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Os artigos de investigação do Centro de Estudos de Gestão do Instituto Superior Técnico (CEG-IST) destinam-se a divulgar os resultados da investigação realizada pelos seus membros. The working papers of the Centre of Management Studies of IST (CEG-IST) are aimed at making known the results of research undertaken by its members. Pedidos de informação sobre estes artigos, ou relativos a investigação feita pelo Centro devem ser enviados para: Enquiries about this series, or concerning research undertaken within the Centre should be sent to: Coordenador do CEG-IST Instituto Superior Técnico Av. Rovisco Pais, 1049-001 Lisboa Portugal e-mail: [email protected] Artigo de Investigação / Working Paper ISSN 1646-2955 Nº 2/2009 El enfoque MACBETH para la incorporación de temas transversales en la evaluación de proyectos de desarrollo Ramiro Sanchez Lopez, Carlos A. Bana e Costa

Os artigos de investigação do Centro de Estudos de Gestão ... · b CEG-IST, Centro de Estudos de Gestão do Instituto Superior Técnico, Universidade Técnica de Lisboa, Portugal

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Os artigos de investigação do Centro de Estudos de Gestão do Instituto Superior Técnico (CEG-IST) destinam-se a divulgar os resultados da investigação realizada pelos seus membros. The working papers of the Centre of Management Studies of IST (CEG-IST) are aimed at making known the results of research undertaken by its members. Pedidos de informação sobre estes artigos, ou relativos a investigação feita pelo Centro devem ser enviados para: Enquiries about this series, or concerning research undertaken within the Centre should be sent to: Coordenador do CEG-IST Instituto Superior Técnico Av. Rovisco Pais, 1049-001 Lisboa Portugal e-mail: [email protected]

Artigo de Investigação / Working Paper

ISSN 1646-2955

Nº 2/2009

El enfoque MACBETH para la incorporación de temas transversales en la evaluación de

proyectos de desarrollo

Ramiro Sanchez Lopez, Carlos A. Bana e Costa

EL ENFOQUE MACBETH PARA LA INCORPORACIÓN DE TEMAS

TRANSVERSALES EN LA EVALUACIÓN DE PROYECTOS DE DESARROLLO

Ramiro Sanchez-Lopez a, b

([email protected])

Carlos A. Bana e Costa b, c

([email protected])

a KERMIT, Research Unit Knowledge-based Systems, Ghent University, Belgium

b CEG-IST, Centro de Estudos de Gestão do Instituto Superior Técnico, Universidade

Técnica de Lisboa, Portugal

c Department of Management, Operational Research Group, London School of

Economics, UK

RESUMEN:

Los esfuerzos de la Unión Europea para la cooperación al desarrollo están basados en el

principio de desarrollo humano sostenible, equitativo y participativo, lo que ha llevado a la

inclusión en las políticas de desarrollo de los llamados "temas transversales" (cross-cutting

issues): la promoción de los derechos humanos, la igualdad de género, la dimensión

medioambiental, la democracia como valor social y el empoderamiento de los beneficiarios de

las iniciativas de desarrollo, entre otros. En consecuencia, la evaluación de proyectos de

desarrollo debía pasar a incorporar operacionalmente dichos temas, cuestionando así la

adecuación de ciertas metodologías tradicionales, como el análisis Costo Beneficio, para

considerar la naturaleza intangible y cualitativa de las nuevas dimensiones de evaluación. Este

artículo describe cómo la metodología multicriterio MACBETH fue utilizada para ayudar a un

importante programa de desarrollo rural en Bolivia -PRAEDAC- a construir un sistema

específico para la evaluación de proyectos respecto a estos temas. El sistema fue diseñado a

través de una serie de entrevistas individuales y de conferencias de decisión llevadas a cabo

entre especialistas y técnicos de campo.

Palabras clave: análisis multicriterio, MACBETH, cooperación al desarrollo, evaluación de

proyectos, temas transversales.

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1. INTRODUCCIÓN: CUESTIONES A RESPONDER

Según reportes de la OECD (cf. Brolin 2007), la Unión Europea es el mayor dispensador

de ayuda oficial al desarrollo (AOD), contribuyendo con más de la mitad del monto total

global. Sus esfuerzos para reducir la pobreza están sustentados en el principio de

desarrollo humano sostenible, equitativo y participativo (Comisión Europea, 2001), el

cual concibe a las personas como eje central y objeto del desarrollo, potenciando el

fortalecimiento de sus capacidades individuales y colectivas para que sean a la vez

diseñadores, actores y beneficiarios de los procesos de desarrollo.

El respeto al principio de desarrollo humano sostenible implica la inclusión, en

las políticas de desarrollo, de los llamados "temas transversales" (cross-cutting issues).

Estos hacen referencia a aspectos de interés general que han de tenerse en cuenta en

todos los niveles de intervención, y comprenden la promoción de los derechos humanos,

la igualdad de género, la dimensión medioambiental, la democracia como valor social y

el empoderamiento de los beneficiarios de las iniciativas de desarrollo, entre otros. La

relación entre los temas transversales y el desarrollo humano sostenible se muestra

claramente en el esquema de la Figura 1. Hoy por hoy −y formalmente desde que el

Consejo de la Unión Europea, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea emitieran

el documento titulado "El Consenso Europeo para el Desarrollo" (European

Commission, 2006)− tales temas constituyen los lineamientos básicos obligatorios para

la implementación de los esfuerzos de cooperación de la Unión Europea.

FIGURA 1

Relación entre temas transversales y desarrollo humano sostenible, adaptada de (Gayraud y Quiroga,

2005)

Género

Derechos Humanos

Medioambiente

Participación / Empoderamiento

Equidady

crecimientoeconómico

DesarrolloHumano

Sostenible

Género

Derechos Humanos

Medioambiente

Participación / Empoderamiento

Equidady

crecimientoeconómico

DesarrolloHumano

Sostenible

3

Los temas transversales también han sido integrados en las iniciativas de

cooperación de la Unión Europea en Bolivia. Por ejemplo, en un importante programa

de desarrollo rural denominado PRAEDAC (Programa de Apoyo a la Estrategia de

Desarrollo Alternativo en el Chapare), financiado en su mayor parte por la Comisión

Europea, se pasó a incorporar desde 2003 cuatro temas transversales específicos

(PRAEDAC 2006): 1) el grado de participación ciudadana en los procesos de desarrollo,

2) la equidad de género, 3) el cuidado del medio ambiente y 4) el grado de garantía y

promoción de los derechos humanos. Los mismos debían ser incorporados en la

formulación y evaluación de proyectos de desarrollo independientemente de su

naturaleza, tamaño u objetivos.

En la Unión Europea, una de las metodologías de evaluación de proyectos más

utilizadas es el Análisis Costo Beneficio (European Commission, 1997). Sin embargo,

la naturaleza intangible y cualitativa de los temas transversales compromete la

conmensurabilidad monetaria de gran parte de los impactos de los proyectos de

desarrollo. Así pues, el Análisis Costo Beneficio no es adecuado para evaluar todos los

beneficios que el proyecto genera en términos de, por ejemplo, la equidad de género, el

grado de empoderamiento de la población, la potenciación de los derechos humanos o

los impactos medioambientales.

El Marco Lógico es también una técnica ampliamente utilizada en la

formulación y evaluación de programas y proyectos de desarrollo (EVO, 1997). Esta

técnica hace uso de los llamados "Indicadores Objetivamente Verificables", los cuales

deben permitir ser verificados en términos de calidad, cantidad y tiempo. En el contexto

del programa PRAEDAC, dicha técnica demostró ser de difícil aplicación. Las

instituciones de cooperación al desarrollo intervienen normalmente en áreas con escasa

infraestructura y población diseminada en vastas áreas de difícil acceso. Existe casi

siempre gran movilidad demográfica y escaso control censal sobre la población. Todo

ello ocasiona que el planteamiento de evaluar los proyectos de desarrollo mediante

indicadores de naturaleza estadística sea sumamente difícil y costoso, y por ello

inviable. Por este motivo, en el caso del PRAEDAC, el Marco Lógico se mostró

insuficiente para la evaluación de los proyectos respecto a temas transversales, motivo

por el cual se optó por crear un sistema específicamente diseñado para ese efecto.

4

El reto que planteaba la necesidad de crear un nuevo sistema de evaluación de

proyectos radicaba en:

I) Primero, la dificultad de encontrar medidas de desempeño que brinden información

sobre las bondades o los inconvenientes de los proyectos respecto a temas de naturaleza

cualitativa y multidimensional, tan poco tangibles y conmensurables en términos

monetarios. Esta dificultad a su vez encierra dos cuestiones a responder:

1) ¿Cómo traducir operacionalmente los temas transversales en criterios de

evaluación?

2) ¿Cómo describir cuantitativa o cualitativamente los diferentes niveles de

desempeño (impacto o performance) de los proyectos con respecto a tales

criterios?

II) Segundo, la dificultad de distinguir entre el desempeño de un proyecto y su valor

(atractivo o utilidad). Esta dificultad encierra otras dos cuestiones a responder:

3) ¿Cómo estimar el valor asociado a cada nivel de desempeño en cada criterio?

4) ¿Cómo evaluar globalmente un proyecto, teniendo en cuenta criterios de

diferente importancia para la comunidad?

Dado el tipo de problema que enfrentábamos, con cuatro temas transversales

bien definidos e intuitivamente multidimensionales, resultó muy conveniente utilizar el

enfoque multicriterio de evaluación. Desde esta perspectiva metodológica, es frecuente

encontrar instituciones de cooperación al desarrollo que dan respuestas técnicas a las

dificultades enunciadas, consistentes en atribuir discrecionalmente pesos a los criterios

de evaluación y puntos al desempeño de los proyectos en cada criterio, y enseguida

calcular puntuaciones globales por suma ponderada. Desafortunadamente, ciertos

procedimientos de ponderación y de puntuación muy utilizados en la práctica no

respetan las condiciones teóricas subyacentes a un modelo multicriterio de tipo aditivo

(Krantz et al. 1971; French, 1988; Keeney y Raiffa, 1993). Las buenas prácticas de

ponderación y puntuación están basadas en juicios de valor cualitativos o cuantitativos,

dependiendo de las técnicas utilizadas. Por ejemplo, SMART (Edwards y Barron, 1994)

requiere estimaciones numéricas directas, mientras que MACBETH (Bana e Costa y

5

Vansnick, 1994; Bana e Costa et al., 2003) requiere sólo juicios cualitativos de

diferencia de atractivo (valor), (cf. Bana e Costa y Chagas, 2004).

Este artículo describe cómo la metodología MACBETH fue utilizada para ayudar a

la Unidad de Gestión del PRAEDAC a crear un nuevo sistema multicriterio de evaluación

de proyectos. El proceso se llevó a cabo a través de una serie de entrevistas individuales

y de conferencias de decisión (Phillips y Bana e Costa, 2007) realizadas con cuatro

especialistas en temas transversales (uno de cada tema) y otros técnicos de PRAEDAC.

El artículo presenta en el apartado 2 las respuestas a las preguntas 1) y 2) planteadas

anteriormente, referidas a la etapa de estructuración del modelo; en el apartado 3

presenta las respuestas a las preguntas 3) y 4) referidas a la etapa de evaluación, es

decir, de construcción del modelo de evaluación propiamente dicho; finalmente, el

apartado 4 presenta las conclusiones del caso.

2. ESTRUCTURACIÓN

2.1. ¿Cómo traducir los temas transversales en criterios de evaluación?

Para facilitar la identificación de criterios por nuestros interlocutores, hicimos

uso de un procedimiento de estructuración de tipo "de arriba hacia abajo" (top-down),

(cf. Watson y Buede, 1987; von Winterfeldt y Edwards, 1986), que pasa por pedir al

especialista en cada tema transversal que describa de forma sucinta lo que para sí sería

un proyecto totalmente satisfactorio, designado como "prototipo" en (Sanchez-Lopez,

2005 y 2008), con respecto al tema de su especialidad. Posteriormente, se invita al

especialista a elaborar un texto explicativo del prototipo, tal que pueda ser sometido a

los comentarios de los otros especialistas con la finalidad de enriquecerlo con aspectos

importantes adicionales quizás dejados de lado en la concepción original. Este proceso

iterativo conduce a la reformulación definitiva del prototipo, de manera que cuente con

cierto grado de consenso grupal. Por ejemplo, en el tema transversal Participación, se

formuló el siguiente prototipo:

"El proyecto contempla un ‘nosotros inclusivo’, cuenta con mecanismos

democráticos para la resolución de conflictos y los actores cuentan con

6

capacidades desarrolladas y oportunidades que les permiten participar en los

procesos de desarrollo local" (Bazoberry Chali, 2005).

El siguiente paso es identificar cada uno de los conceptos contenidos en la frase

descriptiva del prototipo, los cuales serán utilizados como criterios de evaluación.

Como puede apreciarse, el prototipo de Participación contiene cuatro conceptos

diferentes: “un nosotros inclusivo”, “mecanismos democráticos para la resolución de

conflictos”, “actores con capacidades desarrolladas para participar” y “actores con

oportunidades de participar”. Se siguió un proceso similar para todos los temas

transversales, arrojando un total de 17 criterios de evaluación como se muestra en la

7

Figura 2.

Para completar el proceso, los cuatro especialistas elaboraron textos explicativos

de los pormenores de los criterios incluidos en sus respectivos temas (PRAEDAC 2005).

Estos textos fueron utilizados para verificar que los criterios no eran redundantes entre

sí y que cada uno de ellos era "aislable", es decir, que era posible evaluar el desempeño

de los proyectos en ese criterio, independientemente de los desempeños en los restantes

criterios. Por último, se concluyó que el conjunto de criterios estaba completo, dado que

los especialistas concordaron en que si dos proyectos tuvieran niveles de desempeño

idénticos en los 17 criterios no existiría ninguna razón adicional que justifique que

tengan valores globales diferentes.

8

FIGURA 2

Temas transversales y respectivos criterios de evaluación

Fuente: PRAEDAC, 2005.

9

2.2. ¿Cómo describir con respecto a cada criterio los diferentes niveles de desempeño de los

proyectos?

Dada la naturaleza intangible de los temas transversales, no es de extrañar que

los criterios de evaluación correspondientes estén compuestos por varias dimensiones

elementales interrelacionadas. Para describir adecuadamente los niveles de desempeño

en cada criterio, es necesario primero identificar las dimensiones más relevantes y

posteriormente describir cualitativamente subniveles de desempeño para cada

dimensión. Este es el punto de partida para la aplicación del proceso de construcción de

descriptores multidimensionales propuesto por Bana e Costa y Beinat (2005) y puesto

en práctica en otros contextos (cf. Bana e Costa et al., 2006 y 2008). Seguidamente, se

agrupan subniveles de dimensiones diferentes para componer niveles factibles de

desempeño y ordenarlos por orden de atractivo. Esto permite llegar finalmente a la

definición de una escala de evaluación (

Tabla 1).

TABLA 1

Proceso de construcción de descriptores multidimensionales

Pasos Tareas

Paso 1 Definir un conjunto discreto de niveles de desempeño relacionados con cada una de las dimensiones de evaluación.

Paso 2 Establecer todas las combinaciones posibles de los sub-niveles de las diferentes dimensiones de evaluación.

Paso 3 Identificar y eliminar las combinaciones no factibles.

Paso 4 Comparar el grado de atractivo de las combinaciones factibles y agrupar aquellas que son equivalentes. Esto requiere comparaciones holísticas de perfiles multidimensionales, lo cual puede involucrar un esfuerzo considerable de parte del evaluador. El proceso puede ser facilitado utilizando un proceso de comparación biunívoco.

10

Paso 5 Desarrollar la descripción semántica de cada nivel de desempeño factible, tan detalladamente y tan objetivamente como sea posible.

Por ejemplo, para el descriptor del criterio "Inclusión" del tema transversal

"Participación", el especialista identificó dos dimensiones a tener en cuenta: 1) ¿quiénes

son tomados en cuenta en la toma de decisiones? y 2) ¿cómo son incorporadas estas

personas en los procesos de toma de decisiones? Seguidamente, para cada una de las

dos dimensiones identificadas, el especialista formuló tres subniveles de desempeño

(X.1, X.2, X.3, y Y.1, Y.2, Y.3 respectivamente), ordenados de mayor a menor en cuanto a

su grado de atractivo. En la formulación de cada subnivel de desempeño se evitó en lo

posible el uso de términos ambiguos. La calidad del modelo de evaluación depende, en

gran medida, de la calidad de la redacción de cada uno de los subniveles de desempeño,

pues éstos servirán para estimar cuantitativamente el valor del proyecto.

11

Ejemplo: criterio "Inclusión" del tema transversal "Participación".

Dimensión X: ¿quienes?

Se toma en cuenta en la toma de decisiones...

• X.1 ...a los involucrados directos e indirectos, incluidas las fuerzas opositoras y los

grupos de involucrados que no están explícitamente identificados en el documento

de proyecto (como, por ejemplo, las asociaciones de transportistas o los grupos de

consumidores).

• X.2 ...sólo a los involucrados que determina la norma (por ejemplo, autoridades

municipales, técnicos y comité de vigilancia), o el diseño del proyecto (por ejemplo,

asociación de productores, o ente financiador).

• X.3 ...sólo a los involucrados que financian o administran el proyecto (es decir, se

sigue una racionalidad política o burocrática en la que participan sólo los dueños del

proyecto).

Dimensión Y: ¿cómo?

Se incluye a los involucrados...

• Y.1 ...de forma propositiva (es decir, es evidente la participación protagónica y

activa de los involucrados).

• Y.2 ...de forma pasiva (es decir, no existen mecanismos para motivar la

participación propositiva de los involucrados).

• Y.3 ...de manera instrumental (es decir, los diseñadores de proyecto presuponen los

intereses de los involucrados sin hacer validaciones de campo).

La combinación de dos subniveles de desempeño, uno de cada dimensión, da como

resultado una frase que describe cualitativamente el desempeño de un proyecto dado

respecto del criterio en cuestión. Por ejemplo, la concatenación de los sub-niveles X.1 e

Y.3 del criterio Inclusión da como resultado la siguiente frase:

12

Se toma en cuenta en la toma de decisiones a los involucrados directos e

indirectos, incluidas las fuerzas opositoras y los grupos de involucrados que no

están explícitamente identificados en el documento de proyecto (como, por

ejemplo, las asociaciones de transportistas o los grupos de consumidores) y se los

incluye de manera instrumental (es decir, los diseñadores de proyecto presuponen

los intereses de los involucrados sin hacer validaciones de campo).

El siguiente paso es formular todas las combinaciones posibles de sub-niveles de

desempeño, identificando aquellas combinaciones que no sean factibles y ordenando el

resto de mayor a menor según su grado de atractivo (

Tabla 2). Puede darse el caso de que dos o más combinaciones sean equivalentes y,

por tanto, formarán parte del mismo nivel de desempeño, como en el caso de los

Niveles D y E de la

Tabla 2.

TABLA 2

Combinación de subniveles de desempeño para la creación de niveles del descriptor

Dimensión: X

Sub-nivel: X.1

Sub-nivel: X.2

Sub-nivel: X.3

Combinaciones

(X.1, Y.1)

(X.1, Y.2)

(X.1, Y.3)

(X.2, Y.1)

(X.2, Y.2)

(X.2, Y.3)

(X.3, Y.1)

(X.3, Y.2)

(X.3, Y.3)

Niveles del descriptor

Nivel A: (X.1, Y.1)

Nivel B: (X.2, Y.1)

Nivel C: (X.1, Y.2)

Nivel D: (X.2, Y.2) ó (X.1, Y.3)

Nivel E: (X.3, Y.1) ó (X.3, Y.2) ó (X.2, Y.3)

No-factible: (X.3, Y.3) Dimensión: Y

Sub-nivel: Y.1

Sub-nivel: Y.2

Sub-nivel: Y.3

13

Finalmente, los niveles del descriptor son expresados en lenguaje común. En

este sentido, la Tabla 3 muestra la descripción de cada uno de los niveles de desempeño

del descriptor del criterio Inclusión.

TABLA 3

Descriptor del criterio Inclusión

Nivel A: (X.1, Y.1) Se toma en cuenta en la toma de decisiones a los involucrados directos e indirectos, incluidas las fuerzas opositoras y los grupos de involucrados que no están explícitamente identificados en el documento de proyecto (como, por ejemplo, las asociaciones de transportistas o los grupos de consumidores). Se incluye a los involucrados de forma propositiva (es decir, es evidente la participación protagónica y activa de los involucrados).

Nivel B: (X.2, Y.1) Se toma en cuenta en la toma de decisiones sólo a los involucrados que determina la norma (por ejemplo, autoridades municipales, técnicos y comité de vigilancia) o el diseño del proyecto (por ejemplo, asociación de productores o ente financiador). Se incluye a los involucrados de forma propositiva (es decir, es evidente la participación protagónica y activa de los involucrados).

NIvel C: (X.1, Y.2) Se toma en cuenta en la toma de decisiones a los involucrados directos e indirectos, incluidas las fuerzas opositoras y los grupos de involucrados que no están explícitamente identificados en el documento de proyecto (como, por ejemplo, las asociaciones de transportistas o los grupos de consumidores). Se incluye a los involucrados de forma pasiva (es decir, no existen mecanismos para motivar la participación propositiva de los involucrados).

14

Nivel D: (X.2, Y.2) Se toma en cuenta en la toma de decisiones sólo a los involucrados que determina la norma (por ejemplo, autoridades municipales, técnicos y comité de vigilancia) o el diseño del proyecto (por ejemplo, asociación de productores, o ente financiador). Se incluye a los involucrados de forma pasiva (es decir, no existen mecanismos para motivar la participación propositiva de los involucrados).

(X.1, Y.3) Se toma en cuenta en la toma de decisiones a los involucrados directos e indirectos, incluidas las fuerzas opositoras y los grupos de involucrados que no están explícitamente identificados en el documento de proyecto (como, por ejemplo, las asociaciones de transportistas o los grupos de consumidores). Se incluye a los involucrados de manera instrumental (es decir, los diseñadores de proyecto presuponen los intereses de los involucrados sin hacer validaciones de campo).

Nivel E: (X.3, Y.1) Se toma en cuenta en la toma de decisiones sólo a los involucrados que financian o administran el proyecto (es decir, se sigue una racionalidad política o burocrática en la que participan sólo los dueños del proyecto). Se incluye a los involucrados de forma propositiva (es decir, es evidente la participación protagónica y activa de los involucrados).

(X.3, Y.2) Se toma en cuenta en la toma de decisiones sólo a los involucrados que financian o administran el proyecto (es decir, se sigue una racionalidad política o burocrática en la que participan sólo los dueños del proyecto). Se incluye a los involucrados de forma pasiva (es decir, no existen mecanismos para motivar la participación propositiva de los involucrados).

(X.2, Y.3) Se toma en cuenta en la toma de decisiones sólo a los involucrados que determina la norma (por ejemplo, autoridades municipales, técnicos y comité de vigilancia), o el diseño del proyecto (por ejemplo, asociación de productores, o ente financiador). Se incluye a los involucrados de manera instrumental (es decir, los diseñadores de proyecto presuponen los intereses de los involucrados sin hacer validaciones de campo).

15

3. EVALUACIÓN

3.1. ¿Cómo estimar el valor asociado a cada nivel de desempeño en cada criterio?

3.1.1. Técnicas numéricas y no numéricas para la construcción de funciones de valor

El descriptor construido para un criterio dado hace posible definir el desempeño

de un proyecto, asociando al proyecto uno de los niveles de desempeño que conforman

el descriptor. Sin embargo, como se dijo en la introducción, una cosa es el desempeño

de un proyecto y otra distinta el valor o atractivo que tal desempeño tiene. Para lograr

medir el atractivo de los proyectos, se construye una función de valor para cada uno de

los descriptores. Para ello existen varias técnicas numéricas y no numéricas (cf. von

Winterfeldt y Edwards, 1986; Kirkwood, 1997; Belton y Stewart, 2002). Para el caso

que nos concierne, de descriptores conformados por un conjunto discreto de niveles de

desempeño, la "puntuación directa" (direct rating) (cf. von Winterfeldt y Edwards,

1986) es la técnica numérica más utilizada. Esta técnica consiste esencialmente en tres

tareas: 1) seleccionar dos niveles de anclaje para la escala de puntuación, generalmente

el mejor y el peor niveles de desempeño del descriptor; 2) asignarles valores numéricos,

digamos 100 y 0, respectivamente, y 3) pedir al evaluador (ya sea una persona o un

grupo) que asigne, a cada uno de los niveles restantes, un valor numérico que refleje su

atractivo con relación a los dos niveles de anclaje. La escala de puntuación final debe

ser tal que la diferencia de puntuación entre dos niveles de desempeño refleje (mida) su

diferencia de atractivo para el evaluador. En contraste, MACBETH es una técnica no

numérica que basa la construcción de funciones de valor en juicios cualitativos acerca

de la diferencia de atractivo entre cada dos niveles. MACBETH permite así evitar la

dificultad (cf. von Winterfeldt y Edwards, 1986 p. 210), o incomodidad cognitiva (cf.

Fasolo y Bana e Costa, 2009) sentida por ciertos evaluadores, al expresar sus juicios de

valor directamente en números.

3.1.2. El enfoque MACBETH

El proceso MACBETH está basado en preguntas y respuestas en forma de juicios

cualitativos acerca de la diferencia de atractivo entre cada dos niveles de un descriptor

dado. El evaluador es invitado a juzgar cualitativamente cuán grande es esa diferencia,

16

escogiendo una de las seis categorías semánticas MACBETH de diferencia de atractivo:

muy débil, débil, moderada, fuerte, muy fuerte y extrema. De ahí el origen de la

designación MACBETH: "Measuring Attractiveness by a Category Based Evaluation

Technique" (Midiendo el Atractivo mediante una Técnica de Evaluación Basada en

Categorías).

El software M-MACBETH (Bana Consulting, 2005), que implementa el enfoque

MACBETH, permite también expresar juicios por medio de varias categorías

consecutivas (por ejemplo, "diferencia de atractivo fuerte a muy fuerte"). Las respuestas

van alimentando la mitad superior de una matriz de juicios MACBETH, es decir, la mitad

que queda a la derecha de la diagonal principal.

Tomemos como ejemplo el criterio Inclusión. La Figura 3 muestra los juicios

cualitativos emitidos por el especialista, los cuales se referían a la diferencia de atractivo

entre los niveles de desempeño del descriptor respectivo. Partiendo de la diferencia

entre el primer nivel (el más atractivo) y el último (el menos atractivo), considerada

"extrema" por el especialista, éste comparó enseguida la diferencia de atractivo entre

cada dos niveles consecutivos del descriptor. De esta manera, se completó en primer

término la primera diagonal de la porción triangular superior de la matriz. Luego, se

pidió valorar la diferencia de atractivo entre el primer nivel con el tercero, el segundo

nivel con el cuarto, y así sucesivamente, rellenando de este modo la segunda diagonal

de la matriz. Al respecto (Bana e Costa y Chagas, 2004) presenta un proceso alternativo

que consiste en comenzar por los juicios de la última columna de la matriz (de arriba

hacia abajo), enseguida los de la primera fila (de derecha hacia izquierda) y, finalmente,

completar la primera diagonal de la matriz. Este segundo proceso fue utilizado para la

ponderación de los criterios (cf. Figura 4). Los dos procesos son tomados como válidos

en (Bana e Costa et al., 2008) y otros más pueden ser adoptados. De hecho, la secuencia

de las respuestas dependerá de la comodidad del evaluador, y no existe una regla

general para ello.

Consideremos un descriptor con m niveles de desempeño. La matriz MACBETH

correspondiente requeriría que se efectuasen en principio m(m-1)/2 juicios cualitativos.

Sin embargo, no es necesario efectuar todos los juicios de la matriz. Por ejemplo, la

matriz MACBETH de la Figura 3 muestra dos celdas que contienen el término "positiva",

17

lo cual significa que sólo se dispone de información ordinal entre los niveles

respectivos. También en este caso MACBETH hace posible obtener la función de valor.

De hecho, M-MACBETH es capaz de proponer una función de valor aún si se cuenta

únicamente con m-1 juicios acerca de la diferencia de atractivo entre niveles. Esto

correspondería, por ejemplo, a comparar un nivel con cada uno de los otros, lo cual

requeriría completar solamente la última columna o la primera fila de la matriz.

También podría compararse sólo los niveles consecutivos, lo cual requeriría completar

solamente la primera diagonal de la matriz. Sin embargo, la buena práctica recomienda

efectuar algunos juicios adicionales (Bana e Costa et al., 2008).

Con respecto a la interpretación de las categorías semánticas MACBETH, si bien

diferentes evaluadores pueden atribuir diferentes interpretaciones a una misma categoría

(por ejemplo, "fuerte" podría corresponder a diferentes sensaciones de diferencia de

atractivo para distintos evaluadores), lo cierto es que si la diferencia de atractivo entre

dos niveles se asigna a una categoría semántica superior respecto a la de otros dos

niveles (por ejemplo, "fuerte" y "moderada" respectivamente), entonces la función de

valor debe ser tal que v1-v2>v3-v4, donde v1, v2, v3, v4 representan los valores de los

cuatro niveles en cuestión.

A medida que el evaluador emite cada juicio y éste es introducido en la matriz,

el software M-MACBETH utiliza un algoritmo de programación matemática (cf. Bana e

Costa et al., 2005) para verificar automáticamente su consistencia con los juicios

precedentes y ofrecer sugerencias para resolver las eventuales inconsistencias

detectadas. Una vez que se ha obtenido una matriz MACBETH consistente, el software

propone una función de valor mediante la resolución de un programa lineal. La función

de valor se despliega en pantalla con el propósito de que el evaluador haga las

modificaciones que crea pertinentes en la posición relativa de los niveles. Para tal

efecto, M-MACBETH muestra gráficamente los límites dentro de los cuales el evaluador

puede variar el valor de un determinado nivel, respetando la información cualitativa que

ha sido introducida en la matriz.

FIGURA 3

Matriz MACBETH para el descriptor de Inclusión y su correspondiente función de valor

18

Volviendo al ejemplo, la Figura 3 muestra la función de valor final validada para

el criterio Inclusión. Se siguió el mismo procedimiento para construir las funciones de

valor de los restantes criterios de PRAEDAC. El proceso se desarrolló en una sola sesión

por cada tema transversal. En dicha sesión, el especialista del tema en cuestión

construyó las funciones de valor de los respectivos descriptores, guiado por el primer

autor de este artículo con soporte del software M-MACBETH (PRAEDAC 2005).

3.2. ¿Cómo evaluar globalmente un proyecto teniendo en cuenta criterios de diferente

importancia?

3.2.1. Ponderación de los criterios

Consideremos dos proyectos P1 y P2, tan atractivo uno como el otro en todos los

criterios excepto en dos; por ejemplo, los criterios Ejercicio de los Derechos Humanos

[Ejercicio] y Promoción de los Derechos Humanos [Promoción] del tema transversal

Derechos Humanos. Supongamos que el proyecto P1 tiene un desempeño

correspondiente al nivel más atractivo del descriptor de [Ejercicio] y al nivel menos

atractivo del descriptor de [Promoción]. En contraste, P2 tiene un desempeño

correspondiente al nivel menos atractivo del descriptor de [Ejercicio] y al nivel más

atractivo del descriptor [Promoción]. ¿Cuál de los dos proyectos contribuiría más a

(sería más importante para) el tema transversal Derechos Humanos? De la respuesta a

esta pregunta depende la relación entre las ponderaciones (p1 y p2) de los dos criterios.

Así, si la respuesta fuera favorable a P1, la ponderación de P1 debería ser mayor que la

ponderación de P2 y viceversa; y si la respuesta fuera que ambos proyectos implican la

misma contribución a los Derechos Humanos, las ponderaciones serían iguales.

Supongamos ahora que la respuesta es favorable a P1, esto es, P1 es globalmente más

19

atractivo que P2, luego p1>p2. No es difícil comprender que si el nivel más atractivo de

[Ejercicio] fuera significativamente más bajo en otro contexto, el proyecto más

favorable a los Derechos Humanos sería ahora P2, lo que implicaría la inversión del

orden de las ponderaciones. Esto evidencia por qué no se debe determinar pesos sin

hacer referencia a las escalas de desempeño, como cuando se pide comparar los criterios

directamente en términos de su importancia relativa. A esto Keeney (1992) llamó "el

error crítico más común".

Volviendo al ejemplo, los criterios fueron ponderados separadamente en cada

tema transversal por el especialista respectivo, siguiendo el procedimiento MACBETH de

ponderación. Para ilustrar el proceso, considérese el tema transversal Derechos

Humanos y sus cuatro criterios: Ejercicio de los Derechos Humanos, Promoción de los

Derechos Humanos, Priorización de necesidades básicas y Equidad en la asignación de

recursos. Se pidió al especialista considerar los cinco proyectos hipotéticos siguientes:

el proyecto hipotético [Menos atractivo], cuyo perfil de desempeño en Derechos

Humanos está formado por los niveles de desempeño menos atractivos en los cuatro

criterios, más cuatro proyectos hipotéticos [Ejercicio], [Promoción], [Priorización] y

[Equidad], cada uno de estos construido a partir de [Menos atractivo] cambiando el

desempeño del nivel menos atractivo al nivel más atractivo en el criterio respectivo.

Se pidió luego al especialista que ordene los proyectos hipotéticos del más

atractivo al menos atractivo en términos globales de Derechos Humanos, para

posteriormente comparar los proyectos de dos en dos, utilizando las categorías

semánticas MACBETH. Este proceso dio como resultado una escala de ponderaciones

MACBETH, de cuya discusión resultaron las ponderaciones finales de los criterios de

Derechos Humanos (Figura 4). Un proceso idéntico se utilizó para ponderar los criterios

de los otros tres temas transversales.

FIGURA 4

Ponderación MACBETH de criterios del tema transversal Derechos Humanos

20

Para completar la construcción del modelo de evaluación quedaba la ponderación de

los cuatro temas transversales entre sí, es decir, al nivel superior de la

21

Figura 2. Es importante resaltar que estas ponderaciones tienen una naturaleza

estratégica distinta a la naturaleza más técnica de las ponderaciones de los criterios al

interior de cada tema transversal. Por este motivo, las ponderaciones de los temas

transversales sobrepasaban el nivel de intervención de los especialistas, requiriendo

también y sobre todo la intervención de los responsables de los proyectos del PRAEDAC.

Por eso, la opción fue no determinar pesos precisos para los temas transversales (puesto

que se podría considerar desprovisto de sentido social) y dejarlos para una discusión

colectiva ulterior con soporte en un instrumento informático de análisis de sensibilidad,

cuya discusión escapa del alcance del presente artículo.

4. CONCLUSIONES

El modelo de evaluación así construido permitió programar un instrumento

informático, que PRAEDAC pasó a denominar "Sistema de Evaluación Rápida de

Proyectos respecto a Temas Transversales" (SER) (Sanchez-Lopez 2005). Para la

implementación del modelo en la gestión del PRAEDAC, la Unidad de Monitoreo planteó

una secuencia de trabajo con enfoque grupal y participativo orientada a la evaluación de

los proyectos y sus respectivas actividades (Gayraud, 2005):

• Paso 1: formulación técnica del proyecto y presentación a la Unidad de Monitoreo;

• Paso 2: evaluación del proyecto por parte de la Unidad de Monitoreo utilizando el SER;

• Paso 3: sesión de diagnóstico participativo entre la Unidad de Monitoreo y los

responsables técnicos del proyecto, en la que se discuten las conclusiones de la

evaluación y se definen de forma conjunta ajustes al proyecto;

• Paso 4: rediseño técnico del proyecto conforme a los ajustes requeridos;

• Paso 5: monitorización y evaluaciones in-itinere de la ejecución del proyecto

conforme a los resultados de la evaluación y los respectivos ajustes para la correcta

inclusión de los temas transversales.

El SER se implementó de esta forma a nivel de proyectos y actividades, permitiendo

que la Unidad de Monitoreo del PRAEDAC funcione como unidad de apoyo y

22

asesoramiento al personal técnico para la mejor incorporación de los temas

transversales. Según los propios técnicos de la Unidad de Monitoreo (Gayraud 2005),

la naturaleza descriptiva de las escalas de desempeño permitió dar las pautas para la

inclusión de los temas transversales en los proyectos, sin que sea necesario recurrir cada

vez a los servicios de un consultor especialista. El sistema funciona como "ayuda

memoria" que permite al responsable técnico del proyecto identificar por sí mismo

aspectos relevantes relacionados con los temas transversales. Adicionalmente, y pese a

no haber sido concebido de manera inicial con este propósito, la Unidad de Monitoreo

utilizó el SER en el diseño de los Planes Operativos Anuales y el Plan Operativo Global

del PRAEDAC. El sistema fue utilizado para identificar acciones específicas relacionadas

con los temas transversales, utilizando para ello los descriptores de los criterios

plasmados en el modelo. Las acciones fueron introducidas en la matriz de actividades de

los distintos componentes del PRAEDAC.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen la inestimable contribución de los especialistas en temas

transversales Guillermo Bazoberry Chali, Carlos Crespo Flores, Javier García Soruco y

Maria Lourdes Zabala Canedo. El presente estudio contó con el apoyo económico del

Consejo Interuniversitario Flamenco (VLIR) y de PRAEDAC.

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