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Análisis

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  • Integra EducativaRevista de Investigacin Educativa

  • Instituto Internacional de IntegracinConvenio Andrs Bello

    Revista de Investigacin Educativa

    Integra Educativa

    7

    Tema: Interculturalidad y descolonizacin

  • Integra EducativaRevista de investigacin educativa del III- CABLa Revista Integra Educativa es una publicacin cuatrimestral, la idea original pertenece al Instituto Internacional de Integracin del Convenio Andrs Bello. Tiene como objetivo fundamental el tratamiento y divulgacin de temticas educativas en los diferentes pueblos de Amrica Latina, el Caribe y resto del mundo. Es una revista indexada internacionalmente en el IRESIE (ndice de Revistas de Educacin Superior e Investigacin Educativa) de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, con registro de ISSN internacional. Asimismo, con el Centro de Informacin de la Educacin Superior ANUIES-Mxico, la Ctedra de Complejidad y Transdisciplinariedad Educativa CCTE y otras instituciones educativas nacionales e internacionales, con las que mantiene intercambios peridicos.

    Idea original: III-CAB

    Direccin general de la Revista: David Mora

    Coordinacin general de la Revista: Jorge Viaa y Marcelo Sarzuri-Lima

    Septimo tema:Interculturalidad y descolonizacin

    Edicin General: Silvya De Alarcn y Margarita Behoteguy

    Imagen de la portada: Diseo del III-CAB

    El III no se hace responsable ni comparte necesariamente las opiniones expresadas por los autores.

    REVISTA INTEGRA EDUCATIVA DEL III-CABProhibida su reproduccin total o parcial

    Integra Educativa, 2010

    Instituto Internacional de Integracin/ 2010

    Enero 2010

    DL: 4-3-1-08ISSN: 1997-4043

    Edicin y publicacin:INSTITUTO INTERNACIONAL DE INTEGRACINAv. Snchez Lima N 2146, Sopocachi. La Paz - BoliviaCasilla 7796/Fax (591) (2) 2411741/Tel (591) (2) 2410401 (591) (2) 2411041

    Fondo Editorial IpasmeLocales Ipasme, final Calle Chile con Av. Victoria (Presidente Medina), Urbanizacin Las Acacias, Municipio Bolivariano Libertador, Caracas, Distrito Capital, Venezuela Apartado Postal: 1040Telfonos: +58(212) 633 53 30 - Fax: +58(212) 632 97 65E-mail: [email protected] Web: http://fondoeditorialipasme.wordpress.com

  • Ministerio del Poder Popularpara la Educacin

    Gobierno Bolivarianode Venezuela

    Comandante Hugo Rafael Chvez FrasPresidente de la Repblica Bolivariana de Venezuela

    Lic. Jennifer Gil LayaMinistra del Poder Popular para la Educacin

    Junta Administradora del IPASME

    Prof. Favio Manuel Quijada SaldoPresidente

    Ing. Jos Alberto DelgadoVice-presidente

    Prof. Pedro Miguel Sampson Williams Secretario

    Fondo Editorial IPASME

    Lic. Jos Gregorio LinaresPresidente

    Comit EditorialJos Gregorio LinaresSagrario De LorzaAl Ramn Rojas Olayangel Gonzlez

  • ndice

    Editorial ........................................................................................................................................................................................ 9

    PRIMERA SECCIN

    Fundamentos tericos sobre descolonizacin, interculturalidad y educacin intercultural

    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacinJorge Viaa, Luis Claros y Marcelo Sarzuri-Lima ....................................................................................13

    La produccin del conocimiento descolonizadoren contextos del colonialismo internoEsteban Ticona Alejo ..........................................................................................................................................................37

    Los esfuerzos de construccin descolonizada de unEstado Plurinacional en Bolivia y los riesgos de vestir almismo caballero con otro ternoFernando Garcs V. ............................................................................................................................................................49

    Interculturalidad, educacin y descolonizacinJiovanny Samanamud vila .......................................................................................................................................67

    SEGUNDA SECCIN

    Resultados y avances de investigacin

    Debatir sobre lo escrito Diagnstico sobre la concepcinde interculturalidad en los funcionarios de la Alcalda de la ciudad de La PazMarcelo Sarzuri-Lima - Jorge Viaa...................................................................................................................83

    Educacin intercultural y bilinge en el sistema educativo mexicanoFernando I. Salmern Castro ...................................................................................................................................109

    Kurmi Wasi Un colegio diverso y colorido como el arco irisColectivo de profesores .....................................................................................................................................................119

  • TERCERA SECCIN

    Avances de investigacin de los cursos de postgrado relacionados a la temtica de interculturalidad y descolonizacin

    Construcciones tericas para descolonizar lacolonialidad del saber y la construccin de interculturalidad crticaDiego Andrs Chvez Rodrguez ...........................................................................................................................133

    Metfora conceptual de una colonizacin sutil:el fenmeno sincrnico de una (super)culturaconsumista y enajenacin globalLuca Rubinic Nuic ...........................................................................................................................................................149

    Descolonizacin del enfoque descolonizadorAlfonso Chvez Rodrguez ..........................................................................................................................................161

    Interculturalidad en las Fuerzas Armadas?G. Mauricio Martn Linares Valdz ...................................................................................................................173

    Repensar la industrializacin y eldesarrollo Contrariedades del vivir bienMarcelo Sarzuri-Lima ..................................................................................................................................................197

    Estado Plurinacional y herencia colonialAlternativas a la de-construccin de estructuras coloniales de poderVernica Stella Tejerina Vargas ...............................................................................................................................213

    Contingencia re-fundadora del Estado plurinacionalCarla Sandoval Villanueva ........................................................................................................................................229

  • 9Editorial

    El presente nmero de la revista est dedicado a la temtica de interculturalidad, descolonizacin y educacin intercultural y descolonizadora. Est dividido en tres partes. En la primera, se publica artculos inditos de los seis profesores con los que hemos tenido el gusto de compartir esfuerzos de produccin y circulacin colectiva de informacin y de conocimiento sobre estas complejas temticas: Jorge Viaa, Luis Claros, Esteban Ticona, Jiovanny Samanamud y Fernando Garcs. Ellos han sido profesores de los dos diplomados relacionados con esta lnea de investigacin que ha implementado el III-CAB. Estamos contentos y creemos que es un logro especial que todos los profesores de nuestros diplomados estn aportando al debate y la reflexin que lleva adelante el Instituto Internacional de Integracin del Convenio Andrs Bello.

    En una segunda parte tenemos resultados y avances de investigacin tanto de investigadores del III-CAB, como de personas vinculadas a l, en Bolivia y en el exterior. Finalmente en la tercera, tenemos artculos y ensayos de Leslie Ros, Diego Chavz, Luca Rubinic, Alfonso Chavz, Mauricio Linares, Marcelo Sarzuri-Lima, Vernica Tejerina y Carla Sandoval, todos ellos profesionales que participaron como estudiantes de los diplomados Interculturalidad y descolonizacin y Descolonizacin y Estado Plurinacional que el III-CAB ha llevado adelante el presente ao.

    Es un logro muy importante que los profesionales y compaeros estudiantes de los diplomados, as como todos y cada uno de los profesores, estn aportando a la investigacin y debate terico sobre esta importantsima temtica, cumpliendo adems un mandato fundamental del Instituto: vincular la investigacin y los programas de postgrado a varios niveles. Uno es el de producir textos e investigaciones del instituto que sean el eje de los mdulos fundamentales de los programas de postgrado que implementamos, labor que se ha conseguido con xito en el presente ao. Y segundo, lograr que los diplomados tengan un enfoque investigativo, retroalimentando el proceso investigativo de profesores y participantes.

    Estamos satisfechos y conformes en la lnea de investigacin interculturalidad y descolonizacin por los logros alcanzados y una parte de estos logros ponemos a consideracin del pblico en general a travs de la presente publicacin, agradeciendo a los autores, en especial a los investigadores del III-CAB, a los profesores y colegas estudiantes de los diplomados de interculturalidad, descolonizacin y Estado Plurinacional.

  • 10

    Por medio de este nmero de la revista queremos compartir -con las personas interesadas en producir colectivamente prcticas y discursos emancipativos- algunos de los logros alcanzados para que sirvan como insumo de sus propias construcciones, reflexiones y luchas. Estaremos a la espera de las crticas, comentarios, complementos, aplicaciones y enriquecimientos de lo aqu planteado.

    Jorge Viaa Marcelo Sarzuri-Lima

    Lnea de investigacin en Interculturalidad del III-CAB

  • PRIMERA SECCIN

    Fundamentos tericos sobre descolonizacin, interculturalidad y educacin intercultural

    Un ser slo se considera independiente en cuanto es dueo de s y slo es dueo de s en cuanto se debe a s mismo su existencia.

    Karl Marx

  • 13Integra Educativa Vol. III / N 1

    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    Jorge ViaaInvestigador Instituto Internacional de IntegracinConvenio Andrs [email protected]

    Luis ClarosLicenciado en Filosofa y EconomaMaestrante en Filosofa y Ciencia Poltica, [email protected]

    Marcelo Sarzuri-LimaAsistente de investigacin Instituto Internacional de IntegracinConvenio Andrs [email protected]

    RESUMEN

    Este ensayo busca nutrir la discusin abierta en torno a la temtica de la descolonizacin, para lo cual se realiza una revisin de autores de distintas vertientes tericas. La idea central del texto es dar cuenta sobre la condicin colonial, para ello se hace nfasis en el concepto de colonialismo interno de Gonzles Casanova quien sostiene que la comunidad indgena es una colonia al interior de los lmites nacionales. A su vez, se recorre las ideas de los bolivianos Fausto Reinaga y Ren Zavaleta Mercado, del primero se retoma la idea del pan-indianismo o la construccin del Estado-continente y, del segundo, su anlisis de la forma gamonal del Estado y la nocin de la mutua determinacin de los componentes en la condicin colonial, donde el seor se ve en los ojos del indo y viceversa, lo que Luis Tapia denomina la sobredeterminacin.

    Finalmente, se hace una revisin del concepto de narrativa colonial trabajado por el grupo de Estudios de la Subalternidad, donde se plantea que la historiografa implic una invisibilizacin de los subalternos. Toda esta construccin terica muestran los laberintos del proceso de descolonizacin que implica la necesidad de pensar nuevas prcticas de superacin de las relaciones de dominacin.

    Palabras clave: descolonizacin, condicin colonial, mutua determinacin de los componentes, estudios de la subalternidad.

    AbSTRACT

    This essay seeks to feed an open discussion around the theme of decolonization, after making a review of authors from different theoretical perspectives. The central idea of this paper is to report about the colonial condition. For this we emphasize the concept of internal colonialism according to Gonzales Casanova, who argues that the Indian community is a colony within the

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    Jorge Viaa, Luis Claros y Marcelo Sarzuri

    national boundaries. In turn, we follow through the ideas of Bolivians Fausto Reinaga and Ren Zavaleta Mercado, from the former we retake the idea of pan-Indianism or construction of the continet-state and from the later his analysis of how the gamonal state form and the notion of mutual determination of the components in the colonial condition, where the lord is seen in the eyes of the Indian and vice versa, what Luis Tapia named overdetermination. Finally, a review of the colonial narrative concept as worked by the group of Subaltern Studies, which suggests that the historiography involved an invisibility of those subordinate. All this theoretical construct shows the labyrinths of the decolonization process which involves the need to think about new ways of superseding the relations of domination.

    Keywords: Decolonization, colonial status, mutual determination of the components, subaltern studies.

    Introduccin

    La amplia plataforma para nutrir la especulacin que se ha abierto en la presente coyuntura respecto a la temtica de la condicin colonial no est siendo acompaada de un debate sistemtico y profundo. No existe una profundizacin de las propuestas que fueron ya realizadas hace varias dcadas que permita abrir nuevas vetas de investigacin. El presente texto pretende aportar a esta importante tarea.

    El largo y al principio ignorado debate que se viene dando desde mediados de los aos sesenta sobre la temtica de la condicin colonial y la descolonizacin parte de varias vertientes y vetas muy diversas y contrastantes.

    Estn siempre las referencias a Pablo Gonzlez Casanova (1976), Guillermo Bonfil Batalla (1993), Franz Fanon (1976), Rodolfo Stavenhagen (1975). En Bolivia, son inevitables las referencias a Reinaga (1967, 1970) y Zavaleta (1986), en las dcadas de los sesenta a los ochenta, y los trabajos de Rivera (1993) y Garca Linera (1994, 2007) en los aos noventa.

    Por sus aportes significativos, tambin hay que mencionar los trabajos de los Estudios de la Subalternidad, con autores como Ranajit Guha (2007), Dipesh Chakrabarty (1999) y Gayatri Spivak (2003). Los Estudios de la Subalternidad nacieron como revisin crtica de las narrativas histricas producidas en la India colonial y postcolonial.

    El debate al que todos estos autores aportaron de alguna manera ser el ncleo de las reflexiones del presente artculo. En la actual coyuntura, est claro que hace falta mayor enriquecimiento del debate sobre la especificidad de la condicin colonial y las propuestas de transformacin de esta condicin colonial.

    Empezaremos con un breve recorrido por la obra de Pablo Gonzlez Casanova, quien plante de forma ms completa el concepto de colonialismo interno, para concentrarnos luego en Reinaga y Zavaleta y finalizar con la revisin de las propuestas de Guha, Chakrabarty y Spivak.

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    1. Las colonias internas en el entramado colonial internacional

    Gonzlez Casanova fue el que con ms claridad plante, a mediados de los aos sesenta, el concepto de colonialismo interno en Mxico.

    El problema del indgena es esencialmente un problema de colonialismo interno. Las comunidades indgenas son nuestras colonias internas. La comunidad indgena es una colonia en el interior de los lmites nacionales. La comunidad indgena tiene las caractersticas de la sociedad colonizada. (Gonzlez Casanova, citado en Ticona, 2000: 141)

    Lo ms fuerte de este pensamiento crtico es que haca nfasis en otros elementos clave de la explicacin de las formas de dominacin y explotacin de las sociedades latinoamericanas, en especial Mxico, Guatemala, Per, Ecuador y Bolivia. Pensaba a la comunidad indgena como colonia de los grupos, clases y castas dominantes en el marco del estado nacional que a su vez se encontraba bajo relaciones coloniales en el entramado internacional de las relaciones de poder.

    Esta visin rompa con la tendencia nacionalista de los marxismos de manual, pero tambin con las prcticas y discursos seoriales de la nacin, para posicionar la idea del colonialismo interno como eje explicativo del sistema complejo de solidificacin de las formas de dominacin en pases de fuerte presencia indgena.

    Acostumbrados a pensar el colonialismo como un fenmeno internacional, no hemos pensado en nuestro propio colonialismo. Acostumbrados a pensar en Mxico, como antigua colonia o como semi colonia de potencias extranjeras y en los mexicanos en general como colonizados por los extranjeros, nuestra conciencia de ser a la vez colonizadores y colonizados no se ha desarrollado. (Gonzlez Casanova citado en Ticona, 2000: 141)

    El desplazamiento fundamental que plantea esta propuesta est en hacer nfasis en la importancia del fenmeno colonial no como fenmeno internacional que tiene otras caractersticas vistas desde este nico punto de vista al que nos hemos acostumbrado a verlo sino como foco de esta trama que articula los fenmenos internacionales con la condicin colonial interna de las naciones o colonialismo interno.

    Todo el sistema tiende a aumentar como observa Myrdal la desigualdad internacional, las desigualdades econmicas, polticas y culturales entre la metrpoli y la colonia y tambin la desigualdad interna, entre los metropolitanos y los indgenas: desigualdades raciales, de castas, de fueros, religiosas, rurales y urbanas, de clase. Esta desigualdad universal tiene particular importancia para la comprensin de la sociedad colonial y est estrechamente vinculada a la dinmica de las sociedades duales o plurales. (Gonzlez Casanova citado en Ticona, 2000: 148, 149; cursivas nuestras)

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    Jorge Viaa, Luis Claros y Marcelo Sarzuri

    El tema de la desigualdad es fundamental, pero tal vez ms importante como elemento explicativo es la descripcin bsica de la estructura y dinmicas bsicas del colonialismo interno. La constitucin de la sociedad que Gonzlez Casanova denomina dual es el elemento central del colonialismo interno, que tambin ser planteado otros trminos por Fausto Reinaga como eje central discursivo ms o menos por la misma poca. Veamos:

    En Bolivia hay dos Bolivias. Una Bolivia mestiza europeizada y otra Bolivia kolla-autctona. Una Bolivia chola y otra Bolivia india. Bolvar fund una repblica con esclavos, una repblica con indios. (Reinaga, 2001: 174)

    Aclaremos un poco el anlisis de sociedades duales y sociedades plurales a la vez como eje del concepto de colonialismo interno.

    La existencia de la sociedad dual o plural coincide y se entrelaza en efecto con la existencia de la sociedad colonial, aunque quepa distinguir entre colonias de emigrantes o colonias de granjeros, por una parte y colonias de explotacin, por otra. Aqullas han tendido a ser, sin duda sociedades homogneas que se han movido en direccin a una situacin de igualdad con la madre patria, tanto en las finanzas como en el equipo industrial y hacia una independencia poltica formal o potencial. En cambio la situacin de dependencia, la situacin tpicamente colonial, se acenta en las colonias de explotacin, de plantaciones con culturas heterogneas: La sociedad colonial por regla general consiste en una serie de gustos ms o menos conscientes de s mismos, a menudo separados entre s por distintos colores y que tratan de vivir sus vidas separadas dentro de un marco poltico nico. En resumen las sociedades coloniales tienden a ser plurales. (Gonzlez Casanova citado en Ticona, 2000: 149)

    La caracterstica de vivir sus vidas separadas, los colonizadores y los colonizados dentro de un marco poltico nico es lo que caracteriza Gonzlez Casanova como sociedad dual y que se preserva cuando se funda nuevas repblicas con larga y profunda experiencia colonial. Las independencias formales de las naciones que reconstituyen un tipo de colonialismo interno son las que constituyen el marco poltico nico. Pero, para preservar las relaciones internas en las que se mantiene y refuerza la tendencia de tratar de vivir sus vidas separadas, se construye un apartheid de facto con marco poltico formal nico.

    Es un hecho bien conocido que al lograr su independencia, las antiguas colonias no cambian sbitamente su estructura internacional e interna. La estructura social internacional contina en gran parte siendo la misma y amerita una poltica de descolonizacin, segn se ha visto con toda claridad, particularmente por los dirigentes de las nuevas naciones y por los investigadores europeos. En el terreno interno ocurre otro tanto, aunque el problema no haya merecido el mismo nfasis sino, como dijimos anteriormente, observaciones ocasionales. Las nuevas naciones conservan, sobre

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    todo, el carcter dual de la sociedad y un tipo de relaciones similares a las de la sociedad colonial, que amerita un estudio objetivo y sistemtico. (Gonzlez Casanova citado en Ticona, 2000: 149; cursivas nuestras)

    En la anterior cita, podemos ver claramente el concepto de carcter dual al que se refiere el autor, que est fusionado al de sociedad plural.

    En las sociedades plurales, las formas internas del colonialismo permanecen despus de la independencia poltica y de grandes cambios sociales como la reforma agraria, la industrializacin y movilizacin. (Gonzlez Casanova citado en Ticona, 2000: 152)

    Gonzlez Casanova usa como sinnimos sociedades duales o sociedades plurales. Estas categoras ms o menos son las que Zavaleta trabajar despus, bajo la idea de diversidad profunda y abigarramiento, en las que el ncleo central explicativo se encuentra en la idea de articulacin seorial que comentaremos ms adelante. La importancia de Gonzlez Casanova radica en que intenta dar cuenta del colonialismo interno de forma ms o menos sistemtica y que abarca varios aspectos de la realidad.

    ...la nocin de colonialismo interno no es slo psicolgica, sino estructural. Ligada a la poltica de los gobiernos nacionales... puede tener un valor econmico y poltico... e idear instrumentos especficos infraestructurales, econmicos, polticos y educacionales que aceleren deliberadamente los procesos de descolonizacin no slo externa, sino interna y, por ende, los procesos de desarrollo. Tambin puede ser la base de una lucha contra el colonialismo, como fenmeno no slo internacional, sino interno, y derivar en movimientos polticos y revolucionarios que superen los conceptos de integracin racial o de lucha racial, ampliando la estrategia de los trabajadores colonizados. (Gonzlez Casanova citado en Ticona, 2000: 153; cursivas nuestras)

    Con esta cita, que muestra la voluntad poltica clara de aportar a los procesos de lucha con la reflexin sobre el colonialismo interno, pasamos a analizar algunos aspectos centrales de la propuesta de Reinaga.

    2. Pan-indianismo transnacional

    Luego del paso de Reinaga por posiciones ms o menos marxistas en su juventud, su posterior afinidad con el nacionalismo revolucionario, su experiencia como diputado en la poca de Villarroel y su participacin en el primer congreso indgena de los aos 40, va madurando su propuesta indianista la cual terminar de producirse en los aos 60 y 70. Ms all de la importancia de Reinaga como denuncia y construccin inicial del discurso del indianismo, quisiramos explorar algunas implicancias fundamentales de su propuesta.

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    Jorge Viaa, Luis Claros y Marcelo Sarzuri

    Una de las fuerzas ms grandes de unificacin de los subalternos es la construccin de grandes discursos unificadores, los cuales intentan totalizar lo ms posible los elementos de diversas realidades que se perciben unidas frente una misma amenaza y enemigo. Este parece ser el caso de Reinaga, con la enorme fuerza que esto genera y tambin sus limitaciones. Garca Linera sintetiza as la apuesta que Reinaga construye:

    En su etapa inicial, este discurso toma la forma de un pan-indigenismo, en la medida en que se refiere a una misma identidad india que se extiende a lo largo de todo el continente, con pequeas variantes regionales. (Garca Linera, 2007: 160)

    La lectura que traa el indianismo era la del pan-indianismo, una patria india, que iba desde Chiapas hasta Tierra del Fuego (Garca Linera, 2009: 22).

    Mostraremos cmo se expresa esta visin en los textos de Reinaga para mostrar que incluso va ms all de un pan-indianismo, llegando a plantear ms bien una lucha global entre occidente blanco y la gran mayora de pueblos englobados en la idea de indios. A esta posicin de Reinaga la han denominado tambin etapa amutica, que sera la de sus ltimos aos. Mostraremos adems que un referente fundamental de Reinaga es Franz Fanon y la lucha por el poder negro en Norte Amrica (Lucero, 2007)1:

    Pero EEUU y Europa se hallan cercados por los indgenas del Asia, frica e Indoamrica. De la poblacin actual del mundo que es de 3.180.000.000; 2.500.000.000 son indios; y 680.000.000 son blancos. Dos mil quinientos indios se han levantado contra seiscientos ochenta millones de blancos, exigiendo su libertad. Y estos 2.500.000.000 de indgenas del mundo, estos 2.500.000.000 de indios hambrientos y esclavos del planeta Tierra cercan al Occidente con tal fuerza y con tal conciencia, que la victoria, si sabemos luchar, la cantaremos los indios del mundo. (Reinaga, 2001: 67)

    O esta otra cita del Manifiesto del Partido Indio de Bolivia:

    La revolucin india, en el plano mundial es la revolucin del tercer mundo El tercer mundo no es el blanco-mestizo comunista o nacionalista de la Amrica cipaya. El tercer mundo es el frica negra y la amarilla Asia esclavas; y en Amrica es el indio, el hombre salido de Anwac y Tiwanaku; el hijo de Mojtesuma y de Manco Kapaj. (Reinaga, 1970b: 77)

    Esta es una idea muy similar a la que plantea, bajo otros fundamentos y horizonte, Fanon en el famoso libro Los condenados de la Tierra, autor muy citado en los textos de Reinaga y en especial en Revolucin India:

    1 La idea de los orgenes africanos del indianismo fue analizada por Lucero en un artculo que lleva el sugerente ttulo: Fanon, Reinaga y los orgenes africanos del indianismo en los Andes.

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    Nacionalidades indgenas?. No hay tal cosa. El indio es una sola Nacin. El indio es la tierra animada, es la tierra vitalizada; tierra viva. (Reinaga, 2001: 117)

    La idea de una sola nacin india al menos continental con alcance mundial en el mejor de los casos, como se vio en las citas de Reinaga, se concretiza en la propuesta de entender la dominacin como una confrontacin entre castas seoriales e indios, en especial por las caractersticas de las incipientes burguesas. Esta idea de castas seoriales como luego las llamar Zavaleta ser retomada por muchos de los que despus estudiaron y denunciaron el tema del colonialismo interno:

    Al indio no le oprime una burguesa, al indio lo explota una casta, una subraza, una cultura. Al indio lo esclaviza el criollo-mestizocholo convertido, entes en Espaa, ahora en Bolivia. (Reinaga, 2001: 122)

    En medio de marxismos de manual, que no entendan ni les importaba la temtica indgena, fue fundamental la propuesta de analizar la estabilizacin y consolidacin de un sistema de dominacin y explotacin basado en la nocin de casta que introduce Reinaga, que como ya lo dijimos est articulado a un posicionamiento transnacional muy claro:

    El poder Indio, hoy por hoy, es la idea-fuerza de la reconstruccin, la resurreccin, el renacimiento, la reconquista de su nacin y de su estado El primer paso del Poder Indio en Bolivia es la liberacin del Kollasuyo; el segundo la reconstruccin del Tawantinsuyu del siglo XX y el tercer paso la edificacin de la Nacin-Continente, el Estado-Continente de Indoamrica (Reinaga, 2001: 170, 171; cursivas nuestras)

    Tal vez el elemento central de la propuesta de Reinaga sea su preocupacin de llevar adelante un revisionismo histrico de largo alcance. Casi todos sus trabajos estn plagados de replanteos y reconstrucciones histricas desde la poca colonial incluso precolonial hasta nuestros das.

    Esta metodologa de revisionismo histrico como eje de una argumentacin terica, tambin ser ensayada por los tericos del nacionalismo revolucionario, en especial Montenegro, Cspedes y ser el proyecto ms importante de Zavaleta. De hecho, el trabajo que Zabaleta dej pendiente al morir y fue publicado pstumamente a fines de los aos ochenta, con el ttulo de Lo Nacional Popular en Bolivia, era, absolutamente, un trabajo de relectura y replanteo de la historia.

    Pasemos ahora a bosquejar algunas limitaciones de la propuesta de Reinaga. Segn Garca Linera, en Reinaga se hace abstraccin de las diferencias concretas que existen entre los pueblos y naciones indgenas:

    Esta mirada transnacional de la estructura civilizatoria indgena puede considerarse imaginariamente expansiva en la medida en que supera el

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    Jorge Viaa, Luis Claros y Marcelo Sarzuri

    localismo clsico de la demanda indgena; pero, al mismo tiempo, presenta una debilidad en la medida en que minimiza las propias diferencias intra-indgenas y las diferentes estrategias de integracin, disolucin o resistencia por las que cada nacionalidad indgena opt dentro de los mltiples regmenes republicanos instaurados desde el siglo pasado (Garca Linera, 2007: 160; cursivas nuestras)

    En esta otra cita queda ms clara la debilidad de esta primera forma clsica y fundacional del discurso indianista con su ncleo central del pan-indianismo transnacional:

    El aporte que intentamos hacer desde una lectura ms marxista de la visin es la delimitacin territorial del indianismo, hay un mundo aymara, hay nacionalidad aymara, hay un mundo quechua, hay protonacionalidades quechuas; la idea de un mundo de gran patria india funciona como ideario utpico pero no tiene sostenibilidad poltica real, entonces hay que apuntar a identidades fuertes, no a identidades amplias pero ambiguas y difusas. Se apunta as, a una identidad fuerte que es la aymara, y se comienza a construir smbolos, narrativas, que permitan cohesionar la identidad en torno a lo aymara y en torno a lo quechua la territorializacin de la identidad indgena. (Garca Linera, 2009: 22; cursivas nuestras)

    Los aportes de los aos noventa son ms locales y localizados, en especial las propuestas de transformaciones estatales como el Estado Plurinacional y los debates sobre autonomas indgenas, aunque existen posiciones que siguen planteando el debate desde un pan-indianismo internacional.

    Pasemos ahora a mostrar uno de los anlisis ms interesantes y elaborados sobre la temtica que se ha planteado: el aporte de Ren Zavaleta.

    3. Zavaleta y la mutua determinacin de los componentes de la relacin de dominacin colonial

    El texto que Zavaleta dej incompleto al morir era un intento de revisin histrica que abarcaba el periodo 1952 a 1980; sin embargo, para hacer esta revisin histrica se remonta ms al pasado y escribe tres captulos: el primero, La querella del excedente, rastrea los dilemas de la poca de la Guerra del Pacfico y la gnesis de la oligarqua; el segundo captulo, El mundo del temible Willka, es la historia de la consolidacin de la oligarqua y el Estado entre 1880 y 1925 aproximadamente; finalmente, el tercer captulo, El estupor de los siglos, es el anlisis de las consecuencias de la derrota de Willka posterior a 1900 empalmando con el anterior captulo y la Guerra del Chaco de los aos treinta. Tal vez lo ms importante es el anlisis del surgimiento de la ideologa del estado y de las castas que lo construyen que se empieza a bosquejar en especial desde fines del siglo XIX. Nunca llega a escribir los captulos sobre el 52 en adelante.

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    Un eje central del anlisis de Zavaleta es la constitucin de la forma gamonal del Estado retomando las propuestas de los peruanos Flores Galindo y J. C. Maritegui:

    En realidad el gamonalismo como tal es una forma extraeconmica de extraccin de excedente. Alberto Flores Galindo sugiere que se pueda hablar, como lo haba hecho Fontana, de una agregacin de clulas rurales aisladas. (Zavaleta, 2008: 72)

    Este eje ser central en los aos noventa, porque una corriente fundamental del debate actual ha centrado el anlisis y las propuestas en la descolonizacin del Estado bajo la forma de Estado Plurinacional y constitucin de amplias autonomas indgenas.

    Este anlisis de una forma extraeconmica de extraccin de excedente es llevado a las ltimas consecuencias, como se ve en la famosa frase de Zavaleta:

    lo que haba de capitalista en Bolivia estaba siempre determinado por lo que haba de no capitalista En realidad, los capitalistas mismos tenan depositadas sus ilusiones no en valores burgueses, sino en los smbolos seoriales. (Zavaleta, 2008: 85)

    Este anlisis superaba, con mucho, al marxismo vulgar que circul de forma generalizada desde los aos cuarenta a los ochenta en Bolivia y replanteaba el debate indianista sobre otras bases. La fusin en el anlisis de la subsuncin formal y las formas del gamonalismo, y la permanencia secular de la condicin colonial ser el eje de todo el trabajo de Zavaleta.

    La explicacin de fondo del fenmeno de la extraccin extraeconmica del excedente es la legalizacin de la expoliacin de las comunidades indgenas bajo mltiples formas.

    el nico negocio estable en Bolivia eran los indios. Dgase a la vez que la nica creencia ingnita e irrenunciable de esta casta fue siempre el juramento de su superioridad sobre los indios, creencia en s no negociable, con el liberalismo o sin l y aun con el marxismo o sin l. (Zavaleta, 2008: 87)

    Es legtimo sostener que, desde el momento mismo en que ponen pie en estas tierras los espaoles, el carcter precapitalista ms consistente es el desfalco de la fuerza de trabajo. Todas las fases del capitalismo hasta hoy se han basado en esta lgica desfalcatoria. (Zavaleta, 2008: 87)

    La articulacin de larga duracin de la sociedad reconstrua incesantemente y a travs de mltiples ciclos estatales y formas polticas esta condicin colonial y su reflejo en la superestructura estatal, que es la forma gamonal del estado. La tremenda persistencia de la condicin colonial es uno de los ejes centrales de construccin de todos los ciclos de desarrollo capitalista en Bolivia:

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    Demuestra la vitalidad de la casta seorial que en realidad se ha reorganizado de esta manera tres veces, la primera con el melgarejismo y los conservadores, la segunda con la revolucin federal y la tercera con la revolucin democrtica de 1952. (Zavaleta, 2008: 93)

    Por estos motivos, es comparable con el apartheid sudafricano o las condiciones esclavistas del sur de Estados Unidos antes de la Guerra de Secesin:

    Para todo efecto poltico, un pas que resolva existir al margen de los vencidos y que adems declaraba el monopolio poltico de los vencedores a travs del voto calificado [se refiere a la derrota de Willka y la democracia liberal que surgi a principios de siglo] de una manera que es slo comparable a la formacin sur norteamericana, o de la Sudfrica actual. (Zavaleta, 2008: 178; cursivas nuestras)

    Este es un tema central porque, a diferencia de los marxistas de manual y de interpretaciones mecanicistas, se sabe que la penetracin del capitalismo en pases de larga persistencia de estructuras coloniales, en lugar de destruirlas, refuerza, profundiza y las vuelve ms perversas y difusas:

    el capitalismo de los ingleses en la India profundiz el sistema precapitalista y osificado de las castas y cuando la India tuvo que encarar su revolucin burguesa tuvo que hacerla contra las castas y contra los ingleses. (Zavaleta, 2008: 79)

    Tal vez lo ms interesante en Zavaleta es la propuesta de analizar esta casta seorial como extraamiento de un sector social completo, como enferma, envilecida por sus privilegios:

    Debe hablarse en realidad de la decadencia o enfermedad de una casta hereditaria. La propia servidumbre envileci de tal modo la vida cotidiana de esos hombres que despus (y hasta hoy mismo) se acostumbraron a ver como datos de la rutina del da a lo que en realidad eran hechos de una extraa perversidad espiritual. (Zavaleta, 2008: 97)

    En la profundizacin de este concepto, el aporte ms significativo de Zavaleta est en relacin a la famosa idea de la paradoja seorial o articulacin seorial. En Amrica, lo seorial se construye a diferencia del sentido feudal puramente europeo en el encuentro con lo indio que modifica sustancialmente las formas tpicas feudales espaolas:

    El punto de partida en todo caso es que donde no hay indio no hay seor. El amo se reconoce en el siervo, el indio pasa a ser la clase de la identidad del seor: La verdad de la conciencia independiente es la conciencia servil. (Zavaleta, 2008: 101; cursivas nuestras)

    Qu quieren decir estas extraas palabras de Zavaleta?, cmo puede ser que el indio pase a ser la clase de la identidad del seor?, cmo puede ser que la verdad de la conciencia independiente sea la conciencia servil?

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    La respuesta es muy sencilla, es el precio que ha pagado el vencedor, como se ha adelantado en una cita anterior, es la deformacin inevitable que le impone la realidad de ser seor, una forma de ser que se engaa siempre, como dira Zavaleta. No se puede vencer en una confrontacin como sta y quedar intacto, no es posible en esta situacin vencer impunemente. La victoria se cobra un precio caro e imperceptible para el seor:

    El indio, por tanto, es la prueba de que el seor existe. Se expresa ello, por otra parte, en el trauma de la victoria o la deformacin del vencedor, que es una forma de ser que se engaa siempre: el seor es la potencia sobre este ser, pues ha demostrado en la lucha que slo existe como algo negativo. (Zavaleta, 2008: 101; cursivas nuestras)

    Esta dialctica tan interesante tal vez es el aporte ms significativo de la explicacin de esta esquizofrnica relacin de la trama de la condicin colonial que nos envilece a todos, pero no por igual, a unos de una manera y a otros de otra.

    Un elemento central de la explicacin que hace Zavaleta est en la interesante afirmacin de la existencia del seor slo como algo negativo, porque su afirmacin positiva depende de la negacin y desprecio del indio del cual depende absolutamente:

    Este aspecto resulta quiz el ms revelador sobre el comportamiento de la casta seorial respecto del acto productivo fundamental de esta sociedad, que ha sido siempre el agrcola. Es un sector que no participa sino en la captura del excedente o sea en el comienzo de la circulacin y, como clase en el fondo circulacionista, su poder proviene del control represivo y monoplico del mercado El seor, entre tanto, es ajeno a ello (la racionalidad productiva) en la prctica, es materialmente extrao a la transformacin de la materia y, en su visin, el siervo se convierte en la parte de su ser (de su cuerpo) que est en relacin con la cosa. Ve, por tanto, por medio de otro. (Zavaleta, 2008: 101)

    Este convertirse de pongo o siervo en parte de su ser (del seor) es la clave de la propuesta de Zavaleta, ya que de esta manera, no slo los que estn en la situacin de ser subalternos en las relaciones coloniales ven con los ojos de otros; en esta propuesta, el amo tambin ve por medio de otro que es el pongo. A esto es a lo que nos referimos con una relacin absolutamente esquizofrnica de las relaciones coloniales. Una verdadera enfermedad, de la cual nadie escapa, de un lado o del otro. Unos sintiendo lstima de s mismos y otros sintindose afortunados de tener indios a disposicin. Sin darse cuenta que el siervo es la enfermedad del amo, enredados ambos en una articulacin nefasta:

    La verdad es que oprimir es pertenecer al que se oprime y tambin que mientras ms personal sea la vinculacin el siervo impregna ms con su servidumbre al

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    amo. El siervo es la enfermedad del amo y no su libertad; es su droga. Se trata entonces de una articulacin nefasta. (Zavaleta, 2008: 103)

    Sin embargo, no se puede dejar de tener en cuenta que lo fundamental de esta articulacin seorial, en este mutuo y recproco estado de influencia, es que la casta seorial se volvi profundamente entreguista, consecuencia internacional de esta trama colonial y del desarrollo del capital:

    El acoso de la plebe mestiza e india es la ltima ratio de la incertidumbre racial de la casta oligrquica. Es el asedio permanente lo que la convirti en una clase entreguista y prfida. Si a eso se aadieran acontecimientos como los de Belzu, Zrate y el 52 tendremos una clase inevitablemente desmoralizada. Perpleja de una perplejidad que viene del fondo de todas las cosas. (Zavaleta, 2008: 105)

    Esta es una caracterizacin ms o menos completa de las consecuencias y caractersticas de la articulacin seorial en uno de sus polos. Pasemos a ver cmo plantea la articulacin seorial en el otro polo, en el que tambin el colonizado interioriza la visin del amo:

    En la visin en cierto modo grosera del asunto, lo seorial se identifica (y esto tiene la certidumbre usual a toda visin popular) con la clase dominante tradicional, incluso a travs de sus mutaciones y sucesiones, y en este sentido el seor total, esto es el seoro en el decurso del tiempo, se parece al capitalista total. Esta identificacin es indudable por cuanto, acompaada la representacin por el acto represivo, el miedo al seor, es el comienzo de la sabidura y, a lo ltimo, ocurre la distribucin universal de la visin de las cosas hasta que el esclavo se mira en efecto con los ojos del amo. (Zavaleta, 2008: 102; cursivas nuestras)

    Aqu tenemos la contraparte dialctica de la anterior idea, en la que el esclavo acaba mirando con los ojos del amo, o ms bien, la lgica del seor se convierte en la del siervo.

    En la siguiente cita de Hegel, tomada por Zavaleta, est ms claramente planteada la idea de que el siervo acaba mirando con los ojos del amo. Esta cita est basada en partes bblicas de Salmos y Proverbios:

    Pero este (el siervo) en el servicio del seor se mata trabajando [y mata] su querer particular y obstinacin, supera la inmediatez interior del deseo y hace de esta enajenacin y del temor al seor el principio de la sabidura. (Hegel, 1997: 480)

    Este tema de la mutua determinacin de los componentes de la relacin de dominacin es crucial para la comprensin y destruccin de la dinmica de la condicin colonial y est presente, de una u otra manera, en casi todas las reflexiones

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    sobre la temtica, sin embargo no con tanta profundidad. Se sintetiza la idea de que lo seorial afecta y determina a lo indgena y lo indgena tambin aunque esto sea menos visible afecta y determina lo seorial.

    ste es el aporte significativo de la lectura de la colonialidad que hace Zavaleta, rematando en la famosa frase:

    la articulacin seorial es aquella que est basada en un pacto jerrquico originario, que puede ser factual o contractual, o sea que se funda no en la igualdad, sino en la desigualdad esencial entre los hombres. Esto es a la vez un mecanismo de construccin de la conformidad porque se trata de un acto jerrquico sucesivo. Esto dice que en la gratificacin (que puede basarse en elementos econmicos o raciales, o de estirpe o aun regionales) hay siempre alguien que est por debajo de uno El hecho de que nadie sea el ltimo jams y todos sean hijos de algo legitima toda esta escala conceptual. (Zavaleta, 2008: 102; cursivas nuestras)

    Zavaleta hace una interpretacin muy significativa de las aspiraciones del movimiento de Amaru y sus tendencias. Considera que ste, con Belzu, significaba una articulacin y formulacin democrtica estructural a diferencia de la articulacin seorial en Santa Cruz y a diferencia tambin de una ms comunitaria o maximalista de Tupaj Katari:

    Katari es el fundador del maximalismo de estas masas, su rasgo tctico no siempre tan estructurado, en tanto que Amaru, la descampesinizacin potosina y el mercado interior que gener, hablan de la formulacin democrtico-estructural de la nacin, o sea de un ordenamiento verosmil de lo democrtico, y Belzu, de ciertas formas nacientes de la masa entendida como captura estatal. (Zavaleta, 2008: 104)

    Esto es muy importante porque considera que es consecuencia de la situacin y condicin colonial. Una suerte de disolucin de la identidad popular porque existe, hasta hoy, una lealtad, un servicio espiritual hacia lo seorial.

    Citando a Tupaj Amaru, muestra que lo que ste pretenda era:

    ser asimilado al seoro espaol y no se pide por un instante la supresin de la servidumbre, sino de la devolucin de sus yanaconas. (Zavaleta, 2008: 102)

    El que Tupaj Amaru desperdiciara cuatro aos reclamando el reconocimiento de su condicin seorial es lo que Zavaleta considera como una forma de manifestacin de esta lgica de disolucin de la identidad popular porque existe una lealtad, un servicio espiritual hacia lo seorial, sin que esto signifique que sea un proyecto seorial (como el del mariscal Andrs de Santa Cruz al inicio de la repblica), al menos no en el sentido en el que lo estamos analizando:

    Por otra parte, el que Condorcanqui gastara cuatro aos reclamando reconocimiento de su condicin seorial estaba lejos de ser un acto meramente

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    poltico. Significa ello que hay una lgica de disolucin de la identidad popular que se basa en esta lealtad o servicio espiritual hacia lo seorial, lealtad que sin duda se reparte por toda la sociedad y sus grados. Aqu, por tanto, el que no atina a reclamar el ttulo de seor espaol, reclama al menos el de seor pre-espaol, pero el razonamiento de lo seorial queda en pie. La atribucin de tales criterios a la multitud de fetiches jerrquicos familiares, raciales, tnicos, es infinita en la prctica. Es quiz el sentido conservador ms consistente entre todos los que existen en la sociedad boliviana, el sentimiento reaccionario ms general. (Zavaleta, 2008: 102; cursivas nuestras)

    Ser seor aqu es mximo objetivo de la vida (pero no seor en el sentido de amo de s mismo, sino en la referencia al que se considera inferior en el rango) Podemos entonces hablar de los mviles desagregatorios o triunfo de lo seorial en el seno de lo popular. (Zavaleta, 2008: 103)

    Esta mutua determinacin de los componentes de la relacin de dominacin que estamos mostrando es a lo que Luis Tapia ha caracterizado como sobredeterminacin (Tapia, 2002: 317), retomando ciertas corrientes del marxismo.

    Las reflexiones de Zavaleta nos proyectan a una tarea enorme y diferente que la de simplemente denunciar la condicin colonial de una forma mecnica e incluso a veces lastimera y quejumbrosa que, por lo dems, se entiende aunque en un determinado nivel ya no ayuda en la articulacin de los caminos de la emancipacin.

    Nos saca decamos de los escenarios meramente confrontacionales y dicotmicos (que tambin tienen su importancia y dependiendo del momento, a veces muchsima importancia) para plantearnos que en verdad la tarea ms grande e importante no est en enfrentar a un enemigo externo, que no deja de tener su importancia y peso especifico, sino, adems y especialmente, en superar internamente este servicio espiritual, esta lealtad a lo seorial que nos tie a todos en la sociedad boliviana y en especial a los que sufren el peso ms fuerte de la relacin colonial o articulacin seorial.

    Es decir que se establece una especie de validez universal de lo seorial en nuestras sociedades, en las que fundamentalmente los que sufren ms duramente el peso de la colonialidad son los ms profusos reproductores de la misma:

    Lo que estamos discutiendo en verdad es, por un lado, la validez de lo seorial como mediacin o entrelazamiento ms o menos universal que se instituye por el cruzamiento de los actos constitutivos de esta sociedadhemos visto que lo seorial es tambin un cierto sentimiento plebeyo en Bolivia, por cuanto la ltima partcula de sangre blanca permitira siempre al ltimo hombre sentirse ms decente y viable que el ltimo indio sea que servir para que, en la autoconcepcin rutinaria, nadie se sienta oprimido o se sienta slo relativamente oprimido. El indio, a su turno, hablamos siempre del discurso de la rutina, desear ser no un indio, sino un espaol o pensar que puede serlo

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    o sea que soar como oprimido en lugar de identificarse como oprimido. Este es el asiento o espritu conservador de la historia del pas, su esencia ms precapitalista y general. Los perseguidos se hacen aqu cargo de la permanencia de su persecucin. (Zavaleta, 2008: 103; cursivas nuestras)

    Por este motivo es tan difcil el debate de lo colonial o la condicin colonial, porque de alguna manera tendemos a no ver todos los aspectos de esta condicin colonial, sino slo algn aspecto aislado para el cual rpidamente inventamos recetas para superarlo, recreando iguales o peores condiciones de reproduccin de esta cadena colonial de desprecios escalonados, en el que uno se afirma pisoteando a los de abajo.

    Marx reformula esta propuesta de inspiracin hegeliana y nos atreveramos a decir que en toda relacin de opresin ambos polos de la relacin se envilecen. Haciendo una analoga entre la prostitucin y la forma especfica en la que el trabajador tiene que venderse, Marx nos plantea esta idea central:

    La prostitucin es slo una expresin especial de la prostitucin del trabajador, tambin el capitalista entra en esta categora. (Marx, 1997: 145; Cursivas nuestras)

    Lo que casi nunca se plantea es esta profundidad en la que asumimos conciencia al menos inicial de que en las relaciones de dominacin y ms aun en las de cadenas de dominacin colonial, todos nos envilecemos y enfermamos. Pero unos con privilegios y en la cspide de este absurdo colonial los prostituyentes, haciendo la analoga con Marx, y otros despreciados y pisoteados, los que se ven obligados a prostituirse.

    Slo en esta medida, salvando las diferencias de las posiciones especficas en el campo de la articulacin seorial de esta trama colonial, y priorizando siempre las posibilidades de potenciar los esfuerzos de emanciparse de los ms oprimidos en esta cadena de opresin escalonada (de sus opresores, pero tambin de cunto hemos sido prostituidos por ellos) es que tiene sentido la propuesta de Esteban Ticona:

    (Libermonos Todos). (Ticona, 2005)

    Esta afirmacin no debemos entenderla en el sentido de que todos participamos por igual en esta liberacin ni que todos nos liberamos de lo mismo ni que todos jugamos el mismo papel.

    Los laberintos de la descolonizacin, como se ve, requieren ms que simples recetas estatales o de otro tipo que de forma simplista postulan la superacin de la condicin colonial o el colonialismo interno. Una de las vetas ms interesantes para analizar la problemtica de la condicin colonial sin caer en estos simplismos son las

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    reflexiones del grupo Estudios de la Subalternidad de origen hind, que pasamos a analizar a continuacin.

    4. Narrativa colonial y la subordinacin del subalterno

    Para poder construir una narrativa, la historiografa precisa de un elemento constante a lo largo de la narracin, precisa un sujeto en relacin al cual se perciben los cambios. El sujeto elegido por la historiografa cmplice del dominio colonial no puede ser otro que el imperio colonial, al cual se convierte en el sujeto real de la historia. A partir de ello, se registra toda insurgencia como un simple acontecimiento en la vida del imperio. Bajo este enfoque, el intento de iluminar la forma de conciencia llamada insurgencia no tiene cabida: El rebelde no tiene lugar en esta historia como sujeto de la rebelin (Guha, 2007: 71). Al ser el imperio el nico sujeto de la historia, se comprende a las insurgencias no para develar su especfica forma de existencia, sino para interpretar los modos para resguardar la vida del imperio. Los motivos y formas del despliegue de la insurgencia son reducidos a los motivos que sitan al imperio como causa y potencial solucionador del conflicto.

    Este tipo de construcciones narrativas que situaban al imperio como sujeto de la historia, fueron cuestionadas por la historiografa de izquierda. Sin embargo, Guha se encarga de mostrar que si bien dicha historiografa procura invertir la anterior forma de narrar la insurgencia valorando positivamente a sta, la forma misma de construir la narrativa no difiere de la historiografa imperial y, por tanto, es tambin partcipe del ocultamiento de los subalternos. En el antiguo espacio ocupado por el imperio, la historiografa de izquierda sita otras entidades, por ejemplo, el desarrollo de la conciencia nacional o alguna otra abstraccin ideal. La conciencia del insurgente, una vez ms, es explicada subordinndola al desarrollo de un ideal exterior a tal conciencia. El historiador ya sea imperial o de izquierda media la conciencia del insurgente con su propia conciencia, es decir, de una conciencia del pasado por otra conciencia, condicionada por el presente (Guha, 2007a: 77). El hecho de que la propia labor del historiador, por ms que sea de izquierda, tienda a eliminar la presencia del insurgente situando en su lugar alguna abstraccin ideal:

    es consecuencia del rechazo a reconocer en el insurgente al sujeto de su propia historia. Toda vez que una rebelin campesina ha sido asimilada a la trayectoria del Raj, de la Nacin o del Pueblo, se vuelve fcil abdicar de la responsabilidad que tiene el historiador de explorar y describir la conciencia especfica de cada rebelin y contentarse con atribuirle una conciencia trascendental. (Guha, 2007a: 82)

    Bajo la mirada retrospectiva del historiador de izquierda, toda insurgencia es asimilada y convertida en un momento ms de la larga lucha por la emancipacin y,

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    por tanto, como una etapa en el desarrollo de la conciencia de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Para Guha, el problema no radica en ver quin es progresista y quin conservador, quin valora positivamente la insurgencia y quin la denigra, quin se llena la boca de emancipacin y quin de imperio. Para Guha, la cuestin est en que tanto el discurso histrico conservador como el discurso histrico de izquierda domestican la insurgencia en funcin de sus propios prejuicios. En ninguna de estas construcciones narrativas el insurgente aparece con voz propia, el historiador siempre escucha en la voz del insurgente el grito de otra entidad, el insurgente reducido al silencio nunca aparece como el sujeto de su historia. Como seala Mellino: las acciones de los campesinos indios han sido traducidas en funcin de la prosa colonial, la cual contiene, controla y rechaza sus subjetividades ms autnticas subsumindolas en esquemas interpretativos propios (Mellino, 2008: 87).

    Dipesh Chakrabarty explicita que el propsito de los Estudios de la Subalternidad consiste en la comprensin de la lgica interna de la conciencia que da forma a las acciones polticas emprendidas por las clases subalternas. Esta lgica interna, para poder aprehenderla en su especificidad, no debe ser subordinada a una lgica externa, slo dando a esta conciencia un lugar central en el anlisis histrico veremos al subalterno/a como creador/a de la historia que l/ella vive (Chakrabarty, 2007: 288). Dar un lugar central a esta conciencia implica descentrar las explicaciones histricas de la modernidad. Los anlisis de Zavaleta que mostramos anteriormente bajo la idea de la sobredeterminacin, requieren hoy ser contrastados con los aportes de los Estudios de la Subalternidad.

    Las explicaciones modernas seran en esencia reduccionistas en la medida en que siempre reducen la conciencia de la insurgencia a principios explicativos homogeneizantes. Un claro ejemplo de ello es la tendencia marxista reduccionista que pretende explicar la mentalidades que moldean las insurgencias reducindolas a efectos o consecuencias de unas condiciones contextuales fundamentalmente econmicas (llmese contexto colonial o relaciones del capital).

    Este tipo de explicaciones simplistas y totalizantes son abiertamente objetadas por los Estudios de la Subalternidad, que manifiestan un rechazo consciente a subordinar la lgica interna de una conciencia a la lgica de las llamadas condiciones objetivas o materiales(Chakrabarty, 2007: 287). Otro tipo de explicacin reduccionista es la que reduce la singularidad de la insurgencia a un momento o fase del desarrollo necesario de una entidad que englobara a la propia insurgencia y que, en esencia, puede prescindir de la misma; por ejemplo la clsica idea de la formacin de la conciencia nacional. Las explicaciones que reducen los acontecimientos a consecuencias de condiciones objetivas o fases de un proceso de maduracin global (por ejemplo, la lucha por la libertad) seran parte de un impulso domesticador inherente al discurso histrico. La explicacin histrica

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    tiende a ser reduccionista porque debe producir una realidad ordenada, y la misin del historiador se concibe como el develamiento del orden oculto (Chakrabarty, 2008: 147-148).

    La forma en que se imprime un orden a la historia es dotando de un sentido a la narracin. El sentido a su vez slo puede ser resultado de la introduccin de una meta histrica que permite juzgar y ordenar todo acontecimiento en relacin a ella. Slo mediante la introduccin de dicha meta se puede otorgar sentido y orden a la historia. Una de las caractersticas fundamentales de la modernidad es, justamente, la introduccin de este orden y sentido en el cual se reduce todos los acontecimientos de la historia a momentos del avance hacia una meta, juzgndolos segn su cercana o lejana respecto de la misma:

    Todo tiempo se da una imagen a s mismo, un cierto horizonte tan borroso o impreciso como se quiera que unifica en cierta medida el conjunto de su experiencia. El redescubrimiento de un pasado que permita el acceso al orden natural para el Renacimiento, la inminencia del advenimiento de la razn para el Iluminismo, el avance inexorable de la ciencia para el Positivismo, fueron imgenes unificantes de este tipo. En todos los casos, las diferentes etapas de lo que se ha dado en llamar modernidad se pensaron a s mismas como momentos de transicin hacia formas ms altas de conciencia o de organizacin social que contenan la promesa de un futuro ilimitado. (Laclau, 2000: 19)

    Los Estudios de la Subalternidad muestran, precisamente, que las construcciones de la narrativa histrica de la transicin obedecen a una lgica colonial donde el fin al cual tiende la historia no puede ser otro que el inculcado en los ideales de la potencia colonial, es decir, que Europa se constituye en el horizonte en relacin al cual toda historia en cualquier parte del mundo puede recin ser conocida y entendida. En contraposicin a las metanarraciones donde todos los acontecimientos son ordenados en funcin de un sentido englobante, que tiene como principio unificante los ideales de la modernidad europea, los Estudios de la Subalternidad buscan pluralizar los momentos de cambio y plantearlos como tramas de confrontacin, antes que como transicin, para as arrancarlos de las grandes narrativas como, por ejemplo, la explicacin lineal y mecnica de la historia entendida como una secuencia de modos de produccin (Spivak, 2007: 291).

    Divisiones como pre-polticas/polticas, pre-capitalistas/capitalistas fueron duramente criticadas y se mostr que tales distinciones comunes a la historiografa marxista eran fruto de la creencia en que todas las historias del pasado seran tericamente cognoscibles slo a partir de la categora capital. La presencia de este tipo de concepciones, claramente ligadas con las metanarraciones de la modernidad, puede apreciarse en la propia pluma de Marx, cuando indica que:

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    En la anatoma del hombre est la clave para la anatoma del mono. Por consiguiente, los indicios de las formas superiores en las especies animales inferiores pueden ser comprendidos slo cuando se conoce la forma superior. La economa burguesa suministra as la clave de la economa antigua, etc. (Marx, 1997: 55-56)

    Este tipo de concepciones ha sido identificado por los Estudios de la Subalternidad como el posicionamiento de Europa como sujeto soberano de todas las historias. Las instituciones modernas como la nacin, la ciudadana, el Estado, entre otras, y los ideales emancipativos que anclan su discursividad en el imaginario moderno, se perfilan como metas histricas en relacin a las cuales las dems historias son medidas y juzgadas. El resultado de ello es la calificacin de las historias no modernas como carentes, incompletas, simples momentos de paso y transicin. Esto explicara por qu en los denominados pases del tercer mundo han proliferado investigaciones sobre los momentos de transicin al capitalismo (por ejemplo, sobre la llamada acumulacin originaria en tales pases) y se ha concebido a las sociedades contemporneas no especficamente capitalistas como el resultado de transiciones incompletas, fracasadas.

    Estos anlisis de los estudios de la subalternidad evidencian la necesidad de replantear y releer la historia, labor que, como vimos, fue emprendida por Montenegro y Cspedes; sin embargo, estos autores no terminaron de salir de los clsicos esquemas modernos del nacionalismo. En los casos de Reinaga y Zavaleta, en especial, podemos decir que existen elementos que abren la posibilidad de reescribir la historia rompiendo no slo las narrativas conservadoras y seoriales de la historia, sino tambin los esquemas y narrativas modernizantes.

    La profunda ligazn entre construccin de la narrativa histrica y eurocentrismo se muestra en la definicin que da Gyan Prakash de eurocentricidad, la cual vendra a ser el historicismo que proyecta al Occidente como Historia (Prakash, 2007: 345). La crtica de los Estudios de la Subalternidad se radicaliza al cuestionar al discurso histrico en s mismo y no slo a las distintas formas de hacer historia. Chakrabarty al trazar su proyecto de la provincializacin de Europa llama a:

    buscar sin descanso esta conexin entre la violencia y el idealismo que yace en el corazn del proceso por el cual las narraciones de la ciudadana y la modernidad llegan a encontrar un hogar natural en la historia. (Chakrabarty, 1999: 465)

    Toda narrativa histrica segn Chakrabarty tendera por esencia a entronizar como sujeto y meta de la historia a las instituciones modernas, como la ciudadana y el Estado moderno. Este es un tpico acto colonial que suele encubrirse bajo un discurso de la universalidad y objetividad del desarrollo histrico.

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    Cualquier intento de historia alternativa, entonces, debera por sobre todo hacer visibles los mecanismos por los cuales su construccin narrativa tiende a constituirse en una metanarracin de la modernidad y, por ende, tiende a reproducir como futuro necesario un orden que refleja el desarrollo particular de Europa. Los intentos de hacer historia alternativa tendran que ser conscientes de la forma en que, por lo explicado, se ven obligados a construir la explicacin histrica de manera eurocntrica. Se debe procurar estar alerta ante toda generacin de una historia universal compuesta por sucesivas etapas y que divide el tiempo histrico en un pasado en el cual se incluye las contemporaneidades de las sociedades no modernas, y un presente que est dado por la consolidacin de las instituciones modernas y que se visibiliza como futuro de las sociedades an no modernas.

    Cualquier intento de construccin de historias alternativas debe enfrentarse a los mecanismos cognitivos largamente desplegados por la modernidad, que reducen lo otro a lo ya conocido: reducen la historia de las sociedades no modernas a una reproduccin tarda del curso histrico ya acontecido en Europa.

    4.1. La conciencia del subalterno y el rol de las vanguardias

    A principios de 1970 fue publicada una conversacin entre Michel Foucault y Gilles Deleuze que tena como uno de sus ejes el tema del rol de los intelectuales. El objetivo de sus reflexiones era desplazar la figura del intelectual que asuma el rol de alguien que revelaba el orden oculto y verdadero de las cosas a quienes an no lo vean, y que por lo tanto serva de conciencia a los que no eran conscientes de su propia situacin. En el lugar de este intelectual representacionista (en doble sentido: porque cree representar adecuadamente la realidad, y porque considera que es el representante de los que no pueden enunciar su verdad), Foucault y Deleuze desean posicionar a un intelectual que genere los espacios para que los oprimidos hablen por s mismos (Foucault, 1992: 83-93).

    La similitud del papel del intelectual representacionista con la funcin del discurso histrico convencional es evidente: ambos buscan develar un orden profundo para mostrar la verdad de las cosas y, en ese sentido, ambos se apropian del rol de interlocutores de un otro (los subalternos, las otras historias, etc.). La alternativa planteada por los Estudios de la Subalternidad (por lo menos en sus primeros trabajos) es tambin similar al desplazamiento operado por Foucault y Deleuze:

    este grupo de intelectuales indios busca analizar episodios de resistencia al colonialismo con el fin de devolver la voz a las clases indgenas subalternas y contribuir as a la deconstruccin del discurso colonial estructurado a partir de la visin eurocntrica de la historia. (Mellino, 2008: 87)

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    La condicin colonial y los laberintos de la descolonizacin

    Sin embargo, la propia configuracin de los Estudios de la Subalternidad hace que tal objetivo sea imposible, como se puede deducir de los trabajos de Gayatri Spivak.

    En su artculo Puede hablar el subalterno?, Gayatri Spivak someti a dura crtica la pretensin de permitir que el subalterno hable por s mismo. Denunci tal postura como un retorno ingenuo al esencialismo. Sospech del argumento de Foucault y Deleuze, que considera a las enunciaciones del intelectual como atravesadas por las redes del poder y que, sin embargo, cree que los histricamente subordinados y producidos por las relaciones coloniales de poder pueden representarse a s mismos de manera transparente.

    Lo que olvidaran los intentos bien intencionados de permitir que el otro hable su verdad es que los intereses, motivos, conocimientos, etc., de los subalternos fueron despiadadamente dislocados, fueron metdicamente sometidos a una violencia epistmica (Spivak, 2003: 316-317) de las relaciones coloniales. Considerar que es posible abrir el espacio para que los subalternos expresen su identidad de forma autnoma, es suponer que existe una identidad esencial a la cual simplemente hay que dejar surgir quitando el velo de dominio que la ocult a travs de los tiempos:

    He sostenido que en la conversacin entre Foucault y Deleuze un vocabulario postrepresentacionalista esconde una agenda esencialista. En los estudios subalternos, por causa de la violencia de una inscripcin epistmica imperialista, social y disciplinaria, un proyecto entendido en trminos esencialistas debe traficar en una prctica textual radical de diferencias. El objeto de la investigacin del grupo, en este caso no del pueblo como tal sino de la zona amortiguadora flotante de la elite subalterna regional es una desviacin de un ideal el pueblo o subalterno definida en s misma como una diferencia de la elite. (Spivak, 2003: 323-324)

    Lo que pretende mostrar es que la propia definicin de subalterno slo puede operarse en relacin a una exterioridad irreductible. La definicin de lo subalterno como una diferencia de la elite muestra que toda identidad est arrojada en un sistema de diferencias que la escinde. La absoluta relacionalidad de toda identidad el hecho de que una cosa sea slo por relacin a otra cosa es un obstculo para el proyecto que pretenda que el subalterno hable por s mismo en una demostracin de autonoma.

    Spivak da a entender que pensar la autonoma de los subalternos tal como lo pretenda Guha es suponer que la identidad de los subalternos puede pensarse al margen de toda relacin, es decir, que supone hipostasiar y esencializar al subalterno. Esto implica olvidar la propia colonialidad consistente en la profunda dislocacin de la identidad de los colonizados, olvidar que la misma constitucin de los subalternos es producto de la irrupcin de tales relaciones de poder.

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    Jorge Viaa, Luis Claros y Marcelo Sarzuri

    La crtica de Spivak ha intensificado un desplazamiento en los objetivos de los Estudios de la Subalternidad:

    As, aunque Subaltern Studies se ha alejado de su objetivo inicial de recuperar la autonoma subalterna, la subalternidad ha surgido como una posicin desde la cual se hace posible repensar la disciplina de la historia. (Prakash, 2007: 366)

    El nfasis en la subalternidad ya no implica el proyecto de la recuperacin de la conciencia de los subalternos, sino el profundo descentramiento de los modos de conocimiento de la modernidad, en especial de la historia, objetivo al que tendan de alguna manera Reinaga y Zavaleta a travs de su esfuerzo por posicionar un revisionismo histrico, escrito al menos como aspiracin desde los subalternos:

    Ms que buscar las marcas de un sujeto que no puede ser restablecido de ninguna manera, a no ser cometiendo una segunda violencia epistemolgica, debera poner el acento en la desaparicin o el silencio del subalterno en cuanto apora de la historia (occidental) y de las estructuras cognitivas del saber o del sujeto moderno. (Mellino, 2008: 84-83)

    Spivak pretende leer la insistencia en el subalterno como una estrategia. Se insiste en la recuperacin de la voz del subalterno para mostrar el lmite de los modos de conocimiento modernos (Spivak, 2007: 307-308). Lo que nos queda es un uso estratgico de la propia historia.

    En todo el ltimo punto podemos ver la similitud de reflexiones entre el debate que acabamos de presentar y las reflexiones y propuestas de Zavaleta mostradas anteriormente. El gran dilema al que nos enfrentamos, al pensar prcticas descolonizadoras, est en la mutua determinacin de los componentes de la relacin de dominacin que mostramos ampliamente desde distintas vertientes tericas.

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    La produccin del conocimiento descolonizador

    La produccin del conocimiento descolonizador en contextos del colonialismo

    interno

    El caso de Fausto Reinaga en Qullasuyu-bolivia

    Esteban Ticona AlejoDirector de la Academia Diplomtica del Estado Plurinacional de Bolivia

    RESUMEN

    El artculo realiza una revisin a la obra y una reconstruccin de la experiencia de vida del escritor Fausto Reinaga, escritor que a lo largo de su trabajo dio origen al indianismo como pensamiento poltico contemporneo.

    Esta revisin considera la existencia de tres periodos en el trabajo intelectual de Reinaga: la produccin temprana y antioligarca, la vinculacin al marxismo y nacionalismo y su periodo de generacin de la filosofa poltica del indianismo, todas ellas desarrolladas en un contexto intelectual criollo-mestizo que nunca acept que un indio pueda interpelarlos. Su ltima etapa es el mayor aporte al conocimiento de la dominacin del indio y la elaboracin de una propuesta de emancipacin (la re-instauracin del Tawantinsuyu). En la construccin de un pensamiento propio, Reinaga pone nfasis (en primera instancia) en el concepto de oligarqua y dominacin, donde realiza una severa crtica a la sociedad boliviana pre-revolucin nacional de 1952; pero de mayor importancia ser su ruptura con el pensamiento nacionalista y el marxismo, hechos que le permiten plantear ideas como las dos Bolivias y la revolucin india, bases que desarrollan una especie de episteme libertaria, que sin duda aporta a la construccin de un conocimiento descolonizador.

    Palabras claves: indianismo, colonialismo, conocimiento descolonizador

    AbSTRACT

    The paper reviews the work and makes a reconstruction of the life experience of writer Fausto Reinaga. His work gave rise to the indianismo as a contemporary political thought.

    Reviewing the intellectual work of Reinaga, we recognise three moments: the early production against the oligarchy; the linkage to marxism and nationalism and the period of the incubation of the political philosophy of indianism. The development in a creole-mestizo intellectual context that never accepted the critique from the indians. The last stage is the most important contribution to the knowledge of the domination of the indians and the development of a proposal for emancipation (the re-establishment of Tawantinsuyu). In the construction of ones own thinking Reinaga emphasises the concept of oligarchy and dominance, which makes a severe criticism of the Bolivian society pre-1952 national revolution, but more important is his breakthrough with the nationalism and Marxism, which

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    Esteban Ticona Alejo

    allow you to bring facts and ideas both Bolivia and the Indian revolution, bases to develop a kind of libertarian episteme that undoubtedly contribute to the construction of a decolonizing knowledge.

    Keywords: indianismo, colonialism, decolonization knowledge.

    Introduccin

    Los intelectuales indgenas (puede ser extensivo a los pensadores afros), al producir conocimientos descolonizadores, siempre estuvieron enfrentados a la disyuntiva de con quin dialogar y con qu conceptos forjarlo? En este breve ensayo, intentamos reconstruir algunos pasajes de la experiencia del quechua-aymara: Fausto Reinaga.

    Nuestra aproximacin est basada en la lectura de algunas obras de don Fausto, en las entrevistadas a Hilda Reinaga, en la modesta experiencia de ser parte activa del movimiento social, denominada katarismo e indianismo desde 1983 y en las sesiones acaloradas, dirigidas por Santiago Castro-Gmez, que posibilit indirectamente la inspiracin del presente trabajo.

    1. Pensar con cabeza propia

    1.1. Quin es Fausto Reinaga?

    No soy escritor ni literato mestizo. Yo soy indio. Un indio que piensa; que hace ideas; que crea ideas, deca Fausto Reinaga (1970/2001: 45). l mismo escribi algo sobre sus orgenes:

    Mis padres eran analfabetos. Y al igual que los dems nios de mi raza no conoc ni zapatos ni juguetes, y trabaj desde el da en que pude tenerme de pie Fui agricultor, arriero, minero, leador, pastor, etc. En 1922 estuve cinco meses y en 1923 tres meses en la escuela. Aprend a leer en mis 16 aos Despus de la Revolucin india de 1780, en que murieron ajusticiados en el Alto Per, Toms Katari y sus hermanos Dmaso y Nicols, sus descendientes por instinto de supervivencia dejaron de usar este apellido1.

    Mi madre Alejandra no saba una palabra de espaol; pero saba de memoria la historia de su estirpe. El apellido espaol les cay durante la Colonia, de algn azoguero que anduvo por las minas (Reinaga, 1970/2001: 456)

    Fausto Reinaga vivi entre 1906 y 1994. Naci el 27 de marzo de 1906 en el Jatum ayllu Macha2, de la provincia Chayanta del Norte de Potos. Aprendi a leer y escribir

    1 Se refiere a sus apellidos Reinaga y Chavarra. 2 Entendemos por ayllu a aquellas unidades de parentesco y territorio que conforman la clula social de la

    sociedad andina y est estructurada en un complejo sistema segmentario de varios niveles, escalas demogrficas y territoriales, como Jatum o el ayllu mayor o juchuy o el ayllu menor. El ayllu fue el trmino genrico en una

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    La produccin del conocimiento descolonizador

    el castellano en su adolescencia, enfrentando mil vicisitudes logr dominarlos hasta llegar a la Universidad y graduarse en Dere cho en 1943. Fue escritor, ensayista, filsofo, activista e idelogo indgena quechua-aymara. Autor de cerca de 32 obras publicadas3 y varias inditas4. Su abundante produccin intelectual dio origen al pensamiento poltico indgena contemporneo, denominado el indianismo.

    Sobre la trayectoria intelectual de Reinaga no existen estudios profundos. Su original produccin contina siendo tratada muy superficialmente, a excepcin del indigenista ecuatoriano Guillermo Humberto Mata (1968), que escribi algunos fragmentos sobre su vida a fines de los aos sesenta. Algunos artculos de prensa, uno que otro folleto y el citarlo, muchas veces, en algn evento acadmico o poltico son formas de recordarlo (Oporto 1994, Martnez 1999, Reinaga 2004, Salas 2005). Por eso la necesidad de reconstruir su larga genealoga intelectual.

    Gran parte de la obra de Reinaga fue publicada en Bolivia5, durante sus largos aos de produccin y lucha, aunque como consecuencia del colonialismo intelectual fue casi silenciada y hoy circula alguna de sus obras. Al amanecer del 19 de agosto de 1994, se apag la vida de este amawta (pensador), que hasta el ltimo aliento de su vida pens en la liberacin de sus hermanas y hermanos indios.

    1.2. Principales ejes de su pensamiento

    Su trayectoria intelectual se podra periodizar en tres grandes etapas: a) la produccin temprana y antioligrquica, b) su vinculacin al marxismo y al nacionalismo revolucionario, a travs del Movimiento Nacionalista Revolucionario6, y c) la madurez de su pensamiento en torno a la generacin de la filosofa-poltica del indianismo. En los tres periodos mencionados, su ideologa ha estado muy ligada a los principales movimientos sociales de la historia de la segunda mitad del siglo XX en Bolivia.

    mayora de las regiones aymaras y quechuas del Tawantinsuyu, aunque con el proceso de colonizacin se acu otros sinnimos como la comunidad (o comuna) y otros menos comunes, como rancho, cabildo, etc.

    3 En la bibliografa incluimos la lista completa de sus obras publicadas, entre 1940 y 1991. 4 Segn Hilda Reinaga, sobrina de Fausto, ste escribi su autobiografa en dos volmenes que no pudo publicar

    en vida. Adems fue editor de peridicos como La voz del Indio, Rumbo sindical y la Revista Abril (Reinaga 2004: 7).

    5 A iniciativa de algunos activistas indianistas y kataristas aymaras radicados en Europa, se tradujo al francs su obra Amrica india y occidente (1974), bajo el nombre de L Amerique Indienne et L Occident (1979), que tuvo poca difusin y una edicin limitada. Al alemn America india und das Abendland.

    6 El movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) es un partido poltico populista que se form en 1941 bsicamente en torno a la crtica de la oligarqua de empresarios mineros y terratenientes, crtica hecha desde los sectores de la pequea burguesa urbana en principio. Bolivia era un pas en el que el bloque oligrquico, llamado la rosca, gobernaba directamente por medio de sus funcionarios y no por medio de los burcratas del Estado, la crtica de la oligarqua se convirti de inmediato en crtica del sistema estatal en su conjunto (Zavaleta Mercado, 1988: 23-24).

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    Esteban Ticona Alejo

    Sobre el primer periodo de su pensamiento, nuestro amawta se autocritica, diciendo:

    Yo era producto de la mentalidad boliviana. Como estudiante universitario, profesor de filosofa de colegio secundario, catedrtico de Economa Poltica y Sociologa de dos Universidades, respiraba una atmsfera intelectual del cholaje blanco-mestizo. Mi ancestro viva, al decir de Unamuno, agonizando en un mundo raro, era la voz de la sangre hecho instinto y subconsciencia, empero una que otra vez fulga como una lcida conciencia en rebelda. El occidente quera ahogar el ancestro indio; pero el ancestro indio se defenda como una fiera herida. En este drama de angustia y de dolor han sido concebidas, escritas y publicadas mis obras desde Mitayos y Yanaconas (1940) hasta El sentimiento mesinico del pueblo ruso (1960). (Reinaga 1970/2001: 453)

    2. El proceso de la construccin del indianismo

    Reinaga es el que ms ha aportado al conocimiento de la dominacin indgena y a las propuestas de su liberacin en el antiguo territorio del Qullasuyu, hoy Bolivia. Es una de las primeras proposiciones indgenas mejor elaboradas de la segunda mitad del siglo XX, que plante conocer la dominacin, a travs de la teora de la descolonizacin. Pero, para qu examinar la dominacin colonial? Don Fausto estaba convencido de que no bastaba conocer el colonialismo, sino haba que destruirlo. Adems, plante dar un paso ms: construir sobre lo destruido. En este sentido, deca en alguno de sus libros:

    Mi ambicin es forjar una ideologa india; una ideologa de mi raza. (Reinaga, 1970/2001: 453)

    Qu quiere decir con este planteamiento? Es una apuesta por la indianidad7 o el trastrocamiento del colonialismo y la re-instauracin del Tawantinsuyu o los Cuatro-suyu. Pero, qu significa la re-instauracin? La conviccin de pensar y construir algo nuevo y diferente al colonialismo, a partir de lo existente. En otras palabras, partiendo de la experiencia del pueblo indio, aniquilar el colonialismo y re-instaurar el Pachakuti postcolonial8. La intelectualidad criolla-mestiza lo critic interpretando al indianismo como un simple retorno al pasado.

    7 Indianidad es equivalente a Pachakuti, lit. en aymara y quechua de Tiempo-espacio, cosmos, cambio profundo. Se refiere al trastocamiento de una era por otra de libertad.

    8 Catherine Walsh denomina de-colonialidad, en la medida que se construye y se propone alternancias libertarias (Walsh, 2005: 13-35).

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    La produccin del conocimiento descolonizador

    2.1. Oligarqua y dominacin

    Es importante aproximarnos a sus primeras obras, sobre todo a Mitayos y Yanaconas y Tierra y Libertad, escritos en 1940 y en 1953, respectivamente9. Su importancia radica en el inicio de la bsqueda de alguna teora que pueda explicar la situacin de los dominados y explotados. En esta pesquisa, se adscribe al marxismo boliviano de los aos 30. A pesar de esta ligazn a la ideologa indicada, Reinaga deja correr su vena india y rebelde y se afinca en la vertiente del marxismo indigenista peruano de Jos Carlos Maritegui (1995) y Vctor Haya de la Torre (Luna, 1988).

    Su primer anclaje terico tiene que ver con el concepto de oligarqua10, que le permite analizar la situacin de la Bolivia pre-revolucin nacional de 1952. Pero, cmo se autocritica?:

    Mitayos y Yanaconas, tiene un hlito indio; pero la erudicin europeizada se impone. (Reinaga, 1970/2001: 453)

    Sobre Tierra y Libertad dice:

    es un giro kolla, un grito desgarrador, empero propone como solucin del problema, la asimilacin del indio por el cholaje blanco-mestizo. (Reinaga, 1970/2001: 453)

    La relectura del marxismo indigenista de Maritegui es muy importante para Reinaga, porque le permite pensar con cabeza propia sobre las complejidades de la sociedad colectivista del Tawantinsuyu y las atrocidades de la sociedad oligrquica en las haciendas, antes de la revolucin nacional de 1952.

    Su autocrtica sobre sus producciones tempranas es muy dura; pero creemos que la vena india y rebelde nunca la cort, a pesar de la adscripcin de nuestro autor al marxismo indigenista de la poca.

    2.2. Colonialismo y descolonizacin. Teora y praxis

    En Reinaga aparecen dos momentos claves de quiebre en su pensamiento: a) con el nacionalismo revolucionario del MNR y b) la ruptura con el marxismo. Sobre este proceso nos dice:

    9 Mitayos y Yanaconas obtuvo el primer premio en el concurso municipal de Oruro. Tierra y Libertad consigui el primer premio en el Congreso de Sociologa en 1953.

    10 El concepto de oligarqua tiene las siguientes conno