    El criterio lingstico, en cambio, no permite, en este caso, fijar una datacin ms precisa, a causa de la gran escasez de inscripciones halicarnaseas fechables entre 450 y 350 a.C. con las que poder establecer comparaciones. En la editio princeps Haussoullier, aun sin rechazar una datacin de finales del siglo v, se inclina por la primera mitad del iv, apoyndose, sobre todo, en la fluctuacin de grafa -OY en el genitivo singular de los temas en 32, fenmeno ampliamente documentado en la epigrafa de poca mausolea de la regin de Caria. No obstante, el nico ejemplo de ese perodo en atestiguar dicha fluctuacin en la misma pro-porcin que nuestro epgrafe (esto es, con predominio claro de la grafa arcaica O en los sustantivos y, ocasionalmente, en el artculo) es la clebre estela de Iasos de confiscacin y venta de los bienes inmuebles de los conjurados contra Mausolo (Iasos 78 McCabe, 367/354 a.C.); en el resto de inscripciones de poca mausolea, en cambio, la grafa innovadora OY es ya la mayoritaria en los sustantivos y la nica usada en el artculo33.

    Por otro lado, un examen atento revela ciertas diferencias entre la inscripcin de Halicarnaso y la de Iasos que podran sugerir una fecha anterior para la prime-ra. Aunque la de Halicarnaso presenta ya dos aticismos atribuibles a la influencia precoz del tico-koin34 (l.4 y l.6 en vez de las formas esperables en jonio y )35, el influjo de la koin es ms acusado en la de Iasos, y se manifiesta en los antropnimos: 1) (ll. 22 y 48) siempre en su forma tica con contraccin, 2) genitivo analgico tico en masculinos de los temas en -*a (l.21, 48 , l.22, 50 , l.56 ], l.83 36), y 3) genitivo asigmtico37 para algunos de estos masculinos (l.14, 26 , l.21, 24 , l.38 , l.49 ), rasgos todos ellos ausentes todava en la de Halicarnaso, que registra las formas

    de un halicarnaseo, en el que se estipula la confeccin de una segunda estela para su exhibicin en Halicarnaso, en el santuario de Apolo ( h| h ). Con toda verosimilitud perteneceran al templo los fustes y capiteles de columnas jonias, de clara inspiracin samia, reutilizadas en la construccin de las torres italiana y francesa del castillo de los Cruzados: cf. la detallada informacin al respecto en www.sdu.dk/halikarnassos [ltima consulta: 7/03/2013].

    31. keil (1894).32. haussoullier (1880: 309), BlMel (1993: 11).33. Una excepcin es McCabe Lagina 160 (ca. 350 a.C., l. 18: ). 34. Vid. lpez-eire (1994: 43). Estos tempranos aticismos son explicables por la estrecha relacin

    poltica con Atenas a lo largo de la segunda mitad del siglo v a.C.: cf. n. 58. 35. Cf. Syll.3 45 con la forma jonia esperable: sean vendidos sus bienes

    (l.35), en referencia a quien contravenga las decisiones acordadas.36. Vid. Brixhe (1994: 67).37. Considerado evolucin especfica de la koin y precursor del genitivo masculino asigmtico del

    griego moderno: Brixhe (1994: 68).

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    propias del jonio (b29, d38, 42?) y (b7), y atestigua siem-pre el genitivo jonio / para los masculinos de la primera (e.g. a12, c31 etc. , a26 , c35, 37 etc. ). De todos modos, el peligro metodolgico de operar por comparacin con un nico ejemplo que, adems, es de procedencia diversa, desautoriza cualquier conclusin definitiva al respecto.

    As pues, de acuerdo con la informacin topogrfica deducible y, tal vez, con el sistema monetario mixto utilizado, la inscripcin reflejara una situacin anterior a 370. No obstante, a diferencia de Syll.3 45, no es posible colegir aqu ningn indicio de una relativa autonoma municipal de Salmacis. Ms bien, el hecho de que el regis-tro de ventas corra exclusivamente a cargo de los respectivos neopoai de cada uno de los tres santuarios mencionados (uno de ellos por lo menos, el de Apolo, situado en el casco urbano de Halicarnaso), sin mencin de ninguna otra magistratura o institucin poltica que pudiese dar cuenta de una cierta representacin salmacita, sugerira lo contrario: Salmacis, junto con los otros topnimos listados, habra sido ya asimilada como mero distrito o unidad territorial de la plis de Halicarnaso.

    Como prueba el ingente nmero de topnimos atestiguados, la mayora de ellos detallando la localizacin de tierras, Halicarnaso dominara una vasta chra que, ade-ms de Salmacis, incluira por lo menos otro asentamiento suburbano/extramuros. As lo sugiere la referencia en a47 a una vivienda en Argos38, curiosamente el nico topnimo griego de la estela y con el cual, probablemente, deba identificarse la ciudad de Caria homnima mencionada por Esteban de Bizancio (s.v. ). Como ya se vio en el caso de Salmacis, tambin calificada de por el lexicgrafo39, tal denominacin reflejara su condicin de ncleos demogrficamente importantes en la poca de sus fuentes primarias, sin implicar necesariamente que en algn momento de su historia hubiesen conformado pleis en el sentido poltico del trmino, es decir, ciudades-estado independientes. Ahora bien, al igual que Salmacis, habra gozado tambin Argos (para el que no contamos con ms testimonios y cuya localizacin, por tanto, desconocemos) de una cierta autonoma otrora?

    Tambin de inters, aunque de interpretacin incierta, son las menciones de Pedasa y Termera, dos de las seis (mal) llamadas ciudades lleges40 de

    38. Frente a la designacin en a9 de un granja en Kyogrissis, y teniendo en cuenta que el resto de oikai inventariadas se hallan siempre bien en Salmacis bien en la ciudad, el hecho mismo de que sea una casa la propiedad registrada en Argos es indicio suficiente de que constituira un tercer asentamiento de la plis o estado halicarnaseo, siendo los otros dos la ciudad de Halicarnaso propiamente y Salmacis.

    39. En el caso de Auln, el asentamiento dependiente de Gortina en el siglo v a.C., es calificado por Esteban de Bizancio (s.v.) primero de y ms adelante de lugar, vacilacin que tras-lucira las dudas del gramtico (o ms bien las de sus fuentes primarias) respecto a la condicin poltica del lugar.

    40. El uso inconsistente del trmino llege en las fuentes griegas revela que se tratara, como en el caso de los pelasgos, de un pueblo fantasma: una denominacin inconcreta y arcaizante para aludir a poblaciones pre-griegas tanto de Grecia como de Asia Menor, o simplemente a poblaciones no-griegas de poca histrica. As, algunos autores antiguos los presentan como poblacin autctona de la regin de Caria, ora identificndolos con los carios, ora considerndolos todava anteriores. Por su parte, la arqueologa moderna, siguiendo los confusos comentarios de Estrabn (7.7.2 y 13.1.59), quien refiere la existencia en Caria de varios centros ya deshabitados llamados lleges (prob. en el sentido de antiguo y de aspecto no griego), entre otros las seis

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    la pennsula de Halicarnaso que, segn Estrabn y Plinio, Mausolo incorpor a Halicarnaso41, medida sin duda indisociable del programa estratgico de ensan-che de la nueva capital Hecatmnida y que, a diferencia de la absorcin fsica de Salmacis en el tejido urbano, habra constituido propiamente un sinecismo: el traslado forzado de parte de la poblacin de estos centros a Halicarnaso a las que, posiblemente, se concedera la ciudadana halicarnasea. La alusin en a38 de una tierra en Lide, monte que, a decir de Herdoto (1.176), fortificaron en el siglo v los habitantes de Pedasa ante el avance de las tropas persas de Hrpago, podra sugerir la inclusin en el Hinterland halicarnaseo de territorio previamente controlado por Pedasa. Por el contrario, resulta ambigua la mencin en d4 de un pedaseo () comprador de uno de los endeudados, el nico caso en la este-la en que un individuo viene precisado por un tnico. El uso del tnico tanto podra deberse a la independencia poltica de Pedasa respecto a Halicarnaso (tratndose, pues, formalmente, de un extranjero para con la comunidad halicarnasea) como encubrir grados diversos de dependencia poltica con mantenimiento de una cierta autonoma, situacin que posiblemente prevaleci tras el sinecismo de Mausolo42. Igualmente problemtica es la mencin en d35 de unos bienes en Termera, propie-dad de una mujer43 (!) emparentada con un deudor objeto de compra: [] [] [] [] [] Diotimo hijo de Sarysolo (ha adquiri-do) a Kakras hijo de Yseldomo excepto a Hecatea y los bienes que la hermana posea en Termera junto con la porcin del jardn (sic). La sintaxis confusa del pasaje impide conocer no slo el vnculo exacto entre Kakras y la propietaria en

    ciudades que Mausolo incorpor por sinecismo a Halicarnaso, ha querido identificar los restos de varios asentamientos de la pennsula de Halicarnaso con este pueblo difuso, atribuyendo algunas peculiaridades de su arquitectura a una factura indgena, no griega. Como argumentan Carstens Flensted-Jensen (2004), tales rasgos constructivos no seran indicadores tnicos, sino variaciones regionales atribuibles a las exigencias del entorno y la disponibilidad de materiales, de modo que arqueolgicamente no es posible diferenciar entre asentamientos griegos y asentamientos cario-lleges en la Caria de poca histrica, y mucho menos fijar una subdivisin entre centros carios y centros lleges.

    41. Estrabn (13.1.59), citando al historiador del siglo iv a.C. Calstenes de Olinto, refiere que Mausolo uni () seis de las antiguas ciudades lleges a Halicarnaso. Aunque no detalla sus nombres, precisa que Mindos y Siangela no participaron. Plinio (HN 5.107) atribuye errneamente el proceso a Alejandro, pero nombra los seis oppida incorporados: Theangela, Side, Medmassa, Uranium, Pedasum, Telmisum. Como propusieron Bean Cook (1955: 143-45, sic MoGGi 1976: 265-66 y hornBloWer 1982: 82), Theangela (= Siangela), excluida por Estrabn, probablemente deba intercambiarse en el texto de Plinio por Termera, mencionada fuera de contexto por el natu-ralista unas lneas ms adelante.

    42. A ello apunta SEG 40.991-992 (Milasa, ca. 354/3 a.C., cf. infra) donde, junto a representantes de varias pleis de Caria (entre las cuales Halicarnaso), se mencionan tambin delegados de Uranio (), una de estas seis ciudades lleges: cf. DeborD Varinliolu (2001: 219-20).

    43. El nombre de un comprador en a38 |, entendido como femenino por BlMel (1993: 14), encubrira, a nuestro parecer, el masculino (harto frecuente en la epigrafa griega de Caria y, sin ir ms lejos, en esta misma inscripcin: a10, 16, 21, 59 etc.), por asimilacin y haplografa: < < . Cf. el caso paralelo de Syll.3 45 (l.41): (por ), aunque all el lapicida ha mantenido grficamente las dos sigmas en contacto. Para ejemplos anlogos en la epigrafa tica, cf. threatte (1980: 633-37).

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    cuestin (hermana de Kakras? o hermana de Hecatea (esposa esta de Kakras?) y por tanto cuada de este?), sino tambin si dichos bienes forman parte de la compra de Diotimo o bien, al igual que Hecatea, quedan excluidos (de ser as, la prohibicin de su compra podra responder al hecho de hallarse en territorio no halicarnaseo). En resumen, dichas menciones no ayudan a dilucidar la relacin poltica concreta de estas comunidades con Halicarnaso, ni antes ni despus del sinecismo, y por tanto tampoco contribuyen por s mismas a decantarse por una fecha pre- o postmausolea.

    3. El testimonio precioso de la onomstica de ambas inscripciones confirma que tanto Halicarnaso como Salmacis contaban, en el siglo v, con una poblacin mixta greco-caria44. La proporcin total de nombres griegos y carios es prcticamente idntica (50%-50%), aunque no su distribucin, proporcionalmente inversa, con predominio de los ltimos en la generacin de los padres y de los primeros en la generacin ms joven (ca. 60% de los carios frente a 40% de los griegos como patronmicos y ca. 60% de los griegos frente a 40% de los carios en el nombre propiamente)45. De gran inters resulta el testimonio aportado por otra inscripcin halicarnasea (McCabe 231), una lista de antropnimos en nominativo probablemen-te fechable dentro del ltimo cuarto del siglo v y perteneciente, por tanto, junto con Syll.3 45, Syll.3 46 y SEG 4.19146, al reducido grupo de epgrafes halicarnaseos de poca premausolea47. Los antropnimos carios son mayoritarios en este caso: ca.

    44. El carcter mixto greco-indgena de la poblacin de la mayora de comunidades de Caria y algunas de Jonia se ve tambin corroborado por las fuentes literarias. Cf. el clebre relato de Herdoto (1.146) acerca de los matrimonios mixtos entre los primeros colonos griegos y mujeres carias en Mileto, o la tradicin biogrfica acerca del mismo Herdoto, hijo de Lixes y sobrino del poeta Paniassis, ambos antropnimos carios (Suid. s.v. ). Cf. tambin la alusin de Jenofonte (HG 2.1.15) a la poblacin prxima de Kdreai en 405 a.C. como mixobrbaroi. La estrecha relacin de vecin-dad entre carios y griegos en Asia Menor, comportando la mutua comprensin de sus respectivas lenguas, se apunta ya en Homero, donde el epteto (Il. 2.867), aplicado a las huestes carias, aludira a su peculiar forma de hablar el griego, con marcado acento extranjero (lvy, 1984: 5-9; santiaGo, 1998: 35-36). Asimismo, los contactos (y cohabitacin) greco-carios rebasan, ya desde poca arcaica, el mbito minorasitico: cf. la participacin conjunta de mercenarios griegos y carios en las campaas del faran Psamtico I (siglo vii a.C.), atestiguada tanto por la epigrafa sincrnica como por la literatura posterior, principalmente Herdoto, quien adems subraya (2.154) el afincamiento y cohabitacin de estos mercenarios en los Campamentos, terrenos en el tramo bajo del Nilo cedidos por Psamtico, y su posterior traslado a Menfis bajo el reinado de Amasis: vid. santiaGo: IV.2 2.1 en esta misma monografa. Igualmente significativa resulta la probable presencia de una comunidad caria en Atenas en el siglo vi a.C., como sugiere el epitafio bilinge de un personaje cario fechable ca. 525-520 (IG I3 1344): vid. Ginest (2012: 271-273).

    45. 8 nombres carios (6 de los cuales patronmicos) frente a 3 griegos (ninguno como patronmico) en Syll.3 45; ca. 100 nombres carios (ca. 60 de ellos patronmicos) y ca. 100 griegos (ca. 40 como patronmicos) en Syll.3 46.

    46. Vid. n. 30.47. Completaran el grupo Halikarnassos 83 McCabe (de aceptarse su datacin dentro de la segunda

    mitad del v propuesta por BlMel 1994: 104), dedicatoria a Zeus Patrio por sendos personajes con nombre griego y patronmico cario el primero y nombre y patronmico carios el segundo; y, aunque hallada en Chipre (pero escrita por un compatriota halicarnaseo), CEG 170 (=LSAG 353.40), epitafio de ca. 475 para un halicarnaseo de nombre cario y patronmico griego enterrado en la isla.

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    Faventia Supplementa 2. Contacto de poblaciones y extranjera en el mundo griego antiguo 183

    30 frente a slo 6 griegos (4 de los cuales en la generacin de los hijos), predomi-nando, pues, los personajes con nombre y patronmico carios.

    Tal confluencia de onomstica griega y caria en Halicarnaso habra perdurado hasta poca de Mausolo, como confirmara SEG 40.991, epgrafe de 354-53 a.C. en el que se menciona a tres delegados halicarnaseos (l. 15-16) enviados, junto con representantes de otras comunidades de Caria, como testigos de la compra por parte de la ciudad de Milasa de un recinto sagrado en el territorio de Cindia: el primero cuenta con nombre y patronmico griegos, el segundo con nombre griego y patronmico cario y el tercero con nombre y patronmico carios48. La presencia de antroponimia asinica, no slo en Halicarnaso sino en toda la regin de Caria, ir diluyndose a partir de la segunda mitad del siglo iv a.C., perodo caracterizado, precisamente, por el progresivo relego de la cultura indgena caria a segundo plano y, en consecuencia, por la cuasi-completa helenizacin de la onomstica49.

    Conviene detenerse en este punto en el anlisis de la presencia griega en la pennsula de Halicarnaso, a fin de comprender mejor este grado de mestizaje atestiguado desde el siglo v a.C. Al igual que la mayora de asentamientos de cultura predominantemente griega de la costa minorasitica, Halicarnaso no se atiene al modelo griego de los siglos viii-v de colonizacin organizada de origen trazable y con diferenciacin ms o menos neta entre ncleos de presencia griega y focos indgenas, sino que la presencia helnica en la zona probablemente se remontara a poca micnica, y se intensificara durante la poca oscura50. Ello queda de manifiesto, sin ir ms lejos, en las brumas en torno al origen mismo de su componente griego: mientras que la tradicin local, como mnimo desde Herdoto, hace de Halicarnaso una ciudad doria (1.144, 2.178), fundacin de Trecn (7.99)51, el dialecto oficial era el jonio, como prueba la epigrafa (pblica en su mayora)

    Halikarnassos 66 McCabe, exvoto a Atenea por griegos procedentes de la regin de Malis en el Peloponeso, procede de la vecina Pedasa, probablemente plis con una cierta autonoma en ese perodo, como ya se ha dicho.

    48. Comentario del epgrafe en DeborD Varinliolu (2001: 216-22, esp. 221-22 para la onomstica). 49. Sobre el declive del sustrato cultural indgena en Caria a raz de la conquista de Alejandro, vase

    Bresson (2007).50. La necrpolis micnica de Msgebi, pocos kilmetros al oeste de Halicarnaso, confirma la presencia

    de aspectos culturales micnicos (y probablemente de griegos micnicos) en la regin. Tambin abogara en este sentido la mencin en dos tablillas de la serie A de Pilo (Aa 61, Ad 664) de perso-nal femenino de la industria textil precisados por el tnico ze-pu2-ra3 /dzephurai/, probablemente de Zefiria, la pennsula separada por un estrecho istmo de la costa (cf. nn. 7 y 30) que habra albergado el asentamiento griego primitivo y donde, precisamente, se ha hallado cermica micnica en los ltimos aos: Briese pedersen (2006: 449-50).

    51. El sistema administrativo de circunscripciones ciudadanas quiz seguira el modelo dorio de tres tribus (Hilea, Dimena y Panfilia), como se desprende del testimonio de Esteban de Bizancio citando a Calmaco (s.v. = Call. fr.703 Pfeiffer), segn el cual Antes, el oikists mtico, emigr desde Trecn llevndose a la tribu Dimena ( ). Sobre la pretendida fundacin trecenia de Halicarnaso y los estrechos lazos entre ambas ciudades en poca helenstica, vid. JaMeson (2004). Otro indicio a favor de la llegada de colonos dorios podra ser el enclave de Argos ya comentado: bajo el mismo lema el gramtico de Bizancio menciona sendos asentamientos homnimos en las islas vecinas de Nisiros (donde Poseidn, su divinidad tutelar, recibe la epiclesis Argeos en IG XII, 3 103.13, ca. 200 a.C.) y Calidna, ambas de dialecto dorio (cf. n. siguiente).

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    previa al afianzamiento de la koin. Esta doble afinidad tnico-cultural, que parece reflejarse en la historia poltica de Halicarnaso en el siglo v, particularmente en sus relaciones con el exterior52, ha sido explicada diversamente por los estudiosos53. En cualquier caso, reflejara en definitiva un flujo ms o menos continuo de poblacin griega desde finales del ii milenio a.C. hasta bien entrado el i, que habra hecho de Halicarnaso una poblacin con una comunidad griega posiblemente hbrida, descendiente de un componente jonio junto con otro quiz (pre-?)dorio.

    Asimismo, el modelo de penetracin y asentamiento griego en la zona no avalara la interpretacin sugerida por algunos estudiosos de que la relacin de dependencia poltica entre Halicarnaso y Salmacis reflejada en Syll.3 45 y 46 encubrira una oposicin clara del tipo asentamiento griego vs. centro indge-na. Una hiptesis tal constituye una proyeccin del modelo colonial de poca histrica, en el que, en ocasiones, el asentamiento de los colonos acaba fusio-nndose con el ncleo vecino indgena preexistente54. Ni la arqueologa55 ni la

    52. Segn Herdoto (7.99) Artemisia, hija del tirano Lgdamis (prob. antecesor del mencionado en Syll.3 45), comand en la batalla de Salamina como aliada de Jerjes una flota conjunta de naves de Halicarnaso y sus vecinas dorias Nisiros, Calidna y Cos. Por otro lado, el testimonio arqueolgico revela fuertes vnculos en la arquitectura pblica (templo de Apolo y posible acueducto subterrneo cf. nn. 28 y 30) con la Samos de Polcrates, donde precisamente, segn la tradicin posterior, se habra exiliado Herdoto.

    53. Segn hall (1997: 169s.) Halicarnaso habra adoptado progresivamente el dialecto jonio veci-no sin renunciar por ello a su etnicidad doria. Ms all va JeFFery (19902: 353), quien no slo explica tal cambio por presin cultural sino por inmigracin de poblacin jonia en poca arcaica, probablemente desde Mileto, que habra neutralizado el elemento dorio originario, opinin sus-crita por Brixhe (1994: 60). Por otro lado Trecn, como sugiere la existencia en poca histrica de un culto a Atenea Apaturia y su vinculacin con el mito de Teseo, habra contado quiz con un sustrato jonio, constituyendo uno de los focos ms tardos de llegada de poblacin doria a la Arglide: sakellariou (2009: 531, 578). En este sentido, lloyd-Jones (1999: 9) aun sin excluir la llegada posterior de contingentes dorios de diversas procedencias a Halicarnaso, sita la migracin trecenia antes de la penetracin doria en la costa oriental peloponesia donde se sita Trecn, hiptesis apuntada tambin, aunque con reticencias, en snodGrass (1971: 301s.). Por su parte, hornBloWer (1982: 14) recuerda que los hallazgos principalmente cermicos en tumbas protogeomtricas de la vecina Asarlk (prob. Termera) abogaran a favor de la existencia ya en esa poca de vnculos con el tica y por tanto con poblacin jonia. Ponderado reestudio de estos hallazgos en Carstens (2011) quien subraya que no necesariamente adveran la presunta migracin protohistrica jonia desde el tica.

    54. Resultan pues equvocas las afirmaciones de hornBloWer (1982: 85, n. 2), quien atribuye natu-raleza tnica caria a Salmacis, por oposicin a Halicarnaso, aduciendo como prueba la glosa de Esteban de Bizancio ya comentada Salmacis: ciudad de Caria, donde Caria es utilizado en sentido geogrfico, no tnico; de hecho, el gramtico se sirve del mismo encabezamiento en su entrada sobre Halicarnaso: . Segn virGilio (1988: 68), Salmakis costituisse il centro indigeno cario, e Halicarnasso il centro dei coloni greci, remitiendo de nuevo al lema de Esteban y a Bean Cook (1955: 94), quienes simplemente califican Salmacis de Carian township, evidentemente en el mismo sentido geogrfico que la glosa del gramtico. Asimismo, BreMMer (2009: 298), quien no obstante remarca el desliz de hornBloWer, atribuye etnicidad especficamente caria a Salmacis en base a una interpretacin errnea de Syll.3 45, que segn l prueba la existencia de Greeks vs. men of Salmakis. Como se ha visto, la distincin que establece el decreto es puramente geogrfico-poltica: halicarnaseos (y no grie-gos) vs. salmacitas.

    55. Cf. n. 40.

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    Faventia Supplementa 2. Contacto de poblaciones y extranjera en el mundo griego antiguo 185

    epigrafa (onomstica) apoyan una distincin neta, en la poca de redaccin de ambos epgrafes, entre asentamiento indgena cario (Salmacis) y comunidad grie-ga (Halicarnaso), precisamente en este caso en el que la presencia griega, y por tanto el contacto con la poblacin autctona anatolia, es tan antiguo. Por poner un ejemplo, uno de los dos mnmones salmacitas de Syll.3 45 tiene nombre griego mientras que uno de sus homlogos halicarnaseos presenta nombre y patronmico carios. De hecho, el topnimo mismo / es sin duda de origen asinico56, como tambin el de 57. En resumen, los datos arqueolgicos y epigrficos disponibles sugieren que, a efectos tnicos, tanto Halicarnaso como Salmacis constituiran en el siglo v sendas comunidades mixtas en las que el elemento griego e indgena, los principales pero no los nicos58, se hallaban profundamente imbricados59.

    56. Vid. zGusta (1984: 62). Cf. adieGo (2007: 351), quien relaciona el topnimo con la secuencia alos karnos / alos karnos atestiguada en dos inscripciones carias.

    57. BreMMer (2009: 298-99), apoyndose en neuMann (2007: 309-10). El resto de distritos o circuns-cripciones territoriales de Halicarnaso en Syll.3 46 son tambin de etimologa asinica, excepto Argos. Habra constituido este, junto con Zefiria, topnimo tambin griego, los primitivos enclaves de colonos griegos antes de su fusin con la poblacin local?

    58. Cf. el antropnimo persa Megabates, nombre de uno de los mnmones salmacitas de Syll.3 45 y patronmico de un endeudado en Syll.3 46. Aunque aliada de Jerjes en la batalla de Salamina (cf. n. 52), Halicarnaso se incorpor despus de las Guerras Mdicas a la liga tico-dlica y mantuvo a lo largo de la segunda mitad del siglo v estrechas relaciones con Atenas. De ello da fe IG I3 103, singular decreto de 410/9 a.C. por el que Atenas elogia a la ciudad, tal vez nombrndola benefactora, de ser cierta la propuesta de restitucin de l.10. Como observa hornBloWer (1982: 25), la presencia de este antropnimo persa en ambas inscripciones quiz corroborara la informa-cin transmitida por Iscrates (4.120) de que algunas comunidades de Asia Menor tributarias de Atenas, interesadas en seguir manteniendo una relacin cordial con el imperio vecino, pagaban paralelamente tributo al Rey. Respecto al antropnimo de Syll.3 46, no necesariamente avalara, como se ha querido justificar en ocasiones, la presencia de poblacin egipcia, quiz descendiente de los mercenarios jonios y carios de Psamtico (cf. n. 44): vid. el precavido anlisis de Masson (1959: 164-70), quien explica como anatolios otros dos antropnimos de Syll.3 46 previamente considerados egipcios.

    59. La inscripcin de Salmacis a la que aludamos al comienzo del trabajo constituye un eco tardo del hibridismo cultural y tnico de Halicarnaso. En su forma de crnica mtica de la ciudad, el epgrafe registra, por un lado, la llegada de mltiples oleadas de colonos griegos bajo la gua de sucesivos oikista legendarios (entre los que se cuentan Belerofontes y Endimin) y, por el otro, rememora sutilmente el pasado cario de la regin, especialmente a travs de la versin referida en ll. 15-22 del episodio de Hermafrodito y Salmacis: la ninfa autctona que acogi como trphos cui-dadora, nutricia al semidis griego (de naturaleza sexual mixta) en su cueva. Sugerente anlisis de esta versin halicarnasea del mito de Hermafrodito y Salmacis y de sus transfondo tnico-cultural en sourvinou-inWood (2004).

    III.2. Halicarnaso y Salmacis.Historia de una comunidad greco-cariaResumenAbstract. Halicarnassus and Salmacis. A history of a Greco-Carian communityFigura 1. Plano de la Halicarnaso helenstica