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Esquem a para
el
a n l i s i s
politico
De D avid Easton en
esta biblioteca
Enfoques sobre teor a pol t i ca
David Easton
A m o r r o r t u e d i to r e s
7/26/2019 276993620-Easton-David-Esquema-Para-El-Analisis-Politico.pdf
3/93
Bibl io teca
de soc io loga
A
Fram ew ork for Political Analysis
David Easton
Prentice-Ha l l , Inc. , 1965
Pr ime ra e d ic in
e n
caste l lano , 1969;
p r i m e r a r e i m p r e s i n ,
1 9 7 3
segunda reimpresin,
1976;
tercera reimpresin,
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cuan.
r e i m p r e s i n ,
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q u i n t a r e i m p r e s i n ,
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s p t i ma r e i m p r e s i n ,
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o c ta va r e im pres in,
1999
Traduccin, Anba l
C. Le a l
Revis in tcnica,
Ricardo Murtagh
Unica edic in en caste l lano autor izada por
Prenticel1a14 Inc.
N u e <
ma. Nos veramos en apuros, empero, para describir
a s
exactitud qu implica la nocin de un sistema poltico 4r
se "agota", ms o menos como la empleada en las cierra
fsico-naturales, de las que se han tomado las ideas
a
sistema cerrado y entropa.
Por poco sentido que tenga el trmino para un sistema
p r
ltico, nos obliga a conceptualizar la ndole de las relaciaaa
entre un sistema y su ambiente, y este punto es vital.
b
decir, hace consciente lo que fue un supuesto latente,
r
modo que reconozcamos que en realidad concebamos
Y
vida poltica como sistema abierto. Debido a que esta z i.
cin permaneca latente, sus implicaciones no fueron hes
entendidas ni se explot de manera clara o cabal su siga
ficado terico.
Una vez elevada la idea de sistema abierto al nivel
conciencia terica, debemos aclarar qu significa que>
sistema es algo distinto de su ambiente. Decir que un sise-
ma est abierto a influencias externas solo tiene sentida t
distinguir lo interno de lo externo, y nunca lo
mgraremos a satisfaccin si no examinamos las propiedades
:e un presunto lmite entre ambos. Ms adelante, la lgica
ra que se apoya la idea de sistema abierto obligar tambin
a desarrollar conceptos que permitan analizar los inter-
wrnbios entre un sistema y su ambiente. Veremos entonces
iue las ideas de insumo y producto tienen un valor inapre-
dable a este fin. Una vez ms, la nocin de intercambios
o flujos de efectos tendra poco sentido si no pudiramos
concebir lmites a travs de los cuales se produjeran dichas
transacciones.
Identificacin de variables dependientes
En
segundo lugar, la adopcin del concepto de lmites ser
mmbin un paso estratgico hacia la simplificacin de la
realidad, condicin indispensable para cualquier investiga-
cin cientfica. Nos proporcionar un criterio para deter-
minar qu elementos polticamente importantes deben ser
investigados en profundidad como variables dependientes
principales, y cules se pueden aceptar como dados en la
brma de variables externas. Cada una de estas clases de
elementos, los internos y los externos, ser de crucial inte-
ola para comprender los problemas que se refieren a sis-
tinas polticos, pero a su vez poseer un status terico
oferente en el modelo conceptual que ahora construimos.
Las propiedades generales de los
Em ites sistmicos
Cmo distinguir un sistema polt ico de su ambiente?
z
Tiene
entido emprico y terico decir que un sistema poltico
dtne un lmite que lo separa de su ambiente? En caso
afirmativo,
z
cmo definir la lnea demarcatoria?
L u
dificultades con que tropezamos para contestar estas
preguntas se pueden aclarar, en parte al menos, analizando
heevemente otras clases de conducta o sistemas empricos,
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para los cuales la existencia de lmites ofrezca muchas
nos dudas. Al de scubrir el significado verdadero del concepas
de lmites en estos sistemas, apreciaremo s m ejor la util idt+i
de atribuir lmites en apariencia semejantes a sistemas cx
interaccin social, como son, por ejemplo, los sistemas
p d
ticos. Tambin se ver que con este procedimiento no aa
apartamos de la realidad.
Los lmites de los sistemas fsicos y biolgicos
Se ha comprobado que todas las clases de sistemas sal
igualmente tiles para la investigacin en las ciencias nao
rales, por lo menos en el sentido de que ninguno funciou
en un vaco en el mundo fenomnico. Todos estn inca-
porados a alguna clase de ambiente, aunque para fir
heursticos deba excluirse provisoriamente la influencia de
ambiente, como ocurre con el estudio de la gravedad a
ausencia de rozamiento. Pero si bien todos los sistema
estn en algn medio, pueden mantener su identidad col
nitidez suficiente, de modo que es relativamente fcil s
tinguirlos.
Desde esta perspectiva, un guijarro es uno de los
sistema
fsicos ms simples. Su densidad lo separa del aire
que
rodea, y sus partes tienen un destino comn mientras cceo
se
rve su carcter de guijarro. As, cabe distinguirlo de otra
guijarros contiguos y del suelo sobre el que descansa. E
lmite entre el guijarro y otras cosas es claro e inequvc .
Nuestro sistema solar, integrado por el Sol y sus satli:.ts
representa igualmente (como lo dice su misma designacie:
un sistema fsico de inters. En forma tanto imaginara
como literal, gracias a la tecnologa, podramos trazar a
s u
alrededor una lnea que sealara su lmite fsico. Incl st
cabe considerar la interaccin entre sus partes, como si fuera
en ese m omento independiente del campo gravitatorio de
s u
propia galaxia o segmentos aun mayores del universo. S
bemos, no obstante, que su destino est ineluctablemezzat
vinculado al ambiente ms amplio que yace ms all de su
l imites espaciales.
Una cada de agua puede concebirse asimismo como sists.
de conducta, aunque en este caso existe una complicacin:
cada gota de lquido, tras una breve detencin, abandona
el sistema para no retornar jams. Este rpido fluir del
zzua a travs del sistema no nos lleva a confundir la casca-
da con el precipicio al que cae, con el ro que trae el agua
y se la vuelve a llevar, ni con los vientos que contribuyen
a su turbulencia. En realidad, aunque en el sistema se pro-
duzcan perturbaciones capaces de modificar el movimiento
del agua, los lmites cambiarn, habitualmente, solo en las
mrgenes: tienden a ser estables durante breves intervalos.
Una manzana es un sistema orgnico aislado de su am-
biente por la cscara. Concedamos que si nuestra intencin
es comprender los procesos que se dan en la manzana misma
a medida que madura y se pudre, debemos tomar en cuenta
factores externos a la cscara. El suelo en que crece el man-
zano, la naturaleza misma del rbol, y la humedad, tempe-
ratura y circulacin de aire del lugar en que se conserva
el fruto una vez separado de aqul, son elementos de im-
portancia decisiva para la vida de la manzana como sistema.
`o obstante, desde el punto de vista del horticultor, cons-
tituyen variables externas a dicho sistema. El lmite est
perfectamente definido por la cscara.
El cuerpo humano es otro sistema biolgico cuyos lmites
consisten, no en una lnea imaginaria, sino en una epidermis
que parece aislarlo inequvocamente de su ambiente. En el
curso de nuestra maduracin aprendemos muy pronto a no
confundir las cosas que encierra nuestra piel con las ex-
ternas.
En cad a uno de estos sistem as fsicos o biolgicos, los lmites
parecen sencillos de percibir. Ellos configuran las fronteras
espaciales o materiales del conjunto de variables que nos
interesa.
A
veces contienen efectivamente estas variables a
modo de un sobre, como sucede con la epidermis de la man-
una o del cuerpo humano; otras veces es preciso forzar
un poco la imaginacin para concebir alguna clase de cu-
bierta o corteza exterior, como ocurre con el guijarro, la
cascada o el sistema solar. En el recipiente delimitado por
dicha corteza quedaran decididamente aisladas las varia-
bles relevantes de sus ambientes respectivos.
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Pero un sistema de interacciones sociales (por ejemplo u:
sistema poltico) suele estar tan esparcido a travs de toda
una sociedad, que resulta muy difcil acomodar a esas accic
nes, tomadas en conjunto, la misma imagen que aplicama
sin inconvenientes a sistemas biolgicos y fsicos. N o es nece-
sario que un sistema de interaccin social abarque todas
las acciones de la persona o grupo; por lo comn ello ro
sucede. Naturalmente, si pensamos en una organizacin
poltica especfica, por ejemplo una legislatura, un partida
poltico, un grupo de intereses o un tribunal, atribuir u:
lmite fsico a cada una de estas organizaciones no desborda
nuestra capacidad de imaginacin. Por lo menos podema
imaginar que tomamos a todos los miembros identificada
con estas organizaciones y los colocamos dentro de un ed:.
ficio (suponiendo que logrramos construir uno suficiente-
mente grande) .
Nos consta, empero, que las interacciones polticas no te
producen exclusivamente dentro de dichas estructuras de
objetivos bien definidos. Gran parte de ellas se dan en
otros contextos, ajenos por completo a una organizacin
poltica (como vimos en nuestros ejemplos de la familia a
de una organizacin econmica del tipo de un banco). E.
posible, adems, que las personas acten e n roles polticos coa
intermitencias, mientras lo hacen a la vez en un plano eco
nmico o religioso, de modo que dan la impresin de
e
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de referirse fenomnicamente a lo incluido o excluido
te
un sistema. Si para sistemas en los que el espacio es u_a
dimensin importante, podemos sealar una l nea o un red.
piente, sabemos de inmediato que lo que est dentro force
parte de ese sistema y lo que est afuera pertenece tal su
a otros.
Tratndose de sistemas en que la localizacin espacial ca
est bien definida, o que no estn altamente diferenciarla
con respecto a otros sistemas, y en los que pueda haber um
confusin considerable de conductas correspondientes a la
t intos sistemas, necesitamo s describir o identificar los l imita
de otro modo. Puesto que no cabe separar cada sistema
d e
los dems en el espacio y de manera total, los lmites ve
pueden identificar por medio de criterios que permitan de.
terminar si cada interaccin pertenece o no a un sistema
dado. Para el sistema poltico, como ya indicamos, acta a
modo de prueba la relacin ms o menos directa de las inter-
relaciones con las adjudicaciones autoritarias de valores
ea
una sociedad.
En consecuencia, lo que incluyamos en nuestro sistema, la
que coloquemos dentro de sus lmites, depender de lo que
deseemos examinar en detalle; para fines cientficos se tu.
pone, adems, que estas variables deben exhibir interrel-
cin y coherencia considerables. Dejaremos fuera, como pi: .
te de su ambiente, aquellos factores que podamos acepar
como dados; ellos representan las variables independien=
o parmetros del sistema. Al identificarlos nos eximimos de
detallar cmo surgen y qu los induce a tomar los valonas
que toman.
En comparacin con las variables internas o dependienta
las externas bien pueden tener consecuencias importar
para el funcionamiento del sistema; el hecho de que bs
consideremos parmetros no se debe interpretar como india
de su irrelevancia o importancia secundaria para compre-,
der aqul. Su exclusin a los fines del anlisis nada nos d:m
sobre su aporte a la subsistencia o transformacin del u-
tema; solo indica que lo que deseamos entender es la int r
relacin de los elementos o variables incluidos en ste:u
variables estrictamente polticas. Dejamos a los especialista
en estas reas la explicacin de las variaciones de los pan-
metros. Necesitamos conocer tales variaciones, pero por lo
xmn las aceptamos como "dadas" y tratamos de averiguar
et repercusin sobre las variables internas dependientes, o
tariables polticas.
N u e s t r a
posicin metodolgica no difiere fundamentalmente
mi este punto de la que adoptan los estudiosos de los sis-
temas fsicos o biolgicos ya mencionados. Las fuerzas gra-
vitatorias del universo componen parte del ambiente signi-
ficativo relevante del sistema solar; si se producen grandes
cambios en estas fuerzas puede destruirse el sistema. Sin
embargo, para el anlisis del funcionamiento del sistema
dar basta con dar por supuestos estos cambios, hacer caso
omiso de sus causas y limitar nuestro inters a la conducta
del sistema.
Del mismo modo, la provisin insuficiente de alimento
puede provocar la destruccin del organismo humano como
estema biolgico. No obstante, para enfrentar la cantidad
excepcional de problemas que se les plantean en su espe-
calidad, los bilogos no necesitan convertirse en estudiosos
profesionales de la agricultura ni del sistema de distribucin
e intercambio de una sociedad.
D e esta descripcin general de lo que implica la delineacin
3e lmites, no se desprende forzosamente que una vez esta-
blecidos queden fijados para siempre. Por una interpreta-
d& errnea o tal vez falta de
insight,
o bien si queremos
mejorar nuestra comprensin del sistema poltico, debemos
incluir en l un elemento asignado antes al ambiente; pero
rsto no nos plantea una crisis. Simplemente, volvemos a de-
finir el sistema para satisfacer nuestras necesidades analti-
.s. Cada vez que ampliamos nuestro sistema, restringimos
s1 mismo tiempo el ambiente. Si esto parece introducir un
demento de ambigedad en nuestra conceptualizacin, me
amito a lo que entendemos por sistema: un recurso para
liudarnos a entender un rea definida y redefinible de con-
huta humana, no una camisa de fuerza que encierre en
Firma permanente el anlisis dentro de un molde o modelo
?reconcebido.
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Carcter engaoso de los lmites geogrficos
Podra pensarse que exagero mis objeciones contra la de~:-
neacin espacial de un sistema poltico. Al fin de cuenta;
tenemos mapas de sociedades, y los lmites que aparecen e
ellos representan restricciones reales a la conducta de lar
personas de la sociedad. Acaso no son ellos los lmi
t e
fsicos de un sistema poltico? Con frecuencia se los denocri.
na
lmites geopolticos.
Podra resultar plausible usar los lmites geogrficos codo
coincidentes con los analticos; pero en realidad, no ser
ellos a los que me refiero. Los lmites geopolticos tiene:
obvias e importantes consecuencias para un sistema poltico,
y en este sentido representan una variable de consideracie.
Contribuyen a definir las demandas jurisdiccionales de on
conjunto de autoridades y la aceptacin de esas demandes
pero representan los lmites polticamente definidos pan
toda la sociedad, ya no solamente los del sistema politiza
de esa sociedad. Los lmites geopolticos no nos ayudan a
diferenciar las interacciones polticas,
dentro
de la sociedad,
de las econmicas, religiosas, educacionales, etctera. Nos
dicen cundo una persona pasa de las demandas jurisdic.
cionales de una serie de autoridades a las de otra, pero ca
nos permiten comprender cundo esta persona pasa de la
mbito econmico a un mbito poltico. Circunscriben toda
los sistemas interconectados de la sociedad, no un sistema
social especfico.
Este examen debe llevarnos a la conclusin de que, en su
status terico, los lmites de sistemas no siempre deben ser
de naturaleza espacial. Desde el punto de vista analtico.
se pueden interpretar como los criterios de inclusin en a
exclusin de los sistemas en que se centra el inters. El
hecho de que, empricamente hablando, un sistema de inter-
accin poltica no pueda, sin mezclarse con otros sistema
sociales, ser encerrado dentro de una lnea trazada en un
mapa ni colocado simblicamente dentro de un sobre q.e
lo separe de manera inequvoca de otros sistemas de inter-
accin social, no reduce la utilidad del concepto de "lmite'
como instrumento analtico. Solo nos obliga a reconocer quo
os lmites fsicos no son el nico modo emprico de separar
sistemas.
Indicadores em pr icos de los l m i t es de
sistemas polticos
Al pasar de un sistema a otro no atravesamos ninguna lnea
concreta; no obstante, la experiencia da sentido real a la
existencia de un lmite entre el sistema poltico y los dems
sistemas de una sociedad. La mayora de las sociedades nos
ofrecen indicios que permiten averiguar cundo nos tras-
ladamos de sistema, aunque la falta de seales notorias no
prueba en forma concluyente que no haya tenido lugar
un intercambio de esa ndole.
Los indicios ms significativos aparecen en sociedades de
alto grado de diferenciacin estructural, como en los siste-
mas sociales modernizados. Suele haber en ellas una demar-
cacin ntida de muchos roles polticos con respecto a otros
roles. Los miembros de una sociedad tendrn expectativas
diferentes acerca del modo de conducta de las personas en
lbs roles polticos, en comparacin, por ejemplo, con los
religiosos ,
o familiares. Cuando pasamos de un mbito estric-
tunente religioso o familiar a otro poltico, se prev que
nuestras reglas de conducta cambiarn en alguna medida
conocida. Dicho de otro modo: en una sociedad estructu-
ralmente muy diferenciada, las pautas regularizadas de ex-
pectativas acerca de cmo actuar en diferentes situaciones
constituyen una prueba emprica de la existencia de lmites
entre sistemas. Esto es tan claro que en la conversacin co-
rriente solemos decir que alguien (un lder religioso, o un
hombre de ciencia, pongamos por caso) "se sale" de su rol
si se pone a actuar como profeta poltico o como poltico
profesional.
En muchas sociedades, sin embargo, las clases de conducta
analticamente distinguibles pueden estar fusionadas en el
plano emprico. Por ejemplo, en varias sociedades tradicio-
nales, no alfabetizadas, es posible que unas pocas estructuras
desempeen las tareas fundamentales. La estructura del pa-
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atencin de nuestra parte. Cuando vamos ms all, hacia
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los sistemas extrasocietales, nos ocupamos en realidad de lo
que suele denominarse sistema poltico internacional.
Esta parte intrasocietal del ambiente de un sistema poltico
se puede clasificar de varios modos, pero ser til simplifi-
carla y ordenarla dividindola en varios sistemas internos,
de importancia para la subsistencia y cambio del sistema
poltico; los sistemas ecolgico, biolgico, de la personalidad
y sociales son algunos de los ms importantes.
Este esquema no tiene nada de predeterminado ni de sacro-
santo. Sera fcil bosquejar formulaciones alternativas. Te-
niendo en cuenta que el modo de anlisis que pretendemos
investigar no descansa mayormente en la categorizacin es-
pecfica del ambiente del sistema poltico, no es preciso que
nos detengamos mucho en l. Por el contrario, lo impor-
tante es reconocer el hecho de la existencia del ambiente
y los problemas tericos que plantea. Sin ello no podramos
aclarar analticamente de qu manera pueden los sistemas
polticos persistir y cambiar, o sea enfrentar las tensiones
a que estn expuestos de continuo.
Examinaremos a continuacin, de modo sucinto, los prin-
cipales sistemas ambientales intrasocietales. El sistema eco-
lgico abarca el ambiente fsico y las condiciones orgnicas
no humanas de la existencia humana. En la parte fsica del
sistema ecolgico se pueden incluir caractersticas geogr-
ficas o espaciales como, por ejemplo, la ndole de los recursos
fsicos, la topografa, la extensin del territorio, el clima y
otras propiedades semejantes, que influyen en las condicio-
nes de toda existencia, inclusive la poltica. Los aspectos
orgnicos no humanos de los sistemas ambientales se refie-
ren a la naturaleza, ubicacin y accesibilidad de la provi-
sin de alimentos y otros elementos de la flora y fauna que
utilicen los miembros de un sistema poltico. Es sabido
que las variaciones en la provisin de alimentos afectan,
tanto en las sociedades nmadas como en las sedentarias
(y suponiendo que la tecnologa permanezca constante), la
estructura y los procesos del sistema poltico.
3
3 E. R. Leach, Political Systems of Highland
Burma, Cambridge,
Harvard University Press, 1954, en que la estructura poltica parece
1 0 7
o
o
o
.
E
y
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V
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R
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M
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:6 4
m
u ,
El sistema biolgico del ambiente lleva a primer plano el
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hecho de que, al procurar entender los procesos polticos.
es
fcil pasar por alto las propiedades hereditarias capaces
de decidir en cierta medida las motivaciones humanas, tanta
en contextos polticos como en otros contextos sociales. Se
refiere al aspecto de las interacciones polticas determinado
o influido por la constitucin biolgica de los hombres. Ea
la medida en que las caractersticas genticas limitan la con-
ducta de los individuos, ello puede traer consecuencias
para la vida poltica. Se dice que la capacidad de compor-
tarse pacfica o racionalmente, de cooperar en vez de pro-
vocar conflictos, est relacionada con la herencia gentica.
Los freudianos o rtodoxos han insist ido en que ningn orden
social, inclusive el poltico, puede ignorar sin peligro los
impulsos agresivos inherentes a los seres humanos.' No dis-
cutiremos aqu la validez de este aserto; solo queremos so-
alar que no es posible hacer caso omiso de los rasgos bio-
lgicos polticamen te significativos com o parte del amb iente
total en que opera un sistema poltico. El hecho de que la
ciencia poltica proceda de ese m odo no reduce, por supuesto.
la
importancia terica y emprica de dichos rasgos.
Los sistemas de la personalidad y los sistemas sociales haz
sido objeto de cuidadoso anlisis en la literatura tradicional
Estos ltimos se pueden clasificar en varios tipos: sistemas
culturales, estructuras sociales, sistemas econmicos y demo-
grficos. Una vez ms, carece de importancia definitiva la
subdivisin precisa que se adopte.
Hace tiempo que las variaciones en las personalidades r
mo tivaciones adquiridas de los miem bros de un sistema pol-
tico atrajeron la atencin de los estudiosos de la poltica. La
ciencia de la etologa, hacia la que se encaminaba John
desplazarse
al
ritmo
del
pasaje
de la
ag r i c u l t u ra
de
los l lanos
a
la de
a l t u ra ; Schapera,
Government and Politics in Tribal Societie:,
esp.
caps. I y VI, y pg. 219.
4 V ase
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W a r
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estos lt ima
en co laborac in
con
o t r o s a u t o r e s ,
War
and Democracy,
L o n d r e s ,
Routkdge
Kegan Paul, Ltd., 1938.
Stuart Mill, y los estudios recientes en torno al tema del
arcter nacional y de tipos variables de conducta poltica
supuestamente asociados a diversos tipos de personalidades,
reflejan el firme reconocimiento del papel que desempea
este parmetro esencial.
5
Se sabe que las fluctuaciones en la cultura social que plasma
as personalidades y en la economa, los cambios en la es-
tructura general de la sociedad o en algunos de sus aspectos
especficos (por ejemplo, el nmero y tamao de los grupos
e de las clases sociales) y las modificaciones del volumen,
tasa
de crecimiento, composicin y distribucin de la po-
blacin son cruciales para lo que o curra en el sistema polt ico
relevante. Los investigadores dedicaron una buena dosis de
ss s esfuerzos a averiguar, por lo menos de manera informal,
las relaciones entre el sistema poltico y estos sistemas am-
bientales o paramtricos. Aunque no considero que el inten-
so de extraer sistemticamente las verdaderas relaciones que
hay entre cualquiera de ellos y el sistema poltico sea tarea
propia de una introduccin al anlisis de sistemas, tratar
por todos los m edios de de sarrollar un conjunto satisfactorio
de categoras que permita lograrlo.
S
Vase
N. J. Smelser y W. T. Smelser, comps.
P.ersonality and
facial Systems,
Nueva York, John Wiley & Sons, Inc., 1963; J.
S.
Mill,
A System of L ogic,
libro
VI, esp. cap. V,
que lleva el
isnificativo
ttulo
de "De la
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ciencia de la
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de
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Parte
III y
ras numerosas r e f er enc ias que
se
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en particular en
pgs.
1 0
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1 0 8
1 0 9
Sistemas extrasocietales
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Los sistemas que acabamos que mencionar forman pana
de la misma sociedad de la que el sistema poltico es
sistema. E n ta l sentido, son externos a este lt imo. C ualquier
influencia que ejerzan sobre el sistema poltico, debe prr,
ceder del hecho de que las acciones franquean los lmites
que los separan. Esta es la primera acepcin del aserto de
que un sistema es externo al sistema poltico o est contra,
do en su ambiente.
Pero hay tambin otra acepcin. Un sistema puede estar
fuera de la sociedad de la que el sistema poltico es sub&
tema y tener, no obstante, consecuencias importantes pass
la subsistencia o cambio de ste. Ejemplos de ello son
L ie
sociedades y sistemas polticos diferentes de la sociedad 1
sistema poltico en consideracin. Desde el punto de vista
de los Estados Unidos, Francia es una sociedad e induu
un sistema poltico cuyas acciones pueden tener consecuen-
cias que, franqueando los lmites del sistema poltico norte-
americano, contribuyan a conformar sus destinos.
Si consideramos, adems, que la sociedad internacional
a
una unidad externa a cualquier sistema poltico dado, pode-
mos ampliar notablemente esta imagen del ambiente exter-
no. Cabe concebirla como parte esencial del ambiente extra
societal. En realidad, es un modo sumario de designar
totalidad de este ambiente, que comprende cada una Cx
las sociedades como subsistemas de la sociedad internada
nal. Desde esta perspectiva, encontramos entre los comp>
nentes de la sociedad internacional un sistema ecolgica,
un sistema poltico internacional y los sistemas socials
internacionales representados po r una cultura internaciorsti,
una economa internacional, un sistema demogrfico inter-
nacional, etc., de modo exactamente anlogo a lo que
oaus
con las sociedades nacionales. La sociedad internacional e a
conjunto o cualquiera de sus subsistemas podran constituir
parmetros en el ambiente extrasocietal de un sistema
ps
l tico dado, y deberan ser tomado s en cuenta como posibles
fuentes de influencia de lo que sucede en dicho sistema.
Entre los subsistemas internacionales tendramos asimismo
varias colecciones de subsistemas polticos como la OTAN
,
SEATO, las Naciones Unidas o el bloque sovitico, cada
uno de los cuales podra influir de manera separada sobre un
sistema polt ico determinado.
Nuestra tarea consistir en hallar la estructura conceptual
que permita averiguar sistemtica y econmicamente los
intercambios de los parmetros extrasocietales e intrasocie-
tales con un sistema poltico dado. El Diagrama 1 ofrece
una versin, muy simplificada, de las relaciones que acaba-
mos de mencionar. Se trata de un modo distinto de inter-
pretar la clasificacin del Cuadro 1, que proporciona una
representacin espacial simple de los intercambios entre
an sistema y los diversos componentes de su ambiente. Ms
adelante modificaremos el diagrama para mostrar, primero,
las relaciones dinmicas de un sistema poltico con su am-
biente, y segundo, el flujo de las influencias del ambiente
a travs del sistem a.
Contestando las preguntas con que iniciamos este anlisis,
timos que la vida poltica se puede describir como un con-
;
junto o sistema de interacciones definidas por el hecho de
que estn relacionadas en forma ms o menos directa con
las asignaciones autoritarias de valores en una sociedad.
Aunque en otras organizaciones se producen asignaciones
s e m e j
antes, estimo til ocuparnos solo de los sistemas poll-
eros societales, y no de los sistemas parapolticos. No obs-
ante, gran parte de nuestra estructura conceptual se puede
aplicar igualmente, con las modificaciones necesarias, a los
sistemas parapolticos de organizaciones.
Lo que ocurra en un sistema poltico, su estabilidad o cam-
bio, depender del funcionamiento de las variables internas,
bis elementos que ms nos interesa comprender y explicar.
Dicho funcionamiento, as como las exigencias que se les
impongan y la respuesta a dichas exigencias, sern tambin
producto de lo que suceda en el ambiente total del sistema
poltico. Un sistema poltico es un sistema abierto, en el
sentido de que est expuesto, en diversos grados, a lo que
zurre en su ambiente. Los conceptos de "lmir" y "am-
ente" ayudan a ordenar nuestro anlisis teniendo presen-
t s
estos
desiderata.
En breve se nos plantear la necesidad
e
hallar otra serie de conceptos, adecuados para simplificar
y sistematizar el estudio de las
relaciones
entre un sistema
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su ambiente.
Antes de emprender esta tarea, precisamos contar con ale
nos elementos ms. He especificado ya la naturaleza de
m .
Int ercam bio
i s t em a
El
ecolgico
Sistema
biolgico
flujo
t
mbiente
E l
o
F
_
Sistemas
intrasocietal
d e
sistema
de
personalidad
Sistemas
efect o s
sociales
Sistemas
I nter c a m b io
polticos
internacionales
Sistemas
eco lg ico s
El
flujo
internacionales
ambiente
ext raso c ie t a l
poltico
d e
Sistemas
sociales
internacionales
fectos
Diagrama
I. Intercambios entre el sistema poltico y el am biente wat
sistema como tal, identificado las caractersticas del sistema
que denomino poltico y llamado la atencin sobre el mbins
en el cual debe existir este sistema, que con tanta asiduicid
se omite. Tras haber dado estos primeros y pequeos
p a s s
estamos habilitados para abrir ampliamente las puertas ap
tipo de anlisis terico que es posible realizar. A meada
que avancemos, podremos investigar otras propiedades
ir
nificativas del sistema poltico como sistema de conduela
6. Pers is tencia en un m undo de
estabil idad y cam bio
Como se indic en el captulo anterior, un enfoque terico
istmico puede compartir con otros tipos de anlisis el
concepto de que su objeto de estudio es un sistema inserto
ea un ambiente y expuesto a lo que ocurra en l. Dicho de
otro modo: es un sistema abierto. En este captulo y en
d
siguiente descubriremos que la teora sistmica expuesta
In este libro se distingue por presentar a la vida poltica
tambin como un sistema reactivo o responsivo. Constituye
m conjunto de conductas mediante las cuales se puede adop-
tar una accin positiva para enfrentar a las influencias que
aperan sobre l.
la persistencia del sistem a
La caracterstica peculiar de los sistemas polticos, compar-
t ida con otros sistemas socia les y aun con a lgunos m ecnicos
'biolgicos, es que no estn necesariam ente indefensos fren-
te a las perturbaciones que los pueden afectar. Sus procesos
estructuras no reciben impunemente los caprichosos em-
bates del azar. Debido a los rasgos particulares del sistema
poltico, sus miembros gozan de la oportunidad que no
iempre aprovechan, no obstante de responder a las ten-
dones de modo de asegurar la persistencia de algn tipo
dt sistema, a fin de tomar y ejecutar decisiones obligatorias.
Lee fenmeno que los sistemas polticos, gracias a sus
acopias respuestas, pueden persistir incluso en un mundo
fe rpido cambio plantea a la indagacin terica un pro-
rema central. As corno la ciencia natural trata de entender
a procesos fundamentales en que se basa la vida orgnica,
tarea de una ciencia conductalista de la poltica consiste,
t t i
11 2
tra indagar en los procesos generales, comunes a todas las
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a mi juicio, en formular interrogantes que revelen cem:
estn protegidos los procesos vitales o funciones definitor.1
de los sistemas polticos. Independientemente de la poca
o lugar, qu es lo que permite a un sistema conservar alg'
medio de asignar valores autoritariamente, es decir, per-
petuarse? Cmo enfrenta las tensiones que amenazan des
truirlo, de modo que aun estando minado hasta un puna
crtico por hechos tan fuera de lo comn como una guerra
civil, una revolucin o una derrota militar, logra resurgir u
sistema de una u otra ndole?
No se trata solamente de que un tipo determinado de s s .
tema poltico pueda enfrentar sus dificultades y sobrevivir,
o bien que siendo incapaz de ello sucumba y se transfort e
en un sistema de otro tipo. Nuestro interrogante es rr.s
amplio: A qu se debe que, frente a golpes continua
procedentes del interior o del exterior, sean factibles siqui
ra una organizacin mnima, la cooperacin, la utilizacia
de recursos y energas y la obediencia a la autoridad? Sci
estas condiciones sera imposible formular o hacer cumpLr
decisiones obligatorias, ni podra perdurar vida poltica a -
guna, cualquiera fuese la estructura o forma particu
adoptada por el sistema.
A los fines de lo que podramos llamar una teora de
t i r a
asignativo (la teora implcita en la investigacin poltia
tradicional), a diferencia de una teora centrada en ;,a
enfrentamientos y la persistencia de los sistemas, nos sea-
riamos inclinados a formular otras preguntas: Cmo fur
cionan los sistemas polticos? Cmo asignan realmente la
valores? Qu fuerzas determinan la ndole y resultados de
los diversos procesos y estructuras mediante los cuales se
establecen y hacen cumplir las asignaciones autoritarias?
Para el anlisis sistmico, sin embargo, tienen primaca
l .
gica ciertos problem as bsicos, referidos a las cond iciones es
que pueden persistir estos procesos y estructuras asignativai
Ellos constituyen los procesos vitales de todos y cada tia:
de los sistemas.
En el nivel terico, por ejemplo, es como si apartramos de
nuestro inters por los sistemas de la personalidad, la inda-
gacin de tipos especficos de la personalidad y de la conduc-
ta de los individuos caracterizados por ellos. Nuestra misa
estructuras
de personalidad, mediante los cuales se manejen
'as amenazas impuestas a la integridad del sistema. Del
mismo modo, el anlisis sistmico nos obliga a dirigir nues-
ra atencin a los procesos vitales mismos de los sistemas
polticos, ms que a las estructuras o procesos particulares
que hacen viable un tipo determinado de rgimen. Inicial-
mente, y como punto de partida, ello aleja nuestro inters
de la comparacin de diferentes tipos de sistemas polticos.
Por el contrario, el anlisis sistmico nos orienta hacia los
procesos comunes a todos los sistemas polticos que les per-
miten enfrentar, con xito vario, las tensiones que amenazan
destruir la capacidad de una sociedad para sostener un
sistema poltico, de cualquier especie que fuera.
Es preciso plantear cuestiones como stas a fin de llegar
al ncleo a partir del cual habr de desarrollarse una estruc-
tura conceptual para el anlisis de los sistemas polticos; el
intento de resolverlas en su totalidad superara los lmites
de esta obra, pero es esencial convencerse de su importan-
cia. Si queremos entender en definitiva cmo persiste un
sistema, debemos empezar por abordar varios problemas,
que ayudarn a esclarecer el significado de la persistencia,
tensin y las respuestas a la tensin.
Esto nos lleva a los siguientes interrogantes: Cules son
s fuentes de la tensin? Qu se entiende por "subsisten-
da"? Qu quiere decir que la tensin amenaza dicha
persistencia? Qu conceptos necesitamos para estudiar el
modo como la tensin repercute en los sistemas polticos?
Cuando hayamos contestado estas preguntas, habremos lle-
vado a su fin nuestra indagacin de los fundamentos con-
ceptuales indispensables en que se apoya un anlisis sist-
mico de la vida poltica.
Fuentes
generales
de tensin
No siempre las fuentes de tensin revisten los rasgos espec-
aculares de una guerra, revolucin u otros traumas sociales;
ea realidad, suelen ser mucho ms prosaicas. Es muy pro-
s
bable que procedan de las presiones constantes, cotidianas.
polticas, aunque solo signifique tener la opinin ms pode-
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de la vida poltica. Parecen capaces de poner en serio
pela
gro, sin el aditamento de crisis especiales, la capacidad de
cualquier sistema poltico para sobrevivir o la capacidad
de los miembros de una sociedad para lograr los arregla
tendientes a formular y hacer cumplir las decisiones autori-
tarias. Teniendo esto presente, resulta poco menos que mi-
lagroso que se cumplan, de algn m odo, las funciones polt i-
cas bsicas, a pesar de las grandes tensiones internas a quo
cualquier sistema est expuesto de ord inario y de los cambia
externos, con frecuencia abrumadores, que deben asimilar.
Fuentes
internas
z Cules son las fuentes de esta tensin? Ms adelante, er.
este mismo captulo, volveremos a tratar el significado
d e
la tensin. Por el momento, podemos aceptar como vlida
cualquier apreciacin intuitiva. Segn se la define normal-
mente, la tensin puede proceder de dos partes, una interra
y otra externa; en este caso, tensin externa ser la (par
procede del ambiente intra y extrasocietal.
Si atendemos, en primer trmino, a las posibles fuentes ir-
ternas recurrentes de tensin, desorgan izacin o d estruccicc,
veremos que, debido a las mismas cuestiones sustantiva
que los sistemas polticos deben tratar, las relaciones entre
los miembros de un sistema tienden a convertirse en el foca
de las formas ms agudas de antagonismo social. La escaso
es quizs el fenmeno ms importante de todas las sociedy-
des, no siempre en un sentido absoluto pero s en relacioi
con las expectativas de los miembros. Toda sociedad posee
medios diversos para regular o resolver las diferencias
e
criterio acerca de la distribucin y uso de los valores escasa.
Pero cuando los m iembros no puedan zanjar estas diferencia
privadamente, es decir en forma autnoma, o cuando a
persecucin de un objetivo requiera la mo vilizacin de los re-
cursos y energas de todos ellos, se torna inevitable acudir
a alguna especie de asignacin poltica.
En ninguna sociedad, por pequea y simple que fuera..
perdi importancia el control sobre las instrumentalidaPxs
1 1 6
rosa en el cnclave de ancianos de una banda de bosqui-
mano s. Rara vez el control sobre estos m edios se dej l ibrado
1 1 azar; por lo comn fue asunto de gran preocupacin,
generador de graves rivalidades. Desde las sociedades tradi-
cionales ms pequeas y simples hasta las ms modernas y
complicadas, hubo siempre al menos algunos individuos
dispuestos a correr los riesgos ms serios y aun ansiosos
por hacerlo con el objeto de tener voz en la fijacin de
los arreglos polticos bsicos o de los objetivos y fines par-
ticulares dentro de una estructura ya existente.
No obstante, son asombrosamente pocas las sociedades que
sucumbieron ante las tiranteces que provocan las pasiones
a s
desencadenadas, por incapacidad de proveer estructuras
v procesos aptos para la asignacin autoritaria de valores.
Caba esperar que con mucha frecuencia los sistemas pol-
Wcos expuestos a una tensin tan constante entre sus miem-
bros resultaran destruidos. La capacidad de ciertos tipos de
sistemas polticos para perdurar nos provocara admiracin
si no estuviramos tan acostumbrados a considerarlo com o el
curso normal de los hechos.
Fuentes ex ternas
Tratndose de aquellos sistemas que se sustrajeron a las
devastaciones del conflicto interno, o que se vieron libres de
I . ms notable an resulta el hecho de que no se hayan
fundido en las simas profundas y peligrosas del ambiente
vital del sistema (en especial en pocas recientes) . La indus-
trializacin, y todo lo que ella implica, ha llegado a ser
a fuente de cambio ms poderosa en los ltimos tiempos.
fistemas polticos de sociedades que antes haban cambiado
;entamente en algunos casos, tan lentamente que eran
?ocas las diferencias perceptibles en el transcurso de mu-
ias generaciones se vieron de pronto expuestos a fuerzas
pe aceleraron enormemente el ritmo de cambio. La natu-
aleza y alcance de los problemas que hoy se plantean a
e s t o s sistemas polticos se alteraron de modo radical. Los
istemas polticos en proceso de organizacin se enfrentan
1 1 7
con la quiebra del orden fundamental, o con la tarea de
iones bastante vitales, pero
rara vez est en juego la super-
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lograr la unidad frente a lealtades internas
en conflicto.
la
l lamad a revolucin de las expectat ivas crecientes, la nece-
sidad de un pas de autodefenderse con recursos econm ica
limitados, la movilidad horizontal y vertical recin desco.
bierta dentro de estructuras sociales juzgadas hasta ento nen
relativam ente im permeables, el tribalismo resistente al can>
bio y o tros grupos pluralistas, opciones difciles en la esfera
de las relaciones internacionales, todo se com bina para soy
meter a graves tensiones externas a los miembros de I
nuevos sistemas polticos.
Esto es, en gran parte, producto del industrialismo y de sa
repercusin sobre los sistem as tradicionales rurales, agraria
y no alfabetizados. Pero en los lugares donde el industria
lismo ya ha arraigado, la segunda revolucin industrial de
med iados del siglo xx ha originado sus propios problem as,
en relacin con el ritmo del cambio econmico y la cal
cidad de las sociedades d e encontrar estructuras y m edida
polticas capaces de hacerle frente.
Histricamente, en casi todos los casos en que se dieres
grandes .cambios econmicos y sociales, el sistema politiza.
sufri tambin transformacin, originando a menudo enti+
dades nuevas casi irreconocibles. Pero com o sucede
con la
fuentes internas de tensin, solo en casos excepcionales esto
fuentes externas incapacitaron a la sociedad pa ra establecer
alguna forma de sistema poltico, situacin que habra pro.
vocado su derrumbe total. La estructura de la vida poltica
puede cam biar; sus objetivos pueden revisarse de co ntiran
y sufrir variaciones esenciales; las personas encargadas
d e
tomar las decisiones sustantivas pueden ser nuevas
e iresr
pertas y dar lugar a una ruptura con el pasado. Es tan rana
que una sociedad sea incapaz de establecer procedimieraa
y estructuras regularizados para la asignacin autoritaria
t
valores, que damos por descontado que, aun frente a ate
revoluciones
ms violentas, surgir en definitiva alguna as
de sistema poltico.
El conflicto originado en un sistema po ltico por influerz *
ambientales suele versar sobre problemas como la clase
6t
sistema, el personal que debe ocupar cargos de autori
o la orientacin poltica que ste debera seguir. Son
ci}
1 1 8
vivencia del sistema. Puede haber un Congo librado a s
mismo para salir del paso sin la preparacin adecuada para
construir un orden poltico global; un Walter Bagehot puede
ver en el tumulto poltico posterior al deceso de la Segunda
Repblica en Francia, la amenaza de un franco caos, debido
31 colapso inevitable de toda la organizacin poltica.' Pero
solo en rarsimos casos en la historia esas situaciones han
destruido y puesto trmino a una sociedad, por falta de un
sistema mediante el cual tomar decisiones obligatorias.
E l
signi f icado de la persistencia
Frente a la tensin provocada por perturbaciones y cambios
amo los mencionados, y basndonos en meras conjeturas,
podramos haber llegado a pronosticar que los sistemas po-
3ticos solo pueden tener un lapso de vida muy breve. Y
in
embargo es evidente que muchos persistieron, aunque
sn nmero sea tal vez menor que los que sucumbieron o
fueron absorbidos por otros. Esto plantea el problema de
sltriguar cmo algunos
consiguieron persistir mientras
rttos desaparecan. Para contestar esta pregunta debemos
considerar los procesos vitales fundam entales de los sistem as
polticos. Pero previamente corresponde aclarar qu enten-
dernos por "persistencia".
a desaparicin o no-persistencia de los sistemas
;
Qu intentamos transmitir al afirmar que un sistema ha
'asistido? Quiz resulte til examinar primero qu significa
Y
anttesis, o sea, cundo podemos decir que un sistema
irj de persistir en realidad?
ti decir que un sistema ha fracasado pueden entenderse dos
zas: que cambi pero sigue existiendo de alguna forma,
L Barrington,
Works and Life of Walter Bag.ehot
Londres,
Lntgmans, Green & Co., Inc., 1913, vol. I, las siete Cartas sobre
j
4 golpe de Estado francs .
1 1 9
o
que desapareci por completo. Como indica el pri: r
:cticos tras los primeros das de una guerra atmica
2 .
La
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sentido de la expresin, de un sistema puede afirmarse qx
subsiste aunque cam bie. A prim era vista, esto parecera bas-
tante paradjico; no obstante dejemos de lado por ea
momento esta enigmtica afirmacin. Ella nos ayuda, al me-
nos, a enten der qu significa persistencia si interpretamos, ca
el segundo sentido, que su anttesis indica que el sistema
desapareci por completo. Para la correspondiente sociedg
ya no se podran establecer asignaciones autoritarias ex
valores.
Este resultado no es imp osible ni inslito. Tal es lo ocurri4t
cuando los m iembros de una so ciedad fueron destruidos toa ,
mente por una catstrofe natural, por ejemplo un incen&
o una epidemia, o cuando la sociedad dej de reproducirse
biolgicamente, como aconteci tal vez con los indios ce
Mesa Verde. Tambin es posible que suceda en el casi
extremo en que, por cualquier razn, se desencadena
guerra de todos contra todos (en el sentido de Hobbes
)
la cooperacin se hace imposible, aun para los fines mnima
de establecer el orden y la ley. Al obtener su independencia
nominal en 1960, el Congo belga se aproxim a este lmite
como ninguna otra sociedad lo hiciera en el siglo
x x . U s e -
r a nte
cierto perodo pareci dudoso que se lograra doce
al pas de autoridades capaces de hablar y actuar per
toda la sociedad o conseguir la adhesin de la mayora
sus miembros. El Congo estuvo a punto de desintegrarse
e a
numerosos sistemas polticos menores, coextensos con la
grupos tribales o algunos de los anteriores distritos admi-
nistrativos belgas.
Tambin desaparecieron los sistemas polticos cuando,
i
consecuencia de una guerra civil, revolucin o derrota mi-
litar, se derrumb la unidad poltica existente para ser re-
emplazada en forma temporaria por centros independier a
observantes de la ley, o bien por bandas ilegales. Ilustra ese
estado de cosas la situacin de Alemania posterior a la se-
gunda guerra mundial, la de Francia durante el perodo t
la Revolucin Francesa, la de Rusia durante el momea at
culminante de la Revolucin Rusa y los pronsticos reta.
tivos a la probable situacin de la mayora de los sistemas
:istoria nos brinda otros casos de sistemas polticos desa-
;arecidos
lgunos definitivamente, otros para recuperar su
rtegridad a manos de conquistadores luego de ser absorbi-
los por sistemas polticos extraos. Ejemplos de esta ndole
son los sistemas polticos de los indios norteamericanos, de
Escocia o d e las sociedades blticas.
Por consiguiente, parece que la no-persistencia sugiere, ms
que un simple cambio, la destruccin y evaporacin com-
pletas de un sistema poltico.
Sistemas absolutamente estables
Veamos ahora el polo opuesto de la desaparicin franca, e
interpretemos la subsistencia, tal vez, como que un sistema
contina sin modificacin alguna, en un estado de estabi-
lidad completa. Solo encontraramos un sistema de este tipo
all
donde un sistema poltico permaneci intacto durante
an perodo determinado. Tal cosa podra suceder en dos
circunstancias. En primer lugar, aparecera un sistema como
el mencionado si el ambiente mismo no diera muestras de
cambio, lo cual es bien posible a corto plazo, pero no a
;ergo plazo. Empricamente, no podemos sealar ningn
sistema cuyo ambiente haya permanecido inalterado. Aun
os sistemas tradicionales y tribales relativamente estticos
de otrora, sufren en la actualidad una alteracin profunda
por desplazamientos en algunos parmetros, como la cultu-
ra y la economa.
En segundo lugar, un sistema permanecera intacto si pu-
diera protegerse a s mismo de todo trastorno de su ambien-
te y tamb in de las presiones sobre sus estructuras y procesos
generados dentro de l. O bien las pautas de conducta que
lo constituyen tendran que ser inmodificables, o bien, lo
que es igual, los miembros del sistema deberan estar en
condiciones de evitar los efectos del cambio.
Es verdad que hasta cierto punto todo sistema es capaz de
2
Vase
Human. Organization,
16, 1957, nmero especial dedicado
il problema de la "Adaptacin humana frente a la catstrofe",
con extensa bibliografa.
1 2 0
1 2 1
aislarse, por lo menos en parte, de las perturbaciones exta-
societales e intrasocietales del ambiente; no obstante, ni.-
Unidos
ha permanecido inalterable durante muchos aos,
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guno lo logr en forma permanente ni completa. Durara
lapsos limitados, esto se intent con xito vario y con respect: ;
a determinados parmetros. Suiza evit verse envuelta ea
conflictos militares y alianzas polticas internacionales d.).
rante siglos, con pocas excepciones (los perodos de la Re'.
volucin Francesa y de la Sociedad de las Naciones). El
Japn soslay el contacto con Occidente, y en consecuec
cia, los efectos de la revolucin industrial, a lo largo de do
centurias.
Los sistemas lograron ponerse a cubierto de cambios pro-
cedentes no solo de fuerzas extrasocietales sino tambin d e
algunos parmetros intrasocietales. En los ltimos veinx
aos, la gran amplitud de fluctuaciones en el ciclo comercial
con las repercusiones polticas consiguientes, se redujo gra-
cias a algunas medidas de xito pasajero, por lo menos c a
las sociedades occidentales industrializadas.
Sin embargo, es evidente que si un sistema poltico puede
levantar eficaces murallas a su alrededor, esa proteccida
solo rige para perodos breves o con respecto a aspectos
restringidos de los trastornos externos. Ningn sistema se
sustrae a todas las devastaciones originadas por los cam-
bios internos o externos. Difcilmente cabra
interpretar
persistencia de un sistema como una inmutabilidad abete
luta. No hay duda de que a la larga aparecen diferencio
importantes en lo que se podra calificar de sistemas peas
ticos permanentes.
Persistencia con cambio y a travs del cambio
Este enfoque introduce un elemento paradjico. Persiste:.
cia no es lo mismo que estado perfectamente esttico: :u
es incompatible con el cambio. En la mayor parte de a
casos, incluso en los que tienen lugar en plazos no m's
largos, un sistema debe poder cambiar o adaptarse a c.r-
cunstancias fluctuantes para persistir. No cabe contar col
que soslaye todas las perturbaciones.
Ni siquiera un sistema tan estable como el de los
F s t a . ; r : i
un sin tomar en cuenta las enmiendas formales a la Cons-
titucin. El sistema federal sufri transformaciones radicales
en la dcada de 1930, durante la presidencia de Roosevelt,
debido a los cambios introducidos en los usos y a decisio-
nes de la Corte Suprema. Es obvio, empero, que durante
varios aos subsisti en el pas un sistema poltico. Anlo-
Lamente, aunque el orden imperial alemn sucumbi a
a
Repblica de Weimar, que a su vez fue suplantada por
e l
rgimen nazi y ste por un nuevo orden despus de la
rgunda guerra mundial, es innegable que persisti alguna
forma de sistema poltico. El cambio es a todas luces com-
patible con la continuidad. Parece posible y necesario decir
que un sistema dura si, al mismo tiempo, sufre alteraciones
sustanciales y significativas.
Veamos otro ejemplo: el sistema poltico britnico no per-
maneci estancado durante siglos, sino que sobrellev di-
versas y radicales modificaciones. Pero a pesar de todo,
conserv su identidad bsica a travs del tiempo. La comu-
aidad poltica inglesa primitiva (ncleo permanente a lo
largo de los siglos) ampli su extensin geogrfica con la
incorporacin de Escocia e Irlanda del Norte, hasta abar-
car la totalidad de un imperio actualmente menguado.
Tampoco se mantuvieron constantes e intactas las carac-
eristicas de su rgimen de gobierno. Fluctu desde un con-
unto de sistemas polticos diversos en la poca de los
guerreros anglosajones rivales, hasta el comienzo de la cen-
tralizacin con los Tudor. Ms tarde, aparecieron una dic-
tadura semipopular (Cromwell) , un orden poltico monr-
quico constitucional parcialmente representativo (siglos
y
xix) y una democracia popular en expansin (fines
del siglo xix y el siglo xx) . En este proceso se fue confi-
purando el sistema de gobierno de gabinete con partidos
responsables y una prerrogativa real poco menos que en
completa decadencia.
Es evidente que sufri transformaciones fundamentales la
forma primitiva del sistema poltico britnico (como quie-
ra que la denominemos) con respecto a la cual el sistema
poltico actual puede presentar una conexin material e
histrica. Ciertamente exageraramos si sostuviramos que
1 2 2
1 2 3
el actual sistema representa una continuacin de la miar
Si consideramos sus autoridades, pueden variar con mucha
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lnea de sistemas polticos celtas originales o de los at
menos numerosos sistemas polticos anglosajones. No oto-
tante, es perfectamente sensato y til interpretar la r
poltica inglesa como la persistencia de un modo de
e s t s
blecer asignaciones autoritarias de valores.
La continuidad se pone de manifiesto en dos sentidos. Ea
primer lugar, los miem bros actuales del sistema polt ico bel-
tnico creen en su identidad histrica con los sistemas pa
lticos anteriores, creencia muy firme que puede impulsarle
incluso a la accin. Este elemento ideolgico tradiciou
contribuye a mantener un sentimiento de identificacin m-
tua , com ponente a su vez del insumo del apoyo a un sistema
poltico.
En el segundo sentido, hay una continuidad material t
nuina con respecto a una comunidad poltica cuyos miem-
bros han cambiado. En cada momento histrico mal
sealar las transformaciones o alteraciones, en el sistema
entonces existente, que permitieron continuar con la pa=
de relaciones mediante las cuales fue posible tomar y hace
cumplir decisiones obligatorias. En este nivel general, pera
sinti en fa sociedad britnica alguna especie de sistema
ps
ltico, aunque esa sociedad misma cambiara de carcter t
extensin. A lo largo de las edades se mantuvieron de alrsn
modo los procesos vitales de un sistema poltico; siernprt
hubo una serie de instituciones y usos que permitieron as>
plir las funciones polticas bsicas.
Este ejemplo podra aplicarse a cualquier otro sistema ps
ltico actual, en la medida en que se haya adaptado de
i
guna manera a travs del tiempo y se pueda observar tal
cierta conexin histrica con sistem as polt icos preexistente
En este sentido, es mucho ms plausible afirmar que tia
sistema puede perdurar aun sufriendo en algunos de sus
aspectos cambios sustanciales y significativos.
La persistencia y el nivel del anlisis
Nuestra tesis es que la persistencia o no-persistencia de
a lz
sistema poltico depender del plano en que lo examine
frecuencia; igualmente pueden variar su rgimen de go-
hierno o la extensin de su comunidad. Si pasamos ms
a l l
de esto, al nivel ms general de un sistema, es decir
aquel en que solo nos interesara la existencia de medios
para establecer asignaciones autoritarias lo que podemos
llamar procesos vitales fundamentales de un sistema pol-
tico-- la persistencia frente al cambio en otros niveles es
perfectamente plausible
Ea cuanto al modo de anlisis que estamos elaborando, el
nivel crtico adonde se dirige nuestra investigacin no es el
le la forma o tipo particular de sistema. No nos interesa
aber qu tensiones se ejercen sobre un tipo dado de sistema
poltico (una democracia o un rgimen totalitario) o cmo
gran
esos sistemas sobrevivir o transformarse en algo di-
rrente. Esta cuestin, por crtica y urgente que sea con
aspecto a la orientacin poltica actual de un sistema o a
lu necesidades inmediatas, resulta secundaria para analizar
estemas.
El problema nmero uno se refiere al modo como estn
ihaguardadas en una sociedad las funciones fundamenta-
:es necesarias para que los sistemas subsistan, y que se ex-
presan por medio de tipos especficos de procesos y estruc-
turas. Conocidos los diversos tipos de tensiones que podran
aber obstaculizado la persistencia de cualquier sistema po-
co, debemos averiguar cmo las manejaron sus miembros
de modo de asegurar alguna clase de proceso autoritario
la asignacin de valores.
asistencia y cambio
persistencia o supervivencia en virtud del cambio no es,
, tan enigmtica como podra parecer a primera vista.
edo lo que queremos decir con ello es que para que pueda
urar en una sociedad cualquiera un sistema que cum-
la funcin poltica bsica de adopcin y ejecucin de
aciones obligatorias es preciso que los miembros estn
arados para enfrentar las perturbaciones que llevan a
tensin cualquiera sea su origen. En caso necesario, hasta
124
se pueden ver obligados a modificar el sistema en alzas
ros ante situaciones nuevas, y sus aptitudes. La autorre-
pilacin de un sistema poltico por parte de los miembros,
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de sus principales aspectos. La nica excepcin tiene
f l X
cuando los cam bios intrasocietales o extrasocietales no pm .
ducen efecto en el sistema; tal lo que sucede cuando la
miembros intentan provocar esta situacin aislando el si.
tema de posibles perturbaciones. De lo contrario, los mies.
bros podran tener que ceder parte de su condicin de ta.
por ejemplo en una conquista militar en que los trmica
de la rendicin exigieran la cesin de territorio. Si surgieras.
diferencias internas profundas acerca de los objetivos per
los que deben luchar los miembros del sistema, ya sea a
forma colectiva o por medio de la estructura de la orp.
nizacin apropiada para ello, quiz sean llevados a refor-
mar el rgimen de gobierno. Otra solucin sera que mod-
ficaran, no sus objetivos a largo plazo (que yo incluida
dentro del rgimen) sino sus polticas de ms corto plus:.
mediante la aceptacin de grupos variables de autoridades
polticas, como ocurre en las democracias.
Esto significa que la supervivencia de algunos de los media
de tratar en una sociedad las diferencias no resueltas de
otro modo, exigir a veces alterar en alguno de sus aspecta
importantes (o en su totalidad, segn las circunstancias
un sistema polt ico. Los miembros deben ser capaces de rr.c
dificar el mbito, estructura y procesos, objetivos, o regL
de conducta del sistema, y hasta su propia condicin e
miembros; o bien deben poder manejar su ambiente de
modo que se alivie la tensin. Solo cuando de algn mcr:
pudieran soslayar totalmente los efectos de un cambio am-
biental o cuando ese cambio fuera desdeable, cabra e.-
perar que el sistema persistiera aun sin estar dotado de eia
capacidad de adaptarse por autotransformacin o por ma-
nipulacin del ambiente. Por otra parte, la persistencia de
pautas de interaccin capaces de atender las funciones
lticas fundamentales, requiere que los miembros que se de-
dican a esta actividad puedan adoptar, corregir, reajusta:
controlar o modificar el sistema o sus parmetros para ec-
frentar los problemas que crea la tensin interna o exterr.ai
Podemos contar con que para este fin se dispondr de me-
dios variables, limitados n icamente po r las restricciones q..e
impo nen los recursos, las tradiciones, el ingenio de sus m ies
un al punto de la autotransformacin de estructura y ob-
ytivos, representa una capacidad crtica que todos los sis-
rmas sociales deben poseer
3
. Sin ella, el sistema poltico
luedara a la deriva, desamparado frente a las tormentas
Id
cambio.
Persistencia
versus automantenintiento
El hecho de que en la idea de persistencia pueda estar in-
cluida la de cambio, vuelve indispensable diferenciar este
concepto del de mantenimiento de sistemas. Mi anlisis no
est encaminado a investigar de manera exclusiva o primor-
dial este problema. Una cosa es preguntar por las condi-
dones mediante las cuales un sistema es capaz de mante-
nerse, y otra totalmente diferente tratar de averiguar las
condiciones de la persistencia.
El mantenimiento se pondera con la idea de salvar la pauta
de relaciones existentes, y dirige la atencin hacia su con-
servacin. La persistencia revela la importancia de conside-
rar, no cualquier estructura o pauta particular, sino los
:rocesos vitales mismos de un sistema. En este sentido, un
sistema puede persistir aunque cambie continua y radical-
mente todo lo asociado a l. La nocin de persistencia va
mucho ms all de la de mantenimiento; se orienta a in-
4estigar tanto el cambio como la estabilidad, pues ambos
se pueden interpretar como soluciones alternativas para en-
frentar la tensin.
Si lo deseramos, podramos aplicar el concepto "manteni-
m iento" a los procesos vitales mismo s; esto no causara darlo
terico alguno, siempre que le atribuyramos el significado
debido. Pero el imperativo de distinguir claramente entre el
mantenimiento de una clase determinada de sistema, o con-
;unto de estructura y procesos polticos, y la perpetuacin de
i c e
funciones bsicas de la vida poltica lo que ms ade-
ante describir como las variables esenciales de un sistema
poltico nos obliga a adoptar otro concepto. El de man-
1 Deutsch,
The Nerves of Government,
caps. 11-13.
1 2 6
1 2 7
tenimiento est demasiado cargado con la idea de estabi .-
Elite movilice recursos humanos y materiales y los destine a
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dad, y tal como se lo emplea normalmente es ajeno pcc
completo a la idea de cambio. El anlisis sistmico busca.
pues, una teora que explique la capacidad de un sistema
para persistir, no para mantenerse en el sentido en que
esto se suele entender. Busca una teora de la persistencia.
no del automantenimiento o equilibrio.
El apartamiento del anlisis del mantenimiento sistmico
como tema central, se advierte tambin en otro aspecto
Aunque se reconoce que los miembros de sistemas polticos
pueden enfrentar la tensin y el cambio, esto no significa
que todos los sistemas se tengan que comportar adaptad
vamente, o que lo logren con el mismo xito. Para esta
clase de anlisis no es necesario que haya una tendencia
eufuncional 4
o de satisfaccin del mantenimiento. Es posi-
ble que algunos sistemas solo sean capaces de enfrentar re-
laciones internas relativamente armnicas y relaciones ex-
ternas constantes. Tal lo que ocurri, al parecer, con lo
indios norteamericanos Fox, que destacaban el papel de la
armona por oposicin a la eficiencia y el xito
5
;
unque
hubieran .conservado su independencia, habran tropezado
con dificultades para enfrentar a la cultura europea.
Otros estarn mejor dotados quiz para ocuparse del cam-
bio. Los sistemas polticos estructuralmente muy diferencia-
dos, por ejemplo, poseen rganos especializados de adapta-
cin en forma de lites polticas bien definidas, cuyos me-
dios de vida estn asegurados mediante bienes patrimonia-
les o prebendas, o mediante los impuestos, de modo que
se pueden dedicar exclusivamente a las tareas polticas.
prestando al sistema la atencin que necesite. Cuando se
cuenta con que haya cambio pero ste es, no obstante, ea
esencia imprescindible, como en las sociedades moderniza-
das, dicha especializacin de la atencin resulta crucial. Lis
tradiciones ya no sirven de gua para saber cmo enfrentar
situaciones cambiantes. Otras estructuras polticas difere^-
ciadas, por ejemplo los partidos polticos, proporcionan a'-
gunos instrumentos para la accin eficaz. Permiten que
4 Sobre este trmino vase Levy, (h.),
Structure of Society,
pl
77.
5
W. B. Miller, "Two Concepts of Authority", en
A merican
da
thropologist,
57, 1955, pgs. 271-89.
1 2 8
los fines que exigen las nuevas circunstancias. Personal ad-
ministrativo especializado y otros expedientes semejantes
ayudan a alcanzar los mismos objetivos .
6
.Medios variables hacia la persistencia
Esto no significa que las transformaciones reales que se pro-
ducen sean forzosamente las nicas que permitiran la per-
duracin de un sistema. Siempre quedarn los grandes
"si..." de la historia. Aun cuando el sistema poltico ale-
mn pas de la Repblica de Weimar a un rgimen tota-
1
Etario y de este modo se adapt a las tensiones resultantes
de la derrota en la primera guerra mundial y a la inflacin
subsiguiente, exista un gran nmero de alternativas. Se
dispone de polticas, estructuras o innovaciones variables,
igualmente capaces de lograr la persistencia de
alguna
pau-
ta de asignaciones autoritarias. La senda particular que se
decida seguir es funcin de algo ms que la capacidad de
los miembros para enfrentar el cambio. Mi enfoque del an-
lisis de sistemas polticos no nos ayudar a entender por
qu los miembros polticamente relevantes de un sistema
adoptan determinadas polticas. Por otra parte, la capaci-
dad de adaptarse no impone que un modo especfico de
hacerlo sea moralmente mejor o peor que cualquier otro,
aunque en esas circunstancias alguien demostrara que es
condicin necesaria y, por consiguiente, inevitable para la
persistencia.
Por el contrario, con respecto a cualquier accin que se pue-
da adoptar, el anlisis sistmico est destinado a escla-
recer las consecuencias correspondientes a la supervivencia
continuada de
alguna
forma de vida poltica. En este sen-
tido, operamos en el nivel ms elemental de anlisis. Nues-
tra intencin es comprender cmo es posible que se cumpla
la funcin poltica bsica de una sociedad su asignacin
D. Apter, "Modernization in Ghana and Uganda", manuscrito,
in
fecha; vase adems
The Political Kingdom in Uganda,
Prin-
crton, Nueva Jersey, Princeton University Press, 1961, caps. 14
y
sigs.
1 2 9
autoritaria de valores independientemente del lugar y
a
partir de un estado anterior que era en alguna forma fa-
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poca en que ello suceda.
Tensin sobre un sistema
Captaremos mejor el significado de la persistencia
y
c ;s
repercusiones para nuestro anlisis si consideramos lo (p.c.
est implcito en la idea de tensin, las circunstancias 92
ponen a prueba la capacidad de un sistema para subsistir.
He sugerido que la accin de tensiones y la incapacidad.
para enfrentarlas lleva a un colapso del sistema. Este podz
perpetuarse en caso de que sus miembros enfrenten adecua-
damente la tensin. Si entendemos las condiciones generar
les que origina la tensin, o lo que podramos calificar
estado tensivo podremos averiguar todas las implicaciones
de la persistencia como concepto central del anlisis ss
tmico. 7
La perturbacin como causa de tensin
Cmo sabemos que un sistema est funcionando bajo ter-
sin? Para contestar esta pregunta se necesitan dos obser-
vaciones previas. En primer lugar, es posible que haya ha-
bido tensin, y en tal caso no sera difcil documentara
Pero el estado tensivo que ms nos interesa es el de
t i p a
potencial, -el que constituye una amenaza para el sistema
pone en peligro su capacidad de sobrevivir, aunque no
destruya forzosamente. Dicho estado ofrece a los miembros
la oportunidad de regular o eliminar las circunstancias qx
provocan la tensin o de poner al sistema a cubierto e
ellas. Que eI estado potencial se concrete o no en perjuico
del sistema, depender de la capacidad de los miembros
para enfrentar tales circunstancias.
En segundo lugar, la tensin puede significar un can..u.
7 En este volumen, el estudio de la tensin se limitar a ta
condiciones que la definen. No se investigarn las circunstanciar
especiales que la fomentan.
orable a la persistencia. Esto no se debe entender, sin em-
bargo, en el sentido de que todo cambio interno o ambien-
tal est de suyo cargado de tensin. Desde el punto de vista
de las probabilidades de supervivencia de un sistema, los
cambios pueden ser insignificantes, o llegar a ser muy be-
nficos o perjudiciales, pasando por todos los casos inter-
medios.
Para identificar los hechos o sucesos de un sistema o su
ambiente que es de esperar que produzcan, o han produci-
do, un cambio en su funcionamiento, podemos reservar el
concepto de
perturbacin.
Con l haremos referencia a
todas las actividades del ambiente o del interior del sistema
que cabe esperar que desplacen a un sistema de su pauta
actual de funcionamiento (o que lo desplazan efectivamen-
te), prescindiendo de si tal desplazamiento es o no tensivo
para aqul.
Las perturbaciones variarn enormemente en nmero y
diversidad. Tambin variarn sus consecuencias; por consi-
guiente, se pueden clasificar como neutrales, benignas o ten-
iras segn el grado en que afecten las oportunidades de
subsistencia de alguna clase de sistema poltico, o de todos
ellos. En ciertos casos, habr una actividad que no afecta
en lo ms mnimo el funcionamiento de un sistema poltico,
o
cuyos efectos son tan leves que se pueden desdear. En
otros, la perturbacin ser de tal ndole que aumentar las
perspectivas de que el sistema sobreviva de alguna manera.
El descubrimiento d e nuevos recursos m ateriales en el sector
econmico de la sociedad o el invento de tcnicas que me-
oren sensiblemente el nivel general de vida, pueden con-
tribuir de tal modo a la satisfaccin que se experimente con
ttspecto al sistema, que se fortalezca la adhesin a l. Aqu
nos ocuparemos sobre todo de las perturbaciones que ame-
aazan con impedir que un sistema funcione, y que pueden
calificarse de ten sivas.
Amenaza o peligro son las palabras claves. Si se deja que
uta perturbacin siga su marcha, puede llevar a la destruc-
dn total del sistema y hasta impedir que resurja en cual-
quier otra forma. Pero si un sistema sobrevive, es necesario
que haya podido frustrar
ipso facto
esa tendencia. La
per-
13 0
1 3 1
turbacin, entonces, es ms bien una amenaza que un he-
como la Unin Sovitica? Acaso la incorporacin de una
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cho consumado; impuso una tensin al sistema sin destruir-
lo. La mayor parte de los tipos de tensin que analizaremos
son de esta clase.
La
tensin como variacin del margen
normal de funcionamiento
En principio hay que reconocer que la identificacin precisa
de un estado tensivo suscita problemas importantes, insolu-
bles algunos, teniendo en cuenta nuestro nivel de compren-
sin actual y los datos de que disponemos sobre la vida
poltica. Puesto que la misin de una teora es ensanchar
las fronteras del cono cimiento y n o sim plemente codif icar la
que ya conocemos, este inconveniente por s solo no nos La
de disuadir.
Podemos apreciar la utilidad del concepto de tensin si es-
tamos dispuestos a reconocer que posee, al menos, buen
sentido desde el punto de vista intuitivo. Este punto r
partida es' suficiente, si no necesario siempre, para asignar
un significado ms tcnico a un trmino. De modo cazo
pero significativo tendemos a hablar de sistemas poltico
sujetos a tensin; en estos casos pensamos en situaciones
que pueden
.
llevar a la destruccin y transformacin
un sistema. Se ha escrito mucho sobre la democracia en
crisis, las estructuras polticas propias de la poca de la
carreta en la edad de los jets, la incapacidad de los sistema
polticos tribales para oponerse al impacto de las culturas
colonizadoras, los peligros inherentes a las divisiones propaa
de las sociedades pluralistas en una democracia, o las ame-
nazas que se ciernen sobre los sistemas autoritarios y tota-
litarios por las desavenencias de sus lites.
Al
caracterizar los sistemas de este modo, parece que,
del-
beradamen te
o no, consideram os que en los tipos especficas
de sistema
en estudio ha sido desplazada alguna pauta
no-
mal
de
funcionamiento. Pero si se nos pide que indique=
concretamente el nivel normal de funcionamiento as me.
dificado, puede resultarnos difcil sealar una medida que
goce de
aceptacin general. Por ejemplo, cul es el
m a r -
gen normal
de funcionamiento de un sistema totalitaria
pauta ordenada y pacfica de sucesin de lderes creara en
el sistema tensin suficiente para impulsarlo ms all de
su margen normal, de modo que ya no se lo pudiera consi-
derar totalitario? Desapareci el sistema democrtico fran-
cs bajo la tensin del rgimen de De Gaulle, o bien sigue
funcionando dentro de lo que podramos considerar el mar-
gen normal de una democracia?
La idea de una tensin que impulse a un sistema ms all
de su margen normal de funcionamiento, es aplicable al
menos a determinados tipos de sistema; sin duda, est im-
plcita en gran parte del anlisis tradicional al respecto.
En teora, la identificacin de un punto de tensin es rela-
tivamente fcil para ciertas clases de sistema. En cualquier
momento en que una perturbacin lleva a modificar las
caractersticas esenciales de un sistema las que mejor de-
finen su modo caracterstico de funcionamiento cabe de-
cir que el sistema fue puesto en tensin y sucumbi a ella;
empricamente tal vez resulte ms difcil establecer cundo
se ha alcanzado ese punto. Aun en este caso, los contrastes
principales resultan claros; lo nico que contina ambiguo
son los umbrales. Si Espaa permitiera elecciones populares
libres y hubiera en el pas libertad de expresin y asociacin
segn el modelo occidental, o si el rgimen francs restau-
rara el rol menos dominante del presidente, pasando los
partidos a tener uno ms destacado, no hay duda de que
estos sistemas caeran bajo lo que consideraramos explci-
tamente, margen normal de variacin de un sistema de-
mocrtico.
Variables esenciales corno indicadores de tensin
Si, por el momento, seguimos utilizando ciertas clases de
sistemas como punto de partida, es evidente que al descri-
birlos funcionando dentro de un margen normal, ms all
del cual ppdran sufrir los efectos de una tensin, est la-
tente la idea de que hay ciertas
variables esenciales
8des-
Hemos tomado este concepto de W. R. Ashby,
An Introduction
te Cybernetics
Nueva York, John Wiley & Sons, Inc., 1956, pg.
197, introducindole algunos cambios.
1 3 2
1 3 3
plazadas de este modo ms all de su margen normal. Pan
.racionen dentro de cierto margen normal o crtico, se po-
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las democracias, se las puede concebir como un grado rn,
gamente definido de libertad de expresin y asociacin r t
participacin popular, el poder en manos de una lite
?a `
tema totalitario, un grado mnimo de eliminacin de
participacin popular, el poder en manos de una lite pt.
ltica, la coercin del individuo y una libertad de expi>Mt
y asociacin controladas y muy restringidas. Pero nuestra
criterios de clasificacin de sistem as polticos son suficiente
mente imprecisos para dejar amplio margen a la discusihm
sobre las variables esenciales que ayudan a distinguir
a m
tipo de sistema de otro.
Prescindiendo de los problem as tericos de clasificacin osa
que tropieza cualquier esfuerzo por develar tales variable,.
partimos del supuesto de que se pueden identificar dos as-
pectos diferentes de un sistema. Uno se refiere a los rastras
que permiten a un sistema funcionar de modo caractersrc&
y que, en consecuencia, lo distinguen fundamentalmente t
otros sistemas. Clasificando los sistemas en democrtiosk
autoritarios, totalitarios, tradicionales o modernizantes,
atrs
buimos .a cada clase de sistema modos caractersticos
i r
funcionamiento; la diferencia entre uno y otro puede pee
suntamente especificarse mediante los tipos de relaciones a
pautas de interaccin que juzguemos como propiedades as-
trales del sistema. Cabe llamar variables esenciales a esos
diferencias, cualquiera sea su carcter.
En la mayora de los sistemas, ste conserva sus propiedades
caractersticas (de sistema democrtico o totalitario, pee
ejemplo) siempre que las variables esenciales se manten-
gan dentro de un cierto margen, al que he llamado mares
normal. Una vez ms, tal vez resulte difcil discernir
e s a r
pricamente cundo el sistema se acerca al punto crcar
ms all del cual se transforma en un sistema diferer. .
Para algunos observadores la Francia de De Gaulle E
sobrepasado los lmites crticos de una democracia; pero lis
opiniones sobre este lmite pueden diferir, al menos desdir
el punto de vista emprico.
En teora, es obvio que las variables esenciales no han de
estar presentes o ausentes en forma total, sino que de ce-
dinario lo estarn en mayor o menor grado. Solo cnar.;,r
fr i
decir que el sistema se amolda a los criterios propios de
sn tipo determinado. Por ejemplo, si se quiere calificar a
m sistema de democrtico, tal vez no baste la existencia de
bertad de palabra o de una participacin popular en es-
ala
reducida. La cantidad es un factor crtico. Pocos sis-
s eliminan toda libertad, y ciertas formas de partici-
n popular resultan casi imperativas en las modernas
'edades de masas.
persistencia de un tipo determinado de sistema poltico
uiere algo ms que la presencia de variables esenciales.
necesario que stas operen por encima de cierto nivel.
o
de otro modo: existe un margen crtico, y si hay per-
aciones que desplacen al sistema ms all de l, cam-
de carcter en su totalidad.
o
corolario, los sistemas presentan un segundo aspecto
puede cambiar sin que se altere el modo caracterstico
funcionamiento de aqullos. Constar de los rasgos no
ciales del sistema. Por ejemplo, a la luz de mi clasifi-
'n habitual, los Estados Unidos seguiran funcionando
o
una democracia tpica pese a los muchos cambios que
sucedieron en su estructura polt ica en los ltimo s cincuen-
ta aos. Es posible que en un tipo de sistema poltico se in-
troduzca gran cantidad de modificaciones sin que esto lleve
t la transformacin del tipo.
Tal vez un ejemplo tomado de la biologa sirva para aclarar
diferencia entre las variables esenciales y las rlo esencia-
^is
Si nos fijamos en el organismo humano (y esperamos
poder hacerlo sin que se nos acuse de
i stema
poltico en la mayora de sus aspectos a este sistea biol-
gico), vemos que se pueden producir cambios en ciertas
ariables internas del sistema orgnico sin que se destruya
d
modo de funcionamiento del cuerp en su conjunte. La
prdida de un ojo, una pierna o cualquier otrd rgano que
t presente de a pares, reducir tal vez la flexibilidad con
Tse el organismo enfrenta eventuales 'perturbaciones, pero
so deteriora forzosamente el modo tpico de fLtncionami$n-
a Cabe resumir esta situacin diciendo qui.la v
ariabls
xnciales del sistema orgnico se han mantenido 4, dentro
ir su margen normal. Si la presin de la sangre "vara risas
134
all de cierto nivel o el contenido de azcar de la sangre
dism inuye por debajo de cierto punto, las consecuencias po-
mpedir