Jean Rabe - Interregno III - La Escalera de Plata

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  • 7/23/2019 Jean Rabe - Interregno III - La Escalera de Plata

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    ________LA ESCALERADE PLATA

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    (Coleccin: "DragonLance", 5Era)Jean Rabe

    "The Silver Stair" 1

    Digi!aliacin: g#$%ni&

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    ''''' 1 '''''

    La eerana *e +o!a

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    Las gruesas cadenas de hierro eran desagradablementepesadas, y los grilletes le haban causado heridas ulceradas que nopoda rascarse. Intent por todos los medios olvidarse del dolor y

    concentrarse en los gritos de las gaviotas que volaban en crculo enel cielo. Con cada inspiracin llenaba los pulmones de la mayorcantidad posible de aire fresco. El aire era fro en esa maana definales de otoo, y estaba impregnado del olor a los rbalospescados algunas horas antes y que pronto empezaran aestropearse. ero haba un olor a!n m"s desagradable y demasiadofamiliar# el hedor de sus captores. La criatura gru suavemente ehizo rechinar los dientes cuando un l"tigo le golpe la espalda.

    --

    $%u&vete'--

    (n b"rbaro del mar de rostro ceudo hizorestallar el l"tigo de nuevo--. $%"s r"pido, bestia apestosa' --Lesiguieron palabras m"s crueles, mientras el b"rbaro lanzaba al seruna sarta de improperios por placer, ya que crea que &ste no podacomprenderlos--. $Eres el m"s lento de todos' $%u&vete'

    La criatura se haca llamar )rvago y as lo haba manifestadovarias veces a sus captores, pero &stos pensaban que era slo un

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    gruido.)tro latigazo.*eluctante, aceler el paso. El ruido met"lico de las cadenas

    ahogaba incluso el chasquido de las velas hinchadas por el viento.

    +e la proa a la popa y regresar, atravesando una cubierta hendidapor los surcos que deaban las cadenas. El paseo era dolorosamentebreve y montono, pero era infinitamente meor que quedarsesiempre en la bodega mal ventilada que apestaba a orines. Lacriatura haca as un simulacro de eercicio y sus m!sculos no seatrofiaban, lo que subira su precio.

    La -ogge llamada habitualmenteLa esperanza de Kothastransportaba en su panza treinta y tantos seres. El barco habacambiado dos veces de nombre desde que las criaturas habansubido a bordo y haba enarbolado una docena de banderasdistintas. ero las bestias no entendan de tales subterfugios.

    En el plazo de una semana las criaturas iban a ser vendidascomo esclavos para una compaa minera de tierra adentro en unpuerto llamado uen uerto. )rvago nunca haba odo hablar deuen uerto ni de /banasinia, el pas en el que dicha ciudad seencontraba. 0lo saba que navegaban hacia el sur, porque se habafiado en el sol que se levantabay se pona.

    En un momento dado, m"s de ciento cincuenta bestias sehacinaban en la bodega. La mayora haba sido vendida enpequeos puertos del norte, unto con cofres que contenan reliquiasdel %ar 0angriento, siempre de noche, cuando las palmas de loscentinelas se cubran con las suficientes monedas de acero para quemiraran a otro lado. El capit"n de los b"rbaros, que llevaba siemprela cabeza cubierta por una amplia capucha, contaba en su tripulacincon un h"bil mago. Este, que tambi&n se ocultaba bao ricos ropaes

    holgados, mantena a raya a las criaturas, y le bastaba con mover losdedos para adormecer a cualquier persona de los muelles que seopusiera a la venta de los esclavos.

    --$%u&vete'El paseo termin demasiado pronto, y la criatura tuvo que

    volver a la bodega. )tro cautivo subi a cubierta, y despu&s otro.)rvago y sus compaeros pasaban los das en la total oscuridad de

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    la barriga del barco, aliment"ndose de las e1iguas sobras de losb"rbaros, escuchando los suaves cruidos de la madera y tratando derecordar cu"nto tiempo llevaban fuera de sus hogares.

    / los cautivos les costaba conciliar el sueo, y se los

    despertaba con rudeza. )rvago not que el barco daba fuertesbandazos. 0e puso en pie pero cay al suelo de la bodega cuando la-ogge remont y luego ba lo que deba de haber sido una olaespecialmente grande. (no de sus compaeros choc contra &l y)rvago se qued sin resuello2 se pusieron penosamente en pie, perootro bandazo del barco lanz a la criatura contra un lado de labodega. 0u cabeza fue a dar contra los duros maderos, y )rvago seapret el estmago en un intento desesperado por no devolver suparca cena.

    (na tempestad. 3aban sufrido algunas durante el viae, unaspeores que otras, pero &sta pareca especialmente intensa. )rvagose aferr a un madero y trat de no or las queas que gruan suscompaeros. /naliz los sonidos tratando de averiguar qu& sucedaarriba.

    Los maderos cruan, como siempre hacan cuando el vientosoplaba con fuerza. ero esta vez el sonido era distinto2 no era elsonido suave y casi tranquilizador, que incluso encontraba ya

    agradable. 0i los maderos hubieran sido seres vivos hubierapensado que se trataba de gemidos de dolor. /guzando los odoslleg a distinguir los d&biles chasquidos de las velas, pero tambi&nese sonido sonaba distinto. )y el fragor de las olas al barrer lacubierta, los bramidos de miedo de los b"rbaros, el cruido de losm"stiles, m"s fuerte que en las tempestades precedentes, si es quesu memoria no lo engaaba.

    El silbido del viento era estridente y a medida que el tiempo

    pasaba se converta en un lamento f!nebre. 0us compaeros debodega finalmente se callaron y prestaron odos a los sonidos de latempestad. 0e oy un ruido sordo, al principio apagado, como losrugidos de un estmago vaco, pero a los pocos instantes se hizo tanatronador que los abrum. Iba acompaado de rel"mpagos as comode chasquidos agudos y aterradores. El barco se balanceaba a unritmo a!n m"s fren&tico, alz"ndose y descendiendo

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    descontroladamente, dando impredecibles bandazos ora a un ladoora al otro.

    )rvago apenas oa la voz del capit"n. Estaba gritando rdenesy su voz deaba traslucir claramente el p"nico. En la cubierta

    resonaban fuertes pasos, aunque la tempestad iba a m"s y laspisadas sonaban apagadas.

    La criatura m"s grande de la bodega, un bruto alto y fornido, seapro1imaba en esos momentos a la escalera que conduca a laescotilla. Las gruesas cadenas del gigantn golpearon con ruidosordo los peldaos mientras suba por ellos.

    )rvago recobr el equilibrio y se dirigi a la escalera. 0e agarrde otro madero y se dobl sobre s mismo cuando el balanceo delbarco le hizo perder el equilibrio y vomitar.

    %"s criaturas se arremolinaban en la escalera alrededor delgigantn, que ahora golpeaba la puerta de la bodega con los puos.La madera ceda lentamente, tal como haba sucedido la otra vez,cuando haban tratado en vano de escapar.

    )rvago los observaba como aturdido. Cuando salieran por laescotilla los castigaran duramente, como la vez precedente. 4uiz"sesta vez el gigantn quedara abrasado por los diminutos y horriblesrayos del hechicero o mutilado por su aterrador fuego m"gico. Era

    probable incluso que los pasaran por la quilla./rreciaron los puetazos contra la escotilla, mientras las

    criaturas que se apiaban en la escalera detr"s del gigantnproferan gruidos de "nimo y desde cubierta se filtraban los d&bilesgritos de los b"rbaros del mar. 5inalmente el chasquido de la maderaque se astillaba se impuso en el estruendo. $Lo haban logrado' Elgigantn se abri paso por la escotilla rota y subi a cubierta,seguido r"pidamente por los dem"s.

    )rvago lanz un hondo suspiro, cerr los oos y esper a or elestampido de los pavorosos encantamientos del mago y el sordoruido de los cuerpos de sus compaeros, al desplomarse envueltosen llamas.

    En vez de eso todo lo que oy fue el aullido de la tormenta. Elviento y los truenos eran ahora tan fuertes que infundan pavor. orla escotilla rota se col una r"faga de aire fro que reson en la

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    bodega como un fantasma enloquecido. La lluvia tambi&n penetr,una torrencial cortina de agua que salpicaba contra el suelo de labodega con ritmo intermitente.

    0us compaeros seran azotados con l"tigos, y el aborrecido

    mago los adormecera o tal vez les diera muerte. 6o obstante)rvago senta curiosidad, y reunirse con sus compaeros en cubiertasera meor que quedarse abao en la asquerosa bodega.

    La criatura se apart del madero tambale"ndose, mientras elbarco segua cabeceando violentamente. Cay dos veces antes dellegar a la escalera y se aferr a los escalones para recobrar elequilibrio antes de emprender la lenta ascensin.

    ese a la negrura del cielo, en cubierta haba un poco m"s deluz, pues los rel"mpagos iluminaban intermitentemente las nubesgrises. 0oplaba un viento muy violento, y el palo de mesana estabaroto, cado entre pedazos de vela desgarrada y apareos, as comolos cuerpos inmviles de varios b"rbaros. El capit"n haba ordenadoarriar la vela mayor.

    Los hombres corran de un lado a otro, asegur"ndolo todo yamarrando los barriles de agua. El piloto se at al timn mientras, asu lado, el hechicero mova los dedos y diriga un encantamiento a laproa del barco. El viento le haba levantado la capucha deando al

    descubierto un rostro de una inquietante palidez y una cabezaafeitada. 0us labios morados no paraban de moverse, pronunciandolas palabras del hechizo.

    El caos era absoluto. El mar bulla como una cacerola de sopahirviendo y las olas, que se elevaban a m"s altura que el palo mayordel barco, se estrellaban contra la cubierta con tanta fuerza quetiraban al suelo a todos los que alcanzaban, y amenazaban conhundir la -ogge.

    En medio del espantoso fragor, )rvago oy cmo un b"rbarodel mar gritaba que la tempestad era obra de un dragn quedevorara a todos los supervivientes.

    --$%oriremos todos' --grit el b"rbaro que haba golpeado a)rvago en cubierta esa misma maana.

    --$0, y t! ser"s el primero si no ayudas a 7risten con el timn'--replic el capit"n haci&ndose or por encima del bramido del viento.

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    La tempestad haba deado al descubierto su oscuro rostro, que erasorprendentemente oven.

    )rvago divis al gigantn, que haca seas a sus compaerospara que avanzaran. (n grupo de marineros corri hacia ellos, al

    tiempo que se llevaban las manos a los cinturones para asir pernosde amarre y l"tigos. Los hombres chillaban y sealaban hacia labodega, pero el bruto gru y mene la cabeza desafiante.

    6adie iba a regresar all. Las criaturas tenan la libertad alalcance de la mano, aunque quiz" pudieran disfrutarla poco tiempoen esa violenta tempestad.

    )rvago vio cmo el bruto levantaba sus velludos brazos ylanzaba las gruesas cadenas contra la cara del marinero m"spr1imo. Los dem"s cautivos imitaron r"pidamente el gesto yvencieron a los b"rbaros antes de que &stos pudieran usar susarmas.

    En medio de la lluvia y el viento, )rvago percibi el cruido dehuesos rotos y el chapoteo de cuerpos humanos al ser lanzados porla borda. 8ambi&n oy al capit"n gritar m"s rdenes a la tripulacin,que trataba de sofocar la rebelin de las bestias y salvar el barco.

    Los rel"mpagos iluminaron el cielo, y de los dedos del magosalieron disparados pequeos rayos. (no de ellos dio de lleno en el

    pecho a una de las criaturas, que se desplom encima del b"rbarocon el que luchaba. %"s rayos cayeron sobre el grupo y acabaroncon dos rebeldes m"s, tras lo cual el mago se concentr de nuevo enla proa.

    /hora las velas del palo mayor ya estaban arriadas, y elgigantn y otras tres criaturas se encontraban all recogiendocuerdas con las que ataban a los b"rbaros capturados. +os de lascriaturas cogieron un barril de agua y lo usaron a modo de escudo

    contra el contramaestre. 9l hombre lanzaba estocadas con la espadaal barril, pero pronto las criaturas lo acorralaron contra la batayola.+e pronto el barco remont una elevada cresta y se precipit haciauna sima. (na ola barri la proa, y los tres desaparecieron porencima de la borda.

    )rvago pugnaba por mantenerse en pie, pero las sacudidas delbarco le provocaban n"useas y mareo. +ando tumbos y

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    desliz"ndose torpemente por la cubierta llena de agua, se apro1imal cabrestante. Consigui ceir la base de &ste con sus largos brazosy respir profundamente. El barco se alz de nuevo, y esta vezpareci quedarse suspendido en el aire unos segundos antes de

    caer con un ensordecedor estruendo. (na ola se abalanz sobrecubierta y lanz al mar m"s criaturas y b"rbaros.

    )rvago segua agarr"ndose con fuerza y parpadeabafuriosamente, tratando de quitarse el agua salada de los oos y aspoder ver qu& pasaba. Cuando el barco remont una nueva ola ycay otra vez, un b"rbaro que cargaba contra &l resbal y perdi elequilibrio. La espada se le escap de la mano y repiquete contracubierta cerca de )rvago, mientras el b"rbaro era arrastrado por laborda.

    8orpemente la criatura cerr sus garrudos dedos alrededor delpequeo pomo y trat de aislarse de la confusin que lo rodeaba,intentando desesperadamente olvidarse del cabeceo del barco. Lo!nico que pudo hacer fue suprimir las n"useas. Cuando laperturbadora sensacin en su estmago se calm, introduo la puntade la espada en un eslabn de la cadena usto por encima del tobillo.El eslabn estaba o1idadoy, aunque ya haba intentado sin &1ito enla bodega abrirlo a la fuerza con las manos, quiz" con la espada...

    ese a que la tempestad segua golpeando sin piedad lacubierta y las olas amenazaban con arrastrarlo por encima de laborda, )rvago segua concentrado en el eslabn de la cadena. Lapunta de la hoa se quebr, pero la criatura continu forzando eleslabn con la espada roma. 0us dientes rechinaron cuando son unfuerte chasquido, y levant la vista para ver qu& haba causado eseruido. La batayola a su derecha se rompi y cay al agitado mar

    unto con m"s de sus compaeros y algunos b"rbaros.

    )rvago sigui manipulando afanosamente el eslabn yfinalmente fue recompensado cuando logr liberarlo del grillete. Lacriatura inspir hondo de nuevo. El aire era amargo y en el aire semezclaba el abrumador aroma salobre del mar con el olor a sangre.

    Entonces desvi la atencin a su otro tobillo y trat de soltarotro eslabn. La hoa se rompi de nuevo, deando unos pocoscentmetros de acero que sobresalan de la empuadura. /!n

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    quedaba el metal suficiente para deslizarlo en la untura del eslabn,pero trat de ser m"s cuidadoso. 0us manazas trabaabanfebrilmente y gru de satisfaccin cuando la cadena cay y sus piesquedaron libres. /!n llevaba puestos los grilletes pero ya se ocupara

    de ellos despu&s, si es que haba un despu&s.)rvago ech un vistazo por encima del hombro. or detr"s de

    las formas de m"s criaturas vislumbr a dos b"rbaros del mar, alparecer desarmados y con intenciones de rendirse. %ientras )rvagose afanaba trabaando con las cadenas suetas a las muecas, susenloquecidos compaeros mataron a los b"rbaros.

    +espu&s de lo que le pareci una eternidad, un eslabn sesepar de un grillete, y despu&s del otro. )rvago solt la espadarota, recogi r"pidamente un trozo de cadena y se ale lentamentedel cabrestante. 0epar las piernas y fle1ion las rodillas, preparadopara resistir una nueva remontada del barco sobre una ola. Cuandola proa se inclin hacia adelante, &l se desliz por la cubierta hacia eltimn. El piloto, que segua all magullado por el impacto de las olas,ofreca un e1trao aspecto, como si fuera una mueca rota. Elb"rbaro que lo haba azotado esa maana se mantena en precarioequilibrio a su lado.

    )rvago levant el labio en un gruido al tiempo que haca girar

    la cadena como un mayal, y la estrell contra el rostro del hombreque lo haba atormentado por la maana. El hueso del pmulo serompi con un horrible chasquido, y el hombre se desplom sobrecubierta. La criatura lo golpe una y otra vez, mientras alrededor dela forma inmvil del b"rbaro se iba acumulando la sangre. )tra olabarri la cubierta, llev"ndose consigo la sangre y el hombre.

    /marrado firmemente por la cintura al centro del timn y con lamano atada alrededor del radio, el piloto no poda huir de la criatura.

    8ampoco podan ayudarlo los dem"s tripulantes, pues los pocos quequedaban en cubierta estaban muy ocupados tratando de contener elataque de las dem"s criaturas. /l capit"n no se lo vea por ningunaparte, ni se oa ya su voz resonante. El mago, que de un modo u otrohaba logrado mantenerse firme en medio de la galerna, seencontraba encaramado en el castillo de popa, por encima y detr"sdel timn. 0us manos brillaban d&bilmente y tena la mirada fia en el

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    baupr&s, tratando de mantener el barco a flote con sus poderesm"gicos.

    )rvago observ nerviosamente al mago e intent mantener elequilibrio mientras el barco caa por el flanco de una enorme ola. La

    criatura sali disparada hacia adelante2 agit fren&ticamente losbrazos y encontr algo a lo que agarrarse# el timn. 0e suet confuerza hasta que el agua retrocedi, y se encontr mirando a la caradel piloto. Los rel"mpagos se sucedan ahora incluso con mayorrapidez, y los intensos truenos que les seguan recordaban a lacriatura el restallido del l"tigo de los b"rbaros.

    Los acerados oos del piloto parecieron retar a )rvago. Elhombre se estremeci cuando del turbulento cielo cay unrel"mpago cerca del barco, despu&s otro y otro m"s. +e prontoapart la mirada del feroz rostro de la criatura y abri los oosdesmesuradamente. )rvago se volvi para ver qu& miraba el piloto.

    (no de los rel"mpagos haba cado en el palo mayor. El palooscilaba mientras la madera deaba or su !ltimo lamento. arecipender de hilos invisibles como si fuera una marioneta y empez acaer hacia )rvago, el piloto y el timn.

    La criatura salt hacia babor, donde la batayola permanecaintacta, y se aferr a los postes usto cuando el palo se estrellaba

    contra la cubierta, haciendo astillas los maderos. )rvago resistimientras una ola se elevaba sobreLa esperanza de Kothasyengulla la cubierta, amenazando con hacer zozobrar el barco ahoradesprovisto de m"stiles. Cuando las aguas retrocedieron, )rvagomene la cabeza para quitarse el agua salada de los oos.

    El piloto penda sin vida de lo que quedaba del timn, el cualestaba roto, convertido en un amasio de radios. arte del palosobresala de un aguero en cubierta, y dos compaeros de )rvago

    se agarraban a &l con desesperacin.El bruto que haba encabezado la huida rode el aguero.3aba conseguido librarse de las cadenas, y se iba guardando lasespadas que encontraba en un cinturn del que se haba apropiado.Con las quiadas roas de sangre, inclin la cabeza hacia atr"s y soltun alarido de triunfo. En pleno delirio de sangre y muerte, salt alcastillo de popa y con una mano agarr los ropaes del mago. El

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    humano pronunci una retahla de palabras ininteligibles quelograron abrirse paso en el caos de la tempestad. +e los dedos delmago salieron pequeos rayos de luz roiza que golpearon a lacriatura, la cual cay de rodillas. 6o obstante, sobrevivi al ataque

    m"gico y tir del mago hacia el suelo. 0us garrudos dedos buscaronla garganta del humano y apretaron con fuerza salvae.

    %ientras el mago agonizaba, el barco pareci estremecerse enrespuesta. El cruido de los maderos se hizo tan intenso queahogaba el ruido del viento y de la lluvia torrencial. Las olascontinuaban castigando el barco, y el aguero causado por el palomayor roto se ensanchaba al tiempo que la -ogge escoraba a babor.

    El bruto arro el cuerpo del mago desde el castillo de proa ylanz un grito de triunfo, aunque pareci apenas un susurro entre lasacometidas de las olas y del viento. )rvago le llam la atencin ehizo gestos hacia las lanchas. 4uedaban dos a estribor quemilagrosamente no estaban daadas. Con un rugido, el bruto segolpe el pecho chamuscado con los puos y asinti.

    /presuradamente las criaturas recogieron ropas y armas,pernos de amarre, espadas, dagas y cualquier cosa que pudiera ser!til, y se precipitaron hacia las lanchas. )cho ocuparon el primerbote, que r"pidamente fue baado al agua, y una gran ola lo ale del

    barco. )rvago subi a toda prisa a la segunda lancha, que estabaatestada, usto cuando el gigantn se una a &l y cortaba las cuerdasque la amarraban a la -ogge.

    Las olas amenazaban con volcar la pequea embarcacin.ese a que ya no tena nada en el estmago, )rvago seguasintiendo una intensa sensacin de n"usea. 0u cabeza lata al ritmode su corazn, y para mantenerse ocupado utiliz una daga a modode palanca para romper los cierres de los grilletes. )tros lo imitaron,

    con mayor o menor &1ito, mientras el bruto segua profiriendo gritosde victoria.La tempestad se calm poco antes del alba. En un tiempo

    increblemente corto el mar era otra vez un espeo azul que refleabael cielo y no deaba traslucir nada de su reciente furia. 6o habaning!n signo de la otra lancha, ni de nada, e1cepto cielo y agua.

    Las criaturas fueron a la deriva durante cuatro das, sin divisar

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    ning!n otro barco. El !nico signo de vida era el de alguna gaviota devez en cuando. Los estmagos les rugan por el hambre, y la piel seles ampollaba y agrietaba por la accin inclemente del sol2 beban lapoca agua de lluvia que se acumulaba en el fondo de la lancha y

    miraban con oos hambrientos a los m"s menudos de entre ellos, queno podran defenderse de las garras del bruto. +espu&s de variosdas de indecibles sufrimientos avistaron tierra hacia el sur.8orpemente pusieron rumbo en esa direccin, pero al atardecerperdieron de vista la costa. or la maana avistaron tierra de nuevo,cercana pero a varias millas de distancia, y la corriente parecaalearlos de ella. El bruto se subi al estrecho asiento de la lancha ymir con anhelo la tierra. 8ras lanzar un gruido, salt por la borda yempez a nadar hacia la leana isla. (na a una todas las criaturas losiguieron.

    6adar una distancia tan grande e1iga un mprobo esfuerzo, yaun era peor por el fro aire otoal y el agua helada. Les cost buenaparte del da llegar a tierra, a aquellos que sobrevivieron. Cuando searrastraron hacia la playa el sol empezaba a ponerse. La arena erabasta, y el viento helado azotaba sus pobres cuerpos e1haustos. /pocos metros de la orilla, los "rboles se alzaban incitadores2 pinosverdes y arces lucan una mezcolanza de colores que parecan a!n

    m"s intensos a la luz de los !ltimos rayos de sol.El bruto se arrastr hacia los pinos, olfateando en busca de

    comida. Los dem"s lo seguan como podan, pues los miembros lespesaban como plomo por la larga travesa a nado. Lentamente seinternaron en la arboleda. / medida que caminaban, el bosque seoscureca a su alrededor, al tiempo que las sombras del crep!sculoganaban terreno. Los aosos "rboles paraban la fuerza del viento yocultaban todo rastro del maldito mar. El bruto se apoy contra un

    grueso tronco y gru recuperando el aliento. 0egua olfateando elaire, que le llevaba una mirada de olores# el embriagador aroma dela marga, un vestigio de caza... Inhal de nuevo profundamente ycon su velludo brazo hizo gestos a los dem"s. /vanztambale"ndose, y las dem"s criaturas fueron tras &l.

    Las estrellas relucan cuando llegaron a un claro, y el gigantnles hizo un gesto para que se detuvieran. (n pequeo rebao de

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    ciervos pastaba m"s all" de la lnea de "rboles. El bruto se agachmientras los dem"s se acercaban, babeando ante la perspectiva deobtener comida. 0e arrastraron entre los matorrales acerc"ndose alborde del calvero y a los ciervos, que parecan aenos al peligro.

    ero de pronto las criaturas se quedaron inmviles. El viento habaagitado las ramas y revelado algo cerca de los ciervos, unaconstruccin fr"gil y refulgente que suba hacia lo alto dibuando unaespiral, llegaba a las tenues nubes muy por encima del suelo y seperda de vista. 6ada la aguantaba y de ella emanaba magia.

    /cobardadas y con los pelos del cogote erizados, las criaturashuyeron precipitadamente del claro para internarse en otra seccindel bosque, y no se detuvieron hasta que estuvieron muy leos de lavista de esa cosa sobrenatural.

    `

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    ''''' - '''''

    La ecalera cele!ial

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    --$%alditos insectos' or cada uno que aplasto, llegan otros

    cien para vengarse.El enano se ri entre dientes de su compaero mientras se

    abra paso torpemente a trav&s de una maraa de altas hierbas.--:; qu& esperabas, 7air< Es verano y estamos en el bosque

    a muchos -ilmetros de distancia de cualquier ciudad o pueblo, o decualquier otra cosa. Estamos en medio de la nada. /dem"s, hubieracredo que te gustara.

    --:Los insectosrynn. 7oldmoon no estaba segura de que encontrara la

    respuesta en 0challsea, pero algo en su corazn la haba impulsadoa buscar all. 0i no hallaba lo que buscaba viaara a otra parte2 quiz"volvera a cruzar el 6uevo %ar hasta /banasinia y regresara a lastribus que@shu, su pueblo, o tal vez llegara hasta las raderas de

    /rena. Esa "rida tierra estaba salpicada de lugares msticos donde lamagia de los dioses todava se perciba con fuerza, y donde 5uego

    /brasador aun sera m"s intenso. 7oldmoon estaba buscando

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    ustamente uno de esos lugares msticos.--:+nde est", amado morynn. En el pasado haba habido dosm"s, y se deca que aquellos que osaban subir por ellas llegaban alhogar de un dios de la magia. 0e crea que la Escalera de lata eraun ne1o de unin con 0olinari, el dios de la buena magia. Las otrasdos escaleras --las iedras de las Estrellas, en 6era-a, y los

    Escalones de la Luna, en Ergoth del 6orte--conducan a lasmoradas de 6uitari y Lunitari respectivamente. /mbas escaleras sehaban derrumbado durante la 7uerra de Caos.

    7oldmoon mir hacia abao. ;a no vislumbraba las lucecitas dela ciudad portuaria de 0challsea, ni tampoco poda ver el suelo, slola oscuridad traspasada por el rayo de luna de los refulgentesescalones de plata que se curvaban a sus pies. A%"s alto --se dio as misma--, un poco m"s alto.B

    ara 7oldmoon, el hecho de que esa escalera celestial a!ncontinuara en pie era un signo de que el bien finalmente prevaleceraen un mundo asolado por los dragones. 0i pudiera superar laslimitaciones de su cuerpo y llegar al final antes de morir congelada...

    0ubi unos escalones m"s, y una bruma se arremolin sobresu cabeza. A6ubesB, se dio, y mientras segua subiendo busc en lom"s profundo de su ser los !ltimos vestigios de fuerza. +e pronto la

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    bruma la rode por completo y ya no pudo distinguir la escalera nipor encima ni por debao de ella2 ni siquiera vea el escaln quepisaba. 7oldmoon se forz a seguir adelante, aunque ahora ac"mara lenta, levantando una pierna y tanteando en busca del

    siguiente escaln. 3aca un fro terrible en las alturas y el aire eraincreblemente tenue, tanto que dola al respirar.

    A4ue no quede mucho. or favor --rog para s--, que noquede mucho. La escalera tiene que terminar, :no< 6o puede seguirsubiendo hasta el infinito.B

    Cuando senta que ya no podra moverse ni un centmetrom"s, su cabeza se asom por encima de las nubes y vio el !ltimopeldao. A;a no queda muchoB, se dio con m"s conviccin,mientras lenta y penosamente conquistaba los pocos escalonesrestantes. Las piernas le dolan tanto como si le estuvieran clavandopequeas aguas.

    %anteni&ndose cuidadosamente en equilibrio sobre el !ltimopeldao, contempl el maestuoso mar de estrellas que se e1tendaante ella como una s"bana. 7oldmoon tom aire, sobrecogida por larefulgencia de los astros. +e repente &stos desaparecieron, as comoel fro, y la escalera a sus pies se esfum. (n instante despu&s see1tenda ante ella una "rida llanura.

    --or los dioses ausentes --susurr incr&dulamente.

    Instant"neamente el aire se calent a su alrededor, la noche setorn claro da, y olas de calor se levantaron de la tierra reseca. Lasolas vibraron llamando la atencin de la muer, y formaron la figurade una hermosa f&mina.

    --%isha-al --susurr 7oldmoon. 0us dedos buscaron alinstante un vistoso medalln que colgaba de su cuello, el smbolo de%isha-al, la diosa de la m"gica curativa a la que 7oldmoon

    reverenciaba y haba dedicado su vida mucho tiempo atr"s--

    .:%isha-aliriH=olith.

    Las estrellas relucieron y empezaron a caer como copos denieve2 &stos crecieron y formaron im"genes transparentes de treshumanos vestidos con relucientes armaduras. *elucieron con m"s

    fuerza y se fueron materializando ante sus oos# era la histrica visinde inas 0olamnus.El celebrado suceso fue representado ante una atnita Camilla.

    inas se puso de pie, y cada imagen de un dios lo toc y le ordenque creara una caballera tal como >rynn no haba conocido hasta lafecha.

    --erdurar" durante generaciones --dio la imagen de

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    3abba-u-.--3abr" tres rdenes separadas --aadi la imagen de

    aladine--. Cada una defender" nuestros ideales, y untos loscaballeros unir"n las tierras.

    --Los caballeros continuar"n tus ideas de bondad y honor

    --concluy >iriH=olith.A3onor --repiti Camilla mentalmente--. 3onor. 3onor.BLas im"genes de los dioses se desvanecieron, convertidas de

    nuevo en estrellas que ascendieron a los cielos. 0u luz se refleabaen la superficie del bloque de granito, que reluca y se haca cadavez m"s alto y estrecho, m"s p"lido y m"s brillante. Camilla dio unrespingo cuando se transform en un pilar de cristal blanco.

    0eg!n la historia sol"mnica, ese pilar simbolizaba elcompromiso de los dioses de que velaran por las rdenes decaballeros. 0i alg!n da los caballeros se apartaban del caminocorrecto, el pilar se desmoronara. Camilla saba que el pilar a!nsegua en pie.

    --Es hora de partir, hermosa Camilla. --inas estaba frente aella y le tenda las manos para ayudarla a levantarse. Llevaba elescudo sueto a la espalda, la espada dentro de la vaina y el granyelmo con cuernos colocado sobre la cabeza.

    La muer tembl y cogi sus manos. /l levantar la vista hacia &lvio que su rostro reluca tal como haban hecho las estrellas y elbloque de granito2 reluca y se converta en otra imagen# la de un

    oven ataviado con la armadura de un Caballero de la Corona.--$>astil'--4uerida hermana, me alegro de verte.Los aos pasados se desvanecieron en un instante, y la t!nica

    de Camilla y sus polainas se fundieron sobre su cuerpo como

    mantequilla caliente, para ser reemplazados por un vaporoso vestidoazul. /lrededor del cuello llevaba una cadena de plata de la quependa el smbolo sagrado de >iriH=olith. 6o era m"s que una nia,una acolita del templo.

    Camilla parpade asombrada y lo que la rodeaba tambi&n sefundi, para convertirse en las austeras estancias de la mansin desu padre. Ella y su hermano contemplaban un prado ondulado a

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    trav&s de una ventana. En el horizonte se levantaba el templo de>iriH=olith.

    --)al" nos vi&ramos en meores circunstancias --dio laimagen de >astil--, pero eso ocurre muy raramente. --El oven sonri

    y sus oos centellearon maliciosos, pero entonces apret los labios ysus oos se apagaron un poco--. /bandono la orden. Es demasiadorgida para mi gusto, querida hermana. 8odo eso del honor es unatontera, un aut&ntico fastidio. Estoy harto. 6o puedo seguirentregando todas mis monedas. $6o quiero ser pobre'

    --Es una locura. $6o puedes abandonar la orden' --protestCamilla--. 3iciste un uramento.

    --Est Sularis oth %ithas--dio &l en tono ine1presivo--. A%ihonor es mi vida.B

    Ella asinti. Conoca el Cdigo. Estaba profundamentearraigado en su propio ser. 0u bisabuelo haba sido caballero, aligual que su abuelo y su padre, hasta que una herida lo habaprivado del brazo derecho y haba acabado con su corazn deguerrero.

    --0er caballero no es mi vida. Era algo que se esperaba de m.4uerida Cam, no me odies por no estar a la altura de lase1pectativas.

    >astil le tendi su espada y retrocedi. 0us botas resonaron enun vestbulo de piedra que se transform en un sinuoso sendero muyhollado. En la distancia el templo se convirti en una guarnicin, yCamilla vio caballeros que montaban guardia desde una barbacana.>astil se aleaba de ellos del mismo modo que momentos antes lahaba abandonado a ella. La boca del oven se mova, y Camilla oysus susurros en la brisa.

    --6o me odies, Cam. 0iempre te querr&.--

    $Est"s abandonando tu puesto'--

    le grit ella. / Camilla lepareci que >astil sonrea d&bilmente, aunque ahora su imagen sehallaba demasiado leos para estar segura--. $Est"s abandonando tupuesto'

    Camilla era muy oven cuando su hermano haba abandonadola orden de caballera y deshonrado a su familia. Ella era una acolitaque no encontraba de su gusto los rituales y estudios del templo.

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    ero no lo haba deado, no hasta el da en que se enter de que suhermano haba huido de la guarnicin, deshonr"ndose. 6i siquieraentonces hubiera deado el templo si un sacerdote de m"s edad no lehubiera sugerido que &se no era su lugar, y que no tena nada de

    deshonroso seguir una vocacin igual de honorable.Lo !ltimo que haba sabido de >astil era que vagaba por

    /nsalon cantando canciones picantes en tabernas.--%i honor es mi vida --susurr Camilla.La guarnicin se desvaneci y el cielo se volvi azul brillante.

    ao sus pies surgi hierba perfectamente recortada y con rastros deroco, que se vea oscurecida por las sombras de los dragones quesurcaban el cielo. 3aba caballeros en el campo a su alrededor2 unode ellos sostena una espada y la pos sobre su hombro.

    Era su ceremonia de ingreso en la )rden 0ol"mnica durante laurga de +ragones, usto el da en que los dragones libraban unabatalla en las nubes.

    --Est Sularis oth %ithas--afirm solemnemente--. 6o te odio,>astil. )al" te lo hubiera dicho.

    --6o era necesario. --+e pronto >astil estaba all, detr"s de loscaballeros, sonri&ndole con orgullo--. 6unca fue necesario. (sa bienmi espada, hermana. 8iene mucha magia dentro.

    La escena volvi a cambiar y vio bao sus pies el !ltimopeldao de la Escalera de lata. (na r"faga de fro aire invernal lagolpe como una bofetada, y la comandante puso todo su empeoen mantener el equilibrio. / su alrededor las estrellas estabane1tendidas como una manta. Era una vista imponente y aterradora.

    :3aba sido el vino< :) haba realmente magia en la antiguaconstruccin< La visin pareca increblemente real# la cara de suhermano, sus palabras...

    Camilla se volvi con cuidado y emprendi el descenso. /horaya no le dola el costado ni las piernas, y el calor del alcohol era unleano recuerdo. La escalera no le pareci tan alta en el descenso.

    Cuando lleg al suelo sana y salva, busc con la mirada sucapa. *ecordaba que la llevaba y que se la haba quitado. 6ada.A4u& raroB, pens. La nieve estaba revuelta como si alguien hubieraarrastrado su capa sobre ella. Las marcas se aleaban de la escalera

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    hacia el norte, como si alguien hubiera borrado sus huellas. ) comosi un animal hubiera cogido la capa y se la hubiera llevado a rastraspara hacerse con ella un lecho caliente. robablemente un lobo, o unzorro grande.

    Camilla tena otras capas en El iga, aunque ninguna tancolorida2 esa capa roa era la !nica nota de color que se habapermitido en su armario.

    --Espero que te abrigue --musit mientras regresaba a latienda--, y que la necesites m"s que yo.

    --%e ayudar" a pensar en ti --repuso una voz cuando la muerya no poda orla--. Est" impregnada de tu delicado aroma.

    7air se levant de detr"s de un montn de nieve y se acercsigilosamente a la Escalera de lata. / esa hora tan tarda era muypoco probable que otra persona subiera la escalera esa noche. Eratarde y haca fro, y la mayor parte de los habitantes del campamentodorma.

    El elfo trep con la agilidad de un mono, envuelto en la c"lidacapa roa de Camilla y escoltado por dos sombras# su padre yCazador )scuro.

    Siues pensando demasiado en ella,lo rega su padre con suvoz susurrante y desprovista de vida.Es humana, 4 su +ida es

    demasiado corta. 0ero, si estu+iera muerta, estara a tu lado parasiempre.

    7air se detuvo e inclin la cabeza en direccin a la tienda deCamilla. 0e encontraba a seis metros de altura y con su aguda visinde elfo distingui un d&bil resplandor en la tienda. La mir fiamenteimagin"ndosela a ella dentro, tumbada en el lecho. 7air se preguntqu& habra visto en la Escalera de lata y decidi que probablementeen ese mismo instante estaba pensando en &l, tal como &l pensaba

    en ella.--Estoy obsesionado por ella --dio.Entonces mtala,le sugiri Cazador )scuro.Hazla uno de

    nosotros. A tu lado.0ara siempre, 6air. 'unca ms te llamar2 estpido por beber

    los +ientos por una humana,aadi su padre.--:adre, t! querras que estuviera enamorado de un espritu

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    :/lguien a quien no poder tocar, porque no tendra carne, y cuyoscabellos no desprendieran aroma a floresrynn vengan y lo hagan. Es asombroso.

    =aspe llevaba ropa de abrigo, pero el fro le calaba en loshuesos a medida que suba m"s y m"s alto y miraba cmo las lucesdel campamento se hacan m"s pequeas a su alrededor. 0e detuvoy frunci el entreceo al echar una oeada al sur, donde se habalevantado la ciudadela de tres plantas.

    --Invertimos en ella un montn de trabao duro --refunfu--.ueno, la pr1ima ser" aun meor. --El dao causado por el fuegopareca peor desde arriba. El stano era una fea cicatriz en el suelocubierto de nieve y le recordaba aquella noche. rocur no pensaren ello y sigui subiendo penosamente la empinada escalera. Cadavez le costaba un poco m"s.

    4uiz"s esta noche ver& al to 5lint --se dio =aspe--, o quiz"tendr& otra visin de ese barco. 3mmm... :Cu"l era su nombre< :un*ue de >lint.Eso es. El barco gobernado por ese capit"n b"rbaroque llevaba un montn de dagas. %e gustara ver en qu& queda eso.

    6o me imagino a m mismo a bordo de un barco, y mucho menos encompaa de un -ender. La tierra firme es mucho meor que el mar.6o se mueve alrededor de uno. / m que me den el suelo y estasestrellas.

    `

    * * *

    `

    --*el"ese, 7oldmoon. --Camilla Deoledge cogi la mano de la

    anciana sanadora y la gui hasta su frente, para que pudiera palparel considerable chichn que se haba hecho.La sanadora parpade para aclararse los sentidos. Estaba en

    su tienda, tumbada en su cama2 la comandante sol"mnica se hallabaa su lado, con una e1presin compasiva en el rostro. 7oldmoonsenta un poco de sed e hizo un movimiento para levantarse. Ladama la ayud. 3aba un arro de agua sobre la mesa, al lado de la

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    l"mpara.0lo entonces repar en que la l"mpara arda alegremente.--Camilla, :cu"nto tiempo llevo aquiriH=olith mientras baaba

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    los brazos y le arrancaba la cabeza. *echinando los dientes, Dillumluch con ella unos momentos m"s, ya que la nia continuabadesgarr"ndole la carne con sus manitas. 6o llevaba tanto tiempomuerta como la muer, y su carne y sus m!sculos ofrecan m"s

    resistencia, pero al final Dillum acab con ella.=adeando cay de rodillas y se hundi en la nieve hasta la

    cintura. alp alrededor buscando su greba y la localizr"pidamente, pero la desech al darse cuenta de que la correa habaquedado tan deteriorada que no poda volver a pon&rsela.

    --or todos los dioses --murmur. +espu&s se sumergi en lanieve en busca de su espada, sin dear de mascullar entre dientes.La nieve estaba revuelta por la batalla y en varias ocasiones susdedos se cerraron sobre un hueso de la muer--. %i espada--musit--. 8iene que estar por aqu en alguna parte.

    Continu buscando sin darse por vencido, pues no queraquedarse desarmado.

    --Criaturas de Caos --maldio cuando al fin sus helados dedospalparon el pomo de la espada--. 8engo que encontrar a Camilla y...

    : morir.(n charco de negrura se deslizaba por la nieve. Era semeante

    al petrleo y se mova r"pidamente. 0e acerc a Dillum al tiempo

    que el caballero se pona de pie y empezaba a retroceder. Lanegrura se elev, formando brazos y piernas, cabellos tan finos comohilos de telaraa y oos que primero refulgieron con la blancura de lasestrellas y despu&s se pusieron roos como carbones candentes.

    `

    * * *

    `

    Camilla y sus caballeros se apro1imaron a la carreta volcada.

    La comandante desenvain e hizo seas a sus hombres para que sedesplegaran y escudriaran la nieve en busca de enemigos ocultos.--$)s ayudaremos' --grit mientras corra hacia un hombre

    apoyado en una rueda de la carreta--. )s... --0e detuvo de golpe, alcaptar los horripilantes detalles de la escena. El hombre era el efede la aldea al que haba conocido cuando haba estado all con 7air,y ahora estaba muerto.

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    --$8odos est"n muertos, comandante'(n oven caballero haba e1aminado los dem"s cuerpos, ocho

    en total. A+os familiasB, pens al recordar su anterior visita.--Est"n bastante destrozados, como si los hubiera atacado un

    animal rabioso. 4uiz"s un oso. 6o es de e1traar que chillaran.Camilla clav la mirada en la nieve. En la carreta haba mucha

    sangre, que tea la nieve.--$3uellas' --e1clam--. :eis huellas de animales