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El Proyecto de la Esfera Carta Humanitaria y Normas mínimas de respuesta humanitaria en casos de desastre Normas mínimas en materia de servicios de salud Capitulo 6 El Proyecto de la Esfera Proyecto de la Esfera B.P. 372 17 chemin des Crêts CH- 1211 Ginebra 19 Suiza Tel.: 0041 22 730 4501 Fax: 0041 22 730 4999 E-mail: [email protected] Sitio Web: http:// www.sphereproject.org Alentamos la reproducción de este material en fotocopias cuando ello contribuya a mejorar la calidad de la asistencia humanitaria. Primera edición: Ginebra, 1999 Normas mínimas en materia de servicios de salud Índice Agradecimientos Introducción 1. Análisis 2. Lucha contra el sarampión 1 de 38 19/10/99 17:20 Body http://www.sphereproject.org/spanish/chap6.htm

Nodo50. Contrainformación en la Red - Body … · 2004. 2. 26. · agua y saneamiento (capítulo 2), nutrición (capítulo 3), ayuda alimentaria (capítulo 4), y refugios, campamentos

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  • El Proyecto de la Esfera Carta Humanitaria y Normas mínimas de respuesta humanitaria en casos de desastre

    Normas mínimasen materia de

    servicios de salud

    Capitulo 6 El Proyecto de la Esfera

    Proyecto de la Esfera B.P. 372 17 chemin des Crêts CH- 1211 Ginebra 19 Suiza

    Tel.: 0041 22 730 4501 Fax: 0041 22 730 4999

    E-mail: [email protected] Sitio Web: http:// www.sphereproject.org

    Alentamos la reproducción de este material en fotocopias cuando ello contribuya a mejorar la calidad de laasistencia humanitaria. Primera edición: Ginebra, 1999

    Normas mínimas en materia de serviciosde salud

    Índice

    Agradecimientos

    Introducción

    1. Análisis 2. Lucha contra el sarampión

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  • 3. Lucha contra las enfermedades transmisibles 4. Servicios de atención de la salud 5. Capacidad de los recursos humanos disponibles y su formación

    Anexo 1: Bibliografía escogida Anexo 2: Guía y cuestionario modelos para una evaluación inicial (estudio preliminar) de la situación sanitaria Anexo 3: Formularios modelo para la preparación de informes semanales sobre los datos recogidos durantelas tareas de vigilancia Anexo 4: Ejemplo de presentación gráfica de las causas de mortalidad Anexo 5: Ejemplo de un formulario de vacunación contra el sarampión Anexo 6a: Modelos de formularios de nutrición: Distribución general de alimentos, estructuras y características de los centros y dispensarios de alimentación Anexo 6b: Formularios sobre nutrición: Altas y bajas semanales de los centros y dispensarios de alimentación terapéutica y suplementaria Anexo 6c: Formularios sobre nutrición: Egresos de centros y dispensarios de alimentación terapéutica y suplementaria Anexo 7: Ejemplo de formularios sobre agua, saneamiento y densidad de población en los asentamientos Véanse en los anexos 1 y 2 del capítulo 1 el glosario de conceptos clave y una lista de algunas siglas utilizadasen los capítulos 1-7.

    El Proyecto de la Esfera

    El Proyecto de la Esfera es un programa del Comité Permanente de Respuesta Humanitaria (CPRH) y deInterAction, con la participación de Voice, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el ConsejoInternacional de Organizaciones Voluntarias (ICVA).

    El presente documento es el producto de la colaboración internacional de diversos organismos yorganizaciones. El equipo encargado del proyecto estuvo compuesto de: Nicholas Stockton, presidente delComité de Dirección; Peter Walker, coordinador del proyecto; Susan Purdin, directora del proyecto; JohnAdams, director del área Agua y Saneamiento; Lola Gostelow, directora del área Nutrición, y Anna Taylor,investigadora en esa área; Harlan Hale, director del área Ayuda Alimentaria; Joachim Kreysler y Jean Roy,directores del área Servicios de salud, y Philip Wijmans, director del área Refugios, Asentamientos yPlanificación de emplazamientos.

    Edición a cargo de Isobel McConnan.

    Además de las contribuciones aportadas por las organizaciones miembros del CPRH y de InterAction gracias auna donación de la Fundación Ford, financiaron el Proyecto de la Esfera los organismos mencionados acontinuación: Organismo Australiano para el Desarrollo Internacional (AusAid); Ministerio de Desarrollo, deBélgica; Organismo Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA), Organismo Danés de Ayuda alDesarrollo Internacional (DANIDA); Departamento para el Desarrollo Internacional, del Reino Unido (DFID);Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO); División de Ayuda Humanitaria del Ministerio deRelaciones Exteriores de los Países Bajos; Organismo Sueco de Cooperación para el Desarrollo Internacional(OSCDI); Organismo Suizo para el Desarrollo y la Cooperación (SDC); Oficina de Población, Refugiados yMigraciones, del Departamento de Estado de los Estados Unidos (US-BPRM), y la Oficina de Asistencia enCasos de Desastre en el Extranjero, del Organismo para el Desarrollo Internacional, de los Estados Unidos(USAID-OFDA).

    Normas mínimas en materia de servicios de salud

    Directores del área: Joachim Kreysler y Jean Roy

    Agradecimientos

    Joachim Kreysler, Jean Roy y el Proyecto de la Esfera agradecen a todas las personas y organizaciones quebrindaron su asesoramiento, sus consejos y su aliento en el curso de las extensas consultas realizadas conmotivo de la preparación de las Normas mínimas en materia de servicios de salud. En especial, quisiéramos

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  • testimoniar nuestra gratitud por la importante contribución aportada a la redacción del presente capítulo por laspersonas mencionadas a continuación:

    Sue Chowdury, de Oxfam, Reino Unido.

    Carle Collins, de Oxfam; Reino Unido.

    Daniel Deboutte, de la Organización Mundial de la Salud, Suiza.

    Myriam Henkens, de MSF, Bélgica.

    Sandra Krause, del American Refugee Committee, Estados Unidos.

    Bruce Lawrence, de Merlin, Reino Unido.

    Jean Long, de Concern Worlwide, Irlanda.

    Serge Male, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Suiza.

    Eric Noji, de la División de Operaciones de Emergencia y Acción Humanitaria (EHA), Organización Mundial dela Salud, Suiza.

    Jean Marc Ollive, del Programa Ampliado de Inmunización (PAI), Organización Mundial de la Salud, Suiza.

    Pierre Perrin, del Comité Internacional de la Cruz Roja, Suiza.

    Stefan Seebacher, de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja,Malasia.

    Harald Siem, de la División de Operaciones de Emergencia y Acción Humanitaria (EHA), Organización Mundialde la Salud, Suiza.

    Ronald Waldman, de Columbia University, Estados Unidos.

    En el capítulo 7 manifestamos nuestro agradecimiento a todas las personas y organizaciones quecontribuyeron a la Carta Humanitaria y las Normas mínimas aplicables en casos de desastre.

    La Carta Humanitaria y las Normas mínimas aplicables en casos de desastre son el producto de la experienciacolectiva de muchas personas y organizaciones. Por ende, no debe interpretarse que esos documentosreflejan las opiniones de ningún organismo en particular.

    Normas mínimas en materia de serviciosde salud

    Introducción 1. Importancia de los servicios de salud en las situaciones de emergencia

    Durante las situaciones de emergencia se pierden muchas vidas como consecuencia de accidentes y de laelevada incidencia de enfermedades. Los desastres naturales (terremotos, inundaciones, erupción devolcanes, etc.) o tecnológicos, como las guerras y los conflictos armados, contribuyen a que la mortalidad y la

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  • morbilidad sean excesivas, en parte debido a enfermedades como el sarampión, las diarreas (incluida ladisentería y el cólera), las infecciones respiratorias agudas, la malnutrición y el paludismo (allí dondeprevalece). No se propagarían tanto esas enfermedades si no fuera porque las poblaciones están expuestas acondiciones medioambientales perjudiciales y, sobre todo, al hacinamiento, la inseguridad, la escasez de aguade buena calidad, la insuficiencia del saneamiento, la precariedad de los refugios y la pobreza de laalimentación disponible.

    La finalidad principal de los servicios de salud que se ponen a disposición de poblaciones afectadas pordesastres es prevenir una mortalidad y morbilidad excesivas. Otro objetivo consiste en determinar lasprioridades en que será preciso concentrarse, para lo cual debe procederse con rapidez a una evaluacióninicial tan completa como sea posible, proseguida luego por actividades de vigilancia y seguimiento continuas.Todo esto hace resaltar la importancia de que las intervenciones sanitarias realizadas con arreglo a esasprioridades sean técnicamente correctas y de sean programadas, ejecutadas y vigiladas de maneracoordinada.

    Debe atribuirse prioridad absoluta a las medidas de atención primaria de la salud (APS), que incluirán unaasistencia multisectorial en las área principales (agua, saneamiento, nutrición, alimentación y provisión derefugios). Para llevar a cabo esas medidas es indispensable contar con la participación de las autoridadessanitarias locales y de miembros idóneos de la población afectada, por ejemplo trabajadores comunitarios yvisitadores a domicilio.

    2. La Carta Humanitaria y las Normas mínimas aplicables en programas de salud

    En el área de los servicios de salud, como en las demás áreas, los objetivos perseguidos por los programaspertinentes se derivan de la finalidad global de la asistencia humanitaria, o sea la atenuación del sufrimientohumano causado por calamidades o conflictos gracias a la protección de la vida, en condiciones dignas y pormedios que contribuyan a una recuperación durable.

    La consecución práctica de esa finalidad global exige que los organismos se comprometan sin ambages arespetar principios humanitarios y a aplicar normas mínimas. En conjunto, la Carta Humanitaria y las Normasmínimas formulan la política correspondiente y crean el marco orgánico destinado a que ello sea posible y aque en la asistencia humanitaria rijan criterios de responsabilidad administrativa.

    La Carta Humanitaria reafirma la importancia de principios humanitarios fundamentales y el derecho de lascomunidades afectadas por desastres a recibir asistencia humanitaria. En virtud de la Carta Humanitaria, losorganismos signatarios se comprometen a aplicar normas mínimas definidas en la prestación de servicioshumanitarios. Las normas en materia de servicios de salud (objeto del presente capítulo), abastecimiento deagua y saneamiento (capítulo 2), nutrición (capítulo 3), ayuda alimentaria (capítulo 4), y refugios, campamentosy asentamientos (capítulo 5) desarrollan los principios enunciados en la Carta Humanitaria y muestran comodeben concretarse en la práctica los derechos de las poblaciones afectadas por desastres.

    Las normas presentadas en el presente capítulo describen los niveles mínimos que requieren esaspoblaciones para preservar su seguridad, salud y dignidad. Los organismos humanitarios debieran superaresos niveles toda vez que sea posible.

    3. Utilización de las Normas

    Las Normas mínimas se aplican a toda situación existente en cualquier país o continente en la que la poblacióndeja de disponer de medios normales para asegurarse la vida en condiciones dignas, sea a causa de undesastre natural o debido a una catástrofe provocada por seres humanos. Esas Normas describen qué es loque la gente tiene derecho a esperar de la asistencia humanitaria. Aunque no abarcan consideraciones acercade cuestiones relativas a los preparativos para casos de desastre o a las medidas para mitigar los efectos deun desastre o proceder a operaciones de rehabilitación, esos subtemas han sido evocados cuando ello sejuzgó oportuno y pertinente.

    La intención ha sido elaborar un útil de trabajo que permita crear condiciones apropiadas para intervencioneshumanitarias eficaces y contribuya a la aplicación de las Normas mínimas en la práctica. Dichas normas sehan formulado en los términos más específicos que fue posible expresar, pero esto no debiera impedir suamplia aplicación en distintas situaciones de emergencia sin modificar políticas u operaciones en vigor.

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  • 4. Fundamentos

    Con la intención de lograr la aplicación práctica de las Normas mínimas en una amplia variedad de situacionesde emergencia, se ha partido de los siguientes supuestos:

    todos los organismos persiguen los mismos principios humanitarios y han aceptado el compromiso derecurrir a las mejores prácticas administrativas como medio de alcanzar su objetivo primordial; todos los participantes en la asistencia humanitaria comparten el compromiso de alcanzar las normasmínimas y coordinar su acción a raíz de un desastre; cada organismo dispone de suficientes recursos financieros, humanos y materiales para aplicar esasnormas; los organismos humanitarios tienen acceso a las poblaciones afectadas; en cada una de las demás áreas abarcadas por estas Normas (descritas en otros capítulos de lapresente obra) se están alcanzando los niveles normativos previstos.

    5. Estructura del presente capítulo

    A continuación de la introducción, este capítulo se divide en las siguientes secciones:

    1. Análisis

    2. Lucha contra el sarampión

    3. Lucha contra las enfermedades transmisibles

    4. Servicios de atención de la salud

    5. Capacidad de los recursos humanos disponibles y su formación.

    En cada sección figuran los siguientes elementos:

    las normas: especifican los niveles mínimos aceptables que debieran lograrse respecto de cada temaconsiderado; los indicadores clave: que pueden ser de índole cualitativa o cuantitativa, son las "señales" quepermiten cerciorarse de que se ha logrado aplicar una norma; constituyen un medio de medir losefectos, impacto o resultados de los programas y de difundir información sobre ellos y sobre losprocedimientos y métodos utilizados, las notas de orientación y los comentarios sobre cuestiones de especial importancia: las notasexplican por qué es importante cada una de las normas y pueden incluir referencias a cuestionesespecíficas que conviene considerar al aplicar las normas en distintos casos; orientaciones acerca delmejor modo de resolver dificultades de orden práctico, y consejos acerca de la manera de enfocarproblemas prioritarios.

    Los comentarios sobre cuestiones de especial importancia pueden referirse a las normas o a los indicadores yseñalar la existencia de dilemas o controversias o la inexistencia de nuevos conocimientos en determinadamateria. Cuando se pueda disponer de nuevos conocimientos será posible mejorar las normas mínimas enmateria de ayuda alimentaria.

    En el anexo 1 figura una bibliografía escogida. En los demás anexos se presenta información pertinente.

    La estructura del capítulo refleja la característica división de actividades y responsabilidades que se observadurante las situaciones de emergencia. La acción en cada una de las áreas indicadas contribuye a que seatiendan las necesidades sanitarias prioritarias conforme a la finalidad principal.

    Cabe destacar las relaciones recíprocas entre las diversas secciones de este capítulo. Gracias al estudio

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  • preliminar se determinan las necesidades y las prioridades y se reúnen los datos necesarios para acometer lasintervenciones más urgentes conforme al orden de prelación que se ha establecido. El acopio sistemático dedatos destinados al sistema de información sanitaria permite determinar las tendencias de la mortalidad y lamorbilidad; sobre esa base, se pueden detectar nuevos problemas o se puede decidir la reasignación de losrecursos disponibles. Tanto el estudio preliminar como el sistema de información sanitaria contribuyen aidentificar los problemas de salud a que habrá que enfrentarse (por ejemplo, traumatismos, malnutrición oenfermedades transmisibles) aplicando las normas reseñadas en las secciones sobre lucha contra elsarampión y otras enfermedades contagiosas y servicios de salud. La sección 5 se aplica a todas lasactividades abarcadas por ese programa y pone de relieve una serie de cuestiones relativas a la capacidad quedeben demostrar quienes actúan en tales programas para conseguir que su ejecución sea lo más eficazposible.

    La interdependencia de las normas aplicables en cada una de las secciones revela que de ellas depende elprogreso del conjunto. Por ejemplo, gracias a la bondad del sistema de información sanitaria se logradeterminar qué problemas habrá que resolver y esto conduce a la adopción de medidas de control y deactividades preventivas y curativas.

    6. Nexos con otras áreas de asistencia humanitaria

    Las normas técnicas correspondientes a otras áreas de asistencia humanitaria se mencionan cuando talesreferencias son pertinentes, con objeto de subrayar la interdependencia entre distintas áreas y señalar que elprogreso logrado en cualquiera de ellas depende de la evolución en las demás. Por ejemplo, es indudable quesi se abastece de agua limpia a la población, disminuirá la diarrea, y que si no escasean los alimentosapropiados se podrán reducir los problemas de nutrición.

    Las Normas mínimas 1. Análisis

    Todo programa destinado a satisfacer las necesidades de poblaciones afectadaspor desastres debe basarse en una cabal comprensión de la situación. Las personasafectadas, los organismos humanitarios, los donantes y las autoridades localesnecesitan saber que las intervenciones emprendidas son apropiadas y eficaces. Poreso, es imperativo proceder al análisis de los efectos del desastre y del impacto delprograma de acción sanitaria. En caso de que la determinación de los problemasque se plantean y la comprensión que se tiene de ellos no sean correctas, será difícily hasta imposible llevar a cabo una acción acertada.

    La aplicación de métodos analíticos uniformes en el caso de cada una de las áreas consideradas es de granutilidad como medio de identificar rápidamente las necesidades humanitarias más sobresalientes y degarantizar la movilización de los recursos destinados a remediarlas. En esta sección se enuncian normas eindicadores aceptados para la recolección y análisis de informaciones destinadas a determinar quénecesidades se plantean, de qué manera cabe diseñar los programas de acción y cómo se debe proceder a lavigilancia de éstos y a la evaluación de su eficacia.

    La aplicación de las normas relativas al análisis comienza antes de poner en marcha el programa y prosiguedurante todo el ciclo de ejecución de éste. El primer paso en el análisis consiste en proceder al estudiopreliminar (también denominado "evaluación inicial" o "evaluación previa") del impacto del desastre ydeterminar qué conviene hacer en caso de que se decida intervenir. Con el segundo paso comienza, medianteel sistema de información sanitaria, la vigilancia necesaria, destinada a determinar los avances del programahacia la plena satisfacción de las necesidades y a prever las modificaciones que se requieran. El sistema deinformación aportará ulteriormente los datos necesarios para determinar el grado de eficacia global delprograma y extraer enseñanzas para el futuro.

    Es indispensable que todos los participantes, incluidas las poblaciones afectadas, puedan compartir lainformación y los conocimientos pertinentes, pues de otro modo no se tendrá un conocimiento cabal de losproblemas ni se logrará que la asistencia humanitaria se preste de manera coordinada. La documentación y la

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  • difusión de informaciones originadas en el curso del proceso analítico contribuye a ampliar la inteligencia quese tiene de los efectos negativos de los desastres en lo que se refiere a la salud pública y a otrasconsecuencias; también aporta elementos gracias a los cuales pueden idearse mejores estrategias para laprevención de desastres y la atenuación de sus consecuencias.

    Norma analítica 1: estudio preliminar

    Mediante el estudio preliminar deben determinarse con toda la precisión posible los efectos deldesastre sobre la salud, identificarse las necesidades sanitarias y fijarse un orden de prelación para laprogramación de los servicios necesarios.

    Indicadores clave

    Debe procederse con carácter inmediato al estudio preliminar de las necesidades, de conformidad conprocedimientos aceptados internacionalmente,y esa labor estará a cargo de personal con la debidaexperiencia que incluya por lo menos un epidemiólogo.Antes de comenzar la evaluación en el terrenodeben reunirse otros datos básicos a partir de mapas, reseñas de la zona de operaciones, etc. El estudio preliminar debe llevarse a cabo en cooperación con un equipo multisectorial (agua ysaneamiento; nutrición; ayuda alimentaria; refugios y asentamientos, y atención de la salud), lasautoridades locales, representantes de la población afectada y los organismos humanitarios que sepropongan brindar su asistencia. El modo de recoger y presentar las informaciones debe servir para que sean coherentes y transparenteslas decisiones que se adopten. En el anexo 2 del presente capítulo se presenta un cuestionario tiposobre evaluación inicial de la situación sanitaria. La información reunida debiera versar sobre lascuestiones mencionadas a continuación:

    zona geográfica afectada por el desastre; datos demográficos sobre esa zona:

    población total afectada por el desastre (si no se dispone de un censo o es imposible proceder a la realizaciónde un censo, bastará con una estimación);

    repartición por edades de la población afectada (discriminada por lo menos respecto de dos grupos, el demenos de cinco años de edad y el conjunto de la población, pero en la medida de lo posible respecto de lossiguientes grupos: infantes de menos de 1 año de edad; niños de 1 a 4 años de edad; niños de 5 a 14 años deedad; adolescentes y adultos de 15 a 44 años de edad, y personas de 45 o más años de edad);

    tamaño promedio de las familias o de los hogares y estimaciones acerca del número de mujeres encintas y demujeres a la cabeza de un grupo familiar;

    incidencia de las enfermedades transmisibles, número de heridos y muertos, por causas; riesgos que sigan presentándose; tasa bruta de mortalidad (TBM) respecto de la población total, expresada en términos del número diariode muertes por cada 10.000 habitantes; tasa de mortalidad entre los niños menores de 5 años de edad (TMI), expresada en términos delnúmero diario de muertes diarias por cada 10.000 habitantes; tasas de incidencia de problemas y enfermedades principales, por edades y sexo de los habitantesafectados; condiciones ambientales (acceso a agua potable; grado de saneamiento observado en el momento dela evaluación inicial; disponibilidad y grado de conveniencia de los refugios; presencia de vectores deenfermedades, etc.), disponibilidad de alimentos; estado y calidad de la infraestructura de salud local (servicios y personal) y de los suministros de quedispone; estado del sistema de transportes;

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  • condición en que se encuentra la red de comunicaciones; estimaciones acerca de la ayuda externa necesaria, basadas en las comprobaciones preliminares.

    Durante las primeras fases de la situación de emergencia, deben calcularse cada día la TBM y la TMI,de modo que pueda detectarse cualquier cambio súbito (véase la nota de orientación 2 sobre el métodode cálculo de la TBM). El equipo encargado del estudio preliminar debe orientar los programas y formular recomendacionescon objeto de que desde un principio puedan prevenirse la mortalidad y la morbilidad excesivas y seprevea qué futuros problemas sanitarios pueden suscitarse a raíz de las condiciones observadasdurante la emergencia. Deben formularse recomendaciones sobre la necesidad o la improcedencia desolicitar asistencia externa para contar con otros recursos adicionales a los que se hallan a disposicióndel país de que se trata. Cuando se haya dictaminado que tal asistencia externa es conveniente,deberán agregarse recomendaciones sobre las prioridades de que habrá de ocuparse preferentementey enunciarse la estrategia que convenga para obtener los recursos humanos y materiales necesarios. Laevaluación inicial debe abarcar también las siguientes cuestiones:

    estructura social y política de la población y probabilidad de que ingresen a ella muchos refugiados; características psicosociales de la situación; grupos de alto riesgo que merecen atención especial; posibilidades de acceso a la población afectada; inseguridad y violencia; sistemas de distribución; consecuencias a largo y efectos medioambientales de las intervenciones propuestas.

    Con base en el estudio preliminar, debe elaborarse un informe que abarque el examen de lasprincipales cuestiones y contenga recomendaciones apropiadas; ese informe se comunicaráinmediatamente a las autoridades nacionales y locales, a los representantes de la población afectada ya los demás organismos participantes.

    Notas de orientación y comentarios sobre cuestiones de especial importancia

    1. Durante la fase aguda de la situación de emergencia, la tasa bruta de mortalidad (TBM) respecto de lapoblación total y la tasa de mortalidad entre los niños menores de 5 años de edad (TMI) tendrán muchaimportancia como indicadores del estado de salud de toda la población afectada.

    2. Para calcular las tasas brutas de mortalidad durante cortos períodos (hasta de un mes) se puede recurrir almétodo expuesto a continuación:

    a) primero se determina cuántos decesos se registraron durante cierto número de días;

    b) ese total se divide por el número de días durante los cuales se llevó la cuenta de los decesos ocurridos, loque dará el número promedio de muertes por día;

    c) ese número promedio se divide por la cifra de la población afectada total;

    d) de la multiplicación de ese cociente por 10.000 se obtiene la tasa bruta de mortalidad diaria.

    3. El estudio preliminar debe finalizarse en tiempo oportuno y es por eso que hay que llevar a cabo esa tarea loantes posible después de producirse el desastre. En caso necesario, se procederá de inmediato a tomarmedidas para hacer frente a las necesidades más críticas. Por regla general, el informe debiera elaborarseantes de terminada la primera semana de observación en el lugar del desastre, pero esto puede variar segúnla naturaleza de las circunstancias de que se trate y de la situación examinada en su conjunto.

    4. En la recolección de datos deberían participar personas capaces de establecer un contacto culturalaceptable con todos los grupos de la población afectada; por ese motivo, convendrá incluir personas de uno yotro sexo que posean conocimientos lingüísticos apropiados.

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  • 5. Antes de comenzar el trabajo sobre el terreno, todos los participantes deberían concertarse acerca de lamanera de proceder al estudio preliminar, sin omitir los aspectos logísticos; determinar de común acuerdocuáles son las normas internacionales reconocidas que deberán utilizarse, y acordar la repartición de tareasespecíficas que convenga.

    6. Hay situaciones de emergencia en las que las medidas que se toman son las que aconsejan losconocimientos acumulados con el correr del tiempo; sin embargo, para casi todas las operaciones deasistencia humanitaria es preciso contar con informaciones provenientes de una evaluación inicial, aunquesean incompletas. Son muchos los métodos utilizables para reunir información y habrá que escogercuidadosamente aquellos que mejor convengan en vista de la situación de que se trate y de los datosnecesarios. Por regla general, cuanto más rápido se esté modificando la situación será tanto más necesarioacopiar información con mayor frecuencia; esto se justifica en especial cuando, por ejemplo, surgen nuevosacontecimientos importantes, como nuevos movimientos de población o un brote epidémico de diarrea. No esnecesario refinar la información que se requiere para evaluar inicialmente la situación; es más importantereunirla con rapidez, pues mediante análisis y evaluaciones sucesivas podrá lograrse mejorar el acopio y lacalidad de los datos. A medida que se vaya estabilizando la situación, será posible disponer de mejorinformación sobre mujeres encintas y lactantes, inválidos, personas de edad avanzada, niños abandonados yotros grupos expuestos a riesgos.

    7. Para reunir información adicional con miras a la preparación del informe sobre los resultados del estudiopreliminar, conviene examinar estudios y monografías existentes, recopilaciones de series históricas de datospertinentes y registros de datos relativos a la situación antes de producirse la emergencia. Esa informaciónpuede proceder también de discusiones con personas bien informadas, incluidos los funcionarios deorganismos y países donantes, el personal de organismos humanitarios, el personal de la administraciónpública nacional, dirigentes comunitarios, mujeres, ancianos, miembros de servicios de salud locales,maestros, negociantes u otras categorías. Pueden ser fuentes útiles para la compilación de informacionessobre la situación anterior al desastre los planes oficiales nacionales o regionales sobre las medidas y lospreparativos necesarios en caso de desastre.

    8. Tanto el estudio preliminar como los análisis posteriores deberían revelar un conocimiento apropiado de losproblemas estructurales, políticos, económicos y medioambientales de la zona o de la región examinada. Esesencial tomar en cuenta la experiencia previa y las opiniones de la población afectada por el desastremientras se procede al análisis de la dinámica y del impacto de la nueva situación de emergencia. Por ello, espreciso contar con el asesoramiento y los conocimientos de personas calificadas de la población local tantopara recoger informaciones y datos como para analizar los recursos y capacidades con que se puede contar ydeterminar cuáles son las necesidades y qué tipos de vulnerabilidad existen. También deberán considerarselas condiciones de vida de las poblaciones desplazadas o que no cambiaron su zona de residencia, tanto antesde producirse la situación de emergencia como después de acaecer el desastre.

    9. Es importante considerar las necesidades de grupos de población expuestos a daños adicionales: lasmujeres, los niños, las personas de edad avanzada y las personas con discapacidades físicas o mentales, porejemplo. Habrá que determinar asimismo los papeles y funciones que incumben a las personas de uno y otrosexo en el sistema social de que se trata, y vertir tales informaciones en el sistema de información sanitaria.

    10. Aunque cada situación de emergencia genera necesidades y problemas sanitarios particulares, es probableque en todos los casos haya que emprender las actividades mencionadas a continuación: vigilancia yseguimiento de traumatismos y enfermedades; lucha contra enfermedades transmisibles; vacunación contra elsarampión; provisión de alimentos y vigilancia de la nutrición; abastecimiento de agua y saneamiento, ycondiciones sanitarias en los refugios, campamentos y asentamientos. La evaluación inicial debiera señalar enqué medida se necesitan servicios de prevención, servicios curativos, servicios de traslado y derivación decasos; servicios de atención a los salud reproductiva; servicios de asistencia sanitaria para mujeres y niños;servicios comunitarios; servicios de educación sanitaria; aparatos e instrumental médicos; personal sanitario, yrecursos humanos y de otra índole para establecer y hacer funcionar tales servicios en forma coordinada einterrelacionada.

    Norma analítica 2: sistema de información sanitaria y de recolección de datos

    A fin de determinar cuáles son los principales problemas sanitarios, el sistema de información sanitariadebe recoger con regularidad datos pertinentes sobre población, heridas, traumatismos, enfermedades,condiciones ambientales y servicios de salud, que irá consignando en registros cuya presentación seauniforme.

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  • Indicadores clave

    Las actividades de vigilancia y seguimiento deben comenzar al mismo tiempo que el estudio preliminar ybasarse preferentemente en la utilización del sistema de información sanitaria local, si éste estáfuncionando. En ciertas situaciones de emergencia será necesario recurrir a un sistema nuevo oparalelo, cuya necesidad deberá determinar el equipo encargado de la evaluación inicial. Cuando las autoridades sanitarias locales no estén en condiciones de hacerlo, la responsabilidad deorganizar y supervisar el sistema de vigilancia será encomendada sin ambigüedad a un solo organismo,que se encargará de mantener la coordinación con todos los organismos asociados. Durante las primeras fases de la emergencia y de conformidad con lo señalado en el informe sobre elestudio preliminar, el sistema de información sanitaria debe concentrarse en las siguientes cuestiones:demografía; mortalidad y sus causas; morbilidad, y actividades prioritarias del programa de asistenciahumanitaria (abastecimiento de agua, saneamiento, alimentos, nutrición, y refugios y asentamientos). Los datos sobre mortalidad deben reunirse recurriendo a los centros y servicios de salud y al personalcomunitario (incluido el de los cementerios, las personas que distribuyen las mortajas y otras personasfiables). Sobre la base de esos datos deben calcularse la tasa bruta de mortalidad diaria (TBM) y la tasade mortalidad entre los niños menores de 5 años de edad (TMI). los datos de mortalidad también debendesglosarse por causas. (Véase el anexo 3 al final del presente capítulo, donde figura un modelo deformulario sobre vigilancia de la mortalidad.) Con miras a calcular las tasas de incidencia de las principales causas de traumatismos o enfermedadesy desglosarlas por edad y sexo, así como para detectar cambios de situación o nuevos problemassanitarios, los datos sobre morbilidad (lesiones, heridas, estado sanitario y enfermedades) debenreunirse recurriendo a los centros y servicios de salud a los que acuden pacientes ambulatorios, loscentros y dispensarios de nutrición y alimentación suplementaria, y los agentes de salud al servicio de lacomunidad. (Véase el anexo 3 al final del presente capítulo, donde figura un modelo de formulario sobrevigilancia de la morbilidad.) Cada centro o dispensario sanitario dotado de un servicio ambulatorio debe llenar formularios de tipouniforme sobre mortalidad y morbilidad y desglosar los datos pertinentes por edad, sexo y causas.(Véase el anexo 3 al final del presente capítulo, donde figuran modelos de formulario sobre vigilancia dela mortalidad y la morbilidad.) En la mayoría de las situaciones de emergencia, los datos sobre los servicios de salud deben reunirserecurriendo a los organismos participantes, a los centros sanitarios locales y a los agentes de salud alservicio de la comunidad. Habida cuenta de la diversidad de las situaciones de emergencia que sepueden plantear y de la conveniencia de que los datos recogidos sean apropiados a cada una de ellas,el equipo encargado del estudio preliminar debe determinar las materias sobre las que se necesitarándatos, por ejemplo, cobertura de un programa de alimentación suplementaria o de una campaña devacunación contra el sarampión, etc. (Véanse los anexos 6 y 7 al final del presente capítulo, dondefiguran modelos de formulario sobre nutrición, agua, saneamiento y condiciones ambientales, y loscapítulos 2 y 3 de la presente obra, relativos respectivamente al abastecimiento de agua y elsaneamiento, y a la nutrición.)

    La autoridad sanitaria local o el organismo al que se haya encomendado la responsabilidad deadministrar el sistema de información sanitaria debe resumir con regularidad los datos que reciba de loscentros y servicios de salud o de la comunidad, utilizando para ello métodos homologados decompilación, inscripción y análisis, así como formularios de concepción uniforme. (Véase el anexo 4 alfinal del presente capítulo, donde figura un ejemplo acerca de cómo se presentan los datos sobremortalidad.) Respecto de cada enfermedad sujeta a vigilancia y seguimiento debe disponerse de definiciones decasos uniformes y de formularios de declaración uniformes. Las definiciones deben ser sencillas,comprensibles y adaptadas a los medios de diagnóstico disponibles. (En las notas de orientaciónpresentadas a continuación figuran algunos ejemplos de definiciones de casos uniformes.) El personal destacado en los sitios donde se establecen las declaraciones de morbilidad debe haberrecibido formación acerca de cómo deberá utilizar los formularios de declaración uniformes y lasdefiniciones de casos. Será preciso fijar la frecuencia con que deben hacerse las declaraciones yemitirse los informes, adaptándola al tipo y a la fase de la situación de emergencia de que se trate. Deben existir mensajerías y otros medios de comunicación para asegurar el envío, la recepción y ladifusión de los informes relativos a la vigilancia y el seguimiento. El sistema de información sanitaria debe ser evaluado periódicamente con objeto de determinar que

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  • contiene datos exactos y completos y que funciona con sencillez y flexibilidad y oportunamente.

    Notas de orientación y comentarios sobre cuestiones de especial importancia

    1. El sistema de información sanitaria debe servir para:

    a) detectar rápidamente los problemas sanitarios y las epidemias y reaccionar con celeridad;

    b) vigilar las tendencias del estado sanitario y ocuparse regularmente de las cuestiones prioritarias en materiade asistencia sanitaria;

    c) evaluar la eficacia de las intervenciones y de la cobertura de la población afectada;

    d) garantizar que los recursos disponibles sean utilizados para ocuparse de los grupos, categorías y asuntosque más atención sanitaria requieren;

    e) evaluar la calidad de la asistencia sanitaria.

    2. A continuación se encontrarán algunas definiciones de casos clínicos, que pueden utilizarse en ciertassituaciones de emergencia o durante sus secuelas:

    Sarampión: erupción cutánea generalizada, de >3 días de duración, con >38 grados centígrados de fiebre,más uno de los síntomas siguientes: tos, secreción de la mucosa nasal, ojos inyectados.

    Disentería: diarrea tres veces por día o más, y presencia de pujos en los excrementos.

    Diarrea común: tres o más evacuaciones de vientre líquidas, por día.

    Cólera: diarrea aguda, abundante y fluida, acompañada o no de vómitos.

    Infección respiratoria aguda (IRA): fiebre, tos y respiración rápida (>50 o más veces por minuto).

    Malnutrición: el índice de peso en relación con la talla corresponde al valor 38,5 grados centígrados, sin ninguna otra infección aparente.

    Meningitis: inflamación súbita de las meninges, con brusca aparición de fiebre de >38,9 grados centígrados ytiesura de la nuca o hemorragias, petequias o equimosis de color violado.

    Para más información, consúltense las referencias bibliográficas pertinentes (véase la parte relativa a lossistemas de información sanitaria en la bibliografía escogida que figura en el anexo 1 del presente capítulo).

    Norma analítica 3: Sistema de información sanitaria y examen de datos

    Con miras a la adopción de decisiones y medidas apropiadas, deben ser objeto de examen y análisisregulares los datos de que dispone el sistema de información sanitaria y los cambios registrados en lasituación.

    Indicadores clave

    Durante la fase inicial de la emergencia, deben vigilarse y analizarse diariamente, antes de que setomen decisiones pertinentes, la tasa bruta de mortalidad (TBM) y las tasas de incidencia de losproblemas sanitarios importantes (traumatismos y enfermedades). En ciertas situaciones deemergencia, el equipo encargado de la evaluación inicial puede recomendar que los análisis se realicen

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  • a intervalos menos frecuentes. Toda información sobre problemas sanitarios detectados (traumatismos, malnutrición, etc.) debe serverificada rápidamente e investigada con más cuidado; también deben tomarse de inmediato medidasapropiadas para prevenir una mortalidad excesiva a raíz del problema cuya existencia se hayadeterminado. Deben investigarse y confirmarse lo antes posible los casos individuales y los brotes de enfermedadestransmisibles. Cuando se declare un brote y su índole lo justifique, deben tomarse medidas de luchacontra la enfermedad de que se trate y administrarse tratamiento apropiado en casos individuales.(Véanse en el presente capítulo las normas relativas a la lucha contra enfermedades transmisibles.)

    Norma analítica 4: sistema de información sanitaria; vigilancia y evaluación posterior

    Los datos recogidos deben utilizarse para evaluar la eficacia de las intervenciones destinadas a lucharcontra las enfermedades y preservar la salud.

    Indicadores clave

    Para evaluar la eficacia de las intervenciones sanitarias deben haberse alcanzado, entre otros, lossiguientes indicadores:

    la tasa de mortalidad debe haber decrecido hasta ser de menos de 1 deceso diario por 10.000habitantes; la tasa de mortalidad infantil entre los niños menores de 5 años de edad debe haber decrecido hasta noser de más de 2 decesos diarios por 10.000 habitantes; deben haber sido controladas las epidemias y enfermedades; la cobertura lograda mediante la vacunación contra el sarampión debe ser superior al 90 por ciento; la población debe recibir alimentos apropiados (véanse el capítulo e, sobre nutrición, y el capítulo 4,sobre ayuda alimentaria, de la presente obra); la población debe tener acceso a agua de calidad apropiada (véase el capítulo 2 de la presente obra,sobre abastecimiento de agua y saneamiento); las condiciones de saneamiento deben ser adecuadas (véase el capítulo 2 de la presente obra, sobreabastecimiento de agua y saneamiento).

    Notas de orientación y comentarios sobre cuestiones de especial importancia

    1. El objetivo de una intervención en situaciones de emergencia debe ser el de alcanzar lo antes posible unatasa bruta de mortalidad (TBM) del orden de

  • a) evaluación interna de los programas: normalmente a cargo del personal, éste la lleva a cabo mientrasprocede con regularidad al análisis y examen general de la información extraída en curso de las actividades devigilancia; el organismo humanitario también debe ocuparse de evaluar la eficacia de todas sus intervencionesen relación directa con determinada situación de desastre, o de comparar intervenciones emprendidas yrealizadas a raíz de varias situaciones distintas;

    b) evaluación externa: a diferencia de la evaluación interna, este tipo de evaluación, por lo común, se integra enuna operación más vasta, realizada por los organismos humanitarios y los donantes, con objeto de reexaminartodos los aspectos de la asistencia prestada, por lo general una vez que ha terminado la fase crítica de lasituación de emergencia de que se trate. En el caso de evaluaciones de esta índole, las técnicas y los recursosutilizados deben adecuarse a la escala y la naturaleza de la intervención o del programa y el informe elaboradodebe describir la metodología empleada y las bases sobre las cuales se fueron formulando las conclusiones.

    5. Las actividades de vigilancia y evaluación posterior exigen una estrecha cooperación entre el área deservicios de salud y las demás áreas (véanse los capítulos 2-5 de la presente obra sobre abastecimiento deagua y saneamiento; nutrición; ayuda alimentaria, y refugios y asentamientos).

    2. Lucha contra el sarampión

    Debe atribuirse prioridad absoluta a las campañas de vacunación contra elsarampión, que deberán realizarse lo antes posible una vez iniciada la situación deemergencia. Los programas pertinentes deben comenzar tan pronto como sedisponga del personal, las vacunas, los aparatos de conservación en frío durantetodo el proceso (desde la elaboración de la vacuna hasta los lugares donde seadministre) y otros suministros. No debe postergarse la vacunación contra elsarampión a la espera de la llegada de otras vacunas o hasta que se hayandeclarado casos de la enfermedad en cuestión. Puede ocurrir que en casosexcepcionales el equipo encargado de la evaluación inicial dictamine que no esnecesario proceder a una campaña de vacunación, pero esa decisión deberáfundarse en factores epidemiológicos, entre los que pueden citarse la recienterealización de una campaña masiva en beneficio de la población, el grado decobertura ya alcanzado por la vacunación, y el número estimado de personasvulnerables dentro de la población afectada. También puede suceder que el equipoencargado del estudio preliminar recomiende la vacunación del grupo de poblaciónde edad inferior a los 15 años (u otra edad más elevada) cuando considere que losriesgos de contraer sarampión son más grandes tratándose de tal grupo.

    Norma 1 relativa a la lucha contra el sarampión: vacunación

    En las poblaciones afectadas por desastres, a todos los niños de seis meses a 12 años de edad debeadministrárseles lo antes posible una dosis de vacuna contra el sarampión y una dosis apropiada devitamina A.

    Norma 2 relativa a la lucha contra el sarampión: vacunación de recién llegados

    En caso de tratarse de refugiados, todos los recién llegados deben ser vacunados sistemáticamente. Atodos los niños de seis meses a 12 años de edad debe administrárseles una dosis de vacuna contra elsarampión y una dosis apropiada de vitamina A.

    Indicadores clave

    Debe haberse instituido y estar funcionando la cooperación con las autoridades sanitarias locales y losdemás organismos intervinientes (Programa Ampliado de Inmunización (PAI)). Deben haber sido vacunados hasta el 100 por ciento de los niños (incluidos los recién llegados)

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  • comprendidos en el grupo de beneficiarios que haya sido escogido. (Véase el anexo 5 del presentecapítulo para consultar un formulario modelo de vacunación contra el sarampión.) Las existencias de vacuna contra el sarampión en los lugares donde haya que administrarla debenrepresentar una cantidad equivalente al 140 por ciento del grupo de beneficiarios escogido, de modoque haya una reserva equivalente al 25 por ciento y que pueda preverse una merma del 15 por ciento.Debe estimarse mediante proyecciones la cantidad de vacunas que serán necesarias para administrar aotros grupos de recién llegados, y deben tomarse las medidas pertinentes para asegurar elabastecimiento cuando no sea suficiente la cantidad disponible. Sólo podrán utilizarse las vacunas y las jeringas hipodérmicas autodestruibles que reúnan los requisitosfijados por la Organización Mundial de la Salud. La cadena de enfriamiento para la conservación de las vacunas debe mantenerse y vigilarseconstantemente desde su elaboración en los laboratorios hasta el lugar de su administración sobre elterreno.

    En los lugares donde se administra la vacuna debe disponerse de suficientes jeringas de tipoautodestruible como para cubrir las necesidades del 125 por ciento del grupo beneficiario que se hayaescogido (incluida una reserva del 25 por ciento). Para diluir el contenido de ampollas con dosismúltiples, debe disponerse de un número suficiente de jeringas de 5 mililitros, fijado en una jeringa porcada ampolla que haya que diluir. Esas jeringas deberán guardarse en "cajas de seguridad" recomendadas por la Organización Mundialde la Salud hasta el momento en que puedan ser eliminadas. Las cajas de seguridad serán eliminadasde conformidad con las recomendaciones pertinentes de la OMS.

    Cuando se haya decidido distribuir vitamina A como parte de una campaña de vacunación en granescala, las cantidades de vitamina A disponibles en el lugar donde deba administrarse debenrepresentar el equivalente de lo que pueda precisar el 125 por ciento del grupo beneficiario que se hayaescogido (incluida una reserva del 25 por ciento). Está comprobado que el personal de vacunación necesario (también responsable de administrar lavitamina A) debe comprender un supervisor y un encargado de los arreglos logísticos y los equipos devacunadores (uno o más) que deban supervisar. Para vacunar entre 500 y 700 personas en el curso deuna hora, más o menos, hacen falta:

    cuatro personas para preparar las vacunas; dos personas para administrar las vacunas; seis personas para inscribir a las personas vacunadas y llevar la cuenta del número que ha sidovacunado; seis personas para mantener el orden y evitar el agolpamiento de la gente. El número de vacunadores necesarios dependerá del total de personas que haya que inmunizar.

    En la foja sanitaria de cada niño vacunado contra el sarampión debe inscribirse la fecha en que seefectuó la vacunación. En la medida de lo posible, deben expedirse certificados de vacuna. Los infantes que hayan sido vacunados antes de cumplir 9 meses de edad deberán ser revacunadoscuando alcancen esa edad. Los centros y dispensarios de salud deben estar en condiciones de vacunar en cualquier momento a lagente recién llegada (si se trata de refugiados) y de identificar a todos los niños que deban serrevacunados al cumplir 9 meses de edad. Deberá informarse de viva voz o por escrito, en el idioma local, a las madres que aguardan turno y a laspersonas que asistan a las que no puedan valerse por sí mismas, sobre las ventajas derivadas de lavacunación contra el sarampión, los posibles efectos secundarios, la fecha en que deberán presentarsepara una revacunación, y la importancia de conservar el certificado de vacuna. Antes de emprenderse una campaña de vacunación masiva, deberá llevarse a cabo una campaña deinformación pública de la que se encargarán personas al servicio de la comunidad.

    Notas de orientación y comentarios sobre cuestiones de especial importancia

    1. Para que no pierdan su potencia, las vacunas contra el sarampión deben conservarse a la temperatura

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  • recomendada por el fabricante, es decir a

  • 3. La Organización Mundial de la Salud recomienda que durante la campaña de vacunación contra elsarampión se administren las siguientes dosis de vitamina A:

    niños de 6 meses a 1 año de edad: 100.000 unidades internacionales (UI);

    niños de 1 año o más de edad: 200.000 unidades internacionales

    (Véase la definición de Unidad Internacional en el anexo 1 del capítulo 3, sobre nutrición, de la presente obra.)

    4. Al tratar casos individuales de sarampión, conviene tener presente que la administración de vitamina A comosuplemento contribuye a disminuir la mortalidad y las secuelas del sarampión. La Organización Mundial de laSalud recomienda las siguientes dosis:

    para infantes de menos de 6 meses de edad: 50.000 UI el primer día y 50.000 UI al día siguiente;

    para infantes de 6 a 11 meses de edad: 100.000 UI el primer día y 100.000 UI al día siguiente;

    para infantes de 12 o más meses de edad: 200.000 UI el primer día y 200.000 UI al día siguiente.

    5. Si en la población afectada por el desastre ya se ha observado la presencia de sarampión, es posible quelos niños a quienes se vacune durante el período de incubación contraigan la enfermedad.

    3. Lucha contra enfermedades transmisibles

    En lo que concierne a la población afectada por un desastre, las principales causasde morbilidad y mortalidad son el sarampión, las enfermedades diarreicas, lasinfecciones respiratorias agudas, la malnutrición y, en zonas donde ese mal esendémico, el paludismo. En algunos medios y circunstancias pueden aparecerbrotes de otras enfermedades transmisibles como meningitis meningococica,hepatitis, fiebre tifoidea, tifus y fiebre recurrente.

    Las autoridades sanitarias locales, incluidos los agentes de salud comunitarios ylos visitadores domiciliarios, participan en la lucha contra las enfermedadestransmisibles y actúan de concierto con los servicios y dispensarios de salud y losorganismos humanitarios. La población afectada por un desastre tiene un papelimportante que desempeñar en la prevención y control de enfermedades, pues deella depende la difusión y aplicación de prácticas sanitarias adecuadas.

    La prevención debe ocupar un lugar prominente en la lucha contra las enfermedadestransmisibles. Esto explica por qué hay que hacer hincapié en la importancia capitalde la acción en otras áreas: abastecimiento de agua, saneamiento, nutrición, ayudaalimentaria, y refugios y asentamientos. Una excesiva densidad de población quecontribuya al hacinamiento, la contaminación del agua disponible, un saneamientoinsuficiente y viviendas de muy baja calidad, son otros factores de la propagaciónde enfermedades. Las deficiencias de la nutrición, sobre todo entre los niños,aumentan la susceptibilidad a las enfermedades y contribuyen a elevar las tasas demortalidad.

    Norma 1 relativa a la lucha contra enfermedades transmisibles: vigilancia

    Debe procederse, desde su aparición, a la vigilancia de las enfermedades transmisibles.

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  • Indicadores clave

    Debe determinarse con toda claridad cuál es la unidad o el organismo responsable de la vigilancia y elcontrol de enfermedades transmisibles, de modo que todos los participantes en las operaciones deemergencia la conozcan y sepan adonde deben enviar información sobre casos sospechosos oconfirmados de esas enfermedades. El personal de la unidad o el organismo de vigilancia y control de enfermedades transmisibles debeincluir personas con experiencia de la epidemiología. Para detectar rápidamente las enfermedades transmisibles y obrar de inmediato apenas se declara unbrote, la vigilancia debe ser incesante.

    Norma 2 relativa a la lucha contra enfermedades transmisibles: investigación y control

    Deben investigarse y combatirse conforme a normas y especificaciones internacionalmente aceptadaslas enfermedades que puedan propagarse y dar lugar a epidemias, como el sarampión, las infeccionesrespiratorias agudas, las enfermedades diarreicas incluidas la disentería y el cólera, y el paludismo.

    Indicadores clave

    En el curso del estudio preliminar deben señalarse las enfermedades que puedan cobrar carácterepidémico. Para actuar como es debido, hay que aplicar los protocolos (instrucciones basadas encomprobaciones homologadas) sobre prevención, diagnóstico y tratamiento, a los que deben teneracceso los centros y dispensarios sanitarios y los agentes de salud y los visitadores domiciliarios alservicio de la comunidad. Todo caso declarado de enfermedad transmisible y cualquier rumor acerca de la aparición de unaenfermedad debe ser investigado por personal competente. Cada diagnóstico debe estar sujeto a confirmación. Deben instituirse medidas de lucha contra brotes de enfermedad que incluyan los siguientes pasos:

    lucha contra la enfermedad en su punto de origen, mediante la reducción de las fuentes de infeccióncon miras a evitar que la enfermedad se propague entre otros miembros de la comunidad; según cuálsea la enfermedad de que se trate, esto puede exigir el rápido diagnóstico y tratamiento de casosindividuales (por ejemplo, en caso de cólera), el aislamiento de los pacientes en lazaretos (por ejemplo,en caso de fiebres hemorrágicas víricas) o la eliminación o control de los criaderos de vectores animales(por ejemplo, en caso de plagas); protección de grupos susceptibles con objeto de disminuir el riesgo de infección, mediante lainmunización (por ejemplo, contra la meningitis o el sarampión), una mejor nutrición, y en ciertascircunstancias, la quimioterapia administrada a grupos de alto riesgo (por ejemplo, durante un brote depaludismo puede ser preciso someter a las mujeres encintas a ese tipo de profilaxis); como medio de disminuir la transmisión de enfermedades, mejoramiento de la higiene ambiental ypersonal (cuando se trate de enfermedades transmitidas por vía oral o fecal), educación sanitaria, luchaantivectorial (cuando se trate de la fiebre amarilla o del dengue), y desinfección y esterilización (porejemplo, cuando se trate de hepatitis B).

    En las medidas de lucha contra las enfermedades transmisibles que se apliquen en la comunidad debeparticipar el personal de servicios periféricos o extrainstitucionales (por ejemplo, los agentes de salud ylos visitadores domiciliarios al servicio de la comunidad), que deberá ocuparse de tareas de prevención(consejos, advertencias, mensajes) y seguimiento, y de la atención adecuada de los casos que sepresenten (velando por la administración de terapias de rehidratación oral y de medicamentos y porquese cumplan los tratamientos prescritos), de conformidad con pautas establecidas. Las medidas de lucha contra las enfermedades transmisibles deben comprender actividades deinformación pública y de fomento de la salud mediante consejos, advertencias y mensajes. Los dirigentes de la comunidad, como los agentes de salud y los visitadores domiciliarios a su servicio,deben facilitar el acceso a los distintos grupos de población y difundir material informativo con finespreventivos. Sólo deben utilizarse medicamentos que figuren en la Lista de medicamentos esenciales, establecidapor la Organización Mundial de la Salud. (Véanse las referencias bibliográficas a publicaciones de la

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  • OMS en el anexo 1 del presente capítulo.) En ciertos casos, será necesario realizar estudios para evaluar la resistencia a los medicamentos.

    Notas de orientación y comentarios sobre cuestiones de especial importancia

    1. Es frecuente que en las poblaciones afectadas por desastres, incluidos los refugiados, circulen informes yrumores acerca de brotes de enfermedades; cada vez que esto suceda, será preciso comprobar su veracidad.

    2. Se entiende por "epidemia" un número excesivo de casos de determinada enfermedad en comparación conexperiencias previas e informaciones sobre lugar, fecha y población afectada. Puede ser difícil determinar sihay o no hay una epidemia, y la unidad encargada de la vigilancia debe establecer criterios que permitandecidir a partir de qué circunstancias podrá considerarse que hay un brote de tal o cual enfermedad previsible.Cuando, por falta de una definición del umbral correspondiente a muchas enfermedades, no sea posibledeclarar la existencia de una epidemia, la unidad de vigilancia y de lucha contra las enfermedades deberá serinformada de toda sospecha de epidemia o de que ésta ha sido comprobada.

    3. En la mayoría de las situaciones de emergencia no es indispensable contar con un laboratorio clínico. Porregla general, los casos de enfermedad serán objeto de un diagnóstico clínico y el tratamiento se basará endatos presuntivos o sintomáticos. Habrá que identificar ciertos agentes infecciosos y reunir muestras que sesometerán a análisis en un laboratorio, conforme a lo que decida la unidad de vigilancia y de lucha contra lasenfermedades a la que competa actuar al respecto.

    4. En los apartados siguientes se reseña información acerca de la lucha contra las enfermedades transmisiblesmás comunes, es decir las enfermedades diarreicas, incluidas la disentería y el cólera; las enfermedadesrespiratorias agudas; el sarampión, y el paludismo. En lo que concierne al control de enfermedades menosgraves o frecuentes, consúltense las referencias bibliográficas que figuran en el anexo 1 del presente capítuloy, en especial, la siguiente publicación: Médecins Sans Frontières: Refugee health. An approach to emergencysituations (Londres, Macmillan, 1997).

    5. Los textos sobre lucha contra seis tipos de enfermedades transmisibles que aparecen a continuación hansido adaptados y modificados a partir de la siguiente publicación: C. Paquet y G. Hanquet: «Control of infectiousdiseases in refugee and displaced populations in developing countries», en Bulletin de l'Institut Pasteur, vol. 96,1998, págs. 3-14.

    Enfermedades diarreicas

    Las enfermedades diarreicas son una causa importante de mortalidad entre las poblaciones afectadas pordesastres, principalmente debido al hacinamiento, la falta de agua y la insuficiencia de la higiene y elsaneamiento, que facilitan la transmisión de esas enfermedades. Habida cuenta de que el tratamiento de ladiarrea común exige la prevención de la deshidratación mediante una terapia de rehidratación oral (TRO), losservicios básicos de salud situados en una zona afectada por un desastre debieran contar con una red deunidades TRO. Además, en vista de que las deficiencias de la nutrición pueden contribuir a aumentar los casosde mortalidad debida a esas enfermedades, todos los niños que sufran de diarrea deben ser examinados paracomprobar si padecen de malnutrición, en cuyo caso deben ser atendidos como corresponde. Elabastecimiento de suficientes cantidades de agua salubre, la construcción de letrinas, la distribución de jabón yla correcta selección y planificación de refugios, campamentos y asentamientos de modo que se evite elhacinamiento de población, son las medidas de mayor eficacia para limitar la mortalidad y la morbilidad queresultan de enfermedades diarreicas.

    Brotes de disentería

    En América Latina, el sur de Asia y África central unos de los problemas sanitarios de mayor importancia es lainfección de Shigella dysenteriae de serotipo 1 (Sd1). Por desgracia, se ha comprobado que la Sd1 manifiestauna tremenda resistencia a los antibióticos. En algunas regiones, el único agente antimicrobial eficaz contra laSd1 es el ciprofloxacino (administrado durante cinco días), lo cual complica la gestión de los pacientes dedisentería y eleva el costo del tratamiento hasta un nivel que acaso impida su utilización en gran escala.

    Brotes de cólera

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  • Los brotes de cólera se observan frecuentemente en ciertos lugares de Asia y África. Puede confiarse en quecomo resultado de una gestión eficaz, los casos de mortalidad debidos al cólera no llegarán al 1 por cientodurante los brotes que se produzcan en campamentos de refugiados. Para luchar contra los brotes de cólerahay que basarse en la detección activa de casos individuales y su consiguiente atención. A los pacientessumamente deshidratados se les administra un tratamiento intravenoso. En los casos más benignos seadministra la terapia de rehidratación oral (TRO). Una serie de sesiones de terapia antibiótica pueden reducir laduración de la enfermedad; la Organización Mundial de la Salud todavía recomienda este método en el casode pacientes sumamente deshidratados. Para reducir la transmisión del cólera es indispensable proceder coneficacia a la evacuación y eliminación de desechos y al tratamiento del agua con cloro. Para limitar los brotesde cólera nunca se ha recurrido a la vacunación en gran escala; existe el convencimiento de que la vacunacióntendría efectos escasos o nulos una vez que ya se haya iniciado el brote, y que, además, desviaría recursos deotras actividades indispensables de lucha contra las enfermedades.

    Lucha contra las infecciones respiratorias agudas (IRA)

    En los países en desarrollo, entre el 25 y el 30 por ciento de la mortalidad registrada en niños de menos de 5años de edad se debe a infecciones respiratorias agudas; en el 90 por ciento de los casos, los decesos seatribuyen a la pulmonía. Para prevenir casos fatales a raíz de una pulmonía es preciso que la atención que sebrinda a los pacientes sea apropiada. La Organización Mundial de la Salud y el UNICEF han dado impulso aldiagnóstico clínico basado en la observación de cómo respira el niño enfermo; este método puede utilizarsepara detectar rápidamente los casos individuales que se presenten en una comunidad de refugiados. Elmedicamento más conveniente es el cotrimoxazole, no sólo porque es fácil de administrar, sino porque es muyeficaz en función del costo cuando hay que recurrir al tratamiento ambulatorio de la pulmonía.

    Lucha contra el sarampión

    El sarampión sigue siendo una de las causas principales de mortalidad infantil en todo el mundo. Aunque elPrograma Ampliado de Inmunización ha permitido lograr niveles generales de cobertura mediante lavacunación que son satisfactorios en algunos países, el alcance de la vacunación es muy variable entredistintas regiones del mundo. Los brotes de sarampión pueden producirse en campamentos y otros lugaresdonde se concentra mucha población y viven juntas numerosas personas vulnerables a esa enfermedad que,por lo tanto, pueden ser factores de riesgo en cuanto a la transmisión del virus. Las tasas de mortalidadelevada se deben a estados nutricionales insuficientes, la carencia de vitamina A y a una exposición intensa alvirus debido al hacinamiento. Sin embargo, esas tasas son evitables, y la vacunación en masa, combinada conla administración de vitamina A, debe ocupar un lugar preponderante en la acción a raíz de una situación deemergencia.

    Lucha contra el paludismo

    En las zonas tropicales de todo el mundo, el principal riesgo para la salud es el paludismo causado por elparásito plasmodium falciparum. Aun en el caso de poblaciones desplazadas de una zona en que el paludismoes endémico, es indispensable prevenir la enfermedad mediante el uso de mosquiteros impregnados pararecubrir completamente las camas y la lucha antivectorial en toda la comunidad. La distribución en masa demosquiteros impregnados de insecticidas puede tener un efecto positivo pues los mosquiteros eliminan ciertacantidad de mosquitos y crean un resguardo del que se benefician incluso las personas que no se protejan conellos. La quimioterapia en gran escala no ha sido recomendada debido a la extrema dificultad de administrarlay vigilarla, así como porque puede acelerar el desarrollo de una resistencia a los medicamentos. En principio,la estrategia más eficaz consiste en el tratamiento de los casos individuales de parasitemia confirmada, aunqueesto es difícil de realizar en la práctica. Cuando no se dispone de laboratorios y se trata de zonas sumamenteendémicas, el tratamiento suele administrarse exclusivamente sobre bases clínicas. Las terapias utilizadasdeben ajustarse al programa de lucha contra el paludismo del país huésped, pero adaptarse a lascaracterísticas epidemiológicas de la población afectada. Esto recién podrá hacerse cuando haya terminado lafase de emergencia, pues entonces podrán evaluarse mejores las tendencias epidemiológicas.

    4. Servicios de salud

    Norma 1 relativa a los servicios de atención de la salud: cuidados médicos apropiados

    La atención sanitaria de emergencia brindada a las poblaciones afectadas por un desastre debebasarse en un estudio preliminar y en datos provenientes de un sistema de información sanitaria en

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  • curso, y servir para reducir la mortalidad y morbilidad excesivas mediante la provisión de cuidadosmédicos apropiados.

    Indicadores clave

    La asistencia médica debe centrar su atención en la necesidad de actuar respecto de las causasprincipales de mortalidad y morbilidad excesivas que hayan sido determinadas.

    En la medida posible, incumbirá a las autoridades sanitarias locales la responsabilidad general deconducir la acción sanitaria, y los organismos humanitarios participantes deberán utilizar y contribuir areforzar los servicios sanitarios locales. Si esto no fuera posible, la dirección del esfuerzo de conjunto seencomendará a un organismo externo, encargado de coordinar los esfuerzos de los demás organismosparticipantes y de colaborar con los servicios locales, que pueden necesitar mucho apoyo. Todos los organismos humanitarios participantes deben comprometerse a coordinar su acción bajo laconducción del organismo responsable de la asistencia sanitaria en su conjunto que haya sidodesignado a raíz de la evaluación inicial.

    El sistema de asistencia sanitaria debe estar en condiciones de hacer frente a una elevada demanda deservicios. El sistema de asistencia sanitaria debe ser lo suficientemente flexible como para que pueda adaptarse anuevos requerimientos señalados por el sistema de información sanitaria.

    Norma 2 relativa a los servicios de atención de la salud: reducción de la mortalidad

    La atención de la salud en situaciones de emergencia debe ajustarse a las directrices y pautas sobreatención primaria de salud (APS) y apuntar a los problemas de salud que causen una mortalidadexcesiva.

    Indicadores clave

    Toda la asistencia sanitaria debe prestarse mediante el sistema de atención primaria de la salud (APS),cuando se pueda recurrir a éste. Ese sistema comprende los siguientes niveles de atención:

    familiar; comunitario (incluye a los agentes de salud y a los visitadores domiciliarios); servicios sanitarios periféricos (dispensarios, puestos sanitarios o clínicas); servicios centrales (centro de salud); hospital (donde se atiende a los pacientes y casos enviados o derivados de otros niveles).

    La asistencia sanitaria debe brindarse en el nivel que corresponde dentro del sistema de atenciónprimaria de la salud. Es posible que algunas situaciones de emergencia no exijan la prestación deservicios sanitarios a todos los niveles indicados; esto se habrá determinado durante la evaluación inicial.Cuando no exista un sistema de atención sanitaria local, sólo deberán instalarse servicios en los nivelesdonde más sean necesarios para prevenir la mortalidad y morbilidad excesivas. En las situaciones de emergencia, la asistencia sanitaria, incluido el tratamiento de traumatismos yenfermedades, debe prestarse al nivel de la comunidad, principalmente. Algunos tratamientos debenadministrarse en niveles superiores y sólo un número reducido de casos graves deben remitirse a loshospitales. La dotación de personal en cada nivel del sistema de atención primaria de la salud debe corresponder alas necesidades de la población. Sólo deben utilizarse o crearse aquellas modalidades de asistenciasanitaria que sean indispensables para reducir la mortalidad y morbilidad excesivas. En las notas deorientación que figuran a continuación se incluyen sugestiones acerca de la dotación de personalnecesaria en cada nivel. En los servicios de salud deben participar tantos profesionales de la salud miembros de la poblaciónafectada por el desastre como sea posible. Los trabajadores de servicios periféricos yextrainstitucionales deben escogerse entre los miembros de la comunidad, prestándose la debida

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  • atención a las características culturales de esa población y a la necesidad de que estén representadosambos sexos, conforme a las medidas que se hayan preconizado en el estudio preliminar. Todos los prestadores de asistencia sanitaria deben concertarse en favor del recurso a procedimientos ytratamientos uniformes tanto en lo que respecta a las técnicas de diagnóstico como a las enfermedadesque causan mortalidad y morbilidad en exceso de las normas que se consideren tolerables. Al iniciarse las operaciones de asistencia sanitaria de emergencia deben utilizarse los botiquinesespeciales preparados al efecto, a razón de uno por cada 10.000 habitantes, pero en todas lasoperaciones subsiguientes deben satisfacerse las necesidades de medicamentos mediante pedidos deabastecimiento confeccionados con arreglo a la Lista de medicamentos esenciales, establecida por laOrganización Mundial de la Salud. Cuando se reciban de cualquier donante cargamentos de medicamentos que no hayan sido solicitados yque no se ajusten a las directrices relativas a la donación de medicamentos, deberá evitarse suutilización y habrá que tomar medidas para eliminar tales cargamentos en condiciones de seguridad. Deben enseñarse y aplicarse medidas apropiadas para precaverse del riesgo de propagación deinfecciones y limitarlo lo más posible. Los pacientes que tengan que presentarse en hospitales para la atención o tratamiento de sus casosindividuales deben disponer de medios de transporte adecuados.

    Notas de orientación y comentarios sobre cuestiones de especial importancia

    1. La población afectada por un desastre y, dado el caso, la comunidad huésped, cuando también haya queocuparse de una población desplazada, deberá tener acceso a la asistencia sanitaria que dicten lascircunstancias de la emergencia. Al proceder a las intervenciones que se requieran, deberán tomarse enconsideración los factores geográficos, étnicos y lingüísticos que entren en juego en la zona afectada, asícomo los factores sociales en función del sexo de los habitantes que haya que socorrer.

    2. Por regla general, las funciones asumidas a diferentes niveles del sistema de atención primaria de saludincluyen las que se mencionan a continuación:

    en el seno de la familia: algunos cuidados preventivos y cierto grado de atención curativa,proporcionados por la propia familia u otros parientes del paciente o por agentes de salud al servicio dela comunidad, como por ejemplo la administración de medicamentos o de terapia de rehidratación oral; a cargo de la comunidad: acopio de datos e informaciones; terapia de rehidratación oral; control detratamientos; visitas domiciliarias; detección de casos; envío de pacientes a centros sanitarios o a unhospital; fomento de la salud y educación sanitaria; información; atención en niveles periféricos: atención ambulatoria (primer nivel), vacunación; terapia de rehidrataciónoral; vendajes; envío de pacientes a centros sanitarios de nivel superior; acopio de datos; atención por servicios centrales: diagnósticos; departamento de atención ambulatoria (primer nivel yexamen de casos que serán derivados a un nivel superior); terapia de rehidratación oral; servicio deurgencias; partos sin complicaciones; atención mínima de asuntos de salud reproductiva; cirugía menor;suministros farmacéuticos; vigilancia y seguimiento del estado de salud; determinación de la necesidadde enviar pacientes a un hospital, y, probablemente, trabajos de laboratorio, transfusiones de sangre yvacunación contra el sarampión; atención en un hospital: cirugía, obstetricia urgente o con complicaciones; laboratorio central.

    3. En cada uno de los niveles indicados la dotación de personal puede ser muy variable, pero a continuación sepresentan las pautas elaboradas por Médecins Sans Frontières en la obra Refugee health. An approach toemergency situations (Londres, Macmillan, 1997), ya citada (e incluida en la bibliografía escogida que figura enel anexo 1 del presente capítulo):

    nivel comunitario:

    1 visitador a domicilio por cada 500-1.000 habitantes;

    1 supervisor por cada 10 visitadores;

    1 supervisor principal;

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  • servicios sanitarios periféricos (para 10.000 personas, aproximadamente):

    entre 2 y 5 trabajadores, que incluyan como mínimo una persona debidamente calificada profesionalmente, arazón de una persona por cada 50 consultas diarias;

    1 persona adiestrada en la zona, para administrar terapias de rehidratación por vía bucal y ocuparse devendajes, inmatriculación, registros, etc.;

    servicios centrales (para 50.000 habitantes, aproximadamente):

    1 médico para los diagnósticos, 1 agente de salud por cada 50 consultas por día; 1 enfermera por cada 20-30camas (turnos de 8 horas); 1 persona especializada en terapias de rehidratación por vía bucal; 1 o 2 personasde servicio en la farmacia; 1 o 2 personas para ocuparse de vendajes, inyecciones y esterilización.

    Personal auxiliar (no médico): 1 o 2 oficinistas; 1-3 guardianes (turnos de ocho horas), y personal de limpieza.

    hospital:

    dotación variable, pero un médico como mínimo y una enfermera por cada 20-30 camas ( turnos de 8 horas).

    4. Mientras dure la situación de emergencia y desde que ésta termine, los organismos humanitarios debenesforzarse por reforzar los servicios sanitarios locales en lugar de crear otros por separado.

    5. Capacidad de los recursos humanos disponibles y su formación

    En todas las esferas de la asistencia humanitaria es preciso poder contar con losconocimientos teóricos y prácticos y el compromiso del personal y de losvoluntarios, que deben trabajar en condiciones difíciles y a menudo inseguras. Esconsiderable el esfuerzo que se espera de ellos y, para que puedan llevar a cabo suslabores hasta lograr para la población afectada el nivel de protección enunciado enlas normas mínimas, es esencial que todas las personas a cargo de esas laborestengan la experiencia y la formación apropiadas y reciban supervisión y apoyoadecuados del organismo humanitario del que dependen.

    Norma 1 relativa a la capacidad de los recursos humanos: competencia

    Las intervenciones en materia sanitaria deben estar a cargo de personal con calificaciones yexperiencia apropiadas para el cumplimiento de las tareas pertinentes, y ese personal debe estaradecuadamente respaldado por una dirección que le brinde el apoyo necesario.

    Indicadores clave

    Todo el personal al servicio de un programa sanitario debe estar debidamente informado de lasfinalidades perseguidas por cada actividad a que deba dedicarse y de los métodos aplicados pararealizarlas. Todo personal que asuma responsabilidades técnicas y administrativas debe tener acceso a servicios deapoyo capaces de opinar sobre las principales decisiones preconizadas y de verificar su justificación. El estudio preliminar, el diseño de las actividades sanitarias y la toma de las principales decisiones decarácter técnico deben encomendarse a personal provisto de las calificaciones técnicas pertinentes (enepidemiología, agua, saneamiento, alimentación, nutrición, refugios y asentamientos, y atenciónsanitaria), y dotado de previa experiencia en situaciones de emergencia. El personal y los voluntarios que hayan de ocuparse de tareas de vigilancia y seguimiento sanitarios (yasea durante la evaluación inicial como en el curso de actividades de vigilancia o de análisis, examen orevisión) deben recibir instrucciones detalladas y no comenzar esa labor sin que una persona

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  • experimentada verifique que están en condiciones de hacerlo. El personal responsable de la lucha contra enfermedades transmisibles y la asistencia sanitaria a lapoblación afectada debe tener experiencia o formación previas y estar sujeto a supervisión regularacerca de cómo hay que aplicar las pautas, directrices y procedimientos recomendados para eltratamiento. No deben incorporarse nuevos suministros o equipos médicos a menos que se hayan dadoexplicaciones completas al respecto y que esté asegurada la supervisión necesaria. El personal del programa de vacunaciones debe poseer aptitudes comprobadas para la ejecución deese programa, que incluye el asesoramiento de la gente acerca de las vacunas utilizadas, sus posiblesefectos secundarios y otras informaciones pertinentes. Para todas las intervenciones selectivas en lo que atañe a la atención de la salud deben existirdirectrices y pautas redactados con claridad. El tratamiento de cualquier traumatismo o enfermedad grave debe ser supervisado por un profesionalmédico calificado y experimentado que haya recibido formación especializada en el campo de que setrate. El personal que se ocupe de nutrición o de salud, así como los trabajadores de servicios periféricos oextrainstitucionales (o estos últimos, cuando actúen por separado), deben tener aptitudes que losfaculten para dar consejos y brindar apoyo a las personas que sufran de malnutrición moderada (o a laspersonas que las cuiden) con quienes entren en contacto. El personal de salud debe tener aptitud comprobada para aconsejar a las madres, u otras personas quese ocupen de infantes, acerca de la alimentación apropiada de bebés y de niños de corta edad y otrascuestiones que merezcan atención prioritaria.

    Norma 2 relativa a la capacidad de los recursos humanos: apoyo

    Los miembros de la población afectada por el desastre deben recibir apoyo para adaptarse a su nuevoentorno y poder hacer uso óptimo de la asistencia que se les brinde.

    Indicadores clave

    Toda persona que se encargue de cuidar a otros miembros de la población afectada debe estarinformada de las actividades de prevención prioritarias, como por ejemplo las relativas a la vacunación,la utilización de jabón para lavarse o la disponibilidad de letrinas, mosquiteros y otros medios deprotección personal, y los comportamientos que más contribuyen a la defensa de la salud. Todos los miembros de la población afectada por la situación de emergencia deben estar informadosacerca de los agentes de salud y los visitadores domiciliarios de que dispone la comunidad, así comoacerca de los lugares donde se hallan los diferentes servicios sanitarios.

    Norma 3 relativa a la capacidad de los recursos humanos: capacidad local

    En los programas de emergencia en materia de salud deben utilizarse y mejorarse la capacidad y losconocimientos teóricos y prácticos locales.

    Indicadores clave

    Los profesionales y trabajadores de la salud, los dirigentes y los demás miembros de la poblaciónafectada por un desastre deben ser invitados a participar en la ejecución de los programas sanitarios. Al contratar personal internacional, uno de los criterios de selección debe ser el de que los candidatosacepten el compromiso de desarrollar las capacidades locales con miras a que los beneficios para lapoblación sean a largo plazo. En el curso del programa de asistencia humanitaria debe movilizarse al personal de las instituciones yotros asociados locales, y desarrollarse sus conocimientos teóricos y prácticos

    Notas de orientación

    1. En el último fascículo de la presente obra, véase el Código de principios relativos a las mejores prácticas de

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  • gestión y de apoyo aplicables al personal de los organismos de ayuda, adoptado por People in Aid.

    2. Véase también, en el capítulo 3 de la presente obra, relativo a la nutrición, la norma 1 sobre capacidad delos recursos humanos disponibles y su formación.

    3. Al diseñarse los programas, deben considerarse todas las cuestiones relativas a la capacidad de losrecursos humanos. El personal y los voluntarios deben demostrar que tienen las aptitudes necesarias parallevar a cabo sus funciones respectivas. Antes de contratar personal, es imprescindible cerciorarse de que cadauno posee la formación correspondiente a su especialidad. En preparación de la asistencia en caso deemergencia, debe preverse la formación y apoyo necesarios, de modo que se pueda contar con personalcalificado capaz de brindar servicios de calidad. Como en muchos países no habrá sido posible prever ypreparar todo lo que puede necesitarse en caso de emergencia, los organismos humanitarios debierandedicarse a reunir información sobre el personal calificado y competente que pueden necesitar y a velarporque ese personal sea debidamente formado antes de que se decida destacarlo al terreno para participar enla asistencia humanitaria en situaciones de emergencia.

    Anexos

    Anexo 1: Bibliografía escogida

    Anexo 2: Guía y cuestionario modelos para una evaluación inicial (estudio preliminar) de la situación sanitaria

    Anexo 3: Formularios modelo para la preparación de informes semanales sobre los datos recogidos durantelas tareas de vigilancia

    Anexo 4: Ejemplo de presentación gráfica de las causas de mortalidad

    Anexo 5: Ejemplo de un formulario de vacunación contra el sarampión

    Anexo 6a: Modelos de formularios de nutrición:

    Distribución general de alimentos y estructuras y características de los centros y dispensarios de alimentación

    Anexo 6b: Formularios sobre nutrición:

    Altas y bajas semanales de los centros y dispensarios de alimentación terapéutica y suplementaria

    Anexo 6c: Formularios sobre nutrición:

    Egresos de centros y dispensarios de alimentación terapéutica y suplementaria

    Anexo 7: Ejemplo de formularios sobre agua, saneamiento y densidad de población en los asentamientos

    Anexo 1

    Bibliografía escogida

    (En lo posible, la lista indica la existencia de ediciones en español, con el título correspondiente, o en francés.Salvo error u omisión, las demás obras mencionadas sólo se publicaron en inglés.)

    Evaluación inicial de la situación sanitaria

    Obras de consulta útiles en el terreno

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  • Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Handbook for delegates. Needsassessment, targeting beneficiaries. Ginebra, CICR, 1997.

    Médecins Sans Frontières. Evaluation rapide de l'état de santé d'une population déplacée ou refugiée. París,MSF, 1996.

    Organización Mundial de la Salud. Rapid health assessment in sudden population displacements. Ginebra,OMS, 1996. Está en prensa una publicación de la OMS titulada: Rapid health assessment protocols foremergencies.

    Otras referencias bibliográficas útiles

    Boss, L. P., y colaboradores. «Assessments of mortality, morbidity and nutritional status in Somalia during the1991-1992 famine. Recommendations for standardisation of methods», en JAMA (Journal of the AmericanMedical Association), vol. 272, núm. 5, 3 de agosto de 1994.

    Brennan, R. Rapid assessment, surveys and surveillance. Multi-force humanitarian training conference manual.San Diego, California, CINCPacflt, octubre de 1997.

    Burkholder, B. T., y colaboradores. «Evolution of complex disasters», en The Lancet, vol. 346, 14 de octubre de1995.

    Centers for Disease Control and Prevention. «Famine-affected, refugee and displaced populations.Recommendations for public health issues», en Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR), No. RR-13.Atlanta, Georgia, 24 de julio de 1992.

    Glass, R.I., y colaboradores. «Rapid assessment of health status and preventive medicine needs of newlyarrived Kampuchean refugees, Sa Kaeo, Thailand», en The Lancet, 19 de abril de 1980.

    Lillibridge, S.R., y colaboradores. «Disaster assessment: The emergency health evaluation of a populationaffected by a disaster», en Annals of Emergency Medicine, noviembre de 1993.

    Moren, A. «Rapid assessment of the state of health of displace populations or refugees», en Medical News, vol.1, núm. 5, 1992, págs. 5-10.

    Noji, E. K. (publicado bajo la dirección de) The public health consequences of disasters. Nueva York, OxfordUniversity Press, 1997. ISBN 019 509570 7

    Toole, M. J., y colaboradores. «Refugees and displaced persons. War, hunger and public health», en JAMA(Journal of the American Medical Association), vol. 270, núm. 5, 4 de agosto de 1993.

    Sistema de información sanitaria

    Obras de consulta útiles en el terreno

    Organización Mundial de la Salud. Surveillance kit. Ginebra, OMS, 1997.

    Surveillance standards, documento WHO/EMC/DIS/97.1. Ginebra, OMS, 1997.

    Otras referencias bibliográficas útiles

    Hausman, B., y Ritmeijer, K. Surveillance in emergency situations. Amsterdam, MSF, 1993.

    Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Handbook/BD-97/3/2/3-3. Health.Ginebra, ACNUR, 1997.

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  • Lucha contra el sarampión

    Obras de consulta útiles en el terreno

    Organización Mundial de la Salud. Immunization in practice. A guide for health work