psicopedagogia y de los medios audiovisuales

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  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

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    SICOPEDAGOGIA

    ENSENANZA

    .._.

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    PSICOPEDAGOGA DE LOS MEDIOS AUDIOVISUALES EN

    LA

    ENSENANZA PRIMARLA

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    EDICINEN ESPA~OL EALIZADA POR

    CONVENIO ESPECIAL DEL EDITOR

    CON LA UNESCO

    IMPRESO EN LA ARGENTINA

    Queda hecho el de Osito que

    ne la ley 11.723. 6 19.68,E

    Sudamericana Sociedad Annima, ca-

    lle Humberto 1

    545 -

    Buenos

    Aires.

    DERECHOS DE REPRODUCCIN Y TRADUCCIN RESERVADOS.

    TTUW)

    EL QRIGINAL EN FRANCS EDITADO POR LA UNESm:

    PSYCHOPDAGOGIE DES MOYENS ,4UDIO-VISUELS DANS

    o UNESCO

    1964

    LENSEIGNEMENT DU

    PREMIER

    DEGR

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    PREFACIO

    Desde 1953

    la

    Unesco se

    ha

    dedicado

    u

    p r o m e r el estudio,

    el

    empleo

    y

    la produccin de l os medios auxiliares didcticos

    en

    os

    Estaidos iembros.

    La

    simple enumemcin de las reu-

    niones internacionales consagradas a os medios audwzlisuales

    de 2a educacin pone de manifiesto

    Fa

    continuidad de ese es-

    fuerzo: Mesina (19531,Nueva Delhi

    (1958),

    rSxico (1959), To-

    kio

    (196),

    Kuala-Lumpur

    (1961)

    y

    Moshi

    (1961).

    La

    reunin

    de expertos sobre os Nuevos mtodos

    y

    tScnicas de educacin

    (Pars, arzo de 1962) y el seminario de Caen (rwyo de

    19621,

    del que se trata en

    estu

    obra, se sittian en

    la misma

    perspectiva.

    Pero aqu se hace sobre todo hincapi en el mejoramiento de

    l os

    mtodos

    y

    medios del proceso de

    la

    enseanza o, dicho de

    otro modo, en la elaboracin de U M pedagoga ms cientfica

    de la utilizacibn de esos vnedios auxiliares.

    Cada

    uno sos

    cursillos, seminarios, reuniones o grupos de estudios prcticos

    han dado

    lugar

    a

    un

    informe que puede pedirse

    a

    In

    Organiza-

    ci n.

    La psicopedagogia de los medios audiovisuales exiga u n

    marco ms amplio, tanto por la dificultad del tema como por

    el mtodo de investigacin cientifica que requera.

    Por

    el lo le

    consagramos un volumen.

    El

    profesor Mialaret, director del Laboratorio de Psicopeda-

    ogn de 2a Uniuersidad de Caen, explica en su ?ntroduccin

    fz gnesis de la obra, establece

    su

    marco y por consiguientesus

    lmites y recuerda los objetivos

    que

    perseguia el seminario. No

    es necesario repetirlos.

    En

    cambio,

    tal vez sea conveniente pre-

    cisar que este libro se destina ante todo a os profesoresde psi-

    cologa

    y

    de pedagogu de

    l as

    escuelas normales (teacher trai-

    ning

    centres)y a os profesoresy maestros en ejercicio. Tiene

    cabida, por tanto, en

    las

    bibliotecas de

    las

    escuelas normales,

    en os centros de documentacin pedaggica

    y

    sus servicios au-

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    diovisuales y en las bibliotecas de los establecimientos de ense-

    anza en general.

    No dejar de apreciarse el esfuerzo que ha hecho el autor

    para expresar

    su

    pensamiento

    o

    interpretar

    os

    resultados

    de

    es-

    tudiosa veces difciles en un lenguaje accesible al lector

    que

    no

    sea especialista.

    Ha

    tenido que recurrir a ciertos trminos tc-

    nicos, pero un trmino tcnico bien enipleado rara 2jez da lugar

    a confusiones.El presente 2;oluinen no se destina as ncamen-

    te a los especialiytas en psicologa de la educacin;

    s

    de espe-

    rar

    q u e

    seroiri de giiia a los maestros y profesores deseosos

    de

    sacar el mejor partido posible de

    los

    medios auxiliares audio-

    uisuales.

    D e

    ms

    esti decir

    qi&

    las

    opiniones emitidas en

    las

    pginas

    que siguen no coinciden necesariurnente con las de

    Ea

    Organiza-

    cin. Por otra parte, el autor no las considera inalterables

    ni

    definitias.Si algunas de ellas dieran lugar a d2scusZn, el de-

    bate se entablara naturalmente en un plano cientifico.

    Desea-

    mos que se

    abra

    este debate

    ij

    que sea lo

    ms

    fecundo

    psibk.

    Entretanto esperamos que esta modesta obra servir, que tal

    es

    su objeto,de buen instrumento pedaggico.

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    INTRODUCCIdN

    E

    presente estudi o ti ene por obj eto exami i ar los aspectos

    ci ent f i cos de la psi copedagog a de ci ertos medi os audi ovi sual es

    uti l i zados en la educaci n.

    A fin

    de evi tar t oda conf usi n y de

    obtener un t rabaj o constructi vo,

    es

    necesari o preci sar e sen-

    ti do que se ha dado a ciertas expresi ones, reubi car nuestras

    preocupaci oi i es dei i ti o de un mar co ms gencral y expl i car

    cmo f ue escri to este trabaj o:

    ese

    serh el obj eto dc csta i ntro-

    ducci n.

    Poneiiios

    a

    conci enci a

    el

    accnto

    s o h i

    c

    lo

    psi copedaggi co

    J XW

    a ci erta i ncohcrcnci a dcbi da a la aToci aci n dc la psi co-

    loga,que pertenece al c a i n p dc la ci enci a,

    y

    de la

    pcdagog a,

    q~i e ci tenecc a cai npo de

    l as

    di sci pl i nas iioimativas. Los es-

    tudi os psi copccl agbgi co5 const i tuyen un campo que nos parece

    def i ni do con bastante cl nr i dd:

    el

    de la conduct a de u11 suj eto

    cn si tuaci n pedaggi ca, consi derando

    aqu

    el trmno con-

    duct a en s u senti do

    m h s

    ampl i o como e conj unto de las reac-

    ciones

    c i i i teracci oncs f i si ol gi cas, psi col gi cas

    y

    soci al es i nte-

    gradas por la pcrsona1i dad. l

    La

    uti l i zaci n de nuevas tcni ca5

    audi ovi sual cs

    en

    la escuel a crea una nueva si tuaci n pedag-

    gi ca que i nduce nuevas conduct as, tanto en e maest ro como

    en e al umno. Estas nuevas conductas son las que comenzare-

    mos a estudi ar en este i nf orme. Se trata, en efecto, de un co-

    m enzo, ya que para compr ender los al cances

    y

    l os l mtes de

    este trabaj o es necesari o vol ver

    a

    si tuarl o en rel aci n con la

    evol uci n y e empleo de

    los

    medi os audi ovi sual es en la es-

    cuel a pri mari a.

    E

    descubr i mento y

    la

    i nt roducci n de una

    nueva tcni ca pedaggi ca -sea en

    el

    campo audi ovi sual

    o

    en

    otro campo: cl cul o, l ectura, etc. - se hacen general ment e de

    un modo que se apr oxi ma mucho a ei npi r i smo; se i ntenta, sin

    Depmos deliberadamente de lado todas las discu~ione? elativas a astas defini-

    ciones y proponemos que

    se

    adopte provisionalmente

    estas frmulas.

    9

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    introduccin

    Cr eemos que separar l a psi col og a de la pedagog a es un en-

    f oque contrari o a la ori entaci n general de las ci enci as humanas

    contemporneas.

    Las i nvesti gaci ones emprendi das dentro de la perspecti va

    que acabamos de defi ni r se ori entan en general en dos di rec-

    ci ones compl ement ar i as, en las que se acenta uno de l os

    as-

    pectos si gui entes: consi derar que l a si tuaci n pedaggi ca est

    establ eci da provi si onal mente y estudi ar todos los f enmenos psi-

    col gi cos a

    los

    que da ori gen; o tratar de que var en l os compo-

    nentes de

    la

    si tuaci n pedaggi ca a fin de descubri r nuevas

    uti l i zaci ones de la tcni ca

    o

    de construi r e materi al con e

    fin

    de aument ar

    su

    ef i caci a. Sea como fuere, vol vemos a encon-

    trarnos a fi nal de esta nueva etapa con las si tuaci ones peda-

    ggi cas de las que hab amos part i do; pero nuestros conoci -

    mentos son ahora ms preci sos

    y ms

    sl i dos y han

    si do

    someti dos a un anl i si s ms mnuci oso.

    E

    enri queci mento de

    nuestros conoci mentos hace que nuest ra acci n sea ms ef i caz

    y

    di smnuye los pel i gros de que uti l i cemos los procedi mentos

    en f or ma emp r i ca. Compr obamos as , una vez

    ms,

    l a nece-

    si dad de consi derar

    los

    probl emas dent ro de la perspecti va

    psi copedaggi ca tal como la

    hemos

    def i ni do precedent ement e.

    Todos estos trabaj os, t odas estas i nvesti gaci ones deben ser

    empr endi dos con e espi ri tu ms ci ent fi co posi bl e; procurare-

    mos

    defi ni r en pocas pal abras esta acti tud, a la que asi gnamos

    i mportanci a pr i mordi al .

    No se

    trata, como han tratado de de-

    most rarl o l as l neas precedentes, de hacer de la prcti ca

    y

    de la

    i nvesti gaci n ci ent i i ca en pedagog a dos domni os en c om l eta

    oposi ci n.

    E

    arte del educador nada t i ene que t emer de l a

    ci enci a, ya

    que

    sta

    l e

    proporci ona

    en

    def i ni ti va

    l os

    medi os

    para desempearse dent ro de las mej ores condi ci ones.

    L a acti tud ci ent f i ca

    se

    caracteri za esenci al mente por su

    af n de control en f unci n de cri teri os suf i ci entemente el a-

    borados y expl ci tos der i vados de un trabaj o de anl i si s a veces

    demasi ado l abori oso.

    Las

    hi ptesi s son sugeri das, sea por la

    observaci n di recta, sea por e resul tado de experi enci as an-

    teri ores, o bi en por la i ntui ci n del i nvesti gador o l a si tuaci n

    general . L a acti tud ci ent fi ca consi ste en someter estas

    hi p-

    tesis a un control ( vame ms adel ante las restri cci ones necesa-

    rias), tan ri guroso como sea posi bl e, despus de haber def i ni do

    de modo mu preci so e pl an exper i mental que hay que apl i car

    de eval uaci n cual i tati va y cuanti tati va

    y

    l os umbral es a

    partir

    de

    los

    cual es puede consi derarse aceptabl e una i nterpretaci n.

    11

    para la ver'Bcaci n, los mt odos tcni cos, l os procedi mentos

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    lntroduccin

    El

    conteni do de este estudi o es resul tado de un trabaj o

    pro-

    l ongado, una de cuyas etapas pri nci pal es f ue el semnari o reali-

    zado en la Uni versi dad de Caen, del

    3

    a

    12

    de mayo de

    1982.

    Si n querer di smnui r e papel del redactor de este i nf orme,

    es preci so deci r en honor de la verdad que todos

    los

    partici-

    pantes col aboraron, con una buena vol untad y

    un

    entusi asmo

    que mer ecen nuest ro homenaj e,

    en la

    tarea de reuni r

    la

    docu-

    ment aci n y enri quecer la bi bl i ograf a, y al entaron los debates

    sobre las experi enci as y las i deas que se expon an.

    En

    e curso

    de esta obra se reproduci r casi ntegramente e total o una

    parte de muchas de las comuni caci oneso de l as i ntervenci ones

    y

    en esos casos seal aremos los nombr es de

    los

    m embr os i nf or-

    mant es, pero nos ser i mposi bl e i ndi car, en cada opor tuni dad,

    al

    autor de ta o cual observaci n perspi caz

    o

    de una

    u otra

    i dea

    f undament al . Esta es la razn por la que quer emos menci onar

    a l os parti ci pantes del semnari o de Caen.

    Ellos

    son los co-

    autores de esta obra

    y

    deseo expresarl es toda

    m

    amstad

    sonal

    y

    t odo

    m

    reconoci mento por

    la

    ayuda que me

    proporci onado:

    Prof esor Bur r oughs,

    de

    la Uni versi dad

    de

    Bi r m ngham

    Seor Cohen- Seat ,di rector

    del

    I nsti tuto de Fi l mol og a

    de

    Uni -

    Seor Gaudr eau, di rector cle Laborator i o de Psi col og a

    Expe-

    Seor D e ong, Depar t ament o de i nf ormaci ones de la Unesco.

    Seor Lanz, subdi rector del Gi mnasi o cantonal de

    La Chaux-

    Seora Leboi i tet, profesora adj unta de psi col og a

    de

    la

    Uni ver -

    Seor Lef ranc, di rector

    clel

    Cent ro A i di ovi si i al

    de

    Sai nt - Cl oud.

    Seora Leroy- Boi i ssi on,ei i cargada

    dc

    i nvesti gaci ones

    del CNRS,

    Seor Lestage, Depar t ament o de Educaci n de

    la

    Unesco.

    Seor

    Mal andai n, encargado de i nvesti gaci ones

    del CREDI F

    de

    Prof esor Mal mqui s

    ,

    de

    la

    Uni versi dad de Li nkopi ng.

    Profesor Mei erhenry, de

    la

    Uni versi dad de Nebr aska.

    Prof esor M r a

    y

    Lpez, de la Uni versi dad de Ro de J anei ro.

    Seor

    Philip,

    di rector del I nsti tuto I nternaci onal para e Est udi o

    Seor Roothoof t , productor

    y

    real i zador de

    f i l mes

    de enseanza.

    Prof esor Tarroni , de la Uni versi dad de Roma,

    13

    versi dad de Par s.

    r i mental

    de

    la Uni versi dad de Mont real .

    de- Fonds, Neuchdtcl .

    si dad de Caen.

    Facul t ad de Ci enci as

    de

    Ai x- Marsci l l e.

    Sai nt - Cl oud.

    de

    la

    I nf anci a, de Bangkok.

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    CAPITULO

    PRIMERO

    ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE

    LA INVESTIGACION CIENTf FICA

    En este corto cap tul o no tenemos l a i ntenci n de pl antear

    todos

    l os

    probl emas de la i nvesti gaci n ci ent f i ca en e campo

    de las ci enci as humanas. Des us de recordar las modal i dades

    baj o las cual es se mani f i esta f acti vi dad del i nvest i gador, nos

    l i mtaremos a seal ar -a enumerar - l as pri nci pal es di f i cul tades

    con las que se ha t ropezado.

    E

    obj eto de estas pocas pgi nas

    es e de hacer que e l ector t ome conci enci a de la extraordi nari a

    compl ej i dad de l as si tuaci ones que vamos a examnar

    y

    que

    adopt e una acti tud necesar i ament e prudent e a aceptar

    o

    re-

    chazar l as i deas presentadas a cont i nuaci n.

    Los mtodos uti l i zados para

    la

    i nvesti gaci n ci ent f i ca dentro

    del mar co de las si tuaci ones pedaggi cas que exam namos son

    i dnti cos a los que encontramos en todas l as ci enci as psi coso-

    ci al es y pedaggi cas, L a observaci n est presente en todos

    l os

    ni vel es y baj a todas sus f ormas: observaci n si mpl e del ni o

    espectador de un f i l me, por ej empl o, observaci n en una si tua-

    ci n muy si stemat i zada,observaci n si mpl e, observaci n ar mada,

    es deci r ayudada

    y

    compl et ada por todas las tcni cas actual es

    para e regi stro de l os hechos. Puede ci tarse e her moso ej empl o

    de l as observaci ones hechas por Zazzo

    y

    su equi po de col abora-

    dores, durant e el concurso i nternaci onal de filmes para ni os

    [232),o de l as de

    A.

    Leroy- Boussi on, de las que habl aremos

    ms adel ante

    1133-135I.l

    L a observaci n se compl eta

    a

    menudo por una entrevi sta

    con los suj etos para tratar de anal i zar mej or

    sus

    reacci ones y

    su conduct a; as, despus de la presentaci n de un f i l me, G.

    M al aret y

    M. C.

    Ml i &s i nterrogan

    a os

    ni os y ponen a

    su

    di sposi ci n al gunos materi al es para ayudar l os a reconstrui r e

    decor ado en que se

    ha

    desarrol l ado la acci n. L a i nvesti gaci n

    se ori enta despus haci a la entrevi sta cl ni ca, cuyas regl as f ueron

    not abl ement e establ eci das por J. Pi aget .

    1

    final

    Las cifras entre corchetes se refieren

    a

    la

    bibllografa

    que

    se

    encuentra

    de

    la

    obra.

    al

    1.5

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    13/237

    Algunas consideraciones sobre la

    inuestigacin

    cientfico

    A esta f or ma de i nvest i gaci n l arga

    y

    mnuci osa se agrega,

    cada vez que esto es posi bl e, la i ndagaci n que permte obtener

    ms r pi dament e una gran cant i dad de document os: as , des-

    pus de la proyecci n de un f i l me sobre e rea de un paral el o-

    gramo, Mal aret entrega un cuesti onari o a

    los

    al umnos. Las

    respuestas a este cuesti onari o i ndi can qu es lo que se ha

    comprendi do

    o

    no del f i l me.

    La

    compar aci n

    de

    los resul tados obteni dos por grupos an-

    logos nos l l eva de ese modo a l as posi bi l i dades de la experi -

    ment aci n, a hacer vari ar uno o vari os de los f actores de una

    si tuaci n det er m nada,

    E

    nmer o de los ti pos de exper i men-

    taci n en si tuaci n pedaggi ca audi ovi sual es muy grande, ya

    que es posi bl e actuar sucesi vamente sobre ml t i pl es factores

    di f erentes

    y

    hacer vari ar al i nfi ni to los el ementos de la expe-

    ri enci a; como veremos ms adel ante, pueden seal arse tres

    fuentes pri nci pal es de vari aci n: e document o audi ovi sual , la

    f or ma de uti l i zarl o, o bi en los suj etos m smos.

    En e pr i mer caso se acta sobre e document o para estudi ar

    las

    consecuenci as de esta t ransf ormaci n: de ese modo, prol on-

    gando en al gunas i mgenes la m r ada i ntercambi ada entre dos

    personaj es, Cohen- Seat obt uvo una nueva di stri buci n de

    l as

    di sti ntas i nterpretaci ones dadas por l os espectadores.

    E

    moment o en que se i nt roduce e document o audi ovi sual

    durante un aprendi zaj e da l ugar a toda una seri e de experi -

    mentaci oi i es del segundo ti po. En e aprendi zaj e de las l enguas

    extranj eras por medi o del magnet f ono, debe uti l i zarse ste an-

    tes, durant eo despus de las demost raci ones col ecti vas? i En qu

    casos es mayor la ef i caci a?

    Se obt i ene un tercer ti po de exper i mentaci n cuando nos di-

    ri gi mos a suj etos de categor as di ferentes.

    E

    profesor I i euyer

    nos da un ej empl o: Uti l i zando el materi al que nos proporci ona

    la cl ni ca psi qui tri ca infanti l , hemos est udi ado las reacci ones

    de los ni os l l amados i nadaptados, es deci r de los ni os o los

    adol escentes en 10s que un desequi l i bri o afecti vo pr oduce per -

    turbaci ones del compor t ament o, de su conduct a en la

    famlia,

    en la escuel a, en el centro de aprendi zaj e

    y

    en general en e

    grupo soci al f recuentado por

    l os

    ni os.

    Los

    ni os i nadaptados

    const i tuyen un pbl i co que permte obtener , en si t i ~aci onescle-

    termnadas, reacci ones netas

    y

    a menudo ampl i f i cadas, en com-

    paraci n con l as de los suj etos normal es. A di ferencia de l os

    enf ermos mental es, pueden segui r un espectcul o e i nteresarse

    en . Pero su desequi l i bri o afecti vo l os hace espectadores de re-

    acci ones vi vas, que son ms fci l es de captar que

    las

    de los suj e-

    tos equi l i brados que obedecen a f renos soci al es [

    081.

    16

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    14/237

    Algunas consMeraciones sobre la investigacin ctentifica

    La var i edad de las tcni cas de i nvesti gaci n es tan grande en

    e campo de la psi copedagog a de los medi os audi ovi sual es co-

    mo en cual qui er otra acti vi dad. E i nvesti gador no vaci l a en

    pasar del i ndi vi duo a

    PO,

    del suj eto normal al enf ermo,

    experi mentaci n en que debe recurri rse a l as tcni cas ci ent f i cas

    ms el aboradas.

    pasando por e i nadapt a

    r

    , de la ms senci l l a observaci n a la

    S bi en las randes l fneas de la i nvesti gaci n son fci l es de

    des que no podemos dej ar de seal ar. S es verdad que no

    hay otra ci enci a que la mensurabl e, los l mtes de la i nvesti ga-

    ci n ci ent fi ca quedar an restri ngi dos en l o que conci erne a

    campo audi ovi sual . Es fci l prever l as experi enci as, pero :para

    medi r qu? L a acci n de un di sco o de un f i l me sobreun suj eto

    a veces es d f ci l de eval uar

    y

    no se ve con cl ari dad en qu

    f or ma el i nvest i gador podr a medi r sus efectos. E i mpact o

    afecti vo

    o

    i ntel ectual puede ser muy i mport ant e y un f i l me

    puede tener consecuenci as determnantes para la conduct a

    y

    la

    ori entaci n ul teri ores del suj eto, sin que esto determne que esas

    consecuenci as

    se

    somet an f ci l mente a

    un

    anl i si s ci ent fi coel aborado.

    No

    podemos esperar que en todos

    los

    terrenos ex-

    pl orados hal l aremos esa r i queza mat emt i ca

    que

    es comn a

    la i nvesti gaci n ci ent fi ca en otros domni os; vol vemos a en-

    contrar aqu la mayor parte de las di f i cul tades que retardan la

    evol uci n de ci ertas partes de la pedagog a experi mental .

    De qu efectos se trata, por otra parte? Sabemos que la

    acci n pedaggi ca ti ene consecuenci as i nmedi atas y medi atas;

    lo m smo ocurre con las tcni cas audi ovi sual es, que no consti -

    t uyen

    ms

    que uno de

    los

    aspectos de esa acci n.

    E

    empl eo

    de

    i l ustraci ones sonoras en

    las

    l ecci ones de hi stori a ti ene re-

    percusi ones

    que

    se si tan a ni vel es muy di ferentes:

    En

    qu

    moment o hay que estudi ar,

    y

    event ual ment e medi r , la acci n

    de esas i l ustraciones sonoras? El control de la ef i caci a debe

    hacerse i nmedi atament e despus de una experi enci a, al d a

    si gui ente

    o

    vari os d as ms tarde? Debe esperarse aun ms

    t i empo? ZCi ertos efectos que de i nmedi ato parecen posi ti vos o

    negat i vos, conservarn esa caracter sti ca si transcurre al gn

    t i empo? Ser a fci l ci tar ej empl os de resul tados que parecen

    excel entes en un moment o dado, pero cuya i nef i caci a se de-

    pl ora despus de un t i empo; i nversamente, e grano sembr ado

    da sus f rutos ms adel ante y la f ecundi dad de ci ertas adqui si -

    ci ones que a com enzo parecen i nsi gni f i cantes slo ponen de

    mani f i esto su i mportanci a despus de al gunos meses. Tambi n

    di sear, la reaQzaci n encuentra en cambi o al gunas di f i cul ta-

    17

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    15/237

    Algunas consideraciones

    sobre la

    incestigacin cientfica

    podemos preguntarnos

    si

    en al gunos casos la i nvesti gaci n no

    debe hacerse en e moment o m smo en que se ori gi nan l os

    procesos ps qui cos, es deci r, durant e el curso msmo de la

    si tuaci n pedaggi ca audi ovi cual . Al gunos i nvest i gadores en-

    sayaron - con buenos resul tados- observar a uno

    o

    vari os su-

    jetos durant e e t ranscurso de una proyecci n ci nematogrAf i ca

    e i ncl uso regi straron sus reacci ones en e moment o en que se

    produc an; graci as a un si stema muy senci l l o de regi stro f ue

    osi bl e anotar con gran preci si n las mani f estaci ones emoti vas

    $e ci ertos suj etos, regi strar las vari aci ones de su acti vi dad

    psi -

    cogal vni ca

    y

    observar sus el ect roencef al ogramas durant e la

    royecci n de ci ertos f i l mes [lo&]; la uti l i zaci n de la f otogra-

    f a a rayos i nfrarroj os, t omada en moment os perf ectamente se-

    al ados, ha permt i do anal i zar en f or ma preci sa l as expresi ones

    i nfanti l es

    y

    abordar e estudi o de una gran cant i dad de efectos

    f i si ol gi cos,psi col gi cos y soci al es,

    En este moment o es d fci l separar l os efectos di rectos

    e

    in-

    di rectos de la nueva si tuaci n pedaggi ca creada por la utili-

    zaci n de las tcni cas audi ovi sual es. E n ciertos casos predo-

    m nan las adqui si ci ones preci sas ( como en e caso de la acci n

    de un f i l me sobre la geograf a, por ej empl o)

    y

    l os control es

    pueden hacerse f ci l mente; pero en otros casos las tcni cas

    audi ovi sual es desempean un papel catal i zador: preparan la

    adqui si ci n de otra cosa, f avorecen e desarrol l o de una apti tud

    uti l i zada en un aprendi zaj e ul teri or, crea una atmsf era propi -

    ci a a nuevas adqui si ci ones. Si empre resul ta di f ci l eval uar en su

    j usto ni vel e poder de mot i vaci n i nt roduci do de ese modo

    en e proceso educat i vo.

    Dent r o de este m smo orden de i deas se ve cl aramente, si

    r et omamos las di sti nci ones de la psi col og a cl si ca, que

    en

    ci ertos casos la ef i caci a de las tcni cas audi ovi sual es se apreci a

    en e pl ano de la i ntel i genci a, de la l gi ca, de l as adqui si ci ones

    cl aras y di sti ntas, pero que en muchos otros casos son afecta-

    das

    y

    perturbadas

    las

    zonas de la afecti vi dad, de las emoci ones

    y de

    los

    senti mentos. Sabemos perf ectamente, por otra parte,

    que en ri gor es t oda la personal i dad del suj eto la que experi -

    ment a e efecto buscado por e educador; si este efecto se

    mani f i esta con mayor cl ari dad en tal

    o

    cual domni o pri vi l e-

    gi ado, sensi bi l i za

    sin

    embar go a l as otras zonas del psi qui smo.

    E n l o que conci erne

    a

    la eval uaci n de los resul tados, e pro-

    bl ema puede pl antearse de otro modo, di st i ngui endo l os efectos

    consci entes de l os efectos i nconsci entes. Cuando despus de

    un f i l me se uti l i za un cuesti onari o, se estudi a una parte de

    los

    efectos consci entes del f i l me, ya que e suj eto rel aci ona

    18

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    16/237

    Alguna.7 con.r.idrraciones

    obre

    /a inursiigucicn cicntfira

    cl arament e la pregunta que

    se

    le ha f or mul ado con

    el

    cont eni do

    de

    los

    document os que le f ueron presentados;

    los

    efectos son

    entonces fci l es de determnar . Pero queda toda la acci n que

    se si ta en

    un

    ni vel i nferi or

    a

    la conci enci a cl ara, cuya

    i m

    portanci a sobre

    la

    ori entaci n ul teri or de la conduct a no es

    menos i mportante. Sabemos actual ment e que nuestras acci ones

    no son

    det er mnadas

    slo

    por moti vos cl aros

    y

    raci onal es,

    y

    que

    nuestra conduct a es resul tado de numer osas i nf l uenci as en que

    las vari abl es i nconsci entes no son las menos.

    Hay que agregar t ambi n que con demasi ada f recuenci a nos

    contentarnos con estudi ar

    los

    efectos i ndi vi dual es de las tcni cas

    pedaggi cas;

    estos

    efectos son los ms fci l es de observar

    y de

    medi r , pero t ampoco debemos descui dar - con e pretexto de

    que

    son

    suti l es y di f ci les de aprehender- los efectos soci al es

    consi derados desde e ngul o de los efectos i nterpersonal es

    o

    desde e punto de vi sta de los efectos del gr upo. Convi ene

    seal ar que los mt odos de apreci aci n de estos efectos an

    no

    son muy uti l i zados; por esta razn, estos mt odos

    en

    real i dad

    todav a no estn muy perf ecci onados.

    Hemos estudi ado

    las

    di f i cul tades

    que

    surgen a postul ar

    l a

    liiptesis de que

    l a

    uti l i zaci n de

    l as

    tcni cas audi ovi su i l es

    era

    pedaggi cani ente vi i l i da, pero no nos pl ant eamos la cuesti n

    de l a l egi t i mdad de i i uestra acci n.

    A

    veces

    la

    experi ment n-

    ci n ci ent fi ca encuent ra una barrera que debernos consi derar

    i nf ranqueabl e. E n e campo pedaggi co

    -y las

    tcni cas audi o-

    vi sual es no son si no una de

    sus

    partes- t oda exper i mentaci n

    corresponde a una acci n y no t enemos der echo a actuar

    si

    esa acci n of rece e menor pel i gro para los suj etos a qui enes

    est di ri gi da. El i nvesti gador est i gual ment e l i mtado en

    s u

    acci n por s u papel

    de

    educador

    y

    no del i e empr ender se ni n-

    guna iiivestinaci6ii

    que

    no cl i ente con

    la

    aprobaci n del peclri -

    gogo.

    Los

    i%ms

    no son cobayos y no tenei nos derecho

    a

    per-

    turbar -a veces a l argo

    plazo- sil

    afecti vi dad, ni a crear,

    vol untar i amente

    o

    por torpeza, t raumati si nos i rreparabl es. D e

    ah

    la

    di f i cul tad parti cuI ar de la i nvest gaci h pedaggi ca; es

    preci so seal ar la gran i mpxt anci a de

    este

    problcmi y". que sa-

    bemos, por otra parte, cul puede ser la cfi caci a de ci ertas

    tcni cas audi ovi sual es.

    E

    i nvest i gador pl enamente consci ente

    sabr

    por

    lo tanto dnde detener

    a

    veces

    su

    proceso ci ent f i co;se conf ormar con los document os reuni dos de un modo no

    si stemti co para veri fi car ci ertas hi ptesi s,

    cuyo

    contrri l expe-

    r i mental si gni f i car a dar muest ras de una fal ta de humani dad.

    19

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    17/237

    Algunar

    c d e r a c h e s sobre

    la investigacin

    clntlfica

    No

    basta

    obtener resul tados cual i tati vos

    o

    cuanti tati vos.

    La

    i nvesti gaci n ci ent f i ca no se aferra a nmer o por

    el

    nmer o

    m smo. L o esenci al consi ste en la i nterpretaci n de esos resul -

    tados, a f i n de conf i rmar

    o

    i nval i dar la hi ptesi s someti da a

    control

    y

    esto pl antea un pr obl ema que es necesari o abordar.

    En ci ertas si tuaci ones se pueden uti l i zar los conceptos ya el a-

    borados por

    l a

    psi col og a, la pedagog a

    y

    la soci ol og a cl sicas

    y apl i carl os a la nueva si tuacin edaggi ca cr eada por la uti-

    un mar co ya preparado

    y

    se est udi an entonces los procesos

    psi copedaggi cos y soci al es a travs de ese di sposi ti vo concep-

    tual . Est e mt odo of rece ventaj as evi dentes, pero t ambi n ti ene

    sus pel i gros.

    Las

    concepci ones uti l i zadas para c om render

    y

    expl i car

    l as

    si tuaci ones

    (y

    sus consecuenci as) son gepur adas

    or la cr ti ca f i l osfi ca y conoci das por la uti l i zaci n que

    se

    hecho de el l as; de este modo proporci onan a i nvesti gador

    un sent i do de seguri dad

    y

    a hombr e cul to la i mpresi n de que

    compr ende y si gue e desarrol l o de los aconteci mentos ci ent -

    fi cos. Pero t ambi n corremos e pel i gro de que se nos escapen

    los efectos espec f i cos, ori gi nal es, nuevos, que no son revel ados

    por la uti l i zaci n del cuadr o conceptual cl sico. Debi do a esto

    e i nvesti gador se ve obl i gado, en si tuaci ones determnadas,

    a

    crear nuevas concepci ones, a uti l i zar conceptos nuevos para i n-

    terpretar ms correctamente

    y

    en f or ma

    ms

    compl eta los

    re-

    sul tados experi mental es obteni dos. Se asi ste entonces a naci -

    mento de un nuevo l enguaj e que a veces parece un poco eso-

    tri co

    para

    e no i ni ci ado

    y

    cuyas sonori dades brbaras son

    un tanto atemori zadoras. E n consecuenci a,

    es

    necesari o subra-

    yar que no se trata aqu de un deseo i nfanti l de manej ar

    al abras

    o

    concepci ones nuevas, si no de una exi genci a cienti-

    F.

    ca i ndudabl e. L a uti l i zaci n de

    l as

    tcni cas audi ovi sual es

    t ransf orma

    l as

    si tuaci ones pedaggi cas cl sicas

    y

    da naci mento

    a nuevos efectos que a veces

    es

    i mposi bl e descri bi r, anal i zar

    o

    expl i car en e l enguaj e ci ent f i co corri ente; no nos asombr emos al

    encontrar, en ese terreno ri co en efectos nuevos y espec f i cos,

    noci ones i ndi tas en

    la

    expl i caci n de los resul tados obteni dos.

    E n real i dad, se asi ste a un desarrol l o

    y

    a una evol uci n

    sustentados en una di al cti ca i ntel i gente, en la que ci ertas con-

    cepci ones anti guas adqui eren una nueva

    vi da,

    se enr i quecen en

    comprensi n

    y

    abarcan un campo

    ms

    ampl i o. Per o no es po-

    si bl e evi tar la apari ci n de concepci ones desconoci das hasta

    ahora,

    y

    necesari as no obstante para obtener una i nterpretaci n

    coherente de los f enmenos: estamos en presenci a de un as-

    pecto parti cul ar de la evol uci n ci ent f i ca general . La i nter-

    l i zaci n de l as tcni cas audi ovi suaFs. Se apl i ca, en ci erto modo,

    20

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    18/237

    &unas coraskbracbncs sobre lo invarUgacddn *'fica

    pretadn debe apel ar t ambi n

    a

    todos

    los

    si stemas de coorde-

    nadas de la conduct a humana sacar provecho de todas las

    def ensores de

    un

    organi ci smo super ado buscaban una expI i -

    caci n ni ca de los f enmenos psi col gi cos dent ro del domni o

    fsico-fisiolgico,

    los

    sabi os no dej an actual mente de consi de-

    rar con mucha atenci n l os component es fi siol ' cos de la

    con-

    taci n dada por L.

    V.

    Zankov en la comuni caci n proporci ona-

    da a l os part i ci pantes del semnari o 12241.

    En otros

    domni os,

    los

    component es hi stri cos, geogrf i cos

    y

    soci ol ' cos son

    los

    i nterpretaci n. Las condi ci ones de

    los

    medi os geogrf i cos, eco-

    nmcos

    y

    pol ti cos actan sobre todas l as si tuaci ones pedaggi -

    cas, que no pueden permanecer aj enas a contexto soci al en e

    que se desarrol l an.

    E

    i nvest i gador debe tener en cuenta todos

    esos f actores en e moment o en que i nterpreta los resul tados.

    E ni o que vi ve en

    un

    medi o en el que la i magen es una cosa

    corri ente, donde e ci ne f or ma parte del uni verso faml i ar de

    todos, y las i mgenes tel evi sadas son reci bi das en

    gran

    nmer o

    de hogares, no se encuent ra en modo al guno en la si tuaci n

    del ni o para qui ei i una exhi bi ci n ci nematogrf i ca

    es un

    he-

    cho excepci onal , que sobrepasa por consi gui ente a t odos los

    dems hechos c0ti di anos. l Tambi n debe t omarse en consi de-

    raci n e ni vel de vi da, ya que la di ferenci a entre lo que e

    espectador conoce y lo que se

    le

    exhi be en la pantal l a crea

    un

    probl ema que no ti ene

    los

    m smos component es en todos

    l os

    ambi ent es,

    En

    trmnos general es,

    el

    estudi o ci ent f i co actual

    de

    los

    aspectos psi copedaggi cos de la uti l i zaci n de

    los

    medi os

    audi ovi sual es no puede l l evarse a cabo en f or ma compl et a sin

    recurri r en al gn moment o dado a l os resul tados obteni dos

    en

    ambi ent es muy di sti ntos. Una i nterpretaci n que qui ere ser

    exhaust i va debe recopi l ar, en escal a i nternaci onal ,

    los

    documen-

    tos

    sobre la base de los cual es puede ej erci tarse la perspi caci a

    del hombr e de ci enci a en la bsqueda de una expl i caci n que

    sea vl i da uni versal mente

    o

    pueda adaptarse a cada si tuaci n

    humana; en este ltimo caso,

    l os

    estudi os comparat i vos

    son los

    que

    mej or permten poner en evi denci a las caracter sti cas ori -

    gi nal es

    y

    espec f i cas de cada una de las si tuaci ones estudi adas.

    Una concepci n de este ti po requi ere que e i nvest i gador po-

    sea una f ormaci n ol i val ente

    y

    que exi sta una estrecha

    col a-

    adqui si ci ones de

    la

    ci enci a mo K rna. S en otros t i empos los

    ducta; ms adel ante se encont rar un ensayo cr tal i nterpre-

    que detentan la pri ori dad

    y

    deben converti rse en

    Y

    base de la

    boraci n entre las ferentes di sci pl i nas. S bi en es i mposi bl e

    1

    Uno

    da

    lm expertos del

    seminario

    seal que

    250 millones

    de asiAtiooa jams

    h a isto

    un filme u odo una emisin de radio

    o de

    televisin.

    21

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    19/237

    Algunas consideraciones sobre la investigacin cietitifica

    especi al i zarse en t odo, repet i mos, con

    P.

    Langevi n, que "la

    cul tura es l a que abre a i ndi vi duo a la especi al i zaci n de

    los dems" . En un ni vel superi or de la i nvesti gaci n ya no

    puede concebi rse que e ci ent f i co sea e hombr e de una sol a

    di sci pl i na. L a era

    de

    la especi al i zaci n estrecha ( f ci l mente

    cari raturi zada por

    los

    f i l sofos) ya ha si do superada. Todo

    lo

    que acabamos de exponer ha demost r ado suf i ci entemente que

    las competenci as del i nvesti gador en e cam o dc estudi o que

    psi col gi co

    y

    f i siol gi co como en los pl anos soci ol gi co

    y

    f i l mo-

    l gi co, dando a este l t i mo trmno

    un

    senti do

    m u y

    ampl i o. Se

    conci be entonces la necesi dad de un trabaj o de equi po si qui ere

    l l evarse a buen trmno una i nvesti gaci n prof unda; la col a-

    boraci n de los especi al i stas cul tos es una de las caracter sti cas

    esenci al es de la acti vi dad ci ent f i ca moder na. E reconoci mento

    de l a compl ej i dad de los f enmenos,

    e

    hecho evi dente de que

    un deterni i ni smo di f ci l mente se somet e a una esquemati zaci n

    l gi ca si mpl e,

    la

    revel aci n de un nmer o muy gr ande - por no

    deci r i nfi ni to- de vari abl es que entran en j uego en la si tuaci n

    aparent ement e

    ms

    senci l l a, hacen que e l aboratori o actual

    no

    pueda segui r si endo la obra

    de

    un

    sol o

    hombr e; debe ser e

    l ugar de reuni n de todas

    las

    di sci pl i nas

    que

    han

    de

    parti ci par

    en e descubr i mento de la verdad ci ent fi ca. Pero csta, di ra

    el

    narrador , es otra hi stori a

    A

    fin de compl etar lo que acaba de exponerse, nsi sti mos

    so-

    bre e hecho de que, en e estado actual de las tcni cas audi o-

    vi sual es, ni nguna i nterpretaci n puede ser def i ni t i vamente v-

    l i da y apl i cabl e como tal a las nuevas si tuaci ones qi i e sc pre-

    sentan, y esto es debi do a di versas razones: por una parte, la

    tcni ca evol uci ona muy r pi dament e

    y

    lo que

    se

    l l ama proyec-

    ci n fi ja ( ya se trate de di ascop a

    o

    de epi scop a) no ti ene ya,

    en

    1960,

    as m smas caracter sti cas que ten a

    en 1940;

    por otra

    parte,

    los

    perf ecci onamentos l ogrados en los i nst rumentos, en

    las tcni cas de reproducci n

    o

    de pr epar aci h de

    l os

    document os

    t ransf orman cual i tat i vamente las si tuaci ones en

    l as

    que rcali-

    zamos nuestras i nvesti gaci ones. Al gunas di f i cul tades desapare-

    cen, surgen otros probl emas y es preci so, entonces, emprender

    nuevas i nvesti gaci ones.

    Por otra parte, las condi ci ones psi col gi cas en que se opera

    e contacto de las si tuaci ones audi ovi sual es

    y

    de

    los

    suj etos

    evo-

    l uci onan const ant ement epor el hecho m smo de la exi stenci a

    de las tcni cas. S nos i magi namos a

    un

    espect ador que asiste

    por

    pr i mera vez a la proyecci n de un f i l me, podemos pensar ,

    si mpl i f i cando las cosas, que va a reacci onar, es deci r que sen-

    22

    nos i nteresa deben si tuarse tanto en los

    p

    nos pedaggi co,

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    20/237

    Algunas consideraciones sobre la inuesttgacin cientfica

    tir y

    comprender en f unci n de su bagaj e psi cobi ol gi co, que

    en s

    msmo es e resul tado de las i nf l uenci as heredi tari as de la

    acci n educat i va, de las experi enci as y de las si tuaci ones que

    ha conoci do anteri ormente. Pero e hecho

    de

    asisti r a un espec-

    tcul o da or i gen a dos f ormas de acti vi dad de ni vel e

    i mpor-

    tanci a di sti ntos. S bi en es ci erto que se reci ben mensaj es que

    se

    i nte

    r an

    en nuestra personal i dad actual , estos mensaj es

    no

    pensamento.

    S

    este es un proceso l ento

    y

    poco sensi bl e en

    e adul to, puede ser,

    por

    e contrari o, bastante espectacul ar en

    los

    ni os pequeos

    y

    expl i ca por qu

    e

    adul to ti ene

    muy

    a

    menudo la i mpresi n de ser aventaj ado por qui en segi i a si endo

    a sus oj os una cri atura.

    Se presentan dos

    ser i es

    de probl emas di ferentes: una rel ati va

    a la constante evol uci n del pensament o del i nvesti gador; la

    otra rel aci onada con e estudi o del proceso de adaptaci ci n de

    los suj etos a la evol uci n de la tcni ca. Aqu , ms que en

    cual qui er otro campo, debemos desconf i ar de l as comparaci ones

    con

    lo que hemos conoci do hace unos vei nte aos,ya que

    casi

    todos

    l os

    el ementos de las dos si tuaci ones as separadas en e

    t i empo

    son

    di ferentes. Adems, e i nvesti gador deber consi -

    derar si empre en

    las

    vari abl es experi mental es

    los

    factores

    que

    permten apreci ar e ni vel

    de

    i mpregnaci n audi ovi sual que ya

    han al canzado

    l os

    suj etos que examna.

    Las observaci ones precedentes sobre los mt odos, las

    difi-

    cul tades y al gunos

    de

    l os grandes pr obl emas de la i nvesti gaci n

    ci ent f i ca en la psi copecl agog a de l as tcni cas audi ovi sual es,

    permten que

    e

    l ector

    se

    faml i ari ce con ci erto nmer o

    de

    deas

    f undament al es que nos servi rn

    como

    una especi e

    de

    regl a

    bf i si ca a

    lo

    l argo

    de

    este trab3j o y que enui neranl os aqu:

    1.

    Las reIaci oi i es constantes que deben existi r entre la i i ivesti -

    gaci n ci ent f i ca

    y la

    uti l i zaci n i xxl aggi ca nunca deben

    mantenerse aj enas a l os progresos de la tcni ca y tendrn cn

    cuenta la si tuacin general en que se desarrol I an.

    2.

    Dada la compl ej i dad de todas las si tuaci ones pcdagb'as , es

    necesari o atenerse a a prudenci a en el moment o de i ntcrpre-

    tar los resul tados y aconsej ar a qui enes uti l i zan las tcni cas

    audi ovi sual es, ya que aquel l o que es vl i do y excel ente para

    ci ertos suj etos puede ser t raumat i i ante para los suj etos pro-

    veni entes de otro medi o.

    3.E conj unto de los probl emas pl anteados por los aspectos

    psi copedaggi cos de las tcni cas audi ovi sual es es t an compl e-

    jo

    que muy a menudo una i nvesti gaci n debe

    ser

    empr endi da

    por

    un equi po para que pueda l l egar a fel i z trmno.

    23

    dej an

    a

    modi f i car, a su vez,

    los

    mar cos m smos de nuest ro

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    21/237

    CAPITULO 11

    LOS

    FENOMENOS PERCEPTIVOS

    BASICOS

    GENERALIDADES

    No pretendemos consi derar aqu todos

    los

    probl emas rel ati vos

    a la percepci n como si se tratara de un manual de psi col og a.

    Nuest ra f i nal i dad es ms modest a: deseamos consi derar, por

    una parte,

    los

    datos f undament al es

    y

    examnar , por la otra,

    los

    que son uti l i zados en todas las i nvest i gaci ones y apl i caci ones

    audi ovi sual es, a fin de fijar un punt o de part i da para di scusi o-

    nes ul teri ores. Despus de haber r esumdo l as consi deraci ones

    de conj unto rel aci onadas con la psi col og a de la percepci n,

    esti udi aremos c mo se presentan estos puntos de vi sta en l as

    si tuaci ones en que se uti l i zan las tcni cas audi ovi sual es. En

    segui da trataremos

    ms

    part i cul armente la percepci n vi sual ,

    la

    percepci n audi t i va y

    las

    i nteracci ones entre estos dos dom -

    ni os. E n esta

    l ti ma

    parte consi deraremos t ambi n los resul tados

    ps cofi si ol gi cos.

    Hemos separado arbi trari amente

    los

    probl emas percept i vos de

    los

    probl emas rel ati vos a

    la

    mot i vaci n

    y a

    la compr ensi n.

    Estos l t j mos serhn e t ema del cap tul o 111. Es difcil fijar e

    l mte de separaci n; pedi mos

    a

    l ector que sea i ndul gente res-

    pecto de esta separaci n que no ti ene val i dez ms que en una

    pr i mera aproxi maci n.

    E n t oda si tuaci n percepti va deben ses estudi ados y consi de-

    rados si mul t neament e tres el ementos pri nci pal es: e ambi ent e,

    e obj eto de la percepci n

    y

    e suj eto que perci be

    y, si

    l as

    necesi dades de la exposi ci n nos l l evan

    a

    nteresarnos sucesi va-

    ment e en estos tres aspectos, es necesari o reconocer desde ahora

    las numer osas i nteracci ones esenci al es que exi sten entre el l os.

    E medi o no es un mar co vac o que si rve ni cament e de refe-

    renci a; acta a la vez sobre e obj eto y e suj eto, y l as carac-

    ter sti cas percepti vas del pr i mero

    y

    las osi bi l i dades percepti vas

    del segundo estn a menudo bajo su dependenci a i nmedi ata.

    E

    t rmno mbi ent e debe ser t omado con l a mayor am

    25

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    22/237

    Los

    fenmenos perceptfvos bdsicos

    pl i tud posi bl e, si se qui ere exam nar correctamente las si tua-

    ci ones percept i vas. E n pr i mer l ugar, debe consi derrsel o baj o

    su ngul o geogrf i co o topogrf i co,

    y

    que de su f orma,

    por ej empl o, dependen ci ertos f enmenos de transqi si n; se

    sabe ue en determnadas sal as e m smo est mul o sonoro se

    i deal es aquel l a en que l os soni dos emti dos por l os i nst rumentos

    de la orquesta son transmt i dos con e m ni mo de def ormaci n

    a todos los oyentes.

    En

    ci ertos casos se observan puntos en que

    la i ntensi dad sonora es nul a a pesar de la i ntensi dad bastante

    grande del est mul o sonoro. Esos ej empl os muest r an que desde

    la sal i da del mensaj e percept i vo ste suf re una def ormaci n,

    una degradaci n

    o

    un enr i queci mento que hacen que no haya

    nunca una correl aci n perfecta entre las caracter sti cas f si cas

    f undament al es del est mul o y l as caracter sti cas psi col gi cas de

    lo que es perci bi do.

    Ms

    ade1; i nte vol veremos a ocuparnos de

    esta i mport ant e cuest i n, pero podemos seal ar desde ya que

    esas propi edades son conoci das y uti l i zadas corr i entemente en

    todos los trucaj es radi of ni cos, por ej empl o, para t ransf ormar

    los

    mensaj es sonoros emt i dos y darl es e rel i eve, e col ori do

    o

    la i i queza exi gi dos por la si tuaci n,

    Est e aspecto topogrf i co es, sin embar go, e ms senci l l o y no

    const i tuye ms que una i ntroducci n a otros pr obl emas ms

    compl ej os que an son,

    por

    otra parte, muy poco conoci dos.

    E ambi ente se caracteri za no sl o por su extensi n y por su

    f or ma si no t ambi n por su estructura f i si coqu mca, a veces por

    su r i queza bi ol gi ca

    y,

    en ci ertos casos, por su historia. Desde

    que un obj eto es vi sto por un suj eto, puede deci rse que ese

    obj eto refl ej a la l uz reci bi da del ambi ent e; la percepci n de la

    f or ma

    y

    e col or del obj eto depende di rectamente de las caracte-

    r sti cas f si cas del ambi ent e donde se encuent ra. Todas las mu-

    j eres saben que una tela no debe ser el egi da baj o cual qui er

    luz

    y

    que la mej or referenci a es la l uz natural . L a cal i dad de la

    presentaci n de los avi sos de pr opaganda o de las i l usi ones

    vi-

    sual es se basa en e hecho de que los autores han sabi do actuar

    sobre e medi o para t ransf ormar las caracter sti cas sensi bl es de

    los obj etos; es por el lo que e m smo decorado, i l umnado su-

    cesi vament e por l uces cromt i cas di ferentes, puede representar

    un i nteri or del si gl o

    XVII,

    del

    XVIII

    del

    xx.

    E

    obj eto en

    s

    no

    ha cambi ado, pero l as condi ci ones ambi ental es hi ci eron resal tar

    o desaparecer al gunas de sus partes

    y

    proporci onaron a otras as-

    pectos ecul i ares.

    Podr i an hacerse l as m smas observaci ones respecto de los

    mensaj es sonoros en f unci n de la composi ci n qu m ca del

    repro3 ce vari as veces y que, a la i nversa, la sal a de conci ertos

    P

    26

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    23/237

    Los fen(merios

    perceuticos bhsicos

    medi o el sti co de t ransmsi n

    o

    de la presi n gaseosa, cuya

    acci n sobre la vel oci dad de propagaci n no

    es

    despreci abl e.

    Esto nos muest ra, a m smo t i empo, que esas caracter sti cas del

    ambi ent e, que transf orman e mensaj e a crear ci ertas condi ci o-

    nes parti cul ares de t ransmsi n, act an tanto sobre el obj eto co-

    mo sobre e suj eto, c omo veremos de i nmedi ato.

    L a percepci n de

    un

    obj eto por un suj eto es

    un

    f enmeno

    muy compl ej o y actual mente est amos l ejos de consi derar que lo

    que se ha conveni do en l l amar i magen ment al es una copi a,

    . una reproducci n

    o

    una rpl i ca exacta de la real i dad. A estu-

    di ar cmo se propagan los mensaj es que conducen a la percep-

    ci n podr emos abordar , en la f or ma

    ms

    senci l l a posi bl e a

    nuest ro j ui ci o,

    los

    probl emas que nos i nteresan.

    Un

    di agr ama

    nos evi tar l argos comentari os y si mpl i f i car las expl i caci ones.

    Se puede f racci onar e proceso percept i vo en e t i empo

    to-

    mando en consi deraci n cuatro

    o

    ci nco moment os di ferentes

    (vase fig. i), pero este f racci onamento slo se hace para

    Mcnkaje

    FE.

    1.

    l>csarroll

    clcl

    proccso pcrceptivo.

    1. Recepcin

    seiisorial estcri or. 2.

    Transmisin

    de

    un

    iinpulso

    iirrvioso.

    1. Acci6ii

    solirc

    los

    el ementos 3. Rrccpcin cortical.

    espec f i cos. 4. Perccpci n.

    facilitar l a exposi ci n,

    )a que

    la i nteraccti bn de l os di ferentes

    segmentos unos sobre otros

    y

    las rel aci ones dc cada uno de

    ellos con

    el

    conj unto de la personal i dad

    son

    constantes y

    con+

    ti tuyen un proceso psi cofi si ol gi co f undamcntal .

    Los

    mensaj es sal i dos del mundo exteri or son captados por los

    rganos de nuestros senti dos. Est a es una af i rmaci n

    si mpl e

    y

    corri ente, pero exi ge que la anal i cemos det eni dament e. Debe-

    mos compr obar de i nmedi at o que no reci bi mos todos los men-saj es emt i dos por e mundo exteri or

    y

    que

    slo

    capt amos una

    parte de l os que corresponden a nuestros rganos sensori al es. E

    nmer o de est mul os produci dos

    o

    transmt i dos por e medi o es

    muy gr ande

    y

    l os rganos sensori al es humanos no nos revel an

    si no una cant i dad muy pequea; los ani mal es o

    los

    obj etos ( un

    aparato de radi o

    o

    de tel evi si n, por ej empl o) pueden reci bi r

    27

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    24/237

    ih fenbmanos pevcsptivos bdrtcos

    y uti l i zar mensaj es que a nosotros nos dej an i ndi ferentes. Den-

    tro de

    los

    domni os m smos donde se ej erce la acti vi dad sen-

    sori al , puede af i rmarse

    sin

    ni nguna duda que l a banda de re-

    cepci n es rel at i vamente est recha

    y

    que e r ano receptor

    no si empre es

    muy

    sensi bl e. Un perro, por ej emp o, es sensi bl e

    a

    los

    ul trasoni dos, ya que despus de amaest rar l o puede l ograrse

    ue reacci one a un si l bato i naudi bl e para e hombr e; la pl aca

    Fotogrf i ca es sensi bl e a l os rayos ul travi ol eta que nosotros no

    perci bi mos. Sin duda es curi oso i magi nar, con A. Carrel , cmo

    ser a nuest ra vi si n del mundo si nuest ros r ganos sensori al es

    estuvi eran dot ados de otras cual i dades:

    Si,

    por ej empl o, la

    reti na regi strara

    los

    rayos i nf rarro os de gran l ongi tud de onda,

    la natural eza se nos presentar a Laj o otro aspecto. Debi do a

    los

    cambi os de t emperatura, e col or del agua, de l as rocas

    y

    de los rbol es vari ar an segn las estaci ones. Los d as cl aros

    de j ul i o, en que

    los

    menores detal l es del pai saj e se dest acan

    so-

    bre las sombras duras, resul tar an oscureci dos por una ni ebl a

    roj i za, ya que

    los

    rayos cal or fi cos oonvert i dos en rayos

    visibles

    ocul tar an todos l os obj etos. Dur ant e los fr os del i nvi erno, la

    atmsf era se acl arar a

    y

    e contorno de las cosas se vol ver a

    preci so. Pero e aspecto de

    los

    hombr es cambi ar a bastante.

    Su

    perfi l ser a i ndeci so. Una nube roj a se escapar a por las ven-

    tanas de la nari z

    y

    por la boca

    y

    enmascarar a sus rostros. Des -

    pus de un ej ercici o vi ol ento, e vol umen del cuerpo aumentar a,

    ya que e cal or despedi do por e m smo

    lo

    rodear a de

    un

    aura

    ms ampl i a. Del m smo modo, e mundo exteri or se modi f i car a,

    aunque de otra maner a, si la reti na se vol vi era sensi bl e a los

    rayos ul travi ol eta, la pi el a los rayos l umnosos, o si tan sl o

    aument ar a en f or ma notabl e la sensi bi l i dad de cada uno de

    nuest ros rganos sensori al es [42, g. 771.

    L a f orma m sma del abel l n de la orej a, la anat om a

    mus-

    por

    estos

    rganos no const i tuyan si no una pequea parte de

    lo

    que es transmt i do por e medi o. Y suponemos que l os rganos

    sensori al es son, de acuerdo con e cri teri o general , adecuados

    para la especi e humana; se advi erte f ci l mente que part i endo

    de este ni vel , l as i nsuf i ci enci as -o una mayor perf ecci n- mo-

    di f i can las condi ci ones i ni ci al es del proceso percept i vo.

    Desde ya podemos seal ar una seri e de f enmenos

    de

    ti po

    f si co-f i si opsi col gi coy es posi bl e habl ar de reacci ones preper-

    cepti vas. Una pr i mera adaptaci n de ti po refl ej o entra en j uego

    desde e moment o

    en

    que un rgano sensori al capta un men-

    saj e exteri or; sabemos que un haz l umnoso,

    a

    i nci di r sobre

    una parte de la reti na, provoca de i nmedi ato una modi f i caci n

    cul ar de los gl obos ocuF res hacen que l os mensaj es reci bi dos

    28

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    25/237

    Los fendmenos perceptivos bdsimr

    de la posi ci 6n de los gl obos ocul ares a

    fin

    de que la regi n

    f vea sea exci tada a mxi mo.

    Es

    i nnecesari o menci onar aqu

    los f enmenos de acomodaci n, en parte refl ej os, que producen

    la contracci n del cri stal i no. Medi ant e una seri e de regul aci o-

    nes automt i cas, se establ ece

    un

    equi l i bri o con vi stas a la re-

    cepci n de una cant i dad de energ a compat i bl e con la estruc-

    esta automat i ci dad, que est baj o la i nf l uenci a de los gran

    Y

    s

    tura

    y

    e f unci onament o de l os senti dos.

    No

    hay que creer

    conduct os refl ej os, corres onde tan sl o a un aspecto mecni co

    siolgicos

    moder nos se i nsi ste en la uni dad del si stema nervi oso,

    y

    en la actual i dad es imosi bl e concebi r

    e

    refl ej o ms si mpl e

    de la personal i dad; esta observaci n ser il en e moment o en

    que apl i quemos estas noci ones general es a la si tuaci n audi o-

    vi sual .

    L a entrada y

    la penetraci n del mensaj e en e si st ema senso-

    rial corresponden a una nueva def ormaci n de ste antes de

    converti rse en la exci taci n propi ament e di cha. Los medi os ocu-

    l ares dan l ugar a f enmenos de ref racci n

    y

    de di storsi n de

    l os haces l umnosos, antes que l l eguen a la reti na. L a mel od a

    ms

    armoni osa acta sobre e t mpano, pone en movi m ent o la

    cadena de los hueseci l l os y se t ransf orma en una seri e de

    vari aci ones de presi n transmti das por e caracol . Las caracte-

    r sti cas i ndi vi dual es dan a este proceso

    la

    mar ca total de la

    ersonal i dad, que es a la vez causa y efecto de estos aspectos

    Lol gi cos.

    Est e pr i mer estadi o se prol onga en una segunda etapa, que

    en

    nuest ro croqui s esquemt i co esta asoci ada al precedent e

    y

    que es f undament al , ya que

    se

    trata de la exci taci n propi a-

    ment e di cha. Las cl ul as sensori al es espec f i cas transf orman la

    energ a reci bi da en un i mpul so nervi oso que ser envi ado haci a

    los centros nervi osos superi ores, Los procesos son aqu di f eren-

    tes segn los rganos sensori al es y su estudi o of rece escaso i nte-

    rs para nuestros propsi tos; di gamos muy suci ntament e que

    sobre la reti na se produce un f enmeno qi i mco y que la des-

    composi ci n del ret i neano cor responde a

    la

    t ransf ormaci n de

    la energ a l umnosa en energ a el ctri ca; en las cl ul as de Corti

    del o do i nterno, un al argamento da ori gen al i mpul so nervi oso

    que transmte e nervi o audi ti vo.

    En

    este ni vel es donde puede

    habl arse de especi f i ci dad sensori al , ya que

    los

    f enmenos de

    transf ormaci n no se producen si no en presenci a de la f or ma

    correspondi ente de energ a que pone en acti vi dad a l as cl ul as

    especi al i zadas. Est amos l ej os ya, por lo tanto, de la i ngenua

    29

    menor de nuest ra acti vi cf d nervi osa; en todos l os trabaj os

    f i -

    como un el emento c omp

    ;

    t ament e i ndependi ente del conj unto

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    26/237

    L o s f e n m e n o s

    perccptioos

    bsicos

    creenci a segn la cual la real i dad se transmti r a en f or ma de

    i mgenes reci bi das di rectamente por e cerebro. La homogenei -

    dad entre e obj eto y e i mpul so nervi oso que parte haci a los

    centros superi ores

    ya

    no exi ste en ese ni vel .

    E

    segundo estadi o corresponde, en real i dad, a de la trans-

    msi n, que i nteresa sobre t odo al f i si l ogo, sin que dej e com-

    pl etamente i ndi ferente a psi cl ogo.

    Si gui endo las l eyes gene-

    ral es de la fi si ol og a nervi osa, l os i mpul sos nervi osos son en-

    vi ados, pasan por una seri e de rel s y son ori entados medi ante

    mecani smos que sl o ahora se empi ezan

    a

    descubri r

    y

    a com-

    pr ender (ver , en especi al , l os trabaj os de Del 1

    y

    de Magoun

    sobre la estructura reti cul ar, que datan de

    1952 y 1954).

    S

    qui si ramos extendernos sobre este punt o, encont rar amos

    f l -

    ci l mente todas l as rel aci ones compl ej as que estos f enmenos de

    t ransmsi n t i enen con e conj unto de la personal i dad

    y

    con

    la i nf l uenci a general de la si tuaci n en que se encuent ra

    e

    suj eto perceptor. Nos l i mtaremos a seal ar si mpl ement e la

    i mportanci a de los rel s tal mcos que han puest o de mani f i esto

    los trabaj os de Del ay

    y

    de su escuel a. Sabemos que la regi n

    di encefl i ca puede ser consi derada como e cerebro afecti vo del

    organi smo

    y

    que a este respecto puede retomarse la di sti nci n

    hecha por Head entre la sensi bi l i dad protopti ca

    y

    la sensi bi l i -

    dad epi cr ti ca;

    a

    ni vel del t l amo se revel an los componentes

    afecti vos del mensaj e nervi oso transmti do, ment ras que una

    l t i ma neurona conducc a la corteza e i mpul so nervi oso que

    provocar el f enmeno corti cal , punt o de parti da de la per cep-

    ci n propi ament e di cha.

    Ser a necesari o, con respecto

    al

    tercer estadi o, recordar todos

    los t rabaj os que, part i endo

    de

    las af i rmaci ones i ngenuas de

    Gall

    rel ati vas

    a

    l as

    l ocal i zaci ones cerebral es, conducen a con-

    cepci ones modernas, pasando por las teor as gestal ti stas. Re-

    andes conduct os nervi osos term-

    umendo, sabemos

    nan en zonas topogr i cament e bi en del i mtadas y que la l l egada

    de

    los

    i mpul sos nervi osos provoca f enmenos el ctri cos y

    qu -

    mcos i mportantes y net ament e detectabl es en las regi ones de

    expansi n de la f i bra nervi osa consi derada, aunque sensi bl es

    t ambi n en las otras partes del cerebro. Se establ ece entonces,

    una vez ms, una f or ma de equi l i bri o resul tante de l as i nnu-

    merabl es seri es de i mpul sos nervi osos que reci ben constante-

    ment e los hemsf eri os cerebral es ya que, en cada i nstante,

    los

    di versos rganos sensori al es son e or i gen de una acti vi dad ner-

    vi osa prct i camente i ni nterrumpi da. Agr eguemos, adems, para

    preparar nuestros desarrol l os ul teri ores, que cada obj eto no

    ori gi na una sola f or ma de mensaj e

    y

    que e cuerpo, en

    su

    30

    ?e los gr

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    27/237

    tos

    fetihenos perceptivos l>.szcos

    conj unto, capta a la vez, a propsi to de una si tuaci n no

    obs-

    tante preci sa,

    los

    est mul os vi sual es, audi ti vos, ol fati vos, tcti -

    les, etc. Escuchar una pi eza de rgano en una i gl esi a es reci bi r

    mensaj es vi sual es,

    or

    la msi ca, ser conmovi do f si camente en

    todo e c u a p

    por las vi braci ones potentes del ai re ( que po-

    dr an, segn se sabe, l l egar a destrui r e edi fi ci o en e caso de

    rganos part i cul armente poderosos ), respi rar e ol or bastante

    caracter sti co del \ i nci enso.

    En

    consecuenci a, podemos repre-

    sentarnos la corteza cerebral como e escenari o de

    un

    bal l et

    compI i cado de i mpul sos nervi osos en constante i nterferenci a y

    de un haz de reacci ones qu m cas suti l es ue actan en escal a

    neurni ca,

    es

    deci r, casi en la escal a de

    7

    i nf i ni tamente pe-

    queo.

    L a i nterpretaci n de esos mensaj es f i si coqu mcos es l o que

    consti tuye para nosotros e estadi o percept i vo propi amcnt e di-

    cho. L a vari aci n de potenci al cerebral da naci mento a un f e-

    nmeno ori i nal en e que las condi ci ones son f i si ol gi cas, pero

    di f ci l di scuti r, en pocas l neas, la af i rmaci n precedente, que se

    apoya en l os trabaj os rel ati vos a pri mer y segundo si stemas de

    seal i zaci n de Pavl ov, pero t rataremos de justi fi carl a

    en

    la

    f or ma

    ms

    senci l l a posi bl e.

    E n

    pr i mer

    l u ar, podemos preguntarnos cbi no es qiie el

    los mensaj es nervi osos para l ograr esa percepci n preci sa de la

    que, a j usto t tul o, se enorgul l ece a veces. No debemos vaci l ar

    en apel ar a la gnesi s del proceso para tratar de expl i carl o. Se

    puede emti r r azonabl ement e la hi ptesi s de que el beb reci n

    naci do no experi menta nada ms que i mpresi ones bastante mal

    def i ni das que

    sl o

    pueden

    ser

    si tuadas en e pl ano de

    lo

    agra-

    dabl e o lo desagradabl e. Medi ant e una seri e de condi ci ona-

    mentos ext r emadament e suti l es

    se

    crean rel aci ones entre las

    di ferentes si tuaci oncl s en que se encuentra e nio y las i rnpre-

    si ones que exper i menta. Por el j i i ego de la general i zaci n y

    de la i nhi bi ci n di ferenci atri z,

    e

    condi ci onamento se apl i ca a

    mat i ces cada vez ms pequeos y ese proceso, que se desarrol l a

    de acuerdo con e pr i mer si stema de seal i zaci n, adqui ere una

    ampl i t ud aun ms grande en e moment o de

    la

    adqui si ci n del

    l enguaj e para desembocar , en cl adul to, en una agudeza de

    extraordi nari a preci si n.

    Est e enfoc ue permte expl i car en f or ma coherente ci erto

    n-

    Un o de estos hechos se refi ere a la i mposi bi l i dad de separar

    e f enmeno percept i vo del conj unto de la personal i dad del

    cuyas mani Bstaci ones dependen del domni o psi col gi co.

    Nos

    es

    ser humano puea l l egar a esta i nterpretaci n txtranrdi ri ari a de

    mer o de heck

    os

    psi col gi cos i mportantes para nuestros estudi os.

    31

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    28/237

    h s enmenos perceptios bdscos

    sujeto, es deci r de lo que ste

    es y

    de l o que ha si do.

    La

    i nterpretaci n dada a los mensaj es nervi osos experi mentados se

    ha desarrol l ada, como lo hemos di cho precedent ement e, en si -

    tuaci ones preci sas vi vi das por el suj eto,

    y

    e condi ci onament o

    oper ado en ese moment o l l eva -a veces durant e mucho t i empo-

    la mar ca del moment o en que se produj o y de la resonanci a que

    t uvo en e suj eto. Por esta razn, os suj etos reacci onan de mane-

    ras muy di sti ntas en presenci a de una m sma si tuaci n exteri or,

    como lo saben todos l os que uti l i zan l as pruebas proyecti -

    vas en cl ni ca psi col gi ca: ante la m sma i magen dos suj etos

    perci ben cosas bast ante di ferentes

    y sus

    i nterpretaci ones f i nal es

    pueden lle ar a ser contradi ctori as. Esta es la razn por la cual ,

    al gunas i m enes (l as del TAT, por ej empl o) , e psi cl ogo es

    un

    sueto. Se compr ende as , para vol ver a usar e ej empl o ci -

    t ado a menudo en los manual es de psi col og a, por qu ante un

    m smo pai saj e natural el poeta, e agri cul tor, el i ngeni ero

    y

    e

    turi sta ven en l el ementos bastante di sti ntos, que para unos

    ti enen i mportanci a y son i nsigni f i cantes para l os otros. Lo ms-

    mo ocurre respecto de la compr ensi n de un f i l me, por ej empl o,

    como lo prueban acabadament e las di scusi ones que si guen a la

    proyecci n en un ci ne cl ub.

    Las rel aci ones de la percepci n

    y

    de la personal i dad pueden

    ser consi deradas desde otra perspecti va que nos muest ra t am

    bi n la uni dad del f enmeno. Hemos di f erenci ado muchos mo-

    ment os de la propagaci n de l os mensaj es e i nsi sti mos const an-

    t ement e, aun cuando se trataba de reacci ones de or den ref l ej o,

    en la dependenci a de esos procesoi respecto del conj unto del

    si stema nervi oso.

    Los

    hbi tos adqui r i dos se si tan tanto en e

    pl ano f i si ol gi co

    como

    en e psi col gi co, y hemos aprendi do a

    reci bi r y a i nterpretar los mensaj es en f unci n del conj unto de

    nuest ro cuerpo. Es deci r, en otras pal abras, que

    los

    compo-

    nentes corporal es i ntervi enen en e proceso y desempe an un

    papel en cuant o a equi l i bri o fi nal . Por ej empl o, puede ponerse

    en evi denci a e papel desempeado por la f unci n tni ca en

    la percepci n medi ant e la si gui ente experi enci a: se proyecta una

    raya l umnosa verti cal del ante de un suj eto sentado en la oscu-

    r i dad; para e suj eto la raya parece estar i nmvi l .

    S

    se arroj a

    detrs de una de las orej as del suj eto cl oruro de met i b, que

    enfr a bruscament e la regi n

    y

    acta por consi gui ente de un

    modo uni l ateral sobre

    los

    canal es semci rcul ares ( que estn en

    rel aci n con los centros del tono), e suj eto ve despl azarse la

    l nea verti cal paral el amente a s m sma,

    si

    bi en la di stanci a entre

    part i endo

    %

    hi stori as i magi nadas

    pQr

    suj etos en presenci a de

    capaz de ana7 zar l os el ementos prof undos de la vi da ps qui ca de

    32

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    29/237

    Los fendmenos perceptiuos bhicos

    e suj eto y e obj eto no ha vari ado. Est a senci l l a experi enci a

    meba a la vez la fi i i ura de las regul aci ones psicofi siol gi cas

    y

    E s

    vari abl es t an di ferentes que ent ran en j uego en e determ-

    ni smo del acto percepti vo. .

    Toda esta compl e i dadno si gni fi ca que

    la

    percepci n pi erda

    jes regi strados. Puede af i rmarse que no hay percepci n pur a si

    se f r agment a e mundo percept i vo segn nuestros di ferentes

    senti dos. La percepci n vi sual si empr e es i nf l ui da por i mpr e-

    si ones audi ti vas, ol fati vas o tcti l es. L a i nterpretaci n de un

    msmo dato vi sual var a en f unci n de la msi ca que lo acom

    paa, que en consecuenci a es perci bi da de modo di sti nto. L a

    separaci n entre e domni o vi sual y e audi ti vo es f ruto de

    un anl i si s teri co y verbal contrari o a la real i dad. Una expe-

    ri enci a senci l l a puede poner t ambi n de mani f i esto estas i nte-

    racci ones: graci as a

    un

    di sco gi ratori o sobre e que hay di buj a-

    das una o vari as espi ral es es posi bl e - medi ant e una hendi dura

    hecha en un cartn que ocul ta el si stema- dar la i mpresi n

    de que dos part cul as se despl azan, se acercan, se encuent ran y

    se al ej an.

    La

    experi enci a, presentada si n ni ngn comentari o

    a

    un grupo de suj etos

    a

    qui enes se les pregi i nta

    qu

    es

    lo

    que

    ven en e moment o

    del

    encuent ro de las dos part cul as, pro-

    porci ona respuestas que se di stri buycn de

    iiiodo

    casi i gual entre

    las vari antes si gui entes: las bol i tas se cri i zan o vuel ven a en-

    contrarse

    y

    rebotan una sobrc la otra. S en e moment o en

    que las part cul as se acercan se hace or un si l bi do

    o

    un bui n,

    la mayor parte

    de

    los suj etos ve i nmedi at amente que

    l as

    bol as

    se cr uzan o rebotan una sobre la otra. L a percepci n vi sual

    ha

    si do modi f i cada por e mensaj e audi ti vo. Est o ti ene gran

    i mportanci a para e estudi o de l os efectos de un fi lm, por

    ej empl o,

    y

    sin ant i ci pamos a los cap tul os subsi gui entes, po-

    deni os deci r que es bi en sabi do que pueden obtei i erse experi -

    mental mente percepci ones muy di ferentes de 1111 m smo teni a:

    en vari as secuenci as de tonal i dades afecti vas di i erentes se in-

    t roduce e m smo pr i mer pl ano del rostro de un personaj e, e

    cual es perci bi do por los m smos suj etos en di sti nta f or ma:

    unas veces ese rostro t raducc para el los tri steza, otras veces

    expresa al egr a

    y

    otras, en fi n,

    un

    est ado afecti vo

    en

    rel aci n

    con la si tuaci n en q~i eest col ocado.

    Se ha podi do presentar el i ni smo f ei i heno desde e ngul o

    de una el ecci n ef ectuada por e suj eto, i nsi sti endo sobre e

    hecho de que la perccppcji i q u c l ten a de una si tuaci n res-

    pond a

    a

    sus preocupaci ones personal es, que per manec a in-

    sensi bl e

    a ciertos el ementos i mportantes y no ve a o

    no

    o a

    33

    su uni dad, que resu a de una i ntegraci n de todos los mensa-

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    30/237

    Los

    fendmenbs

    perceptivos bdsicos

    ms que aquel l o que su ersonal i dad extra a del conj unto. Esta

    observaci n se expl i ca f hci l mente dentro del cuadr o general

    que hemos presentado antes; por otra parte, resul ta perf ecta-

    ment e comprensi bl e que los hbi tos anteri ores del suj eto, las

    si tuaci ones que ha conoci do y vi vi do, en especi al si f ueron muy

    traumat i zantes para l, acten en f or ma i nconsci ente en una

    el ecci n que no es si no el aspecto exteri or del proceso i nter-

    pretati vo corti cal . L a expl i caci n se apl i ca, mutatis

    mutandis,

    a

    las experi enci as social es de los suj etos

    y

    no nos asombr a e

    hecho de que no sean los m smos el ement os de una i magen o

    de un f i l me los que i mpresi onena pbl i cos si tuados en di sti ntos

    punt os de la Ti erra.

    Todas las observaci ones precedentes ten an como fin tratar

    de escl arecer

    y

    preci sar las i deas sobre la percepci n

    y

    mostrar

    que una concepci n ci ent f i ca del f enmeno es suscepti bl e de

    dar cuent a de un nmer o muy grande de f enmenos

    y

    de pro-

    porci onar una i nterpretaci n general coherente de al gunas

    ob-

    servaci ones,

    a

    veces contradi ctori as en apari enci a.

    No

    hemos

    anal i zada todos l os probl emas rel ati vos

    a

    la percepci n, pero

    nuest ro cuadro general es suf i ci ente para abordar l os probl emas

    espec f i cos pl anteados por las tcni cas audi ovi sual es.

    ALGUNAS

    APLI CACI ONES

    DI RECTAS A LAS

    SI TUACI ONESAUDI OVI SUALES

    No nos pr oponemos retomar uno a uno

    los

    el ementos de l a

    secci n precedente, si no examnar al gunos pr obl emas espec f i cos

    vi ncul ados a la si tuaci n general cr eada por la uti l i zaci n de

    las tcni cas audi ovi sual es.

    A

    fin de agrupar cl arament e nues-

    tras observaci ones, distin ui remos en esta secci n tres partes: l a

    si tuaci n, e mensaj e au F ovi sual

    y

    e suj eto.

    LA

    ITUACI~N

    Una de las pr i meras caracter sti cas de l o que l l amamos la

    si tuaci n audi ovi sual es, de maner a

    un

    poco paradj i ca a

    pri-

    mer a vi sta, e desequi l i bri o y la def ormaci n de la estructura

    de l os el ement os audi ovi sual es del medi o y la exi stenci a de un

    f enmeno de focal i zaci n. Trataremos de acl arar estos puntos.

    34

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    31/237

    Los fenmenos

    perceptivos bsicos

    L a recepci n correcta de una emsi n radi of ni caO la audi ci n

    de un di sco, la proyecci n de i mgenes o de un f i l me exi gen

    condi ci ones ambi ental es espec f i cas: en e pr i mer caso, la i n-

    tensi dad de

    los

    rui dos extraos al al toparl ante debe ser r edu-

    ci da a ni vel ms baj o posi bl e; en e segundo, ocurre lo msmo

    con la i ntensi dad l umnosa de la sal a de proyecci n.

    En

    l os

    dos casos, aparece un f enmeno de focal i zaci n, es deci r, una

    ori entaci n parti cul ar de la atenci n del espectador haci a la

    f uente de l os mensaj es. Subr ayemos i nmedi at ament e que esta

    focal i zaci n no t i ene las m smas caracter sti cas que la de

    la

    atenci n vol untari a en si tuaci n normal .

    En

    este l t i mo caso

    (lo

    m smo que para los adul tos que van al ci ne

    por

    propi a

    vol untad, por ej empl o) , la atenci n parte en ci erta medi da del

    suj eto

    y

    se ori enta haci a e obj eto.

    En

    la si tuaci n audi ovi sual ,

    la atenci n provocada es una respuesta a l l amado de la f uente

    de los mensaj es; e l l amado es tanto ms potente -y por

    lo

    tanto la atenci n corre e ri esgo de ser tanto ms i ntensa-

    cuant o mayor es l a di ferenci a de i ntensi dad que exi ste entre la

    emsi n del mensaj e y e conj unto de la sal a.

    Esto

    ti ene dos

    consecuenci as que es preci so seal ar: al gunos autores

    no

    vaci -

    l aron

    en

    comparar esta si tuaci n en que la atenci n est f uer-

    t ement e f ocal i zada con una si tuaci n prehi pnt i ca como

    la

    que

    cr eaban

    los

    psi qui atras a f i nes del si gl o pasado, y f ue uti l i zada

    para expl i car, en parte, la i nf l uenci a del ci ne sobre los especta-

    dores. Vol veni os a encontrarnos con este probl ema por otro ca-

    m no, que corresponde a su segunda consecuenci a: hay autores

    que se han referi do a sueo del suj eto para t odo

    lo

    que no

    sea e mensaj e vi sto o escuchado. Las di ferenci as de i ntensi dad,

    sea l umnosa

    o

    audi ti va, f avorecen este estado de i ndi ferenci a

    haci a t odo lo que no sea e campo percept i vo pri nci pal , y puede

    observarse corr i entemente que

    un

    espectador ci nematogrf i co

    atento no presta atenci n a

    sus

    veci nos i nmedi atos, ment ras

    que esta i ndi ferenci a se observa con menor f recuenci a en una

    sal a teatral

    ( y

    t ambi n por otras razones, de l as que no nos

    ocuparemos en este trabaj o).

    Vol vemos a encontrarnos aqu , por otra v a, con resul tados

    experi mental es seal ados ya hace muc ho t i empo por Pavl ov

    y

    uti l i zados actual mente en las curaci ones por medi o del

    sueo.

    Pavl ov compr ob que cuando a un perro en si tuaci n de expe-

    ri enci a se le supr i man todas las f uentes de est mul o exteri or, e

    ani mal se dor m a,

    En

    la psi coterapi a

    del

    sueo se opera en la

    actual i dad cr eando preci samente si tuaci ones anl ogas, a las que

    se agr ega una

    dbi l

    exci taci n peri di ca

    y

    al gunos product os

    qu

    mcos.

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    32/237

    Los

    fenmenos percvptivos hdsicos

    L a modi f i caci n del equi l i bri o de l os exci tantes ti ene otro

    efecto psi col gi co i mport ant e que debe seal arse para e estudi o

    de la psi col og a de las si tuaci ones audi ovi sual es. L a di sm nu-

    ci n de la i ntensi dad de los mensaj es reci bi dos en un campo

    sensori al determ nado acreci enta la ef i caci a de los mensaj es

    reci bi dos en los otros campos sensori al es, Est a observaci n es

    fci l de expl i car si se la ref i ere al esquema general de la per-

    cepci n que di mos anter i ormente. Se escucha mej or

    un

    con-

    ci erto en una oscuri dad rel ati va que en una sal a i l umnada;

    de noche se perci ben mej or l os rui dos faml i ares que pasan

    desaperci bi dos durante e d a. E n e pl ano ci ent f i co, es sabi do

    ue la supresi n de los mensaj es vi sual es modi f i ca e trazo del

    benef i ci o de las ondas beta si se exci ta la reti na. L a fuerte

    i mpresi n de l os est mul os que resul ta del desequi l i bri o general

    de los mensaj es exteri ores da ori gen a muchos de los f enme-

    nos que desencadenan e pni co en las sal as oscuras; al pro-

    duci rse un i nci dente grave en una sal a de espectcul os ci ne-

    matogrf i cos, es necesari o que a la brevedad posi bl e se enci enda

    la l uz para l i mtar

    los

    efectos soci al es que pueden ori gi narse

    y

    que desembocar an en una verdadera catstrofe. Dur ant e los

    j uegos ms i nfanti l es, as como en l as representaci ones de gran

    gui ol , la oscuri dad si empre es un el ement o de pavor, por los

    sent i mentos de i nseguri dad que provoca.

    Per o la oscuri dad no t i ene sol ament e efectos que pueden ser

    el i grosos; es necesari o consi derar ahora sus aspectos posi ti vos.

    get omando l os el ement os aportados anter i ormente, puede deci r-

    se de i nmedi ato que en ci erto senti do la focal i zaci n vi sual o

    audi ti va, en la medi da en que pr ovoca una atenci n bastante

    i ntensa, f avorece una buena percepci n

    y

    da a l os mensaj es

    emt i dos un poder de penetraci n que aument a consi derabl e-

    ment e su ef i caci a. D e ese modo se expl i ca en parte la preci si n

    y e nmer o de recuerdos regi strados

    por

    l os j venes es ectado-

    veces puede observarse tal i ntensi dad de recepci n que se pro-

    duce una verdadera i denti f i caci n de l os espectadores con e

    movi m ent o representado en la pantal l a

    y

    e suj eto ti ene la

    i mpresi n de estar dent ro del veh cul o en que se si ta la cmar a

    o

    dent ro de la vagoneta que baj a a t oda vel oci dad por l os ri el es

    si nuosos encl avados en el f l anco de la montaa. Por otra parte,

    l os

    resul tados de ci ertos espectcul os de ci nerama son a su vez

    muy espectacul ares, puesto que e nmer o de espectadores que

    se i ndi sponen es bastante consi derabl e (ver l os espectcul os de

    ci nemascope) .

    eect roencef al ograma, en e que desaparecen Ias ondas al fa en

    res que si guen asi duament e las sesi ones ci nematogr cas. A

    36

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    33/237

    Los

    f e n h e n o s

    perceptivos bdsicos

    L a oscuri dad opera de otro modo al l i berar a i ndi vi duo

    de ci ertas coerci ones soci al es que lo i mpul san a desempear

    un

    papel y le permten as una parti ci paci n ms acti va en la si tua-

    ci n. Cuando se uti l i zaron

    por

    pr i mera vez la epi scop a

    y

    la

    di ascop a en

    los

    pa ses en v as

    de

    desarrol l o, se pudo observar

    e hecho si gui ente: era muy difcil si no i mposi bl e pr omover

    di scusi ones a pl eno d a en e seno deunpequeo

    grupo

    sobre un

    t ema det erm nado (prcti ca agr col a, pr obl emas faml i ares o

    so-

    ci al es, por ej empl o) ; todos l os presentes cal l aban, ya que cada

    uno se sab a observado por los dems

    y

    e temor a equi vocarse

    o

    a hacer e ri d cul o conduc a a un mut i smo general . Cuando

    la di scusi n se organi zaba a parti r de i mgenes proyectadas,

    las l enguas se sol taban

    ms

    f ci l mente

    y

    la

    parti ci paci n en la

    di scusi n era mucho ms oonsi derabl e en la oscur i dad; e

    i n-

    di vi duo no ten a la i mpresi n de ser j uzgado, observado o re-

    conoci do como lo ser a a pl eno d a. l

    Estas observaci ones nos l l evaron a consi derar lo que suced a

    con los ni os en si tuaci n de oscur i dad, cuando estn en pre-

    senci a de una proyecci n fi ja

    o

    ani mada 11521,y otros autores

    compar ar on e nmer o de reacci ones i ndi vi dual es o soci al es

    durante una proyccci n ci nematogrf i ca

    [232].

    Nosot ros pon-

    dr emos e acento si mpl ement e en una consecuenci a f undamen-

    tal de la si tuaci n de oscuri dad a la que denoi ni namos l i bera-

    ci n de la m m ca i ndi vi dual

    [152].

    En si tuaci n de i l umna-

    ci n, en efecto, e ni i ?o -y t ambi n e adul to- debe control ar,

    consci ente

    o

    i nconsci entemente, la expresi n de

    sus

    emoci ones;

    sin i ntroduci r aqu las grandes di scusi ones psicofi l osfi cas rel a-

    ti vas a las rel aci ones entre la emoci n y sus mani f est aci ones

    rxteri oses ( . ames, Sartre), podemos decir si mpl ement e que

    hay

    i nteracci ones rvi dentes entre

    el

    aspecto i nterno

    y

    e aspecto

    externo del proccso. Por

    lo

    tanto, e ni o a que se lc cuenta

    un

    cuento debe, a niismo t i empo, escuchar

    y

    senti r una emoci n

    al gunas veces vi ol enta, si se trata de un cuento de hadas, por

    ei ei npl o, y dom nar las mani f estaci ones exteri ores

    de

    s u emo-

    ci n (ri sas o, sobre t odo, l l anto) pos razones soci al cs de

    dis-

    ci pl i na o por razones personal es de di gni dad ante l os otros

    com-

    pa eros; no ol vi demos que, como lo r ecuerdan los psi cl ogos

    de la vi da soci al , si empr e est amos en tren de desempear

    un

    papel ante los dems

    y

    que la presenci a de otros supr i me gran

    parte de nuest ra espontanei dad.

    La

    si tuaci n es di ferente cuan-

    do e proceso se opera en la oscur i dad, ya que el control de las

    1

    D e A. Terrisse: L a

    lucha

    contra el analfabetismo en una experiencia de

    rdiicarihn b 8 w n

    en

    A. O F. Education de hase et 4ducation der

    adultes,

    701.

    4,

    NO 4, pg. 37, Unesco. 1953.

    37

  • 7/24/2019 psicopedagogia y de los medios audiovisuales

    34/237

    LOS

    fenmenos perceptivos bsicos

    mani f estaci ones emoti vas es reduci do

    y

    e ni o puede rer, 110-

    rar

    o

    mani f estar su i nqui etud

    o

    su t emor con mayor l i bertad.

    Cr eemos que esta l i beraci n rel ati va de la expresi n de las

    emoci ones repercute sobre e proceso

    msmo

    y

    que

    la

    i ntensi dad

    de la emoci n exper i ment ada debe ser

    ms

    grande, ya que e

    f enmeno de conj unto no ha teni do f reno. Estas observaci ones,

    que exi g an un anl i si s prof undoy sobre t odo seri as veri f i caci o-

    nes experi mental es,

    nos

    demuest r an que las condi ci ones per-

    cepti vas (no ol