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Arie Vicente East Texas State University CANSINOS ASSÉNS: PASIÓN Y AGOTAMIENTO EN EL MOVIMIENTO FILOSEMITA DE 1905 El título de este trabajo se presenta en un mundo escasamente explorado: el del escritor Cansinos Asséns y su labor dentro de una campaña hebreófila de principios de siglo y que presentamos aquí bajo el término de movimiento filosemita de 1905. Con el propósito de dar merecida justicia a Cansinos Asséns, la revista ínsula de octubre de 1983 dedicó varios artículos a la obra de este autor, señalando la escasa atención que se había prestado a esta figura de las letras españolas que murió en Madrid el año 1964 en el perfecto anonimato. Quedaba claramente establecido, en los círculos literarios, que Cansinos había sido un poeta ejemplar, maestro del ultraísmo, novelista y ensayista prolífico y agudo. Similar falta de atención ha conocido un filosemitismo español que comienza con las Cortes de Cádiz planteando la libertad de culto, y reclama, con motivo de los programas del Sur de Rusia, la emigración de los judíos perseguidos hacia España. Pero será el grupo de intelectuales que aquí denominamos bajo el término de movimiento de 1905 el que ponga en conocimiento la condición de las comunidades judías en Europa y el norte de África que conduce por último al "descubrimiento" de los sefardíes; descubrimiento este, que consiste en la conciencia y afirmación del españolismo del judío. 1 Nos interesa destacar aquí la particular vivencia y escritura de Cansinos como testigo de un capítulo del liberalismo español preocupado por invalidar los agobiantes límites del integrismo católico que definía y defendía la identidad nacional de España de cara a lo exterior, lo extranjerizante, la extranjería. Lo que acerca Cansinos al mundo judío es primeramente su facultad de "descifrador" de lenguas y símbolos que impresionó a Borges quien declaró ser discípulo de este gran maestro "judeo-andaluz." Ciertamente que hubiera bastado a Cansinos su condición de liberal para participar en la campaña "soy un joven modernista, enemigo de todos los prejuicios de raza o religión" , pero el autor andaluz marcará otro camino, el de la llamada de la sangre: "Y soy además un poeta, un espíritu sensible y entusiasta, que ya se está sintiendo hervir en sus venas una sangre judía" 2 . Así, Cansinos y el tema

Arie Vicente East Texas State University MOVIMIENTO ... · El libro como fruto de un testigo de la historia de acercamiento a lo judío parte de la definición misma del sefardí

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CANSINOS ASSÉNS: PASIÓN Y AGOTAMIENTO EN ELMOVIMIENTO FILOSEMITA DE 1905

El título de este trabajo se presenta en un mundo escasamenteexplorado: el del escritor Cansinos Asséns y su labor dentro de unacampaña hebreófila de principios de siglo y que presentamos aquí bajoel término de movimiento filosemita de 1905. Con el propósito de darmerecida justicia a Cansinos Asséns, la revista ínsula de octubre de 1983dedicó varios artículos a la obra de este autor, señalando la escasaatención que se había prestado a esta figura de las letras españolas quemurió en Madrid el año 1964 en el perfecto anonimato. Quedabaclaramente establecido, en los círculos literarios, que Cansinos había sidoun poeta ejemplar, maestro del ultraísmo, novelista y ensayista prolíficoy agudo. Similar falta de atención ha conocido un filosemitismo españolque comienza con las Cortes de Cádiz planteando la libertad de culto, yreclama, con motivo de los programas del Sur de Rusia, la emigraciónde los judíos perseguidos hacia España. Pero será el grupo deintelectuales que aquí denominamos bajo el término de movimiento de1905 el que ponga en conocimiento la condición de las comunidadesjudías en Europa y el norte de África que conduce por último al"descubrimiento" de los sefardíes; descubrimiento este, que consiste enla conciencia y afirmación del españolismo del judío.1

Nos interesa destacar aquí la particular vivencia y escritura deCansinos como testigo de un capítulo del liberalismo españolpreocupado por invalidar los agobiantes límites del integrismo católicoque definía y defendía la identidad nacional de España de cara a loexterior, lo extranjerizante, la extranjería. Lo que acerca Cansinos almundo judío es primeramente su facultad de "descifrador" de lenguasy símbolos que impresionó a Borges quien declaró ser discípulo de estegran maestro "judeo-andaluz." Ciertamente que hubiera bastado aCansinos su condición de liberal para participar en la campaña "soy unjoven modernista, enemigo de todos los prejuicios de raza o religión" ,pero el autor andaluz marcará otro camino, el de la llamada de la sangre:"Y soy además un poeta, un espíritu sensible y entusiasta, que ya se estásintiendo hervir en sus venas una sangre judía"2. Así, Cansinos y el tema

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judío son inseparables como pudo captar y expresar Borges en un poemaque dedicó al escritor andaluz: "Bebió como quien bebe un hondo vino/ Y sintió que era suya esa dulzura / Y sintió que era suyo aqueldestino / Lo llamaba Israel/."3 A través de las etapas de gwta conversiónCansinos va dialogando en el mundo autobiográfico de su escritura hastacrear en el "ser" del narrador la asimilación de una dimensión que seforma en y por el contacto con lo judío.

De la tensión entre el componente cristiano, al que no renuncia en elfondo, y la asimilación de una estética judía, con las consecuentesmetamorfosis, se formará la trama de la vida y obra de Cansinos. Delencuentro entre Cansinos y el mundo judío, surge en 1914 su primeraobra El candelabro de los siete brazos. Pero, a la participación explícita enel movimiento filosemita dedica cinco años más tarde España y los judíosespañoles:el retorno del éxodo, una sección de La novela de un literato (1921)que cubre brevemente y tiende a explicar su participación en elmovimiento, la novela autobiográfica narrada en tercera persona Lasluminarias de Januca de 1924, y la más crítica del movimiento Los judíosen Sefarad.

En España y los judíos españoles, el autor que combina ensayos, reseñas,artículos, notas bibliográficas, cartas (en particular una de Unamuno de1917 señalando la entrada del antisemitismo en la universidad deSalamanca) y poesía, afirma la labor del movimiento filosemita de 1905.El libro como fruto de un testigo de la historia de acercamiento a lojudío parte de la definición misma del sefardí para un público quetodavía desconoce el movimiento. Y así dice de entrada: "-Los sefarditas!Yo os diré quienes son por si no los conocéis."4 En esta parte ensayística,el libro es a primera vista un informe en torno al movimiento de 1905 através de la investidura del Dr. Yahuda de la cátedra de Lengua yLiteratura Rabínica (4 de junio de 1915), la estancia de Nordau en Españay la culminación de estos encuentros con la inauguración de la primerasinagoga en Madrid el año 1917. Pero el escritor consciente de estarviviendo un capítulo de la historia de España "el acontecimiento mástrascendental de nuestro último periodo histórico" (177) añadirá la prosalírica y el verso al meditar sobre su origen converso; indirectamente, enla introducción, Juan Soca dice del autor : "español muy extraño de unaraza extinguida"; directamente leemos en la dedicatoria "A las sagradassombras de los antepasados," y al final del libro domina el recuerdo dela visita a la sinagoga de Madrid y el poema final "El converso" (285-287)

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escrito en primera persona. La vida de los antepasados y los contempo-ráneos de Cansinos se combinan en el tiempo narrativo del autor queusará un pretérito bíblico y un presente perfecto en una superposiciónen la que se confunden el "entonces" y el "ahora" en un presente eterno.

En Las luminarias de Januca que presenta la vida y drama del poetaBenaser, héroe principal y alter-ego de Cansinos, el escritor explora lacuestión de la alteridad que dejó pendiente en su obra anterior queconcluía así "¿Hasta qué límite interior de Israel puedo yo penetrar sinsentirme un extranjero?" (263). En términos puramente pragmáticos surgesiempre la pregunta de si Cansinos era converso o no lo era. Borges dijode su "maestro" que había efectuado una larga y seria investigación hastadar en los anales de la Inquisición con uno de sus antepasados. Sinembargo, la cuestión de una procedencia perfectamente esclarecidaqueda eliminada por la misma divagación del poeta que fija suconversión ancestral y forzosa en tiempos de Sisebuto. Al mismo tiempo,Benaser que no posee ese álbum genealógico, se deja conducir por suspropias sensaciones para sentir la voz del pasado. El título de entrada:"La voz de los abuelos,"5 marca el poder evocador de la palabra. Enprimer lugar la repetición del apellido paterno "siempre en busca deaquel nombre que era el único vínculo" (29) y el efecto del nombrepronunciado por los otros posee un poder cautivador: "el hechizo de unnombre." Poder evocador del nombre del padre y relación entre la vozo significante y el ser íntimo. Como ejemplo de esta relación, la primeraparte de la obra termina con el planteamiento de su origen en la clase deinglés. La profesora Sophy dispuesta a declarar a su alumno que tieneel peor acento del mundo dice: "You pronounce as a Jew!" (49) y Benaserse deleita al pensar en Disraeli y disfruta del poder de la ingenuadeclaración, pero sobre todo evoca el poder de la mirada del otro en laafirmación de la identidad. Benaser se siente además converso cuandointerpreta la herencia familiar como una cadena de generaciones que seabandona a la nostalgia y a la melancolía. La inercia y muerte prematurade los miembros de la familia lo explica como un producto de laconversión. La imagen es muy diferente de la del converso dotado de unafán de competición. El converso es un ser profundamente triste,solitario, nostálgico y abandonado entre un mundo perdido del que noconsigue descifrar los símbolos y un mundo presente con el que no lograidentificarse enteramente. Esta dimensión psicológica que relaciona alautor con los rasgos culturales del converso es uno de los medios que

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emplea el autor para detectar su posible esencia conversa. Analizando ladimensión interna de la búsqueda de la identidad, el personaje principalse plantea la cuestión de la pertenencia al judaismo de manera biológicay tras una búsqueda en los papeles de la Inquisición descubre un abuelopaterno de origen judío. Ya al comienzo de la novela Benaser busca unnombre hasta dar con el apellido paterno en esos papeles referentes aprocesos inquisitoriales. No obstante, esta no es la prueba definitiva puesla duda de su origen prevalece: "Seguro, absolutamente, no lo estaba"(36), y prevalecerá en toda la obra.

Con el fin de afirmar la dimensión interna del converso, el personajesale a dialogar con el mundo. El poeta Benaser al propagar el rumor yal presentarse como converso, amplía la posibilidad de vivencia de estadimensión, por la nueva mirada de sus contemporáneos, en el ambientemadrileño de principios de siglo. El primer israelita con quien comunicaintimamente Benaser, es el caballero sefardí Farsi (corresponde a JoséFarache, subdito inglés residente en Madrid) quien denuncia la situacióninsólita e indigna de las familias judías que se encuentran en Madrid enlos primeros años del siglo. Llegaron enviados para regir inversionesextranjeras y en tal calidad como subditos ingleses o franceses semueven sin ningún reconocimiento oficial ni siquiera el del cultoisraelita. La razón, como señala Benaser, es que el Edicto de Expulsiónde los Reyes Católicos por el que se prohibe la entrada a todo judío enla península permanece vigente.

Cansinos considera al doctor Ángel Fernández Pulido, el iniciador delmovimiento político de reconciliación por su labor de publicación deartículos en los que se descubría la injusta situación en la que seencontraban los judíos de origen español diseminados por elMediterráneo. Esta labor da como resultado, el año 1905, la obra dePulido: Españoles sin patria y La Raza Sefardí; la fecha de publicación y eltrabajo de Pulido, constituye el centro genérico del movimiento. Bajo eltítulo: "Un caudillo de Israel," se presenta al personaje llamado Florido(Pulido) y este acontecimiento clave en los medios políticos y literarios.Como toda fecha tiene carácter histórico para Cansinos y toda fecha vaacompañada del equivalente en el calendario hebreo, se asocia laaparición de las palabras de Florido en la prensa con el nacimiento deMoisés caudillo que llevó al pueblo de Israel a la libertad y la victoria deMordejai sobre Aman.

El personaje Benaser, Florido y un grupo de españoles que no son de

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ascendencia judía acometen la empresa de rehabilitación a fin de anularel edicto de los Reyes Católicos y permitir el regreso "Éxodo" de losjudíos a su antigua patria española. Aunque el edicto de expulsión de1492 parezca una bandera simbólica del movimiento, no se hamencionado en mi opinión que Carlos IV en un decreto del 8 de julio de1802 reafimaba la validez del edicto de expulsión de 1492.6 La tarea derestitución histórica se realiza primeramente al aceptar y reconocer lapresencia de judíos en Madrid. Las dos personalidades del mundo judíoque Cansinos había destacado en España y los judíos españoles vuelven aaparecer aquí en la novela de manera constante. El catedrático Salomón(Yahuda) que representa al mundo judío tradicional. El catedrático eshasta las últimas palabras de la novela, la voz antigua del pueblo judío.Y el otro, Nordsee el humanista europeo impregnado de las ideaspositivistas. Nordsee, corresponde a Max Nordau (Cansinos ha cambiadola sonoridad extranjera de la última sílaba del nombre "au" o "eau" enfrancés (agua) por "see"). Por medio de Nordsee el humanista europeo,Benaser descubre que el judaismo no es solamente una religión.

La novela nos presenta una evolución interesante en el sentir deNordsee. Lega a España convencido de los grandes ideales humanistasy liberales y se dispone a dar conocer una obra dramática en la que lasociedad hebraica, como otra cualquiera, presenta casos sorprendentesde corrupción. El profesor Salomón trata de convencer a su correligio-nario de que tal obra perjudicaría al pueblo judío en los tiempos quecorren. Naturalmente Nordsee se defiende vivamente apelando a losderechos de libertad de la nueva época de progreso. Transcurrido untiempo confiesa el escritor húngaro que ha destrozado su manuscrito porhaberse visto defraudado en sus ideales. El cambio de actitud reside enel efecto causado por España en Nordsee. Según él, el antisemitismo enEuropa se lo explicaba por circunstancias de rivalidad comercial y el casoespañol en donde sin haber una sociedad judía se da el mismo fenómenole lleva a la conclusión de que el sentimiento antijudío es algo profundo,latente en la humanidad entera. La novela sitúa en España, unaevolución que Max Nordeau conoció en realidad en París en la época decorresponsal del caso Dreyfus cuando llegó a formarse una idea clara delantisemitismo. Además, a fines de siglo había ya discutido con Herzl laidea de un estado judío. Esta desviación cronológica y espacial deberelacionarse con otras modificaciones de hechos reales pues el narradorpretende crear una toma de conciencia en España.

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En este libro, como en el anterior, el momento clave es la inaugura-ción de la sinagoga madrileña, un 3 de febrero de 1917. El aconteci-miento es tratado en la novela de manera simbólica concediendo a estaacción una dimensión dramática, monstrándola como la toma deconciencia de Nordsee. Este, el judío de los tiempos modernos,desprendido de las tradiciones toma la iniciativa en la sinagoga alencender las velas y tras las oraciones y recuento del largo caminoirrumpe la fiesta al comenzar "el anciano," Nordsee (tiene 68 años), unbaile folklórico húngaro al que se juntan todos los presentes. En Nordeevemos también el proceso de búsqueda/afirmación de la identidad. A lahora de festejar la victoria y la venganza sobre el fanatismo de la Españacatólica, Nordsee es el personaje en quién estalla alegremente el fondojudío reprimido por las corrientes intelectuales de la época.

El narrador emplea todos los medios, para aproximar las vivencias deSalomón y Yahuda al mundo español. Esto se refleja, aunque sorprenda,en el lenguaje de Salomón que cobra perfectos matices del lenguajecatólico. Por ejemplo, en la carta que dirige a su madre el catedráticodice: "reflexioné que precisamente por esos mártires sagrados debía yoaceptar aquel cáliz de amargura" (181). La explicación de tales medios deexpresión se entiende si tenemos en cuenta que la meta de Benaser derehabilitación es la meta del novelista. Este se dirige a un público paraquién es necesario presentar el antijudaismo no como un fenómenotemporal sino como algo profundo. Cansinos lucha ante el prejuicioponiendo en paralelo el lenguaje de un judío moderno con el antiguolenguaje cristiano. Igualmente Benaser cuando descubre su origenconverso a su hermana no dice ser descendiente del pueblo judío,palabra asociada a un campo semántico de rechazo, sino "nosotrosdescendemos del pueblo errante y perseguido, del que ese mismo Cristonació."

En el capítulo IX de la segunda parte asistimos a una tertulia en elMadrid de la época en donde al surgir el tema del judío sale a resurgirla cuestión del crimen ritual. En España, el mito fue recreándose tras elproceso inquisitorial conocido como el caso del Niño de la Guardia, quetuvo lugar en Toledo, y por la literatura dramática que puso en escenael tema. Ante tan poderosa tradición, Benaser serenamente lleva ladiscusión hasta exponer que el crimen ritual contiene todos loselementos de la Eucaristía y por consecuencia el crimen surge de laimaginación de los acusadores. Benaser desmistifica la cultura

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participando como poeta en el largo proceso de rehabilitación de lojudío. El cuadro más crítico de esta visión antijudía del conservador noslo presenta Cansinos en La novela de un literato con el caso de VicenteCasanova "clásico y católico" que está propagando la imagen grotesca deljudío en el café ante un grupo. El grupo aunque desconocedor "Ningunode los presentes ha visto en su vida un judío," es incrédulo y se extiendeen apologías de nombres judíos famosos pero al no poder competir conla evidencia de Casanova dicen "¿Dónde habrá un judío? ¿Quién podríatraernos aquí un judío?"7

La campaña se inicia así en el punto más bajo. Debe comenzarrehabiltándose el apelativo "judío," vocablo ante el que las mismasfamilas israelitas tiemblan. El profesor Salomón en su primer contactocon el país lo ha percibido así: "Algunas personas, muy amables, malhan dicho: "Usted es israelitaeso está bien." Mas yo rectificaba: "'.Soyjudío!" Y ellos sonreían entonces como evitando ofenderme" (153)

Cristo crucificado es el símbolo de la tragedia judía al que losconversos se sienten atraídos. Aunque tal elemento del ritual cristianocomo plantea la novela de Chaim Potok, My Ñame is Asher Lev constituyeel tabú de la tradición judía vemos en Las luminarias de Januca que elbanquero Saucedo conserva una de las mejores colecciones de Cristos ensu propia casa. Para Benaser, el poeta descendiente de conversos, Cristoen la cruz es el símbolo estético por excelencia de su propia tragedia yanuncia como programa de su vida dedicarse a escribir la tragediajudaica: "la obra única que yo como artista, me creo obligado a hacer,"conservando el símbolo central del cristianismo. Con este gesto Benasercomete la acción fatal por la que se encuentra separado de su comunidadde origen por haber "pintado" un Cristo judío, y separado de lacomunidad judía por mantener el símbolo del crucificado.

El crucificado es para el poeta la imagen del converso forzado aaceptar la cruz del cristianismo. La desilusión final o el agotamientoautobiográfico llega a su fin por el dilema propio reflejado en la escrituraautobiográfica: la tensión entre la imposible unidad de la persona y ladesgarradora división.8

La empresa de Benaser de querer hacer convivir dos mundos o volverhacer de España una tierra de comunidades se ve interrumpida cuandocomprende que el sionismo y la creación de una patria judía es la metafinal la más auténtica. Al mismo tiempo, el fantasma del antijudaismo seagita en los círculos políticos conservadores, con una oposición constante

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que va frenando la labor del movimiento. La presión social ha llegadoa tal extremo que los mayores participantes como Pulido van cediendoy abandonando. En un último relato "Entierro en Sefarad" del libro Losjudíos en Sefarad,9 Benaser el descendiente de conversos asiste al entierrode quien le inició al mundo judío y observa decepcionado que no haacudido ninguno de los amigos no judíos "De la raza nazarena, nadie"(189) y explica así su presencia y la ausencia de Pulido" (yo) sinespantarme del rito, como el Doctor Florido, espiritualmente empadro-nado en Roma" (198). Con este entierro se desvanece también la realidady aquí Cansinos adoptará los síntomas de agotamiento del marranismoprovocado en ese abrazo entre el mundo del "otro" del que quiere formarparte y del mundo del "yo" dividido: "Benaser no iría a la sinagoga, nopasaría nunca de los umbrales de Israel. Y como tampoco la Iglesiacatólica era ya para él más que un museo, pensó que entre aquellos hijosdel pueblo errante, el verdadero errabundo era él" (197).

En realidad, Cansinos no ha ocultado nada, ni ha dejado cabossueltos. Cansinos considera su posible origen converso como un caminode exploración que coincide con su visión de la existencia del "otro" enel "yo." Su búsqueda de la identidad/alteridad a través de la escrituraautobiográfica, entra en un camino inexplorado cuando el personajeBenaser salta del plano de la ficción y remplaza al autor escritor de Lasluminarias de Januca. Así es presentado el personaje Benaser en Los judíosen Sefarad: "Rafael Benaser, el poeta de Las luminarias de Hanuka ... -Lefelicito a usted, señor por haber escrito ese libro" (128). Cansinos, elnarrador y el personaje se encuentran en un mismo plano de dependen-cia: narración-ficción. ¿Qué mundo crea y qué mundo es creado?, ¿Es elnarrador quién crea al personaje o lo contrario?. Cansinos trazó así suidentidad en el plano diacrónico y diáfano de la alteridad-reconversión;y esta ha sido su "herejía": concebir y exponer al lector la identidadindividual y nacional como el resultado de la imaginación.

Aunque el movimiento filosemita no llegó a poner en práctica elprograma político expuesto en los estatutos de la Sociedad HispanoHebrea de 1920, podemos afirmar que había logrado establecer elespañolismo del sefardí contemporáneo. Si el integrismo católico negabaeste reconocimiento siguiendo la definición religiosa y cultural de laseparación entre la Iglesia y la Sinagoga, Cansinos y los otros miembroso simpatizantes de este movimiento afirmarán una identidad españolacomún bajo los tres parámetros que definen la identidad colectiva:

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lingüísticamente, al considerar el ladino no como una jerga sino como

una variación del castellano "Conseva todo el candor y la gracia de la

madre antigua (42); la historia de la comunidad judía española como un

capítulo de la historia de España y por último el territorio español de la

Península y el norte de Marruecos como lugar de regreso e integración

de la diáspora. En una vuelta de siglo que arrastraba la exaltación de la

"pureza" o especificidad étnica hacia el caos, el filosemitismo español

representaba ser una auténtica definición multicultural en el mundo

occidental por añadir a la unión política liberal una unión etnográfica de

la cultura española como intersección de variantes culturales. 10

Notas

1 Aunque Cansinos menciona en una ocasión su labor como el "movimiento de1905," ningún estudio ha tomado este término ni trazado la labor delfilosemitismo español. Para un conocimientos de estos años, ver CaesarAronsfeld, The Ghosts of 1492. Jewish Aspects of the Struggle for Religious

Freedom in Spain 1848-1976 (New York: Jewish Social Studies MonographSeries, Number 1, 1979).

2 Rafael Cansinos Asséns, La novela de un literato (Madrid: Alianza Editorial,1982) 209.

3 Jorge Luis Borges, "Rafael Cansinos-Asséns," Davar, ed. (Buenos Aires: 1965).4 Cansinos Asséns, España y los judíos españoles: Eí retorno del éxodo (Tortosa:

Casa Editorial Monclús, 1919) 12.5 Cansinos Asséns, Las Luminarias de Januca (Buenos Aires: Editorial

Candelabro, 1961).6 L'Univers Israélüe (1909) 27-52.7 Rafael Cansinos Asséns, La novela de un literato (Madrid: Alianza Editorial,

1982).

8 Philippe Lejeune, Je est un autre (París: Editions du Seuil, 1980).

9 Cansinos Asséns, Los judíos en Sefarad (Buenos Aires: Editorial Israel, 1950).

10 Para una discusión de esta problemática en la coyuntura actual del Occidente,ver Alain Finkielkraut, La défaite de la pensée (París: Gallimard, 1987) 63.