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iEl sermón del monte
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dddddel Monteel Monteel Monteel Monteel Monte
Una introducción
al Nuevo Pacto
ii El sermón del monte
Título original:
“Sermon on the Mount: An introduction to the New Covenant”
© 2002 Daniel G. Caram
Impreso Diciembre 2002
Todos los derechos reservados
Traducción: Equipo de traducción IBJ Guatemala
Primera Edición en español impresa en mayo 2006
Segunda Edición en español impresa en febrero 2010
Publicado por Instituto Bíblico Jesucristo
Impreso en Guatemala, Centro América
A menos que se indique lo contrario,
todas las citas bíblicas fueron tomadas de la versión
Reina-Valera en su revisión de 1960, 1960 Sociedades Bíblicas Unidas
Para mayor información o copias adicionales,
diríjase a esta dirección:
Instituto Bíblico Jesucristo
Apartado Postal 910-A
Guatemala, Centroamérica
Tel: (502) 5219-0444/45
Fax: (502) 2368-2722
E-mail: [email protected]
Página web: www.ibj-guatemala.org
ISBN # 1-890381-57-8
iiiEl sermón del monte
AgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosAgradecimientosAgradecimientos
Queremos agradecer a las siguientes personas:
w A Mary Humphreys, por su destreza en la edición de la versión original en inglés de
este libro.
w A Jeremy Kropf, por su destreza en el formato de la versión original en inglés de este libro.
w Al Rev. Joseph Cilluffo, por su creatividad artística en el diseño de la portada de la
versión original en inglés de este libro.
w Al equipo de traducción de Instituto Bíblico Jesucristo de Guatemala, por su
colaboración en la traducción al castellano de este libro.
vEl sermón del monte
PrólogoPrólogoPrólogoPrólogoPrólogo
Hace algún tiempo, empecé a hacer algunos estudios personales del Sermón del Monte.
Pensé que iba a hacer un bosquejo del sermón, dividirlo en varios textos y subtítulos, y talvez
obtener una docena de páginas. Sin embargo, al comenzar a investigar algo de la historia de este
sermón, empecé a darme cuenta de cuán deficiente ha sido la Iglesia en interpretar su
verdadero mensaje.
Comencé a considerar todas las frases que Cristo habló en el Monte que podían y han
sido malinterpretadas a través de los siglos. Paré cuando ya llevaba 40, pero la lista podía
continuar. Por ejemplo: “No resistáis al que es malo…” ¿Significa esto que tengo que permitir
que un hombre entre por la fuerza en mi hogar? “Al que quiera ponerte pleito…” ¿Significa
esto que automáticamente tengo que desestimar el caso? “No os hagáis tesoros en la tierra…”
¿Significa esto que no tengo que tener una cuenta de ahorros? “A cualquiera que te hiera
en la mejilla…” ¿Significa esto que tengo que permitir que el maleante me agarre a golpes
en la calle?
Lo que ha hecho que este sermón parezca ser tan inalcanzable es la falta de equilibrio en
la interpretación y enseñanza de este mensaje. El Sermón del Monte ha sido, a través de los
siglos, un tema de gran controversia. Ha habido aquellos que insisten en que debe de ser tomado
literalmente: al pie de la letra. Eso significa, si tu ojo te es ocasión de caer, ¡sácalo! Eso
significa, si necesitas un lugar para orar, busca un armario.
Otros han debatido que solamente puede ser cumplido por los clérigos. Muchos se
unieron a las sociedades y órdenes monásticas porque sentían que era la única manera que el
sermón podía ser cumplido. Aún más, otros han adoptado muchas interpretaciones extrañas
y ambiguas.
Una cosa es segura: el pueblo de Dios ha sufrido muchas e innecesarias aflicciones y
sufrimientos a causa de una percepción desequilibrada de Su verdadero mensaje. La gente ha
sufrido asaltos criminales, la gente ha sido víctima de juicios injustos y daños personales, sin
mencionar la condenación y sentimientos de culpa que han soportado. Como dijo el profeta:
“Mi pueblo perece por falta de conocimiento”.
El Sermón del Monte es un mensaje que nunca pasa de moda. Para el creyente maduro
se añeja con el tiempo. El mensaje se hace más definido y claro en la medida que maduramos
en el Señor. Mientras más comprendo el mensaje, más alcanzable (más comprensible) se vuelve.
Con este pensamiento en mente, expongo este breve comentario.
vi El sermón del monte
Es el deseo del Señor que Su pueblo comprenda Sus caminos. Somos el pueblo del
Nuevo Pacto. Somos el pueblo que debería tener la Ley grabada en nuestro corazón para,
asimismo, poder enseñar a las naciones. ¡Que el Señor nos dé la gracia para separar y equilibrar
justamente este bello mensaje en nuestra vida diaria!
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer Su pacto
(Sal. 25:14).
viiEl sermón del monte
ContenidoContenidoContenidoContenidoContenido
Prólogo P. v
Contenido P. vii
Introducción P. 1
Mateo capítulo cinco
El trasfondo del Sermón del Monte – vs. 1-2 P. 5
1. Las nueve Bienaventuranzas – vs. 3-12 P. 7
2. Dar testimonio – vs. 16-16 P. 17
3. Cumplir la ley – vs. 17-20 P. 19
4. Apelar a una ley superior entre los hermanos – vs. 21-26 P. 23
5. Una ley moral superior – vs. 27-32 P. 27
6. Hacer juramentos o votos – vs. 33-37 P. 31
7. Actitudes ante injusticias y préstamos – vs.38-42 P. 33
8. Actitudes hacia nuestros adversarios – vs. 43-48 P. 39
Mateo capítulo seis
9. Motivos para dar – vs. 1-4 P. 43
10. Motivos para orar – vs. 5-8 P. 45
11. El Padrenuestro, la oración aceptable – vs. 9-13 P. 47
12. Perdón y perdonar – vs. 14-15 P. 51
13. Motivos para ayunar – vs. 16-18 P. 53
14. Motivos para ahorrar, la verdadera inversión – vs. 19-21 P. 55
15. Unidad de visión – vs. 22-23 P. 57
16. Los dos señores: Las cosas de esta vida o Aquel que da vida a todas las cosas – vs. 24-34 P. 59
17. Acerca del juicio – vs. 1-5 P. 65
18. Participar de las cosas sagradas – vs. 6 P. 69
19. Petición y súplica, los dones del Espíritu Santo – vs. 7-11 P. 71
20. La regla de oro – versículo 12 P. 73
21. El camino angosto – vs. 13-14 P. 75
22. Discernir al verdadero profeta – vs. 15-20 P. 77
23. ¿Quién entrará al cielo? – vs. 21-23 P. 81
24. Las dos casas – vs. 24-27 P. 83
Enseñar con autoridad – vs. 28-29 P. 87
Epílogo P. 89
Oración de Francisco de Asís P. 90
Bosquejo del Sermón del Monte P. 91
1El sermón del monte
Introducción al Sermón del MonteIntroducción al Sermón del MonteIntroducción al Sermón del MonteIntroducción al Sermón del MonteIntroducción al Sermón del Monte
Aunque vamos a encontrar partes de este sermón en varios lugares de los evangelios de
Marcos y Lucas, éstas no tienen conexión y están representadas en ambientes totalmente
diferentes. Obviamente, Jesús también enseñó y predicó porciones de este sermón en otras partes.
El Evangelio de Mateo registra el sermón completo como fue predicado en el Monte de
las Bienaventuranzas. Sin duda, el Sermón del Monte es el más grandioso sermón de todos los
tiempos. Como está registrado en Mateo 5-7, este sermón básicamente contiene la semilla de
donde viene la inspiración para todos los sermones. De hecho, este sermón resume todo sermón
que alguna vez haya sido predicado. Jesús declara: “Hacer a los demás como quieren que les
sea hecho a ustedes”, es el mensaje de la Ley y los profetas (Mt. 7:12)!
El Sermón nos introduce al Nuevo Pacto
El Sermón del Monte virtualmente desafía todo intento del corazón, cada motivo,
cada actitud y pensamiento. En realidad, el mensaje que se predicó desde esta montaña nos
está introduciendo al “Nuevo Pacto”: la Ley escrita sobre las tablas de carne del corazón
(ver Jer. 31:31-34).
“Después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su
corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo…” (Jer. 31:33).
Aunque nos convertimos en el pueblo del Nuevo Pacto cuando somos salvos, la realidad
del pacto es un proceso progresivo. Que la Ley sea escrita en nuestro corazón, es un trabajo
continuo que se da mientras nos rendimos al (o caminamos en el) Espíritu. Requiere muchas
respuestas a lo que Dios está hablando a nuestra vida. Como veremos, nuestro destino y
lugar eterno están determinados por el grado en que este mensaje penetra en nuestro corazón
(ver Mt. 5:19).
Toma un tiempo considerable antes que el mensaje se haga realidad. La iglesia de los
corintios sirve como un buen ejemplo. Ellos eran obviamente salvos. Ellos estaban santificados
(apartados para el propósito de Dios), y estaban llenos del Espíritu. Sin embargo, ¡Pablo los
llama “carnales”! Esencialmente, ellos estaban quebrantando cada precepto de lo enseñado en
el Monte. Por supuesto, el punto es que esta Ley debe desarrollarse dentro de nuestro corazón.
Una cosa es escuchar un mensaje y guardarlo en nuestra mente. ¡Otra cosa es que la verdad de
ese mensaje baje a nuestro corazón, para que sea mostrado a través de nuestras palabras y
acciones diarias!
2 El sermón del monte
El Antiguo Pacto versus el Nuevo Pacto
El Antiguo Pacto
Comprender el Antiguo Pacto nos ayuda a tener una mejor comprensión del Nuevo
Pacto. Los dos pactos están representados por dos hombres. Moisés fue el mediador del primer
pacto, y ese pacto fue dado sobre una montaña. El primer pacto fue representado por una Ley
que estaba grabada sobre piedra. Allí no sólo estaban los “Diez Mandamientos”, ¡sino también
una larga lista de normas y regulaciones que ordenaban cada aspecto de la vida! Toda la vida del
judío era gobernada por la “Ley de Moisés”, el Antiguo Pacto.
El apóstol Pablo describe el pacto escrito sobre piedra como: “¡El ministerio de
condenación!” Él hasta lo llama: “El ministerio de muerte” (2 Co. 3:7-9). Era muerte porque el
propósito de la Ley era exponer pecado (Ro. 3:20; 7:13). Aún más, ¡en este pacto no había
poder (gracia) para triunfar sobre el pecado! Por lo tanto, la ley solamente puede mostrarnos
nuestro pecado. ¡Puede condenarnos, pero no darnos la victoria sobre el pecado!
El Nuevo Pacto
Es interesante que la promesa del Nuevo Pacto fue dada específicamente a los judíos
(Jer. 31:31-34). Pero, por cuanto rechazaron al “Mensajero del Pacto” (Mal. 3:2), el Señor
Jesucristo, fueron desheredados de entrar a este pacto por toda la Era de la Iglesia (2000 años).
Sin embargo, Pablo reclama este pacto para la Era de la Iglesia (He. 8 y 10). Israel no entra a
este pacto sino hasta el final de la Era de la Iglesia, o el Milenio (Ez. 36:8-28).
Del mismo modo Jesús (quien también es llamado el “Mediador” del pacto) declaró Su
Ley desde una montaña. Sin embargo, Él también declara la superioridad de este pacto cuando
cita a Moisés diciendo: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás…Pero yo os digo,
que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio…” (Mt. 5:21-22).
“Pero yo os digo” sobrepasa la autoridad de Moisés. Cristo fue antes que Moisés;
ciertamente fue Cristo quien comisionó a Moisés en la zarza ardiente. ¡Cristo es el “YO SOY”!
de Éxodo 3:14. Así, Cristo estableció un mandato superior que el establecido por Moisés.
La superioridad del pacto
¿Así que, cuál es la ventaja de este Nuevo Pacto, puesto que demanda más que el anterior,
y puesto que el anterior no se cumplió? De hecho, Pablo nos da varias ventajas en el libro de
Hebreos, pero especialmente, enfatiza el hecho que tenemos un mayor mediador (He. 8:6; 12:24).
Tenemos un Sumo Sacerdote que vive para siempre. ¡Él siempre intercede por nosotros, y Él
siempre está allí para ministrar gracia y poder en nuestro tiempo de necesidad!
La gran diferencia entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto es que podemos experimentar
la gracia y poder para permanecer firmes en la hora de la prueba. Ciertamente, ¡la promesa del
Nuevo Pacto es que Cristo nos capacitará para cumplirlo! “Y pondré dentro de vosotros mi
3El sermón del monte
Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos…” (Ez. 36:27). El mundo verá la imagen de Cristo
en la Iglesia. ¡Esto convencerá al mundo que el cristianismo es real!
Gracia y verdad
El apóstol Juan dijo: “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la
verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Jn. 1:17). Muy a menudo la gracia ha sido mal
interpretada para significar “tolerancia”. El hecho que Cristo nos daría un código más alto por
medio del cual vivir y entonces disculpar nuestra incapacidad para vivirlo ¿suena racional?
Gracia es “influencia divina”. En otras palabras, es el poder para hacer aquello que no
podemos hacer en nuestra fuerza humana. Cristo vino con gracia y verdad (Jn. 1:17). La
verdad nos hace libres.
El Nuevo Pacto fue establecido para ser una ley que sería guardada, y que podría ser
totalmente comprendida: “Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el
Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más
me acordaré de sus pecados y transgresiones” (He. 10:16-17).
Permítame decirle en base a mi experiencia personal, que cuánto más conozco al Señor
y, cuánto más comprendo Sus caminos, más incrementa mi fe en cuanto a que Él me capacitará
para cumplir todo lo que Él ha propuesto para mi vida (Fil. 1:6).
El patrón más alto
Aunque el Sermón del Monte representa el patrón más alto del Nuevo Testamento, es un
mensaje que está al alcance del hombre común. Cuando la Ley de Moisés fue dada, 3,000
murieron. La Ley de Moisés no era alcanzable (en su sentido más completo) porque había
muchas condiciones debilitantes en ella. ¡Era un pacto inferior!
Cuando el Nuevo Pacto fue establecido (en el día de Pentecostés) hubo 3,000 que cobraron
vida. El Nuevo Pacto representa gracia y ayuda divina. ¡El Nuevo Pacto representa poder para
vivir la vida! El Sermón del Monte nos introduce al Nuevo Pacto, un pacto que se puede realizar.
El Nuevo Pacto fue firmado en la cruz. Pero, como la mayoría de testamentos (última
voluntad), requieren unos días antes para realmente tener efectividad y así fue con el Nuevo
Pacto. El derramamiento del Espíritu activó (por así decirlo) el Nuevo Pacto.
Una ilustración de lo que debemos llegar a ser
El Sermón del Monte nos da una ilustración de todo lo que respecta al Nuevo Pacto, y
nos da una ilustración de lo que Cristo desea que lleguemos a ser. Este sermón no se hace una
realidad la primera vez que lo escuchamos. Sin embargo, nos presenta una imagen a la cual
debemos ser conformados: “mis actitudes”, “las actitudes del ser”, ¡las actitudes que deben
llegar a ser nuestras al caminar en el Espíritu! (N.T. En este punto se debe hacer una aclaración:
en inglés, bienaventuranzas se traduce como “beatitudes”, y el autor descompone esta palabra
así: be (ser) y attitudes (actitudes), lo que en español será las actitudes del ser).
4 El sermón del monte
Primero debemos de ver la imagen de Cristo, antes de llegar a ser conformados a esa
imagen. Jesús no estaba simplemente predicando una teoría o un montón de principios, Él
estaba predicando de Sí mismo. Él era la encarnación del mensaje. Él era el cumplimiento del
mensaje. Él era la personificación del Nuevo Pacto (Sal. 40:8). Él es Aquel a quien somos
llamados a imitar (Is. 51:7).
Procedamos a examinar este sermón con un corazón abierto. Empecemos a responderle
al Señor mientras Él pone Su dedo en ciertos asuntos en el interior de nuestro corazón. Este
sermón trata en su totalidad sobre asuntos del corazón, y ¡este sermón obra en nuestra vida en la
medida que le permitimos al Espíritu de Dios que nos guíe a las circunstancias que van a tratar
con esos asuntos!
“Aun amó a su pueblo; todos los consagrados a él estaban en su mano; por tanto, ellos
siguieron en tus pasos, recibiendo dirección de ti” (Dt. 33:3).
5El sermón del monte
Mateo Capítulo CincoMateo Capítulo CincoMateo Capítulo CincoMateo Capítulo CincoMateo Capítulo Cinco
El trasfondo del Sermón del Monte versículos 1-2
Mt. 5:1-2 “Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
v. 2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo…” En el contexto de la escena de este sermón,
grandes multitudes venían siguiendo a Jesús de cada provincia y desde el otro lado del Jordán.
Por esto, Jesús se sitúa sobre la montaña.
La Iglesia debe preparar el escenario
En un sentido, aquí tenemos una imagen que la Iglesia debe de imitar detalladamente. El
profeta Isaías describe la Iglesia de los tiempos del fin cuando declara: “Acontecerá en lo postrero
de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes…
y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al
monte de Jehová…y nos enseñará sus caminos… Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la
palabra de Jehová” (Is. 2:2-3). Sion nos habla de una posición o logro espiritual.
La ley de Sion
Hay una diferencia entre Jerusalén y el Monte de Sion. El Monte de Sion es una montaña
dentro de Jerusalén, y nos habla de un nivel más alto. Básicamente, hay tres grupos dentro del
reino. Estos tres grupos son comparables con las tres divisiones del Tabernáculo (de Moisés).
Estos tres grupos se ven claramente a través de las Escrituras.
El Atrio Israel Los principios iniciales
El Lugar Santo Jerusalén La Palabra se hace carne (experiencia de vida)
El Lugar Santísimo Monte de Sion La ley sobre el corazón
Hay muchas iglesias que predican la Palabra pero que no sostienen la medida o la Ley
de Dios. Mientras trabajaba en este sermón, un ministro vino a visitarme. Me contó que él
solamente predica la Palabra y que nunca usa el término “ley”.
Sí, Isaías 2:3 tiene aplicación en el Milenio; pero en el ámbito de las cosas mayores que
Cristo prometió, el Señor tendrá un grupo de verdaderos discípulos que van a enseñar a las
naciones los caminos más altos del reino (Mt. 24:14).
6 El sermón del monte
“Sentándose”
Observe
El monte nos habla de una posición, y Jesús “sentándose” también nos habla de posición.
Jesús estaba a punto de enseñar el mensaje en el que Él se había convertido (Hch. 1:1). Él era el
mensajero del Pacto: La Ley estaba dentro de Su corazón, y ¡el mensaje era una realidad! (Sal.
40:8) Como se establece más adelante: “Él habló como uno que tiene autoridad”.
El Señor tendrá un grupo de verdaderos discípulos que enseñarán a las naciones los
caminos más altos del reino (Mt. 24:14).
El Arca, asentada sobre el Monte Santo
El pensamiento de “asentar” nuevamente nos recuerda al “Monte de Sion”, sobre el cual
se asentó el Arca del Pacto. El Arca del Pacto representaba el “Nuevo Pacto”. El Arca contenía
la Ley, pero siempre estaba cubierta: Significando que Israel no aceptaría el mensaje o al
Mensajero del Pacto (ver 2 Co. 3:14).
Sin embargo, (para cumplir un tipo) el Arca se asentó sobre el Monte de Sion en una
tienda sin velo (por un corto período). Fue aquí desde donde salió la invitación para todos los
que estuvieran interesados en ascender al Monte: para todos los que estuvieran interesados en
cumplir la Ley (Sal. 15 y 24). Más tarde, Cristo rasgó el velo, ¡simbolizando que ahora era
posible (para todos los que lo recibieran a Él) cumplir la Ley!
Observe
Los discípulos fueron los primeros en unirse a Cristo. El discípulo debe primero tener el
mensaje en su corazón, ¡antes de predicarlo con autoridad! “Hacer y enseñar” (Hch. 1:1).
Él abrió Su boca y enseñó
Cuando Cristo abrió Su boca para hablar, no fueron solamente palabras saliendo de Sus
labios, sino fue como la lluvia fresca de la que Job habló: “Tras mi palabra no replicaban, y mi
razón destilaba sobre ellos. Me esperaban como a la lluvia. Y abrían su boca como a la lluvia
tardía” (Job 29:22-23). ¡Las palabras de Cristo eran espíritu y verdad!
El ministerio de un maestro es, sin ninguna duda, el principal ministerio de los últimos
días. Como dijo Daniel: “Y los sabios del pueblo instruirán a muchos” (Dn. 11:33).
7El sermón del monte
Las nueve bienaventuranzasLas nueve bienaventuranzasLas nueve bienaventuranzasLas nueve bienaventuranzasLas nueve bienaventuranzas
versículos 3 – 12
Una vista general de las bienaventuranzas
Al comenzar a ver estas nueve bienaventuranzas desde un punto de vista colectivo, nos
damos cuenta cuán diametralmente opuestas están de la “mentalidad del mundo”. Como dijo el
apóstol: “Los designios de la carne son enemistad contra Dios”. La mente carnal pelea con
Dios, y está en directa oposición con todo lo que Dios dice, (sin lugar a duda, el dios de este
mundo ha corrompido la mente de este mundo). Decían acerca de Pablo y sus compañeros:
“Estos que trastornan el mundo entero” (Hch. 17:6). En realidad, ¡Pablo estaba poniendo las
cosas en el lugar correcto!
Bienaventurados o benditos
Observemos la palabra “bienaventurados”. La palabra “bienaventurado” contiene el
sentido de gran euforia y gran felicidad. También tiene el sentido de buena fortuna (éxito).
Además hay una gran recompensa eterna si estas bienaventuranzas son obradas en nuestra vida.
De cualquier modo, mientras consideramos estas nueve bienaventuranzas, nos damos
cuenta que ellas no vienen sin cierto sufrimiento y pena. No pueden ser grabadas simplemente
en nuestro corazón, excepto a través de experiencias agonizantes en nuestra vida. Elija cualquiera
de ellas: hay un costo involucrado para poder tenerlas desarrolladas. José, quien quería ser
puro, pagó un precio muy alto para serlo. ¡Cuándo usted ha sufrido por algo, lo estima como
algo muy valioso!
Salomón fue instruido por los mejores. Le fueron enseñados buenos principios, pero él
nunca tuvo que sufrir para obtener esas verdades. En consecuencia, Salomón se volvió
espiritualmente pobre al final.
wwwww Estoy incorporando las nueve bienaventuranzas en un solo tema. Algunos eruditos
prefieren tomarlas como temas individuales.
Primera bienaventuranza: los pobres en espíritu
Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los
cielos”. Se dice de Cristo: “Él se hizo pobre” (2 Co. 8:9). Esto fue verdad no solamente en un
sentido físico, sino Él se despojó a Sí mismo de todo el honor y la gloria y la majestad que tenía
8 El sermón del monte
en el cielo. Aunque Él fue el co-Creador del mundo, Él se despojó a Sí mismo, y tomó forma de
siervo (Fil. 2:7).
Pobreza deseable
La palabra “pobre” tiene el sentido de un servil mendigo. ¡Cristo dependía totalmente
del Padre y no hacía nada sin Él! (Ver Jn. 5:9). Ésta es una actitud que Cristo quiere desarrollar
en nuestra vida: Una sana apreciación de quienes somos realmente. No somos nada porque no
somos nada. Sin embargo, cuando tenemos una sana apreciación de esto, Dios puede trabajar a
través de nuestra vida: Ciertamente, Él puede hacer todas las cosas por medio de nosotros.
David dijo: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas… ¿Qué es
el hombre, para que tengas de él memoria? Si estamos dispuestos a permitirle al Señor que
obre este atributo en nuestra vida, el Señor nos traerá a circunstancias humillantes que nos
revelarán exactamente cuán dependientes debemos estar de Dios y, ¡cuán poca confianza podemos
tener en nuestra propia fuerza!
Nuevamente, David oró: “Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis
días; sepa yo cuán frágil soy” (Sal. 39:4). En este Salmo en particular, David está a las puertas
de la muerte. Experiencias como ésta nos ayudan a mantener las cosas en la perspectiva correcta.
¿Tratar de ser humildes?
Algunos han ido a extremos tratando de ser humildes, diciendo: “Soy un gusano, etc.”
Durante la era monástica, más de un monje trató de trabajar la humildad en su vida degradándose
o afligiéndose a sí mismo en alguna manera. Ciertamente, eso no sirve. De hecho, puede obrar
cierto orgullo o dureza dentro de nuestro corazón. Pero si caminamos en el Espíritu, Dios nos
guiará a circunstancias que van a llevar a cabo esta obra.
Esta primera bienaventuranza, es el prerrequisito para que todas las otras sean obradas
efectivamente. Si no somos pobres en espíritu, ciertamente no podemos ser mansos y ciertamente
no podemos gemir. Cuando al afamado apóstol de la fe (Smith Wigglesworth) se le preguntó a
qué atribuía su gran poder, su respuesta fue: “Soy un hombre con un corazón
quebrantado”…Porque de ellos es el reino de los cielos.
Segunda bienaventuranza: los que lloran
Mateo 5:4 “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”. A
menudo se ha dicho (respecto al reino) que “el camino hacia arriba es para abajo”.
Bienaventurados aquellos que lloran, no parece ser una aseveración racional. Sin embargo, gran
bendición les está reservada a aquellos que han llorado por otros; para aquellos que han llorado
por los propósitos del reino y para aquellos que han llorado por su propia miseria.
Ellos recibirán consolación cuando vean que sus lágrimas no han sido en vano! La
versión de Lucas sobre este Sermón dice: “Bienaventurados los que ahora lloráis, porque
reiréis… ¡Ay de vosotros los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis” (Lc. 6:21, 25). El
9El sermón del monte
mundo parece estar regocijándose, yendo por un camino de felicidad; pero vendrá el tiempo en
que las cosas sean al revés. Isaías dijo: “A los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de
ceniza…manto de alegría en lugar del espíritu angustiado” (Is. 61:3).
Podemos dar gracias a Dios por los padres espirituales de antaño que lloraron por el
reino: Esdras, Nehemías, Mardoqueo, Ester, la lista es interminable, porque siempre ha habido
aquellos que lloraron por los pecados del pueblo de Dios (ver Nm. 25:6). ¡Ellos recibirán
consolación cuando vean la restauración del reino, o la restauración de su propia casa!
¡Que el Señor desarrolle misericordiosamente esta actitud dentro de nuestro corazón
para que podamos interceder por nuestra propia nación pecadora, y por aquellos que han errado
del camino correcto!
Tercera bienaventuranza: los mansos
Mateo 5:5 “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”.
El rey David dijo este versículo en el Salmo 37:11. Aunque la mansedumbre sea generalmente
vista por el mundo como “debilidad”, son los mansos los que recibirán la tierra por heredad. Al
final, serán los mansos los que gobernarán la tierra con vara de hierro.
“Enviad cordero al señor de la tierra…” (Is. 16:1).
La mansedumbre es una actitud de sumisión. Reconocemos que la autoridad es dada por
Dios. ¡Reconocemos que hay circunstancias que Dios quiere que aceptemos, y nos rendimos a
ellas! La mansedumbre es desarrollada al aceptar la voluntad de Dios o al decir continuamente
“sí” al Señor. Jesús compara la mansedumbre con someterse a un yugo, ¡al hacer esto,
encontramos descanso! Hay descanso cuando nos rendimos a la voluntad de Dios.
El reposo al rendirnos
Una mujer compartió una experiencia que tuvo cuando ella enfrentó una decisión
concerniente a la “sumisión”. Durante mucho tiempo ella batalló en su espíritu, no quería ceder.
Entonces un día, mientras oraba, ella se quebrantó delante del Señor y dijo: “Sí, me rindo: voy
a someterme en esta situación”. En ese momento, súbitamente, sus manos se cubrieron de un
aromático dulce ungüento. En sus propias palabras, no podía explicar lo que había sucedido,
excepto que sabía que era divino.
Compare esto con la descripción de Cantar de Cantares 5:5. La que buscaba, quien
finalmente se sometió al llamado de su Señor, encuentra sus manos saturadas con dulce y
aromática mirra. En las Escrituras, la “mirra” nos habla de mansedumbre: Muerte a nosotros mismos.
El hombre más manso en el Antiguo Testamento fue Moisés (Nm. 12:3). Moisés fue el
mediador del Antiguo Testamento. El hombre más manso en el Nuevo Testamento fue Cristo, y
el fue el mediador del Nuevo Testamento. A la verdad, estos dos hombres fueron los hombres
más poderosos que jamás hayan caminado sobre la tierra.
10 El sermón del monte
En una perspectiva real, requiere una gran fuerza y disciplina el someterse a cosas sobre
las cuales usted fácilmente puede tener el control, por ejemplo, un jefe irrazonable o un mal
matrimonio. Una vez, una mujer lamentaba su matrimonio, quería escapar de él (algo no muy
difícil de hacer hoy en día). El hombre no era abusivo ni desleal, sino simplemente un hombre
con quien era muy difícil tratar o razonar. Pero luego de una gran batalla, ella mansamente
aceptó su circunstancia. Su hogar cambió. Hoy, ambos sirven fielmente al Señor.
“Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas” (Mt. 11:29).
Cuarta bienaventuranza: los que tienen hambre y sed de justicia
Mateo 5:6 “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos
serán saciados”. Un bebé hambriento es un bebé sano (1 P. 2:2). Aquí hay otro interesante
fenómeno en la economía del reino: el Señor nunca alimenta a la fuerza a Sus hijos. En el libro
de Ester, tenemos una ilustración del reino. Hay una mesa desplegada con manjares y vino real,
y aún así, ninguno es obligado a participar sino según por propia voluntad (Est. 1).
Hambre y sed son, realmente, el requisito previo para progresar en el reino. Muchos
años atrás, el Señor habló a mi corazón ciertos versículos del Evangelio de Lucas. En el relato,
había gran hambruna y muchas viudas (en tiempos de Elías). Pero Elías fue enviado únicamente
a una: ¡solamente una fue alimentada! Eso dio a luz un clamor dentro de mi corazón: “¡Señor,
permite que sea yo!” (ver Lc. 4:25-26).
En el Salmo 121, el salmista se encuentra a sí mismo morando en las tiendas de los
malvados (no por elección). Entonces, él añora el Monte de la casa del Señor. Algunas veces el
habitar con los malvados (trabajando o siendo expuestos a hombres malos), trae como
consecuencia una repugnancia por el mal. Entonces, comenzamos a anhelar los caminos de
justicia y verdad.
David clamó: “Mi alma tiene sed del Dios vivo…” ¿Cómo obtenemos esa hambre y sed
espirituales? En la mayoría de los relatos de las Escrituras, vemos a un exiliado o a un cautivo:
Alguien que ha sido separado de la casa de Dios. Una cosa es segura, el hambre y la sed vienen
por ser despojados, y por experimentar una hambruna espiritual o un tiempo de sequía en nuestra
vida. Cuando un cristiano se está alimentando de los deleites del mundo, como el cine, mata
todo apetito espiritual. ¡Los entretenimientos del mundo pueden reemplazar nuestro deseo por
el Dios vivo!
Por muchos meses, encontré que mi alma estaba hambrienta mientras participaba en
una iglesia denominacional. Esa organización había alcanzado su capacidad espiritual
(crecimiento espiritual) ¡y hasta allí era donde ellos querían llegar!
¡Qué siempre tengamos una actitud de «necesito más! ¡Quiero más de Cristo! ¡Quiero
llegar a ser más como Él! “¡Ellos serán saciados!”
11El sermón del monte
Quinta bienaventuranza: los misericordiosos
Mateo 5:7 “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia”. Se ha dicho que la suprema revelación de Dios es revelada a través del simbolismo
del Asiento de Misericordia (Propiciatorio). El Asiento de Misericordia era la tapa que cubría el
Arca del Pacto. Esta tapa (cobertura) estaba hecha de oro labrado a martillo. Sobre la tapa, había
dos querubines uno frente al otro (la cabeza ligeramente inclinada), que con sus alas extendidas
se tocaban uno al otro. Es una suposición que estos ángeles representaban a las 2/3 partes que,
en el cielo, encontraron misericordia luego de la rebelión de Lucifer, (solamente hay tres ángeles
que se mencionan por nombre en las Escrituras).
El “oro puro” indica que la misericordia es de naturaleza divina. Nuestro Padre Celestial
desea infundir este atributo de la misericordia dentro de nosotros, de tal manera, que llegue a ser
nuestra disposición a lo largo de la vida. Nuestro padre espiritual (mi pastor) siempre ha sugerido
que si vamos a errar, ¡erremos del lado de la misericordia! Algunas veces, la misericordia requiere
acción (Stg. 3:17).
La misericordia es una prueba
La verdadera prueba de misericordia viene cuando somos directamente afectados por
nuestra decisión de “mostrar o no mostrar” misericordia. Este atributo de la misericordia, como
todas las bienaventuranzas, no viene sin un gran precio o sacrificio personal. Se cuenta la historia
de un joven que perdió a su amada esposa (ella estaba embarazada). ¡Ella fue atropellada por un
tipo en una motocicleta y la mató!
El Señor le dijo: “¡Debes perdonar a este hombre, pues él también está sufriendo mucho!”
(el perdón tiene su raíz en la compasión y la misericordia). Sin necesidad de decirlo, hubo un
tremendo sacrificio involucrado en mostrar misericordia al hombre que le había quitado a su
amada. Espiritualmente, podemos mantener a las personas en “la prisión del deudor”, cuando
nos rehusamos a mostrar misericordia. Y nosotros mismos podemos ser excluidos de la
misericordia del Señor, como el rey David también dijo en el Salmo 18:25.
Requiere de un verdadero sufrimiento el tener la naturaleza de la misericordia y la
compasión trabajada en nuestra propia vida. Debemos conocer qué es fallar o lastimar, para
poder tener compasión de los demás. Hubo un hombre que supo lo que era la humillación de
fallar en los negocios. Su corazón simplemente sangraba por aquellos que estaban luchando en
los negocios (ver He. 5:2).
La recompensa del misericordioso es la misericordia. Cuando venga el día ardiente
como un horno, el Señor los perdonará como uno que perdona a su hijo leal (Mal. 3:17).
Sexta bienaventuranza: los de limpio corazón
Mateo 5:8 “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. De
nuevo, encontramos otra bienaventuranza que fue revelada a David: ¿Quién va a ascender al
12 El sermón del monte
monte santo, donde descansa el arca descubierta? (¿Quién verá a Dios?): “El limpio de manos
y puro de corazón” (Sal. 24:4).
¡Un corazón puro no es algo con lo que nacemos, o que nos es dado al nacer de nuevo!
David clamó: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio…” Pablo dijo a los corintios:
“Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu…” (2 Co. 7:1).
Sin duda, jugamos una parte en el proceso de redención. Debemos “ocuparnos en nuestra
salvación…” (Fil. 2:12). Debemos “hacer firme nuestra vocación y elección…” (2 P. 1:10).
Quiero enfatizar esto, porque requiere un cierto deseo y un cierto esfuerzo el “limpiarnos”.
Muchas veces los pecados morales más grandes que el pueblo de Dios tiene, son aquellos
que han sido heredados. La genética juega un papel importante en los pecados habituales de
nuestra vida. A menudo, las personas sufren molestas lujurias y deseos, aunque nunca hayan
cometido un pecado así, o hayan hecho algo en particular, para incitar tales sentimientos.
Pero para empeorar las cosas, vivimos en una generación que inunda de sensualidad los
oídos, ojos y mente. Es por esto que la pureza requiere esfuerzo de nuestra parte. El apóstol
Pablo nos dice que debemos “dejar” ciertas cosas y debemos “vestirnos” de otras (Col. 3:5-17).
También nos dice en esos pasajes, que debemos “hacer morir” ciertas cosas.
Eso significa (si realmente queremos la promesa de Mateo 5:8 “los de limpio corazón
verán a Dios”) que debemos cerrar nuestros ojos y nuestra mente a ciertas cosas que estimulan
los apetitos incorrectos. De ninguna manera podemos alimentarnos de novelas, películas y revistas
que estén llenas de sensualidad y esperar ser puros de corazón.
Siempre hay una elección, pero cuando escojamos poner nuestros pies en el camino de
la pureza, Dios nos va a ayudar. Dios le da el don de la justicia a aquellos que están buscando la
justicia. La ironía de los principios del reino está en que a menudo, cuando buscamos caminar
en el camino correcto, las cosas parecen ponerse peor. De hecho, podemos sufrir los efectos
funestos de la mismísima cosa de la que estamos tratando de librarnos. Tal vez, usted está
sufriendo peores tentaciones o aún peores fallos que los que sufría anteriormente. Pero tenga
buen ánimo: Dios lo ayudará, ¡y al final usted tendrá vestiduras blancas!
Hay muchas promesas preciosas para los puros. Una traducción dice: “Verán como
Dios ve”. Los puros van a ver claramente. Salomón dijo: “El que ama la limpieza de corazón,
por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey” (Pr. 22:11). Una conversación pura dice
mucho sobre el corazón. Yo odiaba las pláticas obscenas, pero por muchos años me vi forzado
a escucharlas. ¡Estas cosas nos limpian!
La recompensa para los de limpio corazón es que ¡ellos verán a Dios!
Séptima bienaventuranza: los pacificadores
Mateo 5:9 “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de
Dios”. En las Escrituras, “paz” está simbolizada por el aceite de oliva. El aceite de oliva es
13El sermón del monte
extraído al machacar las olivas. Dentro de esto vemos una preciosa ilustración del pacificador.
Éste es uno que está dispuesto a ser la zona amortiguadora entre dos lados opuestos. En el
proceso, ¡el pacificador es machacado por ambos lados y, de este modo, lubrica la fricción y trae paz!
Como en todas estas bienaventuranzas, se requiere de cierto sufrimiento para ser una
ofrenda de paz. ¡Es solamente el fuerte el que puede ser un pacificador, es solamente el cristiano
maduro el que va a estar dispuesto a ser el objeto de ataques para poder traer paz!
El mayor ejemplo de todos los tiempos fue el Señor mismo, quien se convirtió en una
ofrenda de paz en la cruz: No solamente para reconciliarnos con Dios, sino también para
reconciliarnos unos con otros. “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno,
derribando la pared intermedia de separación” (Ef. 2:14; Is. 53:5).
La ganancia eterna al cumplir este papel es que «ellos serán llamados hijos de Dios».
Son los hijos maduros los que reinarán con Cristo (Ro. 8:20).
Octava bienaventuranza: los que padecen persecución por la justicia
Mateo 5:10 “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos”. El esplendor del cielo está reservado para aquellos
que sufren por ser rectos, o por hacer aquello que es correcto. Siempre ha habido quienes atacan
a la gente de buen testimonio. Como instrumentos de crueldad, tratan de calumniar o degradar
al justo. Sin embargo, este tipo de implementos son necesarios para perfeccionar a los
“vasos de honor”.
El malvado Amán había planeado una venganza personal contra el justo Mardoqueo.
¿Por qué? ¡Porque Mardoqueo se rehusaba a postrarse ante él! Cuando la gente se rehúsa a
postrarse (o dar honor) a los malvados, o cuando las personas se rehúsan a rendirse ante la
maldad, los injustos se sienten provocados.
En esta generación en la que vivimos, el sólo hecho de ser buenos padres va a traer
persecución de la gente del mundo. Seremos criticados o etiquetados, aún amenazados o
intimidados por las autoridades.
La tragedia está en que, a menudo, la peor persecución viene de adentro de nuestra
propia casa, con presión de los hijos, o presiones del cónyuge o los parientes. Debido a que
usted no permite que sus hijos participen de las vanidades (los falsos deleites) del mundo,
mucha gente va a decir que usted esta mal y que necesita ver a un psiquiatra.
Todo cristiano, en su búsqueda de la santidad, debe experimentar pruebas de persecución
por defender la verdad y la justicia. Muchas veces las iglesias son perseguidas porque “mantienen
normas muy altas” (por ejemplo en el divorcio y segundo matrimonio). Es imperativo que
mostremos buen ánimo cuando estamos siendo atacados o nada sale bien.
“Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois.
Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis” (1 P. 3:14). ¡El reino de los
cielos lo espera!
14 El sermón del monte
Novena bienaventuranza: “perseguidos por Mi causa”
Mateo 5:11-12 “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os
persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque
vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron
antes de vosotros”. Ser perseguidos por “Mi causa” es claramente diferente de ser perseguidos
por causa de la justicia. En realidad, uno puede ser perseguido por otros cristianos por causa de
la justicia, pero generalmente los cristianos se unen cuando hay una persecución por ser cristiano
(por el Nombre de Cristo).
Los cristianos en Estados Unidos no han tenido que experimentar una verdadera
persecución por ser cristianos. Sin embargo, hay naciones en donde el pueblo de Dios realmente
sufre por profesar el Nombre de Cristo, o sufren por causa de Cristo.
El libro de los Hechos nos da una buena ilustración de lo que significa sufrir por causa de
Cristo: “Y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el
nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos
de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” (Hch. 5:40-41).
Ellos se gozaron de haber sido tenidos por dignos de sufrir. Ahora, aquí hay un ejemplo
de verdadera religión. A la Iglesia Primitiva en Jerusalén le fueron negados trabajos, sus bienes
les fueron confiscados, padecieron afrenta, y fueron excomulgados de la sociedad a tal punto
que ¡no podían comprar ni vender! (¡Por causa de Jesús!).
La prueba viene
Al concluir esta era, todas las naciones serán probadas en esta bienaventuranza en
particular. También quiero decir que el Señor prepara a Sus santos para esta clase de persecución.
Daniel y sus jóvenes amigos tomaron algunas decisiones. Creo que aquí es donde esto comienza:
Tomando una actitud entre nuestros compañeros, tomando una posición en el colegio, etc. Cristo
dijo: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así
persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.
Observemos lo que Pedro dijo en 1 Pedro 1:11: “Escudriñando qué persona y qué tiempo
indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos
de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos”. Cuando las personas maltrataron a los profetas
de Dios, en realidad ¡estaban insultando al Espíritu de Cristo que estaba en esos profetas!
La caminata en el Espíritu prepara al pueblo de Dios para su tiempo de sufrimiento. De
hecho, el tener las otras bienaventuranzas obradas en nuestra vida, prepara el camino para ésta
última. Hubo cierto Instituto Bíblico en donde uno de los estudiantes siempre clamaba en las
reuniones de oración: “¡Hazme un mártir!” Una noche, uno de sus compañeros de estudios
amablemente le preguntó a este joven si podía lavar las ollas y las sartenes después de la cena,
(el otro estudiante tenía un evento especial al que necesitaba asistir). “¡Yo no!” protestó el mártir.
¡Hay un gran galardón para aquellos que padecen por causa de Jesús!
15El sermón del monte
Repaso de las bienaventuranzas
w Los pobres en espíritu: no piensan de sí mismos mejor de lo que debieran.Están
dispuestos a aceptar cualquier tarea que el Señor les dé.
w Los que lloran: se entristecen por las cosas que lastiman al Señor. Están dispuestosa
llorar por causa de Cristo.
w Los mansos: están dispuestos a someterse a personas o circunstancias para poder cumplir
los propósitos de Dios en sus vidas.
w Los que tienen hambre y sed de justicia: siempre sienten que necesitan más del Señor,
más de Su verdad, ser más como Él.
w Los misericordiosos: son aquellos que ejercitan la compasión en toda oportunidad.
w Los de limpio corazón: meditan acerca de las cosas que son puras y adornan sus labios
con esos pensamientos.
w Los pacificadores: están dispuestos a ser la zona amortiguadora entre dos partesopuestas.
Están dispuestos a tomar la artillería antiaérea, si esto puede traer la reconciliación.
w Los que padecen persecución por causa de la justicia: ¡Están dispuestos a hacer lo
correcto a pesar de las consecuencias!
w Los perseguidos por Su causa: ¡Están dispuestos a sufrir por causa de Jesús, por
Sus propósitos!
Mientras estos atributos son trabajados en nuestra vida, ¡no solamentehay grandes
dividendos eternos, sino que el Señor tambiénda gran felicidad y buen éxito en esta vida!
17El sermón del monte
Dar testimonioDar testimonioDar testimonioDar testimonioDar testimonio
versículos 13 – 16
Vosotros sois la sal
Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué
será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”.
En la Palabra de Dios “sal” habla de sinceridad y verdad (Col. 4:6). La sal también habla de
preservar. En la mayor parte de la historia del hombre, la sal fue el único preservante. Jesús
compara a Su pueblo con la sal. Nosotros somos el testimonio de Dios sobre la tierra. El propósito
de nuestra presencia es guardar al mundo de corromperse. El pueblo de Dios debe ser “claramente
diferente” para poder convencer al mundo de pecado y justicia.
Pero cuando la sal pierde su sabor, o su agudeza, ya no sirve para ningún propósito
práctico, en realidad, puede ser echada en la calle. Cuando el pueblo de Dios pierde su testimonio,
cuando lo que nos diferencia se ha ido, cuando el mundo no puede separarnos de los suyos,
¡entonces ya no somos de ninguna utilidad para el reino!
Vosotros sois la luz
Mateo 5:14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder”. En este pasaje, Jesús compara a Su pueblo con la luz. Es interesante que la
Palabra de Dios clasifica a las personas en dos grupos (no hay punto medio). Por ejemplo, Pablo
dice: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos
de luz…” (Ef. 5:8).
De nuevo, el pensamiento es que el pueblo de Dios debe diferenciarse claramente del
mundo. El mundo está en tinieblas, y se nos ha dado la comisión de alumbrar esas tinieblas.
En la carta a los Filipenses leemos: “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de
Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida” (Fil. 2:15-16). El
pensamiento que se quiere transmitir aquí es que el mundo está torcido, pero, debemos ser
ejemplo al mundo por medio de nuestra vida y predicar la Palabra. ¡La Palabra de Dios es luz!
¡Si somos verdaderos testigos, nuestro testimonio debe ser tan obvio como una ciudad
asentada sobre un monte!
18 El sermón del monte
Para nuestra casa
Mateo 5:15 “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud; sino sobre el
candelero, y alumbra a todos los que están en casa”. En la primera parte del sermón, Jesús nos
da una ilustración de lo que debemos ser. Ahora, el énfasis está en que mantengamos ese
testimonio. Los hombres no encienden una luz para esconderla debajo del almud, sino para que
alumbre a todos los que están en la casa. La primera prioridad es para nuestra casa, la cual
puede ser el lugar más difícil para dar testimonio.
Muy a menudo, los cristianos parecen más preocupados en dar testimonio en algún otro
lugar. Primero debemos dar testimonio a nuestra familia y amigos. ¡En algunas sociedades esto
puede significar un rechazo total! Queremos ver salva a nuestra familia secundaria (parientes).
A veces, una carta o una tarjeta lo ayuda a compartir su fe.
Después que Jesús salvó al endemoniado le dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y
cuéntales cuán grandes cosas ha hecho el Señor contigo, y cómo ha tenido misericordia de
ti” (Mc. 5:19). Más tarde, el testimonio de ese hombre tuvo un tremendo efecto alrededor del
área de Decápolis.
Para el mundo
Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Por último, nuestra vida
debe ser un testimonio para todos los hombres ¡por nuestro ejemplo! La palabra “buenas” está
relacionada con buen carácter y virtud. Nuestro estilo de vida diario debe de hablar. ¡Nuestras
acciones (no premeditadas) deben hablar a todos!
Antes de venir al “Nuevo Mundo”, los peregrinos de Inglaterra pasaron muchos años en
Holanda. Sus acciones y buen carácter tuvieron una influencia tan positiva en los Países Bajos,
que el gobierno holandés les rogó a los peregrinos que no se fueran. Hasta les ofrecieron
extensiones de tierras gratis y muchos otros beneficios, con la esperanza de retenerlos
en su país.
¡El Señor fue glorificado por medio de su comportamiento cristiano!
19El sermón del monte
Cumplir la leyCumplir la leyCumplir la leyCumplir la leyCumplir la ley
versículos 17 – 20
Todo se haya cumplido
Mateo 5:17-18 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo
y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”. En el
Salmo 19, David compara la exactitud de la Ley de Dios con la exactitud de los cielos. Los
cielos son tan exactos, que nuestra hora nacional (Observatorio Naval, Washington D.C.) está
ajustada a una estrella particular en los cielos, (no estoy muy seguro si esto aún se practica). En
resumen, ¡los cielos pasarán antes que una jota de la palabra falle!
w Una jota y una tilde del alfabeto griego, equivaldrían a un punto o a la raya de la letra ‘t’.
Cumplir la ley
La palabra cumplir (pleroo 4137) significa llenar hasta el tope, o suplir una deficiencia.
La Ley era deficiente en el sentido de que era exterior. Era una ley escrita en piedra. ¡Jesús
estaba transcribiendo la Ley del exterior al interior, de lo físico a lo espiritual, del hecho al
pensamiento del hecho!
“El cumplimiento de la Ley” a menudo ha sido interpretado erróneamente queriendo
decir que Cristo vino a eliminar la ley. En realidad, nada está más lejos de la verdad. Cristo vino
“a magnificar la ley y engrandecerla” (ver Is. 42:21). El Sermón del Monte nos da ilustraciones
vívidas de lo que significa cumplir la Ley. La Ley (Antiguo Testamento) era deficiente en que
no podía suplir la gracia/poder para vivir de acuerdo a sus altas exigencias (espirituales). ¡No
alcanzaba a tratar los problemas del corazón!
Cumplir la Ley es “hacerla”. Pablo explica: “Porque: No adulterarás, no matarás, no
hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta
sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo;
así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Ro. 13:9-10). ¡El amor cumple la ley, y amar es
guardar la Ley!
Jesús dijo que Él había venido a cumplir la Ley y los profetas. Básicamente, todos los profetas
del Antiguo Testamento buscaron traer al pueblo de Dios de regreso a la Ley. La Ley trataba con la
relación del hombre con los hombres y con Dios: amar a Dios de todo corazón y amar al prójimo.
20 El sermón del monte
Amar a Dios Deuteronomio 10:12
Amar al prójimo Levítico 19:18
Jesús también estableció (dentro del contexto del sermón) que la “ley de oro” cumple la
Ley y los profetas: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,
así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mt. 7:12).
Cuando tenemos la Ley dentro de nuestro corazón, no tenemos que pensar mucho acerca
de qué es lo que debemos hacer. ¡Debería de ser algo tan automático como escoger nuestra
comida y bebida favoritas!
Las tres divisiones de la Ley
Antes de proseguir, nos será de gran ayuda comprender las tres divisiones de la Ley (el
Antiguo Pacto):
w La ley moral: incluía los Diez Mandamientos y todo lo que quepa bajo esta categoría.
w La ley ceremonial: las ordenanzas religiosas, instrucciones sobre limpieza, cosas que
no debían tocarse, regulaciones sobre los Días Santos, circuncisión, etc.
w La ley civil: abarcaba las leyes concernientes a responsabilidades con el prójimo, juicios
civiles, litigios, etc.
La Ley que fue clavada en la cruz fue la ley de las ordenanzas, la ley ceremonial:
“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz” (Col. 2:14). Observe también el versículo
16: “Por tanto nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna
nueva o días de reposo”.
El gentil nunca estuvo bajo estas ordenanzas, ¡pero estas son las mismas ordenanzas
que separaron a los judíos de los gentiles! Note también lo que Pablo dice en Efesios 2:14-15:
“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia
de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos
expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre,
haciendo la paz”. Las leyes morales y las leyes civiles no separaban a los judíos de los gentiles,
¡las leyes ceremoniales lo hacían!
¡La abolición de la ley ceremonial removió la barrera entre el cristiano judío y el cristiano
gentil! La única ley ceremonial que se imponía a los gentiles estaba relacionada con las prácticas
de adoración paganas de los gentiles: (Hechos 15:20) “Sino que se les escriba que se aparten
de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre”.
Las leyes morales nunca fueron abolidas, como tampoco lo fueron los preceptos de la
ley civil; ¡solamente fueron magnificados! ¡Aquellos que caminan en el Espíritu cumplen la ley
superior del Nuevo Testamento!
21El sermón del monte
Quiero ampliar el comentario sobre la ley ceremonial: en realidad fue el aspecto físico
de estas ordenanzas lo que llegó a su fin. Se puede ganar mucho en el entendimiento y
cumplimiento espiritual de estas ordenanzas, por ejemplo, las fiestas. Las fiestas ya no pueden
cumplirse en lo físico, ¡pero deben de cumplirse en lo espiritual!
Un destino medido por la ley superior
Mateo 5:19 “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos
muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos;
mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”.
Esto aún se refiere a los preceptos morales y estatutos del Antiguo Testamento (v. 17-18). Jesús
no solamente cumplió la ley, sino Él redefinió la Ley a sus más altas implicaciones. Jesús nunca
apoyó el quebrantar la Ley, sino más bien le dio significado verdadero y definición a la Ley.
Aquellos que quebrantan los “Diez Mandamientos” (o aún la menor de sus implicaciones)
y enseñan a los hombres a hacerlo, serán llamados “muy pequeños” en el reino de los cielos.
Sus mandamientos no son una carga pesada
Una vez un ministro me dijo que los “Diez Mandamientos” no se podían vivir. ¡Él dijo
que eran imposibles de guardar! Lo que este hombre estaba diciendo en realidad era que los
mandamientos del Señor eran cargosos, que el Señor no era realista y que Él estaba demandando
algo que no era posible satisfacer. Esta actitud es parecida a la del hombre con “un talento”, que
dijo: “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde
no esparciste” (Mt. 25:24).
Una vez visité un país que anteriormente había sido evangelizado por los jesuitas. Los
jesuitas permitieron que todos sus convertidos se quedaran con sus pequeños dioses (ellos mismos
son idólatras). He encontrado que esto es igual en otros grupos dentro del cristianismo. El
misionero debe apartar a la gente de su antigua religión. ¡Y el pastor también debe convertir a su
gente de los ídolos! Si no retenemos los mandamientos también podemos ser llamados: “Los
más pequeños del reino”.
En efecto, podemos enseñar a los hombres a quebrantar los mandamientos si no
pronunciamos nuestra desaprobación cuando éstos son quebrantados. En Corinto había muchos
ministros que estaban pasando por alto (tolerando) los pecados de la gente. Gracias a Dios por
ministros como Pablo, quien confrontó a sus hijos espirituales que descaradamente estaban
violando todos los mandamientos.
Analogía del Antiguo Testamento
Una buena analogía del Antiguo Testamento de “bajar el nivel de las normas” la
encontramos en el estudio de los reyes. Muchos de los reyes arriesgaron el oro del templo.
Algunos de ellos quitaron el oro de las puertas y pilares del templo. Algunos vaciaron los tesoros
del templo (las riquezas inescrutables) para apaciguar al enemigo o para salvar su reino. La ley
22 El sermón del monte
debe de ser muy estimada, más que mucho oro afinado (Sal. 19:7-10). ¡Muchos ministros
comprometen la Ley para retener a su gente!
¡Hay muchos escalones en el ámbito celestial!
“Mas cualquiera que los haga y los enseñe…” Éste ha sido mi deseo desde que emprendí
el estudio de este sermón: hacer (cumplir) y enseñarlo. ¡Quiero que este mensaje sea una extensión
de mi vida! ¡En el cielo habrá aquellos que serán llamados “grandes” porque han cumplido este
versículo! (ver Esd. 7:10). Creo que el pueblo de Dios se regocija cuando entiende las leyes del
reino. Éste fue el caso en el avivamiento frente a la “Puerta de las Aguas” en Nehemías 8:8-12.
Se demanda mayor justicia
Mateo 5:20 “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas
y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. Más adelante, Jesús describe así a los fariseos:
“Mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen”. El fariseo era miembro de
una secta religiosa que representaba lo más recto entre lo recto. Ellos se ajustaban al pie de la
letra en cada mínimo detalle, y hasta estaban divididos entre ellos mismos por los detalles “más
finos” de la Ley. Todo entre los fariseos estaba destinado a dar la apariencia de piedad y santidad.
Sin embargo, Jesús vio su falsedad y los llamó hipócritas: ¡actores!
Por ejemplo, el fariseo cumplía rigurosamente las leyes del día de reposo al pie de la
letra. Limitaban su caminata, la preparación de su comida, o cualquier esfuerzo físico. Sin
embargo, podían ver a un pobre lisiado luchando por ponerse en pie, pero no podían esforzarse
en ayudarlo porque podían quebrantar el día de reposo. En efecto, ellos estaban anulando las
leyes de misericordia y benevolencia que eran superiores.
Los fariseos eran muy cuidadosos al diezmar justo cada gramo de las hierbas de su
jardín, pero no podían extenderse hacia los pobres y necesitados. Aún el profeta del Antiguo
Testamento condenó esto cuando dijo: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y
conocimiento de Dios más que holocaustos” (Os. 6:6). Ver también Mateo 23:23.
La justicia de los escribas y fariseos era externa ¡eran palabrerías! Todo era por exhibición
y por el reconocimiento de la gente. Jesús dijo: “a menos que vuestra justicia sea mayor que la
de ellos, no entraréis en el reino de los cielos”. Clamemos como lo hizo el rey David, por la
verdad en lo íntimo (Sal. 51:6). Queremos que nuestras acciones sean una extensión de la obra
de la gracia en nuestro corazón.
23El sermón del monte
Apelar a una ley superiorApelar a una ley superiorApelar a una ley superiorApelar a una ley superiorApelar a una ley superior
entre los hermanosentre los hermanosentre los hermanosentre los hermanosentre los hermanos
versículos 21 – 26
El enojo
Mateo 5:21-22 “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que
matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su
hermano, será culpable de juicio…” Jesús comienza Su nuevo tema citando la Ley de Moisés.
Está citando el sexto mandamiento, el cual habla del homicidio. La referencia al juicio es de
Deuteronomio 17:6-11, y trata sobre el tribunal sacerdotal y del sacerdote que dictaba la sentencia
final en el juicio.
Si un hombre daba muerte a otro (bajo la Ley), los levitas y sacerdotes que estaban
designados en esa localidad, lo juzgaban. Pero ahora Jesús trae una definición superior a la ley:
los parámetros del Nuevo Pacto: “Pero yo os digo…” Aquel que está enojado con su hermano
sin causa alguna, está en peligro de juicio eterno. Juan sustenta esto: “Todo aquel que aborrece
a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”
(1 Jn. 3:15).
Caín estaba enojado con su hermano porque su hermano era justo. Ésa no es una causa
justa y, sin embargo, ¡Caín mató a su hermano! Jesús está llevando la Ley a una mayor claridad
y definición: los asuntos del corazón. Estar enojado con un hermano sin razón alguna, equivale
a tener homicidio en nuestro corazón. Podemos ser inocentes en cuanto a la letra, pero culpables
en el espíritu (el enojo estimula el odio, el cual lleva al homicidio).
Palabras que se dicen en contra de los hermanos
Mateo 5:22b “…y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el
concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”. (Raca o
necio es una palabra de origen caldeo). Tal vez, la ordenanza particular a la que se hace referencia
aquí, fue instituida durante la época post-babilónica. El “concilio” hace referencia al Sanedrín,
el cual básicamente fue fundado durante la era después del exilio.
Llamar a un hermano “raca o necio” (una ofensa con intención “despreciable”), era
mostrar absoluto desprecio por esa persona. ¡Ese término en específico era causa para ser citado
24 El sermón del monte
a comparecer delante del tribunal superior en ese lugar! Pero ahora, Jesús amplía la categoría
incluyendo la palabra fatuo: “Y cualquiera que diga: fatuo…” La palabra “fatuo” significa,
“reprobado moralmente”. Por alguna razón, un hombre podía ser llevado al tribunal por usar la
palabra “necio” y, aún así, la sociedad toleraba que la gente llamara a otros “fatuo” sin ninguna
consecuencia aparente. ¡Llamar fatuo a un hermano (esta forma particular de la palabra) era una
acusación terrible contra un hijo de Israel!
Podemos ver cómo este sermón estaba exponiendo alguna de la influencia de los fariseos
de esos tiempos. El fariseo podía decir (hipócritamente): “he guardado la ley al pie de la letra”,
y no obstante, quebrantaba el espíritu de la Ley. Él podía decir piadosamente: “nunca he usado
la palabra necio (le llamo algo peor)” pero, ¿es eso permitido? Algunas personas buscan excusas
para justificar sus acciones. A menos que cada mínimo detalle de la ley esté letra por letra y
claramente definido, ellos van a encontrar una manera de fraccionarla y luego dirán “no he
hecho nada malo”. ¡La Ley no está en el corazón de ellos! ¡El Sermón del Monte reta las
motivaciones del corazón!
Jesús dijo: “Usar una palabra como fatuo lo pondrá en un peligro mayor que comparecer
ante el Sanedrín. ¡Lo puede llevar al infierno!” El Señor no se complace en ver a Sus redimidos
ser atacados maliciosamente por “compañeros” cristianos. El salmista hizo una acusación similar
en contra de algunos que estaban difamando a sus propios hermanos (Sal. 50:21-23). Ver también
Proverbios 18:21.
Este tema nos sólo nos previene de calumniar a nuestros compañeros cristianos, sino
también reta los motivos e intentos del corazón. Debemos dar cuenta de nuestras palabras.
Cuando pronunciamos ofensas contra otras personas, endurecemos nuestro corazón.
En el idioma español moderno, la palabra «fatuo» no tiene la misma connotación que
tenía en los tiempos en que Jesús dijo esto.
Reconciliación y restitución
Mateo 5:23-24 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas que tu hermano
tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu
hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. Estos versículos nos muestran claramente que
el Señor está más interesado en la reconciliación entre los hermanos que en recibir una ofrenda.
Primero, reconcíliate con tu hermano, y luego ven y presenta tu ofrenda. Nuestra ofrenda al
Señor no apacigua nuestra ofensa contra otra persona. Como el Señor dijo en Isaías 1:11-18:
“Vuestros sacrificios no significan nada para mí, mientras vuestras manos estén llenas de
sangre”. En esencia, Israel trataba de apaciguar al Señor con todas las ordenanzas y ofrendas.
El Señor no las recibiría.
La restitución forma parte de la reconciliación. Esto significa que si tenemos una deuda
o nos hemos apoderado de algo o hemos despojado algo, etc. debemos de arreglar las cosas,
aunque eso signifique añadir intereses al principio. La Ley demandaba añadir una quinta parte
a la restitución, (ver Lev. 6:5). La reconciliación también puede requerir una disculpa pública y
una súplica pidiendo perdón. Entonces, el Señor aceptará nuestra ofrenda.
25El sermón del monte
“Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes
doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le
dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa…” (Lc. 19:8-9). Jesús alaba este acto de restitución
como un signo de verdadero arrepentimiento.
Mateo 5:25-26 “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás
con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y
seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el
último cuadrante”. Bajo la ley romana, si una persona tenía contra otra un asunto que no podía
arreglarse en privado, el demandante podía pedir al ofensor a que lo acompañara al tribunal
romano. Generalmente las infracciones eran entre vecinos y, tal vez se trataban de algún asunto
concerniente a negocios, etc.
Jesús se dirige a aquel que ha cometido la falta. Si va camino al tribunal con el que lo
acusa, la forma prudente de actuar es pedir a su hermano que se arreglen fuera del tribunal, para
que él retire los cargos. Si llega al juzgado y es hallado culpable, ¡la corte exigirá la sentencia
prescrita más severa. Por cuanto usted mismo estaba peleando contra una denuncia legítima
en su contra!
El punto que estamos viendo es que, cuando tenemos la culpa de alguna transgresión en
contra del prójimo, debemos de tratar con ella antes de que salga a la luz. Hay delitos en contra
de las personas con los cuales, aparentemente, podemos salir impunes en esta vida; sin embargo,
no vamos a escapar de ellos en el juicio. A veces lo cristianos se dicen a sí mismos: “¡Bueno, me
he confesado con el Señor y esto es suficiente!”
¡Reconciliémonos con los hombres, para que podamos tener el Nuevo Pacto dentro de
nuestro corazón, y para que podamos tener la bendición de Dios sobre nuestra casa!
27El sermón del monte
Una ley moral superiorUna ley moral superiorUna ley moral superiorUna ley moral superiorUna ley moral superior
versículos 27 – 32
Los pecados del espíritu contra los pecados de la carne
Mateo 5:27-28 “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que
cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Para
que podamos distinguir entre los pecados del espíritu y los pecados de la carne, debemos de
entender algo de las ofrendas levíticas. La ley de las ofrendas, nos enseña la diferencia entre un
pecado de “primer grado” y uno de “segundo grado”.
Había una ofrenda por la transgresión, la cual trataba específicamente con pecados o
transgresiones voluntarias. También había una ofrenda por el pecado, la cual trataba más con la
naturaleza de pecado. Por ejemplo, en la dedicación de un bebé, la madre ofrecía una ofrenda
por el pecado, lo cual prueba que venimos a este mundo con la naturaleza de pecado: “He aquí,
en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre” (Sal. 51:5).
Hay diferencia entre la acción real y el pecado en la mente (o en el espíritu). Cometer
adulterio no es lo mismo que un pensamiento adúltero. Sin embargo, Jesús nos está enseñando
que el “Nuevo Pacto” demanda una justicia mayor que el “Antiguo Pacto”. De hecho, el sermón
completo nos está llevando a enfrentar asuntos del corazón. Como en el pasaje anterior, tal vez
no he matado a ninguno literalmente, pero el enojo injustificado, o el odio, o la envidia, o la
lujuria, son pecados del espíritu. Ellos declaran: ¡Estaba en mi corazón hacer eso!
Hemos escuchado declaraciones como: “¡Bueno, lo pensé, y mejor lo hubiera hecho
también!” ¡No es así! Santiago dijo: “Entonces la concupiscencia, después que ha concebido,
da a luz el pecado…” (Stg. 1:15). Sí, empieza en el corazón, (y es pecado) pero no es un pecado
de “primer grado” hasta que ha sido llevado a cabo. Aún en nuestro sistema penal hay crímenes
en primer, segundo y tercer grado. Es la misma idea. Un crimen de primer grado es un acto
voluntario, premeditado. Un crimen de segundo grado puede haber sido provocado espontáneamente.
La ley levítica respalda este punto. De hecho, se demandaba un grado mayor de sacrificios
de aquellos que estaban en una posición más alta.
Analogía del Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento, a menudo encontramos declaraciones referentes a los reyes
en este sentido: “Él hizo aquello que era recto a los ojos del Señor, pero su corazón no era
28 El sermón del monte
perfecto”. O podemos leer en donde uno de los reyes del “avivamiento” limpió la tierra de
ciertos ídolos o altares paganos etc., ¡pero los «lugares altos» aún permanecían!
Espiritualmente, los lugares altos hablan de lugares ocultos en la mente, corazón y espíritu.
Representan lujuria, avaricia o escondidos pecados del espíritu. El Nuevo Pacto trata con los
pecados del espíritu.
Al regresar a los versículos de nuestro pasaje, (5:27-28) Jesús nos está llevando a enfrentar
(lo que yo llamo) el pecado en “segundo grado”: Pecados del espíritu. “Cualquiera que mira a
una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Físicamente, aún no ha cometido
el acto, pero ésta ha sido su meditación.
Job dijo que había hecho pacto con sus ojos, para no pensar (lujuriosamente) acerca de
una niña/mujer (Job 31:1). Pedro también hace una declaración que interpreta este pensamiento,
en 2 Pedro 2:14: “Tienen los ojos llenos de adulterio…”. Una cosa es notar a una mujer atractiva.
Otra cosa es verla fija y lujuriosamente. Jesús llama a esto adulterio en el corazón.
Quiero añadir algo aquí, ¿es también pecado para una mujer vestirse de manera sensual
o seductora? ¡Una mujer no puede ser inocente si se viste de forma que provoque lujuria! Aún
la naturaleza enseña esto. La Escritura enseña que una joven debe ser “casta” (Tito 2:5). La
palabra “casta” (hagnos) denota modestia, inocencia y pureza
Vivimos en una sociedad sensual y adúltera que ha contaminado al mundo con su
sensualidad. Por lo tanto, como cristianos debemos ser claramente diferentes en nuestra conducta
y acciones. Debemos orar pidiendo gracia para soportar y aún brillar más, en medio de un
mundo perverso. David oró: “Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio…” ¡No nacemos así! El
Nuevo Pacto promete la ayuda del Espíritu a todos los que busquen (ver He. 4:14-16).
La seriedad de las restricciones morales
Mateo 5:29-30 “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de
ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al
infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que
se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”. Los versículos
29-30 nos muestran la seriedad de la conducta moral.
Estos pasajes no están diciendo que destrocemos nuestro cuerpo, pero como Jesús
declara, sería mejor hacer eso “si ese miembro” fuera responsable de llevarnos al infierno. Creo
que esto también nos ayuda a comprender que somos más responsables del acto físico (1er.
Grado) que del acto espiritual. El acto espiritual es un pecado del espíritu: en la mente y en el
corazón. Si el Señor hubiera dicho: “Si vuestro corazón te es ocasión de caer, córtalo”, ¿entonces
todos estaríamos muertos!
Por favor comprenda que no estamos tratando de disculpar la naturaleza de pecado.
Solamente tratamos de mostrar que se nos juzga más responsables del acto físico que del
pensamiento. El Antiguo Pacto no hizo mayor énfasis en los pecados del espíritu porque no
29El sermón del monte
había un sacrificio que fuera suficiente para limpiar el alma y la conciencia. Si hubiera habido
un énfasis en los pecados del espíritu, eso solamente los hubiera llevado a una mayor condenación.
Sin embargo, ¡el «Sacrificio Unico» del Nuevo Testamento es lo suficientemente poderoso para
purgar la conciencia, por lo tanto, demanda más! «¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias
de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?» (He. 9:14).
“Si tu ojo derecho te es ocasión de caer…” Debemos permitir que la severidad de esta
declaración inunde nuestro corazón. El pecado puede ser estimulado por nuestros sentidos físicos.
Nuestros ojos no deben de buscar, intencionalmente, cosas que sean pornográficas: Revistas,
videos, etc. ¡Sería mejor no tener ojos, que tener ojos que han sido la causa de llevarnos al
infierno!
¿No sería terrible para alguien destrozar su cuerpo solamente para descubrir que el
pensamiento aún está en su corazón?
“Si tu mano derecha te es ocasión de caer…” Esa declaración nos dice que se ha hecho
una acción deliberada (la mano que compra el video…que enciende el televisor, etc.). Sería
mejor no tener una mano, que tener una mano que facilita la maldad y causa que perezcamos en
el infierno. Se requiere de una acción deliberada para comprar un CD o video inmoral.
El Señor está diciendo a la Iglesia que este “Nuevo Pacto” demanda una conducta moral
superior. El Señor desea que nosotros: “Seamos santos así en cuerpo como en espíritu” (1 Co.
7:34). Realmente es un asunto del corazón. ¿No sería terrible para alguien destrozar su cuerpo
solamente para descubrir que el pensamiento aún está en su corazón?
Uno de los monjes primitivos, Simeon Stylites, se hizo famoso por encadenarse a la
parte superior de un pilar durante treinta años. Bueno, ciertamente eso lo apartó de cometer
ciertos pecados físicos, pero el Señor quiere tratar con los asuntos de nuestro corazón. Debemos
de exponernos al mundo en cierta medida, para que esos asuntos sean revelados. ¡No podemos
llegar a ser santos a menos que hayamos sido probados!
Clamemos por manos limpias y un corazón puro, para poder ascender al Monte Santo.
¡Debemos tener manos limpias para servir al Señor!
Debo hacer ver que algunas veces es necesario que haya una liberación. Sin embargo,
el deseo sigue siendo el prerrequisito para la liberación. El Señor no libera a aquellos que no
están específicamente interesados en ser liberados.
El divorcio y nuevo matrimonio
Mateo 5:31-32 “También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de
divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace
que ella adultere; y el que se casa con la repudiada comete adulterio”. Nuevamente, Jesús
compara las normas del Antiguo Pacto con las normas del Nuevo Pacto. La Ley estableció
30 El sermón del monte
varios requisitos para el divorcio, y la razón por la cual la Ley toleró el divorcio, (como Jesús
luego explica) fue por la dureza del corazón de ellos (Mt. 9:8). Pero ahora, Jesús enfoca nuestra
atención al modelo superior del Nuevo Pacto: “Pero yo os digo…”
En realidad, Jesús está llevando las cosas de regreso al plan y propósito original del
principio (ver Mc. 10:6-9). El plan original de Dios para el matrimonio, era que fuera un
compromiso para toda la vida. Anterior a la Ley, no hubo ninguna provisión para el divorcio:
“Más al principio no fue así” (Mt. 19:8).
La cláusula de excepción “excepto por causa de fornicación” ha sido muy
malinterpretada queriendo dar a entender diferentes cosas. Fornicación es un acto antes del
matrimonio. Adulterio es un acto después del matrimonio. La palabra “fornicación” del griego
(porneia) tiene otras ramificaciones. Sin embargo, Jesús no predicó en griego, Él predicó en
arameo/hebreo. ¡La palabra que Él usó se refiere a un acto antes del matrimonio!
Caso en cuestión
Vamos a citar el caso en Mateo 1:18-25 como un ejemplo: José sospecha que María ha
sido infiel (fornicación) durante su desposorio (un año). Él busca repudiar (divorciar) a su esposa
en privado. El desposorio era un contrato obligatorio, y María era considerada como su esposa,
aunque aún no hubieran estado juntos. Ésta es la única “excepción” (aparte de la muerte) que
Jesús dio para poder legitimar otro matrimonio. Si un hombre repudiaba a su esposa por cualquier
otra razón, y otro la tomaba para casarse, ambos, ella y él, estarían en una relación adúltera. Esto
se aclara más en Marcos 10:11-12. También, el hombre que repudiaba a su esposa y se casaba
con otra cometía adulterio a la vez.
Tristemente, el estándar del divorcio y nuevo matrimonio ya no es un problema en la
mayoría de las iglesias. La Iglesia básicamente acepta y tolera el nuevo matrimonio. Sin embargo,
cuando venga el avivamiento, volverá a ser un problema, ¡porque con el avivamiento viene la
convicción de la Palabra!
¡No hay otro caso que pueda citarse en el Nuevo Testamento que contraponga el ejemplo
anterior! La ley superior del Nuevo Testamento es: “hasta que la muerte los separe”.
31El sermón del monte
Hacer juramentos o votosHacer juramentos o votosHacer juramentos o votosHacer juramentos o votosHacer juramentos o votos
versículos 33 – 37
Mateo 5:33 “Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino
cumplirás al Señor tus juramentos”. En este tema, Jesús habla acerca del tópico de los juramentos.
El Antiguo Testamento tiene algunos principios específicos con respecto a los juramentos. De
hecho, hay casi sesenta referencias a la palabra “juramento/juramentos”, sin mencionar otras
alusiones al respecto. La Ley advierte sobre jurar en falso: “No perjurarás…”
Mateo 5:34-36 “Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque
es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque
es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un
solo cabello”. La advertencia por medio de Moisés, fue no hacer un juramento que no se fuera
a cumplir. Sin embargo, Jesús añade una mayor amonestación al hacer juramentos/votos: “No
hagan ningún juramento/voto que no se pueda cumplir”. Una cosa es hacer un juramento referente
a una parte de una propiedad que usted posea. Otra cosa es jurar por una ciudad, que usted no
posee, y que de hecho, pertenece al gran Rey.
¿Cómo podemos hacer el bien en un planeta sobre el cuál hemos jurado? Ni siquiera
tenemos el derecho de jurar por nuestra cabeza. ¡Pertenecemos a nuestro Creador!
¡El privilegio de “jurar por el cielo” está reservado exclusivamente para el Señor!
Solamente el Señor puede hacer un juramento referente a Jerusalén, y solamente el Señor puede
jurar por “Sí Mismo”. “Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar
por otro mayor, juró por sí mismo” (He. 6:13).
Más tarde Jesús expone este asunto a los fariseos en Mateo 23:16-22: “¡Ay de vosotros,
guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro
del templo, es deudor…”. Parece que la gente religiosa tenía su propio código para hacer
juramentos. ¡Ellos juraban por cosas sobre las que no tenían ningún poder! (Los judíos tenían
mala reputación por usar juramentos).
¡El punto que Jesús está remachando es que debemos de cumplir nuestros juramentos!
Somos responsables por palabras y promesas. El siguiente versículo confirmará esto.
Mateo 5:37 “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de
mal procede”. Las palabras de Santiago hacen eco de esto: “Pero sobre todo, hermanos míos,
32 El sermón del monte
no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea
sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación” (Stg. 5:12).
Nuestros juramentos deberían ser un simple ¡“acepto” o “no acepto”! No hay nada malo
en un voto matrimonial. Estamos prometiendo (con la ayuda de Dios) ser fieles y leales a nuestra
pareja en el matrimonio. No hay nada de malo en hacer un juramento al asumir un cargo. Estamos
prometiendo ser fieles a nuestro empleo (con la ayuda de Dios). Jurar sobre la Biblia ya no es un
problema. ¡La corte debe honrar su convicción no jurar sobre ella!
La seriedad de un juramento está vívidamente representada en Eclesiastés 5:4-6: “Cuando
a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos.
Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes
que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que
Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?”.
Cuando hacemos un juramento delante de Dios, hay allí un ángel que registra ese
juramento. Muchas veces hemos escuchado a personas tratando de disculpar un juramento
diciendo algo como, “éramos jóvenes, y no sabíamos lo que estábamos haciendo”. ¡Cuándo una
persona hace un juramento, ya sea ante un juez o ante el jefe de una tribu, Dios escucha ese
juramento! En algunos condados, solamente la autoridad estatal puede solemnizar un matrimonio.
Un voto matrimonial, es un pacto que Dios toma con mucha seriedad: “Porque Jehová
ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu
compañera, y la mujer de tu pacto” (Mal. 2:14).
Permítame añadir que éste es uno de los requisitos para subir al Monte de Sion.
Espiritualmente el Monte de Sion habla del alto llamamiento de la iglesia. Aquellos que suben
deben de mantener sus juramentos: “El que aún jurando en daño suyo, no por eso cambia”.
¡Eso significa que debemos mantener nuestros juramentos, aún si nosotros perdemos en ello
(cer Sal. 15:4)!
33El sermón del monte
Actitudes ante injusticias y préstamosActitudes ante injusticias y préstamosActitudes ante injusticias y préstamosActitudes ante injusticias y préstamosActitudes ante injusticias y préstamos
versículos 38 – 42
Volver la mejilla
Mateo 5:38-39 “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os
digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiere en la mejilla derecha, vuélvele
también la otra”. “Oísteis…” Nuevamente, Jesús se está refiriendo a la ley de Moisés (ref. Ex.
21:24). La Ley de Moisés era exigente e implacable. Era por eso por lo que había ciudades de
refugio: Para proteger a algunos ofensores (segundo/tercer grado), del vengador de la sangre.
“Pero yo os digo…” Ahora Jesús está invocando al más alto nivel de relaciones entre
hermanos. “No resistáis al que es malo…” Más adelante, Pablo les recuerda esto a los Corintios,
quienes estaban enjuiciándose unos a otros, (vamos a comentar más sobre esto en el versículo
40). El punto general que Jesús resalta aquí tiene que ver con la injusticia. Aparentemente, Dios
permite que sucedan muchas injusticias para probar el temple de Sus santos. “Volver la mejilla”
no se refiere a situaciones amenazantes de la vida que lo ponen en peligro a usted o a su familia.
Volver la mejilla comprende las infracciones e injusticias diarias de la humanidad. Que
se hable mal de nosotros, que se nos discrimine. Hasta puede comprender ser empujados en el
colegio o ser privados de un derecho, el cual tenemos derecho de recibir. Puede suceder en la
iglesia, casos en los cuales legítimamente podríamos protestar, pero que los remitimos a Dios.
Absolutamente literal
Supimos sobre una mujer que relató una experiencia que tuvo cuando era una adolescente
que vivía en Detroit. Un día se le acercó a una pandillera de la vecindad que sabía que ella era
cristiana. La líder pandillera le abofeteó la cara con violencia. Mansamente, ella volvió la mejilla.
Más tarde, otra pandilla se enfrentó a esta joven, y la hubieran hecho pasar un mal momento si
no hubiera sido porque la líder pandillera se acercó y les dijo: “¡Déjenla ir, ella es auténtica!”
Una verdad que ha sido mal utilizada
Oí de un caso en el cual una joven fue atacada y su virginidad le fue quitada. Su actitud
era perdonar y no hacer un pleito de esto. Eso no es volver la mejilla, de hecho, esa es una
ofensa en contra de la sociedad. ¡Permitir que un asesino o violador en potencia ande por allí sin
ser detenido o sin castigo, es una ofensa en contra de la sociedad!
Leí acerca de otro caso en el cual un ladrón atacó a un predicador. El predicador fue
34 El sermón del monte
golpeado con un garrote en la cabeza y no frenó al atacante. Hoy, ese predicador está sentado en
una silla de ruedas por un concepto erróneo de lo que significa “no resistir al que es malo”.
(Después, él se retractó de su error doctrinal, con la esperanza de ahorrar a otros su mala fortuna).
Muchos cristianos bien intencionados han tratado de aplicar estos pasajes (al pie de la letra),
pero debido a una mala enseñanza, han sufrido grandemente por ello.
w Algunos han padecido asaltos criminales.
w Algunos han pensado que los cristianos no deben de llamar a la policía.
w Algunos han rehusado una compensación a la que tenían derecho.
w Algunos han sido víctimas de compañías de seguros.
w Algunos han aceptado juicios fraudulentos en su contra.
w Algunos han sufrido condenación innecesaria.
Los cristianos han sufrido daños innecesarios en manos del mundo criminal debido a
una falta de entendimiento de la Palabra. Jesús no estaba enseñando a Su pueblo a que permitieran
ser estafados por los criminales. Ésta no es la implicación de “volver la mejilla” o “no resistir
al que es malo”.
Hay una absoluta concordancia en la Palabra, y para poder dividirla correctamente,
debemos ver el equilibrio en cada parte de ella. Más adelante, Pablo establece que el propósito
del gobierno es proteger al inocente y castigar al culpable:
“Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.
¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrías alabanza de ella; porque es
servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada,
pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo” (Ro. 13:3-4).
Muchas veces Pablo apeló a las autoridades romanas para que lo protegieran de sus
propios compatriotas. Queremos obtener el espíritu de lo que nuestro Maestro quería decir con
“no resistir al que es malo”. Estamos considerando términos como: volver la mejilla… ceder la
túnica… ir a juicio por reclamos pequeños… caminar una milla extra, etc.
Conocimos a una cristiana que tenía un compañero de trabajo muy cruel. Este “compañero
de trabajo” la insultaba, hablaba en contra de ella y trataba que su expediente de trabajo se viera
mal. La mujer creyente callaba, y trataba de cumplir con las demandas irrazonables de su
compañera. Éste es un ejemplo de “no resistir al malo”. Al final, el Señor juzgó a la mujer
mala…ella dijo: “¡El Señor me ha hecho esto por la manera en la que te traté!”
Isaac cavó muchos pozos, solamente para que fueran llenados nuevamente por el
adversario. Isaac se rehusó a pelear por sus derechos, y en consecuencia, recibió la bendición
del ciento por uno (Gn. 26). Esto es lo que se quiere decir con “no resistir al malo”. El Señor
permite que vengan circunstancias malas para desarrollar Su naturaleza en nuestra vida:
“He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca las
herramientas para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir. Ninguna arma forjada
contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la
35El sermón del monte
herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová” (Is. 54:16-17).
¡Esta promesa es para aquellos que se mantienen en paz y permiten que el Señor
los reivindique!
Las demandas
Mateo 5:40 “Y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la
capa”. Aún estamos bajo el encabezado de “Injusticias”. Obviamente, este versículo va dirigido
a la parte inocente; y, obviamente, éste sería un juicio por reclamos menores. Los romanos
permitían a los judíos operar su propio sistema penal, especialmente en asuntos religiosos. Sin
embargo, los judíos no podían dictar sentencia cuando se había cometido un crimen capital.
La actitud que Cristo buscaba impartir a Su pueblo era Su propia naturaleza de
mansedumbre: “Y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”
(Is. 53:7). Cristo era una oveja, y habiendo sido despojado de Su túnica (injustamente), aún así
no buscó defenderse a Sí mismo.
Los corintios (entre hermanos), se estaban llevando unos a otros a tribunales, por
infracciones insignificantes. ¡Qué testimonio para el mundo! De hecho, Pablo dijo: “¿No sería
mejor sufrir las injusticias que manchar el nombre de Cristo ante los impíos?”
“Sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos. Así
que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué
no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudado?” (1 Co. 6:6-7).
Perspectiva
Nuevamente pongamos esto en perspectiva: estamos considerando a hermanos en Cristo
y estamos considerando juicios triviales (juicios por reclamos pequeños). Debemos de enfatizar
esto, porque sabemos de muchos casos tristes en los cuales, personas del pueblo de Dios, fueron
retiradas de su posición por el resto de su vida, innecesariamente; ¡y todo por una mala
interpretación de la Palabra de Dios!
Si la Iglesia del siglo XXI funcionara como debería, entonces habría un tribunal dentro
de la iglesia. Esto es lo que Jesús enseñó (Mt. 18:5-17), y esto es lo que el apóstol Pablo enseñó
(1Co. 6:1-5). En una comunidad cristiana grande (y especialmente en donde haya recién
convertidos), habrán ofensas. Pablo anima a que estos casos sean sometidos a la decisión de los
ancianos de la iglesia.
Obviamente, un caso entre un creyente y un no creyente, cae dentro de otra categoría.
Un no creyente no va a someterse a la decisión de la iglesia. Sabemos de casos en los cuales,
incluso las iglesias, han ido a juicio en contra del mundo. Uno de estos casos fue por un terreno
que la municipalidad poseía y le estaba negando a la iglesia. ¡La iglesia ganó el caso!
36 El sermón del monte
Sería absolutamente ridículo para un cristiano (inocente), ir a juicio con un incrédulo y
tener una actitud de: “bueno, que se queden con mi casa, y si preguntan por mi cuenta de
ahorros, también se la pueden quedar”. Sin embargo, ¡hemos conocido cristianos bien
intencionados que básicamente han hecho esto! Estaban tratando de vivir de acuerdo al
Sermón del Monte.
Hasta puede darse el caso en que un cristiano se vea forzado a llevar a juicio civil a otro
cristiano. Hay muchos cristianos carnales (tal vez no de su congregación o con su misma visión)
que no están interesados en llegar a un acuerdo o conciliación, ni en ser justos. Su motivación es
obtener todo lo que pueden, (no estamos hablando de juicios menores, tomar un tractor de
jardín, o unos cientos de dólares, etc.). Ellos quieren quedarse con su medio de vida.
Debemos de llegar al espíritu de lo que Jesús está diciendo aquí. La ilustración que
Jesús está usando se refiere a infracciones entre hermanos. Queremos que nuestro corazón esté
en lo correcto; queremos aplicar cada medida para hacer lo que Cristo haría. Queremos tomar
las medidas necesarias para tratar de reconciliar las cosas, aún si no somos culpables.
Por ejemplo, cierto hermano de la iglesia sale después del servicio y descubre un raspón
en la puerta del copiloto de su automóvil. Él cree que usted lo hizo, y se enoja. Bueno, usted no
lo hizo, y será inútil decírselo, pero usted quiere arreglar esta mala situación. Así que usted le
dice: “Hermano, todo va a estar bien. Voy a arreglarle eso. Y también, veo que hay otro pequeño
raspón por aquí. ¡Porqué no hace que la persona del taller le arregle eso también!”
Una cosa es sufrir algo por causa de la justicia, o por causa de Cristo. Pero como Pedro
nos dice: “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por
entremeterse en lo ajeno” (1 P. 4:15).
Caminar la milla extra
Mateo 5:41 “Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos”.
Aquí hay una terminología con la cual los judíos se podían identificar fácilmente (viéndose
forzados a servir). Tanto el gobierno persa como el romano, ejercían el derecho de demandar
que sus conquistados ayudaran a un mensajero o agente del gobierno. Un soldado romano podía
exigir, a un judío cualquiera, que le llevara su carga por una milla. Los romanos obligaron a un
hombre a que cargara la cruz por Cristo (Mt. 27:32).
Nuevamente, Jesús le está enseñando a Su pueblo del Nuevo Pacto, la manera de tener
victoria sobre las injusticias (o inconveniencias). Usualmente, no son las grandes violaciones a
nuestros derechos con lo que tratamos a diario; sino son las pequeñas faltas con las que tenemos
que tratar: Cosas que nos molestan, cosas que nos enojan, etc.
Más adelante Jesús nos da un ejemplo de lo que involucra el verdadero ministerio. Un
siervo llega después de haber trabajado todo el día en el campo. Entonces su señor le pide que
le sirva a la mesa (Lc. 17:7-8). En el trabajo se nos pide que hagamos cosas, cosas por las que no
se nos paga. Nuestro esposo o esposa nos pide que hagamos algo más para ayudarle.
37El sermón del monte
La manera de tener victoria es ir más allá de lo que estamos obligados a hacer. Su esposa
le pide que traiga algo de la tienda y usted sugiere: “¿por qué no recojo a los niños del colegio
también? Voy a ir por ese rumbo”. Se imagina el impacto que esto tendría en un endurecido
soldado romano, que le exigió a un hombre que le llevara su carga por una milla, solamente para
que el hombre le dijera: “llevaré su carga una milla más”.
¡Difícilmente era ésta la forma de pensar de un judío en aquellos tiempos!
Actitud al dar prestado
Mateo 5:42 “Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”.
El tema de “prestar” también requiere prudencia y balance. Si tomamos este versículo al pie de
la letra, bien podemos llegar a ser indigentes. El Señor no le está diciendo a Su pueblo que
desista de todo sentido común, discreción e instinto natural. Pero otra vez, estamos considerando
una actitud del corazón.
Como pastor, he tenido que tratar con muchas personas que han llegado a la iglesia
pidiendo ayuda (generalmente dinero). He tenido gente que se ha enojado mucho con nosotros
cuando se la hemos negado. “Nos debe esto: Ustedes son una iglesia, deben de darnos…” Un
individuo exigía un viaje a Pittsburg (un viaje de 320 kilómetros de ida y vuelta) y nos maldijo
por no acceder a su petición.
Poniendo las cosas en perspectiva y equilibrio, Pablo nos dice: “Porque también cuando
estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2
Ts. 3:10). ¿Creen que nuestro Señor nos estaba diciendo que toleráramos la holgazanería, el
vicio y la imprudencia? ¿Creen que nuestro Señor está sugiriendo que diéramos dinero a las
personas, para que ellas lo gastaran en apuestas, etc.? El apóstol Pablo incluso estableció normas
de procedimiento en el cuidado de las viudas, había requisitos.
Aún ser “fiador” cae dentro de una categoría similar. ¿Sería fiador de cualquiera que se
lo pida? ¿Sería fiador de un extraño o de un sujeto con características de ser irresponsable? Le
rogué a un miembro de mi congregación que no fuera fiador de un sujeto así. De todos modos él
dio su firma y terminó haciendo los pagos que le correspondían al otro hombre (ver Pr. 11:15).
En la perspectiva y contexto de nuestro tema base, estamos considerando los elementos
esenciales ordinarios… estamos viendo a experiencias de la vida diaria. No, yo no le prestaría
mi carro nuevo a cualquiera que lo pidiera. Yo no le daría un cheque por mil quetzales a alguien
que me lo pidiera en la calle. Pero como dijo Santiago, si hubiera alguien desnudo, hambriento
o necesitado ¡sí, con todo gusto le daría! (ver Stg. 2:15-16). Si consideramos los tiempos en los
que Jesús escribió, el artículo más común a ser prestado era una herramienta o mercancía general,
o tres panes, como el amigo en Lucas 11:5.
En algunos lugares se necesita prudencia aún para darle una moneda a un mendigo.
Otros mendigos lo pueden atacar a usted. En algunos casos, darle a un mendigo es como darle
a un espíritu malo.
38 El sermón del monte
Prestar es una actitud del corazón que dice: “Dios me ha bendecido, y si puedo hacer
algo para hacer la vida de mis semejantes más fácil, ¡mi mano está abierta!” “Bienaventurado el
que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová” (Sal. 41:1).
También hay otro aspecto de dar prestado que puede aplicarse a los ricos: Prestar dinero
(a gente confiable) sin intereses. Hay muchas promesas de bendición para aquellos que prestan
dinero (sin intereses) a sus hermanos. Una de esas promesas es que serán candidatos para subir
al Monte de Sion (Sal. 15).
Hay muchas promesas de bendición para aquellos que prestan dinero (sin intereses)
a sus hermanos.
39El sermón del monte
Actitudes hacia nuestros adversariosActitudes hacia nuestros adversariosActitudes hacia nuestros adversariosActitudes hacia nuestros adversariosActitudes hacia nuestros adversarios
versículos 43 – 46
Devolver bien por mal
Mateo 5:43 “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo”.
“Amarás a tu prójimo” es una cita de Levítico 19:18. No hay referencia alguna sobre odiar a
nuestro enemigo; esa fue una interpretación que vino del departamento de abogados/fariseos.
Mateo 5:44 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. “Pero yo os
digo: Amad a vuestros enemigos…” Nuevamente, Jesús aclara la medida del “Nuevo Pacto”.
En realidad, éste siempre fue el corazón de Dios, pero muchas cosas fueron mal interpretadas
durante la época de la Ley.
Jesús no nos está diciendo solamente que amemos a nuestros enemigos, sino que nos
está mostrando cómo hacerlo. Pero de todos modos, ¿quién es este enemigo? Ha habido muchos
villanos a través de la historia: Hitler, Ho Chi Minh, Bin Laden y, por supuesto, el peor de los
villanos está por venir: el Anticristo. ¿Está Jesús sugiriendo que amemos a todos los anticristos
villanos en el mundo?
Perspectiva
Una vez más, debemos de poner esto dentro de la perspectiva contextual. Jesús no está
hablando sobre algo hipotético (una situación abstracta). Nuestro Señor está hablando acerca de
relaciones diarias… enemigos de la vida diaria. Por ejemplo, más adelante Jesús dice: “Y los
enemigos del hombre serán los de su casa” (Mt. 10:36). Estamos considerando los enemigos
que tenemos en el trabajo, en el colegio y en casa.
Nota: Aunque este mensaje tenía la intención de hablar sobre situaciones de la vida
diaria, siempre hay excepciones o explicaciones más amplias. Por ejemplo, Eliseo (por el
Espíritu) mandó alimentar al ejército enemigo (2 R. 6:21-23). ¡El enemigo nunca volvió en
contra de ellos!
Jesús nos está mostrando cómo tener victoria sobre ello: “Bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. Si realmente
encontramos la gracia para hacer esto: Devolver bien por mal, orar por los que nos maltratan,
40 El sermón del monte
etc. vamos a ver que la espada es sacada de nuestro corazón. Esto es vencer: el mal es conquistado
dentro de nuestro corazón.
Ejemplos de la vida
Pablo dio: “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis” (Ro. 12:14).
Vívidamente recuerdo un lugar en el que trabajé hace muchos años. Era la clase de lugar que lo
hace a uno arrodillarse en cuanto llega a casa. Solía orar por las personas con las que me
involucraba, y solía orar por mi propia actitud. Años después, volví a trabajar con uno de los
sujetos con los que había trabajado en el lugar anterior. Él me estaba diciendo cuánto odiaba a
la gente de allí. Pensé que estaba bromeando, pero hablaba realmente en serio. Yo no tenía ni el
más mínimo mal sentimiento hacia alguno de ellos.
Mateo 5:45 “Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace
salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. Nuestro Padre
Celestial muestra bondad y benevolencia hacia todos los hombres: buenos y malos. Por lo tanto,
adoptemos estas bellas características de nuestro Padre Celestial. Si no logramos amar a los
enemigos (con quienes estamos familiarizados) que afrontamos cada día, ¿cómo vamos a lograr
amar a los paganos de lugares extranjeros? Como dice el canto misionero: “Así que Yo te
mando a corazones endurecidos por el odio…” La palabra “amor” (versículo 44) agapao, significa
amar en un sentido moral o social. La historia del Buen Samaritano sería un buen ejemplo de
esta clase de amor.
James Elliot, el famoso misionero para Ecuador, conociendo el peligro potencial entre
las tribus asesinas de la selva, acordó con sus compañeros que, si se daba la oportunidad de
matar o ser muerto, prefirieran morir antes que tomar la vida de un pagano no salvo. Eso fue
exactamente lo que pasó. La gente de la tribu los atacó con lanzas y flechas, pero los misioneros
se rehusaron a sacar sus armas.
Si en términos prácticos no podemos amar a nuestros enemigos del diario vivir; ¿cómo
podremos llegar a conocer el privilegio de ser enviados a dar nuestra vida por la causa de Cristo?
No hay recompensa por amar a los suyos
Mateo 5:46 “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No
hacen también lo mismo los publicanos?” Los publicanos eran judíos empleados por los romanos
para recolectar los impuestos de Israel. Los publicanos eran considerados traidores, y eran
grandemente despreciados, (Mateo, el autor de este Evangelio era un publicano). Nuestro Maestro
estaba diciendo: “No hay ningún mérito (logro) especial en amar a los que nos aman. Aún la
gente más despreciable ama a los suyos”.
Mateo 5:47 “Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No
hacen también así los gentiles?” Decir “buenos días” a nuestros amigos no es ninguna base
para ser alabado o aplaudido. Aún la gente más despreciable hace por lo menos esto. En realidad,
cada buena acción es recompensada en el cielo pero, amar a los amables, no requiere ningún
esfuerzo. Esto no es base para una recompensa.
41El sermón del monte
El Señor está retando a Su pueblo del Nuevo Pacto a alcanzar a otros. Los judíos eran
muy exclusivistas.
La perfección
Mateo 5:48 “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos
es perfecto”. En contexto con los versículos anteriores, el Señor quiere que seamos perfectos en
nuestras relaciones con nuestro prójimo. No podemos encontrar ninguna falta en el trato de
nuestro Padre Celestial hacia nosotros. De este modo, ¡nuestro Padre quiere que seamos como
Él es! El Señor le dijo al padre Abraham que caminara delante de Él y fuera perfecto. Podemos
ser perfectos en la medida en que caminemos en la luz de Su aprobación.
La palabra “perfecto” (teleios), significa perfecto en relación al desarrollo. Un bebé
puede ser perfecto en sus funciones como bebé. Si un niño tiene diez años y aún no ha aprendido
a caminar, a ir al baño o alimentarse él mismo, no es perfecto.
El amor, el vínculo perfecto
Pablo nos dice que el amor es el vínculo perfecto (Col. 3:14). El amor no es el principio
de nuestra experiencia, más bien, es el punto final de nuestra experiencia. Este fruto del amor se
perfecciona a través de mucho cultivarlo. El amor es el producto final: La naturaleza divina.
El Maestro demanda una perfección (relativa) de Su pueblo. Esto significa que se han
apropiado de la gracia y la verdad para el nivel de desarrollo en el cual se encuentran. Dios
demanda más de unos que de otros. Para poder ser perfectos, debemos de estar progresando
continuamente en las cosas de Dios. Pablo dijo: “prosigo a la meta…” ¡No podemos decir que
hemos cumplido sino hasta que lleguemos al final de nuestro viaje y sepamos que hemos
terminado el camino! (ver Fil. 3:12-15).
43El sermón del monte
MateoMateoMateoMateoMateo c c c c capítulo seisapítulo seisapítulo seisapítulo seisapítulo seis
Motivos para dar – versículos 1- 4
Ser vistos por los hombres
Mateo 6:1 “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos
de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando,
pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las
sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa”. Dar limosna implica dar a los pobres o a otras obras de beneficencia. Si la
motivación es obtener reconocimiento para nosotros, entonces ésa es nuestra recompensa: ¡la
alabanza de los hombres! No hay ninguna recompensa en el cielo cuando la motivación es
exaltarnos a nosotros mismos.
“Tocar trompeta” ha venido a ser una expresión conocida que significa “traer la atención
hacia nosotros mismos”. Se dice que los fariseos en realidad contrataban los servicios de un
trompetista para llamar la atención hacia su “generosa” ofrenda. Ésa era la motivación de los
fariseos, que los hombres proclamaran su justicia. Jesús llamó a eso falsedad e hipocresía,
(nuevamente, Jesús está exponiendo la intención del corazón). La tendencia natural del hombre
es proclamar su propia bondad: “Miren, realmente soy alguien muy bueno”. “Muchos hombres
proclaman cada uno su propia bondad” (Pr. 20:6).
Ser vistos por Dios
Mateo 6:3-4 “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
“No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha” también ha llegado a ser una expresión muy
común que esencialmente significa “no le digas a nadie”. Esto revela una motivación
verdaderamente caritativa. No estamos buscando aplausos, simplemente estamos extendiéndonos
en compasión. No buscamos reconocimiento o recompensa. Sin embargo, el Señor lo ve, y no
deja que quede en el olvido. A menudo, el Señor otorga maravillosos beneficios a Su pueblo (y
ellos se preguntan: “¿por qué soy tan bendecido?”), eso sin mencionar la recompensa que les
espera en el cielo.
Mi esposa tenía una tía abuela que se dedicaba a un ministerio de este tipo. Cuando ella
escuchaba que alguien estaba enfermo, inmediatamente se ocupaba en hacer sopa y pan, etc.
44 El sermón del monte
Ella dejaba la canasta de comida en la grada y luego se iba. Cuando la tía murió, había una larga
fila de carros parqueados en ese viejo camino, personas iban a dar el pésame, (esto sucedió en
los tiempos en que el velorio era en la casa). El hombre que iba a enterrarla estaba asombrado de
toda la gente que llegó y preguntó: “¿Quién era esta mujer?”
45El sermón del monte
Motivos para orarMotivos para orarMotivos para orarMotivos para orarMotivos para orar
versículos 5 – 8
Ser vistos por los hombres
Mateo 6:5 “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en
pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os
digo que ya tienen su recompensa”. Una vez más, Jesús está revelando la influencia farisaica de
esos días. Todo lo que los fariseos hacían era para ser vistos por los hombres. Los fariseos
hacían grandes montajes para ser vistos por los hombres (Mt. 23). La palabra “hipócrita” significa
actor. En esos días, éste era un término común usado para llamar a las personas que actuaban en
el escenario. La justicia de los fariseos era externa. Si esa es nuestra motivación (mostrar a la
gente cuán espirituales somos), que la gente elogie nuestra (así llamada) justicia, entonces ya
obtuvimos nuestra recompensa.
Es la motivación del corazón la que está siendo revelada. Hoy, hay otras áreas en las que
los hombres quieren ser alabados en sus ministerios o en sus dones, y la motivación es la misma:
ser vistos, ser aplaudidos, etc. Algunos ministros desean hacer gala de sí mismos. Obviamente,
la mayoría de los dones y talentos son mostrados delante de la gente, pero si la motivación es ser
vistos, o ser aclamados por los hombres, ellos ya han recibido su recompensa.
Ser vistos por Dios
Mateo 6:6 “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu
Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. A
través de los siglos, ha habido quienes han interpretado este versículo literalmente. En otras
palabras, cuando es tiempo de orar: busque un ropero. Una vez más, nuestro Señor quiere tocar
una actitud del corazón; no es tanto la idea de caer en la carbonera para orar. Él está revelando
la falsa religiosidad mostrada por los fariseos.
Nuestra oración personal no está limitada a ser en un sólo lugar. Es simplemente la idea
de que no debemos de alardear de nuestra espiritualidad delante de los demás. Muchas veces se
nos pide que oremos en público, y es necesario. Mi madre era el tipo de persona que era movida
por la compasión, ella no tomaba en cuenta el lugar en el que se encontraba. Ella podía orar por
una persona enferma en el parque, y el Señor honraba sus oraciones.
46 El sermón del monte
Sin embargo, es gratificante saber que Dios responde nuestras oraciones personales.
Ninguno estaba allí viéndonos orar, pero están siendo respondidas delante de nuestros ojos.
Ésta era la elección que Jesús estaba presentando: ¿Queremos ser reconocidos por los hombres,
o queremos ser reconocidos por Dios? Si nuestra motivación es ser vistos por los hombres, ¡ya
recibimos nuestra recompensa!
Ritualismo y repetición
Mateo 6:7-8 “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan
que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro
Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. Un buen ejemplo de
vana repetición puede encontrarse en 1 Reyes 18:26. Desde la mañana hasta el mediodía, los
profetas de Baal oraban su “oración de dos palabras” sin resultado. Entonces, Elías oró una
pequeña oración de “treinta segundos” y el fuego cayó.
Aún hoy, muchas religiones hacen oraciones repetitivas, pensando que hablando mucho
van a provocar una respuesta. La iglesia católica es conocida por sus oraciones repetitivas de
penitencia, (ésa no es fe, ¡son obras!).
Lo que el Señor está buscando es una oración de fe genuina y de corazón. Los rabinos
del tiempo de Jesús enseñaban a la gente muchas oraciones ritualistas (repetitivas). Habían
caído en la misma rutina sin fe de los paganos. El Señor dijo: “Vuestro Padre sabe de qué cosas
tenéis necesidad”. En otras palabras, no tenemos que repetir una oración 200 veces seguidas
para obtener respuesta. Pablo dijo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Fil. 4:6).
El Señor sabe de qué tenemos necesidad, aún así, debemos orar para desarrollar fe y
dependencia en nuestro Dios: “Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios… con acción
de gracias”. ¡Estamos agradeciendo a Dios de antemano por responder a nuestra necesidad!
El Señor está llegando a la motivación de nuestro corazón. Aún Su propia oración, el
Padrenuestro, puede ser un formulismo. El Señor quiere que lleguemos a la esencia de esa
oración, y no sólo a la letra, (después vamos a tratar sobre el Padrenuestro).
47El sermón del monte
El Padrenuestro,El Padrenuestro,El Padrenuestro,El Padrenuestro,El Padrenuestro,
la oración aceptablela oración aceptablela oración aceptablela oración aceptablela oración aceptable
versículos 9 – 13
El Padrenuestro
Mateo 6:9-13 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en
la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal;
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”.
Ocasionalmente, es bueno orar esta oración (o aún, cantar esta oración). Sin embargo, a
la luz de lo que Jesús habló sobre la oración ¡aún esta oración puede llegar a ser un ritual y una
liturgia! Creo que lo que el Señor desea impartir por medio de esta enseñanza sobre la oración,
es un concepto acerca de lo que es la oración, no imponer un ritual. En la versión de Lucas, los
discípulos le están preguntando a Jesús cómo se debe orar (Lc. 11:1).
Reconocer quien es Dios
“Padre nuestro que estás en los cielos…” Obviamente, la oración del Señor no es la
oración de un pecador; sin embargo, el primer aspecto de esta oración es la fe. Como nos dice el
autor de Hebreos: “Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay…” (He. 11:6).
El primer paso en la oración es reconocer a quién nos dirigimos. Es a nuestro Padre, el
Creador de todas las cosas y, aunque Él lo llena todo, Su trono está en los cielos: “Jehová
estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos” (Sal. 103.19). Nuestro
Señor nos estaba enseñando que, cuando oremos, nos imaginemos entrando al salón del
trono de nuestro Padre.
Cuando pensamos en nuestro Padre Celestial, pensamos en Alguien que sobrepasa toda
expectativa terrenal. Nuestro Padre Celestial no comete errores; Él no comete errores de cálculo
cuando trata con nosotros. Él ama a Sus hijos, y trata con nosotros con misericordia. Como el
salmista dijo en Salmo 103:13: “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece
Jehová de los que le temen”.
48 El sermón del monte
Los padres terrenales dan buenas dádivas a sus hijos: “cuánto más vuestro Padre
celestial dará el Espíritu Santo…” (los mejores regalos).
Reconocer Su santidad
“Santificado sea tu nombre…” El siguiente concepto que debemos de entender acerca
de entrar al cuarto del trono de nuestro Padre es que nuestro Dios es santo. Los querubines
nunca cesan de clamar “santo”. “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo,
Jehová de los ejércitos” (Is. 6:1-3). En el velo que separaba al hombre de entrar al Lugar Santísimo
había querubines bordados, simbolizando la santidad de Dios. Esto era para enseñarnos sobre la
santidad de Dios Padre.
El velo rasgado
Cuando el Señor se sienta sobre Su trono, la atmósfera es de adoración, ¡inclinarse en
reverencia! Aunque Cristo rasgó el velo por nosotros, ¡debemos reconocer que entrar es algo
sagrado! ¡Digamos el nombre del Padre con sumo respeto!
Venga Tu reino
“Venga tu reino…” Pienso que esta pequeña frase nos ayuda a mantener nuestra
perspectiva correcta mientras oramos. La naturaleza humana está tan enredada en sus propios
planes, que lo que quiere es entrar precipitadamente y pedir por todas “mis” necesidades y
preocupaciones. La mayor preocupación de Jesús mientras estuvo en la tierra, fue desarrollar el
reino de Su Padre. Cuando Jesús tenía tan sólo 12 años de edad, tuvo la intuición divina que Él
estaba en una misión que tenía que ver con el reino de Su Padre (Lc. 2:49).
Mientras maduramos en el Señor, ésta también debería de llegar a ser nuestra mayor
preocupación: “Venga tu reino”. Que por Su gracia, el Señor incremente la carga por el
evangelismo, por las misiones, por las cosas que tienen que ver con la Iglesia, por el
perfeccionamiento de los santos, etc. Más adelante en este sermón, Jesús establece que si
pusiéramos primero el reino de Dios, todas nuestras necesidades personales serían cubiertas.
En otras palabras, “nuestro reino” ¡estaría cuidado!
El cumplimiento literal de “venga Tu reino”, será en la Segunda Venida. La fase final
será cuando el reino sea entregado al Padre al final del Milenio (1 Co. 15:24-26).
Hágase Tu voluntad
“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. El Padre tiene un plan
y un programa (a prueba de errores) en el cielo, el cual se lleva a cabo completamente. Nuestro
Padre no solamente tiene un plan para el cielo, sino también tiene un plan para la tierra, y
también uno para nuestra vida en la tierra. Él se ha preocupado del más mínimo detalle de la
vida en la tierra. Él está al tanto del gorrión que cae de su nido, y conoce el número de cabellos
en nuestra cabeza.
49El sermón del monte
Nuestro Señor y Maestro nos está enseñando que debemos confiar en el plan de Nuestro
Padre para nuestra vida. “No mi voluntad sino la Tuya”, fue la oración que salió de los labios
del Maestro cuando estuvo en el Getsemaní. Hay cierta “mentalidad de fe” que ordena o demanda
al Señor hacer nuestra voluntad. ¡Esto es una total falta de respeto! El Señor sabe cuál es nuestra
verdadera necesidad más que nosotros mismos. Hay reposo al confiar en la voluntad de nuestro
Padre para nuestra vida. Éste debería de ser el factor dominante en todas nuestras súplicas al
trono: “hágase Tu voluntad…” Que ésta sea la motivación en nuestra oración.
Nuestro pan diario
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. Aunque nuestro Padre en el cielo provee
para toda Su creación el alimento diario, y aunque nuestro Señor nos está enseñando a depender
de la provisión diaria del Padre, consideremos la implicación espiritual aquí. Durante la
“tentación” Cristo citó Deuteronomio 8:3: “Para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el
hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.
Así como diariamente el hombre tiene necesidad del pan físico, también debe de aprender
a vivir del pan diario espiritual que viene del cielo. Tengamos hambre del pan de vida: La
Palabra hablada. En Mateo 4:4, el vocablo “palabra” (rhema) se traduce “palabra hablada”. Sea
éste un ingrediente en nuestra vida de oración: ¡hambre por saber lo que Dios nos dice!
Perdona como también nosotros perdonamos
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores”. Una vez más, el Señor revela la intención del corazón: “como también nosotros
perdonamos…”. Si realmente estamos arrepentidos de nuestros pecados, entonces también
perdonaremos a otros. ¡Nuestro arrepentimiento no llega a ser muy profundo si aún no
perdonamos a los demás!
He aquí un punto tan importante que nuestro Señor lo repite al final de Su oración
(versículos 14-15). ¿Cómo podemos pedir que nos perdonen si no estamos arrepentidos de
nuestro pecado? David dijo: “Por tanto, confesaré mi maldad, y me contristaré por mi pecado”
(Sal. 38:18). ¡Cuando verdaderamente nos quebrantamos, nuestro corazón se enternece y está
dispuesto a perdonar a otros también!
Líbranos de la tentación
“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal…” La implicación de esta petición
es que el Señor nos libre (estando en medio) de la tentación, y de la tentación innecesaria. Como
el apóstol escribe más adelante: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;
pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará
también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Co. 10:13).
La tentación y la prueba son parte del plan, pero aún así, el Señor monitorea
cuidadosamente el programa. Las Escrituras están llenas de ejemplos en donde el Señor prueba
a Sus santos, y donde Él permite que sean probados ¡hasta el final!
50 El sermón del monte
“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él
respondió: Heme aquí” (Gn. 22:1).
“Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón”
(2 Cr. 32:31).
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe
de Jesús” [El Señor permitirá al Anticristo probar a los santos] (Ap. 14:12).
Cuando se trata de la tentación para pecar, el Señor no nos tienta, pero sí permite que
venga el tentador. Satanás es llamado “el tentador” (Mt. 4:3). Consideremos también lo que
Santiago dijo: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido
la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno
es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el
mal, ni él tienta a nadie” (Stg. 1:12-13).
Dios permite que venga la tentación para revelar una condición que ya existe en nuestro
corazón. El Señor sabe que está allí, pero Él quiere que nosotros la veamos y tengamos victoria
sobre ella. Ésta es la enseñanza que el Señor quiere que recibamos de esta oración “modelo”
¡que Él nos libre de la tentación, y nos guarde de caer! “Líbranos del mal”.
Reconocer Su reino, poder y gloria
“Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. En la
oración final de este modelo de oración, estamos encomendando nuestro cuidado al Dios
Todopoderoso. Él es capaz de guardarnos de caer. Él orquesta Su reino, y todos los reinos de
este mundo. Todo el poder está bajo Su mando, ¡y Él es capaz de guardarnos! Honor y majestad
y dignidad son Suyos por siempre. Estamos sellando nuestro destino con Él, porque Él es fiel a
Su Palabra.
El apóstol Judas concluye su epístola con una nota similar: “Y a aquel que es poderoso
para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al
único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por
todos los siglos. Amén” (Jud. 1:24-25).
Resumen del Padrenuestro
1. Fe Padre nuestro que estás en los cielos…
2. Adoración Santificado sea Tu nombre…
3. Perspectiva Tu reino…
4. Motivación Tu voluntad…
5. Hambre El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy…
6. Arrepentimiento Perdónanos…
7. Petición Líbranos…
8. Compromiso Porque tuyo es el reino…
51El sermón del monte
El perdón y el perdonarEl perdón y el perdonarEl perdón y el perdonarEl perdón y el perdonarEl perdón y el perdonar
versículos 14-15
Mateo 6:14-15 “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también
a vosotros vuestro Padre celestial; más si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco
vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. Cuando el Señor repite lo que dice, necesitamos
poner atención a lo que está diciendo. El Maestro nos acaba de enseñar cómo deberíamos orar:
con un énfasis en perdonar (versículo 12). Tal vez, la diferencia está entre dos palabras: “deudas”
y “ofensas”. ¿Tal vez el Señor necesitaba enfatizar las dos? ¿Podemos perdonar una deuda pero
no una ofensa o transgresión (o viceversa)?
En Mateo 18, Pedro le pregunta al Señor cuántas veces debería perdonar una ofensa,
“¿hasta siete veces?” En el mismo relato, Jesús le da el ejemplo de un hombre a quien se le
había perdonado una deuda astronómica, y luego rehúsa perdonar una deuda insignificante.
¡Este hombre se fue al infierno! Es así de claro ¡si no perdonamos, no somos perdonados!
También debemos de señalar que en ese relato (Mt. 18:21-35), el hombre que debía la
pequeña deuda, en comparación a la otra deuda, que él la quería pagar. Él quería resolver
bien eso. ¡Él solamente estaba pidiendo un poco de tiempo! No hay nada de malo en recibir
de regreso el dinero que uno prestó. El punto es que el acreedor no iba a mostrar ni un poco
de misericordia.
Nota: en el relato de Lucas (17:3-4) hay otro aspecto de perdonar: “si se arrepintiere,
perdónale”. También hay una exhortación a reprender al ofensor. Algunas veces esto es más
difícil que simplemente ignorar lo que pasó, ¡pero es necesario para su bien! ¡Si ellos
responden a la reprensión, por favor, perdone! Realmente necesitamos la mente del Señor
para las diversas situaciones.
53El sermón del monte
Motivos para ayunarMotivos para ayunarMotivos para ayunarMotivos para ayunarMotivos para ayunar
versículos 16-18
Ser vistos por los hombres
Mateo 6:16 “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos
demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa”. Los fariseos eran expertos en hacer una buena exhibición de la carne. Podían
actuar un gran papel representando el arrepentimiento. Podían aparentar estar de duelo. Podían
parecer muy preocupados.
Cuando consideramos las implicaciones de lo que nuestro Maestro ha venido diciendo
(con respecto a “ser vistos por los hombres” o “ser vistos por Dios”) nos damos cuenta que la
mayoría de los cristianos del siglo XXI, no encajan con la escena que se describe en este
sermón. No vemos hombres orando en las esquinas, dando limosnas o haciendo alguna
escena mientras ayunan.
Sin embargo, la “espada de dos filos” en la boca de Cristo está cortando la intención del
corazón. Hay muchas otras maneras en las que los cristianos pueden atraer la atención a sí
mismos. Por ejemplo, un hombre estaba siendo “encarcelado por causa de Jesús” en una marcha
de protesta. Él quería asegurarse que las cámaras de televisión estuvieran allí para filmar esta
noble acción por la causa de Cristo. Algunos ministros usan la plataforma como un escenario de
teatro, y quieren un aplauso por cada cosa que dicen.
Ser vistos por Dios
Mateo 6:17-18 “Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no
mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará en público”. Estos versículos nos dan una figura del tipo de farsa que
los actores montan. Van a aparentar que pasaron la noche en la calle, todos desaliñados, etc.
Jesús dijo que cuando ayunemos nos comportemos de tal manera que no aparentemos estar
ayunando: “Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
Algunas veces el ayuno es necesario para desatar a las personas de sus yugos (Mt. 17:21).
¡El Señor no nos recompensará solamente permitiéndonos ver algunas de las cosas por las
cuales ayunamos, sino también hay una recompensa eterna!
54 El sermón del monte
Quiero recalcar que algunas veces somos llamados a ayunar. Puede ser un ayuno de la
iglesia o un ayuno personal, y lo invitan a comer fuera. Algunas veces les tendremos que decir
a las personas: “lo siento, pero me comprometí a mí mismo a ayunar”. Usted detesta decirles
eso, pero a lo que el Señor quiere llegar es a la motivación del corazón. ¡Usted no ha hecho
nada malo al admitir que está ayunando!
55El sermón del monte
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versículos 19-21
Los tesoros en la tierra
Mateo 6:19 “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y
donde ladrones minan y hurtan”. Una vez más, estamos tratando con la motivación del corazón.
¿Hay algo de malo en ahorrar? Bueno, la respuesta sería afirmativa si Pablo no hubiera hecho la
siguiente declaración en 2 Corintios 12:14: “Pues no deben atesorar los hijos para los padres,
sino los padres para los hijos”.
Por supuesto, no hay nada de malo en ahorrar. De hecho, en la economía actual se
requiere de cierta prudencia para que la familia promedio ahorre. Ahorramos para comprar una
casa, un carro o para pagar la educación de los hijos. ¡Ahorramos un cantidad prudente para
retirarnos… no en todos los países existe el seguro social!
Pero si lo que ambicionamos en la vida es el dinero, entonces tenemos un problema.
Salomón quebrantó el reglamento para los reyes cuando hizo el dinero su meta. En su propio
epitafio escribe: “El que ama el dinero, no se saciará de dinero” (Ec. 5:10).
Ciertamente, es Dios el que hace que la gente prospere y tenga fortuna. La riqueza en sí
misma no es pecado. Lo es lo que hacemos con ella. Si solamente la acumulamos, estamos
cumpliendo lo que Santiago dice: “Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará
contra vosotros” (Stg. 5:3). ¡Será testigo de una vida vacía e insatisfecha!
Los tesoros en el cielo
Mateo 6:20 “Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen,
y donde ladrones no minan ni hurtan”. Antes de morir, el rey David se preparó en gran
abundancia acumulando el material que iba a ser usado en el templo venidero (1 Cr. 22:5).
¿Cómo podemos responder a esta exhortación del Maestro de hacer tesoros en el cielo? Hay
muchas analogías escriturales relacionadas con este tema. La parábola de los talentos y la de las
minas son buenos ejemplos (Mt. 25:15-30; Lc. 19:12-26). La palabra invertir (negociar) es
usada en Lucas 19:13.
56 El sermón del monte
Invertir
Debemos invertir en cosas que nos van a producir dividendos espirituales. ¡Invertir en
el reino: en misiones y en misioneros que van a producir el fruto! Debemos de invertir nuestro
tiempo, esfuerzo y talentos en las cosas que benefician al reino. El Señor lleva un registro del
más mínimo sacrificio que se haga por causa de Su Nombre, aún de un vaso de agua fría (Mt.
10:42) o de una buena obra (1 Ti. 6:18-19). Las blancas de la viuda de Marcos 12:42-43 fueron
registradas como la ofrenda más grande depositada en el arca ese día (a los ojos del cielo). En
realidad, una “blanca” era la moneda de menor valor que podía ser ofrendada.
Dios mide el intento del corazón, ¡la viuda había dado todo! Nuestras habilidades, nuestro
humilde trabajo y todas nuestras ayudas están siendo registradas, y van a ser recompensadas en
el tiempo venidero. El Señor les dijo a los hebreos: “Porque Dios no es injusto para olvidar
vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a
los santos y sirviéndoles aún” (He. 6:10).
Todas éstas son maneras en las que podemos hacer tesoros en el cielo. “Atesorando
para sí buen fundamento para lo por venir…” (1 Ti. 6:19).
¿Dónde está su corazón?
Mateo 6:21 “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
Una vez más, se revela la intención del corazón. El corazón del hombre está puesto sobre las
cosas que son más importantes para él. Se cuenta una historia sobre una pareja que había ahorrado
y planeado comprar un yate. Poco tiempo después de haber hecho realidad su plan, zarparon
lejos de la costa de California, solamente para caer en un traicionero ventarrón. Primero, ellos
oraron: “Señor, salva nuestro bote”. Después la tormenta empeoró y empezaron a orar por su
vida: “¡Señor, sálvanos!” Después la tormenta aumentó con gran intensidad, y ellos creyeron
que todo estaba perdido. En este punto el hombre clamó “¡Señor, salva solamente a mi esposa!”.
Cuando nos estamos muriendo, se ve con mucha más claridad qué cosas son importantes
en la vida. Oremos como David: “Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis
días…” (Sal. 39:4). ¡Cuando verdaderamente vemos el fin de la vida, queremos que nuestro
corazón se incline a las cosas eternas, y vamos a querer invertir en cosas que sean eternas!
¡Muchos cristianos lamentan dejar esta vida porque no han hecho provisión para la siguiente!
(ver también Sal. 90:12).
57El sermón del monte
Unidad de visiónUnidad de visiónUnidad de visiónUnidad de visiónUnidad de visión
versículos 22-23
Una visión clara
Mateo 6:22 “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu
cuerpo estará lleno de luz”. En este nuevo tema, nuestro Maestro dirige nuestra atención al
pensamiento de la visión: “Si tu ojo es bueno…”. El pensamiento de tener un ojo bueno es el de
tener una visión clara sin obstáculos. Levítico 21:20 habla de un ojo con nube. Esta es la razón
de por qué las personas no cumplen el curso que Dios tiene para su vida. ¡Su visión está empañada
con otras cosas (tal vez otros amores, otros deseos u otras prioridades)! ¡Espiritualmente, éstas
son las personas que no pueden dar en el blanco, porque su enfoque está en algún otro lado!
(ver 2 Ti. 4:10).
Rut y Orfa
A través de los años, me asombro de todas las personas a las cuales Dios les da una
oportunidad. Les da una visión (dirección), y se emocionan mucho. “¡Estamos en una misión!”
Pero, ¿en dónde están después? Lentamente comienzan a restar importancia a su llamado, porque
otras cosas han empañado su visión: amigos, familia y todo el cuadro familiar. Ésa fue la diferencia
entre Rut y Orfa, Ruth tenía una visión clara y un corazón no dividido (Rut 1:14-18).
¡El camino del justo cada vez tiene más luz. La visión se vuelve más y más clara!
Visión distorsionada
Mateo 6:23 “Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la
luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”
Un “ojo maligno” es un ojo que lo ve todo con desconfianza, desdén e incredulidad.
Como un ejemplo clásico, vemos a una mujer a los pies de Jesús, quebrantada, derramando
su cariño, y derramando su más preciado tesoro (el frasco de nardo). Judas contempla la escena
con gran desdén y dice: “¡Esto fue un desperdicio!” Así es como Judas vio la adoración hacia el
Hijo de Dios, el Príncipe de Gloria, “¡un desperdicio!” ¡Este discípulo que una vez tuvo luz
dentro de sí, fue entregado a la oscuridad, y cuán grande fue esa oscuridad!
58 El sermón del monte
Muchas veces, los peores réprobos son personas que una vez tuvieron gran luz. Supimos
de una persona así. Venía de una familia de ministros. Se graduó de un instituto bíblico y tenía
un llamado evangelista, pero llegó a ser un gran profano, yéndose al campo de la comedia. ¡No
era comedia común y corriente, era blasfema! Murió al fracturársele el cuello, cumpliendo
así Proverbios 29:1.
Cuando un hombre es salvo, hay una “vela espiritual” que ilumina su hombre interior.
Sin embargo, si esa vela no se mantiene, puede apagarse. “Y la lámpara de los impíos será
apagada” (Pr. 24:20). Cuando Dios se cansa de alguien, esa luz (interior) se vuelve densa
oscuridad.
Los diez espías de Números 13-14, eran hijos de luz, pero su confesión fue difamadora.
Sus ojos vieron solamente lo malo, los gigantes, las ciudades amuralladas y los obstáculos.
Ellos debilitaron a miles causa de su “ojo maligno”. Dios les mostró una tierra que fluía leche y
miel, pero ellos solamente vieron los obstáculos y las barreras. Permitieron que su “ojo con
nube” velara su visión. Caleb y Josué tenían un “ojo bueno”. ¡Miraban a través de los ojos del
Espíritu y su confesión fue: “Somos muy capaces de conquistar la tierra!”
59El sermón del monte
Los dos señores:Los dos señores:Los dos señores:Los dos señores:Los dos señores:
lllllas cosas de esta vida as cosas de esta vida as cosas de esta vida as cosas de esta vida as cosas de esta vida ooooo
Aquel que da vida a todas las cosasAquel que da vida a todas las cosasAquel que da vida a todas las cosasAquel que da vida a todas las cosasAquel que da vida a todas las cosas
versículos 24-34
Dios o las cosas
Mateo 6:24 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará
al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (en
inglés y en otras versiones dice mamón)”. La vida cristiana se trata de elegir. Jesús deja muy
claro esto en este sermón. Aún así, muchos del pueblo de Dios pasan su vida tratando de obtener
lo mejor de ambos mundos. Quieren la bendición de Canaán, pero a la vez, quieren gozar de los
placeres de Egipto. En el “ámbito del reino” no hay punto medio. No hay límites especiales para
las personas que han permanecido en ambos bandos. Antes que esta vida se acabe ¡debemos de
haber hecho nuestra elección!
Jesús identifica al otro dios (el dios de este mundo 2 Co. 4:4) como el dios de las cosas,
Mamón. Mamón es interpretado como la deidad de los bienes materiales (Gr. 3126). El
materialismo, el amor al mundo, y la búsqueda de la riqueza y la prosperidad, todos entran en la
categoría de Mamón. El dios de este mundo le dijo a Jesús: “Todo esto te daré, si postrado me
adorares” (Mt. 4:9).
Siendo un joven, Moisés tuvo que elegir entre el brillo de Egipto y el (aparentemente
menos atractivo) reino de Dios. Las Escrituras dicen de él: “Escogiendo antes ser maltratado
con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores
riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en
el galardón” (He. 11:25-26).
Aunque ciertamente este mensaje tiene relevancia para los codiciosos judíos del primer
siglo, ¡nunca se ha hecho tanto énfasis en el materialismo como en nuestros siglos XX-XXI!
Los ministros de Baal (señor de las cosas) han influido en muchos del reino a buscar la
prosperidad. Elías llevó a la gente de su tiempo a la hora de la decisión: “Si baal es Dios,
sírvanle”. ¡Si Mamón es dios, sírvanle, porque ningún hombre puede servir a dos señores!
60 El sermón del monte
La vida es más que las cosas
Mateo 6:25 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o
qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el
alimento, y el cuerpo más que el vestido?”
“¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” En las Escrituras
la palabra vida tiene más de un significado. Generalmente interpretamos la palabra vida como
“vitalidad, salud o crecimiento”, ¡estar vivos! Pero la “vida abundante” que Jesús prometió se
refiere más al hombre espiritual. Habla de la vida que tiene significado y propósito, gozo y
satisfacción: algo que el mundo no tiene.
Salomón se vuelve hacia las cosas
Salomón prueba muy bien este punto en su búsqueda por las cosas. Tenía grades riquezas
y muchas posesiones. Él disfrutó de todos deleites y placeres que la vida podía ofrecer. Él
emprendió grandes riesgos y proyectos en su búsqueda por el significado, propósito y satisfacción;
¡sin embargo, con todo esto, él terminó vacío!
Pero, ¿no conocía Salomón al Señor? Oh sí, pero mientras la vida continuaba, empezó a
sustituir con muchas cosas su relación con el Señor. El triste testimonio del fin de Salomón se
encuentra en el libro de Eclesiastés. Allí califica la vida como sin sentido y vacía, hasta angustiosa.
La palabra vanidad/vanidades se usa 29 veces en este pequeño libro. La palabra significa sin
sentido y vacío.
Mientras que la vida de Salomón es una ilustración de excesos extremos, muchos en el
mundo trabajan sólo para sobrevivir, sólo para obtener lo más indispensable como el arroz
diario, etc. He tenido el privilegio de visitar diferentes países del mundo, y de ser testigo de la
agonía de muchos que trabajan desde el amanecer solamente para sobrevivir.
Pero ahora, el Señor le está diciendo a Su pueblo que no se afane, o sea, que no se aflija
excesivamente (preocuparse: Gr. 3309) por las necesidades diarias. El Maestro está dirigiendo
nuestro enfoque a la “vida verdadera”: la vida interior. La vida espiritual es la que tiene mayor
importancia; y como el Señor está por decirnos, Él se hará cargo de la otra.
Permítanme añadir el hecho que las necesidades diarias de la sociedad moderna son
un poco más complicadas ¡un poco más caras! ¡Aún así, nuestro Dios es el mismo! ¡Él es fiel
a Su pueblo! ¡Amén!
El Señor alimenta a toda Su creación
Mateo 6:26 “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en
graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”
¡Una vez escuché a un evangelista decir que diariamente Dios ponía sobre la mesa un gran
desayuno para toda Su creación! Aún los leones dependen de su Creador. Qué cierto es esto. El
61El sermón del monte
salmista dijo: “Los leoncillos rugen tras la presa, y para buscar de Dios su comida” (Sal.
104:21). Cada mañana el Señor provee comida para las ballenas y los peces del mar. ¡Y Él
satisface el antojo de todo ser viviente!
“Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su comida a su tiempo. Abres tu mano, y
colmas de bendición a todo ser viviente” (Sal. 145:15-16).
El Señor quiere que aprendamos una lección de la creación: “¿No valéis vosotros mucho
más que ellas?” El Señor dedica una considerable parte de este sermón a este tema en particular,
porque la naturaleza humana tiende a tener un complejo de “sobrevivencia”.
El Señor viste (adorna) toda la creación
Mateo 6:27-30 “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su
estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo
crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así
como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la
viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?” Ahora, nuestro Maestro habla
del asunto verdadero: Hombres de poca fe. Pablo dijo que conocíamos a nuestro Creador por
medio de las cosas que Él ha hecho (Ro. 1:20). También se Le llama “Fiel Creador” (1 P. 4:19).
Dios es fiel a Su creación. Él es fiel al reino vegetal, y es fiel al reino animal. El Señor también
ha prometido que las leyes del cielo van a permanecer y las estaciones no cesarán:
“Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el
verano y el invierno, y el día y la noche” (Gn. 8:22).
“Considerad los lirios del campo cómo crecen: no trabajan ni hilan [como hilar una
tela] …” Paremos un momento y consideremos los lirios del campo. Primero, ellos están ataviados
sin ninguna preocupación o esfuerzo de su parte. Tal vez, mientras la tendencia natural es
preocuparse sobre el vestido, nuestro Padre Celestial nos está animando a dejar de preocuparnos.
¡El Señor cuidará de nosotros! Cuando era joven, éramos muy pobres, y muchas veces sentí
vergüenza porque mi ropa era de muy mala calidad, aún raída, comparada con la de la mayoría.
Aún así, el Señor cuidaba de nuestras necesidades, ¡y, además, estaba haciendo algo en
nuestro espíritu!
Vestiduras espirituales
En segundo lugar, consideremos las mayores implicaciones de nuestra vestidura espiritual.
En las Escrituras, el lirio habla de pureza. De hecho, Cristo es llamado el “Lirio de los valles”
(Cant. 2:1). Ahora, he aquí un área de la cual deberíamos de preocuparnos mucho más. Sin
embargo, nuestro Señor nos está diciendo que también en esto confiemos en Él. Las vestiduras
espirituales sólo pueden ser tejidas (hiladas) mientras caminamos en el Espíritu. Debemos creer
que Dios está desarrollando esta hermosa vestidura blanca mientras continuamos caminando
con Él en fe.
62 El sermón del monte
Una vez, alguien relató la historia de una mujer que continuamente clamaba al Señor
pidiendo pureza. De hecho, ella continuaba arrastrando el pasado. Un día el Señor se le reveló,
y ella le comenzó a decir sus pecados. La respuesta de Él fue: “¿Cuáles pecados?”
Por lo tanto, si Dios viste así la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el
horno, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
El Señor provee para nuestras necesidades diarias
Mateo 6:31-32 “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o
qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial
sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”.
“No os afanéis…” Una vez más, la palabra que se usa por afanéis (Gr. 3309) significa
preocupación o ansiedad. En otras palabras, (como hijos del Padre Celestial) no se preocupen
excesivamente por las necesidades temporales. Sí, las naciones gentiles (no salvas), consumen
su vida preguntándose “¿Tengo suficiente?” O, “¿Tendremos lo suficiente para mañana?” En el
Oriente, el día comienza temprano. Los caminos están llenos de gente llevando sus cargas,
¡ellos trabajan solamente para poder sobrevivir!
Algunas veces, creo que nosotros, los que vivimos en una sociedad cristianizada, no nos
damos cuenta de las bendiciones diarias de las que disfrutamos. ¡Creo que sería bueno, para
cada cristiano que vive en una “sociedad de abundancia” como la nuestra, hacer un viaje a un
país del tercer mundo y observar! Una vez, un misionero me contó que el grupo de jóvenes de
su iglesia en los Estados Unidos, lo visitó en el lugar donde él estaba. El país en el vivía era muy
pobre. Luego de haber visto la pobreza y la necesidad, la respuesta de ellos fue: “Nunca
volveremos a ser iguales”.
Podemos descansar en el hecho que nuestro Padre Celestial tiene Sus ojos puestos sobre
nuestras necesidades, y en que Él nunca se adormecerá ni se dormirá, (eso no significa que no le
debamos pedir por las cosas que necesitamos, pero preocuparse no es fe).
“He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel” (Sal. 121:4).
¿Puedo añadir una pequeña exhortación? La bendición que los Estados Unidos ha
conocido en el pasado, va a terminar debido a condiciones apóstatas, y porque el Señor quiere
llevar a esta nación a un arrepentimiento nacional. ¡Debemos de llegar a apreciar esta particular
amonestación de fe, porque llegará el día en que tendremos que aprender a vivir por fe!
Los tiempos de Elías son una figura de los acontecimientos de los últimos días. Tanto el
profeta como la viuda fueron sostenidos durante una gran hambruna por la Palabra del Señor
(ver Lc. 4:25-26).
Buscad primero Su reino
Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas”. Aquí hay un versículo que puede ser muy voluminoso, porque ésta
63El sermón del monte
es la historia de todos los hombres y mujeres de fe. ¡El hecho de haber puesto el reino de Dios
en primer lugar en su vida fue lo que los hizo grandes!
Hemos oído sobre las “misericordias firmes a David”. ¿Por qué le prometió Dios a la
casa de David esas “firmes” misericordias? Porque en el corazón de David estaba el deseo de
construir una Casa a Jehová (Sal. 132:1-5). ¡El corazón de David quería ver “Venga Tu reino”!
Fue sobre esa premisa que el Señor le dijo: “Edificaré tu casa y tu trono”.
La razón por la que Dios hizo promesas inmutables a Abraham con respecto a su casa
(su descendencia), fue porque Abraham estuvo dispuesto a entregar a su único hijo para cumplir
con el propósito del cielo. Él dio a su único hijo ¡y Dios le dio descendencia tan innumerable
como la arena y las estrellas!
Ebed-melec
Esta lista no tiene fin, pero recordemos a una figura poco conocida de las Escrituras. Su
nombre era Ebed-melec. Era un hombre de raza negra, que temía grandemente al Señor. Vivió
en el tiempo cuando el reino de Israel estaba llegando a su fin (el tiempo de la cautividad
babilónica). Cuando él oyó que Jeremías había sido echado a la cárcel por sus adversarios,
intercedió por él y lo rescató de la misma.
Después el Señor habló a Jeremías: “Ve y habla a Ebed-melec etíope, diciendo: Así ha
dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad
para mal, y no para bien; y sucederá esto en aquel día en presencia tuya. Pero en aquel día yo
te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. Porque
ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste
confianza en mí, dice Jehová” (Jer. 39:16-18).
Ebed-melec arriesgó su vida para salvar al profeta de Dios. El Señor dijo: “¡Cuando la
nación caiga, Yo libraré tu vida!” ¡Cuando la gente busca salvar lo que le pertenece (por sobre
lo que es de Dios), lo pierde! Sabemos de diversas ocasiones en las que familias fueron llamadas
al campo misionero, pero decidieron que la familia era primero. Rehusaron el llamado y se
quedaron en casa para ministrar a su familia, solamente para que su familia se rebelara en
contra de ellos.
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí, la hallará” (Mt. 16:25).
No preocuparse por el mal del mañana
Mateo 6:34 “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana
traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.
“Así que, no os afanéis por el día de mañana…” De nuevo, la palabra afanar se traduce
“preocupar”. Nuestro Maestro ha dejado sumamente claro que Él está muy consciente de nuestra
64 El sermón del monte
necesidad, y que Él está allí para ayudarnos en el tiempo de necesidad. No nos adelantemos
con los problemas del mañana. No se preocupe de todas las posibles calamidades que el
mañana puede traer.
La presión del siglo XXI
Nunca antes ha habido la clase de presión con la que hemos tenido que tratar en los
siglos XX/XXI. Cuando era el gerente de un depósito de carne, mi día estaba lleno de toda clase
de problemas. Sin embargo, tuve que hacer una decisión personal, cuando salía de esa puerta a
las 4:00 p.m., dejaba mis problemas allí, y rehusaba pensar en ellos hasta la mañana siguiente.
He visto a muchos hombres sufrir por preocuparse de sus trabajos. Solían trabajar fuera del
horario; siempre traían su preocupación a casa y se angustiaban y se irritaban. Conocí a un
hombre que pasó por tres matrimonios por causa del trabajo.
Hay presiones tremendas relacionadas con la gerencia de una empresa: amenazas
constantes, acoso constante y toda clase de presión que pone a los hombres en la cama de un
hospital. Necesitamos experimentar la paz y el reposo que sólo Jesús puede dar cuando confiamos
en Él. El problema estará allí mañana, pero también habrá nueva gracia para el mañana. ¡La
gracia es como el maná; solamente sirve para hoy!
Una perspectiva balanceada
“Basta a cada día su propio mal”. En un sentido, este versículo nos da una perspectiva
balanceada para la vida. El Señor nunca prometió una vida exenta de problemas o una vida sin
los males comunes conocidos por los hombres. Lo que nuestro Maestro está diciendo es que
vamos a tener suficientes problemas. Como se establece en el libro de Job: “Pero como las
chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción” (Job 5:7).
Mientras estemos en este estado mortal, tendremos problemas. La aflicción es parte de
la maldición adámica, y esa maldición no es completamente quitada hasta que experimentamos
la inmortalidad. Sin embargo, Dios usa las aflicciones del presente mundo para perfeccionar
nuestra caminata. La aflicción obra paciencia en nuestra vida. La angustia obra dentro de nosotros,
un ensanchamiento y una capacidad para ser misericordiosos con los demás. En realidad, los
problemas son parte del proceso de redención. ¡Los problemas pueden ser el medio usado para
producir carácter, justicia y fe en nuestra vida!
Pablo dijo: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son
comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Ro. 8:18).
Estamos viviendo en los tiempos más llenos de acontecimientos y calamidades que
alguna vez se hayan visto o se hayan de ver. ¡Que este Sermón del Monte libere nueva fe y
nueva esperanza para nuestra vida!
65El sermón del monte
Mateo Capítulo SieteMateo Capítulo SieteMateo Capítulo SieteMateo Capítulo SieteMateo Capítulo Siete
Acerca del juicioversículos 1-5
La medida para juzgar
Mateo 7:1-2 “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que
juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido”. Mantengamos en
mente que este sermón es aplicado al pueblo de Dios, y en su mayor parte es para el Cuerpo de
la Iglesia local. “No juzguéis…” Como en todas las Escrituras, se necesita una interpretación
“Usa bien la palabra…” (2 Ti. 2:15). ¿Está nuestro Señor sugiriendo en este versículo que
debemos de ser crédulos o ingenuos? ¿Debemos ser faltos de discernimiento o inconcientes
ante situaciones que deben ser corregidas? ¿Se aplica esto tanto al liderazgo como a la
congregación general?
Debido a que el tema de “juzgar” ha sido un área de gran controversia, quisiera
considerarlo desde diferentes puntos de vista. Primero, juzgar, en el sentido de censurar o condenar
o criticar, no tiene justificación. Aún cuando la gente se salga del camino o no alcance la altura
que nosotros pensamos que debería alcanzar, eso no justifica el que dictemos sentencia sobre ellos.
Juzgar a los hermanos
De hecho, Pablo dijo: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros
que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no
sea que tú también seas tentado” (Ga. 6:1). Cuando un cristiano juzga duramente a otro cristiano,
se está exponiendo a recibir el mismo juicio. Una vez conocí un hombre que ridiculizó duramente
a otro hermano diciendo que era “débil”. Lo llamó débil porque el otro derramó unas lágrimas
por una situación en la cual la mayoría de los hombres se hubiera controlado.
¿Quién sabe realmente por qué lloró el hombre? ¿Era tal vez la gota que derramó el
vaso…tal vez había estado bajo tanta presión que ya no pudo aguantar una mala noticia más?
Generalmente, no tenemos un claro entendimiento de gran parte de las situaciones. De hecho,
muchas veces ni siquiera conocemos nuestro propio corazón (1 Co. 4:3-4). El punto al que
quiero llegar es el siguiente: Después vi al hombre que se había burlado del otro por llorar, y
también estaba ¡quebrantado y llorando! ¡Eso habló a mi alma!
66 El sermón del monte
Juicio en la Iglesia
Segundo, esta advertencia (no juzguéis) no se refiere al juicio en la iglesia. De hecho,
juzgar es una de las funciones del liderazgo. Jesús mismo respalda el juicio en la iglesia en
Mateo 18:15-17. La iglesia debe de ser un lugar en donde se emitan juicios en sana doctrina. La
iglesia debe ser un lugar en donde se juzguen las disputas entre hermanos. La iglesia debe ser un
lugar en donde se ejecuten juicios contra los pecadores si el caso lo demanda.
w Juicio doctrinal: Hechos 15
w Juicio entre hermanos: 1 Corintios 6:5
w Juicio en contra del que no se arrepiente: 1 Corintios 5:1-5
Uno de los puntos cruciales de la primera carta de Pablo a los corintios, fue acerca de un
pecado muy serio que estaba contaminando a toda la Iglesia (1 Co. 5). La exhortación de Pablo
fue: “¡Traten con esto! ¡Juzguen la situación!”
Juicio hipócrita
Como este texto en particular mostrará, Jesús está socavando el espíritu de juicio de los
fariseos. En Juan capítulo ocho, los fariseos aconsejan apedrear a una mujer sorprendida en el
acto de adulterio. Jesús comenzó a escribir en la tierra, y mientras hacía esto, dijo: “¡El que esté
sin pecado, arroje la primera piedra!”.
Las Escrituras no dicen qué estaba escribiendo Jesús en la tierra, pero permítanme sugerir
que Él estaba escribiendo nombres de mujer; de modo que, uno por uno, principiando con el de
mayor edad, los fariseos desaparecieron entre la multitud. Ellos fueron convictos; eran culpables;
y no pudieron soportar el juicio. El problema no era el hecho que allí se estaba dando un juicio,
sino que era un juicio hipócrita el que se estaba llevando a cabo. ¡Todos los acusadores eran, en
sí mismos, culpables! (Este pensamiento será ampliado en los versículos 3-5).
“…con la medida con que medís, os será medido”. En la balanza del reino, con la
unidad de medida que nosotros establezcamos, con esa seremos medidos nosotros, nuestra
casa, nuestros hijos, etc. Es por esto que queremos ser transparentes al juzgar (1 Co. 4:5).
Hace muchos años, en la televisión hubo un evangelista que hizo serias acusaciones en
contra de un compañero ministro, (eso puede ser correcto bajo las condiciones apropiadas). El
problema era que el ministro acusador era culpable de lo mismo, tal vez peor. Todo se le revirtió.
De hecho, él fue más despreciado que el otro sujeto.
David quería que un hombre muriera por haber tomado la oveja de otro (2 S. 12). ¡Si
hubiera sido juzgado de acuerdo a su sentencia, él mismo hubiera muerto! Como ministros,
debemos emitir juicios o vamos a terminar siendo juzgados. La iglesia de Tiatira estaba siendo
juzgada por no ejecutar juicios.
67El sermón del monte
Juicio misericordioso
Como ministro, trato de imaginar a mis hijos en el lugar del ofensor. Quiero estar seguro
que actúo con misericordia, y que mi oración es con misericordia y que tengo la sentencia
correcta de juicio. ¡Tampoco podemos permitirles a nuestros hijos que quebranten la ley!
Debemos ser cuidadosos al juzgar, condenar o tirar la primera piedra. Muchas veces no
vemos todo el panorama y debemos reservarnos el juicio hasta que tengamos la mente de Cristo.
Con frecuencia he observado que aquellos que etiquetan rápidamente a una persona con ciertas
cosas, están identificando sus propios problemas.
Dios aborrece el chisme, la murmuración y la crítica, pero hay ocasiones en las que se
cometen serias transgresiones, y éstas deben ser comunicadas a aquellos que están por encima
de nosotros en el Señor. Cuando una situación se maneja así, es responsabilidad del líder
tratar con ella.
Hacer un juicio transparente
Mateo 7:3-5 “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de
ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu
ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y
entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”. Sin lugar a dudas, Jesús está
hablándole a la mentalidad farisaica de entonces. A los fariseos no solamente les gustaba juzgar,
sino que su influencia se había filtrado en toda la sociedad. Los fariseos eran legalistas y
condenadores. Jesús los llamó “hipócritas” (actores). “Porque dicen, y no hacen” (Mt. 23:3).
Ellos juzgaban a personas que eran mejores que ellos. Ellos decían: “Usted necesita enmendarse.
Permítanos ayudarlo; permítanos enseñarle cómo debe vivir. Permítanos remover la paja de su
ojo”. Jesús dijo: “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo…”.
Debemos ser inocentes
Como podemos ver en este texto, Jesús no está condenando el acto de juzgar sino el
hecho de emitir juicio hipócrita: “Entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”.
En otro lugar, nuestro Señor dice: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo
juicio” (Jn. 7:24).
El Señor desea que Su pueblo haga juicios justos, juicios transparentes (Sal. 37:6). Nuestro
Dios desearía que nosotros fuéramos capaces remover la astilla de los ojos de las personas. Sin
embargo, la única manera en que podemos emitir un juicio justo es permitiendo, primeramente,
que el Espíritu de Dios exponga nuestra propia vida. Como el Señor le dijo a Jeremías: “Si
entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca”. En otras palabras: “Si quieres hablar
palabra clara de Mi parte, separa lo precioso de lo vil en tu propia vida”.
O, como el rey David dijo en el Salmo 51:13, después de clamar por una limpieza y
renovación en su propia vida: “Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los
pecadores se convertirán a ti”.
68 El sermón del monte
Pablo les dijo a los corintios que trataban de juzgarlo: “Examinaos a vosotros mismos…”
Permitamos que el Espíritu de Dios nos juzgue primero, para que podamos ser transparentes en
emitir un juicio justo. Consideremos el siguiente criterio para cuando se necesite emitir un
juicio:
w Debemos estar seguros que los factores son verdaderos, que hay testigos, etc.
w Debemos asegurarnos que nuestras motivaciones son correctas. Si es posible, queremos
ver arrepentimiento y restauración.
w Debemos asegurarnos de no ser culpables de las cosas por las que dictamos sentencia,
(debo dejar claro que puede que tengamos que juzgar una situación de la que alguna vez
fuimos culpables. La idea de juicio es para [esperando confiadamente] salvar al ofensor,
y para [esperando confiadamente] salvar a otros con el ejemplo.
w Necesitamos recibir la sentencia de juicio desde el Trono, como lo hizo David en el
Salmo 17:2.
w ¡Debemos favorecer el plan de acción más misericordioso que sea necesario!
69El sermón del monte
Participar de las cosas sagradasParticipar de las cosas sagradasParticipar de las cosas sagradasParticipar de las cosas sagradasParticipar de las cosas sagradas
versículo 6
Mateo 7:6 “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los
cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen”. Hablando espiritualmente,
perros son aquellos que están fuera del reino (Mt. 15:21-28). Así mismo, “cerdos” habla de lo
inmundo o lo no santo. Esto puede hablar de aquellos cuya vida no está separada para Dios, o
aquellos que continuamente se mezclan con la gente del mundo (como los carnales corintios de
1 Co. 5:11).
Una vez soñé que estaba parado en una pocilga con una Biblia. Repentinamente, la
Biblia se resbaló de mis manos, y antes que pudiera recogerla, un cerdo avanzó de prisa hacia
mí y pisoteó la Biblia entre el estiércol. Habiendo trabajado con marranos (cerdos) en el pasado,
estoy muy familiarizado con la naturaleza de la bestia. Cuando deja caer algo en una pocilga,
los cerdos inmediatamente vienen corriendo porque creen que es comida.
El mensaje que Jesús está transmitiendo aquí, es que hay ciertas personas con quienes
usted nunca podrá compartir sus tesoros sagrados. Por ejemplo, la perla puede hablar de una
revelación personal que le ha sido dada a usted. Tal vez le fue dada por medio de un sueño o de
una visión. Eso es sagrado para usted, y no la puede compartir con cualquiera. José cometió ese
error (Gn. 37:5).
La Escritura dice de María: “Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en
su corazón” (Lc. 2:19). ¿A cuánta gente le podía contar ella que un ángel la había visitado, y
que en su vientre había sido concebido el Hijo de Dios? ¡Aún, hasta las personas más santas la
hubieran reprendido hasta humillarla!
71El sermón del monte
Petición y súplica,Petición y súplica,Petición y súplica,Petición y súplica,Petición y súplica,
los dones del Espíritu Santolos dones del Espíritu Santolos dones del Espíritu Santolos dones del Espíritu Santolos dones del Espíritu Santo
versículos 7-11
El que busca, encuentra
Mateo 7:7-8 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque
todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. En la versión de
Lucas sobre este texto, estos versículos van precedidos con la ilustración de un hombre que
tuvo una visita inesperada a medianoche. Como no estaba preparado para recibir a sus visitas,
va con su vecino a buscar la provisión que necesita. Aunque en un principio su vecino trata de
ignorar el abuso, debido a que continuaban tocando, se levanta y le da a su vecino los tres panes
que le está pidiendo, (ver Lc. 1:5-8).
Jesús alaba esto como la forma en que debemos pedir a nuestro Padre en el cielo. De
hecho, Jesús usa la palabra “importunar” en esta ilustración. La palabra importunar puede tener
el sentido de rudeza e imprudencia. El que busca es un entrometido. Está despertando a la
familia del hombre. ¡Está insistiendo en que su vecino lo ayude!
Nuestro Maestro nos está enseñando a persistir en la oración hasta que recibamos lo que
necesitamos. “Porque todo aquel que pide, recibe…”. Aunque podemos aplicar esto a nuestras
necesidades o circunstancias temporales, la implicación (especialmente en el relato de Lucas)
es más aplicable a los dones del Espíritu Santo. Si recibimos nuestra petición inmediatamente,
¡puede que no valoremos suficientemente los preciosos dones del Espíritu!
Los discípulos esperaron en el Aposento Alto esperando el cumplimiento de la promesa
del Espíritu Santo. En Primera de Corintios, Pablo nos exhorta (por lo menos 3 ó 4 veces) a
desear y pedir los dones espirituales. Cuando la gente ha buscado durante mucho tiempo el
bautismo en el Espíritu Santo, ¡es muy hermoso cuando lo reciben! Hay una inversión cuando
oramos, y el Señor quiere que nos demos cuenta del valor de estas cosas. ¡Puede que las cosas
temporales vengan más fácilmente porque son de menor importancia!
Hace algunos años, tenía una casa que desesperadamente necesitaba vender. Durante
seis meses, clamé cada noche a Dios por esta necesidad. En efecto, el Señor respondió mi
petición y por el precio que yo pedí. Me pregunto, ¿si aplicáramos el mismo fervor a las cosas
espirituales, cuál sería el resultado?
72 El sermón del monte
Las buenas dádivas del Padre
Mateo 7:9-11 “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una
piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis
dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará
buenas cosas a los que le pidan?” ¿Qué padre normal atormentaría a su hijo dándole algo
perjudicial cuando le está pidiendo algo bueno? Ciertamente, el hombre caído se esfuerza en
dar buenas cosas a sus hijos. ¡Hasta la gente malvada ama a los suyos! Si nosotros, que somos
malos (en comparación con nuestro Padre Celestial), queremos dar buenas dádivas a nuestros
hijos, “¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”
La versión de Lucas dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan?” (Lc. 11:13). Éste es un punto importante, porque mucha gente tiene temor de que,
cuando están buscando a Dios para recibir Su Espíritu, puedan recibir a cambio un espíritu
maligno. Si le pedimos carne a nuestro Padre, ¿nos dará Él una serpiente (espíritu maligno)?
¡No, Él no lo hará! Había una iglesia que buscaba el avivamiento de Dios. Entonces el Señor
derramó de Su Espíritu sobre ellos y muchos empezaron a hablar en otras lenguas. Los líderes
rechazaron el movimiento por ser “maligno”.
¡Cuánto más vuestro Padre Celestial dará buenas dádivas a los que se lo pidan! También
quiero animarlos con “los tres panes” de Lucas 11:5-8. El reino siempre está representado por
tres medidas o por tres niveles de desarrollo. ¡No nos conformemos con pedir dos panes, sino
busquemos toda la provisión que Dios tiene para nosotros!
73El sermón del monte
La regla de oroLa regla de oroLa regla de oroLa regla de oroLa regla de oro
versículo 12
Mateo 7:12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,
así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”. Aquí hay un versículo
que se ha llegado a conocer como “la regla de oro”. Aún la gente del mundo la puede citar: “Has
a los demás lo que quieres que hagan contigo”. Y si el mundo practicara este precepto, el mundo
sería una utopía: ¡el cielo en la tierra!
Todos queremos que los demás sean buenos, cariñosos, respetuosos, honestos y justos
con nosotros, etc. Si todos tratáramos así a los demás, ciertamente habría paz y tranquilidad.
Jesús dijo: “porque esto es la ley y los profetas”.
La ley y los profetas
Hay un versículo que básicamente resume todo el Antiguo Testamento. Jesús dijo:
“porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan” (Mt. 11:113). ¿Cuál era el mensaje
de la ley y los profetas? Consideremos varios versículos más que resumen la ley y los profetas:
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a
tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”
(Mt. 22:37-40). Todo el Antiguo Testamento se reduce a dos mandamientos. Amar a Dios con
todo nuestro corazón y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Éste era el mensaje de la
Ley y los profetas, reconciliar al hombre con Dios y reconciliar a los hombres con los hombres.
También el profeta Miqueas condensa la responsabilidad del hombre en un versículo:
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer
justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Mi. 6:8).
Comunión
Aún en los dos emblemas de la comunión encontramos que la responsabilidad del hombre
cae en dos categorías: El pan simboliza el Cuerpo de Cristo, nuestra relación unos con otros. El
vino (la sangre) simboliza una relación correcta con Dios. ¡La sangre nos cubre mientras
caminamos en la luz! Cuando tomamos la santa cena (comunión) estamos diciendo que estamos
bien con Dios, y que estamos bien con los hombres.
74 El sermón del monte
La regla de oro es el latido de este sermón. Aquí yace aquello que refleja el Nuevo
Pacto: Amarse unos a otros. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis
amor los unos con los otros” (Jn. 13:55). O como dice en 1 Juan 4:20: “Pues el que no ama a
su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”
La famosa oración de Francisco de Asís (siglo XIII) retrata el corazón que quiere
practicar la regla de oro (vea la última hoja de este comentario).
75El sermón del monte
El camino angostoEl camino angostoEl camino angostoEl camino angostoEl camino angosto
versículos 13-14
Mateo 7:13-14 “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso
el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. La palabra
“estrecho” significa angosto. ¿Es esta puerta estrecha la puerta de la salvación? En el relato de
Lucas, Jesús está respondiendo una pregunta: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” Jesús
responde esta pregunta diciendo: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo
que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado
y cerrado la puerta…”. Esta exhortación nos está diciendo a todos que hoy es el día de la
salvación. La vida es corta, y cuando la vida se acaba, también se cierra la puerta de la salvación
(ver Lc. 13:23-25).
En un sentido, la Escritura ilustra la puerta de la salvación como muy ancha: “¡El que
quiera puede entrar!” La invitación es para todos los hombres, y el Señor desea que todos los
hombres sean salvos; sin embargo, los términos de la salvación son muy exclusivos. Sólo hay
un camino; es solamente a través de un hombre; y es sólo por el reconocimiento de un único
hecho que podemos ser admitidos. ¡Es solamente a través del “Pastor Crucificado” que podemos
entrar! Jesús es la puerta del redil (Jn. 10:9).
Los rediles de aquellos tiempos tenían una sola puerta, y esa puerta era muy angosta.
Las ovejas tenían que pasar apretadamente por el pastor para entrar al redil. Había dos razones
para que esta puerta fuera angosta: Primero, para que el pastor pudiera contar las ovejas, y
segundo, para que nada más entrara al redil.
“Porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos
son los que entran por ella…”. Hay otro camino que promete salvación. Es un camino que
parece correcto; hasta asemejarse al de la cruz. Parece razonable a los hombres, es aceptable a
los hombres, y demanda menos: Un camino más tolerante. ¡Pero el fin de este camino es muerte!
Es el camino sin cruz. Es el camino que dice: “Si sus buenas obras pesan más que las malas,
usted es salvo”. Es un camino que dice: “Estamos entrando allí a nuestra manera”. Es un camino
que presenta a Dios como un abuelo anciano y perdonador que dice: “Está bien mis hijos,
ustedes son sólo humanos” (ver Pr. 14:12).
76 El sermón del monte
¿Cristianos del camino ancho?
Jesús les estaba hablando a aquellos que supuestamente estaban en el reino. Hay muchos
que han aceptado a Cristo como su Salvador. Están en el reino, pero no están caminando en la
senda que los llevará a la “vida en abundancia” o al “galardón completo”. De hecho, muchos
del pueblo de Dios tratan de vivir tan cerca del mundo como les es posible: Caminando por el
camino ancho. Los carnales corintios son un ejemplo de los creyentes que están caminando por
una senda inaceptable.
Recientemente, alguien me contó sobre una madre “cristiana” que le escribe los ensayos
a su hija “cristiana” que está en la universidad. ¡Los ensayos reciben una nota de “excelente”!
Ésta es la clase de “cristianos” que están caminando por el “camino ancho”. Si continúan
caminando por esta senda, no van a tener un radiante final; o para ponerlo claramente, ¡no
lograrán llegar al fin! (ver Ef. 5:13).
A menos que un hombre corra la carrera legalmente, no es coronado al final, es descalificado.
La carrera cristiana debe de correrse de acuerdo a las reglas: Sin atajos (ver 2 Ti. 2:5).
Mi madre era una buena maestra. A menudo nos llevaba (a sus tres hijos) a caminar, y
usaba la naturaleza para mostrarnos analogías espirituales. Una vez señaló que el banco de
peces que estaba quieto en la corriente rápida, estaba haciendo un gran esfuerzo para mantenerse
en su lugar. De esa ilustración, mi madre siempre me decía que cualquier pez muerto podía
flotar con la corriente, pero que se requería de un pez vivo para ir en contra de la corriente. El
camino espacioso es el camino que opone menor resistencia. Es el evangelio fácil; es la senda
de la ruina y la vergüenza.
El deseo del Señor es traer muchos hijos a la gloria. En el tabernáculo, la gloria de Dios
estaba en el Lugar Santísimo. Hay un proceso para llevar al hombre de la puerta de la salvación
(Atrio Exterior) al Lugar Santísimo, en donde habita Su gloria. El camino a la gloria se vuelve
mucho más exclusivo. ¡Es un camino angosto… es la caminata en el Espíritu… es el camino
de la cruz!
Y pocos son los que la hallan
Las Escrituras están llenas de ilustraciones y exhortaciones acerca de los “dos caminos”.
El libro de Proverbios menciona, al menos dieciocho veces, los dos caminos. La senda de la
vida pareciera ser la senda más restringida, ¡pero es la senda que nos lleva a la “vida en
abundancia!” Parece que son muy pocos los que la hallan ¡pero, por medio de la gracia de Dios,
busquemos caminar en esta senda!
77El sermón del monte
Discernir al verdadero profetaDiscernir al verdadero profetaDiscernir al verdadero profetaDiscernir al verdadero profetaDiscernir al verdadero profeta
versículos 15-20
Guardaos del falso profeta
Mateo 7:15 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de
ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. En muchas maneras, nuestro Señor estaba aludiendo
a los líderes religiosos de esos días. Externamente, parecían ser una cosa, pero por dentro eran
lobos rapaces. No tenían ningún escrúpulo en devorar el sustento de una viuda.
Sin embargo, como la Era Cristiana estaba por venir, ésta fue una advertencia para la
Iglesia. En el discurso del Monte de los Olivos (Mt. 24:11), Jesús advirtió que en los últimos
días habría muchos falsos profetas que engañarían a muchos. Esto también fue verdadero para
la Iglesia del primer siglo.
El apóstol Pablo advirtió a los efesios que, después de su partida, muchos “lobos rapaces”
entrarían en medio de ellos y que engañarían a muchos (Hch. 20:17-30). Externamente parecían
ser verdaderos. Los ministros de Satanás parecen ministros de justicia. Pablo explica: “Y no es
maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si
también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia…” (2 Co. 11:14-15). Igual que
los verdaderos ministros, los ministros de Satanás se paran detrás del púlpito. Pero son falsos
profetas y, su principal objetivo, es atraerlo a usted a sus engaños.
El divorcio y nuevo matrimonio
Hemos visto ciertos ministros que se han divorciado y vuelto a casar. Pareciera como si
una unción falsa viniera sobre ellos. De pronto, parece que sus ministerios florecen. Están
testificando acerca de las grandes cosas que Dios está haciendo en la vida de ellos. Es un fenómeno
inusual, pero el mensaje que se está transmitiendo es “¡Dios nos está restaurando. La gente ha
condenado nuestro matrimonio, pero Dios está mostrando a todos Su aprobación por lo que
hemos hecho!” Es un razonamiento difícil de argumentar, porque es engañoso.
Discerniéndolos por su fruto
Mateo 7:16 “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o
higos de los abrojos?”
78 El sermón del monte
“¿Acaso se recogen uvas de los espinos?” Ahora, nuestro Maestro nos va a decir cómo
discernir lo falso. En la parte de atrás de mi casa tengo una enramada de uvas, y cada otoño
espero cosechar algunos racimos de uvas. Si yo fuera a recoger algunos racimos de mi viña y
descubriera racimos de espinos en su lugar, estaría un poco desanimado… ¡asustado! Esto no es
lo que esperaba. Aquí hay algo que no está bien.
El fruto que un ministro produce es lo que nos cuenta su testimonio, no sus dones. Ellos
pueden manifestar algunos dones verdaderos u otros que parecen ser verdaderos, pero es el
fruto el que nos cuenta la historia (el fruto del Espíritu Santo).
Características que revelan al falso profeta
w Busca atraer discípulos hacia sí mismo.
w Habla de sí mismo.
w Habla de forma selectiva… “Somos los únicos”.
w Se especializa en el punto en el cual está engañado.
w Busca atraer a otros a su engaño.
w Reinterpreta las Escrituras.Siempre tiene un mensaje de falsa gracia y falso amor.
w Usa la lisonja. Les dice a los demás lo que quieren oír.Profetiza que usted ha sido
incomprendido,pero que Dios lo va a reivindicar, etc.
w Busca controlar las vidas y especialmente las finanzas.
w Siempre habrá un pecado importante en su vida.
Es mucho mejor ser reprendido por un hombre justo queser adulado por el enemigo:
“Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece” (Pr. 27:6).
Mateo 7:17-18 “Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos
malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos”. Aquí está
una de las primeras leyes de la creación: “Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da
semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y
vio Dios que era bueno” (Gn. 1:12). Todo árbol debe dar fruto según su mismo género. Hay
árboles buenos, como el ciruelo. Un ciruelo puede dar solamente ciruelos. La cicuta solamente
puede dar fruto venenoso. La dulcamara (especie de árbol medicinal: dulca=dulce/mara=amargo)
solamente va a dar fruto venenoso.
Un árbol no puede producir algo diferente a lo que es. Un árbol venenoso va a producir
fruto venenoso. Un árbol bueno solamente puede producir buen fruto, (estos versículos también
van en relación al falso profeta). En las Escrituras, muchas veces se compara a los hombres con
los árboles.
Cuando las personas son miembros de una congregación por algún período de tiempo,
llegan a conocer a su pastor y su mensaje. Conocen su familia; conocen su posición en la
comunidad y conocen su carácter e integridad. En resumen, pueden ver el fruto que él manifiesta.
Sin embargo, no es tan fácil discernir el fruto de un ministro ambulante. Los jóvenes
creyentes corintios se impresionaban con cualquiera que hiciera mucho alboroto. No le ponían
79El sermón del monte
mucha atención al fruto. “Él suena bien. Manifiesta dones de sanidad y profecía. La gente se
salva”. Eso parece justificar cualquier cosa que esté predicando.
Mi hermano (quien también es ministro) y yo, estábamos viendo a un evangelista en la
televisión. Hacía muchos milagros, pero en nuestro interior, había algo que no daba testimonio.
Nosotros nos sentamos y movimos nuestras cabezas dudando. Una semana después leímos en
el periódico que este sujeto había sido arrestado por haber estafado. Es el fruto que ellos producen
lo que da testimonio.
Mateo 7:19-20 “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así
que, por sus frutos los conoceréis”. Aquí vemos el fin del árbol malo. Es cortado y echado en el
fuego. El falso profeta y todos los que son engañados por su mensaje de falsa gracia perecerán
en el infierno. ¡Todos aquellos que han sido engañados a pensar que no pueden perder su salvación
y siguen pecando, morirán!
Aquellos que producen buen fruto (fruto del Espíritu Santo) son verdaderos. “Y serán
llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya” (Is. 61:3). En Gálatas 5:22-
23, Pablo enumera los nueve frutos del Espíritu: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, v. 23 mansedumbre, templanza…”
Algunas veces es más fácil discernir el mal fruto que el buen fruto. ¡Por sus frutos
los conoceréis!
81El sermón del monte
¿Quién entrará al cielo?¿Quién entrará al cielo?¿Quién entrará al cielo?¿Quién entrará al cielo?¿Quién entrará al cielo?
versículos 21-23
Aquellos que dicen Señor, Señor
Mateo 7:21 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. La versión de Lucas añade una
pequeña diferencia a este versículo. Veamos:
“Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando
fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá:
No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en
nuestras plazas enseñaste” (Lc. 13:25-26).
Aquí tenemos una escena en la cual alguien está buscando ser admitido en el reino
celestial al final de su vida. El toca a la puerta del cielo diciendo: “Señor, Señor, abre”. El Señor
responde: “¡Pero yo no te conozco!” “¡Pero Señor, me he sentado en la banca de la iglesia toda
mi vida. He orado el Padrenuestro cada semana, y siempre he dicho el ‘Señor, te damos las
gracias’ después de cenar cada domingo!” Pero Él dirá: “Te He dicho, no sé de dónde sois,
apartaos de Mi, hacedores de maldad”.
“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lc. 6:46).
Una cosa es decir: “Conocemos al Señor”. Pero, ¿nos conoce Él? Recuerdo que una vez
estaba abordando el avión para Filipinas y, al mismo tiempo, el famoso evangelista “Morris
Cerullo” bajaba por otra rampa. Entonces le dije a mi amigo: “¡Hey, allí está Morris Cerullo!”
Mi amigo dijo: “¡No!” En eso, Morris Cerullo miró y saludó, diciendo: “¡Sí, aquí estoy!” Entonces
le dije a mi amigo (en broma): “¡Mira, conozco a Morris!” Yo sabía quien era él, ¡pero en
realidad, él no me conocía!”.
El Señor está diciendo: “No todo el que dice que Me conoce será admitido en el cielo,
sino aquellos que hacen la voluntad de Mi Padre”. En resumen, aquellos que escuchan Mi voz
y la obedecen, ¡esos serán los que entrarán al cielo!
Aquellos que tienen dones
Mateo 7:22-23 “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y
82 El sermón del monte
entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. “… en tu
nombre hicimos muchos milagros”. Este versículo responde muchas preguntas. Aquí hay
ministros que han pensado que la aprobación de Dios sobre su ministerio o sobre sus dones
justifica su estilo de vida. Tal vez la vida de Sansón puede servir como un buen ejemplo de esto.
Aquí está un hombre que podía pasar la noche con una prostituta, después salir (bajo la unción)
y llevar las puertas de la ciudad. Sansón pensó que su ungido ministerio justificaba su
estilo de vida inmoral.
Sabemos que, misericordiosamente, Dios redimió a Sansón, aunque el precio fueron
sus ojos, y finalmente su vida. Sin embargo, éste no es el caso con todos los ministros que se
descarrían. A veces, retienen su don (por un tiempo), pero eventualmente otro espíritu los puede
tomar. Muchas veces, y como sucedió con el rey Saúl, pueden funcionar en dos ámbitos diferentes.
Bajo la unción del Espíritu Santo, Saúl podía profetizar y después profetizar bajo un espíritu malo.
Nos preguntamos: “¿Cómo puede ser esto? Aquí hay hombres haciendo estas asombrosas
cosas, y aún así su estilo de vida no da la talla”. Recordemos lo que Jesús dijo acerca de “por su
fruto…” En los últimos días, habrá un gran avivamiento y habrá muchos “hacedores de milagros”.
Si aprobamos a los ministros solamente por sus dones ¡podemos ser engañados!
Una vez alguien compartió una historia acerca de un evangelista que se había descarriado.
Un día, mientras el evangelista caminaba hacia la carpa en la que iba a predicar, el viento la
empezó a azotar; y mientras la carpa se agitaba con la brisa, él pudo ver la cara enojada de Dios.
Por un momento se estremeció, pero después de empezar a predicar y ver que la gente era salva,
y que la gente sanaba, se sentó y musitó para sí mismo: “Bueno, Dios no puede estar tan enojado…”
Luego Dios le dijo a este hombre: “¡Yo no te estaba honrando a tí, estaba honrando Mí púlpito!”
Solamente recuerde que Judas tenía dones como los otros discípulos. También hizo milagros.
“Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. No, tener
un ministerio, tener dones, y hasta ver gente que llega al Señor en salvación no nos lleva adentro del
cielo. Aún el apóstol Pablo dijo esto: “Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no
sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Co. 9:27).
Nunca os conocí
Este pensamiento: “Nunca os conocí”, puede ser traducido de muchas maneras. Puede
traducirse “realmente nunca te llegué a conocer, nunca te asemejaste a Mí, o tú nunca reflejaste
mis caminos, ni mi reino, etc.” Como dijo el profeta Oseas en relación a su hijo: “No eres mío”
(no eres mi pueblo). “No hay semejanza mía en tí” (ver Os. 1:9).
También está el pensamiento de ser “borrado del libro” (Ap. 3:5). Cuando alguien es
borrado del libro de la vida, es como si su nombre nunca hubiese estado allí. “Nunca te conocí”.
¡Que el Señor siempre nos mantenga alejados del engaño de pensar que el “don” es la
aprobación de Dios hacia nuestra mala conducta! ¡Hacedores de maldad váyanse al infierno,
esto incluye a los ministros! ¡Sí, deseamos ver milagros, pero sobre todo, deseemos siempre ser
fieles y verdaderos!
83El sermón del monte
Las dos casasLas dos casasLas dos casasLas dos casasLas dos casas
versículos 24-27
La casa sobre la roca
Mateo 7:24 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a
un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”. Por supuesto, la “roca” es una alusión
a Él mismo. La Roca que se menciona a través de las Escrituras es siempre una figura de Cristo:
“Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los
seguía, y la roca era Cristo” (1 Co. 10:4).
Cristo es el fundamento de la Iglesia: La Roca de nuestra salvación (1 Co. 3:11). Cristo
también es llamado “la Principal Piedra del Angulo” (Ef. 2:20; 1 P. 2:6).
La principal Piedra del Ángulo
La principal piedra del ángulo es la piedra fundamental con la cual deben ser alineadas
todas las demás piedras de un edificio. Deben de alinearse con la principal piedra del ángulo de
manera vertical y horizontal. La razón por la cual Jesús es llamado la “Principal” piedra angular
es porque hay otras piedras angulares en un edificio. Espiritualmente, la piedra angular nos
habla de la doctrina de Cristo. Toda doctrina debe de alinearse con la doctrina de Cristo. La
piedra angular también habla del ministerio de Cristo ¡todos los demás ministros deben de
tomar las medidas de Él!
Observe la norma: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace…” No es
suficiente solamente oír estas cosas. La versión de Lucas dice: “¿Y por qué me llaman Señor,
Señor, y no hacen lo que les digo?” Muchos dicen que Jesús es su Salvador, pueden citar las
Escrituras, y hasta predicarlas. Pero es solamente el cumplirlas lo que nos sujeta a la “Roca”.
Mateo 7:25 “Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra
aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca”.
La casa que soporta la prueba
La casa de los tiempos del fin es una casa terminada. Como el mismo Jesús dijo: “Yo
edificaré mi Iglesia (casa)…” Sin embargo, antes que Cristo venga por Su Iglesia, ésta será
probada por gran tormento. La tormenta de la tribulación probará esta casa, ¡y la va a estremecer,
84 El sermón del monte
para que sólo lo que esté fundado sobre aquello que Él dijo, permanezca! ¡El Señor tendrá una
Iglesia que dé la talla del modelo!
Consideremos lo que Isaías dijo con respecto a esta casa: “Por tanto, Jehová el Señor
dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular,
preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Y ajustaré el juicio a cordel, y a
nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo”
(Is. 28:16-17).
Aquí hay una profecía de Cristo, la “Piedra Angular” (ver 1 P. 2:6). Aquellos que creen
en esta “Piedra Angular” no van a ser forzados a retirare. Luego, el profeta continúa diciendo
que todo lo que no se ajuste a esta piedra será arrastrado por la tormenta ¡es decir, todo lo que
constituya una mentira: falsas doctrinas, falsas profecías y predicciones, o cualquier cosa que
no sea inspirada por el Espíritu Santo! Sin embargo, después de la tormenta, la Iglesia verdadera
permanecerá firme.
Consideremos también lo que el apóstol Pablo dijo con respecto a los últimos días:
“… Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta
frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que
queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible…” (He. 12:26-
28, ésta es una cita de Hag. 2:6-7).
Obviamente, Pablo está escribiendo sobre algo que es futuro y que aún no ha sucedido
hoy (2001). Esta conmoción en los cielos puede referirse también a cosas espirituales. Dios va
a conmover todo lo que sea conmovible. Las falsas doctrinas y los conceptos religiosos de los
hombres serán conmocionados porque Dios nunca los inspiró. Cuando todo termine, la Iglesia
fundada sobre la Roca va a permanecer. ¡Aquellos que escuchan y hacen lo que Cristo dice,
permanecerán!
La casa sobre la arena
Mateo 7:26-27 “Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé
a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos,
y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”.
Juzgando por lo que nuestro Maestro dice referente a las dos casas, es evidente que habrá una
gran división en la Iglesia del fin. Vemos un grupo que permanecerá fiel a la Palabra del Señor,
y otro grupo que desobedecerá a la Palabra.
Un mensaje para la Iglesia
Éste no es un mensaje que le importe al mundo. Jesús se está dirigiendo a la gente del
reino, aquellos dentro del reino. La casa del rey Saúl tuvo una gran caída porque desobedeció a
la Palabra. Por su desobediencia, el Señor le dijo a Saúl: “Porque la rebelión es como pecado de
adivinación…” Es interesante que Saúl pasó su última noche en la tierra con una adivina. La
gente se abre al engaño cuando está continuamente desobedeciendo la verdad o la corrección.
85El sermón del monte
Es atemorizante no caminar a la luz de la Palabra de Dios. Jesús comparó esto a “edificar
sobre la arena”. En otras palabras, construir una casa sin fundamento (no está sujeta a nada
seguro). Cuando viene el ventarrón, ¡esta casa será arrastrada por el viento como una choza de
cartón! La arena habla de los preceptos de los hombres.
No os engañéis
Aquí está la triste verdad del sermón; demasiados del pueblo de Dios piensan que pueden
caminar con el mundo (el camino ancho). Solamente van a la iglesia cuando se “sienten guiados”.
No están bajo ninguna autoridad espiritual, no se sujetan a un pastor. No conocen las Escrituras,
o solamente escogen las porciones que les gustan.
El otro día estaba hablando sobre los tiempos del fin a una “cristiana”. Su actitud debiera
haber sido: “Quiero afirmar mi caminata con el Señor… quiero estar preparada, etc.” Pero su
respuesta fue: “Bueno, solamente voy a esperar y ver”. Éstas son personas que están edificando
sobre la arena, ¡y así hay muchos!
Muchos serán descalificados de la Iglesia gloriosa que se está levantando; ¡pero peor
aún, el Anticristo engañará a muchos porque no amaron la verdad!
“Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el
amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean
la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se
complacieron en la injusticia” (2 Ts. 2:10-12).
87El sermón del monte
Enseñar con autoridadEnseñar con autoridadEnseñar con autoridadEnseñar con autoridadEnseñar con autoridad
versículos 28-29
Mateo 7:28-29 “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su
doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”. La
enseñanza de los escribas era muy ambigua… “bueno, nadie sabe con seguridad… hemos
consultado con las autoridades más altas (refiriéndose a ellos mismos) y sentimos que esto es lo
que significa, etc…”
La doctrina de Cristo
Jesús no justificaba lo que decía. Tampoco dijo: “Bueno, pienso…” Jesús simplemente
hablaba: “¡Así es!” Cuando el Maestro habló del infierno, Él podía verlo. Cuando el Maestro
habló del Padre Celestial, Él podía verlo (Jn. 5:19-20).
La doctrina de Cristo venía directamente del cielo: “Y se maravillaban los judíos,
diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina
no es mía, sino de aquel que me envió” (Jn. 7:15-16).
Isaías dijo refiriéndose a Cristo: “Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber
hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que
oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás”
(Is. 50:4-5).
“Porque les enseñaba como quien tiene autoridad…” La gente estaba asombrada de la
autoridad con la que Jesús hablaba. Quisiera concluir este comentario en este preciso punto,
porque éste será uno de los honores que Dios dará a Sus fieles ministros en estos últimos días.
Ellos van a hablar con autoridad. Dirán: “¡Éste es el camino, andad por él!” ¡Van a enseñarle al
pueblo de Dios la diferencia entre lo santo y lo profano, entre lo limpio y lo inmundo!
El honor que viene solamente de Dios
Durante los tiempos de apostasía, los verdaderos ministros parecen ser empujados a la
parte de atrás. ¡Los que parecen estar al frente son los ministros que consienten la idolatría de
las personas, como la música rock o las citas amorosas entre los adolescentes, o los que no
dicen nada en contra de pecados tales como el divorcio y nuevo matrimonio! Pero antes de que
termine esta era, habrá un gran avivamiento y Dios sacará del rincón a Sus fieles ministros.
88 El sermón del monte
Estos ministros llevarán al pueblo de Dios al día de la decisión. ¡Hablarán con autoridad y harán
que la gente entienda!
En el Antiguo Testamento había dos líneas sacerdotales que salían de Aarón. Una línea
hacía muchas concesiones, y su motivación era tener el favor del pueblo. Permitía al pueblo
seguir con su idolatría, etc. Sin embargo, el Señor dice acerca de Sus fieles ministros que
guardaron el ordenamiento:
“Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que guardaron el ordenamiento del santuario
cuando los hijos de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar ante mí, y
delante de mí estará…” (Ez. 44:15).
“Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán
a discernir entre lo limpio y lo no limpio” (Ez. 44:23).
“En los casos de pleito ellos estarán para juzgar; conforme a mis juicios juzgarán” (Ez. 44:24).
En el fin, el Señor da hermosas promesas a los fieles hijos de Sadoc. Tienen la promesa
de acercarse al Señor; y tendrán el privilegio de enseñar al pueblo de Dios la diferencia
entre lo que es aceptable y lo que no es aceptable. ¡Y, ellos tendrán la última palabra en
todo tipo de controversia! En otras palabras, tendrán la autoridad de decir “¡así sea!” en
todo tema controversial.
¿De dónde viene la autoridad?
La autoridad viene de tener una doctrina pura. Dios le da claridad a aquellos que hacen
Su voluntad: “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si
yo hablo por mi propia cuenta” (Jn. 7:17). En otras palabras, ¡Dios da buena doctrina a aquellos
que la aplican!
La autoridad también viene de permitir que el mensaje sea obrado en nuestra vida. Esto
es lo que Ezequiel llama “¡comerse el libro!” O, poniéndolo en los términos del Nuevo
Testamento: “la Palabra haciéndose carne”. Recientemente escuché a un ministro predicar sobre
el libro de Job. ¡Qué unción había sobre este mensaje! La razón de esto era que el ministro se
había comido parte de este libro; no era teoría. Se había vuelto realidad.
Dios pone Su aprobación y Su unción sobre aquellos que han permitido que la espada
(del Espíritu) penetre en su propia vida. Ellos han llegado a ser el mensaje. Cristo era la
personificación de Su mensaje. ¡Él no predicó algo que fuera teoría!
Los tiempos que estamos viviendo son emocionantes. Dios hará grandes cosas por
aquellos que han abrazado este sermón y han permitido que sea una realidad. Esto es de lo que
trata el Nuevo Pacto: ¡La Ley escrita en las tablas de carne de nuestro corazón y Cristo revelado
en nuestra vida! “Pueblo en cuyo corazón está mi ley…”.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios…” (Jn. 1:12).
89El sermón del monte
EpílogoEpílogoEpílogoEpílogoEpílogo
La promesa del Nuevo Pacto no le fue dada a Israel durante los días gloriosos de Salomón.
Más bien, fue dada mientras el remanente de Israel marchaba hacia Babilonia. La esperanza que
se le dio a Israel mientras se iban fue que regresarían con un nuevo corazón y un nuevo espíritu
(Jer. 24:1-7).
Fue durante la humillación, la angustia y la desesperación de la cautividad que esto se
hizo realidad en algunos. Es un hecho lamentable que el hombre aprenda más mediante el
sufrimiento que mediante palabras y exhortación. Al caminar en el Espíritu, Dios nos guiará a
circunstancias que revelarán y tratarán con nuestro corazón. ¡Es en lugares como estos que
clamamos para conocer Sus caminos!
Ése fue el ejemplo de Esdras, el sacerdote. Aquí estaba un hombre sometido a los
tormentos de la cautividad, y aún en medio de esto, su clamor era entender la Ley y hacerla, y
enseñarla a su confundida generación (Esd. 7:10).
Así fue como Esdras salió de Babilonia con un nuevo corazón y un nuevo espíritu.
Esdras no sólo trajo el avivamiento a su generación (Neh. 8-9), sino que también enseñó al
pueblo de Dios la diferencia entre lo santo y lo profano, y la diferencia entre lo limpio y lo
impuro. Él les enseñó lo que es aceptable a Dios y lo que no lo es. De hecho, Esdras también
recibió gran autoridad para enseñar a los impíos (Esd. 7:25).
Vivimos en una generación que necesita transparencia, una generación que está
confundida en los asuntos. ¡Vivimos en una generación de cristianismo que ha perdido lo que lo
distingue del mundo! Esdras sirve como ejemplo y tipo de aquellos que nuestro Señor estaba
buscando poder reproducir, en Mateo 5:19: “Mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste
será llamado grande en el reino de los cielos”.
¡Amén!
90 El sermón del monte
Oración de Francisco de Asís
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu paz.
Donde haya odio, siembre yo el amor.
Donde haya ofensa, perdón.
Donde haya duda, fe.
Donde haya desesperación, esperanza.
Donde haya tinieblas, luz,
y donde haya tristeza, gozo.
Oh Maestro Divino,
haced que yo no busque
tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es dando, que se recibe;
perdonando, que se es perdonado
y muriendo, que se resucita a la vida eterna.
91El sermón del monte
El sermón del monteEl sermón del monteEl sermón del monteEl sermón del monteEl sermón del monte
Resumen del sermón de Mateo capítulo cinco
El trasfondo del Semón del Monte versículos 1 - 2
1. Las nueve Bienaventuranzas versículos 3 - 12
a. Una vista general de las Bienaventuranzas
b. Los pobres de espíritu versículo 3
c. Los que lloran versículo 4
d. Los mansos versículo 5
e. Los que tienen hambre y sed de justicia versículo 6
f. Los misericordiosos versículo 7
g. Los de limpio corazón versículo 8
h. Los pacificadores versículo 9
i. Los que padecen persecución por la justicia versículo 10
j. Perseguidos por “Mi” causa versículos 11 - 12
2. Dar testimonio versículos 13 - 16
a. Sal versículo 13
b. Luz versículo 14
c. Para nuestra casa versículo 15
d. Para el mundo versículo 16
3. Cumplir la ley versículos 17 - 20
a. Todo se haya cumplido versículos 17 - 18
b. Un destino medido por la ley superior versículo 19
c. Se demanda mayor justicia versículo 20
4. Apelar a una ley superior entre los hermanos versículos 21 - 26
a. El enojo versículos 21- 22a
b. Palabras que se dicen en contra de los hermanos versículo 22b
c. Reconciliación y restitución versículos 23 - 26
5. Una ley moral superior versículos 27 - 32
a. El adulterio espiritual (los pensamientos) versículos 27 - 28
b. La seriedad de las restricciones morales versículos 29 – 30
c. El divorcio y nuevo matrimonio versículos 31- 32
6. Hacer juramentos o votos versículos 33 - 37
7. Actitudes ante injusticias y préstamos versículos 38 - 42
a. Volver la mejilla versículos 38 - 39
b. Los pleitos versículo 40
c. Caminar la milla extra versículo 41
92 El sermón del monte
d. Actitud al dar prestado versículo 42
8. Actitudes hacia nuestros adversarios versículos 43 - 46
a. Devolver bien por mal versículos 43 - 45
b. No hay recompensa por amar a los suyos versículos 46 - 47
c. La perfección versículo 48
Resumen del sermón de Mateo capítulo seis
9. Motivos para dar versículos 1 - 4
a. Ser vistos por los hombres versículos 1 - 2
b. Ser vistos por Dios versículos 3 4
10. Motivos para orar versículos 5 - 8
a. Ser vistos por los hombres versículo 5
b. Ser vistos por Dios versículo 6
c. Ritualismo y repetición versículos 7 - 8
11. El Padrenuestro, la oración aceptable versículos 9 - 13
a. Reconocer quién es Dios versículo 9a
b. Reconocer Su santidad versículo 9b
c. Venga Tu reino versículo 10a
d. Hágase Tu voluntad versículo 10b
e. Nuestro pan diario versículo 11
f. Perdonar como también nosotros perdonamos versículo 12
g. Líbranos de la tentación versículo 13a
h. Líbranos del mal versículo 13b
i. Reconocer Su reino, poder y gloria versículo 13c
12. Perdón y perdonar versículos 14 - 15
13. Motivos para ayunar versículos 16 - 18
a. Ser vistos por los hombres versículo 16
b. Ser vistos por Dios versículo 17 - 18
14. Motivos para ahorrar, la verdadera inversión versículos 19 - 21
a. Los tesoros en la tierra versículo 19
b. Los tesoros en el cielo versículo 20
c. ¿Dónde está su corazón? versículo 21
15. Unidad de visión versículos 22 - 23
a. Una visión clara versículo 22
b. Visión distorsionada versículo 23
16. Los dos señores: Las cosas de esta vida o Aquel que da vida a las cosas versículos 24 - 34
a. Dios o las cosas versículo 24
b. La vida es más que las cosas versículo 25
c. El Señor alimenta a toda Su creación versículo 26
d. El Señor viste (adorna) toda la creación versículos 27 - 30
e. El Señor provee nuestras necesidades diarias versículos 31 - 32
f. Buscad primero Su reino versículo 33
g. No preocuparse por el mal del mañana versículo 34
93El sermón del monte
Bosquejo del sermón de Mateo capítulo siete
17. Acerca del juicio versículos 1 - 5
a. La medida para juzgar versículos 1 - 2
b. Hacer un juicio transparente versículos 3 - 5
18. Participar de las cosas sagradas versículo 6
19. Petición y súplica, los dones del Espíritu Santo versículos 7 - 11
a. El que busca encuentra versículos 7 - 8
b. Las buenas dádivas del Padre versículos 9 - 11
20. La regla de oro versículo 12
21. El camino angosto versículos 13 - 14
22. Discernir al verdadero profeta versículos 15 - 20
a. Guardaos del falso profeta versículo 15
b. Discerniéndolos por sus frutos versículos 16 - 20
23. ¿Quién entrará al cielo? versículos 21 - 23
a. Aquellos que dicen Señor, Señor versículo 21
b. Aquellos que tienen dones versículos 22 - 23
24. Las dos casas versículos 24 - 27
a. La casa sobre la roca versículos 24 - 25
b. La casa sobre la arena versículos 26 - 27
Enseñar con autoridad versículos 28 - 29