Juan Carlos Stagnaro

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    TENDENCIAS

    EVOLUCIN Y SITUACIN ACTUALDE LA HISTORIOGRAFA DE LA PSIQUIATRA

    EN LA ARGENTINA

    Juan Carlos StagnaroUniversidad de Buenos Aires

    Resumen:

    Las investigaciones histricas centradas en el estudio de las ideas sobre la locura y sobre

    la psiquiatra como especialidad mdica en la Argentina, publicadas hasta 1980, fueron

    pocas y dispersas a lo largo de ms de un siglo. Algunas de ellas, sin embargo, constitu-

    yeron fuentes de datos tiles para permitir los desarrollos posteriores que estn an, en

    gran medida, en construccin. En los ltimos aos han surgido nuevos proyectos de tipo

    colectivo que adoptan nuevos perfiles metodolgicos para abordar el tema. A tal efecto,

    resta establecer un vasto plan de investigacin y recopilacin de fuentes primarias, orga-

    nizar y disear una formacin de recursos humanos adecuada para investigaciones futuras

    y asegurar ms slidamente su publicacin y difusin. En este artculo de carcter intro-

    ductorio, predominantemente descriptivo y panormico, se pasa revista a las principales

    obras y autores y a sus concepciones tericas situndolas en el contexto de su poca.

    Palabras clave:Historiografa, Historia de la locura, Historia de la psiquiatra, Argentina.Abstract:

    Historical researches focusing on the study of the ideas on madness and on psychiatry as

    a medical specialty in Argentina published until 1980 were few, and they were scattered

    throughout a time period covering more than a century. Some of them, however, consti-

    tuted sources of useful data that contributed to subsequent developments which are still,

    in great measure, under way. New collective projects adopting new methodological ap-

    proaches to address the subject have emerged in recent years. In this respect, the estab-

    lishment of a vast plan for the research and compilation of primary sources, the

    organization and development of a formation of human resources that may adequately

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    meet future research work, and a more solid assurance of the publication and divulgement

    of this research work are still pending. This article of an introductory nature and pre-

    dominantly descriptive and panoramic, reviews the main works and authors and theirtheoretical conceptions, situating them in the context of their time.

    Key words:Historiography,History of madness, History of psychiatry, Argentina.

    INTRODUCCIN

    La historia de la psiquiatra ha conocido un inusitado auge durante las ltimasdcadas. La acumulacin de escritos que tratan el tema justifica la necesidad de esta-blecer balances del patrimonio alcanzado en ese dominio. El crecimiento de la disci-

    plina y las particularidades locales aconsejan hacerlo en cada uno de los pases quecuentan con grupos de investigacin y enseanza. Segn una definicin clsica ygeneral1 se entiende que la historiografa es la historia del registro escrito de lo que seconoce sobre el pasado de las sociedades humanas y la forma en que los historiado-res han intentado estudiarlo. El segundo aspecto mencionado, se enmarca, para mu-chos autores, en esa rama particular de estudios histricos que es la historia de lahistoriografa: el anlisis de la historia escrita, de las descripciones del pasado; msespecficamente, de los enfoques dados a la narracin, interpretaciones, uso de lasfuentes y mtodos de presentacin por parte de los historiadores y, tambin, el estu-dio de estos mismos, y de sus actividades e instituciones de investigacin entendidos

    a la vez como sujetos y objetos de la ciencia.Es desde esta ltima perspectiva que se presentar, en las pginas que siguen,una sntesis introductoria, descriptiva y panormica de la historiografa de la psiquia-tra en la Argentina. Puestos a esa tarea, a poco de analizar los datos disponibles, secomprueba que la historia de la psiquiatra en la Argentina ha sido insuficientementeexplorada: las investigaciones realizadas, dispersas a lo largo de un siglo y medio,fueron muy pocas.

    Ese dato cuantitativo debe complementarse con una apreciacin cualitativa. Hastaaproximadamente 1980 su factura obedeci a los cnones de una historia que se hacalificado como tradicional2 caracterizada por su gusto por la crnica, la acumulacin

    de datos biogrficos, frecuentemente apologticos, de los grandes maestros y las re-seas de la evolucin edilicia de las principales instituciones hospitalarias. Algunos deesos trabajos, en su calidad de fuentes secundarias, constituyeron recopilaciones de

    1 Esta definicin parece seguir siendo compartida por la comunidad de historiadores como lo de-muestra la encuesta realizada por los responsables del foro Historia a Debate recientemente (ver resultadosen www. h-debate.com).

    2 Tal como la define Rafael Huertas en HUERTAS, R. (2001), Historia de la psiquiatra Por qu?Para qu? Tradiciones historiogrficas y nuevas tendencias,Frenia, 1 (1), 9-36.

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    datos tiles para permitir desarrollos posteriores3. El predominio de esa manera depensar y escribir la historia se vio transformado por la aparicin, en 1982, de La locu-ra en la Argentina de Hugo Vezzetti, sin duda el libro que marc un antes y un des-pus en el tema y sobre el que volveremos ms adelante.

    A los efectos de organizar la informacin relativa a los enfoques historiogrficosque presentamos hemos practicado, y comentaremos, una seleccin de los autores ytextos representativos de las posiciones ms acabadas. Con esto no se agota la infor-macin disponible, pero se puede apreciar un panorama suficientemente amplio co-mo para situarse en relacin al propsito central de este artculo. Es importantesealar la ausencia de profesionalizacin entre los historiadores de la psiquiatra enla Argentina, por ende, prcticamente toda la produccin historiogrfica que vamosa comentar fue resultado de la labor realizada por mdicos psiquiatras que ejercieron

    y ejercen, simultneamente con sus investigaciones histricas, una tarea clnica en laprctica hospitalaria y/o privada.

    EL ORDENAMIENTO DEL CAMPO HISTORIOGRFICO

    La clsica advertencia de Henri Berr y Lucien Febvre sobre la importancia de laperiodizacin, en tanto problema metodolgico de importancia primordial en la his-toriografa4, se aplica a la historia de la psiquiatra. Una adecuada formulacin de lamisma en el campo especfico que estudiamos debe guiarse por la identificacin de

    los cambios cualitativos experimentados en su decurso temporal trascendiendo lamera secuencia cronolgica. En esa tarea uno de los problemas epistemolgicos mscomplejos para establecer una periodizacin es lograr una homogeneidad terica oun criterio comn para todos los perodos que la componen.

    Los procesos histricos se desarrollan en dos coordenadas: el tiempo y el espa-cio. As como el primero es una construccin mental en permanente cambio, que elhistoriador utiliza para enmarcar un determinado espacio geogrfico que le permitesituar claramente su objeto de estudio; asimismo, el tiempo es una categora creada yperiodizada por el hombre para ubicar los procesos sociales. De tal forma que sin laperfecta sincrona entre los dos ejes cardinales del quehacer histrico, resulta difcil

    explicar y comprender los hechos histricos5

    . No obstante, dado que el tiempo es a la

    3 En este artculo se mencionarn los ms importantes. Una enumeracin ms detallada se puedeconsultar en GUERRINO, A. A. (2002), Bibliografa Histrica de la Medicina Argentina, Buenos Aires, Edito-rial Dunken.

    4 BERR, H, FEBVRE, L. (1952), History and historiography. En Enciclopedia of social sciences, t. VI,Nueva York.

    5 CASTAEDA, C. (1997), El tiempo de la historia y el problema de la periodizacin, Estudios delhombre, 5: 79-91.

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    vez una categora filosfica y una medida cronogrfica, toda periodizacin, es artifi-cial y debe ser utilizada como una hiptesis de trabajo, con lmites siempre abiertos

    que permitan cierta flexibilidad, y no como un hecho dado6.Algunos precedentes en la historia de la medicina y de la psiquiatra pueden ser-

    vir de inspiracin7. En ellos, como ya se ha sealado para otros campos de la histo-riografa8, se puede apreciar la disparidad de criterios que se justifican, al menos enparte, por la construccin que cada historiador practic segn las preguntas que sehaya hecho y las necesidades de la explicacin o narracin que quiso formular.

    Para la historiografa de la psiquiatra, en tanto parte de la historia de las disci-plinas, se impone, definitivamente, a los efectos de discernir una periodizacin til,superar el internalismo, dejando lugar a una perspectiva de anlisis que la abordeen tanto objeto epistmico complejo y unitario en sus aspectos tanto internos como

    externos.En el caso particular de su aplicacin a la historia de la especialidad en la Ar-

    gentina se debe tener en cuenta, tambin, la condicin perifrica del pas y, por ende,el factor modulador ocasionado por los fenmenos activos de incorporacin deideas.

    Hasta el momento no se cuenta en el mbito de estudio de la historia de lasideas sobre la locura y de la psiquiatra argentina con una propuesta que abarquetodo el perodo de poblacin del actual territorio nacional y los dos siglos de existen-cia como nacin independiente. Es as que distintos autores han tendido a presentarla historia de la especialidad segmentada coincidentemente con las etapas de la histo-

    6 VIESCA TREVIO, C. (1982), Criterios de periodizacin en la Historia de la Medicina, Actas de laPrimera Reunin Latinoamericana de Historiadores de las Ciencias, Puebla, Mxico.

    7 Cabe mencionar, como ejemplos, los criterios para dividir las etapas de la historia de la locura y lapsiquiatra, aplicados por Gregory Zilboorg (ZILBOORG, G (1941),A History of Medical Psychology, Norton,New York), Erwin H. Ackernecht (ACKERNECHT, E. H. (1957),Kurze Geschichte der Psychiatrie, FerdinandEnke, Verlag, Stuttgart),Henri Ellenberger (ELLENBERGER, H. (1970), The Discovery of the Unconscious: The

    History and Evolution of Dynamic Psychiatry, New York, Basic Books, Inc.; la recomendacin de Pedro LanEntralgo acerca de la periodizacin de la historia de la medicina guindose por la sucesin de paradigmasen el sentido de T. S. Kuhn (LAN ENTRALGO, P. (1978), Historia de la medicina. Barcelona, Salvat), crite-rio tambin seguido por Charles Lichtenthaeler (LICHTENTHAELER, Ch. (1978), Histoire de la mdecine,

    Fayard, Paris) y aplicado por Georges Lantri-Laura para la historia de la psiquiatra europea (LANTRI-LAURA, G. (1999), Essai sur les paradigmes de la psychiatrie moderne, Editions du temps, Paris) o propuestasmuy alejadas entre s como las de Paul Bercherie (BERCHERIE, P. (1980), Les fondements de la clinique.

    Histoire et structure du savoir psychiatrique, Navarin, Paris), Pierre Pichot (PICHOT, P (1996), Un sicle depsychiatrie. Les empcheurs de penser en rond, Paris) y Edward Shorter (SHORTER, E (1997), A History ofPsychiatry, John Wiley and Sons, New York).

    8 BERMDEZ, A; FERNNDES BITTENCOURT, M; MARTNEZ GARNICA, A; DAZ PENDS, H;GONZLEZ MUOZ, M DEL C; DE GORTARI RABIELA, H. DA GRAA MATEUS, M VENTURA (2001),Cuadernos de Historia de Iberoamrica: criterios y orientaciones para su elaboracin, Ctedra de Historia de Ibe-roamrica, Organizacin de Estados Iberoamericanos para la Educacin, la Ciencia y la Cultura.

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    ria poltica nacional (cuando han escrito sobre un perodo de varias dcadas, comoJos Ingenieros) o siguiendo la sucesin de prohombres de la psiquiatra (como

    Osvaldo Loudet), u organizado segn tpicos diversos sin sistematizacin (como esel caso de Antonio Guerrino); o bien se han centrado en algn perodo particularvinculndolo con el momento de la historia general o con la biografa de algn psi-quiatra famosos con los que coincida contemporneamente.

    Intentando colmar ese vaco metodolgico, recientemente, Norberto Conti des-tac que, durante un siglo (1810-1910),

    desde Juan Manuel Fernndez de Agero hasta Jos Ingenieros, por citar el si-

    glo que los separa [] los avatares sociales y polticos han influenciado profundamente

    el pensamiento psiquitrico9

    por lo que propuso, combinando los sucesivos momentos polticos con el pre-dominio de ciertas corrientes filosficas en el pensamiento de las lites porteas:

    pensar la historia de la psiquiatra en relacin a una periodizacin tentativa de la

    historia de las ideas en nuestro pas

    y dividir el estudio de la especialidad en etapas coincidentes con las de la Ilus-tracin catlica (1776-1820); la Ideologa o Ilustracin Revolucionaria rivadaviana10(1820-1830); el Romanticismo o Positivismo Autctono alberdiano11 (1837-1864) y elPositivismo o naturalismo evolucionista (1880-1910).

    No hay propuesta equivalente para las siguientes dcadas del siglo XX. Recinpara estudiar acontecimientos del perodo que va desde mediados del siglo hastahace veinticinco aos surge una, que engloba el conjunto del campo de la SaludMental, formulada por Enrique Carpintero y Alejandro Vainer, que comprende elperodo 1957-198312. El segundo de estos autores explica la periodizacin elegida enlos siguientes trminos:

    9 CONTI, N. (2000), Una propuesta historiogrfica para la historia de psiquiatra en la Argentina.EnHistoria y Memoria, J. C. Ros; R. Ruiz; J. C. Stagnaro; P. Weissmann (comp.), Buenos Aires, Polemos.

    10 Figura poltica de empinada relevancia, Bernardino Rivadavia, ministro del Gobernador Rodrguez

    y luego Gobernador de la Provincia de Buenos Aires l mismo cargos que ocupa entre 1821 y 1827 llevadelante una serie de positivas reformas y transformaciones de corte liberal y progresista en el plano poltico,eclesistico, militar y cultural, pero tambin fue responsable de otras medidas, sumamente desventajosas en loeconmico, que consolidaron el latifundio ganadero y la dependencia del pas hacia Inglaterra.

    11 Juan Bautista Alberdi, exponente acabado de la llamada generacin del 37, cuya toma de posi-cin poltica sintetiz en su Fragmento preliminar para el estudio del Derecho. SusBases y puntos de partida parala organizacin constitucional de la Repblica Argentina fue la mxima fuente de consulta para la redaccin dela Constitucin Nacional de 1853.

    12 CARPINTERO, E; VAINER, A. (2004-2005), Las huellas de la memoria. Psicoanlisis y Salud Mental enla Argentina de los 60 y70. Tomo I (1957-1969), Tomo II (1970-1983)Editorial Topa, Buenos Aires.

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    Por qu 1957? Por qu no tomamos 1960? En 1957 se dieron tres hechos

    fundantes del campo de la Salud Mental en la Argentina: la creacin del Instituto Na-

    cional de Salud Mental, [] la creacin de las carreras de psicologa, sociologa, antro-pologa y ciencias de la educacin en la Universidad de Buenos Aires un ao antes se

    haba creado la carrera de psicologa en la de Rosario [] y recin haba comenzado,

    a fines de 1956, la experiencia del Lans con Mauricio Goldemberg que despus deven-

    dr mtica. Por eso tomamos 1957 como inicio de nuestro estudio. Nosotros trabajamos

    articulando lo que suceda en el campo de la salud mental con lo que suceda en nuestra

    sociedad y lo que suceda polticamente. [] Digo esto por la periodizacin. El primer

    tomo, la primera parte termina en 1969, que es exactamente el ao del Cordobazo en la

    Argentina. En ese momento ponemos un punto y se inicia para nosotros la dcada del

    setenta. Si a la primera parte le pusimos de ttulo `Un encuentro fundante entre el psi-

    coanlisis y la Salud Mental, por lo que implicar la hegemona del psicoanlisis duran-

    te la dcada del 60 en la constitucin del campo de la Salud Mental en la Argentina, ladcada del setenta comienza con el Cordobazo, donde todo comienza a politizarse y

    tambin dentro del campo del psicoanlisis y la Salud Mental. A esta segunda parte, que

    llega hasta 1966, le pusimos como ttulo `El estallido de las instituciones. La tercera par-

    te, que est en el segundo tomo, que va del 76 al 83, la llamamos `El fin de la Salud

    Mental. Fue la poca de nuestra ltima dictadura militar, donde hubo 110 trabajadores

    de Salud Mental y 66 estudiantes [de carreras afines] desaparecidos. Esta es la poca ms

    oscura de toda la historia, y es una poca que es necesario iluminar13.

    Durante las dcadas del siglo XX que se extienden entre 1910 y 1950 es dabledistinguir ciertos acontecimientos de importancia en la historia del pas y en la histo-ria de la psiquiatra que podran servir como puntos de reparo para amojonar unaperiodizacin del hiato temporal antes mencionado. A partir del Centenario de laRevolucin de Mayo (1910), coincidentemente con una prdida de influencia delpensamiento positivista, se verific la crisis estructural del modelo agro-exportadoren lo econmico, se asisti a un ascenso poltico de los sectores medios y asalariadosque culmin con las repercusiones de la crisis econmica mundial de 1929 en la Ar-gentina y desemboc, en 1930, en el primero de una larga serie de golpes de Estadomilitares14. Durante los aos posteriores, hasta el golpe de Estado militar de 1943 y el

    13

    Ver www.topia.com.ar . El Cordobazo fue una insurreccin popular obrera y estudiantil ocu-rrida en 1969 contra la dictadura del general Ongana que tuvo como escenario la ciudad de Crdoba.El Servicio de Psicopatologa del Policlnico Gregorio Aroz Alfaro, sito en los suburbios de BuenosAires, en la localidad de Lans, devino, en esos aos, bajo la jefatura de Mauricio Goldenberg, elepicentro del desarrollo de la versin argentina de la psiquiatra dinmica (ver V ISACOVSKY, S. (2002),

    El Lans, memoria poltica en la construccin de una tradicin psiquitrica y psicoanaltica argentina , BuenosAires, Alianza Editorial.

    14 Se produjeron en 1943, 1955, 1966 (ver ROUQUI, A. (1978),Pouvoir militaire et socit politique en Rpublique Argentine,Paris, Presses de la Fondation Nationale des Sciences politiques; POTASH, R. (1971),El Ejrcito y la poltica en la Argentina, T. I 1928-1945 de Irigoyen a Pern, T. II. 1945-1962 de Pern a Frondizi,

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    posterior ascenso del peronismo, el clima poltico estuvo signado por la metodologadel fraude electoral (denominado patritico por sus beneficiarios) que sostuvo go-

    biernos conservadores. La economa y el debate poltico sufrieron los efectos de laSegunda Guerra Mundial. En ese perodo, en el campo de la psiquiatra se registra-ron acontecimientos significativos. Por un lado se asisti al ocaso de los proyectos deDomingo Cabred15 y el dispositivo psiquitrico se estanc en un funcionamientodefinitivamente manicomial del que no sali ms16. La escuela criminolgica argen-tina alcanz su apogeo con la obra de Francisco de Veyga y Jos Ingenieros17. En1921, se cre la primera ctedra de psiquiatra infantil del mundo en la ciudad deRosario. Inicialmente en el hospicio de las Mercedes y posteriormente en el HospitalNacional de Alienadas, el neuropatlogo Christofredo Jakob introdujo la escuelaalemana. En 1929 fundada por Gonzalo Bosch la liga de Higiene Mental comenz

    su prdica higienista18. Los aos 40 asistieron al desarrollo de la psiquiatra infanto-

    Buenos Aires, Sudamericana) hasta el ltimo de ellos que instaur en el pas un rgimen de Terrorismo deEstado entre 1976 y 1983 (Comisin Nacional sobre la Desaparicin de Personas (1984), Nunca Ms,Buenos Aires, EUDEBA).

    15 Heredero de Lucio Melndez en la direccin del Hospicio de las Mercedes y en la titularidad de lactedra de Enfermedades Mentales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, cargosque asume en 1893, Cabred, dirigi la Comisin de Asilos y Hospitales Regionales, fund a partir de ellavarias grandes colonias de alienados, introdujo la clinoterapia y el non restraint y desarroll una prdicamodernista en relacin a la asistencia psiquitrica que publicit vigorosamente fronteras adentro (a modode ejemplo ver CABRED, D. (1899), Discurso inaugural de la Colonia General de Alienados, Revista de

    Derecho, Historia y Letras, Buenos Aires; A. A. (1904) Asilo de Puertas abiertas Open door, Anales de Sani-dad Militar, T. 6, p. 770; y el comentario de ambos textos en VEZZETTI, H. (1991), Domingo Cabred y elasilo de puertas abiertas, Vertex, Revista Argentina de Psiquiatra, II; 3: 59-61) y proyect inclusive en elespacio europeo (en sucesivos viajes realizados con motivos de estudio y participacin en congresos porAlemania, Francia e Italia) y latinomericano (STAGNARO, J.C. (2006). "Domingo Cabred en Per: polticadiplomtica y ciencia argentinas en el mbito latinoamericano, VII Encuentro Argentino de Historia de la Psi-quiatra, la Psicologa y el Psicoanlisis, La Plata, Argentina).

    16 Al comienzo de los aos 30 el balance es desastroso y el escndalo provocado por su funciona-miento alcanz la denuncia pblica (BOSCH, G. (1931), El pavoroso aspecto de la locura en la RepblicaArgentina,La Medicina Argentina, 10, 216-256).

    17 Francisco de Veyga, teniente general mdico, discpulo de Ramos Meja, Charcot y Lombroso, ymaestro de Lucio V. Lpez, Pedro Barbieri y Nerio Rojas, crea integralmente la escuela de Medicina

    Legal en el pas y asegura por va de sus alumnos la continuidad de la misma. Los temas locura, delito,inmigracin y mala vida pensados en trminos de la teora de la degeneracin devienen entonces el ncleocentral de la doctrina de ese grupo (ver MATUSEVICH, D. (1998), Jos Ingenieros y sus escritos sobresexualidad en el nacimiento de la prensa psiquitrica en la Argentina, Temas de Historia de la Psiquiatra

    Argentina, 3:3-21; WEISSMANN, P. (1999), Francisco de Veyga. Prolegmenos de la clnica criminolgicaen la Argentina, Temas de Historia de la Psiquiatra Argentina, 7, 3-17; WEISSMANN, P. (2001), Degeneradosy viciosos. Primeras conceptualizaciones acerca de las toxicomanas en la Argentina, Temas de Historia dela Psiquiatra Argentina, 12, 3-19).

    18 Fundada en el seno de la Asociacin en 1930, la Liga Argentina de Higiene Mental surgi inspi-rada en las experiencias similares de EE. UU. y Francia. La seccin local adhiri a la Liga Internacional y

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    juvenil por iniciativa de Carolina Tobar Garca19 y Telma Reca y el psicoanlisishizo su entrada institucional en la Argentina20. Durante el gobierno peronista su mi-

    nistro de salud pblica, Ramn Carrillo, neurocirujano y sanitarista sobresaliente, pusoen marcha planes revolucionarios de reforma del hospital pblico. Remodelacin delantiguo Hospicio de las Mercedes que deviene Hospital J. T. Borda, construccin deotras instituciones y propuesta de una nosografa de inspiracin sanitarista21. Sin em-bargo, durante la gestin de Carrillo, el tratamiento de las enfermedades mentales nomostr los avances que tuvieron otras especialidades mdicas y el campo de la salud engeneral durante la gestin de Carrillo. De todas maneras la historia de la psiquiatra du-rante el perodo que va desde la instauracin del voto universal en 1916 hasta los gobier-nos de Juan Domingo Pern (1947-1955), es una larga etapa muy poco estudiada.

    Sin duda, que el largo lapso mencionado conforma un panorama abigarrado y

    multifactico difcil de categorizar en sus mltiples lneas de cruzamiento polticas eintelectuales. Fcil es comprender entonces, al cabo de estas notas, que la condicinmencionada antes para formular una propuesta precisa de periodizacin de la histo-ria de la psiquiatra lograr una homogeneidad terica o un criterio comn paratodos los perodos que la componen, no se cumple an. Por ello, y aunque losesbozos mencionados pueden ser un punto de partida apto para intentar un esquemaglobal que ordene el programa de investigaciones pendiente, faltos de una periodiza-cin completa y especfica del campo que exploramos, mantendremos como guaprovisoria para puntuar nuestro derrotero las etapas de la historia colonial y nacionalgeneral a fin de ubicar y ordenar los textos y autores que evocaremos22.

    fue precursora del movimiento de Salud Mental de la posguerra que tom forma en el pas al promediarlos aos 50, luego del derrocamiento de Pern, con la creacin del Instituto Nacional de Salud Mental.Ver KLAPPENBACH, H (1999), Los orgenes de la Liga de Higiene Mental, Temas de Historia de la Psiquia-tra Argentina, 19: 3-17. En el mismo nmero de Temas se reproducen fragmentos de Gonzalo Bosch,Fernando Gorriti y Arturo M describiendo los propsitos y organizacin de la Liga y la higiene mentalen la Argentina.

    19 LARDES GONZLEZ, J. (1974), Mdicas argentinas con aportes sociolgicos, Archivos de Historiade la MedicinaAargentina, 9, 26-29; STAGNARO, J. C. (2002 ), Carolina Tobar Garca, psiquiatra infantil,pedagoga, criminologa y prevencin, Temas de Historia de la Psiquiatra Argentina, 14, 3-9.

    20 Una serie de estudios al respecto se mencionar ms abajo al enumerar las investigaciones recien-

    tes (nota81

    ).21 CARRILLO, R. (1950), Clasificacin sanitaria de los enfermos mentales. Buenos Aires, Talleres grficos

    del Ministerio de Salud Pblica de la Nacin, ver tambin GARCA NOVARINI, R. (1999), Ramn Carrillo:una perspectiva sanitaria de la psiquiatra, Temas de Historia de la Psiquiatra Argentina, 8, 3-11.

    22 Tomar este partido, teniendo en cuenta lo anteriormente explicado, no excluye considerar pru-dente la advertencia de Federico Neiburg y Mariano Plotkin respecto de no otorgar un determinismoexcesivo a los acontecimientos polticos en la conformacin de los conocimientos en el terreno de lasciencias sociales ya que, segn afirman la cronologa de la constitucin de saberes y campos de saber nosiempre coincide con la cronologa poltica. Aunque tambin reconocen, para el caso del estudio histri-co del campo de la sociologa en la Argentina, la dificultad mayor que plantea el establecimiento de una

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    LOS APORTES DE LA HISTORIOGRAFA TRADICIONAL

    En funcin de los modelos historiogrficos aplicados, se pueden discriminar dosenfoques en la historiografa psiquitrica en la Argentina, uno de tipo tradicional yotro de perfil crtico. El primero de ellos respondi a los cnones de una metodologafrancamente positivista en Ingenieros y ms inspirada en el modelo rankeano en lostrabajos de Osvaldo Loudet.

    El perodo colonial, en el territorio de la actual Repblica Argentina, discurreentre el momento del descubrimiento del Ro de la Plata por Juan Daz de Sols,(1515) y el primer asentamiento espaol en la regin (en 1527 se funda all el fuertede Sancti Espiritu), hasta la introduccin de la Ideologa en la capital del virreinato aprincipios del siglo XIX y sus efectos en el mbito porteo luego de la Revolucin

    contra el poder espaol ocurrida en 1810.Ms all de un difcil estudio etnolgico de las ideas sobre la locura en los pue-

    blos originarios del actual territorio argentino y en la poblacin de los africanos in-troducidos como esclavos, que se encuentra an por hacer23, no se registra unapreocupacin especial por el estudio del tema de la locura en esos siglos. Los archi-vos de Indias guardan algunos reportes de casos anecdticos de presentaciones anteel Tribunal del Santo Oficio ya que en el Ro de la Plata ste estaba solamente repre-sentado por un Comisario dependiente del Tribunal de Lima24.

    Buenos Aires era un pequeo casero de ranchos de adobe que se alzaban entorno al Cabildo, el fuerte y la iglesia, cercanos a la ribera del Ro de la Plata. Los

    enfermos mentales no tuvieron durante esa poca un lugar especial de tratamiento yvagaron por las calles de los pequeos y escasos centros poblados del virreynato,cuando eran pobres y mansos, o dieron con su humanidad en los calabozos delCabildo local, particularmente en Buenos Aires; mientras que los miembros de fami-lias acomodadas eran ocultados de la mirada pblica en el fondo de sus casas o enlas quintas de los suburbios al cuidado de esclavos. Algunos locos tranquilos eran

    periodizacin vlida (NEIBURG, F., PLOTKIN, M. (2004), Intelectuales y expertos. Hacia una sociologahistrica de la produccin del conocimiento sobre la sociedad en la Argentina. En NEIBURG, F., PLOT-

    KIN, M. (comp.), Intelectuales y expertos. La constitucin del conocimiento social en la Argentina, Buenos Aires,Paids, pp. 21-25).23 Se pueden mencionar, como ejemplos, algunos trabajos aislados en el tiempo y diversos concep-

    tualmente como los de INGENIEROS, J. (1929), La locura en la Argentina, Buenos Aires, Elmer, pp. 13-28;AMBROSETTI, J. B. [1917] (2001), Supersticiones y leyendas, Buenos Aires, Emec; PAGS LARRAYA F, FILIPPOJ, SACCHI C. (1988), Tehuelches: antropologa psiquitrica de la extincin, Buenos Aires, Ediciones CulturalesSanta Cruz; LEZCANO, J. (2003), Vocabulario indgena del actual territorio argentino para referirse a la locura, Mi-meo; PAGS LARRAYA, F. (2003), El libro del desconsuelo. El Alucingeno Precolombino de la Cultura dela Candelaria, Seminario de Investigaciones sobre Antropologa Psiquitrica. PEPSI-CONICET, 41, XIV.

    24 LEWIN, B. (1967),La inquisicin en Hispanoamrica. Buenos Aires, Paids, pp. 184-197.

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    destinados al cuidado de los enfermos internados en los precarios hospitales genera-les de Buenos Aires ayudando en tareas menores de limpieza a los curas jesuitas y a

    sus sucesores luego de la expulsin de Amrica de la orden en 1776, los monjesenfermeros de la orden de Nuestra Seora de Bethlem, llamados popularmente be-tlehemitas o barbones25.

    Coincidiendo con la llegada de los ideales revolucionarios franceses y el movi-miento emancipador expresado en la Revolucin de Mayo de 1810, ciertos intelec-tuales porteos iniciaron el estudio y se volcaron a la enseanza de las doctrinas deCondillac, Cabanis y Destutt de Tracy. Aunque el introductor de esa corriente fueCrisstomo Lafinur, su mentor principal fue el clrigo Juan Manuel Fernndez deAgero, quin inaugur en la Facultad de Filosofa de la Universidad de BuenosAires la ctedra de filosofa con el nombre de Ctedra de Ideologa 26 y tuvo como

    alumno, entre muchos otros intelectuales de la poca, a un mdico, Diego Alcorta,quien lo sucedi en la ctedra y fue autor, en 1827, de la primera tesis de medicinaen la Argentina sobre la alienacin mental27.

    Durante el perodo poltico siguiente, que abarca desde el ascenso del caudilloJuan Manuel de Rosas al poder (1829-1835), y su prolongado gobierno, hasta sucada luego de la batalla de Caseros, ocurrida en 1853, la produccin de escritos so-bre la locura fue prcticamente nula. Las instituciones asistenciales que se encarga-ban de la salud y la Facultad de Medicina, languidecieron en un retraso significativo.Al igual de lo que haba sucedido con las doctrinas de la Ideologa en Francia luegodel ascenso de Napolen Bonaparte al poder y la instalacin del eclecticismo de Ro-

    yer-Collard, en la Argentina, con la llegada de Rosas y la prematura muerte de Al-

    25 En la prctica general los trastornos somticos estaban mal diferenciados de las afecciones psqui-cas. Se registran pocos casos bien individualizados como el del vecino Francisco Ami Mier y una mujerllamada Mara, ambos dementes, recluidos por la fuerza por escndalo en la va pblica, y el de sor Vicen-ta Alvarez, atacada de mana peridica con delirios, diagnosticada por el prefecto de medicina Juan A.Fernndez y el mdico de polica Pedro Rojas (GARCA BELSUNCE, C. A. (1977), Buenos Aires 1800-1830,

    salud y delito, T. II, Buenos Aires, Emec, pp.121-122).26 INGENIEROS, J. [1914] (1963), Las direcciones filosficas de la cultura argentina, Buenos Aires, Eude-

    ba, pp. 39-61; GHIOLDI, D. VARELA DOMNGUEZ de (1938), Filosofa argentina. LosIdelogos, Buenos

    Aires, Universidad de Buenos Aires; GHIOLDI, D. VARELA DOMNGUEZ de (1938), Prlogo a la obra deLafinur, Juan Crisstomo: Curso filosfico dictado en el Colegio de la Unin del Sud de Buenos Aires en 1819.1era. Ed., Buenos Aires, Facultad de Filosofa y Letras de la UBA; CONTI, N.A. (1997), Juan ManuelFernndez de Agero y Diego Alcorta: Ideologa y locura en el Ro de la Plata, Temas de historia de la

    psiquiatra Argentina , 2, 3-16.27 El texto de la tesis de Alcorta Disertacin sobre la mana aguda fue rescatado del olvido y

    reproducido por primera vez enAnales de la Biblioteca, T II, p. 181. Con el pasar de los aos fue nuevamen-te reproducida en GUERRINO, A. (1982), op. cit., pp. 205-213, y acompaando al artculo de STAGNAROJ.C. (1990), Diego Alcorta y la mana aguda: preliminares de la psiquiatra en la Argentina, Vertex, Revista

    Argentina de Psiquiatra, 1 (1), 57-63 y el de CONTI (1997)

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    corta, el pensamiento ideolgico vivi su ocaso y fue reemplazado en las ctedraspor una enseanza ligada al catolicismo clerical aliado con el gobierno de la poca.

    Slo se guarda registro, en esos aos, de la presentacin de algunas escuetas tesis defin de estudios presentadas por unos pocos estudiantes de medicina28.

    Los estudios relativos a esa poca son escasos y, desde los realizados por RamosMeja e Ingenieros (vide infra), de sesgo positivista y franca oposicin ideolgica conla figura de Rosas, los autores posteriores no han hecho sino repetir en forma similarlos datos y argumentos de los primeros.

    La cada de Rosas abri la etapa de la Organizacin Nacional que se desarroll,a travs de diversos avatares institucionales durante veinticinco aos hasta el final dela llamada Conquista del Desierto en realidad la apropiacin del territorio de lascomunidades originarias por va de su exterminacin o anexin al poder de los terra-

    tenientes de Buenos Aires y la primera presidencia del general Julio ArgentinoRoca. La Universidad y los hospitales de Buenos Aires cobraron un nuevo impulso ya partir de 1865, aproximadamente, se sentaron las bases para la aparicin del alie-nismo como especialidad mdica. Los aos siguientes estuvieron signados por unaimpronta francamente modernizante; es la etapa llamada de la generacin del 80 enalusin al grupo de intelectuales, polticos y militares que abrazando el ideario liberaly positivista conformaron la elite portea.

    La primera revisin general sobre las ideas psiquitricas en la cultura occidental pu-blicada por un autor argentino se debe a Pedro Mallo, quien escribe, como parte de sutesis para alcanzar el grado de doctor en medicina de la Universidad de Buenos Aires,

    una introduccin histrica en la que esboza, en un rpido recorrido (citando referenciasde Thor, Marc, Calmeil, Lasgue y Falret, entre muchos otros), las concepciones sobrela locura desde la Grecia hipocrtica hasta la segunda mitad del siglo XIX29.

    La historia de la enajenacin mental abraza desde la cuna de la sociedad humana

    hasta nuestros das, y slo desde Pinel, Esquirol y sus discpulos forma un cuerpo, una

    parte complementaria y necesaria de su estudio; pero de la que no poseemos trabajos que

    la abrace, o por lo menos no conocemos libro alguno que se ocupe debidamente de ella.

    Es sirvindonos de los documentos esparcidos en multitud de obras que vamos a trazar

    un resumen aunque incompleto de ella30.

    28 GARCA, M. (1827), Epilepsia su naturaleza y curacin; ESQUIRS, F. (1843) Epilepsia; LUCENA, J.(1848) Tesis sobre el histerismo considerado como una enfermedad nerviosa. A excepcin de la primera que seextravi las otras se encuentran en el archivo de la Biblioteca Central de la Facultad de Medicina, Univer-sidad de Buenos Aires.

    29 MALLO, P. (1864), Algo sobre la enajenacin mental. Tesis doctoral, Facultad de Medicina, Univer-sidad de Buenos Aires, pp. 13-42 (el pasaje de esta Tesis que se refiere a la historia de la locura se reprodu-jo en Temas de Historia de la Psiquiatra Argentina, 22, marzo 2005, con un estudio preliminar sobre el autory su obra de FANTN, J.C.).

    30 MALLO (1864), p. 12.

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    La polmica entre los psiquistas y los somatistas alemanes retiene el inters deMallo. l adhiere a los segundos, y hace un elogio encendido de la obra de los clni-

    cos franceses de la segunda parte del XIX:

    Con muy raras excepciones en la escuela francesa, todos miran la enajenacin

    mental como una enfermedad del alma de sus facultades; pero no por eso olvidan la

    anatoma patolgica y creemos con Mr. Sauze que muy pronto tendremos, fuera de la

    locura paraltica y la estupidez otras cuyos desrdenes sean, escalpelo en mano, consta-

    tados en todos los casos, nico modo de vencer la obstinacin y ciego fanatismo que ha

    sembrado la filosofa espiritualista31.

    Mallo se sita as en las coordenadas de lo que Lantri Laura identifica en la

    clnica europea como el paradigma de las enfermedades mentales32

    ; perodo histricoen el que se organiza la psiquiatra como especialidad mdica en nuestro pas bajo ladireccin de Lucio Melndez, primer profesor de la flamante ctedra de Enfermeda-des Mentales en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y pri-mer Director del gran hospital de alienados porteo, el Hospicio de las Mercedes.Presentada en los albores de la especialidad en la Argentina el texto de Mallo contri-buye, desde una posicin resueltamente organicista y positivista, a la operacin delegitimacin de la medicina, y en ella del alienismo, como la disciplina rectora deldiscurso sobre la locura33. Tanto la herencia recibida del linaje de sabios que re-flexionaron sobre la locura a travs de los siglos como la actualizacin a la luz de la

    ciencia positiva, autorizaban a los alienistas a pronunciarse con la mayor autoridadante los dems mdicos y ante la sociedad.Antes de que transcurriera una dcada, Jos Mara Ramos Meja marc su po-

    ca con la publicacin del que fue considerado con la excepcin de algunas tesisuniversitarias poco difundidas, como la ya mencionada de Mallo el primer texto

    31 MALLO (1864), p. 18.32 LANTRI-LAURA, G. (1999), Essai sur les paradigmes de la psychiatrie moderne, Paris, Editions du

    temps.33

    A su tesis Mallo agregar otras iniciativas fundamentales: como historiador la publicacin de sulibroHistoria de la medicina en el Ro de la Plata desde sus orgenes hasta 1822(1876), Imprenta Viedma, BuenosAires y, como editor mdico, la fundacin y primer direccin, compartida con ngel Gallardo, de la

    Revista Mdico-Quirrgica, uno de los pilares de la consolidacin profesional de la medicina portea. Dichapublicacin apareci, ininterrumpidamente, desde 1864 hasta1888 e inaugur la serie de publicacionesperidicas que expresaron a los psiquiatras argentinos; la sucedieron Archivos de Criminologa, Medicina

    Legal y Psiquiatra (1902-1913); Revista de Criminologa, Psiquiatra y Medicina Legal(1913-1935); Revista dePsiquiatra y Criminologa (1936-1950),Acta Neuropsiquitrica Argentina que comienza a publicarse en 1954 ypasa a denominarseActa Psiquitrica y Psicolgica de Amrica Latina a partir de 1962 y Vertex, Revista Argenti-na de Psiquiatra iniciada en 1990. Las dos ltimas continan su publicacin.

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    psicopatolgico argentino: Las neurosis de los hombres clebres34. En l, Ramos Mejautiliza el relato patobiogrfico para ilustrar la nosografa psiquitrica por medio del

    anlisis de la personalidad de distintos gobernantes, polticos y caudillos, como elfraile Aldao, el almirante Guillermo Brown, Bernardo Monteagudo y Juan Manuel deRosas. Esa obra, que transita de la frenologa a la psiquiatra, result consagratoria paraRamos Meja a quien calific su discpulo Jos Ingenieros como el ms fiel represen-tante de la generacin del 80. La escritura acompa a la accin en direccin a la ins-talacin de un proyecto de nacin que gui los pasos de ese grupo de intelectuales:dejando atrs los aos de la hegemona rosista y atravesando los avatares de la Organi-zacin Nacional, la Argentina deba modernizarse, fortalecer su Estado, ordenarse yprogresar apoyada en el pensamiento positivista y afianzndose como pas agro-exportador. Inmigracin, crimen y locura, fueron temas privilegiados para pensar la

    sociedad y su organizacin; los alienistas encontraron en esos temas un lugar privilegia-do de expresin35. En los aos sucesivos, con la publicacin de otros textos36, RamosMeja continu abonando su dilatada tarea de publicista, catedrtico, higienista y polti-co37. Por su temtica especfica vale destacar entre esa extensa produccin su libro LaLocura en la Historia de 189538. Partiendo de la pregunta Qu papel desempean lasperturbaciones mentales a lo largo de la historia?, Ramos Meja, pinta un gigantescofresco de la locura a lo largo de los siglos detenindose, entre muchos otros fenmenos,en los fanatismos religiosos de judos y cristianos, la Inquisicin, los delirios de pose-sin, la patologa mental de Carlos V, la de Felipe II La herencia de la locura y la ideade que la historia est determinada por individuos excepcionales por su genio o su vesa-

    nia aparecen as como nociones que organizan el conjunto de la obra.

    34 RAMOS MEJA, J. M. (1878-1882).Las neurosis de los hombres clebres de la historia argentina , vol. I yII (con Prlogo de Vicente Fidel Lpez), Imprenta Biedma, Buenos Aires; (1915) Reimpr. (con Prlogo deJ. Ingenieros), Buenos Aires, La Cultura Argentina.

    35 VEZZETTI, Hugo (1985), El discurso psiquitrico. En El Movimiento positivista argentino, BIAGINI,H. (compil.), Buenos Aires, Editorial de Belgrano; TERN, O. (1987), Positivismo y Nacin en la Argentina,Buenos Aires, Puntosur; TERN, O. (2000), Vida intelectual en el Buenos Aires de fin de Siglo (1880-1920),derivas de la cultura cientfica, Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires.

    36 RAMOS MEJA, J. M. (1893),Estudios clnicos sobre las enfermedades nerviosas y mentales, ImprentaBiedma, Buenos Aires; RAMOS MEJA, J. M. (1899).Las multitudes argentinas: estudio de psicologa colectiva

    para servir de introduccin al libro Rozas y su tiempo, Buenos Aires; RAMOS MEJA, J. M. [1907] (1927), Rosas y su tiempo, 3 vol., Buenos Aires, Editorial Cientfica y Literaria Argentina Atanasio Martnez; RAMOSMEJA, J. M. (1904),Los simuladores de talento en las luchas por la personalidad y la vida, Buenos Aires.

    37 VerDELLEPIANE, A. (1914) Jos Mara Ramos Meja: (1852-1914.), Buenos Aires, Imprenta Coni;VEYGA, F. de (1915), Vida y trabajos del Dr. Jos Mara Ramos Meja, Buenos Aires, Folleto; LOUDET, O(1935),La obra intelectual del Dr. J.M. Ramos Meja. El psiquiatra y el historiador, Buenos Aires, Emec.

    38 RAMOS MEJA, J. M. [1895](1927), La locura en la historia. Contribucin al estudio psicopatolgico delfanatismo religiosos y sus persecuciones(con Introduccin de Paul Groussac), Reimpr., Buenos Aires, EditorialCientfica y Literaria Argentina.

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    Las primeras trazas de un registro de datos sobre acontecimientos ligados a lahistoria de las instituciones que albergaron a los enfermos mentales en Buenos Aires

    deben buscarse en los escritos de Nicanor Albarellos publicados en la Revista Farma-cutica39, los de Samuel Gache40, Norberto Maglioni41, en el informe que Melndezescribe con Emilio R. Coni (el primer gran higienista argentino) para el CongresoInternacional de Ciencias Mdicas de Amsterdam42, Eliseo Cantn43 y Lucio GarznMaceda44.

    Una detallada historia de las instituciones psiquitricas de Buenos Aires hasta elcentenario de la Revolucin de Mayo (1910) se puede encontrar en el informe queelaboraron Jos Penna y Horacio Madera45 y en la memoria de la Sociedad de Bene-ficencia46 al cumplirse los 100 aos de su fundacin.

    Pero, la primera obra de conjunto sobre la historia de las ideas sobre la locura y

    la psiquiatra en el pas fue La locura en la Argentina de Jos Ingenieros. En su Adver-tencia preliminar el autor se atribuye, correctamente, ser el primero que se ha fijadoel propsito de iniciar un registro histrico de la especialidad en el pas. Esa crnica,que inicia en 1800, luego de mencionar algunos datos sobre las concepciones de lalocura en las culturas aborgenes y la poca colonial, culmina, poco antes de la publi-cacin de la obra, ocurrida en 1919:

    he reunido cuantos datos y publicaciones llegaron a mis manos acerca de locos,

    alienistas y asilos en la Argentina; constituyen una verdadera historia de la psiquiatra en

    el pas. Pensando que con mi muerte se perderan, sin la seguridad de que otro pueda re-

    unirlos por segunda vez, me he decidido a ordenarlos en esta monografa, captulo parala historia de la Ciencia Nacional. De lo que podr interesar a algn alienista del porve-

    nir, poco falta; con seguridad, nada esencial47.

    39 ALBARELLOS, N. (1863), Apuntes histricos,Revista Farmacutica , Buenos Aires.40 GACHE, S. (1879),La locura en Buenos Aires, Imprenta Biedma, Buenos Aires.41 MAGLIONI, N. (1879), Los manicomios, Tesis de Medicina, Biblioteca Central de la Facultad de

    Medicina, Universidad de Buenos Aires.42 MELNDEZ, L. (1880), Estudio estadstico sobre la locura en Buenos Aires (en colaboracin con

    el Dr. Emilio R. Coni),traduccin del francs.Rev. Mdico-Quirrgica . 16, 451, 484 y 507.43 CANTN, E. (1928),Historia de la Medicina en el Ro de la Plata, Madrid.44 GARZN MACEDA, F. (1916-1917). La medicina en Crdoba, 3 vol., Buenos Aires, Talleres Grfi-

    cos Rodrguez Giles,; GARZN MACEDA, F. (1927),Historia de la Facultad de Ciencias Mdicas, 3 vol., Cr-doba, Imprenta de la Universidad de Crdoba.

    45 PENNA, J.; MADERA, H. (1910), La Administracin Sanitaria y laAsistencia Pblica de la Ciudad deBuenos Aires, 2 volmenes, Buenos Aires, Imprenta G. Kraft.

    46 SOCIEDAD DE BENEFICENCIA DE LA CAPITAL (1923), Su origen y desenvolvimiento (1823-1923). T. Iy II. Buenos Aires, Talleres Grficos del Asilo de Hurfanos.

    47 INGENIEROS [1919] (1957), p. 7.

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    El aporte de Ingenieros, cuyo material le llev veinte aos reunir, se inscribe meto-dolgicamente, en sintona con la posicin del autor y el contexto intelectual de la po-

    ca en Buenos Aires, en la historiografa de corte netamente positivista. Muchospsiquiatras que posteriormente se interesaron en buscar trazas de los orgenes de la espe-cialidad para sus artculos y otros escritos glosaron este texto liminar de Ingenieros.

    A excepcin de unos pocos textos de recopilacin48, transcurri casi medio sigloantes de que se publicaran otros estudios sobre el tema: los de Osvaldo Loudet yOsvaldo E. Loudet49 y Antonio Alberto Guerrino50. Estos autores efectuaron unatarea, en muchos aspectos, basada en la obra de Ingenieros, agregando, sin embargo,numerosos y nuevos datos de archivos del perodo transcurrido entre aquel y ellos, yenfocaron su trabajo insistiendo en aspectos cronolgicos, biografas de personajesarquetpicos, exaltando su lucha contra la barbarie y la ignorancia en el tratamien-

    to de los enfermos mentales, y abundando en el datismo de ciertas genealogasinstitucionales y efemrides.

    Esta historiografa de corte tradicional tuvo como uno de sus principales objeti-vos, al igual que en otras latitudes, una legitimacin profesional dirigida, en gene-ral, hacia otras disciplinas y, en particular, hacia el resto de la medicina y social dela psiquiatra y de sus miembros.

    El trabajo de los Loudet traza una evolucin de la especialidad articulada a par-tir de las biografas de los grandes maestros argentinos,

    En esta historia aparecen mdicos generosos y dinmicos, sabios y filntropos,

    investigadores pacientes y realizadores fecundos, todos ellos animados de un gran amorpor la ciencia y por el hombre, el hombre que ms nos entristece: el nufrago de la inteli-

    gencia y de la voluntad51.

    Su objetivo es reivindicar a los prohombres de la psiquiatra argentina otorgn-dose el rol del historiador objetivo y desinteresado:

    Algunos de estos galenos son conocidos en nuestro mundo mdico, a otros apenas

    48 LARDES GONZLEZ, J. (1953), La psiquiatra argentina del siglo XIX, Tesis doctoral, Facultad de

    Medicina, Universidad de Buenos Aires; LARDES GONZLEZ, J. (1954), Los manicomios de Buenos Aires,Trabajo de adscripcin, Biblioteca de la Facultad de Medicina de Buenos Aires; LARDES GONZLEZ, J.(1955), La ctedra de psiquiatra y sus comienzos, Trabajo de adscripcin, Biblioteca de la Facultad de Medi-cina de Buenos Aires; LARDES GONZLEZ, J. (1956), El aporte de J. T. Borda a la psiquiatra argentina,Trabajo de adscripcin, Biblioteca de la Facultad de Medicina de Buenos Aires.

    49 LOUDET, O. y LOUDET, O. E. (1971). Historia de la Psiquiatra Argentina, Buenos Aires, Troquel;ver tambin como antecedente: LOUDET, O. (1948),Poltica del espritu. Maestros y Discpulos, Buenos Aires,El Ateneo.

    50 GUERRINO, A. A. (1982),La Psiquiatra Argentina, Buenos Aires, Ediciones Cuatro.51 LOUDET, O. y LOUDET, O. E. (1971), p. 7.

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    se los recuerda; los dems son desconocidos y olvidados. Es necesario, pues, mostrarlos

    a todos, con sus mritos reales y diversos y, si es posible, ubicarlos en el sitio que corres-

    ponde. La tarea no es fcil y los errores son probables. Pero, lo que podemos afirmar esque no nos anima otra pasin que la verdad y la justicia.

    En la el mismo Prlogo los Loudet hacen una puntuacin sobre su labor histo-riogrfica no desprovista de inters para situar su posicin metodolgica, pretendi-damente imparcial y objetiva, archivstica, de inspiracin rankeana:

    La historia no es una ciencia muerta; es una ciencia viva que se renueva y se re-

    descubre todos los das. Su estado permanente es el del descubrimiento y la revisin, la

    revisin desapasionada, inteligente, sin apriorismos ni juicios anticipados.

    De todas las musas, la Historia es la ms seductora y la ms peligrosa. Clo nosatrae con sus bellos hallazgos y nos promete ser fiel, transparente y pura. No obstante,

    algunas veces nos engaa, nos miente y nos oculta sus desvos. Se complace en ignorar

    nuestro amor fervoroso y nuestro continuo desvelo. Es fugitiva y traviesa. Cubre con un

    velo ciertas verdades o nos muestra sin pudor graves pecados.

    Por su parte, en la Introduccin de su libro La psiquiatra argentina, Guerrinoanuncia su propsito de relatar la historia tal cual ella fue, al tiempo que le adjudi-ca el valor de herramienta normativa para corregir viejos errores y encauzar la espe-cialidad por la senda del progreso necesario:

    Esta revisin histrica de la psiquiatra argentina que no pretende ser comple-ta persigue el noble afn de esclarecer sus momentos cruciales, mostrando aciertos y

    falencias, entendiendo que tal conocimiento permitir la correcta evaluacin del status

    que posee actualmente y facilitar el camino hacia la superacin52.

    Y como para no dejar dudas al respecto remata las ltimas lneas de su obra, ba-jo el subttulo La ciencia triunfante, con un elogio encendido acerca de la misinde la psiquiatra y de la historia de la misma en tanto registro de las acciones ejem-plares de quienes la forjaron:

    Exceptuando eventuales coyunturas, se auguran horas victoriosas para la cienciapsiquitrica, que controla los desvos y desequilibrios de la mente humana en procura de

    un mundo mejor. La psiquiatra argentina ya tiene brevas maduras. Su contribucin al

    panorama cientfico de Amrica del Sur ha sido significativa, y, con seguridad, las nue-

    vas generaciones cumplirn con decisin el mandato de sus ilustres precursores53.

    52 GUERRINO (1982), p. 13.53 GUERRINO (1982), p. 202.

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    La enseanza de la historia de la psiquiatra argentina se inici en 1976 con eldictado de un primer curso de especializacin en psiquiatra para graduados en el

    Hospital J. T. Borda antiguo Hospicio de las Mercedes de Buenos Aires porAlberto M. Fierri, a quien sucedi en la misma tarea, hasta1989, Julio Lardes Gon-zlez; ambos docentes de la ctedra de Historia de la Medicina de la Facultad deMedicina de la Universidad de Buenos Aires. Lardies Gonzlez54 sigui la estela desus predecesores en la corriente de la historiografa tradicional, limitndose a glosartextos y artculos generales de historia de la psiquiatra.

    Algo similar puede decirse de algunos escritos como los de Gregorio Bermann55,una de las grandes figuras de la psiquiatra argentina, quien contribuy con numero-sos trabajos a la clnica y la orientacin general de la especialidad en el mbito socialpero que en relacin al tema histrico no hizo ms que repetir la informacin y el

    enfoque terico de Ingenieros.Algunos autores, clnicos e investigadores pertenecientes a escuelas psiquitricas

    que se inclinaron por una vertiente ms neurolgica y neuropsiquitrica se interesa-ron fuertemente en los antecedentes histricos de los estudios cerebrales y publicarontrabajos que revisaron el tema desde los escritos de la medicina griega, latina y rabehasta las teoras de la frenologa moderna56. Con la llegada de Christofredo Jakob,neuropatlogo alemn que se instal en la Argentina por invitacin de DomingoCabred, se introdujeron de primera mano las concepciones de la escuela alemana deneuropsiquiatra que se inscriban en el pensamiento de Carl Wernicke. Jacob, maes-tro de Braulio Moyano, director del Hospital de Mujeres Alienadas, institucin que

    posteriormente llevara su nombre hasta nuestros das, desarroll una intensa laborcientfica57 y docente. Su enseanza dej una impronta de escuela que perdura hastael presente representada por un grupo de psiquiatras que prolongaron las concepcio-nes de Carl Wernicke y Karl Kleist y difundieron vigorosamente en la Argentina la

    54 LARDIES GONZLEZ, J. (1985), Mirada retrospectiva sobre la psiquiatra argentina, Cerebrum, V.III, 1, pp. 49-63; LARDIES GONZLEZ, J. (1991),Historia de la psiquiatra universal y argentina. Visin sinpti-ca, Buenos Aires, Promedicina,

    55

    BERMANN, G. (1960), Las orientaciones psiquitricas en la evolucin nacional. En BERMANN, G.(comp.) Nuestra psiquiatra, Buenos Aires, Paids y BERMANN, G. (1965), Evolucin y desarrollo de lapsiquiatra. BERMANN, G.La salud mental y la asistencia psiquitrica en la Argentina, Buenos Aires, Paids.

    56 OUTES D. L.; ORLANDO J. C. (1979), Historia de la organizacin anatmica de la corteza cere-bral humana,Neuropsiquiatra, X, 1: 35-50; OUTES D. L., ESTEVEZ N. (1987), Sobre surcos y circunvolucionesdel cerebro humano, Buenos Aires, Boehringer Ingelheim; OUTES D. L., ORLANDO J.C. (1988), Sobre elorigen de las localizaciones cerebrales, Buenos Aires, Centro de Diagnstico San Martn de Tours.

    57 Ver, entre otras, su clebre JAKOB, C. (1941-1945), Folia Neurobiolgica, T. I-IV, Buenos Aires,Lpez Libreros. Una bibliografa completa del sabio alemn puede consultarse en LOPEZ PASQUALI(1965), 113-123.

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    doctrina nosolgica de Karl Leonhard. La vida y obra de Jacob fueron objeto desendos estudios realizados por Luis Lpez Pasquali58 y Jacinto C. Orlando59.

    Junto a obituarios y notas crticas se registran a lo largo de los aos varios estu-dios biogrficos sobre Domingo Cabred60, Jos T. Borda61, Francisco de Veyga62,Braulio A. Moyano63, realizados, en algunos casos, por sus respectivos discpulos yalgunos eruditos trabajos puntuales fruto del inters particular de algunos psiquiatrasentre los que vale sealar a Enrique Krapff64 y Fernando Pags Larraya65.

    HISTORIA CRTICA

    El campo de la historia de la psiquiatra comenz a presentar sntomas de reno-

    vacin durante las ltimas dcadas del siglo pasado. Este fenmeno se dio en las dosdirecciones temticas apuntadas: la historia general de la psiquiatra y, especialmen-te, la exploracin de su historia en el mbito nacional.

    En 1969, un siglo despus de la tesis de Mallo, apareci Historia de las ideas psi-quitricasde Jorge J. Saur. Sin duda la obra ms importante en su gnero producida

    58 LOPEZ PASQUALI, L. (1965), Chrisfried Jacob,su obra neurolgica,su pensamiento psicolgico y filosfi-co, Buenos Aires, Lpez Libreros.

    59 ORLANDO, J. C. (1996), Christofredo Jacob, su vida y su obra (1866-1946), Buenos Aires, EditoraMundi.

    60 MALAMUD, M. (1972), Domingo Cabred, Buenos Aires, Ediciones culturales argentinas; BON-HOUR, A. (1959), Cabred y la enseanza de la psiquiatra, Psiquiatra,2:127-130; LOUDET, O. (1959),Domingo Cabred, Su obra mdico-social, Psiquiatra, 2:119-126; FIERRI A. M., GAROSELLI S. L. (1968),La contribucin del doctor Domingo Cabred al desarrollo de la terapia ocupacional en el enfermo mentaly el Reglamento del Trabajo y peculio de los alienados, Orientacin Mdica, 798:197-198.

    61 ROJAS N. A. (1970), El profesor Jos T. Borda y la psiquiatra de su tiempo, Boletn de la Academiade Medicina de Buenos Aires, Vol. 48, Primer semestre, pp. 289-298.

    62 BONNET, E. F. P. (1965), Francisco de Veyga. Un maestro de la Medicina Legal, Boletn de la Aca-demia Nacional de Medicina, Vol. 43, Segundo semestre, 537-552.

    63 OUTES, D. L. (1960), Braulio A. Moyano, 21/8/1906-7/7/1959,Psiquiatra, 1960, 1:109-130.64 KRAPF, E. E. (1942), Toms de Aquino y la psicopatologa, Tesis para el profesorado de psiquiatra,

    Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires.65

    PAGS LARRAYA F. (1980), De Spiritu Acediae, Psycholgica, 4, 137-238. Tambin pueden in-cluirse aqu las traducciones en lengua castellana de textos seleccionados de la medicina y la psiquiatraclsicas precedidos de sendos estudios preliminares tales como Constantino el africano: De Melancholia conprlogo, introduccin y notas de Fernando Pags Larraya, en Acta Psiquitrica y Psicolgica de Amrica

    Latina, Suplemento 1, 1992; SAURI J. J. (compil.) (1975),Las histerias, Nueva Visin, Buenos Aires; PAGSLARRAYA, F. (2003), Las fuentes del Opusculum de Melancholia del doctor Alphonso de Santacruce,Seminario de Investigaciones sobre Antropologa Psiquitrica. PEPSI-CONICET, 42, XIV; PAGS LARRAYA,PLACE, C. (2004), El Bestiario de Paul-Ferdinand Gachet. Con la edicin de su Tesis de Montpelliertude sur la Mlancolie de 1858, Seminario de Investigaciones sobre Antropologa Psiquitrica. PEPSI-CONICET, 46, XV.

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    por un autor argentino66. Con una propuesta de corte antropolgico, sumamentedistante de las anteriores maneras de abordar la historia de la especialidad en nuestro

    medio, Saur, postula que esa totalidad llamada ser humano se estructura a travsde un azaroso proceso en lucha consigo mismo y con la propia enajenacin cuyasvariedades son la materia de estudio de la parcela especial denominada antropologapsiquitrica. Para desvelar los reveses de lo que denomina el tejido o urdimbrecreencial de la psiquiatra el autor entendi como necesario el conocimiento de sussupuestos implcitos. A tal fin, plantea que el estudio de la historia de la especialidadpermite realizar una tarea de desocultamiento de la urdimbre creencial de la psiquia-tra, es decir, de la infrestructura de aquellas evidencias que el hombre da por su-puestas al pensar de una u otra forma; en el caso particular al pensar de ciertamanera la locura en cada momento histrico. Dichas evidencias son diversas algunas

    de ellas son constantes: el cuerpo, el hecho social, la capacidad de conocer, etc.otras son circunstanciales y estn sujetas a los cambios histricos. A lo largo deltiempo, las urdimbres creenciales, en tanto tramas fundamentales sobre las que repo-san las ideas de una poca, sufren una depuracin y mientras algunas pasan laprueba del fuego otras desaparecen en la hoguera. Aunque puedan confundirse conlas ideologas, especifica Saur, las urdimbres creenciales se refieren a otro concepto:mientras las primeras anclan en la economa y los contenidos intelectuales propios delas clases dominantes, las segundas hacen referencia a los modos de vivir y estructu-rar los componentes de una cierta situacin histrica, e decir, que rigen el nivel hist-rico existencial. Es as que, por ejemplo, en la urdimbre del naturalismo mecanicista

    e individualista afirma nace la clnica psiquitrica matriz de un saber positivoalgunos de cuyos conceptos perduran hasta hoy. Pero, esa misma potencialidad de laclnica ocult el conocimiento del desarrollo interno de los fenmenos. La funda-mentacin de esas tesis conduce a Saur a realizar un recorrido histrico a lo largo delas diversas frmulas explicativas de la locura en occidente. Parte as del naturalismopsiquitrico al que suceden en la crisis de la psiquiatra las teoras psicopatolgicasentre las cuales somete a crtica al psicoanlisis para finalizar en una presenta-cin de la antropologa psiquitrica. En apndice, reproduce fragmentos escogidos deMaudsley, Chaslin, Janet, Blondel, Von Monakow y Mourgue que ilustran las esta-ciones de su periplo por las teoras psiquitricas.

    Pero, fue en el mbito historiogrfico centrado en las ideas sobre la locura, pro-piamente argentino, que se produjo la mayor produccin de investigacin en el pe-rodo mencionado. Como se dijo en la introduccin, la obra que marc un cambioen la manera de abordar el tema en nuestro medio fue el texto de Hugo Vezzetti La

    66 SAUR, J. J. (1969), Historia de las ideas psiquitricas, Buenos Aires, Ediciones Carlos Lolh. Casitres dcadas despus el autor volvi sobre el tema actualizndolo parcialmente en SAUR, J. J. (1997), Lacrisis de la psiquiatra, Buenos Aires, Lolh-Lumen.

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    locura en la Argentina67. Con el mismo ttulo que el libro de Ingenieros, ese ensayoinaugur un anlisis de la historia de nuestra psiquiatra dotado de otras herramien-

    tas epistemolgicas, propias de la historia intelectual, cultural y social. Vertebrandosu aparato crtico atraviesan el texto referencias a George Canguilhem, Robert Cas-tel, Klaus Drner y Michel Foucault, en lo atinente a la medicina mental, y a TulioHalpern Donghi, Ismael Vias, Jos Luis Romero y Oscar Tern respaldando re-flexiones sobre la historia nacional68.

    El disparador de la preocupacin de Vezzetti es

    la locura como objeto de discursos y de prcticas [] en un campo de intersec-

    ciones [] Perseguir su constitucin y sus transformaciones afirma exige una inves-

    tigacin que desborda ampliamente los temas propiamente psiquitricos tal como han sido

    corrientemente abordados a partir de los tratados mdicos [] En la Argentina, la forma-cin del Estado no puede separarse de este movimiento, en el cual se integran distintos re-

    sortes en el proyecto utpico de una reforma mental y moral de la poblacin.

    Instalada la indagacin en esas coordenadas el terreno de demostracin en la obragira en torno a la construccin del dispositivo psiquitrico en el seno de la sociedadargentina. Su estudio abarca desde la labor fundacional de Melndez hasta el final de lade Cabred e Ingenieros. Desde la generacin del 80 al Centenario, en otras palabras, elmomento de oro del positivismo naturalista en trminos de Ricaurte Soler69. La higiene

    67 El aporte escrito de Hugo Vezzetti, a la historiografa psien Argentina no se agota en lo relativo ala psiquiatra sino que abarca un campo mucho ms amplio que recorre, junto a su enseanza oral y nu-merosos artculos, varios libros sobre la historia de la psicologa (VEZZETTI, H. (1988), El nacimiento de la

    psicologa en la Argentina, Buenos Aires, Puntosur; VEZETTI, H. (2004), Los comienzos de la psicologacomo disciplina universitaria y profesional: debates, herencias y proyecciones. En F. N EIBURG, F. yPLOTKIN, M. (comp.) Intelectuales y expertos, la constitucin del conocimiento social en la Argentina, BuenosAires, Paids y, muy especialmente, la del psicoanlisis (junto a muchos artculos se registran sus dostextos VEZZETTI, H. (comp.) (1989),Freud en Buenos Aires. Buenos Aires, Puntosur y VEZZETTI, H. (1996),

    Aventuras de Freud en el pas de los argentinos. De Jos Ingenieros a Enrique Pichon.Rivire, Buenos Aires, Pai-ds), haciendo del conjunto de su obra una referencia imprescindible para esas disciplinas.

    68 CANGUILHEM, G. (1978), Lo normal y lo patolgico, Mxico, Siglo XXI; CASTEL, R. (1978),LOrdre psychiatrique. Lge dor de lalienisme, Trad. portuguesa: Ro de Janeiro, Graal; DRNER, K (1974),

    Ciudadanos y Locos. Historia social de la psiquiatra, Madrid, Taurus; FOUCAULT, M. (1966)El nacimiento de laclnica, Mxico, Siglo XXI; FOUCAULT, M. (1976), Historia de la locura en la poca clsica, Mxico, FCE;FOUCAULT, M. (1966), Vigilar y castigar, Mxico, Siglo XXI; FOUCAULT, M (1977), Historia de la sexuali-dad. La voluntad de saber, Mxico, Siglo XXI; HALPERN DONGHI, T. (1982), Una nacin para el desiertoargentino, Buenos Aires, CEAL; VIAS, I. (1982), Literatura argentina y realidad poltica, Buenos Aires,CEAL; ROMERO J. L. (1975), Las ideas polticas en la Argentina, Buenos Aires, FCE; TERN, O (1979),Introduccin en Ingenieros J.Antiimperialismo y Nacin, Mxico, Siglo XXI.

    69 El documentado estudio del panameo SOLER, R (1968), El positivismo argentino. Buenos Aires,Paids; fue otra de las referencias de Vezzetti, como as tambin lo ha sido de los dems investigadoresenrolados en la historiografa crtica.

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    social y la medicina mental, se entrelazan, en su interpretacin, para dar cuenta de lalocura y el crimen estudiados en el aluvin inmigratorio que se incorpora a la Nacin

    en construccin. El espacio manicomial, es decir, las instituciones hospitalarias, laspenitenciarias, las organizaciones y las publicaciones mdicas constituyen, para elautor, un dispositivo al que sostuvo un sistema terico, un repertorio de nocionesque procura ensamblarse y armonizarse, con escasos resultados desde el punto devista de las convenciones cientficas que vendran a fundar una disciplina mdica,en la que campe la teora de la degeneracin.

    El nuevo cuerpo profesional tena intereses propios representados en cargos ofi-ciales, universitarios y hospitalarios que permitieron a sus miembros integrarse a laselites y procurarse ingresos acomodados y ascenso social. El loco inmigrante fue, as,la figura que encarn el mximo desvaro mdico y moral y el mayor peligro para el

    orden y el progreso social. All se puede vislumbrar uno de los ncleos fundamenta-les del andamiaje argumental del aporte de Vezzetti.

    En esa clave podramos leer hoy la vinculacin entre el loco pobre herederoen el imaginario social, ubicado en el mismo lugar subalterno de clase, de aquellosdespojados que venan a buscar la salvacin en Amrica y su habitat obligado enel espacio manicomial argentino contemporneo. Este aporte a la reflexin de lossistemas de atencin en medicina mental, que podemos deducir de la obra de Vezzetties un ejemplo de lo que puede obtener la crtica a los sistemas actuales de atencinen psiquiatra a partir de una historia pensada como instrumento para iluminar elpresente. Volveremos sobre el particular ms adelante.

    Sin embargo, la tentacin es grande de leer tambin all una reduccin de la psi-quiatra a un mero aparato ideolgico de Estado dirigido, exclusivamente, al sojuz-gamiento y la domesticacin social de los pobres, carente de justificacin cientfica, yen donde el hospicio vino a ser, en aquella Tebas del Plata70, el parangn subdesa-rrollado de aquel gran encierro en los asilos de la Francia del Ancien Rgime, delque habl Foucault.

    Quizs sea ms fructfero pensar a la reflexin histrica como una herramientapara dar la lucha en la transformacin institucional de la psiquiatra sin olvidar queel hecho psicopatolgico es un dato insoslayable de la condicin humana que nopuede agotarse en la sola perspectiva de su lugar social.

    En tensin con ese reduccionismo estara un estudio crtico de signo opuestoque busque otras significaciones. En su ya clsica interpretacin de la obra de Pinel,Gladys Swain71 y la misma autora junto a Michel Gauchet72, retoman la investiga-

    70 Segn la pomposa expresin con la que designaba Domingo Faustino Sarmiento, en la introduc-cin de su clebre texto, Civilizacin y barbarie / Vida de Juan Facundo Quiroga y aspecto fsico, costumbres yhbitos de la Repblica Argentina, a la pujante y europeizada ciudad de Buenos Aires.

    71 SWAIN G. (1977),Le Sujet de la folie, Toulouse, Privat.

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    cin sobre los orgenes de la psiquiatra, dedicndose a mostrar que los comienzosdel saber psiquitrico, alrededor de 1800, representan una fecha decisiva para las

    ciencias del hombre. Los autores mencionados inauguraron una nueva interpreta-cin sobre el tema de la sinrazn en el Occidente moderno, que M. Foucault habadescrito como una vasta reduccin al silencio que culminaba con la pretensin de larazn de proveerse una ciencia objetiva para el alienado. La reconstitucin que apor-t Swain, del momento fundacional de la clnica psiquitrica en sus trminos exac-tos, ofrece una imagen profundamente diferente: all donde la tradicin vea un locoencerrado en la soledad de su delirio o la ceguera de su furia, los mdicos descubrie-ron un ser que no est cerrado a los otros ni a lo que le acontece. Ni encierro en s niausencia de s en el alienado, sino una desgarrante presencia que se interroga sobre elsentido de su trastorno y una constante preocupacin por el otro. De all la posibili-

    dad de acceder a un intercambio teraputico con ese sujeto que sabe algo de su alie-nacin y se defiende contra ella. En otras palabras, Swain y Gauchet pusieron elacento sobre el concepto fundamental de la empresa de Pinel: cualquiera sea el gradode locura del alienado, este ltimo no est nunca completamente ajeno a s mismo; elpaciente no adhiere jams totalmente a su propia alienacin. Es precisamente esadistancia entre el loco y su propia locura lo que hace posible en los hospicios de Bic-tre y La Salptriere emprender el tratamiento moral; ya que se podr establecer conesa parte sensata del insensato el dilogo teraputico. Mientras Michel Foucault ensu Histoire de la folie l'ge classiquehace de Pinel un heredero directo de toda unatradicin, Swain y Gauchet subrayan, por el contrario, el valor de ruptura terica de

    su propuesta. Si bien es cierto que retirar a los locos del Hospital General para alojar-los en asilos especficos dio testimonio de una voluntad de exclusin creciente, tam- bin debe reconocerse que ese aislamiento en las instituciones monovalentesconstituy a la locura como objeto terico a parte entera. Y es, entonces, en ese mo-mento, en el que el loco devino el objeto de una verdadera investigacin cientficaque se impuso la presencia de la parte inalienable de su subjetividad73.

    Desde una vertiente complementaria el mtodo genealgico, como lo concep-ta Robert Castel, permite pensar la historia en presente o para el presente. Se-gn l se intenta buscar las filiaciones que entretejen la trama de la historia, es decir,estimar en cada acontecimiento determinado los efectos de innovacin de los que

    sea portador y, simultneamente, la persistencia de aspectos heredados del perodoanterior. De esa manera se logra rescatar lo positivo en los cambios de las teoras ylas prcticas al tiempo que

    72 GAUCHET M, SWAIN G. (1980), La pratique de lesprit humain. La institution asilaire et la rvo-lution dmocratique, Paris, Gallimard.

    73 STAGNARO J. C. (2006), Psiquiatras y manicomios: su origen consustancial y notas sobre su evo-lucin, Vertex. Revista Argentina de Psiquiatra, XVII; 65:43-51.

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    desencubriendo las estructuras ocultas que subyacen a cada acontecimiento en la

    historia de una disciplina, se procede de forma antinormativa apartndose de los discur-

    sos apologticos por medio de los cuales los miembros de esa disciplina puestos a hacersu historia oficial caen en la tentacin corporativa de dar una imagen de la misma lo

    ms ventajosa posible 74.

    En el ao 2000, Antonio S. Gentile public, junto a otras investigaciones com-plementarias75 incluidas en el mismo volumen, un estudio monogrfico titulado: Lainstitucin de la psiquiatra en Rosario. Reconstruccin histrica de su trama ideolgica (1927-

    1940). Este trabajo, es el primero que se adentra, con una metodologa historiogrficacrtica, en el estudio de la aparicin y desarrollo de la psiquiatra en una regin delinterior de la Argentina76. El enjundioso recorrido de Gentile revisa, en el marco

    poltico, econmico y social de la transformacin y modernizacin de la ciudad deRosario77, el proceso de separacin de la psiquiatra de la neurologa, la constitucinde su dispositivo institucional, los criterios fijados para la enseanza de la especiali-dad, la formulacin de una nosografa original propuesta por Lanfranco Ciampi yGonzalo Bosch en la Segunda Conferencia Latinoamericana de Neurologa, Psiquia-tra y Medicina Legal celebrada en San Pablo, Brasil, en 1930, para ser adoptada entoda Latinoamrica, las publicaciones especializadas y varios otros aspectos quepermiten una comprensin amplia del objeto de estudio.

    Ms recientemente, y en la misma direccin se present un estudio exhaustivo,sobre el surgimiento de la especialidad en la Argentina78. Se postula en el mismo que el

    acontecimiento aludido se desarroll a lo largo del perodo 1870-1890, es decir, la po-ca en que Lucio Melndez termin sus estudios de medicina y asumi el liderazgo dela naciente especialidad. Ms precisamente, el perodo de estudio abarca el lapso quecomienza en la poca en la que Melndez inicia su colaboracin regular en la RevistaMdico-Quirrgica (fundada en Buenos Aires, en 1864), incluye los aos que transcurren

    74 CASTEL, R. (1883), Introduccin en Alvarez Ura, Fernando.Miserables y locos. Medicina mental yorden social en la Espaa del siglo XIX. Barcelona, Tusquets, pp. 7-13.

    75 La institucin de la psiquiatra en Rosario. Reconstruccin histrica de su trama ideolgica(1927-1940); Psicoanlisis y medicina y La invencin del psiclogo en la Argentina (1954-1960) en

    GENTILE, S. A. (2000),Ensayos histricos sobre psicoanlisis y psicologa, Rosario, Editorial Fundacin Rosso.76 Con excepcin de algunas comunicaciones menores hechas en congresos y jornadas y un artculo

    previo del mismo Gentile (GENTILE, S. A. (1998), Lanfranco Ciampi y Gonzalo Bosch. El nacimiento dela psiquiatra en Rosario, Temas de Historia de la Psiquiatra Argentina, 5:3-12).

    77 Rosario, ubicada estratgicamente en la encrucijada de las vas de comunicacin que conectancon Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay, extendida a orillas del ro Paran con su puerto de aguasprofundas, industrias y comercios importantes, y ms de un milln de habitantes es una de las ciudadesms importantes de la Repblica Argentina.

    78 STAGNARO, J. C. (2005) Lucio Melndez y el nacimiento de la psiquiatra como especialidad mdica en laArgentina (1870-1890). Tesis doctoral. Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires.

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    entre el momento en el que asume como Director del Hospicio de San Buenaventura luego Hospicio de las Mercedes, en 1876, y titular de la flamante ctedra de

    Patologa Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en1886, hasta su jubilacin del primero de ellos y su renuncia al segundo, ambas en1893, siendo sucedido, en ambas tareas, por su discpulo Domingo Cabred.

    En rigor de verdad, en un sentido amplio, el conjunto del dispositivo psiquitri-co que complet el despliegue de la especialidad en la Argentina, como se anticipantes, tard dos dcadas ms en tomar forma definitiva, es decir, que con la obra deCabred creando la red de instituciones psiquitricas en el resto del pas, los desarro-llos de la medicina mental en las provincias de Crdoba y Santa Fe, la consolidacinde la escuela criminolgica en la que se destacaron Francisco de Veyga y Jos Inge-nieros, entre otros, la llegada al pas de Christofredo Jakob, quien introdujo de pri-

    mera mano la escuela alemana en la Argentina y la tarea desarrollada por LanfrancoCiampi, discpulo de Sancte de Santis, para iniciar los trabajos de psiquiatra infantilen Rosario, se completaran los grandes ejes que instalaron a nuestra psiquiatra conuna particular vitalidad; en comparacin con los dems pases de Amrica Latina ydel resto de la periferia mundial.

    Sin embargo, queda ampliamente demostrado en la investigacin que comen-tamos, que el nacimiento, propiamente dicho, de la psiquiatra como especialidadmdica en la Argentina fue una maniobra que lleva, sin lugar a dudas, la rbrica deLucio Melndez y sus discpulos. El perodo demarcado en dicho trabajo coincide,en el plano poltico interno, con el de la organizacin del Estado-Nacin, y la hege-

    mona de la generacin del 80 hasta poco antes del fin del siglo. En esos aos laprofesin mdica en su conjunto cobr organizacin y goz de un progresivo reco-nocimiento social en Buenos Aires79.

    Sin perder un encuadre abarcador de los factores sociales y culturales en juego,se exploran en esa tesis aspectos fundamentales del desarrollo del alienismo en elpas desde la ptica de la historia interna de la disciplina. En efecto, se analiza, enprofundidad, la forma en que influy el pensamiento psiquitrico europeo sobre losespecialistas locales, es decir, el modo de recepcin de esas ideas, se estudia la rela-cin de la psiquiatra con el resto de las especialidades mdicas y se abunda en otrostpicos como, por ejemplo, las nosografas utilizadas, la teraputica especfica, la

    epidemiologa en la medicina mental, los avatares polticos de los mbitos acadmi-cos, ciertos aspectos biogrficos poco conocidos de algunos personajes, las manio- bras de profesionalizacin en direccin a neutralizar el charlatanismo y lascorrientes espiritualistas como el espiritismo, etc. Por otro lado, sin ignorar la fun-cin de control represivo que se le ha atribuido al sistema oficial de organizacin

    79 GONZLEZ LEANDRI, R. (1999), Curar, persuadir, gobernar. La construccin histrica de la profesinmdica en Buenos Aires, 1852-1886.

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    psiquitrica como una herramienta al servicio del orden social, se considera tambinel aspecto transformador que aportaron el humanitarismo y el asistencialismo mdi-

    cos para mejorar la execrable existencia de los enfermos mentales80. Esta maneramatizada y, en nuestra opinin, ms ajustada a los hechos histricos, es un ejemploms de la aplicacin de las nociones metodolgicas propuestas por Castel.

    Podemos retomar desde aqu el relato de la secuencia histrica de los aconteci-mientos polticos nacionales acaecidos en el ltimo medio siglo.

    A partir de la cada de Pern el pas atraves una etapa de inestabilidad y con-vulsiones sociales y polticas, puntuada de golpes de Estado y marcada por el ascen-so de los movimientos sociales y guerrilleros, que transcurri desde 1955, hasta suretorno en 1973, el breve interregno de gobierno hasta su muerte, y la sucesin de suesposa Isabel Martnez hasta el golpe de Estado que la derroc, en 1976.

    La historia de la psiquiatra en la Argentina devino en esos aos una parte cons-titutiva del nuevo espacio socio-sanitario designado como el campo de la Salud Men-tal. Un complejo entramado cultural en el que teoras y disciplinas se entreveraron enun entrecruzamiento de discursos y prcticas, en un pensar y hacer vertiginosos, alcalor de las luchas polticas y las crisis econmicas. El psicoanlisis creci en audien-cia, se institucionaliz y sufri crisis en sus estructuras asociativas81. Hubo psiquia-tras que adoptaron posiciones cercanas al psicoanlisis y otros enconadamentecontrarias. Los primeros, enrolados en la psiquiatra dinmica, se encolumnaron,decididamente detrs de la figura de Enrique Pichon Rivire, psiquiatra comogustaba decir hasta el final de su vida y psicoanalista quien form innumerables

    discpulos y fue, muy probablemente, portador del pensamiento terico ms originalde la psiquiatra argentina.

    80 Tngase en cuenta, por ejemplo, el relato que hace Nicols Albarellos sobre la existencia de los in-ternados en Cuadro de Dementes del Hospital General de Hombres de la ciudad de Buenos Aires (enMELNDEZ, L. (1880), Estudio estadstico sobre la locura en Buenos Aires [en colaboracin con el Dr.Emilio R. Coni],traduccin del francs. Revista Mdico-Quirrgica. XVI. pp. 451, 484 y 507) y la posteriordescripcin de la atencin en el Hospicio de las Mercedes en la poca de Melndez y, luego, bajo la direc-cin de Domingo Cabred.

    81 La historia de la recepcin del psicoanlisis en la sociedad argentina y la de su institucionalizacinha merecido diversas publicaciones: ABERASTURY, A., ABERASTURY M., CESIO, F. (1967),Historia, ensean-

    za y ejercicio legal del psicoanlisis, Buenos Aires, Omega; MOM, J., FOKS, G., SUREZ, J. C. (1982), AsociacinPsicoanaltica Argentina, 1942-1982, Buenos Aires, APA; GARCA, G. (1978),La entrada del psicoanlisis en la

    Argentina. Obstculos y perspectivas, Buenos Aires, Ediciones Artajos; GARCA, G. L. (1991), Oscar Masotta y elpsicoanlisis castellano, Buenos Aires, VEZZETTI, H. comp. (1989), Freud en Buenos Aires, 1910-1939, BuenosAires, Puntosur; BALN, J. (1991), Cuntame tu vida. Una biografa colectiva del psicoanlisis argentino, BuenosAires, Planeta; YUNIS, J. y otros (1995), La entrada del pensamiento de Jacques Lacan en lengua espaola,

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    La creciente violencia que se adue de la sociedad en esos aos desemboc enla Dictadura Militar que asol el pas hasta 1983, poco despus de la Guerra de las

    Islas Malvinas. En el campo de la Salud Mental, el gobierno castrense dej un luc-tuoso saldo de muertos y desaparecidos como efecto del Terrorismo de Estado. Lasinstituciones psiquitricas82, tanto hospitalarias como cientfico-gremiales, en particu-lar la Federacin Argentina de Psiquiatras, sufrieron desmantelamientos y represin,y la formacin de los psiquiatras estuvo, en muchos lados, bajo la responsabilidad deespecialistas complacientes o cmplices del gobierno militar.

    Luego de algunas comunicaciones de corte testimonial83 se comienza a contarcon aportes importantes que han inaugurado la investigacin sobre este perodo co-mo la valiosa y voluminosa investigacin encarada por Enrique Carpintero y Ale-jandro Vainer84, aunque un examen crtico exhaustivo de ese importante tramo de la

    historia reciente queda abierto a nuevos desarrollos.

    PANORAMA ACTUAL

    a) Estructuras de investigacin

    A excepcin de la Universidad de Buenos Aires la enseanza y la investigacinde la historia de la psiquiatra tuvieron, hasta el presente, una escasa o nula represen-tacin en el seno de las ctedras de historia de la medicina85. Este fenmeno contras-

    ta con los estudios de historia de la psicologa86. Por un lado, en algunas Facultadesde Psicologa se crearon ctedras especficas que dictan la materia en el nivel de gra-

    82 Similar ataque sufrieron psiclogos (como fue el caso de la desaparicin de la Lic. Beatriz Perosiopresidenta de la Asociacin de Psiclogos de Buenos Aires) y psicoanalistas. Una lista de los trabajadoresde la Salud Mental detenidos-desaparecidos se encuentra en CARPINTERO, E., VAINER, A. (2004 y 2005),289-305 (nota 83).

    83 Ver por ejemplo: STAGNARO, J. C. CASINELLI M. E., WINTREBERT D. Souviens-toi,L'InformationPsychiatrique, 60, l, 1984 ; STAGNARO, J. C., WINTREBERT. La Psychiatrie en Argentine: Blessures et

    Espoirs, L'Information Psychiatrique, 65, 4, 1989. Articulando datos clnicos y psicopatolgicos registradosen las vctimas del Terrorismo de Estado con vivencias testimoniales de los terapeutas y datos histricosun grupo de psicoanalistas de la Asociacin Psicoanaltica Argentina dejaron registrada su experiencia enABUDARA, O, y otros (1986),Argentina, psicoanlisis y represin poltica, Buenos Aires, Kargieman.

    84 CARPINTERO, E., VAINER, A. (2004 y 2005).85 Hay ctedras de historia de la medicina en las Universidades nacionales de Buenos Aires, Crdo-

    ba, La Plata, Tucumn, Nordeste y Rosario.86 Aunque cabe sealar que el estudio de la historia de la psicologa hasta la ltima parte del siglo

    XX permaneci, en forma semejante al de la psiquiatra, prcticamente inexplorado, como lo afirmaVEZZETTI (1988), p. 11.

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    EVOLUCIN Y SITUACIN ACTUAL DE LA HISTORIOGRAFA DE LA PSIQUIATRA EN LA ARGENTINA

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    do87, al tiempo que, en los ltimos aos, se verifica un ms pronunciado inters porla historia de la disciplina en otras ctedras.

    El intercambio sobre temas de historia entre las diversas disciplinas que compo-nen el campo psi fue escaso e inorgnico durante mucho tiempo, mantenindosecada una de ellas en compartimentos relativamente estancos. Recin en los ltimosaos, se pudo observar un giro particular: los investigadores en historia de la psiquia-tra, la psicologa y el psicoanlisis tienden a acercarse porque muchos de ellos com-parten la idea que, en nuestro pas, las tradiciones en sus disciplinas se entrecruzanparticularmente y que una acabada comprensin de los fenmenos histricos de cadauna de ellas no puede lograrse sin una visin de conjunto88. Probablemente la gnesisde esas profesiones en la Argentina sign su conformacin, y esto se refleja en laescasa nitidez de sus bordes cuando se exploran las mutuas influencias representadas

    en la obra de pensadores de frontera y en sus instituciones universitarias. En efecto,ciertos mdicos, psiclogos, y psicoanalistas provenientes de ambos orgenes univer-sitarios, situaron sus obras en dimensiones de interfase, difciles de clasificar en tr-minos de las incumbencias disciplinarias estrictas.

    En el mbito especfico de la historiografa psiquitrica, el inters de los especia-listas en psiquiatra por el pasado de su disciplina ha sido patrimonio de crculosrestringidos. Slo recientemente se comenz a dibujar en el mbito de la especialidadun mapa diferente que prefigura nuevas posibilidades para el futuro89.

    El acercamiento entre mdicos puestos a historiadores e historiadores profesio-nales la historia de la psiquiatra no ha constituido un centro de inters para estos

    87 Existen dos ctedras oficiales en la Universidad de Buenos Aires y una en la Universidad de SanLuis, presididas por los profesores Hugo Vezzetti, Luca Rossi y Hugo Klappenbach, respectivamente.Adems se dictan cursos de grado de Historia de la Psicologa en las universidades del Comahue y LaPlata. De esos mbitos aparecieron publicaciones que registran su produccin en ciertos perodos comolos Cuadernos Argentinos de Historia de la Ps