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LOS ARAGUACO-TAÍNOS: UNA CULTURA PRECOLOMBINA EN LAS ISLAS CANARIAS INDICE 1.- Introducción 2.- El Poblamiento de América: un enigma a resolver. 3.- Los araguacos en América: una cultura por conocer. 4 .- Los Araguaco-taínos en las Antillas. 5.- La navegación en la prehistoria: el mito de las Islas Afortunadas. 6.- Los Araguaco-taínos: los fenicios de América. 7.- Relaciones arqueológicas entre América y Canarias. 8.- Creencias mágico-religiosas de los araguacos y los aborígenes canarios. 9.- Relaciones físicas entre los araguaco-taínos y los aborígenes canarios. 10.- Toponimia araguaco-aborigen canario. 11.- Relación de topónimos araguacos y aborígenes canarios. 12.- El lenguaje araguaco y aborigen canario, 13.- Palabras con un mismo o parecido significado: indígenas americanas y aborígenes canarias. 14.- El lenguaje silbado en América y Canarias. 15.- El folklore araguaco y aborigen canario. 16.- La muerte y momificación en la América precolombina y los aborígenes canarios. 17.- El matrimonio, la viudez y el matriarcado entre los araguaco-taínos y los aborígenes canarios. 18.- La agricultura entre los araguacos y los aborígenes canarios: la importancia de la yuca y el ñame. 19.- Los sellos o pintaderas. 20.- Las macanas: las armas de los araguacos y aborígenes canarios.

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LOS ARAGUACO-TAÍNOS: UNA CULTURA PRECOLOMBINA EN LAS ISLAS CANARIAS

INDICE

1.- Introducción2.- El Poblamiento de América: un enigma a resolver.3.- Los araguacos en América: una cultura por conocer.4 .- Los Araguaco-taínos en las Antillas.5.- La navegación en la prehistoria: el mito de las Islas Afortunadas.6.- Los Araguaco-taínos: los fenicios de América.7.- Relaciones arqueológicas entre América y Canarias.8.- Creencias mágico-religiosas de los araguacos y los aborígenes canarios. 9.- Relaciones físicas entre los araguaco-taínos y los aborígenes canarios.10.- Toponimia araguaco-aborigen canario.11.- Relación de topónimos araguacos y aborígenes canarios.12.- El lenguaje araguaco y aborigen canario,13.- Palabras con un mismo o parecido significado: indígenas americanas y aborígenes canarias.14.- El lenguaje silbado en América y Canarias.15.- El folklore araguaco y aborigen canario.16.- La muerte y momificación en la América precolombina y los aborígenes canarios.17.- El matrimonio, la viudez y el matriarcado entre los araguaco-taínos y los aborígenes canarios.18.- La agricultura entre los araguacos y los aborígenes canarios: la importancia de la yuca y el ñame.19.- Los sellos o pintaderas.20.- Las macanas: las armas de los araguacos y aborígenes canarios.21.- Las hachas pulidas canario-americanas.22.- Las pirámides canarias: ¿una herencia americana?.23.- Bolas o esferas de piedra: un simbolismo del más allá.24.- Conclusiones: ¿un descubrimiento a la inversa?.25.- Agradecimientos.26.- Biografía del autor.27.- Bibliografía

INTRODUCCIÓN

El 12 de octubre de 1492 se produce un suceso que cambiaría la historia de la humanidad con el descubrimiento del continente americano, Cristóbal Colón con sus tres carabelas y después de larga travesía contacta en su primer viaje, algunas islas del Caribe, puerta de entrada a las fabulosas tierras de las "Indias". Al analizar el viaje de Colón, uno se pregunta, después de haber navegado en una de las réplicas de la carabela La Pinta, como es posible que en esa embarcación, junto a otras dos similares, pudieran cruzar el océano Atlántico a través de varios miles de kilómetros. Me hago esta pregunta porque en la antigüedad otros pueblos gozaron fama de ser grandes navegantes con barcos preparados para largas travesías, como pudieron ser los fenicios, cartagineses, griegos, cretenses, egipcios y pueblos nórdicos, en lo que respecta al Viejo Mundo; y mochicas, nazcas, caribes, araguacos, tainos y otros pueblos del norte del continente americano, en lo que respecta al Nuevo Mundo; sin dejar atrás, algunos pueblos de las islas del Pacífico y orientales como la Cultura Jomón de las islas del actual Japón; se ha probado arqueológicamente, que individuos de esta cultura recalaron en las costas de los actuales países de Ecuador y Colombia a través del océano Pacífico. Si embargo a estos pueblos se les menosprecia a la hora de haber establecido contactos en la prehistoria a través de los océanos Atlántico y Pacífico, pese a que navegantes modernos con reproducciones de naves prehistóricas han cruzado en varios viajes ambos océanos.

Esto viene a colación para explicar algunos detalles del poblamiento de un lugar situado en el Atlántico y que ha consumido regueros de tinta y centenares de publicaciones, para explicar el origen de los grupos que habitaban esta zona de dicho océano a la llegada en el siglo XIV de navegantes europeos. Las islas Canarias o Afortunadas, no cabe duda que por su proximidad al continente africano, tuvo colonizaciones e invasiones de pueblos situados en el Atlántico africano y prueba de ello son numerosos los restos arqueológicos, inscripciones, toponimia y rasgos físico-culturales que demuestran la presencia de culturas de este continente en la totalidad de sus islas. Igualmente fenicios, cartagineses, romanos y otros pueblos del noroeste del continente europeo, recalaron o establecieron bases e intercambio en dicho archipiélago, algunos restos arqueológicos así lo atestiguan. Igualmente hay pruebas más que suficientes, para demostrar que en el pasado, probablemente entre el siglo XI y XII de nuestra era, pudieron "colonizar" algunas islas del Archipiélago, especialmente La Gomera, pueblos de la cultura taina-araguaca procedentes de las actuales islas de República Dominicana, Cuba y probablemente Puerto Rico.

Al principio todo esto suena como a "ciencia ficción", pero después de haber recopilado durante más de veinte años información a ambas orillas del Atlántico, toda duda queda disipada. Sistemas de navegación; toponimia aborigen, palabras aborígenes con un mismo significado; lenguaje silbado; restos arqueológicos: construcciones, arte rupestre, material lítico y cerámica; enterramientos y momificación; rasgos físicos y consánguineos y ciertos ritos y costumbres; dejando de un lado las tan controvertidas edificaciones y pirámides de la isla de Tenerife -tan afines al mundo precolombino americano- nos demuestran sin lugar a dudas que en el pasado existieron contactos entre grupos provenientes del norte de Suramérica y las islas Canarias.

En lo que respecta a la navegación, es bien conocido por los cronistas de Indias de las grandes embarcaciones que tenían los pueblos caribeños (hasta veintiocho metros de largo, mayores que una carabela) con más de cincuenta remeros y con capacidad para ciento cincuenta personas. Conocían igualmente la vela, que fabricaban de algodón o fibras vegetales. Poseían conocimientos de navegación lo suficientemente como para realizar largas travesías, tanto diurnas como nocturnas (navegaban orientados por el sol y las estrellas), acaso Cristóbal Colón en su regreso a Europa no vino asesorado por un indio taino, experto navegante en el Caribe. Igualmente dan fe de las largas navegaciones que hacían dichos grupos precolombinos, algunos habitantes de las islas Azores y Canarias que han visto llegar a sus costas restos de embarcaciones aborígenes, que por lo característico de las construcciones y tallas, eran sin lugar a dudas taino-araguacas, igualmente encalló una de ellas con dos aborígenes muertos. Fue esta una de las razones que más motivó a Colón a hacer su viaje del descubrimiento. Con respecto a la comida para largas travesías, no tenían problemas, pues las tortas de cazabe eran un rico alimento imperecedero y fácil de transportar; igualmente eran expertos pescadores.

La toponimia es quizás uno de los elementos más fuertes en sostener la presente teoría, mas de quinientos topónimos con nombre aborigen de las Canarias se ubican en diversas parte del norte de Suramérica, principalmente en las islas caribeñas y la actual Venezuela, todos ellos de procedencia precolombina y con nombres desconocidos en cualquier toponimia mundial siendo solo exclusiva de estas zonas, algunos de ellos se repiten varias veces en ambas latitudes del Atlántico; nombres tan específicos como: Aguatar, Aragua, Arabas, Arauca, Arad, Arijuna, Aruca, Barahona, Boxo, Cuaco, Cuna, Chacota, Chama, Chamberil, Chimberi, Chimbi, Chimisay, Chirivichi, Chinaco, Chiriguana, Damajagua, Guajara, Guaita, Guaniman, Guaire, Guanajamí, Guanico, Guama, Guana, Guanajey, Guanaba, Guanapay, Guara, Guarico, Guariame, Guaro, Guasa, Guasimo, Guatiza, Guayeroi, Guayo, Guayana, Güiria, Guigui, Iguara, Irapa, Jagua, Jague, Jama, Jabago, Jajo, Jabillitas, Jarahagua, Jarco, Juga, Maco, Macana, Macayo, Magua, Maica, Malagua, Mani, Marajo, Maya, Mijagua, Nagua, Nazca, Quicuira, Samá, Tabor, Taco, Tagano, Tamay, Tinguaro, Yagua, Yacomar, Yaro y Yaraya, así hasta más de quinientos.

Con respecto a palabras con un mismo o parecido significado hemos encontrado más de un centenar, a pesar de que la mayoría de las voces aborígenes canarias y taino-araguacas han desaparecido y el poco material que existe lo hemos tomado de los cronistas de la época. Notamos igualmente que predominan entre esas palabras y la toponimia los prefijos Ab, Am, Ara, Ari, Ba, Cha, Chi, Gua, Gui, Güi, Ja, Ma, Si, Ta y Ya; tenemos el ejemplo de algunas palabras con un mismo o parecido significado como: Ab, Abi, Abeje, Abora, Acof, el prefijo Am para los nombres de dioses; Arahucao, Ba, Bucaro, Chacara, Chenchos, Gandinga, Guaires, Guayota, Guachara, Guarachos, Güiro, Inagua, Macana, Maca, Mariguadas, Magüey, Nitao, Ñoca, Pichirre, Ruma, Sato, Tabaiba, Tagoro, Tamarco, Taro y el prefijo Te que va ligado a todos los frases donde aparece el significado de piedra, entre otras más.

En lo que atañe a restos arqueológicos, sin lugar a dudas, existe una gran similitud entre objetos de uso habitual entre los araguaco-tainos y los de los aborígenes canarios. En primer lugar tenemos los sellos o pintaderas, fabricados de madera y

arcilla, usados probablemente para decorar el cuerpo e imprimir algún tipo de tejido; de esto dan prueba los cronistas que reflejaron, tanto la conquista de Canarias, como del norte de Suramérica y el Caribe. La gran cantidad de sellos o pintaderas encontradas en enterramientos, cuevas y excavaciones en la isla de Gran Canaria, decoradas con motivos, que en su totalidad aparecen dentro de los diseños de los sellos-pintaderas de la cultura araguaco-taina, demuestra sin lugar a dudas contactos entre ambas culturas. Todavía algunos grupos de aborígenes de la cuenca del río Orinoco, usan este tipo de objeto para la decoración de sus cuerpos durante ciertos rituales. En el Atlántico africano, son muy escasos los sellos pintaderas encontradas, lo que prueba que su difusión a Canarias no es probable a través de la costa africana.

Hace unas décadas el hallazgo de un hacha pulida en Gran Canaria, fabricada con un material lítico, que su lugar más próximo de origen es el área del Caribe, motivó una gran controversia entre los investigadores que visitaban el Museo Canario de Las Palmas donde se encontraba expuesta, explicando que su probable origen estaba en que, dicho objeto había sido traído por un emigrante canario residente en la isla de Cuba en época histórica. El hallazgo de otras dos hachas similares y del mismo material, que la del objeto de la controversia, en la isla de La Gomera y otra en Gran Canaria, en enterramientos prehispánicos demostró que las mismas provenían del área del Caribe, en años posteriores el descubrimiento de varias hachas pulidas más en las islas mencionadas, hizo descartar cualquier origen accidental de dichas "herramientas" líticas. Modelos totalmente similares y del mísmo material, han sido encontradas en excavaciones arqueológicas realizadas en las islas de Cuba y República Dominicana y varios lugares del norte de Suramérica, dichas hachas habían pertenecido a la cultura araguaco-taina.

Varias figuras femeninas de piernas arqueadas y sexos bien marcados fabricadas en arcilla han sido encontradas en excavaciones arqueológicas de varios lugares de las islas Canarias, la mayor cantidad han aparecido en Gran Canaria; las mismas formas aparecen dentro de la cultura araguaca, tanto en al área de la cuenca del Orinoco, como de algunas islas caribeñas, todas ellas han sido catalogadas como pertenecientes a dicha cultura que se extendió desde Suramérica hasta el Caribe, dejando la huella de su paso en numerosos restos arqueológicos, encontrados en su mayor parte en túmulos o montículos de tierra, construcción esta, característica de los grupos araguaco-tainos.

Igualmente las vasijas con doble vertedero en forma de pene, encontradas en las Canarias, especialmente en Gran Canaria, son modelos similares a otras encontradas en varias partes de Suramérica, incluyendo las áreas donde se asentó la cultura araguaco-taina y siendo totalmente desconocidas en el área africana.

El hallazgo de estos objetos arqueológicos tan característicos como son: los sellos o pintaderas con idénticos diseños, ¿pipas?, trigonolitos de piedra, "boomerangs" con mangos decorados, bastones de mando, bolas líticas, figuras femeninas perniabiertas, y las vasijas de doble vertedero, ausentes, salvo algunos de ellos, dentro de las culturas prehistóricas del África atlántica, motivó a que desde hace varias décadas, varios investigadores llegaran a la conclusión sobre probables contactos y relaciones entre las Canarias y el norte de Suramérica. Entre estos arqueólogos destaca la figura del eminentemente conocido investigador español Profesor Alcina Franch; sus numerosos trabajos le llevaron a la conclusión, que

dichos restos arqueológicos eran una prueba irrefutable sobre relaciones marítimas a través del Atlántico, en este caso desde Canarias a América. A pesar del prestigio de nuestro investigador, el mismo fue objeto de críticas por parte de algunos arqueólogos, sin embargo otros de gran renombre aceptaron sus teorías como válidas, en lo que atañe a las relaciones prehistóricas del Viejo Mundo con América a través de Canarias.

Con respecto a los enterramientos, son bien representativas las numerosas momias encontradas dentro de las culturas aborígenes canarias y tan conocidas por muchas culturas precolombinas americanas, sin embargo ausentes en África, salvo el caso de Egipto, muy lejos de Canarias; y de ser ellos los que dieron a conocer dicha costumbre entre los aborígenes canarios, ¿porque no aparecen otros elementos arqueológicos o pruebas de algún tipo, que demuestren la influencia egipcia en las islas Canarias?. Habría que hacer un aparte con respecto a las controvertidas pirámides de la isla de Tenerife, que si tuviéramos que dar nuestro propio criterio, nos inclinaríamos por una influencia precolombina, con respecto a las mismas, pues las construcciones tienen más características arquitectónicas similares con las americanas, que con las egipcias; de todas formas esperemos que los resultados de las investigaciones que se están haciendo al respecto nos den la razón. Una de las causas de peso que me llevó a la realización del presente trabajo de investigación, es el aspecto físico de un grupo de restos óseos y momias canarias -que por sus características- varios investigadores las "han dejado aparte", a la hora de la clasificación de los grupos que poblaron las islas Canarias. Este tipo de aborigen, pequeño, más abundante en la isla de La Gomera, algo menor en Gran Canaria y Tenerife y prácticamente ausente en las otras islas del archipiélago. Los científicos clasifican esos restos óseos, como pertenecientes, a un grupo de baja estatura (1,50 a 1,60 metros), cráneo redondeado o braquicéfalo y piernas cortas en razón al tamaño de su cuerpo, estás características, solo las tienen los grupos provenientes, bien de Asia o América; dadas las circunstancias, pues es improbable que pueblos siberianos llegaran a Canarias, nos inclinamos con más razonamientos sobre el origen americano de este grupo, que coincide en todos sus aspectos con los grupos aborígenes de la cultura araguaco-taino, exhumados en enterramientos precolombinos encontrados en túmulos de las islas del Caribe y del norte de Suramérica, concretamente Venezuela, en áreas donde se asentó y tuvo gran florecimiento la cultura araguaca. Algunos investigadores -explican- como no encuentran respuesta al origen de los restos óseos de esos grupos humanos, que los mismos provinieran de los Alpes o el Atlas marroquí, donde abundaban grupos de esas características, teoría esta que se viene abajo, pues las estaturas normales de los grupos braquicéfalos de estos lugares evidenciadas en restos óseos humanos que se han encontrado en excavaciones arqueológicas y todavía presentes en algunos individuos actuales, tal es el caso del Atlas, es de 1,63 a 1,72 metros, tallas estas bastante más altas que las de los restos de braquicéfalos encontrados en Canarias. Aparte de eso hay que hacer hincapié, que en más de un centenar de momias canarias, el factor predominante de la sangre era 0, elemento prácticamente muy escaso para esa época en Europa y África y sin embargo muy abundante por toda América, especialmente en el área donde se asentó la cultura araguaco-taino y presente todavía en grupos aborígenes descendientes de los antiguos araguacos. Esperemos que con el avance de las investigaciones actuales, se pueda determinar por el estudio de los cromosomas el

origen de los distintos grupos humanos que poblaron los diversos continentes y llegar así de esta forma a resultados más concluyentes.

El arte rupestre encontrado en Canarias tiene, en sus diversos aspectos, mucha relación con el arte rupestre americano, especialmente en las islas del Caribe y norte de Suramérica. Los cultos solares de los aborígenes canarios, tan relacionado con los petroglifos circulares de la Isla de La Palma, lo tenemos presente en las pinturas rupestres de la Cueva de Punta del Este en la Isla de La Juventud en Cuba, así como en abrigos rocosos de la zona de la cuenca del río Orinoco, ambos lugares asientos de la cultura araguaco-taina. Según excavaciones realizadas debajo de los abrigos donde se encuentran grabadas las complejas figuras circulares de la Fuente de La Zarza en la isla de La Palma, se han encontrado restos humanos aborígenes, lo que prueba una relación entre los grabados y los enterramientos. Por su parte en abrigos rupestres del río Parguaza en la cuenca del Orinoco en Venezuela, se encuentran abrigos rocosos, con pinturas y grabados similares, donde todavía entierran a los muertos los grupos indígenas actuales, descendientes de los araguaco-caribes y siguiendo una costumbre ancestral milenaria.

Quería agregar a esta investigación un pequeño detalle, en varios restos óseos de enterramientos prehispánicos canarios, se han encontrado estigmas sifilíticos; como es posible, que si dicha enfermedad que solo se conocía -según investigaciones de reconocidos especialistas médicos- en América, aparecieran en restos prehispánicos canarios.

A veces cuando hablamos de la América prehispánica y de los pueblos que encontraron los europeos, especialmente en los primeros viajes, se han menospreciado, siendo en algunos casos juzgados de "bárbaros". Repitiendo dicho concepto, cuando Europa estaba en plena barbarie, ya existían culturas en América, con amplios conocimientos y desarrollo de una espectacular arquitectura; un extraordinario conocimiento astronómico con la creación de un prodigioso calendario. Desarrollos económicos y culturales de gran envergadura, con organizaciones político sociales de gran relevancia. El sistema de comunicaciones tanto de norte a sur como viceversa, estaba conformado por una serie de vías terrestres, fluviales y marítimas, con un desarrollo e intercambio comercial de gran importancia, acaso los restos arqueológicos y las noticias de los cronistas de la conquista no lo atestiguan. Porque no podemos aceptar que grupos precolombinos perfectamente organizados, con estilizadas y bien construidas embarcaciones y amplios conocimientos de la navegación pudieran cruzar el océano Atlántico, llegando inclusive a colonizar las islas Canarias o establecer bases en la costa africano-atlántica.

Solo nos queda hacer una cita de Colón sacada de su diario, comentando la constitución física de los grupos aborígenes que se encontró en la isla de San Salvador o Guanahani (topónimo indígena, que también existe en Canarias) en su llegada a América:... ERAN DE ESTATURA MEDIANA, BIEN FORMADOS, DE BUENAS CARNES Y DE COLOR ACEITUNADO, COMO LOS CANARIOS...

EL POBLAMIENTO DE AMERICA: UN ENIGMAA RESOLVER.

Hace unos veinte años me encontraba explorando una región en las primeras estribaciones del piedemonte andino venezolano, en busca de restos arqueológicos, puesto que en esa zona habíamos encontrado varios lugares con petroglifos, así como unas extrañas construcciones o alineamientos de piedras. Fue así como ubiqué una especie de estructuras artificiales de tierra en forma de ajedrezados, que afloraban unos treinta y cinco centímetros sobre el piso y con una superficie de aproximadamente 10.000 m2. Igualmente encontré un molino de mano fabricado en piedra, así como algunos fragmentos de cerámica. A escasos metros de allí ví un "extraño" muro de carácter natural, pareciendo que el mismo formara como una especie de dique conformado por grandes piedras y rocas. Dadas las características geológicas del lugar, ubiqué igualmente, varias conchas marinas fosilizadas, entre ellas el fragmento de una gigantesca concha de vieira, que por sus características debía medir unos treinta centímetros. Igualmente me llamó la atención una especie de fósil, constituido éste, por una masa de piedra caliza muy endurecida de unos 40x30 centímetros, de la cual surgía una protuberancia a ambos lados de la piedra de lo que parecía ser un cráneo humano o de un primate de unos 20x13 centímetros. Me quedé perplejo con dicho objeto, pues no me creía que yo fuera la persona indicada para con mi descubrimiento, cambiar la prehistoria de América, pretendiéndolo con el hallazgo aislado de esa masa fosilizada, que dado su formación geológica, pudiera tener varios millones de años.

A pesar que a los pocos días la prensa local y nacional se hizo eco del hallazgo, y que igualmente realicé varias llamadas de teléfono a algunas instituciones oficiales relacionadas con el tema, nadie se mostró interesado en dichos restos. Pasó un tiempo y me acordé, que en un viaje que había hecho a Cuba, a un congreso internacional de arte rupestre, había conocido y hecho buena amistad con el reconocido paleontólogo cubano doctor Rivero de La Calle, al cual le envié una carta con fotos de dicho hallazgo y explicándole las características geológicas del material que conformaba el fósil encontrado. En pocos días tuve la contestación amable del científico cubano, que se mostró entusiasmado con las fotos y me pidió si le podía enviar más datos sobre dicho "fósil" así como unas radiografías del mismo, lo cual realicé a la mayor brevedad con un desmedido entusiasmo y euforia. Al poco tiempo tuve nuevamente contestación de Rivero de la Calle donde me enviaban un informe, el cual expuse en una rueda de prensa, dado lo cual, los medios de comunicación publicaron la siguiente noticia: "Un hallazgo realizado hace unos años por el conocido investigador Pablo Novoa, presidente del Centro Arqueológico Kuayu de esta ciudad y del cual se habían tejido los más diversos comentarios, tanto de investigadores venezolanos, como extranjeros; prácticamente quedó aclarado, con el informe enviado recientemente de la Habana, el cual está avalado por tres eminentes científicos cubanos conocidos en el ámbito internacional por sus numerosos trabajos antropológicos. Dicho informe anula la probabilidad que esta pieza fuera el resto del cráneo de un humano, dejando de lado la posibilidad que el mismo viniera a demostrar el origen del primitivo americano y que fuera el estado Barinas, el lugar donde tuviera su

origen el más antiguo hombre de nuestro continente, con una edad de varios millones de años y que daría la razón al eminente sabio argentino Florentino Ameghino, que en 1875 planteó con "pruebas" en la mano ante la Sociedad Científica Argentina, la posibilidad que que el hombre americano tuviera un origen autóctono. El informe enviado a Novoa por el Dr. Rivero de La Calle, especialista con más de treinta años en el campo de la investigación anatómica humana, conjuntamente con el equipo formado por La Dra. Esperanza Barroso, médico-radiólogo en el Instituto Cubano de Neurocirugía y el geólogo Ing. Manuel Iturralde, que examinaron el material enviado por Novoa a Cuba, consistente en radiografías, fotos a escala y un informe geológico sobre la pieza encontrada.

Dicho informe dice así: Se trata con toda seguridad de una concreción inorgánica que pudo haber tomado la forma sensiblemente esférica que evidencia el espécimen objeto del estudio.

Se desecha la posibilidad que se trate de un cráneo humano o de otro tipo de mamífero, precisamente por esa forma esférica y porque en las fotos y radiografías que se enviaron a Cuba no se observa ninguna estructura ósea. No se hace tampoco evidente la sustitución mineralógica que debería de existir, si se tratara de un fósil. El hecho de que la pared que conforma la estructura del espécimen esté hueca en algunas áreas, nos demuestra igualmente que no es un cráneo. La pared de éste en los mamíferos y en general en los vertebrados es compacta, de algunos milímetros de espesor, y por esta razón de ser un cráneo, debería de tener esas características.

Como suponemos que se trata de una formación inorgánica, se recomienda un estudio más detallado del área donde se encontró la pieza, para conocer el ambiente en que se originaron los depósitos, y los restos fósiles que eventualmente pudieran estar presentes en los mismos, lo cual posibilitaría determinar la edad geológica, aunque vemos que ustedes se expresan de que se trata de la formación Navay de los Andes Venezolanos".

Firma: Manuel Rivero de La Calle; La Habana, 23 de Mayo de 1987

Este informe determinante sobre dicha pieza, la cual había levantado numerosos comentarios entre diversos científicos venezolanos, como José María Cruxent y el geólogo Luís Dángelo Pietri, quienes examinaron el objeto en discusión, viene poner punto final a lo que se creía el resto de una humano muy antiguo en tierras venezolanas. Mi gozo en un pozo, pero el intento valió la pena.

La llegada del hombre a América, hasta ahora, se presenta como una gran incógnita a pesar de los numerosos estudios e investigaciones que se han hecho al respecto, aprovechando los últimos adelantos de las técnicas actuales. Cada día que pasa nos encontramos con nuevos hallazgos que nos obligan a cambiar la cronología sobre la presencia del hombre en dicho continente, pero eso nos parece normal, pues tenemos como ejemplo el "viejo mundo", concretamente Atapuerca en la península Ibérica, donde con los últimos hallazgos realizados en esa zona, atrasan el poblamiento del continente europeo en casi un millón de años. Cuestión esta que planteada hace poco más de una década era una verdadera utopía; y un poco más atrás, podía incluso llevarte a la hoguera. Igualmente los últimos descubrimientos en el continente africano, nos remonta la antigüedad del hombre a fechas

millonarias. Por eso creemos que la historia de la llegada del primer humano al continente americano no es una excepción al problema.

En una expedición que hice con unos amigos arqueólogos venezolanos, al Sur de Venezuela, visitamos la acogedora ciudad de Calcara, situada a orillas del río Orinoco -un modelo de población en lo que respeta al rescate del arte rupestre prehistórico- con el fin de ver las diversas estaciones de petroglifos y pinturas que existen en plena ciudad y sus alrededores, donde por cierto me llevé más de una sorpresa con los diseños de numerosos petroglifos, varias de las figuras grabadas me recordaban el arte rupestre del noroeste europeo. En la visita que hicimos al pequeño museo de la simpática población, su director nos atendió muy amablemente, igualmente en las instalaciones del lugar pudimos ver hermosas reproducciones de petroglifos de la región, así como algunas pequeñas piedras con grabados, que dado su tamaño, se llevaron para su protección al museo. Debido a nuestro interés, el director de dicha institución nos enseñó varias piezas arqueológicas, que todavía no estaban catalogadas, ni expuestas, entre ellas una hermosa punta de flecha, que se asemejaba a las del Paleolítico europeo. Lo curioso de esto es, que según el funcionario del museo, dicho objeto había sido encontrado por unos mineros que excavaban una mina de diamantes a unos veinticinco metros de profundidad, dicha noticia nos dejó perplejos y nos sería difícil creerla sino fuera la seriedad de la persona que nos relataba el hallazgo de dicha pieza arqueológica. Dada la capa estatigráfica en que fue encontrada dicha punta de flecha y las características de la misma, su antigüedad era imposible que no bajase de los 50.000 años, de ahí para atrás. Otra interrogante más que se une a muchas otras de todo el continente, y que nos plantea una cronología muy remota para el hombre americano.

Ya desde hace muchos años, entre los arqueólogos hay una gran diversidad de opiniones con respecto al poblamiento americano y su cronología. Un grupo minoritario de investigadores, se inclina por fechas no superiores a los 10.000 años de antigüedad; una gran parte plantea una fechación que va entre los 35.000 y 50.000 años, un pico arriba, un pico abajo. A finales del siglo pasado llegó incluso a pensarse en una autoctonía del hombre americano. Arqueólogos de la categoría de Ameghino –Exdirector del Museo Arqueológico de Buenos Aires- y otros reconocidos investigadores, defendieron a capa y espada dicha teoría, que con el tiempo quedó relegada, alegando la mayoría de los científicos, que en América no existió, ni existe, un primate que pudiera dar origen a un hombre autóctono.

Personalmente discrepo de esto, aunque no defienda la autoctonía del hombre americano, pues desde hace siglos y en años recientes se han encontrado en las selvas de la cuenca Orinoco- amazónica y otros lugares del continente, restos de posibles hombre-mono, algunos de ellos documentada su existencia por cronistas y viajeros de las Indias. Hubo un caso de un ejemplar vivo, que incluso fue llevado enjaulado y en barco a la Corte Española, siendo un verdadero impacto para la época, lamentablemente, en ese tiempo, no había "especialistas" que estudiaran el caso, y el pobre debió morir de pena entre las risas de las cortesanas y la indiferencia de los "doctos" de la época. Relatos de muchos cazadores de los países de la cuenca amazónica en los últimos años, nos hablan de dicho hombre-mono erguido y dentro del “pópulis” de esa amplia región se tejen infinidad de relatos sobre la presencia de un ser de esas

características, que según el país se la da un nombre común o seudónimo, siendo el más popular el de "el salvaje". Este personaje incluso, según los testigos de la época, raptaba mujeres que se encontraban solas, escapando entre grandes alaridos, no sabemos para que ¿ ?. De todas formas el presente trabajo no pretende de ninguna forma sacar conclusiones sobre el poblamiento americano y su fechación. Los últimos descubrimientos no paran de darnos sorpresas sobre el origen del hombre americano, fechaciones como las de Old Crow Flats, en Yukón, según Joplingn (1981) habría que fecharlos en 125.000 años. Están igualmente los restos arqueológicos de Calico en California, que ahora se fechan entre 192 y 200.000 años (Shlemon y Bischoff, 1981), a los que se unen los restos de Hueyatlaco, en México, con edades entre 180 y 300.000 años (Szabo, 1969 y Steen-McIntyre, 1981). Estos hallazgos, que de ninguna forma son un caso aislado y fruto del trabajo de un solo investigador, sino de varios de prestigio, sitúa al hombre americano en la penúltima glaciación y nos pone en el tiempo del "Shinanthropus pekinensis" -el hombre de Pekin-, en cuanto a la posible llegada del ser humano al continente americano. A estas fechaciones ha habido mucha oposición por parte de los investigadores más conservadores, que dudan de ellas alegando mil y una razones, personalmente creo, que en vez de realizar tantos congresos y seminarios, hagan cónclaves y podamos ver la fumata que nos oriente en tan sinuoso camino.

Igualmente otras fechas en hallazgos realizados al sur del continente, como es el caso de Pedra Furada en Brasil y Chiribete en la selva colombiana, con dataciones que van desde los 35 a 45.000 años de antigüedad, en base a pinturas rupestres -incluso estas fechas serían mas antiguas que para restos arqueológicos similares del continente europeo- han sorprendido a numerosos investigadores que no esperaban fechas tan remotas al sur del continente. Pero como siempre, las mismas se toman con la reserva del caso, a pesar de que restos arqueológicos relacionados con dichas pinturas, han sido encontrados enterrados en capas estatigráficas que dan la cronología mencionada. Y los arqueólogos "conservadores", nada de tirar la toalla, hay que morir con las botas puestas.

También en la las diversas islas antillanas, los estudios sobre el poblamiento de las mismas, nos daban restos arqueológicos con edades que no pasaban de los 4.000 años de antigüedad, hasta que un hallazgo -realizado por una expedición científica de la Academia de Ciencias de Cuba, en una abrigo rocoso situado en unos farallones de la margen occidental del río Levisa cerca de Mayarí en la provincia de Oriente- de más de dos mil doscientos instrumentos de piedra, trabajados en sílex y otras rocas duras; objetos de adorno de concha, tales como pendientes y collares, así como abundantes restos de alimentos: caracoles, huesos de pescado, de roedores y de aves, constituyen la rica evidencia del más antiguo habitat de la isla de Cuba y probablemente de las islas caribeñas. Los instrumentos líticos recogidos en las capas más profundas del lugar han dado la increíble antigüedad de casi 7.000 años. Lo curioso de todo esto es, que la mayoría de los instrumentos líticos se asemejan mucho a los del Viejo Continente y a la de los primeros pobladores de América; lo que viene a plantear nuevas interrogantes sobre el poblamiento de las Antillas, dada su ubicación en el área caribeña del océano Atlántico y el desconocimiento que de la navegación tenían los primeros aborígenes provenientes del norte del continente.

De lo que si estamos claros, es que probablemente y a raíz de las intensas investigaciones que se realizan a todo lo largo y ancho del continente americano por numerosos grupos de arqueólogos -hoy llamados equipos multidisciplinarios- no sería nada raro que, hubiera que retrasar más aún el poblamiento del continente americano. Igualmente está probado que desde fechas tan antiguas y durante toda la prehistoria, los contactos entre los diversos continentes fueron continuos y en distintas épocas, bien por vía terrestre, bien por vía marítima -por vía aérea, imposible- explicando de esta forma una gran cantidad de interrogantes que a lo largo de la época precolombina se tejieron por todo el continente americano. Esperemos que las nuevas tecnologías aplicadas a la arqueología nos puedan ir dando respuestas -aunque sea a cuentagotas- a este entramado laberinto que constituye la historia y presencia del hombre en el continente americano.

LOS ARAGUACOS EN AMÉRICA: UNA CULTURA PORCONOCER.

Cuando hablamos de las culturas americanas, reconocemos como tales a los: Mayas, Aztecas, Mexicas, Toltecas, Olmecas, Zapotecas, Indios-Pueblo, Incas, Tiahuanaco, Chan-Chan, Chimú, Chavín, Nazca y otras de menor importancia. Sin embargo la Cultura Araguaco, que se extendió por casi todo Suramérica y área del Caribe, apenas es conocida y estudiada, a pesar de que la misma dejó las huellas de su paso en mucha más extensión, que la lograda por ningún pueblo de los antes mencionados. Por supuesto todo esto tiene su explicación lógica, los araguacos no dejaron grandes monumentos de piedra y otros importantes restos arqueológicos que plasmaran la huella de su paso y claro, cuando llegaron los europeos, apenas se encontraron los restos de este pueblo entre grupos aislados en las Antillas Mayores y algunos lugares del norte de Suramérica. Esto se debió sin duda, a que cuando esta cultura estaba en su pleno apogeo y empezaba a construir grandes obras monumentales como: montículos, grandes calzadas, diques fluviales, todo ello en tierra, con algunas obras menores en piedra, hermosa cerámica, talla en piedra y otros objetos más, pero sin llegar a la magnitud de las grandes culturas; sufrió la invasión del pueblo caribe, que frenó el desarrollo de esta importante cultura americana. Los grupos araguacos fueron empujados hasta las costas del norte de Suramérica y de aquí se lanzaron -dado que eran grandes navegantes- a la aventura de las islas del Caribe, donde en las Antillas Mayores siguieron desarrollando su cultura y en su contacto con grupos locales de más bajo nivel nació la Cultura Taína, de la que los europeos tomaron contacto en su llegada al continente americano.

El origen del pueblo araguaco, todavía no está resuelto pues hay diversidad de opiniones sobre el surgimiento de esta cultura. Algunos investigadores, situan el origen de la misma en la cuenca amazónica, otros se inclinan por la región Noreste de Bolivia -quizás la más documentada- y autores como el reconocido investigador español profesor Gómez Tabanera, que en un planteamiento sobre el poblamiento de América, incluye entre sus diversas fases una sexta emigración, ocurrida entre el 300 antes de Cristo y el 500 de nuestra era, constituidas por gentes navegantes de un tipo que se pudiera considerar "aruaco" y que, viniendo quizá del Pacífico, y desde los mares del sur, poblaron no solo Mesoamérica y la vertiente andina del Pacífico, dejando apreciables restos arqueológicos en Lambayeque, Chimú, Nazca y Tiahuanaco y donde mezclados con gentes mongoloides, crearían Altas Culturas. Incluso pasando a la vertiente atlántica del continente, configurando con su presencia todo el área cultural caribeña (Gómez-Tabanera, 1968).

Si analizamos la postura y el análisis de Gómez-Tabanera, se puede llegar a la conclusión, que la Cultura Araguaco es el fruto de una Alta Cultura venida a menos y que en su proceso de expansión desde el sur del continente hasta las Antillas, va dejando la huella de su paso: toponimia, lengua, costumbres, grandes construcciones -montículos, calzadas, obras hidráulicas, etc-, conocimiento y fabricación de objetos de metales como el oro y cobre, hermosa cerámica policroma y algunos objetos de piedra; y quizás lo más importante, un gran desarrollo de la agricultura, que les lleva a ser autosuficientes y comerciar sus productos con otros pueblos del continente. Hay que hacer hincapié, que este desarrollo y expansión de la Cultura Araguaco, no hubiera sido posible, sin los

conocimientos que tenían de la navegación, de la que eran grandes expertos y construían grandes embarcaciones, conociendo incluso el uso de la vela.

Antes de continuar con el presente capítulo, quería hacer la siguiente aclaración, pues como han visto y verán a todo lo largo de los textos de la presente publicación, utilizo la palabra araguaco/a, muchos se preguntarán el porque de esto, pues en la mayoría de los escritos que hablan sobre esta cultura la mencionan con distintos nombres, entre ellos los más conocidos: arruacos, arawacos, arawakos, aruacas, aruakos, arauacos, arauakos, arahuacos, arawuac, entre otros, por lo cual he decidido romper la lanza y simplificar dicho nombre usando el término araguaco/a. Este capricho, si se puede llamar así, lo consideré en base a que el pueblo guajiro -descendientes de los antiguos araguacos- y que todavía subsiste en la península de la Guajira al norte de Venezuela y Colombia, se les conocía como goajiros, hasta que un reconocido miembro de la comunidad y estudioso de la lengua y costumbres de su pueblo decidió que la forma correcta era Guajiro, usando el prefijo GUA. Fue por eso que decidí el nombre de araguaco/a.

La Cultura Araguaco fue uno de esos grandes grupos que conformaron las culturas formativas o medias que se extendieron por gran parte del continente americano, desde el sureste de Norteamérica al noroeste de Argentina y las Antillas. Lo cual pone de manifiesto su gran antigüedad y, a la vez, el fuerte incremento demográfico en esta época, debido a los medios económicos y materiales con que contaban.

Dichas culturas presentas rasgos peculiares que las diferencian de todas las demás. Se caracterizaban por el predominio social y económico de la mujer, derecho materno; descendencia y herencia por línea femenina; culto a la Diosa Madre; ritos femeninos de pubertad; la mujer cultiva la tierra, el hombre desbroza el monte. La caza y la pesca pierden importancia, debido al suministro del alimento por la cría de animales domésticos y la agricultura. Comienzo de la escultura en barro, madera o piedra. Invento del telar, vestuario de algodón. Calendario estelar y de fases lunares; sistema numérico deca-vigesimal; rito de confesión, cerbatana, máscara de madera o arcilla, etc. Pomposo ritual funerario, sacrificio humano por extracción del corazón, pero ausencia de canibalismo, sin embargo practican la momificación. El lazo estrecho entre la vegetación y el erotismo se van identificando en el ciclo del predominio social de la mujer, triunfa el matriarcado (Girard, 1977).

Los araguacos representan el grupo que alcanzó mayor extensión en Suramérica, perteneciendo a esta cultura una gran cantidad de dialectos que se hablaron desde las islas Bahamas y las Antillas Mayores al norte, pasando por Venezuela, Las Guayanas, Brasil, Colombia y más adelante, por la vertiente oriental de los Andes ecuatorianos, peruanos y bolivianos hasta más allá de las fuentes del río de la Plata. Los datos históricos que nos hablan de su lengua y de su cultura se remontan a la época de los primeros europeos que llegaron al continente, porque fueron en gran parte araguacos los indios, que éstos hallaron al pisar por primera vez tierra en las Islas Bahamas y las Antillas Mayores.

Los viajes y estudios del investigador Nordenskiöld han contribuido al conocimiento que hoy se tiene de la cultura araguaco y sus diversas migraciones. Gracias a sus exploraciones arqueológicas en el oriente de Bolivia ha podido penetrarse en el campo de esta antigua cultura y comprobarse, a este respecto, lo

que habían informado los cronistas de la Conquista. Ellos nos revelaron el desarrollo que alcanzaron los antiguos Moxos o Mojos y Baurés, cuyos descendientes radicados hoy en las ruinas de las antiguas misiones jesuitas, son considerados por Nordenskiöld, como los menguados restos de los que en época remota levantaron este centro cultural.

Al eminente etnólogo alemán Karl von Steinen, se debe el nombre genérico aruak o araguaco, con el cual se designa hoy toda una gran familia lingüística y determinada por las varias expediciones que realizó a Suramérica en las últimas décadas del siglo XX. Las lenguas de las diversas naciones que integraban este grupo al arribo de los europeos, ofrecen, en algunos casos, diferencias tan notables, que puede pensarse a primera vista, fuesen de orígenes muy diferentes; pero como, por otra parte, al profundizarse en su estudio, se advierten concordancias lexicológicas y afinidades gramaticales, que revelan su origen común. Es de suponer que la separación de estas naciones de su antiguo tronco, debió efectuarse en época remota y que desde entonces pudieron evolucionar separadamente.

Sobre el origen de los araguacos, ha opinado Steinen, que su patria debe buscarse en la altiplanicie central brasileña o en las Guayanas, aunque se inclina por la primera hipótesis. En su segundo viaje por el Xingú, realizado en 1887-1888, le informaron los indios Paressis -de filiación araguaca- , habitantes de la altiplanicie central, que, según su tradición, ellos procedían del norte. Este informe hizo dudar a Steinen en su primera teoría y concluir que quedaba indeciso el tema hasta que nuevas exploraciones aportasen el material necesario para abordar de nuevo la cuestión.

Por su parte el investigador Schmidt, opina que la expansión araguaca no fue tanto el resultado de una migración, como más bien de una colonización, es decir, de la expansión por la influencia de las castas señoriales de los araguacos sobre otros pueblos, de suerte que la notable diferencia etnográfica que se observa en los diferentes grupos araguacos, no obedece al cambio de una cultura primitivamente homogénea, sino a la araguaquización de numerosos pueblos diversos. Estos últimos debieron conservar, al lado de los elementos que les eran impuestos por los araguacos, y que por la misma razón resultan similares en los diversos pueblos, como: cultivo del suelo, utensilios y modos de preparar los alimentos, tejidos de mimbres y cerámica, y muchos otros.

Algunos investigadores consideran que los araguacos debieron alcanzar el máximo de su desarrollo, poco tiempo antes de acentuarse la extensión de los europeos, porque los focos de centralización de esta cultura, perfectamente organizados, fueron un medio que los europeos aprovecharon para su propia expansión y para la explotación económica de los pueblos indígenas. Por esta razón debieron estar los araguacos más expuestos al proceso asimilatorio de la cultura europea. Fue así como a los primeros navegantes les causó sorpresa la cultura relativamente avanzada que tenían los araguacos que hallaron a su llegada las Antillas Mayores; y las exploraciones arqueológicas allí practicadas, como también las realizadas en la isla de Marajó, en la desembocadura del Amazonas, revelan un grado de cultura como solo se había encontrado en el país de los antiguos Mojos de Bolivia, a quienes se consideraban descendientes de los grupos originales de los primitivos araguacos.

El pueblo araguaco era prácticamente agricultor, sus cultivos principales lo formaban la yuca y el maíz. Esta condición de agricultores debió determinar cierto arraigamiento de los grupos araguacos, porque la inmensa y tupida selva para preparar el campo de cultivo constituía una trabajosa experiencia, dado lo rudimentario de sus herramientas fabricadas de piedra. Debían aprovechar el terreno desforestado de bosque y utilizarlo el mayor tiempo posible; y como la yuca, cuyos tubérculos se extraen a partir del segundo año, les permitía un lento y gradual aprovechamiento de sus productos, salvo cuando también cosechaban el maíz, pues entonces requerían de mayor espacio de terreno y tenían que dedicar más tiempo al cultivo y recolección de este grano, cuyas mazorcas debían de recogerse en determinada época, para ser depositados en sus caneyes o graneros, para preservarlos de los animales. Esta labor debía cubrirse con mayor número de braceros y esto, probablemente, motivó a que los araguacos se movieran hacia otras partes en busca de grupos humanos, de más bajo nivel, para aprovechar de esta forma su mano de obra, en condición de esclavos o vasallos. Fue quizás esta característica, unido a la falta de tierras de labor, lo que hizo expandirse este pueblo, "invadiendo" otras naciones y así imponer su cultura agrícola, lengua y costumbres.

Por su parte investigadores como Nordersklold y Buschan (1922), han demostrado que la expansión araguaca pudo verificarse, en gran parte, gracias a la especial habilidad de esta nación para adaptarse a las difíciles condiciones que ofrecen las tierras anegadizas de las selvas amazónicas, levantando túmulos y terraplenes artificiales, incluso diques para controlar los ríos en las distintas épocas del año, que servían para la protección y que a la vez facilitaban la comunicación entre si de los ríos navegables, tenemos ejemplos: Llanos de Mojos en Bolivia; Río Daule en Ecuador; San Jorge en Colombia y los Llanos Occidentales de Venezuela, entre otros lugares.

En cuanto a los terraplenes, montículos y calzadas artificiales, no cabe duda que constituyeron una característica cultural de los pueblos araguacos. De sus manos provienen los túmulos y terraplenes de tierra que se encuentran abundantemente en la provincia de Mojos, el Delta del Paraná, el Alto Paraguay, la isla de Marajó en la desembocadura del Amazonas, Laguna de Tacarigua en Venezuela, así como en otras partes del norte de Suramérica y la Antillas Mayores.

Durante la conquista de Venezuela en el siglo XVI, los europeos hallaron a los "caquetíos" -pueblo de la gran familia araguaco- establecidos en algunas zonas del Alto Llano, a lo largo de la cordillera andina, poblaban las sabanas de los actuales estados Barinas y Portuguesa, estableciendo sus poblados a orillas de los numerosos ríos que bajan de la cordillera. Igualmente se les encontró en los llanos del Alto Apure y más al sur hasta el río Casanare, ya en territorio de la actual Colombia. Algunos grupos establecieron sus comunidades a las márgenes del río Orinoco, donde dejaron la huella de su paso en numerosos restos arqueológicos, lengua y toponimia.

De los "caquetíos" que habitaban en la región de Barquisimeto, informó Federmann, -militar alemán al servicio de la Corona española- que se encontraban reunidos en grandes aldeas, de las cuales había muchas que mantenían un animado comercio entre si…robustos y bien proporcionados eran los hombres, y

tal hermosura las mujeres, que indujo a Federmann a llamar aquel valle "de las Damas”.

El también alemán de los Welseres, Spira, recorrió esa comarca en 1535 en busca del mítico Dorado y según refiere el cronista Castellanos, la encontró poblada de indios "caquetíos", que describe como "hombres de más primor y mejor traza", que poseían víveres en abundancia; y más adelante en su expedición por los Llanos halló indios "caquetíos" en la cuenca del río Apure. De estos últimos dice que eran: "nación muy extendida y en infinitas partes olvidadas" agregando que eran gente benigna y en las culturas bien ejercitada, que poseían, sal, buenas ropas, y algunos ornamentos de oro.

Por todas las citas que anteceden, se ve que la población caquetío-araguaco que los conquistadores hallaron en Tierra Firme, cualquiera que fuese su ubicación, era un elemento dócil, pacífico, de buenos hábitos y muy susceptible de ser civilizado y adaptarse a las costumbres de los europeos. Los rasgos físicos y morales de este pueblo de origen araguaco, que los distinguían favorablemente de las otras tribus o naciones indígenas, se conservaron hasta el siglo XVIII. Según el testimonio que nos da el Padre Rivero, con respecto a los que vivían en la cuenca del río Cizañare, dice así: "el genio natural de estos indios por lo general es humilde y manso, y demuestran docilidad para recibir la fe....Caquetíos de nación, de los cuales perseveran todavía muchos; es nación de lindo natural, de color blanco, bien formados tanto los hombres como las mujeres, muestran nobleza y generosidad de ánimo y proceder en sus acciones, son amigos de tratar con los españoles y comunicarles sus cosas y tomar consejos de ellos; se precian de tener buenos vestidos y de salir con lucimiento a la calle, reciben con amor las enseñanzas de las cosas de la fé y se aplican a ella".

El cronista Castellanos nos habla de los caquetíos-araguacos con las siguientes estrofas:

"Mantenía los indios por entera,mayormente la gente caquetía,por ser en sus costumbres más sinceracon cierta presunción de hidalguía".

"Porque son estos indios compañerosApacibles, benignos y obedientes,En el lenguaje todos elegantesY extendiéndose por tierras muy distantes".

"No tienen para que formar querellasde natura por malas proporciones:Son las mujeres en extremo bellas,Gentil hombres todos los varones:Por consiguiente son ellos; y ellasDe nobles, y apreciables condiciones; Tienen para la guerra gentil brío,Y su lenguaje es el caquetío".

Igualmente los caquetío-araguacos se extendieron a las islas al norte de la península de de Paraguaná, como: Aruba, Curacao y Bonaire, donde allí fueron hallados por los primeros conquistadores europeos, los cuales elogiaron su aspecto físico y su carácter pacífico.

Los guajiros, grupo aborigen de procedencia araguaca del noroeste de Venezuela, actualmente se dedican a la cría de animales -cápridos y bovinos- abandonando prácticamente la primitiva labor agrícola. Este cambio, sin lugar a dudas, fue impulsado por las influencias europeas; los españoles comenzaron por establecer la cría de ganado y bestias en las sabanas cercanas a la población de Maracaibo y de allí los indígenas se fueron trasladando a la península de la Guajira, al norte de Venezuela y Colombia, donde de agricultores pasaron a criadores.

Los indígenas guaros o guaraúnos, viven en las marismas y caños del Delta del Orinoco y márgenes de algunos ríos tributarios de éste, probablemente son descendientes de los antiguos pueblos caribes con alguna influencia de araguacos. Existen además, un pequeño porcentaje en las Guayanas Británica y Holandesa, sobre todos en las cuencas de los ríos Aruka -es un topónimo canario-, Waini, Esequibo y Surinama. En tiempos remotos los guaraos habitaron las Antillas y una parte considerable del área continental americana, en cuya toponimia y lengua han dejado inconfundible y indeleble la huella de sus pasos.

El verdadero nombre se lo han dado ellos mísmos al definirse a si propios guaraos o guaraotumas, cuyo significado es: "gente de embarcaciones, nautas de por vida". Igualmente no significa solamente gente embarcada, como un pasajero de a bordo, sino gente experta en navegación y dedicada a esta profesión. Equivale, pues, a nauta maestro, como lo es cualquier guarao en cualquier época de su vida. Hasta hace pocas décadas, comerciaban desde el delta de el Orinoco, con algunas islas del Caribe cercanas a la costa de Venezuela (como veremos en el capítulo de la navegación) (Padre Barral, 1964).

No cabe la menor duda, que los araguacos debieron la extensión de su cultura, al carácter matriarcal de la misma, donde la mujer y el desarrollo de la agricultura iban unidos de la mano, esta dualidad que conforma el culto a la Diosa Madre y que fue el inicio de las grandes culturas del Neolítico en el Viejo Mundo y punto de arranque de las grandes civilizaciones, que en América se conocen con el nombre de "culturas Formativas".

Dada su organización social, los pueblos araguacos, lograron "domesticar" -si se puede llamar así- algunas zonas bajas e inundables de las sabanas americanas, construyendo obras portentosas, que en algunos casos llegaron incluso, a cambiar los cauces de algunos caudalosos ríos, en provecho de facilitar la navegación y convertir tierras anegadizas en lugares de fértiles cultivos. Igualmente, en muchos lugares llegaron a ser autosuficientes, lo que les permitió intercambiar sus productos con otros grupos, algunos de ellos muy alejados, lo que no les impidió comercializar sus géneros, pues eran grandes navegantes y se trasladaban por ese enorme complejo vial, que eran la gran cantidad de ríos que transcurrían por todo el sur del continente.

Igualmente los araguacos de las costa norte de Suramérica, aprovecharon sus complejos conocimientos de la navegación, para dar el salto a las islas caribeñas,

primero las más cercanas a la costa continental y después a la Antillas Mayores, donde en su fusión con culturas locales, surgió la gran Cultura Taíno. Cuando la Cultura araguaco, estaba en pleno proceso de desarrollo y expansión, sufrieron la gran invasión caribe que desde el sur del continente iba absorbiendo y dominando las distintas comunidades, tanto araguacas, como otras menores. Incluso este dominio de los caribes se extendió hasta el área antillana, principalmente las islas Menores. Fue así como esta portentosa cultura quedó desmembrada por diversos lugares del continente, siempre bajo la presión de los caribes, hasta que unos cientos de años más tarde, los conquistadores europeos, prácticamente les dieron el tiro de gracia. Hay que reconocer sin embargo, que indirectamente, fue gracias a la presión de los caribes, que el pueblo araguaco, dio el "gran salto" allende del océano en busca de "nuevas tierras" que les permitiera seguir con su desarrollo, sin la presión de los belicosos caribes, hasta que algunos grupos recalaron en las Islas Afortunadas. Sin embargo está claro, que procedieran de donde fuera, los grupos araguacos marcaron una época dentro de las "grandes civilizaciones" de la América precolombina.

LOS ARAGUACO-TAINOS EN LAS ANTILLAS

Aproximadamente 15.000 años antes de Nuestra Era, algunas comunidades de grupos indígenas cazadores se distribuyeron por la parte continental cercana al Caribe, o sea la costa nororiental de Venezuela. Estos grupos no llegaron alcanzar las islas, posiblemente por no contar en ellas con la base económica que les facilitara los medios de subsistencia y también por no haber desarrollado aún los medios de navegación para moverse por las aguas marinas.

Hace aproximadamente 9.000 años, los grandes mamíferos que constituían el alimento principal de estos grupos cazadores habían desaparecido y los aborígenes comenzaban a desarrollar la base de su alimentación con la pesca y la recolección de plantas y frutos silvestres, sin abandonar del todo sus primitivos hábitos alimentarios. Estos grupos indígenas, ya en contacto con el mar, debieron de haber asimilado rápidamente algunas formas de navegación, pues avanzaron hacia las islas más cercanas a la costa y de alguna forma llegaron hasta las Antillas Mayores. Estos grupos indígenas que aparecieron en las costas de Venezuela inmediatamente después del 5.000 antes e Nuestra Era, llegaron a la isla de Cubagua dos mil quinientos años después. Las fechas de restos arqueológicos descubiertos en la región antillana así lo determinan. Aparentemente estos grupos indígenas experimentan un desarrollo interno en las Antillas, probablemente en contacto con otros grupos venidos de áreas circundantes. Estas comunidades prácticamente se mantuvieron en ese estado hasta poco antes de la Conquista.

Sobre tres mil años atrás, entre algunos grupos del norte de Venezuela la agricultura les era autosuficiente como medio principal de subsistencia basado en el maíz, la yuca, y en menor grado otros rubros agrícolas, iniciándose lo que se conoce como la época Formativa que equivale al Neolítico del viejo continente. En esa época, algunos de los grupos araguacos de la cuenca del río Orinoco habían alcanzado esa etapa de desarrollo. Son esas comunidades que, empujados a la costa -probablemente por invasiones de aborígenes caribes- desarrollan la cultura conocida como Saladoide -debido a su estilo de cerámica- . Los saladoides se mantuvieron por espacio de varios siglos en contacto directo con los grupos primitivos de las costas. En ese lapso de tiempo ampliaron sus conocimientos de navegación desarrollados en las cuencas fluviales continentales estando más preparados para las travesías marítimas, los cuales fueron perfeccionados por medio de otras artes, como la construcción de grandes embarcaciones y el probable conocimiento del uso de la vela. Es así como ya para el año 200 de Nuestra Era, se encontraban en las Antillas Mayores, concretamente en la isla de Puerto Rico. Con el transcurso del tiempo estos grupos araguaco-antillanos fueron avanzando hacia el oeste y posiblemente en el siglo VII de Nuestra Era, llegan hasta la isla de Cuba.

Se puede establecer que para la fecha del contacto con los europeos, las Antillas estaban pobladas, por una parte, por grupos araguacos que procedían del Bajo Orinoco y de las costas de la península de Paria en Venezuela. Los cuales nos han dejado una hermosa cerámica, que entra en la Antillas antes de Nuestra Era. Estas inmigraciones compuestas por aborígenes que habitaron la región de Saladero alrededor de 1000 años Nuestra Era, comenzaron a producirse por la

desembocadura del río Orinoco hasta alcanzar las costas de la península de Paria y la isla de Trinidad, con fecha de unos 200 años antes de Nuestra Era.

En las diversas islas se puede comprobar las huellas de su paso como por ejemplo en: Trinidad, Granada, San Vicente, Martinica, Guadalupe, Antigua, Santa Cruz y posteriormente todas las Antillas Mayores y las Bahamas. Probablemente en su contacto con grupos locales, establecieron culturas con identidades propias, como fue el caso de los tainos en las Antillas Mayores, pero siempre manteniendo las huellas de su origen, como sus costumbres, lengua y desarrollo material.

Por su parte, los araguacos de las costas occidentales de Venezuela, colonizaron las islas Aruba, Curacao y Bonaire. Cuando los europeos llegan hasta estas islas encuentran grupos perfectamente organizados de araguacos, que establecen en estas islas depósitos de mercancías procedentes del continente para ser trocadas con los otros grupos aborígenes de las Antillas Mayores. Por las relaciones de los cronistas europeos se llega a la conclusión, que los pobladores de estas islas occidentales cercanas a la costa continental, eran totalmente araguacos.

En su contacto con los indios de la Española, Colón nos dice: "...al día siguiente vino una gran canoa de la isla de la Tortuga, vecina al sitio donde el almirante era fondeado, con cuarenta hombres, a tiempo que el cacique o señor de aquel puerto de la Española estaba en la playa con su gente trocando una lámina de oro que había llevado. Y cuando él y los suyos vieron la canoa, se sentaron todos en tierra, en seña de que no querían pelear: entonces casi todos los indios de la canoa, salieron con ánimo a tierra, contra los cuales el cacique de La Española se levantó solo, y con palabras amenazadoras les hizo volver a su canoa. Después, les echaba agua, y tomando cantos rodados de la playa los arrojaba al mar, contra la canoa.Luego que todos, con aspecto de obediencia, volvieron a su canoa, tomó una piedra y la puso en mano del criado del almirante, para que la tirase a la canoa, en demostración de que tenía el almirante a su favor, contra los indios; pero el criado no llegó a tirarla, viendo que en breve se marcharon con la canoa. Después de esto, habiendo el cacique sobre las cosas de aquella isla, a la que el almirante había puesto nombre de Tortuga, afirmaba que en ella había mucho más oro que en La Española".

No cabe duda que Colón se encontró, en su llegada a la isla La Española, en medio de un enfrentamiento de caribes y araguacos; y dado el carácter pacífico y poco guerrero de los últimos, estos evitaban guerrear contra los caribes. Igualmente se demuestra que la abundancia de oro que parece había en la isla de la Tortuga, procedía de las invasiones y saqueos que realizaban los caribes a las Antillas Mayores, donde prácticamente quedaban los últimos reductos de pueblos araguacos en el Caribe -en este caso los taínos-, pues cuando prácticamente los europeos llegan al área caribeña, las Antillas Menores estaban pobladas por invasores caribes procedentes del continente. Por su parte en las Antillas Mayores, convivían tres grupos de aborígenes bien diferenciados: los taíno-araguacos - los más desarrollados; otro grupo que vivía en un estado todavía muy arcaico y probablemente descendientes de los primero pobladores, como es el caso de los Cigüayos, los cuales convivían, más o menos pacíficamente con los taínos; y por supuesto, los caribes que ya habían invadido -a la llegada de los europeos- algunas regiones de las Antillas Mayores y que vivían en continuos enfrentamientos con los taínos. Esta situación, hace más que probable, que los grupos araguaco-taínos

desplazados de sus tierras por los caribes, organizaran expediciones desesperadas de huida, logrando alcanzar alguna de ellas las islas más al oeste del archipiélago canario y con el cual mantenían contacto a través de expediciones fortuitas desde muchos años antes.

En tiempos prehistóricos inmediatos al contacto con los europeos, la isla de Santo Domingo o La Española, al igual que Puerto Rico y el Oriente de Cuba, entre otras áreas antillanas, eran escenario del máximo desarrollo cultural alcanzado por los aborígenes insulares.

Esto había sido posible, debido a que esos grupos viajeros procedentes del continente, al llegar a las Antillas Mayores se volvieron sedentarios y a través del tiempo desarrollan una variada e intensa agricultura con las técnicas traídas del continente; esto hace que produzcan sus propios estilos de cerámica, tomando como base los principios del arte continental. Igualmente trabajan la piedra, creando numerosos objetos de uso práctico y ceremonial. Esta evolución, no solo es relativa a la cerámica o a los objetos manufacturados, sino que también se manifiesta en su vida práctica y en los demás aspectos tecnológicos, así como en la navegación y comercio, vida social, rituales, etc., que la identifican como una cultura de desarrollo propio, aunque su principio viniera de sus ancestros continentales.

El desarrollo agrícola permitió a los taíno-araguacos edificar poblaciones de carácter permanente y establecer una compleja organización social, lo que les permitió realizar una amplia labor artesanal, que dio origen a una variada cantidad de objetos mobiliarios, algunos de ellos, artísticamente trabajados.

Para propiciar el sol y la lluvia necesaria en sus labores agrícolas y para contrarrestar los efectos de las tempestades y huracanes que arrasaban sus ¨conucos" o campos de cultivo, crearon sus "cemíes" o dioses propiciatorios, a los cuales les hacían rogativas en complejas ceremonias, convirtiéndose sus divinidades en la base de la súplica a lo sobrenatural con el fin de poder realizar sus actividades y llevarlas a buen destino. Igualmente trataban de conseguir con la fabricación de los ídolos o "cemies", su protección contra los "espíritus malignos" que les traían las enfermedades y la muerte. Igualmente con otras deidades propiciaban un feliz embarazo y nacimiento, característica de esta cultura matriarcal, como era la taíno y la cual heredaron de sus antepasados araguacos.

Los taínos se convirtieron en extraordinarios artesanos; con materias primas como las conchas marinas, la piedra, la madera y el hueso, junto a los tejidos de algodón y la cestería de fibras vegetales, así como la arcilla, realizaron un sinnúmero de artefactos de uso y decoración personal, así como objetos de culto, cuya gran variedad, calidad y diseño, solo era superada por algunos grupos continentales.

Las diversas bonanzas naturales y ambientales de las Antillas Mayores, hicieron que estas islas se convirtieran en un lugar ideal para la vivencia y desarrollo de los taíno-araguacos, lo que les propició un gran desarrollo económico y social, que les llevaría incluso a establecer una red comercial marítima a través del Caribe, basado en el excedente de muchos de sus productos y propiciando diversas expediciones nautas entre las otras islas, regiones centroamericanas, costas del norte de Suramérica e incluso durante cierta época realizar viajes hasta las islas Canarias y

probablemente las costas occidentales de África, convirtiéndose en lo que yo llamaría los "fenicios de América".

La variada floresta tropical de las islas antillanas, propició a que los taínos fabricaran numerosos objetos de madera, desde los ídolos de "cohoba", grandes esculturas talladas; hasta los hermosos "duhos" o pequeños bancos ceremoniales, tan representativos de esta cultura insular. De madera confeccionaron igualmente objetos ceremoniales como los inhaladores de "cohoba", las espátulas vómicas para sus actos rituales, las maracas o sonajeros, que al hacerlas sonar los hacía "viajar" hacia trances mágico-religiosos. Amuletos, peines y peinetas, vasijas de variadas formas, orejeras, grandes y pequeñas canoas o embarcaciones, así como remos, algunos de ellos profusamente tallados; la "coa" o azada, práctica herramienta de uso agrícola, los arcos, las flechas, los boomerangs y la práctica arma de guerra, conocida con el nombre de "macana". En menor cantidad que en las áreas araguacas continentales, los bastones de mando fabricados de madera, algunos de ellos primorosamente trabajados en su empuñadura; lamentablemente debido a su conservación se han encontrado muy pocos ejemplares. Pero de su uso y existencia tenemos noticias por los grabados rupestres, así como por las noticias de los viajeros y cronistas de la Conquista.

De las conchas, el taíno realizaba hermosos trabajos, principalmente con la materia prima del gran caracol de mar "strombus". Entre las piezas fabricadas con este material destacaban las carátulas de concha usadas como adornos corporales, así como los "tapa-sexos". Algunas de esas conchas llevaban aplicaciones de oro, las cuales eran muy codiciadas por los españoles. Igualmente con los pequeños caracoles hacían collares sonoros, que aparte de su función de adorno, desempeñaban cierto uso musical durante la realización de sus "areitos" o cantos y danzas ceremoniales. Se cree igualmente que los fragmentos de concha marina, fueran utilizados como moneda en el intercambio o trueque que realizaban con los grupos de "tierra firme".

De hueso creaban pequeños objetos de uso cotidiano, como agujas, "botones", pequeños amuletos, cucharas, pipas, así como los conocidos inhaladores de "cohoba" para las substancias alucinógenas.

De sus ancestros continentales heredaron las técnicas del hilado, fabricando diversos tejidos, así como la cestería de fibras vegetales. Se sabe por los viajeros y cronistas, que de algodón fabricaban finas labores como las "hamacas" - la "cama del taíno"- ; las "naguas" o pequeñas faldillas usadas por las mujeres, así como las ligas que llevaban en sus brazos y piernas, así como una especie de cinturones y cintillos para la cabeza, así como las velas para sus embarcaciones, la cual también fabricaron de fibras vegetales. Muchos de esos tejidos iban decorados con preciosos dibujos y colores, para lo cual usaban sellos o pintaderas fabricados de arcilla o madera el cual impregnaban con diversos colores obtenidos de plantas, tierras y minerales.Igualmente con el algodón fabricaban ciertos ídolos o "cemíes".

La fabricación de cerámica taina fue muy amplia, siempre definida por un estilo muy personal. Muchos de esos objetos de arcilla eran decorados con pinturas, algunos de ellos con delicados diseños de varios colores. Por investigaciones arqueológicas, se cree que la cerámica policroma tuvo su origen en la cuenca del

Orinoco, sobre 1.500 años antes de Nuestra Era (Caño de Oso, Llanos Occidentales de Venezuela) y probablemente fue obra de los primeros grupos de araguacos llegados del suroeste del continente. Entre las diversas vasijas de barro destacan las potizas o garrafas para líquidos de variadas formas: acorazonadas, mamiformes y las globulares, algunas de doble vertedero y asa. Muchas de las vasijas están decoradas con aplicaciones de cabezas de animales y humanas. Las bocas de estos recipientes son de varios tamaños con picos en forma de mamas o de penes. Igualmente hay vasos con formas de efigies, una característica de la cerámica taína, así como las conocidas vasijas naviformes, con forma de barco.

Igualmente destacan los ídolos con formas humanas, en su mayoría de carácter femenino con los sexos bien marcados, algunos de estos objetos tienen pequeñas piedrecillas en su interior, lo que los convierte en una especie de sonajeros, probablemente para ser usados en algún tipo de ceremonias propiciatorias. Algunas de esos ídolos femeninos, tienen formas grotescas con grandes cabezas, anchas caderas y piernas, (algunas de ellas arqueadas), vientre abultado y en menor cantidad con jorobas. Este tipo de figuras o ídolos pudieran estar relacionadas con el embarazo y el parto, así como con el carácter matriarcal de los pueblos araguacos.

Los sellos o pintaderas, igualmente pasaron de "tierra firme" a las Antillas de la mano de los grupos araguacos, creando en esta región algunos estilos propios como los "sellos-efigies". Eran usados para pintarse el cuerpo, así como para decorar los tejidos de algodón, de lo que dan fe los cronistas de Indias. Algunos de ellos pudieran haber sido utilizados como fetiches o en algún tipo de ritual. La variedad de diseños es amplísima y las formas muy variadas, los hay planos, cilíndricos, con asa y sin ella y algunos con un hueco para llevar colgados. Igualmente estos objetos eran fabricados de madera.

También algunos ídolos eran tallados en piedras, algunas semipreciosas, otras de gran dureza, probablemente estas figuras, las de pequeño tamaño, eran usadas como elemento decorativo, siempre con un trasfondo mágico-religioso y protector hacia el individuo, muchos de esos objetos de pequeño tamaño eran para ser llevados colgados. Igualmente los taínos tenían predilección por las conchas marinas, las cuales trabajaban, elaborando pequeñas figuras y cuentas para ser ensartadas en collares, conjuntamente con cuentas o "cibas" elaboradas con piedras duras o semipreciosas, algunos de varias vueltas, constituyendo un adorno corporal de gran belleza y probablemente usadas por ambos sexos.

Entre los objetos fabricados en piedra por los taínos predominan las manos de mortero o "majadores", así como los molinos o "bateas", profusamente pulidos, algunos con ornamentaciones talladas como elementos decorativos. Probablemente algunos ejemplares, los más elaborados tuvieran un uso mágico-ceremonial, entre ellos los usados para triturar el tabaco y otras "plantas mágicas" con propiedades alucinógenas que los taínos usaban en la ceremonia conocida como la "cohoba".

Eran de gran importancia para los taínos las hachas pulidas, tanto de uso cotidiano, como para prácticas ceremoniales (se prevé este uso debido a que algunas de ellas por su tamaño y desgaste no tuvieran un uso práctico) o las más elaboradas, con mango en forma de efigie; predominaban igualmente las de forma petaloide y de

almendra o agmidaloide, las cuales fabricaban con piedras muy duras, entre las que destacaba la jadeita.

Tenían los taínos otros objetos de piedra muy característicos como eran los trigonolitos o piedras de tres puntas, muchos de ellos tallados con forma de cabeza humana, su uso no ha podido ser determinado, según Hernando Colón, el hijo del Almirante, escribe sobre los ídolos o "cemíes": "Igualmente, la mayor parte de los caciques tienen tres piedras, a los cuales ellos y sus pueblos muestran gran devoción. La una, dicen que es buena para los cereales y las legumbres que se han sembrado; la otra para parir las mujeres sin dolor; y la tercera, para el agua y el sol cuando hacen falta". Para algunos investigadores estos objetos de piedra o "cemíes" de tres puntas, serían representaciones humanas femeninas, previéndose que las formas abultadas de las puntas o del centro representaran las mamas y estén relacionadas con algún culto a la fertilidad, propio de las culturas matriarcales, en este caso la taína.

Otros objetos de piedra fabricados por los taínos eran los enigmáticos "boomerangs" o piedras acodadas, algunos de ellos profusamente tallados en el "mango". Se desconoce igualmente su probable uso. Algunos investigadores se inclinan por la teoría de que los mismos estuvieran relacionados con un uso jerárquico por parte de los caciques y "piaches" o chamanes y ser usados como símbolos tribales.

Otro elemento importante dentro de los objetos fabricados en piedra o materiales semipreciosos, son las bolas líticas perfectamente pulidas y que han sido documentadas en numerosos lugares de enterramiento de los grupos taínos de las Antillas Mayores, principalmente entre los hallazgos arqueológicos de la Cultura Siboney de la isla de Cuba, perteneciente ésta, a pueblos de origen araguaco-taíno. Estos objetos relacionados con el culto a la muerte, por regla general, aparecen colocados al lado o sobre la cabeza del cuerpo enterrado. Sin duda debieron de tener un significado ritual muy importante dentro de las creencias del más allá de los antiguos taínos. Quizás la esfera lítica representara, por su forma, un vehículo de transporte del alma al inframundo de sus creencias.

Por otra parte, sus plazas ceremoniales fueron construidas con hileras de piedras y monolitos -algunos de ellos grabados con figuras- colocadas en formas rectangulares o circulares. En estos centros ceremoniales colocaban en medio del recinto o a su entrada los monolitos tallados con petroglifos, muchos de ellos figuras humanas, casi siempre figuras femeninas, las cuales eran representadas con los sexos bien marcados. Para acceder a estos lugares construían calzadas empedradas, que en gran parte de las veces conducía a una fuente de agua o riachuelo. Se han ubicado algunas construcciones de este tipo en Puerto Rico y la República Dominicana.

Por su parte la huella de los taínos también quedó plasmada en manifestaciones de arte rupestre, es así como en numerosos lugares de las distintas islas antillanas, se encuentran numerosas cavernas, abrigos rocosos y rocas al aire libre, donde se plasma el arte de este pueblo en numerosos grabados y pinturas, algunas de ellas con un extraordinario acabado artístico y de un significado mágico-religioso, para nosotros desconocido.

Aunque los taínos eran de baja estatura, tenían los cuerpos bien formados y su piel era algo más blanca que la de los otros aborígenes que poblaban el norte de Suramérica. Eran individuos lampiños, de cara ancha y pómulos muy abultados, labios ligeramente gruesos y de muy buena dentadura; tenían igualmente el pelo negro y muy lacio y se lo peinaban para atrás, que los diferenciaba de los otros grupos de aborígenes que se lo dejaban más largo y se lo ataban atrás adornándolo con plumas y otros adornos.

Para la época del contacto con los primeros europeos, los taínos habitaban gran parte de las Antillas Mayores donde desarrollaron una gran actividad agrícola, además de la amplia elaboración de objetos, entre ellos la rica y variada cerámica, así como numerosos objetos de piedra, concha, madera, tejido y cestería.

La lengua araguaca era la usada por los taínos, la cual era muy rica y variada en vocablos, numerosa toponimia nos quedó reflejada en numerosos accidentes geográficos de las islas del arco antillano y algunas de sus palabras enriquecieron el idioma castellano en lo que respecta a nombres de animales, plantas y objetos. Lamentablemente con la rápida desaparición de los grupos araguaco-taínos por la presión de los pueblos caribes y europeos, no se ha podido determinar con exactitud el funcionamiento gramatical de dicha lengua, a pesar de la extensión que tuvo por todo el continente americano. Quizás esa expansión de la lengua araguaca, hizo que en mayor parte se viera mezclada con otras lenguas, terminando por ser absorbida y perder de esta forma los principios gramaticales de la misma.

La yuca fue el alimento primordial de los taínos y de ella elaboraban las tortas de "cazabe", especie de pan que luego tostaban. El maíz fue otro alimento de gran importancia en la dieta diaria del aborigen taíno y el cual cosechaban dos veces por año, lo comían crudo cuando estaba tierno y asado cuando estaba maduro; igualmente hacían harina la cual convertían en pequeñas tortas, que igualmente asaban al fuego. Otros productos agrícolas de gran importancia era el ñame, el maní, el tabaco, el cacao, así como numerosas frutas como la papaya, la piña, la guayaba, el mamey, el hicaco, el palmito y otras muchas más. Para las labores agrícolas contaban con herramientas como la "coa", especie de bastón de madera dura para cavar la tierra, así como las hachas de piedra, con las cuales cortaban los árboles y rozaban el monte, complementando esta labor con la quema de las tierras limpias, con el fin de regenerar las mismas. Practicaban, igual que los araguacos continentales, la construcción de obras artificiales para uso agrícola, como los camellones, ajedrezados, canales, diques de contención de aguas, así como montículos de tierra.

Aprovechaban igualmente numerosas plantas para usos medicinales, teniendo un amplio conocimiento de las mismas y sus diferentes usos y aplicaciones. Tenían gran estima al cultivo del tabaco y el cacao, así como a otras plantas de donde obtenían los componentes para fabricar polvos alucinógenos, usados en sus diferentes ceremonias o rituales.

La pesca, constituyó igualmente una de las bases de subsistencia de la cultura taína. Procuraban construir muchos de sus poblados cerca del mar, con el fin de explotar sus recursos. Pescaban con anzuelos fabricados de concha o hueso, igualmente se ayudaban con lanzas, arcos y flechas. También usaban ciertas substancias extraídas de las plantas, en los ríos con el fin de atontar a los peces y

facilitar así su captura. Una de sus especies favoritas era el manatí, enorme mamífero acuático, el cual les proporcionaba gran cantidad de comida y con cuyos huesos fabricaban numerosos objetos de uso doméstico.

Los taínos igual que sus ancestros continentales, eran grandes navegantes y construían pequeñas y grandes embarcaciones, para sus travesías marítimas, las cuales duraban varios días. Igualmente usaban la vela, fabricada de algodón o fibras vegetales y elevaban la proa de sus embarcaciones, para facilitar el embate de la nave sobre las olas. Navegaban de noche guiándose por los astros y por medio del cómputo del tiempo vaticinaban la llegada de tormentas y huracanes. Colón y los primeros viajeros europeos se encontraron con canoas de gran tamaño y de hasta ciento cincuenta remeros.

Para la caza empleaban el arco y las flechas, así como lanzas que eran usadas con propulsores, así como el uso de trampas. Igualmente en las orillas del mar y en los ríos construían ciertos "corrales" para criar diversas especies de la fauna marina. También tenían jaulas para criar aves y pequeños animales comestibles, se cree que tenían perros domesticados y en muchos casos se criaban para su propio alimento.

Sus poblados no eran muy grandes, pero si numerosos; construían sus viviendas o "bohíos", fabricadas con postes y vigas de troncos, los cuales eran atados con cuerdas o "bejucos", cubriendo los techos con hojas de palma u otras plantas. Las viviendas eran bastante grandes, pues normalmente albergaban numerosos individuos, todos pertenecientes a una misma familia, padres, hijos, hermanos, nietos, sobrinos y otros de afín parentesco. Por regla general los taínos casaban con una sola mujer, aunque la poligamia estaba permitida, generalmente la practicaban los dirigentes del grupo, cuya distinción social y económica les facilitaba tener varias mujeres. El delito que más aborrecían los taínos era el robo, llegando incluso de dar muerte al autor, aunque el delito fuera de menor cuantía, quizás por esta razón apenas se conocía el robo en estas comunidades.

Cada poblado estaba dirigido por un cacique que accedía a este cargo, por regla general, heredado por vía materna. Éste presidía las diferentes ceremonias siempre ayudado por el "behique" o chamán, médico hechicero de la comunidad, el cual se comunicaba con los diferentes "cemies" o dioses, ayudados por instrumentos como la maraca-ceremonial y el uso del tabaco y ciertas substancias alucinógenas, siguiendo el conocido rito de la "cohoba".

Tanto las niñas como los niños taínos, eran destinados desde pequeños a aprender las distintas actividades de los mayores. Los niños eran enseñados en los secretos de la caza y la pesca, así como la elaboración de los diferentes objetos usados en estas actividades, así como en el inicio de la construcción de viviendas y embarcaciones. Por su parte las niñas, aprendían junto a sus madres y abuelas las diferentes labores de la casa, así como a hilar y tejer el algodón y las fibras vegetales, también se iniciaban en la fabricación de los diferentes utensilios del hogar.

Prácticamente y debido a las condiciones climáticas de las islas caribeñas, los taínos andaban prácticamente desnudos, llevando solamente unas fajas o ligas tejidas de algodón en las piernas y brazos, parece ser que las mujeres casadas

llevaban ciertas faldillas o "naguas" fabricadas de algodón. En ciertas ceremonias se pintaban el cuerpo con diversos motivos de varios colores fabricados con diversas substancias vegetales y minerales, igualmente imprimían esos motivos en el cuerpo con ciertos sellos o pintaderas, los cuales fabricaban de barro y madera. Igualmente se adornaban con collares y orejeras fabricados de conchas de caracol, hueso y pequeñas cuentas líticas.

Los taínos igual que los araguacos continentales practicaban diversos ritos relacionados con la muerte, pues creían en una existencia en el más allá. Realizaban una especie de momificado o mirlado del cadáver, secándolo al sol o ahumándolo durante varios días. Igualmente, en muchos casos, colocaban una pequeña bola de piedra encima de la cabeza del difunto para facilitar la salida del alma y trasladarla en dicho objeto a su "cielo" particular. Igualmente guardaban la calavera de los dirigentes o principales del grupo y a la cual le practicaban reverencia y solicitaban "favores" durante ciertos rituales.

Los taínos araguacos, prácticamente eran de índole pacífico, de ello dan buena muestra los primeros europeos. Nunca fueron un pueblo guerrero, solo reñían entre si cuando eran violadas las áreas de caza y pesca. Se vieron obligados a guerrear contra los caribes, dado los actos de atropellos sufridos por ellos, robo, muerte, secuestros y esclavitud, lo último principalmente con las mujeres, de las cuales aprovechaban sus conocimientos para su propio beneficio, se unieron a los europeos para luchar contra los caribes. Entre sus armas contaban con el arco y las flechas, las hachas de piedra insertadas en palos, las lanzas con propulsores y la terrible maza o "macana" de madera, la cual hacía estragos en el enemigo. En algunos casos los taínos usaron como arma ofensiva, los gases nocivos que las semillas de "ají" producían al ser echadas al fuego o colocadas dentro de un recipiente al lado del fuego.

A pesar del carácter poco aguerrido y tranquilo de los aborígenes taínos antillanos, prácticamente fueron reducidos a la esclavitud y exterminados más tarde en la lucha de la conquista y posteriormente durante la colonia, en pocos años apenas quedaron taínos, así como otros grupos de aborígenes en todo el arco antillano, a pesar de las leyes proteccionistas dictadas por la Corona. Sin embargo las huellas de su paso, a pesar de que no conocían la escritura, quedaron latentes en la toponimia, algunas palabras castellanizadas, arte rupestre y los restos arqueológicos que por doquier surgen en diversos lugares de las islas que conforman el archipiélago antillano.

LA NAVEGACIÓN EN LA PREHISTORIA: EL MITO DE LAS ISLAS AFORTUNADAS.

No cabe duda que el hombre desde hace milenios ha desafiado los mares y océanos en busca de nuevas tierras, obligados por necesidades sociales y económicas. En todos los continentes habitados, el hombre ha ido desarrollado distintas técnicas de navegación, en un principio implementada para ser usada por las distintas vías fluviales, después bordeando las costas marítimas en las prácticas de la pesca y comercio de cabotaje; más tarde y mar adentro realizando expediciones que los llevaría descubrir nuevas tierras, unas veces habitadas por otros grupos, otras veces solas, lo que configuró con el paso de siglos y milenios, la amplia variedad de razas y lenguas que conforman el conglomerado humano de nuestro planeta.

Ha través de la arqueología se ha podido demostrar que fueron los fenicios, intrépidos y atrevidos navegantes, los que recorrieron todos los mares conocidos de su época convirtiéndose en colonizadores por donde quiera que pasaron, dejando las huellas de su paso en los pueblos que fundaron y los monumentos que construyeron. Igualmente, si nos atenemos a la Biblia y los cronistas de la época, encontramos que grandes expediciones asirias, fenicias y egipcias, entre otras, cruzaron varias veces el océano Atlántico y los mares de los océanos Índico y Pacífico.

De lo que no cabe duda que antes de Colón hubo grandes navegaciones trasatlánticas, destacando: los asirios y egipcios hace más de cinco mil años; los fenicios hace más de tres mil años y los hebreos hace unos dos mil quinientos años. Igualmente los historiadores clásicos, Erastótones, Tolomeo e Hiperco, entre otros, nos dan noticias acerca de los grandes viajes realizados por los iberos, griegos, fenicios, cretenses y cartagineses bastante antes de Nuestra Era, Hay que destacar entre esas expediciones nautas la gran expedición del griego Heterodoto. Igualmente hay que hacer mención la hecha bajo el reinado de Nekao II, seiscientos años antes de Nuestra Era y en la cual rodearon el continente africano. Ciento veinte años después el cartaginés Hannón hizo la misma proeza, incluso, se cree, tocó el archipiélago canario. Posteriormente navegantes como Himilcón y el griego Eudocio, hicieron pocos siglos después la circunvalación del continente africano.

Como un ejemplo de la importancia que tenía la navegación en los pueblos mencionados, tenemos a los cartagineses que para el año 261 antes de Nuestra Era, contaban con una flota de 1.500 barcos y 150.000 tripulantes, cada barco podía albergar hasta cien marinos cada uno. Por su parte los atenienses en el siglo IV antes de Nuestra Era, tenían embarcaciones que podían llevar hasta 188 tripulantes con una flota de 400 barcos. En el 32 antes de Nuestra Era, la flota romana tenía unos 2.000 barcos y contaban con 200.000 tripulantes. Curiosamente las naves del "descubrimiento", podían transportar escasos tripulantes, 40 en la Santa María y unos 25, en cada una, de la Pinta y la Niña.

LA NAVEGACIÓN EN CANARIASDurante la época que se establecieron los árabes en España y Portugal, parece que una expedición salió del puerto de Lisboa hacia el Occidente, y después de haber surcado a través de grandes mares se vieron en la obligación de recalar en el

archipiélago canario: "....donde supieron que los antiguos habitantes de estas islas se habían embarcado en otro tiempo sobre algunas canoas con el designio de descubrir nuevas tierras hacia el oeste, en cuya expedición gastaron un mes" (Viera y Clavijo, 1858, citando a Guignes, intérprete de lenguas orientales en la biblioteca de la Corte del Rey de Francia).

Se sabe que las grandes navegaciones cretenses y luego micénicas, no fueron simples mitos. Sobre el 1000 antes de Nuestra Era, los navegantes orientales, los llamados "Pueblos del Mar", Oriente y Occidente vuelven a ponerse en contacto. Sidones, chipriotas y tirios recorren la costa norteafricana y se inician la fundación de varios puertos y ciudades. Mientras los griegos y fenicios se ciñen solamente a la navegación de cabotaje (siempre con tierra a la vista) los centros atlánticos de Gadis y Tánger practican ya la navegación de altura. Ello explicaría el hecho de que tanto Hannón e su periplo africano como Scilax o Eudoxo, si hicieron navegación de cabotaje (Álvarez Delgado).

No hay que olvidar que los datos de Juba, Seboso o Plutarco sobre el conocimiento de las islas Afortunadas (Canarias), son aportados por los marinos del entorno de Gades (más allá de las Columnas de Hércules), conocedores de la navegación de alta mar, y que como los marinos del mismo Juba pudieron arribar con poca dificultad a dichas islas.

Pocas noticias se tienen de la navegación interinsular canaria durante la prehistoria, ese desconocimiento todavía sigue siendo el pilar de apoyo que falta para resolver el problema que presenta el poblamiento del archipiélago canario. De la poca información que se tiene de los cronistas de la época tenemos: "...por muchos años no supieron hazer fuego, enseñoles el fuego ludiendo entre dos palos secos una mujer Gomera que vino al Hierro nadando sobre dos odres llenos de aire, y enseñó otras muchas cosas que ellos dicen" (T.A. Marín de Cubas, 1986: 158).

Es curiosa esta noticia de la época de la conquista, la cual recoge un probable míto antiguo, donde una mujer proveniente de la Gomera enseñara ciertas artes y el conocimiento del fuego a los antiguos pobladores del Hierro. Pudiéramos especular que dicho personaje fuera una india taína-araguaco, dada la situación, que probablemente en dicha isla fue donde recalaron de su viaje desde las Antillas los primeros grupos aborígenes precolombinos, añadiendo a esto su situación más orientada al continente americano junto con la isla de La Palma de todas las islas que conforman el archipiélago canario.

El cronista l. Torriani (1587), nos describe parecida descripción más ampliada: "También hacían barcos del árbol que cavaban entero, y después le ponían lastre de piedra, y navegaban con remos y con vela de palma alrededor de las costas de la isla, y también tenían por costumbre pasar a Tenerife y Fuerteventura y robar".

Si analizamos igualmente esta cita del cronista Torriani, nos encontramos que los aborígenes canarios ahuecaban los troncos de árboles para hacer embarcaciones y esto no tiene explicación, si éstos no hubieran tenido contacto con aborígenes americanos, dado que el arte de cavar los troncos para hacer barcos solo se conocía en el continente americano; ya que esta técnica era totalmente desconocida, tanto en el área mediterránea, como en la costa atlántica africana. Curiosamente tenemos pruebas arqueológicas de esto, ya que en el Museo Canario

de Las Palmas, se conserva un tronco ahuecado usado como urna para depositar un cadáver. Aunque no podamos probar con objetos materiales, la existencia de "canoas" entre los aborígenes canarios, dado que la madera es un material perecedero, si podemos demostrar que éstos si conocían el arte de ahuecar los troncos, si agregamos a esta circunstancia la cita del historiador Torriani, podemos creer que en alguna época los antiguos canarios tuvieron embarcaciones similares a las usadas por los aborígenes americanos, que por causas que desconocemos, probablemente debido a invasiones de diversos grupos africanos, esta práctica quedara en el olvido.

En la leyenda de Gara y Jonay de la que se tiene noticias por la tradición oral indígena y que los gomeros han conservado hasta nuestros días también nos indica cierta tradición marinera, aunque con medios rudimentarios, de los antiguos canarios: "Gara, hija de un pastor rico, estaba enamorada de Jonay, pobre mancebo que cuidaba los rebaños del padre de la muchacha. Algunos "dicen" que Jonay era del sur de Tenerife y que había llegado a la Gomera, con la ayuda de unos pellejos de cabra hinchados...Se veían a los atardeceres, cuando él llevaba el ganado a los apriscos hechos con piedras, esto era en los albores de la Gomera, cuando no se sabían los nombres de los montes ni los valles, y cuando la isla estaba en ella misma, sin que vinieran gentes de lejanas tierras en raros artefactos de madera a turbar su quietud".

LA NAVEGACIÓN PREHISTÓRICA EN AMÉRICALas tradiciones recogidas por los grandes cronistas de la conquista americana, como Juan López de Velasco (1574) y Juan de Castellanos (1589), aseguran que el verdadero descubridor del Nuevo Mundo fue Alfonso Sánchez en 1484, que en uno de sus viajes a las Canarias, el temporal lo desvió en su camino y fue a parar a las islas Bahamas, tomó la altura de aquellas tierras y se devolvió a la isla de Madeira, en donde Colón lo encontró muy enfermo y agotada su tripulación por los trabajos de aquella travesía. Así mismo es de advertir, no sin llamar mucho la atención sobre esto, que en el "Libro de Armadas" 1495-1500, folio 224, del Archivo de Indias de Sevilla con fecha de enero de 1498, se encuentra un documento que comprueba por este mes que el Almirante se ocupaba de pagar lo que se debía a un tal Alonso Sánchez. Así mismo recuérdese que Colón no tuvo explicación con qué demostrar ni a la Junta de Córdoba ni a la de Salamanca sus conocimientos sobre el Nuevo Mundo y que después de haberse confesado con fray Juan Pérez de Marchena, confesor de la Reina, fue que obtuvo la protección de ésta.

El viajero y naturalista alemán Alejandro de Humbold, nos indica que en el siglo XVIII en un periodo de tiempo de treinta años ocurrieron dos accidentes marítimos en el océano Atlántico motivados por repentinas tormentas. Uno entre Canarias y las Azores, y el otro en Canarias y las islas de Cabo Verde. En el primer caso una embarcación de pescadores fue arrastrada hasta las islas Barbados en el Caribe -el mismo lugar donde arribó la expedición RA II comandada por el navegante Thord Heyerdahl. El segundo caso, un velero fue arrastrado por las corrientes y los vientos hasta un punto de la costa norte de Venezuela. Igualmente en 1734 un barco que pasaba de Tenerife a la Gomera cargado de vino con seis tripulantes, fue arrebatado por un Levante furioso y fueron a parar después de varios días sin casi alimentos a la isla de Trinidad cerca de las bocas del río Orinoco, lo que causó gran admiración entre los soldados y vecinos de la población de Oruña no muy lejos del

lugar donde llegó la mencionada embarcación. Este suceso quedó registrado con el pasaporte y guías de la Real Aduana de Tenerife.

Más reciente es el famoso caso del velero Telemaco que partió desde la isla de la Gomera el 10 de agosto de 1950, con ciento setenta y un pasajeros con destino a Venezuela. Después de dos temporales, un motín y escasez de alimentos, a los cuarenta y tres días llegó a costas venezolanas sin perder una sola vida humana. Este barco era usado para las travesías interinsulares y no estaba preparado para grandes navegaciones en alta mar.

En una cita de Neblot, habla de que la fuerza con que los vientos se llevaron a unos pescadores en su pequeña embarcación desde la Bretaña a las costas de Canadá, que hoy llaman Nueva Francia. Este suceso ocurrió en el año 1504.

En varios lugares de Estados Unidos, islas del Caribe, Venezuela, Brasil y Paraguay, se han encontrado numerosas inscripciones sobre la presencia de pueblos mediterráneos y europeos en dichas tierras. Sin embargo la arqueología oficial y conservadora solo admite la presencia en América, antes de Colón, del navegante vikingo Leif Ericsson, hijo de Eric el Rojo, que partiendo de Groelandia puso sus pies en Vinland o "Tierra de los Viñedos" hacia el año 1002, lugar que muchos investigadores identifican como Terranova o Nueva Escocia en Canadá, aunque también con Massachusetts, en Estados Unidos. Precisamente en Terranova el doctor Heige Ingstadt descubrió en 1963 los restos de lo que definió como "casas vikingas" , cuya datación por Carbono 14 situaba su construcción en los primeros años del siglo XI, fecha que coincide con los viajes del propio Leif Ericsson, así como de su tio Thorwald y su hermana Freydls. Investigaciones científicas posteriores confirmaron dicha teoría (González. G., 1998).

La piedra de Metcalf (nombre de su descubridor), encontrada en 1966 entre los restos de un viejo molino en Fort Benning, cerca de Columbus, en el estado de Georgia en los Estados Unidos, presenta inscripciones con formas de signos lineales. Según Gordon (1971) se trata de una escritura que presenta afinidades con la de los egeos de la segunda mitad del II milenio antes de Nuestra Era, cuyo forma silábica está representado por la escritura lineal minoica, aunque algunas letras también se semejan al alfabeto fenicio. En las costas del estado de Santa Catarina en el Atlántico brasileño, se han encontrado unas pequeñas piedras grabadas con figuras e inscripciones de carácter fenicio. Igualmente el hallazgo de monedas iberas y romanas, así como ánforas de estos últimos, entre ellas las monedas romanas de los estados de Tennesee y Oklahoma, en este último, cerca del río Grande en los Estados Unidos. Igualmente se han reportado restos romanos en las costas de Venezuela, unido a la famosa cabeza romana de la pirámide de Calixlahuaca en México Central, descubierta en 1961 y que recientemente un grupo de científicos dictaminó de procedencia romana al datarla en el 1000 antes de Nuestra Era. Se trata de una pequeña cabeza de cerámica, de típica fisonomía romana imperial barbada y que fue descubierta a raíz de una excavación científica en una pirámide mexicana

Según algunos investigadores los Toltecas y Olmecas llegaron en barcos a las costas mexicanas desde la Florida, a donde arribaron procedentes de una región lejana llamada Chicomoztoc o de "Las Siete Grutas", que estarían representadas por las islas Canarias en cuanto a número y a las características de la formación de

sus rocas. Se cuenta que habían pasado por los canales de las Bahamas y que después de haber dejado algunas de sus tripulaciones en las playas de la Florida, costearon a lo largo del golfo mexicano hasta desembarcar en Potonchan. En los años 712 y 752 fundaron en el territorio de México llamado ANAHUAC (curiosa coincidencia) los reinos de Culhuacan y de Tollan, y por los pueblos invasores del norte y del oeste, emprendieron de nuevo su éxodo por Guatemala y el istmo de Panamá para atravesar las montañas de Colombia y llegar al río Ucayali, al que dieron este nombre y contra cuya corriente navegaron, dirigiéndose al Cuzco y luego al lago Titicaca (Campbel). Según agrega este investigador reseñado por el reconocido canariólogo Juan Bhethencourt: "Los toltecas altos, bien formados, casi tan blancos como los europeos que se vestían completamente; adoraban el sol, hacían sacrificios humanos, poseían instituciones monásticas para hombres y mujeres, tenían gran variedad de festivales religiosos y una clase de sabios llamados "amoxoaquis". Estas características junto a otras muchas, entre ellas la momificación, se encuentran en ambos pueblos tan diametralmente alejados. Según el profesor Short, haciendo referencia a la estatua de Chac-Mol en las ruinas mayas de Chichén Itzá en Yucatán, la cual tuvo influencia tolteca durante la invasión de este pueblo al área maya: "Está adornada con una cofia, brazaletes, ligas de plumas, y sandalias similares a las halladas sobre las momias de los antiguos guanches en las islas Canarias". Igualmente otro reconocido investigador, el doctor Le Plongeon añade: "...las sandalias en los pies de la estatua Chaac-Mol, descubierta en Chichén Itzá y de la estatua de una sacerdotisa en la isla de Mujeres en Yucatán, son exactas representaciones de las descubiertas en los pies de los guanches; momias encontradas accidentalmente en las cuevas de Tenerife".

Por su parte el incansable viajero y gran observador, el científico alemán Von Humboldt nos dejó escrito lo siguiente: Los jeroglíficos, los monumentos cosmogónicos y las instituciones de los pueblos de América del Sur prueban de forma indiscutible la existencia de comunicación entre los dos mundos".

El navegante Thord Heyerdhal nos habla en su libro Aku-Aku: que, cuando los primeros europeos llegaron a las islas Marquesas, en el Pacífico, encontraron entre los nativos algunos hombres y mujeres de "pelo rojo" y "tez blanca". Los polinesios de tez clara decían descender de Uru-Keu, que Heyerdhal identifica como una raza árabe-semítica, de pelo castaño, labios finos y nariz corva. Tal pueblo al que el marino noruego llama caucasian-like, tuvo que llegar a América atravesando el océano Atlántico. En su opinión hablaríamos de los kábilas de la cordillera del Atlas, en Marruecos, la cultura que en su primer momento habría colonizado las islas Canarias, desde allí, y siempre según Heyerdhal, algunos de sus miembros habrían navegado hasta Suramérica, cruzando la Amazonia y alcanzando los Andes, mientras que otros habrían arribado a Centroamérica. Estos hombres de piel blanca, dice el investigador, lograron alcanzar las islas del Pacífico, donde dejaron sus huellas culturales, como Kon-tiki (Villarrubia, P., 1999).

Quería añadir a esto, que personalmente descubrí, hace pocos años, en las selvas de Venezuela una superficie rocosa a ras de suelo de casi 1.500 m2 de superficie, totalmente grabada con petroglifos de unas características muy especiales y que solamente he podido ver, igualmente en persona, en el Alto Atlas marroquí, ese tipo de grabados no los he registrado en ninguna parte del mundo, nada más que en esos dos lugares tan diametralmente alejados. Por las fotografías y "frotages" da la impresión que fueran hechos por la idéntica mano o mismo grupo, a pesar de ser

rocas de distinta formación geológica. Esto apoyaría la tesis del profesor Heyerdhal.

En 1951 el reconocido arqueólogo e investigador español José Alcina Franch en su libro "Los Orígenes de América", plantea en su dos últimos capítulos, las relaciones trasatlánticas en la prehistoria. Según el profesor Alcina: "Para el pasado prehistórico, los fallos en lo que se refiere a la falta de pruebas culturales no son suficientes para negar la verisimilitud en cuanto a las posibilidades de comunicación. Y a partir, del florecimiento de la cultura fenicia, en la cuenca mediterránea, y hasta el momento del descubrimiento colombino, las evidencias de los hallázgos arqueológicos y las pruebas etnobotánicas o las históricas, a partir de referencias en textos escritos desde el anónimo autor de la "Historia Norueglae" hasta los historiadores árabes, permiten admitir que la zona septentrional del Atlántico, con grandes masas de hielos flotantes, pudo ser un paso adecuado para determinadas poblaciones en tiempos remotos, y que las corrientes marinas que discurren en su zona media pudieron ser una fácil vía de acceso por donde penetraron en el Nuevo Mundo, transportados por grupos poco numerosos quizás, y en momentos ocasionales, estos elementos con rasgos culturales firmemente asentados en el viejo continente afroeuroasiático, alcanzaron una amplia difusión en todas las latitudes del Nuevo Mundo. Igualmente dichos contactos se pudieron establecer desde épocas que van desde el año 70.000 antes de Cristo y que llega hasta el 1492 de Nuestra Era”.

La teoría del profesor Alcina, ha cobrado interés con los recientes descubrimientos hechos por reconocidos glaciólogos, que llegaron a la conclusión, que los primeros poblamientos de América se hicieron desde Europa a través del norte del océano Atlántico, el cual estaría hace más de 25.000 años casi totalmente congelado, lo que facilitaría el movimiento de animales y humanos a través de su superficie, inclinándose igualmente por la llegada de elementos asiáticos por el estrecho de Bering varios milenios de años después. Esto explicaría, en gran parte, las diferencias físicas y del lenguaje de los numerosos grupos de aborígenes americanos que poblaban el Nuevo Mundo a la llegada de Colón.

Otra teoría planteada recientemente por los arqueólogos estadounidenses Dennis Stanford y Bruce Bradley, que hablan de la llegada de europeos a las costas de América del Norte navegando en "kayaks" hace 18.000 años. Basan su hipótesis en la enorme similitud existente entre las puntas de proyectiles que fabricaba la cultura Solutrense de la península Ibérica y las puntas de la cultura Clovis, presentes en gran cantidad de yacimientos arqueológicos de América del Norte y Central. El hallazgo en 1996 del llamado "Hombre de Knnewick" en Estados Unidos, cuyos restos han dado una cronología de 9.500 años de antigüedad y que por sus características físicas: cara estrecha, nariz prominente, mandíbula superior saliente, rasgos estos característicos de los grupos caucasoides, sirvieron para que sorprendieran a numerosos investigadores de todo el mundo.

En 1928, Cotevieille y posteriormente Giraudet en 1931 llegaron a la conclusión, apoyados en comparaciones físicas y culturales, de la presencia de un elemento caucasoide que pudo servir de base al origen del indio del noroeste americano; sin rechazar la presencia indudable de grupos mongólicos en inmigraciones procedentes de Asia, que probablemente llegaron por el estrecho de Bering. Dichos investigadores establecen que dichos grupos llamados "pieles rojas" eran

elementos de tipo Cro-Magnon conocidos en Europa desde el Paleolítico Superior y con las siguientes características físicas: alta estatura, cráneo dolicócefalo, frente alta y abombada, pómulos salientes, nariz medianamente estrecha y en su mayoría aguileña, mentón acentuado, color moreno y pelo negro, al cual propusieron denominarlo "Homo Sapiens Atlanticus" para diferenciarlos de otros grupos que contribuyeron al poblamiento del continente americano. Al mismo tiempo mencionaban el trabajo de antropólogos como Daniker, Hamy y Quatrefages que ya habían hecho anteriormente afirmaciones sobre tal similitud e igualmente recordando las citas del científico francés Vernau (gran estudioso de la cultura aborigen canaria) de que "la fisonomía de los pieles rojas cherokees no se distingue de la de los europeos, con excepción de la nariz aguileña", que por su parte tampoco la tienen los grupos mongoloides que entraron por Bering.

Igualmente cabe mencionar el estudio hecho por el profesor W. C. Osman Hill del Instituto de Anatomía de la Memory University de Georgia (Estados Unidos) sobre la exhumación y estudio de un cadáver de un indio cherokee de 67 años. El resultado de dicho trabajo permitió determinar a Osman, que los restos de dicho aborigen no tenían ningún rasgo mongoloide, sin embargo sus características físicas eran claramente caucásicas.

Por su parte la gran epopeya marina realizada en 1947 por el explorador noruego Thor Heyerdahl a bordo de la balsa Kon-Tiki, construida con materiales de los bosques peruanos y partiendo del Callao (Perú) el 28 de abril de dicho año llegaron el siete de agosto al atolón de Roraia del archipiélagoTuamotu en la Polinesia. Dicha gesta de Heyerdahl, motivó que éste recopilara numerosa información comparativa referente a creencias, lingüística y arqueológica, llegando a la conclusión, que no fueron los pueblos del sureste de Asia y Oceanía los que de algún modo poblaron América, sino que los habitantes de la Polinesia llegaron a dicha región procedentes del sur del continente americano, y que los primitivos amerindios tenían cutis blanco, ojos claros, estatura elevada, nariz larga, cabello color castaño y poseían barba; los considera pertenecientes a la raza caucasoide que precedieron a los aborígenes americanos encontrados por los conquistadores europeos de los siglos XV y XVI, los cuales si llegaron al Nuevo Mundo por el estrecho de Bering.

Lo que si está claro, es que a la llegada de los europeos al continente americano, éstos se encontraron con pueblos que poseían, entre otras cosas, medios para la práctica de la navegación a pequeña y gran escala, que les permitió en el pasado realizar grandes expediciones marinas, tal es el caso de los pueblos que poblaban las costas del Pacífico y que navegaron hasta las islas Galápagos a unos tres mil kilómetros de sus costas e incluso algunas de estas expediciones llegaron hasta la Polinesia, como ha podido demostrar el nauta Thord Heyerdhald y los restos arqueológicos que se han encontrado en dichas islas. Por su parte los aborígenes antillanos que se movieron a todo lo largo y ancho del mar Caribe, llegando incluso algunas de sus expediciones a recalar las costas africanas y por su parte desembarcar y colonizar algunas de las islas del archipiélago canario.

En la zona del norte del océano Pacífico, en la costa del la Columbia británica, la cual está bañada por la corriente cálida japonesa Kuro-shiwo y está cruzada por numerosos fiordos que facilitan la navegación y poseen una fauna riquísima constituida por moluscos y una amplia variedad de mamíferos marinos, así como

gran abundancia de salmón. Esto facilitó que en el pasado se asentaran algunos pueblos, entre ellos los Haida, que habitaron la isla de la Reina Carlota (Canadá). Los Haida construían aldeas a orillas de las playas, con grandes construcciones elaboradas en madera y delante de la fachada de la misma clavaban postes totémicos bellamente labrados, algunos de ellos de casi veinte metros de altura. Eran considerados un pueblo con una gran capacidad para la escultura y arquitectura. Igualmente a parte de la caza marina y la pesca, recolectaban productos vegetales, entre ellos algas, con lo que complementaban su dieta alimenticia. Esto hacía que fueran autosuficientes, por lo cual desarrollaron un amplio comercio con otros pueblos de la costa para lo cual construían gran variedad de embarcaciones. Las canoas mayores las elaboraban de un solo tronco, en su mayor parte de madera de cedro, eran capaces de albergar en su interior a treinta personas y llevar una carga de tres toneladas. Además de las paletas para remar utilizaban las VELAS cuadradas tejidas de corteza de cedro que son impermeables, y sirven, además, como tiendas provisionales y cubiertas protectoras. Se dice que los Haida descendían de una inmigración de pescadores japoneses que hace miles de años arribaron a las costas americanas. De ello hay buena prueba en los estudios arqueológicos hechos en otras partes del Pacífico Sur, concretamente en Valdivia (Ecuador) y Puerto Hormiga en Colombia. Lo que es sorprendente, es que los Haida a pesar de su primitivismo y aislamiento con culturas del interior del continente, conocieran el uso de la VELA y fueran grandes navegantes; probablemente lo obtuvieron como herencia o contacto con pueblos asiáticos hace miles de años.

El pueblo Manta desarrolló su cultura hace milenios en las costas del actual Ecuador y usaban para su pesca y comercio grandes canoas y balsas con VELAS cuadradas. Bartolomé Ruiz, el piloto que envió Pizarro para explorar aquellas costas antes de emprender la conquista del Perú, capturó una balsa que al parecer pertenecía a los comerciantes Manta que compraban y vendían sus productos entre los diversos pueblos asentados por toda la costa del Pacífico, según manifestaba el propio Ruiz: "Traían muchas piezas de plata y oro para hacer trueques....asimísmo traían muchas mantas de lana (alpaca y vicuña) y de algodón y camisas y aljubas....y otras muchas ropas, todo lo más de ello muy labrado de labores de grana, carmesí y azul y amarillo....y figuras de aves y animales y pescados y arboledas".

Los mantas contaban entre sus leyendas que en sus costas habían desembarcado unos gigantes, que navegaban en unas balsas de junco individuales, posiblemente de un tipo que todavía usan hoy en día en la costa peruana y que tienen que ver con las conocidas balsas de junco de totora que surcan el lago Titicaca. Igualmente los mantas desarrollaron una amplia y variada riqueza cultural que nos quedó legada en numerosos objetos, entre ellos, esculturas de gran belleza y acabado artístico, varias de ellas se conservan en conocidos museos de varias partes del mundo.

En la época precolombina en la zona del Pacífico era de gran importancia tanto la navegación fluvial como marítima, bien costera o hacia el mar interior. En la región del actual Ecuador los aborígenes comerciaban con numerosos productos, entre los que destacaban los minerales, la pesca y distintos rubros agrícolas. De la costa llevaban los productos del mar navegando en las corrientes de los ríos Coca, Napo, Esmeralda, Aguarico, Bamba, Pastaza, Zamora, Cañar, afluentes del Amazonas; por cabotaje comerciaban también hacia el sur y norte de la costa hasta donde les era

posible y existían lugares habitados. Texto del cronista Diego de Molina: "El Chimú, pueblo de gran cultura, desde antes de ser sometidos por los incas, practicaban el comercio a larga distancia, hacían escala en la islas Galápagos y llegaban hasta Centroamérica, lo prueban los restos de loza chimú encontrada en esas comarcas".

Los indios Coiba del Darién (Panamá), comerciaban con navegantes del Pacífico, y estos a su vez trasladaban sus productos a la zona del Caribe, pues estaban instalados en la depresión donde se construyó el actual canal de Panamá que unió los océanos Atlántico y Pacífico. Esto está probado en esta turbulenta historia que tuvo como protagonista al conquistador español Vasco Núñez de Balboa cuando saqueó la principal ciudad y puerto de los indios Coiba y su cacique Careta se vio en la obligación de concertar la paz con el europeo; a cambio le entregó a su bella hija Anayansi, la cual cautivó al español; por ese amor ella traicionó a su pueblo y dio a conocer a su amante la existencia del Mar del Sur (Océano Pacífico) y el día de San Miguel de 1513 Núñez de Balboa sería el primer español en navegar por el Pacífico. Cuando iba a levar ancla para conquistar el fabuloso País del Oro (Perú) lo detuvo su subordinado Francisco Pizarro siendo posteriormente decapitado, esto sucedía en el mes de enero de 1517.

El origen de las pirámides de Tucume cerca de la costa del Perú hay que buscarlo en tiempos remotos. Cuando los conquistadores españoles llegaron al valle de Lambayeque, los cronistas registraron una tradición oral sobre el monarca Naylamp, quien llegó con Ceterni (su consorte), un gran numero de caciques y otros miembros de su séquito en una flota de balsas procedentes de la costa norte. Fue esta gran flota de desconocidos inmigrantes la que trajo la cultura y arquitectura a esa región del Pacífico americano. A este grupo se les debe las primeras construcciones de Túcume que para entonces eran gobernados por el nieto de Naylamp llamado Calla.

Actualmente se están realizando el hallazgo de importantes restos arqueológicos debidos a esta cultura precolombina, entre ellas casi una treintena de pirámides, algunas de ellas de enorme tamaño. Túcume fue el centro neurálgico de una cultura especialmente dedicada al arte de la navegación marítima, llegando a alcanzar un gran desarrollo con la pesca y el comercio a gran escala, añadiendo a esto un amplio conocimiento agrícola, lo que les permitía cubrir sus necesidades económicas e incluso con sus excedentes practicar el comercio con pueblos muy alejados. Entre sus restos arqueológicos se han encontrado incluso, conchas marinas y otros objetos traídos de la región del Caribe. En su variado arte se han descubierto en sus construcciones grandes frisos decorados, destacando entre ellos la forma de una gran balsa similar a la Kon- Tiki, así como un remo de danza ceremonial. Fragmentos de piedras semipreciosas, restos de plumas de aves tropicales de origen selvático, que nos indican que este pueblo mantuvo un fluido comercio más allá de las fronteras del actual territorio del Perú.

El doctor Narvaez director del Museo de Túcume, descubrió en la pirámide llamada "Huaca las Balsas" la representación en piedra de una embarcación equipada con un gran mástil, además la escena nos muestra a pasajeros, vasijas de cerámica y la figura destacada de un personaje portando una especie de tridente. Lo más espectacular del hallazgo, consiste en una amplia VELA triangular que remata la singular escena, lo que demuestra sin lugar a dudas, a pesar de quien le duela, que el arte de navegar con vela era conocido en la América precolombina hace milenios

y nos parece ilógico pensar que dicho arte no fuera conocido en el área antillana, sabiendo, como hemos visto el comercio que tenían los pueblos del área del Pacífico con la región de América Central y el conocimiento del otro mar (el Océano Atlántico).

Las islas Galápagos se encuentran situadas a unos tres mil kilómetros de las costas americanas. Los habitantes de Túcume navegaron a estas islas en el pasado, donde en 1953 se descubrieron gran cantidad de restos arqueológicos, entre ellos fragmentos de cerámica pertenecientes a varias culturas precolombinas del Perú y Ecuador, con cronologías que van desde 1.500 años antes de Nuestra Era, hasta pocos años antes del contacto europeo. Igualmente fueron encontrados restos de algodón nativo del continente y que fue cultivado en dichas islas. Estas evidencias se han encontrado en seis de las ocho islas estudiadas del mencionado archipiélago, lo que demuestra que dichos contactos y viajes no fueron casuales, sino que hubo un comercio regular de tierra firme a dichas islas. Es probable que dicho archipiélago pudiera haber servido como base intermedia en sus largos viajes hacia la Polinesia.

Por su parte el pueblo mochica, del cual todavía se conservan bastantes restos arqueológicos, tal es el caso de las ruinas de su principal ciudad Chan Chan, era un pueblo dedicado al arte de navegar y de su arte nos da muestra de ello las famosas vasijas-barco, así como las inscripciones con motivos marinos, como pelícanos guiando barcos, grandes balsas de juncos y la representación de corrientes marinas como las hoy llamadas de Humboldt y el Niño. En sus viajes, igualmente que los pobladores de Túcume, navegaron hasta las islas Galápagos, algunas de las cuales fueron colonizadas, e igualmente pudieron haber llegado hasta la Polinesia, como se ha demostrado con las expediciones nautas de Heyerdahl, Vital Ansar, Kitin Muñoz, entre otros. Igualmente este pueblo tenía un gran tráfico marítimo con el istmo de Panamá y Centroamérica. Los europeos cuando navegaban por las costas del Perú, se encontraron infinidad de veces con balsas repletas de mercancía que venían desde Panamá, e incluso más al norte, y era un continuo navegar de ida y vuelta.

Aparte de las embarcaciones de juncos, estos pueblos de las costas del Pacífico fabricaban igualmente grandes balsas de madera, según lo relatan los cronistas de Indias y viajeros de la época. Estas embarcaciones disponían de unos artificios llamados "guaras" que combinados adecuadamente con las palas de remar, timones y VELAS, permitían hacer maniobras contracorrientes. Se sabe que algunas de ellas, incluso adelantaban a los propios navíos españoles, incluso contracorriente, lo que demostraba su efectividad y rapidez (Navío, S., 1996).

Por su parte en los ríos y costas del sur del continente, era donde menos estaba desarrollado el arte de navegar, sin embargo se tienen noticias muy interesantes sobre el conocimiento de la navegación por los aborígenes de esta región. En el Río de La Plata (Uruguay) nos narra el cronista de la época de la Conquista Pedro López de Sousa: "Sus canoas eran de diez a doce brazas de largo (entre 12 y 20 metros) y media braza de ancho; la madera de ellos era de cedro y estaban muy bien elaboradas; remaban con unas palas muy anchas, y en el cabo de las palas, penachos y borlas de plumas. En cada canoa remaban 40 hombres todos en pie...salieron seis canoas, todos los hombres desarmados que venían con mucho

placer a abrazarnos....nos siguieron un rato, unos a nado y otros en canoas, pues nadan más que delfines".

Texto de Ulrich Smith sobre el río Paraná: "....indios que se llaman timbús...cuando vinimos con nuestros barcos vinieron a nuestro encuentro hasta en cuatrocientas canoas o barquillas y en cada barquilla estaban diez y seis hombres....indio principal de los chimbús que se llamaba Cheraguazú....Nación que se llama Corondá....y son iguales a los sobredichos timbús....tienen también muchísimas canoas o barquillas....de ahí navegamos hacia una nación que se llama quiloazas....habitaban en la otra banda del río Paraná....vinimos a una nación que se llama chanas salvajes....navegamos y vinimos a una nación que se llama mapenis....pueden reunirse sobre el río y la tierra cerca de cien mil hombres.....también tienen más canoas que cualquier otra nación....nos recibieron en modo de guerra sobre el río con quinientas canoas".

Por lo que hemos visto y a pesar de la poca importancia que los historiadores le han dado a la navegación en la prehistoria de América, no cabe duda que dicho arte en el continente americano tuvo un gran desarrollo, incluso comparable con el de otros pueblos del mundo mediterráneo de la misma época. Pero de lo que si estamos claros, que algunas de esas culturas que poblaron tan amplio continente, estaban preparadas para realizar grandes expediciones marinas, lo hemos visto a través de esos pueblos asentados en las costas del océano Pacífico, que recorrieron en sus gestas nautas miles de kilómetros dejando la huella de su paso en numerosas muestras arqueológicas y lo veremos en otro pueblo no menos importante, pero por desgracia menos conocido, como fueron "Los Araguacos", a los que yo llamaría a falta de un seudónimo propio: LOS FENICIOS DE AMÉRICA.

LOS NAVEGANTES ARAGUACO TAÍNOS: LOS FENICIOS DE AMERICA.

Hace unos diez años, con motivo de la celebración de la arribada de la carabela La Pinta a la villa de Baiona en mi Galicia natal, fui invitado por el concello de dicha población a participar en dichos actos, que incluía, un "paseo" en una de las fieles reproducciones de las carabelas de Colón y que nos llevaría a través de la ría hasta el puerto de Vigo. Dicho viaje valió la pena, pues pude darme cuenta que navegar en uno de esos "cascarones" a través del Atlántico y dar a "conocer" al mundo el continente americano fue toda una odisea en un alarde de valentía de Colón y sus acompañantes.

Fueron tan fuertes los cabezazos que daba la réplica de la carabela por la tranquila ría de Vigo, que ninguno de los invitados que íbamos a bordo nos salvamos de evacuar el desayuno por la borda de la embarcación, que continuamente baldeaban las eficientes "réplicas" de los marinos colombinos. No se salvó ni el presentador de la tele autonómica que cubría el evento, que a falta de una maquilladora a bordo, su rostro aparecía en pantalla, en el noticiero del mediodía, totalmente lívido esbozando macabra sonrisa. Para acabar con la mareante odisea, en una gran carpa situada en el puerto de Vigo, un gran festín nos esperaba, en la que se incluían, entre otras delicias, la amplia variedad de frutos del mar de las rías gallegas, que lamentablemente no pudimos saborear, pues al ver tan suculentos platos, muchos de los invitados tuvieron que acudir al los servicios más próximos a echar la poca "bilis" que les quedaba.

Dada la experiencia vivida en una de las carabelas, creo que este servidor no se prestaría para realizar tal aventura, a pesar de llevar unas cuantas bastante atrevidas en mi haber y habiendo practicado dicha ruta a bordo de los grandes y cómodos trasatlánticos en mis viajes a las islas del Caribe y Venezuela. Quizás aunque ustedes no lo crean, me sentí mas seguro navegando con indios piaroas y maquiritares a través de los raudales del río Orinoco y sus afluentes, en esas tan "frágiles" canoas, similares a las usadas por sus antepasados hace varios milenios y que encontraron en los primeros viajes al continente americano los aventureros europeos.

Eso me acuerda una odisea por el río Pargüaza, afluente del Orinoco a su paso por Venezuela, en una "curiara", pequeña embarcación hecha de un solo tronco ahuecado y que era conducida por un indígena de la comunidad piaroa ya entrado en años. Cuando estábamos en pleno viaje se desató una gran tormenta de agua acompañada de mil rayos y centellas como nunca había visto en mi vida, tanto yo como mis dos acompañantes europeos que conformaban el pasaje, nos pusimos lívidos, casi a punto de tragedia, pero sin embargo nuestro navegante indígena nos miraba y no paraba de sonreír, solo le faltaba dar unas sonoras carcajadas para terminar de "tomarnos el pelo" ante tan dramática situación, pero podrán darse cuenta los lectores del final feliz de dicha aventura -a pesar de tener que cambiarnos la ropa, pero no por culpa del aguacero- de no ser así este libro no saldría a la luz.

Días más tarde hablando con un antropólogo amigo, que lleva muchos años trabajando con diversas comunidades indígenas de la selva venezolana, me indicó

que el aborigen nunca tuvo la voluntad de burlarse de nuestro "miedo" si no al contrario, nos sonreía para darnos fuerza y valor en tan delicada situación, si acaso él también llevaba su "procesión" por dentro pero no lo quería demostrar.

Desde ese recordado día nunca más tuve miedo en ninguna de las situaciones peligrosas que viví durante mis "aventuras" por los ríos de las intrincadas selvas americanas, siempre que la embarcación fuese autóctona y guiada por algún indígena. Es más me atrevería a rememorar y volver a realizar alguna de las travesías que hicieron sus antepasados desde las costas del norte de Suramérica hasta las diversas islas del Caribe hace varios miles de años; y por que no, llegar hasta las islas Canarias a través de las corrientes favorables del Atlántico, para con dicha práctica probar la parte teórica de la presente publicación.

Las Antillas forman un arco que cierra el flanco norte-oriental del Mar Caribe; su extremo inferior es la isla de Granada, que se encuentra a 145 kilómetros al norte de la isla de Trinidad, considerándose esta última como perteneciente al continente. Este extremo meridional antillano apunta hacia la desembocadura del río Orinoco, en la parte oriental de Venezuela. A partir de Granada, la serie de pequeñas islas conocidas como Antillas Menores, se proyectan hacia el noroeste, muy cerca unas de otras. Las más septentrionales de este grupo son las islas Vírgenes. De ahí en adelante se inicia la serie conocida como Antillas Mayores. Estas islas son principalmente sedimentarias y se extienden hacia el oeste hasta la entrada del Golfo de México. De este a oeste, las principales islas de las Antillas Mayores son Puerto Rico, La Española (dividida políticamente en la República Dominicana y Haití), Jamaica y Cuba. Esta última dista 195 kilómetros de la península de La Florida y constituye el extremo norte-occidental del arco de las Antillas.

Al norte de este conjunto se encuentran situados varios grupos de islas menores que incluyen Las Caicos y Las Turcas, así como Las Bahamas. Estos grupos de islas se extienden hacia el norte de Haití y Cuba hasta la costa sureste de Florida.

Los vientos y corrientes marinas predominantes en el mar Caribe se dirigen hacia el oeste desde las costas norte-occidental de Venezuela, pasando por las islas de Trinidad, Margarita, Cubagua y Coche, muy cercanas a la costa. Algunas corrientes se desvían hacia el norte desde Trinidad hacia las Antillas Menores. Este movimiento es reforzado por el río Orinoco, que desemboca en este punto y en épocas de crecida lleva en sus fangosas aguas materiales que flotan hasta más allá de Trinidad, y llegan hasta las Antillas Menores.

Los vientos predominantes y las corrientes se trasladan en sentido general de este a oeste a lo largo de las Antillas Mayores. Al llegar las corrientes a los estrechos de Yucatán y La Florida, se canalizan a través de ellos, desplazándose hacia el noreste entre La Florida y las Bahamas, en donde se unen para formar la Corriente del Golfo.

La Corriente del Golfo, así llamada por haberse pensado mucho tiempo que se originaba en el Golfo de México, en realidad es una bifurcación que se desprende de la Corriente Sur-ecuatorial del Atlántico, con rumbo oeste-noroeste, corriendo a lo largo de las costas del noroeste de Brasil, Las Guayanas, pasando entre las Antillas Menores para entrar al mar Caribe, seguir por el canal de Yucatán ya con marcado rumbo noroeste, girar al este por la punta noroeste de la isla de Cuba y

pasar entre esta isla y el extremo sur de la Península de La Florida y luego seguir a lo largo de la costa Este de los Estados Unidos, hasta la altura del cabo Hatteras, aproximadamente a los 35º45´ de latitud norte, desde donde toma rumbo este-noreste, para alcanzar las costas del noroeste de Europa y prolongar sus efectos hacia las islas Spitzbergen. Igualmente, una bifurcación de dicha corriente enlazaría con la Corriente de Canarias, posibilitando de esta forma la navegación desde las Antillas a la región del archipiélago canario.

Estos factores han favorecido el movimiento, primero de animales y después del hombre hacia las Antillas desde Suramérica, en vez de hacerlo desde centro o Norteamérica (Rouse, 1964). También apunta Rouse la posibilidad de que la existencia de dos grandes y abrigados golfos en la costa de Venezuela, donde se asentaron por mucho tiempo los supuestos primeros pobladores de las Antillas, facilitando a éstos la obtención de la pericia marinera necesaria para su desplazamiento a las diversas islas antillanas (Guarch, 1978).

Hay que hacer hincapié, que es posible que en la última fase de la glaciación Wisconsin, hace unos cinco mil años, la temperatura del océano Atlántico fuera bastante fría, lo que impediría que los huracanes que actualmente se forman por la zona del Caribe, México y Sureste de los Estados Unidos no se produjeran, posibilitándose de esta forma la navegación primitiva con embarcaciones rudimentarias.

La navegación en las Antillas se introdujo con las primeras migraciones de grupos aborígenes procedentes de Centroamérica. Es posible que por falta de herramientas como el hacha y la gubia, se utilizaran troncos o balsas en estas primeras travesías. Sin embargo, la canoa antillana conocida por los primeros viajeros europeos procedía del norte de Suramérica y fue introducida, posiblemente, 1000 años antes de Nuestra Era por expediciones esporádicas de los primeros grupos araguacos continentales. A partir de los inicios de Nuestra Era, cuando se desarrolla la fabricación de la cerámica en las Antillas, la canoa, junto a los conocimientos de navegación, debió ir modificándose para adaptar su diseño de uso fluvial y costero al marítimo.

Las rutas del Caribe eran bien conocidas por los aborígenes que las realizaban continuamente en sus estilizadas embarcaciones, pero al parecer los primeros navegantes europeos hicieron caso omiso del conocimiento del mar que tenían los indígenas. Cuando al fin del cuarto viaje de Colón la expedición fue abandonada a su suerte en Jamaica, los españoles no se dieron cuenta de que la posible ayuda desde la isla Española se encontraba muy cerca y que era un trayecto habitual en canoa. A finales del siglo XVI, la mayor parte del comercio español por el Caribe se realizaba en canoa. La Corriente del Golfo y las del Golfo de México, que los nativos ya conocían fueron descubiertas por los españoles por pura casualidad.

Los aborígenes que comerciaban por toda la cuenca del Caribe, entre ellos los mayas y los araguaco-taínos contaban con mapas de rutas, tanto terrestres como marítimas. Cortés y los conquistadores españoles encontraron la ruta de Honduras con la ayuda de mapas indígenas; el hecho que se trate del recorrido de canoas que comerciaban en la región del Caribe demuestra una de las labores que cumplían los mapas.

Tanto los araguaco-taínos como los caribe-insulares utilizaron las técnicas de construcción de embarcaciones, tumbando y ahuecando el árbol seleccionado con fuego y hachas de piedra, según se desprende de las informaciones tomadas por los cronistas de la época en las Antillas y norte de Suramérica.

"Con fuego y agua, tiempo, flema y paciencia reducen a canoas o piraguas los troncos de los árboles de lo que puede pensar el que solo tiene luz y noticia de los astilleros de Europa. De modo que en una de aquellas piraguas, que en las costas de Cartagena y Santa Marta llaman selvas, fuera de la carga ordinaria y bastimentos, se embarcan treinta indios de guerra. Toda aquella mole es de una pieza, menos las compuertas de popa y proa, que son añadidas, y hay muchas de una pieza sin añadidura alguna. Para engolfarse mar adentro, como lo hacen con frecuencia, y para subir el Orinoco hacia arriba en tiempo de olaje, que son los cinco meses desde diciembre hasta abril, añaden a los costados de las piraguas y al batidero de las olas, para que no entren adentro, una tabla por banda de popa a proa; y lo que hay más que maravillar es que en toda una piragua y en toda una armada de cien piraguas que se ven subiendo navegando a vela no se hallará un clavo....pero ello es cierto que los indios, los españoles pasajeros, los padres misioneros, y yo entre ellos, hemos navegado en dichas piraguas y con la misma seguridad y sosiego como si fuera un barco de Cádiz....La industria que practican los naturales del río Orinoco para navegar a vela, especialmente con las canoas que salen a pescar; porque aquellas mísmas esteras que tejen de los cogollos de la palma muriche les sirven de noche como colchón y colcha, y de día hacen el oficio de vela para navegar. Y llegado el caso, como sucede, de haber vendido las esteras, los he visto salir a pescar, asegurando en medio de la canoa un arbolillo coposo, y él es suficiente para que el viento empuje la embarcación río arriba, y hecha ya la pesca, bajen con la corriente del agua" (Padre Gumilla).

Según Fray Pedro de Aguado (1561): "Piragua embarcación más alta y ancha que la canoa común, con bordos de tabla o zarzas de caña betunados".

Herrera cronista de la época: "Las piraguas eran barcos de una pieza cuadrados en los extremos, más altos que las canoas, con bordos de cañas".

Castellanos cronista de la Conquista: "Salen de aquí caribes con armadascorriendo los confines comarcanosEn sus piraguas bien aderezadasayudadas de velas y de manos.

Gilij cronista de la época: "Las embarcaciones indígenas se hacían sin clavos ni hierro alguno. Mediante el fuego excavaban los troncos de los árboles dejándolos huecos; los caribes usaban las caobas y su tronco era tan grande que podían labrarse piraguas para cincuenta hombres...Las barcas de los caribes, llamadas en su lengua piraguas, eran más grandes y hermosas que las del Orinoco, de diez, doce y aún más palmos, que les permitían llegar a las colonias holandesas y las Antillas".

Apostilla Fray Pedro de Aguado: "Queda claro una vez más, que eran propias de los caribes, y además estaban provistas de velas; se sabe también que llevaban una especie de bote o curiana".

Sin embargo la evidencia de los cronistas españoles y franceses señalaba hacia una diferencia en los modelos de embarcaciones taínas y caribes. Los taínos parece que indistintamente llamaban a sus embarcaciones "canoas", fabricadas de diversos tamaños de un tronco ahuecado. Por su parte los caribes distinguían entre sus pequeñas "cohalas" y sus grandes "canobes", estas últimas llamadas luego piraguas por los franceses. Probablemente los caribes, que igualmente eran grandes navegantes de los ríos continentales, con el cautivo de aborígenes araaguacos en sus correrías guerreras, a través de las islas pobladas por los pacíficos araguacos, perfeccionaron el uso de sus embarcaciones para las travesías marítimas, igual que hicieron con las mujeres araguacas que tomaron como rehenes y de las que reclamaban sus servicios para la fabricación de los numerosos objetos que poseían los araguacos, así como para otros "menesteres" en provecho de mejorar la raza. Esto motivó, en muchos casos, que los cronistas y viajeros de Indias, confundieran en sus relatos la filiación cultural del grupo, dada la mezcla de raza impuesta a la fuerza por los temibles caribes.

La primera fase de las costumbres nativas que describió Cristóbal Colón al tocar las distintas poblaciones de las diversas islas antillanas, fue la madurez comercial por medio de grandes y pequeñas canoas; crónica, que además, reseña la gran utilidad que tenía la navegación entre los aborígenes caribeños, hecho que confirman los diversos cronistas y viajeros europeos en su llegada a América.

Al día siguiente del "descubrimiento", estando en las islas Lucayas, Colón reporta que: "....parece la playa llena de gente, y dellos venían a los navíos en sus barcos y barquillos, que llaman canoas hechas de un solo cavado madero de buena forma, tan grandes y luengas, que iban en algunas 40 y 45 hombres, dos codos y más de ancho, y otras más pequeñas, hasta ser algunas donde cabía un solo hombre, y los remos eran como una pala de horno, aunque al cabo es muy angosta, para que mejor entre y corte el agua, muy bien artificiada.....Y esto no procede porque sean ignorantes, salvo de muy sutil ingenio, y hombres que navegan todas aquellos mares, que es de maravilla la buena cuenta quellos dan de todo, salvo, porque nunca vieron gente vestida, ni semejantes navíos....Ellos tiene en todas las islas muy muchas canoas, a manera de fustas de remo, dellas mayores, dellas menores, y algunas y muchas son mayores que una fusta de diez y ocho bancos. No son tan anchas, porque son de un solo madero, más una fusta no terna con ellas el remo, porque van que no es cosa de creer, y con estas navegan todas aquéllas islas, que son innumerables, y traen sus mercaderías. Algunas destas canoas he visto con setenta y ocho hombres en ella, y cada uno en su remo".

Durante el primer viaje por la costa noreste de la isla de Cuba, en los alrededores de Baracoa, los españoles pudieron presenciar canoas de diversos tamaños: "...hayaron una canoa de un madero tan grande como una fusta de doce bancos, muy hermosa, varada debajo de una ramada o atarazana hecha de madera y cubierta de grandes hojas de palmera tan bien guardada que ni el agua ni el sol no le podía hacer daño" (Las Casas).

Más adelante: "...hallaron una canoa de un madero de 95 palmos de longura(20 metros), en que podían dizque navegar 150 personas, era hermosísima". (Las Casas).

Del diario de Colón en su primer viaje sobre la isla de La Española: " Navegando el almirante en sus barcas, vio entre los árboles de este puerto una canoa echada en tierra bajo una enramada labrada del tronco de un árbol, y tan grande como una fusta de doce bancos; en algunas casas cerca de allí encontraron un pan de cera y una cabeza de muerto, en dos cestillas colgadas de un poste; en otra casa hallaron después lo mismo, por lo que imaginaron ser del fundador de aquella casa. Más no había gente alguna de quien los nuestros pudieran informarse de alguna cosa alguna; porque en cuanto veían a los cristianos huían, y se pasaban a otra parte del puerto. Después hallaron otra canoa larga de noventa y cinco palmos (sobre 22 metros de largo), capaz para ciento cincuenta hombres, hecha igualmente que la mencionada".

En su Historia de las Indias, Bartolomé de Las Casas insiste sobre ciertos grupos de indios de las islas de Cuba y Jamaica en que se diferencian de otros de dichas islas "por el uso de cabellos muy luengos como en nuestra Castilla las mujeres y de barcos grandes como los de Inglaterra".

Ya en la costa noroeste de La Española (Republica Dominicana y Haití), el cacique Guacanagari hizo un gran recibimiento a Colón, viniendo este día más de 120 canoas, todas cargadas de gente, a los navíos (Las Casas).

Durante el segundo viaje, navegando la costa sur de Cuba en mayo de 1494, el guía taíno "Diego Colón" le informó al almirante la existencia de la isla de Jamaica (Las Casas). Allí, en la Bahía de Santa Gloria, Colón fue recibido por setenta canoas todas cargadas de gente y varas por armas (Bernáldez, 1875), siendo esta la segunda mayor concentración de canoas conocida. Fue en Jamaica donde se reportan las más grandes y bellas canoas de las Antillas: "....tienen canoas más que en ninguna otra parte de por allí, y las más grandes que fasta entonces habían visto, todas de un tronco como dicho es, enteras de un árbol, y cada Cazique de todas aquéllas partes tiene una canoa grande de que se precia de tener una nao grande y fermosa, ansí traen labradas aquellas canoas en proa y popa a lazos y pinturas, que es maravilla de fermosura dellas, en una de aquellas grandes midió el almirante noventa y seis pies de luengo y ocho pies de ancho" (sobre treinta metros de largo por dos y medio de ancho) (Bernáldez, 1875).

Además de Jamaica, en la provincia de Jaragua de La Española es el único otro lugar donde se reportan canoas pintadas. Allí solo las grandes canoas reales estaban "mui pintadas", según Navarrete (1825) y Las Casas.

En la relación del primer viaje de Colón, testimonia estas costumbres: "Isla y gente de Guanahaní ellos vinieron a la nao con almadías, que son hechas del pie de un árbol, como un barco luengo...grandes en que alguno venían cuarenta y cuarenta y cinco hombres y otras más pequeñas...traían ovillos de algodón hilado, y papagallos, y azagayas, y otras cositas que sería tedio de escribir, y todo daban por cualquier cosa que se les diese".

Relación que hace el Adelantado Bartolomé Colón (hermano del Almirante) en la isla de Guanaja: "Hallándose el Adelantado en aquella isla, con deseo de saber sus secretos, quiso su buena suerte que llegase una canoa tan larga como una galera, y ocho pies de ancha, toda de un solo tronco, y de la misma hechura que las demás, la cual venía cargada de mercaderías, de las partes occidentales, hacia la Nueva

España, en medio de ella había un toldo de hojas de palma, no diferente a la que traen las góndolas de Venecia, que defendía lo que estaba debajo, de manera que ni la lluvia, ni el oleaje podían dañar a nada de lo que iba dentro. Debajo de aquel toldo estaban los niños, las mujeres, los muebles y las mercaderías. Viajaban en total unas 40 personas, los hombres que guiaban la canoa, aunque eran 25, no tuvieron ánimo para defenderse contra las barcas que les seguían.....después de capturada mandó sacar la canoa lo que le pareció ser más rico y vistoso, como diferentes colores y labores, y algunos pañetes conque cubrían sus vergüenzas....espadas de madera larga, con un canal a cada parte de los filos, y en estas, hileras de pedernales sujetos con pez y cuerdas, que entre gente desnuda cortan como si fuesen de acero; las hachuelas para cortar leña eran semejantes a las de piedra que tienen los demás indios, salvo que eran de buen cobre; del que traían cascabeles, y crisoles para fundirle. Llevaban de bastimentos raíces y granos, iguales a los que se comen en La Española; cierto vino hecho de maíz, semejante a la cerveza de Inglaterra, y muchas semillas que usan por moneda en la Nueva España (probablemente cacao), la que pareció estimaban mucho..."

Cuando el cronista Oviedo llega las Antillas en 1514, ya la cultura taína estaba en proceso de desintegración aunque logra describir la canoa, su construcción y la navegación antillana: "En esta isla Española i en las otras partes de estas Indias....hai unas maneras de barcas que los indios llaman canoas, conque ellos navegan ríos grandes y assí mismo por estos mares de acá, de las cuales usan para sus guerras y saltos i para sus contrataciones de una isla a otra, e para sus pesquerías i lo que les conviene. E assí mismo los chripstianos...no podemos servirnos de las heredades que están en la costa de la mar y de ríos, sin nestas canoas. Cada canoa es de una sola pieza o solo un árbol, el cual los indios vacían a golpes de hachas de piedra enhastadas, i con ellas cortan o muelen a golpes de palo, ahorcándolo, y van quemando lo que esta golpeado i cortado, poco a poco, y matando el fuego, tornando a cortar i golpear como primero, i continuándolo assí, hacen una barca cuasi de talle de artesa o dornajo, pero honda e luenga y estrecha, tan grande y gruesa como lo sufre la longitud i latitud de el árbol de que se hacen, i por debaxo es llana i no le dexan quilla, como nuestras barcas y navíos. Estas he visto de portes de quarenta y cincuenta hombres, tan anchas que podrá estar de través una pipa holgadamente entre los indios flecheros, porque estos usan estas canoas tan grandes o mayores e llamánlas los caribes piraguas y navegan con VELAS DE ALGODON i al remo así mísmo con sus nahes (que así llaman a los remos). I van algunas veces vogando de pies, i a veces sentados, i cuando quieren, de rodillas o tollido, según aquí pintado el nahe o remo i canoa. Hai algunas de estas canoas tan pequeñas que no caben sino dos o tres indios, otras seys, i otras diez o de ahí en adelante, según su grandeza".

Estas observaciones del cronista Oviedo sobre la navegación en el Caribe en 1514 levantaron numerosas polémicas y discusiones sobre el uso de la vela entre los indígenas antillanos. Sin embargo algunos investigadores confirman que si se conocía el uso de la vela en la costa del Pacífico, como está demostrado y hemos visto en el capítulo anterior. Igualmente algunos autores son categóricos al afirmar que los mayas y sus vecinos de centromericanos conocían el uso de la vela en sus embarcaciones, por eso nos parece paradójico que no fuera conocida en el área antillana este arte marinero, cuando había un comercio muy desarrollado entre el norte de Suramérica y las Antillas con el área centroamericana y observado por los viajeros europeos de la conquista, en las mercancías que traficaban entre ambas

latitudes y comprobado actualmente en hallazgos arqueológicos realizados, igualmente, en esas regiones americanas. Es curioso sin embargo que Colón no mencionase en sus cuatro viajes el uso de la vela en las canoas indígenas, sin embargo no es tan detallista en ese aspecto como el cronista Oviedo cuando menciona algunos aspectos de la navegación antillana.

Según el Padre Gumilla, los guaraunos del delta del Orinoco: "Para engolfarse mar adentro, como lo hacen con frecuencia, y para subir el Orinoco río arriba en tiempo de oleaje, que son los cinco meses desde diciembre hasta abril, en que sopla indefectiblemente el viento oriental, que allí llaman "brisa" añaden a los costados de las piraguas y el batidero de las olas, para que no entren adentro, una tabla por banda, corrida de proa a proa; y lo que hay aquí más que maravillar es que en toda una piragua y en toda una armada de cien piraguas, que se ven subiendo a la vela no se hallará un clavo.....Que los indios orientales maldivios formen las velas para navegar del material que dan las hojas de los cocos es industria que practican los naturales del río Orinoco, especialmente para las canoas en que salen a pescar; porque aquellas mismas esteras que tejen de los cogollos de la palma nuriche les sirven de noche de colchón y de colcha, y de día hacen el oficio de vela para navegar.

Najakara (naja, vástago de moriche (palma) kara (partido). Es la auténtica vela guarauna de navegar, que fabrican con rajas de la penca de palma moriche, sobrepuestas y cosidas unas a otras con cabullas (cuerdas) hechas de jau o fibras del cogollo de la misma palma. Las velas de navegar usadas por los guaraunos son de varios tipos: la güeragüitu y la dokoguari. Güeragüitu (vela auténtica). La dokoguari (alargada) es la triangular (Padre Barral).

El cronista francés Moreau nos señala lo siguiente sobre la navegación en las islas antillanas: "Ya hemos dicho que las islas son montañosas y llenas de bosques por todas partes, por lo cual no se pueden penetrar...Esta es la razón por la cual nuestros indios han decidido ir por mar en sus barcas que ellos llaman "canobes", o en otras pequeñas embarcaciones que llaman "cohala". Las grandes les sirven para navegar de una isla a otra o para ir al Perou distante de aquí cerca de 120 leguas, y son de 50 o 55 pies de longitud (algo más de 15 metros de largo) y unos cinco o seis de ancho, y llevan alrededor de 60 personas y son hechas de un grueso árbol tumbado y trabajado al fuego...".

El jesuita Jackes Bouton (1640) es probablemente la primera documentación francesa publicada sobre los caribes-isleños. Allí escribe: "No encuentran difícil el ir sorprender a sus enemigos exponiéndose con sus canoas y piraguas en un viaje por mar de más de doscientas leguas (mas de mil kilómetros). Van de isla en isla y prevén con bastante certeza los malos tiempos y tempestades por la inspección del cielo y de los astros, de los cuales tienen conocimientos maravillosos...".

Coppier (1645) nos describe los árboles utilizados en la construcción de las embarcaciones indígenas antillanas: "Tienen unas pequeñas barcas que ellos llaman canoas, las cuales tienen forma de una pileta para cerdos. Son todas de una pieza y están hechas de un árbol que se considera de excesiva altura, y que es bastante fácil de encontrar en estos lugares. Principalmente se las hace de cedro...también se hacen de algarrobo y moral, pero raramente ya que estas maderas son blandas y de fácil putrefacción...Tienen y hacen otras barcas más

grandes, pero menos usadas que llaman piraguas, también de una pieza, de noventa pies de largo (sobre 28 metros), en las cuales se pueden embarcar seguramente ochenta personas, además de sus víveres...".

Posteriormente el Padre Bretón (1665) describe la "canoa" como equivalente a una piragua: "....son de sesenta pies de longitud, más o menos, elevadas con tablas laterales, que contienen los equipajes para cincuenta o sesenta hombres y más, anchas de ocho a diez pies en el medio, con dos VELAS bien grandes y largas, en la cual navegan dos y trescientas leguas por mar (más de mil quinientos kilómetros)....para intercambiar artículos y atacar a sus enemigos....Con una altura promedio superior a los cuarenta pies, también fabricaban canoas y tablas para aumentar el borde de la canoa y así poder resistir las grandes olas de altamar".

Por su parte el cronista Rocherfort (1665) nos refiere: "No son menos cuidadosos en trabajar en sus piraguas...Las hacen de un solo árbol grueso, que ahuecan, cepillan y pulen con una gran destreza sin par. Las piraguas grandes están a veces extendidas por la parte superior todo alrededor, en especial en la parte trasera, con algunas tablas añadidas. Algunas veces pintan en ella a su Mabolla, a veces salvajes o unas cosas grotescas. Llevan frecuentemente hasta cincuenta hombres".

De los primeros siete indígenas lucayos tomados por Colón o de los diez y seis adultos tomados en dos ocasiones posteriores durante la exploración de Cuba y La Española antes de regresar, unos diez o doce taínos fueron llevados a Castilla (Las Casas). Entre ellos figuraban por los menos dos excelentes navegantes, según nos demuestra la prueba extraordinaria que pasarían frente al Rey don Juan II de Portugal, cuando éste recibió a Colón a su regreso. El rey, experto navegante y geógrafo, quiso hacer una prueba de las tierras recién descubiertas, pues sospechaba que fueron posesiones portuguesas. Así narra Las Casas la experiencia: "Mandó pues el rey, estando hablando el Almirante, disimuladamente traer una escudilla de habas y ponerla en una mesa, que tenía cabe sí, e por señas mandó un indio de aquellos que con habas pintase o señalase aquellas tantas islas de la mar de su tierra, que el Almirante decía haber descubierto. El indio, muy desenvueltamente y presto, señaló esta isla Española y la isla de Cuba, y las islas de los lucayos, y otras cuya noticia tenía. Notando el Rey con morosa consideración lo que el indio había señalado, cuasi como un descuido deshace con las manos lo que el indio había significado, desde a un rato, que sabía por aquella mar, de donde Cristóbal Colón los traía".

Según Morison (1942), uno de los principales biógrafos de Colón, este segundo indio referido luego sería bautizado en España con el nombre de "Diego Colón" era un geógrafo de mucho valor y el Almirante, por medio de un persistente interrogatorio, pudo dibujar a grandes rasgos, la posición de estas islas desconocidas en su carta de navegación y así determinar la más cercana, en dirección suroeste.

Aurelio Tió (1966), historiador puertorriqueño, aún va más allá cuando escribió: "Tan exacta fue la información dada por los indígenas, que Colón vino a América en su segundo viaje como si conociera la ruta por experiencia". Es normal pues Colón traía como "asesor" al indio Diego, un verdadero nauta antillano.

En veinte días hizo Colón su segundo viaje a las "indias" desde la isla de La Gomera hasta la isla de Guadalupe, llevando como ayudante al indio Diego, lo que demuestra el conocimiento y la pericia que tenía este aborigen por las aguas atlánticas. En el cuarto viaje a América, Colón hace el trayecto desde Maspalomas en la isla de Gran Canaria a la isla de Martinica igualmente en veinte días

Durante el cuarto viaje de Colón el escribano Diego Méndez narra la proeza lograda en Julio de 1503 cuando navegó con dos canoas, cada una con diez indios remeros, probablemente taínos, desde la costa oriental de Jamaica hasta la punta occidental de La Española con el propósito de comunicar el infortunio de Colón en aquella isla y conseguir su posterior rescate. La travesía terminó al amanecer del quinto día, luego de una escala en el islote Navasa (Las Casas). La hazaña fue de tal magnitud que hizo escribir al propio Méndez en su testamento que sobre su tumba se colocara una piedra grande con una canoa y la inscripción "CANOA".

Más que una técnica, la navegación primitiva en el Caribe era un arte aprendido desde joven, experimentado a través de los años y perfeccionado con la intuición y madurez. A pesar de no existir evidencias, es probable que indígenas como el referido "Diego Colón", guía del almirante durante parte del primer viaje y en todo el segundo, provinieran de una especie de clan nauta, quizás constituido por grupos de familias, donde las técnicas de navegación y construcción de embarcaciones hubiesen sido adquiridos por tradición oral desde la pubertad, similar a lo ocurrido en la navegación por el Pacífico. El grado de desarrollo de la sociedad araguaco-taína en las Antillas Mayores, con grupos organizados y experimentados, nos permite especular sobre esta posibilidad. Fue con la decadencia y práctica destrucción de la cultura taína, que estos conocimientos desaparecieran de forma irremisible (Robiou, 1993).

La organización de los araguaco-taínos y tomada posteriormente por los caribes-insulares, no cabe duda que giraba en torno a la navegación, debido a su origen suramericano y a la limitación de los recursos naturales de las Antillas Menores. Para los caribes la posesión de una piragua por un Tiubulti Canoa representaba un conocimiento de la sociedad a su valor, capacidad y experiencia. Cualquiera no podía dirigir una piragua guerrera, ni mucho menos convertirse en Nhalene, el comandante general de la flota expedicionaria. Las largas travesías de los caribes-isleños principalmente hacia Suramérica parece que les permitieron desarrollar un amplio conocimiento de navegación estelar y de predecir las condiciones del tiempo, capacidades éstas que podemos presumir existentes igualmente entre los araguaco-taínos durante sus travesías de más de un día entre algunos puntos de las Antillas Mayores, pero de las cuales los cronistas españoles no escriben nada (Robiou, 1993).

El cronista Bouton (1640) es el primero que nos informa que los aborígenes antillanos navegaban entre las diversas islas, principalmente en las largas travesías de varias jornadas, orientándose con la visión del cielo y los astros, igualmente preveían con gran exactitud las tempestades y los huracanes. Por su parte, el también francés, Coppier (1645) escribía: "…a la noche siguiente, no faltan de embarcarse en sus canoas o piraguas, tomando como ruta la estrella norte, y aún cuando no tienen brújula alguna, sagita o astrolabio, ni nada que sirva para medir la altura del sol, no por ello cesan de navegar, tomando su ruta por el curso de

algunas estrellas, de la cual no he podido tener conocimiento a pesar de haberla estudiado".

Varias estrellas o constelaciones estaban relacionadas con mitos y fenómenos cíclico-naturales, constituyendo un posible calendario de doce lunaciones que regía el ciclo anual antillano. "Achinao", por ejemplo, era una constelación en forma de pez, compuesta en parte por Altair, que al elevarse en enero señalaba la época de pescarlo y presagiaba los grandes vientos de ese mes. Otro tanto ocurría con la salida heliacal a finales de noviembre de "Bákamo", la serpiente celeste mítica, cuya presencia se creía que traía la renovación de los vientos alisios y una disminución de las lluvias. Hacia abril se observaba "Coulúmon" o "Ouliao", una constelación compuesta en parte por Venus y Acuario, la cual representaba un langostino de río recolectado en esa época. Estaba relacionado con el mar picado en la costa y calmado en alta mar y era causante del flujo y reflujo del mar (Robiou, 1983).

Es curioso observar que el nombre aborigen de la isla de Tenerife era ACHINAC, el mismo pudiera pasar desapercibido como una casualidad con el taíno ACHINAO (la constelación en forma de pez), sino fuera porque en varios lugares de la isla canaria se han encontrado grabados prehistóricos con figuras de peces, entre ellos un hermoso bajo relieve con la figura de dicha especie, no encontrándose en otras islas del archipiélago canario grabados prehistóricos de esas características.

La Osa Mayor, junto a otras estrellas cercanas, se conceptualizaba entre los navegantes caribeños como una canoa y era llamada "Lukúni-Yabúra", "la canoa de la garza", la cual parece navegar sobre la Vía Láctea llevando quizás el chamán adornado con plumas, imagen que evoca la indumentaria ritual y el viaje alucinatorio de éste. El movimiento de esta constelación alrededor de la estrella Polar cuando parece sumergirse en el mar hacia abril para luego elevarse en el horizonte hacia agosto, marcando el inicio de la época de lluvias y la temporada de huracanes.

Durante la colonización francesa de las Antillas Menores, algunos cronistas recogieron la creencia de que el primero en salir a tierra firme y navegar hasta establecerse en la isla de Dominica fue su padre Kallinago, quien tuvo una gran descendencia pero murió envenenado y se convirtió en un "pez monstruoso" al que ellos llaman Akeuman, el cual todavía se encuentra en un río lleno de vida (Cárdenas Ruiz, 1981).

Llama la atención que entre las leyendas y mitos de los guaraníes del sur del continente, la "tierra sin males" de éstos se correspondan con las ISLAS AFORTUNADAS de los caribes o "Islas de la Felicidad" (curiosa casualidad con las "islas afortunadas" canarias), que se encuentran muy lejanas en medio del océano y a las que se accede con el auxilio de una gran cuerda o de otra manera y donde no se conoce la muerte (Girard, 1977).

Las diversas expediciones marinas que realizaban los taíno-araguacos, las realizaban, mayormente, entre finales de septiembre y diciembre, cuando la Osa Mayor, identificada con la canoa estelar, predomina al amanecer elevándose cada día más sobre el mar hasta lograr una posición acorde en su ciclo alrededor de la inmóvil estrella Polar. Estos meses eran los más propicios para la navegación en el

Caribe, por la ausencia de huracanes, los cuales se forman durante los meses de julio a septiembre. Sin embargo eso no descarta que en otras épocas del año se produzcan huracanes, siendo este un fenómeno de poca duración que afecta pocos días la climatología de la zona. Por su parte los aborígenes antillanos eran grandes observadores del cielo, y por el color de éste, el movimiento de las nubes, el color del sol, el ciclo lunar, así como la dirección de los vientos y de las olas y el comportamiento de las aves podían pronosticar el estado del tiempo basado en las experiencias adquiridas y sus creencias.

No cabe duda que tanto los araguaco-taínos como los caribes insulares tuvieron que ser grandes conocedores de la climatología y las corrientes marinas para realizar sus expediciones nautas, realizando los viajes más largos durante las épocas propicias del año entre las diversas islas del arco antillano y entre éstas y tierra firme. Hay que reconocer que la amplia cuenca hidrográfica del norte de Suramérica y posteriormente las incursiones a las Antillas facilitó las diversas migraciones prehistóricas, tanto de araguacos como caribes, los dos grandes grupos protagonistas de la colonización caribeña (Robiou, 1993).

En la mitología de los grupos araguacos insulares merece destacarse la figura de "Hurakán": según Bartolomé de Las Casas, estaba vinculado a las tempestades y tormentas. "Savakú" era el pájaro que por orden de "Hurakán" producía las tormentas, este mítico personaje se extendía en sus creencias por todos los pueblos de las Guayanas, Norte de Suramérica, América Central, Orinoco y Amazonas. Dice el cronista Fernández de Oviedo que los aborígenes antillanos pedían a "Hurakán" las aguas para sus campos y sementeras, y aquel como astrólogo les anunciaba los días que iba a llover. (Girard, 1977).

Según los cronistas de la época de la conquista, se recogen ciertos mítos relacionados con epopeyas nautas entre los distintos aborígenes antillanos especialmente los araguaco-taínos. Según Fray Ramón Pané (1498): "Junto a otros taínos surgió de la cueva mítica Cacibajagua el héroe Guhayona, el primer nauta y el primer behique de su pueblo. Desde una canoa engaña a su cuñado Anacacuya lanzándolo al mar, llevándose consigo todas sus mujeres en sus viaje a la isla Matininó". La inmersión de Anacacuya, Lucero del centro, permite el surgimiento de la estrella centro del universo, la inmóvil Polar que permite el desarrollo de la navegación. Luego prosigue su viaje mítico hasta Guanín, donde, al experimentar un proceso iniciático al estilo de un chamán, se antepone el nombre de Albeborael, con lo cual parece simbolizar la dualidad de Venus como lucero matutino y vespertino. En la lejana isla también obtiene para su pueblo las cibas y los guanines, las veneradas piedras y joyas símbolos del poder y del conocimiento de la naturaleza. En fin Guhayona, como héroe cultural, con su viaje de ida y vuelta a Guanín utilizando la canoa que unifica lo vertical con lo horizontal, es también unificador de los opuestos cercano-lejano, el oeste con el este, la endogamia con la exogamia, lo interior con lo exterior (Robiou, 1986).

Es curioso observar en la narración anterior el viaje mítico a GUANÍN, ya que en la isla de la Gomera hay una gran cantidad de topónimos con los prefijos GUANI y GUARI, algunos de ellos en lugares de la costa, donde probablemente en el pasado recalaron los antiguos aborígenes araguaco-taínos a la esta isla del archipiélago canario.

No cabe duda que las grandes canoas pintadas de los caciques taínos reportadas por los cronistas europeos, correspondían a la perpetuación social y cósmica, siendo así un signo de poder divino. Entre los caribes insulares también se conocen canoas pintadas y con cemíes tallados en madera de sus divinidades, especialmente la del dios protector "Hurakan". Por su parte, la parte posterior de la embarcación era pintada con una especie de tierra roja que decían era el "estiércol" de una gran culebra a la que llamaban Olubera, la cual se encuentra en una caverna.

La canoa armonizaba de esta forma las dualidades opuestas sol-luna, cercano-lejano, interior-exterior, dando lugar a una dualidad creadora. De esta manera el héroe nauta se convertía en el héroe cultural de su pueblo al completar su ciclo mítico, el simbólico viaje de ida y vuelta en canoa, como es el caso del Guahayona taíno y otros héroes suramericanos.

El cronista francés La Borde (1674) recopiló una serie de interesantes creencias náuticas de los navegantes aborígenes antillanos:"Cuando van aborcando los árboles con el fuego, colocan barras transversales como refuerzo. Si una mujer la ha tocado solamente con el extremo de un dedo, creerán que la piragua se rajará. Y cuando la colocan en el mar por primera vez, si alguno, haciendo un esfuerzo, lanza algún viento posterior, creerán que es un mal presagio y que sin duda la piragua se hundirá"."Cuando están en el mar...no comen cangrejos, ni lagartos, porque estos son animales que siempre viven en agujeros y ello le impediría, dicen ellos, ganar la otra orilla. No beben nada de agua pura y se dan cuidado de no volcarla en la canoa o en el mar, ya que eso haría inflarse el mar y traería lluvia y mal tiempo."Cuando se aproximan a alguna tierra es necesario que no la nombren ni la señalen con el dedo, sino con la boca haciendo una mueca y diciendo "lyca", allá está, ya que de otra manera no la podían alcanzar jamás. Hay ciertos lugares en el mar donde, al pasar, no faltan jamás de arrojar comida, esta es para algunos caribes que han perecido allá en otro tiempo, los cuales tienen sus casas en el fondo del mar; si no lo hiciesen no podrían pasar adelante, o la canoa se volcaría. Cuando ven alguna nube casi a punto de reventar, soplan todos al aire, y la ahuyentan con la mano para que lleve lluvia a otro lado. Para poner el mar en calma y aplacar una tempestad, mastican casabe y lo escupen contra el cielo y en el mar para contentar al "cemí" (Dios).

Por su parte la construcción de una canoa era un proyecto marcado por todo un proceso ritual. Los cronistas españoles recogieron alguna información entre los araguaco-taínos. De lo que si está claro es que los rituales asociados con la construcción de embarcaciones y la navegación entre los distintos grupos indígenas que poblaban la región del Caribe estaban a cargo principalmente de los hombres. Unían los distintos aspectos sociales -participación de la tribu y del maestro canoero en las diversas etapas- y espirituales -ceremonias en grupo, ayunos, abstinencia sexual, cantos y danzas, rememoración del mito del héroe nauta-, realizando todo este proceso con un gran simbolismo.

Igualmente entre las crónicas, ya en la época de la Conquista, se registran grandes "batallas navales", donde se demuestra la gran capacidad en el arte de la navegación que tenían los grupos aborígenes, es así como en 1596: Entre la nación araguaca, cuyo cacique era Aramalla, y la de los caribes cuyo cacique era Tocaurama se desafiaron en una batalla naval; el caribe por ser más poderoso (para

esas fechas la cultura araguaca estaba en franca decadencia), por tener la nación más de cuatrocientos mil indios, juntó ciento veinte piraguas y el araguaco, que era valeroso, con solo sesenta canoas que juntaron, se fueron a buscar por los afluentes y vueltas que tiene el gran río Orinoco; habiéndose buscado durante mucho tiempo, una noche los araguacos descubrieron a la flota de los caribes en la boca de Guaní casi al borde del mar en la desembocadura del gran río. Después del reto de rigor entre las correspondientes embajadas enviadas por los jefes de ambas armadas, escogieron dicho lugar para la gran batalla. Al amanecer del día siguiente, los araguacos como más diestros y valientes dispusieron y previnieron a su gente, teniendo gallardos ardides de guerra contra el enemigo caribe, que habiendo embestido la armada, una con la otra; dentro de dos horas que comenzaron la pelea tenía el araguaco al caribe rendidas cuarenta piraguas y entre ellas la capitana y al cacique Tocaurama preso, y queriéndole matar el cacique Aramalla, el rendido le pidió la vida, confesándole por más valiente y que con tal reconocimiento sería su tributario, por lo cual enviaría todos los años en pago a su derrota una piragua cargada de hamacas, cazabe, algodón y seis esclavas, en reconocimiento de feudo y vasallaje, conque le otorgó la vida y quedó Tocarauma y su nación Caribe por tributaria de la nación Araguaca (Vázquez de Espinosa, 1992).

En cuanto al alcance de las canoas taínas presenciadas por Colón, Las Casas y otros, se señala que en una jornada común estas navegaban de siete a ocho leguas diarias, mientras las carabelas en un día natural cincuenta leguas. Si una legua equivale a cuatro millas y Colón, según Morison (1942) utilizaba la milla náutica italiana y ésta equivale al 80% de la milla náutica moderna, tenemos que el alcance referido era de unas cuarenta millas actuales. Si ésta equivale a 1.853 metros, las canoas taínas parece que lograban cubrir una distancia de unas 118 millas (74 kilómetros) en una jornada diaria.

Este alcance variaría, de acuerdo a la cantidad de remeros, las corrientes marinas, las condiciones climatológicas y el uso de la vela. En algunos casos propicios se lograba aún más velocidad, pues el propio Las Casas indica que los aborígenes le dijeron a Colón estando en las islas Arena, que habría de allí a Cuba andadura de día y medio en canoa. La distancia entre estos dos lugares es de unos 130 kms, que de cubrirse en día y medio, daría un alcance de unos 87 kms por día. Por el contrario navegando contra fuertes corrientes la distancia navegada sería menor. En la mencionada proeza de Diego Méndez, de la punta oriental de Jamaica al islote Navasa se tomaron unas 60 horas continuas para completar los 135 kms de separación, lo que arroja un alcance promedio de 54 kms diarios. La navegación taína en ambas direcciones que cita Las Casas entre el oeste de Puerto Rico y el este de La Española, utilizaban como escala la isla de Mona, distante en cada caso unos 70 y 90 kms, lo que permitía un intercambio diario entre ambas islas según afirma el cronista.

El máximo de navegantes que Colón presenció en una canoa en el mar fue de 70 a 80 hombres, de los cuales la mitad remaba y la otra mitad descansaba en el fondo de la embarcación. De este modo, el investigador Loven estima que esta canoa tendría de 35 a 40 asientos o tablas para los remeros. A la gran canoa de 20 metros de largo vista en tierra de Baracoa, Cuba, se le contaron 75 asientos para un total estimado de 150 remeros. En otras oportunidades el Almirante contó canoas con 10, 12, 17 y 18 asientos, así como ejemplares de canoas de más de 25 metros. La canoa prototipo arahuaco-taína de 12 metros de larga con una capacidad de 40-45

hombres, tendrían unos 20 asientos para remeros, separados entre si un poco más de medio metro.

Si vimos que una canoa navegaba un promedio de 74 kms en 24 horas resulta una velocidad de unos 3 kms por hora. Esta velocidad promedio corresponde a la reportada por Wilbert para las canoas de los guaraos de la desembocadura del Orinoco. Por lo que se llega a la conclusión que navegando 20 remeros todo el tiempo, cada remero aporta una velocidad de 0,15 kms por hora. La canoa presenciada por Colón se desplazaba entonces, a más de 5 kms por hora y la vista en tierra en Baracoa, con 75 remeros, navegaría sobre los 11 kms por hora, lo que daría un total de 264 kms por día. Si calculamos una gran canoa como las vistas por Colón y algunos cronistas que podían llevar 150 remeros, suponiendo que la mitad remara y la otra mitad descansara pudieran realizar jornadas diarias de hasta 270 kms, siempre contando con condiciones favorables y sin el uso de la vela, que en este caso pudiera obtenerse mayor velocidad de navegación. Por lo cual podemos estimar que con una gran embarcación taína de las anteriormente reseñadas y con condiciones favorables pudiera realizarse la travesía desde un punto del norte de Cuba a alguna de las islas del archipiélago canario en unos 20 días, adaptándose de esta forma a un hecho que pudiera haber sido muy factible en la práctica.

Uno de los grandes enigmas en la misteriosa vida de Cristóbal Colón antes del viaje del "descubrimiento", fueron sus varios viajes a las islas Azores y Canarias -concretamente a la isla de La Gomera-, no nos creemos que el hipotético idilio con la "inconsolable" viuda doña Beatriz de Bobadilla, fuera la causa de estas prolongadas "giras". Sabemos con certeza que el Almirante realizó estos viajes en base a noticias que le venían de las islas mencionadas y que sin lugar a dudas aportaban pruebas a la existencia de tierras al otro lado del Océano. Según Las Casas, Colón tomó nota del marino Martín Vicente, piloto del rey de Portugal, el cual le contó en cierta ocasión, que navegando a unas cuatrocientas leguas al oeste de cabo San Vicente, recogió de la mar un madero labrado artísticamente y no con herramientas de hierro. El piloto pensaba que como el viento soplaba del oeste, el madero debía venir de alguna isla allende del océano. También Pedro Herrera, casado con una hermana de la mujer del mencionado marino, le dijo que en Portosanto (Las Azores) había visto un madero parecido, así como de cañas tan grandes que en cada sección cabía una azumbre de vino o de agua, lo cual le fue confirmado después por el mismo rey de Portugal.

Igualmente parece, que el Almirante recogió noticias en la isla de la Gomera, sobre la llegada de restos de extrañas embarcaciones a las costas de esta isla canaria y desconocidas por estos mares. Por otra parte en la isla de Las Flores, perteneciente igualmente al archipiélago de las Azores, Colón tuvo noticia, de los habitantes de dicha isla, que en cierta ocasión el mar había arrojado a la playa dos cuerpos humanos con rostros muy anchos y diferentes a los de los cristianos. Supo también que los moradores del cabo de la Verga, en la misma zona, habían visto almadías o barcas cubiertas, de las que se creía que, yendo de una isla a otra, por la fuerza del temporal habían sido apartadas de su camino. No cabe duda que por los detalles de esos relatos, tanto los cuerpos, como las embarcaciones corresponden sin lugar a dudas a aborígenes antillanos, que las corrientes favorables habían traído a las costas de las islas de esa región atlántica, no se sabe si voluntariamente o a causa de un temporal.

Igualmente existen noticias históricas, antes del contacto con América, de la llegada de aborígenes americanos a las costas europeas, tal es el caso sucedido, hace unos 1.600 años, frente a las costas de Alemania, donde fueron divisados extraños seres de "piel colorada", los cuales no han podido ser otros que humanos de raza cobriza, es decir autóctonos de América. Dichos aborígenes navegaban en una "canoa" en el siglo I antes de Nuestra Era. Parece que fueron apresados y entregados como ofrenda al procónsul romano Quinto Cecilio Metelo que tenía a su cargo la Galia (Plinio, libros 2, 6 y 69) (De Frutos, 1980).

Por su parte en tiempos del emperador Francísco Barbarroja: Traídos por una tormenta llegaron al puerto de Lubec en Alemania unos extraños aborígenes en una "piragua" (Vázquez de Espinosa, 1992).

Debido a la desintegración de la Cultura Taína a raíz de la llegada de los europeos, la construcción y navegación en canoas prácticamente desapareció en las Antillas Mayores. Ya para mediados el siglo XVIII dichas técnicas, aunque con algunos cambios, fueron "rescatadas" por los esclavos negros y sus descendientes, a pesar que las embarcaciones fabricadas por éstos se distinguían completamente de las aborígenes prácticamente desaparecidas. Sin embargo en algunas de las islas de las Antillas Menores, algunos grupos siguieron fabricando pequeñas canoas. En la actualidad solo una pequeña comunidad de aborígenes caribes residentes en una reserva de la isla de Dominica, todavía mantienen algunas de sus costumbres ancestrales, entre ellas la construcción de canoas por el método tradicional.

En la isla de Santo Domingo, en 1992, el nauta Silvano Lora hizo construir la canoa Hatuey II, de 31 pies de largo (nueve metros), para conmemorar la ruta efectuada por el cacique taino con ese nombre, en busca de la libertad de su pueblo. Esta canoa se exhibe actualmente en el Museo del Hombre Dominicano de dicha isla.

Igualmente en 1986, el arqueólogo cubano Núñez Jiménez organizó la expedición "En Canoa del Amazonas al Caribe" con la reproducción de cinco canoas indígenas construidas por descendientes de los grupos araguaco-caribes y siguiendo las costumbres y técnicas aborígenes. Dicha expedición partió del río Napo en Ecuador a través de los grandes ríos de la cuenca amazónica, hasta llegar a la desembocadura del río Orinoco en el océano Atlántico y allí alcanzar las primeras islas de las Antillas Menores, hasta llegar a la isla de Guahanamí (San Salvador). Dicha gesta se realizó dentro de las celebraciones del V Centenario del "Reencuentro de Dos Mundos", igualmente participó en dicho proyecto el dominicano Silvano Lora. Este servidor, autor de la presente publicación, tomó parte en las primeras reuniones organizadoras de este evento, que se hicieron durante la realización de un Congreso Internacional de Arte Rupestre celebrado en la Habana en febrero de ese mismo año. En una de dichas reuniones hice ver a Núñez Jiménez y sus colaboradores el probable conocimiento que los indígenas antillanos tenían de la navegación a vela en el área del Caribe durante el periodo precolombino. Fue así como atendiendo a mis recomendaciones y a la revisión de las crónicas de la época, que la expedición científica a su llegada a la isla de San Vicente decidió equipar con dos velas triangulares a una de las canoas, otra de ellas -pues solo subsistieron dos después del largo recorrido de más de cinco meses por los grandes ríos del norte de Suramérica- decidió seguir a remo.

Después de analizado el presente capítulo llegamos a la conclusión, que los grandes viajes marítimos de los araguaco-taínos no fueron una ficción, sino un hecho real y necesario para su subsistencia. Sabemos que éstos eran grandes navegantes, acaso no tenemos referencias históricas de viajes de más de mil quinientos kilómetros a través del Caribe. Acaso no oseían grandes embarcaciones, de incluso ciento cincuenta remeros y el conocimiento del uso de la vela, lo que posibilitaba la realización de grandes expediciones marítimas en corto tiempo. Igualmente contaban con elementos no perecederos para su subsistencia alimenticia, como son las tortas de cazabe, fáciles de transportar y ricas en contenidos vitamínicos.

Probablemente, las presiones e invasiones de los crueles y sanguinarios caribes, obligaron, en algunos casos, a que el pueblo taíno de carácter social y pacífico -lo atestiguan los primeros cronistas de la Conquista-, abandonara algunos de sus lugares de residencia en las Antillas Mayores. Probablemente dicha presión fue tan grande, que en algún momento se vieron en la obligación de realizar alguna expedición de huida desesperada "a otras tierras" por no encontrar seguridad, prácticamente en ninguna isla caribeña, abandonando sus comunidades y trasladándose a su segundo hogar, las "canoas".

Dado el conocimiento que tenían desde tiempos ancestrales de tierras allende del océano, es muy factible que alguna de esas expediciones en busca de "libertad" y favorecidas por las corrientes llegara al archipiélago canario, probablemente a las islas de la Gomera, Tenerife y Gran Canaria. Estos grupos, que probablemente llegaron en cierta cantidad de individuos al archipiélago canario y tras el contacto con grupos locales de carácter pacífico, a la larga fueran absorbidos por éstos, perdiéndose de esta forma, todo contacto con América y quedando las huellas de esta cultura americana entre algunas costumbres y objetos materiales que hoy son motivo de interrogantes y discordias en el estudio del pasado de las islas Canarias.

Determinar la época en que se realizaron dichos viajes trasatlánticos ameritaría unos estudios más amplios y metódicos, creo que por las características arqueológicas de algunos de los objetos de estudio del presente trabajo, que dichos contactos tuvieron lugar entre los siglos X y XI de nuestra era, durante el inicio de decadencia de la cultura araguaco en América.

RELACIONES ARQUEOLOGICAS ENTREAMERICA Y CANARIAS

Reconozco, a veces, cuando uno ve ciertos paralelismos arqueológicos, entre dos zonas diametralmente separadas por miles de kilómetros y estos parecidos se limitan a objetos aislados, como puede ser: unas pinturas rupestres o unos petroglifos, una pieza de cerámica, un objeto de piedra u otro resto arqueológico, siempre encontramos una explicación desde el punto de vista racional y de pensamiento del hombre, que en un momento dado les lleva a hacer algo, que quizás a miles de kilómetros de distancia otro ser humano pueda pintar o grabar la misma figura o fabricar un objeto parecido, sin haber habido ningún tipo de contacto. Esto nos parece totalmente normal dentro de la evolución del ser humano en sus diversas etapas, que a través de cientos o miles de años va aplicando a medida que sus conocimientos y adaptación al medio se van haciendo más familiares.

Lo que si no es normal, es que cuando en dos regiones distintas separadas por miles de kilómetros, aparecen restos arqueológicos similares y estas muestras no se limitan solamente a objetos aislados o parecidos, sino que tienen formas y detalles, muy específicos, incluso idénticos; a veces artefactos fabricados de un material que solo se da en una de las regiones; y esto no se aplica a un solo objeto, sino a varios, uniéndose a esto, ciertas características: lingüísticas, toponímicas y antropológicas (rasgos físicos. mitos y costumbres) no cabe duda que entre esos dos pueblos hubo contactos físico-materiales de algún tipo por la vía o distancia que fuese; y quererle dar otra explicación no tiene sentido práctico.

Este es el caso de las relaciones prehistóricas, entre la América Precolombina y las islas Canarias y lo que me llevó a pensar, cuando hace unos treinta años en mi visita al Museo Canario de las Palmas de Gran Canaria, pude ver unas vitrinas, con unas hachas pulidas de forma de almendra o agmidaloide y petaloide, encontradas en la islas de la Gomera y Gran Canaria y unas reproducciones similares de diversos lugares del Caribe como: Cuba, Puerto Rico y República Dominicana, todas ellas pertenecientes a la Cultura Taíno-araguaco, siendo éste el pueblo que alcanzó su máximo desarrollo en las Antillas Mayores durante la época precolombina y que vino precedida de una colonización anterior de pueblos araguacos venidos de la costa norte de Suramérica. Me acuerdo igualmente que el material con que estaban fabricadas estas hachas, que era de jadeíta o cloromelanita, no existía en el archipiélago canario, pero si en las islas del Caribe y otras partes de América.

Hace unos años, visitaba con un amigo arqueólogo venezolano, las costas del estado Falcón al norte de Venezuela, una zona que fue poblada por los indios caquetíos, grupo de filiación araguaco, como así lo atestiguan los cronistas de la época. Entre los varios restos arqueológicos que pude ver me llamaron la atención unos enormes montículos de tierra y otros de conchas marinas, al lado de las playas situadas más al norte de Suramérica. En medio de los restos de conchas y tierra compactada, se podían ver miles de fragmentos de cerámica y algunos artefactos líticos, como hachas pulidas, que me recordaban a las del Museo Canario y que por sus características habían sido hechas por los pueblos araguacos. Igualmente muy cerca de allí, casi al pie del faro del cabo de San Jorge, en la

península de Paraguaná, pude apreciar una "gran plaza circular" de unos doscientos metros de diámetro, rodeada con un muro de grandes piedras no compactadas y no muy alto, en donde en algunas partes estaba caído. Desde lo alto del faro pude tomar unas fotos, desde donde se apreciaba con toda su magnitud, la enorme construcción. Muy cerca de allí ubicamos, igualmente, restos de cerámica aborigen de origen araguaco.

Relación de Escudero, según redacción de Carmona (1639), sobre un lugar aborigen de Gáldar en Gran Canaria: ".....y a la salida del lugar al Poniente se entraron los cristianos a aguarecer en una plaza o circo cercada en forma circular y bien grande, que caben siete mil hombres, es de altura de dos a tres tapias de alto, de piedras grandes en mucha manera sin barro, tiene dos puertas, una enfrente de otra, en esta plaza dice que hacían justicia a los delincuentes".

En la isla de la Gomera se han encontrado gran cantidad de concheros o montículos formados por conchas marinas, algunos con un tamaño de hasta ochenta metros, pero por término medio tienen una superficie que va desde los diez a los cuarenta metros en línea recta, habitualmente emplazados encima de pequeños promontorios -probablemente de construcción artificial- dominando la playa desde una altitud entre diez y cincuenta metros de altura sobre el nivel del mar. Algunos forman una masa compacta de conchas de espesor variable; pero en otros los caparazones están dispersos y aparentemente superficiales. La formación de los concheros ha sido explicada "en parte"; una de ellas es que, después de recolectar los moluscos durante la bajamar, les quitaran la concha para facilitar el transporte hasta la vivienda o comunidad y esta actividad se realizara tradicionalmente en el mismo lugar. Aunque esta hipótesis pudiera ser confirmada, nunca podría explicar por si misma la existencia de los concheros. En primer lugar, los moluscos también eran transportados enteros a los lugares de habitación, sobre todo cuando éstos estaban relativamente cerca de la costa. Aparte, que junto a las conchas aparecen varios huesos de cabras, restos de pescados, así como HERRAMIENTAS LÍTICAS Y FRAGMENTOS DE CERÁMICA. Los artefactos líticos pudieran relacionarse como elemento indispensable a la hora de mariscar; pero como se explica la existencia de cerámica, fauna terrestre, conchas quemadas y la existencia de hogares; esto nos invita a pensar que estos "montículos" tuvieron, algunos de ellos, un uso probablemente de tipo ritual o ceremonial, funerario, etc., propio de las culturas formativas americanas de los constructores de "mounds" en la cual estaban agrupados los grupos taíno-araguacos, de los cuales se han encontrado concheros o montículos residuales, acompañados de restos de otros materiales manufacturados, en las costas de Venezuela y en varias islas del archipiélago antillano.

Una de las características de los pueblos araguaco-taínos, era la confección de collares, objetos y utillajes de conchas marinas, lo curioso de esto es que dichos objetos no solo se han encontrado en islas o costas, sino que en lugares de "tierra firme", a centenares de kilómetros de la costa, se han descubierto hermosos collares fabricados de conchas marinas, como es el caso del cementerio aborigen de Quibor en el occidente de Venezuela y donde en el Museo Arqueológico de dicha ciudad se pueden apreciar extraordinarios objetos fabricados de conchas marinas, entre los que destacan varios delicados y complicados diseños de collares, algunos de gran tamaño. Gran parte de los restos arqueológicos encontrados en esta región pertenecieron a la Cultura araguaco. Igualmente fragmentos de conchas triturados

eran utilizados como complemento, mezclados con ciertas plantas, para realizar ciertas prácticas chamánicas. Inclusive conchas y trozos de éstas fueron utilizadas como "moneda" de intercambio, entre las comunidades araguacas y caribes del norte de Suramérica y del Caribe.

La recolección de moluscos entre los aborígenes canarios tuvo mayor importancia que la pesca; y la recogida de algunas especies estaría más relacionada con la elaboración de objetos de adorno personal. Las conchas de los moluscos y determinadas partes de las especies capturadas, eran utilizadas como materia prima para fabricar objetos relacionados con el uso doméstico o con el adorno personal, inclusive prácticas mágicas. Las conchas de lapas eran utilizadas, tras sufrir un tratamiento abrasivo muy fuerte, para fabricar cuentas de collares, así como espátulas para su uso, como herramientas, en los trabajos de alfarería.

Uno de los objetos característicos de la Cultura araguaco y probablemente relacionados con las prácticas funerarias, fueron los "pectorales murciélagos", consistentes éstos en unas placas, casi rectangulares, que van desde los pocos centímetros hasta más de medio metro de ancho, con forma de murciélago con las alas abiertas, fabricados de piedra, mármol, hueso y conchas marinas. Estos objetos tienen la particularidad de llevar uno o dos agujeros en el centro para ser utilizados colgados. La mayoría de ellos se han encontrado asociados con enterramientos humanos y probablemente tengan que ver con algún ritual relacionado con la muerte. Se han encontrado modelos de estos objetos, en algunas islas del Caribe: en cuevas, montículos funerarios y cementerios aborígenes en algunos lugares de Venezuela y todos ellos pertenecientes a la Cultura araguaco-taína.

Según Pérez de Barradas (1940), investigador de las culturas aborígenes canarias: "La "Cultura de los Murciélagos" y la cultura canaria forman parte de un mísmo horizonte, ambas deben ser entendidas dentro del denominado entonces círculo hispano-marroquí, caracterizado por el hábito de vivir y enterrar en cuevas, así como de practicar la momificación, decorarse con placas de conchas rectangulares y agujereadas, utilizar punzones de hueso, tejidos de junco y una cerámica tanto lisa como pintada, así como decorada con incisiones".

Las macanas o "espadas de madera" de los aborígenes del norte de Suramérica y de los canarios, las cuales se llamaban con el mismo nombre en ambas regiones y seguían el proceso de fabricación similar, usando una madera muy dura, así como endureciendo sus puntas tras un proceso de "quemado", es otro de los objetos arqueológicos que fue característico de ambos pueblos y que en el capítulo dedicado a este objeto le dedicamos cierta atención, dado su importancia.

Los sellos o pintaderas de Gran Canaria y algunos ejemplares aislados encontrados en otras islas del archipiélago canario, dadas sus características, diseño, decoración y posible uso, no cabe la menor duda que tengan relación con las ubicadas en numerosas partes de Centroamérica, Antillas Mayores y Norte de Suramérica, dándose la característica, que todavía en pueblos indígenas de la cuenca Orinoco-amazónica, todavía se siguen fabricando y usando objetos de este tipo, fabricados de madera y con iguales motivos en su decoración y con el mismo uso, que el que tuvieron las pintaderas canarias. Estos sellos son fabricados actualmente por los indios piaroas y maquiritares, siguiendo igualmente la técnica

tradicional y como souvenir para los turistas. También por su importancia, le dedicamos un amplio capítulo en la presente publicación, a este controvertido objeto arqueológico.

Las figuras femeninas perniabiertas fabricadas de arcilla, algunas de ellas decoradas, fueron características de la cultura del matriarcado que gozaba el pueblo araguaco. Centenares de figuras de este tipo, encontradas en toda el área donde se asentó esta cultura confirman sin lugar a dudas la peculiar característica matriarcal de este pueblo de la Época Formativa o Neolítico americano. La cultura de matriarcado que gozaban los aborígenes canarios, también aporta muestras arqueológicas de este tipo, con varias figuras femeninas perniabiertas, que le llevó al reconocido arqueólogo español Alcina Franch, a plantear en varias publicaciones, las relaciones entre la América precolombina y la Canarias prehispánica.

Las vasijas de doble asa globular y con mango vertedero, fueron características de varias culturas precolombinas americanas. Hermosas piezas con estas formas se han encontrado en diversos lugares de América, especialmente donde se asentó la Cultura Chimú del Perú y donde la perfección, acabado y decoración de estos objetos arqueológicos alcanzaron su máximo desarrollo. Igualmente en varios lugares donde se asentó la Cultura araguaco, se han encontrado vasijas de estas características como Colombia y Venezuela. Varios objetos de este tipo se han encontrado en la isla de Gran Canaria, concretamente en la zona de Gáldar -es el lugar de Canarias más conectado con la Cultura Araguaca americana-. Igualmente en la isla de Tenerife, se han encontrado varias vasijas de mango vertedero. Por su parte el profesor Alcina Franch se inclina por un difusionismo de este objeto arqueológico entre el Viejo y el Nuevo Mundo durante la época prehistórica: ".... reconocer que son los datos los que nos empujan a reconocer un hecho que creemos cada vez más probable: el de que en el primer milenario antes de Cristo se producen contactos culturales entre el Viejo y el Nuevo Mundo a través del Atlántico, y más concretamente a través de las Canarias, que sirven como de trampolín para las incursiones -siempre desorganizadas, desde luego- en el Continente americano".

Las bolas de piedra pulidas, de las que hablaremos en el capítulo correspondiente y de las que hemos encontrado gran cantidad de ellas dentro de la cultura araguaco-taína, relacionadas con cultos funerarios y de los que tenemos buenos ejemplos dentro de la Cultura Siboney de la isla de Cuba, grupo éste de filiación taíno-araguaco; siendo esta la cultura que alcanzó el máximo desarrollo entre los diversos grupos aborígenes que poblaron la "perla antillana". Igualmente en el archipiélago canario se han encontrado gran cantidad de bolas líticas, muchas de ellas pulidas y probablemente con un uso similar a las americanas.

Igualmente algunas vasijas de cerámica con apéndices zoomorfos o formas de cabezas de animales, han sido encontradas en algunos restos aborígenes de Gran Canaria y similares a otras encontradas en varias islas de las Antillas Mayores y pertenecientes a la Cultura Taína. "Bastones de mando" fabricados de madera, con empuñadura tallada con motivos geométricos, como el polémico "bastón de Guayadeque" en Gran Canaria, pieza ésta que motivó la sorpresa de los medios arqueológicos canarios, junto a otra pieza tan controvertida como es una "pipa de arcilla" ¿para fumar tabaco? encontrada en la misma isla y tan característica de la

Cultura araguaco. Una especie de boomerangs, algunos de ellos con decoración labrada en los mangos, similares a algunos modelos encontrados en el área caribeña. Entierros secundarios en vasijas de cerámica, como los de Boxo de Arico en Tenerife, característicos también de las culturas precolombinas americanas; y otros objetos arqueológicos más, encontrados igualmente a ambos lados del océano, más concretamente en el área antillana y en algunas islas del archipiélago canario, completan un amplio muestrario de piezas arqueológicas, que demuestran, sin lugar a dudas, que las relaciones atlánticas entre el área del Caribe y el archipiélago canario, existieron y no de forma "accidental", sino que debió ser de forma bastante regular durante alguna fase de la época prehispánica.

Hace pocos años, con motivo de la realización de un Simposium sobre Arte Rupestre, celebrado en las Palmas de Gran Canaria, participé con una ponencia, que trataba sobre las relaciones prehistóricas entre la América Precolombina y las islas Canarias, tomando como base los petroglifos o grabados rupestres descubiertos a ambos lados del océano. Ese trabajo lo había iniciado, con motivo de una visita que había hecho a la isla de la Palma unos veinte años antes. En ese primer viaje, pues no sería el último, me llamaron la atención los petroglifos representados en la Cueva de Belmaco y en los abrigos rocosos de la Fuente de La Zarza y Las Tricias que me recordaban los grabados precolombinos de algunas zonas de Venezuela, concretamente de los estados Carabobo, Aragua, Barinas y en los alrededores de la población de Caicara del Orinoco, en el estado Bolívar. No sólo había similitud en lo que respecta a las formas y estilo, sino también en el entorno geográfico donde se ubican las distintas rocas grabadas. Casi todo este tipo de petroglifos de formas circulares, laberínticas y serpenteantes se hayan situados en lugares por donde circulan o circulaban pequeños arroyos o nacen fuentes de agua. También pudimos asociar, en la región del Alto Orinoco, abrigos con grabados y pinturas rupestres de formas circulares relacionados con prácticas funerarias, similares a los de la isla de la Palma, donde en las excavaciones arqueológicas que se han hecho, al pie de algunos abrigos con petroglifos, se han encontrado restos de enterramientos.

Hay que reconocer también que el arte rupestre canario tiene ciertas relaciones con los grabados de algunas estaciones arqueológicas de Marruecos, concretamente del Alto y Anti Atlas; la colonización canaria por grupos africanos está más que demostrada. Pero curiosamente en el mes de agosto del 2001, pude personalmente estudiar los petroglifos de la zona del Atlas, de los cuales tenía buena información de la buena amiga y colega Susan Searigh -residenta en ese país árabe y reconocida estudiosa del arte rupestre de esa región africana- la cual fue mi anfitriona durante todas las expediciones que hicimos. Ese viaje lo habíamos organizado, debido a que yo tres años antes, había descubierto en la región selvática del piedemonte venezolano una estación con petroglifos consistente en una superficie rocosa de casi 1.500 m2 de superficie totalmente grabada; la mayoría de las figuras eran motivos circulares, en la que destacaban varios círculos, de más o menos un metro de diámetro, cuyo interior estaban totalmente decorados con formas semicirculares y ondulantes. Aquellos grabados se me hacían familiares y a mi regreso a España, me acordé de una publicación de mi amiga Susan "Los Petroglifos del Alto Atlas", donde aparecía unos lugares con grabados similares a los descubiertos por mi en las selvas de Venezuela, y curiosamente en una zona donde tuvo su asiento la Cultura araguaco; y de los que no tenía noticias sobre la existencia de este tipo de grabados en otra parte del mundo Por eso decidí

personalmente visitar algunos de esos lugares en las montañas del Yagour. Efectivamente mi viaje a varios lugares del Anti y Alto Atlas, y concretamente una de las estaciones con petroglifos me dejó perplejo, pues la casi totalidad de las figuras y formas -bastante complejas- se repetían al otro lado del océano a varios miles de kilómetros. Daba hasta la impresión, que en ambos lugares hubiera estado presente la misma mano del artista o artistas que realizaron dichos petroglifos. Posteriormente las comparaciones que he hecho con los dibujos y fotografías, realizados en ambos lugares, así lo parecen demostrar y, para mi, no cabe duda que estas obras artísticas prehistóricas fueron hechas por un mismo pueblo.

CREENCIAS MÁGICO-RELIGIOSAS DE LOSARAGUACOS Y LOS ABORÍGENES CANARIOS

"Cerca de la sierra Encaramada, a orillas del Cuchivero, afluente del río Orinoco, habitaron los Tamanacos, que se alimentaban de frutos silvestres, de la caza y los pescados que cogían en quebradas de la sabana o entre las aguas del Orinoco. En cierta ocasión el gran río comenzó a rugir, como si en su fondo estallasen los truenos y rayos de una tormenta. Elevó después sus aguas, se desbordó de su cauce y saltó a borbotones por encima de los árboles y sobre los cerros, anegando las chozas de las gentes y dejando cubierta toda la superficie de la tierra. Los Tamanacos se ahogaron todos, menos una pareja que se subió a lo alto de la roca Tepumereme, sobre la gran cordillera que se levanta frente al río. Cuando ya pensaban morir, sobre la gran roca apareció de pronto una extraña cañoa que avanzaba por encima del oleaje, era Amalivaca padre de las gentes que nacerían después, el cual traía con él en la canoa a su hermano Vochi y sus dos hijas. Cuando, Amalivaca llegó a la gran roca Tepumereme pintó sobre sus superficie rocosa las figuras de la luna y el sol, y comenzó a rehacer el mundo ayudado por su hermano, y a arreglar las aguas del río para que volvieran de nuevo a su cauce....Las hijas de Amalivaca, acostumbradas a viajar con su padre por los ríos y caminos de la piedra, andaban siempre por la montaña y el bosque, cortando orquídeas para adornarse el cabello, Pero Amalivaca quiso que ellas fundasen una raza de hombres y, quebrándole las piernas para que no pudiesen seguir corriendo de un lado para otro, les unió a los varones nacidos de las semillas de la palma "moriche", para que fueran origen de las gentes. Después de aquello, el padre y salvador de los Tamanacos el Gran Amalivaca, de ojos brillantes como la luz, y fuerzas más poderosas que las del río, se embarcó de nuevo en su "curiara" (canoa), remontó la corriente del Orinoco y se marchó más allá de la "otra orilla", hacia lugares desconocidos, de los que nunca volvió...Los más valientes de los Tamanacos fueron nombrados caciques y llevaron a las gentes a la victoria en las luchas con las tribus vecinas. Así vivieron estos indígenas y así vieron pasar durante soles y lunas las aguas del Casiquiare hacia el gran río, hasta que llegaron los poderosos en gigantescas canoas y de ellas saltaron a tierra hombres pulidos y fieros que se cubrían con cueros más duros y brillantes que las resbaladizas pieles de los caimanes...Hasta que bajo sus armas de fuego sucumbieron los Tamanacos....No volvió oirse en el bosque el redoble de sus tambores ni el suave sonido de sus flautas. Se apagaron sus gritos de guerra y sus flechas dejaron de cruzar el aire de las sabanas. Pero ni el huracán ni las lluvias cayendo sobre la montaña, han logrado borrar los signos de la roca pintada de Amalivaca, Padre de las gentes, que grabó como señal de su paso por la tierra en la Edad de las Aguas".

El mito de Amalivaca entre los Tamanacos es quizás una de las leyendas, que con algunas variantes más se extendió por la América precolombina, la cual es descrita por los cronistas de la época. En ella se refleja el mito o realidad del famoso "diluvio universal" y el misterioso personaje que llega en la "gran canoa" a salvar la última pareja de indígenas.

Amalivaca, conforma la personificación humana del panteón de los dioses y creencias de los antiguos aborígenes precolombinos americanos, que desde un principio sus cultos religiosos estaban dirigidos hacia la naturaleza y los astros,

como igualmente practicaban los antiguos aborígenes canarios de la que dan fe los antiguos cronistas de la conquista de Canarias.

El viajero A. Ca da Mosto en el año 1445, quien refiriéndose a todas las culturas del archipiélago canario, dice que: Son Idólatras y adoran el sol, la luna, las estrellas". Todos los cronistas insisten en que los aborígenes canarios eran idólatras y adoraban la Luna y el Sol, a través de los cuales contaban los días, uno de sus dioses principales era Abora, término éste que se relaciona con Aba que significaba para los aborígenes canarios "la luz". Es curioso que entre los Guaraos de la desembocadura del río Orinoco y descendientes de los grupos araguaco-caribes -que posteriormente poblaron las Antillas- el prefijo Ab significa "con claridad" y Abona en araguaco significaba Dios; igualmente Abore era un ser mítico de éste pueblo.

Según el historiador árabe Ibn Jaldún, hacia 1377 tuvo noticias de ciertos cautivos canarios que habían sido vendidos como esclavos en Marruecos por algunos navegantes mallorquines. Estando al servicio del sultán y tras aprender el idioma, dieron a conocer diversas costumbres de su tierra natal; entre ellas, que "adoraban al sol naciente, sin conocer otro culto". Igualmente Gómez Escudero escribe, que los aborigenes canarios para contar el año, lo hacían por las lunas, existiendo en la mitología indígena una vinculación entre elementos astrales -el sol- y los mitos de regeneración en que los oráculos conectados con los antepasados, suplían su incapacidad para predecir los recursos disponibles, dependiendo de las condiciones climáticas. En este sentido A. Sedeño afirma que los antiguos aborígenes canarios: "Contaban el año por doce meses, i el mes por lunas, i el día por soles, i la semana por siete soles. Llamaban al año Achano. Acababan su año al fin del quarto mes; esto es, su año comensaba por el Equinoccio de la primavera, i al quarto mes que era quando habian acabado la sementera, que era por fines de junio, hacían grande fiestas por nuebe días continuos, aunque fuesen entre enemigos i tubiesen guerras. Por entonces no peleaban, festejándose unos con otros". Por su parte Juan de Abreu hacia 1602, planteaba que los canarios: "no tenían distinción en los días del año, ni meses, más que por las lunas". Igualmente el ciclo lunar coincidía con la menstruación de las mujeres. Por su parte las mujeres estériles eran repudiadas en las culturas canarias, por lo cual realizaban rítos de fertilidad relacionados con cuevas, piedras y fuentes de agua, etc y de los que tenemos bastantes referencias en diversos restos arqueológicos, como: grabados y pinturas rupestres, ídolos, cerámicas, etc.

La contrastación de los diversos documentos de la época, los textos y la arqueología, no parecen dejar dudas acerca de la creencia de los aborígenes canarios en el Sol y la Luna, y en general en los astros, aunque a juzgar por la forma en que se presenta en los diversos documentos, el Sol parece ser el centro de su cosmogonía. En Masca, en la isla de la Palma, se conoce un conjunto arqueológico emplazado en el Roque de Tarucho que se ha interpretado como un centro ritual, por la serie de elementos que lo forman: un circuliforme astral, tres recipientes excavados en la roca, cercanas aparecen unas figuras de peces, así como varias cazoletas. Algunos autores proponen una lectura, donde se podría aceptar la simbolización del sol como femenino y la figura del pez como masculino. Esta significación nos lleva a relacionar estas manifestaciones rupestres canarias con el origen del hombre entre los taínos antillanos; donde la figura de la mujer sin sexo creada por el dios Abona, se introduce en las aguas del río y donde el "pez

caribe" la desgarra entre las piernas, creándole así el sexo y embarazándola, dando de esta forma el principio de la raza taína. Es curioso igualmente analizar el texto del cronista Espinosa sobre el origen de los canarios: ""Tenían los naturales para sí que Dios los había criado del agua y de la tierra, tanto hombres como mujeres".

Volviendo al mítico AMalivaca, vemos que el nombre de este Dios salvador de los Tamanacos -Tamanana es un topónimo, de origen aborigen, de la isla de Tenerife- lleva incluido el prefijo AM, cuestión esta bastante común entre los nombres de los distintos dioses de los panteones de las culturas caribe-araguaco-taínas del norte de Suramérica y las Antillas. Por ejemplo, el prefijo AM entre los caribes significaba Ser Supremo. Aguado en el siglo XVI recoge el término AM, como nombre dado al Más Grande, del que tampoco tenían la idea muy precisa en la vida religiosa de los caribes y aparece a menudo como elemento formativo para nombrar dioses -mayores o menores- y espíritus o genios. Los caribes explicaban que después de un diluvio universal el AM había bajado del cielo y, encerrando al único sobreviviente en una pequeña choza, púsole al lado una "guadua" -caña de bambú- de donde formó la mujer mientras él dormía.

Aguado ofrece importantes testimonios de los grupos caribes sobre las creencias del ser AM: "...también está en lo alto con aquella persona que he dicho que allá imaginan, a la cual llaman AM, y al demonio Chusmam". Chusmam parece ser nombre de procedencia caribe, cuyo formativo AM "algo, alguien" está unido a otra raíz también caribe con el significado de "maestro"....Chusman podía ser algo que enseña o maestro espiritual humeante, aludiendo a sus propiedades y denotando la cercanía en que se encuentra respecto al hombre, frente al distante AM.

Otro importante dios del panteón de los grupos araguaco-taínos era HurakÁN, al cual le pedían las aguas para sus campos y sementeras, y aquél, como astrólogo, les anunciaba los días que iba a llover y las demás cosas que la naturaleza tiene por oficio. Igualmente fabricaban cemíes o ídolos de madera dedicados a este dios el cual ponían en la proa de sus embarcaciones para que los protegiera de las tempestades y les diera buen viaje en sus expediciones marítimas. En la Gomera y las islas Azores, antes del "descubrimiento" de América, los naturales y posteriormente los colonizadores recogieron restos de embarcaciones indígenas, probablemente antillanas, entre ellos un fragmento de un cemíe o dios tallado en madera. Colón recogió noticias al respecto en dichas islas, antes del viaje colombino.

Otros dioses del panteón de los grupos araguaco-taínos, donde el prefijo AN está presente, eran: IrolAN, YorocAN, YerucAN y HuakAN. Igualmente entre algunos grupos de norte de Suramérica se le llamaba MohAN -voz de origen chibcha (Colombia)- al sacerdote, santero o brujo que hace curas sobrenaturales.

Dicen las fuentes de los cronistas, que los antiguos aborígenes de la isla de la Gomera adoraban a HirguAN, un demonio con figura de hombre velludo y que un adivino de nombre Elunche les decía que este demonio era enemigo del dios creador, llamado OrahAN, que habitaba en el cielo.

En los nombres de los principales Seres Supremos espirituales de los antiguos aborígenes canarios, predomina igualmente el prefijo AN, tenemos por ejemplo: HuraAN, que significaba el Más Alto; AcamAN, Dios Altísimo, el Sol; AchamAN,

Sustentador del Cielo y Tierra; AcuhurajAN, Dios Grande; AchjuragAN, Dios, Grande Señor; AchauabAN, Dios Grande; AtguaychajuratamAN, el que tiene el Cielo; OranjAN, Dios.

"El conocimiento que los naturales canarios tenían de Dios era tan confuso que sólo conocían haberlo, conociendo y alcanzando haber un hacedor y sustentador del mundo -que lo llamaban como dicho tengo-...Achaman, sustentador del cielo y tierra (Espinosa).

Los guanches de la isla de Tenerife, conocían con el nombre de Guaiota a un ser infernal o demonio que habitaba dentro de los volcanes: "...mas conocía haber infierno, i que solamente era para el demonio llamado Guaiota que habitaba en el volcán del pico de Teide (A. Sedeño). Es curioso ver, en este caso, como una voz indígena de Venezuela, de probable origen araguaco, como es la palabra Guaca signifícara: Adoratorio, Templo del Diablo. Igualmente entre los muiscas precolombinos de Colombia -pueblo éste que momificaba, a su muerte, a los personajes relevantes del grupo e igualmente fabricaba sellos o pintaderas similares a las de Canarias- llamaba a los malos espíritus o diablos con el nombre de Guayoque.

Una de las costumbres más extendidas entre los grupos precolombinos americanos era el culto a las piedras y a las acumulaciones de éstas. Destacamos entre esos grupos a la nación otomaca que pobló la cuenca del Orinoco al norte de Suramérica: "Dicen que una piedra formada de tres, unas sobre otras, que levanta uno como capitel sobre un picacho, llamado Barraguán (nótese el prefijo AN) constituido este por un alto promontorio de peñascos sin migajas de tierra, dice que cada piedra de aquéllas es uno de sus antepasados; y a esta causa, aunque entierran sus difuntos, y con ellos pan y chicha para el viaje de sus almas, con todo, pasando unos años sacan las calaveras y las llevan a la sombra de sus abuelas, metiéndolas en las concavidades que entre sí forman las piedras del dicho Barraguán, en las cuales se encuentran gran número de calaveras, sin que se vuelvan piedra como ellos piensan" (Gumilla, 1741).

Los achaguas de la cuenca del Orinoco, entre sus creencias, recurren a las piedras, ríos árboles etc., como fundadores de sus linajes. Igualmente en la mísma región, los indios de la nación Mapoya, llaman a tal piedra que remata, y que sirve como de capitel al picacho de Barraguán, Uruana; y dicen que aquella es la raíz de toda la gente de su nación; y por eso les gusta que les llamen uruanayes y ensartan esta raíz con una larga cadena de quimeras y desatinos (Gumilla, 1741).

El cronista de la conquista de Canarias, Abreu Galindo, escribe sobre el culto a las piedras de los aborígenes canarios: "Juntaban piedras en un montón en pirámide, tan alto cuanto se pudiesen tener la piedra suelta, y en los días que tenían situados para semejantes devociones suyas, venían todos allí, alrededor de quel montón de piedras, y allí bailaban y cantaban endechas, y luchaban y hacían los demás ejercicios de holguras que usaban; y éstas eran sus fiestas de devoción ".

El llanto, como parte del ríto de atracción mágica de la lluvia, era practicado y es todavía por los grupos selváticos de la cuenca Orinoco-amazónica. Estos asocian el llanto con la rana, y dan el nombre de batracío a un niño llorón. Igualmente ofrendaban a los espíritus de la tempestad sus mejores frutos, que colocaban sobre

una mesa, así como las calabazas llenas de agua. Tenían y tienen la creencia que el agua atrae la lluvia.

En la mitología de los grupos araguaco-caribes de las Antillas, la lluvia, el rayo y el trueno eran sus expresiones parciales, "sus mensajeros". Savakú era el pájaro que por orden de Hurakán producía las lluvias, en tanto que Achinaon hacía las pequeñas lluvias y los vientos. Entre los aborígenes canarios Achi significaba los "seres encargados de proteger", que, por su parte, en quechua significa "adivino".

Los araguaco-taínos "llamaban a la lluvia" con cantos y danzas. Los sacerdotes predicían el advenimiento de la tempestad, guiándose por la posición de las Pléyades y otras estrellas. Afirmaban que para producir el cambio de estaciones de la seca a la de lluvias, los dioses, impulsados por las artes mágicas del "chamán" mudan los cimientos del espacio original.

El cronista de la conquista de Canarias, A. Espinosa nos relata esta costumbre de los aborígenes canarios: "Más cuando los temporales no acudían, y por falta de agua no había yerba para los ganados, juntaban las ovejas en ciertos lugares para que esto estaban dedicados, que llamaban el baladero de las ovejas, e hincando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas y hacían estar las madres al derredor de la lanza, dando balidos; y con esta ceremonia entendían los naturales que Dios se aplacaba y oía el balido de las ovejas y les proveía de temporales".

Sabemos por las crónicas y documentos de la época, que los muiscas de Colombia, como muchos otros grupos americanos, incluyendo los araguaco-taínos, tenían grandes conocimientos astronómicos y conformaban la función de templo como observatorio astral, en donde conjuntamente con el chamán, los caciques principales tenían el conocimiento en esta ciencia y programaban sus observaciones, conjuntamente con sus actividades económicas, políticas y religiosas. Del funcionamiento de un templo como observatorio, no está nada claro como operaba. Según el investigador colombiano Silva Celis, cree que en las ruinas de Sogamoso había cuatro caminos de acceso al templo que coincidían con los cuatro puntos cardinales y que marcaba el paso del sol; estos caminos eran utilizados unos para acceso y otros de salida únicamente; en la orientación Este y en la Oeste había además tres puertas que mostraban el paso del sol. Igualmente se conocen otros observatorios en la región de Tunja los cuales son dos discos tallados en roca, llamados "Cojines del Diablo, situados en un alto del perímetro urbano de Tunja, que según Reichel Domatoff (1975), pudieron ser un observatorio de solsticios y equinoccios. También en Villa de Leiva, igualmente en Colombia, en el lugar denominado el Infiernito, se encontraron 26 columnas monolíticas con orientación Este-Oeste, así como gran cantidad de menhires con forma de pene, que seguramente debieron servir para observar el pasaje del sol por el cenit e igualmente como un lugar de culto a la fertilidad.

Entre los hallazgos arqueológicos realizados en Gran Canaria, destacan los llamados betilos, piezas posiblemente de representación fálica con figuraciones animales-humanas en su parte superior. Varios de éstos fueron encontrados en la zona del antiguo poblado canario de Tara por él que fuera párroco de San Juan de Telde don Pedro Hernández, amante e investigador de los temas canarios. Personalmente ubiqué, entre restos arqueológicos de la Cultura Araguaco de los

Llanos de Venezuela, varios "penes" o ídolos fálicos fabricados de arcilla y piedra, entre tamaños que van desde los diez a los veinte centímetros de largo y posiblemente relacionados con ritos de fertilidad. Por su parte, en la cima de diversos roques del ayuntamiento de Tejeda, en la isla de Gran Canaria, se han ubicado diversos "observatorios astronómicos" similares a los encontrados en diversas pares de Suramérica, en particular el de Roque de Bentaiga, idéntico a uno descubierto en una de las montañas que rodean a la ciudad de Caracas, región ésta que fue poblada por los antiguos Guaires -residencia con este mismo nombre se encuentra en las ruinas prehispánicas de Galdar (Gran Canaria)-.

Una de las costumbres más comunes entre los araguacos-taínos y que hizo confundir a los primeros viajeros de Indias, sobre el carácter antropófago de estos grupos -pero que si realizaban los sanguinarios caribes- era el culto al cráneo, bien del enemigo vencido, de sus antecesores o personajes relevantes del grupo. En el primer caso, algunos grupos araguaco-taínos molían el cráneo de su enemigo muerto y con ese polvo preparaban un "caldo" del cual bebían los guerreros de la comunidad, con el fin de que la fuerza de su rival fuera absorbida por los vencedores. Por otro lado era costumbre de este pueblo colgar o guardar los cráneos de sus antepasados en sus viviendas. Claro cuando los europeos vieron esto, creían que eran igualmente antropófagos como los caribes, aunque la antropofagia de éstos últimos, era más ritual, que de alimento. Por su parte, cuando el cacique o jefe del grupo moría, al cabo de un tiempo, su cráneo era rescatado y guardado; y durante la elección de un nuevo mandatario, éste juraba su cargo ante el cráneo o cráneos de sus antecesores. Personalmente ubiqué en la zona de los llanos de Venezuela, donde tuvo su asiento la Cultura Araguaco, algunas vasijas, que contenían solo el cráneo del muerto. Por la forma de los recipientes, se nota que éstos eran hechos exclusivamente para contener la cabeza del individuo nada más. Por cierto, que en un enterramiento de éste tipo, aparte del cráneo, la vasija contenía varias "bolas" líticas blancas, perfectamente pulidas y de unos cuatro centímetros de diámetro (véase el capítulo, las bolas líticas).

La celebración de un acto solemne de la entronización de un nuevo Mencey o Monarca entre los antiguos aborígenes canarios, consistía en besar el hueso de un antepasado, que también había sido Mencey: "Hacían jurar sobre un hueso de algún rey, su predecesor y pariente que había dejado santa memoria y gran reputación" (Torriani, 1978).

Ceremonial que se celebraba en la isla de Tenerife con ocasión del juramento de un nuevo Mencey: "...y cuando se elegían lo juraban con esta ceremonia que tenía guardado cada reino con recato la calavera, para el propio efecto, del más antiguo rey de aquel estado del cual linaje y sangre descendiese aquel que por entonces se elegía; y juntos en el puesto de consulta que en su lengua llamaban el Tagoro sacábanla con suma reverencia, y luego el nuevo rey que se juraba la besaba y, encima su cabeza poniéndola decía estas razones: Yo juro por el hueso que tuvo real corona, de imitarle, guardando todo el bien de la República. Luego todos los grandes, prefiriendo el más anciano, de por si tomaban la propia calavera y la ponían con gran respeto sobre el hombre diestro besándola..." (A. Viana).

"...sobre una calavera de el primer antesesor suio (juraban) poniéndola sobre su caueza" (A. Sedeño, en F. Morales Padrón, 1978).

"Cuando alzaban por rey a alguno, tenían esta costumbre, que cada reino tenía un hueso del más antiguo rey de su linaje envuelto en sus pellejuelos y guardado y, convocados, los más ancianos al Tagoror, lugar de junta y consulta, después de elegido el rey, dábanle aquel hueso a besar: el cual, besándolo, lo ponían sobre su cabeza y después dél los demás principales que allí se hallaban lo ponían sobre el hombro y decían: Agoñe Yacoron Yñat Zahaña Chacoñamet, Juro por el hueso de aquel día en que te hiciste grande. Esta era la ceremonia de su coronación, y este día llamaban al pueblo para que reconociesen al que habían de tener por rey, y festejábanlo, y regocijábanse como sabían, haciendo banquetes generales a costa del nuevo rey y de sus parientes" (A. Espinosa).

El cronista de la conquista de Canarias, Abreu Galindo nos relata un curioso ritual sobre la muerte de un personaje aborigen de la isla del Hierro, que lo relaciona con la antropofagia ritual de algunos grupos precolombinos del continente americano: "al tiempo de su muerte, llamó a todos los naturales y les dijo como él se moría y les abisaba, que, después de él muerto y su carne consumida y hechos cenizas sus huesos, había de venir por la mar Ergoranzan, (nótese de nuevo el prefijo AN) que era el que ellos habían de adorar que les había dicho que su dios había de venir por el mar en unas casas blancas.

El tabaco (Nicotiana-rústica), es una de las plantas más antiguas de América y "desconocida" en el Viejo Mundo durante la época precolombina. Su cultivo, actualmente, se extiende desde Canadá hasta Chile. Acerca del origen de esta planta, los investigadores no se han puesto de acuerdo sobre el lugar de su origen. Algunos creen que su centro de dispersión estuvo situado entre Perú y Ecuador, sin embargo en la región de los Andes es donde menos se usa el tabaco sustituido en gran parte por la coca. Creemos que su origen pudiera estar en la cuenca amazónica y ahí dispersarse por las distintas vías fluviales y marítimas a toda América.

Los aborígenes cumanagotos de la costa oriental de Venezuela conocían el tabaco con el nombre de "kawei" y el cual era cultivado por los chamanes o piaches. Los descendientes de los cumanagotos conservan la costumbre de comer hojas de tabaco para contrarrestar el efecto de cualquier veneno, así como para detener los vómitos, pasmos, diarreas, disenterías, cólicos, desmayos, calenturas, etc. Cuando los síntomas de envenenamiento son graves, ingieren decocciones de hojas finamente trituradas en un hidromel fermentado, bebida endulzada con miel de abejas sin aguijón; otras veces el zumo puro de las hojas de tabaco se mezclaba con el aceite de palo y se secaba al sol o sobre las brasas, a fuego lento.

El fumar y las fumigaciones del tabaco constituían y todavía constituyen -en algunos grupos aborígenes- el rito curativo por excelencia de los grupos araguaco-caribes-taínos. El humo del tabaco, considerado como fuente de poder mágico, atrae a los espíritus auxiliares y ahuyenta a los enemigos invisibles. El fumar acompaña todas las sesiones de curación-exorcismo, de adivinación y de iniciación. Los hombres ordinarios suelen fumar también para protegerse contra los espíritus enemigos, en cualquier situación de peligro mágico, cuando corren el riesgo de perder su doble anímico (fuerza vital) (Civrieux, 1980).

Las fumigaciones o sahumerios con resinas y oleorresinas aromáticas eran consideradas todopoderosas y acompañaban con frecuencia las curaciones

chamánicas del tabaco. La fragancia del humo agradaba a los espíritus auxiliares que acudían para disfrutarlo.

Entre los araguaco-taínos, el tabaco fue un producto de uso espiritual, que aunque no se producía tan abundante como el maíz y la yuca, si fue un rubro importante para el desarrollo y comercio de algunas comunidades indígenas. El tabaco era para los grupos araguaco-taínos, al fumarlo, todo un rito. El cronista Fernández de Oviedo nos narra su versión, sobre el uso del tabaco, de la siguiente forma: "Cada uno es boratío (chamán): porque con estas hierbas revueltas las hojas de ella a la redonda de las mazorcas del maíz, enciéndelas por un cabo poca cosa y aquello que arde meténlo en la boca y soplan hacia afuera, y cuando está a la mitad quemado, arrebijan a lo que está vuelto a la redonda, y si lo quemado del tabaco queda hecho a la manera de hoz encorvado, es señal de que el al revés de lo que desea le ha de intervenir y que es malo lo que debía ser bueno...".

Aparte del uso ritual, quizás el tabaco fuera para los trueques o intercambio, el elemento de mayor importancia entre los grupos araguaco-taínos, dados las cualidades de adivinación que en base a su fumada le eran atribuidas; las semillas eran un elemento preciado y muy bien guardadas para su siembra a la hora oportuna. El tabaco también era utilizado a nivel superior para adivinar si el año sería seco o lluvioso, si la guerra se ganaría, etc. Cuando el aborigen quería consultar algo iba donde el boratío o chamán, el cual se encerraba en su bohío o vivienda solo; y allí se echaba unas ahumadas de tabaco; y estaba un día, dos y tres, y a veces más completamente encerrado y después que sale dice: "esto me dijo del diablo", respondiendo a las preguntas que le han hecho, según los deseos de aquellos a quienes satisfacer; y por ese trabajo le dan algún objeto. El tabaco, era igualmente para el aborigen todo un ritual y formaba parte de su vida cósmica en una serie de ritos

El cronista de la conquista de Canarias, Gomes Escudero, entre sus numerosos textos, nos dice que los antiguos aborígenes canarios, creían y admitían la inmortalidad del alma, aunque no supieran explicarlo; igualmente tenían unos lugares o cuevas, a modo de templos, donde hacían ceremonias y sacrificios, también quemaban ciertas plantas y aprovechando el humo, que hacían éstas, lo miraban e interpretaban algunos sucesos. Ellos creían que el humo eran los espíritus de sus antepasados y a los cuales llamaban Majos. Creían igualmente que estos seres transformados en humo andaban por los mares y venían a darles ayuda cuando los llamaban; igualmente decían que los veían en forma de nuececitas a las orillas del mar, los días más largos del año, por lo cual hacían grandes fiestas, principalmente cuando los veían en la madrugada del día donde el sol estaba más apartado de la constelación de Cáncer. Según Gomes Escudero, estas ceremonias eran bastante comunes entre los naturales de las distintas islas del archipiélago.

Como vemos entre las costumbres mágico-religiosas de los araguaco-taínos y los aborígenes canarios, encontramos en el humo, bien sea por la fumada del cigarro de tabaco, entre los primeros y la producción del humo mágico, quemando ciertas hierbas, por parte de los segundos, añadiendo a ésto la función mágica que representa el humo, donde en ambos pueblos ven a los espíritus adivinos o de sus antepasados, que los ayudarán con la intervención de los chamanes o sacerdotes, en la interpretación que ayudará y beneficiará al individuo/a que hace la consulta.

Según el investigador canario Emiliano Bethencourt, los antiguos aborígenes canarios "quemaban" y tomaban ciertas plantas con efectos alucinógenos, para poder realizar, de esta forma, ceremonias mágico-religiosas, que los ponía en contacto con sus antepasados. La Teline Canariensis es una planta autóctona de las islas Canarias. Según Bethencourt, verificando en documentos antiguos, encontró que los indios de Sonora, en Nuevo México, en sus ceremonias especiales, empleaban esta planta en sustitución del "peyote", pues tienen la creencia que está planta le fue traída por los dioses. Citando a fray Diego de Niza dice lo siguiente: "...y queman la hierba señor de los Canarios". Igualmente se sabe de la existencia de ésta planta en el Perú, lo que nos lleva a preguntarnos ¿que hacía esta planta autóctona de Canarias y como llegó a México y Perú durante la época precolombina? Existe igualmente en Canarias otra planta con efectos narcotizantes, la cual es empleada por los pastores desde la antigüedad, su nombre es: Eurfobia Gandiensi. Las hojas de dicha planta son machacadas en un cuenco de madera y mezcladas con leche de cabra. Los efectos después de tomar esta mezcla, los hace poner en contacto con sus antepasados (Carmen Pérez de la Hiz).

La vinculación de la concha marina del "lambí" y las creencias mágico-religiosas de los grupos taíno-araguacos entre los principales cemíes o ídolos taínos, lo fue el trigonolito o piedra de tres puntas con decoraciones imitando seres humanos o animales, que representaba a Yocahu, la deidad masculina proveedora de la yuca, el principal alimento de los taínos. Estas piedras de tres puntas de buen tamaño tienen como antecesor en el tiempo, según los arqueólogos, unas piedras idénticas pero mucho más pequeñas y sin decoración, conocidos como microtrigonolitos; de ahí que algunos arqueólogos concluyen que el "lambí" fue el origen de la forma del trigonolito de piedra, principal cemí taíno. Más importante aún es la vinculación del "lambí" con la ceremonia mágico-religiosa de la "cohoba", donde el "behique" o chamán inhalaba unos polvos alucinógenos que lo "montaban" y lo ponían en contacto con los dioses del panteón taíno. Esta ceremonia era las más importante de la religión taína y para ella se confeccionaban los intrumentos más preciosos, tales como "duhos" o asientos ceremoniales, "cemíes" con platos de "cohoba" en la cabeza e inhaladores de hueso y piedra. Como alucinógeno usaban las vainas de la "Piptadenia peregrina", pero para que el efecto de la alucinación fuera más efectivo se hacia necesario mezclarlas con cal y para eso quemaban la concha del "lambí" y luego la molían. Dice un cronista: "meten aquellas cáscaras en el fuego y las reducen a cal viva, más blanca que la misma nieve". Este polvo de la concha calcinada, o "polvo de cobo" aumentaba la efectividad intoxicante y visionaria de las vainas de la planta mencionada (Bernardo Vega, 1978).

Resumiendo, tanto como por su vinculación con el origen de la forma del trigonolito, dios propiciador de la yuca, principal comida del aborigen taíno, como por su utilización en la principal ceremonia mágico-religiosa de esa cultura, el "lambí" jugó un papel de gran importancia en la religión taína.

En las islas de Gran Canaria y Tenerife se han encontrado varios útiles de piedra con forma de trigonolito, sin decoración. No sabemos si los trigonolitos canarios tuvieron el mismo uso ritual de los taínos-araguacos, lo que si está claro, que fue una pieza característica y muy poco común en otros grupos prehistóricos. Igualmente en los montículos o concheros con residuos arqueológicos, ubicados en la isla de la Gomera, algunas de las conchas marinas acumuladas, habían sido quemadas, no encontrando explicación a este procedimiento.

Entre los indios guajiros del norte de Venezuela y Colombia, que según los antropólogos, eran descendientes de los antiguos araguacos, existe una hermosa leyenda sobre las Majayuras -jóvenes mujeres guajiras-, que yo relacionaría con las Maguadas o Mariguadas canarias, jóvenes y vírgenes doncellas las cuales vivían retiradas en cuevas y de las que ya hemos hablado en otro capítulo de esta publicación; dicho mito dice así:

"Cerca ya de la costa, donde la brisa cálida del lago impregna el aire con olor de mar, existe un lugar apartado en el que hay una caverna sagrada, llamada Puró, abierta bajo la tierra. En aquella cueva, en la que nadie ha entrado jamás, habita una hermosa muchacha, que es la más bonita de todas las majayuras. Como ellas, está encerrada, blanqueándose entre las sombras, y ningún hombre se le puede acercar. Esta majayura misteriosa no permaneció dos años en el encierro, sino que está allí desde hace innumerables lunas, siempre joven y bonita, pues el paso del tiempo no ha envejecido su cuerpo ni su rostro. Algunas veces, cuando el sol calienta las rocas o cuando las estrellas se reflejan en el lago, la majayura sale de la cueva cuidando de que nadie la vea, sale de su escondite, brinca por encima de las pequeñas rocas, come albariscos y aceitunos silvestres y deja que sus pies se hundan entre la arena caliente. Cuando en algunos de estos paseos distingue son su rápida vista, que es tan aguda como la del halcón, la figura de algún hombre, lo mira detenidamente y, si lo encuentra de su agrado, se transforma en una piedra blanca y se coloca en el camino del guajiro que ha despertado su deseo. El hombre avanza fatigado por el calor y el polvo seco que le araña la garganta, y se fija de pronto en la roca tendida y su lisa blancura que se destaca bajo los rayos del sol o entre las sombras de la noche, casi con la frescura de un pozo que se abriese en medio de los ardientes arenales. Al verla, siente el deseo de detenerse a descansar sobre ella y camina de prisa para llegar pronto; pero cuando ya le parece tenerla bajo los pies, la piedra se retira lentamente y él comienza a perseguirla, sin darse cuenta de que se le escapa una y otra vez, constantemente, hasta que al fin, obsesionado por el deseo de alcanzarla, cae dentro del lago y se ahoga. Otras veces, la majayura, convertida en piedra, no se mueve, y deja que la alcancen los hombres que la han visto, pero en el momento que la tocan quedan transformados en la piedra llamada Papach. También acostumbra la majayura a desorientar al hombre que le ha gustado y, guiándolo por caminos desconocidos, lo conduce hasta la misma cueva Puró y allí se le aparece en su forma de mujer, hermosa y atractiva, lo toma de la mano y lo hace recorrer la caverna, mostrándole los misterios ocultos para todas las gentes. Y entonces, el hombre fascinado por el encanto de la muchacha y por los prodigios que ve, se queda para siempre a vivir en la cueva. Cuando alguno de los guajiros raptados por la majayura de tan extraña forma desea regresar entre las gentes de la tribu, ella lo deja marchar y, sacándolo de la cueva, lo conduce al camino del poblado, en el que lo abandona, desapareciendo misteriosamente. Ya en su "guanetu" (vivienda), el hombre olvida el tiempo transcurrido pero no las cosas que le han sido mostradas y que siempre recuerda, aunque tiene que guardarlas para sí, pues si la contase a los demás, quedaría muerto, en castigo de haber intentado descubrirlas".

La leyenda de Amalivaca, mítico personaje venido por el mar en la Gran Canoa, creador y salvador del Diluvio del pueblo Tamanaco, relacionado con Ergoranzán, igualmente venido por el mar y que habría de salvar al pueblo aborigen canario. El culto a los astros; la construcción de observatorios rupestres y el recuento de los

días por lunas. El prefijo AN, presente en una gran cantidad de dioses o seres míticos de los panteones araguaco-taínos y canarios. El llanto como atracción mágica de la lluvia en las épocas de sequía. La representación del falo, encontrada en diversos objetos arqueológicos descubiertos a ambos lados del Atlántico. El culto al cráneo de los antepasados y la antropofagia ritual de los huesos. La adoración a las piedras y a los elementos de la naturaleza. La adivinación por medio del humo y el consumo de alucinógenos en la realización de las ceremonias mágico-religiosas. La relación de las doncellas o Majayuras de los guajiros -descendientes de los araguacos- y las jóvenes Maguadas o Mariguadas canarias, las cuales viven en cuevas apartadas de los poblados, probablemente relacionados con cultos matriarcales y de fertilidad, presentes en ambos pueblos, etc.

Como hemos visto, existen una gran cantidad de mitos y costumbres parecidas -en algunos casos, similares- entre los pueblos araguaco-taínos y los aborígenes canarios. Debido a la amplitud de esta temática, solo he podido incluir algunos ejemplos, en el presente capítulo. De lo que no tengo la menor duda, es que, en el pasado, estas ideas y conocimientos tuvieron que confluir por medio del contacto físico entre ambos pueblos, pues no habría forma de explicar tal fenómeno, que es imposible que se diera por simples casualidades.

RELACIONES FISICAS ENTRE LOS ARAGUACO-TAÍNOS Y LOS ABORÍGENES CANARIOS

En los primeros días del mes de abril de 1986, cuando vivía en Venezuela, me encontraba con un amigo investigador de arte rupestre que había venido de España a conocer dichas manifestaciones arqueológicas en el Territorio Amazonas de dicho país suramericano. En una visita que hicimos a un abrigo con pinturas rupestres, situado en una reserva indígena de los indios guajibos, nos acompañaban unos médicos amigos, dos franceses y uno español, que se encontraban trabajando en el hospital de Puerto Ayacucho, capital del Territorio Amazonas de Venezuela. En la visita que hicimos a dicha comunidad indígena, conocimos a un indio guajibo, "capitán" o cacique de dicho grupo; Tobías, como así se llamaba nuestro guía y acompañante, era el típico indio de ascendencia caribe, no medía más de 1,50 metros, piernas cortas y arqueadas, de tronco y busto bien proporcionado para el tamaño de su cuerpo, su cara mongoloide y pelo negro lacio, eran las características propias del clásico indio de la cuenca Orinoco-amazónica.

Después de la visita a los abrigos con pinturas rupestres prehistóricas, nuestro guía nos llevó a practicar tiro con arco, a orillas del río Orinoco. Al rato nuestros acompañantes, decidieron darse un baño en un remanso del río situado más arriba de donde nos encontrábamos. El vehículo que nos había trasladado al lugar, un enorme Chevrolet Impala, propiedad de uno de los médicos acompañantes, lo habíamos dejado en una pista como a doscientos metros del río y a nuestra vista. Nos quedamos el indio Tobías y yo conversando, mientras nuestros compañeros se refrescaban en las aguas del caudaloso río. Estaba tan enfrascado con mi amigo guajibo, oyendo las narraciones que me hacía sobre las costumbres de su pueblo, que no nos dimos cuenta, que un incendio avanzaba por la selva cercana a donde se hallaba aparcado el automóvil; cuando vimos a lo lejos la escena, Tobias y yo nos miramos y salimos corriendo hacia el coche, yo no tenía llaves, pero su propietario lo había dejado abierto. Ya el fuego estaba lamiendo el coche, cuando yo me introduje en él y puse el cambio de marcha en punto muerto, mientras mi amigo el indio empujaba por detrás, prácticamente envuelto en fuego y con peligro que explosionara el coche. No se como sacamos fuerzas de flaqueza, mías no creo que fueran, pues Tobias logró empujar el enorme y pesado automóvil para mi asombro, al fin logramos llevarlo hasta una pequeña pendiente para dejarlo "caer" hasta la orilla del río, mientras yo iba llevando el volante; y con gran susto, al final lo logramos alejar del fuego. Después de la peripecia comentada con los amigos a su regreso, que no daban crédito al ver el coche fuera de la pista y a orilla del río, no nos explicábamos como ese enjuto y pequeño indio guajibo había podido mover el pesado vehículo. Yo desde ese día me di cuenta que a pesar de la baja estatura de los indios del norte de Suramérica, tenían esa enorme fortaleza física, que los hizo vivir en ese medio tan "hostil", como es la selva amazónica y eso me explica el porque de esas culturas, que durante la época precolombina se desarrollaron en esa amplia región selvática.

Es mucho lo que se ha aprendido y cambiado desde los primeros años de la antropología en América, en la que se daba por sentado que todos los indios del continente eran exactamente iguales. Sin embargo la diversidad de las diferentes

poblaciones del Nuevo Mundo ha sido bien establecida; pero su significado en cuanto a la evolución o desarrollo de tipos sobre el terreno, o su inmigración desde el Viejo Mundo ya previamente formados, queda por esclarecerse (Laughlin, 1951).

Los indios americanos presentan una homogeneidad básica cierta, pero al mismo tiempo se caracterizan también por una igualmente cierta diversidad de tipos. A causa de la falta de los datos necesarios, es imposible decir exactamente cuantos tipos diversos puede haber. La impresión general basada en individuos de varios grupos medidos y fotografiados esporádicamente, no ofrece base suficiente para establecer una caracterización satisfactoria del indio americano (Ashley, 1964).

Podemos en consecuencia terminar este examen crítico reconociendo el hecho de que la evidente variabilidad somática de los amerindios no puede explicarse por la exclusiva acción del ambiente, de la ecología en general, sobre una supuesta población inicialmente homogénea inmigrada por Bering en tiempos prehistóricos no más antiguos de 40.000 años. Debe pues buscarse otra explicación en la llegada desde el Viejo Mundo de poblaciones físicamente distintas (Comas, 1974).

Uno de los caracteres valederos para las distintas clasificaciones físicas humanas son los rasgos craneales o de la cabeza. Para distinguirlas y clasificarlos hay que hacerles diversas mediciones, una de ellas es el índice cefálico, que es la relación centesimal de anchura a largura del cráneo. Cuando el resultado de esa operación o cociente cae por debajo de 75, al individuo se le llama "dolicocéfalo" o de cabeza estrecha; cuando queda entre 75 y 80, "mesocéfalo" o de cabeza intermedia y cuando excede de 80, "braquicéfalo" o de cabeza ancha. Es así como gracias a estas determinantes físico-craneales y a otras características, como estatura, sangre, pelo, ojos, nariz etc, se han podido determinar las diferentes razas humanas y saber así de sus movimientos migratorios.

El color de la piel es un elemento que en el pasado jugó un papel importante dentro de la clasificación de las diferentes razas humanas, y algunos autores le dieron la primacía entre los diversos caracteres raciales. Pero si esta formula se utiliza de una forma persistente, tiende a producir confusiones, aunque de un modo general concuerda con otros criterios. La cantidad de pigmentación en la piel humana no se ha probado que dependa directamente del lugar, ni del calor, luz o humedad, aunque estos factores podrán tomarse en cuenta. Pero es indudable, que encontremos individuos de muy diferente constitución física y de piel en condiciones similares de vida y con clima semejante. La pigmentación de la piel humana se debe a gránulos pardos, y las diferencias de color entre las distintas razas son fruto del mayor o menor contenido de dichos "gránulos".

Se sabe que los primeros habitantes americanos eran de cráneos pequeños y muy "dolicocéfalos", cabello negro ondeado o rizado, piel amarilla, ojos hundidos y baja estatura. Curiosamente la mayoría de restos de estos individuos se han encontrado en Suramérica, concretamente: al oeste de Brasil, sur de Patagonia, Tierra de Fuego, islas del oeste y sur de Chile, costa de Ecuador y algún ejemplar en el sur de California, su procedencia es desconocida. Posteriormente nuevos grupos emigraron al continente americano por la vía del norte del continente, concretamente por el estrecho de Bering y probablemente hasta hace pocos milenios debieron existir migraciones por vías atlánticas y pacíficas, constituyendo

al continente americano en una gran variedad racial de individuos y lenguas, que aunque parecidas, no iguales.

En el descubrimiento de la isla de San Salvador o Guahanamí (tóponimo indígena también existente en Canarias) y que fué el primer lugar que tocó Colón en su llegada al continente americano, dijo éste al ver por primera vez los habitantes de las "nuevas tierras" "....dellos se pintan de prieto, y ellos son de color de los CANARIOS, ni negros, ni blancos, y dellos se pintan de blanco, y dellos de colorado, y dellos de lo falla, y dellos se pintan las caras, y dellos todo el cuerpo, y dellos solo los ojos, y dellos solo el nariz..."

En "Actuaciones de la Unidad de la Raza en Venezuela", página 47, se deja entrever que la tradición señala en una leyenda ya dormida, que el Almirante Colón, al contemplar el primer indio en la desembocadura del río Orinoco, exclamó: "Bene-Zoela", se parece a un "zoela", y de este modo dio nombre al país. Ahora, recuérdese que los zoela fueron de los primeros pobladores de España, y que según la obra mencionada, Estrabón, al describir las costumbres de estos individuos, concuerdan por consecuencia con la semejanza o, mejor dicho, la igualdad de nombres entre muchas poblaciones indígenas venezolanas y los pueblos de la región de Astorga, donde según Ptolomeo, estaban situados los zoela, y que el tipo de esta raza era india, sin barba y con la cabeza, por lo general, coronada de laureles, como la del indio venezolano de plumas u hojas (Erminy Arismendi).

Lo que si está claro es que los primeros contactos de Colón con indígenas americanos que poblaban las diversas islas del Caribe, eran sin lugar a duda descendientes de caribes y araguacos, muchos ellos miembros de los pueblos taínos de las Antillas Mayores y verdaderos descendientes de las antiguas culturas araguacas venidas del norte de Suramérica. Una de las características raciales de estos grupos araguaco-taínos, eran que las facciones de los rostros variaban un poco y eran algo más "blancos" que los demás "indios", igualmente tenían la cabeza un poco más ancha y redondeada, lo que conocemos científicamente con el nombre de "braquicéfalos" .

De que la braquicefalia o cráneo redondeado, fue una característica de los grupos taíno-araguacos que poblaban algunas partes del norte de Suramérica y de la Antillas, no cabe la menor duda, pues las excavaciones y exhumaciones de cuerpos de individuos con estas características se han encontrado en cementerios y enterramientos pertenecientes a esta cultura. Como verán a todo lo largo de este capítulo, hemos insistimos mucho en la "braquicefalia", porque más adelante este tipo de rasgo físico, nos va a dar respuestas a la hora de interpretar la aparición de restos de individuos similares en algunas islas del archipiélago canario, concretamente en las de la Gomera, Gran Canaria y Tenerife.

El paleontólogo y antropólogo venezolano Gaspar Marcano, recopiló en la última década del siglo XX gran cantidad de material arqueológico y restos humanos de la Cultura de los Cerritos -de origen araguaco- en la región central del actual estado Aragua (Venezuela). Por los restos humanos y por el estudio de más de 2.000 cráneos recolectados, llegó a la conclusión que gran mayoría de ellos eran de acentuada "braquicefalia". Igualmente por los esqueletos determinó su baja

estatura, una media de 1,56 metros, que de ningún modo eran de constitución raquítica, por el contrario eran muy robustos y vigorosos a pesar de su corta estatura. Entre sus herramientas contaban con hachas líticas pulidas de forma petaloide y agmidaloide (forma de almendra) similares a las descubiertas en las Antillas entre la Cultura Taína y en las islas de Gran Canaria y la Gomera en el archipiélago canario. Igualmente recopiló gran cantidad de bolas de piedras, algunas de ellas perfectamente pulidas, e idénticas a las ubicadas en los lugares anteriormente mencionados. Por su parte, mucha de la cerámica tiene gran paralelismo con la antillana, con respecto a las vasijas decoradas con apéndices zoomorfos o de animales, de las cuales se han descubierto algunos ejemplares en algunas islas de Canarias.

El primer establecimiento de población en el archipiélago canario tuvo lugar, probablemente, en algún momento del periodo Neolítico (5.000 años). Parece que estos primeros pobladores eran dolicocéfalos o de cabeza estrecha, morenos, de pequeña estatura, de origen mediterráneo, con alguna mezcla negroide. Esta gente venía probablemente del interior de África, al sur de Marruecos o de la región de Uad Draa, trajeron ovejas y cabras domesticadas, lascas e industria del hueso; pero probablemente no conocían ni el cultivo de cereales y no fabricaban cerámica: deben haber hablado una lengua de la familia bereber. Su organización social y religiosa fue probablemente muy sencilla; habían desarrollado ceremonias sobre la lluvia y puede que hayan dado culto a una diosa de la fertilidad. No eran guerreros; esta cultura y quienes la trajeron sobrevivieron en una forma relativamente pura en la isla del Hierro.

La segunda invasión de las islas vino en una época en que la cerámica era común en el norte de África y la cebada era el único cereal que se cultivaba. Estos invasores vinieron de la cordillera del Atlas y probablemente penetraron sólo en las islas más al sur: Gran Canaria, Tenerife, la Gomera y posiblemente El Hierro. Parece que eran de baja estatura, cabezas cortas con caras cortas y anchas. Eran, sin duda, blancos, de tez morena, con algunos rasgos mongoloides. Su centro de distribución en el norte de África era el golfo de Gabes y el este de Túnez. Desde esta región se desplazaron lentamente hacia el suroeste por la vertiente sur del Atlas y hacia el oeste hasta el Rif y la región del Alto Atlas, en Marruecos. Introdujeron el cultivo de la cebada en las islas Canarias, el uso de la cerámica tosca y generalmente sin adornar, la honda y el perdigón. Este elemento étnico fue probablemente el responsable del culto al perro y del hábito de comer estos animales, que aparentemente dio su nombre a estas islas. Es posible, sin embargo, que estos rasgos hayan formado parte de la cultura de un grupo primitivo mediterráneo negroide. Este grupo "braquicéfalo" o cabeza ancha sobrevivió en su forma cultural y física más pura en la Gomera. "Parece" que usaban un lenguaje berebere en que los sonidos P, eran comunes y fue responsable del famoso "lenguaje silbado" en la Gomera. Esta gente se mezcló con el grupo mediterráneo-negroide, portadores de una cultura primitiva en Gran Canarias, Tenerife y la Gomera. Probablemente no penetraron en el Hierro, excepto un número muy reducido, y parece que dejaron Fuerteventura, Lanzarote y la Palma sin colonizar.

Casi simultáneamente con los segundos invasores de caracteres físicos alpino-mongoloides, un tercer grupo llegó a las islas. Este grupo contenía una fuerte mezcla del elemento mongoloide-alpino, pero sobre todo estaba integrado por dolicocéfalos o de cabeza estrecha, rubios de cara larga y nariz estrecha. La cultura

material de éstos no incluía ningún elemento de importancia, pero eran muy guerreros y extremadamente aficionados a las competiciones atléticas. Tenían un sistema de castas consistente en guerreros nobles -en su mayoría de tipo alto y rubio- y en siervos agricultores y pastores de descendencia mezclada. Adoraban a un ser supremo que se suponía habitaba ciertos picos elevados o rocas y reducían la divinidad-perro de sus antecesores al status de espíritu del mal. Desarrollaron, igualmente, prácticas médicas, como la trepanación del cráneo en caso de conmoción o fracturas, pero con mayor frecuencia, empleaban la cauterización craneal para curar enfermedades y traumas. Estos invasores de raza principalmente "nórdica" vinieron de la cordillera del Atlas, en Marruecos y Argelia.

Los "nórdicos" de las islas Canarias, al mezclarse con los braquicéfalos de cara ancha, dieron lugar a un tipo de híbrido de cabeza alargada y cara ancha, generalmente de gran estatura y probablemente poco pigmentados, de complexión media, de cabello castaño, rojo o rubio. Este es el tipo llamado "Cro-Magnon", cuya existencia en Europa puede atribuirse a una mezcla de elementos raciales muy parecidos o idénticos. El matrimonio entre los braquicéfalos bajos y de cara ancha y los mediterráneo-negroides de cabeza alargada, produjo una combinación similar disarmónica, pero en una escala mucho más pequeña y con una pigmentación más oscura. La cultura guanche fue el resultado de la combinación de estos tres elementos (Hooton, 1925).

Los primeros estudios sobre los distintos grupos raciales canarios, provienen del siglo XIX y son debidos a Quatrefages y Hamy (1874) de quienes el francés Vernau tomo los principios básicos. Después de varios años de permanencia en el archipiélago, el investigador francés hizo una clasificación de los diferentes grupos raciales: Un tipo "guanche" o cromañoide -más representado en Tenerife- dolicocéfalo o de cabeza estrecha, cara ancha y baja, ojos anchos y poco elevados. Un tipo "semita" -mediterranoide- de estatura mediana, igualmente de cabeza estrecha, cara alta y estrecha, distribuido preferentemente en Gran Canaria, la Palma y el Hierro; Vernau lo estimó emparentado con el árabe.Un "braquicéfalo" o cabeza ancha, DE ORIGEN DESCONOCIDO, pero diferenciado de los anteriores, de órbitas altas y nariz ancha, especialmente abundante en la Gomera.Por último y según la clasificación de Vernau: un "bereber, poco representado, del que no da más detalles.

Con respecto al comentario que hace Vernau sobre los antiguos habitantes de la isla de la Gomera nos dice los siguiente: "Los habitantes de esta isla eran de estatura baja (el 70 % estaba por debajo de los 1,60 metros de talla). Los cráneos masculinos revelaban una gran capacidad craneana, mientras que los femeninos era pequeña. Hay un importante grado de braquicefalia, característica que era predominante en la población..."

Para el investigador Von Luscha, la clasificación racial de los aborígenes canarios, reune las siguientes características: El "guanche", abundante en Tenerife, pero que también se localiza en las otras islas del archipiélago; de alta estatura y de cabeza estrecha o dolicocéfalo.Un individuo de cabeza intermedia o mesocéfalo, cara larga y estrecha y estatura mediana, especialmente abundante en Gran Canaria y en el Hierro, ausente en la Gomera.

Por último, un tipo "armenoide" de estatura baja y cabeza "braquicéfala", localizado, en gran parte, en la isla de la Gomera.Sobre el último individuo, discrepamos de Luschan, pues los "armenoides, no coinciden de ninguna forma con los individuos braquicéfalos de la Gomera, pues estos eran de estatura baja y nariz ancha, en cambio, los braquicéfalos armenoides, son de estatura media-alta y de nariz prominente y aguileña.

La mayoría de los investigadores, llegan a parecidas conclusiones sobre la clasificación física de los primitivos aborígenes canarios. Algunos de ellos subdividen algunas de las categorías, otros se limitan a dos o tres grupos principales. Pero lo que si está claro, es que hubo un elemento braquicéfalo, de nariz ancha, rasgos orientales, tronco largo y baja estatura, que principalmente se encontró en la isla de la Gomera, menor cantidad en Tenerife y Gran Canaria y prácticamente ausente en las otras islas del archipiélago, su origen, hasta ahora desconocido; pero sin lugar a dudas este elemento racial coincide totalmente, en sus rasgos físicos, con los grupos araguaco-taínos de las islas del Caribe y el norte de Suramérica.

De las conclusiones que llegamos y después de analizar los diferentes estudios realizados por diversos investigadores, desde mediados del siglo pasado, hasta el presente; y los diferentes restos humanos depositados en los diversos museos e instituciones canarias; es que hubo un grupo aborigen de "origen desconocido" y con unas características físicas ausentes en los pueblos situados entorno al archipiélago canario, inclusive de la cuenca mediterránea, que llegó en "gran número" a la isla de la Gomera y después se extendió en menor número a las otras islas. Este elemento racial coincide con los individuos de la Cultura Araguaco-taína, que pobló el norte de Suramérica y las Antillas. Estos "braquicéfalos" de estatura baja y rasgos orientales formaron parte de la población aborigen del archipiélago canario, especialmente en La Gomera, el 30% de la población; Tenerife, el 12%; y en mucho menor grado en las otras islas. Lo que demuestra, sin lugar a dudas que su punto de llegada fue la isla de la Gomera, situada ésta la más al noroeste del archipiélago y por supuesto "más orientada" y "más cerca" del continente americano y donde igualmente recalaron antes de Colón, pero después de la conquista, restos de embarcaciones, que por sus características eran de origen americano, e información ésta que obtuvo Colón como una prueba más de existencia de tierras allende del océano. Por su parte, si este grupo llegara de África o del Mediterráneo, porque no llegaron en mayor número a las otras islas del archipiélago, que quedaban más cercanas y eran de más fácil acceso desde el continente africano.

LA TREPANACIÓN EN AMERICA Y CANARIASMuchos cráneos pertenecientes a diversas culturas de la América precolombina, evidencia el uso de prácticas médicas. Si recordamos que en los enfrentamientos que llevaban a cabo con armas como la "macana", cuya cabeza de madera dura, piedra, o metal producía terribles contusiones, no es extraño encontrar algunos de sus cráneos con grandes orificios y evidencias de trepanaciones de muy diversos tipos, algunas, inclusive, con implantes de fragmentos de metal, aunque el instrumental era muy rudimentario -cuchillos metálicos, pinzas, cinceles, punzones y hasta de piedra- muchos de estos individuos sobrevivían a la operación, muriendo años después. Existen casos de individuos en los que el paciente fue

operado más de una vez con idénticos buenos resultados. Sin embargo según el tipo de cultura se desarrollaron distintos tipos de trepanación (Alicia Alonso, 2001).

La trepanación en América fue un rasgo cultural muy complejo y variado, ya que se efectuaba: en sujetos vivos, en muertos recientes o en restos óseos; en cada caso las técnicas de perforación variaba mucho, posiblemente relacionada con el objetivo que se perseguía en cada caso. Por lo tanto, refiriéndose a la América precolombina, hablar de trepanación en términos generales se presta a confusión; hay que determinar en cada cráneo el tipo de trepanación observado de acuerdo con las variantes señaladas. Los estudios de investigadores como Quevedo, E. Tello, Lastres, Cableses y Weiss proporcionan datos muy completos en cuanto a la distribución y significado de la trepanación, sobre todo en la zona andina precolombina, donde es muy alto el porcentaje de cráneos trepanados, sobre todo en ciertos periodos prehistóricos. Lo que nos interesa hacer constar es que la trepanación no va ligada a ningún tipo racial, pues se encuentra tanto en cráneos braquicéfalos, como dolicocéfalos y mesocéfalos (Comas, 1974).

Dentro de la cultura araguaco-taína, la trepanación fue de uso bastante habitual y tanto en cráneos encontrados en enterramientos de esta cultura, como son los túmulos y abrigos funerarios del norte de Suramérica, como en los diversos cementerios aborígenes de las Antillas Mayores, en zonas donde tuvieron su asiento los taínos, se han encontrado cráneos donde se le había hecho esta práctica médica, que probablemente la hacían usando hachas o buriles de piedra muy afilados, de las cuales se han encontrado gran cantidad de muestras, en las áreas señaladas.

Por los testimonios físicos de los cráneos que se hallan conservados en los diversos museos canarios, se puede afirmar a ciencia cierta, que los aborígenes del archipiélago, igual que otros pueblos primitivos conocían la práctica de la trepanación. Estas intervenciones quirúrgicas, consistentes en perforaciones del cráneo, no hay que confundirlas, con ciertas lesiones óseas, como pueden ser las causadas por enfermedades como la tuberculosis. Los tipos de trepanación que realizaban los aborígenes canarios, consistían en dos procedimientos principales, uno, por medio de la incisión, y otra por el raspado y rayado del hueso con pequeños cortes oblicuos o frotando con pequeñas piedras cortantes. Este tipo de operaciones podían ser efectuadas en individuos vivos, para aliviarles cierto tipo de cefalgias, o a los muertos con intenciones rituales. Igualmente la incisión que se practicaba en el cráneo podía ser circular, en cruz, o en forma de T (Bosch Millares, 1972). Para la práctica de estas operaciones, los antiguos canarios hacían uso de diversas piedras talladas en forma de hojas cortantes y con puntas afiladas. Los cronistas de la época mencionan estos objetos, los cuales eran conocidos por los aborígenes con el nombre de "tabonas".

No se puede determinar que la trepanación en Canarias haya sido importada de América, pues también en pueblos de las zonas de influencia del archipiélago canario, como son la región atlántica africana y el área mediterránea, también algunos pueblos realizaron este tipo de prácticas. Sin embargo hemos querido hacer esta pequeña reseña, hasta que algún día se pueda concretar el origen de esta "práctica médica" entre los aborígenes canarios.

EL PREDOMINIO DEL FACTOR “O” EN LA SANGRE DE LOS ABORÍGENES AMERICANOS Y LOS CANARIOS.

Se ha intentado establecer una clasificación serológica de los distintos grupos raciales, tomando en cuenta los porcentajes de presencia de los distintos tipos de antígenos en una determinada población, en un principio basándose exclusivamente en el sistema ABO, pero añadiendo más tarde otros elementos de la sangre a medida que se van descubriendo y unificando las técnicas de obtención e interpretación.

Fue así como el investigador Sniden en 1926 dividió la humanidad en siete tipos serológicos; uno de ellos denominado pacífico-americano-comprendiendo la totalidad de aborígenes americanos y filipinos-, que tenía como características 77,7% de tipo O; 20,2% de tipo A; 2,1% de tipo B y 0% de tipo AB.

Boyd, modificando la clasificación serológica establecida por Wiener en 1948 con base en los sistemas ABO, MN y Rh, propuso un grupo indígena americano caracterizado: por variable -muy alta hasta nula- frecuencia de A; carencia de A; probablemente sin B y sin Rh positivo, por mencionar solamente los sistemas más conocidos.

Años más tarde, en 1963 el propio Boyd hizo otro intento para una clasificación racial serológica de acuerdo con la nueva información disponible, y entre las trece razas propuestas seguía considerando a los indígenas americanos como "grupo homogéneo" (Comas, 1966).

A partir de los últimos años, y como resultado de las múltiples investigaciones de científicos como Henckel, Layrisee, Lisker, Loria, Matson, Neel, Robinson, Reynafarje, Salzano, Sandoval, Sutton, Swanson, Zepeda y otros, se disponen de datos más amplios acerca de diversos antígenos, hemoglobinas y otros componentes químicos de la sangre, que demuestran una clara variabilidad serológica entre los aborígenes del continente americano. Recordando la conclusión del investigador Matson y sus colaboradores, cuando al tratar de Suramérica dicen: "Como resultado del presente estudio parece que una posición sensata de ecuanimidad, basada en los datos serológicos que se disponen, permitiría establecer la hipótesis de que los indios americanos no son completamente mongoloides, de que las poblaciones polinesias actuales resultan un mosaico racial y de que inmigrantes tanto del este como del oeste han contribuido con genes a formar la población de Polinesia".

Uno de los estudios más curiosos que en estos últimos años han podido realizarse en este aspecto ha sido el de los factores sanguíneos, técnica que en los últimos años ha adquirido gran relieve en diversos campos científicos y que hizo concebir esperanzas de que con él se iba a obtener una clasificación genética de las razas. A los factores conocidos primeramente se han ido añadiendo otros, incluso alguno propio de regiones americanas como el llamado "Factor Diego". Es evidente que con el estudio de estos nuevos tipos de clasificación, América aparece de nuevo como una unidad racial, en un momento en que se habían acentuado los factores de dispersión y no se creía en una posible unidad de la raza americana.

En la reacción sanguínea de los aborígenes americanos parece descubrirse el rasgo de unidad que en otros criterios antropológicos o etnográficos no se dan. Así, el predominio del O y el A, mientras el B apenas existe; la alta frecuencia de M y Rh en Suramérica. Solo los esquimales tienen A, B y O. En cambio argumentan contra el cruce con los polinesios basándose en el "Factor Diego", tan típicamente americano, que se da entre los individuos de origen mongoloide, pero no entre los polinésicos. Pero sin duda este es un aspecto que dará mucho todavía que hablar, hasta que los nuevos estudios de la genética y el aporte del ADN, nos permitan concebir esperanzas de que no se tardará mucho tiempo en que conozcamos exactamente los parentescos de las diversos grupos aborígenes y, con ello daremos un carpetazo al problema del origen y poblamiento americano.

Lo curioso de todo esto, tomando como ejemplo los esquimales, siendo éste el grupo racial americano situado más al norte del continente, y probablemente, descendientes de los pueblos de procedencia asiática, quizás la última oleada racial llegada a América desde Asía a través del estrecho de Bering, siguiendo la migración de los renos. Aunque los factores físicos de este grupo racial coinciden, con los de los aborígenes del sur del continente, no podemos decir así, con respecto a los caracteres serológicos, sobre todo por la presencia del grupo sanguíneo B, prácticamente ausente en los otros grupos indígenas americanos.

Después de esta parafernalia médica sobre el aspecto serológico de los aborigenes americanos, los lectores de la presente publicación se preguntarán, para que habrá servido todo eso, y que tiene que ver esto con la presencia de grupos aborígenes americanos en las islas Canarias durante la época precolombina.

En primer lugar el grupo sanguíneo predominante de los aborígenes americanos, principalmente los de las áreas selváticas de América del Sur y de donde provinieron los ancestros de los viajeros araguaco-taínos, y respectivamente, de los restos analizados de algunas "momias" procedentes de esta cultura, es mayoritariamente el "factor O", que curiosamente comparado con las muestras analizadas en 370 restos de individuos prehispánicos de Gran Canaria, su analítica mayoritaria era del grupo sanguíneo O.

En la población canaria nativa actual, el grupo O sigue siendo el de más alto porcentaje; 48% frente al 39,6% del grupo A, a pesar del tiempo transcurrido desde la conquista y de que el grupo A es dominante y el O es recesivo. Sin embargo, el grupo sanguíneo mayoritario de los españoles y portugueses es el A. Al ser estos dos paises europeos los que aportaron la gran mayoría de habitantes que se establecieron en Canarias tras la conquista, se puede analizar que la población aborigen canaria, lejos de desaparecer, quedó en amplia mayoría después de la colonización.

Se aprecien marcadas diferencias dentro y fuera de las distintas islas del archipiélago, en lo que respecta a los distintos grupos sanguíneos. Por eso no es sorprendente encontrar una mayor proporción del grupo A en el norte de Tenerife, porque fue en esa región donde principalmente se establecieron los nuevos colonizadores al recibir las tierras más fértiles y ricas en riego (García-Casañas, 2000).

Curiosamente de este estudio de García-Casañas, nos sorprende la alta proporción del grupo O presente en los naturales de la isla de la Gomera (56%), dado que esta no fue conquistada y la población nativa quedó en gran mayoría.

La alta proporción del grupo O encontrada por los investigadores Swafischer y Liebrich en estudios hechos sobre restos de aborígenes canarios en 1963, dio como resultado un porcentaje de 83,9% en Tenerife y 94,7% en Gran Canaria para este grupo sanguíneo.

Sin embargo hay que resaltar que entre grupos de la región noratlántica africana y probables áreas de influencia en el poblamiento prehistórico del archipiélago canario, se da la circunstancia de existencia de un factor alto del grupo O entre sus naturales, como el caso de los Tareg del Ahaggar (75,4%) y los bereberes de Ait Haddidu del Atlas (79,7%). Igualmente hay que hacer notar que el dominante del grupo O sobre el A es más fuerte en las islas Canarias que en Marruecos, Argelia o el Sahara. Igualmente se da la circunstancia que en estas áreas se da un porcentaje alto del grupo sanguíneo B, donde en las islas más próximas al continente como Lanzarote y Fuerteventura aparece en valores de un 17,5% y 16%, respectivamente (Pinto, 1996), sin embargo es muy escaso o prácticamente ausente en islas como Gran Canaria, Tenerife y La Gomera, donde el porcentaje del "factor O" es relativamente muy alto.

Estas consideraciones, vienen a lugar, dado que el grupo sanguíneo predominante de los grupos araguaco-taínos americanos era O y que casualmente la islas de La Gomera, Gran Canaria y Tenerife, predominara igualmente la presencia de este grupo sanguíneo entre sus aborígenes. De todas formas no pretendo con este peculiar y resumido estudio negar la presencia de otros grupos de colonizadores foráneos en el poblamiento del archipiélago canario, en este caso del vecino continente africano. Pero que dado las otras pruebas que demuestran la presencia, sin lugar a dudas, de elementos de la cultura araguaco-taína del continente americano, principalmente en las islas descritas anteriormente y donde es más abundante la presencia del grupo sanguíneo O entre sus aborígenes. Es otra pieza más en la solución de armar el complicado puzzle que representa la historia del poblamiento de Canarias.

LA SÍFILIS EN LA AMÉRICA PRECOLOMBINA Y LA CANARIAS PREHISPÁNICA.

Relación de fray Pané, ermitaño de la Orden de San Jerónimo que pasó a las Indias en el segundo viaje de Colón en 1493, sobre el mito aborigen de Guahayona: "Estando Guahayona en la tierra donde había ido, vio que había dejado en el mar una mujer, de lo que él recibió gran alegría, y muy luego buscó muchos lavatorios para limpiarse, por estar lleno de aquellas úlceras que nosotros llamamos "mal francés" (sífilis o mal de las bubas). Fue puesto luego en una guanara, que quiere decir "lugar apartado", y así estando allí, curó de sus llagas".

En algunas momias de la Cultura Paracas, que se asentó hace más de 2.000 años en la costa del Pacífico peruano, se han encontrado muestras que demuestran la existencia de la la enfermedad de la sífilis dentro de esa comunidad indígena precolombina.

Mucho se ha especulado y discutido sobre la existencia en América, antes del contacto europeo, de la existencia del "morbus gallicus" o enfermedad de la sífilis y si hasta era desconocida en Europa, para esa época. Las últimas investigaciones científicas se inclinan, por la existencia de dicha enfermedad en ambos continentes antes del contacto. Pero que dicho mal tuvo en ambos lados dos cepas diferentes, que al juntarse desarrollaron una variante más potente, la cual causó grandes estragos en Europa, por lo cual los científicos le atribuyeran un origen americano, cuando ya se conocía en el Viejo Continente, pero no con tan terribles efectos.

Igualmente la existencia de la sífilis en América, antes del descubrimiento, está más que probada, pues en numerosos restos de aborígenes precolombinos se han encontrado las huellas del "morbus gallicus". En realidad he sacado ha colación en la presente publicación el tema de la sífilis, dado que el investigador y médico Bosch Millares sacó un informe sobre el examen realizado a los restos de varios aborígenes canarios, que le llevó a la conclusión que la sífilis era conocida por los indígenas canarios, agregando en el informe, que esta enfermedad no fue introducida desde América, por los miembros de la tripulación de Colón en sus escalas en el archipiélago. En la revisión de algunos huesos de restos de aborígenes grancanarios, cree encontrar las huellas del "morbus gallicus" que pudo ser introducido en las expediciones anteriores de normandos, mallorquines, genoveses, etc, y termina dicho investigador: "De ser cierta esta teoría, la tesis de Hirsch, de que la sífilis era desconocida en Europa antes del descubrimiento de América, tendría que ser revisada".

El resultado del trabajo de Bosch Millares, nos plantea varias preguntas e interrogantes: la antigüedad de los restos aborígenes canarios estudiados y comparar las muestras del "morbus gallicus" canario, con otras europeas, de antes del contacto con América y a su vez compararlas con muestras de restos de aborígenes precolombinos americanos, donde se ha encontrado restos de dicho mal, para ver si son de la misma cepa. Creo que de esta forma se pudiera aportar un dato más sobre el origen del poblamiento de Canarias. Pues si los restos de aborígenes canarios estudiados y a los que se les encontró muestras de existencia del "morbus gallicus", son de época prehispánica, habría que plantearse la idea, si la misma no fue traída de América durante la época precolombina.

TOPONIMIA ARAGUACO-ABORIGEN CANARIO

Corría el mes de abril de 1997, me encontraba en el aeropuerto de Maiquetía de la Guaira (curioso topónimo) en Venezuela, esperando a mi colega y buen amigo el profesor y antropólogo hispano-venezolano Adrián Hernández, que me acompañaría a Cochabamba (Bolivia) a un Congreso Internacional de Arte Rupestre. Como buen despistado investigador, Adrián llegó sobre la hora y sin pasaporte, por lo cual tuvo que quedarse para el vuelo del día siguiente, pues no le daba tiempo a regresar a Caracas y volver con su pasaporte, lo que retrasó su viaje un día más, a pesar del nerviosismo que tenía en su apuro por llegar a Bolivia. Esta intranquilidad se debía, a que el profesor Hernández había preparado un trabajo, fruto de varios años de investigación, sobre el estudio de algo más de mil topónimos ubicados en su tierra de adopción, el estado Falcón, en la costa noroccidental de Venezuela, y estaba esperando para llegar a Cochabamba y contactar con algún lingüista boliviano que revisara su trabajo y le confirmara su teoría sobre el origen quéchua de algunos de dichos topónimos.

Depués de algunos contactos en Cochabamba, ubicamos al profesor Raúl Arnez y Arnez, uno de los mejores especialistas en quéchua de Bolivia. Me acuerdo de las varias noches en la habitación del hotel, la cual compartía con Adrián y donde el profesor Arnez y nuestro amigo pasaron gran cantidad de horas revisando las más de mil fichas de topónimos recogidos en la región de la costa occidental de Venezuela. Cuando al final del trabajo se sacaron las conclusiones, no salimos del asombro, y no era para menos, pues el 95% de las transcripciones de los topónimos eran de origen quéchua. No me olvido de aquellos instantes pues Adrián rompió a llorar con la emoción del momento y por fin se confirmaba la sospecha que se tenía desde hace muchos años por algunos investigadores, de que el quéchua había sido traído al norte de Suramérica en época precolombina, hace varios milenios, por algún grupo cultural del sur del continente.

A los pocos días del revelador suceso y en vísperas de nuestro regreso a Venezuela, el profesor Raúl Arnez le entregó al profesor Adrián Hernández, una certificación como Asesor Pedagógico de la Secretaría Nacional de Educación del Ministerio de Desarrollo Humano de Bolivia y donde avalaba el resultado de la transcripción de los topónimos venezolanos y su origen quechua y de la cual saco copia de la misma en esta publicación.

Al año siguiente, el profesor Hernández, publica en Venezuela su trabajo: "Transcripción Toponímicos Indígenas Quechuas en el Estado Falcón (Venezuela)". En una visita que hago a Venezuela en febrero de 1999, mi gran amigo y compañero de investigaciones me entrega un ejemplar dedicado, al cual, a mi llegada a España, le dedico un tiempo, esperando me aporte algunos datos interesantes en mi estudio sobre los topónimos araguaco-canarios. Para mi alegría me encuentro con la sorpresa, que algo más de cien topónimos de los algo más de mil que conforman la publicación, se encuentran entre los topónimos aborígenes de las islas Canarias. Recordando la emoción de Adrián en aquel hotel de Cochabamba dos años atrás, mis ojos se humedecieron y algo me decía que iba por buen camino en mis investigaciones para probar la presencia en época precolombina de grupos americanos en las islas Canarias.

Reichel Domatoff, quien trabajó desde hace muchos años en Colombia en las ramas de arqueología y etnología, hace el siguiente comentario: "La toponimia, es decir, el conjunto de los nombres indígenas que llevan las poblaciones, ríos, montañas y demás puntos topográficos de una región determinada, es un campo riquísimo para los estudios lingüísticos y etnográficos en general. Cada tribu, cada nación, ha dejado en el curso de los siglos su huella en el territorio que ocupaba durante un periodo más o menos prolongado, y para la etnología el reconocimiento de estas huellas y su atribución a ciertas culturas es de un interés trascendental".

Juan Friede escribe: "El estudio de la toponimia presenta un gran interés, toda vez que por medio de ella se pueden localizar los antiguos asientos de las civilizaciones indígenas desaparecidas y aún pueden aclararse algunos aspectos de sus culturas, muy especialmente en lo que se refiere al idioma. Y en los momentos actuales su importancia crece si se considera que una gran mayoría de los nombres de origen indígena van siendo reemplazados por otros de origen español, o aún indígenas, pero que no corresponden en su contenido a la región en que se emplean".

Otero, investigador colombiano en las regiones del Cauca, llega en sus indagaciones a la siguiente conclusión: "Gran importancia y significación aportan al conocimiento de la prehistoria de los pueblos americanos, para fijar las ruta de sus migraciones o de sus conquistas y los nexos diversos que entre sí pueden conservar, como para el conocimiento de sus dialectos, los antroponímicos y toponímicos que han escapado a la costumbre de cambiarlo todo por nombres españoles. Los pueblos emigrantes o conquistadores imponían a los lugares de su nuevo domicilio ocupados en paz o por la violencia de las armas, nombres de su procedencia, de modo que esas palabras nos dicen muchas veces su origen muy lejano, insospechado".

Sobre la historia antigua del Perú opina Zevallos Quiñones: "Desaparecida la lengua chimú desde el siglo XVIII y sin que la cerámica y útiles de metal extraído de las huacas puedan precisar, completar o rectificar las leyendas de los cronistas, sobre la procedencia exacta de los primeros habitantes costeños, tan solo quedan como pistas a través de los siglos, la toponimia y la onomástica..." Y expone una hipótesis histórica: "La influencia centroamericana en las tierras que comprendieron las culturas prot-chimú, parece cosa comprobada, entre otros argumentos, por el muy valiosa de la toponimia comparada...."

Dávila Garidi estudioso de las culturas precolombinas mexicanas, especialmente en la toponimia indígena de ese país, ha escrito a propósito de ello: "En cuanto al carácter de sus nombres, la toponimia nacional es variadísima. Algunos son históricos; otros están íntimamente relacionados con la religión, la industria, la agricultura o el comercio; otros son topográficos, zoogeográficos, botano-geográficos, anagrámicos, etc." Es decir, que en los topónimos de aquel país encuentra el autor una fuente extraordinaria para el estudio de las antiguas culturas.

Revisemos algunos ejemplos de cómo han trabajado los lingüistas con los topónimos, para fines de su especialidad. Dolmatoff escribe a tal propósito: "Toponimia es (...) lingüística estratificada", y Menendez Pidal expresa ampliamante la utilidad que el estudio de los topónimos posee para los lingüístas: "La toponimia, afirma, no es sólo la historia de los nombres propios más usados en un idioma,

pues encierra, además, un singular interés documental de las lenguas primitivas, a veces los únicos restos que de ellas quedan. Los nombres de lugar son viva voz de aquellos pueblos desaparecidos, transmitida de generación en generación, de labio en labio, y que por tradición ininterrumpida llega a nuestros oídos en la pronunciación de los que hoy continúan habitando el mismo lugar, adheridos al mismo terruño de sus remotos antepasados. La necesidad diaria de nombrar ese terruño, une, a través de los milenios, la pronunciación de los habitantes de hoy con la pronunciación de los primitivos".

En Venezuela, el eminente investigador Fébrez Cordero pensaba que a través de listas de topónimos de toda América -debidamente clasificados e ilustrados por medio de la lingüística- se podría llegar a obtener elementos para el estudio de la procedencia del hombre americano, afirmación que se han cumplido con las investigaciones de diversos americanistas quienes, han señalado la existencia de relaciones entre lenguas del Viejo y Nuevo Mundo. Para el historiador, todo mapa es representación viva del pasado; toda carta geográfica en la cual se indiquen sitios poblados, o donde han existido habitantes, habla al reconstructor de la vida humana del pasado un vívido lenguaje. Los topónimos cuentan una clara historia que puede comprenderse con el estudio de ciertas disciplinas (Acosta Saignes, 1980).

Aunque la mayoría de los diferentes capítulos que comprenden la presente publicación, avalan, sin lugar a dudas, la presencia de grupos de aborígenes precolombinos americanos -en este caso grupos araguaco-taínos- en el archipiélago Canario, más concretamente en la islas de la Gomera, Gran Canaria y Tenerife y con menor presencia en las otras islas. Es en este capítulo dedicado a la toponimia, la importancia que tienen los topónimos -en este caso de origen indígena- como una prueba determinante en las relaciones transoceánicas a través del Atlántico en época prehistórica.

De los topónimos, que se repiten varias veces en la cuenca del Caribe y el Archipiélago Canario, tomamos algunos ejemplos al azar: Arauca, Arau, Barahona, Boxo, Chacoma, Chama, Chenelain, Chimbi, Chimisay, Chirivichi, Chiriguana, Damajagua, Dara, Guajara, Guachara, Guaires, Guaita, Guama, Guanico, Guamara, Guajara, Guanaba, Guara, Guarico, Guariame, Guaro, Guasima, Guatiza, Guayama, Guayana, Guima, Güines, Güiría, Hitoba, Iguara, Jagua, Jama, Jajo, Juga, Maya, Nagua, Nazca, Samá, Tabor, Taca, Tagano, Tagua, Tamay, Tinguaro, Yagua, Yara y así, hasta más de quinientos, que conforman el pequeño diccionario, que he elaborado después de revisar durante años, mapas antiguos, documentos y recoger "in situs" información, donde se puede ver que no hay influencia castellana en dichos topónimos, ni aparecen en tal cantidad en ninguna parte del mundo, alguno de ellos demasiado complejos como para ser una casualidad. Y por si fuera poco, la mayoría de ellos ligados a las zonas donde más dejó su huella la cultura araguaco-taína: Las Antillas y el norte de Suramérica.

RELACIÓN DE TOPONIMOS ARAGUACOS Y ABORIGENES CANARIOS. ABACO, Islas Bahamas.....................................ABAPO, Tenerife.ABACOS, Cuba. ABALO, La Gomera.ABATI, Venezuela. ABACHE, Fuerteventura.ABATO, Venezuela._________________________________________________________________ACACA, Venezuela...........................................ACACAITE, Gran Canaria.ACARITE, Venezuela. ACARA, Tenerife._________________________________________________________________ACHAGUAS, Venezuela..................................AJAGUA, Tenerife. ACHAGA, Tenerife._________________________________________________________________ADARO, Venezuela.........................................ADARA, Tenerife. ADARA, Gran Canaria. ADAR, La Palma._________________________________________________________________ADAURE, Venezuela...................................... ADAURO, Tenerife._________________________________________________________________AGABAMA, Cuba............................................AGAMADA, Lanzarote. AGAMA, La Gomera._________________________________________________________________AGUATU, La Guajira, Venezuela.................AGUAHUCO, Tenerife._________________________________________________________________AGUATAR, La Guajira, Venezuela..............AGUATAR, La Gomera. AGUATUR, La Gomera._________________________________________________________________AGUAXAY, La Guajira, Venezuela..............AGUAXO, Tenerife._________________________________________________________________AGUIDE, Venezuela.....................................AGUISE, Fuerteventura. AGUIRE, Tenerife._________________________________________________________________AGÜICA, Venezuela.....................................AGÜIMAR, Tenerife.AGÜICA, Cuba._________________________________________________________________AGUIMA, Venezuela....................................AGUIMAIN, Tenerife. AGUIMAR, Tenerife. AGUIMES, Gran Canaria. AGUIMEZ, Gran Canaria._________________________________________________________________AJAGUA, Venezuela....................................AJAGUA, Tenerife.AJAGUAS, Venezuela._________________________________________________________________ALCOA, República Dominicana..................ALCOCETE, La Palma._________________________________________________________________ALCOJOLADOS, Venezuela.......................ALCOJAR, Tenerife. ALCOJORA, Tenerife._________________________________________________________________ALUJA, Cuba..................................................ALUDA, Fuerteventura.

AMAMA, Venezuela.......................................AMARA, Tenerife.AMAMA, Rep. Dominicana. AMAGAR, La Palma. AGAMA, Lanzarote._________________________________________________________________ALMACEYES, Rep. Dominicana...................AMAZER, Tenerife._________________________________________________________________AMAHUYA, Rep. Dominicana.......................AMARTIHUYA, La Palma._________________________________________________________________AMENADA, Puerto Rico................................AMENAY, Fuerteventura. AMEÑA, Tenerife._________________________________________________________________AMUAY, Venezuela.......................................AMUHAICI, Gran Canaria._________________________________________________________________AMUNA, La Guajira, Venezuela...................AMULGA, La Gomera.AMUNOR, La Guajira, Venezuela._________________________________________________________________AMURUREY, La Guajira, Venezuela...........AMULEY, Fuerteventura._________________________________________________________________ANACA, Jamaica.............................................AMACA, El Hierro. ANAGA, Tenerife._________________________________________________________________APURE, Venezuela........................................APURON, antiguo nombre de APURITE, Venezuela. Santa Cruz de La Palma.APURITO, Venezuela. ARURE, Gran Canaria.ARAU, Venezuela……………………………..ARAU, Gran Canaria ___________________________________________________________ ARABARE, Venezuela...................................ARABAQUE, Tenerife._________________________________________________________________ARABOS, Venezuela......................................ARAPO, Tenerife.ARABOS, Cuba (2). ARAFO, Tenerife._________________________________________________________________ARACAS, Venezuela.......................................ARACAS, Tenerife.ARACACA, Vernezuela...................................ARACA, Tenerife._________________________________________________________________ARACUA, Venezuela.......................................ARACARA, Tenerife.ARACAPAO, Venezuela. ARACO, La Palma.ARACOA, Venezuela._________________________________________________________________ARAGUARE, Venezuela.................................ARAGUAITE, Tenerife._________________________________________________________________ANAGUAJE, Venezuela..................................ANAGUA, Tenerife._________________________________________________________________ARAGUAITO, Guayana...................................ARAGUAIGO, Tenerife._________________________________________________________________ARAGUA, Venezuela......................................GARAGUA, Tenerife._________________________________________________________________ARAGUACO, Venezuela................................ARAGUACAD, Gran Canaria.ARAGUACA, Venezuela. ARAGUANES; Gran Canaria.ARAGUATO, Venezuela. _________________________________________________________________ARAGUITO, Venezuela.................................ARAGUIGO, Tenerife.

ARAGUI, Venezuela. ARAGUIGAL, Gran Canaria._________________________________________________________________ARAHUACO, Venezuela................................ARAHUACAD, Gran Canaria. ARAHUACAG, Gran Canaria. ARAHUACAOS, Gran Canaria. ARAHUCAO, Gran Canaria.NOTA: En ambos zonas, dicha palabra significa: PUEBLO.________________________________________________________________ARAICA, Venezuela.......................................ARAIGAL, La Gomera. ARAIGA, Gran Canaria._________________________________________________________________ARAPANO, Venezuela..................................ARAPAINIS, Gran Canaria._________________________________________________________________ARAUCA, Venezuela.....................................ARAHUCAD, Gran Canaria.ARAUCA, Colombia._________________________________________________________________ARAURE, Venezuela.....................................ARURE, La Gomera.APURE, _________________________________________________________________ARAYA, Venezuela........................................ARAYA, Tenerife.ARAYU, Venezuela YARAYA, Tenerife._________________________________________________________________ARECIBO, Puerto Rico.................................ARECIDA, La Palma._______________________________________________________________________ARIAGUA, Venezuela....................................ARAYGUA, Tenerife.ACARIGUA, Venezuela._________________________________________________________________ARIMA, Trinidad............................................AREMA, El Hierro.ARIMAO, Cuba (2) ARIMULE, La Gomera._________________________________________________________________ARINABA, Venezuela...................................ARIÑAGA, Gran Canaria. ARINABA, Gran Canaria._________________________________________________________________BARINAS, Venezuela...................................ARIÑAS, Gran Canaria.BARIMA, Venezuela.BARIMA, Guayana.________________________________________________________________ ARICAGUA, Venezuela................................ ARICAMA, Tenerife. ARINAGA, Tenerife,_________________________________________________________________ARIJUNA, La Guajira, Venezuela.................ARIJUMA, La Palma._________________________________________________________________ARIPAGUA, Venezuela..................................ARIPE, Tenerife.ARIPAO, Venezuela. ARIPINO, Venezuela.ARIPITO, Venezuela._________________________________________________________________ARUCA, Guayana...........................................ARUCAS, Tenerife.ARUBA, Isla del Caribe. ARUCOS, Fuerteventura._________________________________________________________________ASSA, Venezuela...........................................ASSA, Tenerife.

ASSAPARA, Venezuela._________________________________________________________________ATABACA, Venezuela....................................ATABARA, La Palma._________________________________________________________________ATERIBU, Guayana........................................ATERIBITI, Gran Canaria._________________________________________________________________ATOYAOSA, Cuba...........................................ATOYA, Tenerife._________________________________________________________________ AURAS, Cuba...................................................AUREA, Tenerife.AURA, Venezuela.AURE, Venezuela._________________________________________________________________AUTANA, Venezuela.......................................ARAUTANA, Tenerife._________________________________________________________________AYAMÁN, Venezuela.......................................AYAMÁS, Tenerife._________________________________________________________________AZARO, Venezuela..........................................AZORA, Tenerife. AZANO, Tenerife._________________________________________________________________BANIQUE, República Dominicana.................BARNICHES, Fuerteventura._________________________________________________________________BARCARA, Venezuela.....................................BARACAN, Tenerife.BARACOA, Cuba._________________________________________________________________BARAHONA, Rep. Dominicana.......................BARAHONA, Gran Canaria._________________________________________________________________BAYABA, Cuba.................................................BAYAN, Lanzarote._________________________________________________________________BELICO, Cuba.................................................BEPICO, Tenerife.BENECHIO, Rep. Dominicana.......................BENCHIXO, Tenerife._________________________________________________________________BIJA, Cuba........................................................BIJAGUA, Tenerife.BIJAGÜITA, Venezuela._________________________________________________________________BIO, Cuba.........................................................BIOT, Fuerteventura.BIOQUE, Puerto Rico._________________________________________________________________BONAO, Rep. Dominicana..............................BONEY, Fuerteventura.SIBONEY, Cuba._________________________________________________________________BOXO, Puerto Rico.........................................BOXO, Tenerife._________________________________________________________________BUBA, Cuba......................................................BUBAQUE, Tenerife._________________________________________________________________CABURE, Venezuela.......................................CABUCO, Gran Canaria._________________________________________________________________ CAIMARE, Guajira, Venezuela.......................CAIMA, Fuerteventura._________________________________________________________________CAMANA, Guajira, Venezuela........................CAMANAJO, Tenerife._________________________________________________________________CAMAYATA, Venezuela...................................CAMAJATE, Tenerife.

_________________________________________________________________CAGUA, Venezuela.........................................JAGUA, Tenerife. TAGUA, Tenerife._________________________________________________________________ CARACHE, Venezuela....................................ARACACHE, Tenerife._________________________________________________________________CARAL, Venezuela..........................................CARAYAL, Tenerife.CARAYAPA, Venezuela._________________________________________________________________CARIPAL, Venezuela.......................................CARIZAL, Tenerife. _________________________________________________________________CIBAO, Rep. Dominicana................................CHIRAO, Gran Canaria.CHIRACHE, Venezuela. CHIRAO, La Gomera._________________________________________________________________CUACO, Venezuela..........................................CUACO, Lanzarote._________________________________________________________________CUARA, Venezuela...........................................CUARRAJO, Tenerife.CUARE, Venezuela.CUARITA, Venezuela.CUARAJUCAME, Venezuela._________________________________________________________________CUBAGUA, Venezuela....................................CUBABIA, La Gomera.CUBAO, Rep. Dominicana. CUABABA, La Gomera.CUBA, Venezuela.CUBA, Isla del Caribe._________________________________________________________________CUNA, Colombia y Panamá............................CUNA, Tenerife.CUNACHO, Venezuela._________________________________________________________________COJORO, Venezuela......................................COJOSCA, La Gomera._________________________________________________________________CHABASQUEN, Venezuela.............................CHIBESQUE, Lanzarote. CHABESQUE, Tenerife._______________________________________________________________CHACOMA, Rep. Dominicana.........................CHACOMA, Tenerife._________________________________________________________________CHACAO, Venezuela........................................CHACAE, Tenerife._________________________________________________________________CHAFARINAS, Cuba.........................................CHAFARÍZ, Lanzarote. CHAFARO, Fuerteventura. CHAFARA, Fuerteventura._________________________________________________________________CHAMA, Venezuela..........................................CHAMA, Tenerife._________________________________________________________________CHAMBERI, Venezuela...................................CHAMBERIL, Tenerife.CHAMERAIN, Guajira, Venezuela..................CHAMERA, Fuerteventura._________________________________________________________________CHAPA, Venezuela...........................................CHAPA, Tenerife._________________________________________________________________CHARO, Venezuela..........................................CHAROFE, Tenerife._________________________________________________________________

CHAURE, Venezuela.......................................CHAURERA, Tenerife._________________________________________________________________CHEGUA, Colombia.........................................CHEGUE, Tenerife. CHEGUER, Tenerife. CHEGUERE, Tenerife._________________________________________________________________CHEJENDÉ, Venezuela...................................CHEJERÉ, La Gomera._________________________________________________________________CHENELAIN, Guajira, Venezuela....................CHENELAE, La Gomera._________________________________________________________________CHENGUITO, Venezuela.................................CHENGUE, Tenerife._________________________________________________________________CHIBARE, Venezuela.......................................CHIBERES, Tenerife. CHIBORA, Tenerife._________________________________________________________________CHIBIRICO, Cuba.............................................CHIBIR, La Gomera. CHIBES, Tenerife._________________________________________________________________CHIMBERI, Cuba..............................................CHIMBER, La Gomera._________________________________________________________________CHIMBI, Cuba...................................................CHIMBI, Gran Canaria._________________________________________________________________CHICARAME, Venezuela.................................CHICARAFAS, Tenerife._________________________________________________________________CHIGUAJE, Venezuela....................................CHIGUAL, Tenerife._________________________________________________________________CHIMARE, Venezuela......................................CHIMAGUE, Tenerife.CHINARE, Venezuela. CHIMAQUE, Tenerife. CHINAJE, Tenerife. CHINACO, Tenerife._________________________________________________________________CHIMILAS, Venezuela......................................CHIMIDAS, Lanzarote. CHIMIDA, Fuerteventura._________________________________________________________________CHIMISAY, Venezuela......................................CHIMISAY, Tenerife. CHIMASAN, Tenerife._________________________________________________________________CHICHIBANA, Venezuela.................................CHICHIMANE, Tenerife._________________________________________________________________CHIRIVICHI, Venezuela....................................CHIRIVICHI, Tenerife.CHICHIRIVICHI, Venezuela.CHIRIBIQUI, Venezuela._________________________________________________________________CHIGUAJE, Venezuela.....................................CHIGUAL, Tenerife.CHIGUARAL, Venezuela._________________________________________________________________CHIQUINQUIRÁ, Venezuela............................QUINQUIRÁ, Tenerife._________________________________________________________________CHIMPIRE, Venezuela......................................CHIMPA, La Gomera._________________________________________________________________CHINACOTA, Venezuela..................................CHINACO, Tenerife.

CHIÑACO, Tenerife._________________________________________________________________CHIPARE, Venezuela....................................... CHIPAR, Tenerife.CHIPES, Venezuela. CHIPAYA, Tenerife. CHIPAYA, La Gomera._________________________________________________________________CHIPURE, Venezuela.......................................CHIPUDE, La Gomera.CHIPURO, Venezuela. CHIPUL, La Gomera._________________________________________________________________CHIRAMO, Venezuela......................................CHIRAMA, Tenerife._________________________________________________________________CHIRE, Venezuela............................................CHIRA, Gran Canaria.CHIRACHE, Venezuela. CHIRAL, Gran Canaria. CHIRATAL, Tenerife. CHIRAO, La Gomera._________________________________________________________________CHIRIGUANÁ, Guajira, Venezuela..................CHIRIGUANA, Tenerife.CHIRIGUARE, Venezuela._________________________________________________________________CHISLAS, Venezuela........................................CHISLAMANITA, Fuerteventura._________________________________________________________________CHIVARE, Venezuela........................................CHIVORA, Tenerife._________________________________________________________________CHOROTE, Venezuela.....................................CHORO, Tenerife._________________________________________________________________ CHUCHURE, Venezuela..................................CHUCHURUMBACHE, Tenerife._________________________________________________________________DAMASAGUA, Rep. Dominicana......................DAMAJAGUA, Tenerife.DEMAJAGUA, Cuba (3). DAMAJO, Fuerteventura._________________________________________________________________DANA, Venezuela..............................................DANA, Gran Canaria._________________________________________________________________DANTA, Venezuela...........................................DANTE, Tenerife. DANTÉ, Tenerife. DANTO, Tenerife._________________________________________________________________DARA, Venezuela.............................................DARA, Gran Canaria._________________________________________________________________DIBIJAGUA, Cuba.............................................BIJAGUA, Tenerife._________________________________________________________________FISGA, Cuba......................................................FIRGAS, Gran Canaria. FIGA, Tenerife._________________________________________________________________FARA, Venezuela..............................................FARA, Tenerife.GARABAL, Venezuela......................................GARABATO, Tenerife (7)._________________________________________________________________ GARACHINE, Colombia....................................GARACHICO, Tenerife._________________________________________________________________GARATAS, Cuba................................................GARADA, Fuerteventura._________________________________________________________________GAUY, Venezuela..............................................GAU, Tenerife.

_________________________________________________________________GAYAREY, Rep. Dominicana...........................GAYA, La Palma._________________________________________________________________GUACA, Venezuela...........................................GUACO, Tenerife.GUACAS, Venezuela.GUACOA, Venezuela._________________________________________________________________GUAJARA, Venezuela.......................................GUAJARA, Tenerife.GUACARA, Venezuela.GUACARA, Rep. Dominicana._________________________________________________________________GUACICAME, Venezuela.................................GUACIMAR, Tenerife. GUACIMARA, Tenerife._________________________________________________________________GUACHARO, Venezuela..................................GUACHARA, Tenerife.GUACHARACA, Venezuela. GUAGARO, Lanzarote.GUACHAGO, Venezuela. GUARGACHO, Tenerife.GUACHACO, Venezuela._________________________________________________________________GUACHE, Venezuela........................................GUACHEDUN, La Gomera.GUACHI, Venezuela._________________________________________________________________GUAGUA, Cuba.................................................GUAGUAY, Fuerteventura.GUAGUA, Venezuela........................................GUAGUOS, La Palma._________________________________________________________________GUAGUANA, Venezuela...................................GUAGUARO, Lanzarote._________________________________________________________________GUAICAS, Venezuela.......................................GUAICAGUE, La Gomera.GUAICA, Venezuela. GUAIA, Tenerife.GUAICARA, Venezuela._________________________________________________________________GUAITA, Venezuela...........................................GUAITA, Lanzarote. GUAITE, Tenerife. GUAITON, Tenerife.________________________________________________________________GUANIMA, Jamaica............................................GUANIMAN, La Gomera GUANIMAR, El Hierro._________________________________________________________________GUAIRA, Venezuela...........................................GUAIRO, Gran Canaria.GUAITA, Venezuela. GUARIA, Tenerife. GUAITA, Lanzarote. GUARY, Fuerteventura. GUAIRIA, Fuerteventura.GUAIRE, Venezuela..........................................GUAIRE, Tenerife._________________________________________________________________GUAJIRO, Venezuela........................................GUAJIME, Lanzarote._________________________________________________________________GUAJURITO, Venezuela...................................GUAJUNOTE, Lanzarote._________________________________________________________________GUAMA, Cuba (4)...............................................GUAMA, Gran Canaria.GUAMA, Rep. Dominicana. GUAMA, Tenerife.

GUAMA, Venezuela. GUAMI, Venezuela.GUAMITA, Rep. Dominicana.GUAMAC, Venezuela._________________________________________________________________GUANA, Guajira, Venezuela.............................GUANA, Gran Canaria. GUANA, Tenerife._________________________________________________________________GUAME, Cuba....................................................GUANE, Tenerife._________________________________________________________________GUANÉ, Venezuela...........................................GUANÉ, Tenerife.GUANE, Cuba. GUAÑE, La Gomera.GUANO, Colombia. GUAÑE, Fuerteventura.GUANO, Cuba (4)._________________________________________________________________GUAMO, Venezuela.........................................GUAMOJETE, Tenerife._________________________________________________________________GUANAHAMI, Isla del Caribe...........................GUANAJAMI, Tenerife._________________________________________________________________GUANABANA, Cuba..........................................GUANAPAYA, Lanzarote._________________________________________________________________GUANICO, Cuba...............................................GUANICÓ, Fuerteventura.GUANICO, Puerto Rico. GUANITO, Fuerteventura.GUANICA, Puerto Rico. _________________________________________________________________GUANIMAO, Cuba............................................GUANIMAN, La Gomera._________________________________________________________________GUAMANA, Venezuela....................................GUAMARA, Tenerife.GUAMARA, Rep. Dominicana. GUAMATA, Tenerife.GUAMARATE, Rep. Dominicana._________________________________________________________________GUAMAZO, Venezuela.....................................GUAMAZA, Tenerife._________________________________________________________________GUAJARA, Cuba...............................................GUAJARA, Tenerife.GUAJARÁ, Brasil.GUAJABA, Rep. Dominicana.GUACARA, Venezuela.GUANAJAY, Cuba (2).......................................GUANAJEY, Lanzarote._________________________________________________________________GUANAPA, Venezuela.....................................GUANAPAY, Lanzarote.GUANAPARO, Venezuela._________________________________________________________________GUANABA, Venezuela.....................................GUANABA, Tenerife.GUANABO, Cuba (7).GUANABANA, Cuba.GUANABANO, Venezuela.GUANAMA, Venezuela.GUANABATO, Venezuela.GUANABACOA, Cuba.GUANANAJÍ, Guajira, Venezuela...................GUANANA, Tenerife._________________________________________________________________

GUANAJAY, Cuba..........................................GUANAJAY, Tenerife._________________________________________________________________GUANOJO, Venezuela.....................................GUANOJE, Tenerife._________________________________________________________________GUANIPAY, Venezuela....................................GUANAPAY, Lanzarote.GUANIPA, Venezuela. GUANAPATA, Lanzarote.GUANAPE, Venezuela.GUANAPA, Venezuela.GUANAPARO, Venezuela.GUANAPO, Venezuela.________________________________________________________________GUAQUIRA, Venezuela....................................GUAQUE, Tenerife.________________________________________________________________GUARA, Venezuela...........................................GUARA, Tenerife. GUARA, Gran Canaria. GUARA, La Gomera._________________________________________________________________GUARAGUAO, Rep. Dominicana....................GUARALGACHE, La Palma._________________________________________________________________GUARICO, Cuba...............................................GUARICO, La Gomera.GUÁRICO, Venezuela.GUARICA, Venezuela._________________________________________________________________GUARAMA; Colombia.......................................GUAMARA, Tenerife.GUARAMANAO, Cuba._________________________________________________________________GUARIAME, Venezuela....................................GUARIAME, Fuerteventura. GUARIARA, Venezuela._________________________________________________________________GUARINA, Colombia........................................GUARINES, La Gomera. GUARYNOY, La Gomera._________________________________________________________________GUARO, Cuba (4).............................................GUARO, La Gomera._________________________________________________________________GUARIQUEN, Venezuela................................GUARIÑEN, La Gomera._________________________________________________________________GUASARE, Venezuela.....................................GUASAMO, Tenerife._________________________________________________________________GUASA, Cuba....................................................GUASA, Tenerife.GUASAPATU, Venezuela._________________________________________________________________GUASIMA, Venezuela......................................GUASIMO, El Hierro.GUASIMAS, Cuba (4)._________________________________________________________________GUASIMITAL, Rep. Dominicana.....................GUASIMETA, Lanzarote.GUASIMAL, Venezuela.GUASIMAL, Cuba (3)._________________________________________________________________GUATA, Guajira, Venezuela...........................GUAZA, Tenerife._________________________________________________________________GUATIZA, Venezuela.......................................GUATIZA, Lanzarote.

_________________________________________________________________GUAURA, Venezuela......................................GUAURO, Tenerife._________________________________________________________________GUAYACAN, Venezuela..................................GUAYAFAN, Gran Canaria.GUAYACA, Cuba.GUAYACAL, Cuba.GUAYACANES, Cuba._________________________________________________________________GUAYABITO, Guajira, Venezuela..................GUAYARITO, Tenerife._________________________________________________________________GUAYERO, Guajira, Venezuela.....................GUARERO, Tenerife.GUAYEBO, Venezuela....................................GUAYERO, Tenerife._________________________________________________________________GUAYO, Venezuela.........................................GUAYO, Tenerife.GUAYOS, Venezuela. GUAYONES, Tenerife._________________________________________________________________GUAYAMA, Puerto Rico..................................GUAYAMA, La Gomera._________________________________________________________________GUAYANA, Varios topónimos.........................GUAYANA, La Gomera. en el norte de Suramérica.GUAYABANA, Rep. Dominicana._________________________________________________________________GUAYABO, Rep. Dominicana.........................GUAYADE, Gran Canaria._________________________________________________________________GUAYES, Venezuela.......................................GUAYEJE, Tenerife._________________________________________________________________GUAZARA, Rep. Dominicana..........................GUAZA, Tenerife._________________________________________________________________GÜICO, Venezuela..........................................GÜIGO, Tenerife._________________________________________________________________GUIRO, Cuba...................................................GUIGO, Tenerife._________________________________________________________________GUIJE, Cuba....................................................GUIJA, Tenerife._________________________________________________________________GUIMA, Venezuela..........................................GUINA, Tenerife.GUIMAS, Venezuela. GUIMA, Tenerife.GUIMASUA, Venezuela. GUIMAR, Tenerife. GUIMAR, Gran Canaria. GUIMAD, Fuerteventura.GÜINES, Cuba................................................GÜIMES, Gran Canaria. GÜINE, Lanzarote._________________________________________________________________GUINI, Venezuela..........................................GUINE, Tenerife._________________________________________________________________GUISA, Cuba (3).............................................GUIGA, Lanzarote. GUINGA, Lanzarote._________________________________________________________________GÜIRIA, Venezuela.........................................GÜIRIA, Fuerteventura.GÜINIA, Cuba._________________________________________________________________GUICHEN, Guajira, Venezuela......................GUIZÉ, Fuerteventura.

_________________________________________________________________GÜINCUA, Guajira, Venezuela......................GUIGUNDA, Fuerteventura._________________________________________________________________GÜISIPA, Guajira, Venezuela........................GUESITA, Fuerteventura._________________________________________________________________GÜIGUE, Cuba (2)...........................................GÜIBE, Lanzarote._________________________________________________________________GUIGUI, Venezuela........................................GUIGUI, Gran Canaria. CHAGÜIGUI, La Gomera._________________________________________________________________HITOBA, Venezuela........................................HITOBA, Gran Canaria._________________________________________________________________HUEQUE, Cuba...............................................HUIQUE, Tenerife._________________________________________________________________INTAON, Jamaica.............................................INTA, La Gomera._________________________________________________________________IGUARA, Cuba..................................................IGUARA, Tenerife.________________________________________________________________IGUAPA, Venezuela.........................................IGUACA, La Gomera. IGUADA, Tenerife._________________________________________________________________IRAPA, Venezuela............................................IRAPO, Tenerife. IRAFA, Tenerife. IRAMA, El Hierro. HIPARA, La Gomera._________________________________________________________________IPAGUA, Guajira, Venezuela..........................ISAGUA, Tenerife._________________________________________________________________IRAGUA, Venezuela.........................................IRAGA, Gran Canaria._________________________________________________________________ITABO, Cuba.....................................................ITAPO, Tenerife._________________________________________________________________ITOJORO, Venezuela......................................TAJORO, Gran Canaria._________________________________________________________________JABE, Venezuela..............................................JABLE, Lanzarote._________________________________________________________________JAGUA, Rep. Dominicana................................JAGUA, Tenerife.JAGUA, Cuba (5).JAGUA, Venezuela._________________________________________________________________JAGÜEY, Cuba..................................................JAGÜE, La Gomera.JAGÜEY, Venezuela._________________________________________________________________JAGUE, Cuba.....................................................JAGUE, La Gomera._________________________________________________________________JAMA, Ecuador..................................................JAMA, Tenerife._________________________________________________________________JABACO, Cuba..................................................JABAGO, Lanzarote. JABA, Tenerife._________________________________________________________________JABILLA, Guajira, Venezuela..........................JABIGA, Tenerife.

_________________________________________________________________JABIGUITA, Guajira, Venezuela.....................JABILLITAS, Tenerife._________________________________________________________________JAJÍ, Venezuela................................................JAJITO, Tenerife._________________________________________________________________JAJÓ, Venezuela..............................................JAJO, Tenerife._________________________________________________________________JAMAL, Cuba.....................................................JAMA, Tenerife._________________________________________________________________JARAGUA, Puerto Rico....................................JARAHAGUA, La Palma._________________________________________________________________JARCO, Venezuela...........................................JARCO, Tenerife._________________________________________________________________JARIACA, Venezuela........................................JARIA, Tenerife._________________________________________________________________JARUCO, Cuba.................................................JARUBO, Fuerteventura._________________________________________________________________JEJÉN, Cuba....................................................JENEJEY, Fuerteventura._________________________________________________________________JIQUE, Cuba....................................................JIJE, Tenerife._________________________________________________________________JINOVA, Rep. Dominicana.............................JINOYA, El Hierro._________________________________________________________________JOBOS, Puerto Rico......................................JOROS, Fuerteventura.JOBO, Venezuela. JOROS, La Palma.JOBO, Cuba (4). JOCO, Tenerife.JOBOS, Cuba._________________________________________________________________JOJO, Cuba.....................................................JOCO, Tenerife._________________________________________________________________JOYOMAMA, Venezuela................................JAMAMA, El Hierro._________________________________________________________________JUGA, Venezuela............................................JUGA, Tenerife.JUBA, Cuba._________________________________________________________________MACAO, Rep. Dominicana..............................MACA, El Hierro.MACARAO, Venezuela.MACA, Venezuela._________________________________________________________________MACO, Rep. Dominicana................................MACO, Fuerteventura.MACOHA, Venezuela._________________________________________________________________MACACA, Cuba (2)...........................................MACACO, Tenerife._________________________________________________________________MACANA, Venezuela.......................................MACANA, Tenerife.MACAMA, Venezuela._________________________________________________________________MACAYERO, Cuba...........................................MACAYORASE, Tenerife._________________________________________________________________MACAYO, Cuba................................................MACAYO, La Gomera._________________________________________________________________

MAFFO, Cuba...................................................MAFUR, Gran Canaria._________________________________________________________________MAGUA, Rep. Dominicana..............................MAGUA, Tenerife.MAGUA, Cuba. MAGUA, Lanzarote.MAIGUA, Venezuela. MAJUA, Tenerife.OMAGUA, Venezuela._________________________________________________________________MAGUANA, Rep. Dominicana..........................MAGUANEY, Tenerife.MAGUAPA, Venezuela.MAGUARA, Venezuela.MAGUASA, Venezuela.MAGUAY, Venezuela._________________________________________________________________MAGUANOS, Cuba...........................................MAGUANES, Tenerife._________________________________________________________________MAICA, Venezuela............................................MAICA, Gran Canaria._________________________________________________________________MAJANA, Cuba..................................................MAJONA, Tenerife.MAJADITA, Venezuela. MAJA, Tenerife.MAJAGUILLO, Venezuela. MAJENA, Lanzarote._________________________________________________________________MAJAYARÁ, Cuba............................................MAJARÁ, La Gomera.MAJAYO, Rep. Dominicana............................MAJACORA, Tenerife._________________________________________________________________MALAGUA, Cuba..............................................MALAGUA, Tenerife._________________________________________________________________MARAE, Venezuela..........................................MANAE, Tenerife.MANARE, Venezuela.MANAOS, Brasil._________________________________________________________________MANI MANI, Cuba.............................................MANI, La Palma._________________________________________________________________MANIABON, Cuba............................................MANIBIO, Lanzarote._________________________________________________________________MARAGÜEY, Venezuela.................................MARAGUA, Tenerife._________________________________________________________________MARAJÓ, Isla del río Amazonas....................MARAJO, Tenerife. MARAJO, Fuerteventura._________________________________________________________________MAUCA, Jamaica..............................................MACA, El Hierro._________________________________________________________________MAUROA, Venezuela.......................................MAURO, Gran Canaria._________________________________________________________________MAYA, Cuba (5).................................................MAYA, La Gomera.MAYAS, Venezuela. MAXA, Tenerife._________________________________________________________________MAYAGÜEZ, Puerto Rico.................................MAGÜEZ, Lanzarote._________________________________________________________________MERECURE, Venezuela..................................MEREQUE, Fuerteventura._________________________________________________________________MIJAGUA, Venezuela........................................BIJAGUA, Tenerife.

_________________________________________________________________MOGOTE, Cuba................................................MOGOJE, Tenerife._________________________________________________________________MONICARE, Jamaica........................................MUNIQUE, Lanzarote._________________________________________________________________MICHES, Rep. Dominicana..............................MICHEQUE, Tenerife.MICHACO, Venezuela._________________________________________________________________ NAGUA, Cuba....................................................NAGUA, Lanzarote.NAGUAS, Cuba. NAGA, Tenerife._________________________________________________________________NAZCA, Perú (Quechua)...................................NAZCA, Tenerife._________________________________________________________________ÑICARO, Cuba (2)..............................................NIÑAGO, Tenerife._________________________________________________________________OMAGUAS, Colombia........................................MAGUA, Tenerife._________________________________________________________________OMAJA, Cuba......................................................OMA, Gran Canaria.ORO, Cuba..........................................................ORO, Gran Canaria._________________________________________________________________PAIJANA, Guajira, Venezuela............................PAIGEN, La Gomera._________________________________________________________________PORES, Venezuela............................................PORIS, Tenerife._________________________________________________________________QUICUIDE, Venezuela......................................QUICUIRA, Tenerife._________________________________________________________________QUIMBAYA, Colombia.......................................TIMBAYA, Fuerteventura._________________________________________________________________SAMÁ, Cuba........................................................SAMÁ, Tenerife._________________________________________________________________SAMANÁ, Rep. Dominicana..............................SAMARA, Tenerife.SAMANÁ, Islas Bahamas._________________________________________________________________SAO, Cuba..........................................................SAUS, Gran Canaria.SAOMA, Rep. Dominicana................................OMA, Gran Canaria._________________________________________________________________SIBONEY, Cuba.................................................SIBORAY, Tenerife._________________________________________________________________SIGUA, Cuba......................................................SIGUAÑA, Tenerife.SIGUAGUA, Cuba. SIGUOÑO, Tenerife.SIGUAL. Cuba. SIGÜE, La Gomera. SIGUANCA, Cuba._________________________________________________________________SIQUISAQUE, Venezuela.................................SISAQUE, El Hierro._________________________________________________________________SIQUISIQUE, Venezuela..................................SIQUE, El Hierro._________________________________________________________________SUITE, Venezuela.............................................SUITOS, La Palma._________________________________________________________________TABAY, Venezuela............................................TABAIBE, La Gomera. TABAIRE, Fuerteventura.

_________________________________________________________________TABOR, Cuba (2)...............................................TABOR, Tenerife. TABORDA, Gran Canaria. TABORDA, Fuerteventura. TABORDO, Fuerteventura._________________________________________________________________TACAJÓ, Cuba (5)..............................................TACAGA, Gran Canaria_________________________________________________________________TACA, Venezuela................................................TACA, La Gomera.TACAL, Venezuela. TACA, Fuerteventura.TACATA, Venezuela._________________________________________________________________TACO, Cuba.........................................................TACO, Tenerife._________________________________________________________________TAGANO, Cuba....................................................TAGANO, Tenerife._________________________________________________________________TAGUAQUI, Venezuela.......................................TAGUANE, Tenerife.TAGUASCO, Cuba. TAGUA, Fuerteventura.TAGUASCO, Venezuela. TAGUA, Tenerife.TAGUAYÓN, Venezuela. TAGUALA, La Gomera.TAUACO, Puerto Rico. TAGUASCHE, La Gomera.CAGUA, Venezuela. TAGUACENTE, El Hierro.CAUCAGUA, Venezuela. TAGUACIO, Tenerife.TAGUANES, Venezuela. TAGUANANA, Tenerife. TAGUALACHE, La Gomera. TAGUANE, Tenerife. ________________________________________________________________TAMALAMEQUE, Venezuela..............................TAMALAYA, Tenerife. TAMASECHE, Tenerife._________________________________________________________________TAICA, Venezuela................................................TAIDA, Gran Canaria. TAIGA, Lanzarote. TAIBAL, Gran Canaria _________________________________________________________________TAMAMO, Venezuela...........................................TAGAMO, Tenerife.TÁNAMO, Cuba._________________________________________________________________TAMARES, Venezuela..........................................TAMARAE, Tenerife. TAMARDE, Tenerife.TAMAY, Venezuela................................................TAMAY, Tenerife._________________________________________________________________TAMAYARE, Venezuela........................................TAMAYADE, Tenerife. TAMAYADA, Tenerife._________________________________________________________________TAQUE, Venezuela...............................................TAQUO, Tenerife._________________________________________________________________TARARA, Cuba.......................................................TARA, Gran Canaria._________________________________________________________________TARARI, Venezuela...............................................TARAIRE, Tenerife. TARANIS, Fuerteventura.

_________________________________________________________________TARAMAS, Rep. Dominicana...............................TARAMINA, Gran Canaria._________________________________________________________________TARICA, Venezuela...............................................TARIRA, Gran Canaria._________________________________________________________________TATILLA, Venezuela..............................................TATIRA, Gran Canaria._________________________________________________________________TAYNICA, Venezuela.............................................TAYPIA, Gran Canaria._________________________________________________________________TAYABACOA, Cuba................................................TAYA, Gran Canaria._________________________________________________________________TEBEBO, Venezuela.............................................TEBETO, Fuerteventura._________________________________________________________________TEQUES, Venezuela..............................................TEQUÉ, Fuerteventura. TEQUERESTE, Tenerife._________________________________________________________________TIMOTES, Venezuela............................................TIMOTAYA, Tenerife._________________________________________________________________TINGUARO, Cuba...................................................TINGUARO, Tenerife.TINGUARO, Venezuela. TINGUASO, Tenerife._________________________________________________________________TIRBACO, Venezuela.............................................TIRVA, Fuerteventura._________________________________________________________________TOCO, Venezuela...................................................TOCORON, El Hierro._________________________________________________________________TOCOMA, Venezuela.............................................TOCOMADAN, Gran Canaria._________________________________________________________________TOA, Cuba (2)..........................................................TOAR, La Gomera._________________________________________________________________TODARIQUIBA, Venezuela....................................TODARE, La Gomera._________________________________________________________________TURA, Venezuela....................................................TURIS, Gran Canaria._________________________________________________________________TUCUCHE, Isla de Trinidad...................................ACUCHE, Lanzarote._________________________________________________________________TURIGUANO, Cuba.................................................TURI, Gran Canaria._________________________________________________________________TURCAZA, Guajira, Venezuela..............................UCAZA, Fuerteventura._________________________________________________________________UCHIRE, Venezuela...............................................UCHICO, Tenerife.UPATA, Venezuela.................................................USATA, Tenerife._________________________________________________________________URICHE, Venezuela...............................................URIN, Gran Canaria._________________________________________________________________XARAGUA, Rep. Dominicana.................................GARAGUA, Tenerife._________________________________________________________________YARA, Guajira, Venezuela.....................................YARO, Tenerife._________________________________________________________________YAGUA, Venezuela................................................YAGUA, Tenerife.YAGUA, Cuba. YAGUAFO, Tenerife.YAGUAJAY, Cuba (3).

YAGUARAMAS, Cuba.YAGUANEQUE, Cuba (3).YAGUAL, Venezuela.YAGUARAPAPO, Guajira, Venezuela.YAGUARISÚ, Guajira, Venezuela.YAGUAZA, Rep. Dominicana.YAGUAGUIA, Rep. Dominicana.YARAGUAZARE, Venezuela.YAGUARINA, Venezuela._________________________________________________________________YACABO, Guajira, Venezuela.............................YACA, Tenerife.YACABO, Cuba (2). YACO, Tenerife._________________________________________________________________YACUMARE, Venezuela.......................................YACOMAR, El Hierro.YACUMARA, Venezuela._________________________________________________________________YARA, Cuba (4)......................................................YARO, Tenerife.YARA, Guajira, Venezuela._________________________________________________________________YARACUY, Venezuela..........................................ARAGUY, Tenerife._________________________________________________________________YARAYÓ, Cuba.....................................................YARAYA, Tenerife.YARAYÓ, Venezuela.YARAYABO, Guajira, Venezuela.YARAYABO, Cuba (2)._________________________________________________________________YARURE, Venezuela...........................................YAYURE, La Gomera._________________________________________________________________YOKORE, Venezuela..........................................YOCONA, Tenerife. YQUODEN, Tenerife._________________________________________________________________

EL LENGUAJE ARAGUACO-ABORIGEN CANARIO

Me encontraba hace ya unos años, visitando la isla de Gran Canaria, cuando decidí conocer la población de Gáldar, donde se encuentra la espectacular Cueva Pintada, con sus preciosos frescos, y las famosas ruinas aborígenes, enclavadas en pleno casco urbano de la hermosa villa canaria. Cuando me trasladaba por las calles de la población para visitar dichos restos arqueológicos, me llamó la atención el rótulo de una calle donde se leía el nombre de Facaracas, del que no di mayor importancia, pero sí una pizca de curiosidad. Posteriormente en la visita a las ruinas, me llamó la atención las ruinas de una construcción aborigen, que tenía un letrero que indicaba: Residencia de los Guaires, aquello me dejó perplejo, pues aparentemente, este último, era un nombre aborigen canario. Al terminar la visita al lugar me dirigí al ayuntamiento de Gáldar, donde fui amablemente atendido; les expliqué que venía de Venezuela, en un proyecto de investigación arqueológica, y donde me habían llamado la atención los nombres anteriormente descritos, pues se me hacían familiares en la toponimia aborigen de Venezuela. En el ayuntamiento me facilitaron un callejero local, donde para mi sorpresa pude ver otros dos nombres que me llamaron la atención: Guarigagua y se repetía el nombre de Guaires, también, en una calle de la población. Dado la gran cantidad de emigración canaria a Venezuela -personalmente tengo numerosos amigos canarios en ese país- me supuse, que esos nombres habían sido traídos por viajeros canarios retornados de dicho país suramericano, cuestión ésta de la que me sacaron de duda los funcionarios que me atendieron en el ayuntamiento, pues insistieron que dichos nombres eran todos de origen aborigen canario y que existían en la isla, antes de la Conquista. Creo que éste fue el detonante que faltaba, para que desde aquel día, me dedicase a la difícil tarea de poder demostrar la presencia en el archipiélago canario de elementos precolombinos americanos.

Aunque originalmente se cree que la población original de América provino de Asia por la vía del estrecho de Bering, la gran diversidad genética de las lenguas indígenas americanas sugiere que podrían haber ocurrido migraciones múltiples hacia el Nuevo Mundo, desde distintos lugares. Por otra parte, a pesar de algunas tesis que se han intentado sostener y con la posible excepción del esquimal, no se ha demostrado que ningún grupo de lenguas nativas americanas posea conexión alguna con lenguas de Asia o del Viejo Mundo (Migliaza-Capmbell).

Una de las lenguas que más se extendió por toda América, fue sin lugar a dudas la lengua Araguaco, que abarcó desde el norte de Argentina y Paraguay, hasta la península de la Florida, dejando la huella de su paso a lo largo de todas las zonas intermedias, entre estos dos lados opuestos de la América del Norte y del Sur. Las lenguas de la gran familia araguaca se hablaba - y se hablan aunque menos- en numerosas partes de América, en las Antillas Mayores: Cuba, Jamaica, Puerto Rico, Haití, República Dominicana y las Bahamas, ya extinguida. Caribe-negro, araguaco hablado en las Antillas Menores. Honduras, Belice, Guatemala y algunos lugares aislados de la península de la Florida. La lengua Locono-araguaca en: Guayana francesa, Suriname y Guayana. Lenguas Amuesha, Chamicuro, Amarakaeri, Campa y otras menores, en el Perú. Apolista, Baure, Kinikinao, Mojo, Javeriano, Loreto y otras lenguas extintas, en Bolivia; estos grupos se asentaron en el nordeste boliviano, según algunos investigadores, fue en esta región donde se originó la

Cultura Araguaco. Lenguas Arauna, Cuniba, Cuchineri, Paressi, Piro-apurina, Palicur y otras más, algunas de ellas extintas, en Brasil. Guajiro, Paraujano, Toa, Baniwa y Piapoco y otras extintas, en Venezuela. Guajiro, Baniwa, Tariana, Piapoco, Yacuna y Cabiyari, y otras más, algunas de ellas extintas, en Colombia. Mojo, Chane y Guana, ya extintas, en el norte de Argentina y Paraguay.

Los hablantes del araguaco -cerca de cincuenta lenguas- ocupaban principalmente la parte occidental de la Amazonia, delimitada al este por los ríos Purus y Negro, pero también se extendieron hacia el norte, a las islas del Caribe, y hacia el sur, en dirección a los Andes del Perú y Bolivia.

En tiempos prehistóricos hubo dos centros de dispersión para las lenguas araguacas. Uno en la costa norte de Suramérica, fuera de la Amazonia, y el otro, estaba localizado en la parte sureste de la selva amazónica, entre las cabeceras del río Ucayali y la parte alta del Purus, al oeste, y las cabeceras del río Madeira, al este.

Los hablantes del proto-araguaco -centro de dispersión norteño- se separaron de los hablantes de guamo y taíno, quienes se trasladaron al norte del río Orinoco, cerca de la costa de Venezuela. Luego, mientras los taínos ocupaban las principales islas del Caribe, otros se extendían hacia el este, por la costa, llegando hasta las Guayanas, y luego se separaron los hablantes del grupo Guajiro-paraujano. Algunos grupos caribeños de origen araguaco se establecieron en la región de Honduras, Belice y Guatemala, inclusive un pequeño grupo se radicó en la península de la Florida (Bahía de Tampa, Cabo Cañaveral, Río San Juan y Jackonville).

Por otra parte, el centro de dispersión de la región del sureste de la amazonia, se extendió hacia el norte de Paraguay, Argentina y Oeste brasileño. Otros grupos de filiación araguaca remontaron los ríos Ucayali, Madeira, Jurua y Purus y remontaron hacia el pie de los Andes. Igualmente los grupos del oeste remontaron el Amazonas y sus afluentes, entre ellos el río Negro, llegando hasta la desembocadura del Amazonas y toda la costa norte del Atlántico, incluyendo las Guayanas.

Por lo que se ve, la Cultura Araguaco extendió su lengua a través de varios miles de kilómetros, desde el norte de Argentina, hasta la península de la Florida, en América del Norte, constituyéndose así en uno de los fenómenos lingüísticos más importantes de la América precolombina; pero por desgracia, uno de los menos estudiados por los investigadores.

Las tentativas para la búsqueda de un hogar original de las lenguas suramericanas, han recibido poca atención en la bibliografía especializada. Muchas de ellas, con teorías de tipo especulativo, y otras no pasan de simples conjeturas. Sin embargo, algunos autores han propuesto algunas hipótesis razonables, basadas en ciertas evidencias lingüisticas, ya estudiadas con una cierta metodología.

Las primeras migraciones araguacas por el continente, se realizaron por las diversas vías fluviales, remontando los principales ríos de la cuenca Orinoco-amazónica. Entre esa amplia red hidrográfica, los investigadores proponen varias hipótesis, que resumiendo todas, se llega a la conclusión que hubo dos grandes centros de dispersión; uno en el norte para el araguaco norteño, un poco más al norte del río Orinoco, y el otro en el sur, el araguaco sureño, en las partes altas de

los ríos Purus y Ucayali. Intentar responder de donde provinieron o donde se separaron estos dos grandes grupos de araguacos, es pura especulación; pudo haber sido en el oeste o en el centro o bien provenir del norte. Lo que si está claro, es que en un momento determinado se dieron dos centros de dispersión, de donde se separaron la mayoría de las principales lenguas araguacas (Migliaza-Campbell, 1988).

Uno de los más curiosos fenómenos de la lingüística en América, es la lengua de la familia araguaca conocida como Caribe-negro o "garifuna". Actualmente es hablado por cerca de 30.000 personas en Belice, Guatemala, Honduras y pequeños grupos de Nicaragua. Los ancestros de los caribes negros de Centroamérica fueron deportados de la isla de San Vicente en 1797. De esta manera el caribe-araguaco de centroamérica es una rama poco cambiada del habla de las mujeres del Caribe isleño de hace trescientos años, y por tanto el que hablaban los habitantes precaribes de las Antillas Menores, llamados Ignerí. Estas islas fueron invadidas por caribes que se decían descendientes de los Galibi, un grupo de Guayana que hablaba caribe. Sin embargo, ellos no lograron establecer su lengua, de modo que la misma siguió siendo la de los araguacos, el pueblo aborigen, pero con una jerga masculina en la cual los morfemas caribes pudieron ser sustituidos por equivalentes araguacos. El idioma de las mujeres no ha cambiado mucho en el curso de los últimos tres siglos, pero el caribe-negro de América Central en gran medida ha eliminado las formas de los nombres. Es de esa manera como el caribe-negro puede ser una lengua araguaca, pero lleva un nombre que sugiere una afinidad caribe.

Los caribes negros son una mezcla de esclavos negros que arribaron por accidente a la isla de San Vicente y mataron a todos los hombres caribes de la isla, cruzándose con las mujeres, probablemente en gran parte de origen araguaco, las cuales eran secuestradas durante las incursiones caribes a otras islas pobladas por araguacos, dado el conocimiento cultural y de desarrollo que éstas tenían. Es así como se explica entre los "caribes-negros" la presencia de muchos vocablos araguacos. No todos los "caribes-negros" fueron deportados de la isla de San Vicente, actualmente todavía subsiste en la isla una reserva protegida formada por unos cuantos centenares de habitantes y donde todavía mantienen ciertas costumbres heredadas de los pueblos araguaco-caribes, así como muchos de sus rasgos físicos en gran cantidad de individuos.

El haber explicado el origen de los caribes-negros y su conexión con la lengua araguaca, nos permite explicar, entre otras cosas, el problema del difusionismo, en base a un pequeño grupo de individuos que logran imponer y mantener su lengua por varios centenares de años, como es el caso de este grupo semi-aborigen, formado por mezcla de esclavos negros y mujeres de ascendencia araguaca, que "colonizó" una amplia región de la América Central y en la que todavía más de 30.000 individuos practican todavía esa lengua. A la vez explicar las causas, porque el caribe y el araguaco se llegó a fundir en una sola lengua, por lo que se hace muy difícil para los investigadores hacer una estudio metodológico y exacto sobre el origen y verdadero contenido fonético y gramatical de la lengua araguaca. Por lo cual tenemos que recurrir a los cronistas y viajeros de la Conquista, los cuales reseñaron muchas palabras y vocablos, que nos permiten establecer el uso y vocabulario de la lengua araguaco.

La lengua Timicua fue hablada en el norte de la Península de Florida, cerca de Jackonville y hacia el sur hasta Cabo Cañaveral en el Atlántico y la Bahía de Tampa en el Golfo de México. Dicha lengua poseía varios dialectos y se cree tenía conexión con la lengua hablada por los guaraos del Delta del Orinoco en Venezuela y Guayana. Este grupo, que todavía subsiste viviendo en el medio selvático como hace milenios, son descendientes de los grupos araguaco-caribes, que poblaron la región desde hace unos tres mil años atrás.

Por su parte, los araguacos occidentales de Venezuela se extendían desde las costas del actual estado Falcón, hasta el río Meta penetrando la región de los llanos de Colombia. Comprendían dos etnias emparentadas: los caquetíos y los achaguas, cada una con una lengua propia y uniforme. Los caquetíos habitaban una gran parte de los actuales estados Falcón, Lara y Yaracuy y las islas de Curazao, Aruba y Bonaire, llegando hasta el río Apure por el sur. Como los caribes del centro, desparecieron rápidamente. De su lengua no ha quedado ni vestigios de su vocabulario. Los achaguas tuvieron como centro de dispersión entre los ríos Meta y el Guaviare, extendiéndose hacia el norte, en las vecindades de los caquetíos. Remanentes de los achaguas sobrevivieron hasta mediados del siglo XX, y de su lengua quedan valiosos testimonios en obras de los misioneros del siglo XVIII (Acosta Saignes, 1978).

Bartolomé de Las Casas nos narra sobre las lenguas de la isla de Puerto Rico: "Tres lenguas había en esta isla distintas, que la una a la otra no se entendía, la una era de la gente que llamamos del Macorix de abajo, y la otra de los vecinos de Macorix de arriba, por cuarta y por sexta provincia; la otra lengua fue la universal de toda la tierra, y esta era la más elegante y más copiosa de vocablos, y más dulce el sonido; en esto la de Xaragua, como dije arriba, en todo llevaba ventaja y era muy prima"."Excedían todas las gentes deste reino de Bohechío, (Xaraguá) a todas las destas islas, (La Española) en la lengua ser más delgada i de mejores i suaves vocablos polida; exedían lo mismo en ser hombres i mujeres de más hermosas facciones, i dispoisición natural de los cuerpos i gestos que era cosa de maravilla. Yo cognosci i vide algunos años después que a esta isla vinimos, una villa, en el mismo asiento que el rei Behechío tuvo su casa real de 60 ó 70 españoles vecinos, casados todos con de aquellas señoras o mujeres de los señores o hijas, que eran tan hermosas, cuando podían ser las más hermosas damas que hobiese en nuestra Castilla".

En estos comentarios de Las Casas, sin duda menciona la lengua araguaco, que era hablada en gran parte de las Antillas Mayores, en donde igualmente, los naturales se expresaban en otros dialectos, totalmente distintos e incomprensibles entre ambos. Es curioso ver igualmente cuando el fraile se refiere a esta lengua que la mísma era: "la universal de toda la tierra", no sabemos que quiso decir con esto, pero creemos que Las Casas debió percibir vocablos de la lengua araguaca en otros "lugares".

El primer vocabulario araguaco recogido en América, fue enviado a España posiblemente por misioneros destacados en alguna zona poblada por araguacos en Suramérica. Preparado en el año 1765, fue recibido en España en 1789; en dicho vocabulario se nota la influencia castellana, debido a que él mismo fue un producto de recolección entre aborígenes cristianizados. Palabras como "azadón" se registra como "azadona", "camisa" se sigue llamando camisa etc., es evidente que ello se

debe a que, como en el caso antillano, el araguaco adoptó vocablos españoles o castellanos para aquellos objetos que no tenían, porque eran en ocasiones desconocidos, una denominación en lengua nativa. Este "Vocabulario para la Lengua Aruaca" del siglo XVIII consta de unas quinientas palabras y vocablos.

De que la lengua araguaca, tenia formas y vocablos que nos recuerda a la lengua quechua, no cabe la menor duda, todavía hoy en día se conservan decenas de topónimos, al norte de Venezuela, que algunos estudiosos los consideran de origen quechua (ver capítulo topónimos). Igualmente en algunas de las pocas palabras recogidas del araguaco primitivo por los cronistas, encontramos concordancias con la mencionada lengua andina.

Algunos autores indican que, la lengua quechua fue la preferida por los misioneros para la conquista espiritual de los indios de gran parte de Suramérica porque era el patrimonio lingüístico que se hablaba en el imperio de los incas en la época de la conquista. Los incas la habían impuesto en el Perú y en las regiones conquistadas desde Quito en Ecuador hasta Chile y Tucumán en Argentina. Durante la colonización se extendió aún más, pues los misioneros la llevaron a las selvas del alto Amazonas, del bajo Huallaga, del alto Pastaza, del alto Napo, Caquetá y Putumayo y a Almagro en el Tolima. Por ser la lengua general recibió más influencia del castellano que las otras lenguas de importancia regional, porque los indios hablantes de esas lenguas, a medida que se integraban a la sociedad, adoptaban el quechua y el castellano (Peña Vargas, 1987).

En gran parte, no estamos de acuerdo con las opiniones descritas anteriormente y tomamos como base, que Colón y los cronistas en sus primeros viajes del "descubrimiento", recogen gran cantidad de palabras, así como decenas de topónimos de indudable origen araguaco, relacionados, sin lugar a dudas, con dialectos de origen quechua. Lo curioso de esto, es que los europeos no tenían conocimiento, todavía, de la existencia de "tierra firme", y mal pudieran traerlo sus "evangelizadores" del sur del continente, cuando ya se conocía su existencia en el norte de Suramérica. Tampoco queremos ser tan radicales al respecto, pues sabemos que si es verdad que la lengua quechua ayudó mucho en la labor evangelizadora europea, cuando fue empleada algunas veces en ese menester. Igualmente creemos, que los motivos de esa probable influencia quechua en las lenguas y topónimos caribeños se debieron, a que hace unos dos mil años, algunos grupos emigraron hacia el norte, los primeros araguacos venidos del sur del continente, probablemente de la zona este de Bolivia, donde, algunos investigadores, creen que tuvo su origen la Cultura Araguaco, y que sin lugar a dudas su lengua procediera o estuviera relacionada con los pueblos vecinos hablantes del quechua. Además la lengua quechua y sus dialectos variantes se hablaban, eran conocidos y estaban muy extendidos, por gran parte de Suramérica, mucho antes de la existencia del colonizador imperio incaico.

El prefijo GUA era muy frecuente en numerosas palabras de las lenguas de las islas del Caribe, así como en otras lenguas de "tierra firme". Este elemento de composición era muy común en la lengua siboney (taíno-araguaco) y que equivalía más o menos a: "éste, esto, ésta", etc. Se dice así, o lengua GUA, del araguaco, porque esa partícula, en este idioma es característica de persona y designa el individuo, el yo, de la raza por excelencia.

Pedro Mártir en su sumario de las Indias Occidentales nos ha conservado una partícula que los aborígenes de Santo Domingo tenían costumbre de poner al principio de los nombres propios y es el prefijo GUA. Así se distingue el nombre de los caciques Guarionex y Guacanarillo, así el de un río llamado Guacayarima, a la antedicha partícula le da el nombre de artículo. Y si es la cosa como él escribe, seria graciosa novedad oír el Rionex, el Canarillo, etc., y sería deseable saber si además de ese helenismo, haya alguna otra variación de artículos para distinguir los restantes casos. Pero yo soy del parecer que el GUÁ debió se una partícula de las muchísimas que se hallan en las lenguas indias, antepuestas, intercaladas, o también puestas al fin, para que suene con gracia, para distinción entre unas palabras y otras, o bien por capricho (Gilij, 1782).

Observaciones que hace el geógrafo italiano, Agustín Codazzi, sobre el uso de la sílaba GUA entre los aborígenes de Venezuela: "Aunque se haya perdido enteramente la lengua que hablaban aquellas tribus numerosas....., se puede inferir de una circunstancia fácil de observar que era un dialecto de la Caribe, y que la silaba GUA, entra en la composición de casi todos los nombres que se conservan de ríos, sitios, frutas y aún de muchos indios de todo el territorio que está de la boca del Tuy hasta las sierras de Nirgua y Barquísimeto y el río de Guanare" (Codazzi, 1841).

Una de las razones más comunes que concurren para demostrar el origen común de los habitantes de las islas Canarias es la semejanza de los idiomas que en las islas se hablaban, cuyos términos, según se observan en los que han sido conservados, participan de una misma índole en su armonización y estructura. Guan o Guanche, por ejemplo significaba hombre en Tenerife. Y en Gran Canaria se decía Guanarteme, por rey, siendo Arteme o Artemi el nombre de uno de los antiguos soberanos de la isla. Dios se llamaba Aborá en la Palma; Achamán en Tenerife y Alcorac en Gran Canaria. Tamarco especie de ropaje de pieles, y otras muchas palabras eran comunes en todas las islas. En tanto que las articulaciones TA, GUA y otras se encuentran con igual generalidad como preformativas de infinidad de voces. También constituía otro de los caracteres generales a todo el país canario, la buena organización física de sus habitantes, no menos que su fácil y perspicaz inteligencia (López Herrera, 1972).

Lo que puede afirmarse como cierto es que relaciones muy antiguas han debido de existir entre las poblaciones de origen canario y las de América, ya que más de una treintena de palabras caribes se encuentran en los nombres de lugares o de nombres propios de la antigua lengua de Canarias, si es físicamente que los vientos alisios no hallan llevado alguna vez a los habitantes de Canarias sobre la costa opuesta...(López Herrera, 1972).

Guayota en aborigen canario significaba el demonio. Igualmente el espíritu se conocía con el nombre de Guaya (Bhetencourt, 1884). Parece lógico que el Guaiota o Guayota de los antiguos canarios se asemeje a la concepción de las fuerzas malignas, pero sin que sepamos que papel desempeñó en su cosmogonía, puesto que aquellas se manifiestan de manera muy diversa ¿es acaso el símbolo máximo de las fuerzas fatídicas? En todo caso, la documentación que se posee nos permite plantear otras lecturas alternativas (Tejera, Gaspar, 1988). En una mísma información que figura en la denominada Crónica de A. Sedeño, se hace referencia a la creencia de los guanches en un: "demonio llamado Guaiota (...) i que hauitaba

en el volcán del pico de Teide...más conocían haber infierno, i que solamente era para el demonio llamado Guaiota" (A. Sedeño, en F. Morales Padrón, 1978).

Entre los aborígenes muiscas de Colombia existía una especie de demonio que producía espanto, Guahaioque, dios de la muerte o de la tumba (guaca, sepulcro). Igualmente era considerado un dios de segunda categoría. En muisca Gwa´ak es muerte y Gwayoque es diablo. Entre los aborígenes araguaco-caribes de Venezuela se le llamaba Guaca, a una especie de adoratorio del diablo (Aguado, 1561).

Las guaras o guarachos, nombres aborígenes ya perdidos en el archipiélago canario, son conocidos en la actualidad por su traducción al castellano de "bailaderos", que llevan todavía bastantes localidades canarias donde estuvieron establecidos lugares destinados por los antiguos aborígenes, como sitios para celebrar fiestas y ceremonias con danzas y bailes (Bhetencourt, 1884). Es curioso que la palabra "guaracha" popular música y danza antillana sea una voz de origen taíno-araguaco, por lo que la misma debió tener influencia sobre la canaria.

Igualmente el prefijo TA, también está presente y con abundancia al principio de las palabras, entre la lengua hablada por los araguacos y los aborígenes canarios, así tenemos por ejemplo la palabra Taguara, voz americana de probable origen caribe, que en Venezuela se denomina a las construcciones más sencillas y tradicionales, especialmente las fabricadas con la caña brava denominada Tagoara o Taguara y que consta de un solo espacio y piso de tierra. En aborigen canario la palabra "tagoro" significa construcción de piedra seca en forma de corral cubierta de ramas o cañas. La palabra "taro", igualmente en aborigen canario significa: pequeños edificios de piedra seca, de forma cilíndrico cónica, de tres a cuatro varas de altura, por unos tres metros de diámetro en la base, ni más huecos que la puerta, de ordinario tapiada de piedra seca o provista de hoja pajiza. Interiormente la dividían en tres o más cañizos, piso o maretas, formados por palos atravesados sobre los que colocaban diversas substancias. La palabra "taro" entre los Guaraos del Bajo Orinoco significa: cerrar la puerta.

La palabra "tamango" es una voz de origen quechua usada en la región andina y significa: una especie de prenda de cuero de oveja con que se envuelven los pies en los viajes que hacen los naturales al atravesar los Andes. En aborigen canario la palabra "tamarco", es una especie de camisón o zamarra hecha de pieles.

Los talamancas son un grupo aborigen centroamericano, con influencias caribe-araguaco y del que todavía subsisten algunos grupos en Costa Rica. Este pueblo era conocido con el nombre de la Edad de la Madera, por emplear este producto en la producción de numerosos objetos como: canoas de una pieza, los bastones de mando o ceremoniales, macanas, etc., eran grandes navegantes y comerciaban sus productos por todo el área antillana. Entre los señoríos indígenas de la isla de la Palma estaba el Guehebey, que comprendía el territorio que se extiende desde la montaña de Tamanca hasta el Charco en el término de Fuencaliente. Su soberano se llamaba Tamanca .

Por su parte el prefijo TA, también está presente entre los aborígenes canarios para nombrar diversos tipos de vasijas, hechas tanto de barro como de madera, entre ellas destacamos las palabras "tabajo", "taguao", "tajoca" y "tamargo". La palabra "taparo" voz de origen araguaco-caribe significa: vasija hecha con el fruto del

taparo. Relación de los indios del valle de Caracas en 1578: "Crían estos indios otros árboles llamados totumos, que de sus frutas hacen escudillas, taparas para agua, como botijas, cucharas..."En lo que respecta a los habitantes del Orinoco: "...en taparos, ésto es, ciertas calabazas que se encuentran en abundancia allá y que bien vaciadas son un recipiente para aquellos paises, no menos a propósito que las mejores tinajas" (Gillj, 1782).

Igualmente hay numerosos topónimos de origen aborigen en el norte de Suramérica y el Caribe, de igual nombre a a los registrados en el archipiélago canario, cuya palabra empieza con la sílaba TA, como por ejemplo: Tabor, Taca, Taco, Tagano, Tagua, Taguane, Tamay, Tarira y otros más, topónimos aborígenes éstos, que aparecen a ambos lados del Atlántico.

Relación sobre Nuestra Señora de Caraballeda y Santiago (Venezuela, 1578):"LLámase toda esta provincia generalmente entre españoles, Caracas, porque los primeros cristianos que a ella vinieron, con los primeros indios que hablaron fue una nación que se llamaron Caracas, que están en la costa de la mar...Tomó el nombre esta provincia de los caracas por lo arriba dicho, y esta nación de indios caracas, tomó este nombre porque en su tierra hay muchos bledos, que en su lengua llaman caracas...". Curiosamente en la isla de Gran Canaria ubicamos los nombres y topónimos aborígenes de Tacaracas y Facaracas y si a esto unimos la palabra Guaires (de la mísma zona), nos encontramos con la sorpresa, que el río que atraviesa la ciudad de Caracas, capital de Venezuela, se llama Guaire y el puerto marítimo situado a pocos kilómetros de la ciudad La Guaira, a esto incluimos que, un grupo de aborígenes que poblaban la región se conocían con el nombre de Guaires; casualita, cuasalitorum.

Según el estudio lingüístico de J. Alvarez Delgado sobre la frase del Padre Espinosa: Ach-Mayex Guaya Xiraxi Achoron Achaman, podría entenderse como "la madre del sustentador grande de tierras y cielos" (J. Alvarez, 1945), con lo que se confirma la asociación con el sexo femenino, de igual forma que en el texto de Abreu Galindo quien, con algunas variantes de interés, viene a coincidir en conceptos semejantes a los recogidos por Espinosa: "Adoraban (...) a Santa María, después que les apareció, la llamaban Chariraxi. Y es de notar que Guayaxiraxi quiere decir "el que tiene el mundo". Y por otro nombre, llamaron a Santa María Atmayceguayaxiraxi, que quiere decir "la madre que carga el mundo" (Abreu Galindo, 1977).

Según el análisis lingüístico del autor citado, Chaxiraxi o Chaxerax, significa "grande" y "universo". El prefijo Cha, aunque desconocido su valor seguro, sigue diciendo J. Alvarez tiene un indudable matiz femenino, quizá idéntico a Cham, que por la composición perdiera su final. El prefijo exclusivamente femenino Cham aparece, en Gran Canaria en muchos nombres de mujer como Chamáidad, Chamovitá, Chamueneguera. A ello podría añadirse la forma Chamato (mujer) y además el que la forma indudablemente femenina Cucaha no tiene ese hipótetico prefijo feminizante. Según esto, propone la siguiente lectura: "Chaxerax como "gran dama" o "Gran Señora", o "Señora Universal" y "Chaxiraxi" como "señora del mundo, señora del Universo o "reina de todo..." (Tejera Gaspar, 1988).

El prefijo Chan entre los araguacos precolombinos quería decir: "principio de la vida", dado que esta cultura era de carácter matriarcal y donde el culto a las figuras femeninas estaba latente (ver capítulo: El Matrimonio y la Viudéz...), no cabe la menor duda que este prefijo tuviera un carácter feminizante igual que el prefijo Cham de los aborígenes canarios y cuyo significado, en ambos lugares tiene una mísma relación.

Es igualmente curioso ver como el prefijo AB entre los guaraos de la desembocadura del río Orinoco y descendientes de los antiguos navegantes precolombinos que poblaron las islas del Caribe, quiere decir: "con claridad" y en aborigen canario: "vertiente con luz". En otras palabras derivadas de este prefijo encontramos el mismo significado o parecido, tal es el caso de la palabra Abej, que en guarao significa: fuego y la palabra Abeje en aborigen canario: luz, claridad.

Por su parte el prefijo AN, va unido al principio o al final de muchas palabras con significados derivados a dioses o seres míticos, en ambos lugares del Atlántico (ver capítulo "Ritos y Costumbres entre los....), tenemos diversos ejemplos: Am, Hurakan, Irolan, Yorocan, Yerucan, Huacan para los aborígenes araguaco taínos. Y Huraan, Acamán, Achaman, Acuhurajan, Oranjan, Achauaban, entre otros, para los aborígenes canarios.

Debido a la gran cantidad de palabras iguales o parecidas, que tienen igual o parecido significado, que aparecen principalmente, en áreas donde tuvo su asiento la cultura araguaco y las recogidas por los cronistas de la conquista de Canarias e investigadores, en las diversas islas del archipiélago; he decidido incluir al final de este capítulo una relación de casi un centenar de palabras, de ambos lados del Atlántico y todas ellas de origen aborigen, que demuestran fuera de toda duda un contacto físico en el pasado entre ambos pueblos.

PALABRAS CON UN MÍSMO O PARECIDOSIGNIFICADO: INDÍGENAS AMERICANAS Y ABORÍGENES CANARIAS.

AB, en guarao (Venezuela): con claridad.AB, en aborigen canario: vertiente con luz.ABI; en guarao (Venezuela): persona de tez oscura.ABI, en aborigen canario: sombra, oscuridad._______________________________________________________________________ABEJ, en guarao (Venezuela): fuego.ABEJE, en aborigen canario: luz, claridad._______________________________________________________________________ARAJE, en guarao (Venezuela): hermano mayor; animal, jefe de manada.ARA, palabra aborigen de Gran Canaria: hijo descendiente; macho cabrío._______________________________________________________________________ATAKA, en guarao (Venezuela): gota de agua u otro líquido.ATEN, en aborigen canario: agua, leche._______________________________________________________________________ABONA, en araguaco: Dios.ABORE, ser mítico araguaco.ABURI, serpiente mítica entre los caribes.APOTO, Dios entre los Tamanacos precolombinos de Venezuela.APO, Dios caribe.ABORA, en aborigen canario: Dios._______________________________________________________________________AKOJO, en guarao (Venezuela): desembocadura del río.ACOF, en aborigen canario: el río_________________________________________________________________AREPA, voz procedente de los Cumanagotos, grupo aborigen precolombino del Bajo Orinoco: torta de maízAREPA: topónimo aborigen de la isla de Tenerife._______________________________________________________________________Ana en guarao: tigre de piel negra.ANA, en aborigen canario: carnero._______________________________________________________________________ACHAQUALLA, en quechua: divinidad regional del Antisuyu.ACHAUABAN, en aborigen canario: Dios Grande._________________________________________________________________ACHI, en quechua: adivino que descubre cosas perdidas.ACHI, en aborigen canario: que permanentemente están encargados de proteger._______________________________________________________________________AM, en caribe: Ser Supremo.AM, sufijo caribe referido a: genios, hombres, animales.MOHAN, voz de origen Chibcha (Colombia): sacerdote, santero.HURAKAN: Dios caribe-araguaco-taíno.IROLAN: Dios caribe-araguaco.YOROCAN: Dios caribe-araguaco.

YERUCAN, en taíno: Dios.HUAKAN, en taíno: Dios.ACAMAN, en aborigen canario; Dios Altísimo, el Sol.ACHAMAN, en aborigen canario: Sustentador del Cielo y Tierra.ACUHURAJAN: Dios Grande.ACHJURAGAN: en aborigen canario: Dios Grande.ACHUHURAGAN, en aborigen canario: Dios Grande.ATGUAYCHAJURATAMAN; en aborigen canario: el que tiene el Cielo.ORANJAN, en aborigen canario: Dios.

Nota: se puede ver que en ambos lados el prefijo AM va ligado al significado de Dios._______________________________________________________________________AMANA, entre los E´ñepa caribes del sur del río Orinoco: ser de origen subterráneo conformado por una serpiente anaconda.ANDAMANA, en aborigen canario: sacerdotisa ambiciosa que se hizo coronar._________________________________________________________________AMANI, en taíno: flor de agua.AMAN, en taíno: cuerpo de agua.HARAN, en aborigen canario: Agua.TAMAIDE, en aborigen canario: la fuente._______________________________________________________________________ARAHUACO, ARAGUACO, ARAUCO, en araguaco: Pueblo.ARAHUACAD, ARAGUACAD, ARAHUACAG, ARAGUACAOS, ARAHUCAD y ARAHUCAO, en aborigen canario: Pueblo._______________________________________________________________________AGUA, en araguaco antiguo: padre.AGUAHAR, en aborigen canario: nuestra madre._______________________________________________________________________AON: perro taíno.AO, en aborigen canario: oveja._______________________________________________________________________ARA, en araguaco: gente.ARAN, en aborigen canario: hijo descendiente.________________________________________________________________________BA, en guarao (Venezuela): si condicional.BA, en aborigen canario: si condicional._________________________________________________________________BEJUCO, en araguaco-taíno: planta trepadora.BEJEQUE, en aborigen canario: planta "sempervivum"._______________________________________________________________________BIRINGUEDA, voz de origen precolombino: callejear.BELINGA y VERINGO, en aborigen canario: diversión, fiesta, jolgorio._______________________________________________________________________BUCARO, en araguaco: agujero, hoyo.BÚCARO, en aborigen canario: agujero.________________________________________________________________________CARACAS: grupo aborigen que poblaba el valle de Caracas durante la conquista de Venezuela.TACARACAS: Topónimo de Gran Canaria.FARACAS: Topónimo de Tenerife.

BURACAS: Topónimo de La Palma.________________________________________________________________CUNA: grupo aborigen de Panamá y Colombia de probable origen araguaco.CUNAES: entre los aborígenes de Tenerife: guerrero._________________________________________________________________CUCA, voz de Venezuela de probable origen araguaco-caribe: la vulva.CUCAHA, en aborigen canario: hija ilegítima._______________________________________________________________________CHAN, en araguaco: principio de la vida.ACHAMAN, en aborigen canario: sustentador del Cielo y Tierra._______________________________________________________________________CHÁCARA, voz quechua, en Colombia: monedero.CHÁCARA, en aborigen canario: especie de castañuela._________________________________________________________________CHACARA, palabra de probable origen araguaco: campos sembrados, rodeados de piedra para mantener la humedad de los mismos.CHACAIS, en aborigen canario: nombre genérico de los charcos naturales profundos e impermeables con fondo de piedras._______________________________________________________________________CHENCHA, voz aborigen americana, en México: holgazán.CHENCHOS, en aborigen canario: pies._________________________________________________________________CHINARI, voz caribe: asador para cocer las tortas de yuca.CHINIQUES, en aborigen canario: las tres piedras que hacen el fogón._______________________________________________________________________CHIMICAS: grupo aborigen de Colombia.CHIMIA y CHIMIDAS: topónimos de Lanzarote.CHIMI, CHIMIA y CHIMIDA: topónimos de Fuerteventura._______________________________________________________________________DU, término guarao (Venezuela) que expresa: salir a buscar algo.DU, en aborigen canario: forma auxiliar del verbo tener.________________________________________________________________________ECHEMU, voz precolombina: Maestro.ECHEM, voz cumanagota (grupo precolombino de Venezuela): Maestro.ECHENEY, en aborigen canario: hijo de un Sacerdote Divino._________________________________________________________________GAGUA, en chibcha (grupo precolombino de Colombia): hijo de.GUA, en aborigen canario: hijo de._______________________________________________________________________GANDINGA, en Puerto Rico y Cuba: guiso de carne con salsa espesa (voz de probable origen taíno.GANDIDO y GANDIDA, en Costa Rica, Cuba, México y Venezuela: comilón, glotón (voz aborigen).GANDINGA, en aborigen canario: el vientre._________________________________________________________________GARABAL, en araguaco: horqueta de madera.GARABATO, en aborigen canario: adorno superfluo (voz no castellana)._______________________________________________________________________GUAYU, en guajiro (grupo aborigen de Venezuela): los que somos, los que hemos sido.GUANOX, en aborigen canario: los que somos, los que fuimos.

_________________________________________________________________GUAIRES: grupo aborigen de Venezuela durante la conquista.GUAIRES: grupo aborigen canario, cuyo panteón aparece en las ruinas del poblado prehistórico de Gáldar (Gran Canaria)._________________________________________________________________GUACA, en taíno: despensa.GUACAQUE, en aborigen canario: especie de vasija de barro.GUAQUE, en aborigen canario: cántaro de barro para el agua._______________________________________________________________________GUAYOQUE, en muisca (grupo precolombino de Colombia): diablo.GUACA, voz indígena de Venezuela: Adoratorio, Templo del Diablo.GUAYOTA, en aborigen canario: demonio. _______________________________________________________________________GUACO, en varios países suramericanos: objeto de barro que se encuentra en las guacas o tumbas precolombinas.GUAQUE, en aborigen canario: cántaro de barro para el agua._______________________________________________________________________GUAMA, en taíno: principal, señor.GUANI, en taíno: señor.GUANARTEME, en aborigen canario: rey.GUANOTA, en aborigen canario: protector del estado._________________________________________________________________GUALI, en taíno: hijo, hijos.GUAN, en aborigen canario: hijo, de._______________________________________________________________________GUACHARA, voz de probable origen taíno, en Cuba: mentira, embuste.GUACHARO-GUACHARA, en Ecuador: huérfano, huérfana.GUACHO-GUACHA, en varios países suramericanos: cría que ha perdido la madre, huérfano, desmadrado.GUACHARA, en aborigen canario: hija ilegítima._______________________________________________________________________GUAPA, en caribe: cesta de fibras vegetales.JUÁPARA, en aborigen canario: el tronco seco de la tabaiba o verode para sacar fuego o hacer mechas de sus fibras para fabricar objetos._______________________________________________________________________GUARACHA, voz de probable origen taíno, en Cuba y Puerto Rico: baile.GUARACHE, voz tarasca (grupo precolombino de México): sandalia de cuero.GUARA, en taíno: el sitio.GUARAS y GUARACHOS, en aborigen canario: plazas o lugares destinados a bailes._______________________________________________________________________GUAKETE, en taíno: reunir gente para bailar.GUATEQUE, voz de probable origen taíno: fiesta o baile.GUATATIBOA, GUATIBOA, en aborigen canario: festín, fiesta.________________________________________________________________GUAÁK, en muisca (grupo precolombino de Colombia): muerte.GUACA, en quechua (Bolivia y Perú): Dios familiar y templo de ídolos.JUACLO, en aborigen canario: panteón funerario en cueva.XAXO, en aborigen canario: difunto.GUAYA, en aborigen canario: el espíritu.

_______________________________________________________________________GÜIRO, voz taína (Las Antillas): tiene varios significados.GÜIRO, voz aborigen de Gran Canaria: significado dudoso._______________________________________________________________________HURAKAN, voz taína (Las Antillas): Dios protector de las tempestades.HURA y FAIAHURAKAN, voz aborigen canario: el más alto, el más grande._________________________________________________________________INAGUA, en guarao (Venezuela): lo colgado.INAGUÁ, en aborigen canario: poner una cosa colgando.INAGUA, topónimo de Gran Canaria y probable significado de alto._________________________________________________________________JA-JA, en Guarao (Venezuela): interjección que se usa para preguntar algo.JAO, en aborigen canario: interjección que se usa para llamar a alguien._______________________________________________________________________KANI, en guarao (Venezuela): morder.KAN, en aborigen canario: perro (en este caso no proviene del latín)._________________________________________________________________MACANA, voz indígena americana llegada a través del taíno (Las Antillas): garrote grueso hecho de madera dura.MACANA, en aborigen canario: maza de guerra hecha de madera dura.MAGADO, en aborigen canario: el garrote o estaca de piedra o de madera._______________________________________________________________________MAKA o MACA, voz indígena americana: tronco de la palmera de la cual se fabrica la macana.AMARACA, en taíno: instrumento hecho de madera negra.MACA, en aborigen canario: cuchillo de madera de uno o dos filos._________________________________________________________________MAGUARI, en guarao (Venezuela): espíritu excelsior.MARIGUARI, en guarao: héroe mitológico.MAGUADAS, en aborigen canario: la sacerdotisa/s.MARIGUADA, en aborigen canario: la vestal, sacerdotisa._______________________________________________________________________MAGÜEY, en taíno (Las Antillas): Gran Sol (tambor ceremonial).MAGÜEY, en aborigen canario: el sol, el día._________________________________________________________________NITAÍNO: persona de nobleza en la Cultura Taína (Las Antillas).NITAO, en aborigen canario: gentil._________________________________________________________________ÑOCO-ÑOCA, voz aborigen de Colombia, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana: mutilado.ÑOCA, en aborigen canario: el que no tiene dedos._________________________________________________________________PICHIRRE, voz de procedencia aborigen, en Venezuela: persona tacaña.PICHIROCHE, voz de procedencia aborigen, en Chile: persona insignificante.PICHIRRE, en aborigen canario: persona sin importancia._________________________________________________________________RUMA, voz americana muy extendida y de origen precolombino: montón.RUMA, voz de origen prehispánico de Gran Canaria y Fuerteventura: montón de cosas.________________________________________________________________________SATO, voz taína (Las Antillas): perro pequeño muy ladrador.

SATO, en aborigen canario: perro de patas cortas._________________________________________________________________SAMA, voz de origen precolombino: algodón (figuras de este material eran ofrecidas por los chamanes en las cuevas o adoratorios de los grupos precolombinos de los Andes venezolanos, así como por los grupos taínos de las Antillas).SAMARINES, en aborigen canario: sacerdotes.________________________________________________________________________SUTANCA, en guajiro (grupo aborigen venezolano de origen araguaco): palo de madera.SUNTA, en aborigen canario: arma de madera en forma de palo._________________________________________________________________TABAIBA, voz de Puerto Rico y Cuba de origen taíno: nombre de un árbol de diez a doce metros de altura y de tronco casi recto, que crece en las costas.TABAIBA, en aborigen canario: arbusto de la familia de las eurforbiáceas, hay varias especies._________________________________________________________________TAMANACO: grupo aborigen y cacique del mismo nombre en la época de la conquista del actual territorio de Venezuela.TAMANANA: topónimo de Tenerife.________________________________________________________________________TAMISIQUI, en chibcha (grupo precolombino de Colombia): macana o arma de madera.TAMASAQUE, en aborigen canario, lanza de madera._________________________________________________________________TAGUARA, voz americana, de probable origen caribe: construcción o vivienda muy simple.TACUARA, del guaraní taqua, en varios países suramericanos: especie de bambú gigante de cañas largas muy resistentes y usadas por los aborígenes en la construcción de sus viviendas.TACUARAL, en varios países suramericanos: terreno poblado de tacuaras.TAGORO, en aborigen canario: edificio de piedra seca en forma de corral.________________________________________________________________________TAMANGO, voz quéchua de Chile y Argentina: especie de prenda de cuero de oveja con que se envuelven los pies en los viajes que hacen los naturales al atravesar los Andes.TAMARCO, en aborigen canario: camisón o especie de zamarra hecha de pieles._________________________________________________________________TAPARO, voz de probable origen caribe o araguaco de la cuenca del Orinoco: vasija hecha del fruto del taparo.TABAJO, en aborigen canario: vasija de barro para el ordeño.TAGUAO, en aborigen canario: cucharón de madera.TAJOCA, en aborigen canario, vasija de barro.TAMARGO, en aborigen canario: especie de vasija para sacar agua._________________________________________________________________TARO, en guarao (Venezuela): cerrar la puerta.TARO, en aborigen canario: construcción hecha de piedra seca y de una sola puerta._________________________________________________________________TETL, voz de la lengua Náhuatl (Centroamérica): piedra.TENEQUE, en aborigen canario: cada una de las tres piedras del fogón.

TENIQUE y TESNIQUE: ídem.TENUFEZ, en aborigen canario: el hombre de piedra.TENICAZO, en aborigen canario: pedrada.TENIQUISGUAN, en aborigen canario: hijo de piedra.TENISQUIGUA, en aborigen canario: corazón de piedra. Nota: vemos que el prefijo TEN en aborigen canario va ligado al significado de piedra

EL LENGUAJE SILBADO EN AMÉRICA Y CANARIAS

En 1947, el misionero protestante George M. Cowan, dio a conocer a la Lingüistic Society of América la existencia del lenguaje silbado en América Central. Según Cowan, el cual fue testigo de la siguiente anécdota: el indio mazateco Eusebio Martinez, residente en el pueblo oaxaqueño de Huautla, situado en la parte alta de una montaña, salió a la puerta de su casa, dirigió la vista hacia el camino por donde venía un viajero que se desplazaba a considerable distancia con una carga a su espalda de tomoch: envoltura de la mazorca del maíz, usado para alimentar el ganado y envolver los bollos de harina de maíz, producto este característico de las zonas montañosas de Centroamérica. Eusebio puso las manos en la boca y lanzó un silbido al viajero, éste contestó de la mísma forma y después de un intercambio de silbidos, el caminante regreso a la vivienda de nuestro amigo mazateco, donde depositó el bulto que cargaba, el probable comprador revisó la carga, entró en la casa, regresó con dinero, se lo entregó al vendedor y sin mediar una sola palabra realizaron la transación comercial.

Escenas como esta se repiten a menudo entre los moradores de la amplia región de la Sierra Madre Oriental mexicana conocida como Huasteca, ya desde tiempos inmemorables pobladas por grupos de esta etnia cultural conocidos como los otomies orientales. Para la comunicación entre los miembros de esta etnia con las distintas aldeas vecinas se emplean mensajeros, pero debido a las dificultades orográficas que presenta la zona, se necesita mucho tiempo, incluso hasta varios días para llevar un mensaje de un lado a otro. Sin embargo la comunicación interna entre los habitantes del pueblo cuando se hallan trabajando en las tierras de labor cercanas a sus hogares, es completamente normal emplear el lenguaje del silbado. Es así como al despuntar el día empieza un "concierto" de silbidos desde diversos lugares del poblado, donde sus moradores anuncian unos a otros sus salidas al trabajo y estas "conversaciones" no terminan hasta bien entrada la noche, donde a esas horas el silbido se usa, principalmente entre los jóvenes huastecas de ambos sexos, para dar a conocer sus intenciones amorosas, aún a sabiendas de que la mayoría de los moradores del poblado se enteren de como van los "amoríos" entre los jóvenes.

Quizás los silbadores más conocidos de esta región de Centroamérica, son los del poblado de San Francisco perteneciente al municipio de Izhuatlán de Madero; estos se distinguen de los de la región de los otomies en el lenguaje del silbado, por formar con ambas manos una caja de resonancia que aumenta considerablemente el sonido de los silbidos, igualando de esta forma el sistema empleado por los gomeros canarios. Sin embargo en esta zona no se ha observado que las mujeres usen este peculiar lenguaje, que sin embargo lo entienden. La situación orográfica del poblado de San Francisco, situada en una zona barrancosa, es similar a la de los mazatecos de Huauhtla. En ambos lugares el lenguaje silbado es de uso bastante normal, con gran variedad tonal y con una gran riqueza de expresión. Sin embargo entre los totonacos y tepehuas de Munixcan, este sistema de comunicación, solo es empleado en contadas ocasiones.

Sin lugar a dudas esta región de Centroamérica posee la herencia cultural de un sistema de comunicación probablemente usado por diferentes grupos del pasado que residieron en las regiones montañosas. Curiosamente estos pueblos se encuentran situados en la cordillera situada sobre el litoral costeño donde nace la corriente de Gulf Stream, esta fuente de agua caliente que fluye hacia el océano Atlántico y mitiga el clima de la Europa Occidental y, que a su vez enlaza con la corriente de Canarias. Curiosas "coincidencias" éstas en la situación de los únicos pueblos silbadores conocidos, y situados ambos en regiones diametralmente opuestas, y a las márgenes del océano Atlántico. Curioso igualmente, que sea en la isla de La Gomera donde se conserva y practica todavía este peculiar lenguaje y probablemente lugar de arribo de viajeros americanos durante la época precolombina.

El lenguaje silbado articulado ha sido una herencia cultural de los primitivos aborígenes canarios, y todavía se observan muestras del mismo entre algunos de sus habitantes, principalmente en las zonas rurales de la isla de La Gomera, se sabe igualmente que hasta finales del siglo XIX todavía se usaba entre los moradores de algunos lugares de la isla de Tenerife como: La Candelaria, Valle de Santiago, La Esperanza, Chasna y otros lugares más, para esa época el silbo tinerfeño no era tan rico como el gomero y se limitaba a algunas frases específicas y palabras sueltas. Según el fraile Abreu Galindo -cronista de la conquista- cuando los guanches tinerfeños iban de visita, no entraban a casa del visitado, sino que se paraban en la puerta y realizaban diversos silbidos y cantos ceremoniosos para llamar la atención. Igualmente no se tiene noticia que en las otras islas del archipiélago canario, se conociera el uso de este peculiar lenguaje o forma de comunicarse.

En los estudios que se han hecho en la isla de La Gomera, se conoce el silbo articulado como una especie de lenguaje expresivo, pues no son simples sonidos sino silbos articulados, en el cual los labios desempeñan el oficio de cuerdas vocales. Desde la niñez los aborígenes gomeros enseñaban a sus hijos dicho lenguaje para de esta forma irles facilitando su ejecución y a sí ir adaptando el oído a esta forma de expresión. Por medio del silbo los gomeros, envían recados, sostienen conversaciones más o menos largas y hace preguntas, de esta forma circulan las noticias y sucesos con gran rapidez por toda la isla. Durante la conquista los aborígenes gomeros usaron este peculiar lenguaje como arma para la defensa de sus pueblos y enfrentamientos con los invasores, haciéndoles emboscadas y avisando a los otros moradores de la isla de la presencia de los colonizadores europeos.

Para la realización del lenguaje del silbo, los aborígenes canarios y los actuales gomeros usaban y usan, como reseñamos anteriormente, los labios que funcionan como cuerdas vocales, la cavidad de la boca como tubo de resonancia y la lengua como el elemento articulador del silbo, con las posiciones de los dedos se coordinan todos estos elementos produciendo los distintos y expresivos silbidos. Para articular el silbo los gomeros emplean varias modalidades ejecutantes, la primera de ellas es usada para las comunicaciones a cortas distancias, con entonaciones suaves y arrulladoras, para ello contraen y dirigen los labios hacia adelante de modo que dejen entre ambos una pequeña abertura. La segunda consiste en dilatar los labios lateralmente acercándolos de forma que configuren una hendidura transversal ligeramente estrecha, aplicando la punta de la lengua al

centro de dicha hendidura. Por último tenemos la más complicada, probablemente usada para distancias más largas y la realización de frases más complejas, la misma consiste en apoyar la extremidad de uno o dos dedos semejantes de ambas manos dispuestos en V con el vértice hacia el fondo de la boca, y colocando entre los dientes flexionados, cualquiera de los últimos cuatro dedos con la concavidad mirando hacia adelante; como variante también se puede fijar la punta del pulgar a la de otro dedo de la misma mano, en forma circular sobre la lengua.

Debido a las condiciones orográficas de la isla de la Gomera, su poca vegetación y valles profundos, hace que el silbo gomero pueda ser oído y entendido hasta algo más de seis kilómetros de distancia, aunque se han dado casos excepcionales donde un silbador experimentado pudiera alcanzar hasta casi los quince kilómetros, dependiendo de la condición geográfica del lugar donde se emitan los silbidos. De esta forma los gomeros tanto en la época prehistórica, como actual, configuraron un lenguaje prácticamente inexistente en otros lugares, salvo el de algunos indígenas de Centroamérica, por lo que es difícil determinar si este tipo de comunicación fue una expresión creativa local o importada. Lo que si está claro, que entre los pueblos del África occidental, como vecinos más cercanos del archipiélago canario, no se conocía ni hay noticias sobre algún lenguaje basado en este sistema y si en realidad lo hubo se ha perdido con el paso del tiempo.

Uno de los más importantes antropólogos norteamericanos del siglo XX, Ernest A. Hooton, publicó en 1925 un amplio estudio sobre los primitivos habitantes de las islas Canarias, en base a los cráneos de aborígenes exhumados en varias partes del archipiélago: El libro de Hooton desarrolló una de las primeras hipótesis sobre el poblamiento de las islas Canarias, en base a las evidencias: físicas, culturales y lingüísticas recopiladas hasta el momento. Como la mayoría de los investigadores, el científico norteamericano plantea diversas "invasiones" del archipiélago canario. La que él considera como segundo poblamiento de las islas, Hooton hace la siguiente descripción de ese grupo cultural: "Parece que estos invasores que vinieron del Atlas eran de baja estatura, braquicéfalos (cabeza redondeada), cara corta y ancha, blancos, de tez morena y rasgos "mongoloides". Este elemento étnico fue probablemente responsable del culto al perro y el hábito de comer los mismos y que aparentemente dio su nombre a estas islas. Es posible, sin embargo, que estos rasgos hayan formado parte de la cultura de un grupo primitivo...Este elemento "braquicéfalo" sobrevivió en su forma más física y cultural en la Gomera. "Parece" que usaban una lengua "berebere"... y fue responsable del famoso lenguaje "silbado" en La Gomera".

Los estudios de investigadores posteriores a Hooton y con una amplitud de material para el estudio, mayor a la que accedió el investigador norteamericano, nos dan mas detalles sobre este "desconocido" grupo invasor del archipiélago canario y donde sus rasgos físicos predominaron en la isla de La Gomera. Los restos exhumados "cabezas redondeadas" o braquicéfalos demostró que eran de muy baja estatura, entre 1,50 a 1,60 metros, unido esto a los rasgos "mongoloides", color de la piel, lenguaje silbado y numerosos restos arqueológicos, como las hachas pulidas de jadeita o cloromelanita, entre otros, estudiados en otros capítulos del presente trabajo, nos demuestra que ningún grupo africano o europeo poseía estas características físico-culturales. Curiosamente los grupos aborígenes americanos, actuales practicantes del lenguaje silbado en Centroamérica, si reúnen

rasgos físicos similares a los restos indígenas canarios estudiados por Hooton y otros posteriores científicos en la isla de La Gomera.

EL FOLKLORE ARAGUACO-ABORIGEN CANARIO

En agosto de 1992, me encontraba con Javier Costas -mi compañero de fatigas en el estudio del arte prehistórico- en la cuenca del Orinoco al Sur de Venezuela, visitando algunas estaciones de arte rupestre, buscando respuestas a su interpretación entre los aborígenes del Territorio Amazonas de Venezuela. Tratando en este viaje de buscar la opinión de miembros de las distintas comunidades indígenas, en lo que respecta a la comprensión del arte rupestre de la región; y que a la vez nos sirviera como pilar de apoyo en el posible significado de los petroglifos prehistóricos europeos, especialmente los del noroeste de la península Ibérica, con los que llevábamos trabajando varios años y donde nos encontrábamos en un callejón sin salida, en lo que respecta a su realización y posible interpretación.

En uno de esos viajes a una comunidad de indios Yekuanas o Makiritares (hombres de río), situada en Alto Cacurí cerca de la frontera de Brasil, tuvimos una curiosa y emocionante experiencia, después de que la pequeña avioneta que nos había conducido al lugar tras más de dos horas de viaje a través de la impenetrable selva amazónica, en medio de una tormenta de "mil rayos y centellas", y nos hubiera "tirado" en el lugar indicándonos que nos recogerían cinco horas después. Mucho tuvimos que hacer nuestro guía y los dos "piedrólogos" para que nos recibieran en el campamento, pues no teníamos permiso oficial para visitar dicho poblado. Después de una hora de "conversaciones" con el Consejo de Ancianos de la comunidad y volviéndonos un poco "folklóricos", nos recibieron, aunque a regañadientes (al final terminamos tomando chicha con ellos). Pero dado nuestro carácter comunicativo (casi todo por señas) pudimos ir ganándonos a los distintos miembros de la comunidad, en especial a Silvino, uno de los "jefes", que terminó vistiéndose de "gala" para la típica foto de recuerdo.

Fruto de este trabajo y como colofón a nuestra visita, fue que termináramos, Javier y yo, cantando en la "churuata" (choza) comunitaria la canción romántica de nuestra Galicia natal: "La Rianxeira", aunque al final casi todos los asistentes terminaran durmiéndose en sus hamacas, sin tan siquiera recibir un aplauso o un silbido aislado de nuestros hospitalarios contertulios, lo que al final nos dejó un poco decepcionados, después del empeño que le pusimos a la interpretación. No tanto, como después comprendimos, dado que la mayoría de los aborígenes de las regiones selváticas americanas, no cantan por cantar, pues solo lo hacen en ocasiones especiales en la realización de algún tipo de ceremonia. Por eso cuando terminamos de interpretar la pieza más popula del folclor gallego, le pedimos a los pocos aborígenes que estaban despiertos, que nos deleitaran con una canción de su propia cosecha, amenizada por los típicos instrumentos que poseen, labor esta imposible, pues nos manifestaron, que ellos solo cantaban cuando conmemoraban algo, para ellos el canto era algo sagrado y no se malgastaba el tiempo ni la voz en "conciertos de bienvenida".

Lo poco que conocemos sobre el folclore de los antiguos araguaco-taínos se lo debemos a los cronistas de la Conquista y a la herencia cultural que mantienen todavía algunos pueblos de la cuenca Orinoco-amazónica, descendientes, en su mayor parte, de los pueblos caribes y araguacos que poblaban la región a la llegada de los europeos.

Uno de los cantos más populares que tenían los araguaco-taínos eran los "areítos", el cronista de Indias, Oviedo, nos describe el areíto como una ceremonia: "Júntanse mucha compañía de hombres y mujeres, y tománse de las manos mezclados, y guía uno, y dícenle que es el "tequina", esto es, el maestro; y éste ha de guiar, ora sea hombre, ora sea mujer, da ciertos pases adelante y ciertos atrás....y andan en torno de esa manera, y dice cantando en voz baja o algo moderada lo que se le antoja y concierta la medida de lo que dice con los pasos que anda dando; y como él lo dice, respóndele la multitud de todos los que en el contrapás o areito andan lo mismo, y con los mismos pasos y orden juntamente en tono más alto..."(Fernández de Oviedo, 1535).

No tenemos ninguna referencia sobre la participación dirigente del behique o chamán en los "areítos" o cantos y danzas ceremoniales de los araguacos. Las narraciones sobre ellos, que nos han dejado los cronistas si señalan la posición dirigente del cacique. De la música de los "areitos" nada sabemos, aunque existen algunas menciones sobre su acompañamiento musical, basado en silbatos, flautas, tambores de madera, maracas y el tintinear de los brazaletes de los que cuelgan semillas y conchas de caracol.

Las Casas (1564) nos dice que acompañaban la danza cantando "niñerías", como: "tal pescadillo que se tomó desta manera y se huyó". En otras oportunidades, al parecer se referían proezas y acciones de los caciques y sus antecesores, beneficiosas para la comunidad.

Según puede apreciarse, el areíto no tuvo siempre la misma significación, sino que se trataba de una ceremonia con sus variantes de acuerdo con la finalidad que se perseguía. Los cronistas nos relatan varios tipos de "areítos", sin percatarse tal vez de sus significados diversos, lo que ocasiona no poca confusión en los datos que suministran, aunque a pesar de esto es posible adivinar las diferencias.

Aparentemente, en algunos de estos "areítos" se efectuaban ofrendas de "casabe" y del jugo de la yuca a los ídolos tribales, con el que se "ungían" los mismos; en otras ocasiones el rito requería la limpieza estomacal por medio del vómito, o la intoxicación; según Las Casas (1564):"...con un vino hecho de maíz, que para emborrachar tenía tanta fuerza". En otras oportunidades algunos participantes usaban máscaras, y parece ser que fue en los "areitos" cuando las mujeres usaron con mayor fuerza sus "naguas" o faldillas de algodón.

Es posible que las leyendas y mitos araguacos, formaran en gran medida la base de la creencia de los taínos antillanos, que con su contenido inicialmente gentílico debió de fundirse con los practicados por ellos, hasta convertirse en mitos tribales con ritos especiales, como es el caso de los "areítos". Pedro Mártir hace énfasis en el carácter tradicional de los "areitos"; Oviedo los compara con los romances españoles por lo que tenían de historia y saber populares; y Las Casas refiere que

sus letras narraban cosas antiguas, podemos suponer que debieron tratarse de mitos o fábulas del grupo (Guarch, 1978).

Un grupo que todavía mantiene un folclor de carácter ancestral y relacionado con los pueblos araguaco-caribes, son los Guaraos de la desembocadura del río Orinoco. La música de los guaraos es abundante, variada, y hermosa, existiendo dos tipos diferentes: la mágica o música "religiosa", a la que podemos agregar la funeraria, y la popular. La primera es la que canta el pueblo guarao en sus fiestas sagradas, bien sea acompañando sus danzas o bien en sus oraciones corales; la música con que los "güisiratu" o chamánes acompañan sus recitales, ensalmes, conjuros y oraciones rituales, también incluyendo en esta clase de música, por su parecido, la de los hechiceros guarao y las de las plañideras en los funerales.

La música popular es la que cantan en sus jolgorios o fiestas de libación, cuando van embarcados, al ritmo de su boga, mientras realizan ciertas labores caseras, cuando tejen o preparan alimentos, o cuando se mecen en chinchorros o hamacas. Son éstas melodías sencillísimas, de ritmo variado, de gran suavidad y un deje melancólico muy típico, que se pegan al oído apenas se oyen cantar.

Poesías y músicas populares guaraos nacieron la una para la otra. Los poetas guaraos nacieron para ser cantados, y muchos sobre la marcha. Este otro mérito tiene la música guarao, a saber que, gracias a ella, la poesía popular tribal ha podido subsistir por largo tiempo en la memoria del pueblo. Su música es más bien rítmica que melódica; sus instrumentos musicales preferentes son: el oana o botuto, el carrizo o flauta de pan, la maraca y los pitos, hechos unos de ancas de cangrejos grandes, y otros de caracol.

Las "marakas" y los "karekos" son los objetos más sagrados de los guaraos, ya que, conforme a sus crencias, pertenecen al Joebo, lo mismo que los "güisiratus" y los "jebus" o espíritus. Esta cualidad de sagrados la reciben tanto de la "maraka" como los "karekos" de su consagración, en virtud de la cual la totuma o calabaza deja de ser "mataro" -nombre guarao de la calabaza-, para convertirse en "maraka" sagrada; y los "karekos", que antes no eran sino piedrecillas ordinarias, dejan de serlo para convertirse en "kareko", envolturas de los espíritus o "jebus", que se esconden dentro de ellos.

La maraca de los guaraos es una totuma en forma ovoide fabricada de algún tipo de calabaza. El "güisiratu" escoge la mejor que encuentra; le hace dos agujeros por ambos extremos para acomodarle su mango de palo; le saca las semillas, la limpia bien y la pone a secar al sol. Cuando la totuma está del todo seca, el "güisiratu" se coloca delante de la maraca nueva y lía cigarrillos grandes en hojas de mango o en "güina de manaca", y comienza a fumigar la maraca nueva. Cantando el "jebu" y fumando va llenando la maraca por dentro de humo del tabaco fumado, y escupiendo dentro de ella la saliva en su boca; eso significa la consagración de la maraca. Desde entonces ya no puede cualquiera tocar la maraca; a las mujeres que son piache o chamanes, tampoco les hes permitido acercarse a la maraca consagrada. Los niños no pueden jugar ni hablar duro cerca del lugar donde esta la maraca. Cuando los indios hablan alto, se pone enfadado el marakero y le dice: "Inare takotu", cállense ustedes.

Los "karekos", son unas piedrecillas blancas y limpiecitas, que el "güasiratu" mete dentro de la maraca, las consagra también, sahumándolas con humo de tabaco fumado, cantando el "jebu" y escupiendo en ellas con saliva de fumar, igual que se hace al consagrar la maraca. Después de la ceremonia de consagrar el "güasiratu" va cogiendo aquellas piedrecillas, una por una, y nombrándolas. Una la coge para su mujer, otras para sus hijos, y las va llamando con el nombre impuesto; y a otras las nombra para amigos suyos. De ahí que los guaraos quieran tanto a las piedrecitas "karekos", porque son familias de los espíritus. La mayoría de las maracas se fabrican con el fruto de la "crescentia" (totuma) tan común en toda América (Basilio de Barral, 1964).

La maraca o sonaja fue, sin duda, el instrumento sagrado de mayor importancia de las comunidades agricultoras incipientes de la América precolombina. LLama la atención de viajeros e investigadores desde el siglo XVI. Ya Hans Staden y André Thévet habían notado que este objeto ceremonial era asimilado a un ídolo: "Hacen hablar lo que hay dentro, enténdiendo de este modo el secreto de sus enemigos y noticias de los espíritus difuntos". "Poseen maracas, como los otros salvajes, y las consideran como sus dioses, ponen su fe en ellas...hablan y son tan poderosas que pueden conceder todo lo que les piden...les hacen ofrendas de alimentos...porque esas maracas son sus dioses".

Todos los autores que han tratado el tema de la maraca suramericana están de acuerdo en que ésta tiene, además, el poder de ahuyentar los seres malignos, y de curar magicamente los enfermos.

Entre los mitos de la maraca caribe puede mencionarse el recogido por Gilliv, según el cual "Komatari" elabora la primera maraca de calabaza con un tocado de plumas, gracias al auxilio del "Hebu", que es el espíritu de un árbol, pero con el poder de la maraca, "Komatari" intenta matar al "Hebu". La maraca tiene el poder de curar enfermedades.

La maraca ritual es una réplica de la cabeza o calavera, y, como ella, tiene la virtud de "hablar", porque aloja el espíritu divino (materializado por las semillas o piedrecitas consagradas que producen el sonido), en ella radica el poder del chamán. El material usado tradicionalmente en la confección de la maraca ritual es la corteza del mísmo fruto del jícaro en que se transformó la cabeza de "Ahpú", a veces también se usa la calabaza. La equivalencia simbólica de esos materiales, sugiere que en esa época se practicaba el cultivo de la calabaza. La maraca tiene las mísmas propiedades mágicas de las míticas cabezas-calabazas: poder de conjurar los espíritus malignos, de atraer las lluvias fecundantes, de hacer crecer y multiplicar las plantas, de influir en la salud y en el proceso generativo humano, etc. La maraca se usa igualmente en los rítos propiciatorios de la fertilidad (Girard, 1972).

Aunque la maraca es un "invento" tipicamente suramericano, en un principio fue un elemento primordial entre las creencias y uso exclusivo de los chamanes como un objeto "sagrado" que más adelante degeneraría en un uso más popular. Lo curioso, según noticias de los cronistas, pues no tenemos pruebas arqueológicas al respecto, es que cierto tipo de "maraca ritual" era conocida por los aborígenes prehispánicos canarios.

Aunque las crónicas e historias de la conquista de las islas Canarias atribuyen a los aborígenes un instrumental musical muy pobre dentro de su folclor, los cronistas nos refieren que los antiguos canarios producían sus sones solamente cantando con la primaria percusión de pies y manos. Sin embargo, Gómez Escudero añade que los antiguos habitantes de la isla de La Gomera (curiosa coincidencia) hacían además sonsonetes sacudiendo piedrecillas dentro de un recipiente de barro, observación muy interesante que luego se repite de forma parecida en Tenerife, del resto de las islas, nada. Algunas acciones instrumentales de tipo ritual, como el batir de palos en las danzas o el golpear del agua en ceremonias rogativas pluviales, se citan, pero sin que los cronistas les atribuyan valor musical alguno, aunque lo tuvieran. Es interesante que esta cita de Escudero, cronista de la Conquista, nos demuestra que los antiguos gomeros y guanches de Tenerife, conocieron un tipo de maraca fabricada con un recipiente de barro, similares a las muchas que se han encontrado en restos arqueológicos de la cultura araguaco-taina precolombina. Personalmente en excavaciones en montículos de la Cultura Araguaco en los llanos de Venezuela, sacamos varios ejemplares de figuras de barro con piedrecillas en su interior, configurando una especie de maracas-sonajero. Igualmente se han descubierto objetos de este tipo, en restos arqueológicos de la Cultura Taíno de las Antillas Mayores y que probablemente tuvieron un uso ritual, como nos lo confirman viajeros y cronistas de la época.

Por su parte algunos restos arqueológicos canarios añaden algunos pequeños detalles más sobre un posible instrumental musical de los antiguos aborígenes canarios, algunos collares sonoros escasamente desarrollados y usados probablemente en las danzas rituales cuyos elementos más importantes, aparecidos principalmente en la Palma y Lanzarote, son cuentas hechas con duros caracolitos marinos. Llama la atención el hallazgo en la isla de Tenerife de algunas "espátulas" de hueso de pequeño tamaño, cuya tipología parece denotar el conocimiento previo de las bramaderas o zumbaderas, instrumentos éstos relacionados con los ritos de iniciación. Igualmente el hallázgo de dos parejas de "boomerangs" en un enterramiento de la isla de La Palma, cuya tipologia con los de otros descubiertos en el área caribeña tengan un parecido asombroso. Algunos autores ven estos objetos como de uso "musical". Según Curt Sachas, este tipo de "bastoncillos" son objetos de funcionalidad dual y está bien comprobado en los cinco continentes su empleo como palos de entrechoque con los que se producen ritmos en las diferentes danzas guerreras y de caza.

Las noticias que tenemos sobre los cantos de los aborígenes canarios, según los cronistas de la conquista, se podían resumir en dos grupos: el de los cantos rituales y el de los cantos festivos. En general todos estos cantos producían un efecto de sentimiento y lastimoso. También sabemos que los gomeros (curiosa coincidencia) tenían "cantares de gestas", en los que se rememoraba a los antiguos héroes de la isla (igual que los araguaco-taínos). Las mujeres de la isla de la Palma cantaban con especial gracia y donaire, lo que, repiten varios cronistas. En Gran Canaria se juntaban hombres y mujeres en las casas de los poblados a cantar y bailar, cuyos cantares parecían "dolorosos y tristes o amorosos o funestos". El fraile Abreu Galindo nos informa, que cuando un guanche tinerfeño iba visitar a otro no entraba en su casa, sino que se sentaba a su puerta y silbaba y cantaba hasta que le oían dentro.

Igualmente los aborígenes canarios poseían lo que llamamos "la gran grita" que se hacía especialmente cuando iban a guerrear. Dentro de los diversos cantos rituales se contempla los de la "rogativa de la lluvia" en forma de gran griterío, al que en alguna isla complementaban con los balidos de las reses sedientas o aprovechando el clamor de las crías separadas de las madres, conformando una mezcla sonora humano-animal de gran trascendencia ritual.

Con respecto a las danzas aborígenes canarias, los cronistas apenas nos dan noticias. De estas escasas evidencias se permite determinar que éstos tenían dos maneras de danzas, en lo que respecta a la forma de disponer el grupo: en filas enfrentadas o en rueda. Igualmente las danzas competitivas tuvieron su mayor fuerza en Gran Canaria y La Palma. Estos bailes se realizaban con palos que los danzantes manipulaban diestramente para mostrar sus habilidades. Probablemente este tipo de danzas tuvieran un cierto sentido guerrero.

Las danzas rituales, en rogativa de lluvia y en ceremonias de tipo religioso, eran de rueda como indica el cronista Abreu Galindo. Estas consistían en bailar alrededor de un símbolo religioso, ya fuese éste una roca, un montículo de piedras o un palo recto clavado en la tierra. Esta forma de danza está documentada en varias de las islas del archipiélago por varios cronistas. Sobre el adorno de los danzantes nada se nos dice, exceptuando algunas danzas-ceremonia que para ciertas rogativas, los participantes llevaban en las manos varas o ramas de árboles, especialmente en la isla de Gran Canaria (Lothar Siemens, 1977).

Con respecto a estas danzas aborígenes canarias, especialmente las que se realizaban alrededor de un palo, tenemos noticias de los cronistas de la conquista de América en varios lugares del continente, especialmente en el área caribeña. Los Guaymi celebraban la "danza de los palos" o "balsaria", por invitación de unos poblados a otros; es la combinación de un "ríto de fertilidad" con cierta forma primitiva de hacer justicia. Si alguien siente que ha sido ofendido por un miembro de otro grupo, puede pedir una satisfacción anunciando a su adversario que un cierto número de palos (en forma de pértiga) le esperan en la celebración anual. El retado tiene que responder con igual número de palos o más, al fin de de mantener el prestigio suyo y del poblado. Esta es la base del "baile de los palos" del cual participan solo los hombres, pero todos los demás, inclusive los niños, observan. Los danzantes y espectadores visten sus más vistosos y mejores atuendos: ropas, pieles, plumas y adornos (Stone, 1976).

La forma más común de juego entre los indios yaruros de la cuenca del río Orinoco, es la de imitar las actividades de los mayores. Los niños pretenderán que cazan, pescan o viajan en canoas; las niñas pretenderán que hacen vasijas o cestos o que pintan sus cuerpos. Los juguetes que usan los pequeños, son instrumentos de caza y recolección en miniatura. Igualmente confeccionan unas pequeñas figuras de arcilla, que representan seres humanos. Estas figurillas las colocan los niños alrededor de un palo, para imitar a seres humanos danzando.

Nada tan infundado como atribuir el origen del Baile de las Cintas o Sebucán, entre los aborígenes del Caribe o Suramérica, a la colonización europea del continente. Esta es una danza ancestral heredada de los grupos aborígenes de la cuenca Orinoco-amazónica, que entre sus costumbres, ceremonias y bailes quedó latente la Danza del Sebucán, del que dijera un romántico viajero: "Es majestuosamente

divertida y de una elegancia artística maravillosa, que el que lo ve por primera vez, tiene por fuerza que inflamar su ánimo por muy abatido que se halle, en llamas de profundas admiraciones”.Algunos cronistas y viajeros han visto ejecutar esta danza entre grupos aborígenes de río Negro (sur de Venezuela) y los caribe Pana-pana en la región del estado Bolívar, igualmente en ese país. Unas pinturas rupestres datadas en cerca de casi cinco mil años de antigüedad, ubicadas en un abrigo rocoso de la región de Salta en el norte de Argentina, nos plasman una escena de dicha danza. La recoge igualmente Girard en las zonas aimará-quechuas de Perú y Bolivia:

"Llamó mi atención la danza en círculo alrededor de un poste de diez metros de alto, más o menos, coronado de plumas y de frutos de la tierra. De la extremidad superior del mástil cuelgan varias cintas de vivos colores. Cada uno de los danzantes coge una, luego todos van dando vuelta alrededor del mástil, trenzando las cintas. Bailan al son de la "quena" sin soltar las cintas. Esta danza, que se llama "cinta chani" (danza de las cintas) es conocida en varias localidades aimarás, lo mismo que en Perú. Los festejos que acompañan esta danza duran varios días y están a cargo de un dignatario del gobierno civil de la "marka", generalmente alférez o preste. Todos los miembros del gobierno indígena han de cumplir esa función que corresponde a uno de los grados jerárquicos que deben desempeñarse por riguroso escalafón antes de alcanzar el cargo de "Ilacat".

Actualmente en la zona del altiplano andino se sigue danzando el Baile de las Cintas, antes de la siembra y después de la recogida de la cosecha, lo que demuestra sin lugar a dudas que la misma está relacionada con un culto a la fertilidad de la tierra. Igualmente las "calitas" y las "cuyacas", pastoras de los rebaños de llamas en el altiplano andino realizan el Baile de las Cintas relacionándolo con el culto a la fertilidad de los animales.

Personalmente y durante varios años he asistido a la práctica de esta curiosa y milenaria danza el primer domingo del año, en la región de los Andes venezolanos, concretamente en Llano del Hato, una pequeña aldea poblada por descendientes de los indios Timoto -situada a cerca de cuatro mil metros de altitud-. Los timotos fueron un pueblo que desarrolló un importante proceso cultural, que todavía se puede apreciar hoy en día en la preciosa cerámica y escultura en piedra encontradas en diversas excavaciones arqueológicas, así como en cuevas y mintoyes (tumbas subterráneas).

Durante el proceso de la danza, conocida en esta zona como el Baile del Sebucán -igual que en otras partes de Suramérica- se puede apreciar el verdadero origen indígena de dicha danza, consistente en trenzar el palo o poste con cintas de colores por un grupo de jóvenes de ambos sexos. Los movimientos que se realizan en la práctica de la danza son realmente acompasados y llenos de una riqueza folklórica realmente interesante y, en algunos casos, distinta a la practicada por otros pueblos del planeta donde igualmente se realiza dicha danza, aunque con un trasfondo similar.

El Baile del Sebucán es un acontecimiento entre los grupos aborígenes americanos, igualmente era un areíto o canto de los grupos precolombinos, sus poesías adecuadas para las recitaciones líricas que precedían sus danzas, acompañadas éstas de sonidos melodiosos que emitían los más diversos instrumentos como son:

las maracas, flautines de caña, quenas, pifanos y guaruras, productores de ritmos de notas enfermas de contenido psíquico, cual si presintieran el fin den un fatalismo inaudito. Merced al "areíto" conserva fresca en la memoria las hazañas de sus antepasados, a la par que le servía de aprendizaje para educar el contenido de los romances de sus ancestros.

Esta danza era muy estimada entre los araguaco-taínos; durante la celebración de la misma ésta era presidida por el propio Cacique de la tribu o el Piache o Chamán curandero, imprimiéndole un carácter mágico religioso. Anunciado el baile en el "batey" o plaza del poblado, ancianos y niños, mujeres y hombres se precipitan para alcanzar la honra de trenzarlo o mirar su danza. Llega el momento ansiado de la ejecución de la danza, y dentro de un gran círculo, compuesto por casi la totalidad de los pobladores de la "alquería" o aldea, se introducen los destinados a presidir o realizar la danza: El cacique, los músicos, los tejedores y el que le toca sujetar el "palo" o "sebucán", el cual tiene que ser un personaje de rango dentro de la comunidad. Comenzada la música, se procede al tejido con las cintas en medio de preguntas y respuestas de unos y de otros, haciendo diálogos a coro, animados y sorprendentes, que resultan primorosos. Allí refieren sus emociones, amoríos, recuerdos de sus antepasados, lances de cacerías, luchas de guerra, así como las diversas fases relevantes de su vida.

El Baile del Sebucán o de las Cintas se danza colocando perpendicularmente en el piso un palo o madero de tres o más metros de altura, con un grosor que varía desde los veinte a los cuarenta centímetros, es decir suficientemente fuerte, y del que cuelgan cordeles pintarrajeados o cintas de diversos colores como personas se agrupen a su alrededor para bailar. Estas, separadas unas de las otras por una cómoda distancia, tiran la cinta con la mano derecha y dejan libre la izquierda, con lo que hacen ademanes graciosos y elegantes para enaltecer la fiesta. A una señal del personaje que dirige la danza y terminadas las recitaciones, la música rompe el ritmo vernáculo y entonan el canto los danzantes, que cuando forma diálogo armonioso o se hace coro, se transforma en verdadero poema. Marchando la mitad hacia la derecha y la otra mitad hacia la izquierda, entretejiendo las cintas a manera de la gran cadena en la cuadrilla. Terminado el trenzado, que da forma o parecido al "sebucán", artefacto cilíndrico que confeccionado de trenza de palma o bejuco, es utilizado desde tiempo inmemorial por los aborígenes precolombinos del norte de Suramérica, para extraer el "yare" o jugo venenoso de la yuca amarga que ha de convertirse en el pan o alimento conocido con el nombre de "casabe", voz ésta de procedencia araguaca. Después de un breve descanso se procede al destrenzado, para lo cual se invierte la dirección que al principio llevaban en su marcha las parejas, esto es: girando los que iban hacia la derecha por el lado izquierdo y los de la izquierda hacia la derecha, hasta el final del destrenzado total.

En las islas Canarias, igual que en muchas partes del mundo se realiza desde tiempo inmemorial el Baile de las Cintas y al cual se le atribuye un origen europeo durante la conquista. De todas formas no puede ser probado arqueológicamente, que el mismo, igual que en la época prehispánica, se practicara ya entre los naturales del archipiélago canario y pudiera tener su origen en el continente americano e impuesto a la llegada de los grupos araguaco-taínos, o igualmente fuera una danza primitiva legada por un pueblo que extendió su cultura por diversos lugares del mundo, siendo dicha danza parte de la herencia de dicho pueblo ¿?. Berthelot y otros investigadores de las culturas aborígenes canarias,

creen que la Danza de las Cintas era conocida por los aborígenes canarios, antes de la conquista de los europeos.

Abreu Galindo cronista de la conquista de Canarias nos habla de las danzas rituales de los aborígenes isleños, realizadas en rogativas de lluvias y ceremonias de tipo religioso. Las mismas consistían en bailar en círculo alrededor de un símbolo sagrado, que entre otros objetos destacaba un "gran palo" en forma de lanza clavado en la tierra (muy parecido al simbolismo del Baile de las Cintas). Esta forma de danza, está igualmente documentada en varias de las islas del Archipiélago por varios cronistas. Sobre el adorno de los danzantes nada se nos dice, excepto que para algunas rogativas llevaban en las manos varas o ramas de árboles, lo que demuestra sin lugar a dudas el contenido ritual de la misma enfocado a la fertilidad de la tierra, como las realizadas por los quechuas y aimarás del altiplano suramericano. En varias partes del archipiélago canario y durante algunas fiestas religiosas, todavía se realiza dicha danza, desconociéndose la realidad de su origen y el trasfondo de su significado.

Sin lugar a dudas, el Baile de las Cintas, es una danza de carácter milenario, probablemente heredada de un pueblo remoto, que por diversas circunstancias se extendió a lo largo y ancho de los diversos continentes en época prehistórica. La encontramos en muchos lugares del mundo especialmente en numerosas partes de Europa y realizada -en algunos lugares- para celebrar los inicios de la primavera. En Galicia al noroeste de la península Ibérica, esta danza se realiza durante la celebración cristiana de alguna Virgen embarazada, como es el caso, entre otros, de Nuestra Señora del Libramento en la localidad de Arbo (Pontevedra) y donde los romeros, principalmente mujeres infecundas, van a pedir a la santa que puedan quedar embarazadas y ofreciéndoles exvotos de cera con forma de niños. Me acuerdo ya hace varios años, en una de estas celebraciones en la mencionada localidad, cuando le hice unos comentarios al cura de la parroquia sobre el origen y contenido de dicha danza, me llamó hereje y poco faltó para que me excomulgara.

Los objetos y personajes que conforman el Baile de las Cintas, demuestran que dicha danza es un culto relacionado con la fertilidad: el palo o poste, muchas veces coronado de frutas o ramas, que personifica un árbol o pene; las cintas que lo envuelven, los colores del arco-iris, simbolizando el sol y el agua, elementos éstos indispensables en el desarrollo de la vida vegetal. Las parejas de danzantes, personajes estos que conformarían con su unión sexual la fertilidad, tanto del campo, como del ser humano y los animales. Esto nos recuerda el rito practicado hasta no hace muchos años, por comunidades indígenas del altiplano boliviano, que después de realizada la siembra, las jóvenes parejas realizaban la unión sexual en la sementera, ayudando de esta forma, con ese acto, la germinación de las semillas. Entre los indios Cuna de la zona caribeña de Panamá y Colombia - probables descendientes de los grupos araguaco-caribes- también practican el ritual de la unión sexual en la sementera; el coito en el campo de cultivo constituye para este grupo un rito de fertilidad vinculado a la agricultura. Igualmente lo vemos reflejado en unos petroglifos de la Edad del Bronce ubicados en Vallcamónica (norte de Italia) donde en una escena identificamos las figuras de un personaje arando y detrás una pareja va copulando. Escena parecida se encuentra en unos grabados rupestres del Perú de época precolombina (Novoa, 1977).

Del origen precolombino del Baile de las Cintas tenemos referencias sobre un ritual de los indios Huitoto de la Amazonía peruana, el cual posee un carácter mágico-religioso similar, según lo recogió Rafael Girard (1958): "Una catástrofe ígnea destruyó la primera creación. En el segundo periodo surgen los luminares, una nueva creación de seres humanos y de plantas de cultivo. Na-fuey y Buinaima son los actores míticos de esa época. Na-fuey, la primera mujer, y Buinaima, la gran boa del agua, que en sus acciones es una Serpiente y también un ser antropomorfo. La Serpiente fecunda a una doncella llamada Amena-cogoena o Monay-yalque. Da a luz un varón que a los cuatro días se volvió un árbol frondoso, cargado de frutos y plantas alimenticias, teniendo así su origen las plantas cultivadas. De esta manera la madre tuvo abundancia de comida; recogía los frutos del árbol en el cual se había transformado su hijo. Movidos por el hambre las gentes descubren la fuente de los recursos alimenticios, siguiendo a la madre derriban el árbol para aprovechar sus frutos, entonces del tronco salieron las aguas de los ríos y de sus ramas las plantas comestibles, principalmente, la yuca. En castigo de haber tumbado el árbol, la gente sentenciada a morir, pues antes no morían, estableciéndose así la caducidad de la vida orgánica. El Niño-árbol hijo de Buinaima, se llama Faguerani, es el Árbol de la Vida. Los huitotos atribuyen una gran importancia a su Árbol de Vida: creen que si sus antepasados no lo hubiesen tumbado, no existiría el agua, los ríos y las plantas alimenticias. Perpetúan este acontecimiento en danzas y ritos. Para la fiesta y danza del "Yalik", que dramatiza el mencionado mito, las mujeres se pintan el rostro y el cuerpo con pinturas que, en forma esquemática, representan a la boa, objetivándose de esa forma el binomio boa-mujer, progenitores de Faguerani. Actualizan la escena primordial derribando un gigantesco árbol del que se labra "LA VIGA DE LA DANZA", se abalanzan sobre él para derribarlo y coger la milagrosa cosecha objetivada en la abundancia de frutos y alimentos que se distribuye entre los participantes. En sus ritos imperatorios de lluvias y alimentos, el chamán hace reminiscencia del acto creativo del cosmos, de la humanidad y de las plantas; los seres míticos que figuran en los ritos creativos son también los que actúan en la fiesta y "Danza de Yadik". Por otra parte del Chamán que representa a Buinaima puede transformarse en serpiente.

Otro mito recogido por el mismo autor y que nos acerca más al origen prehistórico del Baile de las Cintas lo vemos reflejado en una leyenda de los indios Guaraos de la desembocadura del río Orinoco: En medio de una laguna prohibida había un tronco de árbol, presa de curiosidad, una mujer se acerca al tronco ignorando el poder seminal que tenía. A su contacto, resultó encinta y dio luz a un monstruo mitad hombre y mitad serpiente. Los hermanos de la mujer matan al monstruo, pero éste resucita bajo la forma de un temible guerrero: el primer guerrero caribe".

En otra versión, la mujer procrea por la acción disimulada en el Árbol de Vida.Una leyenda de los guaraos narra la historia de un árbol antropófago. En las Guayanas se menciona una leyenda interesante acerca de los colores de la serpiente mítica que dice así: "Había una vez una gran serpiente de agua cuya piel era abundante y multicolor: rojo, verde, negro, amarillo y blanco, adornada con dibujos extraordinarios. El monstruo era tan temido que hombres y aves se asociaron para destruirlo. El "cormorán" lo mató con un flechazo y le sacó a la orilla mediante una cuerda..."

Como se ve en estos mitos, confluyen los elementos principales que simbolizan el "Baile de las Cintas": el poder germinador del árbol o palo; la serpiente como

símbolo de vida, y los colores de la misma, los cuales complementan el arco-iris, sol y agua, elementos germinadores de la vida vegetal. Estos colores están representados por las diversas cintas que penden de la parte alta del "palo", que en muchos lugares le colocan diversos frutos. Entre los caribes se tiene la creencia que el arco-iris representa una serpiente de distintos colores. El ser hombre-animal, él cual personalmente ví escenificado en una Danza de las Cintas en los Andes venezolanos; este personaje es el portador del "poste o palo" en el cual se trenzan las cintas que portan los danzantes. Me llamó la atención que durante el proceso del traslado del "palo" elemento primordial de este baile, el personaje citado no permite que nadie lo toque, solamente las cintas en su trenzado (Novoa, 2001).

Ya para terminar el siguiente capítulo dedicado al folclor araguaco-indígena canario, quería dar a conocer unas palabras aborígenes, que añaden un grano de arena más, sobre las probables relaciones araguaco-canarias en la prehistoria, en lo que respecta a la parte del folclor. Entre los antiguos aborígenes canarios, las plazas o los lugares destinados a celebraciones y bailes se les denominaba con el nombre de GUARAS o GUARACHOS. La palabra GUARA en taíno quiere decir: sitio. Igualmente la palabra GUARACHE en el área tarasca del México indígena, quiere decir sandalia de cuero. Todo esto quedaría en meras coincidencias, sino fuera porque la palabra GUARACHA, que es un popular baile antillano, es una voz de origen taíno-araguaco procedente de Cuba y Puerto Rico. Que siga la danza.

LA MUERTE Y MOMIFICACION EN LA AMERICA PRECOLOMBINA Y LOS ABORÍGENES CANARIOS.

Cuando el conquistador español Quesada invade la región de la sabana donde actualmente se asienta la ciudad de Bogotá, el cacique Tundama, para impedir la invasión del Valle Sagrado, ofrece cierta resistencia para obtener tiempo y poder salvar sus tesoros, más los españoles siguen con sus fuerzas invadiendo la región, hasta que toman el gran templo de Sogamoso, donde los principales y sacerdotes guardaban sus tesoros. Cuando entran a saco en la ciudad no encuentran sino en el tabernáculo-templo un guardián anciano, de larga barba blanca, y unas MOMIAS sacerdotales envueltas en mantas. (Triana, 1921).

En todo el continente americano, principalmente en la parte centro y sur, incluyendo el área de las Antillas Mayores, la momificación fue una costumbre practicada por numerosos pueblos, entre ellos los araguaco-taínos. Los tarascos de Centroamérica embalsamaban a sus muertos. Al igual que los centroamericanos, los chibchas de Bogotá usaban el procedimiento de conservar el cadáver por medio de resinas. El arte de la momificación era también conocido en México, en el Sinú (Colombia), Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia. Se puede llegar a la conclusión, que la momificación fue un rasgo cultural de las culturas Formativas (el Neolítico americano).

El cronista de Colón nos cuenta en su tercer viaje: "Habiéndonos detenido aquí mas de lo que requería la presteza del viaje, prevenidos y aprestados los navíos de todo lo que necesitaban, el domingo 2 de octubre, mandó el Almirante que saliese el Adelantado, salir a tierra con alguna gente, a reconocer los pueblos de indios, sus costumbres y naturaleza, con la calidad del país. Lo más notable que vieron fue que, dentro de un palacio grande de madera, cubierto de cañas, tenían sepulturas; en una de ellas había un cuerpo muerto, seco y embalsamado; en otra, dos sin mal olor, envueltos en paños de algodón; sobre las sepulturas había una tabla, en que estaban unos animales esculpidos; en otras, la figura del que estaba sepultado, adornado de muchas joyas, de guanines, de cuentecillas y otras cosas que mucho estimaban".

Aunque se ha pretendido comparar la momificación de los pueblos americanos y la de los aborígenes canarios con la practicada por los antiguos egipcios, no tienen ninguna relación las dos primeras con la última. Pues los egipcios momificaban a sus deudos, principalmente a dignatarios, nobles y algunos personajes relevantes, siguiendo la técnica de extirpar las vísceras antes del proceso de momificación, cuestión esta desconocida -salvo casos muy aislados- entre los precolombinos americanos y los aborígenes canarios. Aparte del ritual y procedimientos de conservación entre dichas culturas, que diferían en muchos detalles; por lo que no

creemos, como plantean muchos investigadores, que la momificación en Canarias fue un legado de los egipcios. Lo curioso de todo esto, es que los pueblos del norte-atlántico africano, no momificaban a sus muertos, en esa caso habría que plantear que este tipo de práctica en algunas islas del archipiélago canario tuvo influencias americanas en tiempos prehispánicos.

Quizás donde la momificación gozaba de un papel relevante, en lo que respecta al uso de técnicas "especiales" fueron el pueblo Inca. Aquí los nobles y personajes relevantes de esta cultura, a su muerte, los cuerpos momificados, no eran enterrados, sino que todo su grupo de parentesco tenía la obligación de cuidar del cadáver. Las momias recibían todos los días una cuidada atención: se les limpiaba, se cambiaban los ropajes, se les peinaba, se les espantaban las moscas y otros pequeños "bichos", se les daba de comer y beber, e igualmente se les aplicaban ciertas cremas o betunes para mantener el cuerpo hidratado. Se conocen substancias vegetales como la "muña" que se metía dentro del pecho; la "yzura" tierra vegetal de origen desconocido que se mezclaba con una especie de bálsamo con el que se le untaba a todo el cuerpo. Para conservar el buen estado de la momia se les aplicaba, la "quinua", una planta autóctona, así como sal. Lamentablemente las crónicas no nos mencionan datos sobre el proceso de momificado, pues parece que la ceremonia era secreta.

Ciertos días del año las momias de los monarcas eran sacadas en procesión y llevados en andas, como si el personaje estuviera vivo todavía. Sus servidores realizaban diversos rituales, en los que no faltaban las bebidas embriagantes. También se les consultaba sobre sus problemas, como si de un adivino se tratara. Algunos cronistas nos han dejado algunas noticias al respecto.

Fray Agustín de Ceballos nos dice que embalsaban el cadáver con trementina; desecaban el cuerpo para que no se descompusiera. El aceite de "caraña" era una resina usada por los bruncas para embalsamar sus muertos, curar heridas y torceduras y también para quemar en sus fiestas, como si fuera incienso. Torres de Arauz manifiesta que en Sito Conde (Panamá) se encontró la tumba de un jefe cuyo cuerpo mostraba evidencias de haber sido secado al fuego, y el cual había estado sentado originalmente sobre una laja de piedra. Este jefe estaba rodeado de los esqueletos de sus sirvientes, quienes habían sido sacrificados para el ceremonial fúnebre.

No es exclusiva de los pueblos centroamericanos la práctica de la momificación de cadáveres y ésta se realizaba de diversas maneras (desecación del cuerpo al sol o por el fuego y la momificación en diversos grados) desde el oriente de Norteamérica hasta el sur de los Andes, en las Antillas y el Amazonas, reservándose el tratamiento -en la mayoría de los casos- para los jefes o sacerdotes (Girard, 1977).

En muchas tribus del sureste de Norteamérica se practicaba una especie de"momificación" o desecación del cadáver, reservado a difuntos de gran prestigio. Investigadores como el etnólogo Krickeverg nos habla de que las momias de los jefes descansaban sobre unos estantes fabricados para tal fin. Momias con el cuerpo disecado, fueron encontradas en Salt Cave, Kentucky. La citada investigación, habla además de numerosas referencias a momias en sepulturas de

varios lugares del estado de Kentucky. Igualmente se han tomado datos de enterramientos de momias en otras zonas del sureste norteamericano.

Los quekchi -una rama de los mayas- de tierra caliente, practicaban la momificación o desecación del cadáver en sus ritos funerarios. Colgaban el cuerpo de los pies sobre el fuego durante cuatro o cinco días, hasta que quedaba bien desecado. Esta costumbre todavía se practicaba hasta mediados del siglo XX. Durante la operación se tocaban diversos instrumentos musicales, para amenizar el viaje del difunto al "más allá" (Girard, 1977).

El sistema de conservación por frío es exclusivo de los Andes meridionales. Para ese fin llevaban al muerto, debidamente adornado, a cumbres nevadas para que el cadáver se conservara indefinidamente por el hielo, como la momia encontrada en el Cerro Plomo de la época incaica y otras más que se han descubierto en los últimos años, a grandes alturas de la cordillera andina.

Fray Pedro de Aguado en 1561 nos relata: "Los moscas de Guacheta en el Nuevo Reino, ofrecían victimas humanas al sol colocando los cuerpos en altos cerros, después de muertos, para que el sol se alimentase". Creemos que hay una mala interpretación de Aguado sobre esta costumbre, pues la misma no tenía sino la intención de secar o mirlar el cuerpo del difunto.

Cuando muere un miembro de los yukpa en Venezuela, lo envuelven en esteras o cobijas, y bien amarrado con bejucos o cuerdas, cuelgan el difunto de las ramas de un árbol, sobre una hoguera que debe permanecer encendida durante la primera semana para "secar" el cuerpo. Durante un mes, permanece el cadáver en su sepulcro aéreo. Pasado el primer mes, cuando los restos ya están suficientemente secos, un grupo de miembros del grupo, ajenos a la familia, van a buscarlo. Cuando regresan con el cadáver a hombros, comienza una fiesta con abundancia de chicha, cantos, bailes y música de flautas. El difunto es bailado a hombros por última vez. Finalmente lo llevan a una "cueva" que hace de cementerio donde, sin más ceremonias, lo dejan sobre los montones de restos de entierros anteriores.

Entre algunos grupos aborígenes de la cuenca del Orinoco según Jacinto de Carvajal (siglo XVI): "El llorar al difunto dura cuatro o cinco días y cuando el cuerpo va corrompiéndose hacen un hoyo afuera de sepultura, y sobre él una barbacoa; en el hoyo o sepultura hacen un fuego lento, y en la barbacoa ponen sentado al muerto, el cual como se va tostando destila una aguadilla o manteca, la cual van recogiendo y echándola en una olla nueva vidriada, y se ha de advertir que toda la loza que labran los caribes la vidrian con tanto primor y lindeza como se vidria en España (lo digo así porque lo he visto); a ésta cubren con un paño muy labrado y sutil, y cuando el cadáver está ya muy enjunto y mirlado (momificado) sacan las brasas de la sepultura que habían hecho antes y profundan en aquella parte un hoyo redondo, y en él asientan al muerto, y con el entierran las joyas que tenía de oro, piedras y plumería, que entre ellos es muy grande aprecio, y cubren aquel hoyo con una piedra o losa grande que ya tienen prevenida, y prosiguen el hacer fuego, que no ha de apagarse por espacio y tiempo de tres lunas; que por lunas cuentan los indios los meses que ha de estar el cuerpo en aquel hoyo".

Según Fray Ramón Pané, cronista en uno de los viajes de Colón nos dice que algunos aborígenes de las Antillas practicaban la momificación, desecando al fuego

el cuerpo de sus caciques a fin de que se conservara todo entero. Para el hombre común desecaban solamente la cabeza. Algunos son enterrados en cuevas y se pone sobre su cabeza una calabaza de agua y pan de yuca.

En 1922, en una pequeña cueva del estado Mérida en los Andes venezolanos fue descubierta una momia que posteriormente fue trasladada al Museo Árquidiocesano de la ciudad de Mérida. En 1991 un equipo científico de la Universidad de los Andes de dicha ciudad, hizo un estudio de la misma. Entre los datos recopilados se pudo comprobar que dicha momia, bastante bien conservada, había sido expuesta al fuego debido a la gran cantidad de hollín manifiesto entre los tejidos de la piel. Creemos que dicho cuerpo estuvo sometido al proceso de mirlado o secado del cadáver, costumbre del cual tenemos noticias por los cronistas de la Conquista, que nos relatan este tipo de prácticas entre algunos grupos aborígenes.

Las primeras descripciones de las prácticas funerarias en cuevas para la región del Orinoco fueron realizadas por los misioneros y cronistas de Indias. Gumilla, observó como los otomacos y mapoyos hacían el uso de cavidades pétreas en la Serranía de Barraguán para depositar sus difuntos; en el siglo pasado, Gilij describe las prácticas de los grupos atures y maipures de enterrar en cuevas.

A comienzos del siglo XIX, los exploradores, naturalistas y viajeros, tales como Humboldt, Crevaux, Codazzi y Chaffanjon, entre otros, describen las prácticas de utilizar las cavidades como lugares ceremoniales por parte de los diversos grupos de la cuenca del Orinoco, como los atures, maipures, guahibos, macos y piaroas. Posteriormente en el siglo XX numerosos investigadores constatan este tipo de prácticas y rituales funerarios dentro de cavidades y abrigos rocosos.

La utilidad de cavidades con fines funerarios fue una costumbre compartida por una gran cantidad de grupos pertenecientes a las dos grandes familias lingüísticas Araguaca y Caribe, así como la de algunos grupos independientes.

Las cavidades donde enterraban y entierran todavía a sus difuntos estas comunidades indígenas, están conectadas por la cosmovisión que gira en torno a la creación y el destino final del hombre, por tanto, el significado que encierran está conectado con la idea de "renacimientos" post-mortem. La cueva representa el útero materno procreador, o la casa original de los ancestros. Este tipo de enterramiento asegura la vida en el "más allá" después de la muerte, también está provista de un significado de "revivir". Así mismo permite la preservación del cuerpo y osamentas de la extinción material o de la podredumbre. La envoltura del entierro de corteza o el "chinchorro" (hamaca) simbolizan la placenta para el renacimiento.

En muchas de las cavidades o abrigos donde se realizan dichas prácticas funerarias se encuentran pinturas y grabados, desde los más simples, hasta las figuras más elaboradas, probablemente relacionadas con el simbolismo de dichas prácticas: ritos de fertilidad, iniciación, cacería o algún tipo de rito de transición. Igualmente entre algunos de estos enterramientos en cavidades o abrigos se encuentran restos óseos pintados, probablemente estarían relacionados con el renacimiento y la ayuda a desalojar el alma del cuerpo. Por otro lado, permite evidenciar el status y es indicador de diferencia étnica.

Las manifestaciones culturales presentes en las cavidades rocosas: arte rupestre y diversos artefactos, son prueba del uso sagrado de dichos lugares, en el tiempo con que los distintos grupos aborígenes han tratado las cavidades y abrigos rocosos como espacios de creación. Los materiales arqueológicos presentes -cerámica, lítica, etc- confirman la reutilización de estos espacios desde el pasado prehispánico, pudiendo remontarse desde hace más de tres mil años hasta el presente (Brites, 1995).

La muerte entre los guaraos del delta del Orinoco: en referente a la mortaja, predomina la costumbre del Dau-Gua (palo del muerto) o Gubajoro (envoltura del muerto), o sea, el uso de la "canoa funeraria", que es la mortaja racial guaraúna. Lo más conforme con su mentalidad supersticiosa es el convertir en mortaja su propia embarcación, la que el finado usó en vida, aunque lo corriente es amortajarlo en una canoa nueva labrada, que hacen de una madera blanda, fácil de trabajar..

Tumbado el árbol le dan la forma de canoa guaraúna o guaji-.kab (embarcación puntiaguda). Lo ahuecan y dentro le ponen el cadáver. Una vez depositado el cuerpo en la canoa, reduciéndose el amortajamiento a empaquetar, digámoslo así, el cadáver directamente con hojas de palma, sujetas con mamures (lianas), y luego la recubren con una capa de barro para forrarla por segunda vez con palma y mamures. A veces prescinden de la canoa dándole forma, al envoltorio, de canoa con doble proa o punta (Basilio de Barral, 1954).

Si trataramos de explicar la costumbre de los guaraos de enterrar a los muertos en canoas o embarcaciones, tendríamos que hacer igual que con las momias canarias, buscar respuestas en la cultura egipcia, cuestión esta que vemos improbable en este caso, pues no creemos que una "costumbre aislada" como la de las "barcas de los muertos" de los egipcios, hubiera sido un "contacto" de este pueblo con los guaraos del delta del Orinoco.

Se sabe que los taíno-araguacos de las Antillas mayores tuvieron una gran preferencia en el empleo de las cuevas o abrigos rocosos para sus prácticas funerarias. En la región de Maisi (Cuba), han sido encontradas evidencias de entierros en múltiples cuevas y abrigos rocosos. Algunas de estas cuevas sepulcrales han aparecido tapiadas con piedras, las que son conocidas por los actuales habitantes de la zona con el nombre de "cuevas cerradas".

Los cronistas señalan varios tipos de ceremonias funerarias: en ciertas oportunidades a el cacique se le enterraba en una caverna, situándole al lado de la cabeza vasijas con agua y casabe (tortas de yuca); otras veces se le colocaba una hamaca cuando se creía estaba a punto de morir, dejándosele solo en medio del bosque con cierta cantidad de agua y comida no volviéndosele a ver jamás. Colón observó en la isla de La Española la desecación por medio del fuego del cadáver de un cacique, cuyos restos se veneraban posteriormente en el interior de una casa, como si fuera un ídolo. Aparentemente, los huesos de ciertos individuos eran mantenidos en las casas como atributos religiosos. Todas estas investigaciones se refieren unicamente a caciques o pesonajes relevantes del grupo y no se trata sobre el enterramiento u otro tipo de ceremonia funeraria aplicada a la generalidad de la población (Guarch, 1978).

En algunos enterramientos taínos, aparecen cráneos cubiertos con una olla de barro. En ocasiones, son dos los recipientes: una sobre el cráneo y otra más pequeña cubriendo la cara, lo cual demuestra que en ciertas prácticas mortuorias se procuraba que la cabeza estuviera debidamente protegida, al parecer para que los difuntos no tuvieran problemas al pasar a la "vida eterna" y desconocida.

En los bohíos o caneyes (viviendas taínas) se guardaban a veces cráneos de los antepasados de la familia, colgando del techo en cestas tejidas para ese fin. En ocasiones usaban dos canastas: una que contenía el cráneo y otra que lo cubría. Ya que estos aborígenes creían que en estos cráneos residían los espíritus de sus antecesores, y les daban el carácter de cemíes o ídolos. Por medio de conjuros mágicos se recurría a ellos para que ayudaran a los habitantes de la casa a resolver todos los problemas que aquejan a las personas, como son: la salud, buenas cosechas y cacerías y las prácticas guerreras (Estrada Torres, 1973).

Sobre la momificación de los aborígenes canarios se ha escrito y especulado mucho. Algunos investigadores se inclinan como una costumbre tomada de los antiguos egipcios, otros opinan, basados en las notas tomadas por los cronistas, que la momificación entre los antiguos canarios seguía todo un complicado proceso que las ha llevado a encontrar -los restos de estas momias- en nuestra época en muy buen estado. Algunos de estos investigadores opinan que las vísceras eran retiradas del cuerpo antes de la momificación -siguiendo el modelo egipcio- cuestión esta que solo se ha podido encontrar en algunos casos dudosos. Lo que si se puede afirmar es, que las prácticas de ensalzamiento de cadáveres se realizaban solo a los elementos principales del grupo aborigen como: sacerdotes, caciques y sus familiares más allegados. Lo que si está claro que este procedimiento era desconocido en la región del Atlántico y norte de Africa, la práctica más cercana a este sistema la encontramos en el lejano Egipto y en varios lugares del continente americano.

Si tomamos en cuenta las noticias de los cronistas más reconocidos de la conquista de Canarias como: Espinosa, Gómez Escudero, Marín y Cubas y otros, llegamos a la conclusión que en el procedimiento de momificación del aborigen canario se llevaban a cabo las siguientes prácticas: lavado del cadáver y desecación al sol, labor esta que se desarrollaba por aproximadamente quince días. Igualmente los cadáveres eran "ahumados" y colocados sobre arena quemada. Al sol lo ponían durante el día y de noche lo ahumaban. En algunos casos -los menos- se les vaciaba las vísceras y se rellenaba el cuerpo con ciertas plantas. Estos procedimientos se han podido comprobar en los estudios que se le han hecho a restos de algunas momias canarias.

Después del proceso de momificación, el cadáver era envuelto en pieles o juncos, estos cuidadosamente entrelazados, algunas momias tenían doble envoltura con los elementos citados. En algunos y muy contados casos las momias eran vestidas con algún tipo de prendas. Igualmente se habla de pieles pintadas, se cree que dicho procedimiento servía para identificar el cadáver, los colores más usados eran el blanco, el rojo y el amarillo.

Como es sabido, los antiguos canarios tenían la costumbre de llevar los cuerpos momificados a cuevas inaccesibles donde depositaban sus muertos. Numerosas cuevas funerarias aborígenes fueron halladas en los últimos siglos y los pastores y

campesinos isleños las utilizan actualmente como graneros, corrales u otro tipo de uso.

Según Chil Naranjo, el cual recogió información de un lugareño del Barranco de Guayadeque, importante zona arqueológica de Gran Canaria: "Añadióme que en las cuevas donde las encontraban estaban de dos maneras: unas arrimadas a la pared, con sus garrotes y sus gánigos al pie, y otras, que eran las más hermosas, pues estaban revestidas con muchísimas pieles de todos los colores y cosidas como, la delantera de una camisa, se hallaban tendidas sobre una tabla de pino, con gánigos y garrotes muy bruñidos y pintados, colocados a su cabecera....junto a los difuntos eran colocados objetos y recipientes con miel y leche".

Los cronistas de la conquista de Canarias prestaron atención a las prácticas de momificar a sus muertos que tenían los aborígenes canarios y describieron los procedimientos empleados para los embalsamientos y conservación de cadáveres. Las noticias que nos dejaron son incompletas, en cuanto que fueron escritas -por lo menos- un siglo después de concluida la conquista. ¿Que procedimientos usaban los aborígenes canarios para momificar a sus muertos?, según los cronistas e historiadores pueden distinguirse los siguientes aspectos: "Preparaban los cadáveres con yerbas y manteca al sol...", escribió Torriani. El fraile Alonso de Espinosa habló, por su parte, de que al cadáver introducían por la boca confecciones hechas de manteca de ganado derretida, polvos de brezo y piedra tosca, cáscara de pino y hierbas, operación que se repetía diariamente durante el periodo de embalsamiento. Marín y Cubas señala igualmente, que los ungían con manteca.

A comienzos del siglo XIX, el francés Bori de St Vincent sentaba la hipótesis de que los aborígenes canarios se servían del jugo eurfobia para los embalsamientos: "Ellos empleaban sin duda aquella especie propia de su clima que es acre y lechosa; yo he observado trozos enteros en el pecho de una momia a la que no se había hecho incisión. Se me ha asegurado, que también se habían sacado hojas conservadas y que habían sido reconocidas, como posiblemente de laurel".

Igualmente en el mísmo siglo el científico Vernau afirma haber hallado una substancia resinosa aunque no ofrece otros detalles "no conocemos apenas los procedimientos empleados por los guanches para conservar a sus muertos. Yo he encontrado en las grutas de las momias fragmentos de una substancia consistente, con el aspecto de resina mezclada con grasa...". Efectivamente en momias que se conservan en la actualidad puede comprobarse la presencia de resina, de color muy oscuro, pero se hace preciso concretar en que forma se usaba y si desempeñaba alguna función en el embalsamiento.

Según el Padre Espinosa, el cuerpo del difunto era colocado sobre un banco de piedra para proceder, desde luego a su disección, extrayéndole los intestinos. Se le lavaba dos veces al día con agua fresca mezclada con sal, teniendo cuidado de empaparle las orejas, las ventanas de la naríz, los dedos de las manos y de los pies y todas las partes delicadas; se le untaba enseguida con una composición de manteca de cabras, de yerbas aromáticas, corteza de pino machacado, resina, polvo de helecho, piedra pómez y otros productos astringentes y disecantes; después se les exponía al sol por espacio de quince días. Durante este intervalo, los parientes del difunto contaban sus alabanzas y se entregaban al dolor. Cuando

el cuerpo se hallaba bien disecado y ligero, se le envolvía en pieles de ovejas y cabras, curtidas o crudas, según su rango, y se le hacía una marca para reconocerlo en caso de necesidad. Después de esta operación era llevado a una de las cuevas sepulcrales destinadas a este piadoso uso y situadas en parajes casi inaccesibles. Los cuerpos que se encerraban en sepulcros eran colocados de pie contra las paredes de la cueva; los demás dispuestos los unos al lado de los otros sobre especie de andamios de ramas de enebro, de mocan u de otras maderas incorruptibles.

"...los metían en cuevas y estos eran los más nobles, que a los demás les ponían en los malpaises o piedras de volcán, haciéndo hoyos en las piedras y cubriánlos con un montón de ellas como torreoncillo que hoy se hallan y se hallarán siempre, porque no se van a buscar...la manteca y el cebo lo guardaban en ollas y leñas olorosas para exequias de los difuntos, untándolos y ajumándolos poniéndolos en arena quemada los dejaban mirlados, y en quince o veinte días los metían en las cuevas, y esto eran los más nobles..." (Escudero, redacción Carmona, 1639).

Igualmente en las crónicas de Gómez Escudero, este añade que el cadáver era AHUMADO y colocado en arena quemada. Y, asimísmo, Marín y Cubas dice que los ponían al sol de día y de noche al humo (Herrera Piqué, 1990).

El estudio de la cueva de la Cucaracha y del Cuervo en la isla de La Palma, que aunque saqueadas casi totalmente -por los materiales residuales y algunas informaciones de "saqueadores"- se ha llegado a la conclusión sobre la presencia de la cremación entre los aborígenes palmeros. Por los conocimientos actuales no se puede determinar que se trate de un ríto o que fuera un incendio provocado por los aborígenes, ya sea por el grupo que la habitó inicialmente o por pueblos posteriores, aunque es dificil explicar porque la cerámica y otros objetos no están quemados, por lo que había que descartar un incendio en el lugar. Por ello se cree que la cremación se realizaba en la cueva, utilizando madera de pino, segùn atestiguan los restos semicarbonizados de ramas de dicho árbol. Por lo que se determina que los cadáveres eran "quemados", nunca incinerados y a los que posteriormente de realizar dicho ríto se les colocaba el ajuar correspondiente.

Las investigaciones que se han realizado en la cueva-cementerio del Cuervo, parecen demostrar que la cremación fue practicada por los primeros grupos aborígenes que llegaron a la isla de La Palma, siendo posteriormente sustituida esta costumbre por la inhumación, datos estos comprobados por los restos asociados a cada enterramiento y la estatigrafía del terreno. La inhumación fué una costumbre bastante generalizada en la región noratlántica africana, sin embargo la cremación es prácticamente desconocida en esta región (Mauro Hernández, 1977).

Quizás las piezas más interesantes del Museo Canario -en lo que a nivel arqueológico se refiere- son varias momias encontradas en cuevas de la isla de Gran Canaria. Igualmente el Museo de La Fortaleza de Santa Lucía de Tirajana, en la mísma isla, posee varios ejemplares muy bien conservados. Esto nos demuestra que una de las características más relevantes de los antiguos habitantes canarios era la de momificar a sus muertos. Para ello según los cronistas utilizaban determinadas sustancias, luego ponían a secar el cadáver al sol durante el día y durante la noche lo desecaban ahumándolo con fuego. El cuerpo era cubierto enteramente con envolturas de juncos entrelazados y de pieles de cabras

cuidadosamente cosidas. El trato que se le daba al cadáver variaba según la jerarquia social del individuo fallecido, lo que si está claro es que solo momificaban a los personajes relevantes del grupo y sus familiares más allegados.

Según el investigador Herrera Piqué (1990): La existencia de momificación o mirlado del cadáver en la Canarias prehispánica plantea un serio problema de interpretación para la prehistoria insular en cuanto a esta costumbre, que no se daba en el norte y noroeste de África. Ello deja abierto un interrogante fundamental en la cuestión del antiguo poblamiento de este archipiélago.

Los fardos funerarios, o envolturas en piel de las momias canarias, están hechos con cueros de cabras y ovejas, perfectamente tratados y cosidos con gran esmero. Estas pieles, con que se amortajaba el cadáver, en algunos casos se contaban hasta "quince sudarios" superpuestos, número probablemente en relación con la categoría social del personaje. Suelen a su vez atarse en sentido transversal con cuerdas o correas de cuero, formando un envoltorio totalmente cerrado, que guarda dentro de sí el cadáver momificado. En el hallázgo de la cueva de Gáldar (Gran Canaria) en 1883, se da cuenta en el momento del descubrimiento de la cueva y donde se encontraron en su interior restos de cadáveres. No se habla propiamente de momias, lo que lleva a pensar que estamos ante un enterramiento secundario y donde los restos humanos, ya desarticulados, fueron depositados encima de unas cazoletas talladas en el piso de la cueva, cuyas paredes estaban decoradas con pinturas. Esta circunstancia de panteón de los antepasados situados en el ábside decorado con pinturas, justifica y potencia el carácter ceremonial del recinto.

Igualmente se tienen noticias de enterramientos secundarios en Canarias y donde los restos eran depositados en vasijas de cerámica, costumbre ésta desconocida en el archipiélago, hasta que a mediados del siglo XVIII se realiza el descubrimiento de cinco ollas de barro conteniendo restos humanos de cinco niños, uno en cada vasija, este hallazgo fue realizado en el lugar conocido como Charco de Baptisterio, en el Barranco Bozo de Arico en la isla de Tenerife. Estos aislados restos de entierros secundarios descubiertos en el archipiélago canario, ponen una interrogante más sobre las costumbres funerarias de los antiguos aborígenes canarios, rasgos característicos, sin embargo, de los grupos araguaco-taínos americanos.

Algunos investigadores sostienen que los cadáveres canarios estudiados por ellos, parecían haber sido sometidos a un tratamiento especial, como una importante momia del Museo Etnológico Nacional de Madrid, aunque estos aspectos no están del todo comprobados, a pesar de los análisis realizados sobre restos aborígenes. Pero de lo que si está claro y por noticias de los cronistas, es que a algunos cadáveres se les daba un procesamiento muy especial, como era en este caso la momificación del difunto. Igualmente se sabe que las tareas de conservación de los cuerpos se hallaban reservadas a personas determinadas, con las que no se podía entrar en contacto para no ser contaminadas con las impurezas, derivadas de dichas labores. "Más los hombres y mujeres que los mirlaban, que ya eran conocidos, no tenían trato ni conversación con persona alguna ni nadie osaba llegar a ellos, por que los tenían por contaminados e inmundos; más ellas y ellos tenían su trato y conversación y cuando ellos mirlaban alguna difunta, los maridos les traían comida, y por el contrario" (A. Espinosa).

El enterramiento en cueva es el único que se conoce en Tenerife y aquellos que se destinan a albergar los cadáveres no responden a una tipología determinada porque se trata de cuevas naturales. Solo se eligen en función del tamaño cuando se quiere realizar un entierro individual o múltiple. Es probable de todos modos que las prácticas funerarias que conocemos en el archipiélago canario resulten más complejas que las que de manera tradicional se hallan recogidas en la literatura arqueológica. En ella se alude con frecuencia a "huesos revueltos" o a cadáveres colocados, aparentemente desordenados, pero que cabría preguntarse sino se trata en realidad de algún ritual funerario bien distinto a los que se conocen. Resulta prematuro siquiera avanzar una hipótesis, pero si consideramos que estos hechos debieran tenerse en cuenta, puesto que como se desprende de los textos que hemos visto refiriéndose a la muerte entre los guantes, o en el que se alude al ceremonial en la elección del Mencey (Rey) en el cual se "adoraba el hueso de un antepasado", según algunos autores, a la calavera, según otros, los huesos de algunos muertos eran separados del cuerpo. Estas manifestaciones permiten plantearnos estos hechos como problemas, de modo que lo que tradicionalmente hemos considerado como hueseras, material revuelto, cuevas destrozadas, no se trataría de tales, sino de aspectos relacionados de una u otra forma con sus prácticas funerarias.

En todos los enterramientos existe la idea de separar el cuerpo de la tierra para no contaminar el cadáver con el piso, diferenciando así dos ámbitos de lo sagrado y lo profano, de manera que aquellos se hallan colocados sobre un suelo enlosado de lajas o sobre ramas, yerbas, trozos de madera, e incluso tablones de tea o de sabina. Estas parihuelas se conocen con el nombre de "chajascos". Además el recinto funerario se aísla cerrando la entrada de la cueva con una pared de piedras. Los muertos se colocan en el centro del recinto, o en los laterales, hasta llegar a ocuparlo todo cuando se trata de un enterramiento múltiple. La orientación de los inhumados no es constante y no parece responder a ritual alguno.

Después de acaecida la muerte, el cadáver era sometido a un proceso de conservación conocido como mirlado, así como de otro más complejo, el de la momificación. Estas prácticas, en contra de lo que pudiera creerse no fueron de uso general entre la población, al ser muchos los cadáveres no sometidos a estos tratamientos (Cuzcos, 1976).

Mientras tanto no existan nuevos estudios en este sentido, cabe al menos plantear que dentro de los tratamientos de conservación de los muertos entre los aborígenes canarios, se establecerían diversas categorías, reservando el más sofisticado para el Mencey y acaso su familia; entre ellos la "extracción de vísceras", que según se recoge más adelante en un texto de mediados del siglo XVI, serían "prácticas excepcionales" que evidenciarían un símbolo de distinción de su dignidad.

Durante el ceremonial en el que se entroniza al nuevo Mencey se establece una comunicación con el mundo de los antepasados a través del "hueso" de su antecesor del nuevo jefe, al entrar en relación con el primero de su linaje de quien depende el poder que le ha sido conferido por el valor sagrado que poseen aquellos. Esta comunicación con los muertos se renueva también con ocasión de su muerte (Tejera Gaspar, 1992).

Seguramente la muerte fue para los aborígenes canarios un hecho de gran importancia, probablemente basados en las creencias de una vida en el más allá después de su desaparición en la tierra. Su interés dentro de los ritos funerarios se manifestaba con una serie de costumbres, destacando entre ellas la momificación, así como el gran cuidado que dispensaban a los enterramientos, tanto los practicados en cuevas, como la inhumación en túmulos, que integraban grandes necrópolis, como el caso del Agujero en Gáldar (Gran Canaria). Igualmente tenemos algún caso aislado de enterramiento secundario en vasijas de barro, que creemos no sean los únicos. Por su parte, en el Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, se conserva un "ataúd" construido mediante el "ahuecamiento" de un tronco de pino. Fue encontrado en el noreste de Gran Canaria, y dentro de dicho objeto se encontraron restos óseos del cuerpo al que fue destinado el enterramiento. Se trata de una pieza aislada dentro de las costumbres funerarias en la prehistoria del archipiélago canario, probablemente existieron o todavía se puedan conseguir algunos objetos arqueológicos de estas características y puedan indicarnos que esa costumbre no fue un caso único dentro de las costumbres funerarias de las Canarias prehispánicas.

Como hemos visto, en muchos casos concuerdan las costumbres funerarias de la América precolombina con las prehispánicas del archipiélago canario. Entre estos procedimientos destaca la momificación, que al no conocerse casos de este tipo en el norte del África atlántica, su lugar más cercano estaría en Egipto, muy lejos de Canarias y con una diferencia notable en el tratamiento de los cadáveres durante la momificación. Analizando las culturas arahuaco-taínas del norte de Suramérica y el área antillana, nos encontramos que, las costumbres funerarias de estos grupos precolombinos y la de los canarios aborígenes concuerdan en su mayoría: la momificación por desecamiento; el enterramiento en cuevas; entierros secundarios en vasijas de barro; construcción de túmulos funerarios; enterramiento en troncos ahuecados, en este caso se demuestra que los aborígenes canarios conocían la técnica de ahuecar troncos, lo que no les impedía construir canoas similares a las americanas; construcción de tumbas-hipogeos decorados con pinturas, como son los casos de San Agustín en Colombia y Gáldar en Gran Canaria; o abrigos-cementerios decorados con pinturas y grabados, como los de muchas partes de América y los de la isla de La Palma; igualmente tenemos los envoltorios de las momias con gran cantidad de sudarios, como las de Nazca y Paracas en Perú y algunas de Canarias. Por último tenemos el culto al cráneo, del que nos habla Colón y los cronistas en sus primeros contactos con los pueblos taínos de las Antillas, correspondido igualmente por los aborígenes canarios durante la juramentación de los Mencey u otros actos relevantes del pueblo.

EL MATRIMONIO, LA VIUDEZ Y EL MATRIARCADOEN LOS ARAGUACO-TAÍNOS Y LOS ABORÍGENESCANARIOS.

En el año 1962, cuando apenas tenía 17 años y llevaba dos viviendo en Venezuela con mis padres -emigrantes gallegos- en la pequeña y hermosa ciudad de Trujillo en los Andes venezolanos; mi familia decidió viajar un fin de semana a la ciudad de Maracaibo para visitar a un antiguo amigo portugués, nativo de Viana do Castelo y que junto a su familia habían regentado un negocio de pintura en la ciudad de Lugo (Galicia) vecino a la cafetería que regentaban mis padres. Silvestre, como así se llamaba el amigo de mi familia nos esperaba en uno de los hoteles de su propiedad, sito en el centro de la populosa ciudad petrolera venezolana. Nos invitó a su casa y allí nos presentó a una hermosa joven de rasgos indígenas, indicándonos que era su "mujer", que era una india guajira y que la había "comprado" a su familia por dinero, teniendo a su vez que cumplir ciertas obligaciones con ella. Nuestra reacción, principalmente la de mis padres y mi hermano mayor, fue de perplejidad, pues no entendíamos, que en pleno siglo XX, todavía se hicieran transacciones de ese tipo. Quince años después cuando me iniciaba en el mundo de la arqueología y la antropología aborigen americana, fue cuando realmente me enteré, que ese tipo de transacciones o convenios eran comunes -principalmente con miembros de su propia comunidad- entre los indios guajiros de la península de la Guajira y no muy lejos de la ciudad de Maracaibo, urbe ésta donde viven miles de individuos de esta etnia.

Entre los actuales indios guajiros del norte de Venezuela y Colombia, considerados como probables descendientes del antiguo pueblo araguaco, establecen que en el matrimonio entre miembros de su comunidad, para poder casarse, que el novio debe pagar una determinada cantidad de cabezas de ganado -hoy día se ha impuesto la costumbre de pagar en dinero- a la familia de la muchacha.

Cuando el guajiro pretende una joven, lo comunica a su tío materno -siguiendo la herencia matriarcal- éste o algún otro que el tío señale va a ofrecer un regalo a la familia de la pretendida. La aceptación del novio por parte de la familia de la muchacha, conlleva enseguida a fijar una cantidad a pagar por parte del novio o su familia. Si la muchacha es pobre, pueden bastar tres o cuatro cabritos; si es rica, el pago puede elevarse a cientos de vacas.

En el pago de la novia deben colaborar los familiares del clan del novio; de este modo, los parientes tomar parte activa en hacer posible el matrimonio. Por su parte, si la esposa es infiel al esposo, éste exige que se le devuelva lo que pagó por

ella, incluso el esposo ofendido recibe, además, compensación de los parientes de su mujer por sus sentimientos lastimados.

Debido a esta costumbre de los guajiros, que les viene de sus ancestros, se comenta entre los no pertenecientes a este grupo, que éstos "venden" a sus hijas, o que en la Guajira se "venden mujeres", cosa que no es así, pues esta costumbre, como dijimos milenaria, tiene más bien un sentido hermoso y profundo, pues el novio demuestra que realmente aprecia y valora a la muchacha y lo hace ver con hechos. Igualmente es una forma de que todo el clan del novio participe en el matrimonio, pues deben ayudar al novio a recoger la paga. Igualmente es un medio de asegurarse la fidelidad de la esposa; si ella es infiel, la familia debe devolver lo que se pagó por ella más una cantidad por la ofensa de la infidelidad.

Hay una curiosa anécdota sucedida a un matrimonio guajiro en la ciudad de Maracaibo, no hace muchos años, cuando éste presenta a su esposa a unos amigos criollos. Al presentar a ésta dice el marido: "He aquí mi mujer, que me ha costado siete mil bolivares"; la esposa aunque hablaba bien el castellano prefería la lengua y costumbres guajiras, y al oir las palabras de su marido, irguiendo la cabeza les dijo: "cuanto mejor es nuestro matrimonio que el de ustedes, en el que la mujer no tiene precio y pasa a manos del hombre como un objeto o animal cualquiera".

Gumilla, cronista de la época de la conquista en la región de la cuenca del Orinoco, nos dice sobre los "matrimonios" entre algunos grupos indígenas: "En otras naciones no se andan con estas nimiedades, sino claramente por vía de contrato, se disputa lo que efectivamente el novio debe exhibir por paga de la novia; y concluido el trato, da lo pactado, y si tiene edad se la lleva, y si no, desde entonces corre con la obligación de buscarle que comer. Cuando el que pide la hija casadera tiene ya otra u otras mujeres, se le hace muy duro a los padres de la moza el consentir, y sólo a fuerza de aumentar la paga se llega a componer el tratado. No sucede así en orden a las viudas que quedan casaderas; menos entre los caribes, que las hereda el hijo mayor del difunto, y entre los otomacos, que los capitanes de éstos dan la viuda a un jóven"."La poligamia que es tener multitud de mujeres, viene de padres a hijos entre aquellos gentiles, como uso tan entablado que no ni por pensamiento se les ofrece la menor duda de si será o no será lícito; pero generalmente hablando, son pocos los que tienen muchas mujeres, no por falta de voluntad, sino porque no las hallan, o caso que las hallen, porque no tienen caudal para dar la paga que piden sus padres o no quieren obligarse a las pensiones antes descritas".

Igualmente el cronista Gumilla, recoge sobre mediados del siglo XVIII noticias, igualmente en la regíon del río Orinoco, sobre el matrimonio entre algunos grupos aborígenes. Entre alguna de aquellas gentes se usaba y se usa todavía la costumbre que, naciendo algún niño, están observando y esperando la primera niña que sale a luz, y luego se la piden a sus padres, alegando que deben ser compañeros por haber venido a este mundo uno pos del otro. Cuando el jóven empieza a crecer y practica la caza, pesca, trabajo de agricultura o recolección, todo lo que puede haber en sus manos lleva a la niña, sea pescado, aves o frutas; tributo que reconoce y paga, hasta que a su tiempo se la dan por mujer. El jóven que ya mata un jabalí se lo lleva al futuro suegro, prueba que ya es un hombre en forma y a su vez prepara una sementera, ya está listo para casarse, pues puede mantener una familia.

En otras naciones de la mísma región simplificaban el matrimonio realizando un contrato de conveniencia. El novio debía exhibir la paga por la novia; y concluido el trato da lo pactado, y si tienen edad se la lleva, y si no, desde entoncer corre con la obligación de darle la comida. Cuando el que pide la hija casadera tiene ya otra u otras mujeres, se les hace muy duro a los padres de la jóven el consentir, y solo a fuerza de aumentar la paga llega a componer el tratado.

Según relatan los antiguos cronistas de la conquista de Canarias, los aborígenes del archipiélago concretaban las uniones de ambos sexos o matrimonio por medio de contratos. Este pacto variaba en su contenido dependiendo las condiciones sociales y económicas de los contrayentes y las intervenciones familiares que se hacían antes de sellar el contrato de la unión de la pareja, donde en algunos casos, la familia del varón pagaba en especies a la familia de la novia -padres, tios o tutores-. Existían ciertas causas que anulaban dicho pacto, una de ellas era la esterilidad, también la infidelidad. Cualquiera de estas causas o las pactadas por ambas familias obligaba al contrayente a devolver a la mujer a casa de sus padres y hermanos, y si se hubiera pagado precio por la novia, como se hacía en muchos de dichos pactos, la familia de la contrayente estaba obligada a devolver a la familia del marido las especies pagadas. Igualmente era aceptada entre los antiguos aborígenes canarios, tanto la monogamia como la poligamia, siguiendo en ambos casos el mísmo sistema de contrato entre las familias de los contrayentes.

Antes de poder casase, las mujeres guajiras deben pasar por un periodo de encierro, conocido también como blanqueo. A la llegada de la primera sangre menstrual, a la muchacha se le corta el cabello al rape y, vestida unicamente con su manta o totalmente desnuda y descalza, la acuestan en una hamaca y la levantan hacia lo alto. Así pasarán tres días de riguroso ayuno, con los ojos clavados en el techo -para que el cuerpo suelte las maldades de su niñéz- y oyendo los cantos que algún familiar entona para ella. A los tres días -por la madrugada- la sacan de la hamaca, la bañan con agua fría y le hermosean.

Le dan de comer mazamorra de maíz y el zumo de algunas plantas especiales, dieta que debe continuar algún tiempo para que engorde, entonces comienza un largo encierro en una pequeña habitación donde no puede entrar ningún hombre. La muchacha no puede salir de allí y debe hablar en voz baja. Su madre, tias o primas la van enseñando hilar tejer y además oficios del hogar durante meses e incluso años, según la posibilidad de la jóven encerrada.

Una fiesta con el baile de la "chicha-maya o "yonna", señala el fin del encierro de la muchacha guajira. Ahora ya es una "majayura" (señorita) y que puede ser pretendida en matrimonio. Como en todas las fiestas guajiras, se consumen grandes trozos de carne asada y corre abundante el "chirrinche" o licor.

Para bailar la "yonna" forman un círculo: un hombre sale al centro e invita a bailar a una mujer. La guajira se esfuerza moviendo ágilmente sus pies, para poder pisar al hombre y tumbarlo, éste tiene que poner toda su habilidad en evitar que lo tumben. Cada vez que la mujer logra su intento, los espectadores rien y fetejan el hecho y una nueva pareja sale al ruedo.

Esta costumbre de los indios guajiros del norte de Colombia y Venezuela, según los antropólogos, descendientes de los antiguos pueblos araguacos, nos recuerdan a las "magadas" de las islas Canarias, que algunos cronistas de la conquista del archipiélago califican de "sacerdotisas". Estas mujeres, que vivián en recogimiento y se mantenían y se sustentaban de lo que el pueblo y sus familiares les daban, vivían retiradas en cuevas o abrigos; algunos investigadores ven en algunas grutas encontradas en Gran Canaria, como la Cueva de los Candiles -la cual sus paredes están grabadas totalmente con vulvas o triángulos púbicos- como lugar de residencia temporal de estas mujeres. Dadas las características de las "magadas" canarias, todas ellas jóvenes mujeres y a su vez la decoración "sexual" en algunos de los lugares donde se enclaustraban, que dicha costumbre tuviera que ver, como una especie de encierro cuando llega el primer ciclo menstrual de la jóven y no del carácter religioso expuesto por algunos cronistas, los cuales no agregan mayores datos al respecto.

Dentro de la región de los indios chimane, en un valle próximo al río Marique, al pie de las cordilleras orientales de Bolvia, región esta donde algunos investigadores creen que tuvo su origen la Cultura Araguaco, que más tarde se extendería por todo el norte de Suramérica, los miembros de la vigésimocuarta expedición del Instituto Frobenius encontraron una agrupación de bloques de piedra. Una vez limpios de su cobertura de musgo y enredaderas, catorce de ellos mostraron grabados profundos, aunque muy erosionados por los cambios meteorológicos. Los bloques estaban en sus posiciones originales, en un paso de montaña. Involuntariamente acude a la memoria la posición del santuario de la fertilidad de Lausse, con sus bloques tallados con la venus y otras representaciones similares. En este lugar de Bolivia había pocas representaciones, aunque interesantes, de la figura humana, pero si un número elevado de símbolos sexuales femeninos. Las figuras humanas estaban siempre en el punto más alto de las rocas, bajo el cual se agrupaban numerosos signos vulvares, algunos muy notables por su tamaño, el mayor mide 40x37 cms. Son prácticamente iguales a los descubiertos en la isla de Gran Canaria

Lo más interesante de estas piedras es la tradición con que las asocian los indios chimane, -Chimague y Chimaque son dos topónimos aborígenes canarios- los bloques se encuentran en las proximidades de un yacimiento de sal gema, protegido en calidad de lugar ritual, caido en desuso, donde los antepasados de los chimanes habían bailado "cuando buscaban la sal, adornados con plumas, enmascarados y portando molinetes". Entre este grupo indígena boliviano, la sal está estrechamente vinculada a la fertilidad y a la procreación humana. Su recolección iba unida a acciones rituales y ceremonias (Giedlon, 1981).

En la región de Bum-Bum en el piedemonte de los Andes venezolanos y lugar de asiento de los grupos araguacos precolombinos, hemos descubierto en la selva varias rocas con petroglifos, destacando entre la diversidad de motivos, los signos vulvares. Igualmente en la serrania de Coro -lugar de asiento de los antiguos indios caquetíos de origen araguaco- al norte de Venezuela, hemos ubicado un abrigo con grabados de triangulos púbicos o signos vulvares, similares a los de la Cueva de los Candiles y a otros descubiertos en la isla de Gran Canaria.

En el mundo prehistórico de Gran Canaria existe una figura cuyo significado es poco conocido y mucho menos interpretado, al menos no con la precisión y extensión que debiera merecerse, nos referimos a las formas vulvares,

representadas por la figura de un triángulo equilátero invertido. Este motivo se encuentra con gran abundancia inciso sobre determinadas figuras antropomorfas en arcilla o madera, consideradas como ídolos por los antiguos canarios, pero con mucha mayor insistencia a modo de ideograma, igualmente aparece grabado y en menor medida pintado en las paredes interiores de ciertas cuevas artificiales de Gran Canaria.

Es precisamente en estas figuras antropomorfas de barro cocido donde estos motivos triangulares adquieren su más claro significado, ya que señalan o remarcan el triángulo púbico, que también puede representarse con indicación de la vulva en base a una incisión profunda que parte del vértice del triangulo hasta el centro de la base. Y es que éstas esculturas antropomorfas de marcado carácter femenino no son otra cosa que objetos culturales relacionados con ancestrales manifestaciones de la fecundidad, de la fuente de toda vida, de la Gran Madre Tierra, que ostentaba el triángulo vulvar como símbolo sagrado (Giedrión, 1981).

Este tipo de manifestaciones arqueológicas como son los petroglifos y pinturas rupestres y las esculturas femeninas con marcados signos vulvares, nos da a entender que las culturas aborígenes canarias eran de un marcado carácter matriarcal y donde la mujer jugaba un papel de gran importancia dentro de esas sociedades prehispánicas.

En fechas muy posteriores a la conquista de Canarias, las historias de cronistas como Espinosa, Abreu y Galindo y Torriani aluden a una marcada diferenciación de los grupos sociales en Canarias, en este punto destacamos la labor de Abreu, que se detiene en ciertos aspectos de la organización social existente en Gran Canaria. Al respecto escribe: que la capa superior se diferenciaba y conocía de los demás en el cabello y la barba e indica que no bastaba que los caballeros descendiesen de gente adinerada, sino que los había de dar por nobles el "faicán", que era dignidad grande, segunda persona después del rey o guanarteme. En la epoca en que llegaron los españoles, la isla estaba dividida en dos cantones cada uno, respectivamente, bajo el mando de un guanarteme. Tiempos atrás, la isla había alcanzado la unificación y ello se atribuyó al papel desempeñado por una destacada mujer. Los elementos matriarcales también aparecen muy relevantes en el sistema social de Gran Canaria y cabe hablar de un "sistema matrilineal" en la transmisión de los poderes.

Solo se podía ser Guanarteme o rey entre los grancanarios a partir de los siguientes grados o mecanismos de parentesco: Como hermano mayor de la "reina"; como esposo de la "reina" o como hijo de la "reina". Porque es en ella donde se deposita la legitimidad de la herencia y la transmisión del poder por ascendencia femenina. Durante el episodio de la rendición definitiva de la isla se manifiesta, de forma pública y solemne, que entre los canarios la jefatura la encarnaba una mujer, testimoniando de esta forma el carácter matriarcal del poder.

En la isla de la Gomera, la herencia de sus antiguos habitantes era de carácter matriarcal, de manera que la mujer es quien transmitía el linaje, probablemente el rango social, y los bienes materiales. Por eso, los hijos no heredaban de sus padres, sino del hermano de su madre, es decir una pareja no traspasaba su descendencia sino a la hermana del varón. El cual solo es depositario eventual de los bienes transmitidos a través de su madre y que a su vez deberá devolver a los

hijos de su hermana. Es posible, entonces que el tio ejerciera algún tipo de tutela o tuviera alguna responsabilidad sobre sus sobrinos, hijos de su hermana. En todo caso, este modelo de transmisión y de relaciones puede generar sistemas de residencia, como la matrilocalidad -vivir con el tío- (Navarro Mederos, 1993).

Entre los antiguos aborígenes de la isla de la Palma era frecuente que la descendencia se hiciera por vía materna. De este hecho se podria derivar la importancia que tenía la mujer dentro de la sociedad palmera, hasta tal punto que el cronista Abreu Galindo escribiera: "Hacían a ellas cabeza de gobierno de la guerra y a ellos de la paz". Otro dato de confirmación anterior se lo debemos a Zurara cuando manifiesta que tuvo noticias de: "uma que era de desarrazoada grandezam para mulher a quel dizlam que era rainha de uma parte daquela ilha".

La mujer aborigen de la isla de la Palma tenía a su cargo la organización de la vida doméstica, desde la cría de los hijos hasta el control absoluto de la unidad familiar cuando los hombres estaban ocupados en las actividades pastoriles o la guerra. En el ámbito doméstico, se encargaría además de la elaboración de la cerámica y participaría activamente, junto con los ancianos y niños, en las actividades recolectoras. Es probable que el hecho de ser las mujeres las encargadas de realizar la cerámica, tenga una trascendencia mayor de la considerada hasta ahora, más si se tienen contactos con otros grupos. En este sentido, el cambio de residencia de una mujer conlleva también a la aportación de deteminadas ideas personales que pueden cuajar en el seno de un nuevo grupo, dando la presencia de materiales que parecen haber salido, sino de las mísmas manos, si participar de una mísma tradición alfarera, hecho éste que se ha observado en diversos objetos encontrados en yacimientos arqueológicos muy distantes unos de otros (Martín R., 1992).

Entre los canarios, según las fuentes de los viajeros de la conquista, era desconocida la circuncisión -sin embargo muy extendida en el continente africano-, los componentes religiosos parecen más matriarcales que patriarcales. No obstante, las mujeres adúlteras, según Marín y Cubas, eran arrojadas vivas al mar.

En los pobladores prehispánicos, principalmente de Gran Canaria, convergen las dos ideas religiosas originadas en la época del Neolítico. Por un lado tenemos la expresión religiosa de la Gran Diosa Madre -patente en los ídolos de cerámica- ligada a los grupos del Neolítico del Viejo Mundo y del Formativo americano. De otro, la preocupación, de raíz totémica, de conservar el cadáver como garantía de la vida ultraterrenal, que alcanzó en Egipto y algunos grupos precolombinos americanos una gran importancia social.

Entre los grupos precolombinos araguacos del continente americano, la mujer jugó un papel social destacado, dado el carácter poco guerrero de estos grupos y la labor agrícola que desarrollaron en los lugares donde se asentó esta cultura. La gran cantidad de figuras femeninas, con los órganes sexuales muy marcados y que se han encontrado en numerosos yacimientos arqueológicos pertenecientes a esta cultura así lo atestiguan.

Correspondiendo a su nivel cultural, entre los araguaco-taínos de las Antillas Mayores, existía una verdadera sociedad matriarcal basada en la división del trabajo entre hombre y mujer. La importancia y la posición social de la mujer en la

sociedad araguaco-taína estaba directamente relacionada con las funciones que tiene a su cargo dentro de la división del trabajo. En algunos casos llegó a tener poder político y militar, como el caso de la cacique Anacaona. Igualmente el desarrollo de la comunidad dependía, en una mayoría muy alta, de los trabajos que hacía la mujer.

Dentro de la división del trabajo la mujer taína tenía, entre otras cosas, el mantenimiento y el cuidado de los hijos, así como también de la techumbre de los bohíos o viviendas, del conuco o huerta y sus menesteres, de las labores de cerámica, tejidos y artesanías, elaboración y conservación de alimentos, de sembrar y cosechar y hasta de recolectar. En fin, todo lo que no fuera la construcción de la vivienda, caza, pesca y fabricación de canoas o embarcaciones e instrumentos y objetos de usos específicos como: arcos y flechas, macanas, hachas de piedra y posiblemente los duhos o asientos ceremoniales, cosas de las que generalmente se ocupaban los hombres, amén de los oficios de la guerra. En una sociedad de este tipo la importancia y la influencia de la mujer se hizo sentir en todo momento y creo que podía llegarse a la conclusión de que su posición en la sociedad era casi similar al hombre, sin llegar a la situación opuesta en que se encontraba la mujer en algunos grupos de Suramérica. Los comentarios de los cronistas y la existencia de mujeres cacique, como Anacaona y Ana, así lo demuestran.

Con respecto a la existencia de mujeres cacique es también un fenómeno muy propio en sociedades donde la mujer tiene un papel muy importante en la vidad social y doméstica, como sucedió en la cultura araguaco-taína. Colón, Las Casas, Fernández de Oviedo y otros cronistas recogen los elocuentes casos de la Cacique Anacaona, esposa de Caonabó y hermana de Bohechío, como mujer de grandes cualidades y dotes de mando, así como también la mujer de Cayacoa, convertida al cristianismo con el nombre de Ana, que sucedió a su marido a la muerte de éste. Por eso la sucesión de esos caciques se realizó preferentemente por línea materna, o sea que si un cacique muere sin descendencia directa masculina con ninguna de sus mujeres, el vacío lo ocupará el hijo o la hija de su hermana, lo que demuestra el sistema matriarcal entre los táino-araguacos, tanto de Tierra Firme como de las islas caribeñas donde se asentó esta cultura (Pedro J. Santiago, 1978).

El rapto de mujeres figuró también, como tema en la mitología taína y como evidencia estructural, por lo cual nos ayuda a precisar su importancia social. Según las creencias relatadas por el Padre Pané, el héroe Guahayona inició sus aventuras apropiándose no solamente de las mujeres comunes, sino también de las de su cacique Anacacuya. Esa violación del orden original tuvo varias consecuencias; en su primera vertiente, se separaron los sexos y se crearon nuevas comunidades: la de las mujeres sin hombres y la de los hombres sin mujeres. Anacacuya la cacique, al ser hundida en el mar, simboliza la terminación del orden original, de la mísma forma que Guahayona y su investidura, simboliza a su vez, el establecimiento de un nuevo orden. Aquellas mujeres raptadas y abandonadas en la isla de Matininó, serían visitadas anualmente por hombres permitiéndoles así su reproducción en el tiempo. Estos hombres no eran otros que los caribes, los actores en este drama, que caribes y amazonas formaban parte integral de la trama mítica del rapto de las mujeres en su versión antillana, y como tal intervenían en unos complejos rítos de fertilidad o de iniciación en las comunidades indígenas (Sueb Badillo, 1978).

Se puede determinar que con la invasión, tanto de Tierra Firme como de las islas caribeñas donde se había sentado la Cultura Araguaco, por los sanguinarios pueblos caribes, cultura ésta de origen patriarcal, causó prácticamente la desaparición del matriarcado entre los araguacos. Los caribes prácticamente exterminaban a los hombres y "aprovecharon" a las mujeres araguacos para su beneficio propio, sabiendo los conocimientos y trabajos que ellas desempeñaban dentro de sus comunidades y que fue bien aprovechado por los caribes en el desarrollo que más tarde habría de tener su pueblo, llegando en algunos casos, fundirse ambas culturas, tanto en su lengua como en sus costumbres sociales, fue así como el matriarcado prácticamente dejó de existir.

Una de las costumbres más curiosas que tenían muchos de los grupos de aborígenes precolombinos que poblaron el norte de Suramérica y las Antillas, era la viudez de la mujer. Entre los cumanagotos de probable ascendencia caribe-araguaco y que poblaron las costas en el interior del noreste de Venezuela había la costumbre que: "Enviudando la cuñada la elige por mujer el hermano que queda vivo". Aunque el hermano de la viuda estuviese casado, la mujer de su hermano era aceptada igualmente por esposa, pues los cumanagotos practicaban la poligamia.

Es obligación de la mujer guajira -pueblo de origen araguaco afincado en la península de la Guajira, al norte de Suramérica- mantener a su marido del todo. Si la mujer muere al dar a luz, el marido tiene que devolver su valor al padre. Al fallecer el marido, la mujer queda de herencia a uno de los hermanos de su esposo, por lo regular el más jóven; y si no tuviese hermanos, pasa a manos de uno de sus sobrinos, que a su vez asume la custodia de la mujer y los hijos que ésta tuviere con el fallecido.

En gran parte de pueblos aborígenes que poblaban el norte de Suramérica, principalmente de la cuenca Orinoco-amazónica y del área de las Antillas, en su mayor parte de ascendencia araguaca o caribe, era una costumbre normal que al enviudar la mujer, esta casase o formara parte de la familia del hermano de su esposo, principalmente el menor, estuviese o no casado -en estos grupos era bastante común la poligamia- el cual se hacía cargo, igualmente, de los hijos que hubiere de su hermano con su cuñada. Numerosos testimonios de esta costumbre dan noticias los cronistas de la Conquista.

Entre los antiguos canarios, tanto al enviudar el hombre como la mujer, normalmente estos casaban con sus respectivos cuñados, de esta forma se aprovechaban los servicios de ambos para desarrollar sus respectivos clanes familiares. Generalmente la viuda casaba con el hermano más jóven de su esposo -si lo tenía- éste a su vez asumía la custodia de la esposa y los hijos de su hermano. Esta costumbre era bastante normal entre las distintas comunidades aborígenes que habitaban las diversas islas del archipiélago, de esto dan fe distintos cronístas de la época. Igualmente parece desprenderse, según los cronistas de la Conquista, que la poligamia era la fórmula usual del matrimonio entre los aborígenes canarios, el cronista A. Espinosa nos indica: "Y tenían las mujeres que querían y podían sustentar". En base a este sistema, los aborígenes canarios se organizaban en unidades familiares constituidas por gran cantidad de personas. Una economía basada en diversos renglones alimenticios que provenían de la: agricultura, ganadería, pesca, recolección y marisqueo, necesitaba el aporte de numerosa mano

de obra, que de esta forma se veía compensada, tomando como base la poligamia, para así constituir los grandes núcleos familiares.

Después de analizado el presente capítulo llegamos a la conclusión, que el "matriarcado" era una característica especial de los grupos araguaco-taínos y algunos de los pueblos aborígenes canarios. Gracias a ello, estos grupos, diametralmente alejados, configuraron el máximo exponente de ambas culturas, con un desarrollo social de gran importancia, tanto en lo material como lo espìritual, fruto de ello, son la cantidad de objetos arqueológicos que avalan el paso de la cultura de la Diosa Madre por ambos pueblos.

Igualmente vemos que el "matrimonio concertado", con devolución de esposa incluido, fue una costumbre común a ambas orillas del Atlántico: y que en el caso americano, encontramos pueblos como los guajiros -de ascendencia araguaca- donde todavía se practica esta costumbre.

Por último tenemos la viudéz de las mujeres, donde es el hermano menor del fallecido, el que se hacía cargo de la viuda, así como de los hijos que esta tuviere con su hermano, y que los cronistas y viajeros de la época dan noticias, tanto entre los grupos araguaco-taínos del norte de Suramérica, como entre algunas comunidades de aborígenes canarios.

Quería hacer hincapié, que algunas de estas costumbres, que atañen a las mujeres, también fueron y en algunos casos son comunes entre otros pueblos, como algunos grupos del área noratlántica africana. Pero creo que era necesario incluirlas en la presente publicación, al no encontrar respuestas al complejo problema de poblamiento de Canarias y quizás, estas costumbres, sean una parte de esa herencia de los contactos culturales, que en el pasado existieron entre el área antillana y el archipiélago canario.

LA AGRICULTURA ENTRE LOS ABORIGENESARAGUACOS Y LOS CANARIOS: LA IMPORTANCIA DE LA YUCA Y EL ÑAME.

El padre José Gumilla cronista de Indias escribe sobre la agricultura entre los indios de la cuenca del Orinoco: "Los habitantes de las selvas yo no percibo hasta ahora cómo podía su trabajo producir fruto suficiente para su manutención; porque para sembrar deben cortar primero la maleza, derribar los árboles y quemar después uno y otro, para descubrir el terreno que ha de recibir las semillas; y hacer toda esta faena sin herramienta me causó siempre gran dificultad, y aún me la causa, porque jamás quedé satisfecho de lo mísmo que vi, oí y experimenté. La primera vez que entré a los gentiles silvestres creí que era la tosquedad de ellos sería fuerte argumento para agregarlos a mejor sitio ponderarles que allí no tenían herramientas con que rozar, limpiar la tierra y derribar árboles, pero no fue así, porque sacando sus hachas de pedernal de dos bocas o de dos cortes, empatándolas por su medianía en garrotes proporcionados, me respondieron que con las macanas, que son sus espadas de palo duro, tronchaban la maleza, y con aquellas hachas cortaban los troncos verdes y las mujeres iban quemando los palos secos.....pregunté cómo y conque labran aquellas hachas de pìedra tan dura, y me respondieron que con otras piedras picaban éstas y después, a fuerza de amolarlas en piedras más blandas, con la ayuda del agua, les daban figura y sacaban los filos de las bocas...."."Para mover, amontonar y formar surcos de tierra, después de quemada la maleza, se valen de palas formadas de palo durísimo, que unos llaman araco, otros macana y cada nación según su lengua le da nombre, y con ellas cavan, por ser poco menos duro aquel palo que el hierro acerado y de buen temple; estas palas las fabrican con fuego, quemando unas partes y dejando otras, no sin arte, proporción y dispendio de largo tiempo".

Lo narrado por Gumilla refleja la realidad de los pueblos agricultores selvícolas del norte de Suramérica, en su mayor parte de origen araguaco y que más tarde emigrarían a las Antillas, implementando y desarrollando sistemas agrícolas, que los llevaron en muchos caso a tener excedentes de productos, que incluso comerciaban con otros pueblos faltos de recursos usando las diversas vìas fluviales, terrestres e incluso marítimas.

Fueron quizás los pueblos araguaco-taínos los grupos que alcanzaron cierto desarrollo en los modos de producción agrícola, construyendo en muchos casos sistemas de riego artificial, canales y represas para controlar los cauces fluviales y el cultivo por medio de camellones y montículos de tierra, con el fin de no agotar la fertilidad de la tierra. Tenemos ejemplos de construcciones artificiales para usos agrícolas de la Cultura Araguaca: en algunos lugares de las Antillas Mayores, en los

Llanos de Mojos en Bolivia; Llanos de San Jorge en Colombia; río Daule en Ecuador y los Llanos Occidentales de Venezuela, en este último lugar, fue donde la Cultura Araguaco logró su máximo desarrollo, antes de dar el paso hacia la costa, tras la presión de la invasión caribe y posteriormente establecerse en las Antillas, concretamente en las islas Mayores y desarrollar la Cultura Taína, la cual también logró una importante economía agrícola.

Los trabajos agrícolas de estos grupos precolombinos del norte de Suramérica, eran motivo de reunión de los hombres del poblado, por lo cual se trabajaba en forma comunitaria, tanto para la tala o la roza, como para la siembra. El trabajo colectivo se celebraba con una fiesta, con su debida provisión de bebidas alcohólicas rituales. Los adolescentes repartían la comida y la bebida a todos ellos, en el mísmo campo de las labores. La astronomía jugaba un papel importante, en relación con la medición del tiempo y la regulación del ritmo anual de las actividades agrícolas. Observaban los tiempos por las estrellas, y los meses los distinguían por lunas.

La actividad agrícola era muy variada y donde, entre la gran cantidad de plantas y frutos, destacaban sin lugar a dudas: el maíz, la yuca y el ñame como alimentos primordiales; el algodón, necesario en la fabricación de prendas de vestir, hamacas y adornos; el cacao, "alimento sagrado" y donde sus semillas llegaron a funcionar como "moneda" en los intercambios comerciales con otros pueblos; por último el tabaco, elemento primordial dentro de las actividades rituales de los distintos grupos. Igualmente conocían una gran variedad de plantas "curativas", de las que hoy en día los científicos le están sacando extraordinario provecho en beneficio de la humanidad.

Uno de los alimentos con más tradición culinaria entre los antiguos aborígenes del norte de Suramérica y las Antillas, fue sin lugar a dudas el "cazabe", pan o torta elaborado a partir de la raíz conocida con el nombre indígena de "yuca", la cual constituyó el alimento principal de las culturas araguacas que emigraron a las Antillas desde la cuenca Orinoco-amazónica, y de las cuales la taína representó una de las de mayor evolución cultural y que probablemente les sirvió, como alimento indispensable -dado su carácter imperecedero- para emprender la odisea de navegación atlántica y así poder llegar al archipiélago canario.

Existen dos variedades de yuca: Manihot sculenta, clasificada por el botánico alemán Crantz en 1776, la cual era dulce; y la yuca amarga o tóxica. Según el cronista Oviedo, los taínos cultivaban, principalmente la yuca tóxica, y en menor escala, la yuca dulce o boniata, la cual vino de Tierra Firme. La yuca, contraria al maíz y otros granos, no se puede guardar, excepto por poco tiempo debajo de la tierra. Sin embargo, las culturas Orinoco-amazónicas, aprovecharon la yuca tóxica para producir de ella un alimento almacenable, como es, el "cazabe".

Debe ser después de un largo periodo de tiempo que el aborigen descubrió que extrayéndole el zumo venenoso a la yuca tóxica le quedaba una substancia comestible, que al rallarla, tostarla o secarla bajo el sol, se podía comer y guardar por largo tiempo. Fue asi como perfeccionaron la técnica de producción del cazabe, el cual se convirtió en un elemento básico de las culturas del norte de Suramérica y luego, de las antillanas, que a pesar de la rápida desaparición de los aborigenes caribeños causada por la colonización europea, dicho alimento tan complejo se

halla conservado hasta nuestros días, formando parte de la dieta básica alimentaria de una gran cantidad de campesinos y grupos indígenas de Centro y Suramérica.

Los cronistas describieron detalladamente el proceso de producción del cazabe. Como se verá, la técnica prácticamente ha permanecido inalterada y solo han variado algunos nombres entre los diferentes utensilios de trabajo. El proceso consiste en rallar la yuca después de pelada, la cual se exprime y se cierne para obtener la torta que finalmente se cocina en el burén o plancha de piedra o arcilla. Bartolomé de Las Casas hace una amplia descripción sobre la preparación del cazabe entre los taínos: "Traidas estas raices a casa, que comúnmente junto está la labranza, la cantidad dellas que quieren traer, con aquellas conchitas que dije como almejas, o las que llamamos en Castilla veneras, raspan aquella tez o holleje que dije ser cuasi como leonada, y quedando la raíz como la nieve blanca, rállanlas en unas piedras ásperas sobre cierto lecho el cual llaman guariquetén, la penúltima breve, que hacen de palos y cañas, puestas por suelo dél unas hojas o coberturas que tienen las palmas..."

Igualmente los taínos utilizaban el extracto de yuca para hacer vinagre y licores. al respecto nos dice el cronista Oviedo: "Si cuando este zumo salio lo cuecen tanto que mengue dos partes, e lo ponen al sereno dos o tres días, tórnase dulce, e aprovéchanse dello como de licor dulce, mezclándole con los otros sus manjares; y después de hervido y serenado, si lo tornan a hervir e serenar, tórnase agro aquel zumo, o sírveles con o vinagre o licor agro, en lo que quieren usar del, sin peligro alguno".

Después de rallar la yuca, la catibía o masa se exprimía en el "cibucán" o "sebucán", especie de saco largo tejido de fibras donde se hechaba la masa para ser exprimida, según Las Casas el describe dicho artefacto usado por los diversos grupos aborígenes de la cuenca del Orinoco: "Tienen una manga que llaman cibucam, la media sílaba breve, hecha de empleita de palma, de braza y media o poco más y ancha cuanto quepa un brazo, la cual tiene una asa a cada cabo, donde se puede colgar. Esta manga hínchenla de aquella masa, muy llena y apretada, cuelganla de la una asa de alguna rama de un arbol, y por la otra asa meten un palo de dos brazos poco más, y metido el un cabo del palo en un agujero del arbol junto a la tierra, sientanse dos o tres mujeres o personas al otro cabo del palo y están allí una hora o mas sentadas y asi se aprieta y exprime toda aquella agua y jugo de la dicha masa".

Cernida la catibía o harina de yuca, se coloca en una batea y se procede a la "quema" del cazabe, labor generalmente realizada por la "fresca", es decir, en horas tempranas de la mañana o al anochecer para evitar el calor que este trabajo produce. El cazabe se tuesta en el burén, nombre de origen taíno para definer la sartén de arcilla que se colocaba sobre varias piedras y que servían de soporte puestas sobre el fuego.

El burén taíno, según las diversas evidencias arqueológicas, eran confeccionados de arcilla, pero no se descarta la posibilidad de que se usaran además burenes de piedra, dado que se han observado algunos objetos líticos, de forma plana y discoidal con ausencia de desgaste, lo cual evidencia su poco uso como morteros, por lo cual diversos investigadores se inclinan que estos artefactos fueron utilizados como burenes o sartenes.

Según Las Casas, los taínos no acostumbraban tostar las tortas en el burén sino al sol "...donde se tuesta en dos o tres horas, y se para tiesa como si fuese un plato de barro cocido". Personalmente he podido observar entre comunidades de indios maquiritares o yekuanas del Alto Orinoco, que durante el proceso de fabricación del cazabe, las tortas se tostaban en el burén y que posteriormente se ponían a secar durante varios días al sol encima de los techos de sus chozas construidos de hojas de palma, por lo que creemos que las dos técnicas se podían realizar en conjunto o separadamente.

Además de tener una importancia dietética invalorable, el cazabe tenía un valor ceremonial para los taínos. Según nos informa el Padre Pané: que en los areytos o bailes rituales se hacían ofrendas de cazabe al cemí o dios. No es sorprendente, además que el cemí principal de los taínos fuera Yucahú Bagua Maórocoti, nombre que significa "Espíritu de la Yuca y del Mar". También se hacían ofrendas de agua y cazabe a los difuntos para ayudarles en su viaje a la vida eterna. Los colonizadores europeos apreciaban el cazabe por su buena e higiénica apariencia y siempre fue para ellos un buen sustituto del pan de trigo, elemento básico de la dieta europea de la época. Pensamos que la carencia de trigo en los primeros momentos de la colonia, dio lugar a un popular refrán en la isla de la Española (Santo Domingo y Haití) "A falta de pan cazabe", posiblemente una adaptación del refrán español "A falta de pan, buenas son las tortas".

A la llegada de los europeos, muchas de las costumbres indígenas fueron desapareciendo paulatinamente, pero la técnica de producción del cazabe permaneció, llegando hasta nuestros días casi inalteradas. Eso se debió a que el cazabe es un alimento almacenable y duradero, de gran utilidad a los colonizadores en sus travesías de ultramar, que llegó incluso a reemplazar al bizcocho de trigo que se conservaba durante el largo tiempo que duraban dichos viajes. En los registros de navíos y en el detalle de mercaderías se observa claramente como en las primeras décadas del siglo XVI los pasajeros transportaban numerosas "cargas de cazabe" que junto a las "fanegas de maíz" y las "arrobas de tocino", eran artículos de exportación o vituallas muy comunes que salían en cantidades considerables de los puertos de la isla de La Española hacia Puerto Rico y las demás tierras americanas en las cuales se iniciaban las empresas de conquista y colonización (Julia Tavares, 1978).

Es así como llegamos a la conclusión que las tortas de cazabe fueron elemento indispensable dentro de la dieta alimenticia de las comunidades araguaco-taínas y que debido a su durabilidad, les permitiera conjuntamente con provisiones razonables de agua, hacer largas travesías marítimas entre tierra firme y las islas del Caribe, e igualmente entre las diversas islas durante el proceso de colonización; y porque no realizar la "gran epopeya naútica" como fue la travesía atlántica hasta las islas Canarias sin depender de otras provisiones alimenticias, quizás el dios Yucahú Magua Maórocoti o "Espíritu de la Yuca y del Mar" deba su nombre a la gran hazaña nauta.

AGRICULTURA EN CANARIAS

"Ayudabanse unos a otros a senbrar, que en acabando uno auían de ayudar luego a su vezino hasta que acabase; araban con unos garabatos y senbraban sebada y la cojían y guardaban en vnos silos para su año" (Ovetense, redacción Carmona, 1639).

Ayudabanse unos a otros en sus sementeras, las tierras eran consejiles que eran suyas mientras duraba el fruto, cada año se repartían, tenían pósitos onde encerraban cebada y cosa de comer, y era de los frutos como diezmo que daban en aquel depósito para los años faltos y hacer repartimientos de limosnas. Tenían silos en los riscos y se conservaba el grano muchos años sin dañarse, lo cual ahora no puede conseguirse ni que le pique el gorgojo" (Escudero, redacción Carmona, 1639).

En la isla de Tenerife sembraban dos cereales: el trigo y la cebada y una leguminosa, las habas. Las técnicas de cultivo fueron recogidas por el dominico Alonso de Espinosa: "....con unos cuernos de cabra o unas como palos de tea, porque ni hierro ni metal de ninguna suerte lo tenían, cavaban o, por mejor decir, escarbaban la tierra, y sembraban su cebada".

Según los cronistas de la época, la agricultura en el archipiélago canario dependía de los cambios climáticos: "Mas cuando los temporales no acudían, y por falta de agua no había yerba para los ganados, juntaban las ovejas en ciertos lugares para que esto estaban dedicados, que llamaban el baladero de las ovejas, e hincando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas y hacían estar las madres al derredor de la lanza, dando balidos; y con esta ceremonia entendían los naturales que Dios se aplacaba y oía el balido de las ovejas y les proveía de temporales" (A. Espinosa).

Los años lluviosos resultaban beneficiosos para la cosecha y los escasos en lluvia representaban la desaparición o merma de los cereales. En algunos documentos posteriores a la Conquista, como las Datas de Tenerife, se alude a la existencia de acequias antiguas de los guanches, lo que equivaldría a entenderlo como una asociación con cultivos de regadío (Tejera Gaspar, 1992).

Otra especie cultivada por los antiguos canarios era el ñame. Existen serias dificultades para determinar si este importante rubro agrícola existía en Canarias antes de la Conquista, o por su parte fue después, tras el "descubrimiento" de América. No obstante, su aparición en el Africa Occidental hace 4.500 años, haría posible su introducción por los diversos poblamientos del archipiélago canario.

El ñame es un producto propio de las zonas húmedas y el trasplante en otros puntos, exigiría la construcción de ribazos y obras de avenamiento. Determinada la zona de cultivo y realizada la corrspondiente desforestación, si fuera el caso, los aborígenes canarios realizaban la preparación de la tierra en forma comunitaria, colaborando hombres y mujeres, con distinción de tareas. Igualmente es bastante probable que los que participaban en esta actividad, en cada vivienda, perteneciesen a la misma familia o clan, sin descartar la colaboración entre diferentes grados de parentesco, colaborándose y ayudándose mutuamente. La caida de las primeras lluvias era el momento adecuado para emprender el trabajo agrícola, pues la humedad de la tierra facilita y prepara el terreno para la siembra: "la manera de cultivar la tierra para su sementera era juntar cierta cantidad de

canarios, cada uno con una casporra de cinco o seis palmos, y junto a la porra tenía un diente en que metían el cuerno de cabra, yendo uno tras otro, surcaban la tierra" (Abreu Galindo).

Igualmente usaban para cavar la tierra unos picos de palos grandes y fuertes a los cuales se les aplicaba un proceso de tostado para endurecerlas. Los araguaco-taínos seguían el mísmo proceso en la fabricación, de estas herramientas, que la de los aborígenes canarios. En la fabricación de los instrumentos de labranza, lo cuales hacían de maderas muy duras que posteriormente eran sometidas a fuego y a los cuales llamaban "coas". Igualmente hacían el trabajo de forma comunitaria, ayudándose unas familias a otras.

Uno de los más importantes alimentos de los aborígenes canarios y el cual hoy en día sigue siendo un elemento básico en la comida diaria del isleño es el "gofio" especie de harina fabricada a partir de la cebada, el cual complementaban con otros alimentos para conseguir su dieta.

En el caso de los cultivos de regadío se tiene constancia arqueológica de la existencia de claros vestigios de cauces o acequias fabricados de piedra, como el del yacimiento arqueológico de El Agujero situado en Gáldar (Gran Canaria), lo que confirma, la sospecha que se tenía, del conocimiento de los aborígenes canarios de una red de infraestructuras de írrigación agrícola, la cual ha sido mencionada por diversas fuentes escritas.

Una de las interrogantes que nos impone la agricultura aborigen canaria, es el cultivo del ñame (Dioscorea batatas) y el origen del mísmo en el archipiélago, donde hay dudas sobre la fecha de introducción de este importante rubro agrícola y por supuesto surgen división de opiniones entre los diversos investigadores. Unos opinan que el ñame entró en Canarias, tras la colonización de América, siendo importada de este continente; otros por su parte creen que el mísmo ya existía en Canarias antes de la conquista y que fue introducido desde el continente africano, pues ya se conocía en esa región hace 4.500 años. Yo me pregunto, que siendo el ñame un producto que ya existía en la América precolombina hace varios milenios ¿en que lugar tuvo su origen este tubérculo?, mientras tanto no podemos establecer la fecha de su llegada a Canarias de este importante rizoma comestible.

Algunos lectores se preguntarán, porque algunas plantas básicas de la dieta aborigen americana, como por ejemplo la yuca y el maíz, no existían en Canarias antes de la Conquista, si en realidad se puede probar la presencia de grupos aborígenes de ese continente en el archipiélago. Aquí les doy mi sincera opinión: de la mísma forma que ciertos objetos arqueológicos y ciertas costumbres practicadas por los aborígenes canarios, tampoco se conocen en el área atlántica africana, lugar de origen, según los investigadores, de los primitivos canarios y sucesivos poblamientos del archipiélago durante centenares de años.

LOS SELLOS O PINTADERAS

Uno de los objetos arqueológicos que ha tenido más controversias a la hora de explicar su posible uso, son los sellos o pintaderas, tan abundantes entre los restos dejados por los araguaco-taínos precolombinos y los aborígenes canarios, concretamente los de la isla de Gran Canaria y en menor volumen los de Tenerife.

Este artefacto fabricado en arcilla y madera, existen algunos ejemplares de piedra, hueso y metal, estos últimos concretamente en el área centroamericana. En su mayoría son planos con asa y sin ella y cilíndricos con orificio central o sin él, igualmente algunos, fueron y son, fabricados de madera de forma alargada y con mango, geométricos planos sin agarradera, estos últimos todavía usados por algunos grupos indígenas de la cuenca del río Orinoco, como los: Piaroas, Maquiritares y Panares, entre otros, descendientes de los antiguos pueblos caribes y araguacos.

Los sellos o pintaderas tuvieron gran importancia en el acabado y ornamentación de las telas fabricadas de algodón, los cuales se han encontrado en diversas partes del continente americano, especialmente en lugares donde se asentó la Cultura Araguaca, dándonos a entender la gran utilidad que tuvieron en la América precolombina, tanto en la decoración personal, como en el uso sobre los tejidos, como amuleto e incluso como "moneda".

Estos objetos, como lo dice su nombre, servían para imprimir, entre otras cosas, las telas de los trajes, untándolos con pigmentos de color, dándole las más variadas formas y dibujos, constituyendo preciosas ornamentaciones, que van desde motivos geométricos hasta dibujos fantásticos, así como figuras simbólicas de sus ritos y costumbres.

En varios paises, en mayor parte del norte de Suramérica así como en las Antillas Mayores, regiones éstas que fueron pobladas por los grupos araguacos, se han encontrado numerosas pintaderas de arcilla, muchas cilíndricas y otras planas, la mayoría decoradas con motivos geométricos e idénticas a muchas descubiertas en el archipiélago canario, tanto en su forma como en sus diseños. Algunas de estas pintaderas cilíndricas tienen un hueco en el centro, probablemente para introducir un eje-mango de madera y hacer más práctico el estampado, principalmente los tejidos.

Las diversas comunidades araguaco-taínas que poblaron el norte de Suramérica y las Antillas, entre las rudimentarias industrias que conocieron, estaba el de hilar, tejer y estampar los tejidos, principalmente las telas de algodón. Diversos cronistas nos dan noticias sobre el uso del algodón en la zona del piedemonte andino de Venezuela. Fernández de Oviedo nos dice: "Los habitantes de estas tierras debían cultivar el algodón, el que vistieran con ropa de tanta tela, así lo demuestra, esta

población está al pie de unas sierras grandes y altas, y los indios de aquellas tierras vestían ropas de algodón como costales en la hechura, y pintadas a la manera que pintan los pintores de España, de lazos y follajes y otras pinturas. Pero había primor en esto, y era que no se deshacían las labores ni se borraban, aunque muchas veces se lavasen, puesto que eran de todos los colores que suele haber en las pinturas; antes todavía se quedaban en un ser como si no se mojaran..."

Fray Pedro de Aguado, 1561, nos dice sobre los aborígenes de la cuenca del Orinoco en Venezuela: "entre los indígenas era habitual la pintura del cuerpo, y todos los cronistas y viajeros dan detalles minuciosos de este adorno y de los materiales usados como colorantes, aunque hay pocas noticias respecto al significado que pudieran tener estos tatuajes. Aunque normalmente se pintaban para las grandes ocasiones y era costumbre de hombres y mujeres".

La industria textil en la región muisca de Colombia dio como resultado el desarrollo de un arte de pintura sobre telas. Los tejidos pintados respondían a tres técnicas principales: con sellos aplicados sobre el tejido, con rodillos y con pinceles. Eran propias de caciques y señores principales, y hay pocos informes sobre ellas. Restrepo ha estudiado y dibujado las famosas pintaderas muiscas, de las que no se sabe si se usaron para el cuerpo, las telas o si tuvieron otros usos. Han aparecido pintaderas circulares de barro, procedentes de Cundinamarca y otras rectangulares, procedentes de Guatavita. Sus dibujos son geómetricos en relieve; se untaban en la materia colorante y se aplicaban, a manera de sellos, en cerámica, sobre telas, o sobre la piel, como se aprecia en un fragmento de un códice de Tlaxcala estudiado por Jorge Enciso (1980).

Entre los Anáhuac de México -grupo aborigen que practicaba y practica el lenguaje silbado igual a los gomeros canarios- a la llegada del europeo, las operaciones comerciales reguladoras entre objeto y objeto se hacía por medio de diversas transaciones monetarias: la del trueque de artículos; la del cambio indirecto por medio de la moneda representada en almendras de cacao; y con valor representativo y no material o sea del mísmo oficio que el billete de banco, el "tencuachtli" -manta de labios- cuadro de manta del tamaño de un pañuelo de mujer, impreso con las PINTADERAS o sellos de barro, madera y metal, con equivalencias de cien y ochenta almendras de cacao. Estas pintaderas eran utilizadas igualmente para grabar la cerámica y marcar tatuajes en la piel humana; había incluso, con representaciones de dioses (Dolores Roldán, 1973).

En una cueva submarina de la zona de Macao en la República Dominicana, fueron encontrados varios restos arqueológicos, entre ellos catorce sellos tabulares o planos, predominando los dobles, con dibujos incisos diferentes en ambas caras, algunos de las mencionadas pintaderas o sellos tienen un mango con forma humana o de animal, varios de ellos tenían una bolita percutora la cual lo convertía en sonajero. Estos sellos están hechos de barro cocido, con diversas formas y tamaños. Los dibujos incisos tienen diseños muy variados: líneas rectas radiales, paralelas, líneas en cruz con pequeños puntos centrados, círculos concéntricos y grecas. Uno de dichos sellos conformaba el mango con una figura femenina al momento de dar a luz, parece que hace diez años se había encontrado en el mísmo lugar otra pieza muy parecida. Esto demuestra que el uso de los sellos o pintaderas en la región antillana y el norte de Suramérica, aparte de un uso práctico, tuviera también algún tipo de uso ceremonial o ritual. Igualmente en el mísmo lugar se

encontraron vasijas de cerámica con apliques de rostros humanos y antropomorfos, similares a las encontradas en la región de la cuenca del río Orinoco, que por sus características, los investigadores les atribuyen a los grupos araguacos, que de esta zona salieron para poblar las Antillas.

El sello o rodete cilíndrico, con dibujos geométricos en relieve es usado todavía por los guaraos del delta del Orinoco en Venezuela, en sus diversas danzas rituales. Para pintarse los bailadores utilizan un rodete cilíndrico de madera fofa, en el cual se han tallado ciertas figuras geométricas en su entorno. Este rodete, teñido con tinte lo pasan rodando por el torax trazando dos arcos, que partiendo del omoplato y aproximándose a la espina dorsal, sin alcanzarla, vienen a morir, formando casi un semicírculo perfecto, y luego unen esos arcos por medio de cenefas horizontales en la parte superior del pecho y la espalda, y por otra, alrededor de la cintura (Basilio Barral, 1949).

El científico René Vernau, fue uno de los primeros investigadores en llevar a cabo un estudio sobre estos pequeños objetos de arcilla o de madera, introduciendo el vocablo, utilizado por los campesinos canarios. En 1884 publicó en la Revue d´Ethnographie un amplio artículo titulado las "Pintaderas de Gran Canaria", que incluía un análisis comparativo con las pintaderas americanas. Verneau sostuvo la hipótesis de que estos utensilios eran usados por los antiguos habitantes de la isla para pintarse el cuerpo. En el informe sobre una misión científica a las islas Canarias reprodujo lo fundamental de su primer trabajo, en el que, también por primera vez, se publicaron varias ilustraciones que recogen los tipos principales de estos objetos.

La tesis de Vernau respecto a las pintaderas canarias fue seguida por el investigador canario Diego Ripoche en un artículo publicado en 1902, y más más tarde el reconocido arqueólogo Alcina Franch, que es el autor español que más ha estudiado este tema, indica que uno de los aspectos ha considerar es la presencia de restos de pinturas o colorantes en estos artefactos. Vernau dijo haber hallado una pintadera con residuos de un colorante. En el Museo Canario se encuentra una pintadera, la cual tiene restos de una sustancia de color rojo. Otro dato a tener en cuenta es el comprobar si los grupos de aborígenes relacionados con las pintaderas se hacían pinturas corporales. Según el cronista Juan de Bethencourt refiriéndose a los habitantes de Gran Canaria: "La mayor parte de ellos llevan emblemas tallados en su carne, de diversas maneras, cada uno a su gusto...". Otra referencia la dejó Ca da Mosto en su relato sobre las islas Canarias, que data de 1481; según el viajero genovés: "Los antiguos habitantes de Gran Canaria conservaban la costumbre de pintarse el cuerpo con el jugo de hierbas de diversos colores, verde, rojo y amarillo".

También Viera y Clavijo, siglos después, escribio que los antiguos habitantes de Canarias "adornaban su piel con dibujos y las teñían de diversos colores". El autor canario del siglo XVII, Marín y Cubas, habla de hipotéticos tatuajes entre los aborígenes: "lábranse los brazos con ciertas pinturas a fuego", y además hace referencia a realización de tatuajes a niños recién nacidos: "lábranle al niño los brazos y pecho con pedernales sajando la carne, y tal vez el rostro". Le Canarien 1404-1408, sobre los aborígenes de Gran Canaria: " Y la mayor parte de ellos llevan emblemas tallados en su carne, de diversas maneras, cada uno a su gusto, y llevan sus cabellos atados atrás, como si fuera una trenza".

Una de las opiniones que más difiere sobre el probable uso de los sellos o pintaderas se la debemos al francés Marcy, donde en un trabajo titulado: "El verdadero destino de las pintaderas de Gran Canaria". Para el investigador galo son sellos de propiedad, como todavía se usan por los bereberes chauías en el norte de Africa. Estos sellos impresionan un determinado diseño en un tampón de arcilla fresca que se coloca en las puertas de las cámaras individuales de los graneros fortaleza del poblado, los que allí se les llama "guelas". El dice que estos sellos todavía estaban en uso en 1938.

El italiano Cornaglia Castiglione, autor de un trabajo sobre las "pintaderas euroasiáticas", es de opinión que éstas fueron objetos rituales destinados a la práctica de la pintura corporal con la ayuda de colorantes de origen mineral. Los centros originarios de estos objetos deben ser buscados en las regiones occidentales de la península de Anatolia, centros secundarios en Tessalia, la cuenca del Danubio y las regiones septentrionales y meridionales de la península itálica. Según algunos investigadores, los sellos o pintaderas se difundieron durante la época del Neolítico, periodo en que el sedentarismo y la aparición de un cierto desarrollo social, con implicaciones de tipo religioso o ceremonial hicieron posible su uso.

Alcina Franch, que ha estudiado a fondo, principalmente las pintaderas americanas y canarias, llega a las siguientes conclusiones: "La finalidad primordial de las pintaderas, era la de servir como instrumentos para decorar con pinturas la superficie de la piel humana, posiblemente con una idea ceremonial o religiosa o como Distintivo de identificación de clan o tribu. Pudo ser utilizada también la pintadera, aunque no hay pruebas firmes, para estampar dibujos en los tejidos. Las pintaderas no fueron utilizadas para estampar relieves en las cerámicas".

Aparte de la pintura corporal, a los sellos o pintaderas se les atribuye otros usos, entre ellos la decoración de la cerámica, para estampar telas, para llevarlas en el cuello como amuleto, pues algunas tiene un agujero en el mango, lo que permite suponer que se les pusiera un hilo o cuerda para llevarlas colgadas. También algunos investigadores creen que fuera una especie de sello par marcar los graneros. Otros se inclinan como un uso de caràcter mágico-curativo. Sea lo que fuere el sello o pintadera fue un elemento trascendental y de gran importancia, fuera el uso que se le diere, entre las diversas comunidades precolombinas americanas que las poseyeron, así como de los grupos aborígenes de Gran Canaria y Tenerife. Igualmente hay datos, concretamente en Centroamérica sobre el probable uso de los sellos o pintaderas como "moneda".

Cuando, en el año 1900, durante el Congreso Internacional de Americanistas, el investigador Diego Ripoche presentó su comunicación, el número de pintaderas encontradas en las islas Canarias, superaba ya el centenar. Ripoche obtuvo los primeros vaciados de las pintaderas canarias, para su comparación con otros tipos de VENEZUELA e Italia, que fueron expuestas en ese mísmo año, en una de las salas del Museo de Trocadero.

Los sellos o pintaderas, según apreciación de Ripoche, podían estar fabricadas no solo de barro cocido, sino también de MADERA, y estar decoradas frontalmente en una de sus dos caras -generalmente planas, pero igualmente convexas o cóncavas-

con motivos en relieve, presumiblemente para estampar sobre otra superficie. En la mayoría de los casos están provistas de un apéndice, pero no siempre tienen una perforación.

Cuando Vernau hizo su primer estudio sobre las pintaderas canarias en 1883, aún no había aparecido ninguna pintadera de madera. En 1900, Ripoche contabiliza unas 24 piezas en madera y no duda de su valoración arqueológica, llegándolas a comparar con unidades semejantes de Assinia y VENEZUELA. Ripoche en su comunicación, apela al método comparativo para explicar estos sellos. Insiste en los "paralelismos americanos" cuando llama la atención sobre el hecho de que tanto en México como en el archipiélago canario -en este caso Gran Canaria- han sido encontradas pintaderas de forma cuadrada. Las rectangulares aparecen igualmente en el Viejo y en el Nuevo Continente. Así que las tenemos en Italia, Canarias, Colombia y Venezuela. Las de diseño circular, igualmente presentes en Gran Canaria, vuelven a registrarse en México, Guatemala y Venezuela.

Con el transcurso de los años y los descubrimientos de numerosas pintaderas en el área caribeña y el norte de Suramérica similares en su forma y diseños a las de Gran Canaria, la texis comparativa de Ripoche cobra más fuerza, aunque él mísmo no explica el porque de esa causa. Pintaderas cuadrangulares de arcilla han sido halladas en Venezuela en gran cantidad, todas ellas pertenecientes a la Cultura Araguaco; y todavía son fabricadas de madera por grupos indígenas de la cuenca del rio Orinoco, que las usan para decorar su cuerpo. Igualmente pintaderas de todos los tipos reseñadas por Ripoche y Vernau y las que se hallaron posteriormente en Gran Canaria, se han encontrado en las diversas islas de las Antillas Mayores y todas ellas pertenecientes a la desaparecida cultura taíno-araguaca.

Con respecto al uso o funcionalidad de los sellos o pintaderas, Ripoche acude a los testimonios de cronistas y viajeros que narran la costumbre y el gusto que por pintarse el cuerpo tenían los naturales americanos. Entre los testimonios más elocuentes aportados por Ripoche está el debido a Diego de Landa (Relación de Cosas de Yucatán), donde se dice como los aborígenes se pintaban el cuerpo con una pintura roja mezclada con una goma, frotándose los pechos, los brazos y las espaldas, perfumándose y embelleciéndose de este modo. Hay otro testimonio más tardío, aportado por el mísmo Ripoche y que atribuye a Remesal (1620) donde se recoge el dato de que, los canarios, luchaban de noche para así sorprender al enemigo, y que se pintaban el cuerpo de diversos colores.

Las conclusiones que saca Ripoche de sus investigaciones sobre el uso de las pintaderas entre los aborígenes canarios es el siguiente: Las pintaderas han sido halladas en sitios donde los canarios tenían la costumbre de pintarse la piel, en este caso Gran Canaria. En algunos de los ejemplares se han encontrado restos de colorantes. Algunos autores antiguos relatan su uso como sellos para pintarse el cuerpo.

El estudio exhautivo y monográfico sobre las pintaderas se debe al reconocido arqueólogo español José Alcina (1956), quien pretendía llegar a determinar con certeza la finalidad de estas problemáticas piezas, al mísmo tiempo que enfocar el problema con una metodología comparativa, en busca de un panorama más amplio y universal del fenómeno. El primer contacto de Alcina con las pintaderas fue en

1946, posteriormente y ante ejemplares similares observados en América y museos de Paris, surgió la hipótesis de una difusión mundial de la pintadera. Dicha hipótesis se mueve dentro de una cronología además de un amplio marco geográfico. Alcina supone que hacia la primera mitad del primer milenio antes de Cristo ya eran posibles contactos entre el Nuevo y el Viejo Mundo, además de una gran circulación cultural por todo el norte de Africa. No obstante, estimó que estos contactos manifestados por las pintaderas y otras piezas arqueológicas -vasijas de asa con doble vertedero, y figuras femeninas perniabiertas- ambas también halladas en Canarias y América, hubieron de tener carácter esporádicos. Según las propias palabras del profesor Alcina: "...debemos considerar a las pintaderas canarias como parte de un fenómeno general de difusión que, partiendo del Próximo Oriente llegaría a morir en América. Nuevamente, pues Canarias es el, lugar de paso que une a Europa con América aún en tiempos prehistóricos. Que posteriormente al estudio de las pintaderas fue ampliado a los objetos arqueológicos reseñados anteriormente".

Alcina argumentó contra el carácter de sellos personales o de propiedad atribuido a las pintaderas y que algunos autores propugnan su posible uso, ya que las mísmas, en su opinión, no presentan dibujos claramente diferentes, pues hay algunos diseños que se repiten varias veces. Los motivos decorativos, según dicho investigador, quedan agrupados en los siguientes motivos: puntillado, líneas (radiales, angulares, curvas, onduladas y quebradas), paralelas, cruciformes, aspas, ajedrezados, panel, círculos (concéntricos y agrupados), cuadrados (concéntricos), incisiones triangulares en serie, romboidales, convergentes, florales (espigas y pétalos) y combinados (vaciado-decoración y canal-decoración).

Todos estos motivos clasificados por Alcina, los hemos encontrado en centenares de pintaderas encontradas en las Antillas y norte de Suramérica y pertenecientes, en su mayoría, a la cultura araguaco-taína.

Dentro del contexto del archipiélago canario, y a pesar de aislados descubrimientos de pintaderas en las islas de Tenerife, La Palma y Lanzarote, los sellos siguen siendo un elemento característico de la arqueología de Gran Canaria. Es curioso, por su parte, que los 17 unicos ejemplares -probablemente hasta la fecha, hayan sido descubiertos más- de pintaderas de madera encontradas en el archipiélago canario fueron ubicadas en Gáldar, precisamente donde se ubican las ruinas del panteón de "Los Guaires", nombre y topónimo relacionado con otros que se encuentran en la región y similar al nombre de un grupo indígena de la conquista, que residían en la zona donde se asienta la actual ciudad de Caracas, la cual es atravesada por el río Guaire. Las ruinas de Gáldar se encuentran situadas al lado del mar en la parte noroeste de Gran Canaria orientadas hacia el norte del continente americano (curiosa casualidad).

Conviene resaltar, que en el norte del África Atlántica se han ubicado también cierta cantidad de sellos o pintaderas, en proporción no tantas como las halladas en Canarias y norte de Suramérica. En un interesante relato sobre la Costa de Marfil, Mondiere se refiere al uso de los sellos corporales entre los indígenas de la región de Assinia: "Hemos observado nosotros que al ocurrir un eclipse o aparecer un cometa, toda la población se frotaba con arcilla blanca. Lo mismo acontecía al suceder el luto. pero en caso de enfermedad, el procedimiento es distinto: la mujer más vieja de la familia tiene en un lienzo, dos o tres pequeños cuencos de tierra y

ocho o diez paquetes de arcilla: amarilla, blanca, roja, hojas de diversas hierbas, y toda una serie de sellos del tamaño de la palma de la mano perfectamente grabados en madera que representan, uno, una planta, otro un animal, o incluso un dibujo geométrico cualquiera. Cuando un miembro de la familia se siente enfermo, indica el sitio dolorido. La vieja, generalmente, se contenta, después de triturar algunas hojas con una de las clases de arcilla, con hacerle una o más rayas sobre la parte enferma con el dedo mojado en esta mezcla. Si el mal persiste, escoge el sello que corresponde a la enfermedad o la parte dolorida, y después de haberlo sumergido en la mezcla apropiada, imprime al dibujo del sello sobre la piel. Estos sellos de madera, que podrían relacionarse con los antiguos sellos oculísticos, se parecen sobre todo a los sellos usados por las amas de casa para marcar el pan en el horno común. Como a la aplicación del sello ha precedido una fricción más o menos enérgica, el dolor desaparecerá. El método triunfa, pues, en el lumbago y en la pleurodinia. Las jóvenes madres, tan sujetas a abcesos mamarios, con frecuencia tienen los senos llenos de estas señales".

En la baja Costa de Marfil, Monod pudo revisar una interesante colección de pintaderas que, según su propietario servían para imprimir con tierra roja o blanca unos dibujos sobre el cuerpo de las mujeres en ocasión del parto, se trata, por otra parte, de una costumbre caida en desuso. Actualmente solo algunas mujeres viejas conservan este tipo de objetos.

La fabricación de los sellos o pintaderas tuvo gran importancia dentro del desarrollo de las culturas neolíticas o formativas de los distintos lugares del mundo en donde se han descubierto estos objetos arqueológicos. Sobre el uso de esos artefactos, nos inclinamos que pudieran tener diversas aplicaciones, dependiendo de la forma, el material con que se fabricaron los mísmos, y las necesidades del pueblo que los fabricó. Probablemente los de forma circular con un agujero en el centro, sirvieran para imprimir telas, y los planos tuvieron distintos usos, como los reseñados anteriormente: pintura corporal; decoración de cerámica; como moneda; para uso ritual, principalmente las que llevan en el mango un agujero para colgar y porque no en el área africana atlántica para sellos de propiedad en los graneros.

Lo que si está claro que los sellos o pintaderas se han ubicado, principalmente en las regiones aledañas al mar Mediterráneo y el oceáno Atlántico, incluyendo el área caribeña. Como vimos anteriormente, reconocidos investigadores ven una gran relación entre las pintaderas canarias y americanas. Por su parte el reconocido arqueólogo Alcina Franch, plantea una difusión de la pintadera partiendo del Mediterráneo, via atlántica hasta el norte de Suramérica, con escala en Canarias y contactos con la costa africana, sobre el primer milenio antes de Cristo; curiosamente esa es la fecha en la que se datan a los constructores de montículos en el área de Venezuela y otras partes de Suramérica, pueblos éstos precursores de la Cultura Araguaco y donde en cuyos restos se han encontrado infinidad de sellos o pintaderas con formas y diseños similares a los canarios. Igualmente hay que hacer hincapié en que los pueblos mediterráneos conocían las pintaderas circulares, con forma de rodete, igual que en al área americana. Curiosamente en el archipiélago canario no se conocen los sellos de estas características, esto pudiera deberse a que tanto en el área del Mediterráneo, como en América, este tipo de pintadera se usara para estampar tejidos, como en Canarias no se conocían los tejidos de algodón o lino u otras telas, dificilmente pudieran sacarle aplicación a la pintadera con forma de rodete.

Los investigadores no se explican como no se extendió el uso de los sellos o pintaderas fuera de la isla de Gran Canaria -aunque se han encontrado ejemplares aislados en otras de las islas del archipiélago- y si en realidad la vía de llegada de este objeto a Canarias fuera desde América, creemos que esa solución nos resolvería muchos problemas sobre él fenómeno de la pintadera en las islas. Lo que si pudiéramos explicar, es, si el origen de este artefacto fue la zona del Mediterráneo y de ahí se difundió a América sin tocar las Canarias y fuera importado, posteriormente, a las islas por los aborígenes taíno-araguacos en sus primeros contactos. En primer lugar nos basamos en que la mayoria de las formas y diseños de las pintaderas son exáctamente iguales, tanto las del área americana como las de la isla de Gran Canaria, así como el uso que se le dió a los sellos planos en ambos lugares; sin embargo los sellos mediterráneos y africanos, difieren en muchos aspectos de los primeros.

Sin lugar a dudas, el fenómeno de los sellos o pintaderas nos abre un reto más dentro del difusionismo arqueológico y deja una puerta abierta para investigaciones posteriores. Lo que si está claro que éste artefacto arqueológico fue un elemento más en las relaciones y acercamiento de la cultura taíno-araguaco caribeña con los antiguos aborígenes canarios.

LAS MACANAS: LAS ARMAS DE LOS ARAGUACOSY LOS ABORÍGENES CANARIOS.

Según el investigador canario Bhetencourt Alfonso (1847-1913), la maza de guerra de madera o piedra con mango de madera de los antiguos aborígenes canarios era llamada MACANA y que dicha voz no provenía de América, siendo de origen canario. Esta cuestión nos ha planteado que dentro del vocabulario araguaco y el aborigen canario, encontremos objetos con el mísmo nombre y con el mísmo uso, sin que el idioma castellano tuviera ningún tipo de interferencia, como en este caso la palabra MACANA de cuyo origen no tenemos duda, pues está totalmente demostrado su origen araguaco precolombino.

Según diversos cronistas y viajeros de Indias, la palabra MACANA es de origen araguaco, dicho objeto consiste en un arma fabricada de madera de la palma conocida como "maca", esta madera es dura como el hierro y con ella fabricaban "espadas", mazas y bastones gruesos, igualmente era empleada como herramienta para rozar el monte bajo.

P. Mártir la nombra en su Coloniae (1574) "maccanis tantún".Aguado en 1581: ..."vnas muy pesadas rodelas hachas de MACANAS de palma por ser más fuertes para el reparo de las flechas".Colón (Diario, 1494) "...con sus armas de lancas y flechas, y unas como espadas, de forma de una paleta hasta el cabo y del cabo hasta la empuñadura se viene ensagostando, no aguada de los cabos sino chata. Estas son de palma, porque las palmas no tienen las pencas como las de acá, sino lisas ó rasas, y son tan duras y pesadas, que, de hueso y quasi de azero, no pueden ser mas; llamánlas MACANAS". Benzoni (1565) "...MACANNES". Ferdinando Colombo (1571) "...una marinaio che dismontó in terra...trovó lo persone con le arme che esi usano, cióe lancie, e bastoni, quali porteno in luogo di spade, e son di los detti MACHANE".Ferrusino (1628) "...provaron en el Padre las MACANAS: más no de fuerte, que le quitasen sus primeros golpes de vida".Maroni (1738) "Algunas naciones usan de MACANAS que son alfanjes de chonta anchos y fornidos, curiosamente labrados...". Velasco (1789): "MACANA, sciabolone di legno cápace di spaccare un uomo in due parti". Codazzi (1841): "Sus arcos y sus flechas estaban bien trabajados; lo mísmo sus MACANAS, que eran de una madera dura y pesada, de la palma macanilla".

El lingüista de Indias Fray Pedro de Aguado (1561), en su obra nos hace una amplia descripción sobre las MACANAS entre los aborígenes caribes: "...Además de las conocidas MACANAS, de varios tamaños, que usaban como espadas cortantes o como mazas de tres esquinas atadas a a la muñeca..."

"Otro género de armas llamadas MACANAS, que son también de palma y le sirven de espadas para cvando llegan a rromper y juntarse pie a pie, las cuales son de largor de vna espada de mano y media y otras mayores, y otras menores, de hanchor de una mano y mas y menos, y por los lados delgadas y afiladas, y con ellas suelen cortar y avn desquartizar vn indio"."...se juntaron mas de dos mil yndios con largas lancas y MACANAS adornadas de vna manera de estandartes hechos de plumas de gucamayas y papagallos"."...echo mano a vna MACANA de palma que tenía, que es vna arma de palo como vna espada….""...porque entendiendo los vndios que las espadas no eran mas dañinas que sus MACANAS, armas todas de palo"."...algunos procuraban acercarse con vnas largas MACANAS que tenían el grandor de montantes"."...vsan los giraharos para la guerra de vnas MACANAS muy grandes que son vn arma de palma negra, que ellos se aprovecha della como los españoles de vn montante".

Las MACANAS que describe Aguado corresponden con las MACANAS caribes planas de palmo y medio de largas y uno de ancha. Otras veces nuestro cronista presenta MACANAS mucho más largas, espadas mayores de "mano y media".

Por su parte el Padre Giliv en el Orinoco, distingue hasta tres clases de MACANAS: La MACANA caribe, de madera durísima, y plana; "Se ata a la muñeca con cordones de algodón, y su golpe es terrible". La de los "oyes" de madera de palma, aracu, que se toma en la mano a manera de cimitarra y su punta es a manera de cuchillo. Por último la MACANA larga, que no termina en punta, de color negro, y se usa con ambas manos.

Gumilla en su relato en el "Orinoco Ilustrado y Defendido", nos hace una amplia descripción sobre el uso y fabricación de las MACANAS: "...Fuera de esto, así como acá se inventaron broqueles y rodelas contra las agudas puntas, del mismo modo hallaron esta defensa de los americanos; y si oir acá los antiguos usaron porras de Hércules, y entonces ahora varios géneros de lanzas aceradas, asimísmo los indios usan MACANAS formidables y lanzas de madera tan sólida que pueden competir con las puntas más afiladas de las bayonetas". "....Pero en todas las naciones en general, antes de que llegasen los españoles, y en las muchas a donde no han llegado hasta ahora, labran sus armas, tambores y embarcaciones con solo fuego y agua, a costa de mucho tiempo y de una prolijidad increible. Con el fuego, soplando las brasas, labran y gastan lo que es necesario de las maderas, y con el agua, que está a mano siempre, apagan el fuego para que no gaste de ellas más de lo que es menester....Después de consumido lo que basta para que el palo tome forma de lanza, de MACANA, o de punta de flechas, entre otra prolijidad no menos espaciosa y molesta, buscan o tienen ya cantidad de caracoles de extraña magnitud, que se crían en las tierras anegadizas y húmedas; hacen pedazos de cáscaras, cuyo borde viene tener lo tajante que hallamos acá en un casco de vidrio que se quebró, y con dichos cascos de caracol, a fuerza de tiempo y de porfía, dan el último ser y lustre a sus arcos y dan agudeza increible a sus lanzas y flechas, así como a sus MACANAS, todo a fuerza de tiempo y de una flema intolerable".

Fray Jacinto de Carvajal cronista de la expedición del Capitán Miguel de Ochogavía en el descubrimiento y exploración del río Apure en los llanos de Venezuela en

1647, detalla lo siguiente: "Hallóse cantidad de MACANAS labradas con curiosidad grande, y entre otros trastes, muchedumbre de curiosísima loza, y vidriada la pequeña con perfección tanta que pudieran aprender de sus lindezas la que se labra en China...". Por las características de la cerámica, que nos hace el cronista, no cabe duda que se trata de pueblos de origen araguaco.

Igualmente Carvajal nos hace una descripción sobre la MACANA: "Arma de mano consistente en un palo de madera muy dura, tallado a manera de machete o espada con doble filo de la propia madera o con pedernales o talla de obsidiana. Generalmente presentan adornos grabados en la mísma madera y pueden ser consideradas como insignias de los jefes o caciques indios".

Según el mísmo cronista, los caribes de los llanos de Venezuela para obtener una MACANA tienen que seguir todo un proceso ceremonial, que va desde la muerte en sus manos de tres indios varones enemigos, hasta el ayuno, así como diversas pruebas, en las cuales algunos caribes llegan a perder la vida; y cuando al fin logra pasar todas las pruebas con éxito se celebra una gran fiesta. "....Habiendo pues quedado con vida, tenido sufrimiento y ostentado valor en los martirios que él ha padecido y yo insinuado, le entregan la MACANA que ya la tienen prevenida, labrada con muchas labores y embutidos, y guarnecida muy a lo primoroso con plumerías de pájaros, variada de matices y colores que hacen un regaladísimo compuesto a la vista, como yo he visto....y cuando se la entregan tan guarnecida ha de estar también embijada que es señal de guerra, y al entregársela el cacique o capitán dicho le propone lo siguiente: Esta MACANA te entrego para siempre; con ella has de pelear como valiente a imitación mia, que lo soy como tu y los que me oyen y están presentes saben, y a la de tus antepasados que fueron valientes en las guerras y mataron y todos muchos, y si tu no haces lo mísmo te he de matar yo a ti con ella".

Igualmente los Shipibos de la cuenca del Amazonas tiene una curiosa costumbre, es la pelea con la MACANA entre hombres para salvar el honor del marido ofendido. Dentro de sus normas sociales, cualquier hombre puede cortejar a una mujer casada. Ella no puede negarse a los galanteos, pero está obligada a confesárselo a su marido y revelar el nombre del pretendiente, con lo cual salva su responsabilidad. Desde este momento, aquel estará sujeto al castigo del "wisati", por el cual el marido lava la ofensa. Para este propósito espera la fiesta de la pubertad; entonces reta al ofensor en singular combate. La pelea comienza con un duelo de MACANAS; las mujeres procuran separar a los contendientes y arrebatarles el arma. Por último, el ofendido coge el adversario por la cabeza, increpándolo y amenazándolo. Esta curiosa costumbre shipibo puede ponerse en relación con otra similar de los Guaimis de Panamá, que parte de las mismas causas: El marido ofendido espera la fiesta de la balsería para retar al ofensor a un duelo de MACANAS (Girard, 1977).

Las armas principales de los tupies-guaranís eran la maza-espada de madera, considerada como objeto sagrado, y el arco y la flecha, que parecen ser más recientes. Algunos grupos empleaban también la lanza y el propulsor de dardos. La MACANA llevaba una piedra como pedernal y cortante, embutida en la parte superior, lo cual recuerda el macahuiti de los mexicanos.

La espada-maza estaba difundida en la región selvática de Suramérica y en las Antillas, donde se usaba una espada de madera durísima según vio Colón en su primer viaje. León Cadogan informa acerca de origen mítico de la "espada de madera" entre lo Mb´ya guaranís, pues entre los preceptos de buen gobierno dejados por el héroe civilizador figura el siguiente: "El que haya castigado con "espada de madera", será castigado con "espada de madera" (Girard, 1977).

Los indios Araguas y los Caracas al norte de Venezuela, empleaban también las MACANAS, espadas de madera, cuya forma les permitía a la vez, servirse de ellas como maza; lanzas, las guaicas, a las cuales adaptaban el acero robado a los enemigos, y toda la variedad de armas que pueden fabricarse con huesos, madera y piedra (Marcano, 1971).

En Cuba y otras islas antillanas, los conquistadores, por lo escabroso del terreno en esas regiones no pudieron utilizar ampliamente una de sus mejores "armas" contra los indios, el caballo; pero de todas formas, las armas de fuego y el acero de sus espadas y lanzas, se impusieron rapidamente sobre el débil armamento de los taínos, consistente en azagayas de madera y MACANAS de madera de palma. Por otra parte, la falta de una acción conjunta de los indios dio por resultado que en muy breve plazo el cacique Hatuey fuera derrotado, perseguido y finalmente quemado vivo como rebelde (Guarch, 1978).

Todas estas referencias de cronistas y viajeros de Indias, demuestran sin lugar a dudas que la palabra MACANA, es de origen americano y más concretamente araguaco, que con el tiempo salieron otras expresiones como: MACANAZO, usada por muchos cronistas en sus escritos, pero siempre con un significado acorde a la palabra inicial, golpe con la MACANA; y MACANERO, indio armado con MACANA.

Como hemos visto anteriormente, el investigador canario Bhetencourt Alfonso, nos indica que la maza de guerra de madera de los aborígenes canarios, se llamaba MACANA, e insiste en que esa voz es totalmente nativa del archipiélago. Curiosamente cronistas como Abreu Galindo llaman al garrote o estaca de madera aborigen con el nombre de MAGADO. Por su parte Bhetencourt y otros autores dan el nombre de NACA a una especie de cuchillo de madera de uno o dos filos usados por los canarios. Aquí hago hincapié que entre los pueblos araguacos había una pequeña arma similar de madera que se conocía con el nombre de MACA, curiosa coincidencia.

En referencias a la isla de la Palma, el cronista Abreu Galindo indica que las armas que usaban los antiguos Auaritas (nativos de la isla de La Palma) eran "varas tostadas" las cuales llamaban MOCAS. Por su parte Ortíz (1526) nos dice: "los aborígenes palmeros usaban como armas, piedras y "palos tostados" de hasta cinco palmos y eran tan diestros con ellos, que a los nuestros rebatían las lanzas y les quebraban las espadas y entraban con ellos".

Por su parte López de Gómara (1552) refiriéndose a los aborígenes canarios escribe: "Eran en la guerra esforzados y cuidadosos, en la paz flojos y disolutos; usaban ballestas de palo, dardos y lanzones con cuernos por hierros. Tiraban una piedra en la mano tan cierto como una saeta, con la ballesta; escaramuzaban de noche por engañar los enemigos, PINTÁBANSE DE MUCHOS COLORES PARA LA GUERRA Y PARA BAILAR LAS FIESTAS".

En este apartado curiosamente Gómara no da más información sobre las "guerras" de los antiguos canarios, curiosamente el pintarse para la lucha y las fiestas, eran cuestiones comunes dentro de los grupos araguaco-tainos antillanos y de "tierra firme".

Por los cronistas de la Conquista del archipiélago canario sabemos de la existencia de diversas armas entre los aborígenes como: especies de jabalinas, lanzas, dardos y espadas hechas de madera de pino, barbuzano y sabia, tratadas al fuego para endurecerlas o acerarlas.

El Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife conserva entre sus objetos provenientes de varios yacimientos arqueológicos de la isla, algunas "varas de madera", con prominencias o abultamientos en el centro a modo de agarraderas. El arma típica de los aborígenes canarios eran los MAGADOS o MACANAS, que eran simples bastones terminados, unas veces, en uno de sus extremos, por ensanchamiento en forma de porra, y en otras, por fragmentos de obsidiana o de otra piedra dura. En Gran Canaria se les llamaba MAGADOS, y los jefes se servían de aquellas mejor trabajadas y esmeradas que llevaban al mísmo tiempo insignias de mando. La espada con su puño, construida también en madera de pino de tea, tenía sus bordes laterales cortantes como el acero, y era arma, como las demás, de efectos temibles.

El cronista Gómez Escudero relata cómo el caudillo canario Maninidra, al enfrentarse contra los castellanos, lo hace con una gran "espada de madera", tratada al fuego, causando grandes estragos. "Las armas ofensivas con que peleaban, que defensivas no las tenían, eran unas varas tostadas y aguzadas, con ciertas muesquecitas a trechos y con dos manzanas en medio en que encajaban la mano (A.Espinosa, cronista de la Conquista).

Las armas de los aborígenes canarios estaban hechas con maderas fuertes, entre las que se seleccionaron las de acebuche, de sabina o de pino, después de trabajadas con los cuchillos de obsidiana o de basalto, eran tratadas al fuego para darle mayor consistencia a la pieza. Se frotaban con grasa consiguiendo que se resaltara la calidad de las maderas. Las dimensiones de estas varas varían entre el uno y los dos metros (Tejera Gaspar, 1992).

Entre los objetos aborígenes del Museo Canario, se encuentra una especie de "bastón jerárquico", esta pieza esta labrada en madera dura y pesada, su extremo superior finaliza en un pomo puntiagudo, que permite suponer un carácter de arma defensiva, mientras que el extremo inferior muestra una curiosa decoración incisa que se corresponde con las características de las pintaderas y cerámicas grancanarias. Su medida, aproximadamente un metro se adapta a la estatura humana y desde ese punto de vista podría atribuírsele una función de "bastón de mando" curiosamente labrado. Pero su solidéz, su terminación superior y su conformación general, apropiada perfectamente para ser utilizado con ambas manos y con una finalidad defensiva u ofensiva, permiten señalar que este garrote servía como arma. Podría haberse usado para ambas funciones: arma y bastón de mando. Las llamadas añepas, varones o bastones más largos y más estrechos, cumplían ambas finalidades. En general, las armas y bastones aborígenes canarios se labraban en madera de tea, sabina o acebuche. Azurara relataba por el año 1450

que en Gran Canaria utilizaban para pelear garrotes cortos y robustos (Herrera Piqué, 1990).

Objetos fabricados de madera como el "bastón jerárquico" del Museo Canario, se han encontrado ejemplares bastante similares entre restos arqueológicos de la cultura araguaco-taína de las Antillas Mayores. Personalmente he ubicado petroglifos con figuras similares a los "bastones de mando" y asociados a grabados reproduciendo sellos o pintaderas, idénticas a los diseños de las pintaderas de Gran Canaria, en algunos lugares del piedemonte andino en Venezuela, concretamente en una región donde tuvo su asiento la Cultura Araguaco.

Las conclusiones que sacamos después de haber analizado el material aportado tanto por los cronistas de la Conquista de América como del Archipiélago Canario, es que la MACANA fué un instrumento heredado de los araguaco-tainos llegados al archipiélago canario, dada que las características de estos objetos y el uso de los mísmos tuvieron una igual relación en ambos lugares. Por su parte la palabra MACANA fué traida de América a Canarias en época precolombina, ya que su nombre de origen araguaco proviene de una palma llamada MACA o MACANILLA, desconocida en el archipiélago canario. Igualmente las diferentes variantes en los nombres de esas armas de madera aplicadas por los aborígenes canarios como: MAGADOS O NACAS Y la propia MACANA, nos sacan de toda duda. Quería hacer un apunte más, entre los chibchas precolombinos de Colombia la palabra TAMISIQUE era una variente de la palabra MACANA para nombrar estas armas fabricadas de madera dura. Curiosamente en algunas islas del archipiélago canario, los aborígenes daban el nombre de TAMASAQUE a una especie de lanzas de madera muy dura.

LAS HACHAS PULIDAS CANARIO-AMERICANAS

Hace unos treinta años, cuando hacía mis primeros "pinitos" como investigador de arte rupestre en Venezuela, aproveché un viaje a España para hacer una visita a las islas Canarias y conocer "in situs" las manifestaciones del arte rupestre canario en base a mis estudios de los petroglifos gallegos y sus posibles relaciones con los de la isla de La Palma. En mi visita a una exposición de arte rupestre que se celebraba en el Museo Canario de las Palmas de Gran Canaria, aproveché para visitar dicho atractivo museo, principalmente las salas de arqueología. Para mi sorpresa vi una vitrina en la que exponían dos hachas pulidas de color muy oscuro, casi negro y de forma de almendra, que en términos arqueològicos denominamos: "agmidaloides", al lado de ellas se exponían varias hachas "reproducciones" de modelo, color y tamaño similar, pero encontradas en enterramientos de la Cultura Taína de las islas de Cuba, Puerto Rico y la Española. En el texto que acompañaban a estas curiosas piezas arqueològicas, se indicaba que las halladas en Canarias eran de jadeita o cloromelanita, similar al material de las americanas, explicando que el material lítico con que estaban confeccionadas solo se encuentra en el archipiélago antillano, dando a entender que dichas hachas canarias procedieran del continente americano, sin explicar la forma de su "llegada" al archipiélago canario. Fue tal mi sorpresa, que traté de indagar más en el asunto; fruto de este trabajo llegué a la conclusión, en razón a la opinión de investigadores canarios, de que la llegada a las islas de este material arqueológico se había producido en base a que algún emigrante canario, de los muchos que residían en la isla de Cuba, trajeran al archipiélago como "souvenir" las hachas de "marras", cuestión un poco rara ésta, a pesar de que uno de los ejemplares había sido hallada por un campesino en sus labores agrícolas. El tema hubiera quedado saldado sino fuera porque años después aparecieron otras hachas similares en las islas de La Gomera y Gran Canaria, curiosamente alguno de estos hallázgos realizados durante excavaciones científicas, dando al traste de este modo, con la teoría de años atrás, por la cual los emigrantes canarios de Cuba trajeran de regreso a la isla entre sus bagajes las mencionadas hachas.

El Museo Canario de Las Palmas poseía, hasta hace unos años, cuatro de estas hachas pulimentadas de jadeita, este número se vio incrementado posteriormente a siete ejemplares; algunos de ellos son de tipología "agmidaloide. Estas piezas contrastan con el resto de los utensilios líticos de las culturas aborígenes canarias y siempre han suscitado una interrogante sobre su origen y correspondencia cultural, lo curioso que este tipo de objeto arqueológico solo se ha encontrado en las islas de La Gomera y Gran Canaria, el materia lítico que se les atribuye es de jadeita, material que curiosamente no existe en las islas Canarias, por lo cual es totalmente improbable que fueron hechas por aborígenes canarios.

Como en el norte de Europa se habían encontrado algunas hachas con un ligero parecido a los ejemplares canarios, se especuló que las mísmas llegaron al

archipiélago canario procedentes de los paises nórdicos, posibilidad esta que fué rebatida por el investigador Zeuner quien a su vez las mostró a sus colegas daneses con el propósito de confirmar una probable procedencia nórdica. El resultado de la consulta de los arqueólogos daneses fue unanimente negativa de que las hachas pulidas canarias tuvieran nada que ver con el material "dis que parecido" de las culturas nórdicas. Varios arqueólogos se rompieron la cabeza tratando de dar respuesta al "problemita" de las hachas buscando respuesta en el Viejo Mundo, con resultados igualmente negativos. El investigador Benitez Padilla en base al material de jadeita conque estaban confeccionadas dichas hachas llegó a la siguiente conclusión: "Puesto que el material de jadeita no es posible obtenerlo en las islas Canarias, todo nos inclina a considerar que las hachas de jadeita del Museo Canario han partido de los Alpes Occidentales , bien de la vertiente italiana, bien de la Suiza, donde forman lentejones de poca potencia intercalados en los micasquitos".

Que fácil es dar respuestas cuando "no se mira más allá de sus narices", despreciando la posibilidad de contactos a través del Atlántico, entre aborígenes americanos y canarios. Esperando me perdonen la frase anterior, creo que la respuesta al "fenómeno" de las hachas pulidas de jadeita encontradas en Canarias, tienen su respuesta en el continente americano, concretamente en la cultura araguaco-taíno, pueblo este, fabricante de estos objetos arqueológicos con un material bastante abundante en la región del norte de Suramérica y el Caribe.

En la Cultura de los Cerritos (de origen araguaco), la cual estuvo ubicada alrededor de la Laguna de Tacarigua (hoy lago de Valencia), situada en el norte y centro de Venezuela; de la gran cantidad de material arqueológico recogido (Marcano, 1850-1910), predominan numerosos objetos de piedra, entre los que destacan varias "hachas pulidas" de forma "petaloide" y "agmidaloide" o forma de almendra, fabricadas con diverso material lítico como el basalto, JADEITA y otros. Igualmente en la Cultura de los Montículos y Calzadas de los LLanos Occidentales de Venezuela (igualmente de origen araguaco), se han recogido, entre otros objetos, gran cantidad de hachas líticas pulidas de formas petaloides y agmidaloides, fabricadas de diverso material lítico, entre los que destaca la JADEITA (Novoa, 1985).

Uno de los objetos de material lítico más usados por la Cultura Taína de las Antillas Mayores, son las hachas petaloides y agmidaloides pulidas, el material con que fabricaban estas "herramientas" era de carácter duro y entre la variedad de piedra con que trabajaban los mísmos se han encontrado algunas de JADEITA, similares en su forma, tamaño medio y material a las encontradas en las islas de La Gomera y Gran Canaria.

El ajuar de la Cultura Taíno-araguaco hecho a base de la piedra presenta una serie de artefactos, numerosa y variada, entre estos destaca el conocido bajo el nombre de "hacha petaloide", tanto por su forma característica como, en muchos casos, por su valor estético. Refiriéndose a estas piezas el doctor Herrera Fritot nos dice: "...la denominaciòn de petaloide les viene de su silueta en plano, que recuerda a la de ciertos pétalos de flor...pero más propio, aunque menos usado, es el de agmidaloides, en razón de su forma tridimensional de almendra. El hacha de forma almendrada se encuentra entre los pueblos indígenas del gran arco continental del Caribe, en civilizaciones de distintos grados, anteriores al

descubrimiento, desde las Guayanas hasta la Florida contando con la América Central, pero en su mayor abundancia y con las hechuras más perfectas, constituyen el instrumento lítico del gran conglomerado social antillano, de principal origen ARAGUACO-sudamericano (Herrera Fritot, 1964).

Normalmente y con muy raras excepciones las hachas petaloides y agmidaloides, tanto las simple como las de ceremonia, fueron labradas en piedras escogidas, tanto por su calidad como por su alta dureza. Así vemos que el material empleado minerales o rocas, está representado por la peridotita, dioritas, actinolita, JADEITA, oficalcita y variedades de cuarzo, tales como el jaspe negro y jaspe verde, etc (Herrera Fritot, 1954).

Aunque en algunas islas de las Antillas Mayores y algunas zonas del norte de Suramérica, se han encontrado hachas petaloides y agmidaloides que van de de 1,5 hasta los 34 cms de largo –las más pequeñas pudieran ser amuletos- sus valores normales oscilan entre los ocho y catorce centímetros, proporciones estas que encontramos en las medidas de las hachas pulidas encontradas en Canarias. Con la referencia a la proporción ancho/largo, llamada por Herrera Fritot "relación biaxial", este investigador considera como media normal la relación 1:3, es decir el largo del hacha "promedio" es equivalente a tres veces su ancho. En cuanto al color con que se presentan, varía de acuerdo con el tipo de piedra empleada; pero es frecuente encontrar ejemplares de color verde oscuro y, algunas veces, de color negro.

Uno de los problemas arqueológicos que plantean las hachas pulidas, son su probable uso, dado que gran cantidad de ellas no poseen desgaste de ningún tipo, igualmente algunos ejemplares son verdaderas miniaturas, a las que no se les encuentra ningún uso práctico, lo que nos lleva a la imperante necesidad de englobar algunas de estas "herramientas" dentro del mundo mágico y ritual del aborigen, aunque los relatos de los cronistas apenas nos dan noticias al respecto. Sin embargo en la tradición oral, no solamente en América, sino en mucho lugares del planeta, donde todavía sobrevien algunas culturas indígenas, cuando éstos encuentran un objeto de este tipo, le atribuyen un "poder mágico" y las llaman "piedras de rayo", pues creen que han venido del "cielo".

Esto me recuerda las experiencias que he tenido con un hacha petaloide de color negro y la cual, hasta el momento, no hemos podido identificar el tipo de piedra con que fue hecha. Este objeto vino a mi poder hace como 17 años, cuando me la regaló un campesino- por unos favores que le había hecho- esto sucedió en la región de los llanos del estado Barinas en el Occidente de Venezuela, él la había encontrado cuando araba en unas tierras de su propiedad, junto a otros objetos arqueólogicos, y donde pude comprobar posteriormente, que dicho lugar había sido el asiento de un montículo artificial, posiblemente usado para enterramientos por la Cultura Araguaco. Nemesio, como así se llamaba mi amigo el campesino, cuando me regaló dicha "hacha", de hermosa factura y negra como el azabache, me dijo que la mísma tenía poderes mágicos y que le costaba desprenderse de ella, pero que al entregármela a mi sabía que quedaba en buenas manos. Igualmente me dijo que una de las propiedades "mágicas" que tenía dicho objeto, era que envolviéndo un hilo de algodón alrededor de ella y echándola al fuego un momento, dicho hilo no se quemaba, eso sí, solamente la parte del hilo que hacía contacto con dicho objeto lítico; delante mía y de unos amigos que me acompañaban me hizo dicha prueba y en la que con asombro pudimos ver que Nemesio no mentía, pues el hilo no se

quemaba y tenía igual consistencia como antes de meterlo al fuego. Posteriomente ante amigos y familiares hice varias de estas pruebas, todas con resultado positivo. En un viaje que hice a la ciudad de Mérida en los Andes venezolanos y donde funciona una de las universidades más representativas del país, visité a unos compañeros del Centro Arqueológico de Barinas- del cual yo era presidente- y que estudiaban en esa universidad. Como tenía el "hacha" conmigo, me pidieron que les hiciera el "experimento" ante varios estudiantes en uno de las habitaciones de la residencia estudiantil, pues allí contaban con un hornillo eléctrico; para que decir que el experimento fue todo un éxito y como siempre el hilo no se quemó. Esta pieza arqueológica, es una de mis mayores reliquias a la que le tengo un aprecio inestimable, cada vez que la tomo en la mano siento la presencia de un pueblo y una cultura que dejó su huella en numerosas partes de América, incluso más allá del continente.

LAS PIRÁMIDES CANARIAS: UNA HERENCIA AMERICANA.Quizás, por su importancia, uno de los restos arqueológicos más polémicos de los realizados por los aborígenes canarios, son, sin lugar a dudas las pirámides escalonadas, más concretamente las de Güimar, en Tenerife, que son las que mejor se han estudiado y reconstruido, gracias a la labor de Thord Heyerdhal y la Fundación Ferco que patrocina la firma Fred Olsen S.A. Aunque tambien son muy interesantes las construcciones piramidales prehispánicas de Icoch de Los Vinos, Gongora y Barranco de Badajóz, igualmente en la isla de Tenerife, también se han encontrado construcciones piramidales en la isla de La Palma.

De que las pirámides canarias son prehispánicas no cabe la menor duda, a pesar de que muchos arqueólogos siguen insistiendo que son "acumulaciones de piedras" de los pastores y campesinos canarios, en su afán por limpiar los campos y ejercer mejor así las labores de pastoreo y agrícultura. Menos mal que esta teoría se ha venido abajo, demostrándose que algunas partes de dichas construcciones, poseían detalles -como canales de desagüe, aristas de piedras trabajadas y una cierta relación astronómica-, que demuestra sin lugar a dudas, ser construcciones aborígenes, posiblemente dedicadas a ciertos rituales, o porque no, a enterramientos. Algunos cronistas de la época mencionan estas construcciones de piedra y su probable uso; Viera y Clavijo en su Historia de las Canarias nos narra: "Se había erigido en cada uno cierta pirámide muy alta de piedras sueltas delante de la cual se juntaba el pueblo según los días solemnes de su calendario, en particular algunas devociones religiosas". Por su parte fray Abreu Galindo nos relata: "...eran estos guanches idólatras, cada capitán tenía en su término a dónde iba a adorar y cuya adoración era de esta forma: juntaban muchas piedras en un montón en pirámide, tan alto como se pudiera tener las piedras sueltas y en los días que tenían situados para semejante devociones suyas venían todos allí alrededor de aquel montón de piedras, y ahí cantaban endechas y bailaban y luchaban y hacían los demás ejercicios de holgura que usaban".

Muchos investigadores pretenden ver en las pirámides canarias un paralelismo con el Antiguo Egipto y ahí volvemos a caer en el error de la "momificación", que tanto ésta, como las construcciones piramidales escalonadas canarias, no concuerdan en ningún modo con las de la civilización egipcia. En el capítulo de la momificación, explicamos las diferencias sobre esta costumbre funeraria egipcia y la canaria. Igualmente el estilo arquitéctonico de las pirámides canarias, difiere bastante de las egipcias; y sin embargo si concuerdan con las americanas precolombinas, especialmente las del área centroamericana e igualmente con las construcciones del centro ceremonial de Chavín de Huantar en el Perú y con una antigüedad de aproximadamente 3.000 años. También hay un un gran parecido entre las construcciones piramidales canarias con las descubiertas en algunas islas del continente australiano y donde se ha demostrado igualmente la influencia, en estas construcciones, de culturas precolombinas procedentes del Pacifico americano.

¿Que relación pudieran tener las construcciones escalonadas canarias con los pueblos araguaco-taínos que llegaron a las islas Canarias?; los pueblos araguacos de Tierra Firme, llegaron a su más amplio desarrollo con las realización de grandes túmulos funerarios y otras construcciones de tierra, como terraplenes o calzadas, diques y canales, de los que buenos ejemplos tenemos en varias partes de América del Sur. Cuando estaban en pleno desarrollo fueron invadidos por el belicoso pueblo caribe, lo que frenó el impulso social de esta importante cultura y lo que motivó a que parte de esos grupos araguacos, retrocedieran a las costas del norte de Surámerica y posteriormente, tras el empuje caribe, se embarcaron al forzado "exilio" de las Antillas, con las cuales tenían relaciones desde centenares de años antes.

El haber realizado esta aclaración, lo motiva el hecho, que las culturas mesoamericanas autores de las pirámides escalonadas, antes de llegar a este importante avance arquitectónico, realizaban "montículos" y construcciones de tierra similares a las de los pueblos araguacos, con la contrapartida, que a estos últimos grupos se les paró en su desarrollo, quedando prácticamente frenado el avance de su cultura con la invasión caribe, que de no ser así, esta importante sociedad precolombina hubiera realizado construcciones del estilo de las de Mesoamérica. A pesar de esto, se han ubicado algunos restos de construcciones de piedra, tanto en el área araguaco de Tierra Firme, como en algunos lugares de las Antillas donde tuvo su asiento la Cultura Taína, como los famosos complejos ceremoniales y juegos de pelota; aunque no de la magnitud de los del área centroamericana. Igualmente se ha podido demostrar que las pirámides canarias, tenían ciertas connotaciones astronómicas, en base a algunas mediciones que se han hecho en los últimos años. Parece ser, igualmente, que hace ya varios años debajo de las polémicas construcciones se encontraron los restos humanos de dos personas, pero lamentablemente fueron destruidos en la época en que se encontraron. También en las excavaciones que se están realizando, se han encontrado unas extrañas figuras de cerámica con formas antropomorfas y zoomorfas, que por sus características, no encajan en ninguna cultura conocida, Por su parte se especula, igualmente, que por debajo de dichas constucciones piramidales circulan una complicada red de túneles, lamentablemente se ha fracasado en la tarea de abrirlos, pues los que se han ubicado se encuentran taponados.

BOLAS O ESFERAS DE PIEDRA: UN SIMBOLISMO DEL MÁS ALLÁ.

En una carta que se publicó en el diario El Gráfico de Colombia el 29 de mayo de 1920 se leía este relato: "Tiempo atrás se había radicado a orillas del lago de Tota una familia indígena de consumados adoradores del Sol, cuya idolatría tenía preocupados a los señores párrocos de las poblaciones vecinas y que todos éstos procuraban su reducción a la Ley Evangélica. Un día del año 1891 fue llamado por el padre de aquella familia el señor cura de la población de Tota, cercana al lago, quien acudió presuroso creyendo que el indio viejo lo llamaba para confesarse. No se trataba sino de consultarle, como a persona docta, cómo encargado por sus antepasados, en línea recta de sucesión de varones desde el tiempo de la Conquista, el cual le había otorgado su padre con la promesa jurada de que los desempeñaría fielmente."Pondrás en propia mano este mensaje al Sumo Pontífice de Sogamoso o se lo transmitirás a tu hijo mayor con igual encargo", le había dicho su padre a la hora de su muerte, y le había entregado un objeto advirtiéndole que se habían expedido en su remoto origen tres ejemplares iguales, por si dos de ellos llegaban a extraviarse. El momento de la muerte se aproximaba por instantes para este último portador del misterioso encargo, y no estando restablecido, como lo esperaba para algún día, el Sumo Sacerdote del Sol, ni teniendo hijo varón a quien encomendárselo, era necesario pedir el consejo del señor cura a fin de solucionar el conflicto.

Creyendo torpemente que se trataba de alguna joya de valor material, el presbítero Moreno sedujo sin dificultad el infelíz indígena para que lo hiciera su depositario, pero sufrió una gran desilusión, según refirió después, cuando vio que la flamante prenda no era sino una BOLITA de arcilla cocida, perfectamente esférica de unos cuatro centímetros de diámetro, pulimentada hasta la brillantéz y de color chocolate, con unos signos incrustados en la superficie, de un barro de color amarillo cromo.

Traida la bolita a la población de Tunja, fue objeto de la curiosidad de numerosas personas, quienes con el mismo criterio de los hombres de la conquista pretendían ver en ella la clave para encontrar el tesoro indígena de Suamox. Se sabe que dicha "bolita" trajo muchos dolores de cabeza, y se organizaron más de una expedición por la región en busca del "tesoro", que algunos creían ver en la inscripción de la mencionada esfera. Igualmente pasó de varias manos en los consabidos trueques de herencia, hasta que se perdió su pista, así como el mensaje escrito en ella con unos jeroglíficos para nuestra mente inintelegibles. Lo que si está claro, que dicha pieza arqueológica representaba mucho para la creencia de un pueblo, que uno de sus descendientes trató de cumplir la sagrada misión de su raza, e incoscientemente entregó dicho emblema al representante de una civilización que desconocía el valor espiritual de la mencionada bola con su incomprendido mensaje (Triana, 1921).

Cuando en el año 1952, y después de varios años de excavaciones, el arqueólogo mexicano Alberto Ruz con sus colaboradores abrieron el sarcófago encontrado en el Templo de las Inscripciones de la ciudad maya de Palenque, quedaron altamente sorprendidos por el hallázgo que acababan de hacer, el personaje encontrado en la cripta de la pirámide aparecía rodeado de una gran cantidad de joyas y otros elementos arqueológicos, que hacían que dicho descubrimiento se convirtiera en uno de los sucesos más importantes de la historia, en lo que a hallázgos arqueológicos se refiere. Entre los muchos objetos que se ubicaron entre los restos del personaje enterrado en la cripta, figuraba una pequeña BOLA de jade que se encontró junto al cráneo y que probablemente fué puesta en la boca del cadáver (Ruz, 1952).

La costumbre de colocar una "bola" de material lítico en la boca del difunto fue una práctica muy extendida entre los pueblos mesoamericanos. Pese a su gran difusión durante casi dos mil años, esta práctica funeraria fue escasamente documentada por los arqueólogos, debido en parte, a las condiciones con que se encuentran la mayoría de los restos humanos, siendo a veces casi imposible, determinar si dichas bolas aparecidas en la zona del cráneo fueran puestas en la boca del difunto. Sin embargo noticias de hallázgos similares se han realizado en la exhumación de restos humanos realizados en Chamá, Zaculeu, Kaminaljuyú, Uaxactun, Guaytan, Chiapa de Corzo, Valle de Ulúa, Notmul y Dibilchaltán; todos estos lugares en el área centroamericana, lo que confirma tal práctica funeraria en dicha región. Igualmente se han encontrado numerosas bolas o esferas de diverso material lítico asociadas a enterramientos en la región antillana, concretamente en áreas donde se asentó la Cultura Siboney de origen taíno-araguaco. Así como también en varios montículos funerarios de la Cultura Araguaca, en diversos lugares de Venezuela, donde tuvo asiento este pueblo.

Es probable que la colocación de una BOLA de jade u otro material lítico, tuviera un significado mágico-religioso, debiendo de ayudar ésta al hombre en el otro mundo. Pudiera ser, igualmente, que los objetos de jade (uno esférico y otro cúbico) que sujetaba con la mano, el personaje enterrado en la cripta de Palenque, tuvieran una finalidad de ayuda o protección mágica en su paso al más allá (Ruz, 1973).

Uno de los primeros "arqueólogos" del "Nuevo Mundo" fué Cristobal Colón. Cuenta en su diario el Almirante, que durante la construcción del fuerte de Santo Tomás en la isla de La Isabela y abriendo tierra para echar los cimientos y cortando cierta roca para hacer los fosos, cuando llegaron a dos brazas bajo la peña, encontraron "nidos" de barro y paja, que en vez de huevos tenían tres o cuatro PIEDRAS REDONDAS, tan grandes como una gruesa naranja, que parecían habían sido hechas de intento para artillería, de lo que se maravillaron mucho.

El relato nos pudiera parecer un poco extraño, pues las aves no ponen huevos de piedra; pero si analizamos que algunos centenares de años después, diversos investigadores y arqueólogos han desenterrado en diversos lugares de las Antillas, principalmente en zonas donde tuvo su asiento la Cultura Taina, gran cantidad de bolas líticas de diferente material y tamaño, casi todas ellas ligadas a restos humanos, donde aparecen al lado del cráneo del individuo exhumado. Es así como se puede creer que dicho objeto arqueológico jugó un papel importante dentro de las creencias y rituales de los aborígenes que las confeccionaron, en este caso elementos de los grupos araguaco-taínos. Pues igualmente en zonas del norte de

Suramérica, donde quedó más patente la huella de la Cultura Araguaco, también aparecen objetos de este tipo ligados a enterramientos, principalmente en montículos funerarios y cuevas.

Gran cantidad de bolas líticas, en su mayor parte pulidas, recopiló el antropólogo venezolano Gaspar Marcano, durante sus años de investigación de la Cultura de Los Cerritos en los valles de Aragua en la zona norte y central de Venezuela y la cual se determinó que eran de origen araguaco.

En la isla de Cuba, los doctores Felipe Pichardo y Antonio R. Martinez inician en el año 1932 una serie de exploraciones por la costa sur de Camagüey, en la zona de "Caneyes de Muertos". En las excavaciones arqueológicas que realizan, pudieron colectar, además de diversos huesos humanos, numerosas BOLAS de piedra y otros objetos líticos entre los que destaca una "daga de piedra", artefactos característicos de la Cultura Siboney (Taína).

El doctor Antonio Navarrete en el año 1936, igualmente en la costa sur de Camagüey, recolectó restos óseos humanos y algunas BOLAS de piedra, que acompañaban a los cráneos enterrados. En el año 1938 un campesino de una finca de Cienfuegos, arando la tierra recogió varias bolas y una daga de piedra, junto a restos humanos.

En el años 1941, el doctor René Herrera, acompañado de otros colegas, excavaron la cueva funeraria de "Los Niños", en la bahía de Caguanes, provincia de Sancti Spiritus. Aquí encontraron un interesante entierro colectivo de trece niños, que oscilaban en edades comprendidas entre los uno a diez años. Con cada esqueleto apareció una BOLA lítica, cuyo tamaño guardaba relación con la edad del individuo. Como resultado de este trabajo se recolectarón trece bolas de piedra, dos dagas del mísmo material y algunos restos arqueológicos más.

En el año 1942, los doctores Pichardo y Martinez excavan el Caney del Gato, en la costa sur de Camagüey. Encontraron aquí once esqueletos humanos cuyos cráneos no mostraban deformación artificial. El ajuar recolectado comprendía varias BOLAS y dagas de piedra, junto a otro material.

El doctor Antonio González y otros colaboradores, exploran un conchal en Bahía de Cochinos (Matanzas), recolectan varios varios restos arqueológicos, entre ellos dos dagas de piedra. Cerca de allí localizaron un montículo funerario, donde los campesinos de la localidad le informaron que de allí habían salido varios cráneos humanos y cierto número de BOLAS de piedra.

En el año 1962, Rodolfo Payarés, hace excavaciones en un gran montículo artificial de origen precolombino situado en la costa sur de Camagüey, allí exhumó ocho esqueletos humanos, cuyos cráneos no estaban deformados, así como dos BOLAS de piedra.

Arqueólogos de la Academia de Ciencias de Cuba, excavan en 1970 un montículo en la costa sur de la provincia de Camagüey, en el fondo de la excavación a 6,75 metros, encontraron dos BOLAS de piedra. Las muestras orgánicas analizadas por radio-carbono dieron una antigüedad de 2000 años.

En 1958 el científico cubano, Rivero de La Calle realiza una excavación en Caguanes, provincia de Sancti Spíritus, en un residuario de cincuenta metros de largo por unos veinte de ancho. Se exhumaron los restos óseos muy destruidos de cinco individuos enterrados muy cerca unos de otros, todos ellos tenían BOLAS líticas perfectamente pulidas al lado de cada cráneo, una de ellas era de material noble, como la serpentinita.

En el análisis que se ha hecho sobre el material lítico de la Cultura Siboney de origen araguaco-taíno, se tiene en primer lugar que las bolas o esferas líticas, perfectamente talladas, a veces en un material blando como la marga, hasta otros objetos líticos tan duros como el cuarzo, la calcedonia y la diorita. Como dichos objetos líticos no tienen huellas de uso, se determina que tuvieron un uso ceremonial de carácter funerario. Por su parte las dagas de piedra configurarían un valor simbólico de jefatura o alcurnia, pues la mayoría de las piezas han sido talladas en material frágil como pizarra o arenisca, lo que les impide tener un uso práctico (Herrera Fritot, 1957). Otros investigadores se inclinan por la mísma teoría, del uso ritual de las bolas y dagas de piedra (Osgood, 1942) y (Ortíz, 1943).

En la Cultura Mayarí de Cuba, probablemente sucesora de la Cultura Siboney, también se han encontrado BOLAS y dagas de piedra, asociadas a enterramientos, con una cronología que va desde los 1000 a 1500 años antes del presente (Tabío y Guarch, 1966) y (Guarch y Pino, 1968).

Igualmente en otras islas de la Antillas Mayores se han encontrado BOLAS de piedra asociadas a enterramientos humanos. En las excavaciones realizadas en 1972 en un cementerio aborigen en la Cucama (República Dominicana), se han encontrado varias BOLAS de piedra asociadas con cráneos humanos, así como hachas pulidas PETALOIDES y AGMIDALOIDES (similares a las encontradas en Canarias), PINTADERAS de arcilla (similares a las de Gran Canaria), todos estos restos relacionados con la Cultura Taína-araguaco, la cual pobló las Antillas Mayores.

En Haití, en la parte oeste de la bahía de Fort Liberté fue realizada una excavación en el año 1935 por el norteamericano Froelich Rainey, en un residuario de unos treinta metros de diámetro, se recolectó gran cantidad de material arqueológico, entre ellos, numerosos objetos líticos, entre los que destacan varias BOLAS y dagas de piedra pulidas, por el análisis del material se llegó a la conclusión que es idéntico al de la Cultura Siboney de la isla de Cuba.

Entre los objetos arqueológicos que se han encontrado en abundancia en el archipiélago canario, en especial las islas de Gran Canaria y Tenerife, son los esferoides o BOLAS líticas, muchas de ellas perfectamente pulidas, como dijo un investigador: "... y más que balas de hondas, en el sentido extricto, habría que interpretarlos como cantos arrojadizos de fácil recuperación; pues no se explicaría, entonces, la primura de su pulimento. El diámetro de estas curiosas bolas rara vez excede de los cínco centímetros". Que fácil excusa se busca, cuando no se mira más allá. Curiosamente las bolas líticas antillanas, en su mayoría, miden entre los dos y medio y cuatro centímetros de diámetro.

En la isla de Tenerife los útiles de piedra pulidos son muy escasos, entre los restos arqueólogicos dejados por los aborígenes. Sin embargo entre el ajuar funerario

exhumado de una cueva de LLano de Haja, apareció una esfera de basalto, junto a otras a medio pulir. Según el investigador Diego Cuscoy, tirando por la rama más fácil, nos indica, que dichas piezas arqueológicas se tratan de proyectiles para ser lanzados con la mano o con una honda, eso sí, asienta el reconocido arqueólogo, si es que alguna vez se llega a demostrar el uso de la honda entre los guanches. Lo que nos parece ilógico, que habiendo tanto canto rodado, los aborígenes canarios se tomaran tanto esfuerzo y trabajo en hacer "bolas esféricas pulidas", para ser utilizadas como "armas" de guerra o caza. En las últimas décadas en la mísma isla de Tenerife, se han ido sucediendo múltiples descubrimientos de BOLAS de piedra, casi siempre asociadas a ambientes pastoriles. Igualmente en las excavaciones realizadas en las polémicas pirámides de Güimar, entre otros objetos, se encontró una hermosa bola lítica.

En el Barranco de La Aldea en la isla de Gran Canaria, se encontraron varias BOLAS líticas asociadas a entierros. Por su parte en el Museo Canario hay depositadas varias decenas de estos curiosos objetos arqueológicos, la mayoría tienen un diámetro de entre cuatro y cinco centímetros (igual a las araguaco-taino). En 1874, en las montañas de la Fortaleza en la isla de la Gomera, Bethencourt Alfonso descubrió entre los restos de unas construcciones aborígenes una piedra redondeada artificialmente como del tamaño de una naranja.

Antiguas crónicas descriptivas de las expediciones a las islas Canarias en los siglos XIV y XV mencionan el hallázgo de ídolos o estatuillas de origen aborigen en la isla de Gran Canaria. En la relación que transcribió Boccacio de la expedición que el rey Alfonso IV de Portugal encomendó en el año 1341 al fiorentino Angiolino di Teghia se hace referencia a una figura de piedra encontrada en dicha isla, la cual representaba un hombre parcialmente desnudo que tenía una BOLA en la mano. La figura estaba vestida con un corto tejido de hojas de palmera, semejante al tamarco -prenda aborigen- que usaban los antiguos isleños. Los expedicionarios, que hallaron la estatuilla en un "oratorio" de Gran Canaria, la llevaron a Lisboa.

Es curioso observar como la bola o esfera lítica aparece asociada a enterramientos, tanto entre la cultura araguaco-taino, como entre los antiguos aborígenes canarios y el probable uso mágico-religioso que pudiera representar dicho objeto arqueológico. Sabemos que en otras civilizaciones prehistóricas que poblaron diversos lugares del mundo, la bola lítica tuvo este peculiar uso. Concretamente en los paises asiáticos, por ejemplo en China, cuando moría un dignatario, al momente de fallecer se le colocaba una BOLA de material noble entre sus labios. Entre las culturas megalíticas europeas se han encontrado BOLAS líticas pulidas asociadas a enterramientos dentro de los dólmenes o tumbas, hay muchos casos concretos en Galicia, Portugal, País Vasco, Francia, etc. En una gran cantidad de museos se pueden ver objetos arqueològicos de este tipo, la mayoría de ellos fueron encontrados asociados con restos humanos.

Quizás donde hemos podido obtener un claro significado sobre el uso ritual asociado con la muerte de la BOLA lítica, lo tenemos en la famosa Tumba de Palenque del Templo de las Inscripciones en el área maya de México. Pues cuando el arqueólogo Alberto Ruz destapó en 1952 la tapa del sarcofágo que contenía los restos de un misterioso personaje, se encontró que al lado de la boca del difunto había una BOLA de jade. Esto no queda ahí, porque en trabajos posteriores del mísmo arqueólogo, se encontró que desde la tumba secreta situada en el

subterráneo del templo-pirámide, había un estrecho conducto que salía al exterior de la construcción. Analizando tanto este hallazgo, como otros de la cuenca Orinoco-amazónica, donde en algunos enterramientos indígenas, al tapar la tumba los deudos le clavaban un largo palo, que luego sacaban, dejando un orificio que conduciría de la tumba al exterior y según las creencias indígenas, serviría para que saliera el alma del difunto. Quizás la BOLA de piedra fuera un objeto utilizado por algunas civilizaciones antiguas, como el vehículo para conducir el alma del difunto al "paraiso" de sus creencias. Esto tiene fácil explicación, pues la BOLA o esfera, dada su característica forma geométrica, se "trasladaría" más facilmente en su camino por el "cosmos" (Novoa, 1989).

Entre los aborígenes talamancas de Costa Rica y Panamá, circula el mito de las "piedras sagradas", relacionadas con el mito de la Araña Divina, cuyos huevos blancos y redondos se identifican con las piedras cosmológicas usadas por los sacerdotes, que también son "blancas y redondas".

El mito de la Araña, vinculada al Cosmos, se haya muy extendido en América; entre los tarascos, los mayas y los pueblos del sureste de Norteamérica. Doris Stone nos dice que: "Las piedras antiguas que se encuentran en las tumbas son inútiles ahora, porque la gente de entonces tenía otros sacerdotes".

Asimísmo, los mayas que usan PIEDRAS ESFÉRICAS y blancas, como los talamancas, consideran que esas piedras cosmológicas pierden su valor al no ser usadas por el sacerdote que las encontró, porque son "pasadas" (Girard, 1977).

Esto nos lleva a recordar a los "karekos" de los indios guaraos del delta del río Orinoco y ya mencionados en otro capítulo de la presente publicación. Los "karekos" son unas piedrecitas blancas y limpiecitas que el chamán mete dentro de la "maraca ritual" y que las consagran con humo de tabaco y escupiendo en ellas saliva de fumar. Después de la ceremonia de consagrar, el chamán va cogiendo aquellas piedrecitas, una por una, y nombrándolas. Una la coge para su mujer, otras para sus hijos, y otras para sus amigos. De ahí que los chamanes quieran tanto a las piedrecitas "karekos", porque son familia de los "espíritus".

CONCLUSIONES: ¿Un descubrimiento a la inversa?

El subtítulo del presente capítulo podría dar lugar a confusiones, pues si nos atenemos a la realidad, ningún pueblo descubre a ningún pueblo -y valga la redundancia- , pero creo que es una forma más de acabar con ese tan "manoseado" míto europeo conocido como el "descubrimiento" de América. También soy un poco excéptico a esos grupos "nacionalistas" -si se pueden llamar así- que emplean la frase: "el encuentro de dos culturas", que si la analizamos más profundamente yo denominaría "el reencuentro con el pasado".

Como hemos visto, a través de milenios los pueblos se han movido a todo lo largo y ancho de nuestro planeta usando las más diversas vías de comunicación naturales, tanto terrestres, como marítimas y fluviales, que por sus características geográficas y climáticas variaron las condiciones y habitats de numerosos lugares de la tierra, unas veces por las glaciaciones, otras por el calentamiento de la tierra, las cuales tuvieron diversas épocas favorables y desfavorables durante los últimos cien o doscientos mil años y probables fechas de la entrada del hombre en el continente americano y que hicieron que los humanos tuvieran que adaptarse a esas condiciones. En otros casos se vieron en la necesidad de emigrar a otras tierras en busca de condiciones más favorables, para en un principio subsistir en la caza de grandes mamíferos, más tarde con la caza menor, pesca, marisqueo y recolección de frutos silvestres y más recientemente con el conocimiento y desarrollo de la agricultura, en un principio incipiente y más tarde con el implemento de técnicas agrícolas, que en algunos lugares les permitió ser autosuficientes y permitir con sus excedentes realizar intercambios con otros pueblos más necesitados de sus productos y a la vez obtener géneros de otras tierras para ellos desconocidos llegando a lo que la humanidad conoce con el nombre de "trueque".

Este fue el caso de la Cultura Araguaco, que como hemos visto se extendió a todo lo largo y ancho del sur y centro del continente americano, y que sin embargo es la menos conocida y estudiada por los especialistas en la materia; pero que tanto la toponimia, lingüística y la arqueología nos ha permitido saber de su existencia y extensión. Sabemos igualmente que este pueblo con la fusión de otros les permitió crear nuevas "culturas", tal es el caso de los Taínos, un pueblo surgido de la unión de miembros de la cultura araguaca con elementos locales de las Antillas Mayores, este proceso debió durar centenares de años, desde su salida de las costas del norte del continente para poblar todo el arco antillano y desarrollar el máximo de su exponente cultural en las Antillas Mayores.

No cabe duda que en todo ese tiempo los araguacos desarrollaron amplios conocimientos de navegación ya implementados por los grandes ríos durante su proceso de expansión por el continente, que más tarde se vería enriquecido durante las primeras expediciones marinas a las islas más cercanas a la costa, su salto a las más situadas al norte y la llegada a las Antillas Mayores, su posterior establecimiento en esta región y el desarrollo de una compleja navegación de alta

mar, con la fabricación de grandes canoas para una gran cantidad de remeros y el uso de la vela, que les permitiría realizar largas travesías por todo el arco antillano y el golfo de México en sus expediciones de comercio y colonización.

Es probable que durante ese proceso de expansión, algun grupo aislado llegara en sus incursiones marítimas al archipiélago canario, conociendo su existencia por los mítos de sus ancestros y las cuales denominaban "Islas Afortunadas", curiosamente los pueblos navegantes mediterráneos las llamaban con ese mísmo nombre. Más tarde con la llegada del sur del continente americano de los belicosos grupos caribes, los cuales con su invasión empujaron hacia el norte y las costas del continente a los grupos araguacos, en otros casos aislándolos en regiones selváticas o exterminándolos, incluso practicando con sus cadáveres la antropofagia en la mayoría de los varones y tomando a las mujeres como rehenes, lo que hizo que este grupo absorbiera parte de las costumbres y técnicas araguacas, causando confusión a los investigadores a la hora de estudiar el pasado de esta cultura. Los caribes, igualmente connotados navegantes, siguieron su proceso de expansión, en un principio hacia las Antillas Menores y más tarde hacia las Mayores, lo que hizo que algunos grupos araguacos quedaran aislados como así los encontraron los primeros europeos, y otros a la desesperada organizaran expediciones de huida a las únicas tierras conocidas y fuera del alcance de los caribes, en esta caso el Archipiélago Canario.

Quizás para la mayoría esto podría ser la trama de una novela de aventuras, sino fuera porque las pruebas de dicha "trama" se han podido probar arqueologicamente: toponimia, lingüística, caracteres físicos y numerosos restos arqueológicos encontrados en algunas islas del archipiélago canario conforman a través de los distintos capítulos que conforman la presente publicación un cúmulo de pruebas que no es ciencia ficción, sino realidades y hechos que los investigadores de la prehistoria canaria no han podido, ni podrán explicar sin tener que enfocar sus investigaciones hacia América.

No pretendo de ningún modo con el presente trabajo dar un carpetazo a las interrogantes que nos plantea el poblamiento del pasado canario, sino al contrario, que el mísmo sea una puerta abierta a los investigadores, analizando detenidamente los diversos capítulos de la obra y ampliando con nuevos estudios la base de este trabajo, los nuevos sistemas de investigación nos darán respuestas y confirmarán la teoría aquí presentada en un futuro no muy lejano.

Sé desde ya que tendré muchos detractores, pero también les diré que en la realización de la presente investigación fruto de más de veinte años de trabajo puse todo mi empeño sin apasionamientos y siempre regido por el sentido común en los documentos y obras consultadas.

Igualmente no pretendo de ninguna forma negar la presencia de otros grupos humanos en el poblamiento del archipiélago canario, hay numerosos testimonios arqueológicos que avalan la llegada de otras culturas, tal es el caso de grupos venidos desde la cercana costa africana, que fueron los más, y que dejaron la huella de su identidad en la constitución racial y cultural de muchas de las costumbres del pueblo canario.

Lo que si no voy aceptar es entonar el "mea culpa" y espero "enfrentarme" a mis detractores con pruebas en la mano, es decir desarrollando los diferentes capítulos aquí presentados. Igualmente me hubiera sido más fácil andar por el camino más recto, pero a la vez peligroso, echarle la culpa de todo a la mítica Atlántida, tema muy manoseado y donde se han gastado, innecesariamente, regueros de tinta por muchos "escritores" ávidos de lectura fácil y componendas económicas. Por su parte, tengo el presentimiento que voy por buen camino a la hora de poner mi granito de arena en desvelar una pequeña parte de la prehistoria de unos minúsculos puntos de tierra, pero encantadores lugares, situados en pleno Océano Atlántico, que por causas del destino y de necesidades sociales, se vieron inesperadamente "invadidos" por unas gentes venidas del "desconocido continente" y dejó la huella de su paso en cierta cantidad de restos arqueológicos, que han constituido y todavía representan un cúmulo de preguntas que los investigadores no saben o no quieren dar respuestas.

AGRADECIMIENTOS

Después de más de veinte años de recabar información para poder realizar la presente publicación, es mucha la gente que ha colaborado conmigo de una forma u otra y desinteresadamente para llevar a buen camino este trabajo, por lo cual es dificil que pueda acordarme de todos, si me olvido de alguien espero me sepa disculpar.

En primer lugar no puedo olvidar a mis compañeros cuando fui miembro y presidente del Centro Arqueológico Kuayu de la ciudad de Barinas, en especial a María Andueza y Pascual Caputti por su labor incansable en pro del rescate, difusión y protección del patrimonio arqueológico del estado Barinas en Venezuela y por todas esas "aventuras" vividas en las selvas del piedemonte andino y llanos venezolanos. Igualmente al anciano don Abraham Vidal el "guardián de Roca Viva" y nuestro guía por las selvas de Bum-Bum y donde desde su "residencia eterna" nos conduce por buen camino.

Al poeta chileno Fernando Pezoa, corrector de la mayoría de mis trabajos durante su exilio en Venezuela. Al ex-alcalde de la ciudad de Barinas, Rogelio Peña por su empeño en difundir con las publicaciones del ayuntamiento la riqueza arqueológica del estado Barinas. A José M. Alfonzo, ex-director del Museo de Barinas por difundir y dar a conocer mis trabajos y ayudar al rescate y conservación de la arqueología local con las exposiciones y publicaciones del Museo. A mi buen amigo el polifacético artista venezolano José Ignacio Vielman por su apoyo artístico y moral en el rescate y difusión de la arqueología venezolana, en especial el arte rupestre del estado Barinas.Al arqueólogo Luís Molina desde el Consejo Nacional de la Cultura en Venezuela, por su ayuda en mis investigaciones y haber leido y propiciado la publicación de uno de mis libros. A los antropólogos Adrían Hernández y José Trujillo de la Universidad Centro Occidental, mis buenos amigos y guías en el conocimiento de la arqueología de las costas noroccidentales de Venezuela, así como a nuestro guía el anciano José Ignacio Bello de Capatárida, mi relación y conversaciones con él me dejaron una huella imborrable que me han ayudado mucho en mis investigaciones. A las doctoras Alberta Zucci y Erika Wagner por toda su ayuda desde el Departamento de Arqueología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas.

A Guillermo Muñoz y todos los miembros del Grupo de Rescate de la Pintura Indígena de Colombia (G.I.P.R.I.), por su colaboración y hospitalidad durante mis investigaciones en Colombia. A los doctores Charles Spencer y Elsa Redmon del Departamento de Arqueología del Museo de Ciencias Naturales de Nueva York, por lo mucho que aprendí de ellos durante sus investigaciones arqueológicas en Venezuela. A los profesores Bill Rudersdorf y Michael Skupin de la Universidad de Houston nuestros anfitriones y acompañantes durante mis investigaciones

arqueológicas en el Suroeste de Estados Unidos. A la ex-senadora Gloria Farley, prestigiosa investigadora del pasado americano y nuestra incansable anfitriona en Oklahoma.

Al doctor Rivero de La Calle, prestigioso científico cubano de la Universidad de La Habana, por su aporte al estudio del aborigen antillano y su colaboración en mis investigaciones. Al doctor Luís Chanlatte del Departamento de Arqueología de la Universidad Río Piedras de Puerto Rico por su colaboración durante mi visita al país borinqueño. Al profesor Sueb Badillo de la Universidad Río Piedras de Puerto Rico por su colaboración en mi visita a la isla. Al investigador puertorriqueño Sebastián Robiou por su aporte al estudio de la navegación aborigen antillana y haberme facilitado material para mi trabajo.

A la señora Olga Catalán en Chiapas (México) estudiosa del pasado maya y anfitriona durante mi estancia en la región. Al profesor Raúl Arnez de Cochabamba (Bolivia) de la Secretaría Nacional de Educación, por su aporte al estudio de la toponimia aborigen de Venezuela y su relación con el quechua, durante nuestra estancia en Bolivia. Al buen amigo escritor y periodista brasileño Pablo Villarrubia por su afán en descubrir los misterios del pasado americano y por toda su ayuda en la publicación del presente trabajo. Al señor Vicente Sánchez, Director del Museo La Fortaleza en Gran Canaria, por su colaboración durante mis viajes a Canarias y el apoyo dado durante los años de contactos y correspondencia que mantuvimos. A la buena amiga Susan Searigh connotada investigadora del arte rupestre africano, especialmente del Atlas marroquí, por su hospitalidad y los buenos ratos que pasamos durante nuestras expediciones a las distintas estaciones del arte rupestre prehistórico de Marruecos. Al profesor Auxilio Priuli del Museo de Arte Camuno de Capo di Ponte (Italia), por su hospitalidad durante mi estancia en la hermosa región de Vallcamónica y sus enseñanzas hacia la comprensión del Arte Rupestre.

Al buen amigo Paulino López, compañero de investigaciones y magnánimo colaborador en el rescate y difusión del arte rupestre del Noroeste de la Península Ibérica. A mi inseparable compañero José Sanromán por su apoyo físico y espiritual en la búsqueda de respuestas al arte rupestre prehistórico. A Fernando Javier Costas uno de los mejores investigadores del arte rupestre y mi compañero de fatigas, durante las muchas aventuras vividas en numerosos lugares en la búsqueda de la respuesta al complejo mundo del arte rupestre prehistórico.

A todos esas personas anónimas que a lo largo de varios años, de una forma u otra colaboraron desinteresadamente conmigo, especialmente a los guías, porteadores, campesinos, indígenas, autoridades y propietarios de las tierras donde se encuentran las huellas del pasado.

Ya para terminar el agradecimiento eterno a mi familia: mi esposa e hijos por su comprensión y a mis "guías espirituales" que me llevaron por buen camino y al término felíz de esta maravillosa "aventura".

BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Pablo Novoa Alvarez, nació a la sombra de la muralla romana de la ciudad de Lugo (España) en 1945. A los quince años emigra con sus padres a Venezuela donde reside 28 años desarrollando una amplia actividad como fotográfo e investigador de Arte Rupestre y Antropología, igualmente asiste con diversas ponencias a diversos congresos de arqueología en Venezuela, España, Cuba, Italia, Bolivia y Estados Unidos. Autor de los libros: ARQUEOLOGIA DEL ESTADO BARINAS, Caracas 1981; ECONOMIA Y DESARROLLO DE LA BARINAS PRECOLOMBINA, Barinas (Venezuela) 1986; GRABADOS RUPESTRES DE GALICIA, La Coruña 1994; colaborador del libro: EL DISEÑO EN LOS PETROGLIFOS VENEZOLANOS, Caracas 1987; GRABADOS RUPESTRES DE BARINAS-VENEZUELA, Mérida, Venezuela 1999; MIS EXPERIENCIAS EN EL MUNDO MÁGICO DE LA ARQUEOLOGÍA, Madrid, 2005. En preparación: LA CULTURA ARAGUACA EN LOS LLANOS OCCIDENTALES DE VENEZUELA. Igualmente es autor de más de doscientos trabajos en publicaciones de Venezuela, Colombia, Estados Unidos, Italia y España. Ha colaborado igualmente con varias reconocidas publicaciones: Geomundo de Miami; Revista de Arqueología de Madrid; Misterios de la Arqueología de Madrid y la Revista Corpovoz, órgano cultural de Corpoven en Caracas, entre otras.

Fue miembro de la Asociación Venezolana de Arqueología; igualmente tuvo el cargo de Coordinador del Patrimonio Arqueológico del Museo de Barinas (Venezuela); miembro fundador de la Sociedad Epigráfica de Galicia; directivo de la Asociación Arqueológica Viguesa; Expresidente y miembro del Centro Arqueológico Kuayu de Venezuela; Miembro Honorario del Grupo Arqueológico de Rescate Camuno de Italia; Miembro del Instituto Camuno de Arte Rupestre de Italia; Colaborador del Grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena de Colombia; Miembro Honorario del Grupo Infantil de Rescate a la Naturaleza de la Sociedad Espeológica de Cuba; Miembro Honorario y exdirectivo de la Asociación Pro-Colón-Galego de Portosanto, Pontevedra; Director de Cultura de la Hermandad de Venezuela en Galicia; Coordinador de Cultura de la Asociación Cultural Viguesa de Vigo; Directivo de la Asociación Cultural Nuevas Luces de Vigo y Director de la serie de monográficos Arte Rupestre Mundial de la Editorial Arqueo-Historia de Madrid. Actualmente es colaborador semanal del programa Milenium de la Radio Autonómica Galega.

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