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XLVllí.-lL0 40 imooa, víarflBs 9 Febrero ds 1938. Pág. 1329 Diario político, ds avisos, noticias y decretos EDICIOIT de l a TARDE Bidaccion: Escudilicrs Blr.rchs, 3 bis, taja. I Admiciütracios: Pin» Rtil. nim 7, bt¡»> íreoloa da «uBorlolon: BMoelona, I BO ptas (pUtnJ al mea. Tuora. 6 Id. trlm. ExtranJ. O id. tfr i i i ii P «=«=3 Tentrn r *Amlnn Hoy viernes, A UM 1, «ercion sencillo: peaet» ynfenna.-A las 5, * « a i T O UOmiOO ^¿ciim fiS(v, g l mano OPU» y tam caro«r«ra..-Noche, á Us » y me- nía, «eccion doble: Bl (rebol y Moroe y o-laüBno», por el tenor scflír Vida'.-Maflana: Estreno ele •«Mogo éxito, Biblioteca popnlftr. Orn.n fitnlnn r'n i^nvtA at Uríiníl-' Velndn» mtUlcale» todos ¡ox Innea, miórco- 2rrUl** «JOlOn V/aX6 UOnaai Icl viernes y Riihados, por los distinauidos concer- "atns señores Sánchez, Petera, Estere, Oalvoi-Dinl y Vallr. n OllfÁ f »_>_«_1 Carnaval de 1900.—Durante los sel» ültimoa dias da Cnrnaynl concurrl- , t X»Dp »n01 i estf establecimiento aarupaclo';es Immorlstico-musicales, y se au»- Penden durante dichos dias los conciertos extraordinarios do firiimofon. Plaza de Toros Antigua (Barceloneta) ^^ÜCSSSJ*** 1TOVEDA.X3. S SHJOOIONES A la» 5 y cuarto, función completa: S o X , 1 real Somtora, SO oéxitimos A 4 en pnnto,3." »60olon.-Sol, S O o 6 n . t l r r i O B - S o m T o r f x . , * i O oén.vimos Olainaela. Clov/nn, 3 HovUlnr. Estrenn de la pantomima Olorlaa MftJMlp «n Africa, por la ovoclonaiín Compañía Infantil. Sooíftnf T n4niwia KODTKA.—Deint) (üssapte: Ln nova prodiiccid de Brieux, traduhidn mnT« I , •»J'**5,U** »» per l'Enscuyat, tarnaatr» (5 octea, firnn éxlt); el non y molt nplaudlt CI't, v ^ Víctor Rahola, Feiejiv (á.11 i r.presentuciúl, y In popular garsuelu catalana do l'Aulii». J,,'?"."i™™ ft>r»dol mon.-Vnles: Gran, DaSnorfa, 2; «LMaseni-, R 19, Alearot, Rnmbln Flors. r.0. Rauricli.fl;«El Vano», HotpN Contra la versión que circula de t|Lie se lia suspendido el gran mitin de solidaridad ^3 ajana que se ha de celebrar pasado maftana en Gerona, podemos afirmar que la celebración del acto será un hecho. Do logue hay muchas probabilidades es de que el domingo fiiguionte se celebre otro acto del mismo caríicter " de no menos resonancia. l-a Comisión municipal de Fomento ha acordado que la sección facultativa de Urba- nizaciones y Obras formule los correspondientes presupuesto y pliego de condiciones Para sacar ñ subasta el servicio de pintado del puento de la sección maritima del lJar« lie y fachadas y cubiertas metálicas de los mercados públicos; pombrar una Comisión coinpuesia de los señores Rubló, Cardellach y MafirifU para quo se HVlste con el inge- niero jofe do las obras del puerto con objeto do ponerse de acuerdo respecto ¡i \n con- veniencia de construir unas balconadas sobre los lliigludps ó almacenen en to l,i la ev- "¡nslon del muelle; Informar favorablemente, con algunas limitaciones, el proyecto do

XLVllí.-lL0 40 imooa, víarflBs 9 Febrero ds 1938. Pág. 1329

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XLVllí.-lL0 40 i m o o a , víarflBs 9 Febrero ds 1938. Pág. 1329

Diario político, ds avisos, noticias y decretos

EDICIOIT de la TARDE Bidaccion: Escudilicrs Blr.rchs, 3 bis, taja. I Admiciütracios: Pin» Rtil. nim 7, bt¡»>

íreoloa da «uBorlolon: BMoelona, I BO ptas (pUtnJ al mea. Tuora. 6 Id. tr lm. ExtranJ. O id. tfr i i i ii P • « = « = 3

Tentrn r * A m l n n Hoy viernes, A UM 1, «ercion sencillo: peaet» ynfenna.-A las 5, * « a i T O U O m i O O ^¿ciim fiS(v, g l mano OPU» y tam caro«r«ra..-Noche, á Us » y me-nía, «eccion doble: Bl (rebol y Moroe y o-laüBno», por el tenor scflír Vida'.-Maflana: Estreno ele •«Mogo éxito, Biblioteca popnlftr. O r n . n fitnlnn r ' n i^nvtA a t Uríiníl-' Velndn» mtUlcale» todos ¡ox Innea, miórco-2rrUl** « J O l O n V/aX6 UOnaai Ic l viernes y Riihados, por los distinauidos concer-"atns señores Sánchez, Petera, Estere, Oalvoi-Dinl y Vallr. n O l l f Á f »_>_«_1 Carnaval de 1900.—Durante los sel» ültimoa dias da Cnrnaynl concurrl-, t X»Dp»n01 rá i estf establecimiento aarupaclo';es Immorlstico-musicales, y se au»-Penden durante dichos dias los conciertos extraordinarios do firiimofon.

Plaza de Toros Antigua (Barceloneta) ^ ^ Ü C S S S J * * * 1TOVEDA.X3. S SHJOOIONES

A la» 5 y cuarto, función completa: S o X , 1 r e a l S o m t o r a , S O o é x i t i m o s A 4 en pnnto,3." » 6 0 o l o n . - S o l , S O o 6 n . t l r r i O B - S o m T o r f x . , * i O o é n . v i m o s Olainaela. — Clov/nn, — 3 HovUlnr. — Estrenn de la pantomima Olorlaa M f t J M l p «n Africa,

por la ovoclonaiín Compañía Infantil.

S o o í f t n f T n 4 n i w i a KODTKA.—Deint) (üssapte: Ln nova prodiiccid de Brieux, traduhidn mnT« I , •»J'**5,U** »» per l'Enscuyat, t a r n a a t r » (5 octea, firnn éxlt); el non y molt nplaudlt CI't, v • ̂ Víctor Rahola, Feiejiv (á.11 i r.presentuciúl, y In popular garsuelu catalana do l'Aulii». J , , ' ? " . " i™™ ft>r»dol mon.-Vnles: Gran, DaSnorfa, 2; «LMaseni-, R

19, Alearot, Rnmbln Flors. r.0. Rauricli. fl; «El Vano», HotpN

Contra la versión que circula de t|Lie se lia suspendido el gran mitin de solidaridad ^3 ajana que se ha de celebrar pasado maftana en Gerona, podemos afirmar que la celebración del acto s e r á un hecho.

Do logue hay muchas probabilidades es de que el domingo fiiguionte se celebre otro acto del mismo carí icter " de no menos resonancia.

l-a Comisión municipal de Fomento ha acordado que la sección facultativa de Urba­nizaciones y Obras formule los correspondientes presupuesto y pliego de condiciones Para sacar ñ subasta el servicio de pintado del puento de la sección maritima del lJar« l i e y fachadas y cubiertas metál icas de los mercados públicos; pombrar una Comisión coinpuesia de los señores Rubló , Cardellach y MafirifU para quo se HVlste con el inge­niero jofe do las obras del puerto con objeto do ponerse de acuerdo respecto ¡i \n con­veniencia de construir unas balconadas sobre los lliigludps ó almacenen en to l,i la ev-"¡nslon del muelle; Informar favorablemente, con algunas limitaciones, el proyecto do

Q

un tranvía eléct.'.'*» desd«? la rarntla de Cata luña á San Martin de Provcnsals, con ra­mal á la barriada ael Clot ; proceder al arreglo de la estatua de la Fama, del monumen­to ó Rlus y Taule^, por haber desaparecido el globo t e r r áqueo , y que por la sección correspondiente se proceda al arreglo de la carretera del Morrot .

En la última reunión celebrada en el « C e n t r e Ca t a l á Republicá Federalista^ proce­dióse á la renovación de la Junta directiva, quedando constituida en la siguiente forma:

Presidente, Carlos Llobet; vicepresidente, Eugenio Guitart; tesorero, Ramón Quc-ral t ; contador, Primitivo Quintana; bibliotecario, Teodoro Planas; vocales: Juan Vidal , J o s é T a r r ó s ; secretarios, Juan Arnall y Angelet, J o s é Songuinetty.

El « C e n t r e Ca t a l á Republicá Federalistas ce lebra rá pasado mañana un banquete conmemoración del 33 aniversario de la proclamación de la República.

Los dias 11,12 y 15 del actual se cobrará en el pueblo de Sar r iá , en el local y ho­ras de costumbre, la contribución terr i tor ia í y de subsidio correspondiente al primer trimestre de 19CW /

E l domingo próximo, á las doce de su mafana, t endrá lugar el reparto de premios y diplomas á los alumnos que más se han distinguido por su aplicación y aprovechamiento en el curso de 1904 á 1905 en la Escuela Superior de Artes é Industrias y Bellas Artes de esta capital, situada en el piso segundo de la Casa-Lonja.

El acto será público y se nos ruega supliquemos á los alumnos premiados no dejen de concurrir á recibir su distinción.

Segun noticias recibidas en la Cámara de Comercio de esta ciudad, Alemania y ' Espafl i se han puesto ya de acuerdo para mantener el actual régimen arancelario hasta el dia 30 de Junio próximo.

En el salón de la Reina Re ente (Palacio do Bellas Ai4ls) t endrá lugar el próximo domingo, á las tres de la tarde, el concierto de clausura del ciclo Schubert, que con tanto exi.o viene efectuando la Asociación Musical de Barcelona.

El programa se rá como sigue: I . Cuarteto efi la menor (op. 29) para instrumentos de arco, señores López Naguil, López Casá i s , Ribas y Raventós . I I Cinco Heder,

Sara canto y piano, señor Segura. I I I . Quinteto en do mayor (op. 163), señores López laguil, López C a s á i s , Ribas, i aventós y Montserrat.

El dia 18 tendrá lugar en el mismo local y hora uua sección de sonatas para vlolon-cello y piano por los señores Raventós y Sabater.

La Junta de la Sociedad de cillndradores y aprestadores de Barcelona y sus con­tornos Invita á los obreros del ramo á una reunión general extraordinaria de segunda convocatoria que ce lebra rá pasado mañana, ó las nuevo de la misma, en el local de la calle de Monach, número 10, interior.

La Sociedad de pintores La Alianza invita á todos los obreros del ramo que estén conformes en firmar una exposición que piensa elevar al Ayuntamiento, en nombre y "--ssentacion de los mismos, en demanda de trabajo. Con este motivo se ce lebra ré

eunion pasado mañana, en la calle del Hospital, número 93, 1.°, á las onceen ' d e l a mañana.

s Juntas directiva y facultativa del Instituto Obrero Ciraciense han quedado cons* i -^dasbajo las presidencias respectivas de don Pablo Oliva y don Francisco Cas*

En la renovación de cargos efectuada en la junta general ordinaria última quede constituida la Junta directiva del Colegio de maestros armeros y agujeros para el co-

. mente ano bajo la presidencia de don Joaquín Sistachs.

La casa Samsot y Misé hermanos acaba de publicar una hermosa colección de pos­tales en fototipia y á seis colores que seguramente ha de llamar la atención del p ú ' blico.

La impresión de la referidas postales es inmeiorable. resultando la colección com-

Pleta sumamente curiosa, por cuanto á su vista se puede adquirir una idea bastante^ ^o.ximada de los principales edificios y vías de esta ciudad.

Nuestros plácemes á la casa Samsot y Misé hermanos.

Bolsín ma.xia.zi.cu Interior, 79'55 dinero; Nortes, 40'50 dinero; Alicantes, 84'45 operaciones; Orenses,

27'25 operaciones; Coloniales, 7V25 papel

Noticia de los fallecidos en el dia 8 de Febrero de 1906. Casados 13 Viuios 4 Solteros 5 Niilos 14 . „ M„^, .„„ j Varones 61 Casadas G Viudas 9 Solteras 2 Ñiflas 10 Abortos 2 Nac,dos i Hembras 44

Una vida más irtferesanfe que una novela. (-re«riu$e le«r una novela cuando se Uojea

' 1 voluminoso dossier que dos abogados han presentado á los tribunales dtvmandando lu 'evision de un proceso juzgado hace muchos :ifios.

lY t¡ ié novelal Dolorosa, t rágica . . . E l hé* ta*, cano hoy, era un nifto de diez y seis años cuando lué condenado & presidio. AHI, & tra­vés de iag eípesa8 murallas, oyó el gri to de súplica de «u madre—ella también condena-

ella también inocente—que, en su agonía, reclamaba justicia y le pedía & su hijo la re­habilitación de su memoria...

"Hijo mío—escribíale ella—, pronto deja-yéla tierra. El juicio de los hombres poco me importaría si aquí abajo no te dejase á tí y á •u hermana. Cuando dejes la prisión—i^s mi ultimo deseo, mi última plegaria—trabaja Por rehabilitar la memoria de tu pobre ma­dre, j i . . , no os podía dejar como herencia •o&s que un nombre honrado, y ese nombre la justicia lo ha injustamente manchado...r

Era en Mayo de 187U que la desgraciada "tujer asi se expresaba. Desde entonces, el «uefio, la idea tija del hijo, ha sido rehabíli-'ar la memoria de la que le dió el sér y la suya propia.

(Lo conseguirá? Dudarlo serla dudar de 1* justicia misma... Pero ¿es que la justicia existe?...

Eué en el afío de 1S67 que se desarrolló el drama de que me ocupo.

Las doce habían ya sjnudo en el pequeño l>ourg de Domont (Seine-et-Oise), cuando un mercader de horquillas, de Boulteinonl .Fran­cisco AHegrain, saliu do la taberna de su amigo M. Pillardeau.

Era á fines de Noviembre. La noche del 'M al 2V era oscura, neblinosa. Pillardeau lo uotó, y le t ad l i tó al mercader, que marchaba con unas copas dé más, una linterna para que se orientase.

\ o habla pasado mucho tiempo de partida

cuando los habitantes de una casa situada cerca del ubrevudero de la viU¿), oyeron g r i ­tar distintamente:

—¡Me nhogol... ¡Socorro!... ¡Mis pobres Ui-iosl... ¡Quí dcsgracial... ¡Queme ahogol...

Los vecinos de la mencionada casa, Julio C.rémoins y su esposa, corrieron al abreva dero. Pero era tarde. AHegrain había ya ex­pirado. Ayudados por Pillardeau, retiraron el cadáver—que conservaba en una mano el bastón y en la otra la linterna—del agua, abandonándolo en el lugar, no sin antes cu­brirlo de puja.

A l dia siguiente aparecieron los gendar­mes. Se abr ió la información habitual en esos casos; se demostró que la muerte habla sido debida á un aci-idente (en efecto, la ruta que desciende en rápida inclinación de Domont á Bcmífermont se dirige en línea recta al abre­vadero, y en una noche oscura es imposible apercibirse del recodo peligroso que on dicho lugar forma), que las marcas que presentaba' el cadáver fueron ocasionadas postmorten por el garfio usado por Pillardeau para ex­traerlo del agua, y se concedió á los fnmilip,-res el pérmíso de inhumación...

'• • « Pasó algún tiempo. Algunas comadres su>

surraron, dieron á entender que la muerte de AHegrain no lué debida ú un accidente sino & un crimen premeditado... La acusada en voz baja era la viuda del difunto: Mme. Gauthier.

¿Cuál podía ser el móvil del crimen? Las malas lenguas lo encontraron al momento: Madame Gauthier tenía dos hijos,. nacidos antes de su matrimonio con AHegrain, y'de­seaba compartir con ellos los terrenos qae poseía el marido... Susurrábase, además,quo los hijos no eran ajenos al asesinato,..

El comisario procedió á abrir una infor­mación suplementaria. ¿Qué averiguó? Nada. Así lo comunicó al procurador imperial. Era verdad que AHegrain y su esposa no se Lle­vaban bien, debido á las frecuentes borra-

dieras—borraclun-ar. quo 1o haclao compare­cer á memulo en la prefectura—; pero de eso á que ella lo quisiese asesinar, grande era la distancia. Adcmús, no había pruebas...

La opinión, excitada de dia en dia, acusa­ba en alta voz; acusaba de tal manera, que el alcalde se vió obligado á notificarlo i l l a justicia.

Un juez, cegado por la opinión popular, se hizo cargo del proceso. Mine. Cauthier y sus hijos fueron citados ú la Alcaldía.

—Me encontró en presencia de un hombre-cuenta Gauthier—que me amedrentó al mo­mento. Era el juez de instrucción. Su aire brutal, su manera de mirarme, yo habituado íl la dulzura angélica de mi madre, todo oso unido ú mi juventud y A mi inexperiencia, me hacían el hombre ant ipát ico. Tenía como la intuición de que era un enemigo; y tenía razón, porque ese fué el hombre que mató á mi madre...

—¡Usted fué quien mató á su padrastro! ¡Csted ea un asesinol—Se había levantado, y, dirigiéndose á mi, furioso, casi rae introdu­cía en los ojos los dos dedos abiertos en for­ma de dientes de tenedor. Aturdido por esa acusación, pero seguro de mi inocencia, qui. se arrojarme & él; ese gesto bastó para per­derme. Me hizo aherrojar, diciendo:

—¿Lo veis? Es un asesino; se atreve á re­belarse.

Entonces v i A mi madre y le pregunté: —¿Qué va á ser de nosotros? ¿Qué quieren

de nosotros? —Valor, hijo mío—rae respondió—. La jus­

ticia jamás ha condenado á los inocentes. No tenemos nada que temer..

El pobre muchacho so había puesto su me­jor blusa para ir á la Alcaldía. Como la vís­pera había sangrado da la nariz, la habla la­vado y puesto á secar junto al fuego. Pero no la había lavado bien; quedaba ana man­cha de sangre.

—Habéis lavado vuestra blusa—exclamó con aire de triunfo el juez...—No negareis ahora que sois un asesino.

Y la misma noche, madre, hijo 6 hija fue­ron conducidos A la prisión de Pontoise...

Nueve meses transcurrieron . Separados unos de los otros, el juez empleó los medios más inicuos para hacerles confesar lo que no habían hecho.

Los testigos fueron también intimidados. A l ña una mujer confesó que la noche del accidente oyó ir y venir ü la Allcgrain y sus hijos. Se probó después que era material­mente imposible, del lugar donde pretendía encontrarse, oír el menor ruido.

-Usted estaba levantada; por lo tanto, us­ted cometió el crimen—le dijo el juez á la Allegrain.

Ella protestabaviolcntamontcdesuinoecn-ria. En el proceso verbal encontramos ecos de sus protestas.

—Sois capaces de todo, nom de nom...— decíale á los jueces- . No creía que existie­sen hombres tan canallas como ustedes...

Pero las protestas de nada valieron. Los jaeces obtuvieron declaraciones como la si­guiente: "¡Que me ahogoIn habla oído Gré-moins. "¡Que me ahogant„ le hizo declarar t-1 presidente. Mrae. Grémoins no fué Jamás citada. En cambio, testigos que nada ha­bían oído declararon y hasta acusaron sin pruebas...

La viuda Allegrain fué condenada 4 traba­jos forzados á perpetuidad y su hijo á diex aftos de reclusión.

— A l leer la sentencia-dice Gauthier en su Memoria—mi madre me tomó en sus bra­zos y me inundó de lágr imas . Enlazados, sentíamos que era por la última vez. Fué ett ese momento que vimos pasar el cnerpo in­animado do mi hermana. La pobre habla ido para unirse & nosotros A la salida, no dudan­do que nuestra inocencia serla reconocida. Los gendarmes nos separaron por fuerza..•

Esa fué la última entrevista de GauthlC con su madre, que murió tres aftos más tar­de, dejando como testamento la carta men­cionada...

• « Cuando el condenado cumplió su pena, re"

gresó á Francia. Vigilado por la policía, encontró todas las piicrtns cerradas, y, si0 dinero, no pudo hasta recientemente comen­zar la realiracion del deseo pdstumo de <'-> madre.

La figura máa importante do la revisión próxima será la de madame Grémoins, 1« que, aparte de su testimonio, presentará una declaración que espontáneamente escribió y firmó su marido antes de morir. Julio GrtT moins, no dudando de la imcenda de los Gau' thier, se yíó acosado siempre por el remor dimiento. V queriendo rectificar la última declaración—distinta á la primera—que le arrancó un abogado astuto, dejó el documen­to que presentará su compaficra. Otros tcs-igos demostrarán la falsedad de muchas de

las primeras acusaciones y declaraciones... Es casi cierto que la lur de la verdad re»,

plandoüca. ¿Gauthier se sentirá satisfecho? Si no.,, ¿lis acaso humanamente posible repa. rar la perdida de una madre y la ruina de una vida?. .

PAGANINI.

Zja v i d a por e l zar. B«sil Bftsilcjewitsch ríe; tus blancos diente»

"Parecen de una oreja i la otrn. ¿Quiín e» • M lelix que él? Un dia anlc-g celebró «n boda *0i> Ana Pawlowna, que le trajo un buen pe-oato de tierra y una magnifica pareja do buc-

E» alta y fuerte Ana Pawlowna, y en­tiendo tanto de trabajar como do amar.

Basll se imaKinaba ya dueño de una gran "tteienda, con hijos Heles í industrioso» que •e ayudan á aumentar su riquexa; con e»ta •"•peranxa mandó llenar los vasos de Wod tka.

Los carapesino», que aun no estaban muy tronos desde la espléndida celebración de In boda de Basil, le admiraron y Taciaron c atuardiente.

—Seguro—dijo Nicolai Sergeljewitsch—tü Puede» reír te; tiene» una mujer trabajador! T hermosa, tierras ricas y bueves; tú eres, «n verdad, un gran señor.

-•SI el alcalde se muere, tú se rás nue«trr •Icalde—dijo Iwan Iwanowilsch.

M&s regocijado se puso Basil, y mandó do »uevo Henar los vasos.

L a vieja judia, sirvienta de la taberna. Toló & obedecer á un hombre de tanto por T«nir.

—lAhl—continuó Nicolai Scrgeijewit»ch— * ti no te hocen dallo los tiempo» malos.

—[Malos, tiempo»! — gr i tó Basil—. ¿Df dónde pueden venir los malos tiempos? iQui'

de la guerra con los mono» amarillo»? * e»cupió con desprecio, dcmo»trando lo

poco que á 61 le importaba la guerra. —Tú no debes decir eso—la contestó Nico-

'al) confldeucialmentu—; se dice que la guo rra va mal para nuestra» tropas. Fui boy á 'a ciudad para vender mi t r igo al comercian­te Feodorowitícli Babelin, (¡maldito sea, por oajarme tres kopokas en el prcciolj y mien­tra» oslábamos tratando vino su mujer con "aper iódico . Y o n o s é leer, pero Feodoro-vitsch me lo ha leído. AUf te dice que no va todo & nuestro gusto; los japoneses no sor. mono», sino verdadero» diablos, que a»e»inan A nucitros hijo», les abren el vientre y les cortan l a n a m , porque .son paganos y no "onen nuestra fe cristiana.

—|Pero venceremosl—gritó Basil.— |V«0" '"remos y les haremos huir como A los pe rrosl

—Eso mismo dice el periódico; p«>ro tam­bién dice que ya hamos perdido tres grandes batallas, muchos cañones y miles de nuestros hombre» muertos y heridos, y que e» necesa-rio mandar muchos más soldados.

—No nos importa—contestó Basil—. Nos otros vivimos lejos y no nos buscarán aquí, "«paito tiene muchos soldados, bastantes.

- S i , «l los tiene—dijo Nicolai—, los tiene: Pero me ha dicho Feodorowitsch que tam­bién á nosotros nos toman. En Kasan ya han llamado á todas las reservas y nuestro turno eslá próximo.

- jNo es verdadl—exclamaron vario» cam­pesinos.—No nos pueden llevar durante la :osecha.

—La cosecha no les importa—repuso e práctico Nicolai.

—¿Y qué tenemos nosotros que ver con los aponeses?—preguntó un viejo. —Tampoco eso le» importa—añadió Ni-

:olai. Va gran silencio reinó en la estrecha y ma-

vnntiladn esuncin; los campesinos se mira ron aterrorizados; cada uno pensó en su trigo r su centeno, que pronto debían ser cosécha­los, en su mujer y sus hijos. Solamente Basil ior la intensidad de su ventura, recupera jronto su bueu ánimo.

—Es una broma pesada—dijo—; yo afirmo luc no nos llevan. ¡Que nol ¿Por qué ha de

i ir á nosotros y no á los de Tschernigo, Kursk ó de cualquier otro lugar? Venga, arab, y llene los vasos á todos. Vino el Wodtka; pero los vecinos, ya im­

presionados, no se animaron. Uno Iras otros ucron saliendo todos de la taberna para sus casas.

Fue el último Basil. Le recibió en la puerta u joven y amada mujer, con las mayor.-:

muestras do cariño y regocijo, y pronto olvi­dó la guerra y aquellos monos amarillos.

El próximo dia lo» campesinos visitaron a alcalde, un anciano con barba blanca que también tenia dos robustos hijos. El no sabia nada, ni tampoco el sargento. E»te último sin embargo, dijo sonriendo:

—No pasará mucho tiempo sin que tengan que marcharse todos, no hay remedio, y nos­otros cuidaremos de las mujeres y los niños.

Era un hombre mal intencionado este sar­gento, por lo que no gustaba mucho á los campesinos. Cierta ocasión, acariciaba Basil á su mujer en lu puerta de su casa, y, obser­vándolo el sargento, con el deseo de mortifi­carle, dijo;

—Ya pronto se acabarán los besos. Basil so puso turioso, pero no olvidó de

quitarse humilmente la gorra ante la auto­ridad.

—¿Qué significa eso?—le preguntó su mujer. E l contesto con evasivas, y salió para la

taberna, donde ya otros campesinos se halla­ban, hablando de la guerra.

Cuando él outró, todos le saludaron. [Qui­zás él tendría buenas noticias! Pero todo su valor había naufragado por las oalabrus del

sargento. E l tenía que perder más que los otros: su mujer, sus siembras, sus bueyes, en fin, toda su fortuna, tan recién nacida.

- - ;No nos llamarán!—exclamó, como lo ha­bía dicho el dia anterior; pero con voz débil é insegura.

Tomó dos vasos solamente de aguardiente y volvió á su casa.

El hablar con los vecinos le puso más in­quieto, procurando en vano, con las caricias de su mujer, alejar sus tristes pensamientos.

Cuando ella notó la gravedad de su rostro, se colgó & su cuello, rogándole que se lo di­jera todo. A l pronto no quiso comunicarla sus desalientos; pero al fin, no pudiendo con­tenerse por más tiempo, le refirió todas sus cuitas. Las lágr imas brotaron de sus ojos y durante algunas horas permanecieron abra zados y llorando.

Nada de importancia se oyó en la aldea du­rante los dias sucesivos de toda la semana. Los campesinos ya llevaban las cabezas al­tas y hasta se rieron del viejo hablador Ni-colai Scrgeijewitsch y de sus malos augurios.

f labia pasado casi el recuerdo de esas es­cenas, cuando una mañana el hijo del alcalde citó apresuradamente á todos los hombres que vinieran á la Alcaldía, notificando á las mujeres que llamaran i aquellos que trabaja­ban en el campo.

En menos de una hora todos estaban reuní-dos ante el alcalde, que tenía en la mano un gran papel. Allí se hallaban también el cura v el sargento de la guardia civi l .

El alcalde empezó á leer el documento: '•Su majestad el zar, en vista del gran pe­

ligro que amenaza á la patria sagrada, llama al servicio á las reservas del distrito de Cherkow.„

Luego leyó los nombres de los que se lla­maban, y el segundo era el de Basil Basileje. \ritscb.

De lo» 5o hombres de la aldea quedaban solamente 10.

Habló entonces el cura con su voz gruesa: -Todos debían obedecer con fervor y entu­

siasmo este mandamiento de Dios y marchar á la guerra por la Santa Iglesia y por el zar, contra el maldito enemigo amarillo, y sacrificar, si necesario fuere, su vida por el í a r . .

Dichas estas palabras, reinó tan profundo silencio en la habitación que ni el sargento hizo observación alguna. Con las cabezas ia d i ñ a d a s y las gorras quitadas—"en nombre del zar,,—, en las manos, los campesinos n0 se movieron; cuando les dijo el cura que Se retiraran, á fin de estar listos en Cherkow antes de las veinte y cuatro horas, fueron sa­liendo, sumisos, hacia sus hogares.

Basil Basileje witscU se asfixiaba y en su

cerebro hirvieron loa pensamientos. ¿Qu£ba' cer ahora, qué podría hacer? Ana Pawlown» lloraba sin cesar. Sentado Basil al lado de la mesa, multitud de pensamientos cruzabas por su cabeza de campesino. ¿Por qué—»« preguntaba—debía él dejar por el zar su mu­jer, su casa y sus bueyes? ¡Papaíto zarl ¿Quién era él? ¿Le conocía acaso? ¡Nunca le había visto siquieral ¿Con qué le recompensaba él por su felicidad perdida, quizás por su vida?

| Sollozaba pensando que á él le podrían tan>* bitm matar y, como había dicho N'iwolu». abrirle el vientre y cortarle la nariz, ¡ f ' ¡nunca, nunca! Solo quedaba un recurso:!huirl Pero ¿si le aprehendían? Bien recordaba él si» época de servicio en el ejército, que se fu»1' laba en tiempo de guerra & lo» desertores. A él no le prenderían, porque har ía las co»«» con cuidado. Cnn vez al otro lado de la fron­tera, Ana l 'uwlo • na podría vender todo y reunirse con él. Pensando en este plan ha»t* sintió a legr ía , su mujer se animó, é inmedia*

' tamente comenzaron los preparativos para la fuga. Aquella tarde recorrió por última

| vez los terrenos y acarició sus bueyes.» ' Después ambo» se arrodillaron en la habita' cien y rezaron largo. Se acariciaron y be­saron, y cuando oscureció se fué al bosque.

Sin interrupción anduvo toda la noche ha­cia el Sol poniente; durante el dia se escon­dió en el bosque ó en la Casa de algún cam* pesino bondadoso; mientra» más se aprozi* mabn á la frontera, tanto más ••«• tranquil' ' zaba su espíritu; una vez en Austria, él baria escribir una carta para sn mujer, para qa* se le reuniera, y c rea r ían en el extranjer* una nueva fortuna.

A los veinte y tre» días de marcha llegó 4 una aldea, donde por vez primera vió lo* uniformes de la guardia de la frontera. Y * el fin de su viajo estaba en perspectiva. * o* cas horas más y ¡el papaí to zar y el «argén to podían buscarjel

Durante este último día se escondió en n0 tchiquero, y á media noche adelantó por el oso de ana calzada. E l viejo campesino, q»* je había escondido, le habfa hablado del r " ig'ro que corría; pero él adelantó como un

gato y pasó por lu eapalda de un centinal'* pudiendo ver ¡al fin! el palo pintado qne marca la frontera ¡la frontera! Dejando tod» precaución, solevantó corriendo hacia ella.

—¡Alto!—gritó un guardia - . ¡¡Altoll—r** pitió.

Se oyó un t i ro; Basil sintió un golpe en cuello y, dundo un salto, cayó, agarrando con sus manos el palo de la frontera.

Cuando el guardia se le acercó ya estab» muerto.

¡La vida para el zar! P. K L E I N ,

P»rece qae los comerciantes de Paria, imi-« n d o la conducta de uno de sus colegas que '0nió la iniciativa de la pequeña reformai

decidido suprimir las fórmulas de corte. **nla con que basta ahora terminaban las c»rta» qnc dirigían á sus cliente».

La medida para muchos, para los moder. "Utas singularmente, no podni venir más á "etnpo. l i e momento en momento nos encon­gamos cada vez más ocupados. En esta épo-

ya no hay más divisa que la Rapidez ó la ^elocidad. En todo, y de modo especial en

E l t iempo perdido.

los

tampoco esta opinión es, á juicio nuestro, irrefutable.

Si no se leen las frases hechas que general­mente se encuentran al final de las cartas co. mercialcs, no por ello se las puedo calificar de pesadas ó importunas. Aunque realmente no las lean los clientes, es incuestionable que puede producirles satisfacción y goce el en­contrarlas en dichos documentos.

Ellos las conocen, saben que han sido tras­mitidas de padres á hijos, que perpetúan, en suma, una amable tradición. La forma ta, al

negocios, es preciso caminar derecha- fin y al cabo, lo que menos importa. Lo esen-«en te . Lo que se invierta en guardar formas cial es que se sepa que el remitente no se ol-

urbanidad es, por tanto, tiempo perdido, vida del destinatario y que le « ^ f 1 * Sin embargo, muchos se preguntarán si la afectos y salud^. La obseqmostdad siempre

««Presión de las fórmulas de cortesanía pro- es halagnerta; en todas las ocasiones aparc-ducirá á los comerciantes parisinos algún be. ce gráci l é incitativa la cortesanía, neficio apreciable. Y sobre este extremo na. Pero además, »i »e suprime la urbamdad ai "k »e puede afirmar, en rigor de verdad, sin final de las car ta», ¿no habrá tamb en razón Pasarlo mucho. para prescindir de ella en los almacenes?

Lo» empleados encargado» do la corres- Porque todo, hasta los más puros a^.10»- " fondencia tal ver tengan algo menos de tra- entibian en este mundo, y podría ocurrir muy b«jo: pero ellos apenas si p o i r á n apreciarlo- bien que se considerasen también molestos Porque es ca»l seguro que por ello no aban" en los umbrale» de los .comercio» ios agasa •Jonaran antes sus oficinas. Y en cuanto á los jos y sonrisas á lo» cliente» á quienes no se Patronos, es cuando meno» dudo»o que la re- les salada en la corre»pondenaa . •erma le» consienta reducir el número de su» Este tiempo hade venir, según algunos, empleados'. Por nosotros que venga. Esto» dirán, «egi:-. Tal vez digan á esto los comerciante», para ramente: 'Tanto mejor.. Pero jno habrá al-)«»tificar »u» propósitos, que la» fórmulas de guien que pronuncie el "Tanto peor,, com-"rbanidad de nada sirven, que son enojosa» pungido y ape»adumbrado? 1. P*ra ello» y que su» cliente» no la» leen. Ma» * ¡

Sección telegráíica ? talsíónica FrancU y Venezuela.—Regalo.

, VUÍVO KorA ' , -E I representante de los Estados Unidos en Caracas se ha encargado <» los intereses de los subditos franceses residentes en Veneruela. . " \ ± . . Vashin&on.—U embajador f rancés , en nombre de su Gobierno, ha entreaado « h hija de Roosevelt varios tapices de los Gobelinos representando la Justicia.

L a « G a c e t a » . Madrid, 9 Febrero (tO mafiana).

. La Gacela publica: Los decretos de las úl t imas firmas de Guerra .V Ma^"aí ' « f j^ g r a t o s concediendo honores de jefe de Administrac on á dos ^ 0 ^ J H ^ dase de Te légra fos ; anunciando haber desaparecido la fiebre amarilla de la naoana.

«El Pais». . , Bt Pais hace un articulo, titulado «Rogionalismo republicano», dedicado á A^m» blea de Zaragoza, encomiando la Importancia de ella. Califica de hermosa la Iniciativa í e Lerroux. Dice que el catalanismo ha determinado el momento oportuno de cele­brarla. . . . . , Dice también, hablando de los fines de la Asamblea, que hay que « o w ^ d e f

'os catalanistas que en el partido republicano está la salvación ae sut

I336 que en Zaragoza se eche !a simiente de un partido republicano único. Funda su espe* ranza en los elementos diversos que componen la presidencia honoraria.

« E l Globo.»—«El Imparcial.» Madrid, 9 Febrero ( 1 0 mañana)

£7 G/ofio dedica también su fondo á la Asamblea de Zaragoza, elogiándola y sitn* patizando con ella, no por lo de republicana, sino por lo de municipal. De la Asam­blea—dice—saldrá un chispazo de fe republicana que robustezca la Union y nada más.

E¡ Imparcial, con ocasión de haber comenzado en el Congreso la discusión de la reforma de la ley municipal, encarece la importancia de tal intento, aunque cree que no será eficaz.

B o m e r o R o b l e d o . - - T e a t r a l . El señor Romero Robledo sigue igual. Toda la Prensa censura Maler Doloroso, de Leopoldo Cano, estrenada anoche eo

el Español . A n u n c i o de b o d a . — V i a j e d e m o r a d o . — & n n n o i o o f i c i a l .

Se comenta el suelto del Heraldo anunciando la boda del duque de Bivona con la hija del marqués de Marianao.

Dícesc que el rey de Portugal demorará su viaje hasta primeros de Marzo. A fines de Marzo 6 principios de Abr i l se dará cuenta & las Cortes del acuerdo of'"

cial de la boda del rey. A Canarias.—Reunión.

El rey irá á Canarias por Semana Santa. En dicha fecha se encontrará en Sevilla la princesa Ena.

A las siete de la tarde se reuni rán en el despacho del gobernador los diputados d r l e ñ o s para tratar ae la crisis obrera que se avecina. El gobernador trata de obligan á la Compañía dal Norte á que construya el segundo andén , paralelo al actual, en la estación del Principe P ío , pues pronto expira el plazo que se le concedió para conS* t ru i r lo .

A s a m b l e a m u n i c i p a l r e p u b l i c a n a . Zaragoza.—LOÍ Irenes llegan atestados de asamble ís tas La afluencia de és tos

presta animación extraordinaria á los Cí rcu los republicanos Dominan los catalanes. Las oficinas de información que para servir á los asamble ís tas se han establecido ven concurr idís imas.

Se trabaja activamente para instalar ú los forasteros. Se les reparten medallas con el número de la localidad que han de ocupar en la Asamblea. Asist irá un delegado cspe" clal enviado por el ministro de la Gobernación. Ayer solo se expidieron 898 tarjetas. Faltan más < e mil asamble í s tas forasteros, que llegarán hoy.

£ / / V o ^ r r e s o , de Zaragoza, publica un art ículo saludando á la Asamblea y a lo» asamble ís tas forasteros. Lo firman Isabal y Mart ínez Baselga, presidentes de las J '"1' tas municipal y provincial. También publica una carta de Costa dirigida á su director» señor Llórente , en la que dice que hace tres aflos desea ardientemente visitar esta ca­pital para rendirle pleitesía y someterse á la sentencia de sus electores, y saluda á I"9 organismos republicanos, que tantas muestras de car iño le han dado. ' . w

l i l ar t ículo de Isabal dice que envía un ent rañable abrazo á Lerroux, iniciador de !« Asamblea. También s a l u d a m o s - a ñ a d e - á los intelectuales que sin ser nuestros corre­ligionarios contribuyen con sus estudios á la resolución del problema. Se pinta la si* tuacion de la nación española y termina con un ¡Viva á España!

Exírañeza.—Alarma.—Aclaración. Parla, 9 Febrero.

L'Echo de Parfs publica un telegrama de Berlín ex t rañando que el emperador haya conteranclado ayer con Bulow, el ministro de la Que r r á , el jefe de Estado Mayor, e' inspector de fortalezas y el comandante general de ingenieros.

Hay gran alarma por el envío de tropas al Africa alemana. RI doctor Behring, en una controversia, ha declarado que su específico preservai

no cura, la tuberculosis

Imprenta de UL PRINCIPADO t " i - « Blanch», 3 bl», balo.

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