Chris Wickham Comprender lo cotidiano antropología social e historia social. En Revista Historia Social, Nº3, 1989..pdf

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  • Comprender lo cotidiano: antropologa social e historia socialAuthor(s): Chris Wickham and Ma. Jess SalvadorSource: Historia Social, No. 3 (Winter, 1989), pp. 115-128Published by: Fundacion Instituto de Historia SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/40340534 .Accessed: 31/07/2011 23:07

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  • COMPRENDER LO COTIDIANO: ANTROPOLOGIA SOCIAL

    E HISTORIA SOCIAL1

    Chris Wickham

    El articulo de Charles Radding que ha aparecido recientemente en Quaderni Storici (n. 57, 1984) hace varias propuestas sobre los modos con que los historiadores pueden sacar mayor provecho de la antropologia. Exhorta a los historiadores, con cierta amargura y realmente casi en vano, a hacerse mas teoreticamente explfcitos o por lo menos mas teoreticamente conscientes. De otro modo la alternativa sera pura confusion: en efecto, saquean parrafos de este o de aquel fragmento de analisis antropologico basados a menudo en fundamentos teoricos irreconciliables. En esto Radding tiene perfecta razon, el problema que todavia esta por resolver es como ir adelante. Ciertamente no nos faltan exhortaciones de los teoricos sobre la unidad de las ciencias sociales, incluida la historia; pero la manera efectiva con que estas disciplinas pueden homogeneizarse muy raramente se explicita a fondo. No es que sea facil. Todas las ciencias sociales, economia, antropologia o sociologia, como las demas, estan quebradas por contrastes epistemologicos fundamentales. El que no es especialista, desde el exterior, se orienta con mucha dificultad y, en el mejor de los casos, corre el riesgo de elegir argumentaciones que le son personalmente familiares independientemente de su plausibilidad en el conjunto del contexto disciplinal o, en el peor de los casos, de comprenderlo todo mal. Naturalmente esto tambien le sucede al que no es historiador pero se interesa por la historia, y la tarea del no-historiador, realmente, no esta agilizada por la falta de entusiasmo de los historiadores para discutir (o, a menudo, incluso para admitir) la existencia de diferencias metodologicas. A veces esto depende de un eclecticismo deseable por parte de los historiadores, pero muy frecuentemente tiene su origen en la sensation que la naturaleza de la investiga- tion historica sea obvia por si misma y no sea necesario hacerla explicita, y ni siquiera defenderla: las discusiones metodologicas se convierten asi en un tipo de errores de categoria, pertenecientes mas a las disciplinas filosoficas, y los historiado- res, a menudo, se presentan solo como a ejercicios retoricos, para iniciar o concluir libros que tratan algo completamente diferente. 2

    Justamente por esto (aclemas de las dificultades intrinsecas de la empresa) yo ni siquiera voy a intentar formular teorias de la historia coherentes con la antropologia que quiero discutir. Ni tampoco es mi intention definir la antropologia en su

    Quaderni Storici 60, a. XX, n. 3, diciembre de 1985. 1 Doy las gracias a Rodney Hilton, George McLennan, Elizabeth Tonkin y Janet Wilhmson que nan

    leido y discutido versiones de este texto. Tambien doy las gracias al seminario de Michele Luzzati en la Scuola Normale Superiore de Pisa, donde lei una primera version de este ensayo en abril de 1984, por la util discusion que me sirvio de gran ayuda.

    2 C. Radding, "Antropologia e storia ovvero il vestito nuovo dell imperatore , en Quaderni Storici, n. 57, 1984, pags. 971-984. La practica de los historiadores es muy parecida a una version de la "doxa" de Pierre Bourdieu: cf. P. Bourdieu, Esquisse d'une theorie de la pratique, Geneve-Paris, 1972, pags. 162-174. 115

  • totalidad para presentarla como una disciplina que ofrece coherencias paralelas y cualidades de reciproca interaction con la historia.

    Por el contrario mi intencion es llevar a cabo incursiones en algunos terrenos que la antropologia especificamente puede aclarar para nosotros, dados los puntos de vista que implican y dada la propia experiencia de esta disciplina basada en la compara- cion sistematica. Mas concretamente mi intencion es discutir un niimero limitado de ejemplos precisos en los que la historia pueda usar ejemplificaciones antropologicas con resultados positivos. Estos iran unidos, sobre todo, a los conceptos de venganzas, disputas legales, deudas e intercambio, es decir, a los diferentes sistemas de interac- tion social. He elegido estos conceptos como claros ejemplos en los que la historia puede servirse de ejemplificaciones antropologicas de las que yo hago mayor uso en mi trabajo de historiador. No son, en absoluto, los sectores mas de moda ni, a veces, los sectores mas estimulantes intelectualmente, sino simplemente los que yo he considerado mas litiles. Ya desde los pioneros trabajos de Durkheim y Mauss la discusion de estos temas fue dominada por los antropologos sociales de tradition inglesa3 que trabajaban en Africa, al sur del Sahara o, raramente, en el Mediterraneo, y es a estos a los que pretendo hacer referencia. Con la ventaja de que los antropologos en cuestion tienen, si no identicas metodologias, por lo menos opiniones similares sobre los metodos de la disciplina. Y es desde aqui desde donde debemos comenzar. Como dice Radding no podemos servirnos de ningun modelo interpretati- vo si no comprendemos plenamente las premisas.

    Los antropologos disienten entre si sobre muchos temas. No han encontrado un acuerdo, por ejemplo, sobre el hecho de si las estructuras economicas de una determinada sociedad que estan analizando son la causa de, o son causadas por, o son variantes de las estructuras de parentesco o con la ideologia. O sobre el hecho de si es normal o anormal en una sociedad que hayan cambios en ausencia de presiones externas; o sobre el hecho de si es legitimo usar categorias analiticas propias del moderno occidente para caracterizar el sistema de creencias de esa sociedad; o si es verdad que existen determinantes sociales o culturales "universales" que puedan ser reconocidos, de forma diferente, en todas las sociedades humanas. Y es importante reconocer que esta no es simplemente una lista del tipo de cosas sobre las que discuten los antropologos sino que, de hecho, son contrastes a diferentes niveles metodologicos. Algunos de estos problemas, especialmente el primero, son muy conocidos por los historiadores. Otros, sin embargo, especialmente el ultimo, no tienen para ellos'interes alguno. Mas bien indican como algunas de las problematicas propias de la antropologia la diferencian claramente de lo especif ico de la historia -la ciencia social es perfectamente una capa de un tejido unico pero ello no excluye que presente muchos cosidos. El problema del cambio se presenta a los historiadores como particularmente equivoco: es evidente que las sociedades cambian, por lo tanto icon que fin discutirlo? Los propios antropologos, despues de 1950, llegaron a la misma conclusion y en realidad han dejado de discutirlo pero, y aqui esta el problema, esta misma conclusion es el resultado de la especialidad de la antropologia como disciplina, de sus teorias y metodologias de investigation de base que, por sofisticadas, tendian a no aclarar, y todavia hoy hacen dificil explicar, como cambian

    3 La antropologia en Inglaterra generalmente se llama "antropologia social" para distinguirla de las otras dos escuelas mas importantes en la disciplina, es decir, la antropologia cultural americana y la tradition francesa que puede definirse como "antropologia estructural". La antropologia social es extrema- damente conocedora de si misma y existen muchos informes (no Concordes) redactados por quienes la practican. Vease, para un reciente y estimulante ejemplo, E. R. Leach, Social Antropology, London, 1982. 116 I

  • las sociedades. Si como historiadores necesitamos la aportacion heuristica de la antropologia tambien necesitamos reconocer al mismo tiempo sus limitaciones.

    Dos elementos caracteristicos de la antropologia, o por lo menos de la antropolo- gia social britanica, pueden ser evidenciados por haber contribuido particularmente al modo en que la disciplina es percibida y seguida. Uno es la teoria del funcionalismo, el otro la practica del trabajo de campo. Tratemos de examinarlos uno tras otro. El funcionalismo, en su forma mas dogmatica, esta muerto y enterrado pero, creo justamente, una version suya mas generica todavia es aceptada por muchos antropolo- gos sociales, o como axioma o como teoria a verificar. Segun esta version todas las instituciones, las representaciones colectivas y las reglas de la interaction social estan funcionalmente en correlation con una determinada sociedad, es decir, concuerdan y se refuerzan reciprocamente. Naturalmente en situaciones reales esto no encuentra siempre una correspondencia; de hecho, muchas instituciones son estructuralmente antagonicas entre si, tal como lo son en muchas sociedades complejas grupos enteros y clases sociales. Igualmente, otros sub-grupos, caracterizados por sistemas sociales completamente separados, pueden coexistir en el interior de sociedades mas amplias, y asi sucesivamente. Pero estos aspectos no influyen en absoluto en el niicleo fundamental de la teoria segiin la cual nada es inteligible en un cuerpo social si no es llevado al contexto total. E incluso se puede decir mas: en una sociedad nada esta completamente privado de sentido o de significado; incluso si no llegamos a entender (o aceptar) el caracter racional de algunas actividades de poblaciones pertenecientes a otra cultura, a pesar de estas actividades, tendran un significado propio en el interior de la estructura interpretativa y/o de la action social de estas poblaciones. El hecho que un sistema social tenga que ser concebido como una totalidad, o coherente o contradictoria, es asunto que muchos historiadores, desde Marx a la escuela de Annales y mas alia, han podido desarrollar por cuenta propia. Para los antropologos este es el fundamento propio de su disciplina y como tal ha de ser considerado.

    La investigacion de campo es el fundamento principal de la investigacion empirica en antropologia social, y algunos de los procedimientos intelectuales que dominan la disciplina estan arraigados del mismo modo que lo esta en la critica de las fuentes en que se basa la historia. El curriculum ideal de un antropologo -tanto hoy como en 1910- da por descontado que al principio de la carrera transcurra un periodo de tiempo -mas bien medido en anos que en meses- en compania de las poblaciones objeto de sus estudios. Naturalmente consigue una formula casi estandarizada para las monografias antropologicas. Comienzan con una description del paisaje, la ecologia y el habitat; prosiguen con la organizacion economica, los comportamientos economi- cos (por ejemplo, la importancia del ganado en la ideologia de la sociedad Nuer en la clasica obra de Evans-PritChard), la organizacion de la comunidad, la organizacion del grupo de parentesco; por tanto, las estructuras politicas, la organizacion del ritual, los valores morales-religiosos. Este modelo tradicional ha ido modif icandose poco a poco en los liltimos quince o veinte anos, durante los cuales cada antropologo concentro la atencion cada vez mas sobre temas de mayor interes personal, pero en principio queda como valido, y encontramos huellas de ello en casi todas las monografias. Ello es perfectamente coherente con el postulado antropologico de que todo se correspon- de perfectamente, aunque sea de manera contradictoria. Puede parecer que implique mas que esto, que sea el reconocimiento de que organizacion economica y relaciones I de production estan en la base de toda sociedad, como hubiera dicho Marx, o que I por lo menos geografia y economia son prioridades analiticas, como dicen los I historiadores de Annales. Sin embargo sospecho que el motivo principal de este I interes por la vida economica depende simplemente del hecho de que las condiciones | 117

  • ambientales son uno de los aspectos mas inmediatos y permanentes de la experiencia perceptiva del antropologo (de origen burgues, procedente de paises de clima templa- do) en el primer encuentro con la sociedad elegida por el (normalmente tecnologica- mente subdesarrollada y bastante cercana a los Tropicos). Pero no es absolutamente cierto que todos los antropologos consideren la organization economica en la base de cualquier otro aspecto de la sociedad. Por lo menos se plantean el problema, tiene importancia para ellos, ya sea a causa de las reglas de la problematica funcionalista, como a causa de su experiencia de observation directa -su procedimiento lo hace inevitable.

    Y viceversa, sin embargo, su trabajo de campo es limitado en el tiempo. Muy pocos antropologos son capaces de volver al campo despues de diez anos, para controlar los cambios -y diez anos no es un tiempo muy largo para un historiador. Las poblaciones estudiadas raramente consiguen proporcionar elementos de analisis historico; generalmente tienen una cultura oral, e incluso cuando son participes de una tradition literaria (pongamos que el antropologo esta estudiando un pueblecito en el sur de Espana) el material documental raramente podra iluminar aspectos como el ritual o la sociabilidad -incluso las venganzas privadas, que son una institution social muy precisa, normalmente registradas solo si llegan a juicio-. El cambio se vera tipicamente a traves del espejo deformante de las memorias personates, materiales, pues, que requieren un analisis tan arduo que los propios historiadores han empezado a examinarlos correctamente solo en los ultimos diez anos o poco mas. De modo particular, si se asocia con el paradigma funcional, que hasta no hace mucho daba prioridad al equilibrio, la investigation de campo ha llevado la atencion hacia las constantes, sobre el modo en que las cosas permanecen inmoviles. (Todo ello naturalmente puede calificarse de manera diferente segiin el paradigma: la economia antropologica marxista, en la mayor parte de los casos predominantemente francesa, sin duda esta mejor provista, mientras que en el interior de otros paradigmas, como en el estructuralismo clasico a lo Levi-Strauss, es virtualmente imposible introducir la idea de cambio.) Por estos motivos el problema del cambio es debatido en antropolo- gia. Pero en realidad se trata de un tema problematico no solo para esta disciplina. Como se produce exactamente el cambio social (o economico, o religioso) en una sociedad rural, no es en realidad tan obvio ni siquiera para el historiador y, ademas, si tendemos a darlo por descontado deberemos analizarlo con mas atencion de como lo hacemos normalmente.

    Consideremos un ejemplo preciso de analisis antropologico. El libro de Evans- Pritchard sobre los Nuer de Sudan del sur publicado en 1940 es uno de los textos mas autorizados de la antropologia social. 4 En el se demuestra como puede funcionar una sociedad sin instituciones definidas como legates, coercitivas o incluso politicas, sin degenerar en la anarquia. La sociedad Nuer se basaba en grupos de parentesco, formados por una serie de linajes diferentes emparentados por matrimonio. Los Nuer no eran en absoluto un pueblo pacifico en los anos treinta (ni lo son hoy en dia). Dar una orden a un Nuer equivalia a un insulto mortal, puesto que ningiin Nuer estaba sometido a otro incluso podia matar por ello. Las muertes por venganza se producian frecuentemente en el territorio de los Nuer; casi se podria decir que la vendetta era el modelo de toda action social. Tampoco es que los Nuer se pasaran la vida combatiendo: las vendettas tenian reglas particulares por las que solo determinadas personas eran objeto de venganza. E individuos cultos en medio de la vendetta,

    4 E. E. Evans-Pritchard, The Nuer, Oxford, 1940. 118

  • generalmente hombres de un linaje emparentado con otro por medio del matrimonio, implicados tambien en el problema, forzaban entre ambos una mediation, llevada a termino por expertos mediadores; y al final, aunque a menudo con resistencia, esto era lo que sucedia.

    Problemas conexos al conflicto y la mediation han sido objeto de muchas discusiones antropologicas desde 1940. Max Gluckman era el mejdr teorico de estos temas en los anos cincuenta, y ejemplifico el caso de los Nuer en un parrafo clasico de logica funcional: las sociedades tienden al equilibrio y las instituciones sociales tienden a reforzar el equilibrio; incluso las vendettas, aunque aparentemente contras- ten con el equilibrio social, en realidad lo consolidan. Y esto sucede, en primer lugar, porque \^ faida* es de por si una institution social y, por el solo hecho de tomar parte en ella, tales instituciones son reforzadas y ademas porque a traves de los mecanismos de mediation, la faida se recompone en la pacification, restableciendo asi el equilibrio social. Gluckman adapto esta misma teoria tambien a las rebeliones. 5 Y no estaba equivocado. Naturalmente los historiadores conocen innumerables casos en que la evolution social fue organizandose dialecticamente a traves del conflicto. Lo consideran normal. Pero mucha conflictividad esta tan arraigada a las normas sociales que tiene el efecto opuesto. Los campesinos que oponen resistencia a la nobleza en la Europa feudal pueden perfectamente propiciar el cambio social pero los nobles que combaten entre si no tienen mas exito que el estancamiento. Las luchas internas en las ciudades italianas medievales produjeron, lentamente, una institution tras otra: los consulados, el pueblo, los corregimientos y los senorios. Podian comprometer la decision politica al producir una derrota. Pero las luchas no destruyeron la sociedad urbana: la propia sociedad urbana fue definida a traves de ellas.

    Pero a Gluckman no le interesaban las venganzas como mecanismos de equili- brio, le interesaban como mecanismos para la pacification de las contiendas, como un extremo de una antropologia legal. El mismo y algunos de sus sucesores, especialmen- te sus alumnos, desarrollaron la cuestion del conflicto como proceso social, analizan- do el papel desarrollado por las disputas sociales como expresion, definition, del disentimiento social y de como las partes en litigio llegaban a una reintegracion en el tejido social.6 Cuestion que es justo debatir en este momento, por cuanto puede demostrar eficazmente a lo que tiende la antropologia.

    Las sociedades organizadas se distinguen por la forma de comportarse en las disputas. Algunas sociedades las superan combatiendo fisica o ritualmente (como con los duelos canoros de los esquimales, en que cada parte inventa cantos de feroz desprecio para la otra parte) para mas tarde, a su tiempo, resolverlas con negociacio- nes. Algunas buscan el arbitraje o la mediation de extranos neutrales y varian segiin como esto sea considerado moralmente vinculante. Otros prefieren, o se les impone preferir, remitirse al juicio coercitivamente sostenido, de extranos mas potentes. Aqui

    * N. del T. En el texto italiano "faida": derecho de los familiares de un muerto de vengarlo con la muerte del asesino o de sus familiares. Vendetta. Derecho de sangre.

    5 M. Gluckman, Custom and Conflict in Africa, Oxford, 1955: el mismo ha corregido postenormente esta radical version del funcionalismo en Politics, Law and Ritual in Tribal Society, Oxford, 1965, trad, it., Torino, 1977. Dos discusiones clasicas de la venganza son: J. M. Wallace-Hadrill, The blood feud of the Franks, in Id., The long-haired kings, London, 1962; J. Wormald, "Blood feud, kindred and government in early modern Scotland", in Past and Present, 87, 1980, pags. 54-97.

    6 Por ejemplo M. Gluckman, The judicial Process among me aarotse oj isortnern Knoaesia, Manchester, 19672; V. Turner, Schism and Continuity in an African Society, Manchester, 1957; P. H. Gulliver, Social Control in an African Society, London, 1963. 119

  • la variable es la presion coercitiva. Esta tipologia de tecnicas para el acomodo de las disputas es valida para todo el mundo, y parece que funciona. Naturalmente el hecho de colocar a una sbciedad en una de estas categorias no nos dice, por si mismo, mucho de esa sociedad. Ademas, muchas sociedades usan de forma alternativa las tres tecnicas, la mayor parte de las sociedades europeas medievales y de la primera edad moderna. 7 Pero, a pesar de todo, la tipologia sigue siendo util. iPor que? Ante todo porque nos ensena a no aceptar lo obvio sin objeciones. Estamos acostumbrados a vivir en sociedad, donde la norma en las disputas es la sentencia judicial y la mayor parte de las sociedades en la historia europea siguen -por lo que respecta a la teoria juridica- ese modelo. Pero este esta muy lejos de ser el unico modo en que las disputas pueden ser compuestas, incluso en la historia europea. Es comprensible que los historiadores tengan la tentacion de renunciar a examinar otras formas de concilia- tion por cuanto parecen descomponer los procedimientos europeos tradicionales del poder politico y estan claramente mucho menos documentados en la mayor parte de los periodos historicos. En Inglaterra, las reformas legales de Enrique III o de Eduar- do I, o en Francia e Italia, el renacer de la legislation romana, estan consideradas como desarrollos sucesivos hacia una conception "moderna" de la autoridad de las cortes y de una justicia racional o sin prejuicios. Ya es empiricamente demostrable que estos sistemas legales organizados estatalmente no fueron sustituidos en absoluto por otros metodos conciliadores, al menos no por mucho tiempo, y que no estuvieron particularmente libres de prejuicios, ni siquiera "racionales" en el sentido en que lo entendemos nosotros. Pero tambien se da el caso de que procedimientos mas tradicionales y de origen local que el estado intento reemplazar, poseian para ellos una logica interna. La antropologia nos ayuda a reconocer la logica de muchas mas alternativas que las que damos por descontado. Las vendettas ya han sido recordadas, y constituyen una de las discusiones mas obvias que contradicen nuestro sentido de lo que es racional. La ordalia es otro caso. Pero hay mas como veremos a continuation.

    El segundo punto en el que una tipologia antropologica concentra nuestra atencion es justamente el modo en que actiia esta racionalidad alternativa. Tenemos que reconocer que la finalidad de las leyes y de las operaciones legales ha sido la de poner fin a las disputas y restablecer la paz, asi como reconocer la justicia. Justicia y paz a menudo son consideradas en oposicion. En algunas ocasiones, los tratados medievales de enjuiciamiento legal las proponen explicitamente como alternativas: pactum enim legem vincit et amor judicium.* Pero justamente son estas formulas las que en si mismas demuestran como las alternativas tenian igual validez, con una relativa admision de una ligera superioridad de la pacification. La paz es una necesidad esencial en las comunidades pequenas donde la gente vive cara a cara y depende reciprocamente para sobrevivir. Y es muy dificil restablecer la paz en tales comunidades por medio de sentencias abstractamente juridicas. Y si reconocemos que mantener la paz con mediaciones y compromisos en una sociedad de clases o jerarquica puede significar simplemente que los fuertes coartan a los debiles, tambien debemos reconocer que esto sucede igual de facilmente en un tribunal. La gente tiene la costumbre de servirse de las instituciones como instrumentos de estrategia social en

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    7 Para una buena resena de todo esto, cf. S. Roberts, Order and Dispute, London, 1979. Para una aplicacion a las sociedades historicas, cf. J. Bossey (ed.), Disputes and Settlements, Cambridge, 1983; yo mismo discuto el problema en el contexto de la Italia medieval y en otras partes en W. Davies y P. Fouracre (eds.), The Settlement of Disputes in Early Mediaeval Europe, Cambridge (que proximamente sera publicado).

    8 Leges Henrici Primi, ed. L. J. Downer, Oxford, 1972, 49, 5a.

  • Grabado satirico de Hogarth sobre lajusticia. Siglo xvm

    todas las sociedades, y todas las instituciones tienden a favorecer a los poderosos. Por otra parte el recurso a la justicia puede, por si mismo, constituir simplemente una maniobra en una estrategia de negociaciones dirigidas a conseguir un compromise (Y esto puede suceder tambien hoy en dia.) Y con esta intention incluso en el tercer nivel de nuestra tipologia, el de sentencias coartantes, los juicios a menudo pueden inducir a la reconciliation a costa de una abstracta justicia. Hoy en dia, en occidente, todo esto es menos comun aunque todavia sucede (piensese en las audiencias para la tutela de menores). Pero en muchas sociedades del resto del mundo como en las del pasado, es y era, normal. Ahora bien, es verdad que las instituciones medievales coercitivas, como las de algunas tribus africanas, no estaban muy adelantadas. Pero los juicios no alentaban la composition pacifica solo porque no podian coartar a los vencidos poderosos; estos pensaban que la pacificacion era parte de la justicia. La paz y la justicia podian ser vistas como terminos extremos de un contiuum, una convalidaba a la otra.

    Y si se cree, como en la ideologia legal moderna de occidente (tal vez menos en la practica), que la finalidad de la ley es producir resultados objetivamente justos, no es que seamos escepticos frente a metodos de pacificacion, es que simplemente creemos que la paz social es una consecuencia de la justicia. Si, por el contrario, se cree que la finalidad de la justicia es poner fin a las disputas con la (mayor o menor) satisfaction de ambas partes, entonces se cree que la justicia reside en ello.

    Y si analizamos procedimientos menos formales de pacificacion, la segunda de estas alternativas esta aiin mas clara. Dos contendientes inician un pleito. Cada una de las partes desea ganar o, cuanto menos, retirarse con el honor a salvo. A menudo los tribunals parecen arriesgados, incluso cuando estan a disposition facilmente y son razonablemente fiables, porque una derrota en el tribunal es total e implica un 121

  • grave deshonor, o algo peor. El arbitraje o la mediation comportan menos riesgos y ofrecen mayores probabilidades de conducir a la paz, incluso si una victoria puede ser menos plena. Ahora bien, el arbitraje no se da sin mediadores. Las caracteristicas que hacen de alguien un arbitro o un mediador, y las tecnicas que esa persona utiliza para hacer duraderas las decisiones, varian mucho en las diferentes sociedades. Las tecnicas pueden implicar procedimientos elaborados, o rituales, eclesiasticos o laicos, o juramentos; las atribuciones de un arbitro pueden ser espirituales o temporales; los arbitros pueden venir de fuera o de las sociedades en cuestion. El arbitraje es una clave tan importante para el funcionamiento de tales sociedades que estas diferencias pueden permitir a menudo una profunda investigation decisiva para la comprension de las mismas. Tomemos la Roma tardia, la Turquia moderna o Marruceos, sociedades con sistemas judiciales y politicos complejos pero inadmisibles, y una red de patronato extendida pero, desde luego, no desinteresada. Los jueces, los politicos, los abogados no siempre tienen madera de buenos mediadores: estan demasiado implicados. Los arbitros no pueden proceder de la propia sociedad, deben ser extranos a ella y, si es posible, estar provistos al maximo de un aura de espiritualidad, santos u hombres sacros. En la antigua Roma estaban sobre unos pilares en las puertas de Antiochia; en Marruecos se sientan en el cruce de caminos importantes, en los pasos de montana; en ambos casos son tan externos a la sociedad como puede serlo alguien que habla el mismo lenguaje. Entre los Nuer, por el contrario, por violentos que sean, los riesgos son menores, y linajes de arbitros viven entre ellos, en nada difieren de los demas salvo por su capacidad de arbitrar. Podriamos aventurar una generalization: cuanto mas arduo es encontrar un arbitro, mas politizadas y menos neutrales son todas las instituciones sociales. 9 Esta es una asercion que puede ser controlada y, si es verificada como valida, es decir, de alguna potencial utilidad, podremos construir modelos validos para los historiadores no simplemente derivados de ejemplificaciones antropologicas sino de la metodologia antropologica.

    Estoy usando aqui la antropologia para construir indicadores de la forma de actuar concreta de las sociedades. El presupuesto de semejante sociologia comparada del conf licto es que la mayor parte de las sociedades, ya sea en el ruedo antropologico como en el historico, con sociedades en donde las personas viven puerta con puerta, y asi esos modelos de interaction entre personas que se conocen todas entre si son probablemente litiles en ambos campos, de modo especial si nosotros, los expertos, no procedemos de sociedades similares. Porque las personas a las que efectivamente todos conocen en su sociedad, se da el caso de que estan colocadas de modo muy diferente por nosotros. En tales sociedades, la comparacion es directa, y urgente es la necesidad de restablecer relaciones con los opositores. La urgencia puede variar, naturalmente: la necesidad de solidaridad local obviamente varia segun la compatibi- lidad de las comunidades locales, en la medida en que la solidaridad es esencial para la supervivencia, con la frecuencia con que la gente se encuentra realmente con el nivel individual de implication -nadie se sorprendera mucho al oir como los senores, o los ricos, pueden afrontar resentimientos desenfrenados y el rechazo de solidaridad de los pobres injustamente tratados. Las exigencias de la vida cotidiana, sin embargo, generalmente son afrontadas mejor por las personas si estas viven en paz con sus

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    9 E. Gellner, Saints of the Atlas, London, 1969; P. R. L. Brown, "The rise and function of the Holy Man in late Antiquity", in Journal of Roman Studies, 51, 1971, pags. 80-101. Un buen informe reciente sobre una sociedad que cuenta mucho con las mediaciones es J. F. Byoch, Feud in the Iceland Saga, Berkeley, 1982.

  • vecinos, familiares y con quienes les unen actividades economicas, personas a las que pueden dirigirse en caso de necesidad. Y este es el motivo por el que las instituciones sociales de una determinada sociedad tienden a menudo a reforzarse entre si como en el modelo funcional: normalmente van unidas a la optima reproduction del sistema social, con sus deficiencias y contradicciones, tal como es. El analisis de las disputas, como hilo conductor en igual medida tanto del consenso como del disenso social, merece ser estudiado a fondo siguiendo lineas mas antropologicas que lo que hasta ahora han hecho los historiadores. Una disputa se da en un contexto social. Un antropologo no se contentaria hoy en dia con estudiar las audiencias procesales cuando quisiera esclarecer una disputa. Examinaria a fondo los demas elementos de interaction social, entre las partes y entre sus aliados, antes, durante y tras el proceso, porque solo esto puede hacerlo comprensible. Lo mismo deberiamos hacer nosotros. 10

    Es necesario subrayar que estoy tratando solo una parte de la disciplina antropo- logica; otros temas clasicos como el ritual, los parentescos, el mito y la organization economica, influyen en las ejemplificaciones historicas de varios modos, y muchos antropologos se definirian con caracteristicas muy diferentes a las que aqui he ilustrado. Pero algunos modos de actuar son comunes a todos en los terminos en que mis ejemplificaciones sobre las disputas pueden servir de modelos para ver como funciona la disciplina, especialmente si se la compara en la historia. Quisiera distinguir dos procedimientos que he indicado al principio como "modos de ver" y "confrontation sistematica". Los modos de ver del antropologo son olisticos. * Un antropologo concentrara la atencion en un argumento particular cada vez que lo desee, como cualquier otro estudioso, pero es peculiar de la disciplina que cada uno de estos aspectos no pueda ser interpretado correctamente sino en el contexto total de esa sociedad, que debe ser examinada sistematicamente. Si se altera un solo elemento todos los demas revelaran una modification. Y esto no sera menos cierto si una determinada sociedad es, como todas, una congerie de contradicciones, de sistemas de valor y de grupos sociales opuestos unos a otros. Y es un procedimiento que los historiadores harian bien en tener siempre presente, y no olvidarlo.

    El segundo procedimiento, el comparativo, es quizas el menos conocido de los dos. La antropologia social todavia basa su propia coherencia disciplinal en la confrontation, ya sea implicita como explicita, de totalidades sociales o, cuanto menos de conjuntos sistematicos de practicas sociales. Necesita distanciarse ligera- mente de las sociedades en estudio. Esto no es nada malo, nos obliga por lo menos, a verlas sobre una base igualitaria. La comparacion en antropologia es esencialmente a-historica. Cuando los historiadores avanzan en las confrontaciones con mucha frecuencia parten del presupuesto de que las sociedades en cuestion van unidas historicamente, ya sea por un comiin origen o por influencias reciprocas: muchos historiadores dudan de la legitimidad de confrontaciones en ausencia de tales enlaces. Es muy raro que los antropologos pueden presuponer tales enlaces en el pasado de las sociedades que estudian -pueden estar separadas por medio hemisferio-. Pero la antropologia, al menos cuando es ejecutada correctamente, puede aprovechar mucho al colocar, una junto a otra, instituciones similares de sociedades totalmente di- ferentes en apariencia, cada una en su contexto social diferente, porque son los propios contextos diferentes los que iluminaran el modo en que las instituciones

    * N. del T. Olistico: de olismo: (biol.) Teoria segun la cual el organismo es un todo superior a la simple suma de las partes.

    10 C. Gluckman, The Judicial Process, cit., pags. 370-72 y referencias. I 123

  • trabajan realmente y, por tanto, las instituciones pueden servirnos de espias de la naturaleza de las diferencias de los procesos operativos de las sociedades implicadas.

    Los historiadores reconoceran estas dos metodologias, especialmente la primera, como parte integrante de la practica historica. Pero no son tan comunes como podrian serlo, y solo raramente son sistematicamente perseguidas. Quiero ilustrar lo anterior siguiendo el clasico libro de Le Roy Ladurie de 1975, Montaillou, justamente porque es uno de los ejemplos mas eficaces en analisis olistico de una determinada sociedad, y tambien porque a menudo ha sido considerado como fuertemente influenciado por el metodo antropologico. ] ' Despues de todo, mas de una decima parte de la bibliografia citada esta constituida por textos antropologicos y comprende muchos de los clasicos internacionales de la disciplina. Pero, de hecho, la antropologia en Montaillou es mas que una guia a la estructura de la obra, un barniz interpretativo, un "extra" estimulante. Es cierto, se nos informa de todos los aspectos de la sociedad de Montaillou, pero si Le Roy Ladurie hubiera usado mas la antropologia, podriamos haber aprendido mas. Curiosamente uno de los pilares de su interpretation, la rivalidad entre clanes y facciones queda por analizar: no sabemos, sino anecdotica- mente, que determina los limites de clan, si las mujeres tienden a solidarizarse con los maridos o con sus propios familiares, si los primos forman parte del mismo "clan" y si no lo son, que define los posibles perfiles de las alianzas familiares -la edition francesa ademas carecia de cuadros genealogicos-. Un antropologo inflexiblemente se habria aburrido con esquemas de analisis de modelos matrimoniales, pero por lo menos habriamos descubierto como se constituian las alianzas, que es uno de los micleos centrales del libro, uno de los aspectos clave por el que Montaillou es algo mas que un pueblo atipico en una oscura esquina de Europa, pero que se convierte en modelo para resolver las implicaciones de los comportamientos del siglo xiv. O lo habria sido, si el autor hubiera aplicado tambien el metodo comparativo: para indicarnos en que sentido la sociedad de Montaillou era representativa de su tiempo, o de pueblos lejanos en el tiempo y el espacio, y en que sentido no lo era. Los paralelismos antropologicos en el texto son casuales, no sistematicos. Nos deja abandonados con una joya esplendida que brilla en solitario. Para poderlo apreciar mejor habria sido litil una ambientacion de fondo, y los puristas habrian agradecido un corte mas fino. Un uso mas explicito de la antropologia, ademas, habria contribuido a resolver el problema por el que Le Roy Ladurie ha sido mas criticado: la incierta relation entre lo que sus testigos dijeron y lo que se supone que realmente sucedio. Asi pues, tambien aqui, en un libro rico de analisis social articulado, la antropologia habria podido guiarnos a un acercamiento mas sistematico, sobre todo en las interacciones interpersonales, el escenario principal, a mi modo de ver, en que se representa la historia social.

    Para concluir volvamos a la cuestion de la interaction. Aqui he tratado algunos planteamientos en el estudio de las controversias que tipologias y modelos de antropologia social pueden iluminar. Pero los paralelismos antropologicos tambien pueden ser usados mas directamente, como material analogico que nos puede ayudar a tratar a fondo mecanismos similares en la historia de Occidente, mecanismos que no son en absoluto transparentes en nuestro material historico, pero que pueden serlo aiin mas cuando podemos observar, principalmente en el campo, modelos parecidos todavia actuales. Este modo de proceder puede ser peligroso; puede reducirse al uso

    124 I n Montaillou, village occitan de 1294 a 1324, Paris, 1975 [Montaillou, aldea occitana de 1294 a 1324,

    Taurus, Madrid, 1981].

  • de ejemplificaciones modernas para llenar las carencias de nuestros documentos. Existen algunos horripilantes ejemplos del uso inadecuado de la antropologia en este contexto. Cuando se usan confrontaciones paralelas de manera tan especifica, enton- ces es necesario admitir que se mantiene que algunos modelos de comportamiento son universales o, al menos, universales por lo que respecta a areas culturales muy amplias. Pero incluso alguna vez se puede practical*. Un caso muy claro y general- mente aceptado es el intercambio de dones, por primera vez emblematicamente caracterizado por Marcel Mauss en 1925; su Essai sur le don es un clasico incluso para los historiadores. n Mauss ha sabido ilustrar como la instauracion de las relaciones y obligaciones sociales se expresa en todas las sociedades con el intercam- bio y ofrecimiento de regalos. Para que la relation se instaure y sea reconocida, un don debe ser intercambiado por otro. La condition social de los contratantes es establecida por el ofrecimiento de dones de tal valor que no puede ser comparado con los dones recibidos, y asi sucesivamente. El intercambio de dones es asi visto como un modelo y, a menudo, la clara representation de todos los vinculos sociales; en oposicion, naturalmente, con la idealization de relaciones de intercambio de bienes en el intercambio comercial.

    Todo esto es bastante conocido. Pero se pueden entrelazar suficientes variacio- nes, como hace Pierre Bourdieu en el ensayo de 1972, en el que generaliza a partir de su experiencia en el campo en Argelia. 13 Los dones pueden parecer reciprocos pero el momento significativo en el intercambio se produce cuando el regalo se ha hecho y todavia no ha sido devuelto, el momento de incertidumbre. No se debe devolver un don inmediatamente, ni devolver uno identico -significaria rechazar la relacion-. Pero, icuanto tiempo se espera? iCuanto tiempo es permisible esperar? Cuanto mas se espera, mas alto es su status potencial. Pero superado un cierto momento se ha esperado demasiado y, en lugar de ganar status, simplemente se es considerado avaro. O sea, el modelo de status de Mauss puede ser verificado completamente como estructura temporal A esa, que aparece como una simple relacion social, se le aiiade un elemento de elaboration, de estrategia, para un equilibrio reciproco y perpetuo de posiciones sociales, es decir, una relacion politica. Se podria decir que la verdadera esencia del intercambio de dones es la estrategia de la deuda, del don que esta por devolver. Y es justamente el elemento de deuda el que da al intercambio de dones su continuidad. Ninguna de las dos partes agota la deuda completamente: si asi fuera, la relacion se terminaria; de aqui, por ejemplo, las continuas relaciones deuda-credito, a veces permanentes, entre campesinos y vendedores locales en Europa.

    Mauss ha demostrado sin dificultad, que las reglas del intercambio de dones eran caracteristicas de la Europa de principios de la Edad Media. George Duby,14 entre otros, recientemente ha iliistrado mas a fondo algunos detalles. Pero los estudios de Bourdieu nos permiten entender algunas partes, algunos giros y complejidades de los manejos politicos, por ejemplo, de las relaciones entre obispos y rey, entre papas y emperadores. Seria interesante, por ejemplo, analizar bajo esta luz, el intenso intercambio de esplendidos objetos entre Enrique VIII y Francisco I, en 1520. Tomando un ejemplo mas simple, analicemos las relaciones entre el rey anglosajon Osvaldo de Northumbria y el misionero irlandes Aidan que llego alii en el 603 para convertir a la corte y al pueblo. Osvaldo organizo festines para Aidan, Aidan no

    12 Paris, 1925. 13 Op. cit. en la anotacion 2. 14 G. Duby, Guerriers et paysans, Paris, 1973 [Guerreros y campesinos, Siglo XXI, Madrid, 1983]. I 125

  • comio casi nada. Los nobles le hicieron dones en dinero, no solo el les devolvio los dones en dinero, sino que incluso regalo a otros parte de sus dones. El sucesor de Osvaldo, Oswine, le regalo un apreciado caballo, Aidan dono tambien este. iPor que se comporto asi Aidan? Deliberadamente estaba infringiendo las reglas de Mauss que gobernaban una sociedad tradicional como la de Northumbria. Pero el pretendia afirmar un punto preciso actuando de esta forma. Ser una persona excepcional, no sometida a las reglas normales del mundo laico (ni siquiera, y mas importante, del mundo religioso pagano). Reivindicaba el derecho a un status superior incluso al del rey: al carisma. Algo arriesgado, pero funciono. Aidan convirtio a la corte de Northumbria sin ni siquiera aprender nunca el ingles. Cuando el propio Osvaldo comenzo a hacer partes en su plato y a darlas a los pobres, podemos pensar que habia entendido y que actuando de este modo legitimaba la intencion de Aidan. 15

    Podemos ampliar todavia mas el modelo dinamico de Bourdieu, para volver al punto de partida, la mecanica de las vendettas. La vendetta puede verse como una devolution de dones al reves, y con mucha frecuencia, grupos sociales la ven en terminos de relaciones de deuda -faida y "deuda" en algunas sociedades son, por anadidura, sinonimos-. l6 El modelo de Gluckman por el que las vendettas tienden al equilibrio, funciona hasta cierto punto. Pero el hecho es que muchas venganzas continuan durante un tiempo mas largo de lo que deberian, si fueran simplemente un metodo para obtener la paz. Si las vendettas son analizadas en terminos de estrategias de deuda, todavia, conseguimos ver como vendettas prorrogadas en el tiempo evidencian modelos diferentes de los que se ocupo Gluckman. Tales vendettas, en efecto, pueden verse como constitutivas por si mismas de relaciones sociales perpetua- das por relaciones de intercambio: sin duda atribuyen legitimidad a los opositores (los aristocratas no establecen vendettas con los siervos). Exactamente igual que en las relaciones deudoras positivas, la liquidation de la deuda significaria el final de tales enlaces. Asi pues, tambien la vendetta puede indicar, en sus ramificaciones, otras tantas complejidades, como una secuela de dones en una sociedad experta en tales procedimientos.

    En la Islandia medieval, una de las grandes sociedades de vendetta, encontramos muchas vendettas puntualmente avivadas tras anos de paz para obtener un mayor efecto. Vendettas llevadas adelante simplemente para mejorar el propio status social o para llamar la atencion de los rivales sobre uno mismo. Naturalmente, existian tambien otros tipos de faida, mas simples, por cuestiones de pasturajes o de insultos entre borrachos, que asi se solucionaban mas rapidamente, y realmente eran mas frecuentes en la experiencia de la mayor parte de la gente. Pero son litiles para dar un contexto a las faidas como estrategia. Escuchemos a Grettir el Fuerte, uno de los grandes heroes del siglo xi, cuando durante un juego amistoso es insultado de manera tal que se considera improbable que el no quisiera vengarse. No actiies demasiado rapidamente -le recomienda su amigo-. No te preocupes -responde Grettir-. "Solo un esclavo se venga enseguida -y un cobarde nunca."-17 Es decir, el hombre de honor recuerda los insultos, sabemos que los recuerda, y decidira el tiempo de su venganza que sera para mayor venganza en terminos de estrategia militar, ciertamente, pero

    126 I

    15 Beda, Historia Ecclesiastica III, 5, 6, 14, ed. C. Plummer, Oxford, 1896. El gesto de hacer partes en el plato tambien puede ser interpretado de formas diferentes, como en J. Campbell (ed.), The Anglo- Saxons, Oxford, 1982, pag. 58. 16 Por lo que respecta a lo que sigue, cf. J. Black-Michaud, Cohesive Force, Oxford, 1975, en particular pags. 80-5; F. Bailey (ed.), Gifts and Poison, Oxford, 1971. 17 The Saga of Grettir the Strong, trad, de G. A. Hight, London, 19652, cap. XV.

  • tambien en terminos de sus aspiraciones a un determinado status social. Y si espera demasiado, como el argelino que no devuelve un don, perdera nuevamente el status.

    Es facil llegar a intuir como hombres tales como Grettir podian suponer que funcionara una faida simplemente por el material islandes, que es muy rico a este proposito (incluso si presenta muchos problemas de uso correcto -la saga de Grettir, por ejemplo, es en gran parte fiction literaria, y esta escrita en el siglo xiv). Pero el fenomeno hacia el que quiero llamar la atencion al hacer estas comparaciones, es diferente. He concatenado venganzas, deudas y dones en un unico sistema de intercambio. Se podrian afiadir otros elementos; por ejemplo, Levi-Strauss ha demos- trado como tambien las estrategias matrimoniales forman parte del sistema. Consti- tuyen lo que Mauss ha llamado un fenomeno total, un conjunto de procedimientos que son efectivamente universales en todas las sociedades humanas. Una hipotesis similar puede ser cuanto menos examinada, y ha sido examinada varias veces; todas las sociedades que han sido estudiadas parecen, en realidad, expresar comportamien- tos de relation a traves de modelos de intercambio similares. Y esto sucede no porque estas relaciones sean el producto de condicionamientos neurologicos, como por diferentes motivos se le ha atribuido al lenguaje y al mito, sino porque las relaciones sociales en si mismas han sido codificables en el algebra de los intecambios. Esto es mucho mas litil a los estudiosos de sistemas sociales estrechamente ligados al territorio local -incluidos historiadores- que no la idea de que el mito -digamos- inmanente a la mente humana. En realidad, el concepto de interaction social como intercambio es, en sus manifestaciones concretas, en verdad especificamente muy historico. Ire mas alia: es solo reconociendo la validez general del sistema que podemos analizar sus formas especificas en especificas sociedades como tales, porque de otro modo, seremos desviados de los diferentes aspectos que presenta en cada una. Para entender incluso la especifidad local de las relaciones sociales debemos recono- cer la existencia de reglas generales.

    Mi ultimo problema tiene que ver con la perception. No es mi intention discutir el mundo del pensamiento en el pasado y la naturaleza de su racionalidad. 18 Evidentemente es en el campo de la percepcion en donde encontramos las mayores aportaciones de la antropologia a la historia. Por otra parte, es aqui donde mas comunmente usamos y discutimos la antropologia, en todos los paises. El problema de la racionalidad del juicio de Dios o de la caza de brujas, el simbolismo de las creencias religiosas del siglo xvi, o las relaciones sociales simbolizadas por peculiares rituales, todos son temas que incorporan cada vez mas sistemas interpretativos derivados de la antropologia, y son la causa de debates, cada vez mas insistentes, sobre como debe ser llevada justamente tal apropiacion. Deseo aqui subrayar un punto, quizas banal: estas poblaciones nos son extranas o, por lo menos, inicialmente poco familiares. Las sociedades africanas no son como las nuestras, pero a pesar de ello funcionan. Sociedades de otras partes del globo son todavia menos parecidas a las nuestras. Del mismo modo, tambien debemos reconocer nuestra distancia cultural de las reglas de procedimiento del siglo vn, o del siglo xvi; o incluso (y quizas sea mas dificil) del siglo xix, que se podria suponer mas "cercano" a los limites de la

    18 Entre la reciente abundante bibliografia sobre la racionalidad senalare como introducciones funda- I mentales, P. Winch, "Understanding a primitive society", en American philosophical quarterly, 1, 1964, pags. 307-24; R. Needham, Belief, Language and Experience, Oxford, 1972; M. Hollis y S. Lukes (eds.), Rationality and Relativism, Oxford, 1982; S. Cook, "French historians and early modern popular culture", en Past and Present, 100, 1983, pags. 62-99; M. Hobart, Anthropos through the looking-glass, proxima publication por la ASA, Malinowski Centennial Conference (1984). I I 127

  • comprension intuitiva de los intelectuales del siglo xx. Debemos reconocer que no podemos considerar obvio todo lo que vemos, como si funcionara segiin procedimien- tos que consideraramos normales. Las experiencias fundamentales de tales sociedades se dan en un contexto totalmente diferente del nuestro, y una de la otra; ninguna institution nos es familiar, o si lo es, lo es de modo enganoso. Todo debe ser explicado de manera que se adapte, en primer lugar, a su contexto, no al nuestro. Si poseemos teorias tan amplias que se adaptan a ambas, no deben derivar de nuestro contexto social sino mas bien del suyo. Mauss constituyo en sistema su teoria del intercambio antes que nada sobre procedimientos reconocibles en las islas de Nueva Guinea oriental y en las costas canadienses del Pacifico, mas que observando el modo con que la gente se ofrece reciprocamente bebida en los bares de Paris; y no cabe duda de la sabiduria de su comportamiento. Tal vez no seamos nunca capaces de explicar completamente otra cultura en los terminos de la nuestra pero los comportamientos y las consecuencias sociales de las poblaciones pertenecientes a esa cultura tienen, o han tenido, para ellos un significado: solo podemos, si lo intentamos, reconstruir una parte de su significado.

    La historia se hace cada vez mas eclectica con el paso del tiempo. Los historiadores se interesan cada vez por mas cosas. La historia de la memoria y su interpretation social, I9 la cuestion del impacto que el saber leer y escribir tiene sobre la sociedad,20 el significado diferente que la imagen del honor tiene en diferentes sociedades y en diferentes niveles de la misma sociedad, la diferente legitimidad que tiene la violencia en sistemas sociales diferentes -estos son solo cuatro ejemplos de nuevas areas de investigation que estan por abrir en los periodos historicos en los que me intereso-. Todos son campos en los que la antropologia social tiene algo interesante que decir, campos en los que el metodo antropologico, un corte antropolo- gico en el modo de ver las cosas, de los paralelos antropologicos elegidos cuidadosa- mente nos pueden ser muy utiles. No es que debamos precipitarnos en absorber cuantas novedades nos ensenen los antropologos. No han sido muy eficaces con respecto a algunas cosas que nosostros consideramos esenciales entender: desigual- dad y explotacion, conflictos estructurales, cambio. Pero para el estudio de la Europa preindustrial, politicamente compleja y sociologicamente de una escala muy pequena, asi como para comprender muchos lugares y modos de la Europa industrial y post- industrial, cuanto menos en el terreno de la interaction social, todavia tenemos mucho que aprender de su disciplina.

    Traduccidn de M. a Jesus Salvador

    19 Para la bibliografia vease C. J. Wickham, Lawyer's time: history and memory in 10th-U th century Italy, proxima publication en un libro editado por M. Clanchy, H. Mayr-Harting, R. I. Moore (London, 1985).

    20 Cf. la clasica introduction de J. Goody (ed.), Literary in traditional societies, Cambridge, 1968. 128 I

    Article Contentsp. 115p. 116p. 117p. 118p. 119p. 120p. 121p. 122p. 123p. 124p. 125p. 126p. 127p. 128

    Issue Table of ContentsHistoria Social, No. 3 (Winter, 1989), pp. 1-160Front MatterLos fantsticos relatos acerca de nuestra patria: la leyenda negra [pp. 3-15]Federalismo y mundo rural en Catalua (1890-1905) [pp. 17-32]Hacia una historia de la Resistencia proletaria al trabajo: Pars y Barcelona durante el Frente Popular y la revolucin espaola, 1936-38 [pp. 33-59]Dossier: Historia y Antropologa[Introduction] [pp. 60-61]Historia y Antropologa [pp. 62-80]Folklore, antropologa e historia social [pp. 81-102]Antropologa e historia, o el traje nuevo del emperador [pp. 103-113]Comprender lo cotidiano: antropologa social e historia social [pp. 115-128]

    LibrosEl mundo histrico de Peter Laslett [pp. 129-134]El antisemitismo moderno (1875-1945): Un estado de la cuestin [pp. 135-144]

    Libros Recibidos [pp. 144-144]NotasLa armada invencible. Resea de la exposicin de greenwich [pp. 145-148]Historia comparativa de las revoluciones europeas [pp. 149-151]Primeras jornadas sobre movimiento obrero en la biblioteca pblica ars de barcelona [pp. 151-153]Las tradiciones culturales del anarquismo espaol [pp. 153-155]Congreso international la oposicin al rgimen de franco [pp. 155-156]

    Back Matter