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EÑOR, porque sé que habreis placer de la grand victo- ria que Nuestro Señor me ha dado en mí víage, vos es- cribo esta, por la cual sabreís como en 33 ( 1 ) días pasé a las Indias, ( 2) con la armada que los Ilustrísímos Rey e Reina nuestros señores me dieron ( 3 ) donde yo fallé muy muchas Islas pobladas con gente sin número, y dellas todas he tomado posesíon por sus altezas con pregon y bandera real extendida, y no me fue contradicho. ( 4) A la prímera que yo fallé puse nombre San Salvador, a conmemoracion de Su Alta Magestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado: los In- dios la llaman Guanahaní. A la segunda puse nombre la isla de Santa María de Concepcíon: a la tercera Fernandína: a la cuarta la Isabela: ( 5 ) a la quinta la isla Juana, (6 ) é así a cada una nombre nuevo. Cuando yo llegué a la Juana seguí yo la costa della al poniente, y la fallé tan grande que pensé que sería tierra firme, la províncía de Cata- yo; ( 7) y como no fallé así villas y lugares en la costa de la mar, salvo pequeñas poblaciones, con la gente de las cuales no podía haber fa- bla, porque luego fuian todos, andaba yo adelante por el dicho camino, pensando de no errar grandes Ciudades o villas; y al cabo de muchas leguas, visto que no había ínnovacion, y que la costa me llevaba al se- tentríon, de adonde mí voluntad era contraria, porque el invierno era ya encarnado, y yo tenía propósito de hacer dél al austro, y tambien el viénto me díó adelante, determiné de no aguardar otro tiempo, y volví atras hasta un señalado puerto, de adonde envié dos hombres por la tie- rra, para saber sí había Rey o grandes Ciudades. (8 ) Andovieron tres jor- nadas y hallaron infinitas poblaciones pequeñas y gente sin número, mas no cosa de regimiento; por lo cual se volvieron. [ 15 1

Carta de Colon

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Carta de Colon

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  • EOR, porque s que habreis placer de la grand victo-

    ria que Nuestro Seor me ha dado en m vage, vos es-

    cribo esta, por la cual sabres como en 33 ( 1 ) das pas a

    las Indias, (2) con la armada que los Ilustrsmos Rey e Reina nuestros

    seores me dieron (3) donde yo fall muy muchas Islas pobladas con

    gente sin nmero, y dellas todas he tomado poseson por sus altezas

    con pregon y bandera real extendida, y no me fue contradicho. ( 4) A la

    prmera que yo fall puse nombre San Salvador, a conmemoracion de

    Su Alta Magestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado: los In-

    dios la llaman Guanahan. A la segunda puse nombre la isla de Santa

    Mara de Concepcon: a la tercera Fernandna: a la cuarta la Isabela:

    ( 5 ) a la quinta la isla Juana, (6) as a cada una nombre nuevo.

    Cuando yo llegu a la Juana segu yo la costa della al poniente, y la

    fall tan grande que pens que sera tierra firme, la provnca de Cata-

    yo; (7) y como no fall as villas y lugares en la costa de la mar, salvo

    pequeas poblaciones, con la gente de las cuales no poda haber fa-

    bla, porque luego fuian todos, andaba yo adelante por el dicho camino,

    pensando de no errar grandes Ciudades o villas; y al cabo de muchas

    leguas, visto que no haba nnovacion, y que la costa me llevaba al se-

    tentron, de adonde m voluntad era contraria, porque el invierno era ya

    encarnado, y yo tena propsito de hacer dl al austro, y tambien el

    vinto me d adelante, determin de no aguardar otro tiempo, y volvatras hasta un sealado puerto, de adonde envi dos hombres por la tie-rra, para saber s haba Rey o grandes Ciudades. (8) Andovieron tres jor-nadas y hallaron infinitas poblaciones pequeas y gente sin nmero, masno cosa de regimiento; por lo cual se volvieron.

    [ 15 1

  • Yo entenda harto de otros Indios, que ya tenia tomados, como

    continuamente esta tierra era Isla; as segu la costa della al oriente

    cual luegoas

    pusese brmnoomde laciento y siete leguas fasta donde faca fin; del cual cabo vi otra Isla al

    oriente distante(10) y

    (9) desta dez ocho leguas, u a scidel s

    iola e t

    u

    la espaola:fui all: y segu la

    Juana, al oriente ciento ochenta y ocho (11 ) grandes leguas, por linea

    recta, (12) la cual y todas las otras son fertlsimas (13) en demasiado gra-

    do, y sta en extremo: en ella hay muchos puertos en la costa de la marsin comparacon de otros que yo sepa en cristianos, y fartos ros y bue-nos y grandes que es maravilla: las tierras della son altas y en ella muymuchas sierras y montaas altsimas, sin comparacion de la isla de Te-

    neryfe, ( 14) todas ferMOSSilllaS, de mil fechuras, y todas andables y llenas

    de rboles de mil maneras y altas, y parecen que llegan al cielo; y tengopor dicho que jams pierden la foja, segun lo pude comprender, que losv tan verdes y tan hermosos como son por mayo en Espaa. Y dellosestaban floridos, dellos con fruto, y dellos en otro trmino, segun es sucalidad; y cantaba el ruiseor y otros pajarcos de mil maneras en elmes de noviembre por all donde yo andaba. Hay palmas de ses o deocho maneras, que es admracion verlas, por la diformidad fermosa de-llas, mas as como los otros rboles y frutos yerbas: en ella hay pina-res maravilla, hay campias grandsimas, hay miel, y de muchasmaneras de aves y frutas muy diversas. En las tierras hay muchas mi-nas de metales hay gente in estimable nmero.

    La Espaola es maravilla; las sierras y las montaas y las vegas ylas campias, y las tierras tan fermosas y gruesas para plantar y sem-brar, para criar ganados de todas suertes, para edfcos de villas y lu-gares. Los puertos de la mar, aqui no habra creencia sin vista, y de losros muchos y grandes y buenas aguas; los mas de los cuales traen oro.En los rboles y frutos y yerbas hay grandes diferencias de aquellas dela Juana: en esta hay muchas especieras, y grandes minas de oro y deotros metales.

    [ 16 1

  • La gente desta isla y de todas las otras que he fallado y habido no-

    tca, (15) andan todos desnudos, hombres y mugeres, as como sus ma-

    dres los paren; aunque algunas mugeres se cobrian un solo lugar con una

    foja de yerba una cosa de algodon que para ello hacen. Ellos no tie-

    nen fierro ni acero n armas n son [p]ara ( 16) ello; no porque non sea,

    gente bien dispuesta y de fermosa estatura, salvo que son muy te[mero-sosj maravilla. No tienen otras armas salvo las a[rm]as de las caascuando es[tn] con la simiente, [la] cual ponen al cabo un palillo agu-do, e no osan usar de aquellas: que muchas] veces me [aca]eci enviara tierra dos o tres hombres, [a] alguna villa, para haber fabl[a], y salir a[ellos dllos] sn nmero y despues que los vean llegar luan a noaguardar padre a hijo; y esto no porque a ninguno se haya hecho mal,

    antes, a todo cabo adonde yo haya estado y podido haber fabla, les he

    dado de todo lo que tena, as pao como otras cosas muchas, sin reci-

    bir por ello cosa alguna; mas son as temerosos sn remedio. Verdad es

    que, despues que (se] aseguran y pierden este miedo, ellos son tanto sinengao y tan liberales de lo que tienen, que no lo creera sino el que lo

    viese. Ellos de cosa que tengan, pidindosela, jams dicen de no; antes,

    convidan la persona con ello y muestran tanto amor que daran los co-

    razones, y quer sea cosa de valor, quier sea de poco precio, luego por

    cualquiera cosca de cualquiera manera que sea que se les d, por ello

    son contentos.

    Yo defend que no se les diesen cosas tan viles como pedazos de es-

    cudillas rotas y pedazos de vdro roto y cabos de agujetas; aunque cuan-

    do ellos esto podan llevar (17) los pareca haber la mejor joya del mun-

    do; que se acert haber un marinero, por una agujeta, de oro peso de

    dos castellanos y medio; y otros, de otras cosas, que muy menos valan,

    mucho mas. Ya por blancas nuevas daban por ellas todo cuanto tenan,

    aunque fuesen dos n tres castellanos de oro, una arroba dos de al-

    godon filado. Fasta los pedazos de los arcos rotos de las pipas tomaban,

    y daban lo que tenan como bestias; as que me pareci mal, e yo lo defen-

    [ 17 ]

  • d. Y daba yo graciosas mil cosas buenas que yo llevaba porque tomenamor; y allende desto se faran crstianos, que se inclinan al amor y ser-

    vco de sus altezas y de toda la nacon castellana; procuran de ayuntar nos dar de las cosas que tienen en abundancia que nos son necesarias.

    Y no conocan nnguna secta ni idolatra, salvo que todos creen que las

    fuerzas y el bien es en el celo; y crean muy firme que yo con estos na-

    vos y gente vena del cielo; y en tal acatamiento me reciban en todo

    cabo, despues de haber perdido el miedo. Y esto no procede porque

    sean ignorantes, salvo de muy sotil ngeno, y hombres que navegan to-

    das aquellas mares, que es maravilla la buena cuenta quellos dan de

    todo, salvo porque nunca vieron gente vestida, n semejantes navos.

    Y luego que llegu a las Indias, en la primera isla que hall, tom

    por fuerza algunos dellos (18) para que deprendiesen y me diesen noticia

    de lo que haba en aquellas partes; as fue que luego entendieron y

    nos a ellos, cuando por lengua o seas; y estos han aprovechado mucho;

    hoy en da los traigo que siempre estn de propsito que vengo del cie-

    lo, por mucha conversacion que hayan habido conmigo. Y estos eran los

    primeros a pronunciarlo adonde yo llegaba, y los otros andaban co-

    rrendo de casa en casa, y a las villas cercanas con voces altas: "Venid;

    venid a ver la gente del celo." As todos, hombres como mugeres, des-pues de haber el corazon seguro de nos, venan que non quedaba gran-de ni pequeo, y todos traan algo de comer y de beber, que daban conun amor maravilloso.

    Ellos tienen [en] todas las islas muy muchas canoas, a manera defustas de remo: dellas mayores, dellas menores; y algunas y muchas

    son mayores que una fusta de diez y ocho bancos: no son tan anchas,

    porque son de un solo madero; mas una fusta no tern con ellas al re-

    mo, porque van que no es cosa de creer; y con estas navegan todasaquellas islas, que son innumerables, y traen sus mercaderas. Algunas

    18 I

  • destas canoas he visto con setenta y ochenta hombres en ella, y cadauno con su remo.

    En todas estas islas non vide mucha diversidad de la fechura de lagente, ni en las costumbres, ni en la lengua, salvo que todos se entien-den, que es cosa muy singular; para lo que espero qu determinarn susaltezas para la conversacin dellos de nuestra santa fe, a la cual son

    muy dispuestos.

    Ya dije como yo haba andado ciento siete leguas por la costa dela mar, por la derecha lnea de occidente a oriente, por la Isla Juana:segun el cual camino puedo decir que esta isla es mayor que Inglaterray Escocia juntas: porque allende destas ciento siete leguas me quedan,de la parte de poniente, dos provincias que yo no he andado, la unade las cuales llaman auau, adonde nace la gente con cola: (19) las

    cuales provincias non pueden tener en longura menos de cincuenta osesenta leguas; segun pude entender destos Indios que yo tengo, loscuales saben todos las islas.

    Esta otra Espaola en cerco tiene mas que la Espaa toda desdeColibre, (20) [en Catalua, cerca de Perpian] por costa de mar, hastaFuente Rabia, en Vizcaya; pues en una cuadra anduve ciento ochenta yocho (21) leguas por recta lnea de occidente a oriente. Esta es para de-sear, [vista] es para nunca dejar; en la cual, puesto [que de to]das ten-ga toma[d]a posesin por sus altezas, y todas sean mas abastadas de loque yo (22) s y puedo decir, y todas las tengo por de sus altezas, cual deellas pueden disponer como y tan cumplidamente como de los Reinos deCastilla. En esta Espaola, en el lugar mas convenible y mejor comarcapara las minas del oro y de todo trato, as de la tierra firme de ac, co-mo de aquella de all del Gran Can, (23) adonde habr gran trato e ga-nancia, he tomado poseson de una villa grande, a la cual puse nombrela Villa de Navidad; y en ella he fecho fuerza y fortaleza, que ya a estas

    [ 19

  • horas estar del todo acabada, y he dejado en ella gente que basta para

    semejante fecho, con armas artillera vituallas para mas de un ao,

    y fusta y maestro de la mar en todas artes para facer otras; y grande

    amistad con el Rey de aquella tierra, en tanto grado que se preciaba de

    me llamar y tener por hermano: aunque le mudase la voluntad a ofen-

    der esta gente, el ni los suyos non saben que sean armas, y andan des-

    nudos; como ya he dicho, son los mas temerosos que hay en el mundo.

    As que solamente la gente que all queda es para destror toda aquellatierra; y es isla sin peligro de sus personas sabindose regir.

    En todas estas islas me parece que todos los hombres sean conten-'tos con una muger, y a su mayoral o Rey dan fasta veinte. Las mugeres

    me parece que trabajan mas que los hombres: ni he podido entender si

    tienen bienes propios, que me pareco ver que aquello que uno tenia to-

    dos hacian parte, en especial de las cosas comederas.

    En estas islas fasta aqu no he hallado hombres monstrudos comomuchos pensaban; mas antes es toda gente de muy lindo acatamiento: nison negros como en Guinea, salvo con sus cabellos correndos, y no secrian a donde hay impeto demasiado de los rayos solares; es verdad queel sol tiene all gran fuerza, puesto ques distante (24) de la lnea equino-cial veinte seis grados: (25) en estas islas adonde hay montaas grandesah tenia fuerza el fro este invierno; mas ellos lo sufren por la costum-bre [e] (26) con la ayuda de las viandas; comen con especas muchas ymuy calientes en demasa: as que monstruos no he hallado, n noticia,salvo de una isla [de Quarves,] (27) la segunda a la entrada de las Yn-dias, que es poblada de una gente que tienen en todas las islas por muyferoces, los cuales comen carne humana. Estos tienen muchas canoas,con las cuales corren todas las islas de India [y] roban y toman cuantopueden. Ellos no son mas diformes que los otros; salvo que tienenen costumbre de traer los cabellos largos como mugeres, y usan arcos yflechas de las mismas armas de caas, con un palillo al cabo por defecto

    [ 20 j

  • de fierro que non tienen. Son feroces entre estos otros pueblos que son en

    demasiado grado cobardes; mas yo no los tengo en nada mas que a los

    otros. Estos son aquellos que tratan con las mugeres de Matnno (28)

    ques la primera isla, partiendo de Espaa para las Indias, que se falla,

    en la cual non hay hombre ninguno. Ellas no usan ejercicio femenil,

    salvo arcos y flechas, como los sobredichos de caas, y se arman y co-

    bijan con planchas de cobre, (29) de que tienen mucho.

    Otra isla me seguran mayor que la Espaola, en que las personas

    non tienen ningun cabello. En esta hay oro sin cuento, y destas y de las

    otras traigo conmigo Indios para testimonio.

    En conclusion, a fablar desto solamente que se ha fecho este viage

    que fue as de corrida, que pueden ver Sus altezas que yo les dar oro

    cuanto hobieren menester, con muy poquita ayuda que sus altezas me

    darn: agora especera y algodon cuanto sus altezas mandaren cargar, y

    almastiga cuanto mandaran cargar; de la cual fasta hoy no se ha fa-

    llado salvo en Grecia y en la isla de Xo, y el Seoro la vende como

    quiere, y lignaloe cuanto mandaran cargar, y esclavos cuantos mandaran

    cargar, sern de los idlatras; y creo haber fallado ruibarbo y canela,

    e otras mil cosas de sustancia fallar, que habrn fallado la gente que

    all dejo; porque yo no me he detenido ningun cabo, en cuanto el viento

    me haya dado lugar de navegar; solamente en la Villa de Navidad, en

    cuanto dej asegurado e bien asentado. E a la verdad mucho mas fciera

    si los navos me sirvieran como razon demandaba.

    Esto es harto, y eterno Dos nuestro Seor, el cual d a todos aque-

    llos que andan su camino victoria de cosas que parecen imposibles: y

    esta sealadamente fue la una; porque aunque destas tierras hayan fa-

    blado escrito, todo va por conjetura sin allegar de vista; salvo com-prendiendo a tanto que los oyentes, los mas, escuchaban, y juzgabanmas por fabla que por poca Osa] dello. As que pues nuestro Redentordi esta victoria a nuestros Ilustrsimos rey e reina a sus reinos famo-

    [ 21 I

  • sos de tan alta cosa, adonde toda la cristiandad debe tomar alegra (30) y

    facer grandes fiestas, y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad, con

    muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamiento que habrn, en

    tornndose tantos pueblos a nuestra Santa F, y despues por los bienes

    temporales que no solamente a la Espaa, mas a todos los cristianos

    ternn aqu (31) refrigerio y ganancia. ( 32) Esto segun el fecho as en bre-

    ve. Fecha en la carabela, , (33) sobre la Isla de Canaria (34) a XV de Febre-

    Ao Mil CCCCL XXXXIII.

    Far lo que mandareys,

    El Almirante

    Anima que venia dentro de la Carta (35)

    Despus d'esta escrpto, y estando en mar de Castilla, sali tantoviento conmigo sul y sueste, que me ha fecho descargar los navos. Pero

    corr aqui (36) en este puerto de Lsbona hoy, que fu la mayor maravilladel mundo, adonde acord escribir sus altezas. (37) En todas las Yndiashe siempre hallado los temporales como en mayo; adonde yo fu enXXXIII (38) das, y volv en xxvi, salvo que estas tormentas me han de-tenido xiiii das corriendo por esta mar. Dicen ac todos los hombres dela mar que jams hubo tan mal invierno ni tantas prdidas de naves.

    Fecha IIII (39) das de marzo.

    ESTA Carta envi Colon al Escribano de Racin

    De las Islas halladas en las Indias: Contenida Aotra de Sus Altezas. (40)