Los hermanos Serdan. Alberto Chimal

8/7/2019 Los hermanos Serdan. Alberto Chimal.

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Nueva Biblioteca del Nio Mexicano

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serdanAlberto Chimal

Aquiles: madrugada, 19 de noviembre

El nombre de Aquiles proviene de la mitologa

: h c c-

, casi. E ,

c y c:

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.

Su nico punto dbil, pienso mientras repaso

esta historia que conozco desde hace tanto tiempo,pero estoy tan nervioso que lo digo tambin: Pun-to dbil, murmuro, y cuando me doy cuenta sientoque el corazn se me detiene. No debo hacer ruido.Llevo muchas horas esperando, encerrado en este

stano, a que se marchen los hombres que sitia-ron nuestra casa. No s cuntas horas han pasado.

A cada momento siento el deseo de salir corriendo,de ya no estar quieto, de huir a cualquier parte, pero


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necesito contenerme. Necesito estar seguro de que

ya no hay nadie arriba. Necesito poder escapar deveras. Esta casa, la casa de mi amilia, ue atacadapor cientos de soldados. Cmo saber que ya seueron todos?

Pasan los minutos. Est oscuro. Ser ya la media-noche? Habr pasado? Tal vez sea la una, o las dos

Como mi nombre es Aquiles, siempre me pre-gunto cul ser mi debilidad y creo que ya lo s.Tengo muchsimo miedo, y en cualquier momentono podr aguantar ms y tendr que salir

Mximo, tarde,18 de noviembre

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Si hubiera sabido todo eso, de cualquier modo

lo hubiera hecho.En esto, creo, no cambiar jams de parecer, como

tampoco cambiarn, estoy seguro, ni Carmen niAquiles. Las cosas ya no pueden seguir como estn.


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Porfrio Daz ha sido presidente durante treinta aos,

postulndose y reeligindose una y otra vez presi-dente de la Repblica: no se opuso l, hace muchotiempo, a que Benito Jurez hiciera lo mismo? Mu-chas personas de aqu de Puebla, como del resto delpas, sin duda pueden hacerse de la vista gorda y nohacer caso de ese problema ni de todos los otros quetiene el pas, pero yo no: no puedo ser insensible a lapobreza en todos los lugares a los que no llega el pro-greso de las ciudades, no puedo ser indierente alahogo que se siente que mis hermanos y yo hemossentido tantas veces simplemente porque, en rea-lidad, no somos libres. No nos dejan elegir nuestrodestino: no podemos contradecir al tirano.

No me arrepiento. No es sufciente saber que in-

tentamos contradecirlo, que quisimos vivir de otramanera?Carmen, 1948

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Mi hermana Natalia lo hizo as, pero yo no. Yo

aprend mucho en el colegio al que pude ir, el de lasTeresinas. Y adems, en casa se hablaba siempre delo mismo: la libertad, la democracia, todo aquelloque nos altaba desde que yo era una nia y que em-pezamos a desear incluso antes de que comenzarael siglo, cuando dimos nuestros primeros pasos enla poltica.

En 1908 , cuando Daz declar a un periodistagringo que deseaba ver partidos de oposicin en elpas, muchos le tomamos la palabra. Ya tenamoscontactos con el Partido Democrtico y apenas pu-dimos nos afliamos al Partido Antireeleccionista.Mximo lleg a ser su jee en Puebla. Aquiles, queera comerciante, aprovechaba sus viajes para cono-

cer a otras personas descontentas y convencerlas deunirse a nuestros proyectos.Nuestra causa decamos.Siempre que poda, yo sala en las noches para

pegar carteles contra Porfrio Daz, y ms tarde,

cuando estaba por empezar la revolucin, tambinsal muchas veces a repartir plvora y explosivosentre nuestra gente.


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Aquiles, madrugada, 19 de noviembre

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Repaso cada momento como si uera parte deuna leccin: el destino de los Serdn de Puebla.De seguro vamos a salir en los peridicos comocriminales o sediciosos, gente sin virtud ni senti-mientos

Pero no es as. Primero, no era verdad que laoposicin le gustara a don Porfrio: Francisco I.Madero se postul para presidente, pero antes delas elecciones lo encarcelaron y perdi por un rau-

de y entonces nos dimos cuenta de que no se podahacer ms que recurrir a las armas.Segundo, qu momento terrible cuando lo de-

cidimos: mi madre, Mximo y Carmen viven aqucon mi esposa y mis hijos; tambin viven aqu mi

hermana Natalia y sus hijos, porque ella es la due-a de la casa y ste era el nico lugar en el que po-damos permanecer sin levantar todava ms sos-pechas.


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Pasen ustedes al cuartel, que est en el nme-

ro cuatro de la calle de Santa Clara le o decir aMximo una vez, en son de broma.

Tercero, como otros maderistas perseguidos, yotuve que salir un tiempo de Mxico y slo volv cuan-do pudimos acordar, con Madero, la echa del 20 denoviembre para el levantamiento general. Cuarto, s,llenamos la casa de explosivos y armas, pero

Quinto, alguien les avis, o la polica se dio cuenta,no s, pero lo importante es que lo supieron todo.

Qu hacer? Pensamos adelantarnos, levantar atodos nuestros allegados, aguantar a que nos ayuda-ran desde otros lugares Y ni eso pudimos hacer.

Sexto: hoy, o ayer, ms bien, el da 18de noviem-bre, cuando se supona que comenzaramos, la po-

lica se nos adelant. Quisieron entrar con una or-den de cateo y los recibimos a balazos. Y ellosempezaron a disparar tambin

Hace ro aqu, me duelen las piernas, las leccio-nes no sirven de nada. Pienso en Carmen, que sali

al balcn armada con una carabina para arengar a lagente, para pedir que no nos dejaran solos, y le dis-pararon. Pienso en Mximo. Pienso que llevo no scuntas horas aqu, escondido, incapaz de decidir-


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me a salir, y las piernas me duelen y tengo hambre y

sed y el cuerpo entero me est temblandoY de pronto creo que estoy soando, porque abro

la puerta del stano: las manos actan solas y empu-jan la puerta, y mi cuerpo se levanta, y mis ojos miranhacia uera Y me parece que ya no hay nadie

Carmen, 1948

A, j, ,

c Ty. A c

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, y . A c.A Aquiles, mi hermano, lo mat un soldado queestaba de guardia en la casa. Lo mat tambin des-de lejos. Mi hermano quiso salir de su escondite,levant desde abajo la puerta disimulada que lleva-

ba al stano, y cuando sali all estaba aquel hom-bre; no tuvo tiempo de esconderse ni de nada. Elhombre le dispar y Aquiles, mi hermano, no erainvulnerable. El ltimo tiro ue el de gracia.


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Ahora estoy vieja, y de seguro no me queda mu-

cho tiempo. Pero tal vez sirva decir que aguanta-mos: nos deendimos, les devolvimos cada balazo,

y por un momento hasta llegamos a pensar que po-dramos con ellos. Y luego, cuando todo estuvoperdido para nosotros, de todas maneras no mequebr, como le o decir a muchos soldados. Pasa-mos un tiempo en la crcel ramos mi madre, micuada Filomena y yo, que adems estaba herida:un ofcial hizo una lista de donde me haban tocadolas balas cuando sal al balcn, pero cuando al fnnos alcanz la revolucin: cuando al fn lleg el 20de noviembre, que era la echa en la que todos ba-mos a comenzar a pelear al mismo tiempo, y to-dava ms, cuando empezaron a llegar las noticias

de lo que pas despus, entonces todava pudesentir esperanza. Era una esperanza rgil, claroest: qu alegra cuando Porfrio Daz renunci yqu terrible la muerte de Madero; qu espanto Vic-toriano Huerta, qu hermoso saber de su cada

No, no nos ue cil. Y nunca supimos si habra-mos podido lograr algo ms de lo que hicimos, de loque intentamos hacer. Aquiles habra podido ser unhroe? Su muerte lleg demasiado pronto. Y Mxi-


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mo le llevaba un da de adelanto: ue de los primeros

en caer durante el tiroteo en nuestra casa.

Mximo, tarde,18 de noviembre

Q c, c y C-

. Y A. E c, : c

hc cc, y h

.

Me aerro a la esperanza de que todo esto serpara mejor: de que caer el tirano y en Mxico ha-

br democracia y habr justicia.Qu ms puedo hacer? Cuando sent las balas en

el pecho, me dio la impresin de que el cuerpo dejabade pertenecerme. Todo lo que poda hacer era caer deespaldas, despacio, cada vez ms despacio. Y al fn lle-

gu al suelo, y ahora sigo aqu, tendido en la casa demi amilia, y slo puedo pensar en el pasado, y dentrode poco, en un segundo, en dos, estar muerto.


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