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12 de junio, 2011 – Pentecostés 12 de junio, 2011 – Pentecostés Copyright © 2011 e Episcopal Church www.episcopalchurch.org Copyright © 2011 e Episcopal Church www.episcopalchurch.org Pentecostés cae siete semanas o cincuenta días, después de la Semana San- ta, la palabra griega Pentēkostē significa literalmente “el quincuagésimo día”. En el Antiguo Testamento, “Pentecostés” se refiere a la Fiesta de las Sema- nas, un acontecimiento agrícola de siete semanas que se centró en la recolec- ción de los primeros frutos. Y Josefo, un historiador judío del primer siglo, se refirió a “Pentecostés”, como el quincuagésimo día después del primer día de la Pascua. En el Nuevo Testamento, “Pentecostés” se refiere a la venida del Espíritu poco después de la muerte, resur- rección y ascensión de Jesús: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos. De repente vino del cielo un ruido, como de vien- to huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban. Aparecieron lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el Espíritu les permitía expresarse. Residían enton- ces en Jerusalén judíos piad- osos, venidos de todos los países del mundo. Al oírse el ruido, se reunió una multitud, y estaban asombrados porque cada uno oía a los apóstoles hablando en su propio idioma”. (Biblia del Peregrino: Hechos, 2, 1-6). Pentecostés cae siete semanas o cincuenta días, después de la Semana San- ta, la palabra griega Pentēkostē significa literalmente “el quincuagésimo día”. En el Antiguo Testamento, “Pentecostés” se refiere a la Fiesta de las Sema- nas, un acontecimiento agrícola de siete semanas que se centró en la recolec- ción de los primeros frutos. Y Josefo, un historiador judío del primer siglo, se refirió a “Pentecostés”, como el quincuagésimo día después del primer día de la Pascua. En el Nuevo Testamento, “Pentecostés” se refiere a la venida del Espíritu poco después de la muerte, resur- rección y ascensión de Jesús: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos. De repente vino del cielo un ruido, como de vien- to huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban. Aparecieron lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el Espíritu les permitía expresarse. Residían enton- ces en Jerusalén judíos piad- osos, venidos de todos los países del mundo. Al oírse el ruido, se reunió una multitud, y estaban asombrados porque cada uno oía a los apóstoles hablando en su propio idioma”. (Biblia del Peregrino: Hechos, 2, 1-6). cc foto por Bill McChesney cc foto por Bill McChesney

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12 de junio, 2011 – Pentecostés 12 de junio, 2011 – Pentecostés

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Pentecostés cae siete semanas o cincuenta días, después de la Semana San-ta, la palabra griega Pentēkostē significa literalmente “el quincuagésimo día”.

En el Antiguo Testamento, “Pentecostés” se refiere a la Fiesta de las Sema-nas, un acontecimiento agrícola de siete semanas que se centró en la recolec-ción de los primeros frutos. Y Josefo, un historiador judío del primer siglo, se refirió a “Pentecostés”, como el quincuagésimo día después del primer día de la Pascua.

En el Nuevo Testamento, “Pentecostés” se refiere a la venida del Espíritu poco después de la muerte, resur-rección y ascensión de Jesús:

“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos. De repente vino del cielo un ruido, como de vien-to huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban. Aparecieron lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el Espíritu les permitía expresarse. Residían enton-ces en Jerusalén judíos piad-osos, venidos de todos los países del mundo. Al oírse el ruido, se reunió una multitud, y estaban asombrados porque cada uno oía a los apóstoles hablando en su propio idioma”. (Biblia del Peregrino: Hechos, 2, 1-6).

Pentecostés cae siete semanas o cincuenta días, después de la Semana San-ta, la palabra griega Pentēkostē significa literalmente “el quincuagésimo día”.

En el Antiguo Testamento, “Pentecostés” se refiere a la Fiesta de las Sema-nas, un acontecimiento agrícola de siete semanas que se centró en la recolec-ción de los primeros frutos. Y Josefo, un historiador judío del primer siglo, se refirió a “Pentecostés”, como el quincuagésimo día después del primer día de la Pascua.

En el Nuevo Testamento, “Pentecostés” se refiere a la venida del Espíritu poco después de la muerte, resur-rección y ascensión de Jesús:

“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos. De repente vino del cielo un ruido, como de vien-to huracanado, que llenó toda la casa donde se alojaban. Aparecieron lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, según el Espíritu les permitía expresarse. Residían enton-ces en Jerusalén judíos piad-osos, venidos de todos los países del mundo. Al oírse el ruido, se reunió una multitud, y estaban asombrados porque cada uno oía a los apóstoles hablando en su propio idioma”. (Biblia del Peregrino: Hechos, 2, 1-6).

cc foto por Bill McChesney cc foto por Bill McChesney

Los cristianos llegaron a entender el significado de Pentecostés en té-rminos del don del Espíritu, y el acontecimiento de Pentecostés como el cumplimiento de la promesa de Jesús de la venida del Espíritu Santo.

El hablar en lenguas, una manifestación de recibir el Espíritu, es inter-pretado por algunos como símbolo de la misión mundial de la iglesia, y se cree que Pentecostés es el origen del envío de la iglesia hacia el mundo.

La celebración de Pentecostés hace hincapié en que la iglesia es el cuerpo de Cristo, unido y vivificado por el Espíritu Santo.

El Libro de Oración Común indica que el día de Pentecostés es una de las fiestas en las que es “especialmente apropiado” celebrar el bautismo (Libro de Oración Común, p. 233). Debido a esto, Pentecostés, también se ha cono-cido como “Whitsun” o “Domingo Whit” (“Domingo blanco”), un término que se utiliza para reflejar la costumbre de que aquellos que fueron bautiza-dos en la Vigilia de Pentecostés debían ir a la iglesia el día de Pentecostés, vestidos con su ropa blanca bautismal.

– Tomado de Un Diccionario Episcopal de la Iglesia: Una referencia fácil de usar para los episcopales, Don S. Armentrout y Robert Boak Slocum, editores. (Church Publishing Incorporated, 2000), todos los derechos reservados.

Los cristianos llegaron a entender el significado de Pentecostés en té-rminos del don del Espíritu, y el acontecimiento de Pentecostés como el cumplimiento de la promesa de Jesús de la venida del Espíritu Santo.

El hablar en lenguas, una manifestación de recibir el Espíritu, es inter-pretado por algunos como símbolo de la misión mundial de la iglesia, y se cree que Pentecostés es el origen del envío de la iglesia hacia el mundo.

La celebración de Pentecostés hace hincapié en que la iglesia es el cuerpo de Cristo, unido y vivificado por el Espíritu Santo.

El Libro de Oración Común indica que el día de Pentecostés es una de las fiestas en las que es “especialmente apropiado” celebrar el bautismo (Libro de Oración Común, p. 233). Debido a esto, Pentecostés, también se ha cono-cido como “Whitsun” o “Domingo Whit” (“Domingo blanco”), un término que se utiliza para reflejar la costumbre de que aquellos que fueron bautiza-dos en la Vigilia de Pentecostés debían ir a la iglesia el día de Pentecostés, vestidos con su ropa blanca bautismal.

– Tomado de Un Diccionario Episcopal de la Iglesia: Una referencia fácil de usar para los episcopales, Don S. Armentrout y Robert Boak Slocum, editores. (Church Publishing Incorporated, 2000), todos los derechos reservados.

Duccio di Buoninsegna, 1308 Duccio di Buoninsegna, 1308