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Roberto Cañas Quirós La poesía en Platón (11 Parte) Summary. Based on Plata's critique of Ho- mer, the topic of poetry and the poets is dealt view in the light of the ideal Sta te and the context of the whole Greek world. Also the relationships bet- ween the thinking of the Sophists and imitative poetry are studied. Finally, a distinction is made between philosophical poetry as a reproduction of eternal models (epistemimesis) and imitative poet- ry as the source of appearances (doxomimesis). Resumen. Con base en la crítica que Platón le dirige principalmente a Homero, se aborda el te- ma de la poesía y los poetas a la luz del Estado ideal y del contexto del mundo griego. También se estudian las relaciones entre el pensamiento de los sofistas y la poesia mimética. Por último, se hace la distinción entre la poesía filosófica como reproductora de los modelos eternos (epistemíme- sis) y la poesía imitativa como productora de apa- riencias (doxomímesis). l. La poesía en el Estado ideal El Estado platónico contempla la posibilidad de organizar una sociedad sana, donde pululan pocas necesidades y donde las disposiciones natu- rales de los "guardianes" (los filósofos y los gue- rreros), son encauzadas hacia las virtudes más elevadas. Para ello, se hace indispensable impar- tirles la educación más exacta. Platón toma como base la formación del ciudadano ateniense, el cual se aplicaba a la gimnasia para embellecer el cuer- po y a la música para embellecer el alma. En el Estado ideal, la formación del alma se antepone a la del cuerpo, por lo que los guardianes recibirán primero la cultura musical. En griego la palabra "música" (uoixnxri)', corresponde con las letras y las bellas artes auspiciadas por las Musas y no puede ser vertida con exactitud a ninguna lengua moderna. La poesía es una de las partes que integran la cultura musical. Cuando se trata de la poesía épi- ca, se utilizan una serie de narraciones, fábulas o mitos (JlÚ~Ot), que remiten a los hechos de los dioses y los héroes. El autor de la República, se percata que algunas de las historias que la religión popular griega inculca a los niños, representan lo opuesto de lo que deberían abrigar cuando sean adultos. Es más, la infancia es la fase más propicia para asimilar y dejar gravado los valores que quie- ran moldearse. Al ser la etapa más impresionable de la conciencia, se hace oportuna la exigencia de realizar una depuración mitológica que suscite un efecto bueno y bello sobre el carácter. La disquisición platónica gira en torno a la ve- racidad de los relatos, pues la formación espiri- tual no debe empezar por la mentira. Se trata de una "mentira pura" que corrompe al hombre al embaucarlo sobre la naturaleza de las cosas. Ésta debe contraponerse con la "mentira necesaria", la cual es un remedio del que se valen los regentes para la utilidad del Estado ideal. Desde esta pers- pectiva, la palabra, \jIEOOOS, "mentira", "false- dad", lejos de guardar un sentido peyorativo, im- plica esencialmente una fabulación poética que en un sentido profundo es cierta. Estas "falsedades necesarias" cumplen la doble condición de ser, por un lado, una ficción, y por otro, de ilustrar una verdad que subyace simbólicamente. Este pseüdos satisface al mismo tiempo la peculiaridad de transmitir un mensaje religioso y un contenido filosófico". Para un lector moderno acostumbrado Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVI (88/89), 331-340, 1998

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Roberto Cañas Quirós

La poesía en Platón(11Parte)

Summary. Based on Plata's critique of Ho-mer, the topic of poetry and the poets is dealt viewin the light of the ideal Sta te and the context of thewhole Greek world. Also the relationships bet-ween the thinking of the Sophists and imitativepoetry are studied. Finally, a distinction is madebetween philosophical poetry as a reproduction ofeternal models (epistemimesis) and imitative poet-ry as the source of appearances (doxomimesis).

Resumen. Con base en la crítica que Platón ledirige principalmente a Homero, se aborda el te-ma de la poesía y los poetas a la luz del Estadoideal y del contexto del mundo griego. También seestudian las relaciones entre el pensamiento delos sofistas y la poesia mimética. Por último, sehace la distinción entre la poesía filosófica comoreproductora de los modelos eternos (epistemíme-sis) y la poesía imitativa como productora de apa-riencias (doxomímesis).

l. La poesía en el Estado ideal

El Estado platónico contempla la posibilidadde organizar una sociedad sana, donde pululanpocas necesidades y donde las disposiciones natu-rales de los "guardianes" (los filósofos y los gue-rreros), son encauzadas hacia las virtudes máselevadas. Para ello, se hace indispensable impar-tirles la educación más exacta. Platón toma comobase la formación del ciudadano ateniense, el cualse aplicaba a la gimnasia para embellecer el cuer-po y a la música para embellecer el alma. En elEstado ideal, la formación del alma se antepone ala del cuerpo, por lo que los guardianes recibirán

primero la cultura musical. En griego la palabra"música" (uoixnxri)', corresponde con las letras ylas bellas artes auspiciadas por las Musas y no puedeser vertida con exactitud a ninguna lengua moderna.

La poesía es una de las partes que integran lacultura musical. Cuando se trata de la poesía épi-ca, se utilizan una serie de narraciones, fábulas omitos (JlÚ~Ot), que remiten a los hechos de losdioses y los héroes. El autor de la República, sepercata que algunas de las historias que la religiónpopular griega inculca a los niños, representan loopuesto de lo que deberían abrigar cuando seanadultos. Es más, la infancia es la fase más propiciapara asimilar y dejar gravado los valores que quie-ran moldearse. Al ser la etapa más impresionablede la conciencia, se hace oportuna la exigencia derealizar una depuración mitológica que suscite unefecto bueno y bello sobre el carácter.

La disquisición platónica gira en torno a la ve-racidad de los relatos, pues la formación espiri-tual no debe empezar por la mentira. Se trata deuna "mentira pura" que corrompe al hombre alembaucarlo sobre la naturaleza de las cosas. Éstadebe contraponerse con la "mentira necesaria", lacual es un remedio del que se valen los regentespara la utilidad del Estado ideal. Desde esta pers-pectiva, la palabra, \jIEOOOS, "mentira", "false-dad", lejos de guardar un sentido peyorativo, im-plica esencialmente una fabulación poética que enun sentido profundo es cierta. Estas "falsedadesnecesarias" cumplen la doble condición de ser,por un lado, una ficción, y por otro, de ilustraruna verdad que subyace simbólicamente. Estepseüdos satisface al mismo tiempo la peculiaridadde transmitir un mensaje religioso y un contenidofilosófico". Para un lector moderno acostumbrado

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVI (88/89), 331-340, 1998

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a desligar tajantemente el mito de la filosofía, elhecho de concebir un estrecho ligamen ente am-bas le puede resultar inusual. Ya el propio Aristó-teles aún después de más de dos siglos de historiade la filosofía, dice: "el que ama los mitos es encierto modo filósofo"). De la unión entre el mito yla filosofía y del empleo de aquél como vehículode expresión poética, es lo que puede llegar aconstituirse en lo más verdadero. Por el contrario,cuando Platón piensa que una de las principalescaracterísticas del filósofo es el amor a la verdad yuna intolerancia hacia la falsedad" se está refirien-do a las mentiras puras, que, en caso de hurgarlasen Hornero y Hesíodo, las encontraríamos en sustergiversaciones de lo divino. La falsa imagen queesos vates dan sobre la naturaleza de los dioses yhéroes, es como la de un pintor cuyo retrato no separece al original.

La acérrima crítica contra los mitos de Horneroy Hesíodo, Platón la lanza porque no predisponenal niño hacia la are té, al corromperlo con "las másgrandes mentiras y sobre los seres más venera-bles'". Ejemplos de esto los hallamos cuando Cro-nos mutila a su padre Urano, quien mantenía en-carcelados a sus hijos. También cuando se narra laocasión en que Cronos devoraba a sus hijos y decómo Zeus se vengó al desterrarlo. Lo mismocuando estos autores tratan sobre gigantomaquiasy teomaquias, así como maltratos que padeció He-ra, ya sea por parte de su hijo o de su esposo. Pla-tón no está en contra del antropomorfismo de lareligión griega, como pretendieron los padres cris-tianos de la iglesia al usar sus argumentos paraatacar al paganismo. El verdadero problema radicaen que la conducta de los dioses y héroes es in-congruente con su naturaleza, lo cual certifica laignorancia de los poetas en un asunto tan serio. Yaun cuando estas narraciones cuenten con un ca-rácter alegórico, no sería algo que el infante estu-viese en capacidad de discernir. El Sócrates plató-nico declara que él no es un poeta sino un funda-dor de una ciudad y se limita a reglamentar lacomposición poética según dos modelos sobre losdioses. Se trata de esquemas o tipos de la teologíaque contemplan que la esencia de los dioses siem-pre es buena y nunca es la causa del mal, y los dio-ses no alteran su forma al ser más perfecto lo in-mutable que lo mutable". Estos esquemas condu-cen a que Platón ofrezca la imagen más excelentey piadosa de la divinidad realizada en su tiempo, yno hace sino llevar a la culminación la depuraciónteológica que había sido emprendida por Pitágoras,

Heráclito, Jenófanes y Empédocles. En Platón sal-ta a la vista su rechazo por los prejuicios de la reli-gión oficial o popular, y una predilección por lasreligiones mistéricas que prometen la inmortalidadpara los iniciados y que hacen implícita una con-cepción más elevada de la divinidad.

Las objeciones que Platón le realiza a la poesíade Hornero no parten de una perspectiva estética,pues en ningún momento le niega su calidad. Sucensura se basa en principios morales y teológicosque no son separables de la creación literaria. Lapoesía en la antigüedad griega, elegía un fragmen-to de la realidad para transmitir un ideal determi-nado, el cual quedaba incrustado emocionalmenteen el alma humana. Hornero en especial, fue elformador de Grecia por haber movido a sus hom-bres hacia los anhelos espirituales que su épocareclamaba. En un contexto como este, el arte ensus diversas manifestaciones, cumple el papel dela psicagogia, que consiste en el poder de trans-formar y conducir al alma hacia los valores de unpueblo, ya sean políticos, éticos o religiosos. Lafacultad de la poesía para penetrar sentimental-mente en las dimensiones más profundas del ca-rácter (~'ÓOC;), le impone a Platón una cautela con-tra su influencia negativa. El contenido de lasobras de los grandes poetas, la hace pasar por lacriba de la justicia y la virtud. Por eso no le quedamás que una actitud refractaria ante una abundan-cia de poemas que significan el reverso de un tipode hombre justo y bueno, es decir, de un verdade-ro filósofo. Los poemas que deben mutilarse sonlos que fomentan el temor a la muerte y el menos-cabo de la valentía, como la descripción de Horne-ro del espantoso submundo infernal, o aquellos endonde los grandes hombres se entregan a las lágri-mas y las lamentaciones y también los que deno-tan una risa excesiva, avaricia, intemperancia, ve-nabilidad y arrogancia; mientras que sí tendrán ca-bida los que infundan respeto, coraje y obediencia.Platón realiza una extirpación de la epopeya, eldrama y la lírica, para recrearlos según sus nuevospostulados sobre la areté. En ese entonces, la poe-sía aún era una cosa viva que oralmente se canta-ba y en donde numerosas generaciones de poetasrefundían los mitos bajo un nuevo sentido. Rea-cuñar la poesía era un principio que se manteníavigente, y que estaba propiciado por el esfuerzode los mejores Estados griegos para que los artis-tas más capaces continuaran guiando a los hom-bres. Platón en muchos pasajes de sus obras, si-gue la misma tradición de reacuñar la poesía al

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rectificar o combatir los versos de sus anteceso-res'. Su compromiso con la filosofía, lo hace en-tender que ésta es la auténtica fuente de la recrea-ción poética al ser concomitante con la verdad y aldisponer de modelos absolutos que orientan real-mente las acciones humanas.

El análisis sobre los aspectos formales de lapoesía Platón los encuadra globalmente dentro deimplicaciones éticas. Contrapone el relato simplecon el relato imitativo, y extrae de éstos un terceroal que denomina relato mixto. El relato simple co-rresponde al ditirambo y consiste en una narraciónen primera persona. La tragedia y la comedia sonexpresiones dramáticas que corresponden al géne-ro imitativo y consisten en que el poeta reproducelas palabras de personajes distintos de él mismo.En Platón, usualmente, se presenta una hostilidadpor el uso que se hace de la imitación (JllJlT] 01<;),pues por lo común es utilizada para remedar asun-tos vergonzosos, personas viles y para emitir ono-matopeyas. El imitador y el espectador terminanidentificándose con lo simulado, porque toda imi-tación es un cambio del alma, una adaptación inte-rior a otro ser, ya sea algo o algo peor. Por tanto,la única imitación digna de los "guardianes" es lade representar el ideal de la kalokagathia. En estatendencia, la exposición narrativa que mejor cua-dra con los principios educativos trazados es elmixto, el cual corresponde con la epopeya y dondese mezclan el yo del poeta con la imitación dramá-tica. Lo representativo de esta escogencia se fundaen que la descripción narrativa tendrá supremacíasobre la imitativa, apareciendo ésta en contadasocasiones. Resulta paradójico que una autor dediálogos prefiera en este caso lo descriptivo sobrelo dialógico, cuando la esencia de su método filo-sófico se resume en el debate dialéctico. Es proba-ble que Platón no valorase su obra escrita como elejemplo más claro de lo que los artistas deben pre-tender lograr.

En la mente de Platón se fragua la certidumbrede que aún cuando exista un gran poeta, si estáexento de una orientación filosófica, no es la figu-ra idónea para educar a los hombres. Lo que nodeja de sorprender es la necesidad platónica de co-rregir su propia debilidad ante el maravilloso pla-cer que prodiga el poeta imitativo. A un artista deeste género, no se le negará su encanto y más biense atenderá con reverencia a sus admirables, sa-grados y seductores dotes, pero, explicándole queen un Estado justo no están permitidos hombrescomo él, se le escoltará hasta las fronteras después

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de haberlo ungido con mirra y coronado. Esa ciu-dad, en cambio, abre sus puertas a los poetas aus-teros que a pesar de ser menos agradables, imitanel lenguaje y las costumbres de los hombres debien".

Para poder comprender los postulados platóni-cos acerca de Hornero y de los demás poetas, hayque ubicarse en el tiempo y considerar que la poe-sía no era lo que hoy entendemos por literatura.Su función abarcaba diversos ámbitos como el po-lítico, el social y el cultural. La poesía además deser una creación subjetiva, fue principalmente lapromoción de los Estados griegos para imprimiren sus ciudadanos sus ideales de vida. Hornero fueun poeta enciclopedista que le brindaba la posibi-lidad al hombre helénico de emular y glorificar lasobras de los héroes. Constituyó la fuente primor-dial de la paideia al proporcionar una guía religio-sa y moral, cuya autoridad ha sido comparada conlo que ha representado la Biblia para el cristianis-mo. Platón cuenta en el Político que era una opi-nión muy difundida en su época la de que Horneroconstituía el educador de todo el mundo griego,pues dispensaba conocimientos que versaban des-de. la construcción de un carro hasta la estrategia,como también una serie de consejos prudentes pa-ra la vida". La influencia que los poetas ejercieronsobre la vida comunitaria fue numerosa. Ejemplosse pueden encontrar si se recuerda la forma signi-ficativa en que Tirteo con sus elegías que exhorta-ban al valor y a la lucha, generaron en los esparta-nos un estímulo que fue decisivo durante susgestas. También cabe referir cómo Los persas deEsquilo fue representada con la finalidad de cele-brar la heroica victoria sobre los persas en mediode la atmósfera triunfal que todavía el pueblo áti-co respiraba.

Para la mentalidad griega el poeta se erigió enuno de los personajes más beneficiosos y bene-méritos para su comunidad, siendo incluso com-parable con la figura del legislador. El propiotérmino 1tOtT]'tlÍ<;, tiene el doble significado depoeta y legislador. Por eso a la par de nombrescomo Hornero y Hesíodo lucen los Licurgo y So-lón. Sin embargo, los poetas fueron más antiguosque el nómos escrito, y más bien fueron quienessentaron las bases para sus herederos los legisla-dores. Esto puede corroborarse cuando ya en lostiempos de la consolidación de las principalesconstituciones helénicas, los grandes poetas to-davía eran citados como fuente de autoridad deuna ley no escrita.

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Esta figura magnificente del poeta hizo que enun principio se le otorgara el calificativo de "sop-histés", que remitía a un poeta hábil y sabio en suarte. Hornero era el sofista por antonomasia. En elsiglo V los sofistas emplearon la misma palabrapara designarse, al considerar que eran herederosde la tradición educadora de los poetas e inclusoprestándole a la interpretación poética una espe-cial atención". En el Protágoras se dice que lasofística fue practicada en el pasado por poetascomo Hornero, Hesíodo y Simónides al haber sidolos persuasores de los hombres más notables", Nocabe duda que los embates de Platón hacia lospoetas y sofistas se deben a un punto en común: lacapacidad de ser maestros de la apariencia. Unosen público y otros en privado transmiten una si-mulación que para un amante de la verdad resultarepulsivo.

Un rasgo de mutua afinidad entre poetas y so-fistas, es su predilección por lo que para Platónconstituye el reverso del filósofo, a saber: el tira-no. Ario, Ibico, Anacreonte, Simónides, Píndaro,Baquílides y Eurípides, alabaron personalmente opor sus poemas, a muchos tiranos de la época, queacostumbraban rodearse de una corte de poetas.Platón censura a Eurípides a la cabeza de los auto-res trágicos, quienes elogian la tiranía, y se elo-gian a sí mismos como sabios". También ironizael caso de Simónides, que a pesar de su sabiduría,se vio forzado a ser amigo y adulador de tiranos,los cuales realizaban el mal voluntariamente". DeSimónides se conoce que fue uno de esos tantospoetas parásitos que visitaron tiranos y aristócra-tas, para eomponerles poemas laudatorios a cam-bio de una indemnización monetaria. En este sen-tido, es precursor de los sofistas al ser un maestrode sabiduría itinerante y convertir sus habilidadesen una mercancía para las clases pudientes. Por suparte, los sofistas son quienes les preparan el ca-mino a los tiranos, pues conciben su entronizaciónen el poder como el ideal de vida. La sofística essolidaria con la tiranía al educar a los demagogospara que enciendan las pasiones del pueblo y seconviertan en sus caudillos absolutos. Por algoPlatón dice en el Político, que los demagogos sonensalzadores de ídolos; y, por su gran arte de imi-tar y embaucar como magos, son también los so-fistas por excelencia", Llama la atención el pasajedel Fedro que muestra el triunvirato entre el poetaimitativo, el sofista y el tirano, de acuerdo con lajerarquía de encarnaciones humanas según el gra-do de verdad que se haya contemplado. Dentro de

los nueve tipos de vida, el poeta o el artista mimé-tico ocupa el sexto, el sofista o demagogo el octa-vo, y el tirano el noveno y último".

Las desaprobaciones de Platón sobre la poesíahomérica y hesiódica significan una regulación deacuerdo con sus principios educativos. En estesentido, asume que deberá ser abordada sobre to-do en una fase inicial de la existencia -dentro delprograma de estudios de la sociedad perfecta des-de los primeros años hasta los diecisiete-o En efec-to, la cultura musical es esencialmente un contra-peso de la gimnástica y está diseñada para infun-dir moderación en las costumbres. Su objetivo esintroducir proporción y armonía en el alma y noadquirir un conocimiento de alcance universal".

Para Platón lo rítmico y armonioso es insepara-ble de la bondad de carácter. Por eso tiene en menteuna poesía cantada, en donde la armonía y el ritmodeben supeditarse a las palabras. En esta tónica, laeducación artística se basa en inculcar desde la in-fancia la belleza y la rectitud. Hay una afinidad en-tre los objetos armoniosos y el buen comportamien-to; así un niño habituado a armonías y poemas no-bles y bellos, despreciará la mala conducta, puesserá capaz de intuir una condición espiritual discor-dante. Esto debe vincularse con la afinidad queocurre en el universo y lo que ocurre en las almashumanas, al ser la regularidad armónica la caracte-rística natural de ambas. De manera que la percep-ción de la belleza y la armonía a través de los senti-dos, tiende a restaurar el orden debido al alma. Esteestado espiritual constituye el fundamento para unaposterior asimilación de un conocimiento cada vezmás abstracto. Difícilmente creería que pueda sur-gir un verdadero filósofo si desde la infancia no re-cibe una formación armoniosa, que sea acorde conlos ritmos universales, que más tarde captará a ni-vel matemático y dialéctico.

11. La enemistad entre la poesíafilosófica y la poesía mimética

La importancia del Segundo y Tercer Libro dela República, estriba en la rectitud cultural de lapoesía, sobre todo atendiendo a su contenido polí-tico, moral y teológico. Los poetas son aceptadosen la medida en que "imiten" actitudes acertadasante la vida, y rechazados en la medida en que in-duzcan el vicio. Aquí la crítica a la poesía se enfo-ca a partir de un nuevo modelo educativo queatiende a una idea superior de la divinidad y que

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busca cimentar las bases de hombres verdaderamen-te justos. En el Libro Décimo y último de la Repúbli-ca, se vuelve a efectuar una disquisición sobre lapoesía en un tono más enérgico. Esto no debe tomar-se como un retroceso inesperado, pues Platón siem-pre asum.ió la filosofía desde una perspectiva de tota-lidad, en donde no cabe una rígida y tajante clasifica-ción de los temas en compartimentos estancos. Suconcepción metafísica de las Formas y su teoría an-tropológica de las "partes" del alma, es la nueva ata-laya desde donde percibe a la poesía y los poetas.

A partir de esta perspectiva la poesía miméticatoma una nueva acepción. Platón no sólo limita suataque al drama, sino que incluye la épica e inclu-so la lírica. Por eso introduce la doctrina de lasIdeas, que establece tres niveles ontológicos: laIdea, sus copias imperfectas en el mundo material,y las reproducciones que los artistas realizan deéstas. Si el artesano reproduce en el plano físicouna Forma perfecta; irónicamente, el artista imitalas obras del artesano. El poeta o el pintor sonhombres extraordinarios y admirables, capaces dehacer aparecer todas las cosas mediante represen-taciones. Sin embargo, estos artistas imitan la apa-riencia de seres que no son originales, al presen-tarlos desde cierto ángulo. El poeta imitativo es unproductor o mago de representaciones, que desdeel punto de vista de la verdad, está alejado dos ve-ces. Su creación corresponde con la de un mundode la mera apariencia o de lo pseudoexistente".

El problema que se le presenta a Platón, es elde tener que atacar necesariamente a Hornero, alser el maestro y el caudillo de la tragedia. La lu-cha que Platón libra en nombre de la verdad con-tra la apariencia, se funda en el presupuesto deque la filosofía y no la poesía, es la auténtica pai-deia. El Sócrates platónico no pretende ser irres-petuoso con Hornero, a quien dice guardarle desdeniño cariño y reverencia. La frecuencia con quePlatón le cita en la mayoría de sus obras, revelauna especial afición que a la luz de un Estado per-fecto le resulta inadmisible". Sus argumentos encontra de Hornero vuelven a repetir lo expuesto enel Ion, en donde se pone en duda el saber enciclo-pédico del poeta". Platón no cree que Hornerohubiese conocido realmente la actividad del arte-sano, del estratega, del legislador, o fuese una au-toridad en religión y moralidad, pues consideraque nunca mejoró a una ciudad y perfeccionó susinstituciones, o ganó una guerra, o realizó inven-tos ingeniosos como Tales de Mileto, o brindó elmodelo de una vida nueva como Pitágoras'".

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La dureza con la que Platón trata a Hornero, esen el fondo un profundo rechazo contra los discí-pulos de éste. La crítica a la poesía homérica esprincipalmente un pretexto para lanzar una invec-tiva contra los homéridas, los rapsodas y los sofis-tas, quienes ostentaban la posición de maestros enramas en que realmente no lo eran. Para Platón,referirse directamente al tema de la sofística, hu-biese significado emprender una gran digresión. Asus ojos, en un diálogo tan extenso como la Repú-blica, abordar este problema sería poco oportunoy difícilmente vinculable con la escatología con laque culmina el Libro Décimo. La alusión contralos sofistas, se debe a que ellos estimaban a Ho-rnero y a los poetas antiguos como a sus iguales.Dice GIaucón a Sócrates que si alguien pudieraproducir todas aquellas cosas que hace cada unoen su oficio y, además, todas las cosas de la natu-raleza, ése sería en verdad un maravilloso "sophis-tés?", Aquí los términos sofista y poeta, cobran elsentido de un hábil, sutil y terrible embaucador.Con la acostumbrada ironía del Sócrates histórico,Platón hace sentir su desaprobación ante herede-ros de Hornero como Protágoras y Pródico. Ellospersuaden en conversaciones privadas, que no esposible administrar la casa y la ciudad, a menosque se los solicite para su educación, y por esta sa-biduría se les ama a tal punto que sus discípuloslos llevan sobre los hombros y en procesión". Entodo caso, los poetas y sofistas, desde Hornero, nohan hecho más que representar las imágenes refle-jas (etOwA,wv)23 de la areté, pero sin alcanzar enellas la verdad (aA,rí1'Jwx). Por eso el poeta mimé-tico o autor de tragedias, se contrapone al rey o fi-lósofo, que ve la verdad"., La poesía imitativa es como cierta gracia de un

rostro juvenil que no es bello en sí mismo, y cu-yos encantos desaparecen en el momento en queconcluye la flor de la edad". De manera sugerentePlatón aborda el tema de la universalidad de laobra artística. Reflexionando sobre el vínculo en-tre la poesía y la filosofía, logra vislumbrar quesólo la poesía que está adscrita a la verdad, encie-rra una belleza auténtica e imperecedera. En cam-bio, un poeta mimético construirá una obra efíme-ra, pues no es un hombre de conocimiento filosó-fico, ni tampoco de "opinión recta" como los gue-rreros de kalipolis, sino un plagiario de la vida talcomo la multitud ignorante le parece hermosa".

La im.itación es un juego de niños, que reflejalos prejuicios, estereotipos o ideologías vigentes,pero que le falta la "seriedad", "spoudé", del saber

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en el sentido filosófico de la palabra. Este tipo demimesis poética es "paideiá', un "juego" o "es-parcimiento", y no spoudé". El valor del juegopara Platón es tan importante como el mundo delas cosas serias. Tiene una función altamente pe-dagógica", ya menudo aplica el término paidiá asu propia obra y al quehacer del verdadero filóso-f029

• La continua intercalación de mitos como ele-mentos que introducen "algo de juego" en la dis-cusión, es una forma de ser conducido a la dialéc-tica". La sensibilidad estética por la ficción litera-ria, es el impulso que permite elevarse a una reali-dad eterna e inmutable", Lo que sorprende a unlector moderno acostumbrado al carácter subjetivode la obra de arte, es el nexo que existe en Platónde lo estético con lo epistemológico y lo ontológi-co. La postulación de la objetividad de la belleza,hace que Platón menosprecie la poesía como purapaideiá. Muchos críticos han interpretado que laposición platónica es meramente negativa con re-lación a toda la poesía, sin fijar su atención en suimplícita propuesta sobre el verdadero poeta y laverdadera poesía.

Si existe una conexión de paideiá con la imita-ción, como algo distante del ser real, y ligada conlas artes miméticas, también existe una conexiónde paideiá con spoudé, de lo lúdico con las másprofundas realidades espirituales y con la verdade-ra poesía. Al final de la Carta Sexta, Platón diceque la seriedad no debería ir exenta de gracia y deque están hermanados el juego y la seriedad.Mientras que en el Banquete, en uno de los discur-sos sobre el Eros, se establece la posibilidad decombinar la paideiá con un poco de spoudé". Alderivarse directamente del conocimiento de lasesencias, se trata de una mímesis filosófica que"copia el modelo divino?". En cambio, la mime-sis que está a doble distancia de la verdad, Platónla adjetiva con el nombre de "doxomimica'?', Es-to es cuando el poeta ignorante imita una opinióncarente de conocimiento. Por tanto, el auténticopoeta se convierte en filósofo al realizar una epis-temimesis, que consiste en una lúdica transcrip-ción de las Formas eternas. Con ello, Platón se an-ticipa a la teoría de las "Ideas estéticas" de Kant oa la de los "arquetipos" o "imágenes originarias"de Jung, al constituirse también en las fuentes pri-mordiales y atemporales de la creación estética.

La otra serie de argumentos que expone Platóncontra la poesía mimética, giran en torno a suconcepción tripartita de la psyché. Su objeciónfundamental es que el arte imitativo' no le habla a

la razón, la mejor parte del alma, sino que procuraatizar los instintos y las pasiones. Esto se corrobo-ra especialmente en la actividad de los poetas dra-máticos, quienes representan emociones violentasque perturban el equilibrio del espíritu. El mundode las apariencias causa un efecto alucinante parala razón que puede ser engañada, como cuando unpalo derecho le parece inclinado si está sumergidoen el agua". En este sentido, la tragedia represen-ta el sufrimiento y las desgracias de los persona-jes, empujando al espectador a entregarse con in-tensidad a esta sensación, como si fuera un niñoque cuando lo golpean, se lleva la mano a la partedolorida y pierde el tiempo en gritar. En cambio,un hombre espiritualmente superior domina sussentimientos y cuando se ve arrastrado a fuertesemociones, se esfuerza en refrenarlas. Por eso,acostumbra al alma a restaurar las partes afectadasy a sustituir los lamentos por la curación". Mien-tras que la filosofía platónica intenta ser la medici-na del alma, que busca obtener la "salud" de suspartes", la pasión (1t(i~o~) de la poesía trágica al-tera el equilibrio y espolea toda la dimensión irra-cional «h.óyt<nov»)8.

Para Platón existe un antagonismo entre la filo-sofía y la poesía, a partir de que ésta es capaz decongraciarse y vigorizar el elemento irritable o vo-litivo y el concupiscible -el apetito de comida, be-bida, placeres sexuales y dinero-o Imitar estos as-pectos de la personalidad humana resulta más fácily popular; mientras que un ethos reflexivo, tran-quilo e inalterable, no es fácil de imitar y muchomenos de ser comprendido por todo tipo de públi-co. Lo que más le molesta a Platón de la poesíamimética, es que realiza la función contraria de sufilosofía: fortalecer las peores fuerzas del alma ydisminuir el espíritu pensante (Aoyt.crnKó~). Deello se deriva que la poesía imitativa no "nutre" ala mejor parte del hombre, al implantar un mal es-tado (1tOAt'LEía)en la propia alma?". Por eso laacusación más grave que se pueda emitir contra lapoesía, es su capacidad de corromper hasta loshombres buenos. En lugar de generarles una con-cordia interior (6¡.tóvOta), más bien los pone endesacuerdo y en lucha consigo mismos (cr'Lácrt~)40.Ya Platón había sostenido que la injusticia es lastasis de los tres elementos del alma, donde cadauno no cumple su "función propia", sino que unaparte que es inferior por naturaleza, usurpa elmando en lugar de obedecer. Esta perturbación yextravío de las especies anímicas, es su enferme-dad y, por consiguiente, es contraria a la naturaleza

LA POEsíA DE PLA TÓN

humana". También los cambios estatales, comoreflejo en grande de las almas humanas, puedenoperarse cuando surge una stasis en el seno de lacapa gobernante", Platón considera que si el Esta-do ideal alguna vez se cristaliza sobre la faz de latierra, su degeneración se produciría a raíz de esadiscordia. Por eso se previene contra el peligro su-brepticio que pueda ocasionar la poesía mimética,al introducir en el alma la stasis a partir de la va-riedad y el halago. Desde el punto de vista plató-nico, la representación trágica tiene como ganchoalimentar las partes irascible y concupiscible, de-jando que la parte racional pierda el control y quemuera de inanición. Dicho en otros términos: seinfiltra la enfermedad, la discordia y la injusticiaen el alma.

Esto Platón lo aprecia aún en las mejores na-turalezas, que disfrutan y sienten placer al pre-senciar el comportamiento trágico. El efecto poé-tico sobre el espectador, se traduce en un senti-miento de "simpatía" o "compasión"(crUJ.l7tal'}TÍ<;). Ese es el vehículo por el cual elpúblico se entrega en manos de Hornero o de al-gún otro poeta trágico, cuando imitan a un héroeabrumado de penas, que se golpea el pecho yprorrumpe en lamentos. El que observa esto nopuede sino elogiar como un gran poeta, al que escapaz de afectar con tanta fuerza sus emociones.Existe una contradicción cuando se aprecia quelos hombres excelentes que son golpeados por eldestino, suelen mostrar un ánimo tranquilo frentea los demás, al estimar poco viriles los senti-mientos que antes admiraban en los personajesde la escena dramática. La paradoja de la poesíatrágica consiste en que nos complace el espectá-culo de un actor que nos avergonzaría ser en larealidad. Por su parte, el poeta tiene el poder deconvertir en un goce el sentimiento de piedad delespectador, aumentándole su instinto natural porlas lamentaciones y el llanto. Riega el elementopatético hasta anegar lo más excelente del alma,que al no estar adecuadamente educada por la ra-zón y el hábito, cede ante la necesidad de lamen-tarse. En este caso, el que contempla la tragediase engaña a sí mismo, pues se siente disculpadode identificarse con las penas de otros y no conlas propias. Sin embargo, al haber fortificado sudimensión irracional con los sentimientos ajenos,no podrá después reprimirlos en sus propias pena-lidades. Lo mismo sucede en la comedia, en don-de existe un disfrute que genera la risa por causadel ridículo ajeno, sin advertir el daño interior que

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se opera. Y la misma crítica puede también apli-carse a la representación del sexo, la ira y demáspasiones del alma. La mímesis al fomentar que elhombre sea gobernado por sus partes inferiores,evita que sea mejor y más feliz".

Por todo lo expuesto, Platón le niega a Horne-ro la categoría de educador de Grecia, sobre todofrente a sus panegiristas", Con ello, vuelve a re-tomar indirectamente el tema de los sofistas,quienes eran sus principales defensores al situarlocomo la enciclopedia de todos los conocimientoshumanos. Incluso se sabe de una serie de apolo-gías de Hornero y de la poesía, que circulaban porentonces en escritos en prosa de los sofistas. Co-mo la enseñanza sofística se consideraba sucesorade los poetas antiguos, su pretensión fue la deeducar a la clase dirigente, siendo huéspedes pre-dilectos de los ricos y de los poderosos. Esta po-sición se le hace insufrible a un educador comoPlatón, que acababa de proponer la paideia máselevada de los guardianes", y que era testigo pre-sencial de la corrupción que fomentaba la sofísti-ea. Desde su punto de vista, la afinidad entre elpoeta mimético y el sofista, es que ambos buscanagradar a la masa de apetitos que bullen en elhombre, para conducirlo según su propia conve-niencia. Cabe recordar que los sofistas eran for-madores de los demagogos, quienes se dedicabana halagar y a enardecer a la multitud. Puede apre-ciarse que la perspectiva de los sofistas y de lospoetas imitativos, corresponde con las sombras dela caverna o con el grado más ínfimo de la líneadividida: la conjetura (EtKCXcr{CX)46. A este términotambién se le puede llamar imaginación, puesprocede de la raíz eikón, que significa imagen.Por eso la resonancia entre el poeta y el sofista,estriba en que cada uno construye una imagen, unfantasma o un espejismo que a los ojos de la ma-yoría se reconoce como verdadero. En este nivelde la apariencia, el alma se incapacita para reco-nocer la verdad. La mímesis poética obnubila larazón para distinguir lo importante de lo que nolo es, pues representa las mismas cosas unas ve-ces como grandes y otras veces como pequeñas,según el fin que en cada caso persigue". Ya seaen verso o en prosa, el poeta y el sofista constitu-yen aduladores de la dimensión irracional de lanaturaleza humana".

La mayor parte de la poesía que existe, no ten-dría cabida en el Estado platónico. Las únicas ma-nifestaciones permitidas son los himnos a los diosesy los encomios en honor de los hombres buenos y

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excelentes". Hoy en día Platón sólo podría admi-tir, a lo sumo, la poesía mística como uno de lospocos géneros plausibles. Las obras individuales ypersonales no serían bienvenidas a menos que elartista refleje una visión de lo eterno y divino. Elauténtico artista describiría poco o casi nada susexperiencias, el entorno o los conflictos humanos,y se centraría en expresar las cosas más serias,como la esencia de las Ideas universales, de ma-nera lúdica. El arte del Estado platónico es un ar-te para "iniciados", pues a nivel popular podríaser poco agradable y hasta incomprensible. Algoque influyó sobre las fuertes críticas contra lapoesía, es que en la época en que fue redactada laRepública, la calidad de la poesía habíamenguado ostensiblemente y era un remedode imitaciones -¡tres o más grados distantes de larealidad!-. Sin embargo, Platón no se detiene aanalizar las grandes creaciones de la literaturaque en lugar de reproducir las opiniones, puedancontener un conocimiento cercano a la verdad. Esprobable que haya considerado que la poesía filo-sófica o epistemímesis, fuera todavía un terrenovirgen, despoblado de poetas, pues ni siquiera seatreve a incluir como ejemplos explícitos su prosapoética, sus mitos y epigramas. Simplemente selimita a abrir la brecha para mostrar otra clase depoesía que no es doxomímica. Un amor saludabley constructivo que se fomenta en torno "de estapoesía" (1:~S 1:OtaúTIlS 1tOnícrEffiS), es lo que elEstado platónico alimenta para que la estimemoscomo la cosa mejor y más verdadera". Sólo lapoesía epistemímica sería una copia directa de lasFormas eternas y acercaría al alma a su verdaderoestado interior.

Con toda esta crítica que Platón le ha dirigido aHornero, no quiere pasar por mal educado y faltode sensibilidad. No obstante, el respeto y la admi-ración que le guarda "al mayor de los poetas y elprimero de los trágicos", lo subordina a su sacratendencia a la verdad". En todo caso, mencionauna antigua enemistad entre la poesía y la filoso-fía". Filósofos como Pitágoras, Heráclito, Jenófa-nes y Empédocles, solían dirigir contra Hornero yHesíodo objeciones de índole teológica y moral;mientras que poetas como Aristófanes, entre otros,achacaban a los filósofos características tales co-mo impiedad, mendicidad, petulancia, inutilidad yperversidad. En todo caso, Platón conoce por ex-periencia propia la magia y la fascinación que sus-cita la poesía. Sin embargo, al ser el objeto de lamímesis poética el placer (~oov1Í), no podría

compaginar con una ciudad en donde impere laley y la razón. Pero promete dar todas las oportu-nidades para que los poetas y los defensores de lapoesía -los sofistas-, puedan probar en prosa quela poesía procura no sólo placer y agrado, sinotambién beneficio y utilidad para las comunida-des políticas y para la vida humana. La pautaplatónica de unir lo útil con lo agradable, es enotra variante la misma necesidad de hermanar enla poesía la paideiá con la spoudé. En caso quese demuestre que la poesía cuenta con estas con-diciones, será ciudadana del Estado platónico ytodos sus miembros estarán en deuda con ella.Por eso si la poesía mimética es readmitida en laciudad platónica, no sería como simple arrimadao meteca, si es que realmente los poetas se con-vierten filósofos. Platón compara la poesía conuna antigua pasión amorosa, de la que no logra-mos desligamos aún cuando nos resulte nociva, ycon la que, al final, rompemos violentamente.Esta tentación sólo es posible conjurarla si seconcibe que la poesía imitativa no es ella misma"cosa seria y apegada a la verdad", y que puededestruir el equilibrio de la politeia que habita ennosotros. "Grande es el combate -concluye Pla-tón-, más grande de lo que pensamos, entre deci-dirse llegar a ser un hombre bueno o uno malo,de manera que ni por la fama, la riqueza, el po-der político y ni siquiera la poesía, valdría la pe-na descuidar la justicia y las otras partes de lavirtud?".

Notas

l. MOUGUCT¡equivale a la cultura de las Musas, lascuales desde la época clásica habían sido reconocidasnueve: Calíope, musa de los discursos y de la poesíaépica; Clío, de la historia; Euterpe, de la música; Erato,de la poesía lírica; Melpómene, de la tragedia; Polim-nia, de la mímica; Terpsícore, de la danza y de la poe-sía coral; Thalía, de la comedia; y Urania, de la astrono-mía. Para una explicación detallada de la cultura musi-cal, pueden consultarse de M. Moutsopoulos, La musi-que dans l' oeuvre de Platon, París, 1959; y de A. Sala-zar, La música en la cultura griega. Colegio de México,México, 1954.

2. Como el mito de los metales, en donde se combinalo religioso (la idea de que toda la vida humana se origi-nó de la Madre Tierra) y lo filosófico (la clasificación delas almas según los metales, que simboliza la naturalezamás profunda del hombre), cf. República, 414 C.

3. Metafísica, 982 B 18.4. República, 485 C, 490 A - C.

LA POESÍA DE PLA T6N

5. República, 377 C: 10 ~EYlalOV Km 1tEPl lWV~EytalWV IjIEUOO<;.

6. RepúbLica, 376 E - 383 C.7. Una de las correcciones más llamativas es la que

Platón hace del poeta Tirteo, quien ensalza la valentíacomo la virtud suprema, cuando debería poner en lacúspide la justicia, cf. Leyes, 660 E ss.

8. República, 386 A - 398 B.9. Político, 598 E - 606 E.10. Los conceptos sophós y sophía, usualmente tra-

ducidos por "sabio" y "sabiduría", eran de uso frecuen-te entre los griegos y en los primeros tiempos denota-ban cualidades físicas e intelectuales susceptibles derealizar ocupaciones determinadas. En Hornero, uncarpintero, un piloto, un escultor o un adivino, eran sóp-hoi, cada uno hábil en su ocupación (ILíada, XV, 411).A partir del verbo sophídsesthai, practicar la sophía,evolucionó el término sophistés, "sofista", que llegó asignificar engañador o persona sumamente sutiL Tam-bién el término sophistés fue sinónimo de poeta, quientenía la función de maestro educador. A los ojos de losgriegos, la instrucción práctica y el consejo moral cons-tituían la principal labor del poeta (Píndaro, Ístmicas, V,28). Por otra parte, el vocablo también se aplicó a losSiete Sóphoi, Hombres Sabios o Prudentes, cuya sabi-duría consistía, principalmente, en el arte práctico degobernar y que se condensaba en breves apotegmas. Lapalabra "sofista", por tanto, no tenía el sentido peyorati-vo que luego aparece con los maestros asalariados, losSofistas del siglo V a. C. Para este tema puede consul-tarse de W.K.C. Guthrie, Historia de LafiLosofia griega,IlI. SigLo V. Ilustración. Trad. Joaquín Rodríguez Feo.Madrid, Editorial Gredas, 1988, pp. 38 - 45.

11. Protágoras, 316 C - D.12. RepúbLica, 568 A - C. Aquí Platón cita de se-

gunda mano la frase de Sófocles, ooooi rupcvvot lWv coeóv ouvouoío, en donde aolpó<; es equivalentede norrrnxót;

13. Protágoras, 345 D.14. Político, 709 D - 710 B.15. Fedro, 248 D - E.16. República, 410 C - 412 A, 522 A-B.17. RepúbLica, 595 A - 608 B.18. En una obra anterior Platón deja sentir una gran

admiración por Hornero y Hesíodo: "Y todo el mundopreferiría para sí haber engendrado tales hijos en lugarde los humanos, cuando echa una mirada a Hornero, aHesíodo y demás buenos poetas, y siente envidia por-que han dejado de sí descendientes tales que les procu-ran inmortal fama y recuerdo por ser inmortales ellosmismos", cf. Banquete, 209 C - D.

19. Ion, 537 A Y ss.20. RepúbLica, 599 C - 600 C.21. RepúbLica, 596 D.22. RepúbLica, 600 C - D.23. El término EtOWAOV,tanto en Hornero como en

Platón, se utiliza como fantasma, sueño, sombra, reflejo

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y representación en pintura, es decir, como algo carentede realidad (ILíada, V, 449; Odisea, XI, 476; y cf. Pla-tón, Teeteto, 150 C; Sofista, 266 8 - C).

24. RepúbLica, 597 E.25. RepúbLica, 601 B.26. RepúbLica, 602 A.27. República, 602 B. También en el Sofista (2348)

se clasifican todas las artes miméticas como un génerohabilidoso y agradable de paidiá.

28. Platón dice que a los niños nunca se les deberíaobligar a aprender, pues el alma no conserva ningún co-nocimiento que haya penetrado en ella por la fuerza, y,en su lugar, las lecciones deberían adoptar la "forma deun juego", cf. República, 536 E.

29. En el Epinomis (992 8), Platón considera que elhombre más verdaderamente sabio es a la vez jocoso yserio. En el Banquete (216 E), Alcibíades haciendo unpanegírico a Sócrates dice: "pasa toda su vida ironizandoy jugando con la gente; más cuando se pone serio y seabre, no sé si alguno ha visto las imágenes de su interior.yo, sin embargo, las he visto ya una vez y me pa-recieron que eran tan divinas y doradas, tan espléndida-mente bellas y admirables, que tenía que hacer sin máslo que Sócrates mandara". También Jenofonte cuentaque Sócrates colaboraba con sus compañeros no menosen el juego que en la seriedad, cf. Memorables, IV, 1, 1.

30. Político, 268 D - E.3 l. En el Timeo (59 C - D) Platón se entretiene con

los "relatos probables" del mundo físico que son "unaforma razonable y sensata de jugar", y significan undescanso de los razonamientos referidos al mundo inte-ligible.

32. Banquete, 197 E. Para ver más ejemplos sobre lamezcla entre paidiá y spoudé, pueden consultarse Euti-frán, 3 E; Menán, 79 A; Gorgias, 500 8; Fedro, 234 D;Leyes, 688 B.

33. República, 500 E.34. Sofista, 267 8 - D.35. República, 602 C.36. República, 603 D - E, 604 C - D.37. República, 444 C, 571 D.38. República, 604 D9.39. República, 605 A-B.40. RepúbLica, 603 C - D. Platón retorna postulados

pitagóricos como los de Arquitas, en donde la músicaproduce estados anímicos de proporcionalidad y armonía,a partir de que un "principio racional" promueve la "con-cordia" y aleja la "disensión", cf. Estobeo, Fl. IV, 1, 139.

41. República, 444 A - E.42. República, 545 D.43. República, 605 D - 606 D.44. RepúbLica, 606 E.45. RepúbLica, 521 C - 541 B.46. RepúbLica, 511 E.47. República, 605 C.48. En el Gorgias (501 E - 503 A) la música (de

flauta y lira), la danza coral y la poesía (ditirámbica y

340 ROBERTO CAÑAS QUIRÓS

trágica), aunadas con la retórica que imparten los sofis-tas, constituyen todas ellas una "adulación"(KOAaKEtCll).

49. República, 606 A.50. República, 607 E - 608 A.

51. Cabe recordar la célebre frase que Platón le apli-ca a Hornero: ou ya¡, npó "(f. -nl; aATI~EÚXC; 'tl.IlTl'tÉOC;aVlÍp, cf. Rep., 595 C.

52. República, 607 B.53. República, 607 E - 608 B.

Roberto Cañas QuirósEscuela de Estudios Generales

Universidad de Costa Rica