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Órgano de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público urbano. Vulneración de derechos durante la movilidad, estrategias y reclamos Elderly users of urban public transport. Violation of rights during mobility, strategies and claims Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesenta Productive Ageing: Working After Age Sixty Frecuencia de fragilidad y comorbilidad en adultos mayores Frequency of frailty and comorbidity in older adults TOMO XXXIV - AÑO 33 - Nº 2 ISSN 2525-1279

Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

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Page 1: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

Órgano de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría

Diciembre 2019

Personas mayores usuarias de transporte público urbano. Vulneración de derechos durante la movilidad, estrategias y reclamosElderly users of urban public transport. Violation of rights during mobility, strategies and claims

Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesenta Productive Ageing: Working After Age Sixty

Frecuencia de fragilidad y comorbilidad en adultos mayoresFrequency of frailty and comorbidity in older adults

TOMO XXXIV - AÑO 33 - Nº 2ISSN 2525-1279

Page 2: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

CONSEJO EDITORIAL

Editor en Jefe

Moisés SchapiraProfesor de Medicina del adulto Mayor, Instituto Universitario CEMIC.

Profesor de Gerontología USAL. Profesor adjunto Medicina Familiar UBA.Director Asociado Carrera de Especialistas en Geriatría, Universidad Maimónides.

Director de Docencia e Investigación Hirsch

COMITÉ EDITORIAL

Editor Sección Geriatría

Dr. Matías ManzottiProfesor Adjunto en la Maestría en

Gestión de Servicios de Gerontología de la Universidad Isalud.

Médico Coordinador del Área de Geriatría. Servicio de Clínica Médica del Hospital Alemán,

Buenos Aires, Argentina

Editora Sección Gerontología

Dra. Paula PochintestaDoctora en Ciencias Sociales. Licenciada en Psicología de la UBA.

Investigadora Asistente del Programa Envejecimiento, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Docente Departamento de Ciencias Sociales, Univ. Nac. de Luján y docente de Posgrado (FLACSO - UNLu - UNSAM - Maimónides)

Objetivos, alcance y misión

La Revista Argentina de Gerontología y Geriatría (R.A.G.G.) es el Órgano Oficial

de difusión de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (S.A.G.G.),

dedicada al estudio y actualización de la Especialidad.

La Revista se fundó en el año 1981 y su edición en papel continuó hasta el año

2016, momento en el cual se decidió seguir editándola electrónicamente en la

página web de la S.A.G.G.; se publica en los meses de abril, agosto y diciembre

de cada año, en idioma castellano y con sus respectivos resúmenes en idioma

inglés y portugués.

Esta publicación está dirigida a geriatras y gerontólogos y su objetivo es conseguir la difusión y actualización

de los conocimientos propios de la Especialidad, buscando un intercambio académico y científico con

profesionales de diversos países; otro de sus propósitos es permitir que el trabajo de los geriatras y

gerontólogos de toda la Región Latinoamericana puedan dar a conocer sus producciones científicas a nivel

internacional.

La Revista permite el acceso libre inmediato a su contenido (Acceso Abierto) con el fin de poner gratuitamente a

disposición de los profesionales información actualizada sobre la geriatría y gerontología nacional e internacional.

La R.A.G.G. adhiere a las recomendaciones del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas y cumple los

Requisitos de Uniformidad para Manuscritos enviados a Revistas Biomédicas (documento disponible en:

www.icmje.org); en la actualidad es financiada por la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría.

Page 3: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

Dra. Cecilia Cabello

Médica Clínica. Especialista en Geriatría. (SAGG). Especialización en Gerontología Comunitaria e Institucional. Médica de Planta del Servicio

de Gerontología de la Unidad Asistencial César Milstein

José Ricardo Jauregui

Doctor en Medicina. Profesor Adjunto Departamento de Ciencias de la Salud, Universidad Nacional de La Matanza. Director y Fundador de la Unidad de Investigación en Biología del Envejecimiento (UIBE) del Hospital Italiano de San Justo Agustín Rocca. Director de Gestión

Asistencial Nuevo Hogar Ledor Vador, Bs. As., Argentina

Margarita R. Murgieri

Doctora en Medicina. Magíster en Gerontología Social Aplicada (Universidad de Barcelona). Subgerente Operativa, Hogar Martín

Rodríguez, dependiente de la DGSD de la Secretaría de Tercera Edad, Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de CABA, Bs. As., Argentina

Julio Berreta

Profesor Regular Adjunto De Fisiología y Biofísica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Jefe de Terapia Intensiva

del Hospital Dr. Carlos Bonorino Udaondo, Bs. As., Argentina

María Inés PassananteDoctora en Sociología. Asesora del Instituto para el matrimonio y

familia de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) Buenos Aires, Argentina

Dra. Dorina StefaniDoctora de la Univ. de Buenos Aires (área Salud Mental), Fac. de

Medicina. Licenciada en Sociología (UBA). Investigadora Principal del CONICET. Jefa del Laboratorio de Psicología Social y Salud y Directora

del Equipo de Investigación en Psicología Social y Salud, ININCA/CONICET-UBA

Dra. Paula Daniela HermidaLicenciada en Psicología, Fac. de Psicología, UBA. Doctora en

Humanidades Médicas, Fac. de Medicina, UBA. Investigadora Asistente del CONICET - Instituto de Investigaciones Cardiológicas ININCA-UBA-

CONICET. Jefa de Trabajos Prácticos en la Facultad de Psicología, UBA.

Dr. José Luis AmoroneMédico especialista en Urología. Consultor de la Sociedad Argentina de

Urología. Jefe del Servicio de Urología, Hospital Aeronáutico Central.Máster en Gestión Sanitaria, Univ. de Barcelona. Director del Programa de Actualización en Urología Oncológica, Departamento de Graduados,

Facultad de Medicina, UBA.

Edgar Aguilera GaonaMedico Geriatra en Instituto de Previsión Social, IPS, Paraguay

Ricardo AllegriDoctor en Ciencias Médicas y Profesor de Neurología (UBA), Jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsiquiatría y Neuropsicología (Fleni) Buenos Aires, Argentina

Haydeé AndrésPsicogeriatra. Profesora Consulta Adjunta del Dpto. de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA, Buenos Aires, Argentina

Antonio A. Burgueño TorijanoMédico especialista en Medicina Preventiva, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, España

Luis Manuel Cornejo AlemánProfesor Asociado. Departamento de Salud Pública y Medicina Comunitaria. Tufts University School of Medicine, Boston Massachussetts. Médico especialista, Servicio de Geriatría, Hospital Irma de Lourdes Tzanetatos, Caja de Seguro Social, Panamá.

Carmen Lucía Curcio BorreroDoctora en Gerontología. Grupo de Investigaciones en Gerontología y Geriatría, Facultad de Ciencias para la Salud, Universidad de Caldas, Colombia

Gustavo DuqueDoctor en Medicina, Jefe Departamento de Medicina Interna y Director del Instituto Australiano de Ciencias Músculo-esqueléticas Universidad de Melbourne y Western Health, Australia

Fernando Gómez MontesProfesor Titular Sección de Geriatría Clínica, División de Medicina Interna. Departamento Clínico Quirúrgico. Programa de Medicina. Facultad de Ciencias para la Salud, Universidad de Caldas. Director grupo de Investigación en Gerontología y Geriatría, Grupo A Colciencias. Universidad de Caldas, Colombia

Luis Gutiérrez RobledoDoctor en Ciencias Médicas por la Univ. de Burdeos, Especialista en Geriatría por la Univ.de Grenoble y Director General Instituto Nacional de Geriatría de los Institutos Nacionales de Salud de México, México

Marianela F. de Hekman Médica Geriatra. Centro do Envelhecimento Hosp. Moinhos de Vento, Hospital São Lucas - PUC - RS, Brasil

Rafael KohanoffDirector Técnico INTI - Centro de Salud y Discapacidad, Buenos Aires., Argentina

Roberto LourencoDoctorado, Instituto de Medicina Social, Universidad do Estado do Rio de Janeiro Academia Latinoamericana de Medicina del Adulto Mayor (ALMA), Miembro del Comité Ejecutivo, Brasil

Juan Florencio Macías NuñezProfesor Director de la Cátedra Hipertensión y Riesgo Cardiovascular. Geriatría. Fundación Iberoamericana para la Prevención de las Enfermedades Renales y Cardiovasculares (FIIPERVA) Facultad de Medicina, Univ. de Salamanca, España

Carlos MussoDoctor en Medicina, Prof. de Fisiología Humana de Instituto Universitario del Hospital Italiano de Bs. As., Jefe de las áreas de diálisis peritoneal y fisiología clínica del Servicio de Nefrología del Hospital Italiano de Bs. As., Argentina

Clever R. Nieto FerreiraMédico geriatra. Miembro fiscalizador de la Soc. Uruguaya de Gerontología y Geriatría, Uruguay - Council Member IAGG

M. Julieta OddoneProfesora Titular de Sociología de la Vejez, Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y de la Carrera de Relaciones del Trabajo. Investigadora Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Nación Argentina (CONICET) Buenos Aires, Argentina

Leocadio Rodríguez MañasDoctor por la Universidad Autónoma de Madrid Profesor Titular de Geriatría en la Universidad Europea de Madrid Jefe de Servicio de Geriatría, Hospital Universitario de Getafe, España

Susana RubinsteinLicenciada en Terapia Ocupacional. Directora Nacional de Políticas para Adultos Mayores. Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Buenos Aires, Argentina

Comité Asesor Científico

Page 4: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

Marcelo SchapiraDirector Carrera de Especialista en Geriatría, UBA. Jefe de la Unidad de Evaluación Funcional de Anciano - Sección Geriatría, Hospital Italiano, Bs As, Argentina

Enrique Vega GarcíaMáster en Salud Pública y Envejecimiento. Institución académica: Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Asesor regional de Envejecimiento y Salud, Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud, Cuba

José Manuel Ribera Casado

Catedrático Emérito de Geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina, España

Dra. María Florencia TartagliniDoctora de la UBA, Facultad de Medicina, en el área de Humanidades Médicas. Investigadora Adjunta CONICET. Coordinadora del Programa Acompañando al Cuidador, Fundación Ineba. Instituto de Neurociencias Buenos Aires – INEBA

Dra. Carolina FeldbergLic. en Psicología Facultad de Psicología, UBA. Especialista en Neuropsicología Clínica. Facultad de Psicología, UBA. Doctora en Humanidades Médicas, Facultad de Medicina, UBA. Investigadora CONICET. Docente Facultad de Psicología, UBA

Lic. Paulina CzyzykLic. en Kinesiología y Fisiatría, UBA. Profesora titular Cátedra de Psicomotricidad y Neurodesarrollo, Carrera de Kinesiología, Facultad de Medicina, UBA

Prof. Dr. Néstor Rubén LagoMédico Patólogo Profesor Titular Regular Departamento de Patología

Prof. Dr. Hugo Norberto CatalanoJefe del Servicio Clínica Médica, Htal. Alemán. Centro Afiliado Red Cochrane IberoAmericana. National partner of the MacGRADE Centre. Miembro Grupo GRADE. Prof. Adjunto de Medicina Interna. SubDirector Carrera Médico Especialista Universitario en Evaluación de Tecnologías Sanitarias, Fac. de Medicina, UBA

Acad. Dr. Jorge Alberto NeiraMédico intensivista. Miembro de Número de la Acad. Nac. de Medicina. Fellow American College of Critical Care Medicine. Fellow American Association for the Surgery of Trauma. Consultor Unidad de Cuidados Intensivos, Sanatorio de la Trinidad Palermo. Presidente de la Fundación Trauma. Presidente del Consejo de Certificación de Profesionales Médicos de la Academia Nac. de Medicina

Lic. Mónica GottschalkLicenciada en Fonoaudiología (Univ. del Museo Social Argentino). Doctorado cursado (Universidad del Museo Social Argentino). A cargo del Servicio de Fonoaudiología y Clínica Fonodeglutoria en Centro “Hirsch” Internación - Rehabilitación Adultos y Adultos Mayores. Coordinadora Grupo Estudio y Capacitación “Trastornos Fono-respiratorio-deglutorios en Adultos”

Prof. Dra. María Isolina DaboveInvestigadora del CONICET en la Facultad de Derecho, UBA. Profesora Titular de Derecho de la Vejez en la UBA, UNR y UNC. Directora de la Maestría en Derecho de la Vejez de la UNC. Titular de Derecho de la Vejez en la UBA, UNR y UNC. Directora de la Maestría en Derecho de la Vejez de la UNC

Dra. Diana Olga CristalliDra. en Medicina Especialista Consultor en Neurología. Docente Investigador de la Cátedra de Neurología de la Facultad de Ciencias Médicas U.N.L.P. Profesor Adjunto de la Cátedra de Neurología de la Facultad de Ciencias Médicas U.N.L.P. Miembro del Grupo de Trabajo de Neurología del Comportamiento y Neurociencias Cognitivas de la Sociedad Neurológica Argentina

Dra. Cynthia MariñanskyMédica Geriatra de Planta de la Unidad de Geriatría del Hospital Durand. Directora Ejecutiva de International Longevity Center, Argentina. Directora de la Especialización en Geriatría de la Universidad Maimónides. Docente adscripta a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires

Lic. Victoria TirroPsicogerontóloga. Máster en Neurociencias. Prof. Universitaria Pre y Postgrado. Docente Investigadora. Instituto de Psicología. UCV-Caracas- Venezuela

Dra. Teresa Martínez RodríguezDoctora, Universidad de Oviedo. Licenciada en Psicología, Universidad Complutense de Madrid. Diplomada en Gerontología Social por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Miembro del grupo de investigación Evaluación Psicométrica de la Universidad de Oviedo

Lic. Magalí RisigaLic. en Terapia Ocupacional. Especialista en Psicogerontología. Coordinadora Programas Preventivo Terapeúticos y Asistenciales de Estimulación de la Memoria. Docente de posgrado en Universidad Maimónides y Untref

Dra. Myriam MonczorMédica psiquiatra – Presidenta del Capítulo de Psicogeriatría de APSA – Presidenta de la Fundación de Docencia e Investigación en Psicofarmacología (FUNDOPSI) – Coordinadora del Programa de Adultos Mayores de Proyecto Suma – Miembro del Capítulo de Psicogeriatría de la SAGG

La Revista Argentina de Gerontología y Geriatría se distribuye exclusivamente entre los profesionales de la medicina y será editada tres veces por año.Registro Nacional de Derecho de Autor Nº 247.102.Propiedad Intelectual perteneciente a la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría© 2019 Sociedad Argentina de Gerontología y GeriatríaReservados todos los derechos.Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendo las fotocopias, grabaciones u otros sistemas de reproducción de información sin la autorización por escrito del titular del copyright.ISSN 2525-1279

Hecho el depósito legal.Impreso en la ArgentinaEl material publicado en la Revista Argentina de Gerontología y Geriatría representa la opinión de sus autores y no refleja indispensablemente la opinión de la Dirección o de la Editorial de esta revista. La Revista de la SAGG no se responsabiliza por las opiniones vertidas por el o los autores de los trabajos originales, ni de la pérdida de los originales durante su envío, ni de la exactitud de las referencias bibliográficas.

SOCIEDAD ARGENTINA DE GERONTOLOGÍA Y GERIATRÍAAv. Córdoba 1352 • C1055AAQ • Buenos Aires, Argentina. Tel. (54 11) 4372-1689 - (54 11) [email protected] www.sagg.org.ar

Propietarios y editores responsables:

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría

Órgano de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría

Diseño gráfico

ARTS & GRAPHICS

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Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría

Comisión Directiva 2018 - 2020

Presidente Prof. Dra. Margarita Rosa Murgieri

Vicepresidente Prof. Dra. Natalia Soengas

Vicepresidente Gerontológico Prof. Dra. María Julieta Oddone

Secretario General Dr. Julio Leonardo Nemerovsky

Prosecretaria Dra. Romina Karin Rubin

Secretaria de Actas Dra. Patricia Carmen Casanova

Tesorero Dr. Mariano Alejandro Quezel

Protesorero Dr. Moisés Schapira

Órgano de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría

Dr. Hugo A. Schifis

Dr. Roberto Daniel Gavazzi

Dr. Ricardo Alejandro Blanco

Dr. Matías Edgardo Manzotti

Dra. Fabiana Noemí Giber

Dra. María Clara Perret

Dr. Miguel Angel Ciorciari

Dr. Pablo Jorge Landi

Dra. Graciana Alessandrini

Lic. Alejandro David Sneibrum

Lic. Héctor Larrea

Vocales Titulares

Vocales Suplentes

M.T. María Reina Guillemi

Dra. Mayra Giselle Villalba Nuñez

Dra. Wanda Gisbert

Consejo de Ex Presidentes

Prof. Dr. Federico Pérgola

Prof. Dr. Roberto Kaplan

Dr. Isidoro Fainstein

Dr. Hugo A. Schifis

Comisión de Ética 2018

Dra. Sara Iajnuk

Prof. Dr. Julio Alberto Berreta

Dr. Isidoro Fainstein

Prof. Dra. Adriana M. A. Alfano

RAGG_08_2018.indd 5 30/1/19 12:24

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EDITORIAL Horizontes en Gerontología

Horizons in Gerontology

Horizontes em Gerontologia

Dra. Paula Danel 135

TRABAJO ORIGINAL Personas mayores usuarias de transporte público urbano. Vulneración de derechos durante la movilidad, estrategias y reclamos

Elderly users of urban public transport. Violation of rights during mobility, strategies and claims

Idosos usuários de transporte público urbano. Vulneração de direitos durante a mobilidade, estratégias e reclamações

Mariana Cataldi

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 33(2):137-143 137

ARTÍCULO ORIGINAL Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesenta Productive Ageing: Working After Age Sixty

Envelhecimento produtivo: o trabalho depois dos sessenta

María Julieta Oddone y Lilia Chernobilsky

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 33(2):144-153 144

TRABAJO ORIGINAL Frecuencia de fragilidad y comorbilidad en adultos mayores Frequency of frailty and comorbidity in older adults

Frequência de fragilidade e comorbidade em idosos

Karla Berenice Carrazco-Peña, Katia Farías-Moreno, Benjamín Trujillo-Hernández, Iván Delgado-Enciso, Luz Margarita Baltazar-Rodríguez,

Zahira Cecilia Aguilar-Mancilla, Mariana Trujillo-Magallón, Ximena Trujillo-Magallón

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 33(2):154-160 154

ContenidosTomo XXXIV - Vol. 33 - 2da Edición. Diciembre 2019

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Suplemento nutricional completo y equilibrado.

BENEFICIO SIMBIÓTICO1

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Favorecen el crecimiento de una microbiota intestinal saludable,estimulan las defensas.

Facilitan la digestión y la absorción de calcio.

Normalizan el tránsito intestinal.

1. Probióticos y Prebióticos. Guías prácticas de la Organización Mundial de Gastroenterología. Mayo de 2008.

Page 9: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

135Diciembre 2019

Es un honor escribir esta editorial, en la que se

presentan tres artículos que configuran grandes

aportes a los debates geriátricos y gerontológi-

cos. El primero de ellos se titula “Personas mayores

usuarias de transporte público urbano. Vulneración

de derechos durante la movilidad, estrategias y recla-

mos” de la Mgter. Mariana Cataldi, en el que propone

inscribir en el registro del maltrato las situaciones que

se desarrollan en el espacio público, puntualizando que

la falta de accesibilidad resulta una acción de discrimi-

nación y de incumplimiento de leyes de transporte. La

autora coloca al estado como productor de ese maltra-

to, concluyendo que el maltrato social a personas ma-

yores se relaciona principalmente con los estereotipos

negativos sobre la vejez, que deriva en situaciones de

discriminación y vulneración de derechos.

En el segundo artículo “Envejecimiento productivo:

el trabajo después de los sesenta” de María Julieta

Oddone y Lilia Chernobilsky, presentan una investiga-

ción cuya objetivo es analizar la situación laboral de las

personas mayores y sus características en el mercado

de trabajo urbano de Argentina. Estudian la posición

de los adultos mayores en relación a la actividad labo-

ral, las ramas donde la desempeñan; la posición en la

ocupación y el nivel de ingresos que obtienen por su

actividad. Ponen en consideración las diferencias por

sexo, leídas con brechas salariales. Realizan una apro-

ximación metodológica cuantitativa para conocer los

rasgos socio-demográficos y socioeconómicos de la

población, vinculadas a la fuerza de trabajo en el que

identifican presencia masiva de personas mayores en

entornos urbanos.

El tercer trabajo, “Frecuencia de fragilidad y comor-

bilidad en adultos mayores” de Karla Berenice

Carrazco-Peña, Katia Farías-Moreno, Benjamín Trujillo-

Hernández, Iván Delgado-Enciso, Luz Margarita

Baltazar-Rodríguez, Zahira  Cecilia Aguilar-Mancilla,

Mariana Trujillo-Magallón, Ximena Trujillo-Magallón,

traza como objetivo determinar la frecuencia de fra-

gilidad y su asociación con comorbilidad en el adulto

mayor (AM) con un estudio transversal analítico en

el Hospital General de Zona 1, Instituto Mexicano del

EDITORIAL

Horizontes en GerontologíaHorizons in Gerontology

Horizontes em Gerontologia

Dra. Paula Danel*

* Investigadora Adjunta CONICET. IETSyS - Facultad de Trabajo Social UNLP, Argentina.

Page 10: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

136

Editorial

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

Seguro Social, Colima, Colima, México. Los hallazgos

señalan que ser frágil se asoció a mayor grado de

comorbilidad con los factores asociados: género feme-

nino, viudez o soltería, jubilación, bajos IMC, estatura y

nivel educativo; marcha lenta y menor fuerza prensil.

Los autores señalan que los resultados permitieron

conocer las enfermedades que más se asocian a fragi-

lidad e iniciar medidas para corregirlas.

El diálogo entre artículos generó resonancias, permi-

tió relaciones novedosas, las que podríamos presen-

tar como de dos tipos. Una vinculada a la dimensión

metodológica y las múltiples posibilidades que la in-

vestigación científica nos ofrece para dar cuenta de

las particularidades que el envejecimiento poblacional

produce en nuestras sociedades. La otra asociada a

cuestiones de orden teórico, que nos invita a pensar

en dimensiones de análisis que no han sido tan explo-

radas en las investigaciones del campo que nos ocupa,

entre las que destacamos:

• Pensar el modo en que se construye el espacio públi-

co, y desde allí leerlo. Surge la inquietud sobre cómo

el espacio público debiera permitir diálogos, encuen-

tros, intergeneracionales que fortalezcan el ejercicio

de ciudadanía de todos los involucrados y un uso y

apropiación de dicho espacio de lo común.

• Discutir la idea de actividad para pensar en los ma-

yores, asumiendo que nuestras sociedades enve-

jecidas están disputando constantemente desde la

agencialidad de las personas mayores los modos

cristalizados de producir vejez.

• Promover la discusión sobre los modos de enfermar

y de morir de cada sociedad, a fin de generar con-

diciones de posibilidad para ampliar las estrategias

de prevención en salud, de accesibilidad a los trata-

mientos necesarios.

La Revista de la Sociedad Argentina de Geriatría y

Gerontología constituye un aporte invalorable para el

campo geriátrico y gerontológico, y ha sido pionera en

la producción científica del campo.

Nuestros aportes buscan producir nuevos horizontes

societales que generen sociedades para todas las eda-

des, todos los géneros y todas las clases sociales.

Page 11: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

137Diciembre 2019

Personas mayores usuarias de transporte público urbano. Vulneración de derechos durante la movilidad, estrategias y reclamosAutora: Mariana Cataldi*

*Magíster en Investigación Social, UBA, Facultad de Ciencias SocialesCorreo electrónico: [email protected]

RESUMEN

En los estudios sobre violencia y maltrato hacia personas mayores, se han identificado diversas aristas en que se manifiesta esta problemática compleja, la que emerge en distintos escenarios.

El transporte es uno de los escenarios públicos posibles donde pueden acontecer situaciones de maltrato y vulneración de derechos ciudadanos.

El trabajo analiza la movilidad de personas mayores en la Ciudad de Buenos Aires en relación con los derechos y su vulneración, con perspectiva de género. A partir de la realización de entrevistas a personas adultas mayores, desarrolla sus percepciones sobre el trato y las estrategias implementadas por los propios sujetos en procura de afrontar y revertir este tipo de situaciones.

Palabras clave: Personas mayores. Transporte. Movilidad. Derechos. Reclamos.

TRABAJO ORIGINAL

Conflictos de interés: La autora declara no presentar conflictos de interés.

Recibido el 6 de abril de 2019; aceptado el 3 de Julio de 2019.

Elderly users of urban public transport. Violation of rights during mobility, strategies and claims

ABSTRACT

In the studies on violence and mistreatment towards the elderly, various aspects have been identified in which this complex problem manifests itself, which emerges in different scenarios.

Transportation is one of the possible public scenarios where situations of mistreatment and violation of citizen rights may occur.

The paper analyzes the mobility of older people in the City of Buenos Aires in relation to rights and their violation, with a gender perspective. Based on interviews with older adults, he develops his perceptions about the treatment and the strategies implemented by the subjects themselves in order to face and revert this type of situation.

Keywords: Older people. Transport. Mobility. Rights. Claims

Idosos usuários de transporte público urbano. Vulneração de direitos durante a mobilidade, estratégias e reclamações

RESUMO

Nos estudos sobre violência e maltrato contra os idosos, foram identificadas diversas linhas nas quais se manifesta esta complexa problemática, que emerge em diferentes cenários.

O transporte é um dos cenários públicos possíveis nos quais podem acontecer situações de maltrato e vulneração de direitos dos cidadãos.

O trabalho analisa a mobilidade de idosos na cidade de Buenos Aires em relação aos direitos e sua vulneração, com perspectiva de gênero. A partir da realização de entrevistas com pessoas idosas, desenvolve suas percepções sobre o tratamento e as estratégias implementadas pelos próprios sujeitos em busca de enfrentar e reverter este tipo de situação.

Palavras-chave: Pessoas idosas. Transporte. Mobilidade. Direitos. Reclamações.

GERO

NTOL

OGÍA

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 33(2):137-143

Page 12: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

138

Mariana Cataldi

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

IntroducciónEl maltrato o abuso ejercido en el espacio público,

particularmente en el transporte, ha sido definido

como maltrato social.123

En Argentina, se realizó un estudio mediante encues-

tas a personas mayores de 60 años, el 3,3% afirma

haber recibido algún tipo de agresión en el transporte

público en los últimos meses.4

Desde la arquitectura, se hallaron producciones

que articulan su especificidad con los hechos de dis-

criminación, maltrato y riesgos evitables, adoptando

una mirada social. La falta de accesibilidad en espa-

cios públicos y privados, incluyendo el transporte, es

entendida como acción de discriminación y el incum-

plimiento de las leyes del transporte se considera una

forma de maltrato proveniente del Estado.5 Las barre-

ras arquitectónicas, urbanísticas, en el transporte y la

comunicación, son cuestionadas por constituir factores

de riesgo extrínsecos, que es posible evitar: “Las ciuda-

des que no han eliminado las barreras mencionadas,

son solamente organizaciones espaciales diseñadas

casi exclusivamente para la producción y para el trán-

sito automotor de alta velocidad, para individuos jóve-

nes que trabajan en ellas, vivan o no en las mismas”6.

Agrega que en Argentina la mayor parte de las perso-

nas mayores son ciudadanas incompletas, excluidas

de la sociedad que ellas mismas construyeron, cuyo

derecho a la ciudadanía se encuentra vulnerado.

Una encuesta realizada a usuarios de transporte

público publicada en 2017, señala los comportamien-

tos “antisociales” más frecuentes mencionados por

los propios pasajeros: no ceder el asiento y no res-

petar a pasajeros con capacidades especiales son las

acciones mencionadas como más graves7. En un estu-

dio sobre los procesos de envejecimiento y urbaniza-

ción se hace referencia a las barreras en las ciudades

pensadas para una población joven y sana. También

hacen referencia a los problemas que acontecen en el

transporte público a partir de la actitud de los demás

actores con quienes las personas mayores interac-

túan durante los viajes: “En los autobuses los mayo-

res encuentran problemas de estabilidad dentro de

ellos cuando están en marcha y, sobre todo, bajarse

de ellos implica mucho más tiempo que para la gente

joven, no existiendo siempre la debida paciencia de

los conductores e incluso del resto de los pasajeros”8.

Por otra parte, los problemas derivados de la falta

de comodidad en horas pico y las pocas posibilida-

des de viajar sentado afectan preferentemente a los

ancianos9.

Por lo expuesto hasta aquí, resulta relevante anali-

zar las prácticas de movilidad de las personas mayo-

res, conocer sus experiencias durante los viajes y sus

opiniones al respecto.

Este artículo, avance de Tesis doctoral del Doctorado

en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires,

estudia las prácticas de movilidad de las personas

adultas mayores y la manera en que éstas determinan

el acceso a los servicios de salud.

Parte de considerar a la movilidad como concepto

mucho más amplio que el de transporte, incluyendo

los modos motorizados y no motorizados, públicos y

privados, individuales y colectivos. Entiende a la movi-

lidad como un derecho que permite el acceso a otros.

El trabajo se elabora a partir de una de las consignas

incluidas en el protocolo o guía de pautas, en la que se

invitaba a las personas mayores entrevistadas a relatar

“anécdotas de viajes”.

Si bien la Tesis no se propone entre sus objetivos

analizar las formas de trato en el transporte, el hallazgo

se produce de manera espontánea, como se ha men-

cionado, a partir de la incorporación de una pregunta

abierta y de los relatos libres de fuentes primarias.

Material y MétodosSe trabajó con una muestra intencional, no probabi-

lística y no representativa, conformada por 40 casos,

20 en una Institución Pública y 20 en un servicio de

Obra Social; hombres, mujeres, cisgénero y/o transgé-

nero. La muestra se basó en los sujetos disponibles,

quienes asisten a los Centros en un día determinado.

Teniendo en cuenta la feminización del enveje-

cimiento, se tomaron más mujeres que varones.

Respecto de los criterios de selección de la muestra,

se incluyeron personas de 60 años y más, que asis-

ten a los Centros sanitarios seleccionados y que se

encontraban en condiciones de expresar su consenti-

miento para responder las preguntas de la entrevista.

Se excluyeron las personas que no se encontraban en

condiciones psíquicas y/o cognitivas de responder y

Page 13: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

139Diciembre 2019

Personas mayores usuarias de transporte público urbano

quienes no presentaron interés o voluntad de partici-

par en el estudio.

El trabajo de campo se realizó en los meses de julio

y agosto de 2018. La mayoría se ubican en la franja

etárea de 60 a 79 años de edad, la persona de menor

edad tiene 60 años y la mayor 92 años. Más de la

mitad cuenta con la Obra Social de PAMI, las restan-

tes no tienen ningún tipo de cobertura. Casi la totali-

dad de las personas son autoválidas, lúcidas, y con-

curren solas. Sólo 3 asistieron en silla de ruedas, con

acompañante.

ResultadosConocer las vivencias durante los desplazamientos

resulta relevante, dado que dichas experiencias pue-

den incentivar determinadas prácticas de viaje y des-

estimar otras. Estos hechos configuran determinadas

valoraciones, representaciones, emociones y pueden

derivar en la modificación de los hábitos de uso.

Las anécdotas de viajes relatadas por las perso-

nas mayores presentan prioritariamente hechos y

recuerdos negativos durante los traslados. De manera

espontánea, aportan información sobre diversos acon-

tecimientos que permiten inferir la presencia de mal-

trato social en el transporte público.

En las mujeres, algunos de los sucesos referidos se

relacionan con hechos de inseguridad (robos), dificul-

tad en el acceso y trato inadecuado, tanto de choferes

como de otras personas usuarias. Los derechos vulne-

rados se identifican tanto a partir de las experiencias

personales como de la observación de situaciones en

las que no se respetaron los derechos de los otros.

Respecto de observaciones vinculadas a la falta de

respeto y consideración, como la inexistencia de ayuda

y la no cesión del asiento, las mujeres las señalan más

frecuentemente.

Los hombres mencionan situaciones de trato inade-

cuado de choferes hacia otras personas mayores pero

no refieren haber atravesado ellos mismos alguna

experiencia de este tipo.

Las mujeres son más activas al momento de relatar

experiencias, lo hacen aportando detalles y en varios

casos expresando indignación.

En algunos discursos, se observa una desidentifica-

ción con el grupo etáreo al que pertenecen: el viejo

es el otro, el que no puede subir, el que no le dan el

asiento, el vulnerable.

Otra cuestión relevante es la descripción de diver-

sos hechos significativos acontecidos principalmente

en el transporte colectivo, pero también señalan

algunas situaciones vivenciadas u observadas en el

subte y taxi. De 40 casos estudiados, se registran

21 referencias a situaciones de maltrato social y/o

estructural, observadas y protagonizadas por hom-

bres y mujeres.

Estas referencias fueron agrupadas en las siguien-

tes categorías: Hechos delictivos, Inaccesibilidad, Trato

inadecuado de choferes y de otros pasajeros, conduc-

ción inadecuada. (Tabla 1) En el caso de evocaciones

positivas o gratificantes durante el traslado en colec-

tivo, sólo se registra un caso, cuando una de las entre-

vistadas señala:

“el chofer me convidó chipá” (Luisa, 71 años)

Las situaciones descriptas, por lo observado recu-

rrentes, si bien no se identifican como obstaculiza-

dores del acceso a los servicios de salud, exponen a

las personas mayores a vivenciar situaciones de trato

inadecuado durante los traslados. Quienes no cuen-

tan con recursos económicos para acudir a modos

más protegidos de movilidad, inevitablemente se ven

expuestos a atravesar u observar situaciones de este

tipo en el transporte público. El derecho a recibir un

trato respetuoso, comprensivo y cuidado, a viajar en

condiciones de seguridad, es reconocido por la mayo-

ría de las personas consultadas quienes señalan su rei-

terada vulneración.

Respecto de las diferencias por género, se observa

que las mujeres mayores reconocen haber sido víc-

timas de malos tratos o haber visualizado situa-

ciones de este tipo. Por su parte, los hombres, en

todos los casos relatan hechos que les sucedieron

a otras personas, en la que ellos fueron meramente

observadores.

El escenario descripto refleja situaciones correspon-

dientes a vivencias de las personas mayores, pero no

podemos afirmar que represente exclusivamente a

este grupo etáreo. Según encuestas nacionales, el 68%

de los argentinos “…piensan que no son suficiente-

mente cuidadosos en el trato con los demás.”10

Page 14: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

140

Mariana Cataldi

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

Tabla 1. Clasificaciones de situaciones de maltrato social y/o estructural, observadas y protagonizadas por hombres y mujeres

Tipo Referencias

Hechos delictivos

“Vi que a una persona le robaron el celular”. (Angel, 85 años)“El taxi no me gusta, tratan de cobrarte de más. Te ven viejo y quieren cobrarte más”. (Nuncia, 74 años)“Cobran de más”. (Blas, 72 años) Se refiere al taxi.

Inaccesibilidad “Los colectivos tienen escalera muy alta para subir”. (Víctor, 91 años)“La vez pasada me quedé arrodillada en el colectivo, era muy alto para subir. Me ayudaron”. (Thelma, 82 años)“En el subte no funciona la escalera mecánica”. (Iris, 77 años)“Siempre están rotos los ascensores”. (Rita, 62 años) Se refiere al subte.

Trato inadecuado de choferes “Hay colectiveros que a la gente grande la tratan mal. No pueden subir al colectivo y los apuran”. (Juan, 63 años).“A veces no te dejan bajar por adelante”. (Iris, 77 años)“Una vez un chofer se quejaba porque un inválido trataba de subir”. (Julián, 71 años)“Te miran mal por el pase”. (Marta, 68 años) Se refiere al pase gratuito para personas con discapacidad.“Para los choferes más grandes, sos un viejo que molesta. Los jóvenes son amorosos”. (Dora, 79 años)“Los choferes te dejan en medio de la calle”. (Nuncia, 74 años)“Hay choferes que son de terror”. (Silvia, 74 años)“No me dejó bajar por adelante”. (Rita, 62 años)“No me dejaron usar el pase”. (Mabel, 72 años) Se refiere al pase de discapacidad.

Trato inadecuado de otros pasajeros “No les dan el asiento”. (Juan, 63 años)“Hoy venía, subieron dos viejitas y nadie se levantó”. (Gladys, 64 años)“No ayudan a subir, la gente ni el asiento te da”. (Nuncia, 74 años)“No me dan el asiento”. (Rita, 62 años)“Infinidad de veces vi que no dan el asiento”. (Héctor, 61 años)“Hay gente desubicada que no le da el asiento a la gente mayor”. (Irina, 65 años)

Conducción inadecuada “Hubo personas que se cayeron porque paró de golpe”. (Angel, 85 años)“A veces están bajando y arranca”. (Iris, 77 años)“No acercan al cordón”. (María Ana, 73 años)“No paran”. (Alba, 73 años)“No acercan el colectivo al cordón”. (Dora, 79 años)“Una vez frenó en seco y volamos todos adelante. Perdí el sentido unos minutos. Todavía me duele el golpe”. (Laura, 79 años)“Al bajar me apretó con la puerta. Arrancó antes de que bajemos”. (Ramona, 75 años)

Las estrategias de reclamoEn la CABA existen distintos recursos institucionales

donde efectuar reclamos por deficiencias en los servi-

cios de transporte: la Comisión Nacional de Regulación

del Transporte- CNRT, la Defensoría del Pueblo y varias

organizaciones no gubernamentales de defensa de

derechos de consumidores o usuarios. En el caso de

los traslados programados, la gestión puede realizarse

telefónicamente mediante la línea telefónica gratuita

de la Obra Social. Cuando un problema similar afecta

a varias personas, puede suceder que se agrupen ali-

neados para el logro de un objetivo común, lo que se

denomina acción colectiva. La disconformidad frente a

hechos considerados injustos puede generar acciones

individuales o colectivas que procuren su modificación,

o ninguna de las dos.

El nivel de reclamos individuales realizados por las

personas entrevistadas por deficiencias en los servi-

cios de transporte es muy bajo, la mayoría no realizó

ningún tipo de gestión, aun habiendo mencionado dis-

tintas situaciones de servicio deficiente, vulneración de

derechos o malos tratos. Cuando lo hacen, las mujeres

adoptan una actitud más proactiva y directa al res-

pecto y los hombres recurren más a las instituciones.

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141Diciembre 2019

Personas mayores usuarias de transporte público urbano

Sólo seis de ellas afirman haber efectuado un

reclamo, que generalmente concretan de manera

directa: al chofer, al inspector, llamando a la terminal

de la línea de colectivos.

“Le digo al chofer: ¿qué pasó? ¡Hace dos horas que espe-

ramos! Y me explicó” (Luisa, 71 años)

Varias de las que no lo hicieron replantean la deci-

sión adoptada:

“Muchas veces me dan ganas” (Marta, 68 años)

“Tendría que hacerlo, los choferes te dejan en medio de

la calle” (Nuncia, 74 años),

“Es la ley del menor esfuerzo de callarse la boca” (Rita,

62 años),

“Tendría que haberlo hecho” (Hugo, 75 años)

“Tendría que haberlo hecho. Al bajar me apretó con la

puerta, Arrancó antes de que bajemos” (Ramona, 75 años)

Algún comentario permite inferir la falta de con-

fianza en las instituciones y la baja expectativa sobre

las posibilidades de solución o mejoras:

“No te dan bolilla” (María Ana, 73 años)

En el caso de los hombres, los reclamos se formali-

zan en una Organización. Un adulto mayor, dice haber

concurrido a la Defensoría del Pueblo a realizar una

propuesta para facilitar la movilidad de las personas

mayores: compartir los gastos en vehículos particula-

res. Otro hombre relata haber concurrido a una reu-

nión en la comuna de su barrio para tratar el tema de

la inaccesibilidad al transporte público por excesivas

demoras en el servicio.

Como puede observarse, las mujeres intervienen

mayormente de manera directa para intentar resolver

los inconvenientes, los hombres adoptan estrategias

más formales o directamente no reclaman.

Quienes no lo efectuaron habiendo atravesado pro-

blemas o diversas dificultades, en algunos casos fun-

damentan su respuesta: por desconocer los procedi-

mientos a tal fin;

“No sé a quién dirijirme, sino lo haría” (María, 74 años)

“No tengo ganas de pelear” (Rita, 62 años)

Otras personas dicen no han reclamado por no

haber atravesado inconvenientes en sus viajes.

El cambiar la forma de movilidad aparece como

estrategia concreta para lograr la finalidad del viaje:

si los colectivos demoran, tomar remis para llegar a

horario. En otro caso, ante la pérdida de un turno por-

que el traslado de la Obra Social no se presentó en el

domicilio, optaron por desestimar este servicio y resol-

ver el traslado de manera privada, en remis.

Respecto de la línea telefónica propia de la Obra

Social, ofrece varias opciones. Se puede utilizar para

realizar consultas y también para efectuar reclamos.

Este servicio se implementa a mediados de los 80’ con

el fin de unificar las quejas y reclamos de las perso-

nas afiliadas de todo el país. La efectiva solución a los

problemas que se plantean contribuiría a mejorar los

servicios y fortalecer la confianza en las instituciones:

“El ejemplo de PAMI Escucha y Responde permite ver

que es necesario algo más que la creación de departa-

mentos en los papeles. Este sería de un valor incalcu-

lable si se le dieran importancia a todos los reclamos

y denuncias que hacen los beneficiarios y se buscaran

soluciones a los problemas que plantean, no basta con

escucharlos y dejarlos conformes diciéndoles que su

denuncia quedó asentada, es de suma importancia un

seguimiento que permita mejorar la calidad de los ser-

vicios que presta la institución”11.

La desconfianza y falta de credibilidad en las

Instituciones ha sido analizada por varios autores121314.

En un estudio sobre usuarios de ferrocarril, se hace

referencia a la baja cultura del reclamo: “…si bien los

canales existen, la baja efectividad atribuída social-

mente y principalmente su falta de uso, construyen

una situación de vacío institucional frente a las defi-

ciencias del servicio” 15. Los principales motivos de viaje

en este transporte son laborales, con una edad media

en los usuarios de 37 años, más hombres que mujeres.

La situación que se presenta con las personas mayo-

res respecto de los reclamos es similar, de esta forma

la baja cultura del reclamo no se relacionaría directa-

mente con una variable etárea. Otro trabajo analiza la

baja participación de los habitantes en la CABA sobre

las decisiones relativas a esta ciudad. Sostienen una

postura crítica sobre las decisiones que se toman y

frente a proyectos de modificaciones concretas: “…

existe desconfianza y prejuicio, muchas veces justifica-

dos debido a la gran cantidad de experiencias previas

vinculadas a actos de corrupción, especulación, despil-

farro, pérdida de espacios públicos y exclusión de la

población”16. Este problema es señalado como una de

las dificultades más graves de Argentina por el escaso

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142

Mariana Cataldi

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

apego a las leyes que genera conductas anómicas17. En

la CABA, encuestas recientes indican que sus habitan-

tes son menos exigentes con la legalidad, a la vez que

la mayoría considera a los argentinos como desobe-

dientes y transgresores y califica como mala, regular

o muy mala la respuesta del Poder Judicial. Quienes

consideran que no vale la pena acudir a la justicia fun-

damentan su respuesta por las siguientes causas prin-

cipales: no hacen nada, no hay solución, los procesos

son muy lentos18.

Respecto de las personas mayores, en la Encuesta de

la Deuda Social Argentina se analiza la cultura demo-

crática, la confianza en las Instituciones y la vida ciuda-

dana19. El 97,4% de las personas de 60 años y más con-

sultadas residentes en la CABA declaran confiar poco

o nada en el Poder Judicial, lo que de alguna manera

fundamenta los bajos niveles de reclamo.

En Latinoamérica, la organización colectiva orien-

tada a las mejoras en los servicios de transportes es

débil o nula, reducida a reclamos aislados generados

por accidentes puntuales que no derivan en transfor-

maciones definitivas20. Uno de los motivos de la poca

existencia de movimientos sociales del transporte, es

el desempeño de varios roles de manera alternada;

peatón, conductor, acompañante. En el caso de recla-

mos por accidentes fatales individuales, no perduran

en el tiempo.

En Buenos Aires, los reclamos aparecen bajo la

forma de estallidos que expresan disconformidad y

dinamizan cambios, especialmente en el modo ferro-

viario21. En el año 2012, se produce una tragedia con

el impacto de una de las formaciones en el momento

del arribo a la Estación de Once, de lo que resultan 51

personas fallecidas y más de 700 con secuelas tem-

porales y permanentes. Entre las víctimas fatales, se

encuentran varias personas mayores. Una de ellas, de

69 años de edad, se trasladaba desde el conurbano

hacia la CABA para la atención de su salud. Este hecho

da lugar a la conformación de un movimiento denomi-

nado “Familiares y Amigos de Víctimas y Heridos de la

Tragedia de Once”. Sobre la relevancia de esta agru-

pación, señala Hernandez: “Por primera vez un movi-

miento social interpelaba directamente las condicio-

nes de viaje” (2017). Mediante distintas estrategias de

acción colectiva, se instala públicamente y cuestiona la

corrupción de los funcionarios responsables y sus con-

secuencias. Este movimiento logra impulsar la investi-

gación por maniobras fraudulentas y desde entonces

se promueven cambios en el servicio: reparación de

vías, incorporación de nuevas formaciones, remodela-

ción de estaciones, obras de señalización22.

DiscusiónLa realización de las entrevistas personales en los

centros sanitarios presenta ventajas y desventajas.

Como ventajas, podemos señalar el alto grado de

espontaneidad en las respuestas, la posibilidad de

repreguntar y de solicitar clarificación o ampliación de

la información. Entre las desventajas, podemos seña-

lar la validez en las respuestas, posiblemente condicio-

nadas por el espacio físico en el que se realizan y su rol

como personas usuarias.

Por otra parte, dado que en este estudio se consulta

a personas usuarias el día en que asisten al servicio,

se presenta otro problema de validez: Si sólo consulta-

mos a personas usuarias tendremos una visión parcial

sobre la movilidad, es decir, serán las prácticas de las

personas mayores más móviles, con mayor autonomía

para trasladarse, quienes logran llegar. El problema

del análisis de la demanda efectiva es que no refleja “la

demanda latente de grupos especiales”23. Se trata de

las personas mayores que no viajan porque las condi-

ciones inequitativas del transporte no lo permiten o lo

dificultan. Son potenciales usuarias que, de producirse

modificaciones, se movilizarían.

Finalmente, cabe mencionar como limitación, que

la muestra estuvo conformada por personas mayor-

mente autoválidas, que se movilizan de manera inde-

pendiente, sin acompañante por lo cual en futuros

estudios sería conveniente incorporar las opiniones

y percepciones sobre las experiencias de viaje de las

personas mayores dependientes, las menos móviles.

ConclusionesEl maltrato social a personas mayores se relaciona

principalmente con los estereotipos negativos sobre

la vejez, que deriva en situaciones de discriminación y

vulneración de derechos. Se presenta cuando las per-

sonas involucradas no tienen relaciones previas24. Es

uno de los tipos de maltrato que se produce en el espa-

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143Diciembre 2019

Personas mayores usuarias de transporte público urbano

cio público y también se denomina maltrato estructu-

ral. Dentro de esta categoría, se incluyen actitudes de

desprecio, falta de respeto y discriminación por edad25.

Simultáneamente, podemos identificar la existencia de

maltrato psicológico o emocional de parte de chofe-

res, cuando mediante acciones verbales o no verbales

generan daño a la persona.

A partir de los distintos hechos, relatados de manera

espontánea en el transcurso de las entrevistas, se iden-

tifican los siguientes tipos: hechos delictivos donde se

incluye el maltrato financiero o económico, inaccesi-

bilidad, conducción inadecuada, trato inadecuado de

choferes y personas usuarias.

La falta de credibilidad en las Instituciones debilita

o inactiva las acciones y las personas se ubican en un

lugar de indefensión frente a la vulneración de sus

derechos. Las estrategias de reclamos son predomi-

nantemente individuales, aisladas, lo que podemos

relacionar con la baja adhesión al rol de usuario y

escasa consolidación del grupo que invalida la acción

colectiva organizada en defensa de sus derechos.

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14. Hernández. Ob. Cit.

15. Pérez. Ob. Cit.

16. Leveratto. Ob. Cit.

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21. Pérez. Ob. Cit.

22. Hernández. Ob. Cit.

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Page 18: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

144 Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesentaMaría Julieta Oddone1 y Lilia Chernobilsky 2

1 FLACSO-CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas/Universidad de Buenos Aires (Argentina) 2 CEIL (Centro de Estudios e Investigaciones Laborales)Correo electrónico: [email protected] - [email protected]

Conflictos de interés: Las autoras declaran no presentar conflictos de interés

Recibido el 29 de abril de 2019; aceptado el 15 de julio de 2019.

ARTÍCULO ORIGINAL

RESUMEN

Los estudios sobre el envejecimiento dan importancia a las condiciones económicas como determinantes para la vida en general y, como sostenibilidad en el modo de vida. El eenvejecimiento productivo es la capacidad de un individuo o una población para servir en la fuerza de trabajo remunerada, en actividades de voluntariado, ayudar en la familia y mantenerse independiente. Esta definición se entrecruza con el concepto de envejecimiento activo y saludable que focaliza en la participación laboral y la optimi-zación de oportunidades para el logro del envejecimiento con óptima calidad de vida.

El objetivo de este artículo fue analizar la situación laboral de las personas mayores y sus características en el mercado de trabajo urbano de Argentina. Se diseñó una aproximación metodológica cuantitativa y se utilizó el segundo relevamiento de la EPH 2013 que incluyó 17.379 hogares, focalizando en personas según sexo, grupos de edad, nivel educativo, tramos de ingresos, etc. para el país y 6 regiones estadísticas.

Se observó que, cuanto más envejecida es la población, más inactiva es su población mayor y, cuanto menor es el monto de la jubilación, más alta es la participación en el mercado de trabajo. Los hombres permanecen activos más que las mujeres.

Dado el envejecimiento de la población y el incremento de la expectativa de vida con buena salud, es imprescindible considerar la estructura del mercado de trabajo como una opción para la integración de trabajadores adultos mayores dentro del paradigma del envejecimiento productivo y activo.

Palabras clave: Trabadores mayores - Envejecimiento Productivo - Argentina

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 33(2):144-153

Productive Ageing: Working After Age Sixty

ABSTRACT

Studies on ageing highlight economic conditions as being decisive for life in general, and for a sustainable way of life. Productive ageing is the capacity of an individual or a population to serve in the paid workforce; to serve in volunteer activities; to assist in the family; and to maintain independence. This definition is intertwined with the concept of active and healthy ageing, which is focused on labour force participation and the optimization of opportunities for achieving ageing with an optimal quality of life.

The objective of this paper was to analyze the employment status of elderly people and its characteristics in Argentina’s urban labour market. We have selected a quantitative methodological approach for the study design, and used the second survey of the Household Survey 2013 (Encuesta Permanente de Hogares, EPH), which included 17,379 households, focusing on people’s gender, age groups, educational attainment, income ranges, etc. for the entire country and six statistical regions.

We have found that the more aged a population is, the more inactive its older population is; and the lower the pension amount is, the higher the participation in the labour market is. Men stay active more than women.

Given population ageing and the increase in healthy life expectancy, it is fundamental to take into consideration the structure of labour market as an option for the integration of elderly workers within the paradigm of productive and active ageing.

Keywords: Elderly workers - Productive aging - Argentina

GERO

NTOL

OGÍA

Page 19: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

145

Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesenta

Diciembre 2019

IntroducciónEn el presente trabajo nos referiremos al envejeci-

miento como un proceso permanente en el curso de

la vida. Con frecuencia se asocia a esta etapa con en-

fermedad y discapacidad, sin embargo, se ha compro-

bado que ambas pueden posponerse y comprimirse

si el individuo adopta un estilo de vida saludable y se

compromete activamente con la vida.

Por otra parte, el envejecimiento sin precedentes

-tanto de las estructuras poblacionales como del ser

humano- ha dado lugar a focalizar sobre investigacio-

nes que ayuden a dar respuesta a los retos que este

hecho representa. La política imperante para ello, se-

gún Walker1 se denomina “envejecimiento activo” cuyo

objetivo es promover la participación social, la seguri-

dad y la salud de las personas con el fin de reforzar la

calidad de vida de la población.

El concepto de envejecimiento activo ha sido utili-

zado como fundamento de la investigación sobre la

población de edad, pero también ha servido como

un instrumento al servicio de las organizaciones es-

pecíficas, como guía en la planificación de políticas

públicas y como base en la implementación de pro-

gramas. Así, el concepto ha trascendido los aspectos

orientados a la salud para enfocarse en las políticas

sobre envejecimiento, fundamentalmente, en lo que

atañe a los factores que contribuyen al bienestar de

las personas en el curso de la vida2 3. La consolidación

de este enfoque se fortaleció por la declaración públi-

ca del año del Envejecimiento Activo y la Solidaridad

Intergeneracional en 2012.

Aunque son múltiples y diversos los conceptos sobre

“envejecimiento activo” que se encuentran en la litera-

tura científica, la tendencia más reciente lo considera

como una estrategia que potencia la participación con-

tinua en asuntos sociales, económicos o culturales y el

bienestar social del individuo. Superando el dominio

económico, el concepto se construyó como sinónimo

de actividad, abierto a la participación social y política

más amplia4. Quizá la definición de envejecimiento ac-

tivo como “…una estrategia integral para maximizar la

participación y el bienestar a medida que la población

envejece” debería operar al mismo tiempo en el nivel

individual (estilo de vida), organizativo (gestión) y social

(políticas) en todas las etapas del curso de vida”5.

El enfoque de ‘calidad de vida’ –concepto afín al de

envejecimiento activo– no se reduce al mero hecho de

sobrevivir, implica la transformación de la persona y su

Envelhecimento produtivo: o trabalho depois dos sessenta

RESUMO

Os estudos sobre o envelhecimento ressaltam as condições econômicas como determinantes para a vida em geral e como susten-tabilidade no modo de vida. O envelhecimento produtivo é a capacidade de um indivíduo ou de uma população para servir como força de trabalho remunerada, em atividades de voluntariado, ajudar a família e manter-se independente. Essa definição se cruza com o conceito de envelhecimento ativo e saudável, que se focaliza na participação laboral e na otimização de oportunidades para conquistar um envelhecimento com ótima qualidade de vida.

O objetivo deste artigo foi analisar a situação laboral dos idosos e suas características no mercado de trabalho urbano da Ar-gentina. Foi elaborada uma aproximação metodológica quantitativa e se utilizou o segundo estudo da EPH [encuesta permanente de hogares] 2013 que incluiu 17.379 lares, priorizando as pessoas segundo o sexo, grupos de idade, nível educativo, faixa salarial e outros, no país e em seis regiões estatísticas.

Observou-se que, quanto mais envelhecida é a população, mais inativa é sua população de idosos e, quanto menor é o salário de aposentadoria, mais alta é a participação no mercado de trabalho. Os homens permanecem mais ativos que as mulheres.

Dado o envelhecimento da população e o incremento da expectativa de vida com boa saúde, é imprescindível considerar a estrutura do mercado de trabalho como uma opção para a integração de trabalhadores idosos dentro do paradigma do envelhe-cimento produtivo e ativo.

Palavras-chave: Trabalhadores idosos, envelhecimento produtivo, Argentina.

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Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

entorno y, por lo tanto, su planeamiento y desarrollo.

Aquí, el envejecimiento abarca componentes de dos

tipos: objetivos, como la satisfacción de las necesida-

des básicas y el mantenerse activo laboralmente; y

subjetivos como el estar satisfecho con la vida y el ac-

tuar de acuerdo con los valores propios. Ambos com-

ponentes deben guardar un sentido de coherencia y

permitir una visión comprensible y significativa sobre

la propia vida.

Por su parte, el concepto de ‘envejecimiento exitoso’,

se encuentra emparentado al de envejecimiento acti-

vo en la medida en que propone la participación social

como componente clave en el proceso de envejeci-

miento6. En tanto que, el concepto de ‘envejecimiento

productivo’ pondera el valor económico del tiempo dis-

ponible7. Llevado este último concepto a los aspectos

macro del envejecimiento demográfico, vemos cómo

el mismo se encuentra asociado tanto a la sostenibi-

lidad del sistema de pensiones como a las actividades

de ocio y a la participación social y, también, a la provi-

sión de cuidados y de apoyo pago y no pago8. De este

modo, observamos como el contexto macro-social

condiciona los comportamientos individuales.

El análisis de las condiciones económicas entre la po-

blación mayor es un elemento de crucial importancia

para valorar no sólo la situación general de la misma en

el momento actual, sino para avanzar en la compren-

sión de su evolución futura. La dimensión económica

marca una pauta de tal significado para los individuos,

sus familias y la sociedad en general, bien conocida por

su influencia en la calidad de vida9.

Desde una faceta general, los estudios sobre el enve-

jecimiento de la población sacan a la luz la importancia

de las condiciones económicas como determinantes

para la vida en general, no sólo ligadas a la generación

de recursos económicos a lo largo del curso de la vida,

sino también a las posibilidades que se derivaran del

mantenimiento, o no, de las mismas en el futuro como

garantía de una sostenibilidad en el modo de vida. En

síntesis: el envejecimiento productivo es “la capacidad

de un individuo o una población para servir en la fuer-

za de trabajo remunerada, en actividades de volunta-

riado, ayudar en la familia y mantenerse independien-

te”10. Esta definición se entrecruza con la propuesta de

la OMS11 sobre el envejecimiento activo y saludable

que focaliza en la participación laboral y la optimiza-

ción de oportunidades para el logro del envejecimien-

to con óptima calidad de vida.

ObjetivoCon el aumento de la expectativa de vida, el traba-

jo resulta un componente importante en el envejeci-

miento activo, es por ello que el objetivo de esta pro-

puesta es analizar la situación laboral de las personas

mayores y sus características en el mercado de trabajo

urbano de Argentina12.

Específicamente se analiza la posición de los adultos

mayores en cuanto a: la actividad laboral; las ramas de

actividad donde la desempeñan; la posición en la ocu-

pación y el nivel de ingresos que obtienen por su acti-

vidad, teniendo en cuenta las diferencias por sexo que

son generadas en el mercado laboral para este grupo

etario de los trabajadores.

MetodologíaPara acceder a la problemática propuesta, se diseñó

una aproximación metodológica cuantitativa. Se utilizó

la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) como un pro-

grama nacional de producción sistemática y permanen-

te de indicadores sociales que lleva a cabo el Instituto

Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) para conocer

los rasgos socio-demográficos y socioeconómicos de la

población, vinculadas a la fuerza de trabajo.

Una evaluación de las fuentes a partir de un con-

junto básico de dimensiones de la condición socioeco-

nómica, permitió extraer una imagen cierta de las po-

sibilidades analíticas de las mismas. Los indicadores

consignados describen la situación de la fuerza de tra-

bajo mediante las tasas de actividad, ocupación, des-

ocupación y subocupación. También se analizaron los

ingresos de la población y los hogares en los aglome-

rados urbanos. Se realizó, además, una caracteriza-

ción socioeconómica de la Población Económicamente

Activa. Desde el año 2010 el tercer trimestre la EAHU,

(encuesta anual de hogares urbanos) amplía la EPH

hasta cubrir toda la población urbana (aprox. 37,5 mi-

llones de personas).

En este trabajo se utilizó el segundo relevamiento

del año 2013 que incluye 17.379 hogares, teniendo

en cuenta personas según sexo, grupos de edad, nivel

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Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesenta

Diciembre 2019

educativo, tramos de ingresos, etc. para todo el país y

6 regiones estadísticas.

Composición de la poblaciónEl sexo de la población indica que dada la mayor

longevidad de las mujeres con respecto a los hom-

bres, el 59,3% de la población es femenina y el resto,

masculina. Con respecto a los grupos de edad, al con-

siderar la tradicional división entre tercera y cuarta

edad, vemos que el 68,2 % pertenece al grupo de los

denominados “viejos-jóvenes” y el 31,9% a los deno-

minados “viejos-viejos”. Si consideramos aquellos que

tienen 65 años y más, podemos decir que dos tercios

de la población de los adultos mayores tienen la edad

correspondiente a la denominada jubilación obligato-

ria (Figura 1).

El estado civil nos indica que un poco más de la mi-

tad de la población de mayor edad tiene pareja (54,8%)

y prácticamente la otra mitad vive sin ella, ya que son

viudos (28,3%), separados (8,6%) o solteros (8,2%). Dos

tercios de los adultos mayores (65,4%) indican que son

jefes de hogar.

La educación es un dato importante sobre las ca-

racterísticas de la población de mayor edad, particu-

larmente, por las posibilidades que la misma brinda

a la hora de permanecer en el mercado de trabajo o

realizar actividades en el tiempo libre. Vemos aquí que

el 52% de los adultos mayores completaron la escuela

primaria. Un poco menos del tercio, completó el nivel

secundario y ha realizado estudios superiores y univer-

sitarios un 11% del total (Figura 2).

Diversas investigaciones indican que par los niveles

más altos de educación las personas de mayor edad

tienen más posibilidades de participación en diversas

esferas de la vida social con respecto a aquellos que

tienen menores niveles educativos.

Mercado laboralCon respecto al mercado laboral específico, la rela-

ción con la actividad laboral está construida a partir

de las tres categorías principales que definen el perfil

de las personas en relación con el mercado de trabajo,

es decir la población activa (ocupada y desocupada) e

inactiva. Se añaden otras dos que refieren a la de ren-

tista o perceptor de pensión distinta a la de jubilación

y, la de persona que realiza trabajo no remunerado de

forma voluntaria.

En el caso de los rubros relacionados con los sec-

tores de actividad, la situación se hace algo más

diversa por cuanto las clasificaciones que se utilizan

pueden variar desde unas pocas categorías (los cua-

tro grandes sectores) hasta varios cientos de muy

diferentes actividades. Para este caso, y con objeto

de extraer toda la rica diversidad de la economía se

ha decidido utilizar 21 categorías que pueden agru-

parse en: actividades primarias, compuesta por una

categoría (agricultura, ganadería, silvicultura y pesca),

actividades secundarias o de transformación, com-

puesta por cuatro categorías (la industria extractiva,

el suministro de energía y agua, la industria manu-

facturera y construcción), y actividades terciarias, de

diferente valor añadido, desde básico hasta avanzado

compuesta por un total de 16 actividades (comercio

y hotelería, información, transportes, servicios profe-

sionales, económicos, personales y sociales, activida-

des de la administración, etc.).

Figura 1. Población mayor de 60 años por tramos de edad.Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Permanente de Hogares 2013

Figura 2. Escolaridad de la población mayor de 60 años y más.Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Permanente de Hogares 2013

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Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

Desde el punto de vista de la posición en la ocupa-

ción, se establece una clasificación general que tiene

dos grandes apartados. En la primera se agrupan los

empleadores/empresarios que emplean trabajadores,

los empresarios sin trabajadores (o trabajadores autó-

nomos), los que trabajan sin recibir remuneración/

pago o ayudan en el ámbito familiar; en la segunda,

se incluyen los trabajadores que dependen de otros

(subordinados), asalariados, que son incluidos en las

fuentes estadísticas argentinas como empleados en el

sector público y privado. La última categoría agrupa a

otros tipos sin clasificar.

Finalmente, la información sobre ingresos económi-

cos es esencial para estudiar la posición económica de

hogares e individuos en la sociedad. Tiene, esta varia-

ble, no obstante, algunas limitaciones importantes,

como la voluntariedad en la respuesta y la limitación

en el recuerdo de los montos económicos.

Para la población adulta mayor analizada se ha

tomado la decisión de definir a esta población a partir de

los de 60 años (Asamblea Mundial del Envejecimiento,

Viena, 1982).

Condiciones económicas Entre las posibilidades que ofrecen las fuentes esta-

dísticas, se han identificado cinco dominios a analizar,

la condición de actividad, en su doble vertiente de ocu-

pación e inactividad, la actividad principal de la pobla-

ción a través de los sectores de actividad en los que

desempeña su trabajo, la posición y condición de ocu-

pación y, para completar esta visión, el estudio de los

ingresos mensuales como indicador de capacidad de

supervivencia de la población.

El primero de ellos es la relación de la población

con el trabajo, para diferenciar entre la población que

trabaja, en sus distintas acepciones, y que no trabaja

(Figura 3). En este último caso, es importante tomar

conciencia de la situación que coloca a la población

adulta mayor en un estado de posible dependencia

económica en la etapa de vejez.

En este tramo de edad, un porcentaje elevado de la

población es inactiva, siendo más alto entre las muje-

res que los varones. Un 25% de personas mayores está

en el mercado de trabajo como consecuencia de que

la jubilación se efectiviza en una edad más avanzada,

dado que es obligatoria a los 65 años para los hom-

bres y 60 para las mujeres. Este grupo trabaja como:

patrón (9,2%), cuenta propia (33,7%), 56% declara ser

obrero o empleado y un 1,3% indica ser trabajador sin

remuneración.

La ‘jubilación etaria’ representa, en realidad una

transición en torno a las edades de retiro, con dife-

rencias entre mujeres (más temprana) y hombres

(más tardía). Pero, en muchos casos, no es una salida

definitiva del mercado de trabajo, ya que la ‘jubilación

real’ se produce cuando se conjugan múltiples facto-

Figura 3. Población con 60 años y más ocupada desocu-pada, e inactiva.Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Permanente de Hogares 2013

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Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesenta

Diciembre 2019

res como ‘las estructuras productivas de cada país, las

políticas de previsión social y las experiencias de vida

de cada persona’ 13, a una edad más alta que la que

debería ser normativa. Por lo tanto, parece evidente

que cuanto más envejecida está la población más inac-

tiva se torna su población adulta mayor y también que,

cuanto menor es la previsión social para la jubilación,

más alta es la participación en el mercado de trabajo

de los adultos mayores.

Pero hay otro elemento de referencia en esta dis-

tribución: como regla general, los hombres tienden a

permanecer activos a partir de esa edad más que las

mujeres, ya sea por no haber completado las condicio-

nes para recibir pensión o por no alcanzar el nivel de

ingreso necesario para mantener el nivel de vida con

la jubilación14.

Una posible confirmación de este hecho se obtiene

al estudiar la distribución de los inactivos entre la

población mayor. Las categorías de población inac-

tiva reflejan una composición muy diversa dado que

se está considerando toda la población en su conjunto,

tanto personas jóvenes (estudiantes), como adultos (las

‘amas de casa’, determinadas categorías de pensionis-

tas por discapacidad, u otros grupos de personas no

disponibles para trabajar) y mayores (esencialmente

jubilados/retirados, discapacitados, otros pensionis-

tas). Como es de prever, existe una diferenciación entre

hombres y mujeres (Figura 4).

Los jubilados/retirados es el principal grupo definido

de la población inactiva, (90%, sin diferencia por sexos)

y se destaca que un 7% se define como ama de casa.

Un elemento de interés es el análisis del sector de

actividad en el que trabaja la población. Se sigue una

clasificación estándar de 21 categorías. Formarían la

espina dorsal de la actividad económica, sectores de

carácter mixto en el sentido de que pueden requerir

una cualificación mayor (industria) o menor (construc-

ción), pero que se diferencian por sexo. Mientras la

construcción y la industria manufacturera son opera-

das esencialmente por hombres, la actividad comercial

tiende a ser un espacio de trabajo tanto de hombres

como de mujeres (Figura 5).

El hecho de que en Argentina sea escaso el número

de adultos mayores trabajando en el sector rural se

debe a la extracción urbana de la muestra de la EPH,

teniendo en cuenta que el 95% de la población, incluida

la adulta mayor, viven en espacios urbanos.

Otro aspecto de interés es la orientación de deter-

minados sectores como actividades masculinas, de

la misma manera que otros lo son esencialmente

femeninos. Así, por ejemplo, además de la industria y

la construcción, el sector del transporte y almacena-

miento esta operado por hombres (7%). También lo

es, en parte, el sector de actividades profesionales,

científicas y técnicas, sobre todo en razón de la mayor

decantación social de la educación superior y técnica

Figura 4. Categorías de la población inactiva con 60 años y más.Fuente: Elaboración propia con base a la Encuesta Permanente de Hogares 2013

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M. J. Oddone y L. Chernobilsky

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

a favor de los hombres. Sin embargo, el papel de la

mujer adulta mayor es ligeramente preponderante en

sectores de servicios sociales, educativos y sanitarios

e, incluso en hotelería, actividades socialmente reco-

nocidas entre las mujeres. En este sentido se destaca

también de forma notable el hecho de que las mujeres

adultas mayores se asocian a la prestación de servicios

domésticos y de cuidados en el ámbito del hogar (25%),

en la medida en que son actividades que se prestan en

espacios urbanos.

En general, se puede decir que la educación recibida

por hombres y mujeres es un buen predictor del sector

económico en los que se insertan, de tal manera que

existe, como una relación cierta entre nivel educativo

bajo y trabajar en la construcción, en servicios de bajo

nivel, en determinadas actividades industriales y arte-

sanales o en el transporte; igualmente entre nivel edu-

cativo superior y el desempeño en tareas y actividades

de gestión y dirección administrativa, o de empre-

sariado entre hombres, y sanidad y comercio entre

mujeres. También la edad juega un papel importante

en esta distribución. Funciona una regla básica, por

la cual determinadas actividades, que requieren una

menor cualificación, tienden a disminuir de una forma

más clara cuando aumenta la edad, y ello se relaciona

con el uso intensivo del cuerpo, con las jornadas de

mayor duración y las peores condiciones de trabajo15.

Lo contrario también es cierto, es decir, la edad deja

de tener tanta influencia cuando la actividad tiene que

ver con la gestión de los conocimientos y capacidades

adquiridas y no tanto con el trabajo físico.

La posición en la ocupación es también un elemento

de interés en este análisis (Figura 6). Se observa que

prevalece una inserción en el mercado de trabajo de

las personas mayores de 60 años como asalariados

sobre todo en el sector privado, en la industria y el

comercio. Las mujeres trabajan en mayor medida en

calidad de asalariadas mientras que los trabajadores

por cuenta propia son mayormente hombres.

En cuanto al porcentaje de los adultos mayores que

son empleadores o patrones se observa que la catego-

ría ayuda familiar, cuya expresión es mínima, se puede

explicar por el alcance que tiene la cobertura previ-

sional en el país. En este ámbito del empresariado sin

Figura 5. Sector de actividad de la población con 60 años y más.Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Permanente de Hogares 2013

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Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesenta

Diciembre 2019

asalariado es relativamente más frecuente entre los

hombres que entre las mujeres.

El análisis de la situación profesional no ofrece un

esquema diferenciado con respecto a la actividad, en

buena medida porque ambos conceptos tienen una

notable vinculación (Figura 7). Los datos muestran

una clara concentración en dos categorías laborales:

las ocupaciones de servicios varios y las ocupaciones

de comercialización, transporte y almacenaje. Por

sexo es evidente que las mujeres están más en la pri-

mera clasificación, mientras los varones mayores en

la segunda.

Desde una perspectiva futura, es previsible que las

categorías más bajas asciendan en su cualificación pro-

fesional a medida que vayan llegando adultos jóvenes,

no sólo mejor formados, sino también más abiertos a

una economía de mayor productividad que la tradicio-

nal, basada en el sector primario y de servicios básicos

de poco valor añadido.

Un último aspecto es el de los ingresos, como indica-

dor de la capacidad para retener recursos procedentes

del trabajo (Figura 8).

Un factor que contribuye a valorar esta distribución

general es el desigual comportamiento de hombres

y mujeres, que refuerza aún más esa desigualdad.

Mientras las segundas tienden a predominar en los

estratos más bajos de ingreso, los primeros se desta-

can relativamente en los más altos. Es la respuesta a

la desigual distribución de recursos educacionales, de

formación y de capacitación entre hombres y mujeres

a lo largo del curso de la vida, y al desigual papel social

asignado a ambos.

Es importante, en tercer lugar, señalar el papel que

juegan las pensiones de jubilación (y de otros tipos)

en la adquisición y distribución de los recursos econó-

micos. En general, en los países latinoamericanos no

hay una estructura económica (pensiones públicas y

privadas) que soporte la ‘jubilación’ de los mayores,

radicando en la familia y las redes sociales la segu-

ridad económica de los mayores16. Aunque no hay

cifras totalmente comparables, existen apreciables

diferencias. En la mayoría de los países sólo un 20 por

ciento de la población tiene una jubilación, Méjico es

uno de ellos.

Figura 6. Posición en la ocupación de la población con 60 años y más.Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Permanente de Hogares 2013

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M. J. Oddone y L. Chernobilsky

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

Argentina tiende a un sistema universal, en donde,

según el Censo de 2010, el 97% de los adultos mayo-

res reciben pensiones de jubilación después de la ley

de moratoria previsional. Según Bertranou et al.17 las

previsiones futuras avanzan hacia un aumento de

cobertura y un mantenimiento de la sostenibilidad

del sistema, pero no garantizarían elevados niveles de

cobertura y sostenibilidad financiera en el largo plazo.

ConclusionesDel análisis de los datos provistos para conocer las

condiciones económicas de la población mayor de

edad se desprenden varias ideas que sirven tanto para

extraer conclusiones como para proponer estrategias

de análisis a futuro.

La primera de ellas tiene que ver con la consideración

culturalmente diferenciada del fenómeno del envejeci-

miento, en su conjunto, y de los rasgos socioeconómi-

cos de esa población. En efecto, cuanto más envejecida

es la población, más inactiva es su población mayor y,

cuanto menor es el monto de la jubilación, más alta es

la participación en el mercado de trabajo.

Al focalizar sobre las diferencias por género se

observa que, los hombres tienden a permanecer acti-

Figura 7. Situación profesional de la población con 60 años y más.Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Permanente de Hogares 2013

Figura 8. Niveles de ingresos de la población con 60 años y más. Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Permanente de Hogares 2013

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Envejecimiento productivo: el trabajo después de los sesenta

Diciembre 2019

vos más que las mujeres, ya sea por no cumplir con las

condiciones necesarias para jubilarse o porque el nivel

de ingreso no alcanza para mantener el nivel de vida,

dado su rol de proveedor en el hogar.

Dado el envejecimiento de la población y el incre-

mento de la expectativa de vida con buena salud,

resulta que la vejez es una etapa de la vida que puede

durar más de cincuenta años superando a las otras

dos, y que se hace imprescindible considerar la estruc-

tura del mercado de trabajo como una opción para la

integración de trabajadores adultos mayores dentro

del paradigma del envejecimiento productivo y activo.

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RESUMEN

Objetivo: Determinar la frecuencia de fragilidad y su asociación con comorbilidad en el adulto mayor (AM).

Métodos: Diseño. Estudio transversal analítico. Lugar. Hospital General de Zona #1, Instituto Mexicano del Seguro Social, Colima, Colima, México. Participantes, Adultos ≥ 60 años, derechohabientes a seguridad social y que hayan firmado su consentimiento infor-mado. Mediciones: Se usó el índice de Charlson para determinar la comorbilidad. La fragilidad fue determinada con los criterios de Fried. Análisis estadístico: promedios, porcentajes, desviación estándar, X2, ANOVA y razón de momios (OR).

Resultados: Se estudiaron 400 sujetos (272 mujeres y 128 hombres) y con un promedio de edad de 71.6 ± 8.2 años. Se encontraron las siguientes frecuencias: frágil 44.0%, prefrágil 37.7% y no frágil 18.3%. La comorbilidad grave en los frágiles y pre-frágiles fue 24.4% y 6.0% respectivamente; leve 20.5% y 9.9% (p<0.001) y ausente en 91.8% de no frágiles (p<0.001). Las frecuencias de fragilidad entre grupos de comorbilidad mostraron diferencia estadística (p<0.001).

Conclusión: Ser frágil se asoció a mayor grado de comorbilidad. Los factores asociados: género femenino, viudez o soltería, jubilación, bajos IMC, estatura y nivel educativo; marcha lenta y menor fuerza prensil.

Palabras clave: Fragilidad, comorbilidad, adulto mayor.

Frequency of frailty and comorbidity in older adults

ABSTRACT

Objective: To determine the frequency of frailty and its association with comorbidity in the elderly.

Methods: Design: cross-sectional. Setting: Hospital General de Zona #1” from the Instituto Mexicano del Seguro Social, Colima, Colima, Mexico. Participants: Outpatients aged 60 and older, with social security and that have signed the informed consent. Measurements: The Charlson  Index were used to determine comorbidity. Frailty state was determined with the Fried’s criteria. Statistical analysis: means, standard deviation, percentages, Chi square test, ANOVA and odds ratio were used.

Results: We included 400 patients (272 women and 128 men), with an average age of 71.6 ± 8.2 years. The following frequencies were found frail (44%), pre-frail (37.7%) and non-frail (18.3%). Severe comorbidity in the frail and pre-frail was 24.4% and 6.0% respectively;

Frecuencia de fragilidad y comorbilidad en adultos mayoresKarla Berenice Carrazco-Peña, Katia Farías-Moreno, Benjamín Trujillo-Hernández, Iván Delgado-Enciso, Luz Margarita Baltazar-Rodríguez, Zahira Cecilia Aguilar-Mancilla, Mariana Trujillo-Magallón, Ximena Trujillo-Magallón*

Facultad de Medicina, Avenida Universidad 333, Colonias las Víboras, CP 28000, Colima, Colima, México.

Autor correspondiente: Dr. Benjamín Trujillo Hernández - Calle Gorrión # 14, Colonia Lomas Verdes.C.P. 28017, Colima, Col, México Teléfono: +52(312) 9432055 Fax: +52 (312) 3161099Correo electrónico: [email protected]

Conflictos de interés: Los autores manifiestan que no hay conflicto de intereses respecto a los resultados mostrados en el trabajo de investigación y que éste no ha sido publicado con anterioridad ni se está revisando en otra revista para su evaluación.

Recibido el 10 de julio de 2018; aceptado el 26 de septiembre de 2019.

Rev. Arg. de Gerontología y Geriatría;Vol 33(2):154-160

TRABAJO ORIGINAL

GERI

ATRÍ

A

* La participación de los autores en la elaboración del trabajo fue el siguiente: Planeación, ejecución, análisis, escritura y revisión bibliográfica (Karla Berenice Carrazco-Peña, Katia Carmina Farías-Moreno y Benjamín Trujillo Hernández); planeación y escritura (Iván Delgado-Enciso, Luz Margarita Baltazar-Rodríguez), ejecución y análisis (Zahira Cecila Aguila-Mancilla, Mariana Trujillo-Magallón y Ximena Trujillo-Magallón).

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Frecuencia de fragilidad y comorbilidad en adultos mayores

Diciembre 2019

Frequência de fragilidade e comorbidade em idosos

RESUMO

Objetivo: Determinar a frequência de fragilidade e sua associação com comorbidade no idoso (AM [adulto mayor]).

Métodos: Projeto. Estudo transversal analítico. Lugar. Hospital Geral da Zona # 1, “Instituto Mexicano del Seguro Social de Colima”, Colima, México. Participantes, adultos ≥ 60 anos, titulares de direitos a previdência social que tenham assinado seu consentimento informado. Medições. Usou-se o índice de Charlson para determinar a comorbidade. A fragilidade foi determinada com os critérios de Fried. Análise estatística: médias, porcentagens, desvio padrão, X2, ANOVA e razão de possibilidades (OR).

Resultados: Estudou-se 400 sujeitos (272 mulheres e 128 homens) e com uma média de idade de 71.6±8.2 anos. Encontrou-se as seguintes frequências: frágil 44.0%, pré-frágil 37.7% e não frágil 18.3%. A comorbidade grave nos frágeis e pré-frágeis foi de 24.4% e 6.0%, respectivamente; leve, em 20.5% e 9.9% (p<0.001) e ausente em 91.8% de não frágeis (p<0.001). As frequências de fragilidade entre grupos de comorbidade mostraram diferença estatística (p<0.001).

Conclusão: Ser frágil está associado a um maior grau de comorbidade. Os fatores associados: gênero feminino, viuvez ou solteirismo, aposentadoria, baixos IMC, estatura e nível educativo; marcha lenta e menor força de preensão.

Palavras-chave: Fragilidade, comorbidade, idoso.

IntroducciónEn el ámbito mundial el 11% de la población tiene ≥

60 años, mientras que en México es del 9% y se estima

que para el año 2050 más de un cuarto de la población

mundial serán adultos mayores.1 El envejecimiento no

es sinónimo de enfermedad, existen adultos mayo-

res que viven muchos de años libres de comorbilida-

des, independientes, satisfechos y adaptados social-

mente. Esto es último se conoce como envejecimiento

exitoso.2 La fragilidad en el adulto mayor se define

como un síndrome que resulta de la disminución de

la homeostasis y de la resistencia frente al estrés,

con riesgo incrementado para la vulnerabilidad, inca-

pacidad y muerte prematura.3 El estado frágil se ha

asociado al género femenino, vivir solo, menor educa-

ción, dependencia funcional y a un mayor número de

condiciones crónicas.4

La comorbilidad se define como la presencia

≥ 2 enfermedades diagnosticadas en el mismo indi-

viduo y sin relación con el diagnóstico primario.5

Charlson creó un índice para la clasificación de la

comorbilidad, lo que la convirtió en pionera en la asig-

nación de diferentes puntajes según el impacto de

cada enfermedad.6

Los factores que se relacionan con la comorbilidad

son la edad avanzada, la dependencia funcional y la

discapacidad.7 Sin embargo, la relación del grado de

comorbilidad con el estado de fragilidad ha sido poco

estudiada. Además, existen condiciones crónicas que

tienen un mayor impacto deletéreo sobre la salud

como las neoplasias, la insuficiencia renal crónica o la

enfermedad cardiaca; esta última ha demostrado una

mayor asociación a fragilidad y mortalidad.4,8

Por lo anterior, el objetivo este trabajo fue deter-

minar frecuencia de fragilidad y su asociación con

comorbilidad en el adulto mayor.

MétodosDiseño y sujetos. Se realizó un estudio transversal

analítico de agosto de 2015 a junio de 2016. Se selec-

cionaron 400 pacientes de ambos géneros ≥ 60 años

de la consulta externa de hospital Dr. Leonel Ramírez

slight 20.5% and 9.9% (p <0.001) and absent in 91.8% of non-frail (p <0.001). The frequencies of frailty between comorbidity groups showed statistical difference (p <0.001).

Conclusion: Being frail was associated with a greater degree of comorbidity. The associated factors: female gender, widowhood or singleness, retirement, low BMI, height and educational level; slow running and less prehensile force.

Key words: Fragility, comorbidity, older adult.

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K. B. Carrazco-Peña y cols.

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

García, del Instituto Mexicano del Seguro Social en

Colima, Colima, México. Se excluyeron pacientes con

demencia diagnosticada o déficit cognoscitivo sin

familiar presente de apoyo, sujetos con enfermedad

aguda, complicación de enfermedad crónica o inter-

namiento menor a un mes a la entrevista y aquellos

con incapacidad para deambular.

Ética. Cada participante se les informó el propósito

del estudio y firmó carta de consentimiento informado.

El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética de la

Facultad de Medicina de la Universidad de Colima.

Determinaciones antropométricas. En un con-

sultorio se les realizó una valoración geriátrica abre-

viada. Se recolectaron datos sociodemográficos

(edad, estado civil, escolaridad y ocupación), antropo-

métricos (peso, estatura, perímetro braquial, gemelar

y cálculo de índice de masa corporal). La cuantifica-

ción del peso y estatura se realizó con una báscula

de pedestal con estadímetro marca Torino®, con el

paciente descalzo y ropa ligera, respetando el plano

de Frankfort. Posteriormente se aplicaron las siguien-

tes evaluaciones:

Determinación de Fragilidad. Se utilizaron los

siguientes criterios del fenotipo de Fried y se les dio

una puntuación de 0 (ausente) o 1 (presente).

1. Pérdida de peso: no intencionada, de ≥ 5 kg o

≥5% del peso corporal, en un año.

2. Debilidad: se cuantificó mediante dinamometría

de prensión en la mano dominante con el dina-

mómetro hidráulico manual Baseline® LITE™

200lb (90,7 Kg)

3. Se consideró debilidad debajo del quintil 20,

ajustado a índice de masa corporal y género.

4. Sensación de agotamiento: fue positivo el auto-

reporte de agotamiento. Lentitud de la marcha:

se cuantificó la velocidad en segundos para

recorrer 4 metros. Se consideró positivo por

debajo del quintil ajustado a género y estatura.

(Esto equivale aproximadamente una marcha

< 3.2 metros en 5 segundos).

5. Baja actividad: se preguntó sobre la frecuencia de

distintas actividades (caminar, deportes, trabajo

en casa, cuidado de jardín o huerta). Cumplió el

criterio aquel que respondió de 1 a 3 veces por

semana; no lo cumplió quien respondió nunca o

casi nunca.

De acuerdo a la sumatoria de los puntajes, se obtu-

vieron tres grupos de 1) paciente no frágil = 0 puntos,

2) pre-frágil = 1 a 2 puntos y 3) frágil ≥ 3 puntos.

Determinación de comorbilidad. Se determinó

mediante el índice de Charlson abreviado (6), que

comprende 8 patologías: enfermedad vascular cere-

bral, diabetes (tipo 1 y 2), enfermedad pulmonar obs-

tructiva, insuficiencia cardiaca/cardiopatía isquémica,

demencia, enfermedad arterial periférica, insuficien-

cia renal crónica y cáncer. Cada patología equivale a 1

punto, con excepción de las últimas dos que equivalen

a 2 puntos cada una. Además de estas patologías se

indagó la presencia de hipertensión arterial sistémica

y la osteoartrosis. Estas últimas fueron incluidas por-

que sus prevalencias son altas en este grupo etario.

El tamaño de muestra fue calculado mediante Epi

info® 6.04c, con la fórmula de Leslie Keich cuyo resul-

tado fue de 384 sujetos; sin embargo, se consideró un

porcentaje de pérdidas del 5%, obteniendo una mues-

tra final de 400 sujetos.

Análisis estadístico. Se empleó estadística descrip-

tiva (promedios, desviación estándar y porcentajes)

y para comparación de promedios, se utilizaron las

pruebas t de Student o U de Mann-Whitney (en caso

de varianzas iguales o diferentes respectivamente).

Para comparar tres o más promedios utilizamos las

pruebas ANOVA o Kruskall-Wallis (en caso de varian-

zas iguales o diferentes respectivamente). Para la

comparación de porcentajes se utilizaron las pruebas

X2 o exacta de Fischer. El grado de asociación entre

fragilidad y cada uno de las enfermedades o trastor-

nos se analizó con razón de momios (OR). En todas las

pruebas se utilizó un intervalo de confianza del 95%

(IC) y se consideró significancia estadística cuando p

≤ 0.05.

ResultadosSe estudiaron 400 individuos (128 hombres y 272

mujeres) con un promedio de edad de 71.6 ± 8.2 años,

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Frecuencia de fragilidad y comorbilidad en adultos mayores

Diciembre 2019

(intervalo 60-99 años). Los criterios de fragilidad de

Fried se presentaron en los siguientes porcenta-

jes: baja actividad física 71.3% (n=285), sensación de

agotamiento 62.0% (n=248), pérdida de peso 44.1%

(n=177), marcha disminuida 28.7% (n=115) y debili-

dad 15.7% (n=63). Hubo diferencia estadísticamente

significativa en la comparación de porcentajes entre

hombres y mujeres respectivamente para los siguien-

tes criterios: baja actividad 60.2% (n=77) versus 76.5

(n=208), p<0.001; sensación de agotamiento 45.3%

(n=58) versus 69.9 (n=190), p<0.001 y debilidad 6.3%

(n=8) versus 20.1 (n=55) p<0.001.

De acuerdo con el estado de fragilidad se encon-

tró lo siguiente; frágil 44.0% (n=176), prefrágil 37.7%

(n=151) y no frágil 18.3% (n=73). Las mujeres presen-

taron un porcentaje elevado de fragilidad en relación

con los hombres; 48.1 % (n=131) versus 35.2% (n=35),

p= 0.01 y los hombres presentaron un elevado por-

centaje de estado no frágil en relación con las muje-

res; 27.3% (n=35) versus 14% (n=38), p = 0.002.

En la tabla 1 se representa la comparación de pro-

medios, porcentajes y significancia estadística entre

sujetos frágiles, prefrágiles y sin fragilidad y como

se observa, los primeros tuvieron más edad, menor

peso, menor estatura, la mayoría fueron mujeres,

vivían solos, carecían de ocupación y un bajo nivel

educativo; asimismo, registraron una velocidad de la

marcha más lenta y una menor fuerza de prensión de

mano dominante.

Se realizó un análisis para establecer la relación de

la edad con la fragilidad, mediante estratificación por

décadas y se encontró lo siguiente: la edad de 60 a

69 años fue un factor protector (OR 0.2, IC 0.1-0.4,

p<0.001), de 70-79 años (OR 1.6, 1.1-2.5, p<0.001), de

80-89 años (OR 3.1, IC 1.7-5.6, p<0.001)

De acuerdo con el índice de Charlson, la ausencia

de comorbilidad se presentó en el 72.8% (n=291), el

13.7% (n=55) fue leve y 13.5% (n=54) grave.

Por grado comorbilidad, la ausencia de comorbili-

dad se presentó en 91.8% (n=67) de los no frágiles y

55.1% (n=97) de los frágiles (p<0.001); mientras que la

comorbilidad leve o grave afectó al 44.9% (n=79) de

los sujetos frágiles y al 15.9% (n=24) de los pre-frágiles

(p<0.001).

La ausencia de comorbilidad se asoció a una edad <

70 años y a no ser frágil (OR 0.1, IC 0.1-0.3, p<0.001) y,

por el contrario, la comorbilidad leve (OR 2.7, IC 1.5-5,

p<0.001) o grave (OR 6.2, IC 3.1-12.5, p<0.001) se aso-

ció a ser frágil (tabla 2). Las enfermedades crónicas más frecuentes fueron:

hipertensión arterial 70.0% (n=280), diabetes mellitus

tipo 2, 40.5% (n=162) y osteoartrosis 14.5% (n=58). Sin

embargo, la hipertensión y la osteoartrosis no son

consideradas en el Charlson. El 27.2% (n=109) tenían

Tabla 1. Comparación de promedios, porcentajes y significancia estadística entre los diferentes grados de fragilidad

Variable  

Frágil n= 176

Prefrágil n= 151

No frágil n= 73

Edad años 74.7 ± 8.6 69.9 ± 6.7 67.9 ± 7.3 <0.001

Talla (m) 1.56 ± 0.08 1.60 ± 0.08 1.61 ± 0.06 <0.001

Peso (kg) 68.2 ± 16.2 71.59 ± 13.0 70.1 ± 9.5 0.04

IMC (kg/m2) 27.7± 6.1 27.9 ± 4.8 26.8 ± 3.0 0.71

Género femenino (%) 74.4% (131) 68.2% (103) 52.1% (38) <0.001*

Sin ocupación (%) 93.2% (164) 83.4% (126) 23.3% (17) <0.001*

Vive solo (%) 43.8% (77) 35.1% (53) 26.0% (19) 0.02*

Escolaridad <6 años (%) 65.9% (116) 48.3% (73) 35.6% (26) <0.001*

Velocidad de la marcha (s) 9.9 ± 3.7 6.5 ± 1.5 5.3 ± 1.2 <0.001*

Fuerza prensil (kg/m2) 12.3 ± 8.6 17.6 ± 8.4 20.3 ± 8.1 <0.001*

p= ANOVA, p* = c2.; kg= kilogramo; m= metro; IMC= índice de masa corporal; kg/m2= kilogramos sobre metro al cuadrado.

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Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2

dos o más condiciones crónicas. La comparación de

porcentajes de estas comorbilidades entre hombre y

mujeres se representa en la tabla 3 y se observa que

sólo el porcentaje de hipertensión fue mayor en las

mujeres.

Al realizar un ajuste por edad y género (Cochran-

Mantel-Haenzel), las entidades nosológicas que

representaron una mayor asociación a fragilidad en

orden de frecuencia fueron la insuficiencia renal cró-

nica (OR crudo 5.5, IC 2.8-10.7, p<0.001; OR ajustado

5.1, IC 2.4-10.7, p<0.001) y la enfermedad cardiaca (OR

crudo 2.9, IC 1.5-5.4, p <0.001; OR ajustado 2.3, IC 1.2-

4.4). La inexistencia de comorbilidad mostró ser un

factor protector para la ausencia de fragilidad (OR 0.3,

IC 0.1 - 0.9, p<0.03).

De los criterios de fragilidad que presentaron

mayor asociación a comorbilidad fueron: velocidad

de la marcha (OR 4.4, IC 2.7-7.0, p<0.001) y la fuerza

de prensión en la mano dominante (OR 3.7, IC 2.1-6.5,

p<0.001). Mientras que el género y la edad no mos-

traron diferencia significativa respecto al grado de

comorbilidad (p=0.1).

DiscusiónLas medidas preventivas y el avance científico han

permitido que la vida del humano se prolongue. El

aumento de la población adulta es un reto para la

comunidad médica y los sistemas de salud. Es bien

sabido, que con el correr de los años se incrementan

los riesgos para enfermar o morir. Para determinar

el riesgo o vulnerabilidad se han utilizado en forma

indistinta tres términos que son: fragilidad, comor-

bilidad y discapacidad.7 La fragilidad es un concepto

que implica disminución de la reserva funciona y de la

resistencia al estrés.3,7 Un anciano frágil es un sujeto

que tiene el riesgo de morir o presentar una disca-

pacidad prolongada. La fragilidad ha sido estudiada

exhaustivamente a partir del último del siglo pasado

y se han creado muchos instrumentos para evaluarla,

por lo que este es uno de los factores que influye en

que las prevalencias o frecuencia sean diferentes

en los reportes publicados. Pero de lo que estamos

seguros es de que la fragilidad es un problema que

debe identificarse e iniciar medidas correctivas para

prolongar la calidad de vida de nuestros ancianos. En

Tabla 2. Asociación de estado de fragilidad y grado de comorbilidad.

Grado de comorbilidad Frágiln=176

Prefrágiln=151

No frágiln=73

p

Ausente (0-1 puntos) 55.1% (97) 84.1% (127) 91.8% (67) <0.001

Leve (2 puntos) 20.5% (36) 9.9 % (15) 5.5% (4) <0.001

Grave (≥3 puntos) 24.4% (43) 6.0% (9) 2.7% (2) <0.001

p* = c2

Tabla 3. Comparación de frecuencias de comorbilidades y significancia estadística entre hombres y mujeres.

Enfermedad Masculinon=128

Femeninon=272

P

Hipertensión arterial sistémica 63.3% (81) 73.2% (199) 0.04*

Diabetes mellitus 2 41.4% (53) 40.1% (109) 0.8

Osteoartrosis 10.2% (13) 16.5% (45) 0.09*

Insuficiencia renal crónica 10.9% (14) 16.2% (44) 0.1

Enfermedad cardiaca 9.4% (12) 14.3% (39) 0.1

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica 7.0% (9) 8.1% (22) 0.8

Enfermedad arterial periférica 0.8% (1) 4.4% (12) 0.1

p* = c2

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Frecuencia de fragilidad y comorbilidad en adultos mayores

Diciembre 2019

este estudio encontramos que la frecuencia de fragi-

lidad fue de 44% y como se dijo en líneas anteriores,

esta cifra resulta presentar semejanza y discrepan-

cia con otros estudios.3,9-15. La discrepancia es multi-

causal, entre estos destaca las escalas o instrumen-

tos para detectarla, el tipo de población estudiada,

zona geográfica, factores socioeconómicos, cultura-

res y genéticos.16 En este estudio se utilizó en forma

estricta los criterios originales de Linda Fried,3 y los

parámetros que más se asociaron a fragilidad fueron:

la edad, género femenino, menor educación, vivir solo

y mayor número de enfermedades crónicas; estos

resultados son muy similares a los encontrados en

estudios previos.13-17

De los criterios de fragilidad, la baja actividad física

fue el criterio más frecuente, con un 71.3%, cifra similar

a la obtenida por estudios previos realizados en pobla-

ción mexicana. 9,13,15 Sin embargo, al igual que un estu-

dio canadiense, los criterios que más se asociaron con

la fragilidad fueron la disminución en la velocidad de la

marcha y la fuerza de prensión.11

La presencia de múltiples enfermedades o comor-

bilidad es frecuente en ancianos. Respecto a la preva-

lencia de la comorbilidad, es difícil de estimar debido

a la discrepancia de criterios empleados, al número

de enfermedades presentes, a la prevalencia de

enfermedades en la población, a la edad y aparente-

mente al género de los pacientes.

A nivel internacional las cifras varían de acuerdo a

la ubicación geográfica y a edad de la población; en

España un 60% de la población mayor de 65 años

tiene cuatro o más enfermedades crónicas,18 mientras

en Alemania, se estima que el 24% de las personas de

entre 70 y 85 años presentan cinco o más enfermeda-

des.19 De acuerdo a la Encuesta de Salud, Bienestar y

Envejecimiento en América Latina y el Caribe (SABE)

se encontró que los siguientes porcentaje de acuerdo

al número de enfermedades crónicas; 32% presenta-

ban una enfermedad, 26% presentaron 2 y 17.8% tres

o más enfermedades crónicas respectivamente.14 Lo

anterior coincide con el estudio de Ávila-Funes, en

donde el 29.9% de los sujetos frágiles tuvieron dos o

más comorbilidades.20

La asociación entre fragilidad y comorbilidades se

sabía, pero no se había determinado, existe estudios

en donde asociaron la comorbilidad con envejeci-

miento exitoso21, sin embargo, no encontramos en

la literatura a nuestro alcance el grado de asociación

entre fragilidad determinada con la escala de Fried y

la comorbilidad determinada con la escala Charlson,

en este estudio la comorbilidad leve y severa se aso-

cia casi 2.7 y 6.2 veces a fragilidad. Con relación a la

comorbilidad encontramos que las enfermedades

más frecuentes fueron la hipertensión arterial sis-

témica (70%), diabetes mellitus tipo 2 (40.5%) y la

osteoartrosis (14.5%), cifras muy semejantes a lo

reportado por Charlson.6 Sin embargo, las que se

asociaron o son riesgos para fragilidad fueron la insu-

ficiencia renal crónica (5 veces) y la enfermedad car-

diaca (casi 3 veces). Estos resultados nos permitieron

conocer las enfermedades que más se asocian a fragi-

lidad e iniciar medidas para corregirlas. Consideramos

que estamos en la etapa descriptiva del problema y

hacen falta más estudios exploratorios.

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Diciembre 2019 161Agosto - Noviembre 2018 103

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1. Carta de PresentaciónTodo manuscrito deberá estar acompañado por una

carta de presentación firmada por todos los autores en la que se especifique a qué categoría pertenece el ar-tículo.

Si alguna parte del manuscrito ha sido publicada o remitida a otro medio (por ejemplo, tablas o ilustra-ciones), esta información deberá ser consignada y los autores tendrán que presentar los permisos de publi-cación correspondientes.

2. Financiación y Conflicto de InteresesLos autores deben indicar cualquier interés finan-

ciero directo o indirecto que puedan tener relación con el manuscrito presentado, debiendo autorizar a la Revista Argentina de Gerontología y Geriatría la pu-blicación de dicha información si así lo consideran los

editores. A los autores que declaren algún interés fi-nanciero se les pedirá que firmen una Declaración de Conflicto de Intereses.

3. BioéticaLos autores deben garantizar que toda investigación

experimental realizada con humanos en el trabajo se haya obtenido con consentimiento informado y que se hayan respetado las pautas éticas de la institución a la que pertenecen y de la Declaración de Helsinki de 1975, con la revisión de octubre del 2000 (disponible en: http://www.wma.net/e/policy/b3.htm - versión en inglés y español). En caso de ensayos clínicos contro-lados, deberá seguirse la normativa CONSORT, dispo-nible en: http://www.consortstatement.org; mientras que, si se trata de una evaluación de performance diag-nóstica, hay que seguir la normativa STARD, disponible en: http://www.stard-statement.org/. Si se presentan trabajos de experimentación con animales, deberán explicitarse las condiciones de trabajos con los mismos y la autorización o pautas de manejo de los animales emanados por una institución oficial o privada, o bien las pautas de leyes internacionales o del país/estado de origen del trabajo.

4. OriginalidadEl envío de un trabajo a la RAGG para su evaluación

implica: a) que dicho trabajo no haya sido publicado pre-viamente (excepto en forma de resumen o como parte de una tesis); b) que dicho trabajo no se encuentre bajo consideración de publicación en ninguna otra revista o medio de divulgación científica; y c) que su publicación haya sido aprobada por todos los autores y coautores del trabajo, así como también por la institución en la que se ha desarrollado.

5. PlagioTodos los manuscritos recibidos en la RAGG se pro-

cesan de forma automática a través de un programa ad hoc antes de someterse a la revisión por pares.

Requisitos para la publicación

6. CopyrightUna vez aceptado el artículo, se solicitará al autor

responsable que complete un «Acuerdo de publicación

REGLAMENTO DE PUBLICACIONES DE LAREVISTA ARGENTINA DE GERONTOLOGÍA Y GERIATRÍA

REGL

AMEN

TO

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Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 33, Nº 2162

Reglamento de Publicaciones

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 32, Nº 2104

Reglamento de Publicaciones

en la revista. Se le enviará un mensaje de correo elec-

trónico confirmando la recepción del manuscrito y ad-

juntando el documento de dicho Acuerdo. La Revista

Argentina de Gerontología y Geriatría es de acceso libre

(Open Access).

El autor transferirá el copyright a la Sociedad.

Si se incluyen pasajes de otros trabajos con copyright,

el/los autor/es debe/n obtener la autorización por es-

crito de los titulares del mismo y mencionar la/s fuente/s

del artículo.

Preparación

7. Envío de manuscritos

Los manuscritos deben enviarse por e-mail a ragg@

sagg.org.ar en formato Word.

8. Normas específicas para cada Sección

El Comité Editorial de la RAGG considerará para su

publicación trabajos relacionados con Medicina Ge-

riátrica, Gerontología y temas afines a la Especialidad.

Los autores deberán adecuar los trabajos remitidos, de

acuerdo con sus objetivos, a las siguientes categorías:

a) Originales

b) Revisión de tema

c) Comunicaciones

d) Monografías

e) Informe de Caso o Serie de casos

f) Carta Científica

g) Cartas al Editor y Respuesta

a) Originales

Los trabajos deberán presentar nueva información

relevante basada en la descripción y/o evaluación es-

tadística de casos propios a partir de investigaciones

originales. El cuerpo del trabajo no debe superar las

4500 palabras, no puede contener más de 20 figuras y

el número máximo de autores será de 6 gerontólogos

y/o geriatras.

La organización del manuscrito es la siguiente:

I. Resumen:

Debe ser lo suficientemente claro e informativo para

permitir la comprensión del trabajo; ser estructurado,

con un máximo de 250 palabras y estar dividido en 5

partes: Objetivo; Materiales y Métodos; Resultados;

Discusión y Conclusión; presentar de 3 a 5 palabras

clave; y no utilizar abreviaturas ni citas bibliográficas.

En todos los casos deberá elaborarse un resumen en

inglés (abstract) de similar extensión e idéntica segmen-

tación a la versión en español. Es decir, debe dividirse

en: Objective (Purpose); Materials and Methods; Results;

Discussion y Conclusion; y presentar de 3 a 5 keywords.

II. Introducción:

Consta de tres partes. La primera define el problema,

la segunda hace un breve recuento de lo que se conoce

respecto del problema y en la tercera parte se exponen

los objetivos del trabajo, teniendo en cuenta lo desarro-

llado en los párrafos anteriores.

III. Materiales y Métodos:

Se indican claramente los criterios de selección de los

sujetos incluidos en el trabajo. El protocolo debe ser ex-

puesto claramente, teniendo en cuenta los datos que

son útiles para el trabajo. Si se trata de un trabajo no

clínico, deben describirse las características completas

de los sujetos en estudio, ya que la experiencia debe

poder ser reproducida en su totalidad.

IV. Resultados:

Todos los resultados en relación con el trabajo se

exponen de manera clara y lógica, comprendiendo

también los resultados negativos. Si se utilizan tablas,

éstas y el texto no deben repetir la información. Se

utiliza el tiempo pasado. En esta Sección deberán in-

cluirse las ilustraciones pertinentes a la casuística ana-

lizada/estudiada.

V. Discusión:

Se discuten tanto los materiales como los métodos, y

se examina la validez de los resultados.

VI. Conclusión:

Se resumen brevemente los resultados del estudio y

sus consecuencias. Estos deben desprenderse riguro-

samente de la casuística analizada.

VII. Bibliografía:

No puede superar las 50 citas bibliográficas. (Con-

sultar apartado Citas Bibliográficas)

b) Revisión de Tema

Actualización de un tema o técnica que abarque los

últimos conceptos referentes a aspectos clínicos o ge-

rontológicos. Es un artículo basado en la descripción

RAGG_08_2018.indd 104 30/1/19 12:02

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Diciembre 2019 163

Reglamento de Publicaciones

Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 32, Nº 2104

Reglamento de Publicaciones

en la revista. Se le enviará un mensaje de correo elec-

trónico confirmando la recepción del manuscrito y ad-

juntando el documento de dicho Acuerdo. La Revista

Argentina de Gerontología y Geriatría es de acceso libre

(Open Access).

El autor transferirá el copyright a la Sociedad.

Si se incluyen pasajes de otros trabajos con copyright,

el/los autor/es debe/n obtener la autorización por es-

crito de los titulares del mismo y mencionar la/s fuente/s

del artículo.

Preparación

7. Envío de manuscritos

Los manuscritos deben enviarse por e-mail a ragg@

sagg.org.ar en formato Word.

8. Normas específicas para cada Sección

El Comité Editorial de la RAGG considerará para su

publicación trabajos relacionados con Medicina Ge-

riátrica, Gerontología y temas afines a la Especialidad.

Los autores deberán adecuar los trabajos remitidos, de

acuerdo con sus objetivos, a las siguientes categorías:

a) Originales

b) Revisión de tema

c) Comunicaciones

d) Monografías

e) Informe de Caso o Serie de casos

f) Carta Científica

g) Cartas al Editor y Respuesta

a) Originales

Los trabajos deberán presentar nueva información

relevante basada en la descripción y/o evaluación es-

tadística de casos propios a partir de investigaciones

originales. El cuerpo del trabajo no debe superar las

4500 palabras, no puede contener más de 20 figuras y

el número máximo de autores será de 6 gerontólogos

y/o geriatras.

La organización del manuscrito es la siguiente:

I. Resumen:

Debe ser lo suficientemente claro e informativo para

permitir la comprensión del trabajo; ser estructurado,

con un máximo de 250 palabras y estar dividido en 5

partes: Objetivo; Materiales y Métodos; Resultados;

Discusión y Conclusión; presentar de 3 a 5 palabras

clave; y no utilizar abreviaturas ni citas bibliográficas.

En todos los casos deberá elaborarse un resumen en

inglés (abstract) de similar extensión e idéntica segmen-

tación a la versión en español. Es decir, debe dividirse

en: Objective (Purpose); Materials and Methods; Results;

Discussion y Conclusion; y presentar de 3 a 5 keywords.

II. Introducción:

Consta de tres partes. La primera define el problema,

la segunda hace un breve recuento de lo que se conoce

respecto del problema y en la tercera parte se exponen

los objetivos del trabajo, teniendo en cuenta lo desarro-

llado en los párrafos anteriores.

III. Materiales y Métodos:

Se indican claramente los criterios de selección de los

sujetos incluidos en el trabajo. El protocolo debe ser ex-

puesto claramente, teniendo en cuenta los datos que

son útiles para el trabajo. Si se trata de un trabajo no

clínico, deben describirse las características completas

de los sujetos en estudio, ya que la experiencia debe

poder ser reproducida en su totalidad.

IV. Resultados:

Todos los resultados en relación con el trabajo se

exponen de manera clara y lógica, comprendiendo

también los resultados negativos. Si se utilizan tablas,

éstas y el texto no deben repetir la información. Se

utiliza el tiempo pasado. En esta Sección deberán in-

cluirse las ilustraciones pertinentes a la casuística ana-

lizada/estudiada.

V. Discusión:

Se discuten tanto los materiales como los métodos, y

se examina la validez de los resultados.

VI. Conclusión:

Se resumen brevemente los resultados del estudio y

sus consecuencias. Estos deben desprenderse riguro-

samente de la casuística analizada.

VII. Bibliografía:

No puede superar las 50 citas bibliográficas. (Con-

sultar apartado Citas Bibliográficas)

b) Revisión de Tema

Actualización de un tema o técnica que abarque los

últimos conceptos referentes a aspectos clínicos o ge-

rontológicos. Es un artículo basado en la descripción

RAGG_08_2018.indd 104 30/1/19 12:02

Agosto - Noviembre 2018 105

Reglamento de Publicaciones

de la experiencia del autor en un tema determinado,

fundamentado en una sólida revisión bibliográfica.

Además, integran esta categoría los trabajos sobre

temas anexos (legislación, ejercicio profesional, etc.).

El resumen no debe estar estructurado y no puede su-

perar las 250 palabras. En él se plantean el objetivo y

las partes esenciales. Es necesaria la elaboración de un

resumen en inglés (abstract). Deben presentarse hasta

5 palabras clave (keywords) y el cuerpo del trabajo no

debe superar las 3000 palabras.

Las citas bibliográficas no excederán las 70 y sólo se

podrán incluir hasta 15 figuras. El número máximo de

autores será de 6 geriatras y/o gerontólogos.

c) Comunicaciones

Hallazgos diagnósticos, observaciones epidemioló-

gicas, resultados terapéuticos, efectos adversos, tra-

bajos preliminares o cualquier otro evento que por su

importancia ameriten ser comunicados. El material

debe organizarse de la siguiente manera: resumen no

estructurado o estructurado (máximo: 250 palabras), y

entre 3 y 5 palabras clave (en castellano e inglés), in-

troducción, descripción sintética de las observaciones

y discusión breve. No es necesaria una conclusión. Las

figuras no deben superar las 6. Las referencias biblio-

gráficas no deben ser más de 15. El cuerpo del artículo

no debe superar las 2000 palabras y el número máximo

de autores será de 6 geriatras y/o gerontólogos.

d) Monografías

Descripción y tratamiento especial de determinada

parte de la Medicina Geriátrica y/o de la Gerontología

y/o de algún tema en particular, referido a la Especia-

lidad. Las referencias bibliográficas y los textos deben

ser relativamente breves. Hay que elaborar un resumen

no estructurado en castellano e inglés de hasta 250

palabras, y se deben incluir de 3 a 5 palabras clave/ke-

ywords. El cuerpo del trabajo no debe superar las 3000

palabras y no puede contener más de 15 figuras. Se per-

miten hasta 50 citas bibliográficas y el número máximo

de autores será de 6 geriatras y/o gerontólogos.

e) Informe de caso o serie de casos

Contendrán título (en español e inglés, en los que no

se indicará el diagnóstico final), autores, resúmenes (no

más de 150 palabras) en español e inglés, palabras clave

en ambas lenguas y estarán compuestos por presen-

tación del caso, discusión clínica, justificando la pre-

sentación del mismo por infrecuencia, valor etiológico,

pronóstico, diagnóstico, terapéutico, por la importancia

del diagnóstico diferencial. No podrán superar las 2.000

palabras, hasta dos tablas o figuras y no más de 15 refe-

rencias. Resumen no estructurado.

f) Carta Científica

Narración no estructurada de un caso clínico o ge-

rontogeriátrico, dirigida al Editor. Debe contener una

introducción donde conste el objetivo, un desarrollo

corto y la evolución del caso. No incluirá resumen,

conclusión o tablas, ni tampoco palabras clave. La ex-

tensión del manuscrito no podrá superar las 1000 pa-

labras. Se aceptarán hasta 4 figuras y las citas biblio-

gráficas no deberán superar las 10. El número máximo

de autores será de 6 geriatras y/o gerontólogos. Ante

la recepción de un caso clínico, el Editor podrá reco-

mendar esta modalidad de presentación cuando lo

considere oportuno.

g) Cartas al Editor y Respuesta

Trabajo relativamente breve que expresa el juicio

personal del/los autor/es sobre un determinado tópico

controvertido, o bien críticas o discrepancias con artí-

culos publicados en la RAGG, elaboradas de manera

constructiva, objetiva y educativa. Las cartas deberán

aclarar, en el marco del derecho a réplica, los puntos

controvertidos del artículo o tema en cuestión. Este tipo

de artículo no lleva resumen ni palabras clave y el cuerpo

del texto no puede superar las 700 palabras. Puede con-

tener hasta 2 figuras y 5 citas bibliográficas. El número

máximo de autores será de 3 geriatras y/o gerontólogos.

• Presentación de Caso (Case Report): relatos de casos

raros por su forma de presentación, escasa frecuencia

o asociación inusual con otra entidad.

9. Estructura de los Trabajos

I. Página de Título (Primera Página)

Esta página debe incluir el título del artículo (en cas-

tellano y en inglés), los nombres de los autores y la

dirección (incluyendo código postal) de la institución

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Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 32, Nº 2106

Reglamento de Publicaciones

donde se desarrolló el trabajo. A su vez, deberá identi-

ficarse al autor para el envío de correspondencia indi-

cando dirección, teléfono y e-mail. En este documento

deberá incluirse el texto relativo a la Contribución de

Autoría y especificar si existe Conflicto de Intereses y/o

Financiación. Los Reconocimientos a personas, por co-

laboración en el estudio o la preparación del manuscrito,

así como a Centros o Entidades que hayan apoyado la

elaboración del trabajo, podrán incluirse en esta página.

II. Página de Título “Ciega” (Segunda Página)

El texto del manuscrito deberá comenzar por el

nombre de la sección a la que corresponde y el título

del trabajo sin el nombre de los autores, a fin de ser

usada en el proceso de revisión por pares (peer review).

El texto del manuscrito deberá organizarse de

acuerdo a la categoría a la que este corresponda.

III. Resumen – Abstract

Excepto la Carta al Editor y la Carta Científica, todos

los artículos deberán incluir un resumen/abstract. En el

caso de los originales, dicho resumen deberá segmen-

tarse acorde con lo expuesto anteriormente en este

Reglamento, en el apartado de Originales. En las otras

categorías, el resumen/abstract correspondientes no re-

quieren segmentación (es decir, no habría que dividirlo

en Objetivo, Materiales y Métodos, etc.).

IV. Palabras Claves – Keywords

Excepto en la Carta al Editor y la Carta Científica todos

los artículos deben incluir entre 3 y 5 palabras clave, en

español e inglés, e incluirse en la Página de Título “Ciega”.

V. Citas Bibliográficas

Las citas deben escribirse a doble espacio comen-

zando en página separada y tienen que estar numeradas

consecutivamente de acuerdo con el orden en que apa-

recen en el texto. Todas las citas que aparezcan listadas

en las citas bibliográficas deben indefectiblemente

estar incluidas como referencia en el texto. Dichas citas

deberán escribirse en superíndice (por ejemplo,21) y apa-

recerán al final de la frase que contenga información a

referenciar. En caso de citarse los nombres de los au-

tores, la cita deberá incluirse inmediatamente después

de estos (por ejemplo, Fustinoni, O. et al.4).

Las referencias deben numerarse en forma con-

secutiva, en el mismo orden en que son citadas por

primera vez en el texto. En las referencias donde se

citan seis o menos autores, deben figurar todos ellos

con apellido e inicial del nombre. En caso de ser siete

o más autores, sólo los seis primeros deben identifi-

carse y luego deben ir seguidos de et al. El título de las

revistas citadas deberá abreviarse acorde al Index Me-

dicus MEDLINE (disponible en: http://www.ncbi.nlm. nih.

gov/pubmed. A manera de ejemplo, suministramos las

maneras correctas de citar:

• Artículo de Revista

José Gutiérrez Rodríguez, Marta Alonso Álvarez,

Carmen Varela Suárez, Juan José Solano Jaurrieta. Fac-

tores de riesgo asociados a deterioro funcional en el an-

ciano tras su consulta en un servicio de urgencias. Rev

Mult Gerontol 1999; 9:139-146.

• Capítulo de Libro

Henrich, WL. Diálisis. México McGraw-Hill Intera-

mericana; 2001. P94 Chamoles N, García Erro, M. Los

errores congénitos del metabolismo. En Sica REP, Mu-

chnik S. Clínica Neurológica. Buenos Aires: La Prensa

Médica; 2003. p 173-202.

• Libro Completo

Risgven MK, Bond D. Gerontology and leadership skills

for nurses. 20 ed. Albany (NY): Delmar Publishers; 1996.

• Las citas de resúmenes bibliográficos, editoriales y

cartas al editor deben aclarar su origen: Spargo PM,

Manners JM. DDVAP and open heart surgery (letter).

Anaesthesia. 1989; 44:363-4. Fuhrman SA, Joiner KA.

Binding of the third component of complement 3 by To-

xoplasma gondii (abstract). Clin Res. 1987;35:475ª

• Cita de Revista Online

Friedman SA. Preclamsia: a review of the role of pos-

taglandins. Obstet Gynecol (serial online). January 1988;

71:22-37. Available from: BRS Information Technologies,

McLean VA. [consultado Dec 1990]

• Cita de Base de Datos

EARSS: the European Antimicrobial Resistance Sur-

veillance System [Internet].Bilthoven (Netherlands):

RAGG_08_2018.indd 106 30/1/19 12:02

Page 39: Revista Argentina de Gerontología y GeriatríaGerontología y Geriatría Revista Argentina de Gerontología y Geriatría Diciembre 2019 Personas mayores usuarias de transporte público

Diciembre 2019 165

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Revista Argentina de Gerontología y Geriatría, Vol. 32, Nº 2106

Reglamento de Publicaciones

donde se desarrolló el trabajo. A su vez, deberá identi-

ficarse al autor para el envío de correspondencia indi-

cando dirección, teléfono y e-mail. En este documento

deberá incluirse el texto relativo a la Contribución de

Autoría y especificar si existe Conflicto de Intereses y/o

Financiación. Los Reconocimientos a personas, por co-

laboración en el estudio o la preparación del manuscrito,

así como a Centros o Entidades que hayan apoyado la

elaboración del trabajo, podrán incluirse en esta página.

II. Página de Título “Ciega” (Segunda Página)

El texto del manuscrito deberá comenzar por el

nombre de la sección a la que corresponde y el título

del trabajo sin el nombre de los autores, a fin de ser

usada en el proceso de revisión por pares (peer review).

El texto del manuscrito deberá organizarse de

acuerdo a la categoría a la que este corresponda.

III. Resumen – Abstract

Excepto la Carta al Editor y la Carta Científica, todos

los artículos deberán incluir un resumen/abstract. En el

caso de los originales, dicho resumen deberá segmen-

tarse acorde con lo expuesto anteriormente en este

Reglamento, en el apartado de Originales. En las otras

categorías, el resumen/abstract correspondientes no re-

quieren segmentación (es decir, no habría que dividirlo

en Objetivo, Materiales y Métodos, etc.).

IV. Palabras Claves – Keywords

Excepto en la Carta al Editor y la Carta Científica todos

los artículos deben incluir entre 3 y 5 palabras clave, en

español e inglés, e incluirse en la Página de Título “Ciega”.

V. Citas Bibliográficas

Las citas deben escribirse a doble espacio comen-

zando en página separada y tienen que estar numeradas

consecutivamente de acuerdo con el orden en que apa-

recen en el texto. Todas las citas que aparezcan listadas

en las citas bibliográficas deben indefectiblemente

estar incluidas como referencia en el texto. Dichas citas

deberán escribirse en superíndice (por ejemplo,21) y apa-

recerán al final de la frase que contenga información a

referenciar. En caso de citarse los nombres de los au-

tores, la cita deberá incluirse inmediatamente después

de estos (por ejemplo, Fustinoni, O. et al.4).

Las referencias deben numerarse en forma con-

secutiva, en el mismo orden en que son citadas por

primera vez en el texto. En las referencias donde se

citan seis o menos autores, deben figurar todos ellos

con apellido e inicial del nombre. En caso de ser siete

o más autores, sólo los seis primeros deben identifi-

carse y luego deben ir seguidos de et al. El título de las

revistas citadas deberá abreviarse acorde al Index Me-

dicus MEDLINE (disponible en: http://www.ncbi.nlm. nih.

gov/pubmed. A manera de ejemplo, suministramos las

maneras correctas de citar:

• Artículo de Revista

José Gutiérrez Rodríguez, Marta Alonso Álvarez,

Carmen Varela Suárez, Juan José Solano Jaurrieta. Fac-

tores de riesgo asociados a deterioro funcional en el an-

ciano tras su consulta en un servicio de urgencias. Rev

Mult Gerontol 1999; 9:139-146.

• Capítulo de Libro

Henrich, WL. Diálisis. México McGraw-Hill Intera-

mericana; 2001. P94 Chamoles N, García Erro, M. Los

errores congénitos del metabolismo. En Sica REP, Mu-

chnik S. Clínica Neurológica. Buenos Aires: La Prensa

Médica; 2003. p 173-202.

• Libro Completo

Risgven MK, Bond D. Gerontology and leadership skills

for nurses. 20 ed. Albany (NY): Delmar Publishers; 1996.

• Las citas de resúmenes bibliográficos, editoriales y

cartas al editor deben aclarar su origen: Spargo PM,

Manners JM. DDVAP and open heart surgery (letter).

Anaesthesia. 1989; 44:363-4. Fuhrman SA, Joiner KA.

Binding of the third component of complement 3 by To-

xoplasma gondii (abstract). Clin Res. 1987;35:475ª

• Cita de Revista Online

Friedman SA. Preclamsia: a review of the role of pos-

taglandins. Obstet Gynecol (serial online). January 1988;

71:22-37. Available from: BRS Information Technologies,

McLean VA. [consultado Dec 1990]

• Cita de Base de Datos

EARSS: the European Antimicrobial Resistance Sur-

veillance System [Internet].Bilthoven (Netherlands):

RAGG_08_2018.indd 106 30/1/19 12:02

Agosto - Noviembre 2018 107

Reglamento de Publicaciones

RIVM. 2001 - 2005 [cited 2007 Feb 1]. Available from:

http://www.rivm.nl/earss/

• Cita de Página Web

Gostin LO. Drug use and HIV/AIDS (JAMA HIV/AIDS we-

bsite) June 1, 1996. Updated (Actualizado): june 26, 1997.

Para más información en relación con otras fuentes

citables (por ejemplo: actas de conferencia, artículo

presentado en conferencia, etc.), se recomienda con-

sultar las Normas de Vancouver (pueden consultarse

en http://www.icmje.org)

VI. Tablas

Deben asociarse con un breve título descriptivo y nu-

merarse en el orden en el que aparecen en el texto.

Las abreviaturas deben aclararse en una nota al pie.

Deben ser “autoexplicativas” y no duplicar datos suminis-

trados en el texto o las figuras. Las referencias bibliográ-

ficas deben numerarse en secuencia con las del texto. Si

se utilizan datos procedentes de otra fuente, publicada

o inédita, hay que solicitar la autorización por escrito a la

revista o editorial fuente y reconocer su origen.

VII. Figuras o Ilustraciones

Se aceptarán las figuras o ilustraciones indicadas en

cada categoría. El número de la figura debe coincidir

con el número asignado en el texto y se asigna de forma

correlativa.

Las fotos, figuras o ilustraciones deben ser enviadas

mediante soporte digital. Las mismas tendrán que

contar con una resolución igual o mayor a 800x600

píxeles (300 dpi), en formato JPG. La medida mínima de

ancho es de 8.5 cm y el máximo de 17.5 cm.

Dentro del Word se pueden incluir las imágenes para

ver la ubicación en el trabajo, pero tendrán que ser

enviadas también por separado ser de excelente reso-

lución y uniformes en tamaño.

VIII. Epígrafes

Cada figura deberá acompañarse de su respectivo

epígrafe, deben escribirse en la misma hoja del manus-

crito, a doble espacio como el resto del texto. En caso

de referencias bibliográficas en las leyendas de las fi-

guras, deben numerarse en secuencia con las del texto.

IX. Estadística

Describir los métodos estadísticos con detalle sufi-

ciente para que el lector, versado en el tema y que

tenga acceso a los datos originales, pueda verificar los

resultados presentados. En lo posible, cuantificar los

hallazgos y presentarlos con indicadores apropiados

de error o incertidumbre de la medición. Analizar la

elegibilidad de los sujetos de experimentación y dar

los detalles del proceso de aleatorización.

Presentación de los trabajos

I. Texto

El texto debe estar escrito a doble espacio (incluidas

las citas bibliográficas, tablas/gráficos, pies de figuras

y comentarios a pie de página). Si se utilizan abrevia-

turas o iniciales, estas deben estar previamente ex-

plicadas en el texto. Las páginas deben numerarse

desde la portada. El nombre de los autores debe apa-

recer sólo en la primera página.

Las drogas y sustancias químicas deben referirse por

su nombre genérico y no por su nombre comercial.

II. Abreviaturas y Acrónimos

Defina las abreviaturas y acrónimos al comienzo del

texto, empleando primero la palabra completa seguida

de la abreviatura entre paréntesis: por ejemplo, Valo-

ración Geriátrica Integral (VGI).

Después de aceptado el trabajo

Pruebas de autor

Se enviará un conjunto de pruebas de página

(en archivos PDF) por correo electrónico al autor

encargado de la correspondencia. Si no desea uti-

lizar la función de anotaciones en PDF, puede enu-

merar las correcciones (incluidas las respuestas

del formulario de dudas) y enviarlas a la RAGG por

correo electrónico. En esta fase solamente se con-

siderarán cambios significativos en el artículo que

fue aceptado para su publicación con el permiso del

Director. Es importante asegurarse de que todas las

correcciones se nos envían de vuelta en una comu-

nicación: compruébelo minuciosamente antes de

responder.

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