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UNIVERSIDAD YACAMBU VICERRECTORADO ACADEMICO FACULTAD DE HUMANIDADES INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO II, EN EL HOSPITAL “PLACIDO DANIEL RODRIGUEZ RIVERO” DE SAN FELIPE ESTADO YARACUY. Autora: Amanda Navas Tutor: Lcdo: Juan Carlos Sánchez

INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

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Page 1: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

UNIVERSIDAD YACAMBU

VICERRECTORADO ACADEMICO

FACULTAD DE HUMANIDADES

INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON

DIABETES MELLITUS TIPO II, EN EL HOSPITAL “PLACIDO DANIEL

RODRIGUEZ RIVERO” DE SAN FELIPE ESTADO YARACUY.

Autora: Amanda Navas

Tutor:

Lcdo: Juan Carlos Sánchez

CABUDARE, ENERO DEL 2010

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CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

La Diabetes Mellitus (DM) o diabetes sacarina es un síndrome

orgánico, multisistémico y crónico que se caracteriza por un aumento de

los niveles de glucosa en la sangre. Es causada por la baja producción de

la hormona insulina, mientras que sus síntomas principales se

caracterizan por una emisión excesiva de orina (poliuria), aumento

anormal de la necesidad de comer (polifagia), así como un incremento de

la sed (polidipsia), y pérdida de peso sin razón aparente.

En este orden de ideas cabe destacar que la Organización Mundial

de la Salud reconoce tres formas de diabetes mellitus: tipo I, tipo II y

diabetes gestacional, cada una con diferentes causas y con distinta

incidencia. En este sentido es de tomar en cuenta la opinión de Colina

(2003), quien considera la diabetes tipo II como aquella no dependiente

de la insulina, conocida comúnmente como diabetes del adulto, en esta

modalidad no existe carencia de insulina, lo que sucede es que su acción

no es efectiva. 

Es importante acotar que en comparación con la diabetes tipo I, la

diabetes tipo II no presenta amplias fluctuaciones de la glucosa por lo que

se considera estable.  Esta se presenta la mayoría de las veces en

personas con más de 40 años de edad, generalmente obesos, siendo sus

efectos controlables con medicamentos que ocasionan liberación de

insulina en el momento y cantidad adecuados y que se conocen con el

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nombre genérico de hipoglucemiantes orales.  Este tipo de diabetes

representa el 90% del total de personas que padecen la enfermedad.

El autor antes mencionado, insiste en que este incremento está

siendo tan rápido, que no solo son los factores genéticos los únicos

causantes de la enfermedad, si no que por el contrario se ha corroborado

fehacientemente, que existen otras variables que determinan la aparición

de esta última.

Por otra parte, El investigador Avilán (2004), apunta como agente

principal en el desarrollo de la enfermedad el estilo de vida actual,

(sedentarismo y sobrealimentación) como factor decisivo de este

incremento y lo relaciona con el mayor peso y altura de la población, y

con el incremento de las cesáreas. Ahora bien el diagnóstico inicial de

diabetes puede tener un impacto significativo a nivel emocional en la

persona que lo recibe, y su reacción muchas veces se verá afectada por

múltiples variables como su personalidad, cómo se presenta la

información, el historial familiar de diabetes y mitos o información

contradictoria que tiene la persona acerca de la diabetes (Edelwich &

Brodsky, 1998), finalmente, es de acotar que las reacciones iniciales

también tienden a diferir según el tipo de diabetes.

Seguidamente es importante señalar que la Organización Mundial de

la Salud insiste en que las personas con Diabetes Mellitus tipo II (DMT2)

por lo general son diagnosticadas por una crisis médica (ej. cetoacidosis)

que tiene un impacto significativo en términos de la percepción de su

salud y la urgencia con que se tiene que comenzar el tratamiento. Por

ende, la forma en que los/as profesionales de la salud comunican el

diagnóstico de diabetes es importante, tanto para facilitar la aceptación de

la enfermedad por el paciente, como para minimizar el riesgo de

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activación de mecanismos de defensa como la negación o la minimización

de la seriedad del diagnóstico.

En este orden de acotaciones cabe asegurar que se ha comprobado y

ya es de conocimiento popular que el estrés interfiere con el aprendizaje.

Por dicha razón, es importante ayudar al paciente a manejar

adecuadamente el impacto emocional del diagnóstico, con el fin de poder

comenzar con la educación en diabetes que va a requerir para manejar

su condición.

En este sentido se estima que más del 95% del cuidado de la diabetes

es responsabilidad del paciente, ya que constantemente a lo largo de un

día este último debe realizar tareas de autocuidado y/o tomar decisiones

relevantes con respecto a la enfermedad. Este nivel de intensidad de

tratamiento ha llevado a muchos/as investigadores/as a cuestionarse cuál

es el impacto psicológico de la diabetes en la persona que la padece y

cómo se afecta la calidad de vida.

En concordancia con los juicios de valor previos, es de asegurar que

algunos de los factores que podrían tener un impacto psicológico y afectar

la calidad de vida del paciente de diabetes son: la complejidad e

intensidad de las tareas de autocuidado, la interferencia de las mismas en

la vida cotidiana, el miedo a las complicaciones y los síntomas de

hiperglucemia (ej. cansancio, letargo, sed) e hipoglucemia (ej. mareo,

taquicardia, irritabilidad, temblor), que pueden afectar el funcionamiento

psicosocial y ocupacional. De modo que las investigaciones que

comparan la calidad de vida reportada por adultos con diabetes y la

población en general en su mayoría demuestran que adultos con diabetes

con frecuencia reportan peor calidad de vida. Por otro lado, se ha

encontrado que una mejor calidad de vida en adultos con diabetes está

asociada con mayor apoyo social, autoeficacia, actividad física y ausencia

de complicaciones de salud y trastornos psiquiátricos (Delamater, 2000).

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De igual forma se puede decir que la diabetes puede representar un

estrés psicosocial que predispone a las personas afectadas a presentar

desórdenes psicológicos, como el síndrome de Bournout en sus inicios, y

el trastorno distímico a largo plazo. Según el Manual de Diagnostico de

Enfermedades Mentales (DSM-IV) este trastorno es un tipo de trastorno

afectivo o del estado de ánimo que a menudo se parece a una forma de

depresión grave clínica menos severa, pero más crónica. Para un

diagnóstico de distimia, un adulto debe exhibir un estado de ánimo

deprimido durante al menos dos años (un año en los niños y

adolescentes), junto con por lo menos otros dos síntomas de depresión:

tristeza, ansiedad o sensación de “vacío” persistentes, pérdida de interés

en actividades que antes se disfrutaban, llanto excesivo, disminución de la

energía, pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio, y en

especial el aislamiento social. Por esto el apoyo psicológico al paciente

de diabetes a lo largo de su enfermedad es importante para prevenir y/o

minimizar el impacto que puede generar el trastorno distímico en su salud

y bienestar.

Resulta importante dejar en claro que la presente investigación tiene

como norte fundamental describir la incidencia del trastorno distímico en

pacientes con diabetes Mellitus tipo I en el Hospital Central “Placido

Rodríguez Rivero” ubicado en el Municipio San Felipe, del Estado

Yaracuy, lo que supone que tras la observación preliminar del

investigador se pudo realizar una especie de diagnostico previo ,

conduciendo a motivar a este último a realizar un estudio que diera

respuesta satisfactoria a las necesidades de información que en este

sentido se lograron detectar, es así como se presenta el actual trabajo de

investigación, y en consecuencia surgen las siguientes interrogantes:

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¿Qué circunstancias afectan la incidencia del trastorno distímico en

los pacientes por Diabetes Mellitus en la sala para diabéticos del Hospital

“Placido Daniel Rodríguez Rivero” de San Felipe estado Yaracuy?

¿Cuáles son los síntomas del trastorno distímico que presentan los

pacientes con diabetes Mellitus en la sala de diabéticos del Hospital

“Placido Daniel Rodríguez Rivero” de San Felipe estado Yaracuy?

¿Será posible plantear estrategias adaptativas que mejoren la

condición clínica de los pacientes con diabetes Mellitus en la sala del

hospital antes mencionado?

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION

Objetivo general

Describir la incidencia del trastorno distímico en pacientes con

Diabetes Mellitus en el Hospital “Placido Daniel Rodríguez Rivero” de San

Felipe Estado Yaracuy

Objetivos específicos

Determinar los síntomas del trastorno distímico en los pacientes con

diabetes Mellitus de la sala de diabéticos del Hospital “Placido Daniel

Rodríguez Rivero” de San Felipe Estado Yaracuy

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Identificar los factores que influyen en la incidencia del trastorno

distímico de los pacientes con Diabetes Mellitus en la sala para

diabéticos del hospital “Placido Daniel Rodríguez Rivero” de San Felipe

Estado Yaracuy

Formular estrategias de intervención que mejoren la condición clínica,

en pacientes con Diabetes Mellitus de la sala para diabéticos del hospital

“Placido Daniel Rodríguez Rivero” de San Felipe Estado Yaracuy

Justificación

La Diabetes Mellitus, como se observa en los datos presentados

inicialmente, es una de las enfermedades crónicas que actualmente se

encuentra dentro de las principales causas de mortalidad. Las diferentes

investigaciones psicosociales en este campo han mostrado hallazgos

impactantes. Por lo tanto, ampliar el estudio de las relaciones entre el

trastorno distímico y la incidencia que este tiene en pacientes con

Diabetes Mellitus, permitiría por un lado determinar la incidencia de este

trastorno en dichos pacientes, así como el desarrollo de estrategias de

intervención terapéuticas que vaya más allá del acompañamiento,

considerando los aspectos estructurales que hayan predispuesto la

aparición de la enfermedad y que pudieran continuar reforzando la

persistencia y agravamiento de los síntomas o la falta de efectividad de

los tratamientos médicos aplicados a la misma.

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Así mismo, los resultados se verían claramente se centrarían en

plantear y mejorar las estrategias adaptativas para los pacientes que

presenten diabetes mellitus que presenten trastorno distímico. La

atención particular de este resultado repercutirá indudablemente en el

mejoramiento de las condiciones y calidad de vida no sólo del paciente

diabético, sino de aquellas personas con vulnerabilidad biológica o

psicológica frente al desarrollo del trastorno distímico.

Por lo antes expuesto, la finalidad de este trabajo de investigación es

contribuir a través de la verificación de las hipótesis preexistentes; a la

descripción de las estrategias de adaptación para pacientes diabéticos en

relación a su equilibrio psíquico, pues cada uno de los planteamientos que

han hecho otros autores ponen en evidencia el desconocimiento que

tienen los individuos con respecto a la trascendencia y protagonismo que

tiene la ciencia de la Psicología para aspectos de la salud relacionados

con la Diabetes Mellitus.

En el mismo orden de consideración es de asegurar que; la

importancia metodológica de este estudio reside fundamentalmente en

que los instrumentos utilizados tales como: la entrevista estructurada y la

lista de chequeo; pueden ser usados exitosamente durante la atención de

los pacientes diabéticos que asisten a la sala de diabéticos del Hospital

“Placido Daniel Rodríguez Rivero” de San Felipe estado Yaracuy, e

incluso generalizándose a otros centros médicos que atiendan estos

pacientes

Así mismo, en lo que compete al área social, el estudio de los

sujetos de investigación, será de gran utilidad dado a que permitirá

concienciar a los familiares, médicos, psicólogos, enfermeros, entre otros

trabajadores del ramo de la salud e involucrados; sobre la importancia de

estudiar la influencia directa que acarrea el trastorno distímico sobre los

pacientes afectados, y como medio para ofrecerles un acercamiento

desde la Psicología a esta enfermedad.

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Posteriormente, podrán hacerse extensivos a otros centros de salud

con pacientes diabéticos para dar una cobertura amplia y generalizada a

través del empleo de métodos de prevención efectivos desde ambas

perspectivas: médica y psicológica, permitiendo que los aportes del

presente estudio sirvan de guía referencial a otros investigadores

interesados por la temática que se plantea en el área de la Psicología de

la Salud, específicamente de Psicodiabetes.

Alcances y Limitaciones

Alcances

El alcance de esta investigación está enmarcado dentro del ámbito

de la Psicología Clínica de la Salud, aplicándose en tal sentido al

desarrollo de un trabajo especial de grado cuya ejecución está pautada

para realizarse entre los meses de Noviembre y Mayo del año 2010,

tomándose como fuente de información para el mismo a pacientes con

diagnóstico de Diabetes Mellitus en edades comprendidas entre 18 – 45

años de edad del Hospital “Placido Daniel Rodríguez Rivero”, los cuales

representan la población del presente estudio; es así como los resultados

serán interpretados principalmente según las bases teóricas de la

Psicodiabetes.

Limitaciones

Para elaborar el presente trabajo es importante acotar que la

población escogida para la muestra es bastante fluctuante en sus visitas a

la sala de diabéticos por lo que representa cierta dificultad de obtener

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resultados para esta investigación. Así mismo, dada la escasez de

trabajos previos relacionados con la temática que estuvieran actualizados

en cuanto a fecha de elaboración, representa un obstáculo al no contar

con antecedentes de investigación intrínsecamente ligados al tema de

estudio.

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CAPITULO II

MARCO TEORICO

Antecedentes

Antecedentes Internacionales

Baeriswyl, (2004) en un estudio realizado en la Universidad de Chile

sobre “Salud mental, factores Psicológicos y Familiares en Niños

Diabéticos Tipo I entre los 8 y los 12 años que viven en la V Región”

seleccionó aleatoriamente una muestra de 23 niños que presentaba

diabetes mellitus tipo I incluyendo a su cuidador principal y comparó salud

mental (trastorno depresivo y sintomatología ansiosa), factores

psicológicos (desarrollo psicosocial y autoestima) y familiares (salud

mental del cuidador, funcionamiento familiar y criticismo) con un grupo

control, identificando los factores asociados a sintomatología ansiosa y

depresiva en niños insulinodependientes. Para recolectar información se

acudió a la aplicación de cuestionarios, tomando como sujetos muestrales

a los niños y sus cuidadores, teniendo como resultado que los infantes

diabéticos en comparación con el grupo control presentaron un menor

desarrollo psicosocial y nivel de autoestima y que los cuidadores de niños

diabéticos mostraron más dificultades en cuanto a su salud mental,

observándose más disfunción familiar y criticismo en las familias de niños

insulinodependientes.

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Así mismo, los niños diabéticos exhibieron más sintomatología

depresiva, que se asocio en forma muy significativa a su autoestima y

funcionamiento familiar, mientras que la sintomatología ansiosa (como

rasgo) se correlacionó en forma muy significativa con autoestima, salud

mental del cuidador y funcionamiento familiar. Fue así como se concluyó

que la diabetes puede contribuir a la iniciación, desarrollo y mantención

de dificultades emocionales en el niño y su familia. La relevancia de estos

resultados para la presente investigación radica en que se evidencia que

efectivamente existe una correlación entre depresión y diabetes mellitus, y

aunque en dicho estudio el rango de edad es menos amplio; existe la

probabilidad de que los resultados se generalicen a otras edades como en

el caso de esta investigación.

Gómez, Beléndez, y otros (2005) quienes fungen como personal

encargado del departamento de salud mental de la Fundación de Castilla

La Mancha para la Diabetes (FUCAMDI) Ciudad Real “ realizaron una

valiosa investigación sobre la “Evaluación de la calidad de vida en niños

y adolescentes con diabetes tipo 1” en la que se destaca la importancia

de evaluar la calidad de vida como variable indispensable para conocer el

estado de salud general de los pacientes pediátricos con diabetes,

describiendo y valorando para ello los instrumentos creados para tal fin en

la población pediátrica con diabetes tipo I, destacando aquéllos que son

más adecuados para tal fin. Entre los resultados obtenidos se demostró

que de un total de 24 estudios en los que se habían utilizado hasta ocho

instrumentos diferentes, sólo dos habían sido creados o adaptados

específicamente para niños con diabetes: el Diabetes Quality of Life for

Youths (DQOLY) y el Pediatric Quality of Life Inventory (PedsQL). Así

mismo se demostró que la calidad de vida se ha relacionado en la

mayoría de los estudios con variables psicológicas y biológicas de los

pacientes, como el estrés, la ansiedad o el control metabólico,

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mostrándose la necesidad de ser incluida como un elemento fundamental

a tener en cuenta en los diseños de programas terapéuticos integrales. En

ese sentido, el presente estudio considera de un modo indirecto la calidad

de vida como parte de la estabilidad emocional y en su defecto, las

debilidades en la misma podrían influir en la aparición de trastornos

distímicos en los pacientes.

Por su parte Hermoso; (2006) en el trabajo realizado en la

Universidad de Granada, sobre “Relaciones de las Estrategias de

afrontamiento ante la enfermedad y otros factores Psicológicos en la

Diabetes Mellitus Tipo I y Tipo II”, estudió a 106 pacientes diabéticos

(62 insulino dependientes y 44 no insulino dependientes), sin otra

enfermedad crónica y sin acontecimientos vitales relevantes en los

últimos seis meses, pretendiendo identificar las principales estrategias de

afrontamiento ante la enfermedad, así como estudiar otras variables

psicológicas en estos pacientes y su relación con las estrategias de

afrontamiento. Los resultados probaron que tanto en la diabetes Mellitus

tipo I como en la tipo II, predomina el afrontamiento activo ante la

enfermedad; observándose que la depresión predomina en la diabetes

tipo II y en ambos tipos de diabetes actúa de forma negativa sobre el

afrontamiento activo, por lo que esto deja de ser significativo en los

pacientes que han realizado el curso de educación en diabetes; y

finalmente en la diabetes tipo I el paciente cree que el buen control de su

enfermedad depende principalmente de él, mientras que en la diabetes

tipo II cree que depende fundamentalmente del médico y personal

sanitario que se encarga de su proceso. Este estudio demuestra

nuevamente la relación entre los factores emocionales y el tipo de

afrontamiento que el paciente con diabetes mellitus aplica ante su

condición.

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Antecedentes Nacionales

Bermúdez, y Cano, (2004) en un estudio realizado en el Centro de

Investigaciones Endocrinas Metabólicas "Dr. Félix Gómez" en la Facultad

de Medicina, de la Universidad del Zulia; sobre “Aspectos Psicológicos y

Personales en el manejo de la Diabetes Mellitus.” estudiaron las

características de la personalidad y como influyen en el control de la

glicemia en diabéticos tipo I. La tendencia de los pacientes a experimentar

menos emociones negativas y el enfocar las necesidades de los demás

ante de las de ellos mismos demostró ser un factor de riesgo para el

inadecuado control de la glicemia.

Por otra parte existen evidencias preliminares, de características de

personalidad que pueden explicar las variaciones en el control de la

glicemia en pacientes con diabetes tipo I y II, bajo las mismas condiciones

de tratamiento. En este sentido los peores controles de la glicemia se han

asociado con ansiedad, depresión, rabia, hostilidad, autoconciencia y

vulnerabilidad, mientras que eventos positivos en la vida se asociaron con

un mejor control de la glicemia. Esta investigación resulta de gran interés

ya que sugiere la estrecha relación que existe entre personalidad y

manejo de la enfermedad, y por consiguiente en la expresión negativa de

emociones dependiendo de las características de personalidad, lo que

puede conllevar a la aparición de diversos trastornos, entre ellos el

distímico.

En el mismo orden de ideas, Rúa, (2009) en su trabajo de grado

sobre “Ansiedad y estilos de afrontamiento en pacientes femeninos con

diabetes Mellitus tipo 1 y tipo 2” presentado en la Universidad Católica

Andrés Bello, tuvo como objetivo determinar la ansiedad y el estilo de

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afrontamiento de pacientes femeninos con diabetes mellitus tipo I y II;

utilizando para la ansiedad el inventario de ansiedad de Beck, Anxiety

Inventory - BAI Beck, A.T.; Brown, G.; Epstein, N. y Steer, R.A. 1988,

mientras que se utilizo como instrumento de medición el Cuestionario de

Afrontamiento Cope de Carver,; aplicándose a 60 pacientes con diabetes

mellitus tipo I y 58 pacientes con diabetes tipo II encontrando que en

ambos estilos de diabetes se observa ansiedad severa, centrándose

ambas en la emoción..

Los modos de afrontamiento de la diabetes han sido también

estudiados a nivel de la familia, tal como la investigación de Parra (2007)

sobre “Dinámica familiar en pacientes diabéticos tipo I de recién

diagnóstico, consulta de endocrinología pediátrica del Hospital Dr. Agustín

Zubillaga Barquisimeto Estado Lara” con una muestra de doce familias de

pacientes diabéticos tipo I entre 2 y 19 años de edad. Este fue un estudio

descriptivo desarrollado a menos de un mes de haberse realizado el

diagnóstico y en él se observó la importancia de la integración tanto de la

familia como del médico de familia en el proceso de atención del paciente

diabético.

Así mismo, Androvandi, Casal y otros (2007) en su estudio “Calidad

de vida en función de los aspectos socio-demográficos y hábitos

psicobiológicos en pacientes club de diabetes e hipertensión ambulatorio

urbano tipo I Los Rastrojos Cabudare Estado Lara, septiembre 2007 –

enero 2008” aplicaron una investigación cuantitativa de tipo descriptiva en

una muestra de 31 pacientes desde 50 hasta más de 80 años. De los

pacientes a los que se les aplicó una entrevista de instrumento

estructurado con preguntas cerradas; el mayor porcentaje refirió tener

buena calidad de vida, predominando la expresión de la misma en el sexo

femenino en un 96%. En el estudio también se corroboró que la calidad

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de vida se relaciona directamente con el nivel de ingresos, siendo que a

menor ingreso la calidad de vida es percibida como inferior a aquellos en

que los ingresos son superiores.

Hernández (2009) en el estudio sobre “Abordaje psicosocial del

adolescente diabético y su familia, consulta de medicina familiar centro

ambulatorio Dr. Rafael Vicente Andrade” en el IVSS Barquisimeto estado

Lara 2007 – 2009, recopiló información a través de la observación, la

entrevista y el diario de campo, todos métodos cualitativos, con el fin de

conocer los mecanismos que utilizan las familias para enfrentar la

diabetes, en este caso los grupos familiares de 5 adolescentes diabéticos.

Se evidenció con esta investigación que existe poco conocimiento de la

diabetes en la adolescencia, no solo en cuanto a las causas sino también

con relación a los hábitos alimenticios y el enfoque sobre la curación que

suele conllevar creencias erróneas. Así mismo, el estudio demostró que

existen familias con cierta disfuncionalidad debido a la presencia de un

diabético en ellas. Este trabajo por ser de la modalidad de investigación-

acción, permitió abordar el afrontamiento de la enfermedad a través de un

aprendizaje significativo sobre sus características, lo que lleva a un

control y manejo más adecuado de la misma.

Bases Teóricas

Perspectiva Epidemiológica de la Diabetes

  Desde la segunda mitad del siglo XX, la Diabetes Mellitus se ha

convertido en un problema de salud mundial. Se calcula que la

prevalencia de esta enfermedad en personas de 20 a 79 años de edad en

los países miembros de la Federación Internacional de Diabetes (que

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representan 5.5 miles de millones de habitantes del mundo), es de 4.6% a

la fecha, porcentaje que se incrementará a 5.4% para el año 2025.

Así mismo, se considera que de 1994 a 2010, la cantidad de

personas con diabetes aumentará de 110 a 239 millones en el mundo;

este aumento se atribuye al incremento en la detección de casos, a mayor

esperanza de vida y a los cambios en los hábitos y costumbres de la

población de los países en vías de desarrollo.

En este orden de ideas Brannon y Feist, (2001), tomados de Saldaña

y Guzmán (2006) Señalan que:

Desde hace aproximadamente noventa  años, los patrones de la Diabetes Mellitus han cambiado sustancialmente en los países desarrollados. Mientras que la prevalencia de las enfermedades agudo – infecciosas ha disminuido de manera significativa debido a los avances en la prevención y  el tratamiento de dichos trastornos, así como en los cambios ocurridos en el modelo de salud pública, de otra parte, se ha producido un incremento considerable de las denominadas enfermedades prevenibles, tales como el cáncer,  los trastornos cardiovasculares y, evidentemente, la diabetes Mellitus, entre otros.(p.125).

Ahora bien, se puede asegurar que se trata de enfermedades en las

que el papel de los factores comportamentales y los estilos de vida se han

puesto cada vez más de manifiesto. Es así como se puede tomar en

consideración la opinión Calífano (1995) tomado de Saldaña y Guzmán

(2006) quien al respecto planteaba, desde la década del 70,  que:

Siete de las principales causas de muerte podrían disminuir considerablemente si se intervenía sobre conductas tales como el consumo de tabaco, los hábitos de alimentación, el ejercicio físico, la adherencia a los tratamientos médicos y la realización de exámenes periódicos de salud.  Puede afirmarse que la presencia o ausencia de ciertos comportamientos en el repertorio habitual de las personas parecen propiciar un riesgo más elevado de trastornos graves de salud (p.129).

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En este orden de señalamientos, se plantea el reto de evitar las

complicaciones de la diabetes, especialmente  la hiperglucemia crónica

asintomática, que consiste en niveles de glucosa por encima del rango

normal (120 mg/dl) a causa de la deficiencia insulínica y que no

representa ninguna señal. Por ende corregirla, reducir su duración y sus

efectos es el objetivo final del tratamiento, en el que la nutrición es un

elemento crucial. Sin embargo, el hecho de que la enfermedad se

mantenga sin presentar síntomas durante muchos años y que no sea

detectada a tiempo, hace que los pacientes desconozcan que la padecen

y ello limita e impide la búsqueda del tratamiento adecuado. Por tratarse

de un padecimiento incurable, las personas con diabetes deben  recibir

tratamiento durante toda la vida, lo que determina que con el tiempo

muchos deserten o tengan poco apego al mismo, hecho  que conduce a

un deficiente control metabólico de la enfermedad.

La Diabetes Mellitus es el trastorno metabólico más común en el ser

humano, y en lo que respecta a nuestro país constituye una de las

principales causas de morbi-mortalidad y tiene enormes repercusiones

económicas y sociales (Saldaña y Guzmán 2006). En concordancia con

los juicios de valor previos, Jiménez (1998) tomado de los autores

previamente señalados plantea que: “La prevalencia se estima entre el 1 y

el 3% de la población general, elevándose del 5 al 10% en mayores de 40

años”(p.137). En este sentido se cuenta con la información de que en las

últimas décadas el número de pacientes diabéticos Tipo II se incrementó

en forma significativa en Venezuela, lo que repercute en todas las

instituciones de salud al constituir una de las causas principales de

consulta médica y de admisión hospitalaria.

Con base en la síntesis previa, cabe asegurar que según informes del

Ministerio del poder Popular para la Salud (MPPS, 2007), Venezuela

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ocupa el cuarto lugar en el mundo de muertes por diabetes, enfermedad

íntimamente relacionada con la obesidad ya que así el 80% de los

diabéticos del país tiene sobrepeso y el 30% de los obesos tienen

problemas para normalizar sus niveles de glucosa en sangre.  Además de

los decesos ocasionados directamente por este mal, al menos la tercera

parte  de las muertes por enfermedades del corazón están asociadas con

la diabetes.

Los pacientes con diabetes y obesidad también tienen como causa de

muerte males asociados con problemas del riñón, niveles de colesterol e

hipertensión arterial, entre otros.  En Venezuela, el 35% de la población

adulta es obesa y en los estados del norte del país y en Caracas la

prevalencia es de hasta 60%.  De ahí la importancia de abordar el

problema del exceso de peso y ampliar la promoción de la alimentación

balanceada y el ejercicio físico.  

Al analizar la elevada prevalencia de la diabetes, una aparición a

edades relativamente tempranas, un diagnóstico que se establece en

forma tardía y tratamiento probablemente inadecuado; es de esperarse

una mayor frecuencia de complicaciones asociadas a la Diabetes Mellitus

(Saldaña y Guzmán 2006). Para la persona con diabetes, la enfermedad

obliga a modificar hábitos y costumbres arraigados durante toda la vida y

a cambiar gustos y prioridades en aspectos de difícil control, como la

alimentación y el ejercicio. Los pacientes con diabetes deben asistir a

consulta, cumplir con las indicaciones médicas y llevar métodos de control

metabólico (glucemia, presión arterial, perfil de lípidos) para prevenir la

aparición de complicaciones crónicas. En caso de que éstas ocurran, el

manejo incluye la participación de especialistas (oftalmólogos, nefrólogos,

neurólogos) y el uso de instalaciones y equipo a un costo elevado. Así

mismo, se puede afirmar que el diagnóstico de padecer diabetes produce

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un impacto importante en las personas, presentando una reacción

emocional trascendental al saber que se padece una enfermedad que

durará toda la vida.

Conceptualización de las enfermedades crónicas y la Diabetes

Las enfermedades crónicas no infecciosas (o al menos no

transmisibles) constituyen un problema cada vez más importante a

medida que la esperanza de vida de la población humana aumenta.  En

los países más desarrollados estas enfermedades representan las causas

mayores de morbilidad y mortalidad.

Las enfermedades crónicas no contagiosas tienen varios caracteres

particulares:

- Características epidemiológicas comunes: multicausalidad compleja e

interrelacionada. Entre ellos se encuentran los factores causales de

carácter físico (p. e. radiaciones), químico (p. e. alcoholismo), social y

psicosocial (p. e. estrés, relaciones interpersonales).

- El período de incubación de estas enfermedades es largo.

- En general,  la etiología no es microbiana, por tanto,  no se trata de

enfermedades  contagiosas.

Es importante señalar que las enfermedades crónico-degenerativas

afectan a todos los grupos socioeconómicos de la sociedad e imponen

dos tipos de cargas: por una parte, limitan la productividad de los

individuos y su capacidad de generar ingresos y, por la otra, originan un

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mayor consumo de servicios sociales y de salud, generalmente de alto

costo.

Ahora bien, existe la idea de que la aparición de las enfermedades no

transmisibles es consecuencia de un proceso biológico degenerativo

inexorable que acompaña al envejecimiento, que dicho proceso es

generalmente irreversible y que, por tanto, no es mucho lo que se puede

hacer desde el punto de vista de las intervenciones de prevención o

tratamiento. Sin embargo, la evidencia científica disponible muestra que la

probabilidad de padecer este tipo de enfermedades disminuye

sustancialmente cuando se elimina o modera la exposición a los factores

de riesgo, y que hoy existen tratamientos efectivos que disminuyen sus

complicaciones y su letalidad (Escobar, Petrásovits, y otros (2000),

tomados de Saldaña y Guzmán (2006) ). (pg.152.)

Las enfermedades crónicas afectan diversos aspectos del estilo

de vida individuales, ya que conducen a realizar cambios permanentes o

intermitentes en actividades físicas, laborales o sociales.  Posterior al

diagnóstico los pacientes frecuentemente experimentan ansiedad, ira,

temor o negación. Así mismo, las experiencias previas relacionadas con

la enfermedad dan lugar a la percepción de amenaza o  gravedad del

padecimiento o por el contrario a que la persona perciba la enfermedad

crónica como una “oportunidad”, de manera que pueda reordenar sus

prioridades y encontrar valor significativo en las actividades cotidianas.

En este orden de ideas, la Psicología de la Salud surge no sólo para

atender los efectos potencialmente protectores de las emociones

positivas, sino que desarrolla estrategias que integran diversas variables

psicológicas, biológicas y sociales,  aportando un conocimiento integral de

los padecimientos físicos y emocionales que implica a todos los procesos

salud-enfermedad. Por lo que a continuación se abordan los factores

Page 22: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

biológicos, psicológicos y sociales de la diabetes mellitus de manera

detallada.

Fisiología  de la Diabetes

Ya en un documento egipcio que data de hace 3.500 años, conocido

como el Papiro de Ebers, se hace referencia a un padecimiento

caracterizado por la abundante producción de orina.  En el año 400 a. C.,

Sustrata, médico hindú, describió a un tipo de enfermos que adelgazaban

quedando extenuados, sin fuerzas, atormentados por la sed y que

desalojaban grandes cantidades de orina, que atraía a moscas y perros

debido a su característico sabor  a miel.

El término diabetes significa “sifón” y alude, claramente, al exagerado

volumen de orina que se expulsa y su aparición se atribuye a Areteo de

Capadocia (Grecia 100 a. C.). La palabra mellitus (relativo a la miel)

describe el sabor dulce de la orina que en 1775, Dobson atribuyó a la

presencia de azúcar en la misma.

Seguidamente es de señalar que un descubrimiento fundamental,

realizado por Von Mering y Minkowski hace más de 100 años, en 1889,

fue que la extirpación del páncreas en el perro producía un cuadro muy

parecido a la diabetes mellitus del ser humano.

Partiendo de los juicios de valor señalados, es de tomar en cuenta el

análisis de Barnett  y Owens,  (1988), tomados de Saldaña y Guzmán

(2006), quienes aseguran que:

En las siguientes décadas se hicieron numerosas investigaciones sobre este órgano, que culminaron en 1921, cuando Frederick Grant Banting y Charles Herbert Best, ambos médicos canadienses, demostraron que la enfermedad obedecía a la insuficiente producción de una hormona

Page 23: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

pancreática de naturaleza proteica a la que se le dio el nombre de insulina, es decir “sustancia de las islas o los islotes”, ya que es producida en unos conjuntos celulares que se encuentran rodeados por células comunes del páncreas (p 174.)

En el mismo sentido, el hallazgo de la insulina cambió de manera

radical el tratamiento de las personas que padecían diabetes, que hasta

entonces sólo consistía en una dieta pobre en azúcares, recomendada

desde 1800, y que si bien era efectiva en muchos casos, no daba

resultado en todos los pacientes. Es así como las palabras de Díaz Nieto,

(1996), tomado de los autores descritos con anterioridad, cobran una gran

relevancia:

En 1962, Abel logró cristalizar la hormona y Sanger identificó la secuencia de los aminoácidos que la componen; en 1965, Katsoyannis consumó la síntesis química de la insulina  y en años recientes se ha logrado su producción en cultivos de microorganismos modificados con tal propósito (p. 176)

Factores biológicos

Como ya se señaló, la diabetes mellitus es una enfermedad de la que

existe registro desde la antigüedad, cuyas causas y mecanismos

fisiopatológicos sólo se han revelado de manera gradual sin que a la

fecha se le entienda plenamente. Malacara, García y Valverde (1982),

tomados de Saldaña y Guzmán (2006) señalan que:

Hasta el decenio de los 50 se consideró que la diabetes mellitus era un padecimiento ocasionado por una deficiencia en la producción de insulina; sin embargo, con el desarrollo de los métodos de laboratorio para medir la actividad biológica de la hormona en el plasma, se demostró que un alto porcentaje de diabéticos tenía no sólo valores normales de actividad, sino que en algunos  casos era mayor a la de los sujetos normales.(p. 178)

Page 24: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Fisiopatología de la Diabetes

Actualmente se considera que la diabetes se produce por una

deficiencia en la acción de insulina que puede ser ocasionada, tanto por la

ausencia o reducción de su producción, como por la falta de

sincronización en la secreción al torrente sanguíneo en respuesta al

aumento de glucosa. Se puede decir entonces que los pacientes con

diabetes padecen una insuficiencia en la producción de la hormona. Su

organismo, al no detectar niveles apropiados de insulina, genera

cantidades excesivas de glucosa a partir de las reservas, y la que se

obtiene por medio de la alimentación no se almacena y va a parar al

torrente sanguíneo. 

Este exceso de glucosa en la sangre se desecha a través de los

riñones. En este sentido, el paciente manifiesta un aumento excesivo,

tanto en la producción de orina como en el consumo de líquidos, a su vez

que adelgaza rápidamente. De no estabilizarse esta condición, las

reservas  obtenidas del glucógeno se agotan y entonces el organismo

utiliza la energía que puede obtener de convertir las grasas en azúcares,

por lo que en el torrente sanguíneo va no solamente glucosa, sino

también una serie de cuerpos grasos que, como puede suponerse,

pueden influir seriamente en el aparato circulatorio.

Al respecto, Lorente  y  Nieto, (1990), tomados de Saldaña y

Guzmán (2006) emiten el siguiente argumento de peso:

Es decir, la Diabetes Mellitus (DM) es un trastorno del metabolismo por el cual el organismo es incapaz de transformar la glucosa en energía útil a causa de una alteración de secreción de insulina, la consecuencia inmediata es la hiperglucemia o exceso de glucosa en la sangre. Ahora bien, la insulina es una hormona producida por las células beta del páncreas y es la encargada de regular los niveles de glucosa en sangre (p.181)

Page 25: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Aspectos clasificatorios

Al igual que otras enfermedades crónicas, la diabetes mellitus se

clasifica en tres tipos de diabetes, según Rickheim, Flader y Cartensen

(2000) tomados de los mismos autores descritos previamente:

a)  Diabetes Mellitus Tipo I, que se presenta cuando el sistema

inmunológico destruye las células que producen la insulina en el

páncreas.  Las células dejan de producir insulina, esto significa que el

cuerpo no puede utilizar la glucosa para obtener energía.  Las personas

con diabetes tipo I necesitan inyecciones de insulina todos los días para

sobrevivir.  La diabetes tipo I puede comenzar a cualquier edad. 

Generalmente se presenta en  niños o en adultos jóvenes, menores de 30

años.

b) Diabetes mellitus Tipo II, la cual se presenta cuando el páncreas no

produce suficiente insulina o el cuerpo no puede usarla correctamente.  El

cuerpo “resiste” la acción de la insulina.  La glucosa no entra muy bien en

las células del cuerpo.  La diabetes tipo II es más común en personas

mayores de 45 años, pero también puede presentarse en niños.

c) Diabetes Gestacional. En este tipo de diabetes los cambios hormonales

del embarazo requieren más insulina de la que el cuerpo puede producir. 

Después del parto, la glucosa en la sangre vuelve al nivel normal en la

mayoría de las mujeres. Las mujeres que tuvieron diabetes gestacional

corren el riesgo de desarrollar posteriormente diabetes tipo II.

Partiendo de las ideas consideradas con antelación, es de asegurar

que para comprender mejor la diabetes mellitus desde un punto de vista

Page 26: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

clínico, es necesario conocer sus formas de presentación, ya que de eso

dependerá el tipo de tratamiento que se seguirá. La clasificación

internacional de los diferentes tipos de diabetes es muy compleja, sin

embargo, la forma más simplificada se observa en la  tabla 1, señalada

por la Organización Mundial de la Salud:

Cuadro 1 - Clasificación de la Diabetes.

Clasificación de Diabetes Mellitus y otras categorías de 

intolerancia a la glucosa

A)     CLASIFICACIÓN CLÍNICA:

1) Diabetes mellitus

    ● Tipo I o dependiente de insulina.    ● Tipo II o no dependiente de insulina.        a)      No obeso.        b)      Obeso.

    ● Diabetes mellitus asociada a la mala nutrición.    ● Otros tipos de diabetes mellitus asociados con síndrome y condiciones específicas.    ● Diabetes gestacional.

2) Tolerancia a la glucosa disminuida.

    a)      No obeso.    b)      Obeso.    c)      Asociada con ciertas condiciones o síndromes.

B)     CLASIFICACIÓN DE RIESGO ESTADÍSTICO:

Anormalidad previa de tolerancia a la glucosa.Anormalidad potencial de tolerancia a la glucosa.

Fuente: Organización Mundial de la Salud (1985).

Page 27: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Por lo que se puede observar en el cuadro 1, específicamente la

diabetes tipo II (nomenclaturas anteriores: no dependiente de la insulina,

diabetes del adulto, diabetes de inicio de la madurez, diabetes resistente

a la cetosis y diabetes estable), no denota amplias fluctuaciones de la

glucosa por lo que se considera estable.  Los efectos de la enfermedad en

estos pacientes pueden controlarse con medicamentos que ocasionan

liberación de insulina en el momento y cantidad adecuados y que se

conocen con el nombre genérico de hipoglucemiantes orales.  Este tipo

de diabetes representa el 90% del total de personas que padecen la

enfermedad. La diabetes tipo II se considera menos severa que la tipo I,

ya que el cuerpo produce insulina, la cual resulta no ser suficiente para la

metabolización de la glucosa o bien, la calidad de la misma es deficiente.

La mayoría de las personas con diabetes tipo II son obesos (alrededor del

60%) de más de 40 años de edad.  Además, es una enfermedad  más

común en las mujeres y en  individuos de bajos niveles socioeconómicos

(American Diabetes Association, 1999).

Por otra parte, se ha señalado que la Diabetes es causada por daños

virales o bacteriológicos del páncreas, así como por la producción de

células de  insulina, además de la existencia de una influencia genética

substancial. Sin embargo, es claro que otros factores pueden estar

implicados en el  comienzo de la diabetes, y algunos de ellos aún se

desconocen. Es posible, por ejemplo, que los hábitos alimentarios están

directamente relacionados con este padecimiento, pues el exceso en el

consumo de alimentos con alto contenido de grasas, lípidos y glucosa,

degeneran paulatinamente las funciones del organismo al exceder los

alcances de la producción de sustancias necesarias para su digestión.

Continuando con los argumentos esgrimidos se toman en cuenta a

Dunbar, Wolfe y Riosh, (1936) citados por Saldaña y Guzmán (2006),

cuyas palabras son de especial interés:

Page 28: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Es así como hace varias décadas, la medicina psicosomática suponía que los factores psicológicos predisponían a los individuos a desarrollar diabetes.  En particular, la depresión o ansiedad prolongada fueron señaladas como variables determinantes.  Por otro lado, se consideraba la personalidad caracterizada por la apatía, tendencias hipocóndricas, tranquilidad y  vulnerabilidad al estrés, son de acuerdo a las investigaciones actuales factores que están relacionados indirectamente y no determinan el comienzo de la enfermedad. (p.199)

Ahora bien, para Gonder, Carter, y otros (1990): “Es necesario

señalar que algunas alteraciones conductuales están directamente

relacionadas con la diabetes y sus consecuencias.  Tanto las personas

que padecen diabetes tipo I y tipo II son vulnerables a los efectos del

estrés” (p. 210), e igualmente Taylor, (1999) sugiere que: “Esta respuesta

puede propiciar alto riesgo a presentar alteraciones glucémicas  en los

individuos con diabetes, incluso se ha demostrado que la exposición

prolongada a situaciones  estresantes aumentan el riesgo a padecerla”

(p.212)

En tal sentido, las variables comportamentales implicadas en la

Diabetes Mellitus, incluyendo la adherencia terapéutica, los hábitos de

alimentación y las habilidades de autocuidado, son exigencias comunes

tanto en la diabetes tipo I como en la tipo II.

Complicaciones agudas y crónicas

Con relación a las complicaciones que provoca  la diabetes en el

organismo, se encuentran las agudas y las crónicas, este orden de ideas,

la Universidad de Virginia Health System, (2004) las define como:

Page 29: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

a)     Complicaciones agudas:

▪ Cetoacidosis diabética: se acumulan cuerpos cetónicos en la sangre que

resulta de una diabetes grave no controlada, produce hospitalización,

estado de coma e incluso, la muerte.

▪ Hiperglucemia: es una cantidad excesiva de glucosa en sangre por poca

respuesta de la insulina. Se provoca la resistencia de ésta a un aumento

en el consumo de alimentos. Puede traer como consecuencia la pérdida

de peso, micción frecuente y aumento en sed.

▪ Neuroglucopenia: síntoma neurológico de hipoglucemia que se relaciona

con un aporte insuficiente de glucosa al cerebro.

b)     Complicaciones crónicas:

▪ Enfermedades Macrovasculares. Son la cardiopatía coronaria, la

vasculopatía periférica, la enfermedad cerebro-vascular y que tienen

mayor incidencia en la diabetes tipo I. Estas alteraciones están

relacionadas con la hipertensión arterial  y las dislipidemias, que son

trastornos genéticos en el metabolismo de los lípidos.

▪ Enfermedades Microvasculares. Son las complicaciones oculares

(retinopatía),  la nefropatía y  la neuropatía como resultado del daño

ocasionado a los vasos sanguíneos pequeños y grandes, pares craneales

y nervios periféricos,  piel y cristalinos oculares que han sido afectados

por el paso del exceso de glucosa en la sangre.  Producen gangrena,

ceguera, insuficiencia renal,  y lesiones en el sistema nervioso central  y

periférico, además,  la  amputación de extremidades inferiores, el infarto

del miocardio y eventos cerebrales vasculares.

Page 30: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Tratamiento de la Diabetes

Por la naturaleza irreversible de sus causas, la diabetes mellitus es

una enfermedad que hasta la fecha no es curable. Sin embargo, esta 

alteración puede controlarse, siempre y cuando se pongan en práctica

una serie de medidas conductuales. Aunque el grado de control que se

puede lograr es variable, en la mayoría de los casos es suficiente para

permitir una vida relativamente normal. El objetivo fundamental en el

manejo y tratamiento de la diabetes, independientemente del tipo, es

favorecer la utilización adecuada de glucosa durante las 24 horas del día. 

Esto evita trastornos metabólicos secundarios y, con ello, las

complicaciones y el deterioro del estado general.

Igualmente, son varios los aspectos que deben vigilarse para obtener

un estado óptimo de bienestar, que permitan al paciente desarrollar sus

actividades habituales.  De gran importancia es el conocimiento, por parte

del paciente, del porqué de su enfermedad, así como de cada uno de los

detalles relacionados con el control, tanto de los factores

desencadenantes como de las medidas adecuadas para corregir aquellas

variaciones en su estado de salud.  Las medidas terapéuticas por llevar a

cabo dependerán fundamentalmente del tipo de diabetes de que se trate.

Sin embargo, existen medidas que se pueden considerar generales y

aplicables a todos los casos, entre las cuales se encuentran el plan de

alimentación, el ejercicio físico y los medicamentos. A continuación se

describen estos:

a) Plan de alimentación.

Implica la selección de los alimentos adecuados, el consumo de la

cantidad correcta de hidratos de carbono  diariamente y la programación

Page 31: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

apropiada de las horas de comida. El plan de alimentación permite una

adecuada regulación de la cantidad y calidad de hidratos de carbono

consumidos  por el individuo que pueden hacer innecesario el tratamiento

con medicamentos. 

b) Actividad y ejercicio físico.

El ejercicio es tan importante para las personas sanas como para las

personas que padecen diabetes, pero en el caso de estos últimos es un

útil factor de reducción de glucosa sanguínea, a pesar de que aún no se

conocen los mecanismos exactos mediante los cuales aumenta la

absorción de glucosa en el músculo.

 c) Terapéuticas curativas.

En el modelo bio-médico se encuentran las medidas conocidas como

terapéuticas  curativas, en las que se realizan transplantes de páncreas

que requieren tratamiento inmunosupresivo agresivo y cuyos resultados

hasta ahora no son significativos.  Se puede justificar su realización

exclusivamente en centros muy especializados y cuando coincide con la

necesidad de un transplante renal.  El transplante de islotes pancreáticos

aún se encuentra en fase experimental y es probable que su costo no sea

accesible a la población en general.

e) Manejo del estrés.

Aún cuando las manifestaciones perjudiciales del estrés son

reconocidas en la práctica clínica de la diabetes, en la actualidad es un

componente descuidado dentro de la terapéutica médica para dicho

padecimiento.

Page 32: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Influencia de los factores psicológicos sobre la inmunidad y la

enfermedad

Existen diversos sistemas del organismo implicados en alteraciones

específicas. En el caso de la fisiopatología de la diabetes, se ha

encontrado que el sistema nervioso simpático  reacciona en el desarrollo

de complicaciones tales como la enfermedad coronaria.  En particular,

una respuesta a la epinefrina aumenta los niveles de circulación de

catecolaminas y eleva los niveles endógenos de los aminoácidos y

péptidos, lo que da como resultado hipertensión arterial que,  a su vez, en

caso de no tratarse provoca infarto al miocardio. Por lo tanto,

teóricamente, la regulación de la hiperglucemia reduce significativamente

las alteraciones relacionadas con enfermedades coronarias e hipertensión

arterial.

Los factores psicológicos y su influencia en el comienzo y evolución de la

enfermedad como mediadores del sistema inmune.

 Fuente: Cohen y Herbert (1996)

Page 33: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

En la figura anterior se presenta un resumen de cómo los factores

psicológicos pueden alterar la inmunidad y la susceptibilidad a la

enfermedad.  Como ya se señaló en apartados anteriores, las variables

psicológicas pueden influir en el Sistema Inmune mediante innervaciones

directas del Sistema Nervioso Central (SNC) y el Sistema Inmune (SI) a

través de conductos hormonales. Ahora bien, los cambios conductuales

que están asociados con las características de personalidad, o que

ocurren como producto de la adaptación o del afrontamiento  en las fases

de eventos estresantes o estados emocionales negativos, pueden tener

influencia en la inmunidad.  Por ejemplo, las experiencias negativas de

una persona afectarán algunos hábitos saludables, o bien, propiciarán 

conductas poco saludables que pueden tener efectos inmunosupresivos

(Cohen y Herbert, 1996) (p.233). Las variables psicológicas entonces,

afectan la inmunidad  y pueden influir en la aparición, curso y desenlace

de enfermedades mediadas por el sistema inmune.

Redes de apoyo social y diabetes

El carácter crónico de la diabetes constituye en sí mismo un elemento

susceptible de ser analizado de forma independiente ya que a los efectos

negativos  que sobre la salud y el bienestar en general tiene cualquier

enfermedad de esta índole, se añade la característica de permanencia, lo

que constituye un factor estresante. 

En este sentido Clemente, (2003) explica que:

El carácter estresante de la enfermedad surge como consecuencia de las múltiples demandas de ajuste que ésta plantea, y depende de factores como su duración, su intensidad y gravedad, así como de la interpretación y valoración que la persona hace de su situación.  Los enfermos crónicos se

Page 34: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

enfrentan a un proceso continuo en el que las demandas de adaptación varían a lo largo de las distintas fases de la enfermedad y del ciclo vital. (p.244)

Las estrategias de afrontamiento y el apoyo social son variables

predictoras de la adaptación psicosocial. Algunos de los estudios que han

tratado la relación entre apoyo social y enfermedades crónicas conceden

especial importancia al hecho de que en esas circunstancias las personas

valoran de forma más marcada determinados tipos de apoyo social;

además es posible que ante un estresor concreto, sean más necesitadas,

requeridas o valoradas determinadas fuentes de apoyo social. 

En función de lo anterior se puede pensar que tanto el estado de

enfermedad crónica como las características propias de cada tratamiento

plantean demandas específicas de apoyo social y determinan las

actitudes y conductas de las personas próximas al enfermo.  En relación

con esta afirmación Valdez  Figueroa, y otros (2003) consideran que: “la

seriedad o gravedad de la enfermedad de estos pacientes es uno de los

aspectos más importantes de cara a su respuesta hacia diferentes formas

de apoyo social” (p. 258)

Si bien el apoyo social se refiere a aspectos muy diferentes de las

relaciones sociales, algunas veces se define en términos de la existencia

o cantidad de relaciones sociales en general, o en términos de un tipo

particular de relación social como el matrimonio, la amistad, o la

pertenencia a una organización.  En otras ocasiones, el apoyo social se

define en términos de la estructura de las relaciones sociales de la

persona. Por otro lado, existen las “Redes Sociales” cuyo  término se usa

a menudo para referirse al conjunto de personas y/o grupos que

interaccionan entre sí, y a la estructura de tales interrelaciones.  La “red

social” de una persona consiste en el conjunto de todas aquellas otras

con las que mantiene contacto y que constituyen una forma de cuerpo

Page 35: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

social.  Los ejemplos más frecuentes son la familia, los vecinos, el grupo

de amigos, el grupo de colegas en el trabajo y grupos como el equipo de

salud, etc.

Según Rodríguez (1995), las redes sociales tienen fundamentalmente

tres funciones:

a)     Ayuda: las acciones de los miembros de la red apoyan a la persona

focal para que pueda cumplir sus metas personales o pueda hacer frente

a las exigencias de una situación concreta.  La ayuda puede ser tangible

(por ejemplo, dinero) o intangible (cariño y soporte emocional).

b)     Consejo: los miembros de la red pueden proporcionar información u

orientación sobre cómo conseguir las metas de la persona focal o como

completar determinadas tareas.

c)      Retroinformación: los miembros de la red proporcionan

evaluaciones respecto a cómo se han cumplido las expectativas o lo

requerimientos de las metas de la persona.  Proporcionan información

evaluadora de lo que ha hecho.

Con base a lo señalado, es de aseverar que las palabras de

Reyes y Rodríguez (2001), son de gran relevancia, y por consiguiente se

toma un extracto de las mismas:

El apoyo social habitualmente tiene connotaciones positivas, pero supone una implicación de otras personas que, en ocasiones, tiene efectos negativos. Por ejemplo, en las personas que padecen diabetes, el apoyo social durante el proceso de educación puede crear dependencia y dificultar la recuperación. (p.261)

Es importante tomar en cuenta entonces, que los efectos del

apoyo social pueden ser observados solamente en momentos

Page 36: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

particulares, después de los cuales puede disminuir rápidamente.  Por

ejemplo, la función amortiguadora del apoyo emocional sobre los efectos

depresivos de la experiencia de la enfermedad parece tener un impacto

temporal inicial que disminuye después.  Ese impacto temporal se puede

establecer fácilmente en enfermedades en las que la persona  puede

“percibir” claramente el “momento de la aparición de la enfermedad” como

acontecimiento vital, tal como lo es la Diabetes. El apoyo social  que las

personas reciben para mantener su estima y un nivel de auto eficacia

percibida, procede de muchas fuentes y probablemente constituye un

mecanismo central de la influencia social sobre el ajuste de la

enfermedad.

Apoyo social y la prevención de la  aparición de la enfermedad

La  pertenencia a un sistema social en general, o a un determinado

grupo social, tiene efectos sobre los comportamientos protectores,

preventivos, por dos razones: 1) los  grupos sociales difieren en sus

normas respecto al comportamiento preventivo y en su capacidad para

ejercer presión para que sus miembros se ajusten a tales normas y, 2) las

pautas de los grupos pueden proporcionar ayuda de utilidad práctica,

como por ejemplo, el caso de los grupos de educación en diabetes, en los

que se explica cómo prevenir complicaciones y  cómo llevar a cabo

conductas de autocuidado. De ahí que el apoyo social puede jugar un

papel de moderador de los efectos del estrés que provoca la adaptación a

la enfermedad. Y surge entonces una hipótesis de amortiguación, según

la cual las personas que experimentan acontecimientos estresantes serán

menos  afectados por él si disponen de apoyo social.

Según Rodríguez (1995): “los resultados de estudios ponen de relieve

que la medida en que la persona está integrada dentro de su sistema de

Page 37: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

apoyo social es un factor crítico en la mediación del impacto de los

acontecimientos vitales estresantes”. (p.269)

Apoyo social y comportamientos de salud – enfermedad

Desde esta perspectiva, se hace necesario señalar que los grupos

sociales de referencia y de pertenencia  juegan un papel muy importante

cuando se toman decisiones respecto a la búsqueda de ayuda profesional

para el cuidado de la salud. Es de asegurar que la conducta del

personal de salud, el diagnóstico y las prescripciones terapéuticas

recomendadas por el personal sanitario, son discutidos con los otros

miembros de los grupos de pertenencia. Así que la influencia potencial de

las redes sociales sobre la conducta de búsqueda de atención médica,

implica que cuando las personas consideran el solicitar apoyo, lo hablan

con los miembros de su red. En este orden de ideas, para Marín (1995)

los grupos (sobre todo el grupo familiar y el de los amigos) pueden influir

sobre la naturaleza de la conducta de búsqueda de ayuda de las formas

siguientes:

1)   Amortiguando el efecto de los agentes estresantes.

2)  Excluyendo la necesidad de asistencia profesional mediante la

provisión de apoyo instrumental y afectivo.

3)   Actuando como agentes de detección y referencia para los servicios

profesionales.

4) Transmitiendo actitudes, valores y normas sobre la búsqueda de ayuda

Page 38: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

 La familia como red de apoyo social

La enfermedad de un miembro de la familia supone una modificación

y posterior readaptación del sistema familiar, más o menos profundo, en

función del tipo de enfermedad que se padece.  Dependiendo de las

concepciones de la familia sobre la salud, la enfermedad y  los recursos

con que cuenta para enfrentarse a ésta, se produce una desorganización

secundaria al impacto del diagnóstico. De acuerdo con Postigo y Medina

(1994)  el grado de desorganización depende de dos variables:

a) El tipo de enfermedad, que incluye características como dolor, incapacidad, tratamiento, evolución e ideología (social y familiar). Además que la dinámica familiar está en función, b) del grado de cohesión o no, y la capacidad de permeabilidad de la familia. (p.276)

La evolución de la enfermedad dependerá en mayor o menor medida

del tipo de padecimiento y de la elaboración que la familia haga de esta

situación.  De la misma forma, la respuesta a este estado de

desorganización dará lugar a conductas adaptativas o disfuncionales

Crisis familiar y Diabetes

La intensidad de la crisis producida en el seno familiar por la aparición

de la enfermedad, produce por lo general tres fases: a) fase de

desorganización, b)  fase de recuperación y, c) fase de reorganización ,

en este orden de afirmaciones se describen estas según palabras de

Postigo y Medina (1994):

a) Fase de desorganización: comienza cuando se comunica el

diagnóstico de la enfermedad, en ocasiones incluso antes, cuando se

Page 39: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

están realizando las pruebas previas.  En estos momentos es cuando se

suelen buscar soluciones defensivas ante el problema.  Si existen

conflictos en la familia, lo más probable es que éstos se agudicen. A

veces está basada en la negación

La actitud del equipo asistencial consiste en intervenir dando

información concreta y solo lo que la familia pide escuchar. Además, debe

indagar cómo esta situación les ha afectado, actuando como marco de

referencia y contención.  Ha de estar atento a no realizar intromisiones

terapéuticas que puedan provocar el rechazo de las prescripciones y

orientaciones que se ofrecen.

b) Fase de recuperación: aparecen diversos indicadores de que la familia

está comenzando su recuperación y emprende su reorganización. Puede

ser la participación activa de un miembro hasta ahora más periférico, o se

busca la comunicación con otras personas que han pasado por la misma

circunstancia, o se consulta el problema de otro miembro, lo que nos

indica que comienza una descentralización del problema.  Se debe estar

atento a estos momentos, ya que en ellos se produce una mejor

asimilación y aprendizaje del manejo de la enfermedad.

d) Fase de reorganización: la familia consolida su estructura anterior o

bien adquiere una nueva forma de organización o funcionamiento familiar.

En el caso de las enfermedades crónicas -como lo es la diabetes-, una

buena solución es la consolidación de una nueva redistribución de roles

que permita el crecimiento y desarrollo de sus miembros.

Del mismo modo, los riesgos que se corren en estos momentos, y a

los que debe estar atento el grupo de profesionales a cargo de la atención

a la salud para intervenir y evitar así las respuestas disfuncionales, son

los siguientes:

Page 40: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

1) La persona que padece diabetes se convierta en el centro de la familia,

impidiendo el crecimiento y desarrollo del resto de los miembros del grupo

familiar.

2) La familia se organiza alrededor del vínculo establecido entre uno de

los miembros y el enfermo, evitando de esta forma que éste se haga

cargo y participe de manera activa en la medida de sus posibilidades, de

sus propios cuidados de salud.

3) La aparición de efectos colaterales en otras áreas del sistema familiar

den como resultado la aparición de dificultades o  el surgimiento de

problemas de salud en otros miembros de la familia.

4) La aparición de alguna o varias de estas condiciones pone de

manifiesto que se ha realizado una reorganización precoz que no es

adaptativa.

El equipo de salud que atiende de manera integral  y desde la

concepción bio-psico-social, a la persona con diabetes mellitus, debe

conocer todos aquellos factores familiares que influyen de forma directa

en la adherencia a las medidas terapéuticas recomendadas para su

control.  Estos vienen definidos por:

a)     El genograma familiar, el cual informa acerca de la estructura de la

familia, su evolución y configuración actual.

b)     El pato-psico-biograma,  factor  definido por los antecedentes

patológicos heredo – familiares, en el que se encuentran aspectos

biológicos y psicosociales que han ido configurando el itinerario vital del

individuo.

Page 41: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

c)      La función familiar, que se determina en entrevista psicológica o por

medio de tests validados, y que permiten reconocer el rol del paciente en

el sistema familiar.

d)     El apoyo social que en este caso se refiere al contexto familiar y

social general en el que se desenvuelve el individuo, así como la

integración o desintegración de dichos sistemas en el curso de su vida o 

durante la evolución de la enfermedad.

Ahora bien, Para comprender mejor la manera de adaptación de las

familias a las enfermedades crónicas, se propone el Modelo de Hill (1985)

que contempla de forma global las distintas características de la propia

enfermedad, así como los recursos que posee la familia para enfrentarse

a la crisis y el particular significado de la enfermedad para la familia y a

continuación se describe:.

a)     Enfermedad Crónica: respecto a este punto el nivel lo considera la

gravedad, curabilidad, incapacidad o las medidas terapéuticas.

b)     Recursos: con relación a los recursos familiares se consideran la

capacidad organizativa, la cohesión, la adaptabilidad,  el apoyo social y la

red social.

c)      Significado de la enfermedad para la familia que incluyen las

creencias, experiencias previas frente a la diabetes,  cambios y

alternativas terapéuticas.

Es de hacer mención al hecho de que la aparición de la Diabetes

sitúa al sistema familiar ante una situación nueva e inesperada que trae

consigo la carga emocional de una enfermedad que no se cura; que

precisa tratamiento para siempre; que exige medidas terapéuticas

basadas en cambios en los hábitos de vida, tanto en el sentido

Page 42: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

alimentario, como en el ejercicio físico con las dificultades reales de

adaptación que ello exige para el resto de los miembros  de la familia; con

las complicaciones físicas (disfunción eréctil, retinopatía, neuropatía, etc.)

que pueden  surgir, originando una incapacidad que sobrecarga aún más

el sistema. 

Así, para De la Revilla, (1994),

La familia procesará todo esto según su propio conjunto de creencias acerca de la enfermedad y las experiencias previas que posea en el cuidado de personas que padecen diabetes, sobre todo en relación con acontecimientos dramáticos e impactantes como ceguera, amputaciones, gangrena, entre otras. Posteriormente pondrá en marcha los recursos con los que cuente, su cohesión, su capacidad de adaptación y de apoyo y su capacidad organizativa, buscando en caso de ser necesario apoyos extra familiares para conseguir una correcta homeostasis que asegure un normal funcionamiento del sistema familiar (p.292)

Modelos de Psicología de la Salud y  el abordaje de la Diabetes Mellitus

Según las ideas de Postigo y Medina (1994): “En la actualidad, se

calcula que el cincuenta por ciento de la población  mundial padece algún

trastorno crónico que requiere la atención del sistema sanitario”. (p.338)

Dichos trastornos varían desde los relativamente benignos, como una

pérdida parcial de la audición, hasta enfermedades graves como el

cáncer, los trastornos cardiovasculares y la diabetes. Aún más alarmante,

desde el punto de vista estadístico, es que la mayoría de las personas

desarrollará alguna incapacidad o enfermedad crónica que a la larga,

podrá ser causa de muerte y muy especialmente en el caso de la

diabetes, desde la aparición de la enfermedad, hasta en el apoyo ante la

muerte, los factores psicológicos y somáticos interactúan para determinar

Page 43: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

la naturaleza su curso.  Además el régimen para tratar la diabetes  es

probablemente el más complejo y demandante en el contexto de las

enfermedades crónico degenerativas, ya que incluye práctica nutricional

compleja, manejo de sobrepeso, constante monitoreo de la glucosa,

cuidado de  los pies y procedimientos especiales ante la presencia de

enfermedades comunes como la gripe y en la mayoría de los casos

inyecciones de insulina o la toma de hipoglucemiantes orales.

Este panorama enmarca el problema frecuente de que tanto en el

caso de la diabetes, como en otras enfermedades crónico-degenerativas,

un buen número de personas que las padecen incurren en una serie de

conductas que no favorecen el control de la enfermedad. La explicación a

esta situación en el comportamiento es compleja, sin embargo, desde el

punto de vista conductual Bayés (1987) señala que el hecho de que la

gente no lleve a cabo las prescripciones médicas o las medidas básicas

de cuidado de la salud responde a tres variables:

1)     El carácter placentero de la mayor parte de la estimulación que sigue

a muchos comportamientos nocivos, así como la inmediatez de estos

efectos.

2)     El intervalo entre las prácticas conductuales nocivas y la aparición de

consecuencias negativas, es decir, la enfermedad en su estado clínico y

diagnosticable.

3) El carácter de probabilidad que tiene la enfermedad a pesar de las

prácticas de riesgo.  Es decir, no todo el que realiza prácticas nocivas se

enferma.

Recientemente, Skinner  (2002) revisó los efectos de un amplio

campo de intervenciones conductuales en adolescentes con diabetes,

Page 44: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

incluyendo programas educacionales y psicosociales, por medio de 64

estudios empíricos. Los resultados muestran que existieron mejoras

notables en el control glucémico, así como en los aspectos psicosociales

de adaptación y relaciones interpersonales.

En tal sentido, el ser humano se convierte en responsable y

protagonista principal de su propia salud, hecho que la práctica sanitaria

ha demostrado con creces tanto en la potenciación de los recursos

existentes en personas con una postura activa y optimista ante la vida,

como en el deterioro de la salud en personas con una postura derrotista y

pesimista ante ella. 

Modelo de Autoeficacia de Bandura

Para explicar lo anterior resulta útil hablar de la autoeficacia o eficacia

personal percibida, un concepto desarrollado por el psicólogo Albert

Bandura (1995) que se refiere al “sentimiento de adecuación, eficiencia y

competencia” que tienen las personas en su afrontamiento de los retos y

amenazas que, inevitablemente, se presentan en la vida de cualquier

persona. Quien se percibe como autoeficaz no siente que los

acontecimientos dominarán infaliblemente su existencia, sino que tiene

control sobre los acontecimientos; sabe que siempre habrá la posibilidad

de cambiar, para bien, aquello que produce malestar o insatisfacción.

Muchos factores se combinan para delinear progresivamente la auto

eficacia del individuo, entre ellos se destacan los logros de la actividad, el

aprendizaje observacional y las persuasiones verbales:

a)     Los logros de la actividad, dado que en la medida que se va

obteniendo éxito en las diferentes actividades que se realizan, se

acrecienta la confianza en sí mismo y la sensación de competencia

personal que caracterizan a una persona autoeficaz y viceversa: en la

Page 45: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

medida que la persona experimenta el fracaso y la decepción, estos le

conducen a configurar expectativas de pobre auto eficacia personal.

b)     El aprendizaje observacional. Todos los individuos están expuestos

a múltiples modelos que tienden a imitarse en función de lo atractivos que

resulten para él.

c)     Las persuasiones verbales, resultan fundamentales puesto que las

expresiones verbales (y en gran medida las no verbales) a las que todo

individuo está expuesto desde el inicio de la vida; resultan un elemento

que puede tanto fortalecer como debilitar la expectativa de eficacia

personal. Elogiar o decirle a una persona (dentro de límites realistas) que

posee o puede alcanzar determinadas habilidades, incrementa su

sensación de adecuación, seguridad y confianza, conduciéndole al éxito,

incluso a personas que no posean la óptima calificación en determinadas

actividades, por lo tanto sí a una persona calificada se le transmiten

constantes mensajes que cuestionan o devalúan su valía personal,

entonces sus expectativas de eficacia y su creencia en sus propias

competencias pueden disminuir sensiblemente y lacerar los productos de

su actividad.

Es evidente comprender lo importante que resulta la expectativa de

eficacia personal en el logro del bienestar, pero tal vez para los

profesionales que trabajan en el ámbito de la salud humana resulta más

importante aún ya que: “un paciente con una alta expectativa de eficacia

personal acude tempranamente a buscar ayuda profesional calificada

ante cualquier signo corporal que avise una posible amenaza para la

salud, será responsable en el cumplimiento de prescripciones facultativas

durante el tiempo que sea necesario y tendrá una postura optimista tanto

en cuanto a la recuperación de la salud como a su optimización, lo que en

conjunto favorece la adherencia terapéutica (vista como el compromiso

Page 46: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

con los tratamientos prescritos) y, en consecuencia, potenciar el

restablecimiento de la salud” (Roca, 2003, p 366).

Existen estudios como el de Littlefield, Rodin, Murray  y Craven

(1990), en los que se describe la autoeficacia percibida por las personas

que padecen diabetes y las variables de autoeficacia que son el

automonitoreo, las habilidades de autocuidado y la adherencia al

tratamiento. Se ha encontrado que la valoración subjetiva que el individuo

hace respecto a las conductas de salud, así como la creencia de tener la

capacidad de realizarla son predictoras para la adherencia terapéutica

(Ott, y DeBell, 2000) afirman que la “expectativa de los resultados” y la

“expectativa de autoeficacia” permiten la adaptación y una buena calidad

de vida de las personas que padecen diabetes.

Por otra parte, cabe señalar que las enfermedades crónicas y la

autoeficacia no sólo se aplican en el aspecto terapéutico, sino también en

los antecedentes conductuales a la aparición de la enfermedad. Esto

quiere decir que la autoeficacia es un concepto aplicable a todos los

individuos en condiciones favorables en salud y en el contexto en que se

desenvuelven ya que también dependerá de las habilidades  y

características personales, la percepción de su capacidad a desarrollar

todas sus potencialidades, para el mejoramiento de su salud o bien, para

la consecución de la superación personal

Vulnerabilidad, riesgo y factores protectores

Costa y López (1989), plantean que la salud y la enfermedad

traspasan la demarcación del espacio personal y se ven afectadas por las

condiciones físicas, biológicas, sociales, comportamentales y políticas. Es

por ello que la comunidad, como lugar donde se integra el individuo,

Page 47: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

constituye el enclave imprescindible para analizar el estado de salud de

una población. Por lo tanto, el concepto de "riesgo para la salud"

trasciende de la perspectiva individual, siendo necesario el análisis de los

procesos de socialización y los contextos en los que se aprenden y

consolidan dichos comportamientos, p. e. la zona de residencia

correspondiente a urbanizaciones  y a los nuevos integrantes del barrio es

la que presenta un mayor riesgo en todos los factores analizados.

En este sentido, los conceptos de vulnerabilidad y mecanismo

protector han sido definidos según Frías Osuna (2000) como:

La capacidad de modificar las respuestas que tienen las personas frente a las situaciones de riesgo. El concepto de vulnerabilidad da cuenta, de alguna forma, de una intensificación de la reacción frente a estímulos que en circunstancias normales conduce a una desadaptación.

De esto se desprende que vulnerabilidad y mecanismo protector, más

que conceptos diferentes, constituyen el polo negativo o positivo de uno

mismo. Lo esencial de ambos conceptos es que son sólo evidentes en

combinación con alguna variable de riesgo.

Factores protectores

El concepto de factor protector alude a las  influencias que modifican,

mejoran o alteran la respuesta de una persona a algún peligro que

predispone a un resultado no adaptativo. Sin embargo, esto no significa

en absoluto que ellos tengan que constituir experiencias positivas o

benéficas, por lo tanto es importante aclara que:

Page 48: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

1)     Un factor protector puede no constituir un suceso agradable, como

se ha hecho evidente en varios estudios sobre experiencias tempranas de

estrés en animales, y su asociación a la resistencia a experiencias

posteriores del mismo tipo (Hunt, y Matarazzo, 1989). Por tanto, en ciertas

circunstancias los eventos displacenteros y potencialmente peligrosos

suelen fortalecer a los individuos frente a eventos similares

2)     Los factores protectores, a diferencia de las experiencias positivas,

incluyen un componente de interacción. Las experiencias positivas

actúan, en general, de manera directa, predisponiendo al paciente a un

resultado adaptativo; mientas que los factores protectores, por su parte,

manifiestan sus efectos ante la presencia posterior de algún estresor.

Modificando la respuesta del sujeto de forma más adaptativa que el

esperado

3)     Un factor protector puede no constituir una experiencia en absoluto,

sino una cualidad o característica individual de la persona. Las niñas, por

ejemplo, parecen menos vulnerables que los niños ante diferentes riesgos

psicosociales, por ejemplo, el  consumir drogas a temprana edad y el

tabaquismo (Guzmán Saldaña y García Cruz, 2006).

Es por ello resaltar que la diferencia crucial entre los procesos de

vulnerabilidad / protección, por una parte, y las experiencias positivas y

los factores de riesgo, por otra, es que estos últimos llevan directamente

hacia un desorden (leve o severo) o beneficio, mientras que los primeros

operan indirectamente y tienen efectos sólo en virtud de su interacción

con la variable de  riesgo.

Page 49: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

 Modelo de Competencia Social

El Modelo de Competencia (en inglés empowerment) tiene el

propósito de lograr que las familias (padres e hijos) tengan un  mayor

control de sus vidas y de su salud, y se plantea como un enfoque

alternativo de prestación de servicios para afrontar adecuadamente las

condiciones de especial vulnerabilidad que un entorno cambiante, cada

vez menos controlable, en el que son colocados las familias y a los

servicios de apoyo. 

La conceptualización de una  persona competente se halla

interconectada con la de un individuo sano.  Si bien no es clara la génesis

de la competencia individual, se sabe que  es resultado de una historia de

aprendizaje socialmente determinada, tiene una correlación genotipo-

ambiente relacionada con los padres, las respuestas de otras personas y

de las propias características de personalidad; que involucran al menos,

los siguientes factores: a) niveles necesarios de comprensión intelectual,

b) planificación de las metas por realizar, c) nivel óptimo de motivación y,

d) acceso a situaciones oportunas para repetir las destrezas adquiridas,

así como la retroalimentación positiva.

Los autores Wallston,  Wallston  y Wellis (1992, p. 194) hablan de

“competencia de salud percibida” para referirse al sentimiento de control

del individuo para comportarse de una forma saludable; patrón de

afrontamiento exitoso que realza la salud y reduce el riesgo de

enfermedad.

Particularmente respecto a la diabetes, las investigaciones se han

enfocado en los programas de educación en diabetes con poca atención a

los aspectos de barreras en el tratamiento y alteraciones psicológicas (Skinner, 2002). Más aún, en los pacientes con trastornos psicológicos

Page 50: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

como la distimia es escaso el  apoyo en programas educacionales en

diabetes (Whittemore, y  Grey, 2002).

Es importante considerar las opiniones de los autores Rose, y  Klapp,

2002 quienes aseveran que:

“La mayoría de las intervenciones que se han venido haciendo en el campo de la diabetes van dirigidas fundamentalmente a mejorar la adherencia al tratamiento de los pacientes diabéticos, con el objetivo de incrementar el control de la enfermedad (y sus complicaciones), lo que, en última instancia va a redundar en una mejor calidad de vida” (pg.397)

En este sentido, se han utilizado diferentes técnicas psicológicas con

el objetivo de producir cambios comportamentales que mejoren parcial o

globalmente la adherencia y, por consiguiente, el control metabólico de la

diabetes Entre los procedimientos más empleados cabe citar los

siguientes:

Asignar de manera específica y operativa las tareas por realizar

proporcionar señales y claves para conductas específicas; adaptar el

régimen de tratamiento a las necesidades específicas del paciente;

elaborar contratos que definan las contingencias en caso de cumplimiento

y, alternativamente de incumplimiento, practicar gradualmente y en fases

sucesivas las conductas a implantar; así como  emplear el modelado y el

refuerzo diferencial en el entrenamiento de nuevas conductas (Fernández

Rodríguez, 1991 ).

Según Buceta y Bueno (1993), el empleo de estrategias

conductuales en el tratamiento de la diabetes resulta efectivo y útil para

la adaptación del paciente a su enfermedad. Entre los procedimientos

más utilizados se señalan los siguientes:

a)     Combinación de instrucciones y contingencias positivas:

Page 51: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Es uno de los procedimientos más sencillos que se pueden utilizar en

el intento de mejorar la adherencia en diabéticos.  La aplicación de

instrucciones escritas sobre la ejecución diaria de ciertas conductas del

tratamiento (inyección diaria de insulina, seguimiento de la dieta, controles

de glucosa y cuidado de los pies), y un programa de reforzamiento

consistente en un sistema de economía de puntos por el cumplimiento

diario de los objetivos, incrementa satisfactoriamente la adherencia a los

aspectos del tratamiento seleccionado

b)     Entrenamiento en habilidades sociales:

Una importante barrera para la adherencia, está relacionada con una

forma inadecuada de responder a las presiones sociales e interpersonales

para romper el régimen  (en especial la dieta), así como la negativa

connotación social que implica ser calificado  “como un enfermo con

muchas limitaciones”. Para muchos pacientes diabéticos estas

situaciones son de alto riesgo en el cumplimiento del régimen y una

fuente de tensión y conflictos emocionales.  Por esta razón, el

entrenamiento en el manejo de esas situaciones favorece la adherencia al

tratamiento, al actuar sobre una de sus barreras.

c)      Programas generales de autorregulación (autocontrol):

Ayudan a crear la “rutina” que requiere la condición de la

enfermedad.  Gross (1982) llevó a cabo un estudio en el que participaron

cuatro niños diabéticos de entre 10 y 12 años de edad.  El entrenamiento

consistió en seis sesiones de grupo que se centraban en la presentación

de un material escrito, discusión del mismo y realización de ejercicios de

modelamiento y juego de roles.  El material informativo incluía la discusión

de los principios más importantes del análisis de conducta (reforzamiento,

extinción, castigo, moldeamiento, autocontrol y contratos conductuales).

Page 52: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Los ejercicios de juego de roles  planteaban aplicaciones de lo tratado

anteriormente. Tras el entrenamiento, los sujetos elaboraban un proyecto

de auto-regulación de régimen diabético.

d)     Combinación de técnicas de fijación de objetivos, autocontrol y

contrato conductual:

Se refiere a un cambio progresivo de la conducta, según un “criterio

cambiante”. En el estudio realizado por Shafer, Glasgow y Mc Caul (1982)

participaron tres adolescentes diabéticos de entre 16 y 18 años de edad. 

La fijación de objetivos implicó que cada sujeto, sus padres y el terapeuta

discutieran la manera menos problemática en que podrían ser integrados

los requerimientos del tratamiento en el estilo de vida del paciente,

estableciendo para ello metas diarias y semanales graduales; además, se

establecieron contratos conductuales entre el sujeto y sus padres,

quienes administraron la entrega de reforzadores (actividades y comidas

especiales).

e)     Feedback y determinación de glucosa en la sangre:

Un aspecto concreto de la adherencia al tratamiento de la diabetes, y

que ha sido objeto de intervención conductual, es el autoanálisis de

glucosa en la sangre.  Para ello se ha utilizado la técnica del feedback o

retroalimentación del Nivel de Glucosa en la Sangre (NGS). Una de las

razones por las que las personas no cumplen correctamente con el

programa de autoanálisis es la relativa aversión que supone la toma de

muestras de sangre capilar, y la multitud de conductas incompatibles que

compiten con su cumplimiento  (jornada laboral, salidas del hogar, etc.).

Una posibilidad sería combinar la realización de autoanálisis con algún

otro procedimiento que pueda ofrecer información similar.

Page 53: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Es por ello que el objetivo de este entrenamiento es proporcionar a la

persona diabética la posibilidad de conocer, con la mayor exactitud

posible, su actual NGS basándose en ciertas técnicas de discriminación

de su estado corporal - señales internas - y de las variables que

dependen de dicho NGS,  o señales externas  (los alimentos que ha

ingerido en horas anteriores, el ejercicio que  ha hecho o el tiempo

transcurrido desde la última inyección de insulina). Este tipo de

entrenamiento incrementa la seguridad de que los pacientes puedan

manejar su condición diabética, facilitando así la adhesión al tratamiento.

Modelo de Lazarus y Folkman

Para Lazarus y Folkman (1986), el estrés psicológico es “una relación

particular entre el individuo y el entorno que es evaluado por éste como

amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en peligro su

bienestar”. De ahí que el estrés es un proceso psico-biológico complejo

con tres componentes principales: a) una situación inicial en la que se

produce un acontecimiento que es potencialmente perjudicial o peligroso

(acontecimiento estresante o estresor), b) el acontecimiento es

“interpretado” como peligroso, perjudicial  o amenazante; el sujeto lo

percibe y valora como tal, independientemente de sus características

objetivas y, c) surge una activación del organismo, como respuesta ante

la amenaza.

De tal modo que la respuesta de estrés es la manifestación del sujeto

ante el estresor con la intención de adaptarse a la situación.  Por lo tanto,

pueden ser psicosociales o conductuales y representarse por medio de

las estrategias de afrontamiento,  y  las fisiológicas, que son la activación

o respuesta inespecífica del organismo y se representan mediante de tres

ejes: a) psico-neurofisiológico, b) psico-neuroendocrino y c) psico-

inmunológico.

Page 54: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

De acuerdo con lo antes expuesto, Lazarus y Folkman (1985)

aportan un concepto que permite entender los procesos psicológicos de

adaptación y estrés.  Se trata de las estrategias de afrontamiento.  El

afrontamiento viene a ser un conjunto de respuestas cognitivas o

conductuales ante la situación estresante ejecutadas por el individuo para

manejarla y/o neutralizarla, para reducir de algún modo las cualidades

aversivas de tal situación. 

Por lo tanto, el afrontamiento también comprende “aquellos esfuerzos

cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan

para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son

evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del

individuo”. Es por ello que las estrategias de afrontamiento que se han

venido mencionando en párrafos anteriores tienen características  de

funcionamiento y eficacia. Las estrategias de afrontamiento tienen dos

grandes funciones: la primera es la centrada en el problema, ya que

intenta manejar o solucionar la situación causante del estrés; la segunda

es la centrada en la emoción que intenta regular la respuesta emocional

que aparece como consecuencia del estrés.

Por otro lado, las respuestas de afrontamiento según su eficacia

pueden ser adaptativas y desadaptativas.  Las primeras reducen el estrés

al tiempo que promueven estados de salud (ejercicio físico, relajación,

alimentación adecuada, etc.) y las segundas reducen el estrés a corto

plazo pero con importante deterioro para la salud (abuso de alcohol y/o

drogas, fumar, aislamiento social, etc.)

Definición del Síndrome General de Adaptación (SGA)

El Síndrome General de Adaptación incluye una serie de cambios que

se van produciendo en el organismo como consecuencia de la presencia,

Page 55: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

más o menos mantenida de un estresor o situación de estrés, y ante la

presencia de una enfermedad crónica como lo es la DMT2, por lo general

va intrínsecamente relacionados.

Por lo tanto el autor Selye (1956) plantea que el Síndrome General de

Adaptación o estrés consta de tres fases: a) fase de alarma, b) fase de

resistencia y, c) fase de agotamiento o claudicación.  En la primera

(reacción de alarma) se presentan los cambios orgánicos durante la

presencia del estresor y corresponde a la respuesta de “lucha o huida”,

cuya función es movilizar los recursos del organismo mediante el sistema

simpático adrenal; tiene efectos sobre el organismo, como el aumento en

la tensión arterial, la glucogenolisis y la liposis; además, disminuye la

secreción de insulina y aumenta la secreción de ACTH (acetilcolina,

hormona del crecimiento), de hormona tiroidea y de esteroides

adrenocorticales” (Valdés y Flores, 1985).

Si el estímulo continúa, la persona pasa a la segunda fase

(resistencia al estrés), en la que el organismo se recobra del impacto

inicial y tiende a reaccionar con resistencia a la situación, lo que puede

prolongarse agotando las reservas del sujeto, quien muestra pocos signos

externos de estrés, teniendo la capacidad para resistir, mientras que el

organismo se debilita y se torna crecientemente vulnerable a problemas

de salud (úlcera, asma y enfermedades que siguen al daño del sistema

inmune).

Posteriormente se da la tercera fase (exhaustiva, agotamiento o

claudicación), en la que es raro que se presente el estrés emocional. La

enfermedad orgánica se torna muy probable y puede ocurrir en un

extremo la muerte.

Page 56: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

De acuerdo con el Síndrome General de Adaptación (SGA) que

planteó Selye (1956), los trastornos psico-fisiológicos aparecen cuando el

período de resistencia se mantiene, lo que produce un deterioro de la

energía y los recursos fisiológicos adaptativos del organismo, con el

agotamiento resultante de los órganos, que lleva a la aparición de un

trastorno fisico como consecuencia del desgaste natural producido por la

tensión  continua o excesiva.

Por ello es necesario señalar que las emociones como la ansiedad, el

miedo, la tristeza, la culpa o la alegría son componentes básicos de la

condición humana y juegan un papel importante en una función adaptativa

y necesaria para la supervivencia de la persona.

Estas emociones presentan respuestas en los aspectos: a) motor, b)

cognoscitivo y, c) fisiológico, entre las cuales se mencionan las siguientes:

a)     En el aspecto motor: conductas de evitación y escape, inquietud

motora, conductas compulsivas e impulsivas, así como la inhibición

motriz.

b)     En el aspecto cognitivo: preocupación, desmoralización, aprensión,

confusión, dificultad en la concentración y atención.

c)      En el aspecto fisiológico: alta activación del sistema nervioso

autónomo que trae consigo una serie de cambios fisiológicos como

taquicardia, mareos, sudoración, rubor, tensión en el estómago y

dificultades respiratorias.

Conceptualización de la adaptación en los enfermos crónicos

El término adaptación actualmente se utiliza en diversos contextos

que tienen en común el significado de “acomodar o ajustar cosas”. Al

Page 57: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

referirse a las personas, el término indica acomodarse o ajustarse a

circunstancias o condiciones. Davidoff (1979) señala que una persona

bien adaptada: a) tiene sentimientos positivos de sí misma y se considera

competente y con éxito en la vida, b) muestra un sentido de autonomía e

independencia, c) es activa, laboriosa y enérgica en la consecución de

sus intereses, d) se relaciona bien, armónicamente con los demás, y e) se

siente satisfecha de su vida, disfruta de ella y no la abruman los

problemas.

En este sentido, la adaptación humana consiste en un doble proceso:

a) ajuste de la conducta del individuo a sus propios deseos, gustos,

preferencias y necesidades, así como b) ajuste de su conducta a las

circunstancias del entorno en que vive, es decir, a las normas, deseos,

gustos, preferencias y necesidades de las personas con las que

interactúan ocasional o habitualmente”. De esta forma, la adaptación es

“una clase de conducta que puede o no constituir un hábito y un estado

emocional relacionado con parte de su entorno”.

Factores que intervienen en la adaptación

Son diversos los que intervienen en la calidad de la adaptación. 

Entre ellos se encuentran el nivel de tolerancia ante la demora en la

satisfacción de necesidades del individuo, la cual se desarrolla mediante

la socialización; por otro lado, la flexibilidad de los individuos para poder

cambiar la fuente de satisfacción de sus necesidades y la posibilidad de

buscar en forma continua la satisfacción de dichas necesidades, ya que la

persona no tendrá muchos logros si abandona sus metas cuando se le

presentan obstáculos.

Page 58: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Mechanic (1983) considera que el ajuste depende del grado de

preparación de las personas para enfrentar los cambios y las

adversidades de la vida.  El ajuste incluye tres dimensiones: a) la primera

se refiere a que las personas pueden dirigirse hacia diversas metas,

ambiciones, deseos, los cuales varían en grado de compromiso y

motivación; b) la segunda considera que las habilidades de las personas

para lograr sus metas dependen de sus capacidades y habilidades de

afrontamiento y de las herramientas que han adquirido a lo largo de su

vida para poder manejar ciertas situaciones y; c) la tercera postula que es

inevitable que ante dificultades o aspectos inciertos el proceso de

afrontamiento o su anticipación evoque en el individuo ciertas dudas,

ansiedades, miedos, fracasos o frustraciones.

Es por ello que existe, por lo tanto, una relación entre ajuste y

afrontamiento, entendiendo por afrontamiento el esfuerzo cognoscitivo

y conductual desarrollado para manejar demandas específicas en

situaciones que, de acuerdo con la evaluación del individuo, rebasan sus

recursos. En el caso de la diabetes, se refiere a las exigencias del

autocuidado, el tratamiento farmacológico y el control glucémico.

Fases de adaptación ante la enfermedad crónica

Muchas de las enfermedades crónicas afectan todos los aspectos de

la vida de los pacientes. En estos trastornos existe una fase inicial crítica

en la que los pacientes sufren importantes alteraciones en sus actividades

cotidianas, tal y como sucede también en el caso de las enfermedades

agudas. Con posterioridad, el curso del trastorno crónico implica, en

mayor o menor medida, cambios en la actividad física, laboral y social de

los pacientes. Además, los individuos que sufren una enfermedad crónica

deben asumir psicológicamente el papel de paciente crónico y adaptarse

así a un trastorno que puede durar toda la vida. A continuación se

Page 59: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

describen las fases del proceso de adaptación a las enfermedades

crónicas:

a)     Reacción de choque (aturdimiento, distanciamiento)

Constituye una respuesta de emergencia y se caracteriza por la

presencia de aturdimiento, por que se produce de una forma automática,

y porque ocasiona un sentimiento de “distanciamiento” de la

circunstancia, un sentimiento como de “estar observando” la situación en

vez de participar en ella. La fase de “choque” puede durar pocos días o

puede durar semanas.

b)     Reacción de encuentro (pérdida, indefensión, desesperanza)

Se caracteriza por un pensamiento desorganizado y sentimientos de

pérdida, indefención y desesperación.  Durante esta fase el paciente se

siente sobrepasado por los acontecimientos, incapaz de razonar y de

planificar sus esfuerzos para resolver los problemas que su nueva

situación le plantea.  Dado que las reacciones de “encuentro” son muy

estresantes, los enfermos crónicos suelen usar estrategias evitativas

durante esta fase,  sobre todo la negación.

c)     Retraimiento (negación)

Durante esta fase el paciente tiende a negar la existencia de la

enfermedad o sus implicaciones. Sin embargo, ese tipo de conducta no

puede sostenerse porque la situación no cambia.  Diagnósticos

adicionales la confirman: los síntomas persisten o empeoran, las

limitaciones siguen presentes, empujando todo ello al enfermo a la

siguiente etapa. Esta fase es la puerta para la progresión del paciente

hacia una aceptación a su condición.

Page 60: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Es necesario señalar que las estrategias evitativas de afrontamiento

pueden ser positivas para el enfermo y pueden ayudarle a la adaptación

momentánea.  Pero, si continúa utilizándolas, los efectos pueden tornarse

finalmente negativos para la adaptación y para su calidad de vida

(Rodríguez Marín, 1995).

d)     Aceptación

En esta fase el individuo admite vivir con el padecimiento y comienza

el restablecimiento de su vida, busca información acerca de la

enfermedad y modifica ciertos hábitos en el estilo de vida (Durán

González et al, 1999).

Es necesario señalar que los individuos que padecen diabetes deben

tomar decisiones sobre su cuidado y tratamiento, promover su propia

rehabilitación, reducir las probabilidades de complicaciones futuras y

ajustar el estilo de vida y relaciones sociales a su nueva situación de

enfermedad; además, se está en manos del propio paciente y del

personal de salud que apoya esta labor, sobre todo una vez que ya se ha

estabilizado.

En consecuencia del aumento progresivo de personas con esta

afección, una gran cantidad de estudios psicosociales en el ámbito de la

enfermedad crónica han subrayado el valor de incorporar la perspectiva

del paciente cuando se intenta comprender la enfermedad como un

fenómeno psicológico y social, y no sólo como un trastorno biológico

(Rodríguez Marín, 1995). Es ahí donde se origina el apego o desapego al

tratamiento, el plan de alimentación y a la adaptación emocional de cada

persona que padece la enfermedad.

Page 61: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Cambios emocionales  en las enfermedades crónicas

En este sentido es importante señalar los cambios emocionales y de

comportamiento originados en el diabético desde el momento de recibir el

diagnóstico hasta que acepta la enfermedad y se enfrenta a ella, entre

ellos destacan:

▪ Negación y rechazo a la enfermedad.

▪ Sentimientos y pensamientos de muerte o invalidez.

▪ Conflictos de dependencia - independencia.

▪ Deficiente identificación sexual.

▪ Chantajes y búsqueda de sobreprotección.

▪ Ansiedad, y depresión.

▪ Anorexia o ingestión exagerada de alimentos.

▪ Manipulación aunada a la agresividad y culpabilidad.

▪ Auto agresión y,  en ocasiones, suicidio.

▪ Descuido  en la apariencia relacionado con la baja estima (tanto hacia su

persona como hacia los demás).

▪ Irresponsabilidad así como necesidad de aprobación y atención.

Con mucha facilidad aparecen en la depresión, el temor y la ansiedad

y constantemente se piensa en la muerte.  Algunos creen que pueden

aprovechar la situación y dan rienda suelta a su vida sin medir las

consecuencias.

Page 62: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Modelo Transteorético (Prochaska y Di Clemente, 1982)

Asimismo, se ha estudiado la forma en que las personas cambian su

conducta intencionalmente, con y sin ayuda profesional.  De esos

estudios surgió el llamado “Modelo Transteorético” (Prochascka y Di

Clemente, 1982) que describe los estados y procesos de cambio que

incluyen cinco etapas por las que pasan las personas que padecen

adicciones o enfermedades crónicas cuando están en vías de cambiar

algún comportamiento. Este modelo ha sido utilizado en el tratamiento de

adicciones y otras alteraciones en la salud, que son propiciadas y a la vez

provocan adaptaciones inadecuadas a contextos particulares.

El modelo transteorético  se desarrolló con base en el análisis sobre

todo los cambios de conducta de personas con adicciones.  No se

conocen estudios clínicos sobre la aplicación del modelo en pacientes

diabéticos, no obstante, debido a su utilidad para modificar conductas

específicas, podría recurrirse a su empleo para mejorar la habilidad de las

personas en relación con el cumplimiento de varias de las

recomendaciones incluidas en su plan terapéutico.  Al subrayar que la

adopción o modificación de una conducta es un proceso dinámico que

implica ciclos a través de varias etapas, el modelo sirve también para

reconocer que el progreso entre una etapa y otra se vincula al empleo de

diferentes procesos de cambio de conducta.

Este modelo proporciona, por lo tanto, una guía para determinar

cuándo es más probable que los pacientes respondan a los diferentes

componentes de los programas de educación sobre diabetes. La

necesidad radica en abordar las enfermedades desde un modelo que

fragmente los procesos de adaptación, para que una vez integrados 

lleven a cabo la oportuna intervención del personal de salud.  Las etapas

que conforman el modelo son las siguientes:

Page 63: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

a) Precontemplación: es la etapa en la cual los individuos no tienen

intención  de cambiar una conducta en el futuro cercano.  Aunque tales

individuos pueden expresar el deseo de cambiar, en general no están

preocupados por sus problemas y quizá no reconozcan deficiencia o

dificultad en sí mismos.  Los individuos en esta fase en cierto sentido

niegan sus problemas.

b)  Contemplación: es la fase en la que las personas están conscientes de

que existe un problema y piensan seriamente en resolverlo; sin embargo,

todavía carecen del compromiso para actuar.  Esta etapa puede durar

largos períodos en los que el individuo reconoce el problema, estima que

debería tratar de resolverlo, pero no está listo para actuar.

c)  Preparación: en esta etapa se combina tanto la intención de cambiar,

como cierto cambio.  En esta etapa los individuos intentan actuar en el

futuro cercano, iniciando acciones sin éxito en el pasado reciente y es

probable que informen cambios de conducta pequeños que represente

una preparación para acciones mayores.

d)  Acción: en esta fase los individuos modifican su conducta, experiencia,

ambiente o en combinación para resolver sus problemas.  Esta etapa

incluye los cambios conductuales más directos y claros, y requiere una

importante inversión de tiempo y esfuerzo.

e) Mantenimiento: las personas continúan trabajando para evitar recaídas

y para consolidar lo hecho. Esta etapa no es estática, es un proceso  en el

que la persona sigue su trabajo y mantiene los cambios de conducta

previos.

En este orden de ideas es importante reconocer que en los individuos

que padecen la enfermedad crónica se pueden encontrar diferentes

Page 64: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

etapas de cambio para diversas conductas. La información y las

instrucciones a la persona deben diseñarse de acuerdo con la etapa en

que éste se encuentra para cambiar cada conducta.  Puede constituir un

error ofrecer un programa orientado a  la acción de una persona en fase

de precontemplación o, por el contrario, dar una explicación técnica a una

persona que se encuentra en la fase de acción.  Finalmente, el modelo

puede facilitar que los médicos acepten cualquier grado de movimiento

hacia el objetivo como un resultado significativo; por ejemplo, sí una

persona todavía no adopta una rutina de ejercicio regular, puede

representar un resultado palpable y empezar a considerar con toda

seriedad llevarlo a cabo (Lerman Garber, 1994)

Modelo de Albert Ellis (Teoría Racional Emotiva)

Este enfoque formula su propuesta bajo los siguientes constructos:

a)     Metas y racionalidad, que afirma: “los hombres son más felices

cuando se proponen metas y se esfuerzan por alcanzarlas

racionalmente”. Las principales son: supervivencia, felicidad (perseguida

de una o varias maneras: aprobación y afecto, éxito o competencia

personal en diversos asuntos, así como bienestar físico, emocional o

social.

b)     Cognición y procesos psicológicos.

c)      Énfasis humanista-filosófico del modelo.

d)     El funcionamiento  psicológico con el modelo A-B-C.

De ahí Ellis (1997) destaca la concepción filosófica de la terapia

(siguiendo en gran medida la tradición estoica) donde los humanos son

Page 65: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

seres propositivos en busca de metas personales que constituyen a la

vez, “filosofías personales” individuales.

Por lo tanto, pensamiento, afecto y conducta están interrelacionados,

provocando una reacción mutua.  De acuerdo con esto,  en una persona

con determinado padecimiento físico, los principales componentes de la

alteración emocional estarán basados en las creencias irracionales y las

creencias racionales respecto a la percepción de la enfermedad y de sí

mismos. Las creencias irracionales, en este sentido, serán las exigencias

que se hace a sí misma la persona, mientras que las creencias racionales

serán las preferencias y la flexibilidad que tenga cognitiva y

emocionalmente la persona que padece la enfermedad.

La personalidad del individuo que padece la enfermedad puede verse

fragmentada al sentirse incompetente para lograr un bienestar físico a una

actividad, así como la lucha por sobrevivir a determinadas complicaciones

y riesgos en el curso de dicha enfermedad. Es decir, las personas que

sufren por defender filosofías vitales centradas en perseguir sus metas

personales de modo exigente, absolutista e irracional, así como, aquellas

personas que se perciben más felices, en general buscan sus metas de

modo poco exigente; anti-absolutista, preferentemente racional.

El modelo A-B-C del funcionamiento psicológico señala, en cuanto a la

enfermedad crónica que, “la mayoría de las personas suelen mantener un

modelo atribucional o causal sobre su propia conducta centrada en

eventos externos (en este caso la enfermedad)” [Ellis, 1997, p. 19]  y se

puede representar el modelo de la siguiente manera:

 

A) Acontecimiento                Enfermedad.

Page 66: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

B) Creencia                         Amenaza o peligro.

C) Consecuencia                  Ansiedad, depresión.

 

De acuerdo a lo descrito, los acontecimientos pueden ser

emocionales y conductuales. De los emocionales se destacan los eventos

pasados, como por ejemplo, una niñez sin afecto, así como los actuales

que tienen que ver como la enfermedad, el despido del trabajo o la muerte

de un familiar.  Los conductuales son todas aquellas acciones que

ocurren diacrónicamente.

Por lo tanto el modelo de la terapia racional emotiva propone que el

proceso que lleva a producir la “conducta”,  la  “salud” o el “trastorno

emocional” es distinto, ya que propone:

 

          

          

          

          

               

Así, no son los acontecimientos, por lo general (salvo eventos

externos o internos extremos, por ejemplo, desastres naturales), los que

producen las consecuencias conductuales, emocionales y cognitivas. 

Más bien, el propio sujeto, aplicando su proceso de valoración personal

sobre esos eventos,  es quien en última instancia produce esas

consecuencias a los eventos.

A   B C

Acontecimiento

s

Temporal 

Espacial

Belief –

Creencia 

Racional

Irracional

Consecuenci

a

Page 67: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

De este modo, la ansiedad producida por las creencias irracionales

tiene un impacto directo sobre el estado de salud general, y por tanto,

aumento o disminución de niveles de glucosa en sangre, ya que se

activan o inhiben los procesos relacionados a la regulación de secreción

de insulina y de absorción de glucosa.

Cabe destacar el trabajo presentado por   Francis, Grogan, Ardí y

Jenson (1990), aplicaron una técnica de intervención de Terapia Racional

Emotiva con el objetivo de disminuir las hospitalizaciones por cetoacidosis

diabética en adolescentes y mostraron favorablemente niveles glucémicos

que evitaron la hiperglucemia recurrente, logrando disminuir la incidencia

de hospitalización.

Es de acotar que algunas intervenciones revisadas muestran que  el

tratamiento  con terapia cognitiva conductual o con medicamentos

antidepresivos (nortriptilina o fluoxetina)  pueden mejorar el estado de

ánimo y el control glucémico ( Griffith y Close, 1998). Las intervenciones

psico-farmacológicas muestran la reducción de la ansiedad y una mejora

significativa en el control glucémico (Lustman, y McGill, 1995).

Estilo, calidad de vida y diabetes

  El diagnóstico de una enfermedad crónica cambia  la forma como la

persona que la padece se ve a sí misma y  su vida, lo que afecta también

su autoconcepto. Ciertamente, algunas enfermedades son más

amenazantes que otras, por cuanto implican discapacidad, dolor o

amenaza de muerte. Es así que cuanto mayor sea la amenaza percibida

de la enfermedad, tantos mayores serán las dificultades de adaptación de

la persona que enferma.  También algunas características personales

como la edad, el sexo, la clase social, las creencias religiosas, el nivel de

autoestima y de autoeficacia percibida previos a la enfermedad influyen

Page 68: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

en el proceso de adaptación.  Por eso se puede afirmar que las personas

capaces de adaptarse a la enfermedad crónica tienen recursos

psicológicos para mantener su autoestima, encontrar un sentido a la

enfermedad y mantener la esperanza, teniendo la capacidad de poner en

marcha las estrategias de afrontamiento adecuadas ante los problemas

con que se enfrente (Rodríguez Marín, 1995).

El proceso de adaptación en la situación de  enfermedad crónica

tiene que ver con los cambios y las respuestas que las personas

producen para conseguir un ajuste adecuado a su nueva circunstancia,

promoviendo el buen funcionamiento físico, psicológico y social,

consiguiendo con esto mejorar la calidad de vida. Así, la calidad de vida

es el resultado de diferentes respuestas de los pacientes al padecimiento 

de su enfermedad, al tratamiento y a sus consecuencias.

Ahora bien, muchos problemas de salud contemporáneos parecen

más de origen social que individual y se relacionan con las políticas

nacionales y locales establecidas; El estilo de vida en general, con el que

viven los individuos y los riesgos a los que se exponen, condiciona sus

posibilidades de enfermar y morir antes de lo previsible.

El estilo de vida se va conformando a lo largo de la historia del sujeto;

es un proceso de aprendizaje, ya sea por asimilación o imitación de

modelos, de patrones familiares o grupos informales. El sujeto también

tiende a imitar modelos sociales, que se promueven por los medios de

difusión o comunicación social. El estilo de vida no sólo puede formarse

espontáneamente, sino como resultado de decisiones conscientes de los

hombres, que aspiran a perfeccionarse y a perfeccionar la sociedad; el

estilo de vida puede favorecer, al mismo tiempo, la consolidación de

algunos altos valores y, aún más, su difusión social.

Page 69: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Calidad de vida y diabetes

La calidad de vida de una persona con diabetes dependerá de las

habilidades de autocuidado, del apego al tratamiento y de la prevención o

adaptación a las complicaciones que se presentan durante la evolución de

la enfermedad. Es por ello importante mencionar la opinión de Saldaña y

Guzmán (2006):

La calidad de vida del individuo incluye un nivel de conocimientos respecto a la enfermedad, las habilidades sociales y la sensación de bienestar de sí respecto a los niveles de glucosa en la sangre.  El concepto de calidad de vida implica un juicio subjetivo, sería un error sostener que la calidad de vida depende del nivel socioeconómico o estatus de la persona, ya que se ha encontrado que no se necesitan demasiados recursos  económicos para alcanzar una calidad de vida “saludable”. (pg. 435)

La calidad de vida en las personas que padecen diabetes puede ser

medida de manera confiable gracias diversos instrumentos que permiten

la medición de variables psicológicas relacionadas con la diabetes tales

como la calidad de vida, el manejo del estrés y el afrontamiento

(Angermeyer, Kilian y Meils, 1999). Estos últimos se apoyan en diferentes

estudios, los cuales han mostrado que la calidad de vida en los adultos

con diabetes tiene un impacto  positivo por el incremento de la actividad

física y el adecuado soporte social y emocional (Glasgow, Ruggiero,

Eakin, Dryfoss y Chobanian, 1997).

Personalidad correlacionada al control glucémico

Resulta valioso destacar el estudio longitudinal realizado por Lane,

McCaskill, Ross, Feinglos y  Surwit (1993), quienes demostraron que los

altos niveles de neurosis y diversos rasgos de personalidad como la

ansiedad, el enojo, la agresividad, la depresión y la vulnerabilidad fueron

asociados con un  control glucémico limitado.

Page 70: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Esta investigación indicó que los participantes del estudio(n=105),

luego de acudir a un programa de intervención de entrenamiento en el

manejo del estrés y control metabólico durante un año, sin incluir

tratamiento de insulina, ni algún tipo de atención psicológica o psiquiátrica

durante toda su vida. Evidenciaron luego de la aplicación del Inventario

de Personalidad NEO-PI-R (NEO- Psychological Assesment Resources,

que los niveles de glucosa altos (hiperglucemia) estuvieron asociados con

mayores niveles de neurosis, fases de ansiedad, enojo y depresión. Por

otra parte, las emociones negativas que incluyen la preocupación, la

frustración, el enojo, la culpabilidad, la tristeza y la desesperanza fueron

más frecuentes en pacientes con  niveles bajos  de glucosa en la sangre.

Además, se demostró que las personas  descritas como tranquilas,

relajadas, calmadas y de temperamento accesible resultaron ser menos

controladas, ya que es baja su adherencia al tratamiento debido a que la

enfermedad les resulta poco amenazante.

Las características de personalidad relacionadas con el optimismo y

la disposición conductual permiten mejoras significativas en la calidad de

vida, evitando la presencia de complicaciones agudas, (Grey, y

Tamborlane, 1998). Además, la disposición psicológica respecto a las

estrategias de afrontamiento, incluyendo los aspectos cognitivos y

emocionales acerca de la enfermedad, intervienen indirectamente en la

realización de conductas que mejoran o  disminuyen la calidad de vida.

Trastorno Distimico

Definición del trastorno distímico

La depresión mayor, según el DSM-IV-R (Diagnostic and Statistical

Manual of Mental Disorders) y el ICD-10 (International Classification of

Page 71: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Diseases), es un trastorno afectivo que se caracteriza por síntomas de

ánimo deprimido crónico y pérdida de interés o placer que tiene una

duración de dos años o más. Algunos síntomas físicos son cambios en

el sueño y el apetito, fatiga o falta de energía y cambios en el aspecto

psicomotor ya sea agitación o lentitud. Otros síntomas del trastorno

incluyen sentimientos de minusvalía, impedimento en la capacidad de

concentrarse, e indecisión. Todo ello causa impedimento marcado

clínicamente significativo en áreas importantes de funcionamiento social y

ocupacional (American Psychiatric Association, 2000; World Health

Organization, 2003).

Prevalencia del trastorno distímico en diabetes

El padecer una condición crónica como lo es la diabetes tiene efectos

no solo físicos, sino psicológicos y emocionales. Entre los efectos físicos

se han mencionado los síntomas y las complicaciones que pueden causar

cambios en los estados de ánimo, como también cambios en el estatus

mental. A estos efectos, se suman los psicológicos y emocionales de

padecer una enfermedad crónica, la incertidumbre acerca de

complicaciones futuras y el estrés que puede estar asociado a seguir

diariamente un régimen de tratamiento intensivo.

Estos efectos tanto físicos como psicológicos, ponen en riesgo a los

pacientes con diabetes a sufrir dificultades en el ajuste y hasta problemas

psicológicos con mayor frecuencia que las personas que no la padecen

(Gavard, Lustman, & Clouse, 1993; Jacobson, 1996). Estudios han

demostrado que las personas con diabetes en los Estados Unidos una

probabilidad de dos a tres veces mayor de presentar algún trastorno

psicológico serio que las personas sin diabetes (CDC, 2005). La literatura

sobre la depresión en personas con diabetes en Venezuela es escasa, e

incluso en los estudios que se realizan en los Estados Unidos, pocos

Page 72: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

reportan la raza o grupo étnico de sus participantes (Anderson, Freedland,

Clouse & Lustman, 2001).

La depresión aparenta ser uno de los trastornos mentales que mayor

co-morbidad presenta con la diabetes. El estudio más comprensivo sobre

la asociación entre la diabetes y la depresión lo llevaron a cabo Anderson

y sus colegas (2001). Estos investigadores realizaron un estudio meta-

analítico de 42 investigaciones sobre la co-morbidad entre la diabetes y la

depresión, y encontraron que los sujetos con diabetes tenían una

probabilidad dos veces mayor de padecer de depresión que los sujetos

sin diabetes. Alrededor de uno en cuatro pacientes con diabetes presentó

una depresión lo suficientemente severa para ameritar intervención. En

este estudio, los autores reportan que la prevalencia de depresión en las

mujeres con diabetes era significativamente mayor que la de los hombres

(28% vs. 18%). Múltiples estudios desde entonces reportan cifras

parecidas (Goldney et al., 2004; Nichols & Brown, 2003). En resumen, se

estima que aproximadamente 20% de los hombres con diabetes y 40% de

las mujeres con diabetes van a sufrir algún episodio de depresión en sus

vidas (Lustman & Clouse, 2004a).

Teorías sobre la relación entre la diabetes y la depresión

Existen varias hipótesis que se han propuesto en la literatura científica

para explicar la posible relación entre la diabetes y la depresión (Egede &

Zheng, 2003;). Estas van desde visualizar la diabetes como un estresor

psico-social que aumenta el riesgo de presentar depresión hasta

explicaciones fisiológicas que asocian la diabetes y la depresión.

Page 73: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

La depresión resulta de los estresores psico-sociales asociados a la

diabetes

Una teoría para explicar la relación entre la depresión y la diabetes,

es que la depresión puede ser una respuesta al estrés psico-social

causado por la diabetes y su manejo (ej. restricciones en la dieta, carga

económica, fluctuaciones en el estado de ánimo por los síntomas de la

diabetes, entre otros). La duración de la diabetes resulta en un estrés

crónico y el número de complicaciones con el tiempo pueden afectar

negativamente la calidad de vida. Un estudio meta-analítico de 27

investigaciones reveló una asociación significativa consistente entre la

depresión y la presencia de complicaciones de la diabetes tanto en la

DMT1 y la DMT2 (De Groot et al., 2001). En pacientes de DMT1 y DMT2,

los síntomas de depresión se han asociado con reportar mas síntomas de

la diabetes, peor funcionamiento físico y menor adherencia al régimen

dietético y de ejercicio.

Además, hay estudios que han encontrado que el grado en que la

diabetes interfiere con la vida diaria predice más la sintomatología

depresiva que la presencia de complicaciones o el control personal en

pacientes de DMT2 (Talbot, & Audet, 1999). En los pacientes con DMT2

la depresión se ha relacionado con mayor percepción de la carga de los

síntomas, consecuencias anticipadas peores y percepción de falta de

control sobre la diabetes (Paschalides et al., 2004).

En este orden de ideas, los autores Talbot y Nouwen (2000)

realizaron una revisión de investigaciones relacionadas a la diabetes y la

depresión, y los resultados aparentan apoyar la hipótesis de que variables

psicológicas específicas a la diabetes están asociadas a la presencia de

sintomatología depresiva en pacientes de diabetes. Los estudios que ellos

revisaron sugieren que existen variables (ej. la percepción del grado de

Page 74: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

intrusión en la diabetes en la vida diaria, el apoyo social, la pérdida de

salud y los estilos de afrontamiento) que median la relación entre la

diabetes y la depresión. Las investigaciones no están claras en cuanto a

qué viene primero, si la depresión contribuye a que se manifiesten las

complicaciones más temprano o si la aparición de las complicaciones

contribuye al riesgo de desarrollar un episodio de depresión.

La depresión como resultado de factores bio-químicos

La depresión puede estar relacionada con los cambios bioquímicos

relacionados a la diabetes y su tratamiento. Cambios neuroquímicos

(alteraciones en ciertos neurotransmisores) y neurovasculares asociados

con la diabetes sugieren que la depresión en la diabetes puede ser

causada por cambios estructurales en el cerebro (Lustman, & Clouse,

1997). Aunque la mayoría de los estudios revisados coinciden en que no

hay suficiente evidencia para apoyar la teoría de que la depresión es

causada por factores físiológicos asociados a la diabetes, sí están de

acuerdo en que los factores bioquímicos pueden contribuir a la mayor

recurrencia y persistencia de la depresión en pacientes de diabetes en

comparación con la población general (Peyrot & Rubin, 1999; Talbot &

Nouwen, 2000).

Por otro lado, la diabetes y la depresión aparentan ser parte de un

conjunto de desórdenes metabólicos asociados. En los últimos años, se

han realizado estudios que sugieren que las personas que sufren de

episodios de depresión son más propensas a desarrollar diabetes

posteriormente (Anderson et al., 2001; Lustman & Clouse, 2004; Talbot &

Nouwen, 2000; Van den Akker, Schuurman, Metsemakers, & Buntinx,

2004).

Page 75: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Existe consenso en la literatura que la depresión aumenta el riesgo

de desarrollar DMT2 y complicaciones de la diabetes en los pacientes que

ya la padecen. Hay síntomas de depresión como lo son la falta de

energía, la inactividad y las alteraciones en el peso y el apetito que están

asociadas a la DMT2 y a presentar un peor control de la misma. Además,

se ha encontrado que tratar la depresión mejora el control de la diabetes

aunque los mecanismos causales no están claros (ej. efectos de cambios

en los neurotransmisores, cuyas concentraciones afectan la regulación de

la glucosa, efectos de los medicamentos, conductas de auto-cuido)

(Lustman & Clouse, 2004; Talbot & Nouwen, 2000).

La depresión en personas con diabetes aparenta ser un fenómeno

complejo que resulta de las interacciones entre factores genéticos,

biológicos y psico-sociales, lo cual puede explicar la mayor recurrencia,

persistencia y severidad de la depresión en las personas con diabetes

(Lustman, Clouse, 1988).

Estudios que han examinado los factores más asociados a padecer

de depresión en pacientes de diabetes han consistentemente arrojado los

siguientes factores: ser fémina, tener menor edad, obesidad, no estar

casado, fumar, estatus socio-económico bajo, y co-morbidad con otras

condiciones médicas (Egede & Zheng, 2003). El hecho de que estos

estudios incluyen factores tanto biológicos como psico-sociales, apoyan la

complejidad de la interacción biológica y psico-social con relación a la

depresión en las personas con diabetes. Estos factores también están

asociados independientemente a padecer de depresión (estatus socio-

económico bajo, ser fémina, no estar casado/a) (Dozois & Dobson, 2004),

y a desarrollar diabetes (obesidad, co-morbidad con otras condiciones)

(American Diabetes Association, 2002).

Page 76: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Consecuencias de la depresión en pacientes de diabetes

La depresión en pacientes de diabetes presenta un riesgo adicional

para la salud física y mental del paciente ya que consistentemente se ha

encontrado que la depresión afecta los niveles de azúcar en la sangre y el

riesgo a sufrir de complicaciones de la diabetes. Se cree que los cambios

neuroquímicos que acompañan la depresión pueden tener un efecto

directo en los niveles de azúcar en la sangre. Un estudio meta-analítico

de 24 investigaciones reveló que la depresión en pacientes de diabetes

está relacionada significativamente con la hiperglucemia tanto en

pacientes con DMT1 y DMT2 (Lustman et al., 2000). También se ha

encontrado que la depresión en pacientes de diabetes aumenta el riesgo

de sufrir problemas cardiovasculares (Lustman & Clouse, 2004).

Por otro lado, se conoce también que los síntomas físicos, cognitivos

y conductuales de la depresión (cansancio, letargo, cambios en el sueño y

el apetito, indecisión, desesperanza, pasividad/inactividad, aislamiento,

entre otros) pueden afectar la capacidad del paciente de llevar a cabo el

régimen de auto-cuido de la diabetes, y por ende los niveles de glucosa

en sangre (McKellar, Humphreys, & Piette, 2004). En pacientes de DMT1

y DMT2, los síntomas de depresión se asocian con reportar más síntomas

físicos asociados a la diabetes, peor salud física y menor adherencia al

régimen dietético y de ejercicio (Ciechanowski, Katon, Russo & Hirsh,

2003).

La depresión en pacientes de diabetes no sólo tiene un impacto

negativo en la salud, sino también en la calidad de vida y el

funcionamiento diario. En los pacientes tanto de DMT1 como de DMT2, la

depresión aparenta ser más recurrente y los episodios duran más tiempo

(Kovacs, et al 1999). En su estudio, Peyrot y Rubin (1999) encontraron

que de los pacientes que inicialmente reportaron sintomatología

Page 77: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

depresiva, 6 meses después, el 73% aún continuaban reportando

síntomas. En otro estudio sobre la discapacidad funcional en pacientes

con diabetes y depresión, el 77.8% de los pacientes que tenían diabetes y

depresión co-mórbida presentaron una discapacidad funcional en

comparación con pacientes sin diabetes y sin depresión (24.5%),

pacientes con diabetes (58.1%) y pacientes con depresión (51.3%)

(Egede, 2004).

 Adherencia terapéutica

Con respecto al cumplimiento de las prescripciones y más aún, lograr

que los pacientes auto regulen las condiciones del tratamiento para

mantener dentro de la normalidad los niveles de glucemia, son los

objetivos y la mayor preocupación de cualquier programa diabetológico. 

Las estrategias han girado en torno a la educación o al cambio de

conducta de las personas diabéticas.

Uno de los problemas más referidos en el ámbito de la salud es la

falta de adhesión o compromiso terapéutico de las personas, conducta

que pone de manifiesto el bajo cumplimiento. Al respecto se desatacan el

abandono prematuro de los tratamientos o la falta de disciplina en la toma

de medicamentos (Latorre Postigo y Beneit Medina, 1994).

Según Fernández  Rodríguez (1991), la adherencia cubre una

variedad de conductas, entre las que se incluyen:

▪ Iniciar y continuar un programa de tratamiento.

▪ Mantener las horas de consulta y acudir a las revisiones.

Page 78: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

▪ Tomar correctamente los medicamentos prescritos.

▪ Llevar a cabo las conductas adecuadas, para mantener un buen estilo

de vida (alimentación, ejercicio, manejo de estrés).

▪ Evitar comportamientos que conlleven un riesgo para la salud (fumar,

beber alcohol, etc.).

En este orden de ideas, se ha demostrado que en cualquier enfermedad

especialmente la diabetes, el tratamiento depende de cambios

fundamentales en el comportamiento – como cambios en la dieta, hacer

ejercicio, dejar de fumar y reducir el consumo de bebidas alcohólicas – los

cuales son difíciles incluso para los pacientes motivados.

Es por ello, que el cumplimiento de las prescripciones médicas o de los

hábitos de salud en general son  conductas, y como tal están sujetas a las

mismas leyes que controlan el aprendizaje, por lo que es fundamental

determinar los factores que afectan o regulan la aparición de estas

conductas de adhesión y para elaborar las estrategias para su

implantación (Fernández Rodríguez, 1991).

Además, el desempeño de los regímenes constituye un problema, ya

que hasta 50% de los pacientes fracasa en lograr un cumplimiento íntegro

y un 35% no utiliza los fármacos. Ya que los índices de cumplimiento en

el corto plazo en cuanto a las terapéuticas autoadministradas son

mayores que para las terapéuticas a largo plazo y ambos se correlacionan

inversamente con el número de prescripciones, su complejidad, costo y

con la percepción que la persona tiene sobre su medicación.

  Debido a lo anterior se puede afirmar que, las personas parecen

estar mejor capacitados para tomar medicamentos prescritos que para

Page 79: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

observar las recomendaciones en cuanto a la dieta y el ejercicio regular o

atender diversas actividades de autocuidado (como la vigilancia

doméstica de las concentraciones de la glucosa sanguínea).

Es indispensable hacer énfasis en la especial importancia de la

educación del paciente diabético en el consultorio, lo cual implica enseñar

los aspectos básicos de la diabetes, promoverla modificación del

comportamiento y solucionar los problemas inmediatos, con cambios en

los marcos psicológicos de referencia para ayudar a la persona a aceptar

su enfermedad y control (Zúñiga e Islas, 2000). 

Barreras para la adhesión al tratamiento diabetológico

Las principales dificultades para la adhesión al tratamiento

diabetológico tienen que ver con múltiples condiciones ligadas al estilo o

condiciones de vida de las personas que habitualmente se escapan al

análisis y al control médico. La adhesión o apego al tratamiento se define

como la conducta del individuo que coincide con la prescripción médica,

en términos de tomar los medicamentos, seguir el plan de alimentación o

transformar su estilo de vida.

Es necesario enfatizar a la persona la importancia de la aceptación de

su padecimiento, así como su capacidad para identificar los trastornos

afectivos y de ansiedad que ello implica, ya que su manejo adecuado

también se asocia con una mejoría en la calidad de vida y en el apego

terapéutico  (Durán Varela, Rivera  Chavira y  Franco Gallegos,  2001).

 En cuanto a la complejidad y cronicidad del tratamiento, cabe señalar

que los distintos componentes del tratamiento (medicación, plan de

alimentación, ejercicio) han de administrarse coordinados a lo largo del

día y durante toda la vida; además, la aversión de las medidas

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terapéuticas (una o dos inyecciones de insulina diarias y controles de

glucemia)  no deben ser causa de abandono al tratamiento, sino puesto

que éstas evitarán prescripciones más invasivas o agresivas en el futuro

cercano.

Según Rodríguez Saldaña (2002) se presentan barreras  frecuentes

para la adhesión al tratamiento, entre las que se encuentran:

a) La modificación en el estilo de vida.  Ésta viene dada por los cambios y

restricciones en la dieta, la modificación de los hábitos de ejercicio físico,

el control de situaciones estresantes, el tiempo requerido para la

administración de insulina y las medidas diarias de glucemia y otros

cuidados personales.

b) La ausencia de síntomas.  Durante los episodios hipérglucémicos la

mayoría de los diabéticos no tienen síntomas. De otro modo, aunque

existen una serie de síntomas neurogénicos y neuroglucopénicos

indicativos de descompensación, es un hecho que cada paciente suele

tener un patrón idiosincrásico y además cambiante a lo largo del tiempo lo

que supone una clara dificultad para discriminar e interpretar síntomas.

c) Las complicaciones asociadas (ceguera, neuropatía, nefropatía, etc.).

Ocurren a largo plazo, perdiendo, en buena medida, su potencial efecto

aversivo, con lo cual no cabe esperar que esta condición actúe como un

reforzador de la adhesión.

d) La ausencia de beneficios contingentes al cumplimiento.  En tanto que

la normalización glucémica depende de múltiples factores, no siempre es

contingente al cumplimiento.  Alternativamente, y salvo grandes

infracciones, el incumplimiento no siempre produce consecuencias

aversivas, en definitiva, la contingencia adhesión – normalización

glucémica no es segura en modo alguno.

Page 81: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

e) En la práctica médica convencional, la comunicación de las complejas

prescripciones del tratamiento no siempre se realiza en condiciones

formales que promuevan las destrezas requeridas para el cumplimiento y

la satisfacción del paciente.  Por lo general no se emplean términos

operativos, no se atiende al estilo de vida del paciente, no se proporciona

una adecuada retroalimentación sobre los problemas surgidos, pues ni el

modelado de las conductas requeridas, ni la supervisión son suficientes y

con frecuencia son realizados por médicos que desconocen al paciente.

f) La ausencia de conocimientos y habilidades específicas para el

adecuado seguimiento del tratamiento.  Los estudios sobre la falta de

adhesión en la diabetes evidencian  suficientemente este aspecto.

g) Las consecuencias de un seguimiento correcto son, en muchos casos,

más punitivas que las del incumplimiento.  Todos los componentes del

tratamiento, plan de alimentación, y el ejercicio son los que mayor

porcentaje de incumplimiento presentan.

Ahora bien, los problemas relacionados con el seguimiento del

tratamiento y, por tanto, con el propio ajuste metabólico, son un asunto

fundamentalmente conductual, que está sujeto a la evaluación e

intervención psicológica, además de la médica. No todos los hospitales y

centros de salud cuentan con una unidad de educación diabetológica

debidamente equipada; en la mayoría de los casos, los pacientes reciben

de los profesionales de la salud numerosas recomendaciones e

instrucciones para el tratamiento, pero los aspectos específicamente

conductuales apenas si son adecuadamente abordados (Jiménez

Jiménez, 1998).

Page 82: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

 

Integración del modelo biopsicosocial y la psicología de la salud en

el abordaje de la diabetes mellitus a favor de mejorar la calidad de

vida

Como ya se ha señalado, la psicología dispone de un marco

conceptual propio, empíricamente constatable, desde el cual el ser

humano es considerado como un sistema vivo, complejo, sometido a

cambios constantes dada su necesaria interacción con el medio social en

que vive y producto no sólo de su historia biológica, sino también de su

historia personal, experiencias, aprendizaje e interacciones, todo lo que

introduce a su vez, cambios estructurales en la personalidad.

La salud y la enfermedad del ser humano no se conceptúan como

situaciones inevitables prefijadas, sino como procesos complejos en los

que intervienen, a distintos niveles causales, factores psicológicos,

sociales y biológicos. Así, la persona es considerada como un agente

activo tanto en los procesos de salud, como en los de enfermedad.

Los psicólogos dedicados al campo de la salud han tenido que invertir

la práctica en demostrar y delimitar el espacio profesional en los diversos

centros de atención a la salud de los niveles en que se han insertado. El

trabajo de la psicología en las instituciones de salud sólo se hace posible

al existir órganos que coordinen, regulen y brinden una metodología de

acción que planifiquen y evalúen todas las actividades relativas a la

atención psicológica que se efectúe en dicha situación.

Ahora bien, la aparición de la Psicología de la salud deriva del cúmulo

de conocimientos científicos acumulados de su carácter tanto teórico

como técnico, y de la necesidad de dar respuesta a un conjunto amplio de

demandas en el campo de la salud. Por lo anterior puede decirse que las

Page 83: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

aportaciones e instrumentos para la mejor comprensión y el abordaje de

las repercusiones psicológicas que las enfermedades físicas y

tratamientos tienen sobre los individuos es otro objetivo fundamental de

esta disciplina.

Es por ello que, los aportes que la Psicología de la salud hace con

relación a las intervenciones en enfermedades crónicas consiste 

proporcionar atención integral a pacientes, familiares y personal que

asiste a instituciones médicas. Esto se logra por medio de tres frentes: 1)

la aplicación de técnicas de intervención individuales y grupales; 2) la

constitución del trabajo de manera multidisciplinaria en los diferentes

servicios que se otorgan, esto con el objetivo de elevar el bienestar y la

satisfacción de los servicios recibidos respecto a la salud física y

psicológica; 3) mediante la selección, evaluación y facilitación de

programas y recursos humanos para ejecutar  labores necesarias en los

tres niveles de atención (primario, secundario y terciario).

La atención psicológica en el nivel primario de atención a la salud

debe abocarse a  atender aquellas variables epidemiológicas implicadas

en factores de riesgo a padecer enfermedades físicas en la población,

tomando como punto de referencia a la epidemiología e investigando los

factores de riesgo que la Psicología de la salud propone en el aspecto

cognitivo, actitudinal y comportamental.

Se puede afirmar que los factores de riesgo permiten un abordaje

preventivo de la salud. Sin embargo, las investigaciones en esta temática

han estado  enmarcadas por el positivismo. Ya que la metodología de la

investigación, es ilustrativas del nivel analítico y descriptivo, por lo que se

puede afirmar que dicho modelo ha establecido las correlaciones

estadísticas entre los comportamientos de riesgos y las enfermedades

con bastante precisión.

Page 84: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Ahora bien, la propuesta del abordaje biopsicosocial de las

enfermedades crónicas no infecciosas, se hace necesaria cuando se

comprueba que el estilo de vida actual  es el factor más trascendental en

el desarrollo y la evolución de las mismas, por lo que se integra  la

intervención en el ámbito psicosocial, que tiene como objetivo movilizar

recursos psicológicos para prevenir y resolver problemas y necesidades

de la comunidad respecto a los problemas epidemiológicos. Es decir,

consiste en dotar a los sujetos individual y colectivamente de recursos e

instrumentos  psicológicos útiles para controlar los factores de riesgo, los

padecimientos y los cambios emocionales que se producen a lo largo de

la vida y del desarrollo de la enfermedad.

Es por ello que la propuesta del Modelo Biopsicosocial permite cambiar la

dirección de la mirada que se tiene hacia la enfermedad, es decir, en

lugar de mirar el déficit y la patología como tal, se deben considerar como

principales puntos de partida para la acción de salud  los recursos,

potencialidades y habilidades que existen en la vida de cada individuo. 

Desde esta perspectiva preventiva la prioridad es observar los recursos

personales, médicos y sociales que se tienen para disminuir los riesgos

(Morales Calatayud, 1997).

En este sentido, resulta de actualidad para la Psicología de la Salud

la investigación del apoyo social como un elemento determinante del

proceso de enfermar. Se estudian las redes de apoyo social (Liss, 1998)

los tipos de apoyo, su estabilidad y su influencia en el mantenimiento de

la salud, o de modo inverso, su incidencia en la vulnerabilidad del sujeto

ante la enfermedad (Trief, y Hagglog, 1995).

La efectividad de las intervenciones psicosociales en diabetes

(Delamater, et.al., 2001)   deben demostrar su éxito, en los escenarios

clínicos, por una parte, en el tratamiento de pacientes y, por otra, en los

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costos financieros y emocionales. Sólo de esta forma se expandirá la

implementación de este tipo de estrategias de intervención (Woldridge et.

al., 1996). Siendo así, las evaluaciones de las estrategias pueden ser

aplicadas en variables cualitativas - como la calidad de vida y el bienestar

subjetivo - y en  las variables cuantitativas - como los niveles de

hemoglobina y glucosa

Cabe señalar que es necesario desarrollar investigaciones

longitudinales que indaguen respecto a la adquisición de habilidades de

autocuidado, estrategias de afrontamiento, manejo del estrés  y calidad de

vida, para generar propuestas en poblaciones con necesidades

específicas, ya que las intervenciones basadas en teorías son necesarias

para determinar la  individualización de las terapias psicosociales para

mejorar la adherencia al régimen, el control glucémico, la calidad de vida

en personas con otras dificultades circunstanciales independientemente

de que estén relacionadas con la diabetes.

Los resultados de tales intervenciones pueden informar al desarrollo

de otras inferencias en poblaciones específicas que pueden ser: grupos

étnicos; individuos de bajo estatus económico; individuos que viven solos,

sin apoyo social o sin familia; individuos con desórdenes psiquiátricos y

aquellos que viven complicaciones relacionadas con la diabetes como

amputaciones, ceguera o insuficiencia renal crónica o terminal (Rose et.

al., 2000).

En ocasiones, en el nivel secundario de atención a la salud, dada la

gravedad de la diabetes que el paciente presenta (ya sea por el buen o el

mal pronóstico que ésta tiene y las complicaciones), se presupone que la

persona no debe desarrollar ningún tipo de alteración psicológica o que,

por el contrario, debe estar altamente afectada. Este tipo de afirmaciones

puede conducir, bien, a no explorar adecuadamente las reacciones del

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paciente o a subestimarlas, o a “patologizar” innecesariamente algunas de

las conductas que manifiesta y que con una perspectiva diferente del

individuo se entenderían como simples reacciones emocionales (Célerier,

Oresve, y Janiaud Gouitaa, 1999; Montoya, 1992).

En este sentido, Ibáñez (1990) ya advierte del peligro que se corre de

no entender, en ocasiones, las reacciones depresivas de los pacientes

como simples reacciones emocionales reactivas a nivel fisiológico o

normal y adaptativa ante el impacto del diagnóstico, más que como una

patología psicológica y/o psiquiátrica necesaria de tratamiento.

De lo anterior es posible hacer una inferencia relacionada con el 

Modelo Ecológico de Bronfrenbrenner  (1976): es un marco de referencia

extenso  que involucra a todos los niveles de atención en salud, ya que

los contextos o entornos que propone son comunes a todos los individuos

y determinan (a la vez están determinados por) el estilo de vida de los

sujetos que en ellos se desenvuelven, asimismo que ninguno excluye al

otro.

De alguna manera, lo que en un momento dado se ve modificado es

el impacto de los entornos en el individuo al momento de recibir el

diagnóstico y durante la evolución de la enfermedad, por ejemplo, en el

caso del macrosistema la persona que padece diabetes orientará su vista

a los programas planteados para atención al manejo, educación y control

de la diabetes.

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Bases Legales

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Publicada enGaceta Oficial Extraordinaria N° 5.453 de la República Bolivariana de

Venezuela. Caracas, viernes 24 de marzo de 2000:

TÍTULO IIIDE LOS DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS,

Y DE LOS DEBERESCapítulo I

Disposiciones Generales

Artículo 28. Toda persona tiene el derecho de acceder a la información y a los datos que sobre sí misma o sobre sus bienes consten en registros oficiales o privados, con las excepciones que establezca la ley, así como de conocer el uso que se haga de los mismos y su finalidad, y de solicitar ante el tribunal competente la actualización, la rectificación o la destrucción de aquellos, si fuesen erróneos o afectasen ilegítimamente sus derechos. Igualmente, podrá acceder a documentos de cualquier naturaleza que contengan información cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o grupos de personas. Queda a salvo el secreto delas fuentes de información periodística y de otras profesiones que determine la ley.

Capítulo VDe los Derechos Sociales y de las Familias

Artículo 83. La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República

Artículo 84. Para garantizar el derecho a la salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y solidaridad. El sistema público nacional de salud dará prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y

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rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada tiene el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la política específica en las instituciones públicas de salud.

Artículo 85. El financiamiento del sistema público nacional de salud es obligación del Estado, que integrará los recursos fiscales, las cotizaciones obligatorias de la seguridad social y cualquier otra fuente de financiamiento que determine la ley. El Estado garantizará un presupuesto para la salud que permita cumplir con los objetivos de la política sanitaria. En coordinación con las universidades y los centros de investigación, se promoverá y desarrollará una política nacional de formación de profesionales, técnicos y técnicas y una industria nacional de producción de insumos para la salud. El Estado regulará las instituciones públicasy privadas de salud.

LEY ORGÁNICA DE SALUDGaceta Oficial Nº 36.579 de fecha 11 de noviembre de 1998

EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA Decreta la siguiente,

LEY ORGÁNICA DE SALUDTÍTULO I

Disposiciones Preliminares

Artículo 3°.- Los servicios de salud garantizarán la protección de la salud a todos los habitantes del país y funcionarán de conformidad con los siguientes principios: Principio de Universalidad: Todos tienen el derecho de acceder y recibir los servicios para la salud, sin discriminación de ninguna naturaleza.Principio de Participación: Los ciudadanos individualmente o en sus organizaciones comunitarias deben preservar su salud, participar en la programación de los servicios de promoción y saneamiento ambiental y en la gestión y financiamiento de los establecimientos de salud a través de aportes voluntarios.Principio de Complementariedad: Los organismos públicos territoriales nacionales, estadales y municipales, así como los distintos niveles de atención se complementarán entre sí, de acuerdo a la capacidad científica, tecnológica, financiera y administrativa de los mismos.Principio de Coordinación: Las administraciones públicas y los establecimientos de atención médica cooperarán y concurrirán

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armónicamente entre sí, en el ejercicio de sus funciones, acciones y utilización de sus recursos.Principio de Calidad: En los establecimientos de atención médica se desarrollarán mecanismos de control para garantizar a los usuarios la calidad en la prestación de los servicios, la cual deberá observar criterios de integridad, personalización, continuidad, suficiencia, oportunidad y adecuación a las normas, procedimientos administrativos y prácticas profesionales.

CAPÍTULO IIIDe la Atención Médica

Artículo 28.- La atención integral de la salud de personas, familias y comunidades, comprende actividades de prevención, promoción, restitución y rehabilitación que serán prestadas en establecimientos que cuenten con los servicios de atención correspondientes. A tal efecto y de acuerdo con el grado de complejidad de las enfermedades y de los medios de diagnóstico y tratamiento, estos servicios se clasifican en tres niveles de atención.Artículo 29.- El primer nivel de atención médica estará a cargo del personal de ciencias de la salud, y se prestará con una dotación básica. Dicho nivel cumplirá acciones de promoción, protección, prevención, diagnóstico y tratamiento en forma ambulatoria, sin distinción de edad, sexo o motivo de consulta.Artículo 30.- El segundo nivel de atención médica cumple acciones de promoción, protección, prevención, diagnóstico y tratamiento en forma ambulatoria de afecciones, discriminadas por edad, sexo y motivos de consulta, que requieren médicos especialistas y equipos operados por personal técnico en diferentes disciplinas.Artículo 31.- El tercer nivel de atención cumple actividades de diagnósticos y tratamientos en pacientes que requieren atención especializada con o sin hospitalización en aquellos casos referidos por los servicios de atención del primero y segundo nivel.

TÍTULO VIIIDe los Derechos y Garantías de los Beneficiarios

Artículo 68.- Todo sujeto a quien le sean lesionados sus derechos subjetivos o intereses legítimos en los términos establecidos en esta Ley, podrá recurrir ante la vía administrativa o ante la jurisdicción administrativa de conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica

Page 90: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

de Procedimientos Administrativos y en la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia.

Artículo 69.- Los pacientes tendrán los siguientes derechos:El respeto a su dignidad e intimidad, sin que pueda ser discriminado por razones de tipo geográfico, racial, social, sexual, económico, ideológico, político o religioso.Aceptar o rehusar su participación, previa información, en proyectos de investigación experimental en seres humanos Recibir explicación en términos comprensibles en lo que concierne a salud y al tratamiento de su enfermedad, a fin de que pueda dar su consentimiento informado ante las opciones diagnósticas y terapéuticas, a menos que se trate de intervención que suponga riesgo epidémico, de contagio de enfermedad severa, y en caso de extrema urgencia. Negarse a medidas extraordinarias de prolongación de su vida, cuando se encuentre en condiciones vitales irrecuperables debidamente constatadas a la luz de los consentimientos de la ciencia médica del momento.Recibir el representante del paciente, su cónyuge, hijos mayores de edad u otro familiar, explicaciones sobre las opciones diagnósticas del paciente cuando éste se encuentre en estado de alteración mental que le impida entender y decidir. Una historia médica donde conste por escrito, y certificados por el médico tratante o quien haga sus veces, todos los datos pertinentes a su enfermedad, motivo de consulta, antecedentes, historia de la enfermedad actual, diagnóstico principal y diagnósticos secundarios, terapéuticas y la evolución clínica.Igualmente, se harán constar las condiciones de salud del paciente al egreso, la terapéutica a seguir y las consultas sucesivas a cumplir. Cuando el paciente deba continuar su tratamiento en otro establecimiento de atención médica o cuando el paciente lo exija se le entregará un resumen escrito y certificado de su historia médica.Un trato confidencial en relación con la información médica sobre su persona. Ser asistido en establecimientos de atención médica donde exista la dotación adecuada de recursos humano s y equipos a sus necesidades de salud, aun en situación de conflictos laborales.Exigir ante la administración del establecimiento público o privado de atención médica, los soportes de los costos institucionales, servicios y honorarios a pagar, si este fuera el caso.

Artículo 70.- Los pacientes tendrán los siguientes deberes:Preservar y conservar su propia salud y la de sus familiares, y cumplir las instrucciones e indicaciones que conduzcan a ello. Contribuir al cuidado físico, al mantenimiento y al cumplimiento de

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las normas de orden y disciplina de los establecimientos de atención médica.Cumplir las disposiciones legales, reglamentos, resoluciones y órdenes que adopten las autoridades públicas competentes, en beneficio de su salud y la salud de los demás.Retribuir los costos generados por la atención médica cuando su capacidad económica se lo permita.

Específicamente, la Psicología como ciencia y profesión, se encuentra

regida por leyes y códigos éticos regulan el ejercicio de la misma; por

tanto, el artículo dos (02) de la Ley de Ejercicio de la Psicología

argumenta, que

“…la utilización del conocimiento adquirido mediante el estudio científico

del comportamiento humano y del animal, tanto en la realización de

labores de investigación y docencia en Psicología, como en la prestación

de servicios profesionales, a título gratuito u oneroso, directamente a

particulares o a instituciones públicas o privadas. Este conocimiento

capacita al Psicólogo para colaborar en los distintos ámbitos de la

conducta humana y animal, a través de acciones de exploración,

descripción, explicación, predicción, orientación y modificación de

situaciones, tanto en el contexto de la investigación pura, como en el

marco de la investigación aplicada, la docencia en Psicología y el ejercicio

profesional, libre o institucional…”; junto al Código de Ética Profesional

del Psicólogo de Venezuela, específicamente en el Capítulo uno (I) de

los Deberes Éticos en el Área de la Investigación, donde los siguientes

artículos exponen los criterios que debe seguir el investigador en sus

trabajos: Artículo cincuenta y cuatro

(54): “La investigación en Psicología debe inspirarse en los más elevados

principios éticos y científicos”.

Artículo cincuenta y cinco (55): “La investigación en Psicología deberá

ser realizada y supervisada por personas técnicamente entrenadas y

científicamente calificadas”.

Page 92: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Artículo cincuenta y siete (57): “Para proteger la integridad física y

mental de la persona, la experimentación con humanos debe cumplir los

siguientes requisitos: a) Toda persona debe expresar con absoluta

libertad su voluntad

de aceptar o rechazar su condición de sujeto de experimentación…”

Artículo sesenta (60): “El investigador deberá garantizar el anonimato de

las respuestas de los sujetos sometidos a investigaciones y evitar o

aminorar la posibilidad de cualquier daño moral a aquellos”.

Artículo sesenta y dos (62): “El desacuerdo con los resultados de una

investigación o estudio no es razón admisible para silenciar su

publicación”.

Page 93: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Cuadro 3

Operacionalización de las Variable

Fuente: Navas (2010)

Variable Dimensiones Indicadores Ítems

Trastorno Distímico

Emocionales - Tiempo para el trabajo- Post-diagnóstico

- 2- 4

Fisiológicas - Fatiga -1, 13Cognitivas - 14

Socio-familiares- Vida social- Impacto en familia y amigos- Apoyo y empatía

-1,3,12-5,8-6,7

Ambientales - Primera consulta - Personal Médico - Estructura Física

- 9-10- 11

Diabetes Mellitus tipo II

Educación del paciente

- Asistencia a la consulta - Manejo de la dieta - Información

- 9,10, 11,12

- 12Educación del familiar

- Apoyo a la dieta - Dieta Familiar - Información

- 6- 7-15

Page 94: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

CAPITULO III

MARCO METODOLÓGICO

El proceso investigativo amerita de soportes que le den la profundidad

científica al estudio a efectuar; de allí, el establecimiento de la

metodología a ser empleada en el desarrollo del mismo. Para ello, se

hace necesario definir el tipo y diseño de la investigación, la población y

muestra, además de relacionar los mismos, con las técnicas e

instrumentos a utilizar. Al respecto, Arias (2006), manifiesta que éste “es

el encargado de mostrar cada uno de los aspectos técnicos a ser

empleados por el investigador para obtener información relevante para el

estudio”. (p.36).

Tipo de investigación

En todo estudio es necesario dejar en claro el tipo o naturaleza al cual el

mismo pertenece, de modo que este el ultimo obedece a los fines que

persigue el investigador y en consecuencia, a la problemática que el

mismo desea resolver. En este orden de ideas cabe señalar que las

investigaciones varían en sus modalidades de acuerdo al enfoque que se

les dé, y de acuerdo también con las necesidades de información que

posee el indagador, de manera tal que se podrá hablar de Estudios de

campo, descriptivos, explicativos y documentales entre otros.

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En concordancia con los juicios de valor previos, cabe señalar que el

presente trabajo de investigación se enmarca dentro del tipo de campo

descriptivo, en atención a tal afirmación se deben definir ambas

modalidades investigativas, es por ello que resulta apropiado tomar en

consideración las palabras de Arias (2006) en relación a la investigación

de campo quien al respecto argumenta que la misma “es aquella que

consiste en la recolección de datos directamente de los sujetos

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Investigados” (p.31), seguidamente, se le dio un gran peso a las ideas de

Hurtado (2007) quien agrega con relación a la investigación descriptiva

las siguientes ideas: “Tiene como objetivo la descripción precisa del

evento de estudio. Este tipo de investigación se asocia al diagnóstico.”

(p.101).

Ahora bien, con base en los señalamientos anteriores, se puede decir que

los datos del presente estudio fueron recabados por la investigadora en

Hospital Central de la ciudad de San Felipe Placido Daniel Rodríguez

Rivero, por ende tras la aplicación de dos instrumentos previamente

elaborados se recolectó una información valiosa para el estudio derivada

del lugar previamente mencionado. Así mismo, en el marco del trabajo de

investigación se describieron aspectos importantes que determinan el

proceso de negación en el que inciden muchos pacientes a los que se les

ha diagnosticado previamente la diabetes mellitus tipo II.

Diseño de Investigación

El diseño de la investigación esta intrínsecamente relacionado con el

tipo de estudio que se desea abordar, no obstante, dada la ingenuidad y

el desconocimiento por parte de algunos investigadores, suelen

confundirse ambos términos con regularidad, es por ello que se debe

dejar en claro que el diseño tendrá que ver con los aspectos operativos

del estudio, o para ser lo más explicito posible, con la forma en que se

manejan las variables, en este orden de ideas, se optó por considerar los

argumentos de Hurtado (2007), quien explica de manera detallada los

diferentes aspectos que enmarcan un diseño metodológico:”El diseño de

investigación hace explícitos los aspectos operativos de la misma, si el

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tipo de investigación se define con base en el objetivo, el diseño se define

con base en el procedimiento”(p.147).

Del mismo modo Sampieri y otros (1999) sostienen con relación a lo que

es un diseño de investigación que: “el diseño señala al investigador lo que

debe hacer para alcanzar sus objetivos de estudio, contestar las

interrogantes que se ha planteado y analizar la certeza de las hipótesis

formuladas en un contexto particular” (p.106). En atención al análisis

anterior se puede aseverar que el diseño al que más se adecuó el

presente trabajo de investigación fue el de carácter no experimental, en

este sentido se estimaron convenientes las palabras de Balestrini (2002)

expresadas a continuación “los diseños no experimentales son aquellos

que se proponen la descripción de las variables, tal como se manifiestan

y el análisis de estas, tomando en cuenta su interrelación y coincidencia”

(p.133), en este orden de ideas, la investigadora describe las variables

previamente operacionalizadas, sin llegar a manipularlas, en atención a

dar respuesta certera a las interrogantes de estudio, y por consiguiente

alcanzar las metas trazadas en los objetivos de la investigación.

Población y Muestra

Población

Se debe entender como población de una investigación al conjunto de

individuos que poseen características comunes y a los que se recurre

con la firme intención de captar toda la información necesaria para poder

dar respuesta a las interrogantes de la misma, en este orden de

Page 98: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

señalamientos, será muy difícil, extraño o hasta inconcebible en la

mayoría de los casos el utilizar poblaciones conformadas por objetos

inanimados, dado lo obvio que resulta el hecho de que es imposible

aplicarle a tales objetos un instrumento de recolección de información.

En atención a los juicios de valor previos, resulta razonable comenzar por

definir población desde el punto de vista de la metodología de la

investigación, por tal motivo se estiman adecuadas las palabras de

Hurtado (2007) quien asegura al respecto lo siguiente: “El conjunto de

seres que poseen la característica o evento a estudiar y que se enmarcan

dentro de los criterios de inclusión conforman la población”. (p.140), De la

misma manera Sampieri y otros (1999) especifican que la población de un

estudio no es más que: “el conjunto de todos los casos que concuerdan

con una serie de especificaciones” (p.204).

Ahora bien, una vez definido el término población bajo los parámetros

metodológicos, resulta pertinente precisar al conjunto de individuos que

han de conformar el universo de estudio, por tal motivo es de explicar que

la población del actual trabajo de investigación estuvo conformada por

ochenta (80) pacientes, que acuden de manera constante a consulta en la

unidad de diabéticos del Hospital Central de la ciudad de San Felipe,

Placido Daniel Rodríguez Rivero, poseyendo además estos últimos la

característica común de padecer de diabetes mellitus tipo II. Igualmente,

cabe destacar que dado a que se conoce la cantidad de individuos que

conforman el universo de estudio, se puede en tal sentido hablar de una

población de carácter finito, argumento que conlleva a la

conceptualización de este tipo de población tomando para ello las ideas

expresadas por Arias (2006) quien al respecto asegura: “Agrupación en la

que se conoce la cantidad de unidades que la integran” (p. 82).

Page 99: INCIDENCIA DEL TRASTORNO DÍSTIMICO EN PACIENTES CON DIABETES MELLITUS TIPO I

Muestra

Una muestra estadística (también llamada muestra aleatoria o

simplemente muestra) es un subconjunto de casos o individuos de una

población estadística. Las muestras se obtienen con la intención de inferir

propiedades de la totalidad de la población, para lo cual deben ser

representativas de la misma. Para cumplir esta característica la inclusión

de sujetos en la muestra debe seguir una técnica de muestreo. En tales

casos, puede obtenerse una información similar a la de un estudio

exhaustivo con mayor rapidez y menor coste. En concordancia con tales

afirmaciones, es de asegurar que la muestra estadística es descrita por

Balestrini (2002) bajo los siguientes parámetros: “La muestra estadística

es una parte de la población, o sea, un número de individuos u objetos

seleccionados científicamente, cada uno de los cuales es un elemento del

universo” (p.141).

Con base en la cita anterior, es de explicar que la muestra seleccionada

para el presente estudio estuvo conformada por el 30% de la población

accesible, por tal motivo se optó por aplicarle los instrumentos de

recolección de información a 24 pacientes, que acuden de forma

recurrente a consulta en la unidad de diabéticos del Hospital Central de la

ciudad de San Felipe, Placido Daniel Rodríguez Rivero, quienes padecen

de diabetes mellitus tipo II, acudiéndose por tanto a un criterio de

muestreo de índole probabilístico.

Así, la muestra de tipo probabilístico tiene connotaciones de carácter

similar en casi todas las afirmaciones hechas por las autoridades en

metodología de la investigación, más sin embargo se recurrió a Hurtado

(2007) quien aduce al respecto lo siguiente: “Cuando el muestreo es

probabilístico, cada unidad integrante de la población tiene una

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probabilidad conocida de formar parte de la muestra seleccionada; esto

hace posible que el investigador pueda hacer un estimado del nivel de

confianza de su muestra”.(p.141).

Técnicas e Instrumento de recolección de datos

Técnicas

Cuando se está planificando una investigación, luego de definir sus

objetivos, es preciso diseñar la estrategia para alcanzarlos. Uno de los

aspectos a considerar es la recolección de datos. Existen técnicas de

recolección de datos de gran aplicación sobre todo en las investigaciones

sociales, dentro de las cuales se encuentran las escalas para medir

actitudes y opiniones, los test psicológicos, las técnicas socio-métricas y

otras. Para todas las técnicas de recolección mencionadas debe

diseñarse un instrumento en el cual queden anotados los datos recogidos.

Del mismo modo, Cuando se habla de recolección de datos se hace

referencia a la información empírica abstraída en conceptos. La

recolección de datos tiene que ver con el concepto de medición, proceso

mediante el cual se obtiene el dato, valor o respuesta para la variable que

se investiga. La medición, etimológicamente viene del verbo medir y

significa comparar una cantidad con su respectiva unidad con el fin de

averiguar cuantas veces la segunda está contenida en la primera.

Al respecto, Hurtado (2007) explica que: “las técnicas tienen que ver con

los procedimientos utilizados para la recolección de los datos, es decir, el

cómo. Estas pueden ser de revisión documental, observación, encuesta y

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técnicas socio métricas, entre otras”. (p.153); igualmente Arias (2006)

insiste en que las técnicas pueden ser consideradas como: “el

procedimiento o forma particular de obtener datos o información” (p.67).

A partir del análisis previo es de mencionar que las técnicas utilizadas

en el presente trabajo de investigación fueron la observación directa y la

encuesta, es así como se definen ambas técnicas a continuación, en este

sentido Sampieri y otros (1999) especifican con respecto a la observación

directa que: “consiste en el registro sistemático, válido y confiable de

comportamiento o conducta manifiesta. Puede utilizarse como técnica de

medición en muy diversas circunstancias” (p.310). Así mismo Arias (2006)

insiste en que “Es una técnica que consiste en visualizar o captar

mediante la vista, en forma sistemática, cualquier hecho” (p.69).

Por otra parte, en cuanto a la encuesta, Arias (2006) aduce que es “Una

técnica que pretende obtener información que suministra un grupo o

muestra de sujetos acerca de sí mismos” (p.72).

Instrumento

El instrumento de recolección de datos está orientado a crear las

condiciones para la medición. Los datos son conceptos que expresan una

abstracción del mundo real, de lo sensorial, susceptible de ser percibido

por los sentidos de manera directa o indirecta. Todo lo empírico es

medible. No existe ningún aspecto de la realidad que escape a esta

posibilidad. Medición implica cuantificación.

Así mismo, en toda investigación se aplica un instrumento para medir las

variables, esa medición es efectiva cuando el instrumento de recolección

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de los datos realmente representa a las variables que se tienen en mente.

De no ser así esa medición es deficiente, y por lo tanto la investigación no

es digna de tomarse en cuenta, es por ello que para explicar lo que es un

instrumento de recolección de datos, se reseñaron las palabras de

Hurtado (2007) quien especifica lo siguiente: “un instrumento de

recolección de datos es la herramienta con la cual se va a recoger, filtrar y

codificar la información, es decir, el con qué”. (p.153), de la misma

manera Arias (2006), al respecto aduce que un instrumento de

recolección de datos es: “cualquier recurso, dispositivo o formato (en

papel o digital), que se utiliza para obtener, registrar o almacenar

información” (p.69).

En este sentido, se optó por el uso de dos modelos de instrumentos

de recolección de información, de modo que ambos se apoyaron en

cuestionarios con Ítems de carácter cerrado, en consecuencia, es de

explicar que el primer instrumento contó con 15 ítems basados en la

escala tipo likert, y se utilizó para identificar los factores que influyen en la

incidencia del trastorno distímico de los pacientes con Diabetes Mellitus

mientras que el segundo instrumento se fundamentó en la lista de

chequeo apoyado en el DSM IV, la cual se utiliza comúnmente parad

determinar los síntomas del trastorno distímico en los pacientes con

diabetes Mellitus de la sala de diabéticos, con un total de 17 ítems del

tipo abierto.

Ahora bien, el instrumento de tipo cuestionario es definido por Arias

(2006) como “la modalidad de encuesta que se realiza de forma escrita

mediante un instrumento”. (p.74). mientras que la escala tipo lickert es

definida por Sampieri y otros (1999) bajo los siguientes juicios de

valor:”Consiste en un conjunto de Ítems presentados en forma de

afirmaciones o juicios ante los cuales se pide la reacción de los sujetos”

(p.256). Finalmente se debe poner de manifiesto lo que implica una lista

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de chequeo o de cotejo de acuerdo con los argumentos esgrimidos por

Arias (2006):”también denominada lista de control o de verificación, es un

instrumento en el que se indica la presencia o ausencia de un aspecto o

conducta a ser observada.” (p.70).

Validez y Confiabilidad

Validez

La validez en términos generales se refiere al grado en que un

instrumento realmente mide la variable que pretende medir. Por ejemplo,

un instrumento para medir la inteligencia válido debe medir la inteligencia

y no la memoria; así mismo una prueba sobre conocimientos de historia

debe medir esto y no conocimientos de literatura histórica. El criterio de

validez del instrumento tiene que ver con la validez del contenido y la

validez de construcción. En este orden de ideas, es de aclarar que la

validez establece relación del instrumento con las variables que pretende

medir y, la validez de construcción relaciona los ítems del cuestionario

aplicado; con los basamentos teóricos y los Objetivos de la investigación

para que exista consistencia y coherencia técnica. Ese proceso de

validación se vincula a las variables entre sí.

En el mismo orden de ideas, la validez de un instrumento es caracterizada

por Arias (2006) quien explica que "las preguntas o ítems deben tener

correspondencia directa con los objetivos de la investigación; es decir las

interrogantes consultaran solo aquello que se pretende conocer o medir”

(p.79). Mientras que Hurtado (2007) aduce que: “para que un instrumento

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sea de medición, debe captar información de manera selectiva y precisa,

es decir solo aquella información que da cuenta del estudio y no otra. A

esta selectividad se le llama “validez”. (p.154).

De esta manera, en el presente trabajo de investigación el método o

técnica que se consideró adecuado para aplicar en el proceso de

validación del primer instrumento basado en la escala de likert fue el del

juicio de expertos, no obstante el segundo instrumento fundamentado en

la lista de cotejo o de chequeo apoyado en el DCM IV no requirió proceso

de validación dado a que el mismo ha sido utilizado de manera amplia en

el campo de la psicología clínica, quedando en evidencia su grado de

validez.

En concordancia con lo antes descrito, se debe agregar que el método de

juicio de expertos utilizado para validar instrumentos en el campo de la

metodología de la investigación es definido por Hurtado (2007), quien

aclara que: “Para darle validez al instrumento se somete a la evaluación

de un experto”. (p.156). En este orden de ideas, para validar el

instrumento basado en la escala tipo lickert se procedió a presentar un

formato a dos especialistas en la temática de estudio y un metodólogo

quienes a través del mismo evaluaron criterios claves tales como

Redacción, precisión, pertinencia y coherencia.

Confiabilidad

Una de las características técnicas que determinan la utilidad de los

resultados de un instrumento de medición es su grado de

reproducibilidad. Esta se refiere al hecho de que los resultados obtenidos

con el instrumento en una determinada ocasión, bajo ciertas condiciones,

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deberían ser similares si se volviera a medir el mismo rasgo en

condiciones idénticas.

Este aspecto de la exactitud con que un instrumento mide lo que se

pretende medir es lo que se denomina la confiabilidad de la medida. En

este sentido, el término confiabilidad es equivalente a los de estabilidad y

predictibilidad. Esta es la acepción que más comúnmente se le da a este

término. No obstante, otra manera de aproximarse al concepto de

confiabilidad es preguntarse: ¿Hasta dónde los resultados obtenidos con

un instrumento de medición constituyen la medida “verdadera” de la

propiedad que se pretende medir? Esta acepción del término confiabilidad

es sinónimo de seguridad. En concordancia con lo anterior, cabe decir

que la confiabilidad del instrumento según Sampieri y otros (1999) está

enmarcada en los siguientes aspectos: “Existen diversos aspectos para

calcular la confiabilidad del instrumento de medición. Todos utilizan

formulas que producen coeficientes de confiabilidad. Estos coeficientes

pueden oscilar entre 0 y 1.” (p.241).

En el mismo orden de ideas, cabe agregar que el método utilizado

para calcular la confiabilidad de los instrumentos correspondientes a la

actual investigación fue el Alfa de Cronbach, el cual es explicado por los

mismos autores de la siguiente manera:”Este coeficiente desarrollado por

J.L. Cronbach requiere una sola administración del instrumento de

medición y produce valores que oscilan entre 0 y 1.” (p.242).

Ahora bien, la fórmula para calcular el coeficiente de confiabilidad de Alfa

de Cronbach es la siguiente:

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N ∑ S2y

α = --------- 1 - ---------

N – 1 S2t

Donde:

α = Coeficiente de Confiabilidad

N = Número de ítems del instrumento.

S2y = Varianza de cada ítem.

S2t = Varianza total del instrumento.

Técnicas de Análisis de Datos

Frecuentemente se cree que con un proceso superficial y un

tratamiento efímero, los datos brutos se pueden convertir en complejas

conclusiones, esto por lo común se debe a la complejidad de los mismos

datos y a una incapacidad, bastante generalizada de realizar trabajos

abstractos y teóricos. Igualmente, analizar datos supone descomponer

una realidad total en las partes que la integran, para de esta manera

decodificar acertadamente lo que dichas partes expresan dentro de la

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investigación, por tanto, los análisis de los resultados dependerán de la

técnica aplicada, ya que cuando las preguntas son de índole cerrado se

ajusta más la aplicación del análisis cuantitativo, mientras que si son

abiertas lo más lógico es interpretar la calidad de la información.

A los efectos de las acotaciones previas, se toma en cuenta a

Balestrini (2002), quien esgrime la siguiente síntesis: “El propósito del

análisis es resumir las observaciones llevadas a cabo de forma tal que

proporcionen respuestas a las interrogantes de investigación” (p.169).

Continuando con lo anterior, es de explicar que para el análisis de la

información se ordenaron los resultados según las respuestas del

instrumento, los cuales se dispusieron en cuadros y gráficos, y se

analizaron para establecer los parámetros que lleven a dar resultados de

las interrogantes planteadas en la presente investigación, realizando lo

que se conoce como tabulación de los datos.

Además se requiere de un proceso sistemático y cuidadoso en

relación con el traslado de las respuestas emitidas por cada sujeto de la

muestra seleccionada al cuadro de tabulación. Este análisis se realizó

utilizando la técnica porcentual, determinando las frecuencias y

porcentajes en las repuestas obtenidas en la aplicación del instrumento.

Para obtener los datos de los instrumentos aplicados se partió del

procedimiento estadístico cuya fórmula es la siguiente:

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% = F x100

N

Donde:

% = Frecuencia relativa

F = Frecuencia acumulada

N = Total de frecuencia

Las frecuencias relativas son los porcentajes de casos en cada categoría

y las frecuencias acumuladas son los que se van acumulando en cada

categoría. En la última categoría siempre se acumula el total.

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CAPITULO IV