14
El estudio científico de las fortalezas trascendentales desde la Psicología Positiva The scientific study of the transcendental strengths from the Positive Psychology perspective MARÍA LUISA MARTÍNEZ MARTÍ 1 RESUMEN Dentro del marco de la Psicología positiva existe una línea de investigación centrada en las virtudes y fortalezas del ser humano, entendidas como rasgos positivos de personalidad, que está elaborando una clasificación de ellas siguiendo un esquema similar al del Diagnostic and Statistical Manual of Men- tal Disorders (DSM). En este artículo se exponen algunos de los estudios que muestran los efectos beneficiosos de un grupo concreto de estas fortalezas, las trascendentales (espiritualidad, gratitud, esperanza, apreciación de la belle- za y excelencia, humor), con la intención de promover su investigación. ABSTRACT Within the framework of Positive Psychology there is a line of research focu- sed on the virtues and strengths of human beings. Taking virtues and strengths as positive traits of personality, the Positive Psychology classifies them follo- wing a scheme similar to the Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). With the aim of promoting research, this article reviews some of the studies that show the beneficial effects of a subset of strengths, the Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3 245 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.° 3 - Págs. 245-258. ISSN: 1135-0806 ARTÍCULOS 1 Universidad de California, Irvine, [email protected] Fecha de Recepción: 30-10-2006 Fecha de Aceptación: 04-17-2006

(M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

El estudio científico de las fortalezastrascendentales desde la Psicología

Positiva

The scientific study of the transcendentalstrengths from the Positive Psychology

perspective

MARÍA LUISA MARTÍNEZ MARTÍ1

RESUMEN

Dentro del marco de la Psicología positiva existe una línea de investigacióncentrada en las virtudes y fortalezas del ser humano, entendidas como rasgospositivos de personalidad, que está elaborando una clasificación de ellassiguiendo un esquema similar al del Diagnostic and Statistical Manual of Men-tal Disorders (DSM). En este artículo se exponen algunos de los estudios quemuestran los efectos beneficiosos de un grupo concreto de estas fortalezas,las trascendentales (espiritualidad, gratitud, esperanza, apreciación de la belle-za y excelencia, humor), con la intención de promover su investigación.

ABSTRACT

Within the framework of Positive Psychology there is a line of research focu-sed on the virtues and strengths of human beings. Taking virtues and strengthsas positive traits of personality, the Positive Psychology classifies them follo-wing a scheme similar to the Diagnostic and Statistical Manual of MentalDisorders (DSM). With the aim of promoting research, this article reviews someof the studies that show the beneficial effects of a subset of strengths, the

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3 245

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.° 3 - Págs. 245-258. ISSN: 1135-0806

ARTÍCULOS

1 Universidad de California, Irvine, [email protected]

Fecha de Recepción: 30-10-2006 Fecha de Aceptación: 04-17-2006

Page 2: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

transcendental strengths –i.e. spirituality, gratitude, hope, appreciation ofbeauty and excellence, and humor.

PALABRAS CLAVE

Psicología positiva, Fortalezas, Espiritualidad, Gratitud, Esperanza, Aprecia-ción, Humor.

KEY WORDS

Positive psychology, Strengths, Spirituality, Gratitude, Hope, Appreciation,Humor.

El estudio científico de las fortalezas trascendentales desde la Psicología Positiva

246 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3

Page 3: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

INTRODUCCIÓN

En los últimos años, diversosautores están haciendo un l la-mamiento sobre la necesidad delestudio científico de los aspectosmejores, más posit ivos del serhumano. A pesar de la crecientedemanda de consumo y de éxitosocial, parece claro que las per-sonas no encontramos un signifi-cado auténtico en los logros per-sonales y en los bienes materiales,aunque conlleven satisfacción tem-poral, sino en la familia, la intimi-dad y los amigos (Myers, 2000),especialmente al final de la vida.Filósofos y pensadores han llegadoa esta conclusión y, actualmente,los psicólogos occidentales estánredescubriendo el importantepapel que cumplen en la vida de lagente la esperanza, la espirituali-dad y la integración en un gruposocial o comunidad (Abi-Hashem,2001).

Según Abi-Hashem (2001), laautoconfianza y la autonomía perso-nal se han convertido en valorescentrales en la mayoría de las socie-dades industrializadas. El fuerteénfasis en el logro, la acumulación yla independencia han resultado enun mayor desapego, soledad, vacíoy descontento. Los lazos familiares,la pertenencia a la comunidad y elvínculo social han sufrido enorme-mente. Quizá por eso existe tantademanda de psicoterapia en Occi-dente. En otros países, la psicotera-pia no se necesita tanto porque haymás oportunidades para interactuary expresarse, buscar guía y consejoy poder disfrutar del apoyo y de los

recursos comunitarios y espirituales.La conciencia de no estar solo pro-porciona significado, perseverancia,sentido de pertenencia, esperanza yespiritualidad.

Según Schwartz (2000), el cre-ciente grado de individualismo enlas sociedades occidentales estáunido a un aumento de la depre-sión. Aparentemente, las personastienen múltiples opciones para ele-gir y muchísima información parahacerlo, pero les faltan guías y esfácil que se sientan desbordados yse depriman. Una explicación alter-nativa sobre el aumento de ladepresión es la propuesta porBrand (2001), quien dice que es ladiscrepancia entre lo que uno espor naturaleza y lo que la sociedadle exige que sea, lo que causa ladepresión.

La Psicología positiva ha surgidorecientemente para dar respuesta aestas cuestiones, proponiendo unaambiciosa agenda de investigacióncuyos resultados se vislumbranprometedores. En este trabajo serecogen los frutos de los estudiosrealizados sobre los efectos benefi-ciosos de las fortalezas trascen-dentales, con la intención defomentar su desarrollo y abordarseriamente los problemas de vacíoexistencial que sufren muchas per-sonas. Como bien ha escrito Selig-man, la psicología haría mal enabandonar a esos “peregrinos delsiglo XXI” al no incluir en sus pro-puestas las consideraciones delindividuo como parte de una reali-dad transcendente que integra y dasentido a la vida.

M.ª L. Martínez

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3 247

Page 4: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

LA PSICOLOGÍA POSITIVA:ORIGEN Y OBJETIVOS

La Psicología positiva nace en1998 como iniciativa de Martin E. P.Seligman siendo Presidente de laAsociación Americana de Psicolo-gía. Seligman señala que desde laII Guerra Mundial, la psicología seha centrado preferentemente en losproblemas humanos y en cómoresolverlos. Aunque el fruto de eseempeño ha sido considerable, elénfasis en la patología ha supuestoel no prestar atención a lo positivodel ser humano ofreciendo unpunto de vista de éste como un serfrágil, víctima de entornos crueles ode malos genes, que ha de sobrevi-vir más que florecer.

Por esta razón, la Psicologíapositiva trata de lograr un equilibrioen la psicología, prestando tantaatención a la construcción de losaspectos más positivos del serhumano como a la reparación delos peores, a llenar la vida de laspersonas tanto como a aliviar sumalestar.

El supuesto principal de la Psi-cología positiva es que la bondad yexcelencia humanas son tan autén-ticas como los trastornos y elmalestar. El interés de la Psicologíapositiva incluye tres ámbitos rela-cionados entre sí: el estudio de lasexperiencias subjetivas positivas(fel icidad, placer, satisfacción,bienestar), de los rasgos de perso-nalidad positivos (carácter, talen-tos, intereses, valores) y de las ins-tituciones (familias, colegios, nego-cios, comunidades, sociedades)

que posibilitan los rasgos positivosy dan lugar, por tanto, a experien-cias subjetivas positivas.

RASGOS POSITIVOS DEPERSONALIDAD. LACLASIFICACIÓN DE LASVIRTUDES Y FORTALEZAS

Dentro del marco de la Psicologíapositiva existe una línea de investi-gación centrada en las fortalezas yvirtudes que favorecen el crecimien-to humano, en donde es clave laclasificación presentada en elmanual “Character Strengths andVirtues. A handbook and classifica-tion”, elaborado por Peterson ySeligman (2004). Los autores sostie-nen que se pueden cultivar los ras-gos mejores de carácter y planteanla necesidad de herramientas con-ceptuales y empíricas para construiry evaluar intervenciones a tal fin.Con el estudio y desarrollo de lasvirtudes, la Psicología positivapodría actuar como principio organi-zador de la acción individual ysocial.

Siguiendo el ejemplo del DSM(Diagnostic and Statistical Manual ofMental Disorders), se ha propuestola creación de este esquema de cla-sificación de las virtudes y fortale-zas para facilitar la creación deestrategias de evaluación. El DSMha generado estrategias de evalua-ción fiables y ha conducido a la ela-boración de tratamientos efectivospara diversos trastornos psicológi-cos. Clasificaciones consensuadasy formas similares de evaluar danlugar a un vocabulario común para

El estudio científico de las fortalezas trascendentales desde la Psicología Positiva

248 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3

Page 5: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

clínicos e investigadores, permitien-do la comunicación entre profesio-nales.

Las fortalezas constituyen el prin-cipio fundamental de la condiciónhumana y una actividad congruentecon ellas representa un importantecamino hacia una vida psicológicaóptima. Según los autores, lo quehace que la vida merezca la pena noes efímero, por lo que es necesarioun análisis en términos de rasgospositivos de personalidad. Las for-talezas proporcionan la explicaciónpara esta estabilidad de la vida bienvivida.

El estudio del carácter en estaclasificación parte de la psicologíade la personalidad, en concreto delrasgo, que reconoce la existenciade diferencias individuales establesy generales que pueden ser molde-adas por el entorno. A pesar de laimportancia de la situación en darforma a las características de la per-sona, ésta añade y quita algo de lasituación. Este “algo” es el carácter,por el que la psicología positiva seinteresa considerándolo un com-pendio de rasgos positivos.

Las virtudes son las característi-cas centrales del carácter valoradaspor filósofos morales y pensadoresreligiosos. El análisis de éstas endistintas sociedades, culturas yépocas históricas ha dado lugar aun consenso, que considera funda-mentales las de sabiduría, coraje,humanidad, justicia, templanza ytrascendencia. Se trata de valoresuniversales; para considerar que unindividuo las posee deben estar por

encima de un cierto valor. Las forta-lezas son los aspectos psicológicosque definen las virtudes, aquellasformas distinguibles en las que semanifiesta una virtud. Los temassituacionales son los hábitos espe-cíficos que llevan a una persona amanifestar una fortaleza en unasituación concreta.

La clasificación propuesta es unintento de sistematizar el estudio delas virtudes y fortalezas, demarcan-do su campo de estudio. Se handefinido una serie de criterios paradiscernir si cierta característicahumana es una fortaleza o no.

El criterio 1, ubicuidad, hace refe-rencia a que una fortaleza debe serreconocida en todas las culturas. Elcriterio 2, satisfacción, alude a quedebe contribuir a la realización per-sonal, la satisfacción y la felicidad. Elcriterio 3 hace referencia a que la for-taleza debe ser moralmente valoradapor sí misma. La manifestación deuna fortaleza no debe desvalorizar aotras personas (criterio 4). De existiruna fortaleza, debe poder identificar-se su opuesto en negativo (criterio5). Toda fortaleza debe poseer ciertogrado de generalización y estabili-dad, es decir, ser un rasgo (criterio 6)que se manifieste en el comporta-miento (pensamientos, sentimientosy/o acciones) de forma que puedaser evaluada mediante los instrumen-tos pertinentes (criterio7). Según elcriterio 8, la fortaleza debe ser distin-ta de otras fortalezas y no puededescomponerse en ellas, y en lapoblación deben poder identificarsedechados consensuados de la forta-leza (criterio 9), así como prodigios

M.ª L. Martínez

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3 249

Page 6: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

(aparición precoz en algunos niños ojóvenes, criterio 10). Deberían tam-bién poder identificarse personascon una ausencia total de la fortaleza(criterio 11). Finalmente, deben exis-tir instituciones y rituales asociadosal cultivo de la fortaleza en la socie-dad (criterio 12).

La clasificación propone 6 virtu-des que comprenden 24 fortalezas:

Sabiduría y conocimiento, dentrode las que se incluyen creatividad,curiosidad, mentalidad abierta,amor por el conocimiento y pers-pectiva.

Coraje, que comprende valentía,perseverancia, vitalidad y autentici-dad.

Humanidad, en las que figuranamabilidad, inteligencia social yamor.

Justicia, a la que pertenecen lacapacidad de trabajar en equipo,equidad y liderazgo.

Templanza: Autorregulación, pru-dencia, perdón y modestia.

Trascendencia: Apreciación de labelleza y la excelencia, gratitud,esperanza, humor y espiritualidad.

LAS FORTALEZASTRASCENDENTALES Y SUSEFECTOS POSITIVOS SOBRE ELBIENESTAR

Las virtudes trascendentales per-miten al individuo establecer una

conexión con el universo, propor-cionando sentido a su vida (Peter-son y Seligman, 2004). La espiritua-lidad, fortaleza prototípica de estegrupo, se define como la creencia yel compromiso con los aspectostrascendentales de la vida, llámesedivino, sagrado, ideal o universal. Laapreciación de la belleza y la exce-lencia conecta a la persona directa-mente con la belleza y la excelenciadel mundo y de las demás perso-nas; la gratitud, con la bondad; laesperanza, con el futuro imaginado;y el humor, con los problemas ycontradicciones de la vida de talmanera que suple la angustia poruna forma más llevadera de afrontarlas situaciones.

Con algunas las excepciones,que se refieren fundamentalmente alcriterio de distintividad, esta primeraclasificación consensuada ofrecidapor los autores parece reunir lamayoría de los criterios arriba cita-dos.

Apreciación de la belleza y la excelencia

Se refiere a la capacidad paraexperimentar éxtasis, elevación oadmiración ante la belleza o la exce-lencia, ya sea en el arte, la música,la naturaleza o en las habilidades,cualidades y acciones morales delas personas. Aunque la evidenciaempírica sobre los efectos de estafortaleza es casi inexistente, Peter-son y Seligman (2004) sugieren quelas personas que tienen esta fortale-za encuentran más alegría en la vidadiaria, más formas de encontrar

El estudio científico de las fortalezas trascendentales desde la Psicología Positiva

250 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3

Page 7: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

sentido en sus vidas y de conectarprofundamente con otras personas.Según Keltner y Haidt (2003), lasexperiencias derivadas de la apre-ciación parecen reprogramar a laspersonas, volviéndolas más proso-ciales y menos preocupadas por lariqueza material, la reputación yotras preocupaciones cotidianas.

Gratitud

La gratitud es el sentimiento deagradecimiento y alegría al recibir loque uno percibe como un obsequio,ya sea un obsequio material propor-cionado por otra persona o algoinmaterial, como un momento depaz provocado por la naturaleza.Una respuesta de agradecimientoante las circunstancias de la vidapuede ser una estrategia psicológi-ca adaptativa y un importante pro-ceso mediante el cual la personainterpreta positivamente sus expe-riencias cotidianas (Emmons yMcCullough, 2003). La capacidadpara percibir, apreciar y saborear loscomponentes de la propia vida seconsidera un factor determinante enel bienestar (Bryant, 1989).

La bibliografía sobre gratitudmuestra sus múltiples efectos bene-ficiosos. Una sociedad basada en lagratitud proporciona un recursoemocional importante para promo-ver la estabilidad social, como yaseñaló Adam Smith (Peterson ySeligman, 2004). La gratitud asegu-ra reciprocidad en la interacciónhumana e inhibe la realización decomportamientos interpersonalesdestructivos ( McCullough, Kilpa-

trick, Emmons y Larson (2001). Fun-ciona como un barómetro moral, aldotar al individuo de una señal afec-tiva tras percibir que alguien haactuado favorablemente hacia él;funciona además como motivadormoral, estimulando el comporta-miento prosocial y también comoreforzador moral del individuo porsu conducta previa. Probablemente,las expresiones de gratitud son vita-les para el éxito de las relaciones depareja (Gottman, 1999). Según Vai-llant (1993), la gratitud forma partedel proceso de transformar emocio-nes autodestructivas en emocionescurativas. La capacidad de reempla-zar la amargura y el resentimientopor agradecimiento y aceptación esclave en la adaptación madura a lavida.

En un estudio experimental quellevé a cabo recientemente en laUniversidad Complutense deMadrid bajo la dirección de las pro-fesoras María Dolores Avia y MaríaJosé Hernández Lloreda, tuve oca-sión de comprobar que tras sólodos semanas haciendo un diariosobre aspectos por los que uno sepuede sentir agradecido, el estadode ánimo positivo de los estudian-tes universitarios se veía incremen-tado de forma significativa, espe-cialmente en comparación con lle-var su atención hacia las dificulta-des diarias o pequeños escolloscotidianos. El trabajo, que estuvobasado en uno anterior deEmmons y McCullough (2003), nospermitió comprobar que es posiblemodif icar ciertas experienciasemocionales posit ivas con unasimple inducción experimental

M.ª L. Martínez

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3 251

Page 8: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

poco costosa en tiempo y esfuer-zo, pero también, frente al estudioantes citado, que no incluía segui-miento, constatamos que la perma-nencia de dicho efecto era de muycorta duración.

Esperanza (Optimismo,Pensamiento sobre el futuro,Orientación hacia el futuro)

Estas variables se refieren a pos-turas cognitivas, emocionales ymotivacionales hacia el futuro.Según Peterson y Seligman (2004),pensar sobre el futuro, esperar queocurran los resultados esperados,actuar de forma que esos resulta-dos esperados sean más probablesy confiar en que los esfuerzos quese realicen merecen la pena provo-ca buen ánimo y acciones dirigidasa la consecución de objetivos.

Esta fortaleza tiene múltiples efec-tos positivos. La gente optimistatiene mejor estado de ánimo, es másperseverante, tiene más éxitos yexperimenta una mejor salud física(Peterson, 2000). El optimismo y laesperanza están relacionados con laresolución activa de problemas y laatención a la información relevantepara dicha resolución (Scheier, Wein-traub y Carver, 1986; Aspinwall yBrunhart, 1996) y fomentan las bue-nas relaciones sociales y el éxitoacadémico, atlético, militar, profesio-nal y político (Seligman, 1990;Buchanan y Seligman, 1995; Snyder,2000, 2002). Incluso las creenciasoptimistas no realistas sobre el futu-ro protegen de la enfermedad (Selig-man y Csikszentmihalyi, 2000). Estu-

dios sobre enfermedades amenazan-tes para la vida sugieren que los quepermanecen optimistas presentanlos síntomas más tarde y sobrevivenmás tiempo que los que presentanun afrontamiento más objetivo.

Los efectos del optimismo estánmediados especialmente a nivelcognitivo: un optimista es más pro-bable que ejecute hábitos que mejo-ren la salud y aseguren el apoyosocial, aunque es posible que losestados emocionales positivos afec-ten directamente al curso de laenfermedad. La orientación hacia elfuturo está asociada con la concien-cia, la diligencia y la capacidad pararetrasar gratificaciones, probable-mente asociadas al mantenimientodel bienestar subjetivo, según variosautores (por ejemplo, Agarwal, Tripa-thi y Srivastava, 1983; citado enPeterson y Seligman, 2004). El de-sarrollo del optimismo previene ladepresión (Seligman, Schulman,DeRubeis y Hollon, 1999).

Humor

El sentido del humor como forta-leza es la capacidad para reconocercon alegría lo incongruente, para verla adversidad de una manera benig-na y para provocar la risa en losdemás o experimentarla uno mismo.

Diversos estudios parecen indicarque el sentido del humor tiene nume-rosos efectos positivos. El sentidodel humor está relacionado con elbuen estado de ánimo y amortigualos efectos del estrés (Martin, 1996,2001; Ruch y Köhler, 1998) ya que

El estudio científico de las fortalezas trascendentales desde la Psicología Positiva

252 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3

Page 9: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

permite interpretar positivamente lassituaciones amenazantes (Kuiper,Martin y Olinger, 1993). La gente consentido del humor se ríe más y reírde forma habitual está asociado acambios en el sistema muscular,cambios cardiovasculares, endocri-nos, inmunológicos y neuronales.Tener buen sentido del humor favore-ce las relaciones sociales y propor-ciona un mayor apoyo social quefunciona como inhibidor del estrés yestimulador de la salud (Carbelo yJáuregui, 2006). A pesar de los estu-dios señalados, es necesaria másinvestigación que confirme la rela-ción entre humor y salud. Por ahorasólo están confirmados algunosefectos más bien localizados, a cortoplazo y preventivos, o paliativos (Car-belo y Jáuregui, 2006).

Espiritualidad

Espiritualidad y religiosidad serefieren a las creencias y prácticasbasadas en la convicción de queexiste una dimensión trascendental(no material) de la vida. Psicológica-mente, estas creencias son impor-tantes porque influyen en las atribu-ciones que las personas hacen, enel significado que construyen y en laforma en la que establecen sus rela-ciones con los demás y con elmundo. Ambas tienen en común lacreencia en la existencia de unadimensión trascendental de la vidapero difieren en que la religiosidadtiene que ver con la aceptación decreencias asociadas al culto de unafigura divina y la participación enactos públicos y privados relaciona-dos con ella, y la espiritualidad des-

cribe lo privado, la relación de inti-midad entre el ser humano y lo divi-no, y las virtudes que se derivan deesa relación.

Peterson y Seligman (2004) citanuna serie de estudios en los que sehacen patentes los beneficios de laespiritualidad, así como de la religio-sidad y de las instituciones que lasfomentan. Al proporcionar un marcomoral claro, ayudan a construir sig-nificado y ofrecen un sentido de pro-pósito, esperanza y apoyo emocio-nal (Maton y Pargament, 1987; Dull ySkokan, 1995). Existe una relaciónentre religiosidad, felicidad y propó-sito en la vida (French y Joseph,1999), y entre compromiso religiosoy bienestar físico y psicológico(Krause, 1997; Levin, 1997). La reli-gión juega un papel importante en elafrontamiento de la enfermedad y elestrés psicológico (Handal, Black-Lopez y Moergen, 1989; Williams,Larson, Buckler, Heckmann y Pyle,1991; Pargament, 1997), está aso-ciada a la capacidad de perdonar(Rye et al., 2000), la amabilidad (Elli-son, 1992) y la compasión (Wuth-now, 1991) y la implicación en laiglesia es a menudo un predictor dealtruismo, voluntariado y filantropía(Hodgkinson, Weitzman y Kirsch,1990; Schervish, 1990; Regnerus,Smith y Sikkink, 1998; Smith, Fabri-catore y Peyrot, 1999; Mattis et al.,2000). El compromiso religioso yespiritual temprano desempeña unpapel importante en la promoción devalores prosociales (Mattis et al.,2000), y la religiosidad se ha asocia-do, en niños y adolescentes, conmenos actividades antisociales(Johnson, Larson, Li y Jang, 2000) y

M.ª L. Martínez

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3 253

Page 10: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

mejor rendimiento académico(Donahue y Benson, 1995). Los jóve-nes con mayor grado de participa-ción religiosa perciben el mundocomo un lugar más coherente (Bjar-nason, 1998), y diversos estudiosofrecen correlaciones positivas entrediversas medidas de espiritualidad yreligiosidad y varios aspectos perso-nales y familiares adaptativos.

Aunque a veces no es fácil sepa-rar algunas de estas prácticas demecanismos de control social quecumplen la función de inhibir larebeldía y la protesta social, pareceevidente que en la vida de las per-sonas las prácticas religiosas y laespiritualidad en sentido amplio sonaspectos muy centrales que cum-plen un papel muy eficaz comoguías, ayudas en situaciones difíci-les y fuentes de crecimiento y com-promiso personal.

En conjunto, a pesar de lo recien-te de su abordaje empírico, sepuede concluir que existe cierta evi-dencia de que las llamadas “fortale-zas trascendentales” ofrecen bene-ficios a nivel subjetivo, individual ysocial que van desde la promociónde la salud y el bienestar físico ymental hasta el fomento del cambiopersonal y la autorrealización. Porencima de todo, dotan de sentido ala vida, reduciendo el vacío y la ano-mia presente en muchas socieda-des desarrolladas, y funcionancomo estrategias de afrontamientoque favorecen la reducción de ladepresión y la ansiedad y el aumen-to de la autoestima, empatía, auto-rregulación emocional y toma deperspectiva. Las fortalezas trans-

cendentales permiten establecerrelaciones más profundas con losdemás, fomentan la responsabilidady las conductas cívicas, e inhibenlos comportamientos antisociales.Aunque en muchas de esas carac-terísticas apenas hay investigaciónsólida, y los instrumentos de medi-da de la mayoría de ellas están enuna fase muy incipiente, el intentosupone un paso indudable en laconceptualización y la evaluaciónde aspectos humanos que no pue-den ser dejados de lado.

EL DESARROLLO DE LASFORTALEZASTRASCENDENTALES COMOCAMINO AL BIENESTAR

El ejercicio de las fortalezas tras-cendentales genera emocionespositivas. Según ha señalado Fre-drickson (2001), las emociones posi-tivas son elementos esenciales en elfuncionamiento óptimo del serhumano, ya que amplían los reperto-rios de pensamiento-acción, redu-cen las emociones negativas prolon-gadas, estimulan la resiliencia psico-lógica y provocan espirales de esta-do de ánimo positivo que aumentanel bienestar emocional. La autorreali-zación y el bienestar psicológico soncomponentes muy importantes, sino la finalidad última, de la saludmental. Los valores de una personay sus objetivos median entre loshechos externos y cómo se vive laexperiencia, y en ese sentido las for-talezas trascendentales pueden pro-mover múltiples efectos deseablesque contribuyen eficazmente albienestar y a una vida más plena.

El estudio científico de las fortalezas trascendentales desde la Psicología Positiva

254 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3

Page 11: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

Siguiendo a Ryan y Deci (2000) elbienestar personal y el desarrollosocial de los individuos es óptimocuando se satisfacen las necesida-des básicas de competencia, perte-nencia y autonomía. Aunquemuchas de esas virtudes puedenrevertir en las tres, el desarrollo delas virtudes que fomentan la cohe-sión entre las personas, como elsentido del humor, la gratitud o laespiritualidad influyen especialmen-te en satisfacer la necesidad de per-tenencia. Otros modelos, como eldel grupo de Ryff (Ryff y Keyes,l995, Ryff y Singer, l996) han señala-do también que el bienestar psico-lógico pleno se corresponde conuna perspectiva eudaimónica en laque, además del dominio del entor-no, la autonomía y el crecimientopersonal, se considera necesarioencontrar un sentido en la propiavida, la autoaceptación y las relacio-nes positivas con los demás. Entodos estos aspectos las fortalezastranscendentales son elementoscentrales.

Autores de diferentes perspecti-vas, como Jung, Frankl, Maslow oAssagioli han recalcado en sus escri-tos que en el bienestar del ser huma-no influyen, por un lado, la individua-ción o desarrollo máximo de la pro-pia personalidad, y por otro el ajustede esa individualidad con algún pro-ceso espiritual trascendente, hasta elpunto que en cierto sentido una per-sona no encuentra la identidad hastaque no se compromete o entrega aalgo más allá de él mismo.

También los investigadores de laprevención han descubierto que hayfortalezas humanas que actúan como

amortiguadores contra la enfermedadmental: el coraje, la mente orientadaal futuro, el optimismo, las habilida-des interpersonales, la fe, el trabajoético, la esperanza, la honestidad, laperseverancia y la capacidad paraimplicarse profundamente en una tra-bajo o empresa (Seligman y Csiks-zentmihalyi, 2000). Por ello, los psi-cólogos que trabajan con familias,colegios y otras organizacionesdeberían crear ambientes en los quese desarrollen estas fortalezas. Lasintervenciones que fomenten las for-talezas deberían, también, ser com-ponentes de todo tratamiento ya quereducen los síntomas, previenen lasrecaídas y aumentan la calidad devida (Lampropoulos, 2001). El des-arrollo de las fortalezas trascendenta-les puede convertirse en un objetivolegítimo de las terapias.

Con todo, es necesario recordarque lo que acabamos de resumirconstituye más un programa de tra-bajo que una realidad consistente.Debe entenderse como un proyectoy una llamada de atención hacia elfuturo, una forma de ampliar elámbito de acción de los profesiona-les de la psicología que, aun siendoincipiente y contando todavía conpocos resultados consistentes, haofrecido ya un nuevo estímulo y seha convertido en un motivador inne-gable para muchos, y ha vigorizado,sin duda, el panorama actual de lapsicología científica.

Agradecimientos

Quiero hacer constar mi agrade-cimiento a la Dra. María Dolores

M.ª L. Martínez

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3 255

Page 12: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

Avia por sus consejos, sugerenciasy supervisión que han hecho posiblela realización de este trabajo, el cualha surgido como resultado de miparticipación en el curso “Desarrollode repertorios positivos en persona-

lidad” que María Dolores Aviaimparte en el programa de doctora-do “Investigación y desarrollo enpsicología clínica y de la salud” enla Universidad Complutense deMadrid.

El estudio científico de las fortalezas trascendentales desde la Psicología Positiva

256 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3

REFERENCIAS

Abi-Hashem, N. (2001). RediscoveringHope in American Psychology. AmericanPsychologist, 56(1), 85-86.

Agarwal, A., Tripathi, K. K. y Srivastava, M.(1983). Social roots and psychological implica-tions of time perspective. International Journalof Psychology, 18, 367-380.

Aspinwall, L. G. y Brunhart, S. M. (1996).Distinguishing optimism from denial: Opti-mistic beliefs predict attention to healththreats. Personality and Social PsychologyBulletin, 22, 993-1003.

Bjarnason, T. (1998). Parents, religion andperceived social coherence: A Durkheimianframework of adolescent anomie. Journal forthe Scientific Study of Religion, 37, 742-754.

Brand, J. L. (2001). God Is a Libertarian?American Psychologist, 56(1), 78-79.

Bryant, F. B. (1989). A four-factor model ofperceived control: Avoiding, coping, obtainingand, savoring. Journal of Personality, 57, 773-797.

Buchanan, G. M. y Seligman, M. E. P.(Eds.). (1995). Explanatory style. Hillsdale, NJ:Erlbaum.

Carbelo, B. y Jáuregui, E. (2006). Emo-ciones positivas: Humor positivo. Papeles delPsicólogo, 27(1), 18-30.

Donahue, M. y Benson, P. (1995). Religionand the well-being of adolescents. Journal ofSocial Issues, 51(2), 145-160.

Dull, V. y Skokan, L. (1995). A cognitivemodel of religion’s influence on health. Journalof Social Issues, 51(2), 49-64.

Ellison, C. (1992). Are religious peoplenice people? Evidence from the national sur-vey on Black Americans. Social Forces, 71,411-430.

Emmons, R. A. y McCullough, M. E. (2003).Counting blessings versus burdens: An exper-imental investigation of gratitude and subjec-tive well-being in daily life. Journal of Person-ality and Social Psychology, 84, 377-389.

Frankl, V. E. (1967). Psychotherapy andexistentialism. New York: Washington SquarePress.

Fredrickson, B. L. (2001). The role of posi-tive emotions in positive psychology. TheBroaden-and-Build Theory of positive emo-tions. American Psychologist, 56, 218-226.

French, S. y Joseph, S. (1999). Religiosityand its association with happiness, purpose inlife and self-actualization. Mental Health, Reli-gion, and Culture, 2, 117-120.

Gottman, J. M. (1999). The marriage clinic:A scientifically-based marital therapy. NewYork: Norton.

Handal, P., Black-Lopez, W. y Moergen, S.(1987). Preliminary investigation of the rela-tionship between religion and psychologicaldistress in Black women. PsychologicalReports, 65, 971-975.

Page 13: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

Hodgkinson, V., Weitzman, M. y Kirsch, A.(1990). From commitment to action: How reli-gious involvement affects giving and volun-teering. En R. Wuthnow, V. Hodgkinson, yAsociados (Eds.), Faith and philanthropy inAmerica: Exploring the role of religion in Amer-ica’s voluntary sector (pp. 93-114). San Fran-cisco: Jossey-Bass.

Johnson, B., Larson, D., Li, S. y Jang, S.(2000). Escaping from the crime of the innercities: Church attendance and religioussalience among disadvantaged youth. JusticeQuarterly, 17, 377-391.

Keltner, D. y Haidt, J. (2003). Approachingawe, a moral, spiritual, and aesthetic emotion.Cognition and Emotion, 17, 297-314.

Krause, N. (1997). Religion, aging, andhealth: Current status and future prospects.Journals of Gerontology, 52, 291-293.

Kuiper, N. A., Martin, R. A. y Olinger, L. J.(1993). Coping humor, stress, and cognitiveappraisals. Canadian Journal of BehaviouralScience, 25, 81-96.

Lampropoulos, G. K. (2001). IntegratingPsychopathology, Positive Psychology, andPsychotherapy. American Psychologist, 56(1),87-88.

Levin, J. (1997). Religious research ingerontology, 1980-1994: A systematic review.Journal of Religious Gerontology, 10, 3-31.

Martin, R. A. (1996). The Situational HumorResponse Questionnaire (SHRQ) and CopingHumor Scale (CHS): A decade of researchfindings. Humor, 9, 251-272.

Martin, R. A. (2001). Humor, laughter, andphysical health: Methodological issues andresearch findings. Psychological Bulletin, 127,504-519.

Martínez Martí, M. L. (2006). Estudio expe-

rimental sobre los efectos de la gratitud en elbienestar físico y psicológico. Estudio nopublicado para la obtención del grado de sufi-ciencia investigadora (Dirs: M. D. Avia y M. J.Hernández Lloreda). Madrid, UCM.

Maslow, A. H. (1964). Religions, values, andpeak experiences. New York: Penguin.

Maton, K. y Pargament, K. (1987). Theroles of religion in prevention and promotion.Prevention in Human Services, 5, 161-205.

Mattis, J., Jagers, R., Hatcher, C., Lawhon,G., Murphy, E. y Murray, Y. (2000). Religiosity,communalism, and volunteerism amongAfrican American men: An exploratory analy-sis. Journal of Community Psychology, 28,391-406.

McCullough, M. E., Kilpatrick, S., Emmons,R. A. y Larson, D. (2001). Is gratitude a moralaffect? Psychological Bulletin, 127, 249-266.

Myers, D. G. (2000). The funds, friends, andfaith of happy people. American Psychologist,55, 56-67.

Pargament, K. (1997). The psychology ofreligion and coping: Theory, research,practice. New York: Guilford Press.

Peterson, C. (2000). The future of opti-mism. American Psychologist, 55, 44-55.

Peterson, C. y Seligman, M. E. P. (2004).Character Strengths and Virtues. A handbookand classification. APA & Oxford UniversityPress.

Regnerus, M., Smith, C. y Sikkink, D.(1998). Who gives to the poor? The influenceof religious tradition and political location onthe personal generosity of Americans towardthe poor. Journal for the Scientific Study ofReligion, 37, 481-493.

M.ª L. Martínez

Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3 257

Page 14: (M) 3. El estudio cientà fico de las fortalezas

Ruch, W. y Köhler, G. (1998). A tempera-ment approach to humor. En W. Ruch (Ed.),The sense of humor: Explorations of a person-ality characteristic. (pp.203-230). New York:Mouton de Gruyter.

Ryan, R. M. y Deci, E. L. (2000). Self-deter-mination theory and the facilitation of intrinsicmotivation, social development, and well-being. American Psychologist, 55, 68-78.

Rye, M. S., Pargament, K. I., Ali, M. A.,Beck, G. L., Dorff, E. N., Hallisey, C. et al.(2000). Religious perspectives on forgiveness.En M. E. McCullough, K. I. Pargament, y C. E.Thoresen (Eds.), Forgiveness: Theory,research, and practice (pp. 17-40). New York:Guilford Press.

Ryff, C. D. y Keyes, C. L. M. (1995). Thestructure of psychological well-being revisited.Journal of Personality and Social Psychology,69, 719–727.

Ryff, C. D. y Singer, B. (1998). The contoursof positive mental health. PsychologicalInquiry, 9, 1-28.

Ryff, C. D. y Singer, B., Wing, E, y Love, G.D. (en prensa). Elective affinities and uninvitedagonies: Mapping emotion with significantothers onto health. En C. D. Ryff y Singer, B.(Eds.). Emotion, social relationship, and health:Third annual Wisconsin symposium on emo-tion. New York: Oxford University Press.

Scheier, M. F., Weintraub, J. K. y Carver, C.S. (1986). Coping with stress: Divergent strate-gies of optimists and pessimists. Journal ofPersonality and Social Psychology, 51, 1257-1264.

Schervish, P. (1990). Wealth and the spiri-tual secret of money. En R. Wuthnow, V.Hodgkinson y Asociados (Eds.), Faith and phi-lanthropy in America (pp. 63-90). San Francis-co: Jossey-Bass.

Schwartz, B. (2000). Self-determination:The tyranny of freedom. American Psycholo-gist, 55, 79-88.

Seligman, M. E. P. (1990). Learned Opti-mism. New York: Knopf.

Seligman, M E. P. y Csikszentmihalyi, M.(2000). Positive Psychology: An Introduction.American Psychologist, 55, 5-14.

Seligman, M. E. P., Schulman, P., DeRu-beis, R. y Hollon, S. (1999). The prevention ofdepression and anxiety. Prevention and treat-ment, 2, Artículo 8. Disponible en: http://j our-nals.apa.org/prevention/volume2/pre0020008a.html

Smith, A. (1976). The theory of moral senti-ments (6ª ed.). Oxford, England: ClarendonPress. (Orig. 1790).

Smith, H., Fabricatore, A. y Peyrot, M.(1999). Religiosity and altruism among AfricanAmerican men: The Catholic experience. Jour-nal of Black Studies, 29, 579-597.

Snyder, C. R. (Ed.). (2000). Handbook ofhope: Theory, measures, and applications.San Diego, CA: Academic Press.

Snyder, C. R. (2002). Hope theory: Rain-bows of the mind. Psychological Inquiry, 13,249-275.

Vaillant, G. E. (1993). The wisdom of theego. Cambridge, MA: Harvard UniversityPress.

Williams, D., Larson, D., Buckler, R., Heck-mann, R. y Pyle, C. (1991). Religion and psy-chological distress in a community sample.Social Science and Medicine, 32, 1257-1262.

Wuthnow, R. (1991). Acts of compassion:Caring for others and helping ourselves.Princeton, NJ: Princeton University Press.

El estudio científico de las fortalezas trascendentales desde la Psicología Positiva

258 Clínica y Salud, 2006, vol. 17 n.º 3