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M. A. CARRASCO Y M. J. GONZÁLEZ / ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2006, vol. 4, n. o 2, 7-38 7 ASPECTOS CONCEPTUALES DE LA AGRESIÓN: DEFINICIÓN Y MODELOS EXPLICATIVOS THEORETICAL ISSUES ON AGGRESSION: CONCEPT AND MODELS MIGUEL ÁNGEL CARRASCO ORTIZ Y Mª JOSÉ GONZÁLEZ CALDERÓN Facultad de Psicología. Universidad Nacional de Educación a Distancia Resumen El presente artículo aporta una revisión his- tórica del estudio de la agresión. En lo referente a su definición, se revisa su concepto y la deli- mitación del mismo respecto de otros términos, tales como agresividad, ira, hostilidad, violencia, delito o crimen. Así mismo, se resumen una se- lección de las principales tipologías de la agre- sión. Por último, se presentan los distintos mo- delos explicativos de la conducta agresiva: instintivos, biológicos, del drive, conductuales, cognitivos, aquellos centrados en la dinámica familiar y en los hábitos de crianza, así como las aproximaciones evolutivas y, finalmente, los mo- delos integradores. Palabras Clave Agresión, concepto, tipología, modelos ex- plicativos Abstract The present paper provides a historical re- view of the study of aggression. As far as its de- finition, its concept is revised and so is its deli- mitatión with regard to other terms such as aggressiveness, anger, hostility, violence or cri- me. Likewise, a selection of the main typologies is also summarized. Lastly, several explicative models of aggression are presented: instinctive, biological, drive models, behavioral, cognitive, those related to family dynamics or rearing pat- terns, as well as the developing approaches and the integrative theories. Key Words Aggression, concept, typology, explicative models

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M. A. CARRASCO Y M. J. GONZÁLEZ / ACCIÓN PSICOLÓGICA, junio 2006, vol. 4, n.o 2, 7-38 7

ASPECTOS CONCEPTUALES DE LA AGRESIÓN: DEFINICIÓN Y MODELOS EXPLICATIVOS

THEORETICAL ISSUES ON AGGRESSION: CONCEPT AND MODELS

MIGUEL ÁNGEL CARRASCO ORTIZ Y Mª JOSÉ GONZÁLEZ CALDERÓNFacultad de Psicología. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Resumen

El presente artículo aporta una revisión his-tórica del estudio de la agresión. En lo referentea su definición, se revisa su concepto y la deli-mitación del mismo respecto de otros términos,tales como agresividad, ira, hostilidad, violencia,delito o crimen. Así mismo, se resumen una se-lección de las principales tipologías de la agre-sión. Por último, se presentan los distintos mo-delos explicativos de la conducta agresiva:instintivos, biológicos, del drive, conductuales,cognitivos, aquellos centrados en la dinámicafamiliar y en los hábitos de crianza, así como lasaproximaciones evolutivas y, finalmente, los mo-delos integradores.

Palabras Clave

Agresión, concepto, tipología, modelos ex-plicativos

Abstract

The present paper provides a historical re-view of the study of aggression. As far as its de-finition, its concept is revised and so is its deli-mitatión with regard to other terms such asaggressiveness, anger, hostility, violence or cri-me. Likewise, a selection of the main typologiesis also summarized. Lastly, several explicativemodels of aggression are presented: instinctive,biological, drive models, behavioral, cognitive,those related to family dynamics or rearing pat-terns, as well as the developing approaches andthe integrative theories.

Key Words

Aggression, concept, typology, explicativemodels

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Hacia una definición de la conductaagresiva

Concepto de agresión

La conducta agresiva es un comportamientobásico y primario en la actividad de los seresvivos, que está presente en la totalidad del reinoanimal. Se trata de un fenómeno multidimen-sional (Huntingford y Turner, 1987), en el queestán implicados un gran número de factores,de carácter polimorfo, que puede manifestarseen cada uno de los niveles que integran al indi-viduo: físico, emocional, cognitivo y social. Di-chas características junto con la ausencia deuna única definición de la agresión, consensua-da y unánimemente establecida, como se ex-pondrá a continuación, dificultan su investiga-ción.

El concepto de agresión se ha empleado his-tóricamente en contextos muy diferentes, apli-cado tanto al comportamiento animal como alcomportamiento humano infantil y adulto. Pro-cede del latín “agredi”, una de cuyas acepcio-nes, similar a la empleada en la actualidad, con-nota “ir contra alguien con la intención deproducirle daño”, lo que hace referencia a unacto efectivo.

Una revisión de la literatura reciente sobre laagresión revela la existencia de un amplio y va-riado abanico de definiciones de la misma. Enla tabla 1 se recogen algunas de las más conoci-das, en función de su aparición cronológica.

Como puede observarse, tres elementos pa-recen señalarse en la mayoría de las definicionesde agresión recogidas:

a) Su carácter intencional, en busca de unameta concreta de muy diversa índole, enfunción de la cual se pueden clasificarlos distintos tipos de agresión.

b) Las consecuencias aversivas o negativasque conlleva, sobre objetos u otras perso-nas, incluido uno mismo.

c) Su variedad expresiva, pudiendo manifes-tarse de múltiples maneras, siendo lasapuntadas con mayor frecuencia por losdiferentes autores, las de índole física yverbal. También en función de su expre-sión se ha establecido una tipología de laagresión.

Sin embargo, para algunos autores centra-dos en el estudio de la agresividad física infantil(Tremblay, Japel, Pérusse, McDuff, Boivin, Zoc-colillo y Montplaisir, 1999; Tremblay, 2003), nin-

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Autor/es Definición

Dollard et al. (1939) Conducta cuyo objetivo es dañar a una persona o a otro objeto

Buss (1961) Respuesta que produce un estímulo doloroso en otro organismo

Bandura (1972) Conducta adquirida controlada por reforzadores, la cual es perjudicial y destructiva

Patterson (1973) Evento aversivo dispensado contingentemente a las conductas de otra persona

Spielberger et al. (1983; 1985) Conducta voluntaria, punitiva o destructiva, dirigida a una meta concreta, destruir objetos o dañar a otras personas

Serrano (1998) Conducta intencional que puede causar daño físico o psicológico

Anderson y Bushman (2002) Cualquier conducta dirigida hacia otro individuo, que es llevada a cabo con la intención inmediata de causar daño

Cantó Comportamiento cuyo objetivo es la intención de hacer daño u ofender a alguien, ya sea mediante insultos o comentarios hirientes, o bien físicamente, a través de golpes, violaciones, lesiones, etc.

RAE (2001) Ataque o acto violento que causa daño

TABLA 1. Definiciones de agresión

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guna de estas tres características ha de ser con-sustancial a la definición de esta conducta: la in-tencionalidad, manifiesta en las numerosas de-finiciones de la conducta agresiva, no esaplicable a muchas de las conductas agresivasque están presentes en el niño (Ej: pegar, arañar,pellizcar) antes de que la voluntariedad y lacomprensión de las consecuencias de aquellas(infringir daño), sean evolutivamente posibles.Tampoco es aplicable a las conductas agresivasderivadas del miedo, la ira o el impulso; la gra-vedad o las consecuencias aversivas, a veces,son inexistentes en la conducta agresiva, dadoque el impacto de ésta en la víctima, por ejem-plo en el caso de un niño contra un adulto, esescaso o nulo; y por último, la diversidad ex-presiva responde más a una falta de operacio-nalización y de confusión conceptual en la quese entremezclan conceptos legales, patológicos ysociales, que a una evidencia contrastable. Portanto, de acuerdo con estos autores, la delimita-ción de la agresión bajo estos presupuestos (di-versidad, intencionalidad y aversión) no siemprese corresponde con la realidad y ha retrasado ydificultado el estudio de la conducta agresivaen los niños.

Delimitación conceptual: la agresión y otros conceptos relacionados

Existen diversos términos interrelacionadosque se han empleado habitualmente como equi-valentes del concepto de “agresión”, fundamen-talmente por su solapamiento conceptual, comoson: agresividad, ira, hostilidad, violencia, delitoo crimen. Sin embargo, estos términos presen-tan diferencias más o menos importantes entresí, las cuales se detallan en los siguientes apar-tados.

Agresión vs Agresividad

A diferencia de la agresión, que constituyeun acto o forma de conducta “puntual”, reactivay efectiva, frente a situaciones concretas, de ma-nera más o menos adaptada, la agresividad con-siste en una “disposición” o tendencia a com-portarse agresivamente en las distintas

situaciones (Berkowitz, 1996), a atacar, faltar elrespeto, ofender o provocar a los demás, inten-cionalmente. Para algunos autores, la agresivi-dad se caracterizaría por su carácter último po-sitivo, al estar implicada en la búsqueda desoluciones pacíficas a los conflictos, cualidadque la diferenciaría de otros constructos comoel de violencia, de valencia negativa.

Agresión vs Ira-Hostilidad

Los términos agresión, ira y hostilidad sehan empleado frecuentemente de forma inter-cambiable debido a la ambigüedad de sus defi-niciones y al fuerte solapamiento entre los mis-mos. Esto llevó a Spielberger a calificarlosconjuntamente bajo el epígrafe “SíndromeAHA”1 (Spielberger, Jacobs, Russell y Crane,1983; Spielberger et al., 1985; 1995). A pesar desu denominación conjunta, los tres conceptoshacen referencia a constructos claramente di-ferentes, como se expone a continuación.

La ira constituye un “estado emocional” con-sistente en sentimientos que varían en intensi-dad, desde una ligera irritación o enfado, hastafuria y rabia intensas, los cuales surgen anteacontecimientos desagradables y no están diri-gidos a una meta (Spielberger et al., 1983;1985). Para otros autores, la ira consistiría en laconciencia de los cambios fisiológicos asocia-dos a la agresión, reacciones expresivo-motorase ideas y recuerdos, producidos por la apari-ción de dichos acontecimientos (Berkowitz,1996).

La hostilidad, por el contrario, connota unconjunto de “actitudes” negativas complejas,que motivan, en última instancia, conductasagresivas dirigidas a una meta, normalmente ladestrucción o el daño físico de objetos o perso-nas (Spielberger et al., 1983; 1985). Se trata, portanto, de un componente cognitivo y evaluativo,que se refleja en un juicio desfavorable o nega-tivo del otro, sobre el que se muestra desprecioo disgusto (Berkowitz, 1996).

A diferencia de la ira, que representa el com-ponente emocional, y la hostilidad, referida alcomponente actitudinal-cognitivo, la agresión

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1 AHA son las siglas de Anger (Ira), Hostility (Hostilidad) y Aggression (Agresión).

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constituye el componente comportamental delSíndrome AHA, la cual puede definirse como la“conducta” voluntaria, punitiva o destructiva,dirigida a una meta concreta, destruir objetos odañar a otras personas.

Agresión vs Violencia

Algunas de las definiciones de violencia nose distinguen claramente del concepto de agre-sión, tales como la de Elliot et al. (1989) “ame-naza o uso de la fuerza física con intención decausar heridas físicas, daño o intimidación aotra persona” o la de Reiss y Roth (1993) “con-ductas emitidas por sujetos que intencional-mente amenazan o infligen daño físico sobrelos otros”. No obstante, se aprecia que éstas yotras definiciones de violencia se caracterizanpor incluir los términos “intimidación” y “ame-naza”, no presentes a veces en las definicionesde agresión.

El término violencia se suele emplear parareferirse a conductas agresivas que se encuen-tran más allá de lo “natural”, en sentido adapta-tivo, caracterizadas por su ímpetu, intensidad,destrucción, perversión o malignidad, muchomayores que las observadas en un acto mera-mente agresivo, así como por su aparente caren-cia de justificación, su tendencia meramenteofensiva, contra el derecho y la integridad de unser humano, tanto física como psicológica o mo-ral, su ilegitimidad, ya que suele conllevar la au-sencia de aprobación social, e incluso su ilegali-dad, al ser a menudo sancionada por las leyes.Las características de la violencia apuntadas noson elementos definitorios de la agresión, ya que,a veces, una conducta agresiva puede ser legíti-ma, no tiene por qué ser ilegal, puede emplearsepara defenderse de un ataque externo, y a me-nudo, posee un motivo que justifica su apari-ción, de lo que se deduce que no se puede equi-parar todo acto agresivo con la violencia.

Habitualmente, los términos agresión oagresividad suelen emplearse para etiquetarcomportamientos “animales”, mientras el con-cepto violencia suele reservarse para describir

acciones “humanas”. Esto es debido a que losetólogos han detectado agresiones en toda la es-cala animal, no así la violencia, casi exclusivadel ser humano.

Agresión vs Delito-Crimen

Una agresión puede llegar a constituir en al-gunas ocasiones, pero no necesariamente, uncomportamiento delictivo o criminal, en fun-ción de si es penado “legalmente”. Para consi-derarse un delito, una conducta debe caracteri-zarse por ser un acto típicamente antijurídico,culpable, sometido a veces a condiciones objeti-vas de penalidad, imputable a una persona y so-metido a una sanción penal. Según la RAE(2001), se trata de un quebrantamiento de la leyo una acción u omisión voluntaria o impruden-te penada por la ley.

Por otro lado, un crimen consiste en un tipode delito, de gravedad, que implica una acciónvoluntaria de matar o herir a alguien grave-mente.

Como se puede apreciar, solo un conjuntode conductas agresivas podrían considerarse de-lictivas o criminales en base a derecho.

Tipología de la agresión

La agresión no suele aparecer como una en-tidad única, sino por el contrario, como unconstructo múltiple en el que pueden encon-trarse distintos tipos de comportamientos agre-sivos. Esto se debe a su propia naturaleza mul-tidimensional, por la cual diferentes procesosfisiológicos y mentales se combinan para creardistintas formas de agresión (Liu, 2004).

En las últimas décadas, se han propuesto di-ferentes sistemas de clasificación de la agresión,las cuales tienden a sobreponerse, mostrandoen algunos casos diferencias sutiles entre sí. Enla tabla 2 se resumen los más aceptados, juntocon los autores que los proponen y el criterioclasificatorio empleado.

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TABLA 2. Clasificaciones de las conductas agresivas

Criterio de clasificación

Autor/es Tipología Descripción

Naturaleza

Buss (1961); Pasto-relli, Barbarelli,Cermak, Rozsa yCaprara (1977);Valzelli (1983)

Galen y Underwo-od (1997)

Agresión Física

Agresión Verbal

Agresión Social

Ataque a un organismo mediante armas o ele-mentos corporales, con conductas motoras y ac-ciones físicas, el cual implica daños corporales.

Respuesta oral que resulta nociva para el otro, através de insultos o comentarios de amenaza orechazo.

Acción dirigida a dañar la autoestima de losotros, su estatus social o ambos, a través de ex-presiones faciales, desdén, rumores sobre otros ola manipulación de las relaciones interperso-nales.

Relacióninterpersonal

Buss (1961); Valze-lli (1983); Lagers-petz et al. (1988);Björkqvist et al.(1992); Crick yGrotpeter (1995);Grotpeter y Crick(1996); Connor(1998); Crick et al.(1999); Crick, Ca-sas y Nelson(2002)

Agresión Directa o abierta

Agresión Indirecta o Rela-cional

Confrontación abierta entre el agresor y la vícti-ma, mediante ataques físicos, rechazo, amena-zas verbales, destrucción de la propiedad y com-portamiento autolesivo.

Conductas que hieren a los otros indirectamente,a través de la manipulación de las relacionescon los iguales: control directo, dispersión de ru-mores, mantenimiento de secretos, silencio, aver-gonzar en un ambiente social, alienación social,rechazo por parte del grupo, e incluso exclu-sión social.

Motivación

Feshbach (1970);Atkins, Stoff, Os-borne y Brown(1993); Kassinovey Sokhodolsky(1995); Berkowitz(1996)

Agresión Hostil

Agresión Instrumental

Agresión Emocional

Acción intencional encaminada a causar un im-pacto negativo sobre otro, por el mero hechode dañarle, sin la expectativa de obtener nin-gún beneficio material.

Acción intencional de dañar por la que el agre-sor obtiene un objetivo: ventaja o recompensa,social o material, no relacionada con el malestarde la víctima.

Agresión de naturaleza fundamentalmente emo-cional generada no por un estresor externo, sinopor el afecto negativo que dicho estresor activa,produciendo ira y tendencias agresivas.

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Criterio de clasificación

Autor/es Tipología Descripción

Clasificaciónclínica

Dodge y Coie(1987); Meloy (1988); Price yDodge (1989);Dodge (1991);Day, Bream y Paul(1992); Pulkkinen,1996; Dodge,Lochman, Harnishy Bates (1997);Kolko y Brown(1997); Scarpa yRaine (1997); Via-tro, Gendreau,Tremblay y Oligny(1998); Raine et al.(2004)

Agresión Pro-activa (pre-datoria, instrumental, ofen-siva, controlada, en frío1)

Agresión Reactiva (afecti-va, impulsiva, defensiva,incontrolada, en caliente2)

Conducta aversiva y no provocada, sino delibe-rada, controlada, propositiva, no mediada por laemoción, dirigida a influenciar, controlar, domi-nar o coaccionar a otra persona.

Reacción defensiva ante un estímulo percibidocomo amenazante o provocador (agresión físicao verbal), acompañada de alguna forma visiblede explosión de ira (gestos faciales o verbaliza-ciones de enfado). Respuesta impetuosa, des-controlada, cargada emocionalmente sin eva-luación cognitiva de la situación.

Estímulo elicitador

Moyer (1968)

Agresión Predatoria

Agresión inducida por elmiedo

Agresión inducida por irri-tabilidad

Agresión Territorial

Agresión Maternal

Agresión Instrumental

Agresión entre machos

Por la presencia de una presa natural.

Por el confinamiento o acorralamiento y la inca-pacidad de escapar.

Por la presencia de cualquier organismo ataca-ble en el medio, y reforzada por la frustración, laprivación o el dolor.

Por la defensa de un área frente a un intruso.

Por la presencia de algún agente amenazadorpara las crías de la hembra, incluidas otras ma-dres de la prole y la ejercida contra los propiospequeños.

Tendencia a comportarse agresivamente cuan-do en el pasado esta conducta ha sido particu-larmente reforzada.

Por la presencia de un competidor masculino dela misma especie.

1 Cold-blooded2 Hot-blooded

TABLA 2. Clasificaciones de las conductas agresivas (continuación)

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Criterio de clasificación

Autor/es Tipología Descripción

Signo

Ellis (1976); Blustein(1996)

Moyer (1968); Ban-dura (1973); Atkinset al. (1993)

Agresión Positiva

Agresión Negativa

Agresión saludable, productiva, que promuevelos valores básicos de supervivencia, protección,felicidad, aceptación social, preservación y lasrelaciones íntimas.

Agresión que conduce a la destrucción de lapropiedad o el daño personal a otro ser vivo dela misma especie. No es saludable porque indu-ce emociones dañinas para el individuo a largoplazo.

Consecuencias Mosby (1994)

Agresión Constructiva(Apropiada, Autoprotecto-ra)

Agresión Destructiva

Acto o declaración en respuesta a una amenazapara protegerse de la misma.

Acto de hostilidad hacia un objeto u otra perso-na, innecesario para la autoprotección-autocon-servación.

Función Wilson (1980)

Agresión territorial

Agresión por dominancia

Agresión sexual

Agresión parental discipli-naria

Agresión protectora mater-nal

Agresión moralista

Agresión predatoria

Agresión irritativa

Para defender el territorio.

Para establecer niveles de poder, una jerarquíade prioridades y beneficios.

Para establecer contacto sexual.

Para enseñar conductas y establecer límites alos menores por los progenitores.

Para defender al recién nacido.

Formas avanzadas de altruismo recíproco pue-den dar lugar a situaciones de sutil hostilidad oabierto fanatismo.

Para obtener objetos.

Inducida por el dolor o por estímulos psicológi-camente aversivos.

TABLA 2. Clasificaciones de las conductas agresivas (continuación)

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A continuación se resumen brevemente di-versas clasificaciones propuestas en la literatura:

• Según su modalidad o naturaleza, dife-rentes autores distinguen entre la AgresiónFísica y la Agresión Verbal (Buss, 1961;Pastorelli, Barbarelli, Cermak, Rozsa y Ca-prara, 1977; Valzelli, 1983), si bien otrosautores proponen la modalidad AgresiónSocial como opuesta a la física (Galen yUnderwood, 1997).

• Según la relación interpersonal o el des-plazamiento de la agresión, diversos auto-res han apuntado la existencia de dosmodalidades: Agresión Directa o Abierta yAgresión Indirecta o Relacional (Buss,1961; Valzelli, 1983; Lagerspetz et al.,1988; Björkqvist et al., 1992; Crick y Grot-peter, 1995; Grotpeter y Crick, 1996). Eltérmino agresión “indirecta” fue empleadopor Bjorkqvist y sus colaboradores(Bjorkqvist, Lagerspetz y Kaukiainen,1992; Bjorkqvist, Osterman y Kaukiainen,1992) para describir conductas social-mente “manipuladoras”, como propagarcomentarios envidiosos acerca de una per-sona, hacerse amigo de alguien como for-ma de revancha, o hacer que a otros no lesagrade un individuo. Esta conceptualiza-ción es similar a lo que Crick y sus colegashan denominado agresión “relacional”(Crick, 1995; 1996; Crick y Grotpeter,1995), la cual también implica la manipu-lación en las relaciones con los iguales, sibien mientras la agresión indirecta es cu-bierta en naturaleza, la relacional puedeser ambas, cubierta y abierta.

• Según la motivación que conduce a laagresión, encontramos la clasificaciónAgresión Hostil y Agresión Instrumental(Feshbach, 1970; Atkins et al., 1993; Kas-sinove y Sokhodolsky, 1995). Para Kassi-nove y Sokhodolsky (1995), la modalidad“hostil” estaría motivada por la ira, a tra-vés de la hostilidad, mientras la “instru-mental” lo estaría por el obstáculo que seinterpone entre el agresor y su meta.

Berkowitz (1996) añade la modalidad Agre-sión Emocional, empleada en ocasiones comosinónimo de agresión hostil. Sin embargo, exis-ten diferencias entre ambos conceptos: en laagresión emocional no es el estresor externo ensí mismo el que la elicita, como en la agresivi-dad hostil, sino el afecto negativo activado pordicho estresor el que produce las tendenciasagresivas y la ira experimentada.

• Según su clasificación clínica, múltiplesautores clasifican la agresión en Pro-acti-va, también denominada predatoria, ins-trumental, ofensiva, controlada o en frío2,y Reactiva, término proveniente del mo-delo de frustración-agresión (Dollard,Doob, Miller, Mowrer y Sears, 1939; Pricey Dodge, 1989), también conocida comoafectiva, impulsiva, defensiva, incontrola-da o en caliente3 (Dodge y Coie, 1987; Me-loy, 1988; Price y Dodge, 1989; Dodge,1991; Day, Bream, y Paul, 1992; Pulkki-nen, 1996; Dodge, Lochman, Harnish yBates, 1997; Scarpa y Raine, 1997; Viatro,Gendreau, Tremblay y Oligny, 1998; Raineet al., 2004).

Para algunos autores existirían dos subtiposincluidos dentro de la agresión proactiva, laagresión instrumental, orientada hacia la pose-sión de objetos, y el bullying, que consistiría enel acoso orientado hacia el dominio y el controlde los iguales.

• Según el estímulo que elicita la agresión,Moyer (1968) clasificó las conductas agre-sivas de los animales, si bien esta tipologíapuede aplicarse a numerosas conductashumanas de carácter agresivo, de la si-guiente manera: Predatoria, Inducida porel miedo, Inducida por irritabilidad, Terri-torial, Maternal, Instrumental y Entre ma-chos. Esta clasificación enfatiza cómo laagresión posee una naturaleza dependien-te del contexto, así como la diversidad desituaciones que la elicitan.

• Según el signo que se le atribuye a la agre-sión, autores como Ellis (1976) y Blustein(1996) apuntaron las modalidades Agre-

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2 Cold-blooded3 Hot-blooded

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sión Positiva y Agresión Negativa. La pri-mera, a diferencia de la segunda, permiti-ría construir la autonomía y la identidad(Gupta, 1983; Romi y Itskowitz, 1990) yayudaría a los individuos a implicarse enactividades cooperativas y competitivascon los compañeros. Así mismo, canaliza-da en la dirección adecuada, fomentaría laasertividad, la dominancia y la indepen-dencia y posibilitaría alcanzar conoci-mientos acerca del ambiente y de unomismo, así como defenderse contra ame-nazas externas (Jack, 1999).

• Según la finalidad última de la agresión,Mosby (1994) realizó la siguiente tipolo-gía: Agresión Apropiada, también denomi-nada Autoprotectora o Constructiva yAgresión Destructiva.

• Según la función de la agresión, Wilson(1980), desde la sociobiología, elaboró unaclasificación similar a la de Moyer, con lassiguientes modalidades: Territorial, Por do-minancia, Sexual, Parental disciplinaria,Protectora maternal, Moralista, Predatoria eIrritativa.

Existen muchas otras tipologías de la agre-sión, mucho menos desarrolladas, basadas encriterios muy diversos, como el grado de controlque se posee sobre ella (Controlada vs Impulsi-va), el objeto a quien se dirige (Heteroagresiónvs Autoagresión), el grado de activación impli-cada (Activa vs Pasiva) o el sexo del agresor(Masculina vs Femenina), entre otros.

Hacia una comprensión de la agresión:modelos explicativos

La agresividad ha sido explicada desde apro-ximaciones teóricas diferentes que han ido desdela biológica o la antropológica a la psicológica.

Modelos instintivos

– Aproximación evolucionista: etología y so-ciobiología

Las teorías evolucionistas consideran que laagresividad es un producto natural, consustan-

cial al ser humano, y que, como otras conduc-tas, tendría sus bases en la filogenia. De estemodo, las conductas agresivas humanas se da-rían análogamente a las presentadas por los ani-males. Dentro de esta aproximación podemosdiferenciar una perspectiva etológica y otraperspectiva sociobiológica:

Perspectiva Etológica

Los etólogos interpretan el comportamientoagresivo, tanto animal como humano, dentrodel proceso de selección natural, el cual evolu-cionó al servicio de diversas funciones, de ahí sucarácter funcional. Dicho comportamiento des-cansa en adaptaciones filogenéticas de base fi-siológica, que cambian de una especie a otra,como las secreciones hormonales, especialmen-te de testosterona, los impulsos nerviosos cen-trales y otras variables genéticas, como la selec-ción de machos fuertes y sanos, idóneos para lareproducción y el cuidado de la prole.

Según la función a la que sirvan, los etólogoshan identificado diversas formas de conductaagresiva, entre ellas las siguientes: predatoria,afectiva, entre machos, irritable, de defensa te-rritorial, maternal, instrumental y de fuga.

Desde la perspectiva etológica se han divididolos comportamientos agresivos en dos grupos:

– Agresión Intra específica: entre individuosde una misma especie, motivada por unexceso de impulso (agresión hiperestési-ca), o por la posesión de territorios, la bús-queda de compañera sexual o ante la faltade fuentes de alimentación (agresión ta-xógena); Esta última conduciría a la evo-lución de la especie y permitiría sobrevivira los más fuertes.

– Agresión Ínter específica: lucha por el te-rritorio ante individuos semejantes. Estamodalidad es la característica del ser hu-mano.

Para Tinbergen (1951) el hombre, dentro dela escala evolutiva, habría superado su propiaescala genética, de modo que apenas responde alos estímulos agresivos como lo hacía en el pa-sado, o como lo hacen otras especies, principal-mente por parte de los machos. Esto se debe a

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que, aunque la agresión humana es un impulsoprimario, a través de la evolución, la energía“agresiva” habría sufrido momentos decisivosde neutralización, transformación, canalizacióny desplazamiento hacia diversos objetivos.

Una de las teorías etiológicas de la agresiónmás populares es “El Modelo Termohidráulico”de K. Lorenz (1963), desarrollado en su libro“Sobre la agresión, el pretendido mal”. Desdeeste modelo, se considera que la motivación quedetermina el inicio de la “agresión”, depende dela acumulación de una cierta cantidad de ener-gía de acción específica, que combinándose conlos estímulos adecuados, puede desencadenarla conducta agresiva concreta. El modelo ope-raría como un depósito de cabida energética li-mitada, que daría lugar a conductas agresivasdebido al cúmulo de energía retenida o por estí-mulos denominados clave o “disparadores”. Se-gún esta perspectiva, a mayor tiempo transcu-rrido desde la última descarga, mayoresprobabilidades de que la acción vuelva a tenerlugar, con independencia de los estímulos pre-sentes. Una vez disipada la energía, el animal serelaja y el depósito se vacía en cierta medida. Siun animal acumula demasiada energía agresivay no puede desahogarse con sus enemigos, es-cogerá un individuo cualquiera, incluso unacría, un objeto de reemplazo o el vacío, y se en-sañará, descargando dicha energía. Como sepuede apreciar, la energía se podría sublimarpero no se puede eliminar.

Según Lorenz, la única defensa que posee elhombre contra sus impulsos internos, instinti-vamente destructivos, heredados genéticamentede nuestros ancestros, así como contra el medioexterno que lo inhibe, y le causa frustraciones,es la agresividad. De ahí se concluye que la agre-sividad es un mecanismo de adaptación que per-mite al hombre competir por recursos escasos, yen última instancia, por su supervivencia.

Perspectiva Sociobiológica

Desde la sociobiología, inaugurada por E.Wilson (1980), se considera que todos los com-portamientos humanos pueden ser explicadospor la biología junto con la interacción social.Se trata de un modelo interaccionista que con-sidera que el potencial genético, lo innato, está

íntimamente relacionado con el aprendizaje, elcual permite que los rasgos o predisposicionesse desarrollen en un ambiente específico.

Dentro de esta perspectiva, se considera quela conducta agresiva es, por una parte, aprendi-da, especialmente en sus formas más peligro-sas de ataque criminal y acción militar, peroque existe una fuerte predisposición subyacentea dicho aprendizaje, a caer en una profundahostilidad irracional bajo ciertas condicionesdefinibles, de tal manera que cada contexto lle-varía asociada una probabilidad de respuesta.De hecho, se ha contrastado la predisposiciónde los seres humanos a responder con odio irra-cional a amenazas exteriores, así como a incre-mentar su hostilidad para dominar la fuente dedichas amenazas.

Los pilares de la concepción sociobiológicade la agresión humana son los siguientes:

– La agresión humana es adaptativa para lasupervivencia y la reproducción del indi-viduo, es decir, para su selección, siempreque no se supere el “nivel óptimo” de agre-sividad, por encima del cual, la eficaciaindividual desciende, poniéndose en peli-gro la propia vida. Desde ese punto de vis-ta, los seres humanos serían innatamenteagresivos, lo que se traduciría en diferen-tes comportamientos que afectarían a laterritorialidad, a las relaciones con el otrosexo, al intento de dominio del grupo y ala manera de resolver los conflictos.

– La agresión entre humanos es un fenóme-no de “competencia”, tanto por los recur-sos limitados como por los de carácter se-xual.

– El término “selección” empleado desde lasociobiología no se refiere a los organis-mos, como en la concepción darvinista,sino a los comportamientos transmitidoshereditariamente por medio del código ge-nético. Denota la primacía o refuerzo deaquellos comportamientos o códigos ade-cuados al medio, mientras se castigan oeliminan los que no lo son.

– Aproximación dinámica

Desde la perspectiva psicoanalítica clásica,la agresión es entendida como una expresión

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del instinto de muerte (Tánatos) al servicio delEros. Si este instinto es dirigido hacia el inte-rior se desarrolla depresión y si lo es al exterior,se elicita agresividad. En un principio, Freudestableció que el instinto sexual era el compo-nente primario de la agresividad; posterior-mente, admitió que ésta no sólo procedía delinstinto sexual sino también de los instintos delyo en su lucha por conservarse y defenderse.Desde esta perspectiva, el individuo derivadodel narcisismo primario mostraría una tenden-cia a autodestruirse, lo que Freud denominarámasoquismo, fruto de la interiorización de laenergía libidinal. Más tarde, esta libido será di-rigida hacia el objeto externo derivado del nar-cisismo secundario, lo que Freud denominarásadismo.

En su ensayo de 1930, el Malestar en la Cul-tura4, Freud expone que la agresión, originaria-mente surgida de las tendencias instintivas, esintroyectada por efecto de la cultura y del pro-ceso de socialización, y dirigida contra el propioYo, incorporándose a una parte de éste, que encalidad de Superyó se opone a la parte restante,y asume la función de «conciencia»[moral]. Latensión creada entre el severo Superyó y el Yogenera el sentimiento de culpabilidad que semanifiesta bajo la forma de necesidad de casti-go. El efecto de la cultura sobre las tendenciasagresivas, bajo la amenaza de la pérdida delamor, hace que la autoridad sea interiorizadaen el Superyó (instancia responsable del senti-miento de culpabilidad) el cual actuará a tra-vés del miedo y el temor a la autoridad. El suje-to con el fin de evitar el sufrimiento y lossentimientos de culpa recurrirá a diversos meca-nismos de defensa, tales como el desplazamientode los fines instintivos agresivos hacia objetospermitidos o la sublimación. Por otro lado, laidentificación con la figura de autoridad resul-tante del Complejo de Edipo y el establecimien-to de vínculos amorosos inhibirán las manifes-taciones agresivas.

La ausencia o el déficit de cualquiera de losmecanismos de control de la agresividad (Ej.proceso inadecuado de identificación, inexis-tencia de vínculos, existencia de un Superyó de-ficitario, mecanismos de defensa ineficaces,

etc.…) podrían explicar la manifestación cróni-ca o descontrolada de la misma.

Para autores psicoanalíticos más recientescomo Bleiberg (1994), la agresión se debe a laconfiguración disfuncional de la autoestructuradel Yo y de los otros a lo largo del desarrollo.Esta autoestructura se caracteriza por su vul-nerabilidad narcisista, por la cual la agresiónes un intento por mantener inflado el sentidodel Yo y la ilusión de control junto con las per-cepciones de invulnerabilidad. Para Willock(1986) la conducta agresiva en los niños tienedos aspectos nucleares en su autoestructura: ladevaluación del Yo, que se refleja en las creen-cias inconscientes de que son intrínsecamenterepugnantes y malos, y en la indiferencia del Yoo Yo indiferenciado, reflejado en las percepcionesinconscientes de ser incapaces de establecer omantener relaciones significativas con los otros.La conducta agresiva sirve como una defensacontra estas creencias de desvalorización y des-precio, negando la importancia de las relacionesadoptando una identidad delictiva defensiva oproyectando su sentido de desprecio sobre losotros como medio de prevenir estados afectivosdolorosos.

Modelos biológicos

Numerosas explicaciones etiológicas de laagresión provienen de la perspectiva biológica,si bien éstas no se van a desarrollar en el pre-sente artículo por no tratarse de modelos psico-lógicos. Sin embargo, a continuación se apuntanlos hallazgos más destacables de los principalesmodelos biológicos, los cuales pueden ampliarseen la literatura especializada.

• Modelos neuroquímicos

La agresión se ha relacionado con la presen-cia de distintos neurotransmisores, especial-mente con la Serotonina. Bajas concentracionesde este neurotransmisor en el cerebro (Weil-Malhherbe, 1971; Persky, 1985) o una disminu-ción de la actividad de las neuronas serotoni-nérgicas parecen ser la base de loscomportamientos agresivos de animales y hu-

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4 Versión empleada de Alianza (1984)

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manos. Estos resultados se han encontrado,principalmente, al estudiar la actividad del re-ceptor 5-HT, así como el efecto de ciertos ago-nistas de la serotonina (Kandel et al., 2001).

Recientemente se ha señalado la relación en-tre el incremento de la actividad del sistema do-paminérgico y las conductas agresivas en huma-nos (Dolan et al., 2001).

Además de con la Serotonina y la Dopamina,la agresividad se ha asociado al efecto de laAdrenalina, que la mediatizaría, el GABA, quela inhibiría y de la Acetilcolina, que parece in-crementar tanto la agresión predatoria como laafectiva.

• Modelos neuroendocrinos

La agresión se ha relacionado con el efectode las hormonas esteroideas, especialmente latestosterona, la cual juega un papel crítico en laagresión intraespecífica entre machos de diver-sas especies. Esto es debido a que esta hormonaestá íntimamente relacionada con la reproduc-ción y el apareamiento. Diversos autores sostie-nen que, en humanos, el efecto de la testostero-na sobre la agresividad es menos clara (Kandelet al., 2001). Sin embargo, los hallazgos que aso-cian la capacidad de experimentar sentimien-tos agresivos con la actividad gonadal masculinaexplicarían las mayores tasas de conductas agre-sivas y violentas en los varones.

A diferencia de lo que sucede con la testos-terona, la actividad de los corticoesteroides y delEje Pituitario-Adrenocortical se ha vinculado atoda conducta agresiva que no posea un carác-ter sexual.

• Modelos neurobiológicos

En los últimos años, la agresividad se ha vin-culado a una disminución de la actividad cere-bral en determinadas áreas corticales, como laspre-frontales (Drexler, Schweitzer, Quinn, Gross,Ely, Mamad y Kilts, 2000; Pietrini, Guazleelli,Basso, Jaffe y Grafmann, 2000), así como a le-siones en el córtex orbitofrontal (Blair y Cipo-lotti, 2000; Blair, 2001) y el gyrus parietal supe-rior, y a ciertas anomalías en la asimetríacerebral (Raine, Buchsbaum y LaCasse, 1997).

Por otro lado, numerosos estudios destacanel papel del complejo amigdaloide en la apari-ción de diversas reacciones defensivas, entre losque se encuentran la ira o la agresión, y del hi-potálamo, encargado de regular las funcionesneuroendocrinas relacionadas con la agresiónde manera muy específica, ya que tres de las re-giones que lo constituyen están implicadas entres tipos distintos de agresión: la porción late-ral se ha relacionado con la agresión predatoria(lucha), la región medial se ha vinculado con laagresión afectiva (miedo) y, por último, la zonadorsal parece estar relacionada con la conductade fuga.

Modelos del Drive o Impulso:

– Teoría de la Excitación-Transferencia5

(Zillman, 1979)

Ya en los años “60” diversos investigadoresapuntaron cómo los estados de activación fisio-lógica (arousal) se transforman y dan lugar adiversas conductas, entre ellas la agresión, quenada tienen que ver con el motivo que elicitódicha excitación.

Años más tarde, D. Zillman (1979) en su Mo-delo de la Excitación-Transferencia, enfatizó elpapel de la activación en la explicación de laagresión. Para este autor, los niveles de activa-ción generados ante cualquier acontecimiento,pueden dar lugar a la emisión de conductasagresivas, siempre y cuando se produzcan lascircunstancias propicias que las desencadenen.

Las situaciones descritas con mayor fre-cuencia para ejemplificar esta teoría hacen re-ferencia al padre de familia que llega a casa trasun duro día de trabajo, el cual, ante la mínimasituación de conflicto, como una pelea entre loshijos, el ladrido de su perro o el llanto de unbebé, puede emitir conductas agresivas. La emi-sión de estas conductas no se ha dirigido haciala fuente original que generó su malestar en supuesto de trabajo (Excitación), sino hacia cual-quier persona u objeto presente en una segundasituación (Transferencia). La secuencia es expli-cada de la siguiente manera: cuando una perso-

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5 The Excitation Transfer Model of Aggression.

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na experimenta excitación fisiológica (arousal),los efectos de la adrenalina que dicha excitacióngenera se mantienen durante un cierto periodode tiempo, lo que se ha denominado “excitaciónresidual”, de manera que ante la aparición de unsegundo estímulo, la energía (adrenalina) delprimero, aumentará la activación generada porel segundo, y dará lugar a respuestas agresivasdesproporcionadas ante esta última estimula-ción.

– Teoría del Síndrome AHA (Spielberger,1983)

En la explicación de la conducta agresiva,autores como Spielberger la han relacionadocon las emociones o actitudes en las que ésta sefundamenta, en particular, con la ira y la hosti-lidad.

Bajo el epígrafe “Síndrome AHA” (Spielber-ger et al., 1983; 1985; Spielberger, Reheiser ySydeman, 1995; Spielberger y Moscoso, 1996),Spielberger y sus colaboradores sitúan los cons-tructos ira, hostilidad y agresión interrelacio-nados en un continuo que sigue la siguiente se-cuencia: Un acontecimiento genera unaemoción (ira), que se ve influenciada por unaactitud negativa hacia los demás (hostilidad) ypuede desembocar en una acción violenta (agre-sión), con consecuencias también de índole ne-gativa.

Esta secuencia, que parte del núcleo del sín-drome AHA, es decir, de la ira, y conduce a laagresión, solo permite explicar la denominadaagresividad “hostil” pero no la agresión “instru-mental”, debido a que esta segunda no vienemotivada por la ira sino, principalmente, por elobstáculo que se interpone, según el agresor,entre él y su meta (Kassinova y Sukhodolsky,1995).

– Teoría de la frustración-agresión

Dollard, Doob, Miller, Mowrer y Sears (1939)propusieron que la agresión es una conductaque surge cuando la consecución de una metaes bloqueada o interferida, la denominada agre-sión instrumental. La frustración, entendida poreste grupo de autores como la interferencia en laocurrencia de una respuesta-meta instigada ensu adecuado tiempo en la secuencia de la con-ducta, era la condición necesaria para que la

agresión se hiciera presente. Las situaciones deprivación no inducen a la agresión salvo que és-tas impidan la satisfacción de un logro espera-do. La conducta agresiva estará en función de lacantidad de satisfacción que el individuo con-trariado haya anticipado sobre una meta queno ha alcanzado y el grado de expectativa sobresu logro: cuanto mayor sea el grado de satisfac-ción frustrado y el grado de expectativa de lo-gro, mayor será la inclinación a infringir undaño. No obstante, la agresión puede no apare-cer en aquellos casos en los que el sujeto inhibala respuesta por miedo al castigo o por una ten-dencia agresiva débil.

Posteriormente a este planteamiento, Miller(1941) añade una razón más por la que la frus-tración no siempre conduce a la agresión abier-ta: el desarrollo de formas alternativas para re-accionar ante la frustración. Cuando los sujetosdesarrollan formas alternativas a la agresión, ta-les como escapar de la situación, alcanzar metasalternativas o superar los obstáculos, la tenden-cia agresiva queda inhibida. Sin embargo, si elimpedimento continúa tras la aplicación de estasalternativas, la conducta agresiva puede apare-cer. El grado con el que se impide la consecuciónde la meta y el número de fracasos previos afec-tará a la manifestación de la agresión.

– Teoría de la frustración-agresión revisada

Posteriores reformulaciones han matizadolas relaciones entre frustración y agresión, mos-trando que la frustración sólo induce a la agre-sión cuando va asociada a determinadas carac-terísticas, las cuales hacen más probable laaparición de un acto agresivo: a) Su carácter dearbitrariedad, injusticia o ilegitimidad (Pastore,1952); b) El grado de satisfacción anticipada dela meta que se frustra (Worchel, 1974); y la atri-bución de intencionalidad que se hace sobre lafuente que frustra (Averrill, 1982; Weiner, Gra-ham y Chandler, 1982).

Pastore (1952) halló, entre estudiantes, quesu inclinación a agredir era mucho mayor antesituaciones frustrantes arbitrarias o injustas (Ej:Pasar un autobús tras haber esperado largotiempo en una parada cuando el conductor cla-ramente ha visto que estaban esperando) frentea situaciones menos arbitrarias o comprensi-bles (Ej: Ver llegar un autobús especial que pasa

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la parada porque está fuera de servicio). Estacaracterística de arbitrariedad puede ser inter-pretada en términos de Dollard et al. (1939) porlo inesperado (grado de expectativa) que con-llevan dichas situaciones.

Worchel (1974) destacó que la frustracióninduce mayor agresividad cuando los resulta-dos derivados de ésta producen una mayor dis-paridad respecto de las gratificaciones antici-padas por su consecución. Así, los sujetosmuestran mayor hostilidad ante la frustracióncuando sus expectativas son las de obtener unasconsecuencias altamente positivas que cuandosus expectativas son obtener logros no muy va-lorados. Por ello, Worchel concluía que el valorconcedido a las consecuencias esperadas por elsujeto es un elemento que media entre la frus-tración y la agresión.

Los estudios de Averrill (1982) y Weiner et al.(1982) pusieron de manifiesto que cuando lossujetos atribuyen carácter intencional y volun-tario a la frustración ocasionada, se genera unmayor grado de ira y agresión. Para Weiner etal. (1982) las atribuciones favorecer la agresivi-dad cuando poseen cualquiera de estas tres con-diciones: a) proceder de un sujeto y no del exte-rior; b) ser evitables o controlables; y c) sonsocialmente inadecuadas.

La mayoría de estos elementos de caráctercognitivo, que matizan las relaciones entre frus-tración y agresividad, fueron posteriormente de-sarrollados y ampliados desde el enfoque delprocesamiento de la información con explica-ciones alternativas a las formuladas hasta el mo-mento, los cuales se comentan a continuación.

– Aproximación conductual y desde la psi-cología animal

Desde el modelo conductual, la agresión seconsidera una conducta dependiente de las con-diciones ambientales que controlan su tasa deocurrencia. La conducta agresiva es explicadabien por condicionamiento clásico o por con-dicionamiento operante a través de procedi-mientos, tales como la administración de esti-mulación aversiva, la asociación de ésta condiversas condiciones ambientales (objetos o per-sonas), la extinción o disminución de la tasa dereforzamiento o el tipo de reforzamiento, posi-tivo o negativo (Keehn, 1975; Ulrich, 1975).

– Primera Formulación de Berkowitz (1970)

En la primera formulación de Berkowitz so-bre la agresión, ésta fue explicada a partir delos principios del condicionamiento clásico. Se-gún su propuesta, las respuestas agresivas cons-tituyen una respuesta condicionada a determi-nados estímulos ambientales. Desde esta teoríalos observadores de conductas violentas, o agre-sivas, asociarían dichos comportamientos conotras experiencias violentas vividas previamenteproduciéndose una “generalización” del estímu-lo. El contenido agresivo de la conducta presen-te, por ejemplo, observar conductas violentasen televisión, provocaría la misma respuesta porparte del observador que le generó el estímuloviolento original. Además de la exposición a de-terminados estímulos, es necesario que previa-mente los sujetos hayan sido alterados o enfa-dados de alguna manera. La conducta actualserá más parecida a la original cuanto mayorsimilitud exista entre ambas situaciones o per-sonas que las elicitan, siguiendo las leyes delaprendizaje.

La propuesta inicial de Berkowitz es am-pliamente modificada en una segunda propues-ta con la inclusión de elementos cognitivos queposteriormente se detallará.

Procedente de la investigación básica, los re-sultados hallados en el laboratorio con animaleshan mostrado que la inducción de dolor es unimportante motivador de la agresión (Azrin,Hutchinson y McLaughlin, 1965), como lo de-muestra el hecho de que la estimulación intra-craneana refuerza la lucha entre pichones (Rey-nolds, Catania y Skinner, 1963); así mismo, laagresión, además de ser una manera de reac-cionar ante la estimulación aversiva, puede con-vertirse en una conducta de escape y evitación,reforzada negativamente, cuando permite dis-minuir o erradicar la fuente evocadora de di-cha aversión (Ulrich y Craine, 1964).

Entre humanos se han contrastado tambiénestos principios de origen y mantenimiento dela conducta agresiva, especialmente en el campode la modificación de conducta. Un ejemplo deello son los trabajos que muestran cómo la agre-sión aumenta contingentemente con la atenciónrecibida, la consecución de logros o la evitaciónde situaciones aversivas (Pinkston, Reese, Le-

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blanc y Baer, 1973; O´Leary y O´Leary, 1977;Shapiro y Kratochwill, 2000). El estudio de losprogramas de reforzamiento a los que la con-ducta agresiva está sometida y los procedimien-tos para su abordaje constituyen otro ejemplo(Graciano y Moonin, 1984; Kazdin, 1988; Rutter,Giller y Hagell, 1999).

Aproximación cognitiva

– Aproximación Cognitiva Neoasociacionista

Leonard Berkowitz (1983; 1989; 1990; 1993)propone un nuevo modelo por el que la agresi-vidad, a la que denomina agresión aversivamen-te estimulada es el resultado del afecto negativoproducido por la experiencia de un suceso oacontecimiento desagradable. Su tesis se fun-damenta en dos grupos de estudios previos re-lacionados con la inducción de dolor en anima-les, y con las reacciones irascibles y agresivas enhumanos ante situaciones incómodas. Los pri-meros estudios, encontraron que la inducciónde dolor en animales genera bien una huidapara escapar del estímulo nocivo que lo provocao una conducta agresiva encaminada a de-fenderse e intentar destruirlo (Ulrich, 1966). Lossegundos, están relacionados con situacionesincómodas, tales como altas temperaturas, am-bientes cargados de humo, ambientes con oloresfétidos o situaciones de elevado estrés social.En ellos se halló que las personas inmersas entales situaciones experimentaban una reacciónde irritabilidad e irascibilidad que les inducía ainfringir daño a otro (Landau y Raveh, 1987;Anderson, 1989). De acuerdo con estos experi-mentos, Berkowitz mantiene que la agresiónaversivamente estimulada procede de los acon-tecimientos aversivos y que no es sólo una res-puesta encaminada a eliminar o reducir la esti-mulación desagradable, sino que además, esuna reacción emocional dirigida a infligir dañoa un blanco neutro ajeno a la causa del daño. Elpapel de la frustración era para él un sucesoaversivo más, capaz de producir una reacciónemocional intensa que conduce a la agresiónemocional. La agresión emocional, para Berko-witz, se caracterizaba por su inclinación a hacerdaño en sí mismo, mientras que la agresión ins-trumental se caracterizaba por el uso de éstacomo instrumento para la obtención de deter-minadas consecuencias (Berkowitz, 1989).

El modelo explicativo de la conducta agresi-va para Berkowitz podría quedar representadoen la siguiente secuencia: un acontecimientoaversivo genera un afecto negativo o sentimien-to desagradable que, por su vinculación conpensamientos, recuerdos, reacciones expresivomotoras y otras emociones negativas asociadasa una tendencia de lucha, generan finalmenteun sentimiento de ira rudimentario, que final-mente, produce la ira y las inclinaciones con-ductuales agresivas, consistentes bien en arre-meter contra un blanco disponible o bien en laurgencia de herir a alguien. Si el sentimientoderivado del afecto negativo da lugar a un sen-timiento de temor rudimentario, fruto de lasasociaciones a pensamientos, recuerdos o reac-ciones expresivo motoras correspondientes auna tendencia de huida, el resultado en lugarde la ira y la agresión sería el terror y sus incli-naciones conductuales de escape.

Sobre esta secuencia básica, Berkowitz(1993) realiza diversas precisiones que comple-tan su modelo:

a) Las emociones son entendidas desde elmodelo de red (network model) de la emo-ción por el cual cada emoción está conec-tada a un conjunto de sentimientos, reac-ciones expresivo-motoras, pensamientosy recuerdos. La activación de cualquierade ellos tenderá a activar cada uno de loscomponentes de la red proporcionalmentea su grado de asociación. La aparición deun recuerdo o un pensamiento aversivoactivará el conjunto de emociones asocia-das de similar valencia que pueden estardirigidos a un blanco específico o puedenpermanecer como un estado general y di-fuso. Por tanto, las respuestas ideaciona-les, fisiológicas y expresivo-motoras sonla base de la experiencia emocional.

b) Las cogniciones juegan un papel relevan-te en el modelo de Berkowitz. Las inter-pretaciones del suceso activador, las va-loraciones, atribuciones, ideas ocreencias están semánticamente relacio-nados entre sí y se vinculan, además, conla memoria, los sentimientos y las reac-ciones expresivo-motoras de manera quepueden actuar como activadores o inhi-bidores de la conducta agresiva.

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c) La probabilidad de que el afecto negativoconduzca a una agresión abierta de-penderá de tres factores: 1) la intensidadde la actividad interna: a medida que elgrado de intensidad emocional es mayor,aumenta la probabilidad de emitir unaagresión; 2) la disponibilidad de un blan-co determinado que posibilite la descargade las tendencias agresivas facilitando laaparición de éstas; 3) el autocontrol deri-vado de las restricciones morales, las nor-mas sociales, el grado de impulsividad yel grado de conocimiento de las emocio-nes propias que determinan la apariciónde la conducta agresiva abierta.

d) Las manifestaciones agresivas no sólo es-tán originadas por una emoción internanegativa, también son evocadas por estí-mulos o señales externas que tienen unsignificado agresivo para el agresor, ta-les como armas, personas específicas,imágenes, objetos o cualquier estímuloasociado a sucesos desagradables. Estasseñales externas pueden propiciar un es-tado emocional negativo o pueden activardirectamente, o de forma más automáti-ca, la respuesta agresiva.

e) La intensidad del afecto negativo dependede la herencia genética, de la historia deaprendizaje del sujeto y del contexto en elque la emoción aparece.

– Teoría Social- Cognitiva de Bandura

La Teoría Social Cognitiva de Bandura(1973; 1986) constituye uno de los principalesmodelos explicativos de referencia de la agre-sión humana. Desde esta teoría Bandura de-fiende el origen social de la acción y la influen-cia causal de los procesos de pensamiento sobrela motivación, el afecto y la conducta humana.La conducta está recíprocamente determinadapor la interacción de factores ambientales, per-sonales y conductuales. Entre los factores cog-nitivos, juegan un papel central los procesos vi-carios, la autorregulación y la autorreflexión.

En su explicación de la conducta agresiva,Bandura (1975) asume en gran medida las apor-taciones procedentes de la aproximación con-ductual pero introduce los elementos mencio-nados como aportaciones novedosas. Desde su

análisis del aprendizaje social de la agresión,diferencia tres tipos de mecanismos, los cualesse describen a continuación:

a) Mecanismos que originan la agresión

Entre estos mecanismos destacan el apren-dizaje por observación y el aprendizaje por expe-riencia directa.

Las influencias de modelos familiares y so-ciales que muestren conductas agresivas y otor-guen a éstas una valoración positiva serán, juntocon los modelos procedentes de los medios decomunicación o los modelos simbólicos trans-mitidos gráfica o verbalmente, los responsablesde que la agresión se moldee y propague. El mo-delo será más eficaz si están presentes otras con-diciones que lleven al observador a imitarlo, talescomo que el observador esté predispuesto a ac-tuar de forma agresiva y que el modelo sea reco-nocido como figura importante y significativa.

La experiencia directa del sujeto proporcio-nará determinadas consecuencias en su am-biente (recompensas y castigos) que podrán ins-taurar estas conductas. Ambos tipos deaprendizaje, para Bandura, actúan conjunta-mente en la vida diaria, las conductas agresivasse aprenden en gran parte por observación, yposteriormente, se perfeccionan a través de lapráctica reforzada.

b) Mecanismos instigadores de la agresión

Además de la mera exposición a los modelosagresivos, que tienen en sí mismo un efecto ins-tigador, intervienen otros procesos tales como laasociación del modelado con consecuencias re-forzantes (función discriminativa), la justifica-ción de la agresión por el modelo como social-mente legítima (función desinhibitoria), laaparición de activación emocional y la apariciónde instrumentos o procedimientos específicospara propiciar un daño (Ej: Uso de armas).

La experiencia de un acontecimiento aversivo,tales y como una frustración, una situación deestrés, un ataque físico, amenaza o insulto, unapérdida de reforzadores o el impedimento deuna meta.

Las expectativas de reforzamiento o las re-compensas esperadas si la conducta agresiva esemitida.

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El control instruccional mediante órdenesque obliguen o manden a agredir.

El control ilusorio provocado por creenciasilusorias, alucinaciones o mandato divino.

c) Mecanismos mantenedores de la agresión

Estos mecanismos se refieren al reforza-miento externo directo (Ej: recompensas mate-riales o sociales, disminución de una estimula-ción aversiva), el reforzamiento vicario y elautorreforzamiento. Bandura destaca tambiénun conjunto de mecanismos de carácter cogni-tivo que denomina neutralizadores de la auto-condenación por agresión, que actúan comomantenedores, entre los que recoge: la atenua-ción de la agresión mediante comparacionescon agresiones de mayor gravedad, justificaciónde la agresión por principios religiosos, despla-zamiento de la responsabilidad (otros ordenanrealizar la agresión), difusión de la responsabi-lidad (responsabilidad compartida), deshuma-nización de las víctimas, atribución de culpa alas víctimas, falseamiento de las consecuencias ydesensibilización graduada (por exposición gra-duada repetida a situaciones violentas). En es-tudios posteriores Bandura encuentra que es-tos mecanismos de disuasión moral nopromueven directamente la agresión sino quela facilitan disminuyendo la culpa, la conductaprosocial y la ideación de emoción-arousal(Bandura, Barbaranelli, Caprara y Pastorelli,1996).

La propuesta de Bandura ha sido en granmedida utilizada para explicar los efectos de laexposición a la violencia, bien en el seno de unafamilia agresiva (hipótesis de la transmisión in-tergeneracional) bien a través del visionado deimágenes violentas procedentes de los mediosaudiovisuales, que además de ofrecer un mode-lado (aprendizaje vicario) ejerce una desensibi-lización a la violencia (hipótesis de la desensibi-lización).

Aunque el aprendizaje vicario es hoy am-pliamente aceptado, la exposición a la violen-cia es discutida desde una perspectiva interge-neracional (Jonson-Reid, 1998; Stith, Rosen yMiddleton, 2000). Aunque crecer en una familiaviolenta es un riesgo para el desarrollo de la vio-lencia posterior, la probabilidad de que esta cir-cunstancia acontezca es pequeña, y se ve amor-

tiguada por otras variables como la presenciade una figura de apoyo en la infancia, la partici-pación en alguna actividad terapéutica, la esta-bilidad y el apoyo emocional, ser mujer, no tenerantecedentes clínicos y haber sido sólo testigode la violencia en lugar de víctima.

– Modelo del Déficit en el Procesamiento dela Información

A partir de los años 80, un conjunto de tra-bajos enmarcados dentro del enfoque del pro-cesamiento de la información arrojan numero-sos datos empíricos que intentan explicar laconducta agresiva. La mayoría de sus resultadoscoinciden en explicarla como una respuesta ge-nerada por los déficits en el procesamiento de lainformación. Desde esta aproximación se ha hi-potetizado que las deficiencias en los mecanis-mos del procesamiento cognitivo son hipoteti-zados como los principales responsables de unaresolución ineficaz del afrontamiento de los pro-blemas cotidianos (D´Zurilla y Goldfried, 1971;Weiner, 1985; Dodge y Coie, 1987; Huesman,1988; Dodge y Crick, 1990; Crick y Dodge,1994).

Diversos factores emocionales, fisiológicos,conductuales, sociales y constitucionales estánimplicados en la instalación de particulares es-tructuras de memoria socio-cognitivas (Crick yDodge, 1994) o guiones (Huesmann y Eron,1989), que proveen un procesamiento específicoy un uso determinado de estrategias de solu-ción de problemas. Las dificultades en los pro-cesos de búsqueda de estrategias adecuadas(Crick y Dodge, 1994), la accesibilidad o dispo-nibilidad de determinada información en la me-moria a largo plazo (Huesmann, 1988) o la difi-cultad en la atención dividida para el uso deprocesos simultáneos en el procesamiento de lainformación social, han sido algunos de los me-canismos explicativos propuestos que funda-mentarían un procesamiento erróneo entre lossujetos agresivos.

Pakaslahti (2000) recopila los principales ha-llazgos en cada una de las fases del procesa-miento, que diferencian a los niños agresivosde los no agresivos:

– En la fase 1, orientación hacia el proble-ma social, los sujetos agresivos codificaninadecuadamente la situación social y las

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señales internas. Por ejemplo, los niñosagresivos indagan mucho menos sobre loshechos en una situación social y prestanmenos atención a las señales del ambienteque los niños no agresivos.

– En la fase 2, interpretación y análisis de lasituación, se han detallado las siguientescaracterísticas en el procesamiento de losniños agresivos frente a los no agresivos:a) hacen un análisis de la situación deacuerdo con sus experiencias pasadas ensituaciones similares más que sobre loshechos concretos de la situación actual;b) realizan un mayor número de atribu-ciones hostiles y de intencionalidad alcontrincante o interlocutor y, c) realizanun menor número de inferencias sobre losresultados de la situación.

– En la tercera fase, formulación de unameta, los adolescentes agresivos son máspropensos a formular metas hostiles, talescomo la dominancia o la venganza, inde-pendientemente del sesgo de intencionali-dad, y experimentan una mayor frustra-ción ante la interferencia o noconsecución de las metas deseadas.

– En la cuarta fase, generación de estrategiaspara resolver y manejar el problema, los ni-ños agresivos generan un mayor númerode estrategias agresivas, pragmáticas, im-pulsivas o destructivas. Los niños no agre-sivos, generan un mayor número de estra-tegias y son capaces de imaginar unmayor número de soluciones alternativasa una situación conflictiva.

– En la quinta fase, evaluación de la estrate-gia más adecuada para resolver el conflicto,aparecen dos grupos de diferencias: unaen relación con los estándares internos(normas morales, valores, creencias) y otraen relación con sus estrategias de afronta-miento. En cuanto a la primera, los niñosagresivos consideran las estrategias agre-sivas menos reprobables desde el punto devista moral y actitudinal que los niños noagresivos, aprueban más favorablementela conducta agresiva y piensan que las víc-timas no sufren y merecen lo que se leshace. En cuanto a la segunda, los niños

agresivos esperan conseguir mayores re-compensas si utilizan estrategias agresi-vas, así como un mayor incremento de suautoestima y una reducción del trato aver-sivo por parte de los otros. Además antici-pan menores consecuencias negativas de-rivada de sus actos, sólo consideran lasconsecuencias a corto plazo y se percibenmás autoeficaces en el manejo de actosagresivos para la consecución de sus dese-os. A esto hay que añadir su consideraciónde las conductas agresivas como actos másdifíciles de inhibir que las acciones proso-ciales y de menor coste y esfuerzo.

– Finalmente, en la sexta y última fase delprocesamiento, la ejecución conductual dela estrategia mejor evaluada, los niños agre-sivos ejecutan y emplean, en consonanciacon el procesamiento previo, estrategiasconductuales agresivas.

En la dinámica de este funcionamiento, aun-que aún sin demasiado apoyo empírico, Pakas-lahti (2000) sugiere que posiblemente los proce-sos de retroalimentación entre fases, los cualespermiten regresar a pasos anteriores o revisarfases previas del procesamiento para obtenernueva información, pudieran estar afectados enlos sujetos agresivos. Posiblemente, estos sujetossean menos propensos a realizar los circuitosde feed-back entre las fases del procesamiento,propio de los sujetos no agresivos.

– Modelo de Huesmann

Huesman propone la Hipótesis del Guión(Huesmann, 1988; Huesmann y Miller, 1994)para explicar la influencia de las imágenes vio-lentas procedentes de la televisión sobre la con-ducta agresiva. Los guiones (scripts) son inte-riorizados desde la infancia temprana a modode programas cognitivos que regulan y organi-zan las respuestas del sujeto ante determinadassituaciones. Al principio de su instauración, es-tos guiones son procesos controlados cons-cientemente, y posteriormente, se automatizan amedida que el niño madura, tornándose cadavez más resistentes. Los mecanismos de adqui-sición e interiorización de estos guiones son tan-to el aprendizaje por observación como por ex-periencia, permitiendo la conexión con otroselementos de los esquemas cognitivos del niño.

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Para que un guión se constituya son necesa-rias las siguientes condiciones:

1) Que los eventos ocurran en el ambiente

2) Que las personas puedan comportarse enrespuesta a esos eventos

3) Que la emisión de las respuestas resultencon la probabilidad esperada y deseada.

Para Huesmann (1986) la televisión propor-ciona personajes violentos con los que el niño seidentifica y de quienes aprende estrategias agre-sivas para la solución de conflictos. Estas estra-tegias son ensayadas en su imaginación en for-ma de fantasías, lo que permite una mejorincorporación a su memoria y el correspon-diente recuerdo de las mismas. En situacionesreales de conflicto estas conductas agresivas sonfácilmente recordadas, puestas en práctica y re-forzadas por el ambiente, lo que permite la ins-tauración de las mismas. Los efectos negativosde la conducta agresiva a largo plazo (pobrerendimiento académico, déficit en habilidadessociales y rechazo de los iguales) produciránelevados niveles de frustración que retroalimen-tará la agresión. Se trata pues de un modelo cir-cular en el que tanto las cogniciones como elreforzamiento de la conducta contribuyen a ex-plicar las manifestaciones agresivas.

Los estudios previos a los años noventa, queinvestigaron la influencia de los medios de co-municación y la conducta agresiva, procedentestanto de los trabajos de Bandura, como de losestudios de laboratorio y de otros tantos reali-zados en contextos naturales (Baron y Richard-son, 1994; Kirsh, 2003), generaron controverti-dos resultados. Si bien parecía que laobservación de escenas violentas se asociabaclaramente con un aumento de la conductaagresiva, la magnitud de su influencia quedabapor precisar. Recientes trabajos relacionadoscon la violencia en los videojuegos han mostra-do que aumentan la conducta agresiva (Ander-son y Bushman, 2001; Sherry, 2001) pero suefecto es reducido y parece depender del conte-nido del mismo (mayores efectos para escenasde violencia humana y fantasía) y el tiempo em-pleado en el juego (mayores efectos en juegosbreves) (Sherry, 2001). Browne y Hamilton-Giachritsis (2005) encuentran, en su revisiónsobre esta materia, que la violencia en los me-

dios incrementa la agresividad y el miedo en losniños; sin embargo, los resultados no son con-sistentes en algunas muestras (niños de másedad, adolescentes y chicas) cuando los efectosde la violencia observada son evaluados a largoplazo.

Modelos de dinámica familiar y agresión

La familia constituye el primer contexto desocialización del niño, dónde aprenderá a inte-raccionar con otras personas y adquirirá lasconductas y patrones de interacción que le per-mitirán acceder al mundo social. El estudio delos hábitos de crianza empleados por la familia,junto con las relaciones afectivas instauradasentre los cuidadores y el niño, han generado di-versas hipótesis sobre el origen y el desarrollo delas manifestaciones agresivas en el niño. Algu-nos de los principales modelos y aportacionessurgidos de este ámbito se exponen a continua-ción.

– Modelo de la Coerción de Patterson

Patterson (1982; 1986) muestra la impor-tancia que tiene el uso de los patrones coerciti-vos de los cuidadores en la aparición de la con-ducta agresiva. Los patrones coercitivos sonintercambios interactivos entre el cuidador yel niño a través de los que cada uno de ellosintenta contener o impedir el deseo del interlo-cutor e imponer el suyo propio dando lugar auna escalada entre ambos, lo cual es reforzadapositiva y negativamente. La falta de aptitudparental en el manejo de las conductas proble-ma (Ej: amenazas, bofetadas, gritos, pautas in-consistentes) y el reforzamiento positivo y ne-gativo de la escalada coercitiva entre el niño yel cuidador son los principales mecanismos ex-plicativos de este patrón interactivo. El origende la escalada se inicia ante una conducta ina-decuada del niño (Ej: comportamiento disrup-tivo, una respuesta de desobediencia, etc.) antela que el cuidador responde con una conductacoercitiva para intentar reestablecerla. Ante laimposición del cuidador, el niño responde agre-sivamente para imponer su deseo, a lo que elcuidador nuevamente actúa en escalada conuna imposición mayor que reiteradamente es

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respondida agresivamente por el niño, quien fi-nalmente logra, por una parte, hacer desapa-recer la conducta aversiva del cuidador, por loque la conducta agresiva y en escalada del niñoes reforzada negativamente, y por otra, el niñoconsigue hacer su voluntad, con lo que su con-ducta es también reforzada positivamente. Lagran trampa de la escalada entre el niño y elcuidador es que éste es reforzado negativamen-te también cuando cede al deseo del niño y éstecesa su conducta aversiva de escalada. Por tan-to, adulto y niño, están siendo mutuamente re-forzados por reforzamiento negativo (Paterson,1982; Patterson, DeBaryshe y Ramsey, 1989).Los cuidadores dejarán de hacer demandas opeticiones al niño cuando éste reaccione de for-ma violenta o agresiva y el niño, dado los bue-nos resultados obtenidos por su conducta, lle-gará a ser cada vez más agresivo. La repeticiónde este patrón interactivo, originado en el con-texto familiar, se generalizará al contexto esco-lar y a las interacciones entre iguales, cuyasconsecuencias serán el rechazo de sus compa-ñeros, el bajo rendimiento académico, el des-censo de la autoestima y la implicación conotros iguales problemáticos entre los que laconducta coercitiva será valorada y reforzada(Patterson, 1986). Más recientemente, Eddy,Leve y Fagot (2001) replican el modelo Coerci-tivo de Patterson. Sus resultados muestran quelos datos se ajustan al modelo de forma similartanto en chicos como en chicas y, consecuente-mente, los procesos de coerción se aplican si-milarmente a ambos sexos.

– Modelo del desarrollo de la conducta agre-siva de Olweus (1980)

La conducta agresiva, según Olweus (1980),puede estar causada por dos vías: una de ellasprocede del temperamento difícil del niño y laotra del rechazo materno hacia éste. Si el tem-peramento de un niño es excesivamente activo eimpetuoso las madres suelen ceder y rendirseante sus exigencias, lo que resulta en un manejopermisivo y consentido de las conductas de-mandantes del niño que aumenta la probabili-dad de que el niño se comporte de forma agre-siva. A veces, independientemente deltemperamento infantil, las madres muestransentimientos negativos y de rechazo al niño quese traducen en una disciplina severa y autorita-

ria, que para Olweus también aumentaría laconducta agresiva en el niño. De los cuatro pre-cursores que este autor propone (temperamentodifícil, actitudes maternas negativas hacia elniño, disciplina autoritaria y disciplina permisi-va), los mayores efectos causales venían de lasactitudes permisivas de la madre y las actitu-des de rechazo. Cuando los niños poseían ma-dres poco interesadas por ellos, frías e incapacesde poner límites a las conductas agresivas, losniños tenían una alta probabilidad de ser agre-sivos durante la adolescencia.

– Modelos centrados en los hábitos de crian-za

Aunque Patterson fue uno de los primerosautores, junto con Olweus (1980), en proponerun modelo específico para la conducta agresivacentrado en la interacción entre padres e hijos,otros muchos autores coetáneos e incluso pre-vios a él, ya avanzaron las relaciones entre estetipo de conducta y los hábitos de crianza (Mc-Carthy, 1974). Exponer cada una de estas pro-puestas excedería el objetivo de este artículo,por lo que se mencionaran las aportaciones quea nuestro juicio han sido más relevantes.

Del estudio de los hábitos de crianza y los es-tilos educativos de los padres se han relacionadocon la conducta agresiva, entre otras, las si-guientes variables: el rechazo de los padres (es-pecialmente de la madre), la falta de apoyo olas pobres relaciones afectuosas (Hanson, Heng-geler, Haefele y Rodick, 1984), el uso de estrate-gias punitivas en el control de la conducta delniño (Olweus, 1980; Eron y Huesmann, 1984;Gershoff, 2002), la falta de supervisión e incon-sistencia (Patterson y Stouthamer-Loeber, 1984;Paschall, Ringwalt, y Flewelling, 2003) y unacomunicación deficitaria (O’Connor, 2002).

– Modelo del Apego

Bowlby (1969; 1973; 1980) hipotetizaba quelas experiencias interpersonales con los cuida-dores primarios son interiorizadas como mode-los representacionales que se generalizan en for-ma de expectativas sobre los otros. Si las figurasde apego son figuras de apoyo y de protección,el niño desarrollará un modelo relacional con-fiado y seguro; si por el contrario, los modelosde relación interiorizados son desconfiados,

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hostiles e inciertos, las experiencias de apegoles proporcionan representaciones negativas delas relaciones de afecto. De estos modelos re-presentacionales negativos, el niño desarrollaexpectativas de agresión, hostilidad y descon-fianza sobre las relaciones interpersonales y losdemás (Bowlby, 1969, 1973; Ainsworth, 1979), yconsecuentemente, desarrolla un mayor númerode conductas agresivas (Cohn, 1990; Lyons-Ruth, 1996). Como han señalado Greenberg,Speltz y DeKlyen (1993), el apego inseguro ini-cial refuerza en los cuidadores su percepciónde inadecuación y baja autoestima, empeorandola calidad de la relación cuidador-niño e incre-mentando la probabilidad de los problemas ex-teriorizados.

Aproximaciones evolutivas: origen y desarro-llo de la agresión

El origen de la agresión: el inicio del principio

El estudio de los factores prenatales y peri-natales del desarrollo ya ha permitido identifi-car alguno de los factores previos al nacimientoque pudieran estar en la base de la conductaagresiva, al menos como facilitadores o varia-bles de riesgo de esta conducta. El consumo detabaco durante el embarazo o la vivencia deacontecimientos altamente estresantes duranteel mismo han sido, entre otros, algunos de loshallazgos que han apoyado esta tesis (Fergus-son, Woodward y Horwood, 1998; Raine, 2002).

Los orígenes de la conducta agresiva real-mente comienzan en la infancia. El valor adap-tativo atribuido a esta conducta, presente en lamayoría de los animales como instrumento desupervivencia, hacen comprensible que en elcaso de los humanos aparezca al comienzo denuestra existencia, instalada como una reaccióninnata o preparada al servicio de la defensa antesituaciones de riesgo (real o percibido) o comoinstrumento encaminado a la competencia o laconsecución de logros.

Los trabajos de Tremblay y su equipo (Trem-blay et al., 1996; Naggin y Tremblay, 1999; Trem-blay et al., 1999; Brame et al., 2001) han mos-trado que la conducta agresiva, específicamentela agresividad física, comienza al final del pri-mer año de la vida del niño. Tremblay et al.(1999) encontraron que alrededor de los 17 me-ses de edad las madres ya informaban de altos

niveles de prevalencia en diversas conductasagresivas, tales como quitar cosas a los otros(17.7%-52.7%) o empujarlos (5.9%-40.1%). Con-ductas como morder, dar patadas, pelear, ame-nazar con golpear o atacar físicamente eranmostradas por uno de cada cuatro o cinco ni-ños. Al menos el 8,2% de los niños eran califica-dos por sus madres como acosadores y el 3.9%como crueles. La agresividad física pues, se in-crementa hasta los tres o cuatro años de edad, yposteriormente, experimenta un descenso pro-gresivo que se extiende desde los 6 a los 15 años.No obstante, es preciso matizar, por una parte,que otras formas de agresividad (Ej: verbal oindirecta) se incrementan a partir de los dosaños hasta la adolescencia, y por otra, que de-terminados grupos de sujetos pueden experi-mentar diferentes trayectorias, entre las quecabe mencionar aquellas que experimentan unincremento crónico de la agresividad hasta laadolescencia con un ligero declive en los añosprevios (Tremblay et al., 1996; Naggin y Trem-blay, 1999; Brame et al., 2001).

La aparición temprana de la conducta agre-siva y su incremento inicial supone una revi-sión de los planteamientos y modelos básicosque hasta el momento han intentado explicaresta conducta (Tremblay et al., 1999; Tremblay,2003) y sobre lo que cabe comentar lo siguiente:

1) La conducta agresiva, si es una conductaaprendida, se aprende en los primerosmomentos de la vida, aunque más biendeba considerarse como una conductaespontánea que llega a convertirse en uninstrumento al servicio de los impulsosbásicos propiciado por el desarrollo neu-romotor del niño.

2) Los niños más que aprender a ser agresi-vos aprenden a no ser agresivos. En algu-nos casos, este aprendizaje no es realiza-do con éxito y las conductas aparecenincrementadas o cronificadas hasta lavida adulta.

3) Comprender las manifestaciones agresi-vas crónicas o incrementadas supondráhallar los mecanismos que las regulan ylas variables asociadas al éxito o fracasode su correcto aprendizaje a lo largo deldesarrollo.

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El fracaso en el aprendizaje de la regulaciónemocional y conductual ha sido propuesto enla literatura como causa de los problemas exte-riorizados en general (Bates, 1990; Eisenberg,Shepard, Fabes, Murphy y Gutrie, 1998; Patter-son y Sanson, 1999) y particularmente, de laconducta agresiva (Olweus, 1984; Windle, 1991;Windle, 1992; White, Moffitt, Caspi, Bartush,Needles y Stouthamer-Loeber, 1994; Keenan yShaw, 2003). Muchos de los Modelos del Tem-peramento, que no se detallarán en este espaciopero que pueden ser consultados en otro lugar(Kohnstamm, Bates y Rothbart, 1989), han rea-lizado interesantes hipótesis explicativas sobreel origen de los problemas exteriorizados en losprimeros momentos de la vida. Conceptos comoel de bondad de ajuste (Thomas y Chess, 1989), oel de Autorregulación (Rothbart y Derryberry,1981) o esfuerzo de control (Goldsmith, Buss yLemery, 1997), entre otros, han aportado fun-damentadas explicaciones para la comprensiónde este fenómeno en relación con las interac-ciones familiares. Keenan y Shaw (2003), basa-dos en gran medida en estas aportaciones, rea-lizan una interesante propuesta para explicar laconducta agresiva. De acuerdo con ellos, dosson los elementos fundacionales primarios dela conducta agresiva: las diferencias individualesy los procesos de socialización. Los aspectos in-dividuales de aparición temprana hacen re-ferencia, en los primeros momentos de la vida, adiferentes componentes emocionales de caráctertemperamental, tales como el umbral de acti-vación, la intensidad de la respuesta, la latenciaen la estabilidad emocional ante estímulos es-tresantes, el afecto negativo y la dificultad ensu autorregulación (Rothbart y Ahadi, 1994; Ke-enan, 2000). Posteriormente más allá del pri-mer año, otras variables se relacionan con laconducta adaptada del niño como la habilidadde autotranquilizarse, la habilidad de solicitarayuda del cuidador, su respuesta a la frustra-ción o las conductas instrumentales desarrolla-das para reponerse a las situaciones aversivas(Kopp, 1989; Calkins y Jonson, 1998). Dos seránlas principales variables que afectarán a la ade-cuada capacidad de regulación emocional conposterioridad: el desarrollo del lenguaje (Stans-bury y Zimmermann, 1999; Coy, Speltz, DeKl-yen y Jones, 2001) y la empatía o habilidad paraadoptar la perspectiva y la emoción del otro

(Zahn-Waxler, Radke-Yarrow, Wagner y Chap-man, 1992). Los adecuados procesos de sociali-zación se relacionan con el grado de responsivi-dad de los cuidadores o su habilidad pararesponder e implicarse en las necesidades evo-lutivas del niño con la calidad requerida (con-tingente y sensiblemente) (Gable e Isabella,1992; Shaw y Winslow, 1997). Entre otros, serándecisivos en el aprendizaje de la autorregula-ción emocional inicial, la implicación parental,la consistencia en sus hábitos educativos, el gra-do de calidez- hostilidad y sus estrategias decontrol y disciplina sobre la conducta del niño(Pettit y Bates, 1989; Campbell, Pierce, Moore,Marakovitz y Newby, 1996; Shaw et al., 1998).

Más específicamente, la propuesta de Kee-nan y Shaw (2003) establece dos vías diferentespara explicar cada una de las conductas agresi-vas propuestas por Dodge y Coie (1987) (agre-sión reactiva y proactiva):

– La primera de estas vías propone que losniños altamente irritables (llanto intenso,alta latencia para permanecer quieto y di-ficultad para auto tranquilizarse), emocio-nalmente difíciles (baja tolerancia a lafrustración, altamente reactivos y exigen-tes) y cuyos cuidadores tienen dificultadespara leer las señales del niño, son ten-dentes a la sobreestimulación, son muyresponsivos a las emociones del niño ypoco exigentes desarrollarán una conductaagresiva reactiva (Stifter, Spinrad andBraungart-Rieker, 1999; Olson et al., 2000).

– La segunda vía propuesta, mantiene quelos niños con bajo nivel de arousal (pocoresponsivos a la estimulación), conduc-tualmente difíciles (persistentes, no reac-cionan al castigo y buscadores de sensa-ciones) y educados por cuidadores condificultades para leer las señales del niño,poco estimulantes e implicados y con es-trategias de disciplina inconsistentes, de-sarrollarán una conducta agresiva proactiva(Colder, Mott and Berman, 2002; Shaw, Gi-lliom, Ingoldsby and Nagin, 2003).

Evolución y desarrollo de la conducta agresiva

Otros trabajos desde una perspectiva evolu-tiva se han ocupado del estudio del desarrollo yla estabilidad de la conducta agresiva a lo largo

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de los años. Autores como Olweus (1979) y Pat-terson (1982), proponen inicialmente enfoquesevolutivos del estudio de la agresión y sugierenvías unidireccionales en el desarrollo de éstasustentados, como ya se ha expuesto, en el ma-nejo que la familia hace de las primeras con-ductas problemáticas en el niño. De las prime-ras e incluso recientes investigaciones centradasen la estabilidad de la conducta agresiva (Ol-weus, 1979; Caspi, Elder y Bem, 1987; Loeber,Tremblay, Gagnon y Charlebois, 1989; Patter-son, 1992) gran parte de los resultados hanapuntado hacia una considerable estabilidad deestas conductas a lo largo de los años con co-rrelaciones de .63 (Olweus, 1979) o de .92 (Pat-terson, 1992). Autores posteriores, entre otros,Moffit, Loeber, Tremblay o Arsenio han realiza-do propuestas multidireccionales del desarrollode diferentes cursos y conductas agresivas.

Moffit y colaboradores (Moffit, 1993; Moffit,Caspi, Dickson, Silva y Stanton, 1996; Moffit,2003) agrupando estudios longitudinales de másde diez años de investigación, sugiere dos pro-totipos de ofensores con orígenes diferentes a lolargo del desarrollo:

– Los agresores de curso persistente, cuyasconductas agresivas se inician a los tresaños y continúan empeorando progresi-vamente a lo largo de los años persistien-do en la vida adulta. El origen de sus con-ductas se encuentra en los procesosneurológicos del desarrollo (temperamen-to incontrolable, anormalidades neuroló-gicas, retraso motor, bajo nivel intelectual,dificultades de lectura, memoria deficita-ria, hiperactividad y baja tasa cardiaca) yadversidades familiares (familias mono-parentales, madres con retraso mental,maltrato familiar, disciplina inconsistente,conflicto familiar, bajo nivel económico yrechazo por parte de los iguales).

– Agresores de curso limitado a la adolescen-cia, cuyo origen se encuentra en los pro-cesos sociales que comienzan en la ado-lescencia y desisten en la vida adulta,como son la delincuencia del grupo deiguales, las actitudes inmaduras ante laadolescencia o la adultez y el deseo de au-tonomía.

Loeber propone un modelo multidireccionalen el que se expone una triple vía para el desa-rrollo de diferentes conductas agresivas (Loe-ber, Wung, Keenan, Giroux, Stoutamer-Loeber,Van Kammen y Maughan, 1993; Loeber y Hay,1997; Loeber y Stouthamer-Loeber, 1998):

– Una primera vía que denomina vía abierta,la cual se inicia con problemas menoresde agresión (Ej: molestar a los otros), evo-luciona hacia la lucha y las peleas físicasen grupo y finalmente culmina con actosviolentos (raptos, ataques, fuertes daños).

– La segunda, vía de conflicto con la autori-dad, se inicia con conductas obstinadaspreviamente a los doce años, posterior-mente evoluciona hacia la desobediencia yla conducta desafiante, y finalmente, llegaa la evitación de la autoridad (hacer novi-llos, fugarse, quedarse hasta tarde).

– La tercera vía o vía encubierta, comienzacon pequeñas conductas encubiertas (Ej:hurtos en las tiendas, frecuentes menti-ras), continúa más tarde con daños a lapropiedad (vandalismo, prender fuego),para culminar en moderados y serios ac-tos delictivos (Ej: fraude, robos, allana-mientos).

Las distintas vías expuestas se inician en lainfancia y progresan de forma acumulativa ha-cia conductas más serias hasta la adolescencia.

Diferentes trabajos han estudiado, con unametodología centrada en el sujeto (análisis declusters, cálculo de trayectorias), el curso evolu-tivo y el patrón de estabilidad de la conductaagresiva a lo largo del desarrollo (Moffit et al.,1996; Nagin y Tremblay, 1999; Denham, Work-man, Cole, Weissbrod, Kendziora y Zahn-waxler,2000; Arsenio, 2004) y han hallado, salvando al-gunas diferencias, cuatro cursos básicos en eldesarrollo de la agresión: a) un grupo que mues-tra agresión tempranamente, la cual disminuyecon el tiempo; b) un grupo con puntuacionesbajas en agresión que se incrementa con el tiem-po y, c) un grupo con agresividad alta y estable alo largo del tiempo.

Nagin y Tremblay (1999), con una metodo-logía semiparamétrica centrada en datos longi-tudinales, similar al análisis de clusters, exami-

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nan el desarrollo de la conducta agresiva en1037 varones desde los seis hasta los 15 años, yobtienen cuatro trayectorias: 1) una trayectoriacon bajas puntuaciones a lo largo del desarrollo;2) una con niveles moderados que declina hastaniveles próximos a cero a los 15 años aproxi-madamente; 3) una que comienza con nivelesaltos y que declina hasta niveles medios y, 4)una con niveles de agresividad persistente a lolargo de todo el periodo analizado.

Las tres primeras trayectorias englobabanal 70% de la muestra y sólo el 4% seguían uncurso persistente. El estudio de estas trayecto-rias ha sido posteriormente analizado en seisamplias muestras de diferentes países que abar-can desde los 6 años hasta la adolescencia(Broydy, Nagin, Tremblay, Bates, Brame, Dodge,Fergusson, Horwood, Loeber, Laird, Lynam,Moffit, Pettit y Vitaro, 2003) y entre niños de24 meses a nueve años (Shaw et al., 2003; Arse-nio, 2004). En todos estos trabajos se han iden-tificado trayectorias agresivas de baja intensi-dad y en descenso que suponen el mayorporcentaje de la población junto con una tra-yectoria de curso persistente que representa aun pequeño porcentaje entre el 4 y 11% segúnlas muestras.

Dos conclusiones importantes de estos re-sultados merecen ser destacadas:

1) en todos los estudios consultados los al-tos niveles de agresión física en la infan-cia o en los primeros años predecían laconducta agresiva o violenta en los añosposteriores.

2) No existe evidencia de una trayectoriaagresiva limitada exclusivamente a laadolescencia, por lo que no se identificó aningún grupo de sujetos agresivos duran-te la adolescencia que no hubieran mani-festado agresividad en su infancia.

Parece pues, que aunque se ha enfatizado laestabilidad de la conducta agresiva a lo largode los años (Olweus, 1979; Caspi, Elder y Bem,1987; Patterson, 1992; Farrington, 1994), otrostrabajos con diferente metodología han puestode manifiesto que la conducta agresiva a lo lar-go del desarrollo presenta diferentes patrones, yque, a pesar de su relativa estabilidad, no todoslos sujetos persisten en esta conducta a lo largo

de los años. El reto futuro está en establecer lascausas y los factores de riesgo asociados a aque-llos sujetos que incrementan o persisten en estasconductas.

Modelos integradores: el análisis de los factores deriesgo

A pesar de los diferentes modelos explicativosde la agresión y la ingente investigación sobre lasvariables asociadas a la conducta agresiva aúnno hemos sido capaces de proveer una explica-ción adecuada a este fenómeno. En este ánimode alcanzar la explicación más óptima los mo-delos integradores han intentado agrupar el má-ximo de factores de riesgo y recoger la gran com-plejidad de este campo de estudio (Rutter, 2003):numerosas cuestiones que responder, enormeheterogeneidad, origen multicausal y multidi-reccional, efectos bidireccionales entre el sujeto ysu medio, causas próximas y distales, influen-cias genéticas mediadas o no por el efecto delambiente y otros factores individuales.

El análisis de los factores de riesgo nos per-mite encontrar a qué variables se asocia un au-mento de la probabilidad de manifestar la agre-sión persistente y es el primer paso para elestablecimiento de una relación causal (Angoldy Costello, 2005). La adopción de una perspecti-va evolutiva, el análisis de las estrategias pre-ventivas y conocer los mecanismos que permi-ten una buena adaptación son vías quefacilitarán la comprensión de los procesos cau-sales (Ezpeleta, 2005).

Desde esta perspectiva se han propuesto nu-merosos modelos que agrupan los factores deriesgo en causas próximas y distales (Tremblay yNaggin, 2005); en procesos cognitivos, sociales,conductuales e interpersonales a lo largo del de-sarrollo evolutivo (Cicchetti y Toth, 1998); Enfactores protectores ambientales y personales(Bernard, 1991); en factores familiares, fisioló-gicos y genéticos (Loeber y Stouthamer-Loeber,1998); En factores predisponentes, precipitantesy de mantenimiento (Carr, 1999). La exposicióndetallada de los factores de riesgo más relevan-tes asociados a la conducta agresiva, serán ex-puestos en el siguiente capítulo de esta mono-grafía.

Sobre esta base inicial todo un puzzle de va-riables e interacciones complejas, algunas de-

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talladas en los capítulos sucesivos, actuaráncomo factores facilitadores o inhibidores quemediarán o modularán la aparición de la con-ducta agresiva y que de forma conjunta e inte-rrelacionada compondrán un marco explicativointegral.

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