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9 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA GLOBALIZACIÓN Y SOCIEDAD AÑO II AGOSTO-SEPTIEMBRE DE 2010 Año II Número 9 Agosto-septiembre de 2010 Sergio Cárdenas Música Pablo Cotler Economía Alicia Gironella De’Angeli Cultura gastronómica Gilberto Guevara Niebla y Jorge Medina Viedas Educación David Mena Alemán Política Fernando Solana Olivares Cultura REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA Carlos Bonfil La pantalla sublevada: cine histórico mexicano Héctor E. Cejudo Gómez ¿Qué es la ingeniería de alimentos? Roberto Sánchez de la Vara Galápagos: de sorpresa en sorpresa Tío Corne Maravillas de los mezcales tradicionales de México Gustavo Sainz en sus 70 años: una entrevista Líder Ibero: Víctor Gavito y Marco 9 imágenes y 6 notas globales: Claudio Isaac GLOBALIZACIÓN Y SOCIEDAD

Revista Ibero 9

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Revista de la Universidad Iberoamericana: Globalización y sociedad > Año II, No. 9, agosto-septiembre de 2010

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sergio cárdenasMúsicaPablo cotlerEconomíaalicia Gironella de’angeliCultura gastronómicaGilberto Guevara niebla y Jorge Medina ViedasEducacióndavid Mena alemánPolíticaFernando solana olivaresCultura

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA

Carlos Bonfil La pantalla sublevada: cine histórico mexicano Héctor E. Cejudo Gómez ¿Qué es la

ingeniería de alimentos? Roberto Sánchez de la Vara Galápagos: de sorpresa en sorpresa Tío Corne

Maravillas de los mezcales tradicionales de México

Gustavo Sainz en sus 70 años: una entrevistaLíder Ibero: Víctor Gavito y Marco9 imágenes y 6 notas globales: Claudio Isaac

›Globalización y sociedad

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Globalización y sociedad03 Dr. José Morales Orozco, S. J. Carta del Rector

04 Pablo Cotler. La economía mexicana en la globalización

06 David Mena Alemán. Política mexicana y globalización

08 Gilberto Guevara Niebla. Globalización y educación en México

12 Jorge Medina Viedas. La educación superior ante la globalización

16 Fernando Solana Olivares. Notas sobre el comienzo o apuntes desde el final: Cultura nacional y globalización

20 Alicia Gironella De’Angeli. La cocina tradicional mexicana ante la globalización

24 Víctor Gavito y Marco. Líder Ibero. Es fundamental que en México los empresarios tengan un sentido de solidaridad social. Entrevista de Carlos Deveaux Homs30 Claudio Isaac. Mirador. 9 imágenes y 6 notas globales

34 Sergio Cárdenas. Quadrivium / música. Mostrar la propia manera de oír el mundo

DIRECTORIO

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO

Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector

Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector Académico

IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANAConsejo editorial Pedro Cabrero Nassar, Víctor Gavito, Miguel Ángel Granados Chapa, Vicente Leñero, José Morales Orozco, S. J., María Nieves Noriega de Autrey, Gonzalo Olivares Velázquez, Eugenio Páramo Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.

Comité de asesores Carlos Alvarado Santoyo, José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera, Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo, Helena Varela, Gabriela Warkentin

Director Carlos Deveaux Homs

Director editorial Juan Domingo Argüelles Asistente de edición Beatriz Palacios Administración Áurea Maristany

Información Angélica Cortés, Francelia Vargas

Redacción Pedro Rendón

[email protected](55) 5950-4197

GRUPO MEXICANO DE MEDIOS, S. A. DE C. V.

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, Revista de la Universidad Iberoamericana es una publicación bimestral de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A. de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, [email protected]. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2009-082412294600-102. Número de Certificado de Licitud de Título:14722; número de Certificado de Licitud de Contenido: 12295, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D.F., C.P. 01219. Teléfono 5950-4197 y 5950-4198. Fax: 5950-4316. Imprenta: Compañía Impresora El Universal, S.A. de C.V. Allende No. 176, Col. Guerrero, México 06300, D.F. Teléfono 5117-0190. Distribución: Prestadora de Servicios Cipro, S. A. de C.V. Fresas 9 Col. del Valle. Deleg. Benito Juárez. C. P. 03100 México, D.F. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de sus autores y no necesariamente el criterio de la institución. No se devuelven originales no solicitados ni se entablará correspondencia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la Universidad Iberoamericana. Año II, número 9, agosto-septiembre de 2010. Fotografía de portada: Corbis. ISSN en trámite.

Índice

ciencia y tecnología,cultura y entretenimiento

36 Gustavo Sainz en sus 70 años. Trivium / literatura. México es sólo una palabra en los periódicos en inglés, pero cómo duele. Entrevista de Juan Domingo Argüelles.

38 Héctor E. Cejudo Gómez. Divulgación científica. ¿Qué es la ingeniería de alimentos?

42 Tío Corne. Saberes / sabores. Maravillas de los mezcales tradicionales de México

46 Roberto Sánchez de la Vara. El viajero ilustrado. Galápagos: de sorpresa en sorpresa

50 Carlos Bonfil. Cine. La pantalla sublevada.Cine histórico mexicano

53 Beatriz Palacios. Itinerario del ocio. Adónde ir y por qué

54 Juan Domingo Argüelles. La voz del libro / el eco de la lectura. Qué leer y por qué

56 Innovación tecnológica. Dispositivos e instrumentos que facilitan la vida

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carta del rector

El concepto “aldea global” fue acuñado por el sociólogo canadiense Marshall McLuhan a fines de la década de los sesenta del siglo pasado. Con

este término, McLuhan se refiere a la inter–comunicación humana a escala global que nos lleva, irremediablemente, a un cierto grado de homogeneización en los modelos de vida y los gustos en todo el mundo. el paradigma de aldea global para McLuhan es la televisión.

Ha transcurrido ya casi medio siglo desde que el autor de La galaxia Gutenberg y Guerra y paz en la Aldea Gobal utilizara, por primera vez, este concepto, y la globalización, enten-dida como esa intercomunicación inmediata a nivel mundial, se ha acentuado de modo notorio, para bien y para mal. A pesar de la

globalidad, los problemas locales no dejan de existir con sus particularidades, y muchos de estos problemas no serían conocidos de no ser por el carácter global de la comunicación.

en su famoso Homo videns, Giovanni Sartori advierte que “esta homogeneización es inne-gable, pero no modifica el problema planteado por el localismo y la aldeización. Podemos ser iguales en gustos, estilos de vida, ambiciones, criterios de éxito y otras cosas, y, a la vez, es-tar fragmentados”. Por ello, concluye Sartori, “cuando nos enfrentamos a un problema con-creto, la aldea triunfa, y se desvanece la idea de ser de cualquier lugar del mundo”. Hoy es importante revisar las ventajas y los riesgos de una sociedad globalizada y, a la vez fragmenta-da, para decirlo con los términos de Sartori.

A la luz de la desigualdad y de las demandas sociales en México y en el mundo, es evidente que no todo lo global ha sido benéfico y, sin embargo, el hecho de estar vitalmente ligados a una sociedad mundial ha generado enormes posibilidades. Ante la crisis del modelo econó-mico mundial y frente a las grandes desigual-dades derivadas del dinamismo global que amenazan el futuro de muchas naciones, el mayor servicio que una universidad de inspi-ración cristiana puede prestar a la sociedad es, precisamente, el de contribuir a humanizar la globalización: frenar los peligros que conlleva en su forma actual y convertir en oportunida-des para todos las posibilidades que ofrece.

LA verdAd nos HArá LibresDr. José Morales Orozco, S. J.Rector

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›La economía mexicana en la globalización

La globalización que vivimos en la actualidad es mucho más compleja que la experimentada entre finales

del siglo XIX y principios del XX. No solamente involucra a un número mayor de individuos sino que además, gracias a los cambios tecnológicos, la integración comercial y financiera es mucho mayor. La crisis financiera de los últimos dos años es una pequeña muestra de ello. Su epicentro se localizó en los Estados Uni-dos, contagió rápidamente a las principales economías europeas y terminó golpeando la actividad económica de América Latina.

La globalización no sólo implica el traslado de personas, bie-nes y dinero; no sólo son culturas e idiomas que tiñen sociedades y moldean los conceptos de nación y nacionalismo; es también un proceso que acarrea oportunidades e impone restricciones económicas. Desde un punto de vista económico, la globali-zación enriquece a las sociedades en la medida que sepamos aprovechar las oportunidades sin descuidar las restricciones. Y en esto no hemos sido exitosos.

México es uno de los países con mayores tratados comerciales firmados. Sin embargo, durante los últimos 18 años, la economía mexicana solamente creció en 79% de manera acumulativa. Para el mismo período, Chile creció al 171%, Perú al 121% y los co-losos asiáticos al 511% en el caso de China y 220% en el caso de la India. Y si sólo nos concentramos en el período 2001-2008, veremos que no vamos por buen camino: si seguimos al actual ritmo de 2.4% de crecimiento promedio anual, en las dos pri-meras décadas del siglo XXI habremos crecido en 60%. Mientras tanto, en el mismo período, Brasil alcanzará un crecimiento acu-mulado del 104%, Chile del 130% y Colombia del 143%. Todas estas economías están abiertas al comercio internacional. Nues-tro problema no está necesariamente en los tratados comerciales, está en nuestra estructura económica, social y política.

Son muchos los factores económicos que inciden en este bajo

dinamismo. Ciertamente nuestra globalización es sui generis: más del 85% de nuestras exportaciones e importaciones las hacemos con un solo país. La cercanía con los Estados Unidos hace menos costoso nuestro flujo comercial con ellos y nos da una ventaja competitiva respecto al resto del mundo. Pero si bien dicho país sigue siendo la economía más grande del mundo, su bajo dina-mismo relativo al de China (2.9% y 9.4% a tasa anual en los úl-timos 18 años, respectivamente) lleva a que el Fondo Monetario Internacional estime que en cinco años, ambas economías sean de similar tamaño. Ante ello, es imperativo que el sector privado empiece a reorientar sus exportaciones.

Pero al acercarnos, la globalización conlleva la aparición de nuevos competidores que intentarán quitarnos mercados. Ante ello, es indispensable fomentar la innovación para producir bie-nes a menores costos y de mejor calidad, y también para intro-ducir nuevos productos. La innovación es una de esas piezas que distingue a un país desarrollado o en vías de serlo, pues requiere de personal con cierto grado de educación y de un marco legal que garantice los derechos de la propiedad intelectual. Lamen-tablemente, en ambos aspectos, nuestra situación es deficiente. Por un lado, tenemos un sistema educativo de muy baja calidad y que no tiene visos de mejorar. Por el otro, vivimos en un país cuyos usos y costumbres son la informalidad y la corrupción. El pisoteo diario al marco legal son elementos que no fomentan prácticas innovadoras ni premian el esfuerzo. Ciertamente con

Desde un punto de vista económico, la globalización enriquece a las

sociedades en la medida que sepamos aprovechar las oportunidades sin

descuidar las restricciones. Y en esto no hemos sido exitosos.

Pablo CotlerDoctor en Economía. Director del

Departamento de Economía de la Universidad Iberoamericana

Ciudad de México

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GLOBALIZACIÓN Y SOCIEDAD/examen

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estas características no nos distinguiremos como una economía innovadora, pieza cada vez más importante para preservar nues-tro espacio en la economía internacional.

La crisis internacional puso en entredicho algunas presun-ciones respecto a las instituciones financieras. Hoy emerge un consenso de que tanto mercados como gobiernos pueden ser falibles. El capitalismo no se quebró como algunos proclama-ban; más bien sufre una nueva mutación. Lejos de las ideas que empezaron a popularizar Thatcher y Reagan en la década de los ochenta, empieza a conceptualizarse a la iniciativa privada y a los gobiernos como actores que se complementan. De acuerdo a esta nueva sabiduría, las autoridades públicas deben ser efi-cientes y eficaces (en sus costos y en sus logros), pero también pragmáticas, pues es necesario que consideren las restricciones políticas que pudieran enfrentar y busquen los mecanismos para ir alterándolas; sin prejuicios para actuar y dejar actuar conforme más convenga al crecimiento y desarrollo del país.

Pero nuestro Estado es débil. Le exigimos que provea un sin-fín de servicios, destacando entre ellos los de salud, educación y energía. Al mismo tiempo esperamos que invierta en infraestruc-tura y ayude a resolver las grandes inequidades y los problemas que acarrea la pobreza. Sin embargo, gracias a una política ge-neralizada que no castiga la evasión tributaria ni los “diablitos”, y a las múltiples exenciones tributarias, sus recursos son bajos y difícilmente pueden cubrir todas estas erogaciones. Ante las cre-cientes demandas por recursos y la baja recaudación, la solución que han tomado nuestros gobiernos —en aras de no generar importantes desequilibrios fiscales— ha sido reducir la inversión pública. Tal práctica ha traído como consecuencia que la infraestructura orientada al comercio no sea la idónea y que los ingresos derivados de la venta de petróleo —principal fuente de ingresos del Estado— bajen de manera paulatina. Tales hechos no abonan a fa-vor del bienestar. Seguir así no nos conduce a buen puerto. Pero todo sugiere que las demandas de gasto público no cesarán y ante ello hay dos caminos a seguir. El primero pasa por un mayor endeudamiento externo y el segundo pasa por permitir —como lo hicieron China y Bra-sil— la entrada de inversión extran-jera directa en áreas reservadas al Estado. Ambos tienen sus be-moles, pero nuestra clase po-lítica se ha paralizado y con ello el progreso del país.

Además, el gasto público es de baja calidad. La previsible po-breza y desigualdad de capacidades institucionales al interior de los distintos órdenes de gobierno, dependencias y programas públicos que existe a lo largo y ancho del país, la informali-dad que moldea todos los arreglos institucionales y la búsqueda de rentas por parte de los distintos actores que interactúan en el proceso de elaboración y ejecución del gasto son factores que influyen en dicha calidad. Corregir esto no es fácil ni será rápido, pero debe hacerse. Crear nuevas reglas o instituciones puede servir, pero primero deben atacarse las causas de tan baja calidad. Hacer más eficiente y equitativa la impartición de la justicia, discutir las bondades y costos del servicio profesional de carrera, y evaluar la idoneidad de haber descentralizado buena parte del gasto federal son algunos de los temas a discutir.

Los cambios tecnológicos que se vienen gestando auguran que la competencia por mercados y empleos será cada vez mayor y ante ello debemos prepararnos. Requerimos generar incentivos para ser competitivos e innovadores. Necesitamos abrirnos a la inversión extranjera pues los recursos internos no nos alcanzan. Precisamos de un sector público que, haciendo buen uso de los recursos, ofrezca bienes y servicios de calidad. Urge una cruzada cívica que aliente el cumplimiento de la ley. Sólo así podremos empezar a construir un mercado interno que pueda convertirse en un segundo motor de la economía y con ello empezaremos a visualizar un sistema financiero que pro-mueva su crecimiento. Sólo así podremos generar expectativas de un bienestar cada vez mayor.

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Hay varias formas en las que la política de cualquier nación puede relacionarse en un entorno internacional globa-lizado: puede aislarse y protegerse, puede influir y mol-

dear aspectos de dicho entorno o puede abrirse a influencias y presiones del exterior. Por mucho tiempo la política mexicana fue un conjunto de asuntos exclusivamente domésticos decididos internamente. Es decir, por muchos años escogió aislarse y protegerse del entorno inter-nacional. Estimo que esta con-dición de autarquía política fue perturbada por el exte-rior cuando la deuda externa del país se disparó a niveles inmanejables en la primera mitad de los ochentas.

La institución internacional a cargo de la primera perturbación de nuestra paz autárquica fue el Fon-do Monetario Internacional: exigiendo una restructuración a fondo del sector públi-co. Curiosamente en ese entonces, no se oía ha-blar de la globalización, eran todavía los tiempos de la guerra fría y el comercio internacional era una ac-tividad de importancia secundaria para los países más desarrollados. Por ejemplo, Estados Unidos, una de las economías líderes, en 1990 expor-taba una proporción de su Producto Interno Bruto (PIB) menor a la exportada en 1879.1

Por su parte México comenzó a promo-ver las exportaciones no petroleras apenas en 1986. Y apenas en ese año comenzaron a ha-cerse atractivas las exportaciones, pues aunque el tipo de cambio todavía era fijado por las autoridades, éstas comenzaban a fijarlo a un nivel marcadamente subvaluado, a un precio deliberadamente menor al que correspondía a la demanda nacional e internacional de nuestra moneda. Algo que raramente ocurrió

›Política mexicana y

globalización

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David Mena AlemánDoctor en Gobierno por la Universidad de Essex. Director del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

entre 1929 y 1982. México había sostenido su autarquía política vendiendo pocas cosas al exterior e importando casi sólo bienes de capital, bienes que servían para producir manufacturas. Esto

minimizaba sus necesidades de contactos con el exterior, su dependencia del exterior e incluso su depen-

dencia de Estados Unidos. Pero la crisis de la deuda externa desde 1982 co-

menzó a poner fin al aislamien-to de la política mexicana. Los

asuntos de la política mexi-cana comenzaron a dejar de ser exclusivamente asuntos domésticos decididos in-ternamente. La economía mexicana y, consecuente-mente, la política mexicana,

comenzaron a convertirse en un conjunto de asuntos globa-

les. ¿Fue esto algo esencialmente negativo? Realmente, no.

Ahora la política mexicana es un asunto completamente global. Si alguien tie-

ne algo que decir sobre México, lo dice y puede mover el fiel de la balanza a su favor. Por ejemplo, la Suprema Corte emitió su fallo en contra de los in-surrectos de Atenco en febrero 2009. Sin embargo, a juicio de Jody Williams, Premio Nobel 1997, los activistas de Atenco habían sido injustamente sen-tenciados, y las autoridades que les reprimieron, arbitrariamente exculpadas. Después de una larga campaña a favor de los activistas de Atenco, el Co-mité Libertad y Justicia para Atenco, con el apoyo de la Premio Nobel 1997, en junio de 2010 lo-gró la libertad de todos ellos. Esta es una historia reciente de presión interna y externa sobre una decisión de un sector específico del gobierno mexicano. Esta historia muestra que el gobierno mexicano ya no sólo debe procesar demandas de actores políticos nacionales (a los que se puede olímpicamente ignorar) sino también de actores

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Por mucho tiempo la política mexicana fue un conjunto de asuntos exclusivamente domésticos decididos internamente.

políticos internacionales (a los que no se puede ignorar si se quiere evitar tensión internacional) tales como Daniel Giménez Cacho, mexicano-español, líder del Comi-té Libertad y Justicia para Atenco —que, por cierto, también es actor internacional de cine— y Jody Williams, estadounidense, coordinadora de la Campaña Internacio-nal para prohibir las Minas Terrestres. Los que juegan el juego democrático en México ya no están solos. Ya no sólo hay partidos políticos independientes del gobierno; tam-bién hay ONG nacionales e internacionales, así como individuos mexicanos y extranjeros con alta visibilidad política global.

Ahora algunos asuntos importantes a nivel global se convier-ten en asuntos de la agenda política nacional. Qué debe hacer el gobierno por la nación no es algo determinado exclusivamente por el peso del asunto dentro de la nación sino por el peso in-ternacional del asunto, aunque no tenga peso significativo a nivel nacional. Uno podría pensar que el trato humanitario de animales domésticos y silvestres no es un asunto que decide quien gana una elección presidencial apretada, pero leyes tales como la Ley Fede-ral de Sanidad Animal (1993) o la Ley General de Vida Silvestre (2000) o la NOM33 1995 de Sacrificio Humanitario de los Ani-males Domésticos y Silvestres, todas aprobadas por el Congreso de la Unión, contienen disposiciones de vanguardia internacional sobre el tema.2

¿Cómo sucede esto en un país que no parece esmerarse por el cuidado de animales sean éstos domésticos o silvestres? Desde luego que hay una gran cantidad de ONG nacionales procurando el bienestar de tales animales y denunciando abusos, pero la acti-vidad de estos grupos adquiere masa crítica sólo cuando organiza-ciones internacionales hacen eco a sus demandas. Por ejemplo en 1998, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en un reporte sobre la rabia que México tenía una población entre 13 y 16 millones de perros, la mayoría de ellos callejeros.3 Para ubicar la gravedad de la cifra citada por la OMS hay que considerar que, en 2010, se estima que China tiene casi 23 millones de perros con dueño, seguida por Japón con 9.5 millones.4

Con tal declaración el asunto dejó de ser un asunto de una minoría mexicana excéntrica y se convirtió en un asunto global y eso convocó en el pasado que la participación de ONG inter-nacionales como la World Society for the Protection of Animals fungiera como instancia asesora para la propuesta de leyes sobre el tema en México.5

Otras leyes, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley de Sociedades de Convivencia que legaliza el matrimonio gay en el Distrito Federal, han seguido la misma lógica. Tienen una base de apoyo local, y el apoyo local por sí mismo no es suficiente para obtener la legislación deseada, pero las leyes entran en la agenda nacional porque son asuntos relevantes de la agenda global de preocupaciones y derechos.

En la globalización el entorno internacional provee recursos y respaldo mediático de personalidades, instituciones y ONG in-

ternacionales a agrupaciones políticas mexicanas, para avanzar sus causas, que generalmente no tienen el poder para valerse por sí mismas o que son minorías. Esto ha producido una distribución del poder en la sociedad mexicana mucho más equitativa y ha hecho más difícil a las autoridades salirse con la suya una vez que incurren en abusos.

Pero hay inequidades e injusticias que escapan al enfoque de la globalización y que por tanto no contarán con personalida-des, instituciones y ONG internacionales que las cuestionen. Por ejemplo, México contiene en sus diversas regiones un 70% de la biodiversidad del planeta. No hay otro país del mundo con tanta variedad de reptiles como el nuestro, y es el segundo país en el mundo con más variedad de mamíferos.6 Por lo demás, varias de sus ciudades han sido declaradas patrimonio de la humanidad por su arquitectura y riqueza artística y varias de sus regiones son reservas de la biosfera. Todos estos son bienes públicos de la hu-manidad. Pero, a la fecha, la responsabilidad de su mantenimiento recae exclusivamente en los mexicanos. La política mexicana no puede gestionar con sus propios recursos el mantenimiento de ta-les bienes de la humanidad sin poner en riesgo la sobrevivencia de su propia población. Ciertamente, es una obligación del gobierno mexicano reclamar contribuciones de los países avanzados para proteger esta riqueza biótica y creaciones humanas como las ciu-dades de Oaxaca, Puebla, Taxco y Guanajuato. Pero deja mucho lugar a la sospecha que no haya habido activismo de la comunidad global para enfrentar estas responsabilidades colectivas.

En vista de lo anterior podemos concluir que la política mexi-cana se ha abierto o expuesto a las demandas de un contexto internacional altamente globalizado, pero que la política de los países altamente desarrollados no ha sido sensible a las excesivas responsabilidades que tienen algunos países como el nuestro para mantener bienes públicos de la humanidad. Al menos no con la intensidad o solicitud que han buscado otros asuntos de la agenda global considerados en este artículo.

1 Michael D. Bordo, Barry Eichengreen, Douglas A. Irwin, “Is Globalization Today Really Different from Globalization a Hundred Years Ago.” Working Paper 7195, National Bureau of Economic Research, Wasington D.C., junio 1999, p. 60, cuadro 2.2 Norman E. R. y N. Contreras Hernández. “Like Butter Scraped Over Too Much Bread’: Animal Protection Policy in Mexico” in Review of Policy Research, vol. 22, núm. 1, january 2005, pp. 59-76.3 World Health Organization. “Field Application of Oral rabies Vaccinations for Dogs.” Report of WHO consultation, Ginebra, Suiza, 1998, p. 4.4 “World Top Ten Countries With Most Pet Dog Population”, disponible en:http://www.mapsofworld.com/world-top-ten/countries-with-most-pet-dog-population.html5 Norman y Contreras, “Like Butter Scraped Over Too Much Bread’...”, p. 70.6 Norman y Contreras, “Like Butter Scraped Over Too Much Bread’...”, p. 69.

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I. INTRODUCCIÓNHe aquí la definición de globalización formulada por un eco-nomista: “La globalización es la integración más estrecha de los países y los pueblos del mundo producida por la enorme reduc-ción en los costos de transporte y comunicación, y el desmante-lamiento de las barreras artificiales a los flujos de bienes, servicios, capitales, conocimientos y (en menor grado) personas a través de las fronteras” (Stiglitz, J. E., 2002:34).

Esta definición omite, desde luego, la consideración de que la globalización es una empresa histórica y tiene —declarada-mente— un fin ético y político que no es otro que la satisfacción de las necesidades humanas. No obstante su naturaleza (humana), hay razones para pensar que el proceso de globalización es irre-versible (Beck, U. 1998:29) y que no siempre produce los buenos resultados que promete (Stiglitz, J. E. 2002).

Las teorías sobre la globalización suelen ser de dos tipos: a) las deductivas, que suelen partir de las premisas abstractas que co-rresponden al pensamiento librecambista o (neo)liberal, y b) las

›Globalización yeducación en México

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Gilberto Guevara NieblaMaestro en Ciencias. Fue Subsecretario de Educación Básica de la SEP. Es miembro del Consejo del Instituto de Educación para la Transición Democrática (IETD), Director General de la Revista Educación 2001 y Director del Centro de Investigación Educativa y Actualización de Profesores, A. C. Es autor, entre otros libros, de La crisis de la educación superior, El saber y el poder, La catástrofe silenciosa, Teoría de la educación, Democracia y educación y La libertad nunca se olvida

inductivas que se construyen a partir de las circunstancias histórico-concretas de la naciones (o regiones) y buscan reflexionar sobre las formas de inserción específicas al fenómeno global.

Las teorías de la primera categoría suelen desembocar en posturas ideológicas; las segundas ofrecen, en cambio, perspectivas realistas y una base más empírica. Preferimos la segunda vía. En el caso de México (y América Latina), la globalización surgió progresiva-mente en el marco de la expansión económica, con base en la in-dustrialización por substitución de importaciones, en las tres déca-das siguientes al fin de la Segunda Guerra Mundial. En México, se adoptó desde 1945 un modelo de desarrollo nacionalista, con poca apertura al exterior y amplias medidas proteccionistas. Entre 1945 y 1980 el país creció a una tasa media de 6.5%. En lo político se adoptó un modelo presidencialista-populista-semicorporativo basa-do en un partido “oficial” y elecciones fraudulentas como sistema. El control de la sociedad para fines de estabilidad era una obsesión de los gobernantes. Este control social hizo viable un proceso de industrialización exitoso basado en bajos salarios, inhibición del

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La educación básica en México se encuentra rezagada respecto a las demandas de la revolución

tecnológica y de la globalización.

conflicto social mediante la represión, o la corrupción, y numerosos estímulos a la in-versión privada en la industria. Este modelo político hizo crisis en 1968.

Diez años después se inició una reforma electoral de carácter democrático. La crisis petrolera mundial de 1973 otorgó a México (país esencialmente petrolero) una posición financiera privilegiada. El país tuvo en esos años ingresos enormes. Sin embargo, entre 1970 y 1982 México tuvo dos gobiernos (Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo) que, en vez de preparar a México para el fenómeno globalizador que se avecinaba, desplegaron políticas crecientemente populistas que supusieron gastos enormes en esferas no siempre productivas (y a veces, totalmente irrelevantes) apoyando sus proyectos, a la postre, con endeudamientos crecientes.

Mientras tanto, el mundo comenzaba a plegarse a los principios globalizadores y (neo)liberales del Consenso de Washington. No hubo tiempo para prepararse. El cambio llegó de súbito: en 1982, y se produjo por un devaluación, y una crisis que duró diez años. Des-de 1982 el gobierno adoptó una política de ajuste y adelgazamiento del Estado encaminada a pagar la deuda externa y retomar la ruta del desarrollo de acuerdo a los lineamientos que proponía el Fondo Monetario Internacional (FMI). El nuevo presidente (y los dos que le siguieron) se plegaron dócilmente, como obedientes discípulos, a las nuevas reglas económicas que provenían de Washington (disci-plina fiscal, apertura nacional al comercio internacional, liberaliza-ción de tasas de interés, privatización, desregulación, etcétera).

En 1990 México firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En los años siguientes, los esfuerzos se dirigie-ron a globalizar a México, pero esos esfuerzos fracasaron y la econo-mía mexicana, antes que levantarse, se derrumbó y la desigualdad se acentuó hasta extremos nunca antes conocidos (Cordera, R. 2006).

La globalización de México (su integración al mercado mundial) a través de una activa política de exportaciones sobre la base de salarios bajos, altas tasas de desocupación, disminución del mercado interno e inflación controlada fue propuesta como vía privilegiada para in-tegrar al país a los “portentosos cambios del mundo que adquirieron velocidad de crucero al desplomarse el sistema bipolar como con-secuencia de la caída de la Unión Soviética” (Cordera, R. 2006:16). La reestructuración de la política económica se acompañó por otros cambios, entre los cuales sobresale el proceso de reformas políticas y electorales que condujo a México a la democracia (1978-1996).

II. MARCO HISTÓRICO EDUCATIVOEL GIRO DE LOS AÑOS 40. Las líneas estructurales del desarrollo educativo de México1 fueron formuladas en los años cuarenta duran-te el sexenio de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) como medidas de ruptura con el anterior período populista radical de la Revolución Mexicana (1920-1940). Estas medidas se pueden enumerar así:

A. Renuncia a la orientación socialista de la educación y adopción de un concepto de artículo tercero democrático-liberal (1945).B. Reafirmación del modelo educativo de control estatal y centra-lizado simbolizado por la SEP.

C. Unificación de los trabajadores en un solo sindicato, el SNTE, al que se otorgaron desde 1946 privilegios corporativos (afiliación automática, colecta de cuotas por las autoridades, control de posi-ciones clave en el sistema escolar).D. Uniformización de planes de estudio dictados por la SEP (1943).E. El campo dejó de ser el eje de la política educativa y ahora ese eje se trasladó a las zonas urbanas.F. Se separó a la escuela de la comunidad mediante la “profesiona-lización” del magisterio. La enseñanza pasó a ser una materia técni-co-profesional y, por lo mismo, ajena a los profanos. Hubo una titu-lación masiva y acelerada de docentes a través del Instituto Federal de Capacitación Profesional del Magisterio fundado en diciembre de 1944.G. Se dio a la educación en esos años una orientación ideológica acentuadamente nacionalista compatible con el modelo de desarro-llo proteccionista.

MASIFICACIÓN. Sobre estos fundamentos se dio el ciclo de ex-pansión que siguió (1960-2000). El crecimiento de la cobertura educativa de educación elemental o primaria tuvo como principal escenario a las ciudades y fue acompañado por el correspondiente declive de la escuela rural. Los centros de educación superior ru-rales (Normales Rurales, Escuelas de Agricultura) también decaye-ron aceleradamente (Guevara, N., 1990). En esos mismos años la productividad del campo declinó (para 1967 México dejó de ser autosuficiente en producción de maíz). La expansión de la oferta fue espectacular: en 1960 México tenía 3 millones de estudiantes; para el año 2000 esa cifra se elevó a aproximadamente 30 millones. Este crecimiento recibió un impulso especial en 1960 con el Plan de Once Años lanzado por el secretario Jaime Torres Bodet.

Es imposible ver ese desarrollo en términos políticamente neu-trales: la creación de nuevas escuelas siempre fue concebida dentro de una política populista y clientelar. Se daba educación; pero se pedía a cambio apoyo político al partido oficial y al régimen. Cier-tamente, como señala Phillip H. Coombs en su Crisis mundial de la educación (1970), en el ciclo expansivo de la posguerra, en todo el mundo, se observó una exaltación de lo cuantitativo con (relativo) sacrificio de los aspectos cualitativos. Los presidentes de México se lucían año con año en los Informes anuales ofreciendo cifras crecientes de escuelas, alumnos, maestros, etcétera. Pero el proceso de crecimiento fue una auténtica masificación, en el sentido de que no fue resultado de un proyecto previo (una planeación) sino una expansión guiada por la espontaneidad. Por lo mismo, privaron en el fenómeno deficiencias: se improvisaron maestros, no se moderni-zaron las escuelas normales, la relación maestro-alumno se debilitó, no hubo política alguna de evaluación; tampoco hubo esfuerzos sistemáticos en investigación educativa, y el sistema se burocratizó.

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Pero un fenómeno propio de México fue lo que Carlos Ornelas ha llamado “la colonización” del sistema educativo por el SNTE. A lo largo del proceso expansivo, el SNTE fue acrecentando su poder con la expansión de sus afiliados, y extendiendo su poder de control sobre los directores e inspectores (facultad que le otorgaba el Reglamento Laboral de 1946) sobre las secretarías de los estados, sobre la dirección de educación normal, sobre los consejos técnicos de educación, etcétera. Mientras tanto, la docencia se ajustaba a un patrón de enseñanza tradicional que sólo podía arrojar resultados de aprendizaje mediocres.

III. LA PREOCUPACIÓN POR LA CALIDADEl giro hacia la globalización de 1982 trajo consigo una nueva reflexión sobre la política educativa. Surgió el interés por la ca-lidad. En 1983 la Universidad Autónoma de Aguascalientes hizo una medición de aprendizajes en las escuelas primaria y secundaria obteniendo resultados preocupantes (“reprobatorios”). En 1986 el rector de la UNAM Jorge Carpizo hizo públicas las calificaciones obtenidas por los alumnos de nuevo ingreso en los niveles medio-superior y superior en donde se registraron promedios de 2.5 y 3.8 respectivamente (escala 0-10). En 1990 la revista Nexos publicó un reporte de los resultados de un examen elaborado bajo mi dirección (“México: ¿Un país de reprobados?”) que era convergente en sus resultados con los datos anteriores.

Hubo otras mediciones que se hicieron públicas en esos años (Guevara N. 1992). Estos hechos coincidían con una preocupación mundial por la calidad de la educación. En 1982 el IEA hizo pú-blicos los resultados de un examen comparado en 48 países que demostraba que las mejores calificaciones correspondían a Singa-pur, Corea y Japón, mientras Estados Unidos y otras potencias de occidente se vieron relegadas a posiciones mediocres. El IEA test provocó una auténtica conmoción en Estados Unidos. El presidente Reagan reaccionó con alarma e integró una Comisión de Exce-lencia encargada de estudiar las causas de ese “desastre educativo”. Al poco tiempo esa comisión hizo público una reporte bajo el tí-tulo expresivo de “Una nación en peligro” (1983). A continuación se produjeron en Estados Unidos innumerables cambios de muy diversa naturaleza. En esos momentos organismos como OCDE, FMI, Banco Mundial, OEA, BID y UNESCO comenzaron a inves-tigar el tema educativo y a lanzar pronunciamientos sobre la mejor forma de alcanzar la anhelada “calidad”. En la reforma educativa mexicana de 1992 desempeñaron un papel decisivo las ideas del Banco Mundial (Loyo, A.).

IV. GLOBALIZACIÓN Y CALIDAD EDUCATIVAEn el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se lanzó un extenso programa de privatización de empresas estatales para cubrir la deuda y, asimismo, se apoyó una estrategia —Programa Solidari-dad— de asistencia social mediante la cooperación entre el Estado y las comunidades. Esta última fue muy criticada por los tecnócratas neoliberales y, al final, fracasó. No así la privatización que produ-jo excedentes que el gobierno utilizó, en parte, para revigorizar la educación que sufría una postración creciente desde 1982.

Se lanzó, asimismo, una reforma educativa que cristalizó en mayo de 1992 en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Edu-cación Básica (ANMEB), pacto que fue firmado por todos los órga-nos ejecutivos del Estado y por el SNTE. El ANMEB incluía los si-guientes cambios: a) Descentralización de la operación de las escue-las federales hacia los gobiernos estatales; b) Creación de consejos de participación social para vincular la escuela con la comunidad; c) Elaboración de nuevos planes y programas de estudio y emisión de nuevos libros de texto; d) Creación de un sistema de compensación al salario docente de acuerdo al desempeño (Carrera Magisterial); e) Programa de viviendas para trabajadores de la educación.

Este programa de reformas avanzó lentamente y, cuando se rea-lizaron las primeras evaluaciones (IEA, 1995; OCDE-PISA, 2000), los resultados arrojados fueron desastrosos. La descentralización falló en lo financiero y en su implantación en los estados; la participación social quedó en el papel; la reforma de planes y programas se hizo conforme a un modelo de enseñanza-aprendizaje (el constructi-vismo piagetiano) que representaba un estándar muy elevado para la preparación real de los docentes; la carrera magisterial degeneró en un mecanismo credencialista; el programa de vivienda nunca trascendió y es probable (yo presumo) que los recursos fueron re-tenidos ilegalmente por la dirección sindical. El SNTE se dedicó activamente a sabotear la participación social, con el argumento de que al crearse los consejos, el gremio saldría debilitado. Al mismo tiempo el SNTE creció y aumentó su presencia política dentro y fuera del sistema educativo.

V. CAMBIOS EDUCATIVOS EN LA ALTERNANCIALa salida del PRI del Ejecutivo y el ascenso del PAN no produ-jeron, como se esperaba, un cambio sustancial en la política edu-cativa. Bajo el gobierno de Vicente Fox se lanzaron programas sin un concepto estratégico de política educativa y como resultado de presiones, sobre todo del SNTE, de la OCDE y de los empresarios. Sin embargo, hubo tres cambios sustantivos que deben mencionarse, aunque fueron resultado de presiones políticas circunstanciales y se dieron sin marco estratégico alguno: a) El establecimiento, en 2002, de la obligatoriedad del nivel preescolar y la adopción en él de un nuevo programa por competencias; b) La reforma de planes de estudio de la escuela secundaria, y c) La creación en 2002 del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE).

Era obvio, sin embargo, que la nueva administración deseaba ha-cer públicos los estudios internacionales (sobre todo los exámenes PISA) y por primera vez se hizo patente ante todo el público la decadencia del sistema educativo mexicano. Se iniciaron asimismo otros programas, algunos de importancia como el Programa Escue-las de Calidad (PEC), consistente en conceder recursos a las escuelas dispuestas a introducir ciertos cambios básicos en su funcionamien-to. Se hizo gran escándalo alrededor de un programa que introducía la tecnología (la computadora y el pizarrón electrónico) a la escuela primaria digitalizando los contenidos del libro de texto. A la larga se vio que, aunque estos instrumentos hacían más atractiva la clase, no contribuían mucho a elevar los aprendizajes (Guevara, et al.; 2006). Se lanzó asimismo un Programa Nacional de Lectura (PNE) que

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fue reforzado con la creación de las “Bibliotecas de aula”. Otro programa fue encaminado a reforzar entre los niños y los jóvenes el respeto a la legalidad, etcétera.

Pero el hecho político de mayor relevancia durante ese gobier-no (2000-2006) fue la relación personal estrecha que estableció el presidente con la líder (Presidenta Vitalicia) del SNTE, Elba Esther Gordillo, lo cual se reflejó en innumerables concesiones al sindicato, sobre todo políticas y pecuniarias. Hubo numerosas transferencias no legítimas de recursos de la SEP hacia el SNTE (se dice que este gremio manejó cerca de mil millones de pesos en esos años) lo cual permitió a la cúpula sindical financiar la creación de un partido político “de los maestros”, el llamado PANAL.

En el sexenio siguiente, el PAN volvió a ganar la presidencia con Felipe Calderón Hinojosa y éste volvió a establecer un vínculo per-sonal estrecho con la líder sindical, con la reproducción ampliada de los vicios antes citados. Todavía más: en la Subsecretaría de Educa-ción Básica se colocó a un yerno de Gordillo. Por añadidura, en la SEP fue colocada una persona ajena del todo al campo educativo y que, por ello, entró rápidamente en conflicto con la líder del SNTE. Bajo una tensión permanente, se lanzó el Programa Sectorial, pero unas semanas después el SNTE presentó al presidente un proyecto de programa alternativo, mismo que fue aceptado por el Ejecutivo y fue dado a conocer como Alianza por la Calidad Educativa. Desde luego, alianza cupular entre el SNTE y la SEP. El nuevo programa imponía un co-gobierno de la ACE (SEP-SNTE) y el gremio tuvo desde ese momento un protagonismo en lo educativo sin precedente. Las empresas concretas que se han materializado bajo el marco de la ACE

BIBLIOGRAFÍABeck U. (1998). ¿Qué es la globalización? Paidós, Barcelona.Cordera R. coord. (2006). La globalización en México. UNAM. México.Guevara Niebla G. (1980). El saber y el poder. UAS. México.Guevara Niebla G. (1992). La catástrofe silenciosa. FCE. México.Guevara Niebla G. (2006). Evaluación del programa Enciclomedia. México.Stiglitz. J. E. (2002). El malestar de la globalización. Taurus, Madrid.

son, todas, irrelevantes, porque no han modificado en grado sobresa-liente la organización y funcionamiento del sistema educativo.

VI. CONCLUSIÓNEn este artículo se ha destacado la globalización económica dejando de lado otros aspectos asociados y esenciales. Tomando en cuenta esta limitación, podemos concluir que la educación básica en Méxi-co se encuentra rezagada respecto a las demandas de la revolución tecnológica y de la globalización. Atado a su pasado corporativo, burocrático y de opacidad, el sistema educativo vive una suerte de secuestro bajo la “colonización” multifacética que sufre de parte del SNTE y no ha sido convocada a una reforma radical y profunda que la ponga a tono con la época.

La inercia de mediocridad que sufre la educación se asocia a la estrategia de integración a la globalización adoptada por México y que se basa en utilizar la fuerza de trabajo barata a fin de atraer exportaciones y la ausencia de una política educativa de vanguar-dia dirigida a producir masivamente recursos humanos científicos y tecnológicos de mediano y alto nivel, capaces de impactar sobre la productividad y la competitividad del país.

La salida del PRI del Ejecutivo y el ascenso del PAN no

produjeron, como se esperaba, un cambio sustancial en la

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1 En este ensayo se usa el término “educación” como sinónimo de “educación básica”.

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De acuerdo con uno de los expertos sobresalientes de la GUNI1, las nuevas realidades emergentes que tienen que ver con la educación superior en el entorno actual

incluyen, desde la expansión exorbitante de la matrícula en los últimos años, el incremento sin precedentes de la educación pri-vada, el auge de políticas que consideran la educación superior como una mercancía, la incidencia de las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje, la educación a distancia y virtual, hasta la intensificación de la internacionalización, y el incremento de los procesos de globalización y de las tendencias mercantilistas, expresadas en las propuestas del Acuerdo General Sobre el Comercio de Servicios (AGCS).

El fenómeno de la globalización, visto a través de algunos de sus efectos como los antes mencionados, ha sido, pues, de indis-cutible relevancia. Acompañó el advenimiento de la sociedad de la información y del conocimiento. Ni más ni menos que el mo-mento seminal de la hegemonía del mercado y del nacimiento de una nueva época.

El discurso de las instituciones educativas del país considera desde hace tiempo a la globalización como parte de su entorno. Ahora ya es un tópico. Pero su significación práctica a lo largo de las últimas dos décadas, remite a la particularidad de cómo el fenómeno de la globalización se asumió en México en el con-texto de una remodelación del sistema dominante.

La modernización nacional iniciada a finales de los años ochenta, devino del agotamiento del modelo económico que dio muestras de haber concluido su ciclo de manera dramáti-ca, con sucesivas crisis sexenales marcadas por la devaluación, la inflación y el endeudamiento, acompañadas de graves manifes-taciones de inconformidad social, que hicieron necesarias refor-mas estructurales profundas y la aplicación de nuevas políticas en todos los órdenes de la vida pública.

Como lo recuerda Julio Rubio Oca2, las repercusiones de la globalización y las referencias a integración macrorregional en la educación superior, eran parte del lenguaje político oficial,

›Laeducación

superiorante la

globalización

Jorge Medina ViedasDoctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense. Analista político. Ha sido rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y director de la agencia Notimex. Actualmente es director editor del suplemento Campus del diario Milenio. Ha publicado, entre otros libros, Universidad, política y sociedad, La universidad amenazada y Élites y democracia en México

escasamente permeado aun en una sociedad que no advertía la magnitud del fenómeno externo, ni comprendía la necesidad de las reformas estructurales que el sistema necesitaba para superar los efectos devastadores de las crisis, que se acentuaban en su gravedad por las nuevas exigencias del entorno internacional.

En el programa de Modernización Educativa 1989-1994, sin embargo, ya se mencionaba que “la integración mundial del de-sarrollo impone un reto al sistema educativo y exige la forma-ción de mexicanos que sepan aprovechar los avances científicos y tecnológicos e integrarlos a su cultura”.3

GLOBALIZACIÓN CONTRA CONSERVADURISMO ACADÉMICOEn mayor o menor grado, la educación superior mexicana se constituyó en un enclave tardío de la modernización, tomando en cuenta que había que superar las singularidades del propio proceso de desarrollo del país en su conjunto, así como las es-pecificidades de los procesos internos de las instituciones, cuyo desarrollo desigual las hizo actuar de manera diferenciada ante la nueva realidad.

Esto sin considerar que el sistema educativo superior, por ra-zones que resultan bastante evidentes, ha sido señalado hasta hoy como un “archipiélago de instituciones sin coordinación aca-démica entre ellas”, obligando al Estado a establecer diversas y contradictorias direccionalidades de política educativa, y a las propias universidades e instituciones a realizar esfuerzos superla-tivos en todos los órdenes.

En los años setenta del siglo XX, la gran mayoría de las uni-versidades mexicanas eran instituciones rígidas, localistas y en-dogámicas, distantes en su funcionamiento (salvo excepciones notables) de la nueva sociedad del conocimiento, la cual colocaba “en el centro de la discusión y el debate la existencia de un nuevo paradigma en la producción y organización del conocimiento científico y tecnológico”4, abriéndose paso con sus convocatorias perentorias a las rígidas estructuras universitarias, que con reflejos

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En mayor o menor grado, la educación superior mexicana se constituyó en un

enclave tardío de la modernización.

admirativos vieron el acontecer de aquello que, como todo arranque de una nueva era de la historia humana, fue accidentado y problemático, pero sobre todo lleno de novedades y de desafíos.

Hay que referir aquí que no pocas uni-versidades del país estaban ancladas en el tradicionalismo pedagógico y en un con-servadurismo académico, que, o bien era resultado del populismo dominante (una ideología amorfa, mezcla de autonomis-mo y radicalismo de izquierda) entre sus comunidades, o resultado de una ancestral obediencia a los gobiernos, pero que por igual estaban imposibi-litadas para reaccionar con prontitud al escenario que empezaba a configurarse en el contexto de la educación superior.

Las reformas estructurales del sistema de los años ochenta sig-nificaron el abandono del Estado de muchas de sus responsabili-dades. Retiró de sus preferencias políticas y presupuestales a la educación universitaria pública y regó el maltrecho jardín académico de las instituciones de mecanis-mos regulatorios basados en la planeación, la eva-luación, la calidad y la eficiencia, teniendo como trasfondo al mercado como gran demiurgo que imponía sus normas primigenias de la competen-cia y la rentabilidad en las casas de estudio superior del país.5

Como se ha escrito recientemente, no hay duda de que los cambios provocados por la globalización en el curso del desa-rrollo nacional, las transformaciones en el sistema político, los estremecimientos económicos y sociales, marcaron a lo largo de estos años las políticas educativas del Estado mexicano que afec-taron tanto a la enseñanza superior, lo mismo a la pública que a la privada. La nueva realidad marcada por las exigencias de la sociedad del conocimiento, la preponderancia del mercado, los cambios en el régimen político y la incorporación de nuevos actores en el sistema educativo, completaron el entorno de la universidad pública mexicana.6

EXPECTATIVAS Y AMENAZASAl final de la primera década del siglo XXI, la situación ha cam-biado y muchos de estos elementos que han emergido en el entorno de la globalización están presentes en México. Bastaría citar el porcentaje de crecimiento de jóvenes de 19 a 23 años que ocupan un lugar en las universidades públicas y privadas, que pasó de un 25% en 2005, a 30% en 2010. Con el incremento formidable de las instituciones particulares, éstas ya atienden al 35% de estos estudiantes.

Pero, sin duda, uno de sus impactos resonantes pudo haber sido la de provocar un sacudimiento de las viejas estructuras

educativas en todos los nive-les, de tal modo que los diferentes sistemas y subsistemas se han tenido que adaptar a esta realidad y al entorno creado por la globalización.

En esa perspectiva, muchas universidades pusieron a tiempo el reloj de su propia historia. Sus comunidades fueron capaces de oír y responder a la demanda de reformas internas que, de no llevarse a cabo, hubieran colocado en situación de inviabilidad a sus casas de estudio. Casi todas se actualizaron tecnológicamente y evitaron quedarse en la prehistoria de lo analógico. Hicieron motu proprio, sus específicas transiciones, y en una actitud de rea-lismo, se apresuraron a desarrollar “una frenética actividad para acreditar carreras, certificar procesos, alcanzar reconocimientos, obtener ISO para la calidad de su administración, ‘doctorizar’ (a casi cualquier costo y precio) a su planta de profesores”.7

A la educación superior no sólo la cimbró la economía global

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para llevar a cabo reformas que fortalecieron su vida académica y a colocarla en condiciones de internacionalizarse, y a algunas hasta vivir en la ilusión de que son instituciones de excelen-cia o de “clase mundial”. En estos años, varios de estos centros de enseñanza han sido capaces de construir enormes complejos culturales, grandes bibliotecas y laboratorios, en un afán compe-titivo y de superación académica que no son más que resultado de este mismo proceso.

Pero no todos los resultados han sido satisfactorios, ni han dejado de surgir nuevos problemas y nuevas amenazas. No vaya-mos muy lejos: los recientes acontecimientos de violencia ocu-rridos en Monterrey donde perdieron la vida dos estudiantes del Instituto Tecnológico de Monterrey, obligaron a las instituciones educativas a tomar medidas frente a un fenómeno hasta hace poco desconocido en los campus universitarios, el fenómeno del crimen organizado, ese cuarto sector de la mundialización del que habla Brunner8 y que revela, entre otras cosas, las contradic-ciones de la misma globalización.

Si el futuro no es lo que era, se debe a que trajo sorpresas y realidades que desfiguraron la sociedad imaginada por unos y otros. Las universidades, por su parte, no lograron todo lo que se habrían propuesto en el sentido de ofrecer alternativas de futuro para los jóvenes. Están lejos de lograr la cobertura y la calidad deseable, sus profesionales no encuentran alternativas la-borales y las carreras tradicionales, que llevan inevitablemente al desempleo o al empleo precario, siguen atrayendo a la mayoría de los estudiantes, y las brechas con respecto a las nuevas tecno-logías siguen siendo amplias. Al mismo tiempo, la fuerza de los incentivos del mercado se traduce en un debilitamiento de los valores morales. Si se recuerda, al futuro se apostaba desde una perspectiva de progreso y resultó que ese progreso, además de desigual, ha devenido en el cambio de los valores desde los que se catapultaba esa apuesta.

Sostiene Brunner9 que la globalización como trasfondo de la educación, no debe confundirse con la causa de una variedad de circunstancias que afectan en este campo o de determinadas políticas educativas generadas por el Estado.

La confusión puede provenir de la avasallante popularización del concepto y las efectivas consecuencias que ha tenido no sólo sobre el conjunto de las sociedades, sino sobre diversas estructu-ras y organizaciones y la propia universidad.

Pero consideremos como una ventaja tener tan cerca sus efec-tos espectaculares: nos ha permitido identificar sus amenazas. Advierte Adrián Acosta que, en esta hora, “con el auge de la nueva economía y de la sociedad de la información y del apren-dizaje, las universidades se han visto atrapadas en una serie de tensiones y desafíos que han minado gradualmente su capacidad para responder a un entorno que ya no es desde hace tiempo lo que solía ser. Nunca como hoy el conocimiento fluye por los mares embravecidos de la tecnología en una sociedad multicén-trica, y son las empresas, los sitios de Internet, o individuos o grupos organizados para ofrecer nuevos conocimientos e infor-mación, los que tienden a desplazar a la universidad como centro privilegiado para la generación, distribución y almacenamiento de conocimiento en las sociedades modernas.”10

Se trata de desafíos mayúsculos. Van contra la esencia de la uni-versidad porque provienen de organismos e instrumentos que na-cieron prácticamente con la globalización y al aliento del mercado. Son sus propios frutos y de ahí su peligrosidad. Tal vez, como se ha dicho, sea tiempo de repensar mucho más a fondo a la educación superior y a la universidad misma, como se hizo en su momento para responder a los retos de la globalización; pero también, y qui-zás aún más importante que esto último, sea tiempo ya de ejercer, colectiva y plenamente, la libertad y la autonomía ante las amena-zas evidentes del mercado y de la globalización, e ir al encuentro de un nuevo modelo de sociedad y de un nuevo entorno.

1 Josep Ferrer Llop, Presidente de la Global University Network Innovation GUNI, rector de la Universidad Politécnica de Cataluña. En La educación superior en el mundo 2006. La Financiación de las Universidades, Serie GUNI, Barcelona, 2006.

2 Julio Rubio Oca, coordinador, La política educativa y la educación superior en México. 1995-2006: un balance, Secretaría de Educación Pública/Fondo de Cultura Económica, México, 2006, p. 262.

3 Julio Rubio Oca, op.cit., p. 262.

4 Adrián Acosta Silva, “Sobre la flexibilidad del mármol. Los (nuevos) límites de la universidad”. Revista de Educación Superior, ANUIES, enero-marzo de 2009, México.

5 Varios de estos mecanismos regulatorios son: el Programa Nacional de Apo-yo a la Educación Superior (Pronaes); el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI); el Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP); el

Programa de Fortalecimiento del Posgrado (PIFOP) y el Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

6 Raúl Arias Lovillo, Programa de Trabajo 2009-2013, Innovación académica y descentralización para la sustentabilidad, Universidad Veracruzana, 2010, México.

7 Adrián Acosta Silva, op.cit., pp. 64-65.

8 José Joaquín Brunner, Globalización y el futuro de la educación: tendencias, desafíos, estrategias. Seminario sobre Prospectiva de la Educación en la Región de América Latina y el Caribe, UNESCO, Santiago de Chile, 23 al 25 de agosto del 2000.

9 José Joaquín Brunner, op.cit., pp. 10-11.

10 Adrián Acosta Silva, “¿Adiós a la universidad?”, Revista de Educación Supe-rior, ANUIES, número 1233, ponencia presentada en el Congreso “Retos y expecta-tivas de la universidad”, Nuevo Vallarta, Nayarit. 18-20 de octubre de 2001.

Las universidades no lograron todolo que se habrían propuesto en elsentido de ofrecer alternativas de

futuro para los jóvenes.

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dernos de los estados nacionales, identidad que Sloterdijk no vacila en definir como “cuasirreligiosa”, pues aglutinó grandes y masivas sociedades que se definieron así a partir de una con-tinuidad en el tiempo y en el espacio. Dicha continuidad va evaporándose con velocidad creciente en la globalización, la cual tiende a uniformar los usos y los hábitos planetarios mediante un mecanismo de hegemonía radicado, sobre todo, en los me-dios masivos de comunicación, en la sociedad del espectáculo que éstos han construido urbi et orbi, en la democratización del deseo propia de la sociedad de consumo —otro nombre para lo mismo—, en el culto ideológico al egoísmo y en la sustitución del ciudadano por el consumidor, reemplazo que en términos de Giovanni Sartori supone la sustitución del homo sapiens por el homo videns. O dicho en tono cultural geopolítico: en la ava-sallante victoria de Hollywood y MTV ahí donde el Pentágono no pudo prosperar.

ESA ELUSIVA IDENTIDADLa averiguación por hacer, entonces, sería sobre la naturaleza de lo que se pierde, sobre la composición de lo que se va: eso tan vagamente designado como “cultura nacional”. Lo mexicano, entendido como una caracterología de lo típico y una genéti-ca de lo simbólico, asociado desde luego al vocabulario guía ya mencionado, no tiene más de doscientos años de estarse constru-yendo entre nosotros, pero fue en el siglo XX donde se gestó la propuesta canónica de un conjunto nacional tan similar, por su condición intangible y anfibia, a aquel aserto sobre el significado del tiempo atribuido a san Agustín: cuando me preguntan qué es no lo sé, cuando no me lo preguntan sí lo sé.

¿Qué es lo mexicano? Ni siquiera sus anatomistas más cons-picuos han ido más allá de ciertas características autóctonas que también podrían encontrarse en otros pueblos, así los énfasis en-tre ellas deban diferenciarse: el mestizaje, el sentido de la muer-

›Notas sobre el comienzoo apuntes desde el final:Cultura nacional y globalización

UN CONTENEDOR QUEBRADOLa forma global que ha venido tomando el mundo en las últimas décadas se enfrenta, a través de un abismo tan real como imagi-nario cuya extensión y profundidad son crecientes, con aquella que ha conservado la psique local en sus pertenencias específicas al territorio y a la narrativa particulares, a la historia propia y a la memoria generalizada. La hiperesfera conectada a la manera de una red, ese nuevo espacio-tiempo mundial sincrónico, resulta equidistante de las topologías conocidas hasta ahora por el pen-samiento habitual, cuyo vocabulario guía, un desprendimiento que va desde las sociedades agrarias hasta llegar a la mutación tajante de las épocas industriales, semeja hoy un recipiente he-cho pedazos.

Peter Sloterdijk escribe que en dicho cambio trascendente “la palabra patria forma parte de una reserva de signos cuya época de validez principal ha terminado”. Si los pueblos sedentarios privilegiaron tres términos cardinales: tierra, pueblo, madre pa-tria, y con ellos dieron respuesta al destino del sujeto, mismo que sufriría una metamorfosis relativa ante la revolución antiagraria del mundo moderno, los estados nacionales otorgaron un senti-do de pertenencia e identidad a sus habitantes —“una suerte de calor de hogar”, le llama Sloterdijk—, gracias a la densa trama de contenidos simbólicos, costumbres compartidas y mediaciones sociales que integran una cultura singular.

Hoy, sin embargo, como señala Roger Bartra, “la identidad es un inquietante campo minado, en el doble sentido de ser un lugar atravesado por galerías subterráneas o sembrado de artefactos explosivos”.

EL NOMBRE DE LO QUE ES SISTÉMICOTal calor de hogar, una arraigada percepción colectiva, significó aquello que fue definido como una construcción inmunológi-ca de la identidad político-étnica en los grandes formatos mo-

Fernando Solana OlivaresEscritor y periodista. Fue director del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca y subdirector del Museo de Arte Moderno de la ciudad de México. Colaborador habitual de medios impresos y electrónicos. Ha publicado, entre otros libros, Oaxaca, crónicas sonámbulas, La rueca y el paraíso, El peso de la esperanza, Parisgótica y Los libros, las palabras, las transfiguraciones

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La continuidad va evaporándose con velocidad creciente en la globalización, la

cual tiende a uniformar los usos y los hábitos planetarios mediante un mecanismo de hegemonía radicado, sobre todo, en los

medios masivos de comunicación.

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te, el resentimiento, los complejos y las inhibiciones, el relajiento desmadre, el amargo origen histórico, la dura matriz fundacional. Por sí mismo, el mestizaje no produce una identidad cultural que pue-da convocarse como la generalización de una pertenencia, pues el supuesto en el cual se basa, la fusión de los indios y los europeos, no basta para proporcionar un territorio imaginario o una obra com-partida ni abundante ni común. La frecuentación de la muerte, si bien puede aceptarse a la manera de una patología o una fata-lidad compensatoria típicamente mexicanas, no acaba de carac-terizar una distinción de lo propio único ante lo ajeno distinto.

Lo restante: los complejos provenientes del comienzo nacional con un padre cruelmente destructivo y una madre traidora cuyos hijos son los hijos de la chingada, la deforme integración emo-cional producida por una colonización dirigida a la explotación máxima y no al poblamiento civilizacional, el autoritarismo y la desigualdad como horóscopos seculares de la raza, todo ello y quizá bastante más no se percibe como suficiente para establecer una taxonomía social y política, una metafísica folclórica donde quede medido “lo mexicano”, aquello tan quimérico así sea tan invocado, tan aleatorio cuanto irregular.

LOS ACUERDOS DE LA MEMORIAPero toda antropología estupefacta es una forma de la gramática de la pertenencia: el mundo que se elabora cuando nos escuchamos juntos. Surge entonces la narrativa de lo somático como una reivindicación de algo que representa una pertenencia, ese pre-sente del pasado vigente en el presente del pre-sente que de tal modo se convierte en un presen-te del futuro a compartir. Y aunque asaz lírica, acaso ésta sea la verdadera forma de nuestra ne-bulosa cultura nacional: un tiempo, una manera, una repetición.

Dícese que en las épocas cuando la forma de lo grande cambia, entre la gente regresan los hábitos protectores de lo local. Como si enton-ces se anhelaran aquellas fronteras puras que envuelven a la memoria y que consisten en sa-bores, formas verbales, sentimientos, emociones y recuerdos: la sutileza no clasificable por una

sociología dispuesta a descifrar sólo aquello indicativo de lo superficial. Ciertas bús-quedas no ponderables por

el positivismo científico —reprobadas mediante el oscurantismo racionalista de

lo políticamente correcto— afirman que lo que

México comparte es sobre todo un destino, tan próximo como inmediato: sacrificarse a sí mismo para dar lugar a un nuevo mo-mento histórico global. Pero como la esoteria sólo se ocupa del ámbito de aquello no manifiesto ante los sentidos, resultaría poé-ticamente irresponsable dar crédito a sus afirmaciones: no hay en-tonces Tarot que valga para especular sobre lo que aguarda al país en este tiempo de posmodernidad líquida, fluyente, veloz, cuando todo lo sólido se desvanece en el aire y lo que surgirá mañana no lo sabe nadie a cabalidad. Roger Bartra postula un término apenas adecuado para nuestra ingente circunstancia: la condición postmexicana. Y pareciera que dicho momento ya llegó.

VELANDO LOS ESPEJOS DE LA REALIDADEste era un país que no tuvo tiempo de fundar sus particula-ridades y al fin convertirlas en una cultura nacional, porque

sobrevino una época planetaria donde la historia de las periferias y sus narrativas endógenas concluyó. Empero, pudo teñir lo nuevo emergente con ciertas formas sim-

bólicas que le eran consustanciales, por ejemplo, los iconos femeninos de su vida colectiva subterránea: Guadalupe-Tonantzin y la Santa Muerte, misma que al final fue absorbida por la primera, porque se asu-me que quien dispensa la vida lo mismo contiene su terminación. Los historiadores llamaron a ese proceso “cuando la Mujer Dormida dio a luz”. Y fue extraño por inesperado que una sociedad tan patriarcal y masculinizada como lo había sido aquella, aportara al mundo global la corrección de un error epistemológico a través de la representa-ción arquetípica femenina, ausente hasta entonces como una presencia funcional.

La conciencia no sabe todo de sí misma, la cultura tampoco ni su indagación. Si los tiempos son postmodernos y la aniquilación del mundo es la pulsión central de sus ideo-logías ocultas, la perspectiva de lo inmediato es una disolución

cuyo último movimiento so-lamente coagula lo anterior. Cultura nacional y globali-zación: tanto un orden de la alternancia como un arte de la

desaparición.

Roger Bartra postula un término apenas adecuado para nuestra ingente circunstancia: la condición postmexicana. Y pareciera que dicho momento ya llegó.

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GLOBALIZACIÓN Y SOCIEDAD/examen

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Alicia Gironella De’AngeliInvestigadora y maestra de cocina. Miembro y Medalla de Oro de la Academia Culinaria de Francia y primera mujer miembro honorario del Club de Chefs des Chefs. Propietaria y chef del restaurante tradicional El Tajín, primer restaurante-escuela de México. Autora, junto con su esposo, el escritor y editor Giorgio De’Angeli, del volumen Larousse de la cocina mexicana (2006), Premio Gourmand y Premio al Mejor Libro de Cocina Mexicana de la Feria del Libro de Nueva York

›La cocina tradicional mexicana ante la globalización

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El consumo masivo de alimentos preelaborados, congelados o importados significa un reto para la cocina popular que, históricamente, ha demostrado sus ventajas para la buena

y sana alimentación sin tener que renunciar a fórmulas here-dadas del pasado. Apegadas a los principios de sustentabilidad, las comunidades indígenas y rurales siguen fieles a las cocinas tradicionales, más equilibradas por las cualidades nutricionales de sus ingredientes; por la selección de las materias primas y las técnicas de preparación, resultado de un largo proceso de observación y experi-mentación y, por lo tanto, producto de conocimientos colectivos de raíz ances-tral de probada eficacia.

Una cocina no es más sofisticada por la cantidad de ingredientes o por la va-riedad de estilos o de insumos exóticos o novedosos que ostenta. En este sentido, la complejidad de ciertas gastronomías tradicionales surge del conocimiento profundo de prácticas propias de una co-munidad culinaria determinada, capaz de realizar una síntesis a partir de técnicas y elementos del pasado, incorporando ingredientes del presente que van anunciado los procesos de innovación. En ese sentido, la técnica milenaria de la

nixtamalización se ha ido adaptando tecnológicamente hasta constituirse en la base de una industria que abastece el

consumo de tortillas y de otros productos de maíz.La masa del cereal es deshidratada y convertida en

harina, y, con tan solo agregar agua caliente, recupera su versatilidad de uso, conservando sus cualidades nutri-

tivas y su sabor. De este modo, el maíz nixtamalizado ha podido trasponer las fronteras mexicanas y dialogar con

otras culturas culinarias.No obstante, al tiempo que se reconoce la pervivencia y

continuidad histórica de la cocina popular en México, tam-bién a través de la modernización de ciertos procesos, es preci-

so señalar factores específicos que ponen en peligro su viabilidad futura. Uno de ellos es la íntima articulación entre las prácticas culinarias originarias y los sistemas productivos, los recursos na-turales y las condiciones ecológicas circundantes, que corre serio riesgo de fracturarse.

Valorar una cocina tradicional implica favorecer dichos siste-mas, y también los mercados locales y regionales para garantizar la diversidad de los ingredientes disponibles y la calidad que los distingue. Por otro lado, está demostrado el impacto negativo que ejercen las industrias alimentarias y las grandes cadenas de comercialización sobre ciertas expresiones culinarias propias. Si la cocina popular mexicana constituye un verdadero patrimonio cultural, es también en la medida que resiste los embates de la

homogeneización de los ingredientes y de la engañosa multipli-cidad de productos de origen exógeno, no pocas veces nocivos para la salud.

Así, mientras las industrias alimentarias aceleran sus ofertas novedosas y sus métodos de comercialización, los antiguos me-sones, merenderos, fondas y expendios de comida popular se van convirtiendo en expendios de comida rápida. El concepto de slow food, o comida artesanal en el caso de los restaurantes, elaborada con productos y técnicas locales, está en constante oposición con el fast food, o cocina rápida, que pugna por llevar al mundo de la gastronomía a convertirse en un supermercado de alimentos indiferenciados.

Actualmente, en las sociedades urbanizadas e industrializadas, con nuevos hábitos y concepciones alrededor de la alimenta-ción, se ha generado una confusión sobre el alcance cultural del hecho culinario. Esto se suma a las transformaciones socia-les que obligan a comer fuera del hogar, a la publicidad que favorece a las grandes redes comerciales de alimentación que inundan los mercados internacionales y a una ciencia aplicada al desarrollo de nuevas comidas que, más que aclarar, confunden

Una cocina popular, radicada en la vida de las comunidades y la trama cultural que la resguarda, requiere de todas las medidas e instrumentos apropiados para su

salvaguarda y desarrollo.

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los criterios de la gente. La desarticulación entre los productores y los consumidores de alimentos, amenaza también con las formas establecidas históricamente para el manejo del ambiente relacionado con la cultura alimentaria y, asimismo, desquicia la eco-nomía local.

Más allá de ellos, las prácticas culinarias, que en el pasado estuvieron amparadas por una capacidad de producción para autoconsumo, en los últimos años se han visto mermadas por una gradual pérdida de soberanía que amenaza directamente los modos de comer tradicionales. En el caso del maíz, las variedades que se produ-cen en el México podrían contribuir a la seguridad alimentaria de todo el país y del mundo, dada su gran capacidad de adap-tación a los más diversos ecosistemas. Sin embargo, además de la creciente impor-tación del grano, en los últimos cincuen-ta años, se han ido perdiendo razas entre las más productivas como la Celaya, del Bajío y llanos de Jalisco; Tuxpeño, propia del trópico de temporal de suelos rotu-rados y en algunas áreas subtropicales de riesgo y Tuxpeño Norteño, adaptada, a las regiones subtropicales secas general-mente del norte del país, generalmente de riego.

Desde la perspectiva de la cocina po-pular, esta merma de la diversidad es gra-ve, ya que algunas de sus variedades son base de preparaciones fundamentales. Como sucede con los maíces pozoleros, y palomeros, así como otros que conser-van su carácter ceremonial, o como el maíz morado o negro, cultivado en co-munidades indígenas.

En consecuencia, una cocina popular, radicada en la vida de las comunidades y la trama cultural que la resguarda, requiere de todas las medidas e instrumentos apro-piados para su salvaguarda y desarrollo. Ese sistema, que da sustento a un país megapobla-do, existe gracias a la supervivencia de la impor-tante tradición culinaria, en gran medida en manos

de comunidades indígenas y campesinas, y a la dinámica que ésta genera respecto a la produc-ción agroalimentaria.

Entre otros beneficios, el reconocimiento de una cocina de tales características por parte de la UNESCO permitirá impulsar, nacional e internacionalmente, políticas y acciones adecuadas para su protección y su continui-dad. Los planes de acción para salvaguarda y promoción de las cocinas comunitarias del plan piloto desarrollado en el estado de Michoacán, en el centro-occidente del país.

En vista de la velocidad del deterioro de los sistemas alimentarios de las comu-nidades, es preciso emprender acciones urgentes para la preservación de proce-dimientos y técnicas, en contextos que no nieguen la irrupción de nuevos ele-mentos y la evolución de las costumbres. Habrá también que actuar para que no desaparezca la agricultura en pequeña escala y la producción de variedades lo-cales. Habrá que proteger y promover los mercados regionales y los hábitos de consumo de alimentos tradicionales, tan-to en la vida cotidiana como en ocasio-nes festivas o rituales.

Por su carácter eminentemente colec-tivo, la cocina popular mexicana tiene una dimensión histórica y una proyec-ción social muy importante.

A lo largo de varios siglos, ha consti-tuido el espacio cultural marcado por la continuidad, en el que la innovación no ha implicado una ruptura significativa en los hábitos. La cocina popular mexicana es un excelente ejemplo de las soluciones creativas que logran los pueblos de tradi-ción mesoamericana al no haber perdi-do, en buena medida, su vinculación con las prácticas culinarias y religiosas ni las formas de especificidad de organización

social.Creo que para todos los mexicanos es un

gran orgullo que entre las cosas buenas a globali-zar esté la tortilla y, por lo tanto, el taco.

Es preciso emprender acciones urgentespara la

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y técnicas,en contextos

que no nieguen la irrupción de nuevos

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›Víctor Gavito y Marco:Es fundamental que en México los empresarios tenganun sentido de solidaridad social

Carlos Deveaux HomsDirector de Comunicación Institucional de la

Universidad Iberoamericana Ciudad de México

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Creo que la gran obra social, en nuestro caso,

ha sido abrir nuevas fuentes de empleo y

brindar oportunidades de crecimiento personal y profesional a nuestros

colaboradores.

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Licenciado en Administración de Empresas por la Univer-sidad Iberoamericana, Víctor Gavito y Marco ha llevado a cabo una intensa labor docente en nuestra institución edu-

cativa, donde además fungió como coordinador de la carrera de Administración de Empresas entre 1963 y 1964, y director de la Escuela de Administración de 1972 a 1974.

Miembro del Consejo Universitario de la UIA en dos pe-riodos, del Senado Universitario y del Patronato Económico y de Desarrollo (FICSAC), Víctor Gavito y Marco también fue fundador de la Asociación de Egresados de esta universidad (ASEUIA), la cual presidió. Actualmente dirige la Fundación Ibero Meneses.

Se ha desempeñado como vicepresidente de la Cámara Na-cional de la Industria Panificadora, presidente de la Comisión Agropecuaria de Coparmex y vicepresidente de ese mismo or-ganismo. Fue el primer presidente y fundador del Consejo Na-cional Agropecuario y miembro de la Comisión Ejecutiva y del Consejo Nacional del Consejo Coordinador Empresarial.

Por su destacada labor ha recibido, entre otras distinciones, el reconocimiento Agustín Reyes Ponce, en 1989; el premio Xa-vier Scheifler, S. J., y la Medalla San Ignacio de Loyola en 2009.En la siguiente conversación, el director general del Grupo de Empresas Alpura desde hace más de tres décadas, comparte su entrañable vínculo con la Universidad Iberoamericana y su compromiso con los proyectos sociales.

Desde hace más de cinco décadas has mantenido un muy estrecho vínculo con la Universidad Iberoamericana, con sus autoridades, alumnos y egresados. ¿Qué es lo más importante que te ha dejado esa relación?La Universidad Iberoamericana me formó e impulsó mi desarro-llo individual en distintas etapas. La primera fue cuando ingresé como estudiante; ahí tuve el privilegio de contar con magníficos maestros seculares y una gran cantidad de buenos jesuitas. En ese periodo, alrededor de 1957, México vivía una transformación social en la que se requería de grupos dirigentes que pudieran orientar al país, con miras a formar una sociedad más participa-tiva, más justa, con mayores oportunidades para una creciente población, en ese entonces de 28 millones de personas.

Una de las personas que más influencia tuvo en mí cuando era estudiante fue el padre Sánchez, quien murió cuando acabé mis estudios en la universidad, en 1961. Con él solía tener pláticas muy interesantes y recuerdo que nos decía: “Muchachos, que les duela México”. Con esa frase lo que nos quería decir es que no fuéramos indiferentes al país y sus problemas, y que teníamos una responsabilidad que cumplir: servir a la sociedad para que sea más próspera, más justa.

Posteriormente, cuando cursaba el último semestre de la ca-rrera, se me invitó a dar clases en la Universidad Iberoamericana. Para mí fue un gran privilegio. Entré como adjunto en la mate-

ria de Seminarios y Administración de Personal, y cuando concluí mis estudios me invitaron como profesor de medio tiempo; fui el primero de la Ibero en la carrera de Administración.

En esa etapa conocí a gente extraordinaria. Éramos un grupo de personas realmente interesadas en lograr que la universidad tuviera un alto nivel académico, pero conservando la mística del servicio. Fui coordinador de la carrera de Administración de Em-presas entre 1963 y 1964; formo parte del Consejo Universitario desde 1962, y en 1970 la Ibero me distinguió como miembro numerario. Por todo ello le tengo un enorme agradecimiento a mi alma máter.

“La verdad nos hará libres”, es el lema de esta institución que tanto quieres. ¿De qué nos libera la verdad?La verdad nos hace libres para entender mejor a los demás, para actuar con toda la seguridad que nos puede dar el conocimiento. En lo personal, he querido que mis actos coincidan con lo que mi conciencia y mis principios me dictan; esa es la verdad que ha regido mi vida y le ha dado sentido. Lo que me satisface es que traté siempre de ser auténtico y de actuar conforme a lo que yo creía que debía ser, y he sido un hombre afortunado en muchos sentidos. La vida debe tener el objetivo de ser auténtico y, en con-secuencia de ser justo y feliz, y una manera de lograrlo es a través del servicio a los demás.

¿Consideras que un empresario exitoso puede regirse por una mística de servicio y de compromiso social?Creo que la gran obra social, en nuestro caso, ha sido abrir nue-vas fuentes de empleo y brindar oportunidades de crecimiento personal y profesional a nuestros colaboradores. Es fundamental que en México los empresarios tengan un sentido de solidaridad social. Por ejemplo, realizamos una amplia labor de capacitación en todos los ranchos, que además hemos hecho más eficientes en diversos aspectos: inseminación artificial, ordeña, manejo de máquinas, etcétera. He tenido la suerte de contar con notables colaboradores con una enorme capacidad independientemente de su grado escolar, y estoy convencido de que, a través de la capaci-tación y el esfuerzo, se puede estimular a las personas para que se desarrollen cada vez más, y para que esas aspiraciones también las transmitan a su familia y a su entorno. Yo creo que esa es nuestra gran contribución.

¿El hombre dignifica al trabajo o el trabajo dignifica al hombre?Creo que el trabajo es una manifestación de la calidad del hombre. El trabajo es una manifestación de las personas, una forma de rea-lizarse. En ocasiones me he sorprendido de la transformación que algunas personas tienen cuando se les asigna un puesto de mayor responsabilidad, cuando sienten que es reconocida su capacidad. Recuerdo una experiencia extraordinaria de un muchacho que había dejado la carrera de ingeniería en los primeros semestres

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y emigró a Estados Unidos. Cuando regresó entró a trabajar a nuestra empresa; tenía una gran capacidad para la mecánica, pero externaba su frustración de una forma absurda, incluso llegó a introducir un arma al centro de trabajo. Hablé con él y le pre-gunté cuál era su problema, porque lo reconocíamos como un hombre sumamente capaz, pero su conducta rompía con el or-den de la organización. Cuando me acabó de platicar su historia, le propuse que se hiciera responsable de poner en marcha una nueva empresa que acabábamos de comprar y aceptó. Le di la oportunidad y tuve unos resultados magníficos. Yo sí creo que las personas se dignifican con un buen trabajo y al mismo tiempo hacen más digno el trabajo que realizan.

de oportunidades de venta en nuevos mercados. Desde el año pasado comenzamos a exportar a Estados Unidos, lo cual es muy satisfactorio porque Alpura es la única empresa mexicana auto-rizada por la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos para vender leche fluida en ese país.

Acerca de la inseguridad, no es un tema nuevo en México. La hemos padecido y lo primero que nos ha interesado es prote-ger a nuestra gente. Tomamos medidas como poner un guardia en los camiones de reparto que distribuyen en zonas con altos índices de asalto, y con ello evitamos que se generen estos he-chos, y es un mensaje contra la tolerancia social al robo. Pero ahora además hay otro tipo de violencia, como la extorsión y

la delincuencia profesional, que genera intranquilidad y preocupación por la fa-milia y por uno mismo. Las policías están rebasadas y creo que tenemos que hacer un gran esfuerzo para que la inseguridad pueda reducirse.

¿Quién se debe hacer cargo de la recomposición del tejido social que dramáticamente se está rompiendo cada día?Ese es un trabajo de todos. Para lograr re-

sultados tendrán que colaborar y sumar esfuerzos instituciones educativas, de gobierno, iglesias, sociedad civil. No creo que na-die pueda resolver este problema de manera individual. Aunque México es increíblemente complejo por nuestra gran diversidad cultural, en lo que todos los mexicanos coincidimos es en la aspiración de vivir en paz, una paz fundada en la verdad, el de-recho y la justicia.

Al inicio de la entrevista nos hablaste de tu primer acercamiento a la Universidad Iberoamericana, y ahora tienes de nueva cuenta vínculos estrechos: recientemente, a través de la presidencia de la Asociación de Egresados de la UIA y, en la actualidad, como Senador y con tu muy comprometido proyecto de la Fundación Ibero Meneses. ¿Podrías platicarnos sobre estos proyectos?Me invitaron a formar parte de la Asociación de Egresados y en esta labor encontré la oportunidad de reunir a los egresados de la universidad y desarrollar un vínculo entre ellos y con la insti-tución, para apoyarla de diversas formas. Y a partir de este interés de colaborar con la UIA, se nos ocurrió constituir una fundación que facilitara enlazar los esfuerzos de todos de manera permanen-te para generar y apoyar programas sociales. Así, se sugirió reto-mar la Fundación Meneses, que había sido fundada por el padre Meneses con una serie de amigos de la universidad. Estas perso-nas aceptaron la proposición y hemos echado a andar el proyecto. Actualmente somos ya 70 socios en la Fundación y pretendemos que año con año los recién egresados de la universidad se sumen a nuestra tarea. Nuestro objetivo es que la Fundación Ibero Me-neses, que ahora surge, pueda tener una mayor capacidad para apoyar proyectos cada vez más grandes y sustentados.

Ante el panorama que actualmente vive nuestro país: inseguridad, crisis económica, contracción de mercados, etcétera, ¿cuál consideras que es el mayor problema de los empresarios mexicanos?La primera responsabilidad como empresario es implementar estrategias que mantengan la empresa sana, especialmente en situaciones desfavorables, como una contracción del mercado. En estas circunstancias lo que yo he hecho es ampliar mi red de distribución, emplear a más gente, invertir en mayores uni-dades de distribución, y hacer más eficiente la empresa, porque una empresa que no es eficiente desaparece. En este sentido he buscado una mayor productividad y reducción de costos, además

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Nuestro objetivo es que la Fundación Ibero Meneses,

que ahora surge, pueda tener una mayor capacidad para

apoyar proyectos cada vez más grandes y sustentados.

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1Me confunde el hecho de que los que aún aspiran al sueño boliva-riano sean los primeros en protestar por la globalización, cuando ésta, en el fondo, tiene mucho de sueño bolivariano, grotesco si se quiere, e impetuoso, para bien y para mal.

(Por cierto, Bolívar mismo dejó de creer en su sueño y nos legó una entrada postrera de su diario, donde dice: “tratar de hacer la Revolución en América es como arar en el mar”.)

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Claudio IsaacPintor, cineasta y escritor. Ha realizado múltiples exposiciones en México y el extranjero. Es autor de los libros Alma húmeda, Otro enero, Luis Buñuel: a mediodía y Cenizas de mi padre

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notas globales›

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2Como cualquier acontecimiento de la historia, la globalización presenta virtudes y defectos varios. Pero digamos, por dar pie a la argumentación, que se trata de algo necesariamente nefasto. Lo que hay que tomar en cuenta, me parece, es que nefasta o no, ya está aquí y la globalización llegó para quedarse, no hay vuelta atrás por más que exclamemos o invoquemos ideales pretéritos de pureza territorial. Lo único que puede hacerse es nadar con la corriente recién establecida, para no aho-garse, claro, pero también para aprovechar la fuerza del arrastre y darle a nuestro curso natatorio un sesgo propio y acabar arribando a la orilla que anhelamos.

En tal caso, sospecho que la globalización solamente desenmascara un drama que el orden mundial —los imperativos políticos y, sobre todo, económicos— ya venían pre-determinando. La diferencia ahora es que se trata de una situación insoslayable, pero, de hecho, el desequilibrio, la injusticia, la desproporción, la insensatez y los aciertos aislados, ya estaban, todos ellos, reinando en el planeta. Soy de la idea de que es más sano y ventajoso conocerle la cara al ene-migo: puede que, a la larga, hasta lleguemos a reconocer en él al hermano.

(A final de cuentas, en términos glo-bales, el enemigo mayor del planeta, de la especie humana, no se necesita buscar en otros rumbos: está en casa y somos nosotros mismos. Esto lo sabe cualquiera pero nunca se asume, es más fácil gritarle al prójimo porque nos recuerda nuestros propios defectos.)

3Es previsible que al convertirse en habitual nuestra conciencia de los otros —aquellos que viven en Dakar o Ceilán— pueda irse fincando una especie de humanismo renovado, vibrante.

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GLOBALIZACIÓN Y SOCIEDAD/mirador

4Hasta nuestros días, acaso por una herencia de nuestra pomposa, miope y necia tradición antropocéntrica, el término universal es usualmente sinónimo de mundial. Esa costumbre idiomática nos frena y limita nuestro posible avance hacia una visión de verdad cósmica.

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5Más allá de una posible conciencia glo-bal, que a su vez pudiera representar la noción de lo humano en extenso, me gustaría proponer un criterio universal, pero usando el término en un sentido li-teral: celebrar lo humano en el contexto global para luego situarlo en el univer-sal, es decir, en el cosmos. Así como las idiosincrasias regionales y las nacionales, el patriotismo y la impermeabilidad local dan lugar a la fricción, el malentendido, el desprecio por ignorancia y el antagonis-mo, la fijación nuestra por lo terrestre en oposición a lo extraterrestre es mezquina y amuralla nuestras vidas. Un ejemplo de esa mentalidad sería la exposición en tér-minos prejuiciosos de que las pirámides —las incas, mayas o egipcias, qué importa cuales— fueron construidas por extrate-rrestres. Aquí ya no importa la cuestión de qué pueblo o qué nación se lleva el crédito, sino cuál planeta. El jaleo es igual de idiota. Sería tan sano cantar a la vida en abstracto, a la existencia en general, ya sea de los terrícolas o los marcianos y venusinos. Ir pensando en eso nos prepa-raría para una mejor convivencia global, en el presente, mientras se da o no el en-cuentro con la otredad galáctica.

(¿Qué no es factible que la vida en la tierra se haya originado por el roce con materia cósmica, venida de fuera? ¿En-tonces no seríamos, nosotros mismos, los extraterrestres?)

6Algo de esta liberación del yugo de la estrechez de mirada se respira en las pri-meras páginas de ese formidable libro de Joyce llamado Retrato del artista adolescente. Allí, el protagonista ha puesto sus datos personales en la guarda de un cuaderno de Geografía y ha escrito:

Stephen Dedalus Clase de Nociones Colegio de Clongowes Wood Sallins Condado de Kildare Irlanda Europa El Mundo El Universo

Sería de desearse que nuestros estudian-tes, nuestros jóvenes, y los de cada lugar del mundo, practicaran, como Dedalus, el ejercicio de considerarse tan parte de una población y una región como de un conti-nente y un planeta que a su vez correspon-de a una de las galaxias del universo. Eso representaría un hábito auspicioso.

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›Mostrar la propiamanera de oír el mundo

En julio del 2007, participé por quinto verano consecu-tivo como director huésped de la orquesta Collegium Musicum, de la Academia Internacional de Verano del Castillo Weissenstein, de Pommersfelden, Alema-nia. Como en los dos veranos anteriores, había tenido

yo la oportunidad de recomendar a jóvenes talentos musicales mexicanos (eran siete en aquella ocasión) para que participaran en esa orquesta, midiendo sus conocimientos y capacidades con otros sesenta jóvenes de distintas partes del orbe.

En ese año del 2007, me tocó dirigir el programa de la tercera semana. Tras mi arribo, me reuní con los jóvenes mexicanos para intercambiar experiencias acerca de las dos semanas que ellos ya llevaban en la Academia. Además de manifestarme su entusiasmo, por tener esa magnífica oportunidad, me comentaron de igual manera algo que, en mi experiencia, reflejaba una cierta cons-tante en Europa hacia todo lo no europeo: no se explicaban por qué a uno de ellos, contrabajista, quien había tocado la mejor audición/evaluación al inicio de la Academia, lo habían man-dado al último atril de su sección, siendo que no sólo era quien mejor había tocado de entre los contrabajistas, sino quien mejor había tocado de toda la sección de cuerdas de la orquesta.

Procedí entonces a conversar con el director artístico de la Academia, indagando sobre ese hecho “curioso”. A mi cuestio-namiento, el director se puso nervioso y dijo estar sorprendido de mi pregunta, pero accedió a revisar las actas que se levantaron en la audición/evaluación que todos los participantes habían te-nido que tocar al iniciar la Academia. En efecto, la calificación que los docentes habían otorgado al joven contrabajista mexi-cano era la más alta de todas, por lo que él, el director, tampoco se explicaba el porqué del lugar que le asignaron. Argumentó que había sido la docente italiana, violonchelista, la que se había encargado de ese aspecto y prometió otorgarle al mexicano el

Sergio CárdenasDirector sinfónico y compositor musical. Profesor Titular de Carrera en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México. Director Artístico de SURCO, Jornadas Nacionales Candelario Huízar de la Música Mexicana de Concierto, y Presidente de Música de Concierto de México, S. C./SACM. Página web: http://www.sergiocardenas.netBlog: http://onomatopeyadeloindecible.blogspot.com/

No hay nada exterior que no sea anuncio de lo interior.Paracelso

puesto principal para la siguiente y última semana de la Acade-mia, lo cual así sucedió: al menos hubo algo de justicia.

Nuestro “héroe” contrabajista está hoy por titularse en la Uni-versidad de la Música “Mozarteum”, de Salzburgo (Austria), ciudad desde la que con frecuencia se desplaza a Viena o a Mu-nich, para tocar con la Orquesta de la Ópera Estatal de Viena o con la de la Academia de la Filarmónica de Munich.

Me he referido a este caso porque uno de los obstáculos que por lo general debe vencer en Europa cualquier músico clásico de origen no europeo, es la mayor exigencia que se le impone en comparación con la que se les impone a los europeos. Y aun cuando este obstáculo es vencido, hay resistencia a reconocerlo, como en el caso referido.

Ello tiene varias explicaciones: la primera es, quizá, la que tiene que ver con el hecho de que Europa Central cuenta con una historia multicentenaria del mercado musical conocido como clásico, mientras que en la mayoría de los demás países o regiones no es ese el caso. En Alemania, por ejemplo, encontramos or-ganismos orquestales con más de medio milenio de antigüedad, mientras que en México el más antiguo se estará acercando a su primer centenario. Además, en Europa existe un mercado/sistema de música clásica que regula todo el proceso formativo, fijando parámetros claros de excelencia no sólo por lo que el arte musical en sí mismo exige, sino porque es una conditio sine qua non para el mantenimiento de ese mercado, es decir, de esa economía.

En fechas recientes, conversando con académicos colegas de la Escuela Nacional de Música (UNAM), se abordó el punto de la gran cantidad de población extranjera en las orquestas profe-sionales de México. Justificaba uno de ellos esa cantidad con la destreza y alto nivel que demostraban en su ejecución gracias a la formación recibida en sus países de origen. Mi comentario fue que tras varias décadas de actividad musical a nivel internacional,

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Es tiempo de tomar conciencia e internarse al mercado global con

la seguridad y certeza de estar ofreciéndole recursos musicales

naturales de óptima calidad.

en especial en Europa, podía yo asegurar que el potencial musi-cal de México era mayor que el de varios países europeos, pero que nuestro país no contaba con los mecanismos o sistemas que brindaran a ese enorme potencial las condiciones que el desa-rrollo del talento musical exige, en especial por la ausencia casi total de un verdadero mercado de la música clásica.

En el campo de la llamada música clásica de México, la glo-balización, que con no poca frecuencia ha sido entendida como “domesticación” de criterios musicales conforme a los patrones europeos o estadounidenses que se asumen “de manera natural” como superiores o de mejor calidad que los mexicanos, ha sido una constante. Pero en el contexto de la globalización, ¿cuál es, cuál puede ser considerada la signatura, la firma de lo que Méxi-co ofrece en música como valor de cambio? ¿Por qué lo global o internacional de la actividad musical en México se ha reducido a la importación de ejecutantes musicales que, en propor-ción, opaca con claridad la exportación de ejecutantes mexicanos?

Cierto es que, por fin, los nombres de Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo, Manuel Enríquez (en tanto que insignes representantes de la composición musical) aparecen con mayor frecuencia en las pro-gramaciones orquestales allende nuestras fronteras. De igual ma-nera, es muy estimulante encontrar en las carteleras del mundo los nombres de Ramón Vargas, Rolando Villazón, Noé Colín y otros talentosos mexicanos que están emergiendo, todos sustentados por un inocultable talento, pero también, en cierta forma, obligados a emigrar por las muy pocas oportunidades que aquí reciben (baste con revisar las programaciones de las temporadas de concierto de las orquestas de la capital del país para corroborar este escándalo) y por el raquítico mercado de la música clásica en México.

Tengo para mí que además de su sensibilidad, de su cantabili-dad, de su arrojo rítmico y de su inventiva, la gran contribución que el talento musical mexicano puede aportar al mundo es su concepción espacio-temporal de la vivencia musical, pues me parece que oye y se manifiesta en y con las dimensiones cós-micas envolventes que encontramos en Teotihuacán, en Monte Albán, en Chichén Itzá y aún en el Zócalo de la ciudad de México. Quiero pensar, entender, que esta sí es una herencia que nos llega desde las deslumbrantes culturas prehispánicas, una herencia que se ha enriquecido en su intercambio con las apor-taciones de otras culturas, culturas musicales que, a su vez, han sido enriquecidas por la aportación mexicana.

No son estas características del interés de los propósitos globali-zadores, pues su interés principal es convertirnos en consumidores de su oferta. No han sido pocas las ocasiones en las que México ha sucumbido ante esos propósitos, obnubilado por los espejitos

y por la mercadotecnia, abatido por el sistema económico-social que aún impone criterios clasistas (por muchos años, la OFU-NAM ha mantenido vigente un sistema en el que aplica tabula-dores diferenciados a sus solistas y/o directores: si son extranjeros, tienen asignadas tarifas en miles de dólares; si son mexicanos, en unos pocos miles de pesos) que niegan la valía de la oferta artística mexicana y que, quizá por ello mismo, brinda pocas posibilidades de desarrollo y confrontación a los talentos nacionales.

Los compositores musicales mexicanos han dado prueba a lo largo de nuestra historia, de que el constituyente esencial de la música, el fenómeno del sonido (con sus armónicos), es un valor global que al ser reconocido e identificado, de inmediato lo han hecho suyo y lo han desarrollado manifestando su propia manera de oír el mundo, el interior y el exterior. Algo similar podemos

decir de los artistas que tras entrar en contacto con la pintura y la arquitectura barroca europea, la hacen suya y la convierten en el arte churrigueresco mexicano. De igual manera podemos referirnos a los diferentes géneros musicales europeos que se im-portaron en el siglo XIX: la polka, el vals, la mazurka, el chotís (schottisch), etcétera, fueron géneros que México acogió, asimiló, transformó y les otorgó una nueva signatura, enriqueciendo el repertorio global. El vals “Sobre las olas”, del humilde guanajua-tense Juventino Rosas, forma parte desde largo tiempo ha, del repertorio del mundo.

En el siglo XX, géneros musicales que llegaron a México desde el Caribe, como el danzón y el bolero, fueron acogidos con sensi-bilidad y transformados de tal manera que pronto se manifestaron desde la esencia mexicana, como es el caso de la canción-bolero “Bésame mucho”, de Consuelo Velázquez, reconocida como la que más veces se ejecuta a nivel mundial desde hace décadas.

Soy de la convicción de que la aportación musical que México ha hecho y puede seguir haciendo al mundo, es de enorme valor de cambio, tanto en la disciplina de la creación musical como en la de la ejecución. Tenemos una materia prima de extraordina-rio potencial; no tenemos aún las condiciones que permiten y estimulan la optimización de esa materia prima. Es tiempo de tomar conciencia de ello e internarse al mercado global con la seguridad y certeza de estar ofreciéndole recursos musicales na-turales de óptima calidad.

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Mi biblioteca particular tiene 75,000 volúmenes y pronto quedará

instalada en Saltillo, en el Centro Histórico, adonde haremos un Centro

Cultural Gustavo Sainz.

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TRIVIUM /literatura

México es sólo una palabra en los periódicos en inglés, pero cómo dueleJuan Domingo ArgüellesDirector editorial de IBERO

Gustavo Sainzen sus 70 años

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Gustavo Sainz (ciudad de México, 1940) es el definidor de la picaresca mexicana del siglo XX que llega a nuestros días reescribiéndose y describiéndose en permanente pa-

limpsesto.Inquieto, inquisidor, vivo, hechizado, heterodoxo, lujurioso y es-

crutador de almas (todas las denominaciones son suyas), Gustavo Sainz es uno de los escritores que mayormente habita la literatura en medio de la realidad real.

Hace años dejó un país del que mira crecer su sombra irreal y surreal, entre la devastación y el desvanecimiento. Desde Indiana nos dice: “México es sólo una palabra en los periódicos en inglés, pero cómo duele”.

Devorador y acumulador de libros (su biblioteca personal alcanza los 75,000 volúmenes), Sainz llega en 2010 a sus 70 años de edad con una amplísima obra novelística en la que destacan Gazapo, Ob-sesivos días circulares, La princesa del Palacio de Hierro, Muchacho en lla-mas, Compadre Lobo, Fantasmas aztecas, Paseo en trapecio, A la salud de la serpiente, La muchacha que tenía la culpa de todo, Salto de tigre blanco, A troche y moche, etcétera.

Hace nueve lustros publicó su obra inaugural, Gazapo, novela in-novadora en lenguaje y estructura, con la que irrumpió en las letras mexicanas e hispanoamericanas dentro de la denominada literatura de La Onda, pero en realidad, más que una moda coloquial, onda expansiva de la contracultura en México.

Desde entonces, la crítica enfatizó una de las mayores aportacio-nes de Sainz a las letras hispanoamericanas: el desparpajo para usar la realidad y fundirla con la ficción, de tal forma que, diría Margo Glantz en 1971, en sus libros “lo imaginado y lo vivido vienen a significar lo mismo”.

El monólogo, el discurrir libérrimo de la memoria, la cita literaria, la referencia culta del lector ávido, el dicho popular, el albur, el guiño, la glosa, todo es lo mismo porque escribir es crear al borde del abis-mo, en medio de las llamas, al filo del trapecio. Al cumplir 70 años de edad, tiene entre manos una nueva novela, aún inédita, Cadáveres exquisitos. Conversamos con él y esto es lo que nos dice.

¿Cómo ves al Gustavo Sainz de hoy y cómo ves, a lo lejos, al joven autor de Gazapo y de La princesa del Palacio de Hierro?El Gustavo Sainz de ahora luce cansado. Acaba de cumplir 50 años de profesor universitario y de perder a su última novia y no se siente muy optimista para enseñar un año más antes de retirarse. Al Gustavo Sainz de Gazapo y de La Princesa del Palacio de Hierro lo ve asombrado, pues no recuerda bien cómo podía hacer tantas cosas a la vez, pues en esa época, hacía periodismo, daba clases en la UNAM, dirigía el Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas, hacía mucha vida social, tenía un programa de TV que se llamaba Temas Educativos, en Radio Mil tenía un minuto cultural que se retransmitía varias veces al día, e iba a grabarlo cada día, dirigía la edi-torial Grijalbo, en fin, y me daba tiempo para escribir las novelas. Claro, tenía una cocinera, Toña, que me arreglaba no sólo los alimentos, sino la limpieza del departamento, mis citas, y muchas otras cosas.

¿Cómo se ve México desde los Estados Unidos?México se ve sólo en algunos incidentes sobresalientes. Los perió-dicos destacan la violencia urbana, los secuestros, el fraude elec-toral, pero por acá que hay pocos paisanos, tenemos restoranes mexicanos de primera categoría, películas mexicanas en DVDs, y literatura mexicana en las librerías. México es sólo una palabra en los periódicos en inglés, pero cómo duele.

Tú fuiste un gran promotor cultural. ¿Qué pasa hoy con la cultura en México.Los grandes consorcios editoriales se han comido a las pequeñas librerías en la ciudad de México. Cubren el mercado con seudo-novelas de vampiros, o lamentables y supuestamente comercia-les en detrimento de una gran cantidad de libros de la literatura mexicana agotados e inéditos. En la FIL de Guadalajara puedes ver algunos productos de El Ermitaño, Sexto Piso, Almadía, Atempo-ria y otras editoriales independientes que están publicando por ahora lo más valioso en términos culturales.

¿Juan Rulfo o Carlos Fuentes? ¿Octavio Paz o Sabines? ¿Se puede optar en literatura?No se puede elegir a un escritor sobre otro, porque ningún escri-tor publica tanto como para cubrir una vida de lectura. Imagínate yo leo entre 18 y 25 libros cada mes, desde que tenía 20 años. Mi biblioteca particular tiene 75,000 volúmenes y pronto quedará instalada en Saltillo, en el Centro Histórico, adonde haremos un Centro Cultural Gustavo Sainz.

¿Qué te parece la narrativa mexicana actual?En estos últimos años me interesan mucho los libros de Cristina Rivera Garza, Mario González Suárez, Elmer Mendoza, Juan Vi-lloro y muchos otros.

¿Qué escribes actualmente?Actualmente estoy escribiendo una novela provisionalmente titu-lada Cadáveres exquisitos. La estoy escribiendo con mi ahora amiga Laura Rojas, quien desarrolla los personajes femeninos y yo me hago cargo de los masculinos, que son solamente dos. Queremos terminar este proyecto antes de la última FIL Guadalajara. La edi-torial RBA nos ha pedido este libro y ojalá y podamos entregár-selo al final del próximo noviembre.

¿Setenta años no es nada?Setenta años es mucho. He perdido a casi todos mis grandes ami-gos y amigas. Lo peor es que no me aqueja ningún malestar y que el médico que me atiende me anima diciendo que parece que tengo sólo 50, pero ya me canso con más frecuencia, se me olvidan cosas, ya no tengo novias, leo un poco menos que antes, como menos, miro menos películas que nunca. Afortunadamente quedan muchos libros más que leer y muchas buenas películas que gozar.

Indiana, 4 de junio de 2010.

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›¿Qué esla ingenieríade alimentos?

Héctor E. Cejudo GómezCoordinador de la Licenciatura en Ingenierade Alimentos en el Departamento de Ingenieríay Ciencias Químicas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

Podemos definir a la ingeniería de alimentos como el conjunto de acciones para seleccionar e imple-mentar procesos de ingeniería, usados en la con-servación o transformación de los alimentos que fueron producidos en el campo, en la granja u ob-

tenidos en los sistemas de pesca y que aseguren la inocuidad, la calidad nutricia y el mantenimiento de sus propiedades sen-soriales. Estas acciones están basadas en el conocimiento de los fenómenos físicos, químicos y biológicos que ocurren en los alimentos a lo largo de la cadena productiva y tienen por propósito alargar su vida útil.

A pesar de que los alimentos son necesarios para mantener las funciones básicas del hombre, la ingeniería de alimentos, como actividad específica es un desarrollo relativamente re-ciente. La investigación en el campo de la ciencia y la tec-nología de los alimentos tiene sus raíces en el estudio de los

procesos artesanales de elaboración del vino, cerveza, pan, quesos y conservas de distintos vegetales.

Fue a mediados del siglo pasado que los institutos y universi-dades cambiaron su enfoque al estudio de la ciencia y la tecnolo-gía de los alimentos en un sentido amplio, la razón de esto fue el surgimiento de conocimientos y principios básicos aplicables a la mayoría de los productos alimenticios, surgiendo un concepto más claro de lo que es un alimento.

Todos los alimentos son más o menos perecederos y muchos son poco apetitosos en su estado natural, por lo tanto hay que procesarlos para prolongar su vida o para mejorar su sabor y presentación. En ambos casos el proceso depende del alimento y de su papel en la dieta, muchos de estos procesos se han desarro-llado empíricamente y sus productos finales son ya tradicionales, así tenemos harinas de cereales, productos cárnicos embutidos o ahumados, quesos, bebidas fermentadas y mermeladas. Se trata

divulgación científica

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de procesos muy complejos que hasta hace poco tiempo pasaron de ser artesanales a explicarse en términos científicos.

Como resultado del conocimiento más completo de los cam-bios que ocurren en los alimentos sometidos a almacenamiento o procesamiento, es posible definir el producto final en términos físico-químicos explícitos, al contar con una mayor información de las propiedades físicas de los alimentos ahora se pueden dise-ñar y controlar con mayor precisión las operaciones de ingenie-ría en el procesamiento de alimentos, por ejemplo los tiempos de pasteurización de la leche para eliminar los microorganismos patógenos sin alterar sus características sensoriales de leche fresca o enlatar vegetales con una mínima pérdida de vitaminas termo-sensibles. Así los procesos de enlatado, congelación y deshidrata-ción se ajustan al análisis científico y el equipo que se requiere se diseña con base en principios de ingeniería rigurosos.

Considerando que la alimentación es una necesidad funda-mental del ser humano, la cual que debe ser equilibrada, variada y atractiva a los sentidos, y que actualmente el consumidor de-manda una amplia disponibilidad de alimentos frescos y proce-sados, a precios accesibles que cubran y satisfagan sus necesida-des, podemos asegurar que la ingeniería de alimentos es la responsable de proporcio-nar estos servicios, aplicando la ingeniería de procesos, el desarrollo de productos y el control de calidad en su fabricación, partici-pando también en forma interdisciplinaria en la solución de los problemas de pérdidas y deterioro de los alimentos por daños fí-sicos o microbiológicos y garantizando así un aprovechamiento adecuado y cuidando el desarrollo sustentable.

El actual ritmo de vida ha propiciado el desarrollo de diversos tipos de alimentos, desde ingredientes para ser incorporados en la preparación de comida en casa, como moles, salsas, aderezos y concentrados para preparar bebidas, has-ta alimentos de conveniencia, en donde el consumidor adquiere platillos listos para consumir sin importar en dónde se encuentre. Asimismo, otra parte de la población demanda alimentos orgá-nicos, fortalecidos con algunos nutrimentos o específicos para enfermos, deportistas, etcétera.

La ingeniería de alimentos participa en estos desarrollos, con-siderando las propiedades funcionales de los diferentes ingre-dientes que intervienen en la formulación del alimento parti-cular, así como las interacciones que pudieran presentarse con el tipo de material de empaque utilizado y con la atmósfera interior, diseñada para obtener la adecuada conservación del alimento ya preparado.

Podemos decir que la característica de la ingeniería en general es la concepción, creación y cuidado de los medios por los cuales se suministra un producto, la característica de la ingeniería de proceso es

la ingeniería de plantas de proceso que transforman física y quími-camente materias primas en productos útiles y la característica de la ingeniería de alimentos es el diseño, la construcción y el cuida-do de los medios para convertir, preservar y distribuir alimentos.

En el campo industrial, los avances más notables en la ingenie-ría de alimentos han sido en áreas como: congelación y concen-tración de jugos, el congelamiento de vegetales fluidizados, el tratamiento de ultra-calor, así como la aplicación de los procesos de ósmosis inversa, ultrafiltración, liofilización y cocinado por extrusión.

Históricamente, la industria de los alimentos se ha dividido en segmentos especializados cada uno en la preparación, el manejo y la distribución de grupos de alimentos particulares, surgiendo mercados y organizaciones de venta al mayoreo para cada uno de estos grupos, así encontramos agrupaciones de industriales dedicadas al procesamiento y comercialización de productos cárnicos, lácteos, elaborados a base de cereales, productos de confitería, bebidas fermentadas, frutas y hortalizas. Los nuevos desarrollos de la ciencia y la tecnología de alimentos se han adaptado a este patrón ya establecido, aportando mejoras para

cada grupo, con un solo propósito: el de mantener la calidad y dar un mejor servicio al consumidor.

La industria de alimentos es un sistema complejo relacionado con las actividades de producción de insumos, de procesamiento o transformación y de sistema de conservación, almacenamiento, distribución y mercadeo de los productos generados, cuyo prin-cipal objetivo es satisfacer los requerimientos de una creciente población que demanda alimentos de calidad. El ingeniero de alimentos participa en este sistema aportando los conocimientos que interactúan entre los fenómenos físicos, químicos y bioló-gicos con el aspecto tecnológico de conservación, transporta-

ción y comercialización y con la ingeniería de procesos, ingeniería sanitaria y de diseño de

planta.Estamos ante un nuevo sistema inte-

gral de mejora continua en donde la participación interdisciplinar y multi-disciplinar es fundamental para satis-facer las necesidades de alimentos de

una sociedad globalizada.

Todos los alimentos son más o menos perecederos y muchos son poco

apetitosos en su estado natural, por lo tanto hay que procesarlos

para prolongar su vida o para mejorar su sabor y presentación.

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›Maravillas de los

mezcales tradicionales

de MéxicoTío CorneCornelio I. Pérez Ricárdez. Especialista divulgador del tema en múltiples publicaciones impresas y electrónicas. Titular de la marca de mezcal La Venencia del distrito de Ejutla, Oaxaca. Miembro de la agrupación Mezcales Tradicionales de los Pueblos de México y coordinador de la Logia de los Mezcólatras.

Perleado de mezcal de maguey Ixtero Amarillo. Zapotitlán, Jalisco. Fotografía de Orlando Estrada.Un día sin mezcal es como un día sin sol.

Tío Jaime Brena, Ejutla, Oaxaca.

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Mezcal es un vocablo náhuatl que proviene de metl (ma-guey) e ixcalli (cocido en horno de tierra), de donde surge mexcalli, que podría traducirse como maguey co-

cido en horno de tierra. Esta acepción del vocablo aún es vigente para el maguey cocido, dulcísimo y exquisito, que se vende en los mercados de México y al que también se le llama mezontle, de color café como el del piloncillo. Mezcal, además, sirve para referirse (como en Jalisco) al maguey mezcalero vivo en el cam-po, sea silvestre o cultivado.

También se usa la palabra mezcal para nombrar a la bebida destilada de maguey cocido en horno de tierra, que se elabora de manera tradicional en, al menos, 21 estados de México, y que resume miles de años de civilización y de desarrollo de exqui-sitos sabores y aromas, con reglas precisas construidas colectiva-mente para evaluar sus calidades.

Cada pueblo mezcalero, en su lengua y conforme a su espi-ritualidad y carácter, nombró a los magueyes y a los mezcales destilados con diferentes palabras. Mezcal fue la que, al paso del tiempo, se adoptó para todos esos maravillosos destilados, que conforman un riquísimo filón de la identidad y el patrimonio cultural de México.

Los mezcales son parte esencial de las gastronomías de Méxi-co, por lo que están sujetos a reglas de calidad estrictas que cada región y cada población productora ha construido colectiva-mente durante siglos. Estos son los Mezcales Tradicionales que, al serlo, cumplen los siguientes requisitos:

1. Se hacen exclusivamente de maguey mezcalero, ya sea sil-vestre o cultivado.

2. Se usan en su elaboración sólo magueyes maduros.3. Sus procesos de elaboración son estrictamente naturales; es

SABERES/sabores

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Piñas o cabezas de maguey Mexicano (redonda) y de maguey San Martinero (alargadas). Ejutla, Oaxaca. Fotografía de Cornelio I. Pérez Ricárdez.

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Los mezcales son parte esencial de las gastronomías de México,

por lo que están sujetos a reglas de calidad estrictas que cada región y cada población

productora ha construido colectivamente durante siglos.

decir, sin hacer uso de ningún producto químico que acelere su proceso normal, particularmente durante la fermentación, pues esto altera sus sabores y aromas.

4. Su elaboración se apega estrictamente al proceso cultural, tecnológico y al gusto histórico que cada región, comunidad y población han construido a través de su historia.

5. Se destila exclusivamente en aparatos de destilación discon-tinua, que pueden estar fabricados, o incluir componentes, de los siguientes materiales: barro, cobre, maguey, carrizo, madera e incluso piedra, entre otros.

6. Se consume en graduaciones, como mínimo, de 45 grados o más, según el gusto histórico de cada región y población; son ellas quienes han establecido los rangos de graduación en los que es aceptable consumir su mezcal, pero nunca menor a los 45 grados.

7. Existe un control social sobre su producción, pues son las propias poblaciones mezcaleras y sus maestros mezcalilleros quienes evalúan y controlan la calidad de sus mezcales de acuerdo a gustos históricamente conformados que se verifican con pruebas de ca-lidad socialmente construidas y aceptadas por todos; quien no las cumple, no puede vender el mezcal en su población de origen.

8. Una forma de evaluar su calidad es la perla, concha o bur-buja, que se genera al vaciar el destilado en un recipiente que puede ser una jícara, un carrizo o un cuerno, entre otros de gran tradición. Esta prueba indica el grado alcohólico, los tipos de maguey empleados y su procedencia, así como el proceso de elaboración por el que pasó el mezcal. Por tanto, el perleado es la huella digital del mezcal que un maestro mezcalillero o exper-to regional sabe interpretar. Otra prueba de calidad es frotar el mezcal entre las manos hasta que se seque para percibir el aroma, su consistencia, grado alcohólico y proceso de elaboración.

9. Detrás de cada mezcal hay un maestro mezcalillero con nom-bre y apellido, pues son producciones limitadas, únicas e irre-petibles que representan la sensibilidad exquisita de las distintas culturas y poblaciones de México.

10. Tiene una función social en sus comunidades de origen, pues es parte esencial de sus fiestas familiares, patronales, cívicas y funerarias y de sus gastronomías, por lo que una parte sustan-cial de su producción es consumida necesariamente en dichas comunidades o regiones de influencia cultural.

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SABERES/sabores

Tomando mezcal en cuerno de res. Taberna de Don Macario Partida. Zapotitlán, Jalisco. Fotografía de Orlando Estrada.

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11. Detrás del Mezcal Tradicional existe una compleja y va-riadísima biodiversidad (magueyes —más de cien—, árboles, microorganismos, bacterias, aves, insectos, murciélagos, etcétera) que ha sido preservada, recreada y modifi-cada por las comunidades mezcaleras.

12. Para su elaboración existen innumera-bles y riquísimas tecnologías y procedimien-tos, desarrollados localmente y transmitidos de generación en generación por vía oral, constituyentes esenciales de las características y personalidad de cada uno de los mezcales.

13. Huele y sabe intensamente a maguey; además, posee gran carácter y una sutil, profunda y elegante delicadeza en sus complejos y múltiples sabores y aromas, que están determinados por tres as-pectos:

a) el tipo y procedencia del maguey usado y el entorno eco-lógico donde creció;

b) las prácticas culturales y tecnológicas emplea-das en la elaboración del mezcal, y

c) el gusto histórico de la región donde se ela-boró y del maestro mezcalillero que lo procesó.

14. Es una prueba extraordinaria del re-finamiento que puede tener la experiencia humana en su vertiente gastronómica, la cual puede ofrecerse en su verdadera autenticidad, tanto a mexicanos como a extranjeros, siempre y cuando conserve su originalidad y tradición.

15. Estos criterios son válidos para todos los Mezcales Tradicionales sin excepción, llámense bacano-ra, tuxca, raicilla, quitupan, tequila o, simplemente, mezcal.

Ahora bien, el gusto histórico puede definirse como la construc-

ción colectiva de los gustos gastronómicos regionales a través del tiempo, que genera reglas de cómo deben saber y oler los mezcales, cómo deben

elaborarse y cuáles son las pruebas de calidad a que deben someter-se para que, en su lugar de origen, sean considerados legítimos,

buenos y sabrosos.De aquí que haya tantos gustos históricos y

Mezcales Tradicionales como regiones y pueblos mezcaleros existen. Mezcales con aromas y sa-bores únicos y específicos reconocidos por las co-munidades donde se elaboran; los que no sean reconocidos como propios, serán considerados

falsos y no serán consumidos.Según la región, habrá elementos específicos de

cada gusto histórico. Por ejemplo los magueyes usa-dos: en Nombre de Dios, Durango, el Maguey Cenizo;

en la parte occidental de Ejutla, Oaxaca, el San Martinero y el Barril; en la Mixteca de Puebla el Papalomé y el Pitzometl. Otro

ejemplo es el destilador: en Santa Catarina Minas, Oaxaca, usan ollas de barro; en Zapotitlán, Jalisco, alambique de

cobre con tronco de higuera ahuecado.Como conclusión podemos decir que los Mez-

cales Tradicionales y sus gustos históricos con-forman un patrimonio cultural invaluable que debemos preservar. Para hacerlo es necesario conocer la tradición mezcalera y respetar a quie-nes la encarnan: los maestros mezcalilleros y las po-

blaciones mezcaleras de las que ellos son parte, así como las reglas tradicionales que han construido

colectivamente a través de su historia.

Para mayor información sobre esta maravillosa bebida de la gastronomía mexicana consultar la página electrónica www.mezcalestradicionales.org; correo electrónico: [email protected]

El mezcal es una prueba extraordinaria del refinamiento que puede tener la experiencia humana en su vertiente gastronómica.

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EL VIAJERO ILUSTRADO

Aprincipios de marzo de 2009 le llamé a Ricardo Ambriz de la agencia de viajes con la que suelo contratar esos servicios para ver qué novedades tenía en destinos para las vacaciones

de verano. Me envió una serie de recomendaciones: desde el tren GHAN que cruza Australia de norte a sur, expediciones en elefante por la selva en Tailandia, el tren Rovos en África, hasta un aburrido crucero por Alaska con viaje previo o posterior tierra adentro y una expedición a las islas Galápagos con crucero posterior por el río Amazonas del Ecuador. No lo pensé dos veces: esta última fue mi elección... y no me arrepentí. Además se conmemoraban los doscientos años del nacimiento de Darwin, aspecto que lo hacía aún más interesante.

El archipiélago de las Galápagos se encuentra en el océano Pa-cífico, situado en la misma línea del ecuador; está conformado por trece islas y diecisiete islotes todos pertenecientes a la República del Ecuador. La mayor parte de las islas son de origen típicamente volcánico con cerca de dos mil cráteres; el clima es subecuatorial. Su fauna tiene gran interés ecológico por lo que el archipiélago ha sido declarado Parque Nacional. En ocasiones se le llama también archi-piélago Colón, pero comúnmente se le conoce como Galápagos. Las islas pertenecen a la provincia del mismo nombre, cuya capital

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›Galápagos:de sorpresa en sorpresaRoberto Sánchez de la VaraCoordinador de la Maestría en Administracióndel Departamento de Estudios Empresariales de laUniversidad Iberoamericana Ciudad de México

es Puerto Baquerizo Moreno con una población que no llega a los 1,500 habitantes.

El nombre se deriva de la montura de caballo andaluza a la que se asemeja el caparazón del quelonio que caracteriza a la tortuga de la zona perteneciente a la familia de los emídidos: suelen tenerlo bas-tante plano, además de poseer largas extremidades y dedos unidos por una membrana.

El recorrido comenzó en Quito, ciudad capital de la República del Ecuador (desde 1830), que actualmente habitan poco más de millón y medio de personas. Aterrizar en su aeropuerto actual (están construyendo otro en los suburbios) según los conocedores es toda una proeza ya que está situado en un estrecho valle rodeado de altas montañas (la avenida de Humboldt, como le llaman, a la que se for-ma con catorce volcanes en línea) y casi ha quedado en el centro de la ciudad. Es la segunda ciudad más importante del país después del puerto de Guayaquil. Muchas maravillas arquitectónicas esperan al visitante de Quito, desde la Catedral iniciada en el siglo XVI hasta la Capilla del Hombre, construida con fondos del pintor, muralista y escultor Oswaldo Guayasamín (1919-1999), incluyendo una de las iglesias de la Compañía de Jesús más espectaculares que he visto, en estilo barroco construida de 1605 a 1765. Después de varias visitas a los alrededores (al volcán Cotopaxi, el Centro del Mundo, el volcán Pichincha, por teleférico, Chiclayo y muchos lugares más), llegó el día de iniciar la expedición a las Islas.

En un avión de la Aerolínea Galápagos se sale de Quito temprano a Puerto Ayora que se encuentra en la Isla Santa Cruz, la segunda más grande del archipiélago de origen volcánico; de ahí trasladan

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El archipiélago de las Galápagos se encuentra en el océano Pacífico, situado en la misma línea del ecuador; está conformado por trece islas y diecisiete islotes todos

pertenecientes a la República del Ecuador.

al viajero en un pintoresco autobús hasta el embarcadero donde se sube a una lancha para abordar el M/V Santa Cruz, un barco de lujo con todas las comodidades para iniciar uno de los más bellos recorridos por este lugar. La sola entrada a la Reserva Biológica Marina de Galápagos (su nombre oficial) para extranjeros es de 150 dólares estadounidense (aquí el dólar estadounidense es la moneda co-rriente desde 2001). Los pocos ecuatorianos que visitan el Parque están exentos de esta tarifa.

Ese mismo día, después del almuerzo a bordo, se zarpa rumbo a Isla Santa Fe, como para co-menzar a ver parte de las maravillas que le esperan a uno en las demás islas; de ahí en adelante todo es descubrimiento, en las siguientes islas, Floreana I, Española, Isabela (la más grande), Floreana II, Isla Barto-lomé, Isla Santa Cruz, Isla Baltra (la más pequeña) e Isla Plazas. En todas ellas se ven rocas, volcanes, zonas áridas, zonas de lagos pletóricas de aves extrañas que se comportan con entera libertad

y que ven en el ser humano a un animal más; asimismo, iguanas terrestres y marinas, lobos marinos, tortugas de todo tipo, piqueros

patas azules (donde el macho al seducir a la hembra incrementa el azul de sus patas), leones y lobos marinos, cormoranes,

culebras, lagartijas, gaviotas de lava, pingüinos, todos en un concierto de convivencia y respeto entre sí. Al voltear al cielo de azul indescriptible ve uno todo un espectáculo de aves: gavilanes, gaviotas de cola bifurcada, pájaros brujos, pelícanos, pinzones de Darwin, piqueros enmascarados, tucanes, fla-mencos rosados y esbeltos (en los lagos tienen su

hábitat propio), las características fragatas que dejan ver sus juegos de seducción al inflar su rojo pecho,

lechuzas negras y demás especies endémicas que viven en el Archipiélago.

La vida diaria en el barco comienza a las 6:30 cuando se sirve un magnífico desayuno buffet para luego salir a las 7:30 en bo-tes muy bien acondicionados, por grupos, según el idioma, con un

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Los recorridos pueden ser de cuatro a veintidós días, según el interés y presupuesto del viajante. Los ocho

días que estuve en la expedición han sido de los más ilustrativos que he

tenido como viajero.

guía local (por ley, sólo los nacidos en el Archipiélago pueden ser guías). Fernando Carreón, un preparado joven de 23 años, fue el conductor de nuestro grupo, con es-tudios en cuatro lenguas y con varias espe-cialidades en fauna local, nombró a nuestro grupo de habla española e italiana como el de los cormoranes (nombre común de di-versas aves pelecaniformes: su tamaño varía de los 48 a los 95 centímetros, de plumaje oscuro, cuello y pico largos, patas fuertes y dedos unidos por una membrana, grandes nadadoras y alas cortas).

De origen volcánico, el Archipiélago fue refugio de piratas y bu-caneros que buscaban agua, alimento y hasta protección; lugar sede de una de las escalas más importantes de la expedición que por más de seis años (1831 a 1836) realizó el británico Charles Robert Darwin (1809 a 1882), quien llegó a bordo de la embarcación lla-mada Beagle dentro de su viaje alrededor del mundo y publicado bajo el título El diario de viaje de un naturista alrededor del mundo,

mismo que ya de regreso y varios años después dio por resultado la edición en 1859 de su polémico Origen de las especies por medio de la selección natural para que en 1871 culminaran sus valiosos escritos con El origen del hombre. (Actualmente, en Puerto Baquerizo More-no en la Isla San Cristóbal, la última que se visita, se encuentra desde 1959 la estación científica Charles Darwin.)

El Archipiélago fue también la sede de las aventuras amorosas de la baronesa alemana Wagner de Bosquet, quien llegó en 1932 y construyó un hotel para millonarios (que aun existe, ahora re-modelado) llamado Hacienda Paraíso. Se ubica también una base aérea estadounidense en San Cristóbal (que aún funciona como Aeropuerto Internacional de salida y que iba a ser remodelado por la quebrada empresa Enron, obra que quedó inconclusa). En 1998, tras permanecer alrededor de veinte años inactivo, erupcionó el vol-cán Cerro Azul en la Isla Isabela, llegando a desplazar parte de la misma y dejando una serie de grutas donde se adentran las lanchas expedicionarias para observar todo tipo de murciélagos y aves de la oscuridad.

Los recorridos pueden ser de cuatro a veintidós días, según el interés y presupuesto del viajante. Los ocho días que estuve en la expedición han sido de los más ilustrativos que he tenido como viajero: muy distinto a otros, con un contacto sobrio hacia la natu-raleza. Al regresar, tiene uno la sensación de que algo está dejándose atrás: la incógnita y el cuestionamiento que plantea Darwin sobre el origen de las especies y del hombre.

EL VIAJERO ILUSTRADO

Iglesia de la Compañía de Jesús, en Quito.

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María Félix en Río Escondido, 1947.

›La pantalla sublevada Cine histórico mexicano

El cine histórico mexicano duerme hoy el sueño de los justos en las bóvedas inexpugnables de la Cineteca Na-cional. Saben de su existencia críticos e historiadores de cine; también un puñado de académicos universitarios.

Es un cine poco visto por el público general y rara vez difundi-do, un cine que la indolencia institucional ha convertido en una auténtica pieza de museo. Actualmente se le rescata como parte de una onerosa parafernalia conmemorativa (las deslucidas fiestas del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Re-volución), y posiblemente después sea de nueva cuenta arrum-bado en el desván de los objetos inservibles de la nación.

La operación no es nueva. Luego de ofrecer en los años trein-ta la formidable recreación crítica de los sucesos revoluciona-rios (la trilogía de Fernando de Fuentes: El prisionero trece, 1933; El compadre Mendoza, 1934; Vámonos con Pancho Villa, 1935), el cine nacional se dedicó pacientemente a vaciar a la sublevación campesina de todo contenido contestatario. No debía haber ya complejidad dramática en los personajes, ni molestas insinua-

Carlos BonfilEscritor y crítico de cine. Colabora en diversos medios impresos y electrónicos, entre ellos el diario La Jornada y el suplemento Letra S

ciones de perfidia y traición moral a los ideales revolucionarios; ningún cuestionamiento de fondo al régimen emanado de la Revolución triunfante, ni tampoco a la corrupción o al talante autoritario de algunos de sus caudillos. No era posible presentar ya la farsa oportunista de un hacendado empeñado en quedar bien con las fuerzas federales y también con los zapatistas, su-miéndose en una espiral de degradación moral y sacrificando de paso, por interés económico, a un amigo generoso.

cine

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Revisar hoy la trilogía de Fernando de Fuentes es calibrar hasta qué punto el cine de la Revolución

que producen las generaciones siguientes de cineastas es tan inocuo, acartonado y oficialista.

Dolores del Río y Pedro armendáriz, en Flor

silvestre, 1943.

La obra maestra que fue El compadre Mendoza sería irrepetible en el cine nacional. Tampoco era imaginable seguir derrumban-do figuras mitológicas como la de Pancho Villa presentándolo como un ser polifacético, capaz de generosidad y bonhomía, pero animado también de un insaciable apetito de revancha. En El prisionero trece, un militar autoritario que por ironías del destino termina fusilando al hijo más amado, era no sólo una triste anécdota de la Revolución, sino también un sombrío plan-teamiento de tragedia. Revisar hoy la trilogía de Fernando de Fuentes es calibrar hasta qué punto el cine de la Revolución que producen las generaciones siguientes de cineastas es tan inocuo, acartonado y oficialista como la conmemoración onomástica que, con el mismo espíritu de aquel hacendado Mendoza, tri-

buta hoy el poder conservador a la vieja gesta histórica.

En los años cuarenta, el cine de Miguel Contreras Torres (El rayo del sur, El padre Morelos, cintas de 1943) había ofrecido una visión idílica de la Independencia nacional. Los bandos contendientes lograban reconciliarse al advertir un objetivo común: encomiar la labor civilizadora de la Madre Patria y de-nunciar la corrupción de sus hijos peninsulares indignos. Películas como La virgen que forjó una patria (Julio Bra-cho, 1942) o El insurgente (Raphael Sevilla, 1940), destacaron a su vez la importancia de la religión en el proceso liberador, todo en per-fecta armonía con la ideología conservadora del go-bierno en turno. La recuperación de una historia de subleva-ciones nacionales por parte de los gobiernos conservadores tiene como punto de partida el advenimiento del régimen de Ávila Camacho, y poco después la consolidación del presidencialismo de Miguel Alemán, Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos. Du-rante esos gobiernos, la imagen de la Revolución se petrificó en el cine, se institucionalizó como espejo fidedigno de la retórica oficial, y se volvió soporte indispensable en ceremonias onomás-ticas y manuales escolares.

Una cinta emblemática resume la intención del momento: Flor silvestre (1943), de Emilio Fernández, con Dolores del Río y Pedro Armendáriz en los papeles estelares: ofrece la combina-ción perfecta del glamour y la reciedumbre en una gesta heroica vuelta folclor instantáneo. La retórica oficial alcanza alturas ver-tiginosas en la escena inaugural de Río Escondido (Emilio Fer-nández, 1947), donde la maestra rural Rosaura Salazar (María Félix) escucha emocionada en Palacio Nacional al presidente Miguel Alemán, quien le ordena llevar el alfabeto a las comuni-dades indígenas.

La Revolución se confunde asimismo con las historias de amor contrariado que protagonizan las estrellas más populares del momento, Pedro Armendáriz y, una vez más, María Félix, en

Enamorada (Emilio Fernández, 1946). Los epi-sodios revolucionarios se diluyen en juegos

galantes del amor y del azar, cuando no en melodramas exacerbados que fortalecen los arquetipos más socorridos del cine mexicano: la mujer momentáneamen-te embravecida, cuya temeridad se di-suelve, para tranquilidad de todos, en una abnegación absoluta, y el macho pendenciero y fanfarrón que paulati-namente adquiere un perfil de héroe

inmaculado y generoso.Las masas rebeldes se disuelven de

modo conveniente en el inconmensurable paisaje que propone la lente de Gabriel Fi-

gueroa. Ya no importa capturar de modo pun-tual los ánimos de los combatientes, divididos entre

el fervor al caudillo máximo y el desasosiego ante una condi-ción miserable que nunca cambia. Tampoco centrar la atención en la tormenta moral que vive un revolucionario como Tiburcio Maya (Antonio R. Frausto) en Vámonos con Pancho Villa, quien se cuestiona derrotado y marginado por su propio ejército sobre la utilidad y provecho de la lucha, asaltado por la sospecha de que posiblemente tanta muerte no haya servido para nada.

Lo que el cine de Emilio Fernández explotará hasta el cansan-cio es el optimismo que sobrevive a la tragedia y que rinde un

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La obra maestra que fue El compadre

Mendoza sería irrepetible en el cine

nacional.Fotograma de El compadre Mendoza, 1934.

Fotograma de La virgen que forjó una patria, 1942.

tributo final a las instituciones. Un nacionalismo altanero y satis-fecho que concentra las virtudes de la patria en los desplantes de una heroína o en el arrojo viril de su enamorado en cananas. La fotografía se encargará de colocar a la pareja idílica en un paisaje de nubarrones o en la perspectiva interminable de huizaches y magueyes. Esas serán las imágenes entrañables de la época de oro de nuestro cine, los iconos de exportación, y los emblemas oficiales. La Revolución será un edén recobrado o la tormenta que nunca acaba, la procesión nocturna de revolucionarios hacia un destino glorioso (desenlace de Enamorada), la melancolía en torno a la hoguera (Enemigos, Chano Urueta, 1933), o la turbu-lencia que llena de inquietud a los hogares burgueses (Vino el remolino y nos alevantó, Juan Bustillo Oro, 1949).

Con el desvanecimiento del star system mexicano en los años cincuenta, el cine de la Revolución se apaga lentamente y ya sólo aparece de modo esporádico y con muy poca gracia en los remedos folcloristas de algún spaghetti western, en las cándidas bufonerías de la cinta francesa Viva María (Louis Malle, 1965), o en los espectaculares propagandísticos del cine auspiciado por Luis Echeverría (Emiliano Zapata, Cazals, 1970; El principio, Gon-zalo Martínez, 1972), cuya desangelada persistencia llega hasta nuestros días con la cinta Chico grande, de un Felipe Cazals en retirada.

Hay excepciones en esta decadencia incontenible: La solda-dera (José Bolaños, 1966) o Reed, México insurgente (Paul Leduc, 1970). El cine de la Revolución ofrece todavía otras sorpresas, y también la ocasión para revaloraciones indispensables, como

la del trabajo de Matilde Landeta. La reciente restauración di-gital por parte de la Filmoteca de la UNAM de la trilogía de Fernando de Fuentes, disponible hoy en un estupendo formato DVD, y la recuperación de múltiples cintas comercializadas en ese mismo formato, permiten rescatar al cine histórico de los desvanes enmohecidos de las instituciones culturales y ofrecerlo a un público masivo para su disfrute cabal, y también para una nueva y muy postergada consideración crítica.

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cine

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ADóNDEIR Y

POR qUé

ARTES VISUALESLaberinto de miradasLuego de dos años de itinerancia por 18 países, llega a México esta muestra, la cual por medio de 550 fotografías, ofrece un amplio panorama sobre las diferencias, simi-litudes, preocupaciones y realidades que compartimos los países de Iberoamérica. El principal objetivo de Laberinto de miradas, según el curador de la exposición, Claudi Carreras, es presentar proyectos significativos y representativos que establecen nexos entre las producciones fotográficas de los distintos países que participan, mostrando propuestas creativas bajo una edición que pretende generar reflexiones sobre las coin-cidencias o divergencias temáticas y estructurales. Además, busca incidir en el diálogo sobre la producción artística contemporánea y valorar la fotografía documental en el panorama de vanguardia.Centro Cultural de España en México, hasta el 5 de septiembre

DANZACarmina Burana con Iñaki Urlezaga

TEATROEl principitoBasada en el libro El principito de Antoine de Saint-Exupéry, esta pieza teatral bajo la dirección de Sergio Cuéllar y adapta-da por Ioné Cervantes, re-crea de manera afortunada los personajes, mundos y momentos más entrañables de esta obra clásica de la li-teratura contemporánea, lo-grando transmitir al espectador las profundas reflexiones expuestas por cada uno de los personajes. El resultado es una experiencia conmovedora para los sentidos y las emociones.Teatro Hipódromo Condesa, hasta el 19 de septiembre

MÚSICAFernando de la Mora: Canto por la concordiaAcompañado por la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, el Mariachi Gama Mil y el grupo Romeu y su quinteto, el destacado tenor Fernando de la Mora en este con-cierto, que se suma a las celebraciones de la Independencia y Revolución mexica-nas, interpretará un amplio repertorio que

Beatriz Palacios

incluye piezas de la tradición popular de nuestro país. De la Mora se ha presenta-

do en los más importantes escena-rios internacionales y alternado

con grandes exponentes de la ópera, entre ellos Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Edita Gruberova, Youngok Shin, Leo Nucci, Renata Scotto, y Piero Cappucilli.

Auditorio Nacional, 15 de septiembre

XIV Festival Internacional de Piano en Blanco y NegroConsolidado como un encuentro que anualmente muestra las múltiples posibili-dades del piano, desde lo tradicional a lo alternativo, el Festival Internacional de Piano en Blanco y Negro reúne de nueva cuenta a músicos de diversos países como Austra-lia, Alemania, Italia, Polonia, Estados Unidos y México. Con la participación de exponentes de distintas es-cuelas y estilos, este Festival, organizado desde 1997 por el Centro Nacional de las Artes, se ha convertido en un importante punto de difusión de la música de piano

tanto para los intérpretes nacionales como para los invitados internacionales que siem-pre han mantenido un alto nivel artístico, convirtiéndolo así en uno de los encuentros más importantes en su género en América Latina. Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes, del 4 de septiembre al 2 de octubre. Programación completa en www.cenart.gob.mx

Compañía Nacional del Mariachi en conciertoLa Compañía Nacional del Mariachi, co-ordinada por la Cámara Nacional de Co-mercio, Servicios y Turismo de Guadalajara, tiene como principal objetivo promover, bajo el formato de grandes conciertos tan-to a nivel nacional como internacional, la

música de mariachi, y a la propia agrupa-ción como un elemento de iden-

tidad de México, especialmente de Jalisco, en el mundo ente-ro. El concierto que ofrecerá esta Compañía, además de incluir piezas clásicas de su repertorio, tendrá su mo-mento mágico, justo cuando

los grupos de mariachi y la Orquesta Filarmónica realicen

un magnífico ensamble musical.Auditorio Nacional, 17 de septiembre

Tras recorrer varios países de Europa y América, el afamado bailarín argentino Iñaki Urlezaga y su compañía Ballet Concierto se presenta en México con una versión contemporánea del coreógrafo francés Jean Pierre Aviotte, de la obra por excelencia de Carl Orff: Carmina Burana. Esta propuesta, además de poseer una sorprendente y admirable entrega a un lenguaje contemporáneo, sumará al talento de Iñaki Urlezaga —primer bailarín y artista invitado en los escenarios y festivales internacionales más importantes—, la participación de la Orquesta Sinfónica Juvenil y el coro del Instituto Superior de Música, ambos del estado de Veracruz, además de la soprano Ana Luisa Méndez, el barítono José Luis Ordoñez y el tenor Guillermo Ruiz.

Auditorio Nacional, 26 de septiembre

ITINERARIO DEL OCIO

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Qué leer y por Qué

Bárbara Jacobs, intensa y lúcida: Gabriel García Márquez. ramón Gaya, un hombre de fe que funda su mundo en lo sagrado: Tomás Segovia. Gabriel Zaid dice lo que oscuramente habíamos intuido sin alcanzar a formularlo en palabras: José emilio pacheco.las imágenes circenses de José emilio pacheco y Vicente rojo en un libro excepcional.

Juan Domingo Argüelles

OBRA COMPLETA, DE RAMÓN GAYA [EDitoRiAl PRE-tExtos, VAlENciA-MADRiD, 2010]prologada por Tomás Segovia, acaba de aparecer en españa, en un volumen espléndido cerca-no al millar de páginas, la Obra completa de ramón Gaya, pintor, poeta, crítico de arte y filó-sofo de quien celebramos, en 2010, su centenario natal, pues nació el 10 de octubre de 1910, en Murcia. llegó a México en 1939 y colaboró en revistas como Romance y El Hijo Pródigo. Murió en Valencia, a los 95 años, el 15 de octubre de 2005. la misma editorial pre-Textos ya había publicado algunos volúmenes de la obra de Gaya, entre ellos Naturalidad del arte (y artificialidad de la crítica) y El sentimiento de la pintura.

Al prologar este volumen que recoge toda la obra de este autor diverso y extraordinario, Tomás Segovia señala que “la enseñanza más general de ramón Gaya, que brota tanto de su obra escrita como de su pintura, es que el arte no es simplemente la realidad, pero tampoco su suplantador ni mucho menos su enemigo”. Añade que: “Hablar de fe es hablar de lo sagrado. Decir que ramón Gaya es un hombre de fe es decir que su mundo se funda en lo sagrado. leyendo sus escritos tiene uno constantemente la impresión de que la obra de los grandes creadores es sagrada, pero antes que nada la realidad es sagrada, la vida es sagrada”.

LUNAS, DE BÁRBARA JAcoBs [ERA / UNAM, México, 2010]Lunas es la más reciente novela de Bárbara Ja-cobs, autora también de Las hojas muertas, Vida con mi amigo, Florencia y Ruiseñor, Doce cuentos en contra, Escrito en el tiempo y Juego limpio, en-tre otros libros de narrativa y ensayo.

en la cuarta de forros, Gabriel García Márquez asegura: “Algún día tendremos que estudiar con el mayor cuidado los comenta-rios que Bárbara Jacobs suele anticipar en las reflexiones intensas y lúcidas de los mismos libros que está escribiendo. Aún en el trans-curso de sus versiones finales, mientras se es-cudriña a sí misma para poner a sus lectores cautivos contra la pared de sus propias incerti-dumbres creativas, todavía parece preguntarse cómo pudo escribir el libro suyo que estamos leyendo con tanto placer”.

García Márquez reconoce en Bárbara Jacobs a “uno de los buenos escritores en estos tiem-pos de libros fáciles” y añade, muy enfático: “Soy uno de sus muchos lectores puntuales, y mi admiración por sus libros es apenas com-parable con la que tengo por su fidelidad a sí misma”.

Como todos los libros de Bárbara Jacobs, Lunas es no sólo original, sino provocador y re-novador; una novela atípica, estimulante, suge-

rente, pues su autora cree en la necesidad de un diálogo profundo con el lector. Lunas es com-pleja y, al mismo tiempo, amena. Nunca aburre y siempre propone algo más que una anécdota.

Su autora ha dicho que “dedicarse a escri-bir es una vocación absorbente y exigente a la que hay que entregarse en cuerpo y alma día y noche, y para toda la vida, sin esperar otra recompensa que la de saber que uno está cumpliendo lo mejor que puede con la mi-sión que reconoció y aceptó tener”.

LOS DEMASIADOS LIBROS, DE GABRiEl ZAiD [DEBolsillo, México, 2010]Gabriel Zaid ha venido publicando, en edicio-nes revisadas, corregidas y aumentadas sus libros más importantes; esos que los lectores no dejan de buscar y que leen y releen con emoción e inteligencia, pues es difícil leer de otro modo a Gabriel Zaid. entre estos volúmenes renovados se han publicado ya, en la colección Debolsi-llo, El progreso improductivo, Cómo leer en bicicleta, Reloj de sol, Leer poesía, La poesía en la práctica y, muy recientemente, Los demasiados libros, un clásico zaidiano que cada día se lee mejor.

Los demasiados libros incluye una serie de ensayos sobre los amplios temas del libro y la lectura. en la cuarta de forros, José emilio pa-checo señala: “Hay en la experiencia de leer

LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura

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AclaraciónLa verdadera Bárbara Jacobsen la página 32 del número 8 de IBERO, junto al crédito de Bárbara Jacobs, incluimos imperdonablemente una foto-grafía que no es la suya. (Quizá se trata de la escritora argen-tina luisa Valenzuela. esta es una duda también para el gran fotógrafo rogelio Cuéllar, cuyo archivo consta de miles de originales.) Mil disculpas a la autora y a los lectores. He aquí a la verdadera Bárbara Jacobs, en compañía de Vicente rojo, en una foto reciente de rogelio Cuéllar, el 26 de junio de 2010, al inaugurarse la exposición Circos, en la Galería lópez Quiroga.

una felicidad y libertad que resultan adictivas. la lectura libera. Se extiende a leer la vida, a leer a quiénes somos y en dónde estamos. Anima las conversaciones de lector a lector. Se contagia por los lectores en acción: padres, maestros, amigos, escritores, traductores, crí-ticos, editores, tipógrafos, libreros, bibliote-carios y otros promotores del vicio de leer. Gabriel Zaid es capaz de observar el mundo de las letras desde la perspectiva otorgada por otras disciplinas. Su gran acierto es la virtud del poeta: decir lo que oscuramente habíamos intuido sin alcanzar a formularlo en palabras. Señala que el verdadero problema del libro es que el estrato privilegiado que ha hecho es-tudios universitarios no lee: nunca le ha dado el golpe a la lectura, nunca ha llegado a saber realmente lo que es leer. esto, que sepamos, nadie lo había dicho”.

Los demasiados libros es ya una referencia fundamental para todos aquellos que deseen explicarse el fenómeno de la lectura. Zaid es un pensador de tal claridad que cualquier lec-tor se sorprende de que la profundidad pueda ser tan diáfana.

CIRCOS, DE José EMilio PAcHEcoY VicENtE RoJo [El colEGio NAcioNAl / ERA, México, 2010]Como bien anuncian los editores, Circos re-úne en la misma pista, es decir en las páginas de este libro, la obra de dos grandes creadores, José emilio pacheco, el poeta, y Vicente rojo, el artista visual.

explican: “la juguetería entre sombras que ideó rojo, a partir de los doce poemas de pa-checo que forman el ciclo ‘Circo de noche’,

entabla su diálogo en esa pausa de oscuridad que se extiende entre función y función y función, entre los estallidos de luminosidad y estruendo. Cuando las fieras descansan y el público está ausente, escuchamos al Doma-dor que reflexiona, visitamos a la Trapecista y a Boro, el niño bestial, oímos a los Siameses, entrevemos a los Fenómenos. Mientras nos miramos ante ellos —Ilusionistas, Hombres-Bala, Autómatas— presenciamos un juego de espejos entre las construcciones imaginarias del ‘Circo dormido’ de Vicente rojo y escu-chamos al empresario del circo: ‘en la arena

del mundo somos tigres y leones./ No hay nadie que no tenga agudos colmillos,/ dis-posición para la lucha, talento innato/ para la herida, para el desprecio y la burla’.”

Circos (en plural, porque uno es el de pa-checo, “Circo de noche”, y otro el de rojo, “Circo dormido”) es un libro siempre visual: ya sea por las imágenes plásticas o ya sea por las imágenes poéticas. Ambos creadores, a fin de cuentas, abren el escenario para que pre-senciemos la función.

un libro excepcional de dos creadores ex-cepcionales.

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Cámara a prueba de agua,golpes y frío intensoLa cámara Cyber-shot TX5 de Sony, con memoria interna de 45 MB, lente gran angular de 25 mm y pantalla LCD con panel táctil de 3 pulgadas, resiste caídas accidentales de 1.5 metros de altura, además de ser a prueba de agua, polvo y bajas temperaturas, incluso de menos 10 gra-dos centígrados. Asimismo, toma fotografías panorámicas y video de alta definición bajo el agua (hasta 3 metros de profundidad) durante una hora.

Dispositivos e instrumentos que faCilitan la viDa

Proyector interactivode ultracorta distanciaepson dio a conocer el novedoso proyec-tor interactivo epson Brightlink 450Wi, que integra un sistema de ultracorta dis-tancia, que en espacios reducidos puede proyectar la imagen en una superficie, in-cluso rugosa, de hasta 96 pulgadas, la cual puede ser ajustada según las necesidades. asimismo, permite al usuario permane-cer frente al área de proyección sin tener sombras en su presentación, gracias a su dispositivo antirreflejos, así como interac-tuar con la computadora a través de un lápiz óptico que funciona como mouse, lo que convierte la pantalla en una piza-rra electrónica.

Cargador inalámbricoLa firma Powermat desarrolló un cargador inalámbrico que permite proveer de energía hasta a cuatro dispositivos de manera simultánea al únicamente colocarlos sobre la base y con un solo cable. El cargador Powermat es compatible con iPods, iPhones y otros teléfonos celulares y dispone, también, de conectores especiales para notebooks, reproductores MP3, playstations y cámaras fotográficas. Powermat se basa en el prin-cipio de la inducción magnética, que envía energía inalámbrica a los dispositivos que se posan sobre el tapete, la cual interrumpe automáticamente cuando está completa la batería.

Primer smartphone con radionextel de méxico lanzó al marcado el equipo i1, desarrollado por motorola, que combina los beneficios de la Conexión Directa y la plataforma android, la cual está basada en un ecosistema de internet que recuerda las últimas seis aplicaciones utilizadas con sólo presionar una tecla. Con pantalla touch de 3.1 pulgadas, el smartphone, además de los servicios de nextel como radio, telefonía y mensajes sms y mms, tiene disponibles múltiples funciones y aditamentos, entre ellos cá-mara de 5 megapixeles con etiquetado geográfico y tomas panorámicas, reproduc-tor mp3, acceso Wifi, correo electrónico, redes sociales, navegación Gps y acceso al portal móvil android market.

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innovación tecnológica