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| Jueves 24 de Julio de 2014 espectáculos | 3 12 horas para sobrevivir (The purge: anarchy, esTados uni- dos/2014). ★★★ buena. guión y dirección: James DeMonaco. fotografía: Jacques Jouffret. música: Nathan Whitehead. edición: Todd Miller y Vince Filippone. diseño de producción: Brad Ricker. elenco: Frank Grillo, Carmen Ejogo, Kiele Sánchez, Zach Gilford y Zoë Soul. fotografía: Jacques Jouffret. distribuidora: UIP. duración: 103 minutos. calificación: Apta para mayores de 16 años. H ace un año, el guionista y direc- tor James DeMonaco sorpren- dió con La noche de la expiación, pequeña película de acción y terror sobre una familia, liderada por Ethan Hawke y Lena Headey, que defendía su casa de ataques externos durante un día en el que –con el aval del gobier- no– todo estaba permitido (incluidos los asesinatos). Ya no están los personajes del film original, pero DeMonaco regresa con una nueva purga. Estamos en la ciudad de Los Ángeles en el año 2023. La elite en el poder que se hace llamar Nuevos Padres Fundadores continúa con la costumbre de habilitar una vez al año esas 12 horas a las que alude el título local de esta secuela para que todos quienes quieran desaten sus más bajos instintos, se desquiten, se desahoguen, apelen a los excesos de violencia que se les antojen tras 364 días de ira conteni- da y frustraciones acumuladas. Así, decenas de marginales, de aman- tes de las armas (que no son pocos pre- cisamente en los Estados Unidos) o de simples habitantes aburridos y ávidos de emociones fuertes se calzan las más- caras más atemorizantes y se hacen de machetes, hachas, bates de béisbol, lanzallamas, pistolas o ametralladoras de alta gama para... salir a cazar. Esta segunda entrega ya no transcu- rre dentro de una casa, sino en exterio- res, sobre todo en las calles del centro de Los Ángeles con cinco protagonistas que deberán unir fuerzas para sobre- vivir: un as del combate al que todos llaman Sargento (Frank Grillo), que en principio sale para vengar una muer- te cercana; Eva (Carmen Ejogo), una atractiva camarera latina con su hija adolescente Cali (Zoë Soul), y un ma- trimonio joven en plena crisis afectiva (Zach Gilford y Kiele Sánchez), cuyo au- to se descompone poco antes del inicio de la purga. 12 horas para sobrevivir amplifica la mirada política del film previo (hay aquí un grupo revolucionario lidera- do por un profeta afroamericano que se opone a esa depuración que tiene a los pobres como principales víctimas y plantea una lucha de clases también por métodos violentos) y propone un estilo narrativo que por momentos re- cuerda a notables exponentes del cine clase B como Roger Corman, al Walter Hill de Los guerreros: The Warriors y, sobre todo, a John Carpenter (DeMona- co no casualmente escribió el guión de la remake de Asalto al precinto 13). La película no es precisamente su- til ni apela al buen gusto, pero en sus términos (sangre, sudor y lágrimas) resulta casi siempre sólida. Hay em- patía entre los personajes, tensión y nervio en la narración y unos cuantos hallazgos a la hora de plantear vueltas de tuerca perturbadoras. No estamos ante un film que vaya a cambiar los cánones ni los estándares del cine de género, pero sí ante una secuela bas- tante noble y atrapante. Todo está listo, por lo tanto, para que dentro de unos meses tengamos una nueva purga en la pantalla.ß Diego Batlle Escape desesperado cine uip Atrapante secuela de La noche de la expiación Lore (Ídem, aLemania-ausTraLia-gran breTaña/2012, habLada en aLemán e ingLés). ★★★★ muy buena. dirección: Cate Shortland. guión: Cate Shortland y Robin Mukherjee sobre la novela The Dark Room, de Rachel Seiffert. fotografía: Adam Arkapaw. música: Max Richter. edición: Veronika Jenet. diseño de producción: Silke Fischer. elenco: Saskia Rosendahl, Kai Malina, Nele Trebs, Ursina Lardi, Hans-Jochen Wag- ner, Mika Seidel. distribuidora: Mirada/Cinemátiko. duración: 108 minutos. calificación: apta para mayores de 16 años A lemania año cero. O aun antes: Lore comienza en los últimos días del Ter- cer Reich, cuando el régimen nazi se derrumba y Alemania ya se está convirtiendo en un territo- rio ocupado y en ruinas. Para los que antes ejercían el poder y han sobrevivido a la guerra, como los protagonistas del film, es la hora de huir, la hora de borrar huellas, quemar fotos, libros y documen- tos comprometedores; empacar lo más valioso, salvar el pellejo antes de que las tropas aliadas lleguen a la granja bávara donde residen. En eso están, dominan- do el pánico, los padres, un alto oficial de la SS y una ferviente ad- miradora de Hitler. ¿Qué será de los cinco hijos? A Lore, que tiene 14 años y es la mayor (el menor es todavía un bebe en pañales) le tocará hacerse cargo de ellos y conducirlos a la casa de la abue- la, unos 800 km al Norte, cerca de Hamburgo, para lo cual, antes de abandonarlos, le dejan el dinero necesario para los pasajes de tren y algunas joyas que la madre ha guardado en una valija. La experiencia será, por su- puesto, durísima. En contraste con una naturaleza exuberante a la que la directora Cate Shortland concede atención primordial, el panorama será desolador. Lore y sus hermanos (una preadolescen- te de firme carácter y un par de mellizos de 8 o 9 años, además del bebe) tendrán que buscar refugio en granjas abandonadas, rogar por comida, tropezar con los es- combros de la guerra, incluidos cadáveres ensangrentados. Na- da más lejos del bienestar en que han vivido desde su nacimiento, nada que coincida con la imagen del arrogante país de elegidos en el que creían sus padres y cuyas ideas fueron determinantes en su educación. Fuera de casa también habrá huellas del horror de los campos de concentración (al que quizá podría haber contribuido su pa- dre, pensará después) como esas fotos de judíos cadavéricos que Lore ve en fragmentos de diarios en una plaza y que alguien, hit- lerista incondicional, le asegura sólo son actores pagados por la propaganda aliada. Allí afuera, las situaciones ex- tremas se suceden. En una gran- ja desierta una mujer le ofrece un cántaro de agua para beber a cambio de la alianza de oro de su madre. Ella misma se atreve a despojar del reloj pulsera al cuer- po de un suicida. Pero allá afuera también se ex- pone a otras vivencias –incluida una accidental y trágica– que mar- carán su crecimiento: el despertar de su sexualidad, sobre todo, que deriva de un hecho central en el relato. Cuando una brusca patru- lla de soldados aliados detiene al grupo de pequeños peregrinos y les reclama documentos, un joven desconocido sale en su ayuda y se hace pasar por el hermano mayor, identificándose como judío. Como tal, más allá de la gratitud que pue- da inspirar el gesto, despertará en Lore tanto recelo como incómoda atracción, una extraña confusión de sentimientos. Habrá quien juzgue que Short- land aspira a abarcar demasia- dos temas, pero no hay duda de la inteligencia con que se mueve en terrenos tan pantanosos y la sutileza que muestra para en- contrar siempre el camino de la sugerencia antes que la franca exposición de una historia tan desgarradora. Y esa exquisitez se hace también visible tanto en el tratamiento visual como en la conducción de los actores, pues difícilmente alcanzaría resulta- dos tan vigorosos sin la sorpren- dente potencia expresiva de la casi debutante alemana Saskia Rosendahl, irreemplazable Lore, y sin la solidez de todo el resto del elenco.ß Fernando López Alemania año cero cine mirada El grupo de hermanos abandonados a su suerte en un territorio desgarrado A Buddy Valastro lo conocemos en esta zona del mundo desde ha- ce unos años por los programas El desafío de Buddy y Cake Boss, que emite Home & Health, los martes a las 20 y a las 22, respectivamen- te. En su país, los Estados Unidos, más específicamente en Nueva Jersey, lo conocen hace mucho más tiempo por las delicias que se fabrican en la pastelería Carlo –ahora es una cadena con varios locales–, que pertenece a su fami- lia y que fue fundada por su padre. “Papá era mi ídolo y yo quería ser como él. Ir a la pastelería era para mí algo natural. Trabajar allí me resultaba fácil, me salía todo sin pensar, como un bateador de béis- bol profesional que cuando viene la pelota sólo levanta el bate y ba- tea. Me daba mucha satisfacción hacer estas hermosas tortas que hacemos. Quería experimentar esa sensación y guardármela para el resto de mi vida”, cuenta Buddy de sus inicios en el oficio de su pro- genitor cuando contaba nada más que once años de edad. Cuando Buddy cumplió los 17, al- go desagradable ocurrió. Su padre murió repentinamente y él tuvo que hacerse cargo de la empresa familiar. “Fue muy difícil para mí. Tuve que abandonar la escuela pa- ra ir a manejar el negocio familiar. Pastelero jornada completa buddy vaLasTro. El protagonista de Cake Boss recuerda sus comienzos junto a su padre, en el negocio familiar que heredó Había perdido a mi mejor amigo, a mi ídolo y tenía unos zapatos muy grandes que me tuve que calzar. Amaba mucho a mi papá porque era un gran hombre. Desde enton- ces tuve que trabajar mucho más que todos, para ganarme el respeto que le daban a él”, recuerda emo- cionado. “Yo soy el más chico de to- da la familia, pero ellos sabían que tenía la personalidad para hacer funcionar el motor que llevaría a la empresa adelante”, agrega. Y no se equivocaron, ahora el negocio familiar tiene 700 em- pleados, en 7 pastelerías y un res- taurante, además de los shows tele- visivos que se generan a partir de la marca. Para algunos episodios de uno de ellos –El desafío de Buddyque se grabaron en Buenos Aires el repostero visitó nuestro país. “De la comida argentina estuve probando algunas exquisiteces estos días. So- bre todo la carne, que por algo tiene la fama que tiene en todo el mun- do. Pero también otras cosas muy ricas; no esperaba menos del país del que proviene el dulce de leche, un manjar que vendemos en nues- tra pastelería”, confiesa finalmente muy divertido.ß Ricardo Marín Buddy Balastro dedicado a su oficio

mirada Alemania año cero - Amazon S3 · 2014-07-31 · Alemania año cero. O aun antes: Lore comienza en los últimos días del Ter-cer Reich, cuando el régimen nazi se derrumba

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Page 1: mirada Alemania año cero - Amazon S3 · 2014-07-31 · Alemania año cero. O aun antes: Lore comienza en los últimos días del Ter-cer Reich, cuando el régimen nazi se derrumba

| Jueves 24 de Julio de 2014 espectáculos | 3

12 horas para sobrevivir (The purge: anarchy, esTados uni-dos/2014). ★★★ buena. guión y dirección: James DeMonaco. fotografía: Jacques

Jouffret. música: Nathan Whitehead. edición: Todd Miller y Vince Filippone. diseño

de producción: Brad Ricker. elenco: Frank Grillo, Carmen Ejogo, Kiele Sánchez,

Zach Gilford y Zoë Soul. fotografía: Jacques Jouffret. distribuidora: UIP. duración:

103 minutos. calificación: Apta para mayores de 16 años.

Hace un año, el guionista y direc-tor James DeMonaco sorpren-dió con La noche de la expiación,

pequeña película de acción y terror sobre una familia, liderada por Ethan Hawke y Lena Headey, que defendía su casa de ataques externos durante un día en el que –con el aval del gobier-no– todo estaba permitido (incluidos los asesinatos).

Ya no están los personajes del film original, pero DeMonaco regresa con una nueva purga. Estamos en la ciudad de Los Ángeles en el año 2023. La elite en el poder que se hace llamar Nuevos Padres Fundadores continúa con la costumbre de habilitar una vez al año esas 12 horas a las que alude el título local de esta secuela para que todos quienes quieran desaten sus más bajos instintos, se desquiten, se desahoguen, apelen a los excesos de violencia que se les antojen tras 364 días de ira conteni-da y frustraciones acumuladas.

Así, decenas de marginales, de aman-tes de las armas (que no son pocos pre-cisamente en los Estados Unidos) o de simples habitantes aburridos y ávidos de emociones fuertes se calzan las más-caras más atemorizantes y se hacen de machetes, hachas, bates de béisbol, lanzallamas, pistolas o ametralladoras de alta gama para... salir a cazar.

Esta segunda entrega ya no transcu-rre dentro de una casa, sino en exterio-res, sobre todo en las calles del centro de Los Ángeles con cinco protagonistas que deberán unir fuerzas para sobre-vivir: un as del combate al que todos

llaman Sargento (Frank Grillo), que en principio sale para vengar una muer-te cercana; Eva (Carmen Ejogo), una atractiva camarera latina con su hija adolescente Cali (Zoë Soul), y un ma-trimonio joven en plena crisis afectiva (Zach Gilford y Kiele Sánchez), cuyo au-to se descompone poco antes del inicio de la purga.

12 horas para sobrevivir amplifica la mirada política del film previo (hay aquí un grupo revolucionario lidera-do por un profeta afroamericano que se opone a esa depuración que tiene a los pobres como principales víctimas y plantea una lucha de clases también por métodos violentos) y propone un estilo narrativo que por momentos re-cuerda a notables exponentes del cine clase B como Roger Corman, al Walter Hill de Los guerreros: The Warriors y, sobre todo, a John Carpenter (DeMona-co no casualmente escribió el guión de la remake de Asalto al precinto 13).

La película no es precisamente su-til ni apela al buen gusto, pero en sus términos (sangre, sudor y lágrimas) resulta casi siempre sólida. Hay em-patía entre los personajes, tensión y nervio en la narración y unos cuantos hallazgos a la hora de plantear vueltas de tuerca perturbadoras. No estamos ante un film que vaya a cambiar los cánones ni los estándares del cine de género, pero sí ante una secuela bas-tante noble y atrapante. Todo está listo, por lo tanto, para que dentro de unos meses tengamos una nueva purga en la pantalla.ß Diego Batlle

Escape desesperadocine

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Lore (Ídem, aLemania-ausTraLia-gran breTaña/2012, habLada en aLemán e ingLés). ★★★★ muy buena. dirección: Cate

Shortland. guión: Cate Shortland y Robin Mukherjee sobre la novela The

Dark Room, de Rachel Seiffert. fotografía: Adam Arkapaw. música: Max

Richter. edición: Veronika Jenet. diseño de producción: Silke Fischer. elenco:

Saskia Rosendahl, Kai Malina, Nele Trebs, Ursina Lardi, Hans-Jochen Wag-

ner, Mika Seidel. distribuidora: Mirada/Cinemátiko. duración: 108 minutos.

calificación: apta para mayores de 16 años

A lemania año cero. O aun antes: Lore comienza en los últimos días del Ter-

cer Reich, cuando el régimen nazi se derrumba y Alemania ya se está convirtiendo en un territo-rio ocupado y en ruinas. Para los que antes ejercían el poder y han sobrevivido a la guerra, como los protagonistas del film, es la hora de huir, la hora de borrar huellas, quemar fotos, libros y documen-tos comprometedores; empacar lo más valioso, salvar el pellejo antes de que las tropas aliadas lleguen a la granja bávara donde residen. En eso están, dominan-do el pánico, los padres, un alto oficial de la SS y una ferviente ad-miradora de Hitler. ¿Qué será de

los cinco hijos? A Lore, que tiene 14 años y es la mayor (el menor es todavía un bebe en pañales) le tocará hacerse cargo de ellos y conducirlos a la casa de la abue-la, unos 800 km al Norte, cerca de Hamburgo, para lo cual, antes de abandonarlos, le dejan el dinero necesario para los pasajes de tren y algunas joyas que la madre ha guardado en una valija.

La experiencia será, por su-puesto, durísima. En contraste con una naturaleza exuberante a la que la directora Cate Shortland concede atención primordial, el panorama será desolador. Lore y sus hermanos (una preadolescen-te de firme carácter y un par de mellizos de 8 o 9 años, además del

bebe) tendrán que buscar refugio en granjas abandonadas, rogar por comida, tropezar con los es-combros de la guerra, incluidos cadáveres ensangrentados. Na-da más lejos del bienestar en que han vivido desde su nacimiento, nada que coincida con la imagen del arrogante país de elegidos en el que creían sus padres y cuyas ideas fueron determinantes en su educación.

Fuera de casa también habrá huellas del horror de los campos de concentración (al que quizá podría haber contribuido su pa-dre, pensará después) como esas fotos de judíos cadavéricos que Lore ve en fragmentos de diarios en una plaza y que alguien, hit-lerista incondicional, le asegura sólo son actores pagados por la propaganda aliada.

Allí afuera, las situaciones ex-tremas se suceden. En una gran-ja desierta una mujer le ofrece un cántaro de agua para beber a cambio de la alianza de oro de su madre. Ella misma se atreve a despojar del reloj pulsera al cuer-po de un suicida.

Pero allá afuera también se ex-pone a otras vivencias –incluida una accidental y trágica– que mar-carán su crecimiento: el despertar de su sexualidad, sobre todo, que deriva de un hecho central en el relato. Cuando una brusca patru-lla de soldados aliados detiene al grupo de pequeños peregrinos y les reclama documentos, un joven desconocido sale en su ayuda y se hace pasar por el hermano mayor, identificándose como judío. Como tal, más allá de la gratitud que pue-da inspirar el gesto, despertará en Lore tanto recelo como incómoda atracción, una extraña confusión de sentimientos.

Habrá quien juzgue que Short-land aspira a abarcar demasia-dos temas, pero no hay duda de la inteligencia con que se mueve en terrenos tan pantanosos y la sutileza que muestra para en-contrar siempre el camino de la sugerencia antes que la franca exposición de una historia tan desgarradora. Y esa exquisitez se hace también visible tanto en el tratamiento visual como en la conducción de los actores, pues difícilmente alcanzaría resulta-dos tan vigorosos sin la sorpren-dente potencia expresiva de la casi debutante alemana Saskia Rosendahl, irreemplazable Lore, y sin la solidez de todo el resto del elenco.ß Fernando López

Alemania año cero cine

miradaEl grupo de hermanos abandonados a su suerte en un territorio desgarrado

A Buddy Valastro lo conocemos en esta zona del mundo desde ha-ce unos años por los programas El desafío de Buddy y Cake Boss, que emite Home & Health, los martes a las 20 y a las 22, respectivamen-te. En su país, los Estados Unidos, más específicamente en Nueva Jersey, lo conocen hace mucho más tiempo por las delicias que se fabrican en la pastelería Carlo –ahora es una cadena con varios locales–, que pertenece a su fami-lia y que fue fundada por su padre. “Papá era mi ídolo y yo quería ser como él. Ir a la pastelería era para mí algo natural. Trabajar allí me resultaba fácil, me salía todo sin pensar, como un bateador de béis-bol profesional que cuando viene la pelota sólo levanta el bate y ba-tea. Me daba mucha satisfacción hacer estas hermosas tortas que hacemos. Quería experimentar

esa sensación y guardármela para el resto de mi vida”, cuenta Buddy de sus inicios en el oficio de su pro-genitor cuando contaba nada más que once años de edad.

Cuando Buddy cumplió los 17, al-

go desagradable ocurrió. Su padre murió repentinamente y él tuvo que hacerse cargo de la empresa familiar. “Fue muy difícil para mí. Tuve que abandonar la escuela pa-ra ir a manejar el negocio familiar.

Pastelero jornada completabuddy vaLasTro. El protagonista de Cake Boss recuerda sus comienzos junto a su padre, en el negocio familiar que heredó

Había perdido a mi mejor amigo, a mi ídolo y tenía unos zapatos muy grandes que me tuve que calzar. Amaba mucho a mi papá porque era un gran hombre. Desde enton-ces tuve que trabajar mucho más que todos, para ganarme el respeto que le daban a él”, recuerda emo-cionado. “Yo soy el más chico de to-da la familia, pero ellos sabían que tenía la personalidad para hacer funcionar el motor que llevaría a la empresa adelante”, agrega.

Y no se equivocaron, ahora el negocio familiar tiene 700 em-pleados, en 7 pastelerías y un res-taurante, además de los shows tele-visivos que se generan a partir de la marca. Para algunos episodios de uno de ellos –El desafío de Buddy– que se grabaron en Buenos Aires el repostero visitó nuestro país. “De la comida argentina estuve probando algunas exquisiteces estos días. So-bre todo la carne, que por algo tiene la fama que tiene en todo el mun-do. Pero también otras cosas muy ricas; no esperaba menos del país del que proviene el dulce de leche, un manjar que vendemos en nues-tra pastelería”, confiesa finalmente muy divertido.ß Ricardo Marín

Buddy Balastro dedicado a su oficio