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UNIVERSIDAD PERUANA DE INTEGRACIÓN GLOBAL
RESOLUCIÓN N° 099 – 2007 – CONAFU
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
“OPINIÓN PÚBLICA Y LA PARTICIPACION POLITICA EN
EL PERU”
CHUQUICAJA ANCHELIA, ROSALIND VICTORIA
GALVAN VEINTEMILLA, JOSE
MURGA GIL, LILY MELCHORA
TAYPE LAZARO, ANGUIE YELITZA
SOCIOLOGIA
CICLO I
2012
MAGISTER PEÑA LABRÍN, DANIEL ERNESTO
AV. CIRCUNVALACIÓN N° 653-URB. SAN IGNACIO DE MONTERRICO
AGOSTO DEL 2012
DEDICATORIA
A nuestros maestros:
Gracias por su tiempo, por su apoyo así como por la sabiduría que nos transmiten en el desarrollo de nuestra formación profesional, en especial: al Mag. Peña Labrín Daniel, por guiarnos en el desarrollo de este trabajo y llegar a la culminación exitosa del mismo.
2
INDICE
1.- INTRODUCCIÓN
2.- TÍTULO DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
3.- PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
4.- MARCO DE REFERENCIA DE LA INVESTIGACIÓN
4.1 MARCO TEÓRICO
4.1.1 ORIGEN Y NACIMIENTO DE LA OPINIÓN PÚBLICA.
4.1.1.1 Origen de la Idea
4.1.1.2 Concepciones iniciales de Opinión
4.1.1.3 Concepciones iniciales de Público
4.1.2 APORTES MULTIDISCIPLINARIO DE LA OPINIÓN PÚBLICA
4.1.2.1 Aportes de las Ciencias Jurídicas Políticas
4.1.2.2 Aportes de la Psicología Política
4.1.2.3. Aportes de la Sociología
4.1.2.4. Aportes de la Sociología del conocimiento
4.1.3 CONCEPTUALIZACIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA
4.1.3.1 Conceptualización de lo Público
4.1.3.2 Conceptualización de las Opiniones
4.1.4 OPINIÓN PÚBLICA EN EL PERU
4.1.4.1 El primer medio siglo
4.1.4.2 Militares, Expropiación y la OCI
4.1.4.3 Democracia e inflación
4.1.4.4 Entre el autoritarismo y la corrupción
4.1.4.5 Toledo y García
4.1.5 PARTICIPACIÓN POLÍTICA
4.1.5. 1. De los ciudadanos
4.1.5. 2. Participación Política de la mujer
4.1.5.3. Juventud y Participación Política
3
4.1.5.4 Participación Política de los indígenas
4.2 MARCO CONCEPTUAL
4.2.1 OPINIÓN PÚBLICA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
5.- HIPÓTESIS DE LA INVESTIGACIÓN
6.- POBLACIÓN Y MUESTRA
6.1 Aprobación del Presidente Ollanta
7.- CONCLUSIONES
8.-BIBLIOGRAFÍA
9.-WEBGRAFÍA
4
1.- INTRODUCCIÓN
El presente trabajo monográfico responde a las exigencias académicas de
la cátedra de Sociología, de la Facultad de Derecho de la UNIVERSIDAD
PERUANA DE INTEGRACIÓN GLOBAL “UPIG”.
Nuestro trabajo está dividido en cinco Capítulos. En el primero hablaremos
sobre “El Origen y Nacimiento de la Opinión Pública” y las concepciones iniciales
de “Opinión” y “Público”.
En el capítulo II, desarrollaremos sobre “El aporte multidisciplinario de la
opinión pública”, que será dividida en cuatro partes: Aportes de las Creencias
jurídicas, Aportes de la Psicología Política, Aportes de la Sociología, y Aportes de
la Sociología del Conocimiento.
También relataremos sobre “Los Problemas Permanentes de la Opinión
Pública y los nuevos conceptos de Público y Opinión”, todo este se narrará en el
Capítulo III.
Seguidamente, daremos un recorrido sobre la “Historia de la Opinión
Pública en el Perú”, pasando por las peculiaridades del Gobierno Militar, el
regreso a la democracia, autoritarismo de Fujimori, y el contrapunto entre Toledo
y García. Esto se explicará en el Capítulo IV. Finalmente, en el capítulo V
concluiremos con “La Participación Política en el Perú”.
A modo de epílogo, formulamos la conclusión, algo sobre aprobación
presidencial, unida a la bibliografía y web grafía, registrada en el presente trabajo
monográfico que compartimos hoy con ustedes.
San Ignacio de Monterrico, invierno 2012
5
2.- TITULO DEL TRABAJO DE INVESTIGACIÓN:
OPINIÓN PÚBLICA Y LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA EN EL PERÚ: GOBIERNO
PRESIDENCIAL 2006-2012
3.- EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
La novedad en los hechos y la necesidad de cambios y variaciones han
llegado en nuestros días a ser a tal punto decisivos que la opinión popular
prescinde tanto de una firme recepción de la herencia histórica como de aquella
verdaderamente vigorosa y eficaz elaboración intelectual de los grandes hombres
que creían en principios y eran capaces de sacrificarlo todo a ellos. La Opinión
Pública es conscientemente percibida en este último siglo como el punto en
donde se inicia la problemática. Pasa ahora por un proceso de comunicación en el
seno de las masas.
El problema aquí tratado recae en la sociedad, ya que son los ciudadanos
quienes consumen a los medios de comunicación, que hoy en día parecen ser
superficiales y que no tienen muy buena relación con el poder político, aunque
aparentan. Así, en Perú aparece una incógnitas y temas que son postergados del
lugar de lo que debería ser la opinión pública. Sin embargo, manifiestan similares
opiniones y está expuesta a estímulos semejantes. Entonces, aquella pluralidad
de personas son las que constituyen el soporte de la opinión pública.
El público en general la totalidad de la población, la que deja oír su voz, o
es requerida para ello. Así como la democracia, la voluntad de ciudadanía activa
es identificada con la voluntad global del pueblo, así también en un Estado
democrático de partidos, la voluntad del partido en cada caso mayoritario en el
Gobierno y en el Parlamento es identificado con la voluntad general.
4.- MARCO DE REFERENCIA DE LA INVESTIGACIÓN
4.1 MARCO TEÓRICO
6
4.1.1 Origen y Nacimiento de la Opinión Pública
4.1.1.1 Origen de la Idea
La expresión opinión pública que se usa actualmente, se remonta a
mediados del siglo XVIII, donde se manejaban términos parecidos como opinión
común, opinión popular, voluntad general, vox populi, etc. que hacen referencias
indirectas sobre la opinión pública.
La idea de la opinión pública probablemente se forjó en los tiempos de la
democracia directa: del ágora griega en adelante.
En esta etapa histórica los ciudadanos compartían información sobre los
asuntos públicos, su naturaleza, su significación y las mejores fórmulas para
atenderlos participaban en la política.
El primer pensador notable que habló de Opinión Publica fue Jean Jacques
Rousseau. Decía que la Opinión Publica tenía la tarea de control social.
En la teoría de Rousseau, se vincula el sentido de la Opinión Publica con la
aparición del ciudadano: es decir, aquel que se ocupa de los asuntos de la ciudad
o polis.
7
En la segunda mitad del siglo XVIII, la Opinión Publica se refiere a la
participación directa del ciudadano con su opinión acerca de la conducción de los
asuntos públicos.
El concepto original de Opinión Pública, implica que se ha dado en el
ámbito de los asuntos públicos, una discusión sobre cierta materia y que esa
discusión abierta alcanza difusión consideraba 1
La Opinión Pública es un producto de la Ilustración. La idea está unida de
manera estrecha a las filosofías y políticas liberales de la última parte de los siglos
XVII y XVIII, especialmente a la teoría democrática del siglo XIX.
Jürgen Habermas desarrolla una teoría de gran impacto sobre el origen de
la llamada opinión pública. La concibe como un debate en el cual se delibera
sobre las críticas y propuestas de diferentes personas, grupos y clases sociales.
Para el autor, luego de su desarrollo en el siglo XVIII, el llamado espacio público,
donde es posible la opinión pública y que está condicionado por la “razón”, entra
en decadencia, puesto que la publicidad de tipo critica o reflexiva cederá su
espacio a una publicidad demostrativa y manipuladora al servicio de intereses
privados. Habermas intenta aproximarse de forma crítica al concepto de opinión
pública para recuperar la visión esencialmente democrática del mismo concepto,
haciendo una distinción entre opinión pública y opinión pública critica. En este
trabajo, el profesor Habermas hace un viaje histórico partiendo desde el mundo
griego, donde la separación entre lo privado y lo público aparece firmemente
delimitada, no solo en un nivel de conceptualización sino también en el ámbito de
lo físico.
La diferenciación entre Zoé (mundo de la necesidad, lo físico, de lo
reproductivo, nuestra animalidad, nuestra biología, el ciclo de la vida) separada
del mundo del Bios (mundo del pensamiento, del logos, lo que difiere del animal,
de la política, de la cualidad, del honor, lo metafísico, las ideas, las virtudes, el
lenguaje, la creación humana; en general, la cultura.)
4.1.1.2 Concepciones iniciales de “Opinión”
1Noelle-Neumann, Elisabeth (1995): El Espiral del Silencio (Opinión Pública. Nuestra piel social). Barcelona: Editorial : Paidos
8
Mucho antes de su aparición en sus términos liberales y democráticos,
hubo en general dos sentidos discernibles de la palabra “opinión”, que persisten
hoy en día (Habermas, 1962/1989, pp. 89-90). El primer sentido es esencialmente
epistemológico, y surge de su aplicación en la distinción de un juicio, de hecho de
un juicio de valor, o a algo incierto si algo que se sabe es verdad, ya sea para la
vía de la demostración o como asunto de fe. Esta noción tomada de la expresión
Latina “opino” y quizás del sentido más inicial del término se refiera todavía en su
aplicación general, como cuando alguien se refiere a un aserto particular como
"un asunto de opinión" mas que un punto de hecho.
Cuando se vincula a la sociedad en el sentido amplio, en ocasiones el
termino adquiere un carácter peyorativo, que se refleja en las expresiones
iníciales de "opinión común", "opinión general" y "opinión vulgar" (la última
incorpora el latín vulgus, con su significado "la gente común, vulgo"). A pesar de
sus eventuales connotaciones negativas, la opinión, usada en este sentido
epistemológico, se relaciona esencialmente con un estado cognitivo, a una forma
inferior de conocimiento.
Un segundo sentido relacionado de opinión, dado por algunos
contemporáneos, más cercano a sus connotaciones modernas, lo equipara con
las maneras, la moral y las costumbres (NoelleNeumann, 1979, 1984). Aquí el
énfasis subyace en el papel (rol) de la opinión popular como una clase de presión
social informal y de control social. La opinión se equipara con la reputación, la
estima y con el cuidado general de los otros, de interés principalmente porque
constriñe la conducta humana (Speier, 1950, p. 378). Esta manera de entender la
opinión eventualmente se cristalizó en los escritos de Locke (1690/1975), quien
identificaba tres leyes generales que gobiernan la conducta humana: ley divina, la
ley civil y la "ley de la opinión o de la reputación" (que en algún lugar llamo la "ley
de la moda" y la "ley de la censura privada"). Más que resaltar a la opinión como
forma de conocer, este sentido del término se enfoca en la aprobación o censura
social, la opinión como forma de condenar informalmente. La opinión, vista de
esta manera, generalmente es perjudicial y no racional, similar al sentimiento, lo
mismo que opuesta a la razón.
9
4.1.1.3 Concepciones Iniciales de “Público”
El término “público” tuvo diferentes sentidos en su uso inicial, pero de
nuevo podemos destacar dos en particular que son dignos de mencionar. Lo más
probable es que la palabra latina “publicus” se derive de “poplicus” o “populus”,
significando "el pueblo". Pero habla al menos dos reflexiones distintas de “pueblo”
presentes en los usos iniciales de la palabra “público”, En uno de los dos sentidos
del término “público” se refería al acceso común, tal como un “lugar publico" De
acuerdo con Habermas (1962/1989, p: 6), la “república” era cualquier propiedad
generalmente abierta ala población, y en el feudalismo los comunes se
consideraban como públicos porque generalmente se daba acceso a la plaza de
la fuente y del mercado. El concepto fundamental es el de apertura o
disponibilidad. En mucho, la misma noción continua usándose actualmente, como
cuando empleamos el verbo publicitar para referirnos al proceso de hacer algo
ampliamente disponible.2
Quizás más predominante era el uso del término “público” en referencia a
asuntos de interés general y mas específicamente a asuntos oficiales y del Estado
(Speier, 1950). Este segundo sentido del término tiene poco que ver con el
acceso común enfocándose más bien en el interés común o en el beneficio
común.
Como Ozouf (1988, p. S2) destaca, antes de 1830 los diccionarios
franceses oponían lo “público” no a lo “prive” ("privado"), sino a lo “particulier”
("particular, individual"). La misma idea persiste ahora en referencia a "obras
públicas" y "Ley Pública". Un edificio de Gobierno puede ser considerado aún
cuando no está abierto para cualquier persona. Antes de la evolución del
concepto contemporáneo de “Gobierno”, la indumentaria personal y las
actividades de los gobernantes se consideraban de interés público. En escritos
del Medievo, las palabras “señoriales” y “públicas” eran usadas como sinónimos, y
“publicare” significaba “reclamar al señor” (Haberrnas, 1962/1989). Bajo la teoría
del absolutismo real, dominante en Europa antes del siglo XVIII, el monarca era
considerado como la única persona pública "fuente y principio de unidad en una
sociedad particularista".
2Price, Vincent (1992): Opinión Pública. (I,II Edición): México : Ediciones Paidos, Saicf10
Aunque la noción de “opinión pública” no surge sino hasta la Ilustración.
Tanto la opinión como lo público tenían en ese tiempo, usos múltiples que
estaban relacionados. Más notoriamente, la “opinión” se usaba para referirse
tanto a lo racional/cognitivo y a lo no racional. El término público “compartía” un
uso dual similar. Siguiendo las famosas palabras de Abraham Lincoln, la palabra
“público” originalmente significo tanto "del pueblo", al referirse al acceso común
como "para el pueblo" (al referirse al bien común). 3
El problema de cómo identificar a la opinión pública dentro de una masa
conflictiva de opiniones individuales fue un dilema central en la filosofía política
liberal. Una solución fue la autonomía de la opinión pública carente de razón.
Dada la vaguedad sobre lo que exactamente la opinión publica era, muchos
escritores claramente indicaban que no era la opinión de la multitud. Era más bien
un "tribunal anónimo e impersonal", una nueva corte que tenía muchos de los
mismos atributos "inefabilidad, externalidad y unidad"— que caracterizaban a la
vieja autoridad absolutista (Ozouf, 1988, pp. S11-S12; Baker, 1990). Esta noción
de que la opinión pública trasciende la opinión y refleja un bien común abstracto
más que un mero compromiso de, intereses individuales continuaría influyendo el
pensamiento sobre Ia opinión pública bien entrado el siglo XX
Quienes escribieron primero sobre opinión pública, raramente explicitaban
el grupo de gentes al que se referían. Ozouf (1988, p. S6) sugiere que de manera
implícita la opinión pública era equiparada con frecuencia por los franceses con la
opinión de los "letrados", refiriéndose a su, en mucho autoproclamado, papel de
Árbitros de los asuntos sociales y políticos. Un segundo "grupo de portadores de
opinión capaces sociológicamente" eran los parlements, que tomaron la decisión
de llevar sus protestas en contra del rey como un esfuerzo de ganar "entusiasmo"
publico a su favor (p. S7). Como tanto Ozouf (1988) y Baker (1990) destacan, sin
embargo, la opinión pública no solamente se invocaba en el contexto de la crítica
a la monarquía. Baker sostiene que el concepto tomó presencia en el origen de
una disolución gradual de la autoridad absoluta. En medio de una crisis del
absolutismo, la corona francesa y su opositores juntos "inventaron y apelaron a un
principio de legitimidad mas allá del sistema existencial para presionar por sus
demandas" .Lo público era principalmente un constructo político o ideológico sin
3Price, Vincent (1992): Opinión Pública. (I,II Edición): México : Ediciones Paidos, Saicf11
ningún referente sociológico claro; proporcionaba implícitamente un nuevo
sistema de autoridad en el que el gobierno y sus críticos reclamaban el juicio de la
opinión pública para asegurar sus respectivos propósitos. "Ciertamente, uno
puede entender los conflictos de la pre revolución como una serie de esfuerzos
para arreglar el referente sociológico del concepto en favor de uno u otro de los
grupos en conflicto" (Baker, 1990, p. 186). Habermas, señála que la opinión
pública era más que simplemente el instrumento de una burguesía naciente.
4.1.2 APORTES MULTIDISCIPLINARIOS DE LA OPINIÓN PÚBLICA
4.1.2.1. Aportes de las ciencias jurídicas políticas
Cándido Monzón realiza una síntesis importante sobre los aportes de las
distintas disciplinas sociales en relación con la opinión pública, a saber:
James Brice en The American Commonweath plantea “El Gobierno por la
Opinión Pública”. Según Héller, para Bryce la opinión pública está encima de
todos, incluso de los supremos conductores del Estado, “como la gran fuente de
poder…”.Es decir, es el fundamento de la democracia. El pueblo y su opinión
pública dominan en sistemas democráticos. Se adelanta a la teoría de las
multitudes, defendido por los psicólogos, como los relacionados con el papel de
los líderes en la creación de las ideas o la pasividad y seguimiento de las masas
en los temas de opinión.
A.V. Dicey se interesa por el influjo recíproco entre opinión pública, ley y
vida política. Hay un feedback( reacción de respuesta ) entre la opinión pública y
la ley.
“Las leyes fomentan o crean las opiniones”, porque, “la mayor parte de las
personas están muy inseguras sobre su opinión, de tal modo cuando una ley es
promulgada su principio básico obtiene principio del simple hecho de haber sido
reconocido por el parlamento”.4
A.L. Lowell (1993) analiza la importancia de la información y la
fundamentación de las opiniones. Asimismo de la representación, y de los
parlamentos como voceros de la soberanía popular. 4Chanamé Orbe, Raúl.(2007): Ciencias políticas.(2da ed.). Lima-Perú: Editorial fondo editorial.
12
Pareto: A diferencia de los marxistas, que fijaron su atención en el poder de
las masas, anotó la importancia de las élites, la clase política y las oligarquías.
Ostrogoski: Destaca la tiranía de la opinión pública y el despotismo del gobierno
de la opinión. La democracia sólo es posible cuando las opiniones se pueden
respetar, cuando existe debate.
Michels (1979:168): No habla de la opinión pública, pero destaca el
liderazgo en las organizaciones y el uso de la prensa por parte del líder (la prensa
oculta al líder). Es decir, la opinión pública, como fenómenos de masas, estará
expuesta a la acción y dirección que impongan los líderes en una sociedad.
Weber en diferentes escritos, pero en especial en “Parlamento y Gobierno”
(1918), “Economía y Sociedad” (1922) y “La Política como Vocación” (1967),
realiza uno de los primeros análisis sociológicos sobre los partidos.
4.1.2.2. Aportes de la Psicología Política
Las primeras teorías se producen entre los años 1920 y 1940. La opinión
pública está relacionada al contexto de la propaganda y la investigación de
efectos sobre una sociedad de masas. En esto, lo público aparece con
características pasivas ante los medios de comunicación “superpoderosos”.
Luego de la segunda mitad del siglo XX las últimas teorías van a ir señalando el
carácter relativo de la asociación sujeto/pasivo y de medios/poderosos. Llegando
a advertir que el proceso medio/sujeto se establece en término de resistencia y de
primacía de los sujetos, quienes aparecen más activos.5
4.1.2.3. Aportes de la Sociología
F.Tonnies (1887 y 1922): La opinión pública puede significar la asociación
de los ciudadanos con el Estado, en temas económicos políticos. Además de ello
dice, “establece normas generalmente válidas, no basándose en la fe ciega, sino
en clara penetración, en la rectitud de las doctrinas propuestas mediante ella. En
tendencia y forma es una opinión científica y elaborada. Si se forma con vistas a
todos los posibles problemas que pueden interesar al pensamiento humano, se
dirige en primer lugar hacia la vida y la relación de la asociación con el Estado”.
5Chanamé Orbe, Raúl.(2007): Ciencias políticas.(2da ed.). Lima-Perú: Editorial fondo editorial.13
Tipologíza a la sociedad en base a su modernización: Señala que las
sociedades se hacen modernas y a la vez impersonales, pasan de ser
Gemeinschaft (comunidades humanas) a Gesellschaft (personas preocupadas por
sus interese personales).
R.E.Park (1904): La masa es acrítica mientras que en el público domina la
razón. Las condiciones de acceso a un público son más difíciles que en las
masas, sus miembros son más críticos y se guían por las normas de la lógica.
AF. Bentley (1908). Destaca la importancia de los grupos de presión en la
formación de la opinión pública, Así como la importancia de su medición.
Ch. H. Cooleyn (1909 y 1918). La opinión Pública es un juicio cristalizado,
un proceso orgánico y complejo. La opinión pública es analizada desde un punto
de vista orgánico: como un juicio cristalizado o un producto de la comunicación y
de la interacción recíproca y nunca como un agregado de juicios individuales.
W. Lippmann (1922). Los estereotipos dificultan la formación de la opinión
pública. “Las imágenes mentales de los seres humanos, las imágenes de ellos
mismos, de los demás, de sus necesidades, propósitos y relaciones, constituyen
sus relaciones públicas. Aquellas imágenes, influidas por grupos de personas o
por individuos que actúan en nombre de grupos, constituyen la opinión pública,
con mayúscula”.
Weber en obras como “La ciudad, Economía y Sociedad” Ensayos de
sociología contemporánea, política y ciencia y la segunda parte de Economía y
Sociedad se encuentra referencia de opinión pública. En Ensayos, dice de la
opinión pública: “intelectualmente ha evolucionado, educada y de libre
orientación” y, otra, entendida como “conducta comunal nacida de sentimientos
irracionales” y controladas por los líderes políticos y la prensa.
Habermas propone un concepto de la opinión pública vinculado al concepto
de irracionalidad (concepto que toma de la filosofía, para explicar las deducciones
lógicas producto de la adquisición de conocimientos mediante la razón). La
opinión pública se desarrolla históricamente en relación a la aparición de un
sector social particular, la burguesía, en un contexto de desarrollo del capitalismo,
donde se genera la lógica argumentativa en los pequeños espacios públicos.
14
Por ello propone la teoría de la acción comunicativa para explicar la opinión
pública.
NOCIONES IMPORTANTES:
Teoría de la acción social. La acción social que es una unidad de análisis
para entender la relación individuo-sociedad, que parte del interaccionismo
simbólico (ser y hacer de la persona-efectos).
La acción sería la conducta humana o el hacer. Mientras que la acción
social sería la acción inmediata (verbal, enunciada, un hacer con significación).
La acción racional estaría compuesta por representaciones (acciones
individuales, de la masa, construidas científicamente) y motivos de las personas.
Análisis de la acción social: Se realiza a través de los tipos ideales
(acciones racionalmente construidas y medibles para entender el hacer de los
sujetos). Hablamos de conceptos, modelos y comportamientos.
Tipos de acción social:
Acciones racionales con arreglos a fines (metas); acciones adecuadas a valores
(la actuación en función de valores); acciones afectivas (emotivas); acciones
tradicionales (costumbres, normas, etc.).6
4.1.2.4. Aportes de la Sociología del Conocimiento
Manheim en Ideología y Utopía (1973) señala que la sociología del
conocimiento pretende “analizar la correlación que existe entre el conocimiento y
la existencia.
Merton (1937 y 1949). Era partidario de la supresión de la cuestión
epistemológica y aconsejaba una vuelta a los hechos, a lo empírico para lograr el
consenso y comprender las complejas relaciones entre pensamiento y sociedad.
Más allá de las primeras interpretaciones sobre el concepto. Ideología en
sentido neutro Destutt de Tracy (doctrina general de las ideas, 1976), luego
adquiere un sentido negativo. Y del aporte de Marx y Engels (todas las formas de
pensamiento de todos los grupos poseen un carácter ideológico). La sociología
6Chanamé Orbe, Raúl.(2007): Ciencias políticas.(2da ed.). Lima-Perú: Editorial fondo editorial.15
del conocimiento vuelve al “sentido neutro” del concepto. La ideología se
convierte en perspectiva.
La sociología nació en el esfuerzo para desarrollar los vínculos sociales
entre teoría y las formas especiales de pensamiento. Por un lado aspira a
descubrir los criterios practicables para determinar las relaciones entre el
pensamiento y la teoría. Por otro, espera desarrollar una teoría apropiada a la
situación contemporánea, acerca de la importancia de los factores no teóricos que
condicionan el conocimiento. La sociología del conocimiento se ha planteado la
tarea de resolver el problema del condicionamiento social del conocimiento.
La opinión pública es una forma de pensamiento colectivo cotidiano y
conflictivo, expresado públicamente y fuertemente condicionada por la estructura
social. La opinión pública para la sociología del conocimiento por su significación
para la vida social, especialmente en regímenes donde funciona el pluralismo
político e informático, por actitud vigilante y crítica de los asuntos de interés
general, por su actualidad y actividad y por su contribución a la construcción
social de la realidad (Monzón).
El presente trabajo tiene como objetivo plantear algunos de los aportes de
la sociología del conocimiento. Se busca plantear los problemas de la sociología
del conocimiento y de la ciencia. Se confunde entre sociología del conocimiento,
filosofía y la historia de la ciencia. Hay un modo filosófico y uno sociológico de
estudiar el conocimiento. La sociología del conocimiento se ha construido por
medio de la crítica a la epistemología clásica. Se responde a la pregunta de cómo
puede ser estudiado el conocimiento práctico y científico desde la sociología.
En particular se analiza la postura de Francis Bacon, Johann Gottfried
Herder, Carlos Marx, Émile Durkheim, Karl Mannheim, NorbertElias, Perter Berger
y Thomas Luckmann.
I. Bacon y la Ilustración.
Hay una crítica a las ideologías para buscar las raíces sociales de la
deformación del conocimiento humano. Bacon inauguró la reflexión sobre las
determinantes externas, no inmanentes del conocimiento científico. No es la
16
escasez de ingenio sino la falta de un método lo que impide conocimientos
verdaderos.
Usa el método de la razón deductiva porque desconfiaba de los sentidos.
El entendimiento humano se pone obstáculos así mismo. Esos obstáculos son
prejuicios. Estos prejuicios deben ser repudiados para que el conocimiento sea
liberado. Los obstáculos son externos. El conocimiento es fruto de la época más
que del ingenio. La relación entre objeto y sujeto no es pura, hay prejuicios. El
mundo se conoce de forma distorsionada porque se basa en las estructuras de la
política y religiosas.
La relación entre objeto y sujeto esta mediada por la sociedad. Para que se
den cambios en el pensamiento tiene que haber cambios de estructura. El origen
social de los conocimientos tiene una distorsión del saber a favor de un cierto tipo
de dominación. La razón es igual en todos los hombres pero los distintos entornos
sociales y naturales en que se desenvuelve son los que causan la diversidad de
sus manifestaciones. Se busca una razón universal.
Bacon buscaba que su método científico sirviera para liberar a la
humanidad de las cadenas del pecado original y restituir a la situación previa del
paraíso terrenal. Pretendía poner en los hombres su propio destino con el
conocimiento emancipado.
Las aportaciones de la ilustración fueron.
• Crítica política.
• Una crítica de los prejuicios.
• Buscar una sociedad racional denunciando la mentira como mecanismo de
manipulación y criticando los sistemas de pensamiento social que llevan al
autoengaño.
• La ciencia de la ideología (ciencia de las ideas). Las diversas visiones del
mundo varían según el lugar que ocupa dentro de la sociedad.
II. Gottfried Herder y el romanticismo.
El romanticismo es la respuesta a la Ilustración. Plantea que no hay una
razón universal, toda forma de pensamiento tiene una raíz histórica. Hay una 17
razón cotidiana. Critican a la Ilustración pero coinciden en que la sociedad
interfiere entre el sujeto y el objeto.
Para Herder, discípulo de Kant y de Hamann, los prejuicios no son malos.
Sino que son las formas en que se piensa en cada sociedad. Sirven para
entender las relaciones entre conocimiento y sociedad. Fue un crítico de la
Ilustración. Tuvo una excesiva confianza en la razón frente al sentimiento y del
olvido de lo particular frente a las tendencias universalistas y cosmopolitas.
No fue irracional pero tampoco conservador, sino que su postura era
equilibrada. Era un crítico desde dentro de la Ilustración. Apoyaba los valores y
tradiciones de cada pueblo en contraposición con la cultura francesa dominante.
Hay una reivindicación de la diferencia y de la pluralidad que provocan un rechazo
de una verdad y de unos valores comunes a todos los hombres y a todas las
edades. Considera que puede existir una coexistencia pacífica de la multiplicidad
de culturas individuales que no se someten a los criterios uniformadores de los
ilustrados franceses.
Planteaba que en la sociedad siempre se encuentra algún grado de unidad
intelectual. El hombre y sus productos son partes integrantes de la sociedad y
cada idea depende de una forma de organización social. Los individuos parten de
las formas de pensamiento de su grupo.7
III. Carlos Marx.
De acuerdo con Lamo de Espinoza, la teoría marxista plantea que la
ideología dominante es la de la clase dominante. La apariencia de los fenómenos
engaña al sujeto y los mistifica, lo fetichiza. Cada sociedad genera sus modos de
presentarse, de aparecer y mistificar los fenómenos sociales.
No es el sujeto quien se engaña a sí mismo sino la realidad la que lo
engaña. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser sino, por el
contrario, es su existencia social la que determina su conciencia. La
infraestructura social determina, genera, causa, modela o canaliza la
superestructura ideológica. El sujeto y la propia capacidad de conocer esta
socialmente determinado. La conciencia es un producto social porque le
anteceden hechos históricos y ciertas premisas. La sociedad es una realidad 7Chanamé Orbe, Raúl.(2007): Ciencias políticas.(2da ed.). Lima-Perú: Editorial fondo editorial.
18
dividida y hay una contraposición entre la conciencia falsa y conciencia cierta. Las
ideas dependen del origen de la sociedad.
La naturaleza del hombre no está en el individuo, sino fuera de él y no es
estática. Está en constante proceso y auto creación. El hombre es un ser social.
Este ser social se manifiesta en el trabajo. Pero el hombre no es el dueño de su
destino porque es esclavizado por las fuerzas y poderes que crea. “La
alienación… roba al ser social”.
De acuerdo con Vera, las aportaciones de Carlos Marx son:
a. La vida social determina a la conciencia. No al revés.
b. La conciencia es antes que nada un producto social.
c. Cuando la conciencia se auto representa como algo independiente a las
relaciones sociales que la sustentan comienza la falsa conciencia y la ideología.
d. Los pensamientos viven en constante contradicción, la cual se origina en las
condiciones de las relaciones sociales.
e. El pensamiento se funda en la actividad humana y en las relaciones
provocadas por esa actividad, un cambio en la naturaleza de esa actividad
transforma igualmente al pensamiento.
IV. Émile Durkheim:
Para Lamo de Espinoza, la sociología del conocimiento de Durkheim se
contrapone con la obra de Marx. El sujeto cognoscente es la sociedad como un
todo que, a través de las estructuras y ritmos de su vida cotidiana, genera las
categorías que más tarde se presentan como filtros del entendimiento. Fue el
primero en hablar de una teoría sociológica del conocimiento.
Se plantea que propuso seis tesis básicas:
1) Los conceptos y las categorías son representaciones colectivas.
2) Existe una relación causal entre el orden social y el orden conceptual.
3) Las clasificaciones específicas y los ordenamientos conceptuales son una
imitación de formas específicas de la sociedad.
19
4) Las categorías son funcionales para la sociedad.
5) Los sistemas de creencias y las religiones primitivas pueden ser parcialmente
consideradas como cosmologías.
6) Las nociones fundamentales de la ciencia son de origen religioso.
Plantea un a priori social no transcendental como Kant. Los conceptos (el tiempo,
el espacio, la causalidad) no son del individuo, sino que los comparte con toda la
sociedad. Se ajustan a las formas sociales construidas a posteriori. Considera a la
sociedad como un organismo moral que manifiesta un conocimiento sin ocultarlo
ante la sociedad. Hay sujeto concreto. Tuvo influencia de Saint-Simon y Comte.
Durkheim aportó:
a. El primer intento explícito por estudiar sociológicamente el conocimiento.
b. La inclusión de ese esfuerzo en el seno de una teoría sociológica más amplia.
c. La pretensión de dar bases empíricas a esas investigaciones.
d. Subrayar la necesidad de explicar sociológicamente temas que habían sido
desarrollados exclusivamente por la filosofía.
e. Subrayar que existe relación entre las estructuras sociales y la forma en que
se organiza y clasifica el conocimiento.
f. La institucionalización como disciplina autónoma.
Planteó que las categorías tienen un origen social. Las primeras relaciones
causas-efecto son de origen religiosas. Consideraba que la religión son las
primeras formas de pensar la realidad. Parte de Kant sobre la idea de tiempo-
espacio. Habla del Homo dúplex que es un ser individual y otro social. La
dimensión social es el moral y el intelectual. Lo moral no se explica en lo
individual, sino en la sociedad. El orden del pensamiento no es una experiencia
individual, es un referente colectivo.
V. Karl Mannheim.
Buscó que la vida se guiara racionalmente. A sus ideas se les conoce
como Teoría Radical. Puso las bases para poder clasificar los estilos de
20
pensamiento. Subordinar los pensamientos individuales a los de grupo. Separó a
la sociología del conocimiento de la teoría de las ideologías.
Dividir el concepto de ideología en particular (afirmaciones deformadas de
la realidad), total (el pensamiento esta influencia por su condición social) y general
(todo pensamiento, propio o del acusado es ideológico). El pensamiento está
determinado por las condiciones sociales particulares. Asegurar que no se puede
comprender debidamente un pensamiento si no son aclarados sus orígenes
sociales.
Dio una definición vaga de Sociología del Conocimiento, la cual dice que es
“un análisis de las relaciones entre conocimiento y existencia”. Aunque, si plantea
la idea de que la Sociología del Conocimiento no era una rama de especializada
de la ciencia sino como una ciencia de la ciencia. Decía que su función era
elaborar una teoría sociológica del conocimiento.
Su pensamiento se estructura en dos fases. En la primera etapa estudia los
problemas de la ideología y de la sociedad del conocimiento donde se buscaba
estudiar su legitimación metodológica, sus implicaciones epistemológicas y su
aplicación práctica. En la segunda etapa se centra en el estudio de la estructura
de la sociedad actual. Para comprender la actual situación del pensamiento y de
su funcionamiento real en la vida pública y en la política es necesario comenzar
por los problemas de la ideología.8
VI. Norbert Elías:
Tuvo una fuerte influencia de Mannheim. Continuo cuatro temas
mannheimianos: A) Ligar las ideas de un individuo con el grupo social al que
pertenece. B) Ver al científico como individuo capaz de independizarse de los
valores de grupo. Ambos autores planteaban la idea de que el análisis de los
intelectuales como capa social específica con capacidad para independizarse de
sus ligaduras y condicionamientos sociales. Hay un compromiso de tener un
distanciamiento con el objetivo de estudio, es lo racional y subjetivo. C) Estudiar el
lenguaje y el vocabulario para mostrar los cambios en los significados de las
palabras como manifestaciones de las transformaciones estructurales de la
8Chanamé Orbe, Raúl.(2007): Ciencias políticas.(2da ed.). Lima-Perú: Editorial fondo editorial.21
sociedad. D) El intento por establecer un tipo de historia intelectual que interprete
las modificaciones en las ideas en relación con las variaciones históricas.
Usó categorías como compromiso y distanciamiento para sustituir los
términos de irracionalidad y subjetividad. Las actitudes de las personas no pueden
ser ni completamente distanciadas ni completamente comprometidas, el
comportamiento normal de los adultos de una sociedad oscila entre estos dos
extremos. Todo depende del nivel de desarrollo de la sociedad.
Hay un equilibrio cambiante que lleva a asumir mayor compromiso o
distanciamiento en las relaciones sociales de unas personas con otras, con los
objetos no humanos y consigo mismo. En las sociedades actuales existe un
mayor grado de distanciamiento hacia los fenómenos naturales que hacia los
sociales.
La tesis central es que las actitudes de una persona no pueden ser, en
sentido absoluto, distanciadas o comprometidas, es decir, racionales o
irracionales, objetivas o subjetivas, el comportamiento normal oscila entre esos
dos extremos. Los equilibrios entre distanciamiento y compromiso pueden ser al
mismo tiempo distintos en diferentes áreas del conocimiento.
Entre mayor distanciamiento hay mejor control sobre los fenómenos
naturales: se desarrolla la ciencia. Plantea una teoría del conocimiento humano
que tuviera en cuenta su carácter de proceso social de largo plazo. Hace un
análisis histórico de las etapas del proceso de la civilización. Critica de Mannheim
que permanece atrapado en el dualismo conciencia-ser. Critica el esquema
marxista de infraestructura-superestructura porque lo considera unilateral y
obsoleto. Propone la idea que el enfoque de la sociología del conocimiento
tradicional debe combinar la siciogénesis y la psicogénesis.
VII. Peter Berger y Thomas Luckman
Llevaron a la sociología al tema de la vida cotidiana. Para estos autores la
sociología del conocimiento es una sociología del sentido común de los individuos
de una sociedad. Estudian todo conocimiento infra-científico. Estos autores
entienden por conocimiento “la certidumbre de que los fenómenos son reales”
22
Cambiaron las preocupaciones sobre la relación entre existencia social y
conocimiento por qué es lo que un individuo común y corriente cree que es la
realidad. Cuáles son los procesos por medio de los cuales esa realidad se
construye.
No pretendían marginar a las demás preocupaciones de la disciplina, sólo
querían ampliar sus horizontes. Proponen entender la sociedad como fenómeno
dialéctico. Combinar el análisis de Durkheim (la sociedad que coerciona a los
individuos) y el de Weber (la sociedad está constituida por acciones con
significado para los individuos)
Critican que los estudios se hagan sólo con estudios empíricos sin teoría y
el que los estudios sean por encargo. Proponen una sociología del conocimiento
reformada que estudie los procesos a través de los cuales se lleva a cabo la
construcción social de la realidad.
La sociedad como fenómenos dialéctico implica que es un producto
humano pero el hombre es un producto de la sociedad. Ni sociedad sin individuos
ni individuos sin sociedad. ¿Cómo es posible una realidad dual? Dicen que por
medio de tres fases:
i. Externalización: El hombre al nacer está inconcluso, los últimos desarrollos
biológicos se mezclan con sus primeros momentos de formación de la
personalidad y de apropiación cultural. El hombre se vuelca hacia el mundo que le
rodea. El hombre crea un mundo al tiempo que se crea sí mismo. El hombre
construye una cultura para brindar a su vida las estructuras de las que carece
biológicamente
ii. Objetivación: La sociedad se resiste a los deseos de su productor. Creada por
la subjetividad de los individuos, la sociedad crea una realidad objetiva. La
sociedad se presenta ante los individuos como si fuera algo independiente.
iii. Internalización: Cómo absorbe el mundo objetivado la conciencia. El individuo
aprende los significados objetivados de una sociedad que le precede y los hace
suyos.
23
Estos tres puntos no se entienden por separado y sólo son posibles por el
conocimiento y el lenguaje. La realidad es construida y mantenida con elementos
cognoscitivos.
¿Qué papel juega el saber en la sociedad? Hay una relación dialéctica
entre saber y sociedad. La realidad es una cualidad de los fenómenos que se
reconocen como independientes de la propia validación. El conocimiento es la
certidumbre de que los fenómenos son reales y que poseen características
particulares.
La realidad se construye socialmente. No hay una realidad universal,
cambia de una sociedad a otra. La sociología del conocimiento se debe ocupar de
todo lo que en una sociedad es considerado como conocimiento, sin preocuparse
de la veracidad o validez de dicho saber. “La sociología del conocimiento se
ocupa del análisis de la construcción social de la realidad”
Pocos se dedican a interpretar teóricamente al mundo pero todos
consideran una realidad independientemente de que sea veraz o falsa. La
realidad se presenta constituida por un orden de objetos designados desde antes
de la presencia de un observador particular. El lenguaje dispone ese orden y da
significado a la vida cotidiana.
El mundo de la vida es compartido de modo comunitario y no se pone en
duda, salvo excepciones. ¿Cómo se conserva o transforma una realidad? ¿Qué
papel juega el conocimiento en la externalización, objetivación e internalización?
Primero se externaliza, después se objetiviza, posteriormente se internaliza. Hay
que convertir los problemas de la sociología del conocimiento en preocupaciones
centrales de la teoría social9
4.1.3 PROBLEMAS PERMANENTES DE LA OPINIÓN PÚBLICA
4.1.3.1.- CONCEPTUALIZACIÓN DE LO PÚBLICO
Vincent Price nos menciona de la concepción más común de opinión
pública actualmente la equipara a ésta con una agregación más o menos de
opiniones individuales, lo que nos dice que la individualidad surge la colectividad.
9Chanamé Orbe, Raúl.(2007): Ciencias políticas.(2da ed.). Lima-Perú: Editorial fondo editorial.24
La opinión pública emerge de un gran debate entre estudiosos, filósofos
etc., nos mencionan algunos puntos que nos ayudan a conceptualizar lo público:
MULTITUD, PÚBLICO MASA
En cuanto a la multitud: De acuerdo a un estudio que realizo LeBon en
apoyo científico de las multitudes, identificó que el surgimiento de las “clases
populares” fue quizá el máximo desarrollo de las sociedades modernas;
Edificando así tres causas básicas de la multitud:
Primero el anonimato que significa estar en una multitud disminuye las
restricciones civiles sobre los instintos más básicos de las personas.
Segundo, las emociones y acciones se esparcen rápidamente en virtud del
“contagio” y la imitación espontanea
Tercero, la personalidad consciente se desvanece, bajo la influencia de la
multitud, y el individuo llega a ser sujeto de la persuasión.
Respecto a lo Público: Park conceptualizó las semejanzas entre el público
y multitud: ambos son mecanismos para el cambio y la adaptación social, además
de que son formas sociales transitorias tomadas por los grupos sociales para
“transformarse a sí mismos”, por esto entendemos que tanto la multitud como el
público son dominados por una clase de fuerza social colectiva. A pesar de esto
también tienen diferencia uno de otro, el público se caracteriza por la oposición y
el discurso racional y la multitud se desarrolla en respuesta a emociones
compartidas, además, el público se organiza en respuesta a un problema y para
ello se requiere la habilidad de pensar y razonar con otros, la conducta del público
puede ser guiada parcialmente.10
Si las variadas concepciones conviven y debaten académicamente, todas
ellas se han nutrido de diversas posturas teóricas construidas históricamente. Y
es que la expresión opinión pública que se usa actualmente, se remonta a
mediados del siglo XVIII. No obstante antes de aquel momento se manejaban
10 Barbieri Teresita (1996): Los ámbitos de acción de las mujeres, en: Narda Henríquez (ed.). Encrujiadas del saber: los estudios de género en las ciencias sociales. Lima, Pontificia Univ. Católica del Perú, , p. 107-132.
25
términos parecidos como opinión común, opinión popular, voluntad general, vox
populi, etc. que hacen referencias indirectas sobre la opinión pública.
De esta manera, Protágoras hace referencia a “creencias (opinión) de las
mayorías”, Herodoto de la “opinión popular”, Demóstenes de la “voz pública de la
patria”, Cicerón habla del “apoyo del pueblo” y Tito Libio de la “opinión unánime”.
Pero, como es sabido, son los filósofos griegos quienes hacen los mayores
aportes y precisiones. Platón, hace por ejemplo una separación entre doxa
(opinión) y epistema (ciencia), es decir el saber del vulgo, frente al auténtico
conocimiento de la ciencia reservado a una minoría. En cambio, para Aristóteles
la doxa es solo un conocimiento probable, de esta manera, el hombre para opinar
no requiere acudir a la ciencia, pues posee el criterio del sentido común, de sus
experiencias directas y de las comprobaciones empíricas.
Pero la Edad Media cambiará los términos de las referencias antes
planteados por el de la fe y que no serán abandonados sino con el Renacimiento.
Será Nicolás Maquiavelo, en El Príncipe, quien desarrollará las ideas básicas de
la comunicación política entre gobernantes y gobernados. Más tarde, Hobbes
señalará que la conciencia se convierte en opinión, nivelando los actos del crear,
del juzgar y del imaginar, en tanto Locke, habla de la Ley de la opinión, de gran
importancia como la Ley divina y la Ley estatal. Ella no es otra cosa que la idea
que de uno tienen los demás. De los fisiócratas, Mercier de la Riviere, en 1767,
expondrá su doctrina de la opinión señalando que quien manda no es el rey, sino
el pueblo a través de la opinión pública.
Pero quien utilizará por primera vez el término “opinión pública” será J.J.
Rousseau, quien desde 1750 se preocupará sistemáticamente del poder que
reviste. En medio de esta preocupación, la revolución francesa será el movimiento
histórico que permitirá que se traslade el monopolio de la opinión pública por parte
del pequeño círculo de los ilustrados, a manos del pueblo. Pero será el liberalismo
el que articule de manera más precisa una teoría de la opinión pública. Desde el
comienzo de la escuela clásica con Adam Smith, David Ricardo y otros
defenderán el régimen de opinión frente al despotismo. Cada uno de sus
representantes aportará elementos favorables para el desarrollo de las libertades
individuales, entre ellas las de opinión. Frente a este planteamiento se eleva la
concepción marxista. Para Marx y Engels, no existe una opinión pública general
26
que nace en la sociedad civil, sino una opinión que pertenece a la clase
dominante. Por ello, para el marxismo la ‘falsa conciencia’ se condensaría en la
opinión pública oficial.11
En el siglo XX, quienes se interesarán por la opinión pública serán los que
comparten las tesis de la sociología del conocimiento (Max Scheler, Karl
Mannheim, Robert K. Merton, P. Berger y T. Luckmann, entre otros), para
quienes el individuo aislado en pocas oportunidades crea, de manera individual,
opiniones. Pero, otras relaciones sociales, distintas a las de clase (religión, grupo
étnico, nacionalidad, grupo político, etc.), pueden ser determinantes en la
construcción de las opiniones de los individuos.
Principales conceptualizaciones contemporáneas de la opinión pública
Si bien hay un número importante de académicos contemporáneos que han
reflexionado sobre el tema de la opinión pública, es el proveniente del mundo
alemán el que en los últimos tiempos ha aportado el liderazgo intelectual en esta
materia. Las grandes tendencias podrían clasificarse gruesamente en la
perspectiva político valorativa de Jürgen Habermas, la antropológica social de
Elisabeth Noelle-Neumann y la sociopolítica funcionalista de Niklas Luhmann. No
siendo éstas las únicas, son las que han marcado los estudios y las reflexiones
más interesantes sobre el tema.
A. La perspectiva política valorativa: el diálogo democrático
Jürgen Habermas, es heredero de la tradición normativa de la opinión
pública en la que han transitado desde Platón, Maquiavelo, Hume, Locke,
Rousseau, Tocqueville, Bentham, entre otros. Todos ellos, de una u otra manera
se han preocupado de la relación entre gobernantes y gobernados, los derechos
ciudadanos, el diálogo político, etc. Es decir, de las condiciones precisas para
hablar de un sistema político democrático. Esta es una línea de reflexión que
proviene de la tradición del derecho, la filosofía y la ciencia política. Por ello, trata
de vincular la existencia de un Estado democrático con la legitimación popular de
la opinión pública. Distingue entre una opinión pública real o crítica, que permitirá
hablar de un Estado democrático auténtico y una seudo opinión pública o
manipulada que no es más que la triste realidad cotidiana que muestran, en
11 www.definicionabc.com/general/publico.php27
opinión de Habermas, la mayoría de las democracias formales, en donde hay una
carencia de mediaciones críticas en la comunicación política. Frente al
reduccionismo positivista que se expresa en la asociación de la opinión pública
con los sondeos, Habermas reivindica la opinión pública como el resultado de un
diálogo racional y plural.
B. La perspectiva antropológica: el mecanismo sicosocial
En la orilla opuesta a la de Habermas se encuentra Elisabeth Noelle-
Neumann. Para la profesora alemana la opinión pública debe ser explicada como
un hecho social, desprovista de categorías normativas que la analizan a partir de
lo que debería ser y no de lo que realmente es. El esfuerzo debería centrarse en
describir y analizar a la opinión pública tal y como se presenta, sin pretender
asociarla a ningún tipo de valoración, por más justa que ésta parezca o pretenda
ser. Ella considera a la opinión pública como un conjunto de comportamientos que
constituyen la expresión de las mentalidades y actitudes de las colectividades
sobre temas de cualquier índole. Así las opiniones están ligadas a tradiciones,
valores, prejuicios o modas antes que posturas racionales ligadas a los aspectos
político-institucionales. En su teoría del Espiral del Silencio señala que las
personas están atentas a las opiniones de su entorno para construir la suya. De
alguna manera, ésta se encuentra dependiente de aquella, basada en el profundo
temor al aislamiento, es decir, sometidos a la presión social. Dicho mecanismo
sicosocial está presente en el ambiente social del que no puede escapar el
individuo. Los que se encuentran en minoría, en relación a sus opiniones, las
silenciarán antes de recibir el rechazo y la sanción social. La investigadora analizó
empíricamente este comportamiento a partir de sondeos de opinión por muchos
años en su Institut für Demoskopie, en la ciudad alemana de Allensbach.12
C. La perspectiva sociopolítica funcionalista: el haz de luz
Una tercera perspectiva es la que encabeza Niklas Luhmann. Para este
también profesor alemán, la opinión pública es la estructura temática de la
comunicación pública, en la medida que es esta estructura común de sentido la
que permite una acción intersubjetiva en un sistema social. Esta posición, que
está a mitad de camino entre las dos anteriores, considera que si bien la opinión
pública es un aspecto particular de la interacción social, tiene presente las 12 www.bibliojuridica.org/libros/5/2375/8.pdf
28
funciones políticas del fenómeno y traduce el consenso de un reconocimiento de
unos temas de interés general. Es, en otras palabras, la tematización común que
permite el diálogo político-social.
Para Luhmann las sociedades contemporáneas son cada vez más
complejas, como consecuencia de la mayor especialización y diversificación
funcional. Este proceso creciente podría hacer estallar el propio sistema, en la
medida que los individuos perciben cada vez menos dicha complejidad –menos
aún la globalización–, tendiendo por lo tanto a regirse por criterios muy
particulares y minifundistas. Ante esta situación el sistema demanda un
mecanismo reductor que canalice las fuerzas centrífugas sicosociales,
produciéndose de esta manera las observadas simplificaciones globalizantes. Es
este papel funcional el que le consigna Luhmann a la opinión pública. A ésta el
autor alemán la identifica como un espejo, en la medida en que no es más que el
reflejo de los pocos observadores. Es decir, “el medio y las formas de la opinión
pública no son nada más que la mirada auto-referencial que los protagonistas de
la opinión pública se dirigen a sí mismos y a sus actuaciones. Dicho ‘espejo
social’ también podríamos compararlo con un ‘cañón de luz’ o un ‘haz de luz’ que
focaliza y concentra la atención en un escenario”. La mirada se concentra en un
solo punto, así no sea éste relevante, permitiendo que todos compartan un tema
en común.13
Para Luhmann la opinión pública cumple también una función política, pero
distinta a la otorgada por Jürgen Hebermas. Se convierte en la base de la
democracia, pero no por una valoración ética, sino por razones pragmáticas, en la
medida que permite una interconexión entre las personas que por lo menos tienen
ciertos temas básicos que compartir, que en caso contrario, la estructura social
carecería de sentido. En la percepción luhmanniana los medios y el Parlamento
cumplen el papel de ser simplificadores de la complejidad.
Público y opinión pública
13 VALEIJE ÁLVAREZ, I.: «reflexiones...», pp. 462/3; DíAZ y GARCíA CONLLEDO, M.: «Autoridad...», p. 180. sobre el intervencionismo estatal en el Estado social y democrático de Derecho vid. REBOLLO VARGAS, r.: La revelación de secretos.
29
El término público tiene también a varios sentidos. Ya se señaló, líneas
arriba, que la ambigüedad del término opinión pública, según algunos autores,
deviene de estos varios sentidos del público. Existe una acepción legal que se
centra en la idea de “apertura”, en el sentido de ámbito abierto a todos (plaza
pública, lugar público, juicio público, etc.), en contraste al de la esfera privada. Un
segundo sentido, desarrollado por el derecho y el poder público, es el otorgado
por la relación con el Estado. Es decir, en el sentido de los asuntos relacionados
con el bienestar general. Por último un tercer sentido, sociológico, coloca el
énfasis en que el individuo no desarrolla su vida hacia adentro, en su intimidad,
sino hacia afuera dirigida no sólo a otras personas sino también a la sociedad
como un todo.
Los públicos están compuestos –dicen Gerth y Mills– por gente que no está
en relación cara a cara, pero que, sin embargo, manifiestan intereses similares, o
está expuesta a estímulos semejantes, aunque más o menos distantes”. Público
es, entonces, aquella pluralidad de personas que constituyen el soporte de la
opinión pública. A diferencia de otras pluralidades, como masa, muchedumbre o
multitud, este término incorpora implícitamente, valoraciones positivas. Por lo
tanto, sólo el público es portador de opinión pública. Es por ello que, “cuando el
público deja de ser crítico –sentencia R.E.Park–, se disuelve o se transforma en
multitud”. Una característica, por lo tanto, del público es el desacuerdo, la
diferencia en los intereses similares. La investigación de la opinión pública permite
desprender que existe un contínuo que va de masa a público, en las siguientes
formulaciones colectivas:
a) El público en general. Es el que corresponde a aquellos que consideran al
público como a la totalidad de la población. Allport, en el primer número de la
prestigiosa revista Public Opinión Quarterly (1937), se define decididamente en
esta concepción y que ayudó a las prácticas de las encuestas. Existía detrás de
esta concepción, la idea democrática de la inclusión de todos los miembros de la
sociedad. El problema es que de este universo sólo un porcentaje –que varía en
el tiempo y de una sociedad a otra– está interesado e informado de las cuestiones
públicas.14
14 Enciclopedia Quillet, Biblioteca Ilustrada, argentina 1982, de lo público a lo privado30
b) El público que vota. Es una de las más comunes operacionalizaciones del
público, siendo el resultado de las elecciones –para quienes la defienden– la
mayor visibilidad de la opinión pública en un sistema de democracia
representativa. Pero, este colectivo indiferenciado representa, en EEUU por
ejemplo, sólo a la mitad de la población apta para votar. Pero, muchas evidencias
señalan que muchos electores, particularmente en sistemas de voto obligatorio,
realizan el acto de votar sin información e interés en la campaña que los convoca.
c) El público atento. Es aquel sector de la ciudadanía que está informado e
interesado en los asuntos públicos y que conforma la audiencia de las élites
públicas. D.J.Devine, señala cinco medidas para reconocer al público atento: el
interesado en política en general, el interesado en campañas electorales, el que
habla de política, el que se expone a las noticias políticas de los medios y el que
lee sobre política en revistas. En muchos casos, sin embargo, es un público
pasivo, aunque más activo que los anteriores.
d) El público activo. Es un grupo más pequeño, que sale del público atento. Su
compromiso con los asuntos públicos es intenso, incluyendo aspectos formales de
participación política, como informales pero de manera muy activa (debates y
discusiones públicas). Normalmente a este grupo se le denomina élite, e incluye
gente tan variada como líderes políticos, funcionarios gubernamentales,
creadores de opinión, entre otros. Todos ellos participan y compiten en una suerte
de mercado de opinión en donde buscarán conseguir seguidores y conversos.
Si bien este último grupo tiene una influencia mayor que el resto (algunos
dirán desproporcionada), merecen la atención de los medios y son los actores de
la comunicación política, no se debe dejar de lado a los espectadores de la
misma, en la medida en que en la interacción de ambos grupos se encuentra la
formación y el impacto de la opinión pública.
4.1.3.2.- CONCEPTUALIZACIÓN DE LAS OPINIONES
"Opinión pública" significa cosas distintas según se contemple como una
instancia crítica en relación a la notoriedad pública normativamente licitada del
31
ejercicio del poder político y social, o como una instancia receptiva en relación a la
notoriedad pública, "representativa" o manipulativamente divulgada, de personas
e instituciones, de bienes de consumo y de programas. En la publicidad concurren
ambas formas de notoriedad pública, pero "la" opinión pública es su común des-
tinatario: ¿qué relevancia tiene tal magnitud?
Los dos aspectos de la notoriedad pública (y de la opinión pública) no están
en una relación de norma y hecho como si se tratara del mismo principio, cuya
actuación efectiva restara meramente subordinada a la actuación licitada por la
opinión pública (y, análogamente, la conducta efectiva del público, subordinada a
la conducta que de él se espera). Se trataría en ese caso de coordinar una
magnitud ideal de la opinión pública con su configuración real; pero éste no es
evidentemente el caso. Las funciones de la notoriedad pública, la crítica y la
manipulativa, son claramente distinguibles. Actúan socialmente contrapuestas.
Cada una de ellas conlleva una expectativa de conducta distinta del público: una
por enlazar con la distinción ya establecida- tiene que ver con la opinión pública;
la otra, con la opinión no pública.
No puede decirse sin más que la conjunción de notoriedad pública y
destinatarios de ésta constituye una norma. Como norma constitucionalmente
institucionalizada que es la notoriedad pública (cuya base social ha cambiado
estructuralmente respecto de la situación de partida del Estado burgués de
derecho), determina una parte importante de los procedimientos a los que están
fácticamente obligados el ejercicio y la compensación del poder. Eso
"proporciona" a la notoriedad pública algo así como un destinatario que colma las
expectativas de conducta que ella conlleva -no es, por cierto, este destinatario el
público globalmente considerado, sino un sustituto funcionalmente capaz. Otra
cuestión empíricamente decididle es en qué ámbitos están en vigor estas
funciones de la notoriedad pública, qué dimensión tiene y en qué condiciones está
el público que le corresponde. Por otra parte, tampoco puede decirse que la
conjunción, competidora de aquélla, de notoriedad pública y de sus destinatarios
constituya algo parecido a un hecho; ella está acompañada de una específica
auto comprensión cuya obligatoriedad normativa puede aparecer hasta cierto
punto en contraposición a los intereses directos del "trabajo en publicidad". Es
32
significativo que esta auto comprensión proporcione elementos esenciales
precisamente a su adversario publicístico.15
El análisis jurídico-estatal y teórico-político de las normas constitucionales en
relación a la realidad constitucional de las democracias de masas constituidas por
el Estado social tiene que atender a la ficción institucionalizada de la opinión
pública, sin poder, empero, identificar directamente a ésta en el comportamiento
del público de ciudadanos con una magnitud real. La dificultad resultante de ello
ha sido señalada por Landshut. Landshut registra, por una parte, el hecho de que
"en el lugar tradicionalmente destinado a la opinión pública [aparezca] la vaporosa
inclinación sentimental. Ésta es orientada y dirigida según convenga a través de
determinadas disposiciones y por determinados acontecimientos en uno u otro
sentido.
Esa inclinabilidad sentimental se mueve como el resbaladizo cargamento
de un barco balanceante". Landshut recuerda, por otra parte, que las instituciones
constitucionales de la democracia de masas estatal-social cuentan con una
opinión pública intacta, puesto que ésta sigue siendo la única base reconocida de
la legitimación del dominio político: "El Estado moderno presupone como principio
de su propia verdad la soberanía popular, y ésta, a su vez, tiene que estar
encarnada por la opinión pública. Sin esa atribución, sin la sustitución de la
opinión pública como origen de toda autoridad de las decisiones obligatorias para
todo el mundo, falta a la democracia moderna la sustancia de su propia verdad".
Si no se puede abandonar el mandato, implícito en las normas constitucionales,
de una publicidad políticamente activa a la simple facticidad de una publicidad
disgregada (o no se puede abandonar, al menos, sin sostener al mismo tiempo
una idea ingenua respecto de la racionalización del dominio político), entonces se
abren fundamentalmente dos caminos para definir el concepto de opinión pública.
Uno de ellos retrotrae a posiciones liberales; el liberalismo quiso salvar la
comunicación -en el ambiente de una publicidad desintegrada- de un círculo
interno de representantes capaces de publicidad y formadores de opinión; el
liberalismo quiso salvar un público raciocinante en el ambiente del público
meramente aclamativo. "Se comprende que sea mucho más difícil formar una
opinión pública a partir del desierto de sentimientos, difusas opiniones y
15 Jesús Martín Barbero, Imaginarios Urbanos.33
popularizados puntos de vista difundidos por las medios de comunicación de
masas, que a partir de la polémica racional entre las grandes corrientes de
opinión que pugnan entre sí en la sociedad civil. Porque hay que admitir que es
más difícil que nunca el que una opinión pública consiga imponerse".
Evidentemente, Hennis constata ese estado de cosas sólo para urgir a la creación
de organizaciones especiales encargadas de procurar audiencia y obediencia "al
punto de vista representada por los ciudadanos relativamente mejor informados,
más inteligentes y de mayor rectitud moral". El momento de la publicidad, que es
garantía de racionalidad, tiene que ser salvado al precio del momento de la
universalidad, que es garantía de accesibilidad universal. De ahí que las
cualificaciones que las personas privadas podían conseguir antes como criterios
de pertenencia a un público dentro de la esfera del tráfico mercantil y del trabajo
social, puedan llegar a autonomizarse como cualidades jerárquicas de la
"representación"; porque no puede contarse ya con aquella base: una
"representación" de este tipo no puede ya, dadas las circunstancias, determinarse
sociológicamente de un modo satisfactorio. 16
El otro camino lleva a un concepto de opinión pública que prescinde por
completo de criterios materiales tales como racionalidad y "representación" y se
limita a criterios institucionales. Así equipara Fraenkel opinión pública y
concepción dominante en el Parlamento y obligatoria para el Gobierno:
"Valiéndose del procedimiento de la discusión parlamentaria, la opinión pública
hace llegar al Gobierno sus deseos y, a su vez, el Gobierno pone a la opinión
pública en conocimiento de su política". La opinión pública domina, pero no
gobierna-. Leibholz cree desacertada esa confrontación de Gobierno y Parla-
mento (entendido éste como portavoz de la opinión pública); según él, los sujetos
políticamente activos serían los partidos en sus roles respectivos de gobierno y
oposición. La voluntad de los partidos coincide con la de la ciudadanía activa, de
modo que el partido en cada caso mayoritario representa la opinión pública: "Así
como en la democracia plebiscitaria la voluntad de la mayoría de la ciudadanía
activa es identificada con la voluntad global del pueblo, así también en un Estado
democrático de partidos la voluntad del partido en cada caso mayoritario en el
Gobierno y en el Parlamento es identificado con la volonté générale". La opinión
16 Guía N°1 de Derecho Constitucional, prof. Jaime Casanova, 2003. Referencia a El libro “El Príncipe” de Maquiavelo.
34
no pública sólo adquiere credenciales de opinión "pública" en la elaboración que
de ella hacen los partidos.
Ambas versiones cuentan con el hecho de que, en el proceso de formación de la
opinión y la voluntad en las democracias de masas, la opinión popular
independiente de las organizaciones -que la movilizan y la integran- apenas
conserva una función políticamente relevante. Pero ahí radica, de todos modos, el
punto débil de esta teoría; en la medida en que el público, como sujeto de la
opinión pública, es substituido en esta teoría por instancias sólo a través de las
cuales es este público aun capaz de acción política, ese concepto de opinión
pública se hace neutral. No puede apreciarse ya en esta "opinión pública" si
procede de la comunicación pública o de la mediatización; con lo que sigue
abierta la cuestión de si bajo ese rótulo hay que entender meramente la
intervención de una inclinación o tendencia masiva incapaz siquiera de
autoarticularse, o bien la degradación de una opinión muy capaz de ilustración,
pero ineluctablemente integrada en el eco plebiscitaria
La ficción de opinión pública, característica del Estado de derecho, no puede ya
seguir identificándose con el comportamiento real del público; pero tampoco
puede decirse que la atribución de la opinión pública a determinadas instituciones
políticas le quite ese carácter ficticio -si se abstrae del plano del comportamiento
del público-. Con el pathos positivista, la investigación social empírica regresa a
ese plano para asir directamente la "opinión pública". Pero abstrayéndose, a su
vez, evidentemente, de los aspectos institucionales y procediendo a la disolución
sociopsicológica del concepto de opinión pública como tal.17
Ya un problema para el liberalismo de mediados de siglo, la "opinión pública" es
conscientemente percibida en el último cuarto del siglo XIX como una magnitud
de todo punto problemática. En un tratado sobre La esencia y el valor de la
opinión pública del año 1879, se dice en tono de resignación tardoliberal: "La
novedad en los hechos y la necesidad de cambios y variaciones han llegado en
nuestros días a ser a tal punto decisivos que la opinión popular prescinde tanto de
una firme recepción de la herencia histórica como de aquella verdaderamente
vigorosa y eficaz elaboración intelectual de los grandes hombres que creían en
principios y eran capaces de sacrificarlo todo a ellos. Lo que hace cien años era,
17 Guía N° 45 de Introducción al Derecho, Prof: Luis Revecco35
según el parecer de los coetáneos, el único principio obligatorio en la sociedad (la
opinión pública), se ha convertido con el curso del tiempo en una consigna gracias
a la cual la masa cómoda e intelectualmente desidiosa ha tenido el pretexto para
sustraerse al propio trabajo intelectual". [10] Ya un lustro antes había Schäffle
declarado a la opinión pública una "informe reacción de la masa" y la había
definido como "expresión de los puntos de vista, juicios de valor o tendencias
volitivas del público todo o de una cualquiera de sus partes". Y así se rompe el
hechizo con el que la teoría del Estado había cubierto siempre al concepto -la
opinión pública se convierte en objeto de la investigación sociopsicológica-.
Analizada como "opinión de masas" por vez primera por Tarde, es arrancada al
contexto funcional de las instituciones políticas y despojada de su carácter de
"opinión pública"; pasa ahora por producto de un proceso de comunicación en el
seno de las masas que no está vinculado a los principios de la discusión pública
ni a la dominación política.18
4.1.4. OPINIÓN PÚBLICA (1921 – 2021)
4.1.4.1 EL PRIMER MEDIO SIGLO
A inicios de 1900, el requisito de los que estaban en el padrón de electores
eran los mayores de 21 años, con tal que sepan leer y escribir, adicional, estar
inscrito en el registro militar. Se trataba, de un sector bastante minoritario. En las
elecciones de 1919, se constata que votaron 197 mil personas, apenas el 10 por
ciento de la población adulta de entonces.
Para aquella época, no había un mecanismo que acogiera la opinión del
pueblo, el pensamiento general de los ciudadanos, los diarios debían actuar como
la única voz de la opinión pública. Pero en la realidad, los diarios expresaban el
sentir de los políticos encumbrados, sector intelectual y empresarios que
participaban en las discusiones de los asuntos públicos. Los diarios que
circulaban en Lima eran El Comercio, La Prensa, La Crónica. En provincias
destacaban El Deber, El Pueblo, La Industria, El Tiempo, El Comercio y El Sol.
Otros medios influyentes fueron las revistas: Variedades, Mundial y Amauta, de
José Carlos Mariátegui.
18 Bockelmann, Frank (1989). Formación y funciones sociales de la opinión pública. México: Gustavo Gili36
Otros elementos que apoyaron al desarrollo de la opinión pública fueron los
colegios profesionales, círculos empresariales y clubes deportivos. En las
primeras décadas de 1900 fueron creados el Colegio de Abogados de Lima, la
Sociedad de Ingenieros, la Sociedad Nacional Agraria, la Sociedad Nacional de
Minería, la Cámara de Comercio de Lima, el Club Ciclista Lima, Alianza Lima,
Regatas Lima, Universitario de Deportes y el CircoloSportivo Italiano. A diferencia
de los anteriores, el surgimiento de los sindicatos de obreros amplió la
participación ciudadana a los sectores populares más modernos. Estos sectores
organizaron huelgas laborales, crearon círculos culturales de obreros, produjeron
obras de teatro de contendido social y publicaron revistas, algunas incitando la
toma de conciencia por ideologías de izquierda.
Para conocer periodo histórico, el Doctor Alfredo Torres resume de la
siguiente manera:
“La medición de la opinión pública a través de encuestas tardó en surgir en
el Perú. Durante la primera mitad del siglo XX, la opinión pública se confundía con
la opinión publicada, es decir, con la opinión del público activo, recogida y
procesada por los principales diarios del país. La prensa procuraba actuar como
intérprete de las mayorías silenciosas, denominación que aludía al escaso poder
que tenía la opinión pública.
El pionero de las encuestas en Perú fue un profesional de la investigación
de mercados: Carlos Uriarte. Luego de formarse la agencia de publicidad McCann
Erickson, en 1959. Uriarte fundo su empresa Investigación de Mercados y
Asesoría Técnica. Fue requerido para hacer encuestas de intención de voto para
las elecciones de 1962 y 1963, pero el golpe de estado de 1968 cortó lo que
podría haber sido un desarrollo temprano para el país. En 1978 se inició la
incursión de empresas como Alegre y Asociados y su filial Peruana de Opinión
Pública y Compañía Peruana de Investigación CPI, y como DATUM. Estas
empresas competían en diversos ámbitos en la medición de sintonía de televisión,
durante la década del 1980.
La etapa de profesionalización se inició en 1985 con la incursión de
estudios de opinión de APOYO, luego vendría IMASEN, y Analistas y
37
Consultores. Su intención era seguir el sentir de la opinión pública de manera
permanente y no unicamente en procesos electorales.” 19
4.1.4.2 MILITAR, EXPROPIACIÓN Y LA OCI
Como toda dictadura, la de Velasco no estaba dispuesta a soportar una
prensa crítica. Poco después de iniciado el régimen, en 1970, expropió los diarios
Expreso y Extra, cuyo dueño era Manuel Ulloa, ex ministro de Belaunde. Pero a
diferencia de las dictaduras tradicionales, esta aspiraba a un control más amplio
de la mentalidad ciudadana. Quería evitar que estuviese “alienada” a una visión
“extranjerizante”. Procedió, entonces en 1071, a expropiar el 51 por ciento de
todos los canales de televisión.
Si bien la televisión no tenía la penetración masiva de ahora, sí empezaba
a convertirse, en un medio con gran influencia sobre la opinión pública. De hecho
el periodista Manuel d•Ornellas solía atribuir la reelección de Luis Bedoya para la
alcaldía de Lima en 1966 a su desempeño en un debate televisado con su
contendor, el prestigiado Jorge Grieve. También hubo quienes pensaron que el
triunfo del carismático Fernando Belaunde sobre Víctor Raúl Haya de la torre y
Manuel Odría en las elecciones de 1963 se había debido a su mayor desenvoltura
ante las cámaras. Ambas interpretaciones eran exageradas bajo la baja
penetración de la televisión entonces, le hecho es que al controlar el gobierno
militar este medio de comunicación, su capacidad de influir sobre la población se
incrementaba considerablemente.
En 1974, Velasco decidió expropiar todos los diarios de circulación
nacional. El pretexto fue entregárselos a la población organizada: El Comercio a
los campesinos, La Prensa a los obreros, Expreso a los maestros, Correo a los
profesionales, Ojo a los artistas, etc. La realidad era que tales sectores distaban
mucho de estar organizados y que fue el gobierno el que pasó a controlar
directamente a la prensa. El experimento fue un fracaso. La transferencia fue
suspendida en 1976 y, según Gargurevich, “se inició una época de mediocridad
periodística sin paralelo en la historia del diarismo en el país debido al rol que
asumió la OCI, Oficina Central de Información”, hasta se constituyó la agencia
Publiperú, dependiente de la OCI, para promocionar en exclusividad a todas la
empresas estatales. 19 TORRES, A. (2010) Opinión Pública 1921-2021, Santillana S.A., Lima, Pag. 48, 49
38
En la medida que el país vivía en una dictadura, no es posible hablar de
opinión pública tal como s entiende viviendo en democracia. Si se hubiese hecho
encuestas a muestras representativas de la población de aquel entonces, es
posible que, gracias al trabajo político de SINAMOS y al control que ejercía el
gobierno sobre la televisión, la mayor parte de la población hubiese respaldado a
Velasco en los primeros años del régimen. Incluso el diario el Comercio, tuvo al
inicio expresiones elogiosas hacia algunas iniciativas nacionalistas del gobierno
militar. La oposición más fuerte al gobierno provenía del diario La Prensa. Sin
embargo su influencia se limitaba a los estratos medio altos, de donde pero venía
la mayor parte de sus lectores.
El logro más importante proclamado por el régimen velasquista fue la
Reforma Agraria. Pedida por diversos líderes de opinión desde la década de
1950, ofrecida por Belaunde en la década de 1960 y bloqueada por la
concertación APRA y la Unión Odriísta. El gobierno la promulgó en 1969. Esta
reforma no fue diseñada para impulsar el desarrollo del país, sino para romper la
columna de la oligarquía, con lo que se convirtió en un gran fracaso y quizás el
daño más duradero que dejó Velasco a la economía nacional. En su discurso
proclamando la Reforma, Velasco preconizaba un acto de justicia al
campesinado:
“La ley se orienta a la cancelación de los sistemas de latifundio y minifundio
en el agro peruano, planteando su sustitución un régimen justo de tenencia de la
tierra que haga posible la difusión de la pequeña y mediana propiedad en todo el
país. De otro lado, por ser una ley nacional que contempla todos los problemas
del agro y que tiende a servir a quien trabaja la tierra, la Ley de Reforma Agraria
se aplicará en todo el territorio del país, sin reconocer privilegios ni casos de
excepción que favorezcan a determinados grupos o intereses. Sabemos muy bien
que la Ley de Reforma Agraria tendrá adversarios y detractores. Ellos vendrán de
los grupos privilegiados que hicieron del monopolio económico y del poder político
la verdadera razón de su existencia. Esa es la oligarquía tradicional que verá en
peligro su antipatriótica posición de dominio en el Perú. No le tememos. A esa
oligarquía le decimos que estamos decididos a usar toda la energía necesaria
39
para aplastar cualquier sabotaje a la nueva ley y cualquier intento de subvertir el
orden público”. 20
La población peruana en 1971 bordaba los 14 millones de habitantes, casi
el triple que medio siglo antes. El Perú dejó de ser un país mayoritariamente rural.
Ahora, tres de cada cinco peruanos vivían en áreas urbanas. Como consecuencia
de mejoras en las condiciones de vida de la población –alimentación y salud,
principalmente– se había producido una explosión demográfica que había
impulsado oleadas migratorias del campo a la ciudad, de la sierra a la costa y de
las provincias hacia la capital.
A esta movilización social, causada porque no halló en la Reforma Agraria
el logro a sus aspiraciones, y que ha eso se sumó la convulsión en los andes por
parte del terrorismo, Hernando de Soto la analiza en el libro “El otro sendero” que
describe como la informalidad ocupa el comercio, la propiedad, el transporte y la
economía en la ciudad capital:
“Al llegar a las ciudades los migrantes encontraron un mundo hostil. Se
dieron cuenta de que, si bien la sociedad formal tenía una visión bucólica del Perú
profundo y le reconocía el derecho a la felicidad, nadie quería que ese Perú
profundo bajase a las ciudades. De ahí que sus habitantes, herederos de la
antigua tradición andino-española, no hayan podido sentir más que horror frente a
la migración campesina, porque el caos estaba invadiendo, por fin, su cosmos.
Por añadidura, cada persona que emigra a la capital es, de alguna manera, un
competidor de quienes ya la habitan. Si reconocemos que existe una natural
tendencia a tratar de evitar la competencia, resulta también explicable el recelo
que suscitó la migración” 21
Esta estructura estatista de la información, fue disuelta por el presidente
Fernando Belaunde, cuando asumió su segundo gobierno. Él devolvió los diarios
y las televisoras a sus propietarios originales, el mismo día que asumió el poder
tras ser elegido en 1980.
4.1.4.3 DEMOCRACIA E INFLACIÓN
20 VELASCO ALVARADO, J. (1972), Velasco, la voz de la revolución, Ediciones Participación, Lima Perú21 DE SOTO, H. (1986) El otro sendero, Edit. El Barranco, Lima, Pag. 11
40
Al final de la década de los 70, la forma inequívoca de medir la preferencia
de la opinión pública hacia los candidatos, era por la cantidad de personas que
reunían en los mítines de campaña electoral. Los periódicos de la época,
publicaban fotos panorámicas del mitin del candidato Belaunde de Acción
Popular, de Villanueva del APRA, y de Bedoya del PPC. El Perú emergía del
estatismo militar, y los partidos políticos, no invertían en las llamadas “portátiles”
para transportar centenares de personas para escuchar al candidato.
El doctor Jorge Salmón Jordán, peruano, abogado e ingenioso publicista,
fue uno de los “empresarios auto asilados” en el exterior durante el gobierno
militar. Y cuando él sintió la llegada de las brisas de la democracia en Perú,
repatrió en el año 1978, su agencia Fórum Publicidad del Ecuador. Por su
cercanía con los líderes de Acción Popular, se le encomendó la Campaña de
Belaunde. El resultado fue exitoso, llevó al arquitecto por segunda vez a Palacio
de Gobierno. Parte del profesionalismo de Salmón en la publicidad política, está
narrado en su libro “Entre la vanidad y el poder”
En el Perú, el fin de la década de 1980 fue también un momento de
ruptura radical. La opinión pública dejó su condición de opinión, para desviarse
por la simpatía. Fue así que el electorado femenino manifestó su preferencia
electoral por Alán García, el candidato joven y guapo, del partido viejo. El rsotro
de Alán se contrastaba con la de los trajinados de Bedoya, Alva Orlandini y Jorge
del Prado del partido Comunista.
Alán García en su fogosidad juvenil, no anticipó que su iniciativa social de
monitorear los bancos, le generaría consecuencias catastróficas internas e
internacionales. Entre otros desaciertos, se sumó su posición de no pagar la
deuda externa. La prensa se le vino encima durante los cuatro últimos años de su
gobierno, pero a pesar de eso, respetó la libertad de los medios. Él seguía
disertando en las plazas, explayando su juvenil sonrisa, como si todavía fuera
candidato y no hubiera hiperinflación.
En 1990 culminó “el gobierno más desastroso del siglo XX” como lo calificó
Francisco Sagastegui; “el quinquenio de la destrucción nacional” en palabras de
Javier Silva Ruete. Estos epítetos se los ganó el primer gobierno de Alán García,
porque desarrolló la hiperinflación más larga de la historia moderna: significó que
41
las remuneraciones cayeran a la mitad de lo que eran la inicio del periodo, la
recaudación tributaria a la tercera parte, los depósitos bancarios a la quinta parte
y el ingreso per cápita a los niveles que tenía en 1960.
El deterioro de la gestión de García se acentuó a partir de su intento de
nacionalizar los bancos y compañías de seguros en 1987. Frente a dicho intento
reaccionó un amplio sector de la ciudadanía encabezado por el escritor Mario
Vargas Llosa. Esta actitud lo llevó a convertirse en el candidato presidencial
favorito para las elecciones de 1990. Durante su campaña Vargas Llosa fue
explícito en proclamar la necesidad de dar un vuelco en la orientación económica
del país hacia una economía de mercado y de afrontar la hiperinflación con
medidas radicales. Su prédica persuadió a muchos, pero en el tramo final de su
campaña atemorizó a parte del electorado que prefirió votar por el candidato
desconocido: el profesor de matemáticas y rector universitario de ascendencia
japonesa Alberto Fujimori.
La derrota del célebre escritor constituyó una demostración palpable de
que la prensa y la opinión pública no necesariamente van de la mano. La
televisión, encabezada por César Hildebrandt, y la prensa escrita, liderada por
Alejandro Miroquesada, del Comercio, Manuel d¨Ornellas, de Expreso, y Enrique
Zileri, de Caretas, “se la jugaron” por Vargas Llosa, no porque tuviesen plena
confianza ideológica con él, sino porque, para mayor parte de la población
educada, parecía el único líder con el prestigio suficiente para sacar al país de la
crisis en que se encontraba.
Todo este respaldo mediático no fue suficiente para convencer a la mayoría
de peruanos de los estratos sociales más empobrecidos. Fue entonces cuando
las encuestas de opinión pasaron a ser vistas con mayor interés, en la medida
que estas actitudes que se encontraban en los sectores de la sociedad resultaban
diferentes de las que se recogían en las élites de la capital. Quién sabe si el
fraccionamiento tradicional de los estratos en una encuesta contribuyó a polarizar
al electorado en los comicios de 1990:
Un ambiente de polarización como el que caracterizó a la segunda vuelta
electoral provocaba actitudes de desconfianza. La presentación correcta y
presuntamente neutral de los entrevistadores obraba como una presunción de
42
que se trataba de alguien inclinado por el FREDEMO. Los encuestados querían
evitar un imaginado conflicto estimando al mismo tiempo que el hecho de no
manifestar la decisión tomada, reservaba sus márgenes de autonomía.
Situándonos a otro nivel de interpretación, es posible suponer que el
procedimiento de las empresas de opinión pública de dividir la población en cuatro
estratos por nivel de ingresos: alto, medio, bajo y muy bajo, tiende a enfatizar en
la división entre ricos y pobres y no considerar con el suficiente cuidado otros
cortes que se presentan en las complejas sociedades urbanas del Perú. En el
caso de Lima, algunas comprobaciones recientes de sociólogos y antropólogos,
sugieren la coexistencia de dos grupos de las clases medias, uno cuya familia de
procedencia lleva varias generaciones viviendo en la ciudad desempeñando
tareas como empleados de "cuello y corbata", y otro de origen migrante vinculada
a la pequeña empresa o al trabajo independiente calificado. Entre uno y otro de
estos sectores existen pocos espacios compartidos; no los hay en el trabajo, en
los colegios a que concurren sus hijos, en los estilos y lugares de recreación. La
clase media tradicional parece haberse inclinado mayoritariamente por el
FREDEMO; la emergente clase media de andinos habría orientado su preferencia
al candidato de Cambio 90” 22
La candidatura de Fujimori pasó del rubro “otros” de las encuestas de
intención de voto, donde se ubicaba apenas un mes antes de las elecciones, a 10
por ciento quince días antes, 21 por ciento una semana antes y, finalmente, 29
por ciento el día de la votación. Vargas Llosa ganó esa primera vuelta con 33 por
ciento, pero fue superado por Fujimori en la segunda vuelta electoral con 38 por
ciento frente a 62 por ciento. En el Congreso, sin embargo, la agrupación
fujimorista Cambio 90 quedó como tercera fuerza, después del Frente
Democrático y del APRA. Para la segunda vuelta, “gran aporte” contribuyó el spot
del APRA, aliado circunstancial del fujimorismo, para atemorizar a la población
sobre lo negativo del shock de Vargas Llosa. Fujimori derrotó a Vargas Llosa
prometiendo que no aplicaría un shock económico para frenar la hiperinflación.
Una vez en el poder, el presidente Fujimori hizo lo que prometió no hacer, la
receta funcionó y la inflación amenguó. La aprobación presidencial, que había
empezado en 67 por ciento, cayó a 51 por ciento luego del shock, y cerró el año
22 DEGREGORI, C. y GROMPONE, R. (1991) Demonios y redentores en el nuevo Perú, IEP Ediciones Pag. 5543
en 57 por ciento, muy por encima del 15 a 20 por ciento que había registrado Alan
García a fines de la década del 1980.
4.1.4.4 ENTRE EL AUTORITARISMO Y LA CORRUPCIÓN
Durante 1991, el respaldo popular a Fujimori declinaba. En julio había caído a 31
por ciento. La inflación había reducido, pero no los efectos del shock, como el
desempleo y la pobreza, el terrorismo continuaba cobrando víctimas. Fujimori
empezó a atacar al parlamento y la Poder Judicial. Su críticas fueron bien
recibidas por la opinión pública. Quizás estaba lanzando un globo de ensayo para
lo que sería el autogolpe que perpetraría, alentado por su asesor Vladimiro
Montesinos, el 5 de abril de 1992.
La disolución del Congreso fue respaldada por el 80 por ciento de la
población, y el cese de la Corte Suprema de Justicia, por el 81 por ciento. La
aprobación presidencial al mes siguiente del autogolpe llegó a 82 por ciento. Las
encuestas se convirtieron, en el instrumento de legitimación del autogolpe de
Fujimori. Fue la única vez que APOYO se sintió en la obligación de publicar su
posición discrepante con la mayor parte de la opinión pública que registraban sus
propias encuestas.
El 96 por ciento consideraba importante que el gobierno respetara la
libertad de prensa, y el 71 por ciento declaraba que desaprobaría a Fujimori si no
cumplía con retornar al orden constitucional. Es razonable inferir, que estas
encuestas, junto con la presión internacional y periodística, a persuadir a Fujimori
que debía frenar sus ímpetus autoritarios y volver a la democracia. Ese mismo
año se realizaron elecciones para un Congreso Constituyente. En ellas, las
agrupaciones fujimoristas Nueva Mayoría y Cambio 90 ganó ajustadamente.
Un hecho que ayudó a legitimar el autogolpe a los ojos de la ciudadanía
fue que, pocos meses después del autogolpe, fue detenido Abimael Guzmán, el
líder del movimiento terrorista Sendero Luminoso. El Partido Comunista Sendero
Luminoso se había formado en la década de 1970 en Ayacucho, y había
empezado su accionar violento en 1980 en Lima. De acuerdo con el informe de la
Comisión de la Verdad, la violencia de Sendero Luminoso cobró la vida de 70 mil
personas, tuvo impacto económico del orden de los 3 mil millones de dólares y
contribuyó al incremento de la pobreza.
44
La población económicamente activa prácticamente se duplicó en ese
lapso, pero el modelo económico adoptado por Velasco, parcialmente corregido
por Morales Bermúdez y Belaunde, y luego nuevamente acentuado por García –
Estado empresario, control de precios, cooperativismo agrario, sobreprotección
arancelaria y rigidez en el mercado laboral- no generó los puestos de trabajo que
esta población creciente requería.
Dado que el terrorismo y las dificultades económicas restringían la
posibilidad de salir del hogar, las familias de clase media y de los sectores
populares se reunían para ver programas como “Risas y salsa”, “Trampolín a la
fama”, “Nube luz” y “Aló Gisela”, y cuando la transmisión se interrumpía producto
de un gran “apagón” tronaban a encender la radio transistores para enterarse por
RPP, dónde había sido que Sendero Luminoso, haciendo paradójico honor a su
nombre, había derrumbado otra torre de alta tensión.
El estrato social D mejoró su capacidad adquisitiva gracias al final de la
hiperinflación. Por primera vez las poblaciones muy alejadas vieron llegar al
presidente de la república y con él, los recursos para reconstruir caminos, edificar
escuelas y habilitar postas médicas. Muchos pobladores de estos lugares
continuaban migrando a Lima cargados por el trauma de la violencia terrorista,
ahora la menos percibían un cambio y veían el futuro con esperanza. El periodo
de 1992–1996 fue el de mayor sensación de progreso que registran las encuestas
a la opinión pública.
A pesar de haber sido elegido democráticamente, el autoritarismo de
Fujimori se acrecentó a partir de 1995. Y para frenar la típica forma de censurar a
la prensa opositora, Vladimiro Montesinos, asesor del gobierno, decidió comprar
la línea editorial de la prensa escrita y la televisiva., para convertirlos en medios
oficialistas, y de paso ser los escuderos contra los líderes políticos y posibles
futuros candidatos presidenciales como Alberto Andrade, quien se desempeñaba
como alcalde de Lima.
Así en setiembre de 2000, a solo después de un mes de hincar su tercera
reelección, se divulgó el primer “vladivideo”, donde se veía al congresista Alberto
Kouri de la nueva oposición recibiendo una fuerte cantidad de dinero por parte de
Montesinos por ser un aliado clandestino del gobierno. La reacción de la opinión
45
pública fue letal para el gobierno. El apoyo popular bajó a 245 por ciento. Fujimori,
con el pretexto de asistir a una cumbre internacional, llegó a Japón, desde donde
renunció a la presidencia vía fax.
4.1.4.5 TOLEDO Y GARCÍA
La denominada “Marcha de los cuatro suyos” fue el punto más importante
para que la opinión pública encumbre a Alejandro Toledo como el candidato ideal,
una vez que el gobierno de transición de Valentín Paniagua convocará elecciones
para el 2001. La imagen de este economista que recalcaba su origen de un pobre
lustrabotas sirvió de base para su campaña política.
Al parecer, Toledo se excedió en sus promesas electorales, muchas no
cumplidas durante sus primeros años. De ahí que un programa cómico asociaba
su imagen con la canción de Olga Tañón: “Es mentiroso ese hombre”. Y de modo
paralelo también se le posesionó al presidente como un hombre gustoso por la
bebida, al punto que se tildaba a sus medios de transporte, como avión
parrandero. Toledo aseveró que se vería el chorreo económico debido a sus
medidas en promover la macroeconomía:
“Si los presidentes Toledo y García hubiesen sido más conscientes de la
paradoja del crecimiento infeliz, habrían sido más prudentes al proclamar los
buenos resultados macroeconómicos. Para los sectores populares del país, las
mejoras en sus condiciones económicas de vida son todavía insuficientes para
sentirse satisfechos. En diversos focusgroups efectuados por Pisos Apoyo se
encontró que, para gran parte de la opinión pública, si el gobierno sostenía que el 46
país estaba mejor y la población no lo sentía, entonces se estaba incrementando
la corrupción. La población pensaba que eran los políticos y sus amigos quienes
aprovechaban el crecimiento económico en desmedro del resto” 23
El Presidente Toledo deja el gobierno con buen pie. El porcentaje de aprobación a
la gestión del Dr. Alejandro Toledo, a nivel nacional, se incrementa hasta llegar a
35% y deja Palacio de Gobierno con una cifra que se sólo alcanzó en el primer
año de su periodo gubernamental, la misma que no se repitió en los últimos tres
años de gobierno en los que su nivel de aprobación llegó a un dígito, poniendo en
peligro incluso hasta su posición como mandatario del paísSu labor es respaldada
en forma importante en la Gran Lima, el norte y oriente del país, y entre las
personas que pertenecen a los niveles socioeconómicos A/B y C. Llama la
atención que en el nivel social E (más pobre) alcance 36% de aprobación, cuando
siempre fue un sector crítico a su desempeño. La encuesta de DATUM revela
como fue divergiendo la aprobación de la desaprobación.24
La desaprobación a su labor pública es 58%, con mayor énfasis en las
regiones central y sur del país. Cabe anotar que el “crecimiento de popularidad”
del Presidente Toledo coincide con la ratificación de la firma del TLC con Estados
Unidos por parte del Congreso y con la responsabilidad con la que se manejó
durante el último proceso electoral. Este último tema podría ser un factor
importante en la mejora de su nivel de aprobación, en el que frente a un Alan
García con sus antecedentes de gobierno en 1985 y la posición radical de Ollanta
Humala, habrían colocado a Toledo en una posición más favorable desde una
perspectiva de manejo de gobierno, más allá de los logros alcanzados en su
23 TORRES, A. (2010) Opinión Pública 1921-2021, Santillana S.A., Lima, Pag. 149, 15024 www.datum.com.pe/Datum_english/OP%20Julio%20-%20Final%202006.pdf
47
gobierno y que meses posteriores al proceso electoral eran motivo de intensa
comunicación.
Y en este contexto, el 2006 los peruanos se verían en la disyuntiva de elegir
al candidato Ollanta Humala con las recetas radicales para los diversos rubros
que el país necesita, mientras que el otro contendor, el Dr. García Pérez, la
población volvía nuevamente a respaldarlo, crédulo al mea culpa sobre su primer
gobierno. En la primera vuelta el ex comandante se imponía con una cifra del
31%, seguido por García con un 24.3%
La opinión pública reflejaba que el deslinde de la segunda contienda sería
que el sector leal al fujimorismo apoyaría al candidato del APRA. Los resultados
favorecieron a l candidato de la estrella 53%. García inicia su segunda gestión, o
por decirlo, la nueva oportunidad cedida por el pueblo, afirmando su propuesta
por el Perú, en su discurso del 28 de julio 2006 ante el Congreso:
“Hoy, requerimos de un nuevo consenso, que rescate el rol del Estado
por el empleo y la justicia, y que afirme la participación ciudadana sin
exclusiones. Ese debe ser el nuevo consenso latinoamericano por la unión y
la justicia social. Por eso, constatando las cifras de pobreza y miseria, las
condiciones de los servicios de salud y educación, y el aumento
de la injusticia social, proclamamos ahora que en el Perú ha llegado la hora
del pueblo, que es la hora de los 13 millones de pobres que no tienen nada
y, repitiendo el Evangelio, decimos que ellos, que son los últimos, serán los
primeros.
Invocando el espíritu de Haya de la Torre y la sombra inmortal de
Piérola en este hemiciclo, saludo al pueblo peruano, ratificando mi
compromiso de trabajar con todos y por todos, sin exclusión partidaria ni
política. Me dirijo a los ciudadanos para fortalecer su fe y para renovar la
esperanza de construir un mañana común. Esta es una hora de decisiones, y
hablo con verdad al país, porque creo que la verdad, por dura que sea, es la
mejor forma de hacer política. La verdad nos da serenidad y madurez, nos
da confianza para distinguir lo bueno y lo malo, para saber que el Perú no
está tan bien como dicen algunos, pero tampoco está en la situación pésima
48
e irrecuperable que dicen otros, porque esta última perspectiva nos precipita
al caos y al enfrentamiento.” 25
Inclusive, en el discurso, convoca a la opinión pública para que lo apoyen en
acciones de tutelar la transparencia o fiscalización de posibles actos anómalos
por parte de los funcionarios públicos:
“Pero con la austeridad, la descentralización y la simplificación,
también requerimos un esfuerzo de moralización. Confío en la opinión
pública, en la prensa, escrita, radial y televisiva, en la sociedad civil
organizada, para que me ayude a detectar los casos de corrupción y los
errores o intereses políticos, nada encubriré ni a nadie auxiliaré, y estoy
seguro que con el sistema de compra única y electrónica desterraremos gran
parte de esa corrupción” 26
El Alán García del 2006 se alejó de las estatizaciones, y negativas de pagar
la deuda externa. Para su segundo gobierno, se proveyó de un gabinete
multipartidario. El rector de la universidad San martín le permitió dar un impulso a
la educación, concretando la evaluación de docentes y su respectivo incremento
en sus haberes. Además realizar importantes obras en la infraestructura pública, y
poder concluir el abandonada construcción del tren Eléctrico. Poco quedó del
García que enalbardaba la tesis de Víctor Raúl Haya de la Torre, en el libro “El
antiimperialismo y el APRA”:
“El APRA es el Partido Revolucionario Antiimperialista La-
tinoamericano que organiza el gran frente único de trabajadores manuales
e intelectuales de América Latina, unión de los obreros, campesinos,
indígenas, etcétera, con los estudiantes, intelectuales de vanguardia,
maestros de escuela, etcétera, para defender la soberanía de nuestros
países. El APRA es un movimiento autónomo latinoamericano, sin ninguna
intervención o influencia extranjera. Es el resultado de un espontáneo
anhelo de nuestros pueblos para defender unidos su libertad, venciendo a
los enemigos de dentro y a los de fuera.
25 Diario oficial El Peruano, 29 de julio 200626 Diario oficial El Peruano, 29 de julio 2006
49
Las experiencias de México, América Central, Panamá y las Antillas,
y la presente situación del Perú, Bolivia y Venezuela, donde la política de
penetración del imperialismo se deja sentir fuertemente, han determinado
la organización del APRA sobre bases completamente nuevas y
propugnando métodos de acción realistas y eficaces.” 27
El presidente García se plegó a los tratados de libre comercio y a la
economía globalizada. Y deja precedentes para el gobierno entrante del
“nacionalista” Ollanta Humala, para que siga la ruta en que siga desplazándose el
desarrollo peruano:
“Es el momento de convocar a los grandes capitales que, a su vez, son los
que compran a la pequeña y mediana empresa nacional generando trabajo.
No olvidemos que por cada sol que invierte el Estado, el sector privado
invierte cuatro. Debemos mejorar ya las condiciones para la construcción del
gasoducto sur andino, ofreciendo más ventajas al capital a cambio de
desarrollar esa enorme infraestructura que revolucionará todo el sur.
Además, aprobar ahora una ley con todas las fuerzas políticas para declarar
de necesidad y urgencia nacionales la ejecución de proyectos como Conga,
Toromocho, Las Bambas, Tía María y otros de gran envergadura.” 28
4.1.5 PARTICIPACION POLITICA
4.1.5. 1. DE LOS CIUDADANOS
En el Título I de la Persona y de la Sociedad, capítulo I, de los derechos
fundamentales, artículo 2 se señala que la persona tiene derecho a: la vida,
identidad, integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. Así
mismo, a la igualdad ante la ley, nadie puede ser discriminado por motivo de
origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica y cualquier otra
índole; así mismo, a participar, en forma individual o asociada, en la vida política,
económica, social y cultural de la Nación. Los ciudadanos tienen, conforme a ley,
27 HAYA DE LA TORRE, V. (2012) El antiimperialismo y el APRA, Fondo Editorial del Congreso del Perú, Lima, Pag. 10528 GARCÍA PÉREZ, A. (2012) Contra el temor económico, Edit. El Indoamericano, Lima, Pag. 76
50
los derechos de elección, de remoción o revocación de autoridades, de iniciativa
legislativa y de referéndum.
En el capítulo III, Los derechos políticos y los deberes de las y los
ciudadanos, artículo 31, se señala: “Los ciudadanos tienen derecho a participar en
los asuntos públicos mediante referéndum; iniciativa legislativa; remoción o
revocación de autoridades y demanda de rendición de cuentas. Tienen también el
derecho de ser elegidos y de elegir libremente a sus representantes, de acuerdo
con las condiciones y procedimientos determinados por la ley orgánica. Es
derecho y deber de los vecinos participar en el gobierno municipal de su
jurisdicción. La ley norma y promueve los mecanismos directos e indirectos de su
participación.
En la Ley de Partidos políticos No 28094, noviembre 2003, señala que en
las listas de candidatos de dirección del partido político, así como para los y las
candidatas de elección popular, el número de mujeres u hombres no puede ser
inferior al treinta por ciento del total de candidatos.
De acuerdo a la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales No 27867,
noviembre 2002, norma la estructura, competencias y funciones de los gobiernos
regionales. Orientan su gestión 14 principios rectores; destacaremos tres: El
principio de participación en la gestión de los planes, políticas y proyectos; así
como al desarrollo de la gestión del gobierno regional.
El principio de inclusión orientado a que el gobierno regional desarrolle
políticas y acciones dirigidas a promover la inclusión económica, social, política y
cultural, de jóvenes, personas con discapacidad, grupos sociales tradicionalmente
excluidos y marginados del Estado, principalmente ubicados en ámbito rural y
organizados en comunidades campesinas y nativas, nutriéndose de sus
perspectivas y aportes. Estas acciones también buscan promover los derechos de
grupos vulnerables, impidiendo la discriminación por razones de etnia, religión o
género y otras formas de discriminación. El principio de equidad, que es un
componente constitutivo. La gestión promociona, sin discriminación, igual acceso
a las oportunidades y la identificación de grupos y sectores sociales que requieren
ser atendidos de manera especial por la gestión regional.
51
La Ley de igualdad de Oportunidades entre varones y mujeres y el Plan
Nacional de Igualdad de oportunidades entre mujeres y varones 2006-2010,
involucra a gobiernos regionales y locales, a impulsar la participación política de
las mujeres rurales, indígenas, amazónicas y afro peruanas y su integración en
los espacios de decisión comunitarios. Por tanto deviene necesario profundizar,
ampliar y consolidar los adelantos e identificar nuevos espacios de actuación para
mejorar la situación de la mujer, jóvenes y pueblos originarios, en las regiones,
provincias y distritos, con un abordaje integral e integrado de su problemática.
4.1.5. 2. PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LA MUJER
El Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social a través de la Dirección
General de la Mujer y en su rol de promoción de los derechos ciudadanos y
políticos de las mujeres, ha realizado el estudio “Análisis de la Participación
Política y Ciudadana de la Mujeres en los espacios Locales y Regionales”, con el
fin de analizar y reflexionar sobre la situación de la participación de las mujeres en
los espacios a nivel regional y local de decisión, concertación, planificación y de
vigilancia. En sus página menciona los diversos acuerdos de citas internacionales
referente a la participación política de la mujer:
“El Estado peruano ha suscrito un conjunto de acuerdos y normas
internacionales orientados a promover los derechos políticos de las
mujeres, en su mayoría con carácter vinculante, veamos: Convención
interamericana sobre concesión de los derechos políticos a la Mujer (1948),
Convención sobre los derechos políticos de la mujer (1995), Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
CEDAW (1979), La IV Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en
Beijing, China (1995), La Convención Interamericana para prevenir,
erradicar y eliminar todas las formas de discriminación y violencia contra
las mujer “Convención Belem Do Para”, 1994, Décima Conferencia
Regional sobre la Mujer de América Latina y El Caribe, realizada en Quito,
Ecuador, agosto 2007 (ONU)” 29
29 MINISTERIO DE LA MUJER Y DESARROLLO SOCIAL (2008) Análisis de la participación política y ciudadana de las mujeres en los gobiernos locales y regionales, Edit: CENDOC MIMDES, Lima, Pg. 33
52
De otro lado, la Jefa Nacional, de la ONPE, doctora Magdalena Chu, refirió
en su presentación a propósito del día internacional de la mujer del año 2007, que
el número de mujeres que sufragaron respecto al universo de mujeres electoras
ha aumentado, en relación al proceso electoral regional y municipal del año 2002,
como se muestra en el siguiente cuadro: 30
Brevemente presentamos información cuantitativa de la presencia de las mujeres
en los partidos políticos. El partido con mayor número de afiliados/as es el Partido
Aprista Peruano, seguido del Partido Popular Cristiano, Acción Popular y Perú
Posible. Las mujeres afiliadas a los partidos políticos en el país representan el
46.42%, mientras que los hombres representan el 53.57% del total de afiliados/as,
veamos.El JNE en el Boletín Estadístico citado presenta información referida a las
candidatas y candidatos a alcaldías y regidurías distritales y provinciales, según
rango de edad y sexo, 19 lo que nos permite constatar lo siguiente:
- Las mujeres candidatas a alcaldías provinciales también se concentran en
el rango de edad comprendidas entre 40-49 años, sumando 57 candidatas,
lo que representan el 45.23% respecto del total de candidatas a alcaldías
provinciales. A su vez, los candidatos hombres se concentran el mismo
rango de edad, sumando 594 candidatos.
- Las mujeres candidatas a las alcaldías distritales se concentran en el rango
de 40 a 49 años (240 candidatas), que representan el 38% respecto al total
de mujeres candidatas a alcaldías distritales. Por su parte, los candidatos
30 MINISTERIO DE LA MUJER Y DESARROLLO SOCIAL (2008) Análisis de la participación política y ciudadana de las mujeres en los gobiernos locales y regionales, Edit: CENDOC MIMDES, Lima, Pg. 33 IBDEM Pg. 28
53
hombres también se concentran en el mismo rango de edad, sumando 3,996
candidatos.
- Las mujeres candidatas a regidurías provinciales se concentran en el rango
de edad hasta 28 años, sumando 2,723 candidatas, lo cual representa el
44.5% respecto del total de candidatas a dicho cargo. Los candidatos
hombres se concentran en el rango de edad de 40 a 49 años, sumando
2,580 candidatos.
- Las mujeres candidatas a regidoras distritales se concentran en el rango de
edad hasta los 28 años, sumando 11,095 candidatas, que representan el
43.9% del total de candidatas a dicho cargo. Los candidatos hombres por su
parte se concentran en el rango de edad de 29 a 39 años, sumando 11,344
candidatos. 31
4.1.5.3. JUVENTUD Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA
A pesar de que los grupos y las ideas políticas aún tienen mucha
importancia en el desarrollo de la vida académica, cultural e institucional de la
universidad, la percepción que los jóvenes, y en particular los universitarios,
tienen sobre ambos es abrumadoramente negativa. La razón de ese desprestigio:
la crisis económica y la violencia política experimentada en el país durante los
últimos años.
Los jóvenes universitarios suelen asociar la política con la acción de
determinados personajes relacionados con el servicio público. En ese sentido, la
política es vista como una actividad dominada por la corrupción. Los políticos
actúan con base en sus propios intereses y ambición, y no en representación de
las necesidades e intereses de las demás personas. Los jóvenes no identifican
fácilmente el espacio de lo público, por lo que les es difícil expresar, en forma
abierta, sus opiniones o confiar en que los mecanismos y las formas de acción
política sean de utilidad para resolver sus problemas particulares y los del país en
general. Esta distancia entre los líderes políticos y sus representados se
reproduce dentro de las mismas organizaciones estudiantiles, lo que contribuyen
a reafirmar una percepción negativa acerca de la utilidad práctica de la política.
31 MINISTERIO DE LA MUJER Y DESARROLLO SOCIAL (2008) Análisis de la participación política y ciudadana de las mujeres en los gobiernos locales y regionales, Edit. CENDOC MIMDES, Lima, Pag. 33
54
“Durante una discusión en la que participó un miembro del Congreso de la
República, la actitud de los jóvenes fue de curiosidad y cuestionamiento
hacia las obras y omisiones del trabajo parlamentario. Abundaron las
demandas por explicaciones de varios temas que, desde su perspectiva,
no han sido considerados, adecuadamente, por los políticos. En
determinados momentos, la vehemencia de sus preguntas y comentarios
hicieron que la conversación se pareciera a una interpelación
parlamentaria. Claramente, los jóvenes expresaron cierto resentimiento
hacia los que perciben como ineficientes en la clase política.” 32
En primera instancia, la política es percibida como negativa en la
universidad por motivar actos de vandalismo, causar graves retrasos en el
desarrollo de los ciclos académicos, ahuyentar a los buenos profesores “que no
son politiqueros” y generar desprestigio de las universidades y sus miembros ante
la sociedad. Son frecuentes las historias sobre estudiantes que han sido
separados de la universidad por haber sido identificados o confundidos como
activistas políticos, sufriendo inclusive violaciones a sus derechos civiles. Un líder
estudiantil de una agrupación independiente de una universidad del interior del
país narró el temor que sintió cuando durante un movimiento universitario llegaron
miembros de las Fuerzas Armadas y empezaron a preguntar por él.
Cabe mencionar que, incluso entre aquellos estudiantes que consideran
positiva la participación política en la universidad, existe cierta indisposición a
asumirla debido a que no siempre lograrán el apoyo de otros estudiantes o de las
autoridades, ni mucho menos podrán llevar a cabo las iniciativas que se plantean
(relacionadas, sobre todo, con la calidad de la enseñanza y los servicios que se
deberían proporcionar a sus estudiantes). La percepción de que la política es una
actividad corrupta, refuerza las reticencias de un importante sector de los
estudiantes a participar en la política al interior de la universidad
Son frecuentes las historias sobre estudiantes que han sido separados de
la universidad por haber sido identificados o confundidos como activistas políticos,
sufriendo inclusive violaciones a sus derechos civiles. Un líder estudiantil de una
agrupación independiente de una universidad del interior del país narró el temor 32 CHÁVEZ GRANADINO, J (1998) Juventud y participación política, Edit. Agenda, Pg. 88
55
que sintió cuando durante un movimiento universitario llegaron miembros de las
Fuerzas Armadas y empezaron a preguntar por él.
A pesar de la diversidad de actitudes y motivaciones hacia la participación política
entre los jóvenes, es posible distinguir grupos de estudiantes de acuerdo con la
relación que establecen con el entorno académico:
1. Estudiantes que no tienen un interés especial por la participación activa:
Por lo general provienen de todas las universidades. Plantean su relación
con las autoridades a partir de un cierto conformismo y no asumen
públicamente actitudes de crítica. En sus propias palabras, no quieren
“buscarse problemas con las autoridades”.
2. Estudiantes que mantienen actitudes políticas “tradicionales”:
denominados “politiqueros”, son aquellos que plantean una actitud de
oposición ante la autoridad, cuyas medidas califican como autoritarias y
contrarias a los “intereses del estudiantado”. Tanto las autoridades como la
mayoría de los estudiantes tienen una opinión muy particular acerca de
estos estudiantes, a quienes denominan “estudiantes eternos”: que han
pasado más tiempo del requerido para culminar con una carrera, debido a
su dedicación a actividades ajenas a lo exclusivamente académico.
3. Estudiantes interesados por la participación y la defensa de los intereses
estudiantiles: proceden también de la práctica política de años previos,
pero que han asumido una visión crítica acerca de las formas de
participación estudiantil alejada de la rigidez y la intransigencia de la
militancia partidista. Ellos se han desligado de su antigua filiación política
para dedicarse más a las actividades académicas, asumiendo la necesidad
de concluir sus estudios lo más pronto posible. 33
Queda abierta la cuestión de si será suficiente reactivar las organizaciones
estudiantiles existentes para fomentar una mayor participación juvenil en la
discusión y proposición de alternativas o si, por el contrario, será necesario
explorar formas alternativas de articular los intereses de las nuevas generaciones
de estudiantes para lograr una mayor identificación con los mecanismos de
33 CHÁVEZ GRANADINO, J (1998) Juventud y participación política, Edit. Agenda, Pg. 95 56
participación en un contexto en que la política tradicional se halla en crisis, no sólo
en el país, sino en el mundo.
4.1.5. 4 PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LOS INDÍGENAS
La investigación en el caso del Perú abarca los años de 1995 a la fecha.
Esta década marca una especial situación para los pueblos indígenas y su
relación con el Estado. La Constitución de 1993 reconoció por primera vez el
derecho fundamental de toda persona a su identidad étnica y cultural y el Estado
declaraba que reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural de la nación. De
igual forma se incorporó el pluralismo jurídico. El Perú pues estaba a la par de las
reformas constitucionales que se vivían en aquella época y parecía que se
iniciaba una nueva relación Estado/pueblos indígenas. Asimismo se ratificó el
Convenio Nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo, por lo que debía
adecuarse la legislación interna a los principios del Convenio. A pesar de que
existen serios obstáculos para su respeto e implementación de parte del Estado
peruano, el Convenio ha significado el principal instrumento de lucha por parte de
las organizaciones indígenas, quienes desde su ratificación no han cesado en
trabajar para que sus derechos colectivos sean reconocidos a nivel político y
jurídico.
Una etapa importante con relación a los pueblos indígenas es el período de
transición del presidente Valentín Paniagua, que creó la Comisión Especial
Multisectorial para las Comunidades Nativas, El trabajo dio como resultado un
Plan de Acción para los Asuntos Prioritarios, se dividía en ocho áreas temáticas.
La elección de Alejandro Toledo abrió esperanzas para que el tema de los
pueblos indígenas ingresara a la Agenda Política Nacional. La Declaración de
Machu Picchu, suscrita por los Presidentes el 20 de Julio del 2001, en la que se
comprometían a la promoción y defensa de los derechos de los pueblos
indígenas, y la Carta Andina de Derechos Humanos, eran instrumentos
importantes para establecer una nueva relación del Estado con los pueblos
indígenas. En este período se comenzó a trabajar una reforma constitucional en
que las organizaciones indígenas, campesinas y nativas elaboraron una
propuesta concertada que fue entregada al Presidente Toledo y al Primer
Vicepresidente de la República. Lamentablemente no prosperó por la crisis
57
política del gobierno. Hasta hoy los pueblos indígenas y comunidades exigen al
Estado peruano la modificación de la Constitución, de las normas y las políticas
institucionales según los principios del Convenio 169 de la OIT.
Un aspecto importante en el estudio es el análisis del comportamiento de
las instancias del Estado encargadas de llevar adelante los procesos electorales.
El resultado que se ha podido establecer, es que existen algunos avances, pero
subsisten muchas dificultades, debido a que no hay criterios para diferenciar la
población electoral indígena del resto de los electores en el país.
“Una de las conclusiones del estudio es la necesidad de incrementar la
participación ciudadana de los pueblos indígenas desde su propia identidad
cultural. La cultura política democrática que demanda la gobernabilidad
democrática tiene en lo cultural mucho qué hacer: revertir la situación de
exclusión y marginación en que se hallan las diversas culturas del país. No
se resolverá nada importante en el país si no se construye desde las
capacidades, necesidades y aspiraciones de los que viven en pobreza y
extrema pobreza como son los pueblos indígenas. Las organizaciones
indígenas cumplen un rol importante en la construcción de procesos
participativos que articulan los mecanismos formales con los mecanismos
tradicionales. Una de las tareas específicas de los líderes de los pueblos
indígenas es trabajar por el ejercicio de una ciudadanía intercultural como
eje fundamental de fortalecer la democracia y la gobernabilidad del país.” 34
A nivel cultural, la sociedad peruana actual es producto de un mestizaje
difícil entre los pueblos autóctonos, la población criolla y las minorías de
inmigrantes africanos, europeos y asiáticos. La no aceptación del otro, según
cultura, raza, etc., explica la complejidad de la identidad o identidades que
conforman el Perú. Para muchos, el peruano siente que la población nativa es un
obstáculo, una carga para modernizarnos. En el país, el grupo sociocultural más
marginado es el pueblo indígena.
La ciudadanía está directamente vinculada al carácter de la democracia.
Frecuentemente, se piensa que la ciudadanía se manifiesta exclusivamente a
través del ejercicio de los derechos individuales, de la ciudadanía legal.
34 CHUECAS CABRERA, A (2007) Estudios sobre participación política indígena, Edit. Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Pg. 142, 143
58
Evidentemente estos son elementos fundamentales; pero hoy en día, tenemos
que ampliar el sentido de la ciudadanía e incorporar la reflexión sobre la
ciudadanía intercultural, una ciudadanía que reconoce las diferentes tradiciones
culturales indígenas presentes en una determinada sociedad, la cual es capaz de
valorarla y propiciar que esas tradiciones tengan espacios de manifestación y
representación en el gobierno del país.
Uno de los factores que impiden la participación indígena en los espacios
públicos es la lengua. El Perú es un país multilingüe y a pesar de ello no existen
derechos lingüísticos que hagan operativos los preceptos constitucionales sobre
el derecho a la lengua y el uso de intérprete. Los miembros de pueblos indígenas
en el ámbito público no tienen derecho de expresarse y ser atendidos en su
lengua. Están prácticamente obligados a usar el idioma predominante para
insertarse en lo público. Esta realidad excluye a los ciudadanos indígenas del
ejercicio de sus derechos sociales y políticos.
Algunos puntos importantes a tomar en cuenta en el proceso de
participación política de los pueblos indígenas son los siguientes:
- La falta de información oficial actualizada sobre el número total y la
distribución de la población electoral indígena. Este vacío de información
se debe al hecho de que el último Censo Nacional de Población y Vivienda
2005 no incorporó el componente étnico, a pesar de que la Ley 27778
incorporó la medición de dicho componente en la ejecución de los censos
de población y vivienda.
- Toda la información de la RENIEC para la elaboración de sus padrones
electorales está ordenada sobre la base de tres componentes: a)
departamento, b) provincia y c) distrito, sin diferenciar la población
indígena. La única manera de saberlo, sería incorporando un cuarto
componente: comunidad campesina o comunidad nativa.
- El problema de indocumentación del electorado indígena se debe, como
lo ha señalado la RENIEC, a barreras políticas, administrativas,
legislativas, económicas. por barreras geográficas y por conflicto armado
interno.
59
- La ONPE y JNE no cuentan con datos actualizados para orientar sus
actividades de capacitación del electorado indígena y miembros de mesa, y
para establecer criterios para la distribución de las mesas de votación que
faciliten el acceso al electorado indígena.
- Las actividades de capacitación electoral se han concentrado en los
lugares cercanos a los centros urbanos y no han llegado hasta las
comunidades rurales alejadas.
- La de materiales de capacitación ha sido elaborado en castellano.
Solamente se hicieron afiches de motivación y CDs para divulgación
radial en algunas de las principales lenguas indígenas. 35
Las candidaturas indígenas son más fáciles de alcanzar en el plano local;
su participación en lo regional y lo nacional se ha visto limitada, aunque en
algunos casos ha podido ingresar a la gestión pública, aun cuando no eran
beneficiados con los puestos que se les asignaban en las listas, al existir una
errónea interpretación de las leyes electorales que se ve reflejada también en la
percepción de parte de los indígenas respecto de la cuota.
Parte del reto, en el tema de participación política, consiste en fortalecer a
las autoridades indígenas dentro de la cultura del buen gobierno y en involucrar
eficazmente a los miembros de las comunidades para que participen en la gestión
y control de su gobierno local respetando su autonomía organizativa.
Ha aumentado la fragmentación partidaria de las organizaciones,
exacerbando la presión de los partidos políticos por integrar a líderes indígenas y
a líderes mujeres en sus listas para cumplir con el porcentaje de ley. Esto ha
conllevado a un aumento de la corrupción de los líderes y una disolución del
electorado indígena, dividido entre un mayor número de candidatos en diferentes
listas electorales. La percepción es más negativa cuando se constata que a pesar
de la cuota no se ha conseguido un mayor éxito electoral para los candidatos
indígenas debido a que por lo general, los indígenas son incluidos en las listas
electorales en las últimas posiciones y como suplentes.
35 CHUECAS CABRERA, A (2007) Estudios sobre participación política indígena, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Pg. 146
60
La descentralización generó nuevos liderazgos regionales. Pero en las
elecciones del 2002 ningún indígena encabezó este nivel de gobierno. Sin
embargo todas las regiones amazónicas tuvieron por lo menos un consejero
indígena. La cuota pudo favorecer esta representación. Debe tenerse en cuenta
que en las elecciones regionales sólo pueden participar los partidos políticos de
alcance nacional; los movimientos regionales o departamentales de alcance
regional o departamental; y las alianzas políticas o electorales de alcance regional
o nacional.
4.2 MARCO CONCEPTUAL
4.2.1 OPINIÓN PÚBLICA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Hay que recordar que la opinión pública griega tenía como escenario: la ciudad. Y
el circo, la arena, para pelear, el anfiteatro para escenificar sus conflictos.
En efecto, los diferentes escenarios griegos de representación conectan con el
surgimiento del psicoanálisis durante la Modernidad lo que permite avanzar en la
elaboración de las actuaciones en sociedad. Con la definición del complejo de
Edipo y el conjunto de relaciones sociales que son tejidas a partir de este drama,
surge la base de los contenidos para el análisis occidental de la sexualidad
humana por una parte, la familia y la pareja por otra. Y a través de la mitología, la
historia y la religión griega se pueden extraer otros ejemplos de análisis social de
las relaciones humanas y sociales precisamente en sus "complejos".
Sin ir más lejos, Sócrates resulta ser el personaje más trágico y tal vez patético
de la escena griega democrática. Este personaje y su historia nos permite
conectarnos con los albores de la democracia y del pensamiento. Con el logos y
su expresión en la opinión pública. Con el voto como ritual y la expresión oral
como instalación de saber / poder en un espacio donde aún la filosofía era la
madre de todas las ciencias. También, y como una gran carcajada, o tal vez una
mueca que evidencia patéticamente al círculo del poder democrático constituido
pos tiranía de los 30 en Atenas, nos permite comprender ya en los albores de la
civilización los sinuosos pasos que configuran la representación política del poder
democrático.
61
A diferencia del teatro, con la modernidad, el psicoanálisis como técnica y
espacio social es la institución del relato individual que permite elaborar, analizar
por excelencia la escena del drama humano subjetivo. Pero no hay público, no
hay publicidad, hay audiencia y ciertos aciertos de conversación para cursar
determinados giros idiomáticos, lingüísticos que permitan "en lo privado de la
relación social" objetivar la representación social. En este contexto, no se puede
dejar de mencionar que en el ámbito social, el modelo: teatro como
representación social y política de los conflictos humanos en su doble forma
representacional: tragedia y comedia fue magistralmente descrita por Marx en el
18 Brumario de Luis Bonaparte (1968). Puede decirse que es la concreción de un
análisis materialista dialéctico de esa particular historia.
Por otra parte, en la función que cumplieron los filósofos, los poetas, los
dramaturgos, los sofistas griegos está el acento en la divulgación del porqué de la
importancia de impulsar y reforzar las formas de representación desarrolladas por
la cultura ciudadana. En el caso de los romanos, en el desarrollo que hicieron de
la ley, de los escenarios de legislación y su posterior divulgación está la
simbolización de los 3 poderes del Estado y de lo que serían después los partidos
políticos.
En el actual mundo globalizado es difícil ignorar la extrema pobreza que afecta
a millones de personas. La desigualdad global o la ayuda al desarrollo promovida
por los gobiernos ricos son temas cada vez más familiares para la opinión pública
de las sociedades desarrolladas. No obstante, no es fácil conocer qué es lo que la
ciudadanía realmente sabe sobre estas cuestiones o cómo valora los esfuerzos
de sus gobiernos para ayudar a los más pobres. Más aún, después de dos
décadas de apoyo público a la cooperación al desarrollo, cabe preguntarse si lo
que opinan los ciudadanos repercute en la política de ayuda, del mismo modo que
las opiniones en otros ámbitos condicionan las decisiones que toman los
representantes políticos
La participación ciudadana es un concepto determinado históricamente, pero
también se ve afectado por diferentes corrientes de pensamiento. Por estas
razones, para poder explicar la evolución de la participación ciudadana en nuestro
país, es necesario, además de hacer un recuento histórico de sus momentos
clave, revisar el desarrollo teórico por el que ha pasado este concepto. Este 62
repaso servirá para identificar cuáles fueron las corrientes ideológicas que le han
dado fundamento y legitimidad a la participación.
En las últimas dos décadas se ha afianzado el proceso de democratización
en la mayor parte del mundo. Si bien algunos países aún siguen en el proceso de
la transición o apenas están aprendiendo a vivir bajo el nuevo régimen, otras
naciones ya se han topado con ciertos límites y con los retos que la democracia
representativa conlleva. Al mismo tiempo, las sociedades, y de manera paralela,
la democracia están en constante evolución, lo cual implica una continua
redefinición de las necesidades y demandas de los ciudadanos. Entre más
exigente sea la ciudadanía, más amplias serán sus expectativas y demandas
respecto de la democracia. Si antes la sociedad sólo exigía que su voto contara,
ahora se demandan “bienes” asociados con la llamada democracia sustantiva,
tales como el bienestar social y una mayor influencia en la definición de las
políticas públicas.
La democracia siempre se ha asociado con participación ciudadana. No
obstante, el tema cobró importancia cuando, a pesar de contar con un sistema
democrático, las sociedades de algunos países no se sentían satisfechas con las
consecuencias negativas que la democracia podía presentar, lo que provocó una
crisis de satisfacción y desilusión de este sistema de gobierno.
5.- HIPOTESIS
La dupla conformada por los empresarios y los políticos, se presenta como los
más interesados por extraer el pensamiento de los pobladores de los cuales
quieren seguir dirigiéndolos. Los segundos, siendo la imagen de la propuesta
política, son los receptores de los aportes económicos de los primeros. Costean
los servicios de las empresas de sondeos de opinión, para detectar la aceptación
y rechazo que tienen en el electorado. La encuesta es predominante en la ruta
trazada, o en ir desplazándose por otra senda en su propuesta política.
Pero la muestra no puede ser del todo fidedigna, porque es el reporte de grupos
reducidos de encuestados: mil, dos mil personas, distribuidos en diversos lugares
del país. No puede resumir resultados legítimos, porque el cuestionario muchas
veces presenta respuestas ya configuradas para plegarse a estas.
63
Y quien sabe, si los lugares donde se desplazan los encuestadores están
habitados por aliados o adversarios del candidato. Por otro lado, qué libertad
podrían tener cierto sector de la población de responder a la entrevista, si la
propuesta política de su preferencia, es como nadar contra la corriente de la
mayoría de los ciudadanos.
Perú un país, próximo a cumplir 200 años de independencia, lleno de una historia
de altibajos gubernamentales, experimentos políticos y hasta de “cambios
salvadores”, no ha contrapuesto o relevado a los que participan en política,
permite que la ejerzan unos pocos, caudillos amparados en sus apellidos
históricos. Ahora, hay un nuevo grupo que debuta en el poder legislativo, los
conocidos como los “empresarios exitosos”.
El peruano de la clase C y D, se lamenta por promesas electorales no cumplidas.
Sabe que debe pensar en una participación política in situ. Comprende que tiene
que prepararse, piensa que es trabajar a largo plazo, es consiente que la prioridad
es estudiar. Y como no percibimos en el horizonte, su cambio de actitud, seguirá
sólo respondiendo, si es que en algún momento, un joven sonriente le dice:
“Señor, ¿le puedo hacer unas cortas preguntitas para una encuesta?”
6.- POBLACION Y MUESTRA
6.1 APROBACION DEL PRESIDENTE OLLANTA HUMALA
A pocos días
de cumplir su primer
año en el gobierno y
en un mes marcado
por la radicalización
de la protesta social
en Cajamarca, que
dejó cinco muertos, la
aprobación a la
gestión del
presidente Ollanta
Humala vuelve a caer hasta ubicarse en 36%, cinco puntos porcentuales menos
64
que en junio; mientras que la desaprobación alcanzó el 55%, dos puntos más que
el mes anterior, revela la última encuesta nacional de GfK para La República. 36
El estudio, realizado del 14 al 15 de julio, muestra que la aprobación al
jefe del Estado se atribuye a:
Desarrollo de programas sociales para los pobres;
Buenas relaciones internacionales.
Los aspectos de gestión regular del presidente Ollanta es:
Manejo de la economía,
Mejora en la educación;
Formalización de empresas informales;
Promoción del empleo;
Lucha contra la corrupción;
Descentralización.
Los aspectos peor evaluados son:
Lucha contra el terrorismo, narcotráfico y delincuencia.;
La minería;
Combate a la delincuencia.
Manejo de conflictos sociales.
Otro diagnóstico del pulso del pueblo, fue realizado por IPSOS APOYO:37
El 44% cree que el gobierno se maneja igual que las expectativas del día
de la elección. Lo peor en la actual gestión gubernamental son el deficiente
36 Diario La República, Perú (22 julio 2012)37 Diario El Comercio, Perú (el 22 de julio 2012)
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manejo de los conflictos sociales, y las muertes dejadas por la lucha contra el
terrorismo. Estos hechos le bajaron puntos a la aprobación del gobierno. La gente
que no votó por Ollanta manifestó que el gobierno está peor de lo que pensaba.
Mientras que el 19% ha se muestra satisfecho por los avances inesperados.
El vocero de la oposición, el fujimorista Rolando Reátegui, cree que la
percepción se debe a la falta de liderazgo, autoridad y comunicación de Humala.
Entre los aspectos positivos está la creación de Pensión 65; y la implementación
de Beca 18. La vocera de Alianza Parlamentaria, Carmen Omonte, considera
positivo que la población valore el cumplimiento de las promesas. No obstante,
dice esperar que Humala deje el asistencialismo y trabaje en programas
productivos y en infraestructura.
Los últimos dos últimos presidentes, junto con Ollanta, comparten algo en
común: perdieron la confianza de la población antes de llegar a su primer año de
gestión. Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala cumplieron sus primeros
doce meses con un contundente nivel de desaprobación que, en todos los casos,
sobrepasó el 50%. Alejandro Toledo fue el que llegó al primer año con una
aplastante desaprobación de 76%, según Ipsos Apoyo. Su popularidad apenas
alcanzaba el 18%, socavado principalmente por su resistencia a reconocer la
paternidad de su hija Zaraí. Al ex presidente Alan García no le fue mejor. Su
desaprobación también fue negativa en su primer año. El 64% de la población lo
reprobó frente al 32% que lo aprobaba, de acuerdo a una encuesta de Ipsos
Apoyo. Los tres aspectos más negativos que señaló la desaprobación fueron el
incumplimiento de promesas (51%), los escándalos en el Congreso (41%) y
permitir el bloqueo de carreteras (32%). En el caso del presidente Ollanta Humala,
su desaprobación en este primer año alcanzó el 51%, frente a un 40% que lo
aprueba, según Ipsos Apoyo. La encuesta GFK, en tanto, le da una
desaprobación para este primer año de 55% frente a un 36% de aprobación.
Según Hernán Chaparro, gerente de la encuestadora GFK, la
desaprobación en el primer año de gestión guarda relación con el principio del
"mal menor" que ha primado en los electores al momento de decidir su voto en la
segunda vuelta, durante las tres últimas elecciones. Si bien el candidato ganó las
66
elecciones, el porcentaje de votos que obtuvo no es necesariamente un respaldo
fijo.38
A ello, aseguró, se suma que durante el primer año de gestión los
presidentes y su equipo de gobierno encuentran limitaciones en el área de la
administración pública para cumplir con las promesas electorales que desataron
una gran expectativa en la población.
En el caso de Alan García hay en su desaprobación un nivel de decepción
mayor al que se observa con el presidente Ollanta Humala, que ha tenido varios
tránsitos y se ha quedado en una suerte de indefinición. García era visto como
más decidido, tenía mayor capacidad de decisión, cuando lo eligieron fue porque
ofrecía un cambio responsable pero no hizo cambios en la línea de las
expectativas que había en la población.
El analista Fernando Tuesta, en tanto, señaló que un principal reclamo de
la población que desaprueba a los presidentes en el primer año de gestión es que
no cumplen con sus promesas de campaña. Esa demanda ha sido una constante
en el caso de Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala. "Más allá de que
un gobernante no haga lo que dijo en campaña porque quizá encontró que las
cosas eran diferentes, ocurre que no explican la razón de su cambio y entonces
eso parece, a ojos de la ciudadanía, como una traición", refirió. 39
38 Diario El Comercio, Perú (el 22 de julio 2012)39 18 IBDEM
67
7.- CONCLUSIONES
1. Durante el siglo XVIII español, el concepto de opinión pública equivalía a
“opinión de la multitud”, lo que podía entrañar un juicio equivocado. A
finales de este siglo, sin embargo, empieza a adquirir connotaciones
cualitativas y adquiere las notas propias que le otorgaría el liberalismo,
como instrumento de guía y control del gobernante. El liberalismo
progresista posterior añadió la idea de que sólo los ciudadanos activos,
que participaban en política, expresaban la verdadera opinión pública, que
se transmitía a través del ejercicio de libertades naturales y que limitaba
sólo al Ejecutivo a través de la responsabilidad moral. El liberalismo
moderado, sin embargo, restringió la opinión pública a los ciudadanos
instruidos, distinguiendo entre opinión legal (expresada por el Parlamento)
y natural (derivada de los ciudadanos). Una opinión que sólo podía
manifestarse a través de medios jurídicos reglados: la libertad de prensa, el
derecho de petición y el sufragio.
2. La opinión pública es la discusión o controversia de los puntos de vista del
público sobre los asuntos de interés general dirigidos a la sociedad y sobre
todo al poder. Cuenta con importantes aportes de las distintas disciplinas
sociales, como son: aportes de las ciencias jurídicas políticas, aportes de la
sociología del conocimiento, aportes de la psicología política, aportes de la
sociología etc. Existe desde tiempos muy remotos, donde se reunían
personas para dialogar sobre cuestiones de las polis y más adelante para
la opinión en multitud. Según las múltiples investigaciones, la opinión
pública intelectualmente a evolucionado, es educada y libre y controlada
por los líderes políticos y la prensa.
3. Por opinión pública se entiende al proceso complejo que opera en base a
dos fuentes: la influencia social y los medios de comunicación; estos dos
factores interactúan y contribuyen para generar una mayor o menor
percepción de la credibilidad en las fuentes de información o instituciones,
como es el caso actual. El antecedente más importante de la opinión
pública es el concepto de público. Se refiere a un grupo de individuos
comprendidos como una entidad; que son capaces de reflexionar sobre las
circunstancias que los rodean y de emitir juicios de valor sobre un aspecto
68
específico. La credibilidad forma una parte importante del proceso de
opinión pública en un sentido positivo ya que se refiere al grado de
confianza que se tiene en la misma. Lo que finalmente la determinará, será
la percepción de la honestidad, dedicación, atención, habilidades y
compromiso que el receptor perciba de la fuente.
4. Una persona nacida en un país democrático como el Perú, está amparado
por leyes y el servicio de las instituciones públicas. Él tiene el derecho
supremo, según lo expresa la Constitución peruana, de expresar con
libertad y respeto su opinión. Y en sentido inverso, también puede acceder
sobre los resultados genéricos de las encuestas de opinión pública. La
tecnología está permitiendo una mayor participación de los ciudadanos en
aportar su punto de vista crítico, de aprobación, o silente sobre el quehacer
del estado y los aspectos que le agrada y le desagrada del país.
Estamos en una nueva generación comunicativa y con rostro diferente, de
un Perú donde todo se sabe y hasta de manera inmediata ¿Quién no tiene
teléfono fijo en casa, y quién no cuenta con celular? Este medio de
comunicación es efectivo para agregar las opiniones en las empresas o
programas de los medios de comunicación que acumulan datos, y ponen al
aire las palabras de los radioescuchas. Por su parte, la red virtual tiene
diversas opciones como el Twitter y el Facebook, que en un sentido algo
informal, el usuario va monitoreando opiniones personales, sobre una idea
inicial, y como ha generado variados gustos y disgustos en la población.
El ejercicio de la opinión pública debería cobrar otros matices de
participación general, no sólo en el área política y económica, sino en cómo
queremos ver al país dentro de diez o veinte años. De este modo
detectaríamos los elementos anómalos, antivalores, que están sutilmente
enquistados, y no nos hemos dado cuenta.
5. El medio más consumido es la televisión, después, la radio y el cine; por lo
que es la fuente de orientación del individuo; no sólo por el consumo si no
también por el uso que se le da como surtidor de información y
entretenimiento, por ello en esta investigación será considerado como el
medio de comunicación más importante.
69
6. En definitiva, en la sociedad actual con la clase política desvirtuada y
debilitada, preocupada mas por la imagen que por el debate ideológico, no
es raro que dependiendo del grado de aceptación popular que cualquier
personaje público tenga sea tentado para participar de la política, una
política que prioriza la imagen y el slogan, a un discurso racional
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