Ly Th Goes Ricoeur

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    1/22

    TESTIMONIO

    Y

    TEST CIN

    EN

    L MEMORIA L HISTORIA

    EL OLVIDO

    EP UL RICOEUR

    Esteban Lythgoe

    RESUMEN Una de las discusiones historiogrficas ms actuales consiste en esta-

    blecer cul debe ser la relacin entre la historia y la memoria. En su

    propuesta, Ricoeur asocia la bsqueda de la verdad a la historia y la

    pretensin de fidelidad a la mem oria. El objetivo dei presente trabajo

    es rastrear los antecedentes de esta tesis y establecer cmo stos afec-

    tan a su posicin acerca del papel del testimonio en la historiografa.

    Se establece que esta propuesta no es el producto coyuntural de los

    debates posteriores a

    T iempo y n arracin

    sino que surge de invesriga-

    ciones anteriores acerca de temticas asociadas.

    ABSTRACT One of the most actual discussions in history is ro establish the rela-

    tion between history and memory. In his proposal, Ricoeur associates

    truth with history and fidelity with memory. The object of this paper

    is to trace the antecedents of these thesis and to show its influence

    in his position about the role of testimony in history. We dismiss the

    hypotheses tha t Ricoeur s position is due to the conjuncture, and sus-

    tain that it is the pro duct of earlier invesrigations in associated areas.

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    2/22

    5 T E S T I M O N I O Y A T E S T A C I N

    PALABRAS CLAVE

    Fidelidad pasividad injustificable.

    KEY WORDS

    Fidelity passivity unjustifiable.

    Historia

    y

    mem oria

    n

    el

    decenio

    de 1980

    Paul Ricoeur

    se en-

    frentaba a Hayden White con respecto

    de la

    ^continuidad

    o no

    entre

    la

    narrativa

    del

    rela-

    to histrico

    y

    la temporalidad histrica. Una de las dificultades principales

    de

    su

    propuesta basada

    en

    los conceptos

    demythosymimesis

    provena

    de

    la propia historia.

    En

    ese entonces haba entrado

    en

    decadencia

    la

    historia

    de loseventosy en sulugar estabaenaugelahistoriadelarga duracin.

    Este tipo

    de

    investigacin era morfolgicamente similar a tratados de corte

    sociolgico

    o

    econm ico pero refractario

    al

    concepto de puesta

    en

    intriga.

    La respuesta

    de

    Ricoeur apunt

    a

    establecer que

    aun esa

    forma

    de

    aborda-

    je estaba articulado

    por una

    cuasi intriga

    es

    decir

    una

    introduccin

    un

    nudo

    y un

    desenlace.

    Veinte aos

    ms

    tarde

    el

    panorama

    de la

    historia se haba vuelto

    di-

    ferente.

    La

    historia

    de

    larga duracin cedi

    de

    nuevo

    su

    lugar

    a la

    historia

    de

    los

    acontecimientos sobre todo

    a

    partir

    de los

    debates

    en

    torno

    de los

    testimonios traumticosdelholocausto. stoshancentradosuintersen

    la tensin entre

    la

    mem oria

    de

    los sobrevivientes

    y la

    labor

    de

    los historia-

    dores

    por

    una parte y en

    la

    relacin entre el plano tico de los reclamos

    de

    las vctimasyel epistemolgicode laverdad histrica por laotra.

    Dentro

    de

    este marco contextual

    la

    publicacin

    deLamemoria la

    historia elolvi osepresentaba comounatarea imprevista pero a la vez

    ineludible. Ineludible porque

    la

    mayora

    de los

    conceptos

    en

    discusin

    para

    no

    decir

    la

    totalidad haban sido

    el

    objeto

    de

    alguna

    de sus

    investi-

    gaciones anteriores. Inclusoelconceptode lamemoria colectivayahaba

    sido mencionado promediando

    el

    ltimo tomo

    de

    Tiempo y

    narracin.Era

    preciso entonces establecer

    de qu

    modo tales conceptos

    se

    aplicaban

    a

    este nuevo contexto historiogrfico. Imprevista pues

    los

    autores asociados

    con

    la

    problemtica

    de la

    memoria como Maurice Halbwachs

    o

    Pierre

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    3/22

    L H O M E N J E P U L R IC O E U R

    La intencin del presente artculo consiste, en primer lugar, en efec-

    tuar un rastreo gentico de los conceptos ms influyentes en su modo de

    concebir la relacin entre memoria e historia y, en consecuencia, en sus

    prescripciones acerca del uso de los testimonios, en especial de las vcti-

    mas de alguna masacre. Nuestra tesis es que tales consideraciones deben

    comprenderse en el marco de la distincin entre

    atestacin

    y conocimiento,

    presente en la obra de Ricoeur. El seguimiento de este par de conceptos

    en el pensamiento del autor francs excedera los alcances de un artculo.

    Por lo tanto, nos limitaremos a analizar de qu manera ha sido expuesta

    dicha distincin en el marco de la problemtica del testimonio y, ms

    especficamente, en tres obras que abarcan un periodo de treinta aos.

    Nos referimos a la conferencia Hermenutica del testimonio , expuesta

    en el oloquio

    d e

    astellide 1972,Smismocomo otrodel ao 1990 y, por

    ltimo, aLa

    mem oria,

    la

    historia,

    e l olvido, del 2000.'

    No somos de la idea de que el modo de ir articulando esta distincin

    entre conocimiento y atestacin haya sido impermeable a las temticas

    analizadas. Aun cuando en las tres oportunidades se encuentra vinculada

    al testimonio, el marco de la investigacin vara de obra en obra. En forma

    cronolgica, el primer texto se refiere al asunto de lo absoluto; el segundo,

    a la identidad personal; y, finalmente, el tercero, a la relacin historia-me-

    moria. Entonces, lo que intentaremos sealar, en segundo lugar, es cmo

    ha ido variando la relacin entre conocimiento y atestacin, y que esta

    variacin puede ligarse al marco temtico en el que se encuentra inserto.

    l testmonio de lo absoluto

    Ricoeur realiza su primer anlisis del testimonio durante el

    oloquio

    de

    astellide 1972 y en el marco de una filosofa de lo absoluto. Siguiendo

    la obra de Jean Nabert, el filsofo intenta responder si, independiente

    de las diversas pruebas sobre la existencia de Dios, la reflexin filosfica

    poda elevarse de otro m odo a una afirmacin absoluta de lo absoluto . D e

    acuerdo con estefilsofo no es posible unafilosofade la experiencia de lo

    absoluto partiendo de la accin ejemplar o de lo simblico, sino paradji-

    camente a partir de lo

    injustificable.

    Bien podra parecer que el mejor acceso a esta temtica sera a travs

    de la accin ejemplar, pero en la ejemplaridad, el caso se desvanece de-

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    4/22

    6

    T E S T I M O N I O Y A T E S T A C I N

    lante de la regla y la persona se desdibuja delante de la ley. En cam bio, lo

    injustificable se manifiesta como un abismo que escapa a toda tentativa de

    justificacin tanto por la norma como por su incumplimiento. Antes que

    eldeseode

    conocimiento,

    lo injustificable nos mueve a preguntarnos cmo

    puede ser vencido en la singularidad concreta, es decir, en cada evento o

    acto contingente. N o se trata de ilustrar las normas que lo injustificable ha

    roto, sino de mostrar palabras y acciones absolutas, en el sentido en que

    extirpan manifiesta y visiblemente la raz del mal.

    Por su parte, el smbolo no se borra con tanta facilidad detrs de la re-

    gla como lo hace el ejemplo. Su opacidad lo vuelve inagotable y nos da qu

    pensar; pero carece de espesor histrico, en cuanto a que su sentido es ms

    importante que su historicidad. M ientras el smbolo

    e s

    el resultado de la ima-

    ginacin productiva, el testimonio encarna las ideas y los ideales en la reali-

    dad. En l se conjuga la interioridad de ima afirmacin con la exterioridad de

    los actos y existencias. La hermenutica del testimonio intenta precisamente

    entender tal conjuncin.

    El primer paso estriba en definir al testimonio. A diferencia de otros

    autores, Ricoeur no acepta que tal definicin dependa del mbito en que se

    lo vaya a aplicar. As, se niega a definirlo como un concepto histrico, pues

    no es una categora especfica del mtodo histrico, es una transposicin

    caracterstica e instructiva de un concepto eminentemente jurdico que

    atesta ac su poder de generalizacin. Esta transferencia de lo jurdico a lo

    histrico seala aspectos histricos del concepto jurdico mismo .^ Tam-

    bin, tom a distancia de quienes confinan este concepto a lo religioso, pues,

    si bien es cierto que la dimensin proftica y kerygmtica le imprime un

    nuevo sentido, el sentido profano no es simplem ente abolido, sino, de

    una cierta manera, conservado e incluso exaltado .^ En lugar de nociones

    especficas para cada rea en particular, el

    filsofo

    nsiste en que es preciso

    determinar la

    nocin ordin ri

    de testimonio, com n a todas estas concep-

    ciones, y cuyo origen es, sin duda, jurdico.

    La nocin ordinaria se funda en tres pilares. El primero es su carcter

    casi emprico, debido a que es una narracin de percepciones. Esto supone

    a privilegiar como criterio la presencia del declarante para determinar

    quin puede ser testigo en el suceso en detrimento de otro tipo de creden-

    cial yb la necesidad de la creencia del auditorio. El testimonio en tanto

    que relato se encuentra as en una posicin intermedia entre una constata-

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    5/22

    I H O M E N A J E A P A U L R IC O E U R 7

    cin hecha por un sujeto y una creencia asumida por otro sujeto sobre la

    fe del testimonio del primero. *

    El segundo pilar es suczrctet judiciario.Una declaracin slo puede

    considerarse testimonio en el marco de unproceso o disputa en donde to-

    mar posicin en favor de alguna de las partes. Esta condicin le impone

    una seria restriccin a la condicin anterior, pues slo se cuenta como tes-

    timonio aquella declaracin que cumple el rol de ser evidencia dentro de

    la disputa. Este segundo pilar concluye con una observacin lateral que se

    ir modificando a lo largo del tiempo. Apoyndose en Aristteles, Ricoeur

    remata asociando lo jurdico a la retrica: la prueba jurdica no se halla a

    nivel de lo necesario, sino de lo probable, su argumento no es deductivo,

    s no

    persuasivo.

    Encuadrar al testimonio dentro de lo jurdico conduce a concebirlo

    no slo como un concepto epistmico, sino, sobre todo, moral. Justo el

    tercer pilar se vincula con dicha dimensin, que desplaza la atencin del

    testimonio en s y lo dirige hacia el testigo, ms exactamente al falso testi-

    go.

    Pese a su nombre, el falso testimonio no alude a algn error o falta de

    exactitud en la declaracin, debido a problemas de memoria o perceptua-

    les, sino a la intencin dolosa del testigo de querer engaar al auditorio.

    Empero, el engao no alude a la falta de escrupulosidad o exactitud en lo

    declarado, sino a que el testigo no sea fiel a sus convicciones. Por debajo de

    esta distincin entre fidelidad y escrupulosidad subyace otra diferencia que

    debemos considerar. Me refiero a la del testimonio fctico y el testimonio

    de la conciencia o de sentido. Todo testimonio aporta tanto elementos

    externos que son descripciones de sucesos, como internos de n-

    dole fundamentalmente moral. El primero es objetivamente verificable

    y cualquiera que haya presenciado el evento puede corroborarlo. En este

    espectro de la declaracin, quin declare es algo secundario, siempre y

    cuando haya presenciado el suceso en cuestin. En cambio, el segundo

    articula el relato fctico y le proporciona un sentido a la historia. Su aporte

    no es fctico, sino, en esencia, de corte moral. La identidad de quien decla-

    ra es primordial, pues en su declaracin se exteriorizan sus convicciones.

    Todo testimonio es la suma del componente fctico y de sentido. Como

    Ricoeur lo explica: cierto, el hecho es inseparable de su sentido; pero el

    sentido se inscribe en la historia, ha advenido, ha acontecido: de todo eso

    ustedes son testigos .'

    Llevada al campo de la historia, la tensin entre el sentido y lo fctico

    da lugar a una serie de preguntas: por una parte, cmo puede el historiador

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    6/22

    8 T E S T I M O N I O Y A T E S T A C I N

    de quienes lo vivieron y, por la otra, cmo evitar basar la historia slo en

    los marcos de sentido sin tomar en cuenta los sucesos acontecidos. Sin

    embargo, en este m om ento de su obra, la atencin de Ricoeur

    s

    concentra

    slo en aquel testigo que se identifica con una causa justa an a pesar de

    su vida, fenmeno que ba quedado asociado a la raz griega del trmino,

    el martyr.En estos casos, no interesa tanto la palabra com o su obra y

    accionar, pues son la prueba viviente de sus convicciones. El sentido del

    testimonio parece entonces invertido; el trmino no designa ms una ac-

    cin de palabra, el relato oral de un testigo ocular sobre un hecbo al cual l

    ha asistido; el testimonio es la accin misma en tanto que ella atesta en la

    exterioridad el hombre interior mismo, su conviccin, su fe. ^

    Una vez establecida la forma en que la dimensin proftica y kerym-

    tica conserva y exalta al sentido profano del testim onio, retoma sus consi-

    deraciones acerca de la hermenutica del testimonio. Existe una inmedia-

    tez de lo absoluto sin la cual no habra nada que interpretar, pero sta es

    slo el origen de la interminable mediacin hermenutica. El autor toma

    distancia de Hegel y rechaza la posibilidad de subsumir la hermenutica

    del testimonio en un saber absoluto, pero no a partir de cierta debilidad

    probatoria del testimon io, como supona Aristteles, sino debido a la fini-

    tud constitutiva de la conciencia a la que se le niega tm saber abso luto. A

    diferencia del ideal que gua al conocimiento cientfico, la hermenutica

    del testimonio se presenta como una tarea infinita que, en consecuencia,

    no se puede constituir en un sistema cerrado.

    La conferencia concluye con dos aspectos a destacar por el contraste

    que tend rn con los planteos posteriores. En el prim ero, desde el pu nto de

    vista epistmico, la atestacin es de orden distinto al conocimiento cien-

    tfico,

    ms ligado con la retrica. Ello nos enfrenta con una de las grandes

    limitaciones constitutivas de la hermenutica del testimonio, puesto que,

    por s misma, es incapaz de determ inar la arbitrariedad de Dios, pues en

    trminos de modalidad del juicio, la interpretacin de un testimonio es

    slo probable .'' De ah que, de manera anloga a lo que sucede en un

    nivel judicial, est sujeta, en ltima instancia, a una decisin. El segundo

    es el dilema entre esas dos rdenes de creencias diferentes con el que se

    concluye la conferencia: un conocimiento con certezas o la hermenutica

    del testimonio. N inguno de ellos prima sobre el otro , pero su inconmen-

    surabilidad nos obliga a decidirnos por uno de ellos.

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    7/22

    I H O M E N A J E A P A U L R IC O E U R

    9

    testacin y creencia dxica

    St mismo omo otrono aborda de manera particular el testimonio , sino

    recurre a la atestacin como punto de partida para salvar el gran dilema

    filosfico en torno de la identidad. En esencia, inten ta establecer

    s i

    es posi-

    ble aspirar a una certeza cartesiana acerca de la identidad personal o si hay

    que conformarse con la tesis irnica de que esa bsqueda es una ilusin. El

    filsofo francs propone romper con el dilema por medio de un concepto

    de identidad

    s u i

    generis,pero con un estatuto epistmico cualitativamente

    distinto: la atestacin.

    En esta obra, se desarrollan en extenso los atributos distintivos de la

    atestacin del conocimiento tradicional. Al igual que el conocimiento,

    se define com o una creencia no dxica propia de la expresin creo

    que ,

    sino asociada con el creo en . Esta distincin la disocia de los

    valores propios del conocimiento, como puede ser la certeza, la adecua-

    cin, la justificacin o la verdad. La atestacin queda ligada a otro tipo de

    valores que, sin dejar de ser epistmicos, incluyen un componente tico.

    El valor central es el de la

    fiabilidad

    La atestacin tiene como su opuesto a

    la sospecha, pero no hay un proceso de justificacin o verificacin que ga-

    rantice la atestacin. Por lo que , no queda ms recurso contra la sospecha

    que una atestacin ms fiable .*

    La fiabilidad se constituye en el punto de contacto entre atestacin y

    testim onio . As, leemos: Mientras que la creencia dxica se inscribe en la

    gramtica del 'creo que', la atestacin depende de la del 'creo en '. En esto se

    aproxima al testimonio, como indica la etimologa, en la medida en que

    se cree precisamente

    en

    la palabra del testigo .' Jean Greisch propone ex-

    plicar el vnculo entre testimonio y atestacin comparando sus similitudes

    y diferencias con la de cada uno de los focos de una elipse.' N o considero

    que esta imagen baste para dar cuenta de manera satisfactoria de la relacin

    entre ambos conceptos. Por desgracia, el artculo no desarrolla ms esta

    idea, sino que, antes bien, se dedica a recoger el modo en que ambas nocio-

    nes son expuestas desde el Coloquio de Castelli a 5 ^ mismo omo

    otro.

    En

    defensa de Greisch, debemos recordar que este texto es previo a la publica-

    cin de

    La m emoria, l a historia, e l olvido,

    donde resulta mucho ms eviden-

    te el vnculo entre ambos conceptos, que, segn el intrprete, hasta ese en-

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    8/22

    6 T E S T I M O N I O Y A T E S T A C I N

    tonces resultaba poc o cla ro. En resum en, el test imon io se presenta co m o

    el fenmeno en donde se manifiesta en forma paradigmtica la relacin de

    atestacin, pues en l el auditorio atesta al testigo, es decir, cree en l, aun

    careciendo de elementos q ue g aranticen la verdad d e lo que se dice.

    C om o el cono cimien to se vincula con la verdad, Ricoeur asocia, au nq ue

    de m od o m uy esp ordico, a la atestacin co n lo veraz. A diferencia de lo qu e

    se planteab a en el C olo qu io d e Castelli, la verdad y lo veraz no son cam inos

    alternativos, sino que interactan entre s. El filsofo presenta a la Segunda

    meditacin

    m etafsica

    de Descartes, como un ejemplo paradigm tico de esta

    articulacin. El cogito es una certeza precaria condenada a reiterarse una y

    otra vez. T al preca rieda d recin se resuelve con la figura de D ios , la cual le

    confiere permanencia al

    cogito.

    En el contexto de

    S mismo comootro

    dicha

    interpretac in concluye sim plem ente c on la presen tacin del dilema: el Cgz-

    toposee valor de fundam ento, pero es una verdad in ti l , po rqu e no se pue de

    continuar o se funda en la idea de Dios y, por lo tanto, pierde su carcter

    de primer principio.'^ No obstante, en un artculo posterior, este dilema se

    retoma, pero, esta vez, inclinndose de manera decidida por la segunda pro-

    posicin del dilema y destacando sus consecuencias epistemolgicas. En la

    medida en que el

    cogito

    se encuadra den tro de la verdad y Dios en el marco

    de la fiabilidad o veracidad, preferir esta segunda pro posicin sup on e subo r-

    dina r la verdad a la veracidad. C o m o lo explica el propio Ricoeur:

    No se trata ac de psicologa, sino de epistemologa en la medida en que

    la creencia y, oso decir, fianza, marcan la inscripcin de la verdad en otro

    registro que aquel de la verificacin, exactamente en el sentido en el que,

    por la duda. Descartes sita la problemtica de la primera verdad en la

    dimensin del engao y de la veracidad y, al m ismo tiemp o, apoya la episte-

    mologa de lo verdadero sobre la de la veracidad, cosa que puede ser apenas

    hayamos explorado y ex plotad o.

    En este contex to, no t ien e sentido la pre gu nta inversa de si el plano de

    lo verdad ero p ued e tener a lguna injerencia en el de lo veraz y hasta d n de ;

    m a s como veremos, la problemtica entre memoria e historia girar en

    torno de esa relacin.

    En lo que respecta a la atestacin, el siguiente punto de inters de

    esta obra consiste en su nexo con la retrica. Si bien ste no es el centro

    C f r

    ibidem p. 305: Es importante no confundir las nociones de testimonio y ates-

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    9/22

    I H O M E N A J E A P A U L R IC O E U R 5

    del deb ate, los pocos prrafos de dicados al asun to n os perm iten establecer

    ciertas diferencias con la H erm en utica del testim on io . En efecto, en la

    conferencia de 1972, la relacin entre el testimonio y la retrica surga de

    la articulacin que Aristteles efecta entre estos conceptos y la justicia.

    En cambio, en 5/

    mismo como otro

    la retrica se introduce mediante la

    reduccin tropolgica que Nietzsche hace a la filosofa. En su

    Curso de

    retrica el filsofo alemn establece que las estrategias retricas ocultas en

    los discursos de la identidad no son sobreaadidas, sino constitutivas del

    lenguaje m ism o. Para sostener el carcter fenom nico de la interioridad es

    preciso asumir que se experimenta del mismo m od o q ue el m un do exte-

    rior, es decir, de ma nera causal. En la medid a en q ue esta acti tud no eme r-

    ge del

    ogito

    mismo, sino que es un hbito, el problema de la identidad es

    pura y l lanamente una i lusin.

    Mientras la filosofa y la ciencia ambicionan establecer un conoci-

    miento, la retrica nos remite a un discurso que pretende persuadir. Hay

    intrpretes que la asocian con la sofstica, lo que supondra caracterizarla

    com o la anttesis del cono cim iento filosfico y de cualquier p retensin de

    verdad. Po r su parte, Ricoeur no coincide con dicha identificacin entre la

    sofstica, la retrica y lo verosmil, lo cual da lugar a una escala que consi-

    dera la verd ad y el co no cim ien to co m o el ideal a alcanzar y a lo verosmil y

    la retrica co m o su con tracara . En su lugar, ub ica a la retrica y sus estrate-

    gias en o tro p lan o qu e el surgido de la oposicin filosofa-sofstica. D e ah ,

    sostiene: la severa seleccin practicada a qu es fiel a m i pro p sito : m ostra r

    en el

    zncogito

    de Nietzsche, no lo contrario del

    cogito

    cartesiano, sino la

    destruccin de la pregunta misma a la que, supuestamente, el cogitodebe-

    ra dar una respuesta absoluta . ' '* La estrategia de introducir la atestacin

    en el debate sobre la identidad personal, por una parte, y de rechazar que

    el debate Descartes-Nietzsche pueda ser vinculado con una escala cogito-

    zncogito

    por otra, conduce a romper el lazo que Ricoeur haba estable-

    cido entre atestacin y retrica, en la dcada de 1970.

    Episteme

    retrica y

    atestacin son conceptos localizados en planos distintos, pero con puntos

    de contacto y de comparacin entre s:

    A nuestro entender, la atestacin define el tipo de certeza a la que pue-

    de aspirar la hermenutica no slo respecto de la exaltacin epistmica del

    cogito a partir de Descartes, sino, tambin, respecto de su humillacin en

    Nietzsche y sus sucesores. La atestacin parece exigir menos que la primera

    y ms que la segunda. De hecho, comparada con ambas, tambin ella es

    propiamente top os.

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    10/22

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    11/22

    I H O M E N A J E A P A U L R IC O E U R 6

    La articulacin mem oria historia

    En algn sentido.

    La

    memoria,

    la

    historia,

    el

    olvido contina el debate

    compilado por Saul Friedlander con el ttulo de robing

    t h e

    Limits of Re-

    presentatione intenta definir cmo es posible representar grandes aconteci-

    mientos traumticos, como el holocausto, sin basarse slo en un conjunto

    de docum entos o estadsticas, sino recogiendo, tam bin, el sufrimiento de

    quienes padecieron y murieron durante ese periodo. La propuesta de Ri-

    coeur consiste en articular la mem oria

    la historia por medio del concepto

    de atestacin, en forma anloga a como lo haba hecho en 5/ mismo como

    otrorespecto de la identidad personal. As, mientras en

    Tiempo y

    narracin

    el objeto de su inters era la narracin histrica y parta, desde un acerca-

    miento hermenutico, al problema del pasado, el de su obra de 2000 es

    fenomenolgico, pues toma como p un to de arranque la memoria com o el

    primer y ms fuerte nexo con el pasado.

    La memoria nos coloca ante la presencia de una cosa ausente; tal re-

    presentacin del pasado posee la forma de una imagen. Ella no slo recoge

    los sucesos acontecidos, sino proporciona un marco de sentido, derivado

    de las motivaciones que llevaron a realizar cierto acto o de los sentim ientos

    que baba cuando era realizado. El sentido es lo distintivo de la memo-

    ria como trazo del pasado y su aporte no debera ser menospreciado en

    el anlisis historiogrfico. Muchos eventos contingentes, incluso algunos

    habituales, adquiriran un cariz por completo diferente si se le incluyera al

    momento de interpretarlo. De forma irnica, dicho aporte distintivo de la

    mem oria es la raz misma de su debilidad en cuanto a la informacin con-

    trastable que nos puede proporcionar del pasado. En efecto, si podem os

    hacer un reproche a la memoria de ser poco

    fiable

    es precisamente porque

    es nuestro solo y nico recurso parasignificar

    e l carcter

    pasadode aquello

    que declaramos recordar .

    El

    filsofo

    analiza la memoria desde la perspectiva de qu se recuerda,

    cmo se recuerda y quin recuerda. Con respecto del primer punto, tanto

    el sentido del recuerdo como la amenaza a su ambicin de verdad se deben

    al estrecho vnculo de la memoria con la imaginacin. Si bien busca apoyo

    en la fenomenologa para distinguir una instancia de la otra, no encuen-

    tra en la obra de Husserl ningn criterio de demarcacin satisfactorio. Su

    anlisis de la dimensin pragmtica lo lleva a mostrar cmo se ha intenta-

    do explotar tcnicamente desde la antigedad la relacin entre memoria

    e imaginacin. La mnemotcnica o

    ars

    memoriae no hace otra cosa que

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    12/22

    6 T E S T I M O N I O

    Y

    A T E S T A C I N

    dao Bruno, sera una muestra de los extremos que esta tcnica alcanza

    cuando la imaginacin acaba por tomar un papel protagnico.

    Por ltimo, se detiene en la pregunta acerca de quin recuerda. Su

    propsito es intersectar en una regin lingstica los dos discursos sobre

    el tema, los cuales, hasta el momento, aparecen como contrapuestos, la

    tradicin que Ricoeur llama de la visin interna, ligada con corrientes

    fenomenolgicas, y la externa, ms asociadas con lneas sociolgicas deri-

    vadas de la obra de M . Halbwachs. Para conseguirlo, recurre a la propuesta

    de Strawson de la atribucin de predicados relacionados con la primera

    persona del singular a una tercera persona. De acuerdo con la tesis desarro-

    llada en o s

    individuos

    tales predicados deben cumplir con las siguientes

    condiciones: 1. La atribucin debe poder ser suspendida u operada. 2 . Los

    predicados deben guardar el mismo sentido en dos situaciones de atribu-

    cin distintos. 3. Esta atribucin mltiple debe mantener la disimetra

    entre adscripcin a s mismo y adscripcin al otro. La primera parte de

    La memoria la historia el

    olvido es una muestra del cumplimiento de la

    primera condicin; en ella sedesimplic al qu y al cmo de la memoria

    del quin recuerda. Con respecto de la segunda condicin, suspender la

    atribucin permite adscribir la memoria a otro, sin por ello modificar su

    sentido. A pesar de eso, la condicin de la disimetra tambin se cumple,

    pues,

    pese a poder trasladarse la atribucin de un recuerdo, uno es incapaz

    e

    plenific r

    o confirmar tal atribucin.

    El argumento de la atribucin mltiple deja en claro que las limitacio-

    nes observadas tan to en un nivel veritativo como pragmtico son constitu-

    tivas de la memoria misma y, por lo tanto, imposibles de superar. La raz

    de las dificultades radicara, para este

    filsofo

    en la metfora platnica del

    bloque de cera en donde se asocia el concepto de eikoscon el de tupos. El

    primero nos remite a la representacin de algo ausente y s e liga con lo o tro

    de la afeccin original; el segundo, en cambio, se vincula a la impresin

    original y la causalidad de la afeccin. Segn Ricoeur, esta conjuncin

    entre estimulacin (externa) y similitud (interna) permanecer, para noso-

    tros,

    como la cruz de toda la problemtica de la memoria .^ Entonces, su

    propuesta consiste en distinguir la perseverancia de la afeccin de su cau-

    salidad y poner a esta ltima entre parntesis. La memoria tiene un nexo

    directo con el pasado, por eso le puede ser fiel; sin embargo, carece de las

    instancias crticas necesarias para asegurar que su relato sea verdadero. De

    este modo , la historia puede am pliar, completar, corregir, hasta refutar el

    testimonio de la memoria, pero no lo puede abolir .^'

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    13/22

    I H O M E N A J E A P A U L R IC O E U R

    6

    Los recuerdos se transmiten por medio de los testimonios. A su vez,

    stos pueden ser considerados com o evidencia en una investigacin hist-

    rica. En la medida, entonces, en que el testimonio constituye la estructu-

    ra fundamental de transicin entre la memoria y la historia ,^^ ser en las

    prescripciones acerca de su uso en la investigacin historiogrfica donde se

    pondr de manifiesto cmo se efecta la articulacin propuesta.

    La definicin de testimonio que se considera como punto de partida

    es la de Ren Dulon g, quien lo caracteriza como un relato autobiogrfico

    certificado de un evento pasado [y] que este relato sea realizado en circuns-

    tancias informales o formales .^ De ella, Ricoeur desprende seis compo-

    nentes esenciales. Los primeros cinco continan con la lnea iniciada en el

    decenio de 1970. En efecto, el primero sostiene que una declaracin testi-

    monial es, a la vez, una asercin de una realidad factual y la certificacin o

    autentificacin de lo declarado. En este punto, insiste en que la informa-

    cin aportada debe ser tenida por importante o significativa. El segundo

    componente asocia la certificacin con la autodesignacin del testigo y su

    presencia en los sucesos descritos. Por su parte , la tercera condicin apunta

    al carcter dialogal y a su pertenencia al mbito dxico prop io de la sospe-

    cha y la confianza. La posibilidad de la sospecha abre, como cuarto pu nto,

    un espacio pblico de controversia donde varios testimonios pueden ser

    confrontados. Por ltimo, se menciona una dimensin suplementaria de

    orden moral, en la cual la fiabilidad del testigo se relaciona con su capaci-

    dad de reiterar su declaracin. Con ello, el testimonio se revela como un

    acto del habla cuyas caractersticas se asemejan a las de la promesa en el

    sentido en que revela la identidadips del ser hum ano .

    Ms all de estas similitudes, tambin existe al menos una diferencia

    imposible de soslayar. En la exposicin de 1972, la totalidad de la proble-

    mtica del testimonio, incluso en su dimensin kerigmtica y proftica,

    se articula dentro un marco jurdico, proporcionando su tono particu-

    lar al concepto teolgico de testimonio. As, leemos, que el testimonio

    tenga relacin con un proceso, el lugar del proceso de Jess alcanzara a

    recordarlo { c f r . la acusacin de falso testimonio as como la suscitacin de

    falsos testigos en el proceso); pero tambin todo el ministerio de Jess es

    un proceso .^ * En su libro de 2000, en cambio, desvincula al testimonio

    de lo jurdico. La definicin tomada de Dulong emerge del uso ordinario

    del concepto, pero es previa a las dimensiones histrica

    y

    jurdica. El sexto

    componente del testimonio deja en claro esta independencia respecto de

    lo jurdico, pues estipula que la estabilidad de la palabra dada vuelve al

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    14/22

    6

    T E S T I M O N I O Y A T E S T A C I N

    testimon io en la institucin natural por antonom asia; brinda seguridad

    a las relaciones constitutivas del vnculo social y permite que el mundo

    social devenga un mundo intersubjetivamente compartido.

    Para entender el lugar del testimonio en la oper cin histrica de-

    bemos recordar que el filsofo francs acepta la distincin de Michel de

    Certeau en tres fases: la documental, la explicativa/comprensiva y la repre-

    sentativa. Estas fases no constituyen estadios cronolgicamente diferentes,

    sino momentos metodolgicos imbricados el uno en el otro. La primera

    de ellas comienza con la declaracin de los testigos oculares y concluye con

    la constitucin de los archivos. Esta fase, que tiene como program a episte-

    molgico el establecimiento de

    laprueb documental,

    posee una primaca

    epistemolgica por sobre las otras dos pues es aquello que , en historia, se

    acerca ms al criterio popperiano de verificacin

    s i c ]

    o refutacin .^' En

    esta etapa, la historia es comparable con las ciencias de la naturaleza en la

    medida en que, si es posible hablar de observacin en historia, los vestigios

    del pasado seran a esta ciencia lo que la observacin directa o instru-

    mental a las ciencias naturales. La segunda fase, denominada explicativa/

    comprensiva, nos remite al encadenamiento entre los hechos docum enta-

    les por medio de los usos lgicamente heterogneos del conector porque.

    Finalmente, la fase representativa alude a la narrativizacin del discurso.

    En esta etapa, se manifiesta con plenitud la intencin del historiador: re-

    presentar el pasado ta lcomose produjo.

    Si bien no se plantea de manera explcita, del tercero y cuarto com-

    ponente del testimonio se desprende que en toda declaracin testimonial

    nos hallamos que en tre testigo y auditorio se establece un vnculo de ates-

    tacin. El testigo nos pide que le creamos tanto acerca de los hechos des-

    critos como del sentido que le da a sti narracin; nosotros, de inmediato,

    lo hacemos hasta tanto no haya elementos que nos hagan sospechar de

    esta historia. To do ello se condensa en las tres expresiones que de manera

    implcita se adosan a toda declaracin testimonial: yo estuve all , cran-

    m e , si no me creen, pregntenle a otro . D entro del marco de la atesta-

    cin tom a sentido la crtica de Ricoeur hacia todos aquellos que pretenden

    descalificar el testimonio por sus desviaciones respecto del paradigma de

    registro, el cual se ha convertido en el baremo impuesto por el video y la

    grabadora. Sin embargo, en la medida en que se utilice al testimonio como

    evidencia dentro de una investigacin, ste formara parte de la fase do-

    cumental de la operacin histrica. Por lo tanto, ms all de este rechazo

    al modelo regulador basado en la exactitud y su inclinacin hacia la fiabi-

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    15/22

    I. HOMfi|. -. A PAUL RICOEUR 67

    con esta creencia inmediata para con la palabra del otro y que garantice, de

    algn m odo , su autenticidad. Esa instancia es el archivo.

    Si el testimonio tiende un puen te en tre la memoria y la historia, el ar-

    chivo introduce una cesura entre ambos al romper el vnculo directo en tre

    el historiador y

    l

    testigo. Con el fin de preservar y clasificar los testimonios

    orales, se transcriben. Esta transicin del medio oral al escrito nos aleja de

    la caracterstica de decir s de inmediato, propia del dilogo, e introduce

    el elemento crtico que permite asegurar la objetividad de lo dicho. Roger

    Chartier explica este cambio de registro de la siguiente forma: a la estruc-

    tura fiduciaria del testimonio se le opone la naturaleza indiciaria del docu-

    mento. La aceptacin (o la recusacin) de la credibilidad de la palabra que

    testimonia por el hecho es sustituida por la sumisin del trazo archivado al

    rgimen de lo verdadero y de lo falso, de lo refutable y de lo verificable .^^

    El archivo es un concepto que tambin aparece en iempoy narra-

    cin,

    donde es caracterizado por medio de tres atributos:a)su remisin a

    la nocin de documento;

    b)

    su carcter institucional; y

    c)

    su finalidad de

    conservar, de preservar.^'' Si la historia es un relato verdadero, los docu-

    mentos constituyen su ltimo m edio de prueba. Su tarea es constituirse en

    el garante o apoyo de todo relato o debate histrico. En ltima instancia,

    los documentos preservados alimentan la pretensin de la historia de ba-

    sarse en hechos. Lo reunido en el archivo no es la totalidad de la docum en-

    tacin de la institucin, sino que existe una labor selectiva previa, dentro

    de la cual el mtodo crtico del archivista desempea un papel cen tral. Se

    describe una doble labor crtica: la primera en torno de la autenticidad de

    la obra y la segunda respecto de las intenciones por parte de quien escribe

    el documento. Ricoeur trae a colacin el concepto de lostestigosa su pesar

    de M . Bloch como instancia am pliatoria de la base docum ental para ejem-

    plificar la primera instancia de labor crtica. Para la segunda, en cambio,

    nos remite a la crtica ideolgica de los docum entos .

    Por su parte, en La

    m emoria,

    la

    historia,

    el

    olvido,

    el asunto de la la-

    bor crtica se centra, sobre todo, en los modos que tiene el archivista para

    distinguir un testimonio verdadero de uno falso. En efecto, el acento ser

    puesto aqu en los aspectos por medio de los cuales el archivo rompe con

    el decir s del testimonio oral .^* El archivista desplaza el eje de la atencin

    de la fiabilidad del testimonio a su verdad. Al igual que en la obra de la

    dcada de 1980, aqu se recurre al mtodo crtico de Bloch com o va para

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    16/22

    8 T E S T I M O N I O Y A T E S T A C I N

    establecer la autenticidad de los testimonios por medio de una lgica de

    probabilidades o de constatar inverosimilitudes palmarias. No obstante,

    en el texto que ahora nos incumbe, Ricoeur complementa la crtica de

    Bloch con el mtodo indiciario de Cario Ginzburg, el cual se define como

    el arte de completar y descifrar toda realidad opaca, a la manera en que

    proceden las investigaciones policiacas de las novelas con las pistas de un

    crimen. El procedimiento se aplicara incluso en los textos escritos, pues

    ellos tambin incluyen claves y enigmas que deben descifrarse.

    De esta manera, Ricoeur considera al archivista com o aquel que toma

    los aspectos contrastables del testimonio fctico. As, en esta primera

    instancia y en oposicin a la sujecin del conocimiento a la atestacin

    planteada al comienzo de 5/

    mismo omo

    otro la fiabilidad y la veracidad

    quedan subordinadas al denostado paradigma de registro y de la contras-

    tabilidad. Com o explica el propio filsofo, no es slo la credulidad la que

    es puesta en la picota, sino la fiabilidad de primeta vista del testimonio .^'

    Con todo, los casos lmite de las vctimas de diversas masacres evidencian

    que esto no puede quedar as. Este tipo de casos plantea un problem a de

    recepcin al cual la puesta en archivo no responde e incluso parece inapro-

    piado, ms bien provisoriamente incongruente .^ La crtica a la atestacin

    es slo parcial y se restringe al componente fctico. El testimonio puede

    ser encuadrado en la labor del archivista, pero no es absorbido, pues carece

    de la capacidad de tamizar el componente de sentido de un testimonio.

    Nuestro siguiente paso es mostrar, primero, que a diferencia de los

    terceros que declaran acerca de la ocurrencia de un becho la situacin de

    los sobrevivientes es tal que en opinin de Ricoeur, su testimonio

    de sentido es imposible de soslayar, y, segundo, que, fuera de la fase do-

    cumental, existe otra etapa de la operacin histrica en condiciones de

    recogerlo.

    En las declaraciones de los terceros, el aspecto que prima

    e s

    sin duda,

    el relato fctico. En el caso de un mrtir o sobreviviente es tanto o ms

    importante el componente de sentido que los hechos mismos descritos.

    Como se estableci en la Hermenutica del testim onio para el caso de

    lafilosof de lo absoluto, todo aquel que escucha a quienes padecieron lo

    injustificable no puede quedarse inerte, sino que espera la generacin de

    cambios.

    Lo injustificable obliga a deshacerse de todo

    upidosciendi

    que conduce a

    la reflexin al umbral de-la teodicea. La reflexin aprehende de eventos o

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    17/22

    I H O M E N A J E A P A U L R IC O E U R

    9

    ta. Esta atestacin no sabra reducirse a la ilustracin de las normas que lo

    injustificable ha

    roto;

    la confesin del mal espeta, para nuestra regeneracin,

    m s que ejemplos d e

    sublimidad esper p l br s

    y sobre todo, acciones que

    seran acciones absolutas, en el sentido [de] que la raz de lo injustificable

    sera manifiesta y visiblemente extirpada.

    Se podra discutir la pertinencia de sacar a relucir esta conferencia

    para respaldar la importancia que tiene el testimonio sentido de las vcti-

    mas de lo injustificable en historia, pues supondra confundir lo teolgico

    con lo histrico. Esta crtica es en especial pertinente en el caso del autor

    que nos convoca si consideramos su insistencia en m antener la au tonoma

    del discurso filosfico respecto de sus convicciones religiosas.^^ Empero,

    creemos que tal objecin no se aplica en este caso especfico. Resulta cierto

    que la conferencia de 1972 se centraba en testimonios de lo injustificable

    tal como se exponen en el Nuevo y en el Viejo Testamen to; tambin que,

    adems de los mrtires cristianos, los apstoles y Jess, las vctimas del

    holocausto y de otras masacres padecieron lo injustificable. El propio Ri-

    coeur establece el puente entre los mrtires y las vctimas del holocausto en

    su distincin entre la singularidad moral y la histrica. Ah explica que la

    singularidad histrica no es la singularidad moral que hemos identificado

    ms arriba com o lo inhumano extremo; esta singularidad por el exceso en

    cuanto al mal que Nabert llama lo

    injustific ble

    yFriedlander lo inacepta-

    b l e no es ciertam ente separable de tratos histricos identificables .^^

    Si bien el filsofo insiste en distinguir que lo moral y lo histrico es

    consciente del carcter constitutivo de la insercin temporal y social del

    historiador en la interpretacin histrica, para entrar en la interpreta-

    cin histrica del modo justo, quien lo hace, debe asumir sus supuestos

    ciudadanos y humanos. En toda labor de interpretacin se encuentran

    mltiples componentes metodolgicos, pero detrs subsiste siempre un

    fondo impenetrable, opaco, inagotable de motivaciones personales y cul-

    turales, de las cuales el sujeto no acaba nunca de tomar conciencia .^^

    Asimismo, dentro de este fondo de motivaciones, se hallan las morales. En

    la medida en que las vctimas del holocausto son la figura paradigmtica

    de la pasividad, la experiencia de nuestra propia pasividad nos hace cerrar

    filas con ellos. Somos uno con su dolor al cual no nos podem os negar y en

    el que se vuelve imposible desvincular al historiador en tanto experto del

    ser humano.

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    18/22

    7 T E S T I M O N I O

    Y

    A T E S T A C I N

    La necesidad de contrastar el componente fctico de la declaracin

    conduca a que la atestacin inmediata para con todo testigo quedara sub-

    sumida bajo los cnones del conocim iento histrico en la figura del archi-

    v o

    A pesar de ello, el testimonio de sen tido excede al alcance del archivo

    y, por lo tanto, escapa a su control. ste se inserta en la fase representativa

    de la operacin h istrica, donde la discusin ya no gira en torno de la con-

    trastacin de lo declarado. Aqu, salen a la luz los dilemas morales acerca

    de cmo representar lo inaceptable, entre los que cabe mencionar la viabi-

    lidad de agrupar en un solo relato neutral los testimonios sin discriminar,

    la s

    vctimas de

    lo s

    victimarios y la posibilidad de centrarse en

    la

    verdad de las

    narraciones y hacer odo sordo a los reclamos de las vctimas.

    Diversos historiadores han objetado a Ricoeur que en la narracin his-

    trica se filtran elementos no contrastables. ste es el caso, por ejemplo, de

    Alexandre Escudier, quien observa que la primera parte de La

    memoria

    la

    historia elolvi ose caracteriza por ser una epistemologa moralmente neu-

    tra, con barreras metodolgicas erigidas de manera explcita para evitar todo

    aquel elemento no contrastable; la segunda parte se desplaza hacia aspectos

    ontolgicos moralmente comprometidos. La tensin entre ambas partes da

    lugar a una serie de equvocos. Del testimonio como problema emprico

    de mtodo pasamos a proposiciones generales sobre el carcter inoponible de

    la paseidad del pasado, de la 'acticidad del evento' [...] As se explica de un

    nivel de anlisis al otro, lo que podramos a primera vista considerar como

    enunciados contradictorios e insostenibles sobre el testimonio. ^' Ricoeur

    admite que desde el inicio existe una coloracin moral en el testimonio,

    debido al compromiso del testigo y su fiabilidad. No obstante, en lugar

    de insistir en la tesis hermenutica de que es contraproducente ocultar los

    supuestos constitutivos sobre los que se apoya una investigacin, basa su

    respuesta en la contrastabilidad del componente fctico del testimonio. En-

    tonces, replica: si oso apoyar sobre el testimonio la atestacin del 'carcter

    inoponible de la paseidad del pasado', como se inquieta Escudier, esta con-

    sideracin compete, en efecto, a la apertura ontolgica que no confundo

    con el tratamiento del testimonio en el plano epistemolgico .'*

    obre atestacin y tnemoria

    Hace un poco ms de veinte aos Ricoeur

    s e

    preguntaba en qu medida una

    concepcin narrativista de la historia poda ser compatible con el ideal de

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    19/22

    I H O M E N A J E A P A U L R IC O E U R

    7

    una historia verdadera. A lo largo de estas pginas, hemos intentado hacer

    manifiesto de qu m anera el

    ilso o

    francs busc responder a la pregunta

    acerca de cmo representar histricamente un acontecimiento que est

    en los lmites de la representacin, como lo es el holocausto, sin que ello

    pusiera en riesgo el elemento contrastable que aporta en tanto trazo del

    pasado. Su propuesta estribaba en sostener que, mientras la memoria se

    hallaba ligada directamente con el pasado, la historia cotejaba la verdad

    de su relato. Dicha propuesta no surge de las derivaciones tericas de-

    pendientes del concepto de memoria colectiva de M. Halbwachs, que lo

    hubieran acercado ms a consideraciones de tipo sociolgico, sino de esta-

    blecer un puente en tre la fenomenologa y la historia m ediante el concepto

    de atestacin.

    Hemos elegido tres obras escritas en el transcurso de treinta aos en

    las que la atestacin aparece relacionada con el testimonio. La Herm e-

    nutica del testimonio se enmarcaba dentro de una filosofa de lo abso-

    luto y sobre sus bases se asentaran sus consideraciones posteriores. All se

    sostuvo una concepcin jurdica del testimonio y s distingui la presencia

    de un componente exterior o fctico y otro interior, de conciencia o de

    sentido. Asimismo, se introduca el concepto de lo injustificable y se mos-

    traba la importancia que tiene en estos casos el componente de sentido de

    lo testificado. En Si

    mismo omo otro

    haba un extenso desarrollo concep-

    tual de la atestacin antes que del testimonio, debido al rol articulador

    que deba cumplir en las diversas instancias del problema de la identidad

    personal. A pesar de que no hemos analizado con detalle de qu modo se

    articulaban los distintos estudios, s nos detuvimos en su propuesta de una

    ontologa del ser humano basada en las categoras de acto y potencia y no

    en la de sustancia. La relevancia de este punto resida, en especfico, en las

    implicaciones ticas y ontolgicas que tiene la pasividad como forma de

    romper el solipsismo antropolgico.

    El motivo de este rodeo histrico no fue establecer una gnesis hist-

    rica de la atestacin. Si bien hemos observado ciertos cambios con respecto

    de la articulacin entre atestacin y conocimiento a lo largo de estas obras,

    nuestra recoleccin no es lo suficientemente exhaustiva y sistemtica como

    para establecer si estas modificaciones se debieron a una evolucin en el

    concepto de atestacin o a su aplicacin a objetos de estudio diferentes.

    Bsicamente pretendemos recoger aquellos aportes anteriores a La memo-

    ria la

    historia

    e l

    olvido

    que son significativos al mom ento de com prender

    algunos de los puntos que han sido ms criticados por los historiadores

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    20/22

    7 T E S T I M O N I O Y A T E S T A C I N

    Hemos sealado de qu modo el componente fctico del testimo-

    nio era considerado y se constitua en la base docum ental de la operacin

    histrica. A diferencia de lo que se presentaba en los trabajos antes men-

    cionados don de era una va diferente al conocimiento o el soporte del

    conocimiento aqu la atestacin inicial era subordinada al conocimiento.

    En efecto el archivista se converta as en el garante de que el testimonio

    aportara elementos contrastables al historiador. En esta fase su contraparte

    de sentido que incluye entre otros aspectos el sentido moral de la decla-

    racin los afectos del testigo y su perspectiva era provisoriam ente dejada

    de lado por no ser contrastable. Sin em bargo ella no se perda sino que el

    historiador la recuperaba en la fase narrativa. Es este el pu nto que ms se le

    reprocha a Ricoeur cuando precisamente lo que est haciendo es mostrar

    los supuestos humanos que mueven al historiador: frente al dolor ajeno

    nadie puede hacer odos sordos.

    Comparto la tesis hermenutica de que no por soslayar sobre los su-

    puestos sobre una investigacin la historia se va a lograr desembarazar

    de ellos. Los testimonios lmite no ponen en crisis a la historiografa por

    obligarle a abandonar la metodologa estndar. Su importancia radica en

    haber puesto de manifiesto la trascendencia epistmica de determinados

    aportes no contrastables como es el testimonio de sentido y que dadas las

    caractersticas de los testimonios de terceros se estaban pasando por alto.

    N o obstante detecto en esta propuesta un aspecto limitan te que con-

    sidero fundam ental sealar. Los anlisis que el filsofo realiza acerca de la

    memoria colectiva sirven sobre todo para reforzar su tesis de que la me-

    moria no puede tener pretensin de verdad. Con ello deja de lado otros

    aportes no tericos de la mem oria colectiva como aquellos relacionados

    con la identidad y la accin que pueden relativizar la justificacin de por

    qu atestar los testimonios de una vctima.

    Quien testifica no lo hace slo en calidad de individuo sino por estar

    vinculado a un grupo de pertenencia. Ser vctima del holocausto refiere

    a la pasividad vivida durante ese periodo y es ese aspecto el que retoma

    Ricoeur como base para atestar su testimonio de sentido. Pero tambin

    identifica al sobreviviente con el grupo de sobrevivientes que se constituy

    con posterioridad a este suceso con su propia visin de este pasado y con

    un presente propio signado por objetivos establecidos. Primo Levi o Elie

    Wiesel no son ms importantes que otros testigos por haber vivido hechos

    cualitativam ente diferentes a los dems sino porque den tro del grupo de

    los sobrevivientes son ms representativos que otros y por ello se cons-

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    21/22

    I H O M E N A J E A P A U L R IC O E U R 7

    oLudm illa Catella,enlos que el contacto se hace por intermedio

    de organizaciones

    de

    sobrevivientes, refuerzan nuestra tesis

    en

    cuanto

    al

    carcter socialde ladeclaracin.Eneste sentido ,loque manifiestanes el

    producto

    no

    slo

    de

    sus recuerdos, sino

    de

    narraciones

    y

    categoras

    con-

    validadaspor elgrupo, teniendoencuentano ideales epistmicos, sino

    prcticos. Uno puede preguntarse, entonces,enqu medidaelmotivode

    atestar el testimonio de sentido de una vctima sea su pasividad empatizan-

    t e como plantea Ricoeur,yno algn motivo de tipo identitario.

  • 7/26/2019 Ly Th Goes Ricoeur

    22/22