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l'obre.:a y deszlmablimi en Di,,,,lui n ".iátét..0 y Estrauf19(1,,, (78,6% del ingreso del hogar vs. 71,2% para los no pobres). En las cabeceras municipales, esas dos cifras fueron 76,1% y 68,8%, respectivamente; en las rurales, cercanas ambas a 83%. Porque la principal fuente de ingresos de los pobres es el trabajo, conviene detenerse en el análisis de su acceso al empleo y en sus condiciones laborales: a. Hogares pobres: menor ticipHcicm 17:,$.??;19r t,-) 7n, mayor desemp/e y tasa de deper delicia mas c. -qevat-f.,-? La tasa de participación laboral de los pobres -sobre todo la femenina- es menor (más niños restringen la vinculación de las mujeres al mundo del trabajo). Paralelamente, los menores niveles educativos de los pobres (en especial, de las mujeres pobres) dificultan la consecución de trabajo (la tasa de ocupación de los pobres es más baja y la de desempleo mucho mayor). (Gráfico 1 6) Más niños (y menos personas en edad de trabajar), menor tasa de participación laboral y mayor desempleo se traducen para los pobres en mayor número de personas dependientes económicamente de cada trabajador. La cifra medía era, en 2003, de 2,6 (3,4 en el primer quintil; 1,8 en el quinto quintil). Los hogares pobres tenían una persona más que los no pobres, que dependía de cada trabajador (3,1 vs. 2,1). Esa tasa en el sector rural (2,7) era ligeramente más alta que en el medio urbano (2,5). La mayor es la de la Costa Atlántica; la menor la de San Andrés y Providencia (2,0). La región Pacífica, Bogotá, el Valle, y la Orinoquia y Amazonia (donde las cifras se refieren sólo a las cabeceras) exhiben niveles de 2,4 (inferior al promedio nacional). Los trabajadores pobres deperiden rnás de los Çectorr5 agrooe w:il arlo e informal y -por su ba/a educacidn- devengan„ prom17ci fo. apenas medio salario minimo Por su bajo nivel educativo, los trabajadores pobres, generalmente, sólo pueden aspirar a vincularse a los sectores informal y agropecuario (Gráfico 17a y 17b). En el campo, 67,5% de los trabajadores pobres' está vinculado al sector agropecuario (casi todo informal); el resto depende del comercio y los servicios por cuenta propia Para los no pobres. esta cifra es de 53.4%. A-PDF Split DEMO : Purchase from www.A-PDF.com to remove the watermark

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l'obre.:a y deszlmablimi en Di,,,,lui n ".iátét..0 y Estrauf19(1,,,

(78,6% del ingreso del hogar vs. 71,2% para los no pobres). En las cabeceras

municipales, esas dos cifras fueron 76,1% y 68,8%, respectivamente; en las rurales,

cercanas ambas a 83%. Porque la principal fuente de ingresos de los pobres es el

trabajo, conviene detenerse en el análisis de su acceso al empleo y en sus condiciones

laborales:

a. Hogares pobres: menor ticipHcicm 17:,$.??;19r t,-) 7n,

mayor desemp/e y tasa de deper delicia mas c.-qevat-f.,-?

La tasa de participación laboral de los pobres -sobre todo la femenina- es menor (más

niños restringen la vinculación de las mujeres al mundo del trabajo). Paralelamente,

los menores niveles educativos de los pobres (en especial, de las mujeres pobres)

dificultan la consecución de trabajo (la tasa de ocupación de los pobres es más baja y

la de desempleo mucho mayor). (Gráfico 1 6)

Más niños (y menos personas en edad de trabajar), menor tasa de participación

laboral y mayor desempleo se traducen para los pobres en mayor número de personas

dependientes económicamente de cada trabajador. La cifra medía era, en 2003, de

2,6 (3,4 en el primer quintil; 1,8 en el quinto quintil). Los hogares pobres tenían una

persona más que los no pobres, que dependía de cada trabajador (3,1 vs. 2,1). Esa

tasa en el sector rural (2,7) era ligeramente más alta que en el medio urbano (2,5).

La mayor es la de la Costa Atlántica; la menor la de San Andrés y Providencia (2,0).

La región Pacífica, Bogotá, el Valle, y la Orinoquia y Amazonia (donde las cifras se

refieren sólo a las cabeceras) exhiben niveles de 2,4 (inferior al promedio nacional).

Los trabajadores pobres deperiden rnás de los Çectorr5 agrooe w:ilarlo e

informal y -por su ba/a educacidn- devengan„ prom17cifo. apenas medio

salario minimo

Por su bajo nivel educativo, los trabajadores pobres, generalmente, sólo pueden

aspirar a vincularse a los sectores informal y agropecuario (Gráfico 17a y 17b). En

el campo, 67,5% de los trabajadores pobres' está vinculado al sector agropecuario

(casi todo informal); el resto depende del comercio y los servicios por cuenta propia

Para los no pobres. esta cifra es de 53.4%.

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a) Participación laboral

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Nacional

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d) Tasa de dependencia

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n Urbano

n Rural

Nacional

Fuente' Cálculos MERPD con base en ECV-2903

(también informales). En las urbanas 81,3% de los trabajadores pobres laboran en el

sector informal (frente a 52,1% de los no pobres).

Por ello, y porque por debajo de la secundaria completa los ingresos son inferiores a

un salario mínimo (Gráfico 17d), los trabajadores de un hogar pobre (Gráfico 17c)

devengaban apenas 0,7 salarios mínimos (vs. 2,6 para un trabajador de un hogar no

pobre). El trabajador rural ganó, en promedio, cerca de 80% del mínimo mensual legal

vigente. Los urbanos 2,5 veces más que los rurales. Los ingresos por trabajador en la

costa Pacífica son los menores de todos (320.000 pesos de 2003), frente a 984.000

en Bogotá. Las regiones Oriental y Central, y Antioquia, exhiben ingresos laborales

Grülico 171:»rp(C ? (4,7opecuario e Ii7I¿)imal e (ngresrs ItnI)orales por imikidor

a) Porcentaje en sector agropecuario

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b) Porcentaje en sector informal

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n Urbano A Rural

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Ingresos por trabajador (salarios mininos)

4 , 5 -

-

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Q2

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n Urbano n Rural

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Ingresos por nivel de educación (smrnlv)

8 -

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E-

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0-

- 0.6

c

C.0

1

o-

Fuente Cálculos MERPD ron base en ECV-200.3

e::a y de,siplaljad en (...,dombia. v Est! eve14ia.s-

similares, de alrededor de 460.000 pesos. Las diferencias más grandes entre ingresos

laborales de pobres y no pobres se encuentran en Bogotá y la región Atlántica.

5. Protección social

La apreciación subjetiva que los colombianos hacen sobre su estado de salud difiere

por quintiles del ingreso per capita y por zona de habitación: "buena" (19% en el 20%

más rico; 4% en el 20% más pobre); "mala o regular" (19% y 37%, respectivamente).

El 37,0% de la población rural consideró su salud "regular o mala", frente a 24,7%

en las cabeceras urbanas.

El 62% de los colombianos (Gráfico 18) estaba afiliado a algún seguro de salud

en 2003, a través del régimen subsidiado o del contributivo, con una brecha entre

el sector urbano y el rural de 14 puntos porcentuales (65,7% vs. 52,0% para los

sectores urbano y rural). La brecha de afiliación entre el primer y el quinto quintil es

de gran magnitud: 47,7% (Q1) vs. 83,6% (Q5).

Apenas un cuarto de los ocupados estaban afiliados a un fondo de pensiones en

2003, con una alta concentración en los quintiles más altos. La discrepancia que

existe entre las tasas de afiliación a pensiones urbana y rural es verdaderamente

enorme: 30,6% para el sector urbano vs. sólo 7,6% en el sector rural: gran parte de

esta brecha se explica por la alta concentración de la población rural en los quintiles

bajos. Sin embargo, gran parte también es explicada por una menor tasa de afiliación,

aun al contrastar niveles de ingreso similares: al comparar los mismos quintiles en

el sector rural y urbano, se nota que la tasa de afiliación en el sector urbano es

dos veces aquella del sector rural. La región con menor afiliación a pensiones es la

Pacífica (11,2% de los trabajadores); esta situación no es sorprendente debido a que

esta región también tiene el más alto índice de informalidad. Esta es seguida por las

regiones Central (15,7%) y la Atlántica (18,3%). En todas las regiones se encuentra

una alta correlación entre el quintil de ingreso y la afiliación a pensiones, esta última

siendo un privilegio de la población no pobre.