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^^^^¡}ill^,^^ iumii: | ^íliUJiI| SEpti^ ^' HISTORIA Y TRADICIONES DE LA CIUDAD DE AMATITLAN ERNESTO CHINCHILLA AGUILAR Volumen 47 Editorial del Ministerio de Educación Pública

Chinchilla Aguilar - Historia de Las Tradiciones de Amatitlan

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    iumii: | ^liUJiI|

    SEpti^"^'

    HISTORIA Y TRADICIONES DE

    LA CIUDAD DE AMATITLAN

    ERNESTO CHINCHILLA AGUILAR

    Volumen 47

    Editorial del Ministerio de Educacin Pblica

    GUATEMALA*CENTROAMERICA

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  • AJ:T:

    HISTORIA Y TRADICIONES DE LA CIUDADDE AMATITLAN

  • Biblioteca Guatemalteca de Cultura Popular

    Volumen 47

    Impreso en los talleres de la

    Editorial del Ministerio de Educacin Pblica"Jos de Pineda Ibarra"

  • ERNESTO CHINCHILLA AGIJILAB

    Historia y Tradicionesde la

    Ciudad de Amatitln

    ^^^.,

    Volumen 47

    Biblioteca Guatemalteca de Cultura PopularMinisterio de Educacin Pblica Guatemala, G. A.

    Coleccin Luis Lujan MuozUniversidad Francisco Marroqunwww.ufm.edu - Guatemala

  • Vi. I

    m\J

  • A la memoria de m madre

    DOA MARA AGUILAR DE CHINCHILLA

  • AkiX

    Digitized by the Internet Archive

    iri 2011 with funding from

    Universidad Francisco IVIarroqun

    A

    http://www.archive.org/details/histytradici47chinguat

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    NOMBRES Y ETIMOLOGA DE AMATITLAN

    Amatitln reciba indistintamente esta designa-cin o la de Chichoy.

    Francisco Antonio de Fuentes y Guzmn ase-gura que, antes de su traslacin a donde ahora est,Amatitln se llam primero Pampich o Pampichn;y luego, Tzacualpa.

    Algunos autores tambin designan a la lagunade Amatitln con el nombre de Yrulianapa.

    .. Pero, sobre todas las dems, ha prevalecido latoponimia Amatitln, que en lengua pipil quieredecir: Ciudad de las cartas o del correo, segn laprimitiva opinin de Gage y muchos otros historia-dores.

    Dice Garca Elgueta que el glifo de Amatitlnera un. rollo de papel enlazado con un mecate. Demanera que se ve la relacin con las palabras carta

    y correo, pues los indios fabricaban una especie depapel con la corteza del rbol denominado amate oamatle (Ficus Moraceae).

    Para otros autores, Amatitln significa simple-mente: Cerco de amatles o lugar rodeado de ama-tles, por la abundancia que haba de estos rbolesen las inmediaciones de la laguna. /^,.^ ^.,. ... .;

    9

  • 10 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Chichoy es una palabra cakchiquel, que quieredecir: junto a la laguna.

    En la obra de Tomas Gage se indica que Pam-pich significa: En o dentro de las flores.

    La palabra Tzacualpa, en cambio, va unida ala idea de muros derruidos o paredes arruinadas,

    con que los indios designaban a muchos lugares queya se encontraban abandonados en el momento dela conquista.

    Finalmente, el 17 d junio de 1586: "dispone elayuntamiento de la ciudad de Guatemala, que en

    la laguna de Yrulianapa sean colocadas tapadas

    para la conservacin de los peces"; y el 10 de octu-

    bre de dicho ao se prohibe por bando: "pescar en

    la laguna de Yrulianapa, por haber quedado con-cluida la nueva albarrada".

    Historiadores, como Vctor Miguel Daz, Par-do y J. Fernando Jurez y Aragn, han interpretadoque este nombre se refiere a la laguna de Amatitln,sobre la cual tenan jurisdiccin los alcaldes ordi-narios de Guatemala, en calidad de corregidores delvalle metropolitano.

    Pero Garca Pelez, en sus Memorias, Cap.XXIV, dice:

    "En acta de 10 de octubre de 1586, se hacemencin de albarrada, echada segn parece a la la-^guna de Dueas, para cra de pescado, como perte-neciente a ejidos". lu i^ ...

  • La Ciudad de AmatitlAn 11

    Yo no he podido averiguar cosa que valga lapena sobre la designacin de Yrulianapa; pero creoconveniente emplear con muchas precauciones estemelodioso nombre que, a pesar de ello, se usa conpoca frecuencia para referirse al lago de Amatitln.

    En la poca colonial se llam con el genricode los Amatitanes, no slo al valle y la laguna deesta ciudad, sino tambin al pueblo de San Crist-bal Amatitln, ms conocido ahora por Palin, po-blacin indgena de habla pokomam situada a 12kilmetros de distancia.

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    L LAGO DE AMATITLAN *

    En su Descripcin Topogrfica de Guatemala,dice el ingeniero Claudio Urrutia que la cuenca delMichatoya se forma al sur de la capital en un in-significante ro, se ensancha en Petapa y luego se

    convierte en el hermoso lago de Amatitln. "Enalgn tiempo fue este lago semejante al de Atitlnagrega lo demuestra el valle que le da nombre,pues su suelo parece un depsito de tierra en el fon-do de una enorme cuenca; el lago cubri estas tie-rras y debi estar encerrado por las faldas de losvolcanes de Agua y de Pacaya; pero seguramenterompi el agua su dique hacia donde hoy existe lafinca denominada "La Compaa", y el lago se re-dujo dejando en sus mrgenes las planicies de Ama-titln y de Petapa". .. ^ . -

    El lago de Amatitln se halla ubicado a unkilmetro del centro de la ciudad del mismo nombre,cuya situacin geogrfica es la siguiente: 14^ 28' delatitud norte, por QO*!* 37' de longitud oeste (Green^wich). '-^ ^^ ^ i ijSi-r^hm:> ^CS- i ^^tS

    El lago tiene una superficie aproximada de15.2 Km. cuadrados; y todo el municipio de Ama-titln mide aproximadamente 204 Km. cuadrados.

    3

  • 14 Ernesto Chinchilla Aguilar

    La elevacin de la superficie del lago es de1,186 metros sobre el nivel del mar. El centro de

    la ciudad de Amatitln se halla situado a 1,189.85metros de altura. Y otras elevaciones, que puedencontribuir a una apreciacin general de la topogra-

    fa, son las siguientes: cementerio de la poblacin,

    1,225.0 metros; aldea del Llano de Animas, 1,400.0metros; mirador del Filn, 1,455.5 metros; estacindel ferrocarril, 3,904 pies. Todos estos datos mefueron proporcionados bondadosamentte por el se-or Francis Gall, autor del Diccionario de Nom-bres Geogrficos de la Repblica.

    Cabe agregar que la profundidad media dellago oscila entre 5 y 50 metros; pero existen puntos

    menos y ms profundos que los indicados. Sobre laribera norte, las rocas se sumergen abruptamenteentre las aguas; al sur, este y oeste, las playas des-

    cienden suavemente hasta la hondura.

    Stephen F. de Borhegyi (1959) apunta los si-guientes datos:

    "La gran cantidad de sedimentos que acarrea

    el ro Villalobos enturbia bastante las aguas del lago

    (la lectura del disco de Secchi registra entre 2.20 y2.65 metros) la transparencia ha sido estimada entre1.75 y 3.5 metros. La temperatura del lago va de21^ a 25^? centgrados".

    Tambin dice Borhegyi:"En la ribera sur del lago, entre los sitios ar-

    queolgicos llamados Amatitln y Mejicanos, hay

  • La Ciudad de Amatitlan 15

    varios lugares en que aparecen y desaparecen peri-dicamente geysers; hay tambin escapes de aguacaliente y vapor en la misma ribera, y en el propiolago existen aguas sulfurosas que burbujean a unatemperatura de 97^ centgrados, cerca de las cualesun huevo puede ser cocido en pocos minutos conslo introducirlo en el agua".

    Desde el siglo XVII haban descrito este fen-meno Toms Gage y Francisco Antonio de Fuentesy Guzmn. Dice el primero de ellos:

    "Yo he visto una cosa igual en la provincia deGuatemala, donde hay cerca de un pueblo llamadoAmatitlan, una laguna, cuyas aguas no son entera-

    mente dulces sino algo saladas, y salen de una mon-taa ardiente o de un volcn. El fuego del volcnprocede de las minas de azufre que hay en sus en-traas, y de ellas nacen tambin cerca del pueblo,'dos o tres fuentes de un agua ms que tibia, a dondevan a baarse muchas personas, por la fama quehan adquirido de ser muy provechosas para todoslos que necesitan tomar aguas azufradas".

    Fuentes y Guzmn recoge las siguientes pala-bras del padre maestro fray Jacinto Garrido de laorden de Predicadores: "Sed quia tetigi hanc mate-riam dicam quod vidi circa oppidum de Amatitlan:Pero porque toqu esta materia dir lo que vi cercade la ciudad de Amatitlan. All brota agua tancaliente que habiendo cado alguna vez dentro deella un buey, al instante muri, y tan pronto se co-

  • 16 Ernesto Chinchilla Aguilar

    ci su carne, que dentro de media hora se veannadar los huesos solos, sin embargo en aquella aguadentro de ella nadan y viven pequeos pececillosen gran nmero, y all procrean otros y se conser-van por mucho tiempo sin lesin alguna de ellosen el fuego, el cual portento de la naturaleza lovemos y admiramos ignorando la causa".

    En las mrgenes del lago crecen tules silvestrescon que los indios fabrican esteras o petates. Sobrela ondulante superficie flotan lirios acuticos decolor y blancas piedras pmez.

    Parvadas de patos silvestres, pijijes y gallaretastoman refugio en los ms apartados remansos y seocultan entre los juncos de las plantas lacustres.

    "Es esta maravillosa laguna, no slo recreable

    objeto y adorno excelente de este valle dice Fuen-tes y Guzmn sino la comn providencia de Goa-themala en crecida cantidad de pescado regalado yfresco. . . fuera de numeroso cardumen de pepescay de cangrejos innumerables y excelentes al gusto,y de inagotable pesca de tapalcatles, pececillos pe-queos que sirven slo a los indios; hallndose entreesta sobrada y til pesca, en las grutas y pozas pro-fundas del ro, muchas nutrias, como en las profun-didades y breosos tules de la laguna, gran copia delagartos".

    a^ Desde la va frrea que bordea el lago y lo cru-za en el relleno, desde el mirador del filn, desdela carretera que pasa por la planta elctrica y Ta-

  • La Cittdad de Amatitln 17

    catn, desde Lago Azul o desde la punta de Ayala,desde el Yacht Club, desde los cerros (la Mujerdormida, Cardona, la Pipa, de Corado, Falencia,etc.), desde cualquier ngulo que pueda sorprendr-sele, el lago de Amatitln se ofrece a los ojos comouna singular maravilla de la naturaleza.

  • INVESTIGACIONES ARQUEOLGICAS ENAMATITLAN

    Cuando los espaoles conquistaron el territorioactual de Guatemala, los alrededores del lago deAmatitln se hallaban habitados por indgenas poko-mames, desperdigados en varios pueblos sobre la

    ribera sur, que es menos abrupta, as como en las

    colinas prximas.Hace pocos aos, el arquelogo Edwin M.

    Shook, de la Carnegie Institution of Washington,hizo un reconocimiento del rea y describi por lomenos tres sitios arqueolgicos importantes, locali-

    zados en el municipio de Amatitln.El primero se halla al oriente de la ciudad de

    Amatitln, sobre el cerro que domina el extremodel lago, al sur del nacimiento del ro Michatoya.La falda del cerro cae sobre la carretera que vadel llamado puente de la Gloria al punto en quenace el mismo ro.

    El segundo se halla en Contreras, tres kilme-tros al oriente de Amatitln, sobre la ribera meri-

    dional del lago, frente al llamado Yacht Club. Lava frrea corta el sitio arqueolgico en la estacin

    de bandera denominada Contreras.

    19

  • 20 Ernesto Chinchilla Aguilar

    El tercer sitio arqueolgico se halla en lo deMejicanos, cuatro kilmetros al oriente de la ciudad,sobre la margen meridional del lago.

    El ms importante de estos lugares es el prime-ro, que consta de dos plazas alineadas, circundadaspor ms de veinte estructuras individuales de variostamaos. Las estructuras arqueolgicas son mon-tculos, en forma de plataformas bajas; dos patiosde juego de pelota, del tipo hallado en KaminalJuy, que los arquelogos denominan palingana, encontraposicin a los patios abiertos del rea Mayadel Peten. En el talud del terreno se pueden apre-ciar tambin extensos trabajos de terracera.

    El material recogido en la superficie de estossitios arqueolgicos, est constituido por piezas decermica, que corresponden a la fase amatle, delClsico Tardo (500-800 despus de Cristo). Laspiezas de barro corresponden generalmente a coma-les de dos asas o agarraderas, incensarios en formade cucharn, tazones con base anular y de pedes-tal, tazones trpodes de color blanco y rojo sobreanaranjado, figurillas de barro hechas con molde,puntas astilladas de piedra obsidiana, hachas de pie-dra verde, manos y piedras de moler de 3 pies, roscasde piedra, fragmentos de piedra esculpida y monu-mentos sin esculpir de basalto columnar. Tambinse encuentran en este lugar arqueolgico de Ama-titln tiestos muy afectados por la intemperie quecorresponden a una cermica blanca con pintura

  • La Ciudad de AmatitlAn 21

    roja, perteneciente a fechas tan antiguas como 1,500a 1,000 aos antes de Cristo.

    Se han hecho varias publicaciones sobre otrosejemplares arqueolgicos de la regin de Amatitln,extrados al dragar las orillas poco profundas del

    lago. En su mayora son cazuelas bajas, de basechata y amplia orilla extrovertida, con varias filas

    de picos aplicados en toda la pared exterior, a lascuales se aplica el trmino de incensarios tipo Ama-titln.

    Desde 1954, operaciones sistemticas de buceo,hechas por aficionados, permitieron el hallazgo de

    algunas de las ms grandes y bellas piezas arqueo-lgicas de la regin, incluso algunos de estos in-

    censarios picudos, y se ha llegado a pensar en laposibilidad de C|ue pudiesen hallarse reas que anti-guamente fueron pobladas, sumergidas en el fondodel lago. Pero tambin la frecuencia de estos ha-llazgos sugiere la posible prctica de ritos ceremo-niales, en los que se arrojaban ofrendas a los diosestutelares de las aguas.

    Stephen F. de Borhegyi (1959) hace un resu-men de su apreciacin de estos hallazgos:

    'Cerca de 400 especmenes arqueolgicos dis-persos en varias colecciones privadas fueron foto-

    grafiados por miss Joya Hairs, de la ciudad deGuatemala; descrita y medida cada pieza fue cata-logada de acuerdo con su original colocacin en lo

  • 22 Ernesto Chinchilla Aguilar

    hondo de las aguas del lago. La coleccin consisteliteralmente en cientos de vasos ofrendados, incen-

    sarios y sus tapaderas, yendo en tamao desde pocaspulgadas hasta cuatro y medio pies de altura. Mu-chos de los incensarios eran de la variedad de trespicos y llevaban dibujos desusados: rboles de ca-cao y frijolares, quetzales, cabezas de jaguar, monosy tambin calaveras motivos por dems raros odesconocidos en el rea Maya del altiplano. . . Al-gunos de los pequeos y brillantes pedestales quesustentaban los vasos ofrendados fueron encontrados

    en declives del fondo del lago, en pilas de seis o siete,bien encajados uno dentro de otro. Esto, lo mismoque otras observaciones nos convence de que algu-nos de los objetos arqueolgicos hallados en el lagofueron depositados como ofrendas ceremoniales en

    un tiempo en que el nivel del lago era probable-mente ms bajo de lo que es ahora".

    Justo es reconocer el nombre de las personasque han encontrado la mayora de estas piezas: Man-fredo Toepke, Jorge Samayoa, Ral Minondo, Ro-dolfo Robles, Luis Canella, Enrique Salazar Liequens

    y Carlos Springmuhl. Pero los hallazgos lejos dehaber terminado se multiplican cada da y las piezasextradas del lago forman en el presente esplndidascolecciones.

    Los incensarios de Amatitln ms llamativos,son los que tienen cabezas humanas modeladas. Re-

  • La Ciudad de AmatitlAn 23.

    presentan generalmente seores con tocado de plu-mas, orejeras y atuendo de sacerdotes o guerreros.*

    Un incensario de un pie y cinco pulgadas dealto por un pie de dimetro, con tres cabezas deseores y tres calaveras modeladas en dos planos dis-tintos, es sin duda uno de los ms bellos que puedeostentar la arqueologa de Amatitln.

    * Nota del autor: Las piezas de cermica extradas dellago tienen casi siempre adherida una capa de substanciasilicosa, blanca y endurecida.

    El frotamiento con esta substancia silicosa produce inme-diatamente en la piel "una sensacin de punzadas finas, conprurito, y momentos despus una zona eritomatoza en laregin expuesta".

    El doctor Enrique Padilla B., ha tenido la cortesa deproporcionarme una copia de su estudio sobre la "Dermatosispor contacto producida por los cacharros sumergidos en ellago de Amatitln".

    Despus de concienzudos estudios de laboratorio, esteprofesional guatemalteco, lleg a las siguientes conclusiones

    :

    "1. Se seala la existencia de una dermatitis por con-tacto producida por los cacharros extrados del fondodel lago de Amatitln.

    2. La causa es la penetracin mecnica de clulas sili-cosas en forma de agujas que se desarrollan en laarcilla de estos utensilios

    3. Posiblemente estas clulas son algas de la claseDiatomeae.

    4. Se descarta la posibilidad de que el fenmeno seaproducido por la introduccin de sustancia orgnicapor las agujas.

    5. E'l material calcinado as como el natural dan lasmismas reacciones cutneas.

    6. Los resultados de los exmenes qumicos, la mor-fologa y las descripciones botnicas hacen inclinarsea las Diatomeae".

  • 24 Ernesto Chinchilla Aguilar

    En 1960 se hall tambin un incensario de gran-des dimensiones, que representa la figura completade un guerrero, tan extraordinariamente realista,que con razn fue identificado como: el hombre deAmatitln.

  • PAMPICH O PAMWCHIN, SITIO PRIMITIVODE AMATITLAN

    Cuando se hizo la reduccin del pueblo deAmatitln, dice Remesal en el captulo XXIV, dellibro 9"^, de su Historia, que:

    '*En el Chichoy o San Juan Amatitln junto ala laguna se juntaron cinco pueblos, y el principalque estaba en un alto junto a la laguna, sitio enfer-mo y de mal servicio por el mucho trabajo quetenan en llevar el agua, que solan malparir las-mujeres del cansancio, se pas al llano en que agoraest, y el padre fray Diego Martnez, cjue pas elpueblo donde agora est, les hizo comprar aquelsitio, porque era parte de la estancia de un espaol".

    Esto quiere decir que, antes de la venida delos espaoles, el pueblo de Amatitln se hallaba enotro sitio, situado en un alto, junto a la laguna.

    Francisco Antonio de Fuentes y Guzmn, en elcaptulo XIV, del libro 17, parte 1^ de su obra^dice cul fue el lugar de este primitivo asiento:

    "El pueblo de Pampich, situado sobre la riberameridional de la laguna en el sitio que lo estuvaprimero el de Amatitln antes de sus dos transmi-graciones, y fue despus como estancia del pueblo-de Amatitln, tiene treinta vecinos muy pobres".

    25

  • 26 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Pampich o Pampichn, lugar que se puedeidentificar con la actual aldea de Beln, como ver-

    xnos despus, resulta ser de esta manera el primitivo

    y original pueblo de los indios de Amatitln.Pero antes de entrar a la descripcin de Pam-

    pichn, conviene sealar que el mismo cronistaJFuentes y Guzmn, en el captulo VIII, libro 9^, dela primera parte de su obra, se refiere, no a ma,:sino a dos traslaciones de este antiqusimo pueblo: i,

    i

    "Como pas digno de particular atencin, yace,sitio en este excelente valle, el pueblo de San JuanAmatitln. . . transplantado del pueblo de Pampi--chin, que hoy prevalece con pobre y estrecha vecin-dad, a el de Tzacualpa, desmoronada ruina, des-pus de su acertada transmigracin a el desenfada-ndo y saludable valle en que hoy se goza aumentadoy crecido este pueblo excelente de Amatitln".

    Tzacualpa pviede identificarse sobre el cerro

  • La Ciudad de Amatitln 27

    Thomas Gage, vicario del convento de Amati-tln en 1635, habla del pueblo de Pampich, sinmencionar la imagen del Nio Dios. Esto hace su-poner que la romera comenz en una fecha quedebe situarse, entre el mencionado ao de 1635 yel ao de 1695, en que Fuentes y Guzmn dice porprimera vez que la iglesia pajiza de Pampichn: "esdesaseada y pobre, y estrecha, aunque frecuentadade romeros, por la milagrosa imagen del Santo Niode Betlem, que all tienen, y es advocacin de aquelpequeo lugar".

    En el captulo XXII de la Relacin de sus via-jes, Thomas Gage agrega los siguientes datos:

    "En el tiempo en que viva en Amatitln, te-na adems otro pequeo pueblo a mi cargo llamadoPampich, situado al pie de una montaa del otrolado del lago; no era otra cosa ms que una capi-lla dependiente del gran Amatitln, a donde yo ibauna vez todos los tres meses del ao con slo elobjeto de divertirme: este pueblo est muy propia-mente dicho en la lengua india, se compone de panque significa en o dentro; y pichi, flores, esto es,

    dentro de las flores, porque todo est rodeado destas, lo que lo hace extremadamente agradable.Adems es muy cmodo el pasearse en el lago, obien pescar valindose de los canales que estn sobreel ro y cerca, de las casas, de manera que mientras

    viv en Amatitln poda escoger entre los tres pue-blos para divertirme".

  • 28 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Los nicos puntos poblados sobre las riberasdel lago, se hallan en las serranas de la parte meri-dional. Los cinco pueblos que segn Remesal die-ron origen a la actual poblacin de Amatitln, pue-den ser adems de Pampich o Beln: Tzacualpa,El Salitre, El Llano de Animas, y Panquejech queha conservado su nombre indigena piimitivo.

  • FECHA PROBABLE DE LA FUNDACIN DEAMATITLAN

    Dice Remesa! en el libro 11*^, capitulo IV desu historia, que el presidente Cerrato hizo donacinde la laguna de Amatitln a los padres de SantoDomingo y que fue fray Jernimo (o fray Diego)Martnez quien pas el pueblo a donde ahora est,juntando a l otros de la comarca.

    El mismo autor agrega en el libro 9", captuloIV de su obra, que en el Chichoy o San Juan Ama-titln se juntaron cinco pueblos y que fue el padrefray Diego Martnez quien les hizo comprar el sitioen que se asent, porque era parte de la estancia.deun espaol. Este padre, no slo hizo la reduccin,sino que tambin "pobl la laguna de mojarras, tra-yndolas en botijas de la Mar del Sur; porque antesno se criaban all, sino unas pescadillos muy peque-os".

    Con base en estas aseveraciones, en un artculopublicado hace varios aos, yo opinaba que la re-duccin del pueblo de San Juan Amatitln se hizohacia 1549, porque ese fue uno de los aos de msintensa actividad durante el gobierno de don AlonsoLpez de Cerrato, en la empresa de reducir los indi-dios a pueblos.

    29

  • 30 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Por otra parte, Garca Pelez asegura en el ca-ptulo XXV de sus Memorias que: *'En cabildo de14 de julio de 1536, pide Antonio Diosdado ciertastierras para caaverales de azcar que son medialegua, al parecer en los sitios llamados Talcomunta

    y Macuil, junto a Amatitln, con dos ros que porella pasan, y le son otorgados con calidad que las

    pueble y edifique y labre dentro de seis meses. Pue-

    de haberse construido ingenio agrega Garca Pe-lez como lo haba ya en el ao 45 en Chiapa,segn testifica Remesal".

    Esto quiere decir que el espaol Antonio Dios-dado bien pudo ser el primer dueo de la estanciaque menciona Remesal, en cuyo sitio fray DiegoMartnez hizo comprar el rea en que se dio asientodefinitivo al pueblo de Amatitln.

    Ahora bien, el nico lugar conocido en que sejuntan dos ros, hacia la parte sur de la actual po-blacin, se localiza cerca del llamado Ingenio, dondese unen las aguas del conocido ro del Mico con lasdel importante ro Michatoya. Si hubo all un inge-nio de azcar desde el siglo XVI, el todo coincidecon las noticias de Remesal y Garca Pelez; peroesto significa tambin que ya se identificaba a Ama-titln, con este nombre, en 1536, antes de que sehiciera la reduccin y traslado del pueblo al lugaren que lo estableci definitivamente fray Diego ofray Jernimo Martnez, hacia 1549.

  • La Ciudad de Amatitlan 31

    Antonio Diosdado, dueo de uno de los galeo-nes que llev Alvarado en su expedicin al Per^fue vecino de la ciudad de Guatemala y su nombrefigura en el testamento que otorg el obispo Marro-quin por mandato de Alvarado y despus de sumuerte. En 1541, don Antonio Diosdado ya habiafallecido.

    Persiste adems la duda de cundo se hizoefectivamente la fundacin de Amatitlan y en culde las siguientes fechas:

    3 de mayo, da en que Santa Elena hall laSanta Cruz en Jerusaln, que es cuando se celebrala romera del Nio Dios de Amatitlan (?);

    24 de junio, que es el da de San Juan Bautis-ta, patrn titular de la parroquia y pueblo de SanJuan Amatitlan (?); o

    7 de octubre, da de Nuestra Seora del Rosa-rio, a cuya celebracin eran tan afectos los domini-cos y que todava persiste entre las conmemoracioneseclesisticas ms importantes de la ciudad (?).

    Ms adelante viremos cmo la romera delNio de Amatitlan se inici en la segunda mitad delsiglo XVII. Tambin se sabe que la imagen de laVirgen del Rosario fue bendecida solemnemente en

    1906, despus del incendio que consumi la imagenprimitiva, el 10 de junio del mismo ao. Pero, aun-

  • 32 Ernesto Chinchilla Aguilar

    que estas noticias parecen excluir dos de las fechas

    antes mencionadas, sin una base documental mssegura resulta imposible afirmar categricamenteque la fundacin de San Juan Amatitln se hizo el24 de junio de 1549.

  • EL LIBRO DE LAS CUENTAS DE SAN JUANAMATITLAN, DE 1559 a 1562

    Este precioso manuscrito est registrado bajoel nmero 3237: 18 de la coleccin del Bureau ofAmerican Ethnology de la Smithsonian Institutionde Washington.

    Se compone de 72 folios regularmente conser-vados, de los cuales se ha sacado una copia a m-quina, por el seor Charles Upson Clark, que constade 52 pginas.

    La persona que escribi el Libro de las Cuen-tas del Pueblo de San Juan Amatitln, se firma:FRANCISCO, Ahtzib, racun Don Juan Ahval, osea: Francisco, escribiente o secretario del CaciqueDon Juan.

    Las feclias que registra el Libro de las Cuentas,

    se hallan comprendidas entre los aos de 1559-1562,es decir, cuando la poblacin tena aproximadamen-te una dcada de desarrollo, despus que el domini-co fray Diego Martnez le dio asiento definitivo enel lugar que ocupa actualmente. Esto aumenta el

    inters que pueda despertar el cuidadoso registrodel nombre de numerosas familias indgenas, quefomiaron el ncleo de la primera poblacin de lo

    33

  • 34 Ernesto Chinchilla Aguilar

    que con propiedad puede decirse que es la ciudad

    de Amatitln.Los apellidos o nombres de las familias que

    figuran en el Libro de las Cuentas de San JuanAmatitln, son los siguientes:

    Chukuru, Caynac, Macana, Lobo (apellido es-paol), Ahalmek, Lolomay (capitn), Payu, CaleChaan, Tutcanha, Tut pop, Rahpomaz, Hui maz(capitn), Yolik, Atzalam, Colos, Humolam, Lacalel (capitn), Vacah, Popa, Matzin, Ah quihin.Chacal vehem, Lac Pop, Ahquehai, Ahal, Cale-

    caulia, Tocoi cu chu, Vec, Xoc, Tzitiri, Tat maquiz,

    Xocco, Chalquili, Ahcquihim, Ci, Calel, Ocumate,Echax, Quez pal.

    El Libro de las Cuentas del Pueblo de San

    Juan Amatitln, suministra datos valiosos sobre elsistema de tributos, castigos pecuniarios y gastos dela comunidad, durante un perodo de aproximada-mente cuatro aos. Ello permitir alcanzar, cuandose haya hecho su traduccin precisa, el conocimientodirecto de la vida econmica de una poblacin ind-gena del siglo XVI, que continu organizada comoreduccin, bajo el dominio de los espaoles.

    Por de pronto, es interesante consignar que el

    Libro de las Cuentas fue llevado en dos lenguas in-dgenas simultneamente: el pokomam y el pipil.Los folios escritos en pokomam suman 18; los escri-tos en pipil: 14. El resto se halla en castellano.

  • La Ciudad de Amatitln 35

    Es fcil suponer que el escribiente Francisco yposiblemente el mismo cacique Don Juan, entendanlas tres lenguas que figuran en el manuscrito.

    La' presencia de la lengua pipil, a mediados delsiglo XVI, como indispensable para los menesteresde la vida diaria, contribuye a explicar la persisten-cia de trminos, como el mismo nombre de Amati-tln, que es de origen pipil, sin lugar a dudas.

    El estudio de este Libro de las cuentas de SanJuan Amatitln ser grandemente facilitado por elconocimiento de otras obras escritas en la lengua delos amatitanes, como el pequeo vocabulario recogi-do por Toms Gage cuando fue prior en el conventode los dominicos; o el voluminoso vocabulario delpadre fray Pedro Moran, escrito tambin en Ama-titln, en 1720, a la vista del Vocabulario pokomchde fray Diego de Ziga. Pues, como se sabe, elpadre Moran prcticamente fue quien estableci lasdiferencias que existen entre el pokomch, que es lalengua pokom de la Verapaz, y el pokomam, que esla lengua pokom del sur, tenindose como prototipode esta ltima el desaparecido idioma de los indiosde San Juan Amatitln.

  • DISPUTA SOBRE EL LAGO DE AMATITLANEN EL SIGLO XVI

    ''Y poique los hijos del pueblo de San JuanAmatitln tengan algo que agradecer a Su Majes-tad dice Remesal en el libro 11^, captulo IV desu historia sepan que la laguna que est junto asu pueblo que el licenciado Cerrato dio a la orden

    (de Santo Domingo), y la ciudad (de Guatemala)se la quit, como cosa que perteneca a sus propios,

    este ao de 1575, por una real cdula despachadaen Madrid a los 18 de enero, secretario Antonio deEraso, se les mand volver, y dar el dominio quedella tenan, antes que se diese a la religin".

    El mismo autor dice en el libro 8-, captuloXXV de su obra, que fue el padre fray Diego Mar-tnez quien pobl la laguna de mojarras, trayndolasen botijas de la mar del Sur; porque antes no secriaban all, sino unos pescadillos muy pequeos.

    Fuentes y Guzmn en el libro 10*^, captulo XIIde la Recordacin Florida previene que el cabildoobtuvo la posesin de la laguna desde la conquista

    de estos pases y que encerr una cantidad de pes-

    cado del que llaman mojarras, que se trajo de lamar del Sur, y puso una albarrada en la boca del

    37

  • 38 Ernesto Chinchilla Aguilar

    desaguadero ''para que el peje no se saliese por lacorriente del ro, y en esta posesin corri muy lar-go tiempo. . . Pero habindose fundado en el pueblode Amatitln un monasterio de la orden de Predi-cadores, esta religin y sus prelados intentaron ad-

    judicarse as la posesin de aquel lago, como parecedel consistorio que celebr la justicia y regimiento

    en el da viernes en la tarde 10 de julio de 1573,donde el alguacil mayor de la ciudad, Juan Orozcode Ayala, propuso: Que los religiosos de Santo Do-mingo no quieren tratar del pleito de la laguna, sinoque el Cabildo d corte en ello, hacindoles cual-quiera conveniencia".

    El 4 de septiembre de 1573, se celebr un cabil-do extraordinario con la presencia de Juan PrezDardn y Gregorio Polanco, alcaldes ordinarios dela ciudad de Guatemala, el contador Antonio deRosales, y los regidores Bernal Daz del Castillo,Alonso Gutirrez Monzn, don Diego de la Cerda yJuan Orozco de Ayala, y los caballeros licenciadodon Francisco de la Cueva, Luis Manuel Pimentel,Alvaro de Paz, Lorenzo Godoy, Francisco de Mon-terroso, Pedro Girn, Sancho de Baraona, don Alva-ro Prez de Lugo, Diego de Paz, Luis de Gmez yJuan Rodrguez Cabrillo de Medrano. Pero la de-cisin final del cabildo fue adversa a los religiososde Santo Domingo.

    "Difcil es acertar con la verdad entre asercio-nes tan contrarias comenta Pepe Milla y as de-

  • La Cm'ad de AmatitlAn 39

    bi, sin duda, de parecerlc al rey, a quien se pidila decisin del punto, y que dispuso sabiamente queel derecho a la pesca en el lago no perteneciese nial ayuntamiento ni a los frailes, sino a los habitantesdel pueblo de Amatitln".

    La mencionada cdula, por medio de la cualel rey volvi los derechos de la laguna a los habi-tantes de Amatitln, dice textualmente:

    "Visto por los del nuestro Consejo Real de lasYndias, fue acordado que debamos mandar estanuestra Cdula para vos, y Nos tuvmoslo por bien,por lo qual vos mandamos. . . que volvis y restitu-yis, y hagis volver y restituir a los dichos indios

    de Amatitln la laguna que les fue tomada y quitadacontenida en el dicho captulo, para que la tengan,

    gocen y posean por suya y como suya, como antes

    solan; y contra el tenor y forma de ello no vayis nipasis, ni consintis ir ni pasar por alguna manera,

    y del cumplimiento de ello nos daris aviso. Fechaen Madrid a diez y ocho de enero de myll quinien-tos y setenta y cinco aos. YO, EL REY. Pormandado de Su Majestad, ANTONIO DE ERAS-SO\

  • EL CONVENTO DE AMATITLAN

    Despus que fray Diego Martnez hizo a re*duccin del pueblo de Aniatitln, segn el historia-dor Antonio de Remesal, conservaron los dominicosla administracin espiritual de este lugar, bajo elnombre de el Chichoy o San Juan Amatitln.

    Debe entenderse Cjue desde entonces se estable-ci ah ima iglesia, servida por los religiosos delconvento de Santo l^omingo de la ciudad de Gua-temala.

    En 1567, el obispo fray Bernardino de Villal-pando acus a los dominicos de explotar desconsi-deradamente a los indios, lo que motiv que el pro-vincial de esa orden presentara en su descargo ladeclaracin de numerosos testigos de los pueblos desu administracin, y entre ellos menciona Remesal,en el captulo XXIT, del libro 10*? de su obra, a los

    indios: ''Don Pedro de Guzmn, principal de Ama-titln, D. Pedro de Benavides gobernador del puebla

    de Zacualpa, y D. Francisco de Crdenas, caciquede Amatitln*'.

    Por esta poca se disputaba acremente a losreligiosos la administracinj:)arroquial que se habanabrogado desde la primera evangelizacin de los in-

    dios. Y. en 1573, se plante tambin la disputa.

    n

  • 42 Ernesto Chinchilla Aguilar

    que sobre la propiedad de la laguna mantuvieron]os dominicos y el ayuntamiento de Guatemala, aque ya nos hemos referido en otro lugar.

    En el captulo general que la orden de Santo

    Domingo celebr en Valencia, Espaa, en 1596, en-tre otras cosas de gran importancia, agrega Reme-

    sal, en el captulo IV, del libro 11" de su obra:

    "Aceptronse tambin por casas de la provin-cia en el obispado de Guatemala, a Chimaltenango,Chichoy y el pueblo de Rabinal".

    La casa o conventico que los padres de SantoDomingo tuvieron en el Chichoy dio origen al quedespus fue suntuoso convento de la religin de Pre-dicadores y centro de administracin de importan-tes propiedades y explotaciones agrcolas.

    Dice fray Francisco Ximnez, en el captuloLXXVIII, del libro 4-\, de su obra, que el 17 deenero de 1632 se celebr captulo para la eleccin

    de provincial en el convento de Santo Domingo dela ciudad de Guatemala, y despus de tratarse cosas

    y puntos importantes:''Tambin se erigi en convento, ttulo de Vi-

    cara, el de San Juan Amatitln, y se le dio por pri-mer vicario al muy reverendo padre maestro frayPedro de Montenegro".

    El convento de Amatitln se desarroll con ex-traordinaria rapidez durante el siglo XVII.

    Tilomas Gage fue nombrado vicario del pueblode Amatitln, y dice en el captulo XXII de su li-

  • La Gilad de Amatitln 43

    bro que: "se construa entonces un nuevo monaste-

    rio, para separar a todo este valle del convento deGuatemala".

    En el captulo IV de la Relacin de sus viajes,tambin dice Gage:

    "La iglesia de Amatitln est bastante bien edi-ficada y tan hermosa como la primera de Guatema-la; y es tan rica y magnfica que los religiosos de laorden de Santo Domingo, se vieron precisados ahacer en 1635 un priorato, cuya autoridad se extien-de sobre todos los otros pueblos del valle, y a edifi-car un monasterio muy suntuoso, en el cual habaen mi tiempo un cofre con ocho mil ducados paralos gastos ordinarios, que sin duda alguna habrnaumentado mucho de ese tiempo ac".

    Gage consideraba que el pueblo de Amatitlnera ms grande que los de Mixco y Pnula juntos,"la iglesia mucho ms llena de imgenes de santosque las de estos pueblos, y tambin haba muchascofradas de sus dependencias, adems reciba mu-cho del molino de azcar de que he hablado antes(el del Consejo), que estaba cerca del pueblo y delcual reciba todos los das ofrendas de los negros yespaoles que vivan en l".

    "Sin embargo dice el cuidado y gran em-barazo que tena a causa del edificio del conventohicieron que me incomodase pronto la estancia eneste grande y agradable pueblo; porque muchas ve-ces tena treinta o cuarenta obreros, a quienes deba

  • 44 Ernesto Chinchilla Aguilar

    vigilar y pagar todos los sbados por la noche: estome fatigaba mucho la cabeza, me impeda de estu-diar, y lo que es ms, era un trabajo en que noencontraba placer alguno y no esperaba nunca elpoder gozar de l".

    En el captulo que para la eleccin de provin-cial se celebr en el convento de Santo Domingo deGuatemala, el 6 de noviembre de 1638, la Vicarade San Juan Amatitln fue erigida en Priorato, yse le dio por primer prior al muy reverendo padrefray Francisco Moran, con jurisdiccin sobre SanCristbal Amatitln (Paln), Pampich (Beln), Pe-tapa, Santa Ins, Mixco, Pinula y Chinautla.

    Con la adquisicin de los ingenios o molinos deazcar, llamados del Ans y del Rosario, las obrasmateriales emprendidas por el priorato de Amati-tln, cobraron un gran incremento en la segundamitad del siglo XVII. Entonces algunos religiososrecibieron el hbito en el convento de Amati-tln, y entre ellos, Ximnez menciona al reverendopadre predicador general fray Manuel Cano, quehizo su profesin el 1" de mayo de 1665. La fbricadel mismo convento se haba concluido, siendo priorel reverendo padre fray Jos Ramrez, y en 1695Francisco Antonio de Fuentes y Guzmn describeel suntuoso edificio con las siguientes palabras:

    "Sobresale elegantemente, entre el aspecto ma-terial de esta poblazn el religioso y magnfico con-vento de Santo Domingo, que est, desde los prime-

  • La Ciudad de Amatitln 45

    ros principios del establecimiento de nuestras funda-ciones, erigido en este pueblo a el venerable culto deDios Sacramentado, debajo de la advocacin de SanJuan Bautista. Hoy se goza ennoblecido con cua-tro suntuosos y magnficos claustros altos y bajos,grande y numerosa correspondencia de oficinas,todo edificado de piedra de cantera, por la grandecomodidad que ofrece la cantera de piedra blancatirante a azul, de tratable y dcil pasta en su natu-raleza, y que pulida del cincel y la escoda quedalisa como una tabla acepillada: dista del pueblo lacantera un cuarto de legua muy escaso. Es el tem-plo capacsimo y bello, de la propia excelente ma-teria, con buenos adornos de sacrista, rgano ycampanario bien adornado de armoniosas campa-nas. Mantiene este convento cinco religiosos, sin elprior y el vicario de su ingenio de hacer azcar quellaman de Dons, y tiene por sujetos a la dignidadprioral a el de Pampichn, San Cristbal Amatitln,San Pedro Mrtir, Petapa, Santa Ins, Pnula, Mix-co y Chignautan, pueblos numerosos y excelentes desu visita".*

    * Nota del autor: Gage dice en captulo XII de laRelacin de sus viajes:

    "En mi tiempo hicieron un nuevo monasterio en el pueblode Amatitln, con muchos arcos de piedra, tanto en loscorredores bajos como en las galeras altas, y tan perfectoy bien acabado, como cualquiera otro edificado en otrotiempo por los espaoles en la ciudad de Guatemala".

    Estas palabras confirman la descripcin que hizo Fuentesy Guzmn unos cincuenta y cinco aos ms tarde.

  • 46 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Actualmente^ ha desaparecido el monumentalcuadrngulo de dos pisos que cerraba el claustro delos dominicos. Los pobladores de la ciudad deAmatitln llaman a la casa del prroco: El convento.Viejas y agrietadas paredes de piedra persistan has-ta hace algn tiempo hacia la parte meridional dela iglesia, como vestigios de esta antigua reliquiacolonial del siglo XVII. Los terremotos agrietaronprimero las recias paredes del edificio; y el abando-no a que lo someti despus la falta de celo religiosoborr casi completamente la fbrica material y disi-

    p el recuerdo de la antigua magnificencia del con-vento de Santo Domingo, priorato de San Juan Bau-tista de Amatitln.

  • montera de venados en el lago deamatitlan

    Tenan grande aficin los seores de la noblezapor la prctica de rudos ejercicios de caza y monte-ras. Considerbanlos digna diversin de caballe-ros, que de aquella suerte se mantenan diestros enel uso de las armas, giles en las cabalgaduras yavezados en las asechanzas del peligro. A unos ca-balleros apasionaba la volatera, a otros la caza ma-yor del jabal, a otros la arisca persecucin del zo-rro. Escribironse tratados sobre estas materias

    cetrera, halconera y toda suerte de monterasmayores . Los espaoles trajeron a las Indias laaficin por algunos de estos ejercicios. Y no es deextraar que surgieran aqu nuevas formas de caza,producto de la simbiosis con las costumbres y ejer-cicios de los naturales.

    As, uno de los grandes divertimientos que se

    ofrecan a los presidentes, obispos y otros personajesde la vida colonial, en Guatemala, era la monterade venados en el lago de Amatitln.

    En el verano, pegbanle fuego a los montes re-secos que rodean el lago; y los ciervos fugitivos lan-zbanse desde los matorrales en desenfrenada carre-ra, huyendo de las llamas.

    47

  • 48 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Expertos indios monteros obligaban a los vena-

    dos a tomar carrera en direccin de las aguas. Yall eran perseguidos de cerca por destrs'mos reme-

    ros que los acosaban hasta cansarlos.

    Enloquecidos los ciervos, se echaban a nadoentre las encrespadas aguas del lago, para tratar dealcanzar las riberas opuestas al incendio. El espec-

    tculo resultaba magnfico, al recortarse en el hori-

    zonte las cabezas de los encrestados ciervos y la si-lueta de las canoas, impulsadas por el esfuerzo de losremeros.

    La diversin duraba toda una tarde, para solazde los espectadores y demostracin de los indios des-nudos, excelentes nadadores, que conseguan apresar

    ;a los ciervos, a mano limpia, despus de acosarlos

    durante dos y tres leguas de persecucin.

    Francisco Antonio de Fuentes y Guzmn des-cribe en 1697 la montera de venados, con las si-

    guientes palabras:

    *'Cien empinentemente soberbios y crecidos, todo

    cl mbito espacioso de la laguna, unos robustos

    montes y tajadas peas; y a stos, para la caza ymontera de los ciervos, se les da fuego; con cuyo

    voraz incendio quedan desnudos y despojados de lasbreas y pompas de los pastos. Mas dndoles fuego

    desde la falda, y subiendo y trepando para lo alto

    de los montes, los ciervos se van retirando del incen-

    dio para las llanuras de arriba, que quedan sin que-

    marse, de donde, despus de dos o tres das, los

  • La Ciudad de Amatitln 49

    indios monteros los levantan, encaminando la mon-tera por los mismos ridos y abrasados riscos hastalanzarlos acosados a las aguas de la laguna, en queya hay prevenida cantidad de canoas con diestrosremeros para el atajo y naval caza, en cuya ligera yarriesgada competencia es objeto admirable la fugaa nado de los ciervos y avance a remo de los caza-dores; en que se gasta gran resto de entretenida tar-de hasta aoriliarse a tierra, a donde esperan desnu-dos otros indios, destrsimos nadadores, que salin-

    doles a el encuentro los apresan a mano, despus dehaber nadado los ciervos dos y tres, y a veces cuatroleguas de crecidas y crespadas olas; concurriendo aeste entretenido y regocijado festejo numeroso pue-blo y concurso venerable de religiosos y nobleza deGoathemala, en ocasiones de hallarse en este puebloel presidente o el reverendo obispo, en que se ejer-cita esta huelga por agasajo y gratitud de estos su-periores".

    Ya no queda en los montes de Amatitln n-

    mero suficiente de venados para practicar las mon-

    teras coloniales. Las canoas de los indios van

    desapareciendo con el trfago de los aos. De lo

    que Fuentes y Guzmn llama "atajo y naval caza"slo persiste la destreza de los remeros y la natural

    disposicin de los nadadores nativos. Modernas lan-

    chas a motor surcan el lago y espantan los voltiles,

  • 50 Ernesto Chinchilla Aguilar

    cuya cacara an logra realizarse en las pocas y es-condidas riberas, donde crecen los juncos de tul ytoman refugio los nades silvestres.

  • INGENIOS DE AZCAR

    El ingenio de azcar ms antiguo que se men-ciona en Amatitln es el que segn, Garca Pelezpudo haber establecido el espaol Antonio Diosdadoen unas tierras que solicit al ayuntamiento de Gua-temala en 1536 y que le fueron concedidas cerca deAmatitln, con extensin de media legua en los lu-gares ya sealados de Macuil y Talcomunta, cercade donde se juntan dos ros.

    Toms Gage se refiere a un ingenio o molinode azcar, ms grande que el dei Zavaletas, ubicadoen un punto prximo al pueblo de Amatitln, conel nombre de Molino del Consejo, por ser ste quienlo hizo construir. En la poca de Gage este molinoperteneca al jefe de postas de Guatemala, capitndon Pedro Crespo Surez, el mismo que leg partede su fortuna para la fundacin de la Universidad.

    "Este sitio se parece a un pequeo pueblodice a causa del nmero de cabanas y casascubiertas de paja de que se compone, donde habitanlos esclavos negros dependientes del ingenio, que son

    ms de ciento entre hombres, mujeres y nios; perola casa del amo est bien edificada, espaciosa ycapaz de poder alojar a ms de cien personas".

    51

  • 52 Ernesto Chinchilla Aguilar

    En el transcurso del siglo XVII, los religiososde la orden de Predicadores intensificaron sus explo-

    taciones agrcolas en San Juan Amatitln, y se esta-blecieron otros dos clebres ingenios: el de Donis,corruptamente llamado de Ans; y el del Rosario.

    Hablando de este ltimo dice el padre Xim-nez, en el tratado 2'^ libro 5^, capitulo XXXIX desu obra, que en 1682 muri el muy reverendo padremaestro fray Francisco Gallegos/ quien fue prior

    del convento de Amatitln y poco tiempo despusdel de Guatemala. Al acabar este oficio, el padreGallegos se retir al ingenio del Rosario: "All fa-

    bric las casas de molienda y de calderas, hizo latauja del agua para la rueda, con que lo volviingenio, que antes era cosa muy corta. Tambinintent partir el cerro para meter un ro en el ca-

    averal para su riego, que aunque no lo pudo con-seguir, hizo cosas grandes, como magnnimo queera'\

    Del otro ingenio de los dominicos, el de Ans,

    dice el padre Ximnez, en el tratado 2^, libro 5*^, ca-ptulo XVIII: en 1665 muri en Guatemala el pro-vincial fray Jos de Ocampo, gallego. Fue priordel convento de Amatitln, y sindolo compr paraaquel convento el ingenio de azcar que llaman deDonis y hoy corruptamente se dice de Ans. *'Muybuena hacienda por cierto, si no estuviera en poderde la religin, que por el poco cuidado se destruyems".

  • La Ciudad de Amatitlan 33

    El ingenio de Ans lleg a ser tan importante,que en 1773 uno de los alcaldes ordinarios de laciudad de Guatemala expuso que no era conve-niente enviar indgenas en repartimiento a trabajara este ingenio, pues crea que por ello se estabandespoblando los lugares de San Juan y San Crist-bal Amatitlan (Paln),

    Adems j los jesutas haban adquirido, desdeprincipios del siglo XVII, un rico ingenio azucarero,situado entre San Cristbal y San Juan Amatitlan,que se conoce hasta la fecha con el nombre de LaCompaa. Dice Fuentes y Guzmn, que el rodespus de salir de la laguna mueve dos grandesingenios: "fuera de cuatro molinos, a quienes prestaherido para el uso de sus rodeznos; corriendo des-pus de la hacienda de la Compaa de Jess, ferti-lizando abundante y prdigo innumerables apaciblescam.pos".

    En noviembre de 1726, ocurri en las haciendasdel Ans y de la Compaa una sublevacin de ne-gros esclavos, que fue reprimida con fuerzas al man-

    do del alcalde ordinario de Guatemala, don DiegoBatres. Brevemente se consigna en el acta de ese

    da, que uno de los alcaldes de la ciudad no asisteal cabildo por hallarse ocupado en sofocar esta su-blevacin.

    Cuando todava no se haba logrado incremen-tar suficientemente el cultivo del caf, despus de

    la terrible cada del precio de la grana, Amatitlan

  • 54 Ernesto Chinchilla Aguilar

    volvi a la produccin de azcar en gran escala, ylleg a ocupar el primer lugar en la produccin na-cional durante los aos 1886 y 1887, con las siguien-tes cifras:

    Ao de 1886:

    azcarpanela

    miel

    mascabado

    896,207 Kg.3.781,762 Kg.

    2.636,720 Kg.

    1.107,450 Kg.

    Ao de 1887:

    azcarpanela

    miel

    mascabado

    946,800 Kg.

    3.526,800 Kg.

    2.501,700 Kg.1.125,000 Kg.

    A la enorme importancia que ha tenido la pro-duccin de azcar en Amatitln, se debe la variada

    y rica profusin de dulces que todava se fabricanen la actualidad.

  • El PUENTE DEL MOLINO O DELA GLORIA

    El puente de Amatitln, denominado del Mo-liio o de la Gloria, se halla situado sobre el ro Mi-Ghatoya, en un vado, a un kilmetro del nacimientodel mismo ro.

    Construido por los espaoles en el siglo XVII,el puente de la Gloria slo cede por su magnificen-cia, en el territorio de Guatemala, al clebre puen-te de los Esclavos.*

    A lo largo de trescientos aos, millares de via-jeros y trajinantes han pasado sobre el piso de pie-dra de esta slida construccin de ladrillo y arga-masa.

    Durante la poca colonial, el puente de la Glo-ria una el rico lugar denominado el Salitre con lapoblacin de Amatitln. Era tambin paso obliga-do para los habitantes de Pampichi o Beln, Tza-cualpa y otros lugares que se hallan en las serranas

    de la parte meridional del lago.

    * Nota del autor: El pueblo de Los Esclavas segnijage reciba este nombre, porque sus habitantes estabanobligados a llevar las cartas y fardos desde Amatitln atodas partes del pas, antes de la venida de los espaoles.

    55

  • 56 Ernesto Chinchilla Agijil.\r

    Tres arcos de medio punto sostienen la pesadaarquitectura, que en su conjunto general resultacompacta y armoniosa.

    En 1697, Francisco Antonio de Fuentes y Guz-mn describi el puente de la Gloria con las si-guientes palabras:

    "Hace acomodado y seguro trnsito, de la unaa la otra parte del pueblo que divide y corta la

    corriente del ro, un maravilloso puente que llaman

    del Molino, fabricado con atenta simetra y propor-

    cionada arquitectura, con tres capaces arcos y pun-

    tas de diamante que cortan y dan paso a el raudal

    y curso de aquellas aguas, aun en su mayor aumen-

    to; y hace trnsito y conveniente va a el frecuente

    comercio de una y de otra parte del pueblo, como

    al preciso trajn de los lugares de Panipchn y de

    el Salitre".

    Han cruzado por el puente las cansinas recuasde la colonia en busca de los ricos pastizales salitro-

    sos. I-o han atravesado damas y caballeros en ca-rrozas y diligencias. Acomodados comerciantes degrana, somnolientos priores del antiguo convento do-

    minico, personajes en busca de salud as como ro-meros y paseantes, pasaron por el puente de la

    Gloria hasta el abandonado Pocto del Nio, hastalas milagrosas fuentes termales. En el vado, se la-vaban los carricoches y se recreaban, en obligadobao, muas, caballos, jinetes y boyeros.

  • La Ciumd dk Amatitln.

    57

    En poca reciente, para detener la corriente delro, se hizo una represa de agua, inmediatamentedespus del puente de la Gloria. Juveniles baistase sumergen en las aguas de la Presa, en tanto quevuelven los mayores de tomar los baos calientes,o las lavanderas terminan sus faenas en el estanqueprximo.

    Han transcurrido los aos. Lujosos autom-viles hacen ahora competencia a las antiguas carre-tas y a los carruajes, resabio de los siglos. Presu-rosos viajeros cruzan el puente de la Gloria, caminoal Yacht Club a los chalets del Morln, a los es-plndidos baos de Santa Teresita. Casi todosignoran que en la colina prxima se hallan los ves-tigios de la Tzacualpa antigua.

    Mujeres lavando ropa, con el agua a las rodi-llas, se inclinan sobre las piedras; multitud de nios

    y baistas chapalean en el rio, desde las Tapias-

    hasta la poza del Coco.

    A veces, el puente de la Gloria es testigo deidilios y romances; de cotidiana poesa; y de algncomercio de arrieros y transportistas.

    En la histrica ciudad de Amatitln, emporioantiguo de las nopaleras, el puente es como un sm-bolo de grandeza pretrita.

  • EL SALITRE

    El territorio que llaman El Salitre, ubicado so-bre la ribera sur de la laguna, constitua, desde lapoca indgena y durante la dominacin colonial,una de las riquezas naturales mejor explotadas porlos habitantes de Amatitln.

    Toms Gage dice en la Relacin de sus Viajes,3^ parte, captulo IV:

    "Se enriquecen tambin por la sal que hacen,o ms bien que se recoge en los bordes del lago,donde todas las maanas aparece sobre la tierracomo una gelatina blanca, que los indios purifican

    despus, de suerte que se vuelve muy blanca y pro-pia para el uso ordinario.

    Sacan adems mucho provecho de las muasde los alrededores del valle, pues las traen a pacera esta tierra salada un da o una maana entera,pagando cada mua cinco sueldos por da. Se sabepor experiencia que sta las hace fuertes y vigoro-

    s-as, y les vale ms que ninguna medicina ni la mis-ma sangra".

    Fuentes y Guzmn corrobora estas noticias enel libro 99, ca^ptiflq VIII, de 1^ Rc^oir^^n Flo-rida:

    59

  • 60 Ernesto Chinchilla Aguilar

    "Yace a la parte que mira de la laguna a lasituacin del sur; por donde tiende y dilata ms suarenosa y alegre playa, vestida ya de umbrosos bos-ques y de frtiles prados, y en la mayor parte des-nuda y manifiesta en plida naturaleza de tierra,cuya calidad de hmeda, amarilla miga es salitrosa,de donde el conocido y comn pronombre de ElSalitre le viene; en que se apastan por algunos tiem-

    pos del ao, cuantos ganados de toda suerte sirvena las haciendas de campo de los valles de Mesas,Canales, Vacas y Mixco; reduciendo este comnapasto a slo el comer de aquella tierra salitrosa,purgativa y medicinal, que limpia y con brevedadpurga y engorda los ganados".

    Mas importante que los pastizales salitrosos meparece el hecho de que los indios, desde tiempo in-memorial, encontraron en el rico territorio ima pro-visin fcil de sal blanca, que contribua a la dietaalimenticia de los numerosos pobladores del altipla-no central de Guatemala.

    "Diltase prvida la propiedad de su natura-leza dice Fuentes y Guzmn a la produccinartificial y abundante de sal blanca y gruesa degrano, que de esta maravillosa tierra fabrica la acti-vidad de los indios de este pueblo de Amatitln, porel fcil y seguro arte de coladeras, que en todas lascasas generalmente usan sin excepcin, por ser sitio

    y territorio el del salitre libre a el comn, con bene-

  • La Ciudad de Amatitln 61

    plcito del Cabildo de Goathemala cuya es estatierra".

    El procedimiento empleado en la fabricacinde la sal blanca parece tan antiguo como rudimen-tario:

    ''Y el obrador tan fcil, que slo se compone ytraza de una esterilla afianzada y presa a cuatrohorconcillos de cinco cuartas de alto, y en la esteraacomodan la tierra de salitre apretadamente y so-bre ella porcin de agua que, destilada por las po-rosidades que trasmina de aquella salitrosa sustancia

    y escurriendo a lo bajo, en ollas y vasos de suficien-te receptculo, a la manera de leja, puesta estaagua a el fuego, sin otra diligencia, cuaja en granode sal muy excelente".

    Se llega a la tierra del Salitre por el caminodel puente d la Gloria, que permita seguro trnsi-to desde San Juan Amatitln hacia los antiguos es-tablecimientos de Tzacualpa, el Llano de Animas,Pampichn y Panquejech. El auge de la grana,la caa de azcar y el caf, durante el siglo XIX;as como la fcil introduccin de sal, desde el mar,cuando se construy el tramo ferroviario del puertode San Jos a la capital, produjeron el paulatinoabandono de las salinas, fincadas al sur del lago,donde slo subsiste el antiguo nombre de El Salitre,como palabra evocadora de una milenaria tradicin.

  • EL NIO DIOS DE AMATITLAN

    Numerosas como son las leyendas acerca delNio Dios de Amatitln, resulta difcil discernirentre ellas la verdad. Pero dos datos concretos sonfehacientes en cuanto a la procedencia y culto querecibe esta venerada imagen.

    &i el siglo XVII ya era conocido el Santo Niode Betlem, y con est nombre lo cita en 1695 Fran-cisco Antonio de Fuentes y Guzmn, en el captuloXIV, del libro 17^, de la Recordacin Florida:

    "El pueblo de Parapich dice situado sobrela ribera meridional de la laguna, en el sitio enque lo estuvo primero el de Amatitln antes de susdos transmigraciones, y fue despus como estanciadel pueblo de Amatitln, tiene treinta vecinos muypobres y as su iglesia pajiza, es desaseada y pobre,

    y estrecha, aunque frecuentada de romeros, por la

    milagrosa imagen del Santo Nio de Betlem, queall tienen, y es advocacin de aquel pequeo lu-gar".

    Cien aos ms tarde, el bachiller Domingo Jua-rrs, en el captulo IV, tratado I'?, de su Historia,

    en relacin con San Juan Amatitln, dice lo si*

    guente:

    63

  • 64 Ernesto Chinchilla Aguilar

    "Tiene buen suelo, calles anchas y rectas^, casasacomodadas, plaza bastantemente proveda, unahermita del Calvario, Iglesia Matriz decente y ca-paz: en ella est colocada cierta imagen del NioJess, de gran Venemcin; son innumerables las per-sonas, que vienen en romera, a visitarla de todoslos pueblos vecinos, y aun de los distantes, especial-tnente el ^ domingo de mayo, en que se celebrasu fiesta principal: dicha efigie estaba antes en unahermitilla 3 leguas distante del pueblo, en cierto pa-rage que por esta razn llaman Betln: mas por evi-tar los desrdenes que regularmente se ocasionan delos concursos en lugares extraviados, el seor arzo-

    bispo de Guatemala (Dr. D. Cayetano Francos yMonroy, 1779-1792) la mand trasladar a la citadaIglesia

    , Parroquial, el ao de 1789".

    Estos datos proceden de dos historiadores deYieconocido renombre y pueden considerarse inobje-tables: la imagen del Nio Dios exista desde elsiglo XVII en la aldea de Beln y este lugar erafrecuentado por los romeros; en 1789, el arzobispoFrancos y Monroy orden la traslacin de la ima-gen a la parroquia de Amatitln, por considerarlaun lugar ms adecuado para la numerosa romeradel Nio.

    Las leyendas y tradiciones acerca del Nio deBeln, se han forjado sobre estos dos datos histri-cos, principalmente en el siglo XIX.

  • La Ciudad de AmatitlAn 65

    Los v^ecinos de Pampich o Beln deben haberresentido la disposicin del arzobispo, porque se ale-jaban de la aldea la milagrosa imagen venerada ylos romeros. As tom cuerpo la especie de que elNio quera volverse a su iglesita miserable, en laaldehuela de pescadores. Los sencillos indgenasaoraban la milagrera de la sagrada efigie. Vean-la los pescadores sobre las aguas del lago, en la Silla

    de los rganos. La fama del Nio trascendi delos alrededores a todos los mbitos del pas. El augede la grana que tuvo Amatitln a mediados delsiglo XIX contribuy al mayor esplendor de la ro-mera de mayo. Noventa aos despus de la dis-posicin de trasladar al Nio de Beln, se hallabanen su apogeo los difciles trabajos de la construc-cin del relleno, que divide la laguna y pennite elpaso del ferrocarril, en la garganta ms angosta dellago. La construccin del ferrocarril era el acon-tecimiento ms grande que haba ocurrido en lahistoria de todos estos contornos. Y se difundi lacreencia de que el Nio no permita la constioiccindel relleno. La romera tom mayor cuerpo enaquellos aos, y as se explica el dato recogido por

    Augusto Reynosa, que literalmente dice:

    "1883. En este ao, precisamente el da 3 demayo, se traslad la imagen del Nio Dios de Beln,en solemne ceremonia religiosa, de la capilla de los

    dominicos (capilla en el convento de Amatitln) ala iglesia parroquial.

  • 66 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Esta disposicin del gobierno eclesistico fuedada en vista de que la cantidad de devotos se ha-ca cada da ms grande y urga un edificio msamplio para contenerlos en los oficios divinos".

    Tambin se deben considerar otros elementosde juicio en relacin con las leyendas del Nio deAmatitln:

    Primero: los indgenas^ desde la poca prehis-pnica, hacan ofrendas al espritu tutelar de lasaguas del lago^ como se ha demostrado por los mu-chos hallazgos arqueolgicos que se han hecho re-cientemente y es generalmente aceptado que losmisioneros propiciaron el desarrollo del culto a de-terminadas imgenes cristianas^ precisamente enaquellos lugares donde las ceremonias idoltricas delos indgenas solan verificarse.

    Segundo: es posible que la imagen del Niode Beln se halle de alguna manera vinculada alhermano Pedro de Betancur, cuyo trnsito por lasinmediaciones de Petapa es generalmente sealadopor sus bigrafos.

    Tercero: el 3 de mayo, da de la Santa Cruz,es de la advocacin del gremio de los albailes ycanteros, y Amatitln fue siempre afamado por susbuenos oficiales en este arte.

    Cuarto: las aguas termales y medicinales deAmatitln contribuyeron, con la virtud de sus emo-ciones milagrosas, al desarrollo de la romera delNio Dios.

  • La Ciudad de Amatitln 67

    En verdad, toda la historia de Amatitln sehalla estrechamente vinculada con el prestigio deesta antigua y milagrosa imagen del Nio de Ato-cha, que mide dos tercias de alto, ostenta un res-plandor magnifico, y sentado en su pequeo tronomira hacia el frente con grandes ojos profundos,sostiene un globo en la mano izquierda e impartela bendicin con la derecha a todos sus fieles de-

    votos.

  • LA \ IRGEN DEI. ROSARIO, PATRONA DEAMATITLAN

    Es posible que la primitiva imagen de la virgendel Rosario, que se venera en la iglesia de Ama-titln, fuese la que contrat en 1696 el maestroensamblador Damin de la Vega, para el retablodel altar mayor, junto con otras imgenes, entre lasque se cuentan: la escultura de un San Juan de 2varas de alto y un Cristo de vara y cuarta.

    De ser as, la venerada imagen de la virgen delRosario se describe en dicho retablo como "unaescultura de Nuestra Seora, con su Nio, de 1vara y 3 cuartas de alto", que estuvo colocada ensu camarn, desde entonces hasta 1906, y se incen-di parcialmente el 10 de junio de ese ao, despusde 210 aos de recibir permanente adoracin.

    La virgen del Rosario es patrona de Amatitlnpor haber sido la iglesia de este lugar pertenecientea la orden de Santo Domingo, que difundi el cul-to del Rosario en toda Amrica.

    Hacia el mes de junio de 1906, se hizo en Ama-titln un reclutamiento de tropas, bajo el mandodel coronel Salvador Alarcn.

    El batalln de Amatitln march hacia la fron-

    69

  • 70 Ernesto Chinchilla Aguilar

    tera oriental de nuestro pas, para combatir a unejrcito salvadoreo, que unido a los emigrados gua-temaltecos del general Salvador Toledo, y en con-nivencia con el presidente Regalado, amenazabaderrocar a don Manuel Estrada Cabrera.

    A la salida de las tropas, se encomend a lamilagrosa imagen de la virgen del Rosario la segu-ridad de los seres queridos que marchaban a la gue-rra; de tal manera que, aunque se libraron fieroscombates, ninguno de los amatitlanecos perdi lavida y todos volvieron felizmente al hogar.

    Cuentan que durante la guerra, en la lejanafrontera salvadorea, los soldados de Amatitln vie-ron una vez a su defensora, que los guiaba con unabandera, entre la humareda de la plvora.

    Lo que realmente sucedi fue que un descuidoque se tuvo con la imagen de Nuestra Seora delRosario, produjo en Amatitln la catstrofe de unincendio que se desarroll en la iglesia, prendifuego al vestido de la virgen y la redujo a encendi-do carbn. Las gentes, con baldes de agua, acu-dieron desde el mercado prximo para combatir elsiniestro, que no ocasion otras prdidas, sino laparcial destruccin de la antigua y venerada ima-gen de la virgen del Rosario.

    Cuando todo volvi a la normalidad, se integrun comit, formado por doa Elisa de Granda ylas seoritas Eugenia Mejicanos, Dolores Godoy yLuz Ardn, quienes contrataron la escultura de una

  • La Ciudad de Amatitln 71

    nueva imagen al artista guatemalteco Julio Dubois,quien entonces acababa de concluir la imagen de lavirgen de Loreto que se venera en la capital, enl templo del Sagrado Corazn de Jess.

    El seor Dubois fue a Amatitln y all se alojen la llamada casa de la ahorcada, para tomar me-didas y dar principio a su delicada tarea, con rigu-roso apego a las formas de la antigua imagen, deacuerdo con las fotografas que para el efecto se leproporcionaron.

    El diario ''La Repblica", en su edicin corres-pondiente al 12 de mayo de 1898, describe en lasiguiente forma el crimen horrendo que haba tenidolugar en la llamada casa de la ahorcada:

    ''El domingo pasado tuvo lugar en Amatitlnun crimen terrible y misterioso.

    A las ocho y media de la maana, la seoraJusta Aguilar, que viva a una cuadra de distanciade la plaza, fue encontrada en su habitacin estran-gulada con dos pauelos, y con otros amarradas lasmanos sobre el pecho.

    Corra la opinin general en la villa y sus alre-dedores, que la vctima era muy rica y que su haberconsista en grandes cantidades de dinero en efecti-

    vo atesorado en su casa. Lo misterioso de su muer-te y haberse encontrado todos sus muebles rotos

    y la desaparicin de unas preciosas imgenes queposea, hacen creer que fueron ladrones los infames

    que la ultimaron: pero como nadie conoca su capi-

  • 72 Ernesto Chinchilla Aguilar

    tal, ignoiase que suma le liabrn robado sus ver-dugos.

    La autoridad ha encarcelado a varios indivi-duos, entre ellos a los vagos conocidos de la pobla-

    cin.

    Toda pesquisa hasta hoy ha sido intil, y cre-se que este crimen horrible quedar sumergido enlas sombras".

    Como la casa de la ahorcada permaneci mu-chos aos sin que nadie se atreviese a vivir en ella,

    el seor Dubois encontr all alojamiento y comono era persona que tuviese miedo a los espantos, res-tableci la confianza de todo el mundo y concluyla nueva imagen de la virgen, restaurndole com-pletamente el rostro y esculpiendo una nueva ima-gen del Nio que lleva en los brazos.

    La restauracin se hizo justo a tiempo paraque los combatientes la hallaran en su camarn delaltar mayor, al volver de la guerra. Y la imagenfue bendecida y proclamada solemnemente Patronade Amatitln, en im acto especial para el cual seinvit al presbtero don Salvador Sols Corleto, di-rector de uno de los colegios de la capital.

  • LA JURA DE LA INDEPENDENCIA ENSAN JUAN AMATITLAN

    El 23 de octubre de 1821, treinta das despusde la proclamacin solemne que se hizo de la inde-pendencia en la ciudad capital de Guatemala, lasautoridades y el pueblo de San Juan Amatitln rea-lizaron las demostraciones pblicas de regocijo ge-neral que se consideraron adecuadas, en una ocasintan significativa como inslita en el correr mon-tono de la vida poltica del lugar.

    El ayuntamiento constitucional de San JuanAmatitln, que haba sido electo en las postrimerasde 1820, adquiri entonces im carcter genuinamen-te representativo, y acord dirigir al jefe suf>eriorpoltico, don Gabino Ganza, una comunicacin enque se relatan los acontecimientos de aquel dichosa

    da.

    Dice textualmente:''Excelentsimo seor:

    El Ayuntamiento constitucional de este suelatiene la sat"sfaccin de participar a vuestra exce-

    lencia, que el da 23 de octubre hizo este cuerpo la

    solemne publicacin de nuestra gloriosa indepen-

    dencia, habindose hecho la privada desde el mo-

    mento mismo que se recibi la noticia de oficio.

    73

  • 74 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Reunidos los capitulares en un lucido tablado,construido al efecto con el padre cura doctor don

    Jos Serapio Snchez/^ las personas viables y unnumeroso concurso de vecindario y sus contornos,

    pasamos todos a la yglesia principal, donde se cele-br Misa solemne^ y por el expresado prroco sedijo un eloqente discurso, anlogo a las circunstan-cias; y despus de cantado el Te Deuin nos restitui-mos al Cabildo, y colocados en el expresado tablado,

    se hizo la proclamacin y jura, bajo la forma pre-venida, al qual el pueblo concurri con incesantes

    vivas y otras demostraciones de jbilo. Se arroja-ron monedas, y se dio en seguida un paseo, tremo-lando el regidor decano la bandera tricolor con lasinscripciones de: Viva la Religin, la Yndependen-cia y la Unin; observndose el mejor orden y sub-ordinacin, al paso mismo que en todos los sem-blantes resplandeca un gozo y contento extraordi-

    narios.

    El Ayuntamiento, que est bastante penetrado

    de las sanas ideas de estos vecinos, se ofrece avuestra excelencia y la excelentsima diputacin,

    * Nota del autor: El padre Jos Serapio Snchez fuediputado por el Claustro de la Universidad a la Junta del15 de septiembre de 1821. Despus figur como diputadoa la Asamblea Nacional Constituyente de 1823, por el Co-rregimiento de Totonicapn. Es una de las figuras mayo-res en los primeros aos de la repblica y el personajecentral de la independencia en San Juan Amatitln.

  • La Ciudad de Amatitln 75

    con ellos, reconociendo con placer esa superioridad,cuyas rdenes queda pronto a executar.

    Sala Capitular de San Juan Amatitln, 23 deoctubre de 1821.

    El alcalde V, Manuel Carranza; alcalde 2^,Juan Prez; regidor \^, Domingo Argueta; regidor2^5 Tiburcio Waxca; regidor 3*^, Gil Ramrez; regi-dor 4, Marcelo Daz; juez de polica, AlexandroGuzmn; sndico, Pedro Martn Rodas; Padre, JosSerapio Snchez; secretario, Joaqun Cataln".

    Como en la capital y en los dems pueblos dela repblica: con misa, sermn y Te Deum; tabla-do, msica y paseo; bandera tricolor, monedas parala plebe, vivas y numeroso concurso de gente: San

    Juan Amatitln jur y proclam, en haz y en pazde Dios, la independencia poltica de Guatemala.

  • EL AUGE DE LAS NOPALERAS

    La grana era conocida desde la poca indge-na. Acosta, en el libro 4^, captulo XXIII de suobra, dice:

    "Otro rbol clebre de la Nueva Espaa es latuna, porque en sus hojas nacen unos gusanillos;djanlos secar, y as secos los traen a Espaa, quees una rica y gruesa mercadera; vale la arroba deesta cochinilla o grana muchos ducados. En flotadel ao 1587, vinieron 5,677 arrobas de grana, quemontaron 283,750 pesos y, de ordinario viene cadaao semejante riqueza".

    Dice Garca Pelez, que la grana era tambinproduccin de Chiapas en la provincia de los Zo-ques en tiempo de Ximnez. Y en la ley 21, ttulo18, libro IV, de la Recopilacin figura la cdula de2v3 de enero de 1601, que dice:

    "Entre otras granjerias que tienen los indiosde las provincias de Nueva Espaa y Guatemala esel beneficio y fruto de la grana o cochinilla; y por-que algunos que en esto tratan, se la toman a bajosprecios, y venden despus a muy subidos, de quereciben mucho agravio; mandamos, que si los indiosquisieren enviarla por su cuenta a estos reynos, no

    se les prohiba, ni ponga impedimento".

    77

  • 78 Ernesto Chinchilla Aguilar

    Desde 1636 se regulariz un almojarifazgo de 2reales sobre cada arroba de grana silvestre que sa-liese del pas.

    Fuentes y Guzmn menciona los nopales degrana de Amatitln, en 1687.

    Garca Pelez recoge otras noticias sobre elasunto. En 1723, ''Los galeones vinieron muy inte-resados, pues solo en especie de oro y plata en mo-neda y en pasta traen (a Espaa) 12.319,549 pe-sos. . . y 954 tercios de grana fina; 45 de la silves-tre; etc.". Los galeones de 1739 acarrearon entreotras cosas: 22,128 arrobas de grana fina y 683 desilvestre.

    Echevers dice en 1724:

    "La grana silvestre es produccin de Chiapa:en otro tiempo era mucha la cantidad que se sacabapor los zendales y zoques, quienes la abandonaronpor falta de compradores".

    Del cultivo de las nopaleras de grana o prpu-ra, en Antequera de Oaxaca, trata Landvar en todoel libro IV de la Rusticatio Mexicana.

    Pero la demanda de tintes para los tejidoscuando comenz a operarse la revolucin industrial,impuls el cultivo de la cochinilla y la exportacinde la grana constituy la tabla de salvacin de laruinosa economa guatemalteca, durante cincuentaaos, desde la poca de la independencia hasta 1874.

  • La Ciudad de Amatitlan 79

    La cochinilla que se cultiv en Guatemala enel siglo XIX, Coccus cacti, es distinta a la llamadaCoccus ficus, muy usada en Egipto para los tintesde amarillo y violeta. Este ltimo insecto no sealimenta del nopal, sino del pin de Indias y lahiguera; pero en Amatitlan parece que se cultivadurante algn tiempo y se conoca en forma silves-tre a mediados del siglo pasado.

    I^a cochinilla que se trajo a Guatemala, hacia1810, fue obtenida por mediacin de la SociedadEconmica, de un religioso que la cultivaba en Tux-ta; y se hicieron plantos en Joyabaj y Cubulco.Entre otros guatemaltecos que se interesaron en su

    cultivo figuraban: doa Catarina Coronado, donRafael Figueroa y don Miguel Glvez. En el mismoao public la Sociedad Econmica las Instruccionesque para el cultivo y beneficio de la grana fina^

    haba dispuesto el religioso dominico fray AntonioLpez.

    Los primeros cultivos se extinguieron a los po-

    cos aos. Y en 1816 el mismo fray Antonio Lpez,cura de Cubulco, "mand de proyecto propio y pa-gados de su peculio" a dos indgenas para que fue-

    ran a Oaxaca a traer un poco de grana.

    Fray Antonio Lpez Quintana "no slo se en-carg de los primeros ensayos prcticos, sino que

    plant multitud de nopales en sus curatos de Joya-

  • -80 Ernesto Chinchilla Aguilar

    %aj y de Cubulco, incit y persuadi a sus feligre-ses de su utilidad, y les ense y socorri en su cul-tivo, de donde despus se ha propagado'*.

    En 1824 la grana se haba extendido de taljnanera, que su exportacin bast para saldar labalanza de pagos del Estado de Guatemala. Lasprincipales zonas de cultivo eran: AMATITLAN,Antigua, Villa Nueva, Petapa, Paln, Guatemala, yalgunos puntos de Jutiapa, Zacapa y Verapaz.

    Hacia 1840 las nopaleras estaban en plena pro-duccin; y los guatemaltecos se podan considerarexpertos en la explotacin de la cochinilla.

    "La cosecha de la grana, entre otras circuns-

    tancias, tiene tres principales dice un autor

    para que sea buena, y son: robustez en la hoja, sa-nidad en la semilla y buen tiempo. Lo dems estsujeto a la inteligencia. El tiempo ms aparentepara sembrar la hoja de nopal (planta arbrea) esen octubre y noviembre, y el terreno, el arcilloso.

    Se siembra en surcos rectos, paralelos, de dos varas

    de latitud, y de una a otra hoja media vara, fueradel ancho; resultando en la manzana 7,500 plan-

    tas".

    ''El surco hecho con piocha y ahondado en zan-jita es mejor que el de arado. Las clases de hojaque se han conocido aqu desde el origen de lagrana son las siguientes por orden de antigedad:

  • La Ciudad de Amatitlan 81

    amarilla, blanca, terciopelo, mosote, costea o oaxa-

    quea: Cubulco y San Gabriel".*

    Las cifras que don Enrique Palacios recogi ensu Resea de la situacin general de Guatemala,indican que la exportacin de grana alcanz lossiguientes precios de 1840 a 1846:

    1840-1841: 665,662 pesos y cuatro reales; 1842-1843: 413,100 pesos y cuatro reales; 1843-1844:541,350 pesos y cuatro reales; 1845-1846: 896,831pesos y dos reales.

    Las nopaleras de Amatitlan eran entonces lasms importantes de la repblica. John L. Stephens,que viaj por Guatemala a fines de 1839, viniendode San Cristbal Paln, dice:

    "Camin alrededor de la base del volcn deAgua, con sus cultivados campos y su faja de bos-ques y verdura hasta la cima. Del lado opuestohaba otro volcn, con sus faldas cubiertas de in-mensas selvas. Entre ambos pas por un solo tra-piche perteneciente a un convento de frailes domi-nicos, entr a un grande y hermoso valle, pas fuen-tes termales humeantes, por ms de una milla a lolargo del camino y penetr por en medio de los no-pales o plantaciones de cochinilla de Amatitlan. De

    * Nota del autor: Vase tambin la descripcin quehace de la cochinilla Henry Dunn, en 1828, en la traduccinque hizo don Ricardo G. de Len, bajo el titulo de: Cmoera Guatemala hace 133 aos. Tipografa Nacional. 1960,pgs. 108-109.

  • 82 Ernesto Chinchilla Aguilar

    ambos lados haba cercas de arcilla, y los nopaleseran ms extensos que los de Antigua y ms valio-sos, pues, aunque solamente queda a veinticincomillas de distancia, el clima es tan diferente, quelos de Amatitln producen dos cosechas en cadaestacin".

    Para formarse una idea de la transformacineconmica que produjo la grana en Amatitln, sir-van de ejemplo los siguientes datos:

    En 1835, se remat en 1,012 pesos cuatro realesla finca llamada Pacayta, en Amatitln, con unaextensin de 6 caballeras y 80 cuerdas, pertene-can al convento de Santo Domingo y las comprdon Juan Grriz.

    En cambio, 1 nopal, en el Rincn de Ans, per-teneciente a don Miguel Mirn, se remat en 1865por la cantidad de 1,655 pesos y tres reales, y su ex-tensin era de slo 2 manzanas y media.

    La finca La Compaa, con 15 caballeras y10 cuerdas, se remat en 1835, a favor de CiracoRamrez, Fermn Arvalo y otros sujetos de Paln^en 3,160 pesos.

    En cambio, el nopal denominado La Isla, fuevaluado en 1865, en la cantidad de 6,300 pesos.

  • LA CEIBA DE LA PLAZA

    Ceibas frondosas eran los monumentos de lasa,ntiguas plazas coloniales en los pueblos de Gur. t-mala.

    Albergue de los peregrinos, sombra para losmercaderes, recreo a los ojos del viajero y majes-tuosa presencia de la obra de Dios: las ceibas cente-narias todo lo presidieron y todo lo cobijaron bajosus recias ramas extendidas. La de Palin (San Cris-tbal Amatitln) subsiste todava, con su follajeesplndido, y es la techumbre natural del mercadoindgena, que ocupa un crculo de 50 varas de di-metro.

    Unas ceibas han desaparecido con el correr deltiempo, otras han sido heridas por el hacha destruc-tora o por el rayo, pocas han sido renovadas pormanos prdigas, y, en fin, algunas conservan trozos

    de las mejores tradiciones guatemaltecas. Entre es-tas ltimas debe incluirse la de Amatitln.

    Situada frente al edificio antiguo de la jefaturapoltica y cabildo de la ciudad, es cuestin que nose pone en tela de duda que, a principios del pre-sente siglo, fue el amable refugio de infinidad dezopilotes (Catharista Atrata), los cuales llegaron a

    83

  • 84 Ernesto Chinchilla Aguilar

    constituir un serio quebradero de cabeza para lasautoridades polticas departamentales. Sobre todo,cuando uno de los gobernantes de Guatemala tuvola desafortunada idea de hacerse levantar estatuaen la plaza de Amatitln^ que hablara a las gene-raciones presentes y futuras de la vera efigie delpropio mandatario. Ello naturalmente condujo ala necesidad de crear el puesto de: Ordenanza de lajefatura poltica, encargado de baar todos los dasa su excelencia, que, como es de suponer, amanecasealado con los estigmas que la inconciente zopilo-tera grababa sobre su marmreo crneo.

    Todas las maanas el ordenanza lavaba lasmanchas que caan sobre el estadista; y todas lastardes, infaliblemente, los zopilotes volvan a infa-

    marlo.

    Tambin debe creerse que, all por el ao de1835, cuando doa Coronacin Zavala de GarcaGranados y su hija, la Pepita, tuvieron la idea deplantar esta clebre ceiba de Amatitln, no les paspor la mente, a la traviesa poetisa o a su ilustre

    progenitora, la idea de que la ceiba iba a ser elltigo vengador que cobrara cuentas al ya citadogobernante.

    Las dos ceibas antiguas de Amatitln unade las cuales subsiste hasta el presente fueronsembradas realmente por las seoras Garca Grana-dos, como puede verse en un artculo publicado pordon Francisco Quinteros Andrino, en el Vol. IX,

  • La Ciudad de Amatitln 85

    N*^ 4 de la revista Centro Amrica, rgano de pu-blicidad de la Oficina internacional centroamerica-na, que dice:

    "Pocas de las muchas ))ersonas que por va depaseo visitan con frecuencia la potica y melanclicaciudad de Amatitln, se habrn preguntado curio-samente quin sembrara las dos ceibas que adornansu plaza principal.

    Pues bien, vamos a satisfacer esa curiosidad.

    Doa N. Coronacin Zavala de Garca Granados,madre de nuestro procer, el general don MiguelGarca Granados y de la chispeante y picarescapoetisa Pepita Garca Granados (de Saboro), solapor diciembre y enero de cada ao, hacer sus tem-poradas a Amatitln, acompaada de su numerosaprole.

    Atrados por la gracia, el chic y la chispa pro-verbial de toda la familia, a Amatitln se iban mu-chos de los jvenes elegantes y calaveras de la poca,entre otros, nuestro inmortal bardo Jos BatresMontfar, y en paseos a la Laguna, a Barcenas ydems fincas de los alrededores, pasaban alegre-mente los das. En una de estas joviales jiras cam-pestres (que casi han desaparecido de Guatemala),improvis el poeta su clebre cuarteto de La niade plata.

    Por el ao de 1835, de acuerdo con el goberna-dor poltico de la circunscripcin, decidi doa Co-rona (sjc.) plantar las dos ceibas, y al efecto com-

  • 86 Ernesto Chinchilla Aguilar

    sion a don Francisco Ponciano (padre de don JuanFrancisco que andando los aos fue director generalde telgrafos) para que le trajera de la costa surdos vastagos, los cuales sembrados por su propia

    mano, crecieron airosos en tan poco tiempo, que

    todava pudieron la ilustre matrona y sus amigos,

    disfrutar de la frescura de su sombra. En el ma-nuscrito que tenemos a la vista, se da la acuciosanoticia, de haber costado la conduccin y siembra,veinte reales que se pagaron a prorrata; "y las tier-

    nas ceibas dice el desconocido escritor merecie-

    ron el honor de que la Pepita les dedicara inspiradas

    estrofas".

    Los terremotos de 1917-18 destruyeron el anti-

    guo edificio de la municipalidad y jefatura polticade Amatitln, que se alzaba dentro del parque ac-

    tual con sus portales mirando hacia la ceiba y laparroquia. La estatua del seor presidente fuedemolida por el mismo ariete que arras su gobier-no. Slo la ceiba permanece en el lugar en que la

    plantaron las seoras Garca Granados, y ha pre-senciado todos los acontecimientos que ocurriei^on

    en la plaza de la ciudad, a lo largo de 125 aos.

  • VIAJEROS Y DIVERSIONES

    Entre los personajes que ilustran la crnica deAmatitln, se ha mencionado ya al clebre ThomasGage, vicario que fue del respectivo convento domi-nico hacia 1635.

    Francisco Antonio de Fuentes y Guzmn tuvoimportantes propiedades agrcolas en Petapa y se-guramente transit por los alrededores de la laguna,a juzgar por todas las apreciaciones minuciosas quehace: del Nio de Beln, el Salitre, el puente de laGloria, los ingenios, la iglesia y convento de Ama-titln, etc.

    Pero en la poca colonial la poblacin queda-ba un poco a trasmano; y no fue, sino en el sigloXIX, cuando los cultivos de grana trajeron ciertogrado de opulencia a la localidad. Entonces Ama-titln se convirti en un verdadero sitio de recreo,donde las familias acomodadas de Guatemala encon-traban diversin para los jvenes temporadistas,reposo para las personas mayores, salud para losachacosos e importantes transacciones para los ha-cendados. En fin, los paseos y estancias en Amati-tln proporcionaban un cambio a los capitalinos,quienes podan disfrutar, con poco esfuerzo, de unclima agradable, paisaje cautivador y la necesaria

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    dosis d(.' incomodidades durante el viaje, la perma-nencia y el regreso que convertan a Amatitlnen el punto de cita ideal, para los com_erciantes,polticos, bohemios y seoritas de la sociedad.

    Los Garca Granados, los Estradas, los Betetas,los Cullar, los Padillas^ los Batres. . . se contabanentre los temporadistas asiduos, entre los nacionales.

    Entre los extranjeros, G. A. Thompson, HenryDiuin, Robcrt Glasgow Dunlop, John L. StephensMaudslay y muchos ms, recogen en sus obras ladescripcin del obligado paseo o "da de campo'' aAmatitln.

    Por su enorme inters, y porque contiene as-

    pectos de la vida diaria, de las costumbres de estostemporadistas y su contacto con los habitantes deAmatitln, traslado algunas escenas de la narra-cin de Thompson.

    Todas las gentes elegantes se alistaron paratomar parte en aquella diversin rural, y habindo-seme invitado a incorporarme a la comitiva, monten mi caballo. La seorita de la casa iba tambinen un jaca, lo mismo que un caballero que la acom-Imanaba y se mostraba muy solcito con ella. ''A sumadre la llevaban en una hamaca colgada de unafuerte vara sostenida por cuatro indios, yendo otroscuatro para remudarlos. En otro vehculo igualiba don Jos de Padilla. Luego venan tres o cua-tro criados, montados en jacas o en muas, y algunasacmilas con camas, utensilios de cocina, baleSj

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    comestibles y otros requisitos. Como al mismatiempo que nosotros iban saliendo de la ciudadotras comitivas igualmente equipadas y aperadas, lespectculo era muy original y grotesco".

    "A medida que nos acercbamos al pueblo deAmatitln agrega Thompson el paisaje era cada-vez ms interesante. Desde la cima de una gran-cuesta a donde llegaron nuestras bestias con mucho-trabajo, las vistas eran encantadoras y terrorficas*'.:

    "El pueblo a donde nos encaminbamos est,situado en medio de bosques de exuberante verdor.Sus casas con techos de tejas coloradas despertaban-

    ideas de paz domstica y confort social, realzando'el efecto apacible del paisaje".

    "Al pie de la cuesta haba una especie de casa

    de espera o de reunin para los que suben o bajanaquel precipicio aterrador. Los que suben hacen bien

    en proveerse de algo que les permita afrontar las

    dificultades de la ascensin, y los que han corrid^los peligros de la bajada merecen alguna recom-rpensa".

    La casa en que nos alojamos constaba de do^cuartos grandes y haba detrs tres o cuatro chozas

    repletas de liombres, mujeres y nios. "En el cuar-to en que yo dorm se prepararon las camas de cincacaballeros, y tres ms para las seoras en la habita-cin contigua, amn de las criadas que durmierpiiren el piso de esta ltima". ^

  • SO- Ernesto Chinchilla x\guilar

    No haba concluido nuestra cena cuando se nosinvit especialmente para un baile. "Me alarm unpoco por no tener un traje a propsito para el caso,pues iba vestido de una chaqueta de cachemira conbardados y galones, a la mexicana, de un chalecoblanco y pantalones''.

    "Sin pedir el coche, porque el baile era a menos

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    "La msica se compona de ocho guitarras ta-idas con maravilloso resultado; porque los msicosejecutaban diferentes partes y a veces parecan ha-berse olvidado casi de que estaban tocando la mismapieza, tan notorias eran las variaciones de cada

    cual; pero el efecto era delicioso y muy notable laprecisin con que llevaban el comps, si se conside-ra que iban por distintos caminos".

    "El espectculo era todo vida y alegra. Unas

    treinta parejas las que podan caber en el cuar-to giraban en torno de l. . . Todo termin hacialas once y al cabo de media hora reinaba un silen-cio sepulcral en todo el pueblo de Amatitln. Esta-

    ba yo a punto de quedarme dormido cuando o unamsica lejana. . . La msica se fue haciendo msperceptible y por ltimo se detuvo frente a nuestracasa, donde sigui tocando durante una hora. Con-sista en dos guitarras y un violn, y de la peculia-ridad de algunas notas deduje que los ejecutanteseran caballeros aficionados. Result ser as. Esta-ban dando una serenata a la pequea y amableseorita de ojos negros, hija de nuestra hospedado-ra, y pude oira rebullndose en su cuarto y agrade-cer la galantera mediante una breve charla con suLotario en la reja de la ventana".

    "He dicho que era un domingo por la maana.A las cinco tocaban las campanas a misa. Me le-vant temprano, encontrando la plaza atestada degentes que venan de todas partes para cumplir con

  • 92 Ernesto Chinchilla Aguil.\r

    sus deberes religiosos. La, iglesia es grande cmoday puede contener ampliamente de 400 a 500 perso-nas. Diversas congregaciones la llenaron sucesiva-mente hasta las once, hora en que fueron cerradaslas puertas. Toda la plaza se haba convertidoentonces en una feria; por todas partes haban colo-cado barracas y mesas y en ellas estaban expuestas,como al azar, las diversas mercaderas tradas porlos tenderos de la capital. Grupos de estos guisabansu comida, al modo de los gitanos, debajo de laceiba que ocupaba por supuesto el centro de laplaza".

    '"Comimos a la una, y apenas habamos termi-nado se llt3n de pronto la calle de gente. Habauna ria de gallos en una gallera improvisada casienfrente de nuestra casa. Pagu una friolera porentrar y tuve el placer de verme sentado en un pal-co en medio de algunas de mis bellas compaerasde la noche anterior. Reinaba mucho orden y de-cencia, salvo que en los bancos de atrs se suscita-ron algunas diferencias de opinin sobre las apues-tas. . . la funcin fue muy gustada y brillante. Losgallos estuvieron bien casados y su estampa habrasatisfecho la erudicin y la crtica del mismo Colu-rnela".

    Inusitadamente comenz a llover, y las gentesse guarecieron en los zaguanes y las puertas de lascasas. "Cuando el aguacero estaba en su apogeo vidos jinetes que venan por la calle a todo galope.

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    Se detuvieron en la puerta de la gallera: estaban

    cubiertos de grandes capas, y, sin apearse del caba-llo, tomaron en brazos cada uno de ellos a unaseorita que se acomod con agilidad maravillosaen el pomo de la silla. Estaba lloviendo a cntaros;pero las seoritas fueron envueltas en las capa