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La pérdida del yo en el giro lingílístico José HIERRO (Universidad Autónoma de Madrid) ABSTRACT: l-lume’s criticism of the concept of self has been carried on in analytical pbiiosophy by an analysis of language wbich shows a confu- sion due to a misunderstanding of the use of the word ‘1’. Thus, Wittgenstein defended that the pronoun ‘1’ can he removed from langua- ge because it suggests a false subject of mental states. Russell, on the contrary, believed that there Ls some probability, but not certainty, that each person is familiarized with bis self. Later, tbe idea that the word ‘1’ does not narne anythíng reappeared in Ryle. Finally, Strawson has argued that the subject of properties, corporeal or mental, is the person, the con- cept of self being secondary. Not far from Strawson’s position my thesis is that the word ‘1’ indicates the personal perspective from which mental states aná actions appcar in the making, and this intuition was first expo- sed by Ortega y Gasset. RESUMEN: La crítica al concepto del yo, que inició Hume, ha proseguido en la filosofia analítica a través de un análisis del lenguaje que pone de manifiesto la confusión creada por una insuficiente comprensión del uso que hacernos de la palabra ‘yo’. Así, Wittgenstein defendió que el pro- nombre ‘yo’ puede ser eliminado del lenguaje, porque sugiere un falso sujeto dc los estados mentales. Russell, en cambio, pensaba que hay algu- Re, vlv/a ¿It DL.óc/k¿. 3? ¿~ica, ,•oI. XJ (~999>, nárn. 22. pga 5-20. ScMeiode Pubiicack,nes, tIni~’crsÑIad ti½mplvtcnsc. Madñd

La pérdida delyo en el giro lingílístico · 2017-04-30 · La pérdida delyo en el giro lingílístico José HIERRO (Universidad Autónoma de Madrid) ABSTRACT: l-lume’scriticism

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La pérdidadelyo en el giro lingílístico

JoséHIERRO

(UniversidadAutónomade Madrid)

ABSTRACT: l-lume’s criticism of the conceptof selfhasbeencarriedon inanalytical pbiiosophyby an analysisof languagewbich showsa confu-sion due to a misunderstandingof the use of the word ‘1’. Thus,Wittgensteindefendedthat the pronoun‘1’ can he removedfrom langua-ge becauseit suggestsa false subjectof mental states. Russell, on thecontrary, believedthat there Ls someprobability, but not certainty, thateachpersonis familiarized with bis self. Later, tbe idea thatthe word ‘1’doesnot narneanythíngreappearedin Ryle. Finally, Strawsonhas arguedthat the subjectof properties,corporealor mental,is the person,the con-ceptof selfbeingsecondary.Not far from Strawson’spositionmy thesisis that the word ‘1’ indicatesthe personalperspectivefrom which mentalstatesanáactionsappcarin the making,andthis intuition was first expo-sedby Ortegay Gasset.

RESUMEN: La crítica al conceptodel yo, que inició Hume, ha proseguidoen la filosofia analíticaa travésde un análisisdel lenguajequepone demanifiestola confusióncreadaporunainsuficientecomprensióndel usoque hacernosde la palabra‘yo’. Así, Wittgenstein defendióque el pro-nombre ‘yo’ puede ser eliminado del lenguaje,porquesugiereun falsosujetodc los estadosmentales.Russell,en cambio,pensabaquehayalgu-

Re, vlv/a ¿It DL.óc/k¿. 3? ¿~ica, ,•oI. XJ (~999>, nárn. 22. pga 5-20. ScMeiode Pubiicack,nes, tIni~’crsÑIad ti½mplvtcnsc. Madñd

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na probabilidad,aunqueno certeza,de quecadacual esté familiarizadoconsuyo. Ryleabundóde nuevoen la idea de queelpronombre‘yo’ nonombranada, y Strawsonfinalmenteha defendidoqueel sujeto de laspropiedades,tanto corporalescorno mentales,es la persona, siendosecundarioel conceptodel yo. No muy lejosde estaopinión, mi tesisesque la palabra ‘yo’ indica la perspectivaen que, paracadapersona,susestadosmentalesy sus accionesaparecenhaciéndose,intuición que sedebeaOrtegay Gasset.

“La palabra‘yo’ perteneceaaquellaspalabrasque sepuedeneliminardellenguaje”

Esto afirmó Wittgenstein en sus conversacionescon Sehlick (EWaisrnann,1 967,Wfttgensteinuna’ ¿lcr WienerKreis, p. 49). Sobreel sentidoy la justificaciónde estaspalabras,y por extensiónsobrelaconstruccióndelconceptodel yo despuésdel giro lingñístico quiero tratara continuación.

Wittgensteinhizo estecomentariocon ocasiónde distinguirentresentirdolor en el cuerpoajeno y sentirel dolor ajeno.Sentir dolor en el cuerpoajenosignificaquesi el cuerpode otra personasufreun dañoyo sientodolor,y estono excluye queesaotra personatambiénsientadolor al mismotiem-po. Que nadie puede sentir dolor en el cuerpo ajeno es —--señalaWittgcnstein—empíricamentecierto.Quealguienpuedasentirel dolor ajenoes,encambio,un puro sinsentido,excluidopor la sintaxis.(Aunquehoymásbiendiríamosquees la semánticadel término ‘dolor’ la quelo excluye,perono es cuestiónimportante.)Silo es,en cambio,la relaciónqueello tengaconel rechazode la palabra“yo”. Wittgensteinimagina una situaciónen la queel dolor solamentese atribuyea unapersonamientrasquede las demássolose dice quese comportancomoaquella.Estoes,si el centrode atribuciónesA, se dirá: “A tienedolor de cabeza”.Mientrasquede un tercero,B, diremos:‘13 se comportacomoA cuandotiene dolor de cabeza”(ibídem>. Puesbien,un lenguajepreeminente,enel qucapareceun centrode atribución,es el len-guajecon la palabra“yo”. La peculiaridadde estelenguajeno estáexpresa-da, sino que se encuentraen su aplicación.AunqueWittgensteinno empleael término,podríamosdecir: se ¡nuestraen su aplicación.

Las dificultadesconlapalabra“yo” derivande las razonespararechazarlo queaparentementedesigna.Si el yo es algo, seríaunaentidadmetafisica,peroel yo, en estesentidofilosófico, no es partedel mundo,sino su limite,habíaescritoyaen el Tractatus(5.641).Y no siendopartedel mundo,no sepuedehablarde ello, y por consiguientesobrala palabra yo

La pérdida del yo en cl giro lingñistico 7

Por la misma épocade sus conversacionescon Schlick y Waismann,Wittgensteincompletóel rechazoquehemosvisto de la palabra“yo”, consi-derandocómopodría suplirseel usoquehacemosdeella cuandodescribimoslaexperienciainmediata(Phi/osophisc/zeBemerkungen,ap. 57 y 58). Su ideano es quetina representaciónsinel pronombrepersonalseamáscorrectaqueconél, sino que muestraque la representacióncon el pronombre“yo” no esesencial para los hechos representados.Y su propuestaes esta: si yo,Wittgenstein,tengodolor de muelas,esto se puedeexpresarpormedio de laproposición“Hay dolor de muelas”; y si queremosdecirde otrapersona,X,que tiene dolor de muelas, diremos “A se está comportandocomoWittgenstcincuandohay dolor de muelas”.De modo semejante,tendréquedecir“1-lay pensamiento”cuandoquiero decirqueyo, JoséHierro, estoypen-sando,y si queremosdecirqueA estápensando,diremos“A se estácompor-tandocomoJoséHierro cuandohay pensamiento”.(Nótesequedondcyo hetraducido“[lay pensamiento”,Wittgensteinescribe“es denkt”, “ello piensa”,queriendosubrayarasí su carácterimpersonal,que másclaramentese mani-fiestacuandoen españolsuprimimosel sujetoen oracionesde corte análogocome“Llueve”, que sin embargoeninglésy en alemánllevan sujetoneutro:es regnet”, “it rains”) Parecedominar aquí la idea, ya presenteen el

Traclatus,comohemosvisto,de queel yo no es partedel mundo, no estáden-tro de él. sinoen todo casoen su limite. Por esocomenzabael apartado57 delas l’hdosoph¿scheJiemerkungenconestaspalabras:

“Uno de los másconfundentesmodosde representacióndc nuestro lenguajeescl uso de la palabra‘yo’, especialmentecuando representala experienciainme-diata,comocii ‘Yo veounamancha roja”’.

Estasconsideracionesaparecíantambiénen susclasesde 1930 a 1933, ajuzgarpor los comentariosde Meore(“Wittgenstein’sLectoresin 1930-33”,p. 302 ss.). Allí insistió en queal describir lo que llamaba“experienciapri-maria”, como en “Yo tengodolor de muelas”, la palabra“yo” no denotaunposeedor,porquela ideadepersonano es partedeladescripción“tenerdolorde muelas”.De igual manera,la idea de personatampocoes partede la des-cripción del campovisual en casoscomo “Yo veo una mancharoja”, tal ycomoel ojo no entraen la descripciónde lo quees visto (y estees un pensa-mientoque yaestabapresenteenel Tractatus,5.633 s4. Moore se preguntade quémodoestabausandoWittgensteinlapalabra“persona”(p. 302>y men-ciona afirmacionesen las que esteparecíaimplicar que dabaa la palabra“persona”el sentidode “cuerpofisico”. Segúnesto,unadiferenciaentre“El

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tienedolor de muelas”y “Yo tengodolor de muelas”consistiríaenquelapri-merade estasdescripcioneshacenecesariamentereferenciaaun cuerpofBi-co, pero no así la segunda.El propioMoore duda queWittgensteinmantu-viera siempreesta identificaciónentrepersonay cuernofisico, y recuerdaque Wittgensteinrepitió en sus clasesla propuesta,que ya conocemos,desustituir “Yo pienso”por el impersonal“piensa” (o en la traducciónqueyopreferiría:“Hay pensamiento”).Estapropuesta,por cierto,se debeal filóso-fo del sigloXVIII Lichtenberg,profesorde filosofia naturalen Géttingen,elcual fue muyinfluyente enViena a principiosde estesiglo, y Wittgensteinlocita con aprobación.Ya en el Tractatus,Wittgensteinse habíapreguntado“¿Dóndedescubriren el mundoun sujetometafisico?”(5.633).Y al contes-tar habíaconsideradoestaposibleanalogía:“Dices que ocurre aquíentera-mentecomoconel ojo y el campovisual. Peroel ojo no lo ves realmente.Ynadaen elcampovisual permiteinferir quees visto por un ojo.” (ibídem) Elyo, el ego,el sujetofilosófico o metafisicono perteneceal mundo,sino quees un límite del mundo(5.632). De estaforma quedafuerade todarepresen-taciónposibley de todoposiblediscursoconsentido.Lo queestáen cl lími-te del mundono puedeaspirarni siquieraa la condición de un apriori delmundo,porque“no hayningúnordena priori de las cosas”(5.634), lo cuales congruentecon la ideade que“no hayningunarepresentaciónqueseaver-daderaa priori” (2.225). El yo ha sufrido la misma suerte que todas lasdemásentidadesfilosóficas: ha quedadoexcluidodel discursocon sentido.Según el comentariode Moore, algo como lo anterior estaríadiciendoWittgensteincuandoafirmabaen susclasesquepensaro tenerdolor demue-las no implica ningún ego.Y Moore critica la posturade Wittgensteinacu-sándolede que,al hablarasí de las sensacionesvisuales,pareceno distinguirentre“lo que yo veo” y “mi verlo”, pasandopor alto la posibilidadde queaunqueningunapersonaforme partede lo queveo, sin embargoalgunaper-sonaforme partede mi verlo (loe. cit. p. 303). En mi opinión, sin embargo,la tesis de Wittgenstein no es criticable si se aceptanlos supuestosdelTractatus,porquees parte de ellos que únicamentees posibleel discursoacercade lo representable,y así quedannecesariamenteexcluidosdel discur-so con sentidoel lenguajey el sujetomismo. Es patentequeen la visión elsujeto no se ve a sí mismo, perono es menospatentequetodavisión presu-poneun sujetoqueve. Con los supuestosdel Tractatus,no es posibledistin-guir entreel ver y lo visto, y no es posibletratamientoalgunodel sujeto,delyo. En estafechade 1930,Wittgensteinno parecehaberavanzadonadaporlo querespectaa estetema.

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Laamenazadel solipsismo,consideradoen el Tractatuscorrecto,aunqueindecible(5.62),pesasobreWittgenstein,y a él va unido el conceptode len-guajeprivado. Estoresultaaúnmásclaroen los apuntesconocidoscomoEl

cuaderno azul <1933-34),dondeporejemplodice:

“Cuandoyo dije, con sinceridad,quesolamenteyo veo, yo tambiénme inclina-ba adecirquepor ‘yo’, yo no queríadecirrealmenteLudwig Wittgenstein,aun-quepor cl biende mis semejantespodría decir “Ahora es Ludwig Wittgensteinquien realmenteve”, si bien no es esto lo que realmentequiero decir. Inclusopodría decir que por ‘yo’, quiero deciralgo que precisamenteahora habitaenLudwig Wittgenstein.algoque los demásno puedenver. (Queríadecirnii mente,perosólo podíaseñalarlapor mi cuerpo.)”(p. 66)

Lo anteriorexcluyela identificaciónentrelo supuestamentedenotadopor“yo” y lo denotadopor el nombrepropio quecorrespondea la personaquedice “yo”. La razón no pareceserotra sino la diferenciade uso entreel pro-nombre personalde primera personay el nombrepropio de la personaen

cuestión. Podemoshacer una afirmación sobre Wittgenstein,por ejemplo

diciendo “Tan sólo Wittgenstein ve realmenteahora”, y las razonesparadecirlo sonmuy distintasde lasquetendríael propio Wittgensteinparadecir“Tan sólo yo veo realmenteahora”. Poreso,si Wittgensteinquisieradecirlo,

lo haríaen estaúltima forma,pero no dina“Tan sóloWittgenstein...”El pro-nombre“yo” sustituyeal nombrepropio cuandohabla la personaindicadapor dicho nombrepropio. ¿Denotanla misma personael pronombre“yo”

usadopor Wittgensteiny el nombre“Ludwig Wittgenstein”?Parecequenopuedadudarseesto. Algunosquerránsubrayarque la denotaciónde la pala-bra “yo” varia según quién la use, pero no así con el nombre “LudwigWittgenstein”. Deberepararse,sinembargo,en queestoes enteramentecon-tingente.La contingenciaconsisteen queno conocemosanadiemásque sellame “Ludwig Wittgenstein” y de quien queramoshablar. Peropodría ocu-rrir. Ocurrepor ejemploconel nombre“JoséHierro”. Y es verdaderala afir-mación “JoséHierro ha escritovarios libros depoesía”perodel todo falsamíafirmación “Yo he escrito varios libros de poesía”. Los ejemplospodríanmultiplicarse.

La asimetríaentreusarel pronombre“yo” y usarun nombrepropio, o loquees igual, la asimetríaentrehablarenprimerapersonay hablaren tercerapersonase manifiestapor [o prontoen quela declaraciónsolipsístasolamen-te se entiendebien si se haceenprimera persona.Si se haceen terceraper-

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sona,entenderlarequiereconocerqueel sujetoquehablase estárefiriendoasi mismo. Pero si se cumple estacondición,la declaraciónse entiendeper-fectamenteporquetieneperfectosentido.Si Wittgensteinse limitara arepe-tú “Tan solo Ludwig Wittgensteinve realmenteahora”, y nosotrossupiéra-

mosquehablade sí mismo, y no de otrapersonaquetieneel mismonombre,suafirmacióntendriaparanosotrosel mismovalorquesí hubieradicho“Tansolo yo veo realmente”.

El uso del pronombre“yo” indicaque el hablantehablade sí mismoyestohace inútil el uso de un nombrey evita asimismoaveriguarde quiénhabla.Porello, el uso de tal pronombrees lo apropiadono sólo en unadecla-raciónsolipsistasinotambiénencualquierauto-atribucióndeun estadocual-quiera.Cuandolo que el sujeto se atribuyeson estadosmentales,susdecla-racioneso enunciadosson talesquesu verdadno puedeserimpugnadaporterceros,estoes,sonincorregibles.Algunosautorescreenqueestosedebeaquetalesenunciadosson indudablesparael sujetoquelosprofiere:enuncia-doscomo “Estoyangustiado”,“Estoy pensando”.etcétera.¿Presuponenestos

enunciadosla existenciadel yo? Probemosa sustituir, como hemoshechoantes,el pronombrepor el nombredel sujeto. Si, refiriéndomea mi mismo,digo “JoséHierro estáangustiado”,¿hehechounaafirmacióndistintade “yoestoyangustiado”?

La existenciade algo distinto y separadodel cuerpoquesealo designa-do por la palabra“yo” vendríarecomendadapor el uso de estepronombrecomosujeto. En E/cuadernoazul, despuésde Joquehemosvisto (p. 66 ss.),Wittgensteindistingueentreel uso de “yo” comoobjetoy suuso como suje-to. Como objeto aparece yo ,por ejemplo, en estoscasos:“Yo me he rotoun brazo”, “En lacabezayo tengoun chichón”,o tambiénen “Yo he crecidodos centímetros”. Nótese que en todos estos ejemplos, que son de

Wittgenstein,se estáhaciendoreferenciaal cuerpo.¿Quées lo que ha creci-do dos centímetros?Estáclaroqueel cuerpo,del cual son partesel brazoyla cabeza.En su uso subjetivoapareceel pronombrede primerapersonaenejemploscomoestos(quetambiénson de Wittgenstein):“Yo veoalgo”, “Yocreoquelloverá”,”Yo tengo dolor de muelas”.Por lo querespectaa esteúlti-mo ejemplo, es patenteque tambiénhacereferenciaal cuerpo.¿Cuál es ladiferencia?SegúnWittgenstein,el usoobjetivopresuponeel reconocimientode unapersonaparticulary hay enél la posibilidadde error Estaposibilidades explicadapor Wittgensteinen términoscomoestos:esposiblequeyo sufra

un accidente,sientadolor en un brazo y, viendo un brazo roto junto a mi,pienseque es mío, cuandoes de mi vecino; e igualmente,mirando en un

La pérdida de/yo en eí giro lingéistico 11

espejo,puedotomarun chichónenla cabezadel vecinopor un chichónen mi

cabeza(p. 67). Los ejemplossonextraños,pero no debenobscurecerel pro-pósito teóricode suargumento,queesdistinguir entrelos casosen queel tér-mino “yo” estádenotandounapersonaparticular(uso objetivo), y aquellos

en los que no sc da tal denotación(usosubjetivo>. La consecuenciaineludi-ble seráque,en estosúltimoscasos,no hay denotaciónalguna.La razón,queno estoysegurode quehayasidobiencaptadaporWittgenstein,es que,en elusosubjetivo.el pronombre“yo”, si denotaraalgo,no podríadenotarun obje-to en cuanto términode la denotacióno referencia,sino únicamenteaquellaentidadque,por mediodel lenguaje,realiza el acto de denotaro referirseaalgo, y en cuantoque lo realiza, es decir, un sujeto. Recuérdeseque estaimposibilidad de aprehenderal sujetoen cuantosujeto,y por tanto algoquees activo, es la basesobre la que Ortegay Gassetfundabasu crítica a lareducciónfenomenológicade Husserl(Ortega,“Ensayode estéticaa manera

de prólogo”. 1914, en Obras Completas,vol. VI>. En estaobra,Ortegadis-tingueentreyo y las cosasdel siguientemodo: yo soy sujeto,mientrasquelascosasson objetos, y esto quieredecir que,mientrasque frente a las cosaspuedosituarmeo adoptaralgunaperspectiva,nadade estopuedohacerfren-te a yo, es decir frentea mí, porqueseréyo quien lo haga(op.cit. p. 250 ssj.Yo soyintimidad y ejecutividad,escribeOrtega,y estoes lo queestáimplicí-toen la conjugaciónen primerapersona,y lo quesepierdeal pasara otraper-sonaverbal, por ejemploal hablarde un yo o de mi yo, en tercerapersona,oal hablarde tu yo, en segundapersona.Interpretandoa Kant, hablaOrtegade

yo como de lo único queno podemosconvertir encosa”, y añadeestacon-sideraciónlingílistica:

“Para vcrlo claramenteconvienepercatarseprimero de la modificación que enel significadode un verbointroducesu empleoen primerapersona(leí presen-te de indicativo con respectoa sLI significadoen segundao tercerapersona:Yoando,por ejemplo. El sentidoandar cii “yo ando” y “él anda” tiene evidente-menteun primeraspectode identidad deotra suerteno emplearíamosla mismaraiz idiomática.” (p. 251)

Y formula la distinciónqueél percibe,dc estamanera:

“El andarde “él” es una realidad quepercibopor los ojos. verificándoseen elespacio<..j Enel “yo ando” (...) encuentrotina realidadinvisibley ajenaal espa~cío el esfuerzo,el impulso, las sensacionesmuscularesde tensióny resistencia.

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La diferenciano puedesermayor. Diríase que en el “yo ando” me refiero alandarvisto pordentrode lo que él es y en “él anda”,al andarvisto en suexte-rior resultado.”(ibídem)

Se tratade la diferenciaentreobservarlo quealguienhacey hacerlounomismo. Es patenteque la diferenciaes aún mayor si, en lugarde acciones,consideramosestadosmentales,como el dolor, el deseoo el odio. En estos,dirá Ortega,el significadoprimario es el que tienenen primerapersona,adiferenciade casoscomo“andar”, cuyo significadoprimarioes el exterior

Todo ello suministrala razónpor la quese puedemantener,como haceWitítgenstein (E/ cuadernoazu/, p. 67 del original), que decir “Yo tengodolor” no es hacerun enunciadoacercade unapersonaparticularmásde loque lo seríael quejarse.¿Perono se refiere la palabra“yo” a quien la pro-nuncia,no apuntaa élcomopodría él mismo apuntarseconel dedo?La res-puestadeWittgensteines categórica:apuntarseasi mismoes superfluo,y noseríadiferentesi el hablantese hubieralimitado a levantarla mano. La ideaes queel pronombre“yo” tiene comofunciónllamar laatenciónsobreel quehabla,y queno puedetomarsecomo nombrede éste;por esoconcluye:

“La palabra‘yo’ no significalo mismoque‘Ludwig Wittgenstein’,inclusoaun-queyo seaLudwig Wittgenstein,ni tampocosignificalo mismoquela expresión‘la personaque estáahorahablando’.Peroesto no quiere decir que ‘LudwigWittgenstein’y ‘yo’ signifiquen cosasdiferentes.Todo lo quequiere decir es que estaspalabrasson instrumentosdistintosdenuestrolenguaje.”(ibídem)

¿Enquéconsistela diferenciaentreestosinstrumentos?Es claroque esunadiferenciade uso. Utilizando la diferenciaapuntadaporOrtega,yo diríaque la palabra“yo” indica una personaen cuantointimidad y ejecutividad,estoes,en cuantohaciendoo padeciendoalgo, o sea,vistaen unaperspecti-va interna.Es la ideaque,conunainexactitudqueélmismoreconoce,Ortegageneralizadiciendo:“Todo,miradodesdedentrode sí mismo,es yo” (op.cit.p.252) En unaperspectivaexterna,lapersonaes designadapor mediode unnombre propio o de una descripción definida. El nombre “LudwigWittgenstein” designaexternamenteuna determinadapersona.La palabra

yo , empleada por Wittgensteinindica la mismapersonaen la perspectivainterna.Piensoqueesto es lo queWittgensteinhaqueridomanifestarcuandoescribe:

La pérdida del yo en eí giro lingñisuieo 13

“La diferenciaentrelas proposiciones‘yo tengodolor’ y ‘él tienedolor’ no es laque hay entre‘Ludwig Wittgensteintienedolor’ y ‘Smith tiene dolor’. Más biencorrespondea la diferenciaque hay entrequejarsey decirquealguien sequcia,”

(El cuaderno azul, p. 68 del original)

La diferenciaentre las proposiciones“L.W tiene dolor” y “5. tienedolor” no pasade serunadiferenciaentreatribuirciertoestadomentalo sen-sacióna dos personasdistintas,y en amboscasosla perspectivaes externa,pero la diferenciaentre las proposiciones“L.W. tiene dolor” y “yo tengodolor” no se reducea unadiferenciaentreatribuir el dolor a unapersonay aotra,sino quemásbienconsisteen la diferenciaquehay entreatribuirdolora alguien y expresarlo,y estaes la diferenciaentreel puntode vista externo

y el punto de vista interno,porque tan solo puede expresardolor quien losiente. De maneraalgo imprecisa, Wittgenstein dice que esa diferenciacorrespondea ladiferenciaentrequejarsey decirquealguiense queja.En unaspecto,estoescorrecto,puestoque“Yo tengodolor” es lasmásde las vecesunaexpresiónde dolor, y por tanto una queja;podríasedecirqueel signifi-cadoprimario de estaexpresiónconsisteen serusadaparaquejarse.Mas en

otro aspecto,la comparaciónno es correcta,porqueatribuir a alguien dolorno es decirquetal personasequeja,yaqueyo puedoatribuir dolora alguienauncuandoestapersonano se queje.Perono hay queextremarla crítica. Escierto quehay un paralelismoentreatribuir dolor a alguieny decirque estapersonase queja, puestoque el mejor fundamentoparaatribuir a alguiendolor son susquejas.

¿Sirve al menos la palabra“yo” paradistinguirme de otras personas?Difícilmente, porque nadieme llama “yo”. Me distinguenpor mi nombre:“JoséHierro Sánchez-Pescador”,igual quedistinguimosaciertofilósofo lla-mándolo “Ludwig Wittgenstein”. La palabra “yo” necesitaun nombreadi-cional. comocuandodigo “Yo soy JoséHierro Sánchez-Pescador”.¿Peroquées lo que estoynombrandoasi? ¿Mi cuerpo?Ciertamenteno, y de aquípro-cede ---dice Wittgenstein (p. 69)— “la ilusión de que usamosestapalabraparahacerreferenciaa algosincuerpo,que,sin embargo,tiene su asientoennuestrocuerpo.De hechoestopareceserel egoreal,del cual sedijo ‘Cogito,ergosum

La idea fundamentales que la palabra“yo” no se usacomo un nombrepropiode nada;no de la persona,porquea nadiese le llama “yo”, y no dealgomisteriosoe incorporalqueestéen el cuerpo,porqueno sabemosquéeseso.Aunqueestono excluyeque podamoshablarde la mentecon sentido,

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porque“la palabra‘mente’ tienesignificado,estoes, tieneun uso en nuestrolenguaje,perocondecirestono hemosdichotodaviaquéclasede uso es elquehacemos”(El cuadernoazul, p. 69-70).¿Quéquiero hacercuandouso lapalabra“yo”, por ejemploen “Yo tengodolor”? Se podriaresponder:llamarla atenciónsobreunapersonadeterminada.A lo cual apostillaWittgenstein:“La respuestapodría ser: no, lo que quiero es llamar la atenciónsobre mimismo” (Investigacionesfi/osóflcas,405).Y podríamospreguntarnosimpa-cientes:¿esque yo no soy unapersona?Pero estono está en cuestión.Elasuntoes simplementequea la personaqueyo soyno puedollamarla “yo”,porqueno estáentrelos usosde estapalabrasernombrepropiode nada. Eslo que muy claramenteindicael autoren el párrafoanterior de esta obra,alcomentarla siguienteafirmación(mv. fil., 404):

“Cuandoyo digo ‘Yo tengodolor’, no señaloa unapersonaquetiene dolor, yaque,en cierto sentido,no tengoni idea de quién tiene dolor.”

Sobrelo cual comentaWittgenstein:

“Y estose puedejustificar. Pueslo principal es:Yo no he dicho quetal personatengadolor sino que‘yo tengo...’Ahora, con estoyo no nombro a personaalgu-na. Igual queocurrecuandoyo me quejodedolor.Aunquelos demásvenpor losquejidosquién tiene dolor.”

La tesisdeWittgensteinesquesepuedejustificar que,al decir“Yo tengodolor”, no merefiero a ningunapersona.La justificaciónconsisteen mostrarqueel uso de estafraseno estáal mismonivel queel uso de unafrasetípica-menteutilizadaparahacerreferenciaa alguien,comoen“Smith tienedolor”.La diferenciade nivel se manifiestaen que“Yo tengodolor” esunaexpresiónde dolor, comoel grito, lo queno ocurre con las frasesen tercerapersona.Más claramentepodríamosdecir, recordandoa Ortega,que en “Yo tengodolor” adoptounaperspectivainternasobreel dolor,y en“Smith tienedolor”me sitúo en una perspectivaexterna. Es partede la tesis de Wittgenstein,comoya hemosvisto, que“yo” no es nombrepropiode nada,ni siquieradeunapersona.Y generalizaestepunto al casode otros términosdeicticos deestaforma:

“‘Yo’ no nombrapersonaalguna, ‘aquí’ lugaralguno,‘esto’ no es ningúnnom-bre.Peroestánenconexióncon nombres.Los nombresse explicanpor mediode

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ellos.Tambiénesverdadque la Fisicase caracterizapor no usarestaspalabras.”(Invesí.Fil. 410)

Conclusión:“yo” esun término deictico,y comotal no nombranada,nisiquierala personaquelo pronuncia,menosaúnalgunaentidadpsicológicao metafísicaquepodamosllamarentercerapersona“el yo”. ¿Cuáles su fun-ción? En el uso que Wittgenstein ha llamado “subjetivo yo indica elpuntode vista interno,en el cual un actomentalapareceejecutándoseo unasensaciónocurriendo;en el uso “objetivo”, “yo” indica quela personade laquese hablaes el hablante,manifestandoasí laadopcióndel puntode vistaexterno.

Es curioso notar que, en un principio, el maestro de Wittgenstein,Bertrand Russell,parecíamuy inclinado a la aceptaciónde algunaentidad,metafísicao psicológica,que correspondieraa la palabra “yo”, y aunquealgúnautorle atribuyela idea de quetenemosdel yo un conocimientodirec-to o por familiaridad, no debeolvidarseque, aun cuandoreconocequetene-mos familiaridadcon nuestrafamiliaridadde los datossensibles,sin embar-go tan sólo se atrevea concluir lo siguiente:“es probable,aunqueno cierto,quetengamosfamiliaridadcon el Yo, comoaquello quees conscientede lascosaso tienedeseosde las cosas.”(TheFrob/emsofPhilosophv.1912,c.5,p.

28> La última razónde su indecisiónseencuentrasindudaen su radicalepis-temologíaempirista,quele habíallevadounaslineasmásarribaa escribir,enun tonoquerecuerdamuchoa Hume,estaspalabras:

“Cuando intentamosmirar dentro de nosotros mismos, parece siemprequedamosconun pensamientoo sentimientoparticular,perono conel yo’ que tieneeí pensamientoo sentimiento:’

Peroestaspalabrasno le impidenañadira renglón seguido:

“No obstante,hay algunasrazonesparapensarque estamosfamiliarizadoscon

eí yo’, aunquela familiaridades dificil de desenredarde otrascosas.”(p. 27)

Su argumentoseapoyaenla idea de que,aceptando,como él aceptaporprincipio, la verdaddel conocimientopor familiaridadde losdatossensibles,es difícil —-dice-—- ver cómo podríamosaceptarla verdad“Yo estoyfamilia-rizado con estedatosensible”,e incluso entenderla,“a menosque estemosfamiliarizados con algoque llamemos‘yo”’ (p. 28). El conceptode persona

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quedatambiénaquídel todo separado,puesañadequeno le parecenecesa-rio suponerque estemosfamiliarizadosconunapersonamáso menosper-manente,lamismahoyqueayer,aunquesi le parecequedebemosestarloconeso,sealo quefuere,quea suvez estáfamiliarizadoconlos datossensibles(p. 28). Nóteseaquíunadificultad: si la familiaridadconlos datossensiblesrequiereun yo conel queestemosfamiliarizados,¿quéo quiénestáfamilia-rizadocon el yo? ¿Otroyo? A la luz de esteembrollo se entiendemejor ladecisióndeWittgensteinde prescindirno sólo del yo sino tambiénde lapala-bra. Pero como antesanticipé, la conclusiónde Russell es muy cautelosa.Ahorala expresaasí:

“aunquela familiaridadconnosotrosmismospareceocurrir probablemente,noes sabioafirmar que ocurre indudab/emenite”(p. 28).

Años después,cuandoal comienzode The Analy~is of Mmd (1921)Russellcritica la explicaciónque da Meinong del pensamiento,no parecehacerdiferenciaentreyo y persona,y escribe:“Decimos‘Yo piensotal cosa’,

y estapalabra‘yo’ sugiereque pensares el acto de una persona”(p. 18>, ylíneasdespuésafirma “Pero yo creoquela personano es un ingredientedelmeropensamiento”(ibidem).Lo másinteresantees queesterechazotanto dela personacomodel yo, va acompañadopor unacondenade las expresioneslingúísticas que es muy parecidaa la que hemos visto a propósito de

Wittgcnstein.Las consideracionesde Russellsonestas:

“Todo lo quepor el momentome conciernees que las formasgramaticales‘yopienso’, ‘tú piensas’y ‘Fulano piensa’soncontundentessi se considerancornoindicandoun análisisde un meropensamiento.Seríamejor decir‘ello piensaenmi’ como ‘llueve aquí’; o mejoraún, ‘hay un pensamientoen mi’. Esto es sim-plementesobre la basede quelo que Meinong llama el acto de pensarno sepuededescubrirempíricamenteni eslógicamentededuciblede lo que podernosobservar”(p. 18).

El paralelismo con Wittgenstein es llamativo, pero la propuestadeRusselles menosradicalporque el yo o lapersonapersistentodavíabajoelpronombre“mi”, queno sabemosquées lo quedesigna.

Queel yo es algoque se nos escapacadavez que intentamosponerlelamano encima,es algo que Gilbert Ryle subrayócaracterizandolas distintasperplejidadesy enigmasqueacompañana esteconceptobajo el nombre“elu-

La pérdida del yo en ci giro lingúis¡ico 17

sividadsistemáticadel concepto‘yo”’. En el análisisquede estetemalleva acaboen The Concep¡ofMmd(1949,c.VI, p. 177 ss.),lo primeroqueencon-tramoses la negaciónde quepronombrescomo ‘yo’ y ‘tú’ seannombresdeningunaclase.Su propuestainicial es incluir estaspalabrasen el grupo deaquellasque tienen,al menosen principio, unafunción indéxica,a saber,lafunción de indicar el objeto,persona,lugaro tiempoaquehacereferenciaelhablantesegúnelcontextoen queseencuentra:palabrascomo‘aquí’. ‘ahora’o eso’. Y así afirma Ryle: “‘Yo’ puedeindicarla personaparticularde la queprocedeo bien cl sonido ‘yo’o bienel signoescrito ‘yo”’ (p. 180).Yestaper-

sonanaturalmentees lamismaa la quepodemosdirigirnospor medio desunombrepropio.

Perola cuestiónno estan simple.Hay ocasionesenlas queelpronombre‘yo’. o su otra forma ‘me’, puedenser reemplazadospor la expresión ‘micuerpo’. y otras en que no. Asi por ejemplo,en la afirmación“Yo me estoycalentandojunto a la chimenea”, el sentidono cambia si digo “Yo estoy

calentandomí cuerpojunto a la chimenea”, pero no puedodeciren cambio“½ cuerpomc estácalentandojunto a la chimenea”,y segúnRyle, tampocovaldríasi dijera “Mi cuerpose estácalentandojunto a la chimenea”.

Estaúltima, sin embargo,aunqueno seaunaexpresiónusual,no mepare-ce quemodifiqueel sentidooriginal. (Naturalmente,Ryle consideraelejem-plo en inglés,a saber:“1 am warmingmyselfbeforethe fire”, y ve la posibi-lidad de sustituir ‘myself’ por ‘niy body’, junto a la imposibilidaddc hacerestasustitucióncon ‘1’.) Por lo mismo,es igualmenteabsurdodecirque“Mi

cerebroestápensando”o que“Mi cabezaestárecordando”.La conclusiónnoes otra sino que tal vez por ello estátan extendidala teoria de que unaper-sonase componede un cuerpoy de otra cosano corporal, que es la que scvale del cuerpoparahacerlascosas. La explicaciónfinal de laelusividaddelconcepto‘yo’ la da Ryle introduciendola noción de “acción de ordensupe-rior”. que es la acción que tiene como objeto otra acción.Ocuparsede sí

mismo es realizarunaacción de ordensuperiorlo mismo quelo es ocuparsede otra persona(p. 186).Y estoexplica por quéyo puedodar cuentade mimismo, perono de mi acto de dar cuentade mí mismo,porqueparaello ten-dna que realizarun nuevo acto que podernosllamar (Ryle no lo hace)dc“mcta-darcuentade mi dar cuenta”.Estaes la dificultad queOrtegaveia en

la reducción fenomenológicadel yo y en su intento de conseguiruna con-cienciapura:el yo queejecutala reducciónno estáreducido.Piensoqueestáimplícita en Ryle la idea de ‘yo’ como ejecutividad.aunqueno acierteaexpresarlade estaforma, sino quelo hacede un modoqueescongruentecon

18 José Hierro

elanálisisdel lenguajecaracteristicodel contextofilosófico enquesemueve.En el siguientepárrafo,Ryle está realmentea punto de decirlo:

“Esto, creo,explicael sentimientode quemi yo del añopasado,o mi yo de ayer,podríaen principio serdescritoy explicadoexhaustivamente,y quetu yo pasa-do o presentepodríaserexhaustivamentedescritoy explicadopormí. pero quemi yo de hoy se escapacontinuamentede cualquierintentomio de aprehender-lo. Tambiénexplica la aparentefalta de paralelismoentrela nociónde ‘yo’ y lanoción de ‘tú’.?’ (fle ConceptofMmd, p. IR?)

La oscilación que, en algunos momentos,hemosvisto anteriormenteentreutilizar el concepto“yo” o utilizar cl concepto“persona”, se inclinahaciaestasegundaalternativaen Strawson[IndividuaL, 1959, e. 3]. Aquí, elconceptode personaaparececomoun conceptológicamenteprimitivo, y estoquieredecirqueno es analizable;asíquedaexcluidoel considerarla personacomoun compuestode concienciay cuerpo(op. cit. pp. 104-105).Unaper-sonaes unaentidadcorpóreaqueposeetantocaracteristícascorporalescomo

estadosde conciencia.Y con esteconceptoseplanteacontestarestaspregun-tas: (1) ¿Porquéadscribimosestadosde concienciaa algo?,(2) ¿Porquélosadscribimosal mismo objeto que ciertascaracterísticascorporales?(p. 93>¿Porquéhablo al tiempode mis manosy de mis pensamientos’?¿Porquénohablode lasmanosdemi cuerpo?Decimos“Yo tengofrío”, “Yo estoycaÑo”,“Yo estoy triste”, “Yo veo el mar”, “Yo estoy sentado”.Predicamostantocaracterísticascorporalescomo caracteristicasmentalesde un sujetoal quellamamos “yo”. Con un argumentoque recuerdaal Wittgenstein dc las

InvestigacionesFilosóficas, Strawsondefiendeque laatribuciónde estadosmentalesa uno mismo tiene como condiciónnecesariaqueuno puedaatri-buirlosaotros,y estoasuvez requiereidentificar alotro comosujetode pro-piedades,lo cual no podemoshacersino recurriendoa suspropiedadescor-porales.Delo cual resultaquees condiciónnecesariaparaatribuir propieda-desmentalesatribuir tambiénpropiedadescorporales.Estaunidad (unidadperono combinación),de mentey cuerpoes la persona.Y porello concluye:

“Así el conceptode concienciaindividual pura—-. el ego puro- — es un conceptoque no puedeexistir; o al menos,no puedeexistir como conceptoprimario entérminosdel cualel conceptode tina personapuedaexplicarseo analizarse.Solamentepuedeexistir, si acaso,como conceptosecundarioy no primitivo, queha de serexplicadoy analizadoen términosdel conceptode persona:’ (op. cii.p. 102-103)

La pérdida de/yo en el giro lingíii.v¡ico 19

De todo lo cual, Strawsonconcluyequela palabra‘yo’ nuncarefiere alsujetopuro,peroestono significaqueno refiera: refiere a unacierta perso-na, la que,en cadacaso,profiere esapalabra,y de la cual sepredicanaque-llas propiedadesque cadacual seatribuyea sí mismo por medio de la pala-

bra yo’.III yo perdidoen los diferentesmeandrosde nuestrorecorrido,reaparece

ahorasustituidopor la persona,queintegrael cuerpo,y evita así el dualismocuyo rechazoes el leit-niotiv de las posturasque hemos considerado.Pero

como pronombrepersonal,la palabra‘yo’ sigue teniendoun uso en cuantotérmino deicticopor excelenciaque indica el puntode vistade la personaquees cadacual,y es laperspectivaen laquetodaaccióny todapasiónde laper-sonaaparecen¡nf/crí, estoes,haciéndose,originándose.‘Yo’ indica cl puntode vistade la subjetividad.y esto significa el punto de vistade la ejecutivi-dad. Y como cadapersonatiene una historia de experienciaspasadas,cada

cual puede,por medio de esafacultadde su cerebroquees la memoria,uni-ficar sus anterioresexperienciasen torno a su cuerpoy vincularlasa susactualesproyectos,construyendoasí la imagenquellamarásuyo, lo quesindudaen parteexplicapor quépensaráqueella, esapersona,es un compues-to de cuerpoy yo (o de cuerpoy conciencia).

El análisis filosófico ha mostradode qué maneraunacomprensióndelusoreal de la palabra‘yo’ colaboraa deshacerla inveteradacreenciade que

cadauno se componede un cuerpoy un yo. El análisises parejoalquese hahechocon el conceptode mente,y queha conducido a sustituir la mente

como sustanciapor el conjuntode las propiedadesmentalesque tienen laspersonas(es el monismoanómalode Davidson).Todo dualismode sustan-cias ha sido sustituidopor un dualismode conceptos,estoes,de expresio-

*Hes -

Referenciasbibliográficas

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Lo anterior es eí texto de la conferencia pronunciada en el Departamento de Filosof¶a yLógica dc la UniversidaddeValladolid et 12 deNoviembrede 1998 en las VII JORNADASDE FII.OSOFIA.Mi sinceroagradecimientoala profesoraCristinaCorredorporSu invitaciónas’ comoalos asistentesquetuvieronla amabilidadde hacercomentariossobremi exposición,y también a mi colega Anastasio Alemán, cuyas correcciones he incorporado a la redacciónfinal.

20 José [fierro

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