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    EL CUERPO DEL DELITO

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    EL CUERPO DEL DELITOREPRESENTACIN Y NARRATIVAS MEDITICAS

    DE LA (IN)SEGURIDAD CIUDADANA

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    Autor: Germn Rey*

    Ciudad: Colombia, 2005

    Produccin: Centro de Competencia en Comunicacin

    para Amrica Latina,www.c3fes.net.

    ISBN 958-8101-24-7

    Agradecimiento: A Julin Penagos y a Mara Soledad Garcapor su colaboracin en la realizacin del presente estudio.

    * Asesor de la Casa Editorial El Tiempo. Miembro del Consejo Asesor Internacional

    de la Fundacin para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. Profesor de

    posgrados en la Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes. Miembro

    de la Comisin Bi-nacional Colombia-Venzuela. Ex-defensor del lector diario El

    Tiempo. Director de los estudios sobre Monitoreo del cubrimiento del conflicto

    en la prensa y la televisin colombiana. Participa en el Proyecto de Economa

    y Cultura Convenio Andrs Bello. Autor de: Desde las dos orillas (1997);

    Balsas y Medusas: Visibilidad, comunicativa y narrativas polticas (1998); con

    Jess Martn Barbero Los ejercicios del ver. Hegemona audiovisual y ficcintelevisiva (1999); con Francisco Leal: Discurso y razn. La historia de las

    ciencias sociales en Colombia (2000); Polfemo entre pucheros: La telenovela

    latinoamericana de fin de siglo (2001); Oficio de equilibristas (2003).

    Este texto puede ser reproducido con previa autorizacin conun objetivo educativo y sin nimo de lucro.

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    [9 pases]Una investigacin realizada en Chile, Argentina,

    Brasil, Per, Colombia, Venezuela, Salvador, Costa

    Rica, Mxico

    [14 peridicos]Chile: El Mercurio / Argentina: El Clarn y La Nacin /

    Brasil: La Folha de Sao Paulo / Colombia: El Tiempo y

    El Colombiano / Venezuela: El Nacional / Mxico: El

    Universal / Per: EL Comercio / Costa Rica: La Nacin

    y La Prensa Libre / El Salvador: El diario de Hoy, El

    mundo y La prensa grfica.

    [795]piezas periodsticas

    [15 das]Perodo analizado: Nov. 20 a Dic. 6, 2004

    EL CUERPO DEL DELITOREPRESENTACIN Y NARRATIVAS MEDITICAS

    DE LA (IN)SEGURIDAD CIUDADANA

    Es la (in)seguridad ciudadana un invento meditico o una realidad? La respuesta

    est en este estudio del contenido de los diarios latinoamericanos sobre el tema

    de seguridad ciudadana desde una perspectiva cotidiana del delito. Qu hacela noticia del delito? Cules son los temas? Cmo es el tratamiento? Quines

    actan la inseguridad?

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    [La historia]En el siglo XXI la preocupacin por la seguridad ciudadana recorre,

    con diferentes expresiones, todo el continente. El miedo se extiende,

    los medios de comunicacin se han convertido en los evangelizadores

    del miedo, hablamos de los medios/miedos ciudadanos. El incrementode los crmenes, la aparicin de nuevas formas de delincuencia, el

    fortalecimiento de determinados actores violentos, la inseguridad en

    las calles o la impunidad, han acrecentado la inconformidad social

    hasta el punto de que el tema de la seguridad es uno de los asuntos

    fundamentales de la agenda pblica y adems un motivo permanente

    de inconformidad, presin e inclusive protestas de la gente. La

    inconformidad se manifiesta en las encuestas, en las opiniones que se

    vierten en los medios de comunicacin, como tambin en los foros y

    debates pblicos ms variados. Los medios de comunicacin son uno

    de los actores fundamentales de la seguridad puesto que tienen lafuncin de representar los conflictos que se viven en la sociedad, dan

    visibilidad a los diversos sujetos que intervienen en lo cotidiano desde

    individuos hasta grupos e instituciones sociales, crean atmsferas y

    contextos en que se inscriben los sucesos, ubican los acontecimientos

    dentro de imaginarios y particulares despliegues del tiempo y

    proveen a los lectores y a las audiencias de referentes de comprensin

    e interpretacin de los fenmenos que se presentan a diario. Este

    texto presenta un ejercicio preliminar de lectura del contenido de 14

    peridicos latinoamericanos en las noticias referidas especficamente

    a la seguridad ciudadana, centrando la mirada particularmente en los

    delitos y en la divulgacin de las polticas pblicas de seguridad.

    Estoy fatigado de morir en los peridicos

    (Vicente Huidobro, La flor encadenada)

    Yo he sido un criollo geno/ me llamo Andrs Arenas./ Seor

    me traicionaban, /y los mat a los dos! / Mi china fue malvada, /mi

    amigo era un sotreta/ cuando me fui a otro pago/ me basure la infiel.

    /Las pruebas de la infamia / las traigo en la maleta:/ las trenzas de mi

    china/ y el corazn de l!

    (Tango A la luz del candil, Letra: Julio Navarrine, msica: Carlos Vicente Gerona Flores)

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    CONTEXTOLA RELACIN SEGURIDAD CIUDADANA Y MEDIOS DE COMUNICACIN

    1. Como un fantasma que recorre el continente ......................................................... 9

    2. Variaciones de la seguridad y funcionamiento de los medios ............................ 14

    3. Opinin pblica, medios de comunicacin y seguridad ....................................... 18

    4. La representacin meditica de la seguridad ....................................................... 20

    5. Prcticas y exploraciones del conflicto en los medios.La experiencia colombiana ........................................................................................ 23

    6. Las pruebas de la infamia, las traigo en la maleta .......................................... 26

    7. La crnica roja en el pasado ..................................................................................... 27

    8. Los miedos de la ciudad ............................................................................................. 29

    TEXTOREPRESENTACIN Y NARRATIVASMEDITICAS DE LA (IN)SEGURIDAD CIUDADANA

    1. Una aproximacin a la representacin meditica de la seguridadciudadana en catorce peridicos latinoamericanos. Resultados estadsticos ... 32

    2. Cuerpos annimos, cuerpos lacerados ..................................................................... 52

    3. Un caso: Cuerpos, cifras y desamparo. La representacin de la violenciaen La Prensa Grfica de El Salvador ...................................................................... 55

    4. El predominio del asesinato ....................................................................................... 56

    5. Cuerpos cados. La abundancia de la imagen ....................................................... 58

    6. Las maras en el imaginario ........................................................................................ 60

    7. La cronometra del crimen .......................................................................................... 628. Los imaginarios de la inseguridad ............................................................................ 64

    POSTEXTODESDE LOS MEDIOS Y EN INTERACCIN CON LA SOCIEDAD:Alternativas de accin para el mejoramiento de la calidadinformativa sobre los temas de seguridad ciudadana

    1. Iniciativas para el mejoramiento de la calidad periodstica ............................... 66

    2. Iniciativas de interaccin sociedad-medios de comunicacin ............................... 68

    [ CONTENIDO ]

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    [ CONTEXTO ]

    LA RELACIN SEGURIDAD

    CIUDADANA Y MEDIOS DECOMUNICACIN

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    1. Como un fantasma que recorre el continenteLa preocupacin por la seguridad ciudadana recorre, con diferentes expresiones,

    todo el continente. En Centroamrica a travs de la amenaza de grupos juvenilesorganizados como la Mara Salvatrucha o la 18 (pandillas de jvenes de sectorespopulares), la percepcin de las fronteras como lugares del crimen o los proyectosgubernamentales de Mano Dura. En Mxico a partir del incremento de la delincuenciaen la ciudad, en Colombia con su conflicto interno y la poltica de seguridaddemocrtica del gobierno, las realidades de victimizacin e inseguridad urbanas y laspropuestas de gestin pblica que le dan gran importancia a la intervencin social ya los proyectos de cultura ciudadana en Bogot y Medelln. En Brasil son frecuenteslos debates sobre la presencia de grupos delincuenciales ligados al narcotrfico

    en las favelas de Rio y en Argentina crece la preocupacin de diferentes sectoresde la sociedad por el incremento de la inseguridad urbana que ha dado lugar aamplias movilizaciones sociales, que enfrentan las polticas gubernamentales y lasdisposiciones jurdicas. En Chile el Informe nacional de Desarrollo Humano de 1.998se dedic a mirar la situacin de seguridad de manera integral, mientras persiste eldebate sobre las repercusiones de la represin de la dictadura en los entramados msprofundos de la convivencia social.

    Hay algunos temas que se mimetizan con el concepto ms tradicional deseguridad nacional (por ejemplo, los conflictos internos o las disputas de lasoberana sobre las fronteras), pero muchos giran alrededor de lo que se conocecomo seguridad ciudadana. Referidos casi siempre a lo urbano, los problemas deseguridad ciudadana tienen que ver con el crecimiento y la diversificacin de losdelitos, la aparicin de actores delincuenciales implicados en antiguas y nuevasformas de violencia, el aumento de la percepcin de inseguridad, la impunidad y elmiedo. La seguridad ciudadana tambin se asocia a los temores que provoca lo otro,lo diferente, desde ciertas manifestaciones de los jvenes, hasta el encuentro con

    grupos tnicos diferentes.En una encuesta de victimizacin realizada en Colombia en el 2004, se le pregunt

    a los entrevistados de varias ciudades, las razones que explicaran la sensacin deinseguridad que sufren a diario y sealaron principalmente la poca polica y laexistencia de grupos delincuenciales como los dos temas centrales. Slo en Medelln,la ciudad que ha registrado en el pasado los ndices ms altos de criminalidad enel pas y en la regin, se anota que la inseguridad se debe fundamentalmente a lasnoticias que difunden los medios de comunicacin.*

    * Los ndices de criminalidad en Medelln han ido descendiendo vertiginosamente

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    Hay acaso diferencias entre la representacin que hacen los medios de laviolencia en Medelln con otras ciudades? No parece ser as, por lo menos en lo quese refiere a la prensa escrita segn queda relativamente claro en nuestro estudio sobre

    la representacin del conflicto interno colombiano en las pginas de 13 peridicos1

    .Inclusive El Colombiano, que es el peridico emblema de la ciudad y por muchoel ms ledo, tiene un enfoque muy interesante del cubrimiento informativo de laguerra. Es posible entonces que el papel de los medios se asocie al seguimientode otras formas de violencia, como por ejemplo, la realidad de las comunas, elsicariato, los ajustes de cuentas o los delitos callejeros. O que haya una especie desedimentacin de la experiencia de violencia vivida en el pasado por los ciudadanosy ciudadanas de Medelln, durante el auge del cartel de Medelln que an pese sobre

    las percepciones actuales de la inseguridad. Esta hiptesis parece consistente cuandose revisa el estudio que realizaron Villa, Snchez y Jaramillo (2003). El narcotrficodicen- ha dejado huellas fsicas y mentales en los habitantes de Medelln,marcando un antes y un despus tajante. A l se hace referencia desde diferentesanclajes sociales y culturales, convirtindose en un hecho vinculante, unidad en ladesignacin del hecho ms doloroso que golpe la ciudad, pero tambin, el que msha profundizado percepciones en torno a las cuales se construye un nosotros y unotro peligroso.2

    El incremento de los crmenes, la aparicin de nuevas formas de delincuencia,el fortalecimiento de determinados actores violentos, la inseguridad en las calles ola impunidad, han acrecentado la inconformidad social hasta el punto de que eltema de la seguridad es uno de los asuntos fundamentales de la agenda pblicay adems un motivo permanente de inconformidad, presin e inclusive protestasde la gente. La inconformidad se manifiesta en las encuestas, en las opiniones quese vierten en los medios de comunicacin, como tambin en los foros y debatespblicos ms variados. Se puede afirmar que en todos los pases del continente lainseguridad es una de las cuestiones ms candentes, que adems entrelaza la vidaprivada con la esfera pblica. Los linchamientos ocurridos en Mxico y en Per,las manifestaciones contra el secuestro en Colombia o la movilizacin social tras elasesinato del joven Alex Blumberg en Argentina, son tan slo algunas muestras de loscaminos que ha tomado la protesta contra la inseguridad en la regin. Las encuestas

    COMO UN FANTASMA QUE RECORRE EL CONTINENTE

    1 Calidad informativa y cubrimiento del conflicto, Germn Rey (Director)

    Bogot: Proyecto Antonio Nario, 2004.

    2Rostros del miedo, Marta Ins Villa, Luz Amparo Snchez Medina y Ana Mara

    Jaramillo Arbelez, Medelln: Corporacin Regin, 2003.

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    de opinin detectan este problema y las campaas de los polticos la afirman comouna prioridad de su gobierno.

    Hay un desbordamiento de los canales institucionales tradicionales ocasionadospor la desconfianza ciudadana, la percepcin de ineficiencia y la sensacin casicompleta, por una parte de impunidad y por otra, de desvalimiento. En variospases las propias autoridades, especialmente las policiales, se hallan involucradasen la comisin de delitos, mientras que los niveles de demanda judicial sonpreocupantemente bajos.

    Como se observar ms adelante, la transformacin de las ciudades y lareconfiguracin de los lazos sociales, los sentidos de pertenencia y el significado delas regulaciones, han influido notablemente en los modos de convivencia. Cuandotanto los sectores populares como las capas medias (por razones diferentes ydesigualmente fundadas) sienten que el Estado ha dejado de darles la seguridad que,por definicin, le toca garantizar, se debilitan los motivos de pertenencia que, en latradicin filosfico-poltica y sus narraciones fundadoras, sustentan el contrato deproduccin de lo estatal escribe Beatriz Sarlo en Violencia en las ciudades3.

    Y es precisamente el estado uno de los primeros que sufre los movimientos dela inconformidad ciudadana ante la inseguridad. Hasta tal punto que para muchos

    gobiernos el tema se convierte en uno de los pilares de su gobernabilidad y enmotivo permanente de la evaluacin ciudadana de su gestin. En su obra En buscade la poltica, Zygmunt Bauman afirma que desde ya ms de una dcada, laspromesas de ser implacables ante el delito y de aumentar el nmero de criminalescondenados a muerte han figurado de hecho como primer tema de los programaselectorales, independientemente de la denominacin poltica del candidato. Para lospolticos actuales o aspirantes, el fortalecimiento de la pena de muerte es el billeteganador de la lotera de la popularidad. Inversamente, la oposicin a la pena capitalimplica el suicidio poltico4

    La comunicacin es una dimensin central de los problemas de la seguridad.Por varias razones. Una primera tiene que ver con el propio hecho delictivo y susrepercusiones en la sociedad. El crimen es un acontecimiento que sobresalta yrompe los cnones de la convivencia, pero que tambin se difunde velozmente y

    3El texto de Beatriz Sarlo est en el libro Tiempo presente, publicado por Siglo

    XXI en Buenos Aires en el 2001.

    4 Zygmunt Bauman, En busca de la poltica, Buenos Aires: Fondo de Cultura

    Econmica, 2002, pginas 20 y 21.

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    tiene un efecto de reconocimiento generalizado. El atraco en la calle o el secuestroexpress entran a formar parte de un imaginario de inseguridad que atemorizay previene a muchos ciudadanos. Pero no todo es comunicacin en el hecho

    delictivo. Si precisamente algo preocupa es el ambiente de inseguridad, confusiny desinformacin que rodea a esta clase de sucesos: las versiones se contradicen,los actores se difuminan o incluso no aparecen y las motivaciones no siempre sonexplcitas. Cuando se revisan las notas periodsticas se encuentra que la informacincasi siempre tiene zonas grises, partes perdidas del rompecabezas. Pueden ser losmviles del delito, la hora en que fue cometido, la identidad del victimario o de lavctima, el lugar de los hechos. Las suposiciones se toman el texto y las versionesentretejen la trama borrosa de la narracin, as como en el gnero policial el enigma

    forma parte central del conflicto. Pero cunto enigma soporta la sociedad? Loque en la novela o en el seriado televisivo se resuelve con relativa presteza, en lainformacin periodstica queda relegado a una nota incompleta de coyuntura o a unrelato por entregas que se va desarrollando a medida que emergen nuevas pruebas ova evolucionando la investigacin y el juicio. Los casos de O.J. Simpsom, Robert Blacko Michael Jackson en los Estados Unidos son tres buenos ejemplos de las relacionesentre relato, ficcin y espectculo en la cobertura informativa de delitos. No siemprelos delitos se resuelven y posiblemente la impunidad es una de las experiencias msletales para acrecentar la percepcin social de inseguridad. En Amrica Latina losdelitos que se denuncian no son todos los que se cometen y muchos de los que secometen nunca sern castigados.

    Una segunda razn es la importancia de la comunicacin para los actores msdirectamente involucrados en los asuntos de la seguridad ciudadana. El carctersimblico que rodea sus acciones es mltiple y muy fuerte: un crimen puedeproducir repercusiones sociales inmediatas y con una duracin consistente. Losaben los polticos a quienes los discursos sobre seguridad tienden a elegirlos ylas realidades de inseguridad a hacerlos tambalear. Por eso se han aumentado lastensiones entre gobernantes y medios, sobre todo cuando estos ltimos, difundennoticias o informes sobre el crecimiento de la delincuencia, las exigencias de losciudadanos y la ineficacia de las medidas adoptadas por las autoridades. Tambin losaben los criminales, sobre todo aquellos que necesitan visibilidad, ya sea para quese conozcan sus demandas o para que se amedrente a la ciudadana.

    Los actores de la seguridad y la inseguridad de la seguridad son tan variadoscomo las posibles causas que las explican. Los medios de comunicacin son unode los fundamentales puesto que tienen la funcin de representar los conflictos quese viven en la sociedad, dan visibilidad a los diversos sujetos que intervienen en locotidiano desde individuos hasta grupos e instituciones sociales, crean atmsferas

    COMO UN FANTASMA QUE RECORRE EL CONTINENTE

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    y contextos en que se inscriben los sucesos, ubican los acontecimientos dentro deimaginarios y particulares despliegues del tiempo y proveen a los lectores y a lasaudiencias de referentes de comprensin e interpretacin de los fenmenos que se

    presentan a diario.En Violencia en las ciudades, Beatriz Sarlo escribe que en sociedades

    mediatizadas la esfera comunicacional procesa los datos de la experiencia, losrefuerza o los debilita, operando con o contra ellos, aunque es raro que puedacontradecirlos abiertamente salvo en la ficcin e, incluso en este caso, segn ciertasreglas. Los medios informan sobre aquello que sucede ms all de los lmites de laexperiencia vivida. Configuran una esfera pblica global y una esfera de saber. En elmismo tiempo, en el caso de la violencia urbana, representan una esfera judicial en

    el sentido de una accin teatral.5

    Esfera pblica y saberes, teatro y escena, intervienen en la representacin de laseguridad. Pero a la vez, las cosas se cuentan de cierto modo, obedecen o se apartande esquemas previsibles, insisten en la tensin o en el suspenso, se emparentancon el folletn o se entrecruzan con la leccin moral o la novela policaca. Como seobservar ms adelante, en la representacin meditica de la seguridad no cambiantanto los delitos como la forma de presentarlos.

    Llama la atencin que mientras la confianza en la televisin se desbarranca enlos anlisis de las instituciones, en algunos casos se le atribuya a los medios el poderde influenciar directamente en la sensacin ciudadana de inseguridad. La gentetiene cada vez menos confianza en los medios aunque resultan claves a la hora deconformar las percepciones ms corrientes sobre la inseguridad.

    Mientras que son numerosos los trabajos sociolgicos o criminolgicos sobre laseguridad, son muy pocos los textos que exploren el problema desde la comunicaciny especialmente desde los medios.6 Lo que aqu se trata de hacer es una puesta en

    escena preliminar de los entrecruces entre seguridad y medios de comunicacinen varios sentidos que se analizarn a continuacin. La operacin de los medios

    5 Beatriz Sarlo, Tiempo presente. Notas sobre el cambio de una cultura, Buenos

    Aires: Siglo Veintiuno editores, 2001.

    6 Deben destacarse los trabajos de Stella Martini y Damin Fernndez en Argentina,

    los estudios realizados por el Centro de Estudios de seguridad ciudadana de la

    Universidad de Chile y el Centro de Estudios de seguridad ciudadana de la

    Universidad Cndido Mndez de Rio de Janeiro, las investigaciones coordinadas

    por Rossana Reguillo (Guadalajara) en varios pases y los monitoreos llevados a

    cabo por el peridico El Tiempo en Bogot, La Prensa Grfica de San Salvador y

    el proyecto Antonio Nario de Bogot.

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    es fundamentalmente una operacin simblica; y si hay algo a lo que remite laseguridad e inseguridad, el miedo y la desconfianza, es precisamente al campo delos imaginarios, al mundo de las representaciones y los smbolos.

    2. Variaciones de la seguridad y funcionamiento delos medios

    En la introduccin al libro Los rostros del miedo se lee que La inclusinde temas como la violencia, la criminalidad o la inseguridad -frente a los quepareciera haber una cierta unanimidad al valorarlos como fuentes del miedo- en lasagendas globales de gestin urbana tiene que ver con las estadsticas que a diario se

    producen sobre estos fenmenos, con la manera como la gente percibe y vive en sucotidianeidad estos problemas y con la escenificacin que diariamente se hace deellos a travs de los medios de comunicacin. Es en el intercambio de estos relatosque emergen determinadas denominaciones sobre lo peligroso y amenazante7

    Vida y percepcin, estadsticas y escenificacin mediticas se resaltan comocentrales en la estructuracin del relato sobre la inseguridad y consecuentementeen la produccin social del miedo. Las estadsticas, por ejemplo, son fundamentalesen la narracin de la violencia urbana. Provenientes de los registros que hacen

    las autoridades, las cifras se mezclan indiscriminadamente en el discurso de losgobernantes, las protestas de los ciudadanos y los relatos de los medios. Lo que enla realidad tiene visos de tragedia y marca duramente la experiencia cotidiana, lacifra se convierte en un referente de las acciones delincuenciales y los programasde seguridad de los gobiernos. La estadstica asume artificialmente la diferencia yla singularidad de cada acontecimiento violento acumulando en un solo ndice loque es plural y diverso. La historia se vuelve evolucin del dato y las intensidadesde los conflictos se miden por descensos y ascensos dentro de escalas de tiempo.

    Para el gobernante la cifra es una confirmacin de la eficacia o el fracaso de susmedidas, para la ciudadana una comprobacin explcita de la atmsfera deseguridad o inseguridad que vive y para los medios de comunicacin un signo denfasis o resaltamiento de sus narraciones informativas; la estadstica criminal tiendea convertirse en un fetiche. El termmetro del delito que mont el alcalde Giulianien Nueva York o las cifras que da a da publica La Prensa Grfica en El Salvador

    7 Rostros del miedo, Marta Ins Villa, Luz Amparo Snchez Medina y Ana Mara

    Jaramillo Arbelez, Medelln: Corporacin Regin, pgina 15.

    VARIACIONES DE LA SEGURIDAD Y FUNCIONAMIENTO DE LOS MEDIOS

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    buscan ubicar el tema de la seguridad en la agenda pblica y convertir los datos enun verificador de los aciertos, o por el contrario, en un testimonio de los fracasos.

    Las formas de violencia se han diversificado en nuestras sociedades mientras seacrecienta la relacin entre la vida urbana y los problemas de la seguridad. No es queen el campo no hayan sucedido y continen sucediendo hechos de violencia. No.Inclusive algunos de los acontecimientos ms terribles de nuestra historia se han vividoen l. Desde la defenestracin de la conquista hasta guerras intestinas que sacudieronla aparente placidez de lo rural. Pero los fenmenos de seguridad se vinculan muchoms con las transformaciones de la ciudad y los cambios en los modos de habitarla. Losmedios, en particular, se han centrado en la figuracin de lo urbano, entre otros motivos,porque ellos surgieron y se desarrollaron a la par de las modificaciones de la ciudad. Las

    clases de delitos, los actores delincuenciales, los sistemas de represin y control estnrelacionados con los ritmos de la vida en la ciudad, las topologas de los miedos (hay porejemplo, zonas de la ciudad o grupos de habitantes de la ciudad claramente sealadoscomo propensos o generadores de violencia) y las expulsiones urbanas.

    La discusin sobre las relaciones entre medios y violencia es tan abundante comodiversa. Una primera perspectiva rene el conjunto de estudios, con diferentesmetodologas y enfoques, que intentan explicar la influencia que los medios puedentener en los comportamientos violentos. Se trata entonces de observar a los medios

    como potenciales generadores de violencia. La numerosa literatura existente nocoincide. Se podra afirmar que en un polo explicativo estaran quienes defienden lainfluencia y en otro quienes sostienen su inocuidad.

    Y entre estos dos polos fluctan las explicaciones. Desde aquellas que se inscribendentro de la teora del aprendizaje observacional, hasta las que sostienen que losmedios pueden influir si hay exposiciones continuadas a determinados mensajes osi en el receptor existen determinadas condiciones de predisposicin que los hacenmucho ms vulnerables a los efectos de los medios. Damin Fernndez8 habla de

    teoras de efectos a largo plazo y teoras de efectos a corto plazo. Menciona la teorade los efectos generalizados del estmulo que propone una relacin causal, de

    tipo conductista entre comunicacin y violencia y que sostiene que la exposicin

    a estmulos agresivos puede elevar la susceptibilidad de una persona, mediante

    la excitacin de los componentes fisiolgicos y emocionales que aumentan la

    predisposicin a tener comportamientos violentos. En las teoras de los efectos a

    8 La violencia del relato. Discurso periodstico y casos policiales, Buenos Aires:

    La Cruja Ediciones, 2001.

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    largo plazo se afirma que los cambios de actitudes se producen como efecto de laacumulacin; la teora de la desensibilizacin parte de la hiptesis de que la exposicinfrecuente e intensa a contenidos violentos conduce a una aceptacin gradual de

    la violencia como algo natural y la teora de la catarsis argumenta que el observarviolencia sirve como vlvula de escape y disipa el deseo de agredir. Sin embargo frentea las teoras inscritas en la hiptesis de los efectos estn las que insisten en la actividaddel receptor, en las relaciones complejas entre los sujetos y los textos. La violenciano sera algo que se inocula a travs de los medios, de una manera unilateral, sinoel producto integrado de muchas dimensiones de la experiencia humana: la historiapersonal, el tipo de relaciones que se han tenido a lo largo de la vida, el contexto dedesarrollo, el sentido de futuro, los procesos de identificacin.

    Una segunda perspectiva del estudio de las relaciones entre comunicacin yseguridad es el anlisis de las formas de representacin y narracin a travs de las

    cuales los ciudadanos perciben y comprenden los acontecimientos vinculados con

    la seguridad. Dentro de esta perspectiva los medios de comunicacin son centrales.Diariamente se encargan de presentar hechos delictivos de diferente naturaleza,procesos de represin contra los criminales llevados a cabo por las autoridades,expresiones de la sociedad contra el crimen y la inseguridad, manifestaciones de laspolticas de Estado -ya sean nacionales o locales- con las cuales se busca garantizar la

    seguridad de los ciudadanos. No hay da en que no aparezcan en las pginas de losperidicos, los programas de radio o las emisiones de televisin informacin sobre lostemas de seguridad y que muchas veces su reiteracin genere un determinado climaque puede ser de intimidacin o de prevencin, de estigmatizacin o de reproche.Se puede establecer una tipologa de las atmsferas que eventualmente crean losmedios en su seguimiento de los acontecimientos relacionados con la seguridad y lasviolencias. Hay anotaciones descriptivas de los hechos, lgicas narrativas emocionalesy sensacionalistas, creacin de personajes prototipo, secuencias informativas desdeque el delito se comete hasta que es sancionado por las autoridades. Las funcionesde los medios frente a la seguridad son variadas. Los hay que moralizan, que sealano que aconsejan. Que piden endurecer las medidas represivas e inclusive saltar todoslos principios garantistas.

    Al destacar el papel de los medios, Beatriz Sarlo resalta su presentacin de unregistro documental de la violencia y su ubicacin discursiva del lado de las vctimas.En cuanto a lo primero seala que la crnica televisiva llega hasta el extremo de queya no hay cortes y las secuencias son prolongadas, con alzas y bajas de la tensinnarrativa. En cuanto a lo segundo, los medios se colocan del lado de las vctimas,en el sentido de que ellas, las vctimas no estn interesadas en la construccin deun caso judicial con todas las garantas procesales y probatorias para los presuntos

    VARIACIONES DE LA SEGURIDAD Y FUNCIONAMIENTO DE LOS MEDIOS

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    delincuentes, sino que reclaman un castigo directo y sumario Frente a una justiciaque debe ser invariablemente garantista, los medios audiovisuales son prctica ytericamente antigarantistas. Se comportan como vctimas, aunque no lo sean. Lo

    que en las vctimas es comprensible dada su situacin de indefensin, en los medioses agitacin antiinstitucional. Las vctimas le piden al Estado lo que ste debe dar,seguridad, y lo piden como pueden. Los medios tienden a colocarse en el lugarimaginario de una de las esferas del Estado, la de la justicia, y no pueden ni impartir

    justicia ni garantizar seguridad y, a dems, no cumplen con su tarea de informarrazonadamente9

    Una tercera perspectiva analiza la importancia de los procesos de comunicacin

    dentro de los proyectos de seguridad. Mas all de las tradicionales oficinas de prensa

    o de imagen, la comunicacin es fundamental en un replanteamiento democrticodel enfoque de la seguridad, afirmado sobre la participacin de la ciudadana, elfortalecimiento de la deliberacin social y el diseo de gestos de convivencia que noestn afianzados en la sobrevaloracin de la represin y el control. En el enfoquerepresivo, la comunicacin se convierte en informacin oficial, unilateral y formalista.No importan tanto los canales de interaccin de la comunidad con las institucionesdel Estado, sino la informacin como forma de delacin y de control de los unossobre los otros. El ciudadano es convertido en informante y la comunicacin en

    un procedimiento fundamentalmente estratgico. Por eso la informacin se vuelvecomunicado oficial, generalmente de las autoridades, adoptando muchas veces unlenguaje militarista y estereotipado o claramente retrico.

    En las propuestas de cultura ciudadana como las que se han desarrollado enBogot en los ltimos aos, la comunicacin se vuelve dispositivo simblico para laparticipacin, proceso de aprendizaje social, oportunidad de generar espacios deconversacin social no intimidantes sino creativos y solidarios. La comunicacin,dentro de este enfoque, se propone el intercambio de experiencias y significados

    socialmente construidos, la recuperacin de la memoria social y la interlocucinciudadana de los actos de los gobernantes. Muchos de los problemas de seguridadse producen cuando la sociedad se disuelve, cuando se cortan los flujos decomunicacin y colapsan los sentidos que cohesionan la pertenencia a un grupo, auna comunidad.

    9 Beatriz Sarlo, Tiempo presente, Buenos Aires. Siglo XXI Editores, pgina 65.

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    3. Opinin pblica, medios de comunicacin yseguridad

    Es evidente que existe una entrada de los temas de seguridad a la opinin. Perono lo es que exista una opinin pblica sobre la seguridad. Sobre todo si sta seentiende como espacio de argumentacin, de acceso libre a puntos de vista encompetencia y lugar de controversia y conversacin de los ciudadanos. Generalmentesobre los temas de seguridad -como lo observaremos ms adelante- hay una fruicindel registro, pero una notable falta de anlisis, una aproximacin emocional a loshechos y una ausencia de densidad en la discusin de las causas o en la evaluacinponderada de las consecuencias.

    Mas que una versin continua de la opinin pblica sobre la seguridad se tieneuna opinin casi siempre sobresaltada, poblada por hechos que sobrecogen por lacapacidad agresiva de los delincuentes, su cinismo o la ausencia de toda expresinde compasin. Una opinin vertiginosa que no alcanza a sedimentar lo que pasa,ni mucho menos a intentar explicaciones de lo que acontece. Los hechos impactanpor un tiempo y despus se desvanecen en el olvido, porque la opinin sobre laseguridad est hecha de memorias de corto plazo, de estrategias de suspenso ynarrativas exaltadas, ms que de memorias de largo plazo o del despliegue racionalde argumentos.

    Refirindose a la violencia en Colombia, Daniel Pcaut escribe que lo queexiste es el desasosiego de la opinin frente a los problemas ms agudos de lasdrogas y el de la guerrilla. Un desasosiego que a menudo se parece a un verdaderorenunciamiento10. El mismo autor insiste en otros aspectos. En primer lugar, enuna dislocacin de la opinin que reside en el hecho de que las acciones ordinariasde crueldad no llaman ms la atencin, es decir, en que las sensibilidades seestn embotando. Es necesario dice- que las acciones sean particularmenteespectaculares para suscitar un sobresalto. En la opinin se establece una especiede clasificacin oficiosa, fundada no solamente en la cantidad de vctimas, sinotambin en la trama supuesta en la que se inscriben. De esa manera unas sonvividas como coherentes a las interacciones estratgicas normales (por ejemploajustes de cuentas entre narcotraficantes) y otras, asociadas a interaccionesestratgicas excepcionales (magnicidios).

    10 Presente, pasado y futuro de la violencia En: Anlisis Poltico, IEPRI,Universidad Nacional de Colombia, N 30, Enero- Abril de 1007, pgina 27.

    OPININ PBLICA, MEDIOS DE COMUNICACIN Y SEGURIDAD

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    Mientras que en pases con bajos promedios de homicidios por habitantes, losmedios se solazan describiendo las circunstancias de un crimen o cubriendo todas lasincidencias del juicio a un criminal hasta que el juez respectivo dicte su sentencia, en

    otros, el homicidio deja de ser un acontecimiento al que se le presta gran atencin yla mirada se dirige hacia los delitos ms truculentos o execrables.

    Durante un reciente intercambio cultural entre la ciudad de Buenos Aires y laciudad de Medelln, el escritor argentino Martn Caparrs se preguntaba porqueen una ciudad como la suya, en que los porcentajes de homicidios por cien milhabitantes son bajos, hay tan alta percepcin de inseguridad ciudadana, mientrasque en Medelln, una de las ciudades que ha tenido ndices alarmantemente altosde homicidios su gente se siente segura. En efecto, en una reciente encuesta de

    victimizacin, la ciudad colombiana en que sus habitantes se sienten ms seguroses Medelln (50%) seguida por Bogot (30%) y Cali (28%). En esa misma encuestase comprueba que el atraco en la calle es la forma ms habitual de delito y que losporcentajes de no denuncia alcanzan el tope de los 70 puntos porcentuales. La raznpara no denunciar es que las autoridades no hacen nada, lo que reafirma lo escritopor Susana Rotker cuando afirma que La sensacin de desvalimiento se ve agravadapor la impunidad en los crmenes que no se reportan11

    La polica y los jueces estn en el primer lugar de la clasificacin de hechos

    de corrupcin segn autoridad. El desconsuelo de los ciudadanos y ciudadanasse aumenta al comprobar que algunos encargados de administrar justicia sonprecisamente los que estn engarzados en tenebrosas redes de corrupcin.

    Quizs una respuesta a Caparrs est en la opinin de Sarlo quien dice quelos argentinos no comparan el crecimiento de la inseguridad con relacin a lo quesucede en otras capitales de Amrica Latina, sino con su propio registro histrico.Que si bien es bajo comparativamente si se ha incrementado porcentualmente demanera significativa en los ltimos aos. En cambio el de Medelln va a la baja.

    Las incertidumbres de la opinin ante la inseguridad residen tambin en el hechode que el origen de muchas acciones delictivas nunca es dilucidado. Si la opininpblica no existe es que la violencia generalizada, con sus mltiples dimensiones,tiene como consecuencia desrealizar la realidad. Como lo ha reiterado Pcaut en

    11 Susana Rotker, Ciudadanias del miedo, Caracas: Nueva Sociedad, 2000,pgina 7

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    varios trabajos, la opinin est en definitiva en el mismo caso que las poblacionesdirectamente sometidas a la violencia. Aquellas no estn en capacidad de elaborarsu experiencia como parte de una historia comn. Los microrelatos no se insertan

    en un relato de conjunto. La violencia afecta la posibilidad de poner en sentido ala sociedad.12 La conclusin de Pcaut no deja de ser interesante. Ante todas estasausencias, la nica representacin colectiva de la violencia es mtica.

    Una dimensin importante para el estudio de la construccin de la opininpblica sobre la seguridad es la amplia interaccin que existe hoy, y que es difundidapor los medios, entre los enfoques y temas de la seguridad global y las situacioneslocales. En un estudio realizado sobre la representacin de los conflictos en lasfronteras centroamericanas (2004)13 se encontr una noticia con despliegue en varios

    peridicos del aparente ingreso de un terrorista de Al Qaeda al istmo, que parecauna evidente invencin con un objetivo de alarma y que adems fue respaldada porel Ministro del Interior de uno de los pases. En el mismo estudio se constat (por lomenos en la muestra analizada) que el foco de la representacin meditica de lasfronteras centroamericanas no eran los conflictos limtrofes existentes, sino el peligrorepresentado por las pandillas y el temor a los emigrantes y que por otra parte, lasfronteras -como lo ha sealado Alejandro Grimson- son reconocidas como espacioscalientes, como lugares del crimen.

    Estas estigmatizaciones no son infrecuentes en las representaciones sobrela seguridad-inseguridad que componen la opinin pblica. Como no lo es elsealamiento de los jvenes, especialmente pobres, como criminales potenciales.

    4. La representacin meditica de la seguridadLos estudios tradicionales sobre la violencia en los medios han sido superados por

    otros acercamientos y otros encuadres. Una de esas vertientes ms contemporneas y

    sugerentes es la de las exploraciones sobre la construccin social del miedo. Los trabajosde Rossana Reguillo, las investigaciones de Villa, Snchez y Jaramillo y las lcidas ypremonitorias reflexiones de Susana Rotker, son sin duda avances muy significativos en

    LA REPRENSENTACIN MEDIATICA DE LA SEGURIDAD

    12 Daniel Pcaut, artculo citado, pgina 28.13 Germn Rey, Los conflictos en las fronteras.La representacin meditica de

    los conflictos fronterizos en Centroamrica. Trabajo preparado para la Reunin

    Tcnica Centroamericana, Diferendos limtrofes y desacuerdos fronterizos:

    Pueden tambin los medios de comunicacin atenuar las tensiones entre pasesvecinos? organizada por la UNESCO y la Ctedra UNESCO sobre Libertad de

    Informacin con sede en la UDELAS, Panam, 6 y 7 de Septiembre de 2004.

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    esta direccin. Todas las autoras confirman la importancia de los medios, escapndose,por supuesto de las analogas simplistas entre violencia y medios que pertenecieron ala tradicin relativamente superada de las teoras de los efectos.

    Los problemas de inseguridad -anotan Villa, Snchez y Jaramillo- se hanconvertido en una fuente generadora de mltiples miedos en diversas ciudades delmundo. Basta una ojeada a los titulares de primera plana en ciudades tan dismilescomo Pars, Buenos Aires, Nueva York, Ro de Janeiro o Medelln para constatar laalarma que generan los robos, crmenes, violaciones, paseos millonarios, secuestros oatentados terroristas. A ello se suma la divulgacin de diagnsticos y datos estadsticosque refuerzan la visin de un crecimiento incontrolado de la criminalidad y por lotanto una percepcin agravada de la amenaza que representan14

    Entretanto, Susana Rotker convoca en su libro Ciudadanas del miedo tantoa tericos como a narradores, particularmente cronistas de medios, a aproximarse,cada uno desde su especificidad al estudio de la generacin de los miedos en lasciudades contemporneas.

    Las crnicas -y en parte all se encuentran la extraordinaria importancia de lasque se dedican a la violencia-, equivalen a la urgencia e ingenio de respuesta quesuele tener el relato oral, aunque slo en el sentido que se le est dando en este

    texto: en la crisis del significado que produce la violencia, los saberes marginales yorales empiezan a tejer nuevas redes de representacin, dentro de las que entrana la vez la prensa y los medios de comunicacin con su tendencia a magnificar odistorsionar la aprehensin de lo real y, al mismo tiempo, siendo el nico espaciopblico que recoge una cierta representacin de lo cotidiano. Las crnicas dela violencia no organizan ningn sistema de coherencia; an dndole la voznormalmente a los que no la tienen, no logran normalizarlos, apropindoselos enel orden de la escritura y en el orden del pensamiento. Les dan voz y rostro, perohacerlo no produce el cortocircuito que otros textos de este orden no convencional

    podran sugerir. El espacio de la crnica es el del periodismo: su condicin hbridale permite tener un valor de autonomizacin en el sistema de representacin, peroa la vez lleva la carga del espacio donde es publicada, es decir, el de la prensa comovehculo de intercambio y de identificacin, constructor y difusor de discursos ysimbolizaciones15.

    14 Rostros de miedo, Medelln: Corporacin Regin, 2004, pgina 26

    15 Susana Rotker, Ciudadanas del miedo, Caracas: Nueva Sociedad, 2000,

    pgina 11.

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    Diferentes en sus interpretaciones, la cita de Villa, Snchez y Jaramillo destaca laimportancia de los medios en la percepcin de la amenaza de la inseguridad. Hacena la vez una precisin clave: la inseguridad y su percepcin social, generan miedo.

    El anlisis de Rotker sobre la crnica -ese cuento que es verdad segn diraGabriel Garca Mrquez- la emparenta con la oralidad y con los nuevos tejidosde la representacin. El comentario boca a boca que tiene tanta importancia enla narracin social de la seguridad, puesto que la inseguridad ha tocado a todos,tiene en la crnica una forma de presentacin de lo cotidiano que adems poseela propiedad de contar, de transformar los hechos en historias, en relatos de laexperiencia. Y la experiencia es probablemente una de las claves de la narracin dela seguridad. Lo que se cuenta se ha vivido o lo han vivido otros como nosotros. A

    esta unin de medios, experiencia, oralidad y miedos, se refiere Rossana Reguillo:Creo que los medios, especialmente la televisin, han sido capaces de recuperar elhabla mtica del pueblo, en el sentido de jugar con las ganas de experiencia, conla necesidad de un mundo trascendente que est por encima de lo experimentadoy que sea, paradjicamente, experimentable a travs del relato de los miedos enlos medios. Por ello, pienso, lejos de debilitarse, los miedos se fortalecen en laampliacin sobrecogedora de su narracin meditica16

    En lo que el cronista cuenta nos podemos ver reflejados, no como una premonicin

    sino como una constatacin, menos fra y ms diciente que las estadsticas, uno de loslenguajes que se han tomado la representacin de la seguridad. El saber racionalsobre la violencia -anota Rotker- est naciendo en parte, si se lo ve de esta manera,de los relatos, de la subjetividad17

    En la presentacin de la Antologa de las grandes crnicas colombianas, compiladapor Daniel Samper Pizano destacaba precisamente que su historia se abra y secerraba con terribles figuraciones de la violencia. Hay algo que me sobresalt alterminar la lectura del libro de Daniel Samper: el comienzo y el fin, las dos primeras

    crnicas y las dos finales son narraciones escalofriantes en que la violencia parecieraapoderarse de nuestro destino como sociedad. En la primera, Pedro de Espinosahabla del oro de Buritaca; en la segunda Pedro de Heredia les cuenta a los reyes susperipecias con los indios. Lo que me llama la atencin es que Heredia siempre lostrata de convencer y estos siempre le huyen. Los indios son los que nunca vuelven,

    LA REPRENSENTACIN MEDIATICA DE LA SEGURIDAD

    16 Rossana Reguillo, La construccin social del miedo. Narrativas y prcticas

    urbanas, En: Susana Rotker, Ciudadanas del miedo, Caracas: Nueva Sociedad,

    2000, pgina 195.

    17Susana Rotker, opus cit, pgina 12.

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    los que siempre huyen. Pero lo hacen porque perciben con claridad las verdaderasintenciones que se esconden detrs de la bondad amaada del conquistador.Hasta que ste, finalmente cansado con tanta necedad, con tanto indio desconfiado,

    creyndoles poner temor hceles poner fuego. El libro se cierra con dos crnicasextraordinarias y tambin terribles: Los Rojas murieron de muerte natural deEduardo Caballero Caldern y La noche qued atrs de Hernando Tllez. El fuegode los conquistadores sobre los pueblos de los indgenas abre un libro que cierra elfuego y la revuelta del 9 de abril.18

    Los medios de comunicacin son, entonces, uno de los lugares de representaciny narracin de la seguridad a travs de la figuracin del delito y los delincuentes, dela expresin de las reacciones de las instituciones del Estado y la sociedad civil, de la

    divulgacin y debate de las polticas pblicas creadas para enfrentar el problema yde los procedimientos para su manejo social y poltico.

    Aunque la seguridad no se circunscribe a la accin delincuencial, sino quese extiende a un concepto mucho ms integral donde uno de los elementoscohesionadores es la convivencia ciudadana, la vida comn en la ciudad, es muyfrecuente encontrar que los medios de comunicacin enfatizan fundamentalmentela visin criminal. Entre otros motivos, porque el crimen tiene la condicin deexcepcionalidad que la noticia requiere para llamar la atencin de los lectores y las

    audiencias. Ambos, crimen y noticia participan paradjicamente de algo comn: dela irrupcin que sobresalta las continuidades de la vida cotidiana.

    5. Prcticas y exploraciones del conflicto en losmedios. La experiencia colombiana

    En los ltimos aos se ha generado un debate relativamente amplio sobre el papelde los medios en la representacin del conflicto armado colombiano. Investigaciones

    y discusiones pblicas, alianzas institucionales e iniciativas de formacin, componenun horizonte -el periodstico- interpelado en el centro de su propia tarea -laconstruccin de informacin- alrededor de un tema clave no slo para los medios,sino especialmente para la sociedad: la guerra.

    Las violencias en Colombia son de diferente naturaleza; mientras algunas desus expresiones ms graves estn vinculadas con el conflicto interno, otras, por el

    18 Germn Rey, Escribir es poblar. Presentacin de la Antologa de grandes

    crnicas colombianas (I) Daniel Samper Pizano, 2003, (indito)

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    contrario, tienen que ver con fenmenos de delincuencia comn. Incluso se afirmaque los segundos reportan muchas ms vctimas que las primeras. Hay tambinhechos criminales que ocupan un umbral en que se encuentran la confrontacin

    blica y la accin de delincuentes comunes, como en el caso por ejemplo, de lossecuestros operados por bandas de los segundos que venden sus vctimas a frentesde la guerrilla.

    Los paramilitares, las guerrillas, los narcotraficantes, los polticos corruptosy las bandas de delincuentes comunes, componen el panorama de los gruposdelincuenciales ms importantes y a los que se les atribuye el mayor nmero dedelitos que se cometen en el pas.

    Varios estudios han tratado de analizar el funcionamiento de los medios antela violencia, por lo menos desde tres perspectivas. En una primera, los textosperiodsticos son la unidad de anlisis; se trata, por tanto, de percibir sus formasde representacin del conflicto, las estructuras narrativas utilizadas, las fuentesde legitimacin de lo dicho. En una segunda, la mirada se posa en las prcticasperiodsticas, es decir en los procesos que estn presentes en la construccin dela informacin sobre la violencia, como por ejemplo, las rutinas periodsticas, losprocedimientos de decisin interna de la noticiabilidad, las asignaciones dentro dela redaccin, las relaciones con los editores y los dueos. En una tercera, se exploran

    las percepciones de los lectores y las audiencias, las diferencias entre la agenda realy la agenda deseada, sus prcticas de consumo.

    En general los estudios han detectado problemas en el nmero y la calidad de lasfuentes, en los procesos de verificacin y contraste de la informacin, en la memoriade los acontecimientos y en la reconstruccin de las realidades de las vctimas. Perotambin se han encontrado problemas en las relaciones con las fuentes, en losmecanismos internos de decisin sobre los enfoques y encuadres de las noticias y en elpredominio del registro noticioso sobre otros gneros que son muy poco utilizados.

    Entre las tendencias ms persistentes en la representacin del conflicto losestudios sealan las siguientes:

    La fruicin del registro. Las cuestiones de la seguridad se han convertido en unode los temas centrales de los medios. En El conflicto armado en las pginas de ElTiempo (2002), se encontr que el 21% del peridico estaba dedicado a noticiasreferentes a confrontaciones blicas, secuestros, toma de poblaciones, masacres yprocesos de negociacin poltica. Pero lo que se destaca es que la narracin de

    todos estos hechos se hace a partir de la noticia, y entre ellas, de las breves. Existeuna suerte de sobre imposicin de hechos delictivos que se acumulan unos sobre

    PRCTICAS Y EXPLORACIONES DEL CONFLICTO

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    otros y que apenas dejan tiempo para distinguir entre ellos y menos para hacerles unseguimiento mucho ms riguroso y menos frentico.

    Los acontecimientos sin memoria. Una de las caractersticas de la informacinsobre temas de seguridad es la ausencia de una memoria que permita reconstruirun relato continuo y coherente. Cada hecho es a la vez nuevo e inmediatamenteviejo, sorpresivo pero a la vez reiterado y sin importancia. Una vez ocurridos loshechos se ejerce una especie de clausura sobre ellos, de cierre que los niega. De estamanera lo que los televidentes o los lectores van recordando son unos esquemasgenricos del crimen: delincuentes expuestos a las cmaras tratando de ocultar suidentidad, lugares con los rastros del crimen, cuerpos annimos, armas decomisadasexhibidas al pblico, prisiones atestadas de presos casi siempre hacinados y algunos

    amotinados.

    La ausencia de contextos. Una de las crticas ms frecuentes a la coberturainformativa de la seguridad es la descripcin de hechos sin contextos, deacontecimientos sin procesos. De esa manera los sucesos aparecen desprovistos dereferencias, ya sean histricas, geogrficas o culturales.

    Los crescendos emocionales de las narraciones. Una particularidad de larepresentacin del crimen es su uso de estrategias narrativas como el suspenso,

    el nfasis en el perfil de los protagonistas, los tonos emocionales de lo narrado,la composicin dramtica del conflicto. En las transmisiones televisivas hay desdedramatizaciones, hasta tratamientos melodramticos de la inseguridad. Sobre esteaspecto habla Carlos Monsivas. En Ciudadana y violencia urbana: pesadillas alaire libre escribe que La estructura del entendimiento de la violencia urbana,se ha dado, a travs de la experiencia personal, de la conversin de la suma deexperiencias colectivas e individuales, en determinismo, y de la versin de algnmodo literaria, que convierte a la violencia en melodrama. Ciertamente los discursos,los reportajes, los anlisis acadmicos, estn teidos de melodrama o formados en

    ese gnero literario o paraliterario. As la imagen de la ciudad indefensa, como elcuerpo atado de la vctima que espera la pualada. As las metforas de las novelasde folletn del siglo XIX en torno de los asaltables, es la categora con que la mayoraaunque no use la palabra se describe a s misma. As, la idea de nuevos crmenes ynuevas formas de violencia19

    19

    Carlos Monsivais, Ciudadana y violencia urbana: pesadillas al aire libre En:Ciudadanas del miedo, Susana Rotker, Caracas: Nueva Sociedad, 2000, pgina

    231.

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    La opacidad de los hechos. La transparencia no es precisamente unacaracterstica de los hechos delictivos, rodeados de zonas ocultas, personajes en laspenumbras, motivos desconocidos y huellas desaparecidas. A esta atmsfera opaca

    se suma muchas veces el manejo de la informacin con sus versiones a medias, susrelatos rotos, sus nfasis injustificados o la manipulacin desde los intereses. Estecarcter ambiguo, confuso, es muy importante para estudiar la informacin sobrelos temas de seguridad y encontrar estrategias serias de tratamiento por parte decomunicadores y periodistas.

    La criminalizacin del otro. Al recorrer los textos mediticos es posible percibirdesde la estereotipia del crimen y del criminal, hasta las formas de discriminacincon las que se miran determinados sectores de la sociedad, grupos excluidos,

    poblaciones que se denominan como vulnerables. Hay unos ciertos a priori delas noticias que juegan poderosamente en la reconstruccin del crimen y en laescenificacin de los quiebres de la convivencia: la vida en los barrios populares, losmigrantes, los jvenes desempleados y pobres, los grupos marginales (por ejemplo,drogadictos o mendigos).

    La sobre valoracin de lo inseguro. Una de las crticas ms frecuentes a losmedios es la creacin de sensaciones de inseguridad, generando alarma, dndole unexcesivo protagonismo a los victimarios, destacando lo execrable de los hechos.

    6. Las pruebas de la infamia, las traigo en lamaleta

    Existen rasgos comunes en el panorama de la seguridad ciudadana en AmricaLatina. Los delitos son bastante similares, concentrados fundamentalmente en elhomicidio, el hurto a personas, los delitos sexuales y el secuestro, as sus contextos,causas, porcentajes y tasas de crecimiento sean muy diferentes; la sensacin de

    inseguridad, por su parte, es muy fuerte en algunos pases y genera preocupacionesa ciudadanos y gobiernos. Sin embargo, las formas de representacin meditica dela seguridad y sus procedimientos narrativos difieren radicalmente. El paisaje tienesimilitudes, pero su dibujo, su cartografa, es sensiblemente diferente.

    Como lo seala Elas Carranza (2004), la frecuencia delictiva en Amrica Latinaes ms alta, est en ascenso y se ha agravado a partir de los aos 80. Segn el mismoautor, en la ltima dcada se registra un incremento de las tasas de delito contrala propiedad y contra las personas, as como modalidades de mayor violencia y uso

    de armas al cometerlos. Mientras crece el secuestro, particularmente el llamadosecuestro express en Argentina, Mxico o Colombia, los delitos sexuales clsicos

    LAS PRUEBAS DE LA INFAMIA

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    (estupro, violacin, abuso deshonesto) registran un incremento estadstico, segnalgunos por la reduccin de la cifra negra u oculta.

    7. La crnica roja en el pasadoHay entonces diferencias y transformaciones importantes en la representacin

    informativa de la seguridad en los peridicos latinoamericanos.

    Una primera es el lugar y la forma de construccin de las noticias de seguridad.Se ha pasado de la crnica roja o del periodismo de baranda al periodismo judicial yel cambio no es de poca monta; en realidad, se han transformando las expectativasde la sociedad sobre el delito, la naturaleza de las fuentes, el procesamiento de la

    informacin que se divulga, las modalidades de los crmenes, el perfil de los actoresy las interacciones entre el delito y otras esferas de la informacin.

    El delito ha aumentado asombrosamente en las ltimas dcadas y la sociedadno cesa de mostrar su temor y desaprobacin; las fuentes de la informacin se haninstitucionalizado y la propia informacin se ha convertido en una dimensin clavede las polticas de seguridad, la visibilidad de crmenes y criminales y las protestas dela ciudadana. A medida que se consolidan los gobiernos civiles -dice Elas Carranza-la exposicin de los funcionarios pblicos en la prensa aumenta, y en alguna medidala impunidad es menor (2004: 55). Los crmenes han variado tambin y hay algunosque aparecen con ms frecuencia en las pginas de los peridicos o en los noticierosde televisin; por ejemplo, los juicios a gobernantes y polticos, los procesos porcorrupcin, los delitos asociados al narcotrfico y los delitos econmicos.

    En el fondo hay una profunda transformacin de la sociedad en que se cometenlos delitos, as como una variacin radical de la vida urbana a la que hoy suelenestar asociados y las formas como se narran pblicamente. El periodismo de barandaresponda a sociedades ms pequeas, en que las ciudades eran abarcables y lasnoticias, de un asesinato o de un robo, resultaban sorpresivas y excepcionales. Elcrimen rompa la monotona de los habitantes de la ciudad y los medios competancon la murmuracin y el chisme. Pero, poco a poco, las ciudades fueron creciendo,se tornaron ms complejas e inabarcables, se rompieron los lazos tradicionales devecindad y la anomia reemplaz a la cohesin social. Si en el pasado las ciudadeseran de conocidos, las urbes empezaron a entronizar el desconocimiento, ladistancia.

    La ciudad del pasado poda ser aprehendida por sus habitantes, mientras que ladel presente apenas es reconocida en los lugares ms prximos. Hay zonas enterasde la ciudad que sus habitantes nunca conocen y que se convierten casi siempre

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    en referencias imaginarias, algunas determinadas precisamente por su peligrosidad.El periodista de la crnica roja recoga sus casos con un trabajo de campo que separeca mucho al del detective, y como ste, era una suerte de outsider, de extrao.

    La excepcionalidad del acontecimiento permita que se compusiera un relatoextendido, donde los indicios, el pasado, la situacin de la vctima, los motivosdel delito o la descripcin interior del victimario eran importantes. En la ciudad,en cambio, la baranda desapareci y el trabajo de campo se fue disminuyendopaulatinamente porque la informacin se atiene a la formalizacin del delito, esdecir, al denso engranaje de la investigacin criminal, mediada por institucionescomo las fiscalas, los jueces, los organismos de seguridad o la polica. La pesquisadirecta del crimen, especialmente del asesinato, ha sido reemplazada por la versin

    indirecta y oficial del delito, por la mediatizacin del crimen. En cambio otras clasesde delitos, como por ejemplo los econmicos y la corrupcin, atraen a los periodistasinvestigativos mucho ms que los delitos comunes, posiblemente por sus tramas,ms amplias y ms extendidas en la sociedad (generalmente se involucran polticos,empresarios y hasta gente de la farndula). El narcotrfico vincula franjas enteras dela sociedad que unen a gobernantes con policas, reinas de belleza con traficantes dearmas, delincuentes comunes con equipos de ftbol.

    Las secciones de justicia trabajan fundamentalmente a partir de los informes,

    boletines y hasta noticias filtradas por ese entramado institucional, que ademsgenera en muchas ocasiones relaciones de dependencia con los periodistas. Sepueden obtener datos si se cumplen ciertas reglas de relacin con las fuentes. Losinformantes ya no son los de los bajos fondos, sino los que descubren las artimaasde los delincuentes de cuello blanco.

    La excepcionalidad del delito se convierte en el ambiente delictivo en el queviven inmersos los ciudadanos. Los crmenes que narraban los cronistas de lacrnica roja dejaron de ser hechos excepcionales para convertirse en posibilidades

    que cualquiera podra vivir. Uno de cada cinco salvadoreos ha estado expuestoa situaciones de inseguridad de diverso tipo. Como lo recuerdan Villa, Snchezy Jaramillo (2003) hasta mediados del siglo XX, el atraco en Medelln estuvovinculado al trnsito por calles solitarias y mal iluminadas, pero su generalizacin yasociacin con la muerte violenta motiv su reconocimiento como primera causade inseguridad urbana (2003: 34). El crimen como hecho de excepcin se hacambiado por el delito como acontecimiento cotidiano. Si en el pasado el crimennarrado por los medios perteneca a un mundo extrao, anormal, ahora salta almundo cercano, a la experiencia normal. No haber sido asaltado, robado o agredidoes una rara curiosidad y casi una temerosa premonicin. Sin embargo, Como lasgrandes ciudades estn concentrando ms de la mitad de los delitos en la mayora

    LA CRNICA ROJA EN EL PASADO

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [29

    ]

    de los pases, -escribe Susana Rotker- raro es el habitante de una de las grandesciudades que no tenga ya un traumatizado relato acerca de agresiones varias y sulista de advertencias de cmo circular por las calles cuando no hay ms remedio,

    es decir, todos los das20

    Desde la orilla del periodismo se debe sealar que el trabajo sobre seguridad

    conlleva una serie de riesgos en la construccin de la noticia: uno es la premurapara publicar lo que suele estar lleno de confusiones, primeras versiones, indiciospara la investigacin. Otro, la influencia desmesurada de la polica y el hecho deque hay que publicar relativamente rpido lo que generalmente es un proceso lento.El policial es un relato sobre el crimen y la verdad. Quizs en esta definicin deLink est condensada buena parte de las exigencias y las dificultades de representar

    mediticamente un delito. Es, siguiendo su reflexin, la narracin de un enigma. Yhay, por supuesto, mucha distancia entre los hechos de los que supuestamente hablanotras secciones del peridico y los enigmas. Si hay verdad (y no importa de quorden es esa verdad), debe haber alguien encargado de comprenderla y revelarla allector. Es el caso del detective, un elemento estructural inevitable en la constitucindel gnero. El detective, como seala Lacan, es el que ve lo que est all pero nadieve: el detective, podra decirse, es quien inviste de sentido la realidad brutal delos hechos, transformando en indicios las cosas, correlacionando informacin que

    aislada carece de valor, estableciendo series y rdenes de significados que organizaen campos 21. El problema es que los periodistas judiciales muchas veces se apegana uno de los polos del conflicto que narran la ley y dejan a un lado el otro: la verdad.Que es menos taxativa y mucho ms opaca.

    8. Los miedos de la ciudadLos cambios urbanos, las modificaciones consecuentes de los sistemas de

    control social y de justicia, el poblamiento por otros medios del paisaje meditico,la reasignacin temtica en las salas de redaccin han cambiado radicalmentela representacin y las narrativas del delito. Pero sobre todo han influido lasmodificaciones de la vida en la ciudad, que adems necesita de los medios paraaprehenderse cognitiva y emocionalmente, para guiar las orientaciones del ciudadanoen sus mapas reconfigurados. Hoy la ciudad se vive esencialmente a partir de lo que

    20 Susana Rotker, Ciudadanas del miedo, Caracas: Nueva Sociedad, 2000,

    pgina 10.

    21 Daniel Link, Cmo se lee, Buenos Aires: Norma, 2003, pginas 103 y 104.

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    30]

    cuenta de ella en discursos y en imgenes -sostienen Sandra Gayol y Gabriel Kessleren la introduccin de su libro Violencia, delitos y justicias- y no como ocurra porejemplo en Buenos Aires a fines del siglo XIX, a partir de experiencias de encuentros

    y de comunicacin en interacciones cara a cara. En la actualidad, los relatos sobre laciudad provienen esencialmente de los medios masivos de comunicacin, la prensay la televisin, medios que como muestra Martini en su trabajo, construyen buenaparte de su agenda de informacin periodstica sobre la base del mundo del delitoy del crimen. De este modo las interacciones estn en buena medida prefiguradaspor las imgenes mediticas de aquellos con quienes nos cruzamos en la ciudad:intentamos saber de antemano la peligrosidad por sus rasgos, su sexo, su edad, suaspecto y su presunta ubicacin social22.

    Jess Martn Barbero ha escrito que no podemos comprender la envergadurade los nuevos miedos refirindolos nicamente al aumento de la violencia, de lacriminalidad y de la inseguridad en las calles. Los miedos son expresin de lo quellama, angustia cultural, generada por la prdida de arraigo colectivo en ciudadesque destruyen todo paisaje de familiaridad, por la manera como la ciudad normalizalas diferencias y por el orden que impone la ciudad (Jess Martn Barbero, 2000).Rossana Reguillo, a su vez, habla de miedo al desorden, a la desestructuracin de loconocido, al otro distinto, a la contaminacin cultural y a la prdida de la tradicin

    (Reguillo, 2000).Tambin hay una representacin periodstica de la ciudad asociada al crimen,

    que conforma lo que diferentes autores han llamado, las cartografas del miedo.Carlos Monsivas dice que no se puede exagerar o minimizar el papel de la violenciaurbana. Ha recompuesto, y con vandalismo, el mapa de la ciudad transitable,atrae la obsesin informativa de la sociedad entera, vuelve central el tema de ladescomposicin social (Notas sobre violencia urbana, Letras Libres, Mxico,pgina 39).

    22 Sandra Gayol y Gabriel Kessler, Violencia, delitos y justicias en la Argentina,

    Buenos Aires: Manantial, 2002, pgina 15.

    LOS MIEDOS DE LA CIUDAD

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [31

    ]

    REPRESENTACIN Y NARRATIVASMEDITICAS DE LA (IN)SEGURIDAD

    CIUDADANA (El estudio)

    [ TEXTO ]

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    32]

    1. Una aproximacin a la representacin mediticade la seguridad ciudadana en catorce peridicos deamrica latina

    El Centro de Competencia en Comunicacin C3 de la Fundacin FriedrichEbert realiz una investigacin de carcter exploratorio con una muestra al azarde los peridicos de Amrica Latina, cuya primera intencin era la consolidacinde un paisaje de tendencias. El Estudio cubri 9 Pases: Chile, Argentina, Brasil,Per, Colombia, Venezuela, Salvador, Costa Rica, Mxico. 14 peridicos: Chile: ElMercurio / Argentina: El Clarn y La Nacin / Brasil: La Folha de Sao Paulo / Colombia:El Tiempo y El Colombiano / Venezuela: El Nacional / Mxico: El Universal / Per:El Comercio / Costa Rica: La Nacin y La Prensa Libre / El Salvador: El diario de Hoy,

    El mundo y La prensa grfica. 795 piezas periodsticas durante 15 das entre el 20 denoviembre y el 6 de diciembre de 2004.

    Se hizo una lectura del contenido de las noticias referidas especficamente ala seguridad ciudadana, centrando la mirada particularmente en los delitos y enla divulgacin de las polticas pblicas de seguridad. Es evidente que por laslimitaciones de la muestra, los resultados son apenas pistas provisionales paraun estudio mucho ms detenido.

    PeridicoNo.Peridicos

    Analizados Fechas

    El Tiempo 15 20 nov 15 dic 2004

    El Colombiano 15 20 nov 15 dic 2004

    El Comercio 15 20 nov 15 dic 2004

    El Nacional 15 20 nov 15 dic 2004

    El Universal 6 26, 11 de nov 1,5,8,9, 19 de dic

    El Mercurio 12 22,24,25, 26, de nov y 1,3,6,9,10 y 13 de dic.La Nacin 10 20,21,23,27,28 de nov y 2,3,4,5,6,7 de dic.

    Clarn

    1120,21,23,27,28 de noviembre y

    La Folha

    1120,24,25,26,28,29 de dic y

    2,6,9,10,12,16 de diciembre

    La Nacin de Costa Rica 15 20 de nov 15 de dic de 2004

    La Prensa Libre de Costa Rica 15 20 de nov 15 de dic de 2004

    El Mundo de El Salvador 15 20 de nov 15 de dic de 2004

    El Diario de Hoy (El Salvador) 15 20 de nov 15 de dic de 2004

    La Prensa Grfica (El Salvador ) 15 20 de nov 15 de dic de 2004

    TOTAL DE PIEZAS PERIODSTICAS ANALIZADAS 795

    2,3,4,5,6,7 de diciembre.

    EL ESTUDIO

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [33

    ]

    A. Construccin informativa

    En el recuento de todas las informaciones registradas sobre inseguridad en el estudio, los diarios de ElSalvador (Diario de Hoy y La Prensa Grfica) marcan los mayores porcentajes, seguidos de Argentina (ElClarn) y Per (El Comercio). Un dato interesante para analizar es el poco registro en Mxico, Colombia yBrasil: Tal vez en estos pases existan problemas ms graves que oscurecen los de inseguridad cotidiana?.

    1. Promedio de Informaciones

    2. Promedio de Informaciones Diarias

    El Diario de Hoy de El Salvador registra el mayor nmero de informaciones diarias en el monitoreo,

    seguido del Clarn de Buenos Aires, La Prensa grfica (nuevamente de El Salvador) y El Comercio deLima. Llama la atencin el bajo porcentaje de los peridicos colombianos en los que el delito comn escooptado por el desarrollo de la guerra.

    3,5%

    6,4%

    4,4%

    7,0%

    12,0%

    17,0%

    6,8%

    3,9%

    4,0%

    10,0%

    5,4%

    6,2%

    10,0%

    3,9%

    0% 2% 4% 6% 8% 10% 12% 14% 16% 18%

    El Universal (Mex)

    La Nacin (CR)

    La Prensa Libre (CR)

    El Mundo (Sal)

    a Prensa Grfica (Sal)

    Diario de Hoy (Sal)

    El Nacional (Ven)

    El Tiempo (Col)

    El Colombiano (Col)

    El Comercio (Per)

    El Mercurio (Chi)

    La Nacin (Arg)

    Clarn (Arg)

    La Fohla (Bra)

    4,6%

    4,9%

    3,0%

    4,0%

    7,0%

    10,0%

    3,6%

    2,0%

    2,1%

    5,2%

    3,5%

    4,9%

    7,1%

    2,8%

    0% 2% 4% 6% 8% 10% 12%

    El Universal (Mex)

    La Nacin (CR)

    La Prensa Libre (CR)

    El Mundo (Sal)

    a Prensa Grfica (Sal)

    Diario de Hoy (Sal)

    El Nacional (Ven)

    El Tiempo (Col)

    El Colombiano (Col)

    El Comercio (Per)

    El Mercurio (Chi)

    La Nacin (Arg)

    Clarn (Arg)

    La Fohla (Bra)

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    34]

    4. Ubicacin de las Piezas segn las Secciones

    Los periodistas suelen firmar las notas, aunque es alto el porcentaje que no revela su autor y que podra estarasociado a polticas del medio o a percepciones de riesgo.

    3. Autora de las Piezas Periodsticas

    46,3%

    4,0%5,4%

    6,5%

    37,1%

    1,0%

    0%

    5%

    10%

    15%

    20%

    25%

    30%

    35%

    40%

    45%

    50%

    Periodista Unidad -

    Medio

    Corresponsal Agencia de

    Prensa

    Sin Firmar Otros

    11,0%

    24,0%

    4,0%

    6,0%

    10,0%

    44,0%

    4,0%

    3,6%

    0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40% 45% 50%

    1ra Pgina

    Nacin

    Poltica

    Internacional

    Local

    Justicia - Judiciales

    Pginas Editoriales

    Otros

    La seccin de justicia es definitivamente la que recoge la mayor cantidad de noticias sobre seguridad

    ciudadana. Nacional asume normalmente la informacin regional y lo local cobra progresiva importancia. La

    proporcin en primera pgina de las noticias de seguridad ciudadana es significativa.

    EL ESTUDIO

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [35

    ]

    5. Ubicacin de la informacin en la primera pgina

    Los peridicos que tienen ms informacin sobre seguridad no son necesariamente los que ubican estaclase de noticias en la primera pgina. Hay dos peridicos que cumplen estas caractersticas: el Diario deHoy de San Salvador y El Comercio de Lima. Sobresale, sin embargo, El Nacional de Caracas.

    9,4%

    2,4%

    0,0%

    5,8%

    9,4%

    20,0%

    9,4%

    2,4%

    2,4%

    15,3%

    2,4%

    2,4%5,0%

    1,2%

    0,0% 5,0% 10,0% 15,0% 20,0% 25,0%

    El Universal (Mex)

    La Nacin (CR)

    La Prensa Libre (CR)

    El Mundo (Sal)

    La Prensa Grfica (Sal)

    Diario de Hoy (Sal)

    El Nacional (Ven)

    El Tiempo (Col)

    El Colombiano (Col)

    El Comercio (Per)

    El Mercurio (Chi)

    La Nacin (Arg)Clarn (Arg)

    La Fohla (Bra)

    El homicidio comn es el gran tema de la seguridad ciudadana en las primeras pginas de los peridicos analizados.A una importante distancia estn el hurto personal y la divulgacin de las polticas de seguridad. Las violaciones yel abuso de menores son tambin delitos que aparecen en el registro noticioso de la primera pgina.

    6. Temticas de la Informacin en la Primera Pgina de los diarios

    10,5%

    2,4%

    1,2%

    45,9%

    2,4%

    15,3%

    2,4%

    1,2%

    1,2%

    5,9%

    1,2%

    1,2%

    5,9%

    4,7%

    0 % 5 % 10 % 15 % 20 % 25 % 30 % 35 % 40 % 45 % 50 %

    Polticas de seguridad

    Secuestro

    Extorsin

    Homicidio comn

    Lesiones comunes

    Hurto a personas

    Atentado

    Hurto a comercio

    Hurto a vehculos

    Abuso a menores

    Piratera

    Hurto a entidades

    Violaciones

    Otros

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    36]

    7. Genero de las piezas periodsticas

    Como se ha constatado en otros estudios los gneros periodsticos tambin estn concentrados en la noticia.Se echa de menos la presencia de otros gneros como la crnica, el reportaje o el anlisis.

    8. Epicentro de los acontecimientos

    Los acontecimientos presentados por los peridicos suceden fundamentalmente en las grandes ciudades. Elescenario es, entonces, fundamentalmente urbano.

    62,1%

    20,6%

    0,3%

    0,3%

    3,3%

    3,0%

    3,0%

    0,8%

    0,5%

    4,4%

    0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70%

    Noticia

    Breve

    Reportaje

    Perfil

    Crnica

    Anlisis

    Informe especial

    Entrevista

    Resea

    Opinin

    22%

    6,5%

    14%

    45,8%

    5,8%

    3,6%

    2,1%

    0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40% 45% 50%

    No especifica

    Zonas rurales

    Municipios

    Ciudades capitales

    Dptos - Regiones

    Pases lat

    Otros

    EL ESTUDIO

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [37

    ]

    9. Recursos visuales

    47,4%51,3%

    1,4% 2,3% 1,4%

    0%

    10%

    20%

    30%

    40%

    50%

    60%

    No hay

    imgenes

    Fotografa Grfico -Tabla Infografa Dibujo

    10. Sujetos de las imgenes

    Aunque a veces aparecen iconografas acompaando la informacin sobre delitos, la expresin visualms utilizada es la fotografa. Que adems en algunos casos, tiene un papel protagnico y no meramente

    ilustrativo. Las vctimas ocupan el primer lugar en esta iconografa del delito. Tambin llama la atencin quela fuerza pblica aparece con un alto porcentaje, indicando la fuerte oficializacin de la informacin y lainstitucionalizacin de las fuentes.

    31,60%

    6,90%

    0,40%

    22,00%

    23,80%

    0,70%

    11,30%

    0,50%

    16,40%

    4,90%

    0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35%

    Vctimas

    Sujetos sociales

    Org. sociales

    Presuntos - Sindicados

    Fuerza pblica

    Especialistas

    Funcionarios del Estado

    Testigos

    Lugares - Objetos

    Otros

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    38]

    B. Asuntos de la informacin

    11. Temtica de la informacin

    El homicidio, el hurto a personas y los delitos sexuales ocupan los primeros lugares en la informacin

    periodstica de la seguridad ciudadana. El secuestro ha ido acrecentando su presencia en los medios.

    12. Promotores de las polticas de seguridad

    Las polticas de seguridad estn en manos de la polica. Llama la atencin, sin embargo, la poca presenciameditica de la sociedad civil y de los gobiernos nacionales y locales.

    7,5%

    0,9%

    38,5%

    7,2%

    1,1%

    14,6%

    2,4%

    1,8%

    1,4%

    1,3%

    1,5%

    6,4%

    4,7%

    4,0%

    4,3%

    0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40% 45%

    Secuestro

    Extorsin

    Homicidio comn

    Lesiones comunes

    Hurto a residencias

    Hurto a personas

    Hurto a comercio

    Hurto a vehculos

    Atentado

    Piratera terrestre

    urto a entidades financieras

    Violaciones

    Abuso de menores

    Otros

    No aplica

    1,6%

    1,6%

    0,9%

    24,8%

    0,3%

    3,0%

    2,1%

    0,8%

    0,3%

    0% 5% 10% 15% 20% 25% 30%

    Gobierno nacional

    Gobierno regional

    Gobierno local

    Polica

    Fuerzas militares

    Sociedad civil

    rganismo de seguridad del Estado

    Organizaciones internacionales

    Otros

    EL ESTUDIO

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [39

    ]

    13. Temticas de las polticas de seguridad

    Llevar a los delincuentes a la crcel es el centro de las polticas de seguridad presentadas por los peridicosanalizados, mientras que educar, mejorar la justicia o generar empleo aparecen francamente desdibujados.

    58,2%

    35,4%

    4,3%

    5,0%

    5,0%

    5,4%

    0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70%

    Llevar a la crcel a los

    delincuentes

    umentar la seguridad

    Disminuir los delitos

    Mejorar la justicia

    ducar a la gente - Gen.

    empleo

    Cualificar la polica

  • 7/31/2019 Deli to Final

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    40]

    C. Caracterizacin del delito y sus protagonistas

    14. Momento en que se presenta el delito

    15. Promedio de edad del victimario 31 aos

    16. Sexo del victimario

    5%

    35%

    90%

    0%

    10%

    20%

    30%

    40%

    50%

    60%

    70%

    80%

    90%

    100%

    Femenino Masculino No aplica/ no especifica

    7,6%

    31,7%

    3,9%

    38,6%

    12,4%

    4,9%

    1,6%

    0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40% 45%

    Inicio del delito

    Captura de los

    delincuentes

    Fuga de los

    delincuentes

    El delito es

    denunciado

    Juicio a los

    delincuentes

    Investigacin

    Otros

    En general, como se observa en estas y otras grficas posteriores, el victimario mostrado por los peridicos (en los casosen que s aparece), suele ser hombre adulto, de clase popular. Las mujeres y los jvenes aparecen mucho menos.

    EL ESTUDIO

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    41/70

    EL CUERPO DEL DELITO

    [41

    ]

    17. Caractersticas del protagonista del delito

    18. Otras referencias al protagonista del delito

    17,5%

    6,5%

    1,1%

    1,9%

    1,8%

    69,8%

    0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80%

    Adulto hombre

    Joven hombre

    Joven mujer

    Adulto mujer

    Adulto mayor hombre

    No especfica

    16,5%

    3,8%

    0%

    2%

    4%

    6%

    8%

    10%

    12%

    14%

    16%

    18%

    Miembro de grupo delincuencial Miembro de grupo policial

  • 7/31/2019 Deli to Final

    42/70

    42]

    19. Clase social del victimario

    93,0%

    5,0%1,0% 1,0%

    0%

    10%

    20%

    30%

    40%

    50%

    60%

    70%

    80%

    90%

    100%

    No especifica Clase Popular Clase Media Clase Alta

    20. Promedio de edad de la vctima 28 aos

    5%

    35%

    90%

    0%

    10%

    20%

    30%

    40%

    50%

    60%

    70%

    80%

    90%

    100%

    Femenino Masculino No aplica/ no especifica

    21. Sexo de la vctima

    Las vctimas tal como lo presentan los medios, son fundamentalmente hombres jvenes.

    EL ESTUDIO

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [43

    ]

    22. Caractersticas del protagonista del delito

    23. Presentacin informativa de la vctima

    2,5%

    3,8%

    4,2%

    5,5%

    7,5%

    19,1%

    4,1%

    2,3%

    1,4%

    0% 5% 10% 15% 20% 25%

    No aplica

    Nio

    Nia

    Joven mujer

    Joven hombre

    Adulto hombre

    Adulto mujer

    Adulto mayor hombre

    Adulto mayor mujer

    4,5%

    4,7%

    31,2%

    0,3%

    5,9%

    53,3%

    0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%

    La vctima concede

    declaraciones

    La vctima es

    liberarada

    La vctima es

    asesinada

    La vctima se fuga

    La vctima es herida

    No especifica

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    44]

    24. Clase social de la vctima

    25. Lugar del delito

    La calle, mbito pblico, es el lugar que se identifica en los medios como lugar del delito.

    81,0%

    9,0%7,0%

    3,0%

    0%

    10%

    20%

    30%

    40%

    50%

    60%

    70%

    80%

    90%

    No especifica Clase popular Clase media Clase alta

    23,8%

    8,9%

    2,4%

    6,0% 6,0%

    41,4%

    0%

    5%

    10%

    15%

    20%

    25%

    30%

    35%

    40%

    45%

    Calle - Va

    pblica

    Casa Barrio Veredas Otros No aplica

    EL ESTUDIO

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [45

    ]

    D. Fuentes de la informacin

    26. Fuentes de la informacin

    27. Fuentes de la informacin

    Las noticias tienen muy pocas fuentes, que adems estn centradas en el gobierno y la polica. El delito esmirado fundamentalmente desde las instancias institucionales.

    44,9%

    55%

    0%

    10%

    20%

    30%

    40%

    50%

    60%

    Piezas perio dsticas sin fuentes Piezas perio d sticas co n fuentes

    5,2%

    10,2%

    31,9%

    6,5%

    12,0%

    34,2%

    0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 40%

    Testigos

    Poder judicial

    Polica

    Vctimas

    Academia -

    Investigadores

    Gobierno - Estado -

    Otros

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    46]

    Sobre los resultados

    Un primer rasgo que permite deducir el monitoreo de noticias sobre seguridad hechoen 14 peridicos latinoamericanos (apenas provisional y de enunciacin preliminarde algunas grandes tendencias para la discusin) es el protagonismo del tema en losperidicos de El Salvador. En efecto, dos de ellos, el Diario de Hoy que en el perodo

    analizado le dedic un gran despliegue a la inseguridad de las fronteras centroamericanasy La Prensa Grfica, cuyo anlisis ms pormenorizado se destaca en este texto msadelante, encabezan la lista de peridicos con ms noticias sobre el tema.

    Los peridicos centroamericanos son seguidos por el Clarn de Buenos Airesy El Comercio de Lima. Y entre los diarios con volumen de noticias ms bajossobre seguridad estn El Universal de Ciudad de Mxico, El Tiempo de Bogot yEl Colombiano de Medelln junto con la Folha de Sao Paulo. Peridicos adems decuatro ciudades que tienen problemas candentes de seguridad.

    El contraste entre el Clarn y La Nacin, de Buenos Aires, es evidente, no sloen la cantidad de informacin sobre crmenes y delitos, sino sobre todo en elenfoque de la informacin y la particularidad de sus narrativas. En uno de los pasesen que ha crecido la preocupacin social por los asuntos de la seguridad urbana-Argentina- se perfila un diario (Clarn) que le concede gran importancia al relatode los delitos, pero que a diferencia, por ejemplo, de los diarios salvadoreos, nose concentra en el simple registro de los acontecimientos, sino que estructura unaforma de narrar cercana a la crnica roja, mesurado en su representacin visual del

    crimen pero prolijo, casi hasta la exageracin, en la narracin de sus circunstancias,las motivaciones, la presentacin de la vida de las vctimas, la elaboracin de unamemoria de los hechos y sobre todo la relevancia de los cuerpos en los que seinscriben los rastros del crimen.

    El caso colombiano es sorprendente. El pas tiene desde hace aos unosporcentajes significativamente altos de criminalidad, pero en los que el conflictoarmado interno, con sus secuelas de homicidios, masacres y secuestros, no lograsuperar, segn los expertos, los delitos cometidos por la delincuencia comn. Yaunque las estadsticas han tendido a disminuir durante las ltimas alcaldas en Bogoty la ms reciente en Medelln, el problema sigue siendo importante. Sin embargo el

    SOBRE LOS RESULTADOS

  • 7/31/2019 Deli to Final

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    EL CUERPO DEL DELITO

    [47

    ]

    trfago de la guerra devora la representacin del delito comn; el crimen se disuelveen medio de la terrible avalancha de los muertos en las confrontaciones blicas o enlos ataques de los diferentes actores armados a la poblacin civil, lo que ha llevado

    a decir a estudiosos del conflicto colombiano como Daniel Pcaut, que el pas viveuna guerra contra la sociedad. El crimen, contado en sus tramas dramatrgicas, conactores que aparecen y se difuminan de acuerdo con el avance de las investigacionesy la contundencia de las pruebas, cede ante el crimen como hecho generalizado,persistente y continuado. No hay tiempo ni relato para la presencia constante dela muerte, para una trama en que las personas son diferentes pero las estrategiasguerreras similares y en las que el asesino es rpidamente identificado con cualquierade los grupos ilegales. Mientras que el crimen comn resalta por su excepcionalidad,

    el crimen de la guerra muy pronto se olvida y entra a engrosar las largas filas de loscados en un combate que muchas veces no les pertenece.

    En un 45,8% las ciudades capitales son el epicentro de los acontecimientosdelictivos narrados por los peridicos. Slo un 6,5% de los delitos contadosmediticamente suceden en el campo, un porcentaje que asciende notablementeen la prensa de El Salvador.

    La topologa del delito en los peridicos se ubica principalmente en las secciones dejusticia, seguidas por la informacin nacional, la primera pgina y la informacin local.

    La topologa del delito tiene que ver con la topografa de la informacin: la nacinrecoge tradicionalmente a las regiones y lo local toma auge en la informacin, inclusivede los peridicos nacionales. Como se comprob en el anlisis de La Prensa Grfica,los departamentos o las regiones son representadas centralmente por los delitos quese cometen en ellos, dando razn a las permanentes quejas de sus pobladores quesealan esta mirada restringida y discriminadora de los peridicos metropolitanos