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Juan Moreira Eduardo Gutiérrez - José J. Podestá Noticia. La importancia que generalmente se atribuye al drama Juan Moreira como espectáculo inicial de una serie en que persisten sus características y ambiente, induce al Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofía y Letras a publicar la versión que el circo Podestá-Scotti estrenó en Chivilcoy el 10 de abril de 1886. Don José J. Podestá, creador del protagonista y autor de ese primer arreglo, visitó el Instituto a pedido de su director, hizo donación del manuscrito y autorizó su publicación; todo lo cual agradecemos al prestigioso actor criollo. Se trata de un cuaderno (21×18), de 26 hojas manuscritas ya en una, ya en ambas páginas. Dice la tapa: Juan Moreira / 1886. Al leer hoy el presuroso y rudimentario arreglo que emprendió a los 27 años de edad, el propio señor Podestá nos manifestó su deseo de corregirlo; mas en presencia de las sugestivas páginas que originan un movimiento de trascendencia discutida, hemos insistido en reproducirlo con muy completa fidelidad, para que el primitivo texto proporcione a la discusión un elemento que necesita y, en todo caso, para que el entusiasmo y la voluntad tengan en su ingenua factura testimonio que los acredite. El Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez que La Patria Argentina publicó como folletín desde el 28 de noviembre de 1879 hasta el 8 de enero de 1880, fue casi enteramente escenificado por el propio autor al preparar el mimodrama que se estrenó en 1884. Es más: los actores pensaban las palabras al mimar la acción, por lo que don José Podestá debió aplicarse a fijar esas palabras no pronunciadas ayudándose con el diálogo del folletín o dialogando las narraciones de Gutiérrez. Naturalmente, la escenificación sacrificó numerosos episodios de la novela -y no de los menos interesantes- a las exigencias de su nueva índole y a la extensión del gran cuadro de la fiesta. El mérito indiscutible del señor Podestá estriba en la realización del paso que va de la pantomima al drama hablado y en el admirable realismo con que vitalizó al personaje. Sobre las circunstancias de su origen y estreno; sobre su repercusión y crítica, las propias expresiones del autor contenidas en sus memorias y extractadas al final de esta publicación, ilustran al lector con testimonio que casi siempre impresiona como verdadero. La numeración intertextual de las páginas originales, omisiones o esclarecimientos, van entre paréntesis rectangulares, como es de práctica. Carlos Vega.

Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

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Page 1: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

Juan Moreira Eduardo Gutiérrez - José J. Podestá

Noticia.

La importancia que generalmente se atribuye al drama Juan Moreira como espectáculo inicial de una serie en que persisten sus características y

ambiente, induce al Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofía y Letras a publicar la versión que el circo Podestá-Scotti estrenó en

Chivilcoy el 10 de abril de 1886. Don José J. Podestá, creador del protagonista y autor de ese primer arreglo, visitó el Instituto a pedido de su director, hizo donación del manuscrito y

autorizó su publicación; todo lo cual agradecemos al prestigioso actor criollo.

Se trata de un cuaderno (21×18), de 26 hojas manuscritas ya en una, ya en ambas páginas. Dice la tapa: Juan Moreira / 1886. Al leer hoy el presuroso y rudimentario arreglo que emprendió a los 27 años de edad, el propio señor

Podestá nos manifestó su deseo de corregirlo; mas en presencia de las sugestivas páginas que originan un movimiento de trascendencia discutida, hemos insistido en reproducirlo con muy completa fidelidad, para que el

primitivo texto proporcione a la discusión un elemento que necesita y, en todo caso, para que el entusiasmo y la voluntad tengan en su ingenua

factura testimonio que los acredite. El Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez que La Patria Argentina publicó como folletín desde el 28 de noviembre de 1879 hasta el 8 de enero de 1880, fue

casi enteramente escenificado por el propio autor al preparar el mimodrama que se estrenó en 1884. Es más: los actores pensaban las palabras al mimar

la acción, por lo que don José Podestá debió aplicarse a fijar esas palabras no pronunciadas ayudándose con el diálogo del folletín o dialogando las narraciones de Gutiérrez. Naturalmente, la escenificación sacrificó

numerosos episodios de la novela -y no de los menos interesantes- a las exigencias de su nueva índole y a la extensión del gran cuadro de la fiesta.

El mérito indiscutible del señor Podestá estriba en la realización del paso que va de la pantomima al drama hablado y en el admirable realismo con que vitalizó al personaje.

Sobre las circunstancias de su origen y estreno; sobre su repercusión y crítica, las propias expresiones del autor contenidas en sus memorias y extractadas al final de esta publicación, ilustran al lector con testimonio que

casi siempre impresiona como verdadero. La numeración intertextual de las páginas originales, omisiones o

esclarecimientos, van entre paréntesis rectangulares, como es de práctica. Carlos Vega.

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Acto primero.

Cuadro 1° [1] La escena representa [un juzgado] de paz, en campaña

ALCALDE. Señor Sardetti, Vd. ha [sido llamado] porque dice Moreira que Vd. [le debe] diez mil pesos.

SARDETTI.

Señor, eso es falso, yo no le debo ni un solo peso.

ALCALDE. ¿Y á qué viene entonces tanta mentira? ¿Porque vienes a cobrar un dinero que no es tuyo?

MOREIRA.

Señor, yo cobro mi plata que he prestao, y la cobro por que la necesito; este hombre quiere robarme si dice que no me debe, y yo entonces Señor Alcalde

vengo á pedir justicia.

ALCALDE. La justicia que yo te he de dar es una barra de grillos, ladrón, que vienes a contar bolazos.

MOREIRA.

Quiere decir que no me debes nada?

SARDETTI. Nada.

MOREIRA.

Y Vd. no quiere hacer que me pague?

ALCALDE. Es claro, puesto que nada te debe, y que tú has venido a jugar sucio.

MOREIRA.

Esta bueno Amigo, Vd. me ha negado la deuda para cuyo pago le di tantas esperas, pero yo me la he de cobrar dándole una puñalada por cada mil pesos; [2] Y Vd., Don Francisco, que me ha hechao al "medio de puro vicio,

guárdese de mi por que ha de ser mi perdición en esta vida, y de su justicia tengo bastante.

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ALCALDE.

(Dirijiéndose a los soldados). Haber préndanlon y metanlo al cepo por desacato a la autoridad:

(En el cepo es castigado, despues ordena soltarlo diciendole).

ALCALDE. Cuidadito con otra vez, por que lo voy a mandar á la frontera con una buena barra de grillos.

MOREIRA.

Hasta la vista entonces, don Francisco. (Montan a caballo y se van).

Nota: Cuando el alcalde á castigado á Moreira saluda a Sardetti y este se vá.

[3] Segundo cuadro

Representa una pulpería de campaña donde están varios gauchos jugando a los naipes y milonguiando

GAUCHO 1º Cante don Mariano una milonga dejese de tanto estar acordinando.

(Los "cantores" cantan unos versos alusivos a Moreira [I] y un gaucho al oir este nombre toma la palabra y dice).

GAUCHO 2º

Justamente hablando de Moreira, han visto paisanos lo que le ha pasado con el Alcalde?

GAUCHO 3º Es verdad paisano, pero ese es un buen criollo, que no ha de tardar mucho

en caer por este pago, por que se tiene que vengar de mas de cuatro porquerias que le han hecho; haber pulpero eche una copa antes que lo acueste de un talerazo.

(Entra Moreira).

GAUCHO 1º (Dando la mano a Moreira). Dios lo guarde Amigo Moreira.

OTRO GAUCHO Que vientos lo traen por aqui Amigo

MOREIRA. Tal vez la desgracia, paisano.

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OTRO GAUCHO

Como va amigo Moreira. Aquí estabamos comentando lo que le habia pasao con el Alcalde y, juepucha, sera cierto lo que se dice que a un hombre como

Vd. lo aigan puesto en el cepo de [4] Cabeza y que le haigan dau una felpiada de mi flor.

MOREIRA. Si, han creido que soy vaca que se ordeña sin manear, y asi va a ser la

cornada! me han aga[r]rao por gueno pero se me hace que esta vez no la han de sacar por tarja. Haber pulpero heche otra copa! Amigos yo pago la otra vuelta. La paciencia se gasta, porque no es oro, y siento que la mia á ido a parar a la loma del diablo - Anoche me ha hecho ser blanco el teniente Alcalde y me

ha metido en el cepo, pero hoy la vaca se ha vuelto toro y no hay que hacerle al dolor.

Todos Vds. paisanos saben que yo presté a este hombre diez mil pesos, pues he tenido que demandarlo por que no habia podido conseguir que me pagara, y saben lo que me ha contestado?

Pues ha dicho que yo mentía y que no me debia un medio.

SARDETTI. He verdá amigo Moreira, yo he negao la deuda porque nun tenía plata y si lo

confesaba me iban a vender el negocio, má, yo sé que le debo he algun dia le he de pagar.

[5] MOREIRA. Me han puesto en el cepo de cabeza como á un ladrón, me han golpéau

cuando me han visto indefenso, y por ultimo me han largao con el calor de la marca diciéndome que me habían de mandar a la frontera.

GAUCHO 1º

Es verdad Moreira, tenes razon, pero por un perro de esta clase no merece la pena que un hombre de bien se pierda haciendo una hombrada: Amas vos tenes un hijo y este va á sufrir las consecuencias de lo que vos hagas. Y si

no lo haces por mi hacelo por esa prenda de tu cariño, y vamonos, tomando la copa del estribo.

MOREIRA.

Yo no me voy paisano, sin haber cumplido mi palabra y sin termina[r] lo que voy á hacer, y no tomo la copa del estribo, por que no quiero que mañana digan que lo que yo he hecho lo hice divertido, porque no tuve entrañas pa

hacerlo fresco.

GAUCHO 1º No paisano vos no tenes que hacer eso, acordate que tenes familia.

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MOREIRA.

Dejame hermano. Yo tengo que salir con las mias. Haber, concluyamos que es tarde, Amigo Sardetti, vengo á que me pague los

diez mil pesos o a cumplir mi palabra empeñada.

[6] SARDETTI. Yo no tengo plata, amigo Moreira, espérese unos días más y le juro por Dios que le he de pagar hasta el último peso.

MOREIRA.

No espero más, vengan los diez mil pesos o te abro diez bocas en el cuerpo pa que por ellas puedas contar que Juan Moreira cumple lo que promete,

aunque lo lleve el diablo. (Saca la daga). O pagas en el acto, o te abro como á un peludo.

SARDETTI.

No tengo plata...

GAUCHO 1º No te pierdas, hermano, el hombre no vale la pena y vas a tener que huir del

pago.

MOREIRA. (Aparta al paisano, y se dirige a Sardetti para matarlo, pero se detiene). ¿Que

haces que no te defiendes? ¿quieres que te degüelle como á un peludo?

SARDETTI. No tengo armas, y aun que las tuviera esto será siempre un asecinato.

GAUCHO 1º Deja hermano.

(Sardetti recoje la daga que Moreira le tira y este le dice).

MOREIRA. Asi te queria ver maula.

(Pelean hasta que Sardetti lo hiere en el pecho entonces Moreira dice)

MOREIRA. Ahora ya no te tengo asco.

[7] (Atropella a Sardetti y lo mata).

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MOREIRA. Ahora, que se cumpla mi destino.

GAUCHO 3º Han visto paisanos lo que le ha pasao al pulpero por embrollon?

Cuadro 3°

Representa la casa de Moreira

VICENTA. Tata, yo estoy impaciente por Juan. Desde que lo han golpeao en el cepo él esta muy diferente y yo tengo miedo por su ausencia.

TATA VIEJO.

No te aflijas hija si no ha de tardar en volver; Amas debes de comprender que esas cosas no se hacen con un hombre de su tiemple, tanto se baraja el naipe que al fin se gasta, y mi Juan va á hacer uno de estos dias una

hombrada que los va á dejar a tuitos fritos.

VICENTA. Vaya Vd. a buscarlo, tata, vaya á buscarlo porque se me ha puesto que

Juan ha ido a matar á don Francisco, que asi se ha puesto a perseguirlo.

VIEJO. No hay quien haga esa gauchada, pa matar a Juan tendrán que juntarse dos partidas por lo menos.

VICENTA.

Dios quiera vuelva pronto.

(Se oye el relincho de un caballo).

VIEJO. Alli viene.

(Vicenta va en su busca y entran juntos).

VICENTA. Adonde has estao Juan que tardaste tanto tiempo en volver.

MOREIRA. Me entretuve con los amigos, ¿por que? ¿estabas con temor por mi

ausencia?

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VICENTA.

Si Juan.

MOREIRA. Andá Vicenta á cebar unos mates.

VICENTA.

(Se va).

(Tomando las manos del viejo). MOREIRA. Me he desgraci[a]o, tata viejo, he muerto a un hombre.

VIEJO. Y lo has muerto en guena Lay.

MOREIRA. Mire tata. (enseña una erida que tiene en el pecho).

VIEJO.

¿Y? ¿Que piensas hacer ahora, Juan?

MOREIRA. Me voy del pago, tata viejo, por unos dias, mientras pasa el alboroto.

He matao solo a Sardetti porque no [9] encontré en su casa a don Francisco, pero no por mucho madrugar amanece más temprano; ya le llegará su turno.

Ahora es preciso, tata viejo, que Vd. me cuide a Vicenta y a Juancito, que son prendas suyas también. Sabe Dios cuando pegaré yo la guelta y no es

justo que ellos pasen trabajos por mi. Yo me voy, y á eso de la madrugada y antes de rumbiar el camino hablaré con mi compadre Giménez, y lo enterare de lo que ha pasao y si yo tardo

pierdan cuidado por mi.

VICENTA. (Entrando). ¿Y que? ¿ya te vas?

MOREIRA.

Sí Vicenta tengo que hacer, pero pronto vuelvo, voy a lo de mi compadre, perdé cuidao por mi, adios.

VICENTA.

Adiós.

(Moreira se despide del viejo, besa al hijo que está en la cuna y se retira). (Entran don Francisco con dos soldados; golpean. Vicenta va ha abrir).

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[9 vta.] VICENTA. ¿Que se le ofrecía señor?

ALCALDE. Señora, venimos en busca de Moreira?

VICENTA.

Señor Moreira no está.

ALCALDE. Mire, señora, dígame donde está Moreira, porque si no Vd. va ir presa.

VICENTA.

Pero señor si nosotros no sabemos nadita ¿nadita? [II]

ALCALDE. Está bueno? (Dirigiéndose al viejo). Diga viejo, y Vd. no sabe donde está Moreira.

VIEJO.

Yo no se nada señor.

ALCALDE. Esta bueno, no quieren decir, haber (a los soldados) registren a ese hombre

si tiene armas.

SOLDADOS. No tiene nada señor.

ALCALDE.

Bueno, Vds. carguen con el viejo y Vd. señora va á marchar conmigo.

VICENTA. No a mi tata no... Socorro.

Cuadro 4°

Representa el campo. (Entra Moreira y baja del caballo y dice)

[10] MOREIRA. Aquí es el sitio ande tengo que esperar al amigo Julián, al amigo que ha ido a buscar noticias de mi familia y haber que ha pasado después de la muerte de Sardetti:

Ha! esa muerte es el principio de mi obra y don Francisco es el fin con quien tengo que estrellarme, ya le llegara su turno. ¿Y mi hijo? ¿Qué será de mi

hijo y de Vicenta?

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Tata viejo ya esta achacoso y son capaces de matarlo en el cepo pa que

confiese donde estoy. ¡Ah! Don Francisco, no tiene suficiente vida pa pagarme el mal que me ha

hecho! A cada Santo le llega su dia.

(Se oye el relincho de un caballo).

MOREIRA. Por fin llega el amigo Julián.

Eche pié a tierra paisano y baya desembuchando.

JULIAN. Coraje, Amigo Moreira, todo no sale al paladar y pa que algunas cosas

salgan bien es preciso que a otras se las lleve el diablo: Aunque de esta hecha puede que se vuelva con las maletas vacidas.

[10 vta.] MOREIRA. Largue todo el rollo, amigo Julián. Largue todo el rollo, que aqui hay

suficientes entrañas pa recibir las noticias que Vd. me traiga, no le haga asco a la relación por dura que ella sea.

JULIAN.

Vamos por partes, amigo, que quiero tomar las cosas desde su principio pa que mi cuento salga bien. Cuando yo cay por su pago, no se hablaba de otra cosa que del hecho de

Vd., paisano, y de que la partida había salido a perseguirlo con órden de matarlo en donde quiera que lo encontrara, y decir que se había resistido.

MOREIRA.

Eso de matarme será si pueden y costándoles algún trabajo, siga nomás amigo.

JULIAN. Su compadre Giménez ha hecho todo lo posible pa sacar a Vicenta, pero no

la han querido soltar, pues dicen que estando ella presa, Vd. á de volver a caer por el pago, y pa ese caso, el Alcalde Don Francisco se ha instalao [11]

en su rancho con dos soldados de la partida y allí estan de puro mate y coperío.

MOREIRA. No me han de esperar mucho tiempo.

JULIAN.

¿Que va a hacer amigo?

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MOREIRA.

Voy a dar el guelto a don Francisco y ya que está en mi [casa] no quiero que espere mucho.

JULIAN.

Lo que es yo no lo dejo ir solo.

MOREIRA. No amigo, esta partida la tengo que hacer solo! compriende.

JULIAN. Pero Amigo, Moreira, si los amigos no son pa la ocación, no sirven ni pa taco

de jusil. Además yo quería decirle algo que no le comunique hasta ahora. Los

hombres de su [alma/tiemple] Amigo Moreira no le hacen asco al dolor, es preciso pues que Vd. sepa una cosa amarga: que canejo! gota mas, gota menos, el veneno viene á hacer el mesmo y el amargo no se aumenta!

Una de mis primeras dilijencias fue ir á vicitar a la Vicenta, con quien me costó mucho hablar porque en el jusgao sabian [11 vta.] que yo podía ser un

mensajero suyo, sospecha que fuí bastante ladino pa disipar. Después de conversar un rato con ella sobre los últimos sucesos le dije que no llorara, que todo se había de arreglar por que Vd. tiene muchos Amigos -

pero Vicenta siguió llorando y me dijo estas palabras que sonaron en mi oido como una puñalada. Digale a mi Juan que no tenga cuidado por mi y que no vaya a ir a casa

porque lo van a matar, como han muerto a mi padre diciendo que había pegao una rodada.

Que huya lejos porque don Francisco lo persigue por que es mi marido y no ha de parar hasta que lo mande a la frontera; que esto me lo dijo él mismo anoche que vino a ponerme por condición, de que lo dejaría en paz si yo me

iba a vivir con él a un puesto que tiene en Navarro.

[12] MOREIRA. Ahora ni el mesmo diablo es capas de salvarlo de la punta de mi daga.

[JULIAN.]

[Anotación marginal] Tenga cuidao amigo mire que esa gente le lleva más de la I/2 arroba.

[MOREIRA.]

[Anotación marginal] No li ace amigo alla veremos a quien me lo ayuda Dios. Gueno amigo Julián, hasta la guelta ya oiran mis mentas.

JULIAN. Adiós amigo:

Lo que es yo no lo dejo ir solo, Moreira va caliente y es capas de hacerse

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matar al ñudo, pa eso son los amigos, que canejo! y al fin y al cabo uno no

tiene el cuero pa negocio. Moreira va bien montao en su pingo pero yo con el mio que es como ñudo de la pata no me va a llevar mucha ventaja, y pronto

lo voy a alcanzar pa darle una manito si se ofrese.

Cuadro 5°

Representa el cuarto de Moreira donde estan don Francisco, 2 vecinos y dos soldados

D. FRANCISCO Pues si, amigo, en cuanto Moreira caiga en mis manos no va a contar el

cuento.

UN VECINO Pero señor, el amigo Moreira, era un buen criollo, y lo que él ha hecho, lo

huviera hecho Vd. mismo don Francisco [12 vta.] y cuando un hombre como él se halla en la mala es preciso darle algún alivio, que demasiao tiene con andar huido del pago.

D. FRANCISCO

No, lo he de perseguir hasta encontrarlo, y cuando lo encuentre lo he de matar como a un perro, pero antes de matarlo lo he de hacer sufrir

alzándome con su mujer, que me ha robado, por que yo me iba á casar con ella, y ya que no ha querido ser mi mujer, será mi gaucha.

(Moreira da un punta pié a la puerta, y entrando todos se paran).

MOREIRA. Quien va a matar de esta hecha y a matar como matan los hombres, soy yo, Don Francisco, que lo vengo a pelear, pa tener el gusto de levantarlo en la punta de mi daga, como quien mata a un perro.

(Don Francisco saca el revolver y le tira un tiro).

MOREIRA. Así matan Vds. de lejos y sin riesgo.

(Don Francisco le tira otro tiro y dice a los soldados).

[13] D. FRANCISCO ¿Que hacen ustedes que no matan a ese hombre?

< dice). retrocediendo Francisco Don y desarma lo Moreira que hasta elean

F>

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D. FRANCISCO Socorro en nombre de la justicia.

MOREIRA. No se asuste tan fiero Don Francisco, no lo he desarmao pa matarlo, sino pa

decirle dos palabras que precisaba escuchar Vd. antes de morir. Vd. me ha perseguido sin motivo, reduciéndome a la condición en que me veo, Vd. me ha golpeado en el cepo, porque no era capaz de golpearme frente

a frente, y no contento con esto, Vd. á pretendido matarme pa hacer suya a mi mujer á quien no puede servir ni [13 vta.] de taco.

Yo lo voy, pues, á matar a Vd. no porque le tenga miedo, sino por evitar en mi ausencia á Vicenta, el asco de oirle una nueva proposición desvergonzada:

(Le tira la espada y le dice): Ahora defiéndase porque va deveras.

(Pelean y Moreira lo hiere).

D. FRANCISCO

Socorro, que me han asesinado.

MOREIRA. Mientes trompeta, te he muerto en guena ley, y ahi quedan los testigos.

(Moreira se retira, y al hacerlo se encuentra con Julián que le tiende la mano y asombrado le dice).

JULIAN. Tiene mas entrañas que un toro, Amigo Moreira -es lástima que Vd. esté mal con la justicia porque nos vamos a quedar sin partidas.

(Se retiran - Baja el telón). FIN DEL PRIMER ACTO.

[14] Acto segundo.

Escena 1ª

Representa un campo, un cicutal espeso. Noche de luna.

(Aparesen cinco hombres, emponchados y se esconden en el cicutal; enseguida un joven bien vestido atraviesa ese paraje pero a los pocos pasos

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le salen al encuentro los cinco hombres, daga en mano; el joven saca su revolver y hace ademán de detenerlos).

BANDIDO Venimos a matarte, y es en vano toda resistencia porque ya tu hora ha

llegado.

(Marañon da vuelta para examinar el camino que tiene a su espalda, pero ve venir hacia él un hombre y reconoce en él a J. Moreira con la daga en la mano). (El joven vacila: Moreira da un salto sobre él, lo toma por la cintura y lo tira al suelo: enseguida pelea con los bandidos y a uno de ellos lo mata).

MOREIRA. Rindanse a Juan Moreira, maulas.

(Los bandidos huyen y Moreira larga una gran carcajada, se acerca a Marañon que ya se había levantado).

[14 vta.] MARAÑON. ¿Cómo ha venido aquí a tan buen tiempo?

(Tendiéndole la mano).

MOREIRA. Supe que lo iban a asesinar esos maulas, (riendo siempre) y yo también me

escondí pa darle una manito y pa que la cosa no fuera tan despareja. (Se acerc[a] al caido y al ver que estaba muerto dice a Marañon). Ahora vamos que lo voy a acompañar hasta su casa, aunque esos maulas no son hombres de volver y han de andar todavia disparando creyendo que yo los persigo.

Escena 2ª

Mutación - La casa de Marañón - es de noche. Marañón y Moreira

MARAÑON. ¿Qué móvil le ha guiado, amigo Moreira, que idea ha tenido al proceder de

esta manera tan noble?

MOREIRA. Jui alli pa salvarlo primero porque yo lo quiero a Vd., después porque no

puedo tolerar que se junten de a cinco pa matar a uno. [15] Como Vd. es un hombre de mucho prestijio en el partido sus enemigos políticos han querido quitarlo de por medio, porque Vd. les hacía sombra, y

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han pagao 15 mil pesos á esos bandidos pa que lo asesinaran pero hoy les

salio la torta un pan y en vez de Vd. ha quedao otro en su lugar.

[16] MARAÑON. [¿]Y como ha sabido Vd. que á mi me iban a asesinar[?]

MOREIRA.

P[o]rque me lo dijo una persona a quien propusieron la cosa y que fué bastante hombre pa echarlos al diablo por puercos y cobardes.

MARAÑON.

Yo agradezco lo que Vd. ha hecho, Amigo Moreira; y si alguna vez puedo serle útil en alguna cosa, acuda á mí, porque desde este momento soy su amigo.

MOREIRA.

No me agradezca nada, señor, lo que yo he hecho lo hubiera hecho cualquiera; Yo lo quiero á Vd. porque necesito querer á alguno y Vd. se me

figura que es algo mio, que es mi hijo ó que es mi hermano. Yo soy un hombre maldito que he nacido pa penar y pa andar huyendo de los hombres que han sido mi perdición y he querido á Vd. porque siento que

al quererlo, puedo respirar con más franqueza, y esto es tan dulce para mi, que si Vd. me mandase entregar á la partida, ahora mismo iba y me presentaba.

[16 vta.] MARAÑON. ¿Y por que anda Vd. asi errante; retando á la justicia con sus actos que son malos? ¿porque no trabaja Vd. como antes y deja esa mala vida?

MOREIRA.

(Muy triste). Con las penas que yo tengo en el corazón habria pa llorar un año. Yo era feliz al lao de mi mujer y de mi hijo y jamas hice á un hombre ninguna

maldad. Pero yo habré nacido con algun sino fatal porque la suerte se me dio guelta

y de repente me vi perseguido al estremo de pelear pa defender mi cabeza; Vd. ya sabe todo cuanto ha pasao patron.

MARAÑON. (Golpeando el hombro de Moreira). Si pero, por que no sale Vd. de la Provinc Helvetica, sans-serif" COLOR="#000000" SIZE="2"> MOREIRA.

Yo no puedo irme de estos pagos, porque no pienso separarme [17] de mi mujer ni de mi hijo, porque faltando yo; la justicia se ha de alzar con ellos haciéndoles pagar mis yerros.

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MARAÑON.

Yo les proporcionaré los medios de irse con Vd.; y entonces Vd. puede quedarse allí para siempre viendo crecer a su hijo a su lado y amado por su

mujer.

MOREIRA. Conosco que Vd. me habla al alma y veo que he puesto bien mi cariño en Vd. pero por más que me halaga la propuesta yo no la puedo aceptar sin

saber antes que ha sido de aquellas dos prendas mias y si tengo que vengarlas de alguno.

Los pobres tienen olor a dijuntos, y es preciso darles con el pié pa que no apesten y sabe Dios lo que habrá sido de aquellos desgraciaos, cuyo único delito en la vida ha sido ser mi mujer y ser mi hijo.

Quiera Dios que no les haiga sucedido nada, quiera Dios que no les haigan hecho sufrir un minuto. Yo no soy malo, Patron pero conozco [17 vta.] que si alguno les hubiera

tocao el pelo de la ropa, sería yo capaz de hacer una herejia que ni los indios... Bueno, patron, ya lo he molestao bastante, será hasta la vista o

hasta que se presente la ocasión.

MARAÑON. Adiós Moreira, piense en lo que he dicho, y lo acepte o no lo acepte ya sabe que puede contar conmigo en cualquier aprieto que se vea.

MOREIRA.

Esta bueno, patron. Adios.

MARAÑON. Gracias Moreira (le da la mano). Hoy he nacido, le debo la vida á este hombre; a este hombre que ha nacido para el bien, y que la fatalidad lo conduce por tan mal camino haciéndolo

rodar inevitablemente por un precipicio.

Escena 3ª

Mutación - Cuarto pobre VICENTA. - GIMENEZ - MOREIRA. Y EL HIJO (La escena representa un cuarto pobre, a la derecha una cama, a la izquierda una mesa con una botella con un cabo de vela). (Al subir el telón se oyen ladridos de perros. Gimenes se levanta de prisa se viste apurado). (Vicenta: despierta sobresaltada pero Gimenes le pone una mano en la boca recomendándole [18] silencio y se dirige á la ventana en actitud de saltar al otro lado en cuanto se abri[e]se la puerta). (Al oir que la puerta se abre, Gimenes salta al otro lado de la ventana y hace

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que desata el caballo). (Se oye la voz de Moreira que dice).

MOREIRA. Hay juna se me va, se me va mi venganza.

(Vicenta al oir esa voz da un grito desgarrador y dice).

VICENTA. Animas benditas, es el alma de mi Juan que anda penando.

(Se abraza de su hijo poniéndose a rezar). (Moreira entra daga en mano y la tira al suelo diciendo).

MOREIRA. Por fin los maté a estos perros de porqueria que por defenderme de ellos no pude vengarme de mi compadre Gimenes, del hombre que yo habia depositado toda mi confianza en él y me viene a pagar con la ingratitud de

estar viviendo con mi mujer.

(Se pone a llorar). (Vicenta al oir aquel llanto se baja de la cama y enciende un fosforo y al ver a Moreira queda como petrificada del espanto. (Moreira enciende un fósforo y enseguida la vela que está sobre la mesa). [18 vta.] Mira a la cama, va corriendo y toma al hijo en los brazos y lo quiere comer a besos. Enseguida lo lleva junto a la vela y lo contempla y lo vuelve a besar). (Juancito toma la mano del padre y dice).

JUANCITO. Tatita por que no has venido en tanto tiempo pa hacerme pasear en mi petizito

MOREIRA.

Es que no he podido Juancito he tenido mucho que hacer.

(Lleva al niño a la cama lo besa y mirando con lástima a Vicenta le dice).

MOREIRA. Vicenta vení, acercate que yo no he venido á hacerte mal porque yo te

perdono todo lo que vos me has hecho a mi.

VICENTA. ¿Como sos vos, con que no has muerto? [¿]con que me han engañao [?]

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(Se cubre la cara con las manos). (Moreira va a buscar la daga que está en el suelo y al ver esto Vicenta, le dice).

VICENTA. Matame Juan mio.

MOREIRA. No lo permita mi Dios (guardando la daga). Vos no tenés la culpa y nuestro

hijo te necesita por que yo no lo puedo llevar conmigo; ¿Quien cuidará de él si yo manchase mi mano [19] Matándote? Adios Vicenta; ya no nos volveremos a ver más porque ahora si voy a hacerme matar deveras puesto

que la tierra no guarda para mi mas que amargas penas... Adios y cuida de Juancito. (Se dirige a la cama, besa al niño lleva las manos a la cara y trata de alejarse).

VICENTA. No te vayas mi Juan, matame antes, (se prende del chiripa) Matame como a

un perro porque yo te he ofendido pero antes perdóname, yo no tube la culpa, a mi me han engañao diciendome que vos habias muerto y si yo he

dado este paso, fue pa que nuestro hijo no se muriera de hambre. Perdoname, y después moriré a gusto.

MOREIRA. Jamas! ¿quien cuidara á ese? (señalando a Juancito que tiende los brazos). Basta que me voy, Adios.

VICENTA. No quiero que te vayas.

(Se prende mas fuerte del chiripá). Llamalo Juancito, no lo dejes ir.

(Moreira se desprende de su mujer, tira un beso al hijo y sale corriendo - Baja Juancito).

JUANCITO. Tatita... tatita... tatita. (Abraza a la madre).

[19 vta.] Escena 4ª

Un Juzgado de Paz

(Entra Moreira a caballo y golpea la puerta con el cabo del rebenque.- De adentro contestan).

Page 18: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

SOLDADO. Quien canejo golpea como si esto juera fonda de bascos.

MOREIRA. Es Juan Moreira que quiere morir en guena lay, que salga la partida de una

vez y aproveche la bolada.

SOLDADO. Mas Juan Moreira es el peludo que tenes, larguese de aqui so zonzo, antes que le ruempa el alma a palos.

MOREIRA.

Que salga la partida - que salga de una vez o le priendo juego al jusgao.

SOLDADO. Amigo, guelba mañana porque el jues está en su casa y nos á dejao órden de

no abrir la puerta a naides.

MOREIRA. Vaya a la maula, su flojo de porra, en la primera ocación les he de sacar a los azotes.

Así son estas Maulas, cuando son pocos no salen ni a palos, y cuando son muchos disparan como mulitas.

(Despues de pasado un momento sale el soldado con un f[u]sil y enseguida se entra asustado).

[20] Escena 5ª

Representa una pulpería de campaña.

Representa una pulperia de campaña - van entrando gauchos a caballos en carro y de á pié - guitarreros acordionistas - se juega a la taba , se cancha, se ceba mate - se hacen tortas fritas - se baila bailes nacionales, después entra Moreira - todos lo rodean y le preguntan por su vida.

MOREIRA. Mi vida es andar vagando porque ya no encuentro un sitio donde descansar

a [g]usto. Mi vida es pelear siempre con las partidas y matar el mayor número de justicias que pueda porque de la justicia he recibido todo el mal en esta vida

y por ella me veo acosado como una fiera ande quiera que me dirijo; que le hemos de hacer al dolor, es preciso matar las penas paisano y el que me quiera acompañar yo pago esta guelta - Haber, pulpero, eche que yo pago.

Page 19: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

TODO[S].

Viva Moreira.

(Entra un gaucho y al ver a Moreira se asombra y le dice).

PAISANO. ¿Como, amigo Moreira y Vd. anda por estos pagos[?]

MOREIRA.

[¿]Porqué Paisano?

PAISANO. Porque esta mañana la partida de plaza ha salido en su busca, con órden de

recorrer todo el partido y matarlo donde quiera que lo halláran, pudiendo alegar despues que se habia resistido á la autoridad, como siempre, a mano armada.

MOREIRA.

Pues se irán como han venido, y soy capaz de pelearlos a surdazos y con el rebenque!

PAISANO.

Mire amigo que la partida viene esta vez mandada sigun me dicen por un tal Don Goyo, un Sargento de linea muy betelano, que dicen que es un mozo malo, capaz de llevarlo a Vd. atao de los pieses y de las manos pa que la

autoridad lo ajusile.

MOREIRA. No le haga caso amigo, no hay partida capaz de prenderme porque la suerte

pelea conmigo; pulpero eche una copa pa este [21] mozo que esta julepiao.

PAISANO. Un bremut con brite.

TODOS. Bien por Moreira! (Se baila un gato; a la mitad del baile el negro Agapito

dice).

AGAPITO. Muy bien amigo, Moreira; dejeme un barato con esa guena moza. MOREIRA.

Cuando no habias de ser vos, gueno bení. (Dirigiéndose a la mujer). Bea prenda, la va a acompañar este mozo que baila mejor que yo; está un

poco quemao del sol pero eso no quiere decir que sea mal compañero.

Page 20: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

(Bailan; al concluir todos piden que cante Moreira, éste toma la guitarra y

canta una décima, al concluir entra el paisano que hablo primero y muy ajitado le dice).

[21 vta.] PAISANO. Amigo Moreira, procure disparar porque ahi viene una partida de 400

soldaos por lo menos. MOREIRA. Dejelos venir nomas.

No me hago a un lado de la guella, ni aun que vengan degollando; Este dia tengo ganas de pelear pa que no se vaya sin verme ese veterano que las

viene echando de gueno, porque á la fija no me conoce. (Monta a caballo). (Entran el Sargento Navarro y algunos militares a Caballo).

NAVARRO.

(Dirijiéndose a Moreira). ¿Es Vd. Juan Moreira? MOREIRA. ¿Que dice, Don? ese tal soy yo pa lo que guste mandar.

NAVARRO. Pues, Amigo dispense, pero traigo órden del Juez de Paz de prenderlo y con su permiso, (echa mano a las riendas del caballo de Moreira). Sigame.

[22] MOREIRA. Vamos por partes, Amigo, yo no soy mancarron patrio pa que me hagan

parar á mano, ni soy candil pa que asi no más me priendan. NAVARRO. Es inutil hacer resistencia, me han mandao que lo prienda, y tengo que

cumplir la órden sin remedio; con que dese preso. MOREIRA.

Y que facilidad canejo! ni mi tata que juera pa hablar asi. (Saca los trabucos). NAVARRO.

A él (Saca el sable). cuidao de no matarlo, que he de llevar vivo a esta maula. (Moreira hace fuego; cae un soldado).

NAVARRO. Que no se vaya. (Carga sobre Moreira y este lo hiere en el brazo y cambia el

sable á la mano izquierda). MOREIRA. Ah! hijo del pais! Asi me gusta un tirano.

(Le arranca el sable de la mano y el Sargento cae al suelo). [22 vta.] (Moreira pide un catre al pulpero y a los paisanos les dice que lo

ayuden a levantar a aquel hombre. Despues que esta en el catre, lo revisa le ata la frente con un pañuelo le da caña en la boca y después le dice).

Page 21: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

MOREIRA.

Que tal amigo cómo se halla. NAVARRO.

Gracias, paisano, Vd. es un hombre a carta cabal y ya no estraño todas las hazañas que de Vd. me habian contao. MOREIRA.

Bueno, Sargento, yo me voy pero antes es preciso que tomemos una copa, pues tal vez no volveremos á vernos. Yo no tengo el cuero pa negocio y alguna vez ha de ser la buena.

NAVARRO. No habiéndolo prendido yo, lo que es a usted no lo priende naides, a no ser

que lo agarren dormido ó á traicion. MOREIRA. Dios le oiga Amigo; y que se mejore son mis deseos.

(Montando a caballo Despues de haber pagado todo el gasto al pulpero).

MOREIRA. Paisanos, hoy la fiesta no ha estao buena porque han venido a estorbarnos. [23] Será otra vez.

Pulpero, ya sabe cuide bien a ese hombre pa que cuente el cuento. Adios paisanos.

TODOS. Adios, Moreira.

PULPERO. (a Navarro) Puede darse por bien servido Amigo, que este bandido no lo haiga degollao pues tiene más agallas que un dorao y no se para en una

puñalada más ó menos. NAVARRO.

El que diga que ese hombre es un bandido, es un puerco, á quien le voy a sacar los ojos á azotes. PULPERO.

Esta bien Amigo. (Todos se retiran).

Escena 6ª Una casa de baile - Se ven varios gauchos bailando, entran Moreira y

Julián; toman sus compañeras. Moreira se retira a dormir y lo mismo Julián. Entra la policia buscando a Moreira todos se retiran.

Mutación. Un patio, un pozo a un lado, al fondo una pared de cerco - a la izquierda

cuartos donde están Moreira y Julián. Entra la policia y forman frente.

Page 22: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

Apéndice.

Refiere en sus memorias el señor José J. Podestá [IV] , que cuando empezó a trabajar en el circo [allá por los años 1873-1875] se representaba ya en el picadero algunos sainetes con final obligado de vegigazos y palos. Piezas del

repertorio circense eran El modo de pagar sus deudas, María Cota, El negro boletero, El maestro de escuela. Y pantomimas a base de Pierrot o de

argumento melodramático como Los Brigantes de la Calabria, Los Bandidos de Sierra Morena, Los dos Sargentos y Garibaldi en Aspromonte. Partícipe en

ellas, Podestá era un mimo experimentado cuando fue invitado a desempeñar el papel principal en la pantomima "Juan Moreira". Dice el autor:

La pantomima "Juan Moreira"

Gutiérrez después de un momento de meditación contestó: -No, no puede ser. Para representar Moreira se necesitaría un hombre que fuera criollo, que supiera montar bien a caballo, que accionara, cantara,

bailara y tocara la guitarra, y sobre todo que supiera manejar bien un facón; en fin, un "gaucho"; y en esta compañía de extranjeros no hay ninguno que posea esas cualidades tan necesarias para representar al héroe.

Cattaneo, competente hombre de teatro, no tardó en contestarle en el acto: -Yo sé dónde está ese hombre; trabaja en el "Humberto Primo"; es el payaso

"Pepino 88", José J. Podestá. Gutiérrez, que ya me conocía, accedió y se comprometió a arreglar la pantomima con la condición de que los Carlo me contrataran, y así fue. Los

Carlo, que no reparaban en gastos cuando deseaban dar una nota novedosa, me contrataron lo mismo que a mi familia y así unidos se reforzó el elenco, y pudo a los pocos días representarse "Moreira", con aperos,

trajes, guitarreros, cantores, bailarines... todo un mundo de cosas extrañas en un circo de aquellos tiempos.

La obra se componía de varios cuadros. Todo se expresaba con mímica, acompañada de música apropiada; sólo el Gato con relaciones y el Estilo que cantaba Moreira en la fiesta campestre,

interrumpían el mutismo de los actores. Por primera vez la concurrencia oía cantar un Estilo en una obra y el

entusiasmo se apoderó de ella, que no cesaba de aplaudir. Eduardo Gutiérrez, que conocía el alma popular, aprovechó las décimas del poema "Lázaro" de su hermano Ricardo, cuyas estrofas encuadraban perfectamente

dentro de la idiosincrasia y el fatalismo del protagonista:

El hondo pesar que siento y ya el alma me desgarra,

solloza en esta guitarra

Page 23: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

y está llorando en mi acento:

como es mi propio tormento fuente de mi inspiración,

cada pie de esta canción lleva del alma un pedazo, y en cada nota que enlazo

se me parte el corazón. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

El día del ensayo general a muchos de los artistas les parecía que la

pantomima iba a fracasar, al extremo que el mismo director de mímica, señor Pratesi, me decía entre serio y broma: -Pepe, ¡esta noche nos matan!

Yo me reía de las dudas de todos porque tenía fe en la obra y sobre todo en la escena final. Para el efecto combiné, sin decir nada a nadie, con un moreno peón de la

compañía, que cuando yo lo matara cayera atravesado en el puente que dividía el escenario, con la cabeza y los brazos colgando y que no se

levantara hasta que yo se lo ordenara. El moreno cumplió al pie de la letra lo convenido. Terminada la obra y después de muchísimas llamadas a los artistas y al

autor, el moreno seguía muerto, lo que intrigó al público, que saltó al picadero, se llegó hasta el escenario para ver si efectivamente había

sucedido alguna desgracia, y cuando creí oportuno di la voz de ¡ahora! y el muerto se levantó, alzó los brazos y soltó una carcajada estridente que se remató con un gran aplauso, mientras Gutiérrez, su señora esposa y

muchos amigos me abrazaban y felicitaban por mi trabajo y por la sorpresa del moreno, que sin ser artista había coadyuvado al éxito general.

Así terminó aquella memorable noche de Juan Moreira, sin sospechar siquiera que con el correr del tiempo iba a ser el primer jalón sobre cuya base se levantaría nuestro Teatro.

La pantomima se representó trece veces seguidas y si no se continuó por más tiempo fue porque los hermanos Carlo debían embarcarse para Río de

Janeiro, cumpliendo un contrato firmado con anterioridad. Cuando se resolvió representar la pantomima Juan Moreira , en la que se tenía muy poca fe, faltaban pocos días para terminar en el Politeama

Argentino su contrato los Hermanos Carlo, mayor motivo para que hubiera menos interés en el decorado, sastrería y atrezos, pues casi todo fue

alquilado y prestado. Moreira lucía botas, espuelas, calzoncillo cribado, chiripá negro, poncho, rebenque, cinto con botones-monedas, barba, peluca, vincha, camisa blanca y facón de madera pintada. Así se representó sin

calcular que el protagonista en sus aventuras y correrías no siempre iría en mangas de camisa y arremangado, como tampoco se pensó que peleando

con el facón de madera podía romperse y dejarlo desarmado, haciéndole hacer un mal papel, como sucedió en la primera función, que casi al terminar la lucha final se partió el facón."

Page 24: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

Refiere Podestá su viaje a Río de Janeiro con la compañía de los Hermanos

Carlo y sus éxitos e impresiones en aquella ciudad, y luego su regreso y la formación de la sociedad Podestá-Scotti en La Plata. Después de un año de

actuación en la capital bonaerense, la compañía salió a la provincia: "En marzo del 86 llegamos a Arrecifes; plantamos nuestro Pabellón Argentino frente a la iglesia, en el corralón del hotel de don León Beaupuy.

Empezamos a funcionar con circo lleno noche a noche. El repertorio de primera y segunda parte era extenso y en cada espectáculo se cambiaban algunos números. En cambio el de pantomimas y sainetes era

reducido, lo que nos empezó a preocupar, pues, económicamente nuestro negocio consistía en permanecer todo el mayor tiempo posible en cada

localidad; de ese modo ganábamos viajes y días en armar y desarmar el pabellón. Nuestro representante era Egesipo Legris, uno de los tantos emigrados del Uruguay, por opiniones políticas. Notable jinete y gracioso

narrador de anécdotas militares. Por él, toda la compañía estaba al tanto de los innumerables hechos de

armas desde Artigas a Flores, desde Flores a Timoteo Aparicio; como también de la Tricolor con todas sus peripecias. Tenía una memoria privilegiada.

En las noches en que por mal tiempo no se podía trabajar, nos reuníamos en medio del picadero del circo y alrededor del fogón, el compadre Legris o "capitán Legris", como lo llamábamos, entre mate y mate y fumando

cigarrillos de tabaco negro, nos contaba sus aventuras revolucionarias, y su vida de matrero, entre miles de heroicidades de los viejos caudillos

orientales. Nos resultaba un verdadero artista narrando esos episodios. Me he desviado un instante haciendo un paréntesis para presentar al hombre que, sin sospechar siquiera su alcance, tuvo la feliz idea, en aquel

momento, de aconsejar la representación de la pantomima Juan Moreira que dos años antes habíamos representado con los Hermanos Carlo en el

Politeama Argentino de Buenos Aires. -Compadre -me dijo-. ¿Por qué no hacemos Juan Moreira que sería un éxito seguro?

-Ya lo había pensado compadre -le contesté-, pero desistí porque nos falta todo lo necesario para representarla.

-Si usted se anima a ponerla en escena enseguida, yo me comprometo a conseguir todo lo que haga falta. En vista de tanta seguridad de éxito nos reunimos los Podestá-Scotti para

deliberar si era posible o no la representación aludida. Después de aprobada la idea se procedió al reparto de roles, tocándole al

compadre Legris, el de sargento Navarro, aunque estaba en su elemento, no le gustaba mucho que Moreira tuviera que plancharle el lomo y desarmarlo.

Otra vez "Moreira" mudo.

A los pocos días, el 16 de Enero, con motivo de mi beneficio, pusimos en

escena Juan Moreira.

Page 25: Gutierrez; Podestá - Juan Moreira

El circo resultó pequeño para tanta gente; el éxito fue clamoroso. Al

entusiasmo general se unía el nuestro por contar con una pantomima más en el repertorio."

Transcribe el autor nota en la que la Municipalidad de Arrecifes le comunica la adscripción al espectáculo de su "beneficio" (con diez pesos) y prosigue: "Al día siguiente, [del beneficio] por la mañana, como de costumbre, fui al

circo para presenciar los ensayos de los diferentes animales que poseíamos. Don León Beaupuy, de nacionalidad francesa, con muchos años de residencia en el país, tenía gran afición por las cosas del circo, ese día

madrugó, cuando yo llegué él ya estaba cómodamente sentado viendo la forma o secreto de que se valen los amaestradores para enseñar a las

bestias. En cuanto me vio se puso de pie y se dirigió hacia mí para felicitarme por el gran éxito de la función de la noche anterior.

Al preguntarle qué le había parecido "Moreira", me dijo: -Yo he visto muchas pantomimas en Francia, entiendo algo la expresión de

la mímica, y sin embargo anoche me he quedado en ayunas en algunos de los pasajes de la obra; y si esto me pasa a mí, que he visto tanto, ¿qué no les sucederá a los más negados que yo?

-Observe, amigo León, que junto con la mímica se produce el hecho que la hace comprensible. -Convenido, pero no siempre. Por ejemplo: ¿qué dice el soldado del alcalde

después de haber ido a ver quién llamaba a la puerta de calle? -Nada más claro -y haciendo la más expresiva mímica le fui indicando-: "Allí

está Moreira." -¿Y por qué en vez de hacer mímica no dicen: "Señor, allí está Moreira que quiere hablar con usted?" ¿No es más claro y más fácil?

¡En el acto comprendí todo el alcance de aquellas palabras! Pensé que la tarea sería en verdad fácil, puesto que mientras se acciona los artistas

dialogan la mímica por lo bajo, para hacer más exacta la expresión muda. Referí a los míos la indicación que me hiciera don León y todos se miraron gratamente sorprendidos.

La idea había caído en terreno fértil. El cambio era un poco brusco, pero, no imposible. Había que resolver el problema de la transformación de la pantomima en drama hablado, y se acordó que yo hiciera el arreglo, por

conocer a fondo el argumento de la obra. La pantomima constaba de muchos cuadros, pero, al transformarlos en

drama hablado tuve que modificarla en la forma siguiente: PRIMER ACTO

1er. cuadro. - La alcaldía - (en el picadero). 2.° cuadro. - Pulpería de Sardetti - (escenario). 3.° cuadro. - Casa de Moreira - (escenario).

4.° cuadro. - Entrevista de Moreira y Julián - (picadero). 5.° cuadro. - Casa de Moreira - (escenario).

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SEGUNDO ACTO

1er. cuadro. - Moreira salva a Marañón - (escenario). 2.° cuadro. - Habitación de Marañón - (escenario).

(Estos dos cuadros se suprimieron después por innecesarios). 3.° cuadro. - Casa del compadre Giménez - (escenario). 4.° cuadro. - Juzgado de Paz - (picadero).

5.° cuadro. - Pulpería "La Paloma" - (picadero). 6.° cuadro. - Casa de baile - (escenario). (Mutación - Patio con tapial al fondo).

7.° cuadro. - Muerte de Moreira (con tapial al fondo).

"Moreira" habla.

"De arrecifes nos trasladamos a Chivilcoy y el 10 de abril (fecha memorable), estrenamos por primera vez el drama criollo hablado Juan Moreira. El público, acostumbrado a ver pantomima a base de vegigazos, y sainetes con finales en que el garrote de paja resolvía todas las intrigas, se halló de

buenas a primeras con algo que no esperaba, y, de sorpresa en sorpresa, pasó al más vivo interés y de éste al entusiasmo demostrado al final en una gran ovación.

Al día siguiente se hablaba en todas partes del suceso de "Moreira" en el circo Podestá-Scotti.

El compadre Legris no pudo gozar de este éxito por que pocos días antes se había marchado al Uruguay, para incorporarse a los revolucionarios orientales cuya empresa terminó con el desgraciado desastre del Quebracho.

El 21 de Abril la Sociedad Opera Italiana de Chivilcoy, nos nombró socios honorarios con medalla de plata a Scotti y a mí. Algunos escritores han "visto visiones" hablando de visiones y clarividencias sobre el advenimiento del Teatro Nacional Rioplatense, que tengo el deber de aclarar: - Beaupuy no vio en su indicación otro resultado que el de un

mayor éxito en una mejor comprensión.- Eduardo Gutiérrez tuvo aún menos visión futura, pues a pesar del éxito obtenido en el Politeama Argentino con su pantomima, se mostró indiferente cuando lo invité a que presenciara su

Juan Moreira arreglado por mí en drama hablado. Si Gutiérrez hubiera tenido la visión de que "Moreira" iba a ser la base del

teatro nacional, se habría preocupado más de la obra, y, seguramente, habría escrito algo de más valor para la escena, y tan evidente es esto, que Gutiérrez, nunca presenció su "Moreira" hablado. Nadie pensó en el alcance de la indicación de don León; ella nos demostró que teníamos entre manos un diamante en bruto; había que pulirlo para

que brillara, y el tiempo se encargó de ello."

A Buenos Aires por primera vez con "Moreira".

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"Las fiestas Mayas de ese año las pasamos en Mercedes. Allí fue donde Alberto Ghiraldo me conoció representar a "Moreira". Más tarde él y otros

muchachos no pudieron sustraerse a la influencia del drama criollo; imitándome en la voz y los modales representaban el drama recién revelado en improvisadas farándulas.

En ese tiempo Pablo Raffetto había levantado un politeama cubierto de chapas de fierro en Buenos Aires (calle Europa y Piedras). Como se aproximaba el invierno, era necesario procurarse abrigo bajo techo seguro y

dejar la carpa para mejor estación, y al efecto, nos asociamos a Raffetto para trabajar en el citado politeama.

Como era un barrio un poco apartado del centro, en aquel entonces, y a pesar de haber gustado muchísimo "Moreira", su fama no pasó de la parroquia San Telmo y la prensa poco o nada se ocupó de él.

Don Eduardo Gutiérrez dio la ingrata nota de demandar a Raffetto por la interpretación indebida de "Juan Moreira."

Cuando Raffetto se presentó al Juzgado y habló con Gutiérrez, le explicó que quienes representaban "Moreira" eran los Podestá y no él, y que según tenía entendido, lo hacían porque el mismo Gutiérrez le había concedido

verbalmente autorización para hacer ese drama. Gutiérrez que era un buen criollo, se acordó sin duda de su concesión y de

que yo lo había invitado para "Moreira" teatralizado, y dijo a Raffetto que continuara trabajando tranquilo, que ese asunto ya estaba concluido." Pasó la compañía a Rosario, a La Plata y a Córdoba. De nuevo en Rosario la

Municipalidad suspendió, y autorizó luego la representación de Juan Moreira. "Temores oficiales, simulaciones literarias y escrúpulos sociales..." -

escribe el autor. Agrega más adelante que volvió a Buenos Aires, cuyo público seguía ignorando a Juan Moreira. En La Plata Podestá recibió la

visita del actor español Valero: "Yo y los míos trabajábamos en el Politeama "25 de Mayo". Una noche que representábamos Juan Moreira Valero fue como espectador, y al terminar la

función, el celebrado artista pasó a mi humilde camarín para conocerme, saludarme y decirme muy emocionado:

-Vuestra manera de representar es muy diferente a la de los otros teatros, en el nuestro, por ejemplo, sólo las primeras figuras y algunas veces las segundas, son las que hablan, accionan y se mueven; en el de ustedes todo

el mundo hace algo, sin estorbarse los unos a los otros. En la pulpería veo gente en una mesa jugando a los naipes, en otras platicando; en el mostrador unos que beben, más allá unos guitarreros musitando con sus

instrumentos; el pulpero atendiendo a todos y cada uno en su papel... hasta los perros que trabajan son artistas, porque saben lo que tienen que

hacer!... Ustedes llevan la ficción hasta parecer verdad; en las peleas entra el deseo de gritar ¡basta!... En fin, que para el que ve por primera vez un espectáculo como éste, con sus rudeces, con su lenguaje, al que hay que

acostumbrar el oído, con su naturalismo y con el entusiasmo con que

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vosotros lo hacéis, se da cuenta del porqué el público siente y se

entusiasma."

"Moreira" en Montevideo.

Un éxito inolvidable.

"Terminada esa temporada, volvimos a casa, a La Plata, hasta fines del 89, que partimos para Montevideo en el vapor "Lavalleja" remolcado por el célebre "Empereur".

En un local que se estaba concluyendo para una gran caballeriza, calle Yaguarón entre San José y Soriano, hicimos un circo-teatro, allí realizamos

aquella memorable temporada de circo y drama ¡¡42 veces "Moreira"!! ¡¡¡Era lo único que teníamos!!!". . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

El pericón.

"Nunca olvidaré la primera representación de "Moreira", pues aparte de su enorme éxito, como no se vio otro en Montevideo, tiene para mí el recuerdo de haberme sido presentado, después del espectáculo, Elías Regules padre,

cuya oportuna y entusiasta intervención habría de cooperar al mejoramiento de nuestra rudimentaria obra, inicial y precursora por muchos conceptos en nuestro Teatro y en la difusión de nuestro folklore.

La primera observación del señor Regules, fue para que cambiáramos el Gato por el Pericón, pues era esta danza más apropiada y de mayor efecto

para la fiesta campestre del drama; pero no lo conocíamos y él se comprometió en el acto a darnos las lecciones necesarias. Fue cosa instantánea: al otro día de mañana el señor Regules congregó en nuestro

local un grupo de guitarreros orientales conocedores de la música del Pericón, y él personalmente nos dirigió, con tanta eficacia que esa misma

noche, sin aviso previo, lo bailamos ante el público con delirante suceso." Recuerda Podestá con gratitud las actividades del doctor Elías Regules, colaborador y consejero desinteresado y entusiasta, que hizo entonces un

arreglo escénico del Martín Fierro y produjo más tarde El entenao y Los guachitos. Se refiere luego a la creación de personajes populares, como el

"gaucho pobre", el "borrachón serio", etc., dedica un capítulo a "Cocoliche" y pasa a ocuparse de la crítica:

La crítica levanta bandera blanca.

"Poco después arrendamos el gran local donde hoy está el mercado Modelo,

Montevideo y Sarmiento. Allí fue donde la crítica recién tomó en serio a "Moreira", que con su creciente éxito desbarató sus vaticinios y venció sus ridículos escrúpulos.

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Los diarios se ocuparon seriamente de nosotros y del vilipendiado héroe

popular de nuestro drama paisano inicial, "¡el bandido Moreira!" Reproduzco un sugestivo artículo de "Sud América" del 11 de Noviembre de

ese año, proclamando el triunfo de nuestro primer drama en la sociedad porteña, que conceptúo fue el toque de atención de aquel momento:

ORIGINALIDADES SOCIALES.

"Juan Moreira" "Buenos Aires, Noviembre II de 1890.

Allá por la calle de Montevideo, en un sitio en que no hace mucho tiempo era imposible oírse de vereda a vereda, por los rumores sordos de los

motores del aserradero de Ocampo, una inmensa lona circular y un arco de gallardetes de todos colores, amén de unos avisos de redacción yankee, anuncian la existencia de algo destinado a espectáculos teatrales.

Y lo es, en efecto; acercándose a los inmensos carteles se ve groseramente litografiada la figura de un gaucho recostado en la cruz de su caballo,

debajo, en caracteres resaltantes, estas palabras: Juan Moreira, drama criollo, etc., etc.

Al instante se sienten revivir las famosas hazañas del heroico gaucho inmortalizado, más que por sus propios actos, por la pluma llena de colorido del malogrado, hábil y fecundo pintor de nuestras costumbres nacionales,

Eduardo Gutiérrez. Así, pues, ya por alterar con un espectáculo sensacional la fastidiosa monotonía diaria, ya por simple curiosidad, ya por contemplar de una

manera real los episodios interesantes de esa vida de leyenda, que teniendo por teatro las llanuras porteñas, representó Juan Moreira al impulso fatal de

un destino infortunado y al amparo exclusivo de un valor de sublime heroicidad, ya debido a la espontánea y entusiasta propaganda de excelentes patriotas, como el simpático inglés Balcarce, cuya propaganda es

más eficaz que el más llamativo de los reclame, puesto que lo anuncia de vereda a vereda, es que este circo, sitio de reunión hasta ayer de una cierta

y determinada clase social, se ve hoy noche a noche invadido por lo más distinguido que tiene Buenos Aires. No se crea que exageramos; allí, en algo que según la empresa son palcos y

los cobra a precio de tal, cuyas divisiones son los propios respaldares de viejas y sucias sillas de esterilla, se ven sentados, ya en atenta y emocionada

actitud, ya dueños de un excelente buen humor manifestado bajo la forma de francas y expansivas carcajadas, a personas cuya vida social es un mito y a las cuales sin embargo las hazañas casi fantásticas del héroe de Navarro

han tenido la virtud de sacar de su tranquilo alejamiento para confundirlos en las bulliciosas alegrías de un circo donde la urbanidad, la corrección y el

orden son pura metafísica. Ejemplo al caso: ¿Quién ha visto jamás en circo alguno al doctor Ignacio Pirovano, el cirujano famoso? Sin embargo era él el que se encontraba el

sábado confundido entre la inmensa muchedumbre que aplaudía, reía y

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gozaba en las diversas escenas de la vida del noble y valiente gaucho a quien

Adolfo Alsina le regaló la daga famosa que había más tarde de servirle en sus heroicas aventuras pampeanas.

Al general Campos, el valiente jefe de las fuerzas revolucionarias de Julio, ¿se le ha visto alguna vez en reuniones de esta naturaleza? Sin embargo también estaba allí y por cierto que ha compensado la seriedad obligada de

los últimos tiempos, con el derroche de su risa varonil, hecho allí ante los dichos graciosos del napolitano del porongongó (pericón). En fin, no acabaríamos si fuéramos a nombrar a todas las personas espectables que van diariamente al circo, que ha tenido la rara virtud de interesar con sus espectáculos a la sociedad masculina de Buenos Aires.

No diremos nada de juventud high-life porque ella está alegremente representada noche a noche por el inglés Balcarce, Juancito Varela, Saturno Unzué, Mackinlay, Catelin, Arriola, Ferro, Martín Echeverría, Ocampo,

Urquiza, Frías, Lynch, Acevedo, en fin, cuanto muchacho conocido y distinguido, cuanta persona seria y espectable acude a rememorar las

hazañas del valiente gaucho. Ahora bien, ¿qué significa esto? Juan Moreira plat du jour del Buenos Aires

high-life, del Buenos Aires de Otelo de Tamagno y del Nerone de Novelli, significa patriotismo -¡ojalá!- o relajación del gusto artístico, o tendencia plebeya del espíritu o simple y mera ocurrencia con ribetes de originalidad,

para ahogar con impresiones fuertes, con verdaderos sacudimientos de imaginación, ese germen de monotonía social o intelectual cuyo desarrollo

es ya amenazante en nosotros. Será simplemente el interés en sí de la obra, será lo que se quiera, el caso es que algún atractivo ha de tener la dichosa representación cuando de tal

manera se ve cumplimentada. Está, indudablemente, correctamente dada, sin que esto signifique que no se pueda y se deba dar mejor.

Es sin duda un espectáculo alegre, de atractivos chocotones. Moreira no es una especialidad sino por el contrario él representa con austeridad, sí, lo

característico de toda una raza donde el valor es innato, así es que sin estimular en absoluto su representación, pues la influencia de estas cosas es muy directa en las imaginaciones plebeyas, vale la pena de ir a ver la

representación de Juan Moreira que, por otra parte, y a pesar de las exageraciones teatrales, no es sino un palidísimo reflejo de la vida

heroicamente aventurada de un noble gaucho argentino perseguido por la fatalidad, y que ha llevado con sus hazañas el valor gauchesco a tal grado, que más bien parecen creaciones romancescas que hechos reales de vida

palpitante. La vida representada de Juan Moreira es hoy la admiración de la sociedad

más distinguida de la capital. Ya pueden imaginarse las impresiones de algunos de esos high-life, no de todos, que creen que el ser pobre es malo cuando sus ojos hayan visto en

vez de las vistosas decoraciones de la ópera, en vez de los lujosos sillones de los aposentos de Otelo, una simple y vera cabeza de vaca sirviendo de

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asiento a una modesta criolla de liso vestido de zaraza y a un gaucho

tendido boca abajo sobre su poncho. Por que tal es [el] realismo de las escenas, que allí mismo se enciende el

fuego y se coloca un asador con su cordero; por allí, por delante de los espectadores, husmeando la carne que se asa, pasean los perros que van a los ranchos y a las pulperías criollas y que son lo que el agua para los patos,

indispensable. Esto por lo que toca a la representación; en cuanto a los episodios que surgen de ella y se desarrollan allí mismo, es mejor verlos que contarlos.

Juan Moreira está a la orden del día; en las calles, en los clubs, no se oye sino esta frase: ¡Che! ¿has visto Juan Moreira? que es lo suficiente para que

se vea. Damos a continuación los sitios y los nombres de los más entusiastas

propagandistas. Es bueno que la empresa los conozca. Club del Progreso: Edmundo A. Mackinlay y Servando Ferro. Bolsa: inglés Balcarce y Ramóm Arriola.

Criterion: Alberto Alcobendas y Carlos Dosse. Confitería del Aguila: Ricardo Thwaites y César Vivot.

Con propagandistas como estos la vida de Juan Moreira tiene asegurada desde ya la mar de admiradores.

Sud América".

"Y al interesarse la crítica, el público selecto, siempre dócil a esa cátedra, no

siempre sincera y fiel, no siempre generosa y desinteresada, invadió nuestro modesto circo y aplaudió a nuestros humildes gauchos. Todavía no contábamos con tranvías eléctricos, ni autos, ni llegaba la

instalación de luz eléctrica hasta allí. Las aceras de las calles durante las funciones se veían ocupadas por dobles hileras de carruajes, en una extensión de varias cuadras."

Los gauchos en el escenario de la Opera.

"El empresario César Ciacchi, italiano, fuerte contratista de óperas y por lo tanto uno de los que juraban que los dramas gauchos eran una horrible profanación en la escena del peor teatro, vio en "Moreira" un filón y nos

propuso el Politeama Argentino, entonces uno de los proverbiales escenarios del "bel canto". Como negocio, nos convenía más el circo, porque allí no teníamos que

dividir con nadie las ganancias, pero aspirábamos a ascender, y esta idea nos dominaba; además hacía seis años que en ese mismo Politeama

habíamos representado la pantomima Juan Moreira, en la hora inicial de la farándula criolla, y por inevitable sentimentalismo no podíamos disimular el

placer de exhibir en aquel escenario el resultado de nuestros progresos, honrarlo a la par que él y su empresa, el formidable Ciacchi, nos honraba y se avenían a ser "profanados".

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El 20 de Diciembre debutamos en el Politeama.

Nuestro espectáculo se componía de números de acrobacia, canciones de Pepino 88 y Juan Moreira con "La Rubia" cantora y el Pericón, este último

super-novedad que arrastraba al público como por encanto. Noche a noche llenos completos. En esa oportunidad nos honró con su presencia varias veces el doctor Pellegrini.

Juan Moreira constituyó la nota de 1891 en Buenos Aires. Cincuenta funciones dimos en el Politeama, y entre ellas un beneficio a la

viuda e hijos de Eduardo Gutiérrez." Sigue refiriendo el autor nuevos sucesos de la obra y sus consecuencias en la producción teatral, pero está dicho en lo reproducido cuanto interesa

directamente a los primeros pasos del drama que publicamos. C.V.

Notas.

I. En el original se lee en esta nota: [Se reproducen al final de la obra]. Al final de la obra se lee lo siguiente:

I° (*) Vamos al grano mi Amigo Las pajas las lleva el viento pues cantemos un momento

dejensen de barajar, y formando la milonga

como buenos compañeros y el que dispare primero las copas á de pagar.

Y si hay en los presentes

quien se quiera aventurar no se deje de largar y aproveche la ocasión

y ahora que hay mucha gente que no pierda la volada

y que cope la parada si quiera por diversión.

2º Yo mi amigo se la copo

y dispense si asi hablo no le tengo miedo al diablo

cuanto más á un buen cantor por que Vd. á de saber de que yo naci cantando

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ya que Vd. esta desafiando

aqui tiene a un payador.

Iº [25] Eso mismo yo queria

pa poderme ansi floriar pues que queria encontrar un hombre que juera gueno

en contrapunto y milonga que sepa filosojia

que cantando noche y dia retumbara como un trueno.

2º No me diga que soy trueno

porque yo no se tronar si es que quiere chacotiar yo le debo de advertir

que no sirvo pa la risa conque asi cante parejo

llevese de mi consejo que el que es zonzo hace sufrir.

Iº Ya me dijo que soy zonzo

lo habia dicho sin querer por eso yo lo perdono

pero cuídese otra ve[z] no le vaya á suceder lo que le pasó a Mateo

que por querer dar consejo lo llaman el bicho feo.

2º [2º]

Ya me dijo que soy feo pero creo mas feo Vd. se parese a un atorrante

recostao a la paré [26]y si quiere otro mas feo le presento por primero

fijensen todos paisanos en la cara del pulpero.

2º [?]

El pulpero anda muy triste pues le va la cosa mal

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si lo agarra Juan Moreira

la cola le va a pelar y perdone ño Sardetti

por lo que he dicho recien pues segun tengo entendido Vd. no se porto bien.

(*) Estas décimas se hallan en el manuscrito al final del drama. Nota con

lápiz de mano distinta dice: "Esto se cantaba en el 2° cuadro." II. [¿? por ¡!]

III. Esta exclamación se refiere al siguiente párrafo que en el original está tachado: "MOREIRA.: -Mire paisano, si quiere vaya y dígale que aquí los espero, y

verá lo que hago yo con todas esas maulas. No sirven ni pa la cachetada!" IV. Jose J. Podestá, Medio siglo de Farándula. Memorias de... Río de la Plata

[Córdoba], 1930.