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Documento CreativeCommon, descargable aquí (http://www.postadopcion.org/pdfs/YoChocolate.pdf) - 1 – Yo chocolate, papá galleta. Adopción y estereotipos raciales: la experiencia de las familias”. San Román, Beatriz. I Fórum Internacional de Infancia y Familias, Barcelona 2006. Biblioteca virtual de www.postadopcion.org "Yo chocolate, papá galleta" Adopción y estereotipos raciales: la experiencia de las familias Beatriz San Román. -CORA- [email protected] Esta ponencia fue presentada en el I Fórum Internacional de Infancia y Familias INTRODUCCIÓN: España: un pasado reciente monocolor La diversidad cultural y étnica de la población española es extraordinariamente reciente. En 1970 las cifras oficiales de residentes extranjeros en España experimentan lo que entonces se considera un crecimiento espectacular, pasando del 0,2% de 1960 a un 0,4%, del cual hay que señalar que más de un 60% procedía de países de la actual U.E (1) . En apenas dos generaciones, España ha pasado de ser un pais de emigrantes a convertirse en receptor de inmigración y actualmente se calcula que los inmigrantes extracomunitarios suponen entre un 10 y un 20% de la población española. Rápido crecimiento de la adopción internacional Por otro lado, también el llamado “boom” de la adopción internacional es un fenómeno reciente. De acuerdo a las cifras oficiales (2) , 206 menores de origen extranjero fueron adoptados por familias españolas en 1992 y, desde entonces, la cifra no ha dejado de crecer hasta llegar a las 5.423 adopciones formalizadas en 2005. La gran mayoría de los menores adoptados internacionalmente proceden del continente asiático (más del 50% de China) y se observa un fuerte crecimiento de las adopciones en África (3) . Consecuencias: Como consecuencia de estas dos circunstancias, en nuestro país: 1. Existe una cultura de la adopción aún en pañales, cargada de tópicos, idealizaciones y falsos mitos. A modo de ejemplo, recogemos dos puntos extraídos del Cuaderno pedagógico (sic): la adopción de un niño (4) , publicado este mismo año: “¿Los hijos adoptivos tienen dificultades suplementarias en su evolución? En realidad, no más que cualquier otro. (...) Si los progenitores (sic) los tratan como si fueran hijos naturales, ellos actuarán como tales y crecerán sin mayores problemas”.

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Adopción etiopia

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    - 1 Yo chocolate, pap galleta. Adopcin y estereotipos raciales: la experiencia de las familias. San Romn, Beatriz.

    I Frum Internacional de Infancia y Familias, Barcelona 2006.Biblioteca virtual de www.postadopcion.org

    "Yo chocolate, pap galleta"Adopcin y estereotipos raciales: la experiencia de las familias

    Beatriz San Romn.-CORA-

    [email protected]

    Esta ponencia fue presentada en el I Frum Internacional de Infancia y Familias

    INTRODUCCIN:

    Espaa: un pasado reciente monocolor

    La diversidad cultural y tnica de la poblacin espaola esextraordinariamente reciente. En 1970 las cifras oficiales de residentes extranjeros enEspaa experimentan lo que entonces se considera un crecimiento espectacular,pasando del 0,2% de 1960 a un 0,4%, del cual hay que sealar que ms de un 60%proceda de pases de la actual U.E (1). En apenas dos generaciones, Espaa hapasado de ser un pais de emigrantes a convertirse en receptor de inmigracin yactualmente se calcula que los inmigrantes extracomunitarios suponen entre un 10 yun 20% de la poblacin espaola.

    Rpido crecimiento de la adopcin internacional

    Por otro lado, tambin el llamado boom de la adopcin internacional es unfenmeno reciente. De acuerdo a las cifras oficiales(2), 206 menores de origenextranjero fueron adoptados por familias espaolas en 1992 y, desde entonces, lacifra no ha dejado de crecer hasta llegar a las 5.423 adopciones formalizadas en 2005.La gran mayora de los menores adoptados internacionalmente proceden delcontinente asitico (ms del 50% de China) y se observa un fuerte crecimiento de lasadopciones en frica(3) .

    Consecuencias:

    Como consecuencia de estas dos circunstancias, en nuestro pas:1. Existe una cultura de la adopcin an en paales, cargada de tpicos,

    idealizaciones y falsos mitos. A modo de ejemplo, recogemos dos puntosextrados del Cuaderno pedaggico (sic): la adopcin de un nio(4), publicado estemismo ao: Los hijos adoptivos tienen dificultades suplementarias en su evolucin?

    En realidad, no ms que cualquier otro. (...) Si los progenitores (sic) los tratancomo si fueran hijos naturales, ellos actuarn como tales y crecern sin mayoresproblemas.

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    Est justificado el miedo al racismo?Vivimos en una sociedad cada vez ms multicultural y este temor cada da es

    menor. Hoy en da hay muchas familias europeas que tienen hijos adoptivos depases como China o Nepal...

    A ello se une un discurso social dominante que elude el trmino razay se centra en las diferencias culturales. Como veremos ms adelante, estediscurso resulta engaoso en la medida en que en nuestra sociedad los rasgosraciales siguen siendo considerados signo inequvoco de otredad.

    2. Se ignoran los retos especficos de las familias multirraciales y de lasadopciones interraciales. A diferencia de lo que ocurre en Canad o en losEstados Unidos, no existe una corriente contra las adopciones tranraciales.Tanto las familias solicitantes de una adopcin interracial como losprofesionales encargados de su formacin carecen de referencias directassobre lo que significa adoptar a un hijo de otra raza o vivir en una sociedadpredominantemente blanca perteneciendo a una minora de origen no-caucsico. Todo ello se traduce en una escasa cuando no nula preparacinpara los retos que ello conlleva.

    El objetivo de la exposicin elaborada a partir de la experiencia de lasfamilias compartida en las asociaciones y en distintos foros de internet es explicarsus vivencias:

    Cmo nos decidimos por la Adopcin Interracial con un grandesconocimiento de lo qu significa.

    Cmo pasamos de pensar que consiste en integrar a un nuevo miembro dediferente origen a entender que conforma familias multirraciales.

    Cmo pasamos de una cierta ingenuidad a la constatacin de la vigencia delos estereotipos raciales.

    Cmo reaccionamos, tanto en la esfera pblica como en el mbito ntimo dela educacin de nuestros hijos.

    Cmo aprendemos da a da y tomamos conciencia de lo que nos falta, de lanecesidad de estudios que nos ayuden a entender la realidad y lasvivencias de nuestros hijos, y de la necesidad de compartir informacin yexperiencia entre todos los implicados.

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    DE LA INGENUIDAD A LA REALIDAD

    En el momento de decidir una adopcin interracial, los padres examinan suspropias creencias y actitudes. En las primeras fases, las dudas suelen estar centradasen la capacidad de vincularse a una personita tan distinta a nosotros fsicamente.Una vez superado este temor inicial, el tema del racismo tiende a ser minimizado, yse confa en que una alta autoestima y la absorcin de nuestra cultura servirn paraproteger al futuro hijo.

    An antes de la llegada del nio al hogar, los padres empiezan a descubrir conasombro e indignacin que los estereotipos racistas estn an muy presentes en lasociedad. Al compartir la buena nueva de su futura paternidad con familiares yamigos, no es inusual que stos les sorprendan con frases como: Y por qu noadoptis un rusito, que son ms como nosotros?; Pinsatelo bien, las chinas de nias sonmuy monas, pero cuando crecen son horribles .

    Cuando el nio llega a casa, descubren adems hasta qu punto su familiallama la atencin y es blanco preferente de la curiosidad y la ignorancia decualquier desconocido. Muchas de las preguntas y comentarios que reciben no sonespecficamente de tinte racial, sino que reflejan la ignorancia y los prejuicios entorno a la adopcin. Sin embargo, son las diferencias fsicas entre padres e hijos lasque, al hacer evidente la adopcin, las convierten en algo abrumadoramentehabitual. Unas veces, cuestionan directa o indirectamente la validez de las familias,considerando stas como de segunda categora o como una ONG: Es tu verdaderahija? Pero tuya, tuya no es, verdad?; Qu buena obra habis hecho!. Otras insinanque el nio ha sido comprado, como si de una mercanca se tratara. Cunto te hacostado?, A ver si tenis suerte y os sale bueno o En Etiopa son ms baratosporque son negros no? son claros ejemplos.

    Captulo aparte merecen las constantes intromisiones que sin tacto alguno violanla intimidad y el derecho a la privacidad. Personas que jams osaran preguntarnossobre aspectos privados de nuestras vidas como nuestro sueldo, por ejemplo notienen reparo en plantear cuestiones sobre aspectos mucho ms ntimos: Y qusabes de su verdadera madre?; Pobrecito, lo abandonaron en la calle?.

    Todas estas situaciones constituyen una evidencia de una verdad que las familiasque hemos adoptado un nio de otra raza necesitamos asimilar: en nuestra sociedadlas reacciones que uno recibe por parte de los dems no son iguales cuando se escaucsico y cuando no se es. Cuando se hacen patentes los prejuicios ligados a lascomunidades de origen de nuestros hijos, esta realidad se hace mucho ms palpable.Una madre relataba que ella y su hija de origen africano haban coincidido con otramujer y su pequea en la panadera. Mam, esa nia negrita le ha dicho mam aesa seora! exclam con asombro la nia. La respuesta de su madre fue an mssorprendente: Shhhhh, calla, hija, que ella tambin es una criatura de Dios y no tiene laculpa de nada. Otra contaba que ante una rabieta de su hijo de tres aos que noquera volver a casa tras una tarde en el parque, un transente coment: Qusalvaje, tendran que devolverlo a la selva!.

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    Procesando la rabia, desarrollando nuevas estrategias

    Cmo reaccionan las familias ante los primeros encontronazos con la vigenciade del racismo? Tanto cuando se producen en la esfera privada como cuando tienenlugar en plena calle, la primera reaccin de los padres suele ser de sorpresa eindignacin y se debaten al principio entre la necesidad que sienten de explicar susfamilias a quienes no las comprenden y la de mandar a hacer puetas. La mayora delos padres se marcan como prioridad preservar a toda costa a sus hijos de losprejuicios y comentarios racistas.

    En el entorno ms cercano, por lo general las familias encuentran una visinpositiva de la adopcin, no exenta de una nube de mitos y estereotipos que semanifiestan en comentarios y actitudes poco apropiadas. Los nuevos padres inicianan antes de la llegada del nio o nia una labor de educacin y sensibilizacin delas personas que tienen o tendrn un contacto continuado con sus hijos. Cuando susintentos son infructuosos, se suele producir un distanciamiento de personas quehasta entonces eran importantes en su vida. No es infrecuente leer en los foros defamilias adoptivas de internet que la adopcin es una estupenda manera de renovar laagenda.

    La aparicin constante de comentarios y preguntas intrusivas procedentes delmundo exterior nos obliga a desarrollar nuevos mecanismos de defensa. Lasfamilias se dan cuenta que necesitan primar el mensaje que oyen los odos de sushijos por encima de lo que perciba el interlocutor de turno. Como explicaba unamadre adoptiva: Al principio, me quedaba bloqueada, es increble la cantidad debarbaridades que pueden salir por la boca de los seres humanos! Ahora tengo claro que miobjetivo principal no es darle una leccin al cenutrio de turno, sino proteger y educar a mishijas.

    En los foros de internet, se comparten reflexiones y estrategias de respuestaencaminadas a fortalecer la autoestima de los hijos, proteger su intimidad yreafirmar la familia como tal, enfatizando que nuestras familias son verdaderasfamilias y nuestros hijos, nuestros propios hijos. An cuando las conversacionesse inician en un tono amable, aprendemos a desviar la conversacin hacia otro temaque no tenga ver con nuestros hijos. Una madre comentaba que cuando lepreguntaban si su hijo era adoptado, responda s, y usted?. Otra explicaba queante preguntas como Qu ojos tan bonitos tiene esta nia! Se parecen a los de su pap?contestaba con algo del tipo Uy seora! En nuestra familia tenemos ojos para todos losgustos!.

    A medida que los nios van creciendo, los padres tratan de enfocar estassituaciones como ocasiones de aprendizaje, pues saben que sus hijos tienen quehacerles frente en solitario cada vez con ms frecuencia. Un padre afirmaba quecuando alguien preguntaba sobre los orgenes de su hijo o sobre cualquier cuestinprivada, en lugar de contestar directamente, miraba a su hijo y dirigindose a ldeca Hay que ver que cosas pregunta la gente! Quieres que le contestemos?. De este

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    modo, dejaba patente ante su hijo que tal vez no pueda controlar las preguntas, peroslo l es dueo de las respuestas.

    Con el tiempo nos habituamos a encajar las intromisiones y comentarios pocoafortunados como inevitables, y a modelar respuestas para sortearlos sin alterarnos.An as, no siempre y en todo momento somos capaces de dar una buena respuesta,por lo que es prctica frecuente entre los padres, sobre todo con nios mayores desiete aos, volver a posteriori sobre el incidente, compartir su desconcierto en elmomento en que fueron interrogados, y conversar con sus hijos sobre qu podranhaber dicho o cmo reaccionarn la prxima vez.

    Ciegos al color?

    A pesar de que los episodios antes descritos encienden las primeras alarmas,con frecuencia lleva varios aos asimilar el alcance y la incidencia que losestereotipos tendrn sobre nuestros hijos a lo largo de sus vidas.

    En una primera etapa, los padres se centran en cimentar la vinculacin y elsentimiento de pertenencia a la familia. Ante la constatacin de que cualquier dudasobre la dificultad de querer a un hijo fsicamente distinto era infundada, tienden acrear hogares ciegos al color. Como explicaba el padre se una nia africana en elsuplemento dominical de un conocido diario, yo a mi hija no la veo negra, la quierotanto que no la veo negra.

    Obviamente, los nios son pronto conscientes de las diferencias fsicas en elseno de la familia, a lo que los padres reaccionan tratando de convertirlas en unarazn de orgullo, dicindoles frases como mi princesita de los ojos rasgados. michinita bonita, la gente va a la playa para ponerse moreno como t, etc. Los primerosincidentes en torno a la raza que se producen en el mbito escolar tienden a serconsiderados similares a los que se dan por llevar gafas o ser gordito.

    Vale la pena apuntar que la mayora de los padres desea que sus hijos sesientan orgullosos de sus orgenes. Los orgenes es una expresin ambigua quetiende en un principio a relacionarse con la cultura del lugar de origen, lo que semanifiesta en la adquisicin y consumo de bienes culturales del pas de procedencia(libros, msica, platos tpicos, folklore, etc.). Obviamente, desean tambin que sesientan orgullosos de su imagen fsica y de su condicin de adoptados. Sin embargo,existe una especie de bloqueo que impide encontrar similitudes entre los hijosadoptados y los de familias inmigrantes que provienen del mismo lugar. Nuestroshijos sern diferentes es una frase frecuente entre quienes se encuentran en lasprimeras fases de la adopcin. Como veremos ms adelante esta creencia seresquebraja a medida que acumulamos experiencias como familias multirraciales yreflexionamos en torno al concepto de identidad.

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    De dnde eres?

    De dnde eres? es una pregunta que persigue por igual a los menoresadoptados interracialmente y los descendientes de inmigrantes durante toda su vida.Al principio, convencidos de la supremaca total de lo cultural frente a lo racial en laformacin de la identidad, muchos padres adoptivos ensean a sus hijos a contestarde Sevilla, de Vilafranca, de Menorca. A medida que pasa el tiempo, tanto losadultos como los nios se dan cuenta de que la cuestin es ms compleja de lo queaparenta. Tomemos el ejemplo de Alba, nacida en la India que ha odo la mismacuestin una y otra vez desde que tiene recuerdos. Soy de Alcorcn replicaba alprincipio siguiendo la pauta que le haban enseado. Sin embargo, a sus ocho aostiene clarsimo que sa no es la respuesta correcta, ya que nunca satisface a suinterlocutor. Por ello ahora devuelve la pregunta: Quieres saber dnde vivo o dndenac?. A su corta edad, ha descubierto que la gente no acepta de buenas a primerasque ella forma parte de nuestra sociedad.

    Como apuntbamos en la introduccin, el discurso social dominante ha dejadode emplear el trmino raza y se centra en las diferencias culturales para explicarlo que nos diferencia de un africano o un latinoamericano. No obstante, unaobservacin crtica de la realidad revela al instante que son los-rasgos-fsicos-que-se-heredan-genticamente los que antes de caer en los dodecaslabos de la correccinpoltica todos reconocamos como raciales los que ponen en marcha lasaprensiones y suspicacias hacia el diferente. Buena parte de los padres adoptivosse agarran a este planteamiento falaz y los hay que hasta se sienten molestos cuandoalguien pronuncia la palabra raza en su presencia. Cuando en la biblioteca onlinede www.postadopcion.org colgamos unos artculos sobre la identidad racial,recibimos algunos e-mails de padres que nos reprochaban que estuviramoscontribuyendo as a perpetuar un discurso obsoleto y discriminatorio. En todos ellosse repeta una misma mxima: raza no hay ms que una: la raza humana. Yciertamente los estudiosos del ADN declaran que genticamente no se puede hablarde razas distintas en la especie humana, pero no por ello podemos olvidar que lasociedad sigue haciendo distinciones en funcin de los rasgos fsicos.

    Al asumir la nueva verdad cientfica como algo asumido socialmente, creenque sus hijos no experimentarn dificultades para integrarse en nuestra sociedad:puesto que sern educados en nuestra cultura, no tendrn problema en reconocersecomo vascos, catalanes, sevillanos, etc. Despus de todo, se dira que lo que nosdefine como tales no son aspectos que se transmitan genticamente, sino unterritorio, una lengua y unos referentes culturales comunes. O al menos as fue ennuestra infancia y nuestra primera juventud, cuando al vivir en una sociedad casiexclusivamente blanca no utilizbamos la raza para definir nuestra identidad frentea los que nos rodeaban

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    CUANDO CAE LA VENDA

    Tanto los adultos como los nios descubren con el tiempo que ser diferentepuede ser muy difcil. A medida que los pequeos crecen, viven como una carga loque antes les haca sentirse especiales. Son muchos los nios y nias que loverbalizan claramente con frases como Yo no quiero ser negro o quiero ser como t.En muchas ocasiones su autoestima se resiente y, en algunas, el tema se convierte enuna obsesin oculta cuyas manifestaciones desconciertan a los padres. Algunospadres relatan con asombro como el nio que hasta los seis o siete aos vivaorgulloso de su piel morena se frota la piel con leja: a ciertas edades, ser diferenteno mola nada.

    Paralelamente, los adultos de la familia van tomando conciencia de la realidad.Hasta que no somos un poco negros, tendemos a minimizar el racismo y susconsecuencias explica una madre. Intumos cada vez con ms claridad que solo deforma temporal podemos proteger a nuestros hijos del dao que les harn losprejuicios: Cuando son pequeos son monsimos, cuando se van haciendo mayores sonnegritos, un poco ms mayores negros, y a los dieciocho para muchos delincuentes enpotencia. Es as como el factor racial cobra importancia en las preocupaciones de lospadres. Por un lado, al pertenecer a una familia multirracial desarrollan una especialsensibilidad hacia los signos de la vigencia del racismo en la sociedad. Por otro,asisten impotentes a las primeras expresiones de su impacto en los nios y constatancon preocupacin que son ms dados que la media a presentar problemas deautoestima.

    En consecuencia, se profundiza la reflexin sobre los recursos que debemosproporcionar a los nios, tanto para cimentar una identidad slida y positiva comopara hacer frente a las inevitables manifestaciones de racismo que sufrirn a lo largode sus vidas. Sentimos como ineludible la necesidad de contrarrestar la difusin deabrumadores estereotipos a travs de la prensa, la televisin y, en ocasiones, losdiscursos polticos. Sentimos la necesidad de enriquecer nuestra familia y nuestravida cotidiana incorporando no solo productos tnicos, sino tambin otras personasque puedan ofrecer referentes positivos a nuestros hijos. Entendemos, al fin, quepara no sentirse bichos raros no basta con tratar otras familias adoptivas y otrosnios adoptados, necesitan tambin ver que nos relacionamos de forma positiva conadultos de su misma raza u origen. Entendemos la necesidad de encontrar referentesadultos variados en nuestro entorno prximo. No siempre resulta fcil, puesto que apesar de la diversidad de la poblacin espaola, la interaccin entre comunidades eslimitada y an estamos lejos de alcanzar una paridad de roles.

    El siguiente texto pertenece a un post muy revelador escrito por una madre dedos nias etopes en el blog de postadopcion.org(4).Ser madre de una nia negra significa...

    Aprender a responder a los comentarios de cualquiera, familiar, desconocidoTodos se sienten con derecho a interrogarte!

    Ensear a tus hijas a proteger su intimidad, sin esconder su realidad. Aprender lo que es el racismo y tener que aprender a combatirlo.

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    Sentirte algo negra y desear ser negra como tu hija. Sentirte un poco culpable por haberlas trado a este mundo tan blanco. Interrogarte continuamente sobre qu es la identidad y para qu sirve. Desear para tus hijas lo mejor, sin tener claro que es lo mejor. Que se sientan

    africanas? Sentirse europeas, cuando muchos europeos no las reconoceran jamscomo tales? No sentirse nada?

    Esperar que sean guapas, simpticas e inteligentes, para que el mundo las tratebien y les perdone el ser tan negras. Esperar que salgan cirujanos,cientificosan sabiendo que eso no asegura la felicidad.

    EL TESTIMONIO DE LOS JVENES ADOPTADOS

    Mientras los hijos son nios, los padres se muestran siempre alerta para tratarde protegerlos contra la toxicidad del racismo. Muchas veces, nuestra simplepresencia acta como un manto protector, ya que tambin la sociedad tiende apercibir de modo distinto a los hijos de los inmigrantes y a los nios adoptados. Escuando crecen y caminan en solitario cuando nuestros hijos comprenden realmentequ significa no ser caucsico en una sociedad sensible a las diferencias raciales.

    El testimonio de los hoy adultos que fueron menores adoptados pone demanifiesto la dificultad de identificarse con una comunidad que les mira condesconfianza y cuestiona su pertenencia. Han sido educados para ver el mundo ysentir la vida como el resto de su familia, pero nuestra sociedad no los percibe comotales, y eso crea un gran desconcierto. Me siento siempre como si llevara el vestidoequivocado para la ocasin, como si me presentara en chndal en una boda describe unaadolescente adoptada en la India. Niki, un joven de veintisis aos de los que havivido veintiuno en Espaa, lo explica con rotundidad. Espaol? Solo he podidosentirme espaol con mi familia. He crecido aqu, no tengo nada que ver con Cabo Verde,hablo la lengua mejor que muchos espaoles pero en el da a da me recuerdan una y otravez que no lo soy. Soy negro, eso est claro, pero nunca ser espaol. Su percepcin delentorno cuando caminan ya en solitario por la vida, lejos del ala protector de suspadres, cambia radicalmente. Para m Madrid es una ciudad hostil. Apenas pongo un pieen la calle, noto ya las miradas de desconfianza y desprecio explica una joven dediecisiete aos nacida en Brasil.

    Algunos adultos que fueron adoptados a temprana edad llegan a sentirseatrapados en un cuerpo que no les corresponde. Es el caso de Carla, una joven deorigen asitico adoptada cuando era un beb, que odia la forma de sus ojos, a cuyatransformacin dedica cada da largas sesiones de maquillaje: Quiero parecer lo quesoy: una mujer espaola.

    Los antes nios perciben con claridad la inconsistencia del discurso que primalo cultural y obvia lo gentico. As lo explica Niki: Me enervo cuando un blanco diceque slo hay una raza, la raza humana. Eso es negar la realidad que vivimos las minoras enuna sociedad blanca, la historia, la discriminacin cotidiana... Para m es casi como negar elHolocausto.

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    AVANZANDO SIN HOJA DE RUTA...

    A medida que acumulan experiencias como miembros de una familiamultirracial, los padres son ms sensibles a las injusticias del racismo, el alcance delos prejuicios y la discriminacin, la necesidad de contrarrestar los estereotipos y laimportancia del factor racial en la identidad. Entienden que no es suficiente contender puentes con su lugar de nacimiento que les permitan sentir orgullo de suorigen cultural. Antes o despus toman consciencia de que tienen que educar a sushijos para vivir en una sociedad en la que su aspecto fsico marcar con frecuenciasus vivencias, y de forma creciente a medida que se aproximen a la edad adulta.Sern nios educados en la cultura blanca, pensarn como blancos, sus mayores referentessern blancos... pero ellos continuarn siendo negros escribe una madre en un foro deadopcin en Hait.

    Al reflexionar sobre este tema, los adoptantes se sienten con frecuenciaperdidos, como padres de inteligencia media educando a un nio superdotado, ocomo un padre monoparental educando en solitario a una hija. Puesto que hemosnacido y crecido en una sociedad monocolor, no estamos acostumbrados a manejarla raza como un elemento importante en la definicin de nosotros mismos.Identidad racial es para nosotros un concepto vago y difuso, por lo que nosafanamos en buscar paralelismos que nos ayuden a entender lo que sienten ysentirn nuestros hijos y qu recursos necesitan para hacer frente a la discriminacina veces cruel a veces sutil que sin duda sufrirn a lo largo de sus vidas. Los hijosde inmigrantes o los que por razn de su orientacin sexual, su obesidad o cualquierotro motivo se han sentido injustamente despreciados utilizan su propia experienciapara preparar a sus hijos.

    Identidades acumulativas vs. Identidades divididas

    Si bien en los primeros estadios de la adopcin los padres estn convencidosde que sus hijos se sentirn tan europeos, espaoles, catalanes, vascos o gallegoscomo nosotros, con el tiempo se percatan de la importancia del factor racial en laformacin de su identidad. Sabemos que cuando al ver un hombre de rasgosasiticos o africanos veamos simplemente una persona como nosotros, estaremosms cerca de entender el mundo en que nos ha tocado vivir pero mientras no llegueel da en que todo el mundo sea capaz de verlo as, las personas adoptadasinterracialmente tendrn en la mirada ajena una dificultad aadida para conjugarsus orgenes y sus vivencias en un sano concepto de s mismos. Conservarn de porvida unos rasgos fsicos que denotarn una herencia gentica lejana, y las personas,los espacios y las culturas con las que interacten irn modelando lo que piensen,sientan y, en definitiva, sean.

    Los padres adoptivos intercambian dudas y reflexiones sobre este aspecto.Lograremos que se sientan enteramente europeos? En qu medida es bueno que seidentifiquen con su comunidad de origen? Es el ideal sentirse de aqu y de all alcincuenta por ciento? Si cuanta ms cultura -o ms culturas-, absorbemos, ms

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    somos, por qu deberamos forzarles a identificarse con una sola? Por qu nopodemos hacerles sentir orgullosos de ser tan chinos como gallegos o tan etopescomo catalanes?

    El escritor de origen cubano Justo Vasco padre de una nia nacida en Hait yque vivi en Mosc y Alemania entre otros lugares antes de instalarse en Gijn loenunciaba con estas bellas palabras: Ojal seamos capaces de transmitir a nuestros hijosque uno no es ms rico cuanto ms tiene, sino cuanto ms es.

    CONCLUSIONES:

    Ciertamente la adopcin interracial es una experiencia altamenteenriquecedora para todos los miembros de la familia, pero es evidente que nosqueda mucho por aprender sobre los retos especficos que conlleva.

    El trmino raza ha cado hoy en desuso y el discurso ms extendido ennuestra sociedad se centra en las diferencias culturales . Ello lleva a lasfamilias a pensar al menos durante un tiempo que sus hijos no tendrnserias dificultades para integrarse en la sociedad. Sin embargo, los testimoniosde las personas adoptadas cuestionan esta premisa y nos abren nuevosinterrogantes.

    Las familias han empezado ya a compartir sus inquietudes, reflexiones,experiencias y estrategias a travs de internet, pero sera altamente deseable larealizacin de estudios que nos ayuden a comprenderlos mejor y una mayorconcienciacin y conocimiento por parte de todos los implicados, incluyendo alos profesionales que informan y atienden a las familias en los servicios de prey post adopcin.

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    (1) Datos extrados de: La sociedad espaola y la inmigracin extranjera. Colectivo Io (Pereda, C.,Actis W., y de Prada, M.A.) Papeles de Economa Espaola, FUNCAS. N 98. 2003.(2) Datos facilitados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Secretara de Estado deServicios Sociales, Familias y Discapacidad. Direccin General de las Familias y la Infancia.(3) Idem.

    (4) Estivill, E. y Domnech, M. (2006). Cuaderno pedaggico: la adopcin de un nio (Incluido en ellibro Lila tiene un hermanito). Beascoa, Random House Mondadori.(5).Felez, M. (2006). Cmo es ser madre de una nia negra?. Blog colectivo de Postadopcion.org.http://blog.postadopcion.org